rev33-02 16/3/09 14:20 página 171

17
Foro de debate Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Upload: others

Post on 14-Jul-2022

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Foro de debate

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Page 2: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

José Luis Rocha

Daniel Ortega now: el retornode sí mismo

La historia política latinoamericanaestá salpicada de sorprendentes retornos alpoder de mandatarios que dejaron profun-das huellas en el devenir de los países quegobernaron con puño pétreo, manu milita-ri o ágiles dedos cleptómanos: GetulioVargas, Juan Domingo Perón y AlanGabriel Ludwig García Pérez son sóloalgunos, los más trompeteados. El prime-ro demoró seis años entre su tercer y cuar-to períodos y al segundo le tomó 18 añossentarse por tercera vez en la silla presi-dencial. Ninguno puso en escena un retor-no de lo mismo. Ahora que después de 17años Daniel Ortega se une a este grupo devariopinta moral, los aspectos más contro-versiales de su retorno son lo que tiene delo mismo, lo que imita de lo mismo y loque rompe con lo mismo. Segmentaré estesomero balance de su gestión en esas tresdimensiones.

Más de lo mismo: en busca del tiempoperdido

Una racha de gobiernos que imple-mentaron servilmente las directrices delFondo Monetario Internacional, privati-zando empresas y reduciendo el gastopúblico, pusieron a Nicaragua en lacorriente latinoamericana de la compacta-ción del aparato estatal y el declive de lainversión social. Al arribar al poder enenero de 2007, el Frente Sandinista deLiberación Nacional anunció un girocopernicano: la reconstrucción de un Esta-do desmantelado y la expansión del gastosocial fueron anunciados por los ideólo-gos del FSLN como dos tareas priorita-

rias. No sólo fue ésta una declaración conel ojo clavado en la rentabilidad electoral;la administración sandinista, una vez en elpoder, consiguió elevar –ligeramente– elgasto en salud, construyó más escuelas,tomó medidas para extender la coberturade la seguridad social y, en una aplicaciónestricta del principio de gratuidad de laeducación, suprimió el sistema de com-partir costos con los padres de familia enlas escuelas que solían ser públicas. Sonlogros modestos y frágiles, pero apuntanhacia un intento de rescatar lo mejor delos años 80. Asimismo, un gabinete conpigmentación más tropical y apellidos noaristocráticos refleja la sustitución de unatecnocracia euro-americana por un grupoprofesional más indo y afro-americano,cuyas opciones en política social a vecesbuscan conectarse con las expectativas deuna sociedad sumida en la incertidumbrey la angustia provocada por un ominosorepliegue del Estado.

Este gabinete ha mostrado más sensi-bilidad social que sus tres predecesores,sin embargo, sus logros son nimios ycoyunturales. Una paupérrima producciónlegislativa en la Asamblea Nacional per-siste como norma. El poder legislativosigue siendo perezoso y proclive a enma-rañarse en agrias, bizantinas y estérilesdisputas por cuotas efímeras de poder,mientras desatiende la definición de nor-mativas que determinen el rumbo a largoplazo. Los diputados de los partidos máspoderosos –Frente Sandinista y PartidoLiberal Constitucionalista– están dedica-dos a distribuirse y roer trozos de unescuálido aparato estatal. La instituciona-lización de los diputados sandinistas yliberales como fuerza de tarea para peque-ñas escaramuzas tácticas va de la mano deuna decisión de legislar mediante decretospresidenciales que soslayan el disenso delos legisladores. En términos prácticosesto supone una resurrección del presiden- Ib

eroa

mer

ican

a, I

X, 3

3 (2

009)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 173

Page 3: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

cialismo que caracterizó la década de los80 y al que la Asamblea Nacional creyóhaber dado un tiro de gracia en 1994. Jun-to al presidencialismo emergen nueva-mente sus inevitables comparsas: el clien-telismo y el verticalismo. El primero hatenido su máxima expresión en el progra-ma emblemático de la política social yagropecuaria del sandinismo retornado: elprograma Hambre Cero, diseñado por elideólogo Orlando Núñez, antes sociólogorural y en esta nueva etapa metamorfosea-do en magnate hotelero que pretende solu-cionar la pobreza y disparar el desarrollomediante la distribución de bonos de dosmil dólares en especie: machetes, azado-nes, vaca, cerdo y gallinas. La ejecucióndel programa ha sido tan deficiente que nologró ni siquiera su objetivo de premiar alos incondicionales y atraer a los indeci-sos. Muchos municipios apenas recibieronuna dotación magra de menos de 15 bonos.El caso extremo es el de San Juan del Nor-te, municipio en el extremo sureste delpaís al que se destinó un solo bono. Otrocapítulo del clientelismo ha sido manifies-to en el manejo de la urea procedente deVenezuela. Según denuncias de la dirigen-cia de la Federación Nacional de Coopera-tivas (FENACOOP), muchos de cuyosasociados son sandinistas, las mafias dedistribución de productos agropecuariosvinculadas al Frente Sandinista han con-trolado la urea para extraer beneficios conlos que apuntalar económicamente a suscofrades.

Junto al clientelismo corren el vertica-lismo y la intolerancia. Un autocráticomanejo de la Alternativa Bolivariana paralos Pueblos de Nuestra América (ALBA)–liderada por Hugo Chávez en oposiciónal Área de Libre Comercio de las Améri-cas (ALCA)– y los fondos de contravalordel petróleo venezolano –fuera del presu-puesto nacional y con ostensible falta detransparencia– reedita los episodios teñi-

dos de mayor centralización y arbitrarie-dad de los años 80. La creación de unaorganización de mujeres paralela a la beli-gerante e histórica Asociación de MujeresNicaragüenses Luisa Amanda Espinoza(AMNLAE), que se le salió de control a lavoluntad verticalista, rememora la crea-ción de la Asociación Sandinista de Traba-jadores de la Cultura (ASTC), sometida ala regencia de Rosario Murillo y destinadaa competir con el Ministerio de Culturacoordinado por el poeta Ernesto Cardenal.El torpe manejo de las relaciones con laUnión Europea y las agencias de coopera-ción a quienes Ortega, en una venganzaante sus críticas, desde su púlpito anate-matiza como derechistas y agentes delimperialismo, suena novedoso a oídosneófitos, pero no a los de la prestigiosaescritora Gioconda Belli: “Para muchosde los que formamos parte de aquellamasa intrépida que derrocó a la tiraníasomocista el 19 de julio de 1979, los ban-dazos y arbitrariedades de Ortega eran unsecreto a voces que guardábamos en casa.Atribuíamos ese comportamiento a su fal-ta de experiencia, al poco don de gentesde su inescrutable personalidad, al impac-to psicológico de los siete años que pasóen la cárcel”. Sensibilidad social conpobres realizaciones y verticalismo cre-ciente se unen en busca del tiempo perdi-do en este retorno de Ortega al poder.

Lo que imita de lo mismo: aunqueOrtega se vista de izquierda,empresario se queda

Este retorno es también una mala imi-tación de los 80. Es mala porque la versa-tilidad de los actores, la obra y el escena-rio han cambiado, y el binomio Ortega-Murillo parece ignorar o subestimar lamagnitud de los cambios. A fin de congra-ciarse con sus amigos de izquierda, Orte-

174 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 174

Page 4: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

ga mantiene un candente pero rancio dis-curso de izquierda. Buscando verosimili-tud usa exactamente los mismos adjetivos,consignas y giros retóricos de sus pocologrados discursos de los 80. Recitar elmismo guión en una nueva obra produceel efecto grotesco de insertar el monólogode Hamlet en un film de Almodóvar. Aun-que consigan una hernia en el intento,Ortega y Murillo no logran rodar Thateighties show. Vladimir Putin no es Leo-nid Brézhnev ni Mijaíl Gorbachov. Laintolerancia y desmesurada codicia dePutin no invitan a vaticinar que terminarácon un Premio Nobel de la Paz como Gor-bachov. Un acercamiento a Rusia noreportará los dividendos de la asociación ala Unión Soviética, pero sí se está convir-tiendo en una fuente de conflictos y des-concierto. Tampoco la cercanía a Vene-zuela puede reeditar las colaboraciones ysolidaridad de los países socialistas. ElALBA no es un Consejo de Ayuda MutuaEconómica (CAME), que dinamizó losflujos de capital, bienes y servicios entrelos países de la órbita soviética en los 80.Ni siquiera es un CAME de baja intensi-dad. Los Estados Unidos siguen siendo unimportante socio comercial para Nicara-gua –también para Venezuela, pese a lasdiatribas chavistas contra los pitiyankis– yno se está haciendo nada serio para impri-mirle otro rumbo al comercio exterior.

En su interior, el orteguismo buscaimitar elementos que le dieron cohesión alsegmento de la sociedad nicaragüense queaportó neuronas, nervios y músculos alproceso revolucionario. Los generadoresde opinión, los inventores de historia, losacuñadores de consignas, los relatores dela épica y los trovadores de triunfos y sue-ños fueron la médula espinal de la cohe-sión vertebral en torno a un proyectocomún. El FSLN en la actualidad no dis-pone de esa amplia cohorte de intelectua-les cuyas canciones, novelas y análisis

dieron la vuelta al mundo. Sergio Ramí-rez, Gioconda Belli, Ernesto Cardenal,Carlos Tünnermann y Carlos MejíaGodoy, entre muchos otros y otras, ahoramilitan en abierta y consistente oposiciónal orteguismo, algunos de ellos vetados,calumniados y hasta judicialmente proce-sados por un poder judicial títere que elFSLN azuza para amordazar, sedar yaplastar a sus enemigos. El periódico El19 está muy lejos de la calidad de Barri-cada al carecer de plumas como las deCarlos Fernando Chamorro, Onofre Gue-vara y Sofía Montenegro. El Canal 4 esuna copia desteñida del sistema sandinistade televisión. Los pocos intelectuales quele hacen la corte a Ortega-Murillo hanrenunciado a tener un pensamiento inde-pendiente y se limitan a repetir polvorien-tas consignas y argumentos enclenquesque les susurra un Daniel Ortega con cul-tura de lector de contraportadas. Se con-tentan con eructar gases de unos años 80mal comidos y peor digeridos. El soundtrack de las rotondas de Managua tomadaspor simpatizantes del FSLN son un sínto-ma de la pobreza en la producción intelec-tual y artística de la nueva era del sandi-nismo imitador del sandinismo: en ellassuena y resuena la música de los años 80con machacona compulsión. El retornodel FSLN no tiene nuevas musas ni afina-dos trovadores.

Pagados a razón de diez dólares pordía y apodados “amorosos” porque lasmantas y camisas que portan rezan “elamor es más fuerte que el odio”, los plan-tados en las rotondas y otros simpatizantesdel orteguismo han sido comisionadospara bloquear todo intento de manifesta-ción disidente. Están destinados a imitar alas “turbas divinas”, apelativo con el queTomás Borge bautizó a las fuerzas de cho-que que reprimían a la oposición en los80. Pero esa represión ocurría en el con-texto de una convicción, por parte de los

Foro de debate 175

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 175

Page 5: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

agresores, de estar defendiendo el procesorevolucionario. La mala imitación derepresión espontánea no consigue disimu-lar su carácter mercenario, manipulador yparásito del hambre y la incertidumbre.Las nuevas turbas son desempleados opandilleros instrumentalizados. El FSLNpasó de ser una izquierda que satisface elhambre a un populismo que juega con elhambre. La represión de los opositores ytoda la retórica que la justifica busca revi-vir el sentimiento de estar nuevamente enestado de guerra: un simulacro de guerra,donde el amor no puede más que el odio,pero sí duele tanto como el odio. La retó-rica anti-imperialista y las diatribas contrala derecha opositora saturan todos los dis-cursos de Daniel Ortega. Pero la Presiden-cia en Estados Unidos de Obama –un ros-tro del imperialismo muy distinto al deReagan– y una oposición nutrida en buenamedida por intelectuales, campesinos yobreros de raíces sandinistas son una des-calificación ipso facto para denuncias sincontenido, polémicas sin argumentos yalaridos contra fantasmas. El escenariointerior y el exterior no avalan la vetustaproducción ideológica de Ortega-Murillo.

Los Consejos del Poder Ciudadano sonburdas imitaciones de los Comités deDefensa Sandinista, sin su amplia cobertu-ra. Los mal pagados y subalimentadosJóvenes Constructores no tienen ni la som-bra del espíritu de sacrificio y arrojo de losBatallones Estudiantiles de Producción, lasMilicias Populares Sandinistas o el EjércitoPopular de Alfabetización. Y no porquesean menos nobles, sino porque el imagina-rio juvenil se nutre de otra simbología yporque tienen más hambre y muchas nece-sidades insatisfechas. El FSLN quiereintroducir los mismos personajes sobre unescenario muy distinto y contratando acto-res a los que no entrenó y remunera mal.Un refrito después de diecisiete años puedetener muy mal aspecto y peor aroma.

Ruptura con lo mismo

El FSLN en su retorno no sólo es merareimpresión o mala imitación del que fueen los 80. Sus rupturas son numerosas ysignificativas. Son sintomáticas de muchasmetamorfosis. En el terreno de la adminis-tración interna del poder, transitó de unaDirección Nacional con decisiones cole-giadas a la autocracia de la pareja presi-dencial. Daniel Ortega –y menos aúnRosario Murillo– jamás tuvo en los 80 elpeso determinante que exhibe en la actua-lidad y del que se vale para imponer lasdecisiones más caprichosas y arbitrarias.Para llegar a ese nivel paradisíaco allanósu camino repudiando a todos los líderesque podían hacerle sombra. Sergio Ramí-rez, Dora María Téllez, Herty Lewites,Mónica Baltodano, Víctor Hugo Tinoco yHugo Torres son sólo algunos de los líde-res primero supeditados, luego margina-dos y finalmente expulsados del partido.Tres comandantes de la revolución, exmiembros de la Dirección Nacional histó-rica, ahora militan contra el FSLN orte-guista. La dirección del FSLN está con-centrada en el matrimonio Ortega-Murillo,asistido, desde una posición subalterna,por unas huestes de desconocidos y mili-tantes de dudosa moral.

En la arena de la construcción de unEstado laico, destaca el retroceso mani-fiesto en el hecho de que el FSLN abande-rara la penalización del aborto terapéuti-co. La sensibilidad feminista nunca fue unelemento fuerte del FSLN. Y aunque laacusación que pesa sobre Daniel Ortegade haber forzado a su hijastra a mantenercon él relaciones sexuales entre los 11 ylos 30 años no auguraba nada bueno,nadie hubiera vaticinado que se llegaría aese nivel. Fue un alto precio para lograrun acercamiento a la Iglesia católica ysobre todo a su líder más visible, el carde-nal Miguel Obando y Bravo. La decora-

176 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 176

Page 6: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

ción con estatuas de la Virgen María entodas las rotondas de la capital y salpicarlos discursos y rótulos partidarios con“Cumplirle al pueblo es cumplirle a Dios”y otras muestras de cursilería religiosa fuesólo un corolario cosmético de una opciónque atenta contra el carácter laico y noconfesional del Estado y se aparta de lacolaboración respetuosa y no proselitistaque se mantuvo entre líderes sandinistas yreligiosos revolucionarios en los 80.

En el manejo de la relación Estado-sociedad existe una ausencia que por poconotada no deja de ser menos notable y sus-tancial: el FSLN no tiene humoristas polí-ticos. Ha decidido abatir a sus enemigos agarrotazos y puñaladas, según se vio en larepresión aplicada a las manifestacionesde protesta por el fraude electoral ennoviembre pasado. En contraste, los años80 fueron la década del mejor humoristapolítico del país, Róger Sánchez, el cari-caturista de Barricada. Con el humor dellegendario Róger y la satírica SemanaCómica, el FSLN conseguía una reductioad absurdum de los enemigos. Éstos eranabatidos a fuerza de sentido del humor, unrubro deficitario en un FSLN que se desli-zó de una guerra hecha por poetas y humo-ristas a una guerra a los poetas, los humo-ristas y el humor.

La arena de los nuevos amigos y ene-migos del FSLN llena de perplejidad almás avisado. ¿Qué pensar sobre el nom-bramiento, como embajador nicaragüenseen Washington, de Arturo Cruz, hijo de unex líder de la contrarrevolución y asesordel partido salvadoreño de ultraderechaARENA? Ser yerno de Humberto Ortegadebe ser su mejor credencial. ¿Qué pensarde la relación con los banqueros, a quie-nes se sigue pagando unos intereses deusura por bonos de cuestionada emisióndurante el gobierno anterior? Suponemosque la nueva fase acumulativa del orte-guismo, con la adquisición del hotel Semi-

nole y otras empresas, busca cultivar rela-ciones interesantes. Los hijos de los viejosoligarcas y los nuevos ricos sandinistas sehan hecho camaradas durante sus estudiosen el Lincoln o el Americano, sus prácti-cas de tenis en el Club Terraza y sus vaca-ciones en Cancún. Sus destinos son entre-tejidos por finas hebras de convivencia ogruesos lazos matrimoniales.

En contraste, el FSLN rompe con unantiguo aliado: la cooperación externa.Muchos cooperantes llegaron a Nicaraguaen los 80 como cortadores voluntarios decafé, maestros y médicos. A partir deentonces han ocupado importantes cargosen gobiernos y agencias internacionales,desde donde convirtieron a Nicaragua enun país mimado por la ayuda externa. Consus ataques a las embajadoras de Suecia yde la Unión Europea, y con su negativa apermitir la observación y la revisión deactas en las últimas elecciones municipa-les, el FSLN ha profundizado sus desen-cuentros con la cooperación internacionaly ha cerrado muchas fuentes de las quedependen importantes programas socialesy productivos. Sólo el congelamiento delos fondos de la Cuenta Reto del Mileniosupone que Nicaragua se vea privada de54 millones de dólares anuales. HugoChávez prometió compensar esa pérdida.Pero, ¿podrá Venezuela continuar subsa-nando las nuevas menguas de la coopera-ción que genera la creciente paranoia orte-guista, dispuesta a ver enemigos en cadaesquina del planeta? En cualquier caso,Chavéz jamás podrá compensar el proble-ma que está en la raíz de ese decrecimien-to de fondos: un dilatado déficit de legiti-midad internacional.

En un texto publicado en 1981, elsociólogo Edelberto Torres-Rivas enuncióel reto de la revolución sandinista: “Porfin fuerzas sociales capaces de pensar yactuar en términos de la Nación enfrentanexitosos el desafío de construirla como un

Foro de debate 177

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 177

Page 7: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Estado-nacional popular, democrático eindependiente” (“La nación: problemasteóricos e históricos”, en Centroamérica:entre revoluciones y democracia, antolo-gía compilada por Jorge Rovira Mas, p.124). Todo parece indicar que al FSLN ensu retorno no le importa acabar con lanación, desmantelar la maltrecha institu-cionalidad, construir nuevas dependencias–de Putin y Chávez– y aniquilar la demo-cracia en su afán de gobernar desde abajoy desde arriba. Con tantas rupturas ymalas imitaciones, Daniel Ortega quedaprotagonizando, cada vez más solo y des-pótico, el retorno de sí mismo.

José Luis Rocha es filósofo, profesor e investi-gador de la Universidad Centroamericana(UCA) en Managua. Es también investigadorasociado del Brooks World Poverty Institute dela Universidad de Manchester y dirije el Servi-cio Jesuita para Migrantes en Nicaragua.Correo electrónico: [email protected].

Anika Oettler

Nicaragua: orteguismo yfeminismo

Cuando perdió el Frente Sandinista deLiberación Nacional (FSLN) en las elec-ciones de 1990, pocos se imaginaban queDaniel Ortega, comandante histórico de laguerrilla y presidente en los años ochenta,actuaría de una manera cínica y burlándosedel pluralismo político al retornar a la pre-sidencia casi dos décadas después. DanielOrtega intentó una y otra vez recuperar elpoder luego de su derrota electoral en1990. Sin embargo, las pugnas internas–tanto la lucha por el control del partidocomo la disputa ideológica entre ortodoxosy renovadores– se acentuaron durante los

años siguientes, conduciendo a que muchasde las figuras emblemáticas dieran suespalda al Frente. Cuando las eleccionespresidenciales de 2006 tuvieron lugar, lamayoría de los observadores políticos con-vino en que el programa de Ortega se ago-taba en viejos eslóganes izquierdo-popu-listas. En los últimos dos años, no obstan-te, muchos de éstos fueron sorprendidospor la velocidad, la perseverancia y el des-caro con los que la pareja presidencial,Daniel Ortega y Rosario Murillo, socavabalos fundamentos de la democracia nicara-güense. Los acontecimientos políticos delos últimos meses en Nicaragua han puestode manifiesto los síntomas de un proyectopresidencial guiado por un afán personal.La pareja presidencial ha puesto en marchauna campaña de hostigamiento y despres-tigio dirigido contra todos los que expre-sen su oposición públicamente. La conoci-da escritora nicaragüense, Giaconda Belli,escribió recientemente que el orteguismoes “un proyecto que llaman socialismo,pero que de socialismo, por lo que hemosvisto, sólo tiene el autoritarismo y el aco-rralamiento a las libertades que precisa-mente llevó al socialismo del siglo XX alfracaso”.

Los ejemplos siguientes demuestranque particularmente el movimiento femi-nista se halla bajo el fuego cruzado de lasactividades de la pareja presidencial.

Zoilamérica Narváez y el feminismonicaragüense

El movimiento feminista nicaragüensetiene sus raíces en la lucha contra la dicta-dura y, especialmente, en el proyectorevolucionario de los años 80. En 1990,cuando el Frente Sandinista de LiberaciónNacional (FSLN) fue destituido despuésde muchos años de guerra y estancamien-to económico, el movimiento feminista

178 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 178

Page 8: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

nicaragüense había logrado un alto nivelde organización que le distinguía de otrosmovimientos feministas en América Lati-na. Sin embargo, no se trataba de un movi-miento homogéneo: se encontraba dividi-do en dos alas, una más tradicional alrede-dor de la organización de masas AMNLAEy otra feminista (más radical), que semanifestó e institucionalizó, entre otrascosas, en el Movimiento Autónomo deMujeres (MAM). Las reformas neolibera-les de los años 90 confrontaron a muchasinstituciones pertenecientes al movimien-to de mujeres (centros de salud femenina,centros de acogida) con nuevos desafíosque terminaron siendo los sostenes de unaestructura mínima de asistencia social.

A mediados de agosto de 2008, DanielOrtega sufrió un descalabro enorme en elescenario internacional. Poco antes de lasolemne entrega de mando al nuevo presi-dente de Paraguay, Fernando Lugo, lafutura ministra de la Mujer en ese país,Gloria Rubin, había firmado una peticiónque decía: “Repudiamos la presencia encalidad de invitado oficial del violadorDaniel Ortega Saavedra, que por 20 añosesclavizó sexualmente a la hija de suesposa”. El gobierno nicaragüense no pre-sentó al respecto ningún dictamen oficial,pero canceló el viaje presidencial a últimahora, lo que representó un triunfo para lahijastra del presidente nicaragüense y delmovimiento feminista, el cual exige, des-de hace muchos años, el enjuiciamientode tales crímenes.

En 1998, Zoilamérica Narváez habíaacusado en público a su padrastro de vio-laciones sistemáticas a lo largo de ochoaños, hasta que cumpliera la edad de 19, yde haberle acosado sexualmente después.Mientras Ortega lograba evitar toda clasede sanciones penales insistiendo en suinmunidad parlamentaria, su esposa,Rosario Murillo, inculpó públicamente asu hija de haber mentido. En 2002, des-

pués de que varios intentos de procederjudicialmente contra Ortega fracasaranpor la actitud negligente de los tribunalesnicaragüenses a cargo del tema, Zoilamé-rica Narváez finalmente presentó unadenuncia ante la Comisión Interamericanade Derechos Humanos. Para el movimien-to feminista, el caso siempre representóun punto de cristalización en la disputasobre las ideologías y las prácticas sexis-tas dentro de la izquierda, las cuales nosólo se manifestaban en los crímenes ensí, sino también en la reacción pública. Enefecto, el trato mediático del caso y de lasdiferentes voces que aspiraban a refutarlas afirmaciones de la víctima reflejaron elestado del debate sobre la violencia degénero en Nicaragua, es decir, lo quemuchos entendían como un síntomasecundario y poco importante de lo que engeneral se consideraba un machismo sano.

Por otra parte, el desastre diplomáticode Paraguay de agosto de 2008 se revelócomo una victoria temporaria para elmovimiento feminista transnacional: ape-nas cinco semanas más tarde, Zoilaméricadirigió una carta a la Comisión Interame-ricana de Derechos Humanos pidiendo lasuspensión de su causa. En dicho docu-mento, la víctima argumentó que habíadecidido optar por el camino del diálogo,conducente a la comprensión y la reconci-liación. Varias destacadas representantesdel movimiento feminista y de la defensade los derechos humanos mostraron sucomprensión con respecto a la decisión dela hijastra del presidente que desde hacíaaños vivía bajo presión. No obstante, ladecisión favoreció de hecho a Ortega y atodos los que ya lo habían apoyado en1998. Desafortunadamente, el fracaso delintento de pedir cuentas a Daniel Ortegapor sus delitos sexuales y de procederjudicialmente contra él es sólo un ejemplomás de las derrotas recientes de las reivin-dicaciones feministas.

Foro de debate 179

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 179

Page 9: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Represión y confrontación

A dos años de la asunción del mandodel gobierno que una vez sostuviera eleslogan “Paz y reconciliación”, las con-frontaciones políticas se han agravado. Enjulio pasado, Dora María Téllez, la coman-dante histórica y actualmente diputadanacional, protestó contra la disolución desu partido, el Movimiento RenovadorSandinista, crítico con Ortega, poniéndoseen huelga de hambre. Con ello, provocóuna subsiguiente ola de protestas (porejemplo, los hermanos Mejía Godoyprohibieron al gobierno que use sus can-ciones, conocidas en toda Nicaragua). Dehecho, la mayoría de los movimientossociales y de las organizaciones no guber-namentales se han distanciado claramentedel orteguismo desde el cambio de gobier-no, aunque se supone que justamenteéstos son los aliados naturales de ungobierno de izquierda.

En los últimos meses, el gobierno haconsolidado aún más su estilo de lideraz-go autoritario y clientelar y ha continuadosocavando los fundamentos instituciona-les del orden jurídico-estatal y del públicocrítico, atacando particularmente al movi-miento feminista y a las organizaciones dedefensa de los derechos humanos. Enoctubre de 2008, Rosario Murillo, primeradama y secretaria de Comunicación, forzóa Dora Zeledón, la presidenta de la AMN-LAE, la histórica asociación sandinista demujeres, a dimitir de su cargo. Anterior-mente, Zeledón había criticado pública-mente al gobierno y había declarado queel Estado estaba derogando los derechoshumanos por los cuales las mujeres habíanluchado durante muchos años. Con estohacía alusión, entre otras cosas, a la leyque regula el derecho al aborto y al hechode que el delito de feminicidio hubierasido borrado del código penal. Poco antesde la suspensión de la presidente de la

AMNLAE tuvo lugar la fundación de unanueva organización –el Movimiento deMujeres Sandinistas– que ocupa una posi-ción privilegiada con respecto a sus rela-ciones con el gobierno. El mismo califica-ría a la AMNLAE de organización nogubernamental al servicio del imperialis-mo. Uno de los primeros actos oficiales deeste nuevo movimiento fue la ocupaciónde las dependencias del Centro de Capaci-tación Sacuanjoche que pertenecía a laAMNLAE. Posteriormente, amenazó a laasociación con ocupar igualmente otrosedificios y fue entonces cuando Zeledónpresentó su dimisión.

Unas semanas antes de la fundaciónde esta organización opuesta a la AMN-LAE, otra organización patrocinada por elestado, es decir por Rosario Murillo, ya sehabía presentado en público como unaalternativa explícita al Movimiento Autó-nomo de Mujeres, al cual también habíacriticado como portavoz del imperialismoestadounidense. La enfermera norteameri-cana Dorotea Granados, quien fuera expul-sada del país en los años 90, es una de lasdirigentes encabezando este movimiento,denominado “Movimiento de MujeresBlanca Aráuz” en honor a la esposa delhistórico general Augusto César Sandino.Las primeras promulgaciones oficialesanunciaron que el nuevo movimientoprestaría por fin los servicios necesitadospor las mujeres en el campo y que se trata-ba de una organización que se oponía alderecho al aborto y abogaba por restable-cer la buena fama del matrimonio presi-dencial. El 19 de noviembre de 2008, el“Movimiento de Mujeres Blanca Aráuz”lanzó una proclamación responsabilizan-do a Eduardo Montealegre, candidato a laalcaldía de Managua, por la violencia pos-telectoral. En su mensaje, el movimientoenunció finalmente la frase: “Por la garan-tía de la dignidad y el respeto de los dere-chos de las mujeres, estamos con el presi-

180 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 180

Page 10: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

dente Daniel Ortega, no tenemos miedo”. La fundación de esta organización se

ha realizado en un período en que el núme-ro de los ataques contra representantes deorganizaciones de defensa de derechoshumanos y feministas ha aumentado. El17 de octubre de 2008, por ejemplo, Vil-ma Núñez, la acreditada presidente duran-te muchos años del Centro Nicaragüensede Derechos Humanos (CENIDH), fueatacada al salir del Ministerio de AsuntosPúblicos con algunos colaboradores yperiodistas. Los agresores formaban partede los Consejos de Poder Ciudadano y lospolicías que estaban presentes no intervi-nieron. En ese mismo mes, inmediatamen-te antes de las elecciones municipales, seobservó además una ola de registros vio-lentos de los oficios pertenecientes sobre-todo al centro de documentación CINCOy al Movimiento Autónomo de Mujeres.Para el público crítico, tales registros, quelas autoridades justificaron como contro-les a las organizaciones que habrían efec-tuado transacciones financieras deshones-tas, representan otro intento de intimi-dación.

En este contexto, la fundación de nue-vas organizaciones más o menos feminis-tas destinadas a competir con las ya exis-tentes parece una continuación, sino unaagudización, de las estrategias represivas.Evidentemente, la cuestión de género seha convertido en uno de los blancos prin-cipales de la administración de Ortega. Elfoco de su crítica está dirigido, ante todo,a las feministas organizadas que lucharonvehementemente contra la prohibicióngeneral del aborto, ley que fuera promul-gada poco antes de las elecciones presi-denciales en 2006. Las declaraciones delpresidente insultando a las feministascomo abortistas, y la reciente inaugura-ción presidencial de la plaza a la Biblia enManagua, se corresponden además conciertas tendencias regionales. Según infor-

maba Radio Vaticano en septiembre de2008: “Fuera de la lucha contra la pobrezahay otro tema que une a los obispos lati-noamericanos: el esfuerzo para detener lalegalización del aborto en el continentelatinoamericano”.

Anika Oettler es socióloga e investigadora delGIGA German Institute of Global and AreaStudies en Hamburgo, Alemania. Correo elec-trónico: [email protected].

Peter Peetz

¿De hacendado arevolucionario? Mel Zelaya y el giro hacia la izquierda del gobierno hondureño

El 25 de agosto de 2008, el presidentede Honduras, Manuel “Mel” Zelaya, fir-mó para su país el convenio de adhesión ala iniciativa de integración regional propa-gada por Hugo Chávez, conocido bajo elnombre de ALBA (Alternativa Bolivaria-na para los Pueblos de Nuestra América).La decisión del gobierno hondureño que-dó confirmada el 9 de octubre mediante laratificación del convenio internacional porel Congreso Nacional. Después de dosaños y medio de política exterior ambiva-lente –entre, por ejemplo, la instalación deuna nueva base militar con el apoyo de losEE. UU. para combatir el narcotráfico (amediados de 2006) y, por otro lado, laadhesión al esquema de venta de combus-tible de Venezuela, Petrocaribe (ratificadopor el Congreso nacional en marzo de2008)– parece que Zelaya terminó optan-do por el lado izquierdo, pro Chávez y porlo tanto anti EEUU, en su manejo de las

Foro de debate 181

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 181

Page 11: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

relaciones internacionales de Honduras.Otros indicios de un posible giro hacia laizquierda o, mejor dicho, hacia un popu-lismo al estilo venezolano, se puedenencontrar en las políticas domésticas deZelaya: como consecuencia de una perma-nente confrontación con los medios decomunicación (privados) creó su propioperiódico, el semanal Poder Ciudadano y,mediante una maniobra jurídica muy con-trovertida, nacionalizó una frecuencia detelevisión, instalando un canal público(Canal 8). Desde el principio de su man-dato ha participado personalmente ennumerosas “Asambleas del Poder Ciuda-dano”, una especie de cabildos abiertos entodo el país, a los que acuden, según suscríticos, sobre todo sus adeptos políticos.A nivel retórico, Zelaya arremete constan-temente contra los “grupos de poder fácti-co”, o sea, contra la élite tradicional y lasinfluencias que ésta ejerce mediante elclientelismo y la corrupción. Por ejemplo,en su discurso con ocasión del aniversariode la independencia centroamericana, el15 de septiembre de 2008, dijo: “Gruposde poder fáctico, oligarquías criollas,corruptas, los responsables de la pobrezay del atraso de casi dos siglos y propulso-res de un sistema económico injusto [...]se han apropiado [...] de todos los servi-cios públicos de energía, de telecomunica-ciones y del sistema financiero nacional,de los medios de producción y de mediosde comunicación” (La Tribuna, 16/12/2008).

¿Son las políticas de Mel Zelaya com-parables con las de Chávez, Ortega yMorales? ¿Está el presidente de Hondurasintentando seriamente implementar políti-cas que corresponden a alguna corrienteideológica de izquierda? Para un análisisque vaya más allá del nivel superficial dela retórica política y de los hechos placati-vos es preciso interpretar las políticassupuestamente izquierdistas de Zelaya

considerando tanto la cultura políticacomo la actual coyuntura política en Hon-duras. Además, las decisiones menciona-das tienen que ser contextualizadas en elmarco del desempeño del gobierno hon-dureño en otras áreas políticas importan-tes; sólo así se puede estimar el peso rela-tivo de las referidas acciones.

La “democracia” hondureña

Formalmente, el sistema político hon-dureño consiste en una democracia repre-sentativa con separación de poderes. Tan-to el presidente como el parlamento unica-meral se eligen mediante eleccionesgenerales desde el final del último régi-men militar en 1982. Desde entonces, lavida política ha estado dominada por dospartidos grandes que se han alternado enel poder: el Partido Liberal (PL) actual-mente en el gobierno y el Partido Nacio-nal (PN) que estuvo al mando, por últimavez, entre 2002 y enero de 2006 con lapresidencia de Ricardo Maduro. Aparte delos dos partidos dominantes existen trespartidos pequeños, eufemísticamente lla-mados “partidos emergentes”, que suelenobtener entre el uno y el cinco por cientocada uno en las elecciones: la DemocraciaCristiana (DC), el Partido Innovación yUnidad-Social Demócrata (PINU-SD) y laUnificación Democrática (UD). A diferen-cia de Nicaragua y El Salvador, en Hon-duras el sistema bipartidista no implicaninguna polarización ideológica de lapolítica y de la sociedad. El PL y el PNcarecen de claros perfiles ideológicos yprogramáticos y se diferencian casi exclu-sivamente por los respectivos líderes quelos están dirigiendo en un determinadomomento histórico.

Desde la instauración del actual siste-ma democrático, los dos partidos tradicio-nales (y muchas veces también los “emer-

182 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 182

Page 12: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

gentes”) han tendido a la búsqueda deconsensos y mantenido una cierta superfi-cialidad en la competencia entre las opcio-nes políticas. Más que organizacionespara la agregación de intereses de lapoblación y para la formulación de lasalternativas políticas, el PL y el PN sonuna especie de máquinas de regulación deconflictos entre las facciones de la élitesocio-económica: muchas de las familiaseconómicamente más poderosas del paísdirigen una corriente interna en uno uotro. Es indicativo que en la terminologíapolítica hondureña a los líderes de esasfacciones se les llama “dueños de lascorrientes”. Esas corrientes, lejos de sercomparables con las alas ideológicas delos partidos en democracias avanzadas,son fácticamente la institucionalizaciónpolítica de las redes clientelistas lideradaspor las familias oligarcas. Los dos parti-dos sirven, en primer lugar, para organizarla competencia y la colaboración entreestas redes clientelistas. En elecciones pri-marias –las últimas se celebraron el 30 denoviembre de 2008– se define cuál de lascorrientes queda encargada de competiren nombre del partido para cada cargo deelección popular: la presidencia, los 128escaños del Congreso nacional y las alcal-días. En el caso de ganar el respectivo car-go, el apoyo de las otras corrientes recibi-do en la campaña se recompensa, por logeneral, mediante la repartición de pues-tos en la administración pública (desde elministro hasta el personal de limpieza delos edificios públicos...), mediante la con-tratación de empresas ligadas a las respec-tivas redes, etc. Entre las familias oligar-cas existen múltiples relaciones económi-cas y personales que se traducen, entreotros, en inversiones en empresas conjun-tas o matrimonios que trascienden las afi-liaciones partidarias. Para dar sólo unejemplo: un hermano de Miguel Pastor, exalcalde capitalino y “dueño” de una

corriente del PN, está casado con una hijade Rafael Ferrari, oligarca del PL. Estoslazos “interoligárquicos” generan la men-cionada tendencia a la negociación deconsensos, impidiendo que los conflictospolíticos entre los partidos se vuelvanrealmente profundos y serios y, al mismotiempo, incluyendo cierta tolerancia de loslíderes políticos y sus aliados en el siste-ma judicial frente a actos de corrupciónperpetrados por los supuestos adversariospolíticos.

Visto ante este trasfondo de la culturapolítica y considerando el hecho de queMel Zelaya, hijo de una familia de terrate-nientes del departamento Olancho, siem-pre ha sido parte de ese juego político, suretórica a favor del ALBA y en contra de“los poderes fácticos” pierde bastante cre-dibilidad. De manera mucho más obviaque su antecesor, Ricardo Maduro, Zelayarepartió los cargos de su gobierno entrelas facciones de su partido. Sobre todo ensu primer gabinete muchos apellidos eranbien conocidos. Algunos de los ministroseran hijos, hermanos u otros parientes delos diferentes oligarcas liberales; porejemplo Yani Rosenthal (hijo del banque-ro, magnate industrial y dueño de un con-glomerado de medios de comunicación,Jaime Rosenthal), Lizzy Azcona (hija delex presidente José Azcona) y Jorge ArturoReina (hermano del ex presidente CarlosAlberto Reina y, desde que éste falleció en2003, “heredero” de la corriente reinistaen el PL).

Por diferentes razones, con el tiempo,la relación del presidente con algunos delas corrientes internas de su partido se fuedeteriorando. Principalmente, en vista alas elecciones primarias de 2008, se pro-dujo un fuerte conflicto con el ala lideradapor el presidente del Parlamento, RobertoMicheletti. La mayoría de los diputadosdel PL en el Congreso nacional formanparte de su corriente y en varias ocasio-

Foro de debate 183

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 183

Page 13: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

nes, en abierta oposición contra Zelaya,rechazaron propuestas del ejecutivo: senegaron a aprobar una ley para reducir eltráfico vehicular en zonas urbanas (“Hoyno circula”) y tampoco avalaron los pla-nes del presidente de cerrar definitiva-mente el aeropuerto de Tegucigalpa-Ton-contín, cuyas deficiencias de seguridad seevidenciaron una vez más en mayo de2008 cuando un accidente causó la muertede cinco personas. Después de que el jefede Estado firmara el convenio del ALBA,Micheletti anunció públicamente su inten-ción de usar su influencia en la bancadadel PL para no ratificar el tratado. Pocodespués trascendieron noticias sobrenegociaciones a puerta cerrada entre losdos líderes liberales. El parlamento acabóratificando el ALBA con los votos de labancada completa del PL y de los tres par-tidos pequeños. (La bancada nacionalista,como era de esperar en este sistema departidos “de baja conflictividad”, se abs-tuvo de votar, de manera que el conveniose ratificó sin votos en contra.) Zelaya,por su parte, parece haberse comprometi-do, como parte del trueque, a apoyar aMicheletti como precandidato presiden-cial. La anécdota de la ratificación delALBA ejemplifica cómo una decisión,que supuestamente es altamente ideológi-ca, en Honduras se rige por las circunstan-cias de la coyuntura política y por los inte-reses personales de algunos oligarcasbipartidistas.

La retórica y las políticas de Zelaya

Tanto la retórica de Zelaya en contrade los “grupos de poder” como las deci-siones emblemáticas como la firma delALBA, además, contrastan con políticasnada anti-oligárquicas en muchas otrasáreas. En octubre de 2008, por ejemplo, elEstado hondureño contrató la generación

de 205 megavatios de “energía sucia”(energía eléctrica producida con carbónmineral) favoreciendo de esa manera ados empresas guatemaltecas en manos deun conocido político del vecino país, Leo-nel López Rodas (Partido de AvanzadaNacional, PAN). Es decir, el gobiernocontrató precisamente empresas cuyodueño forma parte de los “grupos depoder”, en este caso, guatemaltecos (ocentroamericanos), y que, además, contri-buyen a la degradación del medio ambien-te. Otro ejemplo, también con implicacio-nes para la naturaleza, es la sustitución dela agencia administradora de los bosquesdel país, AFE-COHDEFOR (Administra-ción Forestal del Estado-CorporaciónHondureña de Desarrollo Forestal) por elnuevo ICF (Instituto Nacional de Conser-vación y Desarrollo Forestal, Áreas Prote-gidas y Vida Silvestre). AFE-COHDE-FOR era considerada una de las institu-ciones más corruptas del Estado por unsinnúmero de irregularidades que se pro-dujeron en ella durante las décadas de suexistencia, sobre todo en relación a laemisión de permisos para la tala de made-ra, uno de los negocios más rentables parala élite económica del país. Después demás de ocho años de debate y con aseso-ría de organismos de la cooperación exter-na (entre otros de la GTZ, Gesellschaftfür Technische Zusammenarbeit, de Ale-mania), a principios de 2008 el CongresoNacional finalmente aprobó una nuevaley forestal (Ley Forestal de Áreas Prote-gidas y de Vida Silvestre). Entre otrascosas, la ley instala el nuevo instituto pre-cisamente con el afán de acabar con lasestructuras informales establecidas enAFE-COHDEFOR que propiciaban lacorrupción y de crear la oportunidad paraun nuevo comienzo tanto en cuanto alpersonal como a la cultura institucionaldel organismo. Debido a la resistenciafuerte de la sociedad civil organizada,

184 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 184

Page 14: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Zelaya no logró imponer como directordel ICF al entonces subgerente de AFE-COHDEFOR, Santos Cruz, lo que hubie-ra sido un continuismo demasiado obvio.En cambio, acabó nombrando a otra per-sona (Suyapa Otero) y poniendo a SantosCruz como subdirector. Periodistas críti-cos y fuentes cercanas a la sociedad civilorganizada aseguran que en el nuevo ins-tituto siguen dándose prácticas muy pocotransparentes, favoreciendo, al igual queen AFE-COHDEFOR, a las élites socio-económicas y perjudicando tanto a lapoblación pobre en las áreas forestalescomo a la naturaleza. Si la retórica antio-ligárquica del presidente Zelaya se basaraen una convicción seria, no debería per-mitir éste ni tantos otros continuismos enHonduras.

¿Por qué ha optado el hacendadoolanchano Mel Zelaya por una retóricatan parecida a la de Hugo Chávez? Hayque tener en cuenta que con el comienzode las campañas para las elecciones pri-marias de noviembre de 2008 el mandatopresidencial de Zelaya entró en su faseterminal. Es decir, entró en una fase en laque tanto la atención pública como la delos actores políticos deja de fijarse en laspolíticas del gobierno actual y se trasladacada día más hacia el juego político rela-cionado con las elecciones y las posiblesconstelaciones pos-electorales. Algunosadversarios de Zelaya sospechan que, conla mencionada retórica y la decisión porel ALBA, el presidente intentó prepararlas condiciones en la opinión pública parauna ruptura con el orden constitucionalvigente y para su permanencia en la presi-dencia más allá de su actual mandato.Esta sospecha es exagerada ya que parecemuy poco probable que Zelaya, con suprofundo arraigo en las estructuras tradi-cionales de la “democracia de consensooligárquico”, retara de esa forma a losotros poderes de Estado, a la comunidad

de cooperantes y, principalmente, a lasfuerzas armadas. Estas últimas se definenhoy, por lo menos en su discurso oficial,como defensoras del sistema constitucio-nal y, después de que surgieran los rumo-res sobre la supuesta intención de Zelayade no entregar su cargo al final del perío-do previsto, altos rangos de las fuerzasarmadas se apresuraron a pronunciarse enese sentido garantista. Sin embargo, loque se podría percibir como un giro haciala izquierda del presidente hondureño síparece obedecer a una lógica populista.Encarando su futuro político postelecto-ral, Zelaya está preparando el terreno paraseguir participando en el juego político delas corrientes clientelistas del bipartidis-mo. Su retórica antioligárquica y las ais-ladas decisiones de toque antiimperialistale pueden servir para ampliar su basepopular, lo que a su vez le ayudará a ase-gurarse en el futuro sus cuotas de poderen el sistema político y socio-económicodel país. La otra temática apta para cual-quier tipo de populismo, la de la seguri-dad ciudadana, ya está “ocupada” concierta credibilidad por el Partido Nacio-nal, sobre todo por la corriente de Porfirio“Pepe” Lobo, quien ganó con más de unsetenta por ciento las elecciones primariasen el lado nacionalista. Lobo proponenombrar como ministro de seguridad nue-vamente a Óscar Álvarez, personajeemblemático por sus políticas de “cerotolerancia” para con la delincuenciadurante el gobierno de Ricardo Maduro.Por eso, Zelaya tuvo que buscar otro temade fácil explotación populista y, dado elmomento histórico (establecimiento de uneje Chávez-Morales-Correa-Ortega en lasrelaciones internacionales, el obvio fraca-so de las políticas neoliberales en Hondu-ras y Latinoamérica, etc.), encontró laoportunidad en una retórica de revoluciónsocial inspirada en el bolivarianismo deHugo Chávez.

Foro de debate 185

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 185

Page 15: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Zelaya y las relaciones internacionales

Queda por discutir qué importanciareal tienen las escapadas populistas deMel Zelaya para el desarrollo y las rela-ciones internacionales de Honduras. Pro-bablemente, las consecuencias concretasserán mínimas. Primero porque la coyun-tura política ya ha pasado por alto ese epi-sodio. En las elecciones primarias queda-ron como candidatos para los comiciosgenerales de 2009 Pepe Lobo para el PN yElvin Santos para el PL. (Oficialmente elcandidato que ganó por el “MovimientoElvincista” es Mauricio Villeda porque laCorte Suprema inhabilitó a Santos para laselecciones por considerar que, según laconstitución, su cargo anterior –vicepresi-dente de la República– le impide postular-se como candidato presidencial.) Los doscontrincantes se han pronunciado en con-tra de las ideas últimamente propagadaspor Zelaya, es decir, a más tardar despuésde la inauguración del nuevo gobierno enenero de 2010, sea cual sea el resultado delas elecciones, se discontinuarán las polí-ticas del populismo izquierdista que osten-tó implementar el actual presidente.

Además, la relevancia de los proyec-tos promovidos por el jefe de Estado,sobre todo la adhesión al ALBA, es másque cuestionable: los cien tractores que elgobierno de Venezuela se comprometió aregalar al campesinado hondureño lamen-tablemente no van a terminar con la pobre-za en Honduras, ni tampoco los treintamillones de dólares que Venezuela le dio aHonduras en forma de préstamo. Y en unaépoca de precios bajos de petróleo es pocoprobable que Venezuela aumente signifi-cativamente sus ayudas, y aunque lo hicie-ra sería dudable si el asistencialismo vene-zolano tendría efectos profundos y soste-nibles. La poca importancia que tiene lafirma del tratado del ALBA a nivel inter-nacional ya se evidenció: el gobierno de

George W. Bush se mostró poco impresio-nado por ese acto “antiimperialista” y pro-longó, contra lo que temían los críticos deZelaya, el TPS (Temporary ProtectionStatus) para los 70.000 inmigrantes hon-dureños que por esa modalidad viven ytrabajan legalmente en EE. UU. desde queel huracán Mitch devastó a Honduras. Esosí, y he aquí tal vez uno de los pocos efec-tos negativos que las mencionadas políti-cas de Zelaya han tenido a corto plazo, alos inmigrantes provenientes del paísvecino, El Salvador, con su gobierno neo-liberal y derechista, EE. UU. les han con-vertido el TPS en un permiso de residen-cia indefinido mientras que a la “rebelde”Honduras sólo se le prolongó el arreglopor 18 meses (con la opción a otra prolon-gación limitada o ilimitada en el futuro).

Las políticas con tinte de populismochavista implementadas por Mel Zelayason poco relevantes para Honduras. Sudiscurso en contra de los llamados “gru-pos de poder” carece fundamentalmentede credibilidad porque el mismo Zelayasiempre formó y sigue formando parte deestos grupos, como muchas de sus políti-cas lo evidencian. La credibilidad delgobierno hondureño está puesta en dudatambién porque analistas nacionales ygran parte de la población consideran a laadministración actual como una de lasmás corruptas desde que se instaló el sis-tema político vigente. Muchos hondure-ños comparan la falta de transparencia ylos consecuentes niveles de corrupción dehoy con la época del ex presidente RafaelCallejas, figura emblemática y casi sinó-nima de las formas más descaradas deenriquecimiento ilícito a costa del pueblohondureño.

Peter Peetz, M. A., es politólogo e investigadordel GIGA German Institute of Global and AreaStudies en Hamburgo, Alemania. Correo elec-trónico: [email protected].

186 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 186

Page 16: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

Horst Nitschack

JALLA 2008, Santiago de Chile

Las octavas “Jornadas Andinas deLiteratura Latinoamericana” se realizaronentre el 11 y el 15 de agosto de 2008 yfueron organizadas por el Centro de Estu-dios Culturales Latinoamericanos de laUniversidad de Chile con la colaboraciónde las universidades Pontificia Universi-dad Católica de Chile, Universidad San-tiago de Chile y Universidad Alberto Hur-tado. Como su presidente, el profesor Gri-nor Rojo, señaló repetidamente, desde ya,el tema del congreso, “Latinoamericanis-mo y Globalización”, dejaba en claro queno se trataba aquí ni de “jornadas”, ni deun evento puramente andino o exclusiva-mente literario; el mismo tema ya debíaexpresar de manera inequívoca la convic-ción “que los estudios sobre América Lati-na no pueden pensarse al margen del pro-yecto globalizador”, afirmó Grinor Rojo.

En la Estación Mapocho, actualmenteel mayor centro de convenciones de San-tiago, se reunieron durante cuatro díasmás de seiscientos académicos y académi-cas de América Latina y el Caribe, Norte-américa y Europa, a los que se sumaronalgunos participantes de países asiáticos,en torno a casi ciento setenta mesas temá-ticas. La magnitud de este evento da cuen-ta de cómo JALLA se ha transformado,desde su nacimiento hace 15 años, en unode los mayores congresos del área de lasciencias humanas y culturales en Sudamé-rica. Especialmente destacable resulta laimportante participación de Brasil en lasjornadas de este año, lo que demuestraque la división de América del Sur en dosbloques culturales, desde la época de Tor-desillas, está siendo superada poco a poco.Esta tendencia también se manifiesta en el

hecho de que al final del encuentro sehaya elegido a Niteroi (Brasil) como sededel próximo congreso (2010). Tambiéndesde los países de habla alemana viajó ungrupo de académicos y académicas noto-riamente mayor que el de las dos últimasediciones, las de Lima (2004) y Bogotá(2006).

Esta apertura tanto temática comogeográfica del congreso, que proponíapensar el “latinoamericanismo” en el con-texto de la globalización, quedó reflejadatambién en términos programáticos a tra-vés de los cinco académicos y académicasinvitados a las ponencias del plenario,teniendo que cancelarse lamentablementela ponencia de Rolena Adorno sobre laépoca colonial por razones de salud. Lasrestantes ponencias correspondieron aOttmar Ette, de la Universidad de Pots-dam, con “Globalización y convivencia.Las literaturas, los fracasos y el saber con-vivir”; Roberto Schwarz, de la Universi-dad de São Paulo, con “Machado de Assisen discusión”; Guillermo Mariaca, de laUniversidad de San Mayor, La Paz, con“El arte de la fuga: consideraciones ficcio-nales desde los Andes”; y Ana Pizarro, dela Universidad de Santiago de Chile, con“Discursos al margen de la historia”, en laque presentó sus investigaciones sobre losdiscursos desde y sobre la región delAmazonas. Asimismo, las temáticas de las168 mesas, que por lo general contaroncon tres o cuatro expositores, cubrieronlos estudios latinoamericanos en toda suextensión, desde la perspectiva de lasciencias literarias, culturales y sociales.

Tratando de hacer un balance y bus-cando definir tendencias y preferencias,podría decirse que los planteamientosreferidos a temáticas demasiado acotadasa un género, una literatura nacional o unautor determinado fueron los menos. Latendencia en este congreso, de manerasimilar a la de otros congresos internacio-

Foro de debate 187

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 187

Page 17: Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 171

nales (entre ellos, CEISAL 2007, LASA2007, ABRALIC 2008), fue combinar dela manera más diversa las distintas temáti-cas: medialidad con género e identidad,urbanidad con cuestiones de género litera-rio, violencia con memoria y nación, cues-tiones étnicas con migración y género, pornombrar sólo algunas de las posibles com-binaciones. Esto constituyó sin duda unadificultad para los organizadores, puestoque la mayoría de las ponencias que no sehabían inscrito de antemano como unamesa específica, podían ser asignadas amuchas áreas o temáticas diferentes. Eneste contexto, el criterio utilizado para lasmás de ciento veinte mesas que no habíansido definidas por la inscripción previa,fue reunir en un mismo grupo a ponentesde países y regiones lo más diversos posi-bles que tuvieran propuestas similares,con el fin de posibilitar el diálogo entreexpertos de países y/o regiones muy dife-rentes.

Como era de esperar, hubo una impor-tante cantidad de ponencias (siete mesas)referidas al tema de las culturas indígenas,y más especialmente al de la cultura mapu-che. Si bien aquí hubo una presenciamayoritaria de participantes chilenos,también participó un número importantede académicos y académicas de otros paí-ses latinoamericanos, así como ponentesde Estados Unidos, Finlandia y Australia.Otro complejo temático de gran importan-cia lo constituyeron las siete mesas dedi-cadas a los estudios afroamericanos, conuna equilibrada participación de académi-cos y académicas de Estados Unidos, Bra-sil, América Central y del Sur. Entre lasponencias sobre autores específicos,Roberto Bolaño se ubicó indiscutiblemen-te en el primer lugar. Hubo cuatro mesasdedicadas exclusivamente a su obra litera-ria, y diversas otras ponencias referidas aél que se presentaron en otras mesas.

Los congresos de estas dimensionesdifícilmente pueden evitar transformarseen gigantescos “bazares académicos”,entre cuya amplia diversidad, los visitan-tes que se pasean de sección en sección (lamayoría de los cuales también fueron pro-tagonistas en algún momento) deben deci-dir por sí mismos cuáles son las cosas quea su juicio valen la pena llevarse de vueltaa sus respectivos países. Paralelamente,sin embargo, este tipo de eventos ofrece laposibilidad de obtener una visión generalde las preguntas, temas o teorías que seestán discutiendo en ese momento. Unamirada al programa general permite con-firmar entonces que el interés en los “estu-dios culturales” sigue estando vigente. Enel primer plano se encontraron no tantocuestiones metodológicas o político-cultu-rales, sino investigaciones basadas en eltrabajo sobre un material concreto. Es asícomo el tema “Latinoamericanismo yGlobalización” se discutió menos a partirde grandes propuestas teóricas, y más des-de enfoques específicos y concretos relati-vos a los movimientos migratorios, lasculturas híbridas, la experiencia y lamanera de enfrentarse a los medios decomunicación o las nuevas culturas urba-nas. Esto es aplicable igualmente a laimpresionante ponencia en el plenario deGuillermo Mariaca, durante la cual el pro-fundo impacto, reflexión y compromisopolítico (cultural), resultantes de la propiaexperiencia subjetiva, se condensaron detal manera que dejaron sin habla incluso alpropio expositor en más de una ocasión.

Horst Nitschack es profesor asociado en elCentro de Estudios Culturales Latinoamerica-nos (CECLA) de la Universidad de Chile.Posee numerosas publicaciones en revistas yobras colectivas sobre literatura latinoameri-cana y literatura comparada. Correo electró-nico: [email protected].

188 Foro de debate

Iber

oam

eric

ana,

IX

, 33

(200

9)

Rev33-02 16/3/09 14:20 Página 188