capÍtulo 4 mÉtodos y tÉcnicas -...
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CAPÍTULO 4
MÉTODOS Y TÉCNICAS
1.1 Metodología del Trabajo.
La metodología utilizada en esta investigación es:
a- Descriptiva: En esta investigación se especifica los diferentes roles y
papeles que la mujer salvadoreña desempeña en la sociedad.
b- Explicativa: Los estudios explicativos van mas allá de la descripción de
conceptos o fenómenos o del establecimiento entre conceptos; están
dirigidos a responder las causas de los eventos físicos o sociales. Como
su nombre lo indica, su interés se centra en explicar por qué ocurre un
fenómeno y en qué condiciones se da este, o por qué dos o más
variables están relacionadas. En el análisis de muestras de esta
investigación, además de especificar roles y papeles desempeñados por
la mujer, se explica la importancia de estos, reflejados en las diferentes
novelas en las cuales la mujer desempeña papeles protagónicos o
secundarios.
c- Bibliografía: Se estudian algunas obras de los diferentes autores
salvadoreños comprendidos en las dos últimas décadas del Siglo XX.
Además se hace una revisión bibliográfica de los principales y más
sobresalientes documentos escritos en torno al tema de los diferentes
roles desempeñados por la mujer incluyendo su situación social.
1.2 Análisis de muestra. La literatura es el medio por el cual hombres y mujeres, a través de los
tiempos, han expresado sus pensamientos, influenciados por una realidad.
En la literatura se encuentra reflejada la situación social de un pueblo y, por
consiguiente, el papel que desempeña la mujer en la sociedad. Los aportes
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literarios muestran, en congruencia con los patrones culturales y en una forma
sencilla, los diferentes roles y derechos que se le adjudican a la mujer a través
de la historia; aunque mujeres y hombres, como seres humanos tienen más
semejanzas que diferencias; tanto mujeres como hombres, pueden ser
independientes y desempeñar roles dentro y fuera de la casa. Tomando en
cuenta que cada cultura establece el modelo de lo femenino y el modelo de lo
masculino que deben seguir las personas.
Los roles asignado a mujeres y hombres varían según las distintas sociedades
y culturas, clases sociales y edades y en los diferentes periodos históricos.
Los específicos roles de género y atribución de responsabilidades
generalmente están condicionados a la estructura familiar; ya que el problema
modular de la mujer reside en la servidumbre humana a que ha estado
sometida a lo largo de la historia. Después de la guerra, nuevas modalidades,
nuevos modos de ser mujer se estrenan, con los tanteos y vacilaciones propias
de toda nueva etapa. Es por ello que podemos evidenciar en las diferentes
muestras literarias a las mujeres desempeñando roles tales como: ama de
casa, madre, esposa, profesional, política, etc. Como las muestras que
detallamos a continuación:
Rol de ama de casa En la vida cotidiana se presenta a la mujer con características de hogareña
sacrificada, afectiva, sumisa, etc. Ajustándola a la visión machista de la
realidad no solo es el fruto de una estructura de dominación masculina, sino de
clases. En las dos últimas décadas del siglo XX, el papel de la mujer
salvadoreña ha sufrido cambios notables en relación con lo que fue en el
pasado. Hasta la década de 1970, lo más normal era que las mujeres de los
sectores populares se dedicaran a trabajos domésticos, ventas en el mercado o
dependientes en almacenes. La mujer cualquiera que sea su condición es la
célula básica de nuestra composición familiar que se mueve a su alrededor,
puede ser el del normal marido y de sus hijos; pero también puede ser el de
sus padres y hermanos o de los parientes que acoge bajo su protección.
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La mujer como ama de casa ha sido menospreciada, ya que no se valora su
trabajo y se le clasifica en una población económicamente pasiva cuando su
trabajo tiene un sustantivo valor.
Hoy en día, a pesar de los avances tecnológicos y cambios en la estructura
social casi todas las responsabilidades domésticas las sigue asumiendo la
mujer.
En la literatura, al igual que la realidad, encontramos personajes como:
- Lupe en la obra Un día en la vida, mujer campesina trabajadora, analfabeta, su
mundo gira alrededor de su esposo y sus hijos; doña María en la obra Dolor de
Patria es la matrona hacendosa, visionaria, trabajadora, incansable en formar a
sus hijos como hombres de bien, sin importarle los enormes sacrificios que ello
significa, ambas desempeña de acuerdo a su ambiente el rol de ama de casa
como muchas mujeres de la sociedad salvadoreña.
Citas textuales Un día en la vida de Manlio Argueta
- Lupe: “No hay día de Dios que no esté de pie a las cinco de la mañana.
Cuando el gallo ha cantado un montón de veces, ya voy para arriba; cuando el
cielo todavía está oscuro y solo es cruzado por el silbido de un pájaro volando,
me levanto.”
Pág. 5
- Lupe: “Cuando me levanto voy directamente al pozo, jalo 10 baldes de agua
para bañarme, para la machigua y el maíz y para regar unos palitos de achiote
que tengo sembrados en el patio.” Pág. 9
- Lupe: “Me voy de mata en mata, regando el chilito, regando el limón y unas
siembritas de güisquil y pipián y un palo de zapote que ha nacido de
casualidad. Después preparo la machigua para los chanchos que, apenas se
despiertan, no me dejan en paz, siguiéndome y pegándome trompazos en las
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canillas. Les tiro unas cuantas patadas para que me dejen prepararles la
comida.” Pág. 11
- Lupe: “José no esta de acuerdo con la crianza del chancho y que no le cuento
que se meten adentro del rancho a ver si pueden romper la troja, pues esos
chanchos si que son hartones, lo que pasa es que son la esperancita de uno en
los días que los cipotes piden algo y no se les puede negar, por lo menos una
vez al año hay que comprarles una camisa o un pantalón para estrenar. Todo
el mundo estrena para esa época de navidad y los cipotes esperan algo del
niño Dios” Pág. 11
- Lupe: “Me da pena por que ni siquiera podés comerte una tortilla recién salida
del comal, con eso que no venís a almorzar y ahora ni a cenar. Mientras le
hablo el me ha estado mirando a la luz del candil. Por que no es hora del
clareo. En esta época el sol sale tarde, a las cinco todavía no se ve uno ni un
dedo, hay que encender la luz, pues hablar en la oscuridad es difícil, no verse
las bocas que se mueven, no mirarse los ojos, es como estar hablando con los
muertos” Pág. 41
- Lupe: “Y yo: es que todas mis maneras tengo que encender el fuego para que
te vayas con el estomago bien caliente te voy a preparar el café y no te vas a
comer los frijoles helados” Pág. 42
Obra Dolor de Patria
- Doña María: “Doña María se había levantado esa mañana como de costumbre,
muy temprano. Atravesó el patio para dirigirse a la cocina, tapándose la
cabeza con un costal que le protegía de la llovizna. Unas brazas adormitaban
en la hornilla parpadearon perezosas cuando se asomó a la puerta. Se acercó
a soplarlas; avivaron las ascuas y reflejaron su rubor sobre las mejillas de la
señora. Con unas tuzas de mazorca de maíz se fue encandilando el hogar.
Tronaron y se retorcieron los pelillos pardos y al momento, estaba el fuego
calentando la cocina, el poyetón y todos los rincones” Pág. 36
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- Doña María: “Todo estaba pasible, doña María estaba saboreando una taza de
café y miraba hacia afuera. En el patio se destacaban los brotes de collolío
rodeados de charquitos de agua, los promontorios de lodo que hacían las
lombrices de tierra, las hojas de los amates caídas con el golpe de las hojas. La
mujer recordaba…. ¡Como volaba el tiempo! Como si hubiera sido ayer, se veía
cuando apenas tenia 19 años, muchacha mengala del pueblo, casada con don
Luis, quien la trajo a la finca de los Corozos para comenzar a levantar su
pequeño patrimonio con el esfuerzo de todos los días. Su quehacer en las
madrugadas preparando el desayuno, haciendo el almuerzo de los
trabajadores, fabricando los tamales y las quesadillas, contribuyó calladamente
al logro de sus propósitos” Pág. 37
- Doña María: “Se trabajaba en la casa de la tía y a María le tocaba dejar
inmaculados los corredores de ladrillos de cemento, dar de comer a los
pájaros, ayudar a despachar a los parroquianos en la tienda, fabricar velas y
flores” Pág. 37
- Doña María: “había amanecido ahí tirado, tiritando de frío, envuelto en una
chiva rojiza y sucia, con un bulto de trapos a sus pies. Doña María le había
visto al pasar hacia la cocina y solo dijo para sí: - Debe ser un peregrino que se
ha quedado dormido en el corredor.
En la cocina había estado un rato pensando en él y decidió llevarle algún
alimento. Atravesó de nuevo el patio con una taza de café y un pedazo de
quesadilla. Al llegar frente al corredor, el forastero se había incorporado ya.
Tenia su raído sombrero puesto.” Pág. 40
- Doña María: “sonó la campana de la finca Santa Elena dando las doce; había
llegado puntualmente. En un rato todos los hombres, sudorosos y sucios,
saboreaban el almuerzo. Los peones, sus buenas tortillas, frijoles y un pedazo
de queso. Don Luis una sopa de pedazos de carne, las tortillas especialmente
hechas por doña María, su esposa, un pedazo de pollo y un poco de café.
Conversaban y bromeaban porque este hombre siempre acostumbraba charlar
en forma amigable con sus mozos” pág. 57
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- “Doña María procedía, con la precesión de una
experta, a calcular la intensidad del calor del horno, que no debía ser ni muy
baja ni excesiva. De otro modo, sus quesadillas no tendrían la textura y el
sabor que les daban fama, con una tusa de maíz introducida al candente
montículo, detectaba la temperatura. La tusa encarrujaba al dorarse con el
calor. La intensidad de sus contorsiones y el tono del dorado indicaban si el
horno estaba de punto. Colocadas las latas dentro del horno, se tapaba con un
ladrillo la tronera de enfrente, mientras se manipulaban las brazas en la
posterior. Después de una o dos horas, ya doradas, las quesadillas eran
probadas con una espina de naranjo que determinaba su viscosidad,
indicadora del estado de cocimiento. El apetitoso olor, saturando la cocina,
salía también hacia el patio y la casa de enfrente, haciendo cosquillas
tentadoras a las narices” Pág. 65
- Eugenia, obra No me agarran viva: “ya cuando vivíamos juntos ella, estaba en
la comisión nacional del comando central- nos dice- le tocaba atender zonas.
Ella era fanática del orden. Por muchas tareas que tuviera, siempre sacaba
tiempo para antes de salir, barrer, arreglar la cama, “ponerme” a mí a trabajar
en eso. Luego las atenciones a la niña. Dejarla ya lista. Limpiarla, darle la
pacha, etc.” Pág. 113
Rol de madre
La maternidad es un hecho real que responsabiliza a la mujer, no solo de la
gestación, sino también del intenso cuidado del crecimiento y la formación.
Esta tarea calificada como primaria, la cumple la mayoría de las veces sola, sin
ayuda y sin orientación, sin facilidades y sin comprensión. Este rol
desempeñado por la mujer es explotado con mucha habilidad por el comercio,
se canta a la madre sacrificada, a la madre mártir que resulta no un ser en sí
misma; sino en ser puente en que otro nace, se desarrolla y camina.
Antiguamente, la maternidad fue la causa de que la mujer optara una posición
particular entre los miembros de la tribu; ya que es a la mujer a quien la
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humanidad debe el descubrimiento de la agricultura, descubrimiento
extremadamente importante para la evolución económica y este
descubrimiento fue lo que, por un largo período, determinó el papel de la
sociedad y en la economía, situándola en la cumbre de las tribus que
practicaban la agricultura. Posteriormente la sociedad se encargó de relegar a
la mujer solo a la crianza de los hijos e hijas, y a los quehaceres del hogar,
dándole al hombre el papel de proveedor; esta división genérica impide a la
mujer y a los hombres compartir responsabilidades familiares. Este rol se
puede evidenciar en las siguientes muestras de obras literarias salvadoreñas;
ya que personajes como:
‐ Doña María en la obra Dolor de Patria.
‐ Lupe en la obra Un día en la vida.
‐ Eugenia en la obra No me agarran viva, quien era una joven, líder
inteligente, revolucionaria, quién veía su militancia política
profundamente ligadas con su desarrollo personal como mujer y por
ende como madre.
‐ Amandita, personaje principal de la obra Ahora la Partideña, era una
joven hacendada, inteligente, que asume el liderazgo de la hacienda
propiedad del abuelo, luchaba por el bienestar de los más
necesitados sin descuidar su papel como madre.
‐ La Tona en la obra El destino de Amuy, fue bautizada en China con
el nombre de Amuy, era una mujer muy bella, callada, sumisa, que
por su destino sale de la sumisión y se convierte en una mujer que
hace valer sus derechos.
Citas textuales Obra Dolor de Patria:
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‐ Doña María “Tenia ya 6 muchachitos, así como le quitaban la vida, también le
traían muchas alegrías. Después de todas las actividades diarias, de todo el
ajetreo, desde las 4 de la mañana, a las 7 de la noche; después de todo,
todavía tenía energías para, al lado de un candil de luz mortecina, ponerse a
leer para sus hijos aquellos libros que tanto quería. Las 6 cabecitas alborotadas
iban absorbiendo también heredando la sensibilidad de la madre, los detalles
de tan hermosas obras, y pronto repetían pasajes de la Biblia o El Quijote. Para
ellos los personajes como Abraham e Isaac, Sansón y Dalila, Josué o Adán,
eran tan conocidos como Topsi, Míster Sant Claire, Tom y Elisa; o como
Sancho y el Quijote. De un amanera sencilla, aquella mujer iba inculcando altos
valores en el espíritu de sus niños.” Pág. 38
‐ Doña María: “Sí, porque fíjate que los cipotes ya casi acabaron la escuelita de
la niña Juanita Morales. Ya solamente los chiquitos van a poder ir; los otros se
van a ir quedando atrás puesto que solamente hay hasta 3er grado. Por eso te digo, vamos a irnos a Quezaltepeque, ahí hay escuela completa y
ahí irán los muchachos. Después los empujaremos más para que estudien todo
lo que vean…
Doña María, escéptica, aceptaba resignada y continuaba el trabajo y la lucha
agotadora de todos los días, acaso sin esperanza de salir de aquel estado de
cosas en que la miseria se alternaba con la efímera bonanza, la enfermedad
con la salud, la tristeza con las sonrisas; pero la fe, el dinamismo y las fuerza
de voluntad, siempre dejaban una luz de optimismo en aquella familia que se
había asentado en los profundos cafetales del volcán de San Salvador.” Pág.
39 Doña María “después de una pausa, la señora respondió: ¿Qué vamos a
hacer, Luis? No se puede dejar abandonado al cipote. Que se quede, pues…. La mujer había hecho un cálculo rápido de las miserias con que se criaban sus
6 hijos. ¡Agregar uno más! Sin embargo, el corazón cristiano, el deseo de
ayudar a los débiles y desamparados, le hizo sentir inmediatamente simpatía y
compasión por el muchacho.” Pág. 44
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‐ “Doña María y los muchachos lo habían llevado a una cama del cuartito donde
se guardaban los majonchos, los plátanos y algunos sacos de café seco. La
fiebre le hizo delirar muchos días; en su delirio pudo ver a aquella mujer
cristiana que le asistía como monja misionera. Todos los días y noches,
haciéndole tragar en pequeños sorbos remedios caseros o medicinas traídas
desde el pueblo. Aún sentía vibrar en sus papilas resecas y cansadas el dulcito
del atole de maicena” Pág. 46
‐ “Era el tiempo en que los niños tenían que ir a la escuela. Doña María había
remendado la ropa de sus hijos y comprado algunos cuadernos y lápices en el
pueblo. Aquella mañana estaban ya dispuestos a salir con sus paquetes de
comida, ya que era un viaje largo hasta el valle de Realengo. La escuelita de la
niña Juanita Morales los recibiría amorosa, como gallina a sus polluelos” Pág.
69 Obra Ahora, la Partideña:
‐ Amandita “Ahora – se preparo Amanda- la voy a hacer confidente de algo que
le comparto ya. ¡Si! – se alarmo Rosenda. Pero no se alarme, que es algo que le afectará positivamente. ¡A si!... ¿No alcanza qué será? ¿No tanto que pueda ser? Usted es abuela ¿Cómo?, estando aquí y no darme cuenta-suponía que la nuera se había
adelantado. No se trata de Guillermina. ¿Entonces? De mí, Rosemberg, es de Rosendo. ¿No le sonaba el nombre? El nombre casi no, su sangre; pero podría haber sido solo el deseo de algo
imposible. Pues así es. ¿Y mi hijo lo supo?
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Si, si el lo planeo todo y así resulto” Pág. 42
‐ “Amandita se había hecho cargo de criar al huerfanito junto con su hijo después
de todo ambos eran hijos de Rosendo. Los dos niños crecían juntos; la
diferencia de un año no parecía advertible. La doña Amanda a regañadientes
había aceptado aquella determinación de la hija, que era secundada por el
padre y el abuelo.” Pág. 50
‐ “Aparecieron los niños atraídos por lo inusitado de aquel ir y venir en el mismo
puesto.-¡Hijos papi viene!- Les explico Amanda, con lágrimas en los ojos” Pág.
100
Obra No me agarran viva
‐ Eugenia: “Ana Patricia no entendía de despedidas. ¿Quien va a entender de esas cosas
a los 13 meses? Se quedó muy sería, sin hacer comentarios, cuando Eugenia
se la comió a besos la sofocó en un último abrazo y se la entrego a su padre.
No era la primera vez. En muchas ocasiones durante la corta vida de la niña,
Eugenia la había dejado al cuidado de una u otra tía de la organización,
mientras ella iba a cumplir una tarea urgente que la mantenía alejada varios
días” pág. 11
‐ Las responsabilidades de Eugenia se habían triplicado en las últimas semanas
de preparativos para esta nueva fase de la guerra. Mejor que se haya quedado
con Javier pensó, pero es tan linda la cipota, la hecho tanto de menos. Abrió los ojos. Miro hacia afuera. Miro su reloj pulsera – regalo de Javier para
su último cumpleaños- y volvió a cerrarlo para revivir la despedida. Fue el 4 de enero, solo hacia 13 días. Apenas pudo estar con Javier 2 horas y
media. Conversaron intensamente mientras Ana Patricia jugaba con su muñeca
de trapo. Pag.11
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‐ Eugenia era bien determinante en el trabajo dentro del partido. Tenía una gran
capacidad organizadora. Después de muchos meses en la clandestinidad
recuerda Javier – volvemos a discutir la cuestión del niño y seguimos
manteniendo que, dada la circunstancia, era muy difícil tener un hijo
comenzamos a profundizar en las implicaciones y los riesgos ya que tener un
hijo no era simplemente el hecho de dar a luz, sino asumir su educación, su
crecimiento, en un marco bastante difícil. El niño o la niña tendría que vivir en
una casa de seguridad sometida a los riesgos, la caída de sus padres, etc.
Pág. 69
‐ “Ana Patricia nació el Jueves y yo llegué el sábado a verla. Ese mismo día,
Eugenia había salido del hospital. Cuando entre a la casa y fi al dormitorio
donde estaba la chiquita, Eugenia no estaba. Lavaba las pachas en la cocina.
Se incorporo a las tareas revolucionarias en menos de una semana y volvió a
asumir su vida normal. En ningún momento dejo las tareas, pero tampoco
descuido a la niña. Le dio no solo el amor básico, sino que empezó a imprimir
en ella determinado tipo de actitudes. Hay que recalcar que Eugenia vivió todo su embarazo con una gran intensidad,
con un gran amor. Con una gran ilusión. El nacimiento de la niña vuelve a
marcar en nosotros un nuevo salto de calidad” pág. 97
‐ “Había que combinar el cuidado de la niña con las tareas de la revolución
recuerda –Eugenia, desde el principio, se preocupó por que los dos
compartiéramos las tareas de Ana Patricia. tenían muy claro que el papá y la
mamá debían participar en todas las dimensiones y compartir el cuidado, las
desveladas, los pañales, la educación.” Pág. 98
‐ “Eugenia así comienza su vida de mamá, de meses de días, la niña empezó a
estar presente en las reuniones, empezó a ir de un lado para otro en el país, a
veces con su mamá, a veces con migo. En la medida de lo posible, en vez de
dejarla con otros compañeros, nosotros asumíamos la responsabilidad aunque
eso multiplicara los sacrificios” pág. 98
‐ “Con la niña de Eugenia, por ejemplo, si la organización tiene condiciones, la
toma y la educa. La organización tiene a los niños hasta donde puede.
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Solamente cuando no hay medios, cuando no hay quien los cuide se les
entrega a la familia, pero la línea es mantenerlo con nosotros para forjarlos en
el espíritu de la organización. Si los pasamos a las familias pueden ser
educados en otros principios” pág. 102
Obra “Las Cárceles clandestinas”
‐ “Y así pasaron las horas, la noche, la trompeta, la diana. Y yo me pregunto.
¿Dónde? ¿dónde tienen a todos los desaparecidos? ¿Dónde estará Alejandrito,
mi hijo? ¿Qué estará haciendo mi pequeño gran hombre? Nació hace 4 años el
2 de junio. ¿Habrán tratado de matarlo? ¿Lo tendrán aquí? ¡Pobre! nacer y vivir
en tiempos de guerra ¿qué sentirá? ¿Y si lo torturan frente a mí? Un frío me
estremece. Sería monstruoso”. Pág. 37
‐ “Mi niño fue prematuro, lo tuve 5 semanas antes de la fecha esperada. El
trabajo era muy intenso y las responsabilidades se acrecentaban. Estábamos
en el período de resistir, consolidarnos y avanzar. En este momento estaba en
el frente urbano, en condiciones de clandestinidad, con identidad falsa. Por
unos sobreesfuerzos y caminatas largas, casi lo aborto.
Recuerdo la sensación indescriptible que sentí al partir y ver al pequeño. Una
intensa y desconocida ternura nació desde lo más hondo. Sentí que había
cumplido con otro deber, pero un deber distinto: había sido capaz de dar otra
vida, había dejado ya la semilla. Lo vi exactamente parecido a su padre.
Durante dos días me coloqué una almohada sobre el estomago, pues me era
extraño estar sin él en el vientre y tenía mucho frío”. Pág. 123
‐ “La primera vez que me separé de él, cuando tenía 6 meses, aún lo amantaba.
Era de madrugada. Mi madre me echó la bendición y me dijo:
‐ Vete sin preocupación, hija. Yo tengo ahora amor más inmenso, es
doble. Este niño es fruto de tu vientre y tú eres fruto del mío. ¡Cómo no voy a
protegerlo!
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Las dos llorábamos. Al salir, sentí que algo se desgarraba dentro de mí”. Pág.
123-124
Obra el destino de Amuy de Walter Raudales:
‐ Petrona Godínez, conocida como la Tona, fue abusada por Eloy Dáo, quien,
para corregir su error, decide casarse con ella. Al poco tiempo viajan junto a
China era una mujer muy bella, bautizada en China con el nombre de Amuy.
‐ La Tona “No me ha dejado chinearlo mamá, lloró Tona y le extendió los
brazos para sentir a su bebe, lo sintió diminuto, y frágil, quebradizo, lo acercó a
su corazón para que ella lo sintiera y se afianzó al pecho, tenía hambre”. Pág.
54
‐ “Pero Tona no contestó, pidió a ambos a don Eloy y a su madre, que se
ubicaran uno a cada lado de la cama. El niño mamaba ido en sus pechos,
como parte de una escena que no recordaría si no hubiese sido por su madre,
que un año después le conto todos sus pesares”. Pág. 56
‐ “Tona no decidía el nombre de sus hijos: como si yo fuera vaca que pare el
ternero y el patrón le pone el nombre pensaba”. Pág. 65
‐
Rol de esposa Desde que ha sido posible conocer de historia, al remontarse a las
civilizaciones más antiguas, la mujer siempre ha representado a los sumo el
complemento del hombre, mas no su igual. De hecho, en diversas sociedades
ha sido tratada como un ser de segunda clase. El marido era el amo del hogar.
El rol de la mujer, en las civilizaciones más antiguas era el de matriarcado. En
las tribus nómadas tenía una posición inferior pero en las sociedades primitivas
agrícolas, ya se convertía en proveedora de alimento. Durante la colonia la
mujer podía tener un cargo público dentro de toda la estructura, solamente en
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ausencia del varón y su valor como persona estaba dado de a cuerdo status
que tenia su esposo o marido.
Los padres decidían los matrimonios de las hijas, quien no recibía instrucción
de la misma forma que el hombre. La orientación que recibían las mujeres iba
cargado del aspecto religioso, imperaba la idea de que la mujer tenía que
dedicarse, además de su casa, a actividades de beneficencia. Se educaban
para que fueran buenas esposas, buenas madres, capaces de desempeñarse
en su hogar. Las mujeres situadas bajo la superioridad del hombre, se
desarrollan en función de y para el hombre, no solo en su desenvolvimiento
dentro de la sociedad, sino también como persona.
En las obras literarias tomadas como muestra se ve reflejado el rol de esposa
en los diferentes personajes; entre ellos se pueden mencionar:
La Lupe en la obra “Un día en la vida”, Doña María en la obra “Dolor de patria”,
Eugenia en la obra “No me agarran viva”, Amandita en la obra “Ahora la
Partideña”, la Tona en la obra “El destino de Amuy”
Obra “Un día en la vida”:
‐ “Estoy contenta este día. José se quedó anoche a dormir. Se fue como a las
cinco. Quizás por eso desperté bien temprano, pensando cosas. Apechugadita
como estaba, arrimadita a él, el sudor de la camisa; pasar por mi cara, como se
hace con los niños tiernos, su camisa sudorosa, la humedad que se pega en
ropa tras un día de trabajo intenso”. Pág. 39
- Lupe: “Me da pena por que ni siquiera podes comerte una tortilla recién salida
del comal, con eso que no venís a almorzar y ahora ni a cenar. Mientras le
hablo el me ha estado mirando a la luz del candil. Por que no es hora del
clareo. En esta época el sol sale tarde, a las cinco todavía no se ve uno ni un
dedo, hay que encender la luz, pues hablar en la oscuridad es difícil, no verse
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las bocas que se mueven, no mirarse los ojos, es como estar hablando con los
muertos” Pág. 41
- Lupe: “Y yo: es que todas maneras tengo que encender el fuego para que te
vayas con el estómago bien caliente te voy a preparar el café y no te vas a
comer los frijoles helados” Pág. 42
- José me sacó de la casa apenas estaba pateando los quince, en ese aspecto
yo no gocé de la vida, pues cuando uno se compromete con un hombre ya
debe olvidarse de todo lo demás; como desde un principio salí embarazada de
María Pía, pues a criar los hijos y ponerse seria porque los compromisos
crecen, los grandes podemos estar sin comer. Los cipotes es otra cosa. Y yo
lueguito ahí chineando me iba al cafetal a Santa Tecla, con José, pues no voy a
decir que no le coquetié, me ponía florcitas en la cabeza y cuando él llegaba
me las quitaba”. Pág. 72
- “Niega el desconocido: y el desconocido era José Guardado.
Solo la voz de Adolfina que me dice: ¿Abuela, que está pasando? Y la voz de
la autoridad diciéndome: ¿Acaso usted lo conoce? A punto de fallarme las
canillas, la sangre, dejándome de circular que sentía la palidez por todos mis
pellejos ¿Conocés a este hombre? Pág. 149
- “Por mí no tengas cuidado, José. No se me olvidan tus palabras. Y me dice:
- Estos tienen que ir a la escuela.
- Sí porque el jornal es tan duro.
- Por lo menos que se eduquen para que no puedan ser engañados tan
fácilmente.
- Es lo que yo te digo y por eso he pensado comprar unos abonitos para el
achiote, que depender de lo poquito que te pagan en la finca.
Y así no mandamos a trabajar a los cipotes desde los siete años, mejor que
vayan a la escuela, aunque tengan que encaminarlos yo, porque como queda
tan lejos.
- Es lo que yo te digo y eso es, cuando hay temporal no van a poder ir, por
el peligro de las correntadas”. Pág. 159
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- “Y lo traemos en andas. Yo detrás siempre porque no tengo tanta resistencia
para caminar, cuidándome de los chiriviscos para que no rompan mi vestido.
Ladrándonos los perros del camino. Y pasaremos por el pueblo y le vamos a
comprar su caja, su caja sin pintar. Y pasaremos por el pueblo. La gente dirá: -
Ahí llevan a Chepe-. Y seguiré temblando de frío. El cuerpo nada más pero la
conciencia no. Todo esto me lo dijo el corazón. No se si hablando conmigo
misma o con Adolfina. Platicando quizás con las sombras”. Pág. 164
Obra No me agarran viva:
- “Abrió los ojos. Miró hacia afuera. Miró su reloj pulsera –regalo de Javier para
su último cumpleaños y volvió a cerrarlos para revivir la despedida”. Pág. 11
- “Sólo hacia trece días. Apenas puedo estar con Javier dos horas y media.
Conversaron intensamente mientras Ana Patricia jugaba con su muñeca de
trapo”. Pág. 11
- “Esa etapa nos marcó mucho. Hubo profundización muy grande en nuestra
relación. Tanto ella (Eugenia) como yo, vivimos muy de cerca ya no solo la
posibilidad, sino la realidad de la separación obligada por el enemigo. En
primer momento creí que nunca iba a salir y ella lo mismo. Los primeros quince
días estuve completamente desaparecido. Eugenia, después de diez días sin
ninguna noticia (decía que en el fondo nunca perdió la esperanza), pensó que a
lo mejor no me vería más”. Pág. 73
- “Ese fue quizás uno de los grandes momentos en la vida de Eugenia. Repitió
mucho que para ella los tres valores de su vida eran su pueblo, su organización
y yo. La relación nuestra sintetizaba todo lo que era su vida. Después de recibir
la noticia de mi captura ella hizo todo un proceso de reflexión. Lo pudimos
reconstruir cuando estuvimos juntos otra vez. Ella decía que nunca se imagino
que un amor por alguien, una relación con alguien, llegara hasta la hondura
que había llegado la relación nuestra”. Pág. 73
81
- “El estoicismo de Eugenia, la contención de su olor frente a la captura de su
esposo, la hizo objeto de admiración entre sus compañeros de trabajo”. Pág.
74
- “Tenia un profundo amor por las FPL. Su militancia revolucionaria, su militancia
política, la veía profundamente ligada con su desarrollo personal como mujer.
Allí descubrió ella una serie de valores que tuvo que asimilar su relación
conmigo como compañera, como esposa”. Pág. 75
- “En su relación conmigo Eugenia fue siempre una mujer sumamente cariñosa
con detalles como este: a mí me gusta mucho el maní. Muchas veces no nos
podíamos ver y cuando yo llegaba a la casa encontraba siempre sobre la
almohada las bolsitas de maní. Quería decir que había pasado por la casa”.
Pág. 112
Obra El destino de Amuy:
- “Tona: ¿Y usted qué viene a hacer aquí? Le preguntó. A pedir su mano, le
contestó. Ella quedó muda al instante y lo dejo pasar, entonces se le ocurrió
pensar a Tona que ya estaba embarazada”. Pág. 22
- “Tona estaba confundida se sentía extraviada en el amor sin rumbo, destinada
en su interior como flor sacrificada, pero algo inexplicable le inclinaba el
corazón, al hombre que escuchaba en la sala y que horas antes la había
forzado a tener su primera y definitiva experiencia sexual en condiciones nada
agradables”. Pág. 25
- “Eloy quería casarse con Tona, lo más pronto posible, antes del domingo, en
privado y sin mucho escándalo; y de la vida digna y feliz de Tona, él se
encargaría con igual prontitud como si fuera el mejor de sus negocios.
Irma Cantoral ya sabía yo que vos no te casarías con cualquier acabado, nada
mejor te pudo haber sucedido, Tona le dijo minutos después cuando quedaron
82
solos. Tona no acepta casarse por la iglesia hasta que lo quiera algo “El amor
no se consigue a la fuerza ni con pisto don Chino”. Pues al verlo tan decidido a
casarse con ella ya se había enamorado de ella. Eloy dijo nos casamos el
sábado, alístela”. Pág. 30
- “Después de la boda civil, recorrieron las siete cuadras de la casa de doña Irma
Cantoral hasta el almacén del Chino, para que la gente le viera el vestido de la
novia, dijeron que era de seda, casi transparente y que se le miraba el alma de
campesina pura sangre”. Pág. 39
- “Tona rió a carcajadas, se echó para atrás en la gran cama, estiró los brazos,
arrejuntó los pies tocando con los talones sus nalgas y los volvió a estirar pero
esta vez mas abiertas y como el vestido recogido a la altura de los muslos
como ganando tiempo para las respuestas, entonces tuvo la ocurrencia de
decir lo que quería sin decirlo: hay cosas que se desean y no se piden, hay
momentos en que es preferible no decir nada, estirada boca arriba, sobre su
nueva cama ¿Y que me va a dejar tirada toda la noche?”. Pág. 45
Rol de profesional La mujer ha pasado a desempeñar un papel importante en el mundo laboral
como participe activa en el mismo; con ello el ámbito de sus opciones y
aspiraciones se ha ampliado, llegando incluso a disputarle al hombre espacios
profesionales que tradicionalmente solo han ocupado hombres.
Los puestos ejecutivos gerenciales en la empresa privada y la gestión pública a
partir de rango de jefaturas intermedias o superiores.
En las industrias maquiladoras, la mujer se convierte en obrera; en las
empresas de servicio de restaurantes de comida rápida y bancos, ocupa
posiciones que van desde la atención al cliente hasta las gerenciales. En el
mundo de la política va más allá de ser animadora de los intereses del hombre,
aspira a disputarle y le disputa de hecho no sin tenciones el protagonismo.
83
En las décadas de los 80 y 90 la transformación más novedosa se ha dado en
la esfera laboral, pues la expansión de la industria maquilera y la proliferación
de los servicios se han alimentado de la capacidad del trabajo femenino. No es
que se trate, desde luego, de trabajo exclusivamente femenino; pues, aunque
en la proporción reducida, en la gran mayoría de ellos trabajan hombres, sino
de trabajos en los cuales predomina la mano de obra femenina. En virtud de
esta dinámica laboral, la mujer deja de lado o redefine sus funciones
tradicionales como ama de casa, esposa y madre; la mujer se convierte en
trabajadora de jornadas de 8 horas o más, con lo cual sus compromisos
laborales van predominando o entran en una tensión difícil de sostener con sus
compromisos en el hogar, con los hijos y el esposo.
Esto lo reflejan las siguientes citas textuales que a continuación se presentan;
en la que el personaje de Rosenda a pesar de ser un personaje secundario, se
tomó en cuenta por desempeñar un rol profesional y cumplir las características
del indicador; ya que los personajes protagónicos de las diferentes obras han
iniciados sus estudios universitarios y debido a los problemas sociales y por
tener gran participación en los movimientos populares para la liberación
nacional, interrumpieron su preparación académica y por ello no es posible
evidenciar el rol de profesional en las citas textuales de las obras en estudio.
Obra “Ahora, la Partideña”:
Rosenda:
- “Pero la casualidad que aquella mañana, un terrateniente de allá por Santa
Ana llegara a solicitar la autorización para crear una escuela en su hacienda. El
pagaría lo mismo que el Gobierno más otras prerrogativas. Y Jesús María se
fue a Campo de Oro, la hacienda de los Silva, allá por el Chingo. Rosenda
autorizada también trabajaba en la escuela con Jesús María. Conviniendo que
la felicidad comenzaba a dislumbrarse, se prepararon a esperar el fruto de su
amor, pues ya estaban casados”. Pág. 8
- “Comprendían que la escuela les ayudaba bastante. Casi no había analfabetos,
y los que llegaban a trabajar y no sabían leer, se comprometían a matricularse
84
en la nocturna. La escuela estaba bien atendida; con tres maestras servían
hasta sexto grado. Rosenda que era la directora desde hacía veinticinco años,
ya era una institución, por su dedicación y competencia. La Tulita aunque a
ratos la consumían la bilis, igualmente se desenvolvía como su compañera; la
tercera, maestra nueva, trataba de seguirlas. Casi no las visitaba el supervisor,
pero ellas no necesitaban acicate, acaso estímulos como premio a su
vocación”. Pág. 28
- “Rosendo quien no conociera a su padre, un idealista que murió peleando por
la libertad, un maestro como su madre, era el preferido por Don Fernandito, el
hijo de Don Fernando Silva, el dueño de Campo de Oro; la hacienda modelo en
el trato a los trabajadores que vivían en ella y por ella. Aquel bien hubiera
querido que su hija se casara con Rosendo, pero los perjuicios de su mujer le
habían impuesto a Arturo.
Amandita ahora con aquel su atavío mataba dos pájaros al mismo tiempo:
ostentaba la pena por el muerto, y conservaba el placer por el desaparecido.
Cuando al presentarse por primera vez ante Rosenda a quien visitaba con
frecuencia, a la madre del ausente no le paso inadvertido el vestuario, y le
sonrió sintiéndose complacida”. Pág. 41-42.
- “Los niños de Amanda propiciaron la creación de la escuela de párvulos.
Después de tantos viajes a Santa Ana donde estaban lo jefes dieron la plaza; lo
demás: el local y el mobiliario fue la colaboración de los interesados.
Principiaron con la parvularia sabatina, Rosenda se hizo cargo, pero no era lo
mismo a una labor completa; el logro de buenos hábitos es a base de la
repetición constante, y aquella escuela cada ocho días no cuajaba. Campo de
Oro estaba logrando mucho con las innovaciones en educación. La escuela ya
sería básica completa, pues Rosenda y otra maestra asistían a los cursos de
verano para optar a la docencia dos. Los cursos eran en las vacaciones y los
daba Ciudad Normal. La escuela se fue agrandando tanto es los estudios que
proporcionaba como en local, y parecía que las aspiraciones iban mas allá”.
Pág. 63.
85
- “Recordando las lecciones de aquel maestro iniciador del progreso de la
hacienda, propuso que a la escuela se le denominara: Escuela Jesús María
Martínez. Nada mejor para perpetuar al maestro que había sembrado lo que
hoy cosechaban. La idea prosperó y los patrones lo apoyaron por completo.
Con el tiempo se tuvo la aprobación oficial y se realizó la fiesta de nominación.
Cuando el acto se recordó a Rosendo que en otra forma había seguido los
pasos de su padre. Así mismo se hizo alusión a la obra magnífica que
desarrollaba Rosenda, en todos los aspectos de la vida de aquella comunidad.
La escuela después de parecer olvidada era visitada por autoridades oficiales
de educación, quienes elogiaban la participación esmerada y a manos llenas
de los propietarios de la hacienda, y sin propósitos de lucro, sólo por mejorar a
su gente”. Pág. 63.
Rol de política
De hecho, no hay todavía un país en el cual, ya sea en teoría o en la práctica,
los derechos del hombre prevalecen siempre sobre los de la mujer. Pero sí la
mujer pretende tener mayor participación, o ser copartícipe de los cambios y
del progreso, involucrándose más activamente en la configuración del mundo
actual, en actuar en la política y el gobierno y el ejercer el poder si hay
oportunidad para ello.
Según Manuel Rubio Sánchez, se puede afirmar que, “durante la colonia, la
mujer podía tener un cargo público dentro de toda la estructura, solamente en
ausencia del varón; y por su valor como persona estaba dado de acuerdo al
estatus que tenia su esposo o marido” (participación de la mujer en el
desarrollo de América latina, el Cairo, UNICEF, chile, 1975 pág. 20
A la mujer se le ha dado la característica de ser emocional, intuitiva, hogareña
y servicial; pero hemos recordar que no ha sido, sino hasta bien entrado el
presente siglo XX-XXI que se les ha concedido a las mujeres el derecho al voto
86
en la mayoría de países del mundo llegando, entonces la mujer a tener un
papel importante en escoger a los políticos e iniciar, a su vez, la participación
en este campo.
En Costa Rica, en el año 1949, se estableció en la constitución de la República,
el derecho de la mujer al voto y en 1986 fue elegida, por primera vez, una
mujer vicepresidenta del país ; pero este hecho viene a concretarse el 25 de
abril de 1990 con la llegada de Violeta Barrios de Chamorro a la presidencia,
quien estuvo en el poder hasta el 10 de enero de 1997. Su capacidad
Periodística y Política fueron los 2 aspectos importantes que la llevaron al
poder, su postulamiento fue hecho bajo la Bandera Política de la UNO (Unión
Nacional Opositora). Otro avance de la mujer en la política, lo marca, durante
ese mismo periodo, el hecho de que una mujer, por primera vez, ocupó la
presidencia del congreso; ya que desde algunos años atrás, la mujer, aunque
en minoría, había ganado puestos en el congreso de Estados Unidos. Ahí su
voz comienza a ser escuchada con respeto y atención en el campo político,
pero, pese a ello, aún hay discriminación y menos oportunidad en algunas
áreas para la mujer, incluyendo en la política y como los hechos le demuestran,
pese a que se ha impedido sistemáticamente a la mujer seguir el camino
tradicional de los hombres hacia el liderazgo político, la mujer ha podido
ampliar su participación en organizaciones no gubernamentales y comunitarias
como vía hacia el poder.
Hoy en día, en nuestro país, se puede apreciar a mujeres ocupando puestos
políticos y un ejemplo de ellas es Doña Ana Vilma Albanez de Escobar vice-
presidenta de la República por el partido ARENA (Alianza Republicana
Nacionalista), electa el 21 de marzo de 2004. También existen mujeres en la
política que además han participado activamente en la lucha en el conflicto
armado tal es el caso de Marta Valladares, quien es diputada del FMLN y
combatió en la lucha armada como comandante, Nidia Díaz, seudónimo con el
que es identificada en la obra: Nunca estuve sola, que fue escrita por ella y en
la cual es la protagonista; también la diputada Ana Guadalupe Martínez, quien
fue militante de la ERP bajo el seudónimo de la Tiburcia como se identifica en
la obra “Las Cárceles Clandestinas”, escrita por ella y en la que al igual que el
87
caso anterior ella es su protagonista. Las citas textuales que reflejan lo antes
mencionado son detalladas a continuación:
Obra Nunca Estuve Sola:
Nidia Díaz
‐ “Tienen miedo. ¿Por qué no terminamos el conflicto a través de una salida
política con el diálogo que nos lleve a darle solución global a la crisis
nacional?
‐ ¡está loca!
‐ ¿Está loco tu presidente? ¿El gobierno? ¿Vides Casanova?- digo con
sarcasmo. Pues, esos podrán decir cualquier mierda: pero en este país no se
va a negociar con los terroristas.
‐ Con esta no se puede hablar- dice otro interrogador” Pág. 41
‐ “¡Soy prisionera de guerra! Quiero que me apliquen los convenios de Ginebra.
Quiero ver a la Cruz Roja Internacional. Ustedes saben quién soy. ¡Soy
Prisionera de Guerra!, herida en combate. Quiero, exijo, que me apliquen los
convenios de…. ¡No me pongan suero, quiero morir! Pág. 18
‐ “Soy prisionera de guerra. Fué herida en combate el 18 de abril. El enemigo
bombardeó la población civil. Fui capturada por un norteamericano. Estoy en la
fase de interrogatorio. Me encontraron papeles, papeles importantes, después
los van a utilizar. Creo en la salida política al conflicto; el F.M.L.N. lucha por
ello.”
Pág. 44
‐ “Sigo creyendo en una solución política al conflicto, no en una solución militar
como pretende el gobierno y los de la administración Reagan. Por eso
propusimos sentarnos a la mesa en la primera ronda de diálogo y ahora soy
prisionera de guerra. Y la guerra continúa. Porque nuestros ideales siguen.
Exista o no exista Nidia Díaz, el pueblo va a triunfar. La lucha continuará,
porque las causas que la originaron allí están, aún persisten: miseria, hambre,
explotación, irrespeto a los derechos humanos. Pero creo que la salida política
88
es una salida sensata y patriótica; la prolongación de la guerra no nos interesa,
pero tampoco estamos dispuestos a deponer las armas sin solución global y
real.” Pág. 63
“Dejo constancia de por qué no quiero ni firmar. En primer lugar, estoy
consciente del papel que cada uno de ustedes juega y por qué están aquí. No
firmé el acta extrajudicial porque no creo en sus trámites jurídicos, en sus
leyes, y por que no estoy de acuerdo con lo que esta planteado ahí. No declare
ante el juez militar porque no creo en la actual constitución política ni los
códigos militares y penales, ni en sus decretos ni en sus leyes. Lo excluyo de
toda responsabilidad por no declarar yo, ya que ustedes no me han dicho
absolutamente nada ni en pro ni en contra” Pág. 223
Obra No me Agarran viva:
‐ “Eugenia venía trabajando en la constitución de FECCAS desde el 74. Fui su
responsable durante el 76, 77 y a mediados del 78. Tuvimos la oportunidad, el
honor, de promoverla como miembro de la organización”. Pág. 52
‐ “Eugenia. La compañera era audaz, dio muestras de gran audacia, de gran
habilidad política, de gran capacidad de dirección. Tenía una despreocupación
total por las cosas materiales”. Pág. 53
‐ “Era una compañera con una mentalidad estratégica, con métodos adecuados.
La compañera no se perdía. Decía: Esto es lo que paso ahora. Veamos. Esta
es la situación de la Junta Directiva. Estos son los planes de la educación
política. Aquí están las nuevas bases de que vamos a crear y todo esto que
esta aquí son la lista de los conectes que han dejado los que estuvieron en una
huelga allá en una finca y ahora están en el resto del país y hay que irlos a
atender”. Pág. 54
‐ “Eugenia había desarrollado mucho las cualidades que tenia antes. Tenía una
gran capacidad de elaboración, de proyección. Era muy esforzada en el
89
trabajo. Si era necesario podía estar en Chalatenango, en San Vicente, en
Santa Ana. Ella se movilizaba a través de todo el país para cumplir con el
trabajo”. Pág. 67
‐ “Ella manejaba bien toda la situación, lo peligroso que era y la importancia para
el frente para poder dar un salto de calidad en el desarrollo de la guerra.
Además su responsabilidad como jefe”. Pág. 144
‐ “Obviamente su caída fue un golpe duro para toda la organización. Ella era
miembro del consejo revolucionario y de no haber caído, hubiera sido elegida al
comité central en la próxima reunión”. Pág. 146
‐ “El comentario de muchos era que les llamaba la atención de que a pesar de
que ella tenia una contextura física frágil, en las misiones militares que le
tocaron, nunca flaqueó. Su fuerza moral, su convicción revolucionaria, la
mística,hacía que se sobrepusiera a su fuerza física. Se puede poner como
ejemplo el caso de esa marcha de sesenta kilómetros para entrar al frente”.
Pág. 147
‐ “Creo que la vida de Eugenia está marcada. Desde el momento de su opción
revolucionaria fue una compañera que siempre creció, que se desarrolló como
dirigente política, como militar, como revolucionaria, como proletaria, como
mamá, como esposa. En ninguna de las dimensiones dejó de crecer. Nunca
dejó de entregar en escalones cada vez más altos toda su vida revolucionaria”.
Pág. 147
‐ “Ella siempre decía:
‐ A mí no me agarran viva
Yo les dije varias veces que había que considerar que no depende de la
voluntad de uno, que depende mucho de las condiciones, pero ella repetía:
‐ No me importan las condiciones, a mí no me agarran viva.
Y no la agarraron viva”. Pág. 147
90
1.3 Indicadores.
Además de los roles ya identificados en las diferentes obras literarias se
pueden evidenciar aspectos que han servido de indicadores en el presente
estudio para identificar los diferentes roles que desempeña la mujer. Entre
estos indicadores, están los siguientes: El maltrato, liderazgo, participación
activa de la mujer en el conflicto armado, igualdad de roles, la sumisión y el
machismo. Los cuales a continuación se presentan en las muestras literarias.
Indicador el maltrato. Nunca estuve sola.
‐ “Creo que era de mañana. Habían pasado ya 7 días sin dormir, con este
malestar que ya era extraño. Me iba resbalando en la silla. El balazo de la
espalda me producía dolor y la quemada, pura carne viva, aunque ellos la
tapaban con vendajes y le aplicaban merthiolate. Mi brazo y el pie estaban
superinflamados. Como si fueran llantas llenas de aire:
‐ ¿Qué te pasa? ¿Te duele?- pregunto uno de ellos.
‐ No, no me pasa nada anormal a mi situación. Pág. 41
‐ “Me tiraron a la colchoneta, se acurrucaron y siguieron interrogándome. Esto
parecía lo que a uno le cuentan de pequeña sobre el limbo, o el infierno de la
divina. “bajo esa venda, yo sé cómo son; no es necesario verlos”
‐ Comé
‐ No quiero
‐ No te conviene estar en huelga. Estás débil. El mal te lo hacés vos.
Hemos sabido que el F.M.L.N. te va a ajusticiar. Ya no creen en vos solo
nosotros te podemos ayudar.
‐ ¡Mentira! Y si así fuera le doy el derecho al FMLN de equivocarme”. Pág.
43
91
‐ “Me puse la mano izquierda sobre la cara. Estaba a punto de llorar. “No estoy
desaparecida. Siempre me prepare para serlo, para ser torturada, para morir en
sus manos como han muerto tantos, como está muriendo Janeth, Aguiñada. No
estoy preparada para esto, para morir así, con esta guerra psicológica, estos
nuevos métodos de ablandamiento, de descaro, de cinismo. ¿Cómo es posible
que me traten así? Recuerdo cuando estudié el libro secuestro y Capucha, y
Las Cárceles clandestinas, pero ahora más que nunca, recuerdo el de Mario
Benedetti, Pedro y el Capitán. Me dejo grandes lecciones” Pág. 48
‐ “Recosté suavemente la cabeza sobre el pupitre; no aguantaba los labios, los
huesos, la espalda, el tobillo, el brazo, los piojos. Aquello era insoportable. Solo
veía la oscuridad blanca. Mis pestañas topaban con la venda; pero sabía que
ahí estaban los detectives. Agarre la toalla que me habían dado y la puse en el
suelo; me levanté la venda y la arreglé. Con dificultad me levanté del pupitre y
me agarré al suelo. Estos detectives no me lo prohibieron. Así descansé. Pero
a cada me decían, “¡no te duermas, Nidia!, ya van a venir los señores y tenés
que estar sentada.” Pág. 84
‐ “No podía caminar, me costaba con el yeso, necesitaba correr. El yeso me lo
habían puesto hacia poco. No soportaba estar así. El Dr. Bottari me dijo que
estaba saliendo en un video por la televisión. Lo mismo me dijeron el detective,
el carcelero y los enfermeros. “¿Qué persigue el régimen? ¿Qué esta
pasando? Yo no he hablado nada que sea contraproducente a la lucha.” Pág.
108
‐ “Esto era más peligroso porque lo desconocía. Igual que la captura: Jamás me
imaginé y nunca preví ser capturada en un frente de guerra, así herida.
Siempre me preparé para morir combatiendo, para ser capturada en el frente
urbano o quizá en la entrada o salida del frente o en un aeropuerto. Pero no en
el monte. Les decía a los compas podían evacuarme, mejor me dejaran morir.
Jamás pensé en la posibilidad de caer de esta manera. Y ¿Ahora? Es violento
todo, la captura y el ajeno y, sin embargo, siempre formó parte de mi, quizá
desde que supe la desaparición o la muerte de un compañero”. Pág. 46
92
‐ “Estoy temblando, tengo frio. Ellos lo notan y se miran. Sus rostros tenían la
expresión de lástima, sentimiento del dolor humano”
“otra vez la venda ¡Qué fastidio! Sentada, ahora en un pupitre. El ardor de la
quemada es insoportable. ¿Acaso se me ha infectado? No, quizá es el dolor
natural y permanente que tengo y que he llegado a no sentir por estar tensa y
concentrada en el interrogatorio”.
‐ “Otra vez la venda me pica la cabeza, me comienza a subir y a bajar la
picazón. ¡Son piojos! ¡No puede ser! Sí, nido, ellos quizá te los han puesto para
hacerte la vida más imposible o se te han pasado con las vendas o el peine. Es
lo mismo, vienen de ellos.” Pág. 64
‐ Pasaron muchas horas, me ardían los labios; creo que se habían rajado.
Considero que esta fue la discusión sobre los principios y la defensa de
nuestros objetivos más dura que ha dado. Volvía a recalcar todo lo que hasta
entonces habíamos publicado abiertamente sobre nuestros objetivos y nuestra
lucha.”
Pág. 83
‐ No tenemos más relación que la que se da con nuestro pueblo. Nuestra gente
es cristiana. Con la jerarquía de la iglesia nos relacionamos por un
intermediario. Ustedes mismos lo han visto La Palma y en Ayagualo, a
monseñor Rivera y Damas. Como representante de la iglesia, le entregamos
los prisioneros que lé hacemos a ustedes”. Pág. 83
‐ “Al moverme, me dolían las heridas, la quemadura; pero pensaba que estaba
torturada quizás con algún hueso roto. Yo me río mucho. Cuando me reía con
los reos o con las visitas de los organismos humanitarios, pensaba que ella
debía haber llorado mucho, al igual que yo, en silencio. Yo estaba reconocida,
pero quizá ella se sentía muy sola. Lloraba. Quizá nunca la sacaron a tomar
sol. Sufrí en garras. Sin embargo, la sentía la presentía siempre con una moral
alta”.
Pág. 171
93
‐ “He visto correr tanta sangre a mi lado. Me ha chispeado mucha sangre de
muchos seres queridos caídos a la par mía. Con todos ellos y por ellos
estamos haciendo esta historia”. Pág. 174
‐ “Ahora, su presencia estaba conmigo. Circunstancialmente no estábamos en
las mismas condiciones; a mí no me desaparecieron, como era la práctica
constante. Sin embargo yo era victima de la represión institucionalizada. No
estaba en una cárcel clandestina, pero si en poder del terror legalizado. “¡cómo
pretendían aterrorizarme! ¡cómo pretendían aterrorizar a todos los
trabajadores! ¡Janeth! tu situación me indigna, no han sido respetados tus
derechos. En mi caso, tratan de manipular a su antojo mi condición. Parte de
mi daría por los derechos de Janeth, daría una parte de la marada no estaba
sola.
‐ “Después de exponer mis demandas y de responder a sus preguntas
sobre las condiciones en que me encontraba, la conversación termino. Rosa
Chávez se despidió con la frialdad que lo caracteriza. Cuando salió, le
esperaban Revelo, Serpas, López Dávila y otros oficiales. Alcancé a oír lo que
les dijo.
‐ Deben sacarla de ahí, trasladarla a otro lugar, o deben suspender los
interrogatorios que hacen al lado.
‐ Vamos a ver qué, la cambiaremos de celda. La situación de ella es
realmente delicada- dicen los oficiales”. Pág. 159
‐ “Aquí en la cárcel he aprendido a relacionarme mas con los militares. Los
campos están muy bien delimitados: yo, su prisionera de guerra; ellos mis
carceleros. Bandos contrarios. Estoy forzada a estarles viendo la cara
diariamente. En estas condiciones, no tengo otra alternativa, y yo, para ellos,
¿sería simplemente su victoria, su prisionera o un problema? Pág. 182
‐ “Mi primera visita al campo con objetivos políticos fue en 1974. Llegué en
verano a una zona de Suchitoto. Tuve que caminar sola como 6 kilómetros, y a
medida que avanzaba me sentía más segura de mí misma. Llegué al punto de
contacto en un cruce del camino; allí me esperaban dos compas que me
llevaban a una casa de bahareque, de cuyas vigas colgaba una hamaca. Estas
94
casas se me hicieron familiares. Recuerdo que en esta primera ocasión le
pregunté a Manuel.
‐ ¿Por qué quieres organizarte?” Pág. 116
‐ “Había organizado mi sobrevivencia para mantenerme ocupada casi todo el día
y para que lo que hiciera fuera mentalmente sano. A las 5 de la mañana
entraban a hacer la limpieza. El CICR había pedido que por mi estado de salud
se garantizara la higiene. Mi familia me había enviado desinfectante. A esa
hora me levantaba hacía 45 minutos de gimnasia, la que podía hacer, pues el
yeso del pie y el brazo no me permitían mucho movimiento. Oía las noticias,
bajito. Me bañaba y me cambiaba con la mano izquierda lavaba la ropa interior.
Me costaba bañarme, ya que tenia que ponerme una bolsa plástica en la pierna
y otra en el brazo. Todos los días me lavaba el pelo, pues no había terminado
de erradicar los piojos”.
Pág. 115
‐ “Se perdía la noción del tiempo; los días las horas eran iguales. Los
interrogadores eran agresivos, altaneros. Te gritaban. Daban golpes sobre
sillas, puertas, mesas. Golpeaban tu cuerpo, la electricidad te recorría y la
asfixiante capucha te estrangulaba. La nueva política tendía a institucionalizar
al terror, a legalizarlo. En los interrogatorios legalizados aplican 40 tipos de
tortura; para sacar verdades o corroborar suposiciones, utilizaban mentiras o
semiverdades, buscando que el detenido cayera en sus trampas. El objetivo
era quebrarte la moral, para que te sintieras solo, culpable. Te decían que te
perdonaban a vos y a tu familia, o que te reducirían la pena. El precio era la
traición”. Pág. 95
‐ “Tenia un nudo tremendo en la garganta, de alegría de triunfo, de lejanía. Tal
vez no volvería a ver en mucho tiempo a José Alejandro, a mi niño, pues mis
heridas no me iban a permitir salir otra vez al exterior tan fácilmente
¿Cuándo lo volveré a ver? Ya tengo 2 años y 2 meses de no verlo. Pero,
¿Cuánta gente no vuelve a ver a sus hijos? ¿Cuántos niños huérfanos han
dejado los asesinos? ¿Cuántas láminas de tiempo se han deslizado en esas
vidas inocentes dejando cicatrices imborrables?” Pág. 228
95
Obra el destino de Amuy:
‐ “Petrona Godínez, la Tona salió callada, cabizbaja de la mano con su nuevo
destino, pero más hermosa que antes. Su cuerpo a cualquier hora no dejaba de
llamar la tentación, atraía hasta los fantasmas sueltos en las calles de la ciudad
de los volcanes gemelos. Ya me jodió, pensó en silencio mientras le subía el
ardor al centro del pecho. La madre de Petrona la había encargado a una
pareja de esposos para que cuidaran de ella y que la tuvieran como su propia
hija
Para Eloy Dáo Tona es la muestra de rectitud después del error, del abuso qué
afortunado sería, a juzgar por la belleza de la joven campesina, su figura era
inigualable aquí y en la China. Todos estos conceptos los sacó del libro
sagrado. Todos lo admiraban y lo envidiaban por la belleza de su futura
Petrona Godínez”. Pág. 21
Indicador liderazgo. Obra No me Agarran viva:
‐ “Eugenia regresó a San Salvador. Despachó las armas el mismo día, pero los
compañeros regresaron horas más tarde con la noticia de que el contacto que
iba a recibir el lote no había aparecido. Al día siguiente hicieron un nuevo
intento con los mismos resultados. Los tres combatientes encargados de la
tarea no eran novatos, pero la zona entre San Martín y Suchitoto estaba
vigilada por el ejército y peligrosamente infestada con miembros armados de la
Organización Democristiana Nacionalista (ORDEN)- grupos paramilitares de
campesinos que sirven al ejercito- y no era fácil detectar la causa de las fallas”.
Pág. 12-13
‐ “Eugenia tomó la determinación de acompañarlos en el tercer viaje para
asegurarse de que estaban cumpliendo correctamente sus órdenes.
96
No era precisamente su obligación acompañar ese lote de armas, pero como
dijo Ricardo meses más tarde: Ella había asumido plenamente su papel en el
ejército y en las estructuras militares. Una responsabilidad absoluta radica en el
jefe. A la que yo le iba pedir cuentas era a ella. No se podía presentar con
excusa que fulano no le hizo esto”. Pág. 13
‐ “Estacionó el coche bajo un árbol de fuego, invisible desde el camino.
‐ Llegamos –dijo- , ¿no es así, Eugenia?
‐ Si –respondió ella mirando su reloj-, faltaban diez minutos. ¿Por qué no
bajamos a ver qué pasa?
Envió a Luis a vigilar la entrada, dejó a Ernesto detrás del volante y entró a la
casucha con Mauricio. Levantó dos patas de la mesa y después de las otras
dos. Ningún mensaje. Regresaron al coche y subieron a esperar. Diez minutos.
Veinte. Nada.
Eugenia escribió una nota: Estuvimos aquí tres veces. Probaremos alternativa
domingo a la misma hora. Salió de nuevo el coche, dobló el papelito y lo coloco
–Démonos prisa, Ernesto- dijo volviendo a subir al vehículo-, esto ya está
quemando, no podemos esperar más”. Pág. 15
‐ “Ella estuvo en eso y también colaborando en el campo. Participó en la
formación del Bloque desde su trabajo con los trabajadores del campo. Fue
una impulsora muy fuerte de la formación de la FTC, que como decimos antes
es la unión FECCAS y UTC”. Pág. 45
‐ “Eugenia empezó trabajando en la zona de Guazapa. Posteriormente a su
caída, me topé allí con bastantes compañeros que empezaron a preguntarme
por ella. Toda la gente de esa zona la recuerda con un cariño y una admiración
bien fuertes. En gran medida, le deben a ella su iniciación en todo este proceso
de liberación”. Pág. 39
‐ “Dejó todo bien arreglado en la capital, pero tenia que combinar la educación
en la cuestión urbana, que era bien completa con todo lo suburbano. Eran
estructuras distintas y mecanismos y métodos distintos. No les había quedado
97
tiempo de ir a visitar las áreas suburbanas, pero inmediatamente ella empezó a
trabajar con la organización para poder tener el aseguramiento de todos los
combates que se estaban desarrollando. Mantuvo allí su ritmo de trabajo. En
poco tiempo, unos tres días, logro contestar toda esa área”. Pág. 142-143
‐ “Eugenia quedaba en el estado mayor con la responsabilidad no solo del
abastecimiento y todo lo que era la sección de servicio, sino además tenía que
jefear también todo el aseguramiento logístico, todo lo que responde a la
cuestión de armas y munición”. Pág. 143
‐ “Eugenia se tumbó de bruces en el suelo, inspeccionó personalmente el lote de
armas escondido debajo del vehículo y verificó que cada una de ellas estaba
bien envuelta en trapos que las protegían del polvo. Extendió el brazo y trato de
sacudir uno de los rifles. No pudo. Estaban bien sujetos y eran invisibles desde
afuera.
‐ Se puso otra vez en pie, sacudió el polvo de sus caqueros y se limpió las
manos cuidadosamente con un pañuelo. Metió de nuevo el pañuelo en el
bolsillo y dijo con voz firme:
‐ Es hora, compa, vamos”. Pág. 1
‐ “Eugenia desde el primer momento fue bien clara. Desde que comenzamos a
trabajar en el campo. Ella empieza a tener problemas y dificultades en su casa,
como las tienen sobre todo las mujeres de esa extracción de clase, pero en
ningún momento eso constituyó un obstáculo para el desarrollo de su trabajo”.
Pág. 38
‐ “Ella juega un papel muy destacado en la conformación de esta unidad:
participa en los primeros cursos de los dirigentes, en las primeras discusiones
que se dan, en la elaboración de lo que fue la plataforma inicial, en la
unificación de esa federación que agrupaba a las dos organizaciones
revolucionarias del campo que tenían y tienen incidencia verdadera en El
Salvador”. Pág. 45
98
‐ “Las áreas que ella atendía empezaron a desarrollarse; con gran rapidez. Logro
sembrar en los compañeros el amor al pueblo y el entusiasmo por la
revolución. Era muy responsable con su trabajo. No había tarea que ella dejara
para mañana. Eran las dos de la mañana y Eugenia escribiendo, sacando sus
cuentas revisando las fichas, escribiendo las orientaciones, haciendo los
embutidos para entregárselos a los próximos contactos. Y al mismo tiempo
lavando su ropa, planchando su ropa, haciendo la cocina de su casa, haciendo
todas las tareas que le correspondían en un colectivo de casa. Haciendo posta
si le tocaba hacer posta”. Pág. 56
‐ “La compañera era débil físicamente, constantemente estaba con asma,
agripada, con alergias, era muy sensible pues. Ni el dolor que le causaban sus
sentimientos, ni el dolor físico quebraron jamás la moral de Eugenia. Eso era lo
que nos impresionaba. Jamás, jamás se quebró. No podemos decir que
hubiera un momento en que Eugenia tuviera un retroceso o un estancamiento.
Eugenia siempre fue vanguardia”. Pág. 57
‐ “Como responsable de dicha sección. Eugenia tenía que resolver el problema
de abastecimiento de alimentos, medicina y ropa. Aparte de eso, tenia que
organizar redes logísticas, organizar una estructura sanitaria para estar a la
altura de las exigencias de la ofensiva general, y finalmente, tenía bajo su
responsabilidad todos los talleres de armamento casero que funcionaban en la
zona”. Pág. 128
‐ “A todo esto ella ya había montado su cuartelito general allí en una quebrada.
Tenía todo un batallón. En medio del sueño se le dio la misión, se le explicó.
Ella en poco tiempo comprendió bien lo que tenía que hacer y no hubo reparos
quejas; inmediatamente me dijo:
‐ Tené la seguridad de que mañana me voy
El respeto de Eugenia a San Salvador era por si una empresa sumamente
peligrosa”. Pág. 143
99
‐ “Ella manejaba bien toda la situación, lo peligroso que era y la importancia para
el Frente para poder dar un salto de calidad en el desarrollo de la guerra.
Además su responsabilidad como jefe”. Pág. 144
‐ “Dentro del conjunto del estado mayor, Eugenia era de las que mas aportaba,
tanto en su experiencia, en su firmeza política, ideológica, en su militancia del
partido, como en su misión y su práctica organizativa. Ella tenía capacidad no
solo de dirección, sino capacidad de jefear militarmente. Hacía que las órdenes
se cumplieran en una forma bien fraternal. Tenía la capacidad de poder dar la
orden y transmitir el entusiasmo necesario para que esa orden pudiera ser
realizada en la mejor forma, con aquel entusiasmo de que estaba a la base del
servicio del proceso revolucionario”. Pág. 147
Indicador la participación de la mujer en el conflicto armado. Obra la Última Guinda de José Rutilio Quezada:
‐ Zenaida, conocida como paloma ala blanca joven estudiante universitaria de la
carrera de medicina quien por infortunios del destino se ve obligada a dejar sus
estudios vender junto a su madre su casa y pertenencias y viajar hacia los
Estados Unidos durante la travesía su madre fallece al igual que sus
acompañantes fallecen en el desierto ella regresa a El Salvador y se incorpora
a la lucha armada en el cerro de Guazapa.
‐ Zenaida:
‐ “Andrea yo comenzamos a guiar a nuestra gente, la noche ya casi
cerraba. Colocándome una mano sobre el hombro, y con una risa entre
sarcástica y compasiva me dijo: ahora sí preparate muñeca por que vas a
saber lo que es una guinda… Durante unas dos horas avanzamos en la
penumbra, subiendo y bajando lomas, en un terreno de caprichosa topografía
en el que se alternaban trechos parejos con caminos estrechos y rocosos que
la gente recorría con resignado silencio. Aunque yo sentía que podía recorrer
otro buen trecho, me pareció oportuno el poder sentarme un rato a relajar el
cuerpo. Se repartieron tortillas con la mitad de un huevo hervido y café. Cada
100
vez que los nubarrones lo permitían, la luna en cuarto creciente proyectaba su
consoladora luz sobre nosotros”. Pág. 33
‐ “Andrea vino a mi lado para acompañarme mientras saboreábamos la
sopa. De nuevo vi aflorar en ella la sonrisa fraternal y aquel gesto de hermana
mayor que por ratos se me volvía irresistible “. Pág. 36
‐ “Te mojaste bien el fundillo ¿verdad compa? -¡Ay, Andrea, he quedado hecha
una desgracia mira mi ropa, mira mi pelo!....
‐ ¡Ay el pelo de la muñeca! Mira compa no seas tonta, siempre hay un
lado brillante en todas las cosas. Ese chaparrón de agua nos salvó de una
segura jodida que nos iban a dar los atlacates.
‐ ¿Que decís? -¡Lo que oís! Pues sí, el grupo nuestro es el que va más
despacio y atrasado. Ya ves, llevamos mas gente vieja con nosotros, además
de los dos enfermos que van en las hamacas. De acuerdo al mensaje que nos
mandó Fuentes, los soldados nos habían preparado una de sus famosas
operaciones Pinzas. Uno de sus destacamentos se separó de la línea que traía
desde Suchitoto a los gramales, mientras que otro venía desde hace días
desde el salitre nos iba a salir por el otro lado”. Pág. 37
‐ “Lo primero que pensé fue en vos, muñeca babosa… No vaya a ser que jodan
a la Zenaidita dije… Bueno me preocupé por Juan y la Zoila… Me solté el lazo,
me Salí del agua y me vine por el borde a ver si nos tocaba volar bala. Pag
42
‐ Con solo haber salido viva de ahí me conformo… Así, la guinda se prolongó
por mas de 12 días en los que llegamos a Colima, de donde tuvimos que salir
de nuevo, bordeando el gran embalse por que se nos avisó que venía otro
destacamento tras nosotros”. Pág. 43
‐ Zenaida: “Esos pobres no tienen idea de lo intricado de los túneles de nuestro
bastión. Les hemos causado muchas bajas y por la noche nos infiltramos entre
sus líneas. Sin que nos sientan, para movilizarnos a nuevas posiciones. Aun la
ofensiva aérea no les resulta”. Pág. 70
101
‐ “Por mi parte, me voy convirtiendo en osada combatiente, con mi nombre de
guerra, que escogí yo misma, del nombre científico de la huisisila o paloma ala
blanca… Zenaida” pág. 70
‐ “¡Han matado a la compañera Andrea! ¡Compañeros, hemos perdido a Andrea!
¡Comandante no vaya a salir de su trinchera! Mis gritos eran ahogados por la
andanada de proyectiles que caían muy próximos a nuestros escondites”.
Pág. 248
‐ Zenaida: “Elevé mis brazos en señal de rendición, las armas apuntaban hacia
mí, calibres de varias clases… ¿Qué iba a ser de mi! ¿Por qué no me pegué un
tiro en la cabeza, como lo había hecho Orlando, arrastrándose primero hacia la
trinchera abandonada donde yacía Andrea, y con quien quiso quedar
abrazado?”. Pág. 258
‐ Zenaida: “Veo venir las balas, y con ellas la muerte segura. Se supone que los
revolucionarios morimos con el grito de ¡Hacia la victoria siempre! O
¡Venceremos! Sin embargo, yo quisiera gritar ¡Te amo Sabino! ¡Te adoro mi
Sabino! Antes que nada, mas eso sería pedirle mucho a la infinita fracción de
vida que me queda, gritos demasiados largos”. Pág. 259
Obra Cárceles Clandestinas Ana Guadalupe Martínez:
- “ Tiburcia :Llegamos a Zacatecoluca, y entramos en la ciudad. Esta ruta la
conocía muy bien, por ser parte de la zona de trabajo del partido, que estaba
bajo mi responsabilidad.” Pág. 31
- “ Mirá, mirá bien -este escrito “Josefina”- y este es tu seudónimo. ¡Umh! ¿A ver
qué me decís de esto? ¿Verdad que es un buen trabajo el que tenemos? Todo
este documento es información de ustedes. Ahora, para que se termine de
convencer, dale a que lea la descripción que tenemos de ella.
102
Me dan un papel, siempre del mismo folder, en el que hay varios datos y dice:
“Josefina”. Está la descripción física, la manera de caminar, cómo me arreglo el
pelo, que no uso maquillaje, todo lo más característico y que puede servir de
dato para reconocerme, y además, tienen un retrato hablado mío que, según
parece, se los hizo Juan José Yánez. Luego declaraciones de alguien que
había hablado sobre mis responsabilidades en el partido y por último me
muestra una fotografía mía, la de la cédula legal, la cual fueron a recoger a la
alcaldía de Santa Ana.”
Pág. 42
- “Esa es la Tiburcia. Luego le dicen: ¿Es ésta la que te había condenado a
muerte a vos?
- Sí – dijo Valle- ésta es, y por eso, la fracción disidente (nombre con el
que se daban a conocer tres expulsados resientes del partido y entre los que
se encontraban Valle, quien había desertado) tiene que vengarse, no sólo de la
muerte de Carlos Humberto, sino de muchas cosas”. Pág. 43.
- Tiburcia: “Al día siguiente volvió a llegar Garay y me salió con que ya tenía toda
la lista de operaciones en las que había participado. Y cual no sería mi
sorpresa que hasta los detalles de cada una de ellas conocía “ Pág. 62
- “Mirá dejá de negarte por que en todas estas estuviste vos. ¿ Y de quién era la
voz en la transmisión del 6 de agosto de 1975 en la YSKL? Vos te quedaste
afuera, esperando que salieran de poner la cinta. Te voy a traer la grabación
para que la oigas.
¿Y el asalto a las emisoras en San Miguel? ¿Quiénes eran las otras dos
mujeres además de vos? Pág. 63
- Tiburcia: “ Y en mis manos pusieron un documento escrito a máquina en el que
se encontraba detallada cada operación del ERP. Entonces le digo: ¡Sí, he
participado!
Es suficiente llévensela a la celda – Ordena Garay”. Pag.63
103
Obra Nunca Estuve Sola Nidia Díaz:
‐ Eche mi mochila a la espalda y, junto a las comunicaciones nos retiramos a
una mejor posición. El terreno era totalmente desventajoso, pelado. Para salir a
El Guayabal había que llegar a una vaguada, atravesando una ladera
totalmente descubierta. No hubo tiempo para el camuflaje y nos dividimos en
dos grupos”. Pág. 12
‐ “Quizá ahora era el día de mi caída. Pero ¿así? ¿de esta forma? ¡Como un
gusano! ¿Aplastado por el veneno? ¡No, así no….! Rechazaba con violencia
que pudiera se así. Había sobrevivido tantos años de lucha, de clandestinidad
en las ciudades, en el trabajo organizativo campesino, en la lucha guerrillera y
a los seis últimos enfrentamientos de este año”. Pág. 13
‐ “Nuevamente los helicópteros sobre la ladera, sobre mí, rafagueando, ahora sí
a modo de aniquilarme. La Push and Pull se elevó y se perdió. La mochila fue
atravesada por numerosas balas. Una de esas llego hasta mi espalda; otra
transitó por mi pierna izquierda. Pensé que había vivido la dicha que mis años
de lucha guerrillera era todo el legado que dejaba a mi hijo, a mi pequeño gran
hombre. Quería, ansiaba que la pesadilla terminara, se vaciara mi sangre, se
rompieran mis nervios aferrándome a la vida, que tanto amamos, o ¡a la
muerte!”. Pág. 14
‐ “Tengo 14 años de luchar por mi pueblo, así que me pueden matar; no tengo
miedo de morir, me pueden mandar a matar, a fusilar; pero esta historia, la de
los pueblos, la escriben los pueblos con sangre y fuego. Me pueden cortar la
lengua, despellejar; pero traicionar a mi pueblo, ¡Jamás! Hoy comienzo una
nueva etapa de mi vida; pero como revolucionaria, allí donde esté y como este
nadie cambiará mis ideales, porque los ideales se traen en la sangre y,
mientras existan las causas que originaron nuestra lucha, existirán causas para
alcanzar la liberación”. Pág. 62-63
‐ “Así como hemos llegado a hacerlo. En 1976, me movilizaba y trabajaba con
distintos sectores con mucha facilidad, incluso aprovechando la noche:
104
entonces dormía en medio de los cañales. Así anduve lomas y valles que mis
pies aspiran volver a caminar”. Pág. 116
‐ “Tus grandes cualidades humanas te llevaban a comprender los problemas
arduamente en sus organizaciones de base. Formaste la organización de los
pioneros y de las mujeres en los distintos frentes. Te gustaban tanto los niños
y, por fin, ahora ibas a ser madre; en tu vientre abriga ya el fruto, un nuevo
pionero. Tu amor maternal está en cada pionero liberado. Tu sangre es el
abono para la tierra liberada y tu alegría será mi triste compañía. Arlen, Celia,
¡Hasta la victoria siempre!” Pág. 138
‐ “Casualidad y casualidad se interrelacionaban. No podía haber muerto sin dar
la última batalla. No debía morir como un gusano. ¿Y luego? No hay opción,
estaba neutralizada y solo quedaba la muerte. Junto a los desaparecidos y
caídos. El desaparecimiento como el único destino. La vida se aferraba con
todo el amor, el pensamiento, la acción, la lucha, la responsabilidad y la
decisión. ¿Y luego? La sobrevivencia. Ciento noventa, ciento noventa largos
días. Lucha contra el aislamiento, contra la presión, días de avance, de
volverme más sensible. De compartir la sonrisa con los otros reos, de cuidar
hasta los gestos. Controlar la expresión de la cara era un deber. No mostrarse”.
Pág. 240
‐ “Una triste excepción. Mi comportamiento fue el habitual en una revolucionaria.
El suyo, la antítesis”. Pág. 241
Indicador igualdad de roles. Obra “No me agarran viva”:
‐ “¿Cuál era la posición de Eugenia con respecto a la igualdad de los sexos en la
lucha revolucionaria? La liberación femenina nunca fue un problema para ella,
respondió Javier- Eugenia en sus relaciones como mujer con todo el mundo, en
su desarrollo revolucionario en su relación conmigo, siempre combatió todos
105
los rasgos machistas que encontraban en compañeros e incluso en
compañeras. Eugenia sostenía que era por medio de la incorporación a la
lucha revolucionaria de nuestro pueblo que la mujer iba a liberarse, adquiriendo
su verdadera y justa dimensión. Decía que su desarrollo como mujer se lo
habían dado tres elementos: el descubrimiento de su pueblo, los sufrimientos
de su pueblo y la lucha liberaría de su pueblo, a la que ella se incorpora.
Tenía un profundo amor por las FPL su militancia revolucionaria su militancia
política, la veía profundamente ligada con su desarrollo personal como mujer.
Allí descubrió ella una serie de valores que tuvo que asimilar: su relación
conmigo como compañera, como esposa”. Pág. 74-75
‐ “Siempre fue muy crítica con todos los rasguitos de machismo que aparecían,
con la separación entre tareas concebidas para la mujer, o tareas solo para el
hombre. Reaccionaba muy fuerte contra esas cosas. Por ejemplo, cuando en
largas caminatas o en tareas revolucionarias, los compañeros trataban de
suavizarle el peso de las cosas, ella se enojaba”. Pág. 75
‐ “Llevábamos una carga muy pesada. La íbamos llevando por relevos cuando le
tocó a ella, un compañero le dijo que el le iba a hacer su turno. Eugenia que
era un poco malcriada, reaccionó violentamente “Come mierda”, le dijo. Allí en
la práctica se veía como ella reclamaba un trato igualitario para hombres y
mujeres”. Pág. 75-76
‐ “¿Qué pensaba Eugenia sobre la liberación femenina? Le preguntamos a Marta
sobre la liberación femenina no sé- contesto. Pero lo que platicábamos siempre
era, primero, la conciencia de que la mujer tenía un papel a jugar en la
sociedad y, segundo, que tenía que tener una participación activa con igualdad
de derechos. Eso se veía con los hermanos, al nivel de la familia. Ella
demostraba que tenía tanta capacidad como mis hermanos”. Pág. 76
‐ “Eugenia siempre les hablaba que tenía que quitarse ese machismo y tratar a
sus mujeres como iguales, que tenían que asumir tareas, etc. Sin escribir
documentos, ella hacia labor por conseguir la igualdad de la mujer con los
compañeros.
106
Otra cosa que hizo fue desarrollar un grupo de mujeres en el campo. Se daban
charlas sobre el machismo, se promovía la participación de la mujer. Los
compañeros, decían que nosotros estábamos “Sublevando” a las compañeras”.
Pág. 76-77
‐ “Cuando se incorporan las mujeres a la organización en el campo, se integran
con igualdad de derechos. Eso, gracias a una labor de la organización como
línea de principios, y también gracias a las compañeras que llegábamos al
campo. Eugenia era un ejemplo y un motor”. Pág. 77
‐ “En los principios de las organizaciones revolucionarias dice- no aparece
teóricamente una diferencia entre hombres y mujeres. Para el caso de mi
organización sobre las bases, estatutarias son las mismas. Pero una cosa son
las bases teóricas y otras cosa es la historia del país, el desarrollo que desde
que nacen traen hombres y mujeres con esa historia se incorporan a la lucha”.
Pág. 83
‐ “Se ha dado una incorporación de la mujer, pero esto no quiere decir que no
haya todavía dificultades en cuanto a lograr que se estime en igual valía la
participación del hombre que de la mujer en los distintos niveles. Es una lucha
constante que uno debe llevar sin caer en actividades equivocadas de querer
decir que la mujer es mejor que el hombre, por que es exactamente igual que el
hombre. Debe respetarse la igualdad de derechos, de oportunidades y deberes
en el proceso revolucionario.
La igualdad de la mujer y el hombre está en las bases de las reivindicaciones
del Gobierno Democrático Revolucionario. El 51 por ciento del pueblo
salvadoreño somos mujeres”. Pág. 84
Indicador sumisión.
Obra el destino de Amuy:
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‐ “En China nacer mujer en esa época equivalía casi a heredar una inmensa
desgracia, y Tona no la heredó pero la asumió como mandato del destino.
Las mujeres casi no hablaban como hormigas silenciosas hacían las tareas de
la casa sin ocurrírseles contradecir ni desobedecer la voz del esposo la mujer
tiene que ser fiel, leal y sincera hacia su marido. Él es como nuestro Dios”. Pág.
111
Indicador el machismo. Obra el destino de Amuy:
‐ “El hombre debe buscar un hijo heredero; si la primera mujer no le da varón, él
tiene la obligación de tener las amantes necesarias hasta engendrar el vástago.
No ser padre de un hijo varón era considerado la mayor de las desventuras”.
Pág. 79
‐ “En ese momento entró don Eloy, al verla encendió en furia y arremetió con
frases demoledoras, hirientes y castigadoras, no era el momento de tener otro
hijo, mujer descuidada. Tona guardó silencio no lo reconocía, era otro, no el
que llegó a amar, primero con desconfianza y después con pasión”. Pág. 8