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1. ELLA. MIGUEL PALACIO.Camisa de gasa de, 525 €.DSQUARED2. Vestido, 740€. OXFORD. Zapatos, 180 €.LOTUSSE. Bolso, 265 €.NICOL’S. Sortija, 23.100 €.RÓLEX. Reloj, 22.135 €.ÉL. ICE ICEBERG. America-na de plumas, 437 €.HACKETT. Camisa, 130 € ypantalón de lana fría, 210 €.LOTUSSE. Zapatos de pielcon hebilla, 275 €.

2. SANTIAGO DEL PALACIO.Bolero, 3.300 €. DSQUA-RED2. Pantalón pitillo decuero con aspectoenvejecido, 1.077 €. MAXMARA. Pulsera, consultarprecio. DIOR. Sombrero,consultar precio. LOTUSSE.Bolso, 250 € y sandalias,220 €. SUÁREZ. Anillo deoro rosa y amatista, 1.505 €.

3. ELLA. MIGUEL PALACIO.Chaleco de zorro polar,consultar precio y short, 415euros. DUYOS. Camisa, 210€. ICE ICEBERG. Guantes delana, 95 €. LOTUSSE.Botines en cuero y pitón,240 €. NICOL’S. Pulsera deoro y brillantes, 9.900 €.ROLEX. Reloj Rolex OysterPerpetual Day-Date de oro,22.135 €.ÉL. BOSS ORANGE.Cazadora tejana, consultarprecio. BOSS SELECTION.Camisa, 150 €. DON DUP.Pantalones, 330 €.LOTUSSE. Guantes, 165 € yzapatos, 110 €. La imagenestá tomada en los jardinesdel Hotel Ritz.

4. ELLA. DIOR. Chaqueta detweed, consultar precio.RED VALENTINO. Falda, 485

€. ICE ICEBERG. Sombrerode tweed, 130 €. LOTUSSE.Bolso de ante, 295 € ybotines de piel y pitón, 280€. SUÁREZ. Pulseras, desde1.400 €. RÓLEX. RelojOyster Perpetual Datejust,7.465 €.ÉL. LOTUSSE. Cazadora,consultar precio. BOSSORANGE. Camisa denim, 170€. BOSS BLACK. Pantalón,250 €. LOTUSSE. Zapatosde piel marrón, 190 €.Esta producción se harealizado con la colabora-ción de la firma balear decalzado Lottusse, que esteaño apuesta por piezas decuero liso y líneas minimalis-tas para el hombre. En lo querespecta a la mujer, destacala combinación de materiales ytexturas, así como laintroducción del color.

Dosvecesalaño,lasgrandesfirmaspre-sentan lo que vestiremos meses después.En los últimos tiempos hemos podidoconstatar que no existen grandes inno-vaciones y que la industria de la moda,siempre cíclica, reinventa tendenciaspara adecuarlas a cada temporada. ¡Todoestá permitido!

Se continúa apostando por diferentestipos de mujer, un juego de actitudes que,según su vertiente o estado de ánimo,puede convertirla en lo que le apetezca.La angelical sigue vigente: juego de co-lores empolvados, semitransparenciasen color nude o blanco que arrancan des-de la pasada temporada. Las lentejue-las que salpican los vestidos más lángui-dos son una perfecta alternativa. La casamás lady por antonomasia, Valentino, esafín a este tipo de mujer.

La que tampoco cae en el olvido, paraalivio de muchas, es la mujer vamp, uni-da a una tendencia fetichista pero siem-pre chic. Un gran defensor de esta ver-tiente es el americano Marc Jacobs, que

apuesta por ella en su colección para lafirmaLouisVuitton,sinolvidarnosdeGi-venchy o Mugler, que también la hacensuya. Se incorpora el uso del vinilo en fal-das, vestidos e incluso abrigos. En esta-do puro, lo encontramos en Barbara Bui,Maison Martin Margiela e incluso enYves Saint Laurent.

También hay tiempo para echar unamirada atrás. Peter Dundas, por ejemplo,presenta para Emilio Pucci una colec-ción rica en bordados y grandes esco-tesencorsetadosdeépoca.Yla firmaMiuMiunostrasladaaloselegantesysobriosaños 40 con vestidos de escote al revés yestolas de piel. Este último material inun-dará las calles, siendo el aliado perfectopara complementar cualquier look. Igual-mente recobran importancia los volúme-nes. El abrigo XXL, el popero, el men’scoat y la capa son algunas de las prendasquenosvestiránestaestación.Yencuan-to a colores: blanco, negro, tonos estri-dentes y estampados ofrecerán una al-ternativa sofisticada y distinta. ��

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POR IDÍGORAS Y PACHI

No suelo perderme las rebajas de Harrods,cuantomásgastas,másahorras.Caminodelhotel, salí del metro en Finchley Road, enfi-lé el Trinity Walk y me di de bruces con lacasa-museo de Freud en los jardines de Ma-resfield. Había cola para entrar y el perso-nal mataba la espera: cada loco con su li-bro. Fisgoneé sus lecturas y aquí relaciono algunos títulos: Construye tu sueño, Labuena suerte, 101 formas de transformar tu vida, Por favor sé feliz, Las 7 leyes espi-rituales del éxito. Pillé también los nombres de algunos autores: mucha RhondaByrne, mucho Paulo Coelho, Eckhart Tolle y Eduardo Punset. Viejas glorias deViva la Gente y nuevos profetas del buen rollito.

Unargentinosincomplejos–bueno,talvezeldeElectra–montóunasesióndegüijaenunimprovisadotablerodeletrasynúmerosparaentablar contacto con el fundador del psi-coanálisis. El juego funcionó y Freud dejó oírsuvozrotaporelcáncerdegarganta.Pidióunarayitaparaaliviareldolor.Luegodijoqueexis-

tendosmanerasdeserfelizenestavida,unaeshacerseelidiotaylaotraserlo.Dijotam-bién que la humanidad progresa, porque ya no sólo no quema los libros, sino quecualquier sacamuelas puede hacerse un patrimonio escribiéndolos. Me animé ahacerle una pregunta: “Oiga, Freud, ¿qué libro salvaría de una biblioteca en llamas?”“Visto lo visto, ninguno –contestó– salvaría la hoguera, mein herr”.

POR GONZALO UGIDOSREBAJAS

PSICOFONÍAS/ FREUD

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Hay en la casa un amable desorden sinmapaenelqueunopuedeencontrarmem-brillos, periódicos, enciclopedias, analgé-sicos, pares de zapatos de todos los colo-res, libros, ceniceros, dos Osos de Plata yuno de Oro del Festival de Berlín, em-piñonados,afichesdecineyteatro,unsub-marino amarillo de papel maché y el olordel té que viene en tazas de juegos dis-tintos.Enesehiperpobladoecosistema,enese laberinto con vigas de madera, habi-ta Emma Cohen (Barcelona, 1946), sola

desde que hace cuatro años, el mismo díaque ella cumplía 61, Fernando Fernán Gó-mezseibadeestemundoenvueltoenunabandera rojinegra. Era el punto y final aunaconvivenciaque,conalgúnpuntoyse-guido,habíanidoescribiendoacuatroma-nos durante 37 años. Cuando se conocie-ron, en un rodaje, ella tenía 24 años; él, 49.

Elescritoriodelgenialactoryautorsiguecomo aquel miércoles. Junto a un venta-nal por el que entra toda la luz del Jara-ma,FernánGómezsesentabaanteunode

los ordenadores que diseñó Steve Jobs yque ahí sigue, callado, esperando que al-guiendéalbotóndeencendido.Asulado,en otro procesador de la manzana, traba-ja Cohen. En él va escribiendo sus cosas,sus artículos y obras de teatro y adap-tacionesradiofónicasdeLasbicicletassonpara el verano o Peter Pan. En él ha escri-toEsevagoresplandor(ReyLearEditores),novela personalísima y algo confusa pormomentos en la que la actriz ha prestadosu pasado a una artista vagabunda.

Consu6-5acuestas,comodiceellaparareferirsuedad,recibesinmaquillajenipen-dientes ni sortijas ni más adorno que unapulseradehilo,conunjerseysobreotrojer-sey y botas de las de no pasar frío. Hablarápido y dramatiza y ríe y mueve las ma-nos.Elpeloesgrisyelcutishaperdidoter-sura,perohayalgoquesigueigual:dondelosdemástenemosojos,aellaaúnleexplo-sionan dos supernovas en verde.

P.¿Porquélacalle,porquéelmundodelo que usted llama una clocharda?

R.Yadesdeniñamefijabamuchoenlagente de la calle y en todo ese mun-

do que ahora se llama homeless. Y luegomemagnetizóSimenon,esasnovelasquetenía en las que aparecían clochards yvagabundos.Asíque,a lahoradeabordarunahistoriaextensasobreelpasadodeunsercuyopasadoseparecíabastantealmío,optéporelpersonajequemehubieragus-tado ser, que es una clocharda.P. ¿Tiene usted algo de clocharda, devagabunda?R.Loquepasaesquetedascuentadequeen invierno hace mucho frío. Pero sí, meatrae mucho desde niña. Pensaba, no sési será cierto, que era gente libre.P.¿Nosepuedeserlibrebajotecho,enso-ciedad, con un trabajo?R.Hayquelucharmucho.Ytenerunpocode inconsciencia, como me decían a mí:que era la inconsciente de la familia.P. Por momentos, la novela parece unacartografía de la noche, particularmen-tedelanochemadrileña.¿Todavíadisfru-ta de la noche? ¿Sale de noche?R. No, no, no... Yo he cambiado absoluta-mente.Ahoramelevantodeseisasietedela mañana, hago la vida activa, creativa,productiva hasta las dos de la tarde, y lue-goleo,veopelículas,piensooloquefuere.Noches he visto tantas... Ahora eso de ira un garito, si no son garitos muy espe-ciales, no me gusta. No me gusta el so-nidobakalao...Nomeilusionapegarbrin-cos.Niaspiroaencuentroscarnalesyesascosas que se tienen durante unas edades.P. ¿Está más eremita, entonces?R.Estoycasieremitatotal,salvoporalgúntalleryalgúncurrocolectivodecuandoencuando. De joven no podía soportar la so-ledad y ahora me place.P. ¿De joven no podía estar sola?R. Me resultaba muy complicado.P. ¿Por qué cree que era? ¿Se lo ha pre-guntado alguna vez?R. Puede ser porque éramos cinco her-manosysiempreheestadoentregente,denocheydedía.Pasardeesoaestarsolaenun cuarto, como estuve en París en 1968,resulta extraño. Es un aprendizaje.P.¿Tienealgodeautobiográficoestelibro?R. Sí, para qué negarlo.P. ¿Y quería que así fuese, sentía necesi-dad de contar su historia?R. No, ninguna necesidad. Pero me pare-cíainteresantesaberalgodeunatipadelaposguerra.Quesesupieracómoeran

por Víctor Rodríguez fotografía de Chema Conesa

PROTAGONISTAS ENTREVISTA

“Cuando cojo el autobús, alguna señora me reconocey me dice: ‘Uy, su marido, qué mal humor tenía’”

EmmaCohen

Debutó como actriz en la Barcelona bohemia de finales de los 60, estuvo en París en mayo del68 y durante 37 años convivió con Fernando Fernán Gómez tras conocerlo en un rodaje. Ahorale ha prestado su pasado a una artista vagabunda en una novela, Ese vago resplandor. “El únicoresplandor patrio que yo he vivido es el 15-M. La Transición no fue resplandor, sino apaño”, dice.

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EN SU JARDÍNLa actriz y escritora

Emma Cohen, de65 años, en el

exterior de su casa,al norte de Madrid.

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los descubrimientos de una niña del 46.P. De una bona nena, dice en la novela,una niña buena. ¿Lo era?R. Sí.P. ¿Cuándo dejó de serlo?R. Nunca... Lo que pasa es que me gusta-ban las ballenas, las jirafas, los pingüi-nos... Me gustaban más cosas, no sólo elámbito familiar; me sentía ciudadana delmundo, tenía ansia de saber, de leer, deescribir...Denoteneresavidaque,sesupo-ne, se les deparaba a las niñas burguesascatalanasyqueconsistíaencasarse,mejorsi era con alguien de más fortuna.P. ¿Se sentía rara?R. A mí me parecía de lo más normal.P. ¿Y compartía esas inquietudes conalguien?R. Bueno, en la universidad éramos ungrupo y se hablaba de eso como se ha-blabadeLorca,deLeónFelipe...Perocomola mayoría eran chicos, no tenían ese pro-blema y nunca llegué a tener coinciden-ciassobreeseaspecto...Loquepasaesquesi en casa decías que no querías eso, teteníasqueir.Yesloquehice.Fuesóloporeso, no porque me trataran mal, sino por-que entre mi familia y yo había una dife-rencia de pareceres tan enorme sobrecómo debían ser mis próximos años que,plácidamente, desaparecí del mapa.P. Plácidamente, o sea que su marchanofueunactoderebeldía,unportazo,un:“¡Me voy y no vuelvo más...!”.R. No, no hubo bronca. Fue una cosa másbien oriental [risas]. Estaba fuera y novolví. Quizá para saltarme la escena.P. Durante muchos años la llamaronmusa progre...R. ¡Muchos no, eh! Se lo prometo. Ojalá,pero eso duró un año.P. ¿Se sentía musa progre, signifique loque signifique eso de musa progre?R.Bueno,vivíaenunacomunaurbana,queno era casi ni hippy, pero, en fin, comonos llamaban a todos hippies, pues vale.Que una chica no viviera en su casa eramuy raro en Barcelona. Y como yo era laúnica, pues me consideraron musa un-derground y eso, porque no había más.P.¿Sepodíarespirar,entonces,yaalfinalde la dictadura?R. Era vivible. Un poco clandestino, deun clandestino soportado por el franquis-mo, menos cuando levantabas la cabezay se te veía la oreja, que ya te la cortaban.P. El mayo del 68 la pilló en París. Undescubrimiento...R.Hombre,imaginequellegaustedaEgip-to, a la plaza Tahrir, justo cuando empie-za la cosa. Usted va a ver las pirámides, ounosmanuscritosoasuprimoy,depron-to, leestallaaquelloenlacara.¿Quéhace?Lodisfruta,¿no?Dependedelosimpulsosde cada uno, claro, pero yo no tenía nadaenningúnladoysabíafrancés,asíquemefundíconello,formépartedelamovidaenplan peón. Y lo viví de cabo a rabo.P. Y eso marca, supongo...R. Pues se ve que en este país estupendo

eso sólo me ha marcado a mí, porque lue-gofueridiculizado.Quesiaquellofueunarisa,quequétontos,quenofueparatanto...A mí sí me marcó. Pero tampoco exage-remos:guardounallamaradadentro,perono estoy con mi mente en aquello.P. ¿De que sirvió el 68?R.Laclaseobrerafrancesaganóderechos;lasmujeresempezaronapodertenercuen-ta corriente propia… Hubo una serie delibertadesymejorólajusticiasocial.Diga-mos que hubo evolución, pero no la revo-lución a la que aspirábamos.P. Y después, ¿el desencanto?R.No,eldesencanto,no.Loquehuboesra-bia, un sentimiento de que si allí y enton-ces no había sido posible repetir la revo-luciónrusaofrancesa,entoncesesqueestátodo muy atado, muy controlado.P. ¿Qué sentimiento alberga en relaciónconsugeneración:dééxito,defracaso...?R. Bueno, vamos a ver, yo soy de la ge-neración de Jaime Chávarri, de RicardoFranco, de Emilio Martínez Lázaro, deEnriqueVila-Matas,deCristinaFernándezCubas, una generación de todo tipo…P. Me refiero a que su generación, y nohablosólodelagentedelacultura,es laque sacó a España del franquismo…R.No,yotengolaplenacertezadequemigeneraciónnosacóaEspañadelfranquis-mo. Franco murió cuando quiso, todavíanosehamuerto.Losdejesdelfranquismoexisten. Está claro en el asunto de la me-moria histórica: eso que se llamó Transi-ciónnohasolucionadoexactamentenada.Ganaronlaguerraylosaben,yaquínohahabido juicio, no ha habido justicia. Y es-tamos en lo que se puede estar, en lo quepermitenlosvencedores.Yonopuedoes-tar orgullosa ni no orgullosa de mi gene-ración. Puedo entender, pero no califi-car,decirquéestupendosoquébotarates,porque, realmente,nohahabidomásquelo que se ha podido hacer en la coman-da azul. En todo mi recorrido vital, el úni-co vago resplandor patrio que yo veo,por utilizar el término, es el 15-M. No veootro.NoveolaTransicióncomovagores-plandor, sino como apaño.P.¿Quiéneramásradical,FernandoFer-nán Gómez o usted?R. No lo sé, me parece que yo. Pero es queFernando había visto otras cosas, habíasentido otras cosas… En cuanto echó unafirma [en 1962 un grupo de 41 intelectua-les,entreellosFernánGómez,firmóunma-nifiesto en defensa del derecho a huelgade los mineros asturianos] lo prohibie-ronenTVE,recibióunrevolcónimportan-te. Los dos somos anarcosolidarios, cadauno según su carácter. No sé, no creo quehubiese uno más radical que el otro.

P. ¿Le importa si hablamos de él?R. No, qué va.P. ¿Qué vio en él? ¿Qué cree que vio élen usted?R.Hombre,noséloquevioenmí.Paramí,eraunodelosseresmásinteresantesdelaPenínsula. En aquella época, en el teatro,teníamosdosmitos:FernandoFernánGó-mez y Adolfo Marsillach.P.ConMarsillachyahabíatrabajado,¿no?R. Había hecho Marat Sade en Barcelo-na antes de que lo prohibieran, o sea, tresdías [risas]. Y, ¿qué vi en Fernando? Puesvi a un pelirrojo. Me encantan los pelirro-jos. En la facultad había uno, pero era delOpus y, claro, no pudo ser [risas]. Yo creoque a Fernando y a mí nos unió la lectu-ra. Nunca parábamos de hablar de libros,nos gustaba ir a las librerías, a la cuestade Moyano… Nos hicimos amigos y has-ta 2007 no nos separa-mos. Bueno, tuvimosun año sabático.P. El año que ustedpasó con Juan Benet...R.Sí,perofueunañosa-báticoporambaspartes.P. ¿Volvieron con másfuerza?R. Nos dimos cuentade que éramos insus-tituibles.P. ¿Era un hombretierno?R. Muy tierno. No heconocido persona másbuena. Y he tenido lafortuna de pasar 37añosconél, ¡soyunaen-chufada [risas]!P. Porque fueron 37añosconél,notrasél...R.No,no,no,37añosdi-vertidísimos y muybuenos, muy gratos.P. Era un personajequerido, o si no queri-do, admirado...R.Hombre, tuvo aquelinfortunio de que hubiera cámaras el díaque se cabreó y dijo aquello de: “¡Vá-yase a la mierda!”. Coincidió con un mo-mento en que la televisión repetía todolo que les parecía que resaltaba de la me-dia. Ese “¡a la mierda!” yo lo vi, no sé si3.000 veces en las distintas cadenas…Y desde ese momento, sin que impor-tara todo lo que había hecho antes, pasóa ser sólo un irascible.P. ¿De verdad tiene esa percepción?R. Sí, sí...P. A ver, fama de cascarrabias sí tenía...R. ¡Peroesquenoeracascarrabias! ¡Esque

él era el de las tertulias hasta las tantas, elde hablar y callar y reír…! Pero pasó a serese para la gente.P.¿Deverdadlocree?Másalládelaanéc-dota,lagentehabladeélconadmiración...R. No, no, no. Y no podrá convencerme,porque cada vez que cojo el autobús yalguna señora me reconoce, se me acer-caymedice:“Uy,sumarido..., ¡quémalhu-mor tenía…!”. Vox populi, Fernando es uncascarrabias, y ya está.P. ¿Y ya está?R.Yyaestá.Yhayqueapechugarconelloy así ha quedado. Una vez fuimos a unauniversidad, no recuerdo en qué ciudady, de pronto, encendieron las luces y to-dos gritaron al unísono: “¡¡¡A la mierda!!!”[risas]…Lohabíanpreparado, fueemocio-nante. En vez de Capitán Alatriste le lla-maban Capitán Alamierda… Anécdotas

como esas hay 4.000.Y todo fue a partir delespanto aquel… No esque te hunda, pero sídistorsionó la imagenreal de Fernando.P.¿Cuándoselohapa-sadomejorensuvida,los24primerosañosolos 37 siguientes?R.Pues me lo he pasa-do muy mal y muybien en la vida. Perosiempre que me lo hepasado mal he inten-tado atajarlo lo antesposible,porquenosoyde pasarlo mal, no megusta.Lamentocomu-nicarlequeestavidalahe disfrutado mucho.P. ¡Vaya!, pues lamen-to oírlo...R.No,esqueesverdad,parece que no estábien visto… Pero yotengo mucha capaci-dad de disfrute, disfru-to de cualquier cosa. Y

no sé, habré tenido eso que llaman suer-te. Bueno, la suerte ha sido un pelirrojo.P.¿Noechademenoshabertenidohijos?R. No. Yo creo que nací con carencia deldeseo de ser madre engendradora. Megustan los niños, me entiendo muy biencon ellos. Pero no hay nada que me hayaimpulsado a engendrar, a parir... Carez-co de ese sentimiento; nosoyunamujercompleta.��

“Creo que nací con carencia del deseo de ser madre engendra-dora. Me gustan los niños, me entiendo muy bien con ellos,

pero no hay nada que me haya impulsado a engendrar, a parir”

ESE VAGO RESPLANDOR, DEEMMA COHEN, ESTÁ PUBLICADO

POR REY LEAR EDITORES.

NI BÓTOX NI BISTURÍPreguntada si es guapa, Cohencontesta: “He sido muy guapa. ¿Leenseño una foto y se cae deespaldas?”, y trae esta imagen. Latomó la fotógrafa Montse Faixatcuando ella era una veinteañera.Hoy, dice, ya no le importa verse ono verse guapa. “Con un 6-5, sinpasar por bótox ni quirófano,somos como somos”, afirma.

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TEXTOTRADUCIDOAL INGLÉS

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de Francia, con 380 piezas. Slim ha hechosu fortuna a través de un extenso conglo-meradodeempresas,sobretodoenelsec-tor de las telecomunicaciones, con impor-tantes participaciones en grupos comoPrisa y diarios como TheNewYorkTimes.

Elañopasado,segúnlarevistaForbes,su-peróaBillGatescomoelhombremásricodelmundo,graciasenparteasucompañíatelefónica América Móvil. Era la primeravez en 16 años que tal honor no recaía enun estadounidense. Y este año ha vueltoa liderar la lista.

Suimperioabarcatambiénbanca,comer-cio minorista, minería, construcción, res-taurantes, artes gráficas y seguros. Suscríticosleacusandecontrolarmonopolios,sofocar la competencia y forzar subidasde precios, y también de que se beneficióde la privatización de empresas públicasa precios irrisorios. Sus partidarios sostie-nen que es un empresario clásico al estiloantiguo, con un ojo clínico para las em-presas que cotizan por debajo de su valor.

Elámbitoquecontrolaestangrandequeel mexicano medio se levantará de unacama con sábanas de las tiendas del mag-nate; comprará el pan en una de sus pa-naderías y conducirá un coche aseguradopor él. Llamará a sus amigos con un telé-fono propiedad de Slim, comerá en unode sus restaurantes y fumará sus ciga-rrillos. México es Slimlandia.

Sin embargo, el rey de Slimlandia limitasus idas y venidas a un pequeño rincónde su reino. La zona de Lomas de Chapul-tepec,enlascolinasaloestedelaciudad,seconstruyó en los años 30 como zona resi-dencial para las clases pudientes. Su em-presa y su casa, a menos de cinco kilóme-tros del lugar donde nació, y en la que havivido los últimos 38 años, están aquí.

Circulamos deprisa por las calles mien-tras Slim le dicta a su secretaria Silvia, porel manos libres, una carta dirigida al di-rectordecineGeorgeLucas.“Fueestupen-doverlotandeimprovisoelotrodía–dice–.Debería venir a México para pasar juntosunos días”. Enseguida se corrige: “Cam-bia eso. Suena demasiado gay”.

PoneaSarahBrightmancantandoDon’tCry For Me, Argentina. “¿Le gusta la mú-sica?”, pregunta. Respondo que sí, pero lepidoquepongaalgomexicanoquelegus-te a él. Se desplaza por la pantalla del or-denadordelsalpicaderoysedecideporLosBukis,ungrupomelódicodelos70.Suhijoponelosojosenblancoanteelgustocursi-lón de su padre.

Disminuye la velocidad al acercarnosalacasadondeviviódeniño,mientrasse-ñalalascallesenlasquejugabaalbéisbol.Apasionadodeestedeporte,esasiduodelestadio de los Yankees en Nueva York ytiene un conocimiento enciclopédico delas estadísticas de los partidos. “Me apa-sionanelbéisbolyel fútbolamericano.Elrugby,sinembargo,no.Yojugabamuchoaquí, en la esquina de esta calle”, cuenta.¿Practicaalgúndeporte?“Sí,pelotazoysi-

FORTUNAS CARLOS SLIM Y SU MUSEO

Hay que ser valiente para enfrentarseal tráfico de México DF. Ahora bien, al vo-lante de su coche, Carlos Slim, el hombremás rico del mundo, disfruta con los de-safíos. Seguido por una caravana de guar-daespaldas que le pisa los talones en sus4x4,elMercedesazulmarinosemueveágil-mente entre los carriles. “¿Le importa si laasusto un poquito?”, dice con los ojos bri-llantes,mientrasacelerayavanzaatrompi-cones por las calles congestionadas.

Carlos Slim Helú no es un multimillo-nario cualquiera. Su hijo, Marco Antonio(Tony), de 42 años, que viaja en el asientode atrás, se ríe cuando le pregunto si nor-malmente es su padre el que conduce sucoche. “Siempre”, responde.

A pesar de una fortuna estimada en74.000millonesdedólares(unos61.000mi-llones de euros), este hombre de 71 añosvive en una modesta casa de seis habi-

taciones a kilómetro y medio de su ofici-na y no tiene ningún interés en yates omansiones. Puede que su traje gris a ra-yasestéconfeccionadoporBrioni, lamag-nífica sastrería italiana, pero su reloj es delo más corriente, con una sencilla esfera ycorrea de cuero. Sus mocasines de pielnegrabrillanimpecables,peronomásquelos de cualquier otro empresario.

De hecho, sus únicas concesiones al lujoson los puros cubanos, de los que siem-prehayunacajaencimadelamesadecen-tro de su despacho, y su pasión por el arte.En el vestíbulo de la sede de su grupo em-presarial,GrupoCarso,enundiscretoedi-ficio del barrio financiero de la ciudad,hayunaPiedad,deMiguelÁngel,enbron-cey,enlasparedes,obrasdeVanGoghyElGreco. No en vano, suya es la mayor co-lección de arte privada de México y la co-lección más importante de Rodin fuera

Porsegundoañoconsecutivo,elmexicanoCarlosSlim,71 años y un patrimonio de más de 61.000 millones deeuros,eselhombremásricodelplaneta.Pocodadoalasgrandes exhibiciones de poderío, el arte se ha revela-do, no obstante, como su particular talón de Aquiles. YlanuevasededelMuseoSoumaya,dedicadaasudifun-ta esposa, su capricho más caro. por Harriet Alexander

MÁS RICODEL

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EN QUÉ SE GASTA EL DINERO EL HOMBRE

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llonbol”,diceconsorna, refiriéndosealoscócteles y a un buen sofá. Entramos enlacasadesuinfancia,unaviviendadedospisos, con una arquitectura casi gótica,custodiada por hombres elegantementevestidos.Nadiehavividoaquídesdehacemásde20años,peroesunapartemuyim-portante de su vida. Cuando en octubredelañopasadosecasóCarlosSlimDomit,el hijo mayor, de 43 años, la familia se re-unió aquí para las fotos de la boda.

“Lacasademispadresestállenadecosasextraordinarias que queremos conservar–advierte–.Tieneunavertienteartística:lostechosestánpintados,hayestucos...Formaparte de mí”, asegura. El interior es unmuseo, conservado con cariño, dedicadoa su juventud. Las paredes están llenas delos retratos un tanto hieráticos de sus cin-co hermanos y hay un enorme cuadro alóleo del patriarca Julián Slim Haddad. “Elcuadro se pintó cuando mi padre tenía 32años pero, en mi opinión, parece muchomayor, como si tuviera 52”, comenta.

DESDE LÍBANO. SlimpadreemigródesdeLí-bano a México en 1902, huyendo del ser-viciomilitarobligatorioenelImperioOto-mano. En 1911 abrió una tienda deconfecciónantesdecomprarpropiedadesinmobiliarias y convertirse en empresa-riodeéxito.En1926secasóconLindaHelú,también hija de inmigrantes libaneses.

Alos12años,CarlosSlimyaseguíalospa-sos de su progenitor y realizó su primeracompra de bonos del estado. Slim padrele enseñó contabilidad, a leer balances y allevarregistros.Ensudespachonotieneor-denador;elmagnateprefiereregistrarme-ticulosamente sus datos en cuadernos.

Sobre el origen de su fascinación por elarte, asegura: “Mis padres no eran artis-tas, pero yo siempre estuve rodeado decosas bellas. Además, México es un paísque ha pasado por miles de años de arteycultura,desdelaépocaprehispánicahas-ta la época colonial, todos esos edificios,esas iglesias, esas plazas. En México exis-te esa atmósfera”, explica. “Estudié in-geniería en una universidad nacional, laUniversidad Autónoma, en San Ildefon-so,yallíhayarteportodaspartes.Esprecio-sa.Lacaraartísticadetodosnosotros,creoque la mejor manera de apreciar el arte,es a través de la arquitectura. La arquitec-turaesimpresionante:labellezadelosedi-ficios, de los templos…”, reflexiona.

“Cuando era pequeño fui a las pirámi-des aztecas con mis padres. Me impresio-naron mucho, y me sentí orgulloso de losmexicanos que las habían levantado”, re-memora.Acontinuación,señalaunamesade despacho y me pide que abra un ca-jón.Ensuinteriorhayunaradioinalámbri-ca,alparecertraídadirectamentedeunpla-tó de cine de los años 40, y se ríe ante miasombro;disfrutaenseñandolosrecuerdosde su niñez, congelados en el tiempo. Seacerca a un armario que custodia una co-lección de vasos de vino. Fue propie-

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MILLONARIOPor segundo año,el mexicano de 71

años haencabezado lalista de Forbes.

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HIPERREALISTAEl bebé de estafoto no es real,

aunque loparezca, sinoun muñeco.

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con estos muñecos hiperrealistas. Cuan-do lo tuve al lado, me invadió cierta in-dignación, porque sentí que me habíantomado el pelo. Experimenté un senti-miento ambivalente: alivio al ver que elrecién nacido era de goma y rechazoal comprobar su inquietante parecidocon uno de verdad.

Rebecca confirma que las reaccionesque provocan en la gente son muy cu-riosas. “Si salgo por ahí y sujeto el mu-ñeco de forma diferente a como cual-quiera sostendría a un bebé, la gentese pone furiosa. No puedo llevarlo decualquier manera, sujetándolo solo conun brazo, por ejemplo, porque me di-cen: ‘¡No hagas eso!’, la gente se ponecomo loca, aunque sepa que no es real”,relata la artista.

UN NUEVO FENÓMENO. Los Reborn (re-nacidos, en inglés), que es como se lla-man, son, para quienes los fabrican,auténticas obras de arte; para los co-leccionistas, simples muñecos, y paraquienes los compran, muchas vecesson un medio para recordar a algúnniño y, en algunos casos, el sustitutode ese hijo que no han tenido.

Por eso no son juguetes, como podríaparecer a simple vista, sino unos ar-tículos mucho más complejos. Protago-nizan un fenómeno que surgió hace sie-te años en Estados Unidos y que estádando la vuelta al mundo. En torno aellos se organizan congresos, se expor-tan a cualquier rincón del orbe y hanprovocado la aparición de empresas de-

dicadas a confeccionarles ropa y com-plementos a medida.

Pero los accesorios no son estricta-mente necesarios para disfrutar deellos. Donna Rubert y Denise Pratt sondos de las creadoras que gozan de másprestigio en este momento, capaces dereproducir los ojos hinchados de un re-cién nacido o sus regordetas manos. Elprimer paso es dar forma a los cuerpos,que se elaboran con vinilo.

La segunda fase de esta gestaciónartificial, en la que con frecuencia par-ticipan diferentes artistas, consiste enaplicar varias capas de pintura parareproducir las rojeces, las venitas quese intuyen a través de la piel y resaltarlas arrugas del recién nacido.

El cabello se consigue pintándolo o co-locando en la cabecita suaves hebras depelo de cabra. Se tarda una semana enterminar un muñeco cuando se le pintael pelo y un mes cuando se le injerta conla técnica llamada rooting o microroo-ting, pues el pelo se coloca uno a uno.

Al pequeño se le da el peso adecua-do con rellenos de tela o de materia-les sintéticos. Al final, lo único que nocomparten con los de carne y huesoes la temperatura corporal. El monta-je acaba con la colocación del corres-pondiente pañal y la ropa.

En España, la valenciana Yolanda Mar-tínez elabora desde hace tres años suspropios bebés Reborn –la técnica aterri-zó en nuestro país hace cinco y es aho-ra cuando comienza a convertirse en unboom– y, según cuenta, es sólo ella la

que, a partir de un muñeco de vinilo,hace renacer a estas criaturas con unaspinturas especiales, que sella a una tem-peratura de 130 grados en el horno.

Una vez terminados, sólo les queda na-cer. Un alumbramiento que suele produ-cirse en un escenario muy diferente alde un paritorio: en Internet. A travésde las páginas web de los fabricanteso de otras como eBay, donde se pue-den conseguir los más rudimentariosporunos120euros.Elabanicodeprecioses tan extenso como modelos existen ylos hay que llegan a los 12.000 euros.

FABRICANTES Y MADRES. Claire Hughes yMin Li son dos creadoras de Rebornbritánicos que se muestran plenamen-te convencidas de que su actividades una manifestación artística más.Hughes destaca “lo convincentes queresultan. Mi madre trabaja en una resi-dencia de ancianos y cuando les lle-vo uno les encanta. Creen que es deverdad y es asombroso la gran tranqui-lidad que les produce”.

Hughes cree que son un hobby más,pero típicamente femenino. “Igual quejugar con maquetas de trenes eléctricoso sentarse a la orilla de un río durantehoras a esperar que pique un pez sonpasatiempos muy masculinos”, afirma.

Min Li tiene tres hijos varones, de car-ne y hueso, y explica que, aunque al prin-cipio comenzó a construir muñecos-bebés sólo para ella, ha acabado creandotodo un imperio en China. “La mayoríade los bebés occidentales tienen poco

MATERNAL. Lamujer de la

izquierda trata asu muñeco

Reborn como aun bebé real.

TAMBIÉN “NACEN”EN ESPAÑAHace ya cinco años que llegó anuestro país, procedente de EstadosUnidos, esta afición por fabricar –ycoleccionar– unos muñecos hipe-rrealistas que simulan a la perfecciónla anatomía de un bebé real. Y en estetiempo, el fenómeno Reborn (nombrede la técnica con la que se fabrican yde los muñecos resultantes) haalcanzado niveles impensables; sólohay que poner en Google las palabras“Reborn España”para averiguar todolo que se muevealrededor de estascriaturas: exposi-ciones, foros,encuentros defabricantes,cursos, certifica-dos –el mediterra-neanreborn avalaque se ha empleado la técnicacorrecta en la elaboración delpequeño–. Incluso hay dos aficiona-das y fabricantes, Raquel Recuero yPatricia Gálvez, que han puesto enmarcha la plataforma RebornParadise (www.rebornparadi-se.com), “para generar un entornoespecial para todas las artistas delReborn de habla hispana, dondereunirnos para seguir creciendoartísticamente, resolver dudas,compartir experiencias, trucos...”.

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pelo, mientras que los chinos nacen conun montón. Por eso, para este mercadolos hago con una cabellera abundante y,sobre todo, hago niños, un vestigio de lapolítica china del hijo único, aunque laverdad es que también les encantan lasniñas”, asegura.

OTRO HIJO MÁS. En cuanto a sus clientes,las fabricantes norteamericanas CherSimnitt, Diana Mosquera y Gia Heathlos describen “como gente que se invo-lucra emocionalmente con los muñe-cos”. Según relata Simnitt, “algunaspersonas los adquieren porque deseantener más hijos pero, por el motivo quesea, no pueden. Otras buscan uno aimagen y semejanza de su auténticochiquitín, porque el de verdad se hacemayor y no quieren perder esa sensa-ción física y emocional de acunar a unrecién nacido. Incluso hay familias queencargan un muñeco que simule un re-cién nacido para regalárselo al abueloy luego, cuando este muere, vuelve asus manos como una hermosa reliquia”,

Gia Heath recuerda el caso de una mu-jer que no podía tener descendencia.“Acordamos una cita y me dijo muy ilu-sionada: ‘Esta es una foto mía y esta esde mi marido, ¿cree usted que podría ha-cer un bebé que se nos pareciera?’”. To-davía se le pone la piel de gallina cuan-do recuerda otra de sus experiencias:“Hace unos años una señora me encar-gó un muñeco que se pareciese a su ma-rido cuando era pequeño. Era para rega-lárselo a su suegra. Me pareció una granmuestra de amor”.

pués de haber tenido una relación así,cuando la otra persona fallece es comosi te amputaran algo a ti. Yo me mi-raba las manos y me decía ‘no sé quehacer, no sé qué hacer conmigo mis-ma’”. Hasta que encontró a sus bebés.

Por su parte, Heath perdió a su hijacuando no tenía más que dos meses,pero asegura que esa tragedia no con-diciona su vida: “Si fuera a tener otravez una hija, me encantaría que tuvie-ra los ojos verdes y que su pelo fuera pe-lirrojo oscuro, con la piel blanca comoel alabastro y sin pecas. Es un sueño ylo sé, y cuando materializo en un muñe-co estos rasgos, me doy cuenta, y soyconsciente de que no es más que eso,un muñeco”, asegura

CON VERGÜENZA. Durante cuatro años,la fotógrafa Rebecca Martinez ha re-copilado multitud de historias, ade-más de imágenes sobre las reaccionesque estos muñecos provocan en lagente: desde quienes se quedan casien estado de shock al verlos y no quie-ren ni tocarlos hasta aquellos a quie-nes aparentemente no les despier-tan ningún sentimiento, y que, sinembargo, empiezan a acunarlos comosi fueran de verdad. También estánlos hombres, quienes, fundamental-mente, emplean los bebés para gastarbromas a otros hombres.

Según Martinez, “la gente te dice quequiere cogerlos, y luego sienten una es-pecie de rechazo porque, aunque sabenque son muñecos, están hechos paratransmitir, y lo hacen, una sensaciónmuy real. A menudo se ponen a me-cerlos y a arrullarlos, pero al rato se dancuenta de que lo que están haciendo notiene sentido y se avergüenzan. Sabenque no son reales y se siente apuro porhaber actuado como si lo fueran”.

“Es algo muy profundo –prosigue la fo-tógrafa–, algo biológico que hay en laspersonas, algo instintivo que tenemos,que hace que automáticamente quera-mos cuidar de un bebé. Sin embargo,también provocan, aunque menos, reac-ciones contrarias. En cierta ocasión,hubo un hombre que cogió un Reborn,se puso muy tenso y acabó tirándolo alsuelo. Le dije que cómo se le ocurría, queera un artículo carísimo, pero él estabatannerviosoyagarrotadoquenimecon-testó ni se movió durante varios minu-tos. Estaba temblando...”.

Si se considera arte, el fenómeno Re-born no deja de ser una provocaciónque los espectadores aceptan, pero loincreíble son los sentimientos que ge-neran... Y ahí están las fotos de Rebeccacomo testimonio del amor que a ve-ces despiertan y reciben. ��

Estas tres artistas coinciden al afirmarque, en muchos casos, la compradora–casi siempre son mujeres– que de-cide adquirir un Reborn, lo hace parapaliar el dolor por la pérdida de un hijo.En ese caso los denominan bebés recor-datorio. Cher Simnitt, que durante untiempo compaginó su trabajo de coma-drona con la creación de estos muñecos,cuenta cómo ayudó a una mujer que es-taba en su decimosexta semana de em-barazo. “En una revisión se comprobóque el corazón del feto no latía y huboque practicarle un aborto. Ella quería sa-ber cuál era el aspecto físico del bebé,pero le daba miedo verlo, así que le lle-vé uno de los bebés que yo hago y ledije: ‘Este es exactamente el aspecto quetenía’. Se lo llevó y, después de tres se-manas, me lo devolvió. Me contó quedurante ese tiempo había necesitado te-ner algo que pudiera tocar para cana-lizar la profunda tristeza que sentía.‘Ahora ya puedo prescindir de él’, medijo. Sé que esta historia puede pare-cer un poco rara pero, sea lo que sea,lo cierto es que a ella la ayudó a su-perar la pérdida”.

Simnitt no es la única de estas creado-res que, antes de destinar todo su tiem-po a este hobby, se dedicaba a acti-vidades relacionadas con los niños.Casi todas eran matronas, profesorasde niños escolarizados en casa..., y tam-bién todas habían cuidado a otras per-sonas desde muy jóvenes.

Así, Simnitt estaba al cargo de su ma-dre, en silla de ruedas, y trabajaba en unhogar de acogida que alojaba a 125 be-

CON O SIN PELO. El cabello de los muñecos Reborn puede ser de cabra, como el que está empleando la mujer de la izquierda, o pintado (derecha).

OMBLIGO. Los muñecos que simulan a un reciénnacido tienen incluso parte del cordon umbilical.

bés y niños. Heath tenía hijos adopta-dos, y la de Mosquera era la experien-cia típica de la hija mayor de una granfamilia: “Siempre me hice cargo de mishermanas. Además, como teníamosanimales en casa, yo también ayuda-ba a criarlos. Siempre había algún par-to a mi alrededor”.

Más significativo aún es que tantoSimnitt como Heath sufrieron la pérdi-da de algunos familiares antes de em-pezar a fabricar las muñecas. Simnittperdió a su madre, a la que había esta-do tan unida que, según cuenta, “duran-te 12 años, yo fui su cuerpo. Cuando co-míamos, no usábamos más que un soloplato, y yo tomaba un bocado y ellaotro; hasta nos bañábamos juntas. Des-

EN LA WEB DE DONNA RUBERTS WWW.DONNARU-BERTSDOLLS.COM Y EN LA DE YOLANDA MARTÍNEZ,

WWW.PARECEMOSBEBES.COM

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Decidida a experimentar en propia car-ne si la neofaja es o no es un instrumen-to de tortura, me lanzo a la investigacióndecampo.Aterrizoenlaseccióndecorse-teríadeunosgrandesalmacenesconlain-tencióndeprobarunabuenaseleccióndeprendas. Primer hallazgo: las fajas estánportodaspartes.Hastahacemuypoco,elgrueso de la oferta corsetera estaba com-puestoporsujetadoresyconjuntosdesu-jetadorybraga.Lafajaocupabaundiscre-torincóndelestablecimiento.Perohoylashay de todos los estilos (enterizas, pan-talón corto, largo, camiseta, corpiño, tipofalda…) en prácticamente todos los ex-positores. Casi cada marca ha creado supropialínea,desdePlaytexhastaLaPerla,pasando por las más específicas como lapionera Spanx o Maidenform.

PÓNGAME DOS. Veo una faja fucsia deTriumph anunciada por la modelo IrinaShayk, más conocida por ser la novia deCristiano Ronaldo. Y, claro, me asalta unaduda:¿deverdadnecesitafajaIrinaShayk?Bueno.SiMileyCirus,SiennaMilleroGwi-neth Paltrow la necesitan, ¿por qué no Iri-na? Y, a continuación: ¿por qué no yo?Decididamente,hayquedarleunaoportu-nidad al asunto de la presión. Porque, nonosengañemos,pormuytecnológicaquesea una faja, no deja de ser algo que aprie-ta, tanto como lo hacían las de los años50, sin las cuales el New Look de Chris-

tian Dior, con esas insultantes cinturasde avispa, no hubiera pasado de quime-ra.“Sin fajas y corsés no puede habermoda” dejó dicho el propio modisto. A fi-naldeladécadadelos50, lafaja represen-taba cerca del 40% de las ventas de la in-dustria corsetera por volumen.

Entro en el probador con un buen puña-dodefajasdiferentes.Mepeleounratoconla primera, una faja-pantalón de color ca-mel.Unavezdentrodeella,puedodarfedeque sí, reduce: tal vez una talla, como pro-mete lapublicidad.Oiga,meveocasicón-cava.Idealparaalgunaalfombraroja.Pero,¿irasídeapretadaundíaentero?Ladepen-dientamedicequesí,vale,aprieta,peromepromete que lo hace “suavemente”. Ah.

Me pruebo otra que es como un pichi,unaespeciedeminivestidoelásticoconti-rantesyungranescotepensadoparaquelleveselsujetadorylafajaempieceaopri-mir tus formas justo debajo de la clavícu-la y hasta los glúteos. Se cierra gracias aunos 50 corchetes, los clásicos de corse-tería (para mujeres con tiempo). Cuandoestás de pie y erguida no hay problema.Pero cambiar de posición, sentarte, aga-charte, arrugarte, se complica, no porquenopuedas,sinoporquemolesta, laprendaentonces aprieta más alrededor de las zo-nas donde se pliega. Así que la preguntaes: ¿de verdad es buena la relación be-lleza-comodidad?VuelvoconCristinaTá-rrega, que cree que sí, definitivamente sí.

La presentadora no sólopiensa que las nuevas fajasson beneficiosas por susefectos estéticos sino que,además, lesatribuyeefectossaludables:“Lafajahacequevayas erguida. Contrarres-talatendenciaaagacharnosque tenemos las mujeres”.

Aunque Tárrega no la veprendadediario,semuestraencantada con el regresotriunfal de una prenda queconsidera tan favorecedoracomo “protectora”. A su fa-vor también se manifiestaCarmen Navarro, propieta-riadeunacadenadecentrosde belleza: “Ahora la mujersecuida,perohayzonasconflictivascomoson los flancos y el abdomen que, debidoa la edad, pierden tono y acumulan gra-sa. Gracias a estas nuevas fajas, la mujermodela su figura pero con comodidad ysin que parezca que lleva ropa interior”.Vale, cada uno tenemos una idea diferen-te de lo que significa comodidad. Pero, ¿ylo de modelar? ¿Acabó lo de transformar-nosconbisturíyllegaelamasarnoscomosi fuésemos barras de pan?

Laura Manzanera, autora de Del corsé altanga.100añosdemodaenEspaña(Ed.Pe-nínsula)consideraque“lasfajasactuales,alasquellamaneufemísticamente‘prendas

moldeadoras’,sonfrutodesutiempo. En el tercer milenio,lagenteyanoquiereparecerrica; su prioridad es parecerjoven y delgada, y es aquídonde la faja juega su papelsimulador”.Nonosquedadi-nero, sólo cuerpo, al parecer.La doctora Matveikova ob-serva el regreso de la fajacomo“unareferenciaalade-sesperación por las formasperfectas y sensuales quenos exigen la moda y la so-ciedad y también al fracasodenoalcanzarlatalladesea-dayaúnmenosmantenerla”.

...Nipoderpagarla,quediríaEly del Valle: “Esto debe de

ser cosa de la crisis. No es lo mismo gas-tarse 600 euros en 10 sesiones de cavi-tación, que 60 en una faja reductora... Lasmujerescelebramoselregresodelafajapor-que sin tener que renunciar a los peque-ños placeres gastronómicos de la vida, y acambio de ceder algo de capacidad pul-monar, podemos presumir de meternosen la talla de Kate Moss sin que se notequedondeellatienelapiel tersacomounaberenjena, nosotras escondemos una coli-flor”.“Paraincómodos,loszapatosdetacónde 12 cm y las corbatas”, defiende por últi-mo Maya Hansen. Al final, va a ser que lamoda,comoDios,aprietaperonoahoga. ��

SIN COSTURAS. Una faja deúltima generación, a cargo de la

ya mítica firma Spanx.

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