del campo - sindicalismo y peronismo (cap. 2-3 y segunda parte)

Upload: maria-jose-mansilla

Post on 14-Jul-2015

81 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    1/57

    . . Hugo del Campo

    Sind ica l ismoy perorusmoBibl loteca de Ciencias SocialesDirector: Mario R. dos Santos

    los comienzosde unvinculo perdurable

    I.S.B.N. 950-9231-03-9 clacsoDisano gratico: Oscar DfazComposici6n e impreslon: Artes Gralicas Santo Domingo S. A.

    \.Primara adiclon: agosto de 1.9.83Quada hecho ai-deposito que marca la ley 11.723Copyright de todas !as ediciones en espariol parConsejo Latl noameri cano de Clencias Sociales (CLACSO)Av. Callao 675, 39 E, Buenos Aires, Argentina

    Consejoi.aunoemertcarode CienciasSociales

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    2/57

    2. La clase obrera en una epoca de transici6n\ '. \,\Ii jl

    IrII/

    I

    I II1i/

    Hasta 1930, el movimiento.obrero se habla pasarrOl lad? .~ al marcode una estruclura econ6mico-social ralatlvamanta astable ..Desde anton-cas, la cusls econ6mica mundla!" prlmero y la forma en que se reorganl-zaron Ias relaciones sconomlcas internacionales despues, hicieron queesa eslructura se fuera transformando. Ese proceso, que impl icaba cam-bios Importantes en la compoelclon de la clasa obrera y en su papel enla sociedad, no era tan Iacil de perciblr mientras se estaba raallzando,y escap6 en gran medida a la captacion de los di rlgentes slndlcates ypol iticos. Su adaptaclon a las nuevas condiciones que lmponla una re-alidad rapldaments camblante fue enlonces dltlcultosa El incomplete, ytsrrnlnaron slendo superados par la rnisrna.

    Trataremos aqul de sin tetizar los aspectos esanclales de esos cam-bios y sus repercusiones sobrs la composic16n y la situaci6n de laclase obrera.

    La crisis econ6mlcs y la desocupac16nDado el alto grado de Integracl6n de la. Argentina en a! rnercado

    mundial, la crisis desencadenada en los centros capltallstas desda finesde 1929 no podla dejar de repercutir lntensamente sabre su economfa.La calda de la demanda y de los precios en Europa pronto sa tradujoen dismlnucl6n del vo lumen y, sobre todo, del valor de las exportacio-nes (que sa radu]o a la mitad), 10 q ue lIevarla a un retroceso en 1a actl-vldad agrfcola-ganadera. AI mismo tlernpo, la transferencla de capi lalesal exterior debllito el valor .deJa monsda, que sufrl6 una devatuaclondel 40 %. Ante esta situaci6n, para cumplir con sus obllgaclones finan-cff irM'" en al exter ior, 01 goblerno deb16 llmitar sus gaslos -mediante I~reduccl6n, entre otras casas, do las obras pubtlcas y del suoldo de losompleados- y aumenlar sus ingresos Incrementando los Impuestos (yestablectendolo a 10$ redltos}, Finalmente, tanto para cubrir las necesl.dades Ilscales como para equl llbrar la balanza comercial desa lentandolas lrnportactones, se ( 'Jlevaron los derochos ~duanoros.

    31

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    3/57

    _"-,Todo esto influy6 en forma contradlctoria sobre la activldad indus-trial: 1

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    4/57

    llferaclon de pequefi os tallares, al avari ce de 111gran Industria era tam-bl6n considerable.

    A eUo contrlbula en gran medlda el hecho de que la mayor partede las lnvsrslonss extranjeras --a difsrencla de 10 que habla ocurridohasta entonces- se C orienta ban hacia la Industria. Asl aparecleron enesa epoca.vpor ejernplo, Nestle, Suchard, BOis y Quaker Oats entre las,al lrnenticlas. Sudamtex, Anderson Clayton y Duci lo "a ,r' ilre' las texti les;Firestone, Plrelli y ,Michel in en la Industria del ceucho-' Phi lips, GeneralElectric y Osram en ta de artefactos etectncos, Johnson y Johnson, Ab-bot, Pond's y Coty en productos tarmacsutlcos. Santa Rosa, Ollveltl yNational Laad entre las melaIOrgicas. En su rnayorla de orlgen norte-arnerlcano 0 europeo continental, estas empresas apr ovechaban las aliastasas de ganancla qua proporctonaba un mereado protegido y en ax"pansi6n. Pero a pesar de sus dimenslones, las empresas extranjerassolo representaban, en 1935, un 50% de [a produccicn nacional ; etresto ccrrespondla a una multitud de pequafias y me dranas empresasde capital naclonal w, .'.. Las rarnas que se desarro!!aron mas rapldamente tuarcn ta de rna"q~inarias-Y"~~I~acto~~el;~I;I~dS y la de oer.vaaos oel caucno: casl maxis-tenles hasta 1930, se beneticianan con la arnpuacion del consume (elec"tri flcaci6n, auge del automotor) Y cQ!l fuertes Inversiones extranjeras,Las siguen la de rctinacron del petr oreo (nuevarnorue e! aulol)1_oOr ) y lade rnaqulnarlas, vehlculos y equipos. Pero las mas lmportantes para lasusti tucron de irnpor tacrones lueron la textrl y la de ahrnentacion y be"bides. Estos rubros, que representaban todavla un 39 % del valor delas importaciones en 1933 podlan beneficiarsa can los bajes precios de lamatena p rima nacionat.

    EI 71 % de los establecimientos textiles censados en 1946, con un50 % del personal y un 54% de ta produce-on, haotan sido Iundadosdespues de 1930 GO. Ya en 1933 la producc ion nac lonat proporcionaba latotalidad de los hilados y el 80 % de los tejidos de lana, pero solo larnitad de los hilados y el 25% de los tejldos de algod6n. Seis afios des-puss, cast todos los hilados y el 40% de los tejldos de algod6n se pro-ouctan en el pais, to mismo que tooos los teucos de punto y de seda.

    los acei tes comestibles, para ejempl ificar el avanca en la rama dela alimentacion, eran Importados en un 67 % antes de 1930, proporctonque habla bajado a un 26 % en 1936 y practlcamente a eero at terminarel perlodo 51, En su conjuuto, si los productos lmportados raprasentabanen 1925"29 un 35 % del consume total, para 1935"40 ese poreentaje sehabla reducido a un 24 % y en un qulnquenlo slgulenle bajarle a menosdel 20 % ~2. Paralelamente, sl en 1925-29 se exporlaba un 39 % de laproducci6n nacronal, dsspues de 1940 la proporcion serla de menos deun 25 %.

    las condiciones creadas por laguerra, linalmente, darlan un nUeVOlrnpulso a la lndustrlal izaclon. Las dr lrcul tades en que se encontraron lasexportaclones aqr l colas (escasez de bodegas, calda del preclo de loscerealss), junto con el encareclmiento de 105 artlculos lmportados y la05caSQZ do algunos do olios, estlrnularon 01 croclrnlonto y la dlvorsltl-

    34

    (

    I~

    cad6n do las induatrlas. Si bien algunos rubros sulrtoron por 10 I alta dematerlas prlmas (caucho, metales), la mayorla se benef lc l6 con la res-t rlcclon de las Importaciones.

    : En total, el valor de la producci6n industrial se trlpllco entre 1935y 1945, mlentras que el de la producci6n agropecuarla no lIeg6 a du~pllcarsa ~a. Asl la industria, que ya representaba un sector de fundamen-tal Importancla --en 1942, el 44,7 % del valor de 1 6 p roducclon nac lo -nal"-, comenz6 a rectbir mayor alenel6n por parte de los goblernos:en 1940, al Plan Pinedo proponla una serie de medldas de apoyo: en1943 se creo el Banco de Credilo Industrial y al afio slgulente In secre-tarla do tndustrla y Comercio. .

    Sin embargo, la sltuaclon de buena parte de esa IndustrIa tan rapl-damente desarrollada no era demasiado firma. Durante la guerra, POfelernpto, ante la imposibi lldad de imporlar nuevos equlpos, el lncrernan-to de la producclon S8 habla hecho principalmenle sobre 1::\base de unaIntensa explotaclon de maqulnarlas que ya comenzaban a rnostrarsa en"vejecidas y agotadas. lQUe sucederla al terminar la guerra y tener queenfrentar nueVamente la eompeteneia externa? Muchos de estos Indus-t r!ales en apuros 0 temerosos de llegar a estarlo buscarlan en el pero-rusrno una representaclon que no encontraban en ninquno de los partl-dos tradiclonales. Y 10 mismo ocurrlrta con sus obreros.

    La a mlgraclones inlernasDurante el proceso que acabarnos de resefrar, la clase obrara no s610

    a~ment6 cuantHativamente al rl trno de ia industrlal tzaclon, sIno que tam"bien experlmanto importantes cambios en cuanto a! orlgen de sus Inta-grantas.Le Inmigraci6n europea, que habla aportado la mayor parte de la

    mano de obra necssarla para la expansion econornlca durants las dsca-das anteriores, se redujo desde 1930 a cllras insigni llcantes. AsI , mien-tras que en 1914 los extranjeros representaban un 47 % de la poblacl6nocupada, en 1947 solo constitufan el 22 % ~G. En carnblo el porcentajecl~ natlvos censados fuera de su juriadlccion natal c.aument6, entre esosafios, del 14 at 25 % GO. Esto nos Indica hasta qua punto las rnlqraclo-nes Internas hablan reemplazado a la inmlqracion como proveedoras demanode obra y, aunque no hay cifras globales intermedlas, lodo Indicaque la mayor parte de esa sustltuclon se produjo a partir de 1930.

    En cuanto al oriqen de estes mi \_l rantes, rnuchos de ellos provenlande las zonas cerealeras donde las consecuencias de la crisis S8 suma-ban a los trad!cionales problemas derivados de las formas de !eneneiade la tierra y, desde 1938, a la decllnaclon de la agricu!1ura a favor dela ganoderia: Buenos Aires, Santa Fe, Cordoba, 'Entre Rlos y la Pampaapor taron el 50% Cle los mismos. Sin embargo, los ernlqrados de lasprimeras cue.trocprovincias no representaban en relaci6n con los nacl-dos en las mismas un porcon.ajo superior al del total del pals, y_po~otra parte, eltas tambien roclblan inm!granles de aires provlnclas en

    35

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    5/57

    ,.jI

    proporclones importantes. En cambia, un terrttorlo excluslvamenta Bgrrcota-qanadero como La Pampa .vlo emlgrar un 37 % de sus natlvos sinque 105 lnmlqrantes que reclblo de otras provlncias ropresentaran masde 1/3 de esa cantidad.

    Pear era la sttuaclon de las provlnclas "pobres", crontcarnente es-tancadas, con altos porcentajes de emigraci6n -.-San Luis (3511,,), LaRioja (42 ' Y o ) , Catamarca (31 ' Y o ) , Corr ientes (28 %), Santiago del Este-ro (26 %)- no compensados par ci tras trnportantes de lnrntqraclort.

    Un tercer grupo 10consti tuulan aquellas provincias cuyas economlasregionales sulrlan tarnoton los e lectos do la Crisis (Mendoza y San Juan,Tucurnan, Chaco) pero que, sl bien eran abandonadas por parte de susnauvos, atralan en cambio a los emigran\as de sus vecinas mas pobres G '.En cuanto al purno de lIegada de ese uu]o de migrantes eran, sobretodo, las ciudades (Ia poblacron urbana aument6 del 53 al 62 % entreambos consos) y pr i nctpal mente ta Capital Federal y su perileria. La ca-pital y la provincia de Buenos Aires ya reunlan, en 1935, el 59 % de losestablecimientos .lndustrlales del pals, coru-un 71 % de los obre ros ocu-pados, un 70 % de la Iuerza motriz y un 65 % de las lnver slones ('S. Sitenemos en cuenta que los partidos que rodean a la capital represen-laban mas del 70 % de la fuerza rnotriz, al personal ocupado y la pro"ducci6n induslrial de la provincia, veremos hasta que punto nabla lie"gado ya la concentracton de la Industria' en 10 que se Hamada luego elGran Buenos Aires. Sumemos a esta Ia creciente actividad en construe-clones, obras publ icas, transpor tes, etc. y entenderemos Iaci lrnente quenaya sido el principal Ioco de atracci6n para los emigrantes del interior,reuniendo al 56 % de los mismos.

    EI crecimiento de este conglomerado, que lleqarla a nuclear et 29 %de la pobiaclon del pais en 1947, tuvo un rltmo de 66.000 nuevas habl-tantes por ano entre 1914 y 1936, 85.000 entre ese afio y 1943, Y 142,000entre 1943 y 1947, ritmo que estuvo sostenido despues de 1930 Iunda-mentalmente por la lIegada de migrantes del interior (8.000, 72.000 Y117.000 por ano en los perlodos mencionados) 59. No es extrafio, enton-cas, que el porcenlaja de natives del interior del pals sobre el total defa poblaclon sublara en la capital de 9 en 1914 a 15 en 1936 y 32 en1947, mlentras que el de extranleros balaba de 49 a 36 y 27 an losmismos anos eo. 'En la provincia de Buenos Aires, el porcentaje de na-tivos del interior sobre la poblaclon total era en 1947 de 22, pero subiaconsiderablemente en los partidos recientemente lndustr iallzados del con-urbane: Siln Mart in (45%), Avellaneda (34 %), Lanus (33 %) 61. Del rnls-mo modo, mientras que el crecimiento anual medio por cada 1.000 habl-lantes fue para toda la provincia de 21 entre 1914 y 1947, la tasa supers alos 40 en San Martin y La Matanza y a los 30 en Avellaneda, 'Esteban Eche-verria, General Sarmiento, Mor6n, Quilmes y San Isidro 62. Es as! comoen el conjunto del Gran Buenos Aires los migrantes Internes constitulanun 28 % de la poblaci6n en 1943 y un 37 % en 1947 UJ.

    Dado que estos migrantes perteneclan en su gran mayorta a los sec"tores populares, su incidencia en la camposlci6n de los mismos era aunmayor que sobre la poblacl~ en general. Germani estima que en esa

    36

    zona mas de la mitad de ta clase obrera astaba const ituld1LQ.9LDJ\)[Bntesrecientes, en su mayor parte con menos de cinco aries de reald.ncl.urbana, en 1947. Esa estlrnaclon ha sldo dlscutlda, sin embargo, porE . Kenworthy, para qulen s610 1/3 de la clasa obrera del Gran BuenosAires reunlrla esas- caractedslicas en esa epoOfi USea cual fuere laproporcl6n exacta, se trata, sin duds, de algo mas que una ~cuestl6n pu-ramente euantitativa.

    la Irnportancla de estes camblos y sus consecuenclas socto-poll tlcashan sldo ampl lamenle destacadas por dlvarsos autores. G. German!} porejemplo, sefiala: "Es Importan!e advertlr que en vlsperas de la aerie decamblos politicos y socrates que ocurrleron a partir da ~943, la pobla-ci6n del Gran Buenos Aires estaba Integrado por una fUE;rte proporcl6nde personas Inmlgradas del Infer ior del ' pals, y desde fecha muy raclen-teo En efecto, 51 es razonable suponor que al rltmo de Inmlgraei6n estl-mado para et perlodo 1936-43 corresponde tarnblen a algunos arlos pre-cedsntes, la eantidad de inmigrantes del interior con una anl1giiedad deradicacl6n no mayor de 10 11 11 afios puede fi jarse con todo fundamen-to pam la secunda de esas Iacbas alrededor de los 800.00D, proporcl6nmuy elevada sl sa olensa que esos inmigrantes se concentran sobre todoen una elase social -11'1 clase obrera- y en determinado grupo deedad -las personas adultas 0 par 10 rnenos mayores de 14 ai'\os-. Es.per feclamp.ntp. 16qlco suponar que la Inmlsi6n relattvarnante brusca deesta nueva masa de poblacton - rlotada de caraoterfst lcas pstco-aocla-les; pronlns y dlferP,.J:I!!J.sde las de los habl tantes de larqa radlcaclon enla cludad- hava lnlluldo siqniHcativamente en las manoras de pensary obrar de las masas urbanas, espeelalmenta en su sector obrero" lin.

    En er8c tO . 18 aflupncia riP una cantldadtan qrande de poblaclon de.orioen rural 0 ril'! nusblos chtco~ v . 111ncorporacton dasu mayor par teB. 11Inr lustrla lmnllca una nrofunda tr snstormaolon de la olase obrera.Sin tradlcl6n slndlcal , 11'1mavorta cusdara al rnarnen de las ornnnlxaclo-nes obreras, 0" " en oenArBI se rnostraron lncanaces de atraerla. RedendesPlies de 1946 comenzaran a inoresar masivamente en los slndlcntos.transtormando a los viejos y dando un. caractar dllerente a los raclen-temente creados.

    Por otra par te, tarnooco conviene nxanarar 01 carl icier "tradlclonal "de los lunaros de orioen de esos lnmiqrantes: el 60 % de los que vl.vlan en el Gran 'Buenos Aires en 1947 proven Ian de Entre Rlos, SantaFa, C6rdoba y La Pampa, es deci r, de las provlnolas mas "modernas" M

    Dlqarnos flnalrnento que sl no profundlzamos Bea sobra asia temano es porque Ignoremos su fmportancia, sino porque conslderamos quela misma ya ha side sufieientemente destaeada por varlos autores yporque nuestro obje!o es subravar, precisamenle, el aspscto opuestoy compiementario de esta transformacf6n, es declr, los elementos decon!lnuidad que -por deba]o de estes camblos y en forma menos evi-denta- vincu!aran a la vreja clasa obrera con Ie nueva,

    37

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    6/57

    La estructura ocupaclonal y socialGlobalmente, Ia estructura ocupaclonal no parsce haber sufrldo un

    cambia tan radical como el que se pod rla suponer, sl bien esta lmpra-slon puede deberse en gran medlda a las deflclenclas de nuestras tuon-tes. Baste recordar al respecto que el Censo de 1947 reglstra un des-oensa en 01 porcentaje de la pobiacl6n ocupada en el sector secunda-rio con respecto a 1914 (de 36 a 21 %), dato que -$1 tomamos encuenta, per ejemplo, que mas de 400.000 censados (al 36 % del sectorseoundario ) apareclan agrupados en 1914 balo el en!gmatico rubro de"industrlas desconocldas" - s610 puade alt lbulrsa a la vague dad de al-gunas denominaciones y al usc de diferentes crlterlos de claslflcacl6n.lncluso en relevamientos muy proxlmos entre 51 --como el Censo Indus-trial de 1946 y el Oenso General de 1947- encontramos enormes dis-crepanclas: por ejemplo, entre los ocupados en la producci6n secunda-ria (exctuysndo construcci6n) segun el segundo y los censados por elprimero hay una diferencia de 233.475. Como esl!.. d llarencla se da castIntegramenle en el rubro Confecciones. la axp llcaclon no parece en estecaso muy dif lc ll : mlentras el Censo General recoge tamblen los datosde qulenos trabajan on su domlci lio an forma artosanal -Individual, fa-miliar 0 en Inllma 05cala-, 01 Censo Industrial -quo so buss on losestablaclmientos vlsibles- esos datos se 10 escapan.

    Can las IImitaciones dol caso, digamos enlonces que en 1947 01sector terciario representabacun 42 % de la poblaclon ocupada, connero pretmrmnto de~tres rubros: comerclo, bancos, ollclnas y seguros(33 % del sector) ; Act lv ldades do los Estadas naclonal, provlnclales y mu-nlclpales (23 %) y trans porte terrestre (12%). Tanto el conJunto delsector como los dos uUlmos rubros hablan aumentado su tmportanclarelatlva desde 1914. 'En camblo, 01 otro rubro lmportante, servlclo do-rnestico, habla descendido del 27 al 15% n1 . SI asia ultimo denota unapreclablo grado do modernizacl6n, 10 mlsmo qua el creclmle~_elpapal del Estada -que aun antes de las nacionallzaclo~sl1abla casldupilCl:lao su partlcipaclon relativa en el sector-, 10 abultado del prl-mer rubro lrnpllca la subslstencia de una enorme, aunquo docrec[en~e,rnasa de pequefios comerclantes.

    'En cuanta al seclOL.S8.cundarlo, sus pr lnclpales rubros eran en 1947construccton y materiales (19 % del sector) y confecciones (17 %),mientras que las lndustrlas fabriles ocupaban a contrngantes mas redu-cldos: alimentacl6n (16 %), metales y maqulnar las (15 %), textiles (8%),madera (7 %), qulmlcas (6 %), graflcas y del papel (4 %). El mantanl-mlento da estes rasgos tradicionales no debo ocultarnos, sin embargo,que mlentras el porcenta]e de ocupados en confecciones se habla re-ducldo (era de 24 en 1914), en~el caso de todas las lndustrtas tabrtlesJuntas se habla mas que dupl ica-do (de 25 %en1914 a 56 % en 1947) ~syqueef prornedlo .de personas ocupadas-por-estab lecimlento hablasubido de 8,4 a 14,7.

    EI numero total de obrsros ocupados enJa . .ndustrta se habra masque dupilcado entre 1935 Y-1946-(de 396.303 a 899.032) y ; si muchos de38

    ello;_trabaJaban.en pcquefios talleres,el 47 % 10 hacla en fAbrlcas demas de 100 obreros~{" eLt4.:..%=en:::-esta.1ileclm[entos -de-mtlS-de 1.0008 .Es clerto q.~ .sl-I~~amos en cuenta el total de la pOblacl6n ocupada

    en el sector secundarlo -que lncluye una arnplla gama de actlvldadesertesanates y seml-artesanales- 91 grado de concentrac16n dlsmlnuyeconalderablaments. Basandoss en dlversas fuentes, GermanI 10 he 'calcu-lado an los termlnos que raflejan los Cuadros W' 1 y Ng2.

    Cg...rnQ_'leJnos.~eLpape.1 del obrero UpJQ~menle Industrial f..lJl!a.b~nlalos de ser l l.~Irnente preponderante en al sector secundarlo y el gra-

    Cuadro 1. Poblacl6n econ6mlcamenle actlva del sector secundarloen diferentes nlveles economlco-soclalea (%)..

    Obreros de la gran Industria (+ de 100 obreros) 31,2Obreros de la Industr ia medlana (10 a 100 obraroa) 15,0Obreros de la Industr ia pequefia y actlvtdades artesanales 43,6Traba)adores par cuenta pro pia 10,2

    Fuente: Gnrrnanl, Gino, Estruclura social de la Argentina, Ralgnl, BuenosAires, 1955, pag. 180.

    Cuadra 2. Grado de concentracl6n de los trabaJadorellJ en 10' Ireagrandes sectores de actlvidad (cltras por '100 personaslncluldas en las clases populares)

    Grado de concenlraci6n predominantemente totalpor empresa urbana rural

    , (1) (2) < (3) (4) (5)Alta (100 a + obreros aorox.) .11,4 7,4 18,8 18,8Medlana (de 10 B 100 obr. aprox.) 8,5 3,5 12,0 12,0Baja (- de 100 obraros aprox.) 4,3 3,0 7,3 } z s , o 3,8 60,9Unlco dependlente (aprox.) 8,8 16,0 24,8Cuenta propla 3,7 2,7 6,4 1,7 0,2 8,3Total 36,7 32,6 69,3 26,7 4 100(1) Industria(2) Comercio y serviclos(3) Total predorninanternente urbana(4) Agropacuarla(5) Sin determlnarFuente: Germani, G., Estruclura ... , ob. ci t., p{jg. 207.

    39

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    7/57

    do de conCen]aCl6n de los trabaladoree en sus lugll.res de trabalo n pera muy alto. 610 el elevado Indlce de concsntraclon geogrMica en elGran Buenos ires -alrededor del 70 %, de los obreros del pals-10 corn-pensaba en parte esta relatlva dispersl6n, facilltando el desarrollo deta conciencia de class y de la organizaci6n y dsndoles la poslbllldac,de alcanzar una mayor gravitaci6n socio-pollt lca.

    En cuanto al papel relativo de los sectores populares y la clasemedia inferior en el conjunto de la socledad, tamblsn ha sldo estlrnadopor Germani en los tBrmino~ que reproduclmos parclalmente en al Cua-dro 'N' ? 3 (pag. 41). Segun esas estimaciones, como vemos, los obrerosIndustr iales 5610 reprosentar lan en 1947 un 19,7 % de la poblac16n ocu-pada, y los obreros en general un 39,90/0, subsistlendo en la clase me-dia inferior una importante proporcl6n de aut6nomos. 81 esto ocurrla alflnalizar el periodo que estamos conslderando, es 16gleo suponer quaen sus comienzos la estructura social era aun mas tradiclonal, Y ostonos exp!1ca muchas de las l imitaclones del movimiento obrero.

    sttuaclon de la clase obrera y de lOB sectores populares\Como podamos ver en el gratlco 1 (pag. 43), el nlvol de ocupacl6n,

    dsspues de haber encontrado su ou.nto_ml'i$ bajo en-'932, c red6"luegoen '~egutsr' --salVo una pequef\a calda al comlenzo de ta guarray otra mas levo en 1 3 1 ult imo afio de la misma- h;, tSta-alconuu:-eR' 1945un--i-ru(remento del 55%_ respecto a 1930... rnlantras que la poblaclon ha-bla aumeruaoo menos de un 20 ' Y o , Hasta 1939, los mayores aumenlos sahablan producido en aspectaculos publlcos y hotelorta, pero tarnblan58 habla duplicado el numcro de ocupados en textiles y construccl6ny regist raban aumentos superiores at 40 % confecclones en taller; grA-ficas, papal y prensa, lndustnas qulmlcas y metales 11, Para 1944 5610sa reglstraban 11.195 desocupados, la mayorla de ellos en las zonas ru-rates de 'Entre Rros, Santa Fe y Buenos Ai res, y aunque al anO slguientela clfra se habla dacuplicado en las dos prlmeras, el motlvo principalpareee haber sldo la reacci6n de los patrones ante la apllcaclon delEstatuto del Pe6n, a la que respondieron con el despldo de gran cantl-dad de [ornaleros 72, De modo que el Iantasrna de la desocupaci6n, quehabla reducido al movlmiento obrero a la lmpotencla durante los prl-rneros alios de la decada pronto rue desvaneeiemdose y dando luqar acondiciones mas favorables para el planteo de reivindicaciones.

    En cuanto a ~ salar ios nornlnales, despues de disminuiLelLUJL1.9.Y"ent~~J92~~JiJJ

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    8/57

    ex >

    ta cIaramente con el continua do y considerab le ascenso que habra ex-psrlmentado durante la decada anter ior (ver graflco 4) _.Entre1942 y1944 el salarlo real subi6 un 17 %; en 1945, frente al gran alza delcosta de la vida, s610 se mantuvo enel: :misitiQ: ::~Jie(gr. :3crasa la mtro-duccipn del aquinaldo, pero volvi6.a- iener un leve aumenlCi-~Cif' lo- 51-guiente, ._

    Si bien las estadisticas oficiales pueden no ser del todo conf lables,las manejadas por la oposici6n confl rman, en rasgos generales, esta evo-lucien del salario real. Par ejemplo, el socialista R6mulo Boqllolo anall-z6 la evoluci6n de precios y satarlos desde 1939 en una conferenclapronunciada en julio de 1946 y publlcada luego en forma de llbro. Ba-sandosa en las estadisticas otlciales y en las suyas proplas (preclosal por menor tom ados del cataloqo "de una despensa responsab!e"),concluvs que mientras el aumento de los precios fue entre esos ariesdel 111 %, el de los salarios 5610 alcanz6 al 69%. Luego pasa a exptl-car la causa del incremento de los precios, atribuyendolo axcluslvarnan-te a las polltlcas del regimen mili tar, y concluyo que "Ia clase trabaja-dora ha sufrido, asl, el espejismo de un aumento de salarlos, que s610la ocupacton sostenida y la posibilidad de empleo de todcs los mlem-bros de la familia obrera ha ocultado a su percepci6n" T3, Lo que olvl-da sofialar es que, segOn sus propias cilras, esos aurnentos 58 dlstrlbul-dan de la siguiente manera:

    ;:1939-43 1943-46preciossalariesdiferencia

    + 87%+ 36%- 51

    + 13 %+ 19 %-I - 6

    Vale doctr que, frente a Una fuerte reduccl6n durante los al ios anter lo-res, el salado real habla experimentado u ascenso entre 1943 1946,inue~i6n.._q':!.El__sl_~.g.p_a _9~~~~~~~~' I}\~r:s.~~onjunto y queno debe haber dejado de inlluir sabre los 'espejismos':'; de los lntere-sados. Parad6jicamente, estos calculos no s n-confirmados por las es-tadlstlcas oflclales, que registran respecto de amb~S perfodos un ascen-so del salario real cas! equiva!ente, de alrededor el 10% 14,

    Los ernploados de la industria ganaban un 1\ % mas quo 01 pro-media de los obreros 7\ y entre estos habra di erencias considerab lessequn la rama de la industria en que traba!arar: el salarlo media delos petroleras, por sjernplo, era en 1941 cas I el idoble del de los traba-jadores del caucho a de productos forestales, hue eran, junto con lostextiles, papeleros y de productos qul rnlcos, lo.~ peor pagados. Esto 58expllca, en el cas a de los lorestales, porque !Eln ese rubro sa inclulanlos hacheros de los obrajes y los que se dadicaban a producir carbonvegetal (que constitulan 1/ 3 del rubro y tentan muy bajos salarlos), Enlos dernas casas sa debe rundamentalmentef al alto porcentaje de mu-jeres y menores empleados en esas ramas:/textiles (52 y 8 % respect l-vamente); caucho (45 y 6 %); papul (33 y 10%); qulmlcas (31 y 4 %) 16.EI salarto Iemenlno era, efecl ivamente, mu} Infer ior 91 de los hombres:

    42

    c'0-I'-'IIICJUo

    c'0. , . , .UIII. . . .j)ori,

    C1\!),-i

    C)Crl

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    9/57

    1r

    44

    I~ Il Orefico 3. Salarlo real 1930..5. , : "Nurnar o lndlce 1929 "" 100.

    120 1

    II :. IIIIII

    10090

    J I J, l__1930 35 l:O1 can aquina ldo2 s in agu inaldo

    Fuente: DES, Condiciones de vida de la familia obrera, 1~43~45;'pag. 73., .

    Grafico 4. Sal aria feal 1914-45.Numero Indlce 1929 = 100.

    12011 01001---.9080'106050401915. 20

    1 can agu inaldo2 sin aguinaldoFuen te : DES, Invest igac iones soc ia l all. 1943-45 , pag. 258.

    12

    an 1940 par ejemplo, rnlentras al 90 % de las mujeres ganaba rnenosde 100 $ par mes, 5610 el 34 % de los hombres estaba en esa s ltuac16n HEn el otro extrema, eneontramos que dospuas de los petroleros, los

    mayores salaries se pagaban en tabrlcas de eleetrlcldad, maquinaria yvahlculos, Imprenta y publicaclones, mientras que los obreros ocupadosen lndustrlas alimenticias y rnetaturqlcas se acereaban al prornadio.

    L~genera[ Insuficiencia de los safarios era recaoocida por los mls-mos--GrganismQ~!es: en 1933, por ejarnplo, el Departamento Na-clonal del Trabajo calculaba el presupuesto de 181familia Upo en 130,15 $mlentras que el salarlo medio era de 119,89$1'B; en 1937 los mismosrubros se estimaban en 164,19 $ y 127,26 $ respectivamente 19 y en 1943la relaci6n segula siendo deflcltarla: 176.75 $ de presupuesto frente aun salarlo de 157,85 $ SQ, Otras estimaciones arnpllaban la brecha aunmas: segun la Revisla de Economia Argentina, en 1940 el 50 % de lostrabajadores ganaba menos de 100 $ y eJ 80 % monos de 150 $ 81 EI de-flcit del resupuesto familiar 5610 podia ser cubierto por el trabajo de

    es 0 ue, como hemos VIS g ~ -m en-taje-dal--personal-.en_yaIj!'l.:?.l.l!_ITI.l\[email protected]!ld.l.!.~lria y un 21 % del total dela man~Qbta..industrial 82_

    Otro lndlcador de 10 _ rumecho.--del presupueslo familiar es el altoporcent~j~_deLmismo desti[1?'s!9~mentaci6n y aroJamie~=mI_Y_2Q_%respecllvamenteen.193n_ll3. y sl est8Ulllmo noresullaClemaslado altose debe en gran medida a que el 59 % de las famllias obreras de Bua-nos A treS.YLvJa_el l. .f?e_Nio en J'na sola p le1:1f , habi tualmente de eonven-, ~! !.I .o_8~Se t rataba, par l a- gener al . de una plsza de 16 a 20 m2. sin otraaberlura que la puerta y una banderola sobre la mlsma. 'EI 64 % de lasIamlllas que ocupaban una sola pieza estaba eompuesta por mas decuatro personas; el 77 % no tenia bane excluslvo, el 46 % carecla deagua corrienle, el 24 % no tenfa eocina Indepsndlente y el 8 % com-partla lncluso el retrete. S610 un 30 % de las famillas obreras dlsponlade dos piezas y un 11 % de mas de dos, pero aun tomando en euentaesas Iarnlllas mas desahogadas segulan siendo muchas las que care-clan de las comodidades mas elementales: bafio exclusivo (62 %), aguacorr ient e ( 38 %), cocina independient e (19 %). retrete propio (8 %) 8~.

    En--CYan~,fua raduclendose a 10 largo dela decada -gracias a la paulatina imposlci6n-{ieJ-.!.!saeado_..!ngles"-de un pf6med lo de' 48"h()ras--se:@~i"iiaT!?~ aT _ p i ! f u : " J 2 1 n t l uno de 44 al flnal86. -'En 1935, los ob re ros . . s e repartlan aproximadamanta por miladesenrreambos-npu~ejurmr~eranmuy-pucos-Iosgremlos quego-zaban de vacac iones p a g a s .

    . .. .b_~_condic ioneade-traba jo ,-en-la-mayorla, .H:r I()s 'Ca.sos. eran f ila-das U !2! !a te~~ I!D. !i l.Q. te_por_. Ia .-pa~le-pat rO l' laI . Aunque la prac tl ca de losconvenios colectivos se fue extendiendo lentamente durante la segundamllad de la docada, la mayorfa de los trabaladoras no lIeg6 a gozar desus benaflcios. De 1936 a 1943 S9 Iirrnaron 82 convenlos en la CapltalFederal, que lnvolucraban a 202.140 obraros. En [a provincia de Bue-nos AIres los convenlos eran mucho mas numerosos (660), pero satrataba en su mayor parte de convenlos par empresa (46 % da los con-venlos an 1942) 0 de caracter local, que Inelulan a escaso nurnero de

    45

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    10/57

    obreros (en 1942, por ejemplo, el 53 % de los convenios comprondla arnenos de 100 trabaj adOres) 88. En al interior, ta practlca era nun me-nos frecuente.

    La falla de convenios dejaba un arnpllo marg6!l para la arbltrarle-dad patronal, que las organizaciones slndicales -no slempre roconocl-das por las empresas- trataban de Hrnltar can ex ito varlado. Aun en elcaso de que existiera un eonvenio, no ern raro el incumpUmlento desus clausulas par parte de los propietarios, y 10 mismo ocurrla frecuen-lemente con respecto a la legislaci6n laboral. En ambos cas o s era tam-bien la organlzaci6n sindical la encargada de bregar por que se pusle-ran en practice las dlsposiclones, ya que sl los convenlos no tsnlancaracter obHgatorio, el Estado no se mostraba tampoeo muy interesadonl eficaz en asegurar el cumpllmlento de las leyes que dictaba.Otro factor que gravitaba enormemen!a sobre la sltuaclon de lostrabajadoras era la [alta de saguridad de protecci6n. S610 muy lenta-mente fue extendiendose a [0 largo de la decada el derecho a mdernnt-zacl6n por despido y a [Iceneia per enfermedad. Ambos puntos estabani ncl ul dos en la reforma del C6digo de Comarcio par la que luch6 lncan-sablemente, sobro to d o, la Federaci6n de Empleados de Comerclo (FEC).Hablendo logrado mediante extensas carnpanas su sancl on parl amentarl a,la ley fue valada por Justo en 1932 y prornulqade finalmente dos atiosdaspuas (Ley 11.729). Aunque solo cubrla lniclalmente a los emplaados,varias presentaciones judiciales lograron que su apllcacion sa extend Is-fa a los obreros, pero esto determin6 la reacci6n de la Union IndustrialArgentina (UIA), que consigul6 que la Corte suprema dactarara lncons-tilucional uno de sus artlculos. Desde entonees, la lucha por la defensade la ley 11729, permanentemente amenazada, dsblo ser tncesante.

    S610 unos pecos gremios -co~o los farroviarios Y municipa~es-contaban con Cajas de jubilaciones Y pensiones, y las IndemnlzaclQnespor accldentes de trabalo eran insuficientes Y de cobro dificultoso, demodo que la defensa de los trabajadores frente a la tncapacldad, laenfermedad 0 la vejez estaba lejos de estar asegurada y la muerte deltrabajador solla dejar a su familia totaimente desvalida.

    En surna, el Programa Minima que la CGT plante6 en 1931 slgu16teniendo vigencia durante todo eJ perfodo y representa una buana slnte-sls de las prlncipales necesidades y aspiraciones de la clase obrera.Este planteaba:

    "19} Reconocimiento de los sindicatos. Por el mero hecho de axls-tlr los stndlcatcs saran considerados como instituciones de bien publico,can facultades para vigilar la apltcaclon de la legislaclon social.

    "29) Jornada de traba]o Y vacaciones. 8 horas de trabalo paraadultos en trabajos dlurnos y 6 en tr abajos nocturnos y en las Industriastnsalubres. El cicio semanal sera de 5 dlas como maxlmo, Vacaelonesanuales con goce de sueldo.

    "31') Derecho de vida y seguro social. Salado minimo fijado pe-ri6dleamente por comlsionos lntegradas por representantes de los slndl-cates obreros Y de organizaclones patronales de industria 0 regl 6n. Es-

    '> tablecimlento del seguro nacional sabre la desocupacl6n, enfarmadad,.,.' vejez y maternldad.

    "41')' Intervenci6n obrera. Intervencl6n y eontralor de la organlza-cion' obrera en diversos organlsmos del Estado.

    "59) Ofi~inas de coloc~ci6n. Supresion de las agencias partlcula-res; las oficlnas de colocaclon seran establecldas por las municlpallda-des y en su adrninlstraclon tandran intervenci6n directa los slndlcalos.':.69) Protecci6n a la maternidad. Pension proporclonal al nurnerode h ,l ,JOSmenores de 14 ~nos a loda mujer sin marido y sin recursos,79) Defensa de la mtancta. Instrucci6n publica y obl lgatori a lalca

    y .g ra tu [t a, ha~ta l os 14 a~os, debiendo e1 Estado p rove er, tambie'n gra-tUlta~eonte, atlmentos, v~stldos y los utiles necesarlos a la ensefianza.

    8.) Ley 9.688 (Accidentes de traba]o), Reforma de la ley en astosaspectos: las Incapacldades se contaran desde que se produce el ace]-dente. Extensl6n ~e la ley a todos los asalarlados lndlsttntarnente. Au-men tar l os benefic 105 de la Indemnizaci6n parcial al 100 % del sal ar lo .Elevar las indemnizaclones rnaxlmas a 15.000 $. Supreslon del limite desal~rlo para tener derecho a los beneficios de la ley. Los seguros poraccldents estaran a cargo del Estado.

    "99) Estabilidad y escalaf6n para los Irabajadores de! Estado y de-mas entldades de caracter publico."109) CaresUa de la vida. Fljaclon de 10$ alqul leres rustlcos y ur-

    banos con arreglo al valor; construcci6n de casas econ6mleas paraobreros por cuenla dal Estado y las munlclpalldadss."119) Derogacion de la ley 4144" 89.

    La mgdesti a -de-Ja mayor ...parte: . . cie estas relvtndlcscl ones nos habl aa las claras de_ .Ja.. sttuaolon .p(ecaria -yde ';le'''s'a'-m'''p''a'"..sI'lqu,... ".e""" . . " .. "" u u a sa en-conlrao~n-ros ..trabajadores. PO('olraparts, el hecho de que sa apele ala ~~5.lon ,del Es~ado para ta sotuolon .de cas! todos los problemas, es~atante slntornatlco viniendo de una central controlada por los alndlca-listas, ya bastante olvldados de sus teorlas acerca de la superlortdad

    . absolula de la acclon dlrscta. Es que los resultados de esa estrateglase mostrarlan, a 10 largo de la decada, bastante decepcionantes.

    Las luchas reivindlcat ivasComo vemos en el cuadro 4, el numaro de huelgas huelgulstas

    [ornadas y salarios perdidos por huelgas sa redujeron ~I mlnlmo e~1931 para lIegar a sus mas bales ntveles -salvo el primero- en 1933Estas son, por otra parte, las cifras mas bajas desde 1907 10 que reve-la claramente la brutal incidencla de la desocupaci6n y' la represi6nsobra la capacidad defensiva del movlmiento obrero.

    ~olo a partir de 1934 -en que la ocupaclon recuper6 sus nlvelesantenores a 1930- los Indices comienzan a rernontar hasta alcanzarlas cltras rnaxlmas de todo el perlodo en 1935-36. Estos afios marc an' 1 , ' ~ . , ' )tambien al record en cuanto al nurnoro da reunlones slndlcalos y deV eoncurrentes a las rnlsmas. Desde entonces, todos los Indices vuelven

    47

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    11/57

    Cuadro 4. Actividad sindical 193045>0. Numero Indlc.

    Numaro lndlce 1929 = 100 1935=00--~----.-~-~~~-------.-----Ailo Huelgas Huelguis Jornadas Salarios Reuniones Concurrenteslas perdidas perdldos slndicales_ ~ .~ _ ~ . .,_ ___ __ __ ,_ ,, "_ __ '. _ _ ~ ._ ._ ~_ ._ ~ _ _ _ . __ " - -- -' _ ~~ - '-U1930 111 104 153 1501931 38 16 12 111932 93 122 284 2311933 46 12 9 71934 37 92 162 1011935 61 184 573 343 100 1001936 96 302 294 170 142 901937 73 177 113 82 126 451938 39 31 50 36 129 451939 43 70 53 33 125 381940 47 45 49 31 109 301941 48 23 54 37 67 201942 100 141 139 113 64 271943 75 24 19 15 45 111944 24 32 9 10 51 211945 42 156 111 83 72 39____ r-r----""~.

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    12/57

    t lccs.y textiles. Las grandes, huelqas de Ia construccicn, e l calzado y lamadera rasultan as! en gran medlda responsablas de! plso da 1935-36,as! como los rne ta lurqicos 10 son del de 1942.

    El salarro feal de los huelgulstas Iue, entra 1933 y 1939, Infer ior enun 45 % al del conjunto de los trabajadores, por 10 que resulta compran-sible que la rnayorla de estos movimientos (58 % de las huelgas y 89 % 'de los huelguistas entra ~1934 Y 1939) fueran motivados por relvlndtca-ciones salariales 00 SI tenemos en cuenla que durante asosaiiner et sa-lario reat se mantuvo estancado, podemos deductr que el exlto de loahuequistas fua relat ivo. Efect ivam.ente, entre 1934 y 1939 s610' el 18 % .',de los mlsrnos obtuvc' la totalidad de sus demandas, mlentras que el16 % fracas6 y el 65 % las obtuvo parcialrnente. Par otra parte, 51 enlos pri rneros aries predominan las huelqas perdldas (56 % de los huel-gulstas en 1934) 0 ganadas (la misma proporci6n en 1935), an los sl~gulontes prudornlnan on cambro notoblomonto las huolgas trnnslgldas(78% entra 1936 y 1939).

    Esto ha side interpretado de di ferentes rnaneras, Segun Murmis yPortantiero 01, irnpl icar la un aumento de las aspiracionas lnsatlstechas yde las tansiones consecuentes. Para Gaudio y Pllone, en carnbio, la ca-tegorla de huelgas transadas no debe asimilarse a la de fracasadas, sinoa la de parcial mente exi tosas, debiendose el incremento de esa cate-gorla al desarrol lo de la negociaci6n colecl iva y al creclenta lntervencio-nlsrno del Estado en ese terrano. Tornando como ejemplo el caso de1938, en que las condiciones econornlcas adversas apenas sl se refla-[aron sobre los salaries, sostienen estos ultirnos autoras qua "a juzgarpor la tradiclonat sensiblidad que los salarlos nominales hablan venidoevidenciando can respecto a los movimientos del cicio econornlco, eltenomeno aludido constituye un hecho verdaderamente nuevo, EI des-arrollo de la movil lzaclon laboral de los afios anler iores y, especial men-te, la forma mas 0 menos extendida que ya reveslla para esa fecha lanegociaci6n colactiva tuvieron como consecuencia impadir que las pre-stones provonientes de la sltuacion econornlca pesaran drastlcaments so-bre la posicion de los trabajadores". Finalmente, soiialan que "la lrnpo-slclon de un estandard salarial mlnimo (0, al menos, al establectrnientode un I;lrincipio afin) con el cual se logro defender un deterrnlnado nlvelde vida fue un heche, para no pecos gremios, ya en ta sagunda ..parte dela decada del treinta (subrayado en el original)'.',o,2.,_. __~" .. , "'--"'"

    "Naturalmenta, al heche de que al nivel de vida de 105 trabajadores \,n'o'mejorara ni ernpeorara sustanclal rnente durante la decada puede con-siderarse como un sxl to 0 como un tracaso, segun el punto de vista.Pero si tanemos en cuanta cual era ese ruvel de vida que se logr6 "de-fender" y que el estancamiento del salario real durante esta dacada con-trasta con su permanente y considerable ascenso durante la anterior, PD.-.'demos suponer que la mayorfa de los trabajadorss no se sentlrtan dama-siado satistechos con su exilo. .--,/",.. ~_

    Lo qua sl as indudabla es la creclente parttclpecteridel Estado enla rosoluclon de los confllctos. Veamos,'por ejemplo, el caso de 1942:

    50

    l1I.lI, )r -"I

    Cuadra 7. MModo. uUlIzado8 para soluclonar tas hualga" 1942(porcentajes),

    Huelgall Huelgutsta!l

    Nagoclac16n dlrectaConcil lacl6n con' Intervencl6n del elndlcatosolamenteConclllacl6n COn lntervsnclcn del DNTArbitraje

    7,97 2,4837,1750,444,42

    6,8426,9763,71

    Fuente: DNT, Investigaciones soclales, 1942, pag. 99.

    IComo vernos, mas del 90 % de los huefgulstas hablan solucionadosus contttctos con la intarvencl6n de organlsmos 0 tunctcnartos astata-les, 10 que representa la culminaclon de una tandancla lnlclada pocosafios antes.

    EI DNT Y la lntervenclon del 'Estado en las rulaclones laboralesS[ bien, como veremos, la actitud ds los goblarnos de la epoca

    respecto a los problemas soclales oscilaba entre la hostl lidad y la lndi -ferencia, al auga adqui rido desde 1935 por las huelgas oblig6 a prestaruna mayor atenclon a esos problemas. EI camblo sa adviarte sobra todoen la creclente intervencl6n del DNT an los conflictos laborales, '

    Hasta entonces, y de acuerdo con la ley que en 1912 hablaxiater-mlnado sus funciones, esle Departamento se habla dedlcado principal-mante a recoger, elaborar y publlcar los datos referldos a cuestlones la-boralas, proporclonando un considerable monto de material estadlsticosumamente detal lado, Menos relsvanta, habla sldo en cambio su dessm-pefio en las otras dos funciones que se Ie hablan aslqnado: preparar lalegisfacl6n dal trabajo y organizar la tnspecclon y vigllancia de las,leyes vigentas en la materia. En cuanto a la capacldad de mediaci6ny arbitraje que la ley tamblen Ie rsconocla, tenia un alcancs bastantal lrni tado: podia ofrecer su mediac16n 0 Intervenir cuando esta la fuerar~~uer~da, pero las paries no estaban obllgadas a acsptar esa media-cion ru las d.eclsiones arbitrales que produjara. De modo que, hasta 1935,su lntervenclon en los conl lictos laborales fue s610 ocaslonal .Desde entonces, sin embargo, y a pesar de carecer de un sustanto,legal mas adecuado, SU participac16n en la soluclon de los conlllctosfue tornandoss una practice habitual. Es slntornattco que en ese afio elBo[etin Informativo del DNT inaugura una secclon especla[ dedicada alterna. Tarnbien en ese alio, can motivo de su lntervenclon- an la huelgade la confecci6n, el DNT logr6 que las partes se ccmprometleran a acep-

    51

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    13/57

    ,.[t

    tar obligatoriamenle su resotuclon arbitral. En al caso de la huelga dela construccton, para dar otro ajemplo, consiquio que las ernpresas -quose rsslstlan a concertarun convenlo colectlvo- conslntieran en registrarsus oferlas salarlales an un Regist ro de Salar ios Mfnimos y en integrar unacomlslon paritaria encargada de controlar el cumplimlento de las con-diciones acordadas, mecanismos 'ambos que equival lan a un convenio,

    EI compromiso de aceptar la rnedlaclon del DNT en los entredlchosque pudieran suscitarse comenzaba a aparecer en la mayorfa de i03convenios arreglados mediante su intervencl6n, y rnuchos Ie otorgabantarnblon la tarea de tiscal izar el cumpHmiento de las condiciones acorda-das y de fijar los procedimientos de reclamo y de conclllaclon, De esamodo el ONT fue logrando poco a poco, en la pract.ca, que su interven-ci6n en los con!!ictos laborales Iuera generalmente aceptada y que losacuerdos alcanzados con su participaci6n adquirieran clerta obllga-toriedad.

    'La falta de un marco legal mas aproplado Iirnltaba, sin embargo, laeficacia de su desempefio, de ahl que propuslera sin exlto una serle delnlclativas para superar esas l imi taciones: creacl6n de tribunales detrabajo, arbitraja obllqatorlo, imposici6n oflclal de! curnpllmlento de losconvenlos, Reclamaba, en surna, una leqlslaclon que le permitlera Ir milsalia de In simple mediacl6n y 10 diem la autorldad ejocunva nocasarlapara imponer obl '\ .lator inmento las soluclonos quo Impldlornn 10. tntorrup-ci6n del trabaja os.

    La doctrina que gu16 In accl6n dol DNT dosdo In sogundo rnttad d9In docnda del 30 aparoco ctarumcruo oxpuosta por 01 ~ofo do In Dlvlslonde Estadistica del Trabajo, Jose Miguel Figuerola _':sntiguo funcionarlode la dlctadura de Primo de Rivera en Espafia- en una nota del 18 dsmarzo de 1943: "De la dosis de [ustlcla con que sa equlllbran las tuerzasque intervienen en la producci6n, camblo y consume de rlqueza -dice-,depende el bienestar de los cludadanos y la paz y progreso de los pue-blos. SI las reg las que garanl izan los derachos y progreso de los pueblos.SI las reg las que garantizan los derechos y exlgen el cumplimiento de lasobligaciones no son aceptadas de modo espornaneo, debe imponerseimperativamente su acatamiento. Este es el fin primordial que sa proponela organizaci6n del Eslado.

    "Perc la formacl6n del Derecho del Traba]o, de igual manera queha sucedido en Ia gestaci6n del derecho en general, ha sido precedidapor un per fodo de autodefensa en que los derechos, ya dsclarados 0 pre-tendidos, se impon!an mediante la tuarza de las partes, como en lasetapas prlrnit lvas de la alaboraclon del derecho las trasgresiones, supuas-tas 0 verdaderas, se persiguieron por media de la venganza lndlvldual ,reminiscencia de la arcalca vsnqanza privada, Es natural que la con-ciencia [urfdica Individual rechazara esa forma primaria de busear fa re-naraclon de las lnjusticlas, de 'gual modo que, paulattnaments, la legls~iacl6n del t rabajo ha hecho rnenos agudas las tuchas sociales encauzandolas dlverqenclas hacla f6rmulas que no 5610 loqran la paz entre 109 ele-mentos interesados sino que contribuyen al mejoramlento general de-lascondiclonee de vida y de traba]o (... )

    52

    1 3

    "A fa dlscuslen sslMIl, al forcejeo'inutll,al naclrnsnto de malsntsn-dldos, r~cplos v PUanBS entre los Iactores que Intervienen en la obrade fa produccl6n. al mantenlmlento de las voluntades encastllladas ensus puntos de vista partlculares y no dlspuestas a. ceder, bien puede se-guir una era de comprensl6n y de conllanza, nacida de la proteccl6nque el Eslado dispense a los derechos reclprocos en un afan superiorde arrnonla y concordia (... ) ,

    "De esle modo sera poslble atlanzar el convenclmlenlo de que losavances del DflTPcho del Trabalo acorten cada dla mas la dlstancia quesepara a los hombres de hoy del memento en que se sustltuya efectlva-mente la autodefensa de clase por el imperio de la [ustlcla" 94.

    M"chos de eslos pMrafos bien podrlan pertenecer a alguno de losprimeros rtlscursos de Per6n. de qulen Figueroia fue 81 principal asssoren los aspectos tecnicos de la Sacretarla de Traba]o y Prevision (STP) yuno de los organizadores de la misma.

    La lendencia del Estado a intervenlr en las ousstlonas soclalas no selimltaha. DOr otra parte, a tratar de lmpedi r las huelqas, sino quatarnblanse manlfestaba en otras lnlctatlvas y reafizaclones. En 1937, por elemplo,se provocto el estableolmlento de un sistema permanente y de caracternactonal para la fUacl6n r le salar los mfnimos v, aunque no lIeg6 a tra-Inr"n r-so orovncto, d09 orios dospuon so eslablocl6 por decreta que lossalarlos f llar los en los convenlos colect ivos pasaban a conslderarse comoIns mfnlmos pn l ;'i s respectivas ramas. En 1939, la Comlsl6n Naotonal paraCombnllr In D090GIIPncl6n propontn In cronclon do un Mlnlslnrlo do Trn-halo V Accl6n Social, y desde 1940 el coblerno comenz6 a dlctar unaserlo de laves, decretos y laudos rnlnlstcr lales reglal1lentando las con-dlclones de trabaio en dlversas act lvidades.

    Dnnrte estas tandenclas Intervencionlstas se Ilevaron a la practlcaen fnrma mas coherpnte v completa fue en la provlncla de BUenos Airesdurante la aobernacl6n de Manuel A. Fresco (1936-40) e~. En el mensajeo"e envl6 a la Leqlslatura acompaFiando un proyecto de reorganlzaci6ndel Depar tamento del Trabalo provlnclal en 1937, 'Fresco exponta su con-ceocton del problema soclal en l~rmlnos slml1ares a los de Figuerola:"Los dos faclores que concurren a ta econornla y a la producci6n --sfcapital y el trabalo-e- no deben ser considerados como fuerzas esenclal -mente contradictories y en pugna permanente par fatal idad hlst6rlca, sinodestinadas a la arrnonla y el equilibrio (... ) EI Estado debe intervenircon sus lnstrumentos legales de autoridad toda vez que el equllibrio searota, para restablecer lo, y toda vez que el abuse de alguna de las partesamenace, 0 bien el sentido de [ustlcia, tan arralqado en el alma humanay flor de las mas evolucionadas clvlllzaclones, 0 bien el sentido de lanacionalidad y el orden social".

    Fijaba luego los prop6sitos de fa proyectada reorganlzaci6n en losslguientes puntas:"19. Que es de toda urgencia elevar el alvei de vida del obrero rural yIabrll, fsci li tando eu acceso 11 los blenes y cornodldades,

    ('I)53......

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    14/57

    "21'. Que es necesarlo orqanlzar la proteccl6n del obrero en la ralvln-dlcacion y defensa de sus derechos lndividuales econornlcos ( lndernnlza-clones, despldo, vejez, accldentes, etc.) ;"3\'. Que debe organizarse y legisiarse la acUvidad sindica l y colectlvade patrones y obreros, imponlendoles debores y responsabllldades y a lavez reconoclendoles la personerla y los derechos que corresponden alos fines uti les de la asoclaclon."41'. Que debe imponerse la creaci6n de una Instancla a cargo del Es-tado para dirlmlr de acuerdo a derecho los contttctos antre el capital y eltrabajo, a fin de - que el primero I I I Q use a su arbitrio los resortes de In-Iluencla y prepotencia que sue len estar a su alcance, y a fin de que elsegundo lampoco use a su arbitr io Ia fuerza del nurnoro, la agllacl6n yla propaganda anarqulca 0 comunlsta:"5'? Que se debe asegurar el efectlvo cumpllmlento de la leglslacl6n delIrabajo a fin de que sus preceptos no constituyan latra muerta a mercedde las di laciones y astuclas de los l itlgantes, apl lcandolss procedimlen-los simples y ejecutivos".

    En cuanto a las organizaciones slndica les, afl rrnaba que "el goblernode la provinci&;- lejos de ser enemigo de los trabajadores y su orqanlza-ci6n en sindicatos, busca y eslimula la agrupacl6n y convivencla de todoslos ssctores del traba]o en asociaciones gremiales para que, dentro deprinclplos de [ustlcla social y de orden, breguen par su blenestar y re-clamen 10que les corresponde", ya que "mientras el Estado de tlpo l iberals610 reconoce y olorga personerfa al cludadano alslado, al trabajador als-lado, aloma de la masa productora, el nuevo Estado, que integra dentrode su orblta todas las acl lv ldades economlcas y coordlna todas las capa-cldades, otorqa derechos y exige responsabl lldades a las asociaclonesorqanlzadas de productores" (CGT-Catamarca, 9-4-1937).

    Buena parte de este programa fue l!evado a la practlca: se dlctaronnumerosas leyes sociales y se vig1l6 "81cumpllmiento de las exlstentes, saestablecleron procedimlentos de conciliacl6n y arbllra]e obllqatnr lo. 01De-partamento del Trabajo lntervlno act ivamente en todos los problemas labo-rales y el propio gobernador y sus mlnistros particlparon frecuentementeen la resotucton de los conflictos. Se estimul6, sobre todo, la firma deconvenios colectivos, y en 1940 se hablan acordado en la provincia 300,fren!s a los 39 de la Capi tal Federal .

    Todo esto lba acompafiado par una polltlca autoritarfa que buscabamantener al movimiento slndlcal bajo e l mas estricto cont rol y persegulaimplacablemente a los comunistas. "Para el gobierno de La Plata --decla,por ejemplo, CGT-[ndependencia el 3-7-1936- no son subverslvos 96[0los cornunlstas, 10son los social lstas, los rad icales y hasta el mismo Con-greso que repudia sus representantes Iraudulentos",

    Los dirigentes sindicales no fueron, sin embargo, lnsensibles a astaInedlta comblnacl6n de "[ustlcla social" y autor1!arlsmo. EI 2B de anerode 1937, la Junta Elecutiva de la CGT-Independencia se entrevislaba canFresco para "porter de manifesto la coincidencla de criteria de la orqa-nlzaclon menclonada can I aaeci6n of lela I desarrol lada en las cuestlonesgremiales". "Expresaron los visllantes que se advertfa un amblente de

    54

    I11 I)I \ I__......__~~~_;_----------------------------

    lI",i',cI

    I cr,

    respeto por la accl6n nelaments gremlal ,c constructive y de orden quedesenvuelve por Intermedlo de sus f!liales dentro del tsrrltorlo de le pro-vincia", salvo algunos incidentes alslados, y termlnaron mani festando suconformldad con el desempef\o del Departamento del Traba]o.

    cFresco, por su parte , les asegur6 que "es prop6sito tnquebrantsblade su gobierno crear para los trabaladores autsntlcos condiciones dsco-rosas de salarios y remover, aiin par gestl6n directa y propla, las sltua-clones pauperrlrnas y deprimentes de salarlos de hambre, que son fuentespermanenles de robeldla y de intranquilldad social. En cambia -agreg6--la represl6n sera implacable contra las personas que hagan profesl6n dela agl taci6n sistematica" (La Nac16n, 30-1-1937).. , Al mes sigulente, otra delegacl6n de la GGT-Independencla fue asaludaral gobernador con motive de celebrarse el prImer anlversarlo desu asunclon. 'Fresco aprovech6 la opor tunldad para asegurarles la purezade sus Intenclones: "Oulero que ustedes sepan -diJo-- que al venlr ami despacho encnntraran siempre al gobernante y at c!udadano, peronunca al politico. Me inleresa profundamente la suerte de la clase traba-ladora argentina y deseo, como gobernante de la provincia, colaborarser lamente can la obra de meJoramlento y de [ustlcla social que anima alos obrsros. No 10 hago para conqulstar votes de los trabaladores. Yo saconauistar esos por mi accl6n poHtica (I), pero en el caso de los tra.ba iadores, 10 qua excluslvamente me Interesa e8 conl rlbul r a la solucl6nde sus problemas. Ustedes pueden traerma, pues, las cuesttones gremla-les que les preocupen, y deben hacerlo sin nlnquna prevencI6n". Aclarabaflnalmente que "mlentras los trabaJadores, COmo en este caso ", me pre-senten sltuactoncs de [ustlcla, los apovare can toda resoluci6n. Pero lesprevenqo que mi qoblerno no totorara porturbactones oi des6rdenes denlnguna especie. Las reprirnlre con la mlsma enerqta con que apoyarslas causas justas de los obreros" (EI Dla, 26-2-1937).

    En el dlscurso pronunciado al celebrarse el primer aniversario de sumandate, Fresco no delaba de mencionar sus exilos en relacl6n con almovimiento obrero: "La adhes16n expresamenle rel lerada al gob!erno parlos reoresentanles del autentlco movlmiento obraro organlzado en la CGT-decfa-,c y de la que sa han hecho eco en multiples Informaclones ycomentarios todos los diarios del pals, constituve un ial6n mas en la po-lIt ica obrera del Poder Ejecutivo provincial" (CGT-Catamarca, 26-2-1937).Uno de esos diar ios,- que no estabanseguramenle entra los mas alejadosde las fuentes de lnspl raclon del gohernador bonaerense, comentaba aslese dlscurso: "EI Dr. Fresco present6 el cuadro que mas deseabamos, esdecir, el' de un rraclonaltsrno sindicalista, [erarqulzado y totalitarlo. Laobra del Dr. Fresco habra de completarse COn la sindlcalizacl6n obllqa-toria de los trabaladores, proplciada por el Eslado y par el raqlamsntaday dir lgida" (Bandera argentina, 20-2-1937}.Recordemos, para terminar, cque Fresco apoy6 la candidatura pre-sldenclal de Per6n en 194& y que Armando Spinelli, Jere del Departa-

    .. Mediaci6n en demanda de aurnento de sala rras para 'los textiles.

    55

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    15/57

    mente provincial del Trabajo durante su goblemo fue uno de los prlncl-pales colaboradores de Per6n en la 8TP como Director General de Traba]o,"En 91Estado anterior a 1943 -concluyen Gaudio y Pilone- ya se

    manlfestaban formas de intervencionismo social, algunas sorprendente-mente afines (y otras menos) con 10 que resulto tlpico en la decada ~lgulente,La descripci6n y el analisis de tales formas de !ntervenci6n en ladecada del 30 mueslranya un Estado que comienza a desempei'iar y aarrogarse como legftimamente propias funciones tales como la' de inter-mediarlo en el contllcto social y la de norrnatizador de un tipo de relacio-./nes hasta entonces conslderadas como 'prlvadas' y, por consigulente,pertenecientesa la esters de la sociedad civil", agregando que "la claseobrerano fue aiena al proceso indlcado en el punta anterior. Por un lado,Intent6 beneficiarse can esle primer esbozo de polltlca social emprendidodesde el Estado y, en parte, 10 lagro; par el otro, 10 estimul6 y secund6con lnteres, de una rnanera que no resu1t6contradlctorla con las orienta-clones dominantes en el seno del movimiento obrero de la apoca. Taleshechos confirman la idea de que en la conciencia de los trabajadoresestaban presentes de antemano los elementos que constituyeron los ejssprlnclpalas sobre los que gir6 el peronismo en materia laboral" g6, ICan respecto a las organizaciones gremiales, aunque, e~ forma me-nos sistematica que en la provincia de BuenosAires, no dejafon de atrasrla alencl6n del goberno naciona!. En 1936 se realiz6 el primer censo deasociaciones profesionales, repetido en 1941, Y el DNT estudi6 en 1938la elaboraclon de una reglamentacion que las rigiera. Asf como impulsabala organizaci6n de asociaciones patronales en las ramas en que estas noexlstfan, el DNT lnslstla en que los sindicatos obraros fueran lnscrlptos,auorizadosy flscallzados oficlalmente, y se lIeg6 a proponer una ley quehiclcra obligatoria Ia aqrornlaclon. El objstlvo de esta legal izacl6n delos slndicatos, as! como la lncomprension que esos proyectos enconlrabanen otros niveles del gobierno, aparecen tempranamente expresados enuna nota que el presidente del DNT, 'Eduardo F. Maglione, dirige en mayode 1931 al mlnlstro del interior apoyando una queja de la FOM de BellaVista (Corrientes) contra la prefectvra focal y anunciando su renuncla a!. cargo:

    "Aparts de las dos divisiones fundamenlales de uh campo de patro-nos y otro de obreros -decra, entre otras casas, el funcionario--, actuandos tendencies no menos antaqonloas en 01 campo obroro: la de los quequieren cncarninar In lucha en 01 terrene revoluclonarlo y los que qulerenconquistar las mejoras por evolucl6n, dentro de un marco de la lusttclay la ley. Un gobierno lnteligente, que se preocupe y que estudie las cues-:tlones de esta naturaleza, debe forzosamente penetrarse de la necesldadabsoluta -din!i vital para el pafs- de fomenlar las orqanlzaclonas quetratan de sncauzar las actividades obreras dentro de la legalidad."Evldenlemente, el obrero, por su Inferior condici6n social, se deter-rnlna preferentementehacia la actividad revolucionaria. 81el gobierno noapoya a los que tratan de guiarlo en el otro senHdo, estos plerden sufuerza y la batalla sa libra con todos sus extremes de vlolencla y de odio.AsI, el goblemo as el causante dlreclo de la vlolencia. Pr6xlmo a ratlrar-56

    ,I

    r"

    me del Departamento, do]o a rnl sucesor 09ta como una de las m6s se-rlas ensei'ianzas ( ... ) _"Por otra parte, 10 que se dfce E m la nota (de ta FOM) es axacto. La

    autorldad, -sobre todo las del Interior y la prefectura maritima, extraf'ioscomo son .a las.preocupaciones y entendlmiento de las cuestlones obre-ras, no solamente creen que estas se resuelven por ef r igor, sino' quaconfunden las actlvidades revoluclonarlas can las paclllcas, como dere-cho de reuni6n, de asociacl6n, etc. Aplican a estes ultlmos la rnlsrnavaraque a los alms y los arrojan fatalmente al campo revoluclonarlo, dondees de suponer que los acogen can los brazos ablertos" (La Vanguardla,19-5-1931).

    Estos conceptos, naturalmente, eran aplaudidos por .los soclallstas,para qulenes la renuncla aparecla como "el estallldo de una crisis entreel espirilu atrasado y barbaro, para el que la experiencia nada edifica, yel espfritu comprensivo que slenta la lrnparlosa necesidad de fomentarlas organizaclones obreras, verdaderas lnstttuclones de bien social"(Idem), .

    Efectivamente, las inquietudes generadas en el DNT, al que un elen-co de funclonarlos eslables daba clerta continuldad por enclma de lOS'camblos polltlcos, no siempre encontraban eco en otros niveles del go-blarno que, preocupados generalmente por cuesliones mas Inmedlatas,lendlan a Ignorar la gravedad del problema social que se estaba lncu-bando y la potencial capacidad translormadora de una clase obrera cre-clente y marqlnada,/"' ')

    ~aCf~.~~~Err real idad, la mayor parte de los camblos a que nos hemos refe-'r ldo no parecen haber sido cabalmenle registrados por los dlrlcentespolftlcos de la epaca: nlnguno de ellos demuestra haber cobrado conclen-

    cia de su profundldad ni de su trascondancla. Todos parecsn haber so-guido manejandosa, por el contrario, can una imagen del pals y de lasocledad que iba aleiandose cada vez mas de fa realidad, y donde esledesfaso se pone mas claramen!e en evidencla es en el terreno po-lltlco.

    EI tesonero lntento de restaurar la hegemonra de los Intereses pre-dornlnantos en 01 ' anro contrnsta fuortomonto con las tlmltaclones quola nueva estruclura dol comercio mundlal Imponla al desarrollo do losmlsmos y con la creciente Importancla que lban adqulrlendo los In!ereseslndustrlajes. E~~g!rnieDtQ_J!_lI!!1_e_~~Q.XJtLP.i1P.!l.LG!.?y_e_eJLeLapi:JJato.pro-d!llli()_Q.~p1l1s que Iba asumien~.@~~!!!se obrera dlffclfmento__podrlacontenerse dentrode~ias~~treChas- R~~tc.tlY~as~tlv.e_j_e._!Jln:~claJa_PDUtjC.3parlamenlaria del pS-n.LJa actlvldad clandeslloa..deLEartido_Comunlsta(PC). Asl fuo creandosa e~vaCiOpoiftlco que serla lIenado flnalm-;iiiep a r Peron.

    Repasemos brovementa 01 proceso polit ico de la epoca, por otraparte bien conocido 97, La irrupci6n del ejercito en el escenarlo POIftICO--( ;osa que ocurrla par primer. vez desde que el mlsmo se habla con-

    57 ~

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    16/57

    vsrttdo en una lnstltuclon profesional- no 5610 abre el pertodo crono-16gicamente, sino que es tambien un slgno de los nuevcs tlornpos: lastenslones generadas par la crisis eran demasiado vlolentas para quapudieran resolverse por las vIas tradlcionales de equllibrlos, acuerdos ycornprornlsos. Esta presencia del ejerci to, ya sea en pr imer plano entrebambalinas, sera desde enlonces un dato lnsoslayabla de la realldadpolltlca.

    Sin embargo, habiendo cumplldo su obietlvo con el derrocamlentodel tambaleante gobierno de Yrigoyen y la proscrlpc16n que l rnpldlo alradlcattsrno reconquistar e! poder, el ejercito pronto cedi6 81 domlnlode la escena a su heredero. La habilidad poll!lca de Justo Ie permltl6cornbtnar los elementos de una coa!Jcl6n que sustsnto las reformas ne-cesarias para mantener los lntoreses de la clase dominante relat lvamenteprolegidos frenle a las consecuenclas de la crlsls y de Jadepresl6n. Peroesos elementos no eran, en cambio, suJicientes como para asequrarleun respaldo electoral, y asi, cuando el radlcalisrno levant6 la abstencl6n yarnenazo con trastornar esa fragil estruc.ura polltlca, la permanencla dela alianza gobernante s610 pudo asegurarse mediante el I raude, Esta prao-tIca no era nueva, por clerlo, en la poHtlca argentina, pero hade' ya mu-cho tiempo que nabla pasado a ser s610 un fen6meno marginal: su re-lorna al papel de piedra anqular del regimen no podla ser aceptado fa -cUmente por una opinl6n publica mas evoluclonada. _

    Los primeros pasas para desmontar la maqulnarla del fraude dadospar Ortiz fueron inlerrumpidos por su enfermedad, y Castillo no estabadispuesto, par clerto, a seguir ese camino, que lrnplicaba el retorno delradlcal lsmo al gobierno. De modo que el fraude, escandalo permanente delreqlmen -amen de otros ascandalos mas crematisticos- serfa e1 arqu-mento basico para su derrocarnlento.

    Pero, dado que el ejercilo habra cerrado los olos ante et [raudo yla corrupci6n durante una dacada. otras deben haber sldo las razonasque 10 decldloron a volvsr a desernpefiar el papel protaqonlco. Por unlado, la coallclon sabiamente artlcutada par Justo se desarmaba, Y lamuerle de su creador la dejaba sin el unlco candidato que, ademas deser sat lsfactor lo para el ejercito y aun para Iarnpllos sectores de la opo-slcl6n, Ie per rnl tla mantenerse unida. Por dtro lado, as! como ante unasituaci6n semejante de vaelo de podar en 1930 la crisis econ6mica habradesamperiado al papel de detonante, ahora ese papel ser la desempef 'iadopar 11'1uerra. Tanto el espectro polltico como el mllltar estaban profun-damenta divididos frenle a la rnlsrna, pero mientras en eJ 'prlmero pre-,dominaban los seclores Iavorables a la causa de los allados, en e l se-gundo teridlan a irnponarse los neutrallstas y los que, mas 0 menos de-sembozadamente, simpaHzaban can el Eje. La perspectiva de que, des-pues de una eleccl6n fraudulenta, un candidato ampl iamente lmpopular Ycan muy deblles bases de sustenlaci6n como el olegldo por Castillo pu-diera cambiar la or ientaci6n de la poll tica inlernacional hacla una poslci6naHad6fi la resul laba insoporlable para Importantes sectores del ejerci to .Peor aun era la otra posibllidad: el Idunlo del Frente Oemocn'itico que,can la particlpacl6n del PC, se gestaba en la oposlcl6n. Todo l1evaba,pues, a que eJ nudo gordlano del regimen fUera cortado por [a espada.

    58

    . : . ~ , t/.. '~ \~

    1};..j1I,j

    I iI'I ~-I-If .,\1" t ~:, 1 i,!? '

    ,~ Ll !, (,,\ ~I,t'/1. I",< J I J -.~IjJ.ir1~'(,I\l

    --'-'--'---

    ,- "!En todo el proceso que acabarnos : de comentar as consplcua la

    ausencla de dos sectores que hablan aslst ido al mlsmo 'como convldadosde piedra: preclsaments los dos sectores que mas se hebtsn dearro llado . 'gracias a las nuevas condiciones econ6mlcas. Por un lado, la burqueslalndustrlal -y. sobre todo sus mlembros mas recientes y dab~les- queno velan reflejados sus lntereses par nlnguno de los partldos en pugna:el fracaso del Plan Pinedo no dejaba a dudas en cuanto a que podlaasparar de un regimen totalmente dornlnado por los lntarases agropecue-rlos, Y el radlcallsmo no Jes ofrecla majores perspectivas. Por otro lado,1~class obrera.

    Qulza la Imagen de una class obrera form ada prlncl~almente par ex-tranleros y en la que predomlnaban las Ideo logres ant l-pol ltlcas -imagenque ya no se alustaba a la realldad- Influy6 an parte para ocultar a tapercepcl6n de los politicos el potenclal electoral que su creclente nu-mero representaba. Qulza [a pract lca habitual del I raude y la manlpulacl6nelectoral los absorbla dernaslado como para prever que en unas elecclo-n;s verdaderamente limplas su peso podr!a ser declsfvo. Lo dertoes quenmguna de las dos Iuorzas poll !1cas mayores puso damaslado ernpefio enconsagulr su apoyo., EI radlcaHsmo, que como partido mayoritarlo y de ralgambre popu-lar, estaba an rnelores condlclones para loqrarlo, nunca 10 Intent6 serla-mante: las vlnculaclones que Yrlgoyen habra sabldo establecer con algu-nos sectoras no fueron mantenldas por sus sucesores, y nlnquno hered6tampoco la Imagen "obrerlsta" y la fama de senslbll1dad soelal del vIejocaudillo. Claro que Alvear no era la persona mas Indlcada para hacerlo,pero tampoco 10 lntanto. S610 en el nlvel de algunos caudillos locales en-contramos una relacl6n mas Ilulda con grupos obreros, para esa relacl6nse establecta sobre los moldes de! patroclnlo tradlclonal y en ese te-rrano los radlcales len ran que competi r con los caudi llos conservadoresque tarnpoco de laban de Inclulr trabaladoras entre sus cllentes en lascludadas y pueblos del Inter ior.

    En cuanto a ta coallclon en el poder, su actltud hacla la clase obra-ra fue mas varlada. Uriburu recurrl6 ablertemente a la repres16n, sobretodo contra anarqulstas y comunistas: fusllamlentos, deportaciones, carcely tor turas, clausum de 'loca les y perl6dlcos, persecuclones de todo tlpo,SI crey6 loqrar algo extorsionendo al secretarlo de la CGT y obllqandoloa flrmar una nota de apovo a camblo deltndulto para tres choferes con-denados a muerts, eso s610 demuestra qua su Ignorancia sobra e l mundoobrsro era total., .Las orqanlzaclonas mas moderadas fueron menos hostigadas, y el

    presldento del DNT, E. F. Maglione, cornenzo a tomar contacto can sus'dlrlgentes y a asegurarles que SUs derechos sertan respetados. Pronto,sin embargo, tuvo que ronunclar, "Nosotros comprendemos --comentabaLa Vanguardla al 24-5-1931- la decepcl6n quedeba apoderarse de unfunclonarlo cuya accl6n l iberal y amplia Sa dirlge en el sentldo de en-cauzar los confilclos del !rabaja par las vras de Ie legalldad, cuando vaqua ol ras autor ldades ejecu llvas: utl li zan 81 expediente burocral ico paracontenar soluciones vlables y, uUles Inlcla!1vas, 0 perslguen . .a los m[Ji -tantes obrems como a vulgares dellncuenles, 0 clausurali las secretaries

    59

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    17/57

    do los slndlcatos y encarcelan a sus mlembros mas destecadcs. a restrtn-gen y limitan Ia I Ibertad de reunlon, creando un amblente de temor einquietud que Impide la I Ibre y fecunda acclon de los gremlos obraros ( ... )La lnutilldad del esfuerzo roallzado con la mejor Intencl6n se estrella fa-talmenle cuando 58 casliga la emisi6n de un pensarniento contra el go-.b larno, se deporta a ml ll tantes del gremlal ismo sospechados de extremis-tas y agitadores y se establecen penas severas e Irreparables contra lospromolores de una huelga que pueda alectar un servlclo publico".

    Mas ductlles, los conservadores bonaerenses inclulan entre SUS can-didatos a diputados nacionales en 1931 ados prornlnontos dlrectlvosde la UF, pero fue un caso excepcional: entre los multiples apoyos queJusto combinaba no entraba, evtdentemente, al de Ill. clase obrera, y s610se l imit6 a alenuar ocasionalmente Il l. represion sobre sus activldades.

    En cambia, el respaldo de alqun sector de los trabaiadores era lrn-portanle para las escasas bases en que pensaba asenlar Ortiz el desarro-llo de sus planes de ltmpieza electoral, y se dedic6 a conseguirlo COnahlnco. Contaba, como punta de partlda, con su vleia relaci6n con An-tonio Tramont!, presidente de la UF hasta 1934 y que segura acaudlllan-do una imporlante fraccicn de Ill. misma. Ambos hablan dialogado mu.chas veces cuando Ortiz era minls!ro de Obras Publlcas de Alvear yabogado del Fer rocarr il Oeste y conservaban buenas relaclones. Pera Tramon!i habla sido desplazado de Il l. conducclon de la UF y su grupo -acu-sado, entre otras casas, de uti li zar a Il l. central obrera para propaqandl -zar la candidatura de Orliz- habra perdido tarnblen el control de' Ill.CGT. Desde ta presidencla, Ortiz preslono primero sobre las autorlda-des de Ill. UF para que varios miembros de Ill. fracc16n de Tramont! Iue-ran incorporados a la Comisi6n Directiva (CD) v. al no lograrlo, raspal-d6 una esclslon destin ada a Iracasar. Su hostilldad tuvo el efecto deoblluar al sucesor y archienernlco de Trarnontl a detar la presldanclade Ia U F o pero fuara de eso Ortiz 5610 pudo recompensar a su amigonornbrandolo presidente de Ill. Caia de Jubilaciones para ferroviarlos.

    Fuera de los ferrovlarios. Or tiz habra antablado tarnblen relaclonescon otros di rigenles: Segun R. S!ordeur, por ejamplo, el presidente "ha-bra Ilegado a craar un pequefio nuclao obrero de apovo, sobra la basede los sindicalistss, con los cuales era muy amigo" 98. Pero todo eslodesaparecl6 con su renuncla, ya que Castillo no tenla el menor lnteresen cont lnuar esos contactos.

    De modo que, en el momenta en que los sec!ores mas radlcallza-dos del movimiento obrero Iban quedando marginados --como los anar-qUistas- 0 comenzaban a variar su actltud --como los tllndlcallsla,-,y los dirigen!es se valan cad a vez mas impulsados a entrar en el dle-logo e inlercambiar apoyos con el gobierno, s610 encontraron por partede ests -salvo en la epoca de Ortlz- una Irla y total lndlferencla.Asl , practlcarnents ignorada par radica!es y conservadores, la claseobrsra s610 podla buscar su expres16n polltica a traves del soclallsmoy el comunismo. EI primoro, pese a sus sangrras decenalos (1918, PSInternaclonal; 1927, PS Independientc; 1938. PS Obroro) no de!6 decrecer durante el perfodo,aunque desde 1935 los radlcales volvlerona dispularla la mayorfa en la Capital FgdorBI. Pgro su ml!lmo l1xito elec-

    1 I

    jII

    ~l~' j . 1 _ ' t

    - - - - - - - - - - - . ~ . ~ _ . , . . . . . . . , _ , u t l l l l l d t l ! l t M " " d f t ' ! l l i - i I I ' ' & 1 1 - - 1 ' - [ 1 - 1 1 - - - f l " ' l m l - r l ' - l ~ i I " " ' * ' - I ' ; I ' ! t - " " " " ' - _ a . . . ' . . . [ _

    60

    torat -dobldo en buena parte, durante la prlmera mltad de la dscada,a Ill. abstenci6n del radicalismo- no haria mas que reforzar aquallascaractarlstlcas que 10 haclan menos atractlvo para la clase obrera. Laexcesiva preeminenoia que asignaba a la labor parlarnentarla --de laque s610 lograba exlraer algunos frutos gracias a concesiones de la rna-yoria conservadora, no siempre exentas da contrapartes- tenia mul-tiples impl icancias. Par un lado, acentuaba el tradiclonal reformismo que10 llevaba a conformarsa con el papel de minoria consentida y lirnttadaal ambito capltallno, sin mayores perspectivas de que pudlara liegar aconvertlrse en una Iuerza capaz de disputar el poder a nival naeionalIrente a los grupos hegem6nicos.

    Por otra parte, su base electoral estaba lei as de ser exclusivamen-te obrera. EI anal isis ecoloqico realizado por G. Germani de las elec-clones en Ia Capital Federal revela que Ill. correlacl6n entre poreentajede obreros y de votes soctallstas en 1940 y 1942 no es demasiado sig-nificativa: Ill. de 1940 no S8 aleja demasiado de Il l. registrada respectoa patrones de comerclo y serviclos (+ 0,197 y + 0,163 para obrarosy patrones raspect ivamente), y la de 1942 lampoco se di ferencla radical-mente de la exislenle con los patrones industriales (+ 0,388 y + 0,294respactivamente). Algo mas al ta entre los obreros industriales (+ 0,276y + 0,554 en los dos aries mencionados), esta siempre por debajc deIll. que vinculaba a ese sector can Concentracl6n Obrera (+ 0,733 y+ 0,626) 0 Il l. que, al ios despues, la vlncularla can 01 peronlsmo (+ 0,898sn 1946) a con el PC (+ 0,718 en 1948) 9Q.

    EI PS dependfa entonces, en gran medlda, del apoyo de ampllossectores de las clases medias, que aportaban tambien la casi totalldadde los dirigentes del partido y len Ian enteramente su rnentalldad. Estosdirigentes, por fin, constitulan un pequefio grupo cerrado que mantsntaun estricto control sobre los aflliados y que s610 se renovaba por coop-taclon, sin permitir el acceso de nuevos elementos que pudlaran amena-zar su estabilldad. Los dirlqentes gremiales, por ejemplo, que a travesde estos afios irian aumenlando considerablemente su lmportancla, noIlegaban nunca a ocupar cargos Importantes en la conducclon del par-tido. EI descontento par estas clrcunstanclas -sa lIeg6, lncluso, a de-nunclar fraude en las elecciones internas- esta!1aba peri6dicamenta yculminaba con esas escisiones en las que generalmente se aparlaban delpartido buena parte de SUs juventudes.

    En suma, el PS aparecfa mas bien c5mo lntaqrado al regimen enfunciones de oposiclcn consentida -va que no 10 ponla an peligro--antes que como una fuerza snfrentada con el mismo y que represents-ra una alternativa, mas como uii partido dirigido par intelectuales coninquietudes soclales que como un partido obrero.

    De todas estas caracterlstlcas, el PC 5610 comparHa una, y aunmas acentuada: la rlgida disclplina Interna y al caracter perpetuo a in-tocabla del paquefio grupo dirigente. Se trataba, en camblo --Gn aqua-lla epoca-, da un partido mucho mas especfficamente obrero, no s610par la composlci6n de sus bases sino por el papal qua alcanzaban ensu dlrecci6n los dlrigentes gremiales y por Ie importancla que en el can-Junto de sus actividades sa aslgnaba a las relacionadas con al mov!-

    61

    , tm:.-

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    18/57

    miento slndlcal (basta echar una cleada a los organos de prensa deambos partidos para perciblr esta diferencia).otrcs eran, en camblo, los factores que diflcuttaban su expansion.

    En primer lugar, su dependencla de las directivas de la Comintern ylos. frecuentes y subilos cambios de Hnea de ta misma hacian que susactltudas no resultaran muy coherentes: del aislacionismo practicadohasta 1935 al entasis posterior en la unidad hasta lIegar, en 1945, aesa verdadera promiscuidad de la Union Dernocratica, del neutralismoa uJtranza de 1939 a la igualmente fervisnte pro-beligerancia de 1941,p~ra no dar sino algunos ejemplos. Mas importante que estos zigzagueos,sm embargo, era el peso de otro factor: Hegal y blanco predllecto det?das tas persecuciones, la mflitanc1a en e1 PC ex!gla un grado denesgo y de compromise que pocos estaban en condiciones de arron-tar. Asr, aunque crecro conslderablemente durante el perlodo -sobretodo.e!l el campo sindical-. diflcilmente podrfa lIegar el PC en esascondiciones a convert1rse en un partido de rnasas, .

    Un sector muy importante de la clase obrera no S8 ssntla, pues,representado por nlnguno de los partldos existentes y no encontrabacanales adecuados para su participaci6n polltlca, de ahl que acogleracon tanto entusiasmo la perspectiva abierta por Peron.

    52

    2

    3. EI movlmlento obrcro en 1

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    19/57

    m.ares, El movimlento obrer c tZHnbhjn -Sil parte Ob1VVO-~enticades 1)s(\18ios in,,,i lc8.ba un reconoc.micntcqulenes iniciaron (1 d8sarroliafon todas BBi 8.Siendenclas luNOh slmjiea!islas, que comrolarcn a ta CST durante inprirner a mi!ad de l a decade.

    Las clrcunstancias mundiales. sin ernbaroc, naclan cada vez mas di-Ikil sostener el prihcipio de presctnuenc.a politics. en que los sindh::alistas S8 basaban. La amenaza de: tasclemo y el lrnpacto ernoclonat dela guerra civil espanola impulsaban una crsciente po:_itiza~i()n, de laque no SOlO S6 bonsnclartan los soclat.stas -que par primera vez 10-gniron lrnponsr SLJ hegemonia sobre 81 movl rntsnto s indical desde 1935 -si no tambhn los cornunlstas, cuya lnfl uencia cr e cio en forma explos.vadurant e la sequnda ml tad de ia decada., _

    Estes u lt imos S0 dedicaron prlncipalmen!_e~a_(lIgt:mizara_los_Jraba-jadoresdEl,Ja_,_construcci6n _ y de.Ja ]ndustria,manufacturera,o~cuyo_cre"-.clente peso en Is estr uctur a producuva far d aoa - e.n ref lejarse,_de_ntro delmo v lm f en io o or sr o, -dande lo s t radictonales g remJos de servrctos conse( -vaban un predornlnlo absolute. Ante e! doble desalio do 6s10s adve-nedlzos ~Que al mismo tiernpo cuest.onaban su pr eemi nenci a 0 intel1'laban ileva~ ai movimiento obrero hacia poslctonos mas combntlvas=-los gr andes gremi os dei transpor te se _a~ri ncher aron en l os car gos direc-ttvos de la COT, utilizando las mlsmas rnaniobras burocraticas que anteshubi an repr ochado a Ja conduce-on slndi c;; ;lis!a, y recurr.or on a los mIs-mos ergumentos de presc indopcia pot lt lc a y i imHaci6n a 10 estrlctarnentegremiaL Asf reaparecta. ahora ba]o un tenus barnlz "sociallsta", aqus:econornl cismo basico que par ecla haoer side desplazado per una super-fiols! pOIl!izaci6n.' De este modo, una nueva polarizacton -agravada parlas pos ic io 'nss--divergen1es de soc ia llstas y comunistas en' los p rl rnerosanos de 18 g uerra mundial- volvio a desqarrar la unidad del movimientoobrero: 01 perlodc, Que se lnlcla practiCRlYlente con _u n u _ cef)tLaLunica-porque ia FORA ya era poco mas cue una rellqula historica-. ~terminacon cuat ro (CST-N9 t, CGTwN 2, USA Y FORA).

    Esta fraomentaoi6n del movirntento obrero -~ue tlsvaba a sus m l-l it an !es '~ ga ;tat buena ' parte de su t ie rnpo , d e sus ollHgias y de sus recur ses en cornbattrse mut uamente->- conspl raba cent ra f a posibllldad deque este desempeiiara en la POHt1Cil nacional un papal acorde can supotencial. La creclente asplraclon de sus dlrigentes de participar activey eficazmenle en la vida politica se vela trabaoa per ta imposibtlidad deericont rar una formula ~pese a todos los proyectos de , union dernocr ati cay Ir ente popular-s- que los pcrrniti era contar con el respaldo l ndiscuti ble.de la cl ase que pretendiar ; rcprssontar. La .class obr sra 11 0 habra encon-t rado, PUBS, una identidad pol ltlca que i 0 perr nul era unulcarse y hacervaler su peso numerico y su Irnportancla en la astructura pr oductiva,identidad que s610 encontrar!a a traves de: peronismo, Vearnos ei cam:-no que, a traves de ;3 de caoa deJ 30, conduce a eS8 final.

    64

    Pese a loans las di! :cultndes que tuvo que atr oniar (desocupaci6n,represi on, divlsi onss ), e! volumen del movirnlento obrero.110_.dej6, de)crecer a 1 0 largo del periodc (ver Cuadro N9 8)., Si tsnamos en cue nta que en e! referendum sobro la fusion de 13eOA y la USA, en 1930, no habla r, votado mas qua 43.487 afiliados d'Jarnbas orcan.zaciones advertirernos la rapida expansion do la CGT du-rante la primera mitad de Ia dscada. En i836 nucle aba el 71 % de lostr abajadores orqani zados, porcerua]e Que so redu]o al 62 % en 1839 par avolver a subir al 75 % en 1941.

    Et crecimlcnto no era pare]o, sin embargo, en las ctist1rtas Tamas 08a "c_1ivldad (ve r Cuadra N9 9 , pag. 66); mientr as el nnmero de obr eros 08\1-pados en industries manulactureras habra aurnentado en un 51 % "01\;- ,O1935 y 1941, Y casi en la misrna pr oporcion entre ese ario y 194G, i]cantldad'de trabajadores orqanizados en ese rubro habia crecldo enireesos afios en un 74 y un 93 % respect ivamont e. De esc modo, r nlentr asen i936 solo representaban un! 1 % del total de aflliados, en 1941 Ii'>gaban al 16 % Y en 1945 at 26 '%. En cambia, tendra a disrnlnuir e! pc:

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    20/57

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    21/57

    C r) 1.0") e

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    22/57

    a :E I rulrnero de afillados a cada orqantzacion liene s610 una vaUdezrelative. Aparte del hecho de que la diferencia entre el nurnero de adhe-rentss nornlnales y el de cotizantes efectivos es enorrne en algunas or.~an izac j?nes (como, por e lernplo, la FONC), los datos se basan en lainlorrnacion proporclonada por las mismas, que tendlan a inflarlos paraobtener una mayor representacl6n en los cuerpos directlvos de la central.E~ 1.936, por ejemplo, el organo

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    23/57

    rnsntos rnHHtHGS, p ro rn ue ve e st a Q B S t ! L . 1 t 1 f r 1V( )C~H ' ldocomo 6rdca rszcn 9 1heche de qU8 JOs condenados no rugisiwt1 3nlecec1"n!e.5 (l.aNadon, 1().i2~i930).:o i los h~rmiflOs en qU(; ). e st aba redactada esa nota despert ar cn jj e-oeml I n d l g n i i c 1 6 f j ~ j ' n - 1 C i s ~ - : m e d i c i s - s T n d l c a l e s , ~ : - c i J i - n - d o - - s e - s u p o _ que I 'l l textode_In rnIslTi('I)N

  • 5/13/2018 Del Campo - Sindicalismo y Peronismo (Cap. 2-3 y Segunda Parte)

    24/57

    les y .de Naveflacron,Yacimlel).t~s.. PetrollferQ_s_Elscales)-.Mas tarde lnte-grarla, c.o~_Jepresentantes del PoderEjecuti"Q tlac.i.oI}I'!UeJ:_~),-@_ANT.la UIA,la Bolsa_,de..C:omerclo. y._otras_.lnstltuclones, .Js_Junta_.Naclonalpara combatir.Ja_desocupaci6n_(diciembre_de. _193.3).EI creci(l_f!~~_!~(;onoc]mie!!!o_qu~J~~~grando _laCGT era interpreta.do por -lcs.scc lallstas.ee-para.no-hablar- de1 s-vltrtollcos -c omentarlos:'aa~anarquistal>y-comunistas-~ .como" contraparte+de-une=conoucta- ctara-t-.mente_oficialisti!l.,-.E.OJ_o_tr!Lp~!.t~.J.eJ;tablecidaa actividad electoral el PSno_se_resigDB-J;>~_.;:L~cep_tf!Ll1:!PJescindencfa"-deT-~ovimienlo s'indlcal.Haste fines .de1~32 ..las..r~laci~~e~._~nji_~.!acill~y_el F>_s___:bi~j.~D~$idoo-_fr~~c. t!3S: -1a-Gr habla ce lebrado algunos de sus aetos en loca les delpartido; soclellstas como Martfn S. Casaretto cclaboraban sen el perlodl-co sindical , mient ras que ot ros -como Angel G. cSO; :lenghi. ..1.estabanf recuentemente entre los oradores principales de 10;ac tOs ceget istas;no habra -ataques en los 6rganos de prensa. Pero esia convjyt i)ncla nCL_durarla demasiado.Ya.enabrll de J9.32_se.habla .euscita_qounadisputa .cuando.ta; E.GB-dirigid~por _soci~li.st~s:-:-:pro~.st.Q..p_or.Ia designaci6n de S. Marotta-que dirigla la_.organlzacI6n rival. (Unlon dE;l_~1.Jnotiplstas,MeC{lIlicoil- yAfines, ULMA)- como delegado a la conferencia de la OtT", En no-vlembre, un ofrec ilniento def'PS para coiaborar eri l a 'campal' la que lievaba a cabo la CGT contra los lntentos reaccionarloa y por la reduccl6nde la jornada de trabajo, habfa sido respondldo con reflnada sullieza:ta JE resolvi6 "aceptar el o freclmiento que el PS 'nos hace, as l como todaotra adhesion que la JE estime necesaria y de utllidad para la campafia.que la CGT vlene desarrollando" . "A ese fin -agregaba- loda adh~sl6nque reclba sara bienvenida y apreciada. Igual act ltud pueden, de acuerdocon esta rasoluclon, asumir aquellos organismos que aun no slendoespecl flcamente polit icos, vean con s lmpaUa esta campaf ia y qularanprestar su concurso. Nos referlmos a los' orqanlsrnos estudiantiles ysindicatos lndependlentes, EI ofrecimiento del PS 10aceptamos compla-cldos en el caracter de la primera adhesion de fuerzas pollticas a unacarnpafia obrera" (BCGT, 25-11-19321. lrnposlble poner en su lugar demanera mas clara y a la vez eluslva al PS.En_lebrerci. de, 1933 e! PS c:r.~6un C_Q.mite_g'LOeJe_Q~!I_j)!?IeraLquela CGTJI]!e:r~t"_.9.o.mo cornpetitivo _CP!LQ!L Comlte Pro-Presos. AI messlqulente. el tercer congreso de_AT! :; - -que con sus 20.000 afHlados erauna de las orqan'zaclones mas importantes de la central- censure, a [aconducc ion de la CGT por su part lclpaclcn-en-el- acto-del ~8'de [unloy por mantener sindicatos paralalos, exlolendo la prcnta.convocatorla-delCongreso Cons tltuvente . La CD del s indlcato tambtan . fue cr it icada_y_. reernplazada porotracon.mayorla.soctallsta.

    .. El problema de la exlstsncta en la central de dos orqanizaclonesdel mlsrno gremio -que tarnblen se daba en el caso de los munlclpalescon la UDEM y ta Asociacl6n de Trabajadores de la Comuna (ATC)-derivaba de que en el momento de la fusi6n uno de allos per tenecfa a taCOA y el otro a la USA. EI mantenlmiento de esta situaci6n serla luegootra de las crl ticas frecuentes a la conducci6n slndic(:l lista.74

    . Estos viercn retorzada su posicl6n denlro de la central en agosto,con elln-ireso de LF. La vieja y prestigiosa orqanlzaclon, siempre cen-:trada " e n sus' proplas relvindicaciones -yf recuentemente acusada deelitista v poco sot idarla por otros gremios- nunca habla desempef iadohasta entonces un papel des lacado en la poHtica s indicat . Por esos anosse convertir fa, sin embargo, en la punta de lanza de la otensiva socla-li sta, Det rAs de ella se al inear lan [a UDEM, ferreamente cont ro lada porPerez Leir6s desrle--19T9 y la mil itante FGB. Menos estrechamente aso-ciada-a l-PSque . las anteriores, ta FEe conocla por esos afios una rap ldaexpansion balo la habll conduccicn de Bor!enghL Sus intensas campafiaspor Ia retorma deL.C6digode Comercio, que cutminaron exi~osamente en1934, habfan ido arnpllando considerablemente su volumen y su prestigio,-perr:n1tiendol.l,l.organizar una ConfederaC!i6n en escala nacional que prontose t ransform6 en una de las mas importantes orqanizac lcnes de la CGT.LiirJfl_UElDC.i~.?~c::ia(jstaera y?.tambien predornmante en la UT y otros slri~d icatos, como la Uni6n Obrera Tex ti l (UOT) y el Sindicato Obrero de laIndustria del Calzado (SOlC). Los soclallstas contaban ya, enlonees, conla fuerza necesar ia como para desafiar a la mayorfa s indlca1 ista cuya pa"slv idad, act1tud cornplaciente col i el gobierno y demora en convocar alCongreso Constituyente lban generando creciente oposlci6n.La CGT disputada: soclalistas y sindicaUstas

    Apoyandose en algunas medidas represivas lomadas cont ra anar-qulstas y comunistas, en episodios de v lo lencla po llt lca reclentemenie .registrados C -como el aseslnato de un dlputado soclalista en C6rdoba-y en la organizaci6n de grupos paramil itares como la Legi6n Cfvica,los __slndlcatos dirlgidos per los socialistas cornenzaron. a prestonar..a_la_con~duc.!qn de la CGT para que coordinara una acclonccniunta.con.Jos.per-tldos .y otras organizaciones democratlcas..ocntra ,10-qua-caraoterlzaban-. COmO~Bmenazaascists.La JE respondi6 a esas so lic itudes con el desafor