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1 La Arteterapia como una alternativa para los programas de resocialización en Colombia Lorenzo Mendoza Vargas Trabajo de grado para optar por el título de Abogado Director Norberto Hernández Jiménez Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Ciencias Jurídicas Bogotá, agosto de 2020

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La Arteterapia como una alternativa para los programas de resocialización en Colombia

Lorenzo Mendoza Vargas

Trabajo de grado para optar por el título de Abogado

Director Norberto Hernández Jiménez

Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Ciencias Jurídicas

Bogotá, agosto de 2020

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INTRODUCCIÓN 4

PREGUNTADEINVESTIGACIÓN 9

OBJETIVOGENERAL 9

ESPECÍFICOS 9

METODOLOGÍA 10

CAPÍTULOI:COMÚNDENOMINADORDELASPRISIONESMODERNAS 12

INICIOSDELAPENAPRIVATIVADELALIBERTAD:ELTRABAJOCOMOACTIVIDADOMNIPRESENTE 12ELTIEMPO:UNAIDEAUNIVERSAL 14ELESPACIOCARCELARIO:FORMADECONTROL,REMITENTEDEMENSAJES,MUTILACIÓNDEL“YO” 17

CAPITULOII:LARESOCIALIZACIÓNENELMUNDOOCCIDENTALDESDEUNAPERSPECTIVAHISTÓRICA,CRIMINOLÓGICAYPSICOLÓGICA 19

ANTECEDENTESHISTÓRICOSQUECONTRIBUYERONALACONSTRUCCIÓNDELCONCEPTODERESOCIALIZACIÓN 19LARESOCIALIZACIÓNENELMUNDOOCCIDENTAL 22POLÍTICACRIMINALDEVONLISZT 24ELDERECHOPROTECTORDELOSCRIMINALES 25¿CRISISDELWELFARISMOPENAL? 26MÉTODOSCONDUCTISTAS:FRACASOENLASPOLÍTICASDECORRECCIÓN 28

CAPITULOIII:RESOCIALIZACIÓNENCOLOMBIA 32

FUNCIONAMIENTOPUNITIVONACIONAL 32SISTEMAPROGRESIVOCOLOMBIANO 36PROBLEMASENLARESOCIALIZACIÓNDELPENADO 39LAEFECTIVIDADDELTRABAJO,ELESTUDIOYLAENSEÑANZACOMOTRATAMIENTOPENITENCIARIO 42LAAYUDAPSICOSOCIALPENITENCIARIA 42REINCIDENCIA 44

CAPITULOIII:PROGRAMASRESOCIALIZADORESYLAARTETERAPIA 46

HISTORIADELAARTETERAPIA 46¿QUEESLAARTETERAPIA? 50BENEFICIOSDELAARTETERAPIA 52APLICACIÓNDELAARTETERAPIAENLASCÁRCELES 53LAARTETERAPIAENLASPRISIONESDEESTADOSUNIDOS 55PROGRAMADEARTETERAPIAENELCENTROPENITENCIARIOHUELVAII 58

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EXPERIMENTACIÓNCONLAARETERAPIAENLACORRECCIONALDEMENORESDEEDADENNORTEDESANTANDER/COLOMBIA 59

CONCLUSIONES 63

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4

Introducción

En el estudio del poder punitivo como lo conocemos hoy, Raúl Zaffaroni (2012, p.40) ubica

sus orígenes en la Edad Media con la filosofía eclesiástica de San Agustín. Este plantea la

ciudad de Dios y su antípoda la ciudad de Satán. Fue así como los primeros vestigios de la

criminología se le conceden no a la época de la Ilustración como comúnmente se cree, sino

a los dominicos1, quienes estudiaban el origen del mal y que, para la época, en vez de

llamarse criminólogos eran conocidos como demonólogos.

Desde entonces, la verticalidad del poder se engendró como forma de combatir a Satán

(que en hebreo significa “enemigo”) a través de fuerzas militares estructuradas y

mecanismos policivos. El enemigo a combatir era las distintas religiones teocentristas

(diferentes al cristianismo), politeístas (como las de los pueblos nativos de las Américas), y

a las mujeres sospechosas de brujería, que al ser “derivadas” de la costilla del hombre, les

daba una connotación de criaturas “inferiores”, por lo cual, al no tener un origen sagrado

directo, podían recaer en prácticas satánicas por medio de pactos con el diablo. La

definición de un enemigo del cristianismo permitió la represión y eliminación de sujetos

sociales como también la conquista y colonización de territorios en todos los continentes.

Desde una perspectiva actual, podría decirse que la práctica de los discursos punitivos que

rigen en Occidente tienen idéntica estructura a la que una vez fue manifestada en contra

de las brujas y diferentes grupos étnicos. Esta estructura empieza con “alegar una

1 Orden fundada por Santo Domingo del Señor.

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emergencia, como amenaza extraordinaria que pone en riesgo a la humanidad, […] y el

miedo a la emergencia se usa para eliminar cualquier obstáculo al poder punitivo que se

presenta como la única solución para neutralizarlo” (Zaffaroni, 2012, p.42). Garantizando

de esta manera, a quien ejerza y controle el poder la impunidad ante el delito, lo inmoral y

la maldad.

En nuestra época el sistema punitivo ya no lleva el nombre de inquisición sino el de

neoliberalismo penal. Es indudable que ambas concepciones llevan un fundamento

filosófico idéntico, es decir, iguales en su esencia en proteger y consolidar el poder vertical,

pero eso sí, distintos en la forma en que este se ejecuta. Hoy, el criminal ya no es concebido

como descendiente del diablo que merece ser reprimido o eliminado, sino que basado en

estereotipos empíricos (raciales, comportamentales, condición socio económica, genero,

apariencia física, etc..) el sistema punitivo lo etiqueta como enemigo del Estado y lo priva

de la libertad en confinamientos carcelarios2 (Sutherland,1999, p.62-65; Wacquant, 2000,

p.17-20; Baratta, 2001, p.103; Zaffaroni, 2012, p.98).

La selectividad punitiva basada en estos estereotipos criminales ha excluido a los grupos

sociales “respetables”3 y ha puesto en la mira a aquellos delitos que son cometidos por los

grupos “marginales” (extranjeros, jóvenes, toxico dependientes, pobres, sin familia, sin

2 En Colombia según la ley 65 de 1993 por la cual se expidió “El código Penitenciario y Carcelario” clasifica los establecimientos de reclusión en Cárceles (Art 21) y Penitenciarias (Art 22). Las cárceles las define como establecimientos de detención preventiva, es decir, destinada a la retención y vigilancia de los sindicados. En cambio, las penitenciarías son recintos donde efectivamente se ejecuta la pena de prisión. 3 Los delitos económicos, ecológicos y de corrupción hacen parte de la cuestión moral, mas no de la peligrosidad a la que se refiere la seguridad ciudadana. Por eso existe un escaso “efecto estigmatizante” de las sanciones aplicadas y una ausencia de un estereotipo que guíe a las agencias oficiales en la persecución de este tipo de infractores (Baratta, 2004, p.214-219).

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trabajo, o sin una afiliación profesional) los cuales, en el imaginario colectivo, son

considerados más gravosos y peligrosos para la seguridad ciudadana (Baratta, 2004, p.

214-219).

El miedo que se ha acrecentado frente a este tipo de criminalidad se ha visto reforzado por

los medios de comunicación que trasmiten una imagen distorsionada de la realidad a favor

de las necesidades establecidas por la agenda del poder político. De esta manera se ha

configurado inexorablemente el Estado vigilante o Estado de prevención del cual se han

emanado políticas criminales cada vez más reactivas y represivas4 (Silva, 2001, p.138).

Esto se puede evidenciar en los siguientes factores: i) la rápida expansión de la población

penitenciaria, ii) los desplazamientos de la proporcionalidad penal hacia penas más duras

iii) intimidación y discriminación hacia los delincuentes por parte del “clamour social” iv)

aumentos de los miembros policiales para garantizar la seguridad y, vi) la negación

permanente por parte de los estados a las reformas carcelarias (Pratt, 2005, p.12-18). En

el caso de Colombia la misma Corte Constitucional en sentencia T-762 de 2015 a resaltado

que la política criminal nacional se caracteriza por ser “reactiva, populista, poco reflexiva,

volátil, incoherente y subordinada a la política de seguridad”, de ahí que estas prácticas

resulten en muchas ocasiones en la violación de derechos humanos tanto de los reclusos

como de las personas que hacen parte de la selectividad punitiva. En esta medida algunos

4 Por ejemplo, el movimiento criminal “La ley y el Orden” en Estados Unidos en los inicios de los 70s demandaba una “reacción legal, judicial y policial más contundente contra la delincuencia de masa y de criminalidad callejera” (Silva, 2001, p.23). Bajo la misma línea, en la década de los 90s se instauro en Nueva York la política criminal titulada “Tolerancia Cero”, la cual luego fue apropiada por los sistemas punitivos de Brasil, Argentina, Colombia, Nueva Zelanda, Australia, Inglaterra, entre muchos otros (Wacquant, 2000, p.17).

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expertos consideran que se ha retrocedido a las visiones absolutas de la pena5 debido a

que la cárcel se ha convertido en un medio de venganza pública que se utiliza para devolver

la confianza en la justicia penal (Hernández, 2018a, p.199).

Sin embargo, de acuerdo con lo expuesto, existe una contradicción dentro de la práctica

penal Neoliberal a tener en cuenta. Si el sistema punitivo consolida el poder vertical a

partir de medidas cada vez más reactivas, y a su vez el Estado y la sociedad se muestran

reticentes frente al cambio comportamental del delincuente por la prioritaria función

vengativa que le otorgan a la pena, ¿por qué los sistemas legales Occidentales

contemplan mecanismos de resocialización como fin del castigo? Los sistemas punitivos

contemporáneos se han amparado en las leyes y tratados internacionales que velan por

la protección de los Derechos Humanos de los reclusos, para tras implementar estrategias

supuestamente rehabilitadoras, enmascarar medidas cada vez más represivas que no

conllevan a un genuino proceso de resocialización del penado (De la Cuesta, 1993, p.15-

16; Ferrajoli, 1995, p.822-823; Garland, 2000, p.204-205).

Frente a este panorama cabe destacar casos excepcionales en los que se han

implementado programas resocializadores que se han separado del engaño que

promueven las políticas resocializadoras tradicionales, permitiendo un progreso en el

cambio de conductas de los reclusos sin la necesidad de imponer una ética del deber ser

social y más enfocado a un trabajo personal que les permite construir un sentido de vida

5 Kant y Hegel fueron los principales exponentes de las teorías absolutas de la pena. Esta visión comprende la pena como un fin en sí misma. Sus características principales son: i) la retribución al autor del delito con una pena equivalente al mal que ha ocasionado ii) en ningún caso la pena ha de perseguir las finalidades útiles de la prevención del delito iii) la pena siempre ha de ser ejecutada en su totalidad. (Rivera, 2005, p.50-51).

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por fuera de los comportamientos criminales. Es el caso de la Arte-Terapia (en lo sucesivo

A.T) implementada en diferentes cárceles en Occidente como por ejemplo en España y

Estados Unidos, en los cuales los resultados han sido alentadores frente a la disminución

de reincidencia y depresión, así como progresos en el locus de control (toma de

decisiones) de los reclusos (Gussak, 2007; Dominguez & Dolorez, 2014). Estos resultados

satisfactorios dan el potencial para que la A.T sea implementada en más cárceles del

mundo incluyendo las de Colombia.

Por lo tanto, la secuencia del presente trabajo empezara por examinar y analizar las

características y variables constantes de las cárceles modernas para así tener una

perspectiva más amplia del contexto donde se aplican las políticas resocializadoras. En

segundo lugar, se analizará el concepto de la resocialización a lo largo de la historia desde

una perspectiva histórica, criminológica y psicológica. Posteriormente se plantearán los

problemas que la resocialización presenta en el contexto colombiano, para así finalmente

proponer la A.T como un mecanismo resocializador alternativo a las formas tradicionales

de rehabilitación que permiten, en la mayoría de los casos, una reintegración sana del

penado a la esfera social.

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Pregunta de investigación

¿Cómo puede la implementación de la A.T mejorar la resocialización de los internos en

los recintos carcelarios de Colombia?

Objetivo general

Estudiar la A.T en los procesos de resocialización.

Específicos

a) Determinar los componentes de las estructuras de las cárceles modernas;

b) Estudiar la resocialización en un contexto histórico, psicológico y criminológico.

c) Analizar el método preponderante que ha sido utilizado en la resocialización en los

sistemas penales contemporáneos.

d) Estudiar la resocialización en Colombia;

f) Explicar la historia, las características y los beneficios de la A.T;

h) Evidenciar los resultados científicos de la aplicación de la A.T en cárceles de diferentes

países;

i) Explicar el contexto de la A.T en Colombia;

j) Proponer la implementación de la A.T como una alternativa de resocialización en el

sistema penitenciario y carcelario colombiano.

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Metodología

El presente trabajo comienza con una búsqueda bibliográfica exhaustiva (investigación

básica jurídica) sobre la resocialización en el mundo occidental y sobre la influencia que ha

tenido la ideología neoliberal en los sistemas penitenciarios y carcelarios. Se encontraron

libros publicados por expertos en materia penal así como artículos científicos y tesis

doctorales sobre sociología, penología, piscología y criminología los cuales fueron

seleccionados a partir de su fiabilidad, teniendo como principal criterio una evidencia

aceptable en sus fuentes.

Revisando la diversidad de textos se presto mayor atención en el desarrollo de temáticas

relacionadas con la historia y características de las cárceles modernas, la historia de la

resocialización y la critica tanto a los sistemas penitenciarios como a los métodos de

resocialización contemporáneos.

A continuación, se desarrollo el capitulo cuarto donde se priorizó, en un primer momento,

la búsqueda de bibliografía relativa a psicología en aras de explicar de manera general la

historia, las características y los beneficios de la A.T. Luego se hizo énfasis en la búsqueda

de artículos sobre la aplicación de la Arteterapia en prisiones en diferentes latitudes con sus

respectivos resultados científicos.

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El método cuantitativo se utilizó en función de abordar el contexto penal y penitenciario

nacional por medio de datos proporcionados por el INPEC, el Departamento Nacional de

Planeación y la Corporación Excelencia en la Justicia.

El método cualitativo se utilizó por medio de una entrevista semiestructurada realizada a la

colombiana María Reyes López quien se formó como arteterapeuta en Australia. Ha

trabajado en programas de A.T con el Hospital Misericordia con niños que padecen cáncer.

Estuvo en un proyecto en el que trabajo para la Corporación Dunna como facilitadora en el

programa piloto de reparación, restauración y fomento de la responsabilidad para jóvenes

de SRPA (Sistema de responsabilidad penal adolescente), a través del cuerpo/danza

movimiento. En el presente está trabajando en la Fundación Prolongar en proceso de

construcción de paz y reconciliación a través de proyectos y convocatorias con financiación

de cooperación internacional. Así mismo, es coordinadora de un proyecto de A.T en la

unidad pediátrica de la fundación Cardioinfantil, donde están trabajando con niños

hospitalizados.

Las preguntas de la entrevista tuvieron el objetivo de entender su perspectiva frente a la

A.T, el desarrollo cultural que ha tenido esta disciplina en Colombia y su experiencia y sus

conclusiones de haber trabajado en una Correccional para menores en Bogotá. Las

respuestas dadas por la entrevistada representaron importantes insumos para poder

desarrollar el Capitulo IV en donde se habla de la A.T y su aplicación en las cárceles y

penitenciarias.

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Capítulo I: Común denominador de las prisiones modernas

Antes de entrar a las aguas turbulentas de la resocialización es preciso demarcar las

variables constantes (trabajo, tiempo y espacio) que han permanecido en las cárceles

modernas. De esta manera, se amplificará el espectro respecto de la esencia de las

instituciones penitenciarias y carcelarias. Sólo de esta manera se podrá entender el

contexto en el cual se aplica la función rehabilitadora de la pena.

Inicios de la pena privativa de la libertad: el trabajo como actividad omnipresente

Los países europeos Occidentales del siglo XVI fueron los primeros en excluir

corporalmente a una persona de la vida pública desarraigándolo de su entorno social

natural (familia, amigos, trabajo, ocio) por medio de un sistema penitenciario homogéneo.

Luego de la conquista y la posterior colonización de los territorios americanos, la economía

europea propulsó la producción agrícola, metalúrgica, textil y artesanal. De esta manera,

el objetivo de las naciones era maximizar sus utilidades a través de un incremento

productivo, lo cual solo se podría lograr a partir de una fuerza laboral masiva. La medida

adoptada por la nobleza y los reyes para obtener más trabajadores en las fábricas

consistió en expulsar a los campesinos de las tierras por medio de los “Bills for inclosures

of commons”, que no eran otra cosa que una ley que legitimaba la expropiación de las

tierras comunes (propias del feudalismo) para convertirlas en propiedad privada. Este

fenómeno político-económico obligó a los campesinos a desplazarse a las ciudades donde

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se empezaba a vivir los primeros retazos de la sociedad industrial6 (Melossi & Pavarini,

1980, p.30).

Desde entonces las ciudades fueron invadidas por personas desempleadas, por lo cual el

Estado tomo provecho de ello y construyó los primeros confinamientos carcelarios

destinados a castigar la indisciplina y la pereza. En Inglaterra las “Workhouses” y en

Holanda las “Rasp-Huis”, entre la segunda mitad del siglo XVI, fueron los primeros recintos

donde se privaba la libertad a aquellas personas que no estuvieran aportando a la esfera

productiva para así capacitarlos en el área laboral y vincularlos al sector económico

después de ser puestos en libertad (Ibídem, p.29-43).

Melossi y Pavarini (Ibídem, p.13) afirman que en estos tiempos “más que hablar de la

cárcel como fábrica de mercancías se debería hablar de la cárcel como fábrica de

hombres, en sentido de transformación del criminal rebelde en un sujeto disciplinado y

adiestrado de la fábrica”. Por lo tanto, cabe aclarar que la pena de la privación de la libertad

no se generó como una retribución para aquellas personas que violaran la ley penal de la

época, sino como una respuesta a los intereses del Estado y de los sectores más

privilegiados que requerían del control y el adiestramiento de las personas para lograr

incrementar sus acervos económicos.

6 En Latino América las políticas económicas no están muy lejos de lo que una vez fueron los “Bills of Inclosure of Commons”. En Colombia el gobierno de Juan Manuel Santos en 2010 le concedió licencia ambiental a la multinacional Enel para la construcción de la hidroeléctrica El Quilombo en el departamento del Huila. Durante la construcción de la represa hidráulica se evidencio la destrucción del ecosistema, el despojo de los suelos productivos y la modificación de los modos de vida de la sociedad campesina. En este periodo se notificó el desplazamiento de más de 3000 personas de las cuales 700 fueron desalojadas forzosamente de sus domicilios (Celis & Plaza, 2016). Sin embargo, a diferencia del siglo XVI, las personas que migran a las ciudades en busca de refugio y oportunidades no tienen el privilegio de hacer parte del mercado laboral por la alta demografía humana. La arrolladora demanda en relación con la oferta laboral, no les dan otra opción a los desplazados que sufrir las consecuencias de la miseria.

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Los objetivos del trabajo en las casas de corrección del siglo XVI, no son anacrónicas al

mundo contemporáneo, de hecho en nuestra época se sigue una producción industrial

bajo el mismo concepto ideológico del capitalismo de los siglos pasados, lo que ha

ocasionado que la actividad laboral cumpla 3 roles dentro de los confinamientos

carcelarios : a) como instrumento de producción de bienes e ingresos del Estado y de

compañías privadas7 b) como parte de los instrumentos de corrección de los penados c)

como medio de disciplina y control de los establecimientos carcelarios8 (Prado 2013,

p.118).

El tiempo: una idea universal

El sentido del tiempo en las sociedades industrializadas se ha convertido en un bien

universal que dota a todas las personas de cantidades homogéneas (Prado, 2013, p. 114).

La objetividad del tiempo no yace en los instrumentos para medirlo9 (calendarios o relojes)

sino más bien está determinado por la productividad de la fuerza laboral de los sistemas

económicos capitalistas.

Charles Chaplin en su película “Tiempos Modernos” da muestra de ello ilustrando en

varias escenas como las personas dentro de las fabricas fraccionan el tiempo a partir de

7 Hoy existen empresas privadas que administran algunas cárceles de los Estados Unidos. Por ejemplo, la Corrections Corporation of America (CCA), fundada en 1983, ha obtenido rentabilidades exorbitantes por medio de la producción industrial en los sistemas penitenciarios. En el presente la CCA está inscrita en la bolsa de valores de Nueva York con un capital aproximado de 3.5 billones de dólares (Arriagada, 2012). 8 En Colombia el trabajo es una actividad obligatoria para todos los penados según lo estipula la Ley 65 de 1993 (Art 79). 9 Una hora, un minuto o un segundo no tienen un significado en sí mismo hasta que se les da un sentido a partir de alguna actividad humana.

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las diferentes tareas laborales que le son encomendadas por el empleador. El

fraccionamiento no se produce por acciones voluntarias, por el contrario, es impuesta de

forma coercitiva a partir de una jerarquización del poder como andamiaje del sistema

productivo.

Paralelamente a las bellas artes, la psicología también ha planteado la tesis dramatizada

por Chaplin. Alejandro Vásquez (2011, p. 218), basándose en la teoría del tiempo del

psicoanalista Laplanche, argumenta que la percepción temporal de la cultura en occidente

se remite a la revolución industrial. El trabajo se convirtió en el principal organizador

temporal en la vida social y parte de las actividades humanas quedaron atadas a las

órdenes de las instituciones, absorbiendo, de manera sistemática, el interés de las

personas y dirigiéndolos a objetivos puramente económicos. De ahí a que haya surgido

refranes populares tales como “el tiempo es oro”.

Por el contrario, el tiempo subjetivo se vive por fuera del área productiva y/o jerárquica. El

Psicólogo Jerome Brunner (2003) lo ha definido como una “creación narrativa del yo,

dirigida por factores internos (memoria, sentimientos, valores, creencias) y externos

(interlocutores, modelos culturales) (Citado en Vásquez, 2011 p. 222), los cuales permiten

la realización de una propia noción temporal. Por lo cual aquellas actividades que están

por fuera de la vigilancia del reloj industrial, al permitir una construcción solida del “yo”,

encaminan la voluntad humana hacia metas originales e innovadoras10.

10 Esto se puede ver plasmado en la icónica novela de Michael Ende “Momo” publicada por primera vez en 1973.

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En materia penal, el tiempo de encierro es la forma en la cual se emplea la retribución de

la pena. Esto atiende al principio de proporcionalidad el cual obedece a la premisa de “a

mayor gravedad del delito más tiempo de encarcelación” (Fuentes, 2014, p.29).

Ahora bien, independientemente del tiempo que se le haya condenado a una persona, las

cárceles siguen los parámetros de la universalidad temporal propagada por la economía

capitalista. Los programas penitenciarios obedecen a una rutina centralizada y

homogénea como forma de producción de disciplina y control. La conformación de hábitos

se materializa por las diferentes actividades o tiempo de ocio que se les asigna a los

reclusos a lo largo del día, desde la hora en que se levantan, hasta la hora en que deben

reintegrarse a sus celdas. Todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente

programadas, se imponen desde arriba mediante un sistema normativo y un cuerpo de

funcionarios (Goffman, 2001, p.19-20).

Así los programas carcelarios rígidos y fríos en su esencia se apropian del tiempo de los

reclusos y disponen de el a su libre arbitrio. En otras palabras, no permiten a los penados

disponer del tiempo de formas creativas (Aranz, 1988, p.29).

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El espacio carcelario: forma de control, remitente de mensajes, mutilación del “yo”

El Estado ha sido el encargado de definir a su arbitrio la órbita en la cual las personas

reclusas les es permitido transitar y contrariamente en las que se les está prohibido;

logrando excluir la vida reclusa de las realidades extramurales.

La forma de diseñar estos espacios nunca ha sido ejecutada de manera aleatoria o

incidental. La arquitectura panóptica del siglo XVII fue la precursora no solo en crear una

criminología basada en el contractualismo Hobbesiano 11 , sino también en volver la

arquitectura penitenciaria en una ciencia. Los diferentes diseños estructurales carcelarios

ya sea, panóptico, radial, poste telegráfico o capsular, todos presuponen como axioma

principal el diseño de los espacios como instrumento para controlar a los reclusos (Prado,

2013, p.111).

La filosofía del espacio es desarrollada por Matthews (2003, p.53) afirmando que este

nunca es neutral.

“Establece divisiones sociales. Define y redefine el comportamiento. Envía

mensajes. Proporciona las bases para la construcción y difusión de ideologías. Es

un mecanismo por el cual se logra la distribución y circulación de los cuerpos.

11 El panoptismo concebía que la etiología del delito se daba por el desorden mental y comportamental de los individuos; sin un control de estos comportamientos antisociales la humanidad podía recaer en el caos, poniendo en peligro el contrato social y con ello la estructura social y estatal (Zaffaroni, 2012, p.64-66).

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Refleja y define las relaciones sociales y, finalmente, es un mecanismo a través

del cual se ejecuta el orden”

En el contexto carcelario la arquitectura es un remitente de mensajes que presenta dos

contenidos de diferente índole. El primero puede denominarse mensaje “disuasivo” el cual

manifiesta un anticipo del resultado que sufrirían los trasgresores potenciales por la

ejecución o consumación de algún delito (Liszt, 2014, p.41). El segundo podría

categorizarse como “expresivo”, el cual tiene como fin reafirmar los valores y las reglas

sociales a partir del señalamiento de la población carcelaria como un “otro”, es decir, como

un grupo homogéneo dotado de características peligrosas e inmorales (Matthews, 2003,

p.52-53).

Sentado lo anterior debe añadirse que el aislamiento social y el diseño de espacios como

forma de control son propias de las instituciones totales descritas por Goffman (2001) en

su libro “Internados”. En este sentido, las cárceles no solo emiten mensajes a la esfera

social y consolidan el poder del Estado, también repercuten en la personalidad del penado

en tanto que marcan una “mutilación del yo” a través de las barreras (muros, alambres de

púas, rejas) que se levantan entre el interno y el mundo exterior. Como consecuencia, al

no existir “esferas independientes” que permitan la intimidad del recluso, este pierde su

privacidad y autonomía; se le despoja del rol o los roles que interpretaban en el mundo

exterior y por defecto se cambian de manera abrupta las creencias que el recluso tiene

“sobre sí mismo y sobre los otros significativos” , en pocas palabras, el interno se

“desculturaliza” (p.17-27).

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Capitulo II: La resocialización en el mundo Occidental desde una perspectiva histórica, criminológica y psicológica

Antecedentes históricos que contribuyeron a la construcción del concepto de resocialización

Antes de que se apropiara el concepto de resocialización en los sistemas punitivos, en las

sociedades se fueron implementando nuevas visiones en el campo penal que

paulatinamente fueron modificando las estructuras rígidas de los sistemas retributivos.

Como primer momento se puede evidenciar en la Antigua Grecia las primeras

aproximaciones de disipar la venganza en los sistemas penales. Aunque en esta época

no existiese la privación de la libertad como castigo12, Platón en el año 400 A.C se anticipó

a la función preventiva de la pena que se desarrollaría a lo largo de la historia. Puso en

boca de Protágoras lo siguiente: “Pero el que castiga con razón, castiga, no por las faltas

pasadas, porque ya no es posible que lo que ya ha sucedido deje de suceder, sino por las

faltas que puedan sobrevenir, para que el culpable no reincida” (Platón, 2015, p.24-25).

Para Platón efectivamente la venganza no podría borrar ni eliminar los daños que el delito

ocasionó, por lo cual la pena debía ser contemplada como un medio para prevenir futuros

actos delictivos.

Ahondando más en el mundo material que en la metafísica de Platón, podemos encontrar

que en la Edad Media Friedrich Spee criticó y puso en cuestión los métodos de la caza, la

12 Los castigos en la Grecia Antigua eran la pena de muerte, el exilio o la indemnización económica. Se escogería uno de los tres castigos dependiendo del tipo de delito que se hubiera cometido (Harker, 2000, p.5-6).

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tortura y la quema de las brujas que fueron expuestos en el libro “Martillo de las Brujas”

(“Malleus”) y practicados por la monarquía europea en los siglos XIII, XIV, XV y XVI. Spee

en la publicación del libro “Cautio Criminalis” 13 afirmó que la creciente captura de mujeres

no se dio como una respuesta cívica y ética de combatir al mal, sino que más bien se vio

incentivada por las recompensas económicas que recibían las personas por cada bruja

capturada14 . Posteriormente de su aprehensión, se les aplicaba un hierro incandescente

en alguna parte del cuerpo para lograr la confesión (Zaffaroni, 2012, p.54-56); de esta

manera la coacción y manipulación del testimonio, a partir del dolor aplicado, legitimaba a

los jueces para emplear la condena de muerte. Este pasaje histórico descrito por Spee

muestra una resistencia y una protesta frente a las estrategias de tortura que el ser

humano ha tomado para eliminar a los sujetos sociales, sin un debido proceso y sin una

oportunidad de comprensión y reflexión acerca del trato hacia los que el sistema punitivo

considera criminales.

Ya con la construcción de las cárceles a mitades del siglo XVII Francia fue la primera

nación en erradicar las etiquetas de criminal o de “enfermo” para a aquellas personas que

hubieran sido puestas en libertad luego de haber cumplido su condena. Al establecerse la

eliminación de los antecedentes penales (Robinson, 2009, p.2), el encierro como castigo

se convirtió en el mismo “tratamiento rehabilitador”. De hecho, fue tal el impacto de esta

medida que el filosofo francés Gabriel Morelly (1717) pedía que se castigaran a aquellos

que recordaran públicamente el castigo y el sufrimiento que le fue proporcionado a una

13 Traducido al español “Prudencia Criminal” 14 Este fenómeno histórico suscita el recuerdo de los “falsos positivos” en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez en el periodo de 2006 a 2009, en donde las Fuerzas Militares colombianas para obtener una recompensa económica por parte del estado, mataban a la población civil haciéndolos pasar como bajas en el combate, es decir, como personas que hacían parte de los grupos beligerantes comunistas.

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persona a causa de haber cometido alguna conducta delictual en el pasado (Ferrajoli,

1995, p.507).

Por último, años más tardes, en 1764 Cesárea Beccaria en su texto “De los delitos y las

Penas” reformularía el sistema punitivo en las arcas penales europeas, otorgándole

matices humanistas. Una de sus grandes enmiendas es contemplar la sanción de muerte

y tortura como un ejemplo de brutalidad. En palabras de Beccaria: “revestir al hombre del

empleo de verdugo, es degradar la humanidad (Beccaria, 1993, p.123)”. En su filosofía

penal el castigo a través de la aflicción corporal y la eliminación de las personas no podía

ser percibido como solución a las problemáticas penales.

A pesar de estos antecedentes históricos, el debate del fin de la pena siempre ha recaído

en la función utilitarista que se le otorga, oscilando en dos corrientes filosóficas punitivas.

Por un lado, las teorías absolutas que establecen al fin de la pena como retribución ética

y moral justificada por la necesidad de reintegrar con violencia opuesta al delincuente a

causa del daño ocasionado, sin ponderar costos ni beneficios, y la teoría relativa o de

prevención positiva, la cual, durante el tiempo de encierro de la persona, busca la sanación

del criminal a través de la expiación o tratamientos terapéuticos. (Ferrajoli, 1995, p.329-

330).

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La resocialización en el mundo occidental

El origen del concepto de la resocialización es difuso15 debido a que existen muchos

antecedentes históricos que utilizan diferentes términos que se le asemejan: Pedagogía

correccional, rehabilitación, reinserción, reeducación, etc. Sin embargo, es claro que los

cimientos de la practica resocializadora, fueron proporcionados por el estado de bienestar

o Welfare a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX.

El Estado de Bienestar se desarrolló en Europa y en Estados Unidos en 1880 por las

desigualdades sociales que encontraban su epicentro en la excesiva concentración

económica de la burguesía y del Estado. El inconformismo social estaba justificado por

las extensas horas de trabajo, los pagos miserables por parte de los empleadores, la falta

de intervención del estado en el gasto social y las decisiones autoritarias y discriminatorias

contenidas en las políticas policiales. Toda esta amalgama de desequilibrios colectivos

acrecentó la tasa de delitos, por lo cual, el Estado tuvo que tomar medidas que poco a

poco fueron materializadas en una mayor intervención social y económica.

La inercia de las políticas de bienestar también se trasladó a la esfera penal. El malestar

social también produjo una desconfianza general frente al sistema punitivo clásico por no

poder solventar los problemas de inseguridad en las ciudades, lo cual implicó un

reforzamiento en las políticas criminales preventivas.

15 De acuerdo con García-Pablos (1979) citado en Sanguino & Baene (2015, p.8), los positivistas fueron los primeros en acuñar la palabra resocialización en el vocablo penal. Fue en la 25ª edición del Lehrbuch de Franz von Liszt, publicada en 1927 por su discípulo Eberhard Schmidt, en la que se deslumbro por primera vez este termino.

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Como lo desarrolla Garland (2001, p.88) el welfarismo penal se basó en dos axiomas:

El primero […] consideraba como algo evidente que la reforma social, junto con la

afluencia económica, eventualmente reduciría la frecuencia del delito. El segundo,

también producto de ese momento histórico específico, era que el Estado es

responsable de la asistencia a los delincuentes tanto como de su castigo y control.

De esta forma, se empezaron a implementar políticas de corrección que buscaban mermar

las conductas delictuales para fortalecer la seguridad en las ciudades. No obstante, las

políticas de corrección y prevención criminal no se ejecutaron de manera esporádica, ni

aparecieron por arte de magia, por el contrario, se moldearon progresivamente por medio

de diferentes corrientes doctrinales y académicas que absorbieron las necesidades

sociales de la época para abordar el tema desde diferentes perspectivas.

Debido a que existen múltiples posiciones frente a la política correccional de principios del

siglo XX, el presente trabajo se limitara en exponer dos extremos políticos que desarrollan

la política correccional: uno conservador que tiene como referente a Von Liszt en Alemania

con la publicación de “La idea de fin en el derecho penal” en 1882, y otro, con una

tendencia a un anarquismo moderado, Pedro Dorado Montero con el “Derecho protector

de los criminales” en España.

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Política Criminal de Von Liszt

El autor austriaco pone de relieve a la política criminal como la “ciencia” que debe

establecer los parámetros en los cuales debe moverse la legislación penal para i) poder

confrontar el crimen de manera efectiva y ii) proteger los bienes jurídicos tanto individuales

como colectivos (Liszt, 2014, p.52). Estos parámetros deben responder a preguntas tales

como: ¿cuánta cantidad de pena se debe establecer para los diferentes delitos? ¿cómo

determinar la gravedad de los delitos? ¿cuál es el nivel de peligrosidad de los diferentes

criminales? ¿cuál es el fin de la pena?

De acuerdo con Lizst la política criminal debía contemplar a la pena como función social

para garantizar el bienestar social. Este fenómeno penal se podría lograr no solo a través

del castigo como método de aislación del peligro, sino también con mecanismos de

prevención para evitar la reincidencia y la ejecución de nuevos actos delictivos (Ibídem,

p.52).

Empero, Liszt consideraba que la función social de la pena debía tener matices. El

programa de Política Criminal de la Universidad de Marburgo estableció dos variantes de

la prevención penal: una negativa y otra positiva. De forma negativa, se materializa la

inocuización16 en los casos de criminales que figuran un gran potencial de peligrosidad

para la sociedad y que no son susceptible de un cambio en su fuero interno; en este

16 Efectivamente la inocuización descrita por Liszt ha sido absorbida por la “New Penology” del mundo occidental. Esta filosofía punitiva comprende que individualizar a un número pequeño de delincuentes, respecto de los cuales cabe determinar que han sido responsables de la mayor parte de hechos delictivos, permite predecir sobre registros estadísticos que estos permanecerán cometiendo conductas desviadas (Silva, 2001, p.144).

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escenario no existiría otra salida que imponer la cadena perpetua. De manera positiva, se

presume la posible resocialización de aquellos sujetos que no representan una

peligrosidad latente y que pueden ser corregidos (Ibídem, p.43-49).

El derecho protector de los criminales

El español Pedro Dorado Montero estudió las filosofías correccionalistas de Krause (1781)

y Röder (1806) para adoptar su propia ideología penitenciaria. Su visión se centró en la

visión de la pena como derecho a una segunda educación (Pascual, 2018, p.482).

Entre sus propuestas más interesantes e innovadoras se puede resaltar la apuesta a las

sentencias condenatorias indeterminadas. Para su realización el sistema punitivo tendría

que enfocarse primordialmente en un análisis exhaustivo de la personalidad de cada

delincuente para así asignarle un tratamiento personalizado. De este modo, el tiempo que

durara una persona privada de la libertad ya no dependería de las estipulaciones legales

y judiciales sino en la eficacia correccional brindada por el sistema penitenciario. En otras

palabras, el tiempo de condena pasaría de ser una variable normativa para estar

supeditado a la correcta rehabilitación del individuo.

Esta teoría, aunque es considerada utópica por considerarse inviable e imposible de

realizar en la práctica, además de otorgarle un supremo protagonismo al fin rehabilitador

de la pena (anulando por completo las ideologías vengativas del castigo), aportó a la

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26

construcción de los sistemas progresivos 17 como también al concepto de libertad

condicional18 .

¿Crisis del welfarismo penal?

Aunque el deber ser de la resocialización se hubiera planteado por diferentes juristas,

filósofos y sociólogos, como suele pasar en las Humanidades, la realidad no correspondió

a la teoría. El velo con el cual se había revestido el Estado como fuente de bienestar

social fue desentrañado a la luz pública por las políticas coercitivas que se estaban

utilizando en los sistemas penitenciarios en nombre de la resocialización y que habían

permanecido ocultas de antaño. Lejos de estar en los parámetros de una resocialización

efectiva, las políticas correccionales estaban vulnerando las esferas personales de los

reclusos a la luz de los “Derechos Humanos del Hombre” (Garland, 2001, p.109-110).

El informe “Lucha por la Justicia” publicado en 1971 por el “Grupo de Trabajo del Comité

de Servicios de Amigos Estadounidenses”, compuesto por intelectuales, exreclusos y

políticos, se volvería un referente mundial, deslumbrando el poder discriminatorio ilimitado

por parte del Estado en los sistemas punitivos.

17 El sistema progresivo consiste en “evaluar constantemente la disciplina y laboriosidad de los reclusos, permitiéndoles una mejora (o lo contrario) […]” (Rivera, 2005, p.93). 18 En la legislación colombiana se deben cumplir un requisito objetivo y subjetivo para conceder al recluso la libertad condicional. El requisito objetivo comprende el cumplimiento de las tres quintas partes “de la pena de prisión impuesta”, la cual incluirá la redención del castigo dependiendo del tiempo invertido por parte de la persona en actividades tales como: trabajo, educación o enseñanza. El criterio subjetivo consiste en una valoración del juez de ejecución de penas y medidas de seguridad frente al buen comportamiento del recluso durante el tiempo de encierro (Hernandez, 2018a, p.141).

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El eje central de la protesta era desvirtuar las teorías deterministas y los métodos de la

criminología positivista que acusaban las violaciones a la ley penal como síntomas de una

patología individual y que su medición científica se hacía a partir de las normas de salud

social de las clases medias/altas blancas. De esta manera, el uso del encarcelamiento se

estaba utilizando como herramienta para reprimir a los negros, pobres, jóvenes y a las

minorías culturales. Contrariamente a estas prácticas, se pretendía introducir la

criminología de “izquierda” en la cual los sujetos pertenecientes a los niveles bajos de la

sociedad, en términos de igualdad social, se les debía reconocer como titulares de bienes

jurídicos tutelables, así como también ser percibidos como potenciales víctimas de la

criminalidad y no únicamente como victimarios (Silva, 2001, p. 66-67).

Así mismo, el escrito se refiere al tratamiento individualizado que se realizaban sin un

diagnostico eficaz a nivel psicológico y neurológico y en la mayoría de los casos sin el

consentimiento de los reclusos. Fundamentaron entonces el tratamiento correctivo como

una forma de legitimar los abusos del poder estatal en el cual la resocialización se sumaba

como parte del castigo del penado. En resumen, “simultáneamente el Estado disimulaba

la dura realidad del castigo con una retórica benigna capitalista” (Garland, 2001, p.110).

Por estas dos razones de peso, el objetivo del “Grupo de Trabajo del comité de Servicios

de Amigos Estadounidenses” era establecer una declaración de derechos de los presos,

como también el fortalecimiento y protección de las comunidades reprimidas y los grupos

que sufrían abusos por parte del poder coercitivo del Estado.

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Por las razones anteriormente expuestas la famosa intervención social para garantizar el

bienestar en lo que atañe a su influencia en la esfera penal, estuvo permeada por fines

utilitaristas propios del Estado Neoliberal.

Métodos conductistas: fracaso en las políticas de corrección

En consonancia con el discurso “Lucha por la Justicia” en relación con los tratamientos

individualizados, se puede decir que las instituciones carcelarias han utilizado

preponderantemente el uso de métodos conductistas, versiones que provienen de los

enfoques psicológicos de Skinner, Watson y Jones. Su utilización se ha dirigido a la

“reeducación del penado a los valores dominantes”, no obstante, la experiencia ha

mostrado el fracaso de estas estrategias en la medida en que el tratamiento “no es

compartido por el condenado”, de hecho se puede establecer como una pena agregada a

su reclusión, y más exactamente, “en la lesión a su libertad moral o interior que se suma

a la lesión a su libertad física o exterior que es propia de la pena punitiva de la libertad”19(

Ferrajoli, 1995, p.270-271).

El modelo premio-castigo y sus devastadoras consecuencias para la personalidad de los

privados de la libertad se pueden ver plasmado de forma tanto satírica como real en las

películas “La Naranja Mecánica” por Stanley Kubrick y “Alguien Voló Sobre el Nido del

19 En la sentencia de la Corte Constitucional T-596 de 1992 (MP. Ciro Angarita Barón) en la que se revisaron los procesos que decidieron las tutelas que presentaron algunos de los reclusos en contra de la dirección del Centro de Reclusión de “Peñas Blancas” ubicada en Calarcá (Quindío). La Corte hizo énfasis en la violación de los derechos humanos no solo por las condiciones denigrantes de la cárcel sino también por los desproporcionados castigos que se estaban llevando a cabo en contra de los internos por el cuerpo de funcionarios. Mas específicamente por aplicar modelos de tortura (premio-castigo), materializados en el encierro en un calabozo durante un periodo de tres días a los sujetos que presentaran un mal comportamiento.

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Cuco” protagonizada por Jack Nicholson y dirigida por Milos Forman. En estos dos

largometrajes se evidencia como la descentralización del poder estatal crea instituciones

para controlar a los jóvenes y a los “inadaptados” sociales, usualmente de bajos recursos,

a través de una moral corrupta, infligiéndoles dolor y aflicción psicológica por medio de

diferentes tratamientos clínicos. La tortura es aplicada cada vez que los mismos, en la

percepción del especialista, toman actitudes en contra vía de los principios morales-

sociales. Solo al final se pueden ver los resultados de las “terapias resocializadoras”. Se

ilustra como los protagonistas obtienen una identidad completamente transformada y

manipulada reflejada en síntomas de vulnerabilidad, miedo y sumisión.

El argumento que se ilustra en ambas películas demuestra que la “resocialización-

conductual” llevada al extremo se puede asemejar a las atrocidades cometidas en los

campos de concentración nazis, en las cárceles soviéticas, o en las escuelas de

reeducación de la China Popular (Ferrajoli 1995, p. 274), existiendo un predominio de los

castigos arbitrarios con altos índices de violencia y muertos. En otras palabras, la

utilización de la función rehabilitadora de la pena para “justificar modelos y prácticas

penales ilimitadamente represivos, paternalistas, persuasivos, de aculturación forzada y

de manipulación violenta de la personalidad del condenado” (Ibídem p. 273).

Es entonces como estas practicas además de ser represivas han convertido el sistema

punitivo en un sistema puramente premial. Tal como lo expone Roberto Bergalli:

En virtud de qué principio se legitima un cuadro de intervenciones destinado a

obtener una mera adhesión de conducta por la vía de un sistema de «premios» a

la fidelidad de la autoridad o de quien la representa. Esos premios, que se otorgan

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sobre una base legal [...], responden sin embargo a unas técnicas psicológicas de

puros reflejos provocados que, obviamente, poseen un efecto limitado en el

tiempo y se orientan a obtener un resultado inmediato, condicionado a una meta

prefijada (citado en Rivera, 2005, p.64)

En el mismo sentido, pero con un enfoque más terapéutico, María Reyes afirma que las

terapias conductistas le apuntan únicamente al cambio de comportamiento, pero en su

opinión personal, esa sería solo la punta del iceberg. Cualquier persona puede cambiar

su comportamiento desde un lugar extremadamente automático, de programarse como

una computadora que tiene que responder a ciertos parámetros de procesamiento y de

reacción. Para ser fiel a este esquema en la mayoría de los casos se requiere reprimir

ciertas emociones y pensamientos los cuales se volverán incontrolables y tendrán que

salir a flote en algún momento, ocasionando que el cambio comportamental logrado sea

un pasaje apenas transitorio.

En contraste a las prácticas psicológicas favoritas del sistema punitivo, existen algunas

ramas de la piscología que no se quedan estancadas en lograr únicamente un cambio

comportamental del paciente a partir de una manipulación violenta de su personalidad.

Existen procesos terapéuticos más profundos que se concentran, sobretodo, en el sentido

que le da la propia persona a su existencia, por medio de sus experiencias, su vida

afectiva, sus sentimientos y sus pensamientos20, lo que lleva a que este tipo de procesos

20 La Corte Constitucional Colombiana a entendido el problema naciente del sistema conductual anteriormente descrito. En la Sentencia T-153/98 argumenta que: “La labor de resocialización no consiste en imponer determinados valores a los reclusos, sino en brindarles los medios para que, haciendo uso de su autodeterminación, establezca cada interno el camino de su reinserción al conglomerado social. Precisamente desde la perspectiva de la dignidad de los reclusos y de la obligación del Estado de brindarles los medios necesarios para su resocialización [...]

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31

requieran de más tiempo para obtener resultados positivos. Estos direccionamientos

terapéuticos afortunadamente han sido utilizados de manera satisfactoria en múltiples

programas de resocialización penitenciaria los cuales se mirarán con mas detalle en el

Cuarto Capítulo.

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Capitulo III: Resocialización en Colombia

Hasta este punto se ha visto el fenómeno de la resocialización en parámetros globales y

correspondientes a las demandas del sistema punitivo en el mundo occidental. No

obstante, es bien sabido que, aunque existan factores que posibiliten un análisis general

del Derecho Penal y Penitenciario, también es importante resaltar, en atención a los

argumentos de muchos expertos, que los fenómenos humanos se deben examinar no solo

desde una perspectiva general sino también desde un punto de vista local, ateniendo a

los parámetros legales y a los fenómenos sociales que se pertenecen a una cultura

especifica (Bell, 2011, p.126-127).

Por ello se aterrizará los hechos y teorías anteriormente narradas a la actualidad

colombiana. De esta manera, en primer lugar, se hará referencia al funcionamiento del

sistema punitivo en Colombia. Después se explicará el diseño del sistema progresivo

nacional para entender bajo que parámetros se están llevando las políticas

resocializadoras dentro de los confinamientos carcelarios. Luego se identificarán los

problemas que presentan los tratamientos penitenciarios. Por último, se hará un breve

análisis de la reincidencia en Colombia.

Funcionamiento Punitivo Nacional En Colombia, como se puede apreciar en el grafico 1, existen alrededor de 109,422

internos, distribuidos en 132 Establecimientos Carcelarios y Penitenciaros. No obstante,

siendo la capacidad del Sistema Carcelario Nacional para mantener a 80.928 privados de

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la libertad, la realidad indica que existe una sobrepoblación del 35.21% en estas

instituciones, teniendo a 28,493 personas de más de las que puede contener. Esta

saturación humana ha ocasionado que las personas tengan que atrincherarse en una

celda cada vez que tengan que ir a dormir, es decir, con la capacidad de albergar en

promedio 4 reclusos por celdas, en la mayoría de los casos existen 6 u 8 penados

utilizándola; y como si fuera poco muchos se ven obligadas a dormir en los pasillos, lo que

se conoce en la jerga carcelaria como “dormir en carretera” (Hernández, 2018a, p.10).

Grafico 1. Estadística de la población intramuros 2019 (Colombia)

Fuente: https://www.inpec.gov.co/estadisticas-/tableros-estadisticos

Hoy en día se cree que, para combatir el fenómeno de hacinamiento, es a partir de la

construcción de más centros penitenciarios para lograr una mejora en las condiciones de

Page 34: La arteterapia como alternativa en los programas de

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los reclusos21 tal como lo resolvió la Corte Constitucional en la sentencia T 153/9822. Sin

embargo, es imprescindible entender que el hacinamiento no solo se da por la falta de

espacios carcelarios, sino que su raíz se encuentra en el modo operativo del sistema

punitivo. En este sentido, la pena privativa de la libertad, con penas cada vez más altas,

ha sido utilizada como el instrumento favorito para poder solucionar la inseguridad social

a favor de las demandas punitivas de los medios de comunicación y el clamor social.

Frente a esta filosofía punitiva, la Fiscalía General de la Nación, entidad encargada de

investigar presuntos actos delictivos y ser la parte accionante en los procesos penales, se

ha encaminado en moldear la verdad y las pruebas para poder defender la teoría del caso

y buscar la encarcelación a toda costa. En esta situación, donde no se busca la verdad

sino la victoria, el sindicado, en la mayoría de los casos, al no contar con un defensor de

calidad por la falta de recursos económicos, se encuentren intimidado por la Fiscalía la

cual le anticipa lo que sería su futura derrota, dejándolo irremediablemente en una

situación de vulnerabilidad donde su única opción para obtener el menor tiempo de

encarcelación es ceder frente a los preacuerdos o aceptando unilateralmente los cargos

(Hernández, 2018ª, p.49-51). De hecho, según la Corporación Excelencia en la Justicia

(2018) para el 2017 los preacuerdos significaban el 42 por ciento (42%) del total de las

condenas, el 26 por ciento (26%) por aceptación unilateral de cargos, y tan solo el 16 por

ciento (16%) por medio de un juicio oral.

21Según el Octavo Informe del Gobierno Nacional al Estado de Cosas Inconstitucional del Sistema Penitenciario y Carcelario (2020), para el periodo 2019-2020 se gasto 169.512.448.744 millones de pesos para la construcción ampliación de infrastructura en función de aumentar cupos en los establecimientos penitenciarios y carcelarios. 22 T-153/98: Ordenar al INPEC, al Ministerio de Justicia y del Derecho y al Departamento Nacional de Planeación elaborar, en un término de tres meses a partir de la notificación de esta sentencia, un plan de construcción y refacción carcelaria tendente a garantizar a los reclusos condiciones de vida dignas en los penales.

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Es así como lo expone Juan Oberto Sotomayor que

en nuestro país, como en general en toda América Latina, el derecho no ha

cumplido esta función de mediación abstracta de las relaciones sociales y, por el

contrario, se ha convertido en el medio preferido para ocultar los verdaderos

intereses dominantes. […] el fuerte arraigo del discurso jurídico en nuestro país,

y en general en el subcontinente, en algún grado obstaculizó durante algún tiempo

la legitimación jurídica de algunas exigencias, inclusive represivas, de los grupos

dominantes; por el contrario, las mismas quedaban ocultas tras el hermoso manto

del derecho liberal […] al ocultar su verdadero funcionamiento. (Sotomayor,1999,

p.92)

Los intereses políticos y los prejuicios sociales han permeado el sistema punitivo,

distorsionándolo de manera silenciosa pero ingeniosa, impulsando a que los funcionarios

acojan las excepciones de la norma penal (preacuerdos, aceptación unilateral de los

cargos, prisión preventiva), para acelerar los procesos judiciales y obtener una

encarcelación efectiva en la mayoría de los casos, saltándose los principios rectores de la

jurisdicción ordinaria: debido proceso, principio de inocencia, dignidad humana etc.; y

consecuentemente y por defecto, fortaleciendo el fenómeno de hacinamiento que

intensifica las condiciones deplorables que se viven en las prisiones23.

23 A partir de investigaciones hechas por funcionarios públicos y académicos, las sentencias T-153/98, T-388/13 y T- 762/15 han declarado el Estado de cosas inconstitucionales en las prisiones nacionales por: (i) la falta de un sistema medico efectivo, (i) la precariedad en la prestación de servicios esenciales (salud, agua y electricidad) iii) no cumplir con la función resocializadora de la pena iv) la violencia imperante v) la mala alimenta

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Frente a esta problemática, el Octavo Informe del Gobierno Nacional al Estado de Cosas

Inconstitucionales del Sistema Penitenciario y Carcelario (2020) al reconocer que el

populismo punitivo induce a un excesivo uso de la pena privativa de la libertad, propuso

recursos sociales e institucionales para atender conflictos en muchos contextos donde el

delito puede ser prevenido o superado. Entre sus estrategias para generar una mayor

consciencia de la criminalidad en la ciudadanía se encuentran:

• Generar espacios académicos de debate y reflexión que promuevan la

transformación de imaginarios que a priori tiene la ciudadanía respecto a las

medidas privativas de la libertad y su efecto sobre la criminalidad.

• La construcción de un documento de carácter pedagógico que condense la

política de concientización ciudadana sobre la pena privativa de la libertad y a la

reflexión sobre la criminalidad, el derecho a la libertad, la prevención del delito y

las medidas alternativas sancionatorias, que sea de fácil comprensión de la

ciudadanía y actores dentro del proceso.

Sistema progresivo colombiano

En el periplo de los sistemas penitenciarios se puede encontrar diferentes dimensiones

del tratamiento resocializador, algunos más conservadores y otros más esperanzadores

en cuanto se trata de los métodos para “rehabilitar” al delincuente. Para el presente trabajo

es preciso demarcar a mitades del siglo XX el desarrollo de modelos penitenciarios que

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preferían atenuar el castigo retributivo de la pena para poder suplir las necesidades

básicas y la autorrealización del penado.

Uno de ellos es el Sistema Progresivo desarrollado en el Reino Unido, teniendo como

máximo exponente a Sir Walter Croftton, el cual ha sido utilizado a nivel global,

prioritariamente en muchos países europeos y Latinoamericanos (Costa Rica y Argentina).

Colombia no se ha quedado atrás y aunque las primeras huellas de este modelo se vieran

plasmadas en el primer Código Penitenciario contenido en el Decreto 1817 de 1964 (art

136)24, solo fue hasta al año 1984 que se aplicó en la penitenciaria “La Picota”. El proyecto

del SP incluía actividades tales como: i) elaborar cursos de capacitación de publicidad

prensa, y periodismo a los internos para el funcionamiento del periódico penal “Nuestra

Voz”, ii) aplicar terapias educativas, pedagógicas, culturales, psicológicas y sociales iii)

motivar el deporte y la cultura (danza, teatro y música) iv) estimular el arte a través de

talleras de música y pintura. Lamentablemente para el año 1986 se debió suspender el

proyecto por la falta de recursos económicos y las arrolladoras condiciones del Régimen

Penitenciario que imposibilitaban y obstruían los objetivos de las actividades propuestas

(Acosta, 1996, p.46-48).

Fue hasta la Ley 65 de 1993 cuando se expidió el nuevo Código Penitenciario y Carcelario

Nacional, el hito que creó la Institución Nacional Penitenciaria y Carcelaria (INPEC),

órgano estatal descentralizado con personería jurídica y patrimonio propio, adscrita al

Ministerio de Justicia. En este mismo Código se estableció oficialmente el fin

24 Considerando que para entonces únicamente el trabajo y la educación se promulgaban como medios predilectos para la regeneración moral y social del interno.

Page 38: La arteterapia como alternativa en los programas de

38

resocializador de la pena en el artículo 10, el cual dicta que “el tratamiento penitenciario

tiene la finalidad de alcanzar la resocialización del infractor de la ley penal, mediante el

examen de su personalidad y a través de la disciplina, el trabajo, el estudio, la formación

espiritual, la cultura, el deporte y la recreación, bajo un espíritu humano y solidario”. Para

cumplir este objetivo se desarrollaría a cabalidad el Sistema Progresivo el cual debía ser

realizado y evaluado en la práctica por grupos interdisciplinares integrados por: abogados,

criminólogos, antropólogos, sociólogos, psiquiatras, psicólogos, oficiales de prisión y

penitenciaritas.

El Sistema Progresivo desde entonces, en el artículo 144 del Código Penitenciario y

Carcelario desarrolló las siguientes fases para alcanzar la resocialización de los penados:

Primera fase: Observación, diagnóstico y calificación del interno teniendo en cuenta la

naturaleza del delito que cometió, su edad, su género, su personalidad, y su reincidencia

en los delitos. Esto con el objetivo de poder ubicarlo en un programa de resocialización

que atienda a sus características personales.

Segunda fase: en este momento el recluso se encuentra desarrollando alguna actividad

resocializadora que puede ser trabajo, educación o enseñanza; dependiendo de cual

actividad escoja el interno podrá redimir pena en proporción a las horas que haya dedicado

a algún de estos programas. En esta fase esta inmiscuido en alta seguridad por lo cual

no puede salir del establecimiento carcelario por ningún motivo.

Page 39: La arteterapia como alternativa en los programas de

39

Tercera fase: se comprende la mediana seguridad que comprende el periodo semiabierto.

Para poder alcanzar esta fase se deben haber cumplido 3 requisitos: i) haber desarrollado

actividades de resocialización de manera exitosa ii) haber tenido un buen comportamiento

durante el periodo de tiempo examinado iii) haber cumplido la tercera parte de la pena. Si

se satisfacen estos tres requisitos el interno tendrá la posibilidad de obtener permisos de

salida de establecimiento de reclusión hasta por 72 horas.

Cuarta fase: el recluso se encuentra en un estado de mínima seguridad en la cual se debe

haber superado las tres quintas partes de la pena. Si se cumple este requisito el interno

podrá salir del establecimiento por periodos que pueden alcanzar hasta los 15 días.

Quinta Fase: se le otorga la libertad condicional por haber cumplido más de las tres quintas

partes de la pena.

Problemas en la resocialización del penado

Hoy en día se puede asegurar con certeza que existen problemas agudos en la ejecución

del Sistema Progresivo como de los programas y actividades resocializadoras (aparte de

las condiciones carcelarias que obstaculiza el proceso). En el documento (CONPES 3828,

2015, p.46), con base en el informe del Ministerio de Justicia y del Derecho (2014) se

evidencia que:

• Las actividades de tratamiento penitenciario para la resocialización no tienen

enfoque productivo.

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40

• Se cuenta con escasa participación privada.

• Existen debilidades en la articulación del modelo educativo para la población

privada de la libertad con las políticas de educación nacional.

• Hay una capacidad limitada para la implementación del modelo educativo para la

población privada de la libertad.

• Existe una baja interacción con los ámbitos familiar, comunitario y social en los

programas de atención social y tratamiento penitenciario.

• Se presentan debilidades en los procesos de evaluación y tratamiento a la

población privada de la libertad.

Adicionalmente es preciso notar, según investigaciones que se han llevado a cabo a nivel

nacional, que los programas de resocialización no cuentan con la logística administrativa

ni financiera para estructurar proyectos consistentes (Hernández 2018b, p.32). Se puede

afirmar que, a falta de programas serios, las actividades resocializadoras se conviertan en

una mera forma de redimir pena en aras de salir lo antes posible de la prisión, más que

una forma en la cual se facilite la creación de un horizonte de vida al interno, siendo

evidente el sistema de premios descrito por Roberto Bergalli (el cual se hablo

anteriormente) en el Sistema Penitenciario Nacional.

Frente a estas falencias se han formulado diferentes soluciones por parte de múltiples

instituciones. Para el caso concreto se prestará atención a la “Evaluación y Verificación

del Proyecto Casa Libertad” (2019) en la cual se describen diferentes soluciones al

tratamiento penitenciario propuestas por la fundación “Acción Interna”, la cual se ha

Page 41: La arteterapia como alternativa en los programas de

41

encargado de llevar proyectos penitenciarios a partir de programas artísticos y productivos

desde el 2012. Entre las soluciones más relevantes se encuentran:

1. Diseñar e implementar formación institucional en el INPEC para estandarizar y

priorizar el enfoque de resocialización.

2. Hacer uso de mecanismo alternativos a la privación de la libertad en los

Establecimientos de Reclusión para descongestionar el sistema penitenciario y

disminuir la demanda de recursos.

3. Diversificar y descentralizar las fuentes de recursos financieros para garantizar

una mayor sostenibilidad y eficiencia del proceso de resocialización.

4. Otorgar mayor autonomía a los Establecimientos de Reclusión y fortalecer su

capacidad técnica para la elaboración y establecimiento de presupuesto, planes

ocupacionales y convenios.

5. Realizar un proceso de consulta con los Establecimientos de Reclusión para

definir y priorizar los perfiles profesionales multidisciplinarios para la

implementación de los programas de resocialización según sus necesidades.

6. Estimular la participación de la población privada de la libertad en los programas

psicosociales mediante la conformación de equipos con profesionales calificados

y personal de apoyo.

7. Fortalecer el enfoque de género, orientado hacia la atención diferencial de PPL

mujeres, introduciendo capacitaciones al respecto para el personal INPEC.

Page 42: La arteterapia como alternativa en los programas de

42

La efectividad del trabajo, el estudio y la enseñanza como tratamiento penitenciario

A partir de una búsqueda rigurosa en diferentes plataformas investigativas e instituciones

nacionales no se encontraron estudios importantes y confiables sobre la hipótesis de que

las actividades resocializadoras principales que se ofrecen en las penitenciarias

nacionales como lo son el trabajo, la educación y la enseñanza reduzcan la reincidencia

de las personas o tengan beneficios relevantes para el proceso resocializador de los

internos. Lo mas cercano a un estudio serio que se encontró fue una investigación que se

hizo con el objetivo de medir la honestidad, altruismo y confianza de los penados y los

post-penados que hubieran participado en alguno de los programas25. El estudio se baso

en 3 evaluaciones psicológicas: “Juego de la confianza”, “Juego del dictador modificado”

y “Juego de honestidad”. No obstante, los resultados obtenidos acerca de los niveles de

honestidad, confianza y altruismo del grupo experimental no guardan relación alguna con

la eficacia de los programas penitenciarios.

La ayuda psicosocial penitenciaria

En cuanto a la ayuda psicosocial se encontró que para el 2019, tal como se aprecia en el

grafico 2, representa tan solo el 5,5% de los recursos dirigidos al tratamiento penitenciario,

siendo el trabajo y las habilidades productivas las actividades con mayor financiación

económica.

25Este estudio se puede encontrar en la Evaluación de Operaciones del Proceso Resocialización Penitenciaria en los Establecimientos de Reclusión del Orden Nacional (2019, p.14-15).

Page 43: La arteterapia como alternativa en los programas de

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Grafico 2. Distribución de recurso de tratamientos

penitenciarios en 17 Penitenciarias

Fuente: https://sinergiapp.dnp.gov.co/#Evaluaciones/EvalFin/1171

Por otro lado, diferentes expertos afirman que parte de su ineficiencia como tratamiento

penitenciario se debe a que existe un personal precario para la evaluación y atención de

los internos (Arenas & Cerezo, 2016, p.191; Hernández, 2018b, p.24). Según la

Evaluación de Operaciones del Proceso Resocialización Penitenciaria en los

Establecimientos de Reclusión del Orden Nacional (2019, p.32,) en muchas penitenciarias

tan solo existe 1 psicólogo o un trabajador social para atender a toda la población

penitenciaria. Como si fuera poco algunos reclusos han manifestado que resulta muy fácil

engañar a los profesionales y decirles lo que ellos quieren escuchar para que los dejen en

paz (Méndez, 2008, p.91), también se ha dicho que algunas psicólogas han establecido

relaciones amorosas con los reclusos, entorpeciendo gravemente el proceso terapéutico

(Montaño, 2019, p.41).

Page 44: La arteterapia como alternativa en los programas de

44

Teniendo un pésimo direccionamiento penitenciario nacional, la ayuda psicosocial debe

ser la principal herramienta para humanizar y propender por mejorar la calidad de vida de

los reclusos. Según Zaffaroni la ayuda psicosocial

“requiere del apoyo de grupos externos, tales como ex-presos, familiares de

presos y profesionales voluntarios, constituídos en grupos de iniciativa civil que

operen en alguna medida como contra-poder o poder alternativo. De cualquier

manera, esta aclaración necesaria no implica que el trato humano no sea una

actividad en la que corresponda una buena parte al personal penitenciario, que

deba iniciarse en la prisión y que incumba a la misma, por lo menos, la tarea de

reducir al mínimo las consecuencias deterioranantes que por razones

estructurales y coyunturales, aumentan la vulnerabilidad de los presos”. (Zaffaroni,

1991, p.188)

Reincidencia

Las anteriores falencias descritas en relación con el fin rehabilitador de la pena se pueden

ver plasmada por la latente reincidencia (a nivel general) que existe en Colombia.

Según el SISIPEC para el año 2019 la población reincidente se conformó de la siguiente

manera: en intramuros 16.141 (76,3%); en domiciliaria 4.388 (20,7%) y vigilancia

electrónica 622 (2,9%). Según el sexo, la población reincidente se distribuyó con 19.607

hombres (92,7%) y 1.544 mujeres (7,3%).

Page 45: La arteterapia como alternativa en los programas de

45

Sin embargo, algunos autores aseguran que la reincidencia es mayor al porcentaje

registrado por el INPEC, denunciando que en su cálculo existe un gran margen de error

debido a diferentes factores exógenos que imposibilitan una medición efectiva,

(Hernandez, 2018b, p.24), por lo cual, resulta bastante difícil aproximarse a una cifra real

sobre la reincidencia. A pesar de la volatilidad que presentan los índices frente a este

tema, se puede afirmar que existe un número considerable de personas que vuelven a

ejecutar una conducta ilícita luego de ser puestos en libertad (Barrón, 2008, p.37-38).

Page 46: La arteterapia como alternativa en los programas de

46

Capitulo III: Programas resocializadores y la Arteterapia

Conociendo las problemáticas existentes dentro del concepto de resocialización en los

sistemas punitivos a nivel occidental y nacional, se presentará la A.T como una alternativa

que puede implementarse dentro de los programas de redención de pena para los internos

en Colombia. De esta manera, se intentará ampliar el espectro de las posibles soluciones

que se pueden ofrecer a los Sistemas Penitenciarios y Carcelarios.

A continuación i) se hará un breve recuento histórico de la A.T ii) se explicará en que

consiste y cuales son las características de esta disciplina. iii) se enunciarán los beneficios

de la terapia basado en diferentes autores iv) se expondrá los resultados existentes sobre

la implementación de la A.T en diferentes cárceles de occidente y; v) se hablará del

desarrollo y aplicación de la misma a nivel nacional.

Historia de la Arteterapia

La aventura del ser humano en dirigir su voluntad hacia una creación artística es una

actividad que se ha llevado a cabo por milenios, expresada de diferentes formas y por

diferentes culturas. Esta tendencia intrínseca y natural de fabricar un objeto o imagen lo

ha diferenciado de las otras especies (Dissanayake, 2003, p.10) y ha teniendo como

principal objetivo26 “señalar los nacimientos y las muertes, conmemorar experiencias

importantes e intensificar el placer de vivir27” (Allen, 2009, p.12).

26 Entendiéndose como el objetivo del arte popular y no del arte industrial. 27 Los neurólogos Steven Pinker y Oliver Sacks entienden que por ahora no se ha podido comprobar que las artes tengan un a función adaptativa; más si afirman que el arte crea sistemas motivacionales que nos proporcionan placer al

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El motor de la producción artística es la capacidad de imaginar que toda persona, sin

excepción, posee. Por ello es una falacia afirmar que esta solo le compete a los artistas.

Se podría decir que muchos no caen en cuenta de su importancia por utilizarla

habitualmente a lo largo del día, pero es preciso notar que sin su existencia el ser humano

no podría de ninguna manera “discernir las posibilidades y las opciones que se le

presentan” (Ibídem, p.19), quedaría estancado en un mismo pensamiento, emoción o

comportamiento.

De la misma manera, la neurobiología la ha definido como “el proceso cognitivo que

permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear

una representación percibida por los sentidos de la mente” (Drubach; Benarroch &

Mateen, 2007, p.353), insistiendo, tal como Allen lo plantea, en que es un fenómeno vital

para visualizar las múltiples soluciones que se podrían encarar frente a un problema

considerando los numerosos resultados potenciales28 (Ibídem p.354).

Ahora bien, cabe aclarar que los inicios del estudio de la imaginación como parte de la

naturaleza humana fueron desarrollados a profundidad a principios del siglo XX. Freud,

Kris y Jung encaminaron sus estudios en el entendimiento y función de la fantasía, la

imaginación y lo sueños con la intención de entender sus funciones dentro de la psique

experimentar señales que guardan correlación con resultados adaptativos (seguridad, sexo, estima, entornos abundantes en información) (Sacks, 2015, p.11). 28 El artículo científico no solo se refiere a las posibles formas de utilizar la imaginación como lo es en el ensayo del comportamiento (tal como se explico). También los autores analizan la relación que existe entre imaginación y memoria de trabajo, imaginación y voluntad, imaginación y adquisición y mejora de habilidades, imaginación y reducción de ansiedad, imaginación y escape de realidad inmediata y necesidad de satisfacción, imaginación y creatividad, imaginación y teoría de la mente.

Page 48: La arteterapia como alternativa en los programas de

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humana. Por medio de técnicas terapéuticas tales como la asociación libre 29 y la

imaginación activa 30 se pudo encontrar que la imaginería de las personas estaba

impregnada de numerosos símbolos universales, los cuales al ser interpretados, podían

deslumbrar el mundo interno de la persona: sus necesidades, sus deseos, sus temores,

sus complejos etc.

En paralelo a la psicología clínica, Prinzhorn fue uno de los primeros psiquiatras

interesados en comprender la imaginación de pacientes psicóticos. En 1922 con base en

una colección de mas de 5000 obras artísticas de 435 diferentes pacientes, publicó un

libro titulado “La producción de imágenes del enfermo mental” (Aranguren; Leon & Tania,

2011, p.13), en el cual reconocía la experiencia creadora como un canal para expresar el

malestar y lo síntomas de la enfermedad. Los trabajos proporcionados por el “arte

psicótico” creados por los pacientes alemanes sirvieron como modelo para inspirar a

muchos artistas del arte moderno tales como Kokoschka, Dali, Klee, Ernst, Dubuffett,

Shlemmer31 etc.. así como al mismo tiempo aportaron a la formación y consolidación de

corrientes artísticas como el dadaísmo, el expresionismo y el surrealismo (Marxen,

2013,p.6-10).

Luego de estos sucesos, a mitades del siglo XX, Margaret Naumburg, Edith Kramer,

Hanna Kwiatcowska y Elinor Ulman, fueron las psicólogas que ahondaron en la utilidad de

29 La asociación libre se instauró como una herramienta psicoanalítica para ser aplicada a pacientes que se resistían a la hipnosis, la cual, “consiste en expresar sin discriminación todos los pensamientos que vienen a la mente, ya sea a partir de un elemento dado (palabra, numero, imagen de un sueño, representación cualquiera), ya sea de forma espontanea” (Laplanche & Pontalis, 2004, p.35). 30 Método que permite asimilar contenidos inconscientes (sueños, fantasías, imágenes simbólicas) a través de alguna forma de autoexpresión (dibujo, escultura, música, danza, escritura etc.) (Wilhelm, 2017, p.1). 31 De hecho se pueden ver similitudes entre las obras creadas por los pacientes y la de los artistas profesionales.

Page 49: La arteterapia como alternativa en los programas de

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las técnicas proporcionadas por el psicoanálisis y la psicología profunda, encontrando que

el arte, como portadora de símbolos, además de proporcionar funciones reguladoras en

la psique humana, podía ser utilizada como una herramienta eficaz para que el paciente

pudiera darles sentido a sus propios pensamientos y emociones a través de la imaginería

mental. De esta manera, elaboraron una técnica terapéutica que luego recibiría el nombre

de Arte Terapia (Junge, 2010, p.29-40).

Desde este punto de partida la A.T fue investigada y desarrollada por más psicólogos en

el transcurso de los 60s dando lugar a la creación de las primeras asociaciones32 arte

terapeutas. Sin embargo, hasta este periodo esta disciplina estaba totalmente marginada

en el área de salud mental por su poca credibilidad, y no fue hasta los 70s donde tuvo un

gran impacto en la idiosincrasia norteamericana encontrando aliados en diferentes

campos tales como la psiquiatría, la medicina, la justicia y la educación, permitiendo que

en los 80s el gobierno de Estados Unidos fuera el primer país en aceptarla como actividad

profesional (Marxen, 2013, p.41).

En el siglo XXI se ha oficializado como disciplina en diferentes países: Canadá, Israel,

Gran Bretaña, Alemania, Austria, Italia, España, Australia y Países Bajos, existiendo

carreras, maestrías y posgrados en formación arte terapéutica tanto en universidades

como en institutos. Así mismo se han hecho investigaciones tanto a nivel cuantitativo y

cualitativo como comparativos acerca de la aplicación de la A.T en diferentes grupos

32 La American Art Therapy Association en Estados Unidos fue fundada en 1969.

Page 50: La arteterapia como alternativa en los programas de

50

poblacionales33. En Latinoamérica se ofrecen posgrados en Santiago de Chile y Buenos

Aires y en Brasil ha sido utilizada para atender a drogadictos y niños “habitantes de calle”

(Ibídem, p.41-42).

¿Que es la Arteterapia?

Si bien existen diferentes formas de aplica esta disciplina, la A.T, en términos generales,

consiste esencialmente en crear “algo”, teniendo como punto central, el proceso creativo.

El objetivo principal yace en la comunicación entre el paciente y los materiales artísticos

para facilitar su expresión y reflexión.

La A.T se caracteriza por:

• Permitir hablar del conflicto sin hacerlo directamente, respetando así las defensas

de la persona y permitiendo una mayor seguridad en la expresión (Marxen, 2013,

p.2).

• Ser mas relevante el proceso creativo que el resultado obtenido, ya que es en el

mismo proceso donde se absorben las experiencias simbólicas (Ibídem, p.17) .

• El paciente no solo es portador de faltas34 o problemas psíquicos, sino que

también es portador de saberes y de cultura (Ibídem, p.18).

33 Por ejemplo, en Asía, mas específicamente en Corea del Sur, se ha demostrado que la Arte terapia es efectiva en pacientes con Parkinson (Young-Sil & Dong-Hee, 2018). 34 Falta de saber, falta de capacidad que solo fortalecen actitudes caritativas y paternalistas por parte del terapeuta, posicionando al paciente exclusivamente como victima. Por ello hay que partir de la base que la inteligencia y los saberes no se pueden medir con un numero tal como lo propone el tan sobrevalorado coeficiente intelectual. Según el psicólogo Howard Gardner existen por lo menos 7 tipos de inteligencia: Emocional, visual-espacial, lógico-matemática, corporal-cinestesia, lingüístico-verbal, naturalista y musical. Bajo esta teoría, se puede decir que todas los individuos

Page 51: La arteterapia como alternativa en los programas de

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• El supuesto de que las expansión creativa que ofrece la terapia puede aplicarse a

otras áreas de la vida (López, 2012, p.8).

• Una creación espontanea sin importar las habilidades plásticas que tenga la

persona (Ibídem, p.8).

Según María Reyes los objetivos de la A.T son:

• Abrir la posibilidad de nombrar lo innombrable.

• Proponer experiencias para que la persona pueda acceder a su mundo interno.

• Exteriorizar las vivencias personales de formas que no solamente requieran de la

palabra verbal, sino que utilicen otros lenguajes.

• No solo es importante exteriorizar lo que se ha creado, también es importante

comprender lo que se esta expresando.

En cuanto a su aplicación se puede decir que abarca poblaciones de diversas edades, sin

discriminar sexo, raza o nacionalidad. Así mismo, es aplicable en diferentes contextos a

nivel individual y grupal, como en cárceles, centros de salud mental, instituciones

educativas, geriátricos, entre otros.

tienen potencializada una o varias inteligencias y que por tanto una persona no es inferior por tener poco desarrollada una/s u otra/s (Macías, 2002,p.31).

Page 52: La arteterapia como alternativa en los programas de

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Beneficios de la Arteterapia

A diferencia de las terapias comunes que utilizan únicamente el dialogo verbal entre

paciente y psicólogo, el proceso artístico encuentra nuevas formas de expresión que

trascienden la censura verbal a la que toda persona se somete al intentar comunicar sus

emociones, percepciones o problemas, ya sea por timidez, presión, orgullo, miedo; esto

permite que en la A.T se consiga una mayor desinhibición a la hora de explorarse y

entenderse (Marxen, 2013, p.27).

Naumburg asegura, basándose en la Psicología del Yo35, que el paciente debe aprender

a interpretar y entender sus propias obras para que el mismo entienda sus mecanismos

psíquicos. Esto quiere decir que el terapeuta debe abstenerse de hacer interpretaciones

y conjeturas que podrían llegar a sugestionar a la persona de manera errónea36. Por el

contrario, debe animarlo a entender sus propias obras mediante la libre apreciación de

aspectos y mecanismos de su propia vida afectiva. De esta manera, el paciente logra una

mayor autonomía al momento de entender sus conflictos y disminuir la dependencia que

puede llegar a generarse en la dinámica de autoridad entre paciente y terapeuta.

En palabras de Naumburg “El paciente pasa a ser un sujeto activo que sabe colaborar de

forma activa en el proceso terapéutico, se fortalece su yo37 y disminuye proporcionalmente

su dependencia del terapeuta” (Naumburg, 1997, p.315).

35 Corriente psicológica desarrollada por H.Harttman, Kris y Anna Freud 36 Las conclusiones y conjeturas pueden ser erróneas especialmente cuando el paciente pertenece a otra cultura, a otro estrato socioeconómico, o a otro sexo. El terapeuta en estas circunstancias puede sucumbir ante parámetros etnocentristas, clasistas o androcentristas (Marxen, 2011, p.28). 37 Se abre “la oportunidad de aumentar su autoestima y la confianza en si mismo” (Marxen, 2013, p.28)

Page 53: La arteterapia como alternativa en los programas de

53

Ligado a lo anterior, las terapias que traspasan las fronteras de lo rígido a lo creativo

pueden activar el desarrollo y autorrealización personal que Jung describe en su libro “El

Hombre y sus Símbolos”. Para el autor suizo, la autorrealización es un proceso

fundamental que va formando una personalidad más amplia y madura “que poco a poco

se hace efectiva y hasta visible para los demás”. No obstante, este proceso no es igual

para todos los seres humanos, ya que cada uno tiene una tarea única de autorrealización,

y para ello es necesario que la persona realice algo que es auténticamente suyo (Jung,

1995, p.164).

Y es que precisamente la A.T puede funcionar como un camino donde el individuo puede

llegar a auto realizarse y vivirse de una manera mas integral. María Reyes cree que el

proceso creativo es una herramienta potente para ampliar las perspectivas que se tienen

sobre si mismo y sobre su entorno. A partir de lo creado se deconstruyen formas que se

creían inmutables para recompensarlas y reconstruirlas de modos innovadores38.

Aplicación de la Arteterapia en las cárceles

Comúnmente se cree que las artes en las cárceles son utilizadas para que los internos

puedan pasar el tiempo desarrollando alguna actividad que los distraiga y les permita

disfrutar su tiempo de ocio, pero poniendo un poco mas de atención a los estudios que se

han desarrollado por diferentes expertos en los cuales se han evaluado a los condenados

38 Esto se puede ver no solo en el arte, sino también en la ciencia, en la arquitectura, en la escritura etc…

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que asisten y participan en estos programas, se ha podido demostrar que i) el arte alienta

a mejores relaciones entre prisioneros y el personal penitenciario así como también con

sus familias. ii) mejora el autoestima y la confianza del condenado iii) alienta a desarrollar

una mejor comunicación y habilidades sociales iv) estimula la solidaridad entre los

participantes y el trabajo en equipo (Tett; Anderson; Mcneill; Overy & Sparks, 2012, p.173).

De igual manera, en el Reino Unido Meekums y Daniel (2011) revisaron numerosos

estudios sobre las terapias artísticas en programas carcelarios de diferentes países. Al

sintetizar toda la información obtenida, demostraron en su metaanálisis que en los recintos

carcelarios “las terapias artísticas han sido sistemáticamente asociadas a la mejora en los

niveles de arousal39, equilibrio emocional y calidad de vida de los reclusos (Meekums y

Daniel, 2011, p. 229).

Teniendo en cuenta los efectos positivos que se han podido evidenciar del arte y la A.T

en el contexto carcelario a nivel general, se expondrán los resultados específicos de dos

proyectos de A.T que han sido realizados en cárceles de Estados Unidos y España.

Adicionalmente se expondrá la experimentación con la A.T en la correccional en Norte de

Santander/Colombia como un primer acercamiento de esta disciplina en los sistemas

penitenciarios nacionales.

39 “Aurosal” en español significa “activación”

Page 55: La arteterapia como alternativa en los programas de

55

La Arteterapia en las prisiones de Estados Unidos

David Gussak psicólogo y profesor de A.T de la Universidad de Florida, coordinador de

proyectos del FSU/FI del departamento para los programas carcelarios 40 y autor de

numerosos artículos y libros sobre la A.T en prisiones, ha sido de los precursores en

implementar y experimentar con este tipo de técnica en las prisiones de Florida.

Desde el 2003 en sus investigaciones ha encontrado que la A.T es una de las

herramientas más útiles para los reclusos en su proceso de resocialización cuando se

compara con otros tratamientos penitenciarios. Por ejemplo, argumenta que las terapias

verbales “no siempre son las mejores puesto que el recluso puede mentir, permanecer en

silencio, o optar por comportamientos agresivos para evitar ser percibido como débil o

vulnerable frente a los otros” (Gussak, 2007, p.445).

Sus estudios fueron hechos en recintos carcelarios tanto de hombres como de mujeres en

el estado de Florida, involucrando principalmente actividades de artes plásticas y de

dibujo. Sus investigaciones utilizan instrumentos de medida como: Formal Element Art

Theraphy Scale FEATS, el Beck Depression Inventory-Short Form (BDI-II) y el Adult

Nowicky- Strickland of Control Scale (ANS), haciendo aplicación de los mismos antes y

después de la realización de los programas tanto a grupos experimentales como a grupos

control.

40 Fuente: https://arted.fsu.edu/dave-gussak/

Page 56: La arteterapia como alternativa en los programas de

56

Las conclusiones de las investigaciones que se obtuvieron desde el 2003 al 2009 fueron

alentadoras. Los reclusos, de manera consistente, demostraron una mejora en el locus de

control y en las conductas de socialización en comparación con los grupos control.

También demostraron “una marcada mejora en conducta interpersonal y estrategias de

resolución de problemas, así como la efectividad de la A.T en la reducción de la depresión

en la población penitenciaria” (Gussak, 2009, p.5-6).

A nivel cualitativo, entre los muchos proyectos que ha desarrollado Gussak, con ayuda

de otros arte-terapeutas, se encuentra el “Inmate Mural Art Program” que fue realizado

en la cárcel de North Florida en el 2008.

En esta ocasión la secretaria de la correccional, con ayuda de dos arte-terapeutas, se

organizaron para guiar la realización de un mural el cual iba a ser diseñando y pintando

por los reclusos dentro de la cárcel. Se escogieron 14 internos para que discutieran sobre

lo que ellos son y lo que ellos tenían por decir. En medio de muchas ideas y después de

haber hecho varios bocetos de posibles imágenes para el mural, los reclusos encontraron

la idea principal que querían representar: “Transformación por medio de la Unidad”. Así,

cada recluso hizo un dibujo que representara, desde su experiencia personal, la idea

principal. Al final se recopiló todas las imágenes hechas por todos los participantes para

tomarlas como base y crear una ilustración holística. Posteriormente pintaron el trabajo

final en una de las paredes del recinto carcelario (Argue, Bennett & Gussak, 2009).

Los participantes describieron el proceso del proyecto y del mural como una metáfora de

la vida:

Page 57: La arteterapia como alternativa en los programas de

57

“Cada día enfrentamos la pared blanca –los obstáculos de nuestras vidas- y como vamos

a sobrepasarlos? Podemos salir corriendo y evitar los problemas, o podemos enfrentarlos

y conquistarlos”

Otro participante de manera personal expresó:

“Usualmente estoy solo… disfrute del trabajo en equipo y me sorprendió!”

Mientras que otro dijo: “esto significa más que pintar” (Ibidem, p.318.).

Además de los resultados particulares encontrados en los diferentes Test psicológicos, y

de las experiencias percibidas por los reclusos, Gussak enunció las ventajas de la

implementación de la A.T en poblaciones reclusas:

1. El Arte es beneficioso en contextos carcelarios dado que muchos reclusos

presentan deficiencias en la comunicación verbal y desarrollo cognitivo debido a

lesiones cerebrales, bajos niveles de educación y analfabetismo.

2. El Arte permite al recluso expresar emociones complejas de una manera simple.

3. En la actividad artística no se requiere que el interno comente lo revelado en el

proceso creativo. El ambiente carcelario es peligroso y cualquier divulgación no

intencional representa un peligro para el recluso.

4. El Arte promueve la expresión, incluso cuando el recluso no quiere discutir de sus

emociones e ideas que puedan dejarlo en estado de vulnerabilidad.

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58

5. El Arte tiene la ventaja de sobrepasar la defensa consciente e inconsciente del

recluso, e incluso la deshonestidad generalizada.

6. El arte puede disminuir síntomas patológicos sin el uso de interpretación verbal.

7. El arte genera creatividad en la prisión y provee diversión y escape emocional.

8. El arte permite al recluso expresarse de una manera aceptable para la cultura

interna como externa (Gussak, 2007, p.446).

Programa de Arteterapia en el Centro Penitenciario Huelva II

Por otro lado, en España, las psicólogas Pilar Domínguez Toscano y María Dolores López

aplicaron un programa de A.T desarrollado con un grupo de 32 reclusos, durante 3 años,

desde el 2006 al 2009.

Los objetivos en la implementación del programa de A.T en el Centro Penitenciario Huelva

II fueron I) Reducir la reincidencia en personas reclusas II) Reducir la ansiedad y la

depresión en los reclusos III) Habilitar recursos para el desarrollo cultural en actividades

colectivas en el contexto penitenciario (Domínguez & López, 2014).

Entre las principales actividades artísticas que se realizaron dentro del programa con los

reclusos se encuentran: utilización de recursos plásticos, simbólicos y de la cultura visual,

técnicas de estampación con pintura sintética sobre agua, impresiones de témpera sobre

papel, collage con y sin textura, interpretación visual de emociones y sensaciones no

visuales, pintar emociones a partir de una autoinducción emocional con y sin música,

técnica de garabateo-desgarabateo, entre otras.

Page 59: La arteterapia como alternativa en los programas de

59

Entre los resultados encontrados, de manera destacable, se evidencio una reducción de

la reincidencia en los participantes que habían sido excarcelados durante el periodo de

seguimiento de 2009 a 2013. La tasa española de reincidencia, para la época (comisión

de un nuevo o del mismo delito), tenía un promedio de 55%. La tasa se redujo a un 12,5%

con respecto a los reclusos que fueron atendidos con A.T y que asistieron durante al

menos un año ininterrumpido de los tres de duración total del programa. Así mismo,

mediante el Beck Depression Inventory-Short Form (BDI-II), se logró demostrar una

reducción significativa en el nivel de depresión en los sujetos participantes.

Experimentación con la Areterapia en la Correccional de Menores de Edad en Norte de Santander/Colombia

Si bien la A.T en Colombia todavía no ha tomado la suficiente fuerza para ser visible en

los programas culturales tanto a nivel privado como público, Cesar Augusto Méndez

(2009) decidió formar un proyecto con la Correccional de Menores de Edad de Norte de

Santander el cual consistía en realizar talleres de A.T por un periodo de 6 meses, dos

talleres por semana, con una duración de una hora y treinta minutos, aplicados a un grupo

heterogéneo de adolescentes conformado por 18 integrantes que habían cometido

distintos tipos de delitos (asesinato, hurto, acceso carnal, consumo de estupefacientes

etc.).

Para entender un poco mejor porque Cesar Méndez decidió incursionar en este tipo de

terapia artística y aplicarla en una institución penitenciaria nacional para menores de edad,

Page 60: La arteterapia como alternativa en los programas de

60

es importante comprender que los adolescentes en el mundo no son tenidos en cuenta en

los proyectos sociales y culturales, contrario a lo que pasa con otras poblaciones como

niños, adultos, ancianos o mujeres. Por lo tanto, es de esperarse que la personas se

cuestionen de porque muchos consumen drogas o porque andan en pandillas. Según

María Reyes poder entrarles a los adolescentes no es fácil y menos si no se involucran

otros lenguajes y otras posibilidades, para ella tiene que ser apelando a los lenguajes

artísticos, porque lo demás lo toman como sermón, castigo, religión o moral. En la

experiencia que tuvo en la correccional de Bogotá pudo concluir que estas instituciones

para menores son colegios donde no se puede salir. Les enseñen materias académicas

como matemáticas historia y geografía, sin embargo, no existen herramientas serias

donde los jóvenes puedan manifestar lo que piensan o lo que sienten o darles espacios

donde puedan explicar el porque tomaron esas decisiones.

“Y entonces la sociedad espera que cuando salgan de la correccional se

comporten de manera diferente solo porque estuvieron encerrados estudiando

materias de colegio; eso no cambia comportamientos. Yo creo que se deben

llevar procesos que permitan reflexionar desde la propia vivencia, lo que hace

sentido para ellos, no de lo que la gente espera de ellos. Mientras los procesos

sigan teniendo que ser obligatorios, donde ellos sigan sintiendo que deben decir

lo que uno quiere oír, estamos jodidos”.

Por esto es que según Cesar Méndez

Page 61: La arteterapia como alternativa en los programas de

61

“el desconocimiento e incredulidad de posibles salidas a su problemática,

justifican la necesidad de creer en una intervención que, apoyada en la terapia

artística muestre que sus vidas aparentemente desiertas y sin ninguna esperanza,

reafirman la necesidad de que es posible propiciar un espacio de cuidados

mutuos, de sostenimiento común, de alivio que les ayude a encontrar un sentido

a su existencia y denunciar que su situación no es motivada por la casualidad y el

azar”. (Méndez, 2008, p.84)

Ahora bien, entrando en el tema central de la investigación, Méndez relata las diferentes

actividades que se realizaron a lo largo de las sesiones. Entre las cuales se pueden

evidenciar:

• Narraciones de cuentos, mitos y leyendas para que los jóvenes reflexionaran

sobre la propia vida. Al mismo tiempo se abría el espacio para que ellos mismos

contaran sus propias historias y anécdotas de lo que habían vivido.

• Pintura corporal, o “tatuajes” (como se referían los jóvenes a este tipo de

sesiones), la cual consistía en dibujar sobre la piel algún símbolo que los

representara con el propósito de que ellos mismos conocieran su propio cuerpo.

• Expresión escénica a través de la interpretación o actuación de animales con el

objetivo de manifestar todo tipo de emoción (rabia, miedo, felicidad, amor).

• Imágenes y dibujos de autorretrato, de sus amigos, de su familia o de su entorno

inmediato (barrio, colegio, trabajo, ciudad).

• Escritura creativa (Ibidem, p.93-94).

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Una vez finalizado el proyecto el autor pudo concluir que quizás falto extender el

programa que se había propuesto; afirma que 6 meses no le parecieron suficientes para

poder evidenciar un cambio significativo en el fuero interno de los adolescentes. Se cree

que por tratarse de personas que desde muy temprana edad tuvieron que afrontar

situaciones difíciles que poco a poco los fueron desensibilizando del mundo exterior,

tendría que haberse hecho un trabajo mas profundo con una logística mas amplia y

dentro de un mayor lapso para obtener mejores resultados. A pesar de esto, el autor

precisa que los espacios proporcionados por los talleres si produjeron un “alivio” en los

jóvenes donde pudieron desconectarse de la vida criminal y por defecto conectarse con

ellos mismos como con sus compañeros.

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Conclusiones

a. Analizando las tres variables constantes que caracterizan a las cárceles modernas,

(trabajo, tiempo y espacio), se puedo observar que estos lugares fueron creados para ser

andamiajes del sistema productivo, y hasta el día de hoy se puede decir que la dimensión

filosófica de las prisiones esta inspirada en los principios rectores del neoliberalismo

económico. Dentro de la variable “tiempo” se sustento que el encierro de una persona en

una prisión elimina la autonomía que tiene sobre si misma teniendo consecuencias

devastadoras para la personalidad e identidad del condenado. De ahí que se pueda

afirmar que los procesos resocializadores deben estar encaminados a minimizar los

efectos negativos que produce la privación de la libertad en la psique de los internos.

b. A través de la revisión histórica de los antecedentes que permitieron construir el

concepto de resocialización se pudo evidenciar que muchos personajes históricos desde

antes de Cristo hasta el renacimiento, pusieron especial atención a los paradigmas

penales de cada época para modificar la visión sobre los criminales, expresando filosofías

de corte humanista que preferían el castigo como medio para rehabilitar al criminal y no

como una retribución absoluta.

c. El concepto de resocialización fue propuesto por el estado de Bienestar de principios

de 1880 y fue desarrollado por diferentes juristas como Fran von Liszt y Pedro Dorado

Montero. No obstante, las políticas correctivas en los sistemas penitenciarios y carcelarios

de Occidente lamentablemente fueron utilizadas para reprimir a los condenados. Los

mecanismos de resocialización que evolucionaron en el transcurso del siglo XX fueron

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puestos a merced de la psicología conductista que se presentaba como el modelo

adecuado para “programar” a los internos a los valores sociales dominantes. Esta claro

que utilizar las cárceles como espacios de adoctrinamiento a partir de un sistema de

premio-castigo no permite cambios de comportamiento del interno que puedan perdurar

en el tiempo.

d. En Colombia además de que las condiciones carcelarias representen un obstáculo para

el proceso resocializador, se pudo evidenciar que existe un problema agudo con respecto

a la aplicación de los programas resocializadores por la falta de recursos y falta de

personal capacitado para la coordinación y ejecución de los proyectos “rehabilitadores”.

Así mismo, se encontró que los internos además de ser evaluados en función de su

participación en alguna actividad “resocializadora” (trabajo, educación o enseñanza),

estos asisten a los programas con el principal objetivo de redimir pena, ignorándose, en

la estructura premial del Sistema Progresivo, la cuestión de si en realidad las actividades

propuestas tienen el potencial de reducir la reincidencia.

e. No existen estudios que evidencien que el trabajo, la educación y la enseñanza

permitan tener efectos en la reincidencia ni en el proceso resocializador de los penados.

De hecho, el trabajo al ser obligatorio en Colombia, debe tomarse como una medida de

aculturación forzada que puede tener efectos deteriorantes inherentes a la prisionización.

Contrariamente, debe existir un fortalecimiento administrativo y logístico en la ayuda

psicosocial, programas no-obligatorios, en donde se incentive el trato humano hacia los

reclusos para aminorar las consecuencias perjudiciales que se derivan de esta institución

total.

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f. Como propuesta al fracaso de la resocialización a nivel nacional se propuso a la Arte

terapia como una alternativa para ser implementada en los programas psicosociales de

las cárceles locales por los resultados exitosos que se encontraron en diferentes países

de Occidente. Entre las conclusiones de las investigaciones analizadas se encontró que

la aplicación de la A.T en las cárceles redujo los niveles de depresión de los internos y los

niveles de reincidencia así como también se evidenció una mejora en la toma de

decisiones, equilibrio emocional, autoestima y confianza, habilidades sociales y calidad de

vida de los reclusos.

g. En la entrevista con la arte terapeuta María Reyes se pudo notar que aunque la A.T en

Colombia no es una profesión, diferentes instituciones la han utilizado en proyectos

colectivos, encontrando resultados positivos en diferentes grupos poblacionales, lo que

deja la puerta abierta para construir programas dirigidos a otras poblaciones incluyendo

las penitenciarias. Al mismo tiempo se reafirmo que trabajar únicamente por el cambio de

conducta de los condenados es una solución superficial en el proceso terapéutico. En

contraste, según la experta, la A.T puede ser una herramienta para humanizar al recluso

visibilizando sus experiencias, su pensamientos y sus emociones, así mismo, puede

estimular cambios de perspectiva de su entorno como también puede fortalecer su

identidad como ser humano.

h. Con base en la Investigación de Cesar Méndez y la entrevista realizada a María Reyes,

se debe prestar más atención a los programas psicosociales en las correccionales de

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menores de edad para su mejoramiento, proponiendo programas alternativos como lo es

la A.T

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