cronicas de un cambio interiores

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CRÓNICAS DE UN CAMBIO CRÓNICAS DE UN CAMBIO de la coca ilegal al desarrollo de la coca ilegal al desarrollo CRÓNICAS DE UN CAMBIO CRÓNICAS DE UN CAMBIO

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Page 1: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

C R Ó N I C A S D E U N C A M B I OC R Ó N I C A S D E U N C A M B I O

de la coca ilegal al desarrollode la coca ilegal al desarrollo

CRÓ

NICA

S DE

UN

CAM

BIO

CRÓ

NICA

S DE

UN

CAM

BIO

Page 2: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 3: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

C R Ó N I C A S D E U N C A M B I OC R Ó N I C A S D E U N C A M B I O

Page 4: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

C R Ó N I C A S D E U N C A M B I OC R Ó N I C A S D E U N C A M B I O

de la coca ilegal al desarrollode la coca ilegal al desarrollo

Page 5: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Esta es una publicación del Programa de Desarrollo

Alternativo de USAID-Perú, que es ejecutado en las regiones

de San Martín, Ucayali y Huánuco, gracias a la cooperación

técnica y financiera del gobierno y pueblo de los Estados

Unidos de América, y a la supervisión de DEVIDA.

Edición general y redacción de textos Tulio Mora

Fotografía Antonio Martínez

Diseño y diagramación Sputnik

Pre-prensa digital e impresión Forma e Imagen

Hecho el depósito legal en la

Biblioteca Nacional del Perú N°

Primera edición

Lima, marzo de 2011

Esta publicación puede ser reproducida parcial o

totalmente siempre y cuando no sea con fines comerciales.

C R Ó N I C A S D E U N C A M B I OC R Ó N I C A S D E U N C A M B I O

Page 6: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

C R Ó N I C A S D E U N C A M B I OC R Ó N I C A S D E U N C A M B I O

de la coca ilegal al desarrollode la coca ilegal al desarrollo

Page 7: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

INTRODUCCIÓN

LA MEMORIA DEL CAMBIO

NICaNOR PINEDa Productor de cacaoNuevo Tawantinsuyu, Irazola, Ucayali

DIOsDaDa BERmEjOProductora de cacaoVilla mercedes, Tocache, san martín

jOhN sOTOGanaderoValle de huacamayo, aguaytía, Ucayali

GUIllERmO TOCTOProductor de cacaosoledad, juanjuí, san martín

ACTORES DEL CAMBIO

jUaNa ORIzaNa VIUDa DE GÓmEzProductora de caféjosé maría Ugarteche, hermilio Valdizán, huánuco

WIlFREDO CENEPOProductor de cacaoChazuta, san martín

aURElIO RamíREzProductor de palmitoalianza, Pongo de Caynarachi, san martín

jEsús mERlOProfesor y productor de cacaoPuerto huicte, Uchiza, san martín

DESARROLLO PRODUCTIVO Y SOCIAL

EmETERIO ChUjUTallIProductor de palmitoBonilla, Pongo de Caynarachi, san martín

6

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RayDOl RODRíGUEzProductor de café y Presidente de la Cooperativa la Divisoriamargarita, hermilio Valdizán, huánuco

maGDalENO EsPINOzaProductor de palma aceitera y palmitoBarranquito, Pongo de Caynarachi, san martín

maNUEl GamBINI RUPayalcalde y productor de palma aceiteraIrazola, Ucayali

OBRAS QUE PROMUEVEN EL DESARROLLO

RODOlFO COmETIVOs yClOTIlDE GONzálEz DE COmETIVOsProductores de cacaosanchima, Pachiza, san martín

alEx CaBEllOalcalde la Divisoria, Padre abad, Ucayali

yOlaNDa maNTIllaProductora de cacaosarita Colonia, Tocache, san martín

BElIzaRIO amasIFéNProductor de cacaoshapajillo, Pongo de Caynarachi, san martín

UN AGRICULTOR NUEVO Y TECNIFICADO

EsTEBaN GUTIéRREz y TOmasa sOlaNO DE GUTIéRREzProductores de cacaoalto El sol, Pachiza, san martín

aDEla RENGIFOProductora de cacaosanto Domingo, Crespo y Castillo, huánuco

ENRIqUE FERNáNDEzProductor de palmitoalianza, Pongo de Caynarachi, san martín

TOlENTINO CERCEDO Productor de cacaoNuevo Tawantinsuyu, Irazola, Ucayali

EL CAMBIO EN LA VISION COMUNITARIA

mElODía aBaDProductora de cacaoatahualpa, Pachiza, san martín

VICTORIO FlOREsProductor de palmitoshambillo, Padre abad, Ucayali

aDOlFO CaBallERO Productor de cacaoBello horizonte, Pachiza, san martín

maRIlyN llaICaTE y FElIPE salasProductores de cacaoNueva alianza, Curimaná, Ucayali

EN POS DE MERCADOS DEL MUNDO

ElaDIO PONCEProfesor y productor de caféla Divisoria, Padre abad, Ucayali

TEÓFIlO alBORNOzProductor de cafésanta Rosa Tealera, hermilio Valdizán, huánuco

GaUDENCIa FlOREs alcaldesa y productora de cacaoPampayacu, Uchiza, san martín

GONzalO RíOs Presidente de la Cooperativa acopagrojuanjuí, san martín

Page 8: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

SAN MARTÍN

HUÁNUCO

alianza

Bonilla

shapajilla

Bello horizonte

la Divisoria

atahualpasoledad

santo DomingoPuerto huicte

Nuevo Tawantinsuyu

IRazOla

Nueva alianza

Villa mercedes

Valle de huacamayoshambillo

Barranquita

PONGO DE CayNaRaChI

ChazUTa

jUaNjUI

TOCaChE

UChIza CURImaNá

aGUayTía

hERmIlIO ValDIzáN

UCAYALI

santa Rosa Tealera

josé m. Ugartechemargarita

Page 9: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Generalmente solemos privilegiar, cuando

se habla del aporte de un programa o

proyecto de desarrollo, el aspecto eco-

nómico, expresado en un renovado in-

greso familiar, en las bondades de las

obras de infraestructura o tal vez en los

éxitos obtenidos en materia agronó-

mica. Todo ello también es parte de la

historia del Programa de Desarrollo Al-

ternativo (PDA), que ha estado presente

en la Amazonía peruana en los últimos

lustros, promoviendo mejores condicio-

nes de vida en más de mil comunidades

de las regiones de San Martín, Ucayali

y Huánuco.

En esa perspectiva de análisis, el impacto

más visible se concentra probablemente

en el asombroso grano de cacao peruano

que conquista ahora con su calidad exce-

lentes mercados mundiales. El rol del PDA

en su expansión y consolidación como

un cultivo alternativo bandera del Perú ha

sido notable, y ha servido como una base

económica sólida para el despegue de mi-

les de familias. Sólo en el auge del hoy lla-

mado modelo San Martín –por ejemplo– el

PDA instaló, en los últimos seis años, más

de 30 mil hectáreas de cacao, logrando

que esa región sea ahora la primera pro-

ductora de cacao del país.

Podríamos citar otros hitos similares

del Programa de Desarrollo Alternativo

(PDA), pero quién sabe ese, precisamen-

te, no sea el motivo central de esta publi-

cación. El valor de estas páginas radica,

más bien, en resaltar aquello que nos es

difícil percibir a simple vista: el cambio

de vida, a veces radical, en decenas de

miles de familias a partir de una oportu-

nidad que les brindó el PDA. La coca fue,

para todos ellos, parte de un pasado que

los llevó por el sendero sinuoso de la vio-

lencia, la inseguridad y la ilegalidad. Y a

partir de una decisión difícil, y en muchos

casos riesgosa, decidieron dar un vuelco

en sus vidas, una suerte de volver a em-

pezar, dejando atrás el reinado de lo ocul-

to y sacando a luz lo mejor de sí mismos.

Ese espectacular cambio, silencioso

pero asombroso a la vez, está impreso

en los rostros y vaivenes de las 28 his-

crónicas de un cambio

INTRODUCCIÓN

Page 10: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

torias humanas que reseña esta publica-

ción. Un cambio que transformó la visión

del mundo de miles de peruanos, que los

alejó en muchos casos de las pozas de

maceración de cocaína, que los dignifi-

có en sus cultivos de cacao, café, palma

aceitera o palmito, y que los llevó hacia

un camino en el que transitan con sus

familias mirando de frente, sin temores

y con mucha dignidad.

Estas historias, cada una con su propio

recorrido, tienen ese denominador co-

mún: el encuentro con una vida que honra

y avizora un futuro seguro, lejos de lo que

anteriormente –apenas años atrás– eran

sus otras historias. No fue una huida,

sino un esforzado camino que recorrie-

ron –y muchos lo están haciendo aún– lo

que los llevó a ese otro estadio que ellos

ahora narran con orgullo en sus relatos.

Ese es el gran cambio que finalmente

trasciende a cualquier tipo de programa

social: el que se inscribe en el corazón y

en la mente de los seres humanos.

Por ello para USAID-Perú es particular-

mente importante presentar esta publi-

cación que concentra, en estas histo-

rias, la médula de su cooperación en las

cuencas donde se cultiva coca ilegal. Y

lo mejor de todo es que se tiene la cer-

teza –por la fuerza que expresan estas

vidas retratadas en Crónicas de un Cam-

bio– de que no habrá retroceso, de que

la historia ya no cambiará. Que la vida

de estos miles de agricultores seguirá su

paso firme hacia el bienestar integral de

sus familias y comunidades.

RIChaRD GOUGhNOUR

Director de USAID -PERÚ

7CRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIO

Page 11: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

1,079 COMUNIDADES pARtICIpAN EN El pROgRAMA DE DESARROllO AltERNAtIvO.

1,079 COMUNIDADES pARtICIpAN EN El pROgRAMA DE DESARROllO AltERNAtIvO.

74,067 fAMIlIAS fIRMARON ACUERDOS CON El pROgRAMADE DESARROllO AltERNAtIvO.

74,067 fAMIlIAS fIRMARON ACUERDOS CON El pROgRAMA DE DESARROllO AltERNAtIvO.

Page 12: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

la memoria del cambiola memoria del cambioCRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIO

Como estos productores, la vida de más de 72 mil familias es también el testimonio de un cambio en el que día a día tuvieron que sortear muchas dificultades con enorme esfuerzo. Lo sabían desde que decidieron firmar un acuerdo con DEvIDA —en el marco del programa de Desarrollo Alternativo de USAID-perú— para renunciar a la siembra de coca ilegal que trajo violencia, inseguridad y mayor pobreza. No estaban solos, pero su voluntad de cambio fue la condición más importante. Esa es su satisfacción y logro personales: dedicarse con esmero y capacidad a sus cultivos, haber conquistado la tranquilidad para que sus hijos se eduquen y crezcan saludablemente, mientras avanzan hacia un desarrollo integral que garantice su futuro y de sus comunidades.

Como estos productores, la vida de más de 72 mil familias es también el testimonio de un cambio en el que día a día tuvieron que sortear muchas dificultades con enorme esfuerzo. Lo sabían desde que decidieron firmar un acuerdo con DEvIDA —en el marco del programa de Desarrollo Alternativo de USAID-perú— para renunciar a la siembra de coca ilegal que trajo violencia, inseguridad y mayor pobreza. No estaban solos, pero su voluntad de cambio fue la condición más importante. Esa es su satisfacción y logro personales: dedicarse con esmero y capacidad a sus cultivos, haber conquistado la tranquilidad para que sus hijos se eduquen y crezcan saludablemente, mientras avanzan hacia un desarrollo integral que garantice su futuro y de sus comunidades.

Page 13: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Nuevo Tawantinsuyu, Irazola, Ucayali

63 añOs

PRODUCTOR DE CaCaO

NICaNOR PINEDa

“He educado bien a mis hijas y los vecinos han aprendido a vivir por la legal. No he desperdiciado nada en la vida”

“He educado bien a mis hijas y los vecinos han aprendido a vivir por la legal. No he desperdiciado nada en la vida”

Page 14: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 15: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

el patriarca de nuevo

tawantinsuyu

“llegar a Nuevo tawantinsuyu hoy es muy fácil”, dice don Nicanor Pineda

Rodríguez, “pero antes sólo podíamos sacar nuestros productos en bote has-ta San Alejandro y tardábamos horas por las curvas que da el río”. Entre

San Alejandro y la comunidad de Nuevo

Tawantinsuyu no hay más de siete kiló-

metros a través de un camino afirmado y

un pontón bien construido que impide el

desborde de una tumultuosa quebrada

durante el invierno.

Este huanuqueño es uno de los funda-

dores de esta comunidad, a la que llegó

en 1985 con su esposa y dos hijas. Antes

había deambulado por medio país siem-

pre ligado al campo. Con siete herma-

nos en una familia pobre no era mucho

lo que podía heredar de la poca tierra

que tenían sus padres. “Hasta que tra-bajando reuní 16 millones de intis y compré esta tierra”, confiesa riéndose

por la desproporción de la cifra debido

a la hiperinflación del Perú de entonces.

Para suerte suya el ex propietario le ha-

bía dejado un descuidado sembrío de

plátanos que con empeño, reconocido y

elogiado por sus vecinos, pronto empe-

zó a producir para el mercado. “Sacaba hasta 20 mil dedos de plátano cada quincena, los compradores venían en bote, se peleaban para llevar mi fruta a lima en sus tráileres que espera-ban en San Alejandro”.

Era un buen negocio pero tenía sus al-

tibajos. Además, desde muy joven, en

1965, cuando la necesidad lo condujo

por Aucayacu a trabajar de peón en una

finca de cacao se dio cuenta que la ven-

ta de ese fruto daba mucho dinero y era

constante durante todo el año. A partir

de entonces ese sueño ya no lo dejó y lo

trasmitía a sus vecinos tratando de con-

vencerlos; incluso estuvieron a punto de

concretarlo cuando hizo su aparición la

subversión en 1980.

Don Nicanor es delgado y pequeño, tie-

ne el rostro cruzado de arrugas, con el

tabique quebrado, a consecuencia de un

accidente laboral, y los ojos diminutos de

intenso brillo. Los pobladores de Nuevo

Tawantinsuyu lo respetan porque es un

hombre curtido, pero cuando recuerda

NICaNOR PINEDa

Page 16: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

nio, nos va a traer desarrollo, buenas cosas”. Y orgulloso remarca que fueron

ellos quienes por iniciativa propia erradi-

caron voluntariamente la coca ilegal.

“Mire lo que hemos logrado con la erradicación”, dice mostrando con las

manos algunas obras: “el pDA cons-truyó este local comunal, el sistema de agua potable, la luz, una escuela primaria, un puesto de salud, y a cada quien se le dio una hectárea de cacao, más dos que dará la municipalidad, además del local para la escuela de secundaria que está construyendo”.

“Yo le pedí a Devida que sembremos cacao”, repite con entusiasmo porque

sabe que cuando firmaron el acuerdo

marco por fin pudo lograr un sueño que

había mantenido más de 30 años.

Por supuesto, infatigable como es, se ha-

bía preparado para esta oportunidad in-

vestigando en San Alejandro el cacao hí-

brido, otra variedad mejorada que habían

traído del Ecuador y de buena gana cedió

dos hectáreas de su terreno para sem-

brar varas yemeras que luego empezaron

a injertar en otras chacras, mientras se-

guía visitando a los pocos renuentes de

su comunidad que no habían firmado el

convenio marco. “Esta es la planta que nos va a sacar de la coca”, les decía,

hasta que logró convencer a todos.

Hoy él tiene ocho hectáreas en produc-

ción, cuatro en abonamiento y dos en

instalación. Catorce en total. Con el di-

nero ganado ha construido una casa de

dos pisos en Huánuco, tiene una seca-

dora solar, cuenta con una motosierra,

una monocultivadora y moviliza sus pro-

ductos en un motocar. Con mucha segu-

ridad afirma que no se preocupa por el

actual precio del cacao, que por la rece-

sión internacional aún se mantiene bajo.

“En algún momento volverá a su ni-vel”, sentencia con sabiduría. Pero, por

si acaso, sigue vendiendo plátanos.

“¿Qué satisfacción tengo?”, se pregun-

ta, “haber educado bien a mis hijas, que los vecinos aprendan a hacer las cosas por la legal, haber aprendido mucho gracias a los proyectos del pDA. No he desperdiciado nada en la vida”.

esa época se le quiebra la voz, no de

tristeza, sino de indignación. “El mismo día que llegaron nos dijeron a partir de hoy sembrarán coca, tienen 24 ho-ras para decidirlo o se van”. Y él, como

todos, tuvo que hacerlo. Destruyeron su

platanal y para colmo fue víctima en dos

oportunidades del robo de su cosecha.

Empobrecido y humillado, se negó a

aceptar ese destino de resignación: una

mañana, ante la presencia de sus vecinos

asustados, salió de su casa con un ma-

chete y fue a su sembrío de coca ilegal.

“Empecé a machetear una a una todas las plantas gritando que me maten pues, a ver”. No lo hicieron porque las

columnas armadas de Sendero Lumino-

so, lo dice agradeciendo a Dios, ya esta-

ban en repliegue. Eran los años 90.

Don Nicanor acepta que en esos tiempos

se le malogró el buen genio. “Andaba medio renegado, yo era teniente gober-nador, me peleaba con el gobierno local porque no nos apoyaba en nada. Hasta que llegó el pDA (2002), entonces fui puerta por puerta donde mis vecinos, los convencí, hay que firmar ese conve-

13CRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIO

Page 17: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

PRODUCTORa DE CaCaO

Villa Mercedes, Tocache, San Martín

DIOsDaDa BERmEjO 55 añOs

“Ya subidos en el caballo tenemos que seguir galopando y no vamos a retroceder”“Ya subidos en el caballo tenemos que seguir galopando y no vamos a retroceder”

Page 18: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 19: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

zapateandoo no

zapateandovamos

avanzando

“Me dicen tía Corazón por mi forma de tratar a la gente, a todo el mundo le digo ‘corazón’, de allí me viene el sobrenombre”, aclara la señora Diosda-

da Bermejo. De estatura baja, muy delga-

da, con un pañuelo que le sujeta los ca-

bellos, la tía Corazón siempre tiene una

sonrisa y se expresa con frases de una

vieja cordialidad salpicadas de refranes

que han quedado en su memoria como

una sabrosa herencia de su tierra, Chulu-

canas (Piura), donde nació hace 55 años.

Allá estudió enfermería pero a los 24

años partió a Tocache, en la selva perua-

na. “Una decepción de amor me trajopor acá”, confiesa riendo ante ocho per-

sonas que a su alrededor celebran el

buen humor de esta mujer que todo lo ha

visto y sufrido. En 1985 ella abrió una far-

macia en Santa Rosa de Mishollo y adqui-

rió 60 hectáreas de tierra. “fue cuando comenzaron los años de la penumbra”,

rememora, aludiendo la convergencia

trágica de narcotráfico, subversión y fuer-

zas del orden, que dejaron, cada cual, he-

ridas aún no cerradas en el Alto Huallaga.

“Yo he sido violada y torturada, mientras a mi hijo de dos años le pin-chaban los brazos con una aguja para que yo declare que en mi farmacia se curaban los senderistas, cuando la verdad es que vendía mis medi-camentos a todos los que me solici-taban”, revela acongojada en alta voz.

No terminó “encostalada y arrojada al río”, o en la cárcel, gracias a la interven-

ción de la Cruz Roja Internacional.

Esa experiencia atroz la empujó a aban-

donar su extensa propiedad de Santa

Rosa de Mishollo, donde nunca más ha

querido volver, para establecerse en Villa

Mercedes, un caserío ubicado a pocos

kilómetros de Tocache, en el que viven

400 familias, incluyendo las de Cristo

Rey y el asentamiento Humano Freddy

Aliaga. Desde 2007 muchas de ellas se

han acogido al Programa de Desarrollo

Alternativo (PDA) y hoy cuentan con 37

hectáreas de cacao y 40 hectáreas de

palma aceitera.

DIOsDaDa BERmEjO

Page 20: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Agrega que ya no hay cultivos de coca

pero lamenta que aún no tengan una

carretera para ir a sus chacras y mu-

chas veces deban esperar que algún

motocartista caritativo los retorne a

casa a las 9 de la noche. “Nadie quie-re llevarnos porque los baches des-tornillan esas maquinitas que están amarradas por el diablo”, explica.

Sin embargo, confía en la palabra del

alcalde que se ha comprometido a me-

jorar el camino.

“Estamos correteando de una y otra forma, como tenemos otras habili-dades nos metemos en todo: vamos a la chacra a sacar platanito que comemos sancochado con sal; no nos falta una palta, un limón, unos guayabitos para vender. también hacemos trabajitos adicionales, construimos nuestras piscigran-jas, somos peones de arroz, criamos nuestros chanchitos, así la vamos pasando y no vamos a retroceder”.

Con esta vitalidad es como ha sacado

adelante a sus seis hijos, cuatro de los

cuales ya son profesionales que viven

en Lima. Y así es como conduce una

agrupación piloto denominada “Coa-

lición comunitaria creando líderes y

una comunidad diferente”, financiada

por Cedro, institución dedicada a la

prevención del consumo de drogas,

y en cuyo local dictan charlas a adul-

tos, adolescentes y niños. “Nuestra meta es tener una comunidad libre de drogas y alcohol. En villa Merce-des tenemos el privilegio de que ya no hay niños que consumen drogas”.

Dueña de un nombre novelesco y de un

apelativo tierno, Diosdada Bermejo, la

tía Corazón, resume con una frase, que

parece extraída de un viejo tondero, el

actual estado de ánimo de los tocachi-

nos: “zapateando o no zapateando vamos avanzando”.

La tía Corazón, propietaria de 20 hectá-

reas en esta zona, admite sus errores y

no niega que fue una de las más apasio-

nadas defensoras del cultivo de coca ile-

gal. “pensábamos que la erradicación era una mala idea ilusionados de se-guir en el negocio, pero el Corah volvió dos, tres veces; además por el mal uso que habíamos hecho de nuestro dine-ro estábamos aterrizando en la nada. fue cuando les dije hay que ser tontos para nadar contra la corriente”.

Ellos atraviesan un momento decisivo

que confirmará si se mantienen firmes

en el enorme paso que han dado. Entre

familias de escasos recursos, que de-

pendían casi exclusivamente de la coca

ilícita, dos años para disfrutar de sus pri-

meros frutos legales no es poco tiempo.

Pero allí está la tía Corazón avivando su

entusiasmo: “Ya subidos en el caballo tenemos que seguir galopando”, dice

refiriéndose a las mil y una soluciones in-

geniosas que han encontrado para alejar

la desesperación y el desánimo.

17CRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIO

Page 21: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

jOhN sOTO 44 añOs

Valle de Huacamayo, Aguaytía, Ucayali

GaNaDERO

“Si consolidamos este proyecto va a ser un gol, así evitaremos el flagelo de la coca. No podemos cometer los mismos errores”

“Si consolidamos este proyecto va a ser un gol, así evitaremos el flagelo de la coca. No podemos cometer los mismos errores”

Page 22: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 23: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Durante los años de la violencia el ga-

nadero John Soto estuvo enrolado en

el ejército combatiendo a la subversión

en el Alto Huallaga (región San Martín).

Cuando lo licenciaron regresó a su tie-

rra, el valle de Huacamayo, a sembrar

5 hectáreas de coca. “Esa época fue como un ventarrón -comenta-, hubo buenos momentos, pero los más fue-ron muy desgraciados. Ya casi nadie queda vivo o está libre de los que co-nocí entonces”.

La experiencia que hoy llevan adelante él

y otros 20 ganaderos en ese valle es muy

reciente, empezó en 2006 luego que firma-

ran con el Programa de Desarrollo Alterna-

tivo (PDA) el convenio marco renunciando

al cultivo de hoja de coca ilegal e incre-

mentar sus ingresos manejando ganado

de doble propósito (de carne y leche).

Soto convenció a sus vecinos a elegir esta

opción en memoria de su padre, quien

quería que estudiase medicina. “la ver-dad es que yo tampoco conocía de gana-do lechero”, confiesa al lado del menor

de sus hijos, de cinco años. Ellos también

siembran piña, arroz, yuca y plátano.

En 2007, al hacerles entrega de 25 va-

cas, un reproductor, de alto valor ge-

nético (cuyo nombre es Girlando) y 130

hectáreas de pasto, valorizado en más

de cien mil soles, el PDA concordó con

Soto, sugiriéndoles que la industrializa-

ción de la leche podía ser un negocio

interesante por la demanda insatisfecha

del mercado local.

No ha sido fácil que todos mantengan la

ilusión inicial, la prueba es que seis asocia-

dos renunciaron y Soto tuvo que recurrir a

su liderazgo para evitar que el desaliento

se generalice, exhortándolos a mantener

su decisión en una asamblea comunal: “les dije la (buena) suerte le ha caído a Huacamayo, si el pDA nos está apoyan-do nosotros no podemos retroceder.”

Estas condiciones personales le han

ayudado a ser el presidente de la Aso-

ciación de Ganaderos del valle, con el

agregado de que su gestión está siendo

exitosa: “de los veinte (socios) que quedamos ya tenemos 80 animales, ha habido una buena reproducción y estamos sacando diariamente 60

jOhN sOTO

el destino lo hacemos

nosotros

Page 24: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

21CRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIO

Cuidando a su pequeño hijo que juega

arrodillado rodando un camión de plás-

tico, Soto revela que con la venta de 15

litros diarios puede mantener a un hijo

en la universidad y a otro en el colegio. “Imagínese lo que ganaría con un mer-cado más grande y diversificado” , con-

tinúa proyectándose hacia una posibili-

dad que no está muy lejana.

Precisamente a partir de 2009 el PDA

puso en marcha un ambicioso proyecto

de inseminación artificial, con una inver-

sión de un millón de soles, cubriendo las

provincias ganaderas de Coronel Portillo

(Campo Verde, Neshuya, Curimaná, San

Alejandro) y Padre Abad (la zona de Hua-

camayo), en la región Ucayali, y Puerto

Inca (hasta Yuyapichis), en la de Huánuco.

“Si consolidamos ese proyecto va a ser un gol porque la leche no tiene pierde. fíjese nomás en la cantidad de heladerías que hay desde pucall-pa. Acá (se refiere a la ciudad de Aguay-

tía) siempre nos están pidiendo, inclu-so hasta los de Huipoca. El yogurt y el queso abrirían otras posibidades”.Cargando a su hijo, Soto comenta que

debería haber más coordinación entre

las autoridades y el campesino: “No es-toy pidiendo que nos den gratis, es un mal hábito en un hombre del campo pero es necesario que haya vínculos formales entre el Estado, las empre-sas privadas y los productores, así será más fácil evitar que el flagelo de la coca vuelva. No podemos cometer los mismos errores de hace 40 años”.

litros de leche, sin considerar la que consumen nuestros hijos”. La moda-

lidad de venta que han preferido es la

de “porongueo”, vale decir al por me-

nor, ya que los precios son más altos

(dos soles el litro, al por mayor reciben

entre 1.20 y 1.50).

Soto confirma que la asistencia técnica,

las escuelas de campo (especialmente

en tratamiento sanitario) y pasantías

del PDA han sido fundamentales para

fortalecer sus capacidades: “tenemos corrales de manejo, guillotinas, po-treros, los técnicos ya han vacunado la segunda dosis contra la tubercu-losis y brucelosis, y de aquí a tres meses, cuando concluyamos con la tercera, tendremos un certificado de que nuestro hato es sano. Conste que será uno de los pocos que hay en padre Abad, ese es un gran avance”.

Page 25: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

PRODUCTOR DE CaCaO

Soledad, Juanjuí, San Martín

GUIllERmO TOCTO 44 añOs

“Mientras arrancaba la coca de raíz pensé por esto casi me han matado. Ya no hay soledad por aquí, la gente vive tranquila”

“Mientras arrancaba la coca de raíz pensé por esto casi me han matado. Ya no hay soledad por aquí, la gente vive tranquila”

Page 26: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 27: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

un nuevo día en soledad

“¿Se imaginan que siendo bien conoci-do, por la droga que cosechaba, tuve que salir con la ropa puesta y un pasa-je?”. La pregunta del piurano Guillermo

Tocto Santos se responde por sí sola, alu-

diendo a la vida delictiva que llevó entre el

88 y 94 cuando tuvo hasta 7 hectáreas de

hoja de coca ilegal y una poza de mace-

ración en este centro poblado cuyo nom-

bre, Soledad, parece recrear una novela

policial, agregándole más dramatismo a

su oscura vida pasada.

Sentado en un tronco, alrededor de su

esposa y cuatro hijos, en la parte pos-

terior de su casa, Tocto rememora esos

años con un razonable remordimiento

porque la codicia del dinero fácil (en-

tonces un kilo de pasta lavada colocada

en Campanilla costaba casi mil 200 dó-

lares) lo había conducido por un sende-

ro donde lo peor era previsible. “tuve dinero pero nunca lo disfruté porque andaba por el monte, por los ríos, en bote o deslizador, esquivándole a la policía”. Abrazando a sus hijos resu-

me la zozobra que vivía diciendo: “más bien todo fue trauma para los niños”.

Encima, otros actores, como el MRTA

y Sendero Luminoso, enfrentados por

controlar el negocio ilegal, acabarían

magnificando el negro destino de Sole-

dad y la sucesión de eventos trágicos

se tornó inacabable.

El punto de inflexión para Tocto ocurrió

el día de la madre del 94: “fui a Campa-nilla a cobrar 28 mil dólares por 30 kilos de pasta básica lavada. Quería comprar una casa en piura para rega-larle a mi madre, a la que no veía más de cuatro años. pero los traqueteros me “cerraron” (estafaron) diciéndo-me que el avión se había caído”.

Acuciado por su esposa, quien muy in-

dignada había tomado la determinación

de abandonarlo con sus hijos, por fin

entendió que él y su familia merecían

algo mejor de la vida. Entonces vendió

lo único que le quedaba, un caballo,

y compró pasajes hacia Moyobamba

donde vivieron cuatro años sembran-

do café con mucho sacrificio, ya que él

tenía que levantarse a la una de la ma-

drugada y caminar durante cinco horas

GUIllERmO TOCTO

Page 28: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

25CRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIOCRÓNICAS DE UN CAMBIO

yo las arrancaba de raíz me acordé de todo lo que había pasado, pensan-do por esto casi me han matado, casi pierdo a mi familia y nunca he vuelto a ver a mi madre”.

Tocto reconoce que el PDA cumplió ca-

balmente con sus compromisos acorda-

dos en el convenio marco, incluyendo

una hectárea de cacao para cada familia

y la electrificación. “Soledad lleva una nueva vida porque por la luz funciona nuestro centro de salud a cualquier hora del día, nuestra antena parabó-lica y podemos conocer lo que sucede en el mundo entero. por ejemplo, los niños se enteraron de los terremotos en Haití y Chile y se asustaron mucho creyendo que podía llegar acá”. La luz

también les ha facilitado activar una chan-

cadora con que procesan los alimentos

para la crianza de animales menores (po-

llos, chanchos) y algo más importante:

los niños pueden estudiar por la noche.

Como en el resto de los ámbitos donde

hubo erradicación voluntaria, el PDA asig-

nó técnicos para capacitarlos en el mane-

jo del cacao, gracias al convenio firmado

con Acopagro, y Tocto confirma que las

escuelas de campo han sido muy útiles.

Actualmente él cuenta con cuatro hectá-

reas en producción. “Ya tengo ingresos y llegará el tiempo de cambiar mi casa y llevarle regalos muy hermosos a mi madre, sacarla a pasear por la ciudad, comprarle su ropa. Será este año si Dios no la recoge todavía. Entonces le compraré lo que le prometí”.

La familia contempla en la plaza de Sole-

dad a unos trabajadores que cargan pos-

tes de cemento y cables de luz en un ca-

mión para culminar con la electrificación

de los siete centros poblados que confor-

man el distrito de Pajarillo: San José, Bajo

Juñao, Dos Unidos, Retama, Costa Rica,

Capirona y Soledad.

para llegar al puerto de Huisco, en el río

Mayo, a embarcar su producto.

La subversión ya había sido derrotada, lo

cual era una magnífica noticia, pero al mis-

mo tiempo el precio del café había descen-

dido tanto que ni siquiera cubría los cos-

tos del flete. Fue cuando Tocto convenció

a su esposa de retornar a Soledad, un Año

Nuevo, recuerda. Sin embargo, al llegar se

dieron con la sorpresa de que su terreno

tenía otro propietario. “felizmente mis amigos me ayudaron trabajando en su chacra”. Así fue recuperándose, trabajan-

do maíz, y luego adquirió un nuevo terreno

para dedicarse a la ganadería.

Fue en 2005 cuando él escuchó por pri-

mera vez el nombre del Programa de

Desarrollo Alternativo (PDA) que había

ingresado en la zona proponiendo a los

campesinos la erradicación voluntaria.

“Yo digo que gracias a Dios (los veci-nos) se tomaron el corazón y dijeron estamos de acuerdo. voluntariamente recibimos las herramientas, las bo-tas y hemos ido a sacar con nuestras propias manos las plantas. Mientras

Page 29: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Un cambio sostenible solo es posible con el acompañamiento concertado de muchos actores comprometidos con el apoyo de los productores en su complejo tránsito a la legalidad, brindándoles asistencia según las necesidades y prioridades de cada comunidad.

Bajo la coordinación de DEVIDA, el organismo rector del Estado Peruano en la lucha contra las drogas, el Programa Desarrollo Alternativo de USAID-Perú ha sido un componente medular en esta concertación. Ha sido clave el rol de gobiernos regionales y locales, y de diversas entidades públicas y privadas que promueven el desarrollo en las regiones de San Martín, Ucayali y Huánuco. Las cooperativas de productores de cacao y café, y otros productos, consolidaron la cadena de negocios en la base productiva, abriendo el paso hacia los mercados nacionales e internacionales.

En todo este proceso el Programa de Desarrollo Alternativo fortaleció las organizaciones de base, resaltando la presencia productiva y el liderazgo de la mujer y de los jóvenes, contribuyendo así a reforzar el tejido social para garantizar la cohesión e identidad comunitarias.

Un cambio sostenible solo es posible con el acompañamiento concertado de muchos actores comprometidos con el apoyo de los productores en su complejo tránsito a la legalidad, brindándoles asistencia según las necesidades y prioridades de cada comunidad.

Bajo la coordinación de DEVIDA, el organismo rector del Estado Peruano en la lucha contra las drogas, el Programa Desarrollo Alternativo de USAID-Perú ha sido un componente medular en esta concertación. Ha sido clave el rol de gobiernos regionales y locales, y de diversas entidades públicas y privadas que promueven el desarrollo en las regiones de San Martín, Ucayali y Huánuco. Las cooperativas de productores de cacao y café, y otros productos, consolidaron la cadena de negocios en la base productiva, abriendo el paso hacia los mercados nacionales e internacionales.

En todo este proceso el Programa de Desarrollo Alternativo fortaleció las organizaciones de base, resaltando la presencia productiva y el liderazgo de la mujer y de los jóvenes, contribuyendo así a reforzar el tejido social para garantizar la cohesión e identidad comunitarias.

CrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIo

actores del cambioactores del cambio

Page 30: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

262’946,771 MILLonES DE SoLES (2002-2010)

262’946,771 MILLonES DE SoLES (2002-2010)

LA InVErSIón PArA EL DESArroLLo ALtErnAtIVo

En toDo ELLo ALCAnzó LoS

LA InVErSIón PArA EL DESArroLLo ALtErnAtIVo

En toDo ELLo ALCAnzó LoS

Page 31: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 32: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Juana Orizana viuda de Gómez 60 añOs

José María Ugarteche, Hermilio Valdizán, Huánuco

prOductOra de café

“nos ayudaron con los módulos, con nuestros secadores de café y a cuidar el medio ambiente.nos han enseñado a vivir”

“nos ayudaron con los módulos, con nuestros secadores de café y a cuidar el medio ambiente.nos han enseñado a vivir”

Page 33: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Doña Juana Orizana viuda de Gómez sa-

lió de su tierra (Huancapaya, en la sierra

de Huánuco) porque su familia era tan

pobre que apenas podía alimentarse con

el maíz y las papas que sembraban en

media hectárea de tierra. “Y las cose-chas eran solo una vez al año”, repite

concentrada en distribuir granos de maíz

a sus numerosas aves de corral que se al-

borotan ruidosamente alrededor de ella.

Tenía 19 años y ya estaba casada cuando

unos familiares los convencieron de tras-

ladarse a una región desconocida.

La joven pareja aprendió a sembrar este

grano de manera empírica, sin asistencia

técnica, resignada a venderlo a interme-

diarios que invariablemente le ofrecían

precios muy bajos. “Pero al menos teníamos algo y podíamos sembrar yuca, plátanos, tener un ganadito para vender y alimentarnos. Ya con eso vivíamos felices y tranquilos”,

dice doña Juana, que jamás ha dejado

de vestir una pollera y de llevar un som-

brero como las mujeres de su tierra. Así

adquirieron su actual propiedad sin saber

que, como parte de la comunidad de José

María Ugarteche, goza de una calidad de

tierra y altitud ideales para producir uno

de los cafés más exquisitos del mundo, al

igual que sus vecinas, Margarita y Santa

Rosa Tealera.

Reconoce que cuando la fiebre de la coca

ilegal, en los años 80, tocó las puertas de

sus vecinos, ellos también se sumaron al

entusiasmo engañoso destinando algu-

nas hectáreas para sembrarla; sin embar-

go, prefiere eludir este tema quizá porque

lo ha desarraigado de su memoria ya que

lo relaciona con otros sucesos posteriores

que impactaron duramente en su vida. Por

eso sentencia: “sembrar coca es fatal, puede darte dinero un día, después te quedas sin nada”.

Quedarse “sin nada” en su caso tiene un

significado de trágica fractura. Cuando

Sendero Luminoso ingresó en la zona

su esposo era teniente gobernador de

la comunidad y su hijo mayor el secre-

tario y ambos fueron ejecutados frente a

toda la vecindad acusados de delatores.

“triste fue mi vida, pero ¿qué iba a hacer, dónde me iba a quejar, si no

la fuerza de una cafetalera

Juana Orizana viuda de Gómez

Page 34: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

daron con los módulos, con nuestros secadores (de café), nos han enseña-do a vivir”, reconoce, explicando lo que

ha aprendido en las escuelas de campo,

a las que asistió puntualmente: “antes arrojábamos botellas de gaseosa (en la chacra), ahora cuidamos el medio ambiente, el agua, ya no fumigamos nuestra chacra y usamos la cáscara de café y plátano como abono”.

Doña Juana tiene una propiedad de trein-

ta hectáreas, cuatro de ellas de café, un

poco de pastizales y por supuesto otras

de plátano y yuca. Treinta hectáreas no

es una pequeña extensión para una sola

mujer que ya cuenta con 60 años, por eso

hace buen tiempo que cedió una parte

a sus hijos. “Ellos no viven conmigo pero vienen a ayudarme en la cosecha de café, es que ya estoy anciana y un poco enferma”, acepta, agregando que

ya no baja a su sembrío. Y es que solo

imaginar una rutina diaria en esa geogra-

fía de pronunciadas pendientes y empi-

nadas colinas es un verdadero reto para

cualquiera con menos edad y explica en

forma muy elocuente el duro trabajo de

los cafetaleros de Hermilio Valdizán que

hoy exportan su producto de calidad a

mercados tan exigentes como Alemania,

Japón y EEUU.

“Este año he entregado mil 500 ki-los, en los años pasados he llegado a 3 mil, y con la plata que he ahorrado en el banco construí mi casa”, con-

fiesa orgullosa, mostrándonos su espa-

cioso hogar de madera, sostenido por

pilotes de cemento, con un largo balcón,

amplios ventanales y un tejado de cala-

mina, y está ubicado en una orilla de la

vital trocha carrozable que el PDA ayu-

dó a rehabilitar, uniendo estos poblados

con la carretera Federico Basadre. “no me siento sola -dice finalmente, sentán-

dose bajo el alto pino de su patio-, mi esposo y mi hijo muertos siempre me están acompañando”.

sé leer dónde iba a llegar? Además mis otros tres hijos estaban tiernos”

-confiesa con la voz apagada. Asegura

que Dios le dio la fuerza para mantener-

se firme en la decisión de quedarse en la

comunidad, e imaginando que su espo-

so estaba vivo, que aún estaban juntos,

siguió trabajando. “En su memoria me he quedado pensando que si él había luchado yo tenía que hacer lo mismo”.

El esfuerzo fue muy grande para una viu-

da sin nivel educativo, que debía sacar

adelante a tres hijos. Y sin embargo, ad-

mirablemente doña Juana Orizana logró

lo que le había prometido a su esposo

sentada bajo el pino que es el erguido y

vigoroso guardián de su propiedad. Y así,

en educar a sus hijos y conducir su sem-

brío se le fue el tiempo, tanto que ya no

recuerda cuándo volvió la paz a la zona.

En cambio puede citar el año (2003) en

que los vecinos de Hermilio Valdizán

erradicaron volutariamente la hoja de

coca ilegal como parte del convenio que

habían firmado con el Programa de Desa-

rrollo Alternativo (PDA). “Ellos nos ayu-

31CrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIo

Page 35: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 36: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

prOductOr de cacaO

Chazuta, San Martín

wilfredO cenepO 59 añOs

“Estamos muy motivados de dar a conocer nuestro cacao al extranjero. En nuestras comunidades ya no hay coca, solo cacao y caña de azúcar”

“Estamos muy motivados de dar a conocer nuestro cacao al extranjero. En nuestras comunidades ya no hay coca, solo cacao y caña de azúcar”

Page 37: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

con la ayudita de dios

y del pda

El liderazgo del lamista Wilfredo Cenepo,

padre de nueve hijos, tiene su origen en

dos momentos casi coincidentes que vi-

vió hace más de veinte años: organizar

rondas de comuneros para combatir el

narcotráfico y ser predicador de la iglesia

Adventista del Séptimo Día. Lo primero

no le fue difícil porque de joven había ser-

vido en el ejército, en Iquitos, de manera

tan destacada que fue trasladado a Lima

a estudiar en la Escuela Especial de Para-

caidismo. Su conversión a la fe religiosa

le vino por arrepentimiento.

“Para qué vamos a mentir -dice apoyan-

do la mano derecha sobre una Biblia que

reposa en la mesa mientras llueve copio-

samente en Chazuta, su lugar de origen-, aquí todos sembrábamos coca y la ma-yoría la procesaba. Es que nos habían caído todas las plagas de Egipto”.

Esa alusión le sirve a Wilfredo para rela-

tarnos las interminables vicisitudes que

sufrieron entre el 80 y mediados de los 90:

la destrucción de sus cafetales por la bro-

ca, el desalentador negocio del maíz (“era más gasto que ganancia”), la mortandad

de su ganado por insuficiencia de dinero

para instalar pastizales.

“Entonces el diablo nos tentó con la coca. Parecía fácil: venían los tra-queteros a comprar directamente a cada productor. Ya eso era sospecho-so, se escuchaba decir que a algunos no les pagaban, otros eran asaltados y como era ilegal no podíamos de-nunciar a la policía”.

La zozobra y los malos hábitos que iban

adquiriendo los vecinos añadía un ma-

yor malestar hasta que el año 92 unos

sicarios asesinaron a su paisano Ro-

berto Tapullima. Fue cuando Wilfredo

Cenepo creó la ronda “Ciudadanos en

acción” enfrentándose y expulsando a

todos los traqueteros.

Ese mismo año ingresó a la iglesia ad-

ventista de la que hoy es predicador.

“Estaba destruyendo a la humanidad produciendo la pasta. Aquí había mu-chos jóvenes adictos, trabajaban ma-cerando la droga. Viéndolos, preferí la pobreza antes que mis hijos siguie-

wilfredO cenepO

Page 38: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

35CrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIo

“Ellos sí fueron firmes con la erradica-ción, incluso nos apoyaron con obras so-ciales (el PDA construyó una escuela en la banda de Chazuta). Así empezamos”.

El predicador Cenepo, ahora presidente

de la Asociación Central de Productores

Allima Cacao, destaca varios puntos de

este convenio para cuyo cumplimiento

fue estratégico su ascendiente personal,

la asistencia técnica del PDA, la firme co-

laboración del alcalde y la asociación de

los agricultores. La otra condición, tener

un mercado seguro, está muy próxima

de concretarse: la cooperativa Oro Ver-

de ya se ha comprometido a colocar su

cacao en el extranjero (“con la marca de Chazuta”, agrega orgulloso).

Pero la certificación orgánica para ex-

portar es otra tarea pendiente, que espe-

ran resolver cuando la asociación tenga

más recursos para iniciar los trámites, y

por eso la presencia de intermediarios

aún es muy grande.

Actualmente existen en Chazuta y Tu-

nuntunumba 600 hectáreas de cacao

beneficiando a 345 familias. Este año

será su cuarta cosecha y esperan una

producción de 800 kilos por hectárea,

para lo cual ya se han organizado en la

construcción de casas acopiadoras. La

tarea no es fácil porque los productores

están dispersos por todo el margen del

río Huallaga.

“Hoy día tenemos hasta nueve técni-cos”, explica, “y si alguien no conoce el manejo será porque no quiere tra-bajar. Pero yo creo que estamos muy motivados con la idea de dar a conocer nuestro cacao chazutino en el extran-jero. El futuro es tener 5 hectáreas por familia y que todos aprendan el manejo, eso es lo que les recomiendo”.

“En nuestras comunidades ya no hay coca, sólo cacao y caña de azúcar”,

concluye el predicador. “Con la ayudita de Dios, eso le debemos al PDA”.

ran esa vida”. Y con el temperamento

de emprendedor que lo caracteriza fue

convenciendo primero a su familia y lue-

go a muchos vecinos de esta localidad

lamista de origen prehispánico, famosa

hasta hoy por su hermosa cerámica.

“Yo ya estaba en otro cultivo cuando entró naciones Unidas, ofreciéndo-nos sembrar cacao -aclara-. Pero éra-mos incrédulos”. Es que, a diferencia

de los agricultores migrantes, los lamis-

tas sí conocen el cacao, que crece de

manera natural en sus bosques, incluso

Wilfredo Cenepo sembraba “algunos tronquitos” para su consumo personal.

“Yo les dije a mis paisanos: probemos, ver para creer”. Lamentablemente en

poco tiempo abandonaron sus sembríos

por falta de asistencia técnica. “Mu-chos no se dedicaban con seriedad y seguían sembrando coca”, continúa.

Hasta que el alcalde firmó el convenio

con el Programa de Desarrollo Alternati-

vo (PDA), el año 2003.

Page 39: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 40: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

aureliO ramírez 54 añOs

Alianza, Pongo de Caynarachi, San Martín

prOductOr de palmitO

“toda la población, que estaba desilusionada, tomó interés. Incluso los que se habían marchado tras de la coca regresaron”

“toda la población, que estaba desilusionada, tomó interés. Incluso los que se habían marchado tras de la coca regresaron”

Page 41: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Este agricultor salió de Cutervo (Caja-

marca) a los cinco años y vivió en Ba-

gua hasta los 20 cuando se vino a la

comunidad de Alianza. “no tenía mu-cho futuro en una familia con seis hermanos”, dice Aurelio Ramírez se-

camente, sabiendo que el destino de

su desplazamiento es similar al de mu-

chos moradores de la zona.

Dio vueltas por casi todo San Martín (Rio-

ja, Juanjuí, Tarapoto) antes de poner pie

en este poblado donde la selva alta em-

pieza a rebajar la altura de sus montañas

para ceder paso al llano amazónico.

“De muchacho era muy inquieto, quería la plata fácil”, se autocritica.

“Por eso el 88 me vine con unos ami-gos a sembrar coca, llegué a tener 3 hectáreas y una poza de maceración”.

Y como todos los que vivieron esa ex-

periencia, Ramírez argumenta que en

una situación donde coincidían diversas

fuerzas violentas las principales vícti-

mas fueron los campesinos. También

reconoce que la corrupción y la delin-

cuencia, propiciada por el narcotráfico,

conspiraban contra la ingenua creencia

de algunos productores de que invirtien-

do el dinero ilícito en negocios legales

podrían salir de la pobreza. “El dinero maldito no reproduce”, asegura.

“Al final ni siquiera sacamos para el gasto que hicimos”, confiesa con un

tono regañón de sí mismo. Muchos de mis amigos murieron o se fueron. Alianza parecía un cementerio y yo estaba muy asustado”.

Ya se había casado y tenía dos hijos. Deci-

dió vender su chacra y mudarse al pobla-

do desolado a instalar una bodega. “En eso nos entreteníamos, vendiendo a los poquitos que se quedaron (medio centenar de familias de más de 200 en su mejor época). Así corrió el tiempo”.

Aurelio ya no recuerda bien pero en ver-

dad fue un largo periodo hasta fines de

los 90 cuando llegaron buenas noticias de

unos técnicos de Naciones Unidas y la co-

operación española, quienes los alentaron

a sembrar palmito, una palmera natural

cuyo tallo es muy demandado por comen-

el dinero maldito no

produce

aureliO ramírez

Page 42: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

39CrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIo

en el presente año hasta dos mil hectá-

reas beneficiando a mil 500 familias.

“La aparición del PDA fue muy im-portante -reconoce-, toda la población, que estaba desilusionada tomó inte-rés. Incluso los que se habían marcha-do tras de la coca regresaron”.

Él ha sembrado seis hectáreas y tiene

quince más para ampliar porque toda

la tierra es apropiada para este cultivo.

También tiene pastizales y hace poco

adquirió cinco cabezas de ganado va-

cuno. Otro producto que siembra entre

los callejones del palmito es la cocona

(“me sirve para mi caja chica”, dice)

que vende en las pollerías y restaurantes

de Yurimaguas, Juanjuí y Tarapoto para

la preparación de salsas con ají.

“El asunto es encontrar más merca-do -afirma con entusiasmo-. nos deses-pera saber que hay una enorme de-manda que no podemos cubrir para competir con Brasil, Costa rica y Ecuador. Estos países concentran en alta proporción las exportaciones,

mientras el Perú apenas aporta el 8% a la demanda internacional”.

“Si nos pusiéramos pilas podríamos ser los primeros del mundo”, afirma

sin vacilar.

sales exquisitos de España, Francia e Italia

y que compite con el espárrago y la alca-

chofa. La cooperación española instaló la

planta procesadora que hoy es el orgullo

industrial de la zona: Alianza S.A.

“Así empecé con una hectárea”. La-

mentablemente, agrega, el momento en

que comenzaron a sembrar (1997) y el

de la construcción de la planta procesa-

dora (1999) no coincidieron. Allí perdie-

ron parte de su producción y otra mayor

por la insuficiente asistencia técnica, ya

que ninguno de los campesinos cono-

cía el manejo de esta palmera.

El palmito parecía ser un capítulo más en

la historia del frustrado progreso amazó-

nico cuando apareció el Programa de De-

sarrollo Alternativo (PDA) que les dio una

enseñanza integral del producto, desde

el manejo hasta la venta. Actualmente en

el Pongo hay más de 300 hectáreas sem-

bradas que son atendidas por los técni-

cos del PDA y la planta industrial, que

puede envasar casi 20 mil tallos al día,

está procesando la producción de mil

200 hectáreas. Esta se ha incrementado

Page 43: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 44: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

prOfesOr y prOductOr de cacaO

Jesús merlO 45 añOs

Puerto Huicte, Uchiza, San Martín

“Les dije esta propuesta de USAID es una oportunidad que no podemos desperdiciar, pero la mitad aún se negaba. no sabe cuán agradecidos están hoy por la buena decisión que se ha tomado”

“Les dije esta propuesta de USAID es una oportunidad que no podemos desperdiciar, pero la mitad aún se negaba. no sabe cuán agradecidos están hoy por la buena decisión que se ha tomado”

Page 45: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

las dos orillas del desarrollo

Hace 60 años, cuando viajar entre Tingo

María (Huánuco) y Juanjuí (San Martín) te-

nía que hacerse por río, los viajeros realiza-

ban el segundo descanso en Puerto Huicte

(a 5 kms del distrito de Uchiza). Pero inclu-

so hoy, que existe una carretera entre am-

bos puntos, todos los vehículos que cru-

zan la orilla derecha lo hacen en balsa por

este puerto, una de las dos entradas hacia

Uchiza, Paraíso y Santa Lucía.

El huancaíno Jesús Merlo, profesor mul-

tigrado de 45 alumnos del centro edu-

cativo 0429, residente en este poblado

hace más de 20 años, conviene que su

tierra adoptiva tiene mucha historia para

contar. “Aquí pernoctó varios días el presidente Fernando Belaunde terry en la campaña electoral de su segun-do mandato (1980-1985); aquí vivía un poderoso terrateniente en los años 40, de apellido Peñaherrera, tronco de un historiador famoso y quizá del narcotraficante Demetrio Peñaherre-ra, alias “El Vaticano”, y este fue el refugio de la familia italiana Landetti, después de la segunda guerra mundial, que hasta ahora mantiene sus tierras”.

Merlo agrega que otros ilustres visitantes,

como el embajador de EEUU, lo han visi-

tado, y que tiene vecinos muy importan-

tes como la empresa “Palma del Espino”

cuyas 20 mil hectáreas de palma aceitera

se desparraman por la banda derecha.

Un camión, dos automóviles y una mo-

tocicleta esperan en la orilla el desplaza-

miento de la balsa para ser transportados

a la banda izquierda. Los cuatro motores

de 40 caballos de fuerza, cada uno, que

empujan cuatro botes sosteniendo una

enorme plancha de madera, con una ca-

pacidad para 40 toneladas de peso, ron-

can cuando surcan las aguas menguan-

do los ruidos naturales del bosque.

Desde la otra orilla, Merlo inspecciona

unos cercos de caña y un aireado local

techado con palma, construidos en un

promontorio desde donde se domina el río

Huallaga que baja amplio y voluminoso. Es

el mirador natural de Puerto Huicte que sus

pobladores aspiran a convertir en centro

turístico a un lado de la alborotada quebra-

da que lleva el extraño nombre del caserío.

Jesús merlO

Page 46: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

43CrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIoCrónICAS DE Un CAMBIo

Cuando llegó el programa algunos veci-

nos acudieron al profesor para que diera

su opinión. “Les dije esta propuesta de USAID es una oportunidad que no podemos desperdiciar, pero la mitad aún se negaba, así que tuvimos que sensibilizarla. no sabe cuán agrade-cidos están hoy por la buena decisión que se tomó”.

La inversión en la balsa, que demuestra el

compromiso del PDA de respetar las ini-

ciativas de la población, fue crucial. Puer-

to Huicte recibe diariamente 400 soles y

el dinero es utilizado en beneficio de los

pobladores. “Una parte estamos des-tinándolo al centro recreacional que impulsará el turismo, hemos puesto tachos para mantener la ciudad limpia y hay un fondo de contingencia para las personas enfermas o que necesi-tan préstamos. Hemos comprado otro motor, una motosierra y una motogua-daña para podar los sembríos. Ha sido un gran acierto acogernos al PDA”, re-

sume Merlo, recordando que tienen 60

hectáreas de cacao y van por la tercera

cosecha con mayor productividad.

Él también tiene una chacra de cacao de

gran rendimiento, sus vecinos la califican

de “modelo” porque algunas de sus plan-

tas son utilizadas en el proceso de injerto

de otros sembríos. Es asimismo centro

de visitas guiadas de los recientes bene-

ficiarios del PDA que firmaron el convenio

marco el año pasado.

Más vehículos flotan sobre el Huallaga

trasladados por la balsa que avanza con-

tra la obstinación del río hacia la banda iz-

quierda, donde los conductores, al poner

sus vehículos otra vez en tierra se topan

con carteles informándoles que están

atravesando Puerto Huicte: “Una comu-nidad limpia y saludable”.

“La gente antigua decía que cuando los viajeros bajaban en esta desembo-cadura muchos animales se espanta-ban emitiendo el grito de “huic, huic”.

Fue así como el pavor de las criaturas

del monte bautizó a un pueblo que hoy

vive de las rentas proporcionadas por

el traslado de los vehículos sobre la bal-

sa, manteniendo fluidas las venas de

la vida doméstica y comercial de estos

pueblos del Alto Huallaga.

“Sin la balsa no tendríamos el desa-rrollo que podemos mostrar”, recono-

ce Merlo. Y es que cuando Puerto Huicte

firmó el convenio marco con el Programa

de Desarrollo Alternativo (PDA), en 2003,

una de las propuestas de sus 80 familias

que renunciaron al cultivo de la hoja de

coca ilegal, fue construir la balsa. Costó

266 mil soles, 110 mil de los cuales fueron

aportados por el PDA y la suma restante

por el municipio de Uchiza.

Page 47: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

15,117 hectáreas erradicadas voluntariamente por las comunidades entre 2002 y 2007

15,117 hectáreas erradicadas voluntariamente por las comunidades entre 2002 y 2007

87,163 hectáreas de cultivos apoyadas por el usaid/perú (período 2002-2010)

87,163 hectáreas de cultivos apoyadas por el usaid/perú (período 2002-2010)

Page 48: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

crónicas de un cambio

desarrollo productivo y social

crónicas de un cambio

el programa de desarrollo alternativo contribuye a que los agricultores dejen los cultivos ilícitos de coca, vinculados con la violencia y el narcotráfico, y promueve cultivos alternativos con mercados rentables y seguros como el cacao y café orgánicos.

el programa de desarrollo alternativo contribuye a que los agricultores dejen los cultivos ilícitos de coca, vinculados con la violencia y el narcotráfico, y promueve cultivos alternativos con mercados rentables y seguros como el cacao y café orgánicos.

en las áreas de acción del programa de desarrollo alternativo se ha desplegado una plataforma productiva que impulsa frontalmente el desarrollo con la instalación y mantenimiento de cacao, café, palmito, palma aceitera, entre otros cultivos. es una vinculación esencial entre los miles de productores y los mercados nacionales e internacionales.

en las áreas de acción del programa de desarrollo alternativo se ha desplegado una plataforma productiva que impulsa frontalmente el desarrollo con la instalación y mantenimiento de cacao, café, palmito, palma aceitera, entre otros cultivos. es una vinculación esencial entre los miles de productores y los mercados nacionales e internacionales.

desarrollo productivo y social

Page 49: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

emeterio chujutaLLi 50 años

Bonilla, Pongo de Caynarachi, San Martín

productor de paLmito

“este es el cambio, el palmito es nuestra fortaleza, tenemos un ingreso estable y ya podemos educar bien a los hijos”

“este es el cambio, el palmito es nuestra fortaleza, tenemos un ingreso estable y ya podemos educar bien a los hijos”

Page 50: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 51: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

la fortaleza de emeterio

Cuando el narcotráfico y la subversión

campeaban en Bonilla, Emeterio Chuju-

talli vivió lo que vemos en las películas

de acción o leemos en las páginas poli-

ciales de los diarios: la ejecución de una

enfermera, amigos muertos al pie de los

árboles o arrojados al río, desaparicio-

nes y un asalto espectacular a un avión

en una pista de aterrizaje clandestina.

“en 1989 hubo un tiroteo entre dos bandas (de narcotraficantes) has-ta que incendiaron el avión y una de ellas se llevó el cargamento de pasta (básica de cocaína) -cuenta, mientras

se seca el sudor volviendo a calzarse una

gorra de béisbol-. nos asustamos mu-cho, creímos que iban a matarnos”.

Desde las ventanas, en plena oscuridad,

los vecinos vieron en las llamas de fuego

el fracaso definitivo de su negocio.

Una pregunta, que no tiene respuesta,

alecciona sobre el ambiente de aquel

entonces: “¿cómo explicarle a mis hi-jos, que estaban tiernos, este tipo de cosas? Éramos vivientes aterroriza-

dos por los tres cuerpos (de subversi-vos, narcos y las fuerzas de orden)”.

Hoy Emeterio está sentado frente a un

local vecinal del barrio La Unión, que

muestra pintas de un partido político,

al lado de un motocar de su propiedad.

A pocos metros camiones y numerosos

motocarros cruzan veloces la flamante

pista de la Interoceánica Vial del Nor-

te, rumbo a Yurimaguas o a Tarapoto, o

quizá más lejos, hasta Paita. A ambas

orillas de la carretera el paisaje luce

kilómetros de alineados sembríos de

palma aceitera y palmito, también pas-

tizales y ganado.

En el largo paréntesis que media entre

el pasado negro de Bonilla y este nuevo

escenario hay varios actores decisivos,

pero uno de los más importantes sin

duda es el palmito.

Cosa curiosa: Emeterio, lamista ciento

por ciento, lo conocía por sus padres y

abuelos. Ellos iban al bosque a recolec-

tarlo pero solo utilizaban el fruto. “era alimento para criar chanchos y el

emeterio chujutaLLi

Page 52: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

49crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

“ahí acabó la ilegalidad para siem-pre -agrega- y pasó lo más importante para nosotros: aprendimos el manejo que no nos habían dado. los técnicos, los ingenieros del pda han estado presentes aquí brindándonos sus co-nocimientos. hemos aprendido desde cómo hacer los almácigos hasta tras-ladar el palmito a la envasadora”.

También reconoce que gracias al PDA,

Bonilla cuenta con luz eléctrica.

Como todos los beneficiarios él instaló

una hectárea y hoy tiene siete, cinco en

producción y dos en crecimiento. Cose-

cha mensualmente 3 mil tallos.

“ese es el cambio -admite-, hemos sentido que el palmito es nuestra for-taleza, tenemos un ingreso estable, ya podemos ampliar nuestra finca y educar bien a los hijos”.

¿Y cómo está ampliando su finca? Diversi-

ficándola. Emeterio tiene cultivos de palma

aceitera, ha introducido ganado vacuno y

hasta cuenta con una granja de cuyes.

Nuevos beneficiarios se han acogido

a la segunda etapa del PDA en la que

esta institución se ha comprometido a

instalar, en todo el corredor del Pongo,

2 mil hectáreas de palmito, con lo cual

la fábrica Alianza S.A. trabajará a su

plena capacidad.

“tengo mi guardado (mis ahorros) y estoy proyectándome”, dice Emeterio.

“el dinero que gano con mi sembrío me está sirviendo para otras cosas. es lo que me ha dado el pda”.

Y señalando la modernísima vía asfalta-

da finaliza: “con el palmito y esta ca-rretera todo es bien favorable”.

tallo lo comíamos como chonta”, dice

riéndose. “Qué íbamos a imaginar lo que valía en europa y eeuu”.

Gracias al palmito Emeterio ha hecho una

pasantía en Brasil, el mayor productor del

mundo, y en Ecuador, país que de lejos

produce más que el Perú (el rendimiento

productivo nacional es de 5 mil tallos por

hectárea). “allá siembran hasta diez mil tallos por hectárea, qué vamos a compararnos, nos falta mucho”, excla-

ma con el dejo resonante de los sanmar-

tinenses. Y de regreso ha viajado por To-

cache, Uchiza y Santa Lucía trasmitiendo

lo que aprendió a los productores.

El vuelco en la vida de Emeterio y de

Bonilla, donde hay 100 hectáreas de

palmito, tiene tres fechas claves: el 97,

cuando ingresó el proyecto Pijuayo con

Naciones Unidas; el 99, cuando la co-

operación española construyó la planta

procesadora Alianza S.A.; y 2003, cuan-

do el Programa de Desarrollo Alternativo

(PDA) involucró a casi todas las comu-

nidades de la zona a condición de que

erradicaran los cultivos de coca.

Page 53: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

raydoL rodríguez 48 años

Margarita, Hermilio Valdizán, Huánuco

productor de café y presidente de La cooperativa La divisoria

“Fue el milagro de nuestro despegue. desde entonces sacamos muy rápido nuestro café, esta vez de calidad”

“Fue el milagro de nuestro despegue. desde entonces sacamos muy rápido nuestro café, esta vez de calidad”

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Page 55: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

La primera sorpresa cuando uno conoce

a Raydol Rodríguez (natural de Dos de

Mayo, Huánuco) es que siendo presiden-

te de una cooperativa pujante y crecien-

te, como La Divisoria, con más de 700

socios, no viste como un ejecutivo, sino

como uno más de los agricultores del dis-

trito de Hermilio Valdizán. Y atiende en su

chacra, ubicada en el caserío de Margari-

ta donde se encuentran los más hermo-

sos paisajes de la provincia de Leoncio

Prado, con altas montañas de verdor pe-

renne, y se cultiva uno de los cafés más

exquisitos del país.

Propietario de 14 hectáreas de café de

calidad, Raydol Rodríguez, padre de

cinco hijos, es un hombre de contextura

recia y de hablar pausado con citas bíbli-

cas y frases de personajes históricos. Se

autodenomina “El hijo pródigo” porque

abandonando las tres hectáreas de café,

que su padre le había cedido, se fue a

Aguaytía a sembrar coca. “regresé a enmendar mi error cuando vi que la plata fácil conducía al malvivir, olvi-dándome de mi familia”.

“cuando llegó el programa de desa-rrollo alternativo (en 2003), en estos caseríos ya se sembraba café tradicio-nal, saturado, con plagas, enfermeda-des y poca sombra, que era vendido a precios desalentadores”, sostiene Ray-

dol. “No fue dificil que ellos renun-ciaran a la coca, pero ignorábamos el enorme efecto que tendría la presen-cia del pda”. El primero fue la rehabilita-

ción de una trocha carrozable que hoy los

vincula con la carretera Federico Basadre

en pocos minutos.

“Fue el milagro de nuestro despegue. desde entonces sacamos muy rápido nuestro producto, se abarataron los costos de flete y pasajes y con la asis-tencia del pda incrementamos más áreas de café, esta vez de calidad.” Los

cambios son muy visibles. A ambas orillas

de la carretera se alinean casas recién

construidas, o en proceso de construir,

con madera machihembrada y vistosos

balcones. Cuentan con escuelas de nivel

primario y secundario, locales comunales,

luz eléctrica todo el día, agua potable y

una posta sanitaria.

el hijo pródigo

raydoL rodríguez

Page 56: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

53crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

“aspiramos a que cada familia sea una pequeña empresa y sepa manejar su café, con la exigencia que pide el mer-cado, hasta su contabilidad. ver para creer”, agrega, solicitándole a la propie-

taria de la tienda que muestre su cuader-

no de registros. Con letra esmerada, en

el cuaderno se consignan prolijamente

todas las actividades, jornales y costos

que le ocasiona su preciado grano y que

luego de ser vendido será selecionado

según su certificación (comercio justo) o

calidad (especial o gourmet): números de

abonamiento, de poda, gastos que oca-

siona la adquisición de micas, de seca-

dores, etc. Hojeando este cuaderno uno

se percata que ya no está frente a agricul-

tores desaprensivos o improvisados, sino

especializados y con ansias de incremen-

tar más sus áreas productivas; que no de-

forestan el bosque, sino que cultivan bajo

sombra y que incluso aprovechan las

plantas de café para sembrar entre ellas

la heliconia, una flor exótica muy solicita-

da en el extranjero y que venden bajo la

marca “café-mujeres-flores”.

“estamos llegando a los 500 mil ki-los en café y 350 mil kilos en cacao y creceremos mucho más porque el pda beneficiará a otras 200 familias. Fue arquímedes quien dijo ‘dadme un pun-to de apoyo y moveré el mundo’. para nosotros ese punto de apoyo fue el pda que nos ayudó a transformarnos. así estamos ganando la batalla contra la pobreza”, concluye un elocuente Raydol.

Otro de los aportes del PDA, que más

destaca Raydol, es el fortalecimiento de

la cooperativa La Divisoria, creada por

ellos mismos en 2002, logro que ha sido

una barrera para estabilizar los precios,

encontrar mercados directos en el exterior

(en EEUU, Japón y Alemania donde el año

pasado vendieron por cinco millones de

dólares). “comenzamos con 109 socios, hoy tenemos más de 400 de café, reuni-dos en nueve comités, y 300 de cacao, incluso por pumahuasi y aucayacu (huánuco), san alejandro (ucayali) y shunte (san martín)”.

No es poco lo que han conseguido en tan

breves años, pero la meta de este agricul-

tor-ejecutivo es incorporar al 70% de los

productores que aún están dispersos. Una

estrategia de aproximación es la asisten-

cia técnica y las escuelas de campo que

reciben no solo los beneficiarios del PDA

(532 familias), o los socios de La Divisoria,

sino el conjunto de los productores.

Page 57: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

productor de paLma aceitera y paLmito

magdaLeno espinoza 56 años

Barranquita, Pongo de Caynarachi, San Martín

“contra la opinión errada de que los campesinos no sabemos hacer empresa, nosotros demostramos que asociándonos podemos lograr negocios prósperos”

“contra la opinión errada de que los campesinos no sabemos hacer empresa, nosotros demostramos que asociándonos podemos lograr negocios prósperos”

Page 58: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 59: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

don magdaleno, el palmicultor

metafísico

Bien peinado, con una camisa blanca im-

pecable, pantalón planchado y relucien-

tes zapatos, Magdaleno Espinoza Tarazo-

na (nacido en la provincia de Raymondi,

Ancash) se presenta como quechuaha-

blante; sin embargo, su pausado español

es solemne y con un vocabulario poco

habitual entre los agricultores. “es que me gustan mucho los libros”, confie-

sa, pese a haber estudiado solo hasta

3º de secundaria.

Salvo este dato singular, y el de un nom-

bre inusual en el género masculino, que

rememora al personaje legendario de la

Biblia (“siempre estoy consultando el libro sagrado”, advierte), la biogra-

fía de este evangélico no se diferencia

mucho de los migrantes andinos que

llegaron a poblar la amazonía en las úl-

timas décadas.

En su caso, la diáspora tuvo varios para-

deros antes de concluir en el Pongo de

Caynarachi, donde llegó hace 29 años y

es propietario de siete hectáreas de palma

aceitera y tres de palmito, que le pertene-

cen a su esposa, la primera de las cuales

instaló como beneficiaria del Programa de

Desarrollo Alternativo (PDA).

“ni en chimbote ni en lima obtuve un empleo permanente, era vendedor ambulante de juguetes navideños, tampoco me gustaba el estilo de vida de la ciudad ni ser dependiente”.

Así que aprovechó el proyecto de colo-

nización de un congresista de aquellos

años que convocó a un centenar de mi-

grantes desocupados para trasladarlos a

Yurimaguas. “la ilusión que forjamos era crear una empresa agroindus-trial, pero fracasamos -refiere- porque muchos de mis acompañantes no se adaptaron a la recia geografía de la selva y regresaron a lima”.

A don Magdaleno sí le gustó porque

siempre ha creído que el paraíso terre-

nal, la morada original de Adán y Eva, de-

bió ser como la selva. “me empeñé en sembrar cultivos de pan llevar: arroz, frijol, plátanos, pero estos cultivos no son rentables, constantemente caen de precio”. Hasta que llegó la tentación

magdaLeno espinoza

Page 60: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

57crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

mero me cercioré que eran institu-ciones sólidas”.

Él eligió la palma aceitera que siembra

con otras 600 familias asociadas en

Jardines de Palma.

“el pda apoyó en la zona de barran-quita, pero antes exigió, y con entera razón, erradicar la coca que aún era mucha. y contra una opinión erra-da, de que los campesinos no sabe-mos hacer empresa, el pda demostró que organizándonos en asociaciones se puede lograr negocios prósperos, como ocurre con los socios de alianza s.a.” Don Magdaleno sigue explicando

con propiedad que la clave es la asisten-

cia técnica y orientar a los productores a

mercados e instituciones financieras.

Hace apenas dos años que sus sembríos

de palma empezaron a producir. “ya en-tregamos dos toneladas por quincena, recibimos un ingreso de mil 600 soles al mes, además de lo que obtenemos por el palmito”. con ese dinero adqui-rió otras 20 hectáreas más pero sobre

todo educa a sus hijos (“son lo que más aprecio en mi vida”, confiesa), el mayor

de los cuales ya está en la universidad.

“nuestro objetivo es salir de la po-breza, no es posible estar condenado a ese estilo de vida. proyectos como el pda nos ayudan a lograrlo. tam-bién la hermosa carretera que ya tenemos”. Se refiere a la ya concluida

Interoceánica Vial del Norte que une Yu-

rimaguas (Loreto) con Paita (Piura).

Agrega que solo habla quechua cuando

lo visitan sus hermanos y que, después

de cultivar la chacra, no hace otra cosa

que leer. “me encanta la lectura de obras metafísicas pero no tengo aquí con quién hablar de esas cosas, de la vida en otros sistemas solares. me tomarían por loco”.

Antes de levantarse de la silla, bajo una

refrescante pomarrosa, como despedida

don Magdaleno afirma que “el ser huma-no es una gota de vida tomada del océa-no de dios. mi mensaje es que aprendan a leer y echen su mirada al infinito”.

de la coca. “nunca me pareció bueno

-afirma enérgico, como si fuera un pas-

tor-, desde mi punto de vista era ilícito y mi religión no lo permitía”.

Ya casado, “con una bella esposa que dios me regaló y me ha dado tres hijos inteligentes”, él veía el perjudicial enri-

quecimiento de sus vecinos mientras su

familia apenas podía sobrevivir. Decidie-

ron entonces dedicarse a la venta de comi-

da. “nos iba mejor pero de un momento a otro todo se vino abajo: la gente que se había confiado solo en el cultivo de coca volvió a la extrema pobreza. me sorprendió que no se hubieran prepa-rado”, reflexiona con una perspicacia que

demuestra su sentido de proyección.

“pero como no hay bien que por mal no venga -agrega, rebuscando en su

vasto baúl de refranes, sentencias y

frases célebres-, un buen día apare-cieron los técnicos de las nnuu y más tarde los del pda motivando a los campesinos a sembrar palmito. Con la desconfianza profundamente instalada en el subconsciente pri-

Page 61: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

manueL gambini 40 años

Irazola, Padre Abad, Ucayali

productor de paLma aceitera y aLcaLde de irazoLa

“hay que ponerle el cascabel al gato demostrando que es posible vivir legalmente. los agricultores entienden pero hay que llegar a ellos de manera adecuada”

“hay que ponerle el cascabel al gato demostrando que es posible vivir legalmente. los agricultores entienden pero hay que llegar a ellos de manera adecuada”

Page 62: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 63: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Manuel Gambini Rupay, alcalde distrital

de Irazola, no tiene pelos en la lengua:

“yo he sido el cocalero más grande de esta zona, por eso puedo decir con au-toridad lo nefasto que es para la mo-ral y la economía de la gente”, expresa

casi gritando, en pleno campo, inspec-

cionando una obra en la que un ruidoso

cargador frontal remueve toneladas de

tierra. En este amplio sector que precede

al local educativo, edificado por el Pro-

grama de Desarrollo Alternativo (PDA),

el alcalde está construyendo una cancha

de fútbol. A ambas partes de la carretera

se yerguen, muy alineados y con vistoso

plumaje, jóvenes plantíos de palma acei-

tera que pronto entrarán en producción.

De estatura baja, algo subido de peso, de

unos 40 años, Gambini asegura que fue

elegido alcalde porque logró la identifi-

cación de sus vecinos usando un slogan

que aunque procedía de la desconfiable

retórica política (“soy un campesino más”), en su caso era una objetiva reali-

dad: él es propietario de unas 48 hectá-

reas con ganado, pastos, productos de

pan llevar y recientemente, sumándose

al optimismo de los agricultores de Ira-

zola, de cacao y palma aceitera.

“comprendo su lenguaje, sus crí-ticas y su decepción por un estado que estuvo ausente, por eso su des-esperación los condujo al narcotrá-fico. Si el Estado cede territorio al delito ¿qué puede hacer el hombre del campo?”, se pregunta.

Cuando ganó las elecciones se percató

que el mayor reclamo de los campesinos

era la presencia de una autoridad eficiente,

proactiva en el desempeño de su función

y principalmente que fuera el conductor

de proyectos productivos que los benefi-

ciaran de manera directa. Y sabiendo que

con sus propios recursos no iba a satisfa-

cer esas expectativas, que las deficiencias

técnicas y productivas del municipio son

muy notorias, solicitó el apoyo de USAID

para poner en marcha los proyectos que

sustituyeran a la coca ilegal.

los ases del alcaldede irazola

manueL gambini

Page 64: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

61crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

lo que pasa es que no ha habido una forma adecuada de llegar a ellos. ya hemos instalado cultivos legales en san Juan, que está en huipoca, donde había mucha resistencia, y los veci-nos han tomado conciencia de rein-corporarse a la legalidad”.

El cacao y la palma aceitera son sus ases,

pero guarda bajo la manga uno más: se

trata de un amplio proyecto de ganadería,

por un millón de soles, que se ejecutará

próximamente desde Campo Verde (pro-

vincia de Coronel Portillo) hasta Aguay-

tía, zona donde se encuentra el distrito

de Irazola. El proyecto implica el mejora-

miento genético del ganado para doble

propósito. El PDA aportará la asistencia

técnica (la inseminación artificial) del ga-

nado, de modo que los productores pue-

dan beneficiarse de carne y leche.

“aunque muchos no lo saben la leche tiene una demanda altamente poten-cial en esta zona”, explica recordán-

donos que el intenso sol, virtualmente

presente durante todo el año en el cielo

amazónico, crea la necesidad de una

industria refrescante y exquisita para el

paladar: la heladería, la magia del man-

jar de hielo que mezcla la leche con los

infinitos sabores de las frutas de esta re-

gión. Aparte, claro está, de transformarla

en yogurt y quesos.

“¿coca cero?” Se pregunta. “ese es un sueño personal, una forma de reivin-dicarme conmigo mismo que caí en el error. sería también mi manera de de-volverles a los vecinos la confianza que depositaron al votar por mí, significa-ría que fui un buen alcalde. pero ya son pocos, comparados con los sembríos que había antes habremos reducido casi el 90%, es un avance extraordinario.”

“el futuro no estaba en mi dicciona-rio”, confiesa el alcalde sonriendo, “nun-ca iba a tenerlo mientras siguiera co-metiendo un delito”. Antes de subir a la

camioneta, rumbo a su oficina, se despide

del director de la escuela y de los trabaja-

dores, y abriendo los brazos para mostrar-

nos el amplio horizonte verde de su juris-

dicción nos dice: “ahora hay esperanza de trabajar aquí”.

Uno de ellos es sembrar 800 hectáreas

de cacao: “nosotros ponemos las bol-sas, las semillas, las yemas, los agri-cultores participan directamente con el embolsado y la limpieza de sus te-rrenos, mientras que el pda nos apo-ya con sus técnicos en el manejo de las plantas”. Resultado: todos trabajan

juntos, pero el bienestar es para el agri-

cultor y toda la zona.

El alcalde Gambini es uno de los aliados

más consistentes del PDA porque tiene un

gran carisma entre los habitantes de Ira-

zola. Conocido como “bafer”, la versión

españolizada de un altoparlante, su men-

saje persistente resuena en cada casa de

su municipio: “con coca se vive igual de pobre, con cacao se vive mejor”.

Gambini no tiene temor de ingresar a

Huipoca, conocido por su alta densidad

de sembríos de coca, y de convencer,

puerta por puerta, a los productores.

“hay que ponerle el cascabel al gato”,

dice, “hay que demostrarle que la úni-ca seguridad posible es vivir legal-mente. los agricultores entienden,

Page 65: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

obras que promueven el desarrolloobras que promueven el desarrollo

Infraestructura socIal: resuelve necesidades básicas de educación, salud y organización de la comunidad, mejorando la calidad de vida en cientos de comunidades y decenas de miles de familias.

así se contribuyó con escuelas, postas de salud, sistemas de agua segura, electrificación, locales

comunales, áreas recreativas

Infraestructura económIca: apuntala la capacidad productiva de las comunidades y asociaciones de productores, fomentando la productividad y la accesibilidad a los mercados.

se han construidocaminos rurales, centros de acopio,

puentes, canales de regadío

crónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIo

Infraestructura socIal: resuelve necesidades básicas de educación, salud y organización de la comunidad, mejorando la calidad de vida en cientos de comunidades y decenas de miles de familias.

así se contribuyó con escuelas, postas de salud, sistemas de agua segura, electrificación, locales

comunales, áreas recreativas

Infraestructura económIca: apuntala la capacidad productiva de las comunidades y asociaciones de productores, fomentando la productividad y la accesibilidad a los mercados.

se han construidocaminos rurales, centros de acopio,

puentes, canales de regadío

Page 66: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

670obras fInalIzadas entre el 2002 y 2010

670obras fInalIzadas entre el 2002 y 2010

Page 67: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 68: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“los técnicos nos enseñaron a injertar cacao, incluso bajo la lluvia, llenos de barro íbamos a los talleres que nos dictaban. así aprendimos”

“los técnicos nos enseñaron a injertar cacao, incluso bajo la lluvia, llenos de barro íbamos a los talleres que nos dictaban. así aprendimos”

clotilde gonzález de cometivos

rodolfo cometivos 66 años

57 años

Sanchima, Pachiza, San Martín

productores de cacao

Page 69: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“¿sabe usted cuánto costaba en 1988 un kilo de coca (pasta básica de co-

caína)? 4 millones de intis, mien-tras que el maíz no se podía vender”,

dice el señor Rodolfo Cometivos Paima

abriendo los brazos para dar una idea

del volumen de billetes. “Por eso la gente se dedicó a la coca”.

Casado con Clotilde González Arévalo,

en el amplio patio de su casa, ya casi en

penumbras, entre montículos de arena,

sacos de cemento, ladrillos y varillas me-

tálicas desperdigados, ambos recuerdan

su “época oscura”, como califica la seño-

ra a su pasado inmediato.

“yo le preguntaba a mi esposo ¿cómo todos van a tener (dinero fácil por la coca) y nosotros no? así nos metimos pero solo hemos vendido en pocas oportunidades -se justifica-, porque había mucha delincuencia y la sub-versión”. Cuando ella se levanta del pa-

tio, para atender a un cliente que llega a

su tienda, ubicada en la entrada de su

casa, don Rodolfo reafirma que “gente de mal vivir te asaltaba, por eso yo

no bordeaba el camino, sino que hom-breaba mi escopeta y me metía por el monte. lastimosamente todo se derrumbó con la plaga que le entró a la coca y volvimos a la pobreza. de 4 millones de intis que costaba el kilo pasó a costar 700 nuevos soles”.

Para paliar esa situación ellos se de-

dicaron a la crianza de cerdos y aves

de corral. “con eso hemos educado a nuestros tres hijos, menos a ella”,

explica la señora que vuelve a sentarse

al lado de su esposo, señalando a su

hija mayor, detenida en la puerta de su

casa y que no pudo estudiar porque

sufre de una enfermedad mental.

Un día se enteraron por sus vecinos que

USAID incentivaba la siembra del cacao

a los campesinos que erradicaban la

coca ilegal. No lo pensaron dos veces:

vendieron su terreno de Piscoyacu y

compraron otro en Sanchima, a orillas

del río Huallabamba. Don Rodolfo acota

que él ya sembraba algunas plantas de

cacao para su consumo familiar. “esta experiencia me sirvió cuando el Pda

una curtida pareja

rodolfo cometivos clotilde gonzález de cometivos

Page 70: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

67crónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIo

quincena. eso nos dio más ánimos. entonces con mi hijo que regresó de lima hemos ampliado nuestro sem-brío, ahora tenemos seis hectáreas en producción y dos en instalación”.

“una hectárea no produce menos de mil kilos” -interviene la señora-. “la ventaja es que todo el año puedes cosechar, uno tiene un ingreso fijo permanente”.

El precio del cacao ha bajado por la

crisis mundial pero eso no los atemo-

riza: “peor sería no tener nada que vender”, continúa don Rofoldo, arre-

glándose los anteojos. “a la edad que tenemos nada nos desanima, somos curtidos en la agricultura y qué me-jor que vender quincenalmente”.

Rodolfo y Clotilde nacieron en Piscoya-

cu y se conocieron hace 40 años “an-dando de parrandas”, como dice,

siempre riéndose, don Rodolfo, mientras

la señora Clotilde acota que se casaron

en Aucayacu. “Mi familia no podía man-

tenerme, solo estudié primaria y tuve

que trabajar como empleada domés-tica con varias familias hasta que lo conseguí a él” -, agrega codeándolo.

“yo trabajaba en los algodonales” -res-

ponde incitado don Rodolfo. Trabajar la

tierra es lo que ha hecho desde los nueve

años, cuando su padre murió y tuvo que

ayudar a su madre para sacar adelante a

sus tres menores hermanos. “nadie se mete a una chacra a dormir”, de esta

manera resume su biografía.

¿Y qué hace tanto material de construc-

ción en su patio? Don Rodolfo explica

que piensan construir otra casa (la ac-

tual está ubicada a pocas cuadras del

puerto de Juanjuí), para que toda su fa-

milia “tenga donde caer”. No obstante,

semanalmente retorna a su chacra con-

ducida por uno de sus hijos.

Rodolfo y Clotilde forman una curtida

pareja que retrata muy bien a los agri-

cultores de nuestra amazonía por su

empuje, buen humor y optimismo. “la verdad, es un alivio envejecer así”,

dice la señora al despedirse.

vino con sus técnicos y nos enseña-ron a injertar. Instalamos dos hectá-reas, también plátanos y maíz”.

“Incluso bajo la lluvia, llenos de barro, íbamos a los talleres que nos dictaban”,

cuenta la señora, agregando el detalle de

que son las mujeres las que mejor injertan,

como confirman los técnicos, porque son

más detallistas y tienen el tamaño ideal de

mano para manipular las frágiles plantas

en ese proceso vital. “las mujeres ama-rramos bien, los hombres desatan no-más”, celebra ella su propia broma.

“así aprendimos”, continúa don Ro-

dolfo, precisando que cuando Acopagro

empezó a exportar tuvieron que ser más

cuidadosos con el manejo ya que el mer-

cado exigía calidad. “acopagro se pone en onda cuando entra el Pda”, precisa

la señora Clotilde, “y trae a sus técni-cos, a sus ingenieros a trabajar con nosotros. fue una gran alegría”.

Don Rodolfo recuerda su primera cose-

cha, en 2005: “Primero creció poquito, al año siguiente ya eran 60 kilitos por

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Page 72: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“los productores tienen mercado asegurado y están bien capacitados para hacer cosecha selectiva. sembrar café es para toda la vida”

“los productores tienen mercado asegurado y están bien capacitados para hacer cosecha selectiva. sembrar café es para toda la vida”

alex cabello 48 años

Padre Abad, Ucayali

alcalde del distrito la divisoria

Page 73: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“este microclima, entre 1200 y 1800 metros sobre el nivel del mar, nos re-gala un café de gran rendimiento en taza”, explica el alcalde del centro pobla-

do de La Divisoria, Alex Cabello, carpinte-

ro de profesión. En la provincia de Padre

Abad hay 4 mil hectáreas de café (de las

variedades orgánico, especial y gourmet)

que en un 70% es disputado por las coo-

perativas La Divisoria y Naranjillo, cuyas

sedes se encuentran en Tingo María (Huá-

nuco). La mayor parte del producto es de

exportación y sus propietarios están or-

gullosos y satisfechos porque además de

los buenos precios que obtuvieron el año

pasado (5.70 soles el kilo de café orgáni-

co) recibieron un reintegro anual entre 90

céntimos y 1.20 por kilo.

La vida ha cambiado para ellos en solo

tres años desde que dejaron de sembrar

hoja de coca ilegal y firmaron un acuerdo

marco con Devida y USAID. De esta ma-

nera cuentan con 330 hectáreas de café,

han firmado convenios con Naranjillo y La

Divisoria, que les brindan asistencia téc-

nica, y hacen uso de numerosas obras de

infraestructura social como locales comu-

nales, puestos de salud y aulas.

Cabello agrega que un proyecto de gran

envergadura se hizo realidad en 2007

cuando decidieron construir una planta

procesadora de café con varios propó-

sitos: acopiar con más facilidad el grano

para la exportación, ofrecer un servicio

adicional a los campesinos, negociando

su producto a mejor precio y vender café

molido en el mercado local.

Justamente en un amplio local comunal,

de material noble, construido por el PDA,

funciona la planta procesadora La Divi-

soria, ubicada en un leve promontorio al

pie de la carretera Federico Basadre. Su

costo fue de 120 mil soles aportados por

el gobierno regional y por el presupues-

to participativo del municipio. Darwin

Buenapico Comapa, funcionario admi-

nistrativo, explica que apenas en agosto

de 2008 iniciaron sus actividades y dos

meses después instalaron la luz eléctrica,

así que máquinas y mobiliario, todo aquí

tiene olor a nuevo.

el sueño cumplido de

la procesadora propia

alex cabello

Page 74: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

71crónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIo

timismo afirmando que el 100% del café

puede ser de exportación.

Los cafetaleros de La Divisoria pueden

crecer aún más porque han entrado en

una etapa de crédito, poniendo su propie-

dad como garantía, “aunque eso no es necesario -añade el alcalde- porque na-ranjillo y la divisoria se ofrecen como garantes. tienen mercado asegurado y están bien capacitados para hacer co-secha selectiva, fermentado y secado con mucho cuidado, por eso su café es de alto rendimiento. en este aspecto también ha sido importantísimo el tra-bajo del Pda que organizó las alianzas estratégicas con esas empresas”.

Otro proyecto de la municipalidad es la

construcción de trochas carrozables;

una de ellas, la que vincula Divisoria

con Minas de Sal, ya está en proceso,

y espera mejorar los caminos de herra-

dura facilitando así el traslado hasta la

nueva planta procesadora.

“no veo que haya intención de vol-ver a la coca, por más que los pre-cios del café caigan -sostiene el al-

calde-. los agricultores saben que es un contrasentido sembrarla para ser erradicada. ¿cómo quedan des-pués?, en la calle”, dice señalando la

pista de asfalto. “en cambio sembrar café es para toda la vida”.

“estamos dando servicio de pilado, zarandeo, tostado y molido, según lo que quieran los productores, cobrán-doles 1.20 soles de lo que ingresan. nuestro empeño es también vender café molido a nivel nacional, sólo nos falta concluir los trámites del registro sanitario que están muy avanzados”,

explica Buenapico.

Revela además que están diseñando

una página web, lo que les facilitará co-

locar su producto a pedido directo. La

modernidad y la globalización han llega-

do a La Divisoria.

El alcalde Cabello menciona que entre

otras acciones productivas importantes

para reactivar esta zona durante el pre-

sente año ampliarán el número de plan-

taciones de café con mil hectáreas más:

“el Pda está participando con la ins-talación de otras 400 hectáreas –nos

dice– y el gobierno regional con 600. eso nos asegura un buen volumen, de acá a cuatro años la divisoria podrá suscribir convenios con empresas internacionales”, se proyecta con op-

Page 75: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 76: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“ya no hay coca aquí, inclusive los más tercos la dejaron. con este apoyo tocache va a trabajar sin miedo”

“ya no hay coca aquí, inclusive los más tercos la dejaron. con este apoyo tocache va a trabajar sin miedo”

yolanda mantilla 47 años

Sarita Colonia, Tocache, San Martín

productora de cacao

Page 77: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Del puerto de Chimbote (Ancash), la se-

ñora Yolanda Mantilla, de 47 años, llevó a

Tocache ese sentido de humor que tienen

los pescadores, un lenguaje rico en diccio-

nes populares y la carcajada espontánea.

También el coraje y la voluntad desafiante

para enfrentar las dificultades de su vida.

“si tuviera que contar todo lo que he pasado estaría sentada aquí una se-mana y me crecería la mala hierba”, ironiza con una voz resonante mientras se

mece en una hamaca tomándose apenas

un descanso para proseguir sus variadas

ocupaciones que empiezan a las 3 de la

madrugada, cuando prepara el desayuno

para su esposo e hijos. Después de dos

erradicaciones, ellos cultivan 4 hectáreas

de cacao, yuca, plátano y piña, cumplien-

do con el compromiso que junto a otros

productores de Sarita Colonia (200 fami-

lias) firmaron con USAID el año pasado.

Hija de un matrimonio separado, con diez

hermanos, esta mujer morena, de gruesa

contextura, culminó la secundaria traba-

jando como cocinera en Chimbote, Lima

y el distante como desconocido Tocache

donde ella llegó hace 23 años. Preparaba

la comida de los peones, migrantes de to-

das partes del país, que trabajaban en los

sembríos de coca en las décadas de los

80 y 90. Así conoció a su esposo, un ca-

jamarquino muy laborioso como ella, con

quien luego recorrieron casi todos los ca-

seríos de Pizana y Uchiza, empléandose

como mensualeros, hasta que ahorraron

para comprar un terreno en Sarita Colonia.

“sembrar coca era por gusto. te ma-tabas para que vengan los helicóp-teros y te tumbaran tu chamba, así que una noche hablé con mi esposo y le dije ¿vamos a estar toda la vida en la misma vaina?”

“Para qué sarita no se queja, el Pda ha cumplido con nosotros”, continúa,

enumerándonos las actividades que

el programa ha realizado, proporcio-

nándoles injertos, abonaciones y otras

labores de asistencia técnica, en un

contexto a veces desfavorable por las

dudas que siembran pequeños grupos

interesados en mantener la ilegalidad.

Pero la mayoría no ha retrocedido.

una chimbotana en tocache

yolanda mantilla

Page 78: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

75crónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIo

Esa imagen, en una madre de cuatro

hijos, la empujó a ofrecerse como pro-

motora comunal de Cedro. Cada fin de

semana saca el televisor y un DVD a la

puerta de su casa para pasar películas

y documentales sobre la terrible depen-

dencia de las drogas. “no gano nada, lo hago porque no quiero que los hijos de mi comunidad se destruyan”, con-

fiesa, y este deseo tiene un peso de au-

toridad que sus vecinos le reconocen.

“ya no hay coca aquí, inclusive los más tercos la dejaron. ahora se arrepienten de no haberse inscrito en su momento y nos piden que haya ampliación. ojalá el Pda reconside-re porque quiero compartir mi ale-gría con todos, aunque algunos se hayan equivocado.”

Sarita Colonia tiene agua potable, luz

eléctrica y centros educativos, es una co-

munidad organizada con agente munici-

pal, teniente gobernador, junta vecinal y

un comité de vaso de leche. Su conexión

con Tocache es fluida gracias a la carre-

tera que la municipalidad construyó hasta

las viviendas, pero no llega a las chacras.

Ese es un proyecto que ha quedado pen-

diente y que la señora Mantilla cree que

se resolverá “fastidiando a las auto-ridades. Para eso las mujeres somos buenas”, advierte con sorna.

Al hacer un recuento de su vida, al vai-

vén de su hamaca esta chimbotana treja

únicamente se lamenta de haberse ale-

jado de su madre que sola sacó ade-

lante a una familia numerosa. Pero ha

compensado esta tristeza llevando a To-

cache a dos de sus hermanas que como

ella son beneficiarias del programa.

“con este apoyo del Pda, que está en-trando en todos los rincones, tocache se va a levantar, va a trabajar sin mie-do. ¿Quién te va a botar tu cacao? la gente tiene que aprovechar”.

“estamos dándole duro al cultivo, porque el Pda dijo que nos apoya-ría hasta la siembra. son dos largos años que nos esperan, mientras tan-to vivimos de la yuca, del plátano, de lo que recibimos jornaleando porque cultivar una chacra de cacao es bien bravo, hay que sudar la gota gorda”.

Comparando el cuidado que ponen hoy

en sus cultivos legales, ella tiene la opi-

nión de que cuando sembraban coca “todo era un caos, los compradores te pedían al fiado, te bajaban el precio cuando querían y al final no te paga-ban”. Sus experiencias de la presencia

subversiva en el Alto Huallaga prefiere

resumirlas en una frase: “gracias a dios estamos con vida”; en cambio evoca

con tristeza que niños de 10 y 12 años

entraban a las pozas de maceración a pi-

sar la mezcla de hoja de coca con los in-

sumos químicos y allí mismo fumaban la

pasta básica de cocaína, convirtiéndose

inevitablemente en adictos.

Page 79: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 80: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“entonces el diablo nos tentó con la coca. Parecía fácil: venían los traqueteros a comprar directamente a cada productor. ya eso era sospechoso, se escuchaba decir que a algunos no les pagaban, otros eran asaltados y como era ilegal no podíamos denunciar a la policía”

“entonces el diablo nos tentó con la coca. Parecía fácil: venían los traqueteros a comprar directamente a cada productor. ya eso era sospechoso, se escuchaba decir que a algunos no les pagaban, otros eran asaltados y como era ilegal no podíamos denunciar a la policía”

belizario amasifén 42 años

Yumbatos, Pongo de Caynarachi, San Martín

productor de cacao

Page 81: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“esta es mi primera cosecha”, dice

Belizario Amasifén mostrando sus frutos

de cacao con una felicidad que borra los

largos años de esfuerzo. Este aconteci-

miento será similar en otras 400 familias

propietarias del mismo número de hectá-

reas en la comunidad de Shapajilla.

“sacaré siquiera 200 kilitos -continúa-,

ya estoy vendiendo semanalmente”.

Bajo la amplia sombra que brindan las

hojas de plátanos, sembrados entre los

arbustos de cacao, un sudoroso Belizario

corta con unas tijeras los frutos maduros

que su esposa deposita en un costal,

ayudada por sus dos hijos (una pareja

de once y ocho años, respectivamente),

quienes poco después se irán a la escue-

la. Todos visten altas botas de goma.

“aquí nací, como mis otros seis herma-nos, aquí estudié la primaria y conocí a mi esposa (Elia Wansi Tapullima, de 35

años). nunca me moví de la zona”, rela-

ta haciendo un breve descanso.

La mañana en Shapajillo es fresca en

el sembrío que luce bien podado, con

hojas de un verdor saludable y que Be-

lizario sembró, hace tres años, cuando

hizo su aparición USAID.

“mi padre sembraba arroz, maíz y yuca, productos que no tenían un precio estable”. Trabajaban con prés-

tamos del Banco Agrario que luego

quebró y nunca salieron de la pobreza.

Vino después el huracán de los tiempos

violentos batiendo duramente estas co-

munidades de origen quechua lamista.

Belizario perdió un cuñado, amigos,

vecinos y otros se marcharon contra su

voluntad. Él quiso seguir tras de ellos

pero su padre se lo impidió.

La coca fue la otra diferencia familiar. Su

padre se opuso al cultivo pero Belizario,

como muchos de su generación, impe-

tuosos, inexpertos y ansiosos de salir de

la pobreza a cualquier costo, contravino

esa voluntad y ya a los 16 años hizo una

chacra de la planta ilegal.

la plata fácil nos perdió

belizario amasifén

Page 82: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

79crónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIocrónIcas de un cambIo

día vender y “me servía de caja chica”,

y un cultivo biananual como el plátano,

para ofrecerlo al mercado local al año

siguiente, con el agregado de que esa

planta también ofrece noblemente som-

bra temporal al cacao.

“recién voy a saber lo que es positivo”,

anticipa, aunque admite que recién el año

entrante sabrá si tuvo razón al elegir el

camino legal. “yo creo que me irá muy bien, ya vienen de agroindustrias mayo (que produce los chocolates “Or-

quídea”) a garantizarme la compra de mi producto. es que lo han visto bien sombreado, bien podadito y ya está flo-reando para el próximo año”.

Observar a Belizario rodeado de toda su

familia en la chacra da ocasión de saber

que los lamistas han recurrido a una prác-

tica comunal legendaria para realizar to-

das las arduas tareas que implica el mane-

jo del cacao. Se trata de la “chova-chova”

que tiene las mismas características de la

minka andina: “cada quien viene con su comida a apoyarnos y el propietario de

la chacra solo pone los refrescos”, expli-

ca. De esta manera evitan hacer gastos en

el contrato de peones.

Como todos acá sabe que los tiempos

felices en que un kilo de grano de cacao

costaba 7 soles ha concluido. Hoy el ca-

cao orgánico a lo sumo llega a los 4 so-

les, pero eso tampoco lo desespera. Del-

gado, sudoroso, con una ligera sonrisa y

una mirada que delata paciencia, Beliza-

rio está pensando más bien en ampliar su

sembrío. El PDA se ha comprometido a

intalar 700 hectáreas más en la zona y él

será uno de los beneficiarios.

“la idea es llegar a las 5 hectáreas. con eso daré una buena crianza a mis hijos”.

Heredero de padres y abuelos lamistas,

desde un tiempo irrecuperable, Belizario

y su familia, reunidos en su sembrío po-

drían decir, como escribió el poeta nor-

teamericano Archibald Mac Leish: “vivi-mos mucho tiempo aquí y con honor”.

“no era mucho, sólo para probar”, dice

casi en voz baja, agregando como toda

conclusión de esa amarga experiencia

que “la vanidad de la plata fácil nos perdió”. Su padre tenía razón y volvió a

lo de siempre, esta vez ya casado. “Hice un pastizal y compré algún ganadito. Hasta que llegó el Pda”.

Muchos vecinos de la comunidad se ex-

trañaron que les recomendaran la siem-

bra de un producto que conocían en esta-

do natural, en medio del bosque, pero al

que nunca habían considerado como un

negocio. Tampoco sabían cómo manejar-

lo. “Al principio algunos desconfiaron, felizmente mi esposa me empujó a de-cidir y eso fue bueno porque aprendi-mos gracias a las capacitaciones que nos dieron los técnicos”.

Dudaban por el largo tiempo que debían

esperar; sin embargo, Belizario aceptó

la sugerencia y dice que no se desespe-

ró porque programó sus plazos: el pri-

mer año cultivó productos de pan llevar

(arroz, frijol, maíz) que en tres meses po-

Page 83: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

25,000faMILIaS han fortaLecIdo SuS capacIdadeS a travéS de dIverSaS MetodoLogíaS de aSIStencIa técnIca

25,000faMILIaS han fortaLecIdo SuS capacIdadeS a travéS de dIverSaS MetodoLogíaS de aSIStencIa técnIca

Page 84: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

crónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIo

el cambio también implica una intensiva acción de asistencia técnica para optimizar los cultivos en sus etapas de instalación, crecimiento, cosecha y post cosecha. con esta visión se han privilegiado las escuelas de campo, los días de campo, las pasantías o parcelas demostrativas. ha sido un aprendizaje innovador para tecnificar las capacidades de los productores, mejorar la calidad de sus cultivos y cuidar el medio ambiente.

el cambio también implica una intensiva acción de asistencia técnica para optimizar los cultivos en sus etapas de instalación, crecimiento, cosecha y post cosecha. con esta visión se han privilegiado las escuelas de campo, los días de campo, las pasantías o parcelas demostrativas. ha sido un aprendizaje innovador para tecnificar las capacidades de los productores, mejorar la calidad de sus cultivos y cuidar el medio ambiente.

un agricultor nuevo y tecnificadoun agricultor nuevo y tecnificado

Page 85: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“no seremos millonarios, pero con nuestro esfuerzo llegaremos lejos. Sólo lo difícil es duradero”

tomasa solana de gutiérrez

esteban gutiérrez 41 años

46 años

Alto El Sol, Pachiza, San Martín

productores de cacao

“no seremos millonarios, pero con nuestro esfuerzo llegaremos lejos. Sólo lo difícil es duradero”

Page 86: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 87: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“hicimos un cruce de cajamarquino con charapa”, expresa con una sonrisa

Esteban Gutiérrez, casi gritando porque

frente a su tienda, ubicada en una esqui-

na de la plaza comunal, una banda de

cuatro músicos, acompañados por el so-

noro canto de un gallo, llama temprana-

mente a la fiesta de la Virgen de Fátima,

“patrona de alto el Sol y del cacao”,

según se lee en la carátula de un folleto.

Y es que en Alto el Sol, como su radian-

te nombre lo indica, todo alude a un áni-

mo jubiloso: a ambas orillas del cami-

no, en un paisaje de tierras feraces con

altas montañas plenas de verdor, sobre

extensos mantones de plástico negro

el astro generoso seca las reputadas

semillas de cacao que le han dado re-

sonancia internacional. Obtenidas de

una variedad “de origen” (encontrada

en las montañas que rodean el valle),

contiene mayor chocolate, grasa y aro-

ma dulce, según los técnicos.

El “cruce” al que se refiere Esteban es

por su esposa, Tomasa Solano, natural de

esta comunidad, a quien conoció cuando

él migró de San Ignacio, como muchos de

sus paisanos, rastreando una vida mejor.

Ese deseo de un joven ambicioso de 18

años, en 1987 significaba la errónea ilu-

sión de obtener dinero negociando pasta

básica de cocaína. Deambuló primero por

Tocache y luego recaló en 2 de Mayo, don-

de desposó a Tomasa.

Contemplándolos, mientras Esteban colo-

ca una inyección a un caballo (ha sido ca-

pacitado como técnico zootecnista), que

cojea por un tobillo lastimado, y Tomasa

atiende en su tienda, se advierte que la fe-

liz combinación matrimonial tiene más que

ver con sus temperamentos que con la

química andina-amazónica: él es pacien-

te, calculador y de poco hablar; la señora

es locuaz, con una riqueza de vocabulario

inusual, y muy activa. Estudió Pedagogía

en Tarapoto, inducida y apoyada por su

esposo (quien solo estudió hasta 2º de

secundaria), ha sido regidora de la munici-

palidad y desde que ingresó el Programa

de Desarrollo Alternativo (PDA) a la zona,

en 2003, fue una de las más decididas im-

pulsoras de la transformación económica

de estas cuatro comunidades del valle de

alto el sol suena en el mundo

esteban gutiérrez tomasa solana de gutiérrez

Page 88: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

85crónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIo

batalla con numerosos actores enfrenta-

dos entre sí: el MRTA, Sendero Luminoso,

las fuerzas del orden y el narcotráfico.

“Los muertos bajaban por el río como palizada”, relata un concentrado Este-

ban. Tras la derrota de la subversión y el

narcotráfico, el periodo de reconstruc-

ción fue también complejo porque el PDA

y las autoridades sabían que sin un acom-

pañamiento técnico (de capacitación y

escuelas de campo), además de obras

sociales, la transformación iba a ser in-

completa. Un tercer animador, la coope-

rativa Acopagro, aportó un componente

estratégico: la asociación de los produc-

tores (50 de los vecinos pertenecen a su

institución) y un mercado seguro.

Alto el Sol cuenta ahora con una trocha

carrozable rehabilitada por el PDA, tiene

luz eléctrica y agua potable, construidas

por el municipio, dos escuelas de ins-

trucción primaria, asistidas por Apren-

des, una posta médica y exporta a los

mercados de calidad de Suiza. El presti-

gio de su producto, que en 2007 ganó un

concurso mundial, explica la presencia

de hasta tres módulos de secado (dos

de Acopagro y uno de Sol Naciente).

Con las ganancias que han obtenido en

los últimos años muchos de los agricul-

tores han ampliado sus cultivos hasta 7

hectáreas, como la pareja Gutiérrez So-

lano (3 en producción y 4 en crecimiento)

además de las 20 hectáreas de pastizales

y 35 cabezas de ganado que poseen en

en sus 47 hectáreas de tierra. También

adquirieron un motocar, reconstruyeron

su casa e instalaron una tienda atendida

por la señora Tomasa.

“no seremos millonarios, pero con el apoyo del pda y nuestro esfuerzo lle-garemos lejos”, dice ella.

Afuera la orquesta conformada por un

agudo clarinete, acompañado de un bom-

bo, un redoblante y la estrepitosa batería,

ya reúne a un gran número de vecinos

que por este día han dejado las preciadas

semillas de su trabajo al cuidado del sol.

Pachicilla donde existen 490 familias que

siembran 320 hectáreas de cacao.

“aquí 90 de los 120 vecinos de in-mediato nos convencimos del pro-grama -dice la señora Tomasa, cuyos

hermanos estaban involucrados en el

narcotráfico- porque ya habíamos pal-pado sus bondades cuando ingresó el proyecto especial alto huallaga (peah), en 1997. pero los de alto huallabamba eran muy reacios, allí no había otro producto que coca y fue ardua la tarea del pda, que venía con sus ingenieros y técnicos y yo los acompañaba como parte de la munici-palidad dejando a mis dos hijos”. Una

frase suya, memorable por reflexiva, ex-

plica ese complejo proceso: “sólo lo di-fícil es duradero”.

Esta dificultad no insinúa únicamente los

tres largos años que debieron esperar

para obtener las tan deseadas mazorcas

del cacao; sugiere también la memoria

de tragedia que precede a su vida legal

cuando toda esta zona era un campo de

Page 89: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“usan mis plantas para los injertos. he vendido bastante porque la gente y los técnicos admiran mi cacaotal. el cacao no es eterno pero dura muchísimos años”

Santo Domingo, Crespo y Castillo, Huánuco

65 años

productora de cacao

adela rengifo

“usan mis plantas para los injertos. he vendido bastante porque la gente y los técnicos admiran mi cacaotal. el cacao no es eterno pero dura muchísimos años”

Page 90: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 91: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Conocer la vida de la señora Adela

Rengifo es recordar de inmediato la del

personaje bíblico de Job, a quien Dios

sometió a las más duras pruebas para

fortalecer su fe. En el caso de esta mu-

jer, natural de Dos de Mayo (Huánuco),

no se trata de una fe en la religión, aun-

que ella sea creyente, sino en la vida, en

las recompensas que paradójicamente

emergen de las tragedias.

“Jamás he sembrado coca, inclusive cuando tuve una chacra en Yanajan-ca -inicia la conversación sentada en la

sala de su casa ubicada al lado izquierdo

de la carretera hacia Tocache-. allí mi hermano y yo sembrábamos plátanos con muchos peones, cosechábamos hasta dos camionadas, hasta que un día del 86 se presentó una columna, no sé si era de senderistas, que nos expulsó con lo que teníamos puesto”.

Les mostraron una trocha ordenándo-

les que ni siquiera voltearan, a riesgo

de ser asesinados en ese instante. Lo

que los subversivos deseaban era enro-

lar a la fuerza a los peones, a lo que ella

se opuso. Así perdió una enorme pro-

piedad de 80 hectáreas, 35 de ellas cul-

tivadas de plátanos, cacao y animales

menores, y retornó a Santo Domingo de

Anda, el pueblo que fundaron sus pa-

dres, y donde ella, madre soltera, tenía

además una pequeña tienda que hasta

hoy conduce.

Pero eso no fue lo más doloroso de su

vida. “pocos meses después me fui a tingo María a comprar víveres para mi kiosko y le dije a mi hijo que re-gresaría para el almuerzo. cuando volví mi sobrina me contó que se lo habían llevado unos señores. tenía 17 cumplidos. hace 23 años que no lo he vuelto a ver”.

Sollozante, Adela Rengifo limpia las lá-

grimas que han resbalado bajo sus an-

teojos, sentada en la puerta de su casa

al recordar con mucha precisión todas

las fechas de sus vicisitudes, deambu-

lando de un lado a otro para indagar por

el paradero de su único hijo. Su deses-

peración fue brutalmente paralizada una

tarde cuando se le acercó un hombre

reveses y recompensas

de adela rengifo

adela rengifo

Page 92: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

89crónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIo

penas”. Tan bonitas que al cabo de un

tiempo un ingeniero le informó que su

plantación ya estaba en proceso de in-

jertar. “como mandado de dios, todi-tas mis plantas pegaron”.

Era el año 2003, precisamente cuando

ingresó el Programa de Desarrollo Al-

ternativo (PDA) a la zona donde hoy se

produce 70 hectáreas de este cultivo

que benefician a 43 familias. “Ya con el pda pude tener una hectárea más, continúa mientras llueve copiosamente, he asistido a todas las sesiones de la escuela de campo, he construido un silo como me recomendaron, com-posteras para recoger basuras, cada quince días deshierbo. hace cuatro años tuve mi primera cosecha”.

Su plantación es tan fructífera que este año

cosechó dos mil toneladas por hectárea. “usan mis plantas para los injertos, el otro día han tomado fotos a una carga-dita de cien cocos. Yo compro semillas y el injerto lo sacan de mi chacra. he vendido bastante porque la gente y los técnicos admiran mi cacaotal”.

Ella afirma que el cacao tiene propieda-

des curativas y que el líquido de la pul-

pa es muy bueno para el reumatismo.

Sea o no verdad, lo cierto es que Adela

Rengifo hoy recibe las recompensas

que siempre debió merecer. Y aunque

está sola, se ha inscrito para obtener

una hectárea más en la ampliación que

ha ofrecido el PDA.

“el cacao no es eterno -advierte-, pero dura muchísimos años. oja-lá las familias jóvenes lo siembren para que dejen a sus hijos lo que yo no pude hacer con el mío”.

amenazante de porte militar: “Mejor no esté averiguando más porque usted también va a a ser abono de la tierra”.

Víctima del fuego cruzado de aquellos

años, fue entonces que Adela Rengifo

abandonó la selva para vivir en Lima con

sus hermanos hasta el año 96. Cierto es

que periódicamente retornaba a visitar

a su madre y ayudaba en la chacra, esta

vez una propiedad ubicada en la banda

izquierda del río Huallaga, cerca de su

casa actual, donde sembraban yuca y

plátanos. “Hasta que regresé defini-tivamente cuando mi madre, antes de morir, me hizo prometer que no podía renunciar a la tierra que ellos habían trabajado toda su vida”.

Para volver al ejemplo bíblico de Job,

este fue el instante en que la suerte de

Adela Rengifo empezó a cambiar. “un señor me dijo por qué no siembra ca-cao, yo tengo buenas semillas. bus-qué un peón, él lo alineó mientras yo cavaba con un machete poniendo dos o tres semillas. viendo crecer mis plantitas tan bonitas olvidaba mis

Page 93: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“después de la erradicación, sembramos 532 hectáreas y los técnicos nos enseñaron el manejo, ahí fue cuando nos entusiasmamos porque vimos los resultados al toque”

Alianza, Pongo de Caynarachi, San Martín

55 años

productor de palmito

enrique fernÁndez

“después de la erradicación, sembramos 532 hectáreas y los técnicos nos enseñaron el manejo, ahí fue cuando nos entusiasmamos porque vimos los resultados al toque”

Page 94: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 95: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

enrique fernÁndez

En 1980 Enrique Fernández Santillán te-

nía 17 años y estudiaba 4º de secunda-

ria, cuando su padre contrató un camión

y trasladó a los quince miembros de su

familia de Choros (Cutervo, en Cajamar-

ca) a Moyobamba. Ese desplazamiento

masivo, que hace recordar las películas

épicas de las colonizaciones, tuvo varios

motivos, como la dificultad de contar con

agua permanente (debían levantarse a la

una de la madrugada para conseguir su

cuota), pero los más perjudiciales fueron

los constantes robos de sus sembríos.

“una noche los ladrones cosecharon las yucas que sembrábamos en dos hec-táreas y volvieron a dejar los arbustos en su lugar. Mi padre se afligió mucho cuando se dio cuenta”, recuerda.

Seis años después se trasladarían, ma-

sivamente también, a Alianza. “desde entonces aquí he vivido en las malas y en las buenas -dice refiriéndose a los

años de violencia política y del narcotráfi-

co que sacudieron trágicamente muchos

sectores de San Martín- y sembré 5 hec-táreas de coca”. Hasta que una plaga

secó los sembríos ilegales dejando en

la miseria a cientos de productores. Mu-

chos de ellos se fueron, incluyendo a al-

gunos miembros de la familia de Enrique

(hoy está dispersa por Iquitos, Chiclayo y

Tumbes), pero él prefirió quedarse.

“al principio creí que la seca nos ha-bía perjudicado, con el tiempo me di cuenta que me había ayudado a vi-vir tranquilo sembrando palmito”. Y es que el pijuayo, como se le cono-

ce también, resultó una ideal solución

para los ex cocaleros ya que produce a

los nueve meses y es muy solicitada en

el mercado internacional.

En 1997 el ministerio de Agricultura alen-

tó la siembra de mil hectáreas y dos años

después la Agencia Española de Coope-

ración Internacional (AECI) construyó la

planta procesadora con una capacidad

para envasar 600 mil tallos al mes.

Lamentablemente los agricultores des-

conocían el manejo del pijuayo y el

proyecto no tuvo un acompañamiento

de asistencia técnica. “no sabíamos

el rey del palmito

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93crónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIo

des, como Bonilla y Davicillo, el 85% de

las familias se ha dedicado íntegramente

a este cultivo. “allí ya no viven como cualquiera -explica Fernández-, tienen plasma, direct tv (señal de cable sate-lital), camionetas 4 por 4”.

Pongo de Caynarachi es un hermoso po-

blado que aún mantiene muchas de las

tradiciones de los viejos pueblos amazóni-

cos y cuenta con la enorme ventaja de es-

tar ubicado en una zona beneficiada con la

carretera Interocéanica de Norte que une

transversalmente Yurimaguas (Loreto) con

Paita (Piura), hoy casi totalmente asfaltada

a un costo de 88 millones de dólares. Uno

de los ramales de esta carretera la une

con Tarapoto y otro con Tocache (aún sin

asfaltar), de modo que sus productores

pueden tener fácil acceso a la costa norte

y al centro del país para sacar arroz, maíz,

plátano y carne vacuna a otros mercados

de la sierra y costa.

Fernández tiene 10 hectáreas de palmi-

to en producción y dos en crecimiento

y admite que económicamente le va

muy bien. “vendiendo mi palmito

he llegado a comprar 49 hectáreas de tierras, con título de propiedad, todas aptas para esta planta. Si yo quisiera podría el rey del palmito, esa es mi intención”.

Es un sueño desmesurado pero posible.

Naturalmente Fernández debe esperar

que la demanda internacional, deprimida

en tiempos de crisis, vuelva a su norma-

lidad. Y que la planta de Alianza trabaje a

su plena capacidad industrial.

“para eso será necesario, como nos piden los técnicos del pda, mayor productividad por hectárea, como en costa rica y brasil”, explica. Y es que

Perú apenas satisface el 8% de la de-

manda mundial. “Yo he podido viajar a ecuador donde cada hectárea pro-duce hasta 10 mil tallos, esa es nues-tra meta ahora”.

cómo cultivar el almácigo, había mucho roedor. así perdimos más del 50% de las plantas” -relata Fernández.

La gente ya estaba volviendo a sembrar

coca cuando ingresó USAID.

“después de la erradicación, en la que participamos todos (había cerca de 80 hectáreas), el pda sembró en el distrito del pongo 532 hectáreas para 528 familias y puso cinco técnicos que nos enseñaron todo el manejo, ahí fue cuando nos entusiasmamos porque vimos los resultados al toque”. Parale-

lamente, la AECI cedió la propiedad de la

planta a la Asociación de Productores de

Palmito (Apropal), de la cual Fernández

es el actual presidente.

El PDA firmó además un convenio con la

Caja Rural Maynas para que los produc-

tores pudieran acceder al crédito (con un

interés del 2% mensual), ampliando sus

sembríos. Hoy en todo el corredor del

Pongo hay mil 500 hectáreas, cada una de

las cuales tiene cinco mil plantas de pal-

mito. Cada poblador cuenta con no menos

de siete hectareas y en otras comunida-

Page 97: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“nuestra meta más importante es dar ejemplo a los niños, que fortalezcan nuestra organización, que hagan las cosas mejor que nosotros”

Nuevo Tawantinsuyu, Irazola, Ucayali

40 años

productor de cacao

tolentino cercedo

“nuestra meta más importante es dar ejemplo a los niños, que fortalezcan nuestra organización, que hagan las cosas mejor que nosotros”

Page 98: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 99: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Tolentino Cercedo, el agente municipal

de la comunidad de Nuevo Tawantinsuyu,

ubicado a quince minutos de San Alejan-

dro, por una trocha carrozable bien afir-

mada, recuerda que cuando era cocalero

ilegal, su casa, construida precariamente

en el bosque, tenía dos puertas. “una era para ingresar y la otra para esca-par de la policía, de los narcos o de los subversivos”. En realidad los pocos ve-

cinos que poblaban esta reciente comu-

nidad usaban la misma estrategia y vivían

aislados.

La comunidad donde hoy residen 282

personas (60 familias) tiene una escue-

la, una posta de salud, un local comunal,

sistema de agua potable y hasta un canal

de tv con 35 canales que funciona con

un grupo electrógeno, pagado por todos,

hasta que instalen la luz eléctrica, lo que

la municipalidad hará este año. Muchos

de estos beneficios lo lograron cuando

firmaron el acuerdo con el PDA.

Detrás de las casas se extienden los sem-

bríos de cacao. Son 180 hectáreas que ya

entraron en producción, después de tres

impacientes años durante los cuales vi-

vieron vendiendo plátanos en el mercado

local y obteniendo otros ingresos ofre-

ciéndose como mano de obra.

Otro productor, Tomás Casas, de 35

años, tuvo que migrar de Tingo María

huyendo del terrorismo. Él es presiden-

te de la Asociación de Cacaoteros de la

comunidad y reconoce que no fue fácil

tomar una decisión de pasar a la vida le-

gal. “apenas 17 familias lo aceptamos al comienzo -dice-, logramos conven-cer a otras más, pero algunas renun-ciaron porque querían tener ingresos rápidamente. ahora se arrepienten al ver que estamos sacando hasta 800 kilos por hectárea y entonces han co-menzado a sembrar”.

Y producen más porque las escuelas de

campo, organizadas por el PDA, a tra-

vés de la cooperativa La Divisoria, les

dieron enseñanza práctica de manejo

de las plantas, injerto y abonamiento. “nosotros no sabíamos esas cosas cuando sembrábamos coca, ahora so-mos verdaderos agricultores y esta-mos ganando bien”, continúa Casas.

los ambiciosos sueños

de nuevo tawantinsuyu

tolentino cercedo

Page 100: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

97crónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIocrónIcaS de un caMbIo

El optimismo que reflejan estos agriculto-

res de Nuevo Tawantinsuyu es a prueba

de fuego. Reconociendo que su cacao

no ha vuelto a tener el mismo precio que

hace dos años, por la lenta recuperación

del mercado internacional, no se des-

alientan porque creen que la crisis será

pasajera. El más audaz de ellos, Casas,

confiesa que tiene un sueño: convertir a

la asociación en una empresa acopiado-

ra. “nuestra visión ya no está en ven-der a los intermediarios, sino en ex-portar directamente”, asegura, acaso

tratando de convencer a sus amigos.

Más prudente, Cercedo le replica que “no es un sueño de la noche a la mañana, antes tenemos que crecer más, pasar de tres hectáreas a cinco o seis, adqui-rir una secadora, para que nuestras entregas sean de mejor calidad, apro-vechar más el producto, elaborando, por ejemplo, mermelada de cacao; también queremos comprarnos un ca-mioncito, de los que pone en remate el ministerio de agricultura, para sacar el plátano hasta Lima.” Pero concilia-

dor conviene con su compañero que el

sueño de la empresa exportadora propia

de cacao orgánico es posible.

“Ya casi no necesitamos de asisten-cia técnica, más del 80% conocemos bien el manejo del cacao”, tercia Tolen-

tino Cercedo. Incluso va más lejos: “Si en el algún momento el pda se reti-rara le agradeceremos su gran ayuda y seguiremos adelante, ya estamos en condiciones de hacerlo. nuestra meta más importante es dar ejemplo a los niños, que fortalezcan nuestra orga-nización, que hagan las cosas mejor que nosotros”, finaliza.

2008 fue muy bueno para ellos pues el

precio de cacao llegó hasta 6.70 nuevos

soles por kilo. La Divisoria, que tiene una

agencia en San Alejandro, les compra

directamente su producción. Además

les da un reintegro, que oscila entre 90

céntimos de sol a 1.10, por 3 mil o 4 mil

kilos. “tenemos comodidades, educa-mos bien a los hijos, pero siempre dejo un solcito siquiera de ahorro para am-pliar la chacra”, advierte Cercedo.

Para Casas la verdadera transformación

de Nuevo Tawantinsuyu ha sido el cambio

de mentalidad hacia el desarrollo desta-

cando también que los vecinos aprecian

la relación concertada que ahora mantie-

nen con sus autoridades. “no se quedan en su oficina, nos tocan la puerta, nos ayudan mucho en el fortalecimiento de nuestras organizaciones que hoy funcionan muy bien. hay veces son de la municipalidad, otras del gobier-no regional, también los ingenieros y promotores siempre están acá. todo eso ha ayudado para lograr una trans-formación y apoyarnos entre todos”.

Page 101: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

El trabajo con las comunidades impulsa la acción colectiva y de autogestión para fortalecer sus capacidades y caminar hacia el desarrollo integral. Se promueve la generación de liderazgos —con un claro enfoque de equidad de género—, la elaboración de planes de desarrollo, la asociatividad de productores -para destacar su presencia en los mercados- y la conectividad con los servicios e instituciones del Estado.

el cambio en la visióncomunitariael cambio en la visióncomunitaria

CróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un Cambio

El trabajo con las comunidades impulsa la acción colectiva y de autogestión para fortalecer sus capacidades y caminar hacia el desarrollo integral. Se promueve la generación de liderazgos —con un claro enfoque de equidad de género—, la elaboración de planes de desarrollo, la asociatividad de productores -para destacar su presencia en los mercados- y la conectividad con los servicios e instituciones del Estado.

Page 102: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

500 ComunidadES Con planES dE dESarrollo ConCErtado baSado En SuS potEnCialidadES

500 ComunidadES Con planES dE dESarrollo ConCErtado baSado En SuS potEnCialidadES

alianzaS Con

42gobiErnoS loCalES y rEgionalES

alianzaS Con

42gobiErnoS loCalES y rEgionalES

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Page 104: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“aprender todo el proceso de sembrar cacao nos ayudó bastante. Hasta mis hijos han asistido a los talleres”

“aprender todo el proceso de sembrar cacao nos ayudó bastante. Hasta mis hijos han asistido a los talleres”

melodía abad 47 años

Atahualpa, Pachiza, San Martín

productora de cacao

Page 105: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

el cacao de melodía

melodía abad

Como la mayoría de residentes de

la comunidad de Atahualpa, Melodía

Abad Neira es migrante y no sabe cuál

de sus padres le puso ese dulce nom-

bre como una señal de que el suyo se-

ría un destino armonioso.

Nació en Ayabaca (Piura) hace 47 años y

tan pronto como se casó, a los 18 años,

su luna de miel se convirtió también en

la ocasión de marcharse en pos de una

propiedad. Eligieron primero San Ignacio

de Jaén (Cajamarca) donde adquirieron

5 hectáreas para cultivar arroz. “El te-rreno no era apropiado -dice sentada

en una banca apostada en la fachada

de su casa de madera, abrazando a su

hija menor-. Casi quince años estuvi-mos allí, ya teníamos cinco hijos y el dinero nunca alcanzaba. por eso animé a mi esposo a venirnos a esta zona tan afamada. En la selva da todo, nos decían los paisanos”.

Cuando sus hijos concluyeron la primaria

llegaron a Atahualpa, en 1997. Ya enton-

ces la paz había retornado a esta comu-

nidad de tierras muy fértiles (es vecina de

Alto El Sol), asentada al pie de unas altas

montañas y extensos sembríos donde vi-

ven 215 familias sembrando cacao y café.

Esta es temporada alta de cosecha y a

un lado de la carretera, rehabilitada por

USAID, las semillas se secan sobre exten-

sos mantones de plástico a un lado de la

carretera, removidas por algunos jóvenes

con rastrillos de madera que desprenden

un sonido estrepitoso. El intenso sol, su

gran aliado natural, hará lo demás.

Atahualpa forma parte de cuatro comuni-

dades del valle de Pachicillo que produ-

ce 630 hectáreas de un cacao que le da

renombre en la región San Martín. Ade-

más de la carretera cuenta con casi to-

dos los servicios: un tendido de red se-

cundaria de luz -que este año, según el

compromiso de la municipalidad, se am-

pliará a los hogares-, agua, una escuela

de nivel primario y una posta sanitaria.

Page 106: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

103CróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un Cambio

“no sentimos que pasaron tres años

-agrega Melodía- porque estábamos bien ocupados. Entre trabajar la cha-cra de 6 a 6, ir a los talleres que nos dictaban los técnicos del pda y cuidar a mis hijos (ya tenía dos más) se nos ha ido ese tiempo. aprender todo el proceso en la práctica nos ayudó bas-tante, hasta mis hijos han asistido”.

En 2007 cada una de sus tres hectáreas

produjo 600 kilos y al año siguiente mil.

“Es que hay que saber trabajar bien, el secreto es hacerlo en pareja”, dice. Y

confía que este año cosechará aún más.

Con las ganancias que han obtenido en

los dos últimos años han comprado 12

hectáreas más. Allí piensan instalar pas-

tizales además de cacao. “Hay que sem-brar otros productos para defender-nos, eso nos ha enseñado la bajada del precio”. Y no se preocupa por el crédito

porque “como socia de acopagro los de la caja (rural), vienen, miran nuestro sembrío y nos prestan nomás”.

“yo quería tener una buena casa”, con-

fiesa, con el cantarino dejo de los piura-

nos, extendiendo uno de sus brazos para

mostrarnos orgullosa la construcción de

sólidos tablones, pintados de un azul cie-

lo y techo de calamina. “ahora voy a po-nerle su piso de cemento”.

Melodía es presidenta del comité de

Vaso de Leche y piensa que la unión de

los habitantes quizá se deba a que casi

la totalidad son paisanos. “para ser una comunidad saludable comenza-mos con cinco personas y nos echa-mos a trabajar limpio y ordenadito, así hemos involucrado a todos, inclu-so a los niños, y lo hemos logrado”.

Es mediodía. Atahualpa luce desolado

porque los vecinos están en la chacra,

a donde se va Melodía a ayudar a su es-

poso. Solo un caballo mastica pacien-

temente las hierbas que arranca de una

explanada donde las doradas semillas de

cacao se siguen secando al sol.

“desde el comienzo nos fue bien -con-

tinúa la señora, trenzándole los cabellos

a su hija-: yuca, plátano, todo carga bien aquí. nunca sembramos coca, re-cién cuando llegué conocí una planta pero no quisimos sembrar, como nos pedían los vecinos, porque escuchá-bamos que había mucha perdición: ro-bos, asaltos, violaciones”.

“para qué gracias a dios poquito des-pués entró el pda y sus ingenieros dijeron ‘para adentro, todos a erra-dicar la coca’, y la gente lo hizo. así sembramos una hectárea de cacao y al año siguiente ampliamos por nues-tra cuenta dos hectáreas más”.

No haber dependido del dinero ilegal,

sino vivir modestamente del arroz, frijol

y “de la yuquita”, incluso trabajar de

peones, les dio cierta ventaja frente a

sus vecinos en esos tres difíciles años

que tarda en fructificar el cacao. Es lo

que habían hecho siempre: labrar ho-

nestamente los frutos de la tierra.

Page 107: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 108: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“desde que enderezamos hacia el lado correcto nuestra vida ha cambiado para mejor.ahora somos empresarios palmicultores”

“desde que enderezamos hacia el lado correcto nuestra vida ha cambiado para mejor.ahora somos empresarios palmicultores”

victorio flores 31 años

Shambillo, Padre Abad, Ucayali

productor de palmito

Page 109: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Victorio Flores Estasio tenía 23 años

cuando el valle de Shambillo, donde na-

ció, dio un paso decisivo al firmar, en

2002, el convenio marco con el Progra-

ma de Desarrollo Alternativo (PDA). Las

comunidades del valle cancelaban así

una historia turbia que él recuerda va-

gamente porque estudió con sus otros

hermanos la secundaria en Huánuco.

“para entonces ya teníamos palma, pero la coca era la actividad prin-cipal, entonces no había carretera, escuelas, nada”, dice, sentado en una

oficina de la Asociación de Palma Acei-

tera del Valle de Shambillo (ASPASH),

donde él trabaja como promotor.

Desde la ventana la planta de Aspash

(construida en el kilómetro 178 de la

carretera Federico Basadre, justamen-

te a la entrada del valle de Shambillo)

luce imponente sus instalaciones don-

de procesan los voluminosos racimos

que produce esta palmera original de

Malasia y que, introducida en el Perú

hace casi 40 años, es un don de la tierra

porque con sus frutos puede fabricarse

aceites vegetales, margarinas, jabones,

detergentes y hasta cosméticos. Más

aún: puede cosecharse todo el año y

bien manejada tiene una larga vida.

Desde que ASPASH fue inaugurada, en

2004, con el aporte de Naciones Unidas y

USAID, por un millón de dólares, la planta

ha producido 4 mil 700 toneladas de acei-

te crudo y vendido por más de 3 millones

de dólares. Mensualmente procesa mil

toneladas de racimos frescos y proyecta

ampliar su capacidad instalada de acuer-

do a las previsiones del gobierno regional

que se ha comprometido a expandir las

plantaciones a mil hectáreas más.

“En 2006 sacamos nuestra primera co-secha, desde entonces nuestra vida ha cambiado para mejor”, dice Victorio Flo-

res, cuyo trabajo en equipo con otros dos

promotores, uno de los cuales es sanita-

rio, consiste en brindar asistencia a sus

vecinos y paisanos. En Shambillo hay ac-

tualmente 2 mil 700 hectáreas sembradas

de palma aceitera, a lo largo de un área

bastante amplia (Boquerón, Shambillo

Alto, Shambillo Bajo, Erika-Libertad, An-

drés Avelino Cáceres, Mediación, Paujil,

ahora somos empresarios

victorio flores

Page 110: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

107CróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un Cambio

dad que consiste en deshierbar en forma

circular alrededor de cada árbol facilitan-

do así el desprendimiento de los racimos)

y hasta participa en la cosecha. “Es un trabajo integral”, nos dice como si se

tratara de una tarea sencilla.

Pero además tiene que atender su chacra

con cinco hectáreas de palma en produc-

ción y otras cinco en crecimiento. “toda mi inversión ha ido allí”, añade, con-

tándonos el secreto de administrar su

tiempo: “mi hermano se dedica a mi parcela y a la suya, hasta las tres de la tarde, cuando yo salgo de aquí para ayudarlo”. Trabaja sábados y domingos

durante todo el día evaluando, verificando

y vigilando exhaustivamente sus plantas.

Una novedad alentadora reafirma a Flo-

res que cuando renunciaron a la coca

ilegal “enderezaron el destino hacia el lado correcto”: desde el año pasado, se-

gún anuncio del presidente de la asocia-

ción, Félix Quedo Trujillo, entró en funcio-

namiento OLPASA (Oleaginosas Padre

Abad), empresa subsidiaria de ASPASH

que posee el 94% de las acciones.

“ya somos accionistas de esta nue-va empresa y recibiremos utilidades anualmente. Se ha cumplido lo que nos dijo el pda, cuando ingresó a con-vencernos de que seamos palmiculto-res: que íbamos a ser empresarios”,

anuncia con satisfacción.

A los 29 años, con los ingresos que re-

cibe como técnico y agricultor, Flores ha

construido una nueva casa (está casado

y tiene un solo hijo que estudia en una

escuela construida por el PDA), tiene una

motocarga, aparte de su motocicleta nue-

va, piensa comprarse una computadora y

“cuando sea un poco más viejo” quiere

poner un taller de electricidad. “de re-pente me sirve de algo lo que estudié”.

Shambo, Selva Turística, Río Blanco, Río

Negro y Micaela Bastidas) y Flores tiene

que trasladarse diariamente en una moto

que adquirió como parte de sus ganancias

obtenidas como técnico y agricultor.

Cuando concluyó la secundaria él as-

piraba estudiar agronomía en la univer-

sidad Nacional Agraria de la Selva, de

Tingo María, pero sus padres no tenían

cómo costearle, de modo que optó por

una carrera técnica, electricidad, que él

mismo se pagó y que hasta hoy no pone

en práctica, al menos con propósito la-

boral, porque a su retorno prestó aten-

ción a los pronósticos de los técnicos

del PDA sobre la rentabilidad de la pal-

ma. Así aprendió el manejo del cultivo

en las escuelas de campo y fue selec-

cionado para asistir a un curso en Pal-

ma del Espino (Tocache). Poco después

se incorporaría al PDA.

Como extensionista visita las parcelas,

hace seguimiento de plagas y enfermeda-

des, es la correa de trasmisión entre los

campesinos y los ingenieros agrónomos,

orienta en la poda y los “plateos” (activi-

Page 111: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 112: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“aprendimos todo lo que debíamos saber del cacao. después vinieron las escuelas de campo, la práctica en la misma chacra nos ayudó bastante”

“aprendimos todo lo que debíamos saber del cacao. después vinieron las escuelas de campo, la práctica en la misma chacra nos ayudó bastante”

adolfo caballero 56 años

Bello Horizonte, Pachiza, San Martín

productor de cacao

Page 113: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Antes de cumplir los 17 años, Adolfo Ca-

ballero González se alejó de Bello Ho-

rizonte bajando en balsa por el ancho

río Huallabamba para buscarse la vida.

Había nacido en esa comunidad que sus

padres fundaran con otras 17 familias.

“mis padres no podían hacer mucho con nueve hijos, yo apenas estudié hasta 5º de primaria”, dice sentado

en un tronco al lado de un local donde

otros agricultores de cacao como él se

reúnen para acordar las metas de pro-

ducción del presente año.

Servir en el ejército en un destacamento

de Uchiza le dio ocasión de capacitarse

como mecánico de motocicletas, pero

también de elegir un destino indeseable

para salir de la pobreza: el cultivo y pro-

cesamiento de la hoja de coca en pasta

básica de cocaína. “me emocionó ver en tocache cómo la gente hacía rápi-damente dinero”, confiesa como una

disculpa de su inexperiencia que luego

le costaría muy caro.

A su retorno a Bello Horizonte se asoció

con algunos de sus hermanos empeñado

en salir adelante con el cultivo ilícito. En

realidad, toda la comunidad postergó sus

sembríos de plátano, de lo que vivía tra-

dicionalmente, para dedicarse de manera

exclusiva al narcotráfico. “teníamos tres hectáreas cada uno, otros tenían más, y una poza de maceración”, revela mien-

tras la tristeza del recuerdo le borra la inex-

presión del rostro. “todo era full coca, hasta que apareció la subversión”.

En estos parajes, donde el río Huallabam-

ba corre emparedado mostrando un ver-

dor aéreo, los militantes del Movimiento

Revolucionario Túpac Amaru y Sendero

Luminoso libraron duras batallas para

dominar la zona y controlar la economía

del narcotráfico. Mientras tanto, el ejérci-

to y los narcotraficantes agregaban más

zozobra y tragedia a los pobladores.

adolfo caballero

ahora somos libres

Page 114: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

111CróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un Cambio

Así vivió hasta el 2003 cuando el Progra-

ma de Desarrollo Alternativo (PDA) in-

gresó en la zona recomendando a unos

sufridos y desconfiados agricultores,

que habían tocado todas las dimensio-

nes del terror, apostar por el cultivo que

Acopagro estaba alentando. No era tan

sencillo ya que no había experiencia de

su manejo en la región. Era necesario

reforzar su decisión con capacitación

técnica, para lo cual el PDA y Acopagro

firmaron un convenio estratégico.

“los técnicos del pda venían en balsa a visitarnos, dormían aquí, hasta sa-bían nadar en el río y jugaban fulbito y casino por las noches con nosotros. los vecinos empezaron a decir ‘son como nosotros’, así nos han convencido”.

“Con el pda aprendimos todo lo que debíamos saber del cacao. después vinieron las escuelas de campo, la práctica en la misma chacra nos ayudó bastante”. Paralelamente, Aco-

pagro los fue asociando para lograr un

mercado seguro.

“mi primera cosecha en 2006 fue muy bonita”, dice don Adolfo que ha pasado

de la seriedad del recuerdo a la sonrisa

de un presente que ahora lo envuelve.

“En 2007 y 2008 ya vinieron las me-jores cosechas, eso fue lindo. yo esta-ba produciendo dos toneladas por hec-tárea y tenía otras dos en instalación cuando el precio empezó a subir de dos soles hasta siete soles en 2007”.

El entusiasmo lo desborda cuando men-

ciona que el dinero que ganó lícitamente

“sirvió para la alimentación y educa-ción de los chicos”. Desahogado de las

primeras urgencias, don Adolfo incluso

pudo ahorrar para adquirir una casa en

Juanjuí, donde hoy estudian dos de sus

hijos menores (los mayores trabajan con

él en la chacra), comprar electrodomés-

ticos y un motocar con que traslada su

cacao hasta el puerto de Bello Horizonte.

“tenemos una vida tranquila. gracias al cacao somos libres, eso es lo más im-portante”, finaliza, antes de reingresar a

la reunión con sus vecinos.

“dos de mis hermanos fueron asesi-nados, gracias a dios encontramos sus cuerpos y los sepultamos”, dice

don Adolfo, señalando un punto indefini-

ble del bosque, aunque evita detallar las

circunstancias de ambos crímenes. Lo

cierto es que uno de ellos fue ejecutado

por narcotraficante, por el MRTA, y el otro

por SL, acusado de delator.

Cuando la subversión fue derrotada este

vecino de Bello Horizonte ya era padre

de cinco hijos y se dio con la sorpresa de

que no tenía cómo seguir manteniendo a

su familia pues el gobierno de entonces

también arremetió contra los cultivos de

coca. “de la noche a la mañana volvi-mos a cero”. Fue el año 96, lo recuerda

muy bien porque entonces tuvo que re-

currir a la enseñanza de sus padres, quie-

nes siempre manifestaron su malestar

por la ilegalidad, resembrando plátano.

También probó suerte con dos hectáreas

de cacao inducido por la presencia de la

cooperativa Acopagro, que en ese mo-

mento apenas contaba con 27 socios.

Page 115: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 116: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“Hemos salido de la cosa mala a la buena, vivimos en la claridad, de año en año estamos mejorando, dando la cara al mundo”

“Hemos salido de la cosa mala a la buena, vivimos en la claridad, de año en año estamos mejorando, dando la cara al mundo”

marilyn llaicate 35 años

Nueva Alianza, Curimaná, Ucayali

productora de cacao

Page 117: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 118: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“por culpa de la coca habíamos olvidado que la tierra exige trabajo, cuidado, responsabilidad”“por culpa de la coca habíamos olvidado que la tierra exige trabajo, cuidado, responsabilidad”

felipe salas 34 años

Nueva Alianza, Curimaná, Ucayali

productor de cacao

Page 119: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Luego de caminar diez minutos desde el

puerto, por una trocha que atraviesa un

papayal, la grata sorpresa empieza por la

limpieza y el orden visibles en la comu-

nidad de Nueva Alianza. Algunos de los

frescos árboles de pomarrosa muestran

diversos carteles que trasmiten mensa-

jes de un nuevo estilo de vida: “No botes

basura”, “Cuida nuestro medio ambien-

te”, “Cuídame porque te doy sombra”.

La cadena se extiende a lo largo de las

casas ubicadas a ambas orillas de una

calle muy limpia de esta comunidad don-

de viven 120 familias. Al frente del cen-

tro educativo primario hay una extensa

cancha de fútbol y al fondo toboganes,

columpios y aros de llantas, muy bien

pintados, donde una docena de niños

juega, mientras otros estudiantes retor-

nan en caballo a sus casas.

Junto a los juegos se ve concluido el lo-

cal de la escuela secundaria que funcio-

na desde 2009. Un voluminoso tanque

nos indica que Nueva Alianza cuenta con

agua potable, además de luz eléctrica

(instalada por la municipalidad) y un local

comunal. Tiene además 35 hectáreas de

cacao, 100 hectáreas de maíz, 50 hectá-

reas de arroz, 500 cabezas de ganado y

madera (cedro, ishpingo y caoba).

Este es el resultado del compromiso acor-

dado por Nueva Alianza con el Programa

de Desarrollo Alternativo (PDA) luego de

la firma del convenio marco, en 2005.

“todos nos pusimos de acuerdo en de-jar la coca –empieza la señora Marilyn

Llaicate, secretaria del Comité de Vaso de

Leche–, porque estábamos cansados de sacarla a escondidas. ¿para qué? para ganar un sencillito”. “Hemos visto sangre, amigos encarcelados–interrumpe Felipe Salas, presidente de

la Junta Administradora de Saneamiento

(JAS)–, a veces por un kilo, ni siquiera por la pena que valía”.

La señora Marilyn relata que incluso

los niños participaron en la erradica-

ción sabiendo que les esperaban días

difíciles. Algunos querían desesperarse

pero en ese momento fue importante la

organización comunal que los mantu-

nueva alianza con

la prosperidad

felipe salas marilyn llaicate

Page 120: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

117CróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un CambioCróniCaS dE un Cambio

por 300 kilos de maíz. “recién estamos comenzando, la cooperativa naranji-llo va a comprarnos cuando tengamos más producción, los demás tendrán que ponerse las pilas por la competen-cia”, pronostica, agregando que el cacao

les otorga además un reintegro por la

certificación de ser un producto orgáni-

co. “Este año, de repente vamos a co-sechar 500 kilos, eso es un avance”.

Según el convenio marco el PDA instaló

una hectárea por familia pero la munici-

palidad ha ampliado sus sembríos con

otra hectárea más este año. Los residen-

tes de Nueva Alianza coinciden en que

su mayor aspiración es aprender más

sobre la postcosecha y las enfermeda-

des de las plantas, temas sobre los cua-

les la cooperativa Naranjillo los instruirá.

También les ha anticipado que cuando

tengan una mayor producción se ofrece-

rá como garante para que obtengan cré-

ditos de las cajas rurales existentes en

la región (de Maynas y Señor de Luren).

“Como dice la señora marilyn -finaliza

Felipe Salas-, hemos salido de la cosa

mala a la buena, vivimos en la clari-dad, de año en año estamos mejoran-do, dando la cara al mundo.”

Ha comenzado a llover y los niños que

jugaban en los toboganes corren apre-

surados a cobijarse bajo un techo. Un

gallo canta y se oyen los mugidos de las

vacas. Al comentar la cantidad de carte-

les que hay en la comunidad, la señora

Marilyn dice que así nadie se olvida de

botar la basura. “El caserío es como un niño, no puede vivir con una sola ropa, tiene que cambiarse, como he-mos cambiado nosotros”.

vo firmes. Era una desesperación que

procedía de un hábito mal adquirido, re-

flexiona Felipe Salas, “por culpa de la coca habíamos olvidado que la tierra exige trabajo, cuidado, responsabi-lidad”. Y aquí fue fundamental la asis-

tencia técnica del PDA y del municipio a

través de las escuelas de campo.

“yo iba a mi chacra con mi hijo me-nor diciéndole con este cacao vas a estudiar”, continúa la señora Marilyn,

imaginando el futuro. Atareada, como

estaban todos, ni cuenta se dio que un

día sus plantas ya estaban floreando y en

2008 vendió su primera cosecha. “para mí fue una alegría ir a vender los pri-meros 68 cocos que saqué. He llegado a vender hasta 100 kilos, pero al año siguiente fueron más porque mis plan-tas estaban llenitas de flores”, dice con

un entusiasmo que la desborda.

“ya podemos llevar el pan a nuestros hijos”, explica Felipe Salas. Él carga en

su mochila 10 kilos de cacao y el precio

que obtiene en San Alejandro, alrededor

de 67 soles, es mayor de lo que obtenía

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La exportación deL grano de cacao y productos derivados aLcanzó en 2009 Los

218.23 miLLones de soLes

La exportación deL grano de cacao y productos derivados aLcanzó en 2009 Los

218.23 miLLones de soLes

Page 122: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

crónicas de un cambiocrónicas de un cambio

Las empresas privadas ponen especial atención allí donde las áreas de crecimiento son cada vez más sostenibles con cultivos de gran volumen y especialmente de calidad. entonces incrementan sus inversiones y crean grupos de interés de negocios nacionales e internacionales. en los últimos años el cacao y el café orgánicos, de alta calidad, avanzaron en los mercados mundiales acompañados de notables premios internacionales. La cadena del cambio se cierra.

En pos de mercados del mundoEn pos de mercados del mundo

Las empresas privadas ponen especial atención allí donde las áreas de crecimiento son cada vez más sostenibles con cultivos de gran volumen y especialmente de calidad. entonces incrementan sus inversiones y crean grupos de interés de negocios nacionales e internacionales. en los últimos años el cacao y el café orgánicos, de alta calidad, avanzaron en los mercados mundiales acompañados de notables premios internacionales. La cadena del cambio se cierra.

La exportación deL grano de cacao y productos derivados aLcanzó en 2009 Los

218.23 miLLones de soLes

La exportación deL grano de cacao y productos derivados aLcanzó en 2009 Los

218.23 miLLones de soLes

Page 123: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“siendo profesor me dejé llevar por la codicia. por eso después me empeñé en hacerlos entrar en razón para que siembren cosas lícitas”

“siendo profesor me dejé llevar por la codicia. por eso después me empeñé en hacerlos entrar en razón para que siembren cosas lícitas”

La Divisoria, Padre Abad, Ucayali

60 años

profEsor y productor dE café

Eladio poncE

Page 124: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 125: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“Hace 33 años vivo aquí”, así se pre-

senta Eladio Ponce, un profesor que en-

seña en la escuela primaria con un joven

que es su ex alumno. Bromista, vestido

más bien como un agricultor, con una go-

rra roja de béisbol y los pantalones meti-

dos en botas de goma, él cuenta que lle-

gó a La Divisoria porque no había trabajo

en su tierra, Huánuco, prometiéndose

regresar a los cinco años.

Acabó quedándose. “ya ve usted, me he nacionalizado de La divisoria”,

dice con una sonrisa, apretando un

cuaderno en el brazo. No solo eso: es

uno de los fundadores del centro pobla-

do Miguel Grau donde viven 60 familias

que cuentan con 120 hectáreas de café,

además de otros cultivos legales, des-

pués que firmaran, hace cuatro años, el

convenio marco con el Programa de De-

sarrollo Alternativo (PDA) para erradicar

sus sembríos de hoja de coca ilegal.

Ponce tiene cinco hectáreas de café

orgánico que cuida con gran esmero.

“desde pequeño me viene la voca-ción, antes de ir al colegio regaba mis lechugas y cebollas que vendía-mos los sábados con mi papá car-gando nuestros burritos. nunca he dejado la agricultura, incluso he trabajado gratis la tierra de otros”.

Pero reconoce que cuando llegó a La

Divisoria se sumó a la errónea euforia

de sembrar coca. “ya desde el 79 ha-bía hartas plantaciones, la gente me decía es buen negocio, me dejé llevar por la codicia y sembré algunas hec-táreas. mi pensamiento era que con esa plata ampliaría mis plantación de café que estaba cultivando”. No pudo

porque poco después hizo su ingreso la

subversión, una de cuyas columnas que-

mó su chacra exigiéndole que sembrara

más coca. Amenazado de muerte, tuvo

que volver a Huánuco, donde compró un

terreno, decidido ya a quedarse, aunque

regresaba furtivamente a cumplir con la

enseñanza de los pocos alumnos que es-

tudiaban entonces.

el mejor aprendizaje

de su vida

Eladio poncE

Page 126: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

123crónicas de un cambio

A sus 60 años, el profesor y cafetalero

Eladio Ponce sabe que la esperanza

es su mejor aprendizaje de la vida. Sus

expectativas están fundadas en que la

primera cosecha de café orgánico ha te-

nido buenos precios y como todos los re-

sidentes de La Divisoria él también está

enterado de que el gobierno regional de

Ucayali y el PDA instalarán este año mil

hectáreas más de café. Por supuesto,

él aspira a ser uno de los beneficiarios

“para tener siquiera dos hectáreas más, con siete me alcanzará para de-jar algo más a mi familia”.

¿Y cómo hace para enseñar a niños y

labrar la tierra al mismo tiempo? “soy profesor hasta la una de la tarde, a las dos ya estoy en la chacra hasta las 6, y el sábado todo el día”. Esa

combinación fortalece además la rela-

ción con sus alumnos a quienes invita

a recorrer su chacra para que luego

aconsejen a sus padres que no rocen

el bosque y no usen químicos.

Las aulas donde enseñan él y el profesor

Carlos Buenapico Lamas, docentes de

primaria y secundaria, respectivamente,

fueron construidas por el PDA, también

el local comunal. Otros programas como

Cedro, Municipios y Comunidades Salu-

dables y Aprendes tienen presencia en

la zona, facilitando el cambio de vida que

hoy muestran los vecinos de Miguel Grau.

Muchos de ellos son ex alumnos de Ponce

y llevan a sus hijos a la escuela en motos

o autos que han adquirido recientemente.

“ya nadie quiere meterse a la coca, ¿quién les va a comprar? no hay ni para consumo personal”, concluye mar-

chándose a su chacra.

“Había mucha deserción porque los padres los obligaban a trabajar en las chacras de coca. Fueron épocas tristes, había plata pero mucha co-rrupción, malas costumbres, robos. cuando regresé la gente era muy re-voltosa y yo me sentí con un poco de remordimiento porque siendo pro-fesor no me había conducido bien”,

cuenta, sacándose la gorra para desju-

garse el sudor que le cae por las pro-

nunciadas arrugas de la frente.

Entonces entendió que en una localidad

tan aislada también tenía que ser conse-

jero familiar. Con la presencia de Devida y

del PDA, objetivamente ya no era posible

seguir en la ilegalidad: “Las señoras se quejaban, me decían que hablase con sus maridos para que siembren pláta-nos, pituca, no tenían ni para comer”.

Y Ponce, a través de los niños o visitan-

do las distantes casas, se empeñaba en

“hacerlos entrar en razón para que siembren cosas lícitas y eviten la ero-sión ambiental que provoca la tumba del bosque para sembrar coca”. Poco a

poco, la mayoría de ellos lo escuchó.

crónicas de un cambiocrónicas de un cambio

Page 127: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“Lo que no sabíamos es que tendríamos capacitaciones que nos han llevado a producir plantas de gran calidad. Hoy vendemos café de tres calidades”

“Lo que no sabíamos es que tendríamos capacitaciones que nos han llevado a producir plantas de gran calidad. Hoy vendemos café de tres calidades”

Santa Rosa Tealera, Hermilio Valdizán, Huánuco

58 años

productor dE café

tEófilo albornoz

Page 128: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 129: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Acaso por la costumbre, Teófilo Albornoz,

como muchos de los vecinos del distrito

Hermilio Valdizán, no repara que vive en

una de las más hermosas regiones de

la ceja de selva peruana; tampoco que

sus poblados tienen extraños nombres:

Santa Rosa Tealera, Sortilegio, Margarita

y hasta un restaurant de viajeros que se

llama “Un verano para recordar”.

Su interés es más terrenal: a sus 58

años este hombre nacido en la sierra

huanuqueña (Dos de Mayo), ha sido tes-

tigo de numerosos cambios, a los que

se ha sumado con el entusiasmo que se

reserva a los grandes proyectos de la

vida. El café lo es. Gracias a los granos

que se nutren en esa geografía con la

humedad, altitud y acidez ideales, do-

tándolos de una calidad incomparable,

han entrado en la competencia más

responsable que una comunidad puede

aspirar: mejorar la vida de sus familias.

Casas nuevas, colegios, agua potable,

luz eléctrica, motos y motocarros, todo

se lo deben al café. “ellos son hijos del café”, dice sonriente, señalando a los

niños que juegan cruzando constante-

mente de un lado a otro el poblado, resu-

miendo así las transformaciones que en

poco más de diez años se han dispensa-

do con su propio esfuerzo.

Es que entre 1999, cuando quebró una

gran empresa de té, en la que Teófilo Al-

bornoz trabajó veinte años, sin recibir ni

siquiera una indemnización, y 2010, por

sus ojos han pasado las más variadas

imágenes del asombro. “sin trabajo, qué me quedaba sino mirar a mi cha-cra y sembrar productos de pan lle-var, un poco de café y también coca, para susbsistir”.

los hijos del cambio

tEófilo albornoz

Page 130: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

127crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

los líderes de estos caseríos. así for-mamos la cooperativa La divisoria con 109 socios”.

Un año después hizo su aparición el Pro-

grama de Desarrollo Alternativo (2003) y

ni siquiera fueron convencidos de renun-

ciar a la coca. Lo hicieron de inmediato al

saber que el programa había aceptado,

como parte del convenio, sus sugerencias:

rehabilitar la estratégica trocha carrozable

que los vincula con Tingo María y Aguaytía

e instalarles café (1 hectárea por familia),

además de otros beneficios sociales.

“Lo que no sabíamos es que con el pda tendríamos capacitaciones, escuelas de campo que nos han llevado a produ-cir plantas de gran calidad. Hoy ven-demos café de tres calidades y no nos preocupa la bajada de precios porque ya nos hemos asegurado por varios años. nuestros compradores están en Japón, en eeuu y alemania, nuestra cooperativa se encarga de encontrar los mercados”, explica, agregando que,

como parte de la capacitación, en los

próximos días se encargarán de aprender

a preparar un abono orgánico mejorado.

Teófilo Albornoz ya cuenta con 3 hectá-

reas de café y produce dos toneladas en

cada una de ellas como promedio. “con ese dinero he construido mi casa, y mis hijos están estudiando. ya el mayor está por ingresar a la univer-sidad de tingo maría, los otros están en la secundaria” -expresa con júbilo.

“con el pda los cambios fueron en muchos sentidos. cuidamos el me-dio ambiente, el agua la mantenemos limpia, construyendo pozos de agua miel para no contaminar nuestros riachuelos y estamos reforestando para que no haya derrumbes por las alturas. y las mujeres participan en nuestras organizaciones con ple-nos derechos. esos son cambios que el café nos ha dado. somos hijos del cambio, esa es la verdad”.

Ya tenía cuatro hijos y así como cuando

los años de la violencia subversiva no

dejaron más que escombros y muerte

(dos de los primos del señor Albornoz

fueron asesinados por Sendero Lumi-

noso en Boquerón), tampoco en esta

oportunidad quiso renunciar a su cha-

cra. “¿adónde ìbamos a ir? La ciudad es cara, aquí uno va al monte y recoge unas huavas y puede pasar el día”.

Y, como todos, él también se negó a un

destino que parecía desbarrancarlos.

Allí estaba el café para reanimarlos:

aunque ignoraban su manejo, no tenían

asistencia técnica, de algún modo po-

dían venderlo en Tingo María a interme-

diarios que les bajaban el precio y les

engañaban en el pesaje del preciado

cargamento de toda una cosecha. Hasta

que se les ocurrió crear una cooperativa

para defenderse.

“estamos hablando de 2002, todavía había un poco de coca acá, unas 25 hec-táreas, pero ya sabíamos que nos esta-ba perjudicando. así que le metimos más fuerza al café llamando a todos

Page 131: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“Lo de la coca era una batalla perdida, ¿para qué seguir en problemas?, así que visité a la gente animándola a sembrar cacao”

“Lo de la coca era una batalla perdida, ¿para qué seguir en problemas?, así que visité a la gente animándola a sembrar cacao”

Pampayacu, Uchiza, San Martín

46 años

productora dE cacao

gaudEncia florEs

Page 132: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 133: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Después de criar nueve hijos, por el ros-

tro de la señora Gaudencia Flores no

parece asomar la preocupación, sino

el buen humor mientras se moviliza con

una sorprendente agilidad por el sende-

ro de una pronunciada pendiente antes

de ingresar a su chacra. Allí ya asoman

los tallitos de cacao, cultivados como

parte del convenio que 25 familias de

Pampayacu firmaron con USAID en oc-

tubre del año pasado.

Ella es la actual alcaldesa de este ca-

serío en el que alguna vez reinó el nar-

cotraficante Fernando Zevallos, alias

“El Lunarejo”, cuya enorme propiedad

se distingue descarnada y enmoheci-

da, sin puertas ni ventanas, devorada

por la mala hierba. Con estos restos de

un pasado no muy lejano, recorridos

día a día en el trayecto de Uchiza a los

sembríos, ser autoridad en Pampayacu

no es muy fácil. Sin embargo Gauden-

cia Flores es conocida también por su

recio carácter y hablar directo.

“a mí me erradicaron dos veces -in-

terviene con ese acento cantarino de

una habitante original de la amazonía-, eso me cansó, así que visité a la gente animándola a sembrar cacao. Les dije, lo de la coca es una batalla perdida, ¿para qué seguir en problemas?”. Po-

cos la acompañaron (en una comunidad

de 300 familias) a la suscripción del con-

venio, pero paulatinamente hoy se van

sumando más, incluso algunas de ellas lo

hacen con capital propio, como el padre

de la alcaldesa, a quien se le ve junto a

unos peones deshierbando un yucal.

Su entusiasmo por el cacao no es nuevo.

Ya su padre le había cedido una hectárea

donde sembró una variedad criolla cose-

chando el año pasado 100 kilos.

“todavía hay coca pero no es signi-ficativa”, advierte. Y es que sabe que

mencionar Uchiza es proyectar de inme-

diato la imagen del narcotráfico, cuando

lo cierto es que, según los mismos repor-

tes de las Naciones Unidas, la hoja de

coca ilegal, en esta región, ya no excede

el 5% del total de la producción nacional.

la batalla de una alcaldesa

gaudEncia florEs

Page 134: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

131crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

El PDA ha proyectado instalar en Uchiza

800 hectáreas de cacao, 100 hectáreas

de café y apoyo a la actividad ganade-

ra beneficiando así a casi 400 familias,

con una inversión de aproximadamente

dos millones de soles. Estas metas solo

serán posibles con el apoyo de autorida-

des como la alcaldesa Gaudencia Flores

que va de un lado a otro comprometien-

do, animando y despertando el interés

de los productores. “ya estamos parti-cipando en las escuelas de campo, así hemos aprendido a podar las planti-tas, entonces los que no se han inscri-to asisten, quieren participar.”

Sabe que les esperan años complica-

dos, hasta que el cacao y café echen sus

primeros frutos, pero una madre de nue-

ve hijos, a cinco de los cuales tuvo que

criar en Lima cuando la subversión arre-

ció en Uchiza, no se perturba demasia-

do. Tampoco su esposo, un piurano con

quien se casó hace 25 años y es el más

convencido de las bondades del cacao.

“aquí hay de todo para esperar tres años”, agrega como si fuera una

apuesta ya ganada. “esperar apren-diendo es lo mejor que puedo hacer a los 46 años. aún tengo que sacar adelante a mis cuatro hijos peque-ños. Los mayores ya me han prome-tido que van a venir a ayudarme. todos queremos que mi chacra sea el ejemplo. viéndola los demás me van a seguir. ese es mi sueño”.

La verdadera batalla de la alcaldesa no

es con el narcotráfico, sino con los viejos

hábitos de sus vecinos. “estamos acos-tumbrados a la plata fácil, entonces queremos que nos den todo, no pone-mos de nuestra parte. yo les digo, si el pda se comprometió a aportarnos el abono, bienvenido, hagamos lo demás, pero se ponen un poco reticentes”.

“convicción y paciencia” son las con-

signas de la sonriente alcaldesa. Entre

broma y broma, valiéndose de ejemplos

muy simples, la señora logra borrarles la

desconfianza que ella atribuye a la mala

gestión de las anteriores autoridades:

“¿por qué no invertir lo que nos gasta-mos en una fiesta en algo que nos du-rará una vida?”, les pregunta. “ahí es cuando se animan y me dicen hay que buscar al técnico para firmar el conve-nio, incluso va a haber una ampliación para que puedan integrarse más”.

Page 135: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

“usaid, a través del pda, entra justo cuando la gente estaba saliendo de la coca y necesitaba un cultivo que le diera confianza”

Juanjuí, San Martín

43 años

prEsidEntE dE la copErativa acopagro

gonzalo ríos

“usaid, a través del pda, entra justo cuando la gente estaba saliendo de la coca y necesitaba un cultivo que le diera confianza”

Page 136: Cronicas de Un Cambio INTERIORES
Page 137: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

Ríos se dirige a los productores hacien-

do uso de gigantografías, videos y dia-

positivas en Power Point. Este año, les

dice, debemos vender dos mil tonela-

das, ya contamos con mil 500. Uno de

los asistentes interviene diciéndole que

van a lograr esa cifra mientras los demás

apuntan minuciosamente esas directi-

vas en sus cuadernos.

¿Cuál fue la clave de este impresionante

avance de Acopagro?

Sin vacilar, Ríos menciona que fue el con-

venio firmado entre su empresa y el Pro-

grama de Desarrollo Alternativo (PDA). “el pda entra justo cuando la gente estaba saliendo de la coca y necesitaba un cul-tivo que le diera confianza. Habíamos comenzado con naciones unidas, pero se fue dejándonos en lento crecimiento y un proyecto como este demandaba un acompañamiento con recursos y asis-tencia técnica, algo que no teníamos. el otro factor fue encontrar mercado”.

Sus compradores son empresas de Suiza,

Francia, España y EEUU.

no hay techo para seguir

creciendo

gonzalo ríos

Hace doce años, cuando Gonzalo Ríos

tenía 30 años (había estudiado Economía

en la universidad de Tingo María), llegó a

Juanjuí a asumir el cargo de gerente de

una ilusión llamada Acopagro, una coo-

perativa de agricultores que solo tenía 27

socios. “Quería probar suerte y que-darme un tiempo nomás”.

Hoy sigue conduciendo esa empresa que

tiene mil 340 socios. Otras cifras especta-

culares respaldan su exitosa gestión: hace

doce años colocaban en el mercado 50

toneladas de cacao, hoy llegan a mil 350

toneladas; hace once años vendían 20 mil

dólares, el año pasado vendieron tres mi-

llones y medio de dólares y este año, cuan-

do aún continúa la crisis mundial, piensan

pasar los cinco millones de dólares.

En Bello Horizonte, una comunidad ubi-

cada en la margen izquierda del río Hua-

llabamba, Ríos dicta una charla a medio

centenar de socios en el local de la escue-

la. Un cartel nos informa el motivo de la re-

unión: “2º Encuentro de Cooperativistas”;

en otro se lee: “Bello Horizonte, producien-

do cacao de calidad con mercado seguro”.

Page 138: Cronicas de Un Cambio INTERIORES

135crónicas de un cambiocrónicas de un cambiocrónicas de un cambio

Pero hay otro proyecto novedoso que ya

camina: el de captura de carbono. “el año 2008 un cliente francés, emocio-nado de que los productores estaban reforestando, fundó la ong “pure Project” que ha firmado un convenio con nosotros para sembrar 100 mil árboles de bolaina, paliperro, shaina, capirona, cedro nativo y capirona. será la jubilación de los productores”.

Por “jubilación” Ríos se refiere a que

los productores, que hoy reciben un sol

por cada plantón que siembran, ya tie-

nen asegurado un mercado para vender

los árboles cuando entren en edad de

producción. Estamos hablando de los

próximos diez años.

Como parte del intercambio con “Pure

Project”, tres jóvenes ingenieras agró-

nomas francesas asisten al encuentro

motivando a los niños que pinten la ruti-

na de sus vidas. Sobre una cartulina, el

más inspirado de todos ha relatado con

plumones el diario quehacer de sus pa-

dres: desde la siembra del cacao hasta

su cosecha. En el paisaje recreado no

faltan ni perros ni aves de corral, el río

corre zigzagueante dividiendo los cam-

pos de cacao que solo concluyen al pie

de las formas triangulares de las monta-

ñas. Mientras tanto, en la vida real, sus

padres retornan del puerto de Bello Ho-

rizonte trasladando los plantones.

Cuando habla de su historia personal

Ríos prefiere decir que es una suma de

sacrificios y recompensas: “hay que ir de comunidad en comunidad, de madrugada y a veces bajo la lluvia, motivando a la gente, pero también puedo visitar alemania y Francia”.

Se considera más agricultor que econo-

mista (tiene 3 hectáreas de cacao y 20

de madera) y su sueño es que Acopagro

sea la coperativa número uno del Perú:

“nuestra consigna es buena calidad, ya vendemos con la marca acopagro y no podemos bajar la guardia. en aco-pagro no hay techo, no sabemos cuál es el límite”.

“sin el pda seguiríamos siendo una duda -continúa después de la charla

caminando a lo largo del centro de aco-

pio-. Hoy podemos garantizarle a los productores 92 escuelas de campo (64 de las cuales son brindadas por el pda) que han demostrado ser el mejor sistema de capacitación gru-pal. La enseñanza les entra por los ojos y las manos, eso nunca se olvi-da, a pesar de que se trata de grupos con distinto nivel educativo. Los téc-nicos son bien recibidos, la gente es-cucha lo que le dicen”.

Ríos revela que el futuro se pinta auspicio-

so para los cacaoteros: “Queremos ha-cer una empresa grande con una plan-ta para exportar manteca, pasta, cocoa y polvo de cacao”. Se trata del Consorcio

Amazónico que Acopagro ha creado con

las cooperativas Oro Verde, Divisoria, To-

cache y la empresa chocolatera Agroin-

dustrias Mayo (que produce los choco-

lates “Orquídea”). El proyecto, elaborado

con el Banco Mundial, cuesta tres millones

y medio de dólares y es posible que la mi-

tad lo consigan a través de una donación.

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