arquitectura 222 - 1950

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Caminos cruzados / Dos actitudes y una misma inquietud / Ley de venta de la propiedad por departamentos / Jardines públicos / Bibliograficas / Homenaje al Maestro Carré / Arq. Mario Abadie Santos - Presidente de la Agrupación Universitaria del Uruguay / Distinción al Arq. Horacio Acosta y Lara / Noticias

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Page 1: Arquitectura 222 - 1950

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LA SOCIEDAD DE AIQUITfCTOS

J

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Page 2: Arquitectura 222 - 1950

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Page 3: Arquitectura 222 - 1950

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Page 4: Arquitectura 222 - 1950

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Page 5: Arquitectura 222 - 1950

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~:~ CUALIDADES INSUPERABLES DE LAS LOSAS "DOUBLEX" * 1

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'\. tJl e O\ S r R U e T 1 V A Y EN LAS CUAL E S EL H O R M 1 G O N ,, " }/' ARMA DO HA ENCONTRA DO EL PUN TO

/ '\., MAS ALTO DE SU CONSTAN TE EVOLUCIO N t? ,,

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Lo los o Doublex es uno loso doble, loncha inferior su erior unidos por nervios long itu· dino les y trasversales, lo que permite o sorver os momentos negativos en los o~oyos. la construcción de lo losa doble con la colocación simultánea del elemento hueca, aorra una mano de obra considerable en los armadas de modero y de hierro que se hoce sin disconti­nuidad, distinguiendose por tal concepto de todos los sistemas con bovedillas. Esta cualidad de gran valor técnico y e conómico le permitió obtener lo potente de invención N.o 3 491.

La losa Doublex es la más liviano de to das y su utilización en grandes estructuras a.ha rro un porcenta je elevado de hormigón y de hie rro, d isminuyendo los secciones de todos los elementos con!tructivos Tiene el mismo peso que la losa maciza y 150 kilos menos por mt.2

que los tipos de bove-:lillas más livianos, considerando que en estos casos son necesa rios re llenos de hormigón de la altura de lo losa, lo que incre menta en for ma notab le el peso propio del sistema y en consecuencia los se cciones de vigas, pilares y cimientos.

Lo losa Doublex es la único que permite salvar grandes luces en forma económica. El enco­frado es simple y rá pido, sin vigas, por lo tanto el ahorro de mano de obra y madera es muy importante y permite una rapidez en la construcción de lo e structura muy superior a cualquier otro sistema. Por tal motivo su empleo es muy recomendable en los proyectos de edificios industriales, comerciales, garages, mercados, escuelas, hospitales, cuarteles, bancos, iglesias, estaciones, hoteles, edificios poro apartamentos, etc.

La losa Doublex se construye fácilmente con los moldes Doublex, especialmente diseña dos y fabricados paro este tipo de losas. Su peso es ínfimo desde 14 a 25 kilos por mt. 2, en los moldes más grandes. Su transporte y ma nipuleo, debido a su adecuada longitud (2.2 0 y 250. de largo) es notableme nte focil y económico, debiendose desto car los fletes reducidos pa ra obras en compaña, 5 (cinco) veces más baroto y seguro que el tra nsporte de bovedillas,

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Page 6: Arquitectura 222 - 1950

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Page 7: Arquitectura 222 - 1950

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Page 8: Arquitectura 222 - 1950

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Page 9: Arquitectura 222 - 1950

Ensayo de un pi 1 o te previsto por

Viermond S. A . para 30 t.

O BRA : Grupo de Viviendas propiedad del Instituto Nacional de Viviendas Económicas, u bicado en M •

Stagnaro de M unar, Caseros y Perna.

Conclusiones del i nforme del Jefe del 1 nstituto de Estática de la Facultad de 1 ngeniería, 1 ng. Jul io

R ica ldoni:

a ) Limite elástico

b ) Flexibilidad en el período e lástico

e) - Carga de fluencia ..

d ) - Carga máx. P. máx. (estimada) . .

e) - Re lación ( F. rem ) ( para 110 t .) F . máx

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Page 10: Arquitectura 222 - 1950

Prefabricados de Hormigón

R. O. S. A. BLO[JUES - T ICHOLOS - BOVED I LLAS - Lr:J::: ,c... N EV~DA

* E n t r e p i s o '. R O A C O 1v1 E T T A '.

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Page 11: Arquitectura 222 - 1950

ED IFI CIO

AUTOMOVIL CLUB DEL URUGUAY

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Page 12: Arquitectura 222 - 1950

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Page 13: Arquitectura 222 - 1950

Quien Siembra HOY Recogerá MAÑANA La comodidad será la consigna del futuro . . cada día se hace más insistente la demanda por hogares, oficinas y centros de diversiones con un ambiente agradable . tal como lo pw po1 ciona el aire aco ndicionado. AHORA es la ocasiSn de proyectar el buen negocio del mañana.

Los ingenieros. arquit2ctos, conlratista5 y pro pie!arios son los primeros en reconocer la nueva tendencia hacia una v:da más higiénica. más agradable, más cómoda. P or eso . entre les adelantos del edificio futu ro . el aire acondi­cionado está en primera fila . . .

West:nghouse ocupa un lugar prominente en la ciencia del acond .~ionl­mient o de aire. habiend o dedicado a ella muchos años de invcsti ~nción y pe­ricia ingenieril que a ho ra se traducen en mejores equipos del mañanJ.

No ohide que Westinghouse pone a su disposció n la gran experie ncia de sus ingenieros. y sus envidiables adcbntos en el ccond"cionamiento de aire.

Cor.1o represen¡antes exclusivos de Wes1¡ngho usc, le invitamos a vis1tarno s

para cuando necesite proyectos y presupuestes sobre inst ak :iones pa ra acon­dicionamiento de a ire.

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Page 14: Arquitectura 222 - 1950

SOCIEDAD DE ARQ UITE C TOS DEL URU GUAY F U DADA EL 2 2 DE MAYO DE 1914

AGRAC I ADA 1464 14 P I SO TE L EFONO 8 02 59

SOC I OS F ¿,· .\ D A IJ O R E S

A costa y Lar·a, Horacio

Arrarte Victoria, Luis

Arteaga, Juan José de

Baldomir, Alfred o t Baroffio, Eugenio P.

Berro, Román

Capurro, F ernando

Gómez F erre r, F i l isberto

H err era Arraga, José P.

Delgado, J uan M . t F aget, Raú l J . F er nández, L uis G.

Geran io, Si l v io t

L erena A cevedo, R aúl

M endív i l , Rodolfo t N ovoa Courrás, Diego

Peclemont e, J uan J.

Pra t, Pedro t Ricci y Tori bio, Car los t Sambucetti , Octavi o +

Vásquez V arela, Jaco bo

V ázquez, Antonio.

Boix, Elzeario

Bonaba, Amér ico t Campos, Alfredo R.

Arq.

L asala, F r an:is:o

L erena Joa nicó, Cándido t M athuri n Lecoq, M arcelo

( .' O .ll 1 T ¡.: ¡~· J E C U T 1 J' O

Presidente 1 nt erino . . .... . . . Arq. A 1 berto Aguerre

Vice - Pte. 1." Mario Abad ie Santos

2." Miguel A . Gori Salvo

Secretario General . . . . .. . .... , Luis García Pardo

Tesorero A lfredo de Cores

Secretario de Act as .. ....... , Ruben Per l ini

Admin istrativo Sa ntiago O 1 iver

C O .\ S E J O n t; /, 1 R E R A 1' 1 1. O

J u l io Butl er A rq. M ario J aureguy

Au gusto Butl er Fern ando Li etti

J orge Bon ino A r químides M ant a

Vicente Colo m Jua n M . Muracciole

O mar Degiorgis Car los Ott

Ju l io Duhalde Antonio P ietropint o

H éctor Guerra Carlos Viol a

A sesor L etrado : D r. Lu is L. Dayvie r e

.4 R(,J l'I TECTCRA

Or gano Ofic ia l de la SOC I E DAD DE A R Q UITECTOS

Fundzda en Set iembre c! e 19 14

DI R ECT O R

Arqto. Juan A . Scasso

Page 15: Arquitectura 222 - 1950

RE D A CCIO N

• AR~UIT[CTURA ORGANO OFICIAL DE LA SOCIEDAD D E ARQU ITE CTOS D EL URU G UA Y

FUNDADA E N SETIEMBRE O E 1 9 1 4

DIRECTOR: Arqro. J. A. SCASSO iiDACIOR RE5rllN!A811

J U L 1 O AGOST O 9 5o

SUMARIO Págs.

CAMINOS CRUZADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

DOS ACTITUDES Y UNA MISMA INQUIETUD . . . . . . . . 17

LEY DE VENTA DE LA PROPIEDAD POR DEPARTA-MENTOS ......................................... 24

JARDINES PUBLICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

BIBLIOGRAFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

HOMENAJ E AL MAESTRO CARRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

ARQ. MARIO ABADIE SANTOS - PRESIDENTE DE LA AGRUPACION UNIVERSITARIA DEL URUGUAY . . 39

DISTINCION AL ARQ. HORACIO ACOSTA Y LARA 40

NOTICIAS:

Concurso de Anteproyectos para las Escuelas N• 24 y 78 41

Becas Americanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Despedida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

Colegio de Jurados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

Distinciones otorgadas al Uruguay en la VII Exposi-ción Panamericana de Arquitectura y Urbanismo . . 43

AD MI N IS !R AC I O N ;

AGRACIADA 1464 p. 1 4 T ELEFONO 8 02 59

S U S e R r e O N S

P o R 6 MEs Es S 6. 5 0- I NT. E x r . 6.00 PoR 1 AFi o S 9 .00- I N T . E x r . 1 0.00 P oR N .o I N T . $ 1. 00- P oR N .o E xr. 1. 5 0

CA S ILLA D E C ORR E O 176

Page 16: Arquitectura 222 - 1950

CAMINOS Creíamo ya desaparecidos para siem pre e n nuest ro

ambiente los síntomas de un mal q ue, en su tiem po. afectó la franca y progre iva acción de nue tro ~remw. Creíamos de vanecid os lo · últimos resabios de senti­mie n to anacrónicos que impedía n hacer a rq uitectura sin a justarse a los m olde del pasado. l\l ás aún, c re ía mos ya to ta lmente m uerta po r na tural a¡¡:o tamiento la pol ,~ ­m ica en tre los q ue por vocació n ro mántica ó lo viven e in tentan e tern izar e l pasado y los que, a cada insta n te, buscan una lógica concordancia, una bell a a rm on ía y un justo equili brio, entre la vida y la ex presión artí~­tica q ue da fo rma a sus man ifestaciones y hace perd u­rable e l entimiento y la ac titu d del hombre.

P ero no, desgraciadamente nuestras creencias eran fa lsas. Bastó para evidencia rlo la desafortunada inicia­tiva de la I nte nd encia de Ma ldonado, al p ro mo ver e l co ncurso público para la Casa Mu nicipa l y adm iti r, ~i se q u iere hasta estimu lar, la po ibilid ad de usa r e l esti­lo coloni al ya q ue " } la ldomulo es una ciudad q ue po­see caractcrí ticas co lon ia les"', se~ún la pa lab ra oficial insertada en el p rogra ma.

Es un extem poráneo ~ lamentable salto a t rús del q ue debemo re po nerno p ro nto para evi ta r m a les m a­vores. . RQUl TECTUR A hará sentir su pensa miento lim-

DICE EL R. F RA:\'C ISCO lVI AZZO~ I E:\" EL

SUPLEMENTO DE "EL D íA" DEL 8/ l 950 E:\"

N ARTÍCULO " I MAGEN DE }fALOO~ADO".

"Al comentar este tema y pedir que se utilice el ·'estilo colonial" no entramos a plantear un problema de estilos, asunto propio para una aclaración dirigida a artistas, y que­remos además que se entienda que deseamos alejarnos, en un todo, de lo que constituye la técnico de la arquitectura. Aquí lo que se defiende es la fiso nomía y el alma del pue­blo de Maldonado. Creemos más: los que no han conocido esta ciudad antes de la invasión de formas nuevas, no pue­den saber de la fisonomía de este pueblo; Jos que las cono­cieron, saben que tenía un "algo" un "aire" - lo que en el dictamen del jurado del concurso llaman "imponderables" -surgido de una suma de valores cuya resultante es, por ra­ro efecto, un total mayor y diferente de cuantos sumando se quieran enumerar.

El punto neurálgico del tema se pondría en evidencia al preguntar a cualquiera persona, y con más razón a los mis­mos arquitectos, si saben o conocen cuál era el edificio que ocupó el antiguo cabildo de Maldonado y qué líneas estilísti­cas tenía. Sólo así se podría entrar a hablar de la tradición que corresponde al edificio para determinar si las nuevas formas Jo suman, lo insumen o lo restan del "imponderable" que tratamos "antiguos" y "modernos" de incorporar a nues­tras tesis. Pero estamos seguros que en vano sería la bús­queda pues si bien el hallazgo objetivo es muy difícil (por nuestra parte podríamos afirmar, casi, cuál era y en qué lugar se hallaba) la línea propia de un edificio determinado no nos interesa. Lo que debe respetarse es este "aire" local, esta fisonomía que puede documentarse por analogía y no fallará en algún detalle.

14

CRUZADOS pio, claro y sano para q ue se vuelva a la bue na senda y pa ra q ue se r eto rne al optimismo : no ti ene que que­dar ni r astro de esta incidencia y Ja o po rtunidad debe ser b ien aprovech ada para dar un paso má e~u ro, m ás decid ido y de m á l a r~o alcance, hacia la a rq uitectun m oderna, contem poránea, limpia y que nos deleite, al ve r en ella m ancomu nados nuestra vid a ac tual, nuest ra técnica actu a 1, nuest ro sen ti mi en lo actu a l.

Esperamos que en esta cruzada la acompa íie n lo­dos lo colegas, no sólo con la expresión co rd ia l de H l

apo~ o, sino entrando pron to y decid idam ente e n la ac­ción, enviándonos la exposición de sus ideas que inser­t aremos cada vez con ma~or satisfacción cuanto mú,­netos, resueltos Y bien inspi rados sean los co nceptos.

• Tres escrito nos perm iti rán ex poner e l confli cto

,. su alcances . Todos e1lo, ca 1 imultáneos, a parec ie ron <'n la

pren a a raíz de aq ue l concurso: queda en p rimer tér­mino pla nteado e l p ro blema por un escritor no p rof<'­siona l y en segund o lug:ar, b ie n concre tada la o pi nió n de mu ch os arq ui tectos, en la franca y cú lid a expresión de dos colegas .

Por esta razón merece más de un comentario la posi­ción del jurado al afirmar que en esta ciudad no se debe tratar de "recomponer un esti lo que casi no existe". Los antecedentes son, por lo contrario, abundantes, y, el más importante, el propio y primitivo edificio del Cabildo, que se sabe existió, pero permanece desconocido. El esfuerzo de los arquitectos debería ser dirigido a buscar todos estos ele­mentos "histórico-sociales" y si, después de su detenido es­tudio, no se hallara suficiente mérito ... habría que afirmar que muy mal haría el Municipio en decretar un palacio di­sonante en su grandeza para un pueblo que no lo debe tener. Porque así no continuaría la lección de la historia sino que exhibiríamos un afán megalómano. Más conducente sería en­tonces, levantar este edificio, si se le quiere dar carácter moderno representativo de esta época, en otro sitio que no fuera el mismo centro de la ciudad, en donde nada afecta­ría que se ut ilizara cualquier estilo.

E l jurado cita, como al pasar, estos antecedentes: " La voz del pasado -dice- se refleja aún hoy en Ma ldonado, en algú n edificio religioso, en otro s imbólico, y especialmente en la arquitectura domést ica. . . por la valo ración colorista de las formas geomét ricas simples que se si ntet izan en prismas ... "

Las formas actuales tienen mucho de efímero porque están inspiradas y permitidas en gran parte por la calidad del material, -cemento armado,- sustituible por otros ma­teriales modernos que ya se apuntan. Cada uno traerá su exigencia constructiva. La vieja arquitectura no se basaba sino en la naturaleza, materiales primarios, no elaborados. que llevan consigo el signo de la eternidad. Un estilo que dia a día va cambiando no puede subrogarse como con de­recho propio y lenguaje único de expresión, frente a las otras formas, que si bien han pasado. arrast ran consigo la tradición de un pueblo. Es la última página de historia ,-¡ya

Page 17: Arquitectura 222 - 1950

que nos resta y que más tarde sólo nos sería posible evo­carla y llorar sobre ella en algún grabado que no tiene la fuerza convincente que posea la más perdurable de las artes: la arquitectura.

• E '-PRF!:- \ EL \HQC IT ECTO F. GA HCÍA EsTEBA!\" E~ EL M IS­

:\IO ~Ú,I ERO DEL St.:PLE:\I E.:\TO

DE "EL D íA'' co~ EL TÍTt.:Lo

DF: "APOSTILL \~ sonnE An­QL ITECTLJ RA".

"Los amaneramientos plásticos del siglo XIX son un to­que de antención en la historia de la humanidad porque trasunta fielmente el desconocimiento de una etapa grave, crí tica en la evolución del hombre. Es la etapa que contuvo a l divorcio insólito de la mente y el sentimiento, que asistió a todas las grandes conquistas científicas, técnicas y socia­les que constituyen la base del mundo actual y que satisfizo su inquietud espiritual con débiles copias escenográficas de edificios del pasado. Los nuevos programas arquitectónicos se plantearon como resonancias de actitudes históricamente torpes, mientras se cerraban los ojos a las posibilidades de las nuevas técnicas, a los imperativos de la revolución ma­quinista e industrial, a la presencia imperiosa de un nuevo sentimiento socia l.

Los griegos no copiaron a los egipcios porque tenían en sus manos un concepto diferente del mundo y la arquitec­tura había de albergarlo; los hombres medievales no copia­ron a los romanos; y hasta los romanos y los renacentistas, que presumieron de seguir viejas huellas lograron nuevas respuestas a rquitectónicas para la nueva vida que estaban desarrollando. Todas las etapas del pasado fueron modernas en su momento. Y la arquitectura, tan ligada a lo vital, se leva ntaba en magnífica consonancia con su época. Porque la arquitectura es el gran a rte de los sentimientos colectivos. Sólo el siglo pasado, en una actitud que persiste desgraciada­mente en algunos sectores, promovió un complejo muestrario de enormes juguetes pasatistas. Hasta que las estaciones de ferrocarril no admitieron definirse como viejas termas ro­manas, ni los garajes como fortaleza asirias, ni los Congresos como palacios principales. La arquitectura moderna es una arquitectura diferente a la arquitectura pasada, porque e l mundo moderno es dife ren te. Viejos resabios ochocentistas detienen, desgraciadamente, el nuevo lenguaje de las formas. Los estados siguen presumiendo de neoclasicismo, los parti­culares continúan pervitiendo a la democracia con su rancio sentido de aristocracia barata. Por eso se admite aún con admiración a bancos y palacios gubernamenta­les concebidos con moldes de etapas históricas inexistentes. Por eso, la vida moderna, de automóviles, ascensores, máqui­nas de escribir, etc., s igue cubriéndose con "estilos" trasno­chados que reciben los epítetos sociales y falsos de "francés", " inglés", "andaluz", etc. Y así el mundo de hoy que se pre­senta como la gran etapa histórica de las colectividades, que busca perder el acento de lo personal para abarcar aguda­mente el planeamiento de lo humano en sus aspectos más ampl ios pierde todavía la posibilidad que para expresarse le da el a r te que justamente podría ser su intérprete: la ar­qui tectura.

El hecho es particularmente grave en nuestro medio donde no existe una imposición formal h istórica que justi­fique en algún aspecto un acomodamiento a cánones pasa­t istas o regiona les. Pero acostumbrados a seguir a la zaga del movimiento europeo hasta en sus errores, se ha embar­cado a la mayor parte de nuestra arquitectura en una revi­sión de estilos trasplantados que elimina la posibilidad de lograr un perfil a la ciudad y, encima, se magnifica la ex is­tencia de lo colonia l hasta querer imponerlo como norma de la plástica edilicia de nuestros dfas. Cabria, en este último sentido, recordar el ejemplo de Ouro Preto, en Brasil y. si se quiere seguir a Europa, traer a primer plano el ejem­plo magnifico de la Holanda reconstruida. Allí donde la tra­dición se hace sentir vigorosamente, el fervor de la \"ida moderna que en el país se plantea. promueve a las grandes realizaciones que condicen con el tiempo presente. Un soplo de juventud, de afirmación, nutre nuevamente al sufrido pue­blo que, en d iscordancia con los grandes Estados europeos, mira con optimismo al presente y al futuro. La arquitectura, lógicamente, hace sentir esa actitud. Esto ha permitido los

grandes edificios del "grupo de los nuevos" que, oponiéndose a la corriente academista quiere imponer en lo formal el espíritu que los anima.

Mirar hacia atrás, bucear en lo histórico, es lo contrario de lo que e l sig lo XIX enseñ ó a hacer: copiar estilos, hacer histo ricismo plástico, es nega r la fuerza permanente de la historia. Negar la fue rza en nuestro tiempo presente es pe r­der conciencia de nuestro valor humano".

• R EPLICA EL ARQ UITECTO L. c. A RTLJCIO EN LJN ARTÍCULO:

" IJ EFE SA DF: LA A nQ LJ ITEC­

TL RA ACT AL" E ' " :\rARCIIA"

DEL 13 l / 950.

"No hace mucho, leyendo las bases para el concurso or­ganizado por la Intendencia de Maldonado para su sede, vimos con sorpresa que en uno de los artículos se dice, con el sencillo tono con que se estampan otras exigencias o sugestio­nes: "Siendo Maldonado una ciudad que posee características coloniales, se sugiere, sm establecerlo con car ácter impe­rativo, la posibilidad de usar ese estilo". Analicemos un poco la gravedad del hecho. No nos parece ni siquiera serio asignar a la ciudad de Maldonado carácter de ciudad co­lonial. ¿Dónde está lo colonial? ¿Acaso en el trazado orto­gonal lamentablemente simple, sin accidentes ni encantos imprevistos? ¿Se pretenderá tal vez hallarlo en la existen­cia de una iglesia digna, y merecedora de cuidado y restau­ración, pero que no pasa de ser un monumento aislado? ¿O en alguna que otra vieja casona, o en a lgún muro encalado que cierra un terreno? Nada de eso t iene entidad suficiente como para que asignemos a l a ciudad carácter colonial do­minante.

Lo único que puede tener de valioso una ciudad cual­quiera, para un paseo de tipo romántico-his tórico, es la au­tenticidad. Conocemos el encanto de pasearse por las calle­juelas llenas de mister io y evocación de las medievales Es­trasburgo y Clermont-Ferrand; o por la adusta P eruggia, entre medieval y renacentista; o por Avila, auster a y silen­ciosa. Alli todo es auténtico y está densamente cargado de historia. El peso de lo histórico se funde con lo estético, que existe sin duda, aunque no tanto como a menudo a fi r ma el viajero desprevenido y de esa fusión sa le algo que suele calificarse muy ligeramente como pura experiencia estética. ¿Qué quedaría de Peruggia, de Avila, o de Estrasburgo, si se les quita la autenticidad ? Un or ganismo sin razón vita l en el pasado, sin nervio y sin almal P uede uno aproximarse al grado de ridículo que supone el falseamiento de lo autént i­co preguntándose qué le ocurriría si luego de un silencioso paseo por las orillas del Escalda, en Gante, alguien le dijera al oído: "Sí, esto es muy medieval, pero ha sido construido hace veinte años". La rebelión con tra el engaño y la fa lse­dad serían suficientes para anular el instante vivido en la contemplación sin concepto.

Con la arquitectura sucede algo muy particular. Nos des­place en nuestra vida corr iente todo lo que no sea modern i­dad; pero a veces nos ocurre querer nuestr a casa en estilo del siglo XVIII. En esa envolutra del pasado pr etendemos introducir todo lo que esta época nos puede dar: el ascensor, la lamparilla eléctrica, el horno automático con aparato de relojería. Es posible que hayamos perdido el sentido de lo coherente.

Que el arte es un medio de expresión es algo que no se discute. Tampoco, que la arquitectura es un arte, y de to­das las artes la que arraiga más hondo en lo socia l. E n la satisfacción de necesidades sociales está la razón de su exis­tencia. Podríamos decir, con Heyde, que el objeto estético es la suma de un objeto físico más un valor . En el caso de la arquitectura tal objeto físico es, además, objeto útil. Y por esa utilidad, precisamente, se entronca el edificio dos ,·eces con la vida. Por ser valor estético es expresión de artista; por ser objeto útil, es cosa de hombres de una época, con necesidades precisas, con ideales de vida determinados. Dos veces, pues, la arquitectura es cosa de expresión : dos 'eces también la arquitectura es vida; pero vida actual o vida histórica que fué actual también en su momento, y por ello nos lleva el interés hacia lo pretérito. Arquitectu ra sin au­tenticidad, en e l doble sentido en que la dejamos planteada, no es arquitectura ; es la a rmazón deleznable de una vida que se inmovi liza en el pasado.

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Page 18: Arquitectura 222 - 1950

El s iglo XIX dejó en todo le mundo occidental un lega­do de falsedad arquitectónica. En andas del poderoso im­pulso de los estudios históricos y de la fundación de la his­toria como ciencia de investigación, vino a los hombres un conocimiento del pasado arquitectónico. Lo peor es que ese exceso de erudición incidió pesadamente sobre lo creativo, condicionándolo en sus formas. Así nació esa eclética a rqui­tectura "fin de siglo", de cuya modalidad imitadora de to­dos los estilos es buen ejemplo cierta parte de la vieja A\·e­nida Agraciada, en que desenfadadamente se ordenan en serie arquitecturas moriscas, dieciochescas, góticas y chinas, nacidas contemporáneamente con el edificio de traza pala­cial italiana ubicado en 18 de Julio y Andes, donde está ahora la confitería City.

La humanidad de este siglo está asistiendo a un hecho artístico de singular trascendencia, que no obstante, suele pasar inadvertido. Nuestra época, es, después del gótico la primera que puede ufanarse de haber creado una arqui­tectura. Sustancialmente hay en la historia de la arquitectura tres grandes momentos: Jo griego, lo gótico y lo actual. Pero dejemos este vasto tema intacto para un posterior desa rrollo y limitémonos a reconocer la seriedad del instante que vi­\'imos. Desconocerla es fatal para la \'aloración de los es­fuerzos contemporáneos; afirmarla y trabajar con el espí­ritu juvenil de un siglo creador es hacer obra de bien.

El impetuoso impulso de la arquitectura nueva, que se cumpliera a principios del siglo XX, se llevó por delante todo aquel desconcierto del s iglo XIX. Nuestra arquitectura nacional estuvo con la vangua rdia por algún tiempo. Era aquella una época de transición, pero cualquier obsen·ador sagaz allá por e l 1930, hubiera visto complacido que el nue\'o espíritu iba haciendo camino por debajo de la \·ulgaridad de las primeras formas renovadoras.

El sentido de la nueva arquitectura fué evolucionando en todo el mundo hacia formas más puras y raciona les, con el correr del tiempo. La teoría más honda se fué concretan­do en realidades. Cesó entonces la desorientación del pe­ríodo de pasaje, y en su lugar pudo entrc\'erse una ruta se­gura. Estados Unidos, Suiza, Holanda, Italia , s iguieron con ritmo constante y empuje sólido las sendas de una evolu­ción persistente. El Brasil, que en el año 1935 tímidamente ensayaba sus primeros pasos en la arquitectura del s iglo, aceleró su marcha bajo la conducción de grandes arquitectos como Niemayer, Lucio Costa y otros, hasta el punto de en­contrarse hoy, con los mejores, a la cabeza del movimiento. Nuestro país quedó lamentab lemente rezagado. Tuvimos ventajas en la partida; pe ro nos estancamos, mientras otros continuaron avanzando.

Lo que en cierto momento pudo parecer sólo parálisis es ahora, en demasiados casos, franca reacción. Cada vez adquiere mayor gravedad el impulso reaccionario. Por todo el territorio nacional surgen grandes construcciones s in sen­tido actual, inadecuadas. Se corre el riesgo de caer en otro "fin de siglo" lamentable. Los arquitectos que sienten la mo­dernidad como imperativo están en el trance de redoblar su esfuerzo. Aquellos del 1900 se formaron en una escuela his­toricista y por muy falso que fuera lo que hacían, en algunos casos por lo menos, estaba bien hecho, dentro de normas estilisticas. En una palabra, eran "buenas imitaciones". Ahora ni eso. La falta de una sólida preparación en el cono­cimiento de Jos estilos pasados hace que las imitaciones de hoy, además de falsas, sean deplorablemente malas hasta como imitaciones: incorrectas en sus formas globales, for­zadas en sus proporciones. que revelan un imposible empeño por adaptar lo viejo a la nueva función; híbridas en los per­files y en los detalles.

La arquitectura de hoy quiere integrarse como expre­sión artística y como organización funcional , a otro arte que cobra nuevo sentido en este siglo: el urbanismo. El ur­banismo es una maravillosa y sorprendente actividad crea­tiva de nuestra é poca. El edificio, que para el arquitecto es finalidad ,deviene simple materia prima para el urbanista. Trabajar con obras de a rte: ese es su destino. Nada de la arquitectura le es ajeno, por consiguiente.

Su drama, en la corrección de ciudades existentes, es el de operar contra los intereses creados, la incomprensión y la incultura. Nuestra época no tiene la unidad ideológica de otras. Su complejidad, en la que radica acaso su esencia más valiosa , obliga al urbanista a proceder con cautela. Todo e ra mucho más simple e n la época de Pericles o en la Edad Media gótica. Polémica si, la había, y mucha; pero la huma­nidad se movía en un círculo de ideas más coherente que el nuestro. La Acrópolis de Atenas era el luga r por excelencia

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de la ciudad, así como la Catedral y el Palacio Comunal fueron el centro de organización de la vida urbana en la Baja Edad Media. Nada entraba en conflicto plástico con los edificios rectores. Un mismo espíritu animaba todas las fo rmas. Ahora es diferente: los edificios compiten entre si; la iniciativa privada desborda frecuentemente a la oficial. Además, tenemos lo histórico para conservar. Todo ello acarrea desorden : pero todo puede ser reducido a orden: el de la ciudad planeada como unidad, como conjunto. Vaya­mos a la obra de arte por nue\·os caminos. Ese ha de ser nuPstro mejor destino.

El concurso para la Intendencia de Maldonado, que nos sirvió de compás inicial en este artículo tiene, pues, singular gravedad, porque es llover sobre mojado. Revela una etapa más en la peligrosa corriente descendente. Es un signo, y como tal nos alarma. El primer premio fué declarado de­sierto; el segundo correspondió a un proyecto de arquitec­tura no colonial. Si el jurado desoyó la sugestión del llama­ruado a concurso, queda, en cambio, el valor s ignificati\·o de las bases, para alarma de los espíritus nuevos.

No podría terminar este apresurado comentario sin al ­guna puntualización más. Lejos estamos de predicar la des­trucción de lo viejo valioso. Que en buena hora se conser­ve al antiguo ba rrio de Colonia ; que se mantengan algunos caserones del Salto, de Melo; que se cuide ce losamente lo que Maldonado tiene de colonia ; pero que cua ndo se haga arquitectu ra la oriente el espíritu de los t iempos que co­rren.

Ilay en Amér·ica un alto ejemplo de respeto por el pa­sado Y de modernidad, en paralelo. Ouro Preto, en Brasil, una encantada ciudad colonial de Minas Gereaes, fué decla­rada monumento nacional, para su defensa. La visita que puede hacérsele resul ta inolvida ble. Se vive en ella el am­biente de la colonia portuguesa. Por todos lados se siente el efecto de aquella fiebre del oro en que se agitaron sus ha­bitantes a fines del siglo XVIII. Sorprende el lujo de sus iglesias, la recia composición de la Casa de la Moneda, la violenta escultura en piedra gris de ese mulato genial que fué el Aleijadinho. Es una obra de arte, por la calidad de sus edi ficos y es, sobre todo, una emocionante posibilidad de inmersión en el pasado. Nada en la ciudad s ilenciosa per­turba la imagen colonial perfecta. Pero cuando se quiso construir allí un hotel para el turismo se le encargó a Nieme­yer, que lo hizo actual, actualisimo. Se le emplazó aislado. para no destrui r el clima de la colonia ; se le ordenó armó­nicamente en el conjunto. Es un edificio muy siglo XX, ajus­tado en sus proporciones, en su masa y en su s implicidad a lo que fué arqui tectura colonial. Para las generaciones que vengan tendrá la t raza y la esencia de la época en que nació como los otros tienen la suya.

En síntesis, pues, la arquitectura actua l no es capricho; es imperat ivo vital y urgente de nuestro t iempo. La actitud más honda y grave de respeto por el pasado consiste, pre­cisamente, en no imitarlo ni fa lsearlo. Como Oouro Pretc. nuestras escasas ciudades con historia pueden defenderla sin sacrificio ni desmedro de la modernidad, que tiene sus dt· rechos bien ganados a s ituarse junto a las más nobles arqu,. tecturas de otros tiempos."

* * * Dentro del ~remio l as ifleas son pues, c la ras y la

expr esión fran ca y te rmin ante. Todo eso de fin e ,. o ri e n­ta un camino muy distinto al que sigue n los qu~, sedu ­c idos por el pa ado, deslumbrados por su esplendor, qu ie ren h acerlo pe rdura r a rti fic ia lmente a través fle todos los tiempos e n la m ás odiosa y repulsiva exc lavitud.

Iu estro camino y el de aque llos, son c ruzados. os h emo encontrado quizá una vez e n el momento de la admiración y respe to de algunas forma p re téricas, pe· r·o no nos quedam os allí, pue nuestro rumbo era o trv y te n íamos afán d e and a r por é l e n procura de una lu­minosa esp e ranza, l a de crea r cu anto ante v con ah in­cada fe, una a rquitectura que al ser actnal ,.sea m ejor .

fu n cionalme nte, plásticamente, económicamente , urbanísticame n lt>. soci almente.

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DOS ACTITUDES Y UNA MISMA INQUIETUD ...........

¡Bienvenida! Bienvenida la sana y viva inquietud que agita d entro)' fuera d e la. Facultad un grupo ele Arquit ectos.

Bienven ida. la prNJf'ttpación ele agru¡mr esfuer=os e ideales comnnes para encaminar. con una acción principista. el ejercir"io de la profesión hacia una orientación m ejor.

Bienvenida. la iniciati va dP organizar y aligercu· la enseñanza ele nuestra Casa de Estudios, para acompasar/a y armonizarla con Pl ritmo ele la v ida moderna.

Dos actitudes y un mismo ¡1ropósito que el gremio debe conocer. estucliar -" a(JOyar.

DECLARACION DE UN GRUPO DE ARQUITECTOS

.\lontevideo, junio 23 de 1950.

Sr. Decano de la Facultad de Arquitectura Arquto. don Amér ico Rica ldoni. Presente.

Sr. Decano :

Un grupo de arquitectos, asociados e impulsados por idearios contemporáneos comunes y a fines viene analizando, desde tiem po atrás, el proceso de la evolu­ción arqui tectónica de nuestro medio, con el objeto de tentar una afirmación de principios que puedan orientar una acción de superación eficaz, dentro del panorama convulsionado y en cierto modo caótico de las activifla­des profesionales y docentes del arquitecto.

Decididos a bregar , en todos los órdenes de tales actividades, esta acción principista se h a ordenado en­cauza ndo la labor analítica en los cinco aspectos con ide­rados como rectores de la evolución arquitectónica con­temporánea: Sociología, Pstética, técnica, ética y docPncia.

Razones de opor tunidad propiciadas por la rea liza­ción del Vll Congreso Panamericano de Arquitectos efectuado, como es noto rio, en la ciud ad de La Haba na, determin aron que las activid ades antes r eferenciad as, fu eran iniciadas con el tema Docencia ; habi éndose arri­bado a la estru cturación de un trabajo que fu p preRen­tado como ponencia a dich o con¡¡re o.

Los que suscribe n, integrantes de l Consejo Dirccti­\O de la Facu lt ad de Arquitectura ~- coau tores de l refe­rido trabajo, con los a rquitectos A lfredo Altamirano y Francisco Villegas Berro, en el entendido q ue el conte­nido del mismo constittl\ e una no rma de finid a d<.' ac­ción, la cua l debe ser co~ocida y si es necesa rio con~idc­rada por el Organismo que in te~ran , mas, en las circun ,~ ­tancias e n que se debate la re form a de l plan de estu­dios de la Facultad y considerando que ello consti tuy<' un aporte el e in terés pa ra la consecn encia de tales fiucs,

creen de l caso e levar d ich a ponencia a l r. Decano, y por su intermedio al Consejo Directivo ele su digna pre­sidencia, en la forma sigui ente :

" Teniend o en cuenta la conclusiones del Vl Con­g re o Panamericano de Arqui tectos efectuado en Lima ; en e l entendido de que para darles sentido práctico es convenien te hacer ciertas puntualizaciones que las afir­men y las complementen, y

CO SlDERA DO:

a) Que entre los numerosos y variados aspectos que presenta la época contemporánea es digna de espe­cial m ención ·la fa lta de acuerdo entre el concepto fl e la vida corrien te, todavía inf1uído por las pragmáticas rom ánticas del siglo pasado, y el que exigen las nuevas posibi lid ades derivadas del complejo proceso técnico actua l.

b ) Que e e desequilibrio es factor pre ponderante en la ¡1;eneral incomprensión del espíritu y las intenciones que anim an la arquitectura contemporánea.

e) Qu e la arquitectura contemporánea debe con­tribuir en un plano superiot· a desarrollar e l sentido lí­rico de la m áquina y a concretar en formas, para e l hombre corriente, e l concepto nuevo de la vida.

d ) Que este concepto de la vida debe o rienta r ne­ce ar iam ente la forma ción flel arquitecto.

e) Que lo factores que inter viene n en la form a­ción del arq uitecto no pueden definirse igualitariamente en todos los ambie ntes, sujeto a esenciales dife rencias de o rden geográfico, social y económico.

f ) Qu e el arquitecto contemporáneo, en su carácter de profesional universita rio, debe ser técnico y contri­buir a encauzar y armonizar el medio huma no en que ac túa.

¡_( ) Que, en cualquier caso, la arq uitectura es siem­pre 1111 medio ,. no un fin.

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Page 20: Arquitectura 222 - 1950

EL Vil CONGRESO PANAMERICANO DE ARQUITECTURA DECLARA:

l. '! Que los planes de estudio que rigen la formaci(m del Arquitecto deben basarse en la obtención. por parte del alumno. de una amplia cultura lwmanís­tica; de un sentido creativo v inculado a la reali­dad lora/ y en el d esarrollo de las aptitudes que exige una alta precisiún técnica.

2.'.. Que es imprescindible proreder a una rigurosa se­lección vocacional del alumnado. como base {Jara una capacitación t>ficiente que atienda al desan·o· /lo de su ¡Jersonalidad.

3.'-' Qu e el Cuerpo Docente debe caracterizarse por su unidad de concepto con respecto a la Arquitectu rct )' a sn enseñanza. lo cual ¡med e estimularse por el cambio periódico d t> ideas y por la discusión de los problemas de la A rquite,· tura y Docencia ..

4.'' Que la Docencia deb(• realizarse en base a la ob­tención por el alumno. de una cultura arquitectó­nica vasta y d e carácter objet i1;o y a una capacidad creadora encauzada dentro d t> una orientación ac­lllal, clara y precisa.

5 ... Q11e debe eli mi nars1• d1• las práclicas clo('('ll I<'S

cn•ativas toda acción pedagógica ecléctica. qu e por admitir criterios arquit ectónicos diferentes impida al alumno la formación ele convicciones. y lo trans­form e en un cínico o simplt>m Pnte en un escéptico in 1 rascenden 1 e.

6.'! Que las prácticas docentes deben tender ('n todo m omento a consolidar la integridad del ('OJH'e(Ji o arquitectónico )' .su ex{!rl'sión tridimensional. La dualidad entre las expresiones funcionales y est f.­ticas no debe llevarse m ás allá d e lo estrictam ente necesan o para at1•nder a las exigencias d e la labor analítica..

7." Qtu• es necesario que las cátl'dras l'SJ)('ciaLizadas st• ( 'O m plemen ten ~~ realicen u na labor con jun la. clesarrnllando sus al'l h ·idacles 1' 11 rirlos com f ile m en·

8.'! Que en todas Las etapas de ia enseñanza debe fo­mentarse, por razones d e cultura y ofirio, la más estre(·ha relación entre la arquitectura y Las otras artes plásticas, con las cuales débese constit11ir un todo de contemporan eidad.

9." Que la elección d t> cátedra por parte d el alumno debe ser un d erecho que afirm e el libre ejercicio de su conciencia y garantice el desarrollo y defini­(·ión cl t> su personalidad.

lO.'! Que la enseñanza debe tender a La formación r·on­ceptual (enseñanza intensiva) y no a la suma o':· conocimientos (enseñanza extensiva ), evitándose la hipertrofia de las cátedras. El tiempo que se d estine al aprendizaje no dl'bP retardar la activ idad profesional, ni impedir que 1'1 estudiante sea en todo momento un ' 'hombrl' d e la rallt>".

)lonteviJeo, marzo de 1950.

E n conocimiento de la proposición que antecede y estando de acuerdo con tod a las partes de su conte nido. declaramo nuestra adhesión, en prueba de lo cua 1 su:>­cribimos:

Arq tos. J. A. Scasso, Ju an R. Me nchaca, Osear Brugnini, Héctor I g: le ias Chaves, C. Andreasen rle ~antamarina, L. antamarina, Ernesto Le boq!ne. Vicente B. Colom, ~l. A. Gori Salvo, Wate r Do­mingo, Juan A. Rius, G. Rodríguez Olivencia, C. Landó, E . M. Quirós, Mario Payssé Reyes, A lberto

ayag:ués Laso, Agustín Carlevaro, F. García F.~ t e­ban, Raúl Alonso Rome lli, Raúl H. Cohe, Ne lson Bavardo, Emilio J . Massobrio, V. Grucci Ramo~. Or~stes Angeleri, J. , cheps, ] uli o C. Abe lla Tría>". A. Granda] de Sch eps, J or¡re Lombarrli y R oberto O. Ri ve ro.

in o tro particular nos es ¡rrato saludar a l scíí or Decano con las expresiones de nuestra m ús alta con~ide­ración ,. es ti m a.

UWPOLDO C. A RTUC/0

tarios d e enseiian zct intensim. C. GOJllEZ GAV AZZO

ANTEPROYECTO DE ORD EN ACION DE

MATERIAS PARA EL NUEVO PLAN DE ESTUDIOS

Síntesis de la exposición del Sr. Consejero Cóme::;, Gm:a::;,::;,o. af·err·a cll•l ordenamien to d t> materias ele qu p es autor. Extracto d el Arta 49a.

Acto seguido se conside ra e l anteproyecto de un nuevo orrlenamiento de las materias del P lan de Estu· dio , formul ado por e l Sr. Consejero don Carlos Gómez Gavazzo. E l Sr . Conseje ro Artucio, sugiere que se pos­te r¡rue la consideración de este punto para la próxima sesión, coloc<1ndose e n primer término del sum ario, por cuanto está sumamente interesado en intervenir en este asunto, y no podrá permanecer en sala más de ]a hora vein tiuna. Por su par te e l Sr. Conseje ro Amenedo advier-

18

le que el Pla n de E studio se h a abordado con mu('ha lentitud y cree que es un punto tan trascedental que re­quie re la mayor atención ; en consecuencia propone qu e a partir de la próxima sesión, se realice una reunión para tra tar este asunto y otra para los de carácter ~ent:'­ral. E l r. Consejero Correa inte rviene para !'eña lar q ue el método de trabajo no e e l más efi cie nte, por cuanto entientle que la labor de las Comisiones es , umame nt e e ficaz para agilitar el <lespach o rl el Consejo.

Page 21: Arquitectura 222 - 1950

SOCIOLOGIA COMPOSICION TECNICA

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Com¡)()sici<)n

D(•cora t it·a

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Decorativa

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CON ST RUCC ION

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• · ~:-::· : ~ :·;.:_.· :'-:.' Arqui tectura ·' • • •• •. ( indil·iduall's 2 :·<"·::.:··.'·>; ~-< ; Lega [. • • • •.. y l•q ui p o l

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. Carpeta Prorcsional

MATEMATI C A

Calculo

Infi n i tesim a l

Est á tica G r áfica.

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Visita . . . . ·a~·. , . . . Obras'.

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H orm igón

Pract icantaM

FACULTAD DE

ARQUITECTURA ~

A~'TE PROYECTO DE ORDENACIOX DE )1 A­T ERJAS P ARA EL NUE­VO PLAX DE ESTUDlOS

-Los ti t u la res en c urs iva, corresponden a las m a t e­r ias actua les que pued en ser absorbid as por otras cáted ras, o que ya lo est án .

- La s materias y cátedras que s e e ncue ntra n e n las mis m a s co lumnas, así co­mo e n las co la t e rales e n­tre ést as, se re lacionan .

Mou t. ju11io 22 - 1950

c. GóMEZ G A \ AZZO

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El Sr. Conseje ro Gómez Gavazzo manifies ta su m ás franca oposición a la SU¡!erencia del ~ r. Consejero Ar­tu cio , subrayando que hay ur¡!encia en c ludiar es te punto a fin de pronunciar e sobre diverso expedientes relacionados con la enseñanza Y e l P lan de Estudios. E l Sr. Consej ero Artucio de laca ¡1ue ha de eaclo encontrar la fórmula de estudiar seriame nt e e l l) lan ¡(e E studios, qne a su juicio es una labo r que requie re cierta conti­nuid ad para hacerla más eficiente y conside ra, adem ás, que el Consejo debe trazarse el propósito de a¡!ilitar las esiones, por cuanto ha observado que asuntos rlc poca

entidad impone n dem asiado tiempo, q ne podría desti­na rse a puntos más importan tes para el interr~ dc la Facultad. Siendo las vein tiun a horas cl Sr . Decano ad­vierte que ha expirado e l plazo rqdameutar io. re~ol­vir ndose por mayoría prorro¡!ar la sesión hasta las ' e in­tid ós. En este instante se retira e l ' r. Arq. Artucio. A continu ación se aprueba también con el mismo quorum la moción del Sr. Consejero Amenedo. respecto a los asuntos que ha de tratar e l Consejo en las próximas ~csiones. Lne~J:O se loma la votación sobre la m oción de l Sr. Conseje ro Artucio pa ra poster¡w r este asunto, re;;ul­lando nt>¡ra ti va por unanimidad.

e

E n consecuencia e l Sr. Dec-ano invi ta al Sr. ConsP­je ro Gómez Gavazzo a for mular una exposición acerca de l anteproyecto que ha presentado. Este co n1ie nza rcla­la nd o la labor que se cumpliera po r la Comisión Espe­cial, y lu ego por e l Con ejo en el p royecto del P lan de Estudios que actua lmente estÚ a consideración de la Coorporación. Comenta así mismo, e l ordenamiento , que !'ra incluido en e l cuadro ante rior, ,. dc las resoluciones que oportunamente el Consejo fu {. adoptando, de ca­rúcte r casi todas ¡rene ra les, sin exi tir pronuncia miento ~obre puntos particulares, procedimiento q ue a su jui­cio dilat aba la consid eración el e e te a nnlo, y recuer­da que por iniciativa suya, se reso lvió hacer un e~tu­dio m ás an alítico r!'spcdo a las materias que se inclu ía n !'11 e l Plan de E studio3. A¡r re¡ra que en la aclll alidad, ese in fo rme sobre el P lan de Estudios ha quedado aparen­te mente un poco olvid ado po r la Coorporación, pero que se han suscitado en cambio un a cantidad de pro­b lc mas re lacionados con la en e ña nza y la docf'ncia que han sido tratados por Com isiones EspPciales, existiendo llluchos info rmes de t'Sla s, y como a ún no ha~· pronu n· ci amiento de estas Comisiones re oluciones d efinida~, n eyó que h abía ll e~J:ado el mome nto ele o rdenar todos c,;los informes y esbozar c l cuad ro c¡ ue ha pre~entarlo a consideración. Seña la así mismos que no ha ~ ido ~~~ propósito hacer un plan de estudios sino simpl emente un ordenamie nto de m ate rias, e n base a todos esos in­fo rmes de Comisiones E specialf's y a distintas SU¡!eren­cias emitid as en e l seno de l Consejo D irectivo, a fin de a¡rilitar de este modo el estudio de un nuevo plan. R e­fif' re lue¡ro que el cuad ro que ha presentad o deli neó pri ncipios ¡renera les, sin particularizar punt os esenci a­lf's que cree ser ún obje to de un estudio e n una sep mda !'lapa. por cuanto existe una d iver idad de ideas, de proposiciones, q ue es necesari o compilar pa ra ll e¡rar a so luciones e ficientes, a unque advie rte que ticn!' la sensación de que todo eso implica un accrca 111ic nto hacia el p lan de estudios que se desf'a. Añade que su propo­·ición invo lucra una cantirl arl de circunstancias que afee­la en muchos ó rde nes el funcionamiento de la F acultad , como las cútedras. los h o ra rios, supre~ ión ,]e ma teri a~.

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etc., y que todos es tos factores form an un proble ma :-11 -

m amente complejo que no creyó so lucionar al prirocipi o rle su o rdenamiento, sino trató de buscar una fó rmu la que permitie ra un a me jo r ordenación de las mater i a~

y su aplicación la m ás inmediata, posible, y que podría ser para el año lectivo próximo. Continúa lu e¡ro advir­tie nd o que en su cuadro cree h aber obviado mu cho:< problemas, y que lo concibió así dejando todos aqu t> ll o~ para hacer un es tudio ulterior, en una etapa posl!' ri o r de complem entación y corrección. P ero es to qu t> ha c-x­puesto, señala, su proposición só lo aspira a de finir 1111 concepto; más bieu, e le¡!ir un camino qu e condu zea a lo que se qu iere ll egar.

• Consid era el Plan rk Estudios ac tua l. lleno d t> C"\1·

¡!encias y obli¡raciones. en e l cual no se encuentra e l 111 Ú~ mínimo tiem po para poder introducir me jo ras rl!'n lro de al¡runa!> mate rias, fundame nta les pa ra e l arq uil <>e lo conle mporánco. :\fa nifi esta que es excesivo el traba jo rle la Facultad , que todos los docentes, los admini ~lra· ti' o~ ~- e l a lumnad o, cumplen ac ti vidade~ tan n utri da~ que k parece absurdo que no pueda existir un min uto libre en los distintos órdenes rl e la vid a de la Facult ad. A¡!re¡!a que t>l alumno vive su vi,l a nad a m ús qu e para la FacultaJ , lo cual inhibe de vivi r fue ra ¡(e ella. Crc-P necesario trocar, en la medida de lo que la realid ad inl ­pone, el inte lecto por la práctica y radica sus espe ra nza~ en este ideal inc lu yend o e l practicantado e n seis n1 e~!'~ que ha previsto u plan, qu e en síntesis re ite ra , es ¡ranar tiempo para la prúctica de la profesión. Continúa ~u

exposición a¡rre¡rando que para conse¡w i r c~ to t>~ nc-ec-­sario la re fundición de cútedras, o ~ea procura r d!'eÍr las cosa ó lo una vez para de jar el tiempo para otra~ actividades esco lares existe utes o nuevas sumanu•nt c- in­dispensab les tal como e l practicante que se proponl' .

E n este m om ento de u extenso comenta rio, recu c- r­rla que en otra oportunidad com entó e l plan d!' la l. n i­,·ersiJ ad de Chile con todos los fa ctores conce rnienl f':­a la formación profesiona l. E n éste se reali zó el conc!'p­to de los estu,lios de Arqui tectura sobre una base de o r· ¡!an ización tle ciclos ele la enseñanza. Ana li1.arlo y f' :<lu­diado es te plan de la Universidatl de Chile, m1w~1ra como se est ructura en forma que el an álisis inicial va t ' ll

red ucción para aumentar la sín tesis a meJida que a\'an­zan los cur os. Conceptúa tambié n que al in¡rrcsar a una Facultad de e ludi o Superiores no se tiene la prepara­ción suficiente para hace r síntt>sis, y por eso entiende que los e ludi os debe n rea lizarse en una escala decrc-­cie n te de lo a na lítico a lo sinté tico, como lo muestra ~> 1

interesante plan de la Unive rsidad de Chile.

Lue¡w entra a explicar que este plan se apo~ a e n tres base fund amentales : la natu ra leza, el h ombre ,. la m ateria. A¡rrega que lrarlu cidos, estos tres factores .da n o rigen a la matemática, la física técnica y la bio lo¡r ía. respectivame nte. Sobre estos tres puntos se levant aba n la:-: tres ari sta de una pirúmide, cuya fo rma traduce e l c-~­quem a o rgúnico del precitado .pl an. Y al!re¡_(a quc e l Vt' rtice e;; el arquitecto integral. cuya preparación !'S c-1 objetivo final de l pl an chile no. Con estos an lecede nl c- ~ ~ con lo que ri ¡!C actualme nte en la Facultad , sin pretc n­de r un proyecto de nuevo Plan de E studio , se lratú d t' construi r e l presen te cuadro, en al¡ro m ás nu estro, y pa ra nosotros concreto y que e n tal form a h a inclu ido como esencial t res conceptos búsicos: la soriología. la rom ¡m·

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srcwn y la técnica. Añade que la relación que existe entre esas tres partes fund amentales es evidente. En­tiende que en las disciplinas docentes lo sociológico y lo técnico están basados en la Composición. Comenta lue­go la distribución de las materia del cuadro, en orden referente a las tres divisiones que ha presentado, mani­festando que e l grupo de la Composición existe una subdivisión, expresión , dond e se señala la po ibi liclad de intensificar una relación con los cursos P reparatorios, lo cual en el caso de organizarse daría resultados bené­ficos para pod er reducir en aspectos importantes de tiempo el plan de estudios. Asimismo expresa el Sr. Con­sejero que en el cuadro se establece un ordenamiento (le las materia y su finalid ad, así como la impor tancia docente de ellas. Emite un extenso comentario sobre el primer semestre Selectivo que ha preparado en la nueva organización y que considera muy necesa rio, aunque tiene e l convencimiento que aparentemente puede le­vantar por su nombre serias resistencias. Pero a~rega q ue este concepto electivo impera en todas las Escuelas q ue han ordenado su plan de estudios y mismo en la nuestra a travé de su régi men "examinista para formar e l tipo ele nuestro arquitecto ideal. Lo importante en este punto nuevo, que ha introducido en su cuadro, es darle u ntono y u n orden a lo selectivo. Refiriéndose a l curso de Composición de Formas, que a su juicio tiene un programa mu y inte resante y que no se cumple, en­tiende que como se dicta en la Facultad es ineficaz y contraproducente, sosteniendo ]a necesidad de modifi­carlo en tono y orden y por esto se le ubica para lela­mente al conocimiento primario de los mate riales.

• Continuado el comentario explicativo de su ante­

proyecto se refi ere al egundo ciclo en el cual se pasa a estudiar Jos edificios, e inclu ye en su proyecto la refun­dición de Proyectos de Composición Decorativa con lo de Arquitectura, para dar en un semestre cabida al cur­so ele Composición ele Formas como introducción. Para­lelamente entiende que deben e tudiarse con más pro­fundid ad los cursos de Teoría e Historia de la Arqui­tectura, dado que ni una ni otra materia pueden dictar e como una simple versión cronológica de hechos, sino que como ya se tiende a ello, deben ser mu cho má am­plias y orientadas hacia una cu ltura integral y básica ele otra ma terias fundam enta les de la profesión.

Afi rma este último juicio en el convencimiento de que la crítica escapa a toda visión de un alumno de pri­mer año, que debe disponer de mucho más tiempo al e jecutar un proyecto ; para que tenga nu1s conciencia de lo que ha planteado y pe rmitirle a su autor poder abor­fla r estudios de constru cción y expresión que en el ré­gimen vigente no pueden cumplir e, pues esto se le exige a un alumno que recién in gre a sin haber cumplido nin­gún ciclo de estud ios de Facu ltad y, por lo tanto, sin estar ca pacitado para la ejecución ele un proyecto de arquitectura. Seguidamente se refiere a las lnstructorías anexadas al Taller de Construcción, que deben desarro­llarse en esa misma aula sobre un proyecto que aba rque todas las disciplinas que concurren a la ejecución del traba jo de construcción. Cree que es fundamental la re­visión y ampliación de l régimen de visitas de obras, qu e deben realizarse en forma m ucho más eficaz para ad­quirir los conocimientos indispensables en una discipli ­na tan básica para la profesión.

Luego pasa al ciclo de Grandes Composiciones, que en su cuadro ha colocado como último ciclo de la ense­ñanza. Expresa que a su juicio el primer trabajo de Arqui tectura de 4.'! año debe absorber el Curso Supe­rior de la Composición Decorativa y el segundo trabajo de la misma materia el cur o P ráctico de Paisajista. Luego sigue con el 5.9 año, proponiendo re fundiciones similares con Decorativa uperior y Urbanismo. Consi­dera que el propósito de estas refundiciones es el de sus­tituir malos esquicios de U rbanismo y Arquitectura co­mo actualmente se hacen, por mejores y más comple to trabajos de Arquitectura. Com pletando su exposición obre e l cuad ro de que es autor, se refiere por último a

Filo ofía del Arte, manifestando que no tiene sentido la inc lu ión de e ta materia en el P lan de estudios y por consecuencia no h a encontrado en él un lu gar definido para incluirla.

Finalmente agrega algunas consideraciones, sinte ti­zand o que u proyecto configura )a eliminación o refun­dición de a lgunas cátedras y el ordenamiento de previa­tucas en forma concordante a lo que dispone el ac tual art. 78 del Reglamento General de la Facultad. Por lo tanto propone que pase de in mediato a estudio de una Comisión que pueda señalar las ventajas e inconvenien­tes del cuadro que ha esbozado y que esta Comisión po­dría ser integrada con un Profesor que represente las asigna turas fundamen tales de cada columna de las in­dicadas en el cuadro y con el Delegado Estudi antil. Agre­~a asimismo, que esta Comisión puede expone r y re­comendar procedimientos q ue tiendan a orientar nue­vas discusiones sobre el tema .

• Al terminar el r . Consejero su brillante exposición,

e l Sr. Consejero Gori alvo sugiere una expresiva felici­tación por la elocuente disertación que ha oído de su autor, lo que el Consejo comparte unánimemente. E l Sr. Decano agrega que además de integrar esa Comisión en la form a propuesta, también cor respondería que se inclu yera a l autor del proyecto, Consejero Gómez Ga­\ azzo. Por su parte el Sr. Dele¡~ado Estudiantil , cree que la actividad de la Comisión no e trab:uía con la inclusión de dos representantes de lo Estudi antes, que tienen un especial inte rés por colaborar en este trasce­flental prob lema y que adem ás tiene la seguridad que ello podría ser un aporte muy valio o y positivo para llegar a conclusiones buenas. Por su parle el Sr. Deca­no manifiesta su di cordancia con e la sugerencia, a fir­mando que la Comisión es delegada del Con ejo Di­rectivo y que a l designar dos e tudiantes y excluir a todo el Cue rpo Docente y profesiona·l, incurrir ía en un ¡!ravc error, adelan tand o que si la Comisión lo estimara conveniente, podría llamar cuando crea necesario a los estudiantes para que aportaran el dato requerido.

Por su parte el Sr. Consejero Amenedo entienrle que si la Comisión tiene un cometid o tan reducido, de considerar so lamente si es viab le o no este plan, no en­tiende por qué puede exc'l uirse a esa representación es­tudiantil. El Sr. Consejero Gómez Gavazzo le aclara al Sr. Amenedo que esbozó este cuadro en forma personal, sin consultar a ninguno de los catedráticos y que, en con ecuencia, necesita el apoyo de una Comisión que ]e diga si pueden ser provechosas la observaciones que en él se han introducido, para después proceder a consul­tar a estudiantes y Profesores, en todo caso para afir-

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m a r mús los princ1p10s. E n definitiva se resue lve por m ayoría de votos, tlesignar esta Comisión i ntegrad a por e l Sr. Decano en ~u ca lidad de Profesor de Teoría de la A rquitectura, el autor de l proyecto, A rq. Gómez Gan1zzo, como tal y como profe or del Grupo de mate rias de Composición a los Sre . Conseje ros Gori Sal vo " Ru bén Correa, como Profesor de Construcción ' De le."<Hio es-tudi antil respectivament e' . · '"

EXTR C'fO DEL ACTA 494

Seguidamente se trata e l segumlo punto de l Su mario. r elacionado con e l informe de la Comisión E specia l q ue co nsideró el nuevo o rdenami ento de m aterias, p revia lectura de l mi smo, e l Sr. Consejero Amenetlo, manifi c~­ta que tenía idea de que e l informe de que se tra ta iba a ser comple to in cluyendo un juicio obre e l o rdena­miento rle materias proyectado e11 e l cuadro así como si e~e modo de agruparlas podía ser viable y ventajo~o para estructu rar un nuevo plan tic es tudios. Finalmen te cree necesario por lo q ue ha expuesto quf' la Comi!'ión fo rmule a lgunas aclaraciones tendientes a amp liar el cometid o que se le asi¡.rnara. E n nombre d f' la misma e l Sr. Conseje ro Correa expone que despuPs de un pro­li jo estudio y análi sis de l cuadro presentado se ilegó a la conc lu ión de que el orde namiento fo rmulado e n e l mis­mo hace viab le ese agrupamie nto de materias, tal com o se plantea en e l ante proyecto de l Sr. Conseje ro Gómez Gavazzo. A¡.r rega que la Comisión en su anúli sis, contem­pló todas las posibilidarle:< de agil itar e l estudio del cua­dro, inisinuando comenzar por la columna central refe­rente a Compo!'ición, en virtud de que ex iste mucho materia l producid o por distintas comisione· ~obrf' las d isciplinas que inc luye e l ¡.rrupo de Composición. Asi­mismo e l r. Conseje ro Gori Sa lvo formu la tambiPn conceptos aclaratorios sobre la labor cumplida por otra comi sión, des tacando q ue la q ue tiene a su e ludio e l a~rupamiento de materia!' ti·cn icas, fu é citada en va ri as oportunidades habi endo comenzado sus tareas, y que en oportunidad de la suspensión de ac tividades escola­res en el mes de julio, ::;e vo lve rú a convocar para abor­dar en definitiva los puntos que tiene a u estudio. E l Sr. Consejero Góm cz Gavazzo ratifi ca que efectiva ment e existen varios info rmes producidos por comisiones par­ciales que se han expedido sobre puntos tan interesantes re lacionarlos con e l grupo de Composición y que este mate rial es la mejor base para comenzar a trabajar. E l Sr . Consejero Amenedo considera que entonces para ac­tivar e l estudio de este plan convendría re unir la Co­misión técnica y formar la J e Sociología, así como re­partir el informe producirlo po r e l r. Consejero Gó­mez Gavazzo sobre la reorganización ele los cu rsos de Decorativa y Arq uitectura. Y en consecuencia iniciar la labor con los antecedentes que pmlieran surgir. Por su parte el r. Consejero F ernández entiend e que podría metodizarse el estudio de este anteproyecto con un pro­nunciamiento del Consejo, acerca de l m ismo, puesto que de otro mod o se aborda ría el estudio sin exi stir la m ás mínima opinión. De acuerd o a su juicio considera mu~­conveniente que e l Con e jo dictamine que el antepro­yecto en debate es ventajoso respecto a la organizacióu actual, agregando qu eun juicio de esa naturaleza no comprome te al Consejo Directi vo para un a opinión de­finitiva puesto que más bien esta afirmación se re fería al planteo genera l que inclu ye e l cuadro sobre los tres ¡rrupos en que se ha estr ucturado el ordenamiento de materia , o sea Sociología, Com posición y TPcnica. Pos-

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teriorme nte el Sr. Consejero J auge, manifi esta qu e ne­cesita tambié n una aclaración sobre el período select in1

que se establece en el cuadro para poder pronunciar~<' ~n la form a que sugiere el Sr. Conseje ro Fe rnández. E l Sr. Con ejero Artucio discre pa sobre la forma cómo se ha perfi lado la di cusión de e te asunto, que no tiene la entid ad que se le adjudica pue a su juicio no es nada m ás que un temario, en el cual e l Consejo pu e(le empe­zar a tratar uno de los temas q ue inc luye, sin dar lu¡.rar a. e:Se cambio .de propo ·iciones q ue se h an emitirlo y que so lo dan lent itud al es tudio del mismo. Asimismo k pa­rece que COJwendría comenzar por lo bá;:ico ,. más fun­da menta l, que a su juicio es e l capítulo de :-~ lec ti vidad .

• E l Sr. Conseje1·o Corre a, se muestra partidario d<'

aprobar el referirlo cuadro en di:>cusión general, af ir­mando que este plan es una b uena síntesis (con una ori~ntación . bie n concreta ) lo más importan te e;; quf' esta conceb1do sobre la ba e el e las directivas ,. linf'a­mientos ¡.renera les aprobad o~ por la Asamb lea 1le.l Clam­tro de la F acultad de 1949. E l Sr. Conseje ro Artucio insistf' en obvia r todo trúmite ,. comenzar de inmedia­to e l es tudio señalando que i . e l antepro ~·ecto pre~en­tado re une lo princi pios emitidos por la Asamblea de l Cla ustro de la Facu ltad, es un plan cuya aprobación ;:e descuenta desde el momento rl e su present ación. Po r su !Hlrte e l Sr. Conseje ro Gómez Gavazzo explica qu<' la~ Ideas el e la Asamb lea del Claustro dieron base al pro­~·ec to aprobado en discusión gene ral que formulara en 1947 la Comisión Especial, pe ro que re pecto a l que ha presentado diametralmente opuesto. L ue¡.ro destaca que el Conse jo Directivo debe cl ecidirse por el e tudio de uno de los dos y que si la decisión fu e1·a respecto a l de l que es auto r, d~hese a probar simple mente el o rde na­miento de ma teria . F inalmente el Sr . Preside nte toma la votación reglamentaria sobre el ante proyecto formu­larlo por el r. Conseje ro Gómez Gavazzo que e refi e re a un nuevo ordenamiento de mate rias, el cua l es apro­bado por unanimidad de voto en discusión genera l ( lO voto ) . De acuerdo con esta decisión el Sr. Decano advie rte que se entre a la discusión particula r rie l ant e­proyecto de que se trata. E l ' r. Consejero Gómez Ga­vazzo entiende que corre ponrle proceder a la inte«ra­ción de las comisiones para que estas se expidan so'"bre el ordenamiento de l grupo que les incumbe ,. en conse­cuencia propone que se convoque a la Comisión de T i·c­nica y de ociología exceptuándose la de Composición porque ya existe abund ante materia l para comenzar la labor. Por unanimidad de votos ( 8) se aprueba la pro­posición que antecede. Respecto a la Comisión de So­ciología el r. Consejero Artucio auspicia el mi smo si,;­tema que se tuvo en cue nta para la integración de la Comisión de Técnica o sea que se incluya e n ella a to­dos los profesores que inter vienen e n las materias de ese grupo. E l Sr. Consejero Gori Salvo, entiende que a fin de agilitar la labor de estas Comisiones y por la di · ficultacl en re unir Comisiones mu ,· numerosas conven­dría designar una Comisión básic~ y que ésta llamara a los dem ás profesores en la oportunidad que los necesi­tara. El Sr. Consejero Correa comparte la opinión ante­riormente expresada por el Sr. Conseje ro Gori Sa lvo, proponiendo que para la primera columna se inte¡rre la Comisión con los Profe ores de T eoría e Histo ria de la Arq uitectura y Prácti ca Profesional.

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E l r. Decano cree que los profesore de rbanismo también deben intervenir en esta Comisión por cuanto el ordenamiento que ha de estudiarse afecta la or¡rani· zación del precitado curoo. E l Sr . Consejero Ame nedo considera que existe conveniencia en que estas Comisio­nes sean designadas por e l Con e jo Directivo a fin de fortalecer el cumplimiento de l cometido que se les asig· na y de asegurar de parte de los profesores la mayor colaboración. El Sr. Consejero Artucio insiste de q ue estas comisiones se integren con todos los profe ores que intervienen en las materias de los respectivos grupuo~, entendiendo además que todos los docentes tienen la obligación de colaborar en un asunto de la mayor .lra · cendencia para la Facultad, como es un nuevo ordena· miento de mate rias, agregando que cada Comisión se interrrc con el de legado e tuclianlil o estudiante. Además conc

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reta que en la convoca to ri a para las re uniones de las distintas comisiones se incluya en forma de decisión de l Consejo Directivo, que la Comisión exhorta a los señores Profesores a presta r su mayor co laboración en este t rascendental asunto de la Facultad. Por u parte e l Sar. Consejero Gómez Gavazzo manifiesta que no se ha"a la desi••nación el e una Com isión nara la column a .., e ,.. central o sea para el grupo de Composición h asta que el Consejo Directivo tome conocimiento de los informes que existen. El r . Consejero Arlucio reitera u pos1· ción de que conviene que todos los profesore emitan sus juicios sobre un ma•vo o rd enamiento de las mate­rias a que están adscriptos y que en e l caso parti cular de Composición, esa Comi sión podría estudiar pa ra re· fundir, ordenar, y sintetizar en un solo info rme lodos los que puedan existir acerca de esas ma te ria . Añade que no e debe modifica r un plan ele estudios, sin la inte rve.ución de los profesores que pueden aportar co­laboraciones mu y vali o as y adem ús porque es el pro­cedimiento más correcto oír la opinión en un asunto rle esa índole de todo lo que actú an en la docencia. En de finitiva se aprueba por unanimidad (10 votos) la integración de las tres comisiones con la intervención de todo los profesores que actúan en las materias de los grupos respectivos de acuerdo a la moción que for­mulara el Sr. Consejero Arlucio. A propósito de esta de­cisión e conviene por e l mismo q uorum conceder un plazo que ha de vencer e l 25 de julio para que estas co· misiones entreguen a la Secretaría los inform e a qu e hubiere lugar . Asimismo, se resuelve que el Sr. Decano, el Sr . Delegado Estudiantil y e l r . Gómez Gavazzo asi · tan a todas las re unione ele las tres comisiones. Adem ús se resuelve por unanimidad integrar cada una de estas Comisiones, con un estuiliante cuya designación será propuesta a l Sr . Decano por el r. delegarlo E studiantil. A esta altura de la sesión, el Sr. Presid ente advier te que ha expirado el plazo reglamentario acord ándose prorro-

"ar la mi ;,nta hasta las 22 horas, proponiendo asimismo ~ue pa~e a l tema qnc trata de selectividad .

• F.l Sr. Consejero Gómez Gav azzo expone que res­

p<.'clo a este asunto la comisión propone estudiar e l in­forme sobre cordinación de Composición Decorativa Y

mate rias afines que inclu ye e l es tudio J e la selección. Previa lectura del precitado informe, e·l mismo Sr. Con­st>jero aclara que e l espíritu que primó en la Comi ión al preceptuar este capítulo consitió en asegurar que el estudian te rindiera un conjunto de asignaturas y no ais­ladamente como ahora, de donde nunca puede valorar­se el interés vocacional. Agrega que lo selectivo radica en dar un a orde nación al conjun to de es tas materias dis­persas en e l régimen actual. Respecto al procedimiento para hacer efectiva esta selección manifiesta que ~a pt'n ado e n mu cho pero que no es oportuno debatir nin ¡_(uno de ellos. Pero a imple título informativo, co­mt> nla que podría ser con un promedio para que pudiera éste ci ar la sensación de capacitación en esas disciplinas, y r<.'Ílera que esta es la idea de selectividad que preva­leció en e l eno de aq uella comisión. Afirma luego que en récrimen actual no se puede pensar en ningú proce­dimie~to porque aún no es tún organizadas las malerais. Por su parle e l Sr. Delegado Estudiantil entiende que no t'S cu lpa de un sistema, sino de la carencia de una <.'scucla de orientación previa a la Facultad. Asimi smo manifiesta sus dudas al procedimiento tan estricto im­plantado por e lcuadro para descubrir la vocación del estudiante. A¡_!;regando que no h a pensado en los pro­cedimientos, pero le parece poco conveniente la seve­ridad y las de rivaciones de un régimen de esa naturale­za. E l ·sr. Conseje ro Gómez Gavazzo replica al Sr. Dcle­¡_(ado Estudiantil , destacando que existe un aspecto de responsabilid ad en la pre paración de los futuros pro­fesionales que a su juicio no rind en a ]a ociedad en la medida que espera e l Estado al invertir considerables sumas para la preparación de ésto . Afirma que la ~1a· Yor preocupación a l estructurar un P lan de E studws, ~s asegurar el me joramiento de las profesiones, a fin de evitar los perjuicio que a la comunidad pueden ca usar los profesionales mal pre pa rados. E ntiende a imismo q·ue ha)' que reaccionar ante este defecto y que la prescrip· ción de ese per íodo selectivo que auspicia en el cuadro que ha pre entado puede olucionarse como es lógico teniendo el mayor cuidado en ]a docencia que ha de ac­tuar en ese primer período y a su juicio es la más difí­ci l de la Facultad. Fi nalmente considera que la realidad de e le prob lema e hacer bueno profesionales. Forla· lece su j uicio afirm ando por último que lo positivo es mejora r todo lo que existe, y seleccionar lo que ha de \'enir .

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Edif icio : P L A Z A Punt a del E s t e

A r qto. E . e i u r i e h

Ley de Venta

SUS RESULTADOS

Y SUS POSIBILIDADES

Desde h ace poco mús d e tre año , e l ru g: uay

cuent a con una Ley q~• e

hace factible e l fraccio­namiento de la propie­dad en uni dades pa ra

pe rmitir su venta por pi­sos o departamentos. Es la Ley 10.751 del 25 de junio de 1946.

E l tiempo transcurri­do es evidentemente es­caso para hacer un balan­ce que permita fo rmar un juicio sobre ese nuevo

instrumento legal ; pero no obstante eso, es conveniente

echar un vistazo sobre los resultados de su aplicación, algunos de los cuales veremos en este a rtículo.

Dos de estos e jemplos corresponden a zonas den!'as de MonteviJeo y zonas de gran inte rés turístico en Punta del Este.

Este nuevo instrumento legal tiene como pri nci­pal finalidad permitir la formación de pequeños e le­mentos de propiedad individual, en sitios en que el va­

lor de la tierra, por tratarse de zonas centrales, densas y de elevado precio por la excepcionabi lidad de la ubi­cación, sólo sería po ible la construcción de grandes edificios de propiedad única.

Antes de la sanción de esta Ley, allí donde e l ele­vado costo de las grandes construcciones y de predios valiosos, pon ía a la propiedad fuera del alcance de quie­nes necesi taban o deseaban en una zona de gran de­mand a; sólo quedaba pa ra éstos el papel de locatarios de grandes capitalistas.

Con el recurso de que cada propietario pueda ser dueño exclusivo de su piso o departamento y coopropie­

tario en los bienes afectados al uso común, es posible ahora el establecimiento de muchas pe rsonas o familias, cada una con su título de propiedad allí donde antes sólo una persona o familia podía radicarse en casa propia.

Como primer resultado, la Ley tiene la finalid ad de quitar toda exclusividad de patrimonio para poner en manos de muchos la posibilidad de establecerse en

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de la Propiedad por Departamentos

cualquier parte. P arecería tle rivarse de ésto, un me­

dio de poner coto a una excesiva e peculación o­bre e l valor de la tie rra, pero e l res u hado puede ser e l opuesto en virtud de que la mayor posibi­lidad de demand a, puede

traer un repentino y re­petido encarecimiento de

l a tierra al pasar de mano

e n mano. Así ha sucedi­do en otras ciudades don­de la ley de venta por e lementos horizontales, abrió camino al agio.

Una correcta aplicación

de la ley debe traer en

Edificio: P 1 N A R

Punt a d e l E ste

Arqto. W. Pintos Risso

cambio un justo valor de la tierra y una rebaja en la

construcción por el prorrateo que en cada operación se hace, del costo básico de la tierra.

La Ley de la división de la propiedad por pisos o

<lepartamentos, f ué reglamentada por decreto del 16 fle enero de 1946 y su aplicación se rige en Montevideo por un cuerpo de disposiciones municipales según de­cretados de la Junta Departamental Núms. 5644 y 6036

y la resolución de la Intendencia Municipal del 8 de julio de 1949.

La aplicación de la Ley es fácil y segura. ( l) Los resultados que pueden apreciarse hasta ahora

no justificarían un ilimitado optimismo sobre los bene­ficios de la nueva ley. E n efecto, ólo algunos grandes edificios de vivienda cara y de lujo han sido construí­

dos en Montevideo y otros tantos en la zona de más valor e interés de Punta del Este.

Quizá en el seno de nuestro gremio no se ha pres­t ado aún la atención que su importancia merece. Es un instmmento legal de gran alcance si su empleo se h ace en otros programas constructivos de mayor nove­dad urbanística y de mayor trascendencia social.

Así por e jemplo, sería de sumo valor el estudio que se llevara a cabo para extender su aplicación a re­solver el difícil problema de la vivienda media y de

bajo precio. Ello puede ser posi~le1 .•. Ruesto_que no-.~ólo entra en el ámbito de esta ley la división de la propie­

dad por departamento en pisos elevados, sino también en construcciones de un solo piso.

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A \. TA.$

25

Page 28: Arquitectura 222 - 1950

PLANTA TIPO

26

En este caso, el e mpleo de esta ley pue­de dar solución a muchos prob lemas qu e la ordenanza de fraccionamiento de tierras ha

creado. Estos programas pueden dar lu ga r a la

creación de conjuntos urbanísticos en zona~

suburbanas, rura les o ba lnearias, de verd ade­

ro valor artístico. Pero dond e más posibilidades crea ti\ a~

ofrece la ley, es en la remodelación de zona ,o

centrales de la Capital. En efecto, manzan a~

enteras de la ciudarl vieja pueden er mate ria de transformación, cada una de ell as, en un a

operación colectiva que con la hase de l a~

propiedades existentes, pueda hacer factible un más beneficioso y libre uso de la tier ra.

dando lugar a la formación de gramlcs bl o­ques. E l interés por e tas construccione coo­peraría al tlesenvolvimiento urbanístico de la Capita l, ustituyendo un antieconómi co 1

injusti fi cado y vetusto estado de cosa , por otro donde la arquitectura, e l urbanismo ~

la economía alca nzarían una expresión m Ú:'

razonable, va li osa y progresista. Tanto en un caso como en otro, la difi­

cultad no está en e l aspecto arquitectónico : rad ica en las caract erísticas de la fina ncia­

ción de esas grand es operaciones. Pero en e 1 texto de la nueva ley ~- con e l apoyo de l Banco Hipoteca rio, que ha dictado un cuer­po especial de di sposiciones para estos pré,:-

E dificio: PRE M IER

Avenida Brasil esqui na Sant iago Vázquez

Arqtos. De los Campos, Puente y Fournier

,¡:

Page 29: Arquitectura 222 - 1950

ta mos, pudiera h all arse r ecur os a ptos para

la construcción de sociedades financieras que

ha:ran po ib le estas realizaciones.

La ley tiene que dar m ás, much o m ás

que los resultados apreciados h asta aho ra, que reve lan no obstante, el p lausible esfuer­

zo de va rios colega de abrir nuevos m edios de acción profesional.

Espe ramos otros resu ltados y ellos ven­d rán pronto si los Arquitecto em plean sus inquietudes y sus anhe lo en este nuevo ca mpo de actividad.

• P royectos ele remodelación de manza­

nas, de blocks de vivienda de costo m edio,

edi fi cios de h abitaciones colectiva pa ra sin­

rlicatos, sociedades v cooperativas, ~rupos

de vivie ndas en las capitales del interior, a~ru pación de residencias en ba lnearios, es­

pecialmente para la clase media, formación

E d i ficio :

Ju l io H errera y Obes entre 18 de Julio y Colonia A r qto. M. A . Cattáneo

de núcleos p a ra fin de sem ana y vacaciones, pueden de riva rse de una aplicación más amplia de esta ley.

Entonces ARQUITECTURA podrá insertar en sus páginas 'o t ro, resultados que, a la vez ele revelar un progre o arq ui tectónico, acre­di ten un mavor adelan to socia l.

(1) El Banco Hipotecario del Uruguay ha publicado un folleto con el texto de la ley, su reglamentación y las ordenanzas que t ienen relación con ella.

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Page 30: Arquitectura 222 - 1950

JARDINES En e l mes de mayo último, se rea lizó en la Sede

de la Unión Pan Americana en \"\. ashington, una expo­sición de fotografías de Parques y J a rdine3 de :)fon­tevideo.

Esta exposición que actua !mente ci rcula por otras ciudades de los Estados Unidos de Norte Am~rica, fu é

preparada por la Sección de " H ousing and City Plar!· nin g" de la U. P. A.

E n su catálogo figuran esto comen tario

"La provisión de adecuados y bellos parques, p la­

zas de juegos y ja rdines es uno de los elementos esen­cia les de la p lanificación de la ciudadase contempo­ráneas. Una de la ciudade de Latino América que me­jor h a aplicado este principio es :Montevideo, Ca pi tal del Uruguay" .

"La política de los e pacio libres desa rrollada en

Pl aza Th ay s .

PUBLICOS los últimos veinticinco años en :)Iontevideo, está basada

en tres ideas f undamentale : proveer adecuados espa­cios verdes en relación al número de habitantes de la Ci ud ad; p lanear esas áreas de manera de hacerla" accesibles a l públi co en todas las secciones de la Ciu ­dad ; proyectarlas de manera de permitirles llenar con­

Yenientemente la importante fun ción social que tiene' el progreso de las comunidacles morlernas. En esta obra, ha sido importante preocupación proveer a los habitan­

te de la Ciud ad con espacios de recreación, que sean

agradables, confortables y próximos a sus hogares de manera q ue su tiempo l ib re pued an pasarlo en espaciot' enjardinados, donde árbo les y fl ores son centro de at rac­ción visua l y espiritua l" .

" Creemos que los parques, plaza y playas públicas de :\Iontevideo, contribuyen al bienestar del pueblo" .

C ARRASCO

E n primer plano, un J uniperus Sabina ; a la derecha, un Cedrus Deodara ; dentro del agua, una mata de Eichhornia

crass ipes (camalote).

28

Page 31: Arquitectura 222 - 1950

La selección de fotos para es ta E xposición nos obl i­

¡ro a r epasar la obra h ech a en los últimos años por la

Dirección a nuestro cargo ; ese re paso coincide con e 1

cumplimiento de treinta años de actuación en este or­ganismo municipal ; un tercio de este lapso, como Ar­

quitecto del mismo y dos tercios como Director. E n esta r evisión h allam os material para historiar

un aspecto de la acción urbanizadora del Muni cipi o ca­

pita lino y oportunidad propicia para u n aná lisis de la

evolución operada en materia de parques y jardinPs en

los últimos lustros, posiblem ente los m ás efectivos en

el desarrollo edilicio de Montevideo.

P ero no espere nadie ese estudio ahora; sólo la

necesidad de tener que llenar algunas páginas vacantes de ARQUITECTURA, nos han deciJ ido a ocuparlas

con fotos de algunos jardines proyectaflos y ejecut ados

por la Dirección de Paseos Púb licos J e Montevideo en

los últimos tiempos. Y para que no vayan sol as, cre ímos conveniente

acompañarlas con algún comentario que f uera explica­

tivo de los propósitos qu e inspiraron el proyecto v guiaron la construcción de esos jardines.

Estos dos proyectos de en jardinados pertenecen a la ú ltima etapa de realizaciones, la que podría llam arse

de búsqueda, e laboración y superación de la calidad janlin ística.

T uvimos al principio de nuestra obra, una etapa

Pl aza Thays.

de extenswn de superficies de jardines; fué un momen­

to d ifícil en que la Dirección tuvo que h acer frente

con su s m agras reservas de viveros, a una demanda cre­

ciente de formación de jardines en la ciud ad.

Con esta obra de extensión, coincidió también otra muy importante; la que significó el tránsito del pa rque y j ardín ornamentales, a espacios verdes fun cionales y

de adecuación a las necesidades vitales y sociales de los vecindarios y la población montevid eana.

Vi no luego, otra de laborioso y largo cumplimien­

to, la creación, ordenación, especialización de viveros

y secciones, de multiplicación de elementos vegetales rle

ornamentación para a tender esas necesidades y otras

mayores aún, cuyo advenimiento se adivinaba. Y llegó ese momento, de la gran obra de j ardinería,

jardines il e la Rambla Costanera, en el Bulevar Arti~as y jardines en los grandes parques, notas floral es en

todas "las plazas, de cualquier barriada. Grand es exten­

siones de color en constante renovación y en todas las

zonas de la Capital.

En los momentos actuales, se cumple una nueva

e tapa ; es también de extensión pero se relaciona espe­

cialmente, con la calidad de la obra de j ardinería. La capaci tación lograda por el ó rgano ejecutor

nos h a permitido ahora Begar a la re alización de cier­

tos espacios enjardi nados den tro de un virtusismo de

ejecución que puede definirse así: dar al ciudadano de

CARRASCO

Al frente, un gran macizo flora l en el que domina la Calen­dula officina lis ; más atrás dos Juniperus chinens is; a l fondo

l a arboleda del lugar.

29

Page 32: Arquitectura 222 - 1950

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Plaza Th a y s . CARRASCO Al pie de la foto, un Crataegus L alandei ; luego una mancha de plantas estacionales: Petunias, Caléndulas, Tagetes ; m ás atrás, un Cedrus Deodora.

Plaz a Thays . CARRASCO

Un aspecto del j a rdín de piedras y flores ; al fondo, las palmeras Pind ó: Arecastrum Ro­manzoffianum ; delante, entre el Juniperus Sabina y el Agave americana, m anchas de Nemesia, Reina Margarita, Portulacca, et c.

Page 33: Arquitectura 222 - 1950

J ardí n de l Est anque e A R R A S e O E n el borde del est anque: Sempervivum sp., Aloe sp., eereus peruvianus "Pita", Opunti a sp. " Pita", T aget es erecta, Yucca sp .. En el agua: Eichhornia crassipes "eamalotes".- Al f on­do: Sagitaria montevidensis, H ibiscus cisp latensis, etc.

la calle e] jardín precioso, fino y lujoso q ue puede te­ner e l potentado de buen gusto en su residencia.

Este paso está dado en e l franco camino de com­pletar y acentu ar la obra social del jarquc moderno

que encaja magníficamente en la política gene ral de nuestro municipio esencial y resue ltamente democrático.

Una de estas obras de jardinería corresponde a nna plaza de la localidad de Carrasco ; la Pl aza T hays,

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Page 34: Arquitectura 222 - 1950

Jard í n del Estanque e A R R A S e O

Bordes mixtos de Tagetes erecta, Opuntia sp., eereus peru­v ianus, Agave americana, Yucca sp., Agave viridis. - En el estanque: Nymphaea alba y variedades y Jussiaea sp., Eichhornia crassipes "eamalote" id. id. Rhynchospora co­rymbosa y eyper us papyrus.

en justa recordación de l Arquitecto paisajista francés

Carlos T hay de larga actuación en la Argentina y en

Montevideo y en especial en Carrasco cuya urbaniza­ción inicial, estudió y desarrolló para e jemplo práctico

y aleccionador.

Dar color; fundamentalmente dar color. Trabajar

el suelo con grandes ma nch as que ha gan pasear y pasar

toda la paleta de tonos floral es en el espacio asoleado y abierto de la plaza. E l árbo l, la masa de árbo les, ya e~taba e n el cuadro marginal del e pacio colindante.

El partido orname ntal tenía un gra n objetivo que a lcanzar: unificar e l e pacio cortado por una avenida

en dos formas semi elípticas. La plantación de espec ies

estacionales fu é e l e leme nto útil emplearlo para comp le­

mcntar la acción del marco arbolatlo.

La composición e tá lograda con la a lternación de

c~pacw encespedados y macizos tl e flores co loreadas.

Es una plaza para ¡roza rl a como un conjunto de cuadro5. pa ra contemplada; 110 es un espacio ve rde para es tar en él, para vivirlo. A la entrada ele Carrasco, ;-obre · un a

a\'endida de gra n circulación señala precisamente )a

32

plaza Thays la iniciación de uno de los más be llos ba­

rrios residenciales del mundo.

La otra obra de jardinería que ilustran las fo­

to¡nafías, corresponde a una parte del Parque T erra también de Carrasco.

Este Parque puede ser vir tle e jemplo de lo que :-e

entiende por parqu e moderno en una ciu dad. Zonas de

juegos para niños, plazas de deportes especi a lizada~

por edades, locales para reuniones y dive rsione públi­cas : el "Tajamar" y la " Lech ería" ; espacios pa ra pa­

seos y jardines de descanso y reco¡rimiento; todo c11

un olo conjunto estructurado y puesto a l servicio de l pueblo. Uno de estos elemento con titutivos es el ' ·J ar·

dín del Estanque" que aparece en las fotografía .

E n un rincón de la composición gene ral de l par­

que, un espacio queda tranquilo, aislado y abie rto :-ó lo

a quién busca en e l parque púb lico el goce de un lw ll o

y rico jardín com o sifuera exclusivamente uyo. E~ e l

jardín para e lar, para quedarse en PI leyendo, merlit an­

do, escribiendo. n director de un importante or¡rani,.

mo público nos decía que allí iba ~eneralmente a me-

Page 35: Arquitectura 222 - 1950

Jardín de l E sta nq ue e A R R A S e O

Gazania sp lendens, Sisyrinchum iridifolium, Gazani a splen­dens, Moraea sp., Mesembrianthemum sp. sp., Opuntia cyl in ­drica, Yucca sp., Opunti a sp., eereus peruvianus, Agave am e­ricana, Yucca sp., Agave viridis forman el borde del est anque. En el est anque: Eichhornia crassipes, Sagittaria montev iden­sis " A chira del agua", A l ism a plantago-aquatica, Pontederia cordata "eamalote" , H isbiscus cispl at ensis, Echinodorus gran­diflorus, eyperus papyrus y Rhinchospora corymbosa.

dit ar y a estudiar sus problemas fu ncionalt>s, a l amparo

de los vientos, e l tránsito v la animación de todos los rle· m ás ectores del parque.

o], aire, espacio y color po r todos lados, hasta

el cielo en el espejo del estanquE>.

• Estos dos jardines son mu est ras elocuentes de tma

etapa de trabajo en cumplimiento. Muchas otras pue­den ofrecerse en es tos m omentos coincidentes con e l

propósito de utilizar e l jardín como instrumento edili ·

cio fle elevación y m ejoración social ; como fa cto r de

vinculación del hombre de l pueblo con su ciudad ; como

demostración de que Montevideo h a a lcanzarlo un a lto

grado de evo lución edilicia que acusa el elevado sta n­llard de vida general.

H ace treinta años que trabajam os en este elevado

come tido; pues bien, la obra realizada nos eno rgullece y nos da confianza para continuar y superarnos, cum­

pliendo propósitos concretados así:

e La ciudad mode rna, gris, agitada y fea, necesita del

Arquitecto paisajista que la alegre con color, la

matice con e pacios tranquilos destinad os al J es­canso y al deleite y la embellezca con e lem entos

vege tales: árboles, plantas y flot·es.

e 1 ada como el a porte <.l e la vegetación puede huma­

nizar y h acer más agradable la ciudad ; el cuadro urbano. E l paisaje interno vanal , re petido y monó­

tono, cambia radicalmente con la aparición de l

verde y del color de la plantas y la flores.

e ~ada deleita tanto y predispone mejor que la con­templación de una fresca y brillante mancha de

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Page 36: Arquitectura 222 - 1950

J ar dín del Estanq u e C ARRA SCO Un marco de intenso y variado co lori do, est á obtenido con Phlox D r ummond ii, Sedum sp., Agave americana, Echeveria arborea, Sedum sp., Mesembrianth emum sp., Aloe sp., Cereus peruvianus, Yucca sp., Tagetes er ect a, Mesem bri anthemum sp.

co lor de una p lazuel a o plaza pública que se apre­

cia a l abrir la venta na en las horas matinales.

e .:\aria igua la a l p lacer q ue encuentra e l 11111 0 al ju ­

gar en un marco florido de un espacio ,·e rd c pú­

blico. e .:\ada alegra tan to el espíritu y est imula mejo r para

]a la bor diaria como paFar entre flores camino a la o fi cina, al ta ller o al em pleo.

Juan Antonio Scasso Arquitecto-Director

de Paseos Públicos.

34

Page 37: Arquitectura 222 - 1950

,,

')

B I B L I o G R A F I CA S Somos respetuosos del pasado y admir amos much o d e lo que nos ha lega­

do. Cr eem os que cab e ahondar e n el estudio d el pasado p ara h acerlo revivir e n sn época y comprende rlo ; pa r a conocerlo bie n en su ex presión de " obra-tiem ­po"; para respe ta rlo tal com o quiere Artucio e n u na expresión fel iz: " La ac­titud m ás h ond a y grave d e resp eto por el p asado, co nsiste precisam ente e n no imitarlo ni fal searl o".

Por esto c reemos que cab e en es te lugar la nota bibliográfica que Dos envía n uestro querido Profesor Arqt'-'. ] u an Giuri a.

HAROLD E. WETHEY. - " Colonia l Architecture and Sculptu re in Perú".­Un volumen, 330 páginas, 366 ilustra­ciones y dos mapas. - Cambri dge, 1949. - Edición H arvard Universi ty Press. - Cambridge, M ass.

El arquitecto Ha rold E. Wethey, ca­tedrático de Historia de la Arquitectura en la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Mich.) ha publicado un muy va lioso y completo estudio, no sólo de la arquitectura colonial peruana, s ino también de las magníficas obras de talla en madera, ejecutadas en el Perú, durante la dominación española.

T res elementos primordiales h a n contribuido a plasmar este libro; en pri­mer lugar la indis­cut ible preparación del autor, tanto en lo que atañe a las arquitecturas euro­peas, como a las americanas. Luego, sus largas y pacien­tes búsquedas en los archivos españoles, especialmente en el de Indias en Sevilla y en el de Simancas ; y, por último, sus prolongadas estadías en el Perú, durante las cuales visitó has­ta las más remotas aldeas cordilleranas, estudiando y midien­do viejos edific ios, compulsando polvo­rientos archivos pa­r roquiales, y foto­g rafiando las bellas

obras de escultura atesoradas en los templos.

Divide su erudita exposición en doce capítulos, de los cua les, en el primero hace una rápida pero enjundiosa sínte­sis del proceso evolutivo de la arqui­tectura y la escultura peruana en los s iglos XVI, XVII y XVIII. Estudia la época en que se inicia la colonización española en el ant iguo Imperio de los Incas ; pone en relieve la influencia que tuvieron, en la gestación del arte colonial, las grandes r iquezas encon­tradas en dicha región, la tesoner a ac­t ividad de las órdenes r eligiosas que, desde el primer tercio del siglo XVI, se establecieron en el Nuevo Mundo, la gestión más o menos feliz, de los vi-

C'•Jzco, Catedral, 1 nterior.

r reyes hispanos y la munificencia de no pocos primados de la iglesia católica.

Llama la atención sobre los prime­ros arquitectos, alarifes y escultores que intervinieron en muchas de las construcciones, - religiosas en su ma­yoría,- que se erigieron en el reino conquistado por Pizarro, desde los más antiguos, como los alarifes Juan de Escalante, Toribio de Alcaraz, el cé­lebre arquitecto extremeño Francisco Becerra, etc., hasta el mestizo S imón de Asto, autor de la fachada de la ca­tedral de Puno, y el mulato Santiago Rosales quien, a pesar de su humilde origen, llegó a ocupar durante la se­gunda mitad del siglo XVIII, el cargo

de "Maestro mayor·" de la catedral de Li­ma.

También nos habla en forma suscinta de los distintos estilos arquitectónicos em­pleados en el Perú de Pre-independen­cia, desde las formas gotizantes de un principio, hasta las creaciones rococó y neoclásicas del ocaso del coloniaje.

El segundo capítu­lo está dedicado a los más antiguos mo­numentos, construí­dos por los conquis­dores en el s iglo XVI, vale decir las venerables iglesias de la antigua Hua­manga (hoy Ayacu­cho) , de las cuales la más antigua. que es San Cristóbal, da­taría por lo menos

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Page 38: Arquitectura 222 - 1950

del a ño 1550. Las restantes (San Fran­cisco, La Merced, y Santa Clara) ya son a lgo posteriores, pero s iempre ini­ciadas durante e l primer siglo de la conquista.

A esta misma época pertenecen algu­nas de las \'etustas iglesucas que aun conservan ciertas ciudades r ibereñas del Lago Titicaca (Juli , P aucarcolla. Po­mata, Zepita, Juliaca, Acora, etc.). en las que aun se notan marcadas huellas de los estilos isabelino. platerescú. y mudéjar.

En el t ercero estudia los monume n­tos construidos durante el siglo XVII, en la milenaria Cuzco, deteniéndose es­pecialmente en la majestuosa catedral, e l más antiguo templo cuzqueño, -junto con la iglesia de Santa Clara, -y cuyas t razas, según el autor, fueron dadas por el citado arquitecto Fran­cisco Becerra .

Tampoco descuida los otros templos, como La Compañía, La Merced, San Fra ncisco y Santo Domingo, llamando la atención sobre los cla ustros que po­seen Jos tres últimos, de los cuales, el de La Merced, es uno de los más her­mosos de América.

Ya en el último tercio del siglo. y gracias a la generosidad del obispo D. Manuel de Mollinedo, se construyen las iglesias de Santa Te resa, San Pedro y el Belén.

La arquitectura limeña es estudiada en el capit ulo IV, y en él van apare­ciendo los estilos arquitectónicos que dura nte dos s iglos dominarán en la capital virreina!. Vemos enormes por­tales barrocos, como el de la catedral. ob1·a de Juan Martínez de Arrona. Y el de San Fra ncisco, proyectado por

Constantino de Vasconce­llos. ambos adosados contra recios muros de ascendencia herreriana. E n las iglesias de La Merced y de San Agustín , ya las porta ladas son de ca­rácter netamente ul t ra barro­co. y aún hoy tienen gran va­lor arquitectónico a pesar de las vicisitudes sufridas duran­te más de dos siglos.

De un barroquismo ya más atemperado, e1·an las fachadas de las desaparecidas ig lesias de San Marcelo y de Santa Teresa; la de esta última, se­gún Wethey, era una de las obras maestras ejecutadas en Lima durante el siglo XVI II. Entre 1775 y 1800, los frontis­picios son cada vez más so­brios de decomción, en la que surgen tímidamente detalles de sabor rococó que indican las influencia del arte francés contemporáneo.

Hace atinadas observaciones respecto a la estructura de las iglesias limeñas, especialmen­te en lo que se relaciona con las cubiertas. En un principio se emplearon bóvedas de ca­ñón seguido y por aris ta, de masposteria de ladrillo, las que tuvieron que ser sustituí­das por bóvedas nervadas de índole ojival, por suponerlas más resistentes a los efectos destructores de los terremotos.

36

Sin embargo, después del gran sis­mo de 1746, todas las nuevas igle­s ias limeñas, y aun muchas de las ya existentes. recibieron bó\'Cdas construí­das con una armadura compuesta por cerchas de madera y cañas, y re\·esti­da con yeso. Es te nue\·o sistema fué el que tuvo más éxito, y esta clase de bóvedas es la que encontramos en la catedral y en la mayoría de los san­tuarios de la Ciudad de los Reyes.

Termina este capítulo con una ráp!­da vis ión de los bellos claustros que to­da\·ía han escapado a la influencia ne­fasta de los agentes telú ricos, destacán­dose entre ellos por su importancia, los de los conventos de San Francisco y de La Merced. En los de este último ce­nobio, también se emplearon con abun­dancia los materiales li\·ianos: armazo­nes de cañas revestidos con yeso, para las graciosas arquerías trilobuladas de sabor morisco, y fustes de cedro para las columnas de las galer ías altas.

En el capítulo V el autor vuelve a ocuparse de los monumentos de Aya­cucho donde, en el siglo XVII, se erigen numerosos e importantes templos. sien­do el de mayor e nt idad el de los Je­suitas con su colegio anexo (termina­dos ambos hacia 1690), la Catedral y Santo Domingo. De todos ellos nos proporciona preciosos informes sobre su estructura y carácter arquitectónico, es­te ú ltimo bastante herrer iano, pero sal­picado con algunos detalles barrocos.

Pasa a la célebre ciudad de Huanca­\'élica la que, entr e otras varias, guar­da dos hermosas iglesias de recios mu­ros grises de andesita. pero cubiertas con bóvedas de madera. Wthey hace notar que esta clase de techumbres son

Arequipa, La Compañía, Púlpito

una excepción en la región andina, don­de se prefiere la bóveda de mamposte­r ía: de ladrillo en Cuzco y Ayacucho, y de piedra en Arequipa y región del Lago T iticaca.

La arquitectura del Norte peruano llena dos enteros capítulos, e l VI y el VII. En el pr imero despiertan la cu­r iosidad del lector, las ruinosas iglesias de Saña y de Guadalupe, dos ciudades des truidas por los piratas y las inunda­ciones, entre fines del siglo XVII y pr incipios del s iguiente. E llas nos ofre­cen los pocos ejemplos de arquitectura galicista que aun quedan en Perú, bajo la forma de bóvedas con intrincados nervios, de indiscutible sello flamígero. En cambio, sus por tadas ya acusan evi­dente parentesco con las creaciones pla­terescas.

En este mismo capitulo aparece otro emporio de arte colonial, en la a ntigua T rujillo, fundada casi contemporánea­mente con Lima y que, apesar de no tener arriba de unos 30 mil habitantes, se da el lujo de poseer una docena de interesantes iglesias y dos hermosos claustros, hoy transformados en Uni­versidad y Palacio de Jus ticia.

En el capítulo VII describe detallada­mente las iglesias de Cajamarca, tres de las cuales (La Catedral, San Antonio de Padua y el Belén ) pueden inclu irse entre los mejores modelos de arquitec­tura hispanoamericana. A este respecto dice Wethey: "Como ejemplos de mag­nificencia escul tórica, las tres fachadas cajamarqueñas son únicas en e l Perú. Verdaderos retablos de piedra adapta­dos a un fin arquitectónico, estas fa­chadas ostentan una imaginación fecun­da en im·ención y nada menos que ge-

nio en la fantasía decorativa del relieve escul tór ico, capaz de parearse en técnica y en originalidad con lo mejor que ha producido España o cual ­quier otro país". (Pág. 135).

El au tor hace resaltar la ex­cepcional importancia de lo que é l llama el est ilo criollo !The mestizo style), creado exclusi\·amente por artistas in­d ígenas que t ra bajaron para arquitectos y a larifes españo­les. A su juicio, a este estilo pertenecen los monumentos coloniales que contiene Are­quipa (Capítulo VIII) y los que se han construido en la ~uenca del Lago Titicaca, y e n la Provincia de P uno, a partir del año 1650 (Capitulo IX).

El estilo criollo o "mestizo", se caracteriza especialmente por la exube ra nte decoración que se extiende por los para­mentos, a manera de una a l­fombra de ornamentos de po­co relieve y cuyos temas más corrientes son: racimos de uva, granadas, mazorcas de maíz, frutas t ropicales como la banana y la papaya, vasos con flores (la kantukta). ca­bezas de puma, loros, monos. el sol y la luna en cuarto cre­ciente, bailarinas indias con polleras de plumas, etc., etc. No pocas veces estos ele-

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mentos autóctonos aparecen mezclados con motivos religiosos cristianos.

Arequipa, apesar de los desastrosos terremotos que la asolaron repetidas ve­ces, ofrece todavía varios hermosos mo­delos de estilo criollo, entre otros, las fachadas de las iglesias de La Compa­ñía y de San Agustín, y las portadas de las casas "de Ricketts" y "del Mo­ral". En sus inmediaciones se encuen­tran los bellos templos de Yanahuara y de Caima, que también acusan la misma modalidad.

Las principales creaciones de este es­tilo vernáculo en la región del Collao, o sea en la cuenca del Lago Titicaca, son las portadas de las tres iglesias de Juli (San Juan, San Pedro y Santa Cruz), San Pedro de Zepita, Santa Bárbara de llave y, principalmente, San­tiago de Pomata, incomparable joya a r­tística "que basta por si sola para de­mostrar el genio y la habilidad de los artesanos aborígenes, y las poco comu­nes cualidades de riqueza e imaginación, que pueden resultar de la fusión de las culturas europea y nativa" (Pág. 150).

La ruta seguida por el estilo criollo en la provincia de Puno está jalonada por las iglesias de Lampa, Ayaviri, Asilo, Juliaca, Pupuja, Pucará, Vilque y Puno, hermosos monumentos de ro­bustos muros de piedra, con bóvedas estereotómicas y majestuosa cúpula del m ismo material. La fachada de la ca­ted¡·al de Puno rivaliza en originalidad y r iqueza decorativa con la de la igle­sia de los Jesuitas de Arequipa.

Wethey dedica un regular número de páginas al estudio de la considerable obra de talla en madera , acumulada en e l Perú durante los tres siglos del co­loniaje.

Empieza por las sillas de coro (Capitulo X), de las cua­les, las más antiguas serian las de Santo Domingo de Lima, del primer cuarto del siglo XVII; las considera algo ar­caica y con rasgos usados en España un siglo antes, de es­tilo plateresco la parte arqui­tectónica, y una cierta tenden­cia oj ival flamígera en el mo­do de tratar las imágenes.

Poco posteriores son las de la catedral de Lima, magnífi­camente labradas por Pedro de Noguera, y en las que ya 3e notan evidentes atisbos ba­rrocos. Más tarde vendrán en 01·den cronológ ico, las que em­bellecen a las siguientes igle­s ias: San Francisco de Cuzco, La Merced de Lima, Catedral de Cuzco (la más completa si­llería de coro existente en el Perú y ya de carácter plena­mente ba rroco), Catedral de Trujillo, San Francisco de Li­ma, La Merced de Cuzco y San Agustín de Lima.

Respecto a los púlpitos (Ca­pitulo XI) nos d ice que ya, desde 1628, San Francisco de Cuzco contaba con su tribuna actual , cuya sobr ia ornamen­tación se basa, casi exclusiva­mente, en taraceas de madera y marfil, y en la que ape­nas asoma el barroquismo. Los

que le siguen, poco a poco van siendo cada vez más decorados, interviniendo las columnillas salomónicas que encua­dran bellas y copiosas tallas, y los tor­navoces cónicos coronados frecuente­mente por la imagen de un santo. Se destacan por su alto valor artístico el púlpito de la catedral de Cuzco y los de las iglesias de la Compañia y de San Bias de la misma ciudad.

Durante la segunda m itad del siglo XVIII ya se hace sentir la influencia del gusto Tococó francés, en las hermo­sas tribunas de las iglesias limeñas de San Carlos y del Santo Cris to de los Milagros.

Una evolución semejante siguen la a rquitectura y la escultura de los re­tablos y altares (Capítulo XII). El re­tablo peruano suele ser una imponen­te masa de madera delicadamente ta­llada, que ocupa todo el ancho de la capilla donde está ubicada, - ya sea e l presbiterio o una capilla latera l, - y frecuentemente es tan elevada como di­cha capila .

Según Wethey, es en el retablo es­pañol, que desde el siglo XV en adelan­te aparece en la Península, donde hay que buscar el origen del altar hispano­americano, tanto en Perú como en Mé­jico (altares de Huejotzingo y de Xo­chimilco) , Ecuador (Jos del crucero de la iglesia de La Compañía en Quito) , Bolivia (altar mayor del Santuar io de Copocabana) , etc.

La mayoría de los altares coloniales peruanos constan de dos o tres pisos de órdenes de columnas; en los más anti­guos no domina el estilo barroco, siendo las columnas de fuste recto y, por lo

general, estriado en sus dos tercios su­periores. A veces, las estrías estaban dispuestas en forma de zig-zag.

Hacia 1660 las columnas salomónicas reemplazan a las de fuste recto, y au­menta el número de salientes, así como también las cornisas y frontones que­brados. Veinte años más tarde, los fus­tes espiralados se llenarán de abundan­te decoración, predominando los infal­tables racimos de uva y pámpanos de viña. Además se acentúa el barroquis­mo hasta el punto de casi desaparecer la línea recta pero, sin que por eso, re­sulte excesivamente pesada la composi­ción. Todo lo contrario, son magnífi­cas obras de incalculable valor artísti­co los altares mayores de las tres igle­sias cuzqueñas de San Bias, Santa Te­resa y La Compañía. Tampoco faltan bellos retablos en Lima, como el altar mayor de la iglesia de Jesús María, el de San Francisco Xavier en la de San Pedro, y el de la Inmaculada Concep­ción en la Catedral.

Al finalizar el siglo XVIII, lo mismo que en los púlpitos, empieza a hacerse sentir la incontrastable influencia del rococó francés, especialmente en la ca­p ital del virreinato, donde podemos ver­la bien definida en los altares mayores de los templos de San Sebastián y del Santo Cristo de los Milagros ; de este último se dice que fué dibujado por el cé lebre virrey Amat (1761-1776) y, a juicio de Wethey, representa el más completo homenaje, que se ha hecho en Lima, al llamado estilo Luis XV.

Completan dignamente esta obra, un apéndice que contiene una detallada descripción de los monumentos colo­niales de Lima, una copiosa bibliogra-

fía, y 366 hermosos grabados que contribuyen a aumentar su ya poco común valor didác­tico.

J UAN GIURIA.

*

Cuzco, San Pedro, R etablo del Altar ( 1720)

37

Page 40: Arquitectura 222 - 1950

CLOAG, JOHN. - A history of cast iron in architecture.

Se acaba de publicar un interesante libro sobre la Historia del hierro cola­do en la arquitectura "A History of cast iron in architecture" por John Gloag y Derek Bridg\Yater; editado en Lon­dres por George Allen and Unwin Lt::l.

cimiento de la industria del hierro co­lado (1650-1750). El nuevo material en la arquitectura (1750-1820) . La expan­sión industrial de la industria del hierro !1820-1860). Cambios en la industria si­guiendo el desenvolvimiento de nuevos usos <1860-1900) y Su desarrollo en la \ igésima centuria (1900-1945).

ficios (palacios, estaciones, etc.) siendo esta parte una de las más interesantes del libro, constituyendo una valiosa do­cumentación, a través de la cual se puede seguir con verdadero placer la evolución de la arquitectura de Ingla­terra en uno de los más interesantes períodos de su historia, aquel en que el nuevo material ejerció un poderoso influjo en la evolución de la Arquitec­tura, creando nuevas formas y nuc\·os procedimientos constructivos.

Este interesantísimo libro es un ,·er­dadero documento histórico. que nos muestra con una profusa documenta­ción gráfica la e\·olución del empleo del hierra colado en la arquitectura in­glesa, abarcando desde 1650 hasta 1945.

Contiene cinco secciones: El estable-

Puede apreciarse a través de sus pá­ginas el empleo del hierro colado des­de sus primeras aplicaciones en la ar­quitectura, en guarda fuegos, planchas decorativas, escudos de arma, verjas, balcones, rejas, columnas, barandas, ar­tículos decorativos, cañerías, hasta la aplicación en los puentes y grandes edi-

Este libro constituye una lección de historia que los estudiosos sabrán apre­ciar en todo su valor.

R. L. V.

HOMENAJE AL MAESTRO CARRÉ Vivo está entre nosotros el recuerdo del Maestro. Este año, como todos los años,

los Arquitectos se han congregado junto a su tumba para rendirle el emocionado homenaje.

En ese acto, el Arquitecto J . C. Bauzá, pronunció estas palabras:

No se justifica ría romper e l e locue nte silencio de

nuestra emoción en este acto, ofrenda de nuestro espí­

ritu al querido maestro en el aniver sario de su muerte,

si no fu era para cum plir con el deber que para nosotros

significa su r ecuerdo.

Por circunstan cias especiales tm·e oportunidad de

tratar a Mr. Carré a penas Hegado a nuestra patri a y cultivar su amistad h asta e l último instante de su ejem­

plar vitla. A través de este largo lapso, dura nte e l cual desfil aron 33 promociones de Arquitectos, m e fué dado

apreciar siempre como preocupación fund amental de

sus actividades, las relativas a su función docente, de

la que hizo un verd adero apostolado. Las sie te lámparas

de la Arquitectura ardían con fu ego inextinguible en

su corazón, y com o maestro de un arte qu e no podía

aprenderse en libros ni por m edio de fó rmulas o recetas,

trató de que cada alumno aprendiera a cultiva r la au to­crítica y a justar a sus dic tados los principios rectores de la compensación, a fin de q ue mús adelante en e l

eje rcicio de la p rofesión pudieran ac tuar libremente de

acue rd o a sus ideas y a su temperamento. )i[r. Carré co nside ró siem pre por encim a de todas

las cosas e l r espe to a la pro pia per sonalidad e ideación de sus alumnos. R ecord amos su labor tenaz fre nte a

nuestros esq uicios, en los que la m a,·oría de las veces

apenas se balbuceaba n na idea, care nte h asta de los

más element ales principios de composición y expresión, y cuando ya agotados nuestros esfuer zos no sabiamos si

continu ar en la luch a o abando narla en bu sca de otra

solu ción, veíamos como al cabo de poco rato, una vez

compenetrado de nuestra idea, aparecía en su corrección todo aquello que tal vez h abíamos soñado, pero que nos había sido imposible expresar en nuestro cróquis. E m­pezaba su tarea cuando la nuest ra había terminado, y

a l conjuro de su lápiz su rgía la forma que esperábamos

38

con la misma ansia que el sediento espera ver surgir el

agua fresca y cristalina del pozo agotado del desierto

o del muro de piedra. Y todo esto con una simplicidad

y una naturalidad tal , que nadie sintió nunca rozada en

lo m ás mínimo su personalidad, ni subestimada su ima­ginación creadora, fueran cuales fueren las correcciones

que m erecier an sus trabajos. Respetaba las ideas de los croquis como ejes inmutables alrededor del cual debían

girar las composiciones; y sin embargo, todos sabemos lo que esto significaba y much o m ás fácil hubie ra sido cambiarlas o modificarlas radicalmente para alcanzar

una solución de m ás efecto con me nos dificultad es. P e ro

esta no hubiera sido la solución del alumno, y lle¡rar a

ella hubiera constiuído a su juicio un atentado a la

personalidad del alumno anulándola irremisiblem ente

por una razón tan futil a su juicio. Y los proyectos hu­

bieran resultado a ]a manera de . . . . . . . . como eran los proyectos de tantas famosas escuelas de a rquitectu­ra v como lo son aún en muchas que no es del ca><o n1enc1onar.

F elizmente nosotros que r ecibimos sus sabias en e­

ñanzas podemos decir que Mr. Carré mostró como podía ensearse arquitectura respetando la pe rsonal idad del

alumno, y cómo podía alcanzarse por el estudio, sino la

perfección absoluta que no es humanamente aclmisible

- la forma de expresar una idea dentro de los princi­

pios de ]a composición, la lógica y el arte en fin ; c rean­

do una tradición que sus discípulos de ayer y m aestros

de hoy sustentan con toda la fu erza de su propia convic­

ción. E se r espeto del maestro por la propia pe rsonali­

dad del alumno que sienten todos ellos con idéntico fervor es el me jor homenaje a su maestro, y ser á segu­ramente norma tutelar en el futuro para que aquellos

que 11eguen a sustituirlos un día, recue rden que este don superior lo h eredaron del que fu é " maestro de m aest ros".

Page 41: Arquitectura 222 - 1950

t Arqaltecto MJ:.~I~ t~~DI E SAN10 Palleel6 a:rer M .... ueallre .. 1'"

La CQro1'.116a Dtn.~J~a de la .. "!"CCad- •~ Mt1 ·1 •a Vet • n•·'•- ro'l "ro'""._ 1 oe&&r, parUclpa a 1111 IIMCtldoa el falleclalleato del eeflor pl'ftldente de la -'IN­

PMÑ• -vamnU&rla del On· uar. 7 tJborta a •u. aso :.1o . a . J • o del ..,. ... a er.eaaar&e .. el dla de ··o•. a 'u 11 7 :10 boraa, ea el CementeriO dll BUceo. Caaa ele duelo: .Jalllle Zudilles ~30.

Doctor Joac¡a:a Vil:el" l>úna, pr.,_,lclente: doctores Nelson Yqallaall 7 Llbotnar;o J. arqaute, auretarlol.

1 . f Arquitecto M~~lz? f.~~DI E SANTOS ra ... l6 •1., so •• di·,.-~ .. •• 1~1111

:K1 D'~lio del COI-.Jo de AbocadOI del t1ru¡uay, tO'l profundo pesar parta. dr~a a 1111 aMe'aoloa, er ftl'tel'"'lento del ••fl<>r pre<ld<rte de la A< ru?• óa Ua!Yenttarta del Vrunar, Ana- Yarlo Abadll santos. :r ezhorta a aus •-lad• " coa·urrlr al aeto del &epel!o a e"ecll•a~.·• ea ~· d'a d1 ho~·. • '" 11 1 30 bor.,. •• .a Cemeaterto del Pu·eo. Ca•• de duelo: J•tm~ :rud'll•z ~30. ~ lrdaanlo J. Couture, presidente; JoÑ Sáncbez Jl'ont:ns, aecretarte laterlao.

f Arquitecto M~~~O f!ADIE SANTOS t'alleel6 • ... .. .. ••·•••bl't' de ltl\0

La CCI!IIt.lón DlrectiYa de la />co•!o•'f., ~~ •r· ·~···M .-~r~n~"'""· t<111 ,... faMo peaar. partlelota a ne aaoel· doa, el f .. ..:•m!•ato del ~e!!or preal~ente de la Awrupaclón Unlnraltarla del Or~ua7, 7 #Xhorta a oua a•ot~edos a •o"nrr r 111 aetn de: repello a eter•uaroe en d'o. de """· • 'as 9 y )) hor.ls, en el Co,.,•a. &trio del 7111-. Ca&e de daelo: am-e zu~·~~~ ~·o.

ID•. ~. Cr116loto Brol.ol, pruldente; lllg. Agr. Lul1 A. CaateW, ... anta rte.

f Arquitecto MARIO ABADIE SANTOS Q . l. p p

ralletol6 •Jer 10 .. Cl~le81ore de ltiMI fA Co"'•-.468 Dt~tiYa ti• la A•O'"Ia~'ó'l d~ t'll'm'•• In.,ust,.,•l ent~ nrofllftle

- · r . ,.,Uet¡q a 1M -ladol, ti fallecimiento del •Aor pre1!d•nte d~ la \(ni• naet6n un•yerattP~a d(tl Uru~•v • .., •~Jit ,.rt'\ w. 1': •• , , ...... 'ot"l">"' a ,.,.n " ... · .. •• •"te ~el Nl'el'o a efeetuaree ea el tila d~ "OJ, a las O 7 30 bor ... en el Cemeaterle del s.c.o. c•aa de da~·o· lahl'e '.act4fl•a :'6~0.

"'•' -• ·,. •D4uatrtal .Jol6 A. 8torace, presidente; Qulm. Ind. RUlO TrlmDJ-., _,.tarSo. 1

f . Arq11itecto MA!,110 PA~ADIE SANTOS

1 Fa!INI6 a,.er M de ~lemm A 1018 In Con&elo DlreetiYo de la Ao:111't'lel6n Ualvertlta~l• del Uru,uay. eon profttll•

... peaar pa"11et11a a loa prof .. IO"al•a llnt•ero•tar·o• del ...... ~~ "'"""' de .. t''n'•IBto aejlot' pre1!!!eate 11e la lartttatl6n. Ar41 . ...,r!o Ab die eanto•. a•aertq 1111 el d'a de a,er, r loe Jav•te a concurrir al a•to del At"•''o de •u.; r""'OI'. cue 11 efeetun' b07. " laa t 7 30 lloru, tD ti Cementer:o del Bucro. Cua de da-lel Jal- zu.t•6el 241:!0.

Doctor Poberte Jtetc. Yloeprealdente; do•tor J:nrtoue V~•ovl. ucreterf&,

f Arquitecto M~R~~ .~!~DIE SANTOS raiiMI6 ar« tt de didHtllore •• IN~

La CollllaMn Dkect!Ya t'e la A,.·•a·'~n dP l"~•n ·•r"• d•' Ortt"ll•Y, ron , ... f•nlle p•e•r parUdM a IU a-ocladoe, el fal!eetml•nto c!•l ... ~or Pres•dentft de la A•no"~~ell•n Oal..,nltarla del Un'nlar. Arq. Yar'.o Ab· f% 'e 8anto1. y ex~>orta e aus t.J!oc'·doe a 1011earrtr al a"to del et"el'o a ete•tua••e ~n ~~ d'a toe haY. a raa t 7 JO Juwu. ea el Cetr•n~rlll d•l •u·•o. Cae' dt du•'o: Ja'mo ?:u~'tl•l ~31.

la .. .,,.,., .. ..,.. Terra Arouaa, prHidente; 1111· Enrique O. Seauade, &eefttarle.

Arquitecto MARIO ABADIE SANTOS Q . .l. p ') ,

FaJJeef6 arer te .. •lrte.lore de IHO (11 eoew•e Dlrel't'YO de •• Arer•••'ón Od•ntn ' • ·•ua"a. con pro'aade

t peaar, pa.t'rl'tt a 1111 aao••atiM. el f•'l•el,.,!etlto d•l e• llnr nre•'d•"'• d• la ~ru. pa•l6n U'l!ftnlter'a del Urupa7, 1 uberta • aua asociados a coo•urrtr al •* · del ee!llllo 11 efeetuane en el dfa lle h•, • Jaa 9 7 30 horas. en el Cem•nterte del Buceo. Cua de du-'o: ,Jaime Zullillel lMI30.

Deetor a.btrto Rete. pnaldeate· Pr Arlel dt ia Slrrra, Mtretarlo.

t Arquitecto MARIO ABA DI E SANTOS Q . i 1-

f'llleelo\ a•er te de df•'e•bre de IDI\I' r.. CGIBIIIIID DlreeU•a del Chtb Y't'leo d•l Uru,.uav, ron profu'ltlo pHar. -

tll'IOM a 1111 •-t· doe, el fa'le-lm',..t& del ae~o• pre·ld~t .. de la A•"DP"•'6'1 hnS. ... ro'teP'& del 01'UCV'"· 1 tlt,.Orta a 1''' eaO#'afloe a ron•urr'r al a•to del ltflelle a efM'tlta,..,. ft el d(a de ~or. a lu 11 r 30 "oral, en el c~menterlo del llu.,.., c .. a de du• lo: Jll'l"e 7u"~fiH ~JO.

Do•t.,. ..... Ddo D. Oóllltl, presidente: Pr. luan Ch!ns entalla, ... en &arte.

• Arquitecto MARIO ABADIE SANTOS Q . l . P . D .

Palleel6 .,.... te .. dl•le•m de 191M1 La C••lftlt'611 Dtre· t••a d•l Co'..to de .,.to,.• en C'rnrte• Jl:•on<ll"'••• '

Ce"tadOtel. CO'I J'l'efatldO fl"lt.r. rartle1nl a tUa aW"'I~O". el fo 01o•l"'lenta del •11M onalt.nte de la Atru~>• ·r~n ""'nr•ltarla d•l Urutru••. y •~!!orta a .... alftr1adfll a coaearrtr al acto del ""'"''n a f'fe•tu~ra• •n •l !lfa d• ~o•. e , .. t 1 3t IIMal. en el c.-aborto del Bue.o. C"alll de du··o· Ja'"'e Zud<'lea .se-.

Celltader Apet!a Laulde, tteretr rlo; Cr Jo16 P'r•'•o. dlre<tor.

t Arquitecto MAllO ABADI E SANTOS Q. ~ - p ....

Falleel6 a7'Y 11 de dl•l-lore de 1950 La Co-·•1 .. Dlnetha "~ la A•O"'a•'6" d• ~·m•·• • "••ma•'~ d•l TTrul'ttay,

- """'lldo peear, pert••t.,. a na a•ft"'"'"'· el fall•·•-••nto d•l ~·llor """'­d .. ta de la A~ ... ~l6a Unl9eroltarta del Oru~ua:v. 7 exhorts 1 IUI ~soel~dDI e rnaeurrtr al al'to del .. neuo a •'actuar.·~ •n el dJa ,.. "" " '•• 11 7 30 horas, ea el C'ellllfltefto del ...... caea de daelo: J o.lme ZUdilles lMI30.

t

Qllllll. Pana. C'oaredo C.'Utllllolll, prealdeate; Qu!m Parm. Amllcar c .. ar .laruto. eMreterto.

Arquitecto MARIO ABADIE SANTOS Q. &. P . D.

Loe -pafteroe de la C-L•Ión Dlre·ttva de la Sotlecl• d de Arc¡ulteetoe dll Un~7. -plell c:oe el JMDO.O l'l~"er de oartl · l.,a• •l t•l' · -•·nto "' ' " •E ~Mta ' aealtiO. Arq. Y • rlo Al!adle lantoa. 1 ln•tton a eonrurrlr al &eJMIJo. tille • r••"~ari 1107, J~~r~M 11 del corriente, a tu 11 7 30 horoa. ea el C•,...•a• tirio dll ,....,..,

~IIIHt<t ....,.,.., 111 A. oart .. l\'0, f-all O•rroela Pardo. A. de eor.a. ltttbfa ~r"n'. B•nt'll.. 01._.,, .hll'o htler, Jallo "u"al~•. Yarle JIUP«117o ~r~>t.ll'lo f ·'•W. 1. 11. Yura•r1ole. A"toa•e Pl•trr!ato. ,..,..111 V'ol' ~- .,.n•ao. VI"IDt~ ro•-. P•·tor na·rro.. OBlar Pttfortta, CWl• ue10 A. Yan&f, Aqu&o auler, IIOdolfo Ytaollroa.

Page 42: Arquitectura 222 - 1950

ower. tle la Unión.

Por otra parte, los altos coml­atonadoa de loa Estados Unidos, Gran Bretafia, 1 Praneia 1n1cla• rin maftana en Bonn conversa· clolle3 con el cancllier de Alema· .mla Occidental, señor Conrad .Adenauer, con el fin de estable­cer la contribución alemana al eJército internacional de un mi· llón de hombres que se espera crear en dos años . Dicha contri­l;uclón sería de 150 mil alemanes.

Los residentes de Alemania Oc­etdental hasta ahora se han man­tenido unidos en contra de la Idea de que la zonp, contribuya a tal ejército en las condiciones que proponen los aliados de occiden-

• tE., y piden mayores concesiones, como seria la que se loa tratara En un pie de equidad con respec­to a las fuerzo.s de las demás na­clones. En tal sentido se habla en esta eapltal de que a los ale· Jr.llle8 ae les permitl."ia maneJar nuevamente no sólo las armas de Snfanter!a lino también aviones ele ¡uerra, artmeria, tanques '1 barcos para la defensa de las costas, Además, un oficial ale­mán de alta graduación figurarla t:n el Estado Mayor de planiflca­tlón del general Eisenhower.

DECLARACIONES DE EISENBOWEB

OENVER 20. <A.P.). - El teneral Dwight Eisenhowe¡ dec!u· ró que "la .situación en es.os dtas DO ea tan sombría como lo iué en 1a primavera de 1942". En conferencia de prensa. el coman· dante del nuevo eJército interna· ctonal creado ayer en Bruselas por las doce naciones del Pacto del ~tlántlco, dijo: "Tarde o tempra· 110, este país va a estar ~nido Y en el fervor de su podeno upi· t:cado, otras naciones vendrán a rosotros. Confío plenamente en -aue los Estados Unidos han lle· aado al punto más bajo de des· unión y están repuntando". En respuesta a una pregunta sobre si .. a la larga, es Vd. optimista acer· ca del futuro", el general Elsen· llower respondió categóricamente: •si", Eisenhower y su esposa lle· taron hoy a esta ciudad para pa· sar la Navidad con los padres de la sefíora, proyectando p_artir el Jnartes de la semana próxuna pa· ra Wáshtngton.

Eisenhower manifestó que no t!eben ser subestimadas "las res· ponsabUidades que recaen sobre cualquier nación que se empeí\e en una guerra global, ya que arriesga entonces su propia ex· posición de potencia, como lo demostraron Hitler y Mussollni". Sin mencionar a Rusia por su llOmbre dijo, en contestación a etra prégunta: "Si eligen la gue· na global no demuestran sabidu· rfa que han demostrado en el pasado". Afiadió que "no ve la razón por la cual los Estados Unl· clos <>bren en un ambiente de temor histérico". Es tonto estar demasiado asustado o, por cier· to ser demasiado beligerante. tina unión tranquila y decidida puede cumplir esa tarea".

Cuando se le solicitó que co· Jnentara la posibUidad de utilizar tropas alemanas en el eJército europeo, Eisenhower diJo: "La ayuda eficaz puede proceder de cualquier sector sólo sr existe la •oluntad de plegarse. No pue<ie haber ninguna adhesión obliga· torta en un programa de este ca· tácter. Recibimos complacidos la tuerza de cualquier fuente pero ciE lo que queremos tener cuida· do es que no est,mos aceptando una debilidad neta".

LA PRENSA COMUNISTA

LONDRES 20. (A.P.). -La twensa comunista de Europa lan· 16 sus eaperados ataques contra Ja decisión de la conferencia de Bruselas de crear uu e "rcito 1 •

DIPBESIONEB EN BANCFO&'l

PRANCPORT 20. (A.P.). -En vfaperu de 1aa importantes r.onversaclonea que IDJclañD en ];onn loa altos c:omli10Dados de loa Estados Un1clol, Oran Breta­fia y Francia con el canciUer de ~manla OccldenWJ, aeftor Con· rad Adenauer. la poblaclón ale· mana de la zona pareoe estar UDl· t!a en contra de la Idea de que los germanos presten contribu­ción al proyectado eJ6rc!to Inter­nacional en las concllclones que Impongan loa aliados occidentales. La creación de - eJ6rclto que fué acordada 8'181' por el CODR­jo del Ptetf\ del Atlántico, ee formará en -.1 Mnntno de dOt etios a lu órdenel del poeral nwtgbt Etsenbower J la cont.rt· bución alemana serfa de 150.00< bombres.

Leos ai•~::t!' - tldleD • -•• trate en pie de igualdad -clfti t8: ~-emás naciones como precio de st participación. Esta actitud pro· mete laborlosa.s gestiones para lOfo altos comisionados, J la misma opinión sustentan los JefM del Partico Demócrata Cristiano a oue pertenece el lefíor Adeuauer. Los comfstonadOI aon el seftor John McCloy, de Jal Estados Uni· rlos, sir Ivon ltlrkpatrict, de Gran Bretafia '1 el sefíor Andñ T<"rancois·Poncet, de Francia.

Los polftlcos 1 los dl\fiOS ale­manes reiteraron hoy, una ves más, las condiciones que han ve· l<ido exponiendo en las últimas 11emanas para la participación de Alemania Occidental en cUcho eJército. Dichas condiciones son: 19) Los alemanes deben ser tra· tados en pie de Igualdad: 29) No habrá re.strlcclonea importan­tes respecto al' nmnero o compo­sición de las unidades militsres c.Jemanas o a sus comandos que no se aplique POr Igual a laa de t<>das las demás naciones: 39> La ~epúbllca debe ser liberada de su condición actual de nación ene­miga ocupada y dirsele indepen· dencia poUtica, reemplazando el estatuto de ocupación por un "tratado de seguridad".

La mayor parte de estas exl· genclas están destinadas a Pran­cia, paf.c; que aún teme el resur­.zimlento del militarismo alemán. Franela, que es uno de los más , importantes firmantes del Pacto del Atlántico, desea evitar la ror· mación de un nuevo Estado Ma­yor alemán y asimismo la de uni­r!ades mUltares mayores que una brigada --que tiene efectivos de ll a 8 mil hombres- para que ft­¡:uren en el nuevo eJército inter­nacional.

Los cancilleres de las tres gran· des naciones occidentales anun· ciaron en Bruselas anoche que los comisionados tienen la tarta de bC.ndear el problema de la con· tribución alemana aobre la base dt las propuestas del ConseJo del Pacto del Atlántico, como asi­nJlsmo las modifh:acionea que se introduclrian a las actuales nor­mas de ocupación '1 que lógica­mente atenderian a las n~lc:la­des de la contribución alemanaa a la defensa.

Al comentar loa resultados de la conferencia de Bruselas, los dla· rios de Alemania Occidental casi no difieren en sus opiniones, y eunque aplauden ~ convenio pi· den más concesiones para que los elemanes presten su adheatón al sistema de defnsa. El "Frantfur­ter Allgemeine" diario indepen­d:ente, comenta que "cualesquiera Eea el gobierno occidental alemán oue Quiera hacer aprobar por el Parlamento el plan aprobado en Bruselas, tendrá que apeler para ello a poderes extraof1clalea de l'tpercusión".

Page 43: Arquitectura 222 - 1950

..

Arq.

Mario Abadie Santos

Presiden te de la A gr11pa ción

Univerritaria del Urttgtt ay

La Agrupación Universitaria del ·u ru ¡wa~. prc>~tigio~a imtitul'ión qu c> a~ru­

pa la totalid ad de las Asociaciones de Proft-,.ionale~ LniH' r"itario~. h a r<' no\ a­

do sus autoridades <'n la Asamblea de l 2H de Julio prú\.imo pa"ad o.

En este acto h a resultado electo por la \ol untad de lo" utÜ\t>rsi tario~ de l

país y para diri gir los dl';;tinos de la institución que l o~ agmpa. nue,;tro colega

e l Arq. \-! ario Abadi<' Santos, culminando a~í una <:'lapa mú~ de su bri llante

ge;; tión de u ni\ ersitario ~ profesional, put>:-ta "'ie rnprt>, con lealtad y genero,.o

entusiasmo, al servicio de los mús noble~ ' a lto,., afane~ u ni' <'rsi tario~.

El Arq. 'lario Ahadic Sa ntos en la l're~idencia de la Agnrpaciún "C ni­

versitaria del Uruguay, representa por lo qu<' su pe rsona signi fica. una ga rantía

un ~xito para el futuro de la instituciún.

:I\Tario Abadie Santo;., es, an te todo, 1111 a ull~ ntico uniH'r,.itario, al que :-a­

b emos capaz. de enfrentar y resolver los m ú" difíciles prohl<'mas, con la jmti­

cia, equi librio ~ h ombría de bien ¡Hre;.ta;. d<' m anifie"'to en múltiples oportuni­

dades de su larga <' impo luta carrera uni \('r~itaria.

\!ario Abadie Santo;., com o uni\('r, itario, t·omo l'rofe,.,ional, corno Funcio­

nari o. com o Ciudadano merece un ;.o lo ca lificaiÍ\O ... e;. todo un hombre.

A. de C.

39

Page 44: Arquitectura 222 - 1950

Distinción al Arq. Horacio Acosta y Lara

40

Con moti\'o de la significa ti,·a d istinción acordada a nuestro Pre~idente

Honorario, Arq. Horacio Acosta y La ra, por e l Gobierno de Cuba, la Comisión

Directi va de la ~ . A. . tomó entre otra~, la resolución 1le remitir al distin·

guido co lega la nota que a contin uación tran~cribimos :

" "XOTA :!\".~ 781950.

" Señor Arquitecto,

" D. H oracio Acosta y Lara.

" Distinguido colega:

.\l onte,·id eo . .\la\'o 19 de 1950.

" E n conocimiento esta Comisión Directi\'a de la significati,·a distinción

" que el Gobierno Cubano a hecho recaer en Ufl. al concederle la Condecoración

" de la Orden "Carlos :Ylanuel de Céspedes'' en el grado de Comendador, se ap rc­

" sura a felicitarle calurosamente y unir e entusia lamente al reconocimien to que

" llega de un Gobierno extranjero y ex presar a \'Íva voz su b enepláci to por tan

" fel iz circunstancia.

Nosotros ya sab emos fl e los mPritos bien ganados por e l estim ado colc­

" ¡!a en mil y una oportunidades por el bien de la p rofesión y qu e hoy se ex tc-

'- riorizan e n la \'aliosa condecoración al udida: nosotro ~a abemos de H l amor

" a la causa que a todos nos un e ~- que lo cuenta entre sus más esforzad os ~­

,_ prestigiosos pa ladine ; pero nosotros también ya sabemos de la mode::t ia pro­

" verbia l que lo adorna y que sin duda le h arú creer en lo desmedido de la dis­

" tinción ~ en lo desmedido de los IPrminos J e es ta nota. pero recib a el estima-

" do cole¡?;a las m ayores eguridades del corto reconocimiento de propio

'· ños en e l bien que ha hecho por la profesión e n el Continente todo.

cxtra-

" Sin otro particula r sa lud amos al estimado colega con nuestra ma~or con­

" ~ideración y e tima, reite rando nuc~tra:: fel icit acione!' por la justa rli~tinc i ón

'· recibi da.

Luis Garría Pardo ~ecretario General

Mario A badie San tos Vice-Presidente l.''

Page 45: Arquitectura 222 - 1950

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Concurso Anteproyectos La Comisión Directi'a de la S. A. U. d esi~nó

al Arqto. Alberto Alonso Romelli para intí'·

~rar, e n rt>prcst>ntación dí' esta entidad, el J u­

rado que actuarú en el Concur~o de Antl'pro-

Escuelas Nos. 24 y 78 ~ectos para la construcción de l edificio que ¡;cr­

' irú ele as iento a la8 E scuelas '\.os 2-1- ~ 78 flt>

esta Capital, or~ani:wdo por el Consejo ::\"acio-na l el<' En~eÍltlll-"a Primaria "\ormal.

Becas Americanas Helacionad a con e l título de r l'ferencia "e

ha remitido a los Socio~ de nue~tra Entidad, la eircular que tran~cribimo:-:

'· C l HCULAR \ " 6.9."i0.

"E::timaclo con"ocio :

··CúmplcnH' poner Pn ~u conocJrnlento que •· la Facu ltad de Arquitect ura no;l ha hecho ~a­'· be r por \ola \ '' 3-1-5".)0, que la Comi~ión \a­'· cioual de Cultura e] p la Bepública Ar¡!en tina, ··de acuNdo a la reg:lame:>ntación d t> beca~ anw­'· ricanas, h a elc-stinado dos de <-lla;. a nuí's tra

·- República, para :;:er utilizada~ por profe~iona­··le~ artistas c imcslig:adoreí'.

'·A lo,; efectos de dar cumplimiento ek la~

•· d ispo~iciones re:<pec tivas, h ago saber a l d. •· quí' lo~ intt>r<'sados pueden presentar su ~ aspi­•· racion(', con relación ele mPritos, títulos ' d t>­•· má~ ant<'cedentP~ tk interés, ha~ta e l día :10 dl' '· "etií'mbrP de l corriente' año, a las 11 hora~.

'· Pn la Secrí'taría de la Universidad - A,. 18 '· dt> .l ulio \ 182-1- - , pudiendo así mi~mo ~o­,. licitar la reglamentación de dicha!5 bí'ca ~ í'n ' ·la ei tacla Sí'crPtnría, ele 8 a 12 h ora í' todo~ lo~ " día~ l.C.bil<'···.

Page 46: Arquitectura 222 - 1950

,...------ - -------- ------- -NOTICIAS-

DESP E DIDA \"uer:tra ac tuació11 a l frente de e:-ta R e- ::\os ale jamos d e ' ·Arquitectura"' po r

' if' ta te rmina con la publi cación de este pro pia d ecisión, a u g; urúndol e a l colega que

número. asume e l carg;o, e l más franco éx it o.

] . A.

COLEGIO DE JURADOS

De acue rd o a l re~ ult ado d e l últilllo acto cleccio n a rio e fectu ad o e n A~am ­

hlea Ge ne r a l Ordi nari a d el 30 d e Juni o ppdo., el refe r id o Co leg;io de Jurado,.

qued ú inte¡rrado. por e l pe ríod o 1950-52. d e la ~ i g;ui ente form a:

1 1 Ca rlos Góm ez Ga' azzo

21 H afae l Lore ntc

31 Haú l Cohe

-l- 1 Ld e lfonso A roztegui

.) 1 A lfred o A ltamirano

6 1 ~] a rio t•a,·sH~ H eye~

1 1 A mérico B.i caldoni

8 1 Leopo ldo C. A r tuc io

9 ) Rube n Dufau

10 1 H oracio Acos ta ' La ra

11 1 :\l a u ric io C ravotto

121 :\lario Abadie Santos

13 1 B e lt rán Albe leche

1-l- 1 Ho rn án Frc,ned o Si r i

1.) 1 R od o lfo L. Yi ¡rouroux

16 ) E lías Ciurich

17 ) Ü¡;:car Brugnini

181 R a úl Rich e ro

19) Luis Ga rcía P a rd o

20 ) Raúl H . C le rc

21 ) Juan C. Siri

22) Julio C. Abe lla Tría~

23 ) H écto r G ue rra

24 l Lui s Ise rn

2-l-) A nto nio Pie tro pinto

26) :\lario Jauregu ~-

27 ) Carlos Kohle r Castiglioni

28) Carlos Gonzúle:t: Vanrell

29 1 Alberto Muño:t: d el Campo

30 1 Horacio T erra A roce n a

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Page 47: Arquitectura 222 - 1950

~------NOTICIA S-

DiJtinciones otorgadas al Uruguay en la VII Exposición Panamericana de Arquitectura )' Urbanismo:

Diploma Meda lla de Oro a l Instituto Na­cional de y ¡, iendas Económi<·as fiel M. O. P.

Diploma Medalla de Oro a las \ ivif'nda~ Económicas de A. 1\'". C. A. P.

Diploma Mención Honorífica, a la Admi­nistración General de las sina>' Eléc­tricas y T. del Estado.

Diploma fención Honorífi ca, a la Facul­tad de Arquitectura del Uru¡!;ua~.

Diploma Mención Honorífica, o tor¡!;ado al Arqto. Rafael Lorente por trabajos presentados en la Sección C.

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