revista del instituto de cultura

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Primera serie número 40, julio - septiembre de 1968.

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Page 1: Revista del Instituto de Cultura

del IN~FF~1rUTt1 de

€:.UI.1rURA :PUm~TORR]QUlEÑl\

ANTROPOLOG1A

HISTORIA

ARTES eumcAS,

TEATRO

A'RQUITBC1VRA

MOSlCA

JULIO - SEPTIEMBRE, 1968

San JJian di Puerto. Rico

,: "numero'-.J

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R E v 1 s T ADEL INSTITUTO

DE CULTURAPUERTORRIQUEÑA

JUNTA DE DIRECTORES

Guillermo Silva, PresidenteEnrique Laguerre - Aurelió Tió - Elías López Sobá

Arturo Santana - Esteban PadillaMilton Rua

Director Ejecutivo: Ricardo E. Alegría

Apartado 4184 SAN JUAN DE PUERTO RICO

ANO XI 1968JULIO - SEPTIEMBRE

SUMARIO

Núm. 40

24

40

Centenario del Grito de Larespor Ricardo E. Alegría. . . . . . .

El significado histórico del grito de Larespor Eugenio Fernández Méndez . 2

Larespor Juan Antonio Corretjer . . . . .. 9

Manolo, el leñeropor Luis Lloréns Torres. . . . . . .. 10

23 de Septiembrepor Julia de Burgos . . . . 12

El grito de Lares en los documentos 15

Proclamas de los revolucionarios 18

Proclamas de los revolucionarios: Pan, justicia,libertad . . . . . .. .... 19

Larespor Eladio Rodríguez Otero

Brazo de Oropor José Manuel Torres Santiago. . .. 27

Betances y Voltairepor Carmen Lugo Filippi. . . . . . .. 28

Larespor Francisco Matos Paoli. . . . . .. 34

Constitución provisora de la Revolución Puerto-rriqueña . . . . . . . . . . . . . .. 35

Reglamento formado por nosotros los fundadoresde la Asociación para la libertad e independen-cia de la isla de Puerto Rico. . . . . .. 37

Elegía heroicapor Elena Ayala. .

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cabecillas de

Larespor José Emilio González .

Captura de Manuel Rojas y otrosla Revolución . . .

Vámonos con Larespor Andrés Castro Ríos

Día y noche de Betancespor Concha Meléndez .

Gráficas de Lares (1868-1968)

Larespor José Enamorado Cuesta

Sobrecantopor Luis Hernández Aquino .

23 de Septiembre de 1968. . . .

Siempre con Larespor Vicente Rodríguez Nietzsche.

Proclama que circuló en Puerto Ricomuerte de Ruiz Belvis . . . . .

Larespor Obdulio Bauzá .

sobre la

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47

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56

58

59

60

Figuras del Centenario. - Manuel Rojas: un pre­cursor inolvidable de la independencia puerto­rriqueña

por Luis Hernández Aquino . . . .. 61

La abortada rebelión de Lares en Puerto Rico . 66

Lares en el tiempopor Armando Torres Vega. . . . . 80

Proclama de Betances a los puertorriqueños: Pa-tria, Justicia, Libertad. . . . . . . . 82

PUBLICACION DELINSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUERA

Director: Ricardo E. Alegría

Ilustraciones de Carlos Marichal

Fotografías de Jorge Diana

Aparece trimestralmente

Suscripción anual $2..50

Precio del ejemplar $0.75

[Application for second class mail privilege pending atSan Juan, P. R.]

DIlPOSITO LBGAL: l. 3343· 1959

IMPRESO EN LOS TALLERES GRÁFICOS DE MANUEL PAREJABARCELONA - PRINTED IN SPAIN - IMPRESO EN ESPAÑA

Page 4: Revista del Instituto de Cultura

COLABORADORES

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JULIA DE BURGOS es el nombre literario deJulia Constancia Burgos García. Nace enCarolina, Puerto Rico, el 17 de febrerode 1914. Muere en Nueva York trágica­mente en 1953. Fue maestra de escuela,periodista y poetisa. Sus obras están re­cogidas en los siguientes poemarios: Poe­mas exactos a mí misma (edición meca­nografiada), Poema en veinte surcos, Can­ción de la verdad sencilla y El mar y tú.Sus obras completas han sido publicadaspor el Instituto de Cultura Puertorri­queña.

ELADIO RODRíGUEZ OTERO, nacido en RíoPiedras, es escritor, abogado y hombrede empresa. Bachiller en Artes de la Uni­versidad de George Washington y en De­recho de la de Puerto Rico. En la Uni­versidad de Harvard se recibió de Maes­tro en Derecho (1943) y en Artes (1947),con especialización en Ciencias Políticas.Fue catedrático de esta disciplina en laUniversidad de Puerto Rico. Miembro dela Junta de Directores del Instituto Puer­torriqueño de Cultura Hispánica y del Di­rectorio del Congreso Puertorriqueño An­ticolonialista. Ocupa en la actualidad lapresidencia del Ateneo Puertorriqueño.

JOS13 MANUEL TORRES SANTIAGO es editorde la revista Guajana, publicada por elgrupo de jóvenes poetas que lleva el mis­mo nombre. Su poesía se incluye en laAntología de jóvenes poetas del Institutode Cultura Puertorriqueña. Colaboró conAndrés Castro Ríos y Vicente RodríguezNietzsche en Trovas lareñas, publicadascon motivo del centenario del Grito deLares. En 1967 publicó su poemario Lapaloma asesinada.

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EUGENIO FERNÁNDEZ MÉNDEZ nació en Ca­yey y realizó estudios superiores en lasuniversidades de Puerto Rico y Colum­bia. Durante varios años fue Presidentede la Junta de Directores del Instituto deCultura Puertorriqueña. Es autor de lasobras: Filiación y sentido de una isla:Puerto Rico; Tras siglo (poemas); Sal­vador Brau y su tiempo; La identidad yla cultura; Conceptos fundamentales deantropología física; Historia de la cul­tura en Puerto Rico y Antología de lapoesía puertorriqueña. Es profesor de an­tropología en la Universidad de PuertoRico.

JUAN ANTONIO CORRETJER nació en CiaIes.Poeta, ensayista y periodista. Ha recogidogran parte de su obra poética en los li­bros Agueybana, Ulises, Amor de PuertoRico, Cántico de guerra, El Leñero y enla serie Imagen de Borinquen, de la cualya han aparecido varios títulos. Es ade­más autor de varios libros de prosa polí­tica, entre ellos La revolución de Lares,Nuestra bandera, La lucha por la inde­pendencia de Puerto Rico, Contestación almiedo, La sangre en huelga y Mitologíadel Grito de Lares. Pausa para el amores su último poemario.

LUIS LLoRÉNS TORRES nace en Juana Díazen 1878; fallece en Nueva York en 1944.Fue abogado, ensayista y poeta. En 1913da impulso al modernismo puertorrique­ño con la fundación de la Revista de lasAntillas. Creó dos movimientos poéticos,el pancalismo y el panedismo. Su obrapoética está recogida en los poemarios:Al pie de la Alhambra (1899); Sonetos sin­fónicos (1914), La canción de las Antillasy otros poemas (1929); Voces de la cam­pana mayor (1935) y Alturas de América(1940). Estos poemarios están recogidosen el primer volumen de las Obras Com­pletas de Lloréns Torres, publicadas porel Instituto de Cultura Puertorriqueña,con introducción de Carmen Marrero.

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JOSÉ ENAMORADO CUESTA nace en Yaucoen 1892. Poeta y periodista, ha sido di­rector del semanario Puerto Rico Libre.Entre sus poemarios figuran: Pederna·les, Verano, Tropel, Con sangre roja, Eu­foria, Tres Banderas y La Princesa y elOso Blanco. Entre sus obras de ensayos:Ensayos étnico-sociológicos, El imperia·lismo yanqui y la revolución en El Caribey El destino de América, trabajo premia­do por el Instituto Sociológico Culturalde Buenos Aires.

LUIS HERNÁNDEZ AQUINO nació en Lares.Maestro en Artes de la Universidad dePuerto Rico y doctor en Filosofía y Le­tras por la de Madrid. Dirige la revistaBayoán y pertenece al claustro de la Uni­versidad de Puerto Rico. Autor de lospoemarios: Niebla lírica, Agua de re­manso, Poema de la vida breve, Isla parala angustia, Voz en el tiempo, Memoriade Castilla y Entre la elegía y el réquiem;de la novela La muerte anduvo por elGuasio, de varias antologías poéticas y deuna antología de El modernismo en Puer­to Rico.

VICENTE RODRÍGUEZ NIETZSCHE es en la ac­tualidad director de la revista Guajana,órgano de la agrupación poética del mis­mo nombre. Figura en la Antología dejóvenes poetas del Instituto de CulturaPuertorriqueña. Aún no ha publicado unlibro individual de versos, pero ha cola­borado con Andrés Castro Ríos en Estospoemas, y con éste y José Manuel TorresSantiago en Trovas lareñas.

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CARMEN LUGO FILIPPI nació en Ponce.Estudió en la Universidad de Puerto Ricoy en la de Columbia, donde obtuvo sugrado de Maestría en Artes, con especia.lización en literatura francesa. Su tesis,aún inédita, versa sobre La influenciafrancesa en la obra de Amado Nervo.Actualmente ejerce de profesora en el De­partamento de Lengua y Literatura de laUniversidad de Puerto Rico. Colaboraademás con el Programa de Español delDepartamento de Instrucción Pública dePuerto Rico.

FRANCISCO MATOS PAOLI nace en Lares.Estudia en la Universidad de Puerto Ricodonde durante varios años fue profesor dehumanidades y literatura puertorriqueña.Posteriormente realizó estudios superioresen la Universidad de París. Ha publicadolos poemarios: Signario de lágrimas, Car­do labriego, Habitante del eco, Teoría de.olvido, Canto a Puerto Rico, Luz de loshéroes y Canto de la locura. Publica crí­tica literaria en la prensa.

ELENA AYALA nace en Río Piedras. Esmaestra de escuela y poetisa. Ultimamen­te ha estado vinculada estrechamente almovimiento cooperativista de Puerto Ri­co. Comenzó a publicar sus poemas en elperiódico La Torre de la Universidad dePuerto Rico. Más tarde colaboró en ElMundo, Alma Latina y Puerto Rico Ilus­trado. Su poesía no se ha recogido enlibro.

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JOSÉ EMILIO GONZÁLEZ nació en Gurabo.Realizó estudios superiores de filosofíay ciencias sociales en las universidadesde Puerto Rico, Chicago, Columbia y Ca­lifornia. Se recibió de maestro en artesen la Universidad de Bastan con la diser­tación "Hostos como filósofo". En Parísse doctoró en letras con una disertaciónsobre la poesía puertorriqueña. Actual·mente dirige el Departamento de Huma­nidades de la Facultad de Estudios Ge­nerales de la Universidad de Puerto Rico.Ha publicado los poemarios: Profecía dePuerto Rico, Cántico mortal a Julia deBurgos y Parábola del canto. Entre susobras de crítica figuran: Los poetas puer·torriqueños en la década del Treinta yJosefina Romo Arregui en el arte de supalabra.

ANDRÉs CASTRO Ríos es uno de los más co­nocidos de la nueva promoción de jóve­nes poetas puertorriqueños. Milita en elgrupo Guajana, que publica la revistadel mismo nombre. Está incluido en laAntología de jóvenes poetas publicada en1965 por el Instituto de Cultura Puerto­rriqueña. Colaboró en Estos poemas conVicente Rodríguez Nietzsche, y con éstey José Manuel Torres Santiago en Tro­vas lareñas. Muerte fundada es el títulode su poemario publicado en 1967.

CONCHA MELÉNDEZ nació en Caguas. Doc­tora en Filosofía y Letras de la Univer­sidad Nacional de México, dirigió duran­te varios años el Departamento de Estu­dios Hispánicos de la Universidad dePuerto Rico. Ministro de Unity en PuertoRico. Ha publicado las obras: AmadoNervo, Pablo Neruda, La novela indianis­ta en Hispanoamérica, Signos de Ibero­américa, Asomante, Entrada en el Perú,La inquietud sosegada (Poética de Eva­risto Rivera Chevremont), Figuración dePuerto Rico, El arte del cuento en PuertoRico, José de Diego en mi Memoria yLiteratura Hispanoamericana. Se preparauna edición de sus Obras Completas.

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OBDULIO BAUZÁ nació en Lares y cursóla carrera de abogado en la Universidadde Puerto Rico. Fue miembro de la Cá­mara de Representantes y juez del Tri­bunal Superior; en la actualidad se dedi­ca a la práctica privada de su profesión.Ha publicado los poemarios: Las hogue­ras de cal, La casa solariega, Las vocesesperadas, La canción de los olivos yCartas de Vietnam. Hay una antología desus versos traducidos al inglés por HelenWoW Patterson.

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Centenario del Grito de Lares

HACE CIEN AÑOS UN NUTRIDO GRUPO DE PATRIOTAS, INSPIRADOS

en las ideas emancipadoras del prócer don Ramón EmeterioBetances -entonces en el exilio- y perdida ya la esperanzade lograr por vías pacíficas un cambio en el estado político delpaís, se levantó en armas contra el gobierno español para pro­clamar nuestra soberanía nacional y fundar la República dePuerto Rico. Bajo el mando de don Manuel Rojas los insurrec­tos ocuparon el pueblo de Lares e intentaron, inútilmente,tornar la vecina población de San Sebastián. En el empeñoofrendaron heroicamente sus vidas varios de nuestros com­patriotas.

Para señalar el centenario de la patriótica gesta, que cons­tituye uno de los acontecimientos más destacados en el de­sarrollo histórico de nuestro pueblo. el Instituto de Cultu­ra Puertorriqueña celebró una serie de actos conmemorativosdestinados a perpetuar el hecho y a recordar los nombres de I

Ramón Emeterio Betances, Manuel Rojas, Matías Brugman,Joaquín Parrilla, Mariana Bracetti, Manuel Rosado, Juan dela Mata Terreforte, Pablo A. Beauchamp, Baldomero Baurén,AurcJio Méndez, Leopoldo Plumey, Manuel Cebollero, Clodo­miro Abril, Clemente Millán, Rodolfo Echevarría, Bernabé PoI,Casto Santiago, Venancio Román, Manuel de León y de todoslos que en el año 1868 sacrificaron vidas y haciendas por lograrla libertad de la Patria.

Al mismo objeto dedicarnos el presente número de estaRevista. En él, junto a importantes documentos históricos quehemos obtenido en los .archivos históricos de España, hemosreproducido numerosos trabajos y obras que ilustran la reper­cusión de Lares en las letras v las artes plásticas puertorri­queñas.

RICARDO E. ALEGRíA

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EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE LARES PARA SERrectamente comprendido debe ser visto como

parte de los movimientos revolucionarios que porcausas diversas, aunque de igual significación, sa­cudían por la sexta década del siglo pasado almundo español y las Antillas españolas, últimosrestos éstas del Imperio que España se forjó enAmérica ya desde el siglo XVI.

El siglo XIX, trajo para Europa los grandes mo­vimientos que explican buena parte de los cambioshistóricos que ocurren en dicha zona continental:el nacionalismo, inspirado fruto del Romanticismoeuropeo 'Y el liberalismo, hijo de la Ilustraciónfrancesa y del gobierno parlamentario inglés.

Cuba y Puerto Rico, y con diferente suerte ytiempo histórico Santo Domingo, no habían Jogra­do proclamar la Independencia de España que al­canzaron en 1810 las naciones de Hispanoamérica.Las Antillas viven conscientes en sus mejores hom­bres de que sus luchas por la libertad en el sigloXIX, no son sino la continuación de las guerraslibertadoras de la América Latina, realizadas porHidalgo' y Morelos, por Bolívar y Santander, porSucre, San Martín y O'Higgins desde México hastaChile.

La primera mitad del siglo XIX en Puerto Rico,fue una fase necesaria y preparatoria de las fuer­zas nacionales que en la segunda mitad del siglovan a encontrar expresión en los movimientos Re­formista y Separatista. Con el libre comercio de-'cretado definitivamente en 1818 va a producirse unensanche impresionante de la vida agrícola y co­mercial de la isla. Junto con ese progreso materialva unido el crecimiento de un sentimiento nacionalque cristaliza en el nacimiento por esos años deuna literatura autóctona y de una conciencia polí­tica.

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El significado históricodel grito de Lares

Por EUGENIO FERNÁNDEZ MéNDEZ

Hombres como Ramón Emeterio Betances (na­cido en Cabo Rojo el 8 de abril de 1827), de Eu­genio María de Hostos (nacido en Mayagüez el 11de enero de 1839), van a constituir junto con nu·merosos otros médicos publicistas y abogados co­mo Segundo Ruiz Belvis; Manuel Alonso, Francis­co del Valle Atiles, Julio J. Henna, F~ancisco

Basara, José Pablo Morales, Alejandro Tapia, Fran­cisco Oller, Julio Vizcarroncio, Julián E. Blanco,Francisco Mariano Quiñones, Román Baldoriotyde Castro, José de Celis Aguilera, y muchos másconocidos de todos, como José Gautier Benítez,Manuel Corchado o Ramón Marín~ los forjadoresde una conciencia regional bien caracterizada enel pueblo puertorriqueño, que aspira a colmar po­líticamente su conciencia nacional.

La mayor parte de los miembros de esas dosgeneraciones de las últimas seis décadas del siglo,se formaron intelectualmente en Europa. Betan­ces estudió en París, Hostos en España y Ruiz Bel­vis igual. Francisco Mariano Quiñones en Alemania.Muchos estudian en Puerto Rico, otros en EstadosUnidos y algunos aunque autodidactas absorbenlas ideas más progresistas del siglo XIX.

Las actividades reformistas o revolucionarias deesta primera generación en Puerto Rico comienzahacia 1866. Betances termina su carrera de medi­cina en la Universidad de París en 1853 y regresa aPuerto Rico. Hostos abandona la carrera cié Leyesque cursaba en Madrid en 1857 y se lanza ya desdesu sede en Madrid a la lucha política y educativa,teniendo como norte invariable de su vida la inde­pendencia de Puerto Rico y la Federación de las An­tillas.

Es este, pues, el período en que cristaliza enforma definitiva en la conciencia nacional de PuertoRico, la idea emancipadora con Ramón Emeterio Be·

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lances y Eugenio María de Hostos. Todos los líderesde Puerto Rico, incluyendo a los más conservadorescomo José Julián Acosta. Julián E. Blanco, Francis­co Mariano Quiñones, Román Baldorioty de Castroy otros. llevan arraigado en su ánimo el sentimientonacional, pero no todos son tan decididos ni tanresueltos en el sacrificio de su apostolado comoRamón Emeterio Betances. Este solo hombre, apa­sionado en su amor por Puerto Rico, despliegacan energía y constancia asombrosa la labor deacción y educación revolucionaria que lanzaría en1868 a tantos puertorriqueños a la lucha armadacontra España a nombre de un lema trino: Patria.Justicia y Líbertad. Betances encarna como ningúnotro hombre de su generación toda la audacia, todala inquietud romántica deJ fin de siglo. Hacer lahistoria de la Revolución. de Lares, es imposible

sin traer a cuento como explicación necesaria, laactividad asombrosa de este impetuoso revolucio­nario. el mismo que dijo al compositor Cabello alpedirle un himno para la Revolución: "Mi pasión,mi pasión es hoy la revolución borinqueña. Mán­dame un himno que haga salir fusiles, ¡fusiles nadamás de la tierra! No pido hombres. Un himno quearrastre las piedras y sople llamas y fuego sobrelos déspotas... "

Betances nació el 8 de abril de 1827 en la pa­rroquia de Cabo Rojo. Se graduó de médico enParís en 1853 a los 26 años de edad. En Francia,en sus años de estudiante, fue testigo ·apasionado,a los 21 años, de la Revolución de 1848. Graduadode París, regresa a Puerto Rico donde la isla esvíctima de una epidemia eje cólera. Establece enMayagüez el hospital de San Antonio. Lleva su

Ramón Emeterio Betances. Oleo deRafael Tufiño. Colección del Instituto

de Cultura Puertorriqueña

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medicina a las chozas y bohíos de los desvalidosque aprenden a amarle. Por su afanosa dedicaciónel pueblo le discierne el título de "Padre de lospobres y de los negros". El mismo lleva en susvenas sangre negra: "a mucha honra"; como dijeracuando se pretendía infamarlo por un tal delito.

Mucho antes de que estallara la Revolución deLares, Betances había fundado en Puerto Rico unasociedad secreta de abolicionistas. Los esclavistasde aquellos años (1853-56) se alarmaron de sus actosy juzgan que un hombre que trata a los negroscomo si fueran hombres, puede acarrearles disgus­tos. Al fin se decreta su expulsión de la isla porel gobernador Teniente General don José Lemery.

Betances, exiliado se fue a París. Allí, muere alos pocos años su sobrina y joven esposa CarmelitaRenri, hija de su hermana Clara. No faltan com­patriotas en el cortejo. Allí se ve a Francisco Ba­sara, a los doctores Carbonell y Antonio RuizBelvis. al pintor Francisco Oller, a Garnit.r yaPa.rrata, a Prevost, así como muchos otros amigosde Betances.

Finalmente, obsesionado él con la idea de ente­rrar a Carmelita en Puerto Rico, gestiona y logranuevamente la entrada al país. Ruiz Belvis así selo comunica por carta. Estamos en 1860. De regresoa Puerto Rico. comienza de nuevo a ejercer suprofesión en Mayagüez. Ya su padre, modesto ha­cendado de Cabo Rojo, ha muerto para esta época.Junto a Ruiz Belvis. joven abogado, hijo de padrehacendado como él, emprende nuevamente la laborde fundar sociedades secretas para la redenciónde los esclavos. Le acompaña en la empresa eldoctor Francisco Basara.

Tras la idea de libertar al esclavo, Betancesconcibe la idea de libertar a Puerto Rico y surgenpor el oeste jefes de Revolución bajo la impunidadde las logias masónicas.

Enterado de las actividades políticas de Betan­ces el Gobernador de la Isla, General Félix Maríade Messina le llama a palacio para prevenirle.

-"Conozco sus opiniones y las respeto, le dice,pero como gobernador no puedo tolerar su pro·paganda."

_" No hago nada que no esté sostenido por losderechos naturales de todo hombre al emitir libre·mente mis opiniones" -contestó Betances.

El general le amonesta: "Si usted insiste leharé colgar de una almena de la Fortaleza."

Betanc:es con serenidad y firmeza replica: "Lanoche de ese día dormiré yo más tranquilo quesu Excelencia."

Por estos años España está dividida por dospartidos: Conservador y Liberal. El caudillo del li­beralismo español, es el General Prim, Conde deReus, que fue gobernador de Puerto Rico. Primoque al principio trata de limitar tan sólo el abso·

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lutismo de la Reina Barbón Doña Isabel n, seabraza finalmente a la causa liberal más radicalcomo medio para el destronamiento de Isabel.

El liberalismo contra el absolutismo libran enEspaña la más encarnizada lucha. Estamos en 1865.Antonio Cánovas del Castillo, al ocupar el poder laUnión Liberal. es designado Ministro de Ultramar.Pide a Cuba y Puerto Rico que envíen comisiona·dos para que informen en qué deben basarse lasreformas políticas y sociales para las provincias deultramar. Se efectúan las debidas elecciones en elpaís. Son electos por los' reformistas: SegundoRuiz Belvis, José Julián Acosta y Francisco Maria,no Quiñones. Por los conservadores Manuel deJesús Zeno.

Al llegar el turno de sus reclamaciones a losrepresentantes de Puerto Rico, éstos dieron pre­ferencia a la abolición de la esclavitud y en suce·sivas sesiones del Congreso piden la representa·ción de los puertorriqueños en las Cortes y la auto·nomía de los municipios.

Antes de que se cerraran las Cortes. cae elgabinete de la Unión Liberal y suben al poder losconservadores con el general Narváez, a la cabeza.Nada habrá pues de esperarse en las Antillas. EnPuerto Rico y en Cuba crece el descontento. RuizBelvis regresa a Puerto Rico tan desencantadocomo Morales Lemus :' los demás ilustres cubanos.Las corrientes liberales se propagan en Américay en España esperando el turno de echar a losreaccionarios del gobierno. Betances en esta ca·yuntura no perdía tiempo en organizar Asociacio­nes Separatistas. A esta consigna respondían yalos comités de "Capa Prieto" de Mayagüez, del cualera presidente el norteamericano Matías Bruck­man; el "Lanzador del norte N.O 1" del Barrio ElPalomar de Camuy, presidido por el venezolanoManuel María González; el "Lanzador del norteN.O 2" en Arecibo, presidido por Aurelio Méndez; el"Centro Bravo. N.O 1", instalado en el barrio Pezuelade Lares, y de la cual era presidente el venezola­no Manuel Rojas. El "Lanzador del sur", en Ponee,presidido por Carlos E. Lacroix, y el comité "ElPorvenir" del Pepino, presidido por Manuel Cebo­llero. Betances está en contacto con todos aqueo1I0s extranjeros que juzga gente probada para ellevantamiento armado y dirige a su vez el "Comitédel oeste".

Por estos días estalla un motín de soldados enlos cuarteles de la capital, originado por la faltade paga. El motín es sofocado a tiempo. El generalMarchesi que temía una conjura general anunciadapara las Antillas persuade al Coronel encargadoZela para que dicte la pena de muerte para elinstigador, el cabo Benito Montero. Le prometeque es sólo para escarmentar, que nada se hará fi·nalmente y que indultará al cabo conforme a sus

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facultades. La sentencia. sin embargo, se ejecutasin que Marchesi cumpla lo ofrecido. Tras el fu·silamiento de Montero el coronel Zela se suicida.

Los temores que Marchesi alberga de un movi·miento insurreccional en Puerto Rico se resuelvendictando además el destierro inmediato de los másnotorios liberales del país: Segundo Ruiz Belvis,José de Celis Aguilera, Vicente María Quiñones.Carlos E. Lacroix, Rufino de Goenaga, Julián E.Blanco y los doctores Pedro Goyco, Calixto Rome·ro y Ramón Emeterio Betances.

Betances y Ruiz Belvis, que al igual que losdemás fueron ordenados presentarse al gobiernodc Madrid en un plazo de tiempo señalado, acuer·dan darse a la fuga. Llegan a Santo Domingo el9 de julio de 1867. Betances no pierde tiempo yse dispone a buscar armas para la proyectada re·volución de Puerto Rico. Luego pasan él y RuizBelvis a Sto Thomas y de allí a Nueva York. EnSt. Thomas se encuentran con Celis Aguilera,Calixto Romero y Julián Blanco. y otros de losdeportados que iban rumbo a España. Casi todosprometen a Betances luchar por la misma causa.

Ya en Nueva York Betances y Ruiz Belvis sedisponen a activar sus planes. Betances se dedicaa gestionar armas. Mientras tanto no pierde con­tacto con los centros de conspiración activos enPuerto Rico. Se dispone de común acuerdo la fechadel alzamiento: será el 29 de septiembre de 1868.Entre tanto parte Ruiz Belvis para Chile en buscade ayuda ante el gobierno de Vicuña Mackenna.De Nueva York pasa Betances a Sto Thomas y deallí a Santo Domingo donde se halla por el mesde septiembre de 1867. Se propone reunir fuerzasy armas en Puerto Plata para invadir a PuertoRico en la fecha acordada.

Se ve en la necesidad de volver a Puerto Ricoen cierta ocasión y entra en el país de incógnito.Burlando las medida~ del gobierno, sale del paístan misteriosamente como hubo entrado. Logra es­capar en un buque inglés. El capitán de la nave,que es masón como él, le acuita a bordo, y partepara Nueva York, de donde regresa una vez mása Santo Domingo.

En Santo Domingo le esperan otros conjura­dos: Mariano Ruiz, el hermano de Diego Moral, yotros. A principios de noviembre va a Sto Thomasa recoger 500 fusiles y dos cañones, y allí se enterade la muerte de Ruiz Belvis en Valparaíso. Apro­vecha la ocasión para lanzar la primera proclamade la Revolución: Los Diez Mandamientos de laLibertad: (4 noviembre de 1867).

Dice: El gobierno de Isabel 11 lanza sobre nos·otros una terrible acusación: dice que somos ma­los españoles. El gobierno nos calumnia. Nosotrosno queremos la separación; nosotros queremos lapaz, la unión con España; mas es justo que pon·

gamos también condiciones en el contrato. Sonmuy sencillas. Helas aguí:

1. Abolición de la esclavitud.2. Derecho de votar los presupuestos.3. Libertad de cultos.4. Libertad de palabra.S. Libertad de imprenta.6. Libertad de comercio.7. Derecho de reunión.8. Derecho de poseer armas.9. Inviolabilidad del ciudadano.

10. Derecho a elegir nuestras autoridades.

Estos son los mandamientos de los hombres li·bres. Si España se sicnte capaz de darnos, y nosda estos derechos y estas libertades, podrá enton­ces mandarnos un Capitán Generala un goberna·dar... de paja, que ahorcaremos y haremos quemaren los días de Carnestolendas en conmemoraciónde todos los Judas que hasta hoy nos han vendido.

Así seremos españoles.Si no, no.Si no, puertorriqueños paciencia, JOS juro que

seréis libres!Dr. Betances

Estando Betances en Sto Thomas, se produceun terremoto y le roban. También a Puerto Rico lesacude el terremoto y el 20 de noviembre de 1867se desata el ciclón de San Narciso. En los camposse abrieron grietas y casi todas las chimeneas delas haciendas de azúcar cayeron al suelo. La tie·rra se mantuvo temblando 4 días. El 22 de diciem­bre Betances hace circular por la región del Oestela segunda proclama de la Revolución. Su lemaera: Guerra al Ibero, ¡Viva la Independencia!

El 2 de enero de 1868 regresa a Santo Domingoy ocho días después redacta la Constitución pro­visional de la Revolución Puertorriqueña. Proponecomo fin una forma democrática de gobierno, pro­visionalmente bajo el Comité Revolucionario dePuerto Rico.

José de Celis Aguilera, y Lacroix se suscribencon una importante suma de dinero para comprararmas, y a mediados de enero de 1868 sabe Be­tances que ya están en Puerto Rico sus compañe­ros Blanco, Goenaga, Romero y Acosta y que hancoincidido con la llegada del nuevo gobernador elGeneral Pavía.

En Cuba, los seguidores de Carlos Manuel deCéspedes y Francisco Vicente Aguilera emprendenel mismo derrotero que en Puerto Rico, aunquesin mucho contacto con los revolucionarios de Puer­to Rico. Lares y Yara, persiguen la misma finali·dad.

5

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1:05 conjurados de Santo Domingo, con Betan·ces'a la cabeza esperan. El padre Fernando Artu­ro de Meriño, dominicano, se abraza a la causa deBetances. Pero el gobierno de Buenaventura Baezes presionado por España. El día 28 de febrerocomienza a verse Betances perturbado por el go­bierno. Luis Betances y el sobrino de éste, Luisito,son conducidos a la cárcel. Pero mientras los es·pañales no le presentan al gobierno dominicano lasquejas formales el presidente Baez se hace de lavista larga en cuanto a Betances. Betances escribea Basara sobre la Revolución: Falta lo esencial,¡dinero! En S1. Thomas le .han llegado 500 fusilesmás.

El 30 de abril cae en desgracia con el Presiden.te Buenaventura Baez. Una carta del revolucionariocubano Goicuría, del' 21 de marzo, avisándole quehabía 500 fusiles en Curazao, le pierde. Baez, haordenado su encarcelamiento. Betances acude alcónsul americano, alega sobre su intención de ciuda.danía y éste le ofrece protección. Después de dejartodo arreglado con su gente parte para Curazao. DeCurazao pasa a Sto Thomas. Llega el mes de agosto.Circulan en Puerto Rico nuevas proclamas. Betan.ces en 51. Thomas se ocupa en preparar las expedi­ciones que saldrían de allí y de Samaná y de PuertoPlata en la República Dominicana el 29 para se­cundar a los revolucionarios de Puerto Rico. Se­gún sus cálculos en total, adentro y fuera de PuertoRico son unos 10.000 hombres. Han contratado parala fecha acordada el vapor El Telégrafo que llevaríala gente y el armamento.

El gobernador Pavía, que ha recibido noticiassospechosas de carácter general sobre su vastomovimiento redobla la vigilancia. El día 21 deseptiem~re se filtra al gobierno el secreto.

El Comité .. Lanzado~ del barrio El Palomar" deCamuy. que dirige el venezolano Manuel. MaríaGonzález, es sorprendido en su buena fe por dela­ción del capitán español Castanón, que se habíacomprometido a cooperar con armas y milicias enel movimiento. El Coronel don Manuel de Iturregi,jefe militar del departamento de Aguadilla, se perosonó en .. El Palomar" tomando preso a don Ma­nuel Marín y don Ulises Cancela, hijo este últimode un acaudalado propietario de Camuy, a más deljefe don Manuel María González.

El alcalde de Camuy don Pablo Rivera escapay notifica en Lares a Rojas. Rojas despacha menosajeros adelantando los sucesos para el 2.~, seisdías antes de lo acordado. Betances nada sabe.Un mensajero lleva la noticia a Bruckman en Ma­yagüez. Otro al Comité de Arecibo, de los cualeseran miembros: Santiago Huley, Juan Queró, JuanGonzález, Juan Ramón Colón, Felipe J. Toste, San­tiago Seijo; Mariano Martorell, Anlonio Guerrero,Gerardo Méndez y Aurelio Méndez, (Pres.) y el

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venezolano Maximiliano Rivera. La consigna quellevaban era "Mañana damos el Grito: ¡Viva PuertoRico Libre!"

Responden los conjurados. Las legiones van lle­gando a Lares el día 23. En la casa del comisariode barrio Bruno Sabriller, hay 100 insurrectos deinfantería y 80 de caballería, armados de machetelos de a pie y los de a caballo con sable colgante yrevólver. Esta legión que se aproxima a 200 ham-

o bres, incluyendo los oficiales; la comandan el do­'J:Tlinicano Baldomero Baurén, a quien llaman "Gua­yubín", Elfas Bosán, Rafael Francisco ,Arroyo, Euge.nio Bernal, Lorenzo Lovera, el venezolano PedroGarcía Garzón y Bautista Ramírez.

En el barrio Bartola donde habita Manuel Rojas,y a la orilla del río, acampan 200 hombres de acaballo más, también armados con machetes, y en

. su oficialidad figuran Joaquín -Parrilla. Manuel Ro­sado (El leñero), Clodomiro Plumey, Fermín Osto­laza, Clemente MilIán y como ayudantes de Rojas,Juan Vicenty"y Juan de Mata Torreforte.

La tropa que comanda Matías Bruckman se. componía al salir de Mayagüez de 400 hombres de,

infantería y 80 a caballo, pero en el camino elbatallón había sumado unos 60 hombres. pasandode 600 hombres a su llegada a Lares. Entre lossegtlidores y oficiales de Bruckman figuran su hijoHenry Bruckman, Carlos A. Lacroix y N. Rocafort,Francisco Santana, .Manuel Parrilla, Abdon Pagán,Leoncio Rivera, Euclides Abril, Juan Ramón Rivera,Clodomiro Abril. Bernabé Poli y Doval Beauchamp.

.Antes de caer el sol se unifican las fuerzas rebeldes. ¡Rojas va a hablar! En la solapa de la cha­queta le brilla la insignia de general. Su arenga con­mueve a los soldados. Luego habla Bruckman.

Temprano en la noche entran las tropas en laciudad. A la entrada de Lares se hacen los prime­ros disparos. La plaza ofrece ligera resistencia.Alguien portando una bandera se adE'lanta y da elgrito simbólico de la revolución: ¡Viva Puerto RicoLibre! Pero una bala lo fulmina. Es Manolo Rosado,(El leñero). Los insurrectos lo recogen y levantanla bandera. No es la bandera de Betances, la quebordara para este Grito Mariana Bracetti, llamada"Brazo de Oro". Es una bandera blanca con le­tras en carbón. con esta incripción: ¡Viva Puerto Ri­co Libre! Libertad o Muerte. (Año 1868). La otrabandera que llevan es la encarnada. Otros héroescaen pero sigue el avance. La revolución se adueñade Lares. Hay algunos presos: El Alcalde Media·villa y algunos peninsulares de relieve local. A tro­pel se dirigen luego todQs a la Casa Ayuntamiento,llamada Casa del Rey. Del asta bajan la banderaesp~ñola y en su lugar izan la bandera de la Revo·lución, la que bañara en sangre Manolo (El leñero).

En la Sala del Ayuntamiento se abre la sesiónde los Revolucionarios. Entran el teniente Manuel

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Cebollero y el sargento Ibarra de los {llilicianosespañoles que se han unido al Ejército Libertador.Preside la asamblea Francisco Ramírez Medina.Se nombran los miembros del Gobierno. El gabi­nete queda constituido por: don Aurelio Méndez,Ministro de Gobernación, don Manuel Ramírez,Ministro de Estado; don Celedonio Abril, Ministrode Hacienda; don Federico Valencia, de Guerray Marina, y don Clemente Millán, de Gracia y Jus­ticia. Francisco Ramírez Medina es Presidente dela República y don Bernabé Poli, .Secretario de laPresidencia.

La asamblea confirma el nombramiento de Ma·nuel Rojas como jefe Supremo del Ejército Liber·tador y el de Matías Bruckman como general deDivisión. Se nombran los varios generales de divi·sión y los coroneles de Artillería, Caballería, etc.

Terminada la Asamblea, la ciudad queda si·tiad~.

Al padre Vega, vicario de la parroquia le obligana cantar un Tedeum en himno de gloria y detriunfo.

Al amanecer del día 24 se da la orden de foromación a toda la tropa. Un número de oficialesy soldados queda" de retaguardia en Lares bajo lasórdenes del Coronel Cebullero.

El resto de los combatientes sale para el Pe­pino. Marcha al frente la caballería, compuestade unos 300 jinetes bajo órdenes del general Bruck·man y Pablo Rivera hijo y Francisco Santana. Lainfantería llega a unos 400 soldados.

Pero ya las fuerzas españolas alertadas sobreel levantamiento han tomado la ventaja. Cuandola tropa al frente de todas las cuales marcha Ma­nuel Rojas llega al Pepino encuentra la plaza ar­mada en n¡lmero superior de fuerzas. De Arecibo,Mayagüez, Aguadilla y Ponce, han llegado las mi·licias españolas. Van a vérselas los insurrectos nosólo con números superiores, sino con la superio­ridad del armamento de que disponen los batallo­nes del gobierno.

Se entabla la lucha. Comienza el fuego de partea parte. Cae muerto el Coronel Leopoldo Plumey;cae el comandante de caballería Pablo Rivera; elCoronel Baurén "Guayubín" se bate y muere en elavance; Bruckman se parapeta en un rancho y jun­a él cae herido su hijo Henry. Mientras carga surevólver cae abatido de un tiro en el pecho. Caenluego Ezequiel Díaz y otros varios.

El generalísimo Rojas se mueve a caballo de unpunto a otro combatiendo y dándole ánimo a la tro­pa, pero quedan pocos soldados y pronto se vencercados. Les hacen prisioneros. La revolución es·tá debilitada. Escuadrones que se baten a retiraday sin balas son capturados. 'Cogen al General An­drés PolI y a Pedro García; muere el General Beau·champ. Siguen las tropas españolas haciendo pri-

sioneros: a Ostolaza, Leoncio Rivera, Euclides Abrily Rodolfo Echevarría los traen presos a punta debayoneta.

Los revolucionarios están casi dQminados. ElGeneral Parrilla se sostiene en inútil resistenciacon muy pocos soldados. Cuando sólo le resta unabala a su revólver se oye una voz que le grita: "Pa­rrilla, ríndase", y el revolucionario contesta impasi­ble: "Parrilla no se rinde". Dispara su última balay cae ultimado por el fuego enem.igo. El tenientePrats, soldado español al fin, que admira el valorle quita el pañuelo de seda que lleva al cuello y lo

.guarda, en saludo de respeto del vencedor al ven·cido...

Por haber sido improvisada seis días antes deacordada, la Revolución de Lares estaba condena­da al fracaso. Como escribiera Betances en 1891:"Una indiscreción había forzado a los compañerosde Lares a precipitar el movimiento antes de millegada con las armas que tenía preparadas." 17días después del Grito de Lares estalla en Cuba elGrito de Yara acaudillado por Carlos Manuel deCéspedes. Se enciende allí una nueva Guerra que du­ra diez años.

Betances recibe la noticia de los sucesos de La­res con ira impotente y tristeza indecible. Sofoca·da la Revolución en los próximos días por las mili·cias españolas queda ahora poca esperanza. Entretanto las cárceles de Arecibo, Aguadilla y otrospueblos se llenan de presos. El propio gobernadorJulián Pavía escribe: "Ni en la capital ni en puntoalguno de la isla, existe cárcel alguna suficientepara mantener tanto preso." .

En el proceso de la causa interviene el juez dePrimera Instancia de Ponce, don Nicasio Navascuésy Aisa. Se cuenta que en los días de la insurrecciónde Lares, la farmacia de Henna, el padre del doctorJulio J. Henna, de Ponce, era un foco de conspira­ción. Henna hijo, después de recibir su título demédico se vio obligado a salir de su ciudad nataly fijó su residencia en Nueva York, donde laboróhasta el fin de su vida por la independencia dePuerto Rico.

Apresados los principales caudillos de la insu­rrección y dominada la situación por las miliciasespañolas, se dispone el proceso.

La jurisdicción militar reclamaba al poder civilel derecho de juzgar a los prisioneros. Cincuenta omás presos políticos mueren en las cárceles del vó­mito negro. En la capital el General Pavía ordenapreventivamente arresto a los doctores calixtoRomero, Gerónimo Goico, y de don José Julián Acos­tao Presos en San Cristóbal y El Morro son con­ducidos éstos más tarde a la cárcel de Arecibo. 'Pe·ro, sin poder complicarlos por documento algunocon la Revolución, el capitán general se ve obligadoa decretar su libertad.

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El proceso militar sentencia a morir a garrotevil a los generales Manuel Rojas y Andrés PolI ya sus subalternos Ignacio Ostalaza, R?dolfo Eche·varria, Pedro Garda, Leoncio Rivera y ClodomiroAbril. Las autoridades arrestan en diversos puntosde la isla a todo posible sospechoso por procedi­miento sumario. Así al doctor Antonio Ruiz. herma­no de Segundo Ruiz Belvis y a Adolfo Betances, her·mano de Ramón Emeterio Betances que no teníaconexión ninguna con la Revolución.

Sin embargo, cuatro días antes del Grito de La·res, en España se han levantado Prim y el Gene­ral Topete de las fuerzas liberales en medio del en­tusiasmo popular. Cuando el cable trae a PuertoRico las noticias de la Revolución triunfante enEspaña, las muchedumbres plenas de entusiasmoinvaden las calles de Mayagüez y Ponce. En Maya.güez sacan el retrato de Betances y Ruiz Belvis,gritando: ¡Viva Prim! ¡Viva España! Pero el gobier­no de Pavía insiste en ultimar sus investigaciones so­bre los sucesos de Lares.

En Cuba, ellO de octubre de 1868 comienza laGuerra Mambí de los diez años.

Betances en Sto Thomas está triste y perple­jo, pero no vencido. Para él comienza una nuevaetapa de la lucha. La libertad para los presos deLares será su primera batalla. Se pone en contactocon el general Céspedes y lanza una proclama alejército español de Puerto Rico. Se habla en PuertoRico de que el nuevo gobierno relevaría a Pavía desu mando en Puerto Rico. En San Germán retandoal Gobierno bajan la bandera española del Ayun­tamiento. A los atropellos del Gobierno en variospueblos se suceden motines en distintas partesdel país.

Betances. incansable, se multiplica. Envía pro­clamas, manifiestos, artículos a los periódicos deEuropa. Hace así junto con la~ gestiones que sehacen desde Puerto Rico el ambiente para que elnuevo gobierno español proclame la amnistía delos presos de Lares. Amnistía que de hecho llegó elel 20 de enero de 1869.

De ahora en adelante Betances piensa en conse­guir la libertad de Puerto Rico a través de Cubay Santo Domingo. Los liberales de Puerto Rico, saocan triunfante en las elecciones de 1869 a RománBaldorioty de Castro, José Escoriaza y Luis Padial.El país empieza a pensar en la Autonomía posible,dado el gobierno liberal de España. Betances pien­sa en cambio, que los autonomistas han matadola idea revolucionaria. La ideología avanzada de lapolítica española tiende ahora a favorecer la refor·ma de las Antillas. El político astuto que era Be·tances se daba cuenta de lo que sucedía en PuertoRico y su esperanza se agostó.

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En St. Thomas entrega sus armas al general do­minicano Gregario Luperón, creyente como él enla idea de la Confederación de las Antillas. Ambosesperan un cambio de gobi~rno en Santo Domingoque favorezca el caso de Puerto Rico. Desde Cubase espera ayuda a través de Máximo Gómez y otrospatriotas que creen en la Confederación de las An­tillas.

En 1868, vuelve Betances a París. Defiende allíde la prisión por España al patriot.l negro de Cu­ba José Maceo y logra su libertad. Desde 1863Hostos habia lanzado la idea de la Confederaciónde las Antillas. Betances vio en la Confederaciónde las Antillas la posibilidad de formar una naciónde 25 millones de habitantes. Este es ahora su pro­yecto.

En 1870 vuelto a Santo Domingo y Haití visitapueblos y logias masónicas en busca de simpatíasy ayuda material para los rebeldes de Cuba.

Hasta su muerte luchará indistintamente porla unión e independencia de Cuba, Santo Domingoy Puerto Rico.

He aquí "el paralelo retrospectivo que traza elescritor cubano J. de la Luz León entre Mar·tí y Betances como revolucionarios: .. Martí comopendia, articula y define, en un plan de mayoresposibilidades lo que en Betances fue intuición eimpulso cordial. El cubano define un programa,establece las bases de una acción. El borincano selanza impetuoso a la acción misma. Martí señalaun derrotero y traza los accidentes del camino quehay que recorrer. Su visión es la del estadista. Be·tances emprende la jornada y resuelve las dificul­tades a medida que se presentan. Su visión es ladel revolucionario. Ir

Sin duda. Betances fue éso por excelencia, unrevolucionario y su suerte le fue adversa, perodejó plantada en el espíritu de su pueblo la semi­lla de la libertad y un compromiso moral de no peroder las nuevas generaciones lo que habían heredadocomo patrimonio histórico. La última Revoluciónde Cuba por su independencia, planeada por Martí,quien llamó al general Máximo Gómez para queasumiera el mando supremo de la Guerra, se ini­ció con el Grito de Baire, en Manzanillo, el 24 defebrero de 1895. Cuba alcanzó al fin una indepen.dencia que Puerto Rico tiene todavía que validarante sí y ante los pueblos del mundo. Pero buenoes aquí recordar la famosa frase de Martí, "]as Anti­llas han de salvarse juntas o juntas han de perecer".Esta es la enseñanza que la historia ofrece en elideal de la confederación acariciado por Rostosy Betances. Este es el significado inmarcesible dela Gesta de Lares. En la victoria o en el desastre,los insurrectos de Lares, merecen por eso recuer­do respetuoso.

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Lares·A Obdulio Bauzá

Por JUAN ANTONIO CORRETJER

TIERRA SANTA ONDEADA DE MONTAÑAS,

verdes, verdes como esperanzas.¡Dios te Salve! por tus hombresque se hicieron cenizaspara carne de mármol.

Tu cielo y tu montaña-asta y bandera-arrebatan mi espíritu para las cosas grandes.

Lares-un puñadito de fichas

sobre el mantel arrugado y verde de los campos.

En tus calles -avenidas de gloria­me siento ángel y hombre

-ala y espada- todo.

Tu recuerdo es incendioperenne en que me quemo

-solo hasta delirar.

Lares-himno de gloria- y canto

-sangre de libertad.

¡Y qué pena infinita la de mirarte ahoraenvuelta entre pañales de banderas extrañas,a ti, que no soportasfrenos de esclavitud!

Pero el tamaño es grande de la esperanza...¡Fuego!Conducen a la gloria los campos- tus mujeres.

Tu campanario rima padrenuestros y tiros.

Así el tamaño es grande de la esperanza...

¡Fuego!

Lares-himno de gloria- y canto

-sangre de libertad.

-- Del poemario Agüeibaua, Ponce. Tipograrra del Llano, 1932.

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Manolo, el leñero *

Héroe puertorriqueño de la Revolución de Lares

Por LUIS LLORÉNS TORRES

FUISTE, EN EL GESTO REDENTOR, TAN FUERTE,

que al caer, con la mano mutilada,aún alzaste la enseña ensangrentada,dando aquel grito: ¡Independencia o muerte!

No sé si la desgracia () si la suerteabrió tu fosa en la primer jornada.¿No oyes la envilecida carcajadade tu pueblo, incapaz de comprenderte?

Tu pecho todo se volvió una rosaal derramar tu sangre generosapor el pueblo infeliz que en torpe yerro

no siente el deshonor de ser esclavo,y sus cadenas lame, como un perro,y, como un perro, remenea el rabo.

• Del libro Alwras de América (1940).

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23 de Septiembre *

Por JULIA DE BURGOS

23 DE SEPTIEMBRE, VIVO EN EL HORIZONTE

de la sangre que marcha en victoria suprema;vivo en la voz del tiempo con grito que~muerde

la cobarde conquista de las viles banderas;vivo en el gran desfile de todos los patriotasque murieron de ira y de ira despiertan;vivo en todas las luces de todas las estrellas;vivo en el subterráneo ejército de solesque vil era en cada pueblo hundido en cadenas;vivo en el hombre nuevo que pelea en cada frentelibertados 4e pan y justicia de ideas.

23 de septiembre, vivo en dos bravos siglos,que se extienden al mundo del alma de mi tierra;vivo en el gran lamento borinqueño y bravío!,que se cuela en los labios de las locas palmeras;vivo en la desteñida carretera de angustiasque recorre los campos con hordas extranjeras;vivo en todos los muertos vivos e inagotablesque cada día renacen en sagradas protestas.

En los gritos sublimes de Feliú y Suárez Díazque iniciaron la lumbre de la heroica era.-En los cinco sepulcros infinitos de vidaque cual éstas se elevan del pecho de Río Piedras.-En la sangre sin tumbas de Beauchamp y Rosado,-en el Domingo Santo de ramos y de aurorasde patria ensangrentada, pero jamás deshecha:-yen todos los sagrados martirizados cuerposque cayeron llamando y besando a una estrella.

• Del cuaderno Julia de Burgos.

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23 de septiembre. vivo en todos los vivosque a la tierna República seremontan y sueñan...-la potente y latente República de Lares;¡23 de septiembre; libertad de mi tierra!Vivo en el siempre vivo frenesí de los firmesque levantan al cielo.la cruz puertorriqueña;vivo en toda la sangre preparada y sonrienteque conduce en Borinquen la voz de INDEPENDENCIA;vivo en todas las cárceles asombradas y frías,vivo en Albizu Campos, solitario entre solesque desde sí camina al mundo que· lo espera.23 de septiembre, santo y por-siempre vivo,y gritando en los 1'f.1~ oes sobre:.toda la,..tr;;.a.

II

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El grito de Lares en los documentos

, Reproducimos a continuación una serie de documeñtosrelacionados con la revolución de Lares. cuyos origina1csrueron localiudos en la Biblioteca Nacional de Madrid 1'01'la dirección del Instituto de Cultura Puertorriqueña. P:lI"(C

de este material figuró en la Historia de la insurrección de!Lares, de José Pérez Moris y Cueto y Luis González Ouijano(Barcelona, 1872).

Manifiesto de los patriotas borinqueños que di­rigen el movimiento revolucionario.

DE AC 'ERDO EN QUE ES LLEGADO EL MOMENTO DE TO'

mar las armas para santificar la causa de susderechos, declaran estar resueltos a morir, antesque continuar bajo el dominio español; y para queno se le dé carácter de una asonada o motín de malgénero y sea considerado como un movimiento pa­triótico con tendencias a sacudir el ominoso yugóy crear una patria libre, lo manifiestan para queconste al mundo entero. - Escrito por BernabéPoI, Secretario general. - Lares, 23 de septiembrede 1868.

Gobierno Provisorio de Lares.Nos, los que componemos este Gobierno, en uso

de. nuestras atribuciones declaramos: 1." Que todoindividuo hijo del país está obligado a tomar las ar­mas para ayudar a conseguir la libertad e indepen­dencia de Puerto Rico; 2.° Todo individuo. de cual·quier nación que sea, que 'voluntariamente quieratomar las armas será admitido y considerado comopatriota. Todo esclavo que tome las armas. será li&bre por este solo hecho; y también lo serán todoslos que estén imposibilitados. - Escrito por Fran·cisco Ramírez, Presidente del Gobierno provisorio.Patria. Justicia, Libertad.

Viva Puerto Rico libre.

Inmediatamente que reciba V. la presente, in­vitará a todos los individuos de ese barrio que ten­gan libretas para que concurran a" esta poblacióncon sus libretas para quitárselas definitivamente y

queden en plena libertad de sus voluntades, puesya hemos libertado a esos infelices del yugo quelos oprimía. - También concurrirá V. para comu·nicarle el nuevo cargo que debe ejercer. Los espe­ramos inmediatamente. - Lares, septiembre 24 de1868. - El Presidente, Francisco Ramírez. - Se­ñor D. Dámaso del Río.

Hay otra en la pieza 1.3, pues la anterior está. en

la V, dirigida a D. Silvestre González. redactada enlos mismos términos y suscrita por el presidenteFrancisco R~mírez.

Gobierno Superior Civil. de la Isla de PuertoRico. - Dirección de Administración. - Secciónde: Enterado por la comunicación que V.S. me di­rige en 27 del corriente del auto dictado en la cau­sa que sigue sobre la rebelión ocurrida en el pueblode Lares, manifestaré a V.S. que efectivamente envarias ocasiones se ha acercado a mí D. Calixto Ro­mero y en sus conversaciones siempre llenas de fra­ses de amor al orden y de lealtad y adhesión al Go­bierno español, me ha indicado alguna vez sustemores de que D. Emeterio Betances pudiera in­tentar agitar la tranquilidad de esta Isla porque co­nocía el carácter tenaz de esta persona y su deseode satisfacer su amor propio resentido con el des­tierro que se le impuso. - Ningún conocimientotengo de la entrega que dice haber hecho el Corre·gidor que era de esta Capital, D. Andrés Caparrós,de un papel subversivo o proclama procedente delComité del Norte o del Oeste que había recibido elsusodicho Romero. - Pero sí recuerdo que en unaocasión este verano vino a manifestarme que un co­misionado de Betances que había llegado a esta Ca·pital con objeto de reunir algunos fondos, por subs-

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fa 97 = 7, 8, 9, 10, 11.

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X4 X5 x6 x7 x8 x9 xx

fO 98 = BCD F G H J L LL M N ~ P1 2 3 4 5 6 7 8 9 X Xl X2 X3

testa de la adhesión al Bravo n.O 2, de sus traba­jos revolucionarios en Arecibo, y concluye con laspalabras escritas en signos de "ViVa la República,Vivan Belvis y Betances, Viva el Bravo n.O 2". Ha­bla también en dicha carta de que ha trabajadocon mucho éxito ni la gente pata limpia [sic] queGuerrero tiene mucho miedo y que iba a trabajarMéndez con Vicente Rodríguez: dicha carta ha sidoreconocida por Rojas, así como también otra co­pia, contestación a la referida, suscrita por Rojas.En signos, como las anteriores obra la declaraciónde D. Gerardo Méndez al folio 97 y siguiente de lapieza 18.-

X 1.-X5.- 3.:: x2-. X. X5:.:X5 X5: X7.

X6: X2::lX5.2: X7:

fo 99 A' E' l' O' U'f fa fg fnj fng.

A E I O U

cripción mensual o una especie de situado en variasveces o de una sola vez con objeto de adquirir ar­mas y otras cosas para hacer la revolu~ión en estaIsla, se le presentó para que se suscribiera, propo­sición que me dijo había rechazado enérgicamentey que ponía en mi conocimiento por lo que despuésen contrario pudiera decirse o suponerse de él, casode que se pudieran conocer los pasos que se esta·ban dando, porque la circunstancia de haber sidoexpulsado de esta Isla en el año anterior a la vezque dicho Betances, no se creyera que él podía es­tar en connivencia con éste, cosa que él rechazabacomo me lo tenía asegurado y repetido, puesto quesu firme y decidida voluntad era el mantenimientodel orden y la conservación de éste en esta Islaunida a España. Como era natural aprecié muchoel paso dado por el Sr. Romero y le exhorté paraque por medio de su influencia inculcara entretodos sus compatriotas los principios de ordenque veía cimentados en su corazón, me repitió quecumpliría con mi encargo y en distintas posterioresocasiones me ha afirmado las mismas protestas. ­Todo lo que tengo el gusto de decir a V.S. en con·testación a su comunicación y en justo testimoniode la verdad de los hechos. Dios guarde a V.E. mu­chos años. - Puerto Rico, octubre 31 de 1868. ­Julián J. Pavía. - Sr. Juez de 1.- instancia de Pon·ce, en comisión en Arecibo. - Es copia confor­me. - Inscripción' de la Bandera.

¡Muerte o libertad! ¡¡Viva Puerto Rico libreaño de 1868!!

RST UVYXZ.1 l. /2) .) S a s h

Escrita por D. Manuel Cebollero en la casa deD. Manuel Rojas el 23 de septiembre de 1868 con untabaco que sirvió de pincel, según él mismo declaracon el careo habido con Ibarra, pieza 18."

Fueron hallados además en casa de D. MiguelRojas los alfabetos claves que se transcriben y queobran en la pieza de documentos, folios 97, 98 Y 99,los cuales han sido reconocidos por D. Manuel Ro­jas en su declaración obrante a los folios 55 al 66de la pieza 14 y por otros varios procesados inclu­sos de D. Manuel M.- González, D. Eusebio Ibarray D. Manuel Cebollero y D. Gerardo Méndez, queasimismo reconoció al prestar su inquisitiva, lacarta obrante a los folios 83 y 84 de la pieza de do­cumentos y que se halla escrita en los mismossignos que el alfabeto folio 99 de dicha pieza, cuyacarta fUe dirigida a Rojas desde la hacienda SanDaniel en 1.0 de agosto del año '68, en la que pro-

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A B- ·1

C D E F G H 1 J L LL M N ~ O P QX,c20x5999488-7"

En la pieza de documentos aparece al folio 5copia del manifiesto de los patriotas borinqueñosque dirigen el movimiento revolucionario, y el ori­ginal asimismo fueron remitidos por el Alcalde deLares cogiéndolos en las esquinas de dicho puebloal Excmo. Sr. Capitán general.

Juramento de los afiliados en las sociedades se·cretas al folio 130 vuelto de la pieza 3.- de Pon·ce. - D. Manuel M.- González: "Juro por Dios ypor mi honor ser fiel a esta sociedad, obedecercumplidamente todos sus preceptos así como tam­bién guardar derta reserva respecto a la existen­cia de la misma, contribuir con la persona y bie­nes a su sostenimiento estando dispuesto a ponerla mano donde se mande o la suerte decida."

Pieza de documentos n.U 21. - Reglamento for­mado por nosotros los fundadores de la asocia­ción para la libertad e independencia de la Isla dePuertó Rico, la asociación constará de hermanospriores y maestres, en cada pueblo de la Isla ha­brá un Maestre, y en la Capital o en el pueblo enque se acordare habrá un maestro director. - Delos hermanos: son hermanos de esta asociacióntodos los hombres de buena vida y costumbre quecon arreglo a nuestro manifiesto de día,pero no podrán pertenecer a ella los españoles por

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regla general exceptuando los que a juicio a\.. ,priores o maestres sean considerados dignos l

entrar en la asociación. Contiene dicho reglamen·to 9 folios y fue hallado en la casa de D. ManuelM.a González la madrugada del 21 de septiembreúltimo con otra porción de apuntes escritos por élmismo, demostrativos de la existencia armada delas sociedades secretas para el objeto expresado.

Nombres figurados de varios afiliados en lassociedades secretas bajo los cuales se entendían:Brugman = Capá Prieto; Rojas = Tacoma; donJuan Mepomuceno Méndez = Bronce; Gerónimo

Méndez = Ya es tiempo; Cebollero ~ El rápido;Ibarra = La Esperanza; Yo sé del P. Doménech =Guacamayo; Cristóbal Castro = Juan Caliente; Zoi-

Méndez = Fogonazo; Marcelino Vega = Revól·Ve,' Juan Ulises Cancela = Alconero; folio 45; Ma·nuel '-t.a González = Polinesia. Mr. Matías Brug·man s. ·'3.maba igualmente Missisipi, declaraciónfolio 14) , la pieza 12.a, Ulises Cancela, ManuelM.a González tros.

Biblioteca Nacional~rió.Leg. 20.128. Expte. N.o 16.

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¡¡.,r:íciI>-~ ...,~~::¡;.'3~s.T ~~~::::::::;~~~.. ;,...,:g/~ '..- - y~--~/f~~~~~;:.~SId~.Mapa táctico tomado a los revolucionarios. Las ciudades de San Juan, Ponce y Aguadilla figuran, respecti­vamente, bajo las denominaciones· de Borinquen, Aguaynaba (sic) y Acosta. (Museo de la Universidad de

Puerto Rico.)

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Proclamas de los revolucionarios

pUERTORR~OUEÑOS: QUERER SER LIBRE ES PRINCI-

piar a serlo. Aprended de ese pueblo dominica­no que, sin armas, sin ayuda, exhaustos sus recur­~os, muertos con el peso de grandes sufrimientos,han combatido al Gobierno español y que, aunqueyacen envueltos en la desgracia, han llevado mejorporvenir que el que nuestra actual situación puedebrindarnos. Nobles mayagüezanos, valientes hijosde Borinquen, vengad con la espada y el puñal eldestierro que la santa causa de nuestra libertadlegó al morir a nuestro hermano Segundo Ruiz,víctima del colonial despotismo español. Su som­bra circula alrededor de nuestra Isla pidiendo ven­ganza, y su alma descansa en el sepulcro, aunquedistante, esperando el grito de independencia. ¡VivaPuerto Rico libre! ¡Viva nuestra hermana Cuba!

COMITÉ DEL SUR.

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Puertorriqueños: El Gobierno español no secontenta ya con oprimir para exprimir: estos sonsus derechos. El general Marchessi ha dejado ennuestro suelo recuerdos que reclaman venganza:sus hechos son bien conocidos y difíciles de borrar­se en la causa que nos ocupa. Ahora ha venido arelevarle un león devorador con la capa de un pa­dre protector del desgraciado, envuelto con la ca­pa de político mediador, pero que la política que

_ emplea, dando margen a distraer el estado de efer­vescencia en que se encuentra nuestra patria, lefavorece su objeto para luego apretar y sacar. Noesperemos esos momentos, puertorriqueños. No másGobierno español. ¡Viva la Independencia! VivaPuerto Rico libr~! ¡Viva nuestra hermana Cuba!

COMITÉ DEL SUR.

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Proclamas de los revolucionariosPatria, justicia, ·lihertad *

H\BITANTES DE Pl'ERTO RICO: UNA 1 SURRECCIÓN

puramente militar acaba de abortar en la ca­pital de esta Isla. Su extensión, su objeto, sus re­sultados, bien los conocéis. El cuerpo de artilleríaque guarnece a San Juan, de acuerdo con uno delos batallones de línea de la Plaza, intentaba, comoos lo ha dicho su primer jefe, llevar a todos losángulos de la Isla el robo y el asesinato! Un cabofusilado, Benito Montero, y un soldado condenadoa la pena inmediata, Rafael Miguel, son todo elcastigo y escarmiento; justicia o clemencia éstapropia de verdaderos cómplices.

No es nuevo en vuestra historia, no es nuevoen este ejército, verle buscar en el crimen solaz asu vida muelle y relajada. Cuando en vez de mora­lizarlo, instruirlo y en todo prepararlo para quesiempre sea ayuda y sostén del orden, lo dejansus jefes, como sucede, abandonado a la ociosidadde la vida de cuartel, sin más instrucción que obs­cenas conversaciones, ni otro estímulo que el co­mercio de la gente más abyecta, nada de extrañotiene que el resultado sea la deserción, la insubor­dinación, el robo y el asesinato'

El país entero así lo ve y lo comprende. ElGobierno mismo ni lo ignora ni podría jamás ne­garlo.

El actual Capitán General, sin embargo, en suorden del ejército del 2 de julio corriente, se haatrevido a decir, que los comprendidos en la úl­tima intentona eran víctimas desgraciadas de unainícua, cobarde y traidora seducción no nacida deentre ellos mismos.

Tal imputación hecha al país con el malévolopropósito de extraviar el espíritu público, no puedepor fortuna producir efecto. No hay uno solo quelo crea. Todos saben, por el contrario, lo que esaspalabras valen y significan. Todos saben que ~a ne-

• Publicado en Nueva Yodo el l." <1e septiembre de 1867. En­mendado por don , uan Macias.

cesidad de hácer méritos para con el Gobierno deMadrid por conservar sueldos y ganar honores,que la intransigente codicia de mando que aspiraa mantener eternamente entre cuatro privilegiadosde allá la vida y la hacienda de seiscientos mildesheredados de acá, y el deseo de lavarse de unborrón que debe caer exclusivamente sobre losagentes de un poder que no tiene más apoyo queel de la fuerza, son móviles harto poderosos entreestos mandarines para dar a esos conatos de des­orden proporciones mayores y querer echar sobrelos hijos del país, aunque sin expresarlo claramen­te, la odiosa responsabilidad que en sí comportan.

Pero se engañan. Los hijos del país no hanentrado nunca ni entrarán jamás en conspiracionesque tengan por objeto el robo y el asesinato. De­jarían de ser oprimidos para entrar en las filasde sus opresores.

El Gobierno, empero, usando de sus omnímodasfacultades con la arbitrariedad de un estado desitio permanente y sin que ningún otro hecho pú­blico haya ocurrido en la Isla antes o despuésde la intentona de los soldados, ha decretado lasalida del país de varios de vuestros hermanos, sinprevia formación de causa, sin ninguna inculpa­ción de cargo, sin más explicación que el Yo lomando.

La orden ha sido: embarcarse en primera oca­sión para Espana y presentarse al ministro deUltramar en Madrid, en el término de dos meses;exígese además en ella a algunos de los desterra­dos, que antes empeñen su palabra de honor deir a Madrid.

¡Palabra de honor exige un Gobierno Que nun­ca ha sabido respetarla! ¡Un Gobierno que, nocontento con arrancar violentamente al ciudadanode su casa, su familia, sus afecciones, su posición,sus medios de vivir, todavía añade el insulto alatropello, invocando lo que hay de más sagradoentre los hombres! ¡Madres puertorriqueñas, espo-

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sas, hermanas nuestras; ese es el Gobierno encuyas manos está vuestra suerte y la nuestra:!Puertorriqueños: Conocéis los nombres de los aho·ra expulsas; doctor don Pedro G. Goico, doctordon Calixto Romero, don Julián Blanco, doctor donFélix Delmonte, don Rufino de Goenaga, Ldo. donSegundo Ruiz Belvis, doctor don Ramón EmeterioBetances, don Vicente María Quiñones, don JoséCelis, don Elías Lacroix y otros. Conocéis su vidapasada y los crímenes de que son culpables. Elprimero, el más imperdonable, es haber nacido enAmérica; el ser hijos de españoles que todo lo pue­den aquí, menos hacer hijos españoles. Otro nomenor es el haber recibido alguna instrucción en elextranjero; haber visto, comparado y deseado; ha­ber vivido siempre de su trabajo, sin empleos, sinhumillaciones, sin bajeza; haber deplorado en elseno de la familia o de la íntima amistad los ma­les de una política y de una administración tirá­nica, depresiva de la dignidad, torpe, inquisitorial,corrompida; cuya fórmula es .. oprimir para ex­primir", cuyos agentes son cabos de vara y cuyosmedios de acción son la ignorancia, el espionajey la estafa organizada.

iEsa es toda su culpa, esos son todos sus crí­menes. Muchos de vosotros los habéis aplaudidodesde el fondo de vuestras almas, muchos de vos­otros estáis prontos a compartirlos, porque soisamericanos y sentís como ellos la necesidad detener una patria!

Pero ni vosotros ni aquellos de vuestros herma­nos que en tierra extraña se aprestan a hacer cru­da guerra al Gobierno español en nuestro suelo,habéis conspirado, ni conspiraréis jamás con el sol­dado para el robo y el asesinato. Son y somos to­dos, con excepción de algunas pocas docenas, vícti­mas del régimen colonial español que de Colón acáha sido y será siempre la negación de todo derechoy de toda justicia; el imperio absoluto e irrespon­sable de cuatro aventureros ineptos y avarientos;el monopolio y las extorsiones de todo género, nom­bre y calidad; el fanatismo, el embrutecimiento yla inmoralidad cerrando por doquier el paso alas más nobles aspiraciones del espíritu, los jesui­tas, los soldados, las plazas de toros, las loterías; lacorrupción, el espionaje y la sed de oro en todaspartes.

Esa es España, ese es su Gobierno en América.¡Puertorriqueños! Vuestros hermanos que han

salido, han conspirado, sí -y deben conspirar-,porque es necesario que un día acabe el régimencolonial en nuestra isla; porque Puerto Rico final­mente tiene que ser libre como el continente, comoSanto Domingo.

Deben conspirar sin tregua, y nosotros con ellos,porque carecemos de toda gestión e intervenciónen la cosa pública; porque, abrumados bajo el peso

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de contribuciones que no votamos, las vemos conescándalo repartidas en un número reducido deempleados peninsulares, ineptos, y el llamado Te­soro naci0nal; en tanto que los naturales del suelo,más merecedores, desempeñan únicamente algu­nos destinos subalternos o no retribuidos, y entanto que la Isla carece de caminos, escuelas y de­más medios de desarrollo intelectual y material.

Debemos conspirar, porque de cinco millonesde pesos que el país paga anualmente de contribu­ción, más de la mitad se encamina a España, parano volver, bajo el nombre de sobrantes o de ahorrosde empleados, y la otra mitad se malgasta en unafuerza militar innecesaria, en una hacienda voraz,en una administración de injusticia inmoral, enunas obras públicas tan pronto hechas como des­hechas, y en una policía secreta que de antemanocuenta con el vil precio de la calumnia y el segurode la maldad.

Debemos conspirar, porque sin escuelas, sin co­legios, ni más medios de, instrucción que los quepueden proporcionarnos en el extranjero nuestrospropios recursos, vemos a la juventud languideceren medio de la común ignorancia, sin otro estímuloni otro ideal que los placeres sensuales. Debemosconspirar, porque en cambio de estos males ciertosy de los' vejámenes que diariamente se sufren, y delas trabas que por doquier nos cercan, y de la in­moralidad que va sembrando a su paso la esclavi­tud, el orden material no gana y crece en propor­ción de los esfuerzos, sino antes bien se estancao arrastra torpemente. Debemos finalmente, conspi­rar, porque nada hay que esperar de España ni desu Gobierno. Ellos no pueden darnos lo que notienen. Carecen, por más que otra cosa digan, detodos los elementos de un pueblo civilizado; estánmás de un siglo distantes de las demás nacionesen ciencias, artes, industria, navegación, comercio,etcétera, y más atrasados todavía en las ciencias dela política y de la administración. Sus cámaras novotan nunca los presupuestos, ni se ocupan másque de recriminaciones de partido y de alusionespersonales. El gabinete legisla por reales decretosy reales órdenes, en todas materias, contando siem­pre con un bill de indemnidad; abre y disuelvecuando quiere el Parlamento; contrata emprésti­tos, hace concesiones ruinosas, ratifica tratados,y hasta la paz o la guerra declara a su antojo. Lospartidos, o mejor dicho, las banderías que se dis­putan por medio de pronunciamientos militaresel poder, no tienen fe, ni programa, ni lógica ensu conducta. Aspiran al mando para repartirse losdestinos y las ·cruces. La prensa, a su vez, sufreresignada la previa censura, la recogida y el secues­tro; mientras que el pueblo, pobre, ignorante, des­valido, consiente, porque todos hasta aquí lo hanengañado, a una reina, resumen de todas las tur-

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pitudes, a una camarilla compuesta de frailes ymonjas, a ministros como Sartorius, Calderón Co­lIantes y González Bravo, y a esa turba, .en fin, deparásitos de todo género que 10 desangran, lo robany 10 embrutecen cada vez más.

España no puede dar 10 que no -tiene. Precisoes decirlo y repetirlo. .

Dará, a 10 sumo, a Cuba y Puerto Rico sus je­suitas, sus presidarios, su quijotismo, pero nuncajamás la dignidad y las instituciones de un pueblolibre, la tolerancia, la ciencia, el amor al trabajo,los placeres puros del espíritu. Aunque de todo estoalgo España tuviera, no debemos olvidar que desdeel último gañán hasta el más encumbrado personaje,todos allí creen y sin rebozo dicen: que las Anti­llas son un cortijo de la Nación, que es precisoexplotar hasta recoger el último esquilmo; que laslibertades conducen fatalmente a la libertad; quela independencia de las colonias tiene que llegartarde o temprano; que entre tanto, la política másprofunda es oprimir para exprimir.

España, pues, no quiere cambiar, no cambiaráel régimen colonial, porque en su ignorancia no con­cibe otro mejor; porque en su apego a la tradicióneste fue el que conocieron sus mayores; porque ensu sed de mando y de riquezas, este solo da oro ypan a sus hambrientos hijos. No esperéis de Españareformas, cubanos y puertorriqueños.

Treinta años hace que las tenéis prometidas y nollegan, y no negarán nunca, cualquiera que sea elpartido o los hombres que ocupen el poder.

Decretos sobre cobros de contribuciones que danun aumento de trece millones de pesos más al Te­soro, y empleados con sueldos de cuarenta mil escu­dos, es hasta ahora el único fruto de la información,y así será 10 demás.

Pero todavía, aun pudiendo y queriendo España,nada hará en vuestro favor.

¡Puertorriqueños! Amenazada de una revoluciónque aspira a echar del trono a la dinastía reinante,los hombres de hoy no tienen tiempo para fijar susojos en vosotros. Su único anhelo, su única preocu­pación es asegurarse de la tropa y buscar a todacosta dinero con que ir haciendo frente a las nece­sidades del día, más crecidas y apremiantes cuantomás han abusado del crédito, cuanta más fidelidadtienen que comprar a precio de oro, y cuanta mayorpolicía han menester para ganar una hora más deagonía en el poder.

Los hombres de mañana, los que traiga la revo­lución, son, no 10 dudéis, los mismos perros condistintos collares. Educados en la escuela del pro­greso español, están todavía en el año 37, y en laConstitución del 12, en la Milicia Nacional. Son lossantones Olózaga y comparsa, que nos negaronla representación en Cortes y nos sometieron al ré­gimen absoluto...

Los demócratas quizás podrán venir al poder y...¿Pero qué son los demócratas de España? Cuatro

hombres de corazón, que no tienen quien les oiga, niquien los comprenda, ni quien les siga. Sin jefe reco­nocido, sin programa público, sin organización, sinrecursos, harto harán en sacrificarse en las calles,sirviendo a los hábiles de escabel.

Su triunfo en el mando, si alguna vez llegase,será sólo de breves horas. Nada hay que esperarni de l~s ideas, ni de los hombres, ni de los parti­dos.

En esta situación, tiempo es ya, puertorrique­ños, de que volvamos los ojos a nosotros mismos.Elementos mil hay en nuestra Isla y alrededorde ella que nos convidan con viva instancia. Con­siderémo.slos una vez, reunámoslos y lleguemosun día a la práctica. Así tendremos, en un porve­nir no lejano, todos los bienes de la Libertad; -dela Libertad, que comprendéis sin haberla jamásgustado, sólo porque habéis nacido en América-;de la Libertad que amáis, porque el instinto, laconvicción, la necesidad del alma, el cálculo, todoos lleva a odiar a España y su tiránica dominación.No aguardéis más en balde. Los hombres, comolos pueblos libres, no se explican vuestra manse­dumbre, vuestra decantada fidelidad. Casi os mirancon desdén o con desprecio. Dad al fin muestrasde verdadera vida. Los tiempos son propicios ala libertad. Santo Domingo ha reconquistado suindependencia.

Los· Estados Unidos han emancipado cuatromillones de esclavos.

Méjico ha deslustrado las armas francesas y aca­bado con el Imperio.

Creta, con menos recursos que nosotros, haceesfuerzos y lucha, y al cabo vencerá al turco. Lasituación de España es, por otro lado, difícil. Em·peñada en una guerra injusta con las repúblicasconfederadas de esta parte del mundo, tiene antesí una amenaza que puede ser una realidad, y ensu propio seno la lucha encarnizada de los partidos,la revolución amenazante, las partidas de Catalu­ña y los apuros siempre crecientes del Tesoro. Esasituación, lejos de mejorar, irá, es seguro, cadadía empeorando, hasta caer en la guerra civil y en laanarquía. No esperéis la libertad de fuera, puer­torriqueños, cuando tan cerca de vosotros la tenéis,cuando hombres. dinero y patriotismo os sobra.cuando la mitad del camino de la revolución os loha hecho andar España con sus desaciertos y ma­les sin fin, y la otra mitad es obra sólo de pocoesfuerzo. Tomad ejemplo de Santo Domhlgo, ese

. pueblo de bravos, que sin armas, sin recursos, sinmás ayuda que el Sol del Trópico y el valor de sushijos, hizo esconder al León en su antro.

El espíritu público está ya bastante preparado;la propaganda ha servido su misión; la hora del

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pelear es lo que falta señalar. Para esto no nece­sitáis contar vuestros enemigos, sino contaros vo­sotros mismos; la desproporción es inmensa. Nonecesitáis calcular sus recursos, sino ver a vuestroalrededor y considerar que el sol, las lluvias, laslargas jornadas son auxiliares poderosos; que elsuelo es vuestro, porque en él nacisteis y cada cualcuenta con' una casa, con un amigo, con un refu­gio; que el maíz, el arroz, la carne están en vues­tras manos, y llegado el caso, sabéis soportar elhambre y la sed; que además del machete, hay aromas en los Estados Unidos, Santo Domingo, Haitíy Venezuela, que gustosos nos las franquearán enla hora de la lucha; que la resistencia no puede serduradera por parte de España, porque está y esta­rá cada vez más agotada de hombres, buques ydinero; que, en suma, el patriotismo todo lo puede,porque ¡Siempre vence quien sabe morir!

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¡Puertorriqueños: preparaos a ser los primeros,vuestro es el honor, vuestra será la gloria. Cubaos seguirá y os prestará ayuda!

¡Cubanos y puertorriqueños!, unid vuestros es­fuerzos, trabajad de concierto, somos hermanos,somos uno en la desgracia; seamos uno tambiénen la Revolución y en la Independencia de Cubay Puerto Rico. Así podremos formar mañana la con­federación de las Antillas.

¡Viva Puerto Rico Librel ¡Viva Cuba!

¡Muera España para siempre en América!

Puerto Rico Julio 16 de 1867.

EL COMIT~ REVOLUCIONARIO.

Medalla conmemorativa del Grito de Lares, acmiada por el Institutode Cullllra Puertorriqueña para conmemorar el centenario de la

gesta del 68. Es obra del escultor Compostela

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Pasquín tomado a los revolucionarios. (Museo de laUniversidad de Puerto Rico.) .

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oENTRO DE UNOS DíAS SE CUMPLIRÁN CIEN AÑOS-jun siglo!- de aquel histórico día en que

se proclamó la República de Puerto Rico en estepueblo de Lares. Alrededor de mil hombres, entrehacendados, pequeños agricultores, jornaleros, per­sonas de todos los· niveles económicos y sociales.unos a caballo, otros a pie, pistolas y machetes alcinto, rifles en mano, turbaron la serenidad de nues­tros cafetales e irrumpieron en Lares para afir·mar aquí, solemnemente, su voluntad de ser puerto­rriqueños.

Eran hombres curtidos en la adversidad; la ad­versidad a que tarde o temprano deben enfrentarselos hombres de espíritu libre en toda colonia, y quep~ede asumir diferentes manifestaciones, desdelas sutiles presiones indirectas, hasta la francay abierta persecución o la supresión total de la li­bertad personal. Eran hombres dispuestos a sacri­ficarlo todo. amores, vidas y haciendas. por el idealde justicia y libertad que les impulsaba en tanmagna como desigual lucha,

BETANCES y LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LOS HOMBRESLIBRES

Dirigía a estos cruzados, desde su destierro, lamás augusta figura de nuestra historia patria en elsiglo XIX: el doctor Ramón Emeterio Betances. Fa­llecido en Chile el insigne Ruiz Belvis. tocó a aquélla dirección suprema del plan revolucionario. EraBetances hombre de genio y de carácter; grande

• Palabras pronunciadas por el Presidente del Ateneo Puertorrl.queño, licenciado Eladlo Rodrlgue~ Olrro, en ocasión de la entregahrcha por la Docta Casa al Ayuntamiento de lares, de una rllpllcade la histórica bandera que Ooió en Lares el 23 de septiembre de 1868y cuyo original se conserva en el Museo dr la Universidad dePuerto Rico, Recinto de Rlo Piedras. El acto, al cual asistieron elAlcalde, Hon: Antonio Ollvrr, y drmás autoridades munlclpall!S, asícamo rrprrsrntantl!S dr las Asociaciones culturales de Lares, secrlrbró en el local drl Centro Cultural de dicho puebla el 18 deseptiembre de 1968.

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Laloes*

Por ELADIO RODRíGUEZ OTERO

en su humanitarismo abolicionista y más grandeaún en sus designios libertarios. Su múltiple acti­vidad patriótica le valió el titulo de El Antillano;'subrillante gestión científica le hizo merecedor de lacondecoración de la Legión de Honor de Francia.Esta era la figura. que unas veces desde St. Thomas.otras desde Santo Domingo, Nueva York o París-casi siempre en forzado y doloroso destierro­instaba a la lucha armada contra la tiranía y laopresión. "La abolición de la esclavitud, el dere­cho a votar todos los impuestos, la libertad de culoto, libertad de palabra, libertad de imprenta, liberotad de comercio, derecho de reunión y de poseerarmas, inviolabilidad del ciudadano y derechoa elegir las autoridades. Estos eran los diez dere­chos fundamentales que Betances titulaba .. LosDiez Mandamientos de los hombres libres".

Ellos fueron los ideales que informaron todasu vida. desde sus tempranas luchas abolicionistasen su Cabo Rojo natal hasta su grito de indignacióny protesta ante la invasión del 98: "No quiero co­lonia ni con España ni con Estados Unidos",

LA ACCIÓN REVOLUCIONARIA

Seguían a esta excepcional figura en sus doblesafanes, un notable grupo de compatriotas, entrelos que figuraban, como puertorriqueños de adop­ción. varios venezolanos y dominicanos: don ManuelRojas. don Francisco Ramírez. don Joaquín Parri­J!a, don Matías Brugman, don Leopoldo Plumey.doña Mariana Bracetti. don Pablo Rivera, don JuanTerreforte, don Baldomero Baurén. doña EduvigisBeauchamp, don Carlos Elio Lacroix, don ManuelCebollero Aguilar, don Pedro Angleró, don ElíasBeauchamp, don Venancio Román... ~stos. y mu­chos otros compatriotas, eran miembros de un mo­vimiento que tenía células revolucionarias en Lares.Mayagüez, San Sebastián, Camuy, Ponce yen otros

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pueblos de la Isla; células o juntas que operabanbajo los nombres de Centr'l Bravo, Capá Prieto,Porvenir, Lanzador del Norte y Lanzador del Sur..

A estas juntas pertenecían estos esforzadospuertorriqueños, que seguidos por muchos otrosvalientes, después de repechar las colinas desde

.el barrio Pezuela, entraron a Lares por la cuestadel Anón al anochecer del 23 de septiembre de 1868,ondeando la bandera de la cruz y la estrella sobrecampo azul y rojo, otra bandera roja, símbolo deprotesta y de rebelión, y un gallardete blanco conla inscripción: "Muerte o Libertad". "Viva PuertoRico Libre" - 1868.

CARÁCTER PATRIÓTICO DE LA REVOLUCIóN

No venían en plan de asesinos, ladrones o in­cendiarios, como vilmente pretendieron hacerlesaparecer ante el país los personeros del régimencolonial español, los periodistas del privilegio ylos siempre presentes acólitos nativos. Vinieron adestruir las cadenas que oprimían a nuestro pue­blo; los humillantes grilletes que paralizaban suacción creadora. Vinieron en esa noche históricaa construir una patria; a procurar mayor justiciasocial para las depauperadas masas campesinasy urbanas; a combatir el atropello, el privilegioy la injusticia; a sacudir la conciencia de todo unpueblo, dando el ejemplo de virilidad y de decoropara el logro de su independencia, su libertad ysu soberanía.

Prueba de que les animaban nobles propósitos;inequívoca afirmación de su grandeza moral, fue·ron sus actuaciones durante la breve ocupacióndel pueblo. Desde el Ayuntamiento lanzan el si­guiente manifiesto: "De acuerdo en que es llegadoel momento de tomar las armas para santificarla causa de sus derechos, declaran estar resueltos

. a morir antes que continuar bajo el dominio es­pañol. 'Y para que no se le dé carácter de unaasonada o motín de mal género y sea consideradocomo un movimiento patriótico con tendencias asacudir el ominoso yugo y crear una patria libre,lo manifiestan para que conste al mundo entero."

Después van a la Iglesia a darle gracias al Se­ñor por las mercedes recibidas. ¡Me indigno al pen­sar que a mí, y como a mí, a millares y millaresde puertorriqueños, se nos enseñó en las escuelasde Puerto Rico que el Grito de Lares había sidotan sólo una raquítica algarada!

LARES: su INFLUENCIA EN NUESTRO DESARROLLO DE

PUEBLO

El propio desarrollo de los acontecimientos po­líticos posteriores a los sucesos del 68 se encargade desmentir tan falsa e injusta calificación. Sin

Lares, es muy probable que no se hubiesen obte­nido tan rápidamente para Puerto Rico: el resta­blecimiento de la representación del país en las Cor­tes españolas; la abolición de la esclavitud; laextension a la isla del Titulo I de la Constituciónespañola, con la libertad de cultos, de palabra, dereunión y de asociación; la acuñación de monedaprovincial puertorriqueña, y la propia Constituciónautonómica de 1897.

Lares es la afirmación heroica y anticipada delas inmortales palabras de Baldorioty pronuncia­das en las Cortes españolas: "Odio el sistema colo­nial porque ese sistema es la degradación del hom­bre por el hombre y la muerte del espíritu." Laresfue -a pesar de su aparente fracas~ la sacudidaque puso en marcha la voluntad de muchos puerto­rriqueños en la lucha por la conquista de nuestrosderechos c'!.mo pueblo.

LARES y EL ATENEO PUERTORRIQUEÑO

A veces me he preguntado si hubiese sido posi­ble fundar en 1876 el Ateneo Puertorriqueño -lainstitución que me honro en representar- de nohaberse producido el Grito de Lares. Recordemosque el Ateneo se constituyó sólo ocho años despuésde los sucesos, como parte del movimiento generalque se desarrollaba en el país para afirmar lapersonalidad puertorriqueña frente a las injustaspretensiones de España. Los fundadores de la Doc­ta Casa -Elzaburu,' Tapia, Acosta, Acuña, entreotros- a pesar de las circunstanciales ubicacio­nes políticas de algunos de ellos, amaban entraña­blemente a su patria y estaban plenamente cons­cientes de la existencia de' nuestra personalidad depueblo. A la afirmac;ión de esa personalidad dedi­caron gran parte de sus vidas. Fueron en el cam­po cultural lo que Baldorioty en el político: altosdefensores de la puertorriqueñidad.

Pero, ¿hubiese madurado tan prontamente enestos hombres la conciencia de su deber patriótico­cultural, de no haberse producido el Grito de La­res? Sospecho que no, que sin Lares, el crecimien­to de nuestro pueblo, tanto en el orden políticocomo en el cultural, no hubiese tenido el rápidodesarrollo que condujo al claro entendimiento dela diferencia de carácter y de, intereses entre lospuertorriqueños y los españoles, y finalmente a laobtención de la Carta AutQnómica del 1897. Sospe­cho también que el Ateneo no hubiere surgido entan temprana fecha, 1876, como institución gen~ina­

mente representativa de la personalidad culturalpuertorriqueña.

El Ateneo Puertorriqueño ha venido hoy a La­res a rendir tributo de respeto y admiración a loshombres que hicieron posible con su sacrificioque nuestro siglo XIX no transcurriera sin- una

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El Presidente del Ateneo Puertorriqueño, Ledo. Eladio Rodríguez Otero, entrega la réplica de la bandera de Laresal Alcalde de diclfa población, sellar Antonio Olíver

suprema afirmación de dignidad colectiva. Y por­que todavía nuestra patria no ha podido hacerefectivo el gobierno de Puerto Rico por y para lospuertorriqueños; porque en el momento presente,a diferencia de hace cien años, intereses extrañosponen en grave peligro nuestro idioma y nuestrapersonalidad cultural; porque nuestra patria vivemomentos de angustia ante el peligro que amenazasu destino histórico, por todo ello hemos venido hoyaquí a rendir nuestro tributo de admiración y graotitud a los héroes del 1868.

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Para dar testimonio elocuente de estos senti­mientos en la celebración del centenario, el Ateneoha traído como obsequio a este digno Ayuntamien­to, una réplica de la histórica bandera de Lares,cuyo diseño se atribuye a Betances y que segúnla tradición fue bordada por Mariana Bracetti. ¡Queesta bandera, grande por su belleza, noble por losideales que representa, y sagrada por haber ampa­rado el heroísmo de los que todo lo ofrendaronpor su patria, sirva de inspiración y de guía a losque aquí vengan a venerarla y a admirarla!

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Brazo de Oro *Por JOSÉ MANUEL TORRES SANTIAGO

I

SE LLAM6 BRAZO DE ORO

porque con fuego encarnóel paño que iluminódel héroe el Grito sonoro.Ella fue rico tesoroen la entraña del solar.Morir sabía o triunfaren la patriótica hazañay se fajó contra .Españapor la patria libertar.

11

Sus puños eran ciclonesde ira revolucionaria.Era viva pasionariaarropada de pas.iones.Era azahar en cancionesy ungüento fértil de altura.Delicada y con bravuraen Lares se consagró.y patria roja incendióde coraje y de ternura.

.. Del poemario Trovas Lareñas (1968).

III

Fue el ígneo cafetalque su heroísmo nacióy en su cendal florecióaquella llama inmortal.Cuando la España fatalplantaba botas mortales,Mariana en los cafetaleslos patrios fuegos hervíay en roja historia exponíanuestras auroras boreales.

IV

De la bandera lareñaella fue la tejedora.La patria trabajadoraen oro su brazo sueña.Fue la más noble riqueña,la rebelde mariposa.En el fusil o la rosaera siempre voluntad.Mariana fue libertaden nuestra gesta gloriosa.

14 de enero de 1968

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EN RAMÓN EMETERIO BETANCES COEXISTEN DOS TEN-

dencias admirables, dos actitudes ante la vidaque en lugar de estar reñidas se dan la mano amis­tosamente y se confunden en un abrazo fraternal.Por un lado, Betances sin rechazar los valoresantillanos y sin dejar de ser profundamente puer­torriqueño, logra reunir armoniosamente en sucarácter el sentimiento regionalista puertorrique­ño y la reflexión universalista del mejor espíritueuropeo. La historia insular nos lo presenta comoun luchador infatigable que se entregó totalmentea la tarea de libertar a su patria. Consagró en esanoble lucha los mejores años de su vida. Luis Bo­nafoux ha resumido la labor de Betances en estacorta y significativa oración:

"La libertad de las Antillas españolas, sobretodo, la libertad de Puerto Rico fue una ideafija en su cerebro. JI I

Si· fuéramos a hacer un recuento de la activi·dad política de Betances desde el 1855 hasta elaño de su muerte, llenaríamos numerosas cuarti­llas. Este corto trabajo no pretende hacer un aná­lisis de la vida política de Betances. Nos propone­mos, primordialmente, hacer un estudio de unade las obras literarias del doctor Betances quefue escrita en francés y que arroja luz sobre lapersonalidad literaria, humanística y política delprócer puertorriqueño. Por esta razón, haremos a10 largo del trabajo referencias a su vida política.puesto que en este caso específico, no podemos se­parar al escritor del patriota preocupado por unasituación injusta y opresiva.

Betances fue,--según Bonafoux, uno de los hom­bres de quienes puede repetirse que son superio­res a su pueblo y a su tiempo. Compartimos la

1. Luis Bonaloux: &tances, p. 22.

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Betances y Voltaire

Por CARMEN LUGO FILIPPI

idea de Bonafoux y nos atrevemos, señalar quefue un ser incomprendido, un extemporáneo en sutiempo. Al llamarlo extemporáneo recordamos lasteorias de Pedro Salinas sobre los hombres degenio. Según Salinas existen, aunque· parezca pleo­nástico, personas que son los contemporáneos' desu tiempo; en éstas el organismo psicológico seajusta naturalmente a lo que les rodea; las circuns­tancias no presentan problemas para este tipohumano. Su razón de ser, de existir, de vivir, seajusta cómodamente al medio que le rodea. Sinembargo, hay otras criaturas que nacen adelanta­das y vienen al mundo antes de que se haya ac­tualizado el momento más propicio o el más aptopara su entera realización humana. Viven mate­rialmente en su tiempo, pero tienen ideales, metas,sueños que trascienden su momento histórico. Es­tos son los extemporáneos,. que viven a contratiempo. En estos tipos, según Salinas, la extempora­neidad puede desembocar en la grandeza, gran­deza crítica o grandeza profética. El ser humanocon tales capacidades es rebelde, reformista, in­conforme. Se percata de los defectos y de los erro­res de la sociedad y quiere advertir, aun a costade su vida, los peligros que acechan a la humanidadsi ésta persiste en su actitud pasiva y acomodaJicia.Este tipo de extemporáneo es heroico y sublime yen ningún momento es conformista. Podríamosclasificar a Betances dentro de esta clase de hom­bres extraordinarios. Su vida fue una constantelucha por alcanzar el hermoso ideal de una confede­ración antillana. Señala CoIl y Toste que su diyisaera:

"América para los americanos, pero las An­tillas para los antillanos." 2

2. Cayctano ColI y Toste: Puertorriqueños lIuJtres, p. 185.

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RamÓIl Emelerio Betaltces. Oleo de Jorge Rechany. Colección del Institutode Cultura Puertorriqueña

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¿Qué factores influyeron en la personalidad ex­traordinaria de Betances que lo hacen ser unhombre de tantos quilates humanos? Sin duda al­guna la educación esmerada que recibió conjunta­mente con su naturaleza generosa y compasivacontribuyeron. a su carácter humanitario, amante dela libertad, de la justicia y de la verdad. Es nece­sario sañalar para el propósito de este trabajo queBetances marchó a Francia a estudiar a la edadde nueve años. Cursó estudios en París y Toulouse.Aprendió griego y latín. Logró graduarse de doctoren medicina en el año 1853.

En sus estudios secundarios y superiores leyóno solamente a los clásicos fran,ceses, sino tambiéna los enciclopedistas y románticos. Notamos ensu obra constantes alusiones a los grandes pensa·dores del siglo XVIII. De la literatura neoclásicaleyó, sin duda alguna, a Montesquieu, Diderot, Vol­taire, Condorcet, Buffon, Jurgot y otros. Sobre to­do, estudió y admiró al genial Fran~ois MarieArouet (Voltaire). De los románticos prefirió a Vi·gny, Musset y Hugo.

Su contacto con la cultura francesa no se limi·tó a estos años de estudio. Regresó a París en elaño 1857, cuando fue desterrado· como elementopeligros~ para el gobierno español, por el gobema­cor Fet:nando Cotoner. Allí en Francia nuestro es·critor no se cruzó de brazos y continuó su luchapatriótica mediante su pluma. Criticó duramentela injusticia del gobierno español en las Antillasy también la esclavitud, mediante artículos perio­dísticos.

Reiteradas veces Betances volvió al escenariode sns luchas. No permaneció en París indefinida·mente; regresó a la isla en 1860, continuando sulabor emancipadora y. separatista. En el año 1867lue nuevamente desterrado de la isla por el gober·nadar Félix María Messina. Durante el 1867 vivióen Santo Domingo y en Nueva York. En esta últi·ma ciudad fundó el Comité Revolucionario dePuerto Rico y se dio a organizar una rebelión ar­mada contra los españoles. Pero, debido a variasindiscreciones el golpe falló, quedando solamentecomo un desesperado intento que se conoce ennuestra historia como el Grito de Lares (1868).Luego de este golpe fallido, Betances se trasladódefinitivamente a París. Allí se dio de lleno a latarea' de escribir artículos y estudios sobre la me·dicina y el tema revolucionario. Fue condecoradocon la Legión de Honor.

Vemos que París es para Betances un remanso,un refugio, un lugar donde encuentra comprensióny a la vez admiración. En los momentos trágicosd~ su vida regresa a la "Ciudad Luz" y desde allicontinúa su labor revolucionaria. Nunca dejó depensar en Puerto Rico; constantemente alude a laisla en los banquetes a los cuales era invitado y

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en los periódicos donde escribía. La prensa llamadaLe XIX Siecle recoge en el 1876 un artículo deBetances donde habla de Puerto Rico y trata deque los franceses conozcan la isla:

L'i1e compte pres de sept cent mille habitants.La terre y est d'une fertilité extraordinaire. Lesenfants y pullulent et leurs parents ne désirentrien tant que de les envoyer a l'école.J

Este ilustre médico fue altamente estimadopor la clase intelectual francesa de la época. Al re·gresar a Francia después de la frustrada revolu­ción de Lares de 1868, Betances se dio a conoceren varios periódicos parisinos importantes. Fue tanhonda la huella que imprimió a su paso que LeRevue Diplomatique, Le moniteur des Consulatsy Le Travail publicaron biografías del ilustre puer­torriqueño.

Nos llama la atención especialmente el artículoque publicara El ecko polyglotte, diario de presti­gio. Es importante ver con atención 10 que señalael periodista francés Monsieur E. Platy sobre Be-'tances, ya que encontramos en su reseña un detallecurioso que más tarde aparecerá en el cuento quesometemos a estudio. Dice así Monsieur E. Platy:

ell conquit aussi vers 1856 un autre glorieux.surnom, celui de "El Antillano", dí¡ a l'activepropagande qu'iI faisait de ses idées politiquespour l'indépendence des Antilles, dont il voulaitfaire une confédération libre. Cela lui valut l'e·xii de 1858. 11 revint a Paris ou il reprit sesétudes scientifiques et littéraires. 11 publia sucocessivement La vierge de Barinquen, Les vaya­ges de Scaldado..,.4

El seudónimo que utiliza Betances desde 1856lo hará famoso no sólo en Francia sino tambiénen Hispanoamérica. "El Antillano" será conocidocomo un batallador incansable que critica la polí.tica colonialista opresiva de España en las Antillas.

El cuento que hemos seleccionado para análisisen este trabajo se titula Voyages de Scaldado. Esun cuento que no ha sido estudiado y que mereceatención. Desde el principio del mismo, Betanceshace claro que la historia fue recogida y redactadapor "El Antillano". El relato es extenso; podríamoscatalogarlo como cuento largo.

Notamos inmediatamente después de su lecturaque la narración es de corte volteriano. Su título,su técnica y su contenido nos recuerda a Voltaire.

Primeramente analicemos el título: Voyages deScaldado. Tiene este título estrecha relación conuna historia de Voltaire que se titula Voyages deScarmentado, la cual apareció en el 1756. El término"Scarmentado" es de invención volteriana porque

l. Ram6n E. Betances: Le XIX Síecle, en el Ubro Setanc:cs deBonafoux. p. 23.

4. E. Platy. Seranees, en el libro de LuIs Bonafoux. p. 28.

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no hay un término en francés de este tipo. Proba­blemente VoItaire se basó en el vocablo escarmen­tado que en español significa -el haber sido corregidocon rigor. Una persona "escarmentada" es aquellaque toma enseñanza de lo-que ha visto y experimen­tado en sí o en otros. Ya por el nombre del prota­gonista intuimos que su vida no ha sido muy 'agra-dable. '

En la historia de Betances el nombre del prota­gonista es "Scaldado". El término en francés corres­pondería a "échaudé" y significa en sentido literal"bañado con agua caliente". El Diccionario Hispá­nico Universal y el Vox señalan que en sentido fi­gurado, "escaldado" corresponde a estar "escarmen­tado o receloso". Vemos, por tanto, que ambos pro­tagonistas, tanto el de Voltaire como el de Betan­ces, están "curados de espanto" y que han experi­mentado en carne viva experiencias desagradables.

La historia volteriana tiene ese corte personal,ese sello definido y único que hacía de Voltaire elcuentista más leído y comentado en su época. Es­tán aIli vertidos los puntos de vista religiosos, so­ciaJes y políticos del filósofo. enciclopedista. Recor­demos que la prédica mayor de Jean Marie Arouetdurante toda su vida fue la de hacer prevalecer latolerancia entre los hombres. Voltaire criticó elfanatismo en todos los órdenes porque éste impe.día que los hombres se amaran como hermanos.Condenó las guerras civiles, las injusticias, los ase­sinatos dictados por el espíritu de secta que dañantanto a 'las víctimas como a sus perseguidores. So­bre todo, el pensador francés condenó el dogma·tismo religioso engendrador de la intolerancia. Re·cardemos sus comentarios en el famoso ensayoEssaie sur les moeurs:

"Une autre source qui a fait couler tant desang a été la fureur dogmatique; elle a boule·versé plus d'un Etat, depuis les massacres desAlbigeais aU~I11 siec1e, jusqu'a la petite guerredes Cévennes au cammencement du XVIII. Lesang a caulé dans les campagnes et sur les­echaufauds, pour des arguments de théologie,tant6t daos un pays, tantot dans un autré, pen­dant cinq cent années, presque sans interrup­tion."

En las famosas historias volterianas se atacasin piedad toda clase de instituciones sociales, espe­cialmente la iglesia católica y las sectas protestan·tes. Los adversarios de Voltaire quedan destruidosen esas narraciones humorfsticas-ligeras cargadasde ironía o de sátira. El cuento es el género volte­riano por excelencia porque el filósofo francés po­see una gracia personal para' narrar entretenien·do y a la vez clavando finos dardos irónicos, almostrar la incongruencia de este mundo que no

5. Voltalre, EssllÍ~ ~lIr les moeur~, p. 155.

es el "mejor de los mundos como aseguraba el có­modo Pangloss. La narración y el diálogo se desa­rrollan con facilidad en un ambiente, que en el ma·yor de los casos, es levemente exótico. Los prota·gonistas sufren aventuras inusitadas y desagrada·bIes. Los personajes volterianos no son caracteres,puesto que no hay análisis interior profundo. Sonmás bien caricaturas que provocan risa y que ter­minan por encarnar ideas y, por tanto, se- convier­ten en tipos humanos. Es importante señaiar que elhumorismo prevalece mezclado con los miles ma·tices de una ironla que raya en la sátira.

Todas las características señaladas anteriomenteaparecen en el cuento Histoire des voyages deScarmentado de Voltaire. El protagonista del re·lato, oriundo de una ciudad de Creta, llega a Romaa la edad de quince años con el propósito de apren­der todas las verdades religiosas y humanas:

Mon pere m'envaya a I'age de quinze ans, étu·dier aRome.'

No obstante, Scarmentado se lleva una gran de­silusión. Roma no era como se la había imaginado.El desorden y la inmoralidad eran frecuentes enla gran ciudad.

Voltaire se dedica a criticar al clero católicoromano. Habla de la conducta libertina de dos saocerdotes "le réverend P. Poignardini y el P. Aco-niti", .

Cansado de Roma Scarmentado va a Francia.Allí es peor; las luchas políticas y religiosas no sedaban tregua.

En Inglaterra el protagonista se encuentra en·tre dos fuegos: las luchas de los católicos contralos anglicanos. Scarmentado observa "bien e~car­

mentado" cómo la reina María quema más de 500súbditos acusados de herejía. Con un gran sen·tido del humor VoItaire pone en labios de su ató­nito héroe:

Un pretre s'étannait surtout que la reine Ma·rie ne fút pas encare canonisée.T

En Holanda Scarmentado esperaba encontrarpaz. Pero, ¡oh tragedia! El primer incidente con elcual se topó fue con el asesinato de un pobre viejo.Se le cortaba"la cabeza por no compartir una ideareligiosa sustentada por los teólogos.

En todos los lugares que recamó Scannen­tado encontró desdichas, injusticias y fanatismos.En España se enfrentó con la Inquisición y él mis­mo se vio acusado por el gran Inquisidor. Logrósalir con vida de su aventura y creyendo encontrarotro tipo de vida en el oriente se marchó al Irány después a la India. La crueldad refinada. el ase-

6. Voltalre, Histoir~ d#!~ VOJlal~~ d~ Searmentado p. 371.7. Voltaire, VOl/aa~~ d~ Searmentado, p. 311.

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sinato y·los envenenamientos abundaban en la cor­te del gran' Aureng-Zeb de la India.

Decepcionado Scarmentado, aprendió su lec­ción. Dt:cidió ir a Africa y durante el viaje vio el

. colmo de la insensatez humana: el odio de lasrazas. Los negros atacaron a los blancos para ven­garse de la esclavitud a que los teman sujetos.

Tras 'muchas vicisitudes nuestro protagonistacansado y maltrecho regresó a su país, se casó yvivió una vida relativamente feliz, pues fue unmarido "coronado", ya que su mujer le era infiel:

Je me mariai chez moi: je fus cocu, et je visque c'était l'état le plus doux de la vie.'

En esta forma de~nvuelta y humorística Vol­taire finaliza su historia.

El cuento de Betances Voyages de Scaldado si­gue la misma técnica y estilo del cuento volteria­no. Tiene, sin embargo, una nota.originalísima alfinal, que lo hace distinto de la historia volteriana.Más adelante la señalaremos.

Las tangencias del cuento con el relato de Vol­taire son obvias. En primer lugar, el mismo per­sonaje .hace saber que es descendiente de aquelScannentado, famoso por sus viajes:

Je descends en ligne droite, par les femmes.du seigneur Scarmentado, ce fils du gouver~neur de Candie qui, m~me apres cent ans, estresté célébre par ses voyages.'

Scaldado es venezolano. Marcha joven a Paríspara educarse en las ciencias y en las artes. En supaís sólo había visto injusticias, guerras, tiranos,déspotas, masacres y en París esperaba encontrarun paraíso de' civilización. Creemos que Betancesse identifica con Scaldarlo ya que hay 'reminis­cencias de su vida. personal en la vida del simpá.tico hispanoamericano.

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Las experiencias del protagonista son trágicas.Conoce un periodista demagogo demasiado suscep·tibIe que se ofende por un comentario suyo y quele reta a UD duelo del cual sale mal herido.

En París le ocurren los sucesos más increíbles.Al asistir a una reunión política, Scaldado presen­cia una -agria discusión entre anarquistas y bur"gueses. Los anarquistas desean eHminar a todoslos burgueses y acusan al pobre venezolano de seruno de ellos. Scaldado es golpeado y herido confuror.

Temeroso y cansado se decide ir a Inglaterrapor parecerle lugar seguro ya que los ingleses porsu carácter flemático no son inclinados al desor­den y a la violencia. Pero he aquí que nuestro hé·roe se ve envuelto en una discusión entre irlande-

l. Vohalre, VOflq~s d~ St:orm~nflUlo. p. 374.9. Betanc:ea,. VOl/q~s d~ SealdGdo, p. 1 (Mor~eallX cholsls).

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ses y británicos. Sale mal parado, pierde su relojy es encarcelado.

Más tarde en Nueva Orleans, Scaldado presen­cia un acto degradante e injusto que 10 mueve acompasión. Un negro era castigado cruelmente porhaber osado amar a una blanca. El venezolano nopuede permitir tamaña injusticia y al ir a defen­der, al negro es encarcelado y castigado severa­mente.

-Nuestro protagonista mediante estas lamenta­bles experiencias conoce las lacras del género hu­mano. En todas partes el hombre es problemático.Solamente le queda una esperanza: ir a visitar unlugar paradisíaco del cual había oído hablar ensu país. En esta parte del cuento es que la origi·nalidad de Betances sobresale. Utilizó el viejo mé­todo volteriano para presentar un problema desu actualidad histórica. No cabe duda que el cuen·to cobra interés en esta última parte y nos sonreí­mos a1' presentir la situación que nos será presen­tada. El lugar paradisíaco del que se nos habla esnada menos que de nuestra querida isla:

J'¡lvais entendu parler au Venezuela d'une pe­tite He fortunée, sorte de petit paradis terrestreou les armes de la provinee sont représentéessur le drapeau d'un agneau, ou, de mémoired'homme, on n'a vu un taureau fondre sur hom·me ni femme, meme v~tus de rouge, ou les ser­pents eux mémes ne mordent pas et ou leshommes qui ne sont jamais battus pour la lí- ,berté s'ocupent surtout a faire des enfants.'o

La isla promete ser para Scaldado un jardín ce­lestial donde no abundan ni las fieras ni las alima­ñas. (Recuérdese la visión paradisíaca que se hatenido de Puerto Rico y la descripción parecidaque hizo Rodríguez Calderón de la naturaleZa bo­rinqueña.)

Nuestro héroe pasea por la capital y al ir a co­mer algunos dulces a un café le ocurre un incidentegracioso. Alguien le pregunta si es partidario de los"secos" o de los "mojados". Scaldado ignora quéquiere decir esto y responde inocentemente quelo mismo le daba ser seco o mojado siempre ycuando los dulces fueran frescos. Al decir estasfrases candorosas se le acusa de burlarse de lapolítica del país y es "componteado" sin miseri­cordia.

Vemos en este incidente una alusión directaa un momento en nuestra historia insular. El famo­so año del 87, llamado el año terrible o del terror,dejó tristes recuerdos en el pueblo puertorriqueño.El famoso gobernador Romualdo Palacios, influidopor los conservadores que le hacían temer una re·vol~ción decidió aniquilar a los autonomistas.Creyendo los rumores sobre la existencia de una so-

10. Betllllc:es. VOI/<II~S de Sc"'d<ldo, p. 4.

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ciedad de carácter revolucionario . llamada La To·rre del Viejo, que separaba a los españoles de lospuertorriqueños )Jamando a los primeros "mojados"y a los segundos "secos", Palacios creó una seriede suplicios que se llamaron "campantes". La Aso­ciación La Torre del Viejo existía realmente y lu­chó en contra de los abusos y el discrimen come·tidos por el gobierno español. Sabemos queBetances desde Europa esgrimía su pluma como es­pada afilada para combatir los desmanes de Pala­cios. Carlos N. Carreras hace alusión a este hechoen su libro sobre Betances:

"Cuando en el 1887 el general Palacios empren·de la época terrible de los campantes, la pri.mera protesta que se levanta en Europa desdelas columnas del periódico Voltaire, de París,es la suya, que combinada con los dibujos deOller, por entonces residente éste en la capitalde Francia, emprenden ambos la campaña de­nunciando los atropellos del déspota gobernan·te en la isla de Puerto Rico." Il

Nuestro protagonista Scaldado sufrió los rigo­res del campante en forma patética. De estas esce­nas se vale Betances para criticar los abusos sinlímites de un régimen absolutista e injusto. El po­bre héroe vejado fue golpeado y, además, marti·rizado. Oigamos sus quejas:

Pendand qu'on me martyrisait, on m'ordon­nait d'avouer que je faisais partie de la Conspi­ration des secs et des mouillés u •••

Por suerte nuestro magullado héroe logró salircon vida de los tormentos y fue puesto en libertad.Airado e indignado, Scaldado marchó a Madrida dar la queja a las autoridades pertinentes. Nadie

lJ. Carlos N. Carreras, Belances, e/ Antillano proscrito, p. 167.12. Betances, VOl/alles de Sea/dado p. 4.

le prestó atención. Le señalaron que, justa o injusta,esa era la autoridad de la isla a la cual había queobedecer:

On me répondit que le ministre se préoccu-.pait surtout de conserver a l'autorité taut sonprestige, que justes ou injustes, légaux ouillégaux, les ordres de l'autorité et meme sescaprices devaient etre obéis.u

Triste y decepcionado Scaldado regresó a supaís y se dedicó a la crianza de animales en elcampo. Por lo menos en la soledad podía vivirtranquilo. Simbólicamente, Scaldado escogió doce·clases de animales que por sus naturalezas repre·sentaban las doce virtudes que no había encontra·en el mundo: la temperancia, el silencio, el orden,la resolución, la economía, el trabajo, la sinceridad,la moderación, la limpieza, la tranquilidad, la casotidad y la humildad. Estas criaturas le recordabanlas cualidades que el hombre debe poseer.

Hemos visto a través de esta exposición, cómoBetances, valiéndose de la técnica del cuento vol­teriano, aprovecha la ocasión para señalar llagaspurulentas de la sociedad puertorriqueña de suépoca. El valor del cuento reside en su actualidadhistórica; en ser arma efectiva para combatir unasociedad corrupta y un sistema opresivo.

El cuento es, además, por su estilo claro y co­rrecto, un ejemplo de prosa francesa de gran ca­lidad. Betances maneja los recursos humorístidOScon gran finura y el t9no irónico prevalece crean­do una atmósfera propicia para la crítica satírica.

Creemos que el resto de la obra de Betancesescrita en francés amerita ser estudiada, puestoque por esta pieza se demuestra el innegable valordel escritor y el crítico que maneja con gran fi·nura y dominio la lengua francesa.

13. Retances. VOl/d1l4!S dI! Sea/dado, p. S.

BtBLIOGRAFíA

Babín, María Teresa. Pandrama de la Cultura Puerto­rriqueña, Biblioteca Puertorriqueña, Las AmérkasPublishing Ca. New York, 1960.

Bonafoux, Lws. Betances, Imprenta Modelo, Barcelo­na, 1901.

Carreras, Carlos: Betances, El Antillano Proscrito, Edi·ción Club de la Prensa, 1961.

CoIl y Toste, Cayetano: Puertorriqueños Ilustres, LasAméricas Publishing Ca., New York, 1957.

Santana, Miguel Angel: Morfeawc Choisis de Betances(escritos a maquinilla), 1960.

Voltaire: Oeuvres Completes, T. 8, Fermin Didot Fre·res, Paris,."t965.

Voltaire, en Lagarde et Micharde, XVIII Siecle, pp. 154­159, Editions Bardas, Francia, 1965.

Zequeira Cuevas, Sergio: Pláticas agridulces, Impren­ta P. Fernández y Ca., La Habana, 1906.

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Lares *

Por FRANCISCO MATOS PAOLI

LARES, QUE EN VUELO VERDE SE LEVANTA

una unción, un silencio de la tierra.Rige la rosa y la espina en guerrada una nueva belleza a la garganta.

y la sangre se acerca hasta la plantadel peregrino en Dios que el paso cierraen marcha constelada por la sierradonde el cielo se posa en lluvia tanta.

i Lluvia del ruiseñor sobre la rosa!Haz que el iris del hombre en savia llevesu estrella ante el Altar, su voz en alto.

Lares que ardiste en madre generosa.Sobre el fuego y la sed, el aire llueveternura de paloma en sobresalto.

• Del libro Luz de los héroes (1954).

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Constitución provisorade la Revolución Puertorriqueña *

CAPiTULO PRIMERO

ARTiCULO 1." EL GOBIERNO DB LA REVOLUCIÓN PUER­

torriqueña se ha constituido con el nombre deComité Revolucionario de Puerto Rico.

Art. 2.° El Comité tiene por objeto la indepen­dencia de Puerto Rico bajo la forma democráticarepublicana. -

Art. 3.° El Comité se compone de tres miembrosy un secretario con voz y sin voto y del númeronecesario de suplentes.

Art. 4.° El Comité se completará cada vez quesea necesario llamando a sí algunos de los presiden­tes de las Juntas o Legaciones.

CAPiTULO 11

Son deberes y atribuciones del Comité:

1.0 Fundar en la Isla Juntas y Legacionesrevolucionarias y reconocer las que espontáneamen­te se constituyan, expidiendo para ello los títuloscorrespondientes.

2." Llevar la dirección e iniciativa en todos losasuntos fundamentales y orgánicos de la Revolución.

3.° Exigir de las Juntas y Legaciones el exactocumplimiento de sus mandatos, conforme con losartículos de esta Constitución.

4.° Delegar parte de sus poderes en alguno oalgunos de sus miembros y nombrar los agentesespeciales que se necesiten 'para el buen éxito dela causa.

5.° Recaudar de las Juntas, Legaciones, dele­gados y agentes especiales los fondos que éstos ha­yan reunido.

• Bonafowr. Bfltanccs, pp. 126-125.

6.° Responder a su debido tiempo de las su­mas que se le entregen invirtiéndolas en la comprade armas y municiones y en gastos que originela empresa.

7.° Recibir, atender y contestar los avisos delas Juntas, Legaciones, delegados y agentes espe­ciales.

8.° Desaprobar los actos de las Juntas y Lega­ciones contrarias a esta Constitución, explicar ydecidir las dudas que ocurran sobre la inteligenciade cualquier artículo de ella.

9.° No admitir de parte de sus agentes (Juntas,Legaciones, delegados y agentes especiales), ningunacomisión limitativa de sus trabajos revolucionarios.

CAPiTULO 111

Artículo 1.° Las juntas tienen por objeto con·tribuir activamente a la propaganda revolucionariay crear por medio de suscripciones o por otros me·dios que estén a su alcance, los fondos necesariosa la realización de la independencia borinqueña.

Art. 2." Las juntas revolucionarias se formarán'una en cada pueblo de la Isla y se compondránde tres o cinco individuos con igual número de su­plentes, sin distinción de clases.

Art. 3.° Cada Junta nombrará su presidente ysu secretario y adoptará su reglamento interiorconforme en todo con los artículos de esta Cons­titución.

CAPiTULO IV

Son deberes y atribuciones de cada Junta:

1.0 Instituir legaciones en todos los barriosy reconocer las que oportunamente se formen, dan-

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do parte al Comité Revolucionario para que le expi­da el titulo de formación.

2.° Cumplir y hacer que se cumplan por sus le·gaciones, delegados y agentes especiales las órdenesdel Comité, con objeto de obtener la unidad deacción.

3.° Entregar los fondos recaudados al Comitéo sus delegados.

4.° Ponerse en comunicación y obrar de acuer·do con las demás Juntas de la Isla.

5.° Dar al Comité los avisos que crea conve­niente y comunicarle por lo menos dos veces almes, el estado de la propaganda y de las suscrip­ciones.

6.° Tener para cada uno de sus miembros lasarmas de guerra que sean necesarias y procurar quecada cual haga la adquisición de fusiles, revólveres,machetes, pólvora, etcétera.

7.° Decidir sus acuerdos por mayoría y someter­se estrictamente a ellos, haciéndolos obedecer tam­bién por las Legaciones.

CAPITULO V

Las Legaciones Revolucionarias

Artículo 1.0 Las legaciones son para las Juntaslo que son éstas para el Comité Revolucionario.

Art. 2.° Tienen el derecho de cumunicar direc­tamente con el Comité, después de haber sido c~

municado a éste por la Junta que las haya fundadoo reconocido.

CAPiTULO VI

Delegados

Artículo 1.0 Sólo podrán ser delegados del C~mité· los individuos y suplentes que lo forman yéstos se ceñirán en un todo a la letra de los poderesque lleven.

Art. 2.° Tienen el derecho de convocar y presi­dir las Juntas con voz y voto.

CAPiTULO VII

Agentes especiales

Artículo 1.0 Sólo podrán ser agentes especialeslos que de sus propios bienes o por medio desuscripciones, hayan depositado en manos del C~mité Revolucionario, para ser empleados en elservicio de la revolución, la cantidad de cuatr~

cientos pesos por lo menos.

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Art. 2.0 No le deben cuenta de sus actos sino alComité Revolucionario, pero no pueden contravenira las órdenes escritas de este Comité y han de pro·curar obrar siempre de acuerdo con las Juntas, Le·gaciones y delegados.

Art. 3.0 No tienen voz ni voto ni pueden asistira ninguna Junta sin el consentimiento de ella y des­pués de haberla presentado sus titulos.

Art. 4.0 No pueden violar en ningún caso nin­gún artículo de esta Constitución.

Art. 5.0 Deben comunicar dos veces al mes alComité cuanto hagan u observen en la marcha dela Revolución.

Disposiciones Complemeutarias

Artículo 1.0 El Comité, las Juntas, las Legaci~

nes, los delegados y los agentes especiales se debenmutuamente y le deben a todos los patriotas, ap~yo, auxilio y protección en caso de necesidad odesgracia.

Art. 2.0 Todos los miembros de esta sociedadle deben al Comité, a las Legaciones, a las Juntas,a los delegados y agentes especiales, inmediato avi­so de cualquier descubrimiento que pueda favore­cer o perjudicar la causa y han de poner oportuna­mente los medios que estén en su poder para evitarcualquier perjuicio.

Sant? Domingo, enero 10 de 1868.

(Firmado): R. Betances.- C. E. Lacroix.- R.Mella.

El Secretario del Comité: M. Ruiz Quiñones.

Juramento acordado por el Comité Revoluci~

nario de Puerto Rico para ser exigido de sus miem·bros, delegados, juntas, legaciones, agentes espe­ciales y todos los patriotas en el acto de tomarposesión de algún título, los primeros y los últi­mos en el de su iniciación:

"JURO POR MI HONOR:

Llenar bien y fielmente las obligaciones que meimpone el cargo que me confiere el Comité Rev~

lucionario de Puerto Rico; someterme a la Cons­titución y defenderla contra todo ataque; trabajaren la independencia de Puerto Rico mientras mequede un átomo de vida. Merezca yo la reproba·ción de todos los hombres honrados si falto a misjuramentos."

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Reglamento formado por nosotroslos fundadores de la Asociaciónpara la libertad e independencia

de la isla de Puerto Rico *

L A ASOCIACIÓN CONSTARÁ DE HERMANOS, PRIORES Y

maestres.En cada pueblo de la Isla habrá un maestre y

en la capital o en el pueblo que se acordare se es­tablecerá un maestre·director.

De los hermanos

Son hermanos de esta Asociación todos los hom·bres de buena vida y costumbres con arreglo anuestro manifiesto de..................• pero no podránpertenecer a ella los españoles por regla general.exceptuándose los que a juicio de los maestres ypriores sean considerados dignos de entrar en laAsociación; no entrarán en ella por ningún motivolos que ejerzan cargos públicos, cualesquiera queSea su procedencia, los abogados, procuradores yjueces, ni los alcaldes, jueces de paz y sus. secreta­rios. ni tampoco los que estén en contacto con estasclases, recibiendo de ellas beneficios directos olucrándose indirectamente en negocios y manejos.Acerca de la admisión de hermanos debe proceder­se con toda prudencia y consultando siempre entresí los priores y el maestre.

ARTícULO... Acordada la admisión de hermano,el prior le leerá nuestro manifiesto de............ ylas obligaciones que a los hermanos impone elactual Reglamento, y en presencia de cuatro her­manos por lo menos de la jurisdicción del prior.le hará jurar sobre el libro de los Evangelios: 1.1}que cumplir~n exactamente las obligaciones que elpresente Reglamento les impone; 2.° que observarán

• Reglamento que se ocupó :1\ presidente de la Sociedad Lan.zador del Norte. Pérez Morris. ,.: Historia de la Insurrección deLaTes. pp. 90-94.

en todo y por todo los prinCipIOS consignados ennuestro manifiesto; 3.0 que propagarán y harán todaclase de esfuerzos prudentes para conseguir el au­mento en el número de los hermanos; 4.° que ser­virán la causa de la libertad e independencia contoda actividad y sin esquivar fatigas ni sacrificiosde ninguna especie; 5." que prestarán absoluta obe­diencia a las órdenes de su prior, cumpliéndolasdesde luego sin replicar ni pedir explicaciones;6.° que nunca pondrán excusa cuando se trate deprestar algún servicio extraordinario, para cuyoca ...o deben contribuir con su persona y bienes; 7.0

que cuando llegue la hora del conflicto están enla obligación de concurrir al puesto que se les se­ñale sin perder un momento y que desde entoncesno se ocuparán de otra cosa que de hacer el ser·vicio y obedecer estrictamente a ios jefes que seles señalen. dejando sus familias al cuidado de laAsociación encargada de proveer a su seguridady mantenimiento. y sin licencia expresa de su su­perior no podrán abandonar su puesto; 8.° quetanto antes como después del conflicto si come­tieran alguna infracción del presente juramento,se someterán a las penas que los priores y el maes­tre crean justo aplicarles y las sufrirán humilde­mente y sin murmurar.

ARTIcULO... Concluida que sea la ceremoniadel juramento. los hermanos presentes darán unabrazo al recién afiliado y jurarán defenderle, tra­tarle como hermano y remediarse mutuamente susnecesidades, prestándose mutua ayuda y dando alolvido toda diferencia y disgusto anterior; y sisucediera entre ellos alguna' desavenencia estaránobligados a ponerlo en conocimiento del prior,quien, si el asunto es sencillo. ~esolverá por sí, ysi fuere .de alguna importancia lo consultará con

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tres o cuatro priores y el acuerdo que se tome seráobligatorio para los interesados y tendrán que con·formarse y pasar por. él. Todos los hermanos ten­drán obligación de reunirse una vez por semana enel lugar, día y hora que de antemano le señalaráel prior. El no asistir a estas reuniones sin causalegítima, se considerará como una falta y gravedesatención y será bastante motivo para que el her·mano que la cometa pierda de algún modo elaprecio y confianza de toda la Asociación..Ningúnhermano está exento de contribuir semanalmentecon algunas monedas de cobre o de plata, según susfacultades; este dinero se entregará al prior, queanotará en una libreta la cantidad con que cadauno contribuya.

ARTiCULO... - Todo hermano tendrá obligación,cuando le toque el turno, de hacer una guardiade 24 horas en casa del maestre o donde éste leseñale: ha·de ir a caballo y dispuesto a ponerse enmarcha donde quiera que el maestre le mande.Los hermanos que tengan caballos de su propiedad,no haráil la guardia personalmente y sí sólo facili·tarán caballo al que no lo tenga y por cada serviciopersonal tendrán que prestar dos servicios de caba·1I0s, que se harán en turnos de la manera menosgravosa posible.

Cualquier hermano que haya proporcionado ala Aspciación el ingreso de otros diez hermanos,será reconocido a voluntad de éstos como prior ydesde ese día entrará en el número y ejercicio, go­zará las consideraciones de tal y desempeñará losdebidos servicios.

ARTíCULO... Ningún hermano podrá ausentarsedel partido sin ponerlo en conocimiento de suprior, y cuando necesi te para sus negocios ir acualquier otro pueblo, tendrá la obligación de pre­sentarse a la persona que su prior le designe, con­duciendo a ida y vuelta los pliegos que se le enco­mienden.

Los hermanos cuidarán de conservar en el me­jor estado las armas que se les entregaren, cui·dando de no malgastar las municiones sin nece­sidad.

ARTicuJ.o... Cuando algún hermano fallezca.será obligación de los demás asistir a su entierroy auxiliarle en la enfermedad con lo que sea posi.ble, si lo necesitan; pero en todo caso estableceránun turno para que un hermano se encuentre cadadía en casa del' enfermo y pueda prestar su asis­tencia, si se hiciese necesario.

De los priores

ARdcULO... Serán priores en esta Asociacióntodos los que hayan conseguido el ingreso de diez

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hermanos por lo menos. Los priores a su ingresopresentarán al maestre una lista firmada con elnombre y' apellido de los hermanos de su jurisdic­ción, dando cuenta al mismo del aumento en elnúmero de los hermanos y de la baja que sucedacuando alguno de ellos fallezca, enferme o mudede domicilio.

ARTiCULO... Cada prior está obligado a reunirlos hermanos de su jurisdicción, una vez por se·mana, a recaudar las cantidades con que éstos con·tribuyan semanalmente, a contribuir también conla suya, a pasar semanalmente al maestre una re·lación de lo recaudado, acompañando su importe,a revistar en cada semana el estado del armamentode los hermanos; a cuidar con toda eficacia deque entre los hermanos reine y se conserve siemprela mejor armonía, mediando prudentemente entodas sus desavenencias.

ARTtcULO... Los priores en las reuniones sema­nales procurarán fortalecer el sostenimiento delpatriotismo en los hermanos de su jurisdicción,haciéndoles conocer las ventajas que a ellos y asus hijos les resultará de salir del miserable esta­do de opresión en que todos nos encontramos; les

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exhortará a que cuando llegue el caso, nadie pien­se en otra cosa que en salvar el país aunque seacon peligro de su vida; les dará seguridades de queen caso de alguna desgracia, la familia de ningúnhennano quedará desamparada, porque con losfondos que se recaudaban, se atenderá a estas ne­cesidades, con tanto ahínco como a la adquisiciónde annas y cualquier otra extraordinaria que ocu­rra.

ARTICULO... Tan luego como en cualquier parti­do se encuentren organizados tres priores. se reu·nirán éstos y acordarán entre sí el nombramientode maestre, y si ninguno de los tres quisiese acep­tar el cargo, se echarán suertes y será obligatoriopara el designado. Cada vez que se doble el núme·ro de los priores se confinnará por todos el nomobramiento del mismo o se nombrará otro maestreen su lugar, observándose en todo caso como obli·gatoria la mayoría de votos, debiéndose observarlas mismas fonnalidades para nombramiento dedepositario.

ARTicULO... Cuando algún maestre fuese remo­vido volverá a ejercer su cargo de prior y entraránotra vez a su jurisdicción los hennanos que estabana su cuidado en la f~cha en que fue promovido algrado de maestre.

~ ARTICULO.:. Cuando algún prior fuese promovi·do al grado de maestre, los hennanos que se en·cuentren bajo su jurisdicción escogerán a su arbi·trio entre los existentes, el nuevo prior a que quie.ran pertenecer y éste dará cuenta al maestre del~úmero de hennanos con que por este motivo sehaya aumentado la hennandad de su jurisdicción.

De los maestres

ARTICULO... El maestre de cada partido tendráobligación de llevar un registro en que conste elnúmero y nombre de los hennanos y priores.

ARTICULO... Será de su deber llevar correspon·dencia con los maestres de los partidos y pres tarose mutuamente cuantos auxilios fueren necesarios.

ARTICULO... Nombrarán 'entre sí el maestre-di.rector, para lo cual celebrarán reuniones parCialeso generales, y cuando esto no pueda ser, se prac­ticará por medio de votos cerrados que se dirigi­rán a! maestre del p'ueblo que se conozca comocentro, el cual hará el escrutinio, y el resultado,con la documentación original, lo hará circular entre

todos los maestres y lo remitirá al elegido, quieninmediatamente pondrá en conocimiento de todospor medio de circulares el haber entrado en elejercicio de su cargo.

ARdcULO... El maestre·director 6e entenderáen la correspondencia con todos los maestres delos pueblos: éstos cumplirán sin tardanza todassus disposiciones y circulares, despachándolas inme·diatamente por la ruta de maestre en maestre delas cabezas de partido o de cualquier otro punto,retendrá copia y la hará circular por los pueblosque estén fuera de la ruta que en la misma cir·cular haya designado el director.

ARTICULO... El maestre dispondrá de la guardiade que trata el articulo debiendo cuidar de queeste servicio se preste por riguroso turno.

ARTICULO... El maestre de cada pueblo celebra·rá junta asociada de los priores de su jurisdic­ción cada vez que 10 crea conveniente, y en susdeliberaciones todos serán iguales en voto, preva·leciendo el de la mayoría.

ARTIcULO... Serán tratados en junta todos losasuntos que interesen a la Asociación y con espe­cialidad aquellos en que se trate de invertir losfondos que existan en poder del depositario, quienestará obligado a dar cuenta de los fondos cadavez que se lo exija la junta o cualquiera de susindividuos.

ARTícULO... El maestre·director llevará cuen·ta exacta del número de hennanos con que cuentela Asociación en toda la Isla, para cuyo efecto tanluego como haya entrado en ejercicio, los maestresde los pueblos le remitirán un estado de los hom·bres y pertrechos que cada uno cuente en su juris­dicción, y cada quince días pondrán en su conoci·miento las altas y bajas que ocurran.'

ARTIcULO... Tan luego como el maestre-directorjuzge que la Asociación ha adquirido el desarrollonecesario, 10 hará saber por circular a todos losmaestres, acompañándoles las noticias y datos quetenga para ello, y después que sus circulares esténdevueltas, señalará con prudencia el día y hora enque simultáneamente ha de darse a todos los pue·blos el grito de libertad e independencia, cuya or­den debe ser cumplida con exactitud, energía yconfianza por todas las personas de la. Asociación,invocando al mismo tiempo al Dios de los oprimi­dos para que se digne protegemos en nuestra san­ta .empresa."

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Elegía heroicaeIn Memoriam». A cien años de Joaquln Parrilla

Por ELENA AYALA

¡Sí! PORQUE TE QUIERO, ¡CANTO!Patria, enflautada de cañas,vereda de jazmines y cafetos,tabacal bendecido,punto de cruz de Manolo, el Leñero...Ternura heroica, tornándose en achiotepor los cerrosmientras a mi memoria vuelveMariana a darme luz con su recuerdoy Ramón Emeterio Betancesme hinca en el espíritula angustia de su gesta.¡No hay nada que no tengaspara 'no ser feliz, sin ser esclava!Patria,tiempo y nostalgia sufroporque no eres tan propiamente tuyasin maridaje ni condición vasalla.Sueño y carisma son tus tierras,pulso y canción tus hombresy resplandor de ángelestus montes...

Glacis tu cielo de farallón y nieblasy los rostros sencillos de tus gentes

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son como las ventanaspor donde cuela el airela épica ensoñaciónde nuestra raza.

Tú, desde el altar,-Tú, Lares-cuando te llamo, Patria,reverdeces de encanto.Te quiero, así, y más,cuando el Amadocomo en cantar de los cantaresno escrito,regodea sus ojos en tu temploy la empinada cumbrerecibe las endechasde "unas siete palabras de la Patria".que nunca había oído...Melancólicamenteel viento gimebajo el palio dorado de ese Laresy añorapatriotas veneradosque amamantó la lechede esa razón de amorque se traduce en credo,en cariño y pasión,en este Centenariode tu Grito de Lares.Yo te siento,Patria, como más Patria,como más mía,y más, hasta más allá de los cielos.¡Ya comenzó otra albade hombres, de ideas y de pueblos!Tu heroísmo, sintaxis por los siglosrecoge como entoncesla bendición de Diossin temores ni celos.Tú, Patria, gimesante el cobarde abrazo de tus hijosque no saben querertesino que se aman ellos.Sin embargo,¡vendrán!Cuando les duela el largobostezar de las épocasy se les suba al corazónahítola amargura y la infamia.La libertad, como madre amorosadeambula por tus campos,esos campos de Lares,donde lobezna de robustas uores

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te esparces, Patria, en tabacal, en río,y en lecho pasional de flamboyanes.Trasnochadora esperasque uno de Tus amantes,pose sobre Tus"labiosredentoras caricias...Sientes mujer la entregaen los brazos sensualesde los mares bohemiosque te han hecho tan suyay que son libres,libres como esta. canción mía,paloma desatada de mi cuerpo,en tu destierro del almade los pueblos autónomos.

Estos versos que sólo por ti cantosonrecordación de angustia...Tierra de pan amargo,la que esperacon las manos abiertasun milagroy con los ojos cerradosSu Profeta.

Septiembre de 1968, San Juan

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Lares *(Desde una tierra extraña)

Por JOSÉ EMILIO GONZÁLEZ

LARES, LEJANA ISLA, ALDEA PURA.

Aquí tu luna, aquí tu monte hervido.Aquí tu gesta, tu héroe no vencido:Manolo, fundador de las alturas.

Lares, mi mano aquí: bandera dura,viento de niebla, árbol derretido.Fronda de muertC?s. Ojo redimido.De libertad, perpetua luz madura.

Distante .voz de nostálgicas nubes,como pájaro en busca de amapolas,vuela a tu soledad de noche ardiente.

Del llanto oscuro a tu memoria subemás allá del delirio de tu ola,hasta el héroe nacido de tu frente.

* Del libro Profecía de Puerto Rico (1954).

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Captura de Manuel Rojasy otros cabecillas de la Revolución *

E XCMO. SEÑOR: - AL DAR CUENTA A V. E., EN EL

.:.J día de anteayer, de la captura verificadapor la columna de mi mando y el del comandantedon Manuel Iglesias, de los cabecillas insurrectosManuel Rojas, Manuel Cebollero, Rodulfo Echeva­rría y Clemente Millán, me reservé, según indiquéa V. E., darle los detalles de la combinada batidaque, por las acordes confidencias que habíamostenido el capitán Prats y yo por diferentes conduc­tos, teníamos preparada para la madrugada delS, yo a cuyo fin acordé oficiar a todos los comisa­rios de los barrios colindantes al sitio que debíaexplorarse, y que lo era el de la hacienda de losNigaglioni y cerros de Guilarte, para que levantan·do fuertes patrullas con todos los hombres útilesy armados al efecto de sus distritos, vigilasen enla noche todos los caminos, sendas y veredas quepartiesen del mencionado punto, yendo avanzandohasta aparecer al amanecer del día en sus alturas,a las que concurriría yo con mi columna posesio­nándome de las casas de la referida hacienda Ni­gaglioni, en cuya hora también debía aparecer pormi derecha subiendo desde Guayanilla el caminode Guilarte y casas de Méndez a e?,plorar los monotes de Río-Prieto, cerrándoles aquellos desfiladerosy estrechándoles la conca donde se considerabanestar ocultos los citados cabecillas.-A las cincode la tarde del día 4 llegó a este punto la columnadel comandante Iglesias, quien informado tambiénpor un negro que aprehendió y que había estadocon los citados insurrectos, le prometió llevarledirectamente' a la ranchería en que se ocultaban,como a unas cuatrocientas varas de las susodichascasas de los Nigaglioni, cuyo número decía ascen­der, el día que se separó de ellos, al de veintearmados y montados, por cuya revelación se deci­ció a efectuar, cual nosotros teníamos acordado,

• Parte del Tenlenle Coronel Franc:lsco Marllnez al GobernadorPavla, Informándole del resultado de su misIón. Pt!rez Morrls, Jost!:Historid de Id lnsurrecci6n de LdTes. pp. 174-176.

la batida y exploración del susodicho punto conla asistencia de nuestras columnas, practicando pa­ra ello una dificilísima y larga marcha que realizóen el menor tiempo posible, como igualmente elcapitán don Luis Prats en el movimiento queel mismo día practicó para envolver por mi dere­cha, como dejo hecho mérito, a los insurrectos enel caso de salir verídicas nuestras confidencias.­Entre dos y tres de la mañana del S nos pusimosen movimiento las columnas del comandante Igle.sias y la mía, cayendo como habíamos calculadosobre la hacienda Nigaglioni, próximo !l amanecer,como asimismo por los desfiladeros y el citadobosque de Río-Prieto el capitán Prats con una par­te de su columna, de la que se separó en la casade Franceschini, ordenando al teniente don IsidroPablo Costa se dirigiese con el resto por las casasde Méndez o concurrir a las citadas de Nigaglioni,destacando, una .vez posesionados de todos losedificios de aquella finca, cinco secciones al mandode capitanes y oficiales subalternos, con los prác­ticos del terreno que al efecto nos acompañabanpara dar principio a la batida, cual se verificó,yendo con la primera, mandada por el capitán donVicente La-Roche, el negro citado, quien efectiva­mente les condujo sin detenerse a la guarida de losinliurrectos, a quienes no encontraron, pero sí docecaballos con varias monturas, un saco con pólvo­ra, cartuchos y balas, aunque en corta cantidad,que tenían escondido bajo unas yaguas y matas;registrado con la mayor escrupulosidad e interéspor dichas secciones, que se desplegaron en glle­rrilJa, todo el bosque que tenían a su frente, hastallegar a la cúspide de las montañas, perdieron laesperanza de tocar con los dispersos insurrectos,pero la suerte quiso que no fueran infructuososnuestros desvelos recompensándolos con el hallaz­go de aquéllos como a las dos de la tarde, queahuyentados por la oportuna aparición de la pa­trulla del barrio de Limani, se tocaron con la gue·

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rrilla del centro que del ala mandaba el capitángraduado teniente de la 5.a compañía del batallónde Madrid don BIas L6pez, en la que iba el alférezde Milicias don José Serrano y el cadete don Ma·nuel Santaella, cabiéndoles la suerte de hacer pri·sioneros a los cuatro cabecillas mencionados arriba, .arrojándose por un despeñadero Francisco Santa­na, a lo que debió su fuga por aquellos momentos,pues ya ha sido capturado, según parte que he re­cibido del Alcalde de Adjuntas, por dos partidasdel barrio de Guayo.-Si la debilidad que demos­traron aquellos rebeldes no dio lugar ni ocasióna que ninguno de los individuos que se hallabana mis órdenes tuvieran oportunidad de distinguir­se con algún hecho 'de armas, no puedo por menosde significar a V. E. el entusiasmo, abnegación ydecisión con que todos a porfía han arrostradoy superado las extraordinarias fatigas y penalida­des por que han pasado y que han dado por resul·tado tan favorable éxito; y como quiera que elcapitán de las reservas de Santo Domingo donOsvaldo Guasp y su asistente, de ignal procedencia,Manuel Jesús Beltrés, y el miliciano Isidoro Lugo,

..

del 5.0 de Milicias, vecino de Adjuntas, quienesdesde' el día que salió a operaciones la columnadel comandante Iglesias le acompañan voluntaria·mente, prestaron los mejores servicios en el e."q)re­sado día, como asimismo los paisanos, don JuanBartoloméy, corso y hacendado de Café del Barriode Guayo, y don Manuel Cirilo Irisarri, del mismo,me permito recomen~arlos a la consideración deV. E., en unión de don Domingo Mariani, por elpatriotismo y desinterés que ha demostrado, y losrecursos y auxilios que en todos conceptos nosestá prestando al tomar por punto d~ residenciade !a colu'mna a mi mando y base de operacionesla casa de su finca Santa Clara, que habita en estebarrio. Todo 10 que tengo el honor de poner enel superior conocimiento de V. E. a los fines queconsidere convenientes, acompañándole al mismotiempo la declaración espontánea que ha prestadouno de los cuatro citados cabecillas don ManuelCebollero.-Dios guarde a V. E. muchos años.-Río­Prieto 6 de octubre de 1868.-FRo\NClSCO MARTfNEZ.

-Excmo. Sr. Capitán General de esta bla."

[~ [ST[ LUG.\R R,'\ DIeoLA H~CIE~DA DE (AFE DE

DON MANUEL ROJASJEFE DE

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1968

Placa conmemorativa colocada por el Instituto deCultura Puertorriqueña en las ruinas de la casa-ha·cienda de don Manuel Rojas, caudillo de las fuert.as

insurrectas

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Vámonos con Lares *

Por ANDRÉS CASTRO Ríos

1

Aouí CANTARON FUSILES

homenajes de victoria,se precipitó la historiasobre los huesos serviles.y aunque de cientos en milesno fuera la marcha aquella,bajó una roja centellahasta la tierra caíday en el medio de su heridafue dibujando una estrella.

Lares nació en el caminoa sangre y fuego valientescon los disparos ardientesque llegaron a El Pepino.Se abrió un hermoso destinoque aún la sangre levanta,se escucha por la gargantaun himno lleno de amoresporque sepan los traidoresque Lares siempre nos canta.

• Primeras cuatro décimas del poemario Trovas Lareñas(1%8).

III

Siempre nos c;anta y veremosun día definitivoel triunfo certero y vivode lo que a fuerza queremos.Con los puños venceremosa los traidores de talla,que diga el que no se callacómo será su derrota:volverá la antigua notaa dirigir la batalla.

IV

Manolo y Parrilla juntos,los Rojas, Brazo de Oro,dieron el golpe sonorodonde marcaron los puntos.Nunca el vocablo difuntospodrá servirles de juicio,fue de valientes' su oficioy esto lo afirma Betances,porque la patria en sus lanceses valor y sacrificio.

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1. EN PARfs, EL TRES DE SEPTIEMBRE DE 1894,un hombre de faz trigueña y larga barba gris, haabierto sobre su escritorio un álbum encuaderna·do en piel broncínea. Las tapas del álbum estánforradas de lustroso papel castaño, con menudosdibujos de flores geométricas. El canto dorado delas páginas es orilla leve para los pensamientos.

Las nueve primeras páginas están ya escritas yfechadas en París y Vichy en 1894. Es el álbum deautógrafos de Angelita Cabrera Paz, quien cornomuchas de las niñas de entonces, guardaba ala·banzas, bendiciones, consejos y -seguridades deamistad en esos álbumes que a veces corno éste,son verdaderas piezas de museo. Asombro delei­toso y conmovedor son también para los que reve­renciamos y queremos confrontar retratos imagi­narios de figuras admiradas. con lo que ellas mis­mas revelan cuando escribieron poesía o prosa,sin más propósito. que un condescendiente deseode complacer.

Ah. pero el que ahora escribe se llama RamónEmeterio Betances. El heroico jinete de ojos dul­ces y barba .de viejo Abraham que cantó José deDiego en el soneto Ida y vuelta; el romántico autorde la novela corta La Virgen de Borinquen,' el au­sente nostálgico de la patria que quiso libertar dela injusticia y la represión.

Las páginas que preceden a las suyas en el ál.:bum, expresan deseos de felicidad para AngelitaCabrera; alabanzas para sus negros ojos, para elamor sonriente que llegará "cual" nuevo Leandroen busca de su Rero". Entre esas págin-as hay unaescrita por Simplicia Jiménez el 31 de agosto de1894, la mujer con quien Betances se había casa­do, nostálgica también de la patria que los ojosbellos de Angelita le recuerdan.

2. ¿Quién fue Angelita Cabrera? Miro su retra·to ahora dentro de pequeño marco ovalado, sobrefondo azul pálido; rostro fino, cabellos oscuros,

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Día y noche de Betances

Por CONe H A MEL~NDEZ

ojos de intensa mirada, nariz y boca de perfectodibujo. todo el semblante sonrosado que aviva unaseria dulzura. Es un retrato de frente y de bustoque sólo deja ver el gran escote del blanco trajede encaje. juvenil, con dos graciosos lazos color derosa acentuando el matiz de la piel. Ninguna joyaturba la sencillez de esta imagen en adolescenteexpectación.

Angeles Cabrera Paz había nacido en Ponce en1877. Era la menor de los nueve hijos de CarlosCabrera y Francisca Paz. Su padre murió siendoella muy niña, pero -la familia entera se extremóen rodearla de cuidados y amor. A los catorceaños fue internada en el Colegio de San José delos Pinos en Brentwood, Long Island, y a los die­cisiete viajó con su madre en Europa durante dosaños: el primero en París, el segundo en Madrid.Al regresar a Puerto Rico, casó en 1897 con el doc­tor José Vidal Vilaret. Murió en 1905 al nacer sutercera hija.

Fue en París donde conoció a Betances, quehabía sido amigo de sus padres en Puerto Rico.Para ella, el tres de septiembre de 1894 escribió enfrancés los dos poemas que motivan estas páginas.Escritos cuatro años antes de su muerte, casi alfinal de su lucha de cincuenta años por la libertadde las Antillas -la suya. amada hasta el fin conradiante, doloroso amor; Santo Domingo, Cuba-,estos poemas son un testimonio más de que, comoen Martí, la patria no fue nunca triunfo para Be­tances, sino "agoní~ y deber".

3. El primer poema, Día y noche, dedicado .. ala tierna borinqueña Angelita Cabrera" voy a in­sertarlo aquí en la traducción, siempre insatisfac­toria- como todas las traducciones, que hice de élcon reverente emoción:

Centelleante riachuelo. Las floresse bañaban en límpidas aguas

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y tímidas libélulasen la sombra evadían los calores.Sobre las yerbas de la praderachorreaba cdlido el oro del sol;pasaba el viento dando el alerta...

y con la patria soñaba yo.

La brisa en los naranjos florecidosal pasar sus caricias entregaba;la luna, tan propicia a la tristezaen fondo gris de cielo se velaba.Bajo el bosque, profundamente heridacorría un alma tras un fuego fatuoy desapareció... Soplaba el viento...

y con la patria soñaba yo.

El título del poema es expresión cabal del ince­sante anhelo -cada minuto, cada hora, noche ydia- en que Betances centró su existencia. Lo con­servó encendido contra la desilusión, hasta el finalderrumbamiento que le quitó, como dice Ada Suá­rez con sencillez y verdad, la voluntad de vivir.

La niña del álbum es p.retexto para la confiden­cia íntima, de una profunda nostalgia contemplati­va expresada en el contraste de dos paisajes. En elprimero, las visiones alegres: centelleante riachue­lo, límpidas aguas, libélulas, praderas bajo el cáli­do oro del sol; ni aun el viento dando el alerta devida, logran distraer al contemplador de su ensueñoperenne.

El segundo paisaje empieza con un llamamientoirresistible a olvidar, a gozar aunque sea por un ins­tante, del perfume de los naranjos florecidos. Peroentonces la luna, velada por el fondo gris del cielo,es preludio de Jo sobrenatural: el poeta ve un fue­go fatuo corriendo bajo el bosque y afirma que unalma "profundamente herida", corría tras él hastaque desapareció.

Esta visión, ¿representa su propia alma heridacorriendo tras 10 inalcanzable? Un pasaje citado porAda Suárez Diaz parece comprobarlo: "¿Sabe ustedlo que es andar durante cincuenta años la vista fijaen una estrella -mi ideal- siempre por el mismocamino, sin desviarme ni un paso y en el momentode alcanzarla, verla desaparecer en medio de la gri­tería y los aplausos de una muchedumbre insensi­ble?" (Betances: su vida y su obra, Ateneo Puerto­rriqueño, San Juan de Puerto Rico, 1968, pág. 52).

La repetición del verso "y con la patria soñabayo" al final de cada estrofa, refuerza el sentido deltítulo y es enlace final del tema que avanza" sin des­viar un paso" hacia un eficaz desenvolvimiento.

4. Betances vuelve la página ese mismo día, alterminar sus versos, y se queda pensativo. Se dacuenta de que nada ha escrito acerca de la niña queha recibido tantas alabanzas y tantos votos por sufelicidad. Y escribe otro poema, Consejo:

Niña tan bella, hay que saberque el sufrimiento bautismo es.Mas por la tierra que se amade ningún modo es pesado deber.y si galante, con voz floridaalguien se acerca y te habla de amor,antes que nada pregunta a tu vez:"¿Qué harás tú por la patria mía?"

Habla a una niña que desconoce aún el bautis·mo del sufrimiento. Pero hay que saber la ineludi­ble verdad: hay purificación en ese bautismo. Sevuelve liviano deber, "yugo fácil y carga ligera",cuando es por la patria que se ama.

El consejo para esta niña bella es una condiciónque ha de imponer al que le hable de amor; unacondición que no debe olvidar, no importa cuán ga­lante y florida sea la voz del que intente conquis­tarla. Y aquí el consejo vuelve de nuevo a ser el díay la noche de Betances.

Santurce, Puerto RicoAbril de 1969.

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Page 63: Revista del Instituto de Cultura

Gráficas de Lares1868-1968

Doña Mariana Bracetti, a quien la tradiciónatribuye el haber bordado la bandera de laRepública de Puerto Rico, conocida hoycomo bandera de Lares. Perteneció a la JuntaCentro Bravo número Z y usó el pseudónimorevolucionario de .Brazo de Oro». Con mo­tivo de la insurrección de 1868 estuvo presa

en la cárcel de Arecibo

Miembros de la Junta Centro Bravo número Z. deLares, reunidos en víspera de la revolución. Entre

ellos figuran don Manuel Rojas y don FedericoMedina Ramírez

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Don Manuel Rojas LUl.ardo, jefe de las flo!rl.asrevolucionarias que en 1868 ocuparon el pueblo de

Lares para proclamar allí la independenciade Puerto Rico

Don Francisco Ramírez Medina, presidente delGobierno provisional de la República de Puerto

Rico (1868)

Fotografía de la iglesia parro­quial de Lares hacia el mio 1900.En la primitiva iglesia el Go·bierno provisorio de la Repúbli.ca de Puerto Rico "izo celebra,.un Te Deum en acción de gracias

por la proclamación de laindcpcndencia

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S4

Lares •

Por JOSÉ ENAMORADO CUESTA

LARES. TE DEUM. REVUELTA. LA ODISEA

de un pueblo altivo que en el pecho escondeel ansia de ser libre. Gesta dondeencarna, heroica, ]a sublime Idea.

El jíbaro se apresta a la peleay a] grito audaz de libertad responde.¡Que en sus entrañas el acero ahondepara que libre al fin la patria sea!

Brazo de Oro borda una bandera,que una mano tremola, herida y fierade la montaña en el cimero linde;

y contesta una voz en lontananzaal fusil opresor -voz de esperanza­¡Fuego: Joaquín Parrilla no se rinde!

.. Del libro Con Sangre Roja (1946).

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Sobrecanto *(Epitafio para los héroes de la Revoluciónde Lares. 23 de septiembre de 1868.)

Por LUIS HERNÁNDEZ AOUINO

AQul YACEN, ENTRE LAS ESTACIONES

mezcla de sueño y polvo,dorados por el sol de junio,acunados de noche por el viento,cantados por la lluvia,hechos página heroica de la historia.

Este es su epitafio,para decirse a contracantoo a contra vida,porque no existe ya la oscura muerte.

El polvo es polenque con el ala vuelay tornasola el iris de su año noventa y nueve.

Cupieron en la forma de la luzy fluyen dulcemente por el tiempohacia una sola eternidad.

Este es su epitafiopara que grabe en él su paso la cigarra,y su sueño la hormiga,y su estrella la patria.

.. Este poema fue publicado en la revista Bayodn (1967).

,

ss

Page 67: Revista del Instituto de Cultura

23de septielnbre

de 1968

Aspectos de la concentra­ción patriótica que tuvolugar en el pueblo de Laresel 23 de septiembre de 1968.con motivo de la celebra­ción del centenario de la

gloriosa gesta

Page 68: Revista del Instituto de Cultura

EN LA ANTIGUA ALCALDIA DE LARESUBICADA EN ESTE lUGAR.

FUE PROCLAMADA LA INDEPENDENCIADE PUERTO RICO

YCONSTITUIDO EL GOBIERNO -PR.OVISIONALDE LA IlEPUBLICA

EN HORAS DE' LA MADR.UGADADEL 24 DE SEPTIEMBRE DE 1868.

EN EL CENTENARIO DEL If1STÓ~ICO ACONTECIMIENTO, ,. COLOCO ESTA LAPIDAEL AYUNTAMIENTO DE LARES.

1968

Placa de mármol colocada por el Ayulltamiento de Laresen el lugar que ocupó la antigua alcaldía del pueblo

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Siempre con Lares *

Por VICENTE RODRfGUEZ NIETZCHE

1

HISTORIADORES, POETAS,

músicos y hasta escultoresy todos nuestros pintorestomad en mano paletas.A describir las secretasclaves de la Libertadque en Lares grandiosidaddieron a este lar riqueño.¡Todos los puertorriqueñospor Lares cantad, cantad!

11

Hay un siglo en el caminoque Lares trazó en un día.Tres siglos antes habíala Patria empezado sino.Lares le dio al asesino;al explotador imperio,que ha tenido en cautiveriode esta parte americanala Libertad soberana;un golpe firme y en serio.

• Primeras cuatro décimas del poema Trovas Lareñas(1968).

58

III

Lares rodeado en montañas.Cumbre de la rebelión;canta por ti el corazónde tus hijos las hazañas.Machete de cortar cañasy libretas de jornales.Lares tus héroes triunfalesno ganaron la batallapero sembraron murallagloriosa de cafetales.

IV

Dicen que en Lares surgióel primer grito guerreroy siendo aquél el primerola gloria bien le tocó.Por eso aquí vengo yoa brindar honra y amoral pueblo que lleva honorde haber salvado mi tierracon aquel grito de guerraque dio Manolo al traidor.. ..

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Proclama que circuló en Puerto Rico~obre la muerte de Ruiz Belvis *

PUERTORRIOUEÑOS: EL CIELO DE CHILE HA RECIBI·

do en su seno el alma esclarecida de Segun·do Ruiz Víctima dt'l colonial despotismoespañol, ha muerto lejos de la patria en el tristeaislamiento del destierro, sin encontrar siquiera allado de su lecho de dolor una mano amIga en queapoyar la suya trémula para bajar a: sepulcro......Ocupado con más interés que nunca en abreviarel tiempo de nuestra libertad, se dirigió a aquellaRepública llevando en su corazón de hermano todosnuestros gemidos.

El destino, empero, siempre cruel con los quesufren, se apresuró a helar en sus labios la vozdel patriota que había vibrado con toda elocuenciaen aquel santuario de la Independencia Hispano­Americana, al revelar la lenta agonía de los hijos deeste pueblo tiranizado Sin embargo, otrosdignos compañeros de tan ilustre como desventu­rado compatriota, unido:; a él en el pensamientoy con no menos interés y abnegación, están igual­mente consagrados a la misma noble causa, y se

• Tomada de losé Pére~ Monis: HutotW de /12 lnsurreccidn deLarf!s, pp. 273·274.

hacen oír de algunas repúblicas que a su oportuni­dad nos prestarán apoyo. ¡Puertorriqueños!, loshombres pasan, pero Jos principios quedan y triun·fan.

Segundo Ruiz, .verdadero mártir de la santa cau­sa de nuestra libertad, nos ha legado, al morir,las ideas que inflamaron su espíritu y las espe­ranzas que henchían su corazón de republicano yhéroe.

Su sombra veneranda vaga de uno a otro extre­mo de la Isla invitándonos a destrozar las cadenasde servidumbre que tienen a nuestra patria encorva·da a los pies de sus mismos opresores. ¡Puerto­rriqueñosl, no más dominio español en el bellomundo de Colón. Alcemos b frente, esta frente dehombres americanos nunca más noble y más activaque cuando ha sido lQ.itada al sol de los combates,y al santo grito de ¡Independencia! volemos al cam­po del honor a conquistar los laureles que nos hade ceñir la victoria. ¡Guerra al Ibero! ¡Viva la In·dependencia!-Puerto Rico 12 de dici~mbre de1867.-EL COMIT~ DEL OESTE.-COMIT~ REVOLUCIONA­

RIO DE PUERTO RICO.

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Lares *A Juan Antonio Corretjer

Po.r OBDULIO BAUZÁ

PUEBLO INMORTAL: CIUDAD DE RESPLANDORES.

Dos veces mártir, para ser amada.Los brazos de la cruz de tus dolores,

. los envuelve una luz de llamarada.

(Pueblo inmortal que a la esperanza oraal doblar sus campanas en la Historia.)La Patria toda se arrodilla y lloraante el rosal marchito de tu Gloria.

Pueblo inmortal que hicieras un sudariopara envolver los sueños del "Leñero"en la cumbre sin par de tu calvario...

Pueblo inmortal que fueras el primeroen lavar de la Patria las heridas:por ti tus hijos... ¡jugarán sus vidas!

• Del libro Las Hogueras de Cal (1947).

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Figuras del CentenarioManuel Rojas: Un Precursor Inolvidable

de la Independencia Puertorriqueña

Por LUIS HERNÁNDEZ AQUINO

EN TIEMPOS POSTERIORES A LA REVOLUCIÓN DE LA-res se oía por montes y llanos de Puerto Rico

una copla alusiva a la gesta heroica que, si frus­trada materialmente, seguía iluminando el espírituy el pensamiento de los puertorriqueños. Muertosalgunos de los revolucionarios, perseguidos muchosotros por el tiránico gobernador José LaureanoSauz, a pesar de la amnistía decretada, la cantabael pueblo. También la musitaba en su exilio donRamón Emeterio Betances, el Antillano, gestor delGrito de Lares y apasionado de la libertad de lasIslas, quien seguía conspirando y lanzando procla.mas al país para que se levantara en armas.

Era una copla sencilla, popular, esperanzadora,que como saeta cortante, rompía los aires de latierra nativa:

El grito de Laresse Ila de repetiry sabremos todosvencer o morir.

En la Venezuela de fines del siglo XIX, en unpueblo de Mérida o Trujillo, cruza ~a calle un ca­ballero alto, bien vestido, fornido y trigueño, queluce bigote y barba, usa lentes y porta un bastónde empuñadura de marfil o de metal. Puede tenereste caballero cincuenta y cinco o cincuenta yocho años. Va distraído y tararea una canción quesiempre ha tenido a flor de sus recuerdos. Estambién una canción alusiva a Puerto Rico. Es unacanción sobre la libertad, pero parece más unhimno de lucha y de protesta, que pide acción:

Borinquen, bello florónde la decrépita España,¿cuándo arrojareIs con saiiael yugo de la opresión?

¡Alza tu oprimida frente,rompe tu férrea cadena,lánzate sobre la arena,pueblo ent~siasta y valiente!

El caballero distraído que tararea la canciónes un personaje importante. Puede ser Ministrode la Suprema Corte o Registrador Principal. A pe·sar de sus obligaciones y de sus altos cargos sueledistraerse, rememorando a menudo, su pasado. Lacanción le sale siempre a flor de labios. Las imáge­nes del pasado, su pasado ardiente y romántico,desfilan nítidas por la pantalla de su memoria. Elcaballero de la canción, el importante personaje,se llama don Manuel Rojas Luzardo.

El caballero Rojas, quien suele contar a sushijos durante las veladas nocturnas sus andanzaspor las Antillas, su pasión por la libertad y susdías de revolucionario en Puerto Rico, tiene siem­pre a su lado a una bella dama. La bella' damasonríe tristemente al escuchar los relatos de suesposo. De vez en cuando corrije algún detalle, por­que ella vivió la revolución y conspiró juntamentecon las heroínas del Grito de Lares: Doña Eduvi­gis Beauchamp, doña Dolores Cos y la apasionadaBrazo de Oro, doña Mariana Bracetti. La bella da·ma, la esposa fiel, se llama doña Obdulia.

El caballero Rojas, quien se ha carteado todosesos años con don Ramón Emeterio Betances, suamigo personal, se obstina en no dejar por escri·to sus aventuras y andanzas revolucionarias, a pe­sar de su facilidad para escribir y su gran amorpor los libros. Sin embargo, la historia se encar~

gaJ:á de ir recogiendo parte de ellas.El cronista, natural de Lares, el pueblo de la

gesta heroica, tiene como puertorriqueño una deu­da de gratitud con los héroes de la primera inde-

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Don Manuel Rojas Luzardo, jefe de la.Revolución de Lares, acompaiiado de su esposa doña ObduliaSerrano Ríos. Fotografia tomada en Venezuela, a fines del siglo XIX

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pendencia. Apoyándose ahora en la historia y enla correspondencia epistolar mantenida hace añoscon dos hijos y un biznieto del caballero Rojas, enocasión en que empezó a interesarse por la vidadel prócer de Lares para escribir su biografía, pre·senta como anticipo, en este año dei Centenariodel Grito, las páginas que siguen.

Nació Manuel Rojas Luzardo en la poblaciónde Obispos, del Estado de Barinas, Venezuela. Fue­ron sus padres don Antonio Rojas y doña BrunaLuzardo. A raíz de una de las guerras venezolanasde la segunda parte del siglo XIX, emigró a Puer­to Rico, como otros muchos venezolanos, entre loscuales figuró su hermano Miguel Rojas, quien casócon doña Mariana Bracetti. Los hermano,; Rojasresidieron en la parte occidental de la Isla. DonManuel vivió en "Lares, donde adquirió en el barriode Pezuela, a una legua de la población, un fundocafetero de trescientas cuerdas. Allí construyó lacasa·hacienda de maderas, techada de tejamaní, conamplio glacis al frente. Llamó a su hacienda ElTriunfo. El fundo cafetero fue muy productivo yse convirtió don Manuel en un ciudadano solvente,figurando como uno de los mayores contribuyentesal fisco. Don Manuel Rojas, su hermano, vivió enla población de Añasco, de donde se trasladó aLares, con su esposa doña Mariana y sus hiJos, enfecha previa a la de 1868.

Fueron días felices los del matrimonio de donManuel y doña Obdulia Serrano, a quien conocióen la población de Lares un día afortunado. Lesha nacido una primera hija que fue bautizada conel nombre de Narcisa. Es don Manuel un hombrede muy buen carácter. No fuma ni usa licor. Gustade leer mucho, especialmente la prensa periódica.Trata afablemente a sus peones, a los que pagabuenos jornales. Ha conocido a don Ramón Eme·terio Betances durante un viaje a Mayagüez. Be·tances influirá en sus ideas y su vida. Es donManuel amante del baile y de las fiestas socialesy su casa-hacienda será centro ocasional de feste·jos y bailes.

Su admiración por Betances convierte a Rojasen laborante. Su casa-hacienda y su familia seconvierten en el centro del laborantismo en Lares.Las cinco hermanas de doña Obdulia casan conotros tantos laborantes que habrán de ser figurasde suma importancia durante la revolución y pro­clamación de la República. Son sus esposos -fu·turos secretarios y ministros del gobierno- donAndrés Poi, General de División; Bernabé PoI, Se·cretario de Gobernación; don Francisco Ramírez,Presidente de la República; don Clemente Millán,Ministro de Gracia y Justicia y don Aurelio Mén­dez, Ministro de Gobernación. Doña Mariana Bra­cetti, la esposa de don Miguel Rojas, también cons­pira, como su esposo. Ella borda la bandera de La·

res, ideada por el doctor Betances, que habrá desustituir a la enseña española al proclamarse laRepública.

Es el año 1867. Betances arde en deseos de verlibre a Puerto Rico. Sale de Nueva York, dondeestá exiliado, para la ciudad de Santo Domingo.Constituye allí el Comité Revolucionario de Puer·to Rico en compañía de los señores Carlos ElioLacroix, Mariano Ruiz Quiñones y Ramón Mella.Es su propósito constituir a Puerto Rico en "unarepública independiente de forma democrática". ElComité, como organismo supremo de la revolución,inicia la formación de juntas y legaciones y nomobra delegados y agentes, para recaudar fondos,hacer propaganda y comprar armas y municiones.

En la población de Mayagüez quedó constituidoel primer comité de la revolución. Se le designacon el criollo nombre de Capá Prieto y queda bajola dirección de don Matias Brugman, quien nacióen Nueva Orleans, Estados Unidos, de padres de as­cendencia holandesa y vino a los cinco años deedad a Puerto Rico. En Lares se funda otra juntaque lleva el nombre de Centro Bravo y es presidi­da por don Manuel Rojas. Otras juntas son orga­nizadas en San Sebastián (Porvenir), Camuy (Lan·zador del Norte) y en Ponce (Lanzador del Sur).

Se activa la propaganda revolucionaria. Apro­vechan los laborantes toda ocasión para divulgarsus ideas. La casa-hacienda El Triunfo es centrode reuniones, comidas y fiestas. Se aprovecha elperíodo de las fiestas patronales para este propó­sito. El 28 de junio de 1868 se celebran las albora­das de San Juan con máscaras, y comparsa delos barrios de Lares, que recorrerán las calles de lapoblación. Las comparsas de los barrios Mirasol yPezuela, el barrio de Rojas, llevan banderas visto­sas, entre ellas la española. Dan vivas -sarcásticos aIsabel 11, la reina de los tristes destinos, pero tam­bién se han oído gritos de vivas a la Constituciónrepublicana y a la libertad. Se dice que Rojas andadetrás de todo esto.

Se hace muy evidente y visible la propaganda.Surge un delator y es apresado don Manuel MaríaGonzález, compatriota de Rojas, presidente de laJunta Lanzador del Norte. de Camuy. Don ManuelRojas es el primero en recibir secretamente las in­faustas nuevas y transmitirlas a Brugman. el presi·dente de la Junta Capá Prieto. Don Manuel hacesugestiones, en vista de la situación, a Brugman,sobre lo que ha de hacerse y traza el plan a se·guirse: Adelantar la fecha de la revolución parael 23 de septiembre; caer sobre los pueblos de La·res, San Sebastián, Moca, Quebradillas, Camuyy Arecibo; reunir a los revolucionarios en su casa­hacienda, desde donde partirán para la toma deLares, primer pueblo a ser ocupado'l y donde sedeclarará la República de Puerto Rico.

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El 23 de septiembre de 1868 se reúnen los pre­sidentes de todas las Ju~tas revolucionarias en lacasa-hacienda de don Manuel Rojas. Han traídoa sus hombres. Hay listos alrededor de cuatrocien·tos revolucionarios. Urge el nombramiento de unjefe militar. Se discute el asunto y hay quienes fa·vorecen para la jefatura al Comandante de Miliciasde San Sebastián, don Manuel Cebollero Aguilar,presidente de la Junta Porvenir. Brugman elogiaa don Manuel Rojas y señala que en vista de queel plan que debía ponerse en ejecución es el deRojas, éste es el llamado a dirigir las huestes revo­lucionarias. Tomado el acuerdo en favor de Rojas,se otorgan diversos cargos o rangos auxiliares aotros tantos revolucionarios.

Repartidas las armas a los insurrectos organizadon Manuel Rojas las fuerzas revolucionarias. Lacaballería al frente, dirigida por don Pablo Rivera.Luego él portando una bandera roja. A su .manoizquierda don Clemente Millán, llevando una ban·dera blanca, terminada en dos puntas, con la ins·cripción siguiente: .. ¡Muerte o libertad! ¡Viva Puer­to Rico Libre! ¡Año 1868!". Detrás siguen los lugar­tenientes y los hombres de infantería. Estos sonde todas las condiciones sociales, entre ellos nume­rosos es~lavos que han quedado libres por susamos.

Como cuadra a su condición de jefe va don Ma­nuel a caballo, vistiendo camisa roja, chaquetanegra, pantalón de casimir con botas de montar,faja negra al cinto y escarapela tricolor en el somobrero. Por armas lleva una espada, un revólver alcinto y un fusil. Antes de la partida ha arengadoa las huestes revolucionarias. Son las nueve de la no­che cuando parte el pequeño ejército por la Cuestade Rojas en pos de la libertad de Puerto Rico.

Tomado el pueblo de Lares al filo de la media­noche, al grito de ¡Viva Puerto Rico Libre! y otrasmanifestaciones, ocupan los revolucionarios elAyuntamiento, donde sustituyen los símbolos de lamonarquía española por los de la revolución. Esa instancias de don Manuel Rojas que se proclamala independenCia, entre el regocijo de los revolu­cionarios y la muchedumbre que ha invadido ellocal. Queda constituida la República por un Go­bierno Provisorio que decreta la obligación de lospuertorriqueños de tomar las armas en favor de laindependencia, la abolición. de los esclavos que to­men las armas contra .España, y la abolición deloneroso sistema de las libretas de jornaleros.

Una ceremonia solemne sella la libertad. Secelebra el Tedeum en la Iglesia parroquial, dandogracias a Dios por el buen éxito de la revolución.Asisten los miembros del Gobierno Provisorio y unagran ~uchedumbre ciudadana que está de fiesta.En esta solemne ocasión ha sido adornado el altar

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con la bandera de Lares, bordada por Brazo deOro.

Termin{lda la emocionante ceremonia organizael jefe Rojas una fuerza de cien o más hombres,para la toma del pueblo de San Sebastián, distantemás de una legua de Lares. En esta ocasión caminajunto al jefe un humilde hombre del pueblo, donManuel Rosado, conocido como Manolo el Leñero,quien porta la bandera blanca. A medida que cami·nan los revolucionarios hacia su destino, se lesunen simpatizantes de la causa, procedentes dediversos barrios.

Cerca de las nueve y media de la mañana avis­tan los revolucionarios la población de San Sebas·tián. El jefe Rojas traza el plan a seguirse: unapatrulla montada de seis hombres reconocerá la si·tuación, tras 10 cual se procederá al ataque total.La ·patrulla llega hasta la plaza del pueblo, dondees recibida con una granizada de tiros de parte delos milicianos, que comanda un teniente, un corregi­dor y el alcalde, quienes habían sido avisados pre·viamente por emisarios secretos, de los sucesosde Lares.

Se obstina el jefe Rojas en entrar al pueblo consus fuerzas, a fin de ocupar el almacén de armasy municiones de los milicianos. Entra con sus hom­bres por la calle principal. recibiendo de momen­to descargas desde los balcones, techos vecinos einterior de las casas. Resisten los revolucionariosel ataque enemigo y llegan hasta el borde de la Igle­sia, posición que sostienen por largo rato. Despuésde perder dos hombres se ven forzados a una reti·rada. Vuelve el jefe Rojas a la carga después dereorganizar sus fuerzas y dar la impresión. mediantealgún tiempo de inactividad, de que habia cedidoen la lucha. Otra vez· vuelven los revolucionarios apenetrar en el pueblo por la calle principal, ocupan·do las posiciones anteriores. Tratan en vano de quelos milicianos de San Sebastián se unan a la causade la revolución. Inician un tiroteo continuo quese mantiene largo tiempo, y al parecer tienen ensus manos la victoria, tras silenciar a los milicia­nos. El punto culminante de la situación es cuandollega la tropa veterana española, del vecino pueblode Moca, donde acampaba, sabedores sus jefes delos acontecimientos de Lares y lo que ocurría desdetemprano en San Sebastián. Tras dejar cuatro muer·tos, cuatro heridos, siete prisioneros, armas y ca·ballos, se retiran las fuerzas revolucionarias, antela superioridad de las armas españolas.

Envía el jefe Rojas un parte de la situación alGobierno Provisorio de la República, pidiéndolesu traslado a la casa·hacienda en Pezuela. Reuni·dos allí, esperan en vano saber si han ocurrido

. levantamientos en el resto de la Isla, donde pudie­ran prestar su ayuda. La situación había sido pre·caria, puesto que no se recibieron armas en la Isla

Page 76: Revista del Instituto de Cultura

para enfrentarse a las fuerzas españolas. El únicoremedio de los insurrectos ahora es la manigua dela Indiera, Bucarabones, la silla de Calderón y lamontaña abierta.

Todo el mes de octubre estuvieron las fuerzasmilitares españolas persiguiendo a los insurrectospor la manigua puertorriqueña, dando muerte aalgunos de ellos y apresando a otros. El caudilloRojas fue apresado en una batida realizada por uncomandante y tres capitanes españoles, en el ba­rrio Río Prieto de Lares, el 5 de octubre de 1868.

Hechas las investigaciones por parte del Gobier­no e iniciados los procesos correspondientes, du­rante los cuales murieron ochenta presos con mo­tivo de una epidemia de vómito negro, debido a lasmalas condiciones de las cárceles, un Consejo deGuerra juzgó a ocho de los revolucionarios, entreellos a don Manuel Rojas, quien fue condenado amuerte mediante el garrote vil. Un incidente dejurisdicción entre el poder militar y el civil, obligóa la suspensión de la sentencia contra Rojas.

La revolución de septiembre de 1868 en Españaen que quedó destronada la Reina Isabel 11, diopaso al poder a un gobierno provisional que pro-

. vacó cambios en Puerto Rico. Seleccionado comoGobernador, substituyó en el mando al General loséJulián Pavía, el General don José Laureano Sanz.Este nuevo gobernador conmutó la pena de muer­te a don Manuel Rojas, por una sentencia de diezaños de prisión a cumplirse en un presidio penin­sular, pero el 20 de enero de 1869 el Gobierno Su­premo de España dictó un Decreto general de am­nistía en favor de los procesados y sentenciadospor los sucesos de Lares.

Mientras tanto el Gobernador Sanz trataba de-atraer a don Manuel Rojas para el servicio de es­pionaje en cuanto a los movimientos políticos libe­rales que continuaban en el país, después de la re­volución de Lares. En vista de la negativa de Rojas,solicitó el General Sanz, en enero de 1869, del Go­bierno Central de la metrópoli, la exclusión deRojas y otros jefes de la revolución de Lares, deldecreto de amnistía promulgado.

Perseguido por el Gobernador Sanz, vagó donManuel Rojas por algunos pueblos del oeste de

Puerto Rico, logrando embarcar para Nueva York,disfrazado de pescador. Se decía de Rojas que sehabía hecho cabecilla de la revolución de Haití.Circulaban otros rumores, en el sentido de que ha·bía embarcado hacia Cuba para participar en larevolución cubana. Se temía de que volviera a Puer·to Rico con nuevas fuerzas militares a dirigir otromovimiento revolucionario.

No se sabe si Rojas siguió conspirando con eldoctor Betances, quien durante el año 1869 y partedel 1870 trazó otros planes de revolución, consi­guiendo la promesa de armas en Estados Unidos,para dar otro golpe en Puerto Rico. Nuevas procla­mas incendiarias llegaban secretamente a la Isla,que en esta ocasión no respondió adecuadamente,debido a las precauciones tomadas por el Gober­nador General Sanz, a quien el pueblo había sacadomuchos motes, por su despotismo y desplantes, en­tre los cuales figuraba el de Macabí, nombre de unpobre demente que andaba por las· calles de SanJuan lanzando piedras e improperios contra todoel mundo.

Lo cierto es que don Manuel Rojas permanecióalgún tiempo en Nueva York, desde donde volvióa embarcar para Santo Domingo, en el año 1873.Allí se le reunió su esposa doña Obdulia y le nacióen Samaná su hija Filomena, en el año 1874. Haciael año 1875 se trasladó con su familia al pueblode Boconó, en el Estado Trujillo, de Venezuela,donde nacieron sus otros hijos: Lastenia, Obdulia,Manuel y Ramón Rojas.

En el año 1890 se trasladó don Manuel Rojascon su familia a la ciudad de Mérida, donde actuóde ministro de la Corte Suprema y luego de Regis­trador Principal. En el año 1892 estalló una guerracivil en In que tomó parte, siendo hecho preso ytrasladado a Caracas. Reintegrado a Boconó, murióel 15 de octubre de 1902, en estado de pobreza. Suesposa, doña Obdulia Serrano, murió el 19 de abrilde 1912, también en Boconó, donde ambos fueronenterrados en un panteón familiar.

Así pasó a la eternidad de la historia el caudilloManuel Rojas. a quien el doctor Ramón EmeterioBetances denominó "precursor inolvidable" de laindependencia de Puerto Rico.

FUENTES DE ESTE TRABAJO

1. Historia de Puerto Rico, siglo XIX, tomos 1 y II,primera parte. por Lidio Cruz Monclova. '

2. Carta de doña Obdulia Rojas de Fernández, dirigi­da desde Tovar, Venezuela, al autor de este traba­jo el 28 de noviembre de 1946.

3. Carta de don Ramón Rojas, dirigida desde Tovar,Estado de Mérida, Venezuela, al autor el 19 de abrilde 1947.

4. Carta de don Antonio Pinto Salinas, biznieto de donManuel Rojas, desde Caracas, Venezuela, el 18 de

octubre de 1947. El señor Pinto Salinas era a lasazón Diputado en el Congreso Nacional de Vene·zuela.s.. Epistolario del Doctor Betances, por el Dr. ManuelGuzmán Rodríguez, Tipografía Comercial, Maya­güez, Puerto Rico, 1943.

6. Historia de la Insurrección de Lares, José PérezMorís y Luis Cueto, 1872.

7. Conversación con la doctora Ada Suárez, sobre losorígenes de Matfas Brugman, septiembre de 1968.

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La abortada rebelión de Laresen Puerto Rico *

L A REBELIÓN QUE DEBtA ESTALLAR SIMULTÁNEAMENTE

en varios puntos de la provincia de Puerto Ricoel 29 del mes de septiembre de 1868, abortó porcausa independiente a la voluntad de sus autoresel día 23, presentándose sus efectos en las juris­diccione.s de Lares y El Pepino y en los camposde Mayagüez y Camuy.

La índole de la rebelión y sus fines eran indu­dablemente los de la independencia de la isla y se­paración .de la Metrópoli, como veremos después,y debió prepararse en Madrid, puesto que a pocode regresar de la Península los comisionados dela Junta informativa se indicaron sus trabajos re­volucionarios en un acto de insubordinación delRegimiento de Artillería que guarnecía la capitalde Puerto Rico; acto al que los insulares le dieronsimultáneamente el carácter de sedición; pero quefue motivo para que el Gobernador superior de laisla, General D. José Marchessi, no considerándoloasí, acordase la salida del territorio de varias per­sonas de las cuales unas obedecieron, presentándosede su orden en Madrid al Ministro de Ultramar, yotros, como el abogado D. Segundo Ruiz Belvisy el médico D. Ramón Emeterio Betances, rehu­saron obedecer y desaparecieron furtivamente dela villa de Mayagüez, estableciéndose ya en SanThomas, ora en Santo Domingo o en Venezuela,cuya permanencia en aquellos puntos coincidió conla profusa circulación en la isla de impresos subver­sivos eh los cuales se denostaba, injuriaba y calum­niaba a la nación española en las disposiciones yfuncionarios y se infamaba a la mayor parte de losesclarecidos. hijos de Puerto Rico.

En el primero de aquellos libelos se afirmó ter­minantemente por sus a\ltores que los hijos de laAntilla habían conspirado, conspiraban y cons-

• Este memorial, sIn firma, poslblemenle debido a la plumade Jos!! Pl!re:l: Morris, fue encontnldo en la Blbllote<:a Naclonal deMadrid (LePlo 20 - 128 - Expediente 17>. Se publica por primera vez.R. E. Alearla.

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pirarían sin descanso hasta lograr la independenciade las islas sacudiendo el régimen colonial que lesabrumaba; y en todos los escritos llamábase a loscubanos y puertorriqueños a la rebelión colocandocomo bandera a las personas que el General Mar­chessi expulsó recientemente, cuyas personas de­bieron prestar previa aquiescencia a esta declara­ción puesto que ninguna de ellas protestó contratales afirmaciones.

En Mayagüez, villa conocida como la más in­surrecta de la isla, empezaron a hacerse suscripcio­nes periódicas de dinero a poco de trasladarse Be­tances a San Thomas. en donde, unido éste al abo­gado Ruiz Belvis, Juez de paz y comisionado quehabía sido por aquella villa en la Junta informa­tiva reunida en Madrid, trabajaban incesantementepara perturbar la pequeña Antilla, auxiliados conlos. fondos que recibían de las suscripciones.

Las maquinaciones de estos dos prófugos en SanThomas llegaron a noticia del Corregidor de Maya­güez, Coronel del Ejército D. Antonio Balboa, quienpudo sorprender, en el mes de marzo del año 1868,al vecino Pedro García haciendo una subscripciónpara enviar al citado Betances los fondos que pro­dujera; formado el oportuno expediente, puso aeste vecino a disposición del Capitán General D. Ju­lián Juan Pavía, llamándole la atención sobre un talAyala, de la misma población, que aparecía compli­cado y que se fugó al saber que iba el Corregidor adetenerle; pero el general, con ligereza indisculpa­ble y desprestigiando a dicho Corregidor, ordenó lalibertad y regreso a su casa del delincuente García;no trató de perseguir a Ayala como debiera, y sóloconsiguió levantar con estos actos a grande alturalos sentimientos de rebelión en aquel territorio.

Por aquellos días también recorría la capital conel propio objeto de reunir fondos un comisionadode Betanees encargado de adquirir dinero por subs­cripción mensual o en forma de situado, para aten­der a la compra de armas y de los necesarios efee-

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tos para hacer la revolución en la isla. Aquel comi­sionado se avistó con D. Calixto Romero, y éste,rechazadas sus instigaciones, lo puso en conoci­miento de aquella autoridad, que tampoco sobreeste hecho adoptó ninguna medida.

En tanto corrían los meses de julio y- agosto,durante los cuales se notaron tan claros síntomasde conspiración en los importantes departamentosde Mayagüez, Ponce, Aguadilla y Arecibo que lospeninsulares que más temían el movimiento que seacercaba y las venganzas de los comprometidos enla conspiración, se embarcaron para la Penínsuladejando abandonados sus intereses a una adminis­tración insegura. En las jurisdicciones de Maya­güez, Lares, Pepino y Camuy se celebraban casipúblicas y diarias reuniones por los insulares aaltas horas de la noche con exclusión del elementopeninsular, en las cuales se brindaba por la eman­cipación e independencia de la isla.

En aquellos meses también se pusieron deacuerdo ciertos pueblos para oponer una resisotencia pasiva al pago de las contribuciones directas;circularon con más abundancia que antes las pro­clamas subversivas y, por fin, en la noche del 20 de·septiembre se tuvo ya noticia por el comandantemilitar del Departamento y Corregidor de Arecibo,don Manuel Yturriaga, de que en el camino que deQuebradillas conduce a Camuy hablaban dos per­sonas desconocidas, del movimiento que contra Es­paña debía inmediatamente operarse en toda lacosta de abajo, o sea lo que comprende los depar­tamentos de Arecibo, Aguadilla, Mayagüez y Ponce,y deben ser muchas las personas que en varios pue­blos del distrito de Arecibo habían firmado tal com­promiso con el encargado de recaudar fondos, donManuel María González.

Sabedora la autoridad local de este peligro seapresuró a practicar un escrupuloso reconocimientoen la casa de González, acompañado de su hijo,el Alférez de Infantería D. Rafael Yturriaga, delSecretario de la Comandancia Militar y del Alcaldede Camuy, cuya presencia requirió a su paso poraquel pueblo; y cuando en aquel acto desconfiabanya de todo buen resultado, se hallaron entre lashojas de un libro viejo destinado a hacer anota·ciones mercantiles un cuaderno manuscrito, cuyoepígrafe era "Reglamento formado por nosotros,los fundadores de la asociación, para la libertad ­e independencia de la Isla de Puerto Rico", en­-contrándose también varios apuntes en papelessueltos que decían: "El 18 se reunieron doce, cuatrodel exterior y ocho del Capá Prieto en casa de donPablo Beauchamp, hubo debates sobre no convenirel 29." "Acta sobre si es o no conveniente el pronun­ciamiento por parte o simultáneamente y de con­suno." "Les instruirá de la necesidad de armarsey equiparse." "Ver armas tiene cada uno, tomando

nota de ellas, así como de los individuos con quecuenta." "Les avisará para una reunión importante.""Verse en Mayagüez con José MarIa Gonze y tomarinformes sobre el importante negocio."

Descubriendo la autoridad en aquellos docu­mentos la llave de un verdadero complot contrael poder de España, prendió e incomunicó a D. Ma·nuel MarIa González después de ocupar, rubricare inventariar a su presencia los papeles encontradosy dispuso su traslación a Arecibo en la tarde deldía 21. Tan luego como tuvieron noticia de laprisión de González y de la ocupación de los do­cumentos, su hermano interino D. Carlos Martí·nez, D. Ramón Estrella, don Marcelino Vega, donJuan Antonio Hernández y otra porción de perso­nas que después resultaron afiliadas en la asocia­ción que aquél presidía, principiaron a levantargente por el barrio de Camuy, a la que armaronde machetes y comunicaron el suceso al venezolanoD. Manuel Rojas, habitante en el barrio de Pe­zuela, jurisdicción de Lares, quien a su vez seencargó de transmitir la noticia a míster MatíasBrugman, americano dueño de una estancia de caféen el barrio de Furnias, jurisdicción de Mayagüez,y a los alféreces de Milicias disciplinadas del des­tacamento del Pepino, D. Manuel Cebollero yD. Eusebio Ybarra, todos complicados en aquellavasta conspiración.

Estas personas se agitaron en todas direccionesdurante los días 21 y 22 del expresado septiembre,celebraron una reunión numerosa en casa de místerBrugman, despacharon expresos a varios puntos dela isla y quedaron todos conformes en que el díasiguiente. por la mañana, se ejecutaría el movi­miento revolucionaÍ'io, concurriendo cada cual conla partida de criados y jornaleros que pudiera alle·gar, provistos de machete, debiendo los jefes y ca­becillas armarse de revólveres, escopeta o rifley sable.

En efecto, en la mañana del 23 fueron llegandosucesivamente a la casa de míster Brugman, conalgunos esclavos y varios jornaleros, treinta y cua­tro de los conjurados más próximos, armados lamayor parte de revólver y sable, otros de escopetao rifle, y después de armar a los jornaleros y a losesclavos con machetes, cuchillos y hasta con for­mones montaron a caballo los expresados treintay cuatro caudillos, poniéndose al frente de unos250 a 300 hombres, divididos en dos grupos, quebajo la dirección de D. Juan Terrefort marcharona la jurisdicción de Lares, barrio de Pezuela y ha­cienda de café de don Manuel Rojas, habiéndosequedado míster Brugman en su casa acompañadodel Comisario D. Bruno Chavrier, con el objetode ir a~ Pepino al siguiente día después de sabersi la indicada fuerza había tomado este puebloy apoderado del de Lares.

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En el trayecto que media entre el barrio deFurnias, jurisdicción de Mayagüez y la haciendade Rojas, -situada en la de Lares, la fuerza insurrectapenetró violentamente en la tienda de un tal CoIlal grito de Viva la libertad; los jinetes o sea loscabecillas, dispararon sus armas de fuego contraaquella casa, entrando en ella a saco y arrebatandotodas las telas y efectos que encontraron, incluso

da empuñando una bandera encarnada y don Cle­mente Millán con otra bandera blanca, en la queel alférez de Milicias, Cebollero, había puesto lainscripción de "Muerte o libertad", "Viva PuertoRico libre", "Año de 1868", y dirigiendo Rojas lapalabra a aquellas huestes se declaró general delas mismas, vitoreó a la Libertad, a la RepÚblica yal doctor Betances, profiriendo mueras contra Es-

El Grito de Lares. Oleo de Augusto Marin. (Colecciotl del lnstiwlO de Cultura Pllertorriqlletia.)

el dinero en los cajones del mostrador, en cuyovandálico acto se distinguieron particularmente losesclavos de Beauchamp, Mus, Bernal y Angleró,excitados por los de a caballo, que dispusierontambién la prisión del único dependiente que habíaen dicha tienda.

Después de aquel indigno atropello trasladáronselos sublevados a la hacienda de Rojas, según estabaconvenido, donde los jinetes se municionaron y ta­maron nuevas armas y los de a pie descansarony comieron un ligero rancho con las partidas queallí habían conducido otros veintisiete asociados,de los cuales algunos desempeñaban cargos en lasmilicias disciplinadas o en los municipios y otrosse presentaron hasta con sus propias hijas.

Reunida toda la gente y formada en filas apare­ció 'D. Manuel Rojas a la puerta de su casa·hacien·

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paña, su Gobierno, la Señora que ocupaba el tronoy los peninsulares, cuyas voces se repetían calurosa­mente por los jinetes y la gente de a pie levantandoal aire los revólveres, sables, machetes y cadacual el arma que llevaba.

Allí en la casa de Rojas recibió la rebelión estebautismo y después dispuso aquél, como el generalen jefe, la división de la fuerza en dos grupos quecomprendieron luego que tenían que marchar parael pueblo de Lares, situado entre escarpadas mon­tañas en el centro de la isla.

En el caminu, y para dejar huellas de su 'paso,saquearon las casas de Arana, Márquez y Llinás,habiendo disparado el cabecilla Arroyo contra elhombre de color Agustín Venero, por haberse neogado a seguirles, el cual de la herida murió a lospocos días; también, y a la fuerza, fueron allanadas

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las casas de los Gandarillas por otro grupo quecapitaneaban los Plumey, hermanos políticos deaquéllos, apoderándose éstos de los caballos yarmas que encontraron y sacando desnudos de suscasas a dos de los Gandarillas. sus parientes, fueronatados y conducidos a las cárceles de Lares, dondecolocados en el cepo fueron amenazados de muertey recibieron varios golpes de sable.

En el pueblo de Lares se observó aquel día másmovimiento que el de costumbre, llamando la aten·ción de los peninsulares esta circunstancia y el ha­berse presentado a las ocho de la noche cuatro ji·netes desconocidos que estuvieron unos instantesen casa del juez de paz Méndez y se marcharon enseguida acompañados del mismo y del escribientedel juzgado a casa de D. Manuel Ramírez, y des­pués de unirse a las huestes invasoras. Entre oncey doce de la noche del 23 de septiembre llegó lagente armada 3 Lare~, posesionándose del pueblosin resistencia ni inconveniente alguno, al ruido delos vivas a la República, la libertad y la independen·cia de Puerto Rico, y de los mueras a España, a suGobierno y a los peninsulares; aumentando el es­cándalo de la gritería con el correr de los caballosy las detonaciones de las armas de fuego, que des­pertaron a la mayoría de los vecinos pacíficos delpueblo no iniciados en el movimiento. El númerolimitado de los conspiradores avisados pocas horasantes esperaban impacientes y salieron solícitos alencuentro de la gente de Rojas.

J:.ste, acompañado de muchos cabecillas y de lagente de a pie, prendieron, así que se posesionarondel pueblo, al Alcalde y a su Secretario, conducién­doles sin inferirles ningún daño a la casa del Rey odel Ayuntamiento; luego extendieron las prisionesa diez personas más que con los insultos y amena­zas llevaron a la cárcel, colocándolas en el cepojunto a los Garandillas en el calabozo más lóbrego,después de robarles sus caballos, monturas y aromas; y mientras los grupos armados recorrían lapoblación alborotando con los vivas y mueras, dis­parando tiros contra las casas y tiendas de los pe·ninsulares, destrozando las puertas de éstas a gol·pes de hacha y de machete, saqueando algunos es·tablecimientos mercantiles y exigiendo a los veci­nos no rebelados los caballos y monturas que po­seyeran.

El mismo Rojas, capitaneando el grupo de ca·becillas se dirigió a la casa del Síndico de aquellaJunta municipal D. Frutos Caloca y la puso cercopara que nadie escapase, ínterin sus secuaces frac­turaban las puertas y ventanas y las turbas asalta·ban en medio de la mayor gritería pidiendo la ca­beza de Caloca. Decidido éste a salvar su existenciaa toda costa, descalzo y en calzoncillos, con revól·ver en mano tenía que fugarse por una ventanaatravesando el cordón de gente armada que espe-

raba presenciar su muerte y abandonando a su pro­pia esposa, D.a Vitalia Cueto, recién parida, que enla misma cama era atropellada y maltratada por losbandidos que al verse burlados con la fuga del sín­dico, exigían de la enferma que dijera dónde esta­ba el pillo español, su marido, y saqueaban la casallevándose en dijes y alhajas por valor de más de400 pesos.

Después de estos feroces atropellos pensaron losrebeldes en atender a su seguridad y colocaron cenotinel3;s en las afUeras del pueblo con la consigna deno dejar entrar n~ salir a ningún peninsular ni per­mitir que a la voz de "quién vive" se contestara deotra manera que "Puerto Rico libre"; se posesiona­ron luego de la Casa del Rey; destituyeron al Alcal·de y Secretario; arrojaron al suelo el retrato de laSeñora que ocupaba el trono, y proclamaron la Re·pública formando un "Gobierno provisorio" del queaclamaron Presidente a D. Francisco Ramírez, deorigen mulato, corto propietario y dueño de unapequeña tienda de pulpería, y Ministros de Hacien­da a D. Federico Valencia, escribiente del juzgadode paz; de la Guerra a D. Aurelio Méndez, juez depaz de Lares; de Justicia a D. Clemente Millán, de·pendiente de una casa de comercio; y Secretario dedicho Gobierno a D. Bernabé Poi, propietario enpequeña escala y deudor de varias cantidades.

Por encargo de Rojas se extendió un acta en queconstaba la creación del Gobierno provisional y laaceptación de los que habían sido elegidos para foromarle, y empezaron éstos a ejercer sus funciones aexcitación del mismo Rojas, siendo uno de sus pri­meros actos la redacción y publicación de variosmanifiestos cuyos originales, fijados en las paredesdel pueblo fueron ocupados en la tarde del 24 porel alcalde Mediavilla. En seguida comunicó aquelflamante Gobierno órdenes a los propietarios resi·dentes en los campos, pidiéndoles gentes y caballospara engrosar las filas rebeldes, y reses para sus­tentar aquéllos; otras órdenes convocando a losjornaleros para recogerles las libretas, o sea el do­cumento oficial en que· constan los días que traba­jan y el importe del jornal que devengan, y otras alcura del pueblo obligándole, por disposición delPresidente, a cantar un Tedeum: no pudiéndosepor falta de tiempo llevar a efecto la exacción alcomercio peninsular. de un empréstito forzoso, nila ocupación y usurpación de los fondos públicos.según se tenía proyectado.

Aquellas proclamas, que daban clara idea de laíndole del movimiento, decían entre otras cosas:"Los patriotas borinqueños, están resueltos a morirantes que conti,nuar bajo el dominio español.. ..."Será obligación ineludible de todos los individuoshijos del país tomar las armas para defender la in·dependencia de Puerto Rico... " "Los· extranjerosque quieran tomarlas serán considerados como pa·

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triotas ..... "Los esclavos que las tomaren se decla­rarán libres, lo mismo que los que estén imposibili­tados... ", etc., etc., y en ellas se amenazaba con lamuerte, declarando traidor a todo puertorriqueñoque no se prestase a engrosar las filas de los rebel­des bajo la bandera de Patria, Justicia y Libertadcon que el nuevo Gobierno empezaba a ejercer lasoberanía.

El Jefe de la fuerza armada, compuesta de unos700 hombres, dejó al Gobierno desenvolviendo suprograma en Lares y se dirigió con los cabecillas alinmediato pueblo del Pepino con el objeto de esta­blecer en él otro Gobierno, llevando a su lado alcomandante de aquel cuartel de milicias D. ManuelCebollero y al alférez de las mismas, D. EusebioYbarra, para que le ayudasen a sublevar el pequeñodestacamento que guarnecía aquel punto y apode­rarse de las armas existentes en el mismo.

A los jornaleros que encontraban en el tránsitode un pueblo a otro les obligaron a formar parte dela expedición; las casas del camino eran allanadasy entre ellas saquearon el establecimiento mercan­til del comerciante de origen peninsular D. JuanOrfila, juez de paz del Pepino, en la cual ni la ropade su dependiente pudo librarse de ser ocupada porlos rebeldes; ni salvar siquiera los libros de comer­cio que se rasgaron e inutilizaron por completo algrito de "viva la libertad y la independencia... ". Elcabecilla Cesáreo Martínez, el mismo que disparóen Lares deis tiros de revólver al español D. Anto­nio ferrer, se dirigía a las próximas haciendas deAlers y Serrano, ordenando a los dueños que remi­tieran sus esclavos a las once de la mañana a lacasa consistorial del Pepino para darles libertad, yamenazándoles con la pérdida de sus vidas y ha­ciendas si no cumplían la orden.

Sobre las ocho de la mañana del 24 de septiem­bre llegaron a este pueblo el Jefe de las tropas, donManuel Rojas, y dos cabecillas con 40 ó 50 jinetesmás, quedando los restantes y la fuerza de a pie eninmediaciones del Pepino; entraron por las callesde esta población dando vivas a Prim, a la libertady a la independencia, y mueras a España y a suGobierno; disparando las armas contra las casas yhaciendo comprender al vecindario y a la pequeñaguardia de Milicias que custodiaba el cuartel esta­blecido en la Casa del Rey que se trataba.de lle­varse a efecto una rebelión radical. Los rebeldesalféreces de Milicias Cebollero e Ybarra arengarona los milicianos para que se les unieran; los tenien­tes leales D. Pedro San Antonio y D. Pablo Chava­rri les animaron por el contrario a que permane­cieran fieles en sus puestos; el Corregidor de Agua­dilla que enterado de los rumores se había dirigidoal Pepino, donde acababa de llegar, agitaba sus re­vólveres dando vivas a España, y por fin los jinetessublevados, viendo aquella contrariedad, empeza-

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ron a hacer disparos que fueron contestados por losmilicianos y el corregidor. La muerte instantáneaque le produjo una bala al titulado brigadier de losrebeldes, D. Manuel León; las heridas graves querecibieron el miliciano insurrecto Venancio Román,el portabandera y otro sublevado, y la resuelta ac­titud de los milicianos del cuartel, obligaron a losrebeldes a una precipitada fuga en la cual atrope­llaron a su propia gente de a pie, que al grito detraición se dispersó abandonando las armas.

El Jefe Rojas, con sus jinetes, se repuso en lasafueras del pueblo e intentó repetir la agresión,pero sus parciales se opusieron, y decididos a aban·donar el pueblo regresaron por distintos caminos ala casa de aquél con el objeto de deliberar lo queconvenía hacer en situación tan crítica.

Desde la noche del 22 se hallaban también reuni­dos en el barrio de Hato-Arriba, jurisdicción delPepino sobre 200 ó 300 hombres invocando el nom­bre del alférez D. Eusebio Ybarra a quien aclama­ban jefe y esperando la orden de éste para dirigirsea aquella población.

La ausencia de Ybarra y la falta de aviso fueroncausa de que no realizaran su propósito, ni se unie­ran a los rebelados de Lares.

Derrotado Rojas, ordenó al Gobierno provisio­nal, por conducto de varias personas, que se reti­rara de Lares con los presos y fuese a su haciendadel barrio de la Pezuela; pero los encargados detransmitir la orden, entre los cuales se encontrabaPablo Ribera, hijo del alcalde de Camuy, joven de16 años de edad que se titulaba Capitán de Caba·lIería, la equivocaron o transmitieron mal, y el Pre­sidente Ramírez puso desde luego los presos en li·bertad, y éstos temiendo por su existencia si se re­novaban las pasadas escenas abandonaron sus ca­sas y familias y marcharon a las cabezas de partidode Ponce, Arecibo y otros pueblos importantes.

Obedeciendo la consigna dada por Rojas fueronllegando a su hacienda los cabecillas de la rebelión,y Ramírez con otros individuos del Gobierno pro­visional; y ya reunidos, insistiendo el Jefe de lasfuerzas en su creencia de que en Mayagüez, Poncey San Germán había de secundarse el movimientorevolucionario, propuso a sus parciales continuaren son de guerra por los escarpados montes y bos­ques que tan propiciamente les brindaba el terreno.

MI'. Brugman, que en la casa de Rojas esperabanoticias favorables del triunfo de los insurrectos enel Pepino, al verse defraudado, calificó a Rojas decobarde reconviniéndole acremente por no haberseapoderado de aquel pueblo aun cuando hubiera sidonecesario perder la mitad de la fuerza que llevaba;y los cabecillas, al ver aquel descontento, descon­cierto y falta de avenencia, fueron separándose engrupos y marchándose muchos a sus casas y otrosa ocultarse en las montañas a esperar que se repi-

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tiera el grito de rebelión en los sitios donde habíaestablecidas sociedades secretas.

La autoridad dispuso que varias columnas vo­lantes salieran de diversos sitios en persecución delos rebeldes, los cuales en su mayor parte fueroncapturados en San Germán, Ponce. Mayagüez y Are­cibo; otros se presentaron a las autoridades consi­derando su delincuencia y muchos peones y jorna­leros se aprehendieron en las jurisdicciones de La·res, Mayagüez, Camuy y el Pepino en virtud de losautos de prisión de los Alcaldes Mayores, o de losCorregidores y Alcaldes Municipales de aquellospueblos.

Mr. Matias Brugman. Baldomero Baurén (a)Guayubín, un tal Toledo y Joaquín Parrilla se resis­tieron a las tropas que los perseguían y fueronmuertos en el acto; continuando éstos sus fatigo­sas marchas hasta lograr la aprehensión de los de·más rebeldes; los cuales según el decreto del Ca­pitán General de 27 del mismo mes de septiembre.al ser aprehendidos debían ponerse a disposición dela jurisdicción ordinaria, exceptuándose sólo lossorprendidos con armas haciendo resistencia. Laaudiencia del territorio, comprendiendo que la re­belión estaba extendida por toda la isla acordó en29 del mismo confiar el conocimiento de la causaa un solo Alcalde mayor, designando al de Ponce,D. Nicasio Navascués y Aisa. quien tuvo los pre·sos a su disposición en aquella cárcel y en las deLares, Aguadilla y Arecibo. El Capitán General dic­tó otra disposición aclarando la expresada del día27 y ordenando que los que hubieran hecho resis­tencia con las armas en la mano, comprendiéndoseen este caso a cuantos concurrieron al pueblo delPepino, se les juzgase por la autoridad militar y alos demás por los tribunales ordinarios.

Encargado el expresado juez de averiguar prin·cipalmente los hechos, preparativos y constituciónde la rebelión. su origen y causas que le habíandado animación y vida, se trasladó, así que huboultimado las actuaciones formadas en Ponce, a lospueblos de Arecibo y Lares donde, y especialmenteen este último, se hallaban aglomerados la mayorparte de los presos, y esperaba datos y pruebasmás importantes.

En aquel procedimiento se consignaron los he·chos punibles; unos procesados hicieron revela·ciones de los nombres que habían sonado comocomplicados en el complot revolucionario; otrosconfesaban la parte que habían tomado en el mo­vimiento o determinaban la perteneciente a suscompañeros y muchos indicaron las sociedades se­cretas establecidas en distintos puntos de la islacomo origen y causa de la rebelión.

De las declaraciones resultó: que en Camuy yen casa de D. Manuel María González existía la sa­ciedad secreta presidida por él mismo bajo la de­nominación de "Lanzador del Norte"; que en La-

res funcionaba otra sociedad también secreta ti­tulada "Centro bravo número 2" presidida por elJefe de los rebeldes D. Manuel Rojas; que en elpueblo del Pepino y en su cuartel de milicias ha­bía otra sociedad bajo el nombre de "El Porvenir"cuyo presidente era el comandante de aquel pues­to, D. Manuel Cebollero; que en el barrio de Bue­na Vista, jurisdicción de Mayagüez, casa de Mr. Ma­tías Brugman, se había formado otra, llamada "Ca­pá Prieto número 1.0"; que en Arecibo se trabaja­ba por D. Gerardo Méndez con el fin de estable·cer otra sociedad; que en Ysabela. pueblo del de­partamento de Aguadilla no hubo ocasión de fun­dar la que había proyectada aunque se contabaya con varios afiliados en la causa revolucionaria,entre ellos el juez de paz, que había dado dineroal efecto, y el subdelegado de Marina y el cura pá·rroco de hacer la propaganda; que en Mayagüez sehabía establecido un consejo de convivencia condichas sociedades, entre cuyos afiliados figurabanun propietario de origen mulato, otro de proceden.cia venezolana, un médico llamado Carbonell, ami­go de Betances, y algunas otras personas; que enAguada. jurisdicción de Aguadilla, se hallaba en·cargado de formar otro comité dependiente de lasociedad de Lares un empleado cesante del ramode correos; que en Aguadilla aparecían comprome­tidos en la causa de la independencia varios veci­nos comerciantes e industriales y entre ellos algu·no de origen venezolano; que en Yauco. jurisdic­ción de Ponce, se indicaba como presidente de uncomité dependiente del indicado club a un comer·ciante hermano del referido Betances; que en elmismo Ponce se tenía por segura la existencia deotro club presidido por D. Carlos Elio Lacroix,natural de aquella villa. pero súbdito francés. ydirigido por el médico Pujalen. natural de SanThomas; y finalmente que en la misma capital, se­gún manifestación de varios procesados. existíanlos principales hombres de la causa separatistareunidos en otra sociedad secreta, los cuales remi­tían a los presidentes de las subalternas socieda­des de la isla las proclamas y papeles subversivosy comunicaban las noticias de acontecimientos po­líticos. Esta sociedad central era constituida se·gún declaraciones de los cabecillas importantes,por el agente de negocios puertorriqueño D. JoséJulián Blanco; el propietario y almacenista de ori­gen venezolano D. Rufino Goenaga; el licenciadoen ciencias físico-matemáticas, impresor y librerode la capital. comisionado que fue por la mismaen la Junta informativa, D. José Julián Acosta ylos médicos D. Pedro Gerónimo Goico Sabanetay D. Calixto Romero.

En Vega Baja figuraban como propagandistasotro médico llamado D. José Gualberto Padilla; elayudante de Obras públicas D. Juan Montes de

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Oca, mejicano de naClon; en Añasco, pueblo deldepartamento de Mayagüez, aparecían comprome­tidos los llamados Cebollero y Matle y otros en laAguada y la Ysabela y en todas las sociedades se·cretas se hablaba de una señora que con su pala­bra, halagos y seducciones hacía prosélitos en gran­de escala y era conocida con el nombre de "Brazo·de Oro".

levantaban para la admisión de cada socio; la ins­trucción que recibían en el toque, el santo y señapara poder entenderse con los de otras socieda­des, desarrollando de este modo la propaganda re­volucionaria; las reuniones frecuentes que celebra·ban, en las que se'leían todas las proclamas y pa·peles subversivos dándose cuenta de los adelantosque se hacían; la ocupación del proyecto de re·

Bandera de Lares tomada en la iglesia parroquial del mismo ptleblo, a raíz de los sucesos, por el capítál!Perignat, del ejército español. Fue donada por los descendientes de éste a la Universidad de Ford1fam (Nell'

York) y por ésta a la Universidad de Puerto Rico. (Museo de la Universidad.)

Las unánimes manifestaciones de casi la tot3­lidad de los afiliados en las sociedades "Lanzadordel Norte", "Centro Bravo", "Porvenir" y "CapáPrieto n.U 1", respecto al juramento que prestaban,extensivo hasta clavar el puñal homicida do quie·ra se les mandase o la suerte designara, y a saliral campo armados cuando se les diera tal orden;la designación que hacían todos de las personasqúe formaban las juntas directivas de las mismas,compuestas de un presidente, un secretario, un te­sorero y un hermano instructor, así como de unagente· de noticias; la conformidad de los afiliadosen las cantidades con que contribuían para el sos­tenimiento de las sociedades y la adquisición dearmas y otros efectos de guerra; las actas que se

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glamento para el régimen de la asociación a fin deproclamar la libertad e independencia de PuertoRico, encontrado en casa del.presidente de "Lanza·<;lar del Norte"; el conocimiento que todos los sa­cios que sabían leer y escribir tenían de los alfa·betos convencionales empleados en la correspon·dencia; el hallazgo de las claves que usaban y delos nombres adoptados a excitación de Betances,por muchos de los socios de aquellos centros, loscuales se conocían con los seudónimos de Missisi­pi, Tacoma, Rápido, Espegono, Alconero, Revól­ver, Fogonazo, Guacamayo, Ya es tiempo, Bronce,etcétera, etcétera; LA CONVIVENCIA Y COMUNI·CACION establecidas entre dichas sociedades; LAOCUPACION que se hizo de mil cartuchos en casa

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de un socio del "Lanzador del Norte" y de 905 ba­las en la de Mr. Brugman; EL ACUERDO habidoentre los centros de efectuar el movimiento revo­lucionario el 29 de septiembre simultáneamente enLares, Arecibo, Aguadilla, Mayagüez, San Germán,Yauco, Cabo Rojo y Ponce, dando la libertad a lasesclavitudes; el haberse emancipado tal movimien·to por los afiliados en las sociedades "Lanzadordel Norte", "Centro Bravo", "Porvenir" y "CapáPrieto", realizándolo el 23 a consecuencia de lainesperada prisión del presidente de la primera deestas sociedades y la conformidad de todos los afioliados en la certeza y comunicación de los hechosaducidos, demuestran de una manera inconcusaque la creación de dichas sociedades tenía por ob­jeto alimentar la conspiración para proclamar ensu día la república y la independencia de PuertoRico,

La distinción de los nombres y numeraciónde las sociedades descubiertas hacía suponer laexistencia de otras; pues si había "Capá Prieton.O 1" esto implicaba la existencia de otras del mis­mo nombre con numeración distinta; y lógicamen­te podía hacerse igual deducción respecto de "Cen·tro Bravo n.O 2.0

" que supone un número primeroy del "Lanzador del Norte" que parece indicarotros Lanzadores del Sur, del Este o del Oeste; yno otra cosa dedújose del Reglamento encontradoen casa de González en el cual se consignaba queen todos los pueblos importantes de la isla debíanestablecerse tales centros de conspiración, y de lasdeclaraciones mismas de los procesados que ha­cían presumir la complicidad de la mayor partede los habitantes de la isla en el movimiento se·paratista,

No es por otra parte racional creer que loshombres de Lares, Camuy, Mayagüez y el Pepino,contasen por sí solos con la f\.l.erza necesaria parallevar a efecto la revolución que iniciaron, erigién­dose en directores de la misma, sin olvidar que enla primera proclama ostentaba como banderade la rebelión a muchas personas citadas por lospresos de las cuales ninguna protestó contra talafirmación. Esto basta para creer con el r~guroso

raciocinio que aconseja la lógica y con el rectojuicio de una sana crítica, que no solamente exis­tían "las cuatro sociedades referidas y los dos cen­tros de conspiración en Ysabela y Arecibo, sinoque también en la Capital y demás puntos desig­nados por los procesados habían tomado asientootras sociedades de la misma índole y tendencias.

Después de averiguado el foro y origen de larebelión por las disposiciones de los 475 individuosque apresaron los jefes de las columnas, cuyos pre­sos se negaban en un principio a declarar y poco apoco fueron confesando que cada uno había to­mado parte en el movimiento; muchos de ellos ex-

plicaron hasta el origen del pensamiento punibl~,

conviniendo los demás en el movimiento que debíaoperarse el día 29 de septiembre simultáneamenteen varios puntos de la isla aprovechando la cir·cunstancia de estar en tal día los esclavos de asue·to y de celebrarse en Cabo Rojo una concurridafiesta a la que asistían los vecinos de los pueblosinmediatos, pero la inesperada prisión de D, Ma·nuel "M.a González, y la ocupación de sus papeleslo anticiparon :11 día 23 del citado mes de septiem·bre y "estando todos unánimes y conformes de quela índole y el carácter distintivo de la rebelión erala independencia y emancipación de la isla; cuyasmanifestaciones confirmaron infinidad de pruebastodas independientes, entre ellas las proclamasque expresaban el porqué se conspiraba; la crea·ción de las sociedades secretas, cuyo objeto no eraotro que el de allegar fondos para realizar aquellaid€!a, y finalmente la consigna circulada y obede·cida de perseguir a los peninsulares prendiéndolesy saqueándoles sus casas, y el grito de muera Es­paña, mueran los españoles, viva Puerto Rico li­bre, lanzado desde la casa de Rojas y extendidopor los campos, donde a la vez pregonaba el ex­terminio de todo lo que era español. Por eso fija·ron en las paredes de Lares los manifiestos reco·nacidos después por el presidente Ramírez y elsecretario Poi; y por eso se proyectó el emprésti·to forzoso extensivo tan sólo a los peninsulares;por eso no fue ningún puertorriqueño perjudicadoen aquel movimiento, a excepción del comisarioD. Felipe Arana, a quien se le ocuparon las armasque tenía, pero ofreciéndole la indemnización neocesaria.

Algunos procesados dijeron que se había efec­tuado el movimiento al tener noticias de la revo·lución de la Península y en armonía con la verifi·cación hecha en la Madre patria; pero esta supo·sición no podía admitirse desde que se demostróla existencia de las sociedades secretas y el objetode su creación, }' desde que Rojas dio nombre ala rebelión proclamando la República y la inde­pendencia de Puerto Rico, y profiriendo muerascontra España y su Gobierno; desde que se humi­llaba el pendón de Castilla creando el gobiernoprovisional en Lares, y procurando establecer otros;desde que aquellos patriotas estaban dispuestos amorir antes que permanecer bajo el dominio es­pañol, y al verse que todos los presos comprome­tidos sancionaban y aprobaban con su silencio yaquiescencia la prisión, a excepción de uno solo,que interpuso el recurso de alzada pocos días anotes de concederse la amnistía.

Las causas que motivaron y produjeron aque­lla rebelión se encuentran en las declaraciones delproceso que en consecuencia se formó.

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Unos procesados anunciaban que se habían le­vantado por el excesivo recargo de las contribu·ciones, otros que era el objeto de crear universi·dades y colegios para educar a sus hijos; pero deéstos los había que ni pagaban la contribución quedebían pagar, ni siquiera atendían con ningunacantidad al sostenimiento de las cargas del Estadoy no tenían familia que educar. Los más sincerosdecían que el objeto era gobernarse y administrar­se por sí mismos y que el tener una patria inde­pendiente era <ll único móvil que les había lanza­do a rebelarse contra la Madre patria y contra todolo que era español. Ninguno alegó agravios quevengar ni resentimientos que satisfacer ni haytampoco que buscar el germen de aquella idea re·volucionaria en la aspiración de obtener liberta­des políticas y administrativas dentro de la ban­dera española, pues para esto era preciso que nose hubieran inscrito en la bandera sublevada loslemas que contenía; que no existieran las socie­dades secretas y que no se hubieran practicadoninguno de los actos preparatorios ni constituti­vos de la rebelión. Nada significa que en el Pepinose invocase una sola vez el nombre de Prim, puessi se hubiese vitoreado de buena fe no era posi.ble que dejase de figurar en los manifiestos deaquel gobierno provisional y en los demás actosque caracterizaron el movimiento, por lo cual hayque creer que ningún vínculo existía entre aquelpersonaje y la rebelión. Preciso es buscar las cau·sas de ésta en otras esferas. No admite duda queexistía connivencia entre los jefes de la rebelión.de Puerto Rico y los de Cuba. Betances se hallabaen correspondencia con Aldama, capitalista de laHabana, según decía a Mr. Brugman y a Rojas, pre·sidentes de las sociedades "Capá Prieto" y "CentroBravo". Los movimientos casi simultáneos que severificaron en una y otra isla al grito de viva lalibertad y la independencia y el lazo común queen las proclamas sediciosas establecían entre sí am­bas Antillas justificaba mancomunidad entre losrebeldes de uno )' otro punto. Betances, que desdeSan Thomas dirigía la conspiración, ofreció a sushermanos de Put:'rto Rico presentarse a vencer omorir con ellos trayendo consigo de 1,500 a 3,000rifles y una expedición de negros que le proporcio­naba el general Cabral y sus secuaces de Santo Do­mingo.

La circulación de las proclamas, cuya lecturaderramaba la odiosidad más profunda contra elsentimiento nacional, y contra todo lo español, ylas sociedades secretas con la prodigiosa propa­ganda que ejercían, fueron preparando el ánimode 105 puertorriqueños para producir la revoluciónque más tarde abortó.

Aquel pueblo que en su mayor parte ha dejadoenfriar los sentimientos religiosos; allí donde mu-

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chos de los habitantes carecen de los vinculas defamilia, ignorando quién es su padre, y que la edu­cación no reconoce como base el origen y recuer­dos históricos de España; donde los curas de al·mas son en su totalidad hijos del país o extranje.ros procedentes de Méjico, Venezuela y Santo Do­mingo; y los maestros de primera enseñanza re­conocen el mismo origen; lógico y racional era quecon un terreno tan a propósito germinara la ideade la independencia con gran fuerza y extensión.

Los corregidores. por otra parte, podían hacerla propaganda revolucionaria impunemente. Trescuartas partes de los habitantes de Puerto Ricoresiden en los campos, donde tenían sus antros lassociedades secretas descubiertas: allí la autoridadestá huérfana, sin que se haya conocido hasta aho­ra ni aun la policía política, pues solamente unfuncionario llamado comisario de barrio es el quevigila a sus convecinos, y representa el principiodel orden, y estos comisarios ni cuentan con nin­gún auxiliar que secunde sus propósitos, ni tienenfuerza moral y material, ni acostumbran dar cono­cimiento de lo que en sus respectivos barrios pasani denunciar ante las autoridades locales de quedependen, las faltas e infracciones de sus vecinos,unas veces por temor, otras por afecciones, algunaspor intereses bastardos y muchas por condescen­dencias nacidas del paisanaje y la amistad. Las au·toridades locales no pueden por lo mismo sabercuál es la conducta política y moral de los que re­siden en cuatro o seis leguas de distancia del cen­tro de la población y solamente así se concibe quesin conocimiento de la autoridad hayan funciona­do las sociedades secretas durante dos años en va­rios puntos de la isla.

La instrucción del proceso de Lares no fue bas­tante para secar por completo la semilla revolu­cionaria, siendo necesaria la aplicación de otrosmedios más eficaces para curar radicalmente elmal producido por las sociedades secretas.

La consideración de que siete comisarios de ba­rrio fueran objeto de las actuaciones; que dos jue­ces de paz y un suplente figuraran en el procedi­miento, por haber formado parte del Gobierno deLares uno de lo,; que ejercían aquel cargo; que elalcalde de Camuy apareciera también complicadoy un hijo suyo de 16 años, titulado capitán de ca·ballería, fuese el que más se distinguió amenazan·do y apuntando con las armas de fuego a muchospeninsulares; que los amanuenses de las escribaníasdel juzgado de paz y de la alcaldía de dicho pue·blo tuvieran sus representantes en la rebelión, en­contrándose en tal caso los alféreces y oficiales demilicias; que mucha parte de los afiliados en fassociedades secretas correspondieran a la clase depropietarios. habiendo algunos que debían más can­tidades que el importe de lo que poseían, y otros,

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por el contrario (aunque los menos), gozaban deuna posición holgada; que no faltaran tampoco co­merciantes al por menor, conocidos vulgarmentecon el nombre de pulperos, que dejasen de tenerun puesto en los clubs de la conjuración y sus nú­meros en las filas de los rebeldes; que siete médi­cos fueran también procesados, considerándose aseis de ellos afiliados en las sociedades secretas;que dos abogados aparecieran también como ini­ciados en la causa revolucionaria, el uno de ellosD. Segundo Ruiz Belvis, de quien no se sabía simurió meses atrás en Chile a donde fue en deman­da de recursos para ayudar la obra comenzada porBetances; que no faltaran tampoco entre losafiliados los llamados papelistas, conocidos vulgar­mente en la isla con el nombre de picapleitos; quedos curas párrocos y dos maestros nacionales deprimera enseñanza se iniciaran en el procedimien­to, los primeros como conspiradores y los segun­dos al igual que los anteriores y como cabecillasde los rebeldes; que las milicias disciplinadas, lle­varan su óbolo a la obra revolucionaria por tomarparte muy activa, además de los alféreces citados,varios soldados que figuraron en ella, sin contarel teniente D. Matias Pérez y el sargento Suárez,que aparecían citados como adictos; y que las huesotes de a pie la3 compusieran los jornaleros delcampo y algunos esclavos procedentes en su ma­yor parte de los barrios de Mayagüez y Lares, lla­mando particularmente la atención el hecho deque los procesados D. Pedro Beauchamp y D. Eu­genio Bernal declararon libres a los cuatro escla·vos únicos que poseían, conducidos por cada unode ellos a las fila~ de los rebeldes, tan luego comotomaron puesto en las mismas; todos estos actosrepresentan graves hechos; no puede menos de serimportante el hecho de que individuos de todas lasclases que componen aquella sociedad tuvieran par­ticipación en una revolución radical, que proclama­ba la independencia de la isla y cuyos primerospasos se iniciaron con el robo, con el saqueo y conla destrucción de los intereses peninsulares.

No puede calcularse la extensión de aquéllaporque abortó y vino al mundo sin las condicionesnecesarias de viabilidad, ni pueden tampoco medir­se los efectos que hubiera producido en el caso dehaber estallado simultáneamente en los puntos másimportantes de la isla, dando libertad a las escla­vitudes, recibiendo los auxilios que Betances debía .suministrar e imposibilitando la acción de las tro­pas mediante el envenenamiento que del pan quehabían de comer se tenía pensado efectuar, segúnrefieren algunos procesados. Ni es fácil deducir elnúmero de los que hubieran hecho armas y los me­dios que para lograr el triunfo pudieran adoptar.

Entraba en el plan de los rebeldes ir apoderán­dose del Pepino, Ysabela, Aguadilla, Arecibo y otros

pueblos, como se habían apoderado antes de Lares,creando en cada uno de aquéllos un gobierno pro­visional, para lo cual era necesaria la cooperaciónde los habitantes, o por menos su tácito consenti­miento, pues de otro modo no es ni aun presumibleque hubieran comenzado tal obra.

Los rebeldes contaban con muchos medios deacción en el caso de que el movimiento se hubieraefectuado en varios puntos, no pudiendo las esca·sas fuerzas del ejército oponerles una formal resisotencia, si se llamaba su atención a la vez en sitiosdiversos, ni los pueblos entrar tampoco en luchacon sus amigos paisanos y hermanos; y cuando lavictoria se hubiera decidido es seguro que la gene­ralidad habría aportado sus armas e intereses a fa­vor de los vencedores, como lo efectuó el conspira­dor Juan Nepomuceno Méndez, que para disimulary ocultar la participación que tenía en la sociedadsecreta titulada "El Porvenir" se prestó a ir a per­seguir a los rebeldes, cuando supo que aquéllos sehabían dispersado.

Es indudable que la variedad de causas han veni­do contribuyendo a que el sentimiento de amor ala Madre patria se haya entibiado en aquellos natu­rales, y de aquí el que sean bastantes los que seponen enfrente de la misma por indiferentes muochos, y escasos en número los resueltos a combatirpor la gloria nacional. No es nuevo, desgraciada­mente, en la América española que 'los hijos se ha­yan brindado a ser los ejecutores de sus padres enel día de la emancipación. En el mismo Puerto Ricose han instruido causas a consecuencia de haberseabierto un criollo las venas por no querer conser·var la sangre española.

El procedimiento de Lares registra el hecho deque los cuñados y amigos más íntimos eran los quese encargaban de prender, amenazar, maniatar ycolocar en el cepo a los que con ellos tenían talesvínculos de parentesco y amistad.

Es evidente que los puertorriqueños, renuncian­do a la nacionalidad española. representarían enel mundo político un papel más pobre y triste que)a más pequeña de las repúblicas hispanoamerica­nas, más es cierto que las propiedades, su industria,su comercio y su riqueza en fin quedarían reducidasa una centésima parte de lo que hoy importan; esverdad que no podían ejercitar sus derechos indi­viduales, ni tampoco la sociedad que formasen losque llevan en pos de sí el poder y toda autoridad; niadmite tampoco duda que con los elementos exis­tentes en aquella isla no puede crearse una nación,un Gobierno, ni una sociedad que por sí sola llenelos destinos a que están llamados todos los pueblos.La diversidad de razas por una parte, lo poco desa­rrollado que se halla el sentimiento religioso, laeducación que reciben ha mucho tiempo aquellosnaturales, el abandono por )0 menos en que se en­cuentran los muchos hijos naturales y demás ilegí-

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timos, la desaplicación que produce lo cálido delclima; la perversión del sentimiento moral en quese hallan y finalmente el materialismo, que erigidoen sistema corroe el cuerpo $ocial, y el individua­lismo que a todo se opone y que todo lo invade, im­piden que Puerto Rico pueda vivir por si solo e in­dependiente; pero a pesar de todo, sensible es reco­nocerlo, existen hombres que trabajan para consu­mar la obra separatista y de .la emancipación. Losque dedican sus fuerzas, unas veces invocando hi­pócritamente la palabra libertad, otras vergonzosa·mente la Independencia según les conviene para lo­grar aquel fin, son por demás ingratos; olvidan suorigen, no tienen presente la religión bajo la cualviven, el lenguaje que emplean, las costumbres quetienen, las leyes que los amparan, la literatura queposeen, el comercio que ejercen, las artes e indus­tria que disfrutan y la civilización, en fin, de quegozan; todo, absolutamente todo es espafiol y lo de­ben a la Metrópoli.

Los cubanos y puertorriqueños se creen propie­tarios exclusivos y absolutos con todos los derechosque lleva consigo el dominio eminente de aquellospaises; consideran que la circunstancia de habernacido y vivido en las Antillas les concede aquei ti­tulo; han olvidado que la raza india pobló aquellosterritorios con anterioridad a Colón; no recuerdanque aquélla desapareció por completo y que ellosmismos, con todo lo que hoy existe, son españoles.La historia de la nación patria es la de Puerto Rico;a aquélla 10 mismo que a cualquiera otra provinciade la Península corresponde y pertenecen todas lasglorias y todas las desgracias de la Metrópoli.

Para evitar que la traición haga prosélitos; esnecesario que el principio de Autoridad como re­presentante de la Madre patria esté siempre a muocha altura. Las libertades, que en lo político y admi­nistrativo se concedan no deben nunca ponerse en·frente de aquel principio; todas las fuerzas socia­les deben de consuno acuerdo protegerlo, dándolevigor y prestigio. Para que la Autoridad pueda con:servar incólume la integridad del territorio, ahuyen­tando, y evitando peligros interiores y exteriores, esindispensable que cuente con un cuerpo de ejérci­to que en todo caso reprima instantáneamente cual­quier acto revolucionario. Precisa es también lacreación de la policía po]ftica que inspeccione y vi­gile la conducta de los habitantes de aquella Antillaempleando 10i medios preventivos antes que los re­presivos (para ello se ha propuesto la Guardia ci­vil). No puede olvidarse que la mayoría de los cons'piradores y rebeldes de Lares se encuentran en laisla, habiendo marchado algunos a los Estados Uni­dos y Santo Domingo sin que presentaran ni fueraposible recogerles las armas de que se habían ser­vido en la insurrección. La Junta revolucionaria deCuba y Puerto Rico establecida en Nueva York haceesfuerzos supremos para que la chispa revolucio-

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naria prenda en la pequeña Antilla, y noticias ofi­ciales confirman el hecho de que se han preparadoexpediciones para invadirla.

La instrucción religiosa y la civil debe fiarse alos curas y maestros peninsulares a fin de evitar enlo sucesivo que se alimente a la juventud con lasmáximas hasta aquí difundidas. La administracióncivil y económica debe ser poco costosa, simplifi­cándola cuanto posible sea a fin de que las cargas'del Estado se satisfagan sin grandes sacrificios. Losempleados públicos que sirvan destinos en las An­tillas deben escogerse entre los más probos, mora­les, idóneos e inteligentes de la Península, no incu­rriendo en el peligro de que los hijos del país de·sempeñen puestos de confianza que sin inconve·niente alguno podrían ejercer satisfactoriamenteen la metrópoli.

La proximidad de Puerto Rico a Santo Domingo,Venezuela, San Thomas y otras islas de Barloventoy Sotavento, no puede menos de comunicar a loshabitantes de aquellas Antillas las ideas y hábitospo]fticos que en aquéllas se practican, de aquí quelas luchas políticas que en Puerto Rico han de te·ner lugar entrañen siempre el principio de la eman­cipación y segregación de la Metrópoli, por más quese les vista con el espléndido manto de la libertad.Así se explica que se hayan visto con glacial indife­rencia todas las ocurridas en la Península y loscambios en ella efectuados.

Aquí debían terminar la relación y consideracio­nes sobre los acontecimientos de Lares, dice el se­ñor Nflvascués en su informe, si no fuera conve­niente referir la tramitación que se dio a la causade donde emanan; tratándose de una rebelión ar­mada, indispensable, es aplicar la Ley de 17 de abrilde 1821, vigent~ en la isla de Puerto Rico por dispo­siciones recientes. Las _primeras actuaciones demos­traron que la rebelión tenía por objeto atentar con­tra la integridad del territorio. La autoridad supe­tior civil no podía ignorar cuál era el lema de labandera rebelde, ní' tampoco el siniestro objeto quese proponían los que la tremolaban. Natural pare­cía en su virtud que se hubiera declarado la provinocia en estado de sitio, o por lo menos el territorioinvadido por los insurgentes; indispensable eraque la autoridad politica publicara el bando a quese contraen los articulas 4.° y 5.D de la precitadaLey, que le imponen tal obligación bajo su más es­trecha responsabilidad; no es fácil adivinar las cau·sas que mediaron para la franca ignorancia delcumplimiento de preceptos legales tan terminantes,pero es lo cierto que no se declaró el estado deguerra ni el bando se publicó. Grandes y de tras­cendental importancia fueron los efectos de aque­lla omisión, el primero, el de más valía que pro­dujo, fue el de la impunidad. pues desde el momen­to que los rebeldes y conspiradores aprehendidospor las fuerzas del ejército no se entregaron a la

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Cartel del Centenario. Obra de Lorenzo Homar

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acclon de las comisiones militares, no pudo tenerlugar la aplicación del inmediato y ejemplar casti­go que aquéllos merecían. Los casos de desafueroprescritos en los Decretos de la autoridad militar,fecha 25 de septiembre y de 5 de octubre, era casiimposible que llegaran a efectuarse, porque desdeel momento que los rebeldes se dispersaron en elPepino, no pensaron en resistir a las fuerzas quehabían de perseguirlos y sí sólo en fugarse mien­tras en otros puntos no se repitiera el grito de lainsurrección.

Aprehenderlos con las armas era también difi­cil pues el hallazgo de las mismas en su poder cons­tituía un indicio grave de la delincuencia que a todoevento querían evitar. La averiguación de quiéneseran los que habían entrado en el Pepino resistien­do al destacamento que guarnecía el cuartel de mili­cias. no podía llevarse a efecto con la perentoriedadque exigía la inmediata aplicación y ejemplaridad dela sanción penal. El juez comisionado no podía excu­sarse de indagar a todos los reos ampliamente; teníala obligación de averiguar la existencia de los hechoscriminales que habían dado vida a la rebelión y eranconstituidos para las mismas; no podía prescindirde buscar su origen y las pruebas morales y mate­riales que lo justificaran; era un deber ineludiblepara él mismo consignar y determinar la participa·ción punible que alcanzaba a cada uno de los proce·sados; tenía necesidad de señalar los que habíanquedado desaforados; y finalmente debía practicarcon la mayor urgencia todas las diligencias que re­clamaba la instrucción del procedimiento.

Para realizarlo no contaba más que con la asiduaasistencia del celoso Promotor fiscal. y con la coope­ración del escribano auxiliar, que era un escribientede origen peninsular. Durante el espacio de un mes,no pudo lograr el auxilio de otros amanuenses;todos se excusaban de intervenir en el proceso y.cuando transcurrido cierto tiempo, impuso a los es­cribanos del juzgado de Ponce de la obligación defacilitarle tres escribientes, sucesivamente fueronmarchándose dos de aquéllos, so pretexto de enfer·medades, siendo la verdadera causa de su ausenciano querer trabajar, contra los que ellos llamabansus hermanos, refiriéndose a los procesados. El es­cribano propietario, por otra parte, se negó desde laPenínsula, y también después de su regreso, a satis­facer los gastos del material del proceso y pago deamanuenses, que en aras del servicio público satis·fizo el juez y de cuyo importe ha de indemnizársele,según lo resuelto por la Audiencia del territorio, me­diante un pleito que ha de seguir con el escribano.A pesar de las dificultades que tan angustiosa situa­ción creaba, el procedimiento siguió su curso rápidoatendido el número de los procesados y la índolede aquél.

Rojas, jefe de los rebeldes y ocho cabecillas másquedaron a disposición de la autoridad militar en

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virlud de aulo inhibitorio dictado por la jurisdic.ción ordinaria, fundada en que aquéllos habían he·cho resistencia al destacamento del Pepino. Igualprovidencia Se hubiese adoptado con los confesos oconvictos de haber maquinado contra la seguridadinterior o exterior de la isla que habían sido apre·hendidos por la fuerza del ejército, destinada expre·samente, por mandato de la autoridad competente, asu persecución.

Si en lugar de haber encomendado a un juez elconocimiento de la causa que desde luego pudocalcularse debía comprender a más de quinientosprocesados, la jurisdicción militar no hubiese abdi·cado sus funciones, y desde un principio las comisio­nes por la misma creadas, hubieran comenzado aaplicar la ley a todos los rebeldes aprehendidos porlas columnas volantes -la del 17 de abril-, habríatenido el debido cumplimiento, los reos su ejemplary oportuno castigo, y la honra nacional el convenien­te desagravio.

Entre tanto en las cárceles de Arecibo y Aguadi­lIa se desarrolló, según previó el juez de la causa. lafiebre amarilla y 79 presos fueron víctimas de aque­lla enfermedad a pesar del esmerado cuidado y asis·tencia facultativa que se les prodigó. Si en la capital.con sus espaciosos cuarteles y castillos, se hubieranconstituido los presos conforme lo exigía la natura·leza e importancia de la causa y la seguridad deaquéllos, según en la fecha indicada propuso dichojuez, más que probable es que no hubieran tenidolugar acontecimientos tan lamentables. De habersepublicado el bando aludido es más que posible queaquéllos no hubieran ingresado en las cárceles o lomás permanecido en ellas tan sólo para los efectos.y por el tiempo necesario para la indagación, porquede haberse presentado a la autoridad o de retirarsea sus casas deponiendo las armas dentro del terri·torio señalado en el prescrito bando, la Ley lesindultaba de toda pena, es decir, a los que tan sólofueron meros ejecutores de la rebelión. jA conflic­tos semejantes dan siempre lugar las omisiones ytrasgresiones legales!, y por ellos se exije la respon·sabilidad a los que la ejecutan.

En tal estado, no ofreciendo las cárceles seguri·dad alguna; no pudiendo ser vigilados competente­mente, ni siendo posible hacer aplicación del regla.mento que rige a aquéllas; siendo las mismas centrode reuniones sospechosas que ponían en alarpla latranquilidad pública; habiéndose proferido enláque­lIas casas palabras subversivas contra la niadrePatria. el único día que se indultaba de la pena demuerte a D. Manuel Rojas, jefe de los rebeldes;observándose la intranquilidad que siempre produceun proceso como el de Lares; constituidos los pue.blos en una resistencia pasiva sin satisfacer el pagode las contribuciones; extraviada la opinión respectoa la naturaleza del procedimiento con las correspon·

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dencias que insertaban en Madrid los periódicosrepublicanos; amnistiados en absoluto los rebeldesde Cuba, cuando el plomo y el hierro eran sus auxi­liares; en tal situación, pues, creyó el señor Navas­cués satisfacer una necesidad imperiosa altamentepolítica y provechosa haciendo extensivo el decretode amnistía de 25 de enero, a todos los sentenciadosy con causa pendiente por delitos políticos. Con taldisposición se cortaban los inconvenientes que que·dan señalados, ofreciendo a los procesados y susfamilias un rasgo de magnánima clemencia y gene­rosidad, que bien interpretado, debía separar a

todos de la senda revolucionaria, abrazándose denuevo a la Madre Patria.

El sentimiento nacional, apocado con la ocasiónde los sucesos de Cuba y de Puerto Rico, recobrabacon aquella medida su primitivo brío, colocándose ala altura en que estar debe, rodeado del prestigioque le proporcionaba acción tan generosa.

Puerto Rico, 4 de julio de 1869.

Biblioteca Nacional, Madrid.Legajo 20 - 128. - Expediente N.o 17.

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Lares en el tiempoPor ARMANDO TORRES VEGA

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CIEN AÑOS HACE QUE EN ESTA TIERRA

lució el machete llamando a guerray abriendo surcos de dignidad;y por el valle y en la pradera,y en la montaña por vez primeraresonó el grito de libertad.

La época era cuando de Españala férrea bota de gente extrañaregía el destino de Borinquén,y este pedazo de tierra nuestraal margen mismo de la palestraiba del tiempo siempre al vaivén.

Gente criolla de incuestionablemoral postura e inquebrantablefe en los principios de redención,

de las riquezas del mundo neciocon estoicismo hace desprecioyendo del campo firme a la acción.

La noche alumbra rojiza teacuando camino va de la aldeael arma en alto, la tropa audaz.que a la contienda libertadoraresuelta avanza cimentadorade un entusiasmo marcial tenaz.

Al centro mismo de la aldehuela,llegar la tropa desde Pezuelabusca al amparo del cafetal;y en los ramajes, despavoridoslos ruiseñores dejan sus nidospara entonarles un madrigal.

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La plaza toman sin resistenciayen el instante forman audienciaque al pueblo libre pueda regir;y a los albores del día siguientecubren los cielos a la nacientenación boricua con su zafiro

La lucha siguen a otras regionesentre los vítores y cancionesal punto mismo de amanecer;y el nuevo día que alegre brotallora a los héroes en la derrotaantes, muy antes de atardecer.

Fue un desaliento la vida brevede la República bajo alevegolpe que en vilo la hizo rodar;pero el ejemplo de los patriotasque sucumbieron sus armas rotasquedó en la historia para emular.

Ya no podría ser adelantesumisa tierra que agonizanteel yugo besa de la opresión;que de unos hombres el sacrificioseñala al pueblo cuán sano juicioes al discrimen la rebelión.

Ya como pueblo tenía estaturay por su talla y envergaduraentre otros pueblos busca un sitial;la vida mansa y holgada dejay ante el tirano ya jamás cejani le tolera más su dogal.

Una bandera le presta sombracon que su suelo feraz alfombra;con que se cubre como dosel;esa es la enseña que estuvo en Laresflotando sola sobre pilaresde honor, y gloria, fama y laurel.

Tiene ya un hiRmo que alegre entona,del que se ufana, del que blasona,y en que perfila su identidad;himno que tiene clamores graves;batir de alas de heridas avesy del ensueño la majestad.

La gesta heroica vendimia frutospor que rendimos nuestros tributosa los patriotas en gratitud;tuvo en el orden tal trascendenciaque como lógica consecuenciael negro salva su esclavitud.

Como secuela del patriotismosurge triunfante liberalismofrente al sistema cuasi feudal;y en una especie de rebeldíase plasma un orden de autonomíalibre en esencia del orden Real.

Ese es el orden que ayer vulnerabajo pretexto de justicierala invicta espada de otra nación;y los jerarcas que el mando ostentanen esta tierra, prestos aceptande inferior orden la humillación.

Cien años hace que en esta tierralució el machete llamando a guerray ab'riendo surcos de dignidad:y aunque del noble pueblo el decoroprotesta altivo del vil desdoro,no se ha plasmado la libertad.

San Juan de Puerto Rico,J5 de septiembre de 1968

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Proclama de Betances a los puertorriqueños *

Patria, Justicia, Libertad

PUERTo-RIQUEÑOS

VOlÓ COMO UN SUEÑO EL AÑO 69 y TODAVfA SOMOS

esclavos.Los hijos de Cuba, pasando por encima de todos

los dolores, marchan, cubiertos de gloria, a la in­mortalidad. Ni la tenacidad y crueldades de Españalos arredran, ni el apoyo y los socorros que prestana la tiranía los gobiernos egoístas son capaces decontener el impulso indomable de su revolución.

Ellos serán libres.iPuerto-riqueños!: ¿Permaneceremos impasibles

espectadores de una lucha sublime en que nuestroshermanos inmolados o vencedores, mártires ohéroes, excitan a cada paso la admiración del mundoIiber~l? Al recibir una constitución ilusoria, ¿nosdejaremos engañar por las frases vanas de un mi·

• El Capitán General de Puerto Rko. don José Laureano Sanz:,dtcla en carta de 11 de mano al ex-ministro sellar Ayala que laproclama orIginal impresa la remltla al mInistro de Ultramar. sellar Ik­cena, para que se conociera. convenciéndose de que su COIIUitucidnno ha/alZa a los enemillos de nuest,a Patria /1 desalZ,ada a /0<partidarios de ESP4ila. BIblioteca Nacional - Madrid. LesaJo 20 - 128.Expediente N.' 27.

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nistro sin fe y sin conciencia? Constitución, nosdicen. Una sola cosa, notadlo bien, consta en ellaclaramente: ".la imposibilidad de dar a una provin­cia tan apartada de la metrópoli como la nuestra,las mismas libertades que a las provincias españo­las;" ¡las facultades excepcionales y siempre omní.modas de nuestros Gobernadores!

¡Elevemos nuestra alma que se degrada en laservidumbre! Si el amor a la libertad, como lo dicencon desprecio nuestros opresores, no tiene ya ennuestra Borinquen amada otro refugio que el cora­zón del más infortunado de todos, el del africano,esclavo de los esclavos, sacudamos el yugo dedeshonra que nos dobla, y sepamos combatir porconquistar siquiera nuestro honor y nuestra dig­nidad.

Sólo así, en el año 70, podremos en breve saludara Cuba y a Borinquen independientes.

¡Viva la república cubana!¡Viva la independencia!

R. E. Betances.1.0 de enero de 1870.

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