la estructura compleja del inconsciente en la obra de jung

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La estructura compleja del Inconsciente en la obra de C.G.Jung, Una reflexión integrativa psicoanalítica. Dr. Alfredo Rodríguez del Álamo.Psicoterapeuta. Psicoanalista miembro de la S.E.P.J. Policlínico Sierra de Guadarrama, Guadarrama, Madrid, España. El objetivo del presente trabajo consiste en, apoyándose en la exposición de la complejidad del inconsciente según la orientación junguiana, establecer unos vínculos con ciertos autores del Psicoanálisis llamémoslo tradicional, y reflexionar finalmente sobre la bondad de una posible convergencia entre la teoría y práctica de la Psicología Analítica y el Psicoanálisis. LA PSIQUE SEGÚN JUNG. Carl Gustav Jung escribió a lo largo de su vida cerca de 250 libros y artículos. Múltiples fueron sus intereses, desde los primeros trabajos de corte psiquiátrico y clínico-experimentalista con marcado sesgo hacia lo psicopatológico (1907-1912) hasta sus escritos de madurez donde refleja su interés por la comprensión procesual y evolutiva de la vida psíquica del hombre en conjunto (1944-1961) [38]. Nunca fue del gusto de Jung dar a conocer simple y esquemáticamente sus ideas, ya que consideraba que la estructura y dinámica de la psique era extraordinariamente compleja e interactiva, en un continuo proceso de expansión vital y que por ello no podía ser fielmente reproducida en unas pocas fórmulas académicas teóricas y reductivistas [23]. Su obra Ensayo de exploración del inconsciente (1961) que completó diez días antes de morir el 6 de Junio, es considerada como su testamento y lo más parecido a un "Esquema de la psicología junguiana" que redactó en su vida [28] si exceptuamos quizás el escrito Sobre los fundamentos de la Psicología Analítica (1935) y la muy temprana y por ello poco representativa obra La estructura del inconsciente (1916). Jung siempre concedió prioridad al hecho de considerar a la psique [31] como una totalidad viva y dinámica y no meramente como una enumeración de módulos estancos que funcionan mecánica y

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La estructura compleja del Inconsciente en la obra de C.G.Jung, Una reflexin integrativa psicoanaltica.Dr. Alfredo Rodrguez del lamo.Psicoterapeuta. Psicoanalista miembro de la S.E.P.J.Policlnico Sierra de Guadarrama, Guadarrama, Madrid, Espaa.

El objetivo del presente trabajo consiste en, apoyndose en la exposicin de la complejidad del inconsciente segn la orientacin junguiana, establecer unos vnculos con ciertos autores del Psicoanlisis llammoslo tradicional, y reflexionar finalmente sobre la bondad de una posible convergencia entre la teora y prctica de la Psicologa Analtica y el Psicoanlisis.

LA PSIQUE SEGN JUNG.

Carl Gustav Jung escribi a lo largo de su vida cerca de 250 libros y artculos. Mltiples fueron sus intereses, desde los primeros trabajos de corte psiquitrico y clnico-experimentalista con marcado sesgo hacia lo psicopatolgico (1907-1912) hasta sus escritos de madurez donde refleja su inters por la comprensin procesual y evolutiva de la vida psquica del hombre en conjunto (1944-1961) [38].

Nunca fue del gusto de Jung dar a conocer simple y esquemticamente sus ideas, ya que consideraba que la estructura y dinmica de la psique era extraordinariamente compleja e interactiva, en un continuo proceso de expansin vital y que por ello no poda ser fielmente reproducida en unas pocas frmulas acadmicas tericas y reductivistas [23]. Su obra Ensayo de exploracin del inconsciente (1961) que complet diez das antes de morir el 6 de Junio, es considerada como su testamento y lo ms parecido a un "Esquema de la psicologa junguiana" que redact en su vida [28] si exceptuamos quizs el escrito Sobre los fundamentos de la Psicologa Analtica (1935) y la muy temprana y por ello poco representativa obra La estructura del inconsciente (1916).

Jung siempre concedi prioridad al hecho de considerar a la psique [31] como una totalidad viva y dinmica y no meramente como una enumeracin de mdulos estancos que funcionan mecnica y aisladamente [11]. La psique tiende a la coherencia y armona de sus componentes en una unidad holstica con la funcin de autoregular y adaptar al sujeto tanto a su medio fsico y social como a las necesidades internas de crecimiento personal; asimismo intenta prevenir la ruptura interna del equilibrio dinmico y dialctico logrado entre tales componentes y su escisin en sistemas parciales que funcionen de forma autnoma y disgregadora para la persona, generando sntomas patolgicos y desadaptativos [33]. Las instancias o lugares por Jung descritas (consciente, inconsciente personal, inconsciente colectivo), las funciones psquicas (pensamiento, sensacin, intuicin, emocin), y los elementos arquetpicos (yo, sombra, persona, nima/nimus, s-mismo, e imgenes arquetpicas derivadas) se encuentran interaccionando entre s en estrecha relacin y con el mundo externo de forma continua, apoyndose en los principios de complementariedad y compensacin [26], cambiando constantemente a lo largo de la vida, tendiendo desde los estados mas indiferenciados iniciales hacia la realizacin integrada del ser desplegando el completo programa del potencial evolutivo: el proceso de individuacin [35] que da sentido a su vida entera, y que necesariamente incluye le decepcin y el reconocimiento implcito que el individuo es mucho ms que su yo consciente.

EL INCONSCIENTE JUNGIANO.

A diferencia del concepto freudiano, el inconsciente en la obra de Jung es extraordinariamente rico y complejo, de una sorprendente riqueza y amplitud cualitativa y cuantitativa [2], que no solamente (aunque tambin) integra los contenidos reprimidos por ser inaceptables a la conciencia, y cuyo funcionamiento no est regulado nicamente por el llamado proceso primario (ausencia del principio de no-contradiccin, alogia, libre desplazamiento, automatismos primitivos sin valor adaptativo, predominio del principio del placer y de inmediata descarga pulsional, etc.) [7] ya que en el seno del propio inconsciente junguiano [14] se dan procesos creativos (primordiales, autogenerados y no slo reactivos a la experiencia de la consciencia yoica), teleolgicos (orientados hacia un fin, objetivo o propsito), sincrnicos (coincidentes con otros sucesos por su significatividad y no por su causalidad espacio-temporal) [20], procesos a largo plazo que pueden durar toda una vida (no slo descargas inmediatas), adaptativos (mejora la relacin del sujeto con el mundo exterior) y trascendentes (hacen evolucionar al sujeto hacia una mayor madurez e integracin personal.

Este ltimo factor, el de la funcin trascendente como motor teleolgico proveniente del inconsciente, result ser uno de los puntos de la teora meta psicolgica en los que Freud y Jung resultaron enteramente opuestos e irreconciliables: Freud se apoyaba en el materialismo positivista anglosajn (St. Mill, Spencer) y alemn (Haeckel, Moleschott) mientras que Jung se encuentra influido por la filosofa de la naturaleza y sus profundidades que va de Eckhardt a Dilthey pasando por Cusa, Paracelso, Boheme, Hegel y en parte Nietzsche. Adems las marcadas personalidades de ambos psiquatras sin duda influyeron decisivamente en el desarrollo terico de la naturaleza, amplitud y contenidos del inconsciente: el extrovertido y racionalista Freud era ateo declarado, el introvertido e intuitivo Jung siempre se consider un hombre abierto a lo numinoso y espiritual [14].

Quizs el aspecto mas diferenciador entre la concepcin freudiana y junguiana del inconsciente radica en la aceptacin de ste ltimo de un inconsciente colectivo u objetivo adems del personal o subjetivo [9]. De hecho, al inconsciente personal se le considera un emergente resultante de la confrontacin entre los posibles modelos preexistentes de experimentacin potencial que radican en el inconsciente colectivo, y los avatares particulares y temporales que la vida hace acontecer al sujeto en el plano fsico, psquico y social. Asimismo la Psicologa Analtica valora al inconsciente prioritariamente como no necesariamente patologizante para el individuo, sino poseedor de valiosos contenidos, procesos y potencialidades que sern de inestimable ayuda para el autoconocimiento y la evolucin completa del hombre hacia su propia identidad [19].

LOS CONTENIDOS DEL INCOSCIENTE

Los contenidos que Jung describi como pertenecientes al inconsciente son mltiples, variados y pertenecientes a diferentes niveles de profundidad y complejidad del psiquismo. Su origen puede ser triple, en un esquema comn a la idea de series complementarias de S. Freud [8], esto es la constitucin innata colectiva (herencia gentica), las vivencias infantiles individuales traumticas o defectuolgicas (conflictos o carencias que funcionarn como elementos inhibitorios del desarrollo espontneo armonioso futuro) y vivencias reprimidas de la vida reciente. Estas ideas se constituyeron en el fundamento terico de la orientacin general y tcnicas especficas de la psicoterapia junguiana [10] e influenciaron poderosamente a otras formas teraputicas como la del Ensueo Dirigido de R. Desoille [27] y terapias afines de autores tales como H. Leuner, A. Wolberg, A. Ahsen, M. Guillerey o E. Shorr.

Jung lleg a considerar una serie de elementos, algunos de los cuales se adelantaron a su tiempo, hoy da confirmados por comprobaciones etolgicas [5] y otros datos provenientes de las neurociencias [32,34]. Podemos citar, ELABORANDO EN CIERTO GRADO los aportes junguianos [16,31] y RELACIONNDOLOS en un breve apunte con algunos autores psicoanalticos:

1- Arquetipos e Instintos. Para Jung la psique del neonato no es una vaca "tabula rasa" sobre la que el medio externo marcar todos sus contenidos y procesos. Arquetipos e instintos representan modelos innatos preexistentes a toda experiencia sensorial y que generan, bajo ciertas necesidades y estmulos, unos prototipos de acciones (instintos) o unos modos privilegiados de captacin del mundo (arquetipos). Son propios de la especie humana, se han ido seleccionando a lo largo de su filogenia y por ello constituyen parte del acervo gentico especficamente humano. Preexisten a la experiencia concreta de un individuo en particular ya que son meramente formas heredadas sin contenido [17] y por ello son patrones universales y comunes a todas las personas independientemente de su condicin, edad o sexo, educacin formal o pertenencia a una cultura u otra de un tiempo histrico u otro; constituyen fundamentalmente lo que se conoce como inconsciente colectivo u objetivo [15]. Representan pre-programaciones potenciales, tendencias formativas o predisposiciones formales [5] que mediatizan privilegiadamente los modos posibles y concretos de experimentar, percibir, pensar, relacionarse con otros y en ltima instancia de progresar hacia el pleno desarrollo del potencial individual (individuacin, diferenciacin y mismidad) de cada ser humano.

Los arquetipos no son directamente accesibles a la consciencia ya que se encuentran vacos de contenidos concretos, y por ello su conocimiento terico es siempre aproximativo. Sus representaciones espontneas y naturales, conocidas como imgenes arquetpicas de alto valor simblico, esto es son plurisignificativos, s pueden ser accesibles a la consciencia pero son muy variables en sus manifestaciones concretas (en contraste con el arquetipo nico del cual derivan) dependiendo de factores culturales y sociales, as como de los momentos evolutivos por los que atraviesa un individuo en particular [30]. Tales imgenes arquetpicas pueden ser encontradas comunitariamente en las religiones, mitos, tradiciones rituales, leyendas folclricas de todas las culturas y pocas [21]; y tambin pueden ser halladas individualmente en los sueos [6], visualizaciones espontneas o inducidas (por ejemplo a travs de la tcnica de la Imaginacin Activa), diferentes productos personales no voluntariamente provocados por el sujeto [18] "Si el arquetipo es la estructura que tiende a hacer de nosotros un ser universal, la imagen arquetpica es lo que encierra nuestra singularidad" [30]. Con las diferencias tericas reconocidas, los arquetipos y las imgenes arquetpicas muestran similaridades con ciertos desarrollos de las teoras psicoanalticas de Melanie Klein sobre el "mundo interno" constitucionalmente heredado y sobre los "objetos parciales arcaicos" y las "fantasas primitivas" universales y tpicas de la posicin esquizo-paranoide generadas endgenamente por el infante pre-verbal [24]. Igualmente la nocin de algo trascendente y preexistente al neonato, que estructurar el devenir del sujeto, es comn a los arquetipos de Jung y a los significantes (el "Otro") de Jaques Lacan [40].

2- Elementos que nunca han sido conscientes. No son arquetipos, ya que pertenecen al inconsciente personal aunque sus races se encuentran en el inconsciente colectivo. Sin embargo no han podido acceder armoniosamente a la consciencia y por ello no son reconocidos como parte de la identidad del yo. Normalmente no estn investidos por suficiente energa psquica (libido en trminos junguianos) para superar el umbral de la consciencia cotidiana, aunque eventualmente pueden ejercer sus efectos patgenos sobre el psiquismo por ejemplo a travs de lo que se ha venido en denominar complejos inconscientes, es decir agregados perdurables de representaciones afectivas alrededor de un elemento nuclear significativo inconsciente [33], que funcionan de forma autnoma no integrada con los otros elementos de la psique, asociados a una peculiar carga emocional, que actan como un "cuerpo extrao" intrusivo para el yo, y que pueden interferir, mediatizar o distorsionar poderosamente la forma de vincularse el sujeto consigo mismo (autoestima y propia imagen) y con los dems (sumisin, retraimiento o desconfianza) [22].

El yo no puede tomar consciencia de tales factores inconscientes meramente por un esfuerzo de voluntad, aunque s reconozca sus manifestaciones caracteriales o sintomticas [13]. Solamente pueden ser revelados mediante un proceso especial especfico, por ejemplo a travs del trabajo analtico teraputico o didctico [11]. Aunque los complejos dependen por un lado de la predisposicin innata gentica y derivan de estructuras arquetpicas, tambin dependen por otro lado de experiencias generalmente negativas y extremadamente tempranas enraizadas en los perodos anteriores al desarrollo del lenguaje a travs de las relaciones fundamentales e identificaciones con personas significativas (padres, cuidadores, hermanos, acontecimientos traumticos vitales infantiles). Y as mismo en otro cierto grado pueden depender de los acontecimientos vitales reiterados en la segunda infancia e incluso adolescencia, ya no como adultos, y generalmente sufridos de forma pasiva como fracasos en el despliegue evolutivo. Igualmente con las reservas tericas oportunas, algunos de estos elementos junguianos se pueden poner en conexin con los desarrollos psicoanalticos de los modelos "del dficit" y con la nocin de escisin horizontal, o sea los trabajos de autores centrados en el vnculo temprano defectuolgico; por una parte las teoras del apego de J. Bowlby y fallas vinculares de DW. Winnicott por ejemplo la descripcin de "falso self" [39], y por otra parte las teoras de las carencias narcisistas del self de H. Kohut [25] y los fallos en la funcin de adaptacin yoica de Brenner.

3- Elementos no verbales en relacin al soma: modos de funcionamiento globales del organismo, actos reflejos o casi reflejos, formas de reaccin fisiolgicas y corporales ante los estmulos significativos, funciones que identifican al sujeto tales como el tipo de respiracin ante el estrs, las posturas corporales y los gestos idiopticos [26]. Representan lo que hoy se conoce como "representaciones procedimentales" del psiquismo [3]. Las dems personas son muy conscientes de tales elementos corporales de los dems, y si el individuo se lo propone puede hacerlos conscientes con una cuidadosa atencin voluntaria, pero suele desconocer su significacin profunda. Constituyen en parte el substrato de los fenmenos psicosomticos (campo de interconexin entre lo mental y lo biolgico). Las teoras de la Escuela Psicoanaltica de Psicosomtica de Pars (P. Marty, M de M'Uzan, M. Fain) reconocen asimismo la existencia y la importancia de stos y otros factores inconscientes afines en la gnesis de mltiples desrdenes psicofsicos [4].

4- Elementos que fueron una vez conscientes y que ahora se encuentran reprimidos en el inconsciente, pero activos y generando sntomas. Estos contenidos son conflictos de naturaleza personal, sedimentos de la existencia de un sujeto en particular. Pertenecen de pleno derecho al llamado inconsciente individual. Fueron rechazados fuera de la consciencia por ser inaceptables por el sistema tico-moral (por ejemplo deseos sexuales considerados desviados, o deseos agresivo-destructivos contra los padres) o representacional del propio sujeto (por ejemplo el mostrar sentimentalismo para una persona que se valora como fundamentalmente lgica y racional) [12]. Este campo del inconsciente individual es el ampliamente desarrollado por la teora psicoanaltica desde Sigmund Freud y otros autores psicoanalticos clsicos que se adscriben fundamentalmente al modelo pulsional y econmico. Para Jung los contenidos del inconsciente individual no son estticos e invariables, sino que son modificables por la maduracin del sujeto (integracin trascendente hacia la individuacin) o por la psicoterapia, y se hallan constantemente en procesos de agrupacin y reagrupacin con otros materiales inconscientes de alta carga emocional (formacin, activacin y desactivacin de complejos).

REFLEXIONES PARA LA INTEGRACIN CON LA TEORA Y LA PRCTICA DEL PSICOANLISIS

Los escritos junguianos revelan una aguda y profunda sensibilidad en la percepcin de los problemas del ser humano, riqueza descriptiva en la variedad de los contenidos y procesos inconscientes implicados, y una sorprendente originalidad en los enfoques teraputicos utilizados por los terapeutas de esta orientacin. E igualmente sorprende an ms el desconocimiento de tales desarrollos tericos y prcticos dentro del corpus terico psicoanaltico general actual. Hoy da la IPA (International Psychoanalytic Association) integra una gran cantidad de aportes muy dispares provenientes de autores freudianos, kleinianos, kohutianos, lacanianos, etc. [37] y mltiples considerandos no incompatibles sino ms bien complementarios entre s tal como la teora del conflicto versus del dficit en la configuracin de la patologa, tal como el predominio de lo intrapsquico versus lo intersubjetivo en la formacin de la personalidad, tal como el analista objetivo versus facilitador, tal como tcnicas interpretativas versus correctivo-emocionales, etc [36]. Excepto el peso de la traumtica historia de la ruptura personal entre Freud y Jung en 1913 (ya casi hace un siglo!), que razones de peso persisten [9] y fundamentan la impermeabilidad que muestra con frecuencia la Psicologa Analtica respecto a legar a integrar los aportes del Psicoanlisis llammoslo tradicional, y por supuesto tambin a la inversa? Por ejemplo, cuntos analistas junguianos saben quin es Bjorn Killingmo y sus importantes aportaciones?; y cuntos de entre los psicoanalistas internacionales han ledo o siquiera odo hablar de Robin Robertson o incluso de la propia Marie-Loise von Franz?

Es cierto que a veces es difcil de compaginar el pensamiento y peculiar lenguaje junguiano, literario y lleno de imgenes floridas y casi esotricas para el profano, con la actual tendencia al rigurosismo terminolgico psicoanaltico y su acercamiento a los paradigmas metodolgicos derivados por ejemplo de la Medicina Basada en la Evidencia. Pero como psicoanalista personalmente no veo ningn escollo insalvable y s posibilidades de enriquecimiento mutuo para romper los peligrosos aislacionismos dogmticos de escuela. Es de lamentar que un terapeuta que legtimamente se adscribe a una corriente principal, termine por no relacionarse con ningn otro profesional sino los de su grupo analtico de referencia, no lea artculos o libros sino los de su teora particular en la cual se ha formado, y no acuda a congresos sino los de su propia escuela.

El Psicoanlisis actual destaca tanto por la consideracin multimodal y modular de la complejidad del psiquismo en su totalidad sin reducirlo a un nico y privilegiado factor (la pulsin sexual de Freud, la agresividad de Klein, el narcisismo de Kohut, el apego de Bowlby, la cadena significante de Lacan, la adaptacin yoica de Brenner, etc) [29]; como por el esfuerzo en la adecuacin de la aplicacin de la tcnica analtica ms adecuada a un paciente en concreto con un trastorno patolgico en especial renunciando a categoras diagnsticas generalistas y reduccionistas e intervenciones teraputicas estereotipadas y monocordes [1]; como a la integracin terica de las diferentes corrientes analticas y a la apertura a los aportes de otras disciplinas como las neurociencias, el cognitivismo-construccionismo, o la psiquiatra biolgica [32].

Qu pueden aportar en ste contexto las ideas de Jung y seguidores? Un primer valioso elemento radica en el valor prospectivo, teleolgico, de auto superacin y maduracin al que apunta su terapia; es decir el reconocimiento del potencial evolutivo que existe en todo individuo a travs de la funcin trascendente. El proceso teraputico junguiano va ms all de la mera eliminacin de molestos sntomas patolgicos (angustia, depresin, obsesiones, fobias) o caracteriales (rasgos rgidos de personalidad poco adaptativos) focalizando toda la atencin en el pasado; tambin se proyecta hacia el futuro en un proceso continuo de evolucin y mejora personal. Este enfoque junguiano resulta atractivo para un buen nmero de pacientes clnicos, o personas "normales" en general, que desean enriquecimiento (lo espiritual considerado como una vivencia vlida en s misma y no slo como un derivado neurtico) y progreso futuro y no slo remocin de traumas regresivos y lastres pasados.

Otro elemento a considerar es el reconocimiento de la complejidad de la psique que ofrece la teora junguiana: 1- posee varios niveles (inconsciente personal, inconsciente colectivo, preconsciente, consciente); 2- con riqueza de contenidos (arquetipos, imgenes, complejos, representaciones reprimidas, etc); 3- diferentes niveles posibles funcionales en el estado de lo inconsciente (lo que nunca ha sido consciente ni lo podr nunca ser, lo que es producto de lo inconsciente pero puede llegar a ser consciente por insight volitivo propio o teraputico, lo que fue una vez consciente pero ya no lo es al haber sido reprimido o al haber sufrido diferentes maniobras defensivas, lo desactivado sectorial y temporalmente por avatares externos aunque no reprimido, etc.); y 4- el inconsciente no es considerado un sector primitivo, catico, sin estructuras discernibles, algico y peligroso donde la satisfaccin de las pulsiones biolgicas son la nica ley, sino tambin all donde reside la mismidad del sujeto (selbst), favorecedor de la maduracin vital y capaz de generar vivencias y secuencias de mensajes complejos, bien estructurados, creativos y llenos de significatividad.

Un tercer elemento radica en la consideracin de la utilidad y validez de las tcnicas teraputicas propias de los analistas junguianos: la imaginacin activa y los dilogos internos, la amplificacin divergente de los significados del sueo en especial encontrando paralelismos con elementos del folclore, la mitologa, etc; la atencin a las coincidencias significativas a-causales (sincronicidad); el uso de tcnicas activas de facilitacin de la expresin de los contenidos inconscientes tal como el dibujo espontneo, la danza, la manipulacin de materiales, la consulta del I-Ching, etc; y en general la creatividad y libertad de accin con la que los terapeutas junguianos encaran cada proceso teraputico o de counselling en particular.

Finalmente hay que remarcar la pervivencia en la Psicologa Analtica del impulso fecundante respecto a la cultura, que se ha dejado aletargar en el Psicoanlisis estndar muy volcado en las ltimas dcadas en el estudio y refinamiento de los aspectos tcnicos y metodolgicos del proceso analtico en s. La corriente junguiana sin embargo mantiene un constante y vitalizador inters por las actividades humanistas, realizando importantes y sugestivos aportes a la literatura, las diferentes artes, la religin comparada, la antropologa filosfica, el feminismo y los cambios sociales de la identidad personal y los valores occidentales, la psicologa transpersonal y la moderna espiritualidad (impensable la New Age sin Jung), los grupos de auto-ayuda y superacin personal, los estudios de relaciones interculturales e intertemporales, la revalorizacin de las sabiduras tradicionales y el orientalismo, e incluso el diseo logotpico (por ejemplo la moda de los mandalas como elementos figurativos ornamentales).

EN RESUMEN, sera altamente recomendable desde mi punto de vista que la Psicologa Analtica y el Psicoanlisis se valorasen y validasen mutuamente, que se zanjara el absurdo cisma institucional que nunca debi darse, que la permeabilidad fuese la norma y no la excepcin, que se estableciesen puentes de mutuo intercambio terico y tcnico, y que se llegase a la integracin plena en una nica aunque multimodal corriente respetando las sensibilidades propias.

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