el secreto

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Page 1: El secreto

´´EL SECRETO

DE LAS SIETE

SEMILLAS´´EL EQUILIBRIO ENTRE LA EMPRESA Y LA VIDA

DAVID FISCHMAN

INTRODUCIÓN

Page 2: El secreto

El secreto de las siete semillas es una novela en la cual el autor DAVID FISCHMAN nos ha dado siete herramientas básicas o autoayuda para llevar una vida más orientada a los fines que nos trazamos, ya sea en el ámbito personal o profesional. A través de esta novela el autor quiere lograr que el lector crezca desactivando fantasmas e incorporando las fortalezas dadas por el amor, la voluntad y la capacidad de saber escuchar al maestro que llevamos dentro para alcanzar la felicidad.

Este libro está equilibrado entre la empresa y la vida, las siete semillas son el camino simbólico que un maestro escoge para orientar a su discípulo, y en cada una de ellas se encierran enseñanzas que van desde el AUTOCOCIMIENTO y DOMINIO DEL EGO hasta la búsqueda de la FELICIDAD en el servicio hacia el prójimo.

RESUMEN.

Page 3: El secreto

Ignacio Rodríguez a sus cuarenta y dos años había sufrido un pre infartó, no podía creer que un hombre de su edad podía tener ese tipo de problema. Últimamente había estado trabajando dieciocho horas diarias, de lunes a sábado, además se había descuidado demasiado de sus hijos y de su esposa. Jamás practicaba deportes y es más tomaba y fumaba en exceso.

Todavía recordaba el día en que su padre murió. Él le había otorgado el cargo de la gerencia general de la empresa y le había dicho que siguiera manteniendo a la empresa en primer lugar como él lo había hecho durante mucho tiempo. Pero las cosas se habían complicado, la empresa estaba a punto de quebrar y los bancos no querían hacerle ningún tipo de emprestamos a Ignacio.

Una semana atrás el gerente de ventas le había presentado su carta de renuncia por que la competencia le iba a pagar el doble de su sueldo. Ignacio empezó a gritar y fue ahí donde le vino una presión al pecho y se le adormeció el brazo, luego se sintió muy agitado, le faltaba la respiración y se desmayó. Tenía mucha suerte de estar vivo pues mucha gente había muerto al instante por un ataque así.

Una semana después, se sentía tan bien que quería volver a su casa y creía que estaba perdiendo su tiempo al esperar al doctor. Finalmente llegó el doctor y le sorprendió ver a Ignacio tan optimista.

-Es sorprendente, tu corazón ha mejorado muy rápido le dijo el doctor.

-Ignacio se levantó rápidamente que en ese mismo instante quiso volver a casa.

El doctor le dijo: no tan rápido Ignacio entiende que tienes que cuidarte y sobre todo lo más importante cambiar tus hábitos de alimentación, hacer deporte y sobre todo dejar de beber alcohol y dejar de fumar.

Ignacio le responde y dice: vamos no exagere, no es para prestarle tanto interés, pero finalmente tenía que aceptar y resignarse.

Fue el doctor quien le recomendó la terapia de relajación y le dio un consejo importante que aprendiera a tomar la vida con una perspectiva diferente, es más le preguntó lo siguiente: ¿Has oído hablar de la meditación oriental?

Ignacio respondió que no creía en esas cosas esotéricas.

El doctor le dijo que el tema de la meditación ya no es considerado esotérico, le explico de una forma más detallada diciéndole: la mayoría de ejecutivos trabajan demasiado que dejan de lado el ejercicio físico, esto causa el estrés y

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otras dolencias. Ignacio lo que necesitases enseñarle a tu cuerpo que él mismo elimine los efectos del estrés, y que mejor manera que con la meditación.

Muchas gracias le dijo Ignacio, sin embargo no había quedado convencido, es más era uno de los asuntos donde estaba metida Miriam, su esposa y que él siempre había considerado una estafa.

Ya en su casa cuando le contó a Miriam las recomendaciones del doctor, ella no pudo reprimir su entusiasmo, ella le dijo que conocía a un maestro Hindú que vivía en Surquillo y le entregó una tarjeta con esa dirección, Ignacio la guardo con desgano en su billetera.

Había pasado un mes desde que Ignacio sufrió aquel accidente, ya se sentía mejor, pero los problemas continuaban. Esa mañana llegó a la empresa, el jefe de ventas corporativo le comentó que habían perdido su cuenta más grande, Ignacio empezó a gritar, a desesperarse, en medio de ese conflicto empezó a sentirse mal, se sentó asustado y dejo de gritar. Recordó la dirección del gurú, la sacó con desesperación, y pario rumbo a Surquillo. Llego a la casa del maestro, esta era de una fachada humilde, las paredes estaban pintadas de color blanco y el portón era de color azul, Ignacio no estaba seguro de entrar, pero finalmente tocó la puerta y entró ya en el interior observaba con mucho cuidado lo que estaba a su alrededor, había un jardín muy cuidado, con muchas flores y árboles frutales. Entrar allí era como instalarse en otro mundo, una especie de Shangrila en medio de Surquillo.

En la puerta principal había seis sillas de paja en las cuales se encontraban sentadas cuatro señoras las cuales lo miraban como si fuera de otro planeta, Ignacio se sentó al extremo opuesto del jardín esperando a que el maestro lo recibiera. Finalmente, se acercó un joven y lo hizo pasar al interior, entraron a una habitación en la cual se encontraba un hombre de setenta años con barba blanca y cejas pronunciadas y estaba sentado en unos cojines de color blanco. El maestro le hizo un gesto en silencio y le indico que se sentara en un cojín, el maestro de quedo mirándolo fijamente y no pronunciaba ninguna palabra. Finalmente hablo y le preguntó:

-¿Cuál es tu nombre?

-Ignacio Rodríguez

-¿Qué te trae por acá?

-Quiero que me enseñe a relajarme, eso que ustedes llaman meditación.

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El maestro nuevamente se quedó mudo. Después de unos minutos el maestro volvió a preguntarle lo mismo. Ignacio le respondió lo mismo, el maestro se quedó mudo unos minutos más. Luego el maestro respondió: ese no es el verdadero motivo que te trae por acá. Dime, Ignacio Rodríguez, ¿Para qué has venido si realmente no crees que pueda ayudarte?

Ignacio respondió: estaba pensando lo mismo, y esto ha sido una pérdida de tiempo, entonces se dirigió hacia la puerta con rapidez y determinación, cuando estuvo cerca a la puerta, el maestro le preguntó: Dime ¿Eres feliz?

Ignacio se decayó con la pregunta, tenía ganas de pegarle al maestro, pero sentía algo en su interior, contuvo su reacción y respondió: ¡claro que soy feliz! Tengo muchas posesiones, una esposa, dos hijos, además soy un empresario exitoso, claro con algunos problemas económicos, pero eso le pasa a todo el mundo. El maestro le respondió que él no le había preguntado por sus posesiones, le había preguntado si era feliz. Ignacio estaba desarmado .Sin saber cuándo estaba frente a aquel hombre se reconocía así mismo, ya que a este hombre no lo podía engañar. En un instante se le derramó una lágrima, pocos minutos después se le cayeron muchas lágrimas y luego respondió: no, no soy feliz.

E l maestro habló y le dijo que lo más probable es que esté pasando por algo difícil, concluyó diciéndole: si has venido acá, es porque intuyes que este es el camino correcto y que yo puedo ayudarte. Ignacio sentía que se había encontrado con un amigo al que quería muchísimo, pero que no veía hacia demasiado tiempo: EL MISMO. Él no sabía porque no era feliz si lo tenía todo y esta inquietud le preguntó al maestro, y él le respondió: La felicidad no se compra, la felicidad se siente, no se piensa. Ignacio le habló de sus problemas de oficina y lo del ataque al corazón que había sufrido, y que su doctor le había recomendado la meditación.

Tu estrés y tu angustia son solo síntomas de un problema mayor- le explicó el maestro.

Ignacio preguntó: ¿Qué tengo que hacer?

El maestro se quedó mirándolo por algunos minutos, y luego empezó a buscar entre sus cosas, buscando algo que había guardo hace mucho tiempo. Por su parte Ignacio lo miraba con tanta atención que sentía una sensación de calma. El maestro tomo entre sus manos un pequeño cofre, del cual cogió un pedazo de papel doblado y sacó una semilla. En este cofre guardo siete semillas de la felicidad, cada una de ellas contiene una profunda enseñanza que te permitirá retomar el camino, esas fueron las palabras de aquel singular gurú.

El maestro le entrego la primera semilla, Ignacio la cogió con mucho cuidado, como a un bebé. Ve y siembra esta semilla, regresa cuando germine y te ayudare a descifrar la enseñanza. Ignacio llegó a su casa y antes de sembrar la semilla se puso a buscar información acerca de la meditación para así

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despejarse algunas dudas definitivamente. Todos los días llagaba del trabajo y lo primero que hacia es ir al jardín a ver si la semilla iba creciendo. Su esposa se había dado cuenta, pero él para que no sospeche nada le dijo que era una clase de terapia que el doctor le había recomendado para mejorar su enfermedad y su trabajo, es más le dijo que había comprado diferentes semillas para ir sembrándolas en el jardín y así embellecerlo, su esposa quedó satisfecha con la explicación.

Después d cuatro semanas Ignacio vio que la semilla no había crecido y que estaba igual como la había dado el maestro, fue donde éste y le dijo que su estúpida semilla no había crecido. E l maestro le respondió y le dijo que era lógico que no creciera porque esa semilla había sido golpeada con un martillo. Empezó entonces a contarle que las semillas golpeadas son como las personas, que cuando niños han sido maltratados por sus padres, pero que a diferencia de las plantas las personas pueden crecer, desarrollarse y ser felices. La primera semilla es del AUTOCONOCIMIENTO, aquí aprenderás a conocerte a ti mismo, como fue tu pasado para poder reconstruir tu presente, es aquí donde Ignacio empieza a recordar todos los malos tratos que había recibido su hermano y él cuando niño por parte de su padre y esta etapa tan desagradable que le ocurrió tenía que transportarla al futuro para así lograr a mejorar su autoconocimiento. Tenía ahora la posibilidad de reflexionar, tratar de ser más consiente en sus actos y así lo hizo y pues ahora ya estaba listo para recibir la segunda semilla. El maestro le entregó la segunda semilla e Ignacio fue y la sembró como le dijo el maestro, en este intervalo de tiempo Ignacio se sentía superior a los demás y en si era el único.

Había pasado un mes e Ignacio fue donde el maestro y le informó que había crecido una planta muy pequeña con hojas muy verdes pero a la vez delicadas, esta semilla revela cómo ponerte en contacto con tu energía vital. La planta que sembraste se llama mimosa púdica esta planta tiene la peculiaridad de esconderse cuando hay ruidos y sus hojas se marchitan rápidamente a través de estas reacciones busca su paz interior, representa la MEDITACIÓN. Ignacio estaba listo para empezar ya que gracias a la meditación podía controlar el carácter tan fuerte que tenía y al hacerlo tenía mayor paz y tranquilidad, así lo hizo hasta que lo logró.

A la semana siguiente el maestro le entregó la tercera semilla, le advirtió que tomaría unos meses en crecer. Práctica tu meditación todos los días, y en estar consiente de tus conductas lo más que puedas.

Cuatro semanas después, la semilla había germinado en un rosal purpura, Ignacio fue donde el maestro, y éste le dijo que este rosal representaba el control del ego. Ignacio desde que había ido progresando tanto en su vida personal como profesional, se sentía superior a lo demás y no se daba cuenta de que hería los sentimientos de los que le rodeaban y esa rosa era la enseñanza que él necesitaba para controlar su ego y pues no quería aceptar tal situación, su ego lo llevaba a tratar a los demás en un nivel inferior. Finalmente acepto que su ego dañaba a los demás, pero no lo podía controlar totalmente.

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E l maestro le dijo que con la siguiente semilla que recibiera, es decir la cuarta, reduciría un poco más su ego. El maestro sacó del cofre de semillas y le entregó a Ignacio, él la sembró como todas las demás y luego que había pasado un mes y medio ya la planta había crecido en un tamaño ponderado, su jardinero le dijo que esta era una planta de mango. Ignacio pensó que la enseñanza estaba relacionada con sus frutos, era un concepto de producir resultados en la vida. Este árbol de mango da el mensaje de la importancia del servicio desinteresado, Ignacio tenía que hacer servicio, es decir ayudar a los demás sin interés alguno. El maestro le propuso un reto al cual Ignacio no se pudo negar, tal reto consistía en hacer una charla y dirigirse al público, con el tema de la meditación, ya que gracias a este la gente conocía mejor sus beneficios, se llegó el gran día en el que Ignacio tenía que dirigirse a esas personas, estaba nervioso pero finalmente lo hizo y cuando terminó sintió una gran calma en su interior.

El maestro nuevamente le entregó una semilla, era la quinta, Ignacio como siempre fue y la plantó junto con las demás plantas, se detuvo un momento, observó todas las plantas que el maestro le dio y eso lo llevaba a reflexionar más sobre su vida. Pasaron dos meses, la semilla era la de un hermoso girasol, esta estaba relacionada con la toma de decisiones éticas, que pretendía ayudarle a vivir la vida incorporando su esencia en cada una de sus acciones, es decir ayudarle a limpiar un foco de luz interna para que brille e ilumine. Ahora esta semilla le permitía llevar la luz por todo su camino en la vida.

Ahora el maestro sacó su cofre de semillas nuevamente, le entregó a Ignacio siempre envuelto en papel periódico, y concluyó diciendo: tardara en prender y desarrollarse, y esto te dará tiempo para que practiques todo lo aprendido. Seis meses después Ignacio fue donde el maestro, para que le dijera cual era la enseñanza de aquella semilla que ya había crecido, se trataba de una planta de pino. Bueno el maestro le respondió: el mensaje de sabiduría que encierra el pino es el del perfecto equilibrio en la vida, daba a entenderle a Ignacio que tenía que planificar su tiempo para realizar todas las ocupaciones y/o tareas que quería realizar. Pero para que Ignacio logrará el equilibrio de su vida tenía al igual que el pino, mantener una buena dieta, existen tres tipos de dieta le dijo el maestro y estos eran: los tamasicos, los rajásicos, y los sátvicos, para Ignacio la mejor era la sátvica. Seis semanas después de su reunión con el maestro Ignacio había hecho un serio esfuerzo por seguir sus indicaciones, él había comenzado con su dieta sátvica y el setenta por ciento que consumía era tal comida, es decir había dejado de lado todas las bebidas alcohólicas, y el vicio de fumar, es más había bajado de peso.

Después de seis semanas Ignacio sentía que no lo hacía perfecto, pero que había avanzado lo suficiente como para ver nuevamente al maestro, estaba ansioso por recibir la última semilla. Tomó su auto y se dirigió a la casa del maestro, pero por más que tocó nadie le abrió la puerta, pensó que el maestro se había ido de viaje o que le había pasado lo peor, pero poco a poco se tranquilizó y decidió volver la mañana siguiente. A la siguiente mañana se

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encontró con lo mismo, como no soportaba más las dudas tocó la puerta de la vecina, salió una anciana de sesenta años. Ignacio le preguntó por el maestro y ella le respondió: su maestro fue atropellado, y el hombre que lo hizo se dio a la fuga, la vecina llamó a la ambulancia, pero su maestro murió camino al hospital, Ignacio se quedó en shock, no lo podía creer, se sintió tan mal que estuvo a punto de llorar, pero se aguantó las ganas, ya en su casa recordó todo lo que aquel hombre había hecho por él y por su empresa, por sus mejillas empezaron a correr unas lágrimas, fue a su jardín a meditar y poco a poco fue transformando su pena y dolor en una sensación de paz y tranquilidad.

Había pasado tres semanas desde la muerte del maestro. Una noche Ignacio llegó a su casa después de una conferencia y encontró un extraño sobre de color amarillo sobre la mesa.

Inmediatamente lo abrió, sintió el olor típico de la casa del maestro, por unos minutos pensó que su maestro estaba vivo, rasgó el sobre y cayeron al suelo unas semillas. Sacó una nota, donde el maestro le explicaba que: él no había podido marcharse sin antes haberle entregado la última semilla, esta semilla era del árbol de junco y representaba la libertad. Esta vez te diré el mensaje, así decía en aquella nota, este árbol tiene muchas enseñanzas, nos dice que en la vida debemos tener la libertad de adaptarnos a los vientos del cambio, con esto le quería decir a Ignacio que no sea rígido y que esté dispuesto a cambiar y a ser flexible. El otro mensaje de esta semilla, Ignacio es la sabiduría del desapego, lo cual significa aprender a ver la verdadera importancia de las cosas. Recuerda que el objetivo de esta vida es encontrar ese pedacito de Dios dentro de ti y vivir cada momento de felicidad y paz. Además recuerda tu karma, comunicar y transmitir a los hombres de negocios un mensaje espiritual.

Ignacio no durmió esa noche, leyó y releyó esa carta, todavía no podía creer que su maestro lo había dejado, pensando en todo lo que hizo su maestro por él, pensó en escribir un libro para transmitirlo a la mayor cantidad de gente, comentando en ese libro la experiencia con su maestro, el título lo tuvo de inmediato:´´ el secreto de las siete semillas´´.