corrientes poéticas del xvi

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  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    1/17

    I

    i

    I

    CORRTENTES

    POÉTICAS

    EN

    EL

    SIGLO

    XVI

    *

    En

    este

    breve

    ensayo

    me

    propongo

    sólo

    explicar

    -las

    uerzas'

    las

    corriente.

    qu"

    ltto'o

    ptttfgf-tt-t

    fa

    gran

    innovación

    q

    Bos:

    A;üffi-.o"i"oto

    olvidadas

    or

    los

    historiadores

    cos-

    *üi"á*

    .

    fáciles

    esquemas'

    ara

    esto

    no

    necesitamos

    n

    gran

    fichero,

    sino

    ordenar

    un

    tooiuoto

    de

    notas

    sueltas

    bien

    cono-

    cidas

    por

    los

    estuüosos'

    Porque

    o

    cierto

    "J'qu"

    hoy-

    no

    podemos

    sentirnos

    satisfe-

    choscon as elementalesxplicaliones u: nos

    ofrecen

    odas

    as

    historias

    de

    nuestra

    l;tú,

    y no

    digo

    de

    nuestra

    poeslaáurea

    Dorque

    aún

    tenemos

    q""1*liuitla'

    -Por

    desgracia'

    a-

    célebre

    'i"ii"i"

    u"iur"*tat'

    Pelayo

    uedó

    runcada

    n

    Boscán'

    xac'

    tamente

    la

    entrada'lJ

    pi"ur"ta'

    Qyefan

    or

    historiar

    os

    siglos

    ntegros,

    ruea

    q;

    ;"

    es

    fácil'

    dada

    a

    ausencia

    e

    mo-

    nografías,

    "ro

    ,..poto

    imposib-le'

    or

    de

    pronto'

    hoy

    conoce-

    mos

    mucho

    ."io,

    qu"-¡"t!

    u"iota

    años

    ei

    valor

    de

    la

    poesía

    llamada

    barroca,

    y t'i'-o'

    meior

    dispuestos

    gozar

    de

    bas-

    tantes

    hallazgos

    que '"

    o"gt'on

    antes'

    Por

    faltarnos'

    aún

    nos

    falta

    una

    antología

    scogida-con

    n

    poco

    de

    cariño'

    rigor

    y

    sen-

    sibilidad.

    Para comenzar, ólo tenemos

    necesidad

    e

    abrir

    cualquier

    historia

    de

    la

    literatutt

    "tpÁf"

    por la partededicada l estudio

    *

    Pubücado,

    con

    eI

    tftulo

    '1-a

    corriente

    popular

    y

    tradicional

    Duestra-;;tr.";'*

    fnsula,

    8o

    (agosto'

    r95z)'

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    2/17

    :i,

    l,$iir$

    : i . .

    1 1 . .

    ; F

    l:;:1,!¿,

    ;i$

    1-"Jii:-: l

    T2

    Sobre poesía

    de

    la

    Edad

    de

    Oro

    Corrientes

    poéticas

    en

    el

    siglo

    XVI

    de

    la poesía.áurea

    ver

    cómo

    se plantea

    el

    problema.

    Encon_

    T::T"r ,u.:ior.

    capítulos

    que

    se

    han

    hecho

    ya

    clásicos

    Intro_

    r3

    canción

    de

    la

    enamorada

    ue

    principia

    ,,No

    te

    tardes,

    que

    me

    flll'i,^.*fl,:::ll*

    poetas-de

    .

    .orrc'i.

    os

    Reyes

    ató-

    ucc!'.n

    de

    las

    ormas

    talíinas;

    C"r¿t*"]-

    noscón;

    La reacción

    tradícionalhta;

    Seguídor"r,

    .t".,

    .,..

    p.ío-

    esto,

    en

    realidad,

    es

    simplificar

    demasiado

    na cuestión n-ár.t de la didáctica,ya que nada se dice

    de

    la

    inmensa

    actuación

    de

    la poesía

    #

    teriol

    ¡

    se

    carga

    odo

    al

    haber

    de

    uo

    Crr,iU.io,

    cuya

    nfluencia

    es

    minúscula

    omparada

    on

    Ia

    de

    oor"

    iu.o.r.

    .

    El

    segundo

    aso

    es

    t¡mbién

    .I...ot.i,-

    "onsiste

    en

    dividir

    la

    poesía

    anterior

    a t5z6

    en

    haces

    cohe¡entes

    ver

    cómo

    ac-

    túan

    esas

    lechas

    que,

    anzada,

    po,

    .rqu".os

    meaievales,

    an

    a

    traspasar-

    odo

    el

    siglo

    xvr y

    gran

    parte

    del

    xvrr.

    proponlo

    .r,r,

    cuatro

    divisiones

    c)

    p_oesía

    lírica

    t¡adicional;

    ó)

    El

    Romance_

    to;

    c)

    La

    poesía

    culta

    del

    siglo_xvr.Mena,

    Manrique,

    y

    ;i

    L^

    poesía

    el

    llamado

    Cancionerá

    Genlrat.

    a) r¡ rfnrca TMDTcToNAL

    No

    nos

    nteresan

    hora

    os

    apasionantes

    escubrimientos

    ea_

    lizados

    por

    los

    hebralstas

    arabistas,

    ue

    han

    llenado

    de

    asom_

    bro

    a los

    estudiosos.

    !l

    lector

    pr;á.;di.

    a

    los

    trabaios

    de

    Dámaso

    lonso

    R.

    M9n!A.,

    pi¿.L

    áona"

    ae_a,

    ffirl_

    ará

    a

    exacta

    correspondencia

    ue

    ."ir"

    .""a

    esa

    balbuceante

    llrica

    ¡n-ozárabe

    Ia posterior.

    lo

    qu.-"ür"

    nos

    interesa

    es

    comprobar

    cómo

    esas

    p4c-io-ncillas,ejos

    de

    d.rrp";;;;;;

    pgc-.o

    -poco

    conquistando

    l favor

    de

    los

    mejor",

    po",.r)é";;:

    {o 91

    el

    siglo

    xv

    un

    élegante

    *quJ,

    d"

    ir"till."r-

    ..1ñ.ri" -

    de

    ínfimos

    poetas

    a

    los que

    esc¡ibían

    omances

    cantares,

    e

    estaba

    ogiendo

    os

    dedos,

    puesto

    que

    en

    su

    delicioso

    villancico

    a sushiias o más rescoy encantador ra precisamente

    oesía

    tradicional._

    ero

    ya

    unos

    ustros

    más

    adelanie

    sta poesía

    había

    ganado

    el

    .fervor

    de

    los

    mejores

    poetas

    o.*r.oor.

    Un

    Juan

    del

    rncina

    se

    salva

    ustamente

    sus poemitas

    de

    co¡te

    t¡adició_

    l*l .V

    o9

    .por

    sus pesadas

    oplas

    de

    ..r.

    -ryor.

    A

    Juan

    del

    Encina

    debemos

    allazgos

    e

    ian

    ,orpr.ná.i..

    belleza

    como

    a

    I'ros.son

    os

    rimero,

    ,J;p;;

    üil;

    lll

    lllil

    ,Tl:

    ionalgs..Los

    ejores-músi.os^_

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    3/17

    r4

    Sobre

    poesía

    de la Ed,ad.

    de

    Oro

    Ay luna tan bella,

    ff::lü",'i.:';;:"

    ::J'i:"ff."i:.;h*.

    Y tres añosmás arde, aparece n Sevilla a Recopilación e

    toniioiu

    y

    oittaniiioi,

    de

    Juán

    Vásquez, uyo

    título

    es tan'sig-

    nificativo.'Allí vemos alternar

    la

    poesía

    que

    arrancabade

    lo

    más

    ho'ndo--de

    r*Edád-Meiüá'-con

    os

    sonetos

    e

    -Garcilaso.

    Pero se me dirá

    que

    más

    o

    menosesto ocurre

    eñ-tridás'

    áites

    y

    que

    sólo

    alego estimonios

    musicales.Sin embargo,

    podemos

    acudir a testimonios stric tamente

    iterarioscon sólo

    abrir

    la

    ci-

    tada antologíade

    DámasoAlonso, donde encontraremos

    om-

    bres como

    os de Villegas,

    Montemayoro Camoens,

    no se

    dirá

    que

    Camoens ra

    un medievalizante.

    Estamo_s*_n4dq.e,ng!

    ue

    en la segunda

    mitad del siglo

    xvl.

    ;

    Han

    nacido

    ya

    Santa

    Te-iesá,

    ray Luis de León, San

    Juan

    de

    'la Cruz y hastaCervantes. ue SantaTeresa SanJu"n de la

    ,Cruz

    amaban sta

    poeúa

    radicional o sabemos

    or

    muchísimos

    testimonios.

    Que

    Cervqg¡9¡._9r1.

    ambiɡ

    ,fl

    -!u93.._91{or

    .de

    este sabroso

    cor, es archiconsabido,

    unque

    no resisto a

    ten-

    tación

    áe citai

    atguiias$lidilla

    de tan

    picantegracia

    comoésta:

    Por

    un morenico de color

    verde,

    ¿quién

    es

    la fogosa

    que

    no se

    pierde?

    En un círculo

    tan

    finamente enacentista

    omo

    Salamanca,

    el

    ciego

    Salinas,

    devotísimo

    de

    fray Luis

    de León,

    nos dejará

    en su

    tratado

    musical

    onos

    y

    letras

    populares'

    ue

    es

    de supo-

    ner encantasen sus ielesamigos.El célebremaestroCabezón,

    músico"

    e

    Feüpe

    I,

    escogerá

    ada

    menos

    que

    a romántica

    an-

    ción

    del

    Caballero

    de Olmedo

    para

    una

    de sus

    mejores

    piezas.

    Estamos

    n

    Í574,

    y

    cuando

    estas

    manifestaciones

    e

    hacen

    más

    raras.

    Corrientes

    poéticas

    en

    el

    siglo XVI

    /Asl

    [egamos a.r58o, cuando

    irrumpen con

    toda

    gallardla.

    en la

    poesía

    española

    nada_menos

    ue

    un

    Lope

    y

    un

    Góngora.'

    Es harto

    sabido

    el

    gran

    amor de

    Lope de

    Vcga

    por

    estas

    órmu-

    las

    poéticas,

    de las

    que

    aqanqQ drq¡nas

    l¡tegros,

    pero.

    a

    Gón-

    gora,tampoco

    le

    molestabanr

    ni mucho

    .menos.

    Porque-

    don Luis

    rasgueaba a guitarra más de una vez y.io*lí? cantar.-aqueüas n-

    cantado¡as eguidillas,

    que

    rezan:

    La mitad del alma

    me lleva

    a mar,

    volved,

    galeritas, or

    la oua

    mitad.

    "El

    cultísimo

    Góngora

    -dice

    Alfonso

    Reyes- tiene dere-

    cho

    por

    tradición

    española

    por

    el

    mismo modo como

    uabajaba

    su

    poesía,

    a

    ser

    considerado

    también como una

    variante dentro

    del

    gran

    tipo de loJ

    poetas populares,

    pesar

    de las recondi-

    teces

    y

    las alusiones

    mitológicas, clásicás,

    on

    que

    empedró su

    poesía...

    Por otra

    parte,

    eI

    hombre en sí es

    un ejemplar de la

    cepa andaluza

    más

    popular,que pueda darse".

    Perono eran sólo os músicos .poetas os encariñados on

    esta írica; lo estaban

    ambién os

    prgfesores

    eruütos,

    como

    un Gonzalo Correas,

    cuyo Arte

    nuevo de la

    lengua castellana

    es

    una

    preciosa

    ntología

    el

    género,

    bien explotada

    or

    los es-

    tudiosos.'A

    Correasdebemos

    uriosas

    noticias de

    poesía

    radi-

    cional,

    como

    ésta,

    por

    ejemplo,

    que prueba

    maravillosamente

    esta

    ascensión:

    Son_'lgs

    qgguidillls

    poesía

    muy antigua,

    y

    tan

    manual

    y fácil,

    que

    las compone

    a

    gente

    vulgar

    y

    las canta,

    con

    que

    me admiro

    que

    las olvidasen

    as

    artes

    poéticás...Mas

    desde

    l

    año 16oo

    a

    esta

    parte

    han revivido

    han sido

    an usa-

    das

    y

    se

    han hecho

    con

    tanta elegancia

    primor,

    gue

    exceden

    a

    los epigramas

    dísticos

    en

    ceñir

    en

    dos versillos

    en

    dos las

    escríben

    mucho)

    una

    muy

    graciosa

    agudasentencia,

    se

    les

    ha

    dado tanta perfección,siguiendosiempreuna conformidad,

    que

    parece

    oesía ueva"..

    'Como

    Se

    abrá

    podido

    observar,

    sa

    uerza

    oética

    ue

    arran-

    caba

    de

    la

    época

    mozárabe

    no

    quedó

    olvidada

    por

    la

    poesía

    italianizante,

    o

    que

    era,

    por

    otra

    parte,

    harto

    sabido.'Peroo-

    r5

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    4/17

    t6

    Sobre

    poesíade la

    Eilnd

    de Oro

    Corríentes

    oéticas

    en

    el

    siglo

    XVI

    ban

    los admiradores

    e

    este

    género,

    ya

    que

    un

    Fernando

    de

    Her¡era traduce

    un epigrama

    de

    Marcial sobre

    Leand¡o

    nada

    menos

    que

    en

    un romance

    y

    Juan

    de

    la Cueva

    publicaría en

    1587su

    Coro

    febeo

    de romances

    istoriales,

    La

    generación

    iguiente,

    1"

    ¿s

    p¿dilla,

    Cervantes,

    irués

    y

    Maldonado, e educará oéticamenteeyendoa Garcilaso can-

    tando romances

    ieios.

    De

    ahí

    que

    los

    comienzos

    el

    romance

    llamado

    artístico

    haya

    que

    buscarlos

    n

    esa

    generación. adilla

    y

    San

    Juan

    de

    la Cruz

    los

    escribirrán

    lo

    diaino.

    Juan

    de la

    Cueva

    os utilizará

    para

    sus

    dramas

    muchos

    versos

    de

    roman-

    ces vieios

    se

    llegarán

    a

    convertir

    en

    tópicos,

    como

    el

    conocido

    "Mensajero

    sois,

    amigo",

    gü€

    resonará

    hasta en

    el

    Quiiote'

    Hacia

    r58o

    comienzan

    ope,

    Góngora

    y

    Liñán

    a escribi¡

    los

    suyos,

    omances

    ue

    serán

    publicados n

    pequeñas ntologías

    escasos

    liegos,

    y

    que

    en

    16oo

    constituirán

    a base

    del

    famoso

    Romancero

    eneral2.Todqs

    sabemos,

    or ejemplo,

    o

    que

    fue-

    ¡on

    los

    apasionados

    omances

    e

    un Lope:

    un comentÍuio

    poé-

    tico a todossusamores, omentario oéticoque todoscantaban

    por Madrid

    y

    que

    enfadaban

    los

    graves

    varones,

    omo

    a un

    Leonardo

    de

    fugensola,

    que

    escribe

    ierta

    vez

    a

    un amigo:

    Hoy

    estuvimos

    Yo

    Y

    el Nuncio

    iuntos,

    Y

    ffatamos de

    algunas

    Perlerlas,

    *Tl,o"""T' l,'1".:;:1,":#:'oo'j.,i",,

    pues

    no eres

    Belardo

    ni

    Yo

    Filis,

    enfado

    general

    de

    nuestros

    días.

    Que

    Bartolomé

    Leonardo

    no exageraba

    o

    prueba el

    hecho

    de

    que

    hoy

    canten

    el

    romance

    de

    "Mira,

    Zaide,

    que

    te

    aviso"

    los

    judíos

    sefarditas

    de

    Mamrecos.

    lvlientras Lope' r iñán y sus ernigos (sin olvidar que C-er-

    rantes

    confesa

    en el

    Viaye

    dcl

    Psnaso

    haber

    compuesto

    'ro-

    2

    Vid.

    ahora

    Las

    luentes

    del

    Romancero

    general, edición,

    notas

    e

    lodice

    por

    Antonio

    Rod¡íguez-Moñino

    (Madrid,

    Real

    Academia

    Es-

    pañola,

    1957;

    doce

    vols.).

    r 7

    davla

    se

    olvidó

    menos

    a

    gran

    corriente

    cristalizada

    n

    el

    Ro-

    mancero.

    b) EL

    RoMANcERo

    Los romances iefos alternaronmuy pronto con la poesía

    culta;-'Ailnque

    ambién

    os

    desprecien

    os

    elegantes

    oetas

    .del

    siglo

    xv,

    ya

    a

    fines

    de

    esa

    centuria

    os

    mejores

    creadores

    ien-

    ,*

    l" t"nit.ión

    de

    probar sus

    uerzas

    en

    esa

    dirección'

    En

    Juan

    del

    Encina

    encontramos

    más

    de

    uno,

    lo

    mismo

    {úé

    en

    el

    pre-

    cioso

    Cancionero

    del

    aragonés

    .

    M.

    Ximénez

    de

    Urrea,

    o.

    en

    el Cancionero

    General

    o

    en

    el

    llamado

    de Constantiz¿'

    En

    estos

    dos

    Cancioneros

    odemos

    eer

    las

    primeras

    glosas

    a

    romances

    tan

    bellos

    y

    .oooiidot

    como

    el

    del

    Prisioneto

    o

    Fonte

    frida,

    o

    romances

    ultos

    aconsonantados-

    de

    un

    Diego

    de San

    Pedro'

    por

    ejemplo.

     

    La

    aparición

    de

    las

    obras

    de

    Garcilaso

    n

    1543

    no

    dañó

    en

    absoluto a boga romanceril,puestoque muy

    pocos años

    des-

    pués,antes

    de

    r55o,

    aparece

    n

    Amberes

    el

    Cancioneto

    'e ro'

    ^*on"rr,

    de

    Martín

    Nuiio,

    con

    un

    éxito

    tan

    envidiable,

    ue

    los

    edító-rós

    eninsulares

    o

    deiarán

    de

    aprovechar

    a ocasión.

    co-

    meteríamos

    n

    üemendo.

    rror

    pensando

    ue

    estos

    omanceros

    -hoy

    tan

    raros

    y peregrinos-

    no

    andaban

    n

    las mismas

    manos

    de

    los

    que

    leían

    ús

    novelas

    aballerescas

    las

    églogas

    e

    Gar-

    cilaso,

    puesto

    que un

    Juan

    de

    Valdés

    sabía

    muchos

    de

    memo-

    riá

    y'uri'San

    ]uan

    de

    la

    Cruz

    los

    cantaba

    uando

    ba

    por los

    ardientes

    aminos

    astellanos.

    Se

    estima

    normalinente

    ue

    los

    poetas

    petrarquistas

    esde-

    ñaron

    su

    cultivo,

    pero creo

    que

    cuando

    se

    hayan

    estudiado

    ien

    los fondos

    maouscritos,

    quiá

    surfan

    algunas

    sorpresÍui'

    Yo,

    por

    eiemplo,

    podría traa aquí tres romancesacolrsorlantados- de

    un

    Gutiene

    de

    C.etina

    ,

    que

    pasa

    Por

    ser

    el

    poeta de

    menos

    con-

    cesiones

    lo

    tradicional.

    En

    el

    mismo

    grupo

    sevillano

    abunda-

    I

    Véanse

    ahora

    en las

    págs,

    47'52

    de

    este

    volumen'

    possin

    roAD

    DE

    oRo.

    2

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    5/17

    Sobre

    Poesía

    de Ia

    Ed.ad

    de Oro

    Conientes

    Poéticas

    n

    eI

    siSlo

    XVI

    c)

    ¡.¡

    Porsf¡

    culrA

    DEL

    sIGLo

    xv

    La

    admiración

    que

    los

    grandes

    oetas

    del

    siglo

    xv'

    especial-

    mente Mena y JorgeManrique, despertaron n los dos

    siglos

    siguientes,

    s

    también

    un

    hecho

    nnsg¿lls'

    Juan

    de

    Mena

    co'

    nJciO

    c¡sl

    Enras

    ediciones

    como

    Garcilaso

    y

    dejó

    una

    huella

    bastante

    rofunda.

    P¡ecisamente

    no

    de los

    capítulos

    más

    apa-

    sionantes

    el

    übro

    de

    Marla

    RosaLida

    de

    Malkiel

    sobre

    Mena

    es

    el

    referente

    a esta

    cuestión.

    a

    notable

    y

    sagaz

    nvestigadora

    ha registrado

    un

    número

    extraordinario

    de

    cius

    elogiosas

    ara

    nuestro

    poeta

    y

    ha demostrado

    asta

    a saciedad

    on

    cuánto

    amor

    ue

    leído.

    Yo,

    por

    mi

    parte, añadiré

    res

    eiemplos

    nuevos'

    El

    primero, de

    Diego

    Ramírez

    Pagán,

    en

    cuya

    Floresta

    de

    oasta

    paesía allo en

    la

    misma

    páginados sonetos,

    no

    "En

    la

    muerte

    áe

    Boscán"

    y

    ot¡o

    "En

    la sepultura

    del

    famoso

    poeta

    Joan

    de

    Mena". La segunda eferencia ecae sobre Cervantes,quien

    pone

    en

    boca

    de Orompo,

    en

    La

    Galatea,

    stos

    versos

    cuyo

    re-

    cuerdo

    habrla

    que

    buscar

    en

    El Laberinto:

    Salid

    de lo

    hondo del

    Pecho

    cuitado,

    palabras

    sangrientas

    on muertc

    mezcladas;

    y

    si los

    sosPiros

    s tienen

    atadas,

    abrid

    y

    romped

    el siniest¡o

    costado.

    El

    aire

    os impide

    que

    está

    ya

    inflamado

    del

    fiero

    veneno

    de vuesuos

    acentos;

    salid,

    y

    siquiera

    os

    lleven

    los

    vientos'

    que

    todo mi

    bien

    también

    me

    han llevado.

    El

    tercer

    texto es

    un

    curioso

    refrán

    que

    encuentro

    en

    el

    Vocabulario e Covarrubias: El pereiil d" |rr*t de Mena, que

    se

    hizo

    muy

    apriesa,

    ara

    decir

    algo

    que

    se

    hizo

    prestamente"'

    Sin

    embargo,

    odavía ue

    mayor

    la admiración

    sentida

    Por

    LasCoplas

    e

    Jorge

    Manrique,

    glosadas imitadas

    por

    un

    Gre-

    gorio

    Silvestre,

    Montemayor,

    Padilla

    y

    otros

    ingenios'

    !-tt-

    {.-

    mosasCoplas

    dejaron

    ambién

    su

    profundahuella,

    sobre

    odo

    r9

    r 8

    mances

    nfinitos")

    creaban

    aquellos

    e-stupendos

    iclos

    de

    los

    romanc€s

    moriscos

    !ásiorlés,

    Góngora

    divulgaba

    os

    pirates-

    cos,

    y

    unos

    años

    más

    adelante

    o

    tendrla

    nconveniente

    n.ex-

    uemár-todos

    os

    recursos

    cultistas

    y

    conceptistas

    ara

    esc¡ibir

    en rohañcenada

    menos

    que

    a

    Fdbula

    d¿

    Píramo

    y

    Tisbe,llena

    dj

    esguincei

    y

    dificultades,

    l poemapreferido por don Luis,

    según

    confiesan

    os amigos.

    Al

    mismo

    tiempo,

    un Valdivielso,

    amigo

    de

    Lope

    y

    Cervantes,

    scribirá

    st

    Romancero

    spirihul'

    ó¡niini¡¿ndo

    a

    tendencia

    niciada

    por

    San

    Juan

    de

    la Cruz

    y

    padilla,

    al

    paso

    que

    un

    Quevedo

    elevará

    a

    categoría

    iteraria

    3

    poesía

    germanescaon

    las

    célebres

    ácaras

    de

    Esca¡rat¿n

    V-

    l"¡i¡.gna.e;:js.iitas

    con-

    al

    gracia

    y

    bizarría,

    que

    conquistaron

    á1

    pidamente

    a

    meior

    fama.

    Estos

    romances

    germanescos,

    uyo

    ixito

    corre

    paralelo

    a

    la

    novela

    picaresca

    al

    teatro

    de

    rufianes

    (hecho

    que

    suelen

    olvidar

    algunos

    estudiosos

    e

    la

    novela

    pi-

    ca.esca)r-

    ambién

    uvieron

    un

    antólogo

    en

    el

    sevillano

    Chaves,

    quien, 'bajoelnombredeLucasHidalgo,editólacélebrecoiec-

    ción

    de

    los

    Romances

    e germanía.

    Pero

    los romances

    nuevos

    no

    hicieron

    olvidar

    los

    viejos,

    como

    es

    harto

    sabido.

    Ahl están

    comedias

    omo

    L¿s

    mocedades

    det Cid

    para

    demostrar

    o

    contrario,

    o

    el

    famoso

    Entremés

    de

    los

    romances.,

    ue

    tan

    bien

    conoció

    Cervantes,

    egún

    prueba

    el

    estudio

    de

    Menéndez

    Pidal.

    Ni siquiera

    os

    pícaros,

    com--o

    n

    Guzmán

    de

    Alfarache,

    por

    ejemplo,

    gnoraban

    a

    historia

    de

    España

    aprendida

    n el

    romancero.

    El

    maestro

    Menéndez

    Pidal

    escribía

    n

    el

    prólogo

    a su

    bellísima

    Flor

    nueoa

    de tomances

    ij¿elói

    que

    ,,la

    introducción

    del

    romancero

    l

    gusto

    de

    las

    clases

    culiiuaá"s

    en

    el siglo

    xvr

    traio

    consigo

    para los

    -vieios

    cgnt9s

    una

    singirlaip.tficiión

    es

    lística"

    y

    que

    por

    eso

    se

    "saturó-de^

    las esen-ciasoéticasmásnaturales, la vez que másrefinadas'

    del

    arte

    hispánico".

    Estas

    palabras

    del

    sabio

    maestro

    me

    pare-

    cen

    decisivas

    ara hacer

    ver

    cómo

    ue

    caminando

    aralelamente

    a lo

    largo

    de

    a mejor

    y

    más

    culta

    poesía spañola,

    na

    poesía

    que también

    arrancaba

    e

    la

    Edad

    Media,

    fuerza

    que tampoco

    hay

    que

    cargar

    al

    haber

    de

    Castilleio.

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    6/17

    Sobre

    poesía

    de la Edad

    dB Oro

    en

    el

    Barroco.

    Sin

    la

    presencia e las Coplas

    no

    podrían

    quizá

    ieéísé

    ve¡sos

    omo

    os de

    la Epístola

    moral

    a Fabio:

    ¿Será

    que

    pueda

    ver

    que

    me desvío

    de la vida

    viviendo,

    Y

    que

    está unida

    la cauta muerte

    al simPle

    vivi¡

    mío?

    Como

    los

    ríos

    que

    en

    veloz

    corida

    se

    üevao

    a la

    mar

    tal soY

    levado

    al rlttimo

    susPiro

    de

    mi

    vida'

    (El primer

    terceto

    iene

    también

    un antecedente

    n

    Mena,

    quien

    escribe

    estos

    cuatro

    versillos

    cuyas

    deasveremos

    esar¡o-

    lladas

    hondamente

    n

    la

    ascética

    poesía

    barrocas:

    ¿Quién

    no muere

    antes

    que

    mue¡a?

    Que

    la

    muerte

    no es

    mo¡ir

    pues

    consiste

    en

    el vivir,

    mas

    es fin de

    la carera'

    Fui

    Y

    he de

    ser,

    mas

    no soy;

    porque

    es

    tan veloz

    mi

    ser

    quc

    hoY, mañana

    será

    aYer,

    y

    ayer

    iamás

    será

    hoY.

    Y antes

    4e

    abandon?r

    st-e--!e-m?,

    se

    ha

    penga{o,

    por otra

    parter

    S3n

    a

    influencia

    de

    las

    llamadas

    danzas

    de la

    muerte

    en

    el--pelsamiento-,posterior?

    iertos

    autos

    sacramentales,

    omo

    gl sr* tr"tr",tu] *md" y E!.gyqn 31cal9-.fu1--tnwñe'uat.

    dan

    íntima relación

    con

    ese

    género

    poetlco.)

    Abandonemos

    a

    esta

    dirección,

    para

    fiiarnos

    en

    otras

    fór-

    mulasdel

    siglo

    xv,

    cuyos

    ecos

    eguirán

    ibrando

    en

    los siglos

    xvr

    y

    xvII,

    formas

    poéticas

    ue

    convivirán

    con

    las

    italianas

    hasta

    influirán

    en

    ellas.

    Corrientes

    poéticas

    en

    el

    siglo XVI

    d)

    EL

    "cANcIoNERo

    cENERAL"

    Me refiero en

    las líneas

    anteriores

    la llamada

    poesía

    cor-

    tesan-á]-Eandoneril

    uovadoresóa

    ue

    fue tan

    cultivada

    durante

    iodo el siglo xv-y-pri"gipióq del siguiente. a,¡oesía*UUsgll--ños

    han

    tachado

    de-

    intrt999-n{e,q¡e,

    onceptu-qqq

    y-qlqqb-i-c-ada,

    recogida

    por_9!*editor

    H,--de!Castillo

    en

    su

    famoso

    Cntcioneta

    -&fuiil,

    publicado

    en Valencia en

    r5rr

    3,

    es de

    tan

    poderosa

    inñue1cia,

    que

    a su lado,

    el

    nombre de Castilleio

    supone

    muy

    poco.

    $jémo-gos

    en

    un

    primer

    dato decisivo:

    -gn-ql

    fa-bfl9.-qo_gjo

    Sg_.9-b_!gy_g,.

    .!99!.o*.-q99,_q_e--r-egi_ggq-n

    qdi-ci9p9¡.,{9_

    5rr,--r5r4,

    151i,'i529,

    r5z1,

    r53S? 54o,.1557

    l573:_¡I:evg

    edigiones

    un libro-que-iecoge

    cientos

    ae

    poeffiás,-hereñAA

    n

    su,

    "--:

    --_-

    ñfyor

    qarte,

    de un

    ffovadorismo

    medieval!

    (Sin

    contar

    as hi-

    iu.irr

    áe esteCanCionéió,

    edáé

    rámosó

    ancionero

    e

    obras

    de burlasa los que estápublicandoahoracon tanto

    amor

    y

    di-

    ligencia

    Rodríguez-Moñino.)

    sto

    quiere decir

    que

    el

    übro

    an-

    duvo

    en

    manos de

    todos os

    poetas,

    y

    el

    dla

    que

    se

    haga el

    éitudio

    de su

    influenciael

    asombrode

    los

    eruditos

    será

    grande'

    itorque

    además sta

    poesía

    o estaba

    eñida con

    la

    petrarquista

    (aunque

    se

    puede

    observar

    que

    las ediciones

    e

    espacian.a

    me-

    'dida

    que

    ss

    imFone

    a

    ob¡a

    de Garcilaso)

    e incluso

    tenía-'las

    gl_rq"t

    fuentes,a

    yeces.

    Que

    e¡[.. pgggigr--

    q¡cioneril

    influye

    podero-samente s

    ,tan

    sencillo

    de demosuar,

    que

    está

    al

    alcancede

    todos.

    Basta con

    !ójqt

    los

    libros

    de

    .los

    mejores

    poetas,

    comenzando

    or

    Bos-

    S_a.g.

    ¡grminando

    por

    Calderón.-

    Garcilaso

    p?gé..qlgg1sg_lo

    mismo oue

    Hurtado

    de

    Mendozao

    un

    Gutierre de-Cetina-

    Pre-

    arr-"otl; cetina enüvo también én o"rsos octosllabos l fa-

    moso

    ema de

    los ojos,

    en

    un

    poemita

    gue

    reza

    asl:

    -

    ,

    Vé.r.

    la edición

    de

    Antonio

    Rodríguez-Moñino

    (Madrid,

    Real

    Academia

    Española,

    1958),

    Y

    del

    mismo,

    eI Suplemento

    al Cancionero

    general

    (Mad¡id,

    Editorial

    Castaüa,

    ¡959)'

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    7/17

    Sobre

    Poesía

    "

    lo

    EB

    3

    O*

    Conientes

    Poéticas

    m

    el siglo

    XVI

    23

    Bien

    Yo

    que

    sois

    graciosos'

    mas,

    oioq

    Para

    entenderos'

    decittme,

    ¿cómo

    sois

    fieros?

    si

    ñeros,

    ¿cómo

    hermosos?

    Oios,

    bien

    que

    deciende

    del cielo vuestra beldad'

    Pero

    westra

    crueldad

    con

    vuestla

    beldad

    contiende'

    Sois

    serenos,

    sois

    graciosos;

    mas

    decl,

    Pof

    conosceros:

    si

    bellos,

    ¿cómo

    sois

    fieros?;

    si

    fieros,

    ¿cómo

    hermosos?

    &nto

    SggtUIe.ISpa=,9-o;po*$an

    uan

    de

    la

    Cr¡¡4'

    coggc-ían

    esyli.oeii*-pgrüi;i+"ó¡rrü¡ $T:

    qué 'av

    Luis

    de

    ñdn.-

    .*

    iiJ-i¡.¡uiij"-'-i*illiÁ¿r

    ¿e-

    dia

    r o

    en

    coplag

    e

    ñ;#;".

    i

    ti

    -r"-*49-d9-*He¡¡er-a'

    que

    citará-

    en

    los

    io.át

    rio,

    a las

    obrai6é"t"itiiJ

    -ás

    de

    un

    poeta

    del

    Car-

    ,¡orrro general,escribióabundantes edondillasalambicadas

    pr.n"arr"

    de

    pasión,

    coplas

    que los

    -estudiosos

    o

    suelen

    citar'

    no

    sabemos

    or

    qué,

    y"

    qu"

    más

    de

    una

    se

    halla

    transida

    de

    auténtico

    irismo,

    "uoqo"

    óutt

    "tptt"nten

    demasiado

    ien

    con

    la

    llrica

    cortesana'

    omo

    ésta:

    Tan

    ufano

    Y

    tan

    contento

    me

    hallo

    coo

    mi

    Pasión'

    que

    etr

    lugar

    del

    galardón

    Pido,

    señora,

    el

    tormento'

    Pero

    si-algún

    ector

    se

    oma

    a

    molestia

    de

    pasar

    as

    páginas

    a"

    Lá'éílii

    ."**,iot

    hallará

    abundantes

    nuestras

    ancione-

    *.:t

    V algunaperla an preciosa omo a siguiente:

    ¿Dónde

    está

    la

    fantasía

    de

    mi

    altiva

    condición?

    ¿Dó

    el

    alma

    que

    Ya

    fue

    mía'

    Y

    dónde

    mi

    corazón'

    que

    no

    está

    donde

    solla?

    Mas

    Yo

    todo,

    ¿dónde

    estoY?

    ¿dónde

    vengo

    o

    dónde

    voY?

    ¿A

    dicha

    Yo

    de

    mi?

    ¿SoY

    Por

    ventrua

    el

    que

    fui,

    o

    nunca

    he sido

    el

    que

    soY?

    .-

    Que

    Lope--era.unenamorado e la poesíacancigne¡il

    .tam:

    bién

    lo

    sabemós

    or.

    diversos

    estimonios.

    En la

    Introducción

    a

    -la

    iusta

    poéticaconsidera

    aquellos

    "ingenios

    maravillosos",

    y

    añade:

    "bíganme

    los

    que

    más

    o

    son

    en

    qué

    estudiado'

    como

    ellos

    dicen,

    en

    culto

    soneto

    o

    canción

    endrá

    gual

    este

    pensa-

    miento

    de

    los

    antiguos:

    Ven,

    muerte,

    tan

    escondida,

    qué

    no

    te

    sienta

    venir,

    Porque

    el

    Placer

    de morir

    no me

    vuelva

    a

    dar

    la

    vida"'

    Añadamosotro testimonio: el

    placer con

    que

    glosa

    estas

    canciones

    n

    sus

    comedias.

    sí,

    por

    ejemplo,

    en El castigo sin

    úenganza

    parece

    losado

    l

    conocido

    mote

    "Sin

    mí,

    sin

    vos

    y

    sin

    bios",

    mientras

    que

    en

    El

    caballero

    e

    Olmedo,

    El

    ptíncipe

    perfecto,

    El saber

    puede dañar

    y

    La

    inocente

    sangre

    aparecen

    itoruao"

    aquellos

    versos

    viejos

    que

    dramáticamente

    ecuerda

    '

    Cervantes

    n

    su

    Prólogo

    al

    Persiles:

    Puesto

    Ya

    el

    Pie

    en

    el estribo,

    con

    las

    ansias

    de

    la

    muerte,

    señora,

    aquesta

    e

    escribo,

    Pues

    Partir

    no

    Puedo

    vivo,

    cuanto

    más volver

    a

    verte'

    Un

    Vélez

    de

    Guevara

    glosará ambién

    en

    Reinatdespués e

    morh

    unÍ-

    copla

    de

    Lope

    de

    Sosa,

    que tuvo

    gran

    éxito,

    aunque

    la

    gue se

    levó

    la

    palma en

    glosas ue

    la

    citada del

    Comenda-

    dor

    Escrivá:

    "Ven,

    muerte,

    an escondida",

    ue

    casi

    pasóa

    ser

    un

    lugar

    común.

    Y

    lógicamente,

    n

    Gracián,

    que

    sabía

    bas-

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    8/17

    24

    Sobre

    poesía

    de

    la Edad

    de Oro

    tante

    de coglgplgnp-J*Ég

    ¡

    gegos.de

    Y9ces,

    o-

    podía

    pqrmanecet

    ffi-

    "oo."pt

    tota-

    de-.tanto-poemita

    on-

    i.niáo

    ei el Canciarygle

    ?1ryral.

    Bastará

    abúr

    a

    Agud'eza

    arte

    íürsú:ffi

    $lrmetQsas

    itas

    de

    -

    Escrivá,

    srinchez'

    de-*Ii-adai"sZ*lqpg-de$qsq"y'ggesingenios.  po¿ri" tnt¿it otiás mucnasmanifestacionesue probarían

    hasta

    a

    saciedad

    Lorgsencia

    del cancioneto Penefcl''pero'-creo

    que

    con

    los

    apg^g5lg;9¡dn-suficientes.

    De

    todas

    formas

    no

    A*aA;A;i"*n;i'{[.{uooaqn99.99-J.9!-elis'n-,3.s,losmttes

    y

    las

    eEp:e$:"9-e-hPi99g.bgroca, -tan

    -en

    exacta

    correspoq-

    Gñtñ

    co¡.

    os.del

    siglo

    v.-

    Está,

    pues,

    bien

    claro

    que.99e esquematismo

    e

    nuestros

    manuales

    -no

    -¡e,bpo.qde*-qi

    lquiera

    a

    una

    p¡ejeitiida

    ventdif-ili-

    a¿ctica

    y-qtlg-&-pleagnib-

    4-e*

    Castilleio

    significa

    muy

    poig- al

    ñdó-de=ñ-óuñ-f*.ras

    que

    corren

    paralelas

    l endecasílabo.

    Está

    bién

    ólaió

    tambiéri'que

    Garcilaso

    no

    vino

    a m¡ta¡-lq.-¡¡a-

    afgt"r"l-ritto

    a-v.ivificar

    ü"

    po.ií"

    que hubiera

    terminado-por.

    "6ig"""tr" comoun huso.Gracias-a-f!-!ry19.9"-oq¡!l99 l Cón-

    tico-espiritry!-,-.-$1oda¡

    e

    fgy Luis,

    el

    Politemo

    y

    los

    sonetos

    de-un-Quevddó,

    ero sólo

    teniendo

    presentes

    as oüas

    tendeq.

    cia-s

    i

    posifite e'*piñar

    la

    piofunda

    originalidad

    de

    la

    poesía

    bai¡oca,

    que--i-ié99---á-.s-el.

    na síntesis

    de

    esos

    cinco

    elementos'

    IMPRENTA

    Y POESÍA

    EN LA

    EDAD

    DE ORO

    Se

    cuenta

    que

    cierto

    catedrático

    e

    Derecho

    Romano

    co-

    menzaba

    us

    explicaciones

    e

    curso

    diciendo

    seriamente:

    Se-

    ñores,

    el

    Derecho

    omano

    comenzó

    or no existir".

    Pues

    bien,

    por

    una

    enorme

    y

    clara

    paradoja,

    a literatura

    comienza,

    ero,

    -"hor.

    ao

    serio,

    por

    no

    ser

    üteratura.

    Ustedes

    dirán

    que

    todo

    comienza

    siempre

    por

    el

    no

    ser;

    pero no es esta

    a

    cuestión'

    El problema s muchomássimple: ha existido, existe,una

    .noi*e

    cantidad

    de

    literatura,

    o

    de letradura,

    como

    diría

    don

    Juan

    Manuel,

    que

    nada

    ha

    tenido,

    ni

    tiene,

    que

    ver

    con las

    i"tr"r,

    y

    menos

    odavía

    con

    la

    letra

    impresa.

    Olvidamos

    on

    de-

    masiada

    acilidad

    que

    el

    hallazgo

    de

    la escritura

    y,

    mucho

    más

    tarde,

    el

    hallazgo

    de

    la

    imprenta,

    son

    conquistas

    e

    ayer' Se

    ol-

    vida

    que

    una

    cosa

    s

    a

    palabra iva,

    con

    sus

    espléndidas

    otas

    emociónales

    musicales,

    on su

    fabulosa

    apacidad

    e

    apelar

    al

    corazón

    el

    prójimo,

    y

    otra

    cosa

    y

    muy

    distinta-

    es'la

    re-

    presentación

    ráficade esa

    palabra.

    Es

    lo mismo

    que

    el

    paso

    de

    i,

    p".ront

    viva

    a su

    representación

    ictórica'

    De ahí el extra-

    * Confereocia leída en la fiesta del libro de ¡964 y publicada en

    el Catibgo

    de la

    producción

    editorial

    barcelonesa,

    r9fi't964

    (Barce-

    tona,

    1965),

    págs.

    55-62'

    Pero

    véanse

    aho¡a

    los

    trabaios

    fundame'l-

    trt.s

    Á. noárig,r."-Moñino,

    construcción

    crítica

    y

    realidad

    histó-

    iro

    ,n Ia

    poesía

    áspañola

    le

    los

    siglos

    XVI

    y

    XVII

    (Madrid,

    ¡965)

    y

    Poesía

    y

    cancionetos

    sieto

    XVI).

    Discurso

    leído

    ante

    la

    Real

    Aca-

    -demia

    Española

    (Madrid,

    ¡968)'

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    9/17

    z6

    Sobre

    poesía

    dp

    lo Eikd

    dB Oro

    or,lirario

    asombro

    e

    ciertas

    ribus

    muy

    primitivas

    que

    oyen

    por

    primera vez,

    de

    un

    modo

    objetivo,

    sus

    cantos

    en

    un

    magneto'

    ion.

    La experiencia

    a sido

    sencillamente

    mpresionante,

    orque

    los

    indígenas

    legaban

    ue

    se

    quedarían in

    voces

    si

    se

    as

    lle-

    vaban.Ño olvidemosnuncaque el hombre

    ha

    pasadomilenios

    sobre

    a

    tierra sin

    saber

    eer

    ni escribir,

    pero con

    sus penasy

    alegrías

    cuestas'

    estas

    penas

    alegrías,

    speranzas

    recuer-

    doi

    se

    vierten

    por

    el

    habla

    y

    también

    por

    el

    canto'

    Aún

    hoy'

    por

    desdicha,

    son

    muchos

    los

    millones

    de

    hombres

    que

    no

    puedenacercarse

    un

    übro,

    para vergüenza

    e todos

    os

    leua-

    ior,

    porqr" son

    analfabetos;

    aunque

    muchos

    de estos

    analfa-

    betos-den

    iento

    y

    raya

    a

    millones

    de

    alfabetizados,

    tentos

    ólo

    a

    la

    revista

    deportiva

    o

    al espectáculo

    e

    la

    televisión.

    Ya

    Pedro

    Salinas

    scribió

    una

    deüciosa

    efensa

    e

    estos

    analfabetos

    lenos

    de

    profunda sabiduría

    de

    hondura

    humana'

    Pero estos

    millo-

    nes

    de

    hombres

    conocen

    odos

    una

    literatura,

    apoyada

    en

    el

    canto o en la narraciónoral,

    que

    en

    más

    de

    una ocasión

    de-

    muestra

    una sensibilidad

    ue para sl la quisieranmuchosalfa-

    betizados

    o

    leuados.

    Algunos

    indios

    kiowas

    cantan

    esta

    can-

    cioncilla:

    PoqQue

    soY

    Pobre,

    Porque

    soY

    Pobre,

    rez9

    Pol

    toda criatura

    viviente,

    rezo

    Por

    toda

    c¡iatu¡a

    viviente'

    Si

    esta

    cancionciüa,

    on sus

    repeticiones,

    emuestra

    una

    honda

    preocupación

    or

    el

    prójimo,

    esta

    otra

    de

    los

    nahuas

    mejicanos

    lanteaun

    grave

    problemametafísico'

    an

    grave

    como

    pueda

    plantearlo

    un

    hombre

    tan culto,

    sa,gaz

    lector,

    como

    Quevedo, or eiemplo.Rezanadamenosque esto:

    Sólo

    vinimos

    a

    dormitar,

    sólo

    vinimos

    a soñar;

    no

    es

    verdad,

    no

    es

    verdad

    que

    vinimos

    a

    vivir

    en la

    tie¡ra'

    En

    hierba

    de

    pridavera venimos

    a co¡verti¡nos:

    llegan

    a revetdecer,

    legan

    a

    abrir

    sus

    botones

    nuesüos

    corazonest

    es una

    flor

    nuestro

    cuerpo:

    algunas

    flores da

    y

    se

    seca'

    I

    Imprenta

    y

    Poesía

    y

    !

    Jd"*

    3'"

    Y de

    la

    tribu

    de

    os

    otomles

    procede

    sta

    sencillísima

    oesía'

    tan

    honda

    y

    p€netrante'

    an

    nostálgica

    tan

    manriqueña:

    El

    río

    Pasa,

    Pasa,

    y

    nunca

    cesa.

    El viento Pasa, Pasa,

    y

    nunca

    cesa.

    La

    vida

    pasa:

    nt¡nca

    tegresa.

    27

    Pero

    aunque

    a

    haya

    iiado

    en

    la

    pared

    zaÍagozanu

    on

    sus

    faltas

    de

    ortografía

    correspondientes,

    a

    copla

    que

    leí

    estas

    va-

    caciones

    .rrdm

    envuelve

    odo

    un

    üatado

    de

    andar

    por el

    mun-

    do.

    Es la

    más

    bella

    síntesis

    e

    un

    espléndido

    árs

    aioendi'

    Dice

    asl:

    El

    hombre,

    Para

    ser

    hombre,

    ha

    de

    tener

    ues

    Partidas:

    hacer

    mucho

    Y

    hablar

    Poco'

    Y no alabarseen su vida'

    El

    hallazgo

    del

    canto

    debió

    de

    ser

    casi

    paralelo

    al

    invento

    de

    la

    palabr.,

    qu"

    es,

    sin

    duda,

    a

    conquista

    más

    grandede

    la

    humanidad.

    De

    ahí

    el

    valor

    sacro

    que a

    palabra

    iene

    en

    tantas

    religiones,

    y su

    capacidad

    aumatúrgica'

    Y

    el canto

    debió

    de

    o..!,

    .o-o

    un

    deporte,

    uno

    de

    los

    juegos

    más

    viejos

    y

    entre-

    teni¿os

    que ha

    inventado

    el

    hombre,

    y

    de

    los

    más

    duraderos'

    a

    juzgarpor

    la

    pasión

    que

    hoy

    despiertan-

    os

    cantores

    por la

    áir.oilti"

    mundial.

    Peio

    los

    deportes

    los

    iuegos

    son

    formas

    ¿"

    ¿iyg¡timiento,

    no

    de

    introvertimiento'

    por decirlo

    así,

    o de

    ensimismamiento.

    s

    decir,

    son

    soluciones

    ptas

    para

    que

    el

    io-Ur. salgade sí mismo y olvide que estáacuitado'

    enfermo

    o

    dolorido.

    Por

    eso

    dice

    el

    refrán

    español

    ue

    "Quie-q-c"4¡!at"sus

    Denas

    spantal'.

    Y

    quien

    hoy

    lee

    una

    novela,

    baila,

    ve

    t4.1e!9-

    "iiió"o"ó

    "?-ái

    cine,'ié

    distrae,

    se

    divierte

    Yr

    Por

    lo

    tanto'

    se

    -áivida

    de

    sl

    misirb.

    El

    gran lector

    o

    e!

    gran melómano.-.son

    "1o-;

    lós

    grui?es"cazadoresl

    los

    meiores

    olvidadizos..

    e

    la

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    10/17

    Imprmta

    Y

    Poesía

    n la

    Edad

    de Oro

    de

    ejemplares

    que venden

    Agatha

    C'hristie

    y Simenon-y.las

    raciones

    de

    asesinatos

    que se

    i"o

    to

    la

    televisión

    y

    en

    el

    cine'

    29

    ü

    Sobre

    Poesía

    de lo

    Edad

    dP Oro

    existencia,

    omg*y-a

    io*O4ega

    y-

    Gasset

    n*r¡n

    precioso

    ensayo

    b-ién-

    ñóciao

    poi toaos,:

    Con

    la

    profunda

    diferencia

    de

    que al

    divertirse

    eyendo,

    a-üteratu¡a

    e

    afecta,

    y

    esta

    afección

    es

    lo

    -q"e tá lociedid

    teme.,

    Hoy

    sabemos

    muy

    bien

    que

    se

    han

    per-

    -áido

    miles

    y

    miles

    de libros porque a sociedad a temidosiem-

    pre al

    escritor

    y

    al

    pensador,

    no sólo

    desde

    a

    aparición

    de

    la

    i-pr.nr",

    sino

    en la

    tan cantada

    decantada

    ntigüedad

    lásica'

    ElJenómeno

    se

    apoya

    en

    profundas

    aíces,

    uya explicación

    os

    llevaría

    mucho

    iempo.

    Pero

    no

    resisto

    el

    adelantarles

    ue

    al

    ser

    la

    invención

    de

    la

    escritura

    algo

    enormemente

    abuloso

    y mí-

    tico,

    y

    ser

    muy

    pocos

    os

    capaces

    e

    leer

    y

    escribir,

    a

    palabra

    escrita

    conservó

    arte de

    su

    carácter

    mágico:

    sirvió

    para

    guar-

    dar

    celosamente

    os

    miste¡ios

    eligiosos

    las

    leyes

    o

    contratos'

    De

    ahí

    la

    importancia

    del

    letrado

    en

    ciertas

    culturas

    cuya

    es-

    critura

    es

    enormemente

    omplicada,

    omo

    la

    china,

    por ejem-

    plo.

    De

    ahí

    también

    a

    inmensa

    preocupación

    ue desató

    en

    'Europ,la aparición el übro impreso'La mismaque hoy se

    sienti

    ante

    á

    televisión

    por las

    mismas

    causas'

    Hoy se

    dicen

    casi

    as

    mismas

    cosas

    ue

    s€

    dijeron

    en

    España

    en el

    siglo

    xvl,

    y-_s9

    a{ucen

    ai

    miqrys

    .razones

    ticas

    y

    estéticas'

    Y hasta

    so-

    ii.f"r-y

    políticas.

    .L¡..Jitqrl1ura

    la

    televisión

    producen

    a

    mis-

    ma

    altbrición

    ndividual;

    y

    si se

    ee

    más de

    una

    vez

    que

    ciertos

    áaoi.r.ántii

    o

    niños

    se

    han dedicado

    a asaltar

    y

    robar

    por in-

    fluéncia

    io

    qúC

    han

    visto,

    en

    el siglo

    xvI

    sabemos

    muy

    bien

    oúe'muchos

    spañoled

    ueron

    a

    Indias

    a buscar

    nsulas

    xtrañas

    o

    fu"o,",

    -.r"uiUoiCi

    fol

    influencia

    de

    los

    lib¡9s

    de caballerías.

    Éitl

    fue

    1á-zupiGiñl-ge-niá]"@{-.4S.

    ervante-s

    haber

    cgmpro!1-

    do

    cómo

    se-

    iiir¿li¿-etá

    -íTiiitencia

    de

    un

    hoirado

    hidalgo

    de

    l" Mro.hr. Por-esoodtiéI Quiiote rasminaiteraluq por todas

    ilr;,

    desde

    a

    primerá

    página

    a

    la

    ultimai?ero,

    pór

    fortrrna:

    ¿rt"

    "it".".ión

    o-afección

    no

    se

    da

    con

    la

    fuerza

    que

    creen

    os

    predicadores,

    orque, de

    otro

    modo,

    los

    jóvenes

    del

    siglo

    xvt

    Lubiesen

    sido

    todos

    Amadises

    o

    Calistos,

    Melibeas,

    Orianas

    y

    Dianas.

    si

    de

    veras

    as

    novelas

    ierciesen

    an

    terrible

    influencia,

    hov

    sólo

    habría

    detectives

    ladrones,

    iuzgar

    por

    los

    millones

    Desde

    ministlos

    a

    .,..d,á,i.o',

    habría

    que

    guardarse

    de

    .sus

    intenciones,

    porque

    más

    de

    uno

    ha

    confesado

    cuánto

    le

    deleitan

    esasnovelas. Todos hemos perdido más de una

    "vegada"

    si-

    *Ñ;

    ias

    peripecias

    de

    Maigret,

    como

    el

    Canciller

    Ayala

    lonfesaba

    ambién

    haber

    perdido

    "muchas

    vegadas"

    "leyendo

    a

    Amadis,

    Lanzarote

    e

    bu'i"s

    pasadas"'

    ¡Lástima

    que se

    hayan

    *tit¿"

    esos

    Amadises

    y Lanzarotes

    que.

    entretuvieron

    más

    de

    ffi;;;";l-c'";;

    ct'i.iut'

    de

    castiila!

    J

    si

    ee'

    an'

    perdido

    ;;;

    lú.",

    m"¿ous..itos_,e

    mpresos,

    qué

    no

    habrá

    asado

    on

    .^

    *;tii.pfé

    óancioncilla

    de

    cuat¡o

    o

    seis

    modestísimos

    octosíia-

    bos-!*De-toda

    nuesüa-poesía

    popular.

    anterior

    al

    siglo

    xv'

    en

    castellano

    aporqs--ggn999Pos

    estimonios

    directos'

    alrnque

    ten-

    gamos

    noticias

    de

    su

    éái

    t*i'tencia

    por

    referencias

    de

    Crónicas

    b de

    otras

    uentes.

    Sóio

    a

    un

    casi

    utidtdtto

    milagro

    debemos

    el

    poá., pr"r*ir de nuestras recientes cancioncillas

    mozárabes

    o

    ána¡uri"r,

    esasjarg,b4s

    omances

    que

    figuran

    en

    las

    muwasaas

    árabes

    y

    iudías,

    t"o

    éntiontudas

    con

    los

    villancicos

    amorosos

    posteriores.

    No

    se

    olvide

    que

    para

    un

    marqués

    de

    Santillana

    las

    canciones

    y

    romance'

    'i'ut"

    sólo

    para

    entretenim;ento

    de

    gente

    de

    "baja

    e

    servl

    condición",

    y

    quá además

    no

    tienen

    regla

    ni

    arte.

    ¡Qué

    leios

    estaba

    de

    pensar

    que

    unos

    años

    más

    tarde

    este

    ipo

    de

    poe

    ía

    poputtt

    invaditia

    las.zonas

    más

    cultas

    y

    aris-

    tocráticas

    La

    Corte

    áe

    los

    Reyes

    Católicos

    pudo

    demostrar

    su

    aJJración

    por

    lo

    clásico,

    especialrnente

    por

    lo

    latino'

    pero

    no

    ,"

    arnrO

    ,rapoao

    de

    cantar

    cancioncillas

    romancest

    como

    se

    demuestra

    hoieanao

    el

    espléndid

    Cancionero

    musical

    de

    Pa-

    I^acio,publicado por primera

    v:z

    po.r

    Asenio

    Barbieri

    -y

    recien-

    Iáái-pot

    Hiiinio'anglés,

    el.

    mejor.conocedor

    de la música

    ;;.ñ"it

    L

    to¿ó,

    rot

    titlpát'

    A

    él

    debemos

    una

    atumación

    de

    extraordinario

    valor,

    put't

    que

    nos

    dice

    que

    "de

    la

    música

    loir".ura"

    se

    deduce,

    asimismo,

    que, a

    pesar

    de

    que

    nuestros

    ;;;;;tt;;"t

    .onocíao

    el

    estilo

    de

    la

    escuela

    ranconeerlandesa'

    ;.;ñ;r"t

    ,egui,

    con

    su

    tipismo

    nacional'

    el

    cual

    tendía

    siem-

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    11/17

    :.!,,TÉjiJ..j:ri¡il$

    Sobre

    poesía de

    la Edail

    dc Oro

    ImPrmta

    Y

    Por;tío:n

    to

    lg9

    d" 3Y

    3r

    3o

    pre al expresivismo

    dramático,

    valiéndose

    de

    formas

    musicales

    .i.ptiti-"t.

    Quizás

    en

    el

    género de

    la

    música

    profana, a

    sim-

    plicidad de

    medios

    écnicos

    s aún

    más

    sorprendente.

    l reper-

    torio

    que

    hoy ofrecemos

    eñala,

    ues,

    así como

    el

    poeta pre-

    tendióexpresar

    u

    pensamiento,

    rofundamente rñoroso

    fina-

    mente

    delicado,con verso

    sencillo,avaro

    de

    palabras gene-

    roso de

    sentimiento,

    el

    compositor abe

    encontrarefectos

    de

    emotividad sorprendente

    on acordes

    naturales,aparentemente

    arcaicos,

    que

    acompañan na melodía uadicional,

    típicamente

    hispánica.

    El

    susuato

    popular

    que

    rezuman

    tantos villancicos

    [...]

    unido a la simplicidad e

    formas

    contrapuntísticas,

    s 1o

    gue

    forma contraste on

    el repertorio

    profano

    de las Cortes de

    Bor-

    goña y

    de

    Francia".

    En

    este

    amoso

    Cancionero

    e encuentrsfi

    as muestras

    más

    bellas de la

    poesíapopular,

    cantada

    y

    no

    escrita,

    que

    conoce

    la

    lírica de la

    Edad Media, esa

    poesía

    que

    se

    puso

    de

    moda,

    iunto

    con el romance

    y

    el refrán,

    porque

    el

    renacentista

    io.

    I detrásde estasmanifestacionesa expresiónmejor de un espí-

    ¡

    ,

    ritu

    no

    contaminado

    or

    la

    cultura: vio lo

    natural, o espontá-

    Í

    neo

    y

    lo verdadero.

    De ahí

    toda la

    exaltación

    de

    lo

    natural,

    t

    frente

    a

    lo

    artificioso,

    que

    será

    norma estética

    ética

    de

    tantos

    "tirenacentistas,

    desde

    uan

    de

    Valdésa Cervantes.

    or esto

    tam-

    tpoco

    podemos

    aber

    si real¡nente

    lguna cancioncilla

    an bella,

    peneüante

    esquemática,

    omo

    ésta,

    por

    eiemFlo,

    En

    Avila, mis oios,

    dentro

    en Avila.

    Eo

    Avila

    del

    Río

    f;:lT""'.f^ffi:"

    es realmente

    obra de

    un

    poeta

    finísims

    y

    archiculto o, de un

    anónimo

    que

    vivla en cualquier

    pueblecito

    castellano. e ro, en

    otros casos,

    í

    podemos

    aber

    que

    se trata de

    una canción ra-

    -dicional,

    puesto

    que

    se

    ha

    podido

    recoger

    de viva voz casi

    qui-

    nientos

    añosmás arde; como

    ésta,

    por

    eiemplo:

    Aquel

    Pastorcico'

    madret

    -

    que no

    viene'

    algo

    tiene

    en

    el

    camPo

    que le

    duele;

    recogida

    nada

    menos

    que

    por

    E'

    Torner'

    €n

    su

    Cancionero'

    casi-con

    a mismaexactitudy sin apenas ariantes:

    Aquel

    Pastorcillo'

    madre'

    Pues

    no

    vieoe'

    algo

    tiene

    en

    el

    camPo

    que

    le

    entretiene'

    EsrcCancionero

    musical

    d,e

    Palacio

    umple

    en

    la

    ürica

    cas-

    teUroa

    el

    papel

    de

    los

    grandes

    Cancioneiros

    ara

    la-

    írica

    ga-

    laico

    portugu"r",

    .*quJlas

    fórmulas

    y

    la

    expresiót

    1" ]::^:1-l:

    timientos

    s-ean

    más

    avaros

    y concisos,

    elo

    con

    una

    potencra

    poética

    encillamente

    rrebatadora;

    omo

    en

    ésta'

    por eiemplo

    Todos duermen' corazón'

    todos

    duermen

    Y

    vos

    non'

    El

    dolor

    que habéis

    cob¡ado

    siemPre

    os

    terná

    desvelado'

    quel

    corazón

    lastimado

    recuérdale

    la

    Pasión'

    A

    partir

    de

    fines

    del

    siglo

    xv

    esta

    poesía

    popular

    tentará

    a

    los

    mejores

    poetas

    'puñotJt,

    dade

    Jrry

    del.'Encina

    a

    García

    ilt*-'"

    ÑU".¿

    pur.o¿o

    Pg¡lgpe-de

    Jega'

    Qó'qgora

    Anto-

    ¡i"

    -üU¡qtuUiq3g

    nam-on*Jime5¡92'

    sta

    será'

    precisamente'

    una

    de

    nuestras

    ranáéllósiüili¿i¿éi

    ttente

    a

    la

    poesla

    uropea:

    ü;ó*-s1¡s-p9¡le-ü¡iqc-PeP.ular

    en

    todas

    as-

    Pocas'

    n

    pleno

    Renacimiento,

    no

    ffi;id;

    que las obrasde Boscán p'5i-

    l.ro

    ,.'

    publican

    en

    Barcclona

    or

    primera

    vez

    en

    ¡543'"

    Ios

    vihuelistas

    Milán

    (r

    535),

    Narváei

    (rj¡8)'..Valderrábano'

    r

    547)'

    pirráo,

    (1552),

    u"lUtnt

    (r55+)'

    el

    polifonista

    uan

    Vásquez

    i;;5tt5;io'.1

    *óoito

    totót

    a"t

    Cancionero

    e

    Upsala'

    omo

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    12/17

    Sobre

    poesí.a

    dB

    la Edad

    d'e Oto

    más

    arde

    el

    ciego

    Salinas

    t572),

    íntimo

    de

    fray

    Luis

    de

    León'

    nos

    conservarán,

    o sólo

    la

    let¡a

    de

    incontables

    prodigiosas

    canciones,

    ino

    la

    música

    correspondiente'

    a transmisión

    se

    hace,

    como

    es

    natural,

    cantando,

    ero el

    arte

    del

    canto

    se

    apren-

    de en unos libros que fijan

    nítidamente

    el

    texto

    poético' Sin

    ..U.rgo,

    al

    revés

    di

    lo

    que

    sucede

    oy, el músicopartirá de

    *a

    láá

    ya

    conocida,

    no

    de

    un

    "monstruo",

    letra

    que

    es

    el

    "ánima

    de

    la

    música",

    como

    decía

    Fuenllana,

    y

    la

    dotará

    de

    nueva

    melodía;

    por

    otra

    parte,

    os

    cantores,

    esde

    un

    soldado

    que

    está

    en

    Indias

    " uo

    iop"

    o

    Góngora,-

    modificarán

    muchas

    u^...r,

    oo

    los

    estribillos,

    o

    sea

    as

    cabezas

    e

    las

    canciones'

    ino

    los

    desarrollos

    glosas.

    De

    ahí

    la

    frecuencia

    on

    que un

    mismo

    villancicoses

    gtosado

    de

    manera

    an

    diferente,

    como

    éste'

    por

    ejemplo:

    Véante

    mis

    oios,

    :-il:Til:

    1,10'u"o'

    Y lo que Yo más qutero'

    Imprmta

    Y

    Poesía

    n

    la Edad

    de

    Oro

    De

    los

    álamos

    vengo,

    madre,

    de

    ver

    cómo

    los

    menea

    el

    ai¡e'

    De

    los

    álamos

    de

    Sevilla

    de

    ver

    a

    mi

    linda

    amiga'

    De los álamos vengo,

    madret

    de

    ver

    cómo

    los

    menea

    el

    ai¡e'

    Pero

    no

    fue

    esta

    sola

    a

    manera

    de

    divulgar

    la

    poesía

    de

    ,ip"

    ú.¿i.¡.iJ-y

    poput*r,

    puesto

    que.con

    el

    nacimiento

    e

    la

    iápr"o,"

    debieron

    surgir,

    al

    mismo

    tiempo

    que las

    estampas'

    los

    ptiegos

    ueltos;

    si,

    pi"tttiUas-tao

    aras'

    de

    cuatro

    a

    ocho

    páginas

    n

    su

    mayor

    pt"t,

    q"",

    a lo

    largo

    del

    siglo

    rvl'

    difun-

    ái.7.r

    "no"

    auténticas

    masas

    una

    poesía

    bellísima'

    que

    para

    ahora

    a

    quisiéramos

    n

    boca

    de

    tanto

    cantante'

    asta

    omparar

    esta

    cancioncilla

    e

    un

    pliego

    suelto:

    Otvidar

    quiero

    mis

    amotes'

    que Yo

    quiérolos

    olvidar'

    Los

    mis

    amo¡es

    Primeros

    no

    me

    salieron

    verdaderos'

    srno

    falsos

    Y

    lisongeros'

    que

    Yo

    quiérolos

    olvidar'

    Mis

    amores

    os

    de

    antes

    no

    me

    salie¡on

    leales'

    srno

    falsos

    Y

    con

    maldades'

    que

    Yo

    quiérolos

    olvidar'

    con

    esta

    otra,

    procedente

    e

    un

    pliego

    suelto

    de

    hoy'

    titulado

    ó*rionrro

    deiotor,

    cuya

    primera

    estrofa

    eza

    asl:

    El Pullover

    que me

    diste

    bien

    lo sabes'

    Posee

    una

    virtud'

    Guarda

    siemPre

    el

    calor

    de

    ti'

    porsll

    no¡o

    DB

    oRo.

    3

    33

    32

    glosado

    por

    un

    Pedro

    de

    Andrade

    Caminha,

    portugués'

    y por

    irna

    Santa

    Teresa,

    bien

    castellana'

    ue

    lo

    convierte

    en

    Véante

    mis

    oios'

    HiLTlJd"

    Estos

    tratados

    de

    los

    vihuelistas

    polifonistas

    de

    la

    Edad

    de

    Oro

    constituyen,

    su

    vez,

    otro

    inmenso,

    ancionero

    e

    lírica

    tradicional, ien conocido or losestudiosos'y' obre odo ahora'

    con

    lm

    publicaciones

    e

    os

    musicólogos

    grupados

    .alrededor

    áu

    ff.

    A"gf¿s.

    La

    belleza

    de

    estas

    cancioncillas'

    un

    sin

    la

    mú-

    sica

    co.rópondiente,

    es

    un

    sencillo

    milagro

    poético'

    Pondré

    ,Oto

    "tr"

    picioso

    eiemplo,

    procedente

    de

    Juan

    Vásquez'

    que

    se

    cantó

    mucho

    en

    EsPaña:

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    13/17

    Sobre

    Poesía

    de la

    Edtd

    de Oro lmprmta

    y

    Poesía

    en Ia Edad

    de Oro

    35

    34

    Me

    ilusiona

    Pensar

    tan sólo

    en

    ti'

    3.'"*il;

    -'

    cada

    día

    desde

    que

    te

    Perdí'

    Se

    me

    dirá

    que

    la

    letra

    sin

    la

    música

    nada

    vale,

    pero ahí

    está

    precisamente

    l

    hallazgo

    de

    la

    inmensa

    poesía

    popular es-

    panoia:

    su

    extraordinaria

    alidad

    poética,

    prescindiendo

    e la

    calidad

    musical.

    Los

    pliegossueltos

    usieron

    en

    manos

    de

    todos

    los

    españoles,

    ndependientemente

    e

    su

    condición

    social,

    un

    caudaf

    de

    ürismo

    que no ha

    tenido

    comparación

    posible en

    ninguna

    época

    ni en

    ninguna

    histo¡ia

    de

    la

    poesía

    europea'-No

    olvidemos

    ue estas

    ancioncillas

    ran

    as

    que

    cantaban

    n

    Gar-

    cilaso,

    un San

    Juan

    de

    la

    Cruz,

    un Cervantes,

    n

    Góngora

    o

    un

    Lope

    de

    Vega;

    o,

    convertidas

    lo

    divino,

    desde

    ines

    del

    siglo

    xv,

    todas

    as

    monias

    españolas'

    orque

    en

    España

    se

    lle-

    gion.-."n,ar

    a lo divinohastaas ácaras e pícaros coimas'

    áe

    bravos

    chulos,

    el

    gusto

    pasó

    a

    Indias'-Por

    eso

    podemos

    ver

    a sor

    Juana

    nés

    de

    la

    cruz

    escribir

    todavía

    este

    género

    poético,

    pu.rto

    de

    moda

    a

    principios

    del siglo

    xvII

    por

    el

    céle-

    bre

    'Escarramán'

    e

    Quevedo.

    Pero

    todavía

    queda otra

    posibilidad

    de salvar

    a

    poesía

    ra-

    dicional:

    incorporarla

    una

    piezadramática'

    Ya

    Juan

    del

    Enci-

    na

    solía

    erminar

    sus

    obras

    con

    un

    villancico

    cantado,

    unque

    no

    de

    tipo

    popular,

    sino

    creación

    uya

    otal'

    Es

    Gil

    Vicente

    quien

    iniciará

    ealmente

    a

    delicada

    area

    de

    incluir

    con

    suprema

    abi-

    lidad

    dramática

    una

    vieia

    canción,

    lena

    de

    sorprendente

    iris-

    mo, en sus arsas,

    ragicomeüas

    autos'

    Dámaso

    Alonso

    eunió

    un

    precioso

    cancionerillo

    que leyeronapasionadamentey no

    sin

    sorpr.s"-

    todos

    os

    poetas

    de

    su

    geleración

    y

    las

    siguien-

    tes.

    A

    veces

    se

    6"¡¿

    simFlemente

    e

    dos

    versos

    "Por

    el

    rlo

    me

    llevad,

    amigo,

    y

    llévademe

    or el

    tío",

    al

    paso

    que oüa.s

    áesa¡rolao

    uy

    aiu"i*s

    solucionés

    ormales

    o

    temáticas'

    mi-

    tando

    delicadamente

    la

    canción

    uadicional

    vieja'

    Lo

    mismo

    harán,

    pero

    no con

    tanta

    habilidad,

    abundancia

    y

    delicadeza,

    otros

    autores

    dramáticos,

    como

    Diego

    Srínchez

    de

    Badajoz,

    Lope

    de

    Rueda

    o

    Juan

    Timoneda,

    iunto

    con

    los

    anónimos

    de

    los

    autos

    religiosos.

    Sin

    embargo,

    la

    generación

    de

    Góngora

    y

    Lope

    volverá de nuevo a recoger la

    herencia

    de

    Gil

    Vicente,

    y

    Lope

    de

    Vega,

    con sus

    seguidores,

    nos

    ofrecerá

    un

    teatro

    abundantí-

    simo

    en

    canciones

    uadicionales,

    hasta

    el

    punto de

    que no hay

    actividad

    humana,

    fiesta o situación

    que no se

    apostille

    con

    un

    cantar.

    Más de

    un

    drama,

    como

    es

    bien sabido,

    girará

    sólo

    al-

    rededor

    de la

    fabulosa

    presencia

    de

    una

    cancioncilla

    vieja,

    como

    la

    célebre

    del Cabutlero

    de Olmedo,

    tan llena

    de

    d¡amatismo'

    Todas

    las

    formas conocidas,

    más otras

    inventadas

    por el

    propio

    Lope,

    tendrán

    acogida

    en

    su

    teatro,

    desde

    el

    viejo

    zéiel

    a la

    ."n.ión

    paralelística,

    pasando

    por las

    formas

    de

    repetición

    al-

    ternada,

    d"

    tt.,

    vieia

    ruz

    en

    la

    poesía

    eu¡opea,

    como

    la

    canción

    Deia

    las

    aoellanicas,

    moro'

    o

    ¿De

    oiene,

    de

    oiene?

    Muchas

    de

    estas

    canciones

    son

    realmente

    canciones

    viejas,

    como

    ocurre

    también

    en

    Tirso de Molina o en Vélez de Guevara o en los

    ent¡emesistas;

    pero otras

    son

    creaciones

    ndividuales,

    imitación

    habiüsima

    de

    las

    anónimas;

    mientras

    que

    en

    otros

    casos,

    sólo

    unos

    versos,

    normalmente

    el estribillo,

    son

    viejos

    o

    tradiciona-

    les.

    Lope

    de

    Vega

    y

    sus

    seguidores

    salvaron

    así

    un caudal

    pro-

    digioso

    de lirismo

    popular

    que

    no

    tiene

    tampoco

    punto de com-

    paración

    con lo

    ocurrido

    en

    otras

    iteraturas'

    Pero

    aún

    tenemos

    oüo

    refugio

    de

    estas

    cancioncillas,

    refu-

    gio

    que

    ha sido

    también

    explorado

    por

    los

    estudiosos

    con

    no-

    iable

    éxito:

    me refiero

    a las

    colecciones

    de

    refranes,

    tan

    abun-

    dantes

    en la

    Edad de

    Oro,

    y

    hasta

    algún

    diccionario,

    como

    el

    Tesoro

    de

    Ia

    lengua

    castellana,

    de Covarrubias'

    De

    entre

    todos

    éstos descuellan dos obras del insigne maestro salmantino Gon-

    zalo

    Correas,

    cuyo

    Vocabulario

    dc

    teftanes

    y

    su

    Arte

    de la

    len-

    gua castellon¿

    están

    repletos

    de

    villancicos

    deliciosos,

    como

    éstos,

    por

    eiemPlo:

    ' l

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    14/17

    36

    Sobre

    Poesía

    d.e

    a Ednd

    de Oto

    Estábame

    Yo

    en

    mi

    estudio

    estudiando

    la

    lición'

    Y

    acordéme

    de

    mis

    amores:

    non

    Podía

    estudiar'

    non'

    Levantóse un viento

    de

    la

    mar

    salada

    Y

    diome

    en

    la cara'

    Levantóse

    un

    viento

    que

    de la

    mar

    saüa

    Y

    alzóme

    la

    falda

    de

    mi

    camisa'

    Parecida

    divulgación

    uvieron

    os

    romances

    iejos,

    sólo

    que

    en

    este

    caso

    contamos

    con

    un

    hallazgo

    sencillamente

    enial,

    [ti¿o,

    como

    es

    archiconocido,

    l

    editor

    de

    Amberes

    Martín

    Nucio,

    quien

    publicó

    su

    precioso

    Cancione-ro

    e

    romances'

    uya

    r.g-á.

    .¿i.ión

    coincide

    xactamente

    on

    a

    mitad

    del

    siglo

    xvl'

    El-éxito de estacolecciónue sencillamenteulninante'

    y

    como

    el

    negocio

    no

    debió

    de

    ser

    malo,

    otros

    editores

    españoles'

    o-

    menziodo

    por

    Esteban

    de

    Náiera,

    mitaron,

    copiaron

    y

    aumel-

    taron

    ese

    hallazgo,

    on

    resultados

    abulosos

    ara

    la

    historia

    de

    ü

    po"ti"

    españo-la.

    l

    propio

    editor

    -nos

    dice

    en

    el

    prólogo

    de

    q"á;;¡"

    ha

    reunido

    su

    colección:

    "Puede

    ser

    que falten

    aquí

    algunos

    aunque

    muy

    pocos)

    de

    los

    romances

    ieios'

    os

    cuales

    yo no

    puse,o

    porque

    no

    han

    venido

    a

    mi

    noticia'

    o

    porque

    no

    ío,

    U"fie

    t*

    .,r-plidos

    y

    perfectos

    omo

    quisiera'

    y no

    -niego

    q* ""

    fot

    qu" "quí

    van

    mfresos-habrá

    lguna

    alta'

    pero ésta

    se

    áebe

    mputa,

    " Ío,

    exemplares

    e

    adonde

    os

    saqué'

    que

    esta-

    ban

    muy

    corruptos'

    y

    "

    it

    flaqueza

    de

    la

    memoria

    de

    algunos

    que me'los diciaron,que no,se

    podían.a:o.tdtt

    dellos

    perfecta-

    á."r".

    Yo

    hice

    toda

    diigencia

    porquehubiese as menos altas

    qrr"

    foer"

    posible,

    oo

    *

    ha

    sido

    poco

    uabajo

    untarlos

    y

    en-

    á""a*

    y

    aAadir

    iguoot

    que

    estaban

    mperfectos"'

    La

    déclaración

    e

    Martín

    Nucio,

    como

    se

    puede

    ver,

    es

    muy

    o

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    15/17

    39

    r 3 8

    Sobre

    poesía

    de

    la

    Efud

    d.e

    Oro

    Imprenta

    Y

    Poesía

    n lo

    ]do!

    ! O*

    tambiénun

    poeta

    archipopular,

    nada

    digamos

    e un

    Lope,

    que

    alternará

    a

    prosa

    de

    la Arcadda,

    as

    octavas

    de la

    lerusalem

    con

    sus romances

    ersonallsimos,lenos

    de

    intimidad,

    romances

    que

    se

    cantarán

    en

    todas as

    esquinas,

    que

    alguno,

    como el

    de

    Mira, Zaide,

    que'te

    aoiso, legará

    a convertirse

    n

    romance

    popular auténticoy pasta se volveráa lo divino. Y del mismo

    modo

    que

    los

    vieios se

    recogieron

    n Concionefos,

    stos oman-

    ces

    nuevosse

    recogen

    ambién

    y

    como

    anónimos

    en

    las

    nueve

    partes

    de la

    FIor de

    rsaríosomances

    ,

    9u€

    más

    tarde

    i¡án a

    parar

    al

    inmenso

    Romancero

    eneral

    de

    16oo, o

    a

    la Segunda

    Parte

    de ese

    mismo übro,

    impresaen Valladolid

    en

    16o5, sin

    contar

    con

    los romancerillos

    reves,

    an llenos de encanto

    hasta

    en los

    títulos'.

    lardín

    de omadores,

    aberi,nto

    noroso' etc.

    Hoy sabemos

    muy bien

    que

    la

    exaltación

    dignificación

    e

    lo

    popular

    fue un

    fenómenoeuropeo

    con

    ralces en

    una €spe:

    cial

    metafísicade la

    Naturaleza.

    Margit

    Frenk Alatore,

    que

    tanto sabede

    lírica tradicional,

    dice

    que

    "en

    Francia, talia,

    Ale-

    mania, Inglaterra, os escritoresse complacenen utilizar los

    cantares

    olHóricos, en

    formas a

    menudo

    parecidas

    a las

    co-

    munes de

    España.Parece, in

    embargo,

    que

    ningún

    pals

    dio

    a

    esa

    endencia l

    riqulsimo

    y

    múltiple

    desarrollo

    que

    alcanzó

    en

    la

    Península

    bérica; en

    ninguno

    o

    popular

    hundió sus

    raíces

    tan

    profundamente

    n

    la

    poesía

    en

    el teatro".

    Pero

    hasta

    ahora sólo

    me

    he referido

    a la

    poesía

    antada,

    los

    lectores

    se

    preguntarán,

    como es

    lógico,

    por

    la otra

    ver-

    tiente.

    ¿Qué

    pasa

    con

    la

    poesía

    ulta

    en

    la

    Edad de Oro?

    Pues

    lo

    que pasa

    es

    algo

    bastante

    nquietante,

    como

    di¡ía Ortega

    y

    Gasset;

    algo

    que

    nos llevaría

    a

    meditar

    profundamente

    en

    serio,

    sobre

    algunas

    econditeces

    el

    al¡na

    española,

    que

    ahora

    sólo podré apuntar sin desvelarel misterio, porque quizá no

    lo

    tenga.

    Sin

    embargo,

    el asunto

    es

    sencillamente

    pasionante,

    como

    verán

    en

    seguida.

    2

    Véase

    la

    nota z de

    la

    pá9.

    17

    de

    este vol.

    La

    transmisión

    e

    la

    obra

    poética

    medieval

    se

    hace

    por

    me-

    dio

    de

    manuscritos

    ndividuales,

    más

    o

    menos

    abundantes'

    ul-

    cros

    o

    descuidados,

    .

    por

    medio

    de

    Cancioneros

    de

    Antolo-

    gías.Contra

    o

    que

    se

    puede

    creer

    y

    se

    dice

    muchas

    veces-'

    !i-rigl"

    ""

    no

    .,

    el

    siglo

    de

    los

    extractos,

    ntologías'

    igestos'

    "t.ei.rr, porquedesde-laantigüedad s

    bien

    conocido

    este

    casi

    g!r.t"-irtt.tio.

    to,

    famosos

    ancioneros

    el siglo xv' tan ci-

    irdo,

    po. todos,

    el

    de

    Baena,

    Stúñiga,

    Palacio'

    Hixar'

    etc''

    se

    caracterizan

    or una

    misma

    cualidad:

    reuni¡

    el

    mayor

    número'

    ;lJb-le

    á;

    po"-rr,

    sin

    atender,

    como

    se

    hace

    hoy'

    a

    la

    calidad

    ioética.

    Oe

    ani

    el

    que

    en

    esos

    cancioneros

    aya

    muchos

    versos

    y

    no."

    poesía,

    omo

    dijo

    Menéndez

    Pelayo'

    Pero

    no

    fue

    otro

    ilti.-t

    .f

    qu"

    guió las

    tareas

    de

    Hernando

    del

    Castillo'

    quien

    se

    pasóbasiant.

    tiempo

    copiando

    poemas

    ara su

    célebre

    Can-

    ,iortro

    general,

    mpreso

    en

    Valencia

    en

    r5rr

    3'

    Este

    inmenso

    co{pus,

    t

    -¿,

    extenso

    que conoce

    a-

    poesía

    española

    e

    todos

    tor',i"ápor,

    contiene

    a

    mayor

    parte

    de

    la

    poesía

    e

    la

    segunda

    mitad del siglo xv,

    especialmente

    e

    la

    generación

    e

    -lo1

    Reye,1

    Católicos;

    e-sa

    oesía'de

    ipo amoroso,aunqueabunda-lasatí-

    J..,

    oo

    intelec-tualizada

    conceptuosa

    omo

    a

    conocida

    copla

    del

    comendador

    scrivá:

    enr

    muerte,

    tan

    escondida'

    que

    no

    te sienta

    conmigo'

    trH:,:T:'

    .;l"il

    Copla

    que

    les

    habrá

    recordado

    tra

    muy

    afín

    de

    Santa

    Te-

    ,err.

    i si

    he

    puesto

    ese

    ejemplo

    ha sido

    con toda

    intención'

    pr.t

    q"" viesen

    ápidamente

    a

    presencia

    e

    un

    tipo

    de

    poesía

    i" no"t del siglo iv en la mitad

    del

    siglo

    xvl'

    La

    expücación

    es

    sumfrmente

    encilla:

    ese

    cancionero

    generalde r5lr tuvo

    un

    éxito

    extraño'

    dado

    el

    formato

    y

    el

    coste,

    luesto

    que

    se

    co-

    3

    Véase

    a

    nota

    3

    de

    la

    Pág.

    zr'

  • 8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI

    16/17

    40

    Sobre

    poesía

    de la Edad

    de

    Oro

    nocen

    hastanueve ediciones

    n

    pleno

    siglo

    xvr, algunas

    de las

    cuales

    odavíaaumentan l

    número de

    los

    poemas.

    a

    influen-

    cia

    que

    esta

    antología

    jerció

    a lo largo del siglo

    xvI

    debió

    de

    ser

    considerable,

    ésta

    es

    realmente

    a

    fuerza

    que

    se

    llama

    tradicionalista

    no la

    figura de Cristóbal

    de Castilleio,

    uya

    n-

    fluencia, l lado de a de estecorpus,es casi nsignificante. oda-

    vía Lope de

    Vega recordaba,

    n la

    lusta

    de San

    sidro,

    la

    pro-

    fundidad

    de los conceptos

    e

    las viefas

    coplas

    castellanas)

    un

    Gracián,en

    la

    mitad del xvlr

    no dejará

    de

    poner abundantes

    eiemplos

    e

    Escrivá,Lope de Sosa

    otros en su

    Agudeza

    arte

    de

    ingenio,

    y

    con

    muchos

    elogios.

    Parte de

    un lenguaje

    amoro'

    so

    de

    muchas omedias

    iene su

    raíz En

    esos

    poemas,

    n

    los

    que

    hay

    que

    ver

    tambiénel

    germen

    de

    un conceptismo

    alambica-

    miento

    an caro

    a los

    poetas el

    barroco.

    Para

    !,.no

    hay

    duda

    que

    cuando

    se

    estudie

    el origen

    del conceptismo'

    na

    de

    las

    fuentes

    a las

    que

    habrá

    que

    acudir

    será

    precisamente

    sta del

    Cancionero

    eneral,

    l

    paso

    que

    habrá

    que

    acudir

    al

    Cmtcionero

    de obrasde burlasprooocantes risa para entendercierto tipo

    de

    poesía

    lebeya hasta

    prostibularia, on

    más o

    menos

    gtaci1

    si

    se

    quiere

    explicar a

    dignificación

    que

    el

    género

    sufrirá

    con

    los

    poetas

    barrocos,

    especialmente

    on

    un

    Quevedo.

    Sólo

    asl

    se

    podrá

    explicar,

    de

    paso,

    que

    a

    picarescaiene a su

    ado

    otras

    fórmulas

    iterarias

    muy

    relacionadas

    on

    el

    tema de

    los baios

    fondos.

    Hay

    que

    llegar

    a comienzos

    del siglo

    xvII

    para

    encontrar

    otra

    antología,

    pero muy diferente

    de la de

    Hernando

    del Cas-

    tillo :

    las

    .Flores4rpoeias-ihuffiYalladolid,

    r6o5),

    recogidas

    por Pglrp-Dspiqgsa'

    uno de

    los

    poetas más finos de

    la época.

    Estíantología

    es

    quizás única en las

    letras españolas

    asta legar

    a la de un Gera¡do Diego, y como la de Gerardo, la de Espi-.

    nosa

    es, en

    parte,

    la

    antología

    de

    un

    grupo

    de

    poetas