andes del sur nº 1 2010

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ANDES DEL SUR Nº 1 2010 Primera Estación del ferrocarril de Temuco Fuente: Ricardo Herrera Floody Albúm Centenario de 1910. Provincias y comunas de Chile. Viña del Mar 2010. Publicación de la Carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Educación y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Región de La Araucanía

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ANDES DEL SUR Nº 1 2010

Primera Estación del ferrocarril de Temuco

Fuente: Ricardo Herrera Floody Albúm Centenario de 1910. Provincias y comunas de Chile. Viña del Mar 2010.

Publicación de la Carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Educación y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Región de La Araucanía

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Editorial Andes del Sur.

Publicamos en este número un estudio del profesor y geógrafo Pedro Riffo Arteaga sobre el

sistema de volcanes en la región de La Araucanía. Continuamos con una investigación

preliminar del profesor Luis Iván Inostroza Córdova sobre la cultura económica de la

sociedad mapuche al momento del contacto con los conquistadores españoles a mediados

del siglo XVI. En tercer lugar, el estudio del profesor Jorge Pinto Rodríguez sobre los

empresarios agrícolas en la Araucanía, a comienzos del siglo XX. Asimismo, un artículo de

la profesora Mónica Sepúlveda Rivera referido a la fase temprana de la colonización en el

distrito de Angol en la segunda mitad del siglo XIX; y una transcripción del Inventario de

bienes de José Antonio Bravo de Angol, 1884. Luis Iván Inostroza Córdova, Editor.

Indice

Pedro Riffo Arteaga

Los volcanes en la historia de “La Araucanía

3-14

Iván Inostroza Córdova

La civilización agrominera y comercial mapuche, siglo XV

15-43

Jorge Pinto Rodríguez Empresarios agrícolas en una economía emergente.

La Araucanía, Chile, 1900-1940

44-59

Mónica Sepúlveda Rivera

Rasgos de la economía de colonización en Angol, 1870-1890

60-76

Mónica Sepúlveda Rivera

Inventario de bienes de José Antonio Bravo de Angol, 1884

77-103

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Los volcanes en la historia de “La Araucanía”

Pedro Riffo Artega

Profesor de Geografía. Universidad de La Frontera

Resumen: Estudio descriptivo de los volcanes de Araucanía, siguiendo tipología de

materiales, y la historia de la actividad volcánica registrada en documentos históricos

referida a los volcanes Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarica y Quetrupillán.

Palabras claves: volcanes, Araucanía, Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarrica,

Quetrupillán

They summarize: descriptive Study of Araucanía's volcanoes, following typology of

materials, and the history of the volcanic activity registered in historical documents referred

to the volcanoes Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarica and Quetrupillán.

Key words: volcanoes, Araucanía, Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarrica, Quetrupillán

Introducción

Por su posición geográfica en el extremo suroccidental de Sudamérica (zona de

convergencia de placas tectónicas), Chile es uno de los países con los más altos índices de

actividad sísmica y volcánica del globo, por formar parte, entre otras cosas, del Círculo de

Fuego del Pacífico. Miles de volcanes encontramos tanto en los Andes continentales como

antárticos. De los aproximadamente 500 volcanes activos del planeta, 56 de ellos están en

Chile representando un 10% del total. Es más, la mayoría de esos volcanes se concentra

entre Santiago y el extremo sur de la Región de Los Lagos que es, a su vez, la región que

concentra el más alto porcentaje de la población chilena. Las estadísticas señalan que en

Chile existen unos 2.000 volcanes y más de 5.000 cráteres (recordemos que no siempre el

material sale por el cono principal), por ello es que hay autores que señalan que en el país

se ha detectado la presencia de alrededor de 5 mil volcanes.

“La Araucanía”, ubicada casi en el centro de esta área, presenta, además, otra

interesante particularidad: de los tres volcanes con mayor frecuencia de erupciones en

Sudamérica, dos están en ella: el Llaima y el Villarrica (el otro es el Sangay, de Ecuador).

Bueno es recordar, por lo anterior, la importancia de estos edificios naturales en la

historia regional cuyo aporte a la economía no ha sido aún bien valorado y casi siempre se

consideran más como enemigos del hombre, cuando la verdad es que con un buen

conocimiento de su comportamiento y una mejor planificación territorial éste puede y debe

convivir armónicamente con ellos.

Mucho se ha estudiado y escrito sobre los volcanes araucanos. En las páginas

siguientes no haremos sino repetir algunos conceptos sobre ellos; reseñar algunos eventos

que nos parecen los más relevantes y señalar algunas consideraciones elementales que se

deben tener en cuenta para prevenir algunas dificultades que las erupciones (un fenómeno

absolutamente normal de la naturaleza) pudieran provocar a quienes viven en sus

alrededores o visitan sus dominios en busca de la paz y tranquilidad tan esquiva en los

centros urbanos sean estos regionales, nacionales o mundiales.

Algunos conceptos básicos

Al hablar de volcanes bueno es recordar algunos conceptos básicos relacionados con

ellos y su actividad. Así, de manera muy simple, podemos definir un volcán como una

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fisura o grieta de la corteza terrestre a través de la cual ascienden masas rocosas en fusión

(magmas) y gases procedentes de zonas profundas de nuestro planeta, y que liberan grandes

cantidades de energía térmica y cinética. El magma, como se señaló, es una roca fundida a

una temperatura de 900° y 1.400 ° C que se genera en el manto superior, en profundidades

variables de 60 a 300 km.

Otro concepto es el que se refiere a la actividad volcánica, entendiéndose como tal a

manifestación térmica visible en la superficie de la tierra, ligada a un proceso magmático,

en tanto que se entiende por volcán activo a aquel que haya registrado erupciones históricas

(otros prefieren que hayan tenido erupciones en los últimos 10 mil años...) y volcán

dormido se considera a aquel que ha tenido violentas erupciones en tiempos históricos, pero

que hoy se encuentra en completo reposo. No faltan, además, quienes hablan de volcanes

extintos o apagados para definir aquellos volcanes semidestruidos por la acción de los

agentes atmosféricos. Pero lo peor que se puede hacer es pensar que un volcán se ha

apagado. Puede estar inactivo a escala humana, pero a escala geológica es preferible pensar

que sólo está dormido. Algunos casos son ilustrativos: el Pinatubo, en Filipinas, despertó

después de 600 años y el Hudson, en Aysén, lo hizo después de 300 años ( primero en

1971 y 73 y recientemente en 1991.)

Muchos volcanes en el mundo mantienen un penacho intermitente de “humo”, como

el caso de algunos volcanes de La Araucanía. Se trata de actividad fumarólica, que se puede

definir simplemente como al escape de los gases; principalmente vapor de agua, llamada

también fase gaseosa.

TIPOS DE VOLCANES.- Según el material que los componen, a los volcanes los podemos

agrupar esencialmente en tres grupos:

1° Volcanes formados por lava, que si es fluida formará volcanes en escudo, como los de

Hawaii y si es viscosa originará domos volcánicos (verdaderas cúpulas naturales) como el

Llaima, el Villarrica o Lonquimay.

2° Volcanes formados por piroclastos, llamados conos de piroclastos, como los volcanes de

Caburgua o el Navidad. Algunos volcanes presentan sólo un cráter rodeado por un anillo de

piroclastos, sin formar un relieve importante. Se denominan maares, como las lagunas

Redonda y El Reloj, ubicadas cerca de la ribera izquierda del río Allipén, al suroriente de

Los Laureles.

3° Volcanes formados por lavas y piroclastos, a los que se denominan estratovolcanes, a los

que se puede definir como aquellos volcanes compuestos por una secuencia de lavas y

piroclastos, entre los que podemos citar nuestros Llaima, Villarrica, Lanín o Lonquimay.

MATERIALES Y DEPOSITOS VOLCANICOS.- Los materiales volcánicos más

abundantes son los que indicamos a continuación:

a.- Lavas.- La lava es el material rocoso fundido emitido a través de fisuras y que

interiormente recibe el nombre de magma. Fluye por gravedad a temperaturas que va desde

los 900° a 1.400° C. Algunas son muy fluidas (casi lisas) llamadas también pahoehoe,

típicas de los volcanes de Hawaii. Las hay moderadamente fluidas, rugosas, también

llamadas “aa” , como las de los volcanes Llaima o Villarrica y las lavas de bloques, que

constituyen hacinamientos de bloques pulidos, con aristas filudas y que son típicas de los

volcanes Lanín y Quetrupillán.

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b.- Piroclastos.- Son los fragmentos rocosos fundidos o sólidos lanzados a la atmósfera por

los volcanes en erupciones explosivas. Según su tamaño se clasifican en ceniza, lapilli y

bombas.

Depósitos piroclásticos son los que construyen conos de piroclastos como los del

lago Caburgua o el Navidad, ya citados. Un depósito muy especial es el llamado flujo

piroclástico, que es una nube incandescente llamada también “nube ardiente” y que cae

generalmente en forma radial en el volcán. De alta velocidad (300 y 360 km/h) y alta

temperatura (la mínima es de 400 ° C) es capaz de carbonizar o calcinas toda la materia

orgánica que encuentre a su paso. Cuando el depósito abarca una superficie mayor a un

kilómetro cuadrado se le denomina ignimbrita.

PROCESOS ASOCIADOS A LA ACTIVIDAD VOLCANICA.- Uno de los procesos más

espectaculares y peligrosos asociados a la actividad volcánica son los lahares, definidos

como rápidas corrientes mixtas de restos de rocas movilizadas por el agua originada por

derretimiento de la nieve acumulada en las pendientes de los volcanes. Su alto contenido de

agua produce una gran fuerza, alta densidad y alta velocidad. Se ha estimado que la

velocidad media de un lahar es de unos 80 km. por hora.

Cuando una parte de la estructura volcánica se desliza hablamos de avalanchas

volcánicas, cuyo depósito es similar al de un derrumbe, pero monolítico (rocas del volcán)

y de clastos angulosos.

IMPORTANCIA DEL VOLCANISMO.- El volcanismo como fenómeno geológico

desempeña un destacado papel en la dinámica de la corteza terrestre y la vida que en el

planeta se desarrolla. Podemos destacar los siguientes puntos:

1.- Es causa fundamental en la expansión de los fondos oceánicos y en la formación de

grandes cordilleras submarinas.

2.- Contribuye al desplazamiento de las “placas” tectónicas.

3.- Ha dado origen a importantes depósitos minerales en el mundo.

4.- La atmósfera e hidrosfera se han originado a partir del vapor de agua y de los gases

exhalados por los volcanes.

5.- Aguas termales, lagos y bellos conos contribuyen a mejorar la belleza escénica y, por lo

tanto, al bienestar del hombre.

SIGNOS PREVIOS A UNA ERUPCION.- Está claro que la ciencia está lejos todavía de

predecir algunos de los fenómenos naturales más recurrentes del planeta, como terremotos

y erupciones. Sin embargo, con el cuidadoso registro de algunos fenómenos previos

podemos acercarnos a un “pronóstico” más o menos confiable. Algunos de esos signos

previos son:

1.- Temblores locales.

2.- Ruidos subterráneos.

3.- Derretimiento de hielo y nieve fuera de época.

4.- Aumento de la actividad fumarólica y cambios en el color de las emisiones, tanto

gaseosas como de material sólido.

5.- Aumento en la temperatura del agua de los esteros adyacentes al volcán.

6.- Comportamiento anormal de aves y animales en áreas vecinas.

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VOLCANES ACTIVOS DE “LA ARAUCANIA”. En la IX Región de “La Araucanía” se

consideran activos a los siguientes volcanes:

A.- Tolguaca; B.- Lonquimay; C.- Llaima; D.- Villarrica y E.- Quetrupillán. En las

próximas páginas intentaremos entregar una síntesis de las principales erupciones

volcánicas registradas en la región y los impactos que han tenido en sus respectivos

ambientes, recordando que son muchos los volcanes dormidos (incluidos decenas de conos

de piroclastos) que están dispersos en los ambientes andinos y preandinos de “La

Araucanía”, incluso en la propia Depresión Intermedia, como los maares Laguna Redonda

y El Reloj ya citados.

A.- VOLCAN TOLGUACA.- 38°19´ S. – 71°40´ W. Altitud: 2.806 m.

Topónimo.- De “thol”= frente y “huaca”= vaca FRENTE DE VACA.

Se trata de un estratovolcán compuesto conformado por tres cráteres principales,

parcialmente erosionado con algunos centros eruptivos parásitos. Presenta algunas coladas

de lavas frescas que probablemente hayan escurrido en tiempos históricos, aunque no se

tiene registro de ellas.

El volcán se ubica en el frente occidental de los Andes, en el límite con la VIII

Región a unos125 Km. de Temuco y unos 45 al noreste de Curacautín. Es, junto a la laguna

y saltos del Malleco uno de los principales atractivos naturales del Parque Nacional del

mismo nombre. En sus proximidades se encuentran las Termas de Tolguaca (o Tolhuaca, al

igual que el volcán).

Actividad histórica.- No hay registro de erupciones. Presenta, sin embargo,

actividad fumarólica en las proximidades de su cumbre noroccidental.

B.- VOLCAN LONQUIMAY.- 38° 22´30´´ S – 71°35´30´´ W. Altitud: 2.865 m.

Topónimo.- De “logcún” = estar tupido y “mahuida” = monte. MONTE TUPIDO.

Se trata de un estratovolcán mixto, formado por sucesivas emisiones de lava y

piroclásticos al que por su forma de cono truncado los lugareños denominan “Mocho”. Su

cráter tiene un diámetro de 700 metros y se ha formado esencialmente durante los últimos

10.000 años. Se ubica, en línea recta, 118 km al noreste de Temuco y 35 km al noreste de

Curacautín. Las localidades pobladas más cercanas son Malalcahuello, 10 km al sur y

Lonquimay (o Villa Portales), 20 km al este. Es el principal atractivo natural de la Reserva

Nacional Malalcahuello-Nalcas.

Actividad histórica.- Confusa, por decir lo menos, es la historia eruptiva del volcán,

a lo mejor por lo tardío de la ocupación del territorio. Recordemos que Temuco sólo se

fundó en febrero de 1881 y cronistas como Valderrama (1927) ni lo mencionan y Solano

AstaBuruaga (1899) dice textualmente de él: “Se halla en medio de altas sierras, y no hay

memoria de su actividad volcánica”.

Sin embargo se han recopilado algunos antecedentes de sus erupciones, aunque

algunas nos pueden merecer ciertos reparos. Su historia eruptiva sería la siguiente:

1853 En el mes de febrero se producen fuertes explosiones, con proyección de material

piroclástico y derrames de lava.

1887 (24 de junio) – 1889 (diciembre).- Violento ciclo eruptivo que duró más de 2 años y

que provocó grandes derrames de lava y material piroclástico.

1933 (04 de enero).- Erupción de piroclastos.

1944 (febrero).- Erupción de piroclastos.

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1988-1989.- Violenta erupción de piroclastos y grandes derrames de lava en un nuevo cono

parásito del Lonquimay, bautizado como volcán Navidad.

B) VOLCAN NAVIDAD.- 38°21´ S – 71°33´W. Altura: 200 m.

El 25 de diciembre de 1988 las autoridades fueron alertadas que en el volcán Lonquimay se

había iniciado un nuevo y violento ciclo eruptivo, el que había estado precedido desde

comienzos de ese mes de una crisis sísmica que llegó a registrar hasta 200 eventos entre los

días 22 y 25. Con apoyo de la Intendencia de La Araucanía y el Club Aéreo de Temuco

iniciamos una hora después un reconocimiento aéreo al área comprobando que

efectivamente se trataba de una violenta erupción, pero ésta se había iniciado en un

pequeño cráter ubicado a 3.5 km al noreste de su cima, sobre la fisura activa durante el

ciclo eruptivo 1887-89. Una columna de gases volcánicos y cenizas se elevaba hasta una

altura de 5.000 metros. Simultáneamente un intenso bombardeo de fragmentos mayores

ocurría en torno al nuevo cráter. Posteriormente tres nuevos cráteres en la misma fisura

entran en erupción.

El punto máximo de este ciclo se alcanzó el día 27 de diciembre cuando el cráter e

incipiente cono de piroclastos en formación ya había sido bautizado Navidad. Alrededor del

mediodía comienza a fluir lava viscosa (tipo bloques) hacia el norte y noreste, situación que

seguiría durante todo el año siguiente generándose los ríos de lava designados como frente

Laguna Verde, el primero y frente de Lolco, el segundo. Este último fue el que alcanzó una

extensión aproximada a los 11 km y una altura, en su extremo, de 60 metros.

En los meses siguientes comenzaron a insinuarse dos pequeños conitos que

finalmente formarían el volcán Navidad y que hoy se alza sobre los 200 metros de alto en el

flanco ya señalado del volcán Lonquimay.

Desde un comienzo la pluma de gases y cenizas volcánicas siguieron la dirección de

los vientos predominantes (weste-surweste) afectando seriamente los valles de Lolco y

Lonquimay, situación que obligaría a la evacuación de la población más frágil: los niños

hacia ciudades seguras ubicadas al occidente de la precordillera. (Pluma se denomina a la

dispersión de los gases y cenizas que realiza el viento a partir de la columna de erupción).

Consecuencias del ciclo eruptivo.- El largo ciclo eruptivo del Navidad tuvo

consecuencias muy importantes que se pueden medir en dos aspectos: uno científico y otro

socio-económico y ecológico. Por primera vez en Chile tuvimos la oportunidad de

observar, medir y analizar el nacimiento de un volcán (en este caso un cono de piroclastos),

hecho que todavía se está evaluando y cuyos estudios serán de gran valor ante próximos

eventos de igual o parecidas características. Lo anterior cobra mayor interés pues la

erupción afectó principalmente a una de las comunas más extensas de la región (comuna de

Lonquimay, capital Villa Portales). Su población total es de 9.099 habitantes, de los cuales

6.048 son rurales. El problema se agravó, además por el hecho de los cuales 2.400 son

mapuche distribuidos en 10 comunidades. De ellas, las más afectadas fueron las ubicadas

inmediatamente al oriente y nororiente del Navidad: las del valle del Naranjo o Portales.

Impacto ambiental.- El largo ciclo eruptivo del volcán Navidad provocó serios

deterioros en los ecosistemas del área, los que podemos resumir de la siguiente manera:

1.- Problemas de contaminación.- El polvo o ceniza volcánica en suspensión afectó la vida

animal, humana y vegetal, tanto por sus componentes químicos como por su estructura

física. (La ceniza volcánica está compuesta de partículas escoriáceas muy irregulares, de

puntas agudas altamente abrasivas. También tiene, aunque en menor proporción,

fragmentos de cristales). Informes médicos señalaron graves daños orgánicos en humanos

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que lesionaron principalmente el sistema nervioso central atribuidos presumiblemente a las

emanaciones volcánicas. Ello obligó, en julio de 1989, a evacuar los escolares de los

sectores Mallín del Treile, El Naranjo y el poblado de Villa Portales.

La ingesta de pastos cubiertos por ceniza volcánica causó la muerte de unos 10 mil

animales, entre bovinos, caprinos, ovinos y equinos, además de aves de corral. La mayor

causa de muerte fue por osteofluorosis y daños internos múltiples, por el alto contenido en

fluor soluble que presentaron las cenizas. En la salud humana los problemas mayores

fueron conjuntivitis irritativas, afecciones a las vías respiratorias, problemas digestivos y

alteraciones al sistema nervioso central. En total unas 9.000 personas resultaron afectadas.

Otros daños irreversibles afectaron la vegetación, donde 100.000 hectáreas de

praderas y bosques fueron afectadas y otras 1.000 quedaron cubiertas por el flujo de lava de

Lolco. Las aguas de los reservorios abiertos aumentaron su turbidez y elevaron sus

contenidos de cloruros y sulfatos, lo que motivó a los científicos a recomendar abstenerse

de consumir las aguas provenientes de dichos reservorios, especialmente los de los ríos

Lolco, Naranjo o Portales y Lonquimay. El agua que escurrió por debajo de la lava

reaparecía con temperaturas superiores a los 40° C, afectando las raíces de los árboles,

arbustos y pastizales existentes en la veranada del sector.

Cambios topográficos.- Finalmente la erupción originó importantes cambios en la

morfología del sector, como indicamos a continuación.

1°) Se formó un nuevo cono adventicio que alcanzó una altura de 200 metros y un ancho

basal de 1.000 metros.

2°) Creó un río de lava que cubrió el valle del Lolco en 10 km y un ancho medio estimado

en 600 metros.

3°) Se formaron algunos pequeños lagos de barrera volcánica en la veranada El Escorial, de

la Reserva Nacional Nalcas, donde se represaron algunos pequeños esteros del sector.

La actividad sísmica.- La sismicidad asociada a la erupción del Navidad resultó vital

para, primero localizar el área de la erupción y luego alertar a la población para ayudarlos a

prevenir daños mayores. Los sismos afectaron a personas que vivían en un radio no

superior a los 60 km. de la zona y donde Malalcahuello resultó la localidad más próxima.

Las intensidades no superaron los 5 grados de la Escala Modificada de Mercalli, pero

causaron daños menores en las viviendas y mucho pánico en la población.

C.- VOLCAN LLAIMA.-38°41´30´´S – 71°44´W. Altitud: 3.125 m. Edad: 14.000 años.

Topónimo: Yaima = Zanja (abra, vena)

Otros nombres: Yaima, Llaimas, Llaymas, Imperial, Chayll, Chañel, Aliante y Anónimo.

El Llaima es uno de los volcanes más voluminosos de los Andes del Sur. Cubre un

área de 500 km. cuadrados y un volumen de 400 km. cúbicos. Se trata de un estratovolcán

compuesto rodeado de 40 conos parásitos. .Presenta dos cimas: la principal, al norte, cuya

altura alcanza a los 3.125 m mientras que la meridional alcanza los 2.920 m. Se localiza

unos 80 km. al este de Temuco y es el principal atractivo natural del Parque Nacional

Conguillío. Los centros poblados inmediatos son Melipeuco al sur; Cherquenco al weste y

Curacautín, al norte.

Los principales ríos que se generan en sus faldas son el Trufultruful, que corre hacia

el sureste y forma con el Zahuelhue el Allipén (cuenca del Toltén); el Calbuco, que corre

hacia el weste para unirse cerca de Cherquenco al Quepe, que nace en la laguna del mismo

nombre ubicada en las faldas noroccidentales del volcán. También se origina el río

Captrén, emisario de la laguna del mismo nombre ubicada en las faldas nororientales del

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Llaima y que en las proximidades de Curacautín vaciará sus aguas al río Cautín para

integrarse así a la cuenca hidrográfica del Imperial.

Actividad histórica.-

1640.- El Llaima tiene registro histórico de su actividad a partir del año 1640, cuando

cronistas le atribuyen una gran erupción que habría ocurrido en el mes de febrero.

1751 – 1862 a 1866.- Otros registros señalan erupciones los años 1751 y entre 1862 y 1866

cuando según Solano Asta-Buruaga (op.cit.) el volcán “dio varias veces muestras de

actividad, notándose una erupción en 1864 por la elevada columna de vapores que

exhalaba...”.

1872 a 1887 - 1927.- Otras erupciones importantes ocurrieron en 1872, 1876, 1883 y 1887.

Sin embargo una erupción ocurrida en 1927 ha llamado poderosamente la atención pues

una colada de lava que se dirigió hacia las faldas orientales habría creado un lago de barrera

volcánica hoy conocido con el nombre de Arco Iris. La erupción se habría generado en un

cono parásito del Llaima y cesó el 5 de diciembre de ese año.

1941 a 1957.- Luego de las erupciones registradas para los años 1941, 1944, 1945-47 y

1949, queremos destacar el ciclo eruptivo 1955-56-57, el más violento del siglo que recién

termina.

La actividad se inicia el 23 de octubre de 1955. En Temuco, el Diario Austral

titulaba: “EN VIOLENTA ERUPCION ESTALLO EL VOLCAN LLAIMA”, agregando

que tuvo corta duración y no causó daños de consideración. Los habitantes de los

alrededores recordaban con temor la erupción que había asolado la región 10 años antes (15

de abril de 1945). Según relatos de la época la erupción se inició a las 04:30 horas cuando

un testigo relató que “una columna de humo tomó forma de hongo, saliendo por el cráter

grande del volcán. La lava candente derritió la nieve levantando olas de vapor, entonces

soplaba puelche y éste desplazaba las masas de humo y cenizas al N.E. hacia Cherquenco.

La masa mayor de lava caía por la falda oriental del volcán”

Un año después, entre los días 5 y 8 de junio de 1956 el volcán reinicia su actividad

que motivó el siguiente título del Diario Austral: “DOCE HORAS DE INTENSA

ACTIVIDAD TUVO EL VOLCAN LLAIMA”. Agregaba que dos nuevos cráteres se

abrieron en sus laderas, sin producirse avenidas por el río Trufultruful. Además Lonquimay

recibía simultáneamente una fuerte lluvia de cenizas volcánicas que amenazaba destruir la

vegetación y causar daño a la ganadería. Desde Villa Portales el señor Bernardino

Manquián, profesor, informaba que a las 11 de la noche (05 junio) “comenzó una lluvia de

arena por efecto de la erupción y sigue cada vez con más intensidad los cerros y valles

cubriéndose lentamente, poniendo en peligro la ganadería de la zona...”

A fines de 1956 (26 de noviembre) SOPESUR informaba desde Temuco:

“VIOLENTA ERUPCION DEL LLAIMA”. “Crecida del río Calbuco arrasó dos

aserraderos y 30 viviendas obreras”, aislando su personal. El corte del camino hacia

Cherquenco aisló 8 aserraderos y obligó a los habitantes a salir hacia Cunco, por El Salto.

Toda actividad económica se interrumpe 10 km al poniente del Llaima a causa de la

gran cantidad de cenizas que éste está expulsando. “Marsella”, “Los Lleuques” y “La

Selva” son los fundos más afectados.

En Melipeuco, situado directamente al sur del volcán, en 1972 el vecino Leonardo

Cofré, que presenció esta erupción, contó que “la avalancha siempre baja por el

Trufultruful, en forma de agua y piedra; en cambio, por el río Manzano bajan los bloques

de hielo” Por otro lado el vecino Reinaldo Ruminot acotaba que durante 3 días salió “humo

negro... luego salió fuego que se elevó como 100 metros. Hubo temblores y tempestades...

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saltaban piedras rojas... la lava bajó por el río Trufultruful y se llevó el puente. La

avalancha tenía 25 metros de altura... la lava partió de los dos cráteres. Bajaban planchones

de hielo como de 20 metros...”. Los informes de la época hacen notar, además, que hacia el

sector occidental se encuentran ubicados algunos refugios andinos que no han sido

afectados por las últimas erupciones, protegidos por el cerro Colorado.

1979.- El 15 de octubre el Llaima tiene una corta pero espectacular erupción, expulsando

una gran cantidad de piroclastos, gases y vapor de agua. Se trató de una sola explosión

cuyos materiales particulados cubrieron la parte superior del cono principal

ennegreciéndolo casi por completo, fundiendo parcialmente el hielo del sector. Los lahares

que esta actividad provoca son muy pequeños y no causaron ningún daño.

1984.- El 20 de abril de 1984 el Llaima repite casi exactamente la erupción de 1979: una

corta pero violenta explosión; abundante emisión de materiales piroclásticos y

ennegrecimiento de buena parte del cono principal. Sin embargo, observaciones de los días

posteriores permitieron comprobar continuas emisiones gaseosas y piroclásticas, visibles

desde los poblados más cercanos: Cherquenco y Melipeuco. En el cráter principal se

observó durante varios días la presencia de un lente lávico que hacía presumir un aumento

en la intensidad explosiva, lo que finalmente no ocurrió.

1994.- El 17 de mayo, a las 6 de la mañana, el volcán inicia un violento ciclo eruptivo, con

proyección de piroclastos y emisión de lava que bajará por las nacientes del río Calbuco (en

el sector llamado “la montura”, entre ambos conos) arrasando todo lo que encuentra a su

paso, incluido, una vez más, el puente que une Cherquenco con Cunco y Melipeuco por El

Salto, dejando aislados los fundos del sector, especialmente “Los Lleuques”. La actividad

dura unos pocos días provocando sólo preocupación y alarma en los poblados cercanos,

especialmente en Melipeuco, la destrucción de algunas viviendas y caminos.

1994-99.- Después del 94 el volcán ha vuelto a su normalidad. Es decir, casi

permanentemente presenta alguna actividad como ocurrió a fines de 1998 y comienzos de

1999, generando plumas de varios kilómetros de extensión y abundante emisión de vapor

de agua y material particulado fino.

VOLCAN VILLARRICA: 39°25´S – 71°55´W . Altitud: 2.847 metros.

Nombres: Villa Rica, Pucón, Pucanu, Quitralpillán.

El edificio del volcán Villarrica corresponde a un estratovolcán compuesto

(evolución de calderas y conos volcánicos) que se alza en el frente occidental de los Andes

araucanos, entre los lagos Villarrica y Calafquén. Se sitúa, además, en el extremo

noroccidental de la cadena volcánica Villarrica-Lanín que incluye, entre otros, a los

volcanes Quetrupillán, Quinquilil y Lanín.

Una serie de ríos y esteros escurren radialmente desde el cono y se integran tanto a

las cuencas del lago Villarrica como a la del Calafquén. Destacan hacia el primero los ríos

Turbio y Pedregoso (tributarios del Pucón o Minetúe); Zanjón Seco-Carmelito, Correntoso,

Molco y Huichatío, más el Voipir, que después de describir un gran arco hacia el norweste

se vacía al Toltén. Hacia el Calafquén escurren los ríos Llancahue, Diuco y Chaillupén.

Actividad histórica.- Como se señaló al comienzo, el Villarrica figura junto al Llaima como

uno de los tres volcanes más activos de América del Sur, iniciando su historial junto con la

llegada de los españoles a la región, en 1558. Reseñaremos, en las páginas siguientes,

algunos de los eventos más importantes, de los cuales hemos tenido la oportunidad de

estudiar aquellos ocurridos desde 1971 a la fecha.

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11

Pero antes queremos recordar que este volcán se ganó incluso unas estrofas en “La

Araucana” del poeta Alonso de Ercilla y Zúñiga, cuando señala:

“Pasó de Villa Rica el fértil llano,

que tiene al sur el gran volcán vecino,

fragua, (según afirman) de Vulcano,

que regolando fuego está continuo...”

Los mapuche lo llamaban Quitralpillán, de “quythal” = fuego y “pillán” = dios de

fuego y al lago, Mallolavquén, esto es, “mar de tierra blanca” o “mar blanca”.

Actividad histórica.-

1558 y 1575.- Violentas erupciones que destruyen el pequeño poblado fundado en 1552 por

Jerónimo de Alderete con el nombre de “Santa María de Magdalena” ocurren en los años

1558 y 1575. Las crónicas de la época señalan que la segunda erupción causó la muerte de

350 personas, quedando en pie sólo la capilla.

1640.- Variadas versiones existen de esta erupción. Para Arellano, el evento ocurrido en

febrero de ese año, “fue una causa para que los caciques, en primer término los de

Villarrica, amedrentados con la erupción negociaran la paz con el gobernador de Chile, don

Francisco López de Zúñiga, conocido como “El Marqués de Baydes”. Solano Asta-Buruaga

se refiere a ella señalando que fue tan extraordinaria que “rellenó de lavas encendidas el

cauce del riachuelo Voipire recalentando sus aguas, según la tradición, hasta llegar a cocer

los peces”.

Se señala, además, que esta ha sido una de las más violentas erupciones del

Villarrica y que fue acompañada por fuertes movimientos sísmicos. Los troncos que la

avalancha acarreó por el Voipir hasta el Toltén provocaron un gran taco en la confluencia

de éste con el Allipén. Rebalsado el taco, las inundaciones provocaron la muerte de

centenares de mapuche que vivían aguas abajo.

1647.- La erupción que se inicia el 13 de mayo de este año emitió lava que habría llegado

hasta el propio lago Villarrica mientras que la ceniza alcanzaba hasta Valdivia.

1675.- La lava llega al lago Calafquén, al que los mapuche llamaban Trailafquén.

1777.- Gómez de Vidaurre señala que el volcán “está aislado y se levanta en medio de un

hermosísimo llano...Aunque arde su cima día y noche, ella se ve siempre cubierta de nieve,

y las llamas parece salen dentro de ésta...”

1832-1835-1837.- Según crónicas citadas por el Diario Austral de Temuco, en 1832 entran

en erupción simultánea los volcanes Llaima, Villarrica y Osorno. El ciclo continúa tres

años después (1835) el Villarrica entra en violenta actividad, acompañado ahora por ocho

volcanes más. Las cenizas cubren desde el río Maule hasta Chiloé. Pero esa década todavía

aportaría otras noticias volcánicas: el 21 de noviembre de 1837 la región es afectada por

fuertes movimientos sísmicos acompañados por la actividad eruptiva de los volcanes

Villarrica, Llaima, Osorno y Calbuco.

1859.- Ese año el aventurero alemán Pablo Treutler recorría la región y escribe que quedó

admirado al observar, en el sector andino del Villarrica, “la mezcla de nieve i de fuegos que

durante el día va a perderse en los cielos i que durante la noche sirve de faro al viajero,

señalándole el rumbo que debe seguir para llegar al punto adonde se encamina”.

La segunda mitad del siglo XIX transcurrió al parecer sin gran actividad volcánica en el

área, aun cuando hay reportes de los años 1868, 1875, 1883 y 1879.

1908.- El volcán entra de nuevo en violenta actividad, precedidas de actividad moderada

los años 1904, 1906 y 1907. Informaciones publicadas en Villarrica indican que “el 31 de

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12

octubre de 1908 el volcán tuvo una gran explosión que alarmó a los habitantes del pueblo y

más todavía a los de Pucón y Panguipulli: subieron las llamas de fuego a gran altura;

simultáneamente el volcán arrojó grandes cantidades de piedra y lava caliente, hubo

caudalosas corrientes de agua caliente” (“El Sagrario de Villarrica”)

1920.- El volcán tiene actividad eruptiva los años 1913, 1915 y 1918. Pero es en 1920

cuando la actividad se torna más violenta y la prensa regional señalaba que “los primeros

terremotos (?) se sintieron hasta Temuco”

1948-49.- A partir de abril de 1948 el Villarrica intensifica su actividad y ya el 18 de

octubre un río de lava baja unos 300 desde el cráter. Se produce una gran explosión que

forma un verdadero “hongo atómico” seguido de corrientes de barro que destruyen todo lo

que encuentran a su paso, por los ríos Voipir, Molco, Loncotraro, Correntoso y Turbio

alcanzando hasta el lago Villarrica por el norte y Calafquén por el sur (por el curso del río

Chaillupén). Consecuencias: 1060 hectáreas inundadas; 23 personas muertas, 31

desaparecidas y la destrucción del Refugio Andino ubicada en el curso superior del estero

Zanjón Seco o Carmelito.

El 1° de enero de 1949 otra violenta erupción forma una nueva “coliflor atómica”

y a las 8 horas del día 31 se inicia otra fase paroxismal que duró hasta el día siguiente. Es

destruido el puente sobre el Turbio, en el camino internacional hacia Argentina.

1963.- El 8 de marzo de este año se inicia otro ciclo eruptivo. La lava empieza a escurrir el

día 12 y el 21 la avalancha baja por los ríos Seco y Chaillupén, destruyendo puentes y

caminos.

1964.- El 2 de marzo de 1964 violentas avalanchas bajan hacia el SE del volcán. El 50%

del caserío de Coñaripe es destruido por su mal emplazamiento (riberas del río Diuco cuyas

nacientes están en las faldas surorientales del volcán. Mueren 22 personas y se destruyen

puentes y caminos. (Ver foto)

1971-72.- El volcán vuelve a mostrar síntomas de actividad a partir de octubre de 1971, día

29. Un mes después la lava ya llegaba al borde del cráter derramándose hacia el SW. La

fase culminante de este ciclo se produce a las 23:45 horas, cuando “el cono superior del

cráter central se fracturó en una longitud de 4 kilómetros con rumbo N 30° E eyectando a

través de la fractura una potente lámina de lava”. Nuevas avalanchas (lahares) bajan, por

distintos cauces, hacia los lagos Villarrica y Calafquén destruyendo todo lo que encuentran

a su paso. Coladas de lava bajan por los ríos Pedregoso y Chaillupén. En este último

alcanzó los 14 km. de largo, con un ancho medio de 200 metros y un espesor de 5 metros.

Hacia el Pedregoso la lava alcanzó un largo de 6 km. De nuevo puentes, áreas de camping,

camino y 15 víctimas humanas es el saldo de este ciclo del Villarrica, que hacia febrero de

1972 todavía mostraba signos de actividad.

1984-85.- Como en el ciclo anterior, en éste tuvimos de nuevo la oportunidad de estudiar y

analizar sus efectos en el medio ambiente, ahora contando con mayores medios de apoyo y

equipos más modernos. Es así como desde mediados de 1982 se encuentra instalada en el

flanco NNW del volcán una estación sismológica telemétrica que empezó a registrar

información entre enero de 1983 y septiembre de 1984. Pero será el 30 de octubre de ese

año cuando el volcán inicia este nuevo ciclo, con explosiones en el cráter central y posterior

derrame lávico hacia el NNW del cráter, derritiendo la cubierta de hielo formando un canal

en éste de 30 a 40 m de profundidad. La erupción, más bien “tranquila”, continuó en forma

intermitente mientras en el cráter se formaba un pequeño cono que presentaba débiles

explosiones, incluso al pie NNE de él se formó dentro del cráter, un pequeño lago de lava.

En los días posteriores se formó un “puente de hielo”. Hacia mediados de diciembre

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grandes flujos lávicos bajan por las cabeceras del río Correntoso (límite de las comunas de

Pucón y Villarrica). A mediados de diciembre intensos ríos de lava bajan por los cauces

labrados en el hielo, provocando la fusión del hielo, lo que provoca grandes columnas de

vapor de agua visibles a simple vista desde Temuco, la capital regional, a poco más de 100

km. del volcán. En enero de 1985 cesa la actividad efusiva y lentamente el volcán torna a la

calma, cerrando un ciclo que no tuvo la violencia de los anteriores y que lejos de ahuyentar

a los turistas les aportó una espectáculo pirotécnico natural pocas veces vistos en la región.

En la actualidad es normal que el volcán presente un pequeño lago de lava instalado en el

cráter.

VOLCAN QUETRUPILLAN.- 39°30´S – 71°45´W. Altitud: 2.360 m.

Topónimo: “Trueno sordo” o “de ruidos sordos”. Otros nombres: Quetropillán

Se trata de un complejo volcánico compuesto y que presenta una serie de conos

parásitos en su vertiente meridional. Se ubica a unos 25 km al sureste del volcán Villarrica

y forma parte de la ya citada cadena volcánica Villarrica-Lanín.

Se estima con actividad en tiempos históricos (unos 700 años). Lo anterior

reforzado por el relato que un mapuche le hace al aventurero alemán Treutler, ya citado. Le

cuenta que hace algún “tiempo se habían alarmado mucho por haberse declarado la guerra

los volcanes de Villa Rica i Quetru, que por casualidad arrojaban sus piedras y fuegos el

uno en dirección del otro...” Los lugareños lo conocen con el nombre de Mocho.

Conclusiones

En las páginas anteriores hemos dado una visión muy sencilla de la actividad

volcánica regional destinada, más que nada, a difundir en la población, especialmente

aquella aledaña a alguno de los tantos volcanes localizados en los ámbitos andinos y

preandinos de “La Araucanía”, conocimientos básicos de su comportamiento y el papel que

han jugado en la formación del relieve y en una actividad económica tan importante como

es el turismo. Creemos que estas páginas pueden ser de gran utilidad a los estudiantes

básicos y medios y público en general, por un lado, para que entiendan los fenómenos

asociados al volcanismo y por otros, aprendan a convivir con una naturaleza que a veces

nos parece amenazante pero que no hace otra cosa que mantener una dinámica que le es

propia, que la ha mantenido durante miles de millones de años y que la seguirá

manteniendo en el futuro. Conocer estos fenómenos naturales nos ayudarán mejor a

convivir armónicamente con nuestro entorno.

Algunas recomendaciones básicas en caso de erupciones.

1.- A mayor distancia del volcán, el riesgo disminuye.

2.- Los ríos y/o esteros que bajan de un volcán son todos altamente peligrosos.

3.- Los cerros y colinas vecinas a los volcanes ofrecen siempre mayor seguridad.ante la

caída de cenizas:

1.- Mantenerse dentro del hogar, con las puertas y ventanas cerradas.

2.- Evite encender braseros o estufas.

3.- Si se encuentra a la intemperie, cúbrase la cabeza, trate de mantener los ojos cerrados y

respire a través de un pañuelo o paño húmedo.

4.- Remueva la ceniza desde las techumbres.

5.- Evite consumir verduras cubiertas por ceniza. Igualmente impida que sus animales

coman pasto que esté con el mismo problema.

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6.- Evite beber agua enturbiada por la ceniza. Déjela reposar y después hiérvala durante 5

minutos.

Ante posibles aluviones

1.- Aléjese de los ríos o esteros que bajan desde el volcán.

2.- A mayor altura, el peligro es menor.

3.- Si su vivienda está en un nivel bajo con respecto a un río, traslade a su familia hacia un

lugar más seguro.

4.- Al cruzar los puentes, observe primero aguas arriba. Podría estar bajando un aluvión.

5.- Si su vivienda se encuentra al otro lado de un río o estero peligroso, es mejor que se

traslade a otro lugar.

No olvide mantener en su casa: agua fresca y alimentos no perecibles, linternas,

fósforos y velas, un botiquín de primeros auxilios y una radio a baterías para recibir

información oficial.

Bibliografía

Pinto, Fernando, (1931), Historia del Cincuentenario de Temuco. Imprenta y Librería

Letelier. Temuco, 1931

Asta-Buruaga, F. S. (1899) Diccionario Geográfico de la República de Chile. Segunda

edición. Santiago de Chile.

Casertano, L. 1(963) Catalogue of the Active Volcanoes of de World Including Solfatara

Fields. Part XV. Chilean continent. IAVCEI, 1963

Cevo, J. (1973) "Contribución al conocimiento de las manifestaciones eruptivas del volcán

Villarrica". Seminario de título, U. de Chile, Sede Temuco.

Fuentealba, G., Riffo, P., Moreno, H., Acevedo, P. (1985) La erupción del volcán

Villarrica (Octubre, 1984). Ediciones Universidad de La Frontera, Temuco.

Gómez de Vidaurre, F. (1889) Historia Geográfica, Natural y Civil del Reino de Chile.

Imprenta Ercilla, Santiago.

Gutiérrez, V, Maureira, R., Pérez, J. Petit-Breuilh, M. (1991) “Volcán Villarrica:

cronología eruptiva histórica y evaluación preliminar de la infraestructura física y

económica” (Seminario de título en Historia y Geografía, UFRO) Profesor patrocinante:

Pedro Riffo. Profesor informante: Wladimir Flores, Temuco.

Moreno, H. (1989) “La erupción reciente en el complejo volcánico Lonquimay (diciembre

1988), Andes del Sur”. En Revista Geológica de Chile, Volumen 16, número 1.

Riffo, P., Fuentealba, G., Gardeweg, M., Moreno, H. (1989) Erupción del volcán

Lonquimay 1988-1989. Ediciones Universidad de La Frontera. Temuco.

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Cuadernillo de Capacitación N° 1. Proyecto OEA/UFRO. Imprenta UFRO, Temuco, 1992.

Valderrama, J. A. (1927) Diccionario Histórico – Geográfico de la Araucanía. Imprenta

Lagunas, Santiago.

Page 15: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

15

La civilización agrominera y comercial mapuche, siglo XVI

Iván Inostroza Córdova

Universidad de La Frontera

[email protected]

Resumen: Se analiza la economía de las comunidades mapuche de la zona del río Biobío a

Chiloé, enfatizando el desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas, alfareras, textiles,

artesanías de metales de cobre oro, plata y oro, así como el comercio de larga distancia y el

uso del hueque -guanaco domesticado- como animal de carga, y de embarcaciones para el

comercio terrestre y entre las islas de la costa de Arauco y la Araucanía, utilizando estudios

arqueológicos y fuentes escritas del siglo XVI.

Palabras claves: agricultura mapuche, ganadería mapuche, metalurgia mapuche, comercio

mapuche

They summarize: there analyzes the economy of the communities Mapuche of the zone of the

river Biobío to Chiloé, emphasizing the development of agricultural, cattle activities,

alfareras, textiles, metal crafts of copper I pray, silver and gold, as well as the trade of long

distance and the use of the hueque - domesticated gump - as animal of load, and of crafts for

the terrestrial trade and between the islands of Arauco's coast and the Araucanía, using

archaeological studies and written sources of the 16th century.

Key words: indigenous Economy, Mapuche, agriculture, ranching, metallurgy, trade

Introducción.

La evolución material de la sociedad mapuche prehispánica tardía caracterizada por

los vestigios monumentales de la arquitectura ceremonial de los montículos kuel, de las

terrazas de cultivo, de los canales de irrigación y las edificaciones fortificadas descubiertas

en la zona de Purén, Lumaco, Budi y Liucura, cuyas primeras construcciones se remontan

hacia el año1200 d.C., puso en evidencia la complejidad de la estructura económica indígena

advertida en los documentos escritos del siglo XVI1. Los vestigios de explotaciones mineras

subterráneas en los yacimientos trasandinos de Chos Malal y los sitios fortificados de la zona

de Villarrica con una datación de 1300 d.C., complementaban la fisonomía del desarrollo

civilizatorio material de las comunidades mapuche durante los últimos siglos precolombinos.

Estos rasgos tecnológicos se perfilaban con nuevos destellos en los aros de cobre rescatados

en sitios arqueológicos con datas de 1280 d.C.. Hacia 1550 los cronistas consignan el uso

generalizado de ornamentos femeninos de cobre, y principalmente de oro y plata elaborados

con metal extraído en yacimientos regionales y manufacturados por artesanos de las

comunidades mapuche del período prehispánico tardío 1200-1535 d.C.

1 Jorge Hidalgo Lehuedé “Algunas notas sobre los mapuches protohistóricos”, Temuco 1973; Pueblos

agroganaderos de América del Sur, en Leslie Bethel Historia de América Latina, Barcelona 1992, vol. 1;

Leonardo León Solís “Expansión inca y resistencia indígena en Chile central 1470-1536”, Chungara Nº 10,

Arica 1985; “Las fortificaciones indígenas de Quiapo y Lincoya (1551-1569)”, Nutram 1992; José Bengoa

Historia de los antiguos mapuches del Sur, Editorial Catalonia Santiago 2000; Tom Dillehay Monumentos,

imperios y resistencia en los Andes. El sistema de gobierno mapuche y las narrativas rituales, [2007]. Ocho

libros Editores, Santiago 2011; Tom Dillehay y José Saavedra “Interacción humana y ambiente: el desarrollo

de kuel en Purén Lumaco (Región de la Araucanía”, en Revista Austral de Ciencias Sociales Nº 3, 2007

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16

La historiografía más reciente, por su parte, daba cuenta del notable desarrollo

tecnológico asociado a la guerra fortificada practicada como estrategia de resistencia por las

comunidades mapuche frente a la expansión del imperio inca y la conquista española2.

Mientras desde otras perspectivas reconocían ciertas pautas culturales de la sociedad

indígena orientadas hacia el comercio, lo cual había permitido la temprana articulación de la

economía indígenas con las redes capitalistas del período colonial y republicano3.

En este ámbito de la investigación regional, el examen de las fuentes escritas

tempranas revela elementos cualitativos de extraordinario interés para clarificar los rasgos

del desarrollo económico de la sociedad mapuche prehispánica, cristalizado en la

complejidad de la civilización material desplegada por la sociedad mapuche a través de la

ocupación residencial y articulación productiva de la tierra, la explotación de minerales de

cobre, plata, oro, sal y obsidianas, y la organización de circuitos de comercio locales e

interregionales entre Araucanía (Sur de Chile) y Neuquén.(Argentina).

La agricultura mapuche prehispánica y protohistórica

La agricultura practicada por las comunidades originarias del Sur de Chile conforma

un sistema productivo de larga evolución prehistórica inscrito en la tradición cultural de los

pueblos andinos sudamericanos4. La presencia de la tradición andina se percibe claramente

en el paralelismo del conjunto de plantas cultivadas, las formas de organización de la

producción de la tierra, la preparación culinaria de los alimentos, y los vínculos rituales

configurados en torno al trabajo agrario.

El grupo de plantas cultivadas en la agricultura mapuche prehispánica ha sido

investigado arqueológicamente en el sitio de Isla Mocha por el equipo de Marco Sánchez y

Daniel Quiroz, y en el sitio arqueológico de Purén Lumaco estudiado por el equipo de Tom

Dillehay. Comprendía especies de quínoa (Chenopodium quinoa), magu (Bromus magu),

maíz (Zea maiz) papas (Solanorum sp.), frijoles (Phaselous lunatus); zapallos (Cucurbita sp).

Especias americanas como ají picante (Capsicum chinense), madi (madia sativa) para

obtener aceite vegetal. Un sabroso fruto denominado “frutilla” (Fragaria chilensis) y

calabazas (lagenaria sp.) para recipiente domésticos de líquidos5.

2 Leonardo León “Expansión inca y resistencia indígena en Chile central 1470-1536”, revista Chungara nº 10,

Arica 1985; “Las fortificaciones indígenas de Quiapo y Lincoya (1551-1569)”, en revista Nutram 1992. 3 Jorge Pinto Rodríguez La formación del estado y la nación, y el pueblo mapuche. Dibam, Santiago 2002 4 Jorge Hidalgo L., Pueblos agroganaderos de América del Sur, Leslie Bethel Historia de América Latina,

Barcelona 1992, vol. 1.; Aurelio Oyarzún “Influencia de la Cultura de Atacama en la Araucanía”, Estudios

Antropológicos y arqueológicos, Editorial Universitaria 1997; el artículo se publicó originalmente en 1942;

Hugo Gunkel, “Herramientas usadas por los antiguos mapuches en sus labores agrícolas” en América indígena

vol. IV, Nº 4, octubre 1949, México; Horacio Zapater Esbozo histórico del desarrollo de los pueblos

araucanos. Instituto de geografía de la Universidad Católica de Chile, Santiago 1974; Mario Orellana La

crónica de Gerónimo de Bibar y la conquista de Chile. Editorial Universitaria, Santiago 1989:119, 128-129 5 Daniel Quiroz y Marcos Sánchez, (Editores), La isla de las palabras rotas, Dibam, Santiago 1997; Marco

Sánchez, Daniel Quiroz y Mauricio Massone, “Domesticación de plantas y animales en la Araucanía. Datos,

metodología y problemas”. Revista Chungará, vol. esp. 2004: 365-372. El vocablo magu tiene relación con el

nombre mítico del inca Mango o Manco, María Rostworoski Historia del Tahuantinsuyu, IEP Ediciones,

Lima, 1988:27; Lino Contreras, Daniela Baudet y Catherine Westfall “Ocupaciones prehispánicas en sector

Bato. Valle de Illapel, IV Región”, en Actas del XVI Congreso de Arqueología Chilena Tomé, 2003: 133 y

135. El artículo describe el hallazgo de madi y frutilla prehispánicos en ese sector de Coquimbo constituyendo

una referencia que complementa la distribución espacial del conjunto descrito a través de la zona mapuche del

clima templado.

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La tradición andina en el ámbito local se combinaba con un desarrollo agrario

regional de larga duración previsiblemente conectado a un evento de domesticación de

especies nativas comunes en la flora sudamericana. Esta raigambre regional se advierte a

través del testimonio lingüístico acerca del nombre asignado en idioma mapuche a cada una

de estas plantas, como se observa en el cuadro Nº 1.

Cuadro Nº 1. Plantas cultivadas. Agricultura mapuche prehispánica6

Nombre mapuche Nombre común

Dahue Quinoa

Magu Manco

Hua Maiz

Denul Poroto

Poñu Papas

Penca Zapallo

Trapi Ají

Madi Melosa

Kellen Frutilla

Cupau, huada Calabaza

Fuente: ver nota precedente en el título del cuadro.

El registro lingüístico devela la profundidad histórica de la integración de los cultivos y de la

práctica agraria en los modos de vida prehispánicos. En esta perspectiva las evidencias

obtenidas a partir de los vestigios de semillas rescatadas en sitios arqueológicos demuestran

una notable antigüedad del proceso de cultivo situando las dataciones hacia el 300 d.C.. Los

fechados procedentes de la Isla Mocha sobre semillas arqueológicas datan del 700 d.C7. Esta

fecha procede de una fase tardía en la cronología de la adopción de los cultivos, considerando

que la datación procede de elementos dejados por poblaciones que habían previamente

trasladado las plantas y las técnicas agrícolas desde el continente a la Isla Mocha. De acuerdo

con los vestigios iniciales de la ocupación del espacio isleño esta práctica se remonta desde el

300 d.C8. Esta cronología de agricultura incipiente tiene concordancia con los vestigios

alfareros iniciales de estilo pitrén, señalando un paralelismo paradigmático en la adopción de

las técnicas alfareras y las tecnologías de siembra como instrumentos complementarios, en el

caso de la sociedad originaria que adopta el modo de vida del cultivador. En Chile central las

evidencias de los primeros cultígenos aparecen vinculados a las poblaciones cazadoras

recolectoras del arcaico tardío, quienes adoptaran el utillaje ceramista y la práctica hortícola

6 Luis de Valdivia ARTE, Y GRAMATICA GENERAL DE LA LENGVA QUE corre en todo el Reyno de Chile,

con un Vocabulario, y Confeffionario: Compueftos por el padre Luis de Valdivia, de la Compañía de Jesus, en

la Provincia del Perú. En Sevilla, por Thomás López Haro, Año de 1684. (Edición facsimilar de la primera

edición impresa en Lima en 1605). Andrés Febres Arte de la lengua general del reyno de Chile, Lima 1765.

Colección digital Memoria Chilena, Biblioteca Nacional, Chile. Fray Félix José de Augusta Diccionario

Araucano-Español, Imprenta y editorial San Francisco, Padre Las Casas 1966. Oriana Pardo y José Luis

Pizarro Especies botánicas consumidas por los chilenos prehispánicos, Editorial Mare Nostrum, Santiago

2005. 7 Daniel Quiroz y Marcos Sánchez La isla de las palabras rotas; Marco Sánchez, Daniel Quiroz y Mauricio

Massone “Domesticación de plantas y animales en la Araucanía”. Francis Goicovic/Daniel Quiroz De

insulares a continentales, LOM, Santiago 2008. 8 Goicovic y Quiroz, 2008..

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18

como mecanismos de subsistencia entre el 100 y el 300 d.C.9. La complementariedad que

comienza a percibirse con mayor nitidez en el vínculo de cerámica de horticultura, por el

avance de los estudios sobre el fenómeno de la domesticación de plantas y sobre la dieta de

estas poblaciones del período alfarero temprano, posibilita confirmar para esta época la

categoría de modos de vida agroalfareros, asociados al proceso general del formativo inicial

andino que comienza a desarrollarse en los el territorio de los valles de clima templado al sur

del Desierto de Atacama, alrededor del año 100 d.C.. Este proceso formativo o de

neolitización en la zona sur andina10, tendrá un desenvolvimiento desde la una fase hortícola

a una fase de agricultura extensiva que transformó el paisaje selvático de Araucanía en un

espacio productor de escala regional, encontrado por los conquistadores españoles hacia

1535-1550 d.C.

La figura del agricultor mapuche prehispánico se proyectaba a través del labrador de

la tierra designado con el nombre de Tquu cam añ labrador según el diccionario del

misionero Luis de Valdivia11. El Tquu cam añ era el hombre adulto que barbechaba y

preparaba el suelo con la ayuda colectiva de sus vecinos, utilizando un instrumento

denominado hueqllu pala, a modo de laya destinada a roturar la tierra; otro instrumento era el

Llicu pala, una herramienta de hoja larga con la cual se preparaba los camellones. En la fase

de cosecha los varones desempeñaban la función de cosechero Huactuvoe, segador de maiz,

nombre derivado de hua maíz y cvoe segar; en la operación de cortar la caña del magu, la

quinoa o el madi y las mazorcas de maíz se utilizaba la ichuna hoz, voz quechua que

identificaba un cuchillo lítico o de metálico. Las operaciones del manejo de las siembras

durante el ciclo productivo agrícola que se extendía desde los meses de siembra de agosto-

septiembre a los meses de cosecha enero-marzo, se resumen en el cuadro, Nº 2.

Cuadro Nº 2 Operaciones productivas agricultura mapuche del siglo XVI

Tcun mauyum huerto donde se siembra

Cogi bastimento de comida que se siembra

Tcun sembrar, y plantar y la planta

Dapillin aporcar hortaliza

Gduntu arrancar, desherbar

Gahun guardar heredad

Cotun regar el campo

Tcue la sementera

Cogitun coger la mies

Tayulin amontonar mies

Lila patio llano para trillar la cosecha

9 María Teresa Planella “Inicios de presencia de cultígenos en la zona central de Chile, períodos Arcaico y

Alfarero Temprano”. Revista Chungará, vol. esp. 2004, p. 387-399; y María Teresa Planella, Luis E. Cornejo

y Blanca Tagle A. “Alero las morrenas 1. evidencias de cultígenos entre cazadores recolectores del finales del

período arcaico en Chile central”, Revista Chungará, vol. 37, nº 1, 2005, pp. 59-74. En la zona trasandina de

Cuyo en el sitio del río Atuel los vestigios de los primeros agricultores incipientes tienen un rango cronológico

de 300 a.C. a 100 d.C. Humberto Lagiglia “Nuevos fechados radiocarbónicos para los agricultores incipientes

del Atuel”. Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina La Plata 1999, pp. 239- 250. 10 Danielle Lavalle “Secuencias y consecuencias de algunos proceso de neolitización en los Andes centrales”,

Estudios atacameños, nº 32, 2006; John Edgard Staller “La domesticación de paisajes ¿Cuáles son los

componentes primarios del formativo?”, Estudios atacameños, nº 32, 2006. 11 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el

texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684t.

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19

Nuqmtun aventar

Cogiruca Granero

Fuente: Luis de Valdivia Arte y gramática de la lengua general del reyno de Chile, 1684.

Las operaciones del campo incluían el cercado de las chacras y sementeras, labor realizada

según el trabajo cooperativo vigente entre las familias residentes en un mapu. Este trabajo

recibía el nombre de malal cahuiñ bebida por cercar12. Luego de la cosecha el grano se

guardaba en departamentos de las amplias rucas residenciales o en los recintos especializados

de Cogiruca granero13. En el plano de la agricultura intensiva de la fase prehispánica tardía

en las zonas de alta densidad demográfica local se desarrollaron tecnologías de riego

mediante la construcción de canales que recibieron el nombre de Yayma azequia14. Su

construcción se designaba como Yayman azequiar; en otros casos de construían estanques

utilizando los cursos hídricos naturales, tecnología aludida en el vocablo Regaco arroyo o

estanque, que derivaba de Regan cava.

En el ámbito de la elaboración de subproductos agrícolas, particularmente de harina

los instrumentos emblemáticos de fisonomía universal consistían en el Cudi piedra de moler

y el Chayhe cedazo para separar el hollejo de la harina flor llamada rgon harina de trigo. En

la traducción de alude a la distinción “de trigo” para diferenciarla del grano molido sin cernir

llamada genéricamente Vudum harina y Murque, harina de maiz tostado. Un tipo de pan

elaborado con el rgon se identificaba con el apelativo de cofque pan. En tanto otros tipos de

panes se denominaban Aminta pan de maiz y Mldu, pan de maiz elaborado también con

porotos. Una comida cotidiana era el Chedcan gachas, o mazamorra de maiz tostado ; en

tanto con los granos verdes sin madurar o con brotes inducidos por el remojo previo de los

granos secos se obtenía una harina flor para preparar rulu ranql caña dulce , aderezada con

la exquisita Mizqui dullin, miel de abejas . Junto a los alimentos las bebidas fermentadas

conformaban un suplemento dietético de extraordinaria importancia en los hábitos

alimenticios precolombinos. Estas bebidas conocidas en el mundo andino con el sugerente

apelativo de chicha, entre los mapuche recibían el nombre de: Pulcu chicha 15; una variedad

de chicha se llamaba muday16. Estas bebidas se consumían ampliamente en forma ritual en

ceremonias y reuniones, aspecto de la sociabilidad característico del modo de vida del

período formativo andino.

La industria cerámica

Desde la óptica interpretativa general sobre el sistema económico prehispánico, las

manufacturas ceramistas reunieron un conjunto muy diverso de artefactos de uso doméstico,

ceremonial y suntuario, atendiendo a la generalización del uso de la arcilla como una nueva

materia prima integrada a la industria manufacturera desde los inicios del período

agroalfarero. En el ámbito de la tradición cultural del sur andino, la elaboración alfarera

conformaba una expresión artística de modelaje escultórico figurativo y decorativo, entre los

12 Febres, 1765, p. 435 13 Luis de Valdivia, 1684. 14 Luis de Valdivia, 1684, sin número de página (snp). Febres, 1765, anota Azequia cathipulli, yayma: 315;

Puulli tierra, o loma, cerro: cathipulli- acequia, o solo, por cortarse la tierra, 605; Cathipullin hacerlos, p. 605 15 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el

texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684, sin número de página 16 Febres, 1765, pp. 324, 557.

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cuales quisiéramos destacar particularmente por su vinculación con la dimensión ritual de la

economía indígena las reproducciones fitomorfas de calabazas; zoormorfas de jarros patos

ketrumetahue, buhos y lagartijas; y los ceramios antropomorfos con recurrentes figuras de

mujeres y en algunos casos figuras masculinas17.

En este apartado sobre la tecnología y función económica de la alfarería,

destacaremos el significado de las representaciones femeninas en su asociación cultural con

los modelados escultóricos presentes en el utillaje prehistórico del llamado Viejo Mundo

como del Nuevo Mundo americano. En este contexto comparativo los modelados femeninos

han recibido el nombre de Venus y madres de la vida18. En la región de la Araucanía, hace

ya varias décadas Américo Gordon y Tom Dillehay revelaron la vinculación del ceramio

llamado jarro pato con el papel y función de la mujer en la configuración de la identidad

cultural mapuche19. Observación que quisiéramos subrayar en el contexto de la fabricación

ceramista del primer milenio d.C., donde se reproducen mujeres en estado de preñez, o

simplemente desnudos que enfatizan los senos, las caderas y órganos reproductores. Se les ha

encontrado en la zona del Pacífico en Angol, Gorbea, Calafquén, Osorno y en la zona

trasandina de Neuquén y La Pampa20. Una de estas piezas calificada como de singular

manufactura presenta un rostro adosado a la faz esculpida en el frontis del cántaro; fue

encontrada en un sitio cercano a la ciudad de Temuco en la localidad de Lofmahuida21.

En el sistema económico mapuche organizado desde la unidad de producción

doméstica, el segmento de los varones como jefes de familia manejan las actividades

agroganaderas controlando el acceso a la tierra, activando el proceso productivo mediante su

fuerza laboral para configurar un sistema de propiedad de transmisión patrilocal. En el nivel

de la vivienda el segmento femenino despliega funciones productivas complementarias

relevantes a través del dominio de las actividades manufactureras ceramistas y textiles,

aportando bienes de consumo doméstico, y -sobre todo- generando excedentes de tejidos

destinados al intercambio en la esfera mercantil indígena. Destacamos esta connotación

comercial de la producción de tejidos como una instancia a través de la cual develamos el

17 Hans Niemayer F. y Alice Menzel Th. “Un ceramio antromorfo de Osorno, Chile”. Noticiario Mensual

Museo nacional de historia nacional, Nº 314, octubre 1987. 18 En nuestro país Lautaro Núñez ha adelantado las primeras sugerencias en este sentido, a propósito de

algunas figurillas encontradas en los sitios arqueológicos del Norte Grande. Para Núñez, estas

representaciones femeninas identificadas en trabajos anteriores como “ídolos” o “muñecas”, serían objetos

rituales de cultos a la fertilidad en los pueblos neolíticos, proponiendo para ellas el nombre de “tallados

femeninos”. Lautaro Núñez “En torno al culto de la reproducción humana en el norte de Chile”. Revista

universitaria, Año 1-LI 1965-1966, pp. 367 - 375; Claude Levi Strauss La alfarera celosa, Barcelona 1986,

pp. 166 y ss.; 19 Américo Gordon y Tom Dillehay “El simbolismo en el ornitomorfismo mapuche: la mujer casada y el

“ketru metawe”. Actas del VII Congreso de arqueología chilena, Editorial Kultrug, Santiago 1977. 20 Dillman Bullock “Un cántaro antromorfo de Purén”. En Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena,

Santiago 1971, pp. 529-550. Américo Gordon et al “Excavaciones del cementerio indígena en Gorbea (Sitio

O-3). Provincia de Cautín, Chile”. Actas del VII Congreso de Arqueología Chilena, Santiago 1977, pp. 501-

514; Bernardo Berdichewsky y Mayo Calvo “Excavaciones en cementerios indígenas de la región de

Calafquén”. Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena, 1977, pp. 529-550. Juan Schobinger “Un notable

cántaro ceremonial antromorfo de la zona cordillera de Neuquén”. Actas de V Congreso de Arqueología

Chilena, la Serena 1969, pp. 377-387; Adán Hajduk “Representaciones antropomorfas en la alfarería

arqueológica neuquenina”. Comunicaciones científicas del Museo de La Patagonia Año 1, Nº 1, Río Negro

1985. 21 Carlos Ocampo, Rodrigo Mera y Pilar Rivas “Cementerio Pitrén en el By Pass de Temuco”. Ponencia IV

Congreso de Antropología Chilena. U. de Chile, 2001

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significativo papel mercantil de la mujer mapuche al manejar la producción de bienes

considerados como una de las riquezas más apreciadas en la sociedad originaria, como se

advierte en su utilización como medios de pago en las transacciones interpersonales y en su

participación como objeto de intercambios en los circuitos interregionales trasandinos. Esta

función mercantil es características de los textiles en la sociedades precapitalistas de América

indígena, su circulación como mercadería de intercambio está testimoniada por el cronista

Vivar como veremos en el siguiente capítulo y en otras referencias provenientes de la costa

atlántica del Río de la Plata, donde los historiadores argentinos han constatado la presencia

de tejidos procedentes de Chile según el registro de los primeros conquistadores del área

bonaerense. Este testimonio consignado por Juan de Garay en 1582 señalaba que: “hallamos

entre estos indios alguna ropa de lana muy buena, dicen que la traen de la cordillera de las

espaldas de Chile” 22

En segundo lugar, la integración de las ofrendas cerámicas en el ajuar mortuorio del

conjunto de la población agraria, tanto de varones y mujeres, reconfiguraba la función

utilitaria de la alfarería en un objeto suntuario y sacralizado, como un emblema y signo

simbólico del linaje generado por la esposa-madre que se conservará en la memoria familiar

de la habitación perpetua de los ancestros. Memoria que es elaborada por el estamento de las

artesanas del grupo familiar dando lugar a los estilos alfareros regionales conocidos como

Molle, Diaguita, Bato, Llolleo, Aconcagua, Pitrén, El Vergel y Valdivia..

Es posible que esta fórmula de organización productiva de la unidad doméstica en dos

mitades marido agricultor y ganadero – esposa alfarera y tejedora, constituya un factor

productivo que ejerce un dinamismo social diferenciado en la vida económica indígena;

dotando a la mujer de un alto nivel de autonomía como sujeto productor, y como agente de

complejización en el proceso de generación y acumulación de riqueza. Adicionalmente, el

segmento femenino conformaba un estamento consumidor de bienes suntuarios a gran escala

en el ámbito de la joyería representada por diversos ornamentos de cuentas de moluscos,

huesos y metales como cobre, plata y oro. Fenómeno ornamental a través del cual

observamos la acumulación de riqueza personal asociada al intercambio de bienes

manufacturados por las mujeres. Asimismo, es posible que el estatus de preeminencia social

al que accede la mujer como sujeto productivo se vincule con la recurrencia de las figuras

femeninas modeladas en cerámica encontradas en los sitios funerarios.

En una óptica general, la división productiva femenina - masculina induciría un

sistemas de intercambios generalizados, practicado en el nivel del espacio doméstico para

desembocar en la circulación y el intercambio entre los sujetos productores de las distintas

unidades domésticas locales, ampliándose progresivamente este circuito al ámbito regional e

interregional. Esta pauta de organización de la unidad productiva familiar conformará uno de

los factores decisivos en la orientación hacia el comercio en la economía mapuche

prehispánica y protohistórica.

Desde una mirada amplia sobre el cono sudamericano en el cual se inserta el

contexto sociocultural del desarrollo económico mapuche prehispánico, la cronología de la

22 “Carta de Juan Garay al consejo de indias en 1582” citado por Palermo Miguel “la compleja integración

hispano-indígena del sur argentino y chileno durante el período colonial” América Indígena LI (1) 1991.

Mandrini, Raúl José “La sociedad indígena de la pampa en el siglo XIX” en Mirta Lischeti

(comp.)Antropología, Buenos Aires. Editorial Universitaria 1987. Esta referencia ha sido tomada del

importante estudio de Guillermo Boccara Los vencedores. Historia del pueblo mapuche en la época colonial,

Santiago 2009, p. 316. También es relevante apuntar las observaciones de Boccara sobre el matrimonio, la

riqueza y la figura del ulmen en la esfera política, pp. 63-82.

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difusión alfarera prehistórica manifiesta una notable simultaneidad en la macrozona andina

situada desde los valles transversales de Coquimbo a la zona selvática de Araucanía. Los

registros más antiguo sobre la aparición de las técnicas cerámicas provienen de la comarca

costera de Chile central en el interfluvio de la desembocadura de los ríos Aconcagua y

Maipo, donde han rescatados artefactos cuyo estilo decorativo denominado Bato y Llolleo es

más recurrente a partir del 350 a.C.. En la zona septentrional de los valles transversales de

Coquimbo y Copiapó, la cerámica del estilo decorativo llamado Molle aparece hacia el 150

a.C.23. En el Sur de Chile, la cerámica inicial de estilo Pitrén procedente de la bahía de

Talcahuano arroja dataciones de 150 d.C.24. Más al sur del Biobío, en la comarca de Malleco

sobre materiales del sitio de Quino se obtienen fechados de 100 d.C.25. Del área del río

Callecalle proceden dataciones alfareras de 150 d.C en el sector costero26, y de 350 d.C. en el

ámbito cordillerano27.

Desde el punto de vista de la cronología histórica, la alfarería evolucionó en un

proceso concomitante con el desenvolvimiento de la agricultura desde los estilos iniciales

monocromos de gran variedad artefactual a partir del 100 d.C.- 350 d.C.; incorporando un

estilo decorativo policromo alrededor del año 1100 d.C.28, en sus modalidades tipológicas El

Vergel y Valdivia pertenecientes a un mismo horizonte cronológico regional29. Esta cerámica

del período prehispánico tardío se caracteriza por sus engobes bicromos de colores rojos y

blancos, con el uso de motivos de achurados simples, barras de clepsidras, zig-zag, rombos

reticulados, cruces escaleradas y estrellas de triángulos. Estos últimos decorados conocidos

como motivos estrellados o estrelliformes tienen un patrón común con los dibujos de la

cerámica intitulada Aconcagua y Diaguita, con las cuales también el estilo vergel-valdivia

comparten notables rasgos de simultaneidad temporal en su aparición30. Las tecnologías

cerámicas en sus estilos monocromos y policromos se expanden desde la Araucanía hacia la

23 Fernanda Falabella y Rubén Stehberg “Los inicios del desarrollo agrícola y alfarero: zona central (300 a.C. a

900 d.C.)”, en J. Hidalgo, V. Schiappacasse, H. Niemeyer, C. Aldunate e I. Solimano Culturas de Chile,

Prehistoria: Desde sus Orígenes hasta los Albores de la Conquista, Editorial Andrés Bello, Santiago 1989, p.

313-328. 24 Víctor Bustos S. “Modelos de ocupación temprana en la bahía de Concepción y Golfo de Arauco” en

Chungará (Arica) v.36 supl. espec. T. 1 Arica sep. 2004, p. 283-288 25 Quiroz, D. M. Vásquez y M. Sánchez “Quino 1, un sitio alfarero temprano en la región centro sur: noticias y

comentario de un fechado”. Boletín de la sociedad Chilena de Arqueología Nº 24, 1997, pp. 49-52 26 Ximena Navarro Prehistoria de Chile, en Informe de la Comisión de Verdad y Reparación Histórica, 1996. 27 Leonor Adán y Verónica Reyes “Sitio Los Chilcos, descripción y análisis de un nuevo cementerio Pitrén en

la región de Calafquén”, Boletín de la sociedad Chilena de Arqueología Nº 30, Santiago 2000: 30-40.

Margarita Alvarado y Rodrigo Mera “Estética del paisaje y reconstrucción arqueológica. El caso de la región

del Calafquén (IX y X Región-Chile)” Chungará vol. 36 sup. espec. T.2, 2004, pp. 559-568 28 Daniel Quiroz y Marcos Sánchez, La isla de las palabras rotas, op.cit.; de los mismos autores “La

secuencia Pitrén Vergel en la Isla Mocha: soluciones de continuidad y distinciones culturales”. Actas del XVI

Congreso de arqueología Chilena, Tomé 2003, pp. 369-378. 29 Leonor Adán y Rodrigo Mera 1997 “La tradición cerámica bícroma rojo sobre blanco en la región sur de

Chile. Los estilos Vergel y Valdivia”. Actas del XVI Congreso, op.cit.: 399-410. Atendiendo a las

regularidades sistemáticas en el patrón decorativo y en las pautas de elaboración artefactual de los estilos El

Vergel y Valdivia, se observa una correlación ceramista como expresión de una tradición identitaria, que

reflejaba simbologías de cohesión social y política entre poblaciones regionales que compartían ciertos signos

decorativos que gozaban de aceptación y prestigio en la cultura cotidiana, ver Fernanda Falabella, Lorena

Sanhueza y Eugenia Fonseca “Las materias primas de la cerámica Aconcagua salmón y sus implicancias para

la interpretación de la organización de la producción alfarera”. Chungara, Vol. 34, Nº 2, 2002: 167-189. 30 Durán, E. y M. T. Planella “Consolidación agroalfarera: zona central (900 a 1470 d.C.)”, en Culturas de

Chile, Prehistoria, pp. 313-328.

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23

zona trasandina de Neuquén, Limay, Nahuelhuapi y La Pampa como expresión de un proceso

de irradiación generalizada desde los valles del Océano Pacífico hacia la zona trasandina31.

Desde el punto de vista del utillaje doméstico, la loza alfarera tuvo amplia aplicación

en la cocina indígena, aportando el menaje de ollas para preparar los alimentos, el servicio de

vajillería en la mesa diaria, y los cántaros para contener el agua proveída desde las fuentes

hídricas para el consumo familiar. Especialmente relevante es en este sentido, la fabricación

de grandes tinajas y cántaros con capacidad para almacenar voluminosas provisiones de

chicha, elaborada de productos agrícolas, en especial del maíz. Bebida que en el mundo

americano y andino gozó de una especial valoración por su refinamiento alcohólico. Esta

bebida de baja graduación fue ampliamente consumida en la sociedad originaria como

recurso básico de la dieta; y como obsequio suntuario y protocolar para amenizar los

numerosos banquetes de ocasiones rituales, sociales, económicas y políticas que llenaban el

calendario de la organización civil y religiosa indígena32.

En el contexto cultural de la producción agraria la preparación culinaria de los

alimentos agrícolas y el almacenamiento de la chicha constituyó un elemento de primera

importancia para la industria de fabricación de contenedores cerámicos. Las ollas para la

preparación culinaria en el fogón de las rucas recibían diversos apelativos según su tamaño:

Lupn o Llupug, Codvu y Coro olla grande33. Otra vajillería especializada se llamaba Leupe

cazuela o callana, destinada a tostar granos para elaborar harina tostada y maíz rostizado.

Para cocer un tipo especial de pulco se usaba el Qulilhue, olla grande para hacer chicha. En

tanto la bebida fermentada se almacenaba en grandes vasijas de greda denominadas Cañ y

Mencue. La utillería doméstica se completaba con platos denominados Chom challa escudilla

de barro, Rali una escudilla de barro y Challa escudilla de palo (madera); los vasos de arcilla

se complementaban con otras copas de madera denominados Chiga hue jarro de madera en

que beben, Malhue, copa, o vaso de madera y un cántaro grande para escanciar el liquido

Malhue, cangilon de palo.

Por otra parte, la vajillería cerámica por su uso doméstico, protocolar y ritual, a través

de la elaboración de piezas de alta calidad y refinamiento en el arte decorativo adquirió la

cualidad de un elemento suntuario por excelencia. Introduciendo y cristalizando el concepto

de lujo y distinción social para las elites que gozaban del privilegio de su ostentación pública,

como muestra de riqueza material, posición y jerarquía económica. En esta perspectiva, la

alfarería ornamental también se convierte en un bien de valor, cuya posesión supera el

ámbito utilitario situándose en la dimensión de la riqueza suntuaria, concitando el interés

para su acumulación originaria en el seno de la economía indígena, atributo que estará

fielmente representado por su integración como ofrenda funeraria.

La producción manufacturera descrita en este apartado, incidirá en el plano de la

sociabilidad material a través del aumento de la variedad artefactual y decoración del utillaje

31 Adán Hadjuk La etapa alfarera patagónica, en culturas indígenas de la Patagonia, Madrid 1984,

“Excepcionales ceramios en la provincia de Neuquén”, en Revista del Museo Provincial de Neuquén Nº 1 (1),

Neuquén 1978; “Cementerio Rebolledo arriba, Departamento de Aluminé”, en revista Relaciones Vol. XIV,

Nº 2 Buenos aires 1981. Ana Albornoz y Adán Hajduk “Antecedentes arqueológicos e históricos del “Camino

de las Lagunas”, en El Nahuelhuapi hasta el siglo XVIII. En: http://www.uca.edu.ar/esp/sec-pigpp/esp/docs-

estudios/revista/tp7/arqueología.pdf; Carlos Aldunate del Solar “Estadio alfarero en el Sur de Chile 500 c.a

1800 d.C. en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, pp. 337-338. 32 Boccara, 2009, pp.76-77 33 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el

texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684.

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cerámico, de la variedad en la indumentaria textil, del refinamiento de los adornos

personales, y en el mejoramiento de los instrumentos y las armas metálicas.

Desde el punto de vista geográfico las innovaciones descritas estarán concentradas en

las zonas ecológicas dotadas de mejores condiciones ambientales para la crianza del hueque

destinado a la obtención de lana; de bolsones de arcillas de cualidades refractarias óptimas; y

yacimientos minerales de cobre, mantos de plata, arenas auríferas y yacimiento de sal. Zonas

que la arqueología comienza discriminar en las áreas de Penco, Isla Mocha, Budi, Lumaco,

Purén y Villarrica-Pucón y Neuquén; las cuales se encuentran asociadas a los centros

demográficos indígenas que los hispanos intentan controlar con las ciudades fundadas en el

siglo XVI. Asimismo, en el ámbito social las industrias domesticas tendrán a su vez, un

mayor desarrollo en las unidades que controlan los canales de comunicación de larga

distancia y las estrategias sociales para acceder al dominio de nuevos conocimientos y

técnicas de producción. Mecanismos generalmente asociados a las elites que ejercen el

control político de la información a través de sus funciones de gobierno y redes de parentesco

diseminados en la geografía andina por la migración masculina, o forjadas mediante las

alianzas matrimoniales ligadas a la circulación de esposas que salen y entran al espacio

doméstico.

El trabajo de los metales del cobre, oro y plata

En el contexto de la producción doméstica del período prehispánico tardío una

innovación de impacto sistémico estará asociada a la elaboración de utensilios y joyas de

cobre, plata y oro. Retrospectivamente, las manufacturas de objetos metálicos requerían de

una actividad extractiva previa destinada a proveer de materia prima a los artesanos con lo

cual se inauguraba también las actividades mineras en el seno de la economía mapuche, a

través de la explotación de los yacimientos locales situados en las Lluhue minas de plata, las

Millahue mina de oro y Maillayma vena de oro; y de las pañilhue mina de cobre34.

Las masas minerales se purificaban mediante la técnica llamada Vayemin fundir

metales incluía el uso de pimohne fuelles en talleres manejados por diestros artesanos

designados con el nombre de rtan camañ quienes forjaban los objetos de trabajaban Lien

plata, Milla, oro y Cum pañilihue cobre. Estas innovaciones de la joyería mapuche del

período prehispánico tardío se complementaban con los antiguos ornamentos de Elcha collar

elaborados de Llanca unas piedras verdes, que los indios estiman; y de Lican una piedra de

estima como cristal de indios. Otras joyas antiguas eran los Chunan cascabeles de caracoles

confeccionados con Chomllco caracolillo de la mar y la especie denominada Pillada

caracolillo de mar

Probablemente el trabajo de los metales se incorporó en el período de adopción de las

técnicas alfareras policromas en el área centro sur de Chile, elementos con los cuales

comparte un rango cronológico similar verificado entre el 1110 y el 1.200 d.C.. La

explotación económica de los metales del cobre, oro y plata se eslabonará desde las antiguas

industrias líticas del Período Arcaico para fabricar puntas de flechas, de cuchillos, hachas;

junto a emblemas del poder político llamados tokicura en mapuzungun y clavas según la

clasificación etnográfica35. Además de una serie de artefactos líticos para el cultivo de la

34 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el

texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684. 35 Un estudio singular sobre los yacimientos de obsidiana de Melipeuco en Charles R.. Stern, Ximena Navarro

H.; Jimena D. Pino N. y Rodrigo M.Vega S.M. “Nuevas fuentes de obsidiana en la región de la Araucanía,

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tierra, la molienda de granos, y elaboración de joyas de ciertas piedras preciosas llamadas

llancas. Actividades a las cuales se sumó en esta nueva fase, la tecnología metalúrgica de

purificación y obtención de masas minerales mediante el uso del fuego y los crisoles, según

lo ha establecido una investigación reciente36.

Las manufacturas de cobre fueron recolectadas en asociaciones contextuales

metodológicamente bien documentadas, que permitieron su datación radiocarbónica. En el

sitio funerario de Padre Las Casas se obtuvo una fecha de 1280 d.C. en adornos femeninos de

aros circulares y cuadrangulares junto a los tradicionales collares de llancas de minúsculas

cuentas de piedras37. No obstante, las fechas más antiguas del trabajo en aros de cobre se

remontarían hacia el 1195 d.C.38 de acuerdo a la cerámica asociada a su hallazgo en el sitio

El Vergel en Angol. Américo Gordón en una investigación pionera en el sitio de Padre Las

Casas fechado en 1280 d.C., recuperó aros de cobre cuadrangulares enmarcados en

circulares y un pequeño trozo de cobre, junto a delgadísimas laminas de llancas39. En la

zona de Valdivia se reportan hallazgos de aros de cobre y tupu en contextos de cerámica de

estilo valdiviano en el cementerio arqueológico de Cocule, así como construcciones de piedra

en la localidad de Ciruelos40

Al norte del río Biobío se han encontrado objetos de cobre las Dunas de Rahue en la

zona de Cauquenes con una datación de 1.240 d.C.41. Desde Chile central los datos

geográficamente más próximos proceden de la zona minera-cuprífera de Rancagua, en el

sitio de Rengo (Cachapoal), donde se describen algunos objetos de cobre con antigüedad de

1130 d.C. 1365 d.C. 42, lo que sitúa la introducción cuprífera al sur del Biobío en una fecha

bien temprana respecto de la difusión de esta tecnología en el centro-sur de Chile.

Los artefactos de cobre también se utilizaron en la elaboración de hojas para hachas

destinadas al trabajo de la madera43. Además de un amplio uso militar reforzando las lanzas

con puntas elaboradas de este metal. En la panoplia prehispánica una evolución sustancial

Centro-Sur de Chile: química y contexto arqueológico de la obsidiana riolítica negra de los Nevados de

Sollipulli”. En Magallania, vol. 36, nº 2. Punta arenas 2008 36; Roberto Campbell. “El trabajo de metales en el Vergel: una aproximación desde la Isla Mocha”, en Actas

del XVI Congreso de Arqueología Chilena, Tomé, 2003, pp. 379-388. Los ornamentos de aros tienen una

distribución estilística común desde Cauquenes a Río Bueno. 37 Américo Gordón “Urna y Canoa Funeraria. Una sepultura doble excavada en Padre Las Casas, Provincia de

Cautín, IX Región Chile”. Revista chilena de antropología Nº 1 1978: 61 –80. Los aros cuadrangulares son

similares a los descritos para el Complejo Las Animas por Gastón Castillo C. “Agricultores y pescadores del

Norte Chico: El complejo Las Animas (800 a 1.200 d.C.)” en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, p. 271.

También consignan imágenes de artefactos de cobre, herramientas agrícolas líticas y pipas líticas similares a

las recogidas en la Araucanía Hans Niemeyer F. Gastón Castillo y Miguel Cervellino “Los primeros

ceramistas del Norte Chico (0 a 800 d.C)”, en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, pp. 227 y ss. 38 Leonor Adán y Rodrigo Mera 1997 “La tradición cerámica bicroma rojo sobre blanco en la región sur de

Chile. Los estilos Vergel y Valdivia”, Actas del XVI Congreso de Arqueología Chilena, Tomé, 2003 39 Américo Gordón “Urna y canoa funerarias de sepultura doble excavada en Padre Las Casas. Provincia de

Cautín, IX Región”. Revista chilena de antropología Nº 1, Santiago 1978. 40 Dillehay y Américo Gordon, La actividad prehispánica de los incas y su influencia en La Araucanía, 45

Congreso de Americanistas, Bogotá Colombia 1985. B.A.R.International Series 442, Printed in Great Britain,

1988, pp. 226-227. 41 Nelson Gaete y Rodrigo Sánchez “Patrón alfarero Pelluhue ¿Un estilo decorativo “El Vergel” al norte del

Itata?” Hombre y Desierto Nº 9, 1999, pp. 381-384 42 Iván Cáceres, Eugenio Aspillaga, Angel Deza, y Alvaro Román., “Un sitio agroalfarero tardío en la cuenca

del río Cachapoal, Chile central”, en Actas del X Congreso de Arqueología Chilena, Temuco 1991, t. II. 43 Gonzalo Ampuero “La cultura diaguita chilena (1.200 a 1.470 d.C)”, presenta dibujos de estas hachas, en

Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, p. 286

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26

provino del reforzamiento de las lanzas con puntas de cobre utilizadas por los contingentes

militares de la zona de Penco y Arauco. El cronista Mariño de Lobera describió la formación

del ejército mapuche penquista dirigido por el general Aynabilo en 1550, entregando un

valioso testimonio etnológico sobre la organización militar indígena y sobre el uso del cobre

en las armas del período prehispánico tardío. Este hermoso relato de la epopeya mapuche del

siglo XVI los reproducimos en extenso a continuación.

“No estaban los enemigos dormidos en este tiempo, porque de muchos años

antes estaban persuadidos a que los españoles habían de hacer aquella conquista; pues

habían visto que su designio no era otro sino gobernar toda la tierra; y así estaban

prevenidos habiéndose comunicado y concertado todos los de aquellas provincias,

como son la de Ñuble, Itata, Renoguelen, Guachimavida, Marcande, Gualqui, Penco

y Talcaguano. De suerte que apenas habían salido los españoles de la ciudad de

Santiago cuando ya los bárbaros tenían noticia dellos, cuya entrada les hizo poner

luego en armas, acudiendo todos a una a oponerse a ellos haciéndoles resistencia, y

para proceder con mejor orden en su defensa, trataron ante todas cosas de elegir

cabeza de todo su ejército que tuviese absoluto gobierno de toda la gente, aunque eran

de diversas provincias. Para esto pusieron los ojos en un indio llamado Aynabillo,

hombre esforzado y de gran prudencia experimentado en cosas de guerra y gobierno.

A este cometieron el plenario dominio y potestad de mandar en toda la tierra, sin

aguardar parecer de nadie, y para hacer guerra no solamente a los españoles, pero aún

a los mesmos indios en caso de que entre ellos hubiese algún alboroto o cizaña. Y

como a tal señor le fueron todos a mochar, que quiere decir adorar, con las

ceremonias que ellos usan poniéndole cierta insignia en la cabeza, y un cinto ancho

por el cuerpo cuyos cabos besaron los principales, que entre ellos es lo mismo que

besar la mano. Luego que Aynabillo fue electo, mandaron aviso dello por toda la

tierra, notificando a todos su elección y ordenándoles que acudiesen a la guerra, y

muy en particular a los bravos araucanos y tucapelinos que estaban veinte leguas de

aquel lugar donde él fue electo. Fue tanta la gente que acudió a su mandato, que

llenaban los campos, de suerte que todo parecía poblado sin distinción en lo que eran

campos y pueblos. Ultra desto mandó pagar sueldo a todos los indios que estaban

desparramados fuera de los pueblos, si quisiesen venir por paga como en efecto

vinieron muchos, así por tirar sueldo como porque también les iba su propio interés y

libertad, pues era común a todos la defensa. Con esto juntó en campo más de cien mil

hombres y más de otros cincuenta mil que acudieron al tiempo de la necesidad y

refriega; los cuales venían bien armados y a punto de pelear, arriesgando sus vidas.

Las armas que traían los más eran unas lanzas más largas que picas con unas puntas

de cobre en lugar de acero; otros traían lanzas medianas, y otros las que en su lengua

llaman macanas de que tratamos arriba; otros traían dardos y otros, finalmente,

usaban de armas de diversas maneras hechas a su modo. Toda esta gente era fortísima

y membruda, y no menos arrojada que valiente; traía por teniente general a Villineo,

indio de extraordinarios bríos, y por sargento mayor a Labapie; capitanes eran

Pangue, Curilemo, Millequino, Chibilingo, Lupín, Lebonbin, Alcan, Paraygnano,

Pilquenlovillo, Nabacón, Aibinquilapello y otros de mucha estima”44.

44 Pedro Mariño de Lobera Crónica del Reino de Chile escrita por el capitán Pedro Mariño de Lobera

reducido a nuevo método y estilo por el Padre Bartolomé de Escobar [1595]. En Colección de historiadores

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27

Jerónimo de Vivar corrobora la utilización de puntas de cobre como reforzamiento de

las lanzas araucanas, entregando otros datos de interés sobre la organización del

ejército mapuche protohistórico, escribiendo:

“Estas gentes antiguamente tuvieron guerras unos con otros, como eran todos

parcialidades, unos señores con otros. Quando vienen a pelear vienen en sus

escuadrones por buena orden y concierto que me parece a mi que, aunque tuviesen

acostumbrado la guerra con los romanos, no vinieran con tan buen orden.

“Y llevan picas de 25 palmos de una madera muy recia y enjeridos en ellas unos

hierros de cobre a manera de azadores rollizos de dos palmos y de palmo y medio. Y

con unas cuerdas, que hacen de nervios muy bien atados, los ejieren de tal manera en

aquella asta, como puede ir un hierro en una lanza. Y junto a esta atadura llevan una

manera de borlas de sus cabellos”

Van entremedias de estos armados otros syn de estas capas ni celadas, con unas astas

largas, algunas enjeridos en estas astas unas hachas de pedernal Y otros llevan en

estas astas hecho en lo alto una manera de macana.

Y luego va otra hilera de otros con lanzas de astas de quince y dieciséis palmos. Y

llevan el asta de una vara puesto un acha como de cobre, hecha de dos o tres picos, o

de manera que el que la trae quiere, porque unas son anchas y otras como

martillos”45.

De acuerdo con la metrología actual, las puntas de cobre en las lanzas prehispánicas medían

entre 30 a 40 centímetros, elementos que junto a las hachas de varias puntas utilizadas por los

contingentes del ejército mapuche representaban un consumo de alto volumen, sobre todo si

consideramos el número de soldados movilizados en el siglo XVI. Las cifras aportadas por

las fuentes son irregulares, no obstante se puede estimar que en las campañas militares de la

zona de Arauco hubo contingentes superiores a los 10.000 y 20.000 soldados. Cifra que

ilustra la importancia de la demanda bélica de cobre para la elaboración de puntas de lanzas y

otros dispositivos ofensivos. Asimismo estas referencias permiten visualizar la relevancia de

la actividad cuprífera para abastecer la demanda militar y la joyería femenina, de modo que

su presencia ocupaba un lugar central en la economía precolombina.

Las minas de cobre explotadas se localizaban en el sector costero de Arauco,

hallándose otras menas distribuidas en todo el territorio continental46. Por su parte, el cronista

Pedro de Córdoba y Figueroa señalaba la existencia de yacimientos de cobre en la cordillera

andina enfrente del distrito de Concepción, apuntando que: “Y porque se admire el aborto de

la naturaleza en sus producciones no omitimos el narrar que año de mil setecientos diez y

siete se internaron algunos por la cordillera y en la parte oriental de ella hallaron un elevado

cerro de cinco a seis leguas de circunferencia y superficialmente por todo él mucho cobre

cual están las piedras en la superficie en campo y se halló un peñón como de cincuenta

quintales y trajeron notable cantidad, la que vimos y se pagó en la ciudad de los Reyes a

mayor precio que el común cobre por estar misto con oro”47 .

de Chile y de documentos relativos a la historia nacional, Santiago 1865 (en adelante CHCh) tomo VI, pp.

111-112 45 Gerónimo de Bibar Crónica y Relación copiosa y verdadera de los reinos de Chile, Santiago 1966:183-184. 46 Campbell, 2003,. 47 Pedro de Córdoba y Figueroa Historia de Chile (1717). CHCh, Imprenta El Ferrocarril, Santiago 1862,

tomo II, p. 33

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Vinculado al uso del cobre se desarrolló la metalurgia del oro y la plata en la

confección de joyas femeninas. De acuerdo con la información aportada por las fuentes

escritas del primer momento de contacto hispano-mapuche, la metalurgia del oro y la plata se

hallaba extendida a través de todo el territorio del Sur de Chile desde Penco a Chiloé.

Señalando con ello el área de expansión de la civilización prehispánica mapuche en el Sur de

Chile.

Carlos Aldunate del Solar consigna entre los artefactos del período tardío

prehispánico, rescatados en la zona de Angol, aros de plata y oro48. Gordon y Dillehay

reportan el hallazgo de un objeto de oro que reproduce la figura de una cabeza de tucan en

Villa Lo Boldos al sur del río Toltén, asociado a otras evidencias cerámicas de características

incas, contribuyendo a posicionar la hipótesis de un desarrollo aurífero vinculado a la

influencia cuzqueña –o en su defecto- de otras culturas del área nuclear andina. Del mismo

modo, estos autores reconocen la existencia el trabajo prehispánico en instalaciones mineras

en la zona de Carahue y el nacimiento del río Toltén, lugares donde se fundaron las ciudades

de La Imperial y la Villa Rica respectivamente49.

Respecto de la influencia inca en Chile, el descubrimiento arqueológico en el Cerro

La Cruz –cercano a Quillota- de un templo y una instalación metalúrgica inca realizado por

el equipo de Arturo Rodríguez, arrojo una datación de 1310 d.C., retrotrayendo la expansión

del imperio inca en Chile a dos siglos y medio antes de la llegada de los europeos50.

En esta óptica del trabajo minero aurífero prehispánico y la elaboración de joyas el

cronista Vivar, señalaba que en la zona de Penco y Arauco, las mujeres: “Traen brazeletes de

oro y de plata y una manera de coronas. Traen al pescuezo una manera de diadema y de

turquezas y de tiritas de oro a manera de estampas. Ellas andan como las del Mapocho, salvo

que traen una manera de zarcillos de cobre”51.

Mariño de Lobera también describió el uso de ornamentos femeninos de oros y

zarcillos: indicando que en los días de fiesta: “Fuera destas mujeres que se casan, hay otras

muchas que tienen por oficio salir en los días de banquetes a estos bebederos a ganar, como

hacen en Europa las meretrices, que llaman rameras, y para esto se engalanan con los más

ricos atavíos, usando también de collares, zarcillos y otras joyas de oro con piedras

preciosas”52.

Respecto de la zona del río Bueno y Golfo de Reloncaví donde se fundaría la ciudad

de Osorno en 1558, el Gobernador García Hurtado de Mendoza escribió que: “fui desde la

ciudad de Valdivia, hasta cuyos términos han llegado los españoles, a descubrir la tierra que

dicen los Coronados y anduve por ella adentro once o doce jornadas, en que hallé treinta o

cuarenta mil indios de la manera de los de atrás, bien vestidos y con zarcillos y otros arreos

de oro fino y de oro sobre plata y mucho ganado y sementeras, hasta que fui a dar a un lago

48 Carlos Aldunate del Solar “Estadio alfarero en el sur de Chile”, en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, p.

339 49 Tom Dillehay y Américo Gordon, La actividad prehispánica de los incas, pp. 226-227. 50 Arturo Rodríguez, Ramón Morales, Carlos González y Donald Jacson “Cerro La Cruz: un enclave

económico administrativo incaico, curso medio del Aconcagua (Chile central)”, en Actas del X Congreso de

arqueología Chilena, 1991, t. II, pp. 201-222. 51 Bibar, 1966, p. 180 52 Mariño de Lobera, 1865, p. 125.

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grande, con mucha cantidad de islas que hay en el, a dos y a tres leguas unas de otras,

pobladas de misma gente y ganado”53

Sobre la minería aurífera indígena en el archipiélago de Chiloé, García Hurtado

señalo que los capitanes enviados a reconocerlas: “se volvieron tomando relación de las islas

postreras que anduvieron que en la tierra firme de adentro había mucha cantidad de indios y

buena tierra de oro comidas y ganado, dándole forma como lo sacan y funden”54. Francisco

de Villagra, compañero de Pedro de Valdivia, escribió respecto de la comarca circunvecina

de Chiloé, que esta zona tenía “ventaja a las que hasta agora están vistas en las Indias, por ser

muy pobladas de gentes, vestida de manta y camiseta como la del Cuzco y haber mucha

comida y grandes insignias de oro y plata”55. Otras relaciones documentales del mismo

período señalaban que: en un cavi que llaman Quilen, dicen hay oro, é sácalo el cacique que

llaman Queteloan”56

Una descripción del atuendo utilizado por un prominente jefe mapuche, durante la

celebración de una fiesta pública por las victorias militares del celebre toqui Lientur, entrega

interesantes elementos de comparación sobre el uso ornamental del oro entre los mapuche,

las cuales complementan el testimonio de Bibar. En esa ocasión, Francisco Núñez de Pineda

y Bascuñan relata que: “Salió el cacique Huiramanque –que para esa ocasión guardaban los

antiguos vestidos de los españoles- con un calzón de terciopelo morado (…) guarnecido con

un franjón de oro muy ancho y una camiseta muy labrada, con sus flecos a la redonda(…)

una bolsa colgada con su cinchón, que parecía tahalí, y encima su capa de castilla azul

oscuro, que tiraba a morado, también con su franjón de oro por los cantos y por el cuello, y

unas medias de seda amarillas, puestas sin zapatos, pero con unas alpargatas a su modo y

usanza; otros que lo acompañaban sacaron también vestidos antiguos de españoles (…) y

algunos traían sus plumas y otros cintillos de oro a lo antiguo; y el cacique llevaba sus

collares de piedra, que tienen por preciosas”57.

En el contexto ritual de esta ceremonia solemne de raigambre prehistórica, en cuya

celebración se despliega un complejo protocolo que incluye la construcción de una torre

piramidal escalonada de seis a siete metros de altura para el baile de coros de danzantes, los

atavíos de esta autoridad étnica reproducen la cultura vernácula del tiempo ancestral. Desde

esta perspectiva interpretamos el franjón de oro que recubría el borde del calzón y la capa de

castilla azul, como un elemento decorativo proveniente de las tradiciones decorativas

prehispánicas de su modo y usanza como dice el cronista, así como los cintillos de oro que

representaban los ornamentos a lo antiguo, es decir del período anterior a la llegada de los

españoles; junto a las plumas y los collares de piedra. Estos franjones de oro, no los usaban

los soldados de la conquista, y más bien su descripción se asemeja a cierta indumentaria de

53 Carta de don García Hurtado de Mendoza al consejo de Indias, 20 de abril de 1558. Colección de

documentos inéditos para la historia de Chile (CDIHCh), vol. 28, p. 158 54 Carta de don García Hurtado 1558, CDIHCh, vol. 28, p. 159 55 Carta de Francisco de Villagra a S.M. 24 de enero de 1558, CDIHCh, tomo XVIII. También citado por F.

A. Encina Historia de Chile, Santiago 1983, tomo 2, p.60. 56 “Relación que hizo Francisco Cortes Ojeda de su viaje al Estrecho de Magallanes, autorizada del escribano

Miguel Goizueta, 17 de noviembre de 1557”, en CDICh tomo 28, p. 235 57 Citado por Carlos González Vargas y Hugo Rosati Aguirre, “Rescate de una construcción mapuche no

conocida”, en AISTHESIS Nº 39 (2006), p. 72-84. Valioso estudio sobre la arquitectura ceremonial de la

sociedad mapuche. La cita corresponde a Francisco Núñez de Pineda Bascuñan Cautiverio Feliz, Santiago

2001, p. 523.

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las dignidades del imperio inca. De modo, que su uso se relaciona con las tradiciones andinas

prehispánicas.

Respecto de las joyas de plata precolombinas contamos con la referencia anterior

sobre la orfebrería de la zona de Osorno. Noticia que es confirmada por el cronista Alonso de

Góngora y Marmolejo, tradicionalmente escueto en sus descripciones sobre la sociedad

indígena en proceso de conquista. En su Historia, Góngora apuntó que en el reconocimiento

de la zona aledaña al volcán Villarrica, Pedro de Valdivia: “informado que acerca de adonde

estaba había unas minas ricas de plata, de donde sacaban y labraban plata, diciéndoles que

se las mostraran, envío al capitán Alderete con diez soldados a pie”58

El empleo de joyas de oro y plata, posiblemente tuvo conexión con el avance del

imperio inca -u otras etnias de la zona andina- con sus fronteras movibles de intercambio e

infiltración de colonias mineras en los territorios circunvecinos del Tahuantinsuyu,

especialmente para explotar los ricos yacimientos de oro del Sur de Chile59. Mecanismos a

través de los cuales se incorporó la técnica del trabajo de la platería usada por las mujeres,

cuyos diseños estilísticos siguen pautas muy cercanas a las joyas utilizadas por la elite del

imperio inca60.

Por otro lado, la localización y el dominio de los yacimientos de cobre del sector

costero ejercido por los linajes locales de Arauco y Purén -situados a ambos lados de la

serranía de Nahuelbuta, les habría otorgado una ventaja económica adicional que les

retribuyó un flujo de riquezas de extraordinaria influencia en el contexto social prehispánico.

Este factor ayudaría a explicar las conexiones de esta zona con región pampeana, que se

reflejarían en la circulación de cerámica El Vergel y aros de cobre en el área trasandina61, así

como el apoyo y contratación de soldados puelches en el ejército araucano para fortalecer la

resistencia a la conquista62.

Como corolario de esta sección indicaremos que, desde el punto de vista de la cultura

material, los adornos femeninos de plata que conocemos profusamente a partir de las

colecciones de platería del período colonial y republicano, constituyen la imagen y el

símbolo de la pervivencia de la civilización agrominera del cobre, oro y plata minera

mapuche prehispánica que hemos reseñado.

La ganadería de hueque: lana, arrías de transporte y moneda

La adopción de las técnicas de domesticación del guanaco salvaje conformó un

evento cronológicamente simultáneo con la adopción de la agricultura y la alfarería a juzgar

por los vestigios del sitio arqueológico de la Isla Mocha y otros indicios procedentes de la

58 Alonso de Góngora y Marmolejo Historia de las cosas que han acaecido en el reyno de Chile y de los que

lo han gobernado (1536-1575), Santiago 1990, pp. 103-104 59 De acuerdo al modelo seguido en las fronteras orientales del incanato, investigado por Thierry Saignes Los

Andes orientales: historia de un olvido. IFEA-CERES, Cochabamba, Bolivia 1985, p. 13 y ss., y “El sureste

entre la conquista inca y la invasión chiriguano” en Tierra Saignes Historia del pueblo chiriguano, Instituto

Francés de Estudios andinos, La Paz, Bolivia 2007, p. 42 y ss 60 Tom Dillehay y Américo Gordon “La actividad prehispánica de los incas”. De acuerdo con Dillehay, es

muy posible también que la influencia inca se encuentre en la decoración de la cerámica El Vergel y Valdivia. 61 Mónica Alejandra Berón “Arqueología de las sociedades prehispánicas de la provincia de La Pampa.

Manejo de recursos culturales y puesta en valor de historias regionales”. Quinto Sol. Revista de Historia

Regional Nº 11, Universidad Nacional de La Pampa, Santa Rosa 2007, 62 Leonardo León Solís “Mapu, toquis y weichafes durante la primera guerra de Arauco, 1546-1554”, en

Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Valparaíso 1995, Nº 40, pp. 277-344

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costa de Arauco. No obstante, esta ganadería se nutrió constantemente de la captura y

amansamiento de los guanacos salvajes.

El guanaco en estado montaras se denominaba luan y las actividades de captura

luantun. Su domesticación mediante la técnica del amansamiento de las tropillas salvajes se

denominaba Huymelyecuumen atraer con alagos, o ir amansando, derivado del verbo

Huymlin amansar. Mediante este manejo productivo se obtenían los Hueque carnero y las

tropillas de Rehueque, carneros de la tierra, llamados también por los cronistas Chillihueque

carnero de la tierra63. Identificando en este nombre compuesto de Chilli la tierra de Chile y

hueque la masa ganadera de los valles de clima templado. Entre las técnicas del

amansamiento se practicaba la costumbre de Entucadañin capar, operación practicada a los

machos para su completamente domesticación y posterior utilización como fuerza y medio de

transporte generalizado.

En el ámbito doméstico, los rebaños de hueques abastecían de lana como materia

prima esencial para la industria del telar, para lo cual cada año se practicaba la operación del

quediñun, tresquilar carneros. Obtenida la lana se lavaba y se procedía a Nenum lin, batir la

lana; seguido del Rurehue carduren, cardar, carmenar, para luego obtener el hilo mediante la

operación del Vuun hilar o Vuun hilado, utilizando el instrumento llamado Puvll huso para

hilar. Las madejas de hilos alimentaban luego las manufacturas del Huytalhue telar para tejer

diferentes Uutalhue, urdiembre de tela, destinadas a la confección del vestuario cotidiano,

trajes ceremoniales y otros aditamentos. El vestuario de los varones incluía una camiseta

llamada Ulcu camiseta, en otros casos llamado Macuñ pero más generalmente bajo ese

nombre se designaban las mantas o ponchos de distintos estilos: ecull, macuñ, ponto y, ruthu;

así como algunas cintas usadas para amarrar el cabello, consistentes en: Yautu, bonete, o

cintillo de la cabeza y Tari lonco, el pillo, o cintas que se ponen los indios en la cabeza. Las

mujeres utilizaban vestimentas largas denominadas Choñe manta con la que se cubrían todo

el cuerpo, también recibía el apelativo de Huentetecum, la manta encima de India a manera

de túnica, y la Icalla, la manta de india como rebozo.

Una completa descripción del vestuario masculino cotidiano ilustra la tipología textil

del vestuario: “El traje de ellos –consignaba Bibar- es una manta de vara y media de largo y

una de ancho. Y esto se ponen por entre las piernas y los cabos se ciñen a la cintura, que lo

traen a manera de zaragüelles. Y encima unas camisetas que les dan hasta medio muslo y

otras menos. Esta ropa hacen de lana. Traen unas mantas a manera de capa, y otros no traen

más de aquella manta revuelta al cuerpo, porque cada uno anda vestido como alcanza y tiene

la posibilidad”64.

Los primeros cronistas -como hemos consignado- describieron con admiración la

riqueza ganadera de las comunidades mapuche de Araucanía prehispánica, a partir de lo cual

se deduce su importancia como fuente de abastecimiento de lana para las manufacturas

textiles producidas por mujeres de las unidades domésticas. En segundo lugar, la importancia

económica de esta especie provenía de su utilización como animal de carga. Por otro lado, el

hueque complementaba la alimentación cotidiana, aunque es previsible que por su valor

como proveedor de lana el aporte carneo se abastecía de otras fuentes señaladas más atrás.

La trascendencia de este animal en los modos de vida mapuche, se expresaba en su

integración simbólica como un objeto suntuario de significación ritual por excelencia.

63 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el

texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684.t 64 Bibar, 1966, Capitulo CV

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Empleado como sacrificio propiciatorio en las ceremonias del nguillatún, y en otros eventos

de carácter político que sellaban y reconstituían alianza de comunión y fidelidad recíproca65.

Jerónimo de Bibar consignó un detalle significativo acerca de la integración del hueque en

los modos de vida mapuche, escribiendo que al llegar los españoles a la isla Santa María

enfrentaron la resistencia indígena organizada en dos escuadrones, en estas circunstancias:

“habló un indio viejo que tenía una capa de cuero de carnero negro, y con una hacha de

piedra en una asta de madera hizo una raya por junto los pies del capitán muy larga, y dijo

que de allí nos volviésemos y que no pasásemos su tierra ni le viésemos sus casas, so pena

que nos matarían, lo cual nos declaró un yanacona que entendía la lengua66. Su importancia

cultural en el espacio isleño protohistórico también quedó plasmada en el arte indígena,

testimoniado en la figura de una cabeza de auquénido reproducida en una pipa prehispánica

rescatada en la Isla Santa María67.

En el ámbito militar se reiteraba la utilización de la piel del hueque en la panoplia de

las armaduras, especialmente elegida como emblema étnico de una sociedad de agricultores y

ganaderos. Los escuadrones lanceros llevaban una capa fabricada con su cuero. Vivar

escribió a este respecto: “vienen de esta manera que los delanteros traen una capas, y éstas

llaman tanañas. Y es de esta manera: que hacen una capa como verdugado, que por arriba es

angosta y por abajo más ancha. Préndenla al pecho con un botón, y por un lado le hacen un

agujero por donde sale el brazo izquierdo. Esta armadura les llega hasta la rodilla, hacenla

de pescuezos de ovejas o carneros cosidos unos con otros y son tan gruesos como cuero de

vaca, y de [...]hacen de lobos marinos, que también son muy gruesos.... y estas capas van

aforradas con cueros de corderos pintados de colores prieto y colorado y azul de todos

colores. Y otras llevan de tiras de este cuero de cordero en cruces y aspas por de fuera. Y

otros, las pinturas que les quieren echar68”

Los dibujos de colores rojos y azules muestran ciertos rasgos simbólicos de los

emblemas utilizados como insignias del ejército araucano; del mismo modo las cruces

representan figuran recurrentes de la simbología mapuche de impronta andina; por otro lado

las aspas evocan las figuras dibujadas en los tambores indígenas llamados kultrún.

La variedad de empleos en los cuales se integraba el hueque, sumado a los exigentes

cuidados que se requerían para su reproducción en pariciones bianuales con múltiplicos

únicos, indujeron una alta valorización pecuniaria de esta especie ganadera. De este modo,

los productos obtenidos de la oveja de la tierra en cuanto a su utilización como medio de

transporte y provisión de lana convirtieron al hueque en un bien de valor en la economía

indígena prehispánica.

El hueque constituía uno de los más preciados obsequios que el novio entregaba a sus

suegros en retribución de la esposa que abandonaría su hogar de nacimiento para trasladarse

al nuevo hogar del marido. Bibar consignaba al respecto que “Los casamientos hacen de esta

manera: que el que tiene una hija y se la pide otro, conciertanse en cierta cantidad de ovejas,

y el que la quiere a de pagar aquellas ovejas, y lleva la mujer”69. Este concierto representaba

65 Jimena Obregón Iturra “Guerra y Paz entre los mapuches o araucanos de Chile: Guerras interetnicas y

guerras intraetnicas a mediados del siglo XVII (1640-1655)”. Ponencia Primer Congreso de Etnohistoria

Buenos Aires 1989. 66Bibar, 1966, Cap. XCVIII 67 Mauricio Massone “Algunas reflexiones sobre el complejo cultural El Vergel desde la Isla Santa María”,

Actas del XVI Congreso de Arqueología chiena, 2003, p. 351 68 Bibar, 1966, p. 183 69 Bibar, 1966, p. 184

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en el vocabulario hispano un negocio, una transacción de carácter más complejo que el

simple trueque, representando una modalidad de intercambio en el cual se halla presente un

sistema de equivalencias llamado comúnmente moneda o patrón de intercambio. Esta

connotación de compraventa derivaba de la valorización de la mujer como sujeto productivo

manufacturero, que se restaría del núcleo domestico paternal, razón por la cual se pagaba un

importe de compensación figurado en la cantidad de ovejas a cancelar.

La vigencia de un patrón de equivalencia paradigmático en las transacciones de la

economía mapuche protohistórica incluía al hueque consignado como ovejas y perros, los

textiles denominados ropa; la chaquira de pequeñas conchillas identificadas como chaquira y

las llancas que representaban piedras preciosas. Estas monedas prehispánicas continuaron

utilizándose como reservas para solventar los gastos de la resistencia indígena, aparecen

testimoniadas en una serie de referencias apuntadas por los cronistas.

Pedro de Valdivia -el capitán de la conquista de Chile-, durante su prisión en la costa

de Arauco luego de la derrota sufrida en la batalla de Tucapel, habría negociado su liberación

ofreciendo una riqueza fabulosa a los toqui –comandantes- del ejercito mapuche. Góngora de

Marmolejo, señalaba que en esa ocasión a través de un interprete: P. de Valdivia:“les

comenzó a hablar, diciéndoles que les sacaría los cristianos de el reino y despoblaría las

ciudades y daría dos mil ovejas si le daban la vida”70. Los animales ofrecidos pertenecían a

la especie europea que cumplía idénticas funciones productivas a las de los animales nativos.

Con excepción de su capacidad como animal de carga.

El mismo cronista, Góngora de Marmolejo, consignó referencias sobre el pago de

salarios, como otras formulas que adquiría la función económica del intercambio, en este

caso el comercio de la fuerza de trabajo avaluada en bienes en la esfera de la actividad bélica.

Durante las campañas del ejército mapuche de Penco contra el Gobernador Pedro de

Villagra, en 1565, el cronista aludido señalaba que el Gobernador:

“Pasado el río Maule tomó el camino de Reinoguelen, que es una provincia llamada

así junto a la Sierra Nevada, porque tuvo nueva que aquellos indios con gran

desenvoltura habían hecho un fuerte, que ellos llaman en su lengua bucara, en tierra

llana, ribera de una acequia grande que ellos habían traído. Pedro de Villagra tomaba

lengua cada día; sabiendo ser ansi, caminó derecho allá. Los indios habían enviado

llamar a todos los comarcanos les viniesen a ayudar, pues los habían pagado a su

usanza, y para esta paga habían juntado ochocientos perros y gran cantidad de

chaquira, que es unas cuentas de muchos colores, más pequeñas que granos de trigo,

horadadas por el medio; las traen al pescuezo en sartas largas, mayormente las

mujeres, y con la ropa de vestir que juntaron habían pagado grande número de

soldados”71.

En otra ocasión, las noticias recopiladas sobre los aprestos militares de los linajes de la costa

de Arauco, consignaron que allí los jefes indígenas trataron:

“con los demás comarcanos que no dejen perder tiempo tan oportuno como el que

tenían, y que todos tomasen las armas y viniesen sobre la casa fuerte de Arauco, y la

combatiesen hasta tomarla por fuerza o por asedio; y para este efecto hicieron junta y

llamamiento general de toda la provincia; y para hacello con mejor orden rogaron a

Colocolo se encargase del mando y cargo de la guerra. Era este Colocolo cacique

70 Alonso de Góngora, 1990, p. 115 71 Alonso de Góngora, 1990, p. 227

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principal y señor de muchos indios del valle de Arauco; y para el efecto hicieron

derrama a su usanza de mucha chaquira y ropa, que es el oro que entre ellos anda, y

desto le dieron por su trabajo y en nombre de todos paga y salario” 72.

En estas citas encontramos varios elementos conjugados en torno a la figura del pago del

valor de un bien en este caso de fuerza laboral y servicios. En esta versión se indica la

existencia de una forma de pagar a su usanza, es decir, de acuerdo a un patrón prehispánico.

Los emolumentos consistían en “perros” –nombre extraño, que sin duda se refiere a

hueques,- chaquiras, y ropa. La chaquira consistía en joyas suntuarias de pequeñas cuentas o

perlas fabricas de huesos y conchillas marinas. Conformaban bienes suntuarios de

inestimable valor en la economía indígena. Así lo señalaba un cronista observando que: “Lo

más preciado que entre ellos tienen es una chaquira de hueso hecha muy menudita, esto traen

las mujeres por gargantillas”73.

La ropa, es decir el vestuario, representaba a los textiles en general considerados en el

mundo indígena andino como una fuente de riqueza y medio de pago universal. Su apreciado

valor provenía de las horas de trabajo productivo asociado a la crianza de los rebaños de

hueques, su esquila para provisión de lana, el hilado y la posterior confección del vestuario

por las manufactureras femeninas en los telares de las unidades domésticas. El formulismo de

la paga y salario dado a los soldados por su trabajo de engancharse en el ejército, y al toqui

Colocolo, para dirigir las operaciones bélicas, ilustra claramente la existencia de un concepto

de equivalencias presente en las transacciones de intercambios. El vocablo hispano de pagas,

deriva del verbo pagar y el sustantivo paga.

En la organización de las fiestas también se utilizaba la cancelación de pagas a los

poetas por sus romances y a los músicos que amenizaban el baile y el jolgorio. Diego de

Rosales señalaba a este respecto que. “Para el día señalado preparan en el lugar de la

borrachera unos tablados y bancos en que bailan y alrededor de sus casas, y divisiones para

alojarse, y guardan la chicha y los carneros: y tres días antes hacen el ensayo de la fiesta: y

cantan los romances y tonos, tomándolos de memoria, y ensayando la música con mucha

chicha, que es como otra borrachera pequeña. Porque el cacique que hace la fiesta; paga

entonces a los poetas los romances que han hecho. Y por cada uno le da diez botijas de

chicha y un carnero. Y en cada borrachera sacan ocho o diez romances nuevos: en que

alaban al que la hace”74. En este caso, se identifica entre los elementos más comunes

utilizados como pagas, a la chicha de fabricación y consumo generalizado; desde esta óptica,

todos los productos de consumo cotidiano, y de consumo suntuario se empleaban como

medios de pago de acuerdo a un patrón de equivalencias que formaba parte de una

metrología indígena sancionada por la tradición, modalidad percibida por los hispanos a

través de la expresión pagos a su usanza.

Comercio y mercaderes mapuches protohistóricos

El capitán de la conquista española hacia 1550, consignó en un cuadro sintético la

presencia de una enorme concentración demográfica en la Araucanía calculada por los

especialistas en un rango de 1.000.000 a 2.000.000 de habitantes desde la zona de Maule a

72 Alonso de Góngora, 1990, p. 193 73 Bibar, 1966, Capitulo CV 74 Diego de Rosales, 1872, vol. 1, p. 149. J. Bengoa, 2000, p. 126; Boccara 2009.

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35

Chiloé75. Asimismo describe el perfil de la opulencia agraria, y manufacturera de la sociedad

mapuche prehispánica tardía. A este respecto escribía:

“Lo que puedo decir con verdad de la bondad desta tierra es que cuantos

vasallos de V. M. (Vuestra Majestad) están en ella y han visto la Nueva España

(México), dicen ser mucha más cantidad de gente que la de allá: es toda un pueblo e

una simentera y una mina de oro, y si las casas no se ponen unas sobre otras, no

pueden caber en ella más de las que tiene; próspera de ganado como lo del Perú, con

una lana que le arrastra por el suelo; abundosa de todos los mantenimientos que

siembran los indios para su sustentación, así como maíz, papas, quinua, mare, ají y

frísoles. La gente es crecida, doméstica y amigable y blanca y de lindos rostros, así

hombres como mujeres, vestidos todos de lana a su modo, aunque los vestidos son

algo groseros. Tienen muy gran temor a los caballos; aman en demasía los hijos e

mujeres y las casas, las cuales tienen muy bien hechas y fuertes con grandes

tablazones, y muchas muy grandes, y de a dos, cuatro y ocho puertas; tiénenlas llenas

de todo género de comida y lana; tienen muchas y muy polidas vasijas de barro y

madera; son grandísimos labradores y tan grandes bebedores; el derecho dellos está

en las armas, y así las tienen todos en sus casas y muy a punto para se defender de sus

vecinos y ofender al que menos puede; es de muy lindo temple la tierra y que se darán

en ella todo género de plantas de España mejor que allá: esto es lo que hasta ahora

hemos reconocido desta gente” 76.

En la descripción precedente se establece un estrecho paralelo entre una alta densidad

demográfica local, y una agricultura intensiva como fuente de provisiones alimenticias “que

siembran los indios para su sustentación”. Asociación a través de la cual emerge la figura de

los agricultores mapuches catalogados económicamente como grandísimos labradores. En el

contexto de esta exuberante productividad las crónicas también consignan la imagen

sociológica de una sociedad basada en la riqueza del trabajo agroganadero donde: “No hay en

toda la tierra indio pobre, porque todos tienen ganado, maíz y frutas de sobra”77. Asimismo,

el marco formal de economía indígena supera las categorías conceptuales definidas como

economías domésticas y economías campesinas caracterizadas por sus esquemas de

subsistencia. Asimismo, este sesgo de alta productividad también supera los rasgos culturales

de las sociedades basadas en sistemas de caza, pesca y recolección inmersas en las

economías naturales de abundancia. Por el contrario, las evidencias documentales perfilan

uno de los resultados más deslumbrantes del sistema agrario mapuche precolombino: la

producción excedentaria a gran escala.

75 Leonardo León S. La Merma de la sociedad indígena de Chile central y la última guerra promaucae, 1536-

1570. Londres 1991. Hernán Cortés Olivares “Relación de las visitas y tasas que el señor oydor de su majestad

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huinca…¡ Cuatro ensayos de Historia Nacional Mapuche y un epilogo sobre el futuro. Lom, Santiago 2006. 76 “Carta al emperador Carlos V. Concepción 25 de septiembre de 1551”. Cartas de Pedro de Valdivia que

tratan del descubrimiento y conquista del Reino de Chile, Biblioteca Virtual Cervantes 77 Mariño de Lobera, 1862.

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36

La interacción social de la voluminosa población mapuche de Araucanía

protohistórica, desencadenará un auge en los niveles de producción de todos los sectores de

la economía por el incremento de la fuerza laboral y de los sujetos productores. Asimismo, la

densidad de habitantes se transformará en un factor inductor de una demanda de consumo de

ciertos bienes especializados, con lo cual la concentración demográfica de tres millones de

habitantes dejaría de ser un mero dato cuantitativo para transformarse en un factor cualitativo

de indudable potencial mercantil.

Entre estos bienes especializados debemos mencionar la alfarería decorada; los

envases cerámicos de grandes dimensiones para almacenar los granos y las bebidas rituales.

Los finos tejidos de funciones emblemáticas asociadas al poder social: Los zarcillos de

metales de cobre, oro y plata que representarían los bienes suntuarios de mayor consumo

individual en el ámbito masculino protocolar y en la esfera de los ornamentos femeninos,

complementándose con las tradicionales cuentas de collar de minúsculos huesos y piedras

preciosas: Las puntas de cobre para el mejoramiento de la efectividad bélica de las armas

indígenas conformarían otro polo de consumo especializado de carácter masivo. Junto a estos

bienes producidos localmente, el abastecimiento de sal desde los yacimientos trasandinos

conformaría otro sector de actividad que dinamizaría y complejizaría la estructura del

intercambio mapuche78.

En la dimensión cultural registrada por los vestigios del idioma mapuche del siglo

XVI, se hallaban presentes vocablos que denotaban la existencia de actividades de comercio

de una gran profundidad social y complejidad factual. El padre Luis de Valdivia en su

diccionario consigna el verbo vender como: Eyumin.l. Eumun, vender79; usando otra grafía

para la misma voz apuntó más adelante: Heutun Vender80. Febres apuntaba por su parte que

este verbo significaba esencialmente enajenar, en el sentido estricto de vender: Eun, eúnn,

euntun vender, conchavar, dar o enagenar Uln enajenar dando, o vendiendo Ulmeyen llevar

algo a otra parte a enagenarlo81.

Siguiendo a L. de Valdivia, otra modalidad de venta y percepción de la paga se

designaba como: Gillacayauvoe, comprar o contratar82, también Gillacan comprar o

contratar83 y Gillan cobrar. O pedir la paga, o otra cosa84. Febres señalaba Gillacan usan mas

por conchavar o comprar, o contratar85. Una tercera forma de contrato, fue recogido por

Febres con el apelativo de “Thavcuun el contrato de permuta, daca, y toma, y hacerlo:

thacuun ta mu cumey-lo mejor es dar y recibir, y no fiar, o dar en mano propia” 86. Este

vocablo se asemeja muy de cerca al trueque de bienes por bienes que se practica hasta el

presente bajo la formula del trafquin.

Estas distintas modalidades que asume el intercambio permitirían establecer en el

plano de la comparación teórica la existencia de transacciones de distinta naturaleza en

relación a la apreciación de los bienes puestos en circulación. Característica que forma parte

78 Jorge Fernández “Cronología y tecnología de las hachas salineras de Truquico, Neuquén”, en Relaciones de

la sociedad Argentina de antropología, tomo XIV, Nº 2.Buenos Aires, 1981-1982. 79 Valdivia, 1684, sin número de página 80 Valdivia, 1684, sin número de página 81 Febres, 1765, p. 669 82 Valdivia, 1684, sin número de página 83 Valdivia, 1684, sin número de página 84 Valdivia, 1684, sin número de página 85 Febres, 1765, p. 496. 86 Febres, 1765, p. 639

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inherente a los sistemas económicos precapitalistas, en los cuales sin embargo en mayor o

medida encontramos formulas que se acercan a la concepción mercantil del intercambio,

especialmente en la esfera de la significación del concepto del precio que adquiere un bien de

acuerdo al patrón de equivalencia en un contexto histórico específico. Denotación que L. de

Valdivia consigna como: Mon valer tener precio. En el apartado de su Gramática, este

misionero explicaba el uso de los verbos comprar y vender señalando que entre los mapuche:

“Los verbos comprar, y vender, piden demás destos dos acusativos, uno para la cosa vendida,

y otro para la persona a quien se vendió, otro caso con preposición para el precio en que se

vendió, o compró, ejemplo “quiñeulmen eucnbi taquiñe hueque quiñe Huinca, mari huarcu

meu, un Cacique vendió a un español una oveja de la tierra por diez pesos”87

A través de este ejemplo L. de Valdivia subrayaba la importancia del comercio en la

sociedad indígena y su organización como una actividad plenamente desarrollada, no

solamente como una pura forma de trueque, si no como una instancia configurada en torno a

relaciones de intercambio establecidas sobre la base de la circulación de bienes de valor

intercambiados de acuerdo a un patrón de equivalencias, donde la noción de precio adquiría

su plena vigencia. Esta referencia podría estar vinculada al vocablo castellano “paga”

utilizado para definir la acción de satisfacer o pagar alguna cosa o beneficio y que el

misionero del siglo XVII entrega como traducción de la palabra mapuche “Cullin, pagar, o

paga”, junto a sus acepciones de Cullitun, tornar a pagar, Elucullin pagar deuda88. Esta paga

se recibía en diversos tipos de bienes que representaban la función de moneda, por su

representación de riqueza, en el sentido de bienes acumulables los cuales pueden representar

un valor subsidiario para el receptor como objeto que no satisface una necesidad directa,

aunque sí podrá conformar una categoría de un bien susceptible de intercambiar en otro

espacio o momento.

La acumulación de bienes, es decir de riqueza mercantil estaba en la base del

surgimiento del concepto de hacienda en la economía indígena, idea aludida con el nombre

originario de Ñipen, mi hacienda, o la suya de el. La presencia del concepto del precio y

hacienda también encuentra un trasfondo sociológico de sustentación en la referencia a la

práctica de: Ño elun pujar en almoneda. La modalidad de la oferta de bienes en una feria

donde se contratan en almoneda productos arribados desde diferentes ámbitos, representaría

una modalidad distinta del intercambio directo que puede relacionarse con la actividad de los

mercaderes indígenas identificados en el contexto protohistórico. Esta palabra designaba en

el lenguaje hispano del siglo dieciséis a los comerciantes que trasladaban mercaderías de un

lugar a otro; ejerciendo un tráfico de larga distancia característico del comercio inter-

regional. La figura emblemática del comerciante mapuche prehispánico es recogida por Luis

de Valdivia en el nombre de: Eyumcamañl. Eumcaman Mercader89.

Teniendo en consideración las distancias conceptuales y categoriales del mercader del

capitalismo europeo del siglo XVI, el eyumcamañ representaría la figura indígena del

comerciante que se desplaza a través de las rutas fortificadas que cubren el territorio de Chile

y el espacio araucano pampeano trasandino. Figura representada en los grupos andinos que se

trasladan a comerciar a los llanos; en los tratantes que desde la Araucanía se desplazan a la

Pampa en busca de sal, y en los isleños del litoral araucano que en sus embarcaciones cruzan

el océano pacífico a contratar con las comunidades del continente.

87 Valdivia, 1684, p. 52 88 Las tres referencias en Luis de Valdivia, 1684. cit. Sin número de página. 89 Valdivia, 1684, sin número de página

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En el caso del comercio marítimo los elementos tecnológicos característicos de esta

actividad estuvieron representados por el uso de huampu: barco navío90 y la habilitación de

caletas de embarcaderos llamadas picun labquen puerto de mar91 y uutapeun, chihuan.pu,

puerto do surge el navio92. Diego de Rosales describía la figura social de estos comerciantes

navegantes apuntando que: por el mes de marzo, en que los vientos no son fuertes, passan

Firva, que es tierra firme de enemigos, y con ellos comercian, y para atrabesar cinco leguas

de mar hazen valsas muy grandes de magüeyes, en que pasan treinta personas y trahen

muchos carneros, y otras cosas con que comerciar (…) Vienen cantando al son de los remos

ciertas canciones en que piden al mar les dege pasar a comerciar prósperamente93.

En el comercio terrestre la tecnología específica para el tráfico de larga distancia

estaba representada en las recuas de hueques utilizados para el transporte de las mercaderías.

El nombre de estos animales empleados para llevar tinajas, granos, artesanías y minerales

como la sal, se designaban con la palabra Meñcuqueyum chi hueque carnero de carga94.

Significativo es que junto con la identificación de hueque como el animal de carga, se

advierta el uso de la voz eyum que se encuentra en la raíz del vocablo eyuncamañ que

designa al mercader; asimismo se encuentra presente la voz meñcu, que designa al cántaro

destinado a conservar granos y bebidas. Es decir estos hueques se utilizaban para todo tipo de

transporte a nivel local y de larga distancia. En el nivel local era esencial su empleo para

trasladar las tinajas de chicha a los lugares de reunión social y en el nivel inter-regional para

trasladar las mercaderías ya señaladas.

El uso de los hueques en labores de transporte fue consignado por Mariño de Lobera:

“Y así el carnero que este capitán Vineo presentó a los del navío, iba cargado de regalos,

cosa que admiró a los españoles por ser este animal mansísimo, y de hechura de camello,

aunque el cuello era muy angosto y levantado, y la cabeza pequeña y sin cuernos..son de

(más) utilidad por la lana que por trajin”95.

En 1600 el navegante Van Noort describe estos animales de carga en la isla Mocha,

señalando que “Las mencionadas ovejas tienen cuellos muy largos y la lana es tan larga que

casi les llega al suelo. Estas ovejas las usan para su trabajo, y para llevar carga. Cuando se

cansan de trabajar no se les puede obligar a seguir ni a golpes”. En otro párrafo indicaba

respecto de la comunidad isleña que “su tierra estaba bien labrada teniendo abundancia de

dos tipos de ovejas. Un tipo como el nuestro y otras que son más grandes, la lana tan larga

que les cuelga hasta el suelo, con cuellos largos. Son como nuestros burros, sus bestias de

carga”96.

La indicación en el testimonio de Lobera sobre la utilidad textil del hueque y sus

alusiones al uso en el trajín o tráfico, debemos anotarla en el contexto de descripción de un

hueque cargado con mercaderías. La capacidad de carga del guanaco domesticado para el

transporte de arrias precolombino, se calcula que tenía una capacidad para llevar pesos

90 Valdivia, 1684, sin número de página 91 Valdivia, 1684, sin número de página 92 Valdivia, 1684, sin número de página 93 Diego de Rosales, 1872, t. I, p. 173. Agradezco esta indicación al profesor Daniel Quiroz. La cita se

reproduce en Goicovic- Quiroz, 2008, p. 77 94 Valdivia, 1684, sin número de página 95 Mariño de Lobera, 1865, p. 28 96 Ambas citas en Marijke Van Meurs “Isla Mocha un aporte etnohistórico”, en Actas del X Congreso

Nacional de Arqueología Chilena, tomo I, Temuco 1991, p.196. Traducción del viaje de Van Noort publicado

en Rótterdam en 1602

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menores de 30 a 40 kilos97, en relación a la mayor capacidad de transporte de lo animales

europeos empleados por los conquistadores. La comparación de Van Noort de los hueques

con una alzada de 1.50 metros a 1. 160 con los burros como bestias de carga, resulta también

cualitativamente ilustrativa de la función especializada a los cuales se destinaba el

meñcuqueyum chi hueque en el sistema productivo precolombino y protohistórico.

Conclusiones

Observado en perspectiva histórica el desenvolvimiento del sistema económico

mapuche del siglo XVI, se delinean los rasgos más deslumbrantes de la civilización material

mapuche desplegada en torno a las actividades agroganadera, manufacturera, minera y

comercial. Entendiendo el concepto de civilización como el ordenamiento resultante en el

plano del paisaje residencial, productivo y ceremonial; y la organización de un sistema de

pautas que rigen las relaciones de acceso a los bienes de producción y las relaciones de

intercambio de bienes entre diversos segmentos productivos y entre diversos espacios

regionales. Algunas de cuyas facetas se han recopilado en esta investigación.

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Page 44: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

44

Empresarios agrícolas en una economía emergente. La Araucanía, Chile, 1900-1940

Jorge Pinto Rodríguez

Universidad de La Frontera Temuco

[email protected]

Resumen: Se examina la formación y comportamiento del empresariado agrícola en la

región de la frontera de Araucanía, a comienzos del siglo XX, luego de su ocupación por el

Estado chileno. Enfatizando su participación en un mercado interior articulado en torno de

la agricultura, la explotación del bosque, la ganadería, la industria molinera y el comercio.

Hubo grandes, medianos y pequeños empresarios; hombres y mujeres; colonos extranjeros,

ocupantes nacionales, campesinos, y mapuches. Particular atención se presta al aporte del

empresariado agrícola al despegue de la economía regional y en su estancamiento, en el

período 1900-1940

Palabras Claves: Empresarios, Araucanía, Comercio, Campesinos, Mapuches, Crédito,

agricultura.

Summary: There is examined the formation and behavior of the agricultural business

community in the region of Araucanía's border at the beginning of the 20th century, after

his occupation for the Chilean State. Emphasizing his participation in a home market

articulated around the agriculture, the exploitation of the forest, the ranching, the ready to

be ground industry and the trade. There were big, medium and small businessmen; men and

women; foreign colonists, national, rural occupants, and Mapuche. Particular attention

lends to the contribution of the agricultural business community to the takeoff of the

regional economy and in his stagnation, in the period 1900-1940

Key Words: Businessmen, Araucanía, Trade, Peasants, Mapuche, Credit, Agriculture.

Introducción

En este trabajo nos proponemos examinar la formación y comportamiento de un

empresariado agrícola que surgió en la antigua frontera mapuche en el siglo XX, luego de

su ocupación por el Estado chileno. La llegada de éste provocó profundos cambios en la

zona. Desde el punto de vista de la economía, un potente mercado interior nacido al alero

de las nuevas ciudades que se fundan y las obras públicas que se emprenden, junto con las

nuevas articulaciones externas de la economía local y regional, provocó una fuerte

expansión, que estuvo acompañada del surgimiento de un empresariado regional que operó

en la agricultura, la explotación del bosque, la ganadería, la industria molinera y el

comercio. Hubo grandes, medianos y pequeños empresarios; hombres y mujeres dedicadas

a estas actividades, como también colonos extranjeros, ocupantes nacionales y mapuches.

Particular atención se prestará en esta oportunidad al aporte del empresariado agrícola al

despegue de la economía regional y la responsabilidad que le cupo en su posterior

estancamiento1.

1 Este trabajo fue presentado originalmente como ponencia a las “VI Jornadas Interdisciplinarias de Estudios

Agrarios y Agroindustriales”, celebradas en la Universidad Nacional de Buenos Aires entre 11 al 13 de

noviembre de 2009

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45

Elaborada en el marco del Proyecto de Investigación “Empresarios de la

Araucanía”, financiado por el Fondo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de

Chile (FONDECYT), dirigido por el autor de este artículo, presentaremos aquí sus primeros

resultados2.

El Estado, expansión y depresión económica

En 1900 el Estado chileno había concluido el proceso de ocupación de la Araucanía.

Los mapuches que siguieron viviendo en la región fueron instalados en reducciones que se

ubicaron en la periferia de los centros urbanos y de los fundos, grandes, medianos y

pequeños, que se constituyeron en la región. La mayoría de ellos, al igual que el resto de la

población, transformó a la agricultura en uno de los pilares de la nueva economía

fronteriza.

Contrariamente a lo que pensábamos cuando iniciábamos nuestros estudios sobre el

siglo XX, la llegada del Estado no desplomó a la economía regional, a pesar de de la

desestructuración que provocó al espacio fronterizo que allí funcionaba desde los tiempos

coloniales. Por el contrario, los primeros treinta años del siglo pasado fueron de expansión

gracias al aumento considerable de la demanda de madera, trigo y otros cereales. Junto a

esta demanda, el aumento del precio del trigo, tanto en el país como en el extranjero,

estimuló la producción cerealera; además, la fertilidad del suelo hizo posible una

productividad muy rentable y a bajo costo.

Los comentarios aparecidos en la prensa de la época y en otros documentos hacían

presumir un futuro esplendoroso para la región. La comisión que elaboró el Censo de 1907,

aseguraba que Malleco y Cautín, generarían grandes riquezas debido a la fertilidad de sus

suelos y a la abundancia de sus recursos naturales3, juicio que se repitió en otro documento

de aquellos años4.

Las dos primeras décadas fueron las de mayor rendimiento agrícola durante la

primera mitad del siglo XX, rendimiento que sólo se alcanzó de nuevo en los años 50

gracias al uso de fertilizantes. Rafael Elizalde afirma que en los primeros años del siglo, la

región producía unos 15 quintales métricos por hectárea, cifra que repiten otros autores5.

Las exportaciones de cereales (trigo, cebada y avena) se mantuvieron con algunas

irregularidades, pero siempre por sobre los valores que se habían logrado antes. Perú era el

mayor comprador con 41.794 toneladas de trigo y 1.820 toneladas de harina aquel año6. Sin

embargo, a partir de la crisis del 29 y, sobre todo, en la década del 40, estas empezaron a

declinar en forma progresiva hasta prácticamente desaparecer.

Uno de los hechos de mayor impacto para la agricultura fue la Primera Guerra

Mundial. En el plano económico, sus efectos inmediatos provocaron cierta incertidumbre

que afectó a los agricultores; sin embargo, la especulación y el alza de los precios que se

produjo luego del estallido de la Guerra generó un escenario muy favorable para esta

2 El proyecto en cuestión lleva el Nº 1095052 y se ejecutará entre 2009 y 2011 en el Departamento de

Ciencias Sociales de la Universidad de La Frontera de Temuco. 3 Comentarios sobre las provincias de Cautín y Malleco formulados por la Comisión Central del Censo,

Censo de la República 1907, Santiago, Imprenta Nacional 1908, pp. 1012 y 1016. 4 Veritas comercial chileno 1912-1913. Guía de Información Comercial e Industrial de Chile. Comercio,

Industrias, Agricultura, Salitre y Minería. Imprenta Sud-Americana, Santiago, 1913, pp. 1035 y 1098. 5 Elizalde, Rafael, La sobrevivencia de Chile. Departamento de Conservación y Administración de Recursos

Agrícolas y Forestales, Ministerio de Agricultura, Santiago 1958, p. 23. 6 Mellado, Mario El trigo en Chile, Cultura, Ciencia y Tecnología, Chillán 2007, p. 25.

Page 46: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

46

actividad, a pesar que los productores de la Frontera no recibieron todos los beneficios de

esta situación7.

Finalizada la Guerra, las exportaciones de trigo y cebada continuaron su ritmo

habitual de alzas y bajas, mientras el precio registró, a partir de 1915, un incremento en su

tendencia al alza en el mercado internacional que se prolongó hasta la crisis del 29, tal

como se puede apreciar en el cuadro N º 1.

Cuadro Nº 1. Evolución del precio medio anual de trigo y cebada en Londres,

1900-1920

Evolución del precio medio anual de trigo y cebada en Londres,

1900-1920*

(Base1900= 100)

Años

Trigo quart ingles

de 480 libras

Cebada quart

ingles de 400 libras

Precio

neto

Índice

100

Precio

neto

Índice

100

1900 26,11 100,0 24,11 100,0

1901 26,90 103,0 25,20 104,5

1902 28,10 107,6 25,80 107,0

1903 26,90 103,0 22,80 94,6

1904 28,40 108,8 22,40 92,9

1905 29,80 114,1 24,40 101,2

1906 28,30 108,4 24,20 100,4

1907 30,70 117,6 25,10 104,1

1908 32,00 122,6 25,10 104,1

1909 36,11 138,3 26,10 108,3

1910 31,80 121,8 23,10 95,8

1911 31,80 121,8 27,30 113,2

1912 34,90 133,7 30,80 127,7

1913 31,80 121,8 27,30 113,2

1914 40,11 153,6 26,11 108,3

1915 62,00 237,5 36,11 149,8

1916 68,90 263,9 51,10 211,9

1917 82,00 314,1 64,90 269,2

1918 81,70 312,9 58,90 244,3

1919 72,10 276,1 72,10 299,0

1920 80,60 308,7 90,90 377,0

Fuente: Sinopsis Estadística de la República de Chile, 1925, 1926, p. 117.

El aumento de la población, la creciente demanda de la pampa salitreras (hasta la década

del 20) y de la zona central, también estimularon la producción y el alza del precio del trigo

y la cebada en el mercado interno. Desafortunadamente, no contamos con registros de

precios de otros cereales antes de 1928. El Cuadro Nº 2, refleja el su alza en el mercado

nacional.

7 SOFO, Memoria de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco 1939-1940. Imprenta San Francisco,

Temuco, 1943, p. 29.

Page 47: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

47

Cuadro Nº 2. Evolución del precio medio anual de trigo y cebada en Santiago y Valparaíso,

1907-1925

Años

Trigo candeal

en Valparaíso

Trigo blanco

en Santiago

Trigo blanco

del sur en

Valparaíso

Cebada

chevalier en

Valparaíso (en

carro)

Cebada

cervecera del

país en

Valparaíso

Precio

neto

Índice

100

Precio

neto

Índice

100

Precio

neto

Índice

100

Precio

neto

Índice

100

Precio

neto

Índice

100

1907 14 100 / / / / 15 100 16 100

1908 17 121 / / / / 14 93 14 88

1909 22 157 / / / / 15 100 14 88

1910 19 136 16 100 / / 15 100 12 75

1911 16 114 18 113 / / 18 120 15 94

1912 21 150 17 106 / / 19 127 20 125

1913 24 171 18 113 18 100 19 127 18 113

1914 31 221 24 150 23 128 18 120 15 94

1915 54 386 38 238 31 172 33 220 22 138

1916 26 186 24 150 21 117 22 147 20 125

1917 27 193 26 163 22 122 21 140 16 100

1918 22 157 27 169 24 133 39 260 17 106

1919 / / 30 188 27 150 / / 28 175

1920 53 379 49 306 41 228 37 247 37 231

1921 / / 45 281 38 211 24 160 34 213

1922 53 379 43 269 36 200 25 167 37 231

1923 39 279 34 213 27 150 25 167 34 213

1924 43 307 37 231 30 167 43 287 42 263

1925 63 450 50 313 52 289 39 260 49 306

Fuente: Sinopsis Estadística de la República de Chile, 1925, 1926, p. 117.

En efecto, si en 1910 el precio del trigo blanco en Santiago era de $16, en 1925

había subido a $50 (313%). En el mismo período, la cebada alcanzó un alza promedio del

260%. En definitiva, ya sea por las exportaciones a los mercados internacionales o internos

o por la incorporación de nuevas tierras a los cultivos, lo cierto es que la región se vio

favorecida por una demanda que elevó los precios, amplió la extensión de las tierras

cultivables y las cosechas. Si en 1910 la Araucanía producía alrededor del 20% de la avena

y 5% del trigo del país, en 1930 estas cifras habían ascendido al 70% en el caso de la avena,

y por sobre el 20% en el del trigo, mientras la producción de cebada se mantuvo

prácticamente estable. Fue el período en que Malleco y Cautín pasaron a ser “el granero de

Chile”.

Este panorama tan favorable se desplomó rápidamente. Algunos autores presumen

que el factor desencadenante de la caída fue la crisis de 1929, cuyos efectos se habrían

observado muy negativamente en la agricultura regional. Aunque no se puede desconocer

su impacto, diversos estudios hechos en aquellos años y en la segunda mitad del siglo XX

llamaron la atención sobre otras situaciones que complicaron a la agricultura de la

Araucanía.

En primer lugar hay que tener en cuenta las transformaciones que se produjeron en

Chile en los años inmediatamente posteriores a la crisis del 29. Una economía que hasta ese

Page 48: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

48

momento se había sostenido en las exportaciones de materias primas, buscó industrializarse

para superar una serie de problemas que se venían anunciando desde fines del siglo XIX.

Estábamos en los albores de la instalación del “modelo de crecimiento hacía adentro”,

sostenido en una industrialización que apuntaba a sustituir los productos adquiridos en el

extranjero por otros producidos en Chile. Diversos factores que no viene al caso analizar

ahora, provocaron una reconversión económica que echó por tierra el propósito por el cual

el Estado ocupó la Frontera.

Efectivamente, uno de los factores que más incidió en la ocupación de la Araucanía

tuvo relación con la necesidad de fortalecer el modelo exportador, afectado casi 80 años

antes por su primera crisis, ocurrida en 1857. El interés por las exportaciones se reflejó

rápidamente en el carácter de la nueva economía fronteriza. Llamada el “triguero de Chile”,

la producción regional elevó el ritmo de las exportaciones y le dio nuevos bríos, justamente

cuando ya se empezaban a complicar por la escasa competividad de nuestra agricultura.

¿Qué posibilidades tenía entonces de seguir expandiéndose cuando toda la atención de los

gobiernos se volcó a la industria? ¿Podía la región soportar una reconversión económica

que transformara su agricultura en un soporte de la actividad industrial que tanto interesaba

en ese momento? Lo sucedido más adelante demuestra que no pudo hacer lo uno ni lo otro.

Por otra parte, la fuerte expansión de la producción agrícola fue producto de una

ampliación de los terrenos agrícolas, a costa de la quema de bosques, y a una explotación

intensiva de los suelos. Este último hecho provocó un desgaste de la tierra que se vio

afectada también por los efectos erosivos de la desaparición de los bosques, sobre todo en

aquellas zonas con pendientes, tan comunes en la región. De acuerdo a un estudio de los

años 50, los suelos planos en la Araucanía llegaban sólo a las 120 mil ha., contra 1.390.000

de terrenos con lomajes o cerros8. La ausencia de inversión, mecanización y uso de

fertilizantes complicó aún mas las cosas. Los rendimientos cayeron peligrosamente, por

debajo de la media nacional, con evidentes perjuicios para los agricultores.

Los precios nunca se ajustaron tampoco a sus aspiraciones. A fines de los años 20 el

gobierno optó por establecer bandas de precios que, a juicio de los agricultores de la zona,

nunca consideró los costos de producción ni las particularidades de la región. Según ellos,

el Estado poco se preocupó de su situación en momentos en que las cosas no marchaban

bien. Para colmo, la ausencia de bodegas en las estaciones de ferrocarriles y las propias

deficiencias del sistema de transporte conspiró contra una actividad que de modo muy

evidente había contribuido al despegue de la economía regional. La agricultura terminó así

estancándose cuando la economía nacional iniciaba un repunte de la mano ahora del

“modelo de crecimiento hacia adentro”. Algunos autores han reconocido que la activación

de la industria y la disminución de las exportaciones llevaron con el tiempo a un deterioro

relativo en las relaciones sectoriales en detrimento del campo9. Paulatinamente la

agricultura tradicional comenzó a perder importancia en el conjunto de la producción

chilena. Las cifras indican una reducción importante de su participación en el PIB entre los

años 1930 y 196010. Al término de los 50, distintos autores señalaban que la agricultura

8 Prado Solís, René, “Cultivos actuales y posibilidades agrícolas de la provincia de Cautín”. En Ricardo

Ferrando, Seminario de Investigación sobre el desarrollo de la provincia de Cautín, Temuco, 1956, pp. 43 y

44. 9 Gómez, Sergio y Echeñique, Jorge, La Agricultura Chilena, las Dos Caras de la Modernización, Flacso-

Agraria, Santiago 1991, p. 42. 10 La participación de la agricultura en el PIB medida nominalmente, sólo está disponible desde 1940 e indica

los siguientes porcentajes: para 1940 14%, 1950 12% y 1960 10%. Mientras en los años 30 la actividad

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49

chilena estaba en una situación de estancamiento, dada la disminución de la producción por

habitante11.

En lo que a la Araucanía se refiere, tanto la producción de avena como la de trigo,

frenaron su crecimiento. Esto obligó al país a importar trigo, con evidente perjuicio para los

productores de la región. Cambios en la propia agricultura los afectó aún más. La

producción de cereales perdió importancia mientras aumentaba la de frutas y plantas

industriales (remolacha, raps y maravilla). Aparentemente, los agricultores de la zona no

pudieron transformar estos cambios en un estímulo que los alejara de la tormenta. La

ausencia de créditos, otra de sus quejas más reiteradas, les impidió disponer de un

salvavidas que los salvara de las turbulencias del momento.

El empresariado agrícola

Tan pronto concluyó la resistencia indígena y el Estado pudo instalarse en la zona,

en los albores del siglo XX, se inició la formación de un empresariado agrícola. Fue un

empresariado, en el sentido más amplio de la palabra, diverso económica, cultural y

étnicamente diverso.

Desde luego hubo grandes empresarios que acumularon tierras por medios muy

variados, casi todos al margen de la ley. La mayoría compró tierras fraudulentamente a

mapuches, se apropió de otras pertenecientes a colonos nacionales o extranjeros o

simplemente movió influencias ante el Estado para obtener otras por donación o en

remates. En algunos casos, obtenía tierras por medio de los abogados que se pagaban con

tierras pertenecientes a las comunidades mapuches cuando estas entraban en litigios y

requerían de sus servicios. Las tierras obtenidas por estos abogados eran vendidas a

propietarios siempre dispuestos a expandir sus propiedades. La idea del Estado era instalar

en la zona colonos que explotaran propiedades de unas 40 hectáreas, cifra que los grandes

empresarios agrícolas superaron largamente. No fueron escasas las propiedades que hacia

1910 ya acumulaban más de dos mil hectáreas.

Junto a estos grandes propietarios coexistían medianos y pequeños agricultores,

cuyas actividades empresariales se reducían a la producción de trigo, avena u hortalizas que

colocaban en el mercado a través comerciantes que recorrían la zona comprando aquellos

productos u operaban desde los centros urbanos a través del anticipo de dinero que

recuperaban con productos de la tierra. Era una especie de “compra en verde” regida por

acuerdos de palabra o notariales que dio origen a numerosos pleitos judiciales.

La mayoría de ellos, ya se trate de grandes propietarios, como de medianos y

pequeños, compartían las prácticas agrícolas con otras actividades. En el caso de los

grandes, la mayoría incursionó en el negocio de la madera y de los molinos de trigo. Esta

última actividad era muy importante para ellos, pues les permitía aprovechar su propia

producción para la fabricación de harinas, que se nutría también de lo que lograban

comprar a los medianos y pequeños productores. Por esta vía, estos últimos quedaron

indirectamente vinculados a la actividad molinera, de cuya demanda dependía a veces la

suerte de su producción.

agrícola representaba aproximadamente el 10% del PIB, en los 60 alcanzó un 5,5, ver Díaz, José, Lüders, Rolf

y Wagner, Gert, La república en cifras. Chile, 1810-2000. Banco Central de Chile, 2002. 11 Díaz Bahamonde, José “Agricultura chilena, 1928-1960: productividad y exportaciones”, p. 3, en

http://sechi.facea.uchile.cl/sechi/invitados_1/Diaz_jgdb.pdf.

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50

Tampoco dejaron de practicar la ganadería. Algunos grandes propietarios se

convirtieron en prósperos estancieros que destinaron la mayor parte de sus tierras a la

crianza de ganado. En 1917 las provincias de Malleco y Cautín disponían de una

interesante masa ganadera, tal cual se puede apreciar en el cuado Nº 3.

Cuadro Nº 3. Masa ganadera de las provincias de Malleco y Cautín, 1917

Provincias Caballares Asnales Mulares Vacunos Ovejunos Cabríos Porcinos

Malleco 14.774 260 663 106.427 97.927 2.835 15.4442

Cautín 18.302 699 874 100.082 147.598 14.117 24.596

Total país 403.013 36.069 52.185 2.029.942 4.182.919 375.828 35.506

Fuente: Anuario Estadístico de la República de Chile. Agricultura, Vol. VII, 1916-1917, p. 104.

En el caso de los vacunos, Malleco y Cautín formaban parte del grupo de 10

provincias que superaban las 100 mil cabezas. Este grupo era encabezado por Llanquihue

con 208 mil animales, seguido de Valdivia con 183 mil, Colchagua con 179 mil, Santiago

con 165 mil y Talca, Curicó, Linares, Bio Bio, Malleco y Cautín con cifras ligeramente

superiores a las cien mil cabezas. Con relación a los ovejunos, Magallanes encabezaba la

lista con una cifra inalcanzable para las restantes provincias: 1.865.476 cabezas. A enorme

distancia estaba el grupo al que se podría incluir Cautín, con una masa de 150 a 200 mil

animales. Malleco estaba un poco más atrás, pero con una cantidad de cierto peso en el

país. La producción de lana de ambas provincias era también interesante, como así mismo

su producción lechera, aunque esta última estaba más lejos de la producción de las

provincias en las cuales la industria lechera había alcanzado un mayor desarrollo12. Por

aquellos años se reconocía que esta tenía en la crianza de ganado una de sus principales

riquezas13. Datos de los años siguientes, demuestran que hasta 1930 la ganadería en

Malleco y Cautín no perdió importancia, aumentando incluso su participación en las cifras

nacionales.

A comienzos de la década del 20 cada pueblo de la Frontera tenía su Feria de

Ganado, donde se transaban los animales que luego se enviaban a los centros de consumo.

En 1921 una sola compañía, la Sociedad de Ferias del Sur, controlaba las de Temuco,

Lautaro, Loncoche y Carahue, abriendo un campo al empresariado regional no menos

importante14. Al margen de estas ferias, hubo otros empresarios que transformaron la

ganadería en uno de sus principales rubros. Uno de ellos fue Juan Schleyer, quien poseía en

1920 los fundos Santa Ana en Freire, El Sueño en Villarrica, Chacamo y Las Praderas en

Ranquilco y Moncul en Puerto Saavedra, en todos los cuales tenía criaderos de animales

finos y razas lecheras15. La misma importancia prestó a la ganadería Duhalde y Compañía,

sucesores de Duhart Hermanos y Compañía, dueños del criadero Esperanza en Puerto

Saavedra. La Compañía se había instalado en 1908, convirtiendo a su criadero en uno de

los más importantes de la zona y del país. Importaban de Inglaterra toros de fama mundial

como el “Linksfiel Champion”, lo que les permitió lograr grandes premios y varios

12 Dirección General de Estadística, Anuario Estadístico de la República de Chile. Agricultura, Vol. VII,

1916-1917, p. 104. 13 Poirier, Eduardo, Chile en 1910, Santiago, Imprenta Barcelona, 1910, p. 478. 14 Márquez, Alberto Libro Internacional Sud-Americano del Norte y Austral. Sección Comercial Chilena,

Tomo II, 1921, p. 679 15 Márques, 1921, p. 684.

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champions en diversas exposiciones de animales. Según datos que aportan la fuente que

estamos utilizando en los fundos Esperanza, Nehuentúe y Tranapuente engordaban de 4 a 5

mil animales vacunos e igual cantidad de lanares cada año16. La masa ganadera de esa zona

fue, seguramente, la que convirtió a la Feria de “Bella Vista” de Nueva Imperial en una de

las más importantes de la Araucanía17.

La actividad ganadera incidió en la agricultura más tradicional, orientada al cultivo

de cereales, pues las tierras que debían dedicarse a la producción de talaje no eran pocas.

Así mismo, el alto número de ovinos da cuenta de la prolongación de la actividad textil

practicada por los mapuches, que hizo famosos los ponchos araucanos en todo el cono sur

del continente. Por último, la importancia que adquirió la cría de porcinos se explica por

una industria que, aunque no alcanzó nunca una dimensión comparable a la que adquirió en

otras provincias del sur, logró alguna relevancia en la zona: la fabricación de cecinas y

embutidos para el consumo local. Hubo algunos empresarios que se dedicaron a la engorda

y compra y venta de cerdos, estimulados por este tipo de fábricas. Entre los más

importantes de los primeros años del XX tendríamos que citar a Alvaro Carril, cuya Bodega

Agrícola de Temuco además de vender frutos del país, cueros, lana, crin y cera, ofrecía

engorda y compra-venta de cerdos, lo mismo que ocurría con la tienda y almacén de Pedro

Pérez, ubicado en Quepe, que ofrecía compra y venta de cerdos al por mayor y menor18.

Algunos empresarios agrícolas se desenvolvieron muy exitosamente por la

diversificación de sus actividades. Un caso típico fue el de Pablo Ruedi, empresario de

Curacautín. Su actividad principal era la molinería, que lo vinculaba estrechamente a la

agricultura y a la producción de energía eléctrica. Tenía almacén en el pueblo y en algunas

de sus haciendas destinaba parte de sus tierras a la crianza y engorda de ganado. Tenía una

lechería y fábrica de queso, pero ninguna de las dos alcanzó el volumen que tuvieron sus

actividades vinculadas a la agricultura, producción de harinas y elaboración de maderas19.

En la zona de Freire tuvieron cierta notoriedad los agricultores y crianceros Carlos

Schleyer y Alfredo Reichert. El Fundo Santa Rosa, de don José Manríquez, ubicado en

Pillanlelbún también destinaba parte de sus tierras a la crianza de vacunos y ovejas, pero

siempre como complemento a la actividad agrícola20. Juan Harcha tenía en Pitrufquén un

criadero de ovejunos, y en Perquenco existía una Quinta Granja Modelo, de Nicanor

Martínez, con una sección especial para la crianza de conejos y chinchillas, valiosos por su

piel, pero no logró desarrollarse21.

Los pequeños y medianos agricultores no tenían las mismas facilidades para

incursionar en otros rubros. La ganadería fue, tal vez, la que mejor se prestó para una

diversificación de sus actividades. Criaban ovejas y cerdos que vendían a comerciantes que

los trasladaban a las ferias de ganado o simplemente los destinaban al consumo, como

complemento de la dieta.

Las fuentes que manejamos dejan la impresión que tanto los pequeños como

medianos agricultores no pudieron escapar de las acciones de los grandes propietarios,

16 Márquez, 1921, pp. 692-694. 17 Márquez, 1921, p. 685. 18 Aranda, Diego, Anuario Comercial Hispano-Chileno, año 1924-1925. Imprenta Selecta, Santiago, 1925,

pp.259 y 267. 19 Pinto Sepúlveda, Fernando, El Album-Guía Histórico del Cincuentenario de Temuco. Imprenta Letelier,

Temuco, 1931, p. 330. 20 Pinto Sepúlveda, 1931, p. 367. 21 Pinto Sepúlveda, 1931, pp. 384 y 388.

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siempre dispuestos a apropiarse de sus tierras y de comerciantes que se apoderaban de su

producción. En este sentido, muy vinculados a la agricultura estuvieron estos comerciantes,

cuyo éxito dependía del manejo que tuvieran con ellos. Un caso de extraordinario interés

para nosotros es el de Pedro Mainguyague, un colono francés establecido en Temuco en

1890, que incursionó en diferentes negocios con audacia y especulando con el crédito. En

su caso, fue esa actitud y no la cautela lo que le permitió desenvolverse con bastante éxito

en esa compleja economía que funcionaba en la Araucanía.

Poco después de llegar a Temuco, Mainguyague instaló un negocio de abarrotes y

artículos de tienda que llamó “La Estrella”, que convirtió también en depósito de compra y

venta de trigo, lingue y frutos del país22. Este pudo haber sido el punto de partida de su

exitosa carrera como comerciante; sin embargo, la enorme cantidad de juicios por cobros de

pesos en que se vio envuelto hacen presumir que el negocio del préstamo de dinero o

adelantos en mercancías con cargo a las cosechas de medianos y pequeños propietarios,

contribuyó de manera significativa a consolidar su fortuna. En este tipo de operaciones

aparece ya en 1892, es decir, a poco de llegar. Ese año prestaba dinero bajo la firma

comercial Mainguyague Hermanos, que después figura como Mainguyague y Acherito,

valiéndose de pagarés especialmente confeccionados para este propósito, o simplemente

mediante vales que redactaba a mano y que consignaban la cifra prestaba, el medio de pago

y las firmas de los deudores y un par de testigos conseguidos por este comerciante23.

En 1895 puso término a la sociedad con Esteban Acherito. Ambos eran

comerciantes, con tiendas instaladas en Temuco. Mainguyague era propietario del ya

mencionado almacén “La Estrella”, ubicado en Andrés Bello esquina Arturo Prat,

denominado en la sociedad “negocio grande”, mientras Acherito tenía “un negocio chico”,

contiguo al anterior, que asoció a “La Estrella”. Al disolverse la sociedad, cada uno quedó

dueño de la tienda que poseía, dedicándose separadamente al comercio24. A partir de ese

momento, Mainguyague figura sólo en todas los negocios que emprendió.

Las fuentes lo muestran como un hombre que especulaba con el crédito,

particularmente con mapuches que llegaban hasta su negocio en busca de recursos antes de

las cosechas. Eran préstamos relativamente bajos, de cien o doscientos pesos, pero que

sumados al término del año hacían gruesas sumas de dinero. Por este procedimiento obtenía

trigos y otros productos a muy bajo precio, por debajo de los que se pagaban en el mercado,

que después vendía a precios reales. Es difícil calcular sus utilidades, pero la frecuencia con

de los préstamos que otorgaba hace presumir que debieron ser muy rentables para él.

Aunque en Temuco funcionaban seis casas de préstamos y en cada pueblo de la región

existían dos o tres, “La Estrella” debió ser una más, manejada con la habilidad de un

especulador que conocía bien el negocio25.

22 Veritas comercial chileno 1912-1913, p. 1103; y Juicio entre Pedro Mainguyague y Rosa Ñañallao, Cobro

de Pesos, Temuco, 8 de marzo de 1913. Archivo Regional de la Araucanía (ARA), Archivo Primer Juzgado

Civil de Temuco (APJCT), UC, 129. 23 Cobro de Pesos. Pedro Mainguyague con José del Carmen Cifuentes, octubre de 1892, ARA, APJCT, UC,

14 y Cobro de Pesos. Pedro Mainguyague con Vicente Contreras, 27 de marzo de 1894. ARA, APJCT, UC,

11. 24 Disolución de Sociedad. Pedro Mainguyague y Esteban Acherito. Este documento se encuentra en una

carpeta titulada Causa Civil, Cobro de Pesos, Pedro Mainguyague con Juan Trecamán, ARA, APJCT, UC, 25. 25 En ARA, APJCT, hay diferentes expedientes por Cobro de Pesos que sustentan estas apreciaciones. Hemos

revisado alrededor de 100 Unidades de Conservación entre 1900 y 1915 en las cuales Mainguyague aparece

con una regularidad sorprendente.

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Mainguyague recuerda a los viejos conchavadores que articulaban la economía

indígena con la economía capitalista, cuando ya el espacio fronterizo empezaba a

desaparecer. Una parte importante de sus clientes eran mapuches, todos pequeños

propietarios o miembros de comunidades, que le garantizaban anualmente unas 20, 30 o 50

fanegas de trigo por cada uno. Con el monto que reunía podía transar con los molinos

locales o agentes de las grandes compañías sin más esfuerzo que esperar las pequeñas

remesas que le llegaban de sus deudores. Aquellas compañías también anticipaban recursos

con cargo a las cosecha; pero, en el caso de Mainguyague no intervenía ningún agente o

intermediario, por lo tanto, todas las utilidades pasaban directamente a sus manos. En

ninguna Guía de la época aparece como propietario, como tampoco en los juicios revisados

reclama propiedades. La tierra no le interesó, su negocio eran los negocios, montados sobre

la audacia y especulación.

En 1913 incursionó en un negocio mayor. Ese año formó con Arturo L. de Guevara

y Emilio Goyeneche una Sociedad Comercial Colectiva para explotar por tres años “La

Feria Agrícola de Temuco”, cuyo capital inicial fue de $120.000, $40 mil de los cuales

aportó Mainguyague, $10 mil Goyeneche y $51.559, 50 Guevara, monto este último en que

se estimó las existencias y enseres de la Feria, que originalmente pertenecían a él. El saldo

para llegar a los $120 mil ($18.450,10), correspondían al capital y derecho de

funcionamiento de la Feria.

La Feria se dedicada a la compra y venta de ganado, negocio que Mainguyague

conoció en sus relaciones con sus deudores, en el trato directo que tenía con ellos, dueños

de uno o dos animales que a veces tenían que vender para cubrir sus gastos. Su aporte de $

40 mil pesos en 1913 demuestra que disponía de un capital no despreciable que amasó en

torno a “La Estrella”, vendiendo mercaderías y prestando dinero a cuenta de futuras

cosechas.

En 1919 vuelve a aparecer en el negocio de venta de animales, esta vez formando la

Sociedad Mainguyague y Jacques a cargo de la Feria de Victoria; sin embargo, el apellido

Mainguyague no se perpetuó en la Araucanía. Desconocemos que ocurrió finalmente con

este comerciante vasco-francés que llegó a la Frontera en 1890 y que luego desapareció

cuando los juicios dejaron de hablar de él26.

El problema de la propiedad agrícola

No cabe duda que uno de los problemas que más afectó a la agricultura regional fue

el carácter que adquirió la propiedad agrícola. Hemos anticipado que el proyecto del Estado

al ocupar estas tierras fue instalar una agricultura intensiva sostenida en la pequeña

propiedad de 40 u 80 hectáreas. Sin embargo, no pudo impedir la constitución de la gran

propiedad que echó por tierra la utopía agraria de fines del XIX. Hacia fines del período

que cubre nuestro estudio, un porcentaje importante de los terrenos agrícolas estaban

concentrados en pocas manos. De acuerdo a un censo agrícola de 1955 cerca del 45% de

los predios tenían más de 500 hectáreas, de los cuales más del 70% superaba las mil

26 Pedro Mainguyague falleció en Temuco 1933, convertido en un hombre de prestigio y solvencia

económica. El Diario Austral de Temuco publicó una nota necrológica dando cuenta de su aporte al

desarrollo regional.

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hectáreas, no siendo pocas las que superaban las dos mil. La pequeña y mediana propiedad

había sido relegada a un segundo plano27.

De acuerdo al mismo estudio citado, la gran propiedad era la que permitía con

mayor facilidad una diversificación de las actividades económicas. Explotados los fundos

con mano de obra asalariada o por intermedio de inquilinos o medieros, agregaba a los

cultivos tradicionales (cereales en su mayoría), la crianza de ganado y la actividad

maderera. Fue la fuente de enriquecimientos de aquellas familias que acumularon tierras

desde comienzos del siglo XX. El autor que venimos citando indicaba que las propiedades

pequeñas y medianas ofrecían diversos problemas, relacionados la mayoría con la escasa

capacidad de sus propietarios para modernizar sus prácticas agrícolas. Varios de los

pequeños propietarios se ubicaban en lugares próximos a los centros urbanos, como huertos

familiares que eran sometidos a una agricultura semiintensiva para surtir de hortalizas,

frutas, huevos, etc., al consumo local. El problema era más grave en aquellos distritos

alejados de los centros de consumo:

“por lo general con malos caminos, ubicados en suelos accidentados, haciendo

imposible todo cultivo intensivo y cuyo propietario de 8, 10 ó 15 hectáreas o más,

por un imperativo superior, debe sembrar anualmente cierta cantidad de trigo, para

alimentar a su familia, explotando el resto de suelo dentro de condiciones

económicas miserables que terminan, en pocos años, por desnudar la tierra de su

capa orgánica, convirtiendo a la pequeña propiedad en lo que la economía agraria

llama propiedad “consuntiva”28.

La mayoría de estos pequeños propietarios se vieron obligados a abandonar sus tierras y

dedicarse al pequeño comercio o buscar un empleo trasladándose a las grandes ciudades,

como ocurrió con un importante segmento de la población mapuche. El autor recomendaba

como extensión ideal para la práctica de la agricultura, una propiedad que no superara las

600 hectáreas y que no fuera inferior a las 100.

¿Un fracaso del empresariado agrícola?

Está claro que a partir de los años 40 se detiene la expansión económica y la

agricultura regional empieza a verse seriamente afectada por las situaciones que

comentamos hace un momento. ¿Cupo en esto alguna responsabilidad al empresariado

regional?

El estado de avance de un proyecto de investigación sobre el empresariado de la

Araucanía permite afirmar que algunos estudiosos del tema y no pocos empresarios, creen

que tuvieron una alta cuota de responsabilidad. Señalan que se trató de un empresariado

que disfrutó de los beneficios de la bonanza para reclamar el apoyo del Estado en los

tiempos difíciles. Algunos, más agudos todavía, señalan que se trató de un empresariado

“depredador” que explotó los recursos naturales sin preocuparse de lo que pudiera ocurrir

en el futuro. Poco dispuestos a invertir, no lograron sentar bases más sólidas para una

agricultura que siguió atrapada por prácticas muy tradicionales y que le concedieron escasa

competitividad cuando los precios caen o se contrae la demanda. Por lo mismo la región no

27 Picasso, Luis, “La propiedad agrícola y su extensión”. En Ricardo Ferrando, Seminario de Investigación

sobre el desarrollo de la provincia de Cautín, Temuco, 1956. 28 Picasso, 1956.

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55

pudo retener a su población, provocando un éxodo de la misma, particularmente de los más

jóvenes.

Un estudioso de la época precisó, además otros problemas que tienen relación con la

actitud del empresariado agrícola. Textualmente, enumeró los siguientes:

“1º Las superficies anuales de cultivo de cereales y barbechos desnudos son demasiado

elevadas, efectuándose una gran proporción de siembra en suelos que no son

agrícolas, por su pendiente, superior a 18 % y, además, se practican en suelos que

no tienen aptitudes para cultivos, sino que para empastadas. A estas causas se debe

la erosión que ya se manifiesta en todos los sectores de la provincia”.

“2º El exceso de pequeños agricultores, con predios hasta de 20 Hás., que exceden de

2.000, vive de una explotación agropecuaria de subsistencia que apenas cubre sus

necesidades biológicas. El enorme número de propietarios pequeños con superficies

hasta de 50 Hás. que obtienen escasa entrada de sus predios, les ha impedido

adquirir implementos agrícolas modernos para el trabajo de la tierra, por lo que

estas son sembradas en pésimas condiciones de preparación, dominando en ellas las

malezas sobre los cultivos, especialmente la chépica. Por otra parte, el exceso de

tierra en poder de un bajo número de agricultores, en las propiedades de más de

1.000 Hás., determina un aprovechamiento insuficiente de los suelos, ya por falta de

preparación, ya por falta de capitales, o muchas veces, porque no precisan obtener

mayores ingresos”.

“3º La fertilización de los suelos es insuficiente, pues no alcanza a cubrir las necesidades de

las áreas anuales de cultivo, efectuándose, en consecuencia, una proporción enorme

de cultivos sin ninguna fertilización. En lo que respecta al fósforo, esta deficiencia

es de la mayor importancia, pues, los suelos de Cautín son pobrísimos en este

elemento y muestran a su vez una gran cantidad de fiero y alúmina, los que

insolubilizan el fósforo a pocas horas de haber caído en la tierra, dejándolo así

inasimilable para las plantas, a menos que haya gran cantidad de materia orgánica

en descomposición”.

“4º La práctica generalizada del barbecho desnudo para el cultivo del trigo y demás

cereales, que alcanza a 100.000 Hás anuales, motivada en parte por razones

climáticas, principalmente en el sector Norte de la Provincia, y en suelos de lomas

pronunciadas, debe ser eliminada, porque mantiene, en primer lugar, el suelo sin uso

buena parte del año y, en segundo lugar, provoca el desequilibrio de su estructura y

compromete su fertilidad”.

“5º Los recursos forrajeros son escasos y de calidad inferior ya que las praderas artificiales,

base esencial del perfeccionamiento de la producción agropecuaria, ocupan un bajo

porcentaje dentro de la enorme superficie dedicada a las explotaciones ganaderas.

Esta es la causa primera de la pérdida de fertilidad de los suelos y de los bajos

rendimientos de los cultivos”.

“6º A las plagas, enfermedades, malezas que afectan el desarrollo de los cultivos no se les

da la importancia que merecen; son mal conocidas y, en general, se desconocen los

métodos para controlarlas”.

“7º El bajo nivel de necesidades de la población rural, consecuencia inmediata de las

deficientes condiciones de vida, social, cultural y sanitaria de las familias de los

inquilinos, pequeños agricultores, hijueleros, y comuneros indígenas, no crea en

ellos el incentivo necesario para esforzarse en producir más y mejor, ni tampoco la

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56

iniciativa para buscar los recursos técnicos y económicos que informan la política

de fomento agropecuario”.

“8º La política estatal de fomento agrícola, orientada puramente con fines económicos, para

salvar la situación de momento se realiza sin sentido social y prescindiendo

absolutamente de la realidad rural, ha conseguido parcialmente su objetivo, pues

apenas ha logrado mantener estable los índices de producción, al beneficiar

solamente a las explotaciones agropecuarias de lucro o comerciales, que se

desarrollan en los predios de mayor cabida y, en cambio, no ha influenciado

mayormente a las explotaciones agropecuarias de subsistencias de los pequeños

agricultores. La consecuencia inmediata de esta política ha sido que, mientras los

primeros prosperan y acusan substanciales progresos técnicos, posibilitando la

existencia de un grupo de agricultores económicamente fuertes e influyentes, la otra

ha experimentado un acentuado retroceso, creando una gran masa de agricultores

pobres, incultos, y con un nivel de necesidades que apenas cubre sus exigencias

biológicas”29.

Hubo otra situación que también afectó a la agricultura y que, en buena parte, fue producto

de la actitud del empresariado regional. Hemos sostenido que la mayoría de los grandes

empresarios diversificaron sus operaciones. Junto a la agricultura practicaron la ganadería y

la tala de bosques para insertarse en el negocio de la madera. En ninguno de los casos

lograron modernizar sus operaciones. La región ofrecía buenas condiciones para la crianza

y engorda de ganado por lo que pudo haber desarrollado una industria asociada a la

producción de leche y lácteos en general. Sin embargo, no lo logró. El principal negocios

para los ganaderos consistió en colocar sus ganados en las ferias de animales de la zona, sin

incorporar valor agregado a un recurso que pudo impulsar una industria que habría

fortalecido los lazos entre la agricultura y la ganadería. En este sentido tampoco se hizo un

esfuerzo por desarrollar la industria del cuero, casi inexistente en la región.

Lo mismo ocurrió con la madera. A pesar de que el gobierno desde comienzos del

siglo XX llamó la atención respecto de la necesidad de cautelar este recurso y evitar el

talaje indiscriminado, la mayoría de los agricultores que se vincularon a esta actividad

cortaron el bosque que existía en sus pertenencias o en las montañas aledañas para vender

madera y despejar sus campos para el cultivo del trigo, sin reparar en los daños que

provocaban. Dado el carácter del relieve, conformado por suaves lomajes, esta práctica

agudizó el problema de la erosión, castigando severamente los suelos agrícolas.

Los dos últimos hechos que comentamos dejan la impresión de que se trató de un

empresariado con poca visión de futuro, movido por intereses cortoplacistas, que afectaron

a la agricultura regional. En el caso de la madera siempre protestaron contra el gobierno por

el escaso apoyo que recibían en términos de mejorar el tráfico ferroviario y las condiciones

del transporte, sin comprometerse ellos mismos en resolver problemas que afectaban a sus

propias actividades. Los trigueros asumieron una actitud parecida. Reclamaban la

construcción de bodegas en las estaciones ferroviarias y agilización en el transporte, pero

sin asumir ellos algunas inversiones que iban en su propio beneficio. Ambos, madereros y

agricultores se enfrascaron, además, en diversas disputas que poco contribuyeron a generar

un clima estimulante para las actividades económicas. Los agricultores, por ejemplo, que

no tenían molinos exigían a los dueños de éstos pagar altos precios por el trigo, mientras los

29 Prado, 1956.

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57

molineros trataban de bajarlos cuanto pudiesen. Estos conflictos impidieron que ambas

actividades pudieran acoplarse más armónicamente, con evidente perjuicio para la región.

Los madereros tuvieron el mismo tipo de conflicto con los industriales de la

construcción. Para estos últimos mientras más bajos fueran los precios de la madera,

mayores eran sus utilidades, baja que naturalmente afectaba a los productores de la zona.

Desde comienzos de siglo estos últimos se quejaron reiteradamente de esta situación,

denunciando los intentos de perjudicarlos aún más mediante la importación de maderas

desde el extranjero.

Aunque estos problemas fueron reales, las fuentes dejan entrever que pocas veces

los empresarios agrícolas estuvieron dispuestos a ciertos sacrificios que disminuyera sus

utilidades, pero que beneficiara a la actividad y, a la larga, a ellos mismos. Esta impresión

se confirma al examinar su disposición para traspasar experiencia empresarial a los

pequeños y medianos productores que aportaban un alto porcentaje a la producción

regional.

Conclusiones

Hemos dicho que la agricultura se sostuvo en la producción de grandes, medianos y

pequeños productores. Los primeros lograron incorporar técnicas más modernas y prácticas

empresariales más de acuerdo con los tiempos. Sin embargo, no fueron capaces de

transmitir estas experiencias a los medianos y pequeños productores. Sobre todo los

últimos, cuyo aporte a la producción regional no era menor, se mantuvieron como

campesinos tradicionales, con escasa disposición al cambio, con exiguas utilidades y

siempre expuestos a peder sus tierras. En este sentido poco pudieron ayudar a modernizar

una actividad que quedó atrapada en el pasado, más aún por los bajos salarios que se

pagaban en el campo lo que atentó, sin duda contra la constitución de un mercado interior

capaz de dinamizar la economía.

La agricultura ha enfrentado en el curso del siglo XX problemas que tienen relación

con sus dificultades para sumarse a los vertiginosos cambios impuestos por el capitalismo.

Alexander Chayanov (1974), lo observó nítidamente en la Unión Soviética en los albores

de la Revolución Rusa, situación que, a nuestro juicio, se repite en América Latina.

Algunos autores hablan de la “clase incomoda” al referirse a este sector. Las visiones de un

desarrollo dual que predominaron a mediados del siglo pasado daban cuenta de la presencia

de dos economías muy desiguales: una, la urbana e industrializaba que mostraba evidentes

signos de modernidad y, otra, la rural, que se había quedado en el pasado. ¿Por qué la

primera no logró arrastrar a los cambios a la segunda? ¿Qué papel jugaron en este aspecto

los empresarios agrícolas que estaban en condiciones de iniciar los procesos

modernizadores del agro?

En esencia conservadores, los empresarios de la Araucanía no estuvieron dispuestos

a hacerlo; al menos, parecen no haberlo intentado. Tampoco los acompañó el Estado con

políticas que tuvieran en cuenta esta situación y que intentara remediarla mediante planes

de apoyo y créditos blandos. A la larga, una serie de factores se conjugaron para que la

próspera agricultura de las primeras décadas del siglo pasado se convirtiera en la Araucanía

chilena en una actividad que ofrecía pocas expectativas para la economía regional.

Al terminar el período que estamos estudiando el diagnóstico sobre lo que ocurría

en la región no pudo ser más lapidario, de acuerdo a los comentarios sobre las provincias de

Cautín y Malleco formulados por la Comisión Central del Censo, Censo de la República

1907:

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58

“Se ha producido un estado de preocupación en los elementos directivos regionales,

señalaba el autor de este diagnóstico”, ante el lento ritmo de crecimiento de la

población de esta zona, en circunstancias de que no ha decrecido su natalidad,

que sus actividades, fundamentales siguen adelante, y que su densidad es de un

orden inferior. En algunas, ciudades que tuvieron record de crecimiento rápido

entre las demás del país, la cifra de población se ha estagnado”.

“Las causas de este hecho son, principalmente, la falta de trabajo en razón de la

carencia de industrias, la entrega a la atracción del centralismo y la captación

de elementos humanos para otras zonas, que aquí se hace con diversos fines”.

“Se manifiesta, este hecho del siguiente modo”.

“Emigración de obreros madereros y agrícolas a la zona sur argentino.

Cambio de residencia a Santiago o a sus países de origen, de los elementos que

han hecho fortuna en la Frontera.

Enganches de obreros que vienen a hacer aquí las industrias extractivas del

centro y del norte del país.

Alejamiento de indígenas de los dos sexos al centro del país para el servicio

doméstico.

Contratación de elementos jóvenes que aquí se hace, para llevarlos a servir a otras

zonas en determinados servicios y obras públicas”30.

Los comentarios de Oscar Arellano, conocedor minucioso de la historia de la Frontera,

desde sus años de estudiante en las décadas de 1910 y 1920, mostraban un panorama

resultado de la incapacidad de la agricultura de sostener el ritmo de crecimiento que tuvo

durante los primeros años del siglo XX.

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60

Rasgos de la economía de colonización en Angol, 1870-1890

Mónica Sepúlveda Rivera

Profesora en Historia, Geografía y Educación Cívica. UFRO

Resumen: Estudio de las prácticas crediticias en el ámbito de la producción rural en el

territorio de colonización de Angol, entre grandes hacendados y comerciantes con

campesinos chilenos, en el ámbito de la producción triguera, en el período 1870-1890.

Palabras claves: Araucanía, Angol, agricultura, trigo, mediería, mapuche

Key word: Study of the credit practices in the area of the rural production in the territory of

Angol's settling, between big landowners and merchants with Chilean peasants, in the area

of the wheat production, in the period 1870-1890.

Key words: Araucanía, Angol, agriculture, wheat, mediería, Mapuche

Introducción31

En la segunda mitad del siglo XIX La Araucanía se presentaba como una fuente de

recursos económicos inagotables, ofrecía bosques milenarios de maderas nobles, amplias

tierras de cultivo y pastoreo, junto a una abundante mano de obra conformada por la

población indígena y la población mestiza flotante. Desde esta óptica, otorgaba

posibilidades para abrir un mercado silvoagropecuario alternativo al espacio de Chile

central y el Norte Chico32. En una fase de articulación de la economía tradicional chilena al

mercado del capitalismo industrial33, reflejada en las ventajas de los buques a vapor, del

ferrocarril, del telégrafo y de los bancos, que pusieron en circulación capitales de enormes

proporciones en la economía mundial articuladora de los espacios fronterizos34.

En este cuadro general, sobre todo interesa relevar el factor de la masa del capital

financiero instalado en este espacio económico fronterizo, y como estos recursos

encontraran una vía de circulación a través de la práctica de variadas formas de crédito,

como elementos tradicionales de la organización mercantil en los espacios agrarios. El

crédito a plazo como formula de transacción entre un poder comprador que entregaba

recursos para la manutención y el proceso productivo, a cuenta de productos que se

entregarían al tiempo de la cosecha, también conformaba un sistema de integración ejercido

por los agentes capitalistas para incorporar a la productividad la mayor cantidad de tierra

disponible, apoyando a través de las formas de crédito la articulación y la reproducción de

31 Artículo elaborado de tesis para obtener el grado de Pedagogía en historia, Geografía y Educación Cívica.

Facultad de Educación y Humanidades, Universidad de La Frontera, 2010, Patrocinada por Jorge Pinto R.-

Iván Inostroza C. 32 Pinto R., Jorge (2003) La formación del Estado, la nación y el pueblo mapuche. Santiago, dibam Pinto,

2003 p. 141; Norambuena, Carmen (1991) “Inmigración, agricultura y ciudades intermedias 1880-1930”,

Cuadernos de Historia Nº 11; Flores, Jaime (2006) “Economías locales y mercado regional. La Araucanía

1883-1935”, Espacio Regional. Revista de Estudios Sociales Vol. 2, nº 3 33 Ortega, Luis (2005) Chile en ruta al capitalismo. Cambio, euforia y depresión 1850-1880, Santiago,

Editorial LOM, pp. 29; 359 34 Hobsbawn, Erick. J (1989) La Era del Capitalismo 1848-1875. Madrid. Madrid. Editorial Labor

Universitaria, pp. 19-22; 349; Dobb, Maurice (1984) Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Madrid,

Editorial Siglo Veintiuno, pp. 19-22, 349

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61

las unidades familiares de la llamada población flotante en el sistema mercantil de la

colonización.

El territorio de Angol con la fundación de Angol en diciembre de 1862, se convirtió

en la puerta de entrada a La Araucanía35. Rápidamente adquirió el carácter de “emporio de

la frontera”, donde se veían frecuentemente “las manadas de cerdos salvajes, overos

amarillentos, las vacas y novillos alzados, los caballos dando bufidos y las casas, cercos,

corrales y carretas cargadas con algunas ovejas, cerdos, chaigües y sacos”36, como

actividades claves en el despegue económico de la colonización.

A pesar que hacia 1866 las vías de comunicaciones eran muchas veces intransitables

y los medios de transporte rudimentarios la ciudad de Angol, reunía a “huincas y mapuches

que necesitaban comprar mercaderías o vender los productos de sus tierras, o agitar algún

asunto administrativo o judicial, acudían a la ciudad desde los más remotos confines de la

Araucanía”37

Así como “las expectativas del comercio y de adquirir tierras para transformarlas en

haciendas más extensas y productivas atrajeron como imán a los hombres que aún no se

habían abierto camino en su pueblo natal”38, así también, la economía que conformaron

estos hombres, resultó de la participación de cada uno de ellos en un proceso dinámico

donde un modo de producción tradicional fronterizo, el de los colonos espontáneos pervivió

junto a las articulaciones de los agentes capitalistas, arribados a la frontera araucana.

La convergencia de todos los elementos derivados del sistema mundial y nacional

originó un tejido de relaciones, donde el crédito será clave para impulsar el funcionamiento

de esta economía capitalista fronteriza. En el juego de relaciones que originó, todo posible

deudor se transformaría en pieza no despreciable contribuyendo al funcionamiento de la

estructura en movimiento39.

Por otro lado, la conformación de los mercados regionales estuvo íntimamente

ligada a los alcances del sistema crediticio, que provocó el entrecruzamiento de redes

locales y la superación de los espacios intermedios; y, al impulsar la actividad

silvoagropecuaria dinamizó la circulación de productos regionales40.

Los agentes económicos a través del crédito participaban en el tráfico mercantil de

manera directa y visible; pero también de manera invisible, claro reflejo de la capacidad del

crédito para extender las vinculaciones comerciales a gran distancia41. En consecuencia, el

crédito fue uno de los elementos que dieron forma interna a la sociedad rural chilena42. Por

tanto, también percibimos su papel en la sociedad fronteriza de Angol 1860-1890.

En la frontera funcionó porque había agentes económicos con capacidad de

endeudamiento como eran los agricultores elegibles para el crédito bancario43 y los

35 Leiva, Arturo (1984) El primer Avance a la Araucanía Angol 1862. Temuco. Ediciones Universidad de la

Frontera, p. 84 36 Encina, Francisco A. (1970) Historia de Chile. Santiago. Editorial Nacimiento, p. 261. 37 Encina, 1970, XVIII, p. 263 38 Encina, 1970, XVIII, p. 267 39 Cavieres, Eduardo (2003) Servir al Soberano sin detrimento del vasallo. El comercio hispano colonial y el

sector mercantil de Santiago de Chile en el siglo XVIII. Valparaíso p. 132 40 Cavieres, Eduardo (1998). Del crédito tradicional al crédito moderno. Perspectivas y fuentes. Chile. el

crédito en la periferia. América Latina en la Historia Económica. Revista Secuencia. Nº 6. Junio- diciembre,

p. 26. 41 Cavieres, 2003, p.138 42 Bauer, 1994, p.111 43 Bauer, 1994, p.121

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indígenas y campesinos porque eran quienes lo necesitaban y disponían de factores

productivos para solventar préstamos. Así se organizó el sistema dado por la calidad de

prestamista o deudor de los agente económicos involucrados.

Modalidades de organización de la empresa agrícola fronteriza

Visualizamos a través de las fuentes dos modalidades de producción agrícola en la

frontera: la producción particular y la producción en sociedad.

Producción individual particular.

La primera dice relación con la producción particular del agricultor, indígena y

campesino, con recursos propios y generalmente en su propiedad. A diferencia de lo que

ocurría en la zona central del país, en la frontera el agricultor lo que fundamentalmente

producía a través de esta forma eran productos agrícolas complementarios, como ser papas,

porotos, arvejas y maíz. No obstante, por el inventario de José Antonio Bravo, sabemos que

como su fundo tenía gran extensión, el espacio para hacer siembras particulares no faltaba,

tenía en “Huequén trigo sembrado por sesenta i ocho fanegas y en Cángulo ciento diez

fanegas44.

Por su parte, la sociedad indígena, como ancestrales productores agrícolas, ahora

reducidos en un espacio insuficiente para el desarrollo ganadero, necesitaban de estos

productos para el consumo, para generar excedentes intercambiables y acceder a otros

bienes disponibles en el mercado. Por eso en sus retazos de terreno ejecutaban

individualmente actividad productiva agrícola, que por la inferior extensión y calidad del

suelo era en menor escala. Trigo, legumbres y hortalizas fueron claves en la producción

indígena.

Los campesinos al igual que los mapuche en sus pequeñas propiedades disponían un

espacio para el cultivo de lo más necesario para el consumo. Sin embargo, su mentalidad

era de subsistencia por sobre la de mercado. Fue el acceso a los fundos, a través de la

mediería y el inquilinaje, la eventualidad que permitió a los campesinos producir para el

mercado o para cancelar deudas crediticias. Según Bengoa el inquilino de la Araucanía

“vive en la propiedad y usufructúa en parte de los beneficios de ella, por el cultivo de las

tierras, por la crianza de ganado, por la posesión de su hogar y por la remuneración de su

trabajo”45. Recreando sus formas de vida y su inserción económica

Producción en sociedad mercantil

La segunda modalidad se refiere a la recurrente formación de sociedad para

explotación agrícola. La podemos definir como la unión de dos agentes productivos, que

tenían como objetivo la explotación de la tierra para la producción agroganadera, en

función de satisfacer la demanda del mercado. Aportando cada parte, según acuerdo, los

factores de producción necesarios para el funcionamiento de la asociación.

Gracias a las fuentes hemos podido identificar dos tipos de sociedad agrícola, la

sociedad explotadora agrícola y la mediería, y tener acceso a las diversas características que

podía llegar a tener este tipo de sociedad en el espacio fronterizo de Angol.

44 Archivo Regional de La Araucanía (ARA), Fondo Juzgado Civil de Angol (FJCA). Inventario de los bienes

dejados al fallecimiento de don José Antonio Bravo por Gregorio Rubilar. Agosto 1884. u.c. 6 45 Bengoa, José (1990) Haciendas y campesinos. Santiago. Ediciones Sur , p. 161

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Sociedad explotadora agrícola

Acuerdos como estos fueron cada vez más recurrentes por los beneficios que

otorgaba a los agricultores. Las dificultades que tenía el desarrollo de la agricultura

extensiva en un territorio fronterizo, fue un factor clave en el impulso que adquirieron las

sociedades. Para producir mayor cantidad de cereal se requería explotar un terreno de

grandes dimensiones. Pero la escasez de factores productivos suficientes, o la reticencia a la

inversión, de parte de los agricultores contribuían a que el reducir los costos y compartir

responsabilidades en la dirección de la actividad económica se presentara como una buena

alternativa. Que además, permitía a agentes económicos de otras regiones, esencialmente

propietarios de suelos sobreexplotados que habían perdido productividad, usufructuar de

los territorios fronterizos.

Al estar constituida por agricultores, una de las partes pone a disposición de la

sociedad su fundo o grandes extensiones de terreno y la mitad de los factores productivos

necesarios para la producción agrícola. Generalmente se orientan al cultivo del trigo para el

mercado.

Existe un tipo de sociedad informal en donde las relaciones de amistad y de

parentesco son claves en su constitución. Al respecto mostramos una sociedad entre José

Antonio Lagos y Juan Antonio Ríos. Ambos “convienen en hacer en sociedad la siembra de

trigo en la mayor cantidad posible en Rahuilmaco”. Para llevar a efecto el acuerdo “Ríos

debe mandarle diez yuntas de bueyes de su propiedad para el trabajo, los novillos que le sea

posible para amansar i doce arados americanos Nº 19 ½, pagar la mitad de los gastos

ocasionados en barbecho siembra i cosecha y en la época de siembra i cosecha Ríos deberá

ayudar con su asistencia personal o de otra persona de confianza de ambos socios”.

Mientras tanto “Lagos se compromete a hacer el trabajo de su administración i participar

con Ríos de la mitad de lo producido por la referida siembra”. Se agrega que “para partir se

descontará gastos i pérdidas de animales ocupados en el trabajo i la participación será de la

utilidad líquida46.

Al ser un acuerdo verbal el que da forma a la sociedad, la residencia en el territorio

fronterizo y la relación de amistad de los contratantes son elementos claves que dan

garantía al funcionamiento eficiente de la empresa. La participación de ambos socios

durante el proceso de producción, además, de fiscalizar permite compartir la

responsabilidad de los resultados.

Por su parte, las escrituras públicas de contrato de sociedad explotadora agrícola,

representaban una relación económica más avanzada. Un ejemplo al respecto es la sociedad

Nº 286 constituida ante el escribano público Juan de Dios Segundo Cid, en Angol en 1880,

entre Arnoldo Smitmans y Juan Palma. Esta asociación es del tenor siguiente:

“Smitmans pone por su parte el terreno necesario para las operaciones de la

sociedad, de su fundo San Gerardo que se halla situado en la subdelegación de

los Sauces, pone además diez yuntas de bueyes para los trabajos del presente i

en julio próximo seis yuntas más, ocho arados americanos, la mitad de la semilla

para las siembras y abona la mitad de los gastos de dichas operaciones: don Juan

Palma pone por su parte la industria diez i seis yuntas de bueyes, ocho arados

americanos, la mitad de la semilla i la mitad de los gastos que se hagan en

barbecho siembras i cosecha. Las pérdidas ocasionadas por robo o enfermedades

46 ARA, FJCA, cobro de pesos de José Antonio Lagos contra Juan Antonio Ríos, rol 54, septiembre 21 de

1883. u.c. 6

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se cargarán a la sociedad estimándose en ese caso los bueyes a cuarenta pesos

cada uno. El término de la sociedad es el de dos años prorrogados por el tiempo

necesario para explotar dos cosechas. Puede disponer del talaje en el fundo

aludido para cuatrocientas cabezas de ganado lanar. El producto en grano limpio

se partirá a la conclusión de la trilla”47.

La escritura pública de sociedad agrícola, como instrumento que otorgaba garantía legal a

lo acordado ampliaba el alcance geográfico de las relaciones de producción agrícola. Al no

exigir residencia en el mismo lugar y lazos de amistad de las partes, permitía a un agricultor

de otra región del país, con disponibilidad de capital, entrar en asociación con un vecino de

Angol. Lo importante para formar una sociedad rentable, era la disponibilidad de un fundo,

parte del capital y la capacidad de hacerse de buenos contactos o posibles socios.

Mediería simple

Mientras en la zona central este sistema se relaciona con la crisis del ciclo triguero

que iba dejando tierras fuera del mercado de producción agrícola comercial, en La

Araucanía se asocia con la apertura de nuevos campos al cultivo48. Consiste en la

colaboración económica entre dos hombres, donde uno aporta los medios de producción y

el otro aporta el trabajo. Lo importante es que se establece con personas con las que ya

existe una relación concreta. La diferencia con la anterior está en la situación de sus

miembros y en la orientación productiva para la cual era constituida. Una mediería

habitualmente es un acuerdo entre un agricultor y un campesino. No tenemos antecedentes

en este período, que nos indiquen que los indígenas recurrieran a este sistema productivo.

Pero como para los mapuche los socios ideales o normales son sus patriparientes cercanos

sobretodo padres e hijos, no se descarta su presencia como un sistema de producción que

funciona internamente en la sociedad indígena y entre ésta y los campesinos desde antes de

196049.

Al ser comúnmente un contrato verbal en donde las condiciones de la empresa las

determina el propietario del terreno, el nivel de confianza mutua es complemento

imprescindible de la disponibilidad de medios de producción y la disposición a trabajar. Así

como la sociedad explotadora agrícola se centra en la producción de trigo, la mediería, sin

excluirla, se extiende al cultivo de otros productos agrícolas. Constituyéndose en el sistema

productivo que estimula una agricultura diversificada y que integra a todos los agentes

económicos del territorio fronterizo.

Entre los tantos acuerdos que hemos conocido presentamos el de Pedro Muñoz

Olave del departamento de Traiguén y Filemón Ruiz. El primero dice que “a mediados de

octubre del presente año celebré un contrato verbal con don Filemón Ruiz”, en donde “yo

me obligaba a facilitarle de treinta a cuarenta cuadras de terreno virjen de mi fundo Colpi,

al sur oeste de Traiguén, a darle semilla de trigo necesarias para cubrir el campo labrado,

abonarle cuatro pesos por cuadra i gastos de trilla, entendiéndose que estos son los que

demandan las maquinas trilladoras. Por su parte se obligaba a correr con todos los demás

47 ARA, FJCA, Reivindicación de cuentas sobre contrato de sociedad para trabajo en agricultura de Juan

Arnoldo Smitmans contra Juan Palma. rol s/n., marzo 9 de 1883. u.c. 6 48 Bengoa, 1990, p. 158 49 Stuchlick, Milán (1999) La vida en mediería. Mecanismos de reclutamiento social entre los mapuche.

Santiago. Soles Ediciones, pp. 117-119

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gastos i a participarme la mitad de la cosecha que se obtuviera del terreno que para aquel

efecto le he concedido”50.

Por otra parte, en el acuerdo de mediería entre Juan Francisco Alvarado, propietario

del fundo El Recreo y Vicente Álvarez de Araya, pretenden “hacer por un año siembras en

medias”. El primero proporciona “el terreno i las semillas” y el segundo “todo el trabajo

hasta poner la cosecha en estado de venta”. Entre lo que se cultivó hay “entre otras cosas

de 40 a 50 fanegas de trigo, 80 fanegas de papas, 8 ½ fanegas de fréjoles e igual cantidad de

arvejas”51.

En tanto, en otro compromiso Julio Weisse da:

“posesión a Matías Opazo en su hijuela del Manzanal por el término de un año, i

siembra en medias las legumbres siguientes: 3 fanegas de trigo, 3 fanegas de

arvejas, 6 fanegas de papas y 1 fanega de fréjoles. Las semillas las dan todas Julio

Weisse i los trabajos de siembras cercas y cosechas las hará todas a su costa Matías

Opazo”. Se agrega que “la cosecha de la manzana que hai en la hijuela la recoge

Opazo en su costo i hará también la chicha a su costo, dando Julio Weisse la prensa

i gañan, una vez terminado la moja tocará Opazo la mitad de la chicha que coseche.

Julio Weisse no es obligado a poner la vasija de la chicha que le toque a Opazo”52.

Aparte de la diversificación productiva que implicaba una mediería, en los dos últimos

casos, aparece con mayor claridad el sistema productivo basado en el inquilinaje y

mediería, que según Bengoa, fue propio del sistema productivo de La Araucanía. Por lo

tanto, la mediería en este período, funcionaba más que por la confianza entre los socios por

la relación de poder entre ambos. La brecha socioeconómica entre el agricultor y el

inquilino-mediero, creaba la confianza que exigía la mediería; pero bajo la obligación y los

parámetros de una de las partes, el agricultor.

Cómo se originaba esta formula, instancia está muy bien descrita por Guillermo

Paterman, quien señalaba:

“que en marzo del año próximo pasado se presentó el citado Quezada solicitando

de mí diese una posición como inquilino en mi fundito que poseo alrededor de

Traiguén, bajo las mismas condiciones como los demás inquilinos que tengo. Añade

que “al tiempo de sembrar no tenía una persona de mi confianza para mayordomo,

forme una sociedad con todos mis inquilinos que son nueve i sembré con ellos en

medias, reservándome el derecho para abreviar los trabajos de ella, poner tantos

trabajadores que quería i elegir los elementos con que efectuar la trilla53.

En síntesis, la mediería en el territorio de Angol permitía al inquilino o mediero,

usufructuar de la tierra del fundo y convertirse en productor de excedentes para el mercado.

El agricultor por medio de este sistema conseguía abrir nuevos campos al cultivo, reducir la

50ARA, FJCA, Cobro de pesos de Pedro Muñoz Olave contra Filemón Ruiz. rol s/n. diciembre 7 de 1887. u.c.

15 51 ARA, FJCA, juicio civil sobre cobro de pesos de Juan Francisco Alvarado contra Vicente Alvarez de

Araya. rol 5, abril 13 de 1885. u.c. 12 52 ARA, FJCA, Cobro de pesos por cercos, construcción de casa, flete y roce de José Alejo Opazo contra Julio

Weisse. rol 211, mayo 14 de 1887. u.c.14 53 ARA, FJCA, Civil ordinario sobre cumplimiento de contrato por una siembra en medias de Pantaleón

Quezada contra Guillermo Peterman, enero 28 de 1884. u.c.8

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inversión en mano de obra, diversificar la agricultura y acudir a la sociedad de explotación

agrícola para la producción absolutamente cerealera.

Problemas asociados de la formación de sociedades

Como ya lo dejamos establecido, las medierías derivaban de un contrato la mayoría

de las veces verbal. Por lo que la ausencia de garantía legal, unida a la desigual

participación en la fijación de las condiciones, eran razones justificables para que se

generaran diversos tipos de conflictos.

Tanto en las sociedades de explotación agrícola como en las medierías, el tema

central de conflictos es el incumplimiento de las condiciones establecidas en los acuerdos.

Por las denuncias que hemos conocido, ubicamos en primer lugar el despojo por parte del

mediero de la mitad correspondiente al propietario. Esto se daba por el contacto más directo

que tenía el mediero con la producción agrícola. Aunque en oportunidades es el mediero el

que efectúa la denuncia.

Al despojo de productos se suman reclamos por trabajos que, se habían acordado y

no se han ejecutado dentro del tiempo estipulado o cobros de trabajo, que finalmente

correspondían a los que debían ser realizados en calidad de mediero. También era motivo

de conflicto el usufructo de talaje que no había autorizado el propietario o las deudas por

gastos, que correspondía financiar a ambas partes, que estaban impagas.

Sin duda la carencia de información era clave en el origen de los inconvenientes. Al

ser acuerdos verbales, los criterios guías eran olvidados. Generalmente, los inquilinos

medieros, no sabían leer ni escribir y tampoco los agricultores tenían alto nivel educativo,

como para comprender lo estipulado en las escrituras de sociedad.

Mercado y crédito agrario

Como la agricultura mercantil del territorio fronterizo tuvo un desarrollo centrado

en la producción de trigo, el funcionamiento del mercado local giraba en torno a este

producto. Constituyéndose en la esencia que dinamizaba el intercambio de productos

agrícolas y generaba con mayor nitidez, relaciones económicas que traspasaban los

márgenes del esquema de relaciones campo-campo y campo-ciudad.

a) Mercado local y regional

El objetivo, de los agricultores que se establecieron en el territorio fronterizo, de

producir cereal para la exportación, no se cumplió del todo. Recordemos que el auge

nacional de la exportación de trigo fue breve producto de la competencia de otros

mercados, que Chile no fue capaz de enfrentar.

No obstante, los excedentes de producto que continuaron generándose, la demanda

de productos agrícolas proveniente del aumento de población urbana nacional por la

ocupación de nuevos espacios, originó un mercado de consumo focalizado en el norte del

país y en la región fronteriza.

Ante esta situación, la demanda interna se presentó como una alternativa que

intensificó las relaciones económicas campo-ciudad en el espacio fronterizo de Angol. De

esta forma agricultores, indígenas, campesinos y comerciantes distintamente contribuyeron

a la configuración del mercado regional.

Aunque no descartamos la comercialización de otros productos agrícolas, el trigo

fue el potencial, según los antecedentes, de la circulación y en efecto de las relaciones

mercantiles entre los actores económicos de la frontera.

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Junto a él, la harina significó un importante mercado para los productores locales,

sobretodo después de 1880. Las crecientes solicitudes de regadores de agua para

funcionamiento de molinos y los conflictos asociados que muestran las fuentes, revelan

incremento en el establecimiento de estos en Angol y sus alrededores. Si a fines del siglo

XIX el país debió importar harina54, parte de esa alta demanda interna debió ser cubierta

por la producción de harina fronteriza.

En este mismo sentido, la llegada del ferrocarril dinamizó el mercado agrícola. Por

el sólo hecho de que sus operarios, en Angol, se abastecieran “durante cuatro semanas de

pan”, se obtuvo un ingreso de “1.848 pesos 71 centavos”55. Cifra que para la época es

bastante significativa, más aún cuando se obtiene en un mes y por una pequeña parte del

mercado consumidor.

Pero ¿cómo funcionaba este mercado regional?. Agricultores, indígenas y

campesinos producían algún excedente de cereal disponible para la comercialización. Los

agricultores, como los más representativos en el volumen de excedentes, tenían mayor

influjo en el funcionamiento del mercado. Estos como productores, comerciantes y al

mismo tiempo prestamistas se apropiaban, por un reducido valor, de los excedentes de

indígenas y campesinos a través del crédito. Estas relaciones confluían en las famosas

bodegas de acopio, establecidas en la ciudad de Angol o poblados de la frontera. Su función

era acumular el excedente agrícola del territorio fronterizo y distribuirlo a los mercados que

lo demandaban, sea en su estado natural o transformado en harina. Normalmente las

bodegas, junto a los molinos se concentraban en las manos de un mismo agricultor.

Desde aquí una parte se destinaba al consumo local urbano o rural y otra a través del

cabotaje tenía como destino el norte del país. Según estadísticas del año 1894, el trigo que

salía por el puerto de Talcahuano se destinaba a puertos de Antofagasta, Caldera y

Coquimbo56. Indudablemente buena parte de esa producción derivaba de Angol.

b) Mercado externo

Aunque al momento de iniciada la ocupación de la Araucanía, los mercados

externos se estaban cerrando a la exportación cerealera chilena, las tierras vírgenes de La

Araucanía permitieron continuar exportando parte de la producción.

Comprobamos lo anterior por un contrato de compra venta de trigo, de 15 de marzo

de 1886, realizado por la compañía británica Graham Rorre y Cía. a Juan de Dios Escalona,

vecino de Angol, por conducto de Letts y Cía. El contrato es del tenor siguiente:

“1º Juan de Dios Escalona vende por conducto de Letts y Cía y Graham Rorre

compran cinco mil hectolitros de trigo blanco de buena calidad de la última cosecha,

corriente de dar y recibir, entregables en el puerto de Talcahuano al precio de tres

pesos ochenta y cinco centavos por cada hectolitro de 166 libras puesta al costado

del buque cargador en buena condición a granel en sacos de los compradores

corriendo los gastos de embarque por cuenta del vendedor y los riesgos marítimos

de playa a bordo o de a bordo a playa por cuenta de los compradores.

2º El vendedor se obliga a entregar el trigo en todo el presente mes de marzo.

54 Bauer, 1994, p. 90 55 ARA, FJCA, cobro de pesos de Albino Guerra contra empresarios del ferrocarril de Angol a Traiguén. rol

s/n, 1880. u.c1 56Estadística, 1896, p. 97

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3º El peso del trigo se tomará en tierra al tiempo del embarque y serán de cuenta del

vendedor los gastos de llenadura, pesadura y de cuenta de los compradores el hilo y

costura de la boca.

4º El buque cargador será despachado en el puerto de carga por los ajentes de los

vendedores, quienes cargaran por toda la comisión o agencia cincuenta pesos

chilenos una sola vez.

5º Los compradores pagaran en esta el valor del trigo por letras jiradas por señores

Elton y Mathieu a diez días de la fecha

6º El trigo no debe contener mas de dos por ciento de impurezas. Si contuviese más

hasta tres por ciento, se rebajará del precio convenido, cinco centavos por cada

hectolitro cuya rebaja sería de diez centavos por hectolitro si el trigo contuviese

entre tres y cuatro por ciento de impureza, no siendo de recibo trigo con mayor

cantidad de impurezas ni trigo traído por mar de los puertos al sur de Talcahuano

[…] Cualquiera parte o el todo del trigo que los compradores no recibiesen dentro

de tres meses desde la fecha del contrato se considerará como entregado y correrá

de su cuenta. Los vendedores se constituyen depositarios de la especie y los

compradores les abonarán por bodegaje uno y medio centavos por cada hectolitro al

mes, por mes principiado, hasta concluirse la entrega.

7º En caso de suscitarse dudas o cuestiones nacientes de este contrato, se

comprometen a decidirlas por medio de jueces árbitros, comerciantes relacionados

en los negocios de dicho artículo y residentes en Valparaíso, nombrando uno por

cada parte, los que tendrán facultad de nombrar como tercero otro comerciante para

resolver discordia y cuya resolución será final y sin apelación”57.

Este es un claro ejemplo de que la producción cerealera del área fronteriza de Angol entre

1862 y 1900 configuraba un mercado amplio que sobrepasaba el espacio local y nacional y

se constituía en preferencial para el mercado externo. De esta forma, La Araucanía se

convertía en un polo de desarrollo agrícola, produciendo junto a la provincia de Biobío y

Maule el 50% de la exportación por Talcahuano.

La importancia del mercado externo para la producción de trigo queda en evidencia

en las cifras comerciales del año 1894 que indica que la cantidad de trigo exportado por el

puerto de Talcahuano superaba al de Valparaíso, su destino en el exterior era Gran Bretaña

y Perú58.

Obligatoriamente este proceso de circulación debía ocurrir porque de lo contrario se

produciría un colapso del mercado local. Como la producción de cereal era generalizada en

este territorio debía buscar una vía de escape, ésta se encontraba en el norte del país y en el

exterior.

Relación entre el mercado cerealero y el crédito

La economía chilena en la segunda mitad del siglo XIX, había acumulado una

significativa masa de capital; pero la presencia de prestamistas extranjeros, obligó a los

nacionales a “mirar hacia aquellas regiones donde aún no llegaban los agentes ingleses”. La

Araucanía, al exigir inversión para ser explotada, se presentaba como una excelente

57 ARA, FJCA, Tercería de dominio entre Tristán Aguirre contra Juan de Dios Escalona. tercerista Elton y

Mathiu, marzo 16 de 1886. u.c. 1 58 Estadística, 1896, p. 97

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alternativa para la circulación de capital, a través del crédito. Este hecho, es un factor

importante en la ocupación de La Araucanía59.

Además, en un espacio fronterizo el proceso productivo del trigo es complejo.

Aparte de los riesgos que presenta, se caracteriza por tener una productividad temporal. La

siembra se realiza entre los meses de mayo a julio, incluso agosto cuando el invierno es

lluvioso. Después de una espera de aproximadamente seis meses, en el verano del año

siguiente se finaliza la producción. Pero siempre existe el riesgo que malezas o un verano

lluvioso disminuya el rendimiento del cultivo.

Al contrario de lo que se podría pensar, de una economía limitada y con mercados

pocos desarrollados, donde el crédito no habría tenido trascendencia, diversos factores

convergen en un mercado para la agricultura, dominado por el crédito. Como resultado, “el

crédito y el dinero se unieron en el comercio, vivificando la circulación mercantil”60.

Mecanismo esencial para sostener la economía agraria fronteriza y para presionar a los

agentes económicos en la creación de excedentes mercantiles.

Según los documentos que estamos estudiando, 5 factores se presentan como claves

en el impulso que adquirió el crédito: el excedente de capital, la necesidad de dinero para

dotar los nuevos terrenos con implementos para la explotación y para acceder al mercado,

la existencia de un medio de pago o bien y la urgencia de dinamizar la circulación

mercantil. Factores que se expresaban en el territorio de Angol a fines del siglo XIX en:

préstamos en producto, compras en verdes y préstamos en dinero.

Préstamos en especies

El trigo al ser el producto agrícola de mayor circulación mercantil, funcionaba

también como bien objeto de préstamo, en el contexto del crédito. La necesidad de los

productores de disponer de buena semilla para mejorar el rendimiento, la escasez de ésta o

a la eventual insuficiencia de excedentes para el mercado, deben haber sido, entre otros,

factores que influían en la adopción de este tipo de crédito.

Si los casos que hemos conocido en relación a esta modalidad son acuerdos entre

agricultores, el hecho de que “el crédito fluía soterradamente bajo la superficie de la

sociedad rural”61, nos lleva a pensar que indígenas y campesinos también participaban de

esta forma de crédito. El hecho que desarrollaran una producción preferentemente para el

consumo familiar, los dejaba más expuestos a este tipo de carencias. Las que se trataban de

suplir acudiendo a algún conocido, familiar o vecino del mismo rango social. La existencia

de una siembra era la mejor garantía para el prestamista, de que el deudor dispondría del

producto para la devolución.

Un simple vale por el cual Juan Villaman prestó “cien sacos de trigo limpio para

semilla” a Juan José Recabarren y 3 pagarés por los que José Bunster se declara deudor de

Fernando Ibarra por “cuatrocientos un hectolitro noventa y seis litros de trigo blanco,

limpio y de buena calidad”62, revelan que esta forma de crédito se daba en las distintas

esferas de la sociedad, formal e informalmente, gracias a las relaciones de confianza que se

creaban en el ámbito fronterizo.

59 Pinto, 2003, p. 141 60 Cavieres, 2003, p. 129 61 Bauer, 1994, p. 111 62 ARA, FJCA, cobro de trigo de Fernando Ibarra contra José Bunster. noviembre 12 de 1877. uc. 1. foja 4

Page 70: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

70

Compras en verde

Era un mecanismo a través del cual el agricultor que a la vez era comerciante y

prestamista, acopiaba la producción cerealera de indígenas y campesinos, gracias a la

influencia social y al poder económico que ejercía sobre el resto de los agentes económicos

del territorio fronterizo. Al mismo tiempo consolidaba su superioridad económica y

controlaba la producción local, asegurando el excedente de las próximas cosechas, para

satisfacer la demanda mercantil.

Aprovechando la demanda de capital de campesinos e indígenas y la disponibilidad

de un bien o producto como el trigo, que era fácilmente puesto en el mercado, el agricultor

proporcionaba dinero anticipadamente a cambio de la producción próxima. Como requisito

debía existir una relación económica anterior que respaldara y categorizará al deudor como

persona conocida a los ojos del prestamista. De esta forma todo posible deudor se

transformó en pieza apreciable que contribuiría al financiamiento del total de la estructura

en movimiento63. Al ser necesario el dinero, la compra en verde, se convertía en un

beneficio para estos agentes económicos en períodos del año en que se carecía de productos

agrícolas para comercializar y poder acceder al mercado.

Cuadro Nº 2. Compras de trigo en verde por José Antonio Bravo 1873-1883

DEUDOR

COMPRAS

CON

DOCTO.

FANEGAS

COMPRA

S SIN

DOCTO.

FANEGAS

FECHA

PRÉSTAMO

FECHA

PAGO

María Rosa Iturra - 12 - - Pedro Melo - 3 - - Eustaquio Santos - 16 - - Feliz Ortiz - 7 - - José Maria Urra - 5 - - Cesilio Campos - 12 - Pedro José Contreras a ruego de Tránsito

Seguel. 6 - 1883 1884

Demetrio Chávez a ruego de Pedro Sandro. 6 - 1883 1884 Timoteo Andras por José Domingo Terán. 10 - 1883 1884 Lisandro Reyes 25 - 1883 1884 Martín Pinilla. 3 - 1883 1884 Luciano Valdez a ruego de Vicente Contreras 5 - 1881 1884 Pablo Valdez. 4 - 1881 1882 Elías Navarrete a ruego de Juan Fernández. 22 - 1880 1881 Vicente Contreras a ruego de Nicanor

Hinostroza. 3 - 1879 1880

Ramón González a ruego de Francisco Sea 4 - 1879 1880 José Luis Sabala a ruego de Fermín Cuevas 4 - 1879 1880 Salvador García a ruego de Alberto Luga 4 - 1878 1879 Masdiaquino Olave a ruego de Benedisto 5 - 1878 1879 Meliton Merino 3 - 1877 1878 Luis Manchaca puestas en bodega de Tomé. 14 - 1876 1877

63 Cavieres, 1998, p. 129

Page 71: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

71

Elías Navarrete a ruego de Mercedes Ormeño. 6 - 1875 1876 Eusebio Díaz a ruego de Patricia Arellano. 2 - 1873 1874 Manuel Vilches a ruego a Nazario López. 4.5 - - 1879 TOTAL 130.5 55

Fuente: ARA, FJCA, Inventario de los bienes José Antonio Bravo por Gregorio Rubilar.

Rol 108. Agosto 1884.

La información que aporta el inventario de José Antonio Bravo resulta clave para

desentrañar las características de la circulación de capital y las redes que se formaron en

torno suyo. Para ello, en el cuadro siguiente se presentan las deudas con y sin documentos

que este agricultor tiene a su favor, por concepto de compra en verde.

Calculamos un total de 130,5 fanegas de trigo adeudas según documentos, mas 8

almudes. Cuatro adeudados por José del Rosario y cuatro por Elías Navarrete a ruego de

Juan Fernández, almudes que se suman a las 22 fanegas que adeuda. Además, 55 fanegas

por deudas sin documentos.

La existencia de deudas con y sin documento muestra diferentes relaciones de

confianza del prestamista hacia el deudor. La explicación para las deudas sin documento

está en que los nombres de los deudores están asociados a los trabajadores del fundo. Por su

situación de inquilinos, los campesinos estaban en la posición idónea para aceptar estas

transacciones. Como algunos de sus trabajadores también eran medieros, era legítimo que

el agricultor encontrara en ellos un elemento clave para ejercer de prestamista. Al fin y al

cabo existía la garantía del pago, ya sea en la producción en media o en la mano de obra.

Lo mismo sucedía con los campesinos que tenían residencia en la cercanía del fundo. Esto

hizo de las haciendas la principal fuente de crédito para las clases bajas de la sociedad

rural64.

Si bien el campesino o indígena por esta vía podía obtener dinero contante y

sonante, tenía que resignarse a vender su producción por un precio más bajo al corriente en

el mercado65. Además, al momento de efectuar el pago de la deuda, debía costear el flete de

la producción a la ciudad, lugar donde estaba establecida la bodega de acopio que el

prestamista señalaba. Así el agricultor- prestamista se apropiaba de parte del ingreso

correspondiente al pequeño propietario y mediero66.

Contraer deudas a favor de un tercero significaba que el firmante tiene más

posibilidades de responder al pago de la deuda, y más posibilidades de acceder al crédito.

Si reparamos en las fechas de préstamos y de pago de la deuda, la diferencia es de

un año y como dicen los documentos son “pagaderos en febrero del año próximo” y puestas

“en bodega de Angol”. Es decir, los préstamos se hacían a mitad de año, cuando el

producto comercializable se había terminado y se necesitaba de capital para invertir en el

proceso de siembra, y se debían cancelar en el período de cosecha. Prácticamente el

campesino productor no alcazaba a apreciar la posesión del producto porque debía

traspasarlo inmediatamente al prestamista.

No obstante, la existencia de deudas morosas, indica por una parte que este tipo de

crédito no siempre era beneficioso para la agricultura y, por otra, que la agricultura no era

64 Bauer, 1994, p. 122 65 Bauer, 1994, p. 124 66 Bauer, 1994, p. 126

Page 72: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

72

una real garantía para el sistema crediticio y para los campesinos. Una deuda imposible de

pagar podía significar pérdida de otros bienes, especialmente ganado.

Préstamos en dinero

La disponibilidad de capital en manos de los agricultores, la necesidad de otros, y la

privación de instituciones de crédito que fuesen accesibles a los campesinos e indígenas

eran factores que influían en los préstamos en dinero. Así agricultores se convertían en

verdaderos prestamistas y cumplían la función del banco. A diferencia de la instancia

anterior, aquí el dinero dominaba la circulación, al ser medio de préstamo y medio de pago.

En el territorio fronterizo de Angol, antes de la creación de un mecanismo estatal

para el cumplimiento de los acuerdos económicos, como el Juzgado de Letras de Angol,

creado en 1870, parte del dinero circulaba entre un muy pequeño grupo de gente conocida y

responsable67. Después de este hecho, la gente conocida y responsable era aquella que

disponía de un bien intercambiable en el mercado, como lo era la tierra. Como las leyes del

Código Civil de 1856 hicieron de la propiedad rural una de las mejores garantías para

préstamos, los acuerdos de mutuo, que se caracterizaban por la formalidad y mayor monto

de crédito, recurrían a la hipoteca de la propiedad. Lo que nos hace presumir que quienes

recurrían al mutuo eran los agricultores.

Por la ausencia de instituciones bancarias accesibles, los prestamistas privados

siempre fueron en el territorio de Angol las principales fuentes de crédito a agricultores y

campesinos. Disponiendo de capital lograron entretejer relaciones comerciales y sociales

con lejanos y poderosos comerciantes nacionales, haciendo más difusos los limites del

mercado que emergía en Angol. Como señala Cavieres, “las redes crediticias locales se

relacionaron directamente con la estructuración de mercados que fueron desde

microespacios hasta espacios regionales”68.

José María Figueroa era el prestamista de dinero tipo, que encontramos en la zona

de Angol. Para conocer más a este agricultor –prestamista debemos señalar que era

propietario del Fundo Santa Rosa, en la subdelegación de los Sauces. En su fundo se había

animales (126 bueyes) y como 400 fanegas de trigo sembradas. Antes de su fallecimiento lo

vendió a Alfredo Duffeu, según una escritura pública por 80.000 pesos. Por otra escritura

de venta del año 1889 de Zacarías Espinoza vende una casa en Concepción. Suponemos

que vivía primeramente en Concepción y que con el dinamismo económico que provocó el

avance a la Araucanía cambió su residencia a Angol.

Por la abundancia de correspondencia privada de diversas personas y libros de

cuentas, se deduce que manejaba una amplia red de relaciones económicas. Su alto nivel

socioeconómico y el movimiento de capital que generaba, queda en evidencia cuando se

agregan varias boletas de depósito contra el Banco Valparaíso de Concepción, oficina de

Angol y Traiguén. Certificados de depósito dados por el Banco de Valparaíso por billetes

del banco chileno Garantizador de valores del Sur de 100, 500 y 1.000 pesos. Libretas de

cuentas corrientes de dicho Banco y un documento del Banco de Valparaíso que certifica

que Figueroa es dueño de ochenta acciones de aquel Banco de valor nominal de

ochocientos pesos cada una. Aparte de los pagarés y escrituras públicas por deudas de

dinero y trigo a su favor.

67 Bauer, 1994, p.113 68 Cavieres, 2003, p. 137.

Page 73: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

73

La situación que rodea a Figueroa permite que sea destacado como prestamista de

dinero a plazo. Para mejor comprensión del movimiento de capital, a través del crédito,

elaboramos el cuadro Nº 3, en el cual presentamos el resumen de los documentos por

deudas a su favor, según pagarés.

Cuadro Nº 3. Nómina de préstamos y deudores de José María Figueroa 1885-1893 Deudor Deuda en $ Lugar Fecha préstamo plazo (meses)

Augusto Brules por Juan Navarrete 25 Santa Rosa 1893 -

José del C Oses 300 Santa Rosa 1893 -

Narciso Cid 50 Santa Rosa 1892 -

Narciso Cid 200 Santa Rosa 1892 -

Emilia Torres 7 Santa Rosa 1892 -

Telésforo Cid 130 Santa Rosa 1982 -

José María Friz 84 Santa Rosa 1892 -

Dionisia Friz 60 Santa Rosa 1892 12

Narciso Cid 150 Santa Rosa 1892 12

Narciso Cid 200 Santa Rosa 1892 12

Benjamín Acevedo 48 Santa Rosa 1892 12

Alejo Roa 48 Santa Rosa 1892 12

Abelardo Gonzáles 39 Santa Rosa 1892 10

Manuel Arteaga 125 Santa Rosa 1892 -

Juan Matamala 39 Santa Rosa 1892 12

B. Rosas por Juan Merino 100 Lumaco 1891

Belisario Rosa 100 Lumaco 1891 -

Carlos Demierre 172 Santa Rosa 1890 -

Calixto Gutiérrez 59 Santa Rosa 1890 -

A. Enríquez 113 Santa Rosa 1890 10

Telésforo Cid por Juana Iturra 150 Santa Rosa 1890

Pantaleón Mena 160 Santa Rosa 1890 -

José Alegría 33,77 Concepción 1889 -

Sebastián Sepúlveda 25 Santa Rosa 1889 -

Fernando Arcos 122 Santa Rosa 1889 -

Belisario Rosas 8.25 Santa Rosa 1889 -

José Cárcamo 10 Santa Rosa 1889 -

Domingo y Rosario Ponces 131,50 Santa Rosa 1889 10

Abraham Rosas 50 Santa Rosa 1889 -

Augusto Brusles 25 Santa Rosa 1889 -

Claudio Flores 154 Santa Rosa 1888 -

Lázaro Salas 30 Santa Rosa 1888 8

Pedro Contreras 150 Santa Rosa 1888 2

Juan de Mata Guevara 84,60 Santa Rosa 1888 10

Pedro Contreras 150 Santa Rosa 1888 2

José Vega 60 Santa Rosa 1886 8

José Villanueva 65 Concepción 1885 -

TOTAL 3.458,12

Fuente: ARA, FJCA, Partición de los bienes José María Figueroa. Partidor Víctor Vidal y

Actuario Francisco Moreno. 14 de marzo de 1893. U.C. 17. fs. 15 vta-18.

Page 74: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

74

Los préstamos alcanzan a un total de 3.459 pesos 12 centavos. Los montos que varían entre

los 7 a los 300 pesos. Suponiendo que los individuos acceden al crédito de acuerdo a sus

capacidades de pago, nos hace pensar en clientes de distinto rango social; pero sobretodo

campesinos, que comprenden la mayoría que se endeuda en menos de 100 pesos. El hecho

de que existan deudas que se remiten al año 1885, cuando los plazos para efectuar los pagos

van de los 2 a los 12 meses confirma la aseveración de que la actividad agrícola no era la

más conveniente para canalizar los excedentes de capital. En tanto, el que la mayoría de los

clientes opte por el mayor plazo, un año, está estrechamente relacionado a la disponibilidad

de ingresos derivados de la comercialización de productos agrícolas, de la próxima cosecha.

En suma los tres lugares de residencia registrados para consumar acuerdos

crediticios nos aclaran por una parte que el prestamista es conocido por tal función y por

otra que el campo de acción y las redes que forma, amplían los límites del mercado que

emerge en Angol. Además de los pagarés anteriores, cuando los montos eran mayores, se

recurre a las escrituras públicas, resumidas en el cuadro Nº 4.

Cuadro Nº 4 .Nómina de préstamos y deudores de José María Figueroa 1889-1892

(según escrituras públicas) Deudor Deuda

$

Lugar Fecha

préstamo

plazo

(meses)

%

interés

Milagros Ramírez y Emilia Frank por

mutuo

200 Concepción 1880

Pantaleón Mena por mutuo 700 Traiguén 1888 12 1 mensual

José María Merino por mutuo 300 1888

Manuel Ferrada por mutuo 200 Angol 1888 12

José del C. Merino por mutuo 1.000 1889 24 8 anual

Juan Barra por mutuo 1.500 Traiguén 1889 12 1 mensual

Zacarías Espinoza por venta de casa

en

3.525 Concepción 1889

Fortunato Casal por venta 1.500 Traiguén 1892 24 8 anual

José Planino Elgueta por mutuo 200 Traiguén 1890 6

Carlos Demierre 1.600 Traiguén 1892 18

Alfredo Dufen por venta de fundo

Santa Rosa

80.000

TOTAL 90.725

Fuente: ARA, FJCA. Partición de los bienes José María Figueroa. Partidor Víctor Vidal y

Actuario Francisco Moreno. 14 de marzo de 1893. U.C. 17. fs. 15vta -18.

José María Figueroa registra deudas en escrituras públicas ascendientes a 90.725 pesos.

Aunque menor número en comparación a los pagarés, las escrituras representan mayor

valor monetario y por consiguiente mayor plazo del crédito. Ante esto, entendemos que son

suscritas por agricultores, que en oportunidades requerían capital, y que formaban parte del

círculo de personas de mayores recursos residentes en Traiguén y en Concepción.

A diferencia de los campesinos e indígenas, la disponibilidad de tierra posible de

hipotecar le permitía a un agricultor acceder a créditos en las instituciones financieras.

Tenemos conocimiento que antes de 1887, la demanda de capital financiero en este espacio

las satisfacía el Banco Bunster desde 1882, que después se trasladó a Collipulli, y el

Valparaíso que abrió sus oficinas en Angol en 1884, en tanto el Banco de Chile lo hizo en

Page 75: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

75

189469. De las transacciones financieras que resultaban, una parte era invertida por el

agricultor; pero otra fluía hacía los campesinos a través de los préstamos, que ya

conocimos.

Aunque no es recurrente ver mapuche en los acuerdos de compras en verdes, sí lo es

firmando préstamos en dinero. El caso de los indígenas Pascual Coñueyan y Guañaco

Lebilúan quienes “adeudan la cantidad de seiscientos pesos que tienen recibidos de su

poder en préstamo, con el interés del uno por ciento mensual”70.

Todo este movimiento de dinero refleja el dinamismo que está adquiriendo el

mercado fronterizo. El hecho que Griselda Saavedra mande a Talca a Gabriel Cuevas

“cuatrocientos cuarenta y cinco pesos en calidad de prestados con el objeto que las

invirtiese en comprar algunos artículos para surtir su despacho”71, está demostrando que el

territorio fronterizo y la Araucanía en general se está convirtiendo en polo que inyecta

capital al mercado y que genera redes crediticias muy importantes para el funcionamiento

de la economía regional y nacional.

Conclusiones

El crédito, si bien da acceso al capital, se convierte en problema para las partes

cuando aparece la morosidad. Como hemos visto en las compras en verde y en los

préstamos de dinero había deudas que se venían arrastrando de años anteriores y que no

habían sido cubiertas. La informalidad de los préstamos, hacía otro tanto, ya que al no tener

sustento legal, dificultaba el cumplimiento de las deudas o la veracidad de las mismas.

Por ello, resultaba más trascendente para el prestamista canalizar el capital hacia el

interior del fundo, porque se tenía autoridad y medios de presión sobre el deudor mediero

y/o inquilino, para conseguir el pago de las deudas. Así mismo la continuación de este tipo

de operaciones nos hace presumir que el prestamista rara vez perdía su beneficio,

considerando que un crédito no se otorgaba a personas sin garantía económica.

Las habilitaciones si bien incentivaban la producción, mediante el adelanto de

dinero para semillas y útiles de labranza, en no pocos casos estos significaron grandes

pérdidas para los pequeños y medianos campesinos, ya que una mala cosecha podía tener

para ellos consecuencias lamentables y dependencia económica.

Por supuesto, si el deudor vivía en el fundo, una deuda impaga podía significar

apropiación de la parte que le correspondía en la producción en medias, trabajo sin salario,

pérdida de los bienes que podía poseer, que tuviesen valor económico, el desalojo de las

dependencias del fundo y liquidaba las relaciones clientelares, ha posibles necesidades de

crédito posteriores.

Bibliografía

Archivos

ARA Archivo Regional de La Araucanía, Temuco, Chile.

69 Sánchez, Víctor (1953) Angol. La Ciudad de los Confines. Santiago. Editorial Atenea, p. 303. 70 ARA, FJCA, Civil de hacienda sobre cobro de pesos de José Manuel Elgueta contra Pascual Coñueyan y

otros. rol 8, septiembre 7 de 1872. 71 ARA, FJCA, Cobro pesos en calidad de préstamo de Griselda Saavedra contra Gabriel Cuevas, noviembre

4 de 1884. U.C. 9. f. 1.

Page 76: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

76

FJCA: Archivo Juzgado Civil de Angol

Hemerografia:

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Stuchlick, Milán (1999) La vida en mediería. Mecanismos de reclutamiento social entre los

mapuche. Santiago. Soles Ediciones

Page 77: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

77

Inventario de bienes de José Antonio Bravo de Angol, 1884

Mónica Sepúlveda Rivera

Inventario de los bienes dejados al fallecimiento de don José Antonio Bravo1.

Solicitante: Gregorio Rubilar

Testamento nº 379

En la ciudad de Angol a veinte i cuatro de julio de mil ochocientos ochenta i cuatro

ante el notario interino que autoriza según el nombramiento judicial que se inserta i testigos

compareció en su casa habitación don José Antonio Bravo de este domicilio, mayor de

edad, a quien doy fe conozco i me pidió le estendiera su testamento el que otorgó en la

forma siguiente: me llamo José Antonio Bravo, nací en el departamento de Rere i

actualmente estoi domiciliado en este departamento, mi edad es de cuarenta i tres años i mi

apellido materno es Quilodrán. Declaro que soi casado con doña María Santos Franco, de

cuyo matrimonio hemos tenido como hijos legítimos siete hijos que todos se hallan vivos i

se llaman Claudina, Cleofe, Delfina, Pascuala, José Antonio Segundo i José Gregorio

Bravo i Franco. Lego a las mandas forzosas lo determinado por la lei. Declaro que cuando

me case con mi esposa ya citada aporté a matrimonio un caballo ensillado i ella por su parte

aportó una vaca parida. Declaro por mis bienes una hijuela en Choque Choque de

doscientas sesenta i seis hectáreas arrendada actualmente a don Gustavo Wegner, otras dos

en Cángulo compuestas de novecientas i tantas hectáreas, un sitio i casa situado en esta

ciudad entre las calles de Cañete i Lautaro, sesenta i nueve bueyes, cuarenta vacas, tres

toros, seis novillos, cuatro terneros, nueve terneras, seis caballos, tres yeguas, tres machos,

sesenta cabezas de ganado lanar, una maquina de trillar, una id para maquinar trigo, doce

arados americanos i nueve carretones i cuantos bienes se reconozcan pertenecerme. Lego a

mi hija Delfina la suma de trescientos pesos además de su herencia que debe corresponderle

los que entregará mi albacea después de mi fallecimiento. Declaro que debo a don Andrés

Díaz la suma de mil setecientos pesos i a doña Santos Ayala la suma de mil cuatrocientos

pesos como saldo de dos mil i tantos que antes debía según docu mentos privados, a don

José Fidel Neira i a don Felipe Canales, según cuentas que con ellos tengo i que estos

presentaran a su tiempo, cuyas deudas no pasaran de doscientos ochenta pesos, i don

Francisco Fernández me debe veinte fanegas de arvejas. Declaro que don Samuel Rubio me

debe cuarenta i siete fanegas de trigo blanco i limpio i don Gregorio Rubilar la suma de

ciento treinta i tantos pesos, i es mi voluntad que mi albacea pague lo que deba i perciba lo

que a mi se me adeude. Nombro por mi albacea i tenedor de mis bienes a don Gregorio

Rubilar i es mi voluntad que mis bienes disponga de la suma de cien pesos para mi funeral i

entierro. Nombro por mis únicos i universales herederos a mi citada esposa María Santos

Franco i a mis nombrados hijos Claudina, Cleofe, Delfina, Pascuala, José, Antonio segundo

i José Gregorio Bravo i Franco. Por el presente testa

1 Archivo Regional de La Araucanía. Fondo Juzgado Civil de Angol (ARA. AJCA) Inventario de los bienes

dejados al fallecimiento de don José Antonio Bravo.Solicitante: Gregorio Rubilar, 1884, fs. 1-75. En la

transcripción se ha respetado la ortografía y redacción original del expediente.

Page 78: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

78

(fs 4)mento revoco cualquiera otro que hubiere otorgado antes o se atribuya i es mi

voluntad que este se guarde i respete como mi última i deliverada voluntad. Yo Viviano

Zapata doy fe que el testador al parecer está en su sano juicio i que así lo otorga i no firmo

por imposibilidad, rogando a uno de los testigos que lo hiciera por el que lo fueron don

Celestino Rivas, don Belisario Bisama i don José Dolores Oses de este domicilio. El

nombramiento citado es del tenor siguiente = Angol julio veinte i cuatro de mil ochocientos

ochenta i cuatro. A solicitud verbal de don Hilario Sepúlveda nombrase notario interino a

don Viviano Zapata para que en el carácter de tal estienda un testamento que debe otorgar

don José Antonio Bravo enfermo de viruela =Cruz= Conforme a ruego del testador por

imposibilidad i como testigo Celestino Rivas Belisario Bizama José Dolores Oses Ante mi

Viviano Zapata con el testamento i partidas de defunción que acompaña pide confección de

inventario. Otros de su contenido

Gregorio Rubilar a US. Espongo: que según consta del testamento adjunto he sido

nombrado albacea i tenedor de los bienes del finado don José Antonio Bravo.

La viuda de este Sr. acaba de fallecer también, según aparece de la partida de defunción

respectiva, dejando los intereses del referido Sr. Bravo a merced del mayordomo e

inquilinos que a la fecha de su muerte, había en su fundo.

Hasta ahora no me ha sido posible evacuar el cargo que se me ha conferido entre

otros motivos, por no ser esta mí residencia, i a fin de hacerlo cuanto antes o como a US

solicitándole mande confeccionar inventario solemne de los bienes quedados por

fallecimiento de ambos cónyuges para que se me haga entregada judicial de ellos

Estas diligencias las estimo conducentes a cumplir lo preceptuado en el Art. 1284

del Código Civil, tanto mas cuanto que todos los herederos son menores i no tienen

parientes o personas interesadas por su familia en este lugar

Por tanto

US suplico: se sirva ordenar se proceda a la confección del inventario de mi referencia con

citación del defensor de menores

Otros: Que todos los bienes de esta sucesión están ubicados con excepción de una casa que

está en esta, en la subdelegación de los Sauces; sírvase US cometer la confección del

inventario aludido al juez de sub. De este lugar librándose al efecto la carta por secretaria

de estilo con la inserciones del caso.

Angol agosto 16 de 1884

En lo principal por presentados los documentos procédase a la confección de

inventario solemne de los bienes pertenecientes a la sucesión de Don José Antonio Bravo y

de doña María Santos Franco con citación del defensor de menores nombrándose como este

caso al abogado don Beltrán Matheie al otrosí , como se pide se nombra nuevo defensor de

menores en las diligencias que indica. Al otrosí, se habilita día hora i lugar

Gregorio Rubilar en las diligencias para confeccionar inventario solemne de los bienes

quedados por fallecimiento de don José Antonio Bravo i esposa, a US espongo: que en la

solicitud presentada con el objeto de que US ordenase la confección del inventario aludido,

se proveyó: “como se pide con citación del defensor de menores” nombrándose al efecto a

don Beltrán Matheieu

Este caballero se ha ido a Concepción i es urgente, habida consideración al

abandono en que los referidos bienes se encuentran, nombrándose alguien en reemplazo del

Sr. Mathieu para notificarle la citación decretada.

Por tanto

US suplico: se sirva así proveerlo i habilitando día hora i lugar para esta citación

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79

Otros: que por las razones espuestas i por cuanta de lo accidentalmente me encuentra en

esta, US se ha de servir habilitar, también, día, hora i lugar para la confección del inventario

de mi referencia

Angol, Agosto 18 de 1884

En capital como se pide, nombrándose defensor de menores interino al abogado don Miguel

Urrutia al otrosí como se pide

A diez i ocho de agosto notifique US defensor de menores don Miguel Urrutia

Angol agosto 16 de 1884

Ante este juzgado se ha presentado una solicitud que en su proveído es como sigue.

Sr. Gregorio Rubilar a US espongo que según consta del testamento adjunto, he sido

nombrado albacea i tenedor de los bienes del finado Don José Antonio Bravo. La viuda de

este señor acaba de fallecer también, según aparece de la partida de defunción respectiva,

dejando los intereses del referido Sr. Bravo a merced del mayordomo e inquilinos que a la

fecha de su muerte había en su fundo.

Hasta ahora no me ha sido posible evacuar el cargo que se me ha conferido, entre otros

motivos por no ser esta mi residencia, i a fin de hacerlo cuanto ante, ocurro a US

solicitándole mande confeccionar inventario solemne de los bienes quedados por

fallecimiento de ambos cónyuges hasta que se me haga entrega de dicha. Esta diligencia la

estimo conducente a cumplir lo preceptuado en el Art. 1284 del Código Civil , cuanto que

todos los herederos son menores i no tienen parientes o persona interesada por su familia en

este lugar

US suplico se sirva ordenar se proceda ala confección de inventario de mi referencia con

citación del defensor de menores

Otros: que todos los bienes de esta sucesión están ubicados con excepción de una casa que

esta ubicada en esta, en la subdelegación de los Sauces…….cometer la confección de

inventario aludido al juez de subdelegación de ese lugar, librándose al efecto la carta por

secretaria de estilo con las inserciones del caso. Gregorio Rubilar . Angol Agosto 16 de

1884. en lo principal por presentados los documentos procédase a la confección inventario

solemne de los bienes perteneciente a la sucesión de don José Antonio Bravo i de doña

María Santos Franco con citación del defensor de menores nombrándose como tal para este

caso al abogado don Beltrán Mathieu al otrosí como se pide. Cruz: Argomedo secretario =

En otra solicitud presentada por don Gregorio Rubilar se proveyó = Angol Agosto 18 de

1884 = En lo principal como se pide, nombrándose defensor de menores interino al

abogado don Miguel Urrutia al otrosí, como se pide = Cruz Argomedo secretario = A diez

i ocho de Agosto notifique al Sr. defensor de menores don Miguel Urrutia _ Belmar

escribano receptor- A diez i ocho de Agosto notifique a don Gregorio Rubilar i no firmo

Argomedo secretario

Dirijo a US este despacho a fin de que se sirva darle su cumplimiento i fecho lo

(fs 10) decretado a este juzgado con la constancia respectiva

Cángulo Agosto 22 de 1884

Juzgado de la 9ª Sección del

territorio de colonización de

Angol

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80

En cumplimiento del mandamiento que antecede, me traslade al lugar denominado

Cángulo de esta subdelegación donde está situado el fundo de propiedad de la sucesión del

finado José Antonio Bravo y señora doña María Santos Franco su esposa i a fin de dar

cumplimiento a lo que se me encarga he escijido del mayordomo Eladio Sepúlveda i de los

sirvientas José María Umaña i Luis Sabala me presenten los bienes del referido señor Bravo

i juramentados en forma he dado principio a la confección de inventario solemne que se

solicita i que esta comprendido en el apunte siguiente:

Activo N° pasivo

Bueyes de buena calidad Setenta i ocho

Bacas paridas Ocho

Baquillas paridas Cuatro

Bacas mostrencas Diez

Baquillas de tres años Tres

Baquillas de dos años Quince

Novillos de dos años Seis

Toro de matanza Uno

Id de dos años Uno

Terneras de año sin marca Diez

Terneras id Cuatro

Caballos de montura regulares Tres

Id para servicio de mozos Cuatro

Id uno inútil Uno

Yeguas mansas Tres

Un potrillo de año Uno

Mulares de silla Tres

Ovejas Cincuenta i dos

Carneros padres Dos

Corderos sin señal Treinta i nueve

Chanchas paridas Cuatro

Chanchas al pié Quince

Mas una chancha en medias a Juan Villagra Una

Un chancho reproductor Uno

Chanchos de matanza Quince

Una máquina trilladora con uso de siete años en

mal estado. Esta es sistema Pitt

Una

Un malacate de seis palancas para el movimiento

de la máquina en mal estado

Un

Una máquina arreadora sistema Bobis Una

Una romana de plataforma en buen estado Una

Nueve arados del país con US respectivas puntas Nueve

Arados americanos diez i nueve i media en mal

estado

Siete

Arados doble cero en mal estado Seis

Yugos con coyundas Catorce

Fs 11 v

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81

Cabestros de látigos en mal estado Cuatro

Hachas en buen estado Cinco

Chuzos de fierro Dos

Tres horquetas de fierro Tres

Azadones Ocho

Cadenas de fierro Tres

Tres palas de fierro Tres

Id de palo Tres

Azuela Una

Serrucho Uno

Barreno Uno

Un taladro Uno

Un rifle sistema Gras Uno

Id id Remigton Uno

Fusil de fulminante Uno

Olletas de fierro dos grandes i dos chicas Cuatro

Gamela de latón Una

Vetas en mal estado Ocho

Molinillo para moler tostado en buen estado Uno

Asierras en mal estado Dos

Carretas emparvadotas de madera Diez i ocho

Carretas de rayo de un metro de alto eje de fierro

en mal estado

Tres

Sesenta sacos de trigo peso cien quilogramos cada

uno

Sesenta

Sacos fréjoles Tres

Id arvejas Dos

Id papas Cinco

Rastras de clavos Dos

En Huequén trigo sembrado fanegas Sesenta i ocho

En Cángulo fanegas Ciento diez i

Trigo sembrado en medias con Eustaquio Santos

fanegas

Seis

Id con José María Urra id Siete

Id con feliz Ortiz id Veinte i dos

Id con Rosario Areas Veinte i dos

Una montura, con carola de suela, una lama un

freno i un par de riendas, todo en mal estado

Una

Un par espuelas fierro Uno

Una silla para niño aperada en regular estado Una

Una silla de señora con todo su apero en buen

estado

Una

Una cuerda de cáñamo para medir cuadras Una

Un catre de madera ordinario Uno

Una caja de madera Una

Fs 12

Fs 12 v

Fs 13

Page 82: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

82

Ranchos de paja Tres

Id un galpón para guardar paja Uno

Dos fundos en Cángulo Ochocientos

noventa i siete

estareas

Choque Choque Doscientas

sesenta estareas

La señora doña María Rosa Iturra debe a la

testamentaria sin documentos doce fanegas de

trigo de plazo vencido

Doce fanegas

Pedro Melo debe a la misma testamentaria

también sin documento

Tres fanegas

Eustaquio Santos debe a la misma testamentaria

diez i seis fanegas de trigo para las cosechas

Diez i seis

Mas en dinero Cinco pesos

veinte centavos

Feliz Ortiz debe siete fanegas menos siete litros

de trigo para las cosechas próximas

José María Urra debe cinco fanegas trigo también

para las cosechas venideras

Cesilio Campos debe doce fanegas de trigo para

las cosechas venideras i doce pesos veinte i un

centavo en dinero

La testamentaria debe en dinero a la servidumbre

cincuenta i nueve pesos tres centavos

cincuenta i

nueve pesos

tres centavos

También debe la misma testamentaria al

mayordomo Eladio Sepúlveda por su servicio

personal veinte i cinco fanegas de trigo para

dárselas a las próximas cosechas

Dos sacos de maíz

Un nivel de albañil

Los animales de que consta el presente inventario están marcados con la marca que va

figurada marjen –

Estando terminado este inventario en la forma que dejo espuesto, inmediatamente he hecho

entrega jeneral de todos los bienes que en se enumeran al señor Gregorio Rubilar quien se

da por recibido de ellos i para mayor formalidad de las diligencias practicadas firma

conmigo i los testigos que suscriben de que doy fe-

Fs 14

En la ciudad de Angol a veinte de agosto de mil ochocientos ochenta i cuatro, en

cumplimiento del decreto precedente, me traslade a casa perteneciente al finado don osé

Antonio Bravo con el fin de inventariar los bienes dejados por su fallecimiento i su hija

doña Delfina Bravo previo el juramento de estilo me hizo manifestación de los siguientes

bienes

Fs 13 v

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83

(fs 14 v)

Muebles i útiles de casa

Cinco catres madera en buen estado, siendo uno chico

Dos cajas madera para guardar ropa

Una meza comedor de dos varas largo i una de ancho

Una id de una i media varas de largo tres cuartas de ancho en regular estado

Una ídem más chica para la máquina de coser

Seis sillas asiento junco regular estado

Un bracero metal

Una botella grande de vidrio

Una tetera metal amarillo

Una sopera de losa

Un hacha regular estado

Una barreta

Una pala de fierro

Un rifles. Se ignora el sistema

(fs 15)

Un palo largo para colocar bandera

Diez sacos con ballico

Cuatro sacos con papas

Cuatro ídem porotos araucanos

Una máquina de mano para coser

Maquina cegadora

Se pone por inventario una máquina cegadora desarmada con el timón quebrado

Cinco horquetas de fierro

Cuarenta tablones de tres varas largo

Un banco para carpintero

Dos cueros de chancho

Sitio i casa

Un sitio situado en esta ciudad entre las calles de Cañete i Tucapel de veintitrés varas de

frente por cuarenta i cuatro de fondo i lindante por el oriente i sur con dichas calles, por el

norte con propiedad de Clemente Garai i por el poniente con sitio de

En éste sitio se encuentra un edificio del modo siguiente. El frete que da a la calle de

Cañete es de

(fs 15 v)

dos aguas con el largo de todo el frente del sitio i está dividido en cinco departamentos

incluso el zaguán a acepción de éste los otros departamentos tienen cielo razo de madera i

el piso entablado como igualmente el zaguán. Hai cuatro puertas de medio cuerpo con

vidrio cinco elevadas incluso las dos de la esquina i cinco ventanas con rejas de fierro i

bastidores con vidrios. El edificio que da frente a la calle Tucapel es de diez i siete varas

largo i es también de dos aguas i tanto éste como el anterior tienen un corredor de tres varas

ancho sostenido por pilares redondos sentados en bazas de piedra.

Del edificio poco a espresado se desprende otro de mediagua dividido en tres

departamentos i una puerta ancha de dos hojas. Todo el edificio

(fs 16)

espresado de adobes, su techo de tablas i tejas i está en buen estado

Deudas activas

Page 84: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

84

Se pone por inventario ciento treinta i tres pesos cincuenta centavos que adeuda don

Demetrio José Chávez al interés del uno i medio por ciento mensual por el termino de un

año, según documento fechado en Angol primero de abril de mil ochocientos setenta i

nueve. En su respaldo tiene la diligencia siguiente. Páguese por mi a don Efraín Franco lo

que espresa el documento de la vuelta José Antonio Bravo.

Un vale o pagaré firmado por don Meliton Merino a favor J. Antonio Bravo por la cantidad

de seis pesos pagaderos en el mes de febrero de mil ochocientos setenta i ocho sin interés,

fechado en el Carmen agosto diez i seis de mil ochocientos setenta i siete

Tiene un abono de dos pesos con fecha diez de junio de mil ochocientos

(fs 16 v)

setenta i ocho i UScrito por José Luis Sabala

Un pagaré firmado a ruego de Timoteo Andrés por José Domingo Terán a favor de don

José Antonio Bravo por la cantidad de diez fanegas de trigo limpio puestas en el Molino de

Angol. Es condición de pagar el trigo al mejor precio que tenga en Angol en (No se

especifica) todo el mes de enero del presente año. Su fecha julio dieciséis de mil

ochocientos ochenta i tres.

Un pagaré firmado por don Lisandro Reyes a favor de don José Antonio Bravo por

veinticinco fanegas de trigo limpio a entregarlas en todo el mes de febrero de mil

ochocientos ochenta i cuatro en la bodega de Angol. Si no da el trigo en el plazo indicado

lo pagará al mejor precio que tuviere i a mas el uno i medio por ciento.

(fs 17)

Su fecha diciembre diez i seis de mil ochocientos ochenta i tres.

Uno ídem firmado por don Martín Pinilla a favor de don José Antonio Bravo por tres

fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de enero del presente año, es condición que en

caso de no dar el trigo pagarlo al mejor precio que tenga. Su fecha Cángulo Agosto doce de

mil ochocientos ochenta i tres.

Uno ídem firmado a ruego de Luciano Valdez por Vicente Contreras a favor de don José

Antonio Bravo por la cantidad de cinco fanegas de trigo, a entregarlas en todo el mes de

febrero de mil ochocientos ochenta i dos. Si no diese el trigo lo abono al mejor precio de

plaza i a pagar el uno i medio por ciento mensual como interés penal. Su fecha Bolihueico

noviembre cuatro de mil ochocientos ochenta i uno

Uno ídem firmado por Elías Navarrete

(fs 17 v)

a ruego de Juan Fernández a favor de don José Antonio Bravo por veintidós fanegas cuatro

aludes trigo limpio puestas en bodega de Angol en todo el mes de febrero de mil

ochocientos ochenta i uno. Si no diera el trigo lo abona al mejor precio i mas el uno i medio

por ciento de interés. Su fecha en Bolihueico junio veintitrés de mil ochocientos ochenta.

Uno ídem firmado por Ramón González a ruego de Francisco Sea a favor de don José

Antonio Bravo por cuatro fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil

ochocientos ochenta i puestas en la bodega de Angol. Si no diera el trigo a pagarlo al mejor

precio. Su fecha Bolihueico agosto de mil ochocientos setenta i nueve. No se espresa el día

de su otorgamiento

(fs 18)

Uno ídem firmado por Masdiaquino Olave a ruego de Benedicto no se espresa apellido, por

la cantidad de cinco fanegas de trigo a favor de don Antonio Bravo, a entregarlas en todo el

mes de febrero en Angol. Se compromete a pagar el interés del diez por ciento al mes si no

diera el trigo. Su fecha Bolehueico junio diez i seis de mil ochocientos setenta i ocho.

Page 85: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

85

Uno ídem firmado por Pablo Valdez a favor de don José Antonio Bravo por cuatro fanegas

de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i dos i puestas en

bodega del molino de Angol. Se compromete si no diere el trigo a abonarlo al mejor precio

i mas el interés penal del uno i medio por ciento mensual. Su fecha Bolihueico setiembre

veintiocho de mil ochocientos ochenta i uno.

Uno ídem firmado por Luis Menchaca a favor de don Antonio Rojas por la cantidad de

catorce fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i

siete

(fs 18 v)

puestas en bodega de Tomé. Si no cumpliere abonará el trigo al mejor precio que tenga en

ese puerto. Su fecha el carmen Julio tres de mil ochocientos setenta i seis.

Uno ídem firmado por Meliton Merino a favor de don Antonio Bravo por la cantidad de

tres fanegas trigo limpio pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i

ocho. Si no diera el trigo lo pagará al mejor precio de plaza i a más el interés del doce i

medio centavos mensual Su fecha Carmen Agosto dieciséis de mil ochocientos setenta i

siete

Uno ídem firmado por Eusebio Días a ruego de Patricia Arellano a favor de don Antonio

Rojas por dos fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos

setenta i cuatro. Si no pagase pagará el trigo al mejor precio de plaza. su fecha

(fs 19)

setiembre diecisiete de mil ochocientos setenta i tres

uno ídem firmado por Domingo Santander a favor de don José Antonio Bravo por el que

consta el arriendo de una yunta de bueyes por el termino de un año a contar desde el

primero de Marzo de mil ochocientos ochenta, obligándose a pagar por dicho arriendo

nueve fanegas de trigo puestas en la bodega molino de Angol en los meses de enero a

febrero del año ochenta i uno. Su fecha Bolihueico veinticinco de julio de mil ochocientos

ochenta

uno ídem firmado por José Luis Sabala a ruego de Fermín Cuevas a favor de don José

Antonio Bravo por la cantidad de cuatro fanegas trigo pagaderos en todo el mes de febrero

de mil ochocientos ochenta. En caso de no pagar abonará su valor en dinero al mejor precio

que tenga. Su fecha Bolihueico Agosto cinco de mil ochocientos setenta y nueve

uno ídem suscrito por Elías Navarrete

(fs 19 v)

a ruego de Mercedes Ormeño a favor de don Antonio Rojas por seis fanegas de trigo

pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i seis. Su fecha Carmen

Julio dieciocho de mil ochocientos setenta i cinco

Uno ídem firmado Salvador García a ruego de Alberto Luga a favor de don José Antonio

Bravo por cuatro fanegas de trigo pagaderos en todo el mes de febrero de mil ochocientos

setenta i nueve puestas en bodega de Angol. Su fecha Bolihueico octubre veintiuno de mil

ochocientos setenta i ocho

Uno ídem firmado por Vicente Contreras a ruego de Nicanor Hinostroza a favor de don

José Antonio Bravo por la cantidad de tres fanegas trigo pagaderas en todo el mes de

febrero de mil ochocientos ochenta. En caso de no pagar abonará su valor en dinero al

mejor precio de plaza. Su fecha Bolehuico octubre mes de mil ochocientos setenta i nueve

(fs 20)

Uno ídem firmado por Manuel Vilches a ruego a Nazario López a favor de don José

Antonio Bravo por cuatro i media fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de

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86

mil ochocientos setenta i nueve. Si no pagare abonará su valor en dinero al mejor precio de

plaza. Este documento no tiene fecha del día en que se otorgó

Uno ídem firmado por Pedro José Contreras a ruego de Transito Seguel a favor de don José

Antonio Bravo por seis fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de enero de mil

ochocientos ochenta i cuatro puestas en Angol. Si no diere el trigo paga su valor en dinero

al mejor precio. Su fecha Cángulo once de julio de mil ochocientos ochenta i tres. Corre

agregado a este documento una carta de don Lisardo Reyes por la cual se constituye fiador

del espresado Seguel por las seis fanegas de trigo que espresa dicho documento

(fs 20 v)

Uno ídem firmado por Demetrio Chávez a ruego de Pedro Sandro a favor de don José

Antonio Bravo por la cantidad de seis fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero

de mil ochocientos ochenta i cuatro. Si no pagara el trigo lo abona al mejor precio de plaza

i a más el interés del uno por ciento mensual. Su fecha Cángulo julio veinticinco de mil

ochocientos ochenta i tres este documento está afianzado por don Lisardo Reyes según

carta adjunta

Un recibo suscrito por José del Rosario Arias en que consta haber recibido de don Antonio

Bravo la suma de diez pesos según contrato que tiene firmado con el señor Bravo. Su fecha

Angol junio dieciséis de mil ochocientos ochenta i tres.

Ocho pesos que pagó don José Antonio Bravo por cuenta de D. José Rosario Arias por

trabajo de rose. Según consta de un papel firmado por Arias con fecha veintinueve de

agosto de mil ochocientos ochenta i tres

(fs 21)

Dos fanegas de trigo entregada por don Antonio Bravo a José del Rosario Arias según

papel fecha julio ocho de mil ochocientos ochenta i tres.

Diecisiete pesos que deuda José del Rosario Arias, según vale de fecha nueve de agosto de

mil ochocientos ochenta i tres

Cuatro almudes trigo que adeuda José del Rosario según papel julio treinta de mil

ochocientos ochenta i tres

Siete pesos cincuenta i ocho centavos que adeuda José del Rosario Arias según vales de

veintitrés de setiembre de mil ochocientos ochenta i tres. Este vale tiene una nota en que se

espresa haberse recibido por el mismo Arias i en veinticinco de setiembre del mismo año

ochenta i tres la suma de cinco pesos

Ciento cuarenta pesos que adeuda José María Sandoval de Yungai, que según razón dada

por el albacea recibió de don José Antonio Bravo a cuenta de vinos i aguardientes

(fs 21 v)

Títulos de propiedad

Uno en que consta que don José Antonio Bravo remató en publica subasta el sitio situado

entre la calle de Cañete i Tucapel de que antes se ha hecho mención. La escritura fue

otorgada en esta ciudad ante el finado escribano don Juan de Dios 2º Cid con fecha seis de

julio de mil ochocientos ochenta i uno i está inscrita en el registro de propiedad con fecha

diez de agosto del mismo año ochenta i uno

Uno ídem en que consta que don Gregorio Rubilar remató en compañía con don José

Antonio Bravo las siguientes hijuelas: la número quinientos setenta i cinco que comprende

trescientas veinte hectáreas i la numero quinientos setenta i seis que comprende quinientas

setenta i siete hectáreas.

(fs 22)

Page 87: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

87

según consta de la escritura de remate otorgada en Santiago ante el notario don Nicanor

Yaneti el diez de junio de mil ochocientos ochenta i uno. Estas propiedades están inscritas

en el registro de propiedad con fecha veinte de octubre de mil ochocientos ochenta i uno

Uno ídem en que consta que don Gregorio Rubilar remató en compañía de don José

Antonio Bravo las siguientes hijuelas: la número seiscientos veintiséis que comprende

doscientas sesenta hectáreas, i la numero seiscientos cincuenta i siete que comprende

cuatrocientas siete hectáreas. La escritura de remate fue otorgada en Santiago el trece de

junio de mil ochocientos ochenta i uno ante el mismo notario señor Yaneti

(fs 22 v)

Uno ídem otorgado en esta ciudad el cinco de marzo de mil ochocientos ochenta i tres ante

el escribano don Juan de Dios 2º Cid en el que consta que don Gregorio Rubilar vendió a

don José Antonio Bravo la parte o acción que le correspondía en tres hijuelas de terreno que

compro en compañía con Bravo al Estado en remate público según escritura otorgada en

Santiago ante el notario don Nicanor Yaneti. Este titulo esta inscrito en el registro de

propiedad con fecha veinte de marzo de mil ochocientos ochenta i tres

Un contrato suscrito por don José Antonio Bravo i don Gustavo Wegner, por el que consta

que el primero da en arriendo al segundo la

(fs 23)

hijuela numero doscientos treinta i ocho de doscientas sesenta hectáreas de superficie

situada en el lugar denominado Choque Choque de este departamento. El término del

arriendo es por tres años que concluirá el primero de agosto de mil ochocientos ochenta i

cinco. El canon de arriendo es a razón de un peso por cada hectárea al año que hace una

suma de total de doscientos sesenta pesos. Si se excediese del plazo abonará el señor

Wegner el interés del uno por ciento mensual. La fecha de este contrato es Angol, agosto

primero de mil ochocientos ochenta i dos.

No habiéndose dado razón de otros bienes que inventariar se terminó esta diligencia

quedando los enumerados a cargo i depósito del albacea don Gregorio Ruvilar, quien en

prueba de ello firma con los testigos don Aníbal Godoi, vecinos

(fs 24 )

Pide autorización para enajenar

Gregorio Rubilar, albacea i tenedor de los bienes de la sucesión de don José Ant. Bravo, a

US. digo: que según aparece del testamento que acompaño hai deuda testamentaria que

pagar i no se ha dejado dinero para ello, por cuya razón vengo en solicitar de US.

autorización suficiente para enajenar algunos bienes …con el objeto de cubrir dichas

deudas i atender a los gastos de inventario i …

Por tanto

US. Suplico se sirva proveer como he pedido

(fs 24 v)

Responde

Don Gregorio Rubilar albacea i tenedor de bienes de la sucesión de don José Antonio

Bravo solicita de US autorización para proceder a la enajenación de algunos bienes

muebles con el objeto de pagar deudas vencidas de la sucesión

(fs 25)

En los antecedentes acompañados no aparece constancia de que las deudas a que se

refiere el testamento de sean de plazo cumplido, pero esta circunstancia no impide de que el

hecho sea exacto como lo espone el albacea.

Page 88: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

88

El defensor que suscribe se ha propuesto como previa la cuestión de si el albacea tiene

necesidad de ocurrir a la autorización de US para ejecutar los actos a que se refiere en la

solicitud en dictamen i no encuentra la disposición leal que imponga esta formalidad

El art. 1293 del código civil determina la manera como debe proceder el albacea para el

pago de las deudas de la sucesión

(fs 25 v)

Debe ponerse de acuerdo con herederos o con US representantes legales, quienes asienten

la venta de bienes para hacer el pago o suministran al albacea el dinero necesario

Esto es todo lo que hai que hacer a juicio del defensor que suscribe, i en este caso

bien puede suceder que los menores o su representante opten por el segundo de los medios

indicados a fin de evitar la venta de bienes

Según el infrascrito el albacea podría presentarse pidiendo que se notificase al

representante de los menores a fin de que en un término

(fs 26)

prudencial expusiesen si le entregaban el dinero necesario para proceder en caso contrario a

la venta de bienes en la forma indicada por el citado Art. 1293

La circunstancia de ser el albacea tenedor de bienes con las facultades i obligaciones

del curador de la herencia yacente no altera las condiciones en que deben cumplirse estos

actos, especialmente reglados por la citada disposición del código.

No habiendo pues una disposición legal que exija para este caso la intervención

judicial conforme a los Art. 2 i 4 de la ley de 15 de octubre de 1875 el defensor nombrado

opina por que US lo declare así.

Angol agosto 20 de 1884.

(fs 27)

Pide se incluyan en el inventario que espresa la cantidad de veinte fanegas de ballico

Gregorio Rubilar albacea de la sucesión de don José Antonio Bravo a US digo: que he

tenido conocimiento que existen veinte fanegas de ballico en casa del finado Sr. Bravo i

que no fueron incluidos en el inventario que de los bienes de dicho tenor se hizo

Por tanto

A US pido se sirva ordenar se incluya esa partida de el inventario de mi referencia

(fs 28)

Se opone a la autorización que espresa

Delfina Bravo por si i a nombre de mis menores hermanos Claudina Cleofe Pascuala José

Antonio 2º i Gregorio Bravo, a US respetuosamente digo: que tengo conocimiento de una

solicitud presentada ante el juzgado de SS por don Gregorio Rubilar como albacea de mi

finado padre don José Antonio Bravo, por la cual pide autorización para vender bienes de la

testamentaria

No comprendo SS cual sea el fin que el señor Rubilar se propone al solicitar tal

permiso puesto que no hai para que vender el más insignificante inmueble de nuestros

bienes. Este procedimiento i varios otros me autorizan para creer que el señor Rubilar está

dispuesto a consumar una promesa que me hizo; que si no aceptaba el curador que me

propuso vendería por menos precio nuestros intereses i haría lo que a el le diera la gana

pues creo esta dispuesto llevar a cabo su venganza.

(fs 28 v)

Como el señor Rubilar no espone motivos justificados para vender parte de nuestros

bienes i no veo la necesidad que haya de hacerlo, vengo en oponerme a la autorización que

dicho señor solicita i

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89

A US suplico que se sirva tenerme por opuesta i no dar lugar a la venta de los bienes o

removientes que el señor Gregorio Rubilar trata de enajenar.

(fs 29)

La conclusión

Gregorio Rubilar albacea i tenedor de los bienes de la sucesión de don José Antonio Bravo,

a US digo: que se me ha notificado el traslado de una oposición al permiso que solicitó para

enajenar bienes de la sucesión aludida, con el objeto de cancelar deudas que constan del

testamento que acompañé a US

Hago presente al juzgado que tomado esa determinación por cuanto no tengo

conocimiento que hayan quedado fondos con que cubrir los créditos ya mencionados i que

si se me proporcionan no tengo interés alguno en la venta de bienes de la sucesión. No llevo

otro objetivo que cumplir con los deberes que me impone la lei.

Por tanto

A US suplico: se sirva dar por contestado el traslado i proceder como sea de justicia

(fs 29 v)

Responde

En el dictamen de 30 de agosto último corriente en el cuaderno de inventario de bienes de

la sucesión ha espuesto el defensor que suscribe su opinión sobre el punto de que se trata.

Los herederos o su representante legal solo pueden fundar oposición a la venta de

bienes por el albacea con el objeto de cubrir deudas de la sucesión suministrando a dicho

albacea los fondos necesarios con tal objeto

(fs 30)

No procediendo axial el albacea puede enajenar libremente alguna parte de esos

bienes sin necesidad de ocurrir al permiso judicial

El defensor cree que el procedimiento que debe seguirse es el indicado en el

dictamen referido consultando el interés de los menores

La incidencia debe ventilarse con el curador de los menores si lo tienen. En caso

contrario debe procederse a nombrarlo.

(fs 31)

Con las partidas de bautismo que acompaño piden se apruebe el nombramiento del curador

que proponen

Delfina i Pascuala Bravo por si US menores hermanos María Claudina María Cleofás,

Gregorio i José Antonio 2º Bravo i Franco a US decimos que como consta de una de las

partidas que acompañamos la segunda ha cumplido la edad de catorce años

Necesitando un curador que administre nuestros bienes por haber muerto nuestros

padres según consta de las partidas de defunción que corren agregadas al inventario

venimos en proponer a US para este cargo a don José Fidel Neira, persona de

responsabilidad i que esta dispuesto a prestarnos este favor.

En esta virtud

A US suplicamos se sirva haber por presentadas las partidas de bautismo de nuestra

referencia i aprobar el nombramiento del curador que proponemos i discernirle el cargo,

previas las formalidades necesarias

A ruego de Pascuala Bravo por no saber firmar.

(fs 32)

Demetrio José Leiva cura i vicario de la parroquia de Bulnes

Certifica que a fojas 91 del libro 9º de bautismo de este archivo parroquial se

registra la siguiente partida: en la parroquia de Bulnes a seis de junio de mil ochocientos

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90

sesenta i nueve yo el cura bautice bajo condición puse óleo i crisma a Pascuala del Carmen

de dos años hija legitima de Antonio B y de Santos Franco feligreses de esta parroquia

fueron padrinos Juan José Urive i Mercedes Seguel de que doy fe

Es copia fiel de la partida, de que doy fe – Bulnes 27 de agosto de 1884

Certifico que a fojas 114 de libro 11 de bautismo de este archivo parroquial

se registra la siguiente partida: en la parroquia de Bulnes a veintiséis de Mayo de mil ocho

cientos setenta i dos yo el cura bautice bajo condición puse óleo i crisma a María Cleofes

de tres meses hija legitima de Antonio Bravo i Santos Franco feligreses de esta parroquia

fueron padrinos Félix Franco i Pastora Pavez de que doy fe

Es copia fiel de la partida, de que doy fe. Bulnes 27 de Agosto de 1884 = Enmendado Félix

Franco vale

(fs 33)

Demetrio José Leiva cura i vicario de la parroquia de Bulnes

Certifico que a fojas 83 del libro 13 de bautismo de este archivo parroquial

se registra la siguiente partida

En la parroquia de Bulnes a seis días de mayo de mil ochocientos setenta i siete yo el cura

bautice bajo condición puse óleo i crisma a Mª Claudina de veinte días hija legitima de José

A Bravo i Santos Franco feligreses de este curato fueron padrinos Manuel Vilche i Mª Cruz

Valenzuela de que doy fe

(fs 34)

En el libro 4º de bautismo se encuentra la partida siguiente

En la parroquia de Angol a cuatro de Abril de mil ochocientos ochenta i cuatro puse óleo i

crisma a Gregorio de veinte i dos días de edad hijo legitimo de José Antonio Bravo i Santos

Franco padrino Miguel Segundo Rubilar doy fe José de la C Aravena

Esta conforme con su original

(fs 35)

Responde

Las menores adultas Delfina i Pascuala Bravo exponen que US padres han fallecido como

consta de los documentos que obran en el cuaderno de inventario de bienes de la sucesión i

solicitan de US que les nombre curador proponiendo para el efecto a son José Fidel Neira i

pidiendo que se confiera al propuesto el mismo cargo con respecto a US demás hermanos

menores

Atendiendo lo dispuesto en los art. 435 i 437 del Código Civil el defensor

nombrado encuentra por su parte aceptable la designación propuesta i considera que puede

US discernirle el cargo previa fianza calificada formalmente por US. Considera también

que es conveniente hacer extensiva la misma guarda a los menores impúberes, por cuanto

hai indivisión de patrimonio entre todos los hermanos.

Angol setiembre 2 de 1884

(fs 35 v)

Angol setiembre 5 de 1884

Vistos: atendidas las diligencias acompañadas i constando que las menores cuya guarda se

trata de constituir i de conformidad con lo que disponen los artículos 370 i 373 i 374 i 437

del código civil nombrase a don José Fidel Neira curador jeneral de las menores Delfina i

Pascuala Bravo i Franco, i tutor jeneral de las impúberes María Claudina María Cleofes,

Gregorio i José Antonio 2º Bravo i Franco concediéndole para el efecto todas las facultades

que el derecho le acuerda. Hágase saber al nombrado esta designación para que aceptando

Page 91: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

91

el cargo en forma i otorgando la fianza correspondiente, se otorgue el discernimiento del

caso general enmendado vale

(fs 37)

Por las razones expuestas renuncia el cargo a albacea que indica

Gregorio Rubilar, albacea testamentario de don José Antonio Bravo a US respetuosamente

digo: que no conviniendo a mis intereses continuar en el desempeño de mi cargo por no

podernos avenir con los menores hijos del citado don José Antonio i vivir yo en el

departamento de Bulnes i habiendo recibido de don José Fidel Neira la suma de

cuatrocientos noventa i seis pesos noventa centavos en un vale a la vista a que asciende

hasta hoy los gastos que me ha demandado la testamentaria i pagos que he hecho vengo en

hacer formal renuncia del cargo de albacea que ejercía i

A US suplico se sirva tener por aceptada mi renuncia i ordenar que doña Delfina Bravo i el

curador que ha propuesto se reciba de los bienes de la testamentaria según el inventario

levantado al efecto; sometiéndose para este fin la diligencia de entrega al juez de

subdelegación de los sauces.

(fs 38)

Ofrece hipoteca para que se le mande discernir la tutela i juraduría que

espresa

José Fidel Neira en el expediente jeneral a los menores Delfina, Pascuala, Claudina, Cleofa,

José Antonio 2º i Gregorio Bravo a US respetuosamente digo: que acepta la guarda que US

ha tenido a bien conferirme i a fin de que pueda discernírseme con arreglo a la lei, ofrezco

hipoteca de tres sitios i casa de mi propiedad situados en esta ciudad uno en la cale de

Villarrica otro en la de Cañete i el otro en la calle de Tucapel

Por tanto

A US suplico se sirva aprobar esta hipoteca, constituida en escritura publica la obligación

mandar extender la de discernimiento

(fs 38 v)

Responde

Para calificar el monto de la responsabilidad que represente la hipoteca de las propiedades

a que se refiere el curador se hace necesario que conste que estos antecedentes que tales

propiedades no tienen gravamen alguno lo cual US se servirá decretar que certifique el

notario conservador .

Y como no están suficientemente determinadas el curador los hará ante el notario

manifestando al mismo tiempo US títulos de propiedad con la constancia de estar inscritos

(fs 39)

Estos títulos los agregará también el curador a estos antecedentes para el efecto de

calificarlos i sin perjuicio de que en seguida le sean devueltos

Angol septiembre 10 de 1884

Como parece al defensor de menores haga constar el curador nombrado que los bienes que

ofrece hipotecar no están afectados por otros gravámenes pudiendo dar cumplimiento a esta

disposición con un certificado del conservador de bienes raíces

(fs 39 v)

Los bienes inmuebles que forman el patrimonio de los menores están garantidos con las

disposiciones de la lei, i por este motivo el defensor que suscribe solo ha tomado en

consideración el valor de los muebles que va a administrar el curador para calificar la

suficiencia de la garantía que ofrece

(fs 40)

Page 92: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

92

Hecha una evaluación prudencial de dichos bienes muebles como constan del inventario de

fs puede estimarse que representan a lo menos un valor de diez mil pesos a doce mil

La garantía consiste en la hipoteca de las dos propiedades a que se refieren las

escrituras acompañadas

Una de 18 de junio de 1880 por la cual don Víctor Gleissner vendió a don Fidel Neira una

casa i sitio ubicada en la calle Tucapel de esta ciudad por la suma de quinientos pesos

cantidad que está pagada según consta de la escritura de cancelación de 20 de junio de 1883

La otra de 17 de Abril de 1884 por la cual don Gustavo Wegner

(fs 40 v)

con poder suficiente de don Teodoro Wegner vende al mismo señor Neira una casa i sitio

ubicados en la calle de Cañete de esta ciudad en la cantidad de quinientos pesos también

pagados.

Ninguna de estas propiedades tiene gravamen según consta de los certificados anotados a

pie de los instrumentos respectivos.

Aunque el precio que aparece pagado por ellas es de quinientos pesos cada una, en el hecho

representan actualmente mayor valor sea por las mejoras introducidas, sea por el aumento

de valor de la propiedad urbana en Angol

Según datos averiguados por el defensor puede asignarse un valor de dos mil pesos a la

casa de la calle de Tucapel i de mil pesos a la de Cañete

(fs 41)

El monto total de la garantía ofrecida alcanza pues a tres mil pesos valor que como se ve no

guarda la debida i prudente proporción que debe haber con los bienes que el curador esta

llamado a administrar i por los cuales ha de responder a los menores

Es verdad que fuera de esta garantía especial el curador ofrece la de su reconocida

honorabilidad i la garantía que representan US demás bienes pero el defensor cree que es

necesario garantizar a los menores la conservación i administración de su patrimonio de la

manera mas eficaz que sea posible

Por este motivo estima este ministerio que la garantía

(fs 41 v)

ofrecida por don Fidel Neira para que se le discierna la guarda de los menores Bravo es

insuficiente i que US debe mandar ampliarla a satisfacción del juzgado.

(fs 42)

José Fidel Neira en el expediente sobre nombramiento de curador de los menores Bravo a

US respetuosamente digo: que creyendo insuficiente a fin de que se me discierna el cargo

de curador de las menores citadas la hipoteca que tengo ofrecida, ofrezco la fianza de mi

señor padre don Dámaso Neira

En esta virtud

A US suplico se sirva aceptar la fianza ofrecida i con su merito se me discierna el cargo de

curador de las citadas menores Bravo

(fs 42 v)

Responde

El defensor de menores acepta el aumento de garantía que se ofrece i es de opinión que US

mande discernir el cargo al curador.

La fianza debe ser solidaria i sin perjuicio de la hipoteca ofrecida anteriormente.

(fs 44)

Responde

Page 93: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

93

José Fidel Neira curador jeneral de los menores Delfina, María Cleofe Claudina, Pascuala,

José Antonio i Gregorio Bravo i Franco, constando el traslado que se me ha conferido de

una solicitud presentada por don Gregorio Rubilar albacea de don José Antonio Bravo, en

la cual hace renuncia del cargo que ejerce a US respetuosamente digo: que he consultado

tanto la voluntad de los menores que represento, cuanto el bien que puede reportar a la

testamentaria i no hallo inconveniente para que SS acepte la renuncia del señor Rubilar

En esta virtud

A US suplico: se sirva tener por contestado el traslado i dar por aceptada la renuncia del

cargo de albacea que hace el citado señor Rubilar

Angol Septiembre 24 de 1884

Autos i Vistos: con lo expuesto por las partes i de conformidad con lo que dispone el Art.

1278 del Código Civil se acepta a don Gregorio Rubilar la renuncia que hace del cargo de

albacea i tenedor de bienes de la testamentaria de don José Antonio Bravo cargo que le fue

conferido en el testamento del citado señor Bravo. Hágase saber

En lo general pide se le exima del cargo que ejerce al otrosí, su contenido

Gregorio Rubilar albacea i tenedor de bienes de la testamentaria de don José Antonio

Bravo, a US respetuosamente digo que habiendo hecho entrega de todos los bienes de la

citada testamentaria, según inventario, al curador de los menores don José Fidel Neira,

vengo en suplicar

US se digne eximirme del cargo de albacea i tenedor de los bienes de la referida

testamentaria de don José Antonio Bravo dejándome sin ninguna responsabilidad al

respecto

Otros: El curador de los menores Bravo se da por recibido de los bienes que constan del

inventario de la testamentaria del señor Bravos i firme conmigo el presente escrito en

prueba de aceptación

A treinta de octubre i a solicitud verbal de las interesadas tuvo lugar el comparendo a que

se refiere el escrito precedente con asistencia de los señores don Fidel Neira curador de los

menores hijos de José Antonio Bravo i don Rafael 2º Cerda, don Celestino Rivas, la menor

Pascuala Bravo i el defensor de menores,

don Beltran Malhieu. Interrogado el señor Neira acerca del objeto con que ha solicitado el

presente comparendo contesta que habiendo contraído recientemente matrimonio el señor

Cerda con la menor Delfina Bravo una de US pupilas creo oportuno i conveniente para los

intereses de US demás pupilos que el señor Cerda se haga cargo de la administración de los

bienes pertenecientes a las menores aludidas i de la guarda de su persona con el carácter de

guardador jeneral i que en consecuencia viene en proponer que se acepte la renuncia del

cargo que desempeña i se le disciestra al espresado señor Cerda, quien por su parte acepta

la indicación proponiendo desde luego como fiador a don Celestino Rivas.

El defensor de menores expreso que si bien no está fundada en la lei la excusa i renuncia

que presenta el señor Neira la considera aceptable en obsequio de los intereses de los

menores, porque siendo ahora el señor Cerda uno de los coparticipes de la sucesión de

Bravo por su matrimonio con la menor Delfina, es natural que dispense atención i cuidado a

los intereses de los otros menores. Por consiguiente acepta la sustitución propuesta como

también la fianza ofrecida en la persona de don Celestino Rivas i pide se provenga al nuevo

curador que excija del cesante la cuenta correspondiente i la entrega bajo inventario. El

señor Celestino Rivas declaró que esta dispuesto a rendir la fianza ofrecida i la menor

Pascuala Bravo manifiesta que es de su aprobación el cambio de guardador propuesto por el

señor Neira

Page 94: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

94

En atención a lo espuesto por los parecientes, atendido el dictamen del

defensor de menores i de conformidad con lo que disponen los Art. 370- 373, 374 i 375 del

código Civil se acepta la renuncia que hace don Fidel Neira del cargo de guardador general

de los menores Pascuala, María Claudina, María Cleofes Gregorio i José Antonio 2º Bravo

i Franco i se nombra para que lo reemplace en el mismo cargo a don Rafael 2º Cerda

concediéndole para el efecto las facultades que el derecho le concede con prevención que

antes de entrar en la administración de los bienes de los menores debe exijir del guardador

cesante cuanta instruida i documentada de su administración i armar el correspondiente

inventario. Redúzcase a escritura publica la fianza ofrecida previniéndose en ella que ha de

ser mancomunada i solidaria i fecho disciérnase al cargo en debida forma

Con lo cual se terminó el comparendo disponiendo el señor juez que el nuevo

guardador preste el juramento de estilo.

Le mande proceder a la confección del inventario que espresa al otrosí su contenido

Rafael 2º Cerda en las diligencias para proveer de guardador a los menores hijos de D J

Antonio Bravo, a US digo: que teniendo con arreglo al Art. 389 del C. Civil que proceda a

formar el inventario de los bienes cuya guarda se me ha confiado, según consta de la

escritura de discernimiento que acompaño

Suplico se sirva además se proceda por un ministro de fe a practicar dicha

diligencia.

Otros digo: que habiendo una parte de los bienes en la subdelegación de los Sauces, US se

ha de servir también autorizar al juez de ella para que proceda como tal ministro de fe en la

confección de este inventario, despachando al efecto la correspondiente carta por la

secretaria i acompañando originales las diligencias anteriormente practicadas.

Pide se le exima del cargo que ejerce

Fidel Neira curador general i tenedor de bienes de los menores hijos del finado don José

Antonio Bravo a US respetuosamente digo, que habiendo hecho entrega de todo los bienes

de la testamentaria del citado Bravo al nuevo curador don Rafael 2º Cerda suplico

A US se sirva eximirse del cargo de curador i tenedor de los referidos bienes dejándome sin

ninguna responsabilidad tomando en cuenta que mi sucesor Sr. Cerda se da por recibido de

los bienes que constan del inventario de la mencionada testamentaria. Para constancia i en

prueba de aceptación firma también el presente escrito

Testamentaria de José Antonio Bravo a Fidel Neira debe:

Agosto 9 2 s. cal para blanquear la casa esquina a 7.00

1

0

Dinero efectivo al albañil por blanquear la casa 10.00

Septiembre 5 Dinero dado a Doña Delfina Bravo para gastos de la

familia

10.00

1

4

Dinero pagado a María Teresa Burgos por crianza del

niño Gregorio durante mes i medio

10.00

1

9

Dinero efectivo dado a doña Delfina Bravo para gastos

de la familia

5.00

2

0

Dinero pagado por varios escritos presentados al

juzgado

21.15

2Dinero a Doña Delfina Bravo para gastos de la familia 5

Page 95: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

95

1 .00

2

1

Dinero efectivo enterado al albacea don Gregorio

Rubilar por varios gastos hechos por la testamentaria i

su honorario según planilla

496.90

2

5

Pago por notificaciones 1.5

2

9

Dinero a doña Delfina Bravo para gastos de la familia 2.00

Octubre 1

1

Dinero a doña Delfina Bravo para gastos de la familia 5.00

1

4

Pago al defensor de menores señor Mathieu por cinco

vistas

29.40

1

4

Por lo siguiente comprado para el fundo 1 ½ docª

repuestos para arados a 1$ 35 (24.30)

6 ruedas completas pª arados composturas de 8 arados

quebrados

24.30

12.40=

53.57

Noviembre 1

4

3 docª pernos pª arados a 2$40 docena

3 puntones a 1$50 c/u

7.20

4.50

1

5

3 libros comprados Diario Marzo i

1 chico para las cuentas

8.00

1 cuero vacuno para coyundas con peso de 74 ½ libras

a libra 12 ½

9.31

6 juegos herraduras para herrar caballos del fundo a

$40 juego

2.00

2 libras clavos herrar a 40$

80

1 quintal sal pª el fundo 1.40

2 quintales harina a 3$75 7.50

1

6

Dinero dado a doña Delfina Bravo pª gastos de la

familia

5.00

1

8

Varias mercaderías pª la familia según libreta entregada

a Doña Delfina Bravo

34.95

Pago en efectivo la cuenta del inventario a la

servidumbre

39.03

3

0

Pago en efectivo a los trabajadores empleados en

barbechos, siembras i quehaceres del fundo

75.60

2

9

Pagaré Feliciano Ortiz por nueve fanegas trigo a favor

de la testamentaria Bravo vence marzo de 1885

18.00

3

1

Pago de 450 tranqueras hechas para negocio por los

inquilinos del fundo Cángulo a 10 $ 100

45.00

1

3

Pago un mes de trabajo al campañista Gregorio Torres 8.00

Pago un mes de trabajo al campañista Juan Rubilar 8.00

1

3

Pago un mes al triguero Juan Muñoz 4.00

fs 52

fs 53

Page 96: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

96

Pago un mes a Juana Lagos por crianza del niño

Gregorio

4.00

Dinero efectivo dado a cuenta de su sueldo al

mayordomo Hilario Sepúlveda

65.00

Una fanega de diez almudes cebada para manutención

de un caballo en pesebrera

6.60

Mi honorario estimado en 100.00

Haber

Víveres ocupadas en trabajos de cuarenta i tres cuadras barbecho, cereales sembrados,

validos a los trabajadores, ocupados por la familia Bravo i existencia

Trigo

Invertido en trabajos 4 sacos

Valido

Juan Navarrete 1

Cesilio Campos ¼

Félix Ortiz 1

Juan Muñoz 1

Pedro Contreras 1

Pagado

María Teresa Burgos por crianza del niño

José Gregorio

1

Jesús Zapata por cuidados a doña Santos

Franco durante su enfermedad

1

Entregado a la familia Bravo para su

consumo

2

Existencia 47 ¾ Según inventario 60 sacos

Arvejas

Sembradas 4 sacos

Noviembre 12 Dinero recibido de don

Rafael 2º Cerda en un

cheque

800.00

Dinero efectivo recibido

de Eustaquio Santos en

cancelación de su deuda

de dinero en inventario

5.20

Dinero recibido de

arriendo de tres piezas

habitación de don José

Manuel Garzo

25.00

Por saldo 280.61

1.110.84 1.110.84

1 Saldo debe 280.61

Page 97: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

97

Invertidas en los trabajos 3 según inventario 2

Existencia 6 recibidos de F Fernández 11

Porotos

Invertidos en trabajo 1 saco

Invertidos por la familia Bravo 3

existencia 3 según inventario 7

Papas

Invertidas en trabajo 1 saco

sembradas 3

Ocupadas por la familia Bravo 3

Podridas 2 según inventario 9

Maíz

Invertido en trabajos ½ saco

Existencia 1 ½ según inventario 2 sacos

Ballico consumido en los animales 10 sacos

Ballico 10 según inventario 20 sacos

Ganado ocupado por la familia Bravo, ocupado para los trabajos muertos por

enfermedades, cazados por el león

Lanar

Ocupado por la familia Bravo 9 corderos

Ocupados para los trabajos 2 corderos

Cazados por el león

Cordero 1

Ovejas 2 ovejas

Existencia

Ovejas 50

Carneros padres 2

Corderos 39

105 según inventario 93

Cerdos

Ocupados por la familia Bravo 4 chanchos matanza

Ocupados para los trabajos 3

Muertos por enfermedades 29 al pie

Muertos por don Pedro Muñoz Pelele 3 matanza

Existencia chanchas paridas 4 paridas

Chanchos al pie 5 al pie

Chancho reproductor 1 reproductor

Chanchos de matanza 21 matanza

70 según inventario 36

Octubre 6 Con esta fecha se perdió un buey del fundo Cángulo como lo asevera el juez de

los Sauces en 24 del mismo mes

Angol, Noviembre 27 e 1884

(fs 56)

(fs 55)

Page 98: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

98

Recibí de Don Fidel Neira la cantidad de diez pesos importe del blanqueo de la casa de la

sucesión de don Antonio Bravo

Angol Agosto 10 de 1884

(fs 57)

Don José Fidel Neira al que Suscribe Debe

Por una escritura de hipoteca a favor de los menores Bravo i Franco su inscripción i papel

7.00

Por una id de fianza i papel 7.00

Por una id de Discernimiento del cargo de curador i tutor de los mismos menores

5.55

Por dos certificados de no tener gravamen las propiedades hipotecadas a los menores

1.60

Suma Total 21.15

Asciende la presente cuenta a la suma de veinte i un peso quince centavos

Angol Setiembre 15 de 1884

Cuenta de los gastos que ha hecho el que suscribe como albacea de don José Antonio Bravo

Por dinero pagado a don J Fidel Neira 225

Por una misa gregoriana 60

Por entierro i misa de la finada Santo 12

Dado a Hilario Sepúlveda para gastos

particulares de la familia Bravo

31

Id a doña Delfina Bravo para id 30

Pagado por todas las diligencias de

inventario

3335

Id al abogado señor Larenas por escritos i

consultas diversas

50

Por la fe de muerte de ambos difuntos 2

Por tres viajes desde Bulnes a esta, incluso

los demás gastos personales en esta

3890

Pagado a los sirvientes 21

Id al secretario 375

En papel sellado i estampillas 460

Suma total 511,60

Recibí por cuenta de la testamentaria de

don Gustavo Wegner como arrendataria

de una hijuela de terreno en Choque

Choque

100

Saldo a mi favor 411,60

Haciende la presente cuenta a la suma de cuatrocientos once pesos sesenta centavos

Recibí de don Fidel Neira como curador de los menores hijos de D José Antonio Bravo un

peso cincuenta centavos por derechos de tres notificaciones hechas en las diligencias para

nombrarse curador

Angol sep 26 de 1884.

recibí de don José Fidel Neira la cantidad de veinte cuatro pesos 10/100 por la siguiente:

compostura de 8 arados quebrados $12 - 40

Page 99: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

99

3 docenas de pernos para los arados 7 - 20

3 puntones a $1 – 50 4 – 50

Suma 24 – 10

Angol Octubre 14 de 1884

Recibí de don J. Fidel Neira la cantidad de nueve pesos 31 /100 importe de un cuero vacuno

con peso de 74 ½ libras a 12 ½ c/u

Angol, Octubre 15 de 1884.

Lista de los trabajadores del fundo Cángulo en cuarenta i tres cuadras de barbecho, arvejas

sembradas, papas id i otros trabajos

Mes de Setiembre 1884

Cruz Burgos 15 ½

días

a 20 c 3.10

Lorenzo Urra 9 1.80

Adolfo Santos 7 1.40

Santos Ortiz 4 ½ 90

Marcelino Navarrete 3 ½ 70

Cesilio Campos 3 ½ 70

Bautista Díaz 4 30 c 1.20

Silverio Lagos 6 1.80

José Ma. Burgos 5 ½ 1.65

Pedro Sandoval 4 ½ 1.80

Juan José Arias 4 ½ 1.80

Antonio Rosales 3 90

Cristina Cárdena cocinera 1.50

Gregorio Torre 30 30 c 9.0

Mes de Octubre 1884

Cruz Burgos 20

días

20 c 4.0

Lorenzo Urra 14 ½ 2.90

Adolfo Santos 17 3.40

Santos Ortiz 11 ½ 2.30

Marcelino Navarrete 17 3.40

Cesilio Campos 16 3.20

Bautista Díaz 5 30 1.50

Silverio Lagos 6 1.80

Gregorio Torre 8 2.40

José Mª Burgos 6 1.80

Juan José Arias 14 4.20

Pedro Sandoval 1 ½ 45

Pedro Contreras 1 ½ 45

Andrés Contreras 1 ½ 45

Juan Navarrete 1 ½ 45

Al frente de la vuelta $60.95

Suma de la vuelta $ 60.95

Santiago Santos 13 30 c 3.90 (fs 64)

Page 100: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

100

días

Andrés Rosales 5 1.50

José Mª Rubio 6 1.80

Juan de Dios Díaz 6 1.80

Felipe Rubio 6 1.80

Florencio Andrade 8 2.40

Enrico Pinilla 4 1.20

Octubre 30 de 1884 $75.60

Tranqueros

hechos

Pedro Contreras 250 10 /100 25.00

Juan Navarrete 100 10/100 10.00

Ramón Navarrete 100 10/100 10.00

Cancelados 120.60

Pagaré desde la fecha en todo el mes de marzo del año mil ochocientos ochenta i cinco a la

orden i disposición de la testamentaria José Antonio Bravo la cantidad de nueve fanegas de

trigo limpio, seco, bueno puestas en las casas del fundo Cángulo a la satisfacción del

curador jeneral de la testamentaria. En caso no dar cumplimiento al plazo estipulado

abonare el trigo al mejor precio en Angol con los intereses del año por cuenta al mes desde

el vencimiento hasta su total cancelación, sin dar lugar a la ejecución; respondiendo al

efecto con todos mis intereses habidos i por haber en toda forma de derecho sometiéndome

a la jurisdicción de mi acreedor

Angol, Octubre 29 de 1884

Con esta fecha se ha presentado el administrador de don Fidel Neira dueño del fundo

Cángulo con cuatro testigos los que juramentados dicen: que en los primeros días del

presente mes se perdió del fundo ya mencionado un buey pardo con la marca que al

margen se espresa i a demás es desastado de una hasta. Los testigos son inquilinos del

mismo fundo i US nombres son como sigue, Luis Zabala, Eustaquio Santos, Lorenzo Urra,

i Pablo Santos.

Para lo que le doy al portador de esta Hilario Sepúlveda para los fines a que aya lugar

Los Sauces, Octubre 24 de 1884

Recibí de don Fidel Neira la cantidad de sesenta i cinco pesos en efectivo a cuenta de mi

sueldo

Angol Noviembre 12/84

Señor

Fidel Neira

Acuso este recibo por tres sacos papas tres sacos porotos ocupados en el con sumo de la

familia i diez sacos ballico consumidos por los animales i aves

Angol noviembre 10 del 1884

Pide se aprueben las cuentas acompañadas

Rafael 2º Cerda en las diligencias para proveer de guardador a los menores hijos de D. j.

Antonio Bravo, a US digo: que el guardador cesante se ha presentado al juzgado pidiendo

que se le declare exento del cargo, haciendo presente que yo me daba por recibido de los

bienes que constaban del inventario de la testamentaria. Pero a esta petición no se

acompaño por nuestra parte la cuenta de la administración que debe ser aprobada por US.

Page 101: ANDES DEL SUR Nº 1 2010

101

Para subsanar esta falta acudo ahora al juzgado acompañando al efecto el balance que me

ha sido pasado por el Sr. Neira debiendo advertir a US que todas las partidas que en él se

asientan están completamente comprobadas i no tengo por mi parte objeción alguna que

hacerles

En consecuencia

A US suplico se sirva aprobar las cuentas de que he hecho referencia i acceder a lo

solicitado anteriormente.

Cángulo Noviembre 24 de 1884

En la subdelegación de los Sauces veinte i cuatro de Noviembre del año mil ochocientos

ochenta i cuatro en cumplimiento del mandamiento que antecede, me trasladé al lugar

denominado Cángulo de esta subdelegación donde está ubicado el fundo

De la sucesión del finado José Antonio Bravo i demás intereses e inmediatamente exigí del

señor Fidel Neira me hiciera entrega de dichos bienes los que en el acto se me presentaron i

he procedido a la confección de inventario solemne que se me encarga de la manera

siguiente

Bueyes de buena calidad 77

Bacas paridas 15

Baquillas paridas 10

Bacas mostrencas 3

Baquillas de dos años 12

Novillos de dos años 6

Toro de Matanza 1

Toro de dos años 1

Terneros de año 14

Caballos de montura regulares 3

Caballos para el servicio de mozo 4

Id inútil 1

Yeguas mansas 3

Potrillo de año 1

Mulares de silla 3

Ovejas 50

Carneros padres 2

Cordero sin señal 39

Chanchas paridas 4

Chanchos al pie 5

Un chancho reproductor 1

Chanchos de matanza 21

Una maquina trilladora con Uso de siete años en mal estado.

Esta sistema Pitt

1

Un malacate de seis palancas para el movimiento de la maquina

en mal estado

1

Una maquina armadora sistema bobis 1

Juzgado de la 9ª seccion del

territorio de Angol

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102

Una romana de plata forma en buen estado 1

Arados americanos nº diez i nueve i medio 7

Arados doble cero en mal estado 6

Nueve arados del país con US respectivas puntas 9

Puntones para los mismos arados 3

Yugos con coyundas 14

Cabestros de látigo en mal estado 4

Hachas en buen estado 5

Chuzos de fierro 2

Horquetas de fierro 3

Cadenas de fierro 3

Palas de fierro 3

Palas de madera 3

Azuela 1

Serrucho 1

Barreno 1

Taladro ….. mechas 1

Un rifle sistema Gras 1

Un rifle sistema Remigton 1

Un fusil de fulminante 1

Olletas de fierro dos chicas i dos grandes 4

Un balde de latón 1

Betas en mal estado 8

Molinillo para moler tostado en buen estado 1

Asierras en mal estado 2

Carretas emparbadoras 18

Carretas de rayo de un metro de alto, eje de fierro en mal

estado

6

Carretas de rayo eje de palo en mal estado 3

Sacos trigo con peso de cien quilogramos cada uno 47 ¾

Sacos fréjoles 2

Sacos arvejas 6

Sacos vacíos 19

Rastras de clavos 2

En Lluequen trigo sembrado fanegas 6

En Cángulo sembrado id 117

Trigo sembrado en medias Con Eustaquio Santos fanegas 6

Id José María Iturra 7

Id Feliz Ortiz 23

Id Rosario Areas 22

Una montura con carolo suela, una lama, un freno i un par

riendas, todo en mal estado

1

Un par espuelas fierro 1

Una silla para niño aperado en regular estado 1

Una silla de señora con todo su apero en buen estado 1

Una cuerda de cáñamo para medir cuadras 1

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Un catre de madera ordinario 1

Una caza de madera 1

Ranchos de paja 3

Un galpón para guardar paja 1

Dos fundos en Cángulo 891 hectáreas

Fundo Choque Choque 260

Doña María Rosa Iturra debe a la testamentaria sin documento

fanegas de trigo de plazo vencido

12

Pedro Melo debe a la misma testamentaria también sin

documento fanegas de trigo

3

Eustaquio Santos debe a la misma fanegas trigo 16

Mas en dinero 5.20

Feliz Ortiz debe siete fanegas menos siete litros de trigo para

loas cosechas próximas

7 - 7 litros

José María Urra debe también cinco fanegas trigo para las

cosechas venidera

5

Secilio Campos debe doce fanegas trigo id para las mimas

cosechas i doce pesos veinte un centavo en dinero

12

La testamentaria debe a la servidumbre en dinero $59.03

También debe la misma testamentaria al mayordomo Ilario

Sepúlveda por su servicio personal

25 fanegas

Sacos de maíz 1 ½

Un nivel de albañil 1

Los animales de que consta el presente inventario están marcados con la margen que va

figurada al marjen

Estando terminado el presente inventario, he hecho entrega general de todos los bienes que

en el se enumeran al señor Rafael 2º Cerda quien se da por recibido de ello i firma conmigo

i los testigos que suscriben de quien doy fe.

En Angol a doce de diciembre de mil quinientos ochenta i cuatro en cumplimiento del

decreto fecha diez de Noviembre próximo pasado corriente a f 79 vuelta puse en posesión

real i efectiva a don Rafael 2º Cerda como curador general de los menores hijos de don José

Antonio Bravo de los bienes inventariados desde fojas 14 vuelta a fojas 23 inclusive de

estos antecedentes como excepción de tres sacos papas, tres ídem porotos i diez ídem

vallico, que la heredera doña Delfina Bravo había usado en el consumo de la familia i los

diez sacos vallico en los animales i aves, según el recibo de fojas 73 quedando el señor

Cerda impuesto de cada una de las especies de que hace merito dicho inventario.

Para constancia firma la presente diligencia

Responde

Don Fidel Neira se ha presentado entre US pidiendo que se aprueben las cuentas de su

administración como curador de los menores hijos de don José Antonio Bravo.

En la misma solicitud don Rafael 2º Cerda, nuevo curador de dichos menores, declaró que

aceptaba la cuenta de su antecesor sin reparo alguno.

El defensor de menores nombrado pidió que, para dictaminar se presentasen dichas cuentas

en forma sometiéndolas a la aprobación de US.

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En cumplimiento de lo resuelto por US ha presentado el curador las cuentas documentos i

inventarios que corren desde fs 57 hasta fs 79

Habiendo examinado el defensor dichos antecedentes practicado la confrontación de los

inventarios i encontrado justificadas i explicadas las diferencias con las cuentas i

documentos agregados es de opinión que US se sirva prestarles su aprobación dejando

exento de responsabilidad a don José Fidel Neira como lo solicita conforme a los Art. 422 i

423 del código civil.