retos del islam en el siglo xxi (abdennur prado)

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  • 8/18/2019 Retos Del Islam en el siglo XXI (Abdennur Prado)

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    Los retos del Islamante el siglo XXI

    Claves de la situación del Islam en el mundoy sus perspectivas de futuro

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    Los retos del Islamante el siglo XXI

    Claves de la situación del Islam en el mundoy sus perspectivas de futuro

    Abdennur Prado

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    5

    © Editorial Popular, Madrid, 2011

      C/ Doctor Esquerdo, 173. 6.º Izqda. 28007 Madrid  Tel: 91 409 35 73 Fax: 91 573 41 73

      E–mail: [email protected]

      http://www.editorialpopular.com

      Diseño de colección: José Luis del Río

      Imprime:

    I.S.B.N.: 978-84–7884– 

      D. L.:

    Printed in Spain – Impreso en España

    Cualquier forma de reproducción, distribución pública o transformación de esta obra

    sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

    Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos – ww w.cedro.org),

    si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Índice

    Palabras previas | 7

    Primera clave

    Una religión en expansión | 15

    Segunda clave

    Una religión perseguida | 39

    Tercera clave

    La manipulación de los estados | 77

    Cuarta clave

    Pervivencia del Islam tradicional | 101

    Quinta clave

    La re-islamización | 121

    Sexta clave

    Post-islamismo | 149

    Séptima clave

    Potencialidades del Islam | 181

    Despedida | 201

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    Palabras previas

    Bismil-lâh ar-Rahman ar-Rahim

    Resumir la situación y los retos del Islam a principios del sigloXXI es la ardua tarea que nos hemos propuesto en este libro. Las

    insurrecciones árabes de principios del año 2011 han propiciadouna nueva mirada sobre esta parte del planeta. De repente, desdeoccidente muchos han descubierto unas sociedades descontentascon un orden de cosas que les viene impuesto, sociedades jóvenesy políticamente conscientes, que reclaman democracia, derechosciviles y sociales, capaces de poner en marcha una insurrección pa-cífica e interreligiosa, con una alta participación de las mujeres. Yano podemos seguir hablando del “mundo islámico” como un todomonolítico que describir en blanco y negro. Se hace necesaria unacomprensión de los procesos internos que supere la mirada euro-céntrica, tan connotada por el orientalismo. Este libro pretendeser una modesta contribución en esta dirección, un instrumentoque ayude a comprender la complejidad y el dinamismo del Islamen el siglo XXI.

    Hablar de la situación del Islam implica referirse a las tensio-nes inherentes a la globalización, a la creciente desterritorializa-ción del llamado “mundo islámico”, con una importante presenciamusulmana en zonas culturalmente cristianas, budistas o hinduis-tas. No existe actualmente ningún país en el mundo en el cual el

    Islam no esté presente (a excepción, tal vez, del Vaticano). El Islamse ve influenciado por múltiples contextos; de ahí la inabarcable

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    Palabras previas

    variedad de sus manifestaciones. La creciente importancia de lastelecomunicaciones pone en contacto zonas del planeta hasta hacepoco aisladas entre sí, con lo que ello significa de influencias mu-

    tuas. Al mismo tiempo, el Islam tiene que afrontar los intentostotalitarios de transformarlo en una religión de Estado, al serviciode intereses políticos y de clase, que no dudan en utilizar la Sha-ria como instrumento represivo, en crear una burocracia religiosa,relegando las tradiciones locales a un segundo plano, y quitando alIslam su fuerza espiritual y revolucionaria.

    Al margen de las limitaciones a la libertad de expresión im-puestas en algunos países, dentro del Islam todo está en juego, todose discute. Podemos encontrar a miles de intelectuales musulma-

    nes en los cinco continentes, que se encuentran y debaten en forosinternacionales. Las tendencias emergentes en un contexto estánen decadencia en otro, incluso dentro del mismo territorio. Con-tinua el proceso de reIslamización de las sociedades musulmanas,que se aferran al Islam, a veces más como una señal de identidadque como un camino de desarrollo personal o de liberación pro-piamente dicho. Los regimenes laicos han degenerado a menudoen dictaduras más o menos encubiertas, casi todas ellas al serviciode los intereses económicos de occidente. Las promesas del Islampolítico no han situado a los países en los cuales han sido aplicadasa la vanguardia de la civilización, ni mucho menos, de modo quetotalitarismo e Islam político (Islamismo) se presentan hoy comosinónimos para millones de personas.

    El fundamentalismo religioso se presenta como el mejor alia-do de la globalización corporativa, divulgando una visión machistay represiva del Islam, que mantiene a las poblaciones alienadas delas verdaderas problemáticas que les afectan. El inmovilismo y losdiscursos inocuos de los Estados y de las instituciones religiosasoficiales contrasta con la efervescencia de la sociedad civil. Pero

    esta se ve atrapada en una red de problemas económicos, políticosy sociales cuya solución no parece fácil ni cercana. De ahí lo apasio-

    nado de los debates sobre el secularismo y el papel de la religión enuna sociedad contemporánea. A pesar de todo, el Islam tradicionalsigue vivo, dando sentido a la vida de millones de personas, some-

    tido a tensiones que lo ponen a prueba y lo obligan a buscar nuevassoluciones. Nos encontramos con movimientos de reforma o deretorno al Islam tradicional, a través de los cuales cientos de milesde personas tratan de vivir su espiritualidad.

    El terrorismo perpetrado (supuesta o realmente) en nombredel Islam ocupa el primer plano de la política internacional, velan-do al Islam y asociándolo a la barbarie, el terror, la intransigencia.Al mismo tiempo, la llamada “guerra contra el terrorismo” es uti-lizada por estados dictatoriales para perseguir a disidentes. Resul-

    ta doloroso ver como los musulmanes son perseguidos a lo largodel planeta, encontrándonos con situaciones extremas en Birma-nia, Cachemira, Chechenia o Palestina. Estas tragedias colectivasnos ofrecen un cuadro desgarrado de la condición humana y de lacrueldad de la política contemporánea: la modernidad se expresapara muchos musulmanes en forma de genocidios y de destruc-ciones, de desarraigo generalizado. Encontramos también casosen los cuales poblaciones musulmanas son perseguidas por otrosmusulmanes, como en Darfur (Sudán) o en el Sahara (Marruecos).A todo ello se suma el auge de la Islamofobia y de las discrimi-naciones que sufren los musulmanes en occidente: la Islamofobiano es un mero temor irracional sino una ideología inducida desdeimportantes think tanks, universidades y mass media, con objetivospolíticos precisos. En conjunto, los musulmanes viven una épo-ca de efervescencia intelectual y religiosa, de convulsión por lastragedias señaladas y de tristeza por ver el Islam hundido bajo losescombros de la historia, sintiendo cada vez más lejanas su épocadorada, cuando los musulmanes se situaron al frente de la civiliza-ción universal en prácticamente todos los campos del saber y de

    la ciencia. La brecha entre las potencialidades del Islam y la crudarealidad de los países de población musulmana se hace cada vez

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    Palabras previas

    más evidente, creando una brecha insalvable entre el Islam idea-lizado de los predicadores y la realidad política y social de millo-nes de musulmanes y de musulmanas en el mundo: subdesarrollo,

    analfabetismo, puritanismo, despotismo, machismo, oscurantismoreligioso

    Al mismo tiempo, las insurrecciones árabes del 2011 nos hanmostrado la otra cara de esta realidad: la de unas poblaciones diná-micas y conscientes de su situación, que luchan por el cambio. Setrata de un movimiento que aspira a una transformación profunda.De ahí el slogan recurrente:al-shaab yurid isqat annizam (“El puebloquiere derrocar el sistema”). Los jóvenes y los trabajadores árabesson conscientes de la naturaleza del mal que les oprime. La tiranía

    no es solo militar, sino también económica, incluso espiritual. Latiranía militar es solo la cobertura de la tiranía más feroz: la delneoliberalismo, los dictados del Fondo Monetario Internacional,la pobreza acuciante, la precariedad y la burocratización crecientede la vida. Y estas son el resultado de la destrucción del ser humanocomo criatura abierta a Al-lâh y a la Última vida, su reducción auna mera fuerza de trabajo en un engranaje pensado para esclavi-zarlo. La negación del fin último del ser humano.

    El Islam no constituye la ideología de las insurrecciones. Yprecisamente esto le permite actuar como motor de cambio. Nohay que olvidar que el rechazo de la opresión y la lucha contra lainjusticia social forman parte de las enseñanzas del Islam, así comola prohibición de la usura, de los monopolios, de la acumulación dela riqueza Todo ello repugna profundamente al musulmán, es algomuy presente en el lenguaje de la calle. Ahora bien, esta inciden-cia del Islam trasciende lo meramente ideológico, no se imponenecesariamente a través de ningún partido, ni a través de ningúnlíder mesiánico. En este sentido nos damos cuenta de que se hasuperado la vieja retórica Islamista, que pretendía que la aplica-

    ción anacrónica de la jurisprudencia islámica tradicional (que ellosllaman, abusivamente,Sharia) traería la solución de todos los pro-

    blemas. Al mismo tiempo, se pone en evidencia la lejanía de pueblorespecto al discurso conservador y quietista de la Universidad deal-Azhar, siempre al servicio del poder. Nos situamos en una nueva

    perspectiva, la de un Islam liberador, liberado de la tiranía, capazde devolver al ser humano a su condición de califa de la creación.

    Nos hallamos ante el estallido de una nueva generación demusulmanes y de musulmanas, conscientes políticamente, que nose dejan engañar ni por la retórica islamista, ni por las mentiras delos gobiernos occidentales. Solo nos queda desear que esta claridadde ideas se extienda a su propia vivencia del Islam, que los conduz-ca a recuperar los elementos libertarios del Islam. Si esto es así,hay motivos para la esperanza.

    Resulta claro que tratar de resumir esta variedad de temasen un libro es una tarea descabellada. Todos ellos han sido objetode estudios pormenorizados a cargo de especialistas. Partiendo deesta imposibilidad, nos contentaremos con ofrecer una serie declaves para entender la problemática del Islam contemporáneo,que nos ayuden a contextualizar algunos de los principales deba-tes y conflictos. Muchos de los factores que mencionaremos sonsociológicos y políticos antes que religiosos, pero condicionan losdebates estrictamente religiosos sobre cual debe ser el futuro delIslam. Debates, la mayor parte de las veces apasionados, sobre elpapel que la religión debe jugar en la vida de los musulmanes y muyespecialmente en las esferas política, económica y social. Debatessobre la vigencia de la Sharia y el respeto a las minorías religiosas ysexuales, o sobre la justicia de género. Debates que han traspasadoel marco del Islam y que afectan a ciudadanos de todo el mundo,especialmente ante la emergencia de una sociedad civil planetar ia,y su apelar a valores compartidos (¿universales?) para hacer fren-te a los retos de la humanidad en el presente: el hambre de 950millones de personas, las crecientes desigualdades económicas, la

    explotación del sur por parte del norte y la destrucción del me-dio ambiente. Productos del nuevo liberalismo planetario que se

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    Palabras previas

    apoya en la cultura de la guerra y en la tiranía del papel monedapara imponer la ley cruel del monoteísmo del mercado. Frente aesta situación los musulmanes buscan en el Islam una respuesta, se

    esbozan nuevas perspectivas y se señala a la colaboración entre elIslam y el movimiento altermundista. El feminismo islámico y lateología islámica de la liberación dan cuenta de esta lucha.

    El libro se vertebra en torno a siete ideas clave. Estas puedenconsiderarse transversales, afectan en mayor o menor medida atodos los musulmanes, y determinan la situación del Islam en laprimera década del siglo XXI, de modo ineludible, más allá de ladefinición ideal que los musulmanes hagamos de nuestra religión.La última de las claves es la propia potencialidad interna del Islam

    como religión revelada para afrontar los retos del presente, con susentido comunitario y su apelo al esfuerzo de superación ( yihad ),su ecologismo intrínseco, su sentido profundamente arraigado dela solidaridad y su rechazo de la injusticia social y de la tiranía. Algoque ha dado quebraderos de cabeza a los gobernantes en tierrasmusulmanas desde que el profeta Muhámmad (paz y bendiciones)lanzase su mensaje revolucionario, hace ya catorce siglos, y quesigue emergiendo de modo incontrolado aquí y allí, de forma pa-cífica o violenta, con una fuerza que nos sobrecoge y que reclamacada vez más la atención. Pero, por encima de todo, el Islam nosabre a las dimensiones más profundas de nuestro propio ser, haciala conciencia de nuestro origen increado y el recuerdo de lo ante-rior a nuestro propio nacimiento.

    Exploraremos brevemente aquellas ideas-fuerza propias de lacosmovisión islámica que consideramos nos ofrecen la posibilidadde desarrollos creativos, en la dirección de recuperar la fuerza delIslam como paradigma de futuro. Hablamos de valores democrá-ticos y ecológicos, del califato como responsabilidad individual decada musulmán y musulmana, del llamamiento al uso de la razón

    y al pensamiento crítico, del yihad  del espíritu y la idea, en su bús-queda de la excelencia. No tenemos dudas de que el Islam contiene

    las potencialidades internas para un nuevo nacimiento, elevar a loscreyentes por encima de las circunstancias actuales. Pero esto pasapor una reforma radical, no únicamente la reforma de unas leyes

    obsoletas, sino el replanteamiento de toda la tradición: como se haleído la vida del profeta, el concepto de revelación, la dimensióncomunitaria. A principios del siglo XXI se habla de recibir el Corány no de interpretarlo. Se habla de abrirse a la Palabra que descien-de en forma de libro revelado. Entregarse, buscar respuestas en elnúcleo sacro del Islam, en el cual el contacto entre Al-lâh y laumma se realiza a través de la palabra revelada a Muhámmad, paz y ben-diciones, y transmitida por este al resto de los musulmanes. Todoesto es lo que voy a tratar de desarrollar en las próximas páginas.

    Toda obra humana no es sino humo de un ego destinado aperderse en un pozo sin fondo, a no ser que sea realizada comoun acto de conciencia. Somos conscientes de esto, sin embargo, laescritura de este libro se nos ha presentado como una necesidad,relacionada con nuestra vivencia como intelectual musulmán eu-ropeo en el siglo XXI, obligado a contestar una y otra vez las mis-mas preguntas sobre los mismos malos entendidos. Este libro seinserta en una larga tradición, en la necesidad de repensar el Islamen base a nuevas circunstancias. No es una meditación realizadadesde la academia, ni pretende pasar por un análisis objetivo. Es laobra de un pensador musulmán contemporáneo, que se preguntapor las causas de la situación actual y observa con tristeza comoes desperdiciada la potencialidad de la espiritualidad islámica paramejorar la situación, muchas veces en beneficio de una concepciónlegalista, alienante y ultraconservadora del Islam, de la cual muypoco podemos esperar.

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    Primera clave

    Una religión en expansión

    El Islam es una religión en expansión, seguida por cerca de 1.500millones de personas, que viven en todos los países del planeta. Estosignifica que pertenecen a culturas, clases sociales, ideologías, niveles

    espirituales y tendencias religiosas diferentes entre sí. Esta expansiónes evidentemente demográfica y territorial, pero desborda lo cuanti-tativo y nos aboca a un mundo de tensiones interreligiosas e intensosintercambios culturales, entre Oriente y Occidente, pero también entreel Mundo árabe y el Islam del Sudeste asiático o del África negra.

    1.2. La expansión del Islam es en primer término demográfi-ca. El Muslim Education Trust, de Gran Bretaña, calculó que en 1971la población mundial de musulmanes era de 785 millones. En 1986la cifra había sobrepasado los 1.000 millones. En el año 2009 exis-

    Mapa de la población musulmana en el mundo, en %

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    Una religión en expansión

    ten diferentes cálculos, que oscilan entre los 1.300 millones se-gún el CIA Fact Sheet, hasta los 1.800, según el Muslim PopulationWorldwide. Un informe del Pew Forum on Religion and Public Life

    (octubre 2009) estima que hay 1.570 millones.

    Países con el mayor número de musulmanes

     Estimación 2009

    Población musulmana

    Porcentaje de población

    que es musulmana

    Porcentaje de Población

    Mundial Musulmana

    Indonesia 202.867.000 88,20% 12,90%

    Pakistán 174.082.000 96,30% 11,11%

    India 160.945.000 13,40% 10,30%

    Bangladesh 145.312.000 89,60% 9,30%

    Egipto 78.513.000 94,60% 5,00%

    Nigeria 78,056.000 50,40% 5,00%

    Irán 73.777.000 99,40% 4,70%

     Turquía* 73.619.000 ~98,00% 4,70%

    Argelia 34.199.000 98,00% 2,20%

    Marruecos* 31.993.000 ~99,00% ~2,00%

    * Los datos de Turquía y Marruecos provienen principalmente de encuestas a la población

    general, que son menos fiables que las encuestas demográficas o de salud a gran escala

    para la estimación de razones de mayoría-minoría . Como resultado, el porcentaje de la

    población que es musulmana en estos dos países se redondea al entero más cercano.

    Fuente: Research Center’s Forum on Religion & Public Life

    Mapa de Población Musulmana Mundial

    Islam no árabe:

    + de 1.200 millones

    Islam árabe:

    + de 300 millones

    Indonesia: 205 millones

    Pakistán: 160 millones

    India: 150 millones

    Bangladesh: 140 millones

    China: 100 millones

     Turquía: 65 millones

    Irán: 65 millones

    Nigeria: 60 millones

    Egipto: 60 millones

    Argelia: 32 millones

    Marruecos: 30 millones

    Arabia Saudita: 26 millones

    (Aunque debe anotarse que gran parte de la población de Argelia y de Marruecos no es árabe, sino bereber)

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    Una religión en expansión

    Porcentaje de la población considerada como musulmana(Datos tomados de la página web de la Fundación Atman)

    África Subsahariana

    Senegal 90%

    Gambia 85%

    Guinea 75%

    Guinea-Bissau 40%

    Sierra Leona 60%

    Liberia 14%

    Costa de Marfil 35%

    Ghana 15%

    Burkina Faso 45%

     Togo 15%

    Benín 12%Nigeria 43%

    Níger 88%

    Camerún 22%

    R. Centroafricana 15%

    Chad 54%

    Uganda 10%

    Kenia 6%

    Etiopía 33%

    Eritrea 70%

    Somalia 99%

     Tanzania 37%

    Malawi 20%Mozambique 25%

    Madagascar 7%

    Norte de África

    Mauritania 99%

    Marruecos 98%

    Argelia 99%

     Túnez 99%

    Libia 96%

    Egipto 88%

    Sudán 73%

    Oriente Medio

    Arabia 98%

    Yemen 99%

    Irak 96%

    Omán 90%

    Emiratos Árabes 96%

    Qatar 95%

    Bahrein 80%

    Kuwait 85%

    Jordania 94%

    Siria 95%

    Líbano 65%

    Palestina 80%

    Asia Central

    Irán 98%

    Afganistán 98%

    Azerbaiyán 89%

     Turkmenistán 70%

    Uzbekistán 85%

     Tayikistán 85%

    Kirguizistán 70%

    Kazajstán 60%

    Asia oriental

    Pakistán 98%

    India 12%

    Bangladesh 85%

    Sri Lanka 7%

    Malasia 50%

    Indonesia 85%

    Singapur 15%

    China 1,2%

    Europa

     Turquía 85%

    Albania 60%

    Bosnia 43%

    Bulgaria 13%

    Alemania 4,2%

    Francia 6,8%

    Gran Bretaña 1,5%

    Holanda 4,8%

    Bélgica 4,0%

    Grecia 3,6%

    Italia 1,2%España 1,5%

    América

    Estados Unidos 1,4%

    Canadá 0,6%

    Guayana 10%

    Surinam 18%

    Argentina 1,4%

    De estas listas, destaca la enorme diferencia entre la poblaciónde musulmanes de países como Indonesia o incluso la India conrespecto a los países árabes.

    El Islam de Oriente Medio es minoritario, si tenemos encuenta el conjunto.

    El Islam es la religión mayoritaria en países del Magreb y del

    África subsahariana, como Somalia, Sudán, Mauritania, Mali y Se-negal, y del Sudeste Asiático, como Malasia e Indonesia.

    Es también la religión mayoritaria de República Islámica deIrán, en los países del Golfo Pérsico o en Turquía, Siria, Jordania,Afganistán, Irak y Pakistán.

    La India es el tercer país del mundo en número de musulma-nes. Los musulmanes en la India son una minoría que ronda el 12%de la población total del país, pero dado el enorme volumen de supoblación, que supera los 1.000 millones de habitantes, equivalena la mitad de la población de todos los países árabes juntos.

    Otro ejemplo lo ofrece Nigeria, donde no llega a ser musul-mana ni la mitad de la población, pero resulta comparable el nú-mero de musulmanes nigerianos al de musulmanes de Egipto, elpaís árabe con mayor número de seguidores del Islam.

    Los veinticinco países con mayor número de musulmanes enel mundo serían los siguientes (de esta lista ponemos en duda losdatos sobre China: según otras fuentes su población musulmanallegaría a los 30 millones de personas, aunque en este caso no exis-ten cifras ni tan siquiera aproximativas):

    1 Indonesia 207.000.105 88,20%

    2 Pakistán 159.799.666 97,00%

    3 India 151.402.065 13.40%

    4 Bangladesh 132.446.365 88,00%

    5 Egipto 70.530.237 85,00%6 Turquía 68.963.953 99,00%

    7 Nigeria 64.385.994 45,00%

    8 Irán 64.089.571 98,00%

    9 Argelia 32.999.883 99,00%

    10 Morocco 32.300.410 99,00%

    11 Afganistán 31.571.023 99,00%

    12 Arabia Saudí 26.417,599 100,00%

    13 Sudán 26.121.865 65,00%

    14 Irak 25.292.658 97,00%

    15 Uzbekistán 23.897.563 89,00%16 Etiopía 22.533.500 31,20%

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    Una religión en expansión

    17 Rusia 21.513.046 15,00%

    18 Yemén 20.519.792 99,00%

    19 China 19.594.707 1,50%

    20 Siria 16.234.901 88,00%

    21 Malasia 14.467.694 60,40%22 Tanzania 12.868.224 35,00%

    23 Mali 11.062.376 90,00%

    24 Níger 10.499.343 90,00%

    25 Senegal 10.459.222 94,00%

    1.2. Si comparamos la lista de los países de población musul-mana con las listas del producto interior bruto per cápita, vere-mos que países de población mayoritariamente musulmana ocupan

    tanto puestos de arriba como de la parte baja. La siguiente tablaincluye a los estados miembros del Fondo Monetario Internacionalde los cuales se tiene información.

    PIB (nominal) per cápita (estimado) en dólares estadounidenses

    N.º País 2009

    3 Qatar 99.836

    16 Emiratos Árabes Unidos 51.730

    24 Brunei 38.201

    30 Bahrein 32.00541 Omán 20.764

    42 Arabia Saudita 19.828

    53 Turquía 10.753

    54 Libia 13.951

    64 Malasia 8.003

    68 Líbano 7.561

    84 Irán 5.571

    96 Túnez 4.111

    103 Jordania 3.479

    107 Marruecos 2.915115 Siria 2.129

    116 Indonesia 2.322

    118 Egipto 2.292

    126 Sudán 1.753

    133 Yemen 1.333

    137 Senegal 1.092138 Pakistán 1.071

    155 Malí 579

    158 Bangladesh 529

    169 Afganistán 458

    170 Níger 370

    Existe pues un abismo entre unos países y otros, incluso entrepaíses cercanos geográficamente. Esta diferencia se debe, princi-

    palmente, a la posesión de determinados recursos naturales, comoel gas natural y el petróleo, y no al desarrollo de una economíasólida. Aunque se dan casos notorios en los cuales la posesión dedichos recursos ha llegado a constituir una auténtica lacra, a causade la ambición de las grandes corporaciones petroleras, que nohan dudado en promover guerras de ocupación con tal de tener unacceso privilegiado a dichos recursos. Los casos de Irak y Afganis-tán son de sobras conocidos. Volveremos sobre este tema cuandotratemos de la incidencia de la geopolítica internacional sobre lasituación del Islam contemporáneo.

    Hace escasamente un mes se publicaba por el PNUD, el in-forme anual sobre el Índice de Desarrollo Humano, que recogeinfinidad de datos relativos a la situación de los distintos países delmundo, entre ellos su comportamiento demográfico, incluyendocomo es lógico la tasa de fecundidad. La evolución de ésta en los 6principales países islámicos del mundo es la siguiente:

    1990-95 2000-05

    Indonesia 2,90 2,00

    Pakistán 5,70 3,60

    Bangladesh 4,00 2,20

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     Turquía 2,90 2,10

    Irán 4,00 1,70

    Egipto 3,90 2,70

    Estos 6 países suman una población de unos 800 millones depersonas, es decir sobre el 60% de la población islámica del mun-do. Su tasa ponderada de fecundidad (es decir, la tasa de todo esemundo de 6 países considerado como un todo) es de 2,7 (y bajan-do). Recordemos que la mera tasa de reposición, necesaria paramantener el mismo nivel de población, es de 2,1. Irán ni siquierallega a eso, Indonesia, Turquía y Bangladesh lo rozan por arriba opor abajo, Egipto va en camino y sólo Pakistán mantiene una tasaalta (aunque en acelerado ritmo de disminución). Otros países is-

    lámicos representativos tienen las actuales tasas siguientes: ArabiaSaudita (2,8), Túnez (1,8), Jordania (2,8), Marruecos (2,3) o Ar-gelia (2,3).

    Si observamos los datos de otros países no islámicos, sacamosdatos como los siguientes: Bolivia (3,1), Filipinas (2,9), Guatema-la (3,7), Honduras (3) o Paraguay (2,8). Creo que esto bastaríapara convencerse de que no es la “ cultura islámica”  la que provocaun mayor o menor crecimiento demográfico en un país, sino lasituación socioeconómica del mismo, independientemente de cuales su la cultura y la religión en la que se ha desenvuelto a lo largo

    de la Historia. También es evidente que, en cualquier caso, la tasade fecundidad está disminuyendo a pasos gigantescos en todo elmundo.

    1.3. Esta expansión del Islam ha traído consigo lo que lossociólogos llaman “ la dislocación espacial de los musulmanes” , esdecir, la desterritorialización de las poblaciones musul-manas respecto a aquellos países considerados tradicionalmentecomo “ musulmanes” .

    Por expansión no entendemos pues únicamente el crecimien-to en número de fieles. Más importante es darse cuenta de cómo

    esta expansión desborda los límites del tradicionalmente llamado“ mundo islámico” , hasta el punto de que podemos decir que talconcepto ya no existe más que como una referencia imaginaria.

    No es apropiado pues hablar de “ mundo islámico” : el concepto deumma ya no es territorial, si es que en algún momento lo fue. Lasfronteras del Islam han desaparecido, lo cual tiene hondas conse-cuencias en el modo de vivir y entender el Islam. De algún modopuede decirse que hoy, casi un siglo después de la caída del califato(abolido el año 1924), es cuando se manifiesta de forma más clarael significado de este acontecimiento. Nos situamos en el momentode una pérdida de centro, de referentes territoriales, pero tambiénde referentes espirituales o intelectuales. Lo que sucede en un con-

    texto puede tener un fuerte impacto en la otra punta del mundo.La expansión ha traído consigo la diseminación o dispersión de losmusulmanes por el mundo. También el fenómeno de intercambiode poblaciones musulmanas: trabajadores de Bangladesh y de Egip-to se encuentran en Qatar o Arabia Saudí, trabajando en situaciónde semiesclavitud para príncipes obesos orgullosos de ser “ árabespuros” .

    A la mezcla étnica, característica durante siglos del mundoislámico, se le ha superpuesto la estructura más rígida del Estado-nación. Este fenómeno es crucial y tiene un efecto decisivo en el

    modo de entender el Islam de millones de musulmanes. Las tradi-ciones locales se ven confrontadas entre si, se ven obligadas a re-plantearse su islamicidad. La religión heredada se tambalea. Comoveremos, la respuesta a esta situación no ha sido el abandono de lareligión sino todo lo contrario, una afirmación en el Islam comoseña de identidad más allá de las fronteras étnicas o territoriales.Es lo que los sociólogos llaman la deslocación o desterritorializa-ción del mundo islámico.

    El crecimiento demográfico ofrece a algunos musulmanes un

    pobre consuelo sobre la situación económica y de degradación so-cial de muchas sociedades musulmanas, lo cual conduce a discursos

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    absurdamente triunfalistas. Parece que el Islam hubiese resistido alimperialismo cultural occidental a base de crecer en número defieles. Triste consuelo que delata una mentalidad imperialista. Pero

    por poco que profundicemos en este fenómeno nos damos cuentade que no se trata de una expansión triunfal controlada desde uncentro de operaciones imaginario, como pretenden los musulma-nes supremacistas y los teóricos de la conspiración. Más bien éstaexpansión tiene un efecto en muchos sentidos desestructurantepara las sociedades tradicionalmente musulmanes, y las fuerza a re-pensarse ante un horizonte desolado. A este respecto, Oliver Royescribe:

    “ El paso al Oeste del Islam, parte integrante de la mun-dialización, vuelve caducas todas las visiones esencialistas yculturalistas, aunque exacerbe su aspecto seductor. No hayninguna geoestrategia del Islam, porque no hay ya ni tierrade Islam, ni comunidad musulmana, sino una religión queaprende a desencarnarse y unas poblaciones musulmanasque negocian su nueva identidad, incluso en el conflicto.” 1

    1.4. Dentro de esta expansión y deslocación del Islam ocupaun lugar central el re-encuentro Islam-occidente, causante directo

    de dicha expansión, con la destrucción violenta de las fronterastradicionales del “ mundo islámico”  y la creación de Estados-naciónartificiales durante los siglos XVIII-XX. Sigue muy presente el impac-to de la colonización,a causa principalmente de las nuevas estrategiascoloniales, básicamente:

    Ocupación militar de Irak y Afganistán, colonización de Pales-1)tina, además de las tensiones con Siria e Irán.Apoyo a dictaduras pro-occidentales: Egipto, Marruecos, Tú-2)

    nez, Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos

    1. El Islam mundializado, p. 214. Editorial Bellaterra.

    Imposición de políticas económicas a través del Fondo Mone-3)tario Internacional y el Banco Mundial, que generan pobrezamasiva y enriquecen a oligarquías autóctonas y a grandes mul-

    tinacionales.Islamofobia, promovida por4) think tank occidentales vincula-dos a intereses económicos, y difundida masivamente a tra-vés de los medios de comunicación de izquierdas y derechas,como ideología del sistema respecto al Islam y al mundoislámico.

    Todo ello mantiene vivos los procesos de descolonización,pero también el resentimiento e incluso el rechazo frontal de “ lo

    occidental” , fijado de modo artificial como una categoría negati-va y opuesta a “ lo islámico” , cuando la realidad es que tanto louno como lo otro son realidades plurales, en las cuales puedenencontrarse tanto puntos de encuentro como de choque. Esto eslógico, pues el Islam es una tradición universal y occidente a duraspenas pasa de ser un concepto geográfico. Al mismo tiempo, co-bran fuerza los movimientos sociales que adoptan el discurso (pre-tendidamente) universalista de los derechos humanos o conceptoscomo la igualdad de género. Todo ello genera tensiones que estánen el centro de los debates sociales y políticos.

    1.5. Continuando con lo anterior, es crucial señalar lacrecienteexistencia de comunidades musulmanas en occidente. En el continenteamericano viven cerca de 11 millones de musulmanes, incluyendoun millón de musulmanes en Brasil, otro tanto en la Argentina yseis en los EEUU. El Islam crece en Latinoamérica de forma asom-brosa. Nietos de emigrantes sirios, turcos y jordanos llegados aAmérica a principios del siglo pasado redescubren el Islam, al mis-mo tiempo que el Islam es aceptado por comunidades indígenas de

    México, Colombia o Venezuela. En Europa hay cerca de 44 millo-nes, contando los 21 de Rusia. Uno de cada 10 rusos es musulmán,

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    y en muchas de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética elIslam es la religión mayoritaria.

    La mayoría de los musulmanes que viven en la Unión Europea

    son inmigrantes o descendientes de inmigrantes. En muchos casosmantienen un contacto continuado con los países de procedencia,lo cual implica un flujo y reflujo de ideas. Esto es importante porel hecho de que gran parte del pensamiento islámico del siglo XXI se ha pensado en contraposición a lo occidental, o por lo menostomando a “ lo occidental”  como referente. Esta división maniqueatiene mucho que ver con los procesos de descolonización y el in-tento de contrarrestar el etnocentrismo y el imperialismo culturaloccidental, y distorsiona la normalización de la presencia del Islam

    en los países antaño colonizadores. Dentro de este apartado debe-mos señalar también la existencia de un creciente número de con-versos (o reversos) al Islam. Los conversos al Islam son la pruebaviviente de que la dualidad occidental-islámico carece de sentido,en la medida en que son gentes culturalmente occidentales y sinancestros en el llamado “ mundo islámico” , que han adoptado enIslam como camino espiritual o forma de vida.

    Desde hace años varios han sido los sociólogos que han afir-mado que el futuro del Islam se decidirá en Europa. Esta tesis escriticable al menos por dos motivos: es visiblemente eurocéntrica

    y supone que existe algo así como un “ futuro del Islam”  entendibleen términos monolíticos, lo cual va en contra de la inmensa varie-dad de de sus manifestaciones actuales. Aún así, sí es cierto que losmusulmanes europeos y americanos se ven forzados a aventuraruna síntesis islamo-occidental. Asistimos a la aparición de nume-rosos intelectuales musulmanes occidentales (muchos de ellos conorígenes en países asiáticos o africanos, pero también conversos)cuyos discursos son escuchados en los países de población mayori-tariamente musulmana. Nos encontramos con obras-puente, que

    pueden servir para superar algunas de las barreras mentales here-dadas de la colonización.

    Entre los intelectuales conversos al I slam, citamos a Muhám-mad Asad (Austria), René Guenon/Abdul Wahid Yahia (Francia),Martin Lings (Gran Bretaña) o Malcom X (EEUU) como pione-

    ros, con trayectorias e intereses muy distintos. Actualmente, pode-mos citar a Hamza Yusuf, William Chittick, Amina Wadud, MansurCornell (EEUU), Roger Garaudy (Francia), Charles le Gai Eaton(Gran Bretaña), Murad Hoffman (Alemania), Mansur Escudero yHashim Cabrera (España). Pero también debemos señalar a los nu-merosos intelectuales musulmanes de origen asiático u africanoque han estudiado y/o trabajan en universidades europeas o nor-teamericanas, y por tanto están (o han estado) en contacto con elmundo académico occidental. Algunos ya fallecidos, como Fazlur

    Rahman (Pakistán), Ismail Faruqi (Palestina), Muhámmad Hami-dullah (India) o Nasr Hamid Abû Zayd (Egipto). Y otros en activo:Sheikh Fadhlalla Haeri (Irak-EEUU), Khaled Abou El Fadl (Egipto-EEUU), Mahmoud Ayoub (Líbano-EEUU), Seyyed Hossein Nasr(Irán-EEUU), Hamid Dabashi (Irán-EEUU), Abdul-Hamid AbuSulayman (Malasia-EEUU), Asma Barlas (Pakistán-EEUU), Azizaal-Hibri (Líbano-EEUU), Ziauddin Sardar (Pakistán-GB), Abdu-llahi an-Naim (Sudán-GB), Mohammed Arkoun (Argelia-Francia)Y una potente generación de intelectuales europeos musulmanes,hijos o nietos de inmigrantes, pero ya plenamente europeos: Reza

    Shah-Kazemi, Parvez Manzoor, Tariq Ramadan, Abdelwahab El-Affendi

    Si echamos un vistazo a la lista de profesores universitarios enlos departamentos de estudios árabes o islámicos de las universi-dades norteamericanas nos damos cuenta de que en prácticamentetodas ellas encontramos musulmanes, muchos de ellos emigrados.La suma de las contribuciones de todos estos intelectuales a la ta-rea de pensar el Islam aquí y ahora es impresionante. Y aún más si lahacemos extensiva a todos aquellos que trabajan en otras áreas del

    conocimiento, sociología, historia, ciencias, estudios culturales. Alo que debemos añadir la implantación de numerosas turuq sufíes

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    en occidente, con un trabajo notable de traducción y de edición declásicos. El resultado es una vida intelectual rica y sugerente, gene-rada en el contexto en el cual el Islam es una religión minoritaria

    y cuestionada, y sin censura alguna. Según afirma Murad Hoffmanen una entrevista en Islam Online:

    Hay mucha más vida intelectual islámica en Occi-dente que en Oriente. Se están publicando muchos máslibros serios sobre Islam en inglés que en árabe. Tenemoscentros de producción muy activos para el pensamientoislámico, por ejemplo en Washington dirigido por TahaGaber al-Elwany. Tenemos otro en Los Ángeles dirigidopor Fathy Suman. Tenemos uno en Londres dirigido porZaky Badawi. Reviso unos 20 libros cada año antes desu publicación, lo cual quiere decir que leo unas 4.000páginas de libros islámicos cada año para el llamado mun-do islámico, que son publicados en Gran Bretaña, enMarkfield, donde hay una estupenda fundación islámica.Y puesto que los pensadores islámicos en Occidente pue-den escribir sin censura, su producción va a ser esencialpara el desarrollo del Islam en el mundo musulmán. Creoque los musulmanes en América y Europa serán los líde-

    res de la revitalización intelectual de los musulmanes enOriente.2

    Existe una causa objetiva para este fenómeno. Según el an-tropólogo Cliford Geertz3, cuando las religiones se separan de loslugares y formaciones sociales de donde surgieron se convierten

    2. Islamic Renaissance in the West: An Interview with Murad Hoffman Hossam Tamman:

    http://www.islamonline.net/servlet/Satellite?c=Article_C&cid=1162385875683&p

    agename=Zone-English-Euro_Muslims%2FEMELayout3. Geertz, Clifford. “Shifting Aims, Moving Targets: On the Anthropology of

    Religión”. Royal Anthropological Insitute. 11:1-15. 2005.

    en un instrumento de identidad pública negociable y móvil. Con lamigración y la formación de contextos cada vez más multicultura-les y fluidos, la religión y su práctica se han vuelto más conscientes.

    Existe una mayor reflexión y conciencia de las propias creenciasreligiosas cuando se practican entre no creyentes, y menos cuandose practica en un contexto en el cual el ser musulmán es “ lo nor-mal” . Aunque evidentemente esto ha sucedido siempre, y el Islames desde sus inicios una religión migrante, los musulmanes queviven en occidente se sitúan en un contexto en el cual el Islam esobjeto constante de críticas y miradas inquisitoriales, y se ven for-zados en mayor medida a buscar respuestas.

    A esto todavía hay que añadir otro factor determinante:el exi-lio. En las últimas décadas son miles los intelectuales o activistasnacidos en países de población musulmana que se han visto for-zados a exiliarse. El exilio no solo provoca un desgarro, sino queobliga al exiliado a rehacer su vida y establecer un marco comple-tamente diferente de relaciones en un contexto nuevo. El dolorgenerado constituye una experiencia base para nuevos pensamien-tos. El exiliado vive en un terr itorio, pero su mente suele estar enel país de origen. Su mirada sobre el mismo queda enriquecida porla experiencia del exilio, y genera un retorno al país de origen enforma de análisis y de pensamiento crítico.

    1.6. Esta dislocación tiene un efecto de vuelta y se manifiestaen la creciente presencia de minorías religiosas en los países mayorita-riamente musulmanes, unas minorías que reclaman la plena libertadde culto y cuestionan el carácter islámico de determinados Esta-dos. El mundo islámico tradicional siempre ha sido diverso en ma-teria religiosa, pero la situación actual es diferente, en la medidaen que las minorías invocan tratados internacionales para defendersus derechos. El lenguaje de los derechos humanos convive con el

    lenguaje propiamente islámico, lo cual genera tensiones pero tam-bién obliga a un replanteamiento de la tradición.

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    En este punto es imprescindible señalar la situación deficitariade las minorías religiosas en muchos países de población mayori-tariamente musulmana. Nos encontramos con uno de los efectos

    más perversos del encaje del Islam en el marco del Estado-naciónmoderno, basado generalmente en ideas como la raza, la naciona-lidad o la religión. Según la Relatora Especial de Naciones Unidassobre la libertad religiosa y de creencia, la pakistaní Asma Jahangir,en algunos países miembros de la Organización de la ConferenciaIslámica (OCI), tales como Pakistán, Nigeria, Indonesia o BanglaDesh, existen violaciones de la libertad de culto de las minoríasreligiosas, así como a cambiar de religión en Arabia Saudí, Egiptoo Turkmenistán. La tolerancia característica del Islam tradicionaltiende a desaparecer. Podemos citar como ejemplos la persecuciónde los baha´is en Irán, la completa prohibición de cualquier cultodiferente del Islam en Arabia Saudí, las dificultades de los coptosen Egipto, y las tensiones interreligiosas que se viven en diferentespartes del mundo árabe-musulmán.

    Al margen de las leyes o situaciones discriminatorias, hayque señalar la  presencia de la cr istianofobia, término utilizado parareferirse a la difamación, discriminación o propagación del odioindiscriminado hacia el cristianismo y los cristianos, que puedeconducir a discriminaciones y violencia hacia los mismos. Bási-

    camente, se alimenta de la vinculación entre el cristianismo y elcolonialismo, reeditada en la teoría del choque de civilizaciones yguerra contra el terrorismo. En la medida en que el cristianismollegó a muchas partes del planeta a través del colonialismo, losprocesos de descolonización son presentados en ocasiones comoprocesos de descristianización. Nos encontramos con la confusiónentre la religión cristiana y la “ política occidental” . La publicaciónde caricaturas ofensivas hacia el Profeta Muhámmad por parte deun periódico (laico) danés (país luterano) fue utilizada para justi-

    ficar el asesinato de una monja católica italiana en Kenia. Ejemplode lo irracional de las amalgamas que sustentan la violencia, y del

    efecto perverso de la teoría del Choque de Civilizaciones, dondese equiparan planos geográficos y religiosos. La fórmulaOccidenteversus Mundo Islámico lleva implícita la falsa equiparación “ Occiden-

    te = cristianismo”  y “ Oriente Medio = Islam” , condena a los mu-sulmanes de Occidente y a los cristianos de Oriente Medio a serapátridas o traidores en su propia tierra.

    En las últimas décadas, se ha detectado un crecimiento de lacristianofobia en países de mayoría musulmana. En los últimosaños han sido documentados numerosos casos de ataques a cristia-nos en Egipto, Pakistán, Sudán, Irak, Nigeria, Turquía o Indonesia,además de incidentes en las ex-repúblicas soviéticas. Hay que citartambién la situación del sur de Sudán, en la cual los intereses eco-nómicos se mezclan con la rivalidad religiosa islamo-cristiana. Latensión política internacional no es favorable a los derechos de loscristianos en el mundo islámico, donde son a menudo asociados ala política occidental en Oriente Medio.

    Nigeria constituye uno de los puntos con mayores tensionesinterreligiosas del planeta. Estas tensiones degeneran numerosasveces en matanzas entre comunidades musulmanas y cristianas. Secalcula que unas 10.000 personas pueden haber muerto en enfren-tamientos entre comunidades tan solo entre 1999-2008. En mu-chos casos se mezclan rivalidades étnicas y religiosas. Otro factor

    importante es el socio-económico. En muchas áreas (especialmen-te del centro del país) los musulmanes Fulani suelen ser pastores,mientras los musulmanes Hausa y los grupos étnicos cristianos sonmayoritariamente granjeros. Asistimos a una mezcla de motivacio-nes étnicas, religiosas y económicas, siendo difícil determinar encada caso que elemento tiene un mayor peso.

    1.7. Frente a esta conflictividad esta cobrando fuerza eldiálogointerreligioso, mediante el cual seguidores de diferentes tradiciones

    buscan superar el sectarismo y construir una convivencia basadaen la plena aceptación de la diversidad. Importantes pensadores y

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    líderes religiosos musulmanes se hayan implicados en este diálogoa lo largo del planeta. Es especialmente intenso en el sudeste asiá-tico, donde tiene una larga tradición a sus espaldas, algo que no se

    puede decir de Europa, en la cual ha predominado durante siglosel exclusivismo religioso.

    Los objetivos del diálogo interreligioso constituyen hoy en díauna utopía. Las religiones siguen siendo percibidas como compar-timentos estancos que separan a los seres humanos en categoríasabstractas (los musulmanes, los budistas, los cristianos), velando lahumanidad de las personas mediante estereotipos. La utilizaciónpolítica de la religión para conseguir poder mundano es una cons-tante, tanto en oriente como en occidente, en el norte o en el sur.No podemos pues obviar que el diálogo interreligioso tiene unadimensión política. El teólogo cristiano español Juan José Tamayolo sitúa como contrapartida al choque de civilizaciones, la ideolo-gía neocón que sustenta las políticas imperialistas de los EEUU. Elmusulmán indio Asghar Ali Engineer se refiere a tres niveles deldiálogo interreligioso: el intelectual, el político y el religioso. Enel nivel político, señala el trabajo conjunto en contra de las políti-cas confesionales, y señala la necesidad de desarrollar una alianzainterreligiosa en contra del fundamentalismo.

    La dimensión política del diálogo interreligioso es precisa-

    mente la de responder a las pretensiones de hegemonía de la re-ligión mayoritaria. Y esto debe ser así tanto en España como enIsrael, en el Tíbet o en Arabia Saudí. La vinculación entre religión,territorio y sistema político no tiene una base espiritual, no estaenraizada en el núcleo de ninguna tradición. Se trata de víncu-los contingentes e históricos, pero no esenciales. Reivindicar unaidentidad de un Estado-nación basada en la religión mayoritariaes una forma de totalitarismo que choca con las realidades socia-les del siglo XXI. Esto tiene una plasmación concreta en políticas

    y legislaciones discriminatorias, que sitúan a unos creyentes porencima de los otros y mantienen vigentes paradigmas que podría-

    mos calificar como tribales. Este es uno de los nudos que el diálogointerreligioso viene a deshacer. Frente a las identidades colectivasbasadas en la religión, el paradigma interreligioso implica la acep-

    tación de nuestras identidades múltiples, tanto a nivel individualcomo colectivo. Implica la aceptación gozosa del carácter abierto ypermeable de todo ser humano, implica la ruptura con los límitesconceptuales e ideológicos trazados entre las distintas religiones, ytambién la ruptura con el confesionalismo y los amalgamas entrereligión, raza y territorio. El diálogo interreligioso no es un fin ensi mismo, no se agota con el diálogo. Señala hacia otro horizonte,hacia la consecución de sociedades realmente plurales, en las cua-les las tensiones entre religiones hayan desaparecido, dando paso ala colaboración entre personas unidas por un deseo de espirituali-dad y trascendencia.

    1.8. En contra de lo que suele decirse, la mayoría de los musul-manes en el mundo viven en países democráticos (aunque en este puntono podemos sino esbozar una sonrisa: ¿hay regimenesdemocráticos en el mundo?). Si volvemos a la lista de los países con mayor pobla-ción musulmana, veremos que entre los diez primeros la mayoríatienen sistemas considerados democráticos (por lo menos existenpartidos políticos, sufragio universal y parlamentos). Solo las po-

    blaciones musulmanas de Indonesia (185 millones), de Pakistán(155), de Bangladesh (116), de Turquía (68), Argelia (33), de Ni-geria (28) y de la India (20), ya suman 600 millones de musulma-nes, todos ellos viviendo en países considerados democráticos.

    El problema mayor de la democracia lo encontramos en elmundo árabe, aunque sería más exacto decir: en aquellos países es-tratégicos para la economía occidental. Para cualquier analista queconozca la historia de Oriente Medio, salta a la vista que la falta dedemocracia y la existencia de regimenes totalitarios es el producto

    del colonialismo. Arabia Saudí, Jordania, Emiratos Árabes Unidos,Qatar y Marruecos: todos ellos constituyen dictaduras corruptas

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    al servicio de los intereses de occidente, y son sostenidos militar-mente por occidente en contra de los deseos de sus poblaciones. Elcaso de Arabia Saudí es paradigmático de la íntima relación entre

    el fundamentalismo musulmán y los intereses de occidente. Fal-ta saber que sucederá en Egipto y Túnez, tras las insurreccionesdemocráticas del 2011, pero durante las décadas anteriores se laspuede clasificar entre las dictaduras apoyadas por occidente.

    El caso de Irán es ambiguo: existen partidos políticos, eleccio-nes generales y municipales y un Parlamento electo (Majlis). Peroel consejo de los jurisconsultos (  fqh e-velat) tiene derecho a vetode los candidatos y de las leyes aprobadas por el Parlamento, enbase a su posible falta de islamicidad . En la práctica, el Consejo delos Guardianes de la Revolución funciona como un instrumento delas oligarquías para preservar sus privilegios. También en Marrue-cos y en Egipto existen elecciones generales, aunque a ellas única-mente se pueden presentar los partidos aprobados por el régimen.Algo que, por lo demás, también pasa en España.

    Otro tópico que conviene desmontar se relaciona conderechoa voto de las mujeres. El derecho de la mujer a elegir y ser elegida fuereconocido por Azerbaiján en 1919, Tayikistán en 1924, Turkme-nistán en 1927, Turquía en 1930, Uzbekistán en 1938, Senegal eIndonesia en 1935, Pakistán e Irak en 1948 y Siria en 1949. Argelia

    no reconoció este derecho a las mujeres hasta el año 1963, tras suindependencia de Francia, el mismo año que Irán y que Marruecos.Existen otros países de población musulmana en los cuales a finalesde la primera década del siglo XXI no se les concede este derecho alas mujeres: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahreinaunque ante esta lista, parece absurdo hablar de sufragio femenino,ya que se trata de monarquías absolutistas, en los cuales tampocolos hombres tienen derecho a elegir a sus gobernantes. Todos ellosson aliados de los EEUU, y pilares del sistema financiero interna-

    cional. Si sumamos las poblaciones totales de estos países apenasson el 2% de los musulmanes del planeta.

    Ante estos datos, es preciso reconocer que cada país tienesu propia historia, y es difícil hacer generalizaciones sobre el de-recho a voto en los países de tradición islámica. Sin embargo, se

    pueden hacer algunas consideraciones. En líneas generales, pareceevidente que la religión no es el único factor a tener en cuenta ala hora de analizar este fenómeno. Los primeros países de mayoríamusulmana en reconocer los derechos de las mujeres lo hicieronen el contexto del comunismo soviético, bajo un régimen de par-tido único. Al mismo tiempo, existen países que se autoproclamancomo “ república islámica”  en el cual el derecho a voto de las mu-

     jeres está garantizado. En Pakistán este derecho fue reconocido enla Constitución de 1947, sin que el hecho de ser una RepúblicaIslámica significase ningún impedimento. Benazir Bhutto fue ele-gida dos veces presidenta por sufragio universal (en 1988 y 1993).En Bangladesh ha habido tres primeras ministras electas. En elpaís con mayor población musulmana del mundo (Indonesia) lasmujeres tuvieron garantizado este derecho en fecha tan tempranacomo 1935, siendo reafirmado en la Constitución de 1945, trasla independencia. La incorporación de la mujer a la política es unhecho, y una mujer “Megawati Setiawati Sukarnoputri” fue elegidapresidenta del país el año 2001. En Irán, por el contrario, las mu-

     jeres sufren limitaciones a la hora de presentase como candidatas

    (de hecho también los hombres), y no parece que vayamos a tenerpronto una Guía Suprema de la revolución. Aunque todo es posi-ble, si Al-lâh quiere.

    También destaca el hecho de que las mujeres de algunos paísesde población musulmana consiguieron el derecho a elegir y serelegida antes que países europeos como Francia, Yugoslavia, Hun-gría, Bélgica, Rumania (todos entre el 1945 y 1946), Italia (1948)o Grecia (1952). Y antes que la mayoría de los países latinoame-ricanos: Venezuela (1945), Guatemala (1946), Argentina (1947),

    Chile (1949), Bolivia (1952), México (1953), Colombia (1954),Nicaragua (1955) y Perú (1955).

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    1.9. La propia dinámica de la globalización, con sufacilidadde comunicación entre los continentes, favorece el hechode que los inmigrantes mantengan estrechos vínculos con sus paí-

    ses de origen, así como los flujos de información y el impacto denoticias locales en cualquier punto del planeta. Nos situamos entiempos donde la cultura audiovisual se superpone sobre expre-siones culturales tradicionales, con flujos de información no con-trolados por el país de asentamiento. Los flujos de población traenconsigo flujos de información.

    Asistimos a la creciente importancia de los medios de comu-nicación en los debates sobre el Islam, incluida la importancia deInternet, un fenómeno apasionante. En general, Internet se haconvertido en una fuente de recursos sobre el Islam, en el con-texto de la quiebra de las formas tradicionales de transmisión delsaber. Un artículo escrito en España puede ser leído en Indone-sia, produciéndose un intercambio de opiniones y de informaciónconstante, que rompe el monopolio interpretativo de las institu-ciones islámicas vinculadas al Estado, pero también de las institu-ciones islámicas tradicionales. Internet facilita la creación de redestransnacionales, vinculadas por ideas. Los sectores que abogar porla instauración de un Califato que unifique políticamente a laumma desde el Magreb hasta Mindanao tienen una buena plataforma de

    comunicación en Internet, como también la tienen los partidariosdel feminismo islámico.

    Internet está poniendo al alcance de los/as musulmanes/as enel mundo gran cantidad de información sobre su religión, muchade ella ignorada o celosamente guardada por los sectores más re-accionarios. Está posibilitando el debate sobre temas clave, comoson la condición de la mujer, la sexualidad, el sistema de gobiernoy los derechos humanos, y numerosos aspectos de la Sharia (cas-tigos corporales, homosexualidad, pena de muerte, aborto, etc.).

    Podemos hablar de una democratización de los debates, que sonarrancados del ámbito académico y de los expertos religiosos. En

    diferentes foros y páginas web de todo el mundo son colgadas dis-cusiones hasta hace poco sorprendentes: ¿Es lícito el matrimonioentre homosexuales? ¿Qué dice el Islam sobre el aborto? ¿Qué hay

    sobre la lapidación, sobre la apostasía? Descubrimos que en el pa-sado han existido opciones de lo más variadas, que en el mundoislámico hay precedentes de matrimonios entre hombres, que elaborto ha estado permitido durante siglos Gracias a la conexiónglobal que Internet propicia, numerosos textos e interpretacionescalificadas hasta ahora como “ heterodoxas”  son puestas al alcancede la umma.

    1.10. Si existe un acontecimiento que de cuenta de lo abi-garrado y diverso de la umma a principios del siglo XXI este es elHaÿÿ, la peregrinación a Meka, el quinto pilar del Islam. Para lacomunidad musulmana mundial es la ocasión para la toma de con-ciencia de su extensión y de su fuerza. Desde hace unas décadas,la peregrinación a Meka se ha convertido en un acontecimientode repercusión internacional. Cada año, cerca de dos millones depersonas peregrinan al unísono, con todo lo que ello significa: ma-sificación, billetes de avión, reserva de hotel, avituallamiento, pro-blemas de seguridad, avalanchas. Con todo esto, la peregrinaciónen el Islam ha dejado de ser un acontecimiento íntimo para pasar a

    ser un fenómeno de masas. Más allá de las imágenes de multitudesdando vueltas alrededor de la Kaaba, la peregrinación es una ex-periencia espiritual devastadora. Consiste en ir al centro simbólicodel universo. Según la tradición, la explanada donde está la Kaabafue el primer lugar en emerger de entre las aguas cuando la tierraera un mar primigenio. Por ello Meka es llamada la Madre de losPueblos. Realizar las circunvalaciones alrededor de la Kaaba es darvueltas al propio misterio de la vida sin poder tocarlo. En uno delos ángulos de la Kaaba se halla la Piedra Negra. Frente a este ob-

     jeto inerte pero fuertemente numinoso el musulmán descubre loque significa orientar toda su existencia hacia el Uno-Único.

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    Segunda clave

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    La segunda clave hace referencia a la geopolítica internacio-nal. A principios del siglo XXI numerosos grupos musulmanes sufrensangrientas persecuciones a lo largo del planeta, por causas que os-cilan entre lo étnico y lo religioso, pero con motivaciones económi-cas de fondo. Al margen de sus valores intrínsecos como religión, elIslam tiene asignado un determinado papel en la situación políticainternacional. La demonización del Islam y la llamada “guerracontra el terrorismo” son componentes de la globalización corpora-tiva y el Nuevo Orden Mundial, una nueva forma de colonialismoy de expansionismo occidental, con el objetivo de apoderarse delos recursos energéticos. La Organización Mundial del Comercio yel Banco Mundial son los brazos seculares de dicho expansionismo.Frente a estas estrategias de dominación planetaria, asistimos al

    auge de una ciudadanía global. La participación de los musulmaneses crucial para el movimiento alter mundista.

    2.1. A principios del siglo XXI los musulmanes son persegui-dos a lo largo del planeta, en muchos casos tan sólo por tratarde vivir libremente según sus leyes y creencias. Esta persecuciónva desde la represión más violenta hasta simples discriminaciones,y varía según las circunstancias y los intereses geoestratégicos decada zona. Sería arduo referirse a todos los conflictos donde los

    musulmanes luchan por sus derechos, a veces en situaciones degran precariedad material, frente a ejércitos profesionales arma-

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    dos por las potencias de occidente. Esto hizo decir a Samuel Hun-tington en su Choque de civilizaciones que “ las fronteras del Islamestán teñidas de sangre” . El analista del Departamento de Estado

    Norteamericano se refiere a los conflictos de Cachemira, Bosnia,Chechenia o Mindanao. Según él, estos conflictos muestran el ca-rácter violento del Islam, a pesar de que en todos estos casos losmusulmanes son los agredidos. Una vez más, se culpa a la víctimapor la barbarie de los agresores (y en todos estos casos, se trata depaíses de mayoría cristiana).

    Los musulmanes de Bosnia sufrieron una invasión militar yfueron sometidos a una política de limpieza étnica por parte deSerbia. Matanzas y campos de exterminio donde eran recluidoscientos de hombres y mujeres por el simple hecho de ser musul-manes/as, donde los hombres eran torturados insistentemente ylas mujeres violadas en masa y maltratadas con toda impunidad.

    Una situación trágica que continúa es la de Chechenia. Paracomprender la inmensa tragedia de este pueblo hay que remontar-se al 1944:

    El 23 de febrero de 1944, Stalin ordenó la deporta-ción de toda la población chechena e ingush a Asia Cen-tral. Más de la mitad de las 500.000 personas que fueron

    trasladadas a la fuerza murieron en el camino o en las ma-sacres cometidas por las tropas soviéticas. Los chechenosfueron esparcidos en grandes colonias penales, situadasen lugares remotos de las actuales Kazajistán, Uzbekistány Kirguizistán. En los años siguientes miles murieron deneumonía y hambre. En 1956, Nikita Kruschev recono-ció los errores cometidos con los chechenos y se inició elretorno. Los chechenos a menudo se llevaron con elloslos huesos de sus seres queridos para enterrarlos en sus

    ancestrales cementerios. Pero sus vidas realmente nuncavolvieron a ser lo que eran. Muchos de los antiguos Auls

    de la montaña estaban en ruinas y no estaban habitables,lo que obligó a la mayoría de los chechenos vivir en lasllanuras, y a alterar irrevocablemente sus costumbres.

    Además, la pérdida masiva de vidas entre los ancianosrompió una rica tradición oral mantenida durante siglos,causando un grave daño a la cultura chechena.

    En 2004, sesenta años después, el Parlamento Eu-ropeo aprobó una moción que reconocía esta catástrofecomo un genocidio, declarando el 23 de febrero comoDía Mundial de Chechenia. Y sin embargo, la tragediacontinúa. Tras la desmembración de la Unión Soviética,los chechenos proclamaron su independencia de Mos-cú, un sueño que no se ha hecho realidad. Rusia invadióChechenia, a causa de su importancia estratégica en elplan para los grandes gaseoductos del Asia Central. Du-rante el conflicto armado, se calcula que murieron unos250.000 chechenos, una cuarta parte de la población.Entre ellos, 42.000 niños en edad escolar, menores de 11años. También aquí se trata de demonizar la resistencia delos chechenos a su destrucción, olvidando su historia desufrimientos y sus derechos como pueblo, y presentandosin contextualizar acciones terroristas deleznables, pero

    que no llegan ni a la ínfima parte de lo que los chechenioshan sufrido como pueblo.

    La situación de los musulmanes en Mindanao  es una vezmás una herencia de la colonización. La incorporación de Minda-nao a Filipinas es un hecho artificial, que se deriva de la derrotade los españoles, quienes cedieron la isla a los EEUU. Los prime-ros contactos del Islam con Mindanao se produjeron en una épocatan temprana como el siglo X, a través de comerciantes musulma-

    nes. Pero no será hasta el sigloXIV

     cuando se inicia un proceso deislamización, que dio paso a la creación de los sultanatos locales

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    de Sulu y de Maguindanao. Se habla, una vez más, de un “ Islamsincrético”  con tradiciones locales (ritos de paso y celebracionespropias), apegado a la tierra y alejado de modelos rigoristas. La is-

    lamización se vio frenada por la ocupación española (1565-1898),con un proyecto de evangelización agresiva y de persecución delas creencias musulmanas que duró varios siglos, en los cuales lapoblación musulmana (llamadosmoros) fue reduciéndose drástica-mente, a causa tanto de las muertes como de las emigraciones.Mindanao nunca fue totalmente ocupada por los españoles, quie-nes a pesar de ello la cedieron a los nor teamericanos en el Tratadode París. La denuncia de este proceso está en la base de la demandade independencia para Mindanao, una isla que fue autónoma hastala unificación forzosa realizada por los colonizadores. Como re-sultado de la dominación norteamericana (a partir de 1896), sefomentaron las conversiones al cristianismo y se creó una clasedirigente cristiana, desplazando a los Moros a la marginalidad. Laresistencia islámica a estas dominaciones los convirtió en enemigosdel Estado creado por los colonizadores.

    El Estado filipino independiente fomentó la colonizaciónmasiva de Mindanao por parte de las tribus del norte, leales alrégimen, especialmente tras la segunda guerra mundial. Se hicie-ron concesiones de tierra y se ofrecieron amplias ventajas a los

    colonos, como un instrumento de ocupación y de erosión de laresistencia al dominio filipino, dando paso al conflicto actual porla disputa de la tierra. Los descendientes de estos colonos cons-tituyen hoy la población mayoritaria de Mindanao. A la cuestiónterritorial y religiosa se une la existencia de diferentes tribus, consu idiosincrasia y su lenguaje. Desde los años 70 del siglo pasa-do existe una creciente conciencia de la islamicidad como hechodiferencial, frente al control por parte del ejército (ley marcialde 1972). Diferentes guerrillas musulmanas lucharon por la auto-

    determinación del Bangsmoro o Nación Musulmana en Mindanao.El año 1996 se firmó un acuerdo de paz que todavía está en pro-

    ceso de ser completado. El Frente Moro Islámico de Liberación yel Frente Moro de Liberación Nacional trabajan por el reconoci-miento de los derechos históricos y de la cultura de los Moros y de

    los Lumadnon (tribus nativas no musulmanas), convertidas hoy en“ culturas minoritarias” . Actualmente, se calcula que tan solo el 5%de los filipinos son musulmanes, unos 4 millones de personas. Lamitad de ellos viven en la llamada Región Autónoma del MindanaoMusulmán, creada tras un referéndum en la única región del archi-piélago donde los musulmanes son la población mayoritaria, hastael 90%. Los musulmanes de Mindanao tienen su propia historia,sus lenguas, sus tradiciones y referencias culturales, y luchan porsu preservación.

    Existen otros países –como China,  Tailandia o  Birma-nia –, donde se viven situaciones de persecución abierta del Islamy falta de reconocimiento de los derechos de los musulmanes. Mu-chos de estos conflictos son el resultado de las fronteras arbitrariaslegadas por la colonización, y de las dificultades de encajar unazona étnica, cultural y religiosamente muy diversa en un modelode Estado-nación occidental.

    En Pattani, al sur de Tailandia, se ha tratado durante años deimponer el budismo (un budismo de Estado, no el enseñado porel Buda, “ paz y bendiciones” ) por la fuerza. Los enfrentamientos

    entre grupos separatistas y el ejército tailandés han sido constan-tes desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Durante años, seprohibió todo signo externo que pudiese pasar por islámico, comollevar barba, el uso de turbantes o el hiyab. Se prohibieron las es-cuelas coránicas y los dialectos propios (de origen malayo), en loscuales está escrita la literatura de los musulmanes de Pattani. Apesar de siglos de dominio militar e imposición cultural tailandesa,los habitantes de Pattani permanecen fieles a sus tradiciones. Aligual que sucede con el budismo tailandés, estas aparecen muy im-

    bricadas con prácticas animistas. En los años ochenta se calcula quehabía más de 2.000 mezquitas en las 38 provincias tailandesas, la

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    inmensa mayoría de ellas en el sur. Los musulmanes tailandeses sonmayoritariamente de etnias malayas, pero también proceden dePakistán, China, Camboya, en el norte. En mayo del 2004, cuando

    murieron más de cien jóvenes musulmanes que protestaban por larepresión de sus creencias. Los jóvenes, en su mayoría adolescen-tes, se refugiaron en la histórica mezquita de Krue Se, construidaen el siglo XVI, que fue tiroteada por el ejército de ocupación confuego de ametralladoras y mor tero. Según la “ prensa libre” , se tra-taba de fundamentalistas islámicos que habían asaltado un arsenalde armas. Sin embargo, tal y como narró el corresponsal de Los

     Angeles Times, entre las víctimas de la masacre (la mayoría adoles-centes) no se encontraron más que machetes y pistolas.

    También en África asistimos a situaciones de persecuciones ymatanzas. Ya hemos señalado la violencia islamo-cristiana en Ni-geria. A finales de mayo del 2004, más de seiscientos musulmanesfueron masacrados, cuando grupos de fundamentalistas cristianosentraron con metralletas y bazokas en la ciudad de Yelwa, matandoa la gente por la calle. Según el enviado de la Cruz Roja:“ los mata-ron porque eran musulmanes” .

    2.2. La situación de los musulmanes es trágica en muchas zo-nas de la India. En este gigantesco país se calcula que viven 150

    millones de musulmanes, entre ellos decenas de millones de niñosno contabilizados por el censo. Superan el 15% de la totalidad dela población, y la inmensa mayoría se ha quedado en la cuneta deldespegue económico que experimentó el país en el último lustro.Si el atraso es palpable en el campo, en las ciudades la marginaciónde los musulmanes se hace más lacerante. Viven amontonados en-tre montañas de basura de barrios semiderruidos o nunca acabadosde construir, sin apenas servicios públicos.

    Al dividirse India y Pakistán, el porcentaje de musulmanes

    que quedó bajo control de Nueva Delhi apenas llegaba al 12% dela población, pero ahora se acerca al 15%. En el distrito de Ram-

    pur (40% de población musulmana), la media de las familias es decinco hijos. Los niños suelen ir a la escuela hasta los 9 o 10 años,cuando muchos la abandonan para trabajar. Las niñas a esa edad

    hace ya tiempo que se dedican a cuidar a sus hermanos menores,mientras la madre trabaja en el campo. Pocas son las que acudena la escuela. El analfabetismo entre musulmanes dobla al de loshindúes, y en zonas rurales supera el 60%.

    Hablamos de la construcción de los Estados-nación moder-nos. Este problema es especialmente dramático en países del lla-mado tercer mundo, donde no existían hasta la colonización unasestructuras de Estado centrales a través de las cuales construir esa“ nación homogénea y gobernable” . En esta tesitura, el Partido fun-damentalista hindú BNJ representa un intento de cohesión socialbajo la bandera de la religión, una de las más peligrosas en un con-texto tradicionalmente abierto, plural, abigarrado. Este intentode homogenización lo sufren especialmente los musulmanes. Laconstrucción de la historia nacional los excluye. Se habla del Is-lam como de una religión extranjera, presente en el subcontinenteasiático a raíz de feroces invasiones. El hinduismo es presentadocomo la religión autóctona, lo propio de los indios. Los musulma-nes son, por tanto, unos renegados. Este tipo de planteamientosestán presentes en muchos otros países del mundo. En España, sin

    ir más lejos, se ha tratado de construir una historia nacional enoposición al Islam, tratando de inculcar a generaciones la absurdaidea de que los musulmanes españoles entre los siglosVII y XVI erantodos árabes y extranjeros.

    En los últimos años, la violencia contra los musulmanes ha es-tallado con una crueldad a veces increíble. Turbas de fundamenta-listas hindús asesinando a hombres, mujeres y niños, en pogromosperfectamente calculados desde las instancias del poder. Un casoextremo fue la matanza de Gujarat. El año 2001, fueron asesinados

    más de dos mil musulmanes, y ciento cincuenta mil musulmanestuvieron que huir, abandonando sus hogares, sus tierras ancestra-

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    les. La escritora india Arundhati Roy definió lo sucedido del si-guiente modo:

    El pasado marzo [del 2001], en la India, en Gujarat,turbas hinduistas de la derecha asesinaron a dos mil mu-sulmanes en una orgía de violencia, haciendo gala de unadestreza espeluznante. Tras violar de forma multitudina-ria a las mujeres, las quemaron vivas. Arrasaron tumbasy altares musulmanes. Más de ciento cincuenta mil mu-sulmanes han tenido que abandonar sus hogares. La baseeconómica de la comunidad fue destruida. Informes detestigos y de comisiones investigadoras acusaron al go-bierno estatal y a la policía de colusión con los actos deviolencia. Yo estuve presente en una reunión donde ungrupo de víctimas clamaba: “Por favor, ¡sálvenos de la po-licía! Es todo lo que pedimos...”

    Dentro de la India, Cachemira es una de las regiones másricas del mundo, donde se encuentran grandes yacimientos de oro,esmeraldas y rubíes, localizada en una zona montañosa entre elHimalaya y la cordillera de Pin Panjal. El conflicto se inició en1947, cuando el marajá de Cachemira, Hari Singh, un gobernante

    hindú apoyado por los británicos en un Estado con un 90% de po-blación musulmana, decidió arbitrariamente la incorporación desu territorio a la India, para impedir el triunfo de los movimientospopulares a favor de la anexión a Pakistán. Desde entonces, tantoPakistán como la ONU han exigido en varias ocasiones un referén-dum sobre el estatuto de Cachemira, nunca celebrado. La negativaIndia fue el detonante de una primera guerra, entre 1947 y 1948.En 1965 hubo una segunda secuencia de fuertes enfrentamientos.En 1971 se produjo la guerra que llevó a la independencia de Ban-

    gladesh. Tras casi tres décadas de frecuentes escaramuzas comenzóla escalada nuclear. Pero no se trata tan solo de un asunto entre Es-

    tados por apoderarse de una rica tierra: al margen de los partidosindio y pakistaní, en Cachemira se ha desarrollado un fuerte movi-miento separatista autóctono. Los grupos de liberación que operan

    en Cachemira se dividen en dos grandes tendencias: la favorable ala independencia de Cachemira y a la unificación de las zonas queestán actualmente en poder de la India y de Pakistán, y la que buscauna unión a Pakistán de la Cachemira India. El problema no puedetener otra solución satisfactoria que una consulta democrática so-bre la autodeterminación.

    La situación de violencia continua se ceba sobre los civiles.Según Human Rights Watch (HRW), en las zonas de Cachemira con-troladas por la India, se producen habituales violaciones a los de-rechos humanos, tanto por parte de los rebeldes que luchan por laindependencia, como por parte de las fuerzas de seguridad indias ysus grupos paramilitares. Las acusaciones son concretas, e incluyencasos documentados de ejecuciones sumarias, violaciones, torturay desapariciones. El 90% de la población de Cachemira, cuatromillones de habitantes, es musulmana. Para controlarles, se ha es-tablecido un contingente permanente de 700.000 soldados indios.Entre 1990 y 1999, fueron asesinados en“ operaciones de limpieza”  65.000 cachemires, incluyendo mujeres y niños. Una media de 20personas mueren diariamente y los hospitales y las escuelas están

    siendo bombardeados.A principios de los años 90, la persecución de musulmanes

    se recrudeció; el gobierno indio emprendió una brutal política de“ hiduización”  de Cachemira, acompañada de una represión despia-dada contra la población: cierre de los centros de educación islámi-cos, encarcelamientos masivos, incendio de viviendas, prohibiciónde los medios de comunicación de orientación musulmana, etc.En Octubre de 1993, en Srinagar, capital de Cachemira, se realizóuna operación terrorista a gran escala para eliminar a supuestos

    activistas musulmanes radicales. Durante la celebración del Namaz(plegaria de los Viernes), se puso cerco a todos los que estaban

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    reunidos en la mezquita de Hazrabtal, ya que las autoridades con-sideraban esta mezquita como cuartel general de los extremistasmusulmanes. El asedio se mantuvo durante un mes y como resulta-

    do del mismo, alrededor de 100 personas fueron asesinadas y otras300 fueron enviadas a pr isión sin ningún cargo. Al clima de violen-cia generalizada contribuye el discurso oficial de las autoridadesindias. El Ministro Farooq Abdullah declaró públicamente que lasáreas en las que existe presencia islamista deben ser “ saneadas” .Para que no queden dudas, el 15 de enero del año 2003 explicóque se debe matar a los islamistas, “ ya que no hay espacio suficienteen las cárceles” .

    2.3. El caso de Palestina es uno de los casos más flagrantes de

    genocidio en marcha en estos momentos en el mundo. Asistimosa la colonización, subordinación y guetización de los habitantes deun país, con la intención de desplazarlos y ocupar su territorio. Laideología en la cual se apoya esta política es conocida: una formaextrema de nacionalismo que combina lo racial con lo religioso:el sionismo. 

    El conflicto palestino-israelí es político antes que religioso.Tiene que ver con la pervivencia del colonialismo y con políticasde Estado. Para comprender la naturaleza de Israel, varios modelos

    similares pueden mencionarse: la España inquisitorial, la coloniza-ción americana y el exterminio de los indios, elapartheid  sudáfrica-no, además del caso de la Alemania nazi, tantas veces evocado paradescribir la situación de Palestina. La principal diferencia es queel caso de la limpieza étnica en Palestina está teniendo lugar en elsiglo XXI, a los ojos del mundo entero, en la era de las telecomuni-caciones, y en un período en el cual ya casi nadie evoca el derechode los occidentales a colonizar (y mucho menos a exterminar) a lossalvajes. Todo lo contrario: en un tiempo histórico en el cual a losmismos políticos que permiten el genocidio se les llena la boca conel discurso de los derechos humanos, la democracia, la libertad, la

    modernidad occidental, como panaceas universales que deben serimpuestas. Es más: para realizar el genocidio cuenta con el apoyoincondicional de los EEUU, que se manifiesta tanto a nivel político

    (bloqueo de resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU)como en ayuda económica, que según un informe delCongressionalResearch Service ha alcanzado en la década 2000-2010 la increíblecifra de 28,9 billones de dólares, utilizados por Israel para reforzarsu poderío militar. Y cuenta con el apoyo masivo de los medios decomunicación y de centenares de mercenarios de la pluma, que sehacen pasar por analistas políticos y justifican abiertamente los crí-menes más abominables ante las opiniones públicas occidentales.

    Aunque el inicio de la colonización se dio bajo el amparo delmandato británico, el inicio de la limpieza étnica en Palestina pue-

    de fecharse en el año 1948, el año de laNakba (catástrofe). Tras laindependencia, y ante la resistencia de los palestinos, Israel mató a13.000 palestinos y forzó el éxodo de otros 750.000 de sus ciuda-des y de sus pueblos. Cerca de 400 pueblos palestinos fueron arra-sados. La ONU adoptó la Resolución 194 donde pide a Israel quepermita el retorno de los refugiados. Seis décadas después, Israelsigue ignorando la resolución. Los expatriados se han convertidoya en cuatro millones. El segundo gran momento de expansión fueel año 1967, durante la guerra de los Seis Días, con la ocupación

    israelí del resto de la Palestina histórica (Cisjordania, Gaza, Jeru-salén-Este), el Sinaí egipcio y el Golán sirio. La Resolución 242de Naciones Unidas exigió la retirada de las tropas israelíes de losterritorios ocupados. Israel ha ignorado la resolución, con la im-plantación de un sistema de control militar cada vez más violentoen los territorios ocupados. Desde entonces, la ONU ha ido con-denando a Israel, resolución tras resolución, sin que esto afectaseen lo más mínimo al desarrollo de sus planes. La política israelí hasido la de colonizar las tierras palestinas mediante asentamientosilegales ferozmente armados, con licencia para matar, sitiando a loslegítimos habitantes en guetos, destruyendo sus casas para crear

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    asentamientos de colonos y ahogándolos día tras día para forzar suexilio. Cualquier atisbo de resistencia es calificado como “ terro-rismo”  y es aprovechado para realizar castigos colectivos sobre la

    población civil.Israel es un Estado no democrático sino etnocrático, regidopor leyes étnicas que otorgan precedencia a los judíos en todos losámbitos, un Estado racista creado al amparo del colonialismo. Losdirigentes israelíes están llevando a cabo su plan de genocidio deforma sistemática desde su fundación, con total impunidad. Lasatrocidades cometidas por Israel en los últimos 60 años sobrepasanlo imaginable. El objetivo último del Estado israelí es expulsar alpueblo palestino de su tierra y construir el Gran Israel, una uto-pía política fascista. De hecho, los propios líderes israelíes no han

    ocultado su proyecto: “ Tenemos que expulsar a los árabes y ocu-par su lugar”  (David Ben Gurión); “ La partición de Palestina no es

     justa. Nunca la aceptaremos. Eretz Israel será restituido al pueblode Israel. Todo él y para siempre”  (Menahem Beguin); “ No existenada que se pueda considerar un Estado palestino. Nosotros po-demos llegar, echarlos y ocupar el país”  (Golda Meir); “ No puedehaber sionismo, colonización ni Estado judío sin la expulsión de losárabes y la expropiación de sus tierras”  (Ariel Sharon a la AgenciaFrance Press, el 15 de noviembre de 1998);“ He creído siempre en

    el eterno e histórico derecho de nuestro pueblo a toda esta tierra”  (Ehud Olmert, ante al Congreso de Estados Unidos el 30 de juniode 2006).

    Las últimas matanzas perpetradas por Israel se fechan en losaños 2006 (bombardeo del Líbano) y en el 2009 (bombardeo delgueto de Gaza). Las autoridades israelíes hablan de “ guerra contraHezbollah”  y “ guerra contra Hamas” , pero en realidad no hay nin-guna guerra, sino la continuación de una política iniciada muchoantes de que Hamas o Hezbollah existieran. Hamas y Hezbollahson calificados como grupos terroristas, tan solo por oponerse algenocidio de sus pueblos. La resistencia armada ha sido convertida

    por Israel en la única opción posible, de forma perfectamente cal-culada. Lo que quiere Israel es que haya atentados y una resistenciaque se llame a si misma “ islámica” , aprovechándose de la islamofo-

    bia dominante en occidente para justificar ante la opinión públicaoccidental (especialmente en los EEUU) la continuación del ge-nocidio. Estos planes son básicamente los mismos desde antes dela existencia de Hamas y Hezbollah. Esta es la lógica del opresor:oprímeles hasta lo insoportable, mata a unos cuantos niños paraque otros padres y madres lleguen a la conclusión de que es mejormarcharse o se decanten por la lucha armada, de forma que sepueda seguir matando impunemente, con la excusa del “ derechode Israel a defenderse” . Y mientras, se continúa con la repoblaciónde territorios con colonos étnicamente puros, lo cual implica traer

    extranjeros judíos de todo el mundo para ocupar las tierras de lospalestinos desplazados.

    Toda la política de Israel desde su fundación ha girado entredos posibilidades: o la expulsión en masa de los palestinos o suconcentración en guetos, reservas tr ibales. Y ha ido moviéndose deun polo al otro según las ocasiones, según los vaivenes de la políticainternacional. En los intermedios, como táctica de distracción, seemprenden “ negociaciones de paz” , como un modo de dar tiempoa la política de hechos consumados. Pero Israel nunca ha quer ido la

    paz, ya que la guerra le ofrece el único marco posible para ejecutarsus planes. Cuando se habla de “ negociaciones de paz” , se pasa poralto la naturaleza de Israel: se trata de un Estado étnico-religiosoen el cual los no-judíos no tienen los mismos derechos que el res-to, y son sujetos a todo tipo de arbitrariedades.

    A pesar de que existen otros conflictos incluso más graves(Congo o Birmania, por ejemplo), la causa palestina está en elcentro de la política internacional. Ha generado una simpatía entodo el mundo, incluidos judíos partidarios de los derechos hu-manos, que consideran como una infamia la manipulación que elEstado de Israel hace de su tradición milenaria, y que han dejado

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    Una religión perseguida

    claro que Israel no es solo la antítesis del judaísmo, sino su peorenemigo actualmente. El Estado de Israel es una afrenta a todoslos judíos perseguidos a lo largo de la historia, una afrenta a sus

    tradiciones y a sus sabios, a sus gentes y a su legado milenario. Lacausa palestina es hoy considerada en los cinco continentes comola causa de la humanidad, de los derechos humanos, de la super-vivencia del hombre en tanto criatura solidaria, de todos aquellosque siguen pensando que los seres humanos pueden reunirse entorno a valores compartidos, más allá de la religión o de la raza,y fundar comunidades respetuosas con la d iferencia. Todos somospalestinos.

    2.4. Tal vez el caso más trágico que padecen los musulmanes

    en el mundo actual sea el de  Birmania (o Myanmar). El Islamestá presente en Birmania desde el siglo IX, a causa de la llegadade mercaderes, marinos