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Abencerraje, El Acosta, Delfina Acosta, Oscar Acquaroni, Rosana Acuña, Hernando de Acuña, Manuel Aguado, Jesús Aguilar, Julio César Agustin, Delmira Ajmátova, Ana Alarcón, Pedro Antonio de Alberti, Rafael Alberti Rafael II Albi, José Alcalá, Hugo Rodríguez Alcántara, Manuel Alcázar, Baltazar de Alcolea Jiménez, Juan José Aldana, Francisco de Alegría, Claribel Aleixandre, Vicente Aleixandre, Vicente II

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Abencerraje, El

Acosta, Delfina

Acosta, Oscar

Acquaroni, Rosana

Acua, Hernando de

Acua, Manuel

Aguado, Jess

Aguilar, Julio Csar

Agustin, Delmira

Ajmtova, Ana

Alarcn, Pedro Antonio de

Alberti, Rafael

Alberti Rafael II

Albi, Jos

Alcal, Hugo Rodrguez

Alcntara, Manuel

Alczar, Baltazar de

Alcolea Jimnez, Juan Jos

Aldana, Francisco de

Alegra, Claribel

Aleixandre, Vicente

Aleixandre, Vicente II

Alighieri, Dante

Alix, Juan Antonio

Alonso, Dmaso

Alonso, Dmaso II

Alonso, Odette

Altamirano, Ignacio Manuel

Altolaguirre, Manuel

Alvarado, T. Harold

lvarez, Francisco

lvarez, Jos Mara

lvarez, Q. Serafn y Joaqun

Andrade, Eugenio de

Andreu, Blanca

ngel, Montoya Alberto

Apollinaire, Guillaume

Aragon, LouisINCLUDEPICTURE "../../../../Premia/WWW/amediavoz/A2.gif" \* MERGEFORMAT

Arango, Manuel de Zequeira y

Arce, Jos Manuel

Arce, Gaspar Nez de

Aregensola, Bartolom

Arghezi, Tudor

Aridjis, Homero

Arolas, Juan

Artaud, Antonin

Arteche Salinas, Miguel

Arturo, Aurelio

Arriaza, Juan Bautista

Arteche, Miguel

Ascasubi, Hilario

Atencia, Mara Victoria

Augier, ngel

vila, Santa Teresa de

Ayala, Pero Lpez de

Azcoaga, Enrique

Azuela, Francisco

El Abencerraje y la hermosa Jarifa

AUTOR ANNIMOFlor de romances, escogida entre los de Abindarrez, Jarifa y Rodrigo de NarvezROMANCES1Rodrigo de Narvez guarda la fronteraEn el tiempo que reinabael Infante don Fernando,que del reino de Aragnfue despus Rey coronado,en Espaa residaun caballero esforzado,que Rodrigo de Narvezfue de su nombre llamado,que a todos los de su tiempoen valor se ha aventajado;y entre las cosas que hizoadonde ms le ha mostrado,fue cuando gan a Antequerael Infante ya nombrado;y ans, de Alora y de ellapor alcaide le han dejado,donde estuvo mucho tiempocon algunos hijosdalgo,muy valerosas empresascontra moros acabando.Pues como la ociosidadnunca en ellos ha reinado,salironse nueve juntosuna noche del verano,del murmurar de los vientosapacible convidados,y de la luz de la lunaa la salida incitando,por ver si tienen descuidolos de su bando contrario,o si sale alguno de ellosen la noche confiado [...]2Cabalgata nocturna, bajo la luna, de Rodrigo de Narvez y los suyosAl campo sale Narvez,vasallo del Rey de Espaay alcaide de Antequera,con ilustre cabalgada;todos a punto de guerra,de gran nombrada y fama,salen por topar los moroshaciendo alguna emboscada:La media noche seray la tierra en silencio estaba.Narvez se sube al otero,de all la luna miraba;tan clara estaba y serena,que de vella se admiraba.La noche parece da,segn el cielo mostraba;el camino por do ibanen dos caminos se aparta[...]3Abindarrez, vistosamente ataviado y con ricas armas, sale por la noche en busca de Jarifa. Los caballeros cristianos de Rodrigo de Narvez, al acecho, contemplan admirados la bella estampa del moro cantando los amores con su dama[...] Mtense en una arboledamuy hermosa, que all haba.Desde a poco rato vieronvenir con gran osadaun valiente y gentil morode hermosa filosoma,en un caballo ruano,poderoso a maravilla,amenazando los vientoscon la furia que traa;que la silla con el frenoeran de grande vala,con muchas borlas de grana,demostrando el alegraque llevaba el fuerte moro,y en lo dems que traa:las cabezadas, de plata,labradas a la Turqua;un caparazn bordadode aljfar, que reluca,y los estribos dorados,aciones de seda fina.El moro venia vestidocon estrema galana,marlota de carmesn,muy llena de pedrera;un albornoz de damascocortado de fantasa;una fuerte cimitarraa su costado cea;el puo, de una esmeralda;pomo, de piedra zafira;la guarnicin es de oro;la vaina, de perlera.Una adarga ante sus pechos,de fuerte piel granadina,a la morisca labrada;una luna por divisa;lleva el brazo arremangadoque muy fuerte paresca;una lanza con dos hierros,que veinte palmos tena;con aquel brazo herculeofuertemente la blanda.Rica toca en su cabeza,que tunec se deca;con las vueltas que le daba,de armadura le serva,con rapacejos colgando,de oro de Alejandra.Pareca el moro fuerteun Hctor en valenta;iba en todo tan lozano,y tan lleno de alegra,que con una voz graciosaaqueste cantar deca:En Granada fui nacidode una mora de vala,y en Cartama fui criadopor triste ventura ma.Tengo dentro de Conlas cosas que ms quera,que es mi bien y mi seora,la muy graciosa jarifa.Hora voy por su mandado,do muy presto la vera,si le placiere a Mahoma,antes que amanezca el da.Con tanta gracia cantaba,porque en todo la tena,que a un triste coraznbastaba a dar alegra[...]4En este romance se trata de la desgracia en que cayeron los Abencerrajes como consecuencia de las habladuras propaladas por sus enemigos en la Corte de Granada, causa del destierro de Abindarrez a la frontera, cuando era nioCaballeros granadinos,aunque moros, hijos dalgo,con envidiosos intentosal rey moro van hablando,viendo que los favorecetodo el granadino estado,hombres, nios y mujeres,caballeros y villanos;dicen que los Bencerrajes,linaje noble, afamado,procuran dalle la muertepara gozar su reinado.5Otro romance sobre la desgracia de la familia de los AbencerrajesEn las torres del Alhambrasonaba gran voceray en la ciudad de Granadagrande llanto se haca,porque sin razn el Reyhizo degollar un datreinta y seis Abencerrajesnobles y de gran vala,a quien Cegrs y Gomelesacusan de alevosa.Granada los llora ms,con gran dolor que senta,que en perder tales varoneses mucho lo que perda:hombres, nios y mujereslloran tan grande perdida,lloraban todas las damas,cuantas en Granada haba.Por las calles y ventanasmucho luto pareca;no haba dama principalque luto no se ponani caballero ningunoque de negro no vesta,sino fueran los Gomeles,do sali el alevosa;y con ellos los Cegrsque les tienen compaa.Y si alguno luto lleva,es por los que muerto habanlos Gazules y Alabeces,por vengar la villana,en el cuarto de los Leones,con gran valor y osada.Y si hallaran al reyle privaran de la vida,por consentir la maldadque all consentido haba.6En este romance se trata de los amores primeros de Abindarrez y Jarifa, y la separacin de los enamorados por irse ella con su padre a otro lugar de la fronteraCrise el Abindarrezen Cartama, esa alcaida,hasta que fue de quince aoscon la hermosa Jarifa.Padre llamaba al alcaideque l en guarda lo tena,y Jarifa como hermanale regalaba y serva.Y solos por los jardinesse andaban de noche y da,cogiendo de entre las floresla que mejor pareca.Si Abindarrez cantaba,Jarifa le responda,y si acaso estaba triste,Jarifa se entristeca.Y estando una madrugada,ya que la aurora sala,sentados junto a una fuenteque el agua dulce corra,Jarifa de Abindarrezmuchas veces se retira,y aunque muestra rostro alegre,no burla como sola;antes de muy congojadaen mirndole sospira,y el valiente Abindarrezmucha tristeza senta.Y con la voz amorosale pregunta qu tena.Jarifa como discretasospirando responda:?Ay, Abindarrez querido,ay, alma del alma ma!Cmo se nos va apartandoel contento y alegra!Que a mi padre o anoche,fingiendo estar yo dormida,que hermandad ni parentescoentre nosotros no haba;y que de aquesta fronterael rey, alcaide os haca,y que mi padre en Conquiere el rey que asista y viva;y pues o el desengaoen que engaada viva,siendo mi gloria tan brevecmo podr tener vida?Y estando los dos amantesen su triste despedida,llega a Abindarrez un pajea pedille las albricias.7Romance de la carta de amor que escribe el Abencerraje a Jarifa instndole a que le mande llamarA ti, la hermosa Jarifa,Abindarrez salud enva,el cual sin ella y sin tiesta carta te escriba.Mil veces dej la plumay dejada la tena;el esfuerzo me animaba,el temor me combata.En esto el atrevimientoque te escribiese, deca;el temor, ya despedido,el amor me dio osada.Lo que te escribo, seora,corazn y vida ma,es que te acuerdes de m,cual sal de gallardaen la vega de Granadavestido de tu divisa;y lo que ms te agradezco,Jarifa, en cuanto poda,de saber cun bien celastecon Ftima, tu querida,nuestros secretos amores,como discreta entendida.Lo que al presente suplicocon amor y cortesaes que cumplas tu palabracomo de ti se confa,que es de enviarme a llamar;di: cundo ser este da?Y si error hay en la carta,culpe a quien lo mereca.Al amor primeramenteporque me favoreca;despus al atrevimiento,y a la mano que escriba.8Romance de la carta de amor que escribe Jarifa a Abindarrez avisndole de la ausencia de su padre, para que vaya a encontrarse con ellaLa pluma toma Jarifa,y en un papel escribauna carta a Abindarrez,quien ms que a s le quera:"Bien sabes, Abindarrez,que soy tu menor cautiva,tu vasalla y servidorahasta el fin de mi vida.Bien sabes que con tu ausencia,por ser t mi compaa,vivo la ms triste morade toda la morera.Con esperanzas de vertetengo esperanza de vida.Ha querido el gran Mahomadar hoy fin a mi porfa,que mi padre es ido a Ronda,a Ronda, aquesa villa,diciendo que ha de volverdentro de tercero da.Luego, vista la presente,te parte[s], por vida ma,que la tierra est seguray tu fuerza est rendida."9Romance de los temores del Abencerraje esperando la carta de Jarifa y la llegada del mensajero con la misiva de amorEl postrero Abencerrajeque Abindarrez se llamaba,teniendo por el rey Chicola alcaida de Cartama,ninguna noche duermeni de da sosegabavindose tan apartadodel contento de su alma,porque su amada Jarifaall en Con, donde estaba,tmese que no le olvide,siendo de otro festejada;que aunque estaba bien fiado,siempre teme su mudanza,porque mudanza en mujeres cosa muy ordinaria,cuantims que en larga ausencianinguna paciencia abasta.Y con este pensamientograndes congojas pasaba,mas todo es bien empleado.Pues tan bien se le pasaba,que estando el Abencerrajeasomado a una ventana,mirando hacia aquella partedonde su seora estaba,que este era el mayor regaloque para su mal hallaba,diciendo: "Dichosa tierra,pues que deseo alabada,que tienes la flor del mundo,y la ms hermosa damade todas cuantas han sidoni sern segn su fama!";vio venir un escuderoque a gran priesa caminaba,con una carta en la mano,y hacia l enderezaba.El moro cuando le vidosu corazn se alteraba,porque no sabe quin fueseni para qu le buscaba,y en llegando el escuderode rodillas se hincaba,y la carta que traaen su mano se le daba;y aunque no vio sobre escriptono quiso preguntar nada,mas en habindola abiertola color se le mudaba,porque vio en la cortesaque era letra de su dama,que a dar fin a sus amoresle enva a decir que vaya.10Lope de Vega cuenta, por medio de un romance en boca de Abindarrez, cmo Don Rodrigo rindi al moro cuando este iba camino de sus bodas Abindarrez a JarifaLleg a Cartama Celindocon tu carta cuando estabael sol inclinado al Sur,pardo y triste, y no sin causa.Lela, besla y dilealbricias de mi esperanza,que se perdi en el ausenciadespus de llena de canas.Vestme, hermosa seora,colores, plumas y galas,que un alegre pensamientocon todas tres se declara.Baj a nuestra huerta antigua,y despedme en voz altade los rboles y flores,de las fuentes y las aguas.Diles mil abrazos tiernos,y ellos tambin se inclinabana darme para ti muchos,que aun tienen alma las plantas.Puse al estribo las massin el arzn, y a la casale dije volviendo el rostro:?Piedras, Jarifa me aguarda.No s si me respondieron,pero sent que sonabanpor largo trecho las fuentes:o era envidia o tu alabanza.Esta, por todo el camino,jornada, aunque breve, larga,iban alternando a vecesentre la lengua y el alma,cuando de unos robles verdesentre plidas retamasoigo relinchos y voces,y alzo la lanza y la adarga.Pero al punto estoy en mediode cinco lanzas cristianas,mas sin soberbia te digoque eran pocas otras tantas;y quiz porque eran pocas,trajo luego mi desgraciaotras tantas de refresco,y una, la mejor de Espaa:Este fue el alcaide fuerte,si sabes su nombre y fama,que es de Alora y Antequera,y estaba puesto en celada.Apart sus caballerosdesafime a batallacomo caballero fuerte,cuerpo a cuerpo en la campaa.Como era fuerza, acetley ans con la luna claracomenzamos nuestra guerrajugando las fuertes lanzas.Y pues al fin me venci.No me alabo; decir bastaque tena tres heridasen brazo, muslo y espaldas.No me las dieron huyendopero quien con diez batalla,tambin sospecho que tieneen las espaldas la cara.Don Rodrigo de Narvez,que as el alcaide se llama,me prendi, y llevaba a Alorade sus diez hombres en guarda,cuando, viendo mi tristeza,si le contaba la causa,me prometi dar remedioy ans fue justo contarla:Que hizo el cristiano conmigoesta gentileza extraa,con slo mi juramento,porque le di la palabraque dentro el da tercerovolvera a Alora sin faltaa ser su preso y cautivo.Mira si es justo quebrarla.Y mira, mi bien, si debollorar mi suerte contraria,pues le he de llevar el cuerpode quien t tienes el alma.11El Abencerraje cuenta a don Rodrigo, camino de la prisin, despus de la derrota, sus amores con Jarifa; en este fragmento de romance le refiere su juventud hasta que supo que la mora no era su hermanaCuando yo nasc, cuitado,luego mi padre me envapara que criado fueseen Cartama aquesa villa.Encargrame al Alcaide,que mi padre lo tenapor grande amigo, y lo era,y en las obras pareca,pues con una hija solame criaba y le serva.Ella me llamaba hermano,yo a ella hermana ma;como hermanos muy amadospasbamos nuestra vida.El amor entre los dosdiferencia no haca;como su hermano me amaba,yo por hermana tena.Tanto cresci en hermosura,que par a ella no haba.Vila una vez en la fuenteque en nuestro jardn corra,peinndose los cabelloscomo oro de Alejandra.A la hermosa Salmasisen belleza paresca.Dije: ?Oh, quin fuese Trocopara estar cabe esta ninfa,sin jams quitarme de ella,ni de noche ni de da!Con su gracia y hermosuracorriendo a m se vena,y abrazndome me dijo:?Ay, hermano de mi vida,decidme, dnde vens,que yo buscado os haba??Yo tambin a vos, hermana,que sin vos no hay alegra.Pero vos cmo sabisque seis hermana ma??Yo no ms del grande amorque como hermano os tena,y ver tambin que mi padrecomo sus hijos nos cra.Otras mil cosas pasamosque el amor nos insista.Y como el tiempo descubrelas cosas, yo supe un dacomo no era mi hermana,y holgume en demasa [...]12Otro romance que cuenta el mismo episodio de la libertad del moroMal herido Abindarrezse sale de una batalla,y preso, que es lo peor;y lo que ms estimaba,no por verse de un cristianosobrado lanza por lanza,mas por no poder cumplira Jarifa su palabra.Solo va en medio de todoslos que el alcalde llevaba,muy triste y muy pensativo,y la cabeza abajada.Suspira de rato en rato,y entre s l se quejaba:?Hasta cundo, di, fortuna,has de estar conmigo airada?Acaba ya, si quisieres;mira que no ganas nada,que no es honra en cuerpo muerto,como dicen, dar lanzada.Jarifa, seora ma,mal nos fue en esta batalla,pues t pierdes tu cautivo,yo mi gloria deseada.No esperes, porque si esperasestars desesperada,esperando a quien no espera,que se acab su esperanza.Ay de m, triste cautivo,ay, que el alma se me arranca!Diciendo esto dio un suspiro,y los ojos se alimpiaba.El alcaide, que es discreto,y la noche haca clara,iba notando del morola tristeza que llevaba,y apartndole a una parte,supo de l toda la causa;y al punto le dio licenciacon que le diese palabrade volver a su prisin,esta ventura acabada;y el moro se fue contentoadonde Jarifa estaba.13En el curso de la novela de los amores de Geminandro y Laura, un personaje canta el romance de la soledad de Jarifa mientras espera a su enamorado; sigue otro en el que se canta el gozo del encuentro entre los enamorados moros; y otro ms sobre la vuelta de Abindarrez y Jarifa al castillo de Rodrigo de Narvez[...] y despus de ya el suntuoso y rico banquete acabado, pidi Laura a Pinela tocase el instrumento y cantase alguna historia de cristiano o moro. A quien Pinela respondi diciendo que de cristiano no tena cosa al presente de gusto, pero que s tena de moro enamorado, cuya historia, aunque antigua, la tena sacada a lo nuevo; as, veniendo en ello Geminandro, y templando el instrumento, comenz a requebrar la soledad de Jarifa en suave canto:Triste, pensativa y solaest la bella Jarifa,temerosa de perderal Bencerraje, su vida.Debajo est de un jazmn,en un jardn retrada,de celos y pensamientosel alma y fe combatida.Siente que el plazo se pasay teme que se retirael Abindarrez de verlapor mudanza o por desdicha.Aflgela su sospechay el esperar la fatiga,porque el firme amor, si espera,siente cualquier niera.Con la memoria y los ojosun solo camino mira,y por corazn y bocaal Abindarrez suspira.Teme la lanza cristianaque don Fernando tenaen el castillo de Alora,por el Narvez regida.Y con estas tristes olasla llama de amor batida,respirando por la bocaresuelve en llanto estas liras:Si de la cruda ausencia,le nasce al alma desastrada suerte,no espere otra sentenciael que espera la muertepadesciendo este trago duro y fuerte.Ausencia tiene el almarendida al celo sospechoso y duro,el pensamiento en calma;y el amor firme y puro,si pasa mal de ausencia, no es seguro.Ay, dulce Abindarrez,si extrao amor y ausencia te han mudado,o el cristiano Narvezte tiene aprisionado,no pierdas de Jarifa tu cuidado!Ces porque el moro vinoherido de dos heridas:el fiel cuerpo, de Narvez,y el corazn, de Jarifa.Fue el discantar de Pinela tan gustoso a Geminandro y Laura que a mucha instancia le pidieron proseguiese si tena acabada la historia por conoscer el gozo de presencia en los amantes, que ausencia fue tan penosa. As proseguiendo Pinela, mud el tono en la ctara y dijo:14Holgando est con Jarifael Abindarrez gallardo,y contemplando en la gloriaque meresci su cuidado."Mi alma y mi bien", le dice;ella: "mi ser y regalo";l la llama: "mi seora";ella: "mi seor y amado".Que cuando es amor de tempre,es con los suyos tan franco,que con placeres de un da,paga pesares de un ao.Pero como viene herido,y cautivo de un cristiano,no sabe si lo descubrao si lo tenga callado.Al "s" le fuerza el se verde su palabra obligado,mas el dar pena en Jarifa,al "no" le est convidando.Pero descbrelo el rostro,que ya le tiene turbado,porque estn juntos en lamor y fe batallando.Habla en Jarifa su celoy pide el por qu celadovive, suspenso y cuidoso,triste, presente y mudado.Rompen silencio en el moroamor, temor y mandado,y responde con suspirorefiriendo el qu del caso:"Ajeno de imaginarinsistiera mi contrario,en resistir mi penara talle de batallar,part anoche solitario.Intencin slo guiabaa ver tu dulce presenciapero fortuna que agravame ofreci batalla bravacristiana, mas con clemencia.De Alora ciertos guerreroscon Rodrigo de Narvezen granadinos ligerossalieron [a] Abindarrez,armados de caballeros.La sobrevista mirando,vieron en m que era moro,y cinco que eran de bandome acometieron volandoagraviando su decoro.Sealronse en rencuentrocon la fuerza de su langa,pero no hicieron mudanzaen el corazn, que dentrogozaba de tu esperanza.Ora la suerte quisiese,ora su corta ventura,o el sitio de la espesura,no hubo alguno que me hiriese,ni falsease la armadura.Doblseles fuerza en vermeen la cruel liga metido,y pretendiendo prenderme,vieron tan bien defendermeque temieron su partido.Nasciles de este temorcorazn para llamaral alcaide, su tutor,de cuya fuerza y valorte puedes asegurar.Len se mostr en la guerrahasta que me vio rendido,pero rendido y en tierra,fue tan noble y comedido,que su trmino me atierra.Orgulloso y de guerreropor armas quiso rendirme,pero como caballerosabiendo mi amor tan vero,dio licencia de partirme.Djele palabra y fede volver a su prisin,cumplida tu peticin.Esto, pues, es el por qu,Jarifa, de mi pasin.Arto siento en despedirme,Jarifa, de tu presencia,no por el temor de ausencia,pues mal podrn ya rendirmesu mudanza y empaciencia.Y cuanto quiera llegara destrozar mi constancia,no hallarn tiempo y lugar;para slo imaginarsacar de m ganancia.galo posible en ello,que aunque en hacer se deshagano podr dejar la llagaque tiene en el alma sellode pagar lo que te paga."Cuando Jarifa entendiel por qu del triste caso,y conosci ser cautivoel Bencerraje su amado,determina de partirsea cumplir con l el plazo,por no se quedar sin almacon su ausencia y sin su amparo.Ha sido, hermana Pinela ?dijo Silabia?, tan grata a mi gusto la letra y el concierto de tu msica, que si competidores y premios hubiera, a mi juicio merescieras la corona.?Bien es verdad ?dijo Laura?, pero parsceme que ha favorescido en la letra menos a Jarifa, no siendo ella en amar al moro menos aventajada.?Harto a mi juicio ?dijo Geminandro? ha dicho de ella, seora, y si gustis, pues no tiene competidor que la contradiga, prosiga la historia que a mi parescer lo ms gracioso resta.Y viniendo en ello Laura, templando a talle la ctara, prosigui Pinela la historia en diversas tonadas de esta manera (prosigue en el romance XV)15Holgndose est con Jarifael Abindarrez gallardo,y contemplando la gloriaque mereci su cuidado."Mi alma y mi bien", le deca;ella: "Mi rey y regalo";l: "Mi contento y seora";ella: "Mi seor y amado".Que el amor, si est de temple,es con los suyos tan franco,que por el placer de una horaquita pesares de un ao.Mas como l viene heridoy cautivo de un cristiano,de la villa de Antequera,alcaide del rey don Sancho,no pudo con el dolorllevar su contento al cabo;mas, con sobrada ocasin,un triste suspiro ha dado.Armas verdes y cautivo,preso de amor sin batalla,rendido el pecho a Jarifael Bencerraje cabalga.No le dejan partir sololos amores de quien ama,porque ella gusta de ir presadonde lleva presa el alma.Parten los dos mano a manoa cumplir la fe y palabraque Abindarrez dio a Rodrigode volver preso a su casa.Pasando por el jaraladonde fue la batalla,dice con un ay! el moroque del corazn arranca:?Dulce Jarifa, aqu fuedonde tu amante perdila victoria que gancuando te vendi su fe,y tu cautivo qued.Aqu cay Abindarrezqueriendo la suerte dura,y ofresci en esta espesuraa Rodrigo de Narveztiempo, lugar y ventura.Visto el sentimiento que hace,tuerce Jarifa la hablapor restaurar el dolorque le renueva la llaga.Y con alegre semblantemueven cuestin delicadadel hacer comedimientoa don Rodrigo en su casa.?Porque la gente cristianano nos condene en lenguaje,quiero saber, Bencerraje,qu salva ser ms llanapara tan llano hospedaje.Pues donde hay vencimientoes como esclavo el vencido,si el vencedor es servido,y este duro tratamientomuchos hay que le han tenido.No le puede dar respuestaporque acab la palabraa la vista del castillodonde don Rodrigo aguarda.En lo ltimo iba Pinela de su gustoso canto cuando por un camino que algo encima la fuente caa, sintieron venir agramente llorando una dama...16Romance con las quejas de la espera de Jarifa y la llegada del AbencerrajeCercada de mil sospechasla hermosa Jarifa estaba,temiendo que Abindarrezle faltase la palabra,porque ve pasar la nochey que a Con no llegaba.Con la congoja que sientemuchas veces sospiraba,y sus ojos hechos fuentesestas palabras hablaba:?Dnde estis, Abindarrez?Qu es de ti, bien de mi alma!Por qu has querido engaarme,sabiendo que soy tu esclava?Si no pensabas venir,respondirades a la carta,y no hacerme esperarpara estar desesperada,que aunque quiera no lo estarno es tan larga la jornada,que pueda pensar que en ellagastaras noche tan larga.Mas si acaso la fortuname quiso ser tan contraria,que te encontrasen cristianospara vencerte en batalla,ruego [a] Al que esto no sea,antes que quede burladaque, por no verte cautivo,dar por rescate el alma.Tanto lloraba Jarifaque las piedras ablandaba,pero vnole el remediocuando ms penada estaba,porque lo oy, que en el jardn,que sonaba un cuento de lanza,y baj corriendo [a] abrillede placer alborotada;y con la gran turbacincasi abrille no acertaba,mas despus que le hubo abierto,un recio abrazo le daba.Con el brazo echado al hombro,al castillo lo llevaba,adonde le hizo seorde su hermosura y gracia.

Delfina Acosta

(Asuncin, 1956).

Poeta, narradora y periodista. Aunque qumica-farmacutica de profesin, Delfina Acosta se ha dedicado a la creacin literaria desde muy joven. Sus primeros poemas aparecen en Poesa itinerante (1984), publicacin colectiva del Taller de Poesa Manuel Ortiz Guerrero. Posteriormente ha publicado dos poemarios: Todas las voces, mujer... (1986; Premio "Amigos del Arte") y La Cruz del Colibr (1993). Parte de su obra potica figura en antologas literarias nacionales y extranjeras. En 1987, en los "Juegos Florales" --concurso organizado por la municipalidad asuncena en ocasin del 450 aniversario de la fundacin de Asuncin-- su obra Pilares de Asuncin fue galardonada con el premio "Mburucuy de plata". Ha ganado adems numerosos otros premios, entre ellos: el segundo premio "Poesa Joven" (1983), la "primera mencin" en el Concurso de la Municipalidad de Asuncin (1991) y una "mencin especial" en el concurso de cuento breve "Nstor Romero Valdovinos" (1993) por su cuento "La fiesta en la mar", publicado despus en el suplemento cultural del diario "Hoy". Tiene tambin varios cuentos an inditos.

LA ROSA DURAEl gallo soy de la veleta rojaque mira al Norte porque Norte soy.A mi pueblo lo barre el mismo pueblo:un viento malo con que al ro voy.La saeta del Este cuando girada vuelta al pueblo, al lirio y al convoydel caballo al que subo al ser el dapara saber al irme en dnde estoy.He plantado una estrella en el Oesteque bajar a la noche. Te la doyporque subes al Este cada tarde.Yo te amara, mas veleta soy.El gallo fui de la veleta rojaque al Sur apunta pues al Sur me voy.En su fro se templa mi poesa:la rosa dura que ha de abrirse hoy.ENEMIGOMi peor enemigo, t que me amascomo una ciega lluvia que al caerescampa, arrecia, escampa. Mi enemigo,yo te corono amante, pueblo y rey.Con una hiedra mis cabellos atasy sabes del lunar que es mi clavel.Cuando el jazmn de su roco cuelgay huele a flor pisada antes de ayer,con la ronda impaciente de tus pasosbajo tu sombra vengo a florecer.Si no te amara, nunca te odiara.No te vaya, enemigo, yo a perder.Quin me perdonar? Por quin mis versoscaern de mi tristeza en el papel?T, mi enemigo. Yo, enemiga tuya.La muerte no helar nuestro querer.

CUARTO AZULSomos amantes. Suelen los poetascon infantiles coplas y sonetoscelebrar el tair de las campanascomo la hora nupcial de nuestro encuentro.Diran ms, pero se callan porquese abrevia as el relato en dulce cuento.Es la sombra que atiende el buen negocio,madama de aire triste; los dinerospagados por el cuarto azul agrandansus ojos apagados, mas los juegosde los amantes en las escalerasno la dejan dormir. Se siente el cielocuando en la calle oscura y sin un nimaya somos de la acera dos silenciospor una tos la culpa de un ladrido. Qu accidente ! Quin ms ir a saberlo?

ROPAJEEs el mar mi ropaje: as desnudacomo una enorme ola a ti yo llego.Mi ocasin la tormenta y los relmpagos,y es la montura de mi amor el viento.No retorno: yo voy pues son mis pasoscomo a la hierba la pasin del fuego.Soy la bestia de larga cabelleraque lame la otra lengua que es el beso.En la forma de piedra me hallo a gustoporque es as tan duro mi silencioque no lo vencer el dolor del mundo,ni del odio la gota de veneno.Es el mar mi ropaje: as desnudacomo una enorme ola a ti yo llego.Brotaron en mis manos de agua sucialas flores venenosas de estos versos.

ESTATUA EN LA PLAZA VERDETe esperara. Yo sera, amado,la primera en llegar hasta la va,y la ltima en volver, con un paraguas,de la estacin del tren que te traera.Ir hasta el mar como la lluvia, a veces,y pasar del mar a la otra cita,en el muelle del puerto, frente al ro.Ser la gris silueta que tirita.Inmensamente sola como noviasaldr a buscarte y volver tarda.Del balcn a la plaza partir.Ser una estatua de melancola.Y a la hora puntual de nuestras muertes,si llegara primera a nuestra cita,te estar ya aguardando para dartemi amor en una blanca margherita.

DIENTESEstrella que es error, yo soy los dientes,y solamente dientes, no la bocaque yerra, miente, injuria, a Dios calumnia,y cuando su spid guarda queda roja.Ay, pobres bocas, lenguas enredadascon las malas palabras que hablan solas.Yo soy los dientes que castaeteancuando filosos muerden a las rocas.La bocas son carmn que en la intemperiepierden su fuego; en su lugar, las rosasen las muy fras noches, de sus frentesdejan caer sobre el amor sus gotas.Soy como Hefesto, dios que cojo y feo,pelea doy, mas llama que se llora,no s qu frase mgica invocarapara una vez besarte oscura boca.

EL BESOVoy a contarte un cuento que otras saben.Las menos como t jams supieron.Era un juego de a dos pues se enfrentabanun rey hermoso y una reina a besos.Y rase que ella alegre se moracomo ltima tecla en cada beso.Y l riendo tomaba con su bocaun poco de su lengua y de su aliento.Pas el verano bajo el puente chino,sopl el otoo y garu el invierno,volvi la primavera y se marchdetrs de un par de nios aquel juego.Y rase esa mujer que an lo amaba,y mora de pena, pero en serio.Y rase la tristeza en el ciprsla hora en que llova en ese reino.

HADESLa primera seal: te salen lgrimas,y escribes, sin querer, mejores versos.Se apagan los faroles de la cuadra,pero tus ojos brillan ms atentos.Y hay dos seales: si con l te cruzases como si te diste vuelta a verlo.La cerrazn que cae sobre tu almate lleva a presumir que ya es invierno.Si habr escuchado historias en mi vida:rase una que baj al infiernodonde perdi a su amante. Y hubo un nimapor siempre enamorada de un espectro.Y hay ms relatos. Y ste es muy contado:Dir que al bosque ir por un momento.Te besar como quien va por mscerillas. Nunca volvers a verlo.

NIO BELLOEn tu da de bodas, nio mo,arrancar las flores de tu herida.Tu cutis sobre el mo har caerdel cielo en esa noche lozana.Te limpiar a la aurora con mi lenguay me odiars fielmente cada da.Mi nombre hars rodar del ro al mar.No le amars aunque su amor le pidasa la mujer que dejar alargarpor ti su cabellera de llovizna,y a la otra tambin, que trenzarsus bucles con malezas y gramillas.Deja nio que sea yo quien causeel mal irreparable en ti. Que digasque te he querido y que te quise msde lo que por quererte me queras.

PERO TAN CONTENTASi ya te ha amado alguna, y luego otraa quien llevaste con su hermana a fiestas,y aquella a cuyo rostro te arrimastedel lado en que asom la luna llena,por qu me distrajiste si me hallabacuando muy sola anduve tan contenta?Era una triste, azul mirada fija.Un beso me quitaste y me entr pena.Que ya no quiero amarte bienamadoporque mejor amante es el poema:rondando como un lobo, si la lunaflorece entre las ramas, me despierta.Que ya no quiero amarte bienamadoporque mejor amante es el poema.Los versos tras las aves alzan vuelo.Mi alma incendiada en el papel gotea.DESOLADAA Gabriela MistralAntes de echar mi cuerpo al ebrio ro,muy ebria ya, entr por las abiertaspuertas del templo; o a una rata huir.El atrio era una vieja madriguera.Y le dije a mi Dios, en cualquier parte,que pecar, no pequ, y ni siquiera...Un relmpago atroz iluminlas pocas velas y tron la iglesia.No supe qu decir, mas las palabrasfluan de mis lgrimas, sinceras.Los santos parecan escucharmecon esa educacin de gente vieja.Y por si ah estaba, a Dios le dije,que amar, am. Mis huesos di a las fieras.Jesucristo en la cruz ola a herrumbre.El ro me aguardaba entre las piedras.PORQUE SIENDO VERANOSer tal vez el alma lo que dueleporque siendo verano paso fro.Como una gota se cay y rodmi alma en la escalera de un altillo.Ayer estaba alegre y contagiosa.Hoy mi ojo triste en el espejo espo.Por la salud de todas tus amanteshago sonar mi copa contra el piso.Noches de amor y ni una medianoche!Las penas se me van con los vestidos,mi maldicin en balde y el venenoque bebo de mi cliz los domingos. Rod la gota por las escaleras !No se me pasa el alma con suspiros.La pena es ese pjaro que trinasobre una rama y canta, a Dios, divino.

UNIGNITA DEL SURTal vez es culpa ma que haga fro,que rija ya el otoo, y que las hojasse borren de las ramas como pjaros,o se largue a llover a cualquier hora.O es slo culpa nuestra. Por querernosun fuerte viento por las calles sopla.Cul mariposa recibi una piedray mana sangre limpia de paloma?Un trbol por un beso, y un poemapara quedarse triste en tu memoria.Me diste lo mejor de tu tristezay te clav en el pecho una amapola.Los pasos de la lluvia suenan lentos.Acaso quien camina es tu persona.Soy hojarasca que otro paso esparce.A mi favor tan slo el viento sopla.

VUELVO PRONTOTras un hombre que am en la primaverase march mi vestido, enamorado.l me abraz diciendo "vuelvo pronto".La flor que me dej arrug mis manos.Mi chal de Cachemira se llevquien me acost a la sombra del verano,y mud a sus mejillas mi color,y la sal de sus besos a mis labios.Mi abrigo beige que calent un otoome lo quit, sobre el sof, jugando,el hombre de otra, que me dijo hallarde soledades llenas nuestras manos.Que todo se llevaron. Fue muy fcilbajar el cierre de mis dos leopardos,arrugar mis vestidos, deshojar...A veces me sangraban los costados.

YO, OTELOTe celo de las nias imposibles,rostros de brasa y lgrimas de nieve.Me encuentras a tu madre parecida,y de razn mudable cuando llueve.Te quiero y t me quieres, mas no basta,ni esta promesa de quererse siempre.Mi amor lleva mi letra simple y triste.El tuyo es una carta que se enciende.A veces miras sin notar el cieloy dices, por ejemplo, que me quieres.Yo juego a que estoy muerta y me distraigomirando cmo el pasto se oscurece.Y por amarme y por besarme tanto,y por morderte y luego por lamerte,cay el adis, cay despus la lluvia,en esta ltima tarde de diciembre.BODA PATTICAQue no sea en otoo, ni en verano.Yo querra que fuese en primavera;dar setiembre entonces sus primiciasy los jazmines abrirn las rejas.Caern besos de adis en mis mejillas.Mis ojos como lgrimas abiertasse cerrarn en boca de mi amado. Que no ser velorio, sino fiesta !Un tocador con mar confeccionadohar rodar sobre mi sien realeza.En la brumosa esquina del saln,cualquier pedido tocar la orquesta.Y sonarn las notas de Gardel.Se oir este coro: "El da que me quieras..."Me ir a casar. Empezar a llovery los jazmines cerrarn las rejas.

COSECHADescalza peregrino debajo de la lluvia.Lloro por dentroun agua de oro.Cuntame, bienamado.Dnde tu reino, tus lacayos,tu ngel de la guarda, y tu bufn?Mas, dnde tu victoria,tu cicatriz profunda,tu esclava, tu corona,y tu cabeza amada?Mi corazn en llamases la seal callada de que an vivo.

PIEDRA EN LLAMAS Y si me amaras ?Tambin si me dijeraspalabras que no hablanen esta tarde que se va deprisapor una puerta abierta hacia otro da. Si me quisieras ?O si me permitieras ver tus ojos,ms, mucho ms de su color de agua,para encontrar en ellos lo que busco:mi corazn,mi propio corazn perdido.Yo me imagino, a veces, convertidasobre tu pecho en medalln de plata.Yo me contemplo,pgina ya escrita,quemndome en tu cuerpo lentamente,para brotar despus,para rehacermeen lgrimas de un rostro maquillado.Si me dijeras,mejor, si no dijeras,y yo supiera igual que t tambin...LOS MODOS DE MARCHARSEHay modos de marcharse de la vida:poco a pocose van de tu memorialos versos ms hermosos de Rimbaud.Te ocurren dos fatalidades juntas:se te muere la rosaque al mirarla quisistecon suspenso de nio,con el amor de Dios,y se entierran, tambin, en el jardn,las hojas amarillas de tu alma.Para llenar las horas de la tardevas y vienes del tiempoen que qued el recuerdode aquella boca tibia ayer besada.Hay modos de marcharsede la vida:poco a pocose van de tu memorialos versos ms hermosos de Rimbaud.

LA NODRIZAMe quieres por ser triste y por mayor.Me quieres pues no tienes an edadpara llevar a una mujer a misa.Te permito morder, lamer, sanar.T bebes de los ros de mis senosel agua de las rocas frente al mar.Me pides que te muerda, y al besarte,te pinte mi boquita de labial.Te dejo susurrarme en el odolo que otro da a otra le dirs:" Ay, triste ma, ma, slo ma !"El amor como el vino habla dems.Ninguno como t, entre todos dios.Te enseo a ser varn y te me das.Aprende nio hermoso que el amorlleva en su tibia sangre la maldad.

ANTES DEL OLVIDOAcaso es tarde.No importa yaque con favor del diablocoloque mis jazmines en la acera,mi zapato de tierraen la ventana,y me quedeen cuclillas,aguardando,que alguien golpee de una vez mi puerta.No importa yaque con las gotasde un da que en la fiesta fue lluvioso,yo moje mis cabellos y mejillas,y me quede sentada,parpadeando,sobre el silln de mimbre, en la penumbra.Acaso es tarde.Acaso el tiempome lleg de golpepor andarme de madre,por andarme de hija,y este fuego nocturnoque sube por mis huesos,este aullido ferozque levanta mi sangre,ya no son sealespara llamar a nadie.

LOS PASAJEROSAmigo, vamos a abordar un tren.Desde la ventanilla miraremosa los lobos cercndole a la luna,y a la lluvia apagando al firmamento.Tomaremos un break en la campiadonde grazna al Seor, un triste cuervo.Llover y volveremos a subir.Me habr marchado de tu abrazo lejos.Sin darme cuenta de que te has quedadodebajo del ciprs que arquea al viento,te contar las cosas que he callado,y te dir en la boca que te quiero.El tren habr parado en la comparsaque de esquina en esquina va hasta el puerto.Despus de un rato pitar, y entoncesme ir con l para pasar de lejos.NO SE LO DIGASNo se lo muestres nunca a nadie,ni se lo digasa tu mejor amigohacindole jurar con muchas copasque nunca contar.Escucha:ya madur la luzen la primera fruta del parraly quiero que te asombres.Ni siquierate nombro,y sin embargo,sus versos que poseen el color de mis venaste cuentana travs de los vientos y del aguaque a ti me lleva el blancode la virginidadque te deb en las noches consteladas,el verde de las hojas de tu pueblodonde fueron a misa los vestidos,y el rosado prudentede la amante que fingeser la esposa en la fiesta.ANGELUSQuin pudiera aprender los largos versosque saben las oscuras golondrinas;ellas retornan al or el cantode lo que fue un lejano Ave Mara.Quin dijera de pronto al recordarme:delante de una lmpara encendidadejaba en cada lnea de papellos versos que las pginas perdan.Sola al ver crecidas su melena,su lgrima y su ua andar sombra.Y le han crecido por andarse tristeen vez de cualquier cosa, margaritas.Y que se diga un dulce cuento al nio:baj la muerte a ella cierto daen que la lluvia se volvi una gotasobre la rosa que perdi la vida.

QU HISTORIA CUENTA? Qu historia cuenta, si el ciprs se arquea,y la higuera se rompe, el loco viento ? Si las puertas se cierran de repente,es que ha estallado su terrible genio ?Ya sufrir pareciera cuando el loboaterra con su aullido, desde lejos,mientras la tos despierta al moribundo,y ladra sin dejar dormir el perro.Si las campanas suenan espantandodel viejo campanario a los murcilagos,se dira que l sale de un garitodonde ha apostado el alma de los muertos.En ocre caracol arrinconadoa nuestro odo sopla muy enfermo.Como l ninguno, de los libres dios,y espritu, quien sabe, de los muertos.POR LAS ROSASMe voy a maquillar para morir.Por la luna sabrn si estaba loca."Era llena de lluvia", contarquien cambia los amores de mi alcoba.Me voy a maquillar para morir.Por la luna sabrn si estaba loca.Jugando a que me muero, muero.Ay, camalote que en el ro flota.Sabr yo entonces quines me han amado,no por llorarme bajo lluvia en contra,ni por callar, o por decir de mpor estar muerta y buena, o tantas rosas.Alumbrarn mis noches los relmpagos.La cruz mayor proyectar mi sombra.Un ro largo y limpio escribir.Mi verso crecer en las verdes hojas.

MILSe llega a mil, seora, con la verjaque cerca a su jardn, de doce metros.Las estrellas que el ojo no ha contadonada quitan ni aaden a estos versos.Porque casada cambia de maridos:un Dios te salve y nueve Padrenuestros.A tanta cifra agrego aqu los guiosromances, citas, y piropos cientos.Es siempre doce el nmero mejor.Morenas doce rosas, por ejemplo.Un paraguas abierto y una lluviano dejan ver a una mujer de duelo.El resto es saldo de ochocientos perlas,as como cincuenta y dos dineros,pauelo con que abulto mi corpio.A mil llegu seora y firmo el verso.

Acosta Oscar

Biografa

Poeta, poltico y diplomtico hondureo nacido en Tegucigalpa en 1933.Residi en Per desde 1952, donde dio a conocer sus primeras producciones poticas alejadas del estilo costumbrista dominante hasta entonces en su pas. Su primera publicacin fue Responso potico al cuerpo presente de Jos Trinidad Reyes en 1955, seguida luego por Poesa menor en 1957. Residenciado de nuevo en Honduras, continu su carrera literaria con Poesa menor en 1957, Tiempo detenido en 1962, Mi pas en 1971, y sus antologas Seleccin 1952-1965 en 1965 y Seleccin 1952-1971 en 1976. Cultiv el teatro y la crtica literaria dirigiendo las revistas Honduras Literaria y Extra de Tegucigalpa. Fue el primer director de la Editorial de la Universidad Nacional Autnoma de Honduras y fund en Tegucigalpa la Editorial Nuevo Continente. Es adems miembro de nmero de la Academia Hondurea de la Lengua.En 1960 recibi en Nicaragua el Premio Rubn Daro, y en 1979 el Premio Nacional de Literatura Ramn Sosa de Honduras.

CABELLO DE MUCHACHAEL FUEGOEL NOMBRE DE LA PATRIAEL ROSTROESCRITO EN PIEDRAFORMAS DEL AMOR LA ESTRELLALOS AMANTES

CABELLO DE MUCHACHATu cabello es de humo dorado,una copa con un jugo encendido,un caracol de ondeado vidrio,una flor de bronce tmido.Tu pelo existe, tiembla suavementecuando mi mano llega a su roco,cuando lo beso entusiasmado,cuando llora como los nios.Tu cabello es un odre con fro,una estrella dulce, un pistiloque lucha por ser lirio.Es una paloma convertida en durazno,una corona que alumbra con sus ciriosy que calienta la sangre como el vino.

EL FUEGOFrot el indio la yesca,el pedernal, el pinocon otro pino viejo,la madera, las hojasde roble, la cortezade los ceibos cados,el cuerpo del animalsalvaje, el carbnmineral endurecido.El mundo cambi entoncesotro espejo movibleque no era el del agua,alz su brazo rojoen la espesa maleza,en el mbito crudode miles de aosa la sombra, iluminadossolamente por el rayoo por el centelleode los lcidos ojosde las fieras.T te callaste entoncesviendo crecer la lenguaclarsima, la llamaque levant su lanza,su corona de espinasy que lami la nochecomo animal salvaje.Ante tu limpio rostrode indgena doncellanaca otro milagro:el milagro del fuego.

EL NOMBRE DE LA PATRIAMi patria es altsima. No puedo escribir una letra sin or el viento que viene de su nombre. Su forma irregular la hace ms bella porque dan deseos de formarla, de hacerla como a un nio a quien se ensea a hablar, a decir palabras tiernas y verdaderas, a quien se le muestran los peligros del mundo. Mi patria es altsima. Por eso digo que su nombre se descompone en millones de cosas para recordrmela. Lo he odo sonar en los caracoles incesantes. Vena en los caballos y en los fuegos que mis ojos han visto y admirado. Lo traan las muchachas hermosas en la voz y en una guitarra. Mi patria es altsima. No puedo imaginrmela bajo el mar o escondindose bajo su propia sombra. Por eso digo que ms all del hombre, del amor que nos dan en cucharadas, de la presencia viva del cadver, est ardiendo el nombre de la patria.

EL ROSTRODe tu rostro pursimo y resplandecientesurge una luz silenciosaque todo lo desnuda, descubreparasos y mares de ceniza, oculta sombras con su bella campanay vuela como un pjaro. Olvidar tu rostro es ahogar el corazn,tratar de ignorarlo es vivira ciegas, dando tumbos;no es necesario volver a decirque tu rostro nos promete un reinoen un universo inmvil y destruido.

ESCRITO EN PIEDRAYo vi, joven seora,su bello cuerpoentre las piedrascomo una orqudea.No haba fuego entoncesal servicio del hombre,ni dctiles metalesmostraban al asombrodel primitivo sersus formas.ndabamos descalzoscomo nios,desnudos como pecesen el aguay corramos librescomo giles leopardos

Era el ao dos milo cuatro milantes de Jesucristo.Las tribus combatancon pedernales,con piedrasy cuchillos.

Antes de ir al combatepinto estos signosen la pared antiguade una clida cueva,junto a otros smbolosque mis antepasadosen ocasiones similaresescribieron.Ignoro quin recogerestas frases.Es posible que entoncesno seamos, t y yo,ni esttica cenizani barro sumergido.Desde mi monarquacompartida, te recuerdo.Y si volvieras a nacerte prometo que siempreseras, como ahora lo eres,mi mujer y mi reina.

IIEn la mesa veo frutas,agua en los cntaros,peces con los ojos abiertosen las cuerdas del patio,el maz calentndose en los cuartos.El cazador soy yo,el cazador que sale en la noche a buscar el alimento diario,las hojas para el lecho,la fibra para el manto,la flor para tu pelo,la piel para el zapato.Hoy te traigo una florselvtica, una luna cada,un perfume barato,yo quiero que la pongasen tu pecho blanqusimo,en tu seno cubiertocon cuero de venado.Eso te traigo ahora,compaera ma, ojopara mi llanto.

IIIPara ti las flgidas naranjas,la dura came de las ciruelas,el azcar mojado de la pia,la suavsima daga del pltano,la invicta blancura de la caa,el agua limpia del cocotero,el vello nio del durazno,la divisin de la guanbana,la aristocracia de la manzanay la tristeza de la guayaba.Para ti todo eso con la manoque recoge en el monte la fruta,la deja en la mesa de cedroy la corta todas las maanas.

FORMAS DEL AMOR"Nia invicta,te he visto ya en las onzas espaolas" Medardo MejaMis manos tocan, nia ma, tu rumorosa piel,tu dulcsima carne que tranquilos ngeles habitan,tu cabellera suave,tu corazn pequeo.Oye la campana del daapagando el luto de la nochemira la luz que si lenciosamente nos cubre,mira el cielo:ese jardn sobre tu pecho;respira el aire quietoque el ruiseor anuncia con su lanza,conduce tu desamora un lago sepultadoy hblame con tus labios excelsos.Llegu a sentir sobre las manosel agua efmera,el verano derribando sus torres,el abismo cerrando uss ventanas,el fruto abandonado,el mar abriindose las venas,el fuego hundido,hasta que t, nia ma,perfecta virgen repetida,me entregaste tu rostro.Veo de cerca la copaconfusa de las aguas,busco tu claro nombre entre las rosas,tu dulzura en la esencia de los rboles,tu vigilia en el beso,tu olor en los duraznos,tu luz en el rocoy me doy cuenta sorprendidoque todo me lo traes, nia ma,con tu mano sagrada.

LA ESTRELLASobre mi pecho abatido por los golpesest tu estrella tibia, dolorosamente azul,dirase un cielo toda ella.No quiebra el agua su perfecta dulzura,su sencillez es transparente y tieneel uniforme brillo de la lluvia alta.Djame este lucero, este cuerpo celestesembrando sobre mi pecho lleno de golpes,ests ya tan humilde que tu nombrese puede decir con respeto y con pequeasletras de amor, dios mo.

LOS AMANTESLos amantes se tienden en el lechoy suavemente van ocultando las palabras y los besos.Estn desnudos como nios desvalidosy en sus sentidos se concentra el mundo.No hay luz y sombra para sus ojos apagadosy la vida no tiene para ellos forma alguna.

La hermosa cabellera de la mujer puede ser una rosa,el agua tibia o un surtidoe enamorado.El fuego es solamente un golpe oscuro.Los amantes estn tendidos en el lecho.

Acquaroni Rosana

Biografa

Poeta espaola nacida en Madrid en 1964.Licenciada en Filologa Hispnica por la Universidad Autnoma de Madrid, trabaja como profesora de espaol para extranjeros en la Universidad Complutense de Madrid desde 1992. Es autora de materiales didcticos para la enseanza de ELE, ha impartido cursos de formacin de ELE en Inglaterra, Estados Unidos y Tnez, y es profesora del Mster de formacin de profesores de ELE de la Universidad Complutense de Madrid. Entre los reconocimientos obtenidos, se destacan: el Accsit del Premio Adonais de Poesa 1987 con el libro Del Mar bajo los puentes, la Ayuda para la Creacin Literaria del Ministerio de Cultura para su libro El Jardn Navegable y el Premio de Poesa Cceres Patrimonio Mundial 1995 con el libro Cartografa sin mundo.Su ltimo libro, Lmparas de arena fue publicado por la Comunidad de Madrid y la Fundacin Gerardo Diego.Sus poemas han sido traducidos al francs, al alemn y al rabe y aparecen recogidos en varias antologas.

Especial

Para "A media voz" es muy satisfactorio publicar el trabajo de una voz joven de la poesa espaola. Agradecemos a Rosana la seleccin de poemas que nos ha enviado para compartir con nuestros visitantes.

COMO EN LOS CUENTOS DE DUENDES ZAPATEROS...COMO UNA BALSA ARDIENDO...CUANDO TODO SE MECE...EL MAR CONTIENE AL MUNDOEL NIO AMAESTRADOEN EL FONDO EL OLVIDOEN ESA NOCHE PABLO...HAY VENTANAS QUE PUEDEN HABITARSE...HE LLEGADO AL INICIO...

LA MISMA INCERTIDUMBRE...MQUINA TEMERARIAME HE QUEDADO PENSANDO...NIO SIN SOMBRA

SABRAMOS RECORDAR CADA TROZO DEL MUNDO...TIEMPO DE OPACIDAD...TODA LA NOCHE HE NAVEGADO BAJO LA LLUVIA DESCONOCIDAT NO ESTARS...Y ES AHORA Y NO NUNCA...YO SOY LA QUE OS ESCRIBE...

COMO EN LOS CUENTOS DE DUENDES ZAPATEROS...

Como en los cuentos de duendes zapaterosellalo hace por m.Ella,la que desclava mis palabras,hace el trabajo suciopara luegocomerse mis perdices.De "Lmparas de arena" 2000

COMO UNA BALSA ARDIENDO...Como una balsa ardiendo en el centro del agua,una baera terca rebosa lentamente en mitad de la noche.La tibieza del agua desatada, liba la flor de las mareasacarrea cigeas y tortura con zarzas y gacelasros de oscuridad.As el agua ha llagado la humedad de mi vientrey deposita almendros sobre mis pies descalzos.Ya slo espero el relato del agua, la lenta supuracin del llanto. De "Lmparas de arena" 2000

CUANDO TODO SE MECE...

Es horrible ser dos intilmente. Antonio GamonedaCuando todo se mece sobre el prpado abierto de la noche y se oyen las pisadas de los ltimos porteadores de sueos que se alejan,cuando la luz ya es trmino arterial que la memoria traza desde dentroy omos germinar sin acritudel talar de la sangre bajo el peso de un labio,ella se enciende sola. Mi lmpara rebeldearde como spera piel de las sirenas,disemina palabras que son naipes sin luzsobre la hierba.Las bautizalas hunde en las diademas de la noche.Es horrible ser dos intilmentey por eso la dejo gozar de mi tristeza,nadar contracorrienteen la crecida de otra voz que no alumbra la cegueray se enciende tal vezms all de nosotros. De "Lmparas de arena" 2000

EL MAR CONTIENE AL MUNDONo nos deja olvidarpues cada olaes un recordatoriobramandonuestra muertehacia la orilla.De "Cartografa sin mundo" 1995

EL NIO AMAESTRADOMiraba sus piececitos tapiadoscomo tallados litorales.Huir de la tirana de sus pasosle hara bien.Palabras Descalzndose Sin tiempo.De "Del mar bajo los puentes" 1988

EN EL FONDO EL OLVIDOEn el fondo el olvido es un gran simulacro repleto de fantasmas Mario BenedettiComo un cuadro que ha sidodescolgado a destiempoy deja una marca gris en la pared vaca,mi cuerpo se desprende ms all del olvido,ocupa su lugar.Lejos del paraso,donde ya no es posibleenmascarar el sueo desencajadodel desaparecido,ni blanquear la mano atormentada del delito,ni difamar los labios en mitad de la piedra.Como el escaladorque apoya todo el cuerpoen los resquicios del vaco,paso sin ser notada abriendo las compuertas borrando los caminos,con la boca nodriza y los ojos ausentes.Rehn de la memoria, rememoro el olvido,ese gran simulacro repleto de fantasmasque arrastran su silencio hacia el abismo.Como el ilusionistaque dibuja pauelos en la seda del aire,me guardo intilmente una palomaquebrada en las trincheras de la noche. De "Discordia de los dciles" (indito)

EN ESA NOCHE PABLO...En esa noche Pablo bes aquel cuerpo muerto muchas veces, acarici sus muslos, los labios deshojados, la ternura del sexo impracticable. El vientre entumecido,la gangrena incipiente apenas florecida,el algodn del llanto,la breve remembranza de algn lunar dormido para siempre.Sarcomadekaposiprecipita los cuencos enfermizos.Tramos decrepitud, rescoldos del amor, limaduras de fro.Lmpara que entenebrece, hurgando para siempre en el desvn de las heridas.Las sienes astilladaslos prpados hinchados que enloquecendespus de la ceguera.La sutura violcea que entraa el corazn a la deriva-pequeas incisiones-La oscura luxacin acaecida al final del dolor.De "Cartografa sin mundo" 1995

HAY VENTANAS QUE PUEDEN HABITARSE...

Hay ventanas que pueden habitarse como se habita una ciudad, durante aos. Hay escenas que encienden una viday vidas que encienden una muerte mientras duran.Tan slo fue un instante. Despus aquella imagen fue quedndose atrs y tuve la certeza de que ella misma haba consentido en su muerte. El sacrificio es siempre una forma de venganza.En la noche anteriorl le haba prometido llevarla a ver el mar.La ventanilla de un tren puede llegar a contener el mundo en un instante. Despus de golpearla ella cay de rodillas ante l, mientras l la miraba y su mano homicida se abra sin querer y la piedra sangraba, se dejaba caer, se despeaba talud abajo. Me pregunto cmo se conocieron. En dnde enamoraron. Si ella saba coser. Si habra criaturas esperndola. No pude decir nada. Asistir al fragmento de la vida de otros.Sentir la mediana de un cuerpo malogrado. Ver cmo me alejaba y mi ojos sin tiempoqueran estirarse, detenerse,comprender.El tren segua su curso. (Un hombre solo que planea una muerte en campo abierto. Alguien que casualmente miraba en ese instante por la ventanilla de un tren y lo contempla. Eso es todo.)De "Lmparas de arena" 2000

HE LLEGADO AL INICIO...He llegado al inicio,como quien se extravabajo la rotacin labernticade un bosque sin races.Y doy vueltas Y vueltassobre mi propia heridatras la nica gasaque macera el silencio y su drenaje,la drsena del tiempo.He llegado al inicio y mi nombre no era ms all de un abismo sin alientoy mi cuerpo sin nombrese llenaba de lmparas y nias,perda piesin reservar la hierba.Y mi arena se oacrepitar hasta el fondosobre el granizo muerto.He llegado al iniciosin saber hacia dnde desvivirme,sin creer en la muerte de las olas,habitando la ausencia de m mismaY no encuentroel relojque repare mi arena.De "Lmparas de arena" 2000

LA MISMA INCERTIDUMBRE...La misma incertidumbre con la que un da precisoque ya fuiste acordando sin saberlo, comienza a desprendersela leve gasa que ocultara la trama de tu herida, una herida reciente que late sin hablary est tan dentro que tu vida depende de mantenerla viva.Con la misma solturacon la que cada rgano se acomoda para el partoy se abre un trecho de luz en mitad de tu cuerpo, una tarde descubresque no puedes contar tus cicatricespues sus bordes te unen a fragmentos de otros,a vidas paralelas, a blsamos de humo.Y es entonces que esa herida se cumple y es ms cierta que el mundo,nos regresa al origen,sus lmparas de arena,la palabra en el vientre,cuando todos vivamos recprocos y juntoscuidando las heridas. De "Lmparas de arena" 2000

MQUINA TEMERARIAMquina temeraria.Yo soy la que comienza a no existir.Mientras ellase prease atragantacon mis escritos de la tarde.Desordenaquiebradespedazase adueasabeque yo la escucho desde dentro.De "Lmparas de arena" 2000

ME HE QUEDADO PENSANDO...

Me he quedado pensando que de pronto una despedidapuede ser un comienzo.Y he abierto mis manosy he pensado besarte cuando ya ests dormidoinaugurar el campanario de los besosdibujar un pauelo en la seda del aireapalabrar la senda de tus ojos cerradosquebrantar ese sueo que ahora habitas en mitad de la nochey decirte a los labiosadis amorhoy quiero despedirmezozobrar para siempre en esta islareparar el amor. De "Cartografa sin mundo" 1995

NIO SIN SOMBRAPara Andrs Romero, cuando sea mayorNio sin sombra, Andrs, desmigada sonrisa, cuerpo de junco tierno todava.Que la vida te lleve por caminos agrestesno por sendas baldas.Que un pjaro de arenaaleje la ceniza, el vaivn de columpios monocordes.Nio sin sombra, Andrs, dnde duerme la noche?una nia Marina te acunar en los parques,mientras otra Luca te posar en silenciosus prpados de cobre.Indito 15-03-2005

SABRAMOS RECORDAR CADA TROZO DEL MUNDO...Sabramos recordar cada trozo de mundo, cada tropiezo vividosi al abrir la miradarecobrramos de nuevola luz de cada instante,pues toda inmolacin deja su propio surco,su propia oscuridad,y cada imagen tiene su propia lmpara.Lmpara de la niez,-all comienza todo-esa luz que se ve con los ojos cerradoslas claras azoteas, desierto de palomas,el tamiz lanceolado de las hojas de cobre transparente,un otoo agitando su ramaje, abrindose paso sobre la mansedad de las aceras.All comienza todo,aquello que era nuestro a pesar del dolor, pues desde entonces,slo he buscado el ser de aquella luz,y la siento crecer dentro de mcomo le crecen prpados de trapo al corazn tras el olvido. De "Lmparas de arena" 2000

TIEMPO DE OPACIDAD...

Tiempo de opacidad, de desencuentro.Hay mujeres que lloran tras los escaparates de los supermercados,golpeando las lunas de las lamentaciones,en las monumentales gndolas de los productos lcteos,de las nios sin nombre de las huevos de alondra lacerados,maraa de retales.Los acomodadores desatrancan la lluviaen los vestbulos desiertos de los cinesdonde rompen los pjaros y las olas de nadie.Olvido sin memoria, olvido fructifica,olvido da su fruto.Lo dicen los anuncioslas ofertasy las liquidaciones,los odos que tocanlos ojos que olfateanlos labios que te miranmientras muerdesun pedazo de invierno en el fondo de un beso.De "Lmparas de arena" 2000

TODA LA NOCHE HE NAVEGADO BAJO LA LLUVIA DESCONOCIDA

Toda la noche he navegado bajo la lluvia desconocida,barricada en el templo del absurdoalguien tiembla en el pozo desde antiguodonde crece la hierba y se amontona la noche.En el firme del airetan en silencio vuelael pjaro tambor de la maderacon su lmpara alada en la senda del bosque.La claridad se aprendecomo la herida aprende a no doler.Alguiendice tragar los harapos de la madrugadael fsforo encendidola cerilla mojada que duerme en la claridad de la tormenta.Alguiendice vaciar la niebla y su nervaduratragar harapos ciegos tan en silencioEl terror.De "Cartografa sin mundo" 1995

T NO ESTARS...

T no estars. Ya no.En la ltima tarde tu mirada tenaun dolor a jardines descuidados,una luz huidiza y astillada,un caminar de hombre con mirada de trapo,y un corazn tartamudo.Llevabas un temblor de naufragio y una venda en los ojos.El temblor tambin es una forma de mirar. Y t temblabas mientras tu luz caa.Crepitar es caer. Pero hacia dentro.Estaba requiriendo una llamada.Estabas demorndoteen aquellos das primeros del verano,contra un presentimiento de invernadero triste,de sangre requisada.Perdido en las aduanas del corazn.Supe que te moras por tus ojos.Esos ojos que erancon dolor a madera, con sabor a manzanas,prpados de cobrecomo cofres de lluviaque se abran con lstima.Ahora todo es ausencia.Los pjaros que encuentro,el crujir de la tierra sobre la mansa lluvia,el llanto de los nios detrs de las palabras.A veces el pensamiento se ensombrece de prontoy declina el mundo an ms deprisay nos sobreviene una noche destemplada, una herida negra.S que me buscaste.En esa larga noche de imperdibles sin rumbo,en el instante mismo en que tu cuerpose astill para siemprey tu llama empezaba a ser fractura,tmpano,camisa desplomndose.El verano se acaba.y los recuerdos ruedansobre los empedrados negros como regueros de sombra.Y es cierto que tal vez puedas vivir aos y aossin regresar de una sonrisaY t ests regresandocon el verdor de los arces en la lluviasobre la claraboya ms blanca de la luz.Y tu frente ha tomadola difcil transparencia del brezo o la retama.Y veo descarriarse de prontoaquel ovillo de lana tristeque fue toda mi infancia,aquella habitacin de costureraaquel balcn solaz que de muy niase asomaba al clamor hirviente de las calles,y ahora lo veo todoirse desmadejndose encima de tu cuerpo,detrs detrs detrs y todavami pequeo pual de nia sin palabras,DEPRISA, MS, CAER Y SIN EMBARGO,un cuerpo que se rompe, EL CABO FINAL DE LA MADEJA,aquel reloj de arena creciendo desmesuradamentemientras caecada pequea muerte en granazn,y todas se renen,y la arena se agrandahasta cubrir toda la habitacincon un murmullo seco de sombras alejndose.En este sueo, padre,puedo verte jugando con mis manos.Cuando las manos eran clidas y obradoras.Lpices de ternura,que nos llevaban siempre a emborronar los sueos.De "El jardn navegable" 1990

Y ES AHORA Y NO NUNCA...

Y es ahora y no nunca precisamente siempre,cuando el nufrago desciende sin memoriapreguntando preguntndoserefrescando el olvido de esa herida recienteque no sangra ni alumbra.Manantiales de humo.Pactemos la mentira amenazante que mana del recuerdo.La verdad ser siempre una eterna mentira.Aprendamos a ser ms all de nosotros.De "Lmparas de arena" 2000

YO SOY LA QUE OS ESCRIBE...Yo soy la que os escribe.Mi luz es un antlope que pace entre las ruinas del misterio.El espino que sangra,el surco desde dentro que nunca cicatriza.El manantial sonoro que se expande en el sueo.Yo soy la que os escribe.La lmpara que arde.La boca movediza que os senda con su luz,que os conduce a la sombra, que os aguarda y os hundeen la profundidad de la caverna.La luz que os encamina en su ceguera,la lmpara que os salva.La claridad que os funda,la pared que os desnuda,os alimenta,os finge y os codiciay sin embargo,miente.La lmpara de arena. De "Lmparas de arena" 2000

en la profundidad de la caverna.La luz que os encamina en su ceguera,la lmpara que os salva.La claridad que os funda,la pared que os desnuda,os alimenta,os finge y os codiciay sin embargo,miente.La lmpara de arena. De "Lmparas de arena" 2000

Hernando de Acua

(1520? - 1580)Natural de Valladolid. Falleci en Granada. Adems de gran poeta, fue un excelente hombre de armas. Combati en Italia y Alemania. Fue coetneo y amigo de Gracilazo de la Vega.Como traductor nos dej obras clsicas de los grandes escritores latinos e italianos, como las Heroidas, de Ovidio, Orlando el enamorado y el Caballero libertado, de Oliver Marche, en donde se nota la influencia de Virgilo e, incluso, de su amigo Gracilazo de la Vega.Entre sus propias obras se destacan la Fbula de Narciso, la Contienda de Ayax y Telamonio y Ulises. Pero es ms conocido por sus admirables sonetos, sus glogas y elegas, algunas de ellas dedicadas al Emperador Carlos V.

Elega a una partidaSi el dolor de la muerte es tan crecidoque pueda compararse al que yo siento,dulase el que naci de ser nacido.Mas nunca pudo muerte al ms contentoparecerle jams tan cruda y fiera,que iguale a mi dolor su sentimiento.Muerte puede hacer que el cuerpo muera,mas, cuando el amador de su bien parte,el alma se divide, que era entera.Antes la ms perfeta y mejor partees la que en el poder ajeno queda,que con su propia mano Amor la parte.Pues ved cmo de vos partirme pueda,que sois parte mayor del alma ma,sin que el dolor al del morir preceda.Ya se me representa el triste datan lleno de tiniebla, horror y espanto,cuan ajeno de luz y de alegra.Y pues de agora se comienza el llanto,ved qu ser en efeto la partida,si slo el esperalla duele tanto.Ser gran bien en pena tan crecidaque, pues partiendo de mi bien me alejo,antes que parta el pie parta la vida.Mas el injusto Amor, de quien me quejo,permite, para dao ms notable,que deje, sin morir, el bien que dejo.Oh fortuna envidiosa y variable,que apenas vi mi bien ya desparece,tanto te precias de tu ser mudable!An bien no amaneci cuando anochece,que en el bien que he tenido ser primerosu fin que su principio me parece.Mas mi sustentamiento verdadero,partindome de vos, por quien viva,es la esperanza de volver do espero.Ni aunque me vaya donde nace el datendr el sol rayo tan resplandecienteque alumbre en su tiniebla el alma ma.Otra alba han menester, otro orentemis ojos, que sin vos hallan escurodel cielo el resplandor ms excelente.Y el bien que ms deseo y ms procurocasi me ofende, que es dejarme veros,visto a lo que partiendo me aventuro.Y amenzame Amor con el perderos,aunque mi corazn no lo consiente,que desto se asegura con quereros.Pero, seora, quien os ve presentequ corazn tendr para acordarseque de esos ojos se ha de ver ausente,y para ver la triste hora llegarseen que los mos hayan de partirsedel bien de que no saben apartarse?Si la pasin que desto ha de sentirsees cierto que ha de ser conforme al dao,harto se manifiesta sin decirse.No digo la que siento en el engaode ser mi voluntad desconocida,que ste es otro dolor nuevo y extrao:ver que cosa de vos va tan sabidano queris por su nombre confesallapor no la agradecer siendo creda;que, aunque jams yo supe declaralla,s que de vos por un igual se entiendeesto que digo y lo que el alma calla.Mas lo que en mi partida ella pretendey, en pago de su fe, por ella os pido,si el pedillo, seora, no os ofende,es slo que a un querer tan conocidole deis su nombre, y que no sea pagadoel jams olvidaros con olvido,ni con ese descuido mi cuidado.Glosas deste verso: "Quiero lo que no ha de ser"1Si medir yo mi deseocon lo posible pudiera,tan libre ahora me vieracuan sin libertad me veo;pero pas mi querersin podelle detener,tanto de lo que se esperaque, dejando lo que fuera,quiero lo que no ha de ser.El bien que basta querellepara poder alcanzalle,el que para en deseallean no llega a merecelle.As me lo dio a entenderAmor, que pudo hacerpoco todo lo posible,por donde con fe inamoviblequiero lo que no ha de ser.Merece ser condenadopor grosero el amadorque quiere cerrar a Amoren trmino limitado;y pues para su podermil ejemplos hacen verque es corto y estrecho el mundo,yo, que en su valor me fundo,quiero lo que no ha de ser.Claro est que perderagran parte de su valor,si se sujetase Amorslo a lo que ser podra.Y no alcanzando a sabera dnde llega un querer,ni fuera vida el vivirni pudiera yo decirquiero lo que no ha de ser.Encierra un nuevo esperaren s la desconfianza,y as no falta esperanzacuando ms viene a faltar;y pues podella tenerdisminuye el merecery la fe pierde su grado,satisfecho de mi estado,quiero lo que no ha de ser.2Si al sospechoso acrecientanlas sospechas que le dan,certezas se le harn.Es cosa en amor muy hecha,donde no hay hora segura,el venir siempre en figurade verdad cualquier sospecha;pero si el dolor estrechaa quien sospechas le dan,certezas se le harn.Vienen con tal desatinoy es tal su naturaleza,que de sospecha a certezano hay un hora de camino,que al corazn adivinomales que nunca vendrncertezas se le harn.A la ms adversa suerteresiste un buen amador,mas la fuerza de un temorenflaquece lo ms fuerte:no le busquen otra muerte,que, si sospechas le dan,aqullas le acabarn.No se levantan del sueloun dedo en su nacimiento,y llegan en un momentocon las cabezas al cielo;nacen de fuego y de yeloy, en fin, del lugar do estnmuy tarde o nunca se van.Fuerzan a creer de hechocualquier manifiesto engao,y antes la mentira en daoque la verdad en provecho.Al entrar rompen el pecho,si la entrada no les danpara el corazn do van.De cualquier ligero vientosuelen nacer y formarse,y vienen luego a fundarsesin tener ms fundamento;en llegando al pensamiento,al corazn llegarny all permanecern.Y, para que no se sientan,nunca es parte la razn,porque ellas el todo sonen el lugar donde asientan;y si despus se acrecientanpor mano de quien se dan,juzgad el mal que harn.3Pues que no se ha de hacerlo que mi querer desea,quiero lo que no ha de ser,quiz con no lo quererposible ser que sea.Pues por derecho caminopierdo siempre lo que espero,ya, seora, lo que quierono querello determino.Orden nueva ha de tenerel alma en lo que desea,quiera lo que no ha de ser,quiz con no lo quererposible ser que sea,No hay bien que para alcanzalleme haya bastado querelley, para luego perdelle,basta slo el desealle.Y a quien ha de sucederal revs cuanto desea,quiera lo que no ha de ser,quiz con no lo quererposible ser que sea.As, porque mi servicioante vos algo merezca,procurar que os parezcael serviros deservicio;y que mi extremo quererno se reciba ni creasino por aborrecer,por ver si podr valerpara que lo que es no sea.De lo que no os acordisser el olvido remedio,y el callar tendr por mediopara que mi mal sepis.Apartarme de os verpara que mejor os vea,y as probar a hacerque sepis lo que es querer,y que lo imposible sea.De hoy ms sirva la esperanzaslo de desconfiar,porque ya para esperarquiero la desconfianza.sta es la que ha de traeral alma el bien que desea,pues esperar y querercualquier bien que pueda serhacen que cierto no sea.Para ms presto llegaralargar mi camino,usando del desatinopara poder atinar.As quiero pretenderque alguna seal se veadel bien que no puedo haber,y que lo que no ha de serpor razn sin ella sea.Para apartarme del daoprocurar de daarme,y para desengaarmeentrar en mayor engao.No ver ni quiero verlo que ms claro se vea,ni querr lo que ha de ser,pues que hace mi quererque lo que ha de ser no sea.Cuando viere en este marmayor peligro y ms cierto,apartarme del puertopara podelle tomar.Y pues es claro de verque en atajar se rodea,quiero lo que no ha de ser,quiz con no lo quererposible ser que sea.As en figura mudadoser cuanto digo agora,mas m voluntad, seora,no tiene mudable estado:que dejaros de quererno es posible que se veani nadie lo espere ver,porque nunca vendr a sersino cuando yo no sea.4Zagala, di, qu harscuando me vers partido?-Carillo, quererte msque en mi vida te he querido.Dime, pues fortuna ordenami pasin y mi partida,si ser de ti sentidaparte alguna de mi pena;o si no, siendo partido,zagala, di, qu hars?-Carillo, quererte msque en mi vida te he querido.Oh, si, vindome yo ausentedestos campos y ribera,te fuese siempre, cual era,mi pena y amor presente!Mas temo que, con ser ido,desto te disculpars.-No, sino quererte he msque en mi vida te he querido.Fortuna tendr poderpara apartarme de verte,pero del bien de querertejams lo podr hacer;mas t, vindome partido,zagala, qu sentirs?-Carillo, quererte msque en mi vida te he querido.Dblame el dolor que sientode verme apartar de tiel pensar que slo en mse halla este sentimiento,y que de verme partidopor ventura holgars.-No, sino quererte he msque en mi vida te he querido.Cmo estar aseguradode tanto bien en ausenciael que, muriendo en presencia,temi de ser olvidado?Temo que, en siendo partido,por muerto me juzgars.-No, sino quererte he msque en mi vida te he querido.Mira que es grave el dolorque me causa esta mudanza,y que a dbil esperanzasiempre la vence el temor;y, siendo as, de tu olvidoqu seguridad me das?-Carillo, quererte msque en mi vida te he querido.Respuestas1Si confesar yo quererteno te quita de fatiga,Carillo, no s qu digaque baste a satisfacerte;mas por ser t endurecidodesto no me mudars,porque he de quererte msque en mi vida te he querido.Partiendo, no lleves miedo,carillo, slo de ti,pues si t partes sin m,tambin yo sin ti me quedo;y, cuando fueres partido,mira que dejas atrsla que ha de quererte msque en su vida te ha querido.Qu mayor seguridadquieres de lo que te tocaque verme a m por mi bocadescubrir tan gran verdad?Si hasta aqu no me has credo,s que en fin me creers,porque he de quererte msque en mi vida te he querido.Si lo que digo no fueseverdad en el alma ma,carillo, quin me podraforzar a que lo dijese?Bien podrs t ser partido,mas de m nunca sabrssino que te quiero msque en mi vida te he querido.

Soneto sobre la red de amorDgame quin lo sabe: cmo es hechala red de Amor, que a tanta gente prende?Y cmo, habiendo tanto que la tiende,no est del tiempo ya rota o deshecha?Y cmo es hecho el arco que Amor flecha,pues hierro ni valor se le defiende?Y cmo o dnde halla, o quin le vende,de plomo, plata y oro tanta flecha?Y si dicen que es nio, cmo vienea vencer los gigantes? Y si es ciego,cmo toma al tirar cierta la mira?Y si, como se escribe, siempre tieneen una mano el arco, en otra el fuego,cmo tiende la red y cmo tira?Sonetos1De amor se hace, y por l mesmo es hechala red de amor que a tanta gente prende,y como la refuerza el que la tiende,no est ni puede estar rota o deshecha.Hermosura es el arco que Amor flecha,del cual ninguna fuerza se defiende,y el gusto humano es quien le da y le vendede diversos metales tanta flecha.Nace nio, y por horas crece y vienea ser ms que gigante y, siendo ciego,vulvese un Argos al tomar la miray un mostruo tan extrao, que, aunque tieneen una mano el arco, en otra el fuego,con mil tiende la red y con mil tira.2La red de amor, pues por Amor es hecha,no es de maravillar si a tantos prendeni que, pues l la coge y l la tiende,la guarde sin estar rota o deshecha;ni que, del arco que Amor hace y flecha,trabaje en vano aqul que se defiende,ni que se engae quien le da y le vende,mirando y deseando, tanta flecha.Es nio y vence, porque l solo vienea poder lo imposible, tal que ciegomuy cierta, sin mirar, toma la mira,y nos hace sentir que a un tiempo tienelas manos en el arco y en el fuego,y prende con la red, y abrasa y tira.3La red de amor es invisible y hechade suerte que, sin verse, enlaza y prende,y de valerle tanto al que la tiendeprocede el nunca estar rota o deshecha.Deleite forja el arco que Amor flecha,del cual nuestro valor mal se defiende,y el flaco natural le da y le vende,para dao del mundo, tanta flecha.Amor es fuerza indmita, aunque vieneen figura de nio, y aunque es ciego,sola su voluntad es punto y mira;y as, pudiendo cuanto quiere, tieneen una mano el arco, en otra el fuego,cuando tiende la red y cuando tira.4Cuando era nuevo el mundo y producagentes, como salvajes, indiscretas,y el cielo dio furor a los poetasy el canto con que el vulgo los segua,fingieron dios a Amor, y que tenapor armas fuego, red, arco y saetas,porque las fieras gentes no sujetasse allanasen al trato y compaa;despus, viniendo a ms razn los hombres,los que fueron ms sabios y constantesal Amor figuraron nio y ciego,para mostrar que dl y destos hombresles viene por herencia a los amantessimpleza, ceguedad, desasosiego.5De oliva y verde yedra coronado,cuando el rayo del sol es ms caliente,vueltos los ojos a una clara fuente,y al pie de un alto pino recostado,sin acuerdo de s ni del ganado,que de pacer dejaba al son que siente,as solt la voz savementede amores un pastor apasionado:Las ondas cesarn del mar profundo,por altas cumbres subirn los ros,sin hoja verde nos vendr el veranoy escuro har el sol antes el mundoque, aunque refuerce Amor los males mos,a Silvia deje de adorar Silvano.6Como vemos que un ro mansamente,por do no halla estorbo, sin sonido,sigue su natural curso seguidotal, que aun apenas murmurar se siente;pero, si topa algn inconveniente,rompe con fuerza y pasa con rudotanto, que de muy lejos es sentidoel alto y gran rumor de la corriente;por sosegado curso semejantefueron un tiempo mis alegres das,sin que queja o pasin de m se oyese;mas como se me puso Amor delantela gran corriente de las ansias mas,fue fuerza que en el mundo se sintiese.7Pastora en quien mostrar quiso natura,a la miseria deste bajo suelo,la ms cierta seal del bien del cieloy un claro sol en la tiniebla escura,si pastoral ingenio a tanta alturapudiese levantar su corto vuelo,que cantase Damn cunto consueloes verte y no te ver cul desventura,desde el un polo al otro se sabraque no yo solo, mas cualquier que ausentede tu presencia vive, oh Galatea,debe sentir la mesma pasin ma,pues sola en ti se halla juntamentecuanto bien se procura y se desea.8Mientras amor con deleitoso engaodaba color a la esperanza ma,el seso, lo mejor que l entenda,declarar procur mi mal extrao.Pero ya que llegar a ser tamaole vio, y que iba creciendo cada da,dej la menos necesaria vapor ms considerar el propio dao.Desde all, va en silencio y noche escura,con mil acuerdos de mi bien pasadoy del presente mal, paso mi vida,que en tal extremo est de desventura,que, si hay firmeza en miserable estado,ni puedo ya subir ni dar cada.9Nunca me vi tan solo ni apartado,que lo pudiese estar de un pensamientoque me renueva el doloroso cuentode mi estado presente y del pasado;do Amor, por verme siempre lastimadocon apariencias de contentamiento,modera su rigor, y luego sientocon esperanza mi temor mezclado.Entran luego los dos en su porfa,donde en fin el temor vence la pruebay pierde la esperanza mal fundada.En esto estoy mil veces cada da,y siempre el mesmo caso me renuevatristes congojas y, pasin doblada.10Vivir, seora, quien os vio, sin veros,no es por virtud ni fuerza de la vida,que, en partiendo de vos, fuera perdida,si el dejaros de ver fuese perderos;mas de tanto valor es el quereros,que, tenindoos el alma en s esculpida,de su vista y memoria, que no olvida,ninguna novedad basta a moveros.As, aunque lejos de vuestra presencia,vos sola me estaris siempre presentey no me faltaris hora ninguna,sin que puedan tenerme un punto ausenteel spero desdn, la cruda ausencia,nueva llaga de amor, tiempo o fortuna.Sonetos en prisin de franceses1Como el poderos ver, seora ma,me sustentaba sin usar de otra arte,cuando en segura y reposada parteFortuna tanto bien me conceda;as, despus que por contraria vavolvi su rueda, y con el fiero Marte,sin que cese su furia ni se apartede m, los dos me daan a porfa,ni su poder ni la prisin francesa,do por nuevo camino me han trado,privarn de su bien mi pensamiento;con que no slo ningn mal me pesa,mas aun, seora, vindome perdido,conozco que lo estoy, y no lo siento.2Lo que es mortal padece esta prisin,que lo inmortal, seora, est en la vuestra;sta tiene de m sola la muestra,la vuestra tiene el alma y corazn.Por donde yo no hallo por raznque a Fortuna llamar deba siniestra,pues ella me gui con mano diestraa veros y a sufrir por vos pasin.As de todo el mal en que me ha puesto,cuando pienso este bien en que me puso,no slo le perdono su mudanza,pero aun no estando satisfecha desto,de cualquier otro mal tambin la excuso.salvndose de veros mi esperanza.3Cuando contemplo el triste estado moy se me acuerda mi dichoso estado,hallo mi ser en todo tan trocado,que pensar tuve bien es desvaro.Con mi memoria por mi mal porfo,pues, si no es esperanza en bien pasado,y en ella con razn fui confiado,con muy mayor agora desconfo.Ausencia, de pasiones madre y fuentejunta con el temor de vuestro olvido,del cual aun en presencia me tema,hacen con fuerza del dolor presenteparecerme, segn ya estoy perdido,que ni fue ni vi entonces lo que va.Soneto de Silvano a su pastora SilviaCuando la alegre y dulce primaveraa partir sus riquezas comenzaba,y de los verdes campos desterrabaaquella estril sequedad primera,un pastor triste y solo en la riberade Tesn gravemente sospiraba,y vi que en un alto olmo que all estabacon un hierro escribi desta manera:Si, de amor libre, por aqu pasareacaso algn pastor, cualquier que fuere,huya desta ribera y deste llano,que, cuando ms sin pena se hallare,si a Silvia la cruel pastora viere,por ella morir como Silvano.Canto de SilvanoA la sazn que se nos muestra llenala tierra de cien mil varias colores,y comienza su llanto Filomena;cuando, partido Amor en mil amores,produce en todo corazn humanocomo en la tierra el tiempo nuevas flores;al pie de un monte, en un florido llano,a la sombra de una haya en la verdura.cantaba triste su dolor Silvano,y asegundaba voz en su tristurael agua que bajaba con sonidode una fuente que nace en el altura.Pastor en todo el valle conocido,a quien la musa pastoral ha dadoun estilo en cantar dulce y subido.Despus que su zampoa hubo templado,dijo, como si viera ante sus ojosa aqulla por quien vive apasionado:Silvia cruel, pues que de mis enojosel nmero mayor ms te contenta,y es tuya la vitoria y los despojos,muvete al menos a tomar en cuentaaquella voluntad tan conocidacon que sufro el dolor que me atormenta.No s por qu de ti ya no es creda,si no porque de grande es increbley t, enemiga, de ti poseda.Oh, si me fuese ahora tan posibleacabar ante ti por contentarte,como vivir sin ti me es imposible!En pago de aquel tiempo que en mirartegast contento, cuando no mostrabascomo huelgas ahora de alejarte,Silvia cruel, que verte me dejabas,porque venido al tiempo de no verteme viese cual t verme procurabas,si del atrevimiento de querertemerec pena, ya la padeca,que bastaba perderme sin perderte.Acurdome de un tiempo que solacontar Silvano el triste sus pasiones,y Silvia la cruel se las oa.Acurdome que mis toscas razoneshallaban en tu pecho acogimiento,si hallaban tambin contradicciones.Acurdome tambin que mi sustentoera tu vista y desto se holgabaquien huelga ahora de mi perdimiento.Quin me dijera, cuando yo te dabacuenta tan larga de las ansias mas,que desventura tal se me guardaba!Quin me dijera, Silvia, que encubras,so color de dolerte, la cruezaque al fin acabar mis tristes das!No pienses que tendr ya tu fierezalugar en m do pueda ejecutarse,que la fuerza que viste es ya flaqueza.Mi vida es la que gana en acabarse,t sola perders en que se acabe,que yo no pierdo sino en dilatarse.Este alto monte, que mis ansias sabe,por mi contino canto dolorososabe la crueldad que en Silvia cabe.Y al son que hacen triste, y tan lloroso,las ninfas del Tesn en su ribera,responden las del Po, claro y famoso.Deste llano, do siempre primaverahallaban los pastores y el ganado,hora huye y se aparta toda fiera.Slo Silvano, el triste desdichado,a llorar su dolor y desventuraqued, como en desierto, desterrado.Cun diferente ya en esta pasturade aqul que ahora soy me vi cantando,no versos de dolor ni de tristura,sino de tal sujeto que, en tocando,la rstica zampoa resonabami suerte y tus bellezas alabando!Y de las dos riberas se juntabala ms sentida parte de pastores,que, estimando mi canto, me escuchaban.All los ms penados amadoresa cantar comenzaban dulcementeen amoroso verso sus dolores.De sombra en sombra, de una en otra fuente,en loar cada cual a su pastora,procuraba mostrarse ms valiente.Donde no se pas jams un horaque tu precioso nombre no se oyese,tu nombre, Silvia, por quien muero agora.Ni pienso que algn olmo o salce hubiese,do escrita de mi mano por tu gloriaparte de tu valor no se leyese.Con esta simple pastoral historiaprocuraba dejar en estos llanosinmortal para siempre tu memoria.Porque del bien de nuestra edad ufanospudiesen en el tiempo veniderogozarse los pastores comarcanos.Entonces tuve vida, ahora muero;entonces, Silvia, no menospreciabasa tu pastor Silvano, aunque grosero;entonces vi que no te desdeabasde alegrar con tu vista estas riberas,sin mostrar que de verme te enojabas.Gozbamos tu vista, tus maneras,tu habla, tus graciosos movimientospara hacer mil almas prisioneras.Y todas mis congojas y tormentoscon tu presencia as se deshacancomo la niebla con furiosos vientos.Cuando estos campos tanto bien tenan,los rboles, las flores y los pradosde granizo ni piedra no teman.Todos los frutos por aqu sembradosse van de hora en hora levantarsecomo por mano de natura alzados,y todas estas yerbas alegrarse,como se ven ahora, no te viendo,antes de tiempo y sin sazn secarse.Pero cual yo te vi flores cogiendopor estos campos es para sentirseslo en el alma, y voylo yo diciendo.Al aire esos cabellos vi esparcirse,en mil udos al aire esos cabellos,y luego de una nube el sol cubrirsede corrimiento y pura envidia dellos,hasta que t, porque l se descubriese,tornabas a encubrillos y cogellos.Si con el bien perdido se perdiesela memoria que vive tan daosa,an pienso triste que vivir pudiese;pero con ella en ansia congojosapasar con dolor lo que me queda,que es poco, desta vida trabajosa.Volvi Fortuna su mudable ruedaporque en estado triste y miserablequejarme siempre sin valerme pueda.Y t, Silvia cruel, fuiste mudablecon quien tuvo y tendr siempre contigouna fe y un amor tan entraable.Pues si tal crueldad usas comigo,procurar, siendo tuyo, de acabarme,qu ms puede esperar un enemigo?En comenzando t a desampararme,me falt todo bien y la esperanzaque en algn tiempo no sola faltarme.Has mudado mi ser con tu mudanza,y sola una seal no me dejastede bien en que tuviese confianza.Y pienso que, de ver que no acabasteesta sombra que queda de la vida,an no juzgas mi mal tanto que baste.Pues aunque tu belleza es tan subida,no soy tal, si lo miras, que merezcaque de m te desprecies ser querida.Ni tan disforme soy que, do se ofrezcamostrarme con pastores mis iguales,no pueda parecer, y no parezca.Y t mesma de nuestros mayoralessiempre viste tenerse y estimarseSilvano, el que ahora muere, y no le vales;pues de lo que un pastor debe preciarse,en nuestro valle ningn otro veoque de m le hayas visto aventajarse.Mi canto ya le oste, y yo no creoque pudiera de ti ser ms loadala musa de Damn y Alfesibeo.Mas triste, sin ventura, todo es nada:qu vale fe en amor, ni partes buenas,a pastor cuya vida es malhadada?Antes ayudan a doblar las penas,que tanto ms las siente el que padece,cuanto ms le debieran ser ajenas.Porque al pastor que menos lo merecela Fortuna cruel se muestra amiga,y al que merece ms desfavorece.No s, Silvia, qu piense o qu me diga,sino que ya no espero que se amansetu enojo ni que menos me persiga.Mis das hacia el fin vuelan y vanse,y pienso sern antes consumidosque vea un hora sola en que descanse.Oh, si ahora mis versos doloridoscon este triste son se levantaseny pudiesen llegar a tus odos!Que ya que tu dureza no ablandasen,yo s que de mi mal alguna parteque negar no pudieses te mostrasen;no porque vayan guarnecidos de arte,sino por ser el cuento simple y purodel dolor que comigo Amor reparte.Versos movieron corazn muy duro,mas es el tuvo duro en tal extremo,que ni lo espero ya ni lo procuro,ni busco otro remedio, antes lo temo,pues sale de mis ojos siempre un roque pasa por la llama en que me quemo;y ni el gran fuego al triste llanto modisminuye el humor que le sustenta,ni decrece el ardor por agua o fro.Y si pena mayor quieres que sienta,o mayor puede ser, mndalo luego,que cosa no querrs que no consienta.Mas mira el triste llanto y vivo fuegoque me consume y arde, y vers claroque no puedo pasar de donde llego,que ni a pastor jams cost tan caroamar pastora, ni la quiso tanto,ni se vio perdicin tan sin reparo.Aqu lleg Silvano con su canto,dando por fuerza de pasin tamaafin a los versos y principio al llanto.Eco, del centro de la gran montaa,resuena en su favor, ya por costumbre,con temerosa voz, triste y extraa.Mas como Febo, con su clara lumbre,acab de encubrirse y esconderse,desamparando ya toda alta cumbre,y se alegraba Endimin de versecercano de gozar su bien tamao,comenz el pastor triste a recogerse,llevando a la majada su rebao.SonetoLa grave enfermedad que en Silvia valloraba triste su pastor Silvano,cuando, mirando en la siniestra mano,le vio un agudo hierro que tena,as diciendo: De la furia magurdese todo corazn humano.Y qu har con gesto alegre y sanola que doliente y tal esto haca?Mostr que, pues peligro descubiertotan claro desengaa al que le viere,huyan todos la muerte conocida,porque el dao mayor est encubierto,que el triste que a quererla se atreviereharto ms aventura que la vida.Silvano a SilviaA Silvia la crel salud envaSilvano el triste, de quin l la espera,que habella de otra parte desconfa.Yo quisiera hacerte, si pudiera,esta mi carta alegre o menos triste,mas salime por fuerza verdadera.En ella te vers cual siempre fuiste,soberbia vencedora de un vencidoque no se defendi ni se resiste.Y a m me vers tal, y tan perdido,como t mesma desear podras,que es cuanto puede ser encarecido.Vers aquellos tan sabrosos das,que con tu voluntad goc de verte,vueltos en ansias y en congojas mas.Temo contar mi dolorosa suerteque s que a cada paso deste cuentohe de topar mil veces con mi muerte.Y aunque palabra para sentimientode tan creidos males no hay ninguna,lo que puedo dir de lo que siento.Bien s que el triste canto te importuna,porque ya con mi suerte le ha mudadode alegre en doloroso mi fortuna.El doloroso verso enamorado,que un tiempo tus odos deleitaba,en triste y enojoso se ha trocado.Entonces que mi vista te gozaba,con que t me mirases, o mirarte,toda amorosa queja se templaba.Pero ya con el vano imaginarte,de qu sustentar mi triste vida,buscndote mis ojos sin hallarte?Nunca sent tal pena que, medidacon la gloria de verte, no la viesemenor mil veces, aunque muy crecida.Ni tormento sufr que Amor me dieseque, pensando en el bien de tu presencia,aunque fuese mortal, yo le temiese.Mas oh dura, cruel, grave sentenciade Amor y mi fortuna, que han queridoque sufra un cuerpo de su alma ausencia!Cunto ms sano y cun mejor partidome fuera el acabar, que t lo vieras!Mas porque fuera lo mejor, no ha sido.Entonces a lo menos me creyerasni hubieras visto lo que me decas:que nunca fue mi mal pena de veras,y que eran de obstinado mis porfas,y que por mi placer te importunaba,buscando de enojarte nuevas vas.Si penaba de veras o burlaba,pudeslo ver en lo que paso ahora,que el fin por el principio se mostraba.Si padecer un mal que no mejora,ni espera mejorar de ningn arte,ni siente de descanso sola un hora;si en ausencia quererte y contemplarte,si tener en el alma tu figura,y slo al corazn dar della parte;si en tan grave pasin y desventurasumarse mi remedio y mi consueloen ver o imaginar tu hermosuray, para mayor dao y desconsuelo,tener Amor en m la entrada ciertaal dolor miserable del recelo;si haber cerrado a todo bien la puerta,y abrirla a todo mal de la maneraque Amor por acabarme lo concierta,no son de mi congoja lastimerapara poderla ver ciertas seales,cules sern de pena verdadera?Pero las mas, aunque son mortales,bien s que no podrn satisfacerte,porque a tu voluntad no son iguales.As jams espero de tenerte,por males que padezca, satisfecha,aunque morir me vieses por quererte.Mas esta va he de seguir derechapor no faltarme a m de lo que debo,que contigo bien s que no aprovecha.Por presupuesto ya en mis males llevoque ni en m el padecer es cosa nueva,ni en ti no conocerlo es caso nuevo.No tengo para qu hacer ms prueba,que ya tu voluntad est probada,pues que por ella tanto mal se aprueba.De mi vida presente y la pasadaquedar para ti sabrosa historiadel alma por mi mano trasladada.De mis penas tendrs dulce memoria,y en la diversidad de cada unadiversamente te vers en gloria.Holgars con Amor y con Fortuna,que con tu voluntad se han concertado,y en todos tres la voluntad es una.Vers los dos para lo que han bastado;vers tambin a lo que t bastaste,que pudiste acabar lo comenzado;vers cumplido cuanto procuraste,y ms se cumplir si ms procuras,que en m no tiene tu querer contraste.Disparates los llamas y locuras,mas, oh, cun diferente es el juiciodel que se halla envuelto en desventuras!T en lastimarme seguirs tu oficio,yo en padecer seguir siempre el mo,que efetos son los dos de tu servicio.Y si mis quejas a escribir porfo,no es ya porque yo espere