los limites contributivos de economia sumergida

4
1 LOS LIMITES CONTRIBUTIVOS DE LA ECONOMIA SUMERGIDA. Manfred Nolte Se atribuye a Benjamín Franklin aquello de que en esta vida hay dos momentos inexorables: la muerte y el pago de impuestos . Respecto del primero, único y fatal, luchamos con ahínco por diferirlo. En relación al segundo, tedioso y reiterativo, nos estrujamos el magín para sortearlo cuanto se pueda, propinando codazos a la conciencia para acallarla hasta el límite de lo posible. Pero no hay vuelta de hoja: en un sociedad democrática moderna, los impuestos de ahora son la infraestructura, la seguridad, la sanidad, la educación, la cultura y la protección social de mañana. Cualquier persona sensata no puede sino mostrar su total oposición a la existencia de esa parcela opaca de la actividad económica, que se traduce en el impago de una obligación tributaria (conducta ilícita) así como en la reducción lícita pero moralmente reprobable de bases imponibles (elusión), amparada en la ingeniería fiscal y financiera. INGRESOS FISCALES SOLO DE IMPUESTOS Viene esto a cuenta de la necesidad de financiación de las cuentas públicas españolas en un momento en el que se acaba de fijar el techo del gasto y a

Upload: manfrednolte

Post on 16-Jan-2017

200 views

Category:

Economy & Finance


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Los limites contributivos de economia sumergida

1

LOS LIMITES CONTRIBUTIVOS DE LA ECONOMIA SUMERGIDA.

Manfred Nolte Se atribuye a Benjamín Franklin aquello de que en esta vida hay dos momentos inexorables: la muerte y el pago de impuestos . Respecto del primero, único y fatal, luchamos con ahínco por diferirlo. En relación al segundo, tedioso y reiterativo, nos estrujamos el magín para sortearlo cuanto se pueda, propinando codazos a la conciencia para acallarla hasta el límite de lo posible. Pero no hay vuelta de hoja: en un sociedad democrática moderna, los impuestos de ahora son la infraestructura, la seguridad, la sanidad, la educación, la cultura y la protección social de mañana. Cualquier persona sensata no puede sino mostrar su total oposición a la existencia de esa parcela opaca de la actividad económica, que se traduce en el impago de una obligación tributaria (conducta ilícita) así como en la reducción lícita pero moralmente reprobable de bases imponibles (elusión), amparada en la ingeniería fiscal y financiera.

INGRESOS FISCALES SOLO DE IMPUESTOS Viene esto a cuenta de la necesidad de financiación de las cuentas públicas españolas en un momento en el que se acaba de fijar el techo del gasto y a

Page 2: Los limites contributivos de economia sumergida

2

renglón seguido vendrán los presupuestos generales del Estado. Nadie se muestra indiferente. El partido proponente propone, la oposición objeta, Bruselas escruta y los ciudadanos y las empresas aguardan a ver lo que les toca, a ver en que manera queda afectado su bolsillo . Los viajes al zapatero para hacerse un agujero adicional en el cinturón de los gastos vienen siendo práctica preventiva habitual cada vez que se debaten las cuentas públicas. Cada vez que toca fijar por las Cortes Generales el importe y desglose de los ingresos y de los gastos públicos que conforman los presupuestos de las administraciones del Estado, vuelve a ponerse sobre el tapete una de las características estructurales de la economía española consistente en presentar unos ingresos tributarios inferiores a la media de la Unión Europea de los 28 en porcentaje de su PIB, eso que llamamos ‘presión tributaria’. Y ello tanto en su agregado total como en sus principales figuras impositivas, siendo el de Sociedades el único impuesto que recauda un importe similar al de la media comunitaria, a pesar de tener tipos superiores a los del promedio. La realidad es que recaudamos poco en términos comparados, aunque no seamos los farolillos rojos del ranking, que cierra Irlanda con una presión fiscal del 24%.

En 2015 nuestros ingresos fiscales supusieron el 38,6% del PIB. Como los gastos supusieron el 43,9%, la diferencia del 5,1% es el famoso déficit fiscal que se financia con deuda pública y que nuestros pactos con Bruselas nos llevan a

Page 3: Los limites contributivos de economia sumergida

3

reducir hasta el 4,6% en 2.016 y hasta el 3,1% en 2.017. ¿Porqué es relativamente baja nuestra presión fiscal (38,6%) en relación a la media europea de los 28 (44,9%), una diferencia de 6,3 puntos de PIB? Y es aquí, nuevamente, cuando resurge el inveterado argumento de la economía sumergida como causante de la desviación recaudatoria española en relación a la europea y la occidental. ¿Hasta qué punto está fundada esta afirmación? La respuesta es que solo hasta cierto punto. Y es que el porcentaje de la economía sumergida en España es muy similar al de la media europea.

Fuente: SCHNEIDER (2.005): Size and Development of the Shadow Economy. Según muestra una investigación del profesor Friedrich Schneider experto mundial en temas de economía sumergida la media de esta actividad opaca en la Europa de 31 países analizada se sitúa en 2015 en el 18,0% del PIB, dos décimas menos que la estimación para España que se fija en el 18,2% del PIB. Resultaría poco consistente asignar una diferencia de presión fiscal de 6,3 puntos de PIB a una desviación de 0,2 puntos en la economía sumergida. La diferencia obviamente hay que buscarla en otra parte, como ha señalado un reciente Informe del Circulo de Empresarios.1

La mayor diferencia se halla en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) donde la recaudación significa dos puntos porcentuales del PIB de diferencia inferior a la media de la UE28, a pesar de contar con un tipo marginal superior. Esta desavenencia obedece a las múltiples deducciones, bonificaciones y exenciones del impuesto. El impacto de la economía sumergida

1 CIRCULO DE EMPRESARIOS (2016): UN SISTEMA FISCAL PARA CRECER EN UN ENTORNO GLOBAL.

Page 4: Los limites contributivos de economia sumergida

4

es mayor en este caso ya que las rentas altas trasladan los beneficios a sociedades y el sistema de módulos es un excelente vehículo de evasión fiscal. Enorme incidencia ha tenido sobre todo la elevada tasa de paro que resta contribuyentes y unos salarios medios de crisis que han mermado las bases imponibles. No es comparable la contribución fiscal relativa de Dinamarca o de Bélgica con la de España, un país este ultimo que cuadruplica la tasa de paro de aquellos. También hay que recordar las carencias estructurales de nuestra economía, el nulo crecimiento de la productividad de los factores, la escasa cualificación de nuestros trabajadores, o el reducido tamaño de nuestras empresas. Si nos fijamos en la recaudación en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), España recaudó en 2.015 un 6,5% del PIB frente al 7% de la media de la UE28 La menor recaudación en esta figura tributaria, más que al tamaño de la economía sumergida obedece a otras razones. En primer lugar debido a nuestra altísima tasa de paro, el doble del de la UE28 que recorta la capacidad de gasto de los consumidores y en consecuencia la recaudación del impuesto. En segundo lugar, al diseño del impuesto, con un tipo superreducido que existe solo en Francia, Luxemburgo, Italia e Irlanda. A su vez, un gran número de productos se escapan al tipo general del 21%. En tercer lugar por la elevada sensibilidad de la economía española al ciclo económico en comparación con el resto de países europeos. Y finalmente por el alto importe de exenciones y bonificaciones fiscales que registra este impuesto. De las reflexiones anteriores parece deducirse que hay que retocar el sistema fiscal pero con tino y con tacto. Los impuestos no pueden garantizar solamente la financiación presupuestaria sino que deben colaborar a potenciar la competitividad del país. En una economía de mercado el impuesto distorsiona la asignación de recursos, condiciona el ahorro y el consumo de las familias y la inversión doméstica e internacional de las empresas. Y en cuanto a la economía sumergida, eso de ‘tolerancia cero’ que está ahora tan de moda. Esta lacra distorsiona las estadísticas, entorpece la detección y tratamiento de los problemas económicos, atenta a la equidad y eficiencia en la provisión de bienes públicos, erosiona la competencia del libre mercado y es simplemente ilícito y antisocial. Será bueno que la sociedad entera, el sector público y la iniciativa civil retiren oxigeno al fraude. Esta con sensibilización. Aquel dotando con más recursos de vigilancia y persecución a los infractores. Las recientes medidas del gobierno van por el buen camino, aunque se puede hacer mucho más. En resumen, no echemos la culpa de todos los males presupuestarios de la economía española a la economía sumergida. Aunque haya que perseguirla hasta exterminarla hay muchos otros frentes que atender, muchas grietas que reparar en nuestra construcción fiscal.