el derecho latinoamericano en su fase superior del colonialismo - zaffaroni

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Passagens. Revista Internacional de História Política e Cultura Jurídica Rio de Janeiro: vol. 7, n o .2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 182 DOI: 10.15175/1984-2503-20157201 El derecho latinoamericano en la fase superior del colonialismo 1 Eugenio Raúl Zaffaroni 2 Resumen El artículo trata de la nueva etapa del colonialismo, en su fase superior, caracterizada por el poder predominante del capital financiero transnacional, sustentado por la tecnología de la comunicación. En países realmente violentos, donde el aparato represivo mortífero va de la mano con la letalidad entre los excluidos, los medios de comunicación monopolizados actúan para ocultar, minimizar y naturalizar el genocidio, provocando la aceptación de leyes más represivas. En esta fase del colonialismo, donde el genocidio viene ocurriendo a cuentagotas, América Latina se ve afectada por la letalidad violenta. Según cifras de la ONU, de los 23 países del mundo que superan el índice anual de homicidios de 20 por cada 100.000 habitantes, 18 se sitúan en América Latina y el Caribe (y 5 en África). El derecho latinoamericano debe reforzar su papel como instrumento de lucha contra el colonialismo y recobrar la confianza de la sociedad, con una reconfiguración de los derechos humanos. Palabras clave: colonialismo; capital financiero; comunicación monopolizada; letalidad violenta; América Latina O direito latinoamericano na fase superior do colonialismo Resumo: O artigo discute o novo momento do colonialismo, em sua fase superior, com o predomínio do poder do capital financeiro transnacional, sustentado pela tecnologia de comunicação. Em países com grande violência real, onde o aparato repressivo mortífero é funcional à letalidade entre os excluídos, os meios de comunicação monopolizados atuam para ocultar, minimizar e naturalizar o genocídio, provocando a aceitação de leis mais repressivas. Nesta fase do colonialismo vem ocorrendo um genocídio em conta- gotas, sendo a América Latina afetada pela letalidade violenta, segundo cifras da ONU: dos 23 países do mundo que superam o índice anual de homicídios de 20 para cada 100.000 habitantes, 18 situam-se na América Latina e no Caribe (e 5 na África). O direito latino-americano deve reforçar o seu papel como instrumento de luta contra o colonialismo, e retomar sua confiabilidade junto à sociedade, com uma reconfiguração dos direitos humanos. Palavras-chave: colonialismo; comunicação monopolizada; letalidade violenta; América Latina. 1 El presente texto es el trabajo de incorporación como Académico Correspondiente Extranjero a la Academia Nacional de Ciencias Jurídicas de Bolivia, remitido a su Presidente Académico, Dr. D. Ramiro Moreno Valdivieso, en enero de 2015. Lo dedico, con el más profundo agradecimiento, a todos los que tuvieron la inmensa generosidad de organizar despedidas, participar y expresar juicios y deseos respecto de mi persona, con motivo de mi alejamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en especial en el curso del mes de diciembre de 2014. Al mismo tiempo, les ruego que disculpen que no los mencione en particular, pues seguramente incurriría en omisiones, pero tengan la seguridad de mi eterna deuda de gratitud para todos y cada uno de ellos y ellas, como también de mi particular afecto. 2 Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires. E-mail: [email protected] Recebido em 04 de fevereiro e aprovado para publicação em 04 de março de 2015.

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El Derecho Latinoamericano en Su Fase Superior Del Colonialismo - ZAFFARONI

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Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 182 DOI: 10.15175/1984-2503-20157201 El derecho latinoamericano en la fase superior del colonialismo1 Eugenio Ral Zaffaroni2 Resumen Elartculotratadelanuevaetapadelcolonialismo,ensufasesuperior,caracterizadaporelpoder predominantedelcapitalfinancierotransnacional,sustentadoporlatecnologadelacomunicacin.En pasesrealmenteviolentos,dondeelaparatorepresivomortferovadelamanoconlaletalidadentrelos excluidos,losmediosdecomunicacinmonopolizadosactanparaocultar,minimizarynaturalizarel genocidio,provocandolaaceptacindeleyesmsrepresivas.Enestafasedelcolonialismo,dondeel genocidiovieneocurriendoacuentagotas,AmricaLatinaseveafectadaporlaletalidadviolenta.Segn cifrasdelaONU,delos23pasesdelmundoquesuperanelndiceanualdehomicidiosde20porcada 100.000 habitantes, 18 se sitan en Amrica Latinay el Caribe (y 5 en frica). El derecho latinoamericano debereforzarsupapelcomoinstrumentodeluchacontraelcolonialismoyrecobrarlaconfianzadela sociedad, con una reconfiguracin de los derechos humanos. Palabrasclave:colonialismo;capitalfinanciero;comunicacinmonopolizada;letalidadviolenta;Amrica Latina O direito latinoamericano na fase superior do colonialismo Resumo: Oartigodiscuteonovomomentodocolonialismo,emsuafasesuperior,comopredomniodopoderdo capitalfinanceirotransnacional,sustentadopelatecnologiadecomunicao.Empasescomgrande violncia real, onde o aparato repressivo mortfero funcional letalidade entre os excludos, os meios de comunicaomonopolizadosatuamparaocultar,minimizarenaturalizarogenocdio,provocandoa aceitaodeleismaisrepressivas.Nestafasedocolonialismovemocorrendoumgenocdioemconta-gotas,sendoaAmricaLatinaafetadapelaletalidadeviolenta,segundocifrasdaONU:dos23pasesdo mundoquesuperamondiceanualdehomicdiosde20paracada100.000habitantes,18situam-sena AmricaLatinaenoCaribe(e5nafrica).Odireitolatino-americanodevereforaroseupapelcomo instrumentodelutacontraocolonialismo,eretomarsuaconfiabilidadejuntosociedade,comuma reconfigurao dos direitos humanos. Palavras-chave: colonialismo; comunicao monopolizada; letalidade violenta; Amrica Latina. 1ElpresentetextoeseltrabajodeincorporacincomoAcadmicoCorrespondienteExtranjeroala AcademiaNacionaldeCienciasJurdicasdeBolivia,remitidoasuPresidenteAcadmico,Dr.D.Ramiro MorenoValdivieso,enenerode2015.Lodedico,conelmsprofundoagradecimiento,atodoslosque tuvieron la inmensa generosidad de organizar despedidas, participar y expresar juicios y deseos respecto de mi persona, con motivo de mi alejamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, en especial en el cursodelmesdediciembrede2014.Almismotiempo,lesruegoquedisculpenquenolosmencioneen particular,puesseguramenteincurriraenomisiones,perotenganlaseguridaddemieternadeudade gratitud para todos y cada uno de ellos y ellas, como tambin de mi particular afecto. 2 Profesor Emrito de la Universidad de Buenos Aires. E-mail: [email protected] Recebido em 04 de fevereiro e aprovado para publicao em 04 de maro de 2015. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 183 Latin American Law in the late stage of colonialism Abstract Thisarticlediscussestheneweraofcolonialism,initslatedstage,characterizedbyapredominanceof multinational financial capital power sustained bycommunication technologies. In countries with high levels of real violence, where the repressive State system supports the killing of the excluded, monopolized media channels seek to conceal, minimize and naturalize genocide, leading to the acceptance of highly repressive laws. Genocide is a constant throughout this stage of colonialism, with Latin America particularly affected by violentlethalityaccordingtoUNstatistics:ofthe23countriesintheworldwithanannualhomiciderateof over20per100,000population,18arefoundinLatinAmericaandtheCaribbean(and5inAfrica).Latin Americanlawshouldreinforceitsroleasaninstrumentforcombatingcolonialism,regainingtrustamong society by reconfiguring human rights.Keywords: colonialism; financial capital; monopolized media channels; violent lethality; Latin America. Le droit latino-amricain dans la phase suprieure du colonialismeRsum Cetarticleanalyselanouvellephaseducolonialisme,ditesuprieure,oprdominelepouvoirducapital financier transnational soutenu par les technologies de linformation. Dans les pays o rgne un haut niveau de violence relle, o lappareil rpressif mortifre va de pair avec la ltalit parmi les exclus, les moyens de communication monopolistiques agissent dans le but docculter, de minimiser et de naturaliser le gnocide, provoquantainsilacceptationdeloisplusrpressives.Danscettephaseducolonialisme,legnocideest appliquaucompte-goutteset,selonleschiffresdelONU,lAmriquelatinesetrouveaffecteparune ltalit violente. Parmi les 23 pays du monde o le taux annuel dhomicide dpasse 20/100 000, 18 sont en Amrique latine et dans les Carabes (et les 5 autres en Afrique). Le droit latino-amricain doit renforcer son rledinstrumentdeluttecontrelecolonialismeetretrouverlaconfiancedelasocitenoprantune reconfiguration des droits de lHomme sur le continent.Mots-cls : colonialisme ; capital financier ; monopole mdiatique ; ltalit violente ; Amrique Latine. 102023185 ***** Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 184 1.Qu decimos cuando decimos derecho? La palabra derecho se emplea en diversos sentidos, que si bien estn ntimamente vinculadas, son por completo diferentes, pese a lo cual muchas veces se confunden. Cuando alguien dice el derecho no prohbe esto, se est refiriendo a la ley, que la hacenloslegisladores.Enlugar,cuandodiceelderechonosepreocupaporesto,en general se refiere a los doctrinarios que construyen unsaber jurdico en las academias y universidades. Y cuando dice con el derecho no vamos a resolver esto, est hablando del poder estatal que el derecho habilita, es decir, el que ejercen las agencias del estado en formacoactiva.Porltimo,aunquenomencionelapalabraderecho,tambinsuele decirse la justicia no se ocupa de esto, en cuyo caso se refiere a lo que hacen los jueces. Debido a esta equivocidad se formulan mal las preguntas y, por ende, son peores las respuestas: se pregunta con uno de los sentidos de la palabra derecho y se responde con otro. Porciertoquetodoslossentidossevinculan,porqueseconectanntimamente, pero no por eso debemos confundirnos y pretender identificarlos, pese a lo innegable de sus nexos: los doctrinarios interpretan las leyes de los legisladores, tratando de crear un discurso ms o menos coherente, con el objeto de que los jueces no sean contradictorios yarbitrarios,ytambinparaformaralosfuturosoperadoresdelaparatojudicialenesa coherencia.Nosiemprelologran,peroalmenosesaeslaintencin.Lospolticosylos juristastambincriticanlasleyesyproyectanotras.Elpodercoactivodelestadoes ejercido por varias corporaciones (policiales, impositivas, sanitarias, laborales, etc.), cada unadelascualesdefiendesusmbitosdepoder.Losjueces,porsuparte,tienden tambin a corporativizarse. Ensntesis:cuandohablamosdederecho,estamosrefirindonosatodoeste conjunto y a sus relaciones, por lo que trataremos, en casa caso, de precisar el sentido de la expresin.Enotroorden,cabeadvertirqueaquprocuramosdescribirlasituacinactualde este conjunto en la regin, para sealar un deseable camino futuro y no para solazarnos enlasdesgraciasdelpresente,peroestamoslejosdepretenderasumirelroldeaugur, que por lo general acaba en el ridculo. No sabemos bien qu suceder en el futuro, slo nos limitaremos a sealar lo que nos parecen algunos caminos deseables para superar el presente.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 185 2. El colonialismo nos niegaIntentamos ubicarnos en el actual momento jurdico latinoamericano y, por lo tanto, slo nos referimos a lo que sucede fuera de la regin cuando es imprescindible, es decir, cuando se nos impone por la obvia circunstancia de que no estamos solos en el mundo ni muchomenos,dadoqueelcolonialismoesunfenmenodepoderplanetarioquelleva siglos de dinmica.Elpeorerrorquepodramoscometeresquedarnosenvisionesparcialesde nuestrarealidadregionaly,peoran,encerrarnosenlarealidadlocalcotidianadecada uno de nuestros pases. La equivocada creencia de que nuestros problemas son slode campanario(loquepodramosllamarmunicipalizacindelpoder),conspiracontrala urgente necesidad de un replanteo correcto, que slo puede ser regional y en el contexto mundial.Peronopodemosingresaraltratamientodelcolonialismoenelmarco latinoamericanosinafrontarunacuestinpreviaque,deentrada,nosplanteaelpropio colonialismocuando,paraimpedirderazcualquieranlisisdesuaccionar,optapor negar directamente nuestra existencia, o sea, afirmando rotundamente queno existimos, quenosomosnada.As,elcolonialismoyalgunosdesusaclitoslocalessuelendecir que Latinoamrica no existe, que no tenemos nada en comn entre los latinoamericanos. No es demasiado raro escuchar: Qu tengo en comn con un yucateco, con un aymara, con una colonia de alemanes o con las colonias de judos o de japoneses?.Estequizseaelextremomsradicaldelcolonialismo:negarnos,afirmarqueno somos, expulsarnos a la nada, no con el nicht de la negacin verbal, sino con el Nichts de la nada absoluta. Nosetrataninospreocupalacuestinterminolgica:sabemosquelaexpresin Amrica Latinaes criticada por algunos como racista (impuesta por el sueo imperial de Napolen III), porque no todos somos latinos, porque deja fuera a los negros, a los indios, etc. Esta es una discusin abierta y, por nuestra parte, usamos la expresin sin desmedro de que cada uno la cambie por la que considere ms correcta. Lo que nos preocupa no es lapalabra,sinoelobjetoquedenota:loscolonialistaspretendenexpeleralanadael objeto, cualquiera sea la denominacin; no se trata de ponernos otros nombres, sino que paraellosnoexistimos,conlocualelnombrepierdetodosentido,dadoquepretenden Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 186 eliminardirectamentealobjetonombradoque,porlomenos3,somostodoslosque habitamos al sur del Ro Bravo.Paraelcolonialismoysusreferenteslocales,nopasamosdeserunconjuntode pases nuevos con una multiplicidad de culturas que nunca pueden constituir una unidad y, adems, demasiado nuevos, en formacin. 3. Qu y quines somos? Sinembargo,hacetiempoqueloslatinoamericanosnosestamosmirandoentre nosotros,favorecidosporlacircunstanciadequelagranmayoranosentendemosen lenguasmuycercanas.Contralanegacincolonialistanoshemosdadocuentadeque hay algo que nos une y nos ha creado: el colonialismo. Nos estamos dando cuenta de que AmricaLatinaesunarealidadunitariayperfectamentereconocible,comoproducto complejo de casi todas las atrocidades cometidas por el colonialismo en el planeta. DesdeelsigloXVloseuropeosocuparonpolicialmentenuestrocontinentecon parte de su poblacin marginada4, trayendo las infecciones que en pocos aos mataron a la mayora de los habitantes originarios. A los sobrevivientes los redujeron a servidumbre. Apocoandar,parareemplazaralapoblacinfaltante,cometieronelatrozcrimende desplazamiento masivo de africanos esclavizados. Cuando siglos ms tarde se prohibi el trficonegrero,algunosasiticosfuerontambinesclavizadosporelPacfico.Enlas ltimas dcadas del siglo XIX y primeras del XX, se produjo un masivo desplazamiento de poblacin desde los pases europeos atrasados en el proceso de acumulacin originaria, hacia el sur de nuestra regin. Con posterioridad llegaron los perseguidos y hambrientos de las dos Guerras Mundiales. Enresumen,nuestraAmricapresentaunaenormeriquezapluricultural,quean hoyviveunprocesodeinteraccin,quesesintetizaysincretizaclaramenteenlas cosmovisionesdesusmltiplesreligiosidadesycultospopulares,cuyocentroloocupan 3 La discusin tambin queda abierta sobre la posible inclusin de otros habitantes de Amrica: el enorme nmerodelatinoamericanosenlosEstadosUnidos,PuertoRico,elCanadfrancs,elCaribecolonizado por los ingleses, las tres Guayanas, etc. Conforme a lo que sealamos aqu, nos inclinamos a un concepto ms bien extensivo de Amrica Latina.4Noolvidemosquelacolonizacinespaolatrajoensugranmayoraaloshabitantesislmicosdelsur, recinincorporadosconlareconquista.Portugal,dadasumenorpoblacin,nodejdetraeratodoslos perseguidos europeos que se le ofrecan, entre ellos muchos judos.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 187 siemprelaMadreTierraolasfuerzasdelaNaturaleza(desdeN.S.deGuadalupe, Tonantzin, la Pacha Mama o la Difunta Correa, hasta las entidades del Atlntico)5.LaclavedeesteprocesolaproporcionaconextremasutilezalaFilosofadela historia de Hegel, que parece ser el negativo ms finamente elaborado de esta dinmica. Enefecto:Hegeldescribeelavancedelesprituquemsbienpareceunespectro desolador- por un camino del que va descartando culturas en su progreso, dejndolas a la veradesusendatridicaconincalificablesoberbia.Porciertoquetodasellas,oson originarias,obienvinieronluegoadaranuestraregin,alimentandonuestroactual mosaico tnico de increble colorido.Enefecto:paraHegellosindioseraninferioressinhistoria6,losnegroseran amorales7, los rabes, mestizos y aculturados eran musulmanes fanticos, decadentes y sensuales8,losjudosestabansumergidosenelpensamientodelservicioriguroso9,los latinosnuncahabanalcanzadoelaltoperodogermnico10ylosasiticosapenas estaban un poco ms avanzados que los negros11.Loslatinoamericanosnotenamoshistoria,sinoslofuturo,porqueelGeist(su espritu)eraelquenoshabaintroducidoenlahistoria.PoresoparaHegeleincluso paraMarx,queenesteaspectoleeratributario-erapositivoqueelGeistcolonizasela India o le robase territorio a los mexicanos.Todoaqueranuevoy,siguiendoalenciclopedistaBuffon,creanqueinclusolo ramosgeolgicamente,porloquetenamosmuchosterremotosynohabaanimales grandes,porquelasmontaasestabanequivocadas,corrandenorteasur,yno correctamente como en Europa, de este a oeste, con lo que cortaban los vientos y hacan quetodosehumedecieseydebilitase,inclusolossereshumanos.Otrosiluminados racistasposteriorestradujeronestahumedadhumanaenlapretendidaindiferencia insensibledelindiooenelinfantilismodelnegro,entreotrasafirmacionesnomenos aberrantes. 5Zaffaroni, E. R. (2011). La Pachamama y el humano, ilustrado por Rep, con prlogo de Osvaldo Bayery eplogodeMatasBailone,Bs.As.:EdicionesMadresdePlazadeMayo.Desdelosociolgico,las cosmovisiones religiosas son sntesis culturales.6 Hegel, G.W.F. (1980). Lecciones de filosofa de la historia universal, Madrid: Alianza, p. 169.7 Idem, p. 177.8 Idem, p. 596. 9 Idem, p. 354 10 Idem, p. 657. 11 Idem, p. 215. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 188 PorciertoquenosuelecitarseaHegelcuandosehacereferenciaalracismoen AmricaLatina,porqueelquecundiporlareginnosenutridelosargumentos bastanterefinadosdelfilsofoalemn,sinodelostorpesescritosdeuningenierode ferrocarrilesbritnicoHerbertSpencer-quefueelgroseroidelogodelracismo colonialista ingls. Spencer era de ms fcil lectura y fue quien con su simplismo rampln cautivdeinmediatoalaintelectualidaddenuestraselites,comoelgrupoporfirista mexicanodeloscientficosolospositivistasdetodalaregin,queseconsideraban progresistas slo porque hacan profesin de comecuras.Cuandolageneracinmexicanade1910-ladelaRevolucin-pusoaHegelde cabeza, en especial por obra de Vasconcelos, su imaginacin exaltada lo llev a imaginar alhombrecsmico12.Noesnecesarioexaltarsehastaesepunto,perobastainvertirla imagendeHegelyreemplazarsuidealesprituporelrealcolonialismo,paracaerenla cuentadequesomoselresultadodeldinamismosincrticodeexpresionesculturales marginadasporlassucesivashegemonasplanetarias,loquenosdotadeuna interesante unidad, bien singular en el planeta.Tampocosomos tannuevoscomoloscolonialistaspretenden.Nolosomoscomo estados, pues llevamos unos pocos aosmenos que el estado norteamericano e incluso algunos ms que estados europeos, como Alemania e Italia. Pero mucho menos lo somos como culturas: no lo son nuestras culturas originarias y tampoco las de los expelidos por elavancegenerosoydepredadordelGeisthegeliano,queentrelazanuestrasraces culturalesconlasmsantiguasytradicionalesdetodoelplaneta.Lonuevoes, justamente, la creatividad del fenmeno de interaccin cultural que protagonizamos. Si bien no hay un hombre csmico en nuestra Patria Grande, hay un ser humano latinoamericanoquesevaabriendopasoenlahistoriaenpermanenteresistenciaal colonialismo(queleniegaoretaceasudignidaddepersona),enunterritorioenque muchos millones de seres humanos interactan y sincretizan sus cosmovisiones, que son expresindetodaslasculturassometidasymarginadasporelcolonialismoentodoel planeta. 12Cfr.n.Vasconcelos,J.(1984).Larazacsmica,Mxico:FCE;Vasconcelos,J.(s.d.).Indologa,una interpretacin de la cultura ibero-americana, Pars: Agencia Mundial de Librera. Su idea se expresa an en el lema de la UNAM: Por mi raza hablar el espritu. Se refiere claramente al espritu o Geist hegeliano. Por raza, vocablo que luego adquiri un sentido detestable, debe entenderse cultura. Vasconcelos luego perdi seriamente el rumbo, aunque no por eso debe quitrsele mrito a su labor pionera y literaria. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 189 Noespocoloquepodemosaportaralmundodesdeestaposicin.ElsigloXXI amenaza con ser ms depredador de la naturaleza que los anteriores, lo que es terrible, teniendoencuentaqueenelsiglopasadoladestruccindelhabitathumanocobruna dinmica de aceleracin en proporcin geomtrica.Estapulsintanticadeunacivilizacingravementeneurtica,enferma,tambin esexpresindeunGeistenconstanteavancesuicida,que desconocenada menosque los lmites de la propia subsistencia de la especie en el planeta que, hasta el presente, es nuestra nica casa habitable.NingunadelasculturasqueHegeldejalmargendesuGeistmuestralamisma neurosistantica,ytodasellasinteraccionandopuedenllegaradarunarespuesta civilizatoria en la hora crucial de este siglo.

4. Cmo llegamos a ser lo que somos? Laincorporacindelhumanolatinoamericanoacondicionesmnimamentedignas devida-alaciudadanareal-nuncallegasercompleta.Suampliacinsiemprefue dificultosayenconstantechoqueconelpoderglobaldelplaneta.Enesteaccidentado avance se distinguen perodos, en especial entre el colonialismo originario (producto de la revolucinmercantildelsigloXV)yelneocolonialismo13(productodelarevolucin industrial del siglo XVIII), aunque, como toda periodizacin, siempre puede ser arbitraria14.Por lo general, a la etapa actual suele llamrselaglobalizacin, como producto de la revolucin tecnolgica de fines del siglo XX. Creemos que esta denominacin encierra una dualidad riesgosa.En efecto; nadie puede negar la revolucin tecnolgica, especialmente en el mbito comunicacionaly,porende,laexpresinglobalizacintieneunsentidoperfectamente vlidocomohecho,osea,quevivimosunmundomuchsimomscomunicado, globalizado.Peroestarevolucintecnolgicatambinvaacompaadaodesatauna nuevaformadedominacinhegemnica,osea,quehapuestoenmarchaunanueva etapadepoderplanetario,quenoesotracosaqueunafasenuevadelmismo 13Sobreestasetapas,Ribeiro,Darcy(1987).Oprocessocivilizatrio,Estudosdeantropologiada civilizao, Petrpolis: Vozes.14Seobservaconraznqueelprocesodeplanetarizacindelpoderescontinuo(as,Wallerstein, Immanuel (1998). Utopstica o las opciones histricas del siglo XXI, Mxico: FCE).Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 190 colonialismo. Por tal razn creemos que es bueno llamar a las cosas por su nombre y, en esteltimosentido,alaformadedominacinqueestamossufriendopreferimos distinguirladelhechotecnolgico,identificndolacomolafasesuperiordelmismo colonialismo.Siperdemosdevistaquesetratadelmismocolonialismoenunafasems avanzada,senosescapalavisindenuestracontinuidadhistrica.Serademasiado ingenuo creer que el colonialismo se agot en la versin originaria de ocupacin territorial policial, a la que pusieron fin los ejrcitos populares con nuestros prceres a la cabeza.Nuestrosprceresfueronverdaderosliberales,convencidosdelasideas iluministas que venan del siglo XVIII europeo; crean sinceramente en ellas. Por su lucha al frente de ejrcitos populares no eran racistas ni mucho menos. Por eso, poco despus de la independencia, fueron eliminados: a Bolvar intentaron matarlo y lo hubiesen hecho silatuberculosisnosehubieraanticipado,SucreyMonteagudofueronasesinados, Morenosufriundudosomalestarquelomatenaltamarbajobanderainglesa,San Martnsemarchprudentementealexilio,Castellimurimarginadoyestigmatizado, Belgranoabandonadoenlamiseria.Estoshombresnoconvenanalanuevapotencia hegemnica mundial, porque no eran tiles para la nueva etapa colonialista.El colonialismo originario se agot definitivamente con la desaparicin del sistema deproduccinesclavcrata,quenoseadaptabaalosrequerimientosdelanueva hegemonamundialbritnica,dadoquestadebaexportarsuexcesodecapital originario a la periferia para seguir teniendo precios competitivos en el mercado mundial y, por lo tanto, requera un nivel de complementacin tecnolgica ms alto en ella.Elcolonialismooriginarioresistienelsurnorteamericano,soandoinclusocon crearunestadosatliteesclavistaenMxicoyAmricaCentral,intentadoporlos filibusterosdelsigloXIX15.LaguerradesecesinnorteamericanaylatardaLeiurea brasilea y quiz la guerra de Cuba- pusieron fin a sus ltimas estribaciones y cerraron definitivamente la etapa originaria.Lasegundafasefueelneocolonialismo,quecomenzcontrolandoanuestros pases por medio de las minoras terratenientes, aunque fue una etapa muy prolongada y en la que es menester distinguir captulos, que a veces se superponen parcialmente16. 15Cfr.RosenGartenJr.,Frederic(2002).WilliamWalkeryelocasodelfilibusterismo,Tegucigalpa: Guaymuras. 16Elneocolonialismotuvounaversinafricana,enlaquereprodujeronviolentamentelosmtodosdel colonialismooriginario.EnelcongresodeBerlnde1885convocadoporBismarck-laspotenciasse Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 191 Podemos ensayar una distincin, con el relativismo propio de toda periodizacin y laadvertenciadesuperposiciones,entresmomentos:elprimero,desdeelfindelas guerras civiles y la consolidacin de los estados hasta 1910 (las repblicas oligrquicas); elsegundo,desdeesafechahastalosaossesenta(confrontacindepopulismosy antipopulismos); el ltimo, desde entonces hasta los aos ochenta (decadencia genocida y seguridad nacional).1) Las repblicas oligrquicas que se establecieron cuando terminaron o amainaron lassangrientasguerrascivilesposterioresalaindependencia,sedieronconstituciones liberalessobrelabasedelmodelonorteamericano,queprcticamenteeralanica constitucin republicana que tenan a mano en ese momento. Pero lejos de realizar el principio de soberana popular17, en todos los pases de la reginalgunas familiasmonopolizaronlaproduccinprimariayconstituyeron unas elites que imitaban a Europa en sus modas y costumbres, al margen del resto de la poblacin, que estaba casi toda sometida a condicin servil.CabeobservarqueenlaAmricaespaolaalmenos,nuncatuvimosuna aristocracia,puesnuestraseliteserandeenriquecimientoreciente-aunqueavecesse emparentaban con algn noble empobrecido europeo-, por lo que la imitacin rayaba casi enelridculo.AssemontelPorfiriatomexicano18,laoligarquadelacarneenfriada argentina19, el Patriciado peruano20, la Repblica Velha brasilea21, etc.El discurso legitimante de estas oligarquas no abandon al liberalismo, sino que lo deformenformaaberrante.Engeneraladoptladisparatadaversingroserade Spencer,queensuembrolloevolucionistadereduccionismobiolgicopermita

dividieronelfricasubsaharianaparasuocupacinterritorial,incluyendoapotenciasquenohabansido colonialistashastaesemomento,peroqueencuantoacrueldadygenocidiosnolefueronenzagaalas tradicionales. Leopoldo II de Blgica someti a esclavitud a los habitantes del Congo y se calcula que mat a dos millones y medio de personas en su despiadada campaa de extraccin de caucho. A principios del siglo pasado, el imperio alemn extingui a los hereros en Namibia.17 Cabe aclarar que la soberana popular era de hecho discutible incluso en Gran Bretaa y en los Estados Unidos, donde durante mucho tiempo el acceso al derecho al voto fue bastante selectivo, sin contar con que slo correspondaalos hombres,o sea que,hasta bien entradoel siglo XXlasmujeres no eranparte del Pueblo soberano.18 Cfr. Valads, Jos C. (1987). El Porfirismo, Historia de un rgimen, Mxico: UNAM. 19 Cfr, presentacin a Zaffaroni, Eugenio Ral; Arnedo, Miguel Alfredo (1996). Digesto de Codificacin Penal Argentina, Bs. As.: A-Z, t. I.20 Cfr. Dalurzo, Oscar (1943) Nace el patriciado, Bs. As.: Lautaro. 21 V. Crippa, Adolfo (Coord.) (1979). As idias polticas no Brasil, So Paulo: Convvio, v. I, p. 233 y v. II, p. 35. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 192 degenerarloconelracismo22.Porotraparte, elspencerianismolegitimabaprecisamente la tutela de estas minoras, porque postergaba la efectiva realizacin del liberalismo para elmomentofuturoenqueelpuebloestuvieseeducadobajolatutoradelaoligarqua local,encargadadelapiadosatareademejorarbiolgicamenteaunapoblacin racialmente inferior23.Cabe observar que el racismo de estas oligarquas fue muy particular, porque no se limit a los pueblos originarios y a los africanos, sino que comenzaron a temer mucho ms a losmestizos, porque eran mucho ms rebeldesque lospuros24. Rpidamente les vino enauxiliolatesisdelapsiquiatraracistafrancesa,segnlacualelcrucedefilos genticos lejanos produce degenerados morales, tanto en el caso del cruce de ibrico con indio como con negro25.En elconosurlatinoamericano hubotambinuna nuevaoladeracismo,estavez contra los gringos degenerados (la inmigracin europea anarquista, socialista, sindicalista, juda),contralacualsurgieronmovimientosdeextremaderechadeinspiracinfrancesa antidreyfusiana,xenfobayantisemita,queconvergieronenelapoyoalgolpeargentino de 1930.2)Lareaccincontraestascaricaturasrepublicanascomenzconlaguerracivil mssangrientadelsiglopasado(laRevolucinMexicana)26ysecaracterizpor movimientospopulistas27.Tales fueronelcardenismomexicano, elAprismoperuano, el velasquismoecuatoriano,elvarguismobrasileo,elyrigoyenismoyelperonismo argentinos, etc28. 22 Es clsico el libro de Zea, Leopoldo (1984). El positivismo en Mxico: nacimiento, apogeo y decadencia, Mxico: FCE.23EnestalneahubomuchosenAmricaLatina:RenMoreno,JulioC.Salas,MiguelJimnezLpez, Alcides Arguedas, Francisco Bulnes, etc. En la Argentina, muy significativo: Bunge, Carlos Octavio(1903). Nuestra Amrica. Ensayo de psicologa social, Bs. As: La cultura argentina.24EstoyalohabaobservadoHegelalsostenerquefueunerrordelosibricos,quelosinglesesms inteligentes- no cometieron en la India. Segn esto, Gandhi no hubiera debido existir. 25 Es la famosa teora de la degeneracin de Morel, seguida por Bunge en la Argentina, por Nina Rodrigues enBrasil,etc.RecordemosqueDomingoF.Sarmiento(1953)opinabaqueprovenamosdeuncrucede razas poco apto para la democracia (Conflictos y armonas de las razas en Amrica. In Obras Completas, Bs. As., tomos 37 y 38).26SoteloIncln,Jess(1970).RazyrazndeZapata,Mxico:FCE;Knight,Alan(1996).LaRevolucin Mexicana, MxicoGrijalbo;Silva Herzog, Jess(1995).Breve historia de la RevolucinMexicana,Mxico: FCE. 27Laexpresinhacobradounsentidopeyorativo,cuandoenrealidadrepresentaunfenmenopoltico regional, cuyo balance final en trminos de redistribucin de renta es innegable (sobre esto, n. presentacin de Constitucin de la Nacin Argentina 1949 (2010), Buenos Aires: Archivo Nacional de la Memoria, Buenos Aires). 28 En general fueron antirracistas, por lo que buena parte de sus seguidores fueron los mestizos marginados por las repblicas oligrquicas.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 193 Fueronmovimientospersonalistas,fueradelosmoldesdelospartidospolticos europeos,quedesdelaperspectivadestosmostrabancontradiccionesideolgicas. Algunosfueronautoritariosycayeronenciertosabusos,peroseralargoanalizarlos, porque en cada pas asumieron modalidades propias.Estos populismos del siglo XX nopodan apelar al discurso poltico liberal, porque era el asumido por las oligarquas para legitimarse, bastardeado con el spencerianismoyarrastradoporelfangodesusinteresessectorialesycasifeudales29.Enelperodo mundial convulsionado de mediados del siglo pasado, que no ofreca muchos modelos, no llamalaatencinqueseproveyesendealgunoselementosdiscursivosyestticosdel autoritarismoeuropeodeentreguerras,ofreciendounflancodeataquequegener muchsimas confusiones y apresurados etiquetamientos de mala fe, no slo enlos pases centrales30,sinotambinentrenuestrossectoresmediosapenasincorporadosala ciudadana y con pretensiones de minoras iluminadas con las luces del centro. Cabe advertir que slo se trat de elementos discursivos y estticos, porque nunca hubonipodahaberunmitoimperialenestospopulismosque,comosesabe,esel elementoesencialdeltotalitarismoeuropeo.Adems,suobjetivonuncafuecomoen Europa-unaalianzaconlossectoresprivilegiadosparacontenerelavancedela ciudadana real, sino una confrontacin abierta con stos, o sea, de signo diametralmente opuesto al europeo31.3)LaintervencinnorteamericanaenGuatemalaen1954,elforzadosuicidiode VargasenelmismoaoylaviolentadestitucindePernenlaArgentinaen1955,el viraje de Paz Estensoro en Bolivia, el cambio de discurso del APRA en Per, el fin de la eradelosgeneralesenelPRImexicanoylosderrocamientosdeVelascoIbarraen Ecuador32, sealaron el comienzo de un gran embate neocolonialista contra las pulsiones redistributivasdelospopulismosregionales,porlogeneraldesprestigiadosporla 29 Sobre esto, n. trabajo Zaffaroni, Eugenio Ral (2012a). Descolonizacin y poder punitivo. In Contextos, Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, n. 3, p. 41-58.30 En Europa hoy se denominan populismos a los renacimientos de ultraderechas xenfobas y racistas que avanzanpeligrosamenteenencuestasyelecciones,cuandolospopulismoslatinoamericanos,justamente, fueronlosquepermitieronlaincorporacindenuestrosdiscriminadosraciales,porloquelaseliteslos tildaron siempre de demagogos. 31 Cfr. Hobsbawm, Eric (2012). Historia del Siglo XX, Bs. As.: Crtica, p. 121.32 Cfr. Pieiro Iguez, Carlos (2013) Hernndez Arregui, Bs. As.: Editorial Continente, p. 44. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 194 propagandameditica33yporelcorodeminorasiluminadas(odeslumbradasporlas luces del centro). Losesfuerzosdelneocolonialismoporcontenerydesbaratarlaextensindela ciudadanarealenlaregin,esdecir,porrevertirlastendenciasredistributivas,no ahorraronfraudes,maniobrasniviolencias,infinitamentepeoresquecualquiereventual abuso que hubiesen cometido los populismos.En pocas dcadas acabaron por ocupar militarmente varios pases de la regin con nuestraspropiasFuerzasArmadasydesataronlaguerracentroamericana,agitandoel fantasmacubanoyenarbolandolallamadadoctrinadelaseguridadnacional.Esta doctrinaprovenadelcolonialismofrancsenArgeliaeIndochina.Alucinabaunaguerra entre oriente y occidente, retomaba la teora del partisano de Carl Schmitt, que introduca el pseudoconcepto deguerra sucia, a la queno son aplicables ni las leyes penales ni el derecho internacional humanitario, o sea, que queda fuera del derecho, es decir que, en definitiva, a quienes se opusiesen o fuesen algo molestos a la auto-ocupacin territorial de las fuerzas armadas, se les poda neutralizar a costa de cualquier mal, incluyendo tortura, muerte y desaparicin forzada34.EstacuriosaysimplistadoctrinafueimportadaalaArgentinadirectamentedesde la Francia colonialista de los aos cincuenta, pero luego se difundi por Amrica Latina -enunaversinanmssimplificada-,desdelaEscueladelasAmricasenPanam, dondesepervirtilamentedeloscuadrossuperioresconlaalucinacindelacruzada para salvar al occidente cristiano: la llamada guerra fra de la posguerra se alucin como guerra caliente. 5. La actual fase superior del colonialismo. 33Encasitodosloscasos,losmediosmasivosdecomunicacinseconcentraronenmonopoliosu oligopoliosylanzaroncampaasdedesprestigio,engeneralcentradasenlacorrupcin,paralocualse inventaron casos que terminaron en nada o se magnificaron casos puntuales. En el caso de Getlio Vargas, fue precipitado al suicidio por un periodista de dudosa tica. La corrupcin estructural en la regin no fue la de los populismos, sino la de los festivales de privatizacin, en particular de los aos ochenta y noventa del siglo pasado.34Cfr.Feierstein,Daniel(2007).Elgenocidiocomoprcticasocial,BuenosAires:FCE;Robin,Marie-Monique(2005).Escuadronesdelamuerte.Laescuelafrancesa,BuenosAires:Sudamericana;Saravia, Mariano (2011). Genocidios argentinos, Crdoba: Editorial Raz de dos. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 195 LosbrutalesgenocidioscometidosenelConoSurylaguerracentroamericana fueronelcoletazofinaldelneocolonialismo,coincidenteconelmomentoeconmico mundialenqueacabelcicloexpansivodeposguerra.Apartirdeentonceselnorte impusounnuevomomentodecolonialismo,queessuactualfasesuperior,con predominio del poder financiero transnacional, valido del actual desarrollo formidable de la tecnologa de comunicacin. En los aos setenta del siglo pasado se cerr el ciclo expansivo de las dcadas de posguerra(losgloriosostreintaaos),conelaumentosideraldelpreciodelpetrleo, abrindose la actual fase superior del colonialismo, caracterizada por la hegemona de las corporaciones sobre la poltica.Elnortearchivtantoelkeynesianismoeneconomacomosuscorrelativos modelosdeestadosocialoWelfareStatedelNewDealnorteamericanodeRoosevelty delasocialdemocraciaeuropea,paraabrazareldiscursodelosnuevosguresdela teocraciademercado:FriedrichvonHayek,MiltonFriedmanysulargalistade repetidores, adoradores del dolo omnipotente de la mano invisible. Debido a la enorme abundancia de dlares que se imprimieron en los aos setenta delsiglopasado para pagarlospreciossideralesdelpetrleo,se forzalsuracontraer deudasastronmicas,quelocondenabanaleternopagodeinteresesyaquedaren manos de organismos internacionales controlados por los pases colonizadores. Desdelosaosochentacomenzaronasentirseenlareginlosefectosdeesta fase colonialista. La contencin de las pulsiones redistributivas se atavi ideolgicamente con la recepcin de la teocracia de mercado privatizadora,impulsada porla propaganda delosmediosdecomunicacinoligoplicosyacogidaporpolticoslocalesincluso algunosdeviejaprovenienciapopulista35-,loqueprovocdescapitalizacinestatal, regresinenlaredistribucindelarenta,consiguienteconcentracinderiqueza, desempleo, endeudamiento pblico, negociados, corrupcin estructural de volumen nunca antessospechadoy,finalmente,colapsoscrticossumamentepeligrososparala estabilidad institucional.En el plano discursivo continu la confusin ideolgica, puesto que los telogos del mercado -siguiendo la vieja tradicin oligrquica de arrastrar por el estircol el nombre del liberalismo, se autodenominan liberales o neoliberales. 35As,Carlos Menem en laArgentina, Carlos Salinasde GortarienMxicoyFernando Henrique Cardoso en Brasil.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 196 Ms an: en el mximo de la hipocresa, sus gures pretenden que no puede haber liberalismopolticosinidolatraralmercado,esdecir,alascorporacionestrasnacionales quehoyamenazanalpoderpoltico,tantoennuestraregincomoenEuropayenlos propios Estados Unidos. Afirmaba von Hayek que todo intervencionismo y planificacin es uncaminoalaservidumbre36,mentiraquequedarotundamentealdescubiertoconla ntimarelacin-inclusopersonal-delllamadoliberalismoeconmicoconladictadura chilena37.Ladifusindelneoliberalismo(conperdndelliberalismo)fuefavorecidaporel simplismoideolgicodelneocolonialismodeposguerra(guerrafra).Laprogresiva desilusinrespectodelsocialismoreal,laposteriorcadadelmurodeBerln,la decoloracin de las socialdemocracias e izquierdas europeas, provocaron una sensacin de caos inexplicable, dejando un vaco que fue bien aprovechado por las derechas de los idlatras del mercado y del capital financiero. Ensumximaexaltacin,losidelogosdelcapitalismofinancieroaprovecharon a Hegel y dieron vuelta a Marx, vendiendo la idea del fin de la historia con la muerte de las ideologas.Para estosalegrestriunfadores,lahistoria haballegadoasu fin, estbamos en el paraso del capitalismo de mercado, la poltica slo deba tener por objeto discutir la mejormaneradegarantizarlamsabsolutalibertadparaeldoloomnipotente,nose necesitabanmsideas,sinosloelcultoaunarealidadquefuncionabaporsmisma, regida por la mano pretendidamente invisible del dolo.Lo cierto fue que esta idolatra no logr ocultar por mucho tiempo los negociados y estafas siderales que el capitalismo financiero y las corporaciones cometieron en el propio centrohegemnicoy,menosan,lascrisisqueelfundamentalismodemercadogener enlareginyquedieronlugaraquedesdecomienzosdeestesiglosurgieranvarios gobiernos sudamericanos que procuran cambiar el rumbo y que, en un marco ideolgico mscoherente,remozaronenpartealosviejospopulismos,ensayandounanueva reduccin de la desigualdad social.Sin embargo, en Mxico y Centroamrica se impuso unaalianza de supuesto libre comercio con Estados Unidos y Canad, que deja a esos pases ligados a los avatares de laeconomanorteamericana.Dealgunamaneraestaalianzareconstruye 36 Hayek, Friedrich (1944). El camino de servidumbre, Madrid: CATO Institute. 37 Klein, Naomi (2008). La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, Bs As: Paids.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 197 geogrficamenteelsueodelosfilibusterosesclavistasdelsigloXIXyconfigurala resistencia a las nuevas pulsiones redistributivas del sur.Cabeaclararqueenestaalianzalalibertadesdemercancas,peronolas personasnidemanodeobra,loquedalugaraladesgraciadaviolenciadeltrficode personasenlaregin,donde milesdecentroamericanos,impulsadosporlamiseriayel hambre,tratandeatravesarMxicoparallegaralosEstadosUnidos,siendoobjetode toda clase de maldades y asesinatos porparte de los grupos de traficantes que dominan territorioeneldebilitadoestadomexicano,entantoqueotrosperecenperdidosenel desierto. 6. La polarizacin en la fase superior del colonialismo. En esta fase superior del colonialismo no se ocupan territorios policialmente, como enelcolonialismooriginario,derrotadoporloslibertadores;tampocoseacudea oligarquasvernculasquemantenganalapoblacinenservidumbre,comolasquelos pueblosdesplazaronhaceunsiglo;nisiquierasepsicotizaalasfuerzasarmadaspara que ocupen los territorios por cuya soberana deban velar, porque ya no son confiables y provocan resistencia popular. El colonialismo siempre es producto de un esquema hegemnico mundial, que opera tantoenelcentrodelpodercolonizadorcomoenlaperiferiacolonizada.Enlaetapa originariareforzenelcentrolaverticalidadcorporativadelasociedadibricahastael puntodesacralizarlaeimpedirlesuadaptacinalaindustrializacin.Enel neocolonialismoprovocunaconcentracinurbanaenlasmetrpolisque,alnopoder incorporar a toda la poblacin al sistema productivo por insuficiencia del capital originario (o por imposibilidad de su reinversin en el marcado interno) gener las llamadasclases peligrosas 38.Enloscentroshegemnicoshoylascorporacionesponensitiooseapoderany controlanalpoderpolticosinningunanecesidaddevenceraunejrcitonipasaruna lnea Maginot, porque extreman la modalidad de valerse de colaboracionistas (el mariscal 38 La expresin se us por vez primera por el Colegio de Francia en 1838, en la convocatoria a un concurso, que dio por resultado la obra de Fregier, cfr. nuestro trabajoZaffaroni, E. R. (2004). Las clases peligrosas: el fracaso de un discursopolicialprepositivista.InEl penalista liberal, Homenaje aManuelde Rivacoba y Rivacoba,BuenosAires,Depalma;reproducidoenSeqncia,RevistadoCursodePs-Graduaoem Direito da Universidade Federal de Santa Catarina (2005), ano XXV, n. 51, dez. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 198 valetudinarioesreemplazadoporjvenesbrillantes),paraqueporcuentadelos ocupantes se encarguen de cuidar el territorio ocupado.All tambin polticos dciles distraen a sus pueblos con la islamofobia racista, para desviarlatensinqueprovocael desempleode ms dela mitad desusjvenesyotras consecuenciasdelateocraciademercado,entrelasquesecuentanlasastronmicas estafas de sus bancos, que desencadenan crisis que pagan sus contribuyentes39.En la periferia, en esta fase superior del colonialismo, se opera de modo parecido, tratandodeimponergobernantessumisosalosinteresesdelcapitalfinanciero transnacional o procurando destituir a quienes les opongan resistencia o descalificar a los polticos que los denuncian.Paraesoelcolonialismosevaledelaopininpblica,convenientemente formateadaporlosmediosmasivosdecomunicacinmonopolizados,queformanparte delmismocapitaltransnacionalizado,comotambindepolticosinescrupulososo insensatos,delobbystas(corruptoresespecializados)ydetcnicospolticamente aspticos, previamente esterilizados en los cnclaves de sus Think Tanks centrales.EsunaingenuidadpolticapeligrosapercibirlasituacinactualdeLatinoamrica fueradelmarcodelcolonialismo,comosistesehubieseagotadooextinguido,cuando enrealidad noshallamosinmersosenuna fasenuevaysuperior delmismo,quenopor eso deja de ser tan criminal y despiadada como las anteriores.Laluchacontratodaposible-yantmida-redistribucinqueacorteladistancia entre las diferentes capas sociales, sigue al rojo vivo en todo el mundo, donde confrontan dosmodelosdeestado,quetratandeconfigurardosrespectivosmodelosdesociedad: uno incluyente y otro excluyente.Elprimeroprocuraretomaryadecuaralasnuevasrealidadeselestadode bienestar,ampliarnuevamentelabasedeciudadanareal,reducirlainequidadenla distribucin.El segundo trata de reafirmar la exclusin existente y en lo posible ampliarla. Toda redistribucinlaobjetacomounaexpropiacin,retomandocriteriosretrgradosquese 39Lasmaniobrasdeadministracinfraudulentadeestosbancosnosonobservadasnidetenidasporlos bancoscentralesniporningunaotraautoridaddecontrol,quesemuestranineficacesparadetectar groserasmanipulaciones,seaporincapacidad,inoperancia,negligenciaocomplicidad(cfr.n.Zaffaroni, EugenioRal(2014).Elroldelderechopenalylacrisisfinanciera.InRevistadederechopenaly criminologa,Bs.As.:LaLey,diciembre,p.3-12;importanteeslaobradeNaucke,Wolfgang(2012).Der Begriff der politischen Wirtschaftsstraftat Eine Annhrung, Berln).Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 199 remontanalajurisprudenciaconstitucionalnorteamericanadelsigloXIX40,largamente superada en su propio pas de origen.Enelfondoeconmico,locuriosoesquenoparecedarseunaopcinentre capitalismoysocialismo,enelviejosentidodelsiglopasado,sinoentreuncapitalismo productivo ms o menos razonable, frente a otro monoplico y financiero que slo busca provocar y concentrar renta.TodavezqueenAmricaLatinaelmodeloqueprocurainclusindebevencerla resistenciadelcapitalfinancierotransnacionalydesuspersoneroslocales,la polarizacin, en otro plano, se da entre independencia o dependencia.En sntesis, puede afirmarse que se contraponen los siguientes elementos:(a)Porelladodelcolonialismo:modelosocialexcluyente,noredistribucin, desigualdad extrema, dependencia.(b) Por el de la resistencia al colonialismo: modelo social incluyente, redistribucin, menor desigualdad, independencia.Estapolarizacinpuedetraducirsebiensintticamenteentrminosjurdicosyen particulardeDerechosHumanos:elcolonialismoseoponealderechohumanoal desarrollo, en tanto que la resistencia al colonialismo impulsa su realizacin.Veremosacontinuacin,queloshechospermitenverificarqueesimposible desligarelderechoaldesarrollohumanodelderechoalavida(individualydela humanidadenpeligro)ydelanormabsicadelaantropologaconstitucional:todoser humano es persona. 7. La criminalidad del colonialismo en esta fase superior En sus diversas fases, el colonialismo se ha resignado a asumir lo inevitable, pero siempre reacomodndose a las nuevas circunstancias para detener la incorporacin a la dignidadciudadanaoimpulsarsuretroceso,enlamayoradeloscasosacostadelos 40Lateoradelderrameylaindemnidaddemonopoliosyprivilegiosdiolugaraquedurantedcadas,la SupremaCortedelosEstadosUnidosimpidieraelestablecimientodeunaescalaprogresivaparael impuestoalarenta:sesostenaarajatablalaigualdadenelimpuesto,cualquierasealarenta,por considerarquecualquierporcentualmayorsobrelamayorrentaeraunaexpropiacinalasclases productivas y dinmicas en beneficio de las menos productivas y ms vagabundas (cfr. Horowitz, Morton J. (1992).TheTransformationofAmericanLaw,TheCrisisofLegalOrthodoxy1870-1960,NewYork Oxford University Press).Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 200 ms aberrantes crmenes, sin reparar en lo ms mnimo en el nmero masivo de muertes que provoca.Comovimos, noleimportlacasiextincindelosoriginarios,la esclavizacinde los africanos transportados y de sus descendientes, la marginacin racista de los criollos y mestizos, la reduccin a servidumbre de pueblos enteros; no ahorr violencias, vilezas ni genocidios con tal de contener las pulsiones incluyentes. En su haber cuenta en nuestra PatriaGrandeconmuchosmillonesdevctimasdeviolencia,enfermedad,hambre, miseriaytodaclasedecarenciaselementales,comotambinconcuantaviolacinse hayaimaginadoalosprincipiosdelliberalismopoltico,quesueleesgrimircomofalsa bandera, degradndolo a triste fantoche de un carnaval trgico. Porcierto,sufaseactualtambinescriminal,aunquesedeslizaporcarrilesde ms sofisticada perversidad que en sus etapas anteriores, pero no por eso menos letales y genocidas.No es hoy la accin directa del poder represivo estatal la principal causante de los homicidiosmasivos,peseasualtogradodeletalidad(escuadronesdelamuerte, desaparicionesforzadas,ejecucionessinproceso,gatillofcil,colusincongrupos criminalesviolentos,torturas)yaqueenocasionesseidentifiqueyconfundalaaccin estatalconlacriminal,enformapeligrosamentedeslegitimantedetodaautoridadydel poder estatal en general, lo que tambin es funcional al capital financiero internacional.Lamodalidaddelcontrolcolonialactualvaraenlareginsegnlasdiferentes circunstanciasgeopolticas,peroinsistimosenlosiguiente:entodalaPatriaGrande, conforme al modelo de sociedad excluyente, tiene como objetivo comn el montaje de un violentsimo aparato estatal represivo de control punitivo masivo de la poblacin excluida.El poder financiero transnacional no se equivoca en sus objetivos aunque, como se mueve ideolgicamente, a veces yerra en el plano de la realidad social. Tanto en el centro comoenlaperiferiaesdecir,enambaspuntasdelpoderhegemnicoplanetario-, proyecta su modelo de sociedad excluyente. (a) En el centro norteamericano, desde fines de los aos setenta del siglo pasado se abandon el New Dealy el welfare State y se mont un aparato represivo monstruoso, que tiene por objeto controlar a su poblacin de negros y latinos y frenar la inmigracin del sur, que intenta desplazarse impulsada por la necesidad.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 201 De esta manera, el estado norteamericano se ha convertido en el campen mundial delaprisionizacin,pasandoalatradicionalRusia.Desde1989msdelamitaddesu enorme poblacin penal est compuesta por afroamericanos41.Las elementalsimas medidas redistributivas de la administracin demcrata (salud, inmigrantes,etc.)hansidobloqueadasuobstaculizadasalmximoporsectoresdeunaderecha peligrosamente belicista y en extremo funcional al capital financiero transnacional y a su proyecto excluyente.(b)EnEuropa,losparientespobresincorporadosalaUnin,sufrenmedidas econmicasdeajuste,queprodujeroneldesempleodelamayorpartedelafajaetaria menor de veinticinco aos.El aparato represivo europeo crece lentamente, pero an centra su atencinsobre losinmigrantes,cuyoporcentajeprisionizadoexcedeeldesupresenciaenlapoblacin total. Esprobablequeestaorientacinsecentrerpidamenteenlapoblacinislmica, inclusonativaeuropea(aunquenodeltodoincorporadaalaciudadanareal),dadala islamofobia que cunde en particular en Francia y en Alemania, especialmente despus del crimencontralarevistaparisina:sibiennotodoislmicoesterrorista,puedellegara serlo, o, ms an, lo que sucede es que todava no lo es.Tal es el actual discurso de la derecha xenfoba europea y de otros menos explcitos y ms hipcritas42. Porotraparte,elPapahasealadoelriesgodeconvertiralMediterrneoenun cementerio.Esaspalabrastienenunsentidoprofundo:elMediterrneo-cunadela civilizacineuropea-,vergonzosamenteestconvertidohoyenlatumbademilesde prfugosdelhambreydelaviolenciacolonialistapracticadaporesamismacivilizacin, que son explotados por miserables que les cobran por llevarlos en embarcaciones frgiles hasta las costas europeas o los dejan luego a la deriva. Quiz con esto Europa rememora elgenocidiodeCartagoo,talvez,seael desierto de Arizonaeuropeo,oquizelnuevo muro. 41 Sobre este giro hacia la sociedad excluyente, Simon, Jonathan (2009). Governing through crime: how the war of crime transformed american democracyand created a cultureof fear, NewYork:Oxford University Press; Simon, Jonathan (2012). Gobernar a travs del delito, trad. Castellana, Barcelona: Gedisa.42 La enorme poblacin islmica en algunos pases europeos es producto de la etapa expansiva, en que se fomentsuinmigracinpararealizarlostrabajosquelosnacionalesnodeseabany,tambincomo resultado del envejecimiento de sus propias poblaciones, por la reduccin de las tasas de natalidad. No es raroquehoysepretendaincentivarlaislamofobiaentrelosjvenesdesempleados,imputandoalos islmicos que les usurpan sus puestos de trabajo. Lo cierto es que la poblacin islmica europea de Francia y Alemania (pases ms islamofbicos) es hoy nativa de esos mismos pases, donde se los discrimina y no han sido objeto de una adecuada incorporacin.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 202 Anelaparatorepresivoeuropeonohadesplazadosuaccincontralosjvenes desocupados, pero lo har en cuanto su protesta deje de ser pintoresca y comience a ser disfuncionalparaelpoderfinanciero,aunquelosmediosmasivosdecomunicacinno dejandedifundircalumniasimpunesencuantoaparecealgunaformadeorganizacin queespercibidacomounaamenazaseria.Esprobablequecualquiermovimientode jvenesdesempleadosseaenelfuturopresentadoalpblicocomounatraicinque quiebra el frente interno en la guerra al terrorismo.(c)EnSudamricalaaltaviolenciahomicidaennuestraszonasdevivienda precaria(favelas,villasmiseria,pueblosjvenes,etc.),enparticularenpasesextensos comoBrasilyMxico,comotambinentrelosdiferentesgruposdelasllamadasmaras centroamericanas,esfuncionalalacontencindetodapulsinhaciaunamejor redistribucindelarenta,comotambinlaletalidad del accionar policial,quetienelugar conclaratendenciaselectivaclasistayavecesracista43.Nosonextraosaesta funcionalidadlosesfuerzospordesbaratarcualquiertentativamsomenosseriade pacificacin, como la que se intenta en estos das en Colombia.(d)Lasituacingeopolticaenparticularrespectodelaproduccinydistribucin de cocana- hace que el Cono Sur, al menos de momento, registre niveles relativamente bajos de violencia.En este caso el poder financiero no ahorra esfuerzo por instigar mediticamente a la venganza, creando una realidad mucho ms violenta que la letalidad registrada, con el mismoobjetivoqueenelrestodelaregin:exigirelmontajedeunaparatorepresivo violentoygiganteparacontrolaralosexcluidosensuproyectodedesigualdadsocial. 8.Elgenocidiopor goteo enmarcha:AmricaLatinacomocampeonamundialde muerte Elpanoramadeletalidadviolentadenuestrareginrepresentaungenocidiopor goteo. Las cifras de la ONU muestran que de los 23 pases queen el mundo superan el ndiceanualdehomicidiosde20porcada 100.000habitantes,18sehallanenAmrica Latina y el Caribe y 5 en frica44. 43 Algunas investigaciones en Brasil indican un aumento de selectividad racista en las muertes policiales. En general,sobrelasituacindelapoblacinnegraenBrasil:Matijascic,Milko;Silva,TatianaDias(2014). Situaao social da populaao negra por estado, Braslia.44 Carranza, Elas (2014). Conferencia en el Congreso Federal sobre Reformas Legislativas, Mar del Plata, Argentina,febrero.Disponibleen:. 45PortodasverladelInstitutodeInvestigacionesdelaCorteSupremadeJusticiadelaNacinen www.csjn.gov.ar/investigaciones.46Cravino,MaraCristina(2013).Derechoalaciudadyconflictosurbanos.LaocupacindelParque Indoamericano,BuenosAires:EdicionesdelaUniversidadNacionaldeGeneralSarmiento.Asimismose recomienda el resto de la obra de esta autora, vg:Vivir en la villa, Las villas de la ciudad, Cuestin social y polticasocialenelGranBuenosAires,Losmilbarrios(in)formales,etc,todasdelamismaeditorial universitaria.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 204 semi-incorporadas.Elfomentodelaconflictividadentrelosmspobrespotenciauna violencia letal que ahorra lamayor parte de la tarea genocida que otrora practicaban las agenciasestatales,altiempoqueobstaculizalaconcientizacin,lacoalicinyel protagonismo poltico coherente y organizado de los excluidos.En efecto: parece pensarse que mientras los pobres se matan, al mismo tiempo se eliminan y reducen y no tienen tiempo ni oportunidad de coaligarse racionalmente.Laaltsimaviolenciaquecondicionaestegenocidioporgoteo,aligualquela diferencia con el Cono Sur, no podran explicarse sin la incidencia de la economa creada por la prohibicin de la cocana, como de otros txicos con menor incidencia.Lademandadeestetxiconosloesrgida,sinoquesefomentamedianteuna publicidadparadojal,queasociasuusoalatransgresin,siempreatractivaalascapas jvenes.Anteestademandaincentivada,laprohibicinreducelaofertayprovocauna formidableplusvaladelserviciodedistribucin,quesecontrolamediantelasagencias que persiguen el trfico y que desempean la funcin de entes reguladores del precio de la cocana.Setratadeunrudimentariorecursoalqumico,quebienpodrausarsecon cualquierotroobjeto,pordespreciablequefuere,siemprequetuvieseunademanda rgida o en condiciones de ser aumentada.Eltxicoseproduceennuestrareginyenellaquedaalrededordel40%dela renta total, en tanto que la mayor parte la produce la plusvala del servicio de distribucin interno de los Estados Unidos.Lacompetencia poralcanzarelmayormercadodeconsumo(laexportacinalos EstadosUnidos),tienelugartambinenAmricaLatina,conaltsimoniveldeviolencia competitiva en los pases ms prximos, que se incentiva con armas exportadas del pas demandante, que adems monopoliza el servicio de reciclaje del dinero de la totalidad de la renta47.Paragarantizarelmonopoliodelreciclajeexisteunorganismointernacional secundarioelGAFI-,queabusadesuautoridadextorsionandocongravessanciones 47Estaesladiferenciafundamentalconlareformaconstitucionalnorteamericanaqueestablecila prohibicinalcohlicadelosaosveintedelsiglopasado.Enesecaso,laproduccin,competenciapara alcanzar al consumidor y distribucin se haca en el interior del territorio norteamericano, lo que dio lugar a lasimbiosisdecrimenviolentoyastuto,usualmenteconocidacomomafias.Hoyrigeunaclaradivisin internacional del trabajo en materia de cocana, donde la peor parte queda al sur del Ro Bravo: Mxico se queda con los muertos y Estados Unidos con la mayor parte de la renta. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 205 econmicasanuestrospases,conelpretextodecontrolarelfinanciamientodel terrorismo48, al tiempo que los obliga a tipificar penalmente esta figura difusa, abriendo la posibilidaddecriminalizacindedisidentesyminoras,comohasucedidoconlosindios mapuche en Chile49.La prohibicin de cocana tambin genera mercados internos en nuestros pases, lo quedalugarauntrficoqueenbuenamedidaesdesupervivencia,almenosensus eslabonesmenores.Tambinestetrficointernoprovocaletalcompetenciaviolentaen las zonas ms humildes, sobre la que opera una considerable intervencin policial, puesto queinevitablementelacoberturadealgngrupoenperjuiciodeotros,pasaaseruna fuente de recaudacin de alto valor para las cpulas de las agencias autonomizadas. La guerra a la drogaque, como era previsible, estaba perdida desde el comienzo, se ha convertido en la mayor fuente de letalidad violenta de la regin. Ha causado cientos demilesdemuertesdejvenesenpocosaos,cuandosehubiesennecesitadosiglos para provocar un nmero cercano por efecto del abuso del txico.En Amrica Latina hoy la cocana no mata por sobredosis50, sino que el problema de salud lo provoca ahora su prohibicin, que da por resultado muertes por concentracin deplomo.Desdeelpuntodevistasanitarioseconvierteenunacausademuerte importante, en particular en la faja joven.Estapolticasuicidayabsurdadesdeelpuntodevistapenalydesalud,sloes coherentecomoinstrumentocolonialistaparacorromperalasinstitucionespoliciales, infiltrarse enlapolticay,enalgunospases,paradesprestigiaralasfuerzasarmadasy debilitar la defensa nacional. 9. La normalizacin del genocidio y la creacin de la violencia. En Amrica Latina, los medios de comunicacin se hallan concentrados en grandes monopoliosqueformanpartedelcapitalfinancierotransnacional.Usualmenteseafirma 48 Bailone, Matas (2007). El antiterrorismo y su impacto sobre los derechos humanos a propsito de la ley 26.268. In INFOJUS, SAIJ, Ministerio de Justicia de la Nacin.49Villegas,Myrna(2013).EstadodeexcepcinyantiterrorismoenChile.Criminalizacindelaprotesta social con especial referencia a los indgenas. In Revista de Derecho Penal y Criminologa, La Ley, Buenos Aires, Julio, p. 3. 50Tampocoesverdadquehayaunaaltaincidenciadehomicidasintoxicadosporcocana.Infinitamente mayor en toda la regin es el nmero de homicidas cometidos bajo efectos del alcohol. Ver la investigacin citada del Instituto de Investigaciones CSJN.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 206 que estn al servicio del poder econmico transnacional, lo que no es cierto: su volumen los lleva directamente a ser parte de ste, en una compleja red de intereses ntimamente compartidos.Enestascondicionesnopuedellamarlaatencinquesusmensajessean perfectamente funcionales al modelo de sociedad excluyente que este poder fomenta. En consecuencia,jueganunpapelcentralenelocultamientoodisimulodelgenocidiopor goteo que se est cometiendo en la regin.En los pases que sufren alta violencia real, donde el aparato represivo mortfero es funcionalalaletalidadentreexcluidos,latelevisinconcentradacumplelafuncinde ocultarla, disimularla, minimizarla y, en general, naturalizarla, es decir, mostrarla como un fenmeno cado del cielo, autogenerado e inevitable: sucede en todos lados, no se puede hacer nada, slo leyes ms represivas.Porelcontrario,enelConoSur,dondeesmuchomenorlaviolencialetal,la televisinconcentradacreaunarealidadviolentaparaexigirmediantereiterados mensajesvindicativos-elmontajedeeseaparatomortfero.Escontinualainstigacin televisiva a la violencia, al linchamiento, a la criminalizacin de nios, a la estigmatizacin de adolescentes y jvenes de nuestros barrios precarios, creando estereotipos criminales con sus caractersticas51.Los recursos de esta publicidad vindicativa populachera (vlkisch) son ampliamente conocidos,aunquenoporesomenoseficaces:lainvencindevctimas-hroes,la reiteracin de la noticia roja sensacionalista, la exhibicin de unas vctimas y el meticuloso ocultamiento de otras, los comunicadores moralmente indignados, el desprecio a las ms elementales garantas ciudadanas, el reclamo de un retroceso a la premodernidad penal y policial, etc. En definitiva, se trata de mostrar a las vctimas como victimarios. Lamismacomunicacindeentretenimientostelevisivalasfamosasseries policiales- son una clara incitacin a la violencia como nica forma de resolver todos los conflictosy,almismotiempo,unaabiertapublicidaddeldesmesuradoaparatorepresivo norteamericano.Es reiterada la imagen del hroe policial que logra acabar con el villano y salvar a lamujercita(nuncamostradacomointeligente)graciasaquedesoyelosllamadosala 51Cfr.NuestraobrapublicadaenItalia:Zaffaroni,E.R.;Caterini,M.(2014).Lasovranitmediatica,una riflessionetratica,dirittoedeconomia,Padova:CEDAM.Enparticularall,Zaffaroni/Bailone:Delitoy espectculo. La criminologa de los medios de comunicacin.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 207 prudenciadealgnjefeofuncionarioyviolareglasprocedimentales.Setratade personajestemerarios,quenoexperimentanmiedo,hiposensiblesaldolor,hiperactivos, machistas,hipersexuales,quenosetraumanpormatar,esdecir,querenenlasms comunes caractersticas psicopticas. Lociertoesquelaimagendelaviolenciaquetienenuestrasociedadeslaque proyectanlosmediosoligopolizados,seaocultandoodisfrazandolaexistenteo inventandolaquenoexiste,siempreconelobjetivoclarodemontarunpoderrepresivo mortfero y brutal, habilitado mediante una legislacin penal premoderna o medieval. 10. Efectos en las polticas locales EnsociologaesampliamenteconocidoelfamosoteoremadeThomas,segnel cualnoimportaqueunhechoseaverdaderoofalso,bastandoqueseadadoporcierto paraqueproduzcaefectosreales.Porciertoquelacreacinderealidadviolentaen Latinoamrica produce efectos reales52.Aqucomo en todo el mundo- los polticos quieren ganar votos y elecciones. Por ende,lesresultamuydifcilenfrentarseconlatelevisinmonopolizada.Elpoder financiero transnacional lo sabe y lo explota, pues se trata de una cuestin clave para sus objetivos hegemnicos.Bastaverificarcmoentodanuestrareginlosmediosconcentradosemitenuna constantepublicidaddestituyenteydescalificantedecualquiermovimientopopularque pretendaredistribuirmnimamentelarenta.Cualquiercasodecorrupcincoyunturalse magnifica,peroocultacuidadosamentelacorrupcinsistmica,laadministracin fraudulentadequienescontratandeudasimposiblesdepagar,entregansoberana sometiendoalpasajurisdiccionesextranjeras,llevanacabopolticasdeajusteque terminanencrisis,desbaratanelpotencialindustrial,quiebranlaspequeasymedianas empresas(quesonlasprincipalesdemandantesdemanodeobra),malvendenla propiedad estatal, etc. 52Hayotrosaspectosenque,conformealteoremadeThomas,lacreacinmediticadelarealidad funcionaletalmente:laimagendelaviolenciaprovocaunarmamentismodelapoblacinengeneral,que intensifica la letalidad de cualquier conflicto, aunque nada tenga que ver con el genocidio por goteo, como los intrafamiliares e interpersonales.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 208 Enelmbitoprivadotodoadministradorfraudulentoespenado,perosila administracinfraudulentasecometeenelmanejodelaeconomanacional,sloselo considera una conducta polticamente criticable y opinable. Lospolticosletemenalatelevisinconcentrada,yentrelosasustadosylos inescrupulosossloparecenponersedeacuerdoparasancionarleyespenales disparatadas,quedestruyencdigosylegislacionesrazonables,parareemplazarlospor unacoleccinderespuestasamensajestelevisivosque,enbuenamedida,promueven una antipoltica por cierto que tambin funcional al poder transnacional-, dado que cada da es ms evidente que responde a una actitud de subestimacin de la inteligencia de los pueblos53.Inclusolospolticosquepostulanmodelosincluyentesdesociedadnopueden sustraersedeltodoalreclamomediticodeunaparatopunitivoletal.Lesembargael miedo a la televisin, se sienten amenazados incluso en lo interno de sus propios partidos omovimientos,creenquedebendarmuestrasdeordeny,deestemodo,entranen contradiccionesinexplicablesydemasiadoevidentesparalospueblos,quese acostumbran a verlos ms como actores de telenovelas que como polticos. En los ltimos tiempos se ha difundido la modalidad delinchamiento televisivo de jueces,instigadodesdelosmediosaudiovisualesmonoplicosyejecutadoporpolticos inescrupulososoatemorizados,sembrandoelpnicoenlospoderesjudiciales54,conel nicoresultadoprcticoesaumentarelnmerodeprisionesinnecesariasinclusode inocentes,sobrepoblargratuitamentelascrcelesyprovocarmsmuertescarcelarias, tanto en motines como en hechos de violencia cotidianos55.Debemosreconocerqueenlasclasespolticasdenuestraregin,reinauna profundayavecescultivadaignoranciarespectodenuestrogenocidioporgoteo, subestimadoporconsiderarlocomounproblemadeimportanciasecundariaodepura incumbencia policial, al que slo se toma en cuenta por motivos electoralistas. 53 Hace pocos meses un partido poltico mexicano haca su propaganda de lucha contra el secuestro, lo que demostraba por haber conseguido que este delito fuese penado con 120 aos de prisin. En otros casos no es tan evidente la falta de mnima seriedad, pero no por eso son menos ridculos loe argumentos.54Enalgunos pases, como Honduras, seimponen pruebasvejatorias deconfianza(fidelidad)a policasy hastaajuecesyfiscales,comosometerlosalpolgrafo,conlocualsecreaunanuevademandade servicios,delicitacionesydecomprasdirectas.Algoparecidosucediconelusodeesteartificiosobre funcionarios mexicanos.55Nodisponemosdecifrasactualizadasdemuertescarcelariasenlaregin,perodesdesiempreseha sabido que multiplican varias veces los ndices que corresponden a la misma faja etaria. Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 209 La publicidad populachera de los medios monoplicos tiene tal fuerza que empapa atodoslossectores,losaliena delarealidadviolenta,creandounverdaderoparadigma de no saber y no pensar que, en alguna medida, rige para todos los matices polticos. De este modo, en nuestra regin conviven sistemas polticos liberales con sociedades que en buena parte se vuelven culturalmente premodernas y autoritarias. En definitiva y en sntesis, lo cierto es queennuestraregintienelugarunamortalidadviolentasuperioraladetodoel mundo y slo comparable con la blica, que los medios monoplicos la ocultany normalizan, al tiempo que la inventan en la parte en que esta violencia no existe, siempreconelnicoyclaroobjetivodemontarunaparatorepresivoviolento regidoporunalegislacinpremoderna,quesegnlosidelogoscolonialistas servira para contener a los marginados en su proyecto de sociedad excluyente. 11. La desigualdad, la muerte prematura y la TV SegnlosdatoscomparativosdelaONU,entodoelmundolosndicesde homicidio tienden a guardar una relacin inversa con el ingresoper cpita es decir, que setratadedoscurvasquesecruzan-,peroconalgunaexcepcin,enqueincideuna marcada relacin directa con el coeficiente de Gini, o sea que, en sntesis, la experiencia mundialindicaqueamenoringresopercpitayapeordistribucin,correspondenms homicidios56.Puesbien:undatoaltsimamentesignificativoesquenuestrareginpresenta simultneamente los ms altos ndices de homicidios del mundo, pero tambin los de ms alta desigualdad en la distribucin de la renta, medida con el coeficiente de Gini.Estonoes ningunacoincidenciaaccidental,sinounaconcordanciaperfectamente explicable.Estos datos universales y regionales, que indican que no siempre se observa una correlacinmecnicadelaviolencialetalconelingresopercpita,sinoqueincideel coeficientedeGini,estnsealando,paradecirloenpalabrasmsclaras,quenoesla simplepobrezalaquesetraduceautomticamenteenlaviolencialetal,sinolafaltade proyecto, es decir, la frustracin existencial que provoca la sociedad excluyente. Nadadeestopuedesorprendermucho,puesessabidoqueensituacionesde extremanecesidad(terremotos,catstrofes,guerras,etc.),inclusodesciendeelnivelde 56 Cfr. Carranza, Elas (2014). Op. Cit.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 210 violenciacriminalydesuicidios.Estosedebeaqueenesassituacionesserefuerzael sentimientocomunitariotodoscompartenlasmismaslimitaciones-yexisteunproyecto de supervivencia comn.La vida humana es proyecto, que la hace existencia. La privacin de proyecto es privacin de vida y en ese vaco existencial florecen las pulsiones tanticas. Cabeconsignarquenosestamosciendoalaviolenciaabiertaymanifiestaen formadehomicidio,estataloproducidoantelafuncionalindiferenciaestatal,perostas no son ms que las manifestaciones letales ms extremas de la desigualdad social y de la consiguiente privacin de proyecto.Laagresividadtanticanoslosetraduceenagresinhaciaafueraheteroagresin-,sinoquetambinseexpresaenautoagresin,queasumelaformade suicidio consciente o inconsciente. En esta ltima categora entran conductas de asuncin deriesgosabsurdos,irracionales(provocacindeenfrentamientossinposibilidadde supervivencia),mltipleshechosconaparienciadeaccidentes,abusodetxicoscon gravedetrimentodelasalud,groserodescuidodelapropiasalud,etc.Elnmerode muertes por suicidio manifiesto es verificable con cierta precisin, pero el de los suicidios inconscientesesdemuydifcilponderacinyrequerirafinsimastcnicasde investigacinsocialque,hastaelmomento,notenemosnoticiadequesehayan ensayado.Atodoestoseagregaqueenlassociedadesmuydesigualesseproduceuna discriminacin en el servicio de salud, que cae en desatencin de enfermedades tratables (en especial en nios y ancianos), que tambin es fuente de muertes prematuras.No es posible tampoco pasar por alto el enorme nmero de vctimas de hechos de trnsito vehicular, que representan la principal causa de muerte en las fajas ms jvenes denuestraspoblaciones.Sinembargo,todopareceindicarqueloslegisladoresslo piensanenagravarlaspenasdeloshomicidiosculpososyalgunosjuecessegnla publicidaddelcaso-aempleareldiscutidoynebulosoconceptodedoloeventual,sin preguntarse,porejemplo,silosvehculosquesecomercializansonlosadecuadosala red vial de que se dispone57. 57 En la Argentina, por ejemplo, ha aumentado notoriamente el nmero de vehculos automotor, pero en los noventa, con la euforia de privatizaciones y desmantelamiento del estado, se desarm la red ferroviaria que transportaba cargas, de modo que mercaderas, personasy los muchos ms vehculos, circulan ahora por lamismaredvial,quesibienhasidoconsiderablementemejorada,noalcanzaparabrindarseguridada Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 211 SienLatinoamricasumamosatodoestoeldaoambiental,elefectodelos agrotxicos,losdesplazamientosgeneradosporlapropiaviolenciaoporlainutilizacin desuelosysuconsiguienteconflictividadenlaconcentracinurbana,ladestruccinde nuestrosbosquesnaturales,laamenazaanuestrosrecursos,ladepredacinquese intenta de ellos por el poder transnacional, el bochornoso y prepotentepatentamiento de nuestrasespeciesconquesenosquiererobarnuestrabiodiversidad,veremosquehay muchomsenlaafectacindelderechohumanoaldesarrolloprogresivoque,directao indirectamente,incidesobrelavidahumanaysobrelaproduccindemuertes prematuras. Si pudisemos sumar el total de muertes potencialmente evitables que, por efecto de la violacin al derecho al desarrollo humano progresivo tienen lugar en Amrica Latina en el curso de una dcada, la cifra seguramente nos espantara. Si alguna duda quedase sobrelosefectosdelaTerceraGuerraMundialnodeclaradaennuestraregin,este clculo la disipara por completo.Reconocemosqueesteclculorequiereunainvestigacinmuycomplejaydifcil, conunametodologamuydepurada,noobstantelocualsiempreserdiscutible,ser objetado violentamente por los medios audiovisuales concentrados de toda la regin, sus investigadoressernestigmatizadosentodoslostonos,etc.,peroesindispensableque algnda,loscientistassocialesdenuestrasuniversidadeslo encaren, peseatodoslos inconvenientes, obstculos y calumnias que seguramente debern enfrentar.Si hoy mismo se publican libros y haycientficosque se prestan a escribir que no hayrecalentamientoglobalyquenadanosamenazaenladepredacindelmedio ambiente,nocabedudadequeunainvestigacindeestanaturalezasobreeltotalde muertesprematurasreuniratodoslosqueelpoderfinancierotransnacionalpueda comprar para objetar sus resultados (periodistas, cientficos, Think Tanks, polticos y una larga lista de tontos que nunca faltan en sus coros).Esta investigacin mostrara la suma del horror que no se percibe con claridad, por efecto de los monopolios mediticos que adormecennormalizandoy naturalizando estos efectos: se introduce la idea de que son inevitables, que en todos lados suceden, que no haymododeimpedirlo,quesonresultadodelamodernidad,queeselprecioque

todo el transporte terrestre intenssimo. No es necesaria mayor perspicacia para darse cuenta de que esto es causa del mayor nmero de muertes prematuras en el trnsito.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 212 pagamospornuestracomodidad,quelosprotagonistassongenteinferior,primitiva, inculta, diferente, etc.Estasreflexionesnosconducenalaineludibleconclusindequeelrespetoala vida, desde el punto de vista macrosocial, depende de la inclusin social, de la movilidad vertical,dela distribucin mnimamente equitativadelarenta, es decir,deloquepuede sintetizarseentrminosjurdicoscomoelderechohumanoaldesarrolloprogresivoque, obviamente, en trminos econmicos, no puede medirse slo en PBI sin el complemento de la reduccin de la desigualdad social, sino en la conjuncin de ambos.Eldiscursoideolgicodelospropulsoresdelproyectodesociedadexcluyentese reducealafamosatesisdelderrame,osea,dequelasociedaddebepermitirquelos msemprendedoresdesarrollenlibrementesuspotencialidadesy,deestemodo, acumulenriqueza,porqueinevitablementestasederramarhaciaabajoenalgn momento. Esto no es ms que un embuste, desmentido por toda la historia: cuanto ms seacumulamenossederrama,ynadasederramasialguiennomuevelacopa.Como hemossealadoantes,esunatesispropiadelajurisprudenciamsretrgradadela Cortenorteamericana,definesdelsigloXIX58.Losdatosactualesdelmundoponende manifiesto que la distribucin asume la forma de una copa de champn y, por cierto, que su base se va afinando cada vez msy sucaliz seva estrechando, sin que sederrame absolutamente nada59. 12. Las clases medias latinoamericanas y la muerte prematura Aprimeravistaparecedifcilcreerqueesbastantesencilloquelosmedios concentradosimponganunarealidadtelevisivaqueoculteonormalicelasmuertes masivas de un genocidio por goteo.Sinembargo,sutarea,acondicindeserlavozyelpensamientonicoomuy dominante,sevefacilitadaporlamismafuerteestratificacinsocial,porlaescasa movilidad vertical e, incluso, paradojalmente, por las propias pulsiones redistributivas.Esbastantecomprensiblequeestoocurraenciertamedidaentrelossegmentos excluidos, porque son los que en medio de la violencia fomentada como medio de control 58 Cfr. supra, nota 38. 59 Por discutibles que sean los pronsticos, los datos aportados por Thomas Piketty son elocuentes (Piketty, Thomas (2014). El capitalismo en el siglo XXI, Mxico: FCE).Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 213 social, estn aturdidos por la contradiccin en que sta los coloca y, adems, son los que sufrenlavictimizacinenformamsmasivaydirecta.Noenvanoelmayornmerode vctimas de la violencia latinoamericana se cuenta entre los excluidos60. Menosestudiadasestnlasrazonesporlasquelosmediosmonoplicosu oligoplicos imponen su realidad entre las capas medias y, especialmente, en las de ms reciente incorporacin o an no del todo incorporadas.Sinembargo,estoseexplicaporotrasrazones:enlassociedadesmuy estratificadasyconmovilidadverticalespasmdica,losquealcanzanlasposiciones inferioresdentrodelossectoresincorporados,tienenunavivenciadeprecariedadmuy grande, son muy propensos a sentir que siempre estn a punto de volver a caer, lo que, por otra parte, la experiencia real les confirma, dada la contradiccin actual entre sociedad incluyente y excluyente y los frecuentes retrocesos.Al no estar asegurado el derecho al desarrollo progresivo, esta vivencia se contina anenestratosmsdecididamenteincorporadoseinclusosetransmite generacionalmente. Ante esta vivencia un tanto anmica, la defensa primaria e irracional noesraroqueconsistaenpretenderbuscarlaseguridadcerrandolaspuertasdel ascensor (o elevador).No puede llamar mucho la atencin la receptividad que en estas condiciones y en esas fajas sociales encuentran los mensajes de los medios audiovisuales monopolizados (validosdetodosloselementostrampososquesonconocidos),parareforzarlesla vivencia de incerteza social y el consiguiente temor de que los ahora excluidos vengan a disputarles su precaria posicin. Sin duda que se trata de un temor muy profundo, pues les hace tambalear sus proyectos existenciales.Esto explica que los medios concentrados del proyecto de sociedad excluyente no se cansen de infundirles miedo a que otros les disputen su posicin en la fila y, por ende, losinstiguenadefenderla,volcndoloshaciaelproyectodesociedadexcluyentee infundindoleslospeoresprejuiciosracistasyclasistasmediantelacreacinvirtualdel estereotipodelexcluidoagresivo,marginal,asesinoyvioladoro,sinllegaraesos extremos, por lo menos siempre amenazante y bravucn o, ms simplemente, diferente e inferior. 60Estefenmenoseobservatambinenotrassociedades,comoenEuroparespectodelosinmigrantes, debido a que los recin llegados disputan a las capas ms desfavorecidas el espacio del barrio, del hospital, delaescuela,etc.,entantoquelascapasmediasnocompitenconellos.Cfr.Cravino,MaraCristina (2013). Op. Cit.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 214 Almismotiempo,losmediosaudiovisualesconcentradosmuestranlasbondades de la vida de los sectores ms privilegiados, alimentando la ilusin en esas clases medias bajasdequenopuedenalcanzarlossloporqueseloimpidenlaspulsiones redistributivasincorporativas,loquelasinduceaadmiraralosprivilegiados,a identificarsecon ellosyaambicionarsuposicin,desatando un odioirracionalhacialos excluidos y hacia todos los que impulsan un proyecto de inclusin social.Se alimenta de esta forma una actitud irracional, porque la experiencia demuestra que nunca los sectores que concentran mayor renta se ocuparon de asegurar la posicin delasclasesmediasrecinincorporadas,sinoque,porelcontrario,entodaslascrisis provocadas por el poder financiero transnacional, estos han sido los sectores sociales que las han sufrido en mayor medida, pues en casi todos los casos les han desbaratado sus ahorros(avecescondevaluacionesabruptasdelamoneda,otrasconladirecta confiscacin mediante estafas bancarias) y les han aportado inestabilidad laboral.La identificacin de las clases medias con las clases privilegiadas ha alcanzado a veceslmitesridculosdeimitacin:setratadeunadesviacindelatensinprovocada por la mmesis. Veamos esto en palabras ms claras: como dice un gran pensador Ren Girard- las tensiones sociales se producen porque se quiere imitar al otro y, por ende, se ambicionatenerlosbienesescasosqueelotrotiene,loquedesataunatensinentre quiennotieneyquientiene.Aqulammesis(laimitacindelotro)seproduceconel tenedor de las clases privilegiadas, pero lo que se desva es la tensin, que no se produce conelquetieneelprivilegio,sinoconelquenotienenada,aquienlosmedios concentrados del poder transnacional se las arreglan para atribuirle laculpa de no poder tener lo que tiene el privilegiado. Aestodebeagregarsequeentodoslossectoressocialesquenopadecen directamente las peores consecuencias de la violencia colonial, se facilita el negacionismo delgenocidioporgoteo,porquelamuertemasivahieremuyprofundamentela sensibilidad,creasentimientosdeculpaentrequienesasistenaellasinpadecerlay,en consecuencia, se tiende a evadir inconscientemente el enorme peso de esa culpa por va deloqueenpsicologaseconocecomomecanismosdehuda,descriptosporAnna Freud como defensas inconscientes: es mejor no saber, o creer que no pasa nada o que nada se puede hacer.El negacionismo frente a este genocidio lo alimenta el pensamiento nico difundido por los medios concentrados, tanto en el ocultamiento o lanormalizacinde las muertes Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 215 prematuras, como tambin mediante el reforzamiento de los prejuicios clasistas y racistas (loquepasaesentregentediferente,nopersonasomenospersonas).Deallquese ocupendemostraraladolescenteojovendebarrioprecariocomounserprimitivo,una suerte decriminal nato regresivo o atvico, cuando la vctima esalguien de clase media (enlospocoscasosenqueestosucede,porquelamayorpartedeloshomicidiostiene lugar en los mismos barrios precarios).Porelcontrario,loshechosdesangreentrepersonasquenopertenecenaestos barriosymsansitienenlugarenestratosmselevadosdelaclasemedia-se muestran como patolgicos (entre nosotros sucede slo cuando alguien se enferma) y, en especialsitienenalgningredientesexual,seconviertenennoticiaquereditaenun rating que explota con descaro no disimulado la curiosidad morbosa del pblico. Salen a relucir placeres ocultos de los privilegiados, que tambin, consciente o inconscientemente, quieren compartir los de los estratos inferiores incentivados a admirarlos.El punto mximo de tensin entre la realidad creada mediticamente y la existente seproducecuandola letalidadpolicialpor error,torpezaosimplebrutalidad-alcanzaa algunapersonadiferentealoshabitantesdebarriosprecarios,dandolugaraunhecho que los medios concentrados no pueden negar. En tal caso lo minimizanal igual que la agencia responsable- por medio de la criminalizacin del personal ms subalterno, como muestra de depuracin y tambin de una eventual patologizacin excepcional. 13. El replanteo de los Derechos Humanos De todos los datos sociales que acabamos de mencionar, surge un claro imperativo jurdicoparatodoelderecho,encualquieradesusvariossignificados,queesunclaro enfrentamiento con las posiciones letales del colonialismo en su presente fase superior.Este imperativo no emerge de ninguna norma supralegal, sino que hoy lo impone el propiodeberserconstitucionalynosremitedirectamentealosDerechosHumanos positivizadosennuestrosordenamientosjurdicos,osea,consagradosenlas constitucionesyenlostratadosinternacionales.Esunaobviedadrecalcarquelos Derechos Humanos son hoy parte del derecho constitucional y del derecho internacional positivo y vigente, pero es menester reiterar lo obvio, porque con frecuencia se considera Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 216 que son principios discutibles en el campo jurdico, como provenientes de algnderecho natural 61.Peroesosinstrumentosnofuerongraciosasconcesionesniproductodeuna maduracinreflexivayracionaldepueblosygobiernos,sinoquelosimpulselmiedo. Ante las atrocidades de estados asesinos, que cometieron homicidios alevosos masivos, el espanto hizo que se sancionaran estas leyes nacionales e internacionales.Laracionalidadquepropugnanesosobjetivos,digamoslaverdadsin avergonzarnos como humanos, no fue impulsada por la razn, sino por el espanto. Y tampocolosimpuls eltemorantecualquierhomicidioalevosomasivo:noloprodujeron lasvctimasarmenias,loshererosextinguidosporlosalemanes,loshaitianos masacradosporTrujilloenlafronteraniloscongoleosesclavizadosydiezmadospor Leopoldo II de Blgica, ni ninguna otra de las grandes masacres previas, sino que fue el espanto producido en el propio territorio hegemnico, apenas cuando elcolonialismo vio quealllosmillonesdevctimasdeesasatrocidadeseranotroshumanosconpareja deficiencia de melanina.Peronisiquieraas,losnuevospodereshegemnicos mundiales suscribieronpor completo todos esos objetivos y se resisten hasta hoy a hacerlo, como tambin lo hacen frente a la contaminacin atmosfrica que amenaza a toda la vida humana en el planeta.Aregaadientesdefinieronmezquinamenteelgenocidio,cuidandoquesu recortadafrmulanoabarcasesuspropiosgenocidios,yfirmaronunaDeclaracin Universalqueensuorigenslotuvoelvalordeunamanifestacindebuenavoluntad internacional.LosDerechosHumanosplasmadosentratados,convencionesyConstituciones, son un programa, un deber ser que debe llegar a ser, pero que no es o, al menos, no es del todo.Por cierto que no faltan quienes subestiman su importancia, incurriendo en el error de desconocer su naturaleza. Estos instrumentos normativos no hacen ni pueden hacer- msquesealarelobjetivoquedebealcanzarseenelplanodelser.Sufuncines claramente heurstica. 61Losiluministasylospadresdelderecholiberal,enlossiglosXVIIIyXIX,debieronapelaral jusnaturalismo,osea,alasupralegalidad,porquenotenanconstitucionesqueestableciesenesos derechos. El efecto que ha tenido la incorporacin de los Derechos Humanos es una considerable reduccin de la importancia prctica no terica ni filosfica- de la antigua disputa entre jusnaturalismo y positivismo.Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 217 Quienlossubestimacaeenunatrampaideolgica:larepetidafrasedeMarx acercadelderecho,tomadacomounainexorablerealidad,slodejaalosexcluidosel caminodelaviolencia,dondesiemprepierden,porqueaunquetriunfen,enlaviolencia siempre son ellos los que aportan la mayor parte de los muertos, como lo prueba toda la historia.A medida que profundizamos ms la historia del derecho, creemos que Marx tena raznensutiempo:noes aventuradoafirmarqueenelsigloXIXelderecho erasloel instrumentodelasclaseshegemnicas.Peroestonoesunafatalidaddelderechoen todos los tiempos y lugares.ElpnicointrodujounacontradiccinconelcaballodeTroyadelosDerechos Humanos y hoy, la gran paradoja, es que el poder financierocomo todo el hegemnico entodoslostiempos-es,precisamente,elquepretendereducirelderechoaunpuro instrumento de su hegemona.Sin embargo, estos instrumentos son un obstculo, porque de ellos pueden valerse ydehechosevalen-lospueblosylospropiosdisidentesdelasclasesincluidas,para hacer del derecho un instrumento de los excluidos.Se trata de una verdadera e innegablecontradiccin en el sistema, provocada por elpnicoquegenerlabarbarieentrelospropiosdeficitariosdemelanina,productode las contradicciones de su hegemona precedente.Laluchamundialenelcampojurdicoactualseentablaentreelpoder transnacional,quequierehacerquelafrasedeMarxpaseaserunafatalrealidade impedircualquierredistribucindelarenta,yquienespretendenusaralderechocomo herramienta redistributiva. Elrecorridoporelcolonialismoyporlossignosmsnotoriosdesuactualfase superior,poneenevidencialadistanciaquemediaennuestrareginentreeldeberser heurstico de las normas constitucionales e internacionales y su efectiva realizacin social.Comovimos,lacorrelacinentrehomicidiosydesigualdadsocialnoesuna coincidenciaaccidental,sinoelindicadordelosefectosgenocidasdelmodelode sociedad excluyente impulsado por el poder financiero transnacional, que nos acosa como fase superior del colonialismo.Msalldelocultamientotelevisivodelaviolencialetalodesuexageracin meditica, de la confusin que esto siembra en el pblico y en las clases polticas, de la constanteinstigacinalavenganzayalmontajedeunaparatorepresivomortfero,del Passagens. Revista I nternacional de Histria Poltica e Cultura J urdica Rio de Janeiro: vol. 7, no.2, maio-agosto, 2015, p. 182-243. 218 oportunismo,delamedrentamiento,delaignoranciaodelosmecanismosdehudade polticos,juecesyclasesmedias,elserhumanolatinoamericanosiguebatindosey abrindose paso por su derecho a ser considerado y tratado comopersona, conforme lo sealan heursticamente nuestras constituciones (nuestra antropologa constitucional). Estonosllevaaunreplanteoenelpropiocampojurdicojushumanista.La manualstica corriente62 seala el origen constitucional de los Derechos Humanos en los derechosindividuales,suposteriorcomplementacinconlossocialesyculturalesy, finalmente, una pretendida plenitud con los llamados de tercera generacin, entre los que se destacara el derecho al desarrollo humano progresivo.Pero esta no es la historia de los Derechos Humanos en Amrica Latina ni tampoco enningunadelasotrasregionescolonizadasdelplaneta.Eseeselrelatodelos colonizadores, desde su perspectiva central y hegemnica. Dado que la independencia es laprimeracondicindeldesarrollo,lahistoriadenuestrosDerechosHumanoscomenz aqu por la lucha por la obtencin del derecho que desde el centro se considera de tercera generacin. Nuestros primeros luchadores por los Derechos Humanos fueron Bolvar, San Martn, Miranda, Belgrano, OHiggins, Hidalgo, Morelos, Louverture, etc.No se trata de una mera cuestin histrica, sino actual, puesto que el colonialismo no ha terminado, sino que se ha desarrollado hasta esta fase superior que sufrimos.LaluchalatinoamericanaporlarealizacindelosDerechosHumanosnopuede ser otra cosa que la lucha contra el colonialismo en su fase actual, en lo que adquiere la prioridadlaluchaporelderechoaldesarrollohumano,cuyapremisaesla independencia.Estaprioridaddelderechoaldesarrollonosignificaposponerymenosan desconocer los derechos individuales y en especial el derecho a la vida, dado que -como hemosvisto-larealizacindelrespetoalderechoalavidaesinseparabledela realizacin del derecho humano al desarrollo.Setratadelamismaluchadenuestrospueblosdesdeloslibertadoresyan antes63,sloqueenlaversinadecuadaalaactualfasesuperiordelcolonialismo,que imponelaurgentenecesidaddedesbaratarennuestrareginlosefectosletalesdela Tercera Guerra Mundial no declarada. 62Enverdad,estaclasificacinestunpocopasadademoda,aunqueselarepiteenlostextosms clsicos. Hoy tiende a admitirse que los Derechos Humano