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28 De Eugenic Marfa de Hostos La Peregrinadon de Bayoan Estamos .ante un diario no- ,. velado. La peregrinacion d e ] Bayoan ya lo ha dicho An- > tonio S. Pedreira "es un i diario novelesco, con un fondo f politico y social al servicio de 'l una encubierta propaganda" I (1) Estamos por lo tanto an- I te una obra en la que Hostos j yuelca su intimo sentir con j respecto al destino politico de i las Antilles. i\O POLITICO . .. f Hostos cree en este momerf- 1 to (1863) que el destino de las . Antillas debe estar basado en el principio de la libertad, li- bertad que hara posible la cons- tituci6n de una confederacion antillana y espanola. Es decir, Hostos cree que Espafia, Cu- ba, Santo Domingo y P u e r t o Rico deben estar unidas en un sistema federative que no anu- le el principio de la soberania pnacional, como primer paso ! posiblemente para lograr _ la vasta confederacies hispanica: la union de todos los pueblos de nuestra raza, cimentada es- ta union en la libertad y en la democracia. Todavia Hostos no habia sido desengafiado por los liberales espanoles. Cree que gobernando los liberales, Cuba y Puerto Rico obtendrian ; una autonomia amplia, casi una independencia, "pero de tal modo que independencia n o \a rompimiento de relaciones, j sino creaci<5n de lag que no e'xisten hoy, de las relaciones ' del afecto y del interns mate- rial, moral y etnol6gico." (2) Santo Domingo conservarfa su sistema republicano de gobier- no. Espana no seria la naci6n gestora dentro de la confede- raci(5n, sino un miembro dis- puesto a colaborar en ese pro- yecto de uni<5n hisnanica. Se desenganarS luego Hostos de los republicanos espanoles y querra poner en vigencia lo que ya era inevitable: "Las Antillas estaran con Espafla si hay de- rechos para ellas; contra Es- pana si continua la gpoca de dominaci6n". (3) Cuando Hos- tos escribe su novela aun no Por Francisco Luch Mora habia sufrido el desengano. LOS SIMBOLOS La peregrinacion de Bayoan es una novela simb61ica. El simbolo en la misma se cir- cunscribe a los tres persona- jes principales: Bayoan, Marien y Guarionex. Bayoan es Puer- to Rico; Marien es Cuba, y Guarionex es Santo Domingo. Los tres personajes segiin propia expresi<5n de Hostos "representan en este libro la uni6n de las tres grandes An- tillas." (4) Los tres personaies ».-,-.•. •, .--•. .:• -.-• •_•: v.. .-.-.-.-.•.-•...-. Francisco Lluch Mora responden al intento politico de su autor. En la clave que se coloca al frente de la no- vela se explican los simbolos: Guarionex, nombre del cacique mas poderoso de Haiti cuando la descubri6 Col<5n; Bayoan, nombre del primer indigena de Borinquen que dud6 de la in- mortalidad de los espanoles; Marian, nombre indigena de la comarca mas bella de Cuba. Por lo visto, los simbolos se en- carnan, se hacen sangre y hue- so, se convierten en humanidad. Con ellos Hostos nos dara el afan de redencitin que alenta- ba su espiritu ante el despo- tismo espanol en Cuba y en Puerto Rico. EL PAISAJE Seria interesante hacer u n estudio para ver si esta nove- Cuento /s/a cfe Niebla Por Iris Zavala la influye en el tratamiento de la naturaleza y del paisaje en la nueva novela americana, la que se realiza con posteriori- dad al romanticismo. Vgase la forma habil de gran poder de sintesis con que Hostos ve la naturaleza: "El cielo se des- peja: el sol rasga las nubes: las nieblas menos densas, se disipan al mediar el dia". (5) No es descripci6n del paisaje americano; es pintura agil del paisaje marino. Bayoan esta en este momento en alta mar. Y al describir el mar nos dice: "Estoy admirado: el mar en calma, no se mueve: no hay ni una ola, ni una ondulaci<5n. iQu6 mano poderosa sujeta es- ta inmensidad y la contiene asi? La calma del mar es el prodi- gio de la fuerza: levantar es- tas aguas, hacerlas surgir, y abalanzarse contra todo lo que quiere detenerlas, me lo explico: todo lo grande pro- Derrde al movimiento, todo lo inmenso tiene agitaci6n y tem- pestades: pero no puedo ex- plicarme esta calma, este so- siego, esta quietud increibles. Ni aqui, cerca del buque, ni alia en el horizonte... me equivoco, en el horizonte hay movimiento: las aguas se hm- chan y se ahuecan, y luego se deslizan por la misma rendien- te que ellas forman" (6) Y sobre el paisaje americano: "Gritad: ya yo la he visto; y la veo aparecer majestuosa- mente: alii estan mis montanas: N a mi derecha, un cabo: ese ca-». bo es el Jiguero: si fuera de dia, pareceria un lienzo que se desarrolla- a la vista, y ofrece sus tesoros aun asf, ahi esta dilat^ndose: ta costa, aparecien- do por completo la del norte: dentro de una hora estaremos tan cerca de la costa, que ve- remos los arboles, las casas, y con la luz del sol, podria- mos ver hasta los hombres". (7) Prosa 5gil, descripci6n no- vedosa en un ambiente literario en due predominaba el estilo grandilocuente y hueco, en que privaban las descriociones lar- gas y minuciosas, donde la re- torica campeaba a sus anchas. Hostos elabora una prosa des- criptiva de la naturaleza que ya es la tipicamente americana, la prosa que luego culminarS en Maria de Jorge Isaacs y en la novela que sigue a gsta. El periodo es breve, la descrip- ci6n suscinta; pero se observa una sensaci6n de movimiento, un eco Isjano de la mejor mu-

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Page 1: De Eugenic Marfa de Hostos La Peregrinadon de Bayoanweb.metro.inter.edu/facultad/esthumanisticos...28 De Eugenic Marfa de Hostos La Peregrinadon de Bayoan Estamos .ante un diario no-,

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De Eugenic Marfa de Hostos

La Peregrinadon de Bayoan

Estamos .ante un diario no-,. velado. La peregrinacion d e] Bayoan — ya lo ha dicho An-> tonio S. Pedreira — "es uni diario novelesco, con un fondof politico y social al servicio de'l una encubierta propaganda"I (1) Estamos por lo tanto an-I te una obra en la que Hostosj yuelca su intimo sentir c o nj respecto al destino politico dei las Antilles.i\O POLITICO . ..f Hostos cree en este momerf-1 to (1863) que el destino de las. Antillas debe estar basado en

el principio de la libertad, li-bertad que hara posible la cons-tituci6n de una confederacionantillana y espanola. Es decir,Hostos cree que Espafia, Cu-ba, Santo Domingo y P u e r t oRico deben estar unidas en unsistema federative que no anu-le el principio de la soberania

pnacional, como primer paso! posiblemente para lograr _ lavasta confederacies hispanica:la union de todos los pueblosde nuestra raza, cimentada es-ta union en la libertad y enla democracia. Todavia Hostosno habia sido desengafiado porlos liberales espanoles. C r e eque gobernando los liberales,Cuba y Puerto Rico obtendrian

; una autonomia amplia, casi unaindependencia, "pero de talmodo que independencia n o

\a rompimiento de relaciones,j sino creaci<5n de lag que noe'xisten hoy, de las relaciones

' del afecto y del interns mate-rial, moral y etnol6gico." (2)Santo Domingo conservarfa susistema republicano de gobier-no. Espana no seria la naci6ngestora dentro de la confede-raci(5n, sino un miembro dis-puesto a colaborar en ese pro-yecto de uni<5n hisnanica. SedesenganarS luego Hostos delos republicanos espanoles yquerra poner en vigencia lo queya era inevitable: "Las Antillasestaran con Espafla si hay de-rechos para ellas; contra Es-pana si continua la gpoca dedominaci6n". (3) Cuando Hos-tos escribe su novela aun no

Por Francisco Luch Mora •

habia sufrido el desengano.LOS SIMBOLOS

La peregrinacion de Bayoanes una novela simb61ica. Elsimbolo en la misma se cir-cunscribe a los tres persona-jes principales: Bayoan, Marieny Guarionex. Bayoan es Puer-to Rico; Marien es Cuba, yGuarionex es Santo Domingo.Los tres personajes — segiinpropia expresi<5n de Hostos —"representan en este libro launi6n de las tres grandes An-tillas." (4) Los tres personaies

».-,-.•. •, .--•. .:• - . - • •_•: v.. .-.-.-.-.•.-•...-.

Francisco Lluch Mora

responden al intento politicode su autor. En la clave quese coloca al frente de la no-vela se explican los simbolos:Guarionex, nombre del caciquemas poderoso de Haiti cuandola descubri6 Col<5n; Bayoan,nombre del primer indigena deBorinquen que dud6 de la in-mortalidad de los espanoles;Marian, nombre indigena de lacomarca mas bella de C u b a .Por lo visto, los simbolos se en-carnan, se hacen sangre y hue-so, se convierten en humanidad.Con ellos Hostos nos dara elafan de redencitin que alenta-ba su espiritu ante el despo-tismo espanol en Cuba y enPuerto Rico.

EL PAISAJESeria interesante hacer u n

estudio para ver si esta nove-

Cuento

/s/a cfe NieblaPor Iris Zavala

la influye en el tratamiento dela naturaleza y del paisaje enla nueva novela americana, laque se realiza con posteriori-dad al romanticismo. Vgase laforma habil de gran poderde sintesis con que Hostos vela naturaleza: "El cielo se des-peja: el sol rasga las nubes:las nieblas menos densas, sedisipan al mediar el dia". (5)No es descripci6n del paisajeamericano; es pintura agil delpaisaje marino. Bayoan esta eneste momento en alta mar. Yal describir el mar nos dice:"Estoy admirado: el mar encalma, no se mueve: no hayni una ola, ni una ondulaci<5n.iQu6 mano poderosa sujeta es-ta inmensidad y la contiene asi?La calma del mar es el prodi-gio de la fuerza: levantar es-tas aguas, hacerlas surgir, yabalanzarse contra todo loque quiere detenerlas, me loexplico: todo lo grande pro-Derrde al movimiento, todo loinmenso tiene agitaci6n y tem-pestades: pero no puedo ex-plicarme esta calma, este so-siego, esta quietud increibles.Ni aqui, cerca del buque, nialia en el horizonte... meequivoco, en el horizonte haymovimiento: las aguas se hm-chan y se ahuecan, y luego sedeslizan por la misma rendien-te que ellas forman" (6)

Y sobre el paisaje americano:"Gritad: ya yo la he visto; yla veo aparecer majestuosa-mente: alii estan mis montanas: N

a mi derecha, un cabo: ese ca-».bo es el Jiguero: si fuera dedia, pareceria un lienzo que sedesarrolla- a la vista, y ofrecesus tesoros aun asf, ahi estadilat^ndose: ta costa, aparecien-do por completo la del norte:dentro de una hora estaremostan cerca de la costa, que ve-remos los arboles, las casas,y con la luz del sol, podria-mos ver hasta los hombres".(7) Prosa 5gil, descripci6n no-vedosa en un ambiente literarioen due predominaba el estilograndilocuente y hueco, en queprivaban las descriociones lar-gas y minuciosas, donde la re-torica campeaba a sus anchas.Hostos elabora una prosa des-criptiva de la naturaleza queya es la tipicamente americana,la prosa que luego culminarSen Maria de Jorge Isaacs y enla novela que sigue a gsta. Elperiodo es breve, la descrip-ci6n suscinta; pero se observauna sensaci6n de movimiento,un eco Isjano de la mejor mu-

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No se lo que me sucediiihoy. El dia era calcinante, cualarchipelago ardiente. La luzdespertaba lentamente y aca-riciaba mis trenzas; urt rayo

<de luz eonquetuelo y hurano sedespert6 conmigo, y los doscomenzamos a desperazarnosternprano, muy temprano.

Recline1 mi cabeza ensimis-mada en la almohada, y unaimagen pavorosa se presents amis ojos. Yo, o la otra. . . loque SQK en el fondo, estabaalii, freyite a mi, mirandme fi-jamenrt a los ojos. Los de 'ella'eran verdes, como los mios, pe-

1 ro en 'ella' tenian matices som-brios. Y yo-ella estaba deses-perada.

Su vision habfa opacado otra,la de un diluvio. El agua caiainexorablemente sobre una ca-sa, una calle, sobre yo-ella mis-ma. 'Ella' estaba quieta, miraba desde la ventana los ara-bescos que formaban las go-tas, que presagiaban muerte.Y el agua seguia cayendo. EraUna avenida grande y larga,que baflada por las profeticasaguas semejaba urt gran oc£a-no/de luces opacas.Yo-ella miraba el agua, que

iba adquiriendo un matiz m a soscuro ante sus ojos. Y escu-cha, el dia ya no era calido, laluz habia vuelto a dormitar; sesentia un silencio espantoso queS61o adulteraba el caer de lasgotas de lluvia. El frio se tor-n6 insoportable. El agua su-bia a pasos gigantescos, y yabesaba el piso bajo de la casaen que estaba 'ella'. La calle eraUn brazo de mar; troncos, tras-tos viejos, juguetes, todo co-rria en fren§tica carrera.

Comencg entonces a oir losalaridos de las mujeres y losgemidos de los nifios y anima-les. Solo ella, que era yo, ca-llaba. El agua despedia olor acernenterio.

La casa en que estaba 'ella'te desprendi6 de sus cimientos.Yo-ella rod6 a las turbulentas

iguas y a mi se me escap6 ungrito. jPorque iba a una muertesegwa!

La mujer de ojos verdes y pe-cho encendido se asarr6 comouna fiera a un majestuoso ar-bol que resistia entre risa ylloro la fuerza herculea de lasaguas. Agarrada a sus ramas,inujer y Srbol reian y llorabanjuntos. . .

El agua comenz6 a bajar. Miansiedad desapareci6, y cosaextrana, la visi6n desapareci6para dar paso a otra. Ella oyo estaba en una isla. Era unatierra extrana, sin verdores niluces, isla como de niebla.

La mujer permaneci6 at6ni-ta, pero por breves instantes(en ella el factor tiempo se

, diluye). A lo lejos, a trav<5s de'Ja niebla, apareci6 otra mujer(no, no era yo, estoy segura).'Esta era todo nervio, de gestocolgrico, y ojos extraviados.Escondia algo; levantaba su sbrazos en forma de cruz, comoqueriendo salvar mediante esteBimbolo el objeto que opacaba.

Nadie dijo una palabra. Pe-(O se sentian unos crujidos se-

;cos, que medio se percibfantras el silencio. La mujer de•ojos extraviado miraba a yo-ella desafiante. Tenia las ropasdesgarradas, y dejaba entreversus senos de bronce y unosmuslos de -niquel reluciente.

El Crujidb seco se hizo m&sfuerte, algo se movia. Las pala-bras no encontraban su caucenormal, era un silencio pavo-roso, que la niebla hacia te"tri-co.

Yo-ella avarfz<5 con cautela,sigilosa. La otra no se movia,se mantenia firme en su papelde cancerbero. El misterio sehacia cada vez mas infranquea-ble, hasta que el crujido es-tent<5reo se hizo tan insoporta-ble, que yo-ella corri6 a versu procedencia.

Al rondar el lugar en que seencontraba la otra, vio a u n

^ hombre recostado al suelo," iun hombre? No. Mejor se-

ria decir un Srbol, o un £r-bol-hombre, o tal vez un hom-bre-arbol.

Alii, en el desvestido suelo dela isla de niebla, se encontrabaun hombre joven, de cabelloslargos, negros. T<5rax muscu-loso, estaba completamentedesrfudo y sus carnes relucfancomo el cobre. Movia sus ma-nos con prisa, y sus pie's...estos habian echado raices.

El hombre Sntentaba en va-no zafarse, y se desangraba ensavia roja. Pero las raices es-taban muy fuertes, muy fuer-tes, bien cimentadas en la tie-rra, y ya se proyectaban alinfinite. Porque al hombre leestaba naciendo un hijo-arbol.

Yo-ella se arrodil!6 y acari-ci6 la faz del hombre-arbol; sa-bia que amandolo a 61, se ama-ba 'ella'. A lo lejos intuy6 unhaoha , y fue a buscarla.

La otra, ya deshecha, seguiaa yo-ella con la vista y dabagrunidos al aire. El hombre-arbol tambien la mir6 fijo, muyfijo, pero sin decirle una pa-labra. La observaba con ojosarmustiados, que pedfan a gri-tos la libertad. La mir6 coninsistencia, y fi]'6 sus ojos enel hacha. Una sonrisa ilumin6su rostro, humanizandolo. Yo-ella iba. a blandfr el hacha, yno titubeti.

Una y otra vez zumb6 elinstrumento partiendo las rai-ces, cercenando los miembrosde palo infectos. El dolor queinfligia lo sintrd1 'ella', lo s<§,pero era un dolor 'placeroso',porque se reconocid en el hom-bre liberado.

Con la ultima blandida, elhombre se revolc6 en la seque-dad del suelo, el hacha rod6.Y el hombre y la mujer de ojosverdes, que era yo misma, sediluyeron en la nada. . .

Con ellos se diluy6 tambi&nmi vision. tCual de ellos era yo?Me sabia el hombre y la mu-jer; cada uno de ellos teniaalgo de ml misma.

Volvi a cerrar los ojos, y elsol volvid a colarse hasta micama, colgando graciosamentede los alornos del aire, y losdos nos levantamos temprano,muy temprano. ..

sica romjntica. No sfi porcmeal leer la. descripcion que ha-ce Hostos del mar, cuando Ba-yodn se encamina a Espafia.viene a nuestra memoria eluniverso •opgro d^ TSmlims *la Segunda Sinfon'i.

Hostos pinta el paisaje deUna manera personalisima. Noes la manera de los escritoresespafioles. bien ^ean estos ro-manticos o realistas. Hostos esuna sensibilidad americana y•describe lo observado respon-diendo a esa manera de ser yde sentir el mundo q'ue no esya la espanola. Hostos es uriromantico en La peregrinacidnde Bayoan, romantico cuandoesta escuela era superada enel ambiente literario peninsu-lar; pero cabe aclarar que Hos-tos es un romantico a la ma--nera americana, no a l aeuropea. De aquf que sus des-cripciones del paisaje, las queson indiscutiblemente po<5ticas,eaten realizadas dentro de unat6nica que no es la de los ro-manticos espafioles. Comparesesu estilo con el de un B£cquery se veri que frente a la va-guedad del arfdaluz, Hostosaportara un sesgo recio, el queest4 acondicionado, sin duda,por. la vision del mundo ame-ricano en que predomina logrande, en que la selva comuni-ca su misterio y su fuerza.

Las descripciones son en estelibro poelicas. De seguir Hos-tos la trayectoria iniciada enesta obra Iiubiese logrado lapsrfecci6n externa de un Ro-d6. Tenfa para ello sensibilidad,y vuelp portico frenado por !acondici<5n y la sobriedad. PeroHostos comprendi6 que su mi-si<5n era otra, que su destino noera el de un novelador. y sa-crific6 en sus obras posterioresla calidad litearaia. El mismonos lo dice en la Moral So-cial. Sin embargo mucho d epoesfa, y de buena poesia hayen el ensayo Hamlet, pn »>1 en-sayo sobre Romeo y JuHeta, yaun en algunas patinas de lamisma Moral Social.

Concha MelSndez dedica aeste aspecto un excehnte ensa-yo en que traza el tratamientodel paisaje en toda la obra deI!ostos. "La naturaleza de lasAntillas — dice nuestra granensayista — se le muestra enprimer tgrmino, como unidadgeografica, simb61icamente ex-presada en los tres personajesesenciales de su unica novelaLa peregrinacidn de Bayoan. Enel amor a la naturaleza anti-liana Hostos expresa todas susactitudes ante lo bello natural,desde los incipientes, derivadosdel clima romantico que en li-teratura le limita con su heren-cia, hasta los originales, naci-dos de su interpretaci6n indivi-dual." (8)TECNICA LITERARIA

La peregrinacion de Bayoanrepresenta el primer momentoen la prosa de Hostos. Su es-tilo, aunque sobrio con respec-to a otros autores de .su 6poca,tanto espanoles como hispano-americanps, mantiene una cali-dad poi5tica que lo hace inte-resante. Lo h'rico se mantienedurante todo el relato: sentidoportico que se observa en el