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Consagrado para servir Etapa IV - Año CXXXII Tomo 136 - (4421) Costa Rica Domingo 10 de abril 2016 - III de Pascua ¢400 En un ambiente de profunda espiritualidad recibió la ordenación episcopal Monseñor Manuel Eugenio Salazar como IV Obispo de Tilarán-Liberia. En cada momento de la celebración resonaron las palabras de Monseñor Vittorino Girardi, su obispo consagrante: “Solo los que han alcanzado una profunda comunión con Jesús, pueden ver como Él. Lo esencial solo se puede ver con el corazón”.

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Consagrado para servir

Etapa IV - Año CXXXII Tomo 136 - (4421) Costa Rica Domingo 10 de abril 2016 - III de Pascua

¢400

En un ambiente de profunda espiritualidad recibió la ordenación episcopal Monseñor Manuel Eugenio Salazar como IV Obispo de Tilarán-Liberia.

En cada momento de la celebración resonaron las palabras de Monseñor Vittorino Girardi, su obispo consagrante: “Solo los que han alcanzado una profunda comunión con Jesús,

pueden ver como Él. Lo esencial solo se puede ver con el corazón”.

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Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar MoraDomingo 10 de abril 2016Eco Católico 3Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico2Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Implorando de la Virgen la gracia de “des-aparecer” para que solo su Hijo Jesucristo brille en la Diócesis de Tilarán-Liberia, el nuevo obispo Monseñor Manuel Eugenio

Salazar fue recibido el domingo 3 de abril en su Iglesia particular.

Cientos de personas lo acogieron como un guanacasteco más, y al sonido de la marimba fue acompañado en caravana desde Los Án-geles de Tilarán hasta la Catedral diocesana, donde un día después fue ordenado y tomó po-sesión.

Fotos L. Avila.

“¡Que solo tu Hijo brille!”

Martín Rodríguez GonzálezLaura Andrea Ávila Chacón

El día que se conoció su nombra-miento, Monseñor Manuel Eugenio Salazar dijo que le gustaba mucho el sonido de la marimba guanacasteca. Por eso, este domingo 3 de abril fue recibido en su nueva diócesis con la alegría de este instrumento y el calor del pueblo guanacasteco.

El punto de encuentro entre el pas-tor y su gente fue la comunidad de Los Ángeles de Tilarán, donde cientos de personas, muchas de ellas niños y jó-venes, lo recibieron en el templo, san-tuario mariano vicarial en honor a La Negrita de los Ángeles.

A su llegada los abrazos y los bue-nos deseos se cruzaron con la expec-tativa de sus primeras palabras, tan cercanas y amables como la acogida del pueblo guanacasteco.

Fue muy apreciada la presencia de Monseñor Hugo Barrantes Ureña, Arzobispo emérito de San José, quien llegó desde San Isidro de El General para felicitar a Monseñor Salazar, quien fuera sacerdote suyo durante muchos años. “He aprendido mucho de él, por eso lo cito tanto, es un pas-tor ejemplar”, dijo Monseñor Manuel Eugenio a los presentes.

Junto a varios familiares y el pá-rroco de Tilarán Pbro. Hugo Brenes, el nuevo pastor depositó una ofrenda floral a los pies de la imagen de la Vir-gen de los Ángeles que se venera en el santuario, y entonó junto a los presen-tes el himno dedicado a La Negrita.

Un tilaranense, a nombre de los presentes, dijo que era un honor reci-bir al Padre Salazar en la comunidad: “Esta es su casa, es bello saber que llega por primera vez aquí a los pies de la Madre del Señor para que le en-comiende su ministerio. Bienvenido”, dijo.

Posteriormente, el Padre Juan Carlos Vargas, Vicario General de la Diócesis de Tilarán-Liberia pidió que Dios haga “próspera la obra que ha iniciado en usted” y dijo que esperan tenerlo muchos años como su pastor.

“No soy Superman”

El primer pensamiento de Monse-ñor Salazar hacia su gente fue de agra-decimiento. “Gracias por estar aquí, gracias por venir, por sus oraciones, porque confío que se comprometen a rezar por mí, porque la vida del Obis-po no siempre es fácil, hay cosas muy lindas pero otras muy duras”, dijo.

Recuerden -manifestó-, “que no soy un super hombre, no soy Super-man, soy una persona de carne y hue-so, un pecador, pero haré lo mejor que pueda con mis fuerzas y contando con su cariño y sus oraciones”.

Dijo que espera visitar todas las comunidades muy pronto, y reiteró su pedido de oraciones, pues el ma-ligno sabe que cuando ataca al pastor las ovejas se dispersan. Ello lo llevó a pedir por los sacerdotes y su santi-ficación: “Los sacerdotes necesitan el apoyo, el cariño y el acompañamien-to, no la crítica del pueblo”, dijo.

A ejemplo de Monseñor Barrantes, dijo que al final de su servicio epis-copal, quisiera ser recordado como un obispo que intentó evangelizar. “Daré mi sangre por ello”, aseguró.

Ante la presencia de la imagen de la Virgen de los Ángeles, Monseñor imploró de la Madre la gracia de “des-aparecer”, para que sea su Hijo Jesu-

cristo quien brille en la Diócesis de Tilarán-Liberia, y pidió especialmente a las madres mirar en ella el modelo de vida que todos debemos seguir.

“Por María a Jesús. Vivir como ella, imitarla, ser como ella en sus actitudes de obediencia, silencio, ora-ción y sencillez es la mejor manera de parecernos a su Hijo Jesucristo”, manifestó. “Que ella sonría porque in-tentamos seguir sus pasos, que ella sea nuestro modelo”, agregó.

Luego en caravana se dirigió hacia la Catedral diocesana, donde cientos de católicos lo esperaban. Junto a ellos caminó los 300 metros que distan de la casa Episcopal donde nuevamente fue recibido al son de la marimba gua-nacasteca y se le ofreció una serenata. En este lugar saludó al Nuncio Apos-tólico Monseñor Antonio Arcari y se despidió, en medio de un juego de pól-vora, de su gente a la espera del gran día de su ordenación como IV Obispo de Guanacaste y Upala.

Alegre recibimiento del nuevo obispo

Acogido al mejor estilo guanacasteco

Un recibimiento muy alegre fue el que le dieron el domingo 3 de abril al nuevo Pastor de la Diócesis de Tilarán-Liberia. Foto L. Ávila

“Es un pastor ejemplar”, dijo Mons. Manuel Eugenio de Mons. Hugo Barrantes. Foto L. Ávila

“Por María a Jesús. Vivir como ella, imitarla, ser como ella

en sus actitudes de obediencia, silencio, oración y sencillez

es la mejor manera de parecernos a su Hijo Jesucristo”.

Mons. Manuel Eugenio Salazar

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Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar MoraDomingo 10 de abril 2016Eco Católico 5Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico4Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Martín Rodríguez GonzálezLaura Andrea Ávila Chacón

Con la conciencia de que ha sido consagrado para servir, fue ordenado como IV Obispo de Tilaran-Liberia Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, el pasado lunes 4 de abril en la Catedral de Tilarán.

Monseñor Salazar, del clero de la Arquidiócesis de San José, recibió el Sacramento del Orden por imposición de manos de su predecesor Monseñor Vittorino Girardi Stellin. Estuvieron

presentes todos los obispos del país junto al Nuncio Apostólico Mons. An-tonio Arcari, decenas de sacerdotes y seminaristas de todo el país.

Antes de la Santa Misa, la proce-sión de entrada dio la vuelta completa al Parque de Tilarán, lo cual explica por qué la Catedral se hizo pequeña y fue necesario habilitar toldos en las afueras del templo donde cientos de fieles vivieron la celebración a través de pantallas gigantes.

En todo momento se sintió el calor del pueblo guanacasteco, verificado en saludos, abrazos y buenos deseos

Santa Misa de ordenación episcopal de Mons. Manuel Eugenio Salazar

Consagrado para servir

La imposición del Evangelio confirma la función del obispo de proclamar la Palabra de Dios. Foto L. Avila.

Momento de la imposición de manos por parte de Mons. Girardi por la que se hace efectiva la ordenación del nuevo obispo. Foto L. Avila.

expresados al nuevo obispo por parte de los cientos de católicos que apre-ciaron de cerca la procesión. Monse-ñor Salazar lo devolvió con sonrisas y con la invitación a quien quiera traba-jar, sea clérigo o no, a incorporarse al trabajo de evangelización de su nueva diócesis.

Una vez en la Misa, el acto inició con la lectura de la bula papal por la que el Santo Padre Francisco nombró obispo a Monseñor Salazar. Fue leída por el Nuncio Apostólico y mostrada a los presentes, que respondieron con un sonoro aplauso.

El día de la ordenación se celebró la fiesta de la Anunciación del Señor, por eso las lecturas del día tuvieron un tono mariano, que fue aprovecha-do tanto por Monseñor Salazar como por Monseñor Girardi, quien presidió

la Eucaristía, en sus mensajes durante la Santa Misa.

Ser cristiano

La homilía de Monseñor Girardi hizo énfasis en lo que significa ser cristiano. “Quien sigue a Cristo ad-quiere una visión radicalmente nueva de la realidad”, dijo.

Ello porque puede ver aquello que otros no pueden ver, como el que la mejor venganza es el perdón, que hay más alegría en dar que en recibir, que la mansedumbre es fuerza y que per-diendo la vida es como se gana todo.

Pero ellos posible solo a partir de un encuentro vital cordial y sincero con Cristo aunque ello implique cho-car con el mundo. Testigos de ello, dijo, son los más de 70 millones de

El día de la ordenación se celebró

la fiesta de la Anunciación del Señor,

por eso las lecturas del día tuvieron un tono mariano.

El anillo episcopal simboliza la unión del obispo con la Iglesia. Foto L. Avila.

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Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar MoraDomingo 10 de abril 2016Eco Católico 7Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico6Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

mártires que hay en la Iglesia, que comprendieron las exigencias radica-les del seguimiento de Cristo.

“Es Él la luz del mundo y nos la participa en la medida con que quera-mos darle cabida a Cristo en nuestra vida” manifestó.

Finalmente citó algunos rasgos de lo que es propio del Obispo, en primer lugar ser principio de unidad, protagonista de la misión, principio de discernimiento, que permite al obispo

comprender su ministerio no como un honor sino como un servicio. Y finalmente, aseguró Monseñor, le co-rresponde al obispo ser padre de la po-breza, entendiendo cualquier tipo de pobreza, cualquier causa de exclusión y de marginación.

Examen de fe y ordenación

El rito de ordenación episcopal continuó con el examen de fe del nue-vo obispo. En él expresó su deseo de morir siendo obispo, cuidar del pueblo de Dios y conducirlo a la salvación, ser bondadoso y comprensivo con los pobres, conducir a las ovejas perdidas al Señor, orar siempre y cumplir irre-prochablemente con la obra de Dios.

Posteriormente se invocó con el canto de las letanías de los santos a la Iglesia celestial, mientras Monseñor Salazar se postraba sobre el piso como signo de entrega y sumisión total a la obra de Dios.

Luego recibió la imposición de manos de parte de los obispos con la cual se hizo efectiva la ordenación episcopal. Luego con la colocación del Evangelio sobre su cabeza se confirmó su función de proclamar la Palabra de Dios. Prosiguieron la im-posición de la cruz pectoral, la unción de su cabeza y la entrega del anillo, que es signo de su compromiso con la Iglesia.

La mitra, signo del obispo, expre-sa el deseo del obispo de alcanzar los bienes del cielo y el báculo es signo del ministerio pastoral.

Luego el propio Monseñor Vitto-rino condujo a Monseñor Salazar a la sede catedralicia donde fue aplaudido por la asamblea mientras en gesto de humildad inclinaba la cabeza.

Posteriormente sería el propio Monseñor Salazar quien seguiría pre-sidiendo la Santa Misa formalmente ya como Obispo de Tilarán-Liberia.

Antes del final, Monseñor pronun-ció su primer mensaje como pastor de

la Iglesia en Guanacaste y Upala en el que agradeció la presencia de todos y les pidió, consecuente con su lema, mantener la unidad y la comunión para que fruto de ello brote la misión que le da sentido a la vida de la Iglesia.

La celebración concluyó con el encuentro de Monseñor Salazar con los sacerdotes y laicos de su diócesis. Abrazó a quienes se le acercaron para felicitarlo, dando muestras de cercanía hacia el pueblo que Dios le ha pedido pastorear.

Consecuente con su lema,

Mons. Salazar

pidió mantener la unidad y

la comunión

para que fruto de ello brote

la misión

que le da sentido a la vida

de la Iglesia.

“Es Él la luz del mundo

y nos la participa en la

medida con que queramos

darle cabida a Cristo en

nuestra vida”.

Mons. Vittorino Girardi

La mitra recuerda el deber de buscar siempre los bienes del cielo. Foto L. Avila. Una vez ordenado, el nuevo obispo bendijo a su pueblo. Foto L. Avila.

“No tuvo miedo”

“El pueblo de Tilarán y Upala se

siente muy feliz de que Dios lo

mandara para que sea nuestro

pastor, sabemos que ha sido

un buen sacerdote, con gran

trayectoria en San José y no tuvo

miedo para venir a quedarse con

nosotros. Le agradecemos mucho a

él y a Dios”.

Eida Miranda MurilloFiel de la diócesis

“Un pastor cercano al

pueblo”

“El deseo es que realmente

pueda ser ese pastor cercano,

que comprenda a sus sacerdotes,

es muy necesario que se sientan

bien espiritual y vocacionalmente.

Que sea ese pastor cercano del

pueblo de Dios que sufre, que

tiene hambre, que a veces no tiene

techo o qué vestir, pero que tiene

fe y eso es lo que se necesita”.

Pbro. Elí Quirós LópezDirector de Radio Sinaí

“Conoce la labor pastoral”

“Pedimos que tenga la pericia y la

ayuda del Espíritu Santo para que

pueda acoplarse a esta comunidad

que lo acogió tan bien. Él conoce

muy bien la labor pastoral, es un

formador y eso lo pide el Papa

Francisco, que haya gente que se

dedique a formar y a salir de las

iglesias, pienso que él tiene todas

las cualidades”.

Hugo SolanoPeriodista

“Que sea cercano a los

jóvenes”

“Que sea un obispo cercano

a los jóvenes como fue Mons.

Vittorino, que tenga esa conexión

con los jóvenes para poder luchar

en estos tiempos que estamos

siendo bombardeados por ciertas

influencias que van en contra de

lo que se proclama en la Iglesia.

Que sea un medio y esa fuente de

inspiración para los jóvenes”.

José WattsonPastoral Juvenil

Peticiones y oraciones para el nuevo obispoSacerdotes, religiosas, laicos comprometidos y fieles en general piden que el Espíritu Santo acompañe al nuevo Obispo de Tilarán-Liberia Monseñor Manuel Eugenio Salazar.Martín Rodríguez GonzálezLaura Andrea Ávila Chacón

“Que haga presencia de

Cristo”

“Que sea ante todo un Pastor que

haga presencia de Jesucristo. Creo

que es lo más importante y lo más

fundamental. Como dice el Papa

Francisco, un obispo que huela

verdaderamente a oveja”.

Pbro. William Rodríguez LeónDirector de Radio Nueva

“Sentimientos encontrados”

“Tenemos sentimientos

encontrados, se nos va un

gran pastor, un gran misionero

como Mons. Vittorino, y hay una

gran alegría, viene una persona

entregada a la Iglesia, toda su

trayectoria desde el aspecto

educativo y de evangelización ha

sido muy fuerte”.

Olga Cristiana Badilla Huertas

Asesora de Educación Religiosa, Cañas

“Lo vamos a extrañar”

“El deseo es que Dios le dé mucha

salud, muchos años de vida y el

Espíritu Santo muchísima sabiduría

y discernimiento para que pueda

llevar este rebaño. Hemos orado

mucho, en la familia, amigos, vecinos

y vamos a orar muchísimo para

que pueda llevar este rebaño

de la mejor manera. Lo vamos a

extrañar mucho en San José, pero

le deseamos lo mejor”.

Lorena SalazarHermana del obispo

“Que huela a oveja”

“Que el Espíritu Santo lo guíe,

lo ilumine y que todos sus

proyectos en favor de la Iglesia

de esta diócesis sean para el

engrandecimiento del reino

y esperamos que el Señor le

conceda ese corazón de pastor

con olor a oveja, cercano a su

pueblo”.

Hna. Olga Lidia ArredondoFranciscana de la Asunción

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Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar MoraDomingo 10 de abril 2016Eco Católico 9Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico8Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Mons. Vittorino Girardi StellinAdministrador ApostólicoDiócesis de Tilarán-Liberia

Nuestra identidad se enmarca en el Don y Misterio, -como lo diría San Juan II con ocasión de su 50 aniver-sario de ordenación sacerdotal- que es toda elección divina. A su vez, es una vocación en la vocación (PDV 72). Es decir, es un nuevo modo de ser cristiano: estamos llamados a se-guir a Cristo (vocación fundamental) y a seguirle como Pastorales a Él que es el “Mayoral” o Soberano Pastor (1 Pe 5, 4). Con otras palabras: es posible entender nuestra identidad a partir de la identidad cristiana, como lo expresó con la conocida afirmación, San Agus-tín: “soy cristiano con ustedes y soy obispo para ustedes” (sermón 176) y “somos sus pastores, con ustedes so-mos apacentados” (sermo de nat. Ap. Petri et Pablo).

Ser cristiano. ¿Qué es propiamente ser cristiano? Hay distintas perspecti-vas desde las cuales acercarse a esta pregunta que ha acompañado tantos siglos de reflexión teológica-espiri-tual. Sin embargo, creo que puedan ser útiles las que indico aquí:

Ser cristiano es ante todo seguir a Jesucristo. Es el “a priori” absoluto. Todo cuanto un cristiano, y cualquier sea su vocación específica, quiera programar y realizar, debería ser pro-gramado y realizado en cuanto que

manera concreta, explícita de seguir a Jesús. Se trata de seguirle para es-tar con él (cfr. Mc 3, 14), para asumir y entrar en su destino vinculándose fuerte y definitivamente en su Perso-na, aceptando, entonces, todo lo que eso implica. Y seguirle implica ante todo, una visión radicalmente nueva de las cosas; implica el ir adquiriendo ojos penetrantes, ojos nuevos, para ver y pensar como ve y piensa el Maes-tro. Esto es posible por un auténtico y profundo cambio de mentalidad, y que es lo que la Sagrada Escritura llama metanoia, es decir, cambio de mentalidad o “conversión intelectual”. Para convencernos de qué radicalidad se trata, bastaría pensar en lo que es la “Magna Charta” o ley fundamental del pensar cristiano, a saber, las Bien-aventuranzas (cfr. Mt 5, 1-8), o en el enfrentamiento o “choque frontal” del Magisterio de la Iglesia, particu-larmente desde San Juan Pablo II al Papa Francisco, con propuestas que son presentadas no pocas veces, como conquistas en el camino de los distin-tos países… A todos ellos el Magis-terio ha reaccionado fuertemente con una serie de Noes…

Mirada de Jesús

Quien sigue a Cristo adquiere “ojos nuevos”, que les permiten ver lo que los demás no ven; puede ver entonces que el perdón y la misericordia son la “mejor” venganza, que hay más ale-gría en dar que en recibir (cfr. Hch 20, 35), que servir y lavar los pies a los demás hace feliz (cfr. Jn 13, 17), que la mansedumbre es fuerza; que la po-breza no necesariamente es una des-gracia y que, por lo contrario, puede hacernos más libres y, entonces, más dichosos que la riqueza; que gana la vida quien la pierde por amor… Este modo de pensar y de “ver”, de situar-nos en la vida contrasta de modo abso-luto, radical con la “sabiduría” de este mundo y le es del todo extraño (crf. 1 Cor 2, 6).

Ahora bien, este primer compo-nente del ser cristiano, solo se hace posible y real a partir del Encuentro vital, cordial, sincero con Cristo. Solo si lo aceptamos en nuestra vida sin reservas, sin condiciones, podemos ir

adquiriendo su “modo de ver”. Es él la luz del mundo (Jn 8, 12) y nos la participa en la medida con que quera-mos darle cabida a Cristo en nuestra vida. Si perdemos de vista a Cristo, si nuestra mirada ya no está fija en él (cfr. Heb 12, 2) pronto, muy pronto se nos introducen nuevos modos de ver y de juzgar que no sintonizan con los criterios evangélicos, solo los que han alcanzado una profunda comunión con Jesús, pueden ver como él. Una vez más: lo esencial solo cabe verlo con el corazón.

¿Y lo propio del Obispo? Todos conocemos cómo Jesús se presentó en Nazareth (cfr. Lc 4, 16). El Espíri-tu está sobre mí, y me ha ungido, me ha consagrado y me ha enviado. He ahí dos fundamentales características: consagrado y enviado. Equivalen a lo que leemos en Lc 2, 1-4: “los llamó para que estuvieran con él y para en-viarlos. Hay un doble movimiento, el de consagrar, de hacerlos propios y de enviarlos; el de “reunir” y de disper-sar.

El Espíritu Santo les comunica a los sucesores de los apóstoles lo que les es propio, y concretamente, las si-guientes características:

Es propio del Espíritu Santo ser en la hondura del Ministerio Trinita-rio, principio de unidad. Si el Padre se dice, se autodona, se abre con el don del Hijo, el vínculo del Padre y del Hijo es el Espíritu Santo. San Agustín

Ser obispo, sucesor de los apóstoles: Misterio y Ministerio

Homilía en la Misa de Ordenación Episcopal

Foto L. Avila.

diría, que entre el Amante y el Amado, se da el vínculo del Amor.

He aquí la primera característi-ca del Obispo en la Diócesis: él es el centro de convergencia, de unión de la Iglesia local; es cabeza, el que preside en la Diócesis el Ágape, la Eucaristía. Convergencia, pues, de todos los ca-rismas.

El Espíritu Santo es además, alma de la Iglesia, protagonista de la Mi-sión, precisamente porque es el Amor y le comunica su característica a todo sucesor de los apóstoles, precisamen-te como lo ha afirmado el mismo Je-sús, la noche de Pascua: “Reciban el Espíritu Santo (y sopló sobre ellos) ¡Como el Padre me ha enviado, así los envío yo!” (Jn 20, 21). Lo ha expresa-do nuestro nuevo Pastor en su escrito: “La Misión, fruto de la Comunión”.

Iglesia pobre

El Espíritu Santo es también prin-cipio de discernimiento. No todo es-píritu es Espíritu Santo, les avisaba San Pablo a sus primeros cristianos. Y si el Obispo cuenta con la presencia, con la consagración del Espíritu San-

to, va adquiriendo la misión o función de quien discierne, de quien guía a la comunidad que Dios le ha confiado, y es –como lo va refiriendo el Papa Francisco a los Obispos del mundo- “no como un honor, sino como un ser-vicio”.

El Espíritu Santo, siendo Amor, rompe toda barrera, es el Autor de toda inclusión, y por eso, es que en la tradición católica se le ha llamado Pater pauperum, Padre de los Pobres, entendiendo cualquier tipo de pobre-za, cualquier causa de exclusión y de marginación.

Como Cristo, “consagrado por el Espíritu Santo, ha realizado la obra de salvación en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia, y en ella sus columnas que son los Obispos, deben recorrer el mismo camino. Cristo Je-sús, por nosotros, siendo rico se hizo pobre (2Cor 8, 9). En la época del Concilio, el Santo Juan XXIII y el Beato Pablo VI afirmaron que el tema de la pobreza es hoy el tema más gra-ve de la Iglesia”. El Papa Francisco les hace eco diciendo: “cómo sueño con una Iglesia pobre y para los pobres”. Brevemente: todos deben encontrar en

el Obispo al Padre, “y Padre miseri-cordioso como el Padre”.

¿Es posible lograr tantos ideales? Cobijémonos bajo la mirada y el cuido de María: en ella encontramos inspi-ración y amparo. Ella es en plenitud lo que acabamos de decir. Ella es la

Virgen: oyente de la Palabra, es la Vir-gen orante, la Virgen Madre, la Virgen oferente y la Virgen que nos precede peregrina en la Fe.

A ella le encomendamos con enor-me confianza a Mons. Manuel Euge-nio.

Foto L. Avila.

“¿Es posible lograr tantos ideales? Cobijémonos bajo

la mirada y el cuido de María: en ella encontramos

inspiración y amparo”.

Mons. Vittorino Girardi

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Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar MoraDomingo 10 de abril 2016Eco Católico 11Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico10Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Martín Rodríguez GonzálezLaura Andrea Ávila Chacón

Sobre los problemas de sequía en Guanacaste ¿qué puede hacer como obispo?

Tengo que promover muchísimo la cultura ecológica. Promover en el guanacasteco el amor a la tierra y la reforestación, para las actuales y fu-turas generaciones. Supongo que el gobierno tiene sus planes, los cuales habrá que apoyar también. Por ahora, de mi parte, me interesa apoyar la cul-tura ecológica, porque es un pecado grave -que casi nadie confiesa- atentar contra la naturaleza.

¿Cuáles son sus retos como obispo?Soy nuevo, vengo de San José, ne-

cesito conocer primero a esta diócesis, hablar con el clero, los religiosos, el laicado, para conocer la realidad. Para esto, normalmente se da un año o dos. Sé que hay grandes desafíos en Pas-toral Sacerdotal, Pastoral Educativa y Pastoral Juvenil. Atender a los jóvenes es una prioridad importantísima. So-bre la Pastoral Turística, hay mucho turismo y eso tiene aspectos buenos y negativos, por lo que hay que darle atención a este gran desafío.

¿Qué legado de Mons. Vittorino Girardi será prioridad para continuar?

Él es un hombre santo y sabio. Es un legado difícil de imitar, pero lo in-tentaré. A nivel pastoral dio mucho én-fasis a la Pastoral Educativa, hay que seguir potenciando los centros educa-tivos de la Diócesis para el servicio de la evangelización.

¿Qué aspectos generales debe fortalecer la Iglesia Católica?

Hay que misionar, salir a la calle, al encuentro de las personas, amarlas, si una persona se siente amada, puede ser evangelizada. Estamos acostum-

brados a quedarnos adentro, a estar en zona de confort, pero hay que echarse a la calle.

¿Qué tiene que decir acerca de las noticias negativas respecto a la Iglesia?

Me llama la atención cuando un sacerdote hace algo malo cómo se le publicita. En mis 33 años como sacer-dote nunca me han entrevistado para preguntarme lo bueno que hecho en ese tiempo. No hay que perder de vis-ta que la Iglesia la formamos pecado-res, ustedes son seres humanos igual que yo. La gente se asusta por los errores del clero, el laicado, los obis-pos, pero es la miseria humana, somos fragilidad, estamos en camino de con-versión, ojalá no hubiera problemas

morales en la iglesia, pero lo ha habi-do, los hay y los habrá, siempre donde haya seres humanos los habrá. ¿Qué le toca al Obispo? Ayudar a que estos errores ocurran lo menos posible.

Actualmente hay 15 seminaristas de estas tierras, ¿como obispo se compromete a fomentar esas vocaciones?

Claro que una prioridad es la Pas-toral Vocacional. Necesitamos pasto-res, pero también estoy convencido de que incluso con poco clero pero con muchos laicos comprometidos, una parroquia y una diócesis puede salir adelante. Es la hora del laicado, lo de-cía Juan Pablo II. Se necesita un lai-cado bien formado y comprometido, pero esto requiere años de trabajo.

Hoy tenemos un nuevo Obispo y pronto vendrá el cambio en la municipalidades ¿La Iglesia trabajará de la mano con las autoridades electas?

La Iglesia y el Estado son autóno-mos, la Iglesia no puede vivir en un matrimonio con el Estado, o depender de él, pero sí tiene que haber una rela-ción mutua de colaboración. Esta país urge de un acuerdo bilateral Iglesia-Estado, como lo tiene El Vaticano con otros estados, como sucede entre Es-tados. La Iglesia no tiene que perder su autonomía, debe saberse crítica. Yo voy a apoyar a las autoridades civiles, a favor de Guanacaste. Pero también soy profeta, estoy llamado a denunciar lo que no está bien.

Mons. Manuel Eugenio Salazar Mora

“Es la hora del laicado”Tras celebrar su Ordenación Episcopal en la Catedral San Antonio de Padua en Tilarán, Mons. Manuel Eugenio Salazar

atendió a los medios de comunicación que se aprestaron para cubrir este importante acontecimiento. Aquí algunas de las consultas que atendió.

En un ambiente de profunda espiritualidad recibió la ordenación episcopal Monseñor Manuel Eugenio Salazar como IV Obispo de Tilarán-Liberia. En cada momento de la celebración resonaron las palabras de Monseñor

Vittorino Girardi, su obispo consagrante: “Solo los que han alcanzado una pro-funda comunión con Jesús, pueden ver como Él. Lo esencial solo se puede ver con el corazón”.

Con la mirada puesta en el Señor

“Hay que misionar,

salir a la calle, al

encuentro de las

personas, amarlas,

si una persona se

siente amada puede

ser evangelizada”.

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Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar MoraDomingo 10 de abril 2016Eco Católico 13Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico12Ordenación Episcopal de

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Presencia de

obispos eméritos

Fue motivo de mucha alegría la presencia de obispos eméritos, como Monseñor Hugo Barran-tes (Arquidiócesis de San José) y Monseñor José Ra-fael Barquero (Alajuela), quienes fueron recibidos con cariño por los tilara-nenses. Ellos no desapro-vecharon la oportunidad para dar algunos consejos al nuevo obispo.

Momentos para la historiaUna serie de momentos para la historia se vivieron en la Santa Misa de Ordenación Episcopal

de Monseñor Manuel Eugenio Salazar.Texto: Martín Rodríguez GonzálezFotos: Laura Andrea Ávila Chacón

Hace un año fue él

Hace casi un año, pero en Limón, Monseñor Javier Román Arias (derecha) vi-vía los mismos sentimien-tos de Monseñor Manuel Eugenio Salazar al iniciar su episcopado. Ahora le co-rrespondió imponer las ma-nos al nuevo obispo y pedir para él la fuerza de Dios en su servicio pastoral.

Sonriente Monseñor,

siempre sonriente

Ni el cansancio, ni la edad, ni los varios acciden-tes de tránsito que ha sufrido le quitan la alegría a Mon-señor Vittorino Girardi, que ha prometido quedarse en el país reincorporado a su familia de los misioneros combonianos y seguir cola-borando con el Eco Católico desde la gustada sección Tus Dudas.

Grande Monseñor Morera

Aplausos y agradecimientos recibió Monseñor Héctor Morera, obispo emérito de Tilarán, quien a pesar de su enfermedad y su avanzada edad, estuvo presente en la Santa Misa. Aquí su hermano, Monseñor San Casi-miro, lo saluda con efusividad.

Firma de actas

Momento en que Monseñor José Rafael Quirós y Monseñor Vittorino Girardi firman las actas que hacen constar en términos canónicos la ordenación y toma de posesión del nuevo obispo. Estos documen-tos históricos serán resguardados como parte de la memoria de la Iglesia en Guanacaste y Upala.

Con una institución en Guanacaste

El saludo del nuevo obispo al Padre Luis Vara reco-noce en el sacerdote a un pionero de la evangelización en Guanacaste, toda una institución en esta iglesia parti-cular, como también lo son los padres Edwin Baltodano y Juan José Navarro.

Iglesia en salida

No esperar a que la gente llega, sino salir ahí don-de está, vive y trabaja es la consigna misionera de nuevo obispo. Aquí saluda a fieles al finalizar la San-ta Misa de ordenación episcopal, en las afueras de la Catedral San Antonio de Padua.

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Créditos

EditorialEl hijo de doña Blanca Rosa

El pasado lunes, en la fiesta de la Anunciación del Señor, alguien tuvo la buena idea de decorar

la Catedral de Tilarán con cientos de rosas blancas. Dichas flores dieron al templo un acogedor ambiente, recor-dando la pureza de la Madre del Señor.

Casi al final de la Misa en la que fue ordenado obispo Monseñor Ma-nuel Eugenio Salazar, todos fueron sorprendidos por sus palabras, hacien-do alusión a dichas flores para hablar de su madre, doña Blanca Rosa Mora, en buena medida la persona que hizo que todo aquello fuera posible.

Doña Blanca Rosa ya murió. Está con Dios donde están los santos como ella, pero su presencia fue muy clara en las palabras de su hijo, el nuevo Obispo de Tilarán-Liberia.

La señora, describió Monseñor, fue casi analfabeta, vivió en la pobreza, pasando muchas necesidades junto a su esposo e hijos, nueve en total, de los cuales Manuel Eugenio es el me-nor.

Pero todas aquellas dificultades no limitaron que doña Blanca Rosa les diera la mayor de las riquezas que una madre puede heredar: la fe.

Una fe, que en palabras de su hijo, fue transmitida con pocas palabras y muchos actos. Con pocos sermones y mucha vida, con pocos regaños y mu-cho amor.

Doña Blanca Rosa, estamos segu-ros, practicó en vida cada una de las obras de misericordia. Dio de comer

al hambriento, consoló al triste, visitó a los enfermos, enseñó al que no sabía y soportó con paciencia los defectos de los demás. Y eso le ganó la vida eterna.

Ella fue así el motor de la fe de sus hijos, y en particular de Manuel Euge-nio, que pronto sintió en su corazón el deseo de ser sacerdote.

Su ordenación como obispo tuvo que ser vivida con mucha alegría y sa-tisfacción por ella, tal y como lo dijo el propio Monseñor en su mensaje. En la sencillez de su vida y su espirituali-dad, ella es la responsable de que hoy Guanacaste y Upala tenga el pastor de lujo que es Monseñor Manuel Euge-nio Salazar Mora.

Como su madre, el comprende la necesidad de transformar en vida todo aquello que predicamos, hacerlo obras en el contacto con los hermanos y en procesos de renovación y de conver-sión, para parecernos más a Jesús, que

debería de ser la meta más importante en la vida de cada creyente.

Como ella, el nuevo obispo ama el sacerdocio y sabe lo difícil que es ejercerlo con coherencia en los tiem-pos actuales. Por eso pide amar a los sacerdotes, acompañarlos, orar por ellos, darles oportunidades para que sean mejores, no criticarlos ni des-truirlos, en la conciencia de que son personas de carne y hueso, pecadores como todos.

Monseñor sabe -en realidad lo aprendió de su madre- que el segui-miento de Cristo es radical, que no admite entregas a medias, que supone dar la vida y hacerlo gozosamente, y comprende que una buena forma de hacerlo es siguiendo el ejemplo de la Virgen María, la blanca rosa a la que cantó emocionado en su recibimiento cuando entonó el himno de la Virgen de los Ángeles.

Ella, en su modelo de obediencia a Dios, de humildad y de sumisión ab-

soluta a sus planes de salvación, es el camino más seguro para llegar a Jesús. “Por María a Jesús”, repite el nuevo obispo.

Por eso, la alegría que vive la Iglesia en Costa Rica por contar con un nuevo pastor se la debe en buena medida a doña Blanca Rosa. Este es el poder de una persona con fe, es el fruto maduro de alguien que confió plenamente en Dios y supo poner en el corazón de sus hijos la semilla de la Palabra de Dios.

¡Gracias doña Blanca Rosa!, la Iglesia en nuestro país, y en particular la que peregrina en la pampa guana-casteca siente hacia usted una admira-ción profunda, por todo lo que fue su vida y usted permitió que Dios hiciera en usted.

Gracias porque de su corazón brotó siempre el amor necesario para hacer que hoy tengamos un obispo dispuesto a entregarlo todo para la evangeliza-ción en estas tierras, gracias porque su ejemplo hará que él se entregue por completo a los pobres, a los migran-tes, a los que no tienen techo, a quie-nes necesitan una palabra de ánimo para seguir adelante.

Muy orgullosa estará en la eterni-dad adorando a Dios por las maravi-llas que hizo en usted y que a través suyo sigue haciendo en la tierra, en bien de su amada Iglesia.

Quiera Dios que tengamos en nues-tra patria muchas madres como doña Blanca Rosa, para que se multipliquen los hijos como Manuel Eugenio.

Foto L. Avila.

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 15Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico14 Opinión

Pbro. Víctor Hugo Munguía C.

Habíamos prometido re-ferirnos a este tema y lo pro-metido es deuda. Quisiera decir de primera entrada que sólo cosas buenas experimen-té en Catedral en esta primera Semana Santa que celebré en ella, como sacerdote, desde los lejanos tiempos en que era se-minarista.

Las confesiones durante los días lunes, martes y miércoles santos parecieron indicar que la fiesta del perdón no había alcanzado para muchos fieles. Es maravilloso percibir a tanta gente que ama la experiencia de sentirse perdonada en el Sa-cramento de la Reconciliación. Los Sacramentos son para ex-perimentar de alguna manera el amor de Dios, y nuestra gen-te los disfruta, lo ama y lo ce-lebra a menudo. Recuerdo con dolor haber estado tres meses en una parroquia de Alemania y durante ese tiempo hubo dos confesiones…y en otra, du-rante un tiempo parecido, sólo una. Nos conserve el Señor estas costumbres que se hacen más preciosas cuando las vi-ven los jóvenes.

La Misa Crismal no pudo estar mejor. Abarrotada la Ca-tedral, participada por muchos sacerdotes, con liturgia fluida, solemne y discreta. Sólo el amén del final de la Plegaria Eucarística salió “gelao” (sit venia verbo), pero ya arregla-remos eso para otras ocasio-nes. Es maravilloso que una celebración, prácticamente desconocida en el pre-conci-lio, ahora sea participada por tanta gente que tiene concien-cia de la riqueza sacramental de esa celebración.

La Santa Misa de la Cena del Señor estuvo lindísima. Catedral discretamente llena (cosa comprensible) pero con una Asamblea muy participa-

tiva y gratificante. El decoro, la sencillez elegante y la de-voción sincera parecieron evi-dentes en toda la celebración.

La celebración vespertina del Viernes Santo fue un mo-delo de agilidad litúrgica en su desarrollo. Catedral dis-cretamente llena, devoción respetuosa en la Liturgia de la Palabra y en la adoración de la Santa Cruz. Sólo sueño con el día en que más gente participe en esa celebración en vez de estar en la calle esperando la procesión del Santo Entierro. Pero parece que este es un mal que duraremos años en corre-gir, porque lo he visto en toda parte de Costa Rica, como si el “duelo de la patria” fuera

lo esencial de toda la Semana Mayor…

La Vigilia Pascual fue otro modelo de celebración: buenos cantores, buenos lectores, de-sarrollo ágil y alegre de toda la celebración con una Catedral discretamente llena. Tengo la impresión de que quien parti-cipa una vez en la Vigilia Pas-cual nunca más vuelve a faltar, porque la riqueza de los signos es tan elocuente que maravilla. He preguntado varias veces a quienes participan por prime-ra vez: ¿les resultó aburrido? Y la respuesta siempre ha sido un “no” rotundo. Esta es otra de la bendiciones del tiempo post-conciliar. Aunque Pío XII había renovado la celebración de la Vigilia Pascual, no ha-bía pegado esta celebración en la conciencia del grueso del pueblo de Dios. Hoy podemos constatar con alegría que son muchos los que saben que esta Vigilia es la Madre de todas la vigilias y que Pascua es lo más importante que celebra la Iglesia.

Tengo que destacar la for-ma decorosa, prudente y hasta sutil con que el Padre Francis-co Morales distinguió la Litur-gia de la religiosidad popular.

A él se debe también el buen caminar de todas las celebra-ciones. Dios se lo pague en bendiciones.

Tengo que destacar tam-bién la elegancia sencilla de la presidencia de las celebracio-nes por parte del Señor Arzo-bispo. Sus homilías bien es-tructuradas, incluida la hecha espontáneamente en la maña-na del Domingo de Pascua. Se acabaron los “discursos de ocasión” para dar paso al gé-nero literario propio de la ho-milía: iluminar con la Palabra la vida e invitar al Sacramento que se celebra.

Tengo que destacar los es-fuerzos de los que organizaron las actividades de religiosidad popular: procesiones, teatro con temas teológicos, ves-tuario, adornos, luces, sonido y música. Tan sólo me pare-ció menos apropiado usar en procesiones la melodía del “Torito” y la melodía del paso doble: “El gato montes” que despiertan recuerdos de otras ocasiones de fiesta…

A todos los que participa-ron, a todos los que trabaja-ron y a todos los que pusieron su granito de arena que Dios se los pague en bendiciones.

Semana Santa en la Catedral Metropolitana

Nuestros lectores

Queremos conocer su opinión. Escríbanos a Eco Católico Redacción al Fax: 2256-0407 o al Correo electrónico: [email protected]

Agradecer no es pagar una

deuda

Reciban un caluroso saludo de Paz y Bien.

El saber agradecer es un valor en el que pocas veces se piensa. Ya nuestras abuelas nos lo decían “de gente bien nacido es ser agradecida”. Ser agra-decido es más que saber pronunciar unas palabras de forma mecánica. La gratitud es aquella actitud que nace del corazón, en aprecio a lo que alguien más ha hecho por nosotros. La gratitud

no significa “devolver el favor…” El agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.

La solidaridad humana es una de las más bellas virtudes cristianas que debemos fomentar en nuestra vida que es expresión del amor de Dios a los hombres, por lo anterior, el Ministe-rio del Buen Samaritano, el grupo de Adultos Mayores y un servidor, desea-mos agradecer a Eco Católico de co-razón las donaciones de víveres y pa-ñales desechables, para los programas

de Desayuno a indigentes y ayuda a adultos mayores de nuestra parroquia.

Recordando la bienaventuranza bíblica que dice “porque tuve ham-bre”… pido al Señor Todopoderoso que les siga colmando de sus abundan-tes bendiciones.

Su servidor en Cristo

Pbro. Christian Solís VegaCura párroco, Nuestra Señora de Guadalupe, Goicoechea

Homilía en la Misa de Ordenación Episcopal, 19 de marzo, 2016

Opinión

En diálogoMonseñor José Rafael QuirósArzobispo de San José

A ustedes, queridos hermanos, elegidos por el Señor, recuerden que han sido escogidos entre los seres hu-manos para servirles en las cosas de Dios. El episcopado es un servicio, no un honor. Por ello, el Obispo debe ante todo vivir para los fieles, y no solamente presidirlos; porque, según el mandato del Señor, el que es ma-yor debe hacerse el más pequeño, y el que preside, debe servir humildemen-te. Sean servidores. De todos: de los más grandes y de los más pequeños. De todos, pero siempre servidores, al servicio.

Proclamen la palabra de Dios a tiempo y a destiempo; exhorten con toda paciencia y deseo de edificar. En la oración y en el sacrificio eucarísti-co, pidan abundancia y diversidad de gracias, para que el pueblo a ustedes encomendado participe de la plenitud de Cristo. No se olviden que la prime-ra tarea del Obispo es la oración: esto lo ha dicho Pedro, el día de la elec-ción de los siete diáconos. La segunda tarea, el anuncio de la Palabra. Luego viene lo demás. Pero el primero es la oración. Si un Obispo no reza, no po-drá hacer nada.

Cuiden y orienten a la Iglesia que se les confía, y sean fieles dispensado-res de los misterios de Cristo. Elegidos por el Padre para gobernar su familia, tengan siempre ante tus ojos al Buen Pastor, que conoce a sus ovejas: detrás de cada carta existe una persona. De-trás de cada misiva que ustedes reci-ban, existe una persona. Que esta per-sona sea conocida por ustedes y que ustedes sean capaces de conocerla.

Amen con amor de padre y de her-mano a cuantos Dios pone bajo su cui-dado, especialmente a los presbíteros y diáconos. Hace llorar cuando escu-chamos que un presbítero dice que ha pedido hablar con su Obispo y la se-cretaria le ha dicho que “tiene muchas cosas por hacer, pero dentro de tres meses no lo podrá recibir”. El primer prójimo del Obispo es su presbítero: su primer prójimo. Si tú no amas al pri-mer prójimo, no serás capaz de amar a todos. Cercanos a los presbíteros, a los diáconos, a sus colaboradores en el

ministerio; cercanos a los pobres, a los débiles, a los que no tienen hogar y a los inmigrantes. Miren a los fieles en los ojos. Pero miren el corazón. Y que aquel fiel tuyo sea presbítero, diacono o laico, pueda mirar tu corazón. Pero mirar siempre en los ojos.

Cuiden diligentemente de aquellos que aún no están incorporados al re-baño de Cristo, porque ellos también les han sido encomendados en el Se-ñor. No se olviden que forman parte del Colegio episcopal en el seno de la Iglesia Católica, que es una por el vín-culo del amor. Por tanto, su solicitud pastoral debe extenderse a todas las Iglesias, dispuesto siempre a acudir en ayuda de las más necesitadas.

Preocúpense, pues, de la grey uni-versal, a cuyo servicio les pone el Es-píritu Santo para servir a la Iglesia de Dios. Y esto háganlo en el nombre del Padre, cuya imagen representas en la Iglesia; en el nombre de su Hijo, Je-sucristo, cuyo oficio de Maestro, Sa-cerdote y Pastor ejerces; y en el nom-bre del Espíritu Santo, que da vida a la Iglesia de Cristo y fortalece nuestra debilidad.

El episcopado es un servicio, no un honor

En la pasada vigilia Pascual, el Papa Francisco enfatizó: “Que el Se-ñor nos libre de esta terrible trampa de ser cristianos sin esperanza, que viven como si el Señor no hubiera resucita-do y nuestros problemas fueran el cen-tro de la vida”.

El Papa nos llamó a decirle “no” a los miedos y a la oscuridad, a la vez que nos advertía que, como Iglesia Católica, si no salimos de nosotros mismos y no resucitamos en nuestro corazón la alegría y el amor “seremos un organismo internacional con un gran número de seguidores y buenas normas, pero incapaz de apagar la sed de esperanza del mundo”.

Francisco, centrando su mensaje en la figura de San Pedro, quien como los otros apóstoles, no dio inmedia-tamente crédito al testimonio de las mujeres que afirmaban que el Señor había resucitado, lejos de ser indife-rente, “no se quedó sentado a pensar, no se encerró en casa como los demás. No se dejó atrapar por la densa atmós-fera de aquellos días, ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las conti-nuas habladurías que no llevan a nada. Buscó a Jesús, no a sí mismo. Prefirió la vía del encuentro y de la confianza y, tal como estaba, se levantó y corrió hacia el sepulcro, de dónde regresó admirándose de lo sucedido”.

Ambas referencias de la homilía del Santo Padre son alentadoras e ins-piradoras, sobre todo, en momentos en los que, los sufrimientos y dificultades tienden a agobiarnos.

Recordemos el elocuente pasaje de Jesús en la barca con sus discípulos y como, mientras navegaban, rompió una tormenta sobre el lago y la barca se fue llenando de agua al punto que

peligraban sus vidas. Los discípulos temerosos se acercaron a Él y lo des-pertaron diciendo: ¨Maestro, Maestro, ¡estamos perdidos! Al momento, Jesús se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más comple-ta serenidad. No sin antes reprochar: ¿Por qué tienen miedo? ¿Dónde está su fe? (Cf. Mateo 8, 23-27)

El reclamo a los apóstoles, no pre-tende generar un falso entusiasmo, antes bien, nos recuerda que para sus seguidores, las seguridades nunca es-tarán puestas en nosotros mismos sino en él, que es la “Piedra angular”. La Iglesia siempre experimentará conflic-tos y limitaciones, pero centrarnos en ellos, olvidando que es el Señor quien la guía, diría el Padre Raniero Canta-lamessa, “es como navegar con viento contrario: basta dejar un momento el timón para que la barca tome una di-rección distinta a la deseada.”

Afianzando nuestras vidas en Dios y en su Palabra, “podremos mantener viva la esperanza” (Cf. Rm 15,4). Se trata de esa esperanza que no nos deja inactivos, sino que nos empuja a ese encuentro con el Resucitado, que nos fortalece y anima diciéndonos una y otra vez no tengan miedo “Soy yo”. Su misericordia y amor están por en-cima de todo odio y venganza. Esta es la esperanza que nos anima a seguir construyendo, uniendo, evidenciando que somos capaces de grandes cosas, cuando dejamos de lado todo egoís-mo.

Con alegría prosigamos caminan-do en lógica de la misericordia del Señor que nos dice: tampoco yo te condeno, ve y en adelante no peques más; si tu hermano peca, llamado en secreto; perdónalos Señor que no sa-ben lo que hacen; hoy estarás conmigo en el paraíso.

La esperanza no defrauda

Habla el Papa

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 17Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico16

Danny Solano Gó[email protected]

Cuenta que se fue de casa cuan-do era un adolescente, que sufría violencia intrafamiliar y que más de una vez vio a su madre “cho-rreando sangre” por las agresiones de su padre alcohólico. Después de un matrimonio fallido, consecuen-cia -según dijo- de problemas con drogas, acabó por vivir en la calle y perder todo contacto con sus hijos.

Así resume su historia Víctor Murillo Montiel, una de las casi 30 personas que viven en el Hogar de la Misericordia de las Hermanas de la Caridad, en el Barrio Veracruz de Limón.

Este albergue da techo y comida a hombres y mujeres en situación de calle. El dormitorio funciona de la siguiente manera: Los residentes reciben un desayuno a las 5:30 a.m. y salen, regresan a las 3:00 p.m. y reciben una comida a las 4:00 p.m. A las 8:00 p.m. es la hora de dormir.

En total hay 28 camas para va-rones y ocho para mujeres. Asimis-mo, el albergue ofrece baño, ropa y

utensilios de aseo personal para uso de los usuarios.

Este hogar también tiene un co-medor que recibe a cerca de 50 in-digentes todos los días (menos jue-ves y sábado) a eso de las 4:00 p.m. Algunos llegan a las 3:00 p.m. para orar junto a las hermanas.

A cambio de la comida, los usua-rios suelen ofrecer su colaboración en labores de limpieza como una manera de agradecer por la ayuda que reciben. A los usuarios no se les cobra por el servicio, aunque algu-nos ofrecen cuota voluntaria.

La hermana Sor Ana María se ha ganado el respeto y el cariño de los beneficiarios. Cuenta que empeza-ron este proyecto pensando en los indígenas que llegaban al centro de Limón para ir al hospital y, por supuesto, en los indigentes de esta provincia, con el fin de darles un techo.

Ella se muestra comprensiva con ellos, es consciente de sus ne-cesidades, del rechazo familiar que sufren, de la poca autoestima que presentan y de las duras realidades

de las que provienen en la gran ma-yoría de los casos.

Además de acompañarlos y ayu-darlos, las Hermanas de la Caridad aprovechan para hablarles a los usuarios sobre la Palabra de Dios. “Ellos necesitan de cariño’, men-cionó con claridad la Hermana Sor Ana María.

Si bien, no han faltado las oca-siones cuando los usuarios se ponen violentos, en especial cuando han tomado, la Hermana dice que han sido pocas las veces y que la mayor parte del tiempo están tranquilos y se muestran amenos.

Sor Ana María también habla acerca de personas que se han supe-rado, encontrado trabajo y dejado las calles para hacer un hogar.

“Ellas son muy especiales muy buenas, siempre rezamos por las hermanas, yo no tengo dónde vivir, esta es mi casa y me siento bien”, comentó José Figueroa Morera, quien al momento de la entrevista explicó que se fue de los 11 años de su casa porque su padrastro lo maltrataba y hacía 12 días que se

había enterado del fallecimiento de su madre en Puntarenas.

Por su parte, Teresa Martinez, proviene de República Dominica-na, contó que tuvo que sobrevivir a como pudo, pasando de bar en bar. Actualmente, es usuaria del dor-mitorio y de vez en cuando ayuda a una señora en un tramo del mer-cado.

Las Hermanas Misioneras de la Caridad empezaron el proyecto de este Hogar en el año 2010. Desde 1999 llevan comida a personas en situación de calle en Limón.

Obra de las Hermanas Misioneras de la Caridad en Limón

Pan y amor en el Hogar de la Misericordia

Sor Ana María dirige el Hogar de la Misericordia.

Rostros de misericordia

Estimado José Miguel: Se ha dicho justamente que los errores se mantienen y perse-veran por la parte de verdad que poseen. En efecto, es ver-dad que el ladrón arrepentido fue acogido en el Paraíso, sin “obras buenas” y así podría-mos hacer notar lo mismo con

respecto a las otras expresio-nes que usted nos ha transmi-tido. Sin embargo, se trata de una verdad parcial. Para com-prenderlo hay que tener bien presente el siguiente principio: Dios todo lo ha hecho en favor nuestro, pero nada sin con-tar con nosotros. Es decir, no

nos quiere simplemente como destinatarios, depositarios de su amor misericordioso, sino como interlocutores.

Como lo ha afirmado insis-tentemente nuestro Papa Fran-cisco: debemos dar un paso, o al menos intentarlo. El padre

bueno del que nos habla la pa-rábola del Hijo Pródigo (cfr. Lc 15) tenía la fiesta preparada para su hijo, pero esperaba que el hijo se pusiera en camino hacia casa. Esa fue su funda-mental obra buena: ponerse en camino. Lo mismo afirma-mos del “buen ladrón”… El perdón fue concedido al que lo pidió. La gratuidad de Dios no excluye la cooperación del hombre y esa cooperación es el comienzo de un sucederse de obras buenas. Veamos con mayor claridad la verdad de esta última afirmación.

El Hijo Pródigo fue acogi-do con extrema bondad (gra-tuitamente) sin mérito alguno de su parte, y más bien con desméritos, por el padre mise-ricordioso que lo esperaba… Sin embargo estamos segu-ros que al concluirse el día de fiesta, iría al campo a trabajar e inclusive con mayor com-promiso que antes de irse de casa a malgastar la herencia. No hay pues que oponer fe en la misericordia de Dios, a las buenas obras. Como ya lo dije, la misma fe, el creer en la bon-dad de Dios, ya es una “bue-na acción”. Es verdad, es una

“buena acción” lograda por la ayuda de la misma gracia, pero que no excluye la responsabi-lidad personal. El mismo San Pablo, que tanto insiste en la iniciativa divina (Dios le llamó sin ningún mérito de su parte; él perseguía a la Iglesia), habla y con fuerza de la necesidad de las obras a tal punto que dice: “aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada” (1 Cor 13,2). Y más adelante es-pecífica las obras y las caracte-rísticas del amor.

Una última observación: Bien sabemos que la radica-lización de la oposición entre fe que salva y obras buenas (=meritorias) se debe sobre todo a Martín Lutero y fue llevada adelante precisamente por los luteranos y por grupos que derivan de ellos. Sin em-bargo, conviene recordar que lo Teólogos católicos y los lu-teranos encargados del diálogo ecuménico, ya se encontraron en un fundamental acuerdo para - gracias a la Sagrada Es-critura – no oponer ya la ne-cesidad de la fe a la necesidad de las obras, sino a su natural integración.

Ha sido el Padre Ignacio Larrañaga, fraile francisca-no capuchino español, quien trabajó por muchos años en Chile, quien empezó difun-diendo los Talleres de Oración y Vida (TOV). Cuando todavía se encontraba en España (él mismo nos lo relataba), una noche, volviendo de la capilla en donde con sus Hermanos Capuchinos había celebrado

la Liturgia de las Horas (Bre-viario), tuvo una impactante experiencia personal acerca de la importancia fundamental de la oración como encuentro con el Misterio del Amor de Dios Padre.

Una vez ordenado sacer-dote, sintió la “necesidad” de ayudar a otros a orar y de in-sistir en la necesidad de la ora-

ción personal y contemplativa en la Iglesia. Con esta finali-dad él mismo se dedicaba a dar retiros espirituales de absoluto silencio y a escribir acerca de la oración. De mucho valor y de mucha difusión ha sido su volumen “Muéstrame tu ros-tro”, precisamente acerca de la oración y sus métodos.

El Padre Ignacio Larraña-ga murió hace unos tres años, pero sus Talleres de Oración y Vida siguen haciendo mucho bien en la Iglesia… La “Vida” de las varias instituciones y de los muchos grupos en la Igle-sia, les deriva de la oración. Nos acompaña la afirmación de Jesús a los suyos: “Sin Mí no pueden hacer nada” (Jn 15,5).

¿Cómo responder a un cristiano no católico?

¿Qué son los Talleres de Oración y Vida?

“Monseñor, ¿qué puede responderse a un cristiano no católico que utiliza referencias bíblicas para quitar valor y mérito a las buenas obras? He aquí

ejemplos: “El ladrón en la cruz no recibió la salvación por sus méritos… San Pablo no fue salvo por las buenas obras que hizo. Nunca podremos purificarnos de nuestros pecados con y por la ley. Si pudiéramos evitar cometer pecados, no habría necesidad de redención. La Ley de Moisés hace al pecador, pecador. El

amor hace al pecador, justo”. Gracias y bendiciones, Monseñor”.José Miguel Succar G. - La Uruca, San José.

“Monseñor: por favor, ¿qué son los Talleres de Oración y Vida? ¡Muchas gracias!”Madelaine Martínez - San José

Monseñor Vittorino Girardi S.Obispo emérito de Tilarán-Liberia

¡Mereces una respuesta!Correo electrónico: [email protected] Fax: 2256-0407

Tus dudas

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 19Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico18

Un bautismo de amorComentario al Evangelio

El encuentro con esta Palabra de Jesús ha tocado profundamen-te mi corazón, mi vida y siento

que no existe sólo la historia de Pedro, de Juan y de los otros discípulos, sino

que existe también la mía. Quisiera que lo que se ha escrito de ellos se rea-lizase también en mí.

En particular me atrae la experien-cia de Pedro, de su camino de conver-

sión tan fuerte: comienza con la caí-da, con la negación y llega al sí más pleno, más luminoso al Señor Jesús. Quiero que esto suceda también en mí.

Pruebo, ahora, a recorrer este pasa-je estupendo, estando atento en espe-cial al camino de Pedro, a sus movi-mientos, a sus reacciones. Es como un bautismo de amor.

Lectio divina

Oración inicial

Envía, oh Padre, tu santo Espíri-tu, para que la noche infructuosa de nuestra vida se transforme en el alba radiante en la que reconocemos a tu Hijo Jesús presente en medio de noso-tros. Aletee tu Espíritu sobre las aguas de nuestro mar, como en el principio de la creación y se abran nuestros co-razones a la invitación de amor del Señor, para participar en el banquete preparado de su Cuerpo y de su Pala-bra. Amén.

El Texto:

† Lectura del Santo Evangelio se-gún San Juan

En aquel tiempo, Jesús se les apa-reció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Cana de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípu-los. Simón Pedro les dijo: “Voy a pes-car”. Ellos le respondieron: “También nosotros vamos contigo”. Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.

Estaba amaneciendo, cuando Je-sús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿han pescado algo?” Ellos contestaron: “No”. En-tonces él les dijo: “Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán pe-ces”. Así lo hicieron, y luego ya no po-dían jalar la red por tantos pescados.

Entonces el discípulo a quien ama-ba Jesús le dijo a Pedro: “Es el Señor”.

Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se la había qui-tado, y se tiró al agua. Los otros discí-pulos llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no dista-ban de tierra más de cien metros.

Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado y pan. Jesús les dijo: “Trai-gan algunos pescados de los que aca-ban de pescar”. Entonces Simón Pe-dro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red, repleta de pescados gran-des. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: “Vengan a almorzar”. Y ninguno de los discípu-los se atrevía a preguntarle: “¿Quién eres?”, porque ya sabían que era el Se-ñor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Después de almorzar le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le pregun-tó: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Pas-torea mis ovejas”. Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por terce-ra vez si lo quería y le contestó: “Se-ñor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas. Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: “Sí-gueme”.

Un

momento de silencio:

Para conseguir depositar la Palabra de Dios en nuestro corazón

Algunas preguntas

1. “Salieron y entraron en la barca” (v.3). ¿Estoy dispuesto, yo tam-bién, a hacer este recorrido de conversión? ¿Me dejo despertar por esta invitación de Jesús?

2. “Echad la red a la derecha” (v.6) ¿Tengo el valor de fiarme de Él, finalmente, o quiero continuar a hacer lo que me venga a la cabeza, a tomar mis medidas?

3. “¿Me amas tú?” (v.15) ¿Cómo hago para responder a esta pre-gunta? ¿Quién tiene el valor de proclamar su amor por Dios?

Oración final

Gracias, ¡oh Padre! por haberme acompañado más allá de la noche, ha-cia el nuevo alba donde me ha salido al encuentro tu Hijo Jesús. Gracias por haber abierto mi corazón a la acogi-da de la Palabra y haber realizado el prodigio de una pesca sobreabundante en mi vida. Gracias por el bautismo en las aguas de la misericordia y del amor, por el banquete a la orilla del mar. Gracias, finalmente, por la llama-da que también hoy me has dirigido, diciéndome: “¡Tú, sígueme!” ¡Oh, In-finito Amor, yo quiero ir contigo, lle-varte a mis hermanos!

“Echen la red a la derecha”Oracióninicial

LecturaBíblica

Algunaspreguntas

Momento de silencio

Oraciónfinal

Lecturas: Hech 5, 27-32.40-41 / Sal 29 / Apoc 5, 11-14 / Jn 21, 1-19 - Ciclo C - III de Pascua - Liturgia de las Horas: III del salterio.

Sagradas Escrituras

Pbro. Mario Montes M.Animación bíblica CENACAT

Estamos celebrando el Tiempo de Pascua, en el que la Iglesia se alegra y exulta por el acontecimiento de la resurrec-ción del Señor, y la experien-cia de Jesús resucitado pone en marcha a la comunidad cristia-na. Los Hechos de los Apósto-les son testigo de ello. Sea cual sea la situación, es preciso ser testigos de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. De allí que la comunidad obedece a Dios por encima de todo y no se deja seducir por las presio-nes que pueda enfrentar.

Por lo tanto, la escucha in-teriorizada de la Palabra hay que comunicarla. Aunque no debemos tampoco olvidar la dimensión de adoración, como nos indica el libro del Apoca-lipsis: “al que está sentado en el trono y el Cordero, la ala-banza, el honor, la gloria y el poder, por los siglos de los si-glos” (Ap 5,12). En la vida de cada día, la misión de la Iglesia no puede perder los tres signos que nos indica hoy el Evange-lio: ser “eficaz” escuchando y obedeciendo fielmente a Jesús; celebrando la Eucaristía en la cual el Señor es quien toma el pan y nos lo entrega; y hacién-dolo con amor, empezando por Pedro hasta el último.

“Hay que obedecer

a Dios…”

(Hech 5,27-32.40-41)

El anuncio pascual provo-ca alboroto en Jerusalén y la

persecución de los apóstoles, es una consecuencia de ello (Hech 5,17-42). La persecu-ción se convierte en ocasión para denunciar la muerte ver-gonzosa (“colgándolo de la cruz”) y confesar su resurrec-ción, con el cambio del orden establecido y el comienzo de una vida nueva, que implica “la gracia de la conversión y el perdón de los pecados”.

El anuncio de la resurrec-ción anima toda la acción apostólica (Hech 1,22; 2,32; 3,15; 4,33). Y es el Espíritu Santo quien convierte a los apóstoles en testigos del acon-tecimiento pascual. Así se cumple la promesa de Jesús de recibir la fuerza de Dios, para ser sus testigos. Por eso, destierran el miedo y están contentos de que Dios les haga esta gracia de “ser testigos de todo esto”. El ministerio apos-tólico consiste en sintonizar con el testimonio del Espíritu. Y obedecer a Dios es conse-cuencia de haber entrado en la “onda” del Espíritu.

El Cordero degollado

(Ap 5,11-14)

El texto de la segunda lec-tura de hoy, del libro del Apo-calipsis, lo ubicamos en la visión que prepara el segundo septenario, el de los sellos (ver Ap 4,1-8,5). Es todo un cua-dro salvífico y litúrgico, que presenta la figura de Cristo, simbolizado en el Cordero que recibe siete calificativos, como señal de que posee la plenitud de la gloria de Dios. La asam-blea litúrgica descubre a Cristo

en su Misterio Pascual, Muer-to y Resucitado, en el Cordero, que asume la función sacri-ficial del cordero pascual del Éxodo y la del Siervo del Se-ñor, de Is 53,10 (recordemos las lecturas bíblicas del Vier-nes Santo, la de Isaías 53 y el Evangelio de Juan, el de la Pa-sión). La multitud de ángeles, con los vivientes, los ancianos y todas las creaturas del uni-verso, expresan a Cristo, junto con la asamblea celebrante y eucarística, su admiración, su agradecimiento, su alabanza y su asombro: todo lo esperan del Cordero y saben que no los defraudará.

Con el ¡Amén! que sella el triunfo del Cordero, la asam-blea eucarística se deja empa-par por la fuerza del Cordero y acepta el riesgo de abandonar-se totalmente a la acción de su Espíritu, a fin de comprender la propia vida, como también el propio futuro.

“Jesús se acercó, tomó el

pan y el pescado…”

(Jn 21,1-19)

Estamos en el epílogo del Evangelio de San Juan, es de-cir, un pasaje añadido por sus discípulos, de gran belleza y en donde, en una deliciosa na-rración, se nos presenta una

experiencia del Señor Resuci-tado con varios de sus discí-pulos, entre ellos, Pedro y el discípulo amado.

San Juan, con un rico sim-bolismo, presenta la misión de la Iglesia y la de Pedro de apacentarla con amor. En la barca, símbolo de la Iglesia, los discípulos –a quienes antes les había dicho Jesús, que con-vertiría en pescadores de hom-bres (ver Lc 15,1-11), intentan pescar sin lograr nada, pese a sus esfuerzos. Con la ayuda del Resucitado, su trabajo da fruto abundante (los 153 peces recuerdan el número de nacio-nes conocidas de ese tiempo y simbolizan la universalidad de la misión de la Iglesia). Jesús cocina la pesca de sus discí-pulos y les da de comer (una bella alusión a la Eucaristía), poniéndose a su servicio y se-ñalando la colaboración mu-tua. La red irrompible significa la capacidad de la Iglesia, para mantener unidas a multitud de personas.

Viene después la triple con-fesión de amor de Pedro (pues tres veces negó al Señor, se-gún Jn 18,15-18), mostrando el valor del arrepentimiento y la conversión. Jesús pregunta insistentemente a Pedro si lo ama y le repite que, si lo ama a Él, tiene que alimentar y cui-dar a sus ovejas (es decir, a los

cristianos), indicando que su misión de pastorear y dirigir su Iglesia, exige un amor in-condicional al Señor, que se traduce en amor a los demás. La presencia del discípulo amado, representa tanto a la comunidad de Juan, como a todos los cristianos, que deben ser aceptados por Pedro (ver Jn 21,20-23).

Cristo resucitado provoca novedad, se hace presente en medio de la vida (como lo ve-mos en el oficio de pescar de sus discípulos, acostumbrados a esta faena diaria), y también cuando nos invita a celebrar los sacramentos (“vengan a almorzar”). Y nos cambia la vida (no tenían pescado para ofrecer y Jesús provoca una gran pesca). Nos abre los ojos de la fe para que lo reconoz-camos como el Señor (“no se atrevían a preguntarle quién era, porque ya sabían que era el Señor”).

La Pascua da una nueva luz, una mirada nueva que, desde la fe, nos permite afir-mar que, efectivamente, el Señor se hace presente en los acontecimientos de la vida. Y la misma fe nos permite afir-mar que está presente en la re-unión, cuando escuchamos la proclamación de la Palabra y recibimos el sacramento de la Eucaristía.

¡Es el Señor!

La Pascua da una nueva luz, una mirada nueva que, desde la fe, nos permite afirmar que, efectivamente, el Señor se hace presente en los acontecimientos de la vida.

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 21

Gerardo Mora [email protected]

Santa Sor Faustina y San Juan Pablo II están unidos más allá del hecho de ser los patronos de la cita juvenil de la Iglesia Católica en Craco-via.

Algunos hechos biográ-ficos dan cuenta de la cerca-nía, otros hechos de Iglesia confirman los sentimientos que compartían, pero ante todo, a ellos les entrelaza una más fuerte unión al ser verdaderos “apóstoles” de misericordia.

1938: Karol Wojtyła, con 18 años estudia en la Univer-sidad Jagiellonica de Cra-covia, sor Faustina, con 33 años, vivía en un convento en Cracovia. Murió allí poco después, el 5 de octubre, jus-to cuando Karol empezaba el primer curso de filología polaca.

Ellos no se cruzaron mi-rada en esta tierra, pero Dios hace posible lo que para el hombre es imposible.

Juan Pablo II, siendo Papa, canoniza a sor Faus-tina y establece el Domingo de la Misericorida para toda la Iglesia, el cual celebramos el pasado domingo 3 de abril.

“Aquí, en esta tierra nací. Aquí, en Cracovia, pasé gran parte de mi vida (...) Aquí también sentí la vocación al sacerdocio (...) Aquí, en la Catedral de Wawel, fui con-sagrado obispo”, recordó en algún momento el querido Papa que pastoreó la Iglesia entre 1978 y el 2005.

Karol Wojtyła, siendo Arzobispo de Cracovia, fue muy consciente de la im-portancia del movimiento juvenil polaco “Luz y Vida” constituido por el Padre Fran-cisco Blachnicki en 1969. La educación religiosa adqui-rida por los jóvenes durante los campamentos de verano llamados “Oasis” despertó

sospechas de las autoridades comunistas. Empezaron las persecuciones. Muchos obis-pos se distanciaron del mo-vimiento del padre Blachnic-ki para no poner en peligro a la Iglesia. El momento en el que el cardenal Wojtyła ofi-cialmente incorporó los “Oa-sis” a la misión sacerdotal de la arquidiócesis de Cracovia dio pie a su rápida popula-rización. En sus tiempos de cardenal se desarrolló con gran intensidad la pastoral universitaria. Y ya sabemos, como Papa, su empatía con la juventud, la creación de la JMJ hace tres décadas… y hoy en su tierra se desarrolla una nueva edición, la cual le honra como patrono.

¡Feliz!

Mientras tanto, de Hele-na Kowalska, podemos decir que era una chica con pecas y un hermoso cabello rubio rojizo, de mediana estatura, una chica muy alegre, según recoge el sitio oficial web de la JMJ de Cracovia.

Pidió a sus padres repeti-das veces, que le permitiesen entrar en el convento, pero en cada ocasión se encontró con su negativa. Solamente después de un suceso ex-traordinario en una jovial velada, en la que por primera vez vio a Jesús, decidió defi-nitivamente seguir la voz de su corazón.

Sor Faustina –recibió este nombre en la Congre-gación de la Madre de Dios de la Misericordia, a la que se incorporó a los 20 años de edad– probablemente no sa-

bía que este nombre significa “feliz”, del latín faustus.

Santa Faustina recibió dones extraordinarios; podía ver a Jesús y conversar con Él, participar en los acon-tecimientos de su vida, ver más allá de la dimensión temporal del mundo -viendo la realidad del cielo y del in-fierno -.

Jesús, encomendándole una extraordinaria misión le dijo: “te envío a ti a toda la humanidad con Mi mise-ricordia” (Diario 1588). El signo visible de este mensaje es la imagen con la firma: Je-sús, en Ti confío.

Santa Faustina, conocida en el mundo como el Após-tol de la Divina Misericor-dia, autora del best-seller traducido a más de 30 idio-mas, titulado sencillamente, el Diario. Se convirtió en la escritora polaca más leída, le bastó con recibir nociones básicas de lectura y escritu-ra, y lo que es más difícil, confiar totalmente en Dios. El continuador de su misión fue el Papa Juan Pablo II. El 30 de abril del 2000, no sólo la declaró santa, sino que también cumplió el deseo de Jesús, instaurando en la Iglesia la fiesta de la Divina Misericordia.

Unidos por la Misericordia

Santa Sor Faustina y San Juan Pablo II, patronos de la JMJ

Ambos se

reencuentran

en su tierra, en

el Año de la

Misericordia, en

una JMJ cumbre

de un don que

Dios regala a la

humanidad.

¡NOS VEMOS

EN LA ! Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico20

Martín Rodríguez Gonzá[email protected]

Ante el caso del Padre Mauricio Víquez Lizano ven-tilado por la prensa en los úl-timos días, la Iglesia arquidio-cesana seguirá el proceso que corresponde, tomando las me-didas pertinentes con respecto a su desempeño pastoral.

Dichas medidas incluyen la liberación de sus responsa-bilidades eclesiales, incluida la de ser enlace entre la Iglesia y la Asamblea Legislativa, así como permitirle la celebración de la Santa Misa únicamente en el ámbito privado. El Padre Víquez no era párroco ni vica-rio en ninguna comunidad de la Arquidiócesis.

El 30 de marzo anterior, el periódico La Nación dio a conocer la posición de dos

colectivos homosexuales que acusaron de doble moral al sacerdote, contrastando su supuesta preferencia sexual con sus mensajes emanados a través de varios medios de

comunicación en contra de las uniones entre personas del mismo sexo y otros temas re-lacionados.

En conferencia de prensa el 31 de marzo, Mons. José

Rafael Quirós, Arzobispo Me-tropolitano, confirmó que no existe en dicho despacho una denuncia formal al respecto, y que únicamente en la Confe-rencia Episcopal fueron reci-bidas sendas notas el sábado víspera de la Semana Santa.

“La Iglesia está conforma-da por seres humanos, dentro del clero tenemos seres huma-nos, no proceden de ningún otro lugar sino de la sociedad, por eso aquello que afecta a la sociedad afecta a la Iglesia y al clero, de manera que puede darse de sacerdotes que tienen la tendencia homosexual, lo que debe quedar claro es que la Iglesia propone para todos el seguimiento de Jesús, que es radical y exigente”, dijo Mon-señor, agregando que también en este seguimiento de Jesús la conversión es un proceso.

“Cuando nos manifestamos en torno a temas específicos no estamos ni persiguiendo ni señalando, sino proponien-do, y en una sociedad regida por el derecho y la libertad de expresión, de la misma mane-ra que los grupos organizados en cualquier área se pueden manifestar también nosotros tenemos la libertad religiosa de proponer aquello en lo que nosotros creemos”, añadió.

Monseñor Ángel San Ca-simiro, Obispo de Alajuela, quien acompañó a Monseñor Quirós en la conferencia, re-cordó que no se trata de cru-cificar al Padre Víquez, sino de tenderle la mano para ayu-darle, y en consonancia con el magisterio de la Iglesia, recordó que la condición ho-mosexual de una persona no es pecado y que la Iglesia acoge a todos por igual.

Arzobispo recuerda que aquello que afecta a la sociedad, se manifiesta en la Iglesia

Iglesia seguirá debido proceso ante caso del Padre Víquez

Monseñor Quirós reiteró que la misión de la Iglesia es proponer el seguimiento radical de Cristo. A su lado el Padre Daniel Blanco y Mons. San Casimiro. Foto L. Avila.

Iglesia hoy

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 23Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico22

Gerardo Mora [email protected]

Pasos apresurados para llegar a tiempo, sonrisas que se dibujan en los pobladores, puertas abiertas del templo y la cocina para compartir: parecía domingo. Bueno, era domingo para la Iglesia que celebraba la Octava de Pascua y que reunía al Pastor con sus ovejas…

Ese fue el ambiente el jue-ves 31 de marzo en el tercer día de la Visita Pastoral de Monseñor Fray Gabriel Enri-que Montero Umaña, a la Pa-rroquia de San Pablo Apóstol en San Pablo de León Cortés.

Constituye la primera Visi-ta Pastoral de su episcopado, con ambiente de fiesta de re-surrección en las comunidades de Ojo de Agua y Santa Rosa Arriba, según constató Eco Católico.

“Ya había visitado los centros parroquiales antes de la ordenación y en estos dos años he visitado aquellas co-munidades que me invitan y

a donde he podido ir, o visito con regularidad las parroquias para celebrar sacramentos. Pero, la Visita Pastoral es dife-rente, quiero conocer la reali-dad de las comunidades, cómo están organizadas, qué proble-máticas enfrentan”, destacó el obispo.

El fraile que pastorea la Diócesis de San Isidro de El General se planteó visitar des-de el pasado 29 de marzo que inició la Visita, y hasta el 16 de noviembre, las 26 parro-quias que conforman el terri-torio eclesial.

Las razones: el próximo año hay Visita Ad Limina (los obispos de Costa Rica ante el Papa) y quiere tener un cono-cimiento más cercano de su realidad. Además, quiere ver cómo marcha el Plan Pastoral y, su objetivo principal: com-partir.

“Si solo fuera un acerca-miento personal con esas co-munidades, sería un gran logro y en mi predicación dejar un mensaje que incida en la vida de la gente, insistir sobre crite-rios principales de nuestra fe”.

En el recorrido que lo acompañamos, celebró dos

Eucaristías en cada comuni-dad, y en ellas hizo anuncio de la verdad más importante del cristiano: la resurrección, “la cual debemos vivir con un verdadero cambio en nuestras vidas”, les dijo.

Para Monseñor Montero la experiencia ha sido extraordi-naria: el trato de la gente, com-partir con el sacerdote Óscar Gómez, párroco de San Pablo.

“Noto mucha vitalidad en las comunidades, laicos com-prometidos, vitalidad en el

hecho de que quieren mejorar, algunos buscan construir un templo o una capilla de vela-ción. La Iglesia está viva, y uno palpa que Cristo Resucita-do es quien inspira a la gente”.

Actitudes de cercanía a las que ha invitado el Papa Fran-cisco a sus obispos, son parte de la vivencia de estos encuen-tros: “Esto es obra de Dios, si uno lo hiciera como una obra humana es casi inútil, pero es el Señor quien trabaja a través de la pequeñez humana”.

Mientras tanto, el cura pá-rroco se mostró feliz de esta experiencia, ve la cercanía y trabajo de los laicos compro-metidos y en general de los fieles. Siente cercano a su Pas-tor, también como sacerdote, y lo ve como un compañero en una bonita convivencia. El Padre Gómez espera ver en la comunidad esos frutos de la Pascua, de la alegría y el amor, tras el mensaje que ha dejado la Visita Pastoral.

I Visita Pastoral, Mons. Fray Gabriel Enrique Montero

Al encuentro de las comunidades y su realidad

El compartir fue la tónica en las visitas a cada comunidad. Foto: G. Mora

La cercanía fruto de la Resurrección de Cristo es parte de los signos y mensaje que dejó el Obispo. Foto: G. Mora

“Un compañero”, así describe la experiencia el cura párro-co, Padre Óscar Gómez (derecha), de la convivencia con Monseñor Montero. Foto: G. Mora

El recibimiento fue siempre alegre. Para muchos, era la primera vez que conocían a un obispo. Foto: G. Mora

Iglesia hoy

Danny Solano Gó[email protected]

Durante el abrazo, Mons. Vittorino Girardi, rebosante de alegría, le repetía al oído “busca la santidad, busca la santidad”. Estas palabras se las decía a Greidyn Johanny Var-gas Navarro, quien fue ordena-do sacerdote, el pasado sábado 2 de abril, en la Catedral San Antonio de Padua, en Tilarán.

Mons. Girardi, Administra-dor Apostólico de la Diócesis de Tilarán-Liberia (antes de la ordenación episcopal de Mons. Manuel Eugenio Salazar), fue el encargado de imponer sus manos sobre el Padre Johanny.

Durante la homilía, el pre-lado invitó al nuevo sacerdote a dejarse habitar por Cristo y, con sus actos, irradiar al Señor,

por lo que recordó las palabras del apóstol Pablo: “Ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí”. (Gál. 2, 20).

Tener a Jesús “es el cielo en la tierra”, añadió Monseñor, quien calificó como la más su-blime de todas las gracias el sentirse íntimamente vincula-do con Jesús.

Durante la homilía también se refirió al impulso que con-duce al sacerdote a llevar la Palabra de Dios a los pueblos. “Es una exigencia dar testimo-nio, no podemos callar lo que hemos recibido (…) Un cura enamorado de Cristo es un mi-sionero”.

El Administrador Apostó-lico también aprovechó para leer de manera emotiva la ora-ción, “Te amo, oh mi Dios”, de San Juan María Vianney.

El padre Johanny se mos-tró muy emocionado y alegre. Agradeció a la Iglesia, a su familia, a Monseñor Girardi, al clero de la Diócesis por la aceptación, y sobre todo, a Je-sucristo por la llamada que le hizo.

“Esto es una confirmación, aquí no termina el proceso, más bien empieza. Espero se-guir todos los días fiándome del Señor, de la oración y de todos aquellos que siempre me han apoyado con sus oracio-nes”, comentó el joven cura.

El mismo día de su ordenación, el Padre Johanny celebró su primera Eucaristía en El Salto de Liberia. Foto D. Solano

El Padre Johanny por el momento realizará su labor pastoral en Fortuna de Ba-gaces. Foto D. Solano

Iglesia hoy

Diócesis de Tilarán-Liberia cuenta con un nuevo sacerdote

Sacerdote ,“busca la santidad”

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 25Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico24 Iglesia hoy

Gerardo Mora [email protected]

“Con nuestros hermanos y hermanas perseguidos por la fe y por su fidelidad al nombre de Cristo, y ante el mal que parece prevalecer en la vida de tantas personas, volvamos a escuchar las palabras consoladoras del Señor: No tengáis miedo. ¡Yo he vencido al mundo!”.

Así se escuchó el clamor del Papa Francisco en su men-saje pascual, teniendo muy presente la realidad de perse-cución de tantos cristianos en el mundo.

Ese mismo día glorioso de la Pascua, más de 65 personas murieron y unas 250 resulta-ron heridas luego de un aten-tado suicida en Pakistán, en un parque en el que una gran can-tidad de cristianos celebraban la fiesta de Resurrección.

Mientras, en estos días el Estado Islámico ha prohibido que los últimos cristianos y armenios que viven en Raqqa, (Siria) abandonen la ciudad bajo ninguna circunstancia, se-gún ha informado RBSS (Ra-qqa is Being Silently Slaug-hered) un grupo de periodistas que a través de su cuenta de Twitter informan sobre la ocu-pación islámica en la ciudad.

En Raqqa quedan 43 fami-lias cristianas, demasiado po-

bres para abandonar la ciudad que ocupó el Estado Islámico en marzo de 2013. Antes de que estallara la guerra, los cris-tianos representaban el 10% de la población siria, más de 22 millones de personas, según informa la BBC.

Igualmente, aún se llora por la muerte de cuatro Hermanas de la Caridad que atendían un Hogar de Ancianos en Yemen, y con ellas, el asesinato de 12 colaboradores…

“Adheridas al amor del Señor, en ningún momento tuvieron miedo, quizá el te-mor normal del peligro, pero no echaron marcha atrás, estas hermanas nuestras dieron tes-timonio valiente de Cristo”, expresó Monseñor José Ra-fael Quirós, Arzobispo de San José, en misa celebrada el 30 de marzo en la Parroquia de Coronado, donde hay una co-munidad de Hermanas de la Caridad.

El Arzobispo de San José pidió por todos los cristianos que han entregado su vida en el anuncio del Evangelio y ex-hortó a confiar en el triunfo de la cruz sobre la muerte y las tinieblas.

“Sigamos anunciando al Señor que es nuestra vida y salvación. Vivamos intensa-mente en el Señor Resucita-do”, destacó.

A la Eucaristía se hicieron presentes diferentes manifes-taciones de Vida Consagrada de la Arquidiócesis, encabe-zados también por su Vicario Episcopal, el Padre Óscar Bre-nes.

Además estuvo Fray Barto-lomé Buigues, presidente de la Conferencia de Religiosos de Costa Rica; el Vicario Gene-ral de San José, Padre Daniel Blanco; y, también el cura pá-rroco de Coronado, Padre Ga-briel Corrales, quien hizo un importante anuncio al final de la celebración (Ver módulo).

Mártires para la Iglesia

La Hermana Marinus, su-periora de la comunidad en Coronado, agradeció a todos quienes llegaron al templo, es-pecialmente al Arzobispo “por haber querido compartir con nosotros y ser solidario con la muerte de nuestras hermanas”.

Destacó que la celebración en la Octava de Pascua les llena de esperanza por el mar-tirio de las hermanas Judith (Kenia), Margarita y Reginet-te (Ruanda), Anselm (India), y agradeció a Dios por estas

vidas ofrecidas por la humani-dad.

“Ellas sabían que sus vidas estaban en riesgo, pero sabían que su llamado era estar ahí, con los pobres más pobres. Estamos convencidas de que ellas hacían lo que Jesús quería que hicieran, estaban haciendo su trabajo, servir a otros cum-

pliendo con el carisma de sa-ciar la sed infinita de Jesús por amor a las almas”.

Recordó que la Madre Te-resa, fundadora de la Congre-gación decía con frecuencia que darían santos y mártires a la Iglesia, “lo cual se ha cum-plido con nuestras hermanas de Yemen”.

¡Testigos valientes de Cristo!

La celebración fue vivida y preparada de manera alegre por el martirio de cuatro Hermanas de la Caridad. Foto: G. Mora

La comunidad de Hermanas de la Caridad da gracias por sus mártires. Foto: G. Mora

El Arzobispo de San José celebró una Eucaristía en acción de gracias por el testimonio de cuatro Hermanas de la Caridad que fueron asesinadas en Yemen. Pese a la persecución incesante, la Iglesia tampoco se detiene en anun-ciar el Evangelio.

Canonización de Madre Teresa

El Pbro. Gabriel Corrales, párroco de San Isidro Labra-dor en Coronado, anunció que en Costa Rica se seguirá de cerca la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, fun-dadora de las Hermanas de la Caridad. Será el domingo 4 de setiembre cuando el Papa Francisco canonice a la que es hoy beata de la Iglesia.

Por tener la comunidad de las Hermanas en el territorio parroquial, será el templo de

Coronado la sede que organi-zará una verdadera fiesta des-de el día 3.

Hay una comisión orga-nizadora y se invita desde ya para participar de la festivi-dad. “El señor Arzobispo ha querido que la vivencia de canonización sea en nuestro Templo”, dijo el Padre Ga-briel.

Habrá vigilia de adora-ción y oración, la cual inicia-

rá con Eucaristía a las 6 p.m. Además, se prolongará toda la noche y madrugada y a las 2:45 a.m. se recibirá señal por medio de pantallas especiales tanto dentro como fuera del templo, de la canonización que se efectuará en Roma.

A las 10 a.m., del 4 de se-tiembre, en misa de 10 a.m., el Arzobispo Mons. Quirós, presidirá solemnemente, con motivo de la canonización de Madre Teresa.

María Estela Monterrosa [email protected]

Miles de personas peregri-naron el pasado domingo 3 de abril desde Paraíso de Cartago hasta el Valle de Ujarrás, en la tradicional romería en la que llevan la antigua imagen de la Virgen del Rescate de Ujarrás a las ruinas de la que fuera su casa.

El recorrido inició en el templo parroquial a las 7 a.m., ahí los peregrinos recibieron la bendición y partieron en-cabezados por el obispo de Cartago, Mons. José Francis-co Ulloa. Poco antes de las 11 a.m. llegaron hasta las Ruinas,

donde se realizó una Eucaristía presidida por Mons. Ulloa.

“Hoy estamos finalizando la octava de Pascua y que di-cha que la finalizamos con esta gran romería que se realiza todos los años para recordar como la Virgen, Nuestra Se-ñora del Rescate, estuvo acá y por circunstancias especiales se trasladó a Paraíso. Este año tiene dos motivos especiales: uno es por ser el Año de la Misericordia […] por eso he querido que todos los que par-ticipan en esta romería ganen una indulgencia plenaria […] y el segundo motivo es que es el Domingo de la Divina Mise-ricordia”, dijo el obispo.

En la homilía, Mons. Ulloa comentó que “la misericordia de Dios es el perdón y la com-prensión para todos nosotros, es el amor para todos noso-tros. Pero Dios quiere un mun-

do mejor, una familia mejor, un matrimonio mejor, quiere todo mejor. Para eso el Señor nos pide que compartamos esa bondad, esa misericordia, ese

amor de parte de Dios con los demás”.

“María es la madre miseri-cordiosa, a la cual siempre po-demos acudir y ella está siem-pre dispuesta a ayudarnos en nuestra vida. Con María todo lo podemos porque ella nos lleva a Jesús”, dijo.

Al finalizar la Eucaristía, los fieles disfrutaron un con-cierto y actividades culturales. A las 3 de la tarde se emprendió el regreso a Paraíso. Al paso de la imagen por los barrios y al finalizar la misa de recibimien-to, la pólvora anunciaba la ale-gría del pueblo paraiseño por cumplir una vez más con esta linda tradición.

Monseñor José Francisco Ulloa presidió la celebración. Foto M. Monterrosa.

Gerardo Mora [email protected]

Muchas son las vicisitudes con las que se ha topado Radio Emaús en su trayecto de evan-gelización, el cual inició el 18 de febrero de 1962, pero, la misión de la mano de Dios da sus frutos.

Recientemente estuvieron un año sin estar al aire, pero hoy la Radio se enrumba a cumplir 55 años de fundación y cuenta con nuevos equipos.

“La radio viene dando pa-sos lentos pero seguros, para

levantarla lo más firme posi-ble, a una estabilidad idónea, tras un tiempo sin estar al aire, se cayó la publicidad, y esta-mos en ese periodo de recon-quista”, destacó el Padre Fran-cisco Mora, administrador.

En 1260 AM, la emisora es local y busca no solo mejor so-nido, sino hacer más factible el proyecto de la radio y en poco tiempo aumentar la franja de programación.

Por su lado, el actual di-rector, el Pbro. Luis Mena, ex-presó el significado de esta ya tradicional radio. “Tener una emisora no solo para la Pa-

rroquia de San Vito, sino para todo el cantón y llegar más allá es un privilegio. Llega-mos en segundos gracias a las facilidades técnicas, incluso al mundo entero con el mensaje positivo”.

“Es un instrumento que vuelvo a decir lo tenemos a la mano y podemos llegar a toda la población y obviamente tra-tamos de rescatar la dimensión evangelizadora todos los días. Cada día tenemos mayores re-portes de audiencia”, dijo.

Emaús es la tercera emiso-ra del país, en el ámbito cató-lico, con mayor antigüedad,

luego de Fides y Sinaí. “El en-tonces Arzobispo de San José, Monseñor Carlos Humberto Rodríguez, legó esta emisora a los franciscanos conventuales

que atendían la región sur del país”, recordó el director.

* Colaboró el Pbro. Elí Quirós, Vicario de Comunicación, Diócesis

de San Isidro.

Radio Emaús, Diócesis de San Isidro de El General

Evangelizando la zona sur desde 1962

La visión de la emisora es continuar siendo un actor social activo y dinámico, aprovechando los avances tecnológicos, para bien de la zona sur.

Historia

Radio Emaús nació a mediados del Siglo XX en Coronado, San José. Cuan-do Mons. Carlos Humberto Rodríguez Quirós (qdDg) es nombrado IV Arzobispo Me-tropolitano, conociendo los deseos de evangelización del Presbítero Umberto Melloni Campanini, en la naciente región de San Vito de Java (hoy Coto Brus), concede los equipos y la frecuen-cia radiofónica en AM a los Frailes Conventuales para que inicien una historia ra-diofónica que ha acompaña-do paso a paso el caminar del cantón cotobruseño. El en-tonces Obispo de la Diócesis de San Isidro de El General

Mons. Delfín Quesada Cas-tro (qdDg) dio la bendición.

Por varios años los Frai-les Conventuales se mantu-vieron al frente de la emiso-ra. Los siguientes directores fueron: desde 1977, el Padre Domingo Parés Casellas (qdDg); en 1980 asumió el Padre Álvaro Coto Orozco (qdDg) en conjunto con Ra-dio Sinaí. En los noventas, la dirige el Padre Luis Paulino Cabrera.

Posteriormente corres-pondió la dirección al Padre Miguel Berganza y en los úl-timos años el Padre Elí Qui-rós, el Padre William Rodrí-guez y ahora el Padre Luis Mena.

María es la madre misericordiosaIglesia hoy

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Domingo 10 de abril 2016Eco Católico 27Domingo 10 de abril 2016 Eco Católico26

Martín Rodríguez [email protected]

Hablar de Pascua es hablar del triunfo del amor sobre la muerte, porque tal y como lo afirma el autor de este libro, el Padre Enzo Bianchi, fundador y prior de la comunicad mo-nástica de Bose, en la región de Piamonte, al norte de Ita-

lia, la muerte que lo devora todo, que vence incluso hasta la vida, encuentra en el amor el único enemigo capaz de re-sistirle, y esta es en esencia la buena noticia de la Escritura.

Nuestro Señor Jesucristo, que vivió el amor de manera plena, hasta el extremo y fue carne del Dios que es amor, derrotó a la muerte porque no era posible que ésta lo mantu-

viera en su poder (Hch 2,24), no era posible que el amor quedara preso en el infierno, que es el lugar del no amor.

Nosotros por tanto, hijos de Dios que es amor, tenemos todos los días la posibilidad de vivir este amor, de ser genera-dos por Dios como hijos y de conocer realmente a Dios (1 Jn 4,7.8).

El amor que vence la muerte

Letra vivaEl amor vence a la muerteEnzo BianchiEdiciones San Pablo, Bogotá, 2013

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María Estela Monterrosa [email protected]

El Obispo de Cartago, Mons. José Francisco Ulloa Rojas, nombró al Pbro. Jai-me Antonio Gutiérrez Bonilla como nuevo vicario general de su diócesis.

Según el Código de Dere-cho Canónico, en cada dióce-sis, el obispo debe nombrar un vicario general, que ha de ayu-

darle en el gobierno de toda la diócesis (475 § 1).

“El vicario general es el al-ter ego del obispo. Es la per-sona más cercana a él. Tiene la misión de ayudar al obispo en toda la administración y la pastoral de la diócesis”, co-mentó el mismo Gutiérrez.

Agregó que en ausencia del obispo, él delega en el vicario general la responsabilidad de hacerlo presente. “Es una per-

sona de confianza que le ayu-da”.

El nombramiento se hizo oficial al concluir el retiro es-piritual cuaresmal del clero el 4 de marzo. “Mons. Ulloa me convocó y fue motivo de mucha alegría el saber que él confía en mi humilde persona. Me da sentimientos encontra-dos de temor y alegría por la misión que me confía. Le pido al Señor salud física, espiritual y emocional y sabiduría para cumplir la misión”, comentó.

El sacerdote detalló que como vicario general le co-rresponde ser el moderador de la curia, es decir, velar por el personal y la administración de las instalaciones; además, asistir a las reuniones que con-voca el obispo y estar dispo-nible para los servicios que él solicite.

También, dijo, le corres-ponde brindar cercanía y escu-cha para con los demás sacer-dotes.

Gutiérrez actualmente tam-bién funge como vicario pa-rroquial de la Catedral Nuestra Señora del Carmen.

Pbro. Jaime Antonio Gutiérrez Bonilla

El Padre Jaime es también vicario de la Catedral de Cartago. Foto M. Monterrosa.

Monseñor Garita se reunió con sus fieles para celebrar este Jubileo.

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Gerardo Mora [email protected]

Los devotos de la Divina Misericordia celebraron su Jubileo el pasado domingo 3 de abril en la Diócesis de Ciudad Quesada.

Fue un día en el cual Monseñor José Manuel Ga-rita, Obispo de la zona, re-cordó las palabras del Papa Francisco, expresadas en la homilía de ese día.

“Para ser apóstoles de la misericordia, hemos de tocar y acariciar las llagas de Je-sús en el cuerpo y el espíritu de los hermanos que sufren”, recordaba el prelado en la Catedral de Ciudad Quesa-da.

Ese día a las 3:00 p.m. se dio el encuentro, se celebró la Hora de la Misericordia, la Coronilla, hubo adoración eucarística y posteriormente a las 4 p.m. la Santa Misa, presidida por Monseñor Ga-rita.

Devotos de la Divina Misericordia

celebran JubileoCartago: nombran nuevo

Vicario General

Iglesia hoy Iglesia en el mundo

Exhortación sobre la familiaCIUDAD DEL VATICANO - La Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la familia, consecuente a los trabajos del Sínodo, presentada el viernes 8 de abril.

El título es “Amoris laetitia”, la alegría del amor, refirió el director de la sala de prensa vaticana, Federico Lombardi.

Intervienen en la presentación el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos; el cardenal Christoph Schonborn, Arzo-bispo de Viena, los cónyuges Francesco Miano, docente de Filosofía Moral en la Universidad de Roma Tor Vergata, y Giuseppina De Simone, docente de Filosofía en la Facultad Teológica de Italia Meridional de Nápoles. (ANSA).

Papa fuerte en redes socialesROMA - El prefecto de las comunicaciones de la Santa Sede, Monseñor Dario Vigano, defendió la presencia del Papa Francisco en las redes sociales, donde cuenta con 2,2 millones de seguidores, en su mayoría jóvenes menores de 30 años.

“Si se comunica también hay riesgos, no hay reglas, porque es un mundo fuera de control”, sostuvo Vigano sobre el Sumo Pontífice y las redes sociales, medio donde incluso usuarios se prestan a hacer comenta-rios irreverentes. (ANSA).

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ROMA - La pequeña Lizzy Nyers, oriunda de Estados Unidos, que pade-ce una rara enfermedad genética que la dejará ciega, cumplió su sueño de conocer al Papa Francisco.

En algunos años, el mundo de Lizzy (Elizabeth), de cinco años y originaria del estado de Ohio, perde-rá sonidos, formas y colores para dar lugar al silencio y la oscuridad. Sólo le quedarán los recuerdos y las emo-ciones. Y entre éstos podrán estar los vinculados a un sueño que la niña con-cretó en estos días: conocer Roma y reunirse con el Papa.

La niña padece el síndrome de Us-her de tipo 2, una rara enfermedad ge-nética que priva progresivamente de vista y oído.

Steve y Christine Myers, sus pa-dres, en los últimos meses habían he-cho para ella una “lista de cosas que debía ver absolutamente”, pero nunca pensaron que ésta pudiese incluir un viaje a Roma, más allá de sus posi-bilidades económicas. En cambio, el sueño se hizo realidad gracias a la generosidad del director general de la compañía aérea Turkish Airlines que, conmovido por el destino de Lizzy, re-

galó a la familia Myers los billetes de ida y vuelta para cualquier.

La elección de los padres de Lizzy -la mamá es de origen italiana y ambos son católicos- fue la Ciudad Eterna. Y la pequeña añadió el deseo de poder ver al menos una vez al Pontífice

La familia perdió la conexión aérea en Estados Unidos, lo que le impidió asistir a la audiencia de los miércoles en la plaza San Pedro, como estaba previsto inicialmente.

El encuentro con el Papa fue pos-tergado y tuvo lugar en la Casa de Santa Marta.

El pronóstico de los médicos es drástico: a Lizzy, tras el diagnóstico de la enfermedad ocurrido en 2014, le quedan entre cinco y siete años para poder gozar de las maravillas terres-tres.

Cumplido sueño de niña que quedará ciega

IRONDALE - La Iglesia Católica ha perdido a la clarisa pobre que cambió el rostro del catolicismo en Estados Unidos y alrededor del mundo, Madre María Angélica de la Anunciación, fundadora de Eternal Word Television Network (EWTN), falleció en el Do-mingo de Resurrección, tras 15 años de lucha con las secuelas de un derra-me cerebral. Tenía 92 años. “La Madre siempre ha personificado y personifi-cará EWTN, el canal que Dios le pidió fundar”, dijo el presidente y consejero delegado de EWTN, Michael Warsaw.

La Madre Angélica lanzó EWTN en 1981 y hoy transmite una progra-mación de 24 horas al día a más de 258 millones de hogares en 144 paí-ses. Lo que comenzó con aproximada-mente 20 empleados ahora ha crecido a cerca de 400.

La cadena religiosa transmite alre-dedor del mundo por radio terrestre y de onda corta, maneja un catálogo de artículos religiosos y publica el Natio-nal Catholic Register y ACI Prensa, entre otras empresas editoriales.(ACI/EWTN)

Adiós a la Madre AngélicaConoces Personas con Atracción al Mismo Sexo, Sientes la atracción, conoces a familiares de Personas con Atrac-ción al Mismo Sexo. Necesitas ayudae información. 8373-1482 / 8402-9885

[email protected] Pastoral Fami-liar Arquidiocesana

Apostolado CatólicoRomano.

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