vicente salas viu la creacion musical en chile 1900-1951

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La Creación Musical en Chile 1900 - 1951 Vicente Salas Viu Edición Digital reproducida con autorización del autor Año 2001

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La Creacin Musical en Chile 1900 - 1951

LaCreacin Musicalen Chile 1900 - 1951Vicente Salas Viu

Edicin Digital reproducida con autorizacin del autorAo 2001

AHELEN LEE WESSEL,EN CUYO INTERS Y APOYO A LASACTIVIDADES CIENTFICAS YARTSTICAS CHILENAS HAPARTICIPADO LA MSICAEN LUGARPREFERENTEPREFACIO

HACEya algunos aos recib de la Asociacin de Compositores de Chile el encargo de reunir y revisar, con el propsito de una publicacin, los datos existentes sobre la obra de cada uno de sus miembros.No haca mucho por entonces que yo haba llegado al pas y mis estudios sobre la msica chilena, pasada y presente, se hallaban casi por completo en el estado de primeras impresiones. EL proyecto experiment, en consecuencia, una prolongada demora. Sin embargo, tuvo para m un influjo beneficioso en la medida en que mi inters por los problemas musicales de Chile se orient desde un principio hacia un fin concreto. Me esforc por procurarme un conocimiento cabal de lo que representaba cada msico en el movimiento contemporneo, trat de ordenar los conocimientos que adquira por la audicin y lectura de sus composiciones y, ya sobre el papel, fui bosquejando las relaciones de unos creadores de msica con otros y de su funcin sobre el ambiente. As, me encontr abocado a una empresa mucho ms ambiciosa que la pretendida. No quise retroceder. El resultado de mis esfuerzos es este libro.Cualesquiera que sean las deficiencias de mi trabajo, responde a un deseo sincero de servir a la mejor comprensin de un fenmeno de tanto relieve en la vida musical americana como representa la obra de los compositores chilenos contemporneos. Propsito que he llevado a trmino exigindome la mayor objetividad y prescindiendo, hasta donde es posible, de juicios prematuros, mos como ajenos. Ninguno de los datos recogidos en las biografas de los msicos ha sido includo sin constatacin por todos los medios a que me ha sido posible recurrir, ya quelas informaciones de los propios interesados, casi siempre confiadas a la memoria, suelen confundir fechas, como me ha sido dado comprobar, e incluso, en pocas ocasiones, abultar resultados. Las obras analizadas, lo han sido sobre las partituras, en casi su totalidad inditas, despus de detenido estudio y de cuantas audiciones, partitura en mano, he logrado procurarme. Que han sido suficientes, puedo afirmar, por audicin directa o por grabaciones en discos o en cinta magntica, en el caso de las obras y los msicos ms representativos que en estas pginas f iguran.Me ha beneficiado en toda esta labor el hecho de haber participado, desde su fundacin en 1940, en los trabajos del Instituto de Extensin Musical de la Universidad de Chile. Mi funcin primordial en este Instituto ha sido la de divulgar los valores musicales, chilenos y no chilenos, en conexin con la actividad de conciertos o por medio de cursos, conferencias y publicaciones. Mi contacto, en cuanto se refiere a los fines de este libro, con los compositores chilenos y sus obras ha sido, hasta por las obligaciones de mi cargo, el ms estrecho.Este libro contiene un panorama de la creacin musical contempornea en Chile, dentro del medio siglo que va corrido, y un estudio, por orden alfabtico, biogrfico, crtico y analtico, de cada compositor y de sus obras. En el panorama, he atendido a los hechos y figuras principales, prescindiendo de las que poca significacin han tenido en s mismas o en su influjo sobre el ambiente. Por el contrario, al estudiar los msicos por separado, he querido, para una informacin completa, no olvidar a nadie que, de una forma u otra, con ms o menos mrito, haya contribudo ala creacin musical en el Chile que vivimos. No podr decirse de este libro --que otros y ms graves defectos tendr sin duda- que est regido por un criterio excluyente. La despectiva frase de que ni estn todos los que son ni son todos los que estn, no podr aplicarse a los compositores que se incluyen en sus pginas. Porque en ellas se encuentran todos los compositores que lo son en el presente musical de Chile, varios que han sido o poco fueron porque el tiempo redujo a muy efmera su presencia en este perodo, y otros, en fin, que comienzan a ser, aunque con un futuro predecible. Ellector extranjero debe reparar, para no desorientarse, en la amplitud y el especfico carcter que tiene esta parte del libro. Como ella pretende, entre otros fines, ser una gua sobre msicos y obras chilenos no slo para los estudiosos, sino para el pblico en general, opt por darle tal forma, a la manera de las "guas de conciertos" y los "concert companion" que con profusin se editan en Estados Unidos y en las naciones europeas.Pero yo no poda, sin grave dejacin de la responsabilidad que me incumbe, ocultar mi criterio. Lo expongo en los juicios vertidos sobre cada msico en particular, sobre cada obra y al trazar el panorama preliminar, que es sobre todo, eso, un intento de valoracin crtica. Lo he trazado consciente de sus riesgos. No se me oculta que, como ocurre siempre que se acta sobre hechos vivos, me anticipo al fallo del tiempo y por ello, mis apreciaciones sufrirn una implacable revisin pasados los aos. Con todo, el valor relativo que mis juicios tienen lo compensa el de su autenticidad de documentos sobre un aspecto ms que considerable de la vida espiritual chilena que por nosotros pasa. Esta ordenacin, este intento de disponer con claridad hechos palpitantes de la actividad musical en su raz primera, la obra de los compositores, no puede servir a la larga sino como estmulo a otras reflexiones y comentarios. Los que se acerquen a estos problemas para enfocarlos con una perspectiva de que nosotros carecemos, tal vez encuentren en las pginas que siguen materia que les ayude a penetrar en la urdimbre de un fecundo perodo en el arte musical chileno. Ello sera suficiente para justificar los esfuerzos de que este libro es suma.Al centrarse estas pginas sobre la creacin musical, slo se hallarn en ellas referencias a la historia de las instituciones musicales chilenas o al desarrollo de la msica en otras ramas. En el panorama preliminar con ms extensin y en las biografas de Enrique Soro, Pedro Humberto Allende, Domingo Santa Cruz y Armando Carvajal, sobre todo en la de Santa Cruz, el lector podr encontrar tales referencias sobre la evolucin de las organizaciones musicales.Aparte de las obras que figuran en la relacin de fuentes bibliogrficas, recomiendo al lector que quiera ahondar en materias solidarias de las que se consideran en este libro, la consulta de las siguientes publicaciones:"Recuerdos del pasado (1814-1860)", de Vicente Prez Rosales. Santiago, 1882. "Apuntes sobre la msica en Chile", Semanario Musical, Santiago, N 13, 1852, y "Recuerdos de Treinta Aos (1810-1840)", Santiago, 1872-74, de Jos Zapiola. (De estos escritos hay ediciones modernas, ofrecidas por la Editorial Zig-Zag de Santiago). "Resea histrica del Conservatorio Nacional de Msica", de Luis Sandoval y Bustamante. Santiago, 1911. "Los orgenes del arte musical en Chile", de Eugenio Pereira Salas. Ediciones de la Universidad de Chile, 1941. "La msica chilena en los primeros cincuenta aos del Siglo XX", del mismo autor. Revista Musical Chilena, N 40. Verano de 1951. "Mis recuerdos sobre la Sociedad Bach", de Domingo Santa Cruz, Revista Musical Chilena, N 40. Verano de 1951. "Aspectos de la pera en Chile en el Siglo XIX", de Daniel Quiroga. Revista Musical Chilena, N 25, octubre de 1947. "El ambiente a travs de los aos", de Pedro Humberto Allende. Revista Aulos, N1, 1932. "Apuntes sobre los albores de la historia musical chilena", de Jorge Urrutia Blondel. Boletn Latino-Americano de Msica, abril de 1937. "La Musique en Amerique Latine", de Carlos Lavn. Revue Le Guide du Concert. Paris, enero-marzo, 1925.En los anlisis de las obras musicales que contiene este libro, se ha prescindido de ejemplos en notacin por considerar que, reducidos a cortos compases, poco pueden decir. El lector msico puede recurrir a la lectura de las partituras con mayor provecho, ayudado por la gua del anlisis. Al no msico, menos an han de significarle cortos ejemplos con las notas de una sucesin de acordes, las de un contrapunto o de una combinacin instrumental.LA CREACIN MUSICAL EN CHILEI.El pasado inmediato y el ambiente a comienzos de siglo .

A PESAR del aumento constante de la actividad musical con que se marca en Chile el paso a nuestra poca, esinmensa la obra reservada a los msicos que han de inaugurarla. A principios de nuestro siglo son desconocidos todava algunos de los grandes valores del arte europeo, incluso las figuras sobresalientes del romanticismo. Los conciertos pblicos son raros antes de 1880, y aun despus de esta fecha. Temporadas completas, series organizadas de ellos que se repitan con cierta periodicidad no han de efectuarse hasta 1906 con los conciertos de cmara del Teatro Novedades, que ejecutan los seores Giarda, Paoli, Varalla, Ceradelli y Guerra. Conciertos que, junto a los sinfnicos dirigidos por el maestro Celerino Pereira en el Teatro Unin Central, recogen la tradicin establecida por las antiguas sociedades filarmnicas hacia un paulatino progreso de la cultura musical chilena. Pero tan generosos esfuerzos no logran establecer por completo de una forma regular la actividad pretendida. Entre unos y otros aos de los que van corriendo con el nuevo siglo se producen grandes vacos, sbitos decaimientos. Lo que explica que hasta 1913 no se conozca en Santiago la serie entera de las sinfonas de Beethoven, que interpreta el conjunto de la "Sociedad Orquestal" bajo la direccin del maestro Nino Marcelli(1). Como ndice del desigual cultivo que sufre la msica sinfnica hasta bien entrada nuestra centuria. baste el hecho de que en abril de 1932 se interpretan por primera vez en Chile algunas de las ms famosas oberturas de este msico, tiempo enel que an son desconocidas composiciones instrumentales de la importancia de la Suite en Si Menor de Juan Sebastin Bach(2).De este estado de cosas al magnfico presente musical de Chile, transcurre escasamente un lapso que no llega a abarcar dos generaciones, proceso que en su celeridad slo tiene parangn con el de algn otro pas americano.Como resumen de cuanto en el pas se ha hecho en los dominios de la msica en el siglo precedente, al abrirse el nuestro slo dos instituciones tienen definitivo arraigo: la pera italiana, cuyas representaciones por las Fiestas Patrias alcanzan el carcter de costumbre nacional, y un Conservatorio que en cierto modo ha llegado a ser la antesala de esta pera.El Conservatorio Nacional de Msica haba nacido mediado el siglo XIX, en 1849, bajo los mejores auspicios y con el beneplcito de las gentes versadas en cuestiones musicales de la sociedad chilena de su tiempo. Heredero en cierta manera de las primeras escuelas de msica establecidas en el pas, por tan distinguidos profesionales como los hermanos Guzmn o la seora Francisca Delauneux -fundadora del Colegio de Mora-, no hubo voluntad que no se movilizase en favor de su causa.El Conservatorio cumpli ampliamente la que poda ser su labor en los aos que inmediatamente siguen a aquel en que fue creado. Pero, despus de una serie de vicisitudes, en cuyo anlisis no vamos a entrar, en el alba de nuestra poca termin por constituir la rmora a todo progreso artstico que fue el triste sino de sus modelos europeos. Entrado el siglo XX, el Conservatorio era un propicio refugio de vetustos sistemas de enseanza y de la ms absoluta incomprensin de los fenmenos que agitaban al mundo de la msica. Vuelto de espaldas a la lucha planteada en todas partes por liquidar los tpicos del post-romanticismo, ni siquiera la influencia sobre l ejercida por uno de sus primeros directores chilenos de relieve, el maestro Enrique Soro, pudo destruir su espritu anticuado, ni la servidumbre en que viva respecto del arte lrico italiano.Soro quiso hacer del Conservatorio una adecuada escuela de ejecutantes. Ofreci en l, por medio de sus profesores y alumnos avanzados, conciertos que dejaron huella en el incipiente medio musical. En 1914, por iniciativa de su director, los alumnos ejecutan el primer concierto consagrado en Chile a obras de J. S. Bach, el ms ilustre de los clsicos entonces desconocidos. Pero la nueva generacin de compositores no puede encontrar en aquellas aculas la inquietud por los problemas que la preocupan, ni vestigios del nuevo espritu que anima a la msica tras de la conmocin impresionista. Los valores que comienzan a perfilarse en la msica en torno al ao 1920, seero en tantos otros aspectos de la actividad nacional, se han formado fuera del Conservatorio, en espordico contacto con l o en decidida oposicin a su retrica. El conflicto latente entre la nueva generacin y el Conservatorio, habra de producir a la postre una pugna, que se agrava desde que la Sociedad Bach, hacia 1924, emprende su labor renovadora, al hermanar bajo sus postulados estticos a los msicos del primer grupo de avanzada con los ms jvenes y ricos en anhelos. En 1928, el Conservatorio es reformado y se incorpora al movimiento que la Sociedad Bach haba mantenido para elevar la cultura musical de Chile al nivel de las exigencias de la poca(3).No slo en Chile, en toda la Amrica Latina, la pera italiana constituy la ms activa manifestacin musical del siglo XIX, hasta identificarse los trminos pera y romanticismo. La invasin de la pera italiana, coincide en Chile con el ao clave de 1830. En abril visita la capital la primera compaa de pera. El repertorio lo constituyen obras de Rossini, Mercadante y Par. Lo mediocre del conjunto y las condiciones precarias en que actu, a pesar de la novedad del espectculo, no hicieron de l un xito. Este quedaba reservado para diez aos ms tarde y para la compaa de Pantanelli, cuyas actuaciones en el viejo Teatro de la Universidad sealan el triunfo desbordante y el definitivo arraigo de este gnero musical en Chile. La pera marcara en el pas una nueva etapa, tanto como deldesarrollo de la msica, de la evolucin de las costumbres. Se cultivan en los salones los fragmentos de canto sobresalientes de aquellas partituras, abundan los arreglos para piano de sus oberturas y momentos instrumentales, damas y galanes compiten en encarnar en sus figuras los hroes de aquellos dramas. Y quienes en la escena los representan con tan buena fortuna -Teresa Rossi y Clorinda Pantanelli, en primer trmino- pasan a la categora de seres de excepcin, cuyo influjo sobre sus apasionados admiradores no es menor que el de las Lucas y Sonnbulas, Normas y Rosinas, Alfredos y Arturos que pueblan su fantasa.La inauguracin del Teatro de la Victoria en Valparaso en 1844, y la del Municipal de Santiago en 1857, ofrecen ms amplio y adecuado campo al desarrollo de la pera, que pasa a ser la ms alta manifestacin del arte musical en el pas hasta entrado nuestro siglo. En 1850 haba llegado a Chile la tercera compaa importante de pera(4).La diriga el maestro Antonio Neumane. La Rossi y la Pantanelli se suman a los nuevos elementos de este conjunto que mantiene, con ligeras variantes, el mismo repertorio de obras de Rossini, Par, Mercadante, Donizetti y Verdi, ya habitual para el pblico. En 1870, visita la capital y Valparaso la famosa Patti, que lleva al paroxismo el fervor chileno.Un incendio destruy el Teatro Municipal en aquel mismo ao. Cuando en julio de 1873 se abren las puertas del nuevohogar de la pera, el repertorio tradicional de Rossini a Bellini y el Verdi juvenil, experimenta algunas ampliaciones, que recogen los cambios producidos en la lrica "fin de siglo". Aos despus, "Ada" de Verdi y "Carmen" de Bizet alternan con las recientes muestras de la escuela verista: "Cavallera Rusticana" de Mascagni y "Pagliacci" de Leoncavallo, sin quitarle tampoco lugar al Puccini de "Manon Lescaut" ni al "Mefistfeles" de Arrigo Boito. En 1881 se ofrece "El Guaran" del brasileo Carlos Gomes. Catorce aos ms tarde sube a escena la primera obra de un operista chileno, destacado entre los deaquella generacin: "La florista de Lugano" de Eleodoro Ortiz de Zrate. Hasta qu punto el ejemplo de Carlos Gomes pudo influir en la decisin de su carrera, es difcil de precisar. Sobre "La florista de Lugano", fruto de sus viajes y de sus estudios en Italia(5), no hay otras huellas que las de un romanticismo operil ya en decadencia. Dos de amor, arias y cavatinas, concertados y plegarias al uso, interludios sentimentales a plena orquesta, tempestades, incendios y hasta una apoteosis final, en la que los dos amantes protagonistas suben al cielo, repiten truculencias caducas, aunque de seguro efecto todava sobre el pblico. En el estreno de "La florista de Lugano", no obstante lo deficiente de su presentacin medio improvisada, "los llamamientos a escena y las aclamaciones se repitieron", segn el testimonio de la prensa contempornea, que tambin destaca cmo el autor fue premiado por sus admiradores con "muchos regalos de valor artstico y varias coronas" y que "el triunfo fue soberbio y cumple agregarse al coro de las alabanzas tan justas como merecidas que, desde la noche del estreno, persiguen al joven compositor"(6). En 1900, Domingo Brescia ofrece una nueva pera italianizante escrita en Chile: "La Salinara". Al ao que sigue, Remigio Acevedo, avanza sobre los modelos anteriores, con una produccin dentro ya de la rbita de un nacionalismo incipiente a lo Carlos Gomes: "Caupolicn", sobre el famoso hroe araucano cantado por Ercilla. Bien que el libreto se halle escrito en italiano y que el desarrollo de la accin entre los primitivos defensores del pas y los invasores espaoles se ajuste a las consabidas romanzas, dos, concertantes, etc., hace uso de elementos rtmicos en cierta medida extrados delfolklore araucano y de sugerencias de ambiente y de caracteres cercanas a las fuentes nacionales que por primera vez desaguan en los cauces del escenario lrico.Ortiz de Zrate no fue indiferente al aporte de su compatriota y "Caupolicn" se vio seguido en 1902 por un "Lautaro", extrado asimismo de "La Araucana" para vestirle con un lenguaje lrico y orquestal levemente nacionalista. Si bien las obras citadas de Remigio Acevedo y de Eleodoro Ortiz de Zrate no constituyen en modo alguno las nicas que escribieron de este gnero, histricamente son las de mayor significado.La pera que, repetimos, gravita sobre el siglo XIX y las primeras dcadas del nuestro con peso incomparable al de ninguna otra manifestacin musical, cuya influencia sobre el ambiente excede a la de todo otro intento, no dej mayores huellas que las sealadas en el terreno de la creacin. Los esfuerzos de Eleodoro Ortiz de Zrate y de Remigio Acevedo, con algn otro espordico que les sucedi, fueron infructuosos y sin consecuencias dignas de mencin al abrirse la msica de la nueva poca. No deja de ser curioso que ni siquiera los msicos que adoptan en ese entonces una posicin conservadora, cuya esttica derivaba en ltima instancia del lirismo italiano, sintieran la tentacin de aventurarse en dicho gnero. Al igual que en los das romnticos qued aislada la produccin operstica de Aquinas Ried, cuyas "Telsfora" (1846), "II Grenatiere", (1860), "Walhala" (1863) y "Diana" (1868), no llegaron siquiera a representarse, la obra de los compositores que lucharon por crear una pera chilena en el cambio de siglo no tiene repercusiones en la msica viva. Tampoco las zarzuelas y operetas que alcanzaron considerable popularidad en aquellos aos de transicin, ofrecidas al pblico en sus mejores modelos espaoles y austriacos por famosos intrpretes. En Chile no se da, como en Mxico, Venezuela, Brasil, Argentina y otros pases americanos, la floracin de un teatro lrico nacional como puente del romanticismo a la poca contempornea. En sta, la msica chilena, conservadora o de vanguardia, discurrir por el cauce de los gneros de cmara o sinfnicos que ninguna tradicin tenan en el pas. S la modesta y reducida produccin de los compositores del siglo XIX -una Isidora Zegers, un FedericoGuzmn, un Manuel Robles, un Jos 7_apiola- nada vlido poda ofrecer como punto de partida a los msicos de comienzos del nuestro, no menos se les presenta como un fenmeno concluso, simple y yerto hecho histrico, el que ha llenado la vida musical precedente. Ni la escasa y precaria msica religiosa del siglo XVIII, ni la de saln o cvica del XIX, ni el operismo italiano son bases para el movimiento musical de Chile presto a desarrollarse. No hay ni el menor punto de contacto entre ese pasado y la msica contempornea. Puede afirmarse categricamente que en los dominios de la creacin musical Chile no tiene pasado. Lo que hoy cuenta por tal, es la obra de los compositores de comienzos de siglo, maestros que viven y todava producen, en el juego normal de las tres generaciones que actan sobre cualquier perodo que se considere.Comprender en todo su significado lo que acabo de expresar, nos explica cunta tuvo que ser la trascendencia de la labor realizada, al margen de la pera o frente a ella, por las sociedades de aficionados que, desde fines del siglo XIX, se esfuerzan por dar a conocer en. el pas a los clsicos del siglo XVIII y a los romnticos europeos, y con qu fervor participan en dichas sociedades y las alientan en sus fines los msicos que pronto habrn de destacarse en las diversas tendencias seguidas en la creacin musical de nuestro tiempo. Haba que asimilar en corto plazo ese enorme legado y marchar al ritmo de la msica viva en aquellas apartadas naciones, con largos siglos de una activa cultura musical. Cuando ni la radio ni las grabaciones en discos que hoy existen podan proveer de medios tan expeditos, a las solas sociedades aludidas y a determinadas personalidades, ricas de inquietud espiritual, estaba reservada la magna empresa. En 1913, ya lo hemos dicho, se conocen al fin las sinfonas de Beethoven; alrededor de 1920, Debussy, Mussorgsky y Schnberg se disputan con Schumann, Wagner y Brahms los entusiasmos de la grey juvenil. En tumulto confuso, las grandes figuras del ltimo romanticismo, el nacionalismo de avanzada, los impresionistas, junto con atisbos del expresionismo posterior, catalizan y orientan las aspiraciones de los nuevos compositores. Afinidades de temperamento, razones de formacin tcnica, simples inclinaciones del gustodefinen los grupos en que se organizan las tendencias hasta hoy activas de la msica chilena. A ellas dedicaremos uno de estos captulos, pero no sin antes terminar en los siguientes el esbozo del proceso que nos ocupa.

Notas

(1) La "Sociedad Orquestal" haba sido fundada el ao anterior por el profesor Ferruccio Pizzi para asegurar la continuidad en la ejecucin de temporadas sinfnicas.

(2) La revista "Rulos", en su nmero de 19 de octubre de 1932 y en un artculo sobre los conciertos interpretados por la Orquesta Sinfnica que dirige el maestro Carvajal, felicita a este msico por haber hecho conocer las oberturas aludidas de Beethoven y aboga por el estreno de la obra de J. S. Bach que se cita.

(3) Sobre cules fueron los postulados y significacin de la Sociedad Bach y de su obra, as como cuanto se refiere al hecho culminante aqu aludido, remitimos al lector al captulo siguiente.

(4) Pereira Salas fija en este ao la llegada de la Compaa Neumane a Valparaso. Pedro Humberto Allende seala el de 1852. Esta compaa actu, como las ya citadas, en el Teatro de la Universidad, antecesor del Municipal de Santiago.

(5)Eleodoro Ortiz de Zrate naci en Valparaso en 1865. Trasladado a Santiago, durante sus das de estudiante se sinti atrado por el hechizo de la pera, avasallador en el ambiente. En 1885, el Gobierno abri un concurso para pensionar en Italia a un estudiante de msica. Ortiz de Zrate venci en l y as pudo ingresar en el Conservatorio de Miln y admirar en La Scala la produccin febril de los operistas en boga. En el Conservatorio de Miln se interpret su primer ensayo escnico, una "Juana la Loca", drama histrico con msica. Al terminar sus estudios, despus de una visita a Suiza y de un nuevo paso por Italia, regres a Chile, donde, a poco, estren su "Florista de Lugano".

(6)Las frases entre comillas pertenecen a los diarios "El Ferrocarril" y "La Ley" de aquel ao.II.Actividades y agrupaciones musicales en la dcada de 1910 a 1920

EL PRESENTE musical de Chile, en todos sus aspectos, es obra de tres dcadas, singularmente productivas: la que se extiende de los aos 1910 a 1920, la del 20 al 30 y la del 30 al 40. "1910, 1920, 1930 y 1910, significan, para los msicos que podemos evocarlos, imgenes del curso de una increble transformacin, como la cinta de un cinematgrafo que nos lleva desde esos conciertos ocasionales y de esas peras deslumbrantes de la sociedad elegante, a los conciertos de hoy, a los conjuntos permanentes, a la composicin chilena y a todo lo que hoy nos diferencia de esa pequea vida de alejada provincia que antes llevbamos."Si se abren los diarios, decena por decena, y se les recorre a travs de las crnicas y de las innumerables polmicas que se enhebran en torno de la msica, uno tiene la sensacin del crecimiento; que germina con modestia y dificultad hasta 1920, que se acelera desde entonces y conquista posiciones de avanzada, y pasa, desde 1930, a la delantera del empuje cultural para consolidar creaciones fundamentales y reconocimiento pleno desde 1940 en adelante. Hay hechos capitales que suceden en estos aos: el primero de ellos es que la msica sube en el concepto general como resultado de un activo movimiento, de una lucha ardorosa de reivindicacin que parte, no de los medios oficiales, sino del ambiente mismo. En virtud de diferentes iniciativas que se condensan en las reclamaciones que hace pblicas la Sociedad Bach, parece que algo se rompe y se abren ventanas hacia el pasado y hacia el presente. Los que hablande msica no son muchas veces los profesionales mismos de este arte, son profesionales de otras carreras, gentes que han viajado, que han ledo, a las cuales se agrega la nobilsima falange de los compositores, que aparecen por vez primera en la historia de Chile."Las anteriores palabras de Domingo Santa Cruz, en un editorial de la "Revista Musical Chilena" consagrado al examen de lo realizado en este medio siglo(1), expresan, con la autenticidad de lo vivido por uno de sus principales agentes, la magnitud del proceso.A la obra cumplida por las romnticas Sociedades Filarmnica de Santiago y Harmnica de Valparaso; se une, en laspostrimeras del siglo y principios del nuestro, la que llevan a cabo la Sociedad de Msica de Cmara y la Sociedad del Cuarteto, de Santiago(2); los conciertos sinfnicos interpretados bajo los auspicios de la Asociacin Artstica que acaudill don Moiss Alcalde Spano y los dirigidos por don Celerino Pereira; las reuniones musicales que en su casa de Pealoln organiz don Luis Arrieta Caas y la obra divulgadora que este prcer de la msica chilena llev a trmino en sus crnicas y artculos(3), as como la acometida por don Jos Miguel Besoan y por don Luis Esteban Giarda, el ltimo en conferencias y cursos que tuvieron la debida repercusin en los medios musicales. Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Chopin, Schumann, fueron gustados en sus producciones sinfnicas, de cmara y para instrumentos o voces solistas. Se consigui incluso vencer la inercia del Teatro Municipal para que acogiera en sus temporadas los dramas lricos de Wagner "Lohengrin", "Tannhuser" y "La Walkyria".En la dcada del 10 al 20, los conciertos sinfnicos dirigidos por Nino Marcelli y los de cmara interpretados por el TroPenha amplan el conocimiento de clsicos y romnticos. El Tro Penha y el Tro Giarda, a corto andar, empezaran a dar acogida en sus programas a composiciones de msicos chilenos, labor en la que fueron continuados, en la dcada siguiente, y con mayor amplitud, por el Cuarteto Mutschler(4). A ste se deben ya interpretaciones no slo de cuartetos de Soro y Giarda, sino el estreno de las primeras obras de este gnero escritas por Pedro Humberto Allende, Domingo Santa Cruz y Samuel Negrete. Aunque no tan abierto a las tendencias renovadoras como los que acabamos de citar, debe recordarse en el incremento que experimenta en aquellos aos el cultivo de la msica de cmara en Chile al Cuarteto Schram de Valparaso(5).La copiosa, en relacin con tiempos precedentes, actividad de conciertos en la dcada que consideramos, realizada con preferencia en los dominios, ms accesibles, de la msica de cmara, se dio unida a la impulsada por cenculos de msicos y aficionados, donde ya alienta el espritu que dar sello a la nueva poca. Javier Rengifo derrocha su talento musical en improvisaciones que deslumbran a sus oyentes y organiza conciertos donde da a conocer obras de sus compaeros de generacin. La "Academia Ortiz de Zrate", organizada por Alfonso Leng, Carlos Lavn y los hermanos Eduardo y Alberto Garca Guerrero bajo el nombre de quien era en aquellos momentos la figura mxima de la composicin musical en Chile, mantiene un tro(6)donde se lee mucha msica que ya no es slo de los clsicos. Pero hace ms, es el primer hogar del "modernismo",por serlo de la obra que los hermanos Garca Guerrero acometen para abrir las puertas del futuro a los msicos con mayores ansias de l. Antes de que la Sociedad Bach se funde en 1917, tambin con el carcter de una reunin privada de aficionados, la labor de iniciadores de los Garca Guerrero es el esfuerzo ms generoso en perspectivas y fecundo en realidades que tuvo lugar en el pas.Con los Garca Guerrero y el grupo de jvenes msicos con ellos vinculado, se repite en Chile el caso de que sean gentes venidas de otros campos de la actividad intelectual quienes renueven el mundo de la msica. Cuando los ingenios consagrados a la msica se anquilosan en la prctica de rutinarios procedimientos escolsticos, ejercen su saludable labor los de ms viva y libre imaginacin. Ajenos a las normas estatuidas, se han formado extramuros de conservatorios y escuelas oficiales o han tenido con ellos un contacto efmero. Sabido es cmo la renuncia de un Debussy o de un Ravel a sus triunfos como "Premios de Roma" determin su rebelde actitud en busca de un nuevo sentido para el arte. Se reniega de lo adquirido en la enseanza convencional, como primer paso hacia el indito camino. "Los Cinco" de Rusia, en una poca inmediatamente anterior al impresionismo, dieron vida a una msica de diversas repercusiones en la contempornea por su condicin de "aficionados" respecto a los "profesionales" de una escuela caduca. Algo muy semejante ocurre en Chile. A la vez que los fervorosos de una msica poemtica que se encierra en frmulas consagradas tienen un norte fijo para sus experiencias, que a lo sumo se ensancha hasta el Grieg del Concierto para piano, los msicos jvenes que esto son ante todo, ms ricos en voluntad que en conocimientos, irrumpen en el huerto cerrado para derribar sus bardales.Dije que la plyade de los "nuevos" acude al campo de la msica para llevar a sta la mayor amplitud que priva en otras ramas de la cultura. En efecto, de los tres hermanos Garca Guerrero, Daniel es estudiante de Medicina; Eduardo, de Leyes; Alberto, de Odontologa. Alfonso Leng es compaero de Alberto en la misma escuela universitaria. Domingo Santa Cruz, llevado por Leng al grupo, estudia Leyes. Hctor Melo Gorigoitase prepara como ingeniero. Carlos Isamitt es pintor. Acario Cotapos, un eterno rebelde, infatigable luchador contra todos los convencionalismos.La familia Garca Guerrero, oriunda de La Serena, se estableci en Santiago hacia 1912. Una bien formada cultura musical llev a una continua prctica de este arte, al margen de sus estudios de otra ndole, a los tres miembros de la familia que se destacarn como debeladores de la msica moderna. Daniel y Alberto eran excelentes pianistas y vidos estudiosos de los problemas musicales; en Eduardo, estas condiciones se ofrecan unidas a una aficin literaria que pronto hizo de l un sagaz crtico y conferenciante al servicio de la msica. Compenetrados en un mismo ideal, los tres hermanos desarrollaron una labor sistemtica para dar a conocer los valores nuevos que admiraban. En el doble aspecto de leer al piano las partituras que se procuraban de msicos que en su propio medio eran combatidos por sus innovaciones y de comentarlas para facilitar su comprensin, reunieron en torno suyo a los ganados por su misma inquietud y a la parte ms despierta del pblico aficionado. Tal intercambio de ideas y experiencias se efectu en reuniones ntimas que en cierta manera revivieron y en otras muchas ampliaron el carcter de las antiguas tertulias musicales. Singularmente en casa del doctor don Daniel Amenbar, hall aquella reunin de msicos calurosa acogida. Dejaron de ser conocidas por referencias de revistas o crnicas de conciertos de allende los mares las composiciones de Mussorgsky, Debussy, Ravel, Cyril Scott, Arnold Schnberg. Obras como el "Cuarteto" de Debussy, los "Cuadros de una Exposicin" de Mussorgsky, en la versin original para piano, y las "Tres Piezas" para este instrumento de Schnberg; todo lo que era una conquista en aquellos momentos, despert entre la juventud que segua a los Garca Guerrero un entusiasmo que sirvi a los propios iniciadores para hacer ms profunda su labor. La funcin de divulgadores de una nueva esttica que se haban impuesto, fu cumplida a conciencia.De los tres hermanos, Alberto Garca Guerrero sera el nico que acabara por consagrarse a la msica por entero. Prosigui as la obra iniciada en comn, que llev a realizacionesms concretas. Sobre su formacin autodidacta y las extraordinarias condiciones de pianista que demostr desde la niez, un concienzudo estudio de la Armona, el Contrapunto y la tcnica de la Composicin, hicieron del inteligente aficionado un maestro de su generacin y compositor de rara calidad(7). Alfonso Leng, que haba ingresado con su antiguo compaero de la Academia Musical Ortiz de Zrate en la Escuela Dental "para poder seguir hablando de msica", fu quien primero se benefici de los extensos conocimientos de su amigo en materias musicales. Carlos Lavin, Acario Cotapos, Prspero Bisquertt y, aos ms tarde, Domingo Santa Cruz, sometieron al juicio de Garca Guerrero sus primeras composiciones. Los tratados de Hugo Riemann y de Vincent D'Indy, comentados y traducidos en ese crculo, desembarazaron en la formacin de sus personalidades la ruta que venan siguiendo a impulsos casi de su sola intuicin.La conexin que existi entre la Academia Ortiz de Zrate y la tertulia de losGarca Guerrero(8), siendo la segundaampliacin de la primera y, en buena parte, realizadora de lo que en la otra no pas de aspiraciones, se repite en el caso de la tertulia musical de la familia Canales respecto a la obra de la Sociedad Bach. De una manera subconsciente, debi influir sobre Santa Cruz al iniciar las reuniones de la Sociedad Bach, el ejemplo de la Sociedad Coral Santa Cecilia, que l admir en casa de los Canales, donde haba nacido y tuvo su hogar. Ricardo Canales, por otra parte, es uno de los seis primeros "hermanos Bach", junto a Carlos Humeres, Guillermo Echenique, Wenceslao Vial y Jos Ovalle. En verdad ocurri que, segn se iba acercando a su trmino la dcada 1910-1920, la juventud musical -los que ya se consideraban msicos como los que no pasaban de aficionados- se hizo presente en todas las iniciativas que se produjeron con algn espritu. Para darles vida o para recoger la que tuvieron y llevarla en la etapa siguiente a realidades ms altas. Como organizadores, como ejecutantes, como auditores cuando menos, los nombres que venimos citando figuran en los conciertos de las agrupaciones de cmara enumeradas y en las tertulias, grupos y sociedades de msica. Alfonso Leng y Acario Cotapos pertenecen al grupo de "Los Diez", en la sntesis fraterna que acomete de poesa, msica y artes plsticas(9). Desde Carlos Lavn al ms joven detodos los que por entonces actan, Domingo Santa Cruz, unos u otros de los militantes en aquella vanguardia asisten a las conferencias de Pedro Humberto Allende, a las primeras interpretaciones sinfnicas de Debussy y Ravel que dirige Juan Casanova por los aos de la Primera Guerra Mundial, a los ensayos de "Parsifal" hacia 1920, a los conciertos de rgano con msica de Bach y otros clsicos del Barroco que ofrece el maestro Aracena Infanta en la Baslica de La Merced, a los recitales de famosos virtuosos europeos que empiezan a ser frecuentes en Santiago, desde que el conflicto mundial los desplaza hacia Amrica. Uno de los valores que tiene el movimiento Sociedad Bach ms digno de destacarse es el haber sabido dar cauce y proyeccin hacia fines concretos a esa enorme inquietud espiritual, un tanto dispersa, que se advierte en el alborear de la msica moderna dentro de los aos anteriores a 1920. La Sociedad Bach cumplir tal labor en la dcada siguiente y a ella, unificadora del proceso considerado, dedicaremos el final de este captulo. Pero sin olvidar lo que represent la Sociedad Santa Cecilia y la propia Sociedad Bach en el tiempo que todava nos ocupa.La tertulia musical de la familia Canales Pizarro fu en aquel perodo legtima heredera del amable concepto que presidi las reuniones artsticas en el siglo anterior. En los salones de la calle Rosas tuvieron acogida propicia cuantos msicos de renombre visitaban la capital y los aficionados de ms amplia, cultura. Los hermanos Canales contribuan con su talento artstico a dar al ambiente el sello que tuvo. Ricardo posea una exquisita sensibilidad y amplio conocimiento de la msica; Laura y Mara eran pianistas; Marta, violinista; Luisa, arpista. La msica de cmara pudo as ser practicada en conciertos numerosos. La msica para coros a voces solas, desde los polifonistas del Renacimiento a los corales de Juan Sebastin Bach yde Bach a los maestros de los siglos XVIII y XIX, era igualmente interpretada por el grupo de los asistentes, todos buenos lectores. As naci el primer conjunto coral santiaguino que influira, como los que le siguieron, en elevar el nivel del gusto por la msica hasta los clsicos anteriores a la triloga Haydn-Mozart-Beethoven, ltima frontera de este arte no haca mucho.Aunque fueran inevitables ciertos contagios con la blanda msica de saln de una poca en decadencia, el hogar de los Canales no slo abri sus puertas a la msica religiosa de los siglos XVI al XIX, sino a los primeros brotes de la msica instrumental de nuestra poca que empezaban a difundirse en Chile. Pero la mayor contribucin de las reuniones musicales que menciono fu, insisto, organizar la Sociedad Coral Santa Cecilia, esfuerzo digno de mencin entre los mantenidos para dar a conocer los polifonistas clsicos y hacerlos habituales entre los aficionados. Cuando en Chile eran una rareza los conciertos de msica a cappella; cuando en las propias iglesias la postracin de la msica religiosa era tal como para que Perosi usurpara el lugar que debi ser siempre indisputable para Victoria y Palestrina, la obra de la Sociedad Santa Cecilia tiene mucho de precursora de lo alcanzado despus en estos aspectos. En contraste con el menosprecio con que eran tomadas las nuevas inquietudes por las autoridades del Conservatorio, los miembros de la Sociedad Santa Cecilia se perfeccionaban en la tcnica de un canto, a solo o en conjunto, que no era simplemente el de los ariosos italianos ni el de las romanzas escritas conforme a los mismos postulados. Marta Canales, directora del coro, autora unas veces y adaptadora muchas otras de las composiciones de cmara y para voces que se dieron a conocer en su casa, aliment la llama de la emocin musical en un grupo que, an despus de disperso, actu como levadura de los acontecimientos que maduraron ms tarde.La Sociedad Bach en sus orgenes apenas se distingue de las otras manifestaciones musicales reseadas. El pequeo grupo inicial que, de reunin en reunin, se fu incrementando, no pretenda sino la ntima satisfaccin recibida de penetrar en la gran msica coral del pasado. Lo hacan en lecturas privadas,que se efectuaron en casa de Domingo Santa Cruz una vez por semana, a lo largo de los meses invernales. Las "Lamentaciones" de Palestrina, corales de J. S. Bach, coros de Mendelssohn y de Wagner (Tannhuser) formaron su repertorio, con ligeras variantes ocasionales, hasta 1921. En este ao, los ms de los estudiantes que integraban el coro terminaron sus carreras universitarias. Santa Cruz, el animador del grupo, se traslad a Espaa como secretario de la Embajada de Chile en Madrid, y la Sociedad continu su vida, un poco languideciente, bajo la direccin de Alfonso Leng.En dicho lapso (1917-19201 rara vez la Sociedad Bach actu en conciertos pblico(10), ni nada en su labor haca presentir la importantsima que la reservaba el futuro, en beneficio de la cultura musical chilena. Sin embargo, ya el grupo de los Bach haba establecido, por medio de sus ms destacados miembros, contacto con personalidades como los Garca Guerrero, Alfonso Leng y otros de los msicos que aportaran sus generosas miras a la renovacin que se gestaba en Chile. En diciembre de 1923, poco despus del regreso de Santa Cruz al pas, se reconstituye la Sociedad Bach con un amplio programa de realizaciones pblicas. Abarcaban ahora desde impulsar el conocimiento de los polifonistas clsicos y toda la dems msica sacrificada en aras del operismo imperante, hasta divulgar en conciertos y cursos de conferencias la nueva msica, igualmente mal estimada en el pas. Estas aspiraciones, que respondan a una urgente necesidad del medio, tenan mucho de desafo a la ignorancia de tales aspectos fundamentales de la msica que se amparaba en la mala organizacin y desinters de las instituciones del Estado. Se enarbol de esta forma una bandera que no tardaron en seguir cuantos -compositores, ejecutanteso simples aficionados- tenan del arte una idea ms alta que la establecida por el mediocre rasero oficial. La nueva etapa de la Sociedad Bach sera de lucha y as debieron suponerlo sus reorganizadores al considerar junto a la puesta en marcha de un amplio coro mixto y de los conciertos y cursos aludidos, la de una seccin "que tendr por objeto dar a conocer la Sociedad Bach y sus fines y fiscalizar el movimiento musical de Chile".

Notas

(1) Nmero de Otoo de 1950.(2) Al iniciar el captulo anterior, alud a la labor de estas sociedades y ala composicin del conjunto de cmara organizado por el maestro Giarda. El cuarteto de la Sociedad de este nombre a que nos referimos ahora, estuvo formarlo por Juan Gervino, Alberto Ceradelli, Germn Duncker y Arturo Hugel.

(3) Los principales estn recogidos en los libros de este escritor que se titulan "Cartas sobre la Msica", San-tiago, 1925, y "Crticas y Crnicas Musicales", Santiago, 1927.

(4) El primero lo formaron Armando Carvajal, violn; Michael Penha, violoncello y Jos Rosell, piano. A ste lo sustituy, ms adelante, Alberto Garca Guerrero. El Tro Giarda estuvo constituido por Jos Varalla, violn; Luis Esteban Giarda, violoncello, y Bindo Paoli, piano. El Cuarteto Mutschler, reuni a Luis Mutschler, primer violn, Ernesto Ledermann, segundo violn, Ral Martnez, viola y ngel Ceruti, violoncello. Las actividades del Tro Penha se extienden entre 1914 y 1924; las del Cuarteto Mutschler se prolongaron hasta 1932.

(5) Lo formaron Ernst Schram, primer violn; Luis Mutschler, segundo violn; Max Bgen, viola y Jorge Valenzuela Llanos, violoncello.

(6) Constituido por Humberto Busenius, violn; Alfonso L'eng, violoncello y Alberto Garca Guerrero, piano.(7) Alberto Garca Guerrero (La Serena, 6 de febrero de 1886), no slo es hoy un pianista de sobresalientes mritos, sino un notable tratadista. En su libro "La Armona Moderna", analiza con claro criterio la aportacin de los maestros contemporneos, y realiza una hbil sistematizacin de los complejos sistemas al da. En cuanto a su obra de compositor, Alfonso Leng, que pudo conocerla suficientemente y estimarla, escribe: "Con una rara y genial intuicin, Alberto Garca Guerrero, cuando a Chile, hace muchos aos, an no haba llegado el movi-miento musical moderno de Europa, haba tenido una visin de toda la renovacin armnica; y en sus composiciones de esa poca se puede obser-var que existe un sistema armnico que corresponde perfectamente al que hoy conocemos en los ms grandes compositores modernos del viejo mundo. Uno de los mayores mritos de las obras de Garca Guerrero es la sinceridad, la honradez de su realizacin; jams se encontrarn en ellas efectos fciles, nada trivial; todas las ideas son siempre nobles, elevadas, armoniosamente sugestivas, de un ritmo riqusimo, y todo tiende a un fin expresivo, a dar con el mnimum de recursos la sensacin de una profunda verdad supremamente artstica". La mayora de sus composiciones estn escritas para piano. Ha escrito tambin algunas piezas para orquesta y la suite "Chants oublies" para violoncello y piano.Alberto Garca Guerrero parti de Chile con el violoncellista holands Michael Penha para interpretar una jira de conciertos por Estados Unidos y Canad. Regres por un breve tiempo a Chile, para salir de l definitivamente en 1918, contratado como profesor de piano del Conservatorio de Toronto (Canad). En la actualidad es Director de los Cursos de Piano del Conservatorio Nacional de Msica en Ottawa.

(8) Eduardo Garca Guerrero fu cofundador con Alfonso Leng de la Academia y su nico director.

(9)* Las aportaciones ms considerables del Grupo de Los Diez que caen en los aos (le paso de la dcada que consideramos a la siguiente- pertenecen al campo de la literatura. Pero en todas las artes, y tambin en la msica, Los Diez son el primer ncleo de avanzada de la cultura chilena, ya puesta al nivel de las inquietudes europeas en la post-guerra de 1918. La Revista de Los Diez contuvo en sus pginas lo ms vivo del pensamiento y de la literatura de Chile en aqul perodo. Encarna el espritu renovador que cuaja en esplendidos frutos alrededor de 1920. El triunfo de "La Muerte de Alsino" de Alfonso Leng en 1922, es el impacto de mayor relieve logrado por Los Diez en los dominios de la msica.Los primeros Diez fueron: Alfonso Leng, Pedro Prado, Manuel Magallanes, Alberto Ried, Acario Cotapos, Alberto Garca Guerrero, Juan Francisco Gonzlez, Julio Bertrand, Augusto D'Halmar y Armando Donoso. A la muerte de Bertrand y Magallanes, entraron al grupo el novelista Eduardo Barrios y el pintor julio Ortiz de Zrate. La conexin de Los Diez con el movimiento musical dirigido por los Garca Guerrero y, despus, con la Sociedad Bach, resalta por la sola lectura de los nombres expresados. La Sociedad Bach, al iniciar su labor pblica en 1924, fu heredera del espritu de Los Diez respecto de la msica. Porque en 1924 el Grupo de Los Diez se hallaba ya prcticamente disperso y su labor conclusa.

(10) En un concierto de beneficio que se realiz en el Teatro de los Padres Franceses y en, el estreno del Te Deum de Santa Cruz, que tuvo lugar el 2 de agosto de 1919, en la inauguracin de la Iglesia de San Alfonso.Es forzoso que muchas de las informaciones que en este captulo y el siguiente figuran sobre la Sociedad Bach, se repitan en la parte consagrada a la biografa de su fundador y animador, Domingo Santa Cruz, que puede consultarse como complemento en algunos detalles de lo que aqu figura.

III.La obra de la Sociedad Bach

UN AO antes de que la Sociedad Bach se reorganizase con fines pblicos, la primera gran batalla en pro de la nueva msica de Chile haba sido ganada. Fu el estreno del poema sinfnico "La Muerte de Alsino", de Alfonso Leng, que coincidi, en mayo de 1922, con la aparicin de Armando Carvajal como director de orquesta bien logrado. Este msico, los compositores Pedro Humberto y Adolfo Allende, as como otras de las figuras que se destacaron en la actividad renovadora de la dcada precedente, van a sumar sus esfuerzos a los del grupo Bach en los aos que corren del 23 al 30, donde se consolida en hechos plenos aquel caudal de aspiraciones.El 2 de abril de 1924, en una solemne asamblea pblica, celebrada en la antigua Biblioteca Nacional, se inauguraron las actividades de la Sociedad Bach proyectadas en su reorganizacin. Santa Cruz, como Director, ley un largo discurso-programa donde se precisa el carcter de la organizacin "que no es, como muchos pueden haber credo, una sociedad musical anloga a los orfeones que mantienen numerosas instituciones docentes y asociaciones gremiales, sino que ante todo constituyeun movimiento, una corriente renovadora de nuestro ambiente", y se establecen como sus fines inmediatos "contribuir al desarrollo y velar por el correcto desenvolvimiento de la cultura musical en Chile" e iniciar "una campaa depuradora, encauzadora y organizadora de nuestro ambiente musical".Agrega el documento, no sin jactancia juvenil, que "en la vida de la Sociedad Bach se advierte la lnea creciente que caracteriza las grandes obras", que identifica a sus miembros "la unidad ms absoluta de miras estticas y la nocin de la obra en s misma, sin relacin a personas determinadas", para, en este sentido, ser todos "simples rodajes de un grande y complejo organismo". La posicin polmica, ejemplar por lo abnegada, que ha de sostener la Sociedad, queda claramente establecida.En los meses siguientes a la fecha citada, los miembros de la Sociedad trabajan en la preparacin de los primeros conciertos del coro, cuya direccin estaba a cargo de Domingo Santa Cruz. La actividad externa casi se reduce a la organizacin de dos cursos de conferencias: uno de Historia de la Msica desde sus orgenes hasta Juan Sebastin Bach, curso que abarcara todo el ao 1924 y que sera continuado, en 1925, desde Bach a nuestros das; el otro curso lo formaran disertaciones sobre diversas materias musicales.El 11 de junio se celebr el concierto inaugural de la Sociedad Bach. Se ejecut en el Teatro Imperio con un programa ntegro de obras de J. S. Bach, que eran el Concierto de Brandeburgo N 3, arias y Geistliche Lieder, interpretados por la soprano Elisabeth Matthei, acompaada al piano por su hermana Lotte, y el Concierto en Do menor para dos pianos y cuerdas, con Claudio Arrau y Armando Palacios como solistas. El conjunto orquestal fu dirigido por Santa Cruz, en una de las pocas ocasiones en que haya actuado como director de orquesta. En el Teatro Imperio, del 18 al 29 de julio, ofreci aquel ao Claudio Arrau, en recitales organizados por los Bach, la audicin completa de "El clavecn bien temperado", uno de sus ms grandes y recientes triunfos en Alemania. La actividad de conciertos de 1924, se coron con el primero a cappella del Coro Bach, que fu tambin el primero ofrecido en un teatro de Santiago con obras de los polifonistas del Renacimiento. Se interpret el 12 de noviembre en el Teatro Comedia. Entre el Concierto en Re menor de Hndel y el Concierto en Sol menor para violn y orquesta de Vivaldi, dirigidos por Carvajal, se inclua la parte coral, a cargo de Domingo Santa Cruz como director. En esta parte se dieron como primera audicin el "AveMara" a cuatro voces de Palestrina y los motetes "O vos onmes" de Victoria y "Filiae Hierusalem" de Andrea Gabrieli, ms canciones polifnicas de Orlando de Lassus y Guillaume Costeley.La Sociedad Bach, alentada por sus triunfos, prepar un ambicioso programa para 1925. El Coro ofrecera dos conciertos y el de estreno del "Oratorio de Navidad" de Bach; se contrataran profesionales de orquesta para constituir este conjunto y ofrecer una serie de conciertos sinfnicos, dirigidos por Carvajal; el profesor de violn Werner Fischer organizara el cuarteto de cuerdas, a cuyo cargo estara la tercera serie paralela de conciertos. Dificultades materiales insuperables, impidieron la formacin de los conjuntos instrumentales, proyecto que la Sociedad Bach no logr llevar a cabo tampoco en los aos siguientes. No dispuso de orquesta, sino la reunida para actuaciones ocasionales, como igualmente ocurri con el cuarteto. Con todo, en 1925, se ofrecen interpretaciones de nuevos Conciertos Brandeburgueses y la Suite en Re mayor de Bach y conciertos de Vivaldi y Locatelli. El Coro, el 12 de diciembre, dio vida al mximo acontecimiento musical de aquellos aos: la primera audicin en Chile del "Oratorio de Navidad".A partir de la ejecucin del "Oratorio de Navidad", la obra de la Sociedad gana por momentos en prestigio y adquiere resonancias que al fin llegan a las esferas oficiales. A favor de la autoridad bien merecida que le daban sus trabajos, la Sociedad Bach haba conseguido ya en el mismo ao 1925, en octubre, que el Supremo Gobierno creara por un Decreto-ley pensiones para estudiantes de msica en el extranjero y que estas pensiones fueran adjudicadas con una cierta periodicidad. A fines del ao, tambin por su iniciativa, se consigue que el Gobierno devuelva a la enseanza musical la categora que se le haba restado dentro de la general universitaria. Se proyect entonces un organismo autnomo, el Consejo de Enseanza Musical, con facultad de intervenir en todos los aspectos de la educacin pblica que se relacionasen con la msica. Aunque, por razones de ndole poltica, este Decreto no lleg a ponerse en prctica(1),vali sin embargo para que nunca ya dejara de tomarse en cuenta a la educacin artstica con el inters que merece en las reorganizaciones que siguieron de la general del Estado. De esta manera, se la daba la misma importancia que a cualquiera otra de las ramas de la educacin, lo que no dejaba de constituir por entonces en Chile un significativo paso. La Sociedad Bach lograba por l una de sus fundamentales reivindicaciones: romper con el tradicional menosprecio y la supeditacin en que se tena a los profesionales del arte respecto a los de otras actividades intelectuales. Bien orientadas las cosas en este sentido, no tard aquella primera conquista en verse seguida de otras que la consolidaron. En 1927, la Superintendencia que se organiz en el Ministerio de Educacin cre la Direccin General de Enseanza Artstica, confiriendo a sta ya en absoluto el mismo rango que a la universitaria y secundaria.Cuanto la Sociedad Bach se esforzaba a favor de un beneficioso cambio en los usos establecidos para la enseanza de la msica en Chile, era seguido con marcado recelo por los dirigentes del Conservatorio. Fu en vano que ms de una vez se pretendiera llegar a una colaboracin con ellos para animar, dentro del anticuado sistema a que responda este centro, reformas indispensables. Y el conflicto se produjo.En una exposicin a la opinin pblica que el 14 de mayo de 1927 realiz el Consejo Directivo de la Sociedad Bach, se analiza el proceso de ese conflicto, surgido en torno a la reforma de la enseanza. En lo substancial, dice el aludido documento:"Cansadas las personas que, por la inevitable evolucin de las artes, haban llegado a una visin amplia de lo que deba ser la cultura musical, y deseosas de apoyar desde fuera la accin de los elementos oficiales, fundaron la Sociedad Bach y empezaron por todos los medios a su alcance a obtener un mejor conocimiento de la historia musical, por audiciones constantes de las obras de otros siglos que el XIX; por el ataque a lapropaganda sistemtica, al amparo del Municipio, del lirismo verista, y por enrgicas campaas en pro de la moralidad artstica. En medio de esta lucha, que abarc los dos primeros aos de su vida, la Sociedad Bach esper en vano el eco del Conservatorio Nacional, pero, desgraciadamente para este organismo, toda actividad que no fuera la suya propia era hostilidad y toda idea que se apartase un pice de su credo era reputada contraria. As fu como la Sociedad Bach fu hallndose cada vez ms distante del establecimiento al cual haba deseado ayudar; as lleg el ao 1925 en el que se abrieron posibilidades de renovacin en toda la administracin pblica y en el que la Sociedad Bach esper en vano que los elementos oficiales dieran siquiera un paso por mejorar la situacin del arte musical. Hacia el mes de noviembre de aquel ao, la institucin, que en su larga tarea desde 1923 se haba captado la simpata del Gobierno y de la prensa, invit al Director del Conservatorio a iniciar juntos, de una vez, la accin que un anhelo general peda para la msica; an ms, se ofreci a no aparecer, a ser un modesto auxiliar annimo del establecimiento, asegurando el apoyo de las autoridades. La Direccin del Conservatorio, desgraciadamente, en vez de comprender la altura de una iniciativa as, la concret en un propsito de invasin a un organismo al que todos tenemos derecho de juzgar, y acus a la Sociedad Bach de propsitos personalistas. En esta contingencia, ante la inminencia de la prdida de la oportunidad, la Sociedad Bach se vio en la dura necesidad de entrar a suplantar la accin directiva del Conservatorio y pedir, lo que se obtuvo, el nombramiento de la Comisin que redact el Decreto-ley N9 801 que elev los asuntos musicales y al propio Director del Conservatorio al rango universitario". La exposicin citada conclua por demostrar cmo fu la actitud de los dirigentes del Conservatorio lo que oblig a la Sociedad Bach a tomar sobre s laverdadera direccin que hoy da de hecho tiene en los asuntos musicales del pasy a llevar a cabo en el conservatorio particular que mantena todo lo que no se quera o no se saba hacer en el otro(2).La autoridad que, como forzosa consecuencia, gan la Sociedad Bach ante los ms altos organismos directores de la cultura del pas y sobre el pblico en general, alcanz un nuevo grado al ser encargada por la Universidad de Chile de la organizacin de los festivales para conmemorar el centenario de la muerte de Beethoven. Este hecho, como las disposiciones oficiales a que antes aludamos -los Decretos-leyes N.os 707 y 801 y el que provoc la reforma de la enseanza de la msica-, unidos a una serie de otros factores acabaron por producir la abierta lucha entre el Conservatorio y el grupo de los Bach que ste haba procurado evitar. Pero los acontecimientos se encadenaron de manera que se hiciera inexcusable la ruptura. En disculpa de los msicos profesionales del Conservatorio y del empecinamiento en su posicin de defensa ante "la reforma total del ambiente" que propugnaba el movimiento Sociedad Bach, debe argirse que este grupo de jvenes no poda ofrecer ante sus ojos garantas suficientes ni representar mucho ms que un conjunto de aficionados. Los ambiciosos ideales y el verdadero espritu que guiaba a la Sociedad Bach, por este motivo tuvieron que aparecer desfigurados, para acrecentar los recelos y la hostilidad de quienes slo a s mismos se consideraban capaces de encarar responsabilidades de tanta envergadura.En febrero de 1928 el Ministro de Educacin, que lo era el escritor don Eduardo Barrios, hacindose eco de la crisis latente en la vida musical del pas y de las causas profundas a que responda, se dispuso a resolverla. Orden que se constituyese una comisin, formada por representantes del viejo Conservatorio, de la Sociedad Bach y del Ministerio de Educacin, para estudiar las bases a que debera ajustarse la reforma de aquel(3). El Ministro comprenda lo imprescindible de esta reforma cuando tal organismo representaba en realidad una rmora al progreso musical de Chile. Aejo en cuanto a su tcnica pedaggica, aejo tambin respecto a la que proporcionaba delarte musical, decado en su espritu y en una posicin gregaria, subalterna dentro de la organizacin general de la enseanza, precisaba por completo de nuevo aliento.La Comisin cumpli activamente su cometido. De llevar a la prctica la reforma estudiada se encarg a uno de los msicos que, como director de orquesta y animador, se haba distinguido entre los de mayor capacidad del grupo Bach: Armando Carvajal. Este msico fu designado director del renovado centro educativo y para ocuparse de sus ctedras se nombr a varios de los principales valores de la hora, como lo era, por ejemplo, el maestro Pedro Humberto Allende. Con un profesorado abierto a las nuevas corrientes que agitaban el mundo de la msica, recogidas en l las experiencias realizadas por la Sociedad Bach en el terreno de la enseanza y las ms avanzadas de la tcnica europea, el Conservatorio consigui en breve tiempo elevar el nivel de la educacin musical de Chile. De hecho, la reforma de 1928 seala el comienzo de una nueva etapa en la historia de esta rama de conocimientos dentro de la educacin pblica chilena(4).La reforma del Conservatorio supuso la culminacin de las luchas sostenidas por la Sociedad Bach para elevar, desde sus races en la enseanza, el nivel de la msica chilena. A la vez que lo dicho, es el punto de partida, ya franco y sin tropiezos, hacia la fundacin y estabilidad de las instituciones en que hoy se asienta la cultura musical del pas. Antes de considerar las consecuencias de este fundamental hecho, que fructifican en la dcada siguiente, researemos la obra artstica de la Sociedad Bach desde 1926, donde la dejamos interrumpida.En 1926, se prosiguen los conciertos espirituales en la Baslica de La Merced, ya iniciados en 1925, vuelve a darse el Oratorio de Navidad, con la colaboracin de la recin organizada Orquesta Municipal de Santiago, y se estrena una de las obras capitales de la polifona renacentista: la Misa Quarti Toni de Toms Luis de Victoria. En el Teatro Municipal, el 3 de junio, en un concierto de la Sociedad, se estrenan el Concierto en Do mayor, para dos pianos y orquesta, de J. S. Bach yel Concierto en Re menor de su hijo Wilhelm Friedmann, para piano y orquesta. Recitales de canto, con arias antiguas italianas, lieder de los romnticos alemanes y obras de compositores modernos, llenan los conciertos que se extienden hasta el 31 de octubre, consagrado a la msica francesa; concierto donde por primera vez se escuchan en Chile arias de Rameau, Grtry y Mhul, interpretadas por el bartono belga Armand Crabb, y canciones corales de Debussy y Ravel, que el Coro Bach ofrece junto a estrenos de Costeley y Jannequin. El G de noviembre, el citado bartono y el Coro ofrecan un programa de mayor amplitud. Arias y canciones de Hndel, Bach, Gluck, Debussy, Falla, Respighi y Pizzetti, en el recital lrico; motetes de Palestrina, Lassus y Victoria, en la parte coral. El ltimo concierto del ao, 25 de noviembre, fu el primero ejecutado en su integridad por el Coro Bach, con una seleccin de su repertorio, desde los polifonistas de los siglos XV y XVI a los contemporneos franceses. Suma y compendio de los anteriores, fu este concierto como una reafirmacin de los postulados de la Sociedad Bach, al incluir composiciones que, antes y despus del trillado perodo clsico-romntico, ofrecan al pblico varias de las importantes creaciones de la msica, apenas conocidas de nombre por los aficionados de mayor cultura y las contemporneas que ni de esta forma haban llegado a sus odos.Al tomar sobre s la Sociedad Bach la conmemoracin del primer centenario de la muerte de Beethoven, la actividad de 1927 se inaugura en marzo con un velada solemne en la Universidad consagrada a este fin. El 7 de mayo, un concierto sinfnico, dirigido por Carvajal bajo los auspicios de la Sociedad, incluye la Obertura "Coriolano", el Concierto para piano en Do menor, con Tapia Caballero como solista, y la Sinfona Heroica. Aparte de los Festivales Beethoven, la Sociedad incluy en este ao, dos actuaciones del Coro, en Valparaso y Santiago, y un concierto de cmara, donde se ejecutaron sonatas de Scarlatti y Paradisi y arias para voces e instrumentos obligados de Bach, junto a una parte coral, con estrenos de madrigales de Palestrina.Sobre esta labor de conciertos, el apoyo prestado a los sinfnicosorganizados por Armando Carvajal(5)y la campaa enque la Sociedad estaba empeada desde 1926 hacia la reforma del Conservatorio, cumpli el grupo Bach iniciativas de tanto relieve como los cursos libres sobre tcnicas de la msica que en 1926 preceden a la fundacin del Conservatorio Bach,, el ciclo de conferencias que, en 1927, se desarrolla sobre capitales problemas de la msica, los concursos de composicin abiertos en este mismo ao, y la fundacin de la revista musical "Marsyas", rgano de la Sociedad, cuya publicacin se mantuvo hasta 1928(6).La ramificacin que experimenta en tantos aspectos la obra de la Sociedad Bach, hizo que el nmero de sus conciertos -ya que no la calidad ni la trascendencia de sus aportaciones por este medio- disminuyera en 1927, para hacerse notoriamente escaso en los aos siguientes. En 1928, fuera de una velada en la Escuela de Bellas Artes y de un concierto espiritual en la Iglesia de San Agustn, el Coro no actu sino en un Festival Bach, el 21 de diciembre, en que ejecut en primera audicin las cantatas 105 ("Herr, gehe nicht ins Gericht") y 106 ("Actus Tragicus"). En 1929, se estrena el coral variado con que comienza la Cantata 38 de J. S. Bach, junto con repetir las 105 y 106; se ofrece un extraordinario programa de madrigalistas del Renacimiento (Palestrina, Gesualdo, Lassus, Jannequin y Costeley)como ilustracin a una conferencia de Santa Cruz sobre la polifona profana de aquel perodo, y un concierto espiritual, donde la escuela espaola del siglo XVI estuvo representada por sus tres figuras mximas: Morales, Guerrero y Victoria.El Conservatorio Bach, que no tena razn de ser una vez que al del Estado se incorpor su espritu y programa, fu clausurado en marzo de 1930. La revista "Marsyas" haba desaparecido dos aos antes, por acuerdo con el Ministerio de Educacin, que dese recoger en una publicacin nica todas las inquietudes del ambiente artstico(7). Por otra parte, el 4 de noviembre de 1929, se haba promulgado la Ley de Reforma Universitaria, que hizo autnoma a la Universidad de Chile. En virtud de esta ley, el 31 de diciembre se cre la Facultad de Bellas Artes dentro de la Universidad de Chile y se disolvi la Direccin General de Enseanza Artstica del Ministerio de Educacin. Pasaron a depender de la nueva Facultad el Conservatorio Nacional de Msica y las Escuelas de Bellas Artes y de Artes Aplicadas. Con ello, la actividad artstica, en todas sus ramas, qued bajo la tutela de la Universidad. Puestas en manos de las instituciones oficiales las reformadoras iniciativas que sostuvo la Sociedad Bach, sta volvi sus ojos a lo que haba sido el capital de sus propsitos en un comienzo. Si, a raz de la reorganizacin del Conservatorio en 1928, el Consejo Directivo de la Sociedad se vio obligado a reconocer que sta en adelante deba "abstenerse de toda iniciativa de carcter general que corresponda a las autoridades docentes musicales" y que haba llegado el momento "de concentrarse en una labor directamente artstica", a mayor abundamiento la VII memoria de la Sociedad, correspondiente a 1930, seala que, por haber desaparecido las causas que obligaron a la institucin a intervenir en asuntos que competan a las autoridades docentes, su labor deba consagrarse "al perfeccionamiento de sus organismos, abandonando todo aquello que, artsticamente, no tenga una justificacin evidente". En efecto, se dicta un nuevo reglamento para el Coro, se reconstruye este conjunto desde la base con nuevos elementos y la Sociedad emprende una obra exclusivamente coral que, aunque esmalte su postrera historia con actuaciones como la admirableofrecida en el Conservatorio en 1930 y con el estreno, en 1931, de la Misa de Guillaume de Machault, no pudieron devolverle la vida que ya corra por otros cauces. El 7 de julio de 1932, en una acalorada Asamblea General, se acord por mayora de votos que la Sociedad Bach entrara en receso indefinido.Notas

(1)El Decreto-Ley N 801, de diciembre de 1925. Estableca el citado Consejo de Enseanza Musical, el Conservatorio Superior, con jurisdiccin sobre los conservatorios regionales, (Val-paraso, Concepcin y Valdivia) y las "secciones musicales" que se creaban en los liceos. El Consejo promovera iniciativas de conciertos, fomentara la composicin, las investigaciones, es decir, todo lo que hoy existe centrado en torno ala Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Uni-versidad de Chile.

(2) El Conservatorio Bach fu oficialmente reconocido por el Ministerio de Educacin el 31 de marzo de 1927. Desde sus comienzos desarroll un plan de estudios, fijado anteriormente con el mayor detalle, que contiene las disposiciones fundamentales que se adoptaron en la reforma del Conservatorio Nacional en 1928.(3) La Comisin estuvo formada por el Ministro de Educacin, el Director del Conservatorio Nacional, el de la Sociedad Bach, con los msicos Alfonso Leng, Prspero Bisquertt, Armando Carvajal, Mara Luisa Seplveda, Carlos Debuyssere y Fernando Waymann.

(4) La estructura nueva dada al Con-servatorio qued fijada por Decreto del 12 de abril de 1928.

(5) En el captulo siguiente se especifica la tesonera obra de Armando Carvajal como director de orquesta y por constituir un conjunto sinfnico estable, antes de la fundacin de la actual Orquesta Sinfnica de Chile, sostenida por el Estado.

(6) Las publicaciones musicales, o en parte consagradas a la msica, que vieron la luz en Chile durante el siglo pasado y los comienzos del nuestro son: el "Semanario Musical" que public Zapiola (1852); "Bellas Artes" (1869), editado por don Ruperto Santa Cruz; "Saln" (1873), "Aurora Musical" (1895), dirigida por don Rafael Allende Sarn; "Arte y Vida" (1911) de don Manuel Bastn; "La Orquesta -(1913-14). "Msica", (1920) de don Anbal Aracena infanta; "Marsyas" r-gano de la Sociedad Bach (1927-28); "Rulos" (1932-34) dirigida por Domingo Santa Cruz; "Revista Musical" del Conservatorio y la "Revista de Arte" que public la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile en 1934.

(7) Fu esta publicacin la magnfica Revista de Arte, editada por el Departamento de Educacin Artstica del Ministerio, bajo la direccin de Carlos Humeres. Por desgracia, slo apareci el primer nmero en 1928, falta del apoyo del Ministerio.

IV.La Universidad de Chile y la msica

As como el espritu renovador del ao 20 y los acontecimientos de toda ndole que en l se precipitan, determinaron el rumbo entero de la dcada que all comienza, los hechos que se suceden en torno a 1930 dejan preestablecido el cauce de los diez aos siguientes. Por no decir de los veinte, ya que la dcada 1930-1940, en que las actividades y las instituciones musicales se mueven bajo la gida de la Universidad de Chile, supone el pleno desarrollo y la completa consolidacin de cuanto se ansiara antes. Creado el Instituto de Extensin Musical en 1940, como fruto maduro de las actividades sinfnicas precedentes y de la obra musical de la Facultad de Bellas Artes, los aos de 1940 a 1950 ofrecern mltiples frutos en todos los campos de la actividad musical. La evolucin institucional haba llegado a sus ltimas metas y el desarrollo de la msica marcha por una ruta firme y sin tropiezos.El impulso que anim al movimiento Sociedad Bach, an despus de la reforma del Conservatorio y de la fundacin de la Facultad de Bellas Artes, haba de tener singulares repercusiones en los progresos que en la msica se logran desde principios de 1930. No obstante el profundo significado que tuvieron en s mismos aquellos dos hechos, su contenido se agiganta cuando se los considera, no slo en relacin a los esfuerzos anteriores, de que son resumen, sino de los muy importantes que los siguieron.La Sociedad Bach persigui esencialmente tres fines, sobre los que no estorba que insistamos: Primero, un cambio total del ambiente, que lo hiciera apto para recoger las ltimas inquietudes de la msica contempornea, a la vez que se penetraba en elrico venero del pasado anterior al siglo XVIII. Para ello, y como punto de partida, el centro de gravedad de las actividades musicales haba de desplazarse de la pera a la organizacin de conciertos. Segundo, la reestructura de las instituciones oficiales de msica y la fundacin de aquellas nuevas que ofrecieran al desarrollo de la cultura musical y a los msicos del futuro otras y mucho ms amplias bases. Tercero, la creacin de una orquesta sinfnica y de conjuntos de cmara estables, complemento en la msica activa sin el cual todo lo otro quedara en realidad precaria.Los fines que numeramos como primero y segundo fueron directamente y en sus plenas consecuencias logrados por la Sociedad Bach. El tercero, se alcanzara en el tiempo que ahora consideramos por la accin universitaria, a travs de la Facultad de Bellas Artes, en la que el espritu de la Sociedad Bach sigue alentando, particularmente desde que Domingo Santa Cruz asumi el Decanato.El primer Decano de la nueva Facultad fu don Ricardo Latcham, a quien sucedi, en septiembre de 1931, Armando Carvajal. Aquel ao de 1931 fu de graves conmociones pblicas. El proceso poltico que culmin en la cada del Gobierno del General Ibez, tuvo serias repercusiones en la vida universitaria y en la organizacin y direccin mismas de la Universidad de Chile. La grave perturbacin institucional haba desembocado en la formacin de una Comisin de Reforma Universitaria, en la que Santa Cruz figur como delegado de la Facultad de Bellas Artes. Fu elegido Vicepresidente de la citada Comisin, con activa parte en el ingente trabajo que acometi y que se prolong en los meses de aquel verano. En marzo de 1932, fu nombrado Rector interino de la Universidad don Juvenal Hernndez, en quin ya desde entonces encontraron las beneficiosas iniciativas de Santa Cruz en pro de la msica el ms consecuente y entusiasta apoyo. "El 4 de junio -ha escrito Santa Cruz(1)- comenz la ltima embestida revolucionaria del agitado perodo iniciado en septiembre de 1924, con la cada de Montero y las conmociones de la breve "Repblica Socialista". La Universidadse desorganiz por completo, renunci el Consejo Universitario y se tent un gobierno mixto de profesores y alumnos. A m, como Vicepresidente de la Comisin de Reforma, nica entidad tericamente con vida (el Presidente, Luis Barriga Errazuriz, haba sido nombrado Ministro de Relaciones Exteriores), se me encarg la reestructuracin y an se me ofreci el nombramiento de Rector que yo, por fortuna, rechac, indicando como la nica forma de vida normal el respeto de la autonoma universitaria, tan poco probada todava. Despus de muchas conferencias, llegamos a la frmula (le crear un "Consejo Ejecutivo" de decanos, que gobernara la Universidad, hara la reforma de ella y durara en funciones hasta que estuviese cumplida. En este organismo, que se instal el 2 de agosto en conformidad a un Decreto-ley redactado por m, me cupo suceder a Carvajal como Decano de la Facultad de Bellas Artes y ser uno de los que eligieron a don Juvenal Hernndez como Rector en su calidad de Decano de la Facultad de Ciencias jurdicas y Sociales".El Decanato de la Facultad fu desempeado por Santa Cruz, con el carcter de interino, hasta el ao siguiente, en que fu elegido Decano en propiedad. Durante ese ao, 1932-1933, se reorganiz la Facultad en la forma que mantuvo hasta dividirse en las dos Facultades artsticas que hoy existen en la Universidad de Chile, se organiz y reglament el Saln Oficial de Bellas Artes y se fund el Instituto Secundario anexo a la Facultad, con el fin de que los estudiantes de msica y de artes plsticas pudieran seguir los cursos de Humanidades en coordinacin con los de su perfeccionamiento en las tcnicas artsticas.Domingo Santa Cruz fu reelegido Decano de Bellas Artes por perodos sucesivos de tres aos, en 1936, 1939, 1942 y 1945. En este largo lapso de diecisis aos, includo el del interinato, se reformaron los planes de estudios de las dos Escuelas de Artes Plsticas y del Conservatorio, dependientes de la Facultad; se fund y se sostuvo la publicacin de la Revista de Arte, desde 1934, a la que se agreg en 1939 un Boletn Mensual de informaciones artsticas; se organiz la importante discoteca de que dispone el Conservatorio; se abrieron concursos decomposicin para msicos chilenos y se propici la edicin de algunas de sus obras; se llev a cabo en forma sistemtica la difusin por radio de la msica; Por ltimo, a travs del Conservatorio, o por el apoyo a entidades artsticas conexionadas con la Facultad, se anim la vida de conciertos. En los dominios de la msica de cmara o de la sinfnica, no hay actividad entre las dignas de considerarse en esa dcada donde la Facultad de Bellas Artes no se hiciera presente.Ya en el agitado 1928, la estrecha colaboracin de artistas plsticos y de msicos resalt en un importante acontecimiento musical: el concierto de msica chilena que organiz el entonces Director de la Escuela de Bellas Artes, Carlos Isamitt, en el Saln Oficial, celebrado en el Palacio de Exposiciones de la Quinta Normal. El Saln Oficial haba abierto sus puertas, sin excluir corriente alguna de avanzada, a todas las manifestaciones de las artes plsticas chilenas. La nueva msica que responda a idntica actitud espiritual fu acogida en aquellas salas, que ofrecieron as un exponente autntico de las artes vivas.En 1930, un grupo de escritores, msicos, pintores y amantes de las artes, integrado casi en su totalidad por antiguos miembros de la Sociedad Bach, fund la Sociedad Amigos del Arte(2). Con el apoyo de la Facultad de Bellas Artes y de la Sociedad Bach, mientras se mantuvo activa, Amigos del Arte cumpli una importante labor en exposiciones de pintura y escultura, conciertos de cmara, recitales de solistas y cursos de conferencias. Unido todo ello a la librera, excelentemente orientada, que mantuvo hasta la disolucin de la sociedad en 1944, Amigos del Arte contribuy a la difusin de las artes en sus ms diversas manifestaciones. En la msica concretamente, fu el puente de unin entre los hechos ya reseados y las temporadas de cmara que organizara desde 1941 el Instituto de Extensin Musical.El Conservatorio por su parte, desarroll en la dcada que reseamos una labor de todo punto encomiable en la organizacin de conciertos. Subvencionados por la Universidad de Chile,y bajo el nombre de la Sociedad Bach, tuvieron lugar en diciembre de 1932, un Festival Bach, con orquesta de cmara, dirigida por Carvajal, y los tres conciertos del Cuarteto Mutschler en que se incluyeron los primeros cuartetos de Pedro Humberto Allende, Domingo Santa Cruz y Samuel Negrete, junto a obras del repertorio clsico(3). Los conciertos sinfnicos que en 1928 y 1929 organiz y dirigi Armando Carvajal, desde su puesto al frente del Conservatorio reformado, desembocaron al fin en la obra cumplida, de 1931 a 1938, por la Asociacin Nacional de Conciertos Sinfnicos, que dispuso del primer conjunto orquestal con una labor sostenida y de magnficas proyecciones hacia la total estabilizacin de este aspecto de la cultura artstica.Nos hemos referido ms de una vez al irregular cultivo dela msica sinfnica en las tres primeras dcadas del siglo. Hasta constituirse la orquesta de la Asociacin Nacional de Conciertos; los conjuntos sinfnicos fueron reunidos para ejecutar cortas series de conciertos, a iniciativa de directores chilenos o de extranjeros que visitaban el pas. De esta manera se realizaron los conciertos dirigidos por Luis Esteban Giarda, Ren Dumesnil, Emeric Stefaniai, Pietro Mascagni, Nino Marcelli, Celerino Pereira, Armando Carvajal y Juan Casanova. La Orquesta del Conservatorio, que dirigi el maestro Soro, o la que actu en los conciertos de la Sociedad Bach, dirigida por Carvajal, no tuvieron otro carcter ni mayor estabilidad. Tampoco la orquesta de la pera, con cuyos ejecutantes se nutrieron todas las otras en mayor o menor medida. No era menos ocasional, cuando su vida se limitaba a las actuaciones de temporadas que cubran unos meses, tras de lo cual el conjunto se disolva al faltarle los msicos contratados en el extranjero que formaban su base. La Orquesta Sinfnica Municipal, fundada por iniciativa y bajo la direccin de Carvajal en 1926 con el propsito de que fuera un conjunto estable, no pas en su existencia de aquel ao.El tesonero esfuerzo de Armando Carvajal por fundar en el pas el conjunto sinfnico que era ya de necesidad inexcusable, despus de un nuevo intento frustrado -la orquesta que subvencion el Departamento de Educacin Artstica del Ministerio de Educacin en 1928-, vino a cuajar, con el apoyo de la Universidad de Chile, en la creacin del conjunto sinfnico de laAsociacin citada. Ya en 1930, el Vicerrector de la Universidad de Chile don Javier Castro Oliveira, subvencion la contratacin de la orquesta que ofreci aquel mismo ao una temporada de conciertos coronada por el xito. Al ao siguiente prosigui la actividad de esta orquesta y, en el mes de agosto, el fundamento de su meritoria labor sirvi de base para la Asociacin Nacional de Conciertos Sinfnicos, legalmente constituida a fines de 1931. Armando Carvajal fu designado director artstico de la Asociacin y director titular de la orquesta(4).La Universidad de Chile y su recin fundada Facultad de Bellas Artes mantuvieron el apoyo econmico y la tutela artstica de la Asociacin en el desarrollo de las temporadas de conciertos que se interpretaron a lo largo de los seis aos siguientes (1932-1938).La Asociacin se organiz como una entidad particular, formada por socios activos, -los msicos interesados en su labor-, y cooperadores. El Gobierno y la Universidad de Chile, como antes dije, contribuyeron a sostenerla econmicamente. Hasta 1938, la Asociacin impuls una activa campaa de difusin de la msica orquestal en temporadas que incluyeron, durante la de invierno, hasta dos conciertos semanales, los viernes y domingos, siendo estos ltimos matinales y de carcter popular. Asimismo, la Asociacin extendi el beneficio de aquella obra de cultura a las provincias. En 1932, la orquesta de la A.N.C.S. llev a cabo una jira por las principales ciudades de las regiones central y sur del pas, modelo de las que prosiguieron en aos sucesivos.La Orquesta de la Asociacin Nacional de Conciertos consigui en breve tiempo disponer de un repertorio considerable. En l estaban comprendidas, no slo las composiciones de los clsicos y romnticos que son de rigor, sino otras muchas de msicos modernos, no includas con frecuencia en los conciertos sinfnicos. An ms se debe subrayar la campaa que realiz de divulgacin de obras de los compositores chilenos, desconocidas casi en su integridad por estos aos. Apenas hubo audicin de la Asociacin Nacional de Conciertos en la que no se estrenase alguna obra nacional. Slo en el primer ao de su actividad se ejecutaron: de P. H. Allende, "Escenas Campesinas Chilenas", "La Voz de las Calles" y "Tres Tonadas" para orquesta; de Alfonso Leng, "La Muerte de Alsino"; de Casanova Vicua, la suite "Esquisses", y otras composiciones de Carlos Isamitt, Prspero Bisquertt y Samuel Negrete. De 1931 a 1938, la orquesta de la Asociacin interpret todo lo que de algnrelieve se haba producido en la msica chilena contempornea dentro del terreno sinfnico(5).Para no fatigar al lector con una minuciosa exposicin de cifras, baste sealar que en los ocho aos de actividad de la Asociacin Nacional de Conciertos Sinfnicos se ejecutaron en Santiago y provincias doscientos treinta y cuatro conciertos, que incluyeron mil ciento cincuenta obras en sus programas; de las cuales, ciento sesenta y cinco fueron primeras audiciones. La lista de stas es significativa del estado de la cultura musical chilena y de su vigoroso desarrollo en tal perodo. Fueron estrenos, tanto las versiones sinfnicas hechas por Fernndez Arbs de algunas partes de la "Iberia" de Isaac Albniz como la Suite en Si menor de Juan Sebastin Bach; La Sinfona Italiana de Mendelssohn como la Sinfona en Sol menor de Mozart; Los poemas Sinfnicos de Ricardo Strauss -"As hablaba Zarathustra", "Don Juan", "Muerte y Transfiguracin"- como los Conciertos Grossos de Haendel. Y al tiempo que esta labor de divulgacin elemental, el trabajo de la orquesta fu lo suficiente de intenso como para acercar al pblico msica tan de avanzada entonces como los conciertos para piano y orquesta de Prokofieff, la Sinfona Mathis der Mahler de Hindemith, o su Konzert-musik para bronces y cuerdas. Desde luego, lo ms representativo del repertorio contemporneo fu interpretado en obras de Debussy, Ravel, Falla, Strawinsky, Respighi, Casella y Dukas.A pesar del entusiasmo y de la dedicacin con que a esta empresa se consagraron el director y los msicos que compusieron la Orquesta de la Asociacin Nacional de Conciertos; no obstante el sacrificio econmico que se haban impuesto en beneficiodel arte -sus remuneraciones eran exiguas en extremo-, el problema del mantenimiento de un gran conjunto orquestal no estaba resuelto, ni menos sentadas bases suficientemente firmes para el desarrollo de esta actividad de la cultura. La desvalorizacin de la moneda y la crisis econmica mundial, que repercute en Chile con caracteres agudos desde 1931, hicieron cada vez ms reducido el aporte de las subvenciones acordadas por el Gobierno y la Universidad. Desde 1934, en forzosa derivacin de tales hechos, el nmero de conciertos disminuy en forma acelerada. Los veintisis de 1931 haban llegado a sesenta y cinco en 1933, para quedar en doce en 1937 y 1938. En estos dos aos se interrumpen igualmente las jiras a provincias. Como la desocupacin de los msicos en los trabajos de teatro, cines y cafs, con que suplementaban sus cortos ingresos, iba en aumento con el auge de la reproduccin mecnica de los sonidos, la llamada crisis sinfnica, latente desde 1935, llega a su definitivo planteamiento. La Asociacin Nacional de Conciertos Sinfnicos no pudo continuar su labor. En 1939 y 1940 fu prcticamente inexistente la actividad de conciertos sinfnicos. Pero la Asociacin haba cumplido un aporte que, por su calidad y volumen, contar entre los factores en primer grado decisivos hacia la promulgacin de la ley que cre el Instituto de Extensin Musical y la Orquesta Sinfnica de Chile(6). Antes de entrar en la relacin de los hechos que a este fin tendieron, hemos de citar entre los acontecimientos musicales de la dcada del 30 al 40, la primera audicin en Chile de la Misa en Si menor de Juan Sebastin Bach, ofrecida en el teatro del viejo Conservatorio, en 1935, por un coro compuesto del de este centro de enseanza y los miembros dispersos del Coro Bach, coros y orquesta que dirigi Armando Carvajal; la primera ejecucin de la Pasin segn San Mateo completa, que tuvo lugar en la Iglesia de San Agustn en 1939 por los mismos conjuntos y director. Entre ambos grandes oratorios, se sitan las primeras versiones dadas en Chile, bajo la batuta de Carvajal, de "El Mesas" de Haendel y el "Elas" de Mendelsshon.A partir de 1936, la idea de promover por una ley de la Repblica la creacin de un organismo que diera solidez a las actividades de conciertos fu robustecindose y ganando en su favor los desvelos de las personalidades y organismos responsables en la vida musical. El esfuerzo coordinado de la Universidad de Chile y su Facultad de Bellas Artes, de los profesores del Conservatorio y de la Orquesta de la Asociacin de Conciertos Sinfnicos, as como el de figuras de relieve en la cultura nacional, consigui atraer hacia este problema la comprensin y el amparo de aquellos miembros del Senado y la Cmara de Diputados que mejor podan contribuir a que alcanzase la resolucin debida. El 27 de julio 'de 1937, los diputados seores Guillermo Echenique, Benjamn Claro, Fernando Durn, Gregorio Amuntegui, Fernando Maira, Rudecindo Ortega, Carlos Contreras Labarca, Ricardo Latcham, julio Barrenechea y Manuel Eduardo Hbner presentaron una mocin, proyecto de ley para crear la Orquesta Sinfnica Nacional y estimular la composicin de obras por los msicos chilenos. En este proyecto la Orquesta dependera, en su rgimen administrativo y artstico, de la Universidad de Chile, y sera sostenida con una cantidad global en el Presupuesto de la Nacin, equivalente al dos y medio por ciento de lo rendido en el ao anterior por el impuesto a los espectculos pblicos. Para estimular la creacin musical se abriran concursos anuales entre los compositores chilenos.Seguir las incidencias, tropiezos y modificaciones que experiment este proyecto de ley hasta su promulgacin en octubre de 1940, prolongara con exceso estas pginas, aunque sera aleccionador y ms que curioso considerar en detalle la tramitacin, en verdad extraordinaria, de una ley sobre msica de la importancia de la que nos ocupa. Al recordar esos aos, ha escrito Santa Cruz: "Ningn inconveniente nos fu abreviado desde que el proyecto se present en la Cmara. Al recorrer la ley los trmites constitucionales, di origen, no slo a discusiones enque por primera vez omos a los parlamentarios hablar sobre msica, y muchos de ellos con perfecto conocimiento, sino que la Cmara y el Senado vinieron a ser en cierto sentido rbitros de muchas opiniones encontradas y an de intereses que fueron serios tropiezos para la ley. Como medio de armonizacin de estas divergencias, surgi en el Senado el contraproyecto de don Maximiano Errzuriz que es, con algunas modificaciones, la base de la ley actual. La primitiva idea de fundar tan slo una orquesta, fu ampliada a todas las actividades musicales, y gracias a la cooperacin del Supremo Gobierno, de la Universidad de Chile y especialmente de su Rector, don Juvenal Hernndez, de muchos parlamentarios y de las entidades gremiales de la msica, pudo llegarse a ver como Ley de la Repblica la creacin del Instituto de Extensin Musical"(7).

Notas

(1)"Misrecuerdos sobre la Sociedad Bach". Revista Musical Chilena. N 40. Verano, 1951.

(2)Los principales promotores de esta sociedad fueron Filomena Salas, Marta Petit de Huneeus, Carlos Humeres, Guillermo Echenique y Sergio Larran.(3) En esta serie de conciertos debe subrayarse que aparece por ltima vez el nombre de la Sociedad Bach en un acontecimiento musical, unido a los del Conservatorio y la Facultad de Bellas Artes. Casi podra decirse que tales conciertos fueron un no declarado homenaje que se rindi a la Sociedad Bach por instituciones oficiales nacidas de su espritu y bajo la tutela de la Universidad de Chile. Es curioso este rebrote de la Sociedad Bach, despus de su receso. El 5 de septiembre de 1932, Santa Cruz, Decano de Bellas Artes, convoc al Consejo Directivo de la Sociedad Bach y le expuso la oportunidad de reanimarla como una agrupacin musical de fines muy amplios, entre los que se contaban: Fomentar la creacin musical chilena; dar conciertos de cmara, con inclusin de obras chilenas; divulgar la msica moderna extranjera; contribuir al saneamiento de la crtica musical; ayudar al mejoramiento de la educacin musical en los liceos. El plan se cumplira en una federacin de secciones, entroncadas en el Consejo Directivo (le la Sociedad. S redactar