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Casos do México e Brasil

Casos de México y Brasil

Maria ZaninCarolina Valente SantosJosé Antonio Guevara García(Orgs.)

CATADORAS E CATADORES DEMATERIAIS RECICLÁVEIS E A PERSPECTIVASOCIAL DOS RESÍDUOS SÓLIDOS URBANOS

PEPENADORAS Y PEPENADORES DE MATERIALES RECICLABLES Y LA PERSPECTIVA SOCIAL DE LOS RESÍDUOS SÓLIDOS URBANOS

Casos do México e Brasil

Casos de México y Brasil

Maria ZaninCarolina Valente SantosJosé Antonio Guevara García(Orgs.)

CATADORAS E CATADORES DEMATERIAIS RECICLÁVEIS E A PERSPECTIVASOCIAL DOS RESÍDUOS SÓLIDOS URBANOS

PEPENADORAS Y PEPENADORES DE MATERIALES RECICLABLES Y LA PERSPECTIVA SOCIAL DE LOS RESÍDUOS SÓLIDOS URBANOS

SÃO CARLOS, 2019

Copyright © das autoras e dos autores

Todos os direitos garantidos. Qualquer parte desta obra pode ser reproduzida, transmitida ou arqui-vada desde que levados em conta os direitos das autoras e dos autores.

Apoio CAPES processo 0001, por meio da Pró-Reitoria de Pós-Graduação da UFSCar

Projeto gráfico, diagramação e capaDiagrama EditorialThe book cover has been designed using resources from Freepik.com

Dados Internacionais de Catalogação na Publicação (CIP) de acordo com ISBD

C357 Catadoras e catadores de materiais recicláveis e a perspectiva social dos resíduos sólidos urbanos: casos do México e Brasil [livro eletrônico] / organizado por Maria Zanin, Carolina Valente Santos, José Antonio Guevara García. - São Carlos, SP : Diagrama Editorial, 2019.

202 p. : PDF

Bilíngue: português e espanhol.

ISBN: 978-85-65527-30-9

1. Reciclagem. 2. Materiais recicláveis. 2. Catadores. 3. Catadoras. I. Zanin, Maria II. Santos, Carolina Valente. III. García, José Antonio Guevara. IV. Título.

CDD 363.72822019-812 CDU 363.728

Elaborado por Vagner Rodolfo da Silva - CRB-8/9410Índice para catálogo sistemático:1. Materiais recicláveis 363.72822. Materiais recicláveis 363.728

A todas as mulheres catadoras e homens catadores de resíduos recicláveis, trabalhadoras e

trabalhadores invisíveis do processo de reciclagem de materiais pós-consumo.

(…) O processo é lento (não tô dizendo que é fácil…)O processo é lentoTem que trabalhar, trabalhar feito um operário (só que sem horário)O processo é lentoO desapego do resultado é importanteO processo é lentoO caminhar contínuo nessa ‘vibe’ deve ser o ‘modus operandi’Rápido se faz um aterro para cobrir o marLento o mar retoma de vez o seu lugarRápido se derruba uma árvore secularLento desenvolve-se uma planta curativaRápido a violência tenta se justificarLento se percebe aonde tudo isto vai chegarRápido o mundo acelera a sua degradaçãoLento o novo pensamento vai dando sinais sutis da sua existência(…)

O ProcessoBNegão

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Pepenadoras y pepenadores de materiales reciclables y la perspectiva social de los resíduos sólidos urbanos: casos de México y Brasil

PrologoLos antropólogos sociales, que estudian la compleja relación entre la evo-

lución de las sociedades y las características de los residuos que generan, y, los investigadores en residuos urbanos, que trabajan en la implementación de planes de manejo de la basura y las mejores maneras de su tratamiento y disposición, entre otros especialistas, han tenido que hacer trabajo de campo y ahí, tratando de encontrar respuestas a sus preguntas de investigación, necesariamente han convivido con los pepenadores. Estos investigadores saben que no es posible llegar y formular las preguntas directamente; luego de convencerlos de que no somos policías, ni “del Ayuntamiento “, hay que hacer que “bajen la guardia”, y en ese dialogo surgen cosas muy interesantes. En mi caso particular, por ejemplo, investigo sobre la generación y destino de residuos de tipo RAEE, es decir, residuos de equipos eléctricos y electró-nicos, en especial sobre las pilas y baterías usadas, con preguntas tales como ¿son las campañas de recolección permanentes y esporádicas efectivas y efi-cientes en evitar que estos residuos lleguen a los basureros? Las respuestas no pueden buscarse en estadísticas oficiales, porque este tipo de residuos, junto con muchos otros, siempre se consignan bajo el rubro de “otros” en la Tablas de la composición de los RSU. Pues bien, he tenido que hacer trabajo de campo con los pepenadores, pero antes de preguntar ¿ustedes encuentran pilas, cuantas pilas recoges al día?, me he quedado asombrado con las his-torias de vida; recuerdo muy bien un hombre de unos 40 años que me aseguro que “mi papá trabajaba aquí, pepenando, y yo lo ayudaba, tenía como 8 años cuando empecé ayudando a mi papá; ahora mis hijos también trabajan aquí, se casaron y tuvieron hijos, por allá andan… en la pepena también…”

¿Cómo entender eso?, si hemos crecido en un medio social donde siempre se espera que “los hijos sean mejores que los padres”. Claro que la interpre-tación de estos hechos y muchos otros que constituyen la forma de vida de los pepenadores, tendrían que ser materia de estudio de especialistas en el tema, como los psicólogos sociales. Sin embargo, cuan favorable sería re-cabar todas estas vivencias, y consignarlas en una sola obra, para que otros especialistas pudieran encontrar en estas experiencias una gran fuente de información.

En este sentido, sería muy interesante buscar cierto tipo de constantes, por ejemplo, si las caseríos y colonias de pepenadores son lugares al margen de la Ley, ligados al tráfico de drogas y refugio de delincuentes. O bien, cuales son las situaciones más frecuentes de accidentes o riesgos a la salud; pen-samos siempre que los pepenadores tendrían la incidencia más alta de todo

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Catadoras e catadores e a perspectiva social dos resíduos sólidos urbanos: casos do México e Brasil

tipo de enfermedades, pero parecen crear resistencia, al menos es lo que muchos de ellos aseguran.

Otra situación muy interesante ocurrió cuando en septiembre de 2017 nos visitó nuestra querida colega Carolina Santos, proveniente de Brasil, es-tudiante del curso de pos graduación en Ciencia, Tecnología e Sociedad de la Universidad Federal de São Carlos, São Carlos, SP, con la orientación de la Dra. Maria Zanin. Siendo licenciada en Ingeniería Ambiental, se interesó en sus estudios de Maestría por el aspecto social de los pepenadores, y vino a México con preguntas tan interesantes como: ¿existen proyectos de manejo de residuos sólidos que involucren a los pepenadores en México?, ¿existen cooperativas de pepenadores en México?, ¿existen políticas públicas y/o Leyes mexicanas que contemplen a los pepenadores?, ¿hay en México ele-mentos de economía social solidaria para el desarrollo regional?

Resulta que en años recientes han aparecido cooperativas de pepena-dores en América del Sur en una tendencia que, al parecer, es ascendente: Brasil, Uruguay, Argentina, Perú, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Guatemala. Brasil, quizá el más adelantado en estas cuestiones, tiene numerosas coope-rativas de pepenadores en muchas ciudades, y ha avanzado un buen camino al incluir a los pepenadores en la legislación de los RSU (residuos sólidos urbanos). Cada uno de estos países ha tenido avances en diferentes formas y grados. Pero, al parecer, esto no ha trascendido en México, ¿porque?

Ante la evidente importancia de las respuestas, armamos un equipo de trabajo con la Dra. Isabel Castillo, del Centro de Investigaciones Interdisci-plinarias Sobre Desarrollo Regional (CIISDER), de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), y contactamos a investigadores reconocidos de varias partes de México.

Un tiempo después de la estancia de Carolina Santos, algunas conclu-siones son que no existen normas o Leyes mexicanas que contemplen a los pepenadores, lo cual mantiene a este gremio en una situación de desventaja y olvido, mientras que su organización en cooperativas se ha visto coartada por la prevalencia de los cacicazgos políticos. Pero muchas otras situaciones evaden el análisis académico y se cargan del lado de lo vivencial, de la idio-sincrasia del mexicano, de los usos y costumbres. ¿Por qué no alcanzamos niveles de organización más altos?, ¿será porque seguimos sentados dur-miendo con el sombrero puesto?, ¿será que seguimos jalando la pata del cangrejo que intenta salir de la cubeta?, como nos pintan en los chistes de mexicanos.

Esta obra, organizada en cooperación entre las dos Universidades (Uni-versidad Autónoma de Tlaxcala y Universidad Federal de São Carlos), que presenta capítulos de pesquisas de la parte brasileña y de la parte mexicana, en idioma español y portugués, intenta ser un crisol en el que se fundan las

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experiencias analíticas y vivenciales; que pueda darles voz a estos perso-najes, sin perder el carácter académico; que pueda ser de interés para los especialistas, en busca de datos y respuestas, pero también para los lectores en general interesados en asomarse al mundo de los que viven de la basura. Pero, sobre todo, el principal objetivo de la obra es poder contribuir al avance de la integración social de este sector, hasta ahora marginado; que podamos incidir en la conciencia de los que toman las decisiones; que ayudemos a le-vantar a México y a Brasil hacia el plano de las sociedades sustentables.

Dr. José Antonio Guevara GarcíaFacultad de Ciencias BásicasUniversidad Autónoma de Tlaxcala

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ApresentaçãoEste livro é resultado de uma colaboração recente entre a Universidade

Autónoma de Tlaxcala, México (UATx), e a Universidade Federal de São Carlos, SP, Brasil (UFSCar), e foi financiado com recursos CAPES (Coorde-nação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior, Ministério da Edu-cação do Brasil) por meio da Pró Reitoria de Pós graduação e do Programa de Pós-graduação em Ciência, Tecnologia e Sociedade da UFSCar (PPGCTS). Em 2017, pesquisadores destas duas instituições iniciaram um processo de intercambio quando Carolina Valente Santos (uma das organizadoras desta obra), então como discente do PPGCTS/UFSCar, foi acolhida por professores da UATx para desenvolver parte de seu projeto de mestrado, na temática de catadoras e catadores de materiais recicláveis. Uma vez que se torna im-possível compreender de maneira adequada a atuação destes agentes am-bientais sem que se mergulhe no contexto político, econômico, social, am-biental e cultural de cada território de análise, este intercâmbio revelou sutilezas bastante valiosas da perspectiva da produção de conhecimento, ao se comparar as realidades de Brasil e México. Por um lado, ambos os países latino-americanos partilham de aspectos históricos semelhantes, como um violento processo colonial e submissão a interesses de países do norte do globo, o que se relaciona à presença atual de elevados graus de desigualdade social e situação ambiental calamitosa, inclusive no que se refere à gestão de resíduos sólidos urbanos (características bastante favoráveis à presença e atuação de catadoras e catadores de materiais recicláveis). Por outro lado, a maneira como tais profissionais (cuja ocupação foi historicamente preca-rizada e invisibilizada) conquistaram seu espaço de atuação foi e tem sido bastante diferente nestes países, o que, por sua vez, se relaciona, dentre outros fatores, com diferentes dinâmicas políticas e condições para parti-cipação popular – enquanto o Brasil se tornou palco favorável à atuação de movimentos sociais de base e elaboração de políticas públicas favoráveis a estes grupos, inclusive em defesa do reconhecimento de catadoras e cata-dores a partir do final do século XX, o mesmo não se mostrou perceptível no México. Assim, na presente data, pode-se dizer que, de maneira geral, as condições de trabalho destas trabalhadoras e trabalhadores tendem a ser bastante diferentes entre estes países, mesmo que o impacto social, am-biental e econômico de seu trabalho seja equiparável.

A partir de estudos e de experiências vivenciadas, este livro tem por ob-jetivo apresentar aspectos significativos destas duas realidades tão distintas no que se refere à atuação de catadoras e catadores de resíduos recicláveis no Brasil e no México.

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O livro está organizado em três partes. Uma primeira com dois capítulos, um sobre a realidade brasileira focalizando as políticas públicas e a atuação de catadoras e catadores de materiais recicláveis no Brasil, e outro sobre a realidade mexicana, abordando por meio de uma entrevista com M.Sc. Tania Espinosa Sánchez, especialista em Direitos Humanos e Trabalhistas, o con-texto destas trabalhadoras e trabalhadores na cidade do México e porque estes não tem alcançado níveis de organização deste tipo de profissional como em outros países, entre eles, o Brasil, respondendo a pergunta, porque não o México? Esta primeira parte possibilita uma compreensão para as abordagens dos capítulos posteriores.

Em uma segunda parte, com três capítulos, é analisada a realidade me-xicana com resultados de pesquisas obtidos na zona metropolitana de Gua-dalajara, nas ruas de Cuernavaca (capital do estado mexicano de Morelos) e em municípios de quatro diferentes estados da República Mexicana (Tabasco, Oaxaca, Jalisco y Tlaxcala). Nestes capítulos são apresentados: o perfil socio-demográfico destes profissionais; suas condições de vida; identidade social; organização e condições de trabalho; a comercialização de materiais e a renda das catadoras e catadores mexicanos. A realidade apresentada indica que por enquanto no México ainda não há possibilidades de políticas pú-blicas como estratégia para mudar a situação de exploração e invisibilidade destes profissionais.

Na terceira e última parte do livro é abordado o contexto das organi-zações brasileiras destes profissionais em cooperativas, associações e redes destes empreendimentos de catadoras e catadores de residuos recicláveis em municípios de diferentes regiões do Brasil e as políticas públicas setoriais (marco jurídico e execução), destinadas especificamente a esse segmento de trabalhadoras/es, no período de 2003 a 2016, sob os Governos do Presi-dente Luiz Inácio Lula da Silva e da Presidenta Dilma Roussef, as quais via-bilizaram a constituição e o desenvolvimento daqueles empreendimentos. Ainda é abordado a atuação de Universidades brasileiras, por meio de suas incubadoras de cooperativas populares como promotoras do processo de constituição, formalização e funcionamento desses empreendimentos, em consonância com os princípios e valores da Economia Solidária. Nestes ca-pítulos são realizadas reflexões acerca dos avanços e desafios constatados nestas experiências de cooperativas, associações e redes de empreendi-mentos de catadoras/es, considerando as políticas públicas setoriais desti-nadas a este segmento de trabalhadoras/es e outros aspectos do contexto brasileiro. Finalmente, reforça aqui por meio destes capítulos a relevância social do papel destas incubadoras universitárias de cooperativas populares perante a sociedade na atuação junto a grupos populares que além de cola-borar para a geração de trabalho e renda, à luz dos princípios e valores da

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Economia Solidária e do Cooperativismo Popular, contribui também para a construção de conhecimentos a partir da articulação entre os saberes popu-lares e acadêmicos.

Os organizadores do livro agradecem o PPGCTS e a Pró Reitoria de Pós Graduação da UFSCar; o Centro de Investigaciones Interdisciplinarias Sobre Desarollo Regional (CIISDER/UATx), a Facultad de Ciencias Básicas, Inge-niería y Tecnología (FCBIyT/UATx); a CAPES e a Secretaría de Relaciones Exteriores do governo do México (SRE) que oportunizaram a elaboração do livro.

Com esta obra, espera-se contribuir com os olhares direcionados a es-tas(es) trabalhadoras(es), tão historicamente invisibilizadas(os) e, ao mesmo tempo, tão fundamentais para sustentar estratégias de inclusão social e me-lhorias ambientais, nestes e em outros países do globo.

Maria ZaninCarolina Valente SantosJosé Antonio Guevara García

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PresentaciónEste libro es resultado de una colaboración reciente entre la Universidad

Autónoma de Tlaxcala, México (UATx), y la Universidad Federal de São Carlos, SP, Brasil (UFSCar), y fue financiado con recursos desde la Coordinación de Perfeccionamiento de Personal de Nivel Superior (CAPES), Ministerio de Educación de Brasil) a través de la Pro Rectora de Postgrado y del Programa de Posgrado en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la UFSCar (PPGCTS). En 2017, investigadores de estas dos instituciones iniciaron un proceso de inter-cambio académico cuando Carolina Valente Santos (una de las organizadoras de esta obra), entonces como estudiante del PPGCTS / UFSCar, fue acogida por profesores de la UATx para desarrollar parte de su proyecto de maestría, en la temática de pepenadores y pepenadoras de materiales reciclables. Una vez que se hace imposible comprender de manera adecuada la actuación de estos agentes ambientales sin que se sumerga en el contexto político, eco-nómico, social, ambiental y cultural de cada territorio de análisis, este in-tercambio reveló sutilezas bastante valiosas desde la perspectiva de la pro-ducción de conocimiento, si se compara las realidades de Brasil y México. Por un lado, ambos países latinoamericanos comparten aspectos históricos se-mejantes, como un violento proceso colonial y sumisión a intereses de países del norte del globo, lo que se relaciona con la presencia actual de altos grados de desigualdad social y situación ambiental calamitosa, incluso en lo que se refiere a la gestión de residuos sólidos urbanos (características bastante fa-vorables a la presencia y actuación de pepenadores de materiales reciclables). Por otro lado, la manera como estos profesionales (cuya ocupación fue histó-ricamente precarizada e invisibilizada) conquistaron su espacio de actuación fue y ha sido bastante diferente en estos países, lo que a su vez se relaciona, entre otros factores, con diferentes dinámicas políticas y las condiciones para la participación popular: mientras que Brasil se convirtió en un esce-nario favorable a la actuación de movimientos sociales de base y elaboración de políticas públicas favorables a estos grupos, incluso en defensa del reco-nocimiento de pepenadores y pepenadoras a partir de finales del siglo XX, el mismo proceso no se mostró perceptible en México. Así, a la fecha, se puede decir que, de manera general, las condiciones de trabajo de estas trabajadoras y trabajadores tienden a ser bastante diferentes entre estos países, aunque el impacto social, ambiental y económico de su trabajo sea equiparable. A partir de estudios y experiencias vivenciadas, este libro tiene por objetivo presentar aspectos significativos de estas dos realidades tan distintas en lo que se refiere a la actuación de recolectores y recolectores de residuos reci-clables en Brasil y México.

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El libro está organizado en tres partes. Una primera tiene dos capítulos, uno sobre la realidad brasileña enfocando las políticas públicas y la actuación de recolectores y recicladores de materiales reciclables en Brasil, y otro sobre la mexicana abordado por medio de una entrevista con M.Sc. Tania Espinosa Sánchez, especialista en Derechos Humanos y Trabajadores, el contexto de estas trabajadoras y trabajadores en la ciudad de México y porque éstos no han alcanzado niveles de organización de este tipo de profesional como en otros países, entre ellos, Brasil, respondiendo a la pregunta, ¿por qué México no? Esta primera parte posibilita una comprensión para los enfoques de los capítulos posteriores.

En una segunda parte, con tres capítulos, se analiza la realidad me-xicana con resultados de investigaciones obtenidas en la zona metropo-litana de Guadalajara, en las calles de Cuernavaca (capital del estado me-xicano de Morelos) y en municipios de cuatro diferentes estados de la República Mexicana (Tabasco, Oaxaca, Jalisco y Tlaxcala). En estos capítulos se presentan: el perfil sociodemográfico de estos profesionales; sus con-diciones de vida; identidad social; organización y condiciones de trabajo; la comercialización de materiales y la renta de los recolectores y recolec-toras mexicanos. La realidad presentada indica que por el momento en México aún no hay posibilidades de políticas públicas como estrategia para cambiar la situación de explotación e invisibilidad de estos profesionales. En la tercera y última parte del libro, se aborda el contexto de las organi-zaciones brasileñas de estos profesionales en cooperativas, asociaciones y redes de estos emprendimientos de recolectoras y recolectores de residuos reciclables en municipios de diferentes regiones de Brasil y las políticas pú-blicas sectoriales (marco jurídico y ejecución), en el período de 2003 a 2016, bajo los Gobiernos del Presidente Luiz Inacio Lula da Silva y de la Presidenta Dilma Roussef, los cuales viabilizaron la constitución y el desarrollo de esos emprendimientos. Se aborda la actuación de Universidades brasileñas, a través de sus incubadoras de cooperativas populares como promotoras del proceso de constitución, formalización y funcionamiento de esos empren-dimientos, en consonancia con los principios y valores de la Economía Soli-daria. En estos capítulos se realizan reflexiones sobre los avances y desafíos constatados en estas experiencias de cooperativas, asociaciones y redes de emprendimientos de recolectores, considerando las políticas públicas sec-toriales destinadas a este segmento de trabajadoras/es y otros aspectos del contexto brasileño. Finalmente, se refuerza aquí por medio de estos capí-tulos la relevancia social del papel de las incubadoras universitarias de coo-perativas populares ante la sociedad, en la acción junto a grupos populares que además de colaborar para la generación de trabajo y plusvalia, a la luz de los principios y valores de la Economía Solidaria y del Cooperativismo

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Popular, contribuye también a la construcción de conocimientos a partir de la articulación entre los saberes populares y académicos.

Los organizadores del libro agradecen al PPGCTS y la Pro Rectoría de Pos-grado de la UFSCar; al Centro de Investigaciones Interdisciplinarias sobre Desarrollo Regional (CIISDER / UATx), la Facultad de Ciencias Básicas, Inge-niería y Tecnología (FCBIyT / UATx); la CAPES y la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno de México (SRE) que permitieron la elaboración del libro.

Con esta obra, se espera contribuir con las miradas dirigidas a estos tra-bajadores, tan históricamente invisibilizados y, al mismo tiempo, tan fun-damentales para sostener estrategias de inclusión social y mejoras ambien-tales, en estos y en otros países del mundo.

Maria ZaninCarolina Valente SantosJosé Antonio Guevara García

Sumário

PARTE 1

Contextos brasileiro e mexicano na atuação de catadoras(es) de materiais recicláveis e políticas públicas

Políticas públicas e a atuação de catadoras(es) de materiais recicláveis no BrasilCarolina Valente Santos e Maria Zanin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

¿Por qué México no?Entrevista con Tania Espinosa SánchezJosé Antonio Guevara-García e Carolina Valente Santos . . . . . . . . . . . . . . . . 40

PARTE 2

Catadoras(es) de materiais recicláveis no México: Realidade e condições de trabalho

Hacia la construcción de un perfil sociodemográfico de los pepenadores en Cuernavaca: Una vulnerabilidad de base económica Nancy Merary Jiménez Martínez e Clarissa de Castro Lima Tribst . . . . . . . . 60

Estudio de Tres Grupos de Pepenadores de Residuos en la Zona Metropolitana de GuadalajaraGerardo Bernache Pérez e Deborah Lucero Sobarzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

El trabajo de pepenadores de materiales reciclables en México: Potencialidades, dificultades y limitacionesCarolina Valente Santos, María Isabel Castillo Ramos e José Antonio Guevara-García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .106

PARTE 3

Catadoras(es) de materiais recicláveis no Brasil: A atuação de cooperativas, redes e incubadoras

Cooperativas e associações de catadoras/es de materiais recicláveis da Região Oeste PaulistaAvanços e desafiosAna Maria Rodrigues de Carvalho, Carlos Rodrigues Ladeia, Keicy Virginio da Silva Reis e Sonia Romeiro Costa Rocha . . . . . . .124

As cooperativas de catadores e a hibridização da auto e da heterogestão: Uma comparação entre duas redes de cooperativas Marconi Tabosa de Andrade . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .145

Limites e potencialidades de formação e atuação de uma rede de cooperativas de catadoras e catadores de materiais recicláveis: O caso da Rede Anastácia, Estado de São Paulo, Brasil.Bernardo Arantes do Nascimento Teixeira e Alexandra Savio. . . . . . . . . . . .165

A Trajetória de Atuação de um Núcleo de Extensão de uma Universidade Brasileira na Assessoria de Empreendimentos de Reciclagem: O Caso do NUDESE-FURG-RSLucia Regina Nobre, Danieli Veleda Moura, Lucia de Fátima Socoowski de Anello, Dóris Back Périus e Maria Angélica Machado Braga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .182

PARTE 1

Contextos brasileiro e mexicano na atuação de catadoras(es) de materiais recicláveis e políticas públicas

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Políticas públicas e a atuação de catadoras(es) de materiais recicláveis no Brasil

Carolina Valente Santos1 Maria Zanin2

Resumo

A partir do final da década de 1990, o processo de organização de catadoras e catadores3 de materiais recicláveis em cooperativas, assim como a criação do Movimento Nacional de Catadores de Materiais Recicláveis, se tornaram ele-mentos fundamentais na luta destes trabalhadores por reconhecimento e me-lhores condições de vida e trabalho. Este processo esteve associado à elaboração e sanção de leis e políticas públicas, como a Política Nacional de Resíduos Sólidos em 2010, que trazem instrumentos favoráveis ao reconhecimento e incorpo-ração formal das catadoras(es) nesta cadeia produtiva, como a possibilidade de contratação destas cooperativas como prestadoras de serviços pelo poder pú-blico municipal. Neste contexto, este artigo tem como objetivo sistematizar tal trajetória, a partir de revisão bibliográfica, de modo a compreender os passos que coletivamente conduziram a tais vitórias e conquistas político-jurídicas, e que possibilitam a criação de mecanismos para uma maior valorização e reco-nhecimento do trabalho destes atores sociais no Brasil.Palavras-chave: Política Nacional de Resíduos Sólidos; Cooperativas de cata-doras/es; contratação de cooperativas de catadoras/es

Resumen

A partir de finales de la década de 1990, el proceso de organización de pepe-nadoras/es de materiales reciclables en cooperativas, así como la creación del

“Movimiento Nacional de Catadores de Materiales Reciclables”, se convirtieron en elementos fundamentales para la lucha de estos trabajadores por reconoci-

1 Mestra em Ciência, Tecnologia e Sociedade pela Universidade Federal de São Carlos. E-mail: [email protected].

2 Doutora em Física pela Universidade São Paulo. Docente Sênior da UFSCar, Docente do Progra-ma de Pós Graduação em Ciência, Tecnologia e Sociedade da UFSCar e do NuMI-EcoSol/UFSCar. E-mail: [email protected].

3 Adotaremos neste texto as orientações contidas no “Manual para uso não sexista da lingua-gem”; RioGrande do Sul, Governo do Estado, Secretaria de Comunicação e Inclusão Digital, 2014. Disponível em: https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/3034366/mod_resource/content/1/Manual%20para%20uso%20n%C3%A3o%20sexista%20da%20linguagem.pdf>. Acesso em: 07 abr 2018.

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miento y mejores condiciones de vida y trabajo. Este proceso estuvo asociado a la elaboración y sanción de leyes y políticas públicas, como la Política Nacional de Residuos Sólidos en 2010, que traen instrumentos favorables al reconocimiento e incorporación formal de las/ los pepenadoras/es en esta cadena productiva, como la posibilidad de contratación de estas cooperativas como prestadoras de servicios por el poder público municipal. En este contexto, este artículo tiene como objetivo sistematizar esa trayectoria, a partir de revisión bibliográfica, para comprender los pasos que colectivamente condujeron a esas victorias y conquistas político-jurídicas y que posibilitan la creación de mecanismos para una mayor valorización de los residuos y reconocimiento del trabajo de estos actores sociales enBrasil.Palabras clave: Política Nacional de Residuos Sólidos; Cooperativas de pepena-doras/es; contratación de cooperativas de pepenadoras/es

1 Introdução

A catação de materiais diversos é uma atividade econômica antiga e his-toricamente associada à pobreza e subsistência (BOSI, 2016). No Brasil, se-gundo o Movimento Nacional de Catadores de Materiais Recicláveis (MNCR), desde a década de 1950, as(os) catadoras(es) de materiais recicláveis atuam como atores sociais na cadeia produtiva da reciclagem [MNCR, 2016]. As atividades desenvolvidas por esta categoria de profissional, cujo reconhe-cimento foi registrado na Classificação Brasileira de Ocupações (CBO)4, são fundamentais para a reinserção dos resíduos pós-consumo na cadeia pro-dutiva da reciclagem, o que reduz a quantidade de resíduos sólidos a serem dispostos em locais nem sempre adequados. Além disso, dentre os benefícios da reciclagem, podem ser citados impactos positivos ambientais (associados à redução de uso de água, energia, matéria prima e emissão de gases de efeito estufa) e econômicos (associados a menores gastos financeiros para obtenção de produtos finais semelhantes) (IPEA, 2010).

No entanto, para que esta cadeia produtiva se sustente economicamente, o catador, que representa sua base, tem sido submetido a condições precárias de vida e de trabalho, na esfera da informalidade e associado a condições exploratórias, geralmente não dispondo da infraestrutura necessária que garanta condições mínimas de ergonomia ou segurança no trabalho, carac-terizado ainda pela baixa remuneração (PEREIRA, SECCO, CARVALHO, 2014). Além destes prejuízos concretamente perceptíveis, há o preconceito em re-lação à natureza da atividade, que se manifesta por meio da invisibilidade social a que são historicamente submetidos (IPEA, 2013).

4 No Brasil, em 2002, houve o reconhecimento das(os) catadoras(es) de materiais recicláveis como categoria profissional registrada na Classificação Brasileiro de Ocupações (CBO) Disponível em: <http://www.mtecbo.gov.br/cbosite/pages/home.jsf>.

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Há dificuldades em indicar o número de catadoras(es) em atividade no Brasil: apesar de seu reconhecimento no CBO datar de 2002, apenas em 2013 a atividade de catação passou a ser contabilizada no Cadastro Único do go-verno federal (CadÚnico), no qual em 2015 constavam 49.181 pessoas decla-radas com essa ocupação; dessas, 31.078 eram beneficiárias de programas sociais (aproximadamente 63%) (IPEA, 2012b). Ao mesmo tempo, a Pesquisa Nacional de Saneamento Básico de 2008 aponta cerca de 70 mil habitantes com esta ocupação (em área urbana) (BRASIL, 2008), o Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA) cerca de 600 mil (IPEA, 2012a), e o Movimento Na-cional de Catadores de Materiais Recicláveis (MNCR) até 1 milhão de pessoas (IPEA, 2013). Com base nesses números, estima-se a existência entre 400 mil e 600 mil pessoas com a ocupação de catador, sendo que mais de 100 mil compõem a base do MNCR (IPEA, 2012a). Já em relação às cooperativas ou associações, estima-se a existência de 1.175, distribuídas entre 684 dos 5.563 municípios brasileiros (BRASIL, 2008), representando em torno de 30.390 catadoras(es) organizadas(os) (IPEA, 2012a). Tais inconsistências nas infor-mações repassadas dificultam a inclusão desta categoria na cadeia produtiva da reciclagem e em políticas públicas para a consolidação de melhorias em seu trabalho, o que reforça a demanda para o desenvolvimento de pesquisas científicas nesta temática.

No Brasil, uma das respostas a este cenário de intensa exploração é a or-ganização destes trabalhadores no sentido de formalizar cooperativas de catadoras(es), considerada estratégia com o potencial de oferecer a estes trabalhadores melhores condições de renda, representatividade e maior vi-sibilidade e, a partir daí, reforçar sua imagem perante o poder público; afinal, considerando que o poder público municipal é responsável pela gestão in-tegrada de resíduos sólidos (BRASIL, 2010a), o impacto positivo do trabalho das(os) catadoras(es) neste contexto permite que sejam caracterizados como agentes ambientais (IPEA, 2010).

A partir desta atuação, e considerando a trajetória política das(os) catado-ras(es) que vêm se organizando e se articulando desde a década de 1990 (com destaque para a criação do MNCR, em 1999, no 1º Encontro Nacional de Ca-tadores de Papel [MNCR, 2016]), não tardou para que a demanda destes tra-balhadores para o reconhecimento do trabalho que desenvolvem ocupasse a esfera das políticas públicas, o que se verificou com a elaboração de leis como a Política Nacional de Resíduos Sólidos (PNRS), sancionada em 2010 e que favorece a inclusão formal destes profissionais na cadeia produtiva da reciclagem (BRASIL, 2010a), resposta da reivindicação destes trabalhadores por vários anos. Esta lei, juntamente ao Decreto 7.404 que a regulamenta (BRASIL, 2010b) e à Lei de Diretrizes para o Saneamento Básico, que institui a dispensa de licitação na contratação de cooperativas de catadoras(es) pelo

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poder público municipal (BRASIL, 2007), abrem o caminho para que o reco-nhecimento e inclusão formal de catadoras(es) como prestadoras(es) de um serviço de utilidade pública aos municípios se deem por meio da contratação destas cooperativas pelo poder público nos municípios. Tal procedimento é defendido pelo MNCR (MNCR, 2012) e já praticado em alguns dos municípios do país. No entanto, considerando que tais processos de contratação são re-centes e ainda restritos a poucos municípios do país, ainda não é possível avaliar sua eficiência, assim como também não há formatos padronizados para estes contratos (BESEN, 2012).

Neste texto, pretende-se sistematizar a trajetória de organização das(os) catadoras(es) de materiais recicláveis no país, para contextualizar suas con-quistas no cenário de políticas públicas e ferramentas jurídicas que atual-mente favorecem o reconhecimento de seu trabalho pelo setor público, com foco na possibilidade de contratação como prestadores de serviços por prefeituras municipais. Foi elaborado a partir de revisão bibliográfica nas temáticas de catadoras(es) de materiais recicláveis, políticas públicas para gestão de resíduos sólidos e contratação de cooperativas de catadoras(es) como prestadores de serviços aos municípios. Os resultados desta sistemati-zação serão descritos em três itens: “Catadoras(es) de materiais recicláveis: realidade e organização”, “Políticas públicas para catadoras(es) de materiais recicláveis e a Política Nacional de Resíduos Sólidos no Brasil”, e “Contra-tação de cooperativas de catadoras(es) como prestadores de serviço pelos municípios”.

2 Catadoras(es) de materiais recicláveis: realidade e organização

De acordo com o MNCR [2016], as(os) catadoras(es) estão em atividade pelo menos desde os anos 50; de acordo com Birkbeck (1978), podem ser considerados “proletários autônomos”, pois a autonomia se torna uma ilusão quando se considera que, na verdade, vendem sua força de trabalho à in-dústria da reciclagem, sem usufruírem da seguridade social do mundo do trabalho formal. Bortoli (2013) caracteriza a participação das populações de rua do Brasil nas atividades de catação associadas à baixa escolaridade, desestruturação de vínculos e precariedade no trabalho, em especial nas décadas de 1980 e 1990 (BURSZTYN, 2000). Estes trabalhadores participam da cadeia produtiva da reciclagem como principal ator responsável pela re-inserção dos materiais nesta cadeia, mas de maneira subordinada apenas em sua fase inicial, o que limita o acesso a recursos suficientes para uma vida digna (CATAFORTE, 2014). Além disso, estima-se que, dos 16 mil mora-dores de rua da cidade de São Paulo-SP, 30% sobrevivem exclusivamente da

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coleta de materiais recicláveis (MNCR, 2012). Ao mesmo tempo em que esta atividade encontra-se na informalidade, o aumento da atividade de catação coincide com o crescimento da indústria dos recicláveis, pela alta taxa de geração de resíduos sólidos, e que vem aumentando nos últimos anos como resultado do crescimento populacional e incentivo ao consumo, decorrentes do modelo econômico vigente (BRASIL, 2004). Tanto é que o aproveitamento dos resíduos sólidos urbanos é colocado como uma das alternativas de supe-ração das altas taxas de desemprego, já que sua destinação adequada possi-bilitaria a inclusão social de catadoras(es), a geração de renda e a conside-ração conjunta de aspectos ambientais, sociais e econômicos (GONÇALVES, 2004). De acordo com IPEA (2013), o serviço realizado pelas(os) catadoras(es) é de utilidade pública, e contribui, dentre tantos aspectos, para minimizar a quantidade de resíduos sólidos encaminhada para aterros sanitários, como elemento fundamental ao processo de gestão de resíduos sólidos nos muni-cípios.

Em junho de 2001, foi formalizado, no 1º Congresso Nacional de Cata-dores de Materiais Recicláveis, o Movimento Nacional de Catadores de Mate-riais Recicláveis (MNCR), que é considerado atualmente o maior movimento destes profissionais do mundo (MEDINA, 2007). Sua criação se deu em meados de 1999 durante o 1º Encontro Nacional de Catadores de Papel, rea-lizado em Belo Horizonte, que contou com cerca de 1700 participantes, entre catadoras(es), técnicos e assistentes sociais de 17 estados brasileiros, e mais 3000 participantes da Marcha Nacional da População de Rua (PEREIRA; TEI-XEIRA, 2011). Neste evento, foi elaborada a “Carta de Brasília”, cujo conteúdo aponta reivindicações e propostas à sociedade e ao poder público, como a implantação em nível nacional de uma política de coleta seletiva a partir da gestão integrada de resíduos sólidos e a erradicação dos lixões com o apoio às famílias que ali vivem e trabalham (PEREIRA; TEIXEIRA, 2011).

O MNCR elegeu a construção de políticas públicas de gestão integrada de resíduos sólidos com inclusão social de catadoras(es) como um de seus objetivos prioritários, e suas ações foram fundamentais ao processo de ela-boração da Política Nacional de Resíduos Sólidos (PNRS), sancionada em 2010 (MNCR, 2012). Dentre as ações articuladas por este coletivo, está o apoio às contratações de cooperativas de catadoras(es) pelo poder público municipal, como prestadores de serviço no âmbito da gestão integrada de resíduos só-lidos [MNCR, 2016].

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3 Políticas públicas para catadoras(es) de materiais recicláveis e a PNRS no Brasil

De modo geral, considera-se que fragilidades nas condições econômicas, sociais e ambientais verificadas em países em desenvolvimento criam nestas localidades condições favoráveis para a atuação de catadoras(es); dessa ma-neira, países como Índia, Egito, Filipinas, Tailândia, Indonésia, além dos países latino-americanos, se tornaram nações em que catadoras(es) atuam na cadeia produtiva da reciclagem (MEDINA, 2000). De acordo com o mesmo autor, a gestão de resíduos sólidos em municípios destes países partilha, de maneira geral, de características similares, como o fato de não incorporarem as realidades locais, de utilizarem tecnologia frequentemente importada de outros países e de atuarem apenas na esfera da formalidade, sem considerar as possibilidades muitas vezes já existentes no setor informal. Desta ma-neira, o autor também afirma que, por conta de diferentes padrões de renda, de consumo e de disponibilidade de capital, as alternativas convencionais utilizadas na esfera de gestão de resíduos em países desenvolvidos tendem a falhar em países em desenvolvimento. Seria, portanto, fundamental que a elaboração de estratégias para gestão de resíduos sólidos nestes países con-siderasse tais especificidades, em especial a potencial contribuição do tra-balho realizado na informalidade (MEDINA, 2000).

Em relação a políticas públicas e cooperativas de catadoras(es) nos países em desenvolvimento, Medina (2007) as caracteriza a partir das seguintes iniciativas:

• Repressão (fomenta iniciativas hostis e punições sobre catadoras(es), como também a ilegalidade em que é enquadrada sua atuação, o que se associa a visões preconceituosas em relação à atividade da catação e sua evidente relação com cenários de pobreza – ocorre em cidades na Colômbia, Índia e Filipinas);

• Negligência (catadoras(es) são ignorados e tratados com indiferença – ocorre em cidades de países na África);

• Conluio (são estabelecidas relações de clientelismo político entre re-presentantes do governo e líderes de catadoras(es) – ocorre na Cidade do México);

• Fomento (legalização da atividade de catação, estímulo à formação de cooperativas – ocorre em cidades na Indonésia, Colômbia e Brasil).

A partir desta abordagem, considera-se que há grande potencial eco-nômico, ambiental e social associado à manutenção de políticas de fomento

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à atuação de catadoras(es), em oposição às políticas de repressão, negligência e conluio (MEDINA, 2007).

No Brasil, a promulgação da Constituição Federal, em 1988, concedeu au-tonomia federativa aos municípios, o que sugeriu a compreensão de que o município seria, portanto, detentor da titularidade dos serviços de gestão e manejo de resíduos sólidos, desde a coleta até a sua destinação final. No entanto, embora existam normas que abordam a temática dos resíduos só-lidos (com destaque para resoluções do CONAMA), ainda não havia um ins-trumento legal que estabelecesse diretrizes gerais aplicáveis aos resíduos sólidos para orientar os Estados e os Municípios na adequada gestão desses resíduos [BRASIL, 2017a].

Para este fim, uma possível estratégia seria a elaboração e implemen-tação de política pública destinada à gestão de resíduos sólidos. Tal iniciativa ocorreu por iniciativa do Senado Federal, com o protocolo do projeto de lei do Senado – PL 354/89 (NETO, 2011). Em 1991, foi protocolado projeto de lei na Câmara dos Deputados o PL 203/91, também referente a uma política de resíduos. Em 2001, foi criada a Comissão Especial da Política Nacional de Resíduos pela Câmara dos Deputados para análise dos projetos de lei apen-sados ao PL 203/91 e formar uma proposta substitutiva global; no mesmo ano, foi realizado em Brasília o 1º Congresso Nacional dos Catadores de Ma-teriais Recicláveis, com presença de catadoras(es), técnicos e agentes sociais de 17 estados brasileiros [BRASIL, 2017a].

A redação da proposta foi discutida durante vários anos, até que um subs-titutivo foi aprovado em Comissão Especial, em 2006; no entanto, essa versão não incorporava questões discutidas junto à sociedade e ao setor produtivo, no âmbito do governo federal [BRASIL, 2017a]. Em 2007, foi proposto pelo executivo o PL 1991, que apresenta forte interação com outros instrumentos legais da esfera federal; também foram constituídos Grupos de Trabalho e realizadas audiências públicas, inclusive com presença de representantes do MNCR. Por fim, em março de 2010, foi aprovado em votação simbólica na Câmara dos Deputados, um projeto de lei que foi aprovado em julho do mesmo ano pelo senado. A Lei Federal nº 12.305, que institui a PNRS, foi san-cionada pelo Presidente da República em 2 de agosto de 2010, após 21 anos de tramitação (NETO, 2011). Posteriormente, em dezembro do mesmo ano, o ex Presidente da República, Luis Inácio Lula da Silva, assinou o Decreto nº 7404/2010, que regulamenta a Lei nº 12.305/2010.

A PNRS incorpora conceitos modernos à legislação ambiental brasileira, como a responsabilidade compartilhada pelo ciclo de vida dos produtos, de-finida como:

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“conjunto de atribuições individualizadas e encadeadas dos fabricantes, importadores, distribuidores e comerciantes, dos consumidores e dos titulares dos serviços públicos de limpeza urbana e de manejo dos re-síduos sólidos, para minimizar o volume de resíduos sólidos e rejeitos ge-rados, bem como para reduzir os impactos causados à saúde humana e à qualidade ambiental decorrentes do ciclo de vida dos produtos” (BRASIL, 2010a).

Dentre os demais instrumentos introduzidos pela Política, há os acordos setoriais (“ato de natureza contratual firmado entre o poder público e fa-bricantes, importadores, distribuidores ou comerciantes, tendo em vista a implantação da responsabilidade compartilhada” (BRASIL, 2010a)), a lo-gística reversa (“conjunto de ações, procedimentos e meios destinados a viabilizar a coleta e a restituição dos resíduos sólidos ao setor empresarial, para reaproveitamento (…) ou outra destinação final ambientalmente ade-quada” (BRASIL, 2010a). Além disso, a Lei 12.305/2010 institui os princípios poluidor-pagador e protetor-recebedor, e, como diretriz, a seguinte ordem de prioridade na gestão e gerenciamento de resíduos sólidos: não geração, redução, reutilização, reciclagem, tratamento dos resíduos sólidos e dispo-sição final ambientalmente adequada dos rejeitos.

A dimensão social no contexto de gestão de resíduos sólidos é contem-plada pela PNRS pelo Princípio III da referida lei (“a visão sistêmica, na gestão dos resíduos sólidos, que considere as variáveis ambiental, social, cultural, econômica, tecnológica e de saúde pública), assim como pelo Prin-cípio VIII (“o reconhecimento do resíduo sólido reutilizável e reciclável como um bem econômico e de valor social, gerador de trabalho e renda e promotor de cidadania”), ambos contidos no Art. 6º. (BRASIL, 2010a).

Compreendendo a atenção às(os) catadoras(es) como principal elemento da esfera social no contexto de gestão de resíduos sólidos, a PNRS pauta especificamente a inserção de cooperativas de catadoras(es) no cenário de gestão de resíduos recicláveis e na cadeia produtiva da reciclagem, como pode ser observado nos seguintes artigos:

• 7º (a integração das(os) catadoras(es) nas ações de responsabilidade compartilhada é um dos objetivos da Política);

• 8º (o incentivo à criação e desenvolvimento de cooperativas ou asso-ciações de catadoras(es) é um dos instrumentos da Política);

• 15º e 17º (os Planos Nacional e Estaduais de Resíduos Sólidos devem conter metas para eliminação e recuperação de lixões, associadas à in-clusão econômica de catadoras(es));

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• 18º, §1o (os municípios que implantarem a coleta seletiva com a parti-cipação de cooperativas ou associações de catadoras(es) formadas por pessoas físicas de baixa renda terão prioridade no acesso a recursos da União);

• 36º, §1o (há prioridade de cooperativas de catadoras(es) no exercício da responsabilidade compartilhada);

• 42º (o poder público poderá instituir medidas indutoras e financia-mento para implantação de infraestrutura física e aquisição de equipa-mentos para cooperativas de catadoras(es));

• 44º (poderão ser concedidos incentivos fiscais a projetos relacionados à responsabilidade pelo ciclo de vida dos produtos, prioritariamente em parceria com cooperativas de catadoras(es)) (BRASIL, 2010a).

Tem-se, portanto, que

“A Política Nacional de Resíduos Sólidos definiu, por meio do Decreto 7.404, que os sistemas de coleta seletiva e de logística reversa, priori-zarão a participação dos catadores de materiais recicláveis, da mesma forma que os planos municipais deverão definir programas e ações para sua inclusão nos processos” (BRASIL, 2011a).

De acordo com Severi (2014), a PNRS assegurou a integração das(os) catadoras(es) na cadeia produtiva da reciclagem por meio de três tipos de mecanismos jurídicos: de inclusão social, de emancipação econômica e de garantia de representatividade da categoria nos espaços de participação e controle social previstos na lei. No que tange a PNRS,

“são duas as obrigações cabíveis ao Poder Público Municipal: a) promoção da organização dos catadores em formato de cooperativas ou associações de catadores; b) fomento à sua emancipação econômica por meio da sua contratação para realização da coleta seletiva” (SEVERI, 2014, p. 166).

No mesmo sentido, de acordo com Lima (2017), a PNRS, de fato, ajudou que catadoras(es) saíssem da situação de invisibilidade, e auxiliou na am-pliação da atividade que estes realizam. Segundo a mesma fonte, atualmente a população em geral se encontra mais preparada para apoiar a atuação de catadoras(es), mas o mesmo não se pode dizer do poder público. Além disso, os benefícios da lei se restringem aos catadoras(es) organizadas(os), ou seja, não representativos em relação à maior parte da categoria, que são as(os) catadoras(es) informais (ou seja, os que não compõem cooperativas ou asso-ciações) (LIMA, 2017).

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Além da PNRS, na esfera do marco legal favorável à atuação de catado-ras(es) em âmbito federal, outras leis e decretos reforçam este panorama; a iniciativa pioneira neste cenário foi a criação, por Decreto Federal em 2003, do Comitê Interministerial da Inclusão Social de Catadores de Lixo (CIISC), o qual foi alterado pelo Decreto 7.405/2010. O Quadro 1 descreve outras leis e decretos no contexto do marco legal federal favorável ao trabalho de cata-doras(es).

Quadro1: Sistematização de leis/decretos pertinentes às (os) catadoras(es) existentes no Brasil

Lei / Decreto Objeto

Decreto Federal nº 5.940/2006 (BRASIL, 2006)

Institui a separação dos resíduos recicláveis descartados pelos órgãos e entidades da administração pública federal direta e indireta, na fonte geradora, e a sua destinação às associações e cooperativas dos cata-dores, e dá outras providências.

Lei Federal nº 11.445/2007 (BRASIL, 2007)

Dispensa de licitação na contratação da coleta, processamento e comercialização de resíduos sólidos urbanos comercializáveis ou reuti-lizáveis, em áreas com sistema de coleta seletiva de lixo, efetuadas por associações ou cooperativas formadas exclusivamente por pessoas físicas de baixa renda reconhecidas pelo poder público como catadores de materiais recicláveis, com o uso de equipamentos compatíveis com as normas técnicas, ambientais e de saúde pública.

Decreto Federal nº 7.404/2010 (BRASIL, 2010b)

Regulamenta a Lei 12.305/2010, cria o Comitê Interministerial da Política Nacional de Resíduos Sólidos e o Comitê Orientador para Im-plantação dos Sistemas de Logística Reversa, e dá outras providências.

Decreto Federal nº 7.405/2010 (BRASIL, 2010c)

Institui o Programa Pró-Catador, denomina Comitê Interministerial para Inclusão Social e Econômica dos Catadores de Materiais Reutilizáveis e Recicláveis o Comitê Interministerial de Inclusão Social de Catadores de Lixo criado pelo decreto de 11 de setembro de 2003, dispõe sobre sua organização e funcionamento, e dá outras providências.

Lei Federal nº 12.375/2010 (BRASIL, 2010d)

Os estabelecimentos industriais farão jus, até 31 de dezembro de 2018, a crédito presumido do Imposto sobre Produtos Industrializados - IPI na aquisição de resíduos sólidos utilizados como matérias-primas ou produtos intermediários na fabricação de seus produtos, somente se os resíduos sólidos forem adquiridos diretamente de cooperativa de catadores.

Decreto Federal nº 7.217/2010 (BRASIL, 2010e)

Regulamenta a Lei 11.445/2007, considera as cooperativas de cata-dores como prestadores de serviço público de manejo de resíduos sólidos.

Fonte: Elaborado pelas autoras.

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De acordo com a versão preliminar do Plano Nacional de Resíduos Sólidos (BRASIL, 2011b), as diretrizes gerais para a inserção de questões referentes às(os) catadoras(es) no escopo da PNRS seriam:

• Promover o fortalecimento das cooperativas e associações de catado-ras(es), buscando elevá-las ao nível mais alto de eficiência.

• Promover a criação de novas cooperativas e associações e regularização daquelas já existentes, com vistas a reforçar os vínculos de trabalho, incluir socialmente e formalizar catadoras(es) que atuam de forma isolada.

• Promover a articulação em rede das cooperativas e associações de ca-tadoras(es).

• Criar mecanismos de identificação e certificação de cooperativas, para que não haja falsas cooperativas de catadoras(es) beneficiadas com re-cursos públicos.

• Fortalecer iniciativas de integração e articulação de políticas e ações federais direcionadas para as(os) catadoras(es), tais como o Programa Pró-Catador e a proposta de Pagamentos por Serviços Ambientais Ur-banos.

• Estipular metas para a inclusão social de catadoras(es) e garantir que as políticas públicas forneçam alternativas de emprego e renda aos que não puderem exercer sua atividade após a extinção dos lixões, prevista para 2014.

• Estipular metas com o objetivo de inclusão social e garantia de emprego digno para até 600 mil catadoras(es), até o ano de 2014.

• As metas focadas na garantia de emprego devem estabelecer o piso de um salário mínimo para a remuneração das(os) catadoras(es). O piso de remuneração também deve levar em conta as diretrizes do Plano Brasil Sem Miséria, que prevê renda per capita mínima de 70 reais por membro da família.

• Estimular a participação de catadoras(es) nas ações de educação am-biental e sensibilização porta-a-porta para a separação de resíduos na fonte geradora, mediante a sua adequada capacitação e remuneração.

• Demandar dos municípios a atualização de sistemas de informação sobre a situação dos resíduos municipais e gestão compartilhada dos resíduos.

• Estabelecer metas e critérios para que os municípios incluam as(os) ca-tadoras(es) na gestão municipal de resíduos sólidos.

• Garantir o acesso das(os) catadoras(es) aos resíduos sólidos urbanos co-letados seletivamente.

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• Promover a integração das(os) catadoras(es) de materiais recicláveis aos sistemas de logística reversa.

De acordo com o mesmo documento, uma de suas diretrizes é o forta-lecimento para organização socioeconômica de, pelo menos, 600.000 cata-doras(es) no país, por meio de estratégias como a criação de linhas de fi-nanciamento, a instituição de tratamento tributário diferenciado de modo a fomentar iniciativas de reciclagem, a promoção de articulação em rede de cooperativas de catadoras(es), realização de estudos para análise da viabi-lidade de implementação de preço mínimo regionalizado para materiais re-cicláveis, dentre outras propostas (BRASIL, 2011b).

Além do marco legal, outras iniciativas em termos de ações públicas de inclusão social e produtiva da categoria foram tomadas dentro da estrutura institucional do Estado (mais especificamente, no âmbito do Ministério de Desenvolvimento Social (MDS), integrante do CIISC, e durante o governo Lula (2003-2010)), de modo a favorecer o trabalho de catadoras(es): o con-vênio (2004-2007) firmado entre a Organização Cáritas Brasileira e o MDS, para a implantação da Coleta Seletiva Solidária na Esplanada; convênio com a Organização de Auxílio Fraterno (OAF) para capacitação de lideranças, for-talecimento do MNCR e estudo do custo do posto de trabalho do catador; pesquisa para quantificação e caracterização da população em situação de rua das capitais e principais cidades brasileiras; edital da UNESCO para pro-jetos de apoio à organização das(os) catadoras(es) e à população de rua, vi-sando ao fortalecimento institucional das(os) catadoras(es), propiciando en-contros nacionais, articulações estaduais e capacitações, dentre outras ações (PEREIRA; TEIXEIRA, 2011).

De um modo geral, as leis/decretos, bem como estas iniciativas de in-clusão social e produtiva das(os) catadoras(es) tomadas por estruturas ins-titucionais, estimulam a organização desta categoria em cooperativas ou associações, promove a sua valorização como agente formal na gestão de resíduos sólidos e o fortalecimento de sua representatividade política em es-paços de tomada de decisão.

4 Contratação de cooperativas de catadoras(es) como prestadores de serviço pelos municípios

Mesmo considerando as portas que se abriram na esfera do marco legal de políticas públicas para favorecer a inserção de catadoras(es) na cadeia produtiva da reciclagem, os desafios neste processo são muitos. A remu-neração pelos serviços urbanos e ambientais é uma das condições para que essa atividade se torne mais eficiente tanto da perspectiva ambiental (reci-

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clagem e limpeza da cidade, por exemplo) como da social (melhoria das con-dições de trabalho, aumento de renda dos cooperados, entre outros fatores), considerando que há muito tempo as(os) catadoras(es) realizam um serviço não remunerado para as cidades (LIMA, 2013). A partir deste raciocínio, e considerando que a inserção de cooperativas e associações de catadoras(es) no contexto de gestão de RSU já é prevista na PNRS, é importante definir como se dará tal inserção.

Outra abordagem teórica que sustenta a remuneração de catadoras(es) pelo serviço prestado é o Pagamento por Serviços Ambientais Urbanos (PSAU); de acordo com IPEA (2010), serviços ambientais urbanos podem ser definidos como:

(…) atividades realizadas no meio urbano que gerem externalidades ambientais positivas, ou minimizem externalidades ambientais nega-tivas, sob o ponto de vista da gestão dos recursos naturais, da redução de riscos ou da potencialização de serviços ecossistêmicos, e assim corrijam, mesmo que parcialmente, falhas do mercado relacionadas ao meio am-biente (IPEA, 2010, p. 9).

Nessa perspectiva, as atividades de catação e triagem de materiais reci-cláveis podem ser reconhecidas como um serviço que cabe nessa abordagem, e, portanto, estariam associadas ao pagamento pela prestação do serviço (IPEA, 2010).

Neste ponto, é fundamental explicitar que o que se deseja é a reafirmação do serviço de limpeza urbana como público, pois nos casos de privatizações e parcerias público-privada (PPPs) é evidente que o interesse das empresas recai sobre a manutenção de seus lucros em detrimento das questões so-cioambientais envolvidas, considerando que os lucros passam a ser seu principal objetivo (WIRTH, 2016).

De acordo com Lima (2013),

(…) por meio do mercado, não é possível oferecer um serviço de qualidade, segundo critérios de universalidade. Por isso, as bases solidárias que orientam a organização da coleta seletiva feita pelos catadores oferecem um caminho alternativo que permite conciliar qualidade, eficiência e economia de recursos. Para isso, o interesse público deve predominar sobre a contabilidade econômica estrita e de curto prazo que se viabiliza por lucros imediatos, incluindo na contabilidade ganhos socioambientais em horizontes mais amplos, como a economia de recursos naturais para gerações futuras (p. 14).

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De fato, a principal finalidade de prestação de serviços por cooperativas e associações de catadoras(es) não é o lucro, mas a provisão de ações à so-ciedade e ao meio ambiente (MNCR, 2012). Sem este serviço a coleta seletiva corre riscos de não se concretizar como ação sustentável (MNCR, 2016). Em relação à privatização dos serviços de limpeza urbana e o papel do catador, de acordo com Wirth (2016),

Na gestão dos resíduos sólidos orientada pelo sentido privatista, a figura da empresa como instituição protagonista e principal determinadora da solução tecnológica é fortalecida, e o controle social e as soluções apor-tadas pelas cooperativas de catadores como coleta seletiva e a reciclagem são prejudicadas (p. 123).

A autora também afirma que, nos municípios em que iniciativas priva-tistas são dominantes, as(os) catadoras(es) tendem a continuar invisibiliza-das(os), sobrevivendo em lixões ou limitados à condição de triadores. De fato, a capacidade competitiva destas empresas está associada à externalização dos custos da produção, representado pela precarização do trabalho e inefi-cácia da mobilização da população, o que cria ineficiências que aumentam o custo social do trabalho e afetam negativamente sua qualidade (LIMA, 2013).

Em relação às cooperativas e associações de catadoras(es), Lima (2013) também afirma que o mito de sua suposta ineficiência é responsável pela baixa abertura dada por gestores públicos à inserção formal de catadoras(es) como prestadoras(es) de serviços aos municípios. No entanto, argumenta-se que, uma vez que são concedidas as condições necessárias, em termos de infraestrutura adequada e capacitação técnica, nada impede que as(os) ca-tadoras(es) consigam desenvolver os serviços com qualidade, além de somar novas competências à experiência já acumulada, o que consiste em um in-grediente fundamental para implantar sistemas de coleta seletiva mais eficientes (considerando, também, que estas cooperativas e associações se encontram em diversos estágios de organização interna, e há um processo até que as desejadas situações de estabilidade sejam atingidas) (LIMA, 2013).

Portanto, no contexto de gestão pública de RSU, o princípio de remune-ração pelo serviço prestado pelas(os) catadoras(es) aos municípios exige a precificação do serviço e um contrato de prestação de serviços com o mu-nicípio para formalização jurídica, que contemple os custos envolvidos nas atividades relacionadas à coleta seletiva (LIMA, 2013). A contratação de coo-perativas ou associações de catadoras(es) se sustenta, portanto, no reconhe-cimento do trabalho destes atores como igualmente dignos do recebimento de tal remuneração, tal como ocorre nas contratações de empresas privadas para a prestação de serviços públicos (JODAS, 2013). A existência de contrato

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administrativo de prefeituras municipais com organizações de catadoras(es) consolida a integração destes trabalhadores ao sistema municipal de resíduos sólidos (BESEN, 2012) e concede garantias a estes grupos, como uma maior estabilidade financeira na renda dos trabalhadores e a prevenção de riscos financeiros oriundos das instabilidades do mercado de recicláveis. Também se somam aos benefícios a promoção de assistência e inclusão social, maior valorização e envolvimento da população ao trabalho desenvolvido pelas(os) catadoras(es), e maior sensibilidade na percepção ambiental da realidade pelas(os) catadoras(es) na perspectiva de construção de modelo complexo de gerenciamento de resíduos sólidos (JODAS, 2013).

O estabelecimento deste modelo possui precedente na Colômbia, no mu-nicípio de Bogotá, onde houve um caso de disputa judicial no âmbito de uma licitação em 2002. Nesta ocasião, cooperativas de catadoras(es) foram ex-cluídas de processo licitatório, pois não dispunham de equipamentos neces-sários para o processamento dos materiais a serem coletados. No entanto, o processo revelou que as empresas participantes da licitação se encontravam em situação similar. O caso foi tratado pela Corte Constitucional da Co-lômbia, que invalidou a licitação. A partir deste embate judicial, foi alterada a legislação nacional, que passou a determinar a contratação de pelo menos 5% do serviço de coleta por cooperativas (ABRALATAS, 2012).

Existem também outras modalidades de formalização de acordos fir-mados entre prefeituras e cooperativas ou associações de catadoras(es), como as parcerias ou convênios, os quais podem prever subsídios materiais e infraestrutura (equipamentos, galpões de triagem, pagamentos de des-pesas de água e energia elétrica, caminhões, entre outros). De acordo com Ribeiro e Besen (2011), as parcerias das prefeituras com organizações de ca-tadoras(es) iniciam-se em 1990, caracterizadas geralmente pela cessão de galpões de triagem, equipamentos e veículos de coleta, além de apoio em campanhas de divulgação.

Mesmo que toda iniciativa do poder público que caracterize alguma forma de apoio às(os) catadoras(es) seja válida, os contratos administrativos cons-tituem um maior nível de solidificação na relação entre cooperativas e poder público municipal, e podem assegurar remuneração específica pelo trabalho de coleta e comercialização dos resíduos recicláveis e reutilizáveis (JODAS, 2013). Além disso, há uma tendência de que tais iniciativas não sejam sufi-cientes para assegurar a devida sustentabilidade financeira que corresponda ao oferecimento de um serviço de qualidade (LIMA, 2013).

O estabelecimento de contratos administrativos entre prefeituras mu-nicipais e cooperativas e associações de catadoras(es) formadas por pessoas de baixa renda encontra subsídios na Política Nacional de Saneamento - lei 11.445/07 (BRASIL, 2007), que dispõe sobre diretrizes nacionais de sanea-

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mento básico, a qual, em seu artigo 57, altera a lei 8.666/93 (Lei de Licitações e Contratos Administrativos - LLCA), ao inserir o inciso XXVII em seu artigo 24:

Art. 24. É dispensável a licitação: […]XXVII - na contratação da coleta, processamento e comercialização de re-síduos sólidos urbanos recicláveis ou reutilizáveis, em áreas com sistema de coleta seletiva de lixo, efetuados por associações ou cooperativas for-madas exclusivamente por pessoas físicas de baixa renda reconhecidas pelo poder público como catadores de materiais recicláveis, com o uso de equipamentos compatíveis com as normas técnicas, ambientais e de saúde pública. (BRASIL, 1993).

Os processos licitatórios, segundo os quais o poder público federal, es-tadual e municipal selecionam terceiros para fornecimento de obras, ser-viços, compras e alienações, têm o objetivo de assegurar a igualdade de condições de participação de todos os interessados, assim como estabe-lecer regras gerais para manutenção do equilíbrio econômico e financeiro dos contratos, além de garantir que os licitantes possuem de fato condições para executar o objeto licitado (LIMA, 2013). No entanto, estes processos são também altamente burocráticos; portanto, a dispensa de licitação na contratação de cooperativas ou associações formalizadas de catadoras(es) configurou abertura plena à participação da população de baixa renda aos sistemas públicos de coleta seletiva. Tal iniciativa, associada a diretrizes enunciadas pela PNRS, “não dá apenas segurança jurídica para a contratação formal das organizações de catadoras(es) pelos municípios, mas, também, confere um novo patamar para a atuação destas organizações” (LIMA, 2013, p. 17).

Além disso, o Decreto nº 7.404/10, que regulamenta a PNRS, aponta que a contratação dessas cooperativas é um dos mecanismos jurídicos presentes nos sistemas de logística reversa, previstos na PNRS, com o objetivo de in-clusão social e emancipação econômica (SEVERI, 2014). No art. 23 do referido decreto, tem-se que:

Art. 23. Os acordos setoriais visando a implementação da logística re-versa deverão conter, no mínimo, os seguintes requisitos: (…)IV- Possibilidade de contratação de entidades, cooperativas ou outras formas de associação de catadores de materiais recicláveis ou reutili-záveis, para execução das ações propostas no sistema a ser implantado (BRASIL, 2010b).

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Além disso, em seu art. 44, consta que contratos, convênios ou outros instrumentos de colaboração com pessoas jurídicas de direito público ou privado podem ser celebrados como forma de melhorar as condições de tra-balho das(os) catadoras(es) e estimular sua capacitação e o fortalecimento institucional de suas cooperativas (BRASIL, 2010b).

Em relação ao conteúdo, o artigo 55 da LLCA estabelece o conteúdo mínimo para contratos administrativos de prestação de serviços:

“Art. 55. São cláusulas necessárias em todo contrato as que estabeleçam: I - o objeto e seus elementos característicos; II - o regime de execução ou a forma de fornecimento; III - o preço e as condições de pagamento, os critérios, data-base e pe-riodicidade do reajustamento de preços, os critérios de atualização mo-netária entre a data do adimplemento das obrigações e a do efetivo pa-gamento; IV - os prazos de início de etapas de execução, de conclusão, de entrega, de observação e de recebimento definitivo, conforme o caso; V - o crédito pelo qual correrá a despesa, com a indicação da classificação funcional programática e da categoria econômica;VI - as garantias oferecidas para assegurar sua plena execução, quando exigidas; VII - os direitos e as responsabilidades das partes, as penalidades ca-bíveis e os valores das multas; VIII - os casos de rescisão; IX - o reconhecimento dos direitos da Administração, em caso de res-cisão administrativa prevista no art. 77 desta Lei; X - as condições de importação, a data e a taxa de câmbio para conversão, quando for o caso; XI - a vinculação ao edital de licitação ou ao termo que a dispensou ou a inexigiu, ao convite e à proposta do licitante vencedor; XII - a legislação aplicável à execução do contrato e, especialmente, aos casos omissos; XIII - a obrigação do contratado de manter, durante toda a execução do contrato, em compatibilidade com as obrigações por ele assumidas, todas as condições de habilitação e qualificação exigidas na licitação”.

O processo de contratação deve contar, também, com a elaboração de um Termo de Referência ou Plano de Trabalho, documento fundamental para o planejamento do sistema de coleta seletiva, dimensionamento de recursos necessários e procedimentos necessários em sua gestão.

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O MNCR encabeçou uma campanha nacional pela contratação de coope-rativas de catadoras(es) pelas prefeituras municipais, como estratégia para aumentar a estabilidade desses empreendimentos e melhorar a situação das(os) catadoras(es) (MNCR, 2012). No entanto, considerando que tais pro-cessos de contratação são recentes, em municípios como Ourinhos, Arara-quara e Orlândia (SP), ainda não é possível avaliar sua eficiência, assim como também não há formatos padronizados para estes contratos (BESEN, 2012).

Os principais obstáculos à contratação de cooperativas de catadoras(es) pelo poder público municipal possuem três diferentes naturezas: política, técnica e jurídica, o que exige, portanto, que as cooperativas atuem no diálogo junto ao corpo técnico do poder público dos municípios no sentido de com-provar sua capacidade de oferecer serviços de coleta seletiva aos municípios como forma de viabilizar as contratações; da mesma maneira, os acordos no âmbito jurídico tendem a ser exaustivos e repletos de detalhes, o que exige que as cooperativas se apropriem de aspectos referentes aos processos de contratação para não saírem em desvantagem frente ao corpo jurídico das prefeituras (informação verbal)5. Da mesma maneira, estabelecer contratos de prestação de serviço com o poder público municipal não é garantia que se terá a gestão dos mesmos contratos (informação verbal)6.

Mesmo que ainda bastante restritas, o país já dispõe de experiências de contratação de cooperativas de catadoras(es) como prestadoras de serviços pelo poder público municipal no país, como no município de Diadema (SP), um dos pioneiros em pagar catadoras(es) pelo serviço de coleta seletiva, que oferecia remuneração por tonelada de resíduos recuperados de valor similar ao oferecido à empresa de coleta comum (MNCR, 2012).

Dentre os poucos estudos acadêmicos conduzidos no sentido de avaliar o impacto dessas contratações no trabalho de catadoras(es), percebe-se que ainda há inúmeras fragilidades, as quais possuem diferentes naturezas, associadas tanto a nível mais local/municipal (como as características de forma e conteúdo de cada contrato, as relações entre cooperativa e gestores públicos municipais, a manutenção de atores favoráveis às cooperativas na estrutura administrativa municipal, os momentos de troca de gestão mu-nicipal e possíveis descontinuidades políticas) como também a nível mais nacional/federal (como as dinâmicas inerentes ao federalismo brasileiro altamente descentralizado e a complexidade naturalmente associada ao contexto de elaboração e implementação de políticas públicas, com tantas variáveis intrinsecamente associadas) (SANTOS, 2018).

5 Informação fornecida por José Ronaldo Fernandes em palestra no “7º Encontro Regional da Co-leta Seletiva Solidária”, realizado em 26 de outubro de 2017 em Araraquara-SP.

6 Informação fornecida por João Monção em palestra no “7º Encontro Regional da Coleta Seletiva Solidária”, realizado em 26 de outubro de 2017 em Araraquara-SP.

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5 Considerações finais

A coleta das evidências utilizadas no presente trabalho permite concluir que o Brasil possui um cenário relativamente favorável, no âmbito de polí-ticas públicas, para o reconhecimento do serviço prestado por cooperativas de catadoras(es) de materiais recicláveis. Tal representação nesta esfera se deve, principalmente, à articulação e organização destes próprios trabalha-dores na luta por seus direitos e por reconhecimento, uma vez que desem-penham um trabalho no âmbito da gestão de resíduos sólidos que é de res-ponsabilidade dos gestores públicos municipais.

A aprovação da PNRS constitui em um dos grandes resultados de cerca de duas décadas de articulações, e oficializa o reconhecimento deste tra-balho e a possibilidade de oferecimento de recursos públicos para favorecer a atuação destes profissionais, juntamente com a despensa de licitação na contratação de cooperativas de catadoras(es) instituída pela Lei de Diretrizes do Saneamento Básico, de 2007.

No entanto, a implementação destas políticas apresentam fragilidades e descontinuidades (mesmo que ainda sejam restritas as evidências empíricas associadas à implementação dos contratos), para que se possa compreender o real estado da arte destas contratações como estratégias para garantir a visibilidade e reconhecimento destes trabalhadores. Dessa maneira, o pre-sente trabalho espera contribuir para aumentar os conhecimentos e as aná-lises no que tangem esta temática, de modo a deixar os questionamentos para novos avanços que visem o aumento da compreensão do papel desen-volvido por essas políticas públicas na melhoria das condições de vida e tra-balho de catadoras(es) de materiais recicláveis no Brasil.

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¿Por qué México no?

Entrevista con Tania Espinosa Sánchez

José Antonio Guevara-García1 Carolina Valente Santos2

Resumen

En este capítulo se presenta el material completo de una entrevista con la M.Sc. Tania Espinosa Sánchez, Coordinador focal para la Ciudad de México (CDMX) de la WIEGO (Woman in Informal Employment: Globalizing and Orga-nizing, por sus siglas en inglés), una especialista mexicana en el tema de los Derechos Humanos y Laborales de los trabajadores informales, que ha trabajado muy de cerca con los pepenadores de la CDMX. Este material nos da un acerca-miento muy profundo de la situación de los pepenadores de la CDMX y del porque estos no han alcanzado los niveles de organización de este tipo de trabajadores

en otros países, entre ellos, Brasil, contestando la pregunta ¿por qué México no?Palabras clave: derechos humanos, derechos laborales, pepenadores, CDMX, justicia.

Resumo

Neste capítulo, apresentamos o material completo de uma entrevista com a Mestra Tania Espinosa Sánchez, Coordenadora Focal da WIEGO CDMX (Mulher no Emprego Informal: Globalizando e Organizando), especialista mexicana na questão dos direitos humanos e trabalhistas dos trabalhadores informais, que trabalhou com grande proximidade de catadores de materiais recicláveis na Cidade do México. Esse material nos dá uma visão muito profunda da situação dos catadores e por que eles não atingiram os mesmos níveis de organização desta categoria de trabalhadores em outros países, inclusive no Brasil, respon-dendo a pergunta: Porque no México não ?

1 Doctor en Cs. Químicas, Universidad Autónoma de Puebla. Líder del Cuerpo Académico de Va-lorización de Residuos. Universidad Autónoma de Tlaxcala, México. e-mail: [email protected].

2 Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad Federal de São Carlos, Brasil. E-mail: [email protected].

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Introducción

La idea de introducir una entrevista como un capítulo de este libro puede parecer un poco fuera de contexto, sin embargo, se justifica plenamente tratándose de un personaje con una trayectoria académica reconocida y una gran experiencia de campo con pepenadores, pero sobretodo, de quien se puede considerar como una pionera en México de la lucha por los derechos humanos y del derecho al trabajo de los trabajadores informales. De esta manera, recabar las opiniones y experiencias de la M.Sc. Tania Espinosa Sánchez, enriquece la aportación de este libro en materia de derecho inter-nacional, los derechos laborales en el sector de los recicladores, en los vín-culos entre los derechos humanos y la gestión de residuos sólidos urbanos (RSU), así como en la interacción entre los derechos humanos y la industria del reciclaje.

La trayectoria académica detallada de Espinosa Sánchez puede leerse en otras fuentes3, aquí solo nos queda recalcar la gran experiencia a nivel inter-nacional en la defensa de los derechos de la mujer, como se puede ver en su discusión a la Convención de Belém do Pará, para terminar con el problema de la violencia contra la mujer, su discriminación histórica, y los mecanismos para prevenirla, sancionarla y erradicarla (SÁNCHEZ, 2010). Desde 2005, Es-pinosa Sánchez ha practicado el derecho internacional; en 2013, trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, DC y en 2014 fue nombrada directora general de una ONG de derechos humanos en México. Actualmente, es Coordinador focal para la CDMX de la WIEGO (Woman in Informal Employment: Globalizing and Organizing, por sus siglas en inglés).

Especialmente en la CDMX, la M.Sc. Espinosa Sánchez ha recalcado la violación del derecho al trabajo en la que el gobierno incurre como empleador respecto a los trabajadores voluntarios y pepenadores (SÁNCHEZ, 2013a), y, en las medidas cautelares que deberían desarrollarse para trabajadores informales de la misma CDMX (SÁNCHEZ, 2015a). Pero también, Espinosa Sánchez se ha distinguido por el contacto con trabajadores informales de otros países, como, por ejemplo, en el caso de Jaquelina Flores, represen-tante de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores, quien estuvo en México para asistir a una reunión organizada por la red ALAS (América Latina Alternativa Social) (SÁNCHEZ, 2015b).

La M.Sc. Espinosa Sánchez ha puesto especial énfasis en los trabajadores informales del servicio público de limpia de la CDMX, de los cuales considera

3 Trayectoria académica de Tania Sánchez: http://www.wiego.org/specialists/tania-espinosa--sanchez

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que son discriminados al categorizarlos como trabajadores como inferiores por su estatus “informal” y que el trabajo que realizan no puede conside-rarse como “trabajo digno”, contradiciendo el marco jurídico del trabajo en México y el derecho al trabajo en sí mismo (SÁNCHEZ, 2013b). Así mismo, muchos de los pepenadores se autodenominan voluntarios, razón por la que no perciben un salario, sin embargo, Espinosa Sánchez considera que “… El vínculo laboral no depende de que los trabajadores se llamen voluntarios o no, sino de la acreditación de que los servicios prestados reúnen los requi-sitos de una relación laboral, la cual consiste en una relación subordinada y el pago de un salario” (SÁNCHEZ, 2013c).

Finalmente, y para dejar al lector con la inquietud en la mente, Espinosa Sánchez hace una pregunta abierta: ¿por qué México no? (SÁNCHEZ, 2013d). Recalcando el hecho de que, en México, generalmente se ignora a los pepe-nadores en el ámbito académico, mientras que el tema es el objeto de estudio de cursos impartidos en Harvard y en el MIT; pero también, acentuando la inacción de parte del gobierno mexicano, de la sociedad y de los propios pe-penadores. ¿por qué México no? “… ¿sabes si el trabajador/a que recolecta tus residuos es voluntario o contratado? Pregúntale, entérate de cómo vive y cuánto gana, te van a sorprender sus respuestas y él/ella se va a sorprender de tu interés”, asegura Espinoza Sánchez.

Entrevista con Tania Espinoza Sánchez

1. ¿Cómo empezó su proximidad de la temática de los pepenadores de materiales reciclables?

Cuando estudiaba mi Maestría dentro de la Fletcher School of Diplomacy en Massachussetts, Estados Unidos, elegí como tema de Tesis (que estaba muy informal), hacerla dentro del servicio público para la limpieza de la CDMX.

Lo que quería demostrar era la desigualdad que había en la prestación del servicio público en colonias más ricas y más pobres.

Entonces, haciendo esta investigación, me comuniqué con una profesora de la Escuela de Diseño de Harvard. Ella tenía estudios sobre la CDMX, y me dijo que justo ese semestre, tenía un curso de Diseño Urbano sobre Iz-tapalapa y que iba a llevar a cabo un viaje con su grupo a Iztapalapa, así que la convencí que me dejara unirme a su grupo, y gracias a ese viaje y al itine-rario que tenían planeado, conocí al que, en ese momento, era el Titular de la Central de Abastos. Le platiqué sobre mi Proyecto de Tesis, que iba a tratar sobre la basura, y él me invitó a hacer un recorrido para ver cómo llevaban a

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cabo la recolección de basura dentro de la Central de Abastos, porque tenían problemas con su Sistema de Gestión de Retiros.

Durante ese viaje y en esa visita particularmente, hice, junto con él, un recorrido para conocer cómo se hacía esa gestión de retiros dentro de la Central de Abastos. Ahí me platicaron, y luego me tocó ver, que había un grupo de pepenadores dentro de la Central de Abastos. Ese grupo de pepena-dores, ya por la tarde, llevaba a cabo la recolección de reciclables.

Recuerdo muy bien que me dijeron que no sabían qué hacer con los re-ciclables que acababan de sacar y al mismo tiempo, que ellos en ocasiones, tenían accidentes dentro de sus casas, porque ellos vivían dentro de una zona específica de la Central de Abastos en donde habían sufrido incendios, ya que lo recolectado, lo apilaban y lo guardaban, y también comentaron que, en el invierno, en ocasiones, había quienes literalmente morían a causa del frío.

Como antecedente, la Central de Abastos tiene una extensión muy grande, así que a veces, se encontraban cuerpos de personas que habían fallecido por hipotermia.

Y fue justo en ese momento, cuando me di cuenta que ese era realmente el verdadero tema de mi Tesis, porque lo que sucedía dentro de la Central de Abastos, se replicaba a nivel ciudad.

Hablando, claro, del Servicio de Gestión de Residuos Sólidos. O bien, po-niéndolo en otras palabras: no se puede hablar del Sistema de Gestión de Residuos Sólidos de la CDMX, sin hablar del trabajo informal que es el que llevan a cabo los recicladores informales.

También, haciendo la Investigación de mi Tesis, me di cuenta de lo es-tigmatizado y por lo mismo, lo vulnerable que está el sector, pero al mismo tiempo, el impacto positivo que tiene para la ciudad en diferentes sentidos: en lo ambiental, en lo económico, ya que genera ahorro a la Ciudad, y también en el sentido laboral, ya que existen personas que no se integran del todo en el Sector Laboral Formal, y ahí encuentran su nivel de vida.

2. ¿Cuáles fueron los impactos de la Recomendación 7/2016, de la Comi-sión de Derechos Humanos de la CDMX? (“Omisiones en el sistema de recolección, separación y destino final de residuos sólidos urba-nos en la CDMX, así como en la generación de condiciones para el trabajo digno de las personas que realizan esas actividades”).

La recomendación 2016 es el primer instrumento emitido en México por una institución pública en materia de Recicladores informales.

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Se puede decir que es el primer documento oficial, que narra cuáles son las violaciones a los Derechos Humanos de este grupo; que narra cómo es que trabajan y cómo es que ganan su dinero para subsistir y cómo son tra-tados por la sociedad, pero particularmente por el gobierno, que es en rea-lidad en donde particularmente reside la violación del gobierno hacia ellos.

Este es un documento importante, porque a partir de que fue emitido, no-sotros nos podemos referir a ese documento como un sustento a lo que nos hemos venido repitiendo, pero diría que ya en términos del cumplimiento y la recomendación por parte de las autoridades, es muy pobre. No es que haya tenido mucho impacto en el sentido de que, a partir de su emisión, se transformó la situación de los Recicladores, porque la autoridad no ha cum-plido con esta designación. Hay ciertos puntos que son los más rescatables, aunque me referiría a uno en particular, que es el de la recomendación que ordena a la autoridad llevar a cabo un censo de trabajadores voluntarios, que son los Pepenadores que trabajan en la parte de Recolección domiciliaria.

El Sindicato Único de Trabajadores del gobierno del Distrito Federal, Sección 1 de Limpia y Transportes, dice en su página de Internet, que son aproximadamente 10 mil, pero los mismos trabajadores, dicen que pueden ser el doble, pero no existe un conteo oficial que nos permita saber cuántos son en realidad, como para que, a partir de ahí, tener una política pública que los pueda beneficiar. Entonces, pienso que si se cumpliera ese punto, da-ríamos un gran paso para saber realmente, de qué dimensión es el fenómeno del que estamos hablando, y algo muy importante, que no se menciona en la recomendación, es que el Censo, se tendría que elaborar a través de una Institución autónoma, que no tuviera ningún tipo de interés ni económico ni político para obtener entonces, un conteo real para saber cuántos son, porque lo que estaba sucediendo era que la Secretaría del Trabajo, estaba pi-diendo a las Delegaciones, que dijeran cuántos tenían en cada una.

Pero, por ejemplo: hay Delegaciones, como la Benito Juárez, que decían: “nosotros no tenemos ninguno” pero en otras Delegaciones, al momento de leerles la Recomendación, mencionaban una cifra diferente. Incluso, se dio el caso que una misma Delegación, nos dieron cifras diferentes.

Los trabajadores con los que trabajamos, nos dicen que algunas Delega-ciones no los tienen contados, de ahí que sueltan cifras no muy certeras, y, por otro lado, muchas veces, el Sindicato, pone a los encargados de Limpia en las Delegaciones. Estos encargados, son personas que pertenecen al ré-gimen actual del Sindicato; del actual Secretario General o del Secretario General en Turno, y entonces, si hay disidencia por parte de los trabajadores voluntarios, a ellos no los toman en cuenta en los números que envían o reportan a la Secretaría del Trabajo. Entonces, cualquier política pública que hubiera para beneficiar, dejaría fuera a la disidencia del Sindicato. Ahí hay

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toda una laguna con un gran entramado político. Esto es ¿cómo va a saber el gobierno qué hacer, si desconoce las cifras reales de cuántos trabajadores son? Y aquí, yo rescataría un punto que es el que dice que se tiene qué brindar capacitación a los trabajadores voluntarios en cooperativismo, o sea: que se les tiene qué ayudar a formar cooperativas a los que lo deseen. Pero, esto trae diversos problemas. Esto es: que algunos trabajadores voluntarios, no desean formar cooperativas, si no que desean mejor trabajar para el go-bierno, y, por otro lado, ahora la Constitución de la CDMX dice que el ser-vicio, solo se puede dar por el servicio público de Limpia. Entonces ¿Cómo se puede aplicar esto?

Hay mucho por hacer todavía en la implementación de esta Recomen-dación y diría que la situación de los trabajadores voluntarios, no cambió después de la Recomendación.

3. ¿Cuáles son los actores sociales que influencian en la situación de precariedad extrema en el trabajo de los pepenadores en México?

Hace falta precisar que los pepenadores o recicladores informales, están en diferentes partes de la gestión integral de los residuos. Entonces, aquí se encuentran los que pertenecen a la recolección de residuos domiciliara y van arriba de los camiones de basura, o los que van recogiendo la basura puerta a puerta con sus carritos. Muchos de ellos, alrededor de unos 10 mil, son voluntarios, que así los llaman porque no tienen contrato ni se les con-sideran como trabajadores, pero cubren tramos y rutas del gobierno, pero el gobierno actúa “como si les hiciera el favor” al dejarlos estar ahí y que lleven a cabo su reciclaje normal; que acepten propinas por la venta de materiales reciclables, pero, como el gobierno “les hace el favor”, los trabajadores no pueden exigir que los contraten. Y esto, considero que es totalmente injusto.

En este sentido, los actores son el gobierno que niega y hace todo porque no existan precedentes de ninguna relación laboral con ellos y ahí está metido el gobierno de la CDMX, ya que a través de la Secretaría de Finanzas tendrían que contratar a estos trabajadores, y si tomamos como ejemplo que son 10 mil trabajadores, ya implica una cantidad considerable de nómina. También, dentro de estos “actores”, están los jefes Delegacionales o ahora llamados Alcaldes y también está el Sindicato de la Sección 1 que es la versión de Limpia y Transportes del Sindicato Único del gobierno del Distrito Federal.

Es importante decir que, aun cuando los trabajadores voluntarios no se consideran empleados y carecen de todo tipo de protección por parte del Sindicato, se agremian junto con los trabajadores formales (contratados por el gobierno) y trabajan juntos todo el tiempo. Así, el trabajador volun-

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tario, cubre las rutas que lo haría también un trabajador contratado y siguen mucho la lógica política del Sindicato, aunque ellos no son beneficiados por el Sindicato, y por otro lado, se tiene que los trabajadores contratados tienen muchos familiares. Entonces, ellos mismos mencionan que el Sindicato de la Sección 1, o Sindicato de Limpia, se hace llamar “La Familia de Limpia” porque tienen lazos familiares y eso hace que estén muy unidos todo el tiempo, y que el Secretario General del Sindicato, tenga alguna incidencia sobre ellos. Esto también sucede, porque, si hubiera algún voluntario que quisiera organizarse y el Sindicato no quisiera, consideraría que está “deso-bedeciendo” y traería como resultado que fuera castigado por el Secretario General, quien tiene mucha injerencia sobre el chofer del camión y pudiera ser que el Secretario le dijera algo como: “si sigues metiendo en tu camión a estos tres voluntarios, te quito el camión”. Esto significa que, a través de estos castigos “formales”, se castiga a los informales.

Este sistema de represión, es importante para mantener el control por parte de la Secretaría General del Sindicato, quien es otro de los “actores”.

En Redes Sociales, nosotros, los ciudadanos, hombres y mujeres, decimos que no tenemos conciencia como sociedad, sobre el servicio de Limpia en general, porque no está dentro de los temas de discusión entre lo imaginario público y el servicio público de limpieza, que es de los más abandonados porque no sabemos cuánto cuesta, no sabemos si es justo o injusto lo que les pagan a los trabajadores; no tenemos una idea.

Digamos que nosotros, nos deshacemos de nuestra basura y nos olvi-damos de ellos. Luego viene la parte del dinero que el gobierno gasta en el transporte de los residuos, pero, sobre todo, una gran injusticia social con los trabajadores voluntarios. Se supone que nosotros, los ciudadanos, es-tamos obligados a llevar a cabo la separación de residuos. Si hiciéramos esto, estaríamos, de alguna manera ayudando a la dignificación del trabajo de estas personas, que no tendrían qué escarbar dentro de todos los residuos mezclados, si no que ya se podrían llevar los reciclables directamente para hacer la acumulación y la venta.

Sabemos que deberíamos hacer esa separación, sin embargo, no la ha-cemos. Esto, tiene un impacto en su trabajo. También, hay personas que se enojan por dar propinas. Piensan que es un abuso. Que, con los impuestos, se está pagando el servicio, etc. Sin embargo, ellos no saben que son volun-tarios y que de eso viven los trabajadores. Desconocen que no tienen sueldo.

Los voluntarios, son los que tienen contacto con la gente, con la ciuda-danía. Cuando se hace la recolección domiciliaria, los residuos se van en el camión de la basura a una estación de Transferencias. Ahí, se descargan los residuos dentro de enormes cajas de tráileres que luego se llevan a la Planta de Selección y Tratamiento.

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Esta etapa de Servicios, corresponde a la Secretaría de Obras y Servicios, actualmente, a la Agencia de Sección Urbana, que desaparecerá con este nuevo gobierno. Aquí, los tráileres tiran la basura y va pasando por bandas en donde están los pepenadores haciendo, de nuevo, la separación de reci-clables y acumulándolos en bolsas. Nosotros, los ciudadanos, nunca vemos a estos pepenadores. Ignoramos lo que hacen dentro de las plantas de Se-lección y cómo lo hacen. Estos pepenadores, están bajo el “yugo” de un líder. Estos lugares, que son propiedad del gobierno, funcionan como empresas informales, en donde el Director de la empresa, sería el líder de cada grupo de pepenadores.

Existen tres Plantas de Selección y Tratamiento: dos en San Juan de Aragón, y otra en Santa Catarina y cada Planta tiene su líder que es el que

“manda” y, además, es el contacto con el gobierno.Entonces, tenemos aquí a tres “actores”: Secretaría de Obras y Servicios,

Agencias de Acción Urbana y a los líderes. Y, por otro lado, lo que no se se-lecciona ahí, se transporta a los destinos finales que están, entre otros, en el Estado de México y en el Estado de Hidalgo. En estos destinos finales o tiraderos de basura, se tienen pepenadores que ahí trabajan y los factores sociales serían: otra vez el gobierno de la CDMX que envía a esos lugares y no les importa si son rellenos sanitarios o tiraderos a cielo abierto ni le importa las condiciones en las que trabaja la gente y, por otro lado, están las Munici-palidades y finalmente, los líderes de cada lugar.

4. ¿Cuál es el posicionamiento de los pepenadores acerca de la formali-zación de su trabajo?

En un medio digital, se publicó un artículo que le enviaron a un Sub-Secre-tario de Finanzas. El documento es público y ahí, en ese escrito, le preguntan el porqué de esas contrataciones y el Sub Secretario responde, también por escrito, que no existe un plan de contrataciones de trabajadores voluntarios ya que él, no tiene ningún conocimiento al respecto. Aquí, se evidencia que había una manipulación que se hace, a través de decirle “los vamos a con-tratar”, “sí…vengan, apoyen”…”obedezcan”, pero en realidad, no existía un plan formal dentro de la política pública para formalizar su trabajo.

5. ¿Qué piensas de la prohibición para la pepena informal en la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal (2017)?

Pienso que esto deriva en dos cosas: la primera, de tergiversar la rea-lidad y hacer que en México, como lo hemos venido diciendo, se ignore a

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los trabajadores informales dentro del servicio público de Limpieza de la ciudad, y segundo: es una forma de seguir negando su existencia; no re-conocerlos como trabajadores y criminalizarlos. En la CDMX, tal y como lo hemos venido comentando, el reciclaje informal, es fundamental para hacer la separación de la basura en orgánica e inorgánica, porque la gente no lo hace. Entonces, diría yo que más la mitad de los materiales que se reciclan en la CDMX, vienen del trabajo que ellos hacen. Entonces, es una injusticia social que, desde la Ley, el gobierno simule que no existen cuando sí existen, y contribuyen con su trabajo, positivamente a la sociedad.

Ahí hay una tendencia en general en el trabajo informal, a que las leyes criminalicen, castiguen y prohíban esas actividades que existen y que aparte de todo, formen parte importante de la economía de la Ciudad y del país.

Si tomamos en cuenta que, en México, más de la mitad de las personas que trabajan, lo hacen en la informalidad. Entonces, esta es una actividad que ni siquiera se cuenta porque no hay censos para contar. Es sumamente invisible, ignorada, “ninguneada” pero existe. Es una forma de subsistir de la gente.

En la CDMX, si no existiera en la parte de Recolección ni en las plantas de Selección y Tratamiento esta mano de obra, el gobierno, tendría qué con-tratar a trabajadores para que cubrieran esa función, porque de verdad: ellos cubren funciones que le toca al gobierno; es mano de obra indispensable para cubrir el servicio y que el servicio funcione bien; para que alcancen las manos para todas las colonias o los tramos que existen en esta ciudad.

Diría que las Plantas de Selección y Tratamiento, están llenas de pepena-dores y gracias a ellos, funcionan muy bien estas plantas.

Es curioso, porque la Ley de Residuos Sólidos, no habla de las Plantas de Selección y Tratamiento. En realidad, habla de prohibir los contenedores que se encuentren en las calles y en el destino final. Para mí, esto no tiene sentido porque en la CDMX, no hay contenedores, casi no existen, ni aun en los lugares en donde se hace la pepena. Más bien, esto se hace dentro de las cajas de los camiones recolectores y en los botes de los carritos que los van empujando.

Entonces, si estos se tomaran como contenedores, estarían criminali-zando la labor de los trabajadores. La ley no habla de las Plantas de Selección y Tratamiento. Más bien habla del destino final, pero también, está fuera de licencia, porque esa ley, aplica para el destino final que se encuentre dentro de la CDMX y actualmente, dentro de la CDMX, no existe un destino final.

Anteriormente, en el Bordo Sur, había una Planta de Selección y Trata-miento. Antes de que se cerrara esta planta, había muchos pepenadores que la hacían funcionar. Era el tiradero que estuvo en el Bordo Poniente. Ahora, la Planta de Selección y Tratamiento, que estaba en el Bordo Poniente, se

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trasladó a San Juan de Aragón en donde ahora, existen dos plantas. La basura, se tira fuera de la CDMX. Entonces, esa parte de la Ley de Residuos Sólidos, ya no aplica. Pero lo que sí se deja ver claramente, es la tendencia oficialista a criminalizar este trabajo.

6. ¿Hay medios para garantizar que el trabajo de los pepenadores sea formalizado, aunque hay numerosas ventajas de la informalidad y de la pepena voluntaria para los ayuntamientos y las industrias de reciclaje?

En el caso de la CDMX, es muy difícil que se hubiera formalizado de la manera en la que ellos la desean. Si pensamos que es una masa crítica que tiene ciertas banderas, su bandera se formaliza a través de la contratación, y eso me parece que es sumamente complicado en términos de presupuesto, por parte del gobierno de la CDMX. El medio para formalizarlo, sería la vo-luntad política y el dinero y creo que no existe ninguna de las dos.

Si existiera la voluntad política, tal vez se pudiera crear un esquema para que el presupuesto de alguna manera, funcionara. Pero también es muy im-portante mencionar, que, en otros países, este trabajo, se ha dignificado. Por ejemplo: el servicio de Gestión de Residuos Sólidos, se paga y hay diferentes esquemas para pagarse, ya sea por la cantidad que uno genera, etc. Por ejemplo: en Colombia, que es otro de los casos de éxito, se entrega una boleta mensual o bimestralmente a la gente, en donde dice cuánto está pagando por ese servicio, así que al conocer cuánto cuesta, lo que lograron hacer los recicladores en Colombia, fue demostrar que, si ellos hacían la recolección, podría salirle más barato a la gente y esto, a la gente le gustaba escuchar que les saldría más barato de esta forma que lo que en realidad costaba. Y así, los recicladores podían demostrar su importancia.

En México, se desconoce cuánto cuesta ese servicio, se piensa que la gente lo paga a través de los impuestos. Y como se desconoce la cantidad, es muy difícil construir ese argumento para poder decir cómo ellos ayudan económicamente a la ciudadanía y al gobierno. Por otro lado, una de las ma-neras en las que el gobierno podría basar su presupuesto para contratarlos, es justamente cobrando el servicio que no estuviera ya incluido. Porque la gente piensa que es gratuito el servicio o ya se incluye en los impuestos.

Esto, tendría un costo político para la autoridad decir: “a partir de mañana, el servicio de limpia costará (por ejemplo) diez pesos a cada persona para que, de ahí, se les pudiera pagar a estos trabajadores. Aquí, me parece que se da una complicación en términos políticos en cuanto al dinero, para con-tratarlos.

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La otra forma sería la industria del reciclaje. No se debe dejar de lado que hay muchas empresas que se benefician con el reciclaje informal. Hay em-presas multinacionales como refresqueras, por ejemplo. Pero también po-demos hablar de empresas como papeleras a quienes les resulta más barato reciclar, que producir materias primas desde un inicio, y que pasan más tiempo buscando cómo mejorar esquemas de reciclaje para poder tener más material reciclado, en lugar de tener la generación desde un principio.

Esas industrias, se han desentendido del valor de la cadena del reciclaje. Muchas de ellas, niegan rotundamente que exista este eslabón dentro de sus cadenas, y dicen que: “somos una gran industria con gran prestigio, y cómo vamos a estar explotando la mano informal de las personas más pobres para obtener los residuos”…y lo niegan. Hay otras que no lo niegan. Existe a nivel Regional en Latinoamérica, la Iniciativa Regional para Reciclaje Inclusivo, que es una iniciativa que se implementa o se diseña desde el Banco Intera-mericano de Desarrollo, en donde participan grandes empresas y esa ini-ciativa es para apoyar a los grupos de base de recicladores informales.

Creo que es algo complejo hablar de su formalización como tal, porque cada uno de los grupos, tiene particularidades, esto significa que lo que pueda funcionar en otros países, no podría funcionar en México, porque ni siquiera el grupo de base, desea lo mismo.

Las industrias dicen: yo contribuyo a través de la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo, pero a mí me da la impresión que eso, se queda como en la parte de la responsabilidad social empresarial, que parece que son como buenas voluntades en vez de obligaciones, y todavía no existe un vínculo entre la industria y este primer eslabón de la cadena de reciclaje en donde se sientan obligados con esta mano de obra que les está redituando económicamente, de manera multimillonaria.

Resumiendo: los medios están, pero creo que las voluntades no están, en general.

7. ¿Hay algo que la población mexicana podría hacer para contribuir en el reconocimiento y formalización de esa ocupación?

Sí. Creo que, como sociedad, debemos poner más atención en los ser-vicios públicos en general. Por ejemplo: hay personas que le ponen mucha atención a la luz, porque le cuesta, o le ponen más atención al agua, porque también les cuesta. Pero no hay quien le ponga atención a la basura. Esto está sumamente olvidado. Entonces, hace falta hacer conciencia del impacto que tiene la basura que generan. Por otro lado, somos una sociedad suma-mente consumista, y atrasada en el tema de los residuos.

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No hay una discusión pública, que esté poniendo en controversia si el sistema público actual que tenemos de la gestión de residuos, es adecuado o inadecuado; si los camiones son nuevos o ya están viejos y cuánto costaron, o qué empresas los compraron, etc., y por supuesto que hay conocimiento en lo que se paga a la gente que se dedica a los residuos de manera formal, pero hay un desconocimiento profundo de que existe toda esa mano de obra informal, dentro del servicio.

La gente no tiene idea, en general, de las condiciones de trabajo de los voluntarios.

Hay todavía el estigma de que la basura, deja mucho dinero; y el que se dedica a la basura es un “mafioso” y que tiene mucho dinero.

Aquí, no dudo quien se haya enriquecido a través de trabajadores de una base muy pobre, ni tampoco dudo que existan “mafias” en diferentes ocu-paciones dentro de un país como este. Sin embargo, una vez que una estudia, se da cuenta que la mayoría de la gente que trabaja en esto, tiene condiciones de trabajo sumamente precarias de vida, ganancias muy bajas. Entonces, la forma es hacer conciencia y una vez que se hace conciencia, separando los residuos de las cajas con el fin de entregárselos casi-casi, para que no tengan que “esculcar” entre la basura, si no que se los puedan llevar directamente.

Las propinas son importantes porque son su ingreso y es una forma de dignificar su ingreso. Creo que, si hubiera una mayor conciencia por parte de la sociedad, y hubiera empatía con ellos, sería más fácil que su situación cambiara, porque habría más crítica de la clase media, que podría insistir a las autoridades que dejaran de abusar contra ese grupo.

A mí se me hace difícil que en estos momentos, por cómo se encuentra hoy la situación, esa exigencia venga de los propios trabajadores, porque to-davía no existen organizaciones suficientes, ni la voluntad para asumir los costos que esa experiencia tienen, pero sí podrían venir de las ONG s, de las Universidades como ha sucedido con otros temas que se logran “empujar” desde ahí, podría suceder con esto también. Creo que socialmente, ahí es en donde estamos.

8. ¿Crees que en México podría pasar algo como lo que se pasó en Brasil, de elaboración de leyes favorables a los pepenadores, las que fueron propuestas desde los propios pepenadores (organizados en un gran movimiento social nacional)?

Por cómo se encuentra actualmente la situación en México, se me hace muy difícil que sucediera algo parecido a lo que sucedió en Brasil. En tér-minos de organización, no estamos ni cercanos de lograr la Organización

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Nacional de catadores en Brasil. Conozco que hay algunos intentos de hacer como un Sindicato Nacional en México, que tiene algunos grupos que son más del Bajío, pero no ha crecido lo suficiente. Y, por otro lado, tendría que ser distinto, porque en Brasil, tuvieron muy claro que lo que deseaban, era hacer cooperativas, y el cooperativismo, fue el que los ha sacado adelante.

En México, no todos los grupos quieren formar cooperativas. En general, se tiene una gran desconfianza hacia el cooperativismo, porque en nuestra historia, el cooperativismo, no ha funcionado muy bien, y al menos, en la CDMX, lo que dicen los compañeros, es que, el reciclaje informal es una ac-tividad muy individual y que no logran confiar en alguien que en la coope-rativa, se vaya a quedar con el dinero de los demás. Entonces, ahí hay mucho trabajo por hacer en caso que se decidiera que el cooperativismo, es la vida. Yo estoy convencida que la solución es que se generen movimientos sociales desde las bases, pero faltaría saber qué es lo que la base quiere, y si la base no quiere cooperativa, no harán cooperativa. Entonces, no hay forma de ser como Brasil. Por otro lado, es muy importante esto: una de las grandes diferencias que existen, son las reivindicaciones. Las reivindicaciones que buscan, al menos en la CDMX, son individuales, a través de un contrato obrero-patronal. No son reivindicaciones grupales o colectivas como ha su-cedido en Brasil o Colombia, que fueron colectivas; de grupo, con conciencia de clase, por decir.

En Brasil, el Partido de los Trabajadores, fungió como un aliado impor-tante, para que ellos lograran hacer eso. Había un presidente que acudía cada fin de año a la Expo-Catadores como Lula, como Dilma que también asistía, lo cual habla de una conciencia que venía desde lo más alto del Poder Eje-cutivo sobre la situación que estos trabajadores viven; sobre sus reivindica-ciones, y se le daba una importancia ya desde el momento de acudir.

En la situación en la que nos encontramos ahora en México, no veo que el Presidente, tenga conciencia del movimiento que existe internacionalmente de estos trabajadores, y no se les vea como “los que viven de la basura”. Más bien que se dimensione como algo que podría ser todo un movimiento de reivindicación de clase, social, y de todo el potencial que tienen todos estos trabajadores.

Creo que, en México, está desdibujado y esto, no contribuye a lo que se ha logrado en Brasil, donde incluso, las cooperativas lograron que se les dieran camiones recolectores, bodegas para llevar a cabo la separación, y no veo que, en México, esto vaya a llegar a suceder.

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9. ¿Crees que es posible erradicar la explotación en el trabajo de los pe-penadores en la CDMX? ¿Qué es lo que se tiene que hacer para lograr-lo?

Sí, creo que es totalmente posible y, además, necesario. ¿Qué es lo que se tiene qué hacer para lograrlo? Primero: reconocer que

existen y aquí, el gobierno tiene que hacer un trabajo de reconocimiento de la existencia de este tipo de trabajadores, y se tiene qué dignificar en términos laborales; pagarles por su trabajo, darles un trabajo digno, que es un trabajo con prestaciones, porque al menos, esto es lo que quieren los voluntarios.

En el caso de la planta de Selección y Tratamiento, en el caso de los Des-tinos Finales, se tendría que hacer un trabajo de Investigación, para saber qué es lo que las bases desean y después, crear un diseño para hacer que esto suceda.

Creo que una vez que se hace el reconocimiento de su existencia, se deben integrar al Programa Integral de Residuos Sólidos de la CDMX que se publica periódicamente. En el anterior Programa, se hacía mención expresa de que los pepenadores (o Grupo de Selectores) estaban manejando las Plantas de Selección y Tratamiento, el Programa así lo aceptaba, aunque no se les in-cluía formalmente en el plan, en la planeación del servicio.

Ahora, en el actual Programa Integral, ya se menciona también a los vo-luntarios de la Recolección de los Residuos, pero tampoco se les integra de una manera más profunda. Hay una validez por parte del gobierno en donde cambian de manera constante los números, pero al mismo tiempo, hay una especie de evasión de responsabilidad con respecto a ellos. Entonces, el gobierno tiene que asumir la responsabilidad que existe con estos grupos, integrarlos en el servicio como cualquier otro trabajador, porque es lo que corresponde. Esta es una obligación Jurídica incluso. Sería obrero-patronal.

Se da el caso que hay voluntarios que tienen más de 30 años trabajando ahí; que ya son adultos mayores y que nunca se van a poder jubilar. Es un trabajo que requiere fuerza y llegará el día en que no tengan ya esa fuerza. Entonces ¿Qué es lo que va a suceder con toda esa gente?

Creo que definitivamente, hay formas de cómo terminar la explotación.Hay una deuda por parte de la sociedad y del gobierno mexicano, así como

de las empresas mexicanas con respecto a ellos, y por supuesto que siempre es reversible. Hace falta solamente la voluntad para diseñar el plan para ha-cerlo. Habría diferentes formas para hacerlo. Ya mencioné algunas.

10. ¿Cuál es la labor que realiza la WIEGO en México, particularmente en el tema de los pepenadores?

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WIEGO es una red global compuesta por activistas, académicos, abogados y urbanistas entre otros, que lo que busca es dar voz y validez a los traba-jadores del empleo informal. Uno de los grupos con los que trabajamos a nivel global, es con los recicladores informales, que, en México, les decimos

“pepenadores”. Lo que hacemos en la CDMX, es ayudar a que se puedan or-ganizar de la mejor manera, para exigir sus derechos, o para hacer valer la exigencia que se propongan; hacer incidencia Legislativa, en las políticas públicas, acercarles asistencia técnica de alguna manera, a los trabajadores, y documentar su situación. En el caso de los recicladores, existe poca docu-mentación de la situación en la que están.

Estamos por publicar un informe sobre la situación de los trabajadores voluntarios en la CDMX, profundizando algo más allá de lo que dice la Reco-mendación 7/2016 y actualizando la información, y buscamos también ge-nerar diálogos entre los trabajadores y las autoridades.

Todo esto es lo que hacemos, y más bien diría, que para decidir qué ha-cemos primero y qué haremos después, ya aquí depende mucho de la vo-luntad de los trabajadores. Esto es: trabajamos con ellos todo el tiempo, para conocer primero, qué es lo que ellos desean hacer.

Es importante mencionar, que la organización de los trabajadores volun-tarios en la CDMX, es débil. No es uno de los sectores más organizados. Y con esto, tenemos qué lidiar todo el tiempo, para ir avanzando dando pasos pequeños y seguir avanzando y no dejar el tema.

Una de las cosas que hicimos recientemente, fue el llevar a cabo una Ex-posición fotográfica en el Museo de Memoria y Tolerancia sobre la jornada laboral de los trabajadores voluntarios. Un fotógrafo australiano fue quien tomó las fotos y entregamos al Museo las fotos que venían acompañadas por textos en donde venían extractos de la Recomendación 7/2016.

Esta fue una Exposición gratuita y estuvo durante un mes en el Museo. Para la inauguración de esta Exposición, nos acompañó la Presidenta

de Derechos Humanos del distrito Federal. El objetivo de esta Exposición, fue para sensibilizar al público en general sobre esta situación de trabajo, pero también a los mismos trabajadores. Algunos mencionaban que era la primera vez que su trabajo se reconocía, y les emocionaba también el poder verse representados en estas fotos; conocer a los trabajadores que aparecían en las fotografías expuestas. Esto les generaba mucha empatía y satisfacción al saber que se estuviera diciendo algo sobre su situación laboral.

11. ¿Cómo afecta o beneficia la presencia de sindicatos el tránsito hacia la reivindicación social y laboral de los pepenadores en México?

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Pienso que eso, puede cambiar en cada ciudad, porque hay presencia de diferentes sindicatos, se pueden manejar muy diferente de una ciudad a otra los residuos, pero en el caso de la CDMX, el Sindicato Único de Trabajadores del gobierno del Distrito Federal Sección 1 de Limpia y Transporte, es el que está en medio de los trabajadores voluntarios y del gobierno. Ahora, en el sentido estricto, el Sindicato no tendría nada qué ver, ya que los trabaja-dores no están contratados y no tienen ninguna injerencia con trabajadores no contratados. Sin embargo, sí tienen qué ver y podría beneficiar o podría perjudicar, si el Sindicato se propusiera, de una manera más contundente, beneficiar a los trabajadores voluntarios y podría lograrlo.

Por ejemplo: si se dejara de recoger la basura en la ciudad durante una semana, sería una forma de cohesión grandísima para que el gobierno, tratara de una manera distinta a sus trabajadores. Es decir: existen diferentes formas en las que el gobierno podría lograr hacer un grupo de presión para reivindicar los derechos de estos trabajadores. En teoría, cuando Mancera (el anterior Jefe de Gobierno) ofreció a los trabajadores los contratos, el Sindicato estaba de por medio. Y al final, sucedió lo contrario: el Sindicato afectó u obstaculizó que estos derechos, se reivindiquen, porque se alía con el gobierno y en este caso, termina persiguiendo los fines del gobierno: fines políticos y fines electorales u otros fines, y termina representando más los intereses del gobierno, que los intereses de los trabajadores. Con esto, el Sin-dicato podría beneficiar o perjudicar, porque el Sindicato tiene el poder para hacer cualquiera de estas dos cosas y te diría que, hasta el momento, no ha beneficiado a los trabajadores voluntarios.

En la CDMX existe un grupo de pepenadores de las Plantas de Selección y Tratamiento que se llaman igual: Sindicato Único de pepenadores del Dis-trito Federal, que, en realidad, no es un Sindicato que represente a todos los pepenadores, sino que, a nivel nacional, tengo conocimiento que hay unos grupos de pepenadores en un par de Estados, que están tratando de hacer un Sindicato Nacional de Pepenadores.

Si este Sindicato Nacional se lograra constituir en un movimiento na-cional como el MNC que está en Brasil, sería fantástico.

Pero también, lo que sucede actualmente, es que la presencia de Sindi-catos, como el Sindicato Único de Trabajadores del Distrito Federal, es un Sindicato de trabajadores del gobierno y no existe un Sindicato que haya formado desde las bases, para representar a la SUAFI. Esto sería totalmente nuevo en México. Que eso se lograra, que es lo que intentan hacer los del Sindicato que está a punto de formarse. Esto, le daría un giro total al movi-miento de pepenadores en México, y entonces, esto lograría tener una orga-nización totalmente diferente a la que existe actualmente, pero por ahora,

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no existe un movimiento social organizado a nivel nacional que tenga estas dimensiones.

12. En el trabajo de campo con pepenadores es común encontrar que la actividad de la pepena se transmite de padres a hijos, impidiendo la movilidad social. ¿Qué acciones pueden plantearse para romper esta dinámica?

Nosotros, que trabajamos sobre todo con trabajadores voluntarios, nos parece muy interesante escuchar que nos cuenten que ahora, incluso traba-jadores que son incluso formales dentro del Servicio Público de Limpia del Distrito Federal, tuvieron antecesores, abuelos o papás, que fueron pepena-dores.

Sí hay esa transmisión, pero te diría que, en el Servicio Público de la CDMX, en el tema de la basura, o de la recolección de basura o incluso, en la gestión de basura en general, pudieron haber existido pepenadores en Santa Fe que tuvieron nietos, que ahora, son choferes contratados de camión dentro del Servicio Público de Limpieza de la ciudad, o pueden existir per-sonas que fueron pepenadores y que aún siguen siéndolo.

Hay algunos que se logran superar. La jerarquía o la movilidad social, se ha alcanzado dentro del mismo gremio. Esto es: el pepenador que ahora es abuelo, tiene a su nieto que es ahora chofer de camión o está contratado dentro del Servicio de Limpia de la CDMX encontró su movilidad social dentro de la misma sección de Residuos, aunque muchas veces, esto no se logra. Entonces, hay trabajadores voluntarios que son quienes empujan sus carritos, que son los barrenderos, que sus madres son voluntarias, pero, como no hay servicios de Seguridad Social para ellas, o guarderías, llevan a sus hijos a trabajar con ellas, así que como los hijos andan con ellas, así que mientras los hijos van creciendo, al mismo tiempo van aprendiendo cómo hacer el trabajo y después, los llevan a la escuela, aunque después, desertan de la escuela y al poco tiempo, ya tienen su carrito y empiezan a trabajar como voluntarios o barrenderos y con esto, ya aportan más dinero al hogar.

Entonces: sí se encuentra esa transmisión de padres a hijos o de madres a hijas o hijos. Aunque es difícil dentro del mismo servicio de Limpia, pasar del esquema voluntario al formal. También, es difícil obtener una “base” como ellos la llaman. Así que ellos buscan dedicarse a eso mismo, y es curioso, porque ellos no buscan hacer otra cosa. Más bien, quieren hacer eso mismo que ellos saben hacer. De ahí que forman parte de “la familia de Limpia”, como lo mencioné anteriormente. Son familia porque no solo son

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los hijos. También está el tío, el primo, o también, está el tío que es el chofer del camión, y deja al sobrino que está como voluntario de su camión.

Por supuesto: podrían alcanzar la movilidad social, si el gobierno se lo propusiera, y tomara con seriedad lo que está sucediendo con todas estas personas.

En la misma planeación del servicio, no debería ser solamente la pla-neación de un servicio público que los incluya, sino tomar en cuanta cuáles son sus condiciones sociales y económicas, y diseñar un plan para que logren alcanzar esa movilidad social.

De hecho, la recomendación de la Comisión habla de otorgar de becas escolares para los hijos, y una serie de acciones afirmativas para que las per-sonas puedan vivir mejor, pero estas acciones, también deberían tener qué ver con que los descendientes de estas personas, puedan vivir mejor.

Agradecimientos

Los autores agradecen al Mtro. en Literatura y escritor Fernando Cuevas de la Mora, la transcripción a papel de la pista sonora de la entrevista, y de la revisión minuciosa del material.

Referencias

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Fecha de último acceso: 26 de febrero de 2019.

PARTE 2

Catadoras(es) de materiais recicláveis no México: Realidade e condições de trabalho

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Hacia la construcción de un perfil sociodemográfico de los pepenadores en CuernavacaUna vulnerabilidad de base económica

Nancy Merary Jiménez Martínez1 Clarissa de Castro Lima Tribst2

Resumen

La pepena de los residuos es uno de los oficios más comunes de la informa-lidad urbana. Este capítulo pretende, a partir de la elaboración de un perfil so-ciodemográfico, conocer las características sociales, demográficas, económicas y laborales de los encargados de la valorización de los residuos en las calles de Cuernavaca. Los resultados apuntan hacia un perfil envejecido y con rostro fe-menino en el cual se condensa una serie de desigualdades que tienen su origen en una causa económica. Palabras clave: pepena; informalidad; residuos sólidos urbanos; inclusión social.

Resumo

Os catadores de residuos sólidos executam um dos ofícios mais comuns da informalidade urbana. Este capítulo pretende, a partir da elaboração de um perfil sociodemográfico, conhecer as características sociais, demográficas, eco-nômicas e de trabalho dos encarregados da valorização dos resíduos sólidos nas ruas de Cuernavaca. Os resultados apontam a um perfil envelhecido e com rosto feminino, no qual se condensa uma série de desigualdades que têm sua origem em uma causa econômica.Palavras-chave: catadores, informalidad, residuos sólidos urbanos, inclusão social.

1 Dra. Estudios Urbanos y Ambientales, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM-UNAM). Av. Universidad s/n Circuito 2, CP 62210.Col. Chamilpa, Ciudad Universitaria de la UAEM, Cuernavaca, Morelos. México. [email protected]

2 Ingeniera Ambiental. Maestrante en Saneamiento, Medio Ambiente y Recursos Hídricos en la Universidad Federal de Minas Gerais (Escola de Engenharia/UFMG). Avenida Antônio Carlos, 6627, Bloco 1, Sala 4619, Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil.

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Introducción

Son diversos los nombres que se utilizan para referirse a uno de los oficios más antiguos de las ciudades (MEDINA, 2007), aquél que tiene como actividad principal la extracción de materiales de los residuos.

Scavenger, vocablo en inglés, es a pesar de su connotación despectiva el término más utilizado en la literatura. En México les llamamos pepenadores. Sin embargo, la tarea de buscar alternativas del lenguaje para nombrarlos ha llevado a la utilización de términos como recuperadores, cartoneros, co-lectores, recolectores o recicladores. Actualmente waste picker, un término genérico que ha logrado cierto consenso en tanto es resultado de la delibe-ración acontecida en la 1ª Conferencia Internacional de Recuperadores cele-brada en Colombia en 2008 y trata de imponerse en la construcción nominal para referirnos a este grupo de trabajadores.

Para nosotras, llamar a un pepenador como recuperador de residuos es un eufemismo que no hace justicia a su trabajo realizado. La recuperación no transmite la idea de la extracción, selección, acomodo, transporte y acopio de los materiales valorizables que, sin este trabajo, están a punto de desa-provecharse. De este modo, para nosotras, el vocablo pepenador no tiene un carácter despectivo y reconoce en este trabajo una actividad capaz de otorgar valor a dichos residuos. De estos trabajadores trata el presente capítulo: de sus principales características sociodemográficas y de sus condiciones de trabajo.

La importancia de este grupo social no es menor. Según datos del Banco Mundial, aproximadamente dos millones de personas en el mundo se de-dican a esta actividad (BANCO MUNDIAL, 2012) y de acuerdo a la ONU, los pepenadores realizan entre el 50% y el 100% de la recolección de residuos só-lidos en la mayoría de las ciudades de los países en desarrollo (PNUD, 2010).

El capítulo se organiza de la siguiente manera, en la primera parte se expone una revisión de la literatura sobre esta actividad informal para ofrecer un panorama de las visiones contemporáneas que sobre esta im-peran. En la segunda parte se expone la metodología y herramientas se-guidas durante el trabajo de campo para la elaboración y levantamiento de la encuesta sociodemográfica. Una tercera parte expone los resultados obte-nidos y los presenta en dos secciones, primero se presentan las caracterís-ticas sociales y demográficas de los pepenadores y en un segundo momento las condiciones laborales de los pepenadores en Cuernavaca. Al final se ex-ponen las reflexiones finales.

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1 Miradas sobre la pepena

Los trabajos pioneros sobre los pepenadores surgieron poco después de las primeras reflexiones sobre la informalidad. Donde ésta era entendida como actividad económica organizada fuera de la fuerza de trabajo y llevada a cabo por un grupo urbano marginal (LOMNITZ, 1975; BERTHIER, 1983).

Las visiones contemporáneas permiten identificar dos aproximaciones que orientan la investigación sobre los pepenadores.

La más desarrollada, en razón del enfoque que impera en la problemati-zación y solución de la cuestión acerca de los residuos sólidos, privilegia una visión tecnológica y utilitaria de la pepena. Desde esta perspectiva, la pepena se reconoce como una actividad integrada en el manejo de los residuos y por lo tanto funcional para abordar el problema de su gestión (MUTENGA; MU-YAKWA, 1999). Algunas de sus contribuciones son: ambientales, ya que fa-vorece la disminución de los residuos depositados en los sitios de disposición final (FLORES; VALLADARES; CHÁVEZ, 2015); materiales, porque conlleva a la valorización de los residuos (ARZATE; VELASCO; ESPINOSA, 2015) y fa-vorece al reciclaje (ADEYEMI; OLORUNFEMI; ADEWOYE, 2001); económicas, en la medida en que se plantea como fuente de empleo (SALCEDO et al., 2015; MCLEAN, 2000) y con el consentimiento del gobierno (QUINTANA; CON-TRERAS; PALOS, 2015).

Sin embargo, en esta línea hay quienes mantienen una postura crítica al respecto y cuestionan la habilidad de este sector informal para generar empleos seguros (DE KOCK, 1986) en tanto corresponde a una estrategia de sobrevivencia en respuesta a la pobreza urbana (TEVERA, 1993) y lo concep-tualizan como resultado de la falta de recolección selectiva en las ciudades (AGUILAR; OJEDA; RIVERA, 2015), como una actividad ineficiente (JÁUREGUI et al., 2015), como producto de la negligencia normativa que impera en los sitios de disposición final (GUEVARA-MARTÍNEZ; ROBLES-PIÑA; MORENO, 2015) o, en términos más amplios, como una actividad que se desarrolla en condiciones inhumanas e inapropiadas cuando las reglas informales han sobrepasado el marco legal (VENEGAS; BERNACHE, 2015).

La segunda corriente de investigación ha tenido como preocupación central la construcción de un perfil de los pepenadores. Los esfuerzos analí-ticos se han orientado a caracterizar las condiciones socioeconómicas (DO-MINGOS, 2001; RALFE, 2007), de trabajo (RUBIO, 2015), de salud (GALON; MARZIALE, 2016), los beneficios socioeconómicos que reportan (MASOCHA, 2006) así como a establecer comparaciones entre ellos (ALENCAR; CAR-NEIRO, 2015).

Los resultados apuntan que el perfil de este grupo social es de bajo nivel de escolaridad, y que la entrada de los trabajadores en la pepena se debe al

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desempleo y las dificultades para su inserción en el mercado. En suma, re-conocen que esta población sufre varios tipos de carencias que devienen en marginalización, prejuicios y exclusión social (Castilhos Junior et al., 2013).

Esta línea de investigación ha dado lugar al surgimiento de estudios orien-tados a reflexionar sobre los procesos y mecanismos para la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los pepenadores (ALENCAR; CARNEIRO, 2015). Desde esta mirada se ha sugerido una inclusión socio-productiva de los mismos, dando cuenta que la solución de sus condiciones trasciende un enfoque estrictamente técnico (CAVALCANTI; ALENCAR, 2015).

Los resultados apuntan a la inclusión de estos trabajadores en los pro-cesos de planeación y reformas de los sistemas de manejo de residuos sólidos en las ciudades (NZEADIBE, 2008). E identifican al gobierno, los propios tra-bajadores y las organizaciones de la sociedad civil como actores clave para lograrlo (RUBIO, 2015).

En este sentido abunda la documentación y análisis de casos que toman como objeto de investigación la formación de cooperativas como mecanismo de inclusión social para los pepenadores (CIRNE et al., 2015; TIRADO-SOTO; ZAMBERLAN, 2013; DIAS, 2002; DIAS, 2016, NAVARRETE-HERNÁNDEZ; NA-VARRETE-HERNÁNDEZ, 2018). Específicamente se ha avanzado en la con-cepción de las cooperativas como un modelo de organización apropiado para este grupo de trabajadores, en la medida en que les permite una articulación sociopolítica que posibilita su inserción en la gestión pública (CIRNE et al., 2015).

Así, la construcción de esquemas de organización para el reconocimiento de los pepenadores como actores de la gestión de residuos sólidos, no sólo trasciende la visión técnica imperante en la construcción de los residuos como asunto público, sino que legitima su actividad al admitir que sus de-mandas no parten de consideraciones ambientales sino económicas. Esto es, están relacionadas con la pobreza resultante del subdesarrollo, la falta de capacidades o el intento por obtener otras formas de empleo y la demanda industrial por materias primas a bajo costo (MEDINA, 2000).

Lo anterior permite identificar los aspectos fundamentales de la pro-blemática de los pepenadores. Por una parte que sus condiciones de vida y de trabajo son injustas; por otra, que los procesos que conlleven a su orga-nización son necesarios para aprovechar sus contribuciones. Y finalmente, que si su incorporación a la gestión tiene como punto de paso obligatorio la generación de estructuras adecuadas para emplearse de manera digna, el responsable de atender y dirigir esta cuestión es el poder público.

A raíz de la revisión de la literatura encontramos que se ha prestado menos atención a construir el perfil de los pepenadores que trabajan en la calle con relación a quienes desarrollan su actividad en sitios de transfe-

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rencia o de disposición final (SAMSON, 2010), quizás porque para los estu-diosos de la gestión de los residuos sólidos, ésta comienza una vez que los re-siduos han sido recolectados y se enfocan en las infraestructuras para éstos diseñados. Es decir, las calles no forman parte del escenario observado por los investigadores técnicos. O bien por las dificultades metodológicas para el levantamiento de la información (dada la naturaleza informal de la actividad y la movilidad de este grupo de trabajadores en las ciudades). Así, nuestra in-tención es construir un perfil sociodemográfico de los pepenadores de Cuer-navaca para conocer sus características más relevantes de estos trabajadores informales que forman parte del manejo de residuos sólidos, identificar sus vulnerabilidades y necesidades y dotar de información a los tomadores de decisiones.

2 Metodología para capturar las características de la pepena en Cuernavaca

Cuernavaca es la capital de Morelos, un estado situado en el centro de México. Alrededor de esta ciudad se conforma la zona metropolitana más importante de dicha entidad3, donde se generan diariamente más de mil to-neladas de residuos sólidos urbanos, el 58% del total estatal4. Sin embargo, a pesar del alto volumen y de la importante proporción de subproductos valo-rizables en él contenidos5, los residuos no se valorizan “de manera óptima y formal, […] el único porcentaje que actualmente es sujeto de revalorización es aquél derivado de la ‘pepena’ informal, el cual se trata de un volumen ineficiente e insuficiente comparado con el potencial de revalorización exis-tente” (MORELOS, 2017, p. 15).

En este sentido, el Programa Estatal para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos para el Estado de Morelos (PEGIRS) reporta la pepena en casi todos los municipios de la entidad. Los pepenadores son identificados en la etapa de transferencia y transporte y principalmente en los sitios de dispo-sición final (MORELOS, s/f, p. VII 20).

El trabajo de campo se realizó en Cuernavaca, donde identificamos acti-vidades de pepena en las calles. Aunque el Reglamento de Aseo6 prohíbe la segregación, pepena o selección de subproductos de los residuos sólidos en

3 La Zona metropolitana de Cuernavaca se define a partir de una conurbación intermunicipal integrada por ocho municipios, cuenta con 983,365 habitantes que representan el 51.65% de la población total de la entidad. (SEDATU 2018)

4 Cálculos propios con base en Morelos (2017)5 De acuerdo al PEPGIRS del Estado de Morelos los residuos se componen de la siguiente manera

52% orgánicos, 20% otros, 13% plásticos, 9% papel, 4% vidrio, y 2% metal. 6 Véase el Art. 72 del Reglamento de Aseo Urbano del Municipio de Cuernavaca, vigente desde

julio de 2008.

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y de la vía pública, los contenedores, las bolsas, los recipientes, los predios baldíos y los vehículos donde se les transporte.

Nuestra observación empírica nos permitió distinguir entre pepenadores formales e informales. Los primeros corresponden a trabajadores del ayun-tamiento que realizan una prepepena en su jornada de trabajo: durante el barrido manual de las principales avenidas o en la ruta de recolección domi-ciliaria de residuos sólidos; es decir, se trata de un subsistema simultáneo al sistema de empleo formal que opera a partir de la extracción de los residuos valorizables como medio para complementar sus ingresos. Los segundos son aquellos trabajadores informales que realizan la pepena de los residuos va-lorizables en las calles antes de que el camión realice su ruta de recolección y posteriormente los venden como medio principal de subsistencia. Nuestra unidad de análisis fueron estos pepenadores informales de las calles.

El trabajo de campo

Un perfil es un esbozo que dibuja los rasgos generales de la identidad de algo. La intención de construir un perfil sociodemográfico responde a la preocupación de conocer a un grupo de población, cuya actividad laboral no sólo “es evidencia irrefutable de la desigualdad y la injusticia social” (CER-VANTES; PALACIOS, 2012, p. 98) sino que también corresponde a una iden-tidad ampliamente estigmatizada.

De ellos quisimos conocer quiénes son, cuáles son sus características más relevantes, así como saber qué piensan de su trabajo y cómo lo organizan. A fin de lograr una descripción sociodemográfica aplicamos un instrumento de investigación cuya herramienta básica fue la encuesta. El producto de ésta fue un conjunto de datos cuantitativos y cualitativos.

Esta herramienta se dirigió a las personas que realizan la pepena en las calles de Cuernavaca. Debido a la estigmatización de la que son objeto, así como la prohibición de esta actividad, la identificación de los trabajadores y la realización de la encuesta fueron in situ; es decir, se los encuestó en las calles durante la pepena misma7.

En Cuernavaca hay 28 rutas de recolección de residuos para cada una de las dos zonas en que se divide la ciudad para la prestación de este servicio8. El levantamiento de las encuestas se realizó en ambas zonas de acuerdo a los días en que en éstas se realiza la recolección. La zona Oriente tiene reco-

7 Consideramos que tanto la estigmatización como la prohibición de la pepena fue el motivo por el cual dos personas, al momento de ser invitarlos a responder la encuesta, negaron realizar dicha actividad y seis más no aceptaron participar en la misma.

8 Véase la página oficial del Ayuntamiento de Cuernavaca http://www.cuernavaca.gob.mx/?pa-ge_id=4361 (Consultada en julio de 2018)

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lección los días lunes, miércoles y viernes, y la zona Poniente los días martes, jueves y sábado. El horario de recolección en ambas es matutino, comienza a las 6:30 horas, aunque eventualmente puede extenderse hasta las 17:30 horas.

Las encuestas se levantaron los días martes tres, lunes nueve, jueves doce y viernes veinte del mes de julio de 2018 en un horario de 7:30 a 12:00 horas. En la zona Oriente se levantaron encuestas en 17 de las 28 rutas9, mientras que en la zona Poniente en 16 de las 28 rutas10. Se realizaron 26 encuestas en total.

Para la aplicación de la encuesta no tuvimos ningún sesgo de género, de edad o de discapacidad. Lo mismo se invitó a responder la encuesta a hombres, mujeres, personas de la tercera edad y personas con alguna disca-pacidad física, siempre y cuando ésta no impidiera la comunicación11.

Quisimos encuestar a todos los pepenadores que encontráramos. Esa fue nuestra población objetivo. A todos se les informó del objetivo de la in-vestigación y se les comunicó la confidencialidad en el tratamiento de sus nombres. Detuvimos el proceso de recolección de datos, una vez que los pe-penadores que encontramos en las calles habían sido ya encuestados o se habían negado a participar. Aunque no podemos afirmar que se trata de un censo de pepenadores, reconocemos que, debido a la cobertura geográfica y a la identificación reiterada de aquellos trabajadores informales ya encues-tados, se trata de una muestra representativa de dicho grupo social.

Nuestro instrumento de recolección de datos abordó cuestiones demo-gráficas generales: sexo, edad, nivel de escolaridad, ubicación de la vivienda y si el entrevistado contaba con algún servicio de salud. Asimismo recolec-tamos información sobre las condiciones en que se desarrolla la pepena: la rutina que impone esta actividad, los horarios, los recorridos, los tipos de residuos valorizados, conocer si es la principal fuente de ingresos y a cuánto ascienden éstos y sobre la existencia y pertenencia a alguna organización de trabajadores.

La información aportada por la descripción sociodemográfica nos per-mitió aproximarnos a conocer quiénes son los pepenadores de las calles de Cuernavaca. Una vez que se analizaron los datos emergieron las primeras pistas para identificar vulnerabilidades y necesidades de este grupo social que precisan ser consideradas por los tomadores de decisiones. A conti-nuación las presentamos.

9 Rutas 1, 2, 4, 5, 6, 7, 12, 13, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 24, 25, 27.10 Rutas 2, 3, 4, 5, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20, 21, 22.11 Cuatro de nuestros encuestados manifestaron algún trastorno del lenguaje.

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3 La pepena en las calles de Cuernavaca: la dimensión socioeconómica

Características sociales y demográficas de los pepenadores: una acumu-lación de vulnerabilidades

Como mencionamos anteriormente, se realizaron 26 encuestas a pepe-nadores informales, 14 hombres y 12 mujeres. La Tabla 1 muestra las princi-pales características por sexo, edad y escolaridad de los encuestados.

Tabla 1. Principales características sociodemográficas

Hombres Mujeres

Cantidad 14 12

Edad Promedio 61,2 61,9

Mediana 63 61

Escolaridad Analfabetas 3 5

Primaria incompleta 2 3

Primaria completa 4 1

Secundaria completa 2 2

Bachillerato incompleto 2 1

Bachillerato completo 1 0

Con relación a la cantidad de encuestados, un primer hallazgo nos revela la importancia de la pepena para las mujeres. Si bien es cierto que México tiene una baja participación laboral femenina (38%) (OCDE, 2018); la pepena es una actividad en la que las mujeres se incorporan de manera importante. Los resultados de la encuesta indican que la fuerza femenina representa el 46%.

La presencia de las mujeres en la pepena deriva de una fuerte carga eco-nómica sobre ellas porque asumieron la jefatura del hogar al morir su pareja, porque experimentan el desempleo masculino o ante la insuficiencia de los ingresos. Entre ellas, tres están a cargo del mantenimiento de hijos con dis-capacidades y una de su esposo enfermo.

“Yo me ayudo con esto porque se murió mi esposo y tengo mi chamaco, estoy sola con mi hijo que no ve, nomás que él no sale a trabajar porque está malo de su vista (…) como ya no me dan trabajo (…) pues no me están preguntando pero no me dan de trabajar de casa porque no me queda

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bien a mí el trabajo porque de este ojo no veo bien y con este sí pero veo un poquito borroso, […] y con esto, lo que vaya yo vendiendo, cartón, PET, cuadernos, todo eso…pues es poquito, no es mucho pero de ahí me man-tengo” (Sra. M. 67 años, anteriormente pepenadora en sitio de transfe-rencia y ahora pepenadora de calle).

Para las mujeres autoempleadas en la pepena, esta actividad representa una oportunidad o una alternativa para atender sus labores domésticas, de cuidados y solventar sus necesidades de sobrevivencia.

“Yo no salgo a ningún lado, es que tengo una niña inválida y no la puedo dejar, todo el día está acostadita en la cama, no salgo muy lejos porque no la puedo dejar. Vivo de aquí, porque mi esposo ya no trabaja también está enfermo y no trabaja y luego de aquí tengo que sacar para los pañales, me las veo duras, pero ahí voy (…) tengo como seis años que junto, pero no salía hasta por acá, juntaba por ahí cerquita. Yo salgo a las seis y ahorita ya me voy y me pongo a hacer mi quehacer en la casa y ya no salgo” (Sra. M. 78 años, pepenadora desde hace 6 años).

Esta es una de las primeras dinámicas de género que emerge de nuestro análisis. La participación de las mujeres en la pepena se ve constreñida por las labores que ellas realizan en sus hogares.

El factor etario

La edad juega un papel fundamental en la composición de este grupo de trabajadores. El promedio de edad del grupo es de 61 años. Sin embargo, 17 personas del grupo tienen 60 años o más de edad, de las cuales 11 son mu-jeres. Mientras que de las nueve personas menores a 60 años, 8 son hombres. Nuestros hallazgos perfilan que la pepena en Cuernavaca tiene rostro enve-jecido con rasgos femeninos.

Por otro lado, los encuestados refieren su incorporación a la pepena ante la imposibilidad de encontrar empleo en otro tipo de actividad en razón de su avanzada edad.

“Bueno, yo como ya soy de avanzada edad, ya soy veterano pues, a mí ya no me dan ni para barrer, ya dicen ‘este viejito ya no sirve para nada’, por lo regular todas las empresas a mí ya no me contratan” (Sr. J. 76 años, pensionado y pepenador desde hace siete años).

La mayor parte de los encuestados tuvieron antes otros empleos infor-males, algunos fueron albañiles, comerciantes, trabajadores del campo, em-

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pleadas domésticas o jardineros y actualmente no reciben ninguna pensión. De tal suerte que 10 de los 12 pepenadores más envejecidos forman parte del 26% de la población mayor a 65 años que no reportó ingresos por pensión o jubilación según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, ENIGH, 2016 (INEGI, 2016). Ante este panorama, la pepena representa para ellos un mecanismo para la obtención de sus ingresos.

“Como le digo, yo trabajé como treinta años en las obras, nada más que ahora ya no me quieren dar [trabajo] y pues ahora me tengo que dedicar por ahí a esto pues para comer, para la luz, el agua, tengo que ir juntando para gastos de la casa” (Sr. G. 73 años, fue albañil durante 30 años, pepenador desde hace un año)

Incluso, entre los encuestados hay dos pensionados que reportan que la pensión es insuficiente para su sustento y optan por la pepena como una actividad complementaria a sus ingresos.

“Sí, trabajé en una fábrica, me pensionaron pero me dan poquito. Y ya tengo mucho tiempo en esto, unos 20 años” (Sra. M. I, 83 años, jubilada, pepenadora desde hace 20 años).

“A mí ahorita me dan una pequeña jubilación pero de esto [la pepena] yo la verdad yo no me quejo esto me da de comer, trabajé en la coca cola treinta años y desde que me salí de la coca empecé con esto, tendrá unos seis o siete años. (…) pues yo de esto…no me caen mal estos centavos, usted sabe que el dinero nunca sobra” (Sr. J. 76 años, pensionado, pepe-nador desde hace siete años).

Más de la mitad de los encuestados son personas mayores a 60 años quienes tienen en la pepena su único sustento económico. Esto indica que existe una cuestión no atendida de apoyo a esta población, que requiere de mecanismos de jubilación o pensión que garanticen su emancipación eco-nómica cuando se llega a la edad de jubilarse.

Por otro lado, vale la pena mencionar que una tercera parte de los hombres encuestados empezaron en la pepena cerca de los 24 años de edad. Y aunque todas las mujeres encuestadas, actualmente son de edad avanzada, cinco de ellas entraron en la pepena con una edad próxima a los 50 años. Situación que apunta que la pepena representa un empleo en el que perma-necen durante largo tiempo quienes en ella ingresan, este dato contrasta con lo encontrado en la literatura, ya que sólo Tevera (1993) reporta que sus encuestados han trabajado más de siete años como pepenadores.

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Lo anterior destaca dos aspectos económicos que influyen en la incor-poración de estos trabajadores a esta actividad informal. Por una parte, la falta de oportunidades de empleo para hombres jóvenes y por otra, la pre-carización de la vida de las personas, tanto de hombres como de mujeres, en edad de jubilarse.

La escolaridad

La educación es un derecho y un componente de la movilidad social, ya que normalmente es un requisito para acceder al mercado de trabajo en con-diciones dignas. Como se reporta en la Tabla 1, ocho de los encuestados son analfabetas, de éstos, cinco son mujeres. Si consideramos además a aquellos que cuentan con una escolaridad de primaria incompleta, tenemos que la mitad de los pepenadores están en situación de rezago educativo. Esta des-ventaja se acentúa en las mujeres, ya que ocho de ellas se encuentran en dicha situación.

Por otro lado, cuatro de los encuestados alcanzaron niveles de educación básicos12 (dos hombres y dos mujeres). Y cuatro más superaron la educación obligatoria (tres bachillerato incompleto y uno bachillerato completo). Si como refieren Fernández y Cardozo (2014), las habilidades cognitivas ad-quiridas durante la educación secundaria tienen un importante efecto en el acceso a la educación superior y en el tipo de empleo al que se puede ac-ceder, podemos considerar que existen otras desventajas que entraron en juego para que aquéllos jóvenes, ahora pepenadores, no pudieran alcanzar una mayor escolaridad y obtener un mejor empleo.

Sin embargo, es nuevamente el factor económico el que es referido entre los encuestados como detonante de la decisión para autoemplearse en la pepena. Entre los encuestados que superaron la educación obligatoria, la mitad encuentra en la pepena su principal medio de vida, el resto, una opción para complementar sus ingresos. Basta recurrir a lo dicho por el en-trevistado con mayor escolaridad y menor edad del grupo

“Yo terminé la prepa y estuve seis meses en la universidad (…) me dedico a otra cosa, soy almacenista y desde hace como dos años me dedico también a esto. Salgo de trabajar a las cuatro y media de la mañana y aquí empiezo como a las cinco de la mañana hasta las doce, tres días a la

12 Fue hasta febrero de 2012, cuando por decreto presidencial se modificaron los artículos 3º y 31º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y se estableció que la educación preescolar, primaria, secundaria y la media superior son deber del estado y son consideradas como obligatorias (MÉXICO, 2012).

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semana. En sí, esto nos ayuda para la economía porque los sueldos están muy bajos” (Sr. C. 30 años, almacenista, pepenador desde hace dos años).

En términos generales podemos decir que el analfabetismo o una esco-laridad muy baja no es el común de todos los trabajadores. Antes bien, la pepena es un sector de autoempleo abierto y flexible al que recurren trabaja-dores con una escolaridad variada, los cuales se insertan en la informalidad en un contexto caracterizado por el desempleo y los bajos salarios.

Servicios de salud

En cuanto al acceso a servicios de salud para este grupo de trabajadores, encontramos que 19 encuestados cuentan con algún servicio de salud, de los cuales once son mujeres. Mientras que siete de los ocho sin acceso a dichos servicios son hombres.

Entre los trabajadores que cuentan con servicios de salud, 13 tienen acceso al Seguro Popular y seis cuentan con Seguro Social13, ya sea por jubilación o por registro gracias al trabajo de algún hijo.

Este panorama coloca a los trabajadores de la pepena en una doble vul-nerabilidad, donde la precariedad laboral se extiende a una precariedad en la salud. Lo primero porque su trabajo, carente de protección, entre otros fac-tores, los expone más a peligros físicos y riesgos a la salud que aquellos ocu-pados en puestos similares con mejores condiciones de trabajo. En segundo lugar, porque el servicio de salud al que pueden recurrir es también precario, ya que no logra ejecutar de manera efectiva lo que está previsto en la Ley General de Salud que le dio origen, a saber, proveer un servicio de salud para aquella población excluida de la seguridad social convencional, como son los pepenadores identificados en esta investigación.

Prácticas y condiciones laborales de los pepenadores en Cuernavaca

En México, el mercado laboral es la fuente principal de ingresos; el 74% de la población obtiene sus ingresos a través de éste (COLMEX, 2018). De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer

13 El Seguro Popular forma parte de una política pública que pretende proteger a la población que no cuente con un seguro social de gastos médicos (véase la página oficial del Seguro Popular en México, http://www.seguropopular.org/), mientras que el Seguro Social corresponde a una prestación proveniente del trabajo formal que implica no sólo la atención médica sino la admi-nistración de los recursos para el retiro de los asegurados (véase la página oficial del Instituto Mexicano del seguro Social http://www.imss.gob.mx/conoce-al-imss). Consultadas en julio de 2018.

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trimestre de 2018 todas las modalidades de empleo informal14 sumaron a 30 millones de personas, lo que significa que el 56.7% de la población ocupada en México se emplea en actividades informales (INEGI, 2018).

Dada la importancia de esta proporción de la población, adentrarnos en las condiciones en las que los pepenadores ejercen su trabajo permite aclarar uno de los gradientes de precariedad del empleo informal. A continuación exponemos sus principales características, ya resumidas en la Tabla 2.

Tabla 2. Condiciones de trabajo de la pepena

Parámetros Hombres Mujeres

Tiempo como pepenador (años) Menos de 1 3 1

De 2 a 5 4 2

De 6 a 10 3 5

Más de 10 4 4

Días de trabajo en la semana 3 días 6 8

4 días 1 0

5 días 0 2

7 días 7 2

Recorrido (km) Moda 8.0 3.6

mayor que 1.5 1 1

entre 1.5 e 3.0 3 3

entre 3.0 e 5.0 4 6

entre 5.0 e 7.0 2 2

mayor que 7.0 4 0

Servicio de salud Si 8 11

No 6 1

Tipo deservicio de salud

Seguro Social 3 3

Seguro Popular 5 8

14 Para el INEGI, el empleo informal, o medición ampliada de informalidad, añade a la definición de trabajo informal las siguientes categorías: el trabajo no protegido en la actividad agropecua-ria, el servicio doméstico remunerado de los hogares, así como los trabajadores subordinados que, aunque trabajan para unidades económicas formales, lo hacen bajo modalidades en las que se elude el registro ante la seguridad social.

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Parámetros Hombres Mujeres

Venta de reciclables Centro de acopio 14 8

Camioneta 0 4

Ingresos mensuales Hasta 600 1 3

De 3000 hasta 4500 1 0

De 650 hasta 1000 1 2

De 1000 hasta 2000 4 4

Hasta 3000 1 0

Más de 4500 1 0

La mayoría de los encuestados dedica largas jornadas al trabajo por día. Debido a que la pepena se realiza con anticipación al paso del camión re-colector (6:30 horas), la jornada de trabajo inicia a tempranas horas de la mañana.

Dicha jornada se puede dividir en cuatro momentos: (1) en casa, implica la preparación previa de los equipamientos para la pepena y tiene una du-ración aproximada de una hora15; (2) la pepena en las calles, es el núcleo de la jornada y tiene una duración aproximada de seis horas y un recorrido cuya moda es de más de 8.0 km para los hombres y 3.6 km para las mujeres; (3) el regreso a casa para el acopio, la organización y el almacenamiento de los residuos recuperados; y (4) una etapa final de venta. Cabe señalar que hay estrategias de venta que varían dependiendo de la frecuencia, los tipos de residuos recuperados y a quiénes se venden.

“Yo me levanto a las 5:30 de la mañana, es duro, un poco complicado porque ahorita llego, lo que recolecto lo vacío, selecciono y hasta que me desocupo ya como algo, ando comiendo como a las 2 o 3 de la tarde, a veces hasta las 4” (Sr. A. 67 años, pepenador desde hace 30 años)

“Yo empiezo a las cinco de la mañana, toda la semana lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, a veces cuando no hay, por ejemplo ahorita que ya vino el carro de la basura vengo a ver si por ahí hay basura y vengo recogiendo pedacitos de cartón, un bote o una botella, hoy es jueves, y mañana viernes voy con Don Paz y me regala cartón él. Yo llego a mi casa, porque lo que pasa es que yo lo llevo revuelto, en la bolsa está todo

15 Se observó que muchas mujeres llevaban un delantal y sombrero o gorra. Y casi todos los en-cuestados utilizaban playera o camisa de manga larga. Generalmente se utiliza un diablito y bolsas de plástico grandes para el traslado de los reciclables.

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revuelto, pero tengo que separar, no es mucho, es como media bolsita de PET, unas cuatro botellas de duro16, y ya las separo y las llevo a vender. No gano mucho tampoco” (Sra. M. I, 83 años, jubilada y pepenadora desde hace 20 años).

Las etapas identificadas aplican a la mayoría de los pepenadores; es decir, no podemos advertir que no hay evidencia que apunte a una estricta división del trabajo por sexo en la pepena. Sin embargo, la frecuencia de la pepena no es la misma para todos. Nueve encuestados pepenan diariamente y 14 lo hacen exclusivamente en los días en que el camión recolector realiza su ruta por la zona donde ellos habitan. De manera general, las mujeres trabajan en los días que coinciden con la ruta de recolección, mientras que la mayor parte de los hombres lo hacen diariamente.

Estas son las diferencias de género más importantes que encontramos y tienen estrecha relación con las horas trabajadas y el recorrido que rea-lizan, generalmente las mujeres trabajan menos horas y recorren menos ki-lómetros en razón de las tareas domésticas y de cuidados que cumplen en sus hogares.

De forma general podemos señalar que las zonas donde estos trabaja-dores realizan la recuperación de los materiales son cercanas a sus viviendas. Casi todos los encuestados (24) habitan en barrios populares dentro de la ciudad; de entre ellos, uno hizo referencia a su vivienda como a un “techo” y otro que se encuentra en situación de calle. Estos resultados contrastan con lo encontrado por Dias (2002) quien reporta una amplia cantidad de pepena-dores en situación de calle en Belo Horizonte, Brasil.

En cuanto a los niveles o tipos de organización que existen entre los pe-penadores, encontramos que ninguno forma parte de alguna organización, cooperativa, o frente de pepenadores. Aunque sabemos que en Morelos existen por lo menos cuatro tipo de asociaciones que representan, entre otros, los intereses de este grupo de trabajadores: la Confederación Nacional de Industriales de Metales y Recicladores, el Nuevo Grupo Sindical (NGS), la Coordinadora de Recolectores y Pepenadores del Estado de Morelos y la Fe-deración de Recicladores y Recolectores del Estado de Morelos (FREREM).

Esta condición informa sobre la invisibilización de este grupo de tra-bajadores. Ya que consideramos que en las organizaciones se construye un espacio de discusión que al mismo tiempo los hace reflexionar sobre su ac-tividad, reconocer sus propias problemáticas y presentarlas frente al go-

16 El plástico duro hace referencia a una de las dos modalidades de polietileno de alta densidad que actualmente se pueden reciclar en México. La otra es el llamado plástico soplado.

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bierno. Así como para establecer mecanismos para mejorar sus condiciones de trabajo y de venta.

Ingresos

Para la formación y administración de los ingresos encontramos que hay variadas estrategias. Por ejemplo, 22 encuestados venden los materiales recuperados a un centro de acopio, de ellos 14 son hombres. Mientras que, quienes venden a las camionetas conocidas como “fierro viejo que venda” son exclusivamente mujeres. Esto indica que estas mujeres no logran maxi-mizar sus beneficios económicos, ya que están condicionadas a los valores de compra que imponen dichos compradores itinerantes.

Por otro lado, se observó que la frecuencia de venta de los reciclables puede ser diaria, semanal, quincenal o mensual, lo que depende de la con-veniencia percibida por el pepenador. Los elementos considerados son: la distancia recorrida durante la pepena y la localización del centro de acopio más próximo a la zona, así como la disponibilidad y disposición para alma-cenar dichos residuos en su hogar.

Por ejemplo, de los que venden sus reciclables en centros de acopio, hay quienes los almacenan en su vivienda hasta alcanzar una unidad de medida llamada “camionetada”. Es decir, la cantidad mínima de reciclables que puede ser recolectada por un vehículo procedente del centro de acopio, con el cual previamente han establecido alguna negociación. Asimismo, hay otros pepenadores que establecen negociaciones más inmediatas, esto es, quienes después de la pepena buscan el centro de acopio que pague el mayor precio por los reciclables.

En este sentido, los resultados apuntan que los ingresos de los pepena-dores se ven afectados principalmente por los precios de los reciclables que puedan obtener. En esto radica la importancia de las negociaciones o el es-tablecimiento de acuerdos con los centros de acopio. Todos los encuestados se refieren a dichos precios como inestables y aseguran que esto provoca variaciones en sus ingresos y a menudo bajas ganancias.

Por otro lado, en relación a los tipos de residuos recuperados, presen-tados en la Gráfica 1, se observa que los más frecuentes para ambos sexos, corresponden a cartón, PET y aluminio.

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Gráfica 1. Tipos de residuos recuperados por pepena

12

10

8

6

4

2

0

Cartón

PET1

Alumíni

o

Fierro

viejo

Plástic

oPap

elLa

tas

Soplado2

HDPE3

Ropa/Zap

atos

Aceite

de carr

oCab

les

Núm

ero

de p

erso

nas

Hombres Mujeres(1)PET: Tereftalato de polietileno(2)Soplado: una de las dos modalidades de polietileno de alta densidad (PEAD)(3)HDPE: High Density Polyethylene) o PEAD.

A partir de la Gráfica 1 no podemos afirmar que los hombres monopo-lizan la recolección de los materiales más valiosos, pero sí encontramos que la recuperación de metales (aluminio, fierro viejo y latas) es más frecuente entre la población masculina. En tanto que el residuo recuperado de manera más asidua por las mujeres es el cartón, el cual es también el más barato.

Un aspecto importante que subyace en el análisis de los tipos de residuos recuperados es que el objetivo principal de la recuperación es la valorización a través de su venta, y no el consumo personal como se indicaba en los tra-bajos pioneros (BERTHIER, 1980). Lo mismo aplica para los pepenadores que recuperan otros artículos como ropa, zapatos o residuos de aparatos eléc-tricos o electrónicos.

“y con las chácharas que voy encontrando o sea las cositas que voy en-contrando, ropita, zapatos, juguetitos…las señoras que ponen bazares ya me conocen y luego yo les vendo, les digo ‘traigo zapatos, traigo ropita, juguetes…algo. Ya más o menos me hago a la idea, ya saco más o menos lo de la macuarreada, unos $150 pesos” (Sr. J.M. 48 años, alcohólico, pepe-nador desde hace 20 años).

En términos generales, el nivel de ingresos de los pepenadores es va-riable. De manera que no se puede establecer una relación directa entre la frecuencia de la venta, la extensión del recorrido o la variedad de los reci-clables recolectados.

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Sin embargo, sí se puede observar que hay dos elementos que podrían explicarnos estas diferencias. Por un lado, el tipo de estrategias de venta que se vincula con las habilidades y capacidades de los pepenadores para estab-lecer relaciones con los actores de los mercados informales para la venta de los reciclables. Por el otro lado, los resultados indican que el sexo está rela-cionado con el ingreso percibido, por ejemplo, las mujeres pueden alcanzar ingresos hasta $2000 mensuales, mientras que los hombres más de $4500 mensuales. Lo que reporta una brecha en los ingresos entre hombres y mu-jeres. Este resultado coincide con lo encontrado por Crivellari et al. (2008) quienes señalaron que en el sector informal de la recuperación de los re-siduos los hombres, de manera consistente, ganan más que las mujeres.

4 Reflexiones finales

La construcción del perfil de los pepenadores en Cuernavaca, nos per-mitió caracterizar una situación de vulnerabilidad en dicha población. Los resultados no pretenden ser generalizados a otras ciudades ni del estado de Morelos ni de otras partes de México. Antes bien, demuestran que sólo a través de un análisis contextual y específico de las condiciones locales se puede obtener una visión de quiénes son los pepenadores, por qué ingresan a esta actividad y qué tipo de estrategias desarrollan para realizarla.

En el caso de los pepenadores de Cuernavaca encontramos que sus vul-nerabilidades se relacionan y se ven afectadas por (1) la acción pública: debido a que el propio reglamento de aseo urbano prohíbe expresamente la pepena y la coloca como una actividad ilegal promueve la invisibilización de las contribuciones de estos trabajadores y no permite que esta temática sea reconocida en sus causas económicas.

De tal suerte que la inacción pública tiene su raíz en una falta de claridad sobre la causa de la pepena. Los resultados indican que la configuración de ésta se vincula con tres categorías socioeconómicas. (a) La edad: jubilarse/llegar a una edad avanzada implica hacerse vulnerable en términos finan-cieros. (b) La ocupación: perder el empleo y autoemplearse en la pepena refleja la imposibilidad del mercado para reinsertar a esta población en el empleo formal. (c) Relaciones de género: para las mujeres, perder la fuerza de trabajo del cónyuge significa exponer a todos los que dependen de él a una vulnerabilidad financiera, incluso a ellas, las cuales asumen la responsabi-lidad financiera del hogar y encuentran en la pepena a una oportunidad de autoemplearse.

Por otra parte la prohibición de la pepena no es el único factor que la in-visibiliza en el manejo de los residuos sólidos. Un segundo factor es la falta de desarrollo de espacios de discusión que posibiliten insertar el asunto de

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la incorporación de estos trabajadores en otros ámbitos de la gestión de los residuos sólidos.

(2) Las prácticas sociales en el manejo de los residuos sólidos: la mayor parte de la población de la ciudad desecha sus residuos sin realizar la sepa-ración de los mismos, como lo indica la Ley de Residuos Sólidos del estado de Morelos. Sin embargo, como la propia ley indica, la gestión de los residuos sólidos se basa en principios de minimización, valorización y manejo am-bientalmente efectivo, económicamente viable y socialmente aceptable de los residuos sólidos, por lo que también deben desarrollarse mecanismos para hacerla efectiva y pautar dichas prácticas.

(3) Las relaciones imperantes en el sector de los residuos: del mismo modo que el desarrollo de las relaciones entre los pepenadores y los inter-mediarios de los centros de acopio juega un papel importante en la inte-gración de los ingresos y en la gestión de los mismos, consideramos que la falta de una organización que represente los intereses de estos trabajadores en Cuernavaca, dificulta el reconocimiento de sus contribuciones al sistema de gestión de residuos sólidos de la ciudad e imposibilita la mejora de sus condiciones de vida y trabajo.

En este sentido, construir y analizar el perfil sociodemográfico de estos trabajadores no solo guarda una importancia académica sino que es un insumo para el diseño y desarrollo de nuevos enfoques que deriven en ac-ciones públicas relacionadas con la gestión de los residuos sólidos. Es decir que el perfil sociodemográfico sirva como un instrumento que provea otra mirada para el establecimiento de una política de los residuos sólidos en Cuernavaca que avance las visiones tecnológica del sistema de gestión y uti-litaria de la pepena.

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Estudio de Tres Grupos de Pepenadores de Residuos en la Zona Metropolitana de Guadalajara

Gerardo Bernache Pérez1 Deborah Lucero Sobarzo2

Resumen

El objetivo de este capítulo es analizar las condiciones de trabajo y la valo-rización de residuos que realizan tres grupos de pepenadores en la zona metro-politana de Guadalajara. La separación de residuos sólidos urbanos que realizan los pepenadores es una actividad esencial que da lugar a la valorización de los residuos.

En este capítulo abordamos las condiciones de vida e identidad social de los pepenadores en Guadalajara, la organización y las condiciones laborales, la co-mercialización de materiales y los ingresos, y los montos de subproductos sepa-rados que generan los tres grupos de pepenadores.

Los pepenadores valoran el trabajo independiente, por la flexibilidad y el in-greso que genera. Su identidad está bien definida y forma parte de generaciones familiares que se han dedicado a actividades relacionadas con la pepena.

Los principales tipos de materiales que se recuperan y se comercializan por parte de los pepenadores son: plástico PET, cartón, vidrio, plásticos varios, papel, plástico rígido, chatarra, aluminio y PET cristal.

Su aporte es significativo, el trabajo de selección genera más de 20 mil tone-ladas anuales de subproductos, de materiales recuperados. Un poco más del 2% del total de residuos que ingresan a los tres sitios donde se ubican los pepena-dores estudiados.

El trabajo de los pepenadores, que trabajan en condiciones sanitarias de-plorables, es de suma importancia para la gestión integral de residuos; éste es uno de los grupos sociales que más aporta, aun desde la informalidad, a la va-lorización de residuos y a partir de una separación cuidadosa de subproductos y materiales.Palabras clave: materiales valorizados, recicladores informales, residuos só-lidos urbanos, sindicatos

1 Doctorado en Antropología, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), profesor investigador Titular C, Ave. España 1359, Col. Moderna, Guadalajara, México 44190. Tel 52 (1-33) 3268-0600 ext. 3003, [email protected].

2 Maestría en Gestión Sostenible del Agua, Universidad de Zaragoza. Jefe de Educación y Gestión Ambiental en CAABSA Eagle, Morelos 2151, Col. Ladrón de Guevara, Guadalajara, México 44600. Tel 52 (1-33)3630-6446, [email protected].

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Resumo

O objetivo deste capítulo é analisar as condições de trabalho e valorização de resíduos realizadas por três grupos de pepenadores na região metropolitana de Guadalajara. A separação dos resíduos sólidos urbanos pelos pepenadores é uma atividade essencial que leva à recuperação de resíduos.

Neste capítulo, abordamos as condições de vida e identidade social dos pe-penadores em Guadalajara, a organização e condições de trabalho, a comerciali-zação de materiais e renda, e as quantidades de subprodutos separados gerados pelos três grupos de pepenadores.

Pepenadores valorizam o trabalho independente para flexibilidade e geração de renda. Sua identidade é bem definida e fazem parte de gerações familiares que se dedicaram a atividades relacionadas à pepena.

Os principais tipos de materiais que são recuperados e comercializados pelos pepenadores são: plástico PET, papelão, vidro, plásticos variados, papel, plástico rígido, sucata, alumínio e vidro PET.

Sua contribuição é significativa, o trabalho de seleção gera mais de 20 mil toneladas por ano de subprodutos, de materiais recuperados. Um pouco mais de 2% do total de resíduos que entram nos três locais onde os pepenadores estu-dados estão localizados.

O trabalho dos pepenadores, que trabalham em condições sanitárias deplo-ráveis, é de extrema importância para a gestão integral dos resíduos; Este é um dos grupos sociais que mais contribui, mesmo da informalidade, para a recupe-ração de resíduos de uma cuidadosa separação de subprodutos e materiais.Palavras-chave: materiais de valor, recicladores informais, resíduos sólidos ur-banos, sindicatos

Introducción

Se pueden identificar varios tipos de recolectores y recicladores infor-males. Unos se dedican a recolectar los residuos domiciliarios, otros son re-cicladores que trabajan en las calles, y otros más trabajan en instalaciones municipales relacionadas con el manejo de residuos sólidos urbanos.

Cada grupo tiene sus condiciones de trabajo informal y un papel en el manejo de los residuos y su aprovechamiento. Todos realizan su labor en el sector informal. Es decir, no tienen sueldo, ni prestaciones laborales. Sus in-gresos dependen de su trabajo diario, el día que no pueden trabajar no tienen ingresos.

El objetivo de este capítulo es analizar las condiciones de trabajo, el in-greso, la organización y la contribución a la valorización de residuos de los recicladores informales o pepenadores que trabajan en tres sitios de dispo-sición final y estaciones de transferencia de residuos sólidos urbanos (en adelante RSU) en dos municipios de la zona metropolitana de Guadalajara.

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Esta investigación se llevó a cabo en la zona metropolitana de Guada-lajara, donde se realizaron entrevistas a los pepenadores y a los líderes. Los grupos de pepenadores estudiados en esta investigación se ubican en tres sitios: la planta de transferencia la Cajilota (Tlajomulco de Zúñiga); el an-tiguo vertedero y ahora planta de transferencia en Matatlán (ubicado en Coyula, Tonalá); y el sitio de disposición final en Los Laureles (Tonalá).

En relación al aporte de los pepenadores o recicladores informales que trabajan en instalaciones municipales, es importante indicar que por más de siete décadas, han sido el principal agente de separación de residuos para su comercialización y aprovechamiento (reciclaje) en zonas urbanas de México (CAMARENA et al.,1986; GUILLERMOPRIETO, 1990).

Sin embargo, también se ha desarrollado una relación muy compleja entre los grupos de pepenadores, las autoridades municipales y las empresas concesionarias. Cada uno de estos tres tipos de actores tienen sus intereses, sus responsabilidades y sus ámbitos de acción.

La sociedad mexicana los ha desdeñado y los estigmatiza en su labor por el contacto con lo sucio, la basura y los desperdicios (CASTILLO, 1984; BER-NACHE, 2011). Ya Mary Douglas nos ha presentado sus ideas en relación a la percepción de limpieza y suciedad en diversas sociedades (DOUGLAS, 1966). Sin embargo, son personas que realizan una labor importante para la so-ciedad y lo hacen en condiciones de insalubridad, con riesgos a su salud y sin seguridad laboral.

Este capítulo se divide en siete secciones: la introducción; las condiciones de vida e identidad social; la organización y las condiciones laborales; los ingresos por la comercialización de materiales; los montos y tipos de ma-teriales separados; los beneficios ambientales de la pepena; la discusión y conclusiones.

1 Condiciones de vida e identidad social

La pepena predomina sobre todo en las ciudades, por ser donde hay un mayor mercado para los subproductos y también por las dinámicas que se dan en las urbanizaciones con respecto a la pobreza. Este sector informal es primordial por la cantidad de personas que ocupa, y porque cumple con una función productiva para la industria del reciclaje así como para el medio ambiente. (SANTOS; WEHENPOHL, 2001) (LONG, 2000) (VILLANOVA, 2012).Tan sólo en la ciudad de México en el año 2004 se estimaba una cantidad de 25,000 a 35,000 pepenadores(as) (MORA REYES, 2004), otro documento señala que existen 40,000 pepenadores en los sitios de disposición final en el país (OPS, 2003) y finalmente el Banco Mundial calcula que el 1% de la población de zonas urbanas en los países en desarrollo se dedican a la recol-

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ección y reciclaje de residuos, alcanzando un 2% en países de mayor pobreza (CERVANTES NIÑO; PALACIOS HERNÁNDEZ, 2012).

Muchos se inician cuando son niños acompañando a su familia: “yo tenía como 13 años cuando empecé a trabajar, pepenaba monitos, jeringuitas para aventar agua , los llevaba a la escuela…” (PEDROZA, 2017) “Estamos tra-bajando no nomás aquí también en otros tiraderos desde los 8 años” (Ro-dríguez, 2017). “Nosotros desde niños hemos andado en la basura, nosotros trabajábamos en Matatlán trabajamos allá en ¿cómo se llamaba? ¡Laureles!, fuimos a trabajar a Picachos, y de Picachos ya quedamos aquí, hemos re-corrido y conocimos mucha gente pues” (PÚA CASILLAS, 2017).

Lo interesante es que los padres fomentan en sus hijos que le den conti-nuidad a la pepena, comentan que están ahí por sus “familiares, los papás de nosotros y así se sigue y se sigue, y ahora ya nuestros hijos y todos tienen que seguir en lo mismo” (Púa Casillas, 2017). Otros motivos por los que las personas se integran a la recolección y venta de materiales reciclables del sector informal, son las crisis económicas de los países y las políticas neoli-berales que han orillado al desempleo de grandes masas de población. Estos sectores encuentran una opción en el sector informal (VILLANOVA, 2012; SANTOS; WEHENPOHL, 2001).

“Pero en otras empresas, luego, como está viejo, luego no lo quieren a uno, yo tengo ya 57 años, ya he buscado trabajo en otros lados y ya no me aceptan, he buscado de vigilante, he buscado en gasolineras y nomás no. Antes trabajaba de cargador y ganaba más, ganaba unos $300.00, $400.00 pesos, pero como uno se fue haciendo más viejo ya no daba uno el mismo rendimiento y me invitaron aquí y dije ¡pues aquí mero!” (Pepenador de Los Laureles, 2017).

Ser pepenador, a veces es la última oportunidad de ganarse la vida de manera honesta para aquellas personas que, por sus condiciones de edad, educación, antecedentes penales y otras condiciones no pueden acceder a un empleo formal.

Uno de los estímulos principales por los que la gente se desempeña de pepenador(a), es el ingreso económico que reciben, que es mucho mayor que el de los obreros de la gran mayoría de las empresas y con más liber-tades laborales. Por ejemplo, ellos manejan sus horarios, los días de trabajo y sienten que no tienen jefes a quien rendirles cuentas, es decir, “visualizan que es una actividad que deja dinero sin mucho compromiso” (OJEDA BE-NÍTEZ et al., 2013, p. 6).

De acuerdo con los entrevistados, la mayoría de los trabajadores de los sitios de estudio son hombres, aunque también ingresan mujeres. La edad

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mínima permitida por el sindicato es a partir de los 17 años sin tener una edad máxima límite, es decir, se aceptan personas de la tercera edad y según Martín Razo, del relleno sanitario Los Laureles, a éstos les otorgan más pri-vilegios el sindicato, aunque no especificó cuáles.

Es interesante conocer cómo se perciben a sí mismos los pepenadores(as) y el rol que desempeñan en la sociedad. Por ejemplo, ellos destacan que gracias a su trabajo recuperan del 30% al 40% de los residuos para su re-uso o reciclaje, cuando en la realidad, esta cifra se estima en un 5% por la actividad de pepenadores(as) de diversos tipos del sector informal (BERNACHE PÉREZ, 2015). De hecho, en este trabajo el porcentaje que se obtuvo de separación de subproductos fue de 2.15% para los 3 sitios en cuestión. Este mismo aspecto se reporta entre los pepenadores(as) de Belenes: “a los pepenadores(as) les gusta pensar que reducen mucho la cantidad de basura que va para el relleno sani-tario el Taray. Desgraciadamente, esta no es la realidad” (LONG, 2000, p. 20).

Los pepenadores(as) sienten que tienen derecho sobre los residuos por la antigüedad que tienen de trabajar con ellos y que les pertenecen, además lo consideran como “el patrimonio de sus hijos”. Se saben aguerridos cuándo al-guien interfiere con su forma de sustento y capaces de defenderse: “Cuando nos han querido cerrar el centro de trabajo, cuando nos han querido quitar el trabajo nos manifestamos como verdaderos mexicanos echando vigas y llevándonos a quien sea porque es nuestro trabajo, es el patrimonio de nuestros hijos…” (PE-DROZA, 2017). También mencionaron sentirse no reconocidos por la sociedad y que los ven como “lacras” por defender sus derechos y vivir en la basura, sería interesante indagar cómo los ve la ciudadanía. En un artículo sobre Los Belenes en Zapopan, expresan las diferentes opiniones sobre estos trabajadores: las au-toridades municipales los ven como obstáculos para las operaciones formales y amenazas a la salud pública pero también advierten que su trabajo tiene mucho valor porque cualquier reducción en los residuos es positiva. En cuanto a los pepenadores(as), también hay puntos de vista encontrados: “La sociedad cree que somos sucios y pobres, que no recibimos suficiente para comer”, mientras que otro pepenador describe “El trabajo que hacemos por la comunidad es bien importante. Reciclamos y reducimos la basura y esto es más de lo que cualquier otra persona hace. Pero nadie se da cuenta” (LONG, 2000, p. 17).

2 La organización y las condiciones laborales

La ZMG cuenta con cuatro sitios de disposición final autorizados donde se disponen los residuos recolectados: el 23.8% se destina al relleno sanitario Picachos, 22.2% a Hasar s y 50.5% a Los Laureles, el 5% restante se deposita en el relleno PASA de Ixtlahuacán. También tiene cinco estaciones de trans-ferencia donde el 57% de los residuos pasan por ahí para posteriormente ser

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llevadas al relleno sanitario (BERNACHE PÉREZ, 2015). La pepena se realiza en sitios de disposición final y estaciones de transferencia.

Existen dos formas de organización entre los pepenadores(as): los deno-minados libres por no pertenecer a ninguna asociación y los sindicalizados. Ambos tienen un líder que los coordina.

Los pepenadores(as) de la ZMG que trabajan en la estación de transfe-rencia de la Cajilota y Matatlán, así como en el relleno sanitario Los Lau-reles, pertenecen al sindicato de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) que surgió en 1992 con el nombre “Unión 5 de mayo” y se creó ante la necesidad de los pepenadores(as) de estar en una organi-zación para ser representados y defender sus derechos, sobre todo porque el mercado de los subproductos estaba cobrando importancia y había nuevos actores interesados en su comercialización que de alguna manera amena-zaban la forma tradicional de sustento de los pepenadores(as), como lo ex-presa Araceli Batres, Secretaria del Sindicato de Pepenadores(as) del estado de Jalisco de la CROC:

“Anteriormente no existían los sindicatos de pepenadores(as) aquí en el estado de Jalisco,…entonces buscamos el apoyo del licenciado Antonio Álvarez, lo buscamos y le externamos la necesidad que teníamos de per-tenecer a alguna organización, porque ya sabíamos anteriormente, que nadie nos tomaba en cuenta, nadie tomaba en cuenta ni al pepenador ni al reciclaje, pero conforme fueron pasando las décadas nos fuimos dando cuenta de que esto del reciclaje se volvió más tentativo para todos inclu-yendo políticos y no políticos, entonces vimos la necesidad de estar res-paldados en algún sindicato donde nos ayudaran y defendieran nuestros derechos como trabajadores” (BATRES, 2017).

Se tienen registrados 900 pepenadores que pertenecen a diferentes grupos organizados, uniones o sindicatos. La Tabla 1 muestra cómo se dis-tribuyen en los tres sitios estudiados.

Tabla 1. Total de pepenadores registrados en los tres sitios

Sitio MunicipioNo. de pepenadores(as) registrados

Asistencia promedio (%)

Relleno Los Laureles Tonalá 300 40%

Transferencia Matatlán Tonalá 400 40%

Transferencia La Cajilota Tlajomulco 200 60%

TOTAL 900

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Los pepenadores se asocian de acuerdo con el sitio donde desempeñan su trabajo, cada grupo tiene su propio líder o líderes y se rigen bajo condi-ciones particulares independientes a los demás grupos. La interacción entre los distintos grupos se tiene cuando hay situaciones que los rebasan y que no se pueden resolver internamente o cuando hay que tomar decisiones en común, pero según los entrevistados, sucede muy pocas veces. Cada grupo sindicalizado cuenta con una o un líder que surgieron de la misma comu-nidad de pepenadores(as) y que gracias a la aceptación de los mismos y a su desempeño, se posicionaron bajo este título:

“mi papá ha sido un líder sindical entregado a la gente, es una persona muy humilde y ha sido una persona que ha visto por el bienestar de los trabajadores, él se creó aquí como pepenador también, fue creciendo y pues bueno le agarró amor a toda esta gente, la gente lo estuvo apo-yando…” (BATRES, 2017)

Por lo general los líderes se mantienen por periodos prolongados de tiempo y en algunos casos heredan este rol: “… bueno su servidora llegó aquí en el 92, aproximadamente hace 25 años, mi papá ha sido líder hace más de 40 años y pues siempre nos ha inculcado que veamos por el bienestar de todos ellos…” (BATRES, 2017). Cada líder maneja a los grupos sindicales con sus condiciones particulares y no hay vinculación con otros grupos de la ZMG ni a nivel nacional, únicamente en casos muy específicos. Las fun-ciones que ejercen los líderes son:

• Representan a los pepenadores(as) ante las autoridades municipales, las empresas concesionarias, los compradores de material, ante el in-terior del sindicato y otros actores y gestionan con ellos las condiciones de trabajo y de la compra-venta del material;

• Deciden el ingreso de nuevos pepenadores(as) y resuelven los pro-blemas que se presenten entre ellos(as);

• Son intermediarios en la venta de los subproductos entre los pepenado-res(as) y las empresas recicladoras, ellos deciden a quien se les venden los residuos y los compran a los pepenadores(as) a un precio menor que en los establecimientos externos. De acuerdo a los líderes, esto se debe a que el material se recolecta “in situ” y les simplifican esta operación a los pepenadores(as) que en la mayoría de los casos, no tienen manera de transportar los subproductos;

• Establecen las reglas de cada sitio como la restricción en el consumo de drogas y alcohol, el horario laboral, etc.;

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• Supervisan algunos aspectos de la seguridad de los trabajadores(as), como el establecimiento de las zonas donde tienen permitido trabajar por su seguridad y la supervisión para que se respete (aunque no se les proporciona equipo de protección personal).

El liderazgo que se practica en la actualidad, a pesar de seguir siendo au-toritario y paternalista, es más flexible que hace años y solidario con las pro-blemáticas de los pepenadores(as) pero continúa manteniendo beneficios para los dirigentes a costa de los pepenadores(as): “…estas labores siguen siendo coto de poder de un grupo de individuos que en muchas ocasiones, terminan lucrando políticamente con la fuerza laboral y enriqueciéndose de forma desmedida” (CERVANTES NIÑO; PALACIOS HERNÁNDEZ, 2012). Aun así, se percibe una buena relación con el sindicato y los pepenadores(as), sin embargo, se tendría que investigar más en este tema.

Para ser parte del sindicato y poder trabajar en la recuperación de sub-productos en los sitios mencionados, es necesario ser recomendado, no hay requisitos explícitos para ingresar fuera de la documentación que se les solicita: copia del IFE, acta de nacimiento, un folder para su expediente y cuatro fotografías infantiles. La selección la realiza el sindicato de manera arbitraria. Una vez aceptados les expiden una credencial la cual tienen que presentar al ingreso del sitio para acceder.

En las entrevistas se mencionó que no existe ninguna cuota que se pague al sindicato, sin embargo, al observar en los distintos sitios de manejo de residuos, se sabe que se cobra una cuota de $10.00 pesos diarios por pepe-nador(a) sin que se tenga conocimiento a que se destinan los mismos. Por ejemplo, en el centro de transferencia de Los Belenes, cada pepenador pagaba en 1999 una cuota de $38.00 por semana para pagar un alquiler mensual de $3,000 pesos al Departamento de Aseo Público y poder acceder a la estación de transferencia y a los desperdicios depositados allí (LONG, 2000). De igual manera, en un sitio de disposición final en la ciudad de Mexicali, indican que el o la líder del sindicato administra las cuotas que los pepenadores(as) aportan semanalmente (OJEDA BENÍTEZ et al., 2013).

Sobre los beneficios que otorga el sindicato a sus asociados: los apoya económicamente en caso de muerte de algún pepenador(a), se le ofrece una compensación a la familia y se paga el funeral. En caso de accidente, más bien los compañeros son los que se organizan y aportan dinero para respaldar a la persona que sufrió el incidente, puesto que los pepenadores(as) no cuentan con seguro social. Tampoco el sindicato les provee de derechos básicos a los pepenadores(as) como vacaciones pagadas, fondo para su jubilación, etc.

En el marco legal sobre gestión de residuos no se reconoce la labor de pepena, en la norma federal NOM-083-SEMARNAT-2003 menciona que:

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“cualquier actividad de separación de residuos en el sitio de disposición final, no deberá afectar el cumplimiento de las especificaciones de operación, contenidas en la presente Norma, ni significar un riesgo para las personas que la realicen” (SEMARNAT, 2003). Por lo tanto, sobra decir que los pepena-dores(as) no tienen derechos laborales.

Como se mencionó anteriormente, cada líder sindical dirige bajos sus criterios particulares a su grupo, por ejemplo Cajilota es donde hay más reglas sobre los pepenadores(as): los horarios están definidos inclusive para ingerir los alimentos, el ingreso es a las 7.00am, de 9.30am a 11.00am es el desayuno, de 11.00 am a 2.00pm trabajo, de 2.00pm a 3.00pm comida, de 3 a 4.30pm trabajo y a las 4.30 es la salida y se entregan las credenciales. En total, el sindicato les pide que trabajen 7 horas diarias, aunque hay apertura por si alguien quiere trabajar más y tampoco pasa nada si la gente trabaja menos; después de las 7.00pm está prohibida la permanencia de los pepenadores(as) dentro del sitio. En Cajilota también se les exige que participen en la lim-pieza de las instalaciones (los baños, el área donde se realiza la pepena, etc.), y si hay pleitos se les castiga. En “Los Laureles” el horario de trabajo es de 7.00am a 7.00pm y los pepenadores(as) deciden cómo organizar su tiempo, normalmente trabajan un promedio de 6 a 7 horas. En Matatlán hay mucho más descontrol, no hay horario laboral y la gente puede entrar y salir cuando deseen, puesto que ahí viven. También se dice que hay mucha drogadicción y alcoholismo dentro del sitio.

En los tres sitios mencionados, la forma de trabajo es similar: los pepe-nadores se especializan en el acopio de un material en particular o dos, unos recopilan únicamente PET, otros, solo metales, etc. Y también van acopiando objetos útiles o de valor que se encuentren. Los subproductos los recolectan de los camiones y góndolas directamente o del área de tiro o la plataforma de transferencia, ahí con un gancho con filo toman el residuo y los depositan en costales, bolsas o bolsas jumbo. La ventaja de pepenar durante la descarga de los camiones es que hay mucho más materiales “valiosos” y la desventaja es que hay un mayor riesgo por la máquina y los demás pepenadores(as) que también compiten por los mismos residuos, mientras que en el área de tiro o transferencia hay menos riesgos y competencia por lo que personas más vulnerables pepenan ahí (discapacitados, ancianos, jóvenes).

Una vez que llenan sus sacos, se los llevan cerca de sus “sombritas” (es-tructuras hechas de desechos que sirven para cubrirse del sol, de la lluvia, comer y descansar). Ahí hacen una separación más fina, les quitan las tapas a las botellas, las etiquetas, eliminan los líquidos que contengan, las com-pactan manualmente, apartan los materiales que no sean de la misma ca-tegoría. Muchas veces las mujeres y personas más vulnerables realizan este trabajo. Posteriormente, el material se pesa con la supervisión del sindicato,

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y se les entrega directamente a los compradores quiénes con un monta-cargas los suben a sus vehículos para transportarlos al centro de acopio o a la industria recicladora. Una vez que la capacidad del vehículo está com-pleta, los compradores les pagan por el peso de los diversos materiales. Los pepenadores(as) no eligen a quien venderles. Es el sindicato quien hace la gestión para la venta. De acuerdo a los líderes sindicales, ellos no cobran una cuota por el material vendido, más bien hacen convenio con los compradores y ellos a su vez, les pagan una cantidad proporcional a la cantidad acopiada.

3 Ingresos por la comercialización de materiales

La Tabla 2 presenta un listado de los principales materiales comerciali-zados y una comparación de precios que se paga por kilo dentro del sitio y en un comercio externo. Lo más común es que los compradores de material van al relleno sanitario y compran a un precio mucho más bajo que en los centros de acopio externos.

Tabla 2. Tipos de materiales y precios de los subproductos (marzo 2018)

RESIDUO dentro del sitio COMPRADOR externo diferencia de precios

PET Cristal $2.50 $3.00 17%

PET Verde $2.00 $2.50 20%

Multicolor $2.00 $2.50 20%

PEAD Lechero $3.00 $3.00 0%

Rígido $2.00 $2.50 20%

Cartón $1.00 $1.50 33%

Papel $1.00 $1.50 33%

Chatarra $2.00 $2.50 20%

Aluminio $13.00 $14.00 7%

Vidrio transparente $13.00/arpilla No lo compran -

Fuente: SOLÍS, 2018.

En promedio, los precios de compra se incrementan en un 19% en los ne-gocios externos y hasta un 33% más en materiales como papel y cartón. En el precio del PEAD no hay ninguna diferencia entre ambos compradores. Los pepenadores podrían incrementar sus ingresos en un promedio de 19% si se negociaran mejores precios de compra en el área de tiro.

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Suponiendo los precios de compra del relleno sanitario en marzo de 2018 y que el pago fuera íntegro para los pepenadores, el ingreso total anual para los tres grupos en cuestión sería de $38,368,185.08 pesos. Es importante mencionar que se paga una cuota a la empresa concesionaria equivalente al 1.7% de las ganancias del subproducto.

A continuación en la Tabla 3 se desglosa la ganancia anual que podrían tener los pepenadores por la venta de materiales en dos escenarios. El primero suponiendo que la asistencia de los pepenadores es completa por lo tanto el ingreso se divide en partes iguales entre 900 personas que traba-jaron. El segundo, considerando la asistencia promedio de los trabajadores, es decir 400 recuperadores; este último es el más cercano a la realidad:

Tabla 3: Estimaciones de los Ingresos de los Pepenadores (2017)

ESCENARIOS ASISTENCIA COMPLETA(900 pepenadores)

ASISTENCIA PROMEDIO (400 pepenadores)

Salario anual de pepenador $ 42,631.32 $ 95,920.46

Salario mensual $ 3,552.61 $ 7,993.37

Salario semanal $ 819.83 $ 1,844.62

Salario diario (5 días/semana) $ 163.97 $ 368.92

La tabla muestra que si la ganancia mensual de un pepenador oscila en los $8,000.00 pesos (con los supuestos mencionados), eso explica ya que muchos se dedican a esto, a pesar de las características de dicha actividad. Este es un sueldo que ganaría un recién egresado que empieza a laborar en el sector oficial.

Acorde a los resultados de las entrevistas, el ingreso promedio que ob-tiene un pepenador es aproximadamente de $200.00 pesos por día en una jornada de 6 a 7 horas que equivalen a 2.26 salarios mínimos3, obviamente esta cifra se modifica con el tiempo de trabajo, la eficiencia en la segregación, el precio de los materiales en el mercado que es bastante inestable, etc. Por ejemplo, un pepenador de 57 años del relleno sanitario Los Laureles dijo que en promedio obtiene entre $250.00 a $280.00 pesos diarios si trabaja entre 6 a 7 horas, lo que quiere decir que probablemente un pepenador más joven pude obtener una entrada mayor. Si se toma en cuenta el ingreso en base a la cantidad de subproducto vendido, que es de $368.92 pesos, éste equivaldría a 4 salarios mínimos diarios (SMD). En el análisis que se realizó en Mexicali, establecen que alrededor de un 48% de los pepenadores declararon ganar

3 El salario mínimo diario actual es de $88.36 pesos.

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entre 3 y 5 SMD, mientras que las ventas registradas4 de subproducto. indi-caban que el ingreso del 52% de los pepenadores eran entre 5 y 7 SMD. Los resultados de ambos estudios muestran que los pepenadores ganan más de lo que reportan. (OJEDA BENÍTEZ et al., 2013).

Cervantes y Palacios (2012) describen que para el 2008, el 69% de los pe-penadores decía ganar entre 1 y 3 SMD (cuando el SMD correspondía a $49.00 pesos) lo que equivalía a salarios muy precarios; pero el 30% restante ase-guran que sus ingresos son de entre 4 y 5 SMD. Nicolás Villanova sostiene que, en el 2009, el ingreso mensual de un pepenador en los basurales de México era de $1,805.00 pesos, es decir, 30% menos de un empleado de la economía formal. Oguntoyinbo, dice que los pepenadores ganan más que el salario mínimo de muchos de los empleados públicos en pequeñas loca-lidades de Nigeria valuado en $22.5 a $47 dólares semanales, o sea menos de un SMD A 1.7 SMD en México (OGUNTOYINBO, 2012).

De lo anterior, se deduce que el ingreso real de los pepenadores se basa en la venta de los subproductos, que comprende en promedio 4 SMD para la ZMG y de 5 a 7 SMD para la ciudad de Mexicali, que es una cantidad mayor comparada con el salario que ofrecen en otros empleos oficiales equiparables al perfil laboral de los pepenadores (OJEDA BENÍTEZ et al., 2013).

La creencia general sobre la pepena es que los ingresos son precarios, pero resultado de investigaciones más recientes indican que los pepenadores no son los más pobres de los pobres, ya que tienen ganancias mayores a otros empleados del sector formal (OGUNTOYINBO, 2012) y además de ventajas que ellos valoran bastante como la flexibilidad en los horarios y asistencias.

4 Montos y tipos de materiales separados

Los materiales que más se separan para su comercialización son los que tienen un mejor precio de mercado, entre otros: el PET, que representa un 23% en peso de los materiales segregados en los 3 sitios de estudio, poste-riormente el cartón con 16%, en tercer lugar, el vidrio con 15%, luego plásticos varios con el 10% y papel 9% como se muestra en la gráfica 1, a continuación:

4 En dicho documento se especifica que la venta registrada es el ingreso real puesto que “es la cantidad que se les paga por la venta de los subproductos que les compran en el sito”.

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Gráfica 1. Composición material de los residuos separados (kg).

Alumínio3%

Bolsa0%

Cartón16%

Chatarra4%

Pet cristal3%

Chilero1%

Papel9%

PET23%

PET/VIDRIO0%

Polietileno1%

Polipropileno0%

Rígido6%

Vidrio15%

Multicolor2%

PET verde1%

Plásticosvarios10%

Recuperación de residuos para su venta (kg)

El vidrio ocupa el tercer lugar entre los materiales que se separan, a pesar de que pocos pepenadores lo acopian porque es muy pesado y mal pagado en relación a los demás subproductos, por ejemplo, el día de la visita al relleno sanitario había 5 costales de vidrio, cada costal pesa aproximadamente 20 kg y lo pagan a $11.00 pesos, o sea que en total les pagarían $55.00 pesos y se tardan alrededor de una hora llenando los 5 costales. Independiente de lo anterior, es de los materiales que se recuperan más quizás por ser mucho más pesado que los otros.

Adicionalmente se compran residuos electrónicos5 (que no es una gran cantidad pero sí salen), bolsas de plástico, tetra pack y otros residuos raros pero de mayor valor como relojes, juguetes, muñecos, zapatos, ropa, etc. ya sea para uso personal o para venderlo posteriormente en el tianguis.

La compra-venta de los subproductos varía mucho con el tiempo y el mercado, por ejemplo, entre 1928 a 1934 se compraban corcholatas de cerveza Modelo muy bien pagadas. También recolectaban sobras de los restaurantes y se las vendían a los más pobres y era su comida; en aquella época, el vidrio y el cartón casi no se recolectaba (BERTHIER, 1984).

Tiempo después, se compraba ropa y trapos:

5 Al igual que los electrodomésticos, las pilas, etc, los residuos electrónicos no deberían llegar a los sitios de disposición final, pero como ya se mencionó, es complejo evitarlo.

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“antes juntábamos hasta la ropa ¿verdad? Hasta vendíamos por tonelada la ropa, todo lo que es ropa, maletas y maletas, camiones y camiones de ropa y ya no hay quien la trabaje, ya no hay quien la trabaje y como les digo, cuando estuve en México, los carros, los perros los compraban y había una disposición para artículos de piel y era piel de perro, carteras, monederos, varios artículos les estoy hablando de que somos creativos y hacíamos muchas cosas” (PEDROZA, 2017).

Como se puede observar, los subproductos que se segregan son muy variables y dependen mucho del contexto temporal y económico sin con-templar la lógica ambiental para su valorización. Los materiales que se pe-penan los determina el comercio dependiendo de que tengan mercado y del precio de compra, hay residuos que no tienen mercado, por lo tanto, no se recuperan, como el vidrio, que se acopia en una menor proporción porque se paga muy barato.

En los tres sitios de estudio hay un total de 78 compradores, no se sabe a cuántas empresas corresponde, ya que el registro se integra por nombre de personas y no por compañía. Se esperaría que Laureles fuera el que tuviera más compradores, pero el que tiene mayor número de compradores es Ma-tatlán con 42, después Laureles con 35 y en último lugar Cajilota con sólo un comprador.

El total de los materiales que se recuperan para su venta están desglo-sados en Tabla 4. Se enlista el total de los subproductos que se compran en los sitios de Laureles, La Cajilota y Matatlán, la cantidad que se vendió en el año de 2017 para su posterior reciclaje y los resultados de un ejercicio rea-lizado para estimar los ingresos económicos por la venta de dichos mate-riales a los precios señalados previamente.

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Tabla 4. Relación de materiales recuperados en los tres sitios (2017)

Subproducto Cantidad de residuos 2017 (kg)

Precio de compra/kg (en relleno)

Ingresos anuales por venta de subproducto

Aluminio 703,639.00 $13.00 $9,147,307.00

Bolsa 18,820.00 $1.20 $22,584.00

Cartón 3,188,640.00 $1.00 $3,188,640.00

Chatarra 799,145.00 $2.00 $1,598,290.00

Pet cristal 611,250.00 $2.50 $1,528,125.00

Chilero 272,928.00 $2.00 $545,856.00

Lámina 947,029.00 $2.00 $1,894,058.00

Papel 1,866,220.00 $1.00 $1,866,220.00

PET 4,600,994.00 $2.00 $9,201,988.00

PET/VIDRIO 25,940.00 $1.07 $27,626.10

Polietileno 220,850.00 $2.00 $441,700.00

Polipropileno 32,870.00 $2.00 $65,740.00

Rígido 1,147,510.00 $2.00 $2,295,020.00

Vidrio 2,972,986.00 $0.13 $386,488.18

Multicolor 478,030.00 $2.00 $956,060.00

Pet verde 174,700.00 $2.00 $349,400.00

Plásticos varios 2,110,036.00 $2.30 $4,853,082.80

TOTAL 20,171,587.00 $ 38,368,185.08

Fuente: SOLÍS, 2018.

En el año 2017 se recuperaron 20,171.58 toneladas de subproductos e in-gresaron cerca de 936,000 ton/año al relleno sanitario de Los Laureles, es decir, los pepenadores contribuyen con la segregación del 2.15% de los re-siduos que se generan en los municipios de Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Tonalá y Guadalajara, así como algunas empresas particulares que destinan sus residuos en el relleno.

La cantidad de materiales que se valoriza por área de trabajo se distribuye de la siguiente manera:

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Gráfica 2. Cantidad de residuos recuperados por centro de trabajo (2017)25,000.00

20,000.00

15,000.00

10,000.00

5,000.00

0.00Cantidade de residuos recuperados (ton)

Matatlán Laureles Cajilota TOTAL

8,572.26 8,217.78

3,381.54

20,171.58

Nuevamente se esperaría que en el relleno sanitario de Los Laureles hubiera una mayor segregación de los residuos. Sin embargo, en Matatlán es donde más se recuperan; sería interesante profundizar las causas, ya que en Matatlán, pasa una menor cantidad de residuos que en Los Laureles. En La Cajilota es en donde existe una menor separación, quizás porque es poca la basura que ingresa y también, de acuerdo a los líderes sindicales, porque el nivel socioeco-nómico de los generadores de la basura que llega a Cajilota en promedio es bajo, aunque, como ya se mencionó, es necesario profundizar más, por ejemplo: ¿Qué están haciendo en Matatlán que tienen una mayor eficiencia en la recu-peración de materiales que en Laureles? ó ¿A qué se debe que en Matatlán se separen más subproductos que en los Laureles, cuando Laureles recibe más residuos? Esto arrojaría algunas claves para eficientar la valorización de los residuos o al menos permitiría conocer las causas de estos resultados.

5 Beneficios ambientales

Aunque el trabajo de recuperación informal presta un servicio ambiental y a la sociedad, ninguno de los pepenadores(as) de los sitios entrevistados realiza esta actividad por el incentivo ambiental o social, si no por las ra-zones expuestas anteriormente, aunque muchos sí son conscientes que su labor impacta en la naturaleza directamente y en la colectividad.

Para conocer los beneficios ambientales derivados de la pepena, se in-gresó a una hoja de cálculo6 las 20,171.58 toneladas de subproductos y los datos correspondientes. Los resultados de este ejercicio se presentan en la Tabla 5, a continuación:

6 La hoja de cálculo fue elaborada en el 2015 por el Ing. Victor Javier Mondragón Ruíz, empleado del ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga, para que se utilizara en el proyecto de Huella Verde del Fraccionamiento de Bosques de Santa Anita del mismo municipio.

99


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1,31

6.6

100


El consumo promedio de agua por persona en México es de 380 litros por día (CONAGUA, 2015). Los 752,110,954.9 litros de agua ahorrados por la recu-peración de residuos, alcanzaría para que cerca de 5,422 personas tuvieran garantizado este volumen diario de consumo por un año.

El consumo de energía por persona al año en México es de 2,090 kWh (BANCO MUNDIAL, 2014), los 252,203,296.0 kWh de energía que se ahor-raron gracias a la valorización de subproductos serviría para abastecer el consumo de energía de 120,671 personas durante un año.

En relación al CO2 que se dejó de emitir, éste representa una cantidad de ingresos que se pueden obtener por pagos de bono de carbono de entre $4 783,856.88 hasta $7 175,785.32 pesos (OPS, 2003).

Como referencia para dimensionar la cantidad de CO2 ahorrada por la valorización de residuos, en Guadalajara las emisiones totales para el 2011 fueron de 5,462,380 ton de CO2. (ICLEI, 2012),

Es trascendental conocer los beneficios ambientales generados por la valorización de los residuos, y a pesar de que no son grandes cifras, es im-portante recordar que equivalen únicamente al 2.15% de los residuos sólidos urbanos que ingresan al relleno sanitario Los Laureles. Si este porcentaje se incrementara, entonces sí habría un impacto ambiental significativo. De igual manera, los resultados tampoco son despreciables, puesto que con la electricidad ahorrada se podría abastecer a una localidad de 120,000 habi-tantes, o se podrían emplear los recursos económicos generados por el pago de bonos de carbono para mejorar la calidad de vida de los pepenadores u otras iniciativas.

Lo urgente e importante, es ir generando información en esta línea, que a largo plazo permita tomar mejores decisiones, así como reconocer que hasta ahorita, la pepena es de las pocas actividades que genera beneficios ambien-tales en el tema de gestión de residuos sólidos urbanos, junto con otros es-fuerzos como la pre-pepena y los programas ambientales que se impulsan en las escuelas y colonias.

Cabe resaltar que, aunque el estímulo de los pepenadores(as) para llevar a cabo la segregación de residuos consista meramente en que es su fuente de sustento, es verdad que su labor representa un beneficio ecológico y un ser-vicio a la sociedad, y que a pesar de que en proporción con los residuos que se generan es pequeña la aportación que hacen, sin los pepenadores(as) estas cifras de recuperación de subproductos serían mucho menores o inclusive, no existirían.

101


6 Discusión y conclusiones

La situación y condición de los pepenadores en Guadalajara para el 2018 es diferente a la que se consigna en otros estudios sobre este grupo de reci-cladores informales.

Aunque aún dependen de estructuras de organización ligadas al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el control vertical ya no es una práctica. Los líderes tienen control del acceso al recurso RSU en su fase de disposición, al permitir el ingreso y participación de personas, a partir de su afiliación a la organización respectiva. Pero el control de las personas es menor en su vida diaria y se centra ahora en la producción de la mano de obra informal, los montos de separación de materiales y la comisión que reclama el líder.

Los pepenadores han ampliado sus relaciones, y se les ha asociado a la estructura de control estatal ligadas a la CROC o la CNOP, organizaciones del poder corporativo del PRI. Los grupos de pepenadores, ahora trabajan colaborando con empresas privadas dedicadas al manejo y disposición final de residuos. Las empresas los dejan trabajar en sus instalaciones bajo ciertas reglas (número de pepenadores, permitir en sus procesos el trabajo de los pepenadores en el área de tiro, así como la ubicación de los pepenadores en el sitio, sus derechos dentro del sitio). A cambio, las empresas y municipa-lidades reciben los registros de los montos de residuos separados y recu-perados por los pepenadores, y los reportan como parte de sus acciones de gestión sustentable de residuos, muchas veces la única acción sustentable de las concesionarias y proveedores privados de servicios de manejo y dispo-sición de RSU. Un riesgo emergente es la incursión del narco en este sector, a partir del control de los sitios de disposición final y de plantas de transfe-rencia. Inicialmente atraído para proveer a algunos consumidores, ahora el narco puede vislumbrar que en la basura hay negocios y que su control ter-ritorial puede redituarle beneficios y participar en algunos de los negocios alrededor de la basura.

Un dato que nos llama la atención es el monto de recuperación de RSU por parte de los tres grupos de pepenadores en Guadalajara: el 2.15% del total del ingreso de residuos a los tres sitios. Otros autores han señalado, en el pasado, que los pepenadores separan un 5% (CAMARENA; CASTILLO; ZICARDI, 1986; BERNACHE, 2011, 2015), o bien entre un 5 y 10% del total de RSU (BERTHIER, 1990). Consideramos que el nivel de desempeño de cada pepenador sigue siendo el mismo que previamente se ha reportado, sin embargo, el monto de RSU generados en una zona metropolitana ha crecido a un ritmo más ace-lerado que la incorporación de miembros nuevos a los grupos de pepena-dores.

102


Algunos autores han referido que los pepenadores no usan, no han in-corporado tecnologías o procesos para incorporar más materiales a su uni-verso de subproductos separados. Además, el funcionamiento cerrado o semi cerrado de las cooperativas, uniones y sindicatos de pepenadores ha limitado la incorporación de un mayor número de miembros.

El monto de materiales separados para su valorización que aportan los pepenadores es pequeño pero muy significativo. El monto de 2.15% de los RSU que registran estos tres grupos estudiados es importante porque son pocas las iniciativas de otros grupos sociales, empresariales o del sector público que están aportando más de 20 mil toneladas de materiales para el reciclaje o la valorización que es parte de la gestión sustentable de residuos. Es un aporte significativo ya que contribuye a la conservación del medio am-biente, así como al sector económico y social.

La experiencia de los pepenadores se puede potenciar a partir de su par-ticipación en el desarrollo de programas públicos de manejo de residuos donde ellos puedan aportar sus experiencias y su conocimiento en el tema de la valorización de los residuos. Esto ya se hace en otros países, como el caso de Brasil donde las cooperativas de pepenadores con apoyo estatal se han desarrollado y consolidado. La gestión integral de los RSU en la zona metropolitana de Guadalajara se podría beneficiar de la experiencia de los pepenadores, por lo que es importante considerar su inclusión en políticas públicas, programas y proyectos de gestión de residuos.

Un punto débil en el estudio del trabajo de los pepenadores es la carencia de bases de datos e información sistemática de su labor, los materiales y montos separados, los procesos y la comercialización de materiales. De la misma manera, se cuenta con poca información referente a la salud de los pepenadores, a sus condiciones de trabajo, a sus ingresos, y a sus apor-taciones. Por lo que es recomendable realizar más estudios para reforzar nuestros conocimientos y datos sobre este tema.

Desde los derechos humanos, es importante mejorar los derechos la-borales de los pepenadores y buscar mejores condiciones laborales para los pepenadores. Es crucial que tengan precios de compra más justos y la incor-poración de tecnologías y procesos para agregar valor a los materiales que han sido separados.

La gestión integral de residuos no está supeditada únicamente a los precios del mercado de materiales reciclables. Dicho mercado responde a necesi-dades y la demanda de las empresas que utilizan los materiales para incor-porarlos a sus procesos de producción, es decir para reciclarlos. Sin embargo, la corriente de RSU es mucho más compleja y de grandes dimensiones por lo que se requiere la intervención del sector público, principalmente gobiernos locales, para diseñar estrategias y políticas públicas que regulen este sector.

103


También incorporando a la toma de decisiones los elementos de pasivos am-bientales que genera la disposición final de residuos, su impacto sobre las fuentes de agua y la producción de gases tipo invernadero (metano). Se debe promover la valorización de los residuos por motivos ambiental y en ciertos casos subsidiar la separación y valorización de ciertos tipos de materiales, como el caso de la gestión de residuos orgánicos para producir composta. La valorización de residuos no puede depender únicamente del mercado, ya que muchos materiales que no se reintegran a los procesos productivos por sus condiciones y precio, no tienen un mercado natural de valorización. Dicho mercado se debe incentivar y gestionar desde el sector público. El aporte de los pepenadores en dichas iniciativas es importante desde el punto de vista ambiental, social, laboral y económico.

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106

El trabajo de pepenadores de materiales reciclables en MéxicoPotencialidades, dificultades y limitaciones

Carolina Valente Santos1 María Isabel Castillo Ramos2 José Antonio Guevara-García3

Resumen

El trabajo de recolectores de materiales reciclables es un elemento funda-mental para el mantenimiento de la cadena productiva del reciclaje, lo que se nota de manera especial en los países en desarrollo. Sin embargo, esta ocupación suele caracterizarse por precariedad e invisibilidad social, lo que ha resultado en la elaboración, en algunos de estos países, de políticas públicas nacionales fa-vorables al reconocimiento de su trabajo. De esta manera, en el presente trabajo se analizan cuatro casos del trabajo de pepenadores de materiales reciclables en México. El método utilizado fue el de revisión bibliográfica y entrevistas con pe-penadores en municipios de cuatro diferentes estados de la República Mexicana (Tabasco, Oaxaca, Jalisco y Tlaxcala). Del análisis realizado, se puede concluir que el trabajo de la pepena, aunque fundamental para todo el proceso del re-ciclaje, sigue caracterizado por la explotación e invisibilidad, incluso desde las organizaciones y sindicatos de pepenadores. Además, en México, aún no hay po-sibilidades de políticas públicas como estrategia para cambio de esa situación de explotación. Palabras clave: pepenadores, reciclaje, precariedad.

Resumo

O trabalho dos catadores de materiais recicláveis é um elemento fundamental para a manutenção da cadeia produtiva da reciclagem, o que é especialmente perceptível nos países em desenvolvimento. No entanto, essa ocupação é muitas vezes caracterizada pela precariedade e invisibilidade social, o que resultou no

1 Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad Federal de São Carlos, Brasil. E-mail: [email protected].

2 Doctora en Ciencias Económicas, Universidad de Camagúey, Cuba. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias Sobre Desarrollo Regional (CIISDER). Universidad Autónoma de Tlaxcala, México. E-mail: [email protected].

3 Doctor en Cs. Químicas, Universidad Autónoma de Puebla. Líder del Cuerpo Académico de Va-lorización de Residuos. Universidad Autónoma de Tlaxcala, México. E-mail: [email protected].

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desenvolvimento, em alguns desses países, de políticas públicas nacionais fa-voráveis ao reconhecimento de seu trabalho. Deste modo, no presente trabalho são analisados quatro casos do trabalho de pepenadores de materiais recicláveis no México. O método utilizado foi a revisão bibliográfica e entrevistas com os pepenadores em municípios de quatro estados diferentes da República Mexicana (Tabasco, Oaxaca, Jalisco e Tlaxcala). A partir da análise realizada, pode-se con-cluir que o trabalho do pepena, embora fundamental para todo o processo de reciclagem, ainda é caracterizado pela exploração e invisibilidade, mesmo das organizações e sindicatos de pepenadores. Além disso, no México, ainda não há possibilidades de políticas públicas como estratégia para mudar essa situação de exploração.Palavras-chave: pepenadores, reciclagem, precariedade.

1 Introducción

De acuerdo con Birkbeck (1978), los recolectores pueden ser considerados “proletarios autónomos” pues la autonomía se convierte en una ilusión cuando se considera que, en realidad, venden su fuerza de trabajo a la in-dustria del reciclaje, sin usufructo de la seguridad social del trabajo formal. Bortoli (2013) caracteriza la participación de las poblaciones de calle en las actividades de la pepena asociadas a la baja escolaridad, desestructuración de vínculos y precariedad en el trabajo. Sin embargo, el aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos es colocado como una de las alternativas de superación de las altas tasas de desempleo, ya que su manejo adecuado posibilitaría la inclusión social de recolectores, la generación de ingresos y la consideración conjunta de aspectos ambientales, sociales y económicos (GONÇALVES, 2004). De acuerdo con IPEA (2013), el servicio realizado por los recolectores es de utilidad pública, y contribuye, entre tantos aspectos, a minimizar la cantidad de residuos sólidos encaminada a rellenos sanitarios, como elemento fundamental al proceso de gestión de residuos sólidos en los municipios.

Las fragilidades en las condiciones económicas, sociales y ambientales verificadas en países en desarrollo presentan condiciones favorables para la actuación de recolectores de materiales reciclables; de esa manera, países como India, Egipto, Filipinas, Tailandia, Indonesia, además de los países la-tinoamericanos, se convirtieron en naciones donde los recolectores son im-prescindibles en la cadena productiva del reciclaje (MEDINA, 2007). Estos trabajadores participan como principales actores responsables de la rein-serción de los materiales en esta cadena, pero de manera subordinada y sólo en su fase inicial, lo que limita el acceso a recursos suficientes para una vida digna y caracteriza escenarios de profunda explotación en el trabajo (IPEA, 2013).

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2 Objetivos y metodología

El objetivo de este trabajo es hacer una sistematización de las condiciones generales del trabajo de pepenadores de materiales reciclables en México, con datos recogidos desde revisión bibliográfica exhaustiva y el trabajo de campo con entrevistas in situ con pepenadores en cuatro estados de la Repú-blica Mexicana (Tabasco, Jalisco, Oaxaca y Tlaxcala) (Figura 1), en los meses de septiembre a noviembre de 2017. La fuente de datos es el diario de campo de los autores.

Figura 1: Estados de la República Mexicana donde se hizo el trabajo de campo con pepenadores para este trabajo. Diciembre/2017.

3 Resultados

Los resultados están organizados en cinco partes: “Los pepenadores de materiales reciclables en México”, “Una perspectiva de Tabasco”, “Una pers-pectiva de Oaxaca”, “Una perspectiva de Jalisco” y “Una perspectiva de Tla-xcala”.

3.1. Los pepenadores de materiales reciclables en México

México es un país que posee una extensión territorial de 1’964,380 km2, y una población de 127’017,224 habitantes, con una densidad demográfica de 65.3 hab/km2. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) del país equivale a 0.756, y aproximadamente el 80% de la población reside en área urbana (IBGE, 2016). En el documento editado por INEGI, CONAPO y SEDATU, pu-blicado en su portal electrónico el 26 de enero de 2018, titulado “Delimi-tación de las Zonas Metropolitanas de México”, 2015; menciona que las zonas

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metropolitanas a nivel nacional son 74, integradas por 417 municipios y De-legaciones, En la República mexicana existen 384 ciudades de más de 15 mil habitantes, ubicados en 2442 Municipios de 32 estados, concentrando 62.8% de la población nacional. México ocupó en 2015 el lugar número diez entre los países más poblados del mundo (CASTILLO, 2018).

En los últimos años, se ha producido un aumento de la producción de ma-teria prima virgen, en especial de gas y minerales diversos, y se caracteriza por altos niveles de desigualdad social y pobreza, además de haber sido so-metido a procesos de urbanización bastante desordenados.

En lo que se refiere a la gestión de residuos sólidos, la Tabla 1 trae algunos datos cuantitativos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2014), de México.

Tabla 1: Datos cuantitativos acerca de la gestión de residuos sólidos en México

Indicador Resultado

Cantidad de municipios con servicio de recolección y disposición final de residuos sólidos

2,266 (92.6 %)

Promedio diario de residuos sólidos recolectados a nivel nacional (ton) 102,887.3

Fuente: INEGI, 2014. Elaboración propia.

Acerca del destino final de los residuos sólidos, la Tabla 2 aporta datos para el año de 2013.

Tabla 2: Destino final de los residuos sólidos en México

Tipo de destinación final Porcentaje (%)

Relleno sanitario 66 %

Relleno controlado 8 %

Tiradero a cielo abierto 21 %

Reciclaje 5 %

Fuente: INEGI, 2014. Elaboración propia.

De acuerdo con Arjona (2015), la cadena productiva del reciclaje en México, al igual que en Brasil, es vista como mercado, en el cual residuos reciclables son vistos como mercancías; de esta manera, una vez que hay re-siduos reciclables disponibles, habrá personas interesadas en su recogida y venta. Berthier (1990), a su vez, caracteriza como válida la relación “residuos + fuerza de trabajo = mercancía”. Sin embargo, los países en América Latina,

110


los cuales poseen características sociales marcadas por la desigualdad y pobreza, este trabajo tiende a ser caracterizado por la insalubridad y pre-cariedad, en la figura de los recolectores (ARJONA, 2015). Según el mismo autor, entre estos países hay diferentes nomenclaturas para este trabajador: mientras que son conocidos como “pepenadores” o “burreros” en México, en Argentina es común “cirujas” o “cartoneros”, así como “gallinazos” en Colombia y “catadores” en Brasil.

Según Ojeda-Benitez et.al (2002), en México la actuación de recolectores es fundamental para el mantenimiento de la cadena productiva del reci-claje, y ocurre con frecuencia en basurales y rellenos sanitarios; es también común que estos trabajadores necesiten obtener licencias para ejecutar esta actividad en estos locales (MEDINA, 2002). Además de esto, se exploran otras estrategias para la recolección de materiales reciclables: recolección o compra de residuos ya segregados en la fuente generadora (domicilios), en camiones abiertos que operan en la recolección de residuos sólidos conven-cionales en los municipios (mientras la ruta de recolección es realizada), en las calles o espacios públicos, en plantas de compostaje (para separar re-siduos reciclables de los orgánicos) (MEDINA, 2002). También es común que en el servicio de limpieza urbana actúen voluntarios de manera informal, para que, de esta manera, puedan acceder a propinas de los habitantes y también recursos provenientes de la venta de materiales reciclables que se-paran, generalmente en los camiones colectores de las alcaldías municipales (el conductor del camión les permite, generalmente, a cambio de pago), sin ningún salario o garantía laboral. Su condición de informalidad tampoco les permite acceso a uniforme, equipos de protección o capacitaciones im-partidas por las alcaldías municipales (SÁNCHEZ, 2016). La informalidad también se muestra presente en las plantas de separación de residuos que hay en algunos municipios del país, donde los grupos de recolectores actúan en la separación de materiales reciclables mediante acuerdos no formales con los dueños de estos lugares, y sin que éstos los reconozcan como tra-bajadores. De hecho, sin las actividades ejercidas por estos trabajadores de manera informal y voluntaria, el gobierno necesitaría contratar a otros, lo que caracteriza la comodidad con que el gobierno encara la situación explo-ratoria de trabajo voluntario en la informalidad (SÁNCHEZ, 2016).

Sin embargo, de acuerdo con el artículo 20 de la Ley Federal del Trabajo de México, la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona produce los mismos efectos que la celebración de un contrato entre las partes implicadas. Por lo tanto, aunque los trabajadores voluntarios no cuenten con un contrato, éstos prestan servicios al gobierno, lo que caracteriza una re-lación laboral entre éstos y, por lo tanto, debería ser suficiente para garan-tizar condiciones dignas de trabajo (SÁNCHEZ, 2013a). Además, de acuerdo

111


con el Artículo 123 de la Constitución de México, toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil, lo que refuerza el reconocimiento formal del trabajo realizado por pepenadores (SÁNCHEZ, 2013b).

Al mismo tiempo, la Secretaría de Obras y Servicios Urbanos de la Ciudad de México (SOBSE) admite que la actuación de recolectores influye directa-mente en la disminución del volumen de residuos sólidos en los lugares de disposición final (SÁNCHEZ, 2016). En este escenario, la autora considera que el servicio de limpieza urbana sólo podrá ser eficiente una vez que se reconoce formalmente el trabajo de los que allí actúan, y propone las si-guientes acciones: levantamiento de datos sobre los trabajadores informales voluntarios, capacitaciones en cooperativas de estos trabajadores, inte-gración en el Programa de Gestión Integrada de Residuos Sólidos del mu-nicipio, y la SOBSE deberá apoyarlos estructuralmente y financieramente (SÁNCHEZ, 2016).

Además, en relación a políticas públicas, se tiene que la base legal refe-rente a la gestión de residuos sólidos municipales es el Art. 115 de la Cons-titución del país, según el cual la responsabilidad por servicios de limpieza urbana recae sobre el municipio, y se deben ejecutar sin cargos adicionales (BERNACHE, 2006). En 2003, se aprobó la Ley para la prevención y gestión integrada de los residuos (LGPGIR); sin embargo, en relación a recolectores de materiales reciclables y su incorporación formal en la cadena productiva del reciclaje, no se encuentran referencias específicas en las políticas pú-blicas federales del país (SÁNCHEZ, 2013b).

De acuerdo con Bernache (1998), el trabajo de pepenadores en México normalmente no recibe el reconocimiento que debería, por ser considerado indigno o carente de sentido. Podría considerarse la forma más antigua y simple de reducir la cantidad de residuos sólidos enviados diariamente a los lugares de disposición final; sin embargo, es un trabajo que se realiza bajo pésimas condiciones, sin equipamientos adecuados y frecuentemente en condiciones de dependencia de los “patrones”, “caciques”, sindicatos o re-presentantes del poder público municipal para acceder a lugares en que se pueden recoger materiales reciclables y realizar su trabajo. Estas organiza-ciones de recolectores estuvieron fuertemente relacionadas con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), especialmente en las décadas finales del siglo XX (BERNACHE, 2006), partido político que mantuvo el poder sobre México por más de 70 años consecutivos, entre 1929 y 2000.

3.2. Una perspectiva de Tabasco

Tabasco está ubicado en el Sur de la República Mexicana, tiene cerca de 2’400,000 habitantes, y reporta cerca de 1,805,900 toneladas de residuos só-

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lidos diariamente (INEGI, 2014). Ahí, para la recolección de datos, fueron hechas visitas a dos rellenos sanitarios: el del municipio de Comalcalco y el de Villahermosa.

En Comalcalco, el relleno tiene 5 años de operación, y 22 años de vida útil. Es operado por una empresa (Proactiva), y recibe 90 ton/día de residuos só-lidos del ayuntamiento. Se cobra 800 pesos por tonelada de residuo de otros generadores. La certificación del relleno es emitida por la PROFEPA (Procu-raduría Federal de Protección al Ambiente), y la recertificación se hace cada 2 años.

Hay 13 pepenadores que trabajan en la planta industrial del relleno, y viven cerca de ahí. La mayor parte de ellos son los que ya trabajaban ahí cuando había un tiradero en el área. Su trabajo consiste en separar los ma-teriales, vender a compradores ubicados cerca de ahí, y dividen igualmente el dinero de las ventas entre todos (sus ingresos equivalen a las ventas de los materiales). Hay una estera, y los residuos llegan directamente del camión a la banda, y después es depositado en el relleno. También, se hace la pepena en los camiones recolectores del ayuntamiento y, cerca del relleno, se percibe muchos centros de acopio de materiales reciclables, donde se vende los re-siduos. Solamente estos 13 pepenadores pueden tener acceso a los residuos del relleno.

En Villahermosa, el relleno donde se depositan los residuos sólidos es administrado por la empresa Promotora Ambiental (PASA), que tiene la con-cesión del relleno y trabaja en la disposición final de residuos sólidos urbanos, de manejo especial, y también hacen la recolección de residuos peligrosos (pero no su disposición). La empresa tiene 24 rellenos por el país, además de presencia internacional. Tienen 49 trabajadores en esta planta, las activi-dades del relleno empezaron en 2007, y su concesión es vigente hasta 2022. Reciben de 500 a 600 toneladas de residuos por día, desde el ayuntamiento de Villahermosa y también de generadores privados (la mayor generación corresponde al ayuntamiento). Acerca de los equipos, hay una excavadora, un tractor y un compactador, y hay recolección de lixiviado. Hay 13 pozos de biogás, y el proyecto final es aprovecharlo para generación de energía.

Se cobra 164.50 pesos mexicanos por tonelada de residuo del ayunta-miento, y no hay un precio fijo entre los clientes privados. Todos los camiones que traen los residuos son pesados en la entrada y en la salida, y la báscula es calibrada dos veces al año, según las exigencias de PROFECO (Procuraduría Federal del Consumidor). También precisan obtener un permiso de PROFEPA cada 2 años.

Las comunidades más cerca del relleno se ubican a 3 km de distancia. No hay pepenadores en la planta porque el contrato con el ayuntamiento no lo permite.

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Además de los dos rellenos visitados, en un recorrido por la región de Loma de Caballo (en el municipio de Villahermosa), se percibe la presencia de la informalidad en la pepena de materiales reciclables. Por ahí, hay muchas casas metidas en medio de los residuos, y muchos puntos infor-males de compra de materiales reciclables. Hay un lago rodeado de residuos, y también se encontraron camiones del ayuntamiento que recolectan los residuos en el municipio y por ahí venden los residuos reciclables que han separado. Toda esta actividad cerca de los residuos se generó porque la zona era el camino del antiguo tiradero del municipio, cuya área fue cubierta de tierra y hoy es un pasivo ambiental, sin monitoreo de su impacto.

Figura 2: Pepenadora en el relleno sanitario de Comalcalco, Septiembre/2017. Foto de los autores.

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Figura 3: Mercado informal de resíduos reciclables en Loma de los Caballos, Villahermosa, Septiembre/2017. Foto de los autores.

3.3. Una perspectiva de Oaxaca

Oaxaca es un estado del sur de la República Mexicana, con cerca de 4,000,000 de habitantes, y reporta cerca de 1,635,716 toneladas de residuos sólidos diariamente (INEGI, 2014). El trabajo de campo se hizo en el muni-cipio de Huajuapan, con el apoyo de la Asociación Internacional “SiKanda” (significa “Solidaridad Internacional Kanda”, y “kanda” significa “movi-miento” en mixteco, dialecto mexicano). Es una asociación fundada en 2009, tiene acciones en proyectos sociales en el estado de Oaxaca, y el principal es de apoyo a pepenadores. Entre las acciones realizadas, está la instalación de módulos de lombricomposta en el basurero de Oaxaca, donde los pepe-nadores que ahí trabajan producen lombriabono orgánico a base de los de-sechos. Además, se han distribuido equipos de protección a pepenadores, han producido el documental “Pepenadores: los que viven de la basura”, y han coordinado un acuerdo institucional entre la Unión de Pepenadores y el Departamento de Bienestar Social del Gobierno de Oaxaca, para facilitar el acceso a despensas alimenticias mensuales. Actualmente, trabajan en aso-ciación con el ayuntamiento de Huajuapan y con Enactus (grupo de estu-diantes de la Universidad Tecnológica de la Mixteca) en apoyo a pepenadores del CITRESO (Centro Integral de Tratamiento y Residuos Sólidos), pertene-ciente al relleno sanitario del municipio de Huajuapan.

El municipio fue multado diversas veces por SEMARNAT y Conagua por contaminación ambiental desde los tiraderos. Como solución al problema, se invirtió en la construcción del CITRESO como relleno sanitario para los re-

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siduos sólidos municipales. En ese proceso, el ayuntamiento buscó el apoyo del trabajo de SiKanda para incorporar a los pepenadores en la separación de residuos en el relleno, por reconocer que se puede obtener beneficios de su trabajo. Ahí no hay sindicato(s) de pepenadores, al contrario, el trabajo de SiKanda busca el crecimiento de la autonomía de estos trabajadores, que se reconocen como recicladores (y no como “pepenadores”, porque creen que este término caracteriza un trabajo explotado e invisibilizado). Una de las estrategias del trabajo, fue actuar desde las escuelas cerca del relleno, donde estudian muchos de sus hijos, y se busca la aproximación de los recicladores como estrategia fundamental para la creación de confianza y avance en el trabajo del fortalecimiento colectivo.

Actualmente, los 56 recicladores que trabajan en el relleno formaron una asociación que tiene su propio estatuto. En julio de 2017 fue instalado, con contribución del Fomento Social Banamex, un centro de usos múltiples, que será usado como comedor para los recicladores que ahí trabajan. En no-viembre de 2017, SiKanda llevó a los recicladores donativos en alimentos, y también estuvo presente en el relleno el presidente municipal de Huajuapan, con donativos que consistieron en cubiertas, alimentos y equipos de pro-tección como guantes y cubre bocas, y con un pronunciamiento de reconoci-miento al trabajo que los pepenadores hacen al municipio.

Figura 4: Plática de los pepenadores de CITRESO con el presidente del ayuntamiento, Noviembre/2017. Foto de los autores.

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Figura 5: Pepenadores de CITRESO, Noviembre/2017. Foto de los autores.

3.4. Una perspectiva de Jalisco

Jalisco es un estado con población de cerca de 7’800,000 habitantes (INEGI, 2014), su capital es el municipio de Guadalajara, y reporta diariamente cerca de 6,935,929 ton de residuos sólidos (INEGI, 2014).

En el trabajo de campo en Jalisco, fue visitado un sitio de disposición final de residuos sólidos “Los Laureles”, en el municipio de Tonalá (zona metropo-litana de Guadalajara, que recibe 3,000 toneladas diarias de residuos sólidos desde Guadalajara, Tonalá, Tlajomulco y El Salto (PEDROZA, 2013), y también dos plantas de transferencia de residuos sólidos - Matatlán, en Tonalá, y La Cagilota, en el municipio de Tlajomulco (en todas esas ubicaciones fueron encontrados muchos pepenadores).

Hay un control del trabajo de pepenadores por sus sindicatos, que hacen el control de acceso a los residuos, y también de los horarios de trabajo (so-lamente pepenadores con vinculación a los sindicatos pueden adentrar a los rellenos y las plantas de transferencia). Los pepenadores hacen la pepena individual, y las ventas también se hacen individualmente. El control es llevado a cabo por el Sindicato Único de Pepenadores del Estado de Jalisco, y para tener acceso a los rellenos, es mandatorio que los pepenadores estén registrados en la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC). Los trabajadores hacen la pepena sin equipos de seguridad, y no tienen seguro social.

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Figura 6: Los Laureles, Tonalá, Octubre/2017. Foto de los autores.

3.5. Una perspectiva de Tlaxcala

Tlaxcala es el estado de México con su extensión territorial más pequeña, y tiene 1’200,000 habitantes (INEGI, 2014). Reporta 1,026,430 toneladas de residuos sólidos diariamente (INEGI, 2014).

En el estado, fue hecho un recorrido por dos centros de acopio de ma-teriales reciclables, en el municipio de Apizaco, como estrategia para com-prender mejor el mercado del reciclaje. Una de estas recicladoras es una su-cursal, con cuatro trabajadores, y tiene una matriz principal. Se compran residuos reciclables de las personas que los llevan ahí (por el cartón se paga 2 pesos/kg) y los venden a grandes industrias recicladoras. No se recolectan residuos desde las casas. Los trabajadores tienen horarios de trabajo y pagos fijos semanales (reciben el salario mínimo).

El segundo centro de acopio tiene un permiso de funcionamiento de la Coordinación General de Ecología del Estado de Tlaxcala (CGE), incluso para almacenar residuos electrónicos. Además, tiene una licencia municipal para funcionamiento. Tiene una trituradora y una prensa hidráulica (se agrega de 25 a 30% en el precio del material fragmentado). Ahí trabajan 5 traba-jadores sindicalizados, con seguro social. Tiene convenios de colaboración ambiental con algunas empresas recibiendo residuos de ciudades del estado de Tlaxcala y de Puebla.

La dueña trabaja en este negocio hace 7 años, y dijo que, en los primeros años, trabajó con pepenadores de rellenos sanitarios del estado, los cuales recolectan residuos en el relleno de Tetla y de Apizaco, los llevan a sus casas

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y ahí hacen la separación. En el relleno del municipio de Huamantla (estado de Tlaxcala), había un líder de los pepenadores, que pagaba por bolsa de re-siduo recolectado, mientras que el revendía los residuos por kg – por lo tanto, obtenía un gran lucro sobre el trabajo de los pepenadores.

El equipo de este centro de acopio hace trabajo de concientización am-biental en escuelas, hospitales y donde son llamados. Hay baja aceptación del proyecto de separación de residuos en las escuelas del estado de Tlaxcala, y cree que es porque la temática ambiental está desvalorizada.

Además de las recicladoras, también se visitó el Centro de Transferencia de Residuos del Ayuntamiento de Apizaco. Ahí, los camiones dejan la basura, y después la llevan a los rellenos sanitarios. Hay 8 camiones recolectores de residuos en el municipio que hacen 2 rutas por día. Cuando visitamos sus dependencias, tenía 20 días que la basura no se había procesado, y no se observó adecuaciones técnicas para contener impactos ambientales. Una de las trabajadoras con la que platicamos, hace la pepena en esa área hace 17 años. Ella tiene tres hijos (una de ellas está en la universidad), pero sus hijos no saben que ella trabaja con la pepena. Ahí también trabajan 2 personas como ella.

Figura 7: Centro de acopio de materiales reciclables en Apizaco, Octubre, 2017. Foto de los autores.

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Figura 8: Centro de transferencia de resíduos de Apizaco, Octubre, 2017. Foto de los autores.

4 Conclusiones

Los datos recogidos en el trabajo de campo, en los cuatro estados de la República Mexicana seleccionadeos, permitió percibir que, aunque diversa, la situación de los pepenadores de materiales reciclables en México es bas-tante precaria y casi no cuenta con apoyo desde el sector público, que no reconoce la importancia de su trabajo para el reciclaje y para el manejo de residuos sólidos, ni el potencial para generación de empleos y renta que hay en esa actividad. Se percibe un oportunismo desde los ayuntamientos: estos son los responsables del manejo de residuos sólidos, y por eso deberían re-conocer el trabajo voluntario que los pepenadores hacen en ese contexto.

De manera general, también se puede afirmar que la importancia del trabajo de los pepenadores tampoco es percibida por los propios trabaja-dores, que no se sienten seguros de la dignidad de esa ocupación. Sin em-bargo, se percibe que los residuos sólidos reciclables son mercancía y tienen valor, pero son pocos los que acumulan grandes ingresos a costa del trabajo explotado de muchos pepenadores. Hay muchos intermediarios en esa cadena productiva, y es difícil que los pepenadores tengan condiciones de acumular grandes cantidades de residuos para venderlos a mejores precios directo a las industrias recicladoras.

Acerca de aspectos técnicos en la actividad del reciclaje, se percibe que, en México, no es común la separación de residuos reciclables en la fuente generadora, porque la pepena se hace en los camiones recolectores y en los sitios de disposición final.

A pesar de esas generalidades, se percibe especificidades en la situación de los pepenadores en el país; en algunos lugares, como en Jalisco, hay la formación de sindicatos de pepenadores, que hacen el control de su trabajo. Eses sindicatos son característicos de la organización del trabajo de los pe-

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penadores en México desde los años 1960, y son perceptibles en muchos municipios, como en la Ciudad de México (CDMX) (BERTHIER, 1990). Tienen la característica de no luchar por los derechos laborales de los agremiados, sino de ejercer el control del trabajo. Estas organizaciones de recolectores estuvieron fuertemente relacionadas con el Partido Revolucionario Institu-cional (PRI), partido que mantuvo el poder político sobre México entre 1929 y 1989 (BERNACHE, 2006).

Una excepción a esa tendencia es el que se percibe en el municipio de Huajuapan, Oaxaca, donde los pepenadores tienen su asociación, su propio estatuto y apoyo desde el ayuntamiento – tampoco se reconocen como “pe-penadores”, ahí se denominan “recicladores”. Uno de los posibles motivos para ese cambio es el apoyo que los pepenadores obtuvieron desde dife-rentes actores sociales (desde el sector privado como el fondo Banamex, el sector público el apoyo del ayuntamiento de Huajuapan y organizaciones so-ciales como SiKanda, y que fue importante para lograr mejores condiciones de trabajo y visibilidad.

De esa manera, se percibe que, en México, las organizaciones de pepe-nadores no obtuvieron el beneficio de la construcción de organizaciones de base, auténticas e independientes, como en otros países de Latinoamérica (como Colombia o Brasil, donde fueron creados movimientos sociales de pe-penadores para luchar por sus derechos, visibilidad y reconocimiento). Sin embargo, una pequeña, pero importante organización ha empezado a tra-bajar por la reivindicación de este sector. Es necesario que el ejemplo cunda y sea alentado desde otras organizaciones privadas y gubernamentales.

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PARTE 3

Catadoras(es) de materiais recicláveis no Brasil: A atuação de cooperativas, redes e incubadoras

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Cooperativas e associações de catadoras/es de materiais recicláveis da Região Oeste PaulistaAvanços e desafios

Ana Maria Rodrigues de Carvalho1 Carlos Rodrigues Ladeia2 Keicy Virginio da Silva Reis3 Sonia Romeiro Costa Rocha4

Resumo

O alto índice de desemprego existente no início da década de 2000, em de-corrência da adoção de políticas neoliberais, privatizações e do uso de novas tec-nologias nos diversos setores econômicos, fez com que o governo brasileiro, do período de 2003 a 2016, priorizasse a redução da pobreza e da desigualdade social, recorrendo a mecanismos que induzissem à inclusão socioprodutiva de traba-lhadoras/es dos segmentos mais atingidos. A criação da Secretaria Nacional de Economia Solidária – SENAES, de uma legislação própria, a destinação de re-cursos para esses setores e a inclusão das/os catadoras/es como parceiras/os na gestão dos resíduos sólidos foi fundamental para a mudança de paradigma nas relações de trabalho. A partir dos registros e sistematizações das atividades de-senvolvidas junto aos empreendimentos de catadoras/es de materiais recicláveis da microrregião de Assis, no Oeste do Estado de São Paulo, pela equipe da Incop Unesp Assis, neste capitulo, construímos uma reflexão acerca dos avanços e de-safios constatados, considerando as políticas públicas setoriais destinadas a este segmento de trabalhadoras/es.

1 Doutora em Psicologia Social pela Universidade de São Paulo (USP); docente aposentada da Uni-versidade Estadual Paulista (Unesp), Faculdade de Ciências e Letras de Assis. Coordenadora da Incubadora de Cooperativas Populares da Unesp Assis. [email protected].

2 Doutor em Educação pela Universidade Estadual de Campinas São Paulo; docente aposentado da Universidade Estadual Paulista (Unesp), Faculdade de Ciências e Letras de Assis. Coordenador da Incubadora de Cooperativas Populares da Unesp Assis. [email protected].

3 Graduanda em Letras na Universidade Estadual Paulista (Unesp), Faculdade de Ciências e Letras de Assis; Bolsista na Incubadora de Cooperativas Populares da Unesp Assis pelo Conselho Na-cional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq). [email protected].

4 Psicóloga pela Universidade Estadual Paulista (Unesp), Faculdade de Ciências e Letras de Assis. Ex Bolsista na Incubadora de Cooperativas Populares da Unesp Assis pelo Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq). [email protected].

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Palavras-chave: catadores de materiais recicláveis; cooperativas e associações de catadores de materiais recicláveis; políticas públicas para catadores.

Resumen

El alto índice de desempleo existente a principios de la década de 2000, como consecuencia de la adopción de políticas neoliberales, privatizaciones y del uso de nuevas tecnologías en los diversos sectores económicos, hizo que el gobierno brasileño, en el período de 2003 a 2016, priorizara la reducción de la pobreza y de la desigualdad social, recurriendo a mecanismos para inducir a la inclusión so-cioproductiva de trabajadoras / es de los segmentos más afectados. La creación de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria - SENAES, de una legislación propia, la asignación de recursos para esos sectores y la inclusión de las / los pepenadoras/es como socias/os en la gestión de los residuos sólidos fue funda-mental para el cambio de paradigma en las relaciones de trabajo. A partir de los registros y sistematizaciones de las actividades desarrolladas junto a los em-prendimientos de pepenadoras/es de materiales reciclables de la microrregión de Assis, en el Oeste del Estado de São Paulo, por el equipo de Incop Unesp Assis, en este capítulo, construimos una reflexión acerca de los avances y desafíos constatados, considerando las políticas públicas sectoriales destinadas a este segmento de trabajadoras/es.Palabras clave: pepenadores de materiales reciclables; cooperativas y asocia-ciones de pepenadores de materiales reciclables; políticas públicas para los pe-penadores

Introdução

Este trabalho5 tem por objetivo refletir sobre os avanços e desafios veri-ficados em empreendimentos de catadoras/es6 da Região Oeste do Estado de São Paulo, mais especificamente da microrregião de Assis, compreendendo diversos municípios, dentre os quais: Assis (cidade polo), Palmital, Cândido Mota, Paraguaçu Paulista, Rancharia. Essas reflexões decorreram de re-gistros e sistematizações dos trabalhos desenvolvidos, junto às coopera-tivas e associações, pelas equipes da Incubadora de Cooperativas Populares da Unesp Assis (Incop Unesp Assis)7. Também foram levadas em conside-

5 Este texto é uma versão revista e ampliada do trabalho “Reflexões sobre avanços e desafios de empreendimentos de catadores de materiais recicláveis”, apresentado no XIII Seminário PRO-COAS, São Paulo, 2017.

6 Adotaremos neste texto as orientações contidas no “Manual para uso não sexista da linguagem”. Rio Grande do Sul, Governo do Estado, Secretaria de Comunicação e Inclusão Digital, 2014. Dis-ponível em: <https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/3034366/mod_resource/content/1/Ma-nual%20para%20uso%20n%C3%A3o%20sexista%20da%20linguagem.pdf>. Acesso em: 02 mar. 2018.

7 Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares (ITCPs) são estruturas das universidades que buscam, a partir da integração de Ensino, Pesquisa e Extensão, socializar e construir co-nhecimentos e tecnologias com os segmentos populares, visando inserção socioprodutiva. As

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ração as políticas públicas setoriais (marco jurídico e execução), destinadas especificamente a esse segmento de trabalhadoras/es, no período de 2003 a 2016, sob os Governos do Presidente Luiz Inácio Lula da Silva e da Presidenta Dilma Roussef, as quais viabilizaram a constituição e o desenvolvimento da-queles empreendimentos.

Os primeiros encontros entre catadoras/es de materiais recicláveis e um grupo de estudantes e docentes do Curso de Graduação em Psicologia da Uni-versidade Estadual Paulista (Unesp), Faculdade de Ciências e Letras, Campus Assis, Estado de São Paulo, ocorreram em meados de 2001.

Em cenário de desemprego, globalização e políticas neoliberais da década de 90 e início de 2000, no Brasil, muitas/os trabalhadoras/es encontraram na coleta de materiais recicláveis uma forma precária de prover seu sus-tento. Essas/es catadoras/es, na ocasião, recolhiam esses materiais, pelas ruas das cidades ou nos lixões, os quais eram armazenados e classificados em suas casas e posteriormente, comercializados com pequenos compra-dores, conhecidos como atravessadores. Cabe destacar que vários problemas advinham dessas práticas: o transporte desses materiais, em geral, era efetuado precariamente em carrinhos improvisados, movidos por tração humana, ou em carroças puxadas por animais; o armazenamento em casa atraía insetos e outros vetores, podendo ocasionar riscos à saúde da família e de vizinhos; os valores obtidos com a venda eram irrisórios.

Na época, o grupo da Unesp buscava construir alternativas de atuação junto ao mundo do trabalho que superassem a perspectiva da psicologia or-ganizacional, comprometida com a produção capitalista. Por meio de pro-jetos de extensão e de estágios profissionalizantes, estudantes e docentes passaram a desenvolver atividades junto às/aos catadoras/es.

Na década de 2000, em Assis e em diversos municípios da região, a equipe da Universidade, por meio da Incubadora de Cooperativas Populares da Unesp Assis8, participou ativamente da organização de catadoras/es na constituição e no desenvolvimento de seus empreendimentos, inclusive, em algumas situações, atendendo solicitações de gestores públicos locais.

As parcerias estabelecidas com as prefeituras, em geral, decorreram de demandas para responderem às emergências impostas pela legislação am-biental, relativas aos lixões, nos quais trabalhavam catadoras/es, e à implan-tação da coleta seletiva. Outras instituições também se tornaram parceiras

ITCPs são financiadas por políticas públicas, por meio do Programa Nacional de Incubadoras (PRONINC) do qual participam Ministérios e empresas públicas do Governo Federal.

8 Cabe destacar que a formalização da Incubadora ocorreu em 2006, por meio do Programa Na-cional de Incubadoras de Cooperativas Populares, financiado pela Secretaria Nacional de Eco-nomia Solidária (SENAES), do Ministério do Trabalho e Emprego (MTE) e da Financiadora de Inovação e Pesquisa do Ministério da Ciência e Tecnologia (MCT).

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nessa empreitada com as/os catadoras/es, como sindicatos, segmentos da igreja católica, escolas, ONGs e outras faculdades.

No início da década de 2000, membros da equipe da Incop Unesp Assis já havia estabelecido contatos com lideranças de catadoras/es da região metro-politana da cidade de São Paulo, o que impulsionou a constituição do Comitê Regional de Catadores do Oeste Paulista, em 2003, uma instância organi-zativa do Movimento Nacional de Catadores (MNCR)9, por meio da qual pas-saram a se articular.

Orientada pela perspectiva da superação da lógica capitalista, a equipe da Incubadora comprometeu-se com o processo de constituição, formalização e funcionamento desses empreendimentos, em consonância com os princípios e valores da Economia Solidária – EcoSol - e do Cooperativismo Popular. Desde o início do processo, a equipe procurou estimular o envolvimento de lideranças de outros grupos regionais na organização de novos grupos, con-tribuindo assim para a construção de uma identidade ocupacional, a troca de experiências e o início da intercooperação. Na mesma direção, procurou pautar em suas discussões com as/os catadoras/es a importância da atuação em rede como forma de fortalecimento dos pequenos grupos e de partici-pação em condições mais favoráveis no mercado dos recicláveis.

O adensamento das relações entre esses empreendimentos foi a base para que, em 2012, constituíssem a Associação Regional de Catadores do Oeste Paulista – ARCOP, instância jurídico do Comitê. A ARCOP tem como fi-nalidade representar as/os catadoras/es na região, voltando-se também para a organização e capacitação dos empreendimentos a ela vinculados. (CAR-VALHO; LADEIA; BASOLI, 2016). No ano seguinte, formaram a Cooperativa de Trabalho de Produção Central e Regional de Catadores de Materiais Reci-cláveis do Oeste Paulista – COOPERCOP, com o propósito da comercialização em rede e a verticalização da produção, inicialmente, por meio do processa-mento de alguns tipos de plásticos.

A realidade que constatada a partir do desenvolvimento dos grupos de catadoras/es e, mais recentemente, de suas instituições representativas, foi de empoderamento dessas/es trabalhadoras/es, tanto do ponto de vista político, quanto comercial.

9 O MNCR é uma instância política e representativa das/os catadoras/es de materiais recicláveis, formado por representações estaduais, cujas lideranças compõem a Direção Nacional. Consti-tuído em 1999, formalizado em 2001, o Movimento articula 1175 cooperativas ou associações, distribuídas em 684 municípios brasileiros, com aproximadamente 30.390 trabalhadoras/es (IPEA, 2012). As lideranças da Direção Nacional, bem como das Estaduais, representam, junto às instâncias públicas, os interesses, demandas e prioridades dessa categoria de trabalho, visando a elaboração e execução de políticas públicas setoriais.

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Outro cenário que contribuiu para esta realidade foi o da existência de políticas públicas setoriais para inclusão socioprodutiva de segmentos sem acesso ao mercado de trabalho ou sem apoio para o desenvolvimento de suas atividades produtivas.

O crescimento das ações voltadas para o apoio de catadores no âmbito do Poder Executivo federal só floresceu porque elas encontraram um am-biente que enxerga no crescimento dos “de baixo” ou daqueles que sempre foram excluídos pelas políticas públicas tradicionais uma das fontes para o desenvolvimento do país. (SANT’ANA; METELLO, 2016, p. 28)

A despeito de não ter tido reflexo estruturante como política de inclusão, a Política Nacional de Educação Ambiental (Lei 9.975/99, Decreto 4.281/02) foi condição importante para a questão ambiental e a gestão dos resíduos sólidos, as quais começaram a ganhar visibilidade, tanto em relação à popu-lação, quanto aos gestores públicos.

O quadro de elevado índice de desemprego, somado à preocupação com os resíduos, fez com que se observasse nas cidades e nos lixões número cada vez maior de catadoras/es. Em 2002, o Governo Federal, em resposta à reivindicação do MNCR, reconheceu essa atividade como ocupação, inclu-indo-a na Classificação Brasileira de Ocupações – CBO, por meio da Portaria 397, de 09/10/2002, do Ministério do Trabalho e Emprego10.

Com a criação da Secretaria Nacional de Economia Solidária – SENAES, em 2003, esse processo de inclusão produtiva passa a ocorrer por meio de um marco regulatório claramente definido: da Economia Solidária. Um modo de estabelecer as relações produtivas, econômicas e sociais diverso daquele empregado pela produção capitalista. Ao invés da propriedade privada, a co-letiva ou associada; ao invés do trabalho subordinado, o autônomo e asso-ciado ou coletivo; ao invés do trabalho alienado, o criativo; ao invés da het-erogestão, a autogestão. Um marco regulatório também de princípios, que deve guiar a práxis do trabalho associado. Nova forma de trabalho na qual as/os trabalhadoras/es detêm os meios e os bens de produção e que pressupõe outra base epistemológica, a partir de novas relações de poder/saber entre elas/es. Neste sentido, uma nova realidade que requer a construção de outra subjetividade que possibilite ao sujeito transitar dos princípios e valores vi-gentes no capitalismo para os da Economia Solidária.

Além da criação do marco regulatório, a SENAES passou a possibilitar o apoio técnico e o financiamento aos empreendimentos de Economia

10 Catadores de Materiais Recicláveis – CBO - Descrição sumária: Catam, selecionam e vendem materiais recicláveis como papel, papelão e vidro, bem como materiais ferrosos e não ferrosos e outros materiais reaproveitáveis.

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Solidária. O financiamento passou a ocorrer através de alguns ministérios e de outras instituições públicas, com o objetivo de fortalecer a produção de tecnologias sociais e viabilizar o acesso dos empreendimentos aos meios e bens de produção. O apoio técnico, por intermédio de Incubadoras, ONGs e outras entidades, visava à formação e capacitação de trabalhadoras/es e con-tribuir para que seus empreendimentos tivessem o acesso ao financiamento e às tecnologias sociais produzidas.

Antes mesmo da criação da SENAES, o Programa Nacional de Incubadoras – PRONINC apoiava financeiramente o funcionamento de algumas Incuba-doras Tecnológicas de Cooperativas Populares – ITCPs. O PRONINC passou a atuar no âmbito do Programa Fome Zero, ficando a coordenação de seu Comitê Gestor a cargo da SENAES e, em meados de 2010, tornou-se política governamental (Decreto 7357, de 17/11/2010). Foi nesse processo de cresci-mento de apoio às ITCPs que, em 2006, a Incubadora de Cooperativas Pop-ulares da Unesp Assis constituiu-se, podendo, assim, expandir suas ativi-dades junto às/aos catadoras/es na região de Assis.

Em 2010, com a criação do Comitê Interministerial para Inclusão Social e Econômica dos Catadores - CIISC (Decreto 7.405/10), coordenado pela Secretaria Geral da Presidência da República, foram ampliadas as políticas específicas para esse segmento de trabalhadoras/es. O Programa CATA-FORTE - Fortalecimento do Associativismo e do Cooperativismo dos Cata-dores de Materiais Recicláveis teve sua primeira etapa em 2009 (Cataforte I) e “[…] como foco principal estimular a organização de grupos de catadores e catadoras de materiais recicláveis com base nos princípios da economia solidária […]”. (CEADEC, s/d). A segunda etapa do Programa (Cataforte II – Logística Solidária), em 2010, teve como objetivo principal “[…] fortalecer a estrutura logística das cooperativas e associações de catadores e catadoras, já articulados em rede.” (CEADEC, s/d). Em 2013, foi lançado o CATAFORTE III - Negócios Sustentáveis em Redes Solidárias tendo por objetivo principal

“[…] estruturar tecnicamente e fortalecer 33 redes de empreendimentos de catadores e catadoras de materiais recicláveis, possibilitando avanços nos elos da cadeia de valor […]”. (CEADEC, s/d).

A ampliação das políticas específicas para catadoras/es coincidiu com a Política Nacional de Resíduos Sólidos (PNRS), instituída, por meio da Lei 12.305, de 02/08/2010. Ela atribuiu responsabilidades aos municípios com relação à gestão dos resíduos sólidos, determinou a implantação de coleta seletiva e deu prioridade e autorização para a contratação de cooperativas e associações de catadoras/es na prestação desses serviços. Essa contratação, em geral, pressupõe a divisão territorial das áreas de coleta seletiva, a ori-entação das pessoas nos domicílios, definição de calendário e a realização da coleta seletiva propriamente dita. Além da coleta nos domicílios, as/os

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catadoras/es podem efetuar a coleta em grandes geradores, assim definidos em legislações próprias. O contrato define ainda as bases e as condições de remuneração dos serviços prestados pela cooperativa ou associação ao mu-nicípio. Ao empreendimento contratado, além da coleta, compete o proces-samento e destinação correta dos recicláveis.

A referida política pública também estabeleceu a obrigatoriedade de es-truturar e implementar sistema de logística reversa, aos fabricantes, im-portadores, distribuidores e comerciantes de produtos em embalagens re-cicláveis (Artigo 33), cuja operacionalização pode contar com a participação direta das/os catadoras/es.

§ 1o Na forma do disposto em regulamento ou em acordos setoriais e termos de compromisso firmados entre o poder público e o setor em-presarial, os sistemas previstos no caput serão estendidos a produtos comercializados em embalagens plásticas, metálicas ou de vidro, e aos demais produtos e embalagens, considerando, prioritariamente, o grau e a extensão do impacto à saúde pública e ao meio ambiente dos resíduos gerados. (Grifos nossos).§ 3o Sem prejuízo de exigências específicas fixadas em lei ou regula-mento, em normas estabelecidas pelos órgãos do Sisnama e do SNVS, ou em acordos setoriais e termos de compromisso firmados entre o poder público e o setor empresarial, cabe aos fabricantes, importadores, dis-tribuidores e comerciantes dos produtos a que se referem os incisos II, III, V e VI ou dos produtos e embalagens a que se referem os incisos I e IV do caput e o § 1o tomar todas as medidas necessárias para assegurar a im-plementação e operacionalização do sistema de logística reversa sob seu encargo, consoante o estabelecido neste artigo, podendo, entre outras medidas: (Grifos nossos).III - atuar em parceria com cooperativas ou outras formas de associação de catadores de materiais reutilizáveis e recicláveis, nos casos de que trata o § 1o. (Grifos nossos).

Esse dispositivo legal possibilitou, por meio de acordos setoriais, a ex-ecução de projetos entre redes ou empreendimentos de catadoras/es e setores da indústria de embalagens. Projetos que contemplaram capacitação técnica, melhorias na infraestrutura, aquisição de veículos para o fortalecimento das redes de comercialização e equipamentos empregados para a verticalização da produção. Na Região Oeste Paulista, microrregiões de Assis e de Ourinhos,

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desde 2012, está em execução o Programa “Dê a Mão para o Futuro: Reci-clagem, Trabalho e Renda”11.

Vale ressaltar que as condições físicas desejáveis para que os empreen-dimentos de catadoras/es pudessem desenvolver suas atividades de forma adequada e eficiente referem-se a: galpão coberto com área para trabalho de processamento e armazenamento, escritório, sanitários, cozinha e sala para refeitório e reuniões; equipamentos e veículos para coleta (caminhão, ônibus ou perua, carrinhos de tração humana), triagem (esteira mecânica ou bancada), prensagem (prensa vertical e horizontal) e armazenamento (transpalet, balança, empilhadeira ou elevador de carga)12.

Outra importante Lei promulgada nesse período foi a 12.690, de 19.07.2012, que dispôs sobre a organização e o funcionamento das Cooperativas de Tra-balho, entre outros. Ela criou novas possibilidades aos empreendimentos econômicos solidários ao apresentar uma nova modalidade de cooperativa que alterou o marco regulatório, baseado na Lei das Cooperativas 5.764/71. Além de reduzir o número de pessoas para sua constituição, estabeleceu garantias, inclusive algumas consagradas na Consolidação das Leis Tra-balhistas – CLT. O fato de ser cooperativa de trabalhado, diferentemente de modelos anteriores, facilitou a formalização de pequenos grupos.

Aspectos teórico-metodológicos

O contato direto mantido com os grupos de catadoras/es, ao longo de mais de quinze anos, possibilitou aos membros da equipe da Incop Unesp Assis, adotando referenciais teórico-metodológicos críticos em seus tra-balhos, inclusive de campo, registrar, relatar, discutir, analisar e refletir sobre diversas questões da realidade desses empreendimentos, destacando suas particularidades e identificando seus aspectos comuns. Nesses refe-renciais, o homem é considerado um sujeito ativo, histórico e social, capaz de conhecer e transformar sua realidade. Portanto, o conhecimento aca-dêmico, oriundo de outro universo social e cultural, a despeito de trazer in-formações importantes, não é verdade absoluta que se sobrepõe aos saberes populares. Assim, tona-se necessário que haja processo de mediação entre

11 Desenvolvido pela Associação Brasileira da Indústria de Higiene Pessoal, Perfumaria e Cosmé-ticos – ABIHPEC, realizada em parceria com a Associação Brasileira das Indústrias de Produtos de Limpeza e Afins (ABIPLA) e com a Associação Brasileira das Indústrias de Massas Alimentí-cias (ABIMAPI). (ABIHPEC, S/D)

12 Há que se considerar a variação dessas condições de acordo com a densidade populacional, ren-da per capita e existência de grandes geradores no município e, consequentemente, o volume de materiais recicláveis coletados e processados. Consultar dados técnicos em: CAMPOS, V. E. Gestão de resíduos sólidos urbanos: contribuições socioambientais de duas cooperativas de catadores de materiais recicláveis na região do Médio Paranapanema. Disponível em: ht-tps://repositorio.unesp.br/handle/11449/124417

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esses saberes para a “[…] produção de sínteses superadoras das contradições históricas, visando à transformação da realidade concreta” (MENDES et al., 2014, p. 24) na qual os homens vivem e trabalham.

Contudo, é imperativo destacar que o ser humano, por meio de um pro-cesso dialético, influencia e recebe influência do meio em que vive. As con-dições históricas do desenvolvimento das forças produtivas têm tornado o trabalho uma atividade cada vez mais alienante e despotencializadora das/os trabalhadoras/es. No atual modo de produção capitalista o homem é reco-nhecido e se reconhece, dependendo de sua condição no sistema produtivo, como mera força de trabalho. “O trabalho é a condição que possibilita ao homem sua sobrevivência material, negando-lhe, todavia, a condição sub-jetiva de se reconhecer como sujeito, em sua atividade material e social” (CARVALHO; LADEIA; FELÍCIO, 2006, p. 19).

No entanto, o homem ao longo de sua história sempre lutou contra a escravidão, a servidão e outras formas de exploração, buscando construir alternativas para a superação e inversão das relações e contradições exis-tentes no mundo do trabalho. A Economia Solidária surge como uma das alternativas que restitui ao homem a sua condição de sujeito, dando outro sentido à sua atividade.

A fim de contribuir para a inserção de trabalhadoras/es, bem como para a construção de uma nova lógica de trabalho que propõe a superação das relações presentes no capitalismo, a Incop Unesp Assis busca “[…] superar o lugar de um sujeito que vende sua força de trabalho para tornar-se aquele que detém os meios de produção, pensa e organiza as atividades que vai exe-cutar e, igualmente, é dono do resultado das atividades que realiza” (CAR-VALHO; LADEIA; FELÍCIO, 2006, p. 20).

Segundo a teoria da práxis, fundamentada na filosofia marxiana (VÁ-ZQUEZ, 1986), e da Psicologia Sócio-Histórica (BOCK et al., 2001),

[…] o homem é, ao mesmo tempo, um sujeito ativo e passivo, singular e genérico. É por meio da sua atividade e das relações que estabelece com outros homens que o sujeito reproduz e transforma as condições mate-riais e espirituais da sua existência, sendo também por elas determinado. A atividade humana, ou seja, a práxis, a história e as relações sociais, dessa forma, são elevadas à condição de categorias centrais na determinação da existência humana: espécie e gênero, ser biológico, social e psicológico (CARVALHO; LADEIA; FELÍCIO, 2006, p. 20).

Ao longo de todo o processo de instauração e desenvolvimento do sistema capitalista, vem sendo construída uma cultura fundamentada na ciência, na técnica e na divisão do trabalho que é aplicada à exploração dos recursos na-

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turais e à naturalização da realidade social e humana. Como toda realidade humana ou humanizada se compõe de elementos subjetivos e objetivos, já que é fruto da práxis, sua transformação só torna-se possível com a supe-ração dos conhecimentos, das práticas e ideias hegemônicas existentes nos diversos domínios da vida social.

Ainda, de acordo com Carvalho, Ladeia e Felício (2006), Gramsci (1988) entendia que:

[…] não basta o empenho de educadores para transmitir aqueles conhe-cimentos considerados “verdades”, nem uma transformação que chegue pelas mãos dos vanguardistas revolucionários. A efetiva transformação depende de uma educação democrática, crítica e conscientizadora, assim como da construção de mudanças concretas visando ao estabelecimento de novas formas de conceber e organizar o trabalho. Trata-se de uma educação formulada a partir de conhecimentos contra hegemônicos, capaz de submeter os conhecimentos ideologizados a uma rigorosa crítica (CARVALHO; LADEIA FELÍCIO, 2006, p. 22).

A Economia Solidária resulta das lutas e ideias das/os trabalhadoras/es e de seus intelectuais do século XIX, sobre tudo Proudhon e Robert Owen, num período em que se buscavam alterativas de superação da exploração, da desigualdade, da dominação social, econômica e política, exercida pela burguesia sobre o proletariado.

Nessa perspectiva, os princípios e valores da Economia Solidária e do Cooperativismo Popular têm como pressupostos a propriedade coletiva, a solidariedade, a soberania alimentar, a cooperação, a divisão justa dos re-sultados do trabalho, a inclusão dos excluídos pelo capital e a socialização do poder e do saber. Estratégias importantes para o regate e construção de valores e práticas inclusivas e humanizadoras. Em oposição, o sistema ca-pitalista tem como pressupostos a propriedade privada dos bens e meios de produção, a competição, o individualismo, a acumulação, o consumismo, a exploração do trabalho e a mais valia.

Assim, a atuação da Incop Unesp Assis junto aos grupos populares, além de colaborar para a geração de trabalho e renda, à luz dos princípios e va-lores da Economia Solidária e do Cooperativismo Popular, buscou também contribuir para a construção de conhecimentos a partir da articulação entre os saberes populares e acadêmicos. A adoção de metodologias ativas e parti-cipativas foram condições essenciais para a valorização dos conhecimentos populares, objetivando construir uma relação dialógica com os conheci-mentos sistematizados para a elaboração de uma síntese superadora das possíveis contradições entre eles existentes.

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Nesse contexto, as Incubadoras Universitárias de Cooperativas Popu-lares podem desempenhar um importante papel de mediação. Ou seja, assumir um trabalho educativo que pressupõe uma relação dialógica di-recionada a buscar compreender a realidade, de sorte a identificar seus determinantes, capaz de contribuir para que os trabalhadores assumam sua condição de sujeito do processo histórico e agente de transformação do seu contexto (CARVALHO; LADEIA; FELÍCIO, 2006, p. 23).

Nas atividades desenvolvidas com as/os trabalhadoras/es buscávamos utilizar a Educação Popular como ferramenta de mediação entre os vários saberes, de tal forma a permitir que todas/os pudessem contribuir para o processo de construção de novos conhecimentos. Nessa perspectiva, todas/os as/os trabalhadoras/es eram agentes ativos que podiam pesquisar, pensar, praticar, refletir, sentir, ser, agir, intervir, avaliar e ressignificar o seu fazer e o seu saber de forma crítica, ao mesmo tempo em que aprendiam e ensi-navam a partir do que cada sujeito trazia de si, ou seja, sob a perspectiva que reconhece e valoriza a história, a participação e o conhecimento de todos os agentes do processo.

Na medida em que utilizávamos estratégias próprias da Educação Popular, como por exemplo, Rodas de Conversa, podíamos perceber as possibilidades de mudanças das pessoas nos espaços coletivos, nos quais as decisões e as contribuições dos membros do empreendimento eram fundamentais para o estabelecimento de uma gestão transparente e participativa.

O trabalho de campo de assessoria a cada empreendimento foi desen-volvido por uma pequena equipe constituída anualmente e ocorria por meio de visitas e reuniões regulares, permitindo a construção de uma relação direta e duradoura com as/os trabalhadoras/es. Semanalmente, as equipes se reuniam para discussões teórico-metodológicas, a partir de relatos de acon-tecimentos e de observações sobre o cotidiano de trabalho dos empreendi-mentos de catadoras/es. Outros dispositivos, como a produção e utilização de ferramenta, por exemplo, o RISAAC13, também possibilitaram às equipes

13 Roteiro de Identificação da Situação Atual das Associações/Cooperativas de Catadoras e Cata-dores – RISAAC: ferramenta de diagnóstico participativo produzida e aplicada nos empreen-dimentos, conjuntamente, por catadoras, catadores e membros da equipe da Incop Unesp As-sis. Para maiores esclarecimentos, consulte: CARVALHO, A. M. R. de; LADEIA, C. R.; BASOL, L. P.. Sistematização de uma metodologia de incubação fortalecedora da autonomia de grupos populares. In: CARVALHO, A. M. R. de; LADEIA, C. R. (Orgs.). Metodologia de incubação e de diagnóstico participativo. Estratégia de trabalho com grupos populares. São Paulo: Cultu-ra Acadêmica; Bauru: Canal 6, 2006. Consulte, ainda: CARVALHO, A. M. R. de; LADEIA, C. R.; VALÊNCIO, A.; ZÓIA, A. B.; CALÇADO, D. R. (Org.). Roteiro de Identificação da Situação Atual de Associações/Cooperativas de Catadoras e Catadores – RISAAC. Assis: Faculdade de Ciências e Letras UNESP Assis, 2016. Disponível em: http://repositorio.unesp.br/handle/11449/146746

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da Incop Unesp Assis a obtenção de informações sobre a realidade desses grupos. Outros espaços privilegiados dessa convivência entre acadêmicos e catadoras/es foram os eventos promovidos pela ARCOP, que ocorreram, em média, a cada trimestre, reunindo catadoras/es, gestoras/es públicas/os e apoiadoras/es para discutirem temas de interesse do segmento e realizarem a troca de experiências entre os empreendimentos.

As equipes da Incop Unesp Assis sempre se orientaram pelo propósito de extrair desses encontros os aspectos objetivos e subjetivos ali presentes. Neste sentido, a apreensão da realidade vivenciada pelos grupos de cat-adoras/es, acompanhados pelas equipes, das quais participaram as/os au-toras/es do presente trabalho, tornou-se possível em razão da presença con-stante em atividades diretas com elas/es.

Avanços e desafios

A realidade das condições de trabalho e de vida das/os catadoras/es, no período de 2000 a 2018, melhorou consideravelmente, ainda que os benefícios não tenham alcançado a todas/os. Cabe destacar que este período, especialmente de 2000 a 2016, foi marcado por uma sequência de políticas públicas que viabilizaram a inclusão socioprodutiva de parcela significativa dessas/es trabalhadoras/es, conforme já apontado.

A existência e o cumprimento da legislação que regulamenta a desti-nação final dos resíduos sólidos urbanos resultaram no “fechamento” de lixões, levando municípios a implantarem a coleta seletiva, incluindo as/os catadoras/es na gestão compartilhada, prevista na PNRS. Para que as/os cat-adoras/es participassem da gestão e tivessem acesso às políticas setoriais era fundamental que estivessem organizadas/os em associações ou cooper-ativas, devidamente formalizadas.

Cabe destacar que a atividade de catadora/or para muitas/os tra-balhadoras/es constituía-se numa alternativa mais efetiva, por meio da qual sustentavam suas famílias. Entretanto, para outras/os, uma alternativa mais pontual, para garantirem a sobrevivência em períodos de desemprego mais acentuado, não sendo, portanto, de seu interesse, trabalharem em empreendimentos coletivos. Somavam-se a estas/es últimas/os, aquelas/es que mesmo pretendendo permanecer na atividade, não se adaptavam ao trabalho em associações ou cooperativas, especialmente quando real-izado coletivamente. Esse cenário propiciou que outras/os trabalhadoras/es que viviam em situação de desemprego e que não tinham, até então, tra-balhado como catadora/or, fossem participar desses empreendimentos. Esta tendência perdura até os dias de hoje, influenciando diretamente no elevado índice de entradas e saídas de trabalhadoras/es nas associações ou coopera-

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tivas. Condição que sempre indicou para o necessário trabalho permanente de formação e capacitação de catadoras/es.

A organização coletiva dessas/es trabalhadoras/es em cooperativas e associações foi favorável em diversos aspectos. Possibilitou melhores condições de trabalho, infraestrutura mais adequada (espaço físico e eq-uipamentos), veículos, capacitações técnicas, descanso semanal e férias anuais remunerados, possibilidade de acesso à seguridade social e elevação da renda média. Outros avanços verificados referiram-se à possibilidade de celebração de contratos de prestação de serviços ou convênios com o poder público municipal e ao acesso aos materiais recicláveis produzidos pelos grandes geradores. A estratégia de constituição de redes, apoiada pelas políticas públicas, tanto por meio de financiamentos diretos, quanto de in-vestimentos decorrentes de acordos setoriais, previstos na PRNS, para vi-abilização da logística reversa, possibilitou a comercialização conjunta de vários empreendimentos, diretamente com as indústrias dessa cadeia pro-dutiva. Essas políticas viabilizaram ainda, por meio de financiamento pú-blico e privado, o início, ainda incipiente, do processo de verticalização da produção, com o processamento de alguns plásticos (PEAD e PP).

No entanto, esses avanços não foram suficientes para atender às de-mandas existentes no país. As políticas públicas não foram implementadas em todos os municípios, assim como nem todos eles possuem grupos de catadoras/es organizadas/os ou realizam a coleta seletiva. Segundo dados do Sistema Nacional de Informações sobre Saneamento (SNIS, 2013), dos 5.564 municípios brasileiros, 43% não possuíam coleta seletiva implantada. Cenário indicativo de que o cumprimento da PNRS pelos gestores públicos, conforme estabelece o texto da Lei 12,305/2012, abaixo apresentado, poderá resultar em maior geração de trabalho e renda na perspectiva da Economia Solidária, sendo por isso, um desafio a ser enfrentado.

§ 1o Para o cumprimento do disposto nos incisos I a IV do caput, o ti-tular dos serviços públicos de limpeza urbana e de manejo de resíduos sólidos priorizará a organização e o funcionamento de cooperativas ou de outras formas de associação de catadores de materiais reutilizáveis e recicláveis formadas por pessoas físicas de baixa renda, bem como sua contratação. (Grifos nossos).§ 2o A contratação prevista no § 1o é dispensável de licitação, nos termos do inciso XXVII do art. 24 da Lei no 8.666, de 21 de junho de 1993. (Grifos nossos). (BRASIL: 2010)

No caso dos empreendimentos de catadoras/es do Oeste Paulista, so-bretudo nas microrregiões de Assis e Ourinhos, a grande maioria encontra-

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va-se provida, minimamente, dos meios e bens de produção, em razão do acesso às políticas públicas e da remuneração resultante da celebração de contratos ou convênios com os poderes públicos locais.

As características locais e regionais também foram fortalecedoras do de-senvolvimento desses empreendimentos, a partir da existência de material reciclável em abundância e de indústrias de produtos e embalagens.

No entanto, se inúmeras foram as condições favoráveis aos avanços ob-tidos pelos empreendimentos de catadoras/es no Oeste Paulista, notada-mente no plano material, há que se considerar que a Economia Solidária não é uma forma de organização da produção que almeja única e exclusiva-mente os aspectos materiais da existência humana. Ela pressupõe também relações sociais, políticas e econômicas fundadas em princípios e valores da igualdade, solidariedade, democracia, transparência, autogestão e com-promisso com a comunidade e com a “coisa” pública. Como destaca Singer (2002):

O perigo da degeneração da prática autogestionária vem, em grande parte, da insuficiente formação democrática dos sócios. A autogestão tem como mérito não a eficiência econômica (necessária em si), mas o desenvolvimento humano que proporciona aos participantes. Participar das discussões e das decisões do coletivo ao qual se está associado, educa e conscientiza, tornando a pessoa mais realizada, autoconfiante e segura. È para isso que vale a pena se empenhar na economia solidária (SINGER, 2002, p. 21).

Ao colocarmos em evidência as entidades constituídas coletivamente pelos empreendimentos de catadoras/es no Oeste Paulista, ARCOP E COOPERCOP, foi possível constatar indícios dessas contradições, as quais nos remeteram a aspectos que pudemos considerar como avanços e desafios.

Por um lado, essa articulação permitiu o acesso aos recursos públicos e privados para a constituição e fortalecimento de redes, em decorrência da logística reversa, prevista na PNRS. A infraestrutura dos empreendimentos e da Rede foi melhorada, visando o fomento da produtividade dos grupos e a obtenção de condições de comercialização direta com as indústrias, per-mitindo preços mais favoráveis.

Por outro lado, por razões diversas, não ocorreu o almejado aumento da produtividade nas associações e cooperativas. E ainda, lideranças de parte dos empreendimentos envolvidos apontaram que a obtenção de maior escala de produtos parece não ter favorecido efetivamente o processo de comercialização em rede agregando-lhes valor. Em certos casos, comer-cializar fora da Rede foi considerado por eles como mais vantajoso economi-

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camente por conseguirem maior valor de venda e pagamento em prazos mais curtos. Como agravante, apontaram também que o processo de gestão, tanto da COOPERCOP, quanto da ARCOP, que primava pela transparência e democracia, vinha sendo sustentado pela centralização de poder em poucas lideranças. Representantes de alguns empreendimentos alegaram que essas condições afetaram o estabelecimento de vínculos de confiança com aquelas lideranças dos conselhos de administração das entidades.

Não obstante, foi possível constatar que a execução do planejamento para o desenvolvimento da Rede sofreu contínuas mudanças, visando ao aten-dimento de interesses muito particulares, em geral, incluindo novos em-preendimentos ou excluindo outros. Por vezes, sem que tenham ocorrido estudos sobre a viabilidade econômica, priorizando aspectos políticos.

Na conjuntura apresentada, pudemos constatar, nos últimos dez anos, certa fragmentação no MNCR, principalmente no que se refere à unidade das relações entre as organizações de catadoras/es no Oeste Paulista e o próprio Movimento. Esta realidade fragilizou ainda mais a categoria, especialmente em momento de crise quando se teve anunciado que pela via governamental há o propósito de enfraquecimento dos movimentos sociais e de redução das políticas públicas setoriais.

Retomando o cenário das políticas públicas, até então existentes para o segmento de catadoras/es, o que observamos é que o esforço havido para dotar parte dos empreendimentos de catadoras/es de meios e bens de pro-dução e de condições para sua inserção no mercado dos recicláveis, não foi ig-ualmente realizado para que houvesse o mesmo nível de mudanças no plano subjetivo. A construção de uma nova subjetividade, neste sentido, ainda que não tenha sido suficientemente contemplada, há que se reconhecer o quão difíceis e complexas são essas mudanças em uma sociedade capitalista.

O processo de subjetivação, por meio do qual, o homem torna-se um ser social e histórico e também se individualiza, se dá a partir das experiências cotidianas na sua relação com o mundo natural e social. Um processo per-manente que ocorre a partir de dois mecanismos fundamentais: apropriação e objetivação, ambos mediados pela linguagem, pelas relações sociais, pela atividade e pelo processo histórico.

O indivíduo forma-se, apropriando-se dos resultados da história social e objetivando-se no interior dessa história, ou seja, sua formação rea-liza-se por meio da relação entre objetivação e apropriação. (DUARTE, 2004, s/p).

Em nosso trabalho junto às associações e cooperativas de catadoras/es pudemos notar a existência de uma ruptura teórico-prática entre princípios

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e valores da Economia Solidária e a forma como lidavam com as relações de trabalho, de poder e com a apropriação de conhecimentos. Era comum, por exemplo, a não aplicação de disposições estatutárias e/ou regimentais, situação que ocorria, principalmente, por parte dos membros dos órgãos sociais (conselho de administração e conselho fiscal), mas não só, pois, em geral, os cooperados também tendiam a não valorizar essas normas e acordos, agindo, muitas vezes, conforme seus interesses e conveniências pessoais.

Em um contexto em que se deveria mesclar a democracia representativa com a direta, contraditoriamente, deparava-se com situações de central-ização de poder divorciada de seus representados. Tal como na política em geral, as decisões, não obstante, eram tomadas sem levar em consideração as necessidades, interesses e opiniões daqueles que elegeram seus represen-tantes junto aos órgãos de decisão. Lideranças que se apropriaram do papel de representantes e se descolaram do coletivo que representavam, agindo, muitas vezes, apenas a partir de seu modo de compreender a situação ou em defesa de interesses particulares ou de pequenos grupos.

Por outro lado, no caso de empreendimentos de economia solidária, ex-istiam também coletivos frágeis que tinham medo de expressar suas opiniões ou não se sentiam com direitos ou responsabilidades para interferirem em seus processos de gestão, ainda que pudesse estar ocorrendo desrespeito flagrante aos princípios da gestão democrática e transparente. Em alguns grupos a situação acabava se assemelhando, em vários aspectos, a uma em-presa que praticava a heterogestão, levando à centralização do poder, à falta de transparência, à fragmentação e subordinação do trabalho, à alienação do/da trabalhadora/or dos processos decisórios e à precarização do trabalho.

Há que se levar em conta também as condições sociais e históricas do contexto em que se vive. As instituições, em geral, na sociedade capitalista, conforme Althusser (1974), Vázquez (1986) e outros, desempenham o papel de constituir uma subjetividade docilizada que tende a aceitar a natural-ização do processo de subordinação e de exploração. Neste sentido, para que os empreendimentos de economia solidária, de fato, funcionassem de acordo com os princípios preconizados nessa nova perspectiva de organização do trabalho, exigiria esforço redobrado de todas/os aquelas/es que queiram que haja uma transformação na realidade do mundo do trabalho.

Considerações Finais

A política de economia solidária no Brasil, em geral, possibilitou que ocorressem avanços tanto no que diz respeito ao acesso aos meios e bens de produção, como salientamos, mas também no processo de organização

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e fortalecimento dos empreendimentos de catadoras/es de materiais re-cicláveis – associações e cooperativas. Cabe destacar que é inegável que tenham ocorrido maiores avanços em regiões nas quais as/os catadoras/es puderam contar, inicialmente, com apoio de instituições, como incubadoras, ONGs e outros parceiros. A partir de 2014, entretanto, houve um arrefeci-mento das políticas públicas de financiamento, fomento e apoio às ações de economia solidária, desenvolvidas por essas instituições.

Nesse período, começou a configurar o enfraquecimento do Governo da Presidenta Dilma Roussef, em cenário, cuja conjuntura internacional e na-cional estava sendo afetada por uma crise global. No Brasil, ela foi agravada por uma crise institucional que culminou com a destituição da Presidenta da República, que acabara de ser eleita para cumprir seu segundo mandato, em 2014. Manifestações de rua, ataques sistemáticos dos meios de comunicação da grande mídia e articulações políticas envolvendo a classe empresarial, o Judiciário e o Legislativo, caracterizavam o quadro do momento. Um golpe que objetivava a retomada e o aprofundamento do projeto neoliberal, inter-rompido parcialmente, com a eleição do Presidente Lula, em 2002. Há que se reconhecer que entre 2003 e 2013 o país viveu uma fase de desenvolvimento econômico e social que propiciou maior distribuição de renda, que promoveu a implantação de políticas afirmativas, como as de inclusão socioprodutivas, por meio dos marcos da economia solidária. Hoje, é possível entender clara-mente que toda aquela “movimentação” representava o desejo de ampla parcela da classe média e das elites brasileiras pela retomada do poder para darem continuidade ao projeto neoliberal. Esse plano de retomada do poder pela via eleitoral havia fracassado, restou-lhes a alternativa do golpe. E ainda, o golpe foi articulado a partir da junção de duas forcas políticas: neo-liberalismo e liberalismo ultrarradical com indícios de retomada de ideias fascistas e com a volta dos militares no cenário político. Racismo, homofobia, violência com motivação política, xenofobia contra nordestinos, entre outros indícios, tornaram-se cenas comuns no cotidiano da vida social brasileira.

Constatamos ainda que a atual situação de desinvestimento em políticas públicas afirmativas, bandeiras de governos populares anteriores, tende a se aprofundar, podendo, até mesmo, chegar a sua extinção. A retomada do projeto neoliberal e do conservadorismo, com participação de segmentos religiosos conservadores (católicos e evangélicos), com o desmanche das políticas públicas, criou um cenário desfavorável à continuidade do finan-ciamento, fomento e apoio às ações de economia solidária. Se durante o período dos governos populares as políticas públicas não foram suficientes para atingir a todos aqueles que deveriam ser beneficiados, o desafio atual consiste na luta pela retomada, fortalecimento e aperfeiçoamento dessas políticas inclusivas.

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Há que se destacar a importância e o valor dos avanços verificados, mas também que se reconhecerem os limites existentes. Na retomada e fortalec-imento daquelas políticas, seria imprescindível que fossem aperfeiçoadas, pois, no caso das/os catadoras/es, as de inclusão socioprodutivas, baseadas na Economia Solidária, por si só, não garantiram a apropriação de seus princípios e valores, como tivemos a oportunidade de apontar anteriormente.

Um novo processo de subjetivação das/dos trabalhadoras/es dar-se-ia por meio de novas relações e da apropriação crítica da realidade histórica e social na qual vivem. Condições que ainda não foram alcançadas nos em-preendimentos, tanto pela reprodução de práticas hegemônicas de relações no trabalho, mantidas pelas/os próprias/os trabalhadoras/es, quanto pela pouca oportunidade de acesso a uma formação crítica que possibilite a transformação dessas contradições. A despeito dos esforços envidados e da ocorrência de atividades formativas envolvendo catadoras/es, realizadas, tanto pelo próprio MNCR, por meio do CATAFORTE I, quanto por apoiadores, como a Incop Unesp Assis, com suas ações e projetos14, esse propósito não foi plenamente alcançado.

Sem que houvesse uma mudança no modo das pessoas relaciona-rem-se em seu cotidiano de trabalho, dificilmente forças externas conse-guiriam provocar mudanças subjetivas. As ideias da Economia Solidária só poderiam existir de forma concreta quando subjetivadas e objetivadas nas relações sociais de trabalho, ainda que fosse importante uma ação prévia de construção teórico-metodológica.

A constituição da subjetividade, como vimos, é resultante de um processo histórico que encontra no trabalho alienado e subordinado o suporte para sua reprodução. Nas cooperativas e associações há que se encontrarem alterna-tivas e estratégias para mudarem as relações sociais em todas as dimensões da vida, não só na econômica, mas também nas relações que o homem esta-belece com o mundo e com os outros homens. Trata-se de uma tarefa com-plexa e difícil que exige interesse das/os trabalhadoras/es em fazerem sua parte: realizarem esforços para conhecerem criticamente a sua realidade.

É verdade que as/os trabalhadoras/es possuem uma experiência de vida e de trabalho, porém, em geral, ela vem carregada de valores e princípios do modo de produção capitalista. A tomada de uma consciência crítica seria fundamental para que houvesse uma mudança na realidade, colocando em cheque e assim superando, seus conhecimentos acríticos, mesmo que o con-

14 Dentre estes, destacamos o Programa de Formação em Economia Solidária: Preparação de Edu-cadores, Capacitação de Catadores e Sensibilização de Gestores Públicos, financiado pelo Minis-tério da Educação - MEC/SESU - PROEXT /2009.

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texto vigente conspirasse contra. Ainda assim, seria possível “trabalhar” nas fissuras e contradições (oportunidades) que as relações sociais apresentam.

Essas e outras situações constituem-se desafios a serem enfrentados, es-pecialmente por aquelas/es que acreditam e lutam por uma forma de orga-nização do trabalho e por uma sociedade que seja mais justa e democrática. Neste sentido, são desafios colocados para trabalhadoras/es, gestoras/es públicas/os, acadêmicas/os e demais defensoras/es da Economia Solidária.

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As cooperativas de catadores e a hibridização da auto e da heterogestãoUma comparação entre duas redes de cooperativas

Marconi Tabosa de Andrade1

Resumo

Neste capítulo discutiremos alguns aspectos da reprodução da heterogestão no interior de Empreendimentos Econômicos Solidários de catadores, cotejando pesquisas anteriormente desenvolvidas com resultados de observações que fi-zemos em duas redes de cooperativas, uma delas localizada na cidade de Cam-pinas-SP e outra na cidade de Maceió-AL, nas regiões Sudeste e Nordeste, res-pectivamente. A perspectiva comparativa foi construída a partir da aplicação de entrevistas em profundidade com cooperados e cooperadas das duas redes (21 ao todo), em posições diferenciadas relativas às etapas de execução e administração do trabalho. As entrevistas foram complementadas com aplicação de questio-nários (72 ao todo), análise documental (registro das atividades de produção, contabilidade e atas das assembleias) e observação participante. Concluímos que se, por um lado, as cooperativas de catadores e catadoras observadas não desenvolvem sistemas plenamente autogestionários, por outro, não apresentam sistemas marcados exclusivamente pela heterogestão. Ocorre um híbrido entre estes dois modelos, com a manifestação de uma hierarquia que se estabelece sob consenso, distante da hierarquia autoritária que marca a heterogestão. Palavras-chave: Autogestão. Cooperativismo. Catadores. Economia solidária.

Resumen

En este capítulo discutiremos algunos aspectos de la reproducción de la he-terogestión en el interior de Emprendimientos Económicos Solidarios de pepe-nadores, cotejando investigaciones anteriormente desarrolladas con resultados de observaciones que hicimos en dos redes de cooperativas, una de ellas ubicada en la ciudad de Campinas-SP y otra en la ciudad de Maceió- AL, en las regiones Sudeste y Nordeste de Brasil, respectivamente. La perspectiva comparativa fue construida a partir de la aplicación de entrevistas en profundidad con coope-rados y cooperadas de las dos redes (21 en total), en posiciones diferenciadas relativas a las etapas de ejecución y administración del trabajo. Las entrevistas

1 Universidade Federal de Alagoas. [email protected]

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fueron complementadas con aplicación de cuestionarios (72 en total), análisis documental (registro de las actividades de producción, contabilidad y actas de las asambleas) y observación participante. Concluimos que si, por un lado, las cooperativas de pepenadoras y pepenadores observadas no desarrollan sistemas plenamente autogestionarios; por otro lado, no presentan sistemas marcados exclusivamente por la heterogestión. Se produce un híbrido entre estos dos mo-delos, con la manifestación de una jerarquía que se establece bajo consenso, dis-tante de la jerarquía autoritaria que marca la heterogestión.Palabras clave: Autogestión. Cooperativismo. Pepenadores. Economía solidaria

Introdução

Os Empreendimentos Econômicos Solidários (EES) pressupõem a auto-gestão como modo de organização do trabalho. A realidade cotidiana das cooperativas e associações de trabalhadores, contudo, nem sempre corres-ponde a este modelo ideal. Neste trabalho, pretendemos discutir as tensões e nuances entre traços de gestão coletiva e democrática e traços de gestão hierarquizada (heterogestão) em duas redes de cooperativas de catadores, si-tuadas em Campinas-SP e Maceió-AL. A cidade de Campinas está localizada na região Sudeste, que concentra aproximadamente metade das atividades industriais brasileiras. Com PIB per capita de R$49.876,62 e IDHM de 0,805 (IBGE, 2018a), Campinas é um importante centro industrial e tecnológico. Com perfil diametralmente oposto, a cidade de Maceió está localizada da região Nordeste, caracterizada por indicadores socioeconômicos negativos (IBGE, 2017), quando comparados com os indicadores das demais regiões2. O PIB per capita de Maceió é de R$ 20.853,41, menos da metade do PIB per capita de Campinas e o IDHM é de 0,721 (IBGE, 2018b).

É nestes contextos diferenciais que, a partir destes estudos de caso, em perspectiva comparativa, realizados entre 2014 e 2016, buscamos identificar os elementos que constituem a gestão dos empreendimentos, cotejando pesquisas anteriormente desenvolvidas com os resultados do cenário em-pírico que encontramos.

O termo “autogestão” suscita um amplo debate, do qual decorrem di-versas conceituações, algumas vezes díspares, em função dos posiciona-mentos políticos que as informam (WELLEN, 2012, p. 75-6, LEITE, 2009). A democracia direta (um cooperado, um voto), no entanto, surge como ele-mento recorrente, estabelecendo a assembleia como a principal instância de decisão, que requer a participação horizontal dos trabalhadores e das tra-balhadoras, de forma que não surjam hierarquias ou separação entre quem

2 O Brasil está geograficamente dividido em cinco grandes regiões: Norte, Nordeste, Sul, Sudeste e Centro-Oeste.

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decide e quem executa. Ainda que seja necessária uma divisão de tarefas por especialidades profissionais e isso implique a distinção entre as esferas ad-ministrativa e de execução, as decisões e demandas devem fluir de “baixo para cima” (SINGER, 2002, p.18). Esta característica, associada ao estímulo para a participação dos cooperados e das cooperadas na esfera política local externa aos EES, os diferenciaria dos empreendimentos econômicos capita-listas tradicionais (GAIGER, 2006).

A solidariedade marca a diferença em relação aos modelos competitivos tradicionais de produção (competição que é tanto interna às fabricas, como entre as fábricas), preconizando a cooperação interna (relações horizontais e democráticas de trabalho) e externa (formação de redes de produção, dis-tribuição e consumo), como novo modelo de organização do processo de trabalho. Nesta direção, o exercício da democracia e da reciprocidade, asso-ciado aos demais aspectos que definem os empreendimentos em Economia Solidária conferem a estas ações, pelo menos teoricamente, o anúncio de um modelo alternativo de produção, que se apropria dos elementos “positivos” do capitalismo, sem chocar-se frontalmente com ele.

Compreendida como um amplo projeto de transformação social (SINGER, 2002), dificilmente poderíamos verificar a autogestão na realidade empírica. Por essa razão, o termo “autogestão” ganha também um sentido restrito, que diz respeito às experiências limitadas às unidades produtivas (PIRES, 2016, p. 3). Mas, mesmo neste âmbito, a experiência da autogestão ocorre em meio a paradoxos e tensões, que, não raro, a aproximam de elementos da cultura do trabalho heterogerido, como demarca Lima (2002, 2010). Aproximação que decorre, por outro lado, das ambiguidades contidas na cultura do trabalho do novo espírito do capitalismo, que enfatiza a participação e a autonomia do trabalhador nas suas narrativas justificadoras e nas reformulações con-cretas que decorrem delas (Lima, 2010). Em síntese, noções como autonomia, autocontrole e autogestão estariam disseminadas tanto nas estratégias de gestão empresarial típicas do toyotismo, como nas estratégias de gestão de cooperativas e EES. Recorrendo a Boltanski e Chiapello, Lima tipifica o tra-balhador do terceiro espírito do capitalismo como quem empreende, tem autonomia, é responsável pela sua própria qualificação profissional, inova, é capaz de trabalhar em equipe, cumprindo funções diversas (polivalente) e engaja-se em relações de trabalho não mais salariais (percebidas neste novo registro como subordinação) (2010, p. 168). O conhecimento e a participação ativa do trabalhador passam a ocupar lugar importante neste novo mundo do trabalho. Neste contexto ambíguo:

As cooperativas radicalizariam alguns ideais participacionistas pre-sentes no toyotismo: sendo ao mesmo tempo proprietários, gestores e

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trabalhadores, se envolveriam ao máximo no trabalho, aumentando a produtividade e reduzindo custos no trabalho. (LIMA, 2010, p. 179).

É neste contexto que o sentido da “autogestão” desliza para a incorpo-ração, por quem trabalha, do autocontrole que garante sua permanência na equipe de trabalho, demandando menos controle externo. A autodisciplina, a responsabilidade com suas metas etc. adquire importância central e re-velam os deslizes semânticos no âmbito da gestão do trabalho, que ressig-nificam termos tradicionais na luta operária, para adequá-los aos objetivos da gestão empresarial do trabalho, disparando um dispositivo que lembra as confluências perversas às quais Dagnino se refere (2004)3. O mesmo ocorre com o termo informalidade, antes significado de forma pejorativa e agora positivado sob o discurso da autonomia, “com isso assistimos a uma espécie de des-demonização da informalidade, de sinônimo de subdesen-volvimento para sinônimo de desregulamentação, flexibilidade e mesmo de empreendedorismo” (LIMA, 2010, p. 174). Nestes casos, a ressignificação dos termos não altera substancialmente as práticas de gestão do trabalho orga-nizadas para aumentar a sua exploração. No caso dos EES, trata-se de avaliar como se manifestam estas ambiguidades e ambivalências. Em que medida os deslizes semânticos acima referidos nublam relações de trabalho explo-ratórias, sob o ideal da emancipação? Como os EES lidam com estas tensões, no sentido de refazer formas democráticas de gestão do trabalho?

Observaremos as manifestações destes paradoxos, destas tensões e am-biguidades nos empreendimentos de catadores.

As cooperativas de catadores/as e os dilemas da autogestão

O modelo de gestão integral dos resíduos sólidos, proposto pelo Movi-mento Nacional de Catadores de Materiais recicláveis (MNCR) pretende dis-tanciar-se dos modelos estatista e privatista, abrigando o catador e a ca-tadora em um regime de trabalho cooperado, que equalize as dimensões econômica, social e ambiental (WIRTH, 2016). Com isso, os EES de catadores/as passariam a funcionar simultaneamente como cooperativas de produção (em relação à Indústria de Recicláveis) e de serviços (em relação às prefei-

3 Dagnino argumenta que os agentes posicionados na base dos movimentos sociais se veem pre-sos em uma “armadilha” (2004, p. 198), pois agem em meio às disputas entre projetos sociais antagônicos e quando objetivam ampliar a participação democrática da sociedade civil no aces-so aos bens sociais básicos, acabam corroborando o projeto de privatização do acesso a estes bens. Por esta razão, a autora caracteriza o processo como “confluência perversa” de sentidos, que instaura uma crise discursiva com impactos diretos sobre a ação política de contestação e resistência.

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turas), tendo prazos e volumes de produção a serem cumpridos. Estas metas, embora diferentes em cada caso (produção e serviço), exigem a organização e estruturação das cooperativas de modo “profissional” ou “empresarial”, para retomar os termos usados por Magera (2005), trazendo o desafio de conciliar as dimensões econômica e solidária, implicadas na autogestão.

Ao analisar as relações que se estabelecem em empreendimentos de cata-dores/as de recicláveis4, Rizek (2009) chama atenção para a conservação de elementos nada emancipatórios. Muito ao contrário, a cooperativa reproduz aquilo que há de mais tradicional no universo fabril: divisão de trabalho por gênero, centralização das decisões administrativas, controle do tempo de trabalho e da produtividade dos trabalhadores, implicando inclusive “de-missões”5, execução de tarefas repetitivas e seriadas, bem ao modo taylo-rista e predominância de relações de mando, sobrepostas aos mecanismos coletivos de decisão. (RIZEK, 2012, p. 45).

As conclusões de Rizek indicam que persistem hierarquias que derivam da dificuldade de ruptura com paradigmas do trabalho heterônomo, trazidos pelas vivências dos cooperados e das cooperadas em outros ambientes de trabalho ou mesmo incorporados no processo de socialização, que marca a postura diante do trabalho. A dificuldade de realização da autogestão, por-tanto, decorre de uma cultura do trabalho que tende a reproduzir hierarquias, embotando as habilidades de participação democrática direta (HOLZMANN, 2009; LIMA, 2007, 2010; MAGERA, 2005).

Em nossa pesquisa de campo, encontramos traços de organização do trabalho que corroboram parte dos resultados das pesquisas acima men-cionadas. Por outro lado, também encontramos elementos que permitem relativizá-los, com algumas ponderações. Neste sentido, as cooperativas de catadores/as observadas apresentaram, com graus distintos, nuances de superação do modelo de gestão hierarquizado, tipificando experiências bem sucedidas de gestão horizontal do trabalho, em alguns aspectos.

4 Rizek desenvolveu sua pesquisa entre catadores que atuavam na periferia de São Paulo, em pro-gramas que tiveram início ainda na gestão Marta Suplicy (2001-2004). A autora busca entender como ocorre a produção e a circulação da riqueza nestes territórios periféricos, tomando as coo-perativas de catadores como objeto de análise. O campo de pesquisa que se mostrou mais signi-ficativo foi o da Central de Triagem da Vila Curuçá. Esta seria, segundo Rizek, uma experiência modelar na cidade de São Paulo no âmbito das cooperativas de catadores.

5 Por tratar-se de uma cooperativa, o termo “demissão” não é adequado ao processo de exclusão de trabalhadores da equipe de trabalho, uma vez que ele não é um funcionário contratado por uma empresa, mas um trabalhador cuja admissão na equipe se dá por mecanismos de incorpo-ração, em tese, processados coletivamente.

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Gestão da produção e do trabalho nas cooperativas de Campinas e Maceió: produtividade, renda e acesso a direitos sociais

A pesquisa cujos resultados fundamentam este trabalho ocorreu no con-texto do impacto do programa CATAFORTE6, ação mais importante voltada ao fomento de EES de catadores, no campo das políticas públicas (em termos de volume de recurso e de visibilidade). Associado à aprovação da Lei de Re-síduos Sólidos (no 12.305/2010), o CATAFORTE organizou, por meio de editais públicos, a distribuição de recursos financeiros e humanos (na forma de consultorias e capacitações) às cooperativas e redes de cooperativas de ca-tadores.

Nossa metodologia esteve baseada no estudo comparativo do impacto do CATAFORTE em duas redes de cooperativas de catadores, localizadas nas cidades de Campinas-SP e de Maceió-AL. A escolha destas redes levou em consideração a semelhança entre os tempos de existência das cooperativas que as compõem (13 anos, aproximadamente), tendo sido formadas e impac-tadas pelo mesmo contexto de mudanças institucionais7, notadamente pelo acesso aos recursos do CATAFORTE (maquinário, veículos, cursos, capaci-tações e assessoria técnica). Apesar disto, as duas redes apresentavam ca-racterísticas muito distintas, com relação à gestão do trabalho e à renda que proporcionavam aos cooperados e cooperadas. Como estes fatores tinham relação com os nossos interesses iniciais de investigação, o estudo compa-rativo permitiu destacar semelhanças e diferenças entre experiências de cooperativismo assistidas pelo mesmo conjunto de políticas públicas, mas com resultados distintos.

Em Maceió, observamos três cooperativas (totalizando 54 catadores) que compõem uma rede formada por sete empreendimentos (quatro deles estão localizados no interior do Estado de Alagoas, nas cidades de Delmiro Gouveia, Arapiraca, Penedo e Palmeira dos Índios). Em Campinas, observamos cinco

6 O CATAFORTE consiste, em termos breves, em um programa federal que visa a formação e o fortalecimento das cooperativas de catadores. Os recursos do programa foram distribuídos em três edições. A primeira enfatizou a constituição, organização e formalização das cooperativas. As duas edições seguintes enfatizaram a preparação para a prestação de serviço às prefeituras, fornecendo formação em logística e distribuindo veículos (caminhões de diversos portes e fun-ções), para composição de redes de cooperativas capazes de atender as demandas de coleta se-letiva nos municípios. Adicionalmente, a capacidade de triagem do material e preparação para venda também compunham os objetivos do CATAFORTE.

7 Referimo-nos ao conjunto de mudanças institucionais que poderiam ter impacto sobre a confi-guração do trabalho dos catadores tais como: aprovação da Lei que instituiu a Política Nacional de Resíduos Sólidos (12.305/2010), criação do Comitê Interministerial de Inclusão Social de Ca-tadores de Materiais Recicláveis, criação da SENAES e o surgimento do MNCR.

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empreendimentos que compõem a rede RECICLAMP (totalizando 128 cata-dores).

Na primeira visita à rede RECICLAMP, realizada em 2012, aplicamos 20 questionários, entre os cooperados e cooperadas que trabalhavam na triagem do material reciclável. Realizamos, também, quatro entrevistas com cooperados e cooperadas que trabalhavam na administração dos em-preendimentos. Estávamos na fase exploratória. A entrada no Programa de Pós-Graduação em Sociologia da UFSCar (PPGS-UFSCar) ocorreu em março de 2013, quando o projeto de pesquisa foi definitivamente elaborado.

Em setembro de 2014, realizamos nova inserção na RECICLAMP, gra-vando 10 entrevistas e participando de duas reuniões entre os cooperados e cooperadas. As entrevistas seguiam um roteiro contendo quatro pontos cen-trais: (1) a renda dos cooperados, (2) o contrato de prestação de serviço am-biental para a prefeitura de Campinas, (3) a gestão do trabalho e (4) o impacto do CATAFORTE na estruturação e consolidação da rede. Foram aplicados 50 questionários entre os cooperados e cooperadas de três cooperativas da rede.

O coordenador do Centro de Referência em Cooperativismo e Associati-vismo (CRCA), que abriga a RECICLAMP, nos forneceu as planilhas de balanço da produção e da comercialização dos recicláveis da rede, que contemplam toda a movimentação dos anos de 2013 e 2014, permitindo uma avaliação dos rendimentos médios dos cooperados. Os dados foram cruzados com as informações colhidas nas entrevistas.

Entre 10 de outubro e 01 de dezembro de 2016, realizamos a pesquisa de campo em Maceió, observando três cooperativas que compõem uma rede formada por sete empreendimentos (três na capital e outros quatro em ci-dades do interior de Alagoas: Arapiraca, Penedo, Delmiro Gouveia e Palmeira dos Índios). Foram realizadas sete entrevistas, incluindo as coordenadoras das cooperativas, cooperados e cooperadas e uma técnica da Unitrabalho-

-UFAL, que participou do processo que as incubou. As entrevistas seguiram o mesmo roteiro aplicado nas cooperativas de Campinas. Foram aplicados também 52 questionários entre os cooperados e cooperadas.

Seguimos o método da entrevista compreensiva (KAUFMANN, 2013), no qual o pesquisador entabula uma “conversa” com o entrevistado, partindo de um tema específico, relacionado às questões que se quer averiguar e, no decorrer do diálogo, “provoca” as respostas de acordo com o roteiro pré-de-finido. O método privilegia o fluxo de interação, que segue uma intenciona-lidade, balizada pelo roteiro de questões.

Além das entrevistas, analisamos os documentos (editais e materiais utilizados nas formações) produzidos no âmbito do CATAFORTE, para tentar identificar suas linhas de ação. Neste caso, o material utilizado nos cursos de formação foi analisado em conjunto com as entrevistas.

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A observação do cotidiano das cooperativas também forneceu elementos para a análise da gestão, pois permitiu avaliar o que “acontece” no dia-a-dia do empreendimento e que nem sempre condiz com o que é dito pelos coo-perados e cooperadas, que, muitas vezes, acionam discursos “prontos”, ou seja, modulados de acordo com o ouvinte. A participação em reuniões e as-sembleias, a presença no galpão, o diálogo livre e o perambular pelo espaço de trabalho também trouxeram informações para a pesquisa, permitindo observar as relações entre os cooperados e cooperadas na divisão de tarefas, o estabelecimento de posições hierárquicas ou horizontais, as formas de re-solução dos conflitos e os processos de gestão do trabalho.

Estas redes são formadas predominantemente por mulheres, seguindo padrão identificado por Wirth (2010, p.14), que destaca a maior participação feminina em empreendimentos de Economia Solidária de pequeno porte, nos quais enquadram-se grande parte das cooperativas de catadores/as. A autora chama atenção para a reprodução, no interior dos EES, de uma divisão sexual do trabalho ancorada nas naturalizações dos papéis de gênero cor-rentes em nossa sociedade (2010, p.139-0).

Ambas as redes são assistidas por organizações do Terceiro Setor e Uni-versidades. Na cidade de Campinas, as cooperativas da RECICLAMP estão agrupadas no Centro de Referência em Cooperativismo e Associativismo (CRCA)8, e conta ainda com suporte da PUC-Campinas. No período da pes-quisa de campo observamos a ação do PorAmérica9. Em Maceió, regis-tramos o apoio da Unitrabalho/UFAL, do programa Ser + Realizador10, e da ENACTUS11.

8 O CRCA esteve presente durante o processo de formação e consolidação destas cooperativas, assumindo o trabalho com materiais recicláveis como atividade principal. Em função disso, o CRCA incubou, em 2008, a RECICLAMP, uma cooperativa de segundo grau voltada exclusiva-mente ao segmento de catadores de recicláveis, com apoio da organização Cáritas do Brasil e da Petrobras.

9 O PorAmérica, também denominado de Programa de Fortalecimento de Organizações de Base para Combater a Pobreza, foi lançado, no Brasil, em meados de 2011, em Campinas, propagan-do-se para outras cidades. Trata-se de uma das ações da Rede América, presente em 11 países da América Latina e Caribe, formada a partir de fundos de cerca de 80 entidades empresariais de porte internacional, bem como com fundos do Banco Interamericano de Desenvolvimento (BID). No Brasil, tem como parceiros o Instituto Camargo Correa, Instituto Holcim Brasil, Instituto Votorantim, Natura Cosméticos e Instituto Arcor, dentre outros. É o Instituto Arcor que faz a mediação, na cidade de Campinas, entre o PorAmérica e o CRCA.

10 Programa organizado pela Braskem em parceria com a Ambev, Bunge, Gerdau e Sebrae. Em 2015 apoiou 70 cooperativas (abarcando 3.538 catadores), em diversos estados brasileiros, dentre eles São Paulo, Alagoas, Bahia, Rio de Janeiro e Rio Grande do Sul.

11 A ENACTUS é uma rede internacional mantida por empresas de grande porte, como Walmart, McDonalds, Unilever, Bank of America, Cargill, Microsoft dentre outras. Ela estimula o que denominam de empreendedorismo social, com forte viés empresarial.

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Para a finalidade da reflexão acerca da gestão dos empreendimentos, destacaremos as diferenças quanto à organização do processo de trabalho, que resulta em maior produtividade entre as cooperativas da RECICLAMP, quando comparadas com a rede de Maceió.

A produtividade do trabalho dos catadores e das catadoras da RECICLAMP, que foi de 2.840 Kg por cooperado/mês, em 2013, é bem superior à produti-vidade do trabalho dos cooperados e cooperadas de Maceió, que foi de 1.111Kg por cooperado/mês, em 201612. Com isso, a retirada média entre as coopera-tivas das duas redes também é muito distinta.

Em Campinas, a retirada média de um (a) cooperado (a) da rede era, em 2014, R$ 1.190,0013. A cooperativa que garantia maior retirada era a RECICLAR, com média de R$ 1779,00. Em seguida, a Antônio da Costa Santos, com re-tirada média de R$ 1520,00. Na posição intermediária, estava a Unidos na Vitória, com retirada média de R$ 1359,00. As retiradas médias mais baixas eram as da São Bernardo, com R$ 833,00, e da DIVIPAZ, com R$ 772,00 (Re-latório Econômico-financeiro RECICLAMP, 2014)14.

Em Maceió, a retirada média dos catadores e catadoras das três coo-perativas observadas é de R$ 450,0015. Ela varia entre as cooperativas: os cooperados e cooperadas da COOPLUM tem retirada média de R$ 450,00. A retirada média na COOPREL Serraria é de R$550,00. E a retirada média na COOPREL Benedito Bentes é de R$350,00. Como as cooperativas pesquisadas em Maceió não fazem a distribuição das retiradas segundo a produção de

12 Os dados relativos à produtividade do trabalho dos cooperados da RECICLAMP foram colhidos nos relatórios de atividades das cooperativas, elaborado pela própria rede, a partir de um deta-lhado sistema de controle da produção, que discutiremos no próximo capítulo. Quanto aos dados da rede de cooperativas de Maceió, são muito imprecisos, pois as elas não mantem registro de peso da produção ou venda dos materiais. Desta forma, o cálculo da produtividade se baseou em estimativas “intuitivas” das coordenadoras das cooperativas.

13 O salário mínimo valia, em 2014, R$ 724,00 (U$ 272,28). A retirada média era, portanto, 64,36% maior do que o salário mínimo. A retirada média da cooperativa com maior capacidade de remu-neração do trabalho (RECICLAR) era 145,71% maior do que o salário mínimo. A retirada média da Antônio da Costa Santos era 109,94% maior do que o salário mínimo. A retirada média da Unidos na Vitória era 87,70% maior do que o salário mínimo. A retirada média da São Bernardo era 15,05% maior do que o salário mínimo. A retirada média da DIVIPAZ era 6,62% maior do que o salário mínimo. Em síntese, apesar da variação, nenhuma delas oferecia retirada inferior ao valor do salário mínimo.

14 Desenvolvemos um estudo sobre as possibilidades de superação da pobreza pela RECICLAMP, em: ANDRADE, Marconi Tabosa de. O pagamento por serviço ambiental às cooperativas de ca-tadores: ampliação da renda ou gestão da pobreza? Revista da Associação Brasileira de Estu-dos do Trabalho, v. 13, n.1, jan- jun., 2014. Disponível em: <http://periodicos.ufpb.br/ojs2/index.php/abet/article/view/24867>. Acesso em: 05 jul. 2015.

15 O salário mínimo, em 2016, valia R$880,00 (U$ 270,76). A retirada média nas três cooperativas observadas representava, portanto, 51% do valor do salário mínimo. Nas três cooperativas, es-tava abaixo do valor do salário mínimo.

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cada cooperado/a, não há registro individual ou coletivo sobre o total triado e vendido mensalmente.

Esta diferença de rendimentos é determinante na garantia do acesso aos direitos sociais vinculados ao trabalho, pois a renda obtida pelos cooperados e pelas cooperadas da RECICLAMP garante a contribuição mensal perene ao Instituto Nacional do Seguro Social (INSS)16. Além disso, a margem de renda permite a poupança para composição de fundos de ajuda emergencial, em caso de adoecimento mais grave, “gratificação” ao final de cada ano (equi-valente ao décimo terceiro salário) e investimento em novos equipamentos para produção e proteção na execução do trabalho.

A situação dos cooperados e das cooperadas de Maceió é muito distinta, pois os rendimentos não permitem a contribuição ao INSS, nem a formação de qualquer tipo de fundo capaz de cobrir emergências de saúde. Com ren-dimentos muito baixos e expostos a um tipo de trabalho desgastante e insa-lubre, estes trabalhadores e trabalhadoras, não raro, se veem diante da difícil situação de ter que se ausentar do trabalho, para recuperar a saúde, ficando totalmente sem rendimentos (pois não tem nem a cobertura da licença re-munerada para tratamento de saúde, previsto para os contribuintes do INSS, nem o recurso a fundos da cooperativa, para manter retiradas quando o coo-perado ou cooperada está impossibilitado de trabalhar).

A sustentabilidade econômica das cooperativas da rede RECICLAMP, que aproxima os cooperados e cooperadas da possibilidade de superação da po-breza, bem como garante acesso aos direitos sociais vinculados ao trabalho, decorre da racionalização dos processos de organização do trabalho e da produção. Retomando a questão inicialmente levantada, em que medida esta racionalização implicaria adesão a um modelo de gestão “empresarial”, tal como tratado por Magera (2005)? Ou, diferente disto, em que medida a racionalização da produção comportaria formas de organização do trabalho capazes de cumprir os princípios da autogestão?

Gestão das cooperativas: o híbrido entre auto e heterogestão

A gestão do trabalho nas cooperativas de rede RECICLAMP não incide tanto sobre o tempo e sim sobre a produção individual ou da equipe. Os coo-perados e cooperadas tem maior liberdade em relação ao horário de chegada e saída, bem como em relação aos dias e turnos em que irão trabalhar. No entanto, depois de iniciado o trabalho, o cooperado e a cooperada ou sua

16 A contribuição ao INSS forma o fundo público, sob responsabilidade do governo federal, respon-sável pelos pagamentos das aposentadorias e demais benefícios dos trabalhadores brasileiros, garantindo o acesso a parte dos direitos sociais vinculados ao trabalho, no Brasil.

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equipe tem metas mínimas de produção diária para cumprir, medidas em peso. Nas cooperativas observadas, o controle sobre o cumprimento das metas era realizado pelas coordenadoras, que anotavam a produção dos coo-perados e das cooperadas, a cada pesagem dos bags triados. A padronização da gestão da produção e do trabalho é estruturada por meio de dois Kits, o de coordenação e o de tesouraria17.

A organização da produção e do trabalho nas cooperativas de Maceió segue rotinas mais simples. As coordenadoras centralizam as tarefas de or-ganização das equipes (coleta, recepção do material no galpão, triagem, en-fardamento e depósito nas baias). Elas também executam as vendas, fazem a distribuição das retiradas e decidem as admissões de novos membros na equipe. Não há registro das movimentações financeiras, nem prestação re-gular de contas aos cooperados e cooperadas18. As cooperativas não estabe-lecem metas de produção, nem monitoram os volumes produzidos.

As diferenças na gestão da produção e do trabalho colocam estes dois grupos de cooperativas em patamares muitos distintos de eficiência pro-dutiva, se considerarmos os critérios de Damásio (2010)19. Estas diferenças determinam também modos distintos de relação com o mercado de reci-cláveis. Mas, ainda que a RECICLAMP consiga uma inserção mais van-tajosa no mercado de recicláveis, quando comparada com as cooperativas de Maceió, ambas a redes são perpassadas por suas demandas. Em certa medida, podemos dizer que o sucesso econômico da RECICLAMP se deve ao atendimento mais adequado destas demandas. Neste sentido, a gestão das cooperativas da rede RECICLAMP aproxima-se daquilo que Magera (2005) denomina de gestão profissional ou “empresarial”. Para o autor, tratava-se de desenvolver uma gestão que ele denominou também de capitalista. A gestão das cooperativas da RECICLAMP recorre a um modelo que incorpora princípios tayloristas de organização do trabalho (como a divisão entre pla-nejamento e execução), hibridizados com “fórmulas” típicas do Toyotismo,

17 Os kits de coordenação são planilhas físicas, nas quais as coordenadoras anotam a frequência, as metas cumpridas e o tempo de trabalho de cada cooperado, os materiais triados etc., para posterior registro em planilhas eletrônicas, que reúnem as informações em um único relató-rio.O kit de tesouraria é usado para registro dos valores movimentados por cada cooperativa, mensalmente. Ele organiza as prestações de contas, que resultam da consolidação dos dados registrados. Os resultados financeiros são divulgados mensalmente nas assembleias e fixados nos murais das cooperativas.

18 A COOPREL Serraria elabora balancetes, com a assessoria do Serviço Nacional de Aprendizagem do Cooperativismo (SESCOOP), mas não são compartilhados com os cooperados.

19 Na categoria de Alta eficiência estão as cooperativas com produtividade acima de 1800 kg por catador/mês. A RECICLAMP enquadra-se nesta categoria, com 2.840 kg por catador/mês. Na categoria de Baixa eficiência estão as que tem produtividade entre 550 e 1100 kg por catador/mês. As cooperativas de Maceió enquadram-se nela, com 1.111 kg por catador/mês.

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como aplicação do Kanban e do Kaizen. Parece aproximar-se, portanto, de um modelo de gestão empresarial capitalista, ou seja, da heterogestão.

No entanto, se estes empreendimentos não amadurecem experiências integrais de autogestão, tampouco parecem organizar-se sob um modelo heterogerido. Isto porque a moldura jurídica dos EES de catadores/as os

“obriga” a certas rotinas de gestão coletiva. A posse coletiva dos meios de produção, bem como a distribuição horizontal dos valores coletivamente produzidos também são componentes desta moldura jurídica, que deter-minam a distância destas cooperativas em relação a uma empresa hetero-gerida. As duas redes praticam estas rotinas com graus bastante diferen-ciados de fidelidade aos ideais da autogestão, mas permeados por eles, de qualquer forma. Outro fator que nubla a dicotomia autogestão/heterogestão é o tipo de hierarquia que se estabelece entre os cooperados, pois não está baseada em uma relação autoritária e sim sob consenso.

A assembleia, como instância máxima de decisão, é uma das rotinas que um EES deve seguir. Esta determinação estatutária nem sempre é cumprida de forma sistemática pelas cooperativas. Na RECICLAMP, observamos a rea-lização de duas destas assembleias no período da pesquisa. Segundo relato dos cooperados e das cooperadas, elas ocorrem mensalmente em cada uma das seis cooperativas da rede, agrupando todos os trabalhadores e todas as trabalhadoras. Nelas, decisões coletivas são tomadas e ocorre o comparti-lhamento dos resultados alcançados (volume produzido e valor comercia-lizado), bem como dos diversos problemas envolvidos na gestão dos em-preendimentos.

Esta rotina, contudo, não evita que se estabeleçam relações hierarqui-zadas, tais como a percebida na fala de um cooperado, que trata as coope-radas que lidam com a administração como as “pessoas lá da frente”. Dis-tância também percebida na fala do diretor da RECICLAMP, que trata os cooperados como “eles” e pretende disciplinar o regime de trabalho que

“eles” exercem. Este aspecto da gestão das cooperativas da rede RECICLAMP permite perceber a ambiguidade presente nas relações de trabalho no seu interior. Se, por um lado, reproduzem relações de trabalho que podem ser compreendidas como autogeridas, por outro, ainda mantém alguns ele-mentos de relações heterogeridas.

Entre as cooperativas de Maceió a realização das assembleias é rara. Nem mesmo as apresentações dos balancetes ocorre de forma regular. A per-cepção de que são uma cooperativa e dos elementos que definem o empreen-dimento enquanto tal é mantida em função dos constantes cursos, palestras e formações. Os conteúdos aos quais são expostos garantem um discurso que reproduz as ideias centrais relativas à autogestão, mas não a sua prática cotidiana ou mesmo o cumprimento de rotinas mais gerais que possam ca-

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racterizá-las como empreendimentos autogestionários. A fixação jurídica dos empreendimentos como cooperativas, associada à história de formação destes grupos evita, por outro lado, que correspondam ao modelo de em-presa heterogerida, pois não há um “patrão” que detenha a posse dos meios de produção. O processo de entrada e saída do grupo não ocorre por meio de admissão/demissão controlada por um “empregador”. Apesar disso, os princípios autogestionários são muito pálidos entre as cooperativas obser-vadas em Maceió.

Nos dois casos formam-se hierarquias entres os cooperados e as coope-radas, que reproduzem relações semelhantes às observadas em sistemas de gestão heterônomo de trabalho. Há, no entanto, diferenças significativas, notadamente quanto à base que sustenta esta hierarquia.

Hierarquia autoritária e hierarquia sob consenso

Holzman (2009) chama atenção para o problema da divisão do trabalho entre planejamento e execução, como obstáculo à autogestão e lembra que se agrava quando o empreendimento depende da tutela de agentes externos. Lima (2015) demarca o mesmo problema:

Por fim, as entidades incubadoras, em muitas situações, se tornam as verdadeiras coordenadoras das cooperativas, com grande protagonismo na organização de fóruns e eventos, mas evidenciando dificuldades dos trabalhadores gerenciarem autonomamente o empreendimento (p. 331).

Embora a divisão e a hierarquização das tarefas dentro das cooperativas que formam a RECICLAMP constituam elementos da heterogestão, no in-terior de uma gestão democrática, elas não implicam a participação ou tutela de agentes externos, o que parece ser um ponto importante em torno do qual é possível fazer mais algumas ponderações. Os que ocupam as posições de planejamento, administração e supervisão são trabalhadores/as oriundos/as do processo de organização das cooperativas, desde sua origem. São, por-tanto, catadores/as. Com uma média de tempo de formação de 13 anos, as cooperativas que formam a rede RECICLAMP constituíram-se na conjunção da luta política dos movimentos sociais de base (notadamente eclesiais) e dos programas governamentais (especificamente de âmbito municipal) de fomento ao cooperativismo e ao associativismo (NÓBREGA, 2006). Neste contexto, o atual presidente da RECICLAMP iniciou sua formação política no Movimento dos Trabalhadores Rurais sem Terra (MST), mas ao migrar para Campinas, em 1999, passou a trabalhar como catador e a representar, na esfera política municipal, as demandas e reivindicações dos trabalhadores

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e trabalhadoras que viriam a formar a cooperativa Antônio da Costa Santos. Nas cooperativas de Maceió, percebemos processos semelhantes de for-mação de lideranças, que mantém organicidade com os cooperados e as coo-peradas, pois surgem do próprio movimento de formação das cooperativas.

Neste sentido, a assunção da posição de liderança depende do domínio de determinadas qualidades (principalmente as três apresentadas a seguir), recorrentes nas falas dos cooperados e das cooperadas, quando tratam da liderança exercida pelas coordenadoras:

1. saber lidar com as pessoas (cooperados/as);2. saber representar a cooperativa externamente e;3. receber pessoas na cooperativa, apresentando o empreendimento de

forma “adequada”.

A primeira habilidade requer a capacidade de administrar os conflitos in-ternos, resolvendo as desavenças entre os cooperados e as cooperadas. Mas requer também a capacidade de impor o seu comando sem perder o controle (por isso a ideia de paciência). Ou seja, a coordenadora não grita para se fazer ouvir. Ela conquista respeito.

A segunda habilidade requer capacidade de falar em público, desinibi-damente, mesmo diante do “prefeito da cidade”, como uma cooperada fez questão de frisar, ao falar da sua admiração pela coordenadora, que seria capaz de ombrear com qualquer político ou representante da prefeitura. A eloquência, associada à capacidade de negociação é fundamental na prática cotidiana de reuniões com agentes da prefeitura e da iniciativa privada. A articulação em torno da contratação das cooperativas de Maceió pela pre-feitura deu-se numa série de reuniões deste tipo.

A terceira habilidade diz respeito ao domínio dos conceitos, ideias e dis-curso da autogestão e do cooperativismo, bem como do relato convincente de que o empreendimento é um representante genuíno do cooperativismo de catadores, capaz de viabilizar “a geração de emprego e renda para traba-lhadores/as excluídos/as”. Trata-se de saber apresentar a cooperativa para gestores de fundos públicos e privados e de receber os avaliadores e as ava-liadoras do uso destes recursos.

O domínio destas habilidades é uma fonte de legitimidade e, neste sentido, uma das bases sobre a qual se sustenta o consenso em torno destas lideranças. Elas não assumem esta posição em função de uma relação au-toritária e sim em função da conquista do consenso. Todos ou a maioria dos cooperados e das cooperadas pactua a liderança. Mas entram em mo-vimento também o aspecto jurídico da cooperativa e a cultura do trabalho heterônomo. O modelo de gestão é um hibrido destes elementos. O processo

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eleitoral, previsto nos estatutos das cooperativas, por meio do qual as coor-denadoras e suas equipes são escolhidas funciona como uma moldura ju-rídica, sem que seja seguida na íntegra, pois a gestão não corresponde ao que está estabelecido nela. Afinal, estas lideranças centralizam as atividades de gestão das cooperativas, notadamente nas observadas em Maceió, nas quais a coordenadora assume todas as funções do conselho administrativo e do conselho de finanças. Entre as cooperativas de Campinas, a centralização é menos acentuada, havendo o exercício mais claro das funções dos conselhos. Isso se deve, em parte, ao uso dos kits acima mencionados, que induzem rotinas que requerem a mobilização destas funções. Esta diferença pode ser notada no desempenho da gestão dos recursos e do trabalho, nas duas redes. Mas também na maneira como se referem às cooperativas da rede. Entre os cooperados e cooperadas da RECICLAMP, cada cooperativa é identi-ficada pelo seu nome, enquanto entre os cooperados e cooperadas de Maceió, as cooperativas são denominadas a partir dos nomes das suas respectivas coordenadoras. Assim, era muito comum ouvir, nas entrevistas, a referência à “cooperativa da Paula”, “cooperativa da Martha” etc.

Esta centralização tem outra possível explicação, que não exclui a ex-posta acima. Trata-se da delegação voluntária de “poder”. Nas entrevistas, as coordenadoras referiam-se à sua posição como um fardo, que ninguém queria assumir, coincidindo com a conclusão de Singer, ao identificar o de-sinteresse dos cooperados e das cooperadas na gestão das cooperativas como um obstáculo ao desenvolvimento da autogestão (2002, p.18).

Sobre isso, uma cooperada de Maceió nos disse: “ninguém quer assumir a cooperativa. É muito trabalho, muita responsabilidade. Aí a maioria das pessoas não quer” (Entrevista realizada no dia 01/11/2016, Maceió). As coor-denadoras centralizam funções pela mesma razão. Por um lado, são perce-bidas como as mais capazes para exercer a função, em vista da detenção das qualidades acima mencionadas. Por outro, os cooperados e as cooperadas

“optam” por não assumir as responsabilidades requeridas pela gestão co-letiva do empreendimento.

O que se consolida é uma gestão centralizada, mas não autoritária, posto que está baseada em um consenso que legitima a função de coordenação, seja porque ela conquista a confiança ou porque assume responsabilidades rejeitadas pelos outros cooperados e pelas outras cooperadas.

Por fim, a cultura do trabalho heterônomo, que permeia o cotidiano das cooperativas, compõe a formação das hierarquias na sua gestão. Não raro, os cooperados e as cooperadas referem-se aos rendimentos como “salário” e não como retirada. Neste detalhe, percebe-se a incorporação, no plano sim-bólico, da relação patrão/empregado/a no interior dos EES estudados. Esta relação é perceptível também na organização cotidiana do trabalho. Ainda

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que as coordenadoras das cooperativas destas duas redes sejam egressas do trabalho de catação, e não agentes externos, a ocupação de determinadas posições produz distanciamentos e engendra relações muito próximas da-quelas observadas em ambientes de trabalho heterônomos. Persistências que podem não ser apenas residuais, mas inerentes à própria lógica que rege as experiências da Economia Solidária no contexto das novas configurações do trabalho. Nesta direção, Lima (2010) chama atenção para a possibilidade de incorporação dos EES no quadro hegemônico de uma nova cultura do tra-balho fomentado pela lógica neoliberal, que estimula o empreendedorismo coletivo como via de inovação, sucesso econômico, liberdade e emancipação. A ideologia do novo espírito do capitalismo teria, assim, no empreendedor a figura da pessoa ideal, em contraposição à pessoa da sociedade salarial.

O informal, antes percebido como atraso e empecilho ao desenvolvi-mento, ganha novo status no ideário neoliberal, passando a significar a abertura ao espírito empreendedor individual, que deveria libertar-se dos controles estatais. Este modelo expande-se com os sistemas de subcontra-tação e as reformulações das leis trabalhistas, no sentido da flexibilização dos contratos.

Neste cenário, Lima demarca que, no conjunto do trabalho organizado coletivamente, as cooperativas aproximam-se da proposta toyotista de par-ticipação e flexibilidade dos núcleos de produção, materializando os obje-tivos mais amplos da reestruturação do trabalho, muito mais do que se con-trapondo a eles (LIMA, 2010, p. 179).

A cultura do assalariamento, por um lado, e as pressões sobre o processo de produção, dentro do referencial do mercado capitalista, por outro, difi-cultam, assim o amadurecimento da autogestão. Mesmo no Brasil, onde a formalização do trabalho não foi massiva, a cultura do assalariamento foi incorporada pelos trabalhadores e pelas trabalhadoras, que tem como meta, desejo ou padrão de dignidade do trabalho a “carteira assinada”. Os em-preendedores e as empreendedoras, os trabalhadores e as trabalhadoras au-tônomos se ressentem da ausência dos benefícios do trabalho formal, ainda que nunca tenham tido acesso a eles. Desta forma, tanto os cooperados e cooperadas trazem consigo trajetórias de trabalho sob organização hete-rônoma, como a própria organização do trabalho nos moldes da Economia Solidária aproxima-se dos novos modelos flexíveis de gestão. O desafio, neste cenário, é manter o caráter emancipatório das experiências autoges-tionárias. Vimos que a hierarquia que se estabelece entre os cooperados não resulta de uma relação autoritária e sim do consenso e isso aponta para a possibilidade de superação da relação hierárquica, por meio do aprofunda-mento da experiência democrática de gestão, que requer o exercício con-tínuo da participação direta nas decisões.

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Quanto a esta expectativa colocada pelos princípios da autogestão, ambas as redes estudadas apresentam problemas semelhantes de democracia direta. O CATAFORTE não dirimiu, em nenhum dos dois casos, estes problemas. A RECICLAMP mostra um grau menor de centralização hierárquica, em função da maior especialização das funções, envolvendo mais cooperados e coope-radas na sua gestão, enquanto as cooperativas de Maceió funcionam, quase que exclusivamente, sob os cuidados das suas coordenadoras. De qualquer forma, o hibridismo entre traços de autogestão e de heterogestão denota a dificuldade de consolidação de experiências emancipatórias no campo do cooperativismo de catadores. Por outro lado, ao trazerem formas de pro-dução nas quais não há a presença do “patrão” da empresa capitalista tra-dicional, nem a posse individual dos meios de produção, engendram uma maneira de produção e distribuição da riqueza (quando conseguem produzir riqueza), que guarda potenciais formas alternativas de produção.

Considerações finais

Ambas as redes de cooperativas tiveram acesso aos recursos dos pro-gramas governamentais de âmbito federal, estadual e municipal, dispo-nibilizados nos últimos dez anos e vivenciaram os mesmos processos de constituição de um novo ambiente institucional para o cooperativismo de catadores/as, acessando as políticas públicas que se desenharam neste per-curso. O modelo de gestão dos empreendimentos é um dos fatores centrais que explica a diferença quanto ao aproveitamento dos recursos disponíveis (materiais e humanos). Ele é mais racionalizado (empresarial, “taylorista” etc.) no caso da RECICLAMP e, por isso, tem resultados econômicos mais consistentes20, quando comparados aos resultados da rede de Maceió. Em nenhum dos dois casos percebemos traços puros de heterogestão.

20 A localização regional das duas redes observadas também influencia nestas diferenças, pois a RECICLAMP está localizada em uma Cidade com maior dinamismo econômico, inserida no Estado mais industrializado do país, que, em função disso, apresenta demanda maior por reci-cláveis. Enquanto isso, a rede de Maceió está inserida em uma região de menor dinamismo eco-nômico, que apresenta, portanto, demanda inferior por recicláveis. A produtividade das duas redes é outro fator determinante nos resultados econômicos. As cooperativas da RECICLAMP apresentam alta eficiência, com 2.840 Kg por cooperado/mês, enquanto as cooperativas de Ma-ceió estão localizadas entre os graus de eficiência média e baixa, com 1.111 Kg por cooperado/mês. A diferença no grau de eficiência, contudo, não é o único fator ao qual se pode atribuir as distâncias observadas entre os rendimentos dos catadores, pois a dinâmica do mercado local de recicláveis também participa da determinação dos preços dos produtos. Por isso, não seria possível afirmar que a equiparação entre graus de eficiência resultaria na equiparação das ren-das. Mas, na hipótese de que as cooperativas de Maceió alcançassem o mesmo grau de eficiência produtiva verificado nas cooperativas de Campinas, que é cerca de duas vezes e meia maior, teríamos um ganho de renda capaz de elevar a média das retiradas destas cooperativas para um

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Tanto nas cooperativas observadas em Maceió como nas observadas em Campinas, há um modelo que hibridiza traços de hetero e de autogestão. Em ambos os casos, observamos uma gestão centralizada pela coordenadora, mas sob o consenso dos cooperados, que delegam “poderes” porque per-cebem nela habilidades indispensáveis à gestão do trabalho e da produção e/ou porque não querem assumir as responsabilidades da gestão dos empreen-dimentos. Não identificamos, contudo, traços de autoritarismo, percebidos em outras pesquisas sobre o cooperativismo de catadores (MAGERA, 2005; RIZEK, 2012). Desta forma, não podemos afirmar que estas cooperativas re-produzem relações de trabalho típicas de uma empresa capitalista, embora ainda abriguem elementos da cultura do trabalho heterônomo (LIMA, 2010). Há mecanismos de gestão que alternam a centralização das decisões com rotinas de participação democrática direta, dada a moldura jurídica dos em-preendimentos.

A ênfase sobre os aspectos de heterogestão ou da autogestão depende, como vimos, da manutenção de rotinas que promovam a participação co-letiva dos cooperados. De todo modo, em nenhum dos dois casos podemos afirmar que a gestão do trabalho e da produção reproduz, de forma integral, relações absolutamente hierárquicas. Além disso, a maior produtividade do trabalho, observada na RECICLAMP, é compatível com as rotinas de auto-gestão, sendo a contraprova da afirmação segundo a qual o alcance de maior produtividade nos EES implicaria degeneração das relações democráticas no seu interior.

Este estudo comparativo sugere não haver incompatibilidade entre am-pliação da produtividade do trabalho e a prática da autogestão. Ao contrário, a rede que apresenta os melhores indicadores de produtividade é também a que tem práticas de autogestão mais consolidadas. Dito de outro modo, a hibridização de traços de heterogestão e autogestão não depende do grau de eficiência produtiva dos empreendimentos. Ou seja, é possível avançar sistemas eficientes em termos de produtividade, sem que se perca de vista a prática da autogestão.

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patamar superior ao salário mínimo. A média das retiradas das cooperativas de Maceió que era de R$450,00, em 2016, aumentaria para R$1.125,00.

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Limites e potencialidades de formação e atuação de uma rede de cooperativas de catadoras e catadores de materiais recicláveisO caso da Rede Anastácia, Estado de São Paulo, Brasil.

Bernardo Arantes do Nascimento Teixeira1 Alexandra Savio2

Resumo

No Brasil, tem sido incentivada a organização em cooperativas das pessoas que atuam na coleta e beneficiamento de materiais recicláveis. Estão também sendo formadas redes regionais destes empreendimentos. No centro do Estado de São Paulo, foi criada a Rede Anastácia, constituída por oito cooperativas de di-ferentes municípios. Objetivando detectar limites e potencialidades da sua for-mação e atuação, foi realizada uma pesquisa exploratória durante a implantação desta rede, por meio de observações diretas, visitas, análises de documentos e participações em reuniões e outras atividades. Foi caracterizado o processo de criação da rede e suas articulações e identificadas as expectativas existentes. Como limitações, citam-se as carências de infraestrutura, as distâncias entre as cooperativas e deficiências nos registros de procedimentos. Entre as poten-cialidades, tem-se a maior troca de informações, a possibilidade de participação conjunta em projetos e na comercialização, além de maior representatividade política. Quanto às expectativas pela atuação em rede, integrantes das coope-rativas acreditam que poderá haver, entre outros aspectos, maior valorização e reconhecimento do seu trabalho. Palavras-Chave: Cooperativas de Catadores de Materiais Recicláveis. Reci-clagem de Resíduos. Resíduos Sólidos Urbanos. Redes de Cooperativas de Cata-dores.

1 Doutor em Engenharia Civil (Hidráulica e Saneamento) pela Universidade de São Paulo (USP); Professor Titular do Departamento de Engenharia Civil da Universidade Federal de São Carlos (DECiv/UFSCar), atuando no Programa de Pós-Graduação em Engenharia Urbana (PPGEU) e no Núcleo Multidisciplinar Integrado de Estudos, Formação e Intervenção em Economia Solidária (NuMI/EcoSol). [email protected].

2 Mestra em Engenharia Urbana pela Universidade Federal de São Carlos (PPGEU/UFSCar); Tec-nóloga em Saneamento Ambiental pela Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP) e Bió-loga pela Universidade Paulista (UNIP). [email protected]

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Resumen

En Brasil, se ha incentivado la organización en cooperativas de las per-sonas que actúan en la recolección y beneficiamiento de materiales reciclables. También se forman redes regionales de estos emprendimientos. En el Estado de São Paulo, se creó la Red Anastácia, constituida por ocho cooperativas de dife-rentes municipios. Con el objetivo de detectar límites y potencialidades de su formación y actuación, se realizó una investigación exploratoria durante la im-plantación de esta red, por medio de observaciones directas, visitas, análisis de documentos y participaciones en reuniones, además de otras actividades. Se ha caracterizado el proceso de creación de la red y sus articulaciones e identificadas las expectativas existentes. Como limitaciones, se citan las carencias de in-fraestructura, las distancias entre las cooperativas y deficiencias en los registros de procedimientos. Entre las potencialidades, se tiene el mayor intercambio de informaciones, la posibilidad de participación conjunta en proyectos y en la co-mercialización de materiales reciclables, además de mayor representatividad política. En cuanto a las expectativas por la actuación en red, integrantes de las cooperativas creen que podrá haber, entre otros aspectos, mayor valorización y

reconocimiento de su trabajo.Palabras clave: cooperativas de pepenadores de materiales reciclables. Reciclaje de residuos. Residuos Sólidos Urbanos. Redes de Cooperativas de pepenadores

Introdução

As atividades humanas e os atuais hábitos de consumo da sociedade têm aumentado a geração de resíduos sólidos (RS) e, como consequência, o des-carte dos mesmos. Isto provoca aumento da poluição e contaminação das águas, do solo, do ar e a proliferação de vetores de doenças, afetando a qua-lidade dos recursos ambientais e a saúde da população. Além disto, obser-va-se um desperdício de materiais que poderiam ser reaproveitados, pres-sionando as fontes de recursos naturais.

No Brasil, o Plano Nacional de Resíduos Sólidos, organizado pelo Mi-nistério do Meio Ambiente (MMA), apresentou dados médios relativos ao período entre os anos de 1995 e 2008, provenientes de 93 estudos sobre a caracterização física dos diferentes tipos de RS gerados, destacando os re-síduos orgânicos e os materiais recicláveis (papel, papelão, plástico, vidro etc.). De acordo com estes dados, verifica-se que a maior porcentagem de RS refere-se à matéria orgânica, correspondente a aproximadamente metade do total. Em relação aos materiais secos passíveis de reciclagem, a soma também é significativa, representando quase um terço do total, destacan-do-se os plásticos e os diferentes tipos de papéis, que juntos somam mais de um quarto dos materiais descartados (BRASIL, 2012).

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Segundo dados apresentados pela Associação Brasileira de Limpeza Pú-blica e Resíduos Especiais (ABRELPE), contidos no Panorama dos Resíduos Sólidos no Brasil (ABRELPE, 2015), a destinação adequada dos resíduos só-lidos no Brasil em 2015 foi de aproximadamente 60 %, ou cerca de 43 milhões de toneladas ao ano. Os demais 40% (ou 29 milhões de toneladas) teriam sido destinados a locais inadequados, como lixões ou aterros controlados, os quais não possuem o conjunto de sistemas necessários à proteção do meio ambiente e da saúde pública.

Diante deste cenário, a coleta e a destinação dos RS para os processos de reciclagem se torna uma alternativa ambiental e sanitariamente correta, além de introduzir uma componente econômica relevante, na medida em que pode movimentar um setor que é fonte de trabalho e renda para um número significativo de pessoas. Dentre estas, o contingente mais numeroso é formado por quem tem sua atuação na ponta do sistema: as pessoas co-nhecidas tradicionalmente como catadoras e que, muitas vezes, sobrevivem exclusivamente da venda destes materiais.

Para viabilizar os processos de reciclagem, os resíduos sólidos urbanos precisam ser separados, coletados, processados e encaminhados para serem utilizados como matéria-prima na fabricação de outros produtos (GRIPPI, 2001). Embora as duas primeiras etapas possam ser invertidas (coletar pri-meiro e separar depois), os melhores resultados estão associados à rea-lização da separação prévia (pelo próprio gerador dos RS), seguida de uma coleta seletiva.

A Política Nacional de Resíduos Sólidos (PNRS), instituída pela Lei 12. 305/2010 (BRASIL, 2010), define que a reciclagem é um processo de trans-formação dos resíduos sólidos, que envolve a alteração de suas propriedades físicas, físico-químicas ou biológicas, com objetivo de transformá-los em insumos ou novos produtos, observando as condições e os padrões estabele-cidos pelos órgãos competentes. Além disso, a PNRS preconiza a reciclagem como uma das ações prioritárias na hierarquia da gestão dos resíduos sólidos, sendo que a disposição final do material deve ser feita apenas nos casos em que as demais alternativas de não disposição (não geração, redução, reutili-zação e reciclagem) tenham sido esgotadas.

Catadores e catadoras de material reciclável compõem o cenário urbano no Brasil há muito anos, estando espalhados nas pequenas e grandes ci-dades. Os registros datam do século XIX, os quais evidenciam que tal fe-nômeno praticamente acompanhou todo o processo de urbanização do país. Para muitas pessoas, esta atividade é a única alternativa possível encontrada para sobreviver por meio do seu trabalho ou, pelo menos, aquela mais viável no contexto das necessidades (SILVA; GÓES; ALVAREZ, 2013).

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Vale ressaltar que o trabalho realizado por essas pessoas não beneficia apenas a cadeia da reciclagem e limpeza urbana, mas agrega outros aspectos importantes, como a geração de renda, proteção dos recursos naturais, edu-cação ambiental, inclusão social e a prestação de serviços públicos (MOTA, 2005).

No entanto, muitas vezes o catador ou catadora de material reciclável en-frenta ambiente e condições de trabalho precárias. Embora desenvolva uma atividade de importância ambiental, depara-se com muitas adversidades, como informalidade, violência, invisibilidade, exclusão social, discrimi-nação e exposição a riscos, ausência de contratos e garantias trabalhistas, exploração de mão de obra e baixa remuneração (OLIVEIRA, 2011). A fragi-lidade econômica dos catadores resulta da exploração pelos outros agentes deste setor econômico, constituindo uma mão de obra barata e sem vínculos empregatícios, que vende seu trabalho por preços muito baixos (MNCR, 2012).

De acordo com dados apresentados pelo Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada - IPEA (2013), baseados no Censo Demográfico 2010 e PNAD de 2012, o Brasil possuía em torno de 388 mil catadores e catadoras, com a região Sudeste concentrando 160 mil pessoas, o que representava cerca de 42% do total (SILVA; GÓES; ALVAREZ, 2013). Estas estimativas variam em função da fonte de dados, podendo ainda sofrer variações sazonais ou associadas a crises econômicas.

Geralmente, para realizar a coleta dos materiais, catadores e catadoras têm atuado em lixões, centros urbanos, ruas, empresas, comércios, escolas, igrejas, sendo que a grande maioria trabalha sozinha, por conta própria, sem nenhum tipo de parceria. Um percentual menor, porém, trabalha organizado em associações, cooperativas ou grupos comunitários (MOTA, 2005). Dentre estes, destacam-se aqueles que atuam no formato de Empreendimentos de Economia Solidária (EES), que têm como uma de suas principais caracterís-ticas a autogestão, ou seja, são formados e geridos pelos próprios catadores e catadoras, com objetivo de fortalecer seu trabalho e sua atuação.

Nesse sentido, o avanço em termos de organização econômica em EES permite alcançar novos patamares organizativos no intuito de fortalecer a sua identidade coletiva perante as diferentes esferas de governo e da so-ciedade em geral (SILVA; GÓES; ALVAREZ, 2013). Mota (2005) ressalta que quando o trabalho ocorre em grupos organizados, observa-se a construção da identidade deste(a)s trabalhadore(a)s como uma categoria, assim como o pertencimento a um grupo, a uma classe e, portanto, a valorização pessoal e profissional.

Porém, mesmo os grupos organizados costumam enfrentar muitas di-ficuldades para sua atuação. A fim de estimular e fortalecer a participação destes grupos na cadeia da reciclagem, algumas iniciativas vêm sendo to-

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madas no sentido de melhor estruturá-los e conectá-los, com destaque para a constituição de redes de cooperação.

Para Castells (2006), as redes são sistemas de nós interligados e os nós são os pontos onde a curva se intersecta a si própria. Para tanto, as redes são estruturas abertas que evoluem, acrescentando ou removendo nós, de acordo com as necessidades, para que possam atingir os seus objetivos. Inojosa (1999), por sua vez, define que uma rede, em princípio, é uma par-ceria que pode gerar relações interpessoais, interorganizacionais, intergo-vernamentais e intersetoriais. Pode unir famílias, pessoas físicas, pessoas jurídicas, organizações públicas ou privadas e até mesmo estados.

Por sua vez, as Redes de Colaboração Solidária (RCS) se apresentam como uma estratégia de organização econômica, política e cultural, construída de forma coletiva para superação da sociedade capitalista, concebendo a soli-dariedade e a justiça (SCHNORR, 2004). Mance, (2005) destaca que quando redes deste tipo são criadas, elas têm como função atender problemas ur-gentes da população, como trabalho, melhoria no consumo, na educação, ou seja, na dignidade humana e no seu direito ao bem viver. Além disso, elas combatem a exploração e a dominação que causam pobreza e exclusão.

As redes de colaboração solidária têm como premissa a Economia So-lidária (ES) que, conforme define Singer (1999), é outro modo de produção, cujos princípios básicos estão na ideia da propriedade coletiva ou associada do capital e o direito à liberdade e deste modo, o resultado se traduz na soli-dariedade e na equidade.

Portanto, a formação das Redes se mostra como um instrumento impor-tante dentro destas ações, para o fortalecimento e a valorização da atividade exercida, com possibilidades de aumento da renda obtida, de melhoria das condições de trabalho e de maior inclusão social. A organização em rede também auxilia na capacidade de negociação, tanto em termos políticos junto aos órgãos públicos, como em termos econômicos junto ao setor pro-dutivo, como, por exemplo, o poder de negociar diretamente com a indústria recicladora, diminuindo assim a ação dos intermediários, e com isso rece-bendo maior valor pelos materiais vendidos. Ou mesmo passando a assumir novos papéis na cadeia da reciclagem, incorporando atividades que ultra-passam as etapas de coleta, separação e beneficiamento inicial dos mate-riais, atingindo formas mais elaboradas e com maior valor agregado.

Entretanto, a formação e atuação em redes de cooperativas de catadores e catadoras (eventualmente denominadas “cooperativas de segundo grau”) ainda é uma prática recente no contexto brasileiro, que necessita ser melhor conhecida e estudada, de maneira a identificar seus aspectos positivos (van-tagens e potencialidades) e negativos (limites e obstáculos), contexto em que se insere o presente trabalho.

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Objetivos e Metodologia

A pesquisa teve como objetivo identificar e discutir limites e potenciali-dades da formação e atuação de cooperativas de catadores em rede, a partir da experiência da Rede Anastácia - Central de Cooperativas de Catadores de Materiais Recicláveis da Região Central e Mogiana Paulista, apresentando também as expectativas de seus integrantes em relação a esta atuação.

Para a realização da pesquisa utilizou-se o método exploratório, com observação direta de abordagem qualitativa (GIL, 1999). A observação con-siste em uma técnica de coleta de dados que emprega os sentidos para obter informações sobre aspectos da realidade e não se prende apenas em ver e ouvir, mas também a examinar fatos ou fenômenos. A observação auxilia o pesquisador a identificar e obter evidências a respeito de aspectos sobre os quais os indivíduos nem sempre têm consciência, mas que norteiam o seu comportamento (MARCONI; LAKATOS, 2010).

Os dados foram coletados a partir de diversas fontes, como acompa-nhamento de atividades, verbalizações, observação participante, registros fotográficos, pesquisa documental e bibliográfica. Para isso, no período de abril/2015 a dezembro/2016, foram acompanhadas de forma presencial e à distância (por meio de grupo de redes sociais, e-mails e sites), diversas ati-vidades realizadas pela Rede Anastácia: reuniões periódicas; Assembleia de Constituição; 6º Encontro Regional de Coleta Seletiva Solidária; atos de apoio às cooperativas que se encontravam em dificuldades; procedimentos de ge-ração de documentos e comercialização conjunta dos materiais recicláveis, além de visitas às instalações das cooperativas. Os dados foram coletados e sistematizados, gerando uma descrição no contexto temporal e reflexões sobre fatos, comportamentos e atitudes observados.

Resultados e discussão

As primeiras articulações para a formação da Rede Anastácia - Central de Cooperativas de Catadores de Materiais Recicláveis da Região Central e Mo-giana Paulista, ocorreram no ano de 2009, promovidas pelo Comitê Anas-tácia, base orgânica e instância deliberativa do Movimento Nacional de Ca-tadores de Materiais Recicláveis (MNCMR). A primeira articulação ocorreu entre as cooperativas dos municípios de Orlândia, Araraquara, São Carlos, Rio Claro, Morro Agudo, Batatais, Jaboticabal, Restinga, Américo Brasiliense, Ribeirão Preto, Franca, Matão e Borborema, com o objetivo de fortalecer os empreendimentos ali sediados e compartilhar diversas informações rela-tivas a compra de insumos, venda de material reciclável e aquisição de novas tecnologias de coleta e produção, entre outras (REDE ANASTÁCIA, 2016).

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Posteriormente, diversas atividades foram realizadas no contexto deste coletivo de cooperativas, como Fóruns e Encontros Regionais, Evento de Ca-tadores, cooperações técnicas e políticas, que contaram com a colaboração de parceiras como Universidades, Instituições Públicas, ONGs, entre outras (REDE ANASTÁCIA, 2016).

Com o decorrer dos anos, este coletivo passou a contar com a partici-pação de outras cooperativas que se localizam na região central do Estado de São Paulo, como a Reciclaleme (Leme), Reciclador Solidário (Piracicaba), Cooperar (Ituverava), Corserta (Sertãozinho), Cooperei (Itirapina).

No ano de 2013, com a publicação do edital de Seleção Pública 001/2013 da Secretaria Geral da Presidência da República (o projeto Cataforte 3 – Ne-gócios Sustentáveis em Redes Solidárias), foi estabelecida uma estratégia para intensificar as relações das cooperativas de duas regiões do Estado de São Paulo (Central e Alta Mogiana), promovendo o fortalecimento da ideia de rede e o desenvolvimento de novas oportunidades. Uma das ações foi a can-didatura ao projeto, que foi encaminhado em nome da Cooperativa de Tra-balho dos Recicladores de Orlândia/SP – Cooperlol, representando a futura Rede Anastácia. O projeto foi aprovado em dezembro de 2013 (ZANIN; TEI-XEIRA, 2015).

A partir desta conquista, passou a haver uma maior frequência das reu-niões e algumas ações passaram a ser executadas, tais como: elaboração do plano de negócio; busca por comercialização conjunta; apoio às pequenas cooperativas da região; articulação e enfrentamento político.

Desde janeiro de 2014, as cooperativas que viriam a compor a Rede Anas-tácia se reuniam periodicamente, em geral uma vez ao mês, fazendo o rodízio do local das reuniões entre elas. A definição da cidade do encontro seguinte era feita na reunião precedente, atendendo a critérios como a necessidade de promover apoio à determinada cooperativa, dificuldades de locomoção, critérios de presença ou ausência nas reuniões, entre outros (ZANIN; TEI-XEIRA, 2015).

A formalização da Rede Anastácia ocorreu no dia 13 de maio de 2016, com a realização de uma Assembleia Geral de Constituição, na Cooperativa Cooperlol, localizada no município de Orlândia (figuras 1 e 2). Neste evento estiveram presentes oito cooperativas com interesse imediato em se filiar à rede: Acácia (Araraquara); Coopemar (Morro Agudo); Coopervida (São Carlos); Cooperviva (Rio Claro); Mãos Dadas (Ribeirão Preto); Reciclador Solidário (Piracicaba); Reciclaleme (Leme) e a própria Cooperlol. A Figura 3 indica a localização, no contexto do Estado de São Paulo, das cooperativas que participam da formalização inicial da rede.

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Figuras 1 e 2 – Fotos da Assembleia de Constituição da Rede Anastácia

‘

Fonte: autores.

Vale ressaltar que, além das oito cooperativas que participaram formal-mente da criação da Rede Anastácia, outras cooperativas e associações de catadores e catadoras da região (Cooperar – Ituverava; Acomar – Batatais; Corserta – Sertãozinho e Cooperfran - Franca) vêm participando das ativi-dades da rede e, em caso de necessidade, contam com o auxílio das demais cooperativas. Em alguns casos, a participação formal ainda não ocorreu por falta de documentação suficiente.

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Figura 3 – Mapa de localização das cooperativas que integram a Rede Anastácia.

Acácia

Coopervida

RecicladorSolidário

Coopervida

Reciclaleme

Mãos Dadas

Cooperlol

Coopemar

Fonte: autores.

As populações estimadas no ano de 2016, nos oitos municípios onde estão localizadas as cooperativas da Rede Anastácia, de acordo com o IBGE (2017), eram de 1.917.941 pessoas. O Quadro 1 apresenta dados sobre o número de habitantes em cada um dos municípios, além dos os valores de renda per capita, os principais setores econômicos atuantes e as quantidades de re-síduos sólidos urbanos coletados em 2015.

Os dados apresentados evidenciam que os municípios com maior faixa de renda per capita anual são Piracicaba (na faixa de R$50.000 a R$60.000), Ribeirão Preto, Rio Claro, São Carlos (faixa de R$40.000 a R$50.000). O mu-nicípio com menor renda é Leme, na faixa entre R$20.000 a R$30.000 anuais. Há uma homogeneidade com relação aos setores econômicos predomi-nantes, que são os de serviços e industrial, este último fortemente ligado à agroindústria.

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Quadro 1 - Informações sobre população, renda per capita, principais setores econômicos e quantidade de resíduos coletados nos municípios envolvidos no estudo.

Cooperativa Município População (hab) 2016

Renda Per Capita (R$/hab) 2014

Principais setores econômicos - 2014

Resíduos sólidos coletados (t/ano) 2015

1º 2º

Acácia Araraquara 228.664 30.000 - 40.000 serviços indústria 62.547

Reciclaleme Leme 100.296 20.000 - 30.000 serviços indústria 29.510

Coopemar Morro Agudo

31.923 30.000 - 40.000 serviços indústria 1.733

Cooperlol Orlândia 42.996 30.000 - 40.000 serviços indústria 13.400

Reciclador Solidário

Piracicaba 394.419 50.000 - 60.000 serviços indústria 164.802

Mãos Dadas Ribeirão Preto

674.405 40.000 - 50.000 serviços indústria 219.613

Cooperviva Rio Claro 201.473 40.000 - 50.000 serviços indústria 50.035

Coopervida São Carlos 243.765 40.000 - 50.000 serviços indústria 62.200

Fonte: elaborada a partir de SAVIO; TEIXEIRA, 2016; BRASIL, 2016; IBGE, 2017.

Observa-se que, em relação aos resíduos coletados, os municípios com maiores quantidades são Ribeirão Preto e Piracicaba, que possuem as maiores populações, com 674.405 e 394.419 habitantes, respectivamente. As cidades com menor quantidades de resíduos coletados são Morro Agudo, com 1.733 t/ano e Orlândia, com 13.400 t/ano. Neste aspecto, a Rede Anastácia apresenta uma relativa diversidade.

As características socioeconômicas e o nível de organização das coope-rativas de catadores de materiais recicláveis da Rede Anastácia são relativa-mente diversos e, por isso, as dificuldades apresentadas são variadas. Porém, alguns problemas são comuns, entre eles: ausência ou não cumprimento de contratos com as Prefeituras Municipais pela prestação de serviço à comu-nidade; falta de infraestrutura e de espaços adequados para a realização do trabalho; falta de documentação, como licenças e alvarás; dificuldades fi-nanceiras, de gestão, de capacitação e até mesmo de compreensão sobre o trabalho cooperativo.

As deficiências relacionadas à estrutura operacional das cooperativas im-pactam diretamente no desempenho econômico destes empreendimentos,

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que é um fator essencial na participação dos catadores nos ganhos advindos da cadeia da reciclagem (SILVA, 2017). Para alcançar bons níveis de eficiência, os empreendimentos de catadores necessitam de um conjunto de infraes-trutura e equipamentos mínimos para o exercício da atividade e o acesso a tal conjunto implica em resultados econômicos diferentes.

Um estudo realizado por Mecca et al. (2015) identificou que as coopera-tivas da Rede Anastácia possuem uma significativa dependência financeira em relação aos comerciantes que atuam como intermediários. De acordo com dados obtidos pelos autores, cerca de 85% das vendas realizadas pelas cooperativas são feitas para estes agentes, ou seja, apenas 15% do restante dos materiais são vendidos diretamente para indústrias recicladoras.

A falta de registro detalhado sobre as vendas dos materiais foi outro as-pecto observado em algumas cooperativas. Este fator limita as ações em rede e até mesmo as atividades cotidianas das próprias cooperativas. Sem saber ao certo qual o fluxo semanal ou mensal de determinado material, não há possibilidades de mensurar a capacidade produtiva da cooperativa. A falta de registro de sua produção, entrada e saída de materiais, de forma rotineira, indica uma baixa capacitação dos cooperados, com carência de práticas bá-sicas de administração e gestão, incluindo também o uso de programas de informática para facilitar e agilizar o processo.

Outra limitação observada com relação aos registros, agora em relação à própria Rede Anastácia, foi a falta de relatos das reuniões, situação em que as informações acabam muitas vezes se perdendo e as ideias e projetos não são levados adiante. Não há uma rotina de registro e arquivo das principais informações e documentos, para posterior acompanhamento e resgate.

Apesar das dificuldades enfrentadas, vários aspectos podem ser consi-derados como pontos importantes e favoráveis quando se analisa a organi-zação representada pela Rede Anastácia. Dentre eles, estão fatores como o aumento da troca de informações e a possibilidade de participação em pro-jetos de incentivos técnicos e financeiros. Há que se observar que a partici-pação em um projeto coletivo (Projeto Cataforte) esteve na própria gênese da Rede Anastácia, chegando mesmo a haver, em alguns momentos, uma confusão entre as duas figuras.

Outro aspecto positivo a se destacar foi o crescimento da representati-vidade política das cooperativas, na medida em que a Rede Anastácia au-mentou a visibilidade das mesmas e contribuiu para exercer maior pressão sobre setores relacionados, como as administrações municipais e o Minis-tério Público. A realização de uma reunião da rede em determinada cidade pode ser motivo de notícia na imprensa local e, muitas vezes, contou com a participação de autoridades nos momentos de abertura ou mesmo ao longo das atividades. A Rede Anastácia também organizou ou participou de atos

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públicos, tanto no aspecto “positivo” (apresentação de alguma melhoria em termos de instalações ou equipamentos), como “negativo” (protesto contra determinada situação vivida por uma das integrantes da rede). Um exemplo deste último caso foi a elaboração de “Moção de Apoio”, encaminhada à Pre-feitura de São Carlos - SP, reivindicando uma solução para o não pagamento de contratos de coleta seletiva entre o município e a Coopervida, bem como a contratação de caminhões transportadores e a obtenção de um espaço físico definitivo para a Central de Triagem da cooperativa.

Em termos de realização de eventos, a Rede Anastácia organizou, por exemplo, o 6º Encontro Regional da Coleta Seletiva Solidária em 2015 (Fi-guras 4 e 5). O encontro teve como tema principal os “5 Anos de Política Na-cional de Resíduos Sólidos” e foram discutidos assuntos como o fortaleci-mento do diálogo entre Redes de Cooperativas e Associações de Catadores e o estreitamento das relações entre os diversos olhares para a efetivação da PNRS. O evento ocorreu na cidade de Novo Horizonte e contou com a parti-cipação de outras redes de cooperativas, representantes do MNCR, da Asso-ciação Brasileira da Indústria de Higiene Pessoal, Perfumaria e Cosméticos (ABIHPEC), Secretaria das Mulheres, autoridades locais como a vice-prefeita municipal, além de apoiadores, como universidades e ONGs. Os temas dis-cutidos nos debates foram escolhidos pelos próprios catadores e catadoras, de forma que atendessem a demandas apresentadas e fossem assuntos que necessitavam de maiores esclarecimentos e trocas de experiências.

Posteriormente, foram realizados o 7º e o 8º encontros, nas cidades de Araraquara e Ribeirão Preto, respectivamente, em que novos temas foram abordados, como a questão da logística reversa e da política de implantação de incineradores de resíduos no Estado de São Paulo.

Figuras 4 e 5 – Fotos dos debates no 6º Encontro Regional da Coleta Seletiva Solidária

Fonte: autores.

A partir da realização destes eventos, observou-se a capacidade organi-zacional decorrente da atuação em rede e, por outro lado, constatou-se que

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este tipo de atividade representa um momento de confraternização e de sur-gimento de oportunidades para novos contatos ou parcerias.

Outra atividade que decorre da organização das cooperativas em rede é a possibilidade de comercialização conjunta dos materiais recicláveis. Além do ganho de escala com a venda de maiores quantidades para os próprios intermediários, podem ser viabilizadas vendas diretamente para as indús-trias recicladoras. Como exemplo, as cooperativas Coopemar e Cooperlol obtiveram valores até 20% maiores para na venda conjunta de vidros e em-balagens do tipo multifolhas (“longa vida”).

Observou-se, porém, no caso em questão, que a distância entre coope-rativas é um fator limitante para que se estabeleça uma maior comerciali-zação conjunta. Verifica-se que a menor distância entre elas é de 24 km e a maior chega a 270 km, sendo a distância média de aproximadamente 65 km. Como consequência, o custo de transporte dos materiais se torna elevado, dificultando a realização das vendas conjuntas. Uma alternativa a este pro-blema são as parcerias entre as cooperativas mais próximas, como no caso já citado das cooperativas Cooperlol e Coopemar (distantes 24 km) ou o caso da Cooperviva e a Reciclador Solidário (54 km), que também já realizaram vendas conjuntas. Outras cooperativas que estão relativamente próximas, mas ainda não atuam em conjunto, são a Cooperviva e a Acácia (55 km) e a Mãos Dadas e a Cooperlol, distantes cerca de 70 km.

No caso da venda diretamente para as indústrias, a questão das distâncias pode ter menos influência, pois já é um dado prévio (as indústrias estão mais distantes) e os preços são melhores. Houve tentativa de articular venda con-junta com uma indústria vidraceira na região, ainda não concretizada.

De modo geral, entretanto, a comercialização conjunta ainda é uma po-tencialidade da atuação em rede que vem sendo muito pouco concretizada na Rede Anastácia. Além das dificuldades já apontadas em termos de defi-ciências de registros e das distâncias físicas, as cooperativas não possuem capital de giro e dependem fortemente da entrada imediata do dinheiro. Assim, como o prazo de pagamento das indústrias recicladoras gira em torno de 30 a 45 dias, há dificuldades para as cooperativas aguardarem o recebi-mento. Mais uma vez, entretanto, a existência da rede pode melhorar estas condições de comercialização, aumentando a capacidade de negociação com os compradores ou gerando recursos de capital que permitam trabalhar com prazos maiores.

Um aspecto importante relacionado com as vendas conjuntas, que já vem sendo motivo de atenção e preocupação da Rede Anastácia, é a implantação da logística reversa (LR), um dos instrumentos previstos na PNRS. Nos pro-cessos de articulação implementados pelos setores industriais afetados pela LR, há uma preferência por comercializações de maior magnitude, para

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efeito de cumprimento de metas e redução de custos. Assim, muitas coo-perativas correm o risco de se inviabilizarem (ou, pelo menos, não obterem vantagens da LR), a não ser que passem a atuar em rede.

Como outro fator decorrente das distâncias entre as cooperativas da Rede Anastácia, citam-se as dificuldades enfrentadas para a participação em re-uniões e atividades coletivas presenciais. Em muitos casos, há uma depen-dência de transporte fornecido pelas prefeituras municipais ou aproveita-mento do transporte de apoiadores ou outras cooperativas. Assim, é comum uma determinada cooperativa justificar sua ausência em reuniões por falta de meio de locomoção. Apesar disto, observou-se que as cooperativas têm conseguido participar de boa parte destas atividades. A rede passou também a utilizar a comunicação eletrônica entre os seus membros por meio de redes sociais, o que pode facilitar algumas ações e decisões, mas, por outro lado, pode diminuir a articulação direta, em que o contato presencial é mais im-portante.

Quanto às expectativas dos integrantes com relação ao trabalho em rede, estas são em geral positivas. Foram mencionados diversos aspectos asso-ciados à existência da Rede Anastácia, entre eles: as trocas de informações sobre preços de materiais; o apoio político nos momentos de dificuldades com o poder público; a proposição de projetos conjuntos de apoio às coope-rativas; as articulações visando o estabelecimento de contratos com as pre-feituras municipais para a prestação do serviço de coleta seletiva, a obtenção de conhecimento sobre as leis que apoiam a atividade de catação e o coo-perativismo. Mesmo nos casos em que ainda não haviam sido observados benefícios decorrentes da participação na rede, as manifestações foram no sentido de que no futuro estes ocorrerão, após uma maior estruturação e uma atuação mais efetiva da rede.

As perspectivas para o futuro mencionadas contemplam desde o aumento das possibilidades de comercialização conjunta com indústrias recicladoras, com a consequente melhoria da renda, até alternativas de verticalização das atividades, com o processamento industrial de determinados materiais, ge-rando produtos com marca própria . A formulação e a implementação de um

“plano de negócios” estão na pauta de discussões da Rede Anastácia, mas atrasos vêm ocorrendo.

De modo geral, há uma esperança de que haverá fortalecimento eco-nômico e político dos empreendimentos, associado ao aumento da renda e à maior visibilidade dos mesmos, com o reconhecimento e a valorização do trabalho realizado pelas cooperativas na gestão dos resíduos sólidos dos municípios.

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Considerações finais

Pode-se concluir, de modo geral, que a Rede Anastácia, embora com pouco tempo de existência, vem contribuindo para evidenciar uma orga-nização favorável à imagem das cooperativas e que contribui para tornar o trabalho dos catadores e catadoras mais reconhecido, despertando a atenção do poder público e da sociedade

Desde as primeiras articulações no ano de 2009, foram realizadas di-versas atividades e articulações importantes para o fortalecimento das coo-perativas participantes, na forma de reuniões periódicas, fóruns, encontros regionais, manifestações conjuntas, além da formulação de projetos e o es-tabelecimento de parcerias com diversas instituições.

As cooperativas da Rede Anastácia encontram-se em diferentes níveis organizacionais e as principais dificuldades enfrentadas são problemas como a falta de infraestrutura adequada, baixo nível de capacitação dos coo-perados, falta de capital de giro, investimentos financeiros, entre outros. Tais dificuldades refletem-se também no próprio funcionamento da rede, cuja atuação efetiva ainda está aquém do potencial existente.

A distância entre as cooperativas que compõem a rede, por exemplo, é um fator limitante que dificulta a participação efetiva de todas as coopera-tivas na realização das atividades e reuniões presenciais, assim como nas articulações como a venda conjunta de materiais.

De todo modo, as atividades realizadas pela rede até o presente momento contemplam ações de fortalecimento e apoio às cooperativas integrantes, como nos casos daquelas que enfrentavam problemas com o poder público. Do mesmo modo, a proposição de projetos em editais promoveu a mobili-zação para a obtenção de equipamentos e instalações e o compartilhamento de informações facilitou algumas ações que não seriam realizadas se as coo-perativas não estivessem reunidas em rede.

A avaliação dos cooperados e cooperadas com relação à importância em pertencer a uma rede revela uma compreensão dos possíveis benefícios, como o empoderamento da categoria, a articulação e o fortalecimento po-lítico, a troca de informações e o acesso ao conhecimento, entre outros.

Portanto, diante dos aspectos observados no caso da Rede Anastácia, considera-se importante que sejam dados incentivos à criação e ao forta-lecimento de redes de cooperativas de catadores e catadoras de materiais recicláveis. A existência destas redes pode contribuir para melhorias nestes empreendimentos, com os benefícios sociais, econômicos, ambientais e po-líticos decorrentes do aumento da reciclagem e do reaproveitamento dos re-síduos sólidos num contexto de economia solidária.

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A Trajetória de Atuação de um Núcleo de Extensão de uma Universidade Brasileira na Assessoria de Empreendimentos de ReciclagemO Caso do NUDESE-FURG-RS

Lucia Regina Nobre1 Danieli Veleda Moura2 Lucia de Fátima Socoowski de Anello3 Dóris Back Périus4 Maria Angélica Machado Braga5

Resumo

O NUDESE-FURG desde a sua constituição em 2003, vem atuando na incu-bação, pós-incubação e assessoria a empreendimentos de Economia Solidária no município do Rio Grande, estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Entre estes grupos estão àqueles ligados à reciclagem. Este texto tem o objetivo de resgatar a atuação do NUDESE-FURG na assessoria e formação dos(as) trabalhadores(as) dos empreendimentos de reciclagem no município do Rio Grande, o qual possui quatro associações e uma cooperativa de reciclagem. Para tal resgate, utilizou-se como recurso de pesquisa as atas, minutas e relatórios dos projetos desenvol-

1 Graduada em Administração de Empresas pela Universidade Federal do Rio Grande (FURG), Es-pecialista em Gestão Ambiental em Municípios (FURG), Técnica Administrativa em Educação da FURG, Email: [email protected].

2 Graduada em Direito pela Universidade Federal do Rio Grande (FURG), Mestre e Doutora em Educação Ambiental (FURG), Bolsista Pesquisadora do Núcleo de Desenvolvimento Social e Eco-nômico (NUDESE-FURG), Email: [email protected].

3 Graduada em Educação Física pella Universidade de Caxias do Sul (UCS), Mestre e Doutora em Educação Ambiental pela Universidade Federal do Rio Grande (FURG), Professora Adjunta do Instituto de Oceanografia (FURG), Email: [email protected].

4 Graduada em Engenharia de Alimentos pela Universidade Federal do Rio Grande (FURG), Con-sultora Técnica do Núcleo de Desenvolvimento Social e Econômico (NUDESE-FURG), Email: [email protected].

5 Graduada em Administração de Empresas pela Universidade Federal do Rio Grande (FURG), Consultora Técnica do Núcleo de Desenvolvimento Social e Econômico (NUDESE-FURG), Email: [email protected].

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vidos pelo NUDESE ao longo da sua trajetória. O resgate da atuação do NUDESE junto aos empreendimentos de reciclagem contribui para a reflexão acerca dos aspectos que compõem as ações do Núcleo, cuja metodologia pauta-se na Edu-cação Popular e nos princípios da Economia Solidária. Refletir sobre as práticas realizadas, contribui para que estas possam ser cada vez melhor desenvolvidas no que diz respeito à busca da autonomia e liberdade dos(das) trabalhadores(as) com vistas a construção de um mundo mais justo e solidário.Palavras-Chave: Economia Solidária, Reciclagem, Catadores(as), NUDESE-

-FURG

Resumen

El NUDESE-FURG desde su constitución en 2003, viene actuando en la incu-bación, post-incubación y asesoría a emprendimientos de Economía Solidaria en el municipio de Rio Grande, estado de Rio Grande do Sul, Brasil. Entre estos grupos se encuentran los relacionados con el reciclaje. Este texto tiene el ob-jetivo de rescatar la actuación del NUDESE-FURG en la asesoría y formación de los trabajadores de los emprendimientos de reciclaje en el municipio de Rio Grande, el cual posee cuatro asociaciones y una cooperativa de reciclaje. Para tal rescate, se utilizó como recurso de investigación las actas, minutas e in-formes de los proyectos desarrollados por el NUDESE a lo largo de su trayectoria. El rescate de la actuación del NUDESE junto a los emprendimientos de reciclaje contribuye a la reflexión acerca de los aspectos que componen las acciones del Núcleo, cuya metodología se pauta en la Educación Popular y en los principios de la Economía Solidaria. La reflexión sobre las prácticas realizadas, contribuye a que éstas puedan ser cada vez mejor desarrolladas en lo que se refiere a la bús-queda de la autonomía y libertad de los trabajadores con vistas a la construcción de un mundo más justo y solidario.Palabras clave: Economía Solidaria, Reciclaje, Pepenadores(as), NUDESE-FURG

1 Introdução

No cenário que hoje se apresenta, de crescimento populacional e de adoção de padrões de consumo insustentáveis, a produção de resíduos se dá em quantidades exorbitantes, que chegam a ser, em média, mais de um quilo por habitante (1Kg/hab.). Além do volume de resíduos gerados, suas carac-terísticas intrínsecas tornam ainda mais complexa a definição e a imple-mentação de medidas que garantam sua destinação final ambientalmente adequada (NAVARRO, 2014, p. 76).

Esses dados refletem o perfil de uma sociedade onde a qualidade de vida é confundida com a aquisição, cada vez maior, de bens de consumo. Portanto, repensar valores é fundamental, pois a situação atual exige uma nova forma de compreendermos o mundo, de forma solidária, consciente da gravidade dos problemas ambientais.

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A cidade do Rio Grande, no estado do Rio Grande do Sul, na Região Sul do Brasil, é um exemplo de local onde o crescimento populacional se deu de forma desordenada, sem planejamento. Pela análise da Lei nº 7.661 de 1998 que instituiu o Plano Nacional de Gerenciamento Costeiro, o município do Rio Grande pode ser caracterizado como costeiro6. Esta sua característica natural faz com que este município, com população em torno de duzentos mil habitantes, sofra com o crescimento populacional e a ocupação desor-denada, principalmente em função da instalação e desenvolvimento do Porto marítimo na Cidade, único porto marítimo do estado do Rio Grande do Sul. De acordo com Domingues (2009), este crescimento populacional se deu em um processo histórico eventualmente impulsionado de forma diferen-ciada pela influência de aspectos diversos, mas com destaque para condicio-nantes econômicos e políticos. Assim, no dia a dia da cidade se manifestam impactos socioeconômicos e socioespaciais, como problemas de logística, saúde, educação e habitação. Esta situação se reflete também na geração de um volume crescente de resíduos e consequente diminuição dos espaços disponíveis para disposição final desses.

A busca de soluções para a problemática do que fazer com o resíduo, passa necessariamente pela mudança de hábitos e atitudes em relação ao desper-dício e ao consumo no nosso cotidiano. O desejo de melhorar a qualidade de vida não é uma busca isolada, mas é feita pela união de esforços que se trans-formam em ações concretas. Visando contribuir com o desenvolvimento sustentável territorial, a Universidade Federal do Rio Grande (FURG) tem de-senvolvido ações de assessoria, incubação e pós-incubação de empreendi-mentos econômicos solidários, através do Núcleo de Desenvolvimento Social e Econômico (NUDESE/FURG). A gênese do núcleo teve início no ano de 1994, com o Projeto Trabalho Comunitário, quando um grupo de servidores(as) da Universidade, sensibilizados(as) com o desemprego e a proliferação da po-breza na cidade, elaborou uma parceria com o Comitê da Cidadania do Rio Grande. Em 1997 foi fundada a Cooperativa de Trabalho Comunitário Ltda. (COOTRACOM) que foi assessorada pelo Projeto de extensão Apoio e Asses-soria a Grupos de Economia Popular Solidária, o que direcionou as suas ações para áreas referentes à Economia Solidária, passando a atender não apenas cooperativas, mas outras formas de organizações associativas.

Assim, o desenvolvimento desses projetos deu origem, no ano de 2003, ao NUDESE, vinculado à Pró-Reitoria de Extensão e Cultura da FURG, que

6 […] o município possui extensa linha de costa, e sofre influência direta da área estuarina da La-goa dos Patos adjacente. As águas da Lagoa dos Patos circundam toda parte central do município, além de sua área periférica apresentar lagoas costeiras e arroios que servem de escoadouros das águas represadas em banhados, formando um sistema de grande produtividade biológica e significado ecológico (SFREDO, 2015, p. 09).

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tem como objetivo geral o desenvolvimento socioeducativo de empreendi-mentos ligados a Economia Popular Solidária, com ênfase no trabalho de diagnóstico, sensibilização, formação e acompanhamento sistemático a grupos informais, associações e cooperativas. Desta maneira, o Núcleo vem se consolidando, por meio de suas ações de ensino, pesquisa e extensão, um importante espaço para a construção de alternativas contra hegemônicas, desencadeando experiências democráticas e participativas.

Particularmente em relação aos empreendimentos de reciclagem, po-de-se dizer que o NUDESE tem se articulado desde sua constituição às or-ganizações de catadores(as). Por isso, objetiva-se apresentar o relato de ex-periência do trabalho desenvolvido pelo NUDESE, ou seja, sua trajetória de atuação na assessoria e formação de trabalhadores(as) de empreendimentos da reciclagem no município do Rio Grande. Para tanto, se procurou siste-matizar cronologicamente a atuação do NUDESE junto a estes empreendi-mentos, a partir das atas, minutas e relatórios dos projetos desenvolvidos ao longo da sua trajetória, seja na assessoria ou na formação de trabalhado-res(as). Esta sistematização busca a reflexão sobre a prática realizada para que cada nova ação possa ser desenvolvida com uma melhor qualidade, de modo que as relações sociais desenvolvidas entre os(as) trabalhadores(as), não só no seu espaço de trabalho, mas para além dele, sejam relações condi-zentes com a Economia Solidária.

Tendo em vista que a partir da reciclagem se procura transformar os ma-teriais recolhidos na coleta seletiva7, utilizando-os como matéria-prima para a fabricação de novos produtos, seus principais benefícios são o au-mento da vida útil do aterro sanitário a partir da minimização de resíduos que deixarão de ser encaminhados ao mesmo para serem comercializados por meio da reciclagem; aumento do ciclo de vida das matérias-primas de cada material coletado; redução do volume de gases colaboradores do efeito estufa que seriam lançados na atmosfera com a queima a céu aberto; geração de trabalho e renda a catadores(as) de materiais recicláveis; resgate da cida-dania dos(das) catadores(as) por meio de sua organização em associações/cooperativas; estímulo a mudança de hábitos e valores no que diz respeito à proteção ambiental e conservação da vida; criação de novas práticas de se-paração dos resíduos, considerando que os materiais recicláveis permeiam por todas as atividades sociais; diminuição de gastos com a limpeza pública;

7 No município do Rio Grande existem dois serviços de coleta de resíduos, o do lixo comum (rejei-tos) e o serviço de coleta seletiva (recicláveis), sendo os rejeitos direcionados ao aterro sanitário e os recicláveis destinados às quatro associações e uma cooperativa de catadores existentes no Município. Os recicláveis devem ser encaminhados de maneira correta para o reaproveitamento e/ou reciclagem por meio de veículo específico, em dia e horário pré-definidos.

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abertura de novos postos de trabalho para os(as) catadores(as) de materiais recicláveis.

Diante destes benefícios, é inegável a importância do trabalho desen-volvido pelos(as) catadores(as) de modo geral e, em particular, nas quatro associações e uma cooperativa de reciclagem existentes em Rio Grande. Assim, ao se buscar resgatar a atuação do NUDESE na assessoria, incubação e pós-incubação dos empreendimentos de reciclagem no município, tem-se a finalidade de refletir acerca dos aspectos que compõem o trabalho deste Núcleo que, por meio do desenvolvimento de uma metodologia pautada na Educação Popular e nos princípios da Economia Solidária vem contribuindo com a formação de alunos(as), bolsistas envolvidos nos Projetos; com a transformação da realidade dos grupos populares atendidos e; com o es-tímulo ao protagonismo dos(as) trabalhadores(as) associados(as), como é o caso dos(as) trabalhadores(as) da reciclagem.

A Educação Popular que permeia o trabalho desenvolvido pelo NUDESE junto aos empreendimentos da reciclagem em Rio Grande pode ser definida como sendo:

[…] práticas educativas cujo objetivo principal é estimular o protago-nismo e a participação política de grupos sociais populares e subalternos na transformação das relações de exploração, dominação e opressão a que estão submetidas (MELLO, 2005).

Em relação à Economia Solidária presente no trabalho desenvolvido pelo NUDESE, podemos dizer que ela:

[…] expressa um modo de organização da produção, comercialização, finanças e consumo que privilegia a autogestão e a cooperação em em-preendimentos coletivos, redes e cadeias solidárias articuladas no âmbito de segmentos econômicos. Ao considerar o ser humano na sua integra-lidade, como sujeito e finalidade da atividade econômica, a economia solidária desenvolve as capacidades dos trabalhadores e trabalhadoras, valoriza o associativismo, o trabalho das mulheres e de outros setores excluídos da sociedade, expressando um novo modelo de desenvolvi-mento sustentável e solidário (Assembleia Legislativa do Estado do RS, 2017).

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Embora o NUDESE trabalhe com a incubação8, pós-incubação9 e assis-tência10, em relação aos empreendimentos de reciclagem, sua atuação se deu sempre na forma de assistência. Na fase de assessoramento em que se en-contra o empreendimento da reciclagem, há encontros de assistência técnica, especialmente em relação à documentação, aspectos jurídicos, ambientais e de contabilidade. Os empreendimentos de reciclagem não passaram pela incubação porque sua constituição e desenvolvimento não aconteceu junto ao NUDESE. Eles foram criados de outras formas e, por um motivo ou outro, foram necessitando de assessoria mais pontuais, que foram prestadas por meio de Projetos, conforme poder-se-á observar ao longo deste trabalho.

2 A Trajetória de Atuação do NUDESE-FURG na Assessoria e Formação de Trabalhadores(as) de Empreendimentos de Reciclagem no Município do Rio Grande - RS

Nestes quinze anos de existência, o NUDESE atuou na assessoria e for-mação de trabalhadores(as) de empreendimentos (cooperativas e asso-ciações) de reciclagem no município do Rio Grande – RS. Buscando siste-matizar esta atuação, organizou-se esta atuação em ordem cronológica, a partir da criação do Projeto Reciclar é Vida, idealizado pela coordenadora do NUDESE e a atuação junto à Associação de Recicladores Vitória; a realização da I Conferência de Meio Ambiente e a criação do Programa Rio Grande tem Coleta Seletiva e Solidária, o qual deu origem ao Projeto Catador em Ação, desenvolvido em empreendimentos de reciclagem no Município e, por fim, a atuação junto à Cooperativa de Recicladores Santa Rita, que vem deixando de ser apenas assessorada pelo NUDESE para ser incubada pelo Núcleo.

8 O processo de Incubação compreende um conjunto de atividades sistemáticas de formação e assessoria que percorrem desde o surgimento do Empreendimento Econômico Solidário até sua consolidação e que busca, através da troca de conhecimentos, fazer com que o Empreendimen-to, no fim do processo, conquiste autonomia organizativa e viabilidade econômica (Assembleia Legislativa do Rio Grande do Sul, 2017).

9 O processo de pós-incubação/desincubação se constitui em ações pontuais, ligadas as deman-das e necessidades do grupo. Este momento se remete a um “desvinculo” da incubadora, tor-nando o empreendimento autônomo, não dependendo mais do apoio incondicional da equipe técnica. Muitas incubadoras apontam que este processo é um dos mais difíceis, pois muitos grupos acabam se tornando dependentes do trabalho realizado cotidianamente no decorrer da incubação (GOERCK, 2013).

10 A assessoria técnica objetiva o fortalecimento dos empreendimentos, tanto através da apro-priação de conhecimentos técnicos quanto pelo aperfeiçoamento dos processos de autogestão, da gestão democrática e da participação dos trabalhadores associados no interior das unidades de produção, comercialização, consumo e finanças solidárias, bem como favorecer a construção de redes de cooperação e cadeias solidárias (Assembleia Legislativa do Estado do RS, 2017).

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2.1. Projeto Reciclar é Vida e a Associação de Recicladores Vitória11

O Projeto Reciclar é Vida foi idealizado no ano de 2005, pela atual coor-denadora do NUDESE, Lucia Nobre, que ao cursar a disciplina Instrumentos Econômicos Aplicados à Administração de Recursos Naturais e Ambientais, da Es-pecialização em Gestão Empresarial da FURG, realizou um trabalho em que deveria demonstrar a relação dos conhecimentos desenvolvidos nas aulas. Assim, instigada pela vontade de unir teoria e prática, começou a desen-volver o primeiro esboço do Projeto conhecido como Reciclar é Vida.

Com o intuito de implantar o Projeto, buscou a parceria do NUDESE e do Centro de Atenção Integral à Criança e ao Adolescente (CAIC) da FURG e o apresentou à Superintendência de Extensão da Universidade. Foi assim que o Projeto Reciclar é Vida foi integrado aos projetos de extensão desta Insti-tuição de Ensino Superior.

A primeira ação realizada, em razão da parceria construída, foi uma se-leção de mães de alunos(as) do CAIC interessadas em construir um grupo de beneficiamento de papel, que é o resíduo produzido em maior quantidade na Universidade. Criou-se, assim, o empreendimento popular “Reciclar é Vida”, que atua ainda hoje.

Como o papel enviado para o empreendimento Reciclar é Vida não é a totalidade dos resíduos recolhidos na Universidade, o restante do papel, plástico, metal e vidro passaram a ser pesados, registrados e enviados a coo-perativas e associações de catadores(as) da cidade do Rio Grande/RS, entre elas, a Associação Recicladora Vitória, localizada na Vila da Quinta, distrito do Município. Esta associação trabalha com a triagem de resíduos sólidos para a comercialização e seu grupo é constituído em sua maioria por mu-lheres com pouca escolaridade e baixo poder aquisitivo, que apresentam dificuldades de se inserir no mercado de trabalho. Assim, o trabalho de re-ciclagem que vem sendo desenvolvido por elas em parceria com o Projeto, se estabeleceu como uma alternativa de renda a suas famílias que se encon-travam em situação de vulnerabilidade socioambiental.

Um último aspecto, porém, não menos importante, são as ações rela-tivas à educação socioambiental que foram construídas pelo Reciclar é Vida por meio de palestras, feiras, exposições e oficinas realizadas nas escolas, postos de saúde e Universidade. Dentro dessas atividades, houve também a implementação do “dia da coleta” em duas escolas da Vila da Quinta. O “dia

11 A principal fonte utilizada na sistematização do trabalho do NUDESE junto ao Projeto Reciclar é Vida e Associação de Reciclagem Vitória, da Vila da Quinta é o artigo de DO VALLE e NOBRE (2012).

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da coleta” é um dia especifico da semana no qual os(as) alunos(as) levam seus resíduos recicláveis devidamente separados durante a semana em suas casas e os depositam nos coletores das Escolas onde estudam. Tal atividade, tem por objetivo desenvolver uma relação de educação no trato dos resíduos que a comunidade produz e, também, criar uma relação entre a comunidade, a escola e a associação de catadores(as) enquanto agentes socioambientais.

Atualmente, o Projeto Reciclar é Vida continua funcionando e impul-sionou vários outros desdobramentos e execuções de Educação Ambiental na Instituição. Assim, por meio do Projeto, busca-se promover a geração de renda e o resgate da cidadania através da organização de trabalhadores(as) em empreendimentos coletivos, solidários e autogestionário como é o caso da Associação Recicladora Vitória, que ganhou a última seleção publica (2016) para recebimento dos resíduos da FURG, conforme orientado pelo Decreto nº 5.940 de 26/10/2006. Pode-se dizer também que o Projeto possui diversas ações que buscam cotejar os seguintes objetivos: apoiar os demais empreendimentos de reciclagem que poderão concorrer aos editais públicos para recebimento dos recicláveis da Universidade; incentivar organização coletiva através da formação de grupos, associações e cooperativas de reci-clagem, como o trabalho de artesanato desenvolvido com o beneficiamento de papel que é transformado em cadernos e blocos; facilitar um processo educativo de resgate da cidadania, participação social e valorização do tra-balho coletivo e autogestionário; promover a educação ambiental junto à co-munidade universitária a partir do reaproveitamento dos resíduos sólidos por ela gerados; promover autonomia dos(as) catadores(as), bem como o in-cremento na renda dos(as) mesmos(as) e favorecer a participação cidadã pela inserção nos fóruns de Economia Popular Solidária.

2.2. I Conferência de Meio Ambiente e o Programa Rio Grande tem Coleta Seletiva e Solidária

Nos dias 26, 27 e 28 de julho de 2013 aconteceu em Rio Grande a I Con-ferência Municipal de Meio Ambiente como parte fundamental de um pro-cesso onde educamo-nos uns aos outros, através do compartilhamento de saberes e reflexões, com vistas à construção de uma sociedade melhor.

Esta Conferência inseriu-se no processo de mobilização que se desen-volveu em todo o País em torno da IV Conferência Nacional do Meio Am-biente – “Brasil sem lixão”, cujo tema foi a gestão dos resíduos sólidos, sendo seu objetivo central contribuir para a implementação da Política Nacional dos Resíduos Sólidos (Lei Federal nº 12.305/2010). Dessa forma, a I Confe-rência Municipal de Meio Ambiente abordou todos os eixos temáticos de-finidos para a Conferência Nacional e debateu outras questões de interesse

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local. Abordou-se assuntos em torno de grandes temas como resíduos só-lidos urbanos e a responsabilidade compartilhada; educação ambiental co-munitária e justiça ambiental e; unidades de conservação e o uso e ocupação do território em Rio Grande.

Nesta Conferência Municipal, foi apresentada uma proposta de programa para coleta seletiva no município, desenvolvida por um Grupo de Trabalho composto por membros da Administração Pública Municipal e a FURG (NUDESE). Esta proposta foi aprovada na íntegra e transformada em De-creto assinado pelo Prefeito Municipal na própria reunião de encerramento da referida Conferência. Trata-se do Decreto Municipal nº 12.204/2013 que instituiu o Programa Municipal de Coleta Seletiva Rio Grande Merece Mais Coleta Seletiva Solidária e que teve seu nome alterado para Rio Grande tem Coleta Seletiva Solidária, conforme Decreto Municipal nº 12. 339/2013.

O Programa Rio Grande tem Coleta Seletiva Solidária tem como objetivo evitar que materiais recicláveis sejam enviados para o aterro sanitário, po-dendo assim aumentar a vida útil deste, e ao mesmo tempo, beneficiar fa-mílias em cooperativas de catadores(as). Visa construir de forma comparti-lhada com a sociedade civil e com as empresas uma nova política de redução e manejo dos resíduos sólidos no município, organizando e expandindo a Coleta Seletiva para todos os bairros de Rio Grande.

Além dos objetivos ambientais, o Programa Rio Grande tem Coleta Se-letiva Solidária tem uma preocupação intrínseca com o caráter social da reciclagem. Neste Programa ficou estabelecido que todos os materiais re-cicláveis recolhidos pela Prefeitura deverão ser doados às cooperativas e as-sociações de catadores(as), conveniadas ao mesmo. Outro trabalho previsto é a incubação social para que os(as) catadores(as) possam se organizar em cooperativas, valorizando o trabalho e atuação deles(as). Assim, em 2015 foi criado o Projeto Catador em Ação, financiado através de recursos do Fundo Municipal do Meio Ambiente e desenvolvido pelo NUDESE, cujos objetivos foram de realizar um diagnóstico das organizações de catadores(as) do Mu-nicípio, bem como buscar a regularização das mesmas.

2.3. O Projeto Catador em Ação12

A gestão dos resíduos sólidos de um município envolve diferentes setores da gestão pública e uma grande diversidade de geradores(as) tornando-se um dos mais importantes desafios e um dos mais graves problemas socioam-bientais da atualidade. Para dar conta desta situação a Política Nacional de

12 A principal fonte utilizada na sistematização do trabalho do NUDESE junto ao Projeto Catador em Ação é o artigo de MOURA et. al. (2017) publicado nos anais do XIII Seminário Internacional PROCOAS, realizado na Universidade de São Paulo (USP).

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Resíduos Sólidos - PNRS prevê, dentre os seus dezenove instrumentos (art. 8º, III), o incentivo à criação e ao desenvolvimento de cooperativas ou de outras formas de associação de catadores(as) de materiais reutilizáveis e re-cicláveis. Nesta conjuntura, o município do Rio Grande possui quatro asso-ciações e uma cooperativa formalizadas, que recebem diariamente resíduos de diversos bairros da Cidade.

Neste contexto, o Projeto Catador em Ação realizou, nos anos de 2015 e 2016, um trabalho de capacitação e assessoria aos cinco empreendimentos que trabalham com a coleta seletiva no Município.

O trabalho desenvolvido pelo NUDESE no Projeto Catador em Ação teve por base e fundamento os princípios da Educação Popular e da Economia Solidária13 e, é com base nisso, que durante a vigência do Projeto foram rea-lizadas: capacitação dos cinco grupos formalizados quanto à gestão social de empreendimentos econômicos solidários; assessoria aos empreendimentos à obtenção de licenças necessárias ao seu funcionamento junto aos órgãos competentes; prestação de assessoria à cooperativa e às associações quanto a rotina financeira e contábil. Em alguns casos foi necessário discutir com os empreendimentos o fluxo produtivo dos mesmos visando à reformulação das atividades para evitar o retrabalho e melhorar a qualidade de vida dos(as) cooperados(as).

Todas estas intervenções realizadas pela assessoria do NUDESE de-ram-se de forma dialogada em rodas de conversa e avaliação, buscando que os(as) cooperados(as)/associados(as) compreendessem a importância dos controles, da manutenção da documentação em dia, bem como o fluxo pro-dutivo estabelecido de forma lógica.

No decorrer dos encontros formativos foi sendo possível relacionar o au-mento progressivo das percepções dos(as) trabalhadores(as) com as práticas pedagógicas desenvolvidas. À medida que foram sendo apresentados e tra-

13 Os princípios e fundamentos da Educação Popular a que nos referimos como base metodológica no trabalho realizado pelo NUDESE junto aos empreendimentos econômicos solidários pode ser descrita como Carvalho e Viana (2002, p. 75) escrevem como sendo uma nova educação, ou seja,

“um veículo de mudança social, necessariamente um meio de libertação dos marginalizados, conduzindo-os à inserção” e que “Para tanto, deve estar pautada nos princípios de igualda-de, por meio da inclusão social, da reflexão, do questionamento, da valorização dos diversos saberes, bem como a do próprio saber”. Já os princípios da Economia Solidária a que nos refe-rimos como base metodológica no trabalho realizado pelo NUDESE junto aos empreendimen-tos econômicos solidários seguem os da Carta de Princípios da Economia Solidária dos quais destacamos a valorização social do trabalho humano; a satisfação plena das necessidades de todos como eixo da criatividade tecnológica e da atividade econômica; o reconhecimento do lugar fundamental da mulher e do feminino numa economia fundada na solidariedade; a busca de uma relação de intercâmbio respeitoso com a natureza; e os valores da cooperação e da soli-dariedade (Fonte: http://cirandas.net/articles/0030/2526/carta_de_principios_do_FBES.pdf).

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balhados os módulos, o teor questionador explicitado pelos trabalhadores ampliava-se e as reflexões se aprofundavam.

A abordagem dos(as) trabalhadores(as) que, em um primeiro momento, partiam de uma visão individual e fragmentada do trabalho associativo, passou a compreender os aspectos coletivos, desenvolvendo o sentido de in-tegralidade dos processos de trabalho em sua dimensão de produção da vida, assim como o sentimento de pertencimento.

Em grande medida, a construção coletiva realizada durante os encontros, no que se refere aos princípios da Economia Solidária, ampliou sobrema-neira a compreensão acerca dos conceitos e práticas de participação, assim como dos valores democráticos na construção das relações, e na gestão dos empreendimentos. A ampliação dos processos de aprofundamento do pen-samento crítico e conscientização permitiram a realização de correlações com o espaço da comunidade no qual estão inseridas as associações/coope-rativa e seus(suas) associados(as). Por meio do desenvolvimento do Projeto, também se buscou ampliar a percepção de questões sociais, políticas, am-bientais e culturais pertinentes à realidade da vida destes(as) trabalhado-res(as), com relação ao trabalho coletivo e à Economia Solidária enquanto alternativa econômica, em sua perspectiva de enfrentamento às desigual-dades sociais.

Outro aspecto importante observado no decorrer do Projeto relaciona-se aos conflitos. Como menciona Telmo Adams (2010, p. 38), “[…] no plano cog-nitivo as mediações, em vez de abafar ou evitar os conflitos, tornam-se tanto mais pedagógicas quanto mais potencializados forem seus elementos para gerar aprendizados, novas compreensões, posturas ou atitudes”. Assim, ao utilizar uma metodologia a fim de problematizar aspectos do cotidiano das associações/cooperativa, foi sendo possível identificar questões conflitantes a ser trabalhadas durante as formações, o que permitiu o empenho coletivo dos(as) catadores(as) na resolução dos mesmos.

Estes conflitos diziam respeito às questões de gestão, tomada de decisões e acordos coletivos e perpassavam a dimensão de conflito nas relações pes-soais entre os(as) trabalhadores(as). Ou seja, os conflitos são fomentados ou gerados a partir de determinadas dificuldades no âmbito produtivo e de gestão, e vice e versa. Foi possível observar que a utilização de uma prática pedagógica problematizadora e questionadora contribuiu grandemente para os processos de percepção e reflexão da realidade. Como Freire explica,

[…] na prática problematizadora, vão os educandos desenvolvendo o seu poder de captação e de compreensão do mundo que lhes aparece, em suas relações com ele, não mais como uma realidade estática, mas como uma realidade em transformação, em processo” (2011, p. 100).

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Uma atividade que a equipe do Projeto julgou bastante importante, mas não estava no escopo do mesmo, foi o incentivo aos(às) trabalhadores(as) dos empreendimentos para que os mesmos se organizassem coletivamente e participassem das atividades do Movimento Nacional de Catadores de Ma-teriais Reciclados (MNCR), bem como pensassem a possibilidade de integrar a Rede Reciclar, rede que está organizando as Associações e Cooperativas de Catadores da região Sul do Rio Grande do Sul. A Rede Reciclar é composta por entidades das cidades de Canguçu, Piratini, Arroio Grande, Turuçu, Pinheiro Machado e São Lourenço do Sul.

Ao término do Projeto, a equipe do NUDESE considerou que existe a ne-cessidade de buscar um maior envolvimento das Associações e Cooperativa no processo da Coleta Seletiva, sobretudo no trabalho de conscientização da população em relação à separação e coleta de materiais recicláveis.

Além disso, foi apontada a necessidade urgente da melhoria das condições físicas dos prédios para que seja possível realizar os tramites documentais a fim de obter todas as licenças necessárias ao devido funcionamento das Associações e Cooperativa, o que permitirá a efetiva inclusão das mesmas no Programa Rio Grande tem Coleta Seletiva Solidária.

2.4. Cooperativa de Reciclagem Santa Rita

A Cooperativa Santa Rita teve sua origem no ano de 2012, quando a Pre-feitura Municipal do Rio Grande foi notificada pelo Ministério Público para a desativação do antigo lixão da Cidade e ativação do aterro sanitário. Neste lixão havia diversos(as) catadores(as) que autonomamente tiravam dali seu sustento.

O antigo lixão foi desativado e naquele local foi criado uma estação de transbordo, onde o lixo recolhido na Cidade através de caminhões era des-pejado em uma plataforma para ser posteriormente encaminhado em car-retas até o Aterro Municipal. Com a organização popular que havia na época, nos bairros do entorno ao lixão, foi constituído um grupo de cerca de cin-quenta pessoas, em sua maioria mulheres, que começaram a trabalhar na triagem do lixo da estação de transbordo. Os equipamentos para o trabalho foram fornecidos pela empresa que gerenciava o novo aterro sanitário e os(as) trabalhadores(as) da cooperativa, que ainda não estava regularizada, selecionavam os resíduos que passavam pela esteira.

Na época, foi constituído um estatuto, mas devido à falta de orientação do como proceder, este registro da cooperativa só se efetivou no ano de 2017, quando a Cooperativa Santa Rita passou a ser assessorada pelo NUDESE, através do Projeto Catador em Ação.

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No momento de organização da documentação do empreendimento a ser submetida à Junta Comercial para a regularização da mesma, os consul-tores do NUDESE perceberam um alto índice de analfabetismo entre os(as) cooperados(as). Diante disso, o NUDESE em parceria com o Núcleo de Es-tudos em Educação de Jovens e Adultos e Alfabetização (NEEJAA-FURG) deu início a uma parceria que almeja um processo de alfabetização, por meio do Projeto Alfabetização de Trabalhadores: Separando Coisas, Compreendendo a Leitura e a Escrita, coordenado pela Professora Dra. Sabrina das Neves Barreto (Instituto de Educação da FURG) que tem atuado junto a Cooperativa desde agosto de 2017.

A aproximação entre o NUDESE e a Cooperativa Santa Rita permitiu uma formação inicial destes(as) trabalhadores(as), bem como uma inter-venção junto aos responsáveis pela gestão municipal dos resíduos. Então, foi formado um Grupo de Trabalho (GT) para pensar a melhoria das condições de trabalho da cooperativa e, assim, ampliar a atuação destes no Programa Rio Grande tem Coleta Seletiva Solidária.

O referido GT foi composto pelas secretarias municipais de Controle e Serviços Urbanos, Meio Ambiente, Gestão de Projetos, Emprego e Renda e, Assistência Social, além de membros do NUDESE e da Cooperativa Santa Rita. Derivado deste esforço já ocorreu a mudança de local da Cooperativa para um prédio alugado e cedido pela Prefeitura Municipal através de um acordo de cooperação.

O NUDESE tem dado o suporte na organização documental e fiscal e já diagnosticou que necessita ser trabalhado o fluxo produtivo para que os(as) cooperados(as) possam obter uma melhor produtividade, sem esquecer jamais a questão da saúde do(a) trabalhador(a).

Assim, embora o NUDESE realize assessoria à Cooperativa de Reciclagem Santa Rita por não ter participado da formação de sua constituição inicial em 2012 e, portanto, não ter participado de sua incubação, a atual conjuntura do trabalho que vem sendo prestada pelo Núcleo à Cooperativa, como a regu-larização de documentos, a necessária elaboração de um novo estatuto, sua atuação para mudança de prédio e do desenvolvimento do Projeto de Alfa-betização na Cooperativa, tem se configurado em atividades que se asse-melham ao que chamaríamos de incubação, pois o NUDESE não tem apenas assessorado, mas participado ativamente da regularização e constituição legal do empreendimento, das formações dos(as) trabalhadores(as), da mu-dança para um novo local de trabalho com condições dignas para os(as) catadores(as) e, também, com o desenvolvimento da cidadania destes(as) trabalhadores(as), por meio da possibilidade de estudarem em um espaço organizado dentro da própria Cooperativa.

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Desta forma, pode-se dizer que no atual estágio de atuação do NUDESE junto à Cooperativa de Recicladores Santa Rita, esta tem deixado de ser apenas assessorada, pois na prática tem sido incubada pelo Núcleo, tendo em vista que por meio desta recente atuação do NUDESE junto à Cooperativa, vem se constituindo um “novo” empreendimento, com nova estrutura física e relações de trabalho, pautadas na Educação Popular e na Economia Soli-dária que visam a emancipação humana por se pautarem no protagonismo e a participação política de trabalhadores(as) na transformação das relações de exploração, dominação e opressão.

3 Considerações Finais

O NUDESE, ao longo dos seus quinze anos, tem atuado na formação de trabalhadores(as) que buscam no trabalho associativo o desenvolvimento de sua vida laboral. O Núcleo atua em cinco áreas distintas: pesca artesanal, agricultura familiar, gastronomia, artesanato e reciclagem, sempre baseado nos princípios da Economia Popular Solidária. Particularmente na reci-clagem, sua atuação tem início com o Projeto Reciclar é Vida, no ano de 2005.

O Projeto Reciclar é Vida instigou a expansão de ações universitárias que beneficiam as comunidades nas quais as instituições de ensino superior estão inseridas. Neste sentido, por meio deste Projeto, buscou-se elucidar o papel das universidades em fomentar nos sujeitos sociais uma prática social transformadora. Entre as formas de contribuir para a construção de uma educação transformadora, destacamos a prática de projetos e ações educa-tivas, embasadas no ensino, na pesquisa e na extensão. Entre alguns frutos do trabalho desenvolvido neste Projeto salientamos o empreendimento po-pular Reciclar é Vida e a parceria com a Associação Recicladora Vitória da Vila da Quinta.

Além do Projeto Reciclar é Vida e do trabalho com a Associação Recicladora Vitória, o NUDESE esteve envolvido no desencadeamento de um processo de mobilização social em torno da I Conferência Municipal de Meio Ambiente, com o objetivo de garantir um espaço aberto e democrático para discussão sobre os problemas ambientais do município e para a proposição de soluções do ponto de vista ambiental. Com isso, contribuiu-se para que a população da cidade do Rio Grande conhecesse os desafios na área do meio ambiente e engaje-se na busca pela superação dos mesmos. Nesta I Conferência de Meio Ambiente destaca-se a assinatura do Decreto Municipal nº 12. 339/2013 que aprovou o Programa Rio Grande tem Mais Coleta Seletiva.

Para a implementação deste Programa, foi necessário se ter um bom diagnóstico da reciclagem no Município, ficando o NUDESE responsável pela regularização dos empreendimentos e a Prefeitura pelas obras e os

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documentos necessários. Esta atribuição do NUDESE foi possibilitada pelo Projeto Catador em Ação, por meio do qual foi possível fazer um diagnóstico da situação de cada Associação e da Cooperativa e fornecer a Prefeitura Mu-nicipal diversos dados para que a gestão tomasse providências para me-lhorar as condições de trabalho destes verdadeiros agentes ambientais. Na condição que se encontravam as estruturas físicas das associações e coo-perativas não havia condições de ampliar a coleta seletiva, portanto, as re-formas nas associações foram apontadas e estão em processo licitatório.

Em especial, no caso da Cooperativa Santa Rita, verificou-se a neces-sidade da mudança para outro espaço, visto que a mesma funcionava no antigo lixão da cidade e o mesmo não possuía licenciamento ambiental. De forma coletiva, foi construída a solução de buscar outro espaço para os(as) cooperados(as) da Cooperativa Santa Rita, sendo alugado um galpão que oferece melhores condições de trabalho e produtividade àqueles(as) traba-lhadores(as). O NUDESE vem assessorando a Cooperativa para obtenção de documentação e licenças necessárias para a realização das atividades neste no espaço.

O NUDESE tem uma larga experiência em incubação de empreendi-mentos de economia popular solidária e pretende-se fortalecer a organi-zação de catadores(as) melhorando seus processos de produção, gestão e comercialização na perspectiva da sustentabilidade e autogestão e promo-vendo o empoderamento e a inclusão econômica e social dos(as) mesmos(as).

Diante desta perspectiva que busca conciliar o desenvolvimento humano por meio do trabalho e o fortalecimento dos(as) trabalhadores(as) de em-preendimentos econômicos solidários no município do Rio Grande-RS é que o NUDESE-FURG vem realizando o seu trabalho de assessoria e formação. Neste sentido, espera-se que o relato de experiência da atuação do Núcleo junto a empreendimentos econômicos solidários e, particularmente, em re-lação ao empreendimento de reciclagem que hoje encontra-se em um mo-mento de transição de simples assessoria para incubação, possa contribuir para com a reflexão sobre a possibilidade da concretização de outra so-ciedade, pautada em relações humanas, onde o trabalho seja desenvolvedor das nossas potencialidades e se prime pela qualidade de vida e saúde dos(as) trabalhadores(as), na participação social e na construção de uma nova forma de pensar e agir sobre o mundo, o que remonta ao desenvolvimento de uma nova base material de existência pautada em relações de solidariedade.

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BRASIL E MÉXICO: duas realidades distintas no que se refere a atuação de cata-doras(es) de resíduos recicláveis são tratadas neste livro, resultado de parceria entre Universidad Autónoma de Tlaxcala, México, e a Universidade Federal de São Carlos, Brasil.

Algumas perguntas, que inquietaram os autores, direcionam os capítulos, como: existem políticas públicas ou leis mexicanas e brasileiras que contemplem a atuação de catadoras(es)? De que maneira a trajetória do movimento das catado-ras(es) promoveu mecanismos para uma maior valorização e reconhecimento do trabalho destes atores sociais no Brasil? Quais os níveis de organização das(os) catadoras(es) no México e no Brasil e porque estas(es) trabalhadoras(es) mexi-canas(os) ainda não alcançaram níveis de organização mais elevados? Estas questões, entre outras apresentadas no decorrer dos capítulos, muitas ainda sem respostas, são analisadas e tratadas em experiências destas duas realidades do México e do Brasil. , .

Este livro tenta ser uma mistura conformada por experiências de análises e vivencias, as quais podem dar voz a esses personagens, sem perder o caráter acadêmico. Pode ser de interesse para especialistas, em busca de dados e respostas, mas também para leitores em geral interessados em olhar o mundo daqueles que vivem no lixo e nos resíduos.

BRASIL Y MÉXICO: dos realidades distintas en lo que se refiere a la actuación de pepenadores de materiales reciclables son tratadas en este libro, resultado de la colaboración entre la Universidad Autónoma de Tlaxcala, México, y la Universi-dad Federal de São Carlos, Brasil.

Algunas preguntas, que inquietaron a los autores, dirigen los capítulos, como: ¿existen políticas públicas o leyes mexicanas y brasileñas que contemplen la actuación de pepenadoras(es)? ¿De qué manera la trayectoria del movimiento de las pepenadoras(es) promovió mecanismos para una mayor valorización y reco-nocimiento del trabajo de estos actores sociales en Brasil? ¿Cuáles son los nive-les de organización de las las(os) pepenadoras(es) en México y Brasil y porque estas trabajadoras mexicanas todavía no alcanzaron niveles de organización más elevados? Estas cuestiones, entre otras presentadas en el transcurso de los capítulos, algunas todavía sin respuestas, son analizadas y tratadas en expe-riencias de estas dos realidades de México y Brasil.

Este libro intenta ser una mezcla conformada por experiencias de análisis y vivencias, las cuales pueden dar voz a esos personajes, sin perder el carácter académico. Puede ser de interés para especialistas, en busca de datos y respues-tas, pero también para lectores en general interesados en mirar al mundo de aquellos que viven en la basura y en los residuos.

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