Mi elemento químico

Dayana M. Cuesta Guzmán Mi elemento químico Litio

Química

En un pequeño laboratorio en la universidad de Londres un elemento químico se presentaba a sus nuevos compañeros de laboratorio. En especial a uno el señor microscopio.

Mientras se presentaba diciendo que se llamaba Litio y que su descubridor fue Johann Arfvedson la señora balanza pudo notar que su numero atómico era el 3, que era solido y que tenia una masa de 6,941, muy pequeña comparada con la otros elementos que ya habían estado allí.

A lo que el pobre Litio seguía hablando o mas bien presumiendo que encabezaba la lista de los metales alcalinos en la tabla periódica donde su nombre y el de muchos otros amigos había sido escrito; el señor lupa pudo observar que Litio seria diferente a los demás.

Al día siguiente cuando el profesor de la universidad llego al laboratorio tomo a Litio y comenzó a extraer compuestos de el. Litio sabia que como el habían muchos, mas bien 65 partes por millón en la corteza terrestre y que de todos el fue elegido.

Se sentía muy alagado. Sabia que sus compuesto el bromuro y el cloruro eran importantes para las industrias de aire acondicionado ya que formaban salmueras concentradas que tienen la propiedad de absorber humedad en un amplio intervalo de temperaturas.

Pero Litio comenzó a hacer daño. A causar quemaduras, problemas respiratorios, vómitos, debilidad, nauseas y dolores abdominales a su profesor y a las personas que querían apreciar su trabajo; sin olvidar las pequeñas explosiones que causo.

A raíz de eso Litio comenzó a sentirse alejado y algo triste. Mientras la señora balanza sabia que no quedaba mucho de el. El señor lupa y el señor microscopio observaban con claridad la tristeza de Litio. Los hermanos tubo de ensayo y la señora probeta hablaron con el y le explicaron que cada uno de nosotros tiene un propósito y que el de el era único y especial. Pero Litio no se sintió mejor.

No entendía porque si era único y especial hacia tanto daño a las personas y el medio ambiente. El señor lupa le dijo que el tenia un don pero que no podía demostrarlo aquí.

Al cabo de unos días Litio fue removido. Despidiéndose de sus amigos, la señora balanza, el señor microscopio, el señor lupa que siempre estaba observando cosas, la señora probeta y lo hermanos tubo de ensayos fue trasladado a otro laboratorio fuera de Londres.

En su llegada Litio comenzó a sentirse a gusto ya que era un laboratorio con fines químicos solamente. Conocio nuevos compañeros y amigos. El laboratorio estaba preparado con los materiales necesarios para trabajar con el. Así que Litio logro realizar su trabajo con éxito y volvió a sentirse feliz.

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Por Dayana Cuesta Guzmán