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    1 Gilmei Francisco Fleck - Professor Adjunto da UNIOESTE/Cascavel na Graduao e Ps-graduao em Letras nas reas de Literatura e Cultura Hispnicas. Doutor em Letras pelaUNESP/Assis. Vice-lder do grupo de pesquisa Confluncias da Fico, Histria e Memriana Literatura. Coordenador do PELCA: Programa de Ensino de Literatura e Cultura.Coordenador do Projeto de Pesquisa Bsica e Aplicada Gneros ficcionais hbridos damodernidade: outros olhares sobre o passado da Amrica, financiado pela FundaoAraucria. E-mail: [email protected]

    ISSN: 1517-7238Vol. 13 n 252 Sem. 2012

    ESTUDOS DE LINGUAGEM E CULTURA

    p. 389-410

    LITERATURA COMPARADA: VISESTERICAS E PRTICAS DESDE UMA

    PERSPECTIVA BRASILEIRA

    LITERATURA COMPARADA: MIRADASTERICAS Y PRCTICAS DESDE UNA

    PERSPECTIVA BRASILEA

    Gilmei Francisco Fleck 1

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    RESUMEN: Al partir de la institucin de la disciplina Literatura Comparadaen Frana, en las primeras dcadas del siglo XIX, buscamos reflejar en ese textosobre la prctica comparatista bajo sus primeras directrices. Esas directricesestablecan como primordial los estudios sistemticos que buscaban establecerlas relaciones de fuentes, influencias y filiaciones que se revelasen presentes enlas producciones de los grandes literatos, as como las discusiones en rededorde lo que es una literatura individual, nacional y universal.la transposicin de esa prctica al contexto peculiar de Amrica Latina exigiadecuaciones y restructuraciones en esas directrices ya que en ese contextohistrico, poltico, social y cultural post-colonialista la institucin de la disciplinay la prctica que con ella se instala necesitaron de una nueva base terica.Apuntamos, as, algunas de las principales contribuciones de estudiososbrasileos a las nuevas bases tericas que orientan la Literatura Comparada enAmrica Latina, especialmente en Brasil.PALAVRAS CLAVE: Literatura Comparada; Amrica Latina; hibridacin ymestizaje; movimientos de ruptura y transgresin.

    RESUMO: Ao partir da instituio da disciplina Literatura Comparada naFrana, nas primeiras dcadas do sculo XIX, buscamos refletir nesse textosobre a prtica comparatista sob suas primeiras diretrizes. Essas diretrizesestabeleciam como primordial os estudos sistemtico que buscavam estabeleceras relaes de fontes, influncias e filiaes que se revelassem presentes nasprodues dos grandes literatos, assim como as discusses em torno dosconceitos de literatura individual, nacional e universal. A transposio dessaprtica ao contexto peculiar da Amrica Latina exigiu adequaes ereestruturaes nessas diretrizes j que nesse contexto histrico, poltico,social e cultural post-colonialista a instituio da disciplina e a prtica que comela se instala necessitaram de uma nova base terica. Apontamos, assim,algumas das principais contribuies de estudiosos brasileiros s novas basestericas que orientam a Literatura Comparada na Amrica Latina, especialmenteno Brasil.PALAVRAS-CHAVE: Literatura Comparada; Amrica Latina; hibridao emestiagem; movimentos de ruptura e transgresso.

    La implantacin de la disciplina de Literatura Comparada,propiamente dicha, ocurre en Francia, en el siglo XIX (en losaos de 1828, 1830 y 1835), con el trabajo pionero de AbelVillemain, Jean-Jacques Ampre y Phirarte Chasles, que dieroninicio a la enseanza de Literatura Comparada en lasuniversidades francesas. Sin embargo, el hbito de compararya era ejercitado en la Antigedad Clsica. Ese hbito fueconsolidndose como prctica de lectura tambin en el

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    Renacimiento y, en esa poca, las referencias de tal ejercicioeran los clsicos. El pasaje del tiempo hizo de la prctica decomparacin una actividad bastante constante en el siglo XVIIIen el contexto del arte literario impulsado tambin por una seriede cambios que comenzaban a transformar la antigua estructurasocial medieval. Con todo fueron las muchas transformacionesocurridas en las ms diversas reas en el siglo XIX que se hicieronpropulsoras de nuevas necesidades en esa rea y, as, es ste elsiglo, XIX, en el cual la Literatura Comparada se establece comodisciplina acadmica. De ese modo, de una prctica socialdesarrollada a lo largo de varios siglos nace un nuevo campo deestudios que tiene en las producciones artsticas que se vale delinmenso poder representativo del lenguaje y en la explotacinmxima de las metforas su objeto de concentracin.

    En el contexto europeo en el cual naci, La LiteraturaComparada emprendi los primeros estudios sistemticos quebuscaban establecer las relaciones de fuentes, influencias yfiliaciones que se revelasen presentes en las producciones delos grandes literatos, las relaciones de prstamos, as como lasdiscusiones en rededor de lo que es una literatura individual,nacional y universal, en bsqueda an de definir cul sera,pues, el objeto de la nueva disciplina que se enfrentaba en sulabor con la Literatura General, La Historia de la Literatura ycon la Crtica Literaria.

    Luego de la implantacin primera de la disciplina en lasuniversidades francesas, la Literatura Comparada se gan otrosadeptos y, entre los fines del siglo XIX y comienzos del XX, soncreadas las ctedras de Literatura Comparada tambin en Lyon(Joseph Texte), despus en Zurich (Louis Betz) y en Columbia,en 1889. Entretanto, en la mitad del siglo XX, cuando todospensaban ya en la estabilidad de la disciplina LiteraturaComparada es que se dio inicio a uno de los cuestionamientosms intensos, cuyos fundamentos llegan hasta nuestros das: elobjeto y el mtodo de la Literatura Comparada son puestos entela de juicio.

    Es en esa poca que surgen cuestionamientos tales cmo:cul es el objeto de la Literatura Comparada? La comparacin

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    puede ser objeto de una disciplina? Cmo se selecciona el objeto?Se trata de una disciplina o un campo de estudios? Talesintrigantes cuestiones expuestas, en un primero momento porel italiano Benedetto Croce (1949), sobre la esencia misma dela Literatura Comparada (objeto/mtodo), y que atravesaron eltiempo llegando, inclusive, a nuestros das, constituyen latrayectoria terica de la Literatura Comparada. En ese sentido,la estudiosa brasilea de la Literatura Comparada, SandraNitrini, en su obra Literatura Comparada: histria, teora e crtica(2000, p. 19), comenta:

    Una de las tareas ms difciles es delimitar el campo de ladisciplina literatura comparada, pues sus contenidos y objetivoscambian constantemente, de acuerdo con el espacio y el tiempo.Por eso, cualquier tentativa de buscarse su comprensin debecontemplar, necesariamente, al menos, algunos meandros de suhistoria. (Traduccin nuestra)2

    Una buena parte de esas discusiones sobre la historia dela disciplina fue reunida en textos traducidos al portugus pordiferentes expertos y organizados en una publicacin coordenadapor los profesores Tania Franco Carvalhal y Eduardo Coutinho.La lectura de la traduccin de los textos de los diversos estudiososque se preocuparon en responder los cuestionamientoslevantados en el comienzo del siglo pasado, entre otros, reunidosen Literatura Comparada textos fundadores (1994), podedarnos una idea bastante amplia de la dimensin y alcance delas discusiones que se extendieron desde 1902 hasta muyprximo del fin del siglo XX. Ellas envolvieron las cuestionesfundamentales que delinean la naturaleza de la LiteraturaComparada como disciplina. Segn apuntan Carvalhal yCoutinho (1994, p. 7), la lectura de esa reunin de los textoscrticos fundadores de la disciplina no debe ser hecha solamentecon la intencin de conocer las orgenes de la LiteraturaComparada, sino para que se sepa como, gradualmente, y nosin dificultades, ella se fue constituyendo como modalidad2 Todas las citas de los tericos brasileos a lo largo del texto sern traducidas

    por nosotros.

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    particular de los estudios literarios y caracterizndose por laespecificidad de los problemas con los cuales se ocupa. Enellos podemos encontrar las varias definiciones que marcaron laexistencia y persistencia de la Literatura Comparada,comprobndose, as, la profundizacin y la ampliacin de lascuestiones que inquietaron estudiosos comparatistas a lo largode casi un siglo. En las ltimas dcadas tras definidas lasdirectrices de las principales corrientes/escuelas comparatistasprimeras (francesa y norteamericana) y, ms aun, las rupturasde sus delimitaciones otras proposiciones surgieron con elalcance de la Literatura Comparada en el mbito de la AmricaLatina, pues

    [...] los clebres estudios de fuentes e influencias [] serealizaban por una va unilateral. Se trataba de un sistemantidamente jerarquizante, segn el cual un texto fuente oprimario, tomado como referencial en la comparacin, eraenvuelto por un aura de superioridad, mientras el otrocomponente del proceso, enfeudado en la condicin de deudor,era visto con evidente desventaja y relegado a nivel secundario.[...] en el estudio de la Literatura Latinoamericana el texto fuenteera una obra europea, o ms recientemente tambinnorteamericana, la situacin de desigualdad emergente delproceso se explicitada de inmediato. El resultado inevitable erala acentuacin de la dependencia y la ratificacin incontestabledel estado de colonialismo cultural an dominante en elcontinente. (COUTINHO, 2003, p. 19)

    En el contexto latinoamericano, por la peculiaridadhistrica y cultural de nuestro medio, la prctica de LiteraturaComparada necesit adecuarse a las condiciones de unaproduccin con caractersticas distintas de aquellas europeasespacio en el cual la disciplina fue instituida, pero que aqu solose efectuara varias dcadas despus. En ese contexto cabeapuntar que Periquillo Sarniento, de Jos Joaquim Fernndezde Lizardi, publicada en el ao de 1816, en Mxico, es apuntadapor varios estudiosos como la obra introductoria del gneronovelesco en Amrica Latina. se es un hecho que muestra que

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    de cuatro siglos de historia oficial que vivamos en aquel entonces,tres de ellos fueron de prohibicin de ese gnero literario ennuestras tierras. La escritura de esa primera novelalatinoamericana es un hecho que se da a poco ms de unadcada de la institucin de la disciplina Literatura Comparadaen Francia (en 1828), y ms, las primeras nacionesindependientes en Amrica Latina estaban apenasconsolidndose en esa poca.

    No se puede olvidar que para la Literatura Comparadala nocin de Literatura Nacional era bastante importante, puesella fuera desarrollada de forma intensa en el ltimo cuartel delsiglo XVII por los romnticos alemanes, para los cuales talliteratura nacional deba incorporar las caractersticas especficasde una nacin. En Amrica Latina, las Literaturas Nacionalesemergentes tenan una funcin diferenciada en la realidad socio-histrica en que nos encontrbamos en el principio delmovimiento romanticista del comienzo siglo XIX: la construccinde un identidad propio que, en aquel entonces, no saba muybien como lidiar con el hecho de que nuestra base histrico-cultural tiene, al menos, tres races fundamentales: la autctona,la europea y la africana que, juntas, conduciran a lo que hoyaun no se comprende en su totalidad la latinoamericanidad decada una de las naciones independientes en la Amrica antescolonizadas por Portugal y Espaa.

    El contacto imprevisto de Coln con la isla de Guanahan,en el Caribe, en la madrugada del 12 de octubre de 1492, consu naturaleza exuberante en especies de fauna y flora y sushabitantes viviendo en estado natural cuando imaginaba haberalcanzado su gran objetivo de llegar a Cipango o Cathay, fue,sin dudas, marcado por el signo de los equvocos y estos daraninicio a lo que hoy es el complexo fenmeno de lalatinoamericanidad. La llegada de los europeos fue motivo dedoble perplejidad. Durante muchos aos la historia oficial cerrlos ojos para la participacin activa de los autctonos y de losafricanos trados a nuestro continente en los hechos queconstituyeron las naciones hbridas y mestizas que nosconfiguran hoy y el racismo consecuente postergaron que se

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    tomase en cuenta la versin de los vencidos. Ejercer la prcticacomparatista en ese medio requiere que

    [] imaginemos una interpretacin de los hechos teniendo encuenta ese asombro mutuo []. Para los locales, los recinvenidos no eran otra cosa que los asombrosos dioses venidosdel mar en cumplimiento de profecas tan antiguas como las deKukulkn, Quetzalcolt, Viracocha. Con una facilidad que lescostara el genocidio y la dependencia hasta nuestros das lesotorgaron categora divina y aceptaron su mandato con resignadopesimismo (POSSE, 2007, p. 21-24).

    Herederos, pues, de ese pasado de sumisin a losdictmenes europeos que se extendan a todos las reasimaginables, nuestra produccin literaria posee otrosfundamentos, representa otra realidad y si configura a partir deelementos extraos a los considerados normales por el canonoccidental, dominado por el modelo europeo y, en parte, por elnorte americano. Frente a objetos diferenciados la prcticacomparatista latinoamericana tuvo tambin que encontrar suspropias vas de actuacin. Si hasta la dcada de 1970, del sigloXX, se privilegiaba el anlisis descriptivo de las filiaciones einfluencias entre obras, autores y movimientos literarios; unanueva agenda para la disciplina estaba destinada en las prcticascomparatistas latinoamericanas de ah en delante. Eso se explicapor el hecho de que, delante del modelo comparatista europeoque tomaba como fuente de partida del anlisis una obra cannicade su contexto para examinar fuentes e influencias, la produccinlatinoamericana jams alcanzara cualquier valoracin positiva.Conforme expresa el romancista y crtico literario brasileoSilviano Santiago (2000, p. 20-21)

    Tal discurso reduce la creacin de los artistas latinoamericanosa la condicin de obra-parsita, obra que se nutre una de otra,sin nunca agregarle algo de propio; una obra cuya vida es limitaday precaria, aprisionada, que se encuentra sujetada por el brillo ypor el prestigio de la fuente, por el cheje-de-escuela. [...] Lafuente se hace la estrella intangible. [...] El discurso crtico, que

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    habla de las influencias, establece la estrella como nico valorque cuenta. Declarar la falencia de tal mtodo implica en lanecesidad de sustituirlo por otro [...] el cual a su vez, olvidar ynegligenciar la caza a las fuentes y a las influencias, y establecercomo nico valor y criterio la diferencia.

    Bajo esa nueva perspectiva de la valoracin de la diferenciaes que la prctica del comparatismo literario gaa su esencia enel espacio latinoamericano. En nuestro pas, especialmente, ellase hizo un rea de grande inters que tiene producido una seriede estudios relevantes, con destaques para algunosinvestigadores de renombre internacional. Entre ellos destacamosa lo largo de este texto un nmero bastante reducido, una vezque el espacio de abordaje no nos permite la extensin quemerece toda la lista de destacables comparatista brasileos. Deeste modo nos limitamos a comentar algunas de lascontribuciones de Antonio Candido, Tania Franco Carvalhal,Eduardo Coutinho, Zil Bernd, Sandra Nitrini, Silviano Santiago,entre otros, cuyos estudios tienen adquirido resonancia enmuchos pases de Amrica Latina y fuera de ese contextogeogrfico tambin. Adems de esos reconocidos estudiosos,un grupo bastante significativo de profesionales integra el equipode comparatistas en nuestro pas. Destacamos, tambin, a lolargo de este texto el dilogo intenso y fructfero que nuestrosestudiosos buscan establecer con sus compaeroslatinoamericanos. Todos ellos tienen contribuido no solo con elejercicio de la prctica comparatistas pero, y en especial, tambinen reflejar sobre tal prctica insertada en nuestra realidadposcolonial.

    En Brasil, la introduccin de la Literatura Comparada sedio de forma bastante receptiva. Segundo lo que registranPinheiro y Neto (2012, p. 09):

    [...] mismo antes de instalarse definitivamente como disciplinaacadmica y frtil campo de investigacin, intelectuales comoJoo Ribeiro, Augusto Meyer, Otto Maria Carpeaux y EugnioGomes ya la practicaban espontneamente [...]. En 1964, Tassoda Silva sintetiz en Literatura comparada su actuacin como

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    profesor de la disciplina en la entonces Facultad de Filosofa delInstituto Lafayette [...] a partir de los aos 40. [...] Tasso introdujola Literatura Comparada en la universidad brasilea y escribinuestro primero manual sobre la temtica.

    An en relacin a la historia de la institucionalizacin dela disciplina Literatura Comparada en Brasil, nos cabe mencionarla importante actuacin docente de Antonio Candido, en laUniversidad de So Paulo -USP, desde el ao de 1962. Cuandola disciplina ya contaba con ms de un siglo (134 aos) deexistencia en Europa, Candido cre el primer departamentode Teora Literaria y Literatura Comparada en Brasil, dirigiendo,desde entonces, inmeras tesinas de maestra y tesis doctoralesacerca del comparatismo (PINHEIRO; NETO, 2012, p. 09).

    Candido siempre defendi la existencia de una prcticacomparatista entre los brasileos, especialmente al apuntar alos aspectos de la crtica que se vuelven a mostrar que ya en elromanticismo los brasileos defendan que su literatura eradiferente de la portuguesa, a la cual estaban irremediablementevinculados.

    Candido reconoce que las literaturas latinoamericanasson ramificaciones de las literaturas metropolitanas,representando su dependencia cultural. Con todo, segn defiendeel estudioso, al pasar del tiempo, las literaturas de los pasescolonizados en Amrica pasaron a mostrarse ms y msoriginales, posicionndose de forma igualitaria al lado de laeuropea y, as, contribuyendo al universo cultural occidental.Frente a esa realidad, su concepto de influencia no carga elsentido determinista, positivista o colonialista, sino algo que esasimilado recprocamente, no siendo solamente sufrida. Talesproposiciones sern siempre profundizadas por los estudiososbrasileos y van a constituir lo que Silviano Santiago (1982)expresa en su dialctica A pesar de dependiente, universal.

    Para l, solo se puede comprender lo literario comoresultante de una relacin dialctica entre factores internosestructuradores de la obra y factores externos, sociales ehistricos, conforme defiende en su obra Literatura e Sociedade(1965). Su formulacin dialctica, segn la cual la prctica de

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    anlisis de un texto debe ser siempre un movimiento dialcticoentre lo localismo y lo cosmopolitismo, adems de la concepcinde Literatura como un sistema que se relaciona ntimamentecon la sociedad, no lo deja caer en un nacionalismo ingenuo;no ignorando, por tanto, los problemas de influencia, imitaciny copia de la literatura de un pas poltica, econmica yculturalmente dependiente de otros.

    Para la gran mayora de los estudiosos brasileos deLiteratura Comparada, Antonio Candido es visto como elprincipal formulador de un modelo comparatista dialcticoadecuado a la Literatura Brasilea y por extensin a toda laAmrica Latina , aspecto que no slo contribuye para ladelimitacin del campo terico de la disciplina en nuestro pas yentorno cultural, sino, e principalmente, para una serie dereorientaciones de las directrices del comparatismo mundial.

    Tras el pionerismo de Candido, en la dcada de 60 delsiglo XX, la Literatura Comparada, como disciplina, pasa a serreconocida en nuestro pas. En la dcada de los 70, del siglopasado, ella encuentra tambin su espacio en otras universidadesbrasileas especialmente con destaque a las actuaciones de losprofesores Tania Franco Carvalhal y Eduardo Coutinho. Unaimpulsin mayor en el propio campo de estudios comparadosen Brasil ocurre con la creacin de la ABRALIC AsociacinBrasilea de Literatura Comparada , en el ao de 1986, en laUniversidad Federal del Rio Grande do Sul (UFRGS), PortoAlegre. La prctica adoptada por esa asociacin de hacer conque sus Congresos sean itinerantes, movindose por todo elterritorio nacional es un factor esencial para la ampliacin de ladivulgacin de los estudios comparados en nuestro pas. Esogenera los intercambios posibles, y necesarios, entre los diferentesinvestigadores del gran territorio nacional. Desde entonces ladisciplina viene logrando ms y ms espacios, especialmente enlos Programas de Postgrado en toda la extensin de nuestropas.

    Segundo registran Souza y Miranda (1997, p. 40) elperfil de la crtica comparatista en Brasil se delinea por lastransformaciones de conceptos operatorios generados

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    inicialmente por el confronto entre Metrpolis y Colonia, en elmbito de una relacin jerrquica en la cual la cultura brasileaera considerada inferior a la extranjera. El comparatista, enese espacio de actuacin, luego se percata de la importanciaque tiene la trayectoria histrica de nuestras manifestacionesliterarias latinoamericanas y su filiacin a los modelos europeosque imperaran en nuestro territorio por siglos.

    Tal imposicin se centra, especialmente, en el poderpoltico, en la religin, en la lengua y en el sistema de produccin;todas esas son imposiciones que las metrpolis europeas llevarona cabo en nuestro territorio. Conforme a lo que registra SilvianoSantiago (2000, p. 15-16),

    [...] instituir el nombre de Dios equivale a imponer el cdigolingstico en el cual su nombre circula en evidente transparencia[...] de ahora en adelante en la nueva tierra descubierta el cdigolingstico y el cdigo religioso se encuentran ntimamenteconectados [...] En el lgebra del conquistador, la unidad es lanica medida que cuenta. Un solo Dios, un solo Rey, una solaLengua: el verdadero Dios, el verdadero Rey, la verdadera Lengua.

    Tal proceso adviene, sobretodo, de la incapacidad depercibir al otro. (FLECK, 2008, p. 30). Todos esos elementosunos ms y otros menos daran la forma a la nueva etapa de lalatinidad que entonces empezaba su proceso de generacin ennuestras tierras y que, ms tarde, sera acrecida de otras formasque le daran su peculiaridad. Entre los pueblos autctonos deAmrica Latina la palabra europea, pronunciada y borrada deprisa, se perda en su inmaterialidad de voz, y nunca sepetrificaba en signo escrito, nunca consegua instituir en escriturael nombre de la divinidad cristiana. Frente a la nueva situacinque vivan, los nativos slo queran aceptar como moneda decomunicacin la representacin de los acontecimientos narradosoralmente, mientras los conquistadores y misioneros insistanen los beneficios de una conversin milagrosa, hecha por laasimilacin pasiva de la doctrina transmitida oralmente. Instituirel nombre de Dios de esta forma, realmente, equivale a imponerel cdigo lingstico en el cual su nombre es profesado,

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    conforme defiende Santiago (2000). Colocar juntas no slo larepresentacin religiosa sino la lengua europea: tal fue el trabajoal que se dedicaron los jesuitas y los conquistadores a partir dela segunda mitad del siglo XVI en el Brasil y en gran parte delos otros territorios conquistados en Amrica Latina.

    La doctrina religiosa y la lengua europea contaminan elpensamiento salvaje, presentan en el palco el cuerpo humanoperforado por flechas, cuerpo en todo semejante a otros cuerposque, por la causa religiosa, encontraban muerte paralela. Pocoa poco, las representaciones teatrales proponen una substitucindefinitiva e inexorable:

    [] de ahora en adelante, en la tierra descubierta, el cdigolingstico y el cdigo religioso se encuentran ntimamenteligados, gracias a la intransigencia, a la astucia y a la fuerza de losblancos. Con la misma moneda, los indios pierden su lengua y susistema de lo sagrado y reciben a cambio el substituto europeo.Evitar el bilingismo significa evitar el pluralismo religioso ysignifica tambin imponer el poder colonialista. (SANTIAGO,2000, p. 14)

    En el nuevo e incansable movimiento de oposicin demancha racial, de sabotaje de los valores culturales y socialesimpuestos por los conquistadores, una transformacin mayorse opera en la superficie, pero que afecta definitivamente lacorreccin de los dos sistemas principales que contribuyeronpara la propagacin de la cultura occidental entre nosotros: elcdigo lingstico y el cdigo religioso. Esos cdigos pierden suestatuto de pureza y poco a poco se dejan enriquecer por lasnuevas adquisiciones, por pequeas metamorfosis, por extraascorrupciones, que transforman la integridad del Libro Santo ydel Diccionario y de la Gramtica europeos. El elemento hbridoreina. De acuerdo con Zil Bernd (1998, p. 260),

    [] la pregonada dialctica de la americanizacin presupone[] no slo la aceptacin del carcter hbrido de nuestraformacin tnica y cultural, sino tambin la mezcla fundadoracomo generadora de metamorfosis esenciales en cada uno de

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    los grupos implicados. Los cultos afroamericanos, como elcandombl y el vud, fundamentndose en rituales de posesiny de metamorfosis, a travs del trance y sincretizndose con lareligin catlica, metamorfosean la propia situacin de las tresAmricas donde el sincretismo, mestizaje y metamorfosis fueron,a lo largo de estos casi cinco siglos de historia, constantesesenciales.

    Desde esa realidad socio-cultural, surge en nuestras artesel elemento diferenciador. Esa otra realidad que se gest en elespacio latinoamericano fue concebida de forma muy lcidapor el novelista y ensayista venezolano Artur Uslar Pietri (1985,p. 346-347) al mencionar que

    [] la gran poca creadora del mestizaje en Europa ha terminadodesde hace mucho tiempo. Los mitos de su superioridad racial,del pasado histrico, de la pureza de la herencia nacional actuaroncomo frenos y diques empobrecedores. [] En cambio, laAmrica Hispnica es tal vez la nica gran zona abierta en elmundo actual al proceso de mestizaje cultural creador.

    Consciente de esa realidad hbrida y mestiza, los artistasvan haciendo aparecer muchos de los rasgos diferenciadoresde nuestra literatura y tambin de las contribuciones tericas alas nuevas direcciones de las prcticas comparatistas entrenosotros. En ese sentido, en el artculo de significativo ttuloSol de medianoche, publicado en 1945, Oswald de Andradedetectaba por detrs de la Alemania nazi los valores de unidady pureza, y en su estilo tpico comentaba con rara felicidad: laAlemania racista, purista y recordista necesita ser educada pornuestro mulato, por el chino, por el indio ms atrasado delPer o de Mxico, por el africano del Sudn. Es necesario sermezclado de una vez para siempre. En la prctica escriturallatinoamericana la estrategia de la antropofagia revigora ypotencializa una produccin diferenciada que no busca negarla influencia sufrida por los aos de imposicin y sumisin a losmodelos europeos, al contrario, el sujeto latinoamericano se dacuenta que

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    [] es sobre la base de ese mestizaje fecundo y poderosodonde puede afirmarse la personalidad de la Amrica Hispnica,su originalidad y su tarea creadora [] Su vocacin y suoportunidad es la de realizar la nueva etapa de mestizaje culturalque va a ser la de su hora en la historia de la cultura. Todo lo quese aparte de eso ser desviar a la Amrica Latina de su vanatural y negarle su destino manifiesto (USLAR PIETRI, 1985,p. 356-7).

    Mestizaje e hibridacin, entre otros conceptosoperacionales generados en nuestras culturas plurales, pasan,as, a sustituir en las prcticas escriturales latinoamericanas lospreceptos europeos anteriores de unidad y pureza tancelosamente impuestos a nuestras artes. El novelistalatinoamericano pasa entonces a jugar con los signos de otrosescritores, de otras obras, conforme expresa Santiago (2000).De ese modo la rescritura pardica se hace, para ese escritor,un acto de placer, las palabras del otro tienen la particularidadde presentarse como objetos que fascinan sus ojos, sus dedos,y la escritura del segundo texto es en parte la historia de unaexperiencia sensual con el signo extranjero (SANTIAGO, 2000,p, 20). Un nuevo espacio el entre-lugar surge para laproduccin literaria de esos autores. Como defini Santiago(2000, p. 26) es entre el sacrificio y el juego, entre la prisiny la transgresin entre la sumisin al cdigo y a la agresin,entre la obediencia y la rebelin, entre la asimilacin y la expresinall, en ese lugar aparentemente vaco [] se realiza el ritualantropfago de la literatura latinoamericana.

    As, por esa prctica antropofgica de la LiteraturaLatinoamericana, en los estudios comparados

    [] contrariamente a lo que ocurra antes, el texto segundo, enel proceso de la comparacin, no es ms apenas el deudor,sino tambin el responsable por la revitalizacin del siempredesventajosa para el texto segundo, sino el elemento dediferenciacin que este ltimo introduce en el dilogointertextual que establece con el primero. (COUTINHO, 2003,p. 20)

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    Los procesos de hibridacin, en especial, incluyen esoselementos de diferenciacin. Uno de los ejemplos ms visiblesde esa prctica es la valoracin, en la escritura novelsticalatinoamericana, de los elementos de la oralidad oriundos de lasculturas autctonas primeras. En las composiciones hbridaslatinoamericanas se valora la oralidad, como se puede leer en lanovela Vigilia del Almirante (1992), del paraguayo AugustoRoa Bastos, en la cual el narrador, al discutir la imposicin dellenguaje escrito sobre la oralidad ocurrida en este continente,deja claro que sin esa base arcaica de la oralidad ningn otrolenguaje es posible existir. l expresa, tambin, la forma delibertarse de la angustia de la influencia europea para que elpoeta latinoamericano no sea solo un simple repetidorinaugurante, al expresar que es necesario que el poeta []imponga el orden de su espritu a la materia informe de lasrepeticiones, imparta a la voz extraa su propia entonacin y laimpregne con la sustancia de su sangre, rescatando lo propioen lo ajeno. (ROA BASTOS, 1992, p. 123). Ese es, pues, elproceso que revitaliza la obra primera en el juego intertextual omismo pardico de la escritura latinoamericana, y hace afloraralgo nuevo desde la realidad que se traslada al arte literario. Deacuerdo con los registros de Zil Bernd (1998, p. 16-17),

    [] este algo nuevo e imprevisible es la realidad criolla, afirmaGlissant. Segn el poeta y ensayista caribeo, el criollismo exigeque los elementos heterogneos puestos en relacin seintervaloricen, en otra palabras, que no haya degradacin odisminucin en el contacto y en la mezcla. Y por qu la palabracriollismo y no mestizaje? Porque el criollismo es imprevisible,mientras que los efectos del mestizaje son mensurables. Elcriollismo sera, de esta forma, el mestizaje con un valor aadidoque es la imprevisibilidad.

    Frente a las prcticas comparatistas contemporneas ylas teoras que las sostienen, la investigadora brasilea Zil Bernd(1998) no puede dejar de mencionar que es espantosa estaestabilidad y homogeneidad del comparativismo literario francsincluso despus de la revolucionaria contribucin de Bakhtin y

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    de su desdoblamiento en la obra de Julia Kristeva (1969), cuyanocin de intertextualidad, al proponer que todo texto es laabsorcin y la transformacin de otros textos, prcticamenteexplosiona el binarismo reduccionista de una LiteraturaComparada basada en las influencias y en la asociacin. En susestudios, Zil llama la atencin para ele hecho de que laaplicacin de la Literatura Comparada entre textos que emergenen la periferia del sistema literario instituido no es evidente.Merece la reflexin atenta por parte del investigador en el sentidode considerar las especificidades con las cuales se enfrentar(BERND, 1998, p. 23).

    Al comentar que el propsito primero de la LiteraturaComparada era rastrear la fuentes y las influencias que lasliteraturas de tradicin reconocidas habran ejercido sobre otrascon las cuales mantuvieron contacto, Bernd (1998, p. 23) nosacuerda que prcticamente no hubo, hasta hace poco, contactoentre autores antil lanos y/o quebequenses con loslatinoamericanos en general y los brasileos en particular. Es,por lo tanto, lcito preguntarnos cmo tal proyecto comparatistase sustentara. Bernd (1998, p. 18) destaca an el sentidoque el proceso de hibridacin conlleva en el proceso cultural ennuestro continente y aparta ese sentido del posible encubrimientode un cierto imperialismo cultural, listo para apropiarse deelementos de culturas marginadas para reutilizarlas a partir delos paradigmas de aceptabilidad de las culturas hegemnicas.Segundo defiende ella, en nuestro contexto, cuando nosreferimos a hbrido nos queremos referir a

    [] un proceso de resimbolizacin en que la memoria de losobjetos se conserva, y en que la tensin entre elementos disparesgenera nuevos objetos culturales que corresponden a tentativasde traduccin o de inscripcin subversiva de la cultura de origenen otra cultura, entonces estamos delante de un procesofertilizador. (BERND, 1998, p. 18)

    De ese modo Zil Bernd (1998) defiende que lahibridacin en Amrica Latina no es, pues, simplemente unmero fenmeno de superficie que consiste en la mezcla de modos

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    culturales distintos. En la realidad histrica-cultural de las tresAmricas, la hibridacin resulta de un proceso detransculturalidad dada a partir de la interseccin de diferentesespecialidades y temporalidades que encuentran, en un territoriodado, un punto de coexistencia sincrnica (BERND, 1998, p.358). De ese modo, el hbrido resulta de la yuxtaposicin y dela interaccin de diferentes modos culturales, sin la pretensinde constituir un patrimonio estable, alejndose, pues siemprems de los conceptos de unidad y pureza europeos que buscabanuniformizar y homogenizar las manifestaciones culturales ennuestras tierras.

    La autora expone an los niveles en los cuales esasyuxtaposiciones e interacciones suelen ocurrir en nuestrocontinente y menciona como siendo las ms frecuentesexpresiones hbridas de nuestras culturas: a-) la interseccinpopular mtico (mgico/maravilloso) en montajes eruditas; c-)la insercin de la cultura de los mass media y lo popular enmontajes eruditos, sin cualquier pretensin de jerarquizacin;c-) la mezcla de diferentes gneros: ficcin metadiscursiva,ensayo, autobiografa, entrevista, novela histrica, formasteatrales; o de diferentes cdigos semiticos como palabra,dibujo, xilograbados, tcnica de historieta y hasta msica; d-) lametaficcin historiogrfica o parodia postmoderna (cf. LindaHutcheon). Es pues ese proceso de inscripcin subversiva dela cultura de origen en otra cultura, mencionado por Bernd(1998, p. 18) y que equivale a lo que Santiago (2000, p. 16)llama de movimiento de desvo de la norma, activo y destruidorque instituye buena parte del proceso de ruptura con los patroneseuropeos en las Amricas. Para la nuevas nacioneslatinoamericanas es importante resaltar que

    La mayor contribucin de Amrica Latina para la cultura occidentalviene de la destruccin sistemtica de los conceptos de unidady de pureza: estos dos conceptos pierden el contorno exacto desu significado, pierden el peso aplastador, su seal desuperioridad cultural, a la medida que el trabajo de contaminacinde los latinoamericanos se afirma, se muestra ms y ms eficaz.Amrica Latina instituye su lugar en el mapa de la civilizacin

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    occidental gracias al movimiento de desvo de la norma, activo ydestruidor, que transfigura los elementos hechos e inmutablesque los europeos exportaban para el Nuevo Mundo.(SANTIAGO, 2000, p. 16).

    Las estrategias discursivas desconstrucionistas empleadaspor la literatura latinoamericana en esos procesos detransgresin o subversin, amparadas en la valoracin dela cultura oral de los pueblos precolombinos, producen unaliteratura altamente crtica y consciente de su condicin hbrida,mestiza, criolla. Ello es tambin medio de revelar, por la narrativaficcional, la nueva condicin del sujeto mestizo latinoamericano:hoy da los discursos colonizadores que imponan la servidumbrey la sumisin ya pueden ser contestado y sustituidos por todoaquel que en la Amrica Latina reconoce esa su condicin plural,heterognea que nos permite afirmar que [...] no existe unsolo latinoamericano, desde el ro Bravo hasta el Cabo deHornos, que no sea heredero legtimo de todos y cada uno delos aspectos de nuestra tradicin cultural (FUENTES, 1992,p. 11).

    As, la escritura literaria latinoamericana se revela undiscurso polifnico, dialgico, pardico, carnavalizado,intertextualizado, metaficcional en el cual se enfrentan en elespacio escritural, el discurso del conquistador y el discurso delconquistado. Esos discursos dicotomizados son metaforizadosen la narrativa por el contraste intenso de la cultural oralprecolombina reivindicada como condicin primaria de lacomunicacin y la cultura de la escritura impuesta en territorioconquistado y la cual hoy se hace forma y medio de expresinabsorbida por los propios latinoamericanos. En ese nuevocontexto, de acuerdo con Eduardo Coutinho (2003, p. 23)

    [], lo que se caracterizaba como copia imperfecta del modeloinstituido por la cultural central pasa a ser visto como respuestacreativa, y el desvo de norma se valora por la desacralizacinque efecta del objeto artstico. Los criterios hasta entoncesincuestionables de originalidad y anterioridad son lanzados portierra y el valor de la contribucin latinoamericana pasa a residir

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    exactamente en la manera como ella se apropia de las formasliterarias europeas y las transforma, confirindoles nuevo vigor.

    Todo ese pasado comn de sumisin a los patroneseuropeos cre, de acuerdo con Zil Bernd (1998, p. 26), variospuntos de convergencia que resultaron del uso del hipertextocomn en la trayectoria de los pases colonizados en Amricay el lector emprender el desvelamiento de esos puntos a partirde un contrato de lectura que tenga por base la existencia, enlos autores y en las obras, de un sentimiento de americanizado,necesariamente heterogneo, y de una potica americana,necesariamente mltiple e imprevisible. Esa potica americanaa la cual Bernd se refiere y que Edouard Glissant (1995)denomina de Potica de lo diverso, conforme comenta a autora,se articula en las tres Amricas al utilizarse de los puntos deconvergencia. Segnd Bernd (1998, p. 26-27), comoejemplos de esos puntos de convergencia se podra mencionar:

    - resistencia y desafo a los principios de hegemona emanadospor el Centro;- desvo en relacin a las reglas de aceptabilidad y deinteligibilidad instituidas, creando un campo heterodoxo dondesurge una lgica otra. (Por ejemplo, el Realismo Maravilloso/Mgico que al naturalizar lo sobrenatural manifiesta en la tradicinoral americana lo presenta simplemente como otra versin de lahistoria);- aceptacin de la impureza fundadora que preside a la formacinde las literaturas de las tres Amricas, la cual es ahora vista noms como estigma, sino como enriquecimiento, movilidad yabertura dialgica;- imbricamiento del mayor y del menor, quedando el texto literariocomo espacio de interseccin entre las culturas de extraccinerudita y popular, diluyndose las fronteras entre ambas por losprocedimientos de reciclaje y reutilizacin.

    Ese movimiento unnime de los pases latinoamericanosanteriormente sometidos a los preceptos de canon europeoextendieron sus producciones literarias mucho all de lasfronteras de sus naciones y esta tomada de conciencia de los

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    escritores latinoamericanos [] apunta el pasaje de un sistemajerrquico propio de cualquier proceso de colonizacin, calcadoen la dicotoma centro/periferia, para una situacin de equilibrio,basada en un verdadero intercambio. (COUTINHO, 2003, p.24).La prctica comparatista, el anlisis crtico de la produccinliteraria en esa realidad construida sobre las bases del mltiple,del heterogneo, del mezclado y del diverso que configura larealidad latinoamericana sigue por otras veredas que lastradicionales europeas. Por lo que expresa Silviano Santiago(2000, p. 21),

    [] nuestro trabajo crtico se definir antes de todo por elanlisis del uso que el escritor hizo de un texto o de una tcnicaliteraria que pertenece al dominio pblico, de cmo le sacapartido y nuestro anlisis se completar por la descripcin de latcnica que el mismo escritor crea en su movimiento de agresincontra el modelo original, haciendo ceder a las bases que lopropusieron como objeto nico y de reproduccin imposible.

    Es esa posicin consciente de los comparatistas brasileosque a la vez son tambin profesores universitarios, novelistas ycrticos literarios que define las nuevas directrices para el ejerciciode la Literatura Comparada en Brasil y, por lo que Bernd (1998)declara como puntos de convergencia, pueden auxiliar talprctica tambin en la gran mayora de las nacioneshispanoamericanas. Con relacin a la prctica de LiteraturaComparada en todo ese contexto geogrfico,

    Defender la creacin de un discurso crtico propio no significade modo algn rechazar el forneo en una actitud irracional dexenofobia. Se trata, en verdad, de combatir su monopolio y deponer en jaque la Weltanchauung etnocentrista de que l eraportador, sometindolo a una operacin de transculturacin a lamanera de lo que se viene realizando con prstamos literarios.Se trata, en otras palabras, de construir un discurso alternativoque relativice la autoridad del primero y sea capaz de establecerun dilogo franco, plural y en pie de igualdad con aquello.(COUTINHO, 2003, p. 23-24).

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    De esa forma la trayectoria de la teora que sostiene laprctica de Literatura Comparada en Amrica Latina, yespecialmente en Brasil, va construyendo su camino y de esamanera mostrando al mundo que los elementos hbridos,mestizos, criollos, heterogneos, sincrticos de nuestraexpresiones culturales ya no son ms mculas a la calidad de laproduccin sino, que esos mismos elementos diferenciadoresson la esencia misma que hace de nuestras manifestacionesculturales, entre ellas la Literatura, una de las expresiones msricas, ms intensas y ms plurales de la contemporaneidad.

    REFERNCIAS

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