LA ENFERMEDAD DEL TERAPEUTAAnlisis externo del libroEsta obra literaria se encuentra conformada por un total de tres partes, tiene un total de 240 pginas, su encuadernacin es de tapa blanda y sus medidas son de 21x14 cm.Redaccin del reporte La contratransferencia se origina en los conflictos neurticos del analista reactivados por la transferencia del paciente. En su expresin ms radical, es entonces un obstculo que se opone a la atencin flotante, la asociacin libre y a la interpretacin pertinente.Cuando el analista es objeto de la transferencia del paciente se estimula en aquel una respuesta pulsional. A eso se le llama contratransferencia. La contratransferencia est en la base de los efectos indeseables que dificultan la comprensin del paciente. Este representa para el analista un objeto del pasado sobre el que proyecta afectos y deseos infantiles. Las respuestas contratransferenciales sern aquellas que alcancen una intensidad excesiva, las que estn fuertemente teidas de sentimientos sexuales, o agresivos, que revelen deseos infantiles inconscientes.En la contratransferencia se repiten varios elementos de la situacin edipica. En ocasiones el analista ama genitalmente a la paciente y desea ser amado del mismo modo. La odia se ella ama a otro hombre, siente rivalidad y envidia ante este por el placer que comparten.Para entender a la contratransferencia tanto en sus aspectos dinmicos como estructurales se necesita de otros conceptos como la empata, la agresin, la identificacin, la identificacin proyectiva, la identificacin introyectiva y la contraidentificacion proyectiva. Todo analista pretende establecer una relacin emptica con el analizado. La empata depende de una identificacin tentativa con el paciente.La identificacin del analista, y con ella su contratransferencia, se construye en la intersubjetividad de la relacin teraputica y en su propia subjetividad. La intersubjetividad comprende dos sujetos (analista y paciente) cuyo nivel estructural puede ser edipico pero siempre con fijaciones preedipicas.En el momento en que el psicoanalista ha aprendido laboriosamente a evaluar los sntomas de la contratransferencia y consigue controlar todas las complicaciones en sus actos, sus propsitos, incluso sus sentimientos, entonces corre el peligro de caer en el otro extremo, de hacerse excesivamente duro y rechazar demasiado.Desde un punto de vista econmico y estructural el acto de contratransferir, puede ser descrito como la transferencia de una carga, unida a una determinada representacin inconsciente del mdico, hacia otra representacin preconsciente del mismo que corresponde a una percepcin sensorial que est ocurriendo en el presente.El inconsciente del psicoanalista es el que otorga significacin a la interpretacin dotando de sentido al contexto y al acto mismo que se est viviendo en la situacin transferencial.El camino del suceso contratransferencial a la interpretacin debe ser hecho por el preconsciente del teraputa de forma automtica. El psicoanalista se halla dotado en su preconsciente de una especial permeabilidad que es producto de su anlisis personal y de su formacin. De esta manera aparece el emergente espontneo en la atencin flotante, al analista se le ocurre algo sobre el paciente que siempre es una atribucin de sentido en un contexto contratransferencial. La primera intervencin contratransferencial es justamente la eleccin del material a interpretar, eleccin nada objetiva, por supuesto, pero es la comprensin y no la objetividad lo que importa. Puede que lo que se le ha ocurrido sienta que no debe decirlo, eso tambin es un suceso contratranferencial, entonces debe callar y esperar en silencio a que se le ocurra algo que sienta que debe decir.La transferencia en el proceso psicoanaltico va cambiando a travs de la conciencia que acerca de la misma se le brinda al paciente (interpretacin), pero tambin, y sobre todo, va cambiando por la experiencia emocional transformadora que proporciona el terapeuta mediante su contratransferencia. Tal aportacin puede ser espontnea, inconsciente al propio analista, o ser fruto de la comprensin de los sentimientos que le inspira el paciente.El autor Chiozza describe una serie de pasos tcnicos desde la conciencia de lo contratransferido, el psicoanalista va modificando parte de estos sentimientos contratrasnferenciales. En principio tenemos una temtica o drama tpico que plantea el paciente y que se hace presente en el acto de convivencia de la presente sesin. Debemos seleccionar un personaje correspondiente al paciente. A continuacin habr que identificar el modelo transferencial que permita relacionar el papel del paciente con una situacin de su infancia y de su conducta habitual. De manera recproca deberemos interpretar nuestra contratransferencia, pero teniendo en cuenta que el personaje que contratransferimos no solo corresponde al transferido por el paciente sino que tambin est relacionado con una situacin de nuestra infancia.Todo psicoanlisis de un vinculo se realiza siempre con una coincidencia de los puntos de urgencia propios del paciente y su psicoanalista. Reconsideramos ahora el drama inicial y vemos si continuamos pensando que esa es la temtica clase o es otra, y, de la misma manera, si seguimos, el paciente y nosotros, ocupando los papeles antes asignados. A menudo descubriremos que la primera transferencia-contratransferencia era resistencial y ocultaba otra a veces invertida. De esta manera, nos convertimos en un personaje inesperado dentro del drama que el paciente habitualmente repite inconscientemente, tal personaje puede aportar la experiencia emocional transformadora.A partir de aqu, con todo lo aprendido, tenemos que enriquecer la temtica planteada comunicando verbalmente nuestra interpretacin del drama. Para ello utilizamos exclusivamente los personajes de la situacin narrada por el paciente, evitando, al menos de momento, explicitar el vnculo entre paciente y terapeuta.Una primer forma de abordar la interpretacin de la transferencia consiste en interpretar lo que sucede en la vida del paciente y no lo que sucede en el aqu y ahora de la sesin. Una segunda forma, consiste en interpretar l transferencia explcitamente desde el principio, por tanto, denotar en el enunciado verbal la persona del terapeuta. Chiozza plantea una tercera que llama interpretacin analtica en silencio y que aconseja utilizar siempre al analista cuando interpreta la transferencia. Es decir, ante el relato del paciente, el terapeuta debe pensar que lo que ha dicho aquel tiene que ver con l. Pero al formular la interpretacin se debe utilizar un lenguaje indirecto, no debe el psicoanalista referirse a s mismo para aludir a la transferencia sino a los personajes que han aparecido en el relato del paciente.

REFERENCIA BIBLIOGRFICACaparrs, N., & Sanfeliu, I. (2006). La enfermedad terapeutica: hacia una teora de la contratransferencia. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva.