aproximaciones a la carta de pero vaz de caminha al rey d. manuel sobre el descubrimiento de brasil

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Estudio sobre la carta de Pero Vaz de Caminha

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  • II. NOTAS

    APROXIMACIONES A LA CARTA DE PERO VAZ DECAMINHA1 AL REY D. MANUEL SOBRE EL

    DESCUBRIMIENTO2 DE BRASIL

    Sarissa CarneiroUniversidad de Chile

    La carta de Caminha ha sido definida como acta o certificado de nacimiento de Bra-sil 3. Escrita en mayo de 1500, no fue publicada sino hasta 1817, en Corografa braslica,de Aires de Casal. Hasta esa fecha, y en concordancia con la praxis portuguesa del

    1 Una versin abreviada de la carta, traducida al castellano, se puede encontrar en Anto-loga general de la literatura brasilea. Compilacin y traduccin de Bella Jozef. Mxico:Fondo de Cultura Econmica, 1995. Para su lectura en el original, recomendamos las edi-ciones de Castro, Silvio, A carta de Pero Vaz de Caminha. Porto Alegre: L&PM, 2000; y laya clsica de Corteso, Jaime, Carta de Pero Vaz de Caminha. So Paulo: Martn Claret,2002.

    2 El empleo de este trmino podra resultar conflictivo por varios motivos, pero dosresultan fundamentales: en primer lugar, en portugus, Caminha se refiere a achamento yno a descobrimento. La diferencia moderna entre los dos verbos (se descubre aquello queera desconocido mientras que se halla lo que se busca) dio lugar a una extensa discusinacerca de la intencionalidad del descubrimiento de Brasil. Esta hiptesis se opona al carc-ter casual del descubrimiento nunca antes cuestionado en ms de trescientos aos de histo-ria. Corteso disip toda duda con sus investigaciones filolgicas que demuestran el carc-ter sinonmico de ambos trminos en el siglo XVI. As, Caminha anuncia a D. Manuel eldescubrimiento de una tierra nueva, de la cual no tenan noticia y que corresponda al reinoportugus. En segundo lugar, sabemos que los portugueses no son los primeros europeos enpisar suelo brasileo... entre los precursores de ese descubrimiento estn personajes comoVicente Ynez Pinzn (c. 1461-1514), navegante y descubridor espaol, que estuvo en tie-rra brasilea en enero de 1500, tres meses antes que la flota de Cabral.

    3 Esta feliz expresin de Capistrano de Abreu, en palabras de H. B. Johnson, es ocu-pada por otros autores contemporneos, como Darcy Ribeiro, Bella Jozef, Luciana StegagnoPicchio y Alfredo Bosi.

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    sigilo, haba permanecido encerrada en los archivos de la Torre do Tombo, donde seencuentra hasta el da de hoy el original enviado al rey. Sale a la luz, pues, gracias auna copia trada a Ro de Janeiro en 1808, fecha en que la corte portuguesa se trasladaa Brasil.

    Su importancia para las letras brasileas y para la cultura en general ha sido subra-yada por diversos autores. As, para Sergio Buarque de Holanda, la carta de Caminhaes incomparablemente, el ms valioso de los testimonios que nos quedaron de testi-gos directos del descubrimiento 4. Su valor radica no solo en su carcter testimonial(y en la importancia histrica de ste) sino tambin en su aspecto fundacional, encuanto captacin de una visin inaugural de la realidad del Brasil. En relacin con lagnesis de una idea de Brasil, autores como Silvio Castro5 han visto en Caminha a unprecursor de la mitologa cultural relacionada con lo brasileo; para el autor, ya seencuentran, en la carta de Caminha, casi todos los temas de la mitologa cultural deuna Europa que apenas haba salido de los contrastes de la Edad Media.

    Wilson Martins seala, por su parte, que la carta de Pero Vaz de Caminha iniciaentre nosotros la literatura del conocimiento de la tierra y es, por lo mismo, el prime-ro y eminente documento de una inagotable brasiliana y parece haber sido el prelu-dio comn a toda cosa escrita brasilea6. En trminos similares, Luciana Stegagno-Picchio sostiene que la literatura del descubrimiento, de la cual la carta de Caminha esuno de los documentos ms fascinantes, ser el paradigma constante de toda futuraaccin literaria brasilea7. A lo largo de la historia literaria de Brasil, distintos escri-tores y en especial los contemporneos, modernistas8 han vuelto a la carta de Caminhaen busca de material potico para sus obras. En ese sentido, autores como AlfredoBosi han visto en esa relectura y hasta glosa, el inters oblicuamente esttico detextos como ste.

    4 En Ab Saber, Aziz N. et al., A poca colonial. Vol. I, Do descobrimento expansoterritorial. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 1997. Aqu, como en todas las dems citas, latraduccin es ma.

    5 Castro, Silvio, Gnese da idia de Brasil, en Coutinho, Afranio. A literatura noBrasil. Vol. I, So Paulo: Global, 1997.

    6 Martins, Wilson, Formao e desenvolvimento da lngua nacional, en Coutinho,Afranio. op. cit., p. 233

    7 Stegagno-Picchio, Luciana, Histria da literatura do Brasil. Rio de Janeiro: NovaAguilar, 1997, pp. 73-86.

    8 Como seala Aderaldo Castello en su A literatura brasileira, la carta de Caminha,desde que fue descubierta por los modernistas, dej de ser slo un documento histrico (p.55).

  • Aproximaciones a la carta de Pero Vaz de Caminha... 107

    ALGUNOS ASPECTOS HISTRICOS QUE DEBEN CONSIDERARSE

    Al terminar su carta, Caminha la firma hoy, primero de mayo de 1500. La cartallegara no mucho tiempo despus a las manos del rey, con la nave de bastimentosenviada a Portugal para dar la noticia del descubrimiento reciente. El autor, en cam-bio, no volver jams a la Pennsula. Tras el breve paso por Brasil, debe cumplir sumisin original: ser el escribano de la factora que construir posteriormente Pedrolvares Cabral en Calicut (actual Kozhikode). Poco tiempo despus de su llegada a laIndia, Caminha muere en un enfrentamiento con comerciantes moros, el 16 de diciem-bre de 1500. Pasa a la historia, pues, el escribano, no por actos heroicos, o comociudadano notable de O Porto y caballero de Alfonso V, Juan II y Manuel I comosostiene Jos Honorio Rodrguez 9 acerca de su biografa sino por su escritura, poresa mirada inaugural registrada con sensibilidad y gracia. Su participacin en el des-cubrimiento de Brasil es sobre todo sa, escribirlo.

    Antes de entrar a la consideracin de ciertos aspectos del texto mismo, convienerecordar algunas circunstancias histricas que rodean el descubrimiento de Brasil comosituacin de produccin de este discurso.

    Caminha escribe su carta como escribano de la flota de Pedro lvares Cabral.Dicha flota parta con destino a Calicut con el objetivo de establecer de modo defini-tivo el comercio con Oriente. Como seala Buarque de Holanda 10, la flota de Cabral,con trece velas, aproximadamente 1500 soldados y marineros ilustres como BartolomeuDias y Nicolau Coelho, era la ms aparatosa entre todas las que haban dejado elreino hasta entonces en la demanda de parajes tan lejanos.

    En esta expedicin, Cabral comanda una empresa que tendr dos logros funda-mentales: por un lado, con la instalacin del puerto comercial en Calicut, se alcanzafinalmente el objetivo ltimo de las bsquedas ultramarinas iniciadas muchsimo an-tes: el dominio comercial de las riquezas de Oriente; por otro, con el descubrimientode Brasil, toma posesin de un mundo nuevo para los portugueses.

    La poltica de expansin ultramarina se inaugura, en Portugal, con D. Joo I, conla expedicin a Ceuta en 1415. Para H. B. Johnson, la conquista portuguesa de Ceutapuede interpretarse como el resultado de una bsqueda de botines y de nuevas fuentesde renta a la cual se lanz la nobleza de ese momento11.

    9 Para la biografa de Pero Vaz de Caminha vase DICIONRIO DO BRASIL COLO-NIAL, Ronaldo Vainfas (dir). Rio de Janeiro: Objetiva, 2000.

    10 Buarque de Holanda, Srgio, O descobrimento do Brasil, en Ab Saber, Aziz N. etal. A poca colonial. Vol. I. Do descobrimento expanso territorial. Rio de Janeiro: BertrandBrasil, 1997.

    11 Johnson, H. B., A colonizao portuguesa do Brasil, 1500-1580, en Bethell, Leslie(org.), Amrica Latina Colonial. Tomo I, So Paulo: Edusp, 1999.

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    Tres aos despus de la conquista de Ceuta, Portugal inicia la ocupacin del archi-pilago de Madeira. Poco despus intentar dominar Canarias, sin mucho xito, puesel dominio de stas pas gradualmente a los castellanos. A partir de 1439, los lusita-nos colonizarn Azores e iniciarn en 1456 la explotacin de Cabo Verde.

    Cuando en 1434, Gil Eanes pasa el cabo de Bojador, marca una nueva etapa en elreconocimiento de la costa de frica12. En 1441, los portugueses llegan al cabo Blan-co y los grandes cambios verificados en el arte nutico durante la segunda mitad delsiglo XV llevan a pensar en la posibilidad de llegar a tierras de Oriente costeando elcontinente africano. A partir de 1482, los descubrimientos siguen ahora en ritmo ace-lerado. Diogo Cam, que parte de Portugal en 1482, llega al Cabo del Lobo (Cabo deSanta Mara). Continuando los esfuerzos de Diogo Cam, Bartolomeu Dias llega hastael Cabo de Buena Esperanza (bautizado originalmente como Cabo de las Tormentas) ypenetra en el Ocano ndico. En 1497, sale la expedicin de Vasco da Gama que, alfinal del mismo ao, cruza el cabo de Buena Esperanza y en mayo llega a Calicut. Sealcanzaba finalmente la gran meta de la expansin martima lusitana. Portugal entra encontacto directo con la regin de las especiaras, del oro y las piedras preciosas. Y esaes la conquista cantada por Cames en su Os Lusadas en 1572, cuando ya gran partede gloria lusitana entraba en decadencia.

    El segundo viaje a la India estar comandado por lvares Cabral, quien sigue laruta de Vasco da Gama, por Canarias hasta Cabo Verde, pero es desviado hacia eloeste por vientos del Atlntico, y llega a tierras desconocidas el 22 de abril de 1500.Esa tierra corresponda, segn lo acordado por D. Joo II y los Reyes Catlicos en elTratado de Tordesillas (1494), al reino portugus.

    En ese contexto, en pleno desarrollo del trfico martimo con Oriente, el descubri-miento de Brasil o su posesin oficial fue, en palabras de Werneck Sodr13, apenasun accidente. En ese sentido, el abandono inicial en que estuvo la tierra de Santa Cruzse debe a que Oriente, gracias a su desarrollo tena productos para ofrecer al trfico,mientras que Amrica no los tena o los que tena no eran conocidos y procurados, ocarecan de valor. Como sealan S. Schwartz y J. Lockhart, la principal diferencia dela colonizacin brasilea, en relacin con el resto de Amrica Latina, tiene que ver conel esfuerzo continuo y simultneo de los portugueses en Asia: para Espaa, Amricaera el principal blanco de expansin colonial; para Portugal, no14.

    As, tras un perodo de descubrimiento y reconocimiento (1500-1502), Brasil pasapor un perodo de factoras (hasta 1534). Los tres primeros aos, la corona arrienda latierra a un grupo de comerciantes y recupera en 1506 el control directo instalandofactoras reales.

    12 Buarque de Holanda, Sergio, op. cit., p. 28.13 Werneck Sodr, Nelson, Histria da Literatura Brasileira (seus fundamentos

    econmicos). Rio de Janeiro: Jos Olimpio, 1960.14 Schwartz, S. y Lockhart, J., A Amrica Latina na poca colonial. Rio de Janeiro:

    Civilizao brasileira, 2002.

  • Aproximaciones a la carta de Pero Vaz de Caminha... 109

    Cuando Caminha escribe su carta tiene como presupuesto toda esta situacin. Enapariencia, esta tierra no tiene riquezas inmediatas como Oriente, de modo que elvalor prctico que puede tener es el ser posada para esta navegacin de Calicut. Estodice el Caminha prctico. El Caminha humanista y cristiano aadir que el mejorfruto que en ella puede darse es salvar a esta gente. Lo primero es casi proftico,hasta que las riquezas reales o imaginarias de Oriente dejen de entretener todas lasimaginaciones, la tierra de Vera Cruz sera poco ms que una posada en el camino dela India, seala Buarque de Holanda. En cuanto a la actividad evangelizadora (justi-ficacin ideolgica de la conquista), no se iniciar sino hasta 1549, fecha en que lle-gan los primeros jesuitas a Brasil, como parte de un plan colonizador. La conversinpacfica, rpida y sencilla que pronosticaba Caminha en su carta, nunca se dio, porcierto.

    UNA CARTA AL REY

    Caminha escribe para informar al rey. Y lo hace no solo como escribano de laarmada de Cabral sino tambin como testigo de una realidad nueva y sorprendente quequiere retratar. De ese modo, aunque en las ltimas lneas parece definir su carta comoparte de este cargo que llevo, otras expresiones hacen dudar del carcter obligatoriode su escritura: as, por ejemplo, empieza su carta diciendo que, ya que el capitnmayor y los dems capitanes han escrito al rey sobre el descubrimiento de esta nuevatierra, tampoco yo dejar de dar cuenta de eso a Vuestro Alteza.

    As, la carta da cuenta, informa, por el deseo de deciros todo, aunque tambincomo cumplimiento de un cargo, como servicio. De hecho, a modo de reconoci-miento de dicho servicio, Caminha pide al rey la singular merced de que perdone asu yerno, Jorge Osorio quien se encuentra desterrado por orden del rey en la isla deSo Tom.

    En el gesto de dar cuenta, Caminha muestra varias preocupaciones que tienenrelacin con el acto de la escritura. Al principio de la carta, Caminha se disculpa por suignorancia y se dice el menos indicado para escribir la noticia del descubrimiento.Luego advierte, sin embargo, que esa ignorancia no le impedir que narre sino sololo que vi y me pareci. El escribano promete, as, veracidad y exactitud; y la conti-gidad semntica de estos trminos ver y parecer ser problematizada en mlti-ples ocasiones en que lo que se dice se relativiza por ser una interpretacin de larealidad y no un mero registro de ella. As, los gestos de los indgenas son explicadoscon el me pareci o nos pareci, ante lo cual se advierte que eso lo entendamosas porque lo desebamos.

    Tambin la extensin es motivo de preocupacin para Caminha. El escribano sedisculpa por haber escrito una carta tan larga, y explica que el deseo de decirlo todo,me hizo ponerlo as, en detalle. En otras ocasiones har comentarios, o introductorioscomo creo, Seor, que no he dado cuenta todava de... o conclusivos como y as,este da no hubo ms cosas para escribir. En sntesis, el dar informacin, el dar cuenta,ac va unido a una reflexin sobre la escritura misma. Cabe recordar, en ese sentido, queel estudio paleogrfico que hace Jaime Corteso de la carta de Caminha permite definir

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    a Pero Vaz como escribano profesional, lo que equivale, hasta cierto punto a decirescritor; no se trata, pues lo que tiene relevancia de un escribano de factora o de uncronista histrico improvisado15.

    Por otra parte, la relacin establecida entre el enunciante y el destinatario es, sinduda, una relacin jerrquica. Caminha se dirige a la mxima autoridad, al rey. Resul-ta interesante recordar que D. Manuel I (destinatario de la carta de Caminha) tambinllamado Manuel I el Afortunado o el Grande (1469-1521), protagoniza lo que se hallamado la poca dorada de la historia portuguesa. Durante su reinado, se lleg final-mente a la India y se establecieron adems, relaciones comerciales con Persia y China.Manuel I tena, adems, un gran celo religioso lo que lo llev, entre otras cosas, aexpulsar a los judos de Portugal entre 1497 y 1498.

    Abundan, pues, en la carta, expresiones de mxima admiracin y respeto: el queinicia con Seor termina con Beso las manos de Vuestra Alteza, y a lo largo deltexto se repiten expresiones como Vuestra Majestad, Vuestra Alteza, Seor, y aveces se emplea el pronombre en tercera persona (Ella) como signo de distancia ysubordinacin. Sin embargo, este mximo respeto, esta sumisin total, ocultan a un yoque, hacia el final de la carta, se eleva gracias al poder que le confiere el conocimien-to, la informacin y la experiencia que tiene ahora de este mundo (y que el monarca notiene) y que asciende desde la categora de mero informante a la de consejero. Y esose hace evidente en el uso del verbo deber: el autor, en ms de una ocasin dice qudebe hacer el rey y cmo. Esto se da fundamentalmente en relacin con el tema de lanecesidad de evangelizar a los indgenas de esta tierra recin descubierta. Frases comostas son significativas: Vuestra Alteza, que tanto desea aumentar nuestra santa fecatlica, debe preocuparse de su salvacin y apreciar que con poco trabajo sea as;el mejor fruto que en ella (esta tierra) puede darse me parece que ser salvar a estagente, y esta debe ser la principal semilla que Vuestra Alteza en ella debe lanzar.

    Se podra decir que el consejero eleva su voz apoyndose no solo en el conoci-miento y la experiencia adquirida sino tambin en la realidad trascendente que stainvoca. El tema de la evangelizacin, como tema de fe, invoca un solo ser superior atodos los mortales: Dios.

    EN LA TIERRA DE VERA CRUZ...

    En la carta de Caminha se relata, con bastante detalle, la estancia de los portugueses enesa tierra que en esta navegacin se encontr. El relato se ordena de tal manera quela carta adquiere rasgos de diario: se cuenta lo que pas en cada da, desde el 21 deabril, da en que vieron la tierra, hasta el primero de mayo de 1500, ltimo da de suestancia en Vera Cruz, ya que al da siguiente retoman el viaje original hacia la India.

    15 Corteso, Jaime, Estudo paleogrfico e transcrio da carta, en Caminha, Pero Vaz.Carta de Pero Vaz de Caminha. So Paulo: Martn Claret, 2002, p. 17.

  • Aproximaciones a la carta de Pero Vaz de Caminha... 111

    Se percibe una escritura no continua, sino trazada en das consecutivos (no hay un soloayer en el texto y algunas ideas como por ejemplo me hace presumir que no tienencasas, ms adelante se corrigen a la luz de nuevas experiencias). De ese modo, Caminhainstala su carta en la tradicin de los relatos de viaje, gnero que en Portugal adquirila forma de memorial y de diario a mediados del siglo XV. Textos importantes en esesentido son el de Zurara y el de Alvise da Ca da Mosto16.

    Los hechos narrados en la carta son, en sntesis, los siguientes: el 21 de abril venseales de tierra y echan anclas. Al da siguiente (22 de abril) a la diez de la maana,enfrente a la boca de un ro, se da el primer encuentro con los habitantes de esta tierra:siete u ocho hombres. En ese primer encuentro, no hubo habla por el ruido del mar,pero tiene lugar el primer intercambio de objetos entre europeos e indgenas. El vier-nes 24 se van en direccin al norte en busca de un lugar ms seguro. Diez leguas msal norte encuentran un arrecife con un puerto adentro. Afonso Lopes entra al puertocon una canoa y trae a la nave a dos hombres de la tierra. Los dos indgenas sonrecibidos esa noche con mucho placer y fiesta en la nave del capitn. El sbado 25,Nicolau Coelho y Bartolomeu Dias van a la tierra y llevan a los dos hombres. Esemismo sbado se hace el primer intento de dejar a un exiliado portugus entre losindgenas para obtener informacin. El desterrado va, pero luego vuelve a pedido delos mismo indgenas. Los portugueses hacen un breve paseo a una isla, all descansanun poco y luego vuelven a sus naves. El domingo de Pascueta (26 de abril) celebranmisa en la isla del da anterior, se encuentran por cuarta vez con los indgenas, vuelvena sus naves y comen. El mismo domingo hay una reunin entre capitanes (a la cual esllamado Pero Vaz) para discutir cmo se mandara la noticia del descubrimiento aPortugal. Entonces deciden dejar a los exiliados en esta tierra y enviar la noticia en lanave de bastimentos. En un quinto encuentro con los indgenas, hay un nuevo intentode envo del desterrado tambin frustrado porque vuelve. El lunes 27, despus decomer, salen a la tierra a tomar agua y all ven a muchos indgenas. Un tercer intentocon los desterrados, que ahora van dos, acompaados adems de Afonso Ribero yDiogo Dias. La embajada es frustrada, todos vuelven a la nave. El martes 28 van a latierra a hacer la guardia de la lea y a lavar ropa. En un sexto encuentro con losindgenas, hacen la cruz que se dejar en la tierra el viernes antes de partir. Un cuartoenvo del exiliado es nuevamente frustrado. Regresan todos a las naves con la lea quecargan, no sin la ayuda de los indgenas. El mircoles 29, descargan el navo debastimentos; Sancho de Tovar va a la playa y trae a dos hombres principales (indgenas)a la nave. El jueves van a la tierra a buscar ms agua y ms lea. A la playa lleganhasta 400 indgenas. Los portugueses besan la cruz que haban hecho e invitan a losindgenas a que los imiten. Traen a cinco de ellos a las naves. El viernes primero de

    16 Silvio Castro y Luciana Stegagno-Picchio sealan algunas caractersticas (adems dela forma de diario) propias de ese gnero presentes en la carta de Caminha; para Castro,ellas son: atencin por los detalles, valoracin de la realidad y lo objetivo, sinceridad ysimplicidad del proceso narrativo, inteligente apertura para el mundo, equilibrio de los con-ceptos crticos, capacidad constante para maravillarse.

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    mayo hacen el lugar para colocar la cruz, la traen en una especie de procesin; seencuentran con los indgenas octavo encuentro quienes ayudan a cargar la cruz.Arman un altar delante de sta y el Padre Enrique celebra misa. Acabada la misa sevan a las naves y el capitn trae a la nave a dos indgenas de los que haban estado enmisa. Caminha firma su carta el viernes; al da siguiente partiran.

    De los hechos narrados se desprende que la toma de posesin oficial de la tierraera una meta secundaria para la armada de Cabral. Al contrario de Coln, quien tomaposesin de todas las islas que encuentra a nombre de sus altezas con pregn y ban-dera real extendida acto que se legitima al no ser contradicho y que incluso dejahecha una fortaleza en la Villa de Navidad, lvares Cabral se contenta con cuatrogestos fundamentales de apropiacin: el bautismo del territorio, la celebracin de lasdos misas, la colocacin de la cruz y el abandono de los desterrados en la tierra paraque obtengan informacin sobre el lugar. Los dems actos de la armada sonexploratorios. Al llegar a la tierra descubierta, interesa sobre todo averiguar qu rique-zas tiene: se es el sentido del interrogatorio al que son sometidos los dos huspedesen la nave del capitn. Los primeros acercamientos a la tierra, protagonizados porNicolau Coelho, Afonso Lopes, Bartolomeu Dias y el propio Caminha, son lentos yprudentes, tienen como objetivo sondear el lugar encontrado, obedecen a los planesestratgicos y diplomticos de la armada. El capitn no saldr de su nave hasta elsbado y no pisar la tierra hasta el domingo. Ese mismo da, en reunin con los demscapitanes (ntese el carcter colectivo de la empresa, a diferencia de lo protagonizadopor Coln), se deciden todos los pasos que van a dar hasta su partida hacia la India:enviar la noticia con la nave de bastimentos y dejar a los dos desterrados en la tierra envez de secuestrar a algn indgena.

    Los hechos narrados por Caminha carecen, adems, de cualquier aureola pica. Adiferencia de Coln, quien habla reiteradamente de la gran victoria de su viaje, vic-toria de cosas que parecen imposibles, Caminha narra el descubrimiento de la Tierrade Vera Cruz sin acudir a los ropajes de la gloria. En relacin con esto, elprovidencialismo, que en el discurso colombino aparece como origen indudable de lavictoria, est prcticamente ausente en el discurso de Caminha. Una sola vez, y muytmidamente, cuando el escribano argumenta a favor de la evangelizacin de los ind-genas, dice que el Seor nos trajo hasta ac y creo que no fue sin causa. Resultainteresante recordar, con Odil Jos de Oliveira Filho, que cuando Caminha escribe sucarta, los supuestos ideales religiosos del expansionismo portugus ya revelaban msclaramente su sustrato mercantil, de ah la incongruencia que asuma el proyectoevangelizador ante los verdaderos intereses de la corona, todo lo cual permite sospe-char que las preocupaciones religiosas de Caminha esconden, en el fondo, un irrepri-mible deseo de ennoblecimiento social que convierte, adems, en pura ideologa lasconvicciones religiosas de la aristocracia17.

    17 Oliveira Filho, Odil Jos de, Projetos de promisso: a literatura da expanso ultra-marina portuguesa no Brasil (sculo XVI), en Revista de Letras. So Paulo, 39:37-48,1999.

  • Aproximaciones a la carta de Pero Vaz de Caminha... 113

    VISIN DEL PARASO?

    Al avistar tierra qu ven? (...) un monte grande, muy alto y redondo y otras sierrasms bajas al sur de ste, y tierra plana con grandes arboledas (...). Ante lo desconoci-do que se tiene, sin embargo, como propio, se reacciona con gestos de apropiacin. Elprimero de ellos, al igual que en Coln, es el bautismo de este mundo. Al monte alto,el capitn le puso Monte Pascoal, y a la tierra, Terra da Vera Cruz. Los nombreselegidos nos sitan en un clima de Pascua (Pascueta, en realidad) que estar presenteen toda la estancia en Vera Cruz: dos misas, la construccin de la cruz, una procesin...

    La mirada inaugural de Pero Vaz se centra mucho ms en el hombre que en latierra encontrada. El eje central de su discurso descansa en el aspecto humano de esteencuentro. Sin embargo, las pocas menciones a la tierra misma resultan muy significa-tivas: llena de arboledas, de un lado al otro, una playa muy plana y muy hermosa, elinterior parece, desde el mar, muy grande, es una tierra de muy buenos aires, fros ytemplados como los de Entre-Doiro-e-Minho... aguas muchas, infinitas y si se laquiere aprovechar, por sus aguas todo en ella se dar bien. Adems, en ella hay muybuenos palmitos y al parecer muchos papagayos, algunos verdes, otros pardos, gran-des y pequeos. Descripciones como stas parecen haber sustentado la idea de unaparte de la crtica que ha visto en Caminha al iniciador del ufanismo. Segn esaopinin, Caminha inaugura una tradicin de alabanza de la tierra, una tierra que lotiene todo, tierra de la abundancia, tierra de bellezas. Oliveiros Litrento, por ejemplo,habla de la carta de Caminha como la expresin del deslumbramiento tropical18. Sicomparamos las descripciones hiperblicas de Coln, como las montaas altsimas,sin comparacin de la isla de Tenerife, todas fermossimas, de mil hechuras, y todasandables y llenas de rboles de mil maneras y altas... con las de Caminha, vemos lamoderacin del escribano portugus ante una realidad que sin duda debi parecerleexuberante. Adems, si bien por un lado Caminha advierte las bellezas y riquezas deesta tierra, reconoce, por otro, que en ese momento inicial no se han visto riquezasinmediatas aprovechables (hasta ahora no hemos podido saber si hay oro, ni plata, nicosa alguna de metal, ni hierro hemos visto) y que la mayor riqueza de esta tierrasera, en verdad, la posibilidad de evangelizar a su gente.

    Otra idea ampliamente divulgada por la crtica tiene relacin con la carta de Caminhacomo visin del paraso. Desde que Srgio Buarque de Holanda public su Viso doparaso. Os motivos ednicos no descobrimento e colonizao do Brasil, en 1959,distintos autores han estudiado la carta de Caminha como ejemplo de esa visinparadisaca. Silvio Castro, por ejemplo, la define como exaltacin mtica del parasoterrestre finalmente encontrado19, una visin del paraso, donde no importa si existe

    18 Litrento, Oliveiros, Apresentao da literatura brasileira. Tomo I. Biblioteca doExrcito, Editora e Forense Universitria, 1974, p. 21.

    19 Castro, Silvio, Gnese da idia de Brasil, en Coutinho, Afranio, A literatura noBrasil. Vol. I, So Paulo: Global, 1997.

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    el oro o la plata o piedras preciosas. Ya la felicidad simple de los sentidos esclarece alos hombres que el paraso existe. En l todo ser posible20. Tambin Stegagno-Picchio ve elementos en el texto que lo definen como visin del paraso: la abundan-cia de rboles, la variedad de aves, el mito del buen salvaje, el mito de la feminidadextica e inocente, el mito propaganda de catequesis21. Cabe recordar, en ese sentido,que el mismo Buarque de Holanda jams habl de la carta de Caminha en esos trmi-nos: para el autor de Visin del paraso, los escritos portugueses del siglo XVI aborda-ron el Nuevo Mundo con pedestre realismo y el particularismo propios del artemedieval, contrarios, casi siempre, a las inducciones audaces y las delirantesimaginaciones22 propias ms bien del mundo legendario nacido en las conquistascastellanas23. El xtasis ante una vegetacin siempre verde, la variedad y extraezade la fauna, la bondad de los aires y la simplicidad e inocencia de la gente que fascinaa Caminha sugiere una imagen de paraso terrenal a lo ms como metfora, comosugerencia metafrica y no como una idea fija, como en Coln y en general en laactividad de los conquistadores en la Indias de Castilla.

    Por otro lado, para autores como Silvio Castro lo paradisaco se relaciona con unprimer encuentro entre portugueses e indgenas marcado por la armona y la paz, poruna serena amorvel relao, que se perder con el proyecto colonizador e imperia-lista. Creemos, con Guillermo Giucci, que postular a una imagen buclica inicial deVera Cruz, en oposicin a la barbarie posterior, significa partir de una lectura inco-rrecta de la naturaleza del primer encuentro entre portugueses y tupiniquins24. ParaGiucci, el carcter pacfico y transitorio de ese primer contacto esconde un procesoprofundo, aunque incipiente, de reduccin del nativo a objeto de trabajo, informaciny conversin 25. As, la carta de Caminha, como anuncio de exterminio de una cultu-ra distinta, participa de la pulsin posesoria de los portugueses.

    EL MEJOR FRUTO

    Como qued sealado, el gran tema de la carta de Caminha es el hombre que encuentraen esta tierra de Vera Cruz. Se podra decir incluso que su relato se organiza en torno alos ocho encuentros fundamentales con estos indgenas. Ms all del descubrimiento

    20 Castro, Silvio, Brasil, Brasis, Brasilia en A carta de Pero Vaz de Caminha. PortoAlegre: L & PM, 2000.

    21 Stegagno-Picchio, op. cit., pp. 74-75.22 Buarque de Holanda, Srgio, Viso do Paraso. 2.ed. So Paulo: Brasiliana, 1969,

    p. 1.23 Ibd., p. 126.24 Giucci, Guillermo, Sem f, lei ou rei (Brasil 1500-1532). (Trad. de Carlos Nougu).

    Rio de Janeiro : Rocco, 1993, p. 74.25 Ibd., p. 29.

  • Aproximaciones a la carta de Pero Vaz de Caminha... 115

    de la tierra, el gran acontecimiento narrado es el descubrimiento progresivo de loshabitantes de esta isla. Todo lo que tenga relacin con ellos, suscita un inters espe-cial en el hablante y es considerado material que debe incluirse en esta carta al rey.

    Las descripciones que hace Caminha de los indgenas son, sin duda, los pasajesms ricos y expresivos de su carta. Aqu hace uso de metforas, comparaciones conobjetos conocidos, exageraciones, abundante adjetivacin, hiprboles... todo para lo-grar retratarlos con fidelidad. Algunas comparaciones con lo conocido resultan espe-cialmente curiosas, como por ejemplo, lleno de plumas pegadas al cuerpo que parecalleno de flechazos como un San Sebastin, o teido con tantos colores como paosde armar... Sin duda, el juego lingstico que emplea al referirse a las vergenzasde las indgenas (que no tenan vergenza en mostrarlas o a las que no daba vergenzamirar) muestra a un Caminha que no solo tiene un gran manejo del lenguaje sinotambin un gran sentido del humor.

    En el texto, las mltiples imgenes del otro contradictorias muchas veces con-fluyen finalmente en una sola idea: el mejor fruto que puede dar esta tierra es salvara esta gente y sa es la principal semilla que en ella debe lanzar el rey portugus.Pero, cmo llega Caminha a esta conclusin final?

    Buarque de Holanda advierte que el encuentro entre portugueses e indgenas esms cordial de lo que podra esperarse. El europeo se muestra cauteloso y evitahacer el menor gesto que pueda interpretarse como una provocacin; por su parte, elindgena se muestra acogedor, pero no sin reservas. La relacin que se establece enestos nueve das de contacto est marcada por esa ambigedad: acogedor, pero notanto, el indgena se relaciona con el portugus, respetuoso, pero no tanto.

    La cordialidad de los portugueses, el respeto e incluso la simpata que muestranpor los indgenas parece obedecer a un propsito mucho menos cordial: pretende aman-sar, pacificar e imponer, desde el principio, costumbres sociales y religiosas. Res-ponde, pues, a una preocupacin estratgica. De parte de los indgenas, la actitudacogedora y receptiva no resulta total: nunca aceptan al exiliado entre ellos y lo llenande arcos y flechas para que regrese a las naves.

    El primer encuentro est marcado por la imposibilidad de comunicarse (supuesta-mente, por ser muy fuerte el ruido del mar). Ante esto, Nicolau Coelho (portugus queva al encuentro) les regala un gorro, una capucha de lino que llevaba en la cabeza y unsombrero negro. Luego, uno de los 18 20 indgenas que estaban all le regala unsombrero de plumas rojas, y otro le pasa un collar de cuentas blancas. Este primerencuentro, a pesar de esquemtico, contiene un elemento fundamental para todos losdems encuentros: el intercambio. El intercambio como un medio de comunicacin,pero tambin como un acto comercial, e incluso como carnada para los indgenas.Al igual que en la carta de Coln, el europeo entrega aqu, a cambio de ricas piezas,cosas sin valor, pero Caminha, a diferencia del genovs, no se preocupa de hacerjuicios ticos al respecto.

    Cuando los dos indgenas trados por Afonso Lopes van a la nave del capitn y sonrecibidos con mucho placer y fiesta, no hacen mencin de cortesa al capitn,quien los reciba elegantemente vestido, con un collar de oro muy grande al cuello,sentado en una silla sobre alfombra y estrado. El primer desconcierto del europeo

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    tiene lugar, entonces, cuando este otro no reconoce la autoridad (o por lo menos suautoridad). A pesar de este desconcierto inicial, el capitn ser con ellos muy cordialy al da siguiente les regalar camisas, rosarios y cascabeles. Los prximos encuentrossern igualmente cordiales, con el fin de no hacer escndalo para amansarlos ypacificarlos del todo (subrayado nuestro). Por otro lado, esta relacin es tambin unarelacin de imposicin de modelos; el portugus trata de imponer bsicamente doscosas: por un lado, el uso de vestimentas (regalo de camisas, regalo de ropa a la mujerque va a la misa, etc.) y por otro, elementos de una religiosidad bsica (aqu el momen-to ms importante se da en el beso a la cruz y la asistencia a misa del viernes).

    La primera impresin de estos hombres (en la descripcin del primer encuentro)est marcada por su color y desnudez: Pardos, desnudos, sin cosa alguna que lescubriera sus vergenzas, traan arcos en las manos y sus flechas. Para Manuela Carneiroda Cunha26, Caminha quien nutre una evidente simpata por los indgenas inaugurauna serie de lugares comunes (no tienen jefes, ni adoracin alguna, y son una tablarasa, una pgina en blanco) bastante duraderos y etnogrficamente dudosos, perosin duda ve hombres y mujeres, ve gente27.

    La imagen del otro que crea Caminha se articula en base a dos ejes fundamentales(aparentemente contradictorios, pero del todo interdependientes): en un de los ejes (elde las connotaciones exticas, a veces negativas) se presentan como seres esqui-vos, gente bestial y de poco saber, salvajes (seres a los que hay que amansar),y portadores de rasgos exticos (adornos de plumas, cuerpos pintados, huesos en loslabios...), en el otro eje (de trminos que podramos sealar como positivos para eleuropeo), son vistos como hombres sanos, inocentes, puros, buenos, de buena sim-plicidad, solidarios, festivos, hermosos (especialmente las mujeres) y, sobre todo,inclinados naturalmente al cristianismo, listos para ser evangelizados.

    En el primer grupo se encuentran afirmaciones como las siguientes: como quieraque se los amansara, luego de una mano a la otra se esquivaban como golondrinas enun cebadero, los otros dos que el capitn tuvo en la nave, a quien dio lo que queddicho, nunca ms aparecieron. Por lo que concluyo que son una gente bestial y depoco saber, por eso son esquivos. En el segundo grupo, ciertamente ms abundante,encontramos todo tipo de elogios: me parece gente de tal inocencia... esta gente esbuena, de buena simplicidad..., su vergenza, que ella no tena, (era) tan graciosaque muchas mujeres de nuestra tierra vindoles tales facciones tendra vergenza porno tener la suya como ella, etc.

    26 Carneiro da Cunha, Manuela, Imagens de ndios do Brasil: o sculo XVI, en Pizarro,Ana (coordinadora), Amrica Latina: Palabra, literatura e Cultura. Vol. I. A situao colo-nial. Campinas: Ed. da Universidade de Campinas, 1993.

    27 Em 1500, Caminha viu gente em Vera Cruz. Falava-se ento de homens e mulheres.O escambo povoou a terra de brasis e brasileiros. Os engenhos distinguiram o gentioinsubmisso do ndio de do negro da terra que trabalhavam. Os franceses, que noconseguiram de firmar na terra, viram selvagens (p. 171).

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    Superando cualquier contradiccin, ambos ejes se convocan en la siguiente idea:andan muy curados y muy limpios [eje positivo] y en eso me parece que son como losanimales salvajes [eje negativo] que el aire les hace mejores plumas y mejor cabelloque a los mansos. Su condicin salvaje provee su salud, sus buenos cuerpos.Esta idea se conecta con otra afirmacin hecha ms adelante: Y se imprimir en elloscualquier cuo que se les quiera dar pues Nuestro Seor les dio buenos cuerpos ybuenos rostros como a buenos hombres. Como vimos, la interconexin de estos ejespermite afirmar finalmente que a esta gente no le falta otra cosa para hacerse cristianasino entendernos.

    CONCLUSIN

    De los tres textos que llegaron hasta nosotros de testigos oculares del descubrimientode Brasil, la Carta de Pero Vaz de Caminha es no solo el ms completo y autntico,sino tambin el ms elaborado. Los otros dos documentos son la Relacin del pilotoannimo y la Carta de Mestre Joo. Esta ltima es un brevsimo comentario cosmo-grfico en que apenas se habla de la tierra. Por su parte, la Relacin del piloto anni-mo, aunque ms larga que la Carta de Mestre Joo, relata todo el viaje de la armadacabralina a la India y no dedica sino un par de pginas al descubrimiento de la Tierrade Vera Cruz.

    De ese modo, el primer contacto del portugus con el as llamado Nuevo Mundoencuentra su mejor registro en la Carta de Pero Vaz. Guiado por una irreprimiblefascinacin esttica, Caminha traza la primera visin de la tierra y del hombre de VeraCruz combinando los finos colores de pjaros y rboles con los hermosos cuerpospintados que evocan, al ojo de quien los mira, las delicadas telas de la corte lusitana.Un cuadro no privado de contradicciones; el colorido de este espacio necesita llenarsede sentido econmico y poltico: posada para la navegacin de Calicut, incrementode nuestra Santa Fe. Un espacio de encuentro y simpata, pero tambin de apropia-cin y dominio: tras la partida, a los colores de aquel cuadro se incorporarn unaenorme cruz y dos atormentadas vctimas del exilio.

    La lectura de la Carta de Caminha y su comparacin con la Carta de Coln a Luisde Santangel, arroja semejanzas, pero tambin notables diferencias entre el descubri-miento de Amrica lusa y la toma de posesin de Amrica hispnica. Los tpicosrelacionados con la figura del indgena constituyen, quizs, el espacio de mayor proxi-midad: en ambas cartas, aunque gente bien dispuesta y de fermosa estatura, estoshombres desnudos son temerosos a maravilla, esquivos como pardaaes decevadouro28 y por lo mismo gente bestial e de pouco saber, pero son de grandeinocncia, no tienen ninguna secta ni idolatra y son muy dispuestos a nuestrasanta fe. Los espacios de diferencias son, sin duda, ms abundantes: la concepcin

    28 golondrinas en el cebadero.

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    heroica de la empresa de Coln (definida por l comogran victoria) tiene su contra-partida en el esculido entusiasmo que provoca el descubrimiento de Vera Cruz entrelos portugueses; por otro lado, la fuerte presencia del providencialismo en Coln, suprotagonismo como hroe y elegido, sus descripciones hiperblicas de la realidadencontrada y sus cadas en lo fantstico (canbales, amazonas, gente con cola...) cho-can, a su vez, con un descubrimiento casual, sin herosmos personales, retratado conun realismo prctico. Diferencias que auguran, sin duda, dos procesos muy distintos:la conquista de Amrica hispnica y el olvido casi completo en que estuvo Brasildurante las tres primeras dcadas del siglo XVI.

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