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ACTAS CIBA-

Retrato del DoctOr Johann Cuspinian (1473-1529), pintado en el año 1503 por LukasCranach (1472-1553). Colección del Dr. Oscar Reinhardt, Winterthur.

, .•

3

'tratosde~édicos

I~s

Disenterí.a amibiana J bacilar,

lambliasis; balantidiasis J trastornos

gastro-intestinales de tipo dispéptico

Entero -"ioforlllO

Afecciones gastro-intestinales de

origen dispéptico,gastro-enteritis aguda,

enteritis crónica, dispepsia fermentativa

J pútrida, diarreas estivales,

entero-colitis, etc.

Carbantren

Granulado

ACTAS CIBA 3

Marzo 1942

RETRATOS DE MEDICaS

SUMARIO: Retratos de MédicosPor GRETE DE FRANCESCO

La reproducción parcial o íntegra de los artÍculos originales de estarevista, así como su traducción, sólo son permitidas indicando suprocedencia.

Registro Nacional de la Propiedad intelectual N° 101.698.

Introducción pág. 34

Tres obras maestras del retrato 35

Retratos italianos de médicos 39

Retratos de médicos del siglo XVII 43

Un retrato de un médico de cámara francésy otro de un miembro de la Academiaprusiana de Ciencias ..... 46

Retratos de médicos del siglo XVIII 49

Retratos españoles de médicos 56

Tratamiento de las Disenterías bacilarespor el SulfanilamidotiazolPor el DR. EDUARDO F. L. NOVARINI.. 59

El Cibazol en la Meningitis aguda neu-mocócicaPor el PROF. DR. GEORGES BICKEL. . . . . 60

Suplemento al tema "El cultivo de tejidos" 62

Acerca del retrato del matemático y médicoJohannes Bernoulli . . . . . . . . . . . 64

55SALVADOR ~Ás .

en la intoxicación medica-la CoraminamentosaPor el DR.

Retratos de Médicos.

Introducción

Cuanto más vigor e importancia ad­quiere el arte del retrato en un períodocultural, tanto menos se echa mano deaccesorios para la caracterización delretratado. Cuanto más fuertemente sema~ifiesta la inspiración artística delpintor, tanto mayores son también suvoluntad y su facultad de interpretaruna individualidad con medios· pura­mente psicológicos, siendo natural quese renuncie entonces a lograr la carac­terización mediante accesorios exter­nos. Aún en épocas como la del ba­rroco, en la que los hombres no eranmás que representantes de una clase yno podían ser retratados sin el atributode ella o sin una alusión al género desu actividad, se distingue el pintor desegunda categoría del verdadero artistaen que el primero, para significar quese trata del rey, necesi ta ponerle unacorona, mientras que el segundo puederenunciar a ella sin que por esto puedadudar el espectador de que la personaretratada pueda ser otra que la delsoberano.

Los retratos de médicos de siglos pa­sados que serán examinados en los si­guientes artículos, raras veces ostentanatributos médicos, faltando tambiéncasi del todo aquellos símbolos médi­cos por los que tanta afición se mos­traba en las orlas de los grabados deretratos durante los siglos XVI Y XVII.En la selección de los retratos tampocose intenta formar una galería de per­sonalidades eminentes desde el puntode vista médico-histórico, sino que só­lo se procura mostrar retratos que re­flejan en la individualidad lo típico desu tiempo y a su vez los rasgos indi­viduales de lo que era típico en la res­pectiva época.

En la pintura de retratos existe unaextraña relación entre el pintor y el

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Por Grctc De FraflCcsco

modelo. El retrato es pintado por en­cargo, pero el retratado no ordena, auncuando sí impone su influencia; tam­bién él ve en su imaginación un re­trato de su personalidad y, o bien rindepleitesía al gusto de su época y deseaque su ser y apariencia se ajusten a él,o anhela que se acentúe precisamentelo que en su carácter y rasgos físicosle diferencia del gusto de su tiempo.Un acentuamiento tal de la individua­lidad no caracteriza en modo alguno aun solo hombre, sino que refleja el sen­timiento vital de muchos hombres endeterminados períodos de la cul tura .De este modo, en el retrato se expresaen lo individual lo típico de una épo­ca, así como lo individual de lo queera típico en este tiempo, siempre ycuando sea un verdadero artista el quehaya pintado el retrato.

Hasta la fecha no se ha escrito to­davía una historia completa del retratoy mucho menos un trabajo especialacerca de la historia de los retratosde médicos. Este último tema consti­tuiría un asunto agradecido para unhistoriógrafo médico que conociera bienla historia del Arte. Quizá la pequeñaselección de retratos que aquí publica­mos incite a tal trabajo, precisamenteporque no pretende despertar el in terésmédico-histórico objetivamente, sinopor las relaciones de la evolución delespíritu con la historia de la Medicina.Al contemplar las ilustraciones de est.enúmero, el lector no exclamará .. Esteno puede ser otra cosa que un médi­co", porque ni en el vestido ni enotros caracteres encontrará los signosevidentes que revelan la profesión, pe­ro sí se dirá: j "Este rostro fué el deun médico en un país determinallo yen un determinado período de cul rura;así ha querido ser, así han queridoque fuera su país y su tiempo y así lohan visto los ojos del artista"!

El tema que presentamos hoy ha te­nido que ser limitado en dos aspectos:Por una parte, y considerando que setra ra de un estudio histórico, no podíaser tratada la pintura moderna del re­tra ro, cuyos orígenes se encuentran enel ,trte de los impresionistas franceses,y por otra parte la colección de lasilustraciones tenía que limitarse a cua-.dros y grabados, renunciando a incluirlas obras de escultura y los retratos enmedallas. Esta limitación ha hecho po­sible mostrar en retratos característicosaquellas épocas en las cuales el altonivel, alcanzado por el arte del retra­to, permitió representar inspiradamentelo típico en lo individual y lo indivi­dual en lo típico. Sólo tales retratoscomunican impresiones que nos permi­ten darnos cuenta de las relaciones dela evolución espiritual.

Tres obras maestras del retrato

. ·Una pintura perfecta nos trae elretrato, como se trae un regalo olvi­dado al hacer más tarde upa visita",así se expresa Jakob Burckhardt y conestas palabras se aproxima a la con­cepción del arte según la cual las épo­cas florecientes de la pint'Ura del re­traro están subordinadas a períodos dedecadencia política de1poder. Lo ciertoque el pintor de retratos, a causa delim itarse a representar al hombre, asun­to poco brillante o representativo, ocu­pó durante largo tiempo un rango muyinferior al de los pintores. de historiao ti e leyendas. En la época de LuisXIV, cuando un artista entraba comopintor de retratos en la Real Acade­mia, los estatutos le negaban todavíaentonces todos los honores y dignida­des a que tenía derecho un pintor deHi~toria. No hay que admirarse de queel retrato, buscando protección en lossan cos patrones, fuera ensayado en cua­dros de altar en las figuras de los fun­daclores arrodillados; antes de que seavmturara a figurar aisladamente en

cuadros. Jan van Eyck (1386-1440) dióel paso desde el cuadro del fundadoral retrato aislado, y como los pintoresflamencos no estaban cohibidos comolos italianos por la tradición de losmaestros medallistas, sus hombres ha­cen una impresión más libre y vitalque en los retratos italianos de la mis­ma época, los cuales, influídos. por elarte del bajo relieve, no podían apa;­tarse del perfil y parecían relieves pin':tados.

En la Mona Lisa de Leonardo da:Vinci se pierde por primera vez el te­mor a representar las manos en un re-,trato. .rl

La libertad espiritual del Renaci­miento y el humanismo que caracteriJzan el fin del siglo XV y principiosdel siglo XVI, aporta al retrato justi-:ficación y espado, lo mismo que habíaproporcionado derecho y espacio al in­dividuo librado de las trabas de laEdad Media. No es un hecho casualque el· primer retrato de médico quereproducimos proceda del año 1503,pues en esta época el humanismo con­virtió al sabio en político y hombrede mundo que gustó de encargar suretrato a un artista de fama. El aisla­miento conventual de la Edad Mediapertenecía ya al pasado y el sabio par­ticipaba activa y libremente de la vidamundana.

El pintor Lukas Cranach de Fran­ken, que entonces contaba 30 años deedad, pintó a su paisano Johann Cus­pinian, de su misma edad (véase gra­bado de la cubierta), que en sus jó­venes años había sido ya laureado porel emperadór Maximiliano como poe­ta, maestro de Filosofía y Retórica,

. doctor en Medicina y rector magníficode la Universidad de Viena, creandocon este retrato una obra maestra. Des­tacándose sobre púrpura, oro y oscurofollaje, sobre el fondo del cielo azulde un día primaveral alemán y enmar­cada en un bravío paisaje, se ve lamedia figura del retratado en un her-

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Bernard van Orley (1491-1542): Retrato del Doctor Ceor!,'! de Zelle, pintado en 1519. Bruselas. Museo antigtlO.

maso equilibrio de espacio y superfi­cie pictórica. La cabeza ligeramente er­guida, los cabellos flotan destacándosedel claro cielo y en los ojos brilla unainteligencia que los labios traducen enpalabras convincentes. En las oscuri­dades de este retrato se adivinan cente-

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lleos, en el paisaje vibra una excita­ción que, al contrario de la armoníade los fondos italianos, comunicl alhombre su intranquilidad. El tempera­mento del pintor es también el de sumodelo, un vigoroso temperamc:ntoalemán, duro hasta las fronteras d~ la

Han, Hotbein et Jovm (1497-1543): Retrato det Doctor John Chambm, médico de cámara deEnr;'!I" VIII. V;ma, Museo de Historia det Arte.

aspereza, todavía infantil en la másprofunda seriedad y siempre entretejidocon el paisaje. De es te acorde ha sur­gido esta obra maestra, pero al mismotiempo ¡qué seguridad se advierte enesta juventud, qué aplomo muestra eljoven sabio! Cuspinian, el recién ca-

sado, se hizo pintar al mismo tiempocon su joven esposa y también el re­trato de la mujer es de alta perfecciónartística, que Cranach apenas si llegóa igualar en otras de sus obras. Amboscuadros, que eran propiedad particularen Inglaterra, pasaron a ser propiedad

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suiza hace aproximadamente 10 años,y el Dr. Hans Ankwicz v.Kleehoven(Viena) logró, a base de sus estudiosacerca de la vida y obras de Cuspi­nian, descubrir un escudo sobre el re­verso del retrato de mujer e identificarasí los personajes retratados. La vigo­rosa capacidad e inteligencia de Cus­pinian fueron estimadas y utilizadaspor su emperador; sobre sus hombrosjóvenes descansaron muchas dignidadesy cargos "no eruditos". Por cuatroveces fué decano de la Facultad deMedicina y más tarde fué nombradoprefecto municipal de Viena. Numero­sas fueron las misiones políticas quele encargó el emperador y la célebre., doble boda", con la que la dinastíade Habsburgo adquirió derechos sobreBohemia y Hungría, fué en parte obrasuya. Se ve que este hombre de 30años llevaba una vida tan ocupada pornegocios del Estado, visitas médicas yeruditas disquisiciones, que tenía quesacrificar las noches. Una descripciónde la persona de Cuspinian en aquellaépoca parece interpretar el cuadro deCranach: "Figura bella e imponente;complexión lozana y un carácter insi­nuante y agradable, aparejado con granvivacidad, energía y elocuencia extra­ordinaria. Inteligencia perspicaz, facul­tad de observación rápida y actividadincansable" .

Un detalle muy característico deaquel tiempo es que en el cuadro noaparecen símbolos de lo "casual" (ensu acepción elevada) es decir, de loshonores de la existencia: no se ve elbirrete de doctor. La predes tinacióncaracteriza al hombre. Cuspinian hanacido bajo la influencia de Saturnoque se ve brillar entre las ramas delárbol: Así, pues, es un melancólico, alcual acompaña el buho, símbolo de lasabiduría, y todas las pequeñas figurasque aparecen en el paisaje, como elermitaño y el hombre con el saco, lamujer pensativa y la durmiente, soncriaturas de Saturno.

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Otro médico, Georges de Zelle, fuépin tado también a la edad de apenas30 años con ocasión de su boda, lomismo que Cuspinian. El tapiz \'erdedel fondo muestra en bordado de realceuna "N", seguramente la inicial de lanovia, y un par de manos que parecenaludir a los próximos desposorios (véa­se fig. pág. 36). El autor de este retratoes Bernard van Orley, al cual se debenlas hermosas vidrieras de la Iglesia deSanta Gudula. Tanto el pintor comoel médico son de Bruselas y ambos vi­vieron en la Place de Saint-Géry (ac­tualmente la Fontaine). Zelle era' 'mé­decin en titre" de la ciudad de Bmse­las y estaba encargado de la asistenciade los enfermos en el Hospital SanJuan, así como también de asesorar alMunicipio cuando amenazaban epide­mias. En la vida de este hombre nohay nada que altere la distancia y eltiempo; solamente la ciudad resume suvida y su responsabilidad. En un apo­sento cerrado, estrecho y limitado. pe­ro con una armonía de la compos iciónque acredita la afección del pintor porlos maestros meridionales, así lo colocasu vecino, el pintor; conoce bien almédico de la casa de la esquina de laRue de la Digue; la misma plaza fuépara ambos durante años enteros elcompendio de su vida diaria. Con gran

. claridad se ofrecen los rasgos del re­tratado, un carácter seguro, no muyaudaz ni inspirado. Su juventud no esjoven, los libros y los deberes del mé­dico le han agobiado en la edad tem­prana. Georges de Zelle escribe unacarta y sostiene la pluma en sus dedoslargos y afilados que no son jó\'enesni viejos, como su rostro.

En el retrato del Dr. John Cham­bers, de 88 años de edad, pintado porHans Holbein (véase fig. pág. 37), Sé ob­servan sencillez y claridad de la compo­sición, el ideal del retrato en el apogeodel Renacimiento que, irradiando deItalia, se manifestó en Francia en lossublimes retratos de Francois CJouer,

dico las ha tratado y ha escudriñadomás allá de su enigmática sonrisa; yentretanto se ha hecho muy viejo y susmanos tiemblan.

y que subyugó a los alemanes y fla­men(os. No solamente falta todo de­talle caracterizador del médico (es muypoco probable que los guantes quierancaraderizar aquí al médico), sino quetambién le falta toda posibilidad de Retratos italianos de médicosasociación de ideas trasmitida por elfondo; no hay paisaje ni estante de li- Se dice de Miguel Angel que la re­bros y tampoco se encuentra ni la in- pugnancia que sentía por pintar retra­sinuJción de un aposento, pero por tos del natural la fundaba diciendo queotra parte no necesitamos indicación se resistía a representar el parecido dealguna cuando Holbein representa a 10 vivo cuando no era de ilimitada be­un hombre como John Chambers para lleza. Esta opinión plantea el problema-abel que es el retrato de la senectud. del parecido en la pintura de retratos,y no es porque nos lo indiquen las tema del cual no nos ocuparemos, puesarru~as o el cabello blanco, sino que se saldría de los límites de este estu­el decto mutuo de la mirada, de la _ dio. Si se comparan los retratos de losboca y las manos envuelven al espec- maestros alemanes e italianos en eltador en la atmósfera de la vejez, y apogeo del Renacimiento, se adviertecasi se siente uno movido a decir que en los alemanes (así como también enlas manos son más viejas que la mi- los flamencos) un respeto del naturalrada Estas manos oprimen los guantes y de la veracidad de su reproducción,para ocultar su temblor, se aferran al que llega desde la esc1avización hastausado cuero y son viejísimas. Con la la fidelidad, mientras que los italianosmisma penosa fuerza de voluntad se simplifican, resumiendo un rostro encierran una contra otra sus mandíbulas sus formas fundamentales, porque con­Jesdentadas; las manos y la boca pa- ciben una especie de parecido superiordeceLl bajo el peso de la vejez. A pesar que sólo sería estorbado por la fideli­de dIo, la ancianidad celebra en los dad del detalle, un parecido que podíaojos una noble y callada victoria, la aproximarse lo más posible al ideal deJel :-.aber prudente y analizador. Hol- la belleza suprema. En el predilectobein, que poseía un sentimiento del suelo de Francia confluyeron las ten­colorido no común entre los alemanes, dencias flamencas e italianas, surgiendoincluso ha empleado, al pintar este así una cadena de obras maestras delhom hre, colores mortecinos, un verde retrato no interrumpida durante siglos,marchito que apenas se destaca del co- que representaban el equilibrio entrelar pardo de la piel. j Con cuánta no- la abstracción del natural en pos de lablez.1 ha envejecido este médico. En belleza y la servil fidelidad hacia laqué tenebrosidades y lejanías no ha- Naturaleza. "Yo le pinto a Vd. másbrán penetrado estos ojos! ¿En qué am- parecido de lo que es", dijo en ciertabien te habrá vivido? ocasión Max Liebermann a Gerhart

Al hacernos estas preguntas sentimos Hauptmann, y con estas palabras for­que "in detalle exterior alguno que nos muIó con concisión ejemplar lo quelo illdique, sabemos de sobra la res- debe ofrecer una obra maestra del re­puesta: Este s el médico de ~n rey. trato, a saber, un parecido que expreseChalllbers era médico - de cámara de la esencia de una persona y no sola-Enrique VIII de Inglaterra, en cuya mente sus rasgos. .Corte Hans Holbein el Joven pintó una Luca Longhi, un pintor poco cono­socivdad aristocrática de gentes frías cido de Ravenna, cuyos cuadros de altarcon salvajes y crueles pasiones. El mé- son altamente provincianos y medio-

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Luca Longhi (I50l -1588): El médiro Giovanni Arrigoni. Acad<tnia de Kavmlla.

cres, en los pocos retratos que pintóse revela como un eminente maestroen este género. En ellos se denotan lainfluencia de Parmigianino y más to­davía la de Bronzino, así como tam­bién se explica por ello la predileccióndel pintor por los vivos colores loca­les. El retrato más antiguo de Longhi,que fué pintado en el año 40 del Cin­quecento, representa a Giovanni Arri­goni, médico de Ravenna (véase fjg.

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arriba). De la vida de Arrigoni no sa be­mas nada; no obstante, adivinamos elparentesco de temperamento del pin­tor y del modelo, que revela el retratode Cranach. Dos tercios de figura sehallan representados en ~l lienzo tonsensación romana del espacio, ma ¡es­tuosidad y libertad. Los rasgos delrostro se ajustan a lo estructuralmenteesencial y en la mirada se expresa unamezcla de escepticismo y bondad, mez-

Jan .l'lephan de Catear (alrededor de 1500-1546): Relralo d, Vesal;o (1514-1546). B"II" , propiedad particular.

da que es marcadamente italiana. Laanimación de las manos, según modelodel Tiziano, es tan obligada que lasparalelas de los brazos en movimientOhacen casi la impresión de un graciosoamaneramientO. Los afilados dedos seapoyan con femenina donosura sobre

la calavera. No creernos por ello queesta última tenga por objetO caracte­rizar al médico, pues tanto calaverascomo relojes de arena se encuentranno sólo en retratos de médicos, sinotambién para simbolizar simplementelo perecedero de la carne. El cordero,

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animal legendario de San Juan Bautis­ta, nos indica el nombre de pila delmédico.

El retrato de Vesalio, pintado porJan Stephan de Calcar (véase fig. pág. 41)puede ser considerado como italiano sis610 se atiende a su factura. No sabe­mos nada acerca de la juventud deeste genial pintor, oriundo de Cleve,cuyo pequeño cuadro del Nacimientode Belén era tan apreciado pOL Rubensque siempre lo llevaba consigo. Fué aVenecia y trabaj6 como dislÚpr.:lo delTiziano. Parece se~ que sus cuadros hansido tenidos a veces por cuadros déeste maestro, según el dictamen degrandes artista:s. Fué un compatriotay amigo de Vesalio, cuyas obras prin­cipales fueron ilustradas por él congrabados en madera. Este célebre hom­bre de Cálcar pint6 al eminente hom­bre de Vese!, hallándose los dos enItalia y haciéndolo en la factura pic­t6rica de este país que había aprendi­do maravillosamente. La vista del cla­ro paisaje es italiana y tizianescos sonlos ademanes de las manos expresivasy bien modeladas (por entonces ya nose pintaban más los dedos tersos comolo había hecho Orley), tizianescas sonlas columnas, el fondo de cortinajes ytambién las luces en las ricas telas yen las piedras de los anillos. A pesa-rde todo, se ve que el retratado es unforastero; esto se advierte no s610 por­el tipo del rostro y los gruesos y arre­mangados labios (en el país.de las bo­cas duras y estrechas); la lejanía estáencerrada en la mirada. El pintor, quetambién procedía de tierras lejanas,comprendi6 esta mirada, la fij6 en ellienzo y de este modo cre6 este cua­dro tan poco italiano de la escuelaitaliana, este rostro lleno de enigmas:el Vesalio tan celebrado en Italia, undistinguido extranjero ataviado a laitaliana.

Los retratos del Tintoretto difierentanto de los del Tiziano, que cuestatrabajo creer que ambos artistas vivie-

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Jacopo Tintoretto (1519-1594): El médico Michele Afmati.Según el grabado de P. Nellí. Viena. Colección d, retratosde la Bibliottea nacional.

ron en la misma época. Lo mismo queen los cuadros del Tintoretto, tambiénen sus retratos y en su tendencia a larepresentaci6n se inicia por primera vezen el Arte el gusto barroco lleno depromesas. El Tiziano exalta la belleza,esplendor y vigor de sus personajes;el Tintoretto los representa como en­carnaci6n integral de su rango, delpuesto en el cual nos ha colocado lavida (un siglo más tarde será el reyquien les señale su puesto). Un graba­do según la pintura de Tintoretto nosmuestra a Michele Mercati, médico decámara del Papa, célebre mineralogistay hombre eminente.

Este hombre preclaro y médico decámara papal nos mira con sus ojos cla­ros y en su rostro no se acusa la másleve expresi6n que nos delate qué clasede hombre fué este Michele Mcrcati(véase fig. arriba).

Retratos de médicos del siglo XVII

La apreciación del retrato ha sufridoeVI ¡luciones en la concepción artísticade las diversas épocas. A fines del Re­nac"imiento se desdeñaban todos loselementos que obligaban a reproducirla Naturaleza en forma no idealizada.Para un mundo creyente y devoto, lacriatura humana insignificante y peca­dora no parecía ser digna de adquiriruna figura eterna; el ferviente adoradorde la belleza a su vez estimaba al hombredemasiado mezquino para ser pintado,echando de menos en él toda armonía,que era su más alto ideal.

En el siglo XVII', en el cual loshombres, después de las duras tealida-­des, guerras y epidemias, se refugiabanen los sueños nostálgicos de un mejorporvenir que hacía concebir los des­cu brimientos y las ciencias, tuvo lugarun decidido desvío de toda estéticaidealizadora. La realidad terrena, lafillelidad de la Naturaleza hasta llegara la aspereza, esto era lo que se amabaen el arte. No es un hecho casual queel siglo en que por primera vez fueronapreciados la pintura de género y loscuadros de animales, representara unaépoca de florecimiento para el retrato.En este siglo surgieron los más grandespintores de retratos, resplandeciendoen él tanto Rembrandt, 'como Velázquezy Franz Hals.

Si Leandro, uno de los miembros dela familia de pintores veneciana Bassa­ni, pinta tan apasionadamente cuadrosde género como retratos, nos indicaque intenta crear una nueva forma, elretrato de género como, por ejemplo,en el retrato del anatómico Leo Bon­tius, probablemente un miembro de unafamilia de médicos de los Países Bajos,cuyo hijo mayor Gerardo (1536-1581),visitó Italia con fines de estudio (véasefig. pág. 44). En él no hay símbolo al­guno, como la culebra de Esculapio oel gallo que caractericen al médico, sinoque éste está repreSentado en su medio

ambiente y entregado a su trabajo ha­bitual como en un cuadro de género.Con un gran escalpelo trabaja en unpreparado vascular del antebrazo de­recho. Sobre la mesa se ven una erinade dos garfios y otros instrumentosanatómicos.

El papel que el retrato desempeñóen el siglo XVII no puede ser definidosin mencionar los grabados de retratos,que por su posibilidad de multiplica­ción asumían una función que sólo pue­de ser comparada a la de la fotografíaen el siglo XIX. En este terreno fueronhechos trabajos magníficos, aún porartistas desconocidos, en producción detaller. i Cuán misterioso encanto ema­na el retrato del médico Joseph delMedigo (llamado también Joseph deCandia)! (Véase fig. pág. 45). Algo enla actitud inclinada, la Claridad delfondo desacostumbrada en los grabados,que despierJa la sensación de lejanía yen la cual se destaca expresivamentela oscura silueta del sombrero, nos con­vence de la fugacidad de estos minutosdedicados al retrato. Se tiene la im­presión de que este hombre viene detierras lejanas y pronto también regre­sará a ellas. En efecto, la sed de sabery su afán de correr tierras, condujerona este médico y filósofo, cuya fama lle­gó a las cortes europeas, a viajes porEgipto, Turquía, Polonia y Valaquia.En 1627 apareció en Holanda y WillemJ. Delff, hábil grabador de Delft, eje­cutó este soberbio retrato del médico,que entonces contaba 37 años, segúnel original de un pintor casi descono­cido (W. C. Duyster)'

Junto a esta obra artística, de origenoscuro, contémplese un grabado "delnatural" ejecutado 40 años más tarde,una obra maestra de Robert Nanteuil,dibujante de cámara de Luis XIV, parael cual se dictó el célebre edicto da­tado en San Juan de Luz, por el quese declaraba par primera vez el arte delgrabado en Francia como .. arte libre".El personaje representado es Franyois

Guénault (véase fig. pág. 46), conocidopor su viva participación en la "contro­versia del antimonio", suscitada en laFacultad de Medicina de París, así co­mo su solidaridad con los partidariosdel antimonio. Este grabado de retra­to, con su magnífico trazado y la trans­parencia con que está tratado, muestrael típico equilibrio francés del cual he­mos ya hablado anteriormente: El pa­recido natural convence y, sin embar­go, aquí se ofrece algo más que el pa-

recido, el retrato de un francés meri­dional pendenciero e irónico, políticomás que sabio: el capitaneador de lospartidarios del antimonio.

Entre las grandes obras maestras delretrato del siglo XVII es di ficil esco­ger un retrato representativo de mé­dico .. En la figura mostramos un re­trato poco conocido, pintado por An­ton van Dyck del médico de AmberesLazarus Maharkijzus. Este cu;tdro pro­cede del año, 1627-1632 cuando van

Leandro da Ponte, llamado Bassano (1557-1622): El anatómico L,o BontilU. D, ,., Gal"la dePinturas de Schw"in.

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El midico jOJeph del Mdigo (1591-1655) grabado por Willem J. Delff (1558-1638) Jegú'l unN,adro de W. C. DUYJter. Vúna. Colección de retratOJ de la Biblioteca nacional.

Dyck, regresado de Génova y abrumadoen ~u ciudad patria por la fama deRubens, pasó un par de años amargos.En la sociedad distinguida se hizo mo­da hacerse pintar por van Dyck y, con­siderando los precios extraordinaria­menre altos que exigía este artista, esta

moda constituía un privilegio de losricos. No solamente esta circunstancianos hace deducir que Lazarus Mahar­kijzus (del cual nada sabemos) fueraun médico de la sociedad distinguidade Amberes, un médico en boga, lomismo que el artista era pintor de mo-

4S

R.ohm N"nteuil (l630-1678): El médico Fr"n~ois Gulnault(f"llecido en 1667). Gr"h"do det n"tur"l en 1664. Vien".Colección de retr"tos de !ti Bihliotec" nacional.

da; van Dyck nos muestra a Mahar­kijzus en la función típica del médicode moda de anteriores tiempos, la queexigían de él los enfermos en aquellaépoca: El elegante señor conversa ame­namente; está sentado con aplomo ydesenvoltura, inclinándose hacia la de­recha como si estuviera conversando yapoyando las manos en los brazos delsillón; una de ellas, una de las céle­bres' manos de van Dyck con los dedospuntiagudos, pende indiferente, mien­tras que la otra expresa las palabrasque pronuncia. Los ojos se fijan en suinvisible contertulio. Este médico y ca­ballero no quiere convencer sino fas­cinar (véase fig. pág. 47).

La segunda mitad del siglo XVII,en Holanda, país de los clientes y mo­delos burgueses, se hallaba influída porRembrandt, y todos los pintores de re­tratos que le sucedieron se dedicaron acopiarle. Jan Verkolje, discípulo de JanLievens (que procedía de la escuela deRembrandt), pintó a su célebre compa­triota Leeuwenhoek (véasefig. alIado),y en la manera de tratar los ropajes,así corno en el modo de destacarse el

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rostro de la oscuridad del fondo, sedenuncia la imitación de la factura deRembrandt. Los detalles accesorios nocaracterizan al médico, sino al sabioen general. Sobre la mesa se ven cajasde sellos, un globo terráqueo y docu­mentos, y el paisaje que se ve al fondoes una reminiscencia de la tradiciónitaliana. Este cuadro caracteriza másbien el nivel medio del arte holandésdel retrato, pero no denota apenas laconcepción individual del artista.

Un retrato de un médico de cámarafrancés y otro de un miembro dela Academia prusiana de Ciencias

Un pintor de cámara del rey LuisXIV era una "pieza de inventario"del soberano, así como lo era tambiénuno de sus médicos de cámara. Cuandoel ilustrísimo pintor Hyacinthe Ri­gaud pintaba a uno de los altos mé­dicos de cámara como, por ejemplo,Juan Bautista Silva (véase fig. pág. 48),cuidaba de que el eminente y brillantepoder a que ambos servían se reflejaraen un 'suntuoso y solemne retrato. En

J"n Verkolje (l650-1693): Antoni v"n Leeuwt1Jhoek (1632­1723). AmstertÚlm, R.ijksmuseum.

Antan van Dyck (1599-1641): El mMica La~arus Maharkij~us en Ambms. Eretnitage de ú·ningrado. Fatagrafla Fran~ Hanfstamgl, Munich.

la época en que un pintor de retratosnb podía aspirar a los honores de unpjnto~ de Historia, se tenía un con­cepto desdeñoso del hombre y del ar­tista que no sabía escoger un. motivomejor, pero se le necesitaba para quellevara a cabo una especie de inven­tario de la comparsa humana del po­derío del rey. Los reyes franceses tu­vieron en Rigaud y Largillicre ~trtistas

de alto rango que con el pincel escri­bieron una historia aduladora. Sus re­tratados surgen de pesados marcos, ves-

tidos de brocado y pieles, cuya sun­tuosidad no debía expresar su propiariqueza, sino la opulencia de la Cortedel rey de Franda . Silva, que en 1724fué nombrado' médico de cámara deLuis XV, vivió disfrutando de la au­reola de regia protección, pues se habíaresistido a seguir todas las invitacionesde la emperatriz Catalina para que setrasladara a la Corte de San Peters­burgo. Los libros representaban, comofuentes de conocimientos médicos, losescalones que conducían a una brillan-

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'.- te posición y a la influencia y por estono faltaban en ningún retrato de losmédicos de estos reyes.

Ahora bien, ya bajo el soberano, alcual servía Silva, la dignidad y la opu­lencia perdieron su pesadez; la riquezay la suntuosidad eran ostentadas\ condesenvoltura a modo de graciosos ador­nos por hermosas damas y donosos ca-

I

balleros. La época del rococo se in­teresó de nuevo por la individualidad,y los retratos de este tiempo se dis­tinguen por una refinada ligereza. EnAlemania, la época del rococo impues­ta por Federico el Grande, muestra to­davía un deliberado sabor burlón, unamezcla de ironía originada por el am­biente de la ilustración. En los años

Hyacinthe Rigaud (l659-1734): El médico de la R,al cámara Juan Bautista Silva (1682-1742),según ,1 grabado en cobre de Georg Friedrich Schmidt (l712-1775). Viena. Coltcción d, retrato!de la Biblioteca nacional.

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en que surgió el retrato del tan discu­tido médico y filósofo La Mettrie(véase fig. alIado), todo esto se esbozatoda vía en un horizonte lejano; de to­dos modos es digno de notar que pu­diera ser representado en esta forma unhombre que el rey acababa de nombrarlector de cámara y miembro de la Aca­demia de' Ciencias (1748) en protestacontra la deportación de este filósofomaterialista dictada por Holanda. Elgrabado de Fritsch es una copia deloriginal del maestro grabador G. F.Schmidt, a cuyo buril se debe tambiénel cuadro de Silva. En el original seven Jos libros al lado del retratado:"Penélope" y "L'homme machine"(dos obras de La Mettrie)' La "bur­lona" despreocupación en la expresióndel rostro, se acentúa todavía más porel descuido del vestido, la camisa en­treabierta y el chaleco sin abrochar.Este médico recuerda las figuras dePierrot en los cuadros de Watteau. j Quéoposición entre las personalidades deSilva y La Mettrie! Entre ellas se en­cierra todo un capítulo de la historiadel espíritu.

Retratos de médicos del siglo XVIII

Eri la segunda mitad del siglo XVIIIsurgió un estilo europeo. de la pinturadel retrato que quizá guarda estrecharelación con la simplificación de lamoda dictada en París por aquel tiem­po. Un retrato de Velázquez y FranzHals, que vivieron en la misma época,podía reconocerse ya por el traje del .retrarado como español o flamenco.En el siglo XVIII la diferenciación es­triba en detalles mucho más sutiles,en la factura del artista y en el tipodel modelo. Un pintor como CornelisTroost, que murió a mediados de estesiglo, al retratar a su gran compa­triota Hermann Boerhaave (véase fig.pág. 50) ha puesto en el lienzo una con­centración de luz en el rostro, un bri­llo dd cabello y un modo de tratar

El mEdico y filósofo Jutitn Off,oi La Mett,ie (f"ttecido en1751). Grab"do en cobre tk J. L. F,ÜSCh. Viena. Coleccióntk ret,atos de la Biblioteca nacional.

las carnes, que denotan la tradiciónholandesa específica. Troost ha pin­tado los retratos de los inspectores delColegio médico del Haya y otros cincoretratos más de médicos. Sus pinturas"a la gouache" , que son de al to valorhistórico-artístico, le conquistaron elsobrenombre de "Hogarth holandés".Con Hogarth (1697-1764) se había ini­ciado la evolución propia del arte in­glés, del cual dice Richard Muther que,merced a la colección sabia de obrasartísticas continentales, llevada a cabodurante siglos, se había formado sinconocer un período de juventud y yaen sus principios mostraba madurez.Esta educación por el estudio de lasobras de los antiguos maestros, auncuando también la cohibición ocasio­nada por su influencia, muestran losretratos de Joshua Reynolds. Si se con­templa el retrato del médico John Ash(véase fig. pág. 51), pintado por este ar­tista y grabado por el conocido grabadory agua-fuertista florentino Bartolozzi,la vista del paisaje, los pliegues de los

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eomelis Troosf (1697-1750): Hermann Boerhaave (1668-1738). Amsfm/am, Rijksmtmum.

cortinajes de terciopelo y las columnasdel fondo, nos recuerdan los esquemasmucho más espiritualmente interpreta­dos en aquel tiempo por los artistasvenecianos. El único elemento modernoes el edificio que se divisa desde la

ventana, el Hospital central de Bir­mingham, en el cual trabajó John Ashdurante 40 años y cuyo plano sostieneen la mano. Reynolds hizo el retratode Ash en los últimos años de la "idade éste. El anciano Ash no era un horn-

bre corriente; en edad avanzada se cre­yó amenazado de la locuta y estudióen Londres con gran energía Botánicay Matemáticas para alejar de sí losespectros. Tales emoc;:iones dejan hue­llas tras sí, lo mismo que las incesan­tes correrías por el mundo habían de­jado huellas en el rostro de Joseph delMedigo. El convencional Reynolds nolas ve. En el rostro de su retratado nohay nada que nos inspire curiosidad,que nos anime a escudriñar. Una ale­goría banal y en gusto antiguo de laBenevolencia que se ve al fondo, tam­poco nos revela nada. Los honorariosque se pagaban al pintor por sus re­tratos, nos indican el gran eco que és­tos encontraban en el gusto inglés. En

Sir Jo rhua R~~nolds (1723-1792): El mMico ingUs JohnAsh (J723-1798), grabado por F. Bartol/YtXi (1730-1813).Viena, Coúcción de retratos de la Biblioteca "acional.

Jean Christoph Gulrin (1750-1785): El mEdico estrasbur­'gués Jakob Reinb. Spielmann (1722-1759), grabado del na­tural. Vietla, Colección de retratos de la Biblioteca nacional.

los primeros años de su vida artística,Reynolds cobraba cinco guineas poruna ..cabeza" y cuando alcanzó la cum­bre de su triunfo, se le pagaban 50 gui­neas. Un discípulo de Reynolds, JamesNorthcote, retrató al célebre inventor dela vacuna antivariolosa Edward Jenner(véase fig. pág. 52). Los discípulos deReynolds sabían asimismo adaptarseperfectamente al gusto de la época.Este retrato fué pintado en 1803. Losclientes del pintor eran cada vez másricos burgueses; el tipo de los mecenasde la aristocracia había pasado y sehabían olvidado ya las columnas y loscuadros del Renacimiento. El gusto deuna nueva época está caracterizado porel interior de una habitación confor­table en la cual vemos a Jenner. Sobrela mesa se ve su célebre obra detrás deun tintero.

En Alemania, la pintura de retratossiguió otros caminos. La ilustraciónimpelía cada vez más a una orienta-

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ción ajena ¡t toda tradición en el pre­sente y el retrato empezaba a hacerseburgués. Antoine Pesne, pintor de cá­mara de Federico el Grande, en su re­trato del médico Johann Theodor Eller,fundador de la Charité de Berlín (véasefig. pág. 53), ha representado en ellien­zo un hombre que de todo tiene menosde una figura del rococo, un hombresimpático, serio y activo, pintado enun gusto severo, casi podía decirse ru­do en comparación con los retratos delrococo. No se concede importancia alos vestidos, la casaca de terciQpelo

no tiene reflejos y hace más bien laimpresión de una bata de casa. Tantomayor es la insistencia con que el rin­tor atrae nuestra atención hacia la mi­rada de los ojos claros, en los cualesse lee formalidad y energía, una ener­gía para el trabajo que sólo es comúnen tiempos mucho más modernos. Elpintor de los clásicos. alemanes, An tonGraff, siguió más tarde esta orienta­ción. A partir de entonces es la ca­beza la única parte que hace comunicarla expresión, y el cuerpo e incluso lasmanos son considerados como aCCéSO-

James Northcote (1746-1831): Edward Jmner (1749-1823), pintado m 1803.

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Amo"" Pum (l683-1757): joha,m Theodor BUer (1710-1754), fundador de la Charité de Berlin.Segú'l el grabado en cobre de Georg Friedrich Schmidt (1712-1775). Vimú. Colección de retratosde la Biblioteca nacional.

rio$ sin importancia. Toda la luz estáconcentrada en la frente. Una graciafrancesa sonriente e interesante suavizaest:l representación concentrada en laca.heza. El retrato del excelente médicoy químico es trasburgués, Jakob Rein­b.old Spielmann, ejecutado por J. Chr.Guérin, célebre retratista y miniaturistade Estrasburgo (véase fig. pág. 51), ha

caracterizado en la cabeza del rétratadono sólo su modo de ser, sino tambiénsus rasgos físicos. En ella armoniza elespíritu y la bondad, e incluso nosatrevemos casi a adivinar que Spiel­mann fué un conocedor y gran aficio­nado de la excelente cocina de su ciu­dad natal. Cierta tendencia a la repre­sentación naturalista se advierte en un

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El anatómico itatiatlo Paolo Mascagtli (l755-1815.) Segúl¡ 1m cuadro de Roberto Focosi, grabadopor L. Rados (nacido m 1780). Civica Raccolta Mil. Stampe, Milatlo.

grabado-retrato del anatómico italianoPaolo Mascagni (véase fig. arriba) defines del siglo XVIII. .

En la mano del retratado se ven loshuesos de la articulación pe1vifemoralderecha, y al fondo un preparado de

ligamentos del pie. La afición del arotista hacia esta concreta caracteriza­ción, constituye un caso aislado que serepite de vez en cuando, sin que porello caracterice la concepción artí~ ricade una época.

En los incidentes de las narCOSIS ...

Inyecciones intravenosas de

Coramina54

La Coramina en la intoxicación medicamentosa Por el Dr. Salvador Más, Bs. Aires

He tenido la oportunidad de observarcasi en forma experimental la acciónde la Coramina en el terreno humano.

Hace 3 días me llaman para ver unniño de 27-2 meses, nacido a término,alimentado en forma natural, perfecta­mente sano hasta 4 días atrás en queempiezan los síntomas de un estado ca­tarral de las vías respiratorias: coriza,tos, fiebre. Después de 2 días de medi­cación casera es llamado un facultativoquien indica revulsivos, gotas nasales,una bebida expectorante con 0.10 g.de fosfato de codeína en 120 g. de ve­hículo a dar por cucharadita. de cafécada 2 horas.

Es a las 24 horas de esta medicaciónque soy llamado y compruebo lo si­guien te: un niño en buen estado de nu­trición, pero en el cual el aspecto, laconciencia y la respiración llamabaninmediatamente la atención. Estaba lí­vido con cianosis alrededor de labios ynariz, inconsciente, con los ojos semi­abiertos dejando ver las córneas des­l.ustL¡das "vidriosas", las pupilas mió­ticas. no tomaba el pecho desde hacía6 horas, de vez en cuando lanzaba unCOrto gemido agudo, los brazos y pier­nas estaban flácidos y. .la respiraciónera por momentos amj)lia y otros que­daba en apnea por largos segundos. Noera, sin embargo, tipo Cheyne Stokes.El v¡entre estaba timpanizado, no ha­bía orinado desde la noche anterior nievacuado y la piel era fría y seca. Fal­taban signos meníngeos y la fontanelaestaha deprimida. Visto el cuadro alar­man te y al lado el frasco con el expec­tOran te antes mencionado del cual ha­bía ingerido exactamente 45 g. (0.04 g.de codeína) no era difícil diagnosticarintoxicación medicamentosa por co­deína.

Inmediatamente le administro 1 cm. 3

de Coramina por vía intramuscular, in­yección que s6lo produce escasos movi-

mientas en el niño. A los 5 minutos elniño tose, abre y cierra los ojos, des­aparece la lividez del rostro, se mueve,aparece el reflejo palpebral ausente mo­mentos antes y con la mirada sigue ala madre.

No toma el pecho, pero traga el lí­quido en cucharaditas. 20 minutos des­pués se le inyecta 1 cm. 3 más de Cora­mina y 20 cm. 3 de suero fisiológico sub­cutáneo. 4 minutos después tose conmayor intensidad y duración que la pri­mera vez y empieza a respirar amplia­mente con apneas más cortas.

4 horas después el aspecto del peque­ño es totalmente diferente: su aspectoapenas pálido y su conciencia despiertatranquilizan a los familiares. Es sinembargo después de 2 cm. 3 de Coraminamás, administrados en dos inyeccionesde 1 cm. 3 cada una, con media hora deintervalo entre una y otra, que vuelvea su completa normalidad el cuadro clí­nico: el enfermito empieza, a tomar elpecho y deglute con avidez, tose fre­cuentemente y se nota que traga abun­dante expectoración, orina por primeravez en el día, expulsa gases tambiénpor primera vez, llora con intensidadal pincharlo o cuando tiene apetito, supiel es caliente (38 0

), las pupilas se handilatado normalmente, las córneas sonhúmedas, brillantes, la mirada es in­quieta, la respiración tranquila, el pulsomenos rápido y la gran cantidad de roo­cus y sibilaocias difusas en ambos cam'­pos pulmonares hao desaparecido. Enresumen cada inyección de Coramina hatenido un efecto sobre la conciencia, larespiración, la circulación capilar, etc.,como se observa en condiciones expe­rimentales y merced a ella yo he tenidola satisfacción de ver por mis propiosojos, cómo volvía a la vida un peque­ñuelo merced a mi intervención y a laacción tan eficiente de un remedio he­roico como el que me ocupa.

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Retratos españoles de médicos

Los motivos especiales que guiabana los pintores españoles desde los pri­meros tiempos en la elección de losasuntos de sus cuadros y que ante to­do se fundaban en consideraciones re­ligiosas y sociales (véase Actas CibaN o 12/1941: "Motivos médicos en laPintura Española' '), explican porqué lospocos retratos de médicos, que hancreado los grandes maestros de la Pin­tura Española, presentan marcadamen­te el carácter de obras fortuitas, conlas cuales los artistas querían expresarmás bien el recuerdo de ciertas rela­ciones personales que no realzar la pro­fesión médica. Así, por ejemplo, elcuadro que Domingo Thetocópuli, lla­mado "El Greco" (alrededor de 1547­1625) pintó en 1586 del médico y poetaRodrigo de la Fuente, deja adivinarmás bien al hombre de mundo dedi­cado a las bellas letras que no al mé­dico, de cuya actividad médica por lodemás no se conocen en nuestros tiem-

El médico y diplomático francés Ferdinand Pi",· GlIil!e-El médico y poeta <Jpañol Rodrit,o de la Fumte. Cuadro mardet (1765-1810 Ó 1815). C/ladro de Francisco de Gayade El Greco (alr. de 1547-1625). Musto det Prado, Madrid. Y Lucimt<J (1746-1826). M,ueo drl Lo,,,,,r, ParÍJ

pos datos precisos. El Greco, que asu vez mostraba múltiples intereses li­terarios, en su trato con de la Fuenteseguramente le interesaba su per~onali­

dad literaria. También el retrara queFrancisco de Gaya y Lucientes )746­1826) pintó en 1798 del médico francésFerdinand Pierre Guillemardet (1765­1810 ó 1815), que residió en la Corteespañola como embajador de la Repú­blica francesa recién instaurad.l, in­tenta representar al diplomática, real­zando todas las dignidades de su cargo.El cuadro pintado en 1820, que repre­senta a Gaya con su médico Arrieta(véase Actas Ciba N 012/1941: "Motivosmédicos en la Pintura Española' ') fué,como lo atestigua la inscripción mismade Gaya, una muestra de agradeci-

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miento hacia el hombre que cuidó ab­negadamente al anciano pintor en elaño 1819 durante su grave enfermedad.Para representar de un modo impre­sionante la salvación del· peligro demuerre, el artista ha escogido un mo­mento en el que el enfermo, en extre­mo agotado, recibe de su médico, porlo que se ve, una bebida reconfortantedespués de un grave acceso de ahogo.La expresión doliente y casi sin vidadel rostro del enfermo y la caritativaactitud del médico sólo atento al bien­estar de su paciente, forman un rudocontraste que el artista ha sabido real­zar más toda vía en una escena pictó­rica ;dtamente dramática.

A otra esfera completamente distintaque el retrato realista del médico deGaya, pertenecen los retratos de losdos célebres médicos y alquimistas es­pañoles Arnaldo de Villanova (1238­1311 Ó 1312) y Raimundo Lulio (12.36­1315) (véase figura). A pesar de que

El c¿¡eb" médico y alquimista "pañol Ama/do de Vil/a­nova (afrededor de 1238-1311). Cuadro de 1m pintor d"co­'lOcido. Propiedad de la Famltad de Medicilla de /a Uni­versid¡¡d de MontpeUier.

El médico, alquimista y teólogo español Raimundo L,,/io(1236-1315). Grabado en cobre del siglo XVI. Colecciónsuiza de Historia de la Farmacia m Basi/ea.

probablemente fueron pintados a basede representaciones procedentes de laépoca en que vivieron los retratados,reproducen, sin embargo, más el ca­rácter misterioso y dotado de fuerzassobrenaturales que la posterioridad haimprimido a las personalidades legen­darias de estos dos médicos. El retratode Lulio sobre todo parece más bienel de un profeta o mago que no el deun médico.

La mayoría de los retratos de médi­cos españoles del siglo XVI al XVIIIse encuentran en las portadas de susobras médicas; los más importantes deestos retratos han sido ya reproducidosen estas páginas (véase Actas Ciba N o

12 de 1939 "La Medicina en Españadurante el Siglo de oro"). Un retratoque figura en las cubiertas de las obrasdel monje y médico Antonio Ponce deSanta Cruz (alrededor de 1570 hasta1650) muestra al sabio con la plumaen la mano, al cual el Espíritu Santo,bajo la figura de una paloma, comuni­ca su ciencia; en primer término de lalámina se ven los altos protectores del

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Portada de la! ohl"as médicas del monje y médico español An­tonio Pon" de Snllta Cmz (n/l". d, 1570-1650). Madl"id,1637.

médico, a saber: el rey Felipe IV (1621­1665) y G. de Gutman; figuras alegó­ricas que se hallan junto 'al retrato in­dican la necesidad del auxilio divino,sin el cual toda la ciencia humana noes más que una obra incompleta. Elgrabado de esta portada nos presentaen conjunto yen una forma perfecta la

Insuficiencia testicular

El cil"tljalto español Ped,'o Virg,ili (1699-1788) que midió(ti CJdiZ en el si,g/o XVIlI. Grahgdo '" coh" de la épora.

asociación de la profesión médic;l conlos círculos religiosos y cortesanos, típi­ca de la mentalidad española de aquellaépoca. Como ejemplo de un retrato es­pañol de médico ejecutado con el amane­ramiento convencional del siglo XVIII,citaremos por último el del ciru janoPedro Virgili (1699-1788) de Cádiz.

AndrostinaLa Androstiria contiene todos los principios

activos de la glándula genital masculina -,')8

I Notas para el práctico

Tratamiento de las Disenterías bacilares porel Sulfanilamidotiazol

La ,asualidad nos ha permitido, en el plazo deI,,'eve~ días, la obsel'vación de tres casos de di­,enteI'l<l bacilar, cuyos exámenes bacteriológicospracticados en las mate"ias fecales, revelaron lapresen"ia de uno de los gérmenes causantes: elbacilo de Flexner,

Hasta hace pocos años, bajo e! término disen­(erías, ~e englobaban cierta cantidad de enferme­dades <le variable etiologia. Estudios cHnico­bacteriológicos, practicados por numerosos inves­tigado,es, han permitido desligar del cuadro delas mi,mas algunas afecciones, que han pasadoa engr, ,sal' uno u otro capitulo de la patología delas enf.. rmedades infecciosas. Hoy se designan conel títul" de disenterias, al síndrome consecutivoa una .lfección enterocoIónica, cuyo trípode sin­(omáti, o característico es: Abundantes deposi­ciones muco-sanguinolentas. cólicos intestinales,. tene~lllo.

. Quizols de un modo esquemático, se han clasi­ficado L,s disenterías, de acuerdo a su etiología en:

1. D,~enterías parasitarias, producidas por pro­t.ozoari, 's, (amebas, giardias, bIastocistis, chilo­mastis ,nesnili, tricomonas, coccidios, balantidumcoli, et, .), o por gusanos metazoarios de la clasede los nematelmintos (ascaris, oxiul'lls, anquilos­tomas, dc.).

2. Disenterías bacilares, producidas por losbacilos, le Shiga-Kruse, Flexner, Sonne, etc.

3. Di,enterías espirilares, producidas por va­ri"dos (·<pirilos. El bacilo de Flexner, causantedel sínd I'Ome disentérico en nuestros enfermitos,fué aislado de las materias fecales, mediante siem­bra del material por diseminación en agar-lactosa­t.ornasol:tda, que nos permitió separar a los ba­cilos qu .. no fermentan la lactosa (Flexner) delbacilo coli y de otros sOlprófitos intestinales, fre­cuentem .. nte asociados (Kruse-Sonne). Aislado elmicroor&.lIlismo, que por sus caracteres morfo­lógico-bi .. lógicos y colorantes, pe,·tenecía al grupode los di ,entéricos, se efectuaron repiques y siem­bras en \ arios medios de cultivo (Agar, Gelatina,Leche, A';ua peptonada y en diversos Hidratos deCarbono. lo que nos permitió reconocerlo.

Es conocida por todos la gravedad de esta en­fermedad. y el frecuen te fracaso de la medicacióna base de sueros, vacunas, enemas astringentes,r!ietas, ellletina, etc., ya que la mortalidad oscilaentre el :)0 y el 40 por ciento en los tratados.Por esta razón, y en conocimiento de! trabajo pu­blicado elJ "El Día Médico", N° 8, de febrero delaño ppd•.. , por el Prof. José M. Valdés y J. B.Sosa Gallardo, de Córdoba, sobre el tratamientode las di,enterías bacilares por el Sulfanilamido­(iazol (Ci bazo!), resolvimos usar en nuestros pa­rientes esta medicación. El franco éxito obtenido,ya que d,,"tro de las 72 horas cedió e! síndromedisentérico> y su consecuencia el cuadro infecciosogeneral, nn hacen más que confi"mar las conclu-

siones a que arribaron los autores cordobeses enuna estadística de 12 casos. Con la presente pu­blicación, no pretendemos otra cosa que aportarnuestra modesta contribución al tratamiento, poresta nueva medicación, de una afección que, porla extensión que está adquiriendo, no tardarámucho tiempo en convertirse en un serio proble­ma sanitario. Veamos dos historias clínicas:

Caso N° 1_ - C. A. Di C., arg., 6 años. Seinició su actual enfermedad, estando de paseoen General Bragado. A los pocos días de su esta­día, tenía decaimiento, tristeza, mal color, do­lores en sus miembros inferiores casi continuos.que se exacerbaban con la marcha, a tal extremoque le impedían la misma. A las 24 horas, tempe­

-ratma de 39°, intolerancia alimenticia, vómitos,al comienzo de los pocos alimentos líquidos queingería, luego ácidos y al final amarillos verdosos,amargos. Intensos dolores abdominales de tipocólico, acompañados de frecueiltes deposiciones(25 a 30 e! primer día), pujos y tenesmos. Dice lamadre haber observado en las materias fecalesque eran líquidas, gran cantidad de sangre rojay moco, Al día siguiente, la temperatura asciendea 40°, el número de deposiciones aumenta, el es­tado general se agrava, aparece somnolencia.Examinada por un facultativo, diagnostica en­terocolitis " indica tratamiento con una bebidablanca, \'''U'"'' anticoli por boca, dieta, bolsacaliente sob,'e el vientre, etc. La madre nos diceque, como no observara mejoría con este trata­miento, a pesar del mal estado de la criatura, re­suelve t.·asladada a esta capital. Examinada pornosotros. hallamos una niña discretamente adel­gazada, feb"ii, con facies tóxica, mirada apagada.somnolienta. con discreta obnubilación mental.Lengua seca, áspera, roja en la punta y en' losbordes, saburral en el centro (lengua tífica). Apa­rato respiratorio: nada de particular. Aparatocirculatorio: taquicardia. Abdomen excavado:doloroso a la palpación, sobre todo el hemiabdo­men izquierdo, donde se palpa cuerda cólica. Alexamen de las deposiciones que en este dia eranya de 30 a 35, acompañadas de pujos y tenesmoterrible, comprobamos materias fecales en formade papilla líquida, clara, constituída en gran partepor moco de olor pútrido, sangre y abundantespelículas epiteliales. Al examen bacteriológicoobservamos la presencia del bacilo de Flexner.

Previo examen de orina, que no arrojó nada departicular, iniciamos el tratamiento con Sulfa­nilamidotiazol. Usamos, a igual que los autorescordobeses, el Cibazol, a razón de 20 centigramospor kilo de peso en 24 horas, repartidos en seistomas. Agregamos vitaminas C, dieta de Moro,abnndantes líquidos por boca (té fuerte) frío yen pequeñas tomas. El buen resultado no se haceesperar; a las 24 horas el número de deposicioneshabíase reducido enormemente (5 a 6 deposi­ciones) con materias fecales más pastosas. Notenía pujos, tenesmo, habiendo mejorado el es­tado general, con desaparición del embotamiento

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v los dolores de sus miembros inferiores. La tem­'peratura habla descendido a 37°-37,5°. Conti­nuamos suministrando la misma dosis del medi­camento durante tres días y luego la reducimosa la mitad hasta el décimo día, suspendiéndolaal final del mismo. Día a día la mejorla inicial seacentúa. Aparece el apetito, los deseos de jugary el sueño tranquilo. Al iniciar su enfermedad laniña pesaba 22 kilos, al dársele el alta 16, es decir,que en ese breve lapso de tiempo perdió 6 kilos.

Caso N° 2. - . F., arg., 13 meses. Hacetres O cuatro días, la madre se traslada con suniña a una localidad cercana a esta capital (Ciu­dadela). A poco de llegar, observa malestar, ina­petencia, insomnio y fiebre discreta. Este cuadroprodómico dura 24 horas, al cabo de las cualesbruscamente asciende su temperatura a 40° :vtiene una fuerte convulsión, seguida de variasotras. Se hace tratamiento de práctica en talescasos (balneoterapia. enema evacuante, enemade cloral y sulfanesia inyectable). Desciende latemperatura a 37,5°, y como del examen clínicopracticado no se comprobara síntoma alguno deafección en sus distintos aparatos .v órganos. seresuelve tenerla 'en observación. Esa noche laenfermita tiene vómitos, intensas diarreas y desa­sosiego con llanto continuo. Al siguiente día com­probamos, con la consiguiente sorpresa. un ver­dadero síndrome disentérico. Ese día la enfer­mita tuvo entre 50 y 60 deposiciones! Es de ima­ginar el estado de la criatura, caída. sin fuerzas,con los ojos cenados, respirando fatigosamentey con un quejido continuo; tenía todo el aspectode una toxicosis gl'ave. Mientras se procedía alexamen bacteriológico de las materias fecales, yaque por el cuadro clínico presumimos una disen­tería bacilar, iniciamos el tratamiento, a igualque en nuestros anteriores enfermitos, con Ci­bazo!. Agregamos a la medicación quimioterá­pica, dado el estado de gravedad. suero fisiológicosubcutáneo e intraperitoneal, cortina inyectablevitamina C y tónicos cardíacos. La respuesta almedicamento no se hizo esperar; dentro de las36 horas había mejorado bastante su estado ge­neral, mejoría que se fué acentuando paulatina­mente hasta el 12° día, que fué dada de alta cu­rada. El examen bacteriológico confirmó nuestropresunto diagnóstico, al revelar la presencia delbacilo de Flexner.

Como podrá concluirse de la lectura de lashistorias clínicas transcriptas, se trataba de dospacientes, enfermos de Disentería bacilar porbacilo de Flexner, que tratados rápidamente conSulfanilamidotiazo!. cedió su síndrome disen­térico dentro del 2° al 4° día, para desapa"fceren igual tiempo sus manifestaciones tóxicas gene­rales. Evidentemente los resultados obtenidos,na pudieron ser más halagadores. si tenemos encuenta la gravedad de esta afección. Nosotroscreemos que la quimioterapia, como medicaciónnueva en el tratamiento de las disenterías baci­lares, debe ser usada, ya que hasta la fecha susbeneficios son hado elocuentes. si se tienen encuenta las cifras estadísticas, que si bien pequeñas.dicen algo de que con otras medicaciones no seha conseguido reducir la mortalidad a cerO. Claroestá que el tiempo, con el aporte de nuevas con-

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tribuciones, dirá la últim" palabr" sobre estamedicación en su nueva aplicación terapéutica.ya que en otras afecciones, los numerosos tra­bajos publicados no dejan lugar a dudas, de 'Iueesta adquisición médica es una poderosa armade lucha contra las infecciones microbianas. Porlo demás, su dosificación es bien conocida, y encuanto a accidentes tóxicos, bien pocos por cierto,y debidos generalmente a una cierta idiosincr"siadel organismo para la droga, pueden ser evit"doscon una atenta observación del paciente.

Dr. Eduardo F. L. Noval '''l.(El Dia /"Mico, Buel1o.f Airu, /\'0 50. ]94] J.

El Cibazol en la Meningitis agudaneumocócica

En la meningitis aguda neumococlca. conocidacomo particularmente resistente al tratamientopor las suifamid"s. el Cibazol nos ha permitidoúltimamente obtener magníficos resultados.

El último de nuestros casos fué altamente de­mostrativo, ya que se trataba de un caso de me­ningitis aguda neumocócica del tipo fulminallte.El enfermo, que había ido a su trabajo por la ma­ñana a las 7, en buena salud aparente, vueh'e asu casa a las 10 derribado por intolerables cefa­lalgias. Tres horas más tarde cae en coma, y porla tarde del mismo día, cuando fué hecha la pri­me,'a punción lumbar, estaba casi moribundo.El líquido obtenido por la punción era típica­mente purulento y se depositaba espontánea­mente en el fondo del tubo en espeso puré ricoen neumococos. Inmediatamente se inyectó Ci­bazol por vía intramuscular, a la dosis de dosgramos, repetidos una hora más tarde, pl'<)si­guiéndose luego a razón de un gramo cada h"ra.Al día siguiente por la mañana el enfermo h" bíasalido del coma, luego de haber recibido 14 gra­mos de Cibazol en quince horas. Las cefalea, es­taban muy atenuadas, la rigidez de la nuc<. enmanifiesta regresión, la temperatura apenas ,ub­febril y el estado intelectual perfecto. El Cibazolfué entonces administrado por vía oral, a la do­sis de un gramo cada dos horas (o sean 12 grall10spor día), y se prosiguió así durante siete ,[¡asconsecutivos a pesar de la regresión completade los síntomas y de la aparición de una hiper­termia medicamentosa que alcanzó hasta 3<)0 yque estaba asociada a una erupción mácula-pil­pulosa generalizada. Una punción lumbar decontrol, practicada el quinto día, permitió com­prob~r la perfecta lim~idez,del líquido cél"lo­raqUldeo que no contel1la mas que unos cuaren­ta elementos por milímetro cúbico y que esl.lbacompletamente desprovisto de gérmenes c"mose verificó tanto por el examen directo como pOI'el cultivo. La fiebre y la erupción se atenu"ronen cuanto se .disminuyeron a la mitad las dosisde medicamento, para desaparecer por com ple­to y de inmediato en cuanto se interrumpi" eltratamiento. La curación fué completa. sin r<,<:aí·das y sin secuelas.

Pro}. Dr. George.f Bi.{-e/.

(Revue IJlédicale de la S"iue Romal1de,l\To S.],) {l).

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Ltatam¡ento- le Io-:J t~a:Jto-~no-:J

citcufailJtiM fetitétiw:J

Prisco)Clorhidrato de la 2 - bencil- 4,5 - imidazolina

1ndicaciones:

Enfermedad de Raynaud

Claudicación intermiten te

Afecciones artríticas reumáticas

Craurosis vulvar

Acrocianosis

Gangrena (diabética yarterioescIerósica)

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Suplemento al tema "El cultivo de tejidos"

En las Actas Ciba N°4 de 1941 fuero'nexaminados los problemas del cultivode tejidos en varios trabajos originalesdel Dr. O. Bucher. A ello hemos de aña­dir que acerca del tema tratado se hanpublicado en español durante los últi­mos dos decenios más de 80 trabajos delProfesor Dr. A. H. Roffo (Instituto deMedicina· Experimental para el estudioy tratamiento del cáncer, en BuenosAires) como resultado de sus investiga­ciones sobre el cultivo de .tejidos in vi­tro. Con su labor, Roffo no solamente hahecho conocer a muchos investigadoresel método· de cultivo de tejidos de Ha­rrison y Carrel, sino que en este modernocampo de investigación biológica haestudiado y esclarecido un gran númerode interesantes e importantes cuestio­nes. Todos los problemas sobre los queha trabajado Roffo, han surgido deun terreno común, a saber, del estudiodel diverso comportamiento del tejidonormal y del neoplásico, habiéndosepuesto de manifiesto que el tejido neo­plásico es en general más sensible a di­v~rsas influencias. Un gran número depublicaciones ha sido dedicado a la in­fluencia de los rayos X, cuyo efecto

Cultivo de un sarcoma de células fusiforlnes Jin úciti1ld(testigo). Fuerte desa"""o. (Foto: Prof. Roffo, BuenosAires).

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biológico ha sido estudiado bajo dis­tintos aspectos desde 1924. Entre lassustancias colorantes ensayadas en cuan­to a su acción sobre los tejidos in vitro,ocupa un lugar especial, como es de su­poner, el rojo neutro, que tan frecuen­temente es empleado para los ensayosde teñido vital. Algunos trabajos deRoffo se ocupan también del medio delcultivo y otros de los estudios del meta­bolismo. Del gran número de in vesti­gaciones referentes a la acción de di­versas sustancias y combinaciones orgá­nicas e inorgánicas sobre los cul tivosde tejidos mencionaremos, para no citarmás que un grupo, como especialmenteinteresantes, las referentes a la coleste­rina y a la leci tina:

La lecitina inhibe el desarrollo ce­lular in vitro, sobre todo cuando ha sidopreviamente sensibilizada por los ra­yos ultravioleta (véase la figura abajo,a la derecha), siendo esta inhibici6nmás marcada en las células neopUsicasque en los fibroblastos normales. Estaacción inhibitoria, según Roffo, másbien que la consecuencia de una accióntóxica, es la influencia de un efectoenergético de estas sustancias, pu,lién-

Cultivo de un sarcoma de e/lulas fusifOmles e"n ad,·ción de leeitina tratada con rayos ultravioleta (20:1).No hay crecimiento. (Foto: Prof. Roffo, Buenos Aires).

dose considerar aquí estos lipoides comoacumuladores de energía (1936). Junto algran número de problemas que puedenser trabajados directa o indirectamentecon el prometedor método del cultivode teJidos, los investigadores y los mé-

dicos podrán canear 'con ulteriores in­vestigaciones orientadoras de Roffo y desus colaboradores, tanto más cuantoque Roffo ha logrado, antes que cie;rtosInstitutos de otros países, perfeccionarlos complicados métodos técnicos.

Insuficiencia masculina

de origen endocrino

tlimaterioviril

Afecciones prostáticas

Infantilismo

Estados asténicos, etc.

PerandrenHormona testicular genuina

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f.1 matemJticoJ médico]obamusBmzo"l/i(1667-1748).C"adro anó,limom el -A"lade la Universidadde Basilea.

Acerca del retrato del matemático y médicoJohannes Bernoulli

tarde se doctoró con la tesis "De motu muscu­lorum", en la cual desarrollaba ampliamente lateor¡a del yatromecánico G. A. BorelJi (1608-

En todas las épocas, las universidades hadan 1679). Su tercera publicación "De nutri! tone"pintar retratos de sus miembros más preclaros apareció en Groningen. donde enseñaba ¡\1ate·para legar a las generaciones posteriores docu- máticas y F¡sica (1695-1705). Como quier;; quementos históricos vivos del prestigio del "Alma en ella sustentaba la opinión de que el organismomater". La mayor¡a de las veces estos retratos humano se consume constantemente por la pers­tienen por objeto expresar la pertenencia del re- piración y se regenera de nuevo por la nutrtción,tratado a la Facultad o recordar sus eminentes con lo cual experimenta cada tres años ulla re­servicios. As¡, por ejemplo, en el Aula de la novación completa, fué atacado por lo. teólogos,Universidad de Basilea. un cuadro de un artista' pues su opinión se contradeda con el dognla de'anónimo representa el "Arqu¡medes del siglo la resurrección de la carne.XVII", el célebre matemático Johannes Bernoulli Aun cuando Bernoulli era Profesor de Mate·(1667-1748) con una hoja en la que se ven cons- máticas en Basilea desde el año 1705, "trajótrucciones geométricas. Ahora bien, BernoulJi no también a esta ciudad estudiantes de Medicina ..era solamente "el pr¡ncipe de las matemáticas", entre elJos Albrecht von HalJer (1708-1777).sino también médico, cosa que no se puede re- Su principal merecimiento fué el de ha berseconocer en el retrato. En 1690 fué licenciado mostrado partidario del principio de la in vesti·con la más alta calificación por su trabajo "De gación metódica en Medicina, en contraposicióneffervescentia et fermentatione", y 4 años más a la mayoda de sus contemporáneos. jJr. J.

Redacción: Sección Científica de la Sociedad para la Industria Química en Basilea (SuiZa).Administración: Productos Químicos Giba S.A., Santa Fe 1072, Buenos Aires (Rep. ArJ!,entina).

Impreso en la An~entina

Bronquitis, Bronconeumonía

Catarros congestivos

Enfisema, Asma bronquial

Convalecencia

Coramina-RExpectorante y estimulanteenérgico de la respiracióny circulación

Comprimidos

11-

eualquier demanda de información, muestras o literatura de los preparadosque se mencionan en esta Revista, será gustosamente atendida por

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El Resyl actúa corno antitóxico y

anticatarral. En las afecciones. de

las vías respiratorias se observa

una transforrnación rápida de la

expectoración que se licua y dis­

minuye progresivamente. Los baci­

los desaparecen y la expectoración

se hace lTIás fácil. Alrnismo tiem.po

se produce una Illejoría del estado

general y la temperatura baja.

No produce intolerancia gástrica.

•Jambc - Con~primidos - Ampollas - Golas