watchman nee - la liberación del espíritu

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  • 8/2/2019 Watchman Nee - La Liberacin Del Espritu

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    LA LIBERACIN DEL ESPRITUWATCHMAN NEE

    1. La importancia del quebrantamiento2. Antes y despus del quebrantamiento3. Nuestras ocupaciones4. Cmo conocer al hombre5. La iglesia y la obra de Dios6. El quebrantamiento y la disciplina

    7. La separacin que efecta la revelacin8. La impresin que deja el Espritu9. El resultado del quebrantamiento

    PREFACIOEste libro aborda una leccin fundamental que todo siervo de Cristo debe encarar: el quebrantamiento

    del hombre exterior llevado a cabo por el Seor para lograr la liberacin del espritu. La nica obra queDios aprueba es la obra que realiza por el espritu, y el espritu puede tener perfecta libertad de accin alser quebrantado el hombre exterior.

    CAPITULO 1LA IMPORTANCIA DEL QUEBRANTAMIENTO

    Lectura bblica: Jn. 12:24; He. 4:12-13; 1 Co. 2:11-14; 2 Co. 3:6; Ro. 1:9; 7:6; 8:4-8; G. 5:16, 22-23, 25Tarde o temprano todo siervo de Dios descubre que el obstculo ms grande para su labor es l mismo y

    se da cuenta que su hombre exterior no est en armona con su hombre interior. El hombre interior va enuna direccin, y el hombre exterior, en otra. El hombre exterior no se sujeta al gobierno del espritu nianda conforme a los elevados requisitos de Dios; adems, constituye el obstculo ms grande para la labordel siervo de Dios y le impide usar su espritu. Todo siervo de Dios debe ejercitar su espritu paramantenerse en la presencia de Dios, conocer Su palabra, percatarse de la condicin del hombre, transmitirla palabra de Dios, y percibir y recibir la revelacin divina; todo esto lo hace con su espritu. Sin embargo,el hombre exterior lo incapacita y le impide utilizar su espritu. Muchos siervos del Seor no son aptos paraSu obra, debido a que nunca han sido quebrantados por el Seor de una manera completa. Sin elquebrantamiento, prcticamente no son aptos para realizar ninguna tarea. Todo entusiasmo, celo y clamor

    son vanos. Este quebrantamiento es fundamental y es la nica manera en que uno llega a ser un vaso tilpara el Seor.EL HOMBRE INTERIOR Y EL HOMBRE EXTERIOREn Romanos 7:22 dice: "Porque segn el hombre interior, me deleito en la ley de Dios". Nuestro hombre

    interior se deleita en la ley de Dios. Efesios 3:16 dice: "Fortalecidos con poder en el hombre interior por SuEspritu". Y en 2 Corintios 4:16 Pablo dijo: "Aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interiorno obstante se renueva de da en da". La Biblia divide nuestro ser en el hombre interior y el hombreexterior. Dios habita en el hombre interior, y lo que est fuera del hombre interior, en donde Dios habita,es el hombre exterior. En otras palabras, el hombre interior es nuestro espritu, mientras que la personacon la que los dems tienen contacto es el hombre exterior. Nuestro hombre interior utiliza nuestrohombre exterior como vestidura. Dios deposit en nosotros, esto es, en nuestro hombre interior, SuEspritu, Su vida, Su poder y Su misma persona. Fuera de nuestro hombre interior se encuentran nuestramente, nuestra voluntad y el asiento de nuestras emociones; exterior a todo esto tenemos nuestro cuerpo,

    nuestra carne.Para poder servir a Dios, el hombre debe liberar su hombre interior. El problema bsico de muchossiervos de Dios radica en que su hombre interior no encuentra salida a travs de su hombre exterior. Elhombre interior debe abrirse paso por el hombre exterior a fin de ser liberado. Tenemos que verclaramente que el principal obstculo en la obra somos nosotros mismos. Si nuestro hombre interior seencuentra aprisionado, nuestro espritu se halla confinado y no puede salir fcilmente. Si no hemosaprendido a abrirnos paso por nuestro hombre exterior con nuestro espritu, no podremos servir al Seor.Nada nos estorba tanto como nuestro hombre exterior. La eficacia de nuestra labor depende de cuntohaya quebrantado el Seor nuestro hombre exterior, y de que el hombre interior se libere por medio delhombre exterior quebrantado. Este es un asunto fundamental. El Seor tiene que deshacer nuestro hombreexterior para abrirle paso a nuestro hombre interior. Tan pronto como nuestro hombre interior se libera,muchos pecadores recibirn bendicin y muchos creyentes recibirn gracia.

    MORIR PARA LLEVAR FRUTO

    En Juan 12:24 el Seor dice: "Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere,lleva mucho fruto". La vida est en la semilla. No obstante, la semilla est rodeada de una cscara, unacorteza dura. Mientras esta cscara no se quiebre, la semilla no podr crecer. "Si el grano de trigo no caeen la tierra y muere..." A qu se refiere esta muerte? Es la accin del calor y la humedad de la tierra sobrela semilla, lo cual ocasiona que la cscara se rompa. Cuando la cscara se rompe la semilla brota. Por lotanto, no depende de si la semilla tiene vida o no, sino de que la cscara exterior se rompa. El siguiente

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    versculo aade: "El que ama la vida de su alma la perder; y el que la aborrece en este mundo, para vidaeterna la guardar" (v. 25). De acuerdo con la Palabra del Seor, la cscara exterior es nuestra vida, y lavida interior es la vida eterna que El nos imparte. Para que la vida interior pueda brotar, la vida exteriordebe sufrir prdida. Si lo exterior no es quebrantado, lo interior no puede ser liberado.

    Entre toda la gente del mundo, hay algunos que tienen la vida del Seor. Y entre stos, encontramosdos condiciones de vida. En unos la vida se encuentra atada, circunscrita y aprisionada; pero en otros, elSeor ha abierto una brecha y la vida puede brotar. El problema de nosotros hoy no radica en cmoobtener vida, sino en cmo permitir que esta vida emane de nuestro interior. Cuando decimos que el Seortiene que quebrantarnos, no es slo una figura retrica ni una doctrina; el quebrantamiento tiene quellevarse a cabo. La vida del Seor puede propagarse por toda la tierra, pero est encerrada en nosotros. El

    Seor puede bendecir a la iglesia, pero Su vida se encuentra aprisionada, restringida y bloqueada pornuestro hombre exterior. Si el hombre exterior no es quebrantado, no traeremos bendicin a la iglesia, nipodemos esperar que el mundo reciba la gracia de Dios por medio de nosotros.

    ES NECESARIO QUE EL FRASCO DE ALABASTRO SEA QUEBRADOLa Biblia habla del ungento de nardo puro (Jn. 12:3). La Palabra de Dios usa intencionalmente el

    adjetivo puro. Este es un ungento de nardo puro, algo verdaderamente espiritual. No obstante, a menosque el frasco de alabastro fuera quebrado, el ungento de nardo puro no poda ser liberado. Es extrao quemucha gente valore ms el frasco de alabastro que el ungento. De la misma manera, muchos piensan quesu hombre exterior es ms valioso que su hombre interior. Este es el problema que enfrenta la iglesia en laactualidad. Es posible que valoremos demasiado nuestra propia sabidura y pensemos que somos superiores.Otros pueden estimar sus emociones y creer que son personas excepcionales. Muchos otros se valoranexageradamente a s mismos y creen que son mejores que los dems. Piensan que su elocuencia, suscapacidades, su discernimiento y juicio, son mejores que los de otros. Pero debemos saber que no somoscoleccionistas de antigedades, ni admiradores de frascos de alabastro, sino que buscamos el aroma delungento. Si la parte exterior no se quiebra, el contenido no puede salir. Ni nosotros ni la iglesia podremosseguir adelante. No debemos seguir protegindonos tanto a nosotros mismos.

    El Espritu Santo nunca ha dejado de obrar en los creyentes. Muchos pueden dar testimonio de lamanera en que la obra de Dios nunca se ha detenido en ellos. Ellos enfrentan una prueba tras otra, unincidente tras otro. El Espritu Santo tiene una sola meta en toda Su obra de disciplina: quebrantar ydeshacer al hombre exterior, para que el hombre interior encuentre salida. Pero nuestro problema es quetan pronto enfrentamos una pequea dificultad, murmuramos, y cuando sufrimos alguna pequea derrotanos quejamos. El Seor ha preparado un camino para nosotros y est dispuesto a usarnos. Pero tan prontocomo Su mano nos toca, nos sentimos tristes. Alegamos con El o nos quejamos ante El por todo. Desde elda en que fuimos salvos, el Seor ha estado obrando en nosotros de muchas formas, con el propsito dequebrantar nuestro yo. Lo sepamos o no, la meta del Seor siempre es la misma: quebrantar nuestro

    hombre exterior.El tesoro est en vasos de barro. A quin le interesa admirar vasos de barro? Lo que la iglesia necesitaes el tesoro, no los vasos de barro. Tambin el mundo necesita el tesoro, no los vasos que lo contienen. Siel vaso no se quiebra, quin podr encontrar el tesoro que est en l? El Seor obra en nosotros de muchasmaneras con el propsito de quebrar el vaso de barro, o sea el frasco de alabastro, la cscara exterior. ElSeor busca la manera de brindar Su bendicin al mundo por medio de aquellos que le pertenecen. Este esun sendero de bendicin, pero tambin es un sendero manchado de sangre. La sangre debe ser derramaday las heridas son inevitables. Cun crucial es el quebrantamiento de este hombre exterior! A menos que elhombre exterior sea quebrantado, no puede llevarse a cabo ninguna labor espiritual. Si nos consagramos alservicio del Seor, debemos prepararnos para ser quebrantados por El. No podemos excusar ni preservarnuestro yo. Tenemos que permitir que el Seor quebrante nuestro hombre exterior completamente paraque El fluya libremente a travs de nosotros.

    Ya hemos visto cul es el propsito de Dios para con nosotros. Es triste que muchos no sepan lo que el

    Seor est haciendo en ellos, ni cul es Su intencin para con ellos. Todos debemos saber cul es elpropsito de Dios para con nosotros. Cuando el Seor abra nuestros ojos, veremos que todo lo que nossucede tiene mucho sentido. El Seor nunca hace nada en vano. Cuando entendamos que la meta del Seores quebrantar nuestro hombre exterior, comprenderemos que todo lo que nos sucede es importante. ElSeor est tratando de alcanzar una meta: quebrantar y deshacer nuestro hombre exterior.

    El problema de muchos es que antes de que el Seor mueva un dedo, ya estn mostrando disgusto.Debemos entender que todas las experiencias, dificultades y pruebas que enva el Seor, redundan paranuestro beneficio. No nos puede pasar nada mejor. Si acudimos al Seor y le decimos: "Seor, por favorpermite que yo escoja lo mejor", yo creo que El nos respondera: "Ya te lo he concedido. Lo que te sucedecada da es lo que ms te beneficiar". El Seor dispone todas las circunstancias con el nico fin dequebrantar nuestro hombre exterior. Nuestro espritu puede servir al mximo slo cuando nuestro hombreexterior es quebrantado y nuestro espritu es liberado.

    EL QUEBRANTAMIENTO REPENTINO Y EL GRADUAL

    El Seor quebranta nuestro hombre exterior de dos maneras. Primero, lo hace en forma gradual, y ensegundo lugar, inesperadamente. Algunas veces el quebrantamiento del Seor primero vieneinesperadamente, seguido por un quebrantamiento gradual; la disciplina inesperada viene primero y lagradual le sigue. Algunos creyentes enfrentan adversidades diariamente, hasta que cierto da recibeninesperadamente un golpe fuerte del Seor. En este caso, la obra gradual viene primero y la repentinaluego. De acuerdo con nuestra experiencia, hay diferentes patrones de quebrantamiento. Es posible que

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    primero se presente el quebrantamiento repentino seguido por el gradual, o viceversa. Hablandogeneralmente, aun con aquellos que no se desvan ni toman atajos, el Seor requiere algunos aos paracompletar el proceso de quebrantamiento.

    No podemos reducir el tiempo que toma este quebrantamiento pero s podemos extenderlo. En algunos,el Seor concluye este proceso en unos cuantos aos. Pero en otros puede durar hasta diez o veinte aos.Este es un asunto muy serio! Nada es ms lamentable que desperdiciar el tiempo de Dios. Muchas vecesnosotros somos los causantes de que la iglesia sea privada de recibir bendicin. Es posible predicar usandoslo nuestra mente y conmover a la gente con nuestras emociones sin ejercitar nuestro espritu; pero sihacemos esto, Dios no podr usar Su Espritu para tocar a los dems por medio de nosotros. Cuandodemoramos la obra incurrimos en una gran prdida.

    Si en el pasado nunca nos hemos consagrado a Dios de una manera total, ste es el momento dehacerlo. Debemos decirle: "Seor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que tengaslibertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar en mi vida individual, me entrego a Ti total eincondicionalmente. Seor, con gusto me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreseslibremente por medio de m".

    EL SIGNIFICADO DE LA CRUZDurante mucho tiempo hemos escuchado acerca de la cruz, tanto que nos parece que ya lo sabemos

    todo al respecto; pero, sabemos en realidad qu es la cruz? El significado de la cruz es simplemente elquebrantamiento del hombre exterior. La cruz pone fin al hombre exterior, lo destruye totalmente y rompela cscara exterior. Destruye nuestras opiniones, mtodos, sabidura, egocentrismo y todo lo dems. Unavez que esto sucede, el hombre interior puede salir libremente, y el espritu puede funcionar. Es muy clarocul es el camino que tenemos por delante.

    Una vez que el quebrantamiento del hombre exterior se lleva a cabo, resulta fcil liberar nuestroespritu. Cuando un hermano experimenta esto, aunque posea una mente brillante, una voluntad firme yunas emociones reservadas y profundas, todo el que lo conozca reconocer que cuando tiene contacto conl, toca su espritu y no sus virtudes humanas. Cada vez que otros tengan comunin con l, tocarn suespritu, el espritu puro de un hombre quebrantado. Una hermana puede ser rpida en sus acciones, de talmodo que todo el que la conoce lo nota. Tal vez sea rpida para pensar, hablar, confesar, escribir y tirar loque ha escrito. Pero cuando otros la conocen, no notan su rapidez sino su espritu, pues su misma personaha sido quebrantada. El quebrantamiento del hombre exterior es un asunto crucial. No podemos escudarnosen nuestra debilidad para siempre. Despus de estar bajo la obra quebrantadora del Seor por cinco o diezaos, no tendremos el mismo sabor. Debemos permitir que el Seor se abra paso por medio de nosotros.Esto es lo ms bsico que el Seor requiere.

    DOS RAZONESPOR LAS QUE NO SOMOS QUEBRANTADOS

    Por qu muchas personas permanecen sin ningn cambio, a pesar de estar por aos bajo la obraquebrantadora del Seor? Y por qu otros tienen una voluntad frrea, una parte afectiva o mente tanfuerte, y an as, el Seor puede quebrantarlos? Existen dos razones por las cuales sucede esto.

    La primera razn es que stos viven en tinieblas y no pueden ver la mano de Dios en accin. Diosciertamente est activo quebrantndolos, pero ellos no estn conscientes de ello. Como no viven en la luz,su visin es muy reducida. Slo ven a los hombres y piensan que stos son sus adversarios. O le dandemasiada importancia a las circunstancias; las culpan de todo y se quejan de que son muy difciles. Que elSeor nos conceda revelacin para que podamos ver la mano de Dios obrando. Que podamos arrodillarnos ydecir: "Seor, esto procede de Ti. S, creo que esto viene de Ti, y lo acepto". Al menos debemos saber dequin es la mano que nos disciplina. Debemos reconocer esa mano y comprender que el quebrantamientono proviene del mundo, de nuestra familia ni de los hermanos de la iglesia. Debemos ver que es la mano deDios la que nos disciplina. Deberamos aprender de la seora Guyn, quien besaba y estimaba esta mano.Tenemos que recibir esta luz para aceptar y creer todo lo que el Seor hace, pues El jams se equivoca.

    La segunda razn por la que muchos no son quebrantados es porque se aman demasiado a s mismos. Elamor propio es un gran obstculo para el quebrantamiento. Tenemos que rogar al Seor que quite denosotros todo amor propio. Cuando Dios lo arranca de nosotros, tenemos que adorarle diciendo: "Seor, sista es tu obra, la acepto de todo corazn". Debemos recordar que todo mal entendido, toda queja y todainconformidad se originan en el amor que nos tenemos en secreto. Debido a que nos amamos a nosotrosmismos secretamente, tratamos de salvarnos. Muchas veces los problemas se originan en nuestros intentosde salvarnos a nosotros mismos.

    Aquellos que conocen al Seor van a la cruz sin tomar el vinagre mezclado con hiel. Muchos van a lacruz de mala gana; toman el vinagre con hiel tratando de atenuar sus sufrimientos. Aquellos que dicen: "Lacopa que el Padre me dio, no la beber?", no tomarn la copa de vinagre con hiel. Slo tomarn una de lasdos copas, no ambas. Estos no se aman a s mismos. El amor propio es la raz de nuestro problema. Que elSeor nos hable interiormente para que oremos diciendo: "Dios mo, ahora entiendo que todo proviene deTi; todas mis experiencias durante los ltimos cinco, diez o veinte aos han venido de Ti y han tenido el

    nico propsito de que Tu vida se exprese en m. He sido insensato por no haberlo visto antes. Por causa demi amor propio he hecho lo posible por salvarme a m mismo y he desperdiciado mucho de Tu tiempo.Ahora entiendo que esto ha sido obra de Tu mano, y me consagro sinceramente a Ti. Vuelvo a encomendarmi vida en Tus manos".

    LAS HERIDAS DEL QUEBRANTAMIENTO

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    Nadie es tan atrayente como aquel que ha pasado por el proceso de quebrantamiento. Una personaobstinada y egocntrica slo puede atraer a los dems despus de que Dios la quebranta. Veamos el casode Jacob en el Antiguo Testamento. El luch con su hermano desde que ambos estaban en el vientre de sumadre; l era astuto, problemtico y artificioso, aunque pas por muchos sufrimientos durante su vida.Cuando era joven huy de su casa y fue estafado por Labn durante veinte aos. Su amada esposa Raquelmuri cuando iban de regreso a casa, y Jos, el hijo que ms quera, fue vendido. Muchos aos despus, suhijo Benjamn fue retenido en Egipto. Jacob fue quebrantado por Dios una y otra vez, y experimentnumerosos infortunios. Fue golpeado por Dios en repetidas ocasiones. La historia de Jacob es una historiade azotes de parte de Dios. Despus de todos estos golpes cambi. Durante sus ltimos aos lleg a ser unapersona realmente transparente. Cunta honra se le dio en Egipto cuando se present ante Faran y habl

    con l! Cun hermoso es este cuadro! Cun claras fueron las bendiciones que dio a sus hijos y nietos! Alleer la ltima parte de su historia, no podemos evitar inclinarnos y adorar a Dios. He ah una personamadura, una persona que conoca a Dios. Despus de ser azotado por Dios durante varias dcadas, elhombre exterior de Jacob fue quebrantado. En su edad madura encontramos un cuadro maravilloso. Todostenemos algo de Jacob en nosotros; tal vez no slo un poco. Esperamos que el Seor pueda obrar ennosotros y que quebrante nuestro hombre exterior, al grado de que el hombre interior sea liberado yexpresado por medio de nosotros. Esto es algo de gran valor y es el destino de los siervos del Seor. Slopodremos servir y guiar a otros al Seor y al conocimiento de Dios cuando alcancemos esto. Ninguna otracosa producir resultados; ni la teologa ni las doctrinas ni el simple conocimiento de la Biblia nosbeneficiar. Lo nico que ser de provecho es que Dios fluya de nuestro interior.

    Cuando nuestro hombre exterior es golpeado, herido y humillado por toda clase de infortunios, lasheridas y cicatrices que queden sern los canales por donde el espritu fluya de nuestro interior. Temo queel yo de algunos hermanos y hermanas todava se encuentre entero; nunca han sufrido ninguna herida nidisciplina, y no han cambiado en forma alguna. Que el Seor tenga misericordia de nosotros y establezcaun camino recto delante de nosotros.

    Que podamos ver que sta es la nica manera de ir adelante, y que todas las heridas que hemosrecibido de parte del Seor en estos ltimos diez o veinte aos han tenido como propsito alcanzar estanica meta. Por lo tanto, no debemos menospreciar la obra del Seor en nosotros. Que el Seorverdaderamente nos muestre lo que significa el quebrantamiento del hombre exterior. A menos que elhombre exterior sea quebrantado, todo lo que tengamos slo estar en la esfera de nuestro intelecto y delconocimiento, y ser intil. Logre el Seor en nosotros un quebrantamiento completo.

    CAPITULO 2ANTES Y DESPUESDEL QUEBRANTAMIENTO

    El quebrantamiento del hombre exterior es una experiencia bsica que todo siervo del Seor debetener. Dios tiene que quebrantar nuestro hombre exterior para que podamos servirle de manera efectiva.Todo siervo del Seor tiene dos posibilidades al servirle. La primera es que su hombre exterior nunca

    sea quebrantado y que su espritu permanezca adormecido. No puede tener un espritu liberado nipoderoso; slo su mente y su parte afectiva estn activas. Si es una persona inteligente, su intelecto estarmuy activo; y si es muy sentimental, sern sus emociones las que estn activas. Esta clase de actividad nopuede conducir a nadie a Dios. En segundo lugar, es posible que su hombre exterior no est separado de suhombre interior. Cuando su espritu es liberado, viene mezclado con sus pensamientos y sus emociones, locual genera algo impuro. Esta clase de servicio produce en otros experiencias mezcladas e impuras. Estasdos condiciones impiden que el creyente sirva al Seor de una manera apropiada.

    "EL ESPIRITU ES EL QUE DA VIDA"Si deseamos servir al Seor eficazmente, debemos reconocer al menos una vez que "el Espritu es el que

    da vida" (Jn. 6:63). Si no lo reconocemos este ao, lo tendremos que hacer ms adelante. Si no vimos esto

    claramente desde el primer da que cremos en el Seor, tendremos que verlo con claridad tarde otemprano, aunque tardemos diez aos en reconocerlo. Muchos tienen que ser llevados hasta el fin de smismos y ver lo vano de sus obras, para que se den cuenta de lo intil que son sus muchos pensamientos ysentimientos. No importa cunta gente pueda ser ganada por medio de sus pensamientos y sentimientos, elresultado ser vano. Tarde o temprano tenemos que confesar que "el Espritu es el que da vida". Slo elEspritu puede dar vida; ni siquiera nuestros mejores pensamientos y sentimientos pueden hacer eso. Elhombre slo puede recibir vida por medio del Espritu. La Palabra del Seor siempre tiene la razn; el queimparte vida es el Espritu. Muchos obreros del Seor tienen que pasar por sufrimientos y fracasos antes depoder ver este hecho. Ya que es el Espritu el que da vida, slo cuando el espritu es liberado, pueden serregenerados los pecadores y edificados los creyentes. La regeneracin transmite vida y hace que otrosreciban vida, as como la edificacin transmite vida y hace que los creyentes sean edificados. Sin laintervencin del Espritu no pueden llevarse a cabo ni la regeneracin ni la edificacin.

    Lo interesante es que Dios no tiene la intencin de separar Su Espritu de nuestro espritu. En muchos

    pasajes bblicos es imposible precisar si se hace referencia al Espritu de Dios o al espritu humano. Ni aunlos expertos en griego pueden determinar la diferencia. A lo largo de los aos, los traductores de la Bibliadesde Lutero, en Alemania, hasta los traductores de la versin King James, en ingls, han sido incapaces dedecir a ciencia cierta de entre la gran cantidad de referencias acerca del espritu en el Nuevo Testamento,cules se refieren al espritu humano y cules al Espritu divino.

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    El libro de Romanos es tal vez el que contiene la palabra espritu un mayor nmero de veces. Quinpuede determinar cules se refieren al espritu humano y cules al divino? Cuando los traductores de laBiblia llegan a Romanos 8, dejan la decisin a los lectores. Cuando las diferentes versiones traducen lapalabra pneuma, algunas la traducen "Espritu", con mayscula, y otras "espritu", con minscula. Por logeneral, todas las versiones difieren en este asunto y ninguna asevera tener la ltima palabra. En realidad,es imposible diferenciar entre el Espritu Santo y el espritu humano. Cuando recibimos un espritu nuevo,al mismo tiempo recibimos el Espritu de Dios. Cuando nuestro espritu humano fue reavivado de su estadoamortecido, al mismo tiempo recibimos el Espritu Santo. El Espritu Santo reside en nuestro espritu, peroes difcil decir cul es el Espritu Santo y cul es nuestro espritu. Entre ambos existe una distincin pero nouna separacin. Por lo tanto, la liberacin del espritu no es slo la liberacin del espritu humano, sino la

    liberacin del Espritu Santo por medio del espritu humano, ya que ambos espritus son uno. Entre ellospuede haber una diferencia en cuanto a terminologa, pero no en hecho. La liberacin del espritu es tantola liberacin del espritu humano como del divino. Cuando otros tienen contacto con nuestro espritu, tocanal mismo tiempo al Espritu Santo. Si proporcionamos a otros la oportunidad de tocar nuestro espritu,debemos agradecer al Seor porque al mismo tiempo tienen la oportunidad de tocar al Espritu de Dios. Dehecho, nuestro espritu es el medio por el cual traemos el Espritu de Dios al hombre.

    Cuando el Espritu de Dios opera, lo hace por medio del espritu humano. Tal operacin es similar a laelectricidad que circula por los aparatos electrodomsticos; no puede viajar en forma de relmpago por elaire, sino por medio de los alambres. No slo tenemos electricidad, sino tambin cables conductores. Losalambres conducen la electricidad. En la fsica existe el fenmeno llamado cargaelctrica.Estar cargadoequivale a llevar un carga. Si tenemos que conducir la electricidad, lo tenemos que hacer por medio dealambres elctricos. Este mismo principio se aplica en cuanto al Espritu de Dios. El necesita el esprituhumano como medio que conduce el Espritu de Dios. El Espritu Santo es conducido por el espritu humanohacia los hombres.

    Cuando un hombre recibe la salvacin, el Espritu Santo empieza a residir en su espritu. Pero estehombre puede ser utilizado por el Seor, dependiendo ms de su hombre exterior que de su espritu. Elproblema de muchos es que su hombre exterior jams ha sido quebrantado. No hay un sendero manchadocon sangre ni heridas ni cicatrices. La consecuencia de esto es que el Espritu de Dios se encuentraencarcelado en su espritu y no puede salir. En ocasiones el hombre exterior se mueve pero el interior noresponde. El hombre exterior se libera pero el hombre interior permanece atado.

    ALGUNOS ASUNTOS PRACTICOSVeamos algunos asuntos prcticos importantes. En primer lugar, tomemos la predicacin. Muchas veces

    predicamos de una manera formal, persuasiva y lgica, pero interiormente estamos como un tmpano dehielo. Tratamos de convencer a otros, pero la realidad es que no nos convencemos ni a nosotros mismos. Elhombre exterior se encuentra activo pero el interior no participa; no trabajan en equipo, no actan al

    unsono. Mientras el hombre exterior se encuentra entusiasmado, el interior permanece completamentefro. Aunque estemos predicando de la grandeza del amor de Dios, interiormente no tenemos ni el msmnimo sentir de dicho amor. Podemos hablar de los padecimientos del Seor en la cruz, pero al volver anuestra habitacin, podemos rernos como si nada. Es desesperante cuando el hombre interior y el exteriorno actan unidos. El hombre exterior puede estar trabajando mientras que el interior se encuentratotalmente inactivo. Esta es la primera condicin: la mente y la parte afectiva se encuentran activas, masno el espritu. El hombre exterior acta, pero el interior no responde. Es como si el hombre interior slofuera un espectador de las acciones del hombre exterior. El hombre exterior sigue siendo el mismo, y elinterior tambin, pero no estn en armona.

    En otras ocasiones, el hombre interior puede encontrarse muy desesperado y con deseos de gritar, perono puede emitir ni una palabra, pues lo que quisiera expresar rebota contra la barrera. Cuanto msdesesperado se encuentre el hombre interior, ms fro estar el exterior. Puede tratar de hablar, pero nosale ni una palabra. Cuando se acerca a un pecador quisiera llorar, pero las lgrimas no brotan. Quiere

    gritar ardientemente desde la plataforma, pero no encuentra al hombre exterior por ninguna parte. Esto esmuy angustioso. Tal frustracin se debe a que el hombre exterior no ha sido quebrantado, y por lo tanto, elhombre interior no puede liberarse. Mientras la cscara exterior permanezca intacta, el hombre exterior noaceptar rdenes del hombre interior. Cuando el hombre interior llora, el exterior no lo sigue; cuando elinterior est afligido, el exterior no lo est. El hombre interior puede tener mucho que decir, pero nocuenta con los pensamientos del hombre exterior para expresarse. El hombre interior puede tener muchossentimientos pero no es capaz de expresarlos, porque no puede romper la cscara exterior.

    La descripcin anterior corresponde a la condicin de una persona cuyo hombre exterior no ha sido aunquebrantado. O su espritu no reacciona y su hombre exterior acta solo, o su espritu est activo pero elhombre exterior no le da paso. Por consiguiente, la primera leccin que debe aprender todo aquel quedesea dedicarse a servir al Seor es el quebrantamiento del hombre exterior. Todo siervo de Dios necesitaaprender la leccin fundamental de permitir que su hombre interior se abra paso a travs de su hombreexterior. Ningn verdadero siervo del Seor debe permitir que sus pensamientos y emociones acten

    independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberacin, el hombre exterior deberproporcionarle un canal por el cual el espritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido estaleccin, nuestra efectividad en la obra del Seor ser muy limitada. Que el Seor nos conduzca alquebrantamiento del hombre exterior y nos muestre la manera de ser quebrantados ante El.

    Una vez que somos quebrantados, todas nuestras acciones cesan. Ya no estaremos emocionadosexteriormente e indiferentes interiormente. Cuando tengamos los sentimientos y expresiones adecuados en

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    nuestro interior, exteriormente actuaremos de acuerdo con ellos. Tampoco volveremos a tener laexperiencia desconcertante de que nuestro hombre interior quiera llorar mientras el exterior no sea capazde derramar ninguna lgrima. Ni nos volveremos a quejar de que en nuestro interior tenemos algo quedecir y aunque le demos vueltas desesperadamente, seamos incapaces de expresarlas. No volveremos acarecer de pensamientos ni a tener necesidad de usar veinte palabras para decir algo que puede decirsecon dos. Nuestra mente ayudar a nuestro espritu en lugar de estorbarle. Nuestras emociones tambinpueden ser una cscara muy dura. Muchas personas cuando quieren regocijarse no pueden, y cuandoquieren llorar tampoco hallan la forma de hacerlo. Su hombre exterior no responde. Pero cuando el Seorgolpee con fuerza su hombre exterior, ya sea por medio del quebrantamiento o de la iluminacin delEspritu Santo, podrn regocijarse cuando deban hacerlo y llorar cuando sea necesario. Su espritu ser

    liberado totalmente.El quebrantamiento del hombre exterior nos conduce a la liberacin del espritu, la cual no slo es

    imprescindible para nuestra labor, sino tambin muy provechosa para nuestra vida espiritual. Si nuestroespritu es liberado, podemos permanecer en la presencia de Dios, tocar el espritu de la Palabra, recibirrevelacin espontneamente, tener poder al testificar y al compartir la Palabra de Dios como ministrossuyos. Todo esto es fruto de la liberacin y el ejercicio de nuestro espritu. Adems, si nuestro espritu esliberado, tocaremos el espritu de otros con el nuestro. Cuando alguien hable con nosotros, podremosdiscernir su condicin; sabremos qu clase de persona es y la actitud que tiene, la clase de vida cristianaque lleva y cul es su necesidad. Nuestro espritu podr tocar el suyo. Si nuestro espritu es liberado, serfcil que otros lo puedan tocar, pues estar ms accesible. En el caso de algunas personas, slo podremostener contacto con sus pensamientos, sus emociones y su voluntad, mas no con su espritu. Aunque seamoscristianos y pasemos varias horas hablando, aun as, no lograremos tocar su espritu. Su cscara exterior estan dura que nadie llega a tocar su condicin interior. Cuando el hombre exterior es quebrantado, elespritu se abre y fluye libremente hacia otros, y cuando esto sucede, los dems pueden tocarlofcilmente.

    SALIR DE LA PRESENCIA DE DIOS Y REGRESAR A ELLASi el hombre exterior es quebrantado, el espritu espontneamente permanece en la presencia del

    Seor. Dos aos despus de ser salvo, cierto hermano ley el libro La prctica de la presencia de Dios,escrito por el hermano Lawrence. El luchaba mucho debido a que no era capaz de disfrutar la presencia deDios continuamente como el hermano Lawrence lo haca. Hizo un pacto con un hermano que consista entomar unos minutos cada hora para orar. Quera seguir la enseanza bblica de orar sin cesar. Cada vez queel reloj marcaba la hora, ambos trataran de arrodillarse a orar. An as, les pareca que no podanmantenerse en la presencia de Dios, y constantemente luchaban por regresar a ella. Era como si alocuparse de sus negocios y estudios se alejaran de Dios, de tal manera que tenan que regresar a El, pues sino lo hacan, teman que se alejara para siempre. Ellos oraban todos los das. Los domingos oraban todo el

    da, y los sbados, medio da. Hicieron esto durante dos o tres aos. Pero as como sentan la presencia deDios cuando se tornaban a El, la perdan tan pronto se ocupaban en otros asuntos. El problema demantenerse en la presencia de Dios por el esfuerzo humano es una gran frustracin para muchos cristianos,no slo para estos hermanos. Para ellos, la presencia de Dios slo puede preservarse cuando se acuerdan deella; pero cuando la olvidan, se va. El intento de mantener la presencia de Dios con nuestra mente naturales una insensatez, pues la presencia de Dios est en nuestro espritu, no en nuestra mente.

    Para ocuparnos de la presencia de Dios es necesario primero resolver el asunto del quebrantamiento delhombre exterior. La naturaleza de las emociones es diferente a la naturaleza de Dios; al grado que nuncapueden unirse. Lo mismo podemos decir de nuestra mente. Juan 4 nos muestra que la naturaleza de Dios esEspritu. Solamente nuestro espritu es de la misma naturaleza que Dios, y slo nuestro espritu puede estaren armona con Dios para siempre. Si tratamos de retener la presencia de Dios con nuestra mente, laperdemos tan pronto como perdemos el absoluto control de nuestra mente. Si tratamos de mantener lapresencia de Dios con nuestras emociones, suceder lo mismo: Su presencia desaparecer tan pronto

    perdamos el completo control sobre nuestras emociones. En ocasiones cuando nos sentimos felicespensamos que tenemos la presencia de Dios, pero esta felicidad no dura mucho. Cuando termina, sentimosque hemos perdido la presencia de Dios. Adems, podemos creer que tenemos Su presencia cuandolloramos, pero no podemos llorar todo el tiempo. Tarde o temprano nuestras lgrimas se extinguirn, ycuando esto suceda, sentiremos que tambin Su presencia se extingue. Tanto la funcin de nuestra mentecomo la de nuestro espritu son simplemente actividades, y ninguna actividad puede durar para siempre. Sitratamos de mantener la presencia de nuestro Dios por medio de actividades, sta se desvanecer tanpronto como nuestras actividades cesen. Dos sustancias pueden mezclarse solamente cuando son de lamisma naturaleza. Por ejemplo, el agua se puede mezclar con el agua, y el aire con el aire. Slo cosas quetengan la misma naturaleza pueden integrarse. El hombre interior tiene la misma naturaleza que Dios; porlo tanto, puede percibir la presencia de Dios por medio de Su Espritu. El hombre exterior viveconstantemente en la esfera de la actividad, lo cual constituye un obstculo para el hombre interior. Elhombre exterior no es una ayuda, sino un impedimento. El hombre interior se librar de distracciones

    nicamente cuando el hombre exterior sea quebrantado.Dios puso en nosotros un espritu capaz de responderle. En cambio, el hombre exterior slo responde a

    estmulos externos. El hombre pierde la presencia y el disfrute de Dios porque su hombre exteriorconstantemente responde a estmulos del mundo. No podemos evitar el contacto con las cosas, pero spodemos ser quebrantados. Diariamente suceden millones de cosas en el mundo que estn fuera de nuestrocontrol. Si el hombre exterior no ha sido quebrantado, reaccionaremos cuando suceda algo en el mundo.

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    No podremos disfrutar la presencia del Seor tranquila y continuamente debido a que el hombre exteriorsiempre est reaccionando a su entorno. La presencia de Dios depende del quebrantamiento del hombreexterior.

    Si Dios tiene misericordia de nosotros y quebranta nuestro hombre exterior, manifestaremos lassiguientes caractersticas: nuestra antigua curiosidad terminar; antes nuestras emociones eran muyactivas, pues nos conmova fcilmente el amor o la ira cada vez que algo suceda; reaccionbamos deinmediato a todo y nos enredbamos con ello. Como resultado, perdamos la presencia de Dios. Pero si Diostiene misericordia de nosotros y quebranta nuestro hombre exterior, el hombre interior ya no ser afectadopor todo lo que suceda al rededor. Tendremos calma, y la presencia de Dios permanecer en nosotros.

    Debemos ver que el disfrute de la presencia de Dios depende del quebrantamiento del hombre exterior.

    Slo es posible disfrutar continuamente la presencia de Dios cuando el hombre exterior ha sidoquebrantado. El hermano Lawrence trabajaba en una cocina. Mucha gente le peda diariamente susservicios. Y aunque a su alrededor haba siempre ruido y le llevaban muchos platos que lavar, l no eraafectado por estas cosas. Tena la presencia de Dios igual cuando oraba que cuando se encontraba muyocupado trabajando. Cmo poda mantenerse en la presencia de Dios mientras estaba en su agitadotrabajo? El secreto era que el ruido exterior no poda afectar su ser interior. Algunas creyentes pierden lapresencia de Dios porque cualquier ruido a su alrededor los perturba interiormente.

    Algunos que no conocen a Dios, cuando intentan mantenerse en la presencia de Dios buscan unambiente sin el ajetreo y el ruido de los platos. Piensan que cuanto ms alejados estn de la actividad y dela gente, ms cerca estarn de la presencia de Dios. Pero estn equivocados, pues piensan que el problemason los platos y las distracciones humanas. En realidad, el problema se encuentra en ellos. Dios no nos librade "los platos", sino de que stos nos perturben. Aunque a nuestro alrededor todo fuera un alboroto,nuestro interior puede permanecer intacto y en perfecta calma. Una vez que el Seor quebranta nuestrohombre exterior, nuestro ser interior no responde a tales cosas; nuestros odos estarn cerrados a estosruidos. Gracias a Dios que podemos tener odos sensibles. Sin embargo, la accin de la gracia y la operacinde Su obra, quebrantarn nuestro hombre exterior, de tal manera que nada que sobrevenga a nuestrohombre exterior nos afecte. Cuando estemos en medio de la agitacin de la cocina, podemos escondernosen la presencia de Dios, de igual manera que cuando estamos orando a solas.

    Una vez que el hombre exterior es quebrantado, no necesita regresara Dios, pues permanece en Elsiempre. Pero alguien que no ha sido quebrantado, tiene que regresar a El cada vez que se enreda en losnegocios debido a que se ha alejado la presencia de Dios. Un hombre quebrantado jams se aleja de lapresencia de Dios. Muchos salen constantemente de la presencia de Dios aun cuando estn sirviendo alSeor. Esto se debe a que su hombre exterior no ha sido quebrantado. Sera mejor que no hicieran nada,pues tan pronto como emprenden alguna actividad se alejan de Su presencia. Pero aquellos que conocen aDios genuinamente, nunca se alejan de El. Por lo tanto, no tienen que regresar. Si pasan todo el da orando

    a Dios disfrutan de Su presencia, y si lo pasan limpiando pisos, la disfrutan igualmente. Cuando nuestrohombre exterior sea quebrantado, viviremos delante de Dios. No ser necesario regresar a El, ni sentiremosla necesidad de hacerlo.

    Por lo general, slo sentimos la presencia de Dios cuando acudimos a El. Pero cuando nos ocupamos enalguna actividad, aun cuando tengamos mucho cuidado, sentimos que nos alejamos de El un poco. Temoque esta sea la experiencia de la mayora de nosotros. Aunque seamos muy cuidadosos y tengamos controlsobre nosotros mismos, nos alejamos tan pronto emprendemos alguna actividad. Muchos hermanos piensanque no pueden orar mientras trabajan. Les parece que hay una diferencia entre estar en comunin con Diosy realizar alguna labor. Por ejemplo, cuando le predicamos el evangelio a una persona o la estamosedificando, en medio de la conversacin nos sentimos un poco lejos de Dios y nos parece que debemos orarpara restaurar nuestra comunin con El. Es como si nos hubiramos apartado de El y estuviramosregresando, como si hubiramos perdido Su presencia y estuviramos recuperndola. Podemos llevar a caboalguna tarea rutinaria, como hacer el aseo o trabajar en algn oficio, pero despus de terminarlo nos

    sentimos que debemos regresar al Seor para poder orar, que hay una gran distancia entre el lugar en queestamos y en el que queremos estar. Cualquier deseo de regresar a El es una seal de que nos hemosalejado de Su presencia. El quebrantamiento del hombre exterior hace que tales regresos seaninnecesarios. Sentiremos la presencia de Dios igualmente cuando hablemos con otros, cuando nosarrodillemos a orar con ellos, cuando hagamos el aseo y cuando realicemos nuestro oficio. Estas cosas ya nonos alejarn de la presencia de Dios y, por ende, no tendremos necesidad de regresar.

    Permtanme darles un ejemplo ms especfico. El sentimiento ms tosco que un hombre puede tener esla ira. La Biblia no dice que no podamos enojarnos; algunas clases de enojo no tienen que ver con elpecado. La Biblia dice que podemos airarnos, pero sin pecar (Ef. 4:26). Esto muestra que una personapuede airarse sin pecar, aunque el airarse es un sentimiento muy rudimentario, muy cercano al pecado. Lapalabra de Dios nunca dice "Amad pero no pequis", porque el amor es un sentimiento ms lejano delpecado. Tampoco nos dice que debamos ser pacientes pero no pecar, debido a que la paciencia tambin seencuentra lejos del pecado. Lo que la palabra de Dios dice es: "Airaos, pero no pequis". Esto muestra que

    el enojo es un sentimiento muy cercano al pecado. Algunas veces un hermano puede cometer una faltagrave, de tal manera que amerite ser reprendido. Esto no es un asunto sencillo. Podemos ser amables, perocun difcil es airarnos como es debido, pues al mnimo descuido el enojo se puede convertir en unsentimiento negativo. No es fcil airarse conforme a la voluntad de Dios. Si estamos familiarizados con elquebrantamiento del hombre exterior, podremos disfrutar continuamente la presencia de Dios sin que elhombre exterior nos interrumpa; ya sea que reprendamos severamente a un hermano o que oremos en la

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    misma presencia de Dios. Dicho de otra manera, no sentiremos que estamos regresando a Dios cuandooramos despus de haber reprendido severamente a un hermano. Cualquier sentimiento de que volvemos aDios es una prueba de que nos hemos alejado. Admito que reprender a un hermano es difcil, pero sinuestro hombre exterior ha sido quebrantado, podemos hacerlo sin tener necesidad de regresar a Dios, yaque Su presencia permanecer con nosotros todo el tiempo.

    LA SEPARACION ENTRE EL HOMBRE INTERIORY EL HOMBRE EXTERIORCuando el hombre exterior es quebrantado, todas las actividades externas quedan confinadas a la esfera

    exterior, mientras que el hombre interior contina disfrutando la presencia de Dios. El problema de muchoscristianos es que el hombre exterior y el interior estn entrelazados. Todo lo que afecta al uno afecta

    tambin al otro. Hablando con propiedad, las cosas exteriores slo pueden afectar al hombre exterior; sinembargo, el hombre exterior transmite los efectos al hombre interior. El hombre interior de uno que no hasido quebrantado es afectado por el hombre exterior. Esto no sucede en aquellos cuyo hombre exterior yafue quebrantado. Si Dios tiene misericordia de nosotros y quebranta nuestro hombre exterior, ste serseparado del hombre interior, y las cosas del mundo que afectan al hombre exterior no afectarn alhombre interior. Cuando el hombre exterior es separado del hombre interior, todas las distraccionesquedan relegadas a la esfera externa y no pueden penetrar en la esfera interior. El creyente tiene lacapacidad de conversar con otros utilizando su hombre exterior, mientras su hombre interior permanece encomunin con Dios. El hombre exterior puede estar consciente del "ajetreo de los platos", mientras que elinterior permanece ante Dios. Puede trabajar y laborar con su hombre exterior, atender las miles deactividades de su entorno y relegar todas estas cosas a esta esfera. Su hombre interior no es afectado ypuede continuar en la presencia de Dios. Puesto que nunca se ha alejado, no tiene necesidad de regresar.Suponga que un hermano est construyendo un camino. Si su hombre exterior est separado del interior,nada de lo que venga de fuera puede afectar su ser interior. Puede trabajar con su hombre exterior,mientras su hombre interior permanece ante Dios. Algunos padres pueden jugar y rer con sus hijosconforme a su hombre exterior, pero cuando llega la hora de ocuparse de las labores espirituales, puedenejercitar su hombre interior de inmediato. De hecho, su hombre interior nunca se ha apartado de Dios. Laseparacin entre el hombre exterior y el hombre interior se relaciona estrechamente con nuestro servicio aDios y nuestra vida. Esta es la nica manera en que podemos continuar con nuestro servicio, sin tener queregresar a Dios continuamente.

    Algunos creyentes viven como una sola persona o una sola entidad. Otros viven como si fueran dos. Enaqullos el hombre interior y el exterior son una sola entidad. En stos los dos estn separados. Qu pasacon los que son una sola persona? Cuando se ocupan de sus asuntos, su ser entero se involucra en sutrabajo, y su ser entero se aparta del Seor. Entonces cuando oran, tienen que dejar todo lo que estnhaciendo y tornar todo su ser a Dios. Tienen que concentrar todo su ser tanto en el trabajo como en

    volverse a Dios, pues cada vez se alejan de El y en cada ocasin tienen que volver. Su hombre exterior noha sido an quebrantado. Pero los que han sido quebrantados por el Seor, encontrarn que su hombreexterior no afectar a su hombre interior. Ellos pueden ocuparse de los asuntos prcticos con su hombreexterior y al mismo tiempo continuar habitando en Dios y en Su presencia. Cuando se les presenta laoportunidad de que su hombre interior (o su espritu) se exprese ante los hombres, lo pueden hacerfcilmente, pues la presencia de Dios no se ha retirado de ellos. Por lo tanto, lo ms importante es saber sisomos una sola persona o dos. En otras palabras, est separado nuestro hombre interior del exterior? Estadiferencia es enorme.

    Si Dios tiene misericordia de nosotros y nos permite experimentar la separacin entre el hombreexterior y el interior, nos ocuparemos de nuestros asuntos en nuestro hombre exterior, sin que nuestrohombre interior sea afectado en absoluto. Una persona actuar, mientras que la otra permanecer delantede Dios. El hombre exterior se ocupar de los asuntos prcticos y se enfrentar a ellos, pero stos nollegarn a su hombre interior. Aquellos que conocen a Dios emplean su hombre exterior para los asuntos

    del mundo, mientras que su hombre interior permanece en la presencia de Dios. Estos dos hombres no semezclan. Estas personas son como el hermano Lawrence, quien se ocupaba de sus asuntos prcticos,mientras otra persona en su interior viva en la presencia de Dios. La presencia de Dios nunca se apartabade l. Esto puede ahorrarnos mucho tiempo en nuestro trabajo. Muchos cristianos no tienen la experienciade que su hombre exterior est separado del hombre interior. Es por eso que todo su ser se aparta delSeor y luego todo su ser tiene que volverse. Tambin enfrentan dificultades en su trabajo debido a que suhombre interior acompaa en todo al hombre exterior. Si su hombre interior estuviera separado del hombreexterior mientras ste se encarga de los negocios, podra atender mejor los asuntos prcticos. Estaexperiencia nos mantendra aislados de la influencia de la carne y de las cosas mundanas, las cuales noafectaran a nuestro ser interior.

    Resumiendo, Dios puede usar nuestro espritu siempre y cuando el Seor lleve a cabo dos obras ennosotros. Una es el quebrantamiento del hombre exterior, y la otra es la separacin de nuestro espritu y

    nuestra alma, o sea, la divisin del hombre interior y el hombre exterior. Dios debe realizar estas dos obrascruciales en nosotros para poder usar nuestro espritu. El quebrantamiento del hombre exterior se lleva acabo por medio de la disciplina del Espritu Santo, y la separacin del hombre exterior y el hombre interiorse efecta por medio de la revelacin del Espritu Santo.

    CAPITULO 3

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    NUESTRAS OCUPACIONESPermtanme primeramente explicar el ttulo de este captulo. Supongamos que un padre le pide a su

    hijo que haga algo. El padre le da rdenes, pero el hijo responde: "Estoy ocupado; lo har cuando terminelo que estoy haciendo". A esto me refiero con el ttulo "nuestras ocupaciones". Antes de que el padre lehiciera tal peticin, el hijo se encontraba ocupado. Todos tenemos nuestras ocupaciones. Cuando seguimosal Seor, las cosas en las que estamos ocupados nos estorban. Sentimos la obligacin de prestar atencinprimero a nuestras ocupaciones, y esto hace que se demore la realizacin de la tarea que Dios nos asigna.Es difcil encontrar a alguien que no tenga ninguna ocupacin. Antes de que Dios nos hable y de que elhombre exterior sea quebrantado, por lo general ya tenemos nuestras ocupaciones. El hombre exteriorsiempre est activo en muchos asuntos, trabajos y actividades, de tal manera que cuando el Espritu de

    Dios acta en nuestro espritu, al hombre exterior le resulta imposible cumplir lo que Dios exige. Nuestrasocupaciones nos impiden ser tiles espiritualmente de una manera eficaz.

    DIOS LIMITALA FUERZA DEL HOMBRE EXTERIORDios limita la fuerza de nuestro hombre exterior. Supongamos que un hermano no es muy fuerte y slo

    puede levantar cincuenta catis [N. de T.: una medida china de peso de aproximadamente una libra]. Si yatiene cincuenta catis sobre sus hombros, no se le puede aadir diez ms. Su fuerza tiene un lmite. Sucapacidad para cargar tiene un lmite mximo de cincuenta catis; y esta carga es lo que lo mantieneocupado. Esta es una analoga. La fuerza de nuestro hombre exterior es limitada, del mismo modo que loest la de nuestro cuerpo.

    Mucha gente est consciente de que la fuerza de su cuerpo es limitada, pero no entiende que la fuerzade su hombre exterior tambin lo es, y como resultado desperdicia la fuerza de su hombre exterior.Supongamos que alguien entrega todo su amor a sus padres. No le quedar fuerza para amar a los hermanosni a todos sus semejantes. As, al agotar su fuerza, no le queda nada para los dems.

    La fuerza mental del hombre tambin es limitada. Nadie posee una capacidad ilimitada de energamental. Si alguien dedica mucho tiempo a algo, esto es, si su mente se ocupa completamente en algnasunto, no tendr fuerza para pensar en nada ms. Romanos 8 nos dice que la ley del Espritu de vida nosha librado de la ley del pecado y de la muerte. Por qu entonces la ley del espritu de vida no opera enalgunas personas? La Biblia tambin nos muestra que la justicia de la ley se cumple en aquellos que andanconforme al espritu. En otras palabras, la ley del Espritu de vida slo tiene efecto en aquellos que sonespirituales, los que ponen su mente en los asuntos espirituales y no en la carne. Slo quienes no se ocupande la carne pueden atender a los asuntos espirituales. La expresin poner la mente puede traducirse"prestar atencin" o "tener cuidado". Supongamos que una madre sale de su casa y encarga su pequea hijaal cuidado de una amiga, a la que le dice: "Por favor cuida a mi nia". Qu significa cuidar a un nio?Significa ponerle atencin todo el tiempo. Una persona slo puede atender a una cosa a la vez; no puede

    ocuparse de dos cosas al mismo tiempo. Si alguien encomienda un nio a nuestro cuidado, no podemoscuidarlo y, aparte, cuidar a las ovejas y a las vacas que estn en un monte. Si cuidamos al nio, nopodemos hacer otra cosa. Slo aquellos que no atienden a su carne pueden atender a su espritu, y slo losque atienden a su espritu reciben el beneficio de la ley del Espritu. Nuestra fuerza mental es limitada. Sila desperdiciamos en asuntos carnales, no tendremos suficiente energa mental para dedicarla a lasespirituales. Si ponemos nuestra mente en la carne, no nos quedar fuerza para poner nuestra mente en elespritu.

    Debemos ver este asunto claramente: la fuerza de nuestro hombre exterior est limitada de la mismamanera que la fuerza de nuestros brazos. Por lo tanto, si ya tenemos nuestras ocupaciones, no podemosdedicarnos a las cosas de Dios. Nuestras ocupaciones son inversamente proporcionales al poder con el queservimos a Dios. Eso que nos ocupa es un gran obstculo y un gran impedimento.

    Supongamos que un hombre tiene muchas ocupaciones emocionales. Tiene todo tipo de deseos, anhelosy expectativas que lo distraen y lo mantienen ocupado. Tiene muchsimas ocupaciones. Cuando Dios le pide

    algo, no le quedan emociones, pues estn agotadas. Si en los ltimos dos das ha agotado sus emociones,con seguridad en los siguientes dos das no podr sentir nada ni responder al Seor. Nuestras emocionestienen un lmite, y por eso no debemos emplearlas como si fueran inagotables.

    Algunas personas tienen una voluntad frrea; tienen mucha determinacin. Podra pensarse que suvoluntad tiene una fuerza ilimitada. Pero aun la persona ms fuerte tiene una voluntad oscilante cuando setrata de tomar una decisin delante del Seor. Se preguntar si una alternativa ser tan buena como laotra. Puede aparentar ser una persona fuerte, pero cuando una situacin exige el genuino ejercicio de lavoluntad en relacin con los intereses de Dios, su voluntad flaquea. A mucha gente le gusta expresar susopiniones. Para todo tienen una opinin. En un momento piensan de una manera y al siguiente cambian.Nunca les faltan opiniones. Pero cuando se trata de tomar una posicin en cuanto a la voluntad de Dios,vacilan. Se confunden y no son capaces de decidir debido a que su hombre exterior se encuentra muyocupado. Hay muchos asuntos que los mantienen ocupados y los absorben por completo, de tal modo que lafuerza de su hombre exterior se agota.

    EL ESPIRITU USAAL HOMBRE EXTERIOR QUEBRANTADOTan pronto como nuestro hombre exterior es atado, nuestro espritu tambin lo es. Cuando el espritu

    sirve a otros, no puede pasar por alto al hombre exterior, como tampoco Dios pasa por alto al esprituhumano cuando Su Espritu opera en una persona ni permite que nuestro espritu haga a un lado nuestrohombre exterior cuando obra en otros. Este es un principio muy importante que debemos ver claramente.

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    Siempre que el Espritu Santo obra en alguien lo hace juntamente con el hombre, asimismo siempre quenuestro espritu sirve a alguien lo hace juntamente con el hombre exterior. Nuestro espritu debe pasar pornuestro hombre exterior al servir a otros. Siempre que nuestro hombre exterior est ocupado en diferentesasuntos y su fuerza est agotada, no podremos participar en la obra de Dios. Si nuestro espritu no tieneuna manera de seguir adelante, tampoco el Espritu Santo la tendr. El hombre exterior puede obstaculizarel camino del hombre interior e impedir que salga. Esta es la razn por la cual recalcamos tanto lanecesidad de que el hombre exterior sea quebrantado.

    Siempre que nuestro hombre exterior est ocupado, el hombre interior no hallar salida, y la obra deDios ser entorpecida. Estas ocupaciones son los asuntos que nos absorban antes de visualizar la obra deDios. En otras palabras, estas ocupaciones son asuntos que no estn relacionados con Dios y persisten sin el

    requerimiento, el poder y la designacin de Dios. No estn bajo la mano de Dios, sino que son asuntosindependientes.

    Dios tiene que quebrantar nuestro hombre exterior para poder usar nuestro hombre interior. Tiene quequebrantar nuestro amor a fin de usarlo para amar a los hermanos. Si nuestro hombre exterior no ha sidoaun quebrantado, seguimos ocupados en nuestros propios asuntos, siguiendo nuestro propio camino yamando segn nuestras preferencias. Dios primero tiene que quebrantar nuestro hombre exterior a fin deusar nuestro amor "quebrantado" para amar a los hermanos y a fin de ensancharlo. Una vez quebrantado elhombre exterior, el hombre interior es liberado. El hombre interior debe amar, pero debe hacerlo pormedio del hombre exterior; mas si el hombre exterior se encuentra ocupado, el hombre interior no tendrforma de hacerlo.

    Nuestra voluntad es fuerte y obstinada. Cuando el hombre interior la necesita, no puede contar conella, porque sta se ha vuelto demasiado independiente y siempre est ocupada. Dios tiene que asestarnosun fuerte golpe; tiene que doblegar nuestra voluntad y humillarnos hasta el grado que seamos forzados adecir con nuestro rostro inclinado: "Seor, no me atrevo a pensar ni a preguntar ni a decidir. Te necesitoen todas las cosas". Debemos estar tan humillados que nuestra voluntad ya no pueda actuar en formaindependiente. Slo entonces el hombre interior podr contar con nuestra voluntad y usarla.

    Si el hombre exterior no est dispuesto, el interior no podr actuar. Cmo podramos predicar lapalabra de Dios si no tuviramos un cuerpo fsico? Cmo podramos predicar sin boca? Es verdad que elespritu es indispensable para predicar. Pero para hacerlo, tambin se requiere la boca. Qu podra haceruna persona si slo tuviera el espritu pero no la boca? En el da de Pentecosts encontramos la obra delEspritu Santo, pero tambin encontramos el don de hablar con denuedo. Sin las palabras no tendramos laexpresin para comunicar y explicar la Palabra de Dios. Si el hombre no habla, Dios no puede hablar.Obviamente la palabra del hombre no es la Palabra de Dios, pero la Palabra de Dios se expresa por mediode la palabra del hombre. As que, el hombre debe hablar para que Dios pueda expresar Su palabra.

    Suponga que un hermano se est preparando para ministrar la Palabra de Dios. Puede tener las palabras

    apropiadas y una carga muy pesada en su espritu. Pero si no tiene los pensamientos que correspondan aella, no podr aliviar su carga y, a la postre, sta desaparecer. No menospreciamos la carga, pero aun sinuestro espritu tiene una carga muy grande, no podr hacer nada si nuestra mente no coopera. Nopodemos salvar a los hombres slo por sentir esta carga en nuestro espritu. Necesitamos expresarlavalindonos de nuestra mente. Adems de tener la carga en nuestro interior, necesitamos la boca, la voz yla cooperacin de nuestro cuerpo. El problema que vemos hoy radica en que, aunque nuestro hombreinterior est disponible para recibir la carga de Dios, la mente de nuestro hombre exterior est ocupada yllena de confusin. Todo el da ofrece sus propias sugerencias y expresa sus opiniones. Bajo talescircunstancias, el espritu no encuentra salida.

    El Espritu de Dios debe ser liberado por medio del hombre. El amor, los pensamientos y la voluntad delhombre deben estar disponibles para Dios a fin de que otros puedan sentir el amor de Dios, conocer Suspensamientos y Su voluntad. Pero el problema de muchos cristianos es que su hombre exterior se encuentramuy ocupado en sus propios asuntos, sus puntos de vista y sus pensamientos, muy ocupado consigo mismo.

    Como resultado, el hombre interior no halla la manera de ser liberado. Esta es la razn por la cual Diostiene que quebrantar el hombre exterior, lo cual no significa que la voluntad sea aniquilada, sino que tieneque ser quebrantada, quitando todo aquello que la mantiene ocupada, con el fin de que no acteindependientemente. Tampoco significa que nuestros pensamientos tengan que ser aniquilados; sino que yano pensemos conforme a nosotros mismos, teniendo toda clase de ideas y siendo extraviados por nuestramente divagante. Tampoco significa que nuestras emociones deban ser aniquiladas, sino que estn bajo elcontrol y la direccin del hombre interior. De esta manera el hombre interior contar con nuestra mente,nuestra parte afectiva y nuestra voluntad, las cuales estarn disponibles.

    El espritu necesita la mente, la parte afectiva y la voluntad para poder expresarse. Necesita un hombreexterior vivo, no uno muerto; un hombre exterior abatido, herido y quebrantado, no uno hermtico eintacto. El obstculo ms grande para que el Espritu de Dios pueda fluir libremente somos nosotrosmismos. Su Espritu mora en nuestro espritu, pero no halla salida de l. Nuestro hombre exterior est llenode ocupaciones. Debemos pedir la misericordia de Dios para que nuestro hombre exterior sea quebrantado

    y as el hombre interior encuentre la manera de ser liberado.Dios no destruye nuestro hombre exterior, pero tampoco permite que permanezca intacto e

    inquebrantado; lo que quiere es abrirse paso a travs de l. Desea que nuestro espritu ame, piense y tomedecisiones por medio de nuestro hombre exterior. La obra de Dios slo puede realizarse por medio delquebrantamiento del hombre exterior. Si queremos servir a Dios tenemos que pasar por esta disciplina

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    bsica. Si nuestro hombre exterior no es quebrantado, el Seor no podr utilizarnos. El tiene que abrirsepaso a travs de nuestro hombre exterior para llegar a otros.

    Antes de ser quebrantado el hombre exterior, el hombre interior y el exterior se oponen entre s. Tantoel hombre interior como el exterior son personas completas. El hombre exterior es una persona completa,independiente, libre y muy ocupada; mientras que el hombre interior se halla encarcelado. Pero cuando elhombre exterior ha sido realmente quebrantado, no acta en forma independiente. El hombre exterior noes destruido, pero ya no se opone al hombre interior, sino que se le sujeta. De este modo slo quedar unapersona en nosotros, pues el hombre exterior estar completamente quebrantado y dispuesto a que elhombre interior lo use.

    Aquellos cuyo hombre exterior ha sido quebrantado son hombres "unificados", pues su hombre exterior

    est bajo el control del hombre interior. Un incrdulo tambin es una persona unificada, con la diferenciade que en l el hombre interior es controlado por su hombre exterior. El incrdulo tambin tiene unespritu, pero su hombre exterior es tan fuerte que el interior est completamente subyugado. Lo ms quesu hombre interior puede hacer es emitir alguna protesta en su conciencia. El hombre interior de unincrdulo est completamente sometido y dominado por su hombre exterior; pero al ser salvo debeexperimentar un cambio radical. Su hombre exterior debe ser subyugado y quedar bajo el control de suhombre interior. Al darse cuenta que su hombre exterior domina a su hombre interior, debe dar un giro ypermitir que el hombre interior tome el control. Tomemos el ciclismo como ejemplo. Un ciclista puedemanejar su bicicleta de dos maneras: ya sea que las llantas rueden sobre el camino, o que ste haga rodarlas llantas. En un terreno plano, las piernas tienen que pedalear para que las llantas rueden sobre elcamino; pero en un terreno con declive, las piernas no tienen que esforzarse, sino que las llantas ruedansolas; en este caso, la pendiente las hace rodar. Cuando nuestro hombre interior es fuerte y el exterior hasido quebrantado, las piernas hacen que las llantas giren. Esto significa que nosotros decidimos cundoavanzar y qu tan rpido. Pero si nuestro hombre exterior es necio y no ha sido quebrantado, esto es comomanejar la bicicleta descendiendo por una pendiente, las llantas rodarn sin control y sin que podamosevitarlo. Esto es lo que sucede cuando el hombre exterior controla al hombre interior.

    La utilidad de un hombre para el Seor, depende de que su espritu pueda ser liberado por medio de suhombre exterior. Cuando nuestro hombre interior est atado, el exterior hace todo por s solo. Acta enforma independiente; las llantas ruedan sin control. Cuando El Seor por Su gracia nivele la pendiente delcamino y quebrante al hombre exterior, ste no har ms sugerencias ni tomar ms decisiones por smismo. Cuando esto suceda, el hombre interior podr ser liberado sin ser obstruido por el hombre exterior.Si el Seor nos concede Su gracia y quebranta nuestro hombre exterior, seremos expertos en ejercitarnuestro espritu y lo podremos liberar siempre.

    IMPORTA LA PERSONA, NO LAS DOCTRINASAprender doctrinas no nos hace obreros calificados que sirvan a Dios. Lo que importa es la clase de

    persona que seamos, pues el medio por el cual la obra se lleva a cabo, es la persona misma. Por lo tanto,esto depende del grado al que Dios haya quebrantado nuestra persona. Qu podra ministrar a la iglesiauna persona sin transformacin, aunque tenga doctrinas correctas? La leccin bsica que debemos aprenderpara ser vasos tiles al Seor es que nuestro hombre exterior debe ser quebrantado.

    Dios ha estado obrando en nosotros durante aos. Aunque no nos demos cuenta de ello, da tras da Elprocura llevar adelante su obra de quebrantamiento por medio de los sufrimientos y las dificultades.Cuando queremos ir en una direccin, no nos lo permite, y cuando queremos ir en otra, nos detiene denuevo. Vez tras vez la mano de Dios nos ha detenido. Si no vemos la mano de Dios obrar en las diferentessituaciones que nos rodean, deberamos pedirle: "Dios, abre mis ojos para poder ver Tu mano obrar". Enocasiones la vista de un asno es ms aguda que la de un presunto profeta. La Biblia habla de un asno quevio a un mensajero de Jehov, mientras que su propio amo no lo poda ver. El asno comprendi que lamano de Dios les prohiba seguir adelante, pero el autodenominado profeta no lo entenda. Debemoscomprender que Dios obra en nosotros quebrantndonos. Por aos Dios ha tratado de quebrantar y

    desmenuzar nuestro hombre exterior, con el propsito de que nuestro yo no permanezca intacto.Desafortunadamente, muchos piensan que lo que necesitan es aprender doctrinas, acumular mensajes parapredicar y asimilar ms exposiciones de la Biblia. Pero esto es totalmente errneo. Lo que la mano de Diosintenta hacer es quebrantarnos para que no sigamos nuestro propio camino, nuestros pensamientos ninuestras decisiones, sino los Suyos. Dios procura quebrantarnos completamente. El problema de muchos esque siempre que Dios se interpone en su camino, empiezan a culpar una cosa u otra por el obstculo.Actan como aquel profeta que no poda ver la mano de Dios y culpaba a su asno por haberse detenido.

    Todo lo que nos sucede es importante y es parte de los que Dios dispone en Su providencia. En la vidade un creyente nada sucede por casualidad ni es ajeno al mandato divino. Debemos humillarnos y aceptarlo que Dios ha dispuesto. Que el Seor abra nuestros ojos para que veamos que Dios prepara de antemanotodo lo que nos rodea, conforme a Su propsito. El procura molernos por medio de todo ello. El da queDios nos conceda Su gracia, aceptaremos gustosos todas las circunstancias que El disponga. Nuestro esprituser liberado, y podremos usar nuestro espritu.

    ES UNA LEY Y NO DEPENDE DE LA ORACIONYa vimos que Dios nos disciplina y quebranta para que el espritu sea liberado y ejercitado, pero lo lleva

    a cabo segn Su ley y no segn nuestra oracin. Esto significa que la liberacin del hombre interiormediante el quebrantamiento del hombre exterior depende de una ley; no es algo que obtengamos pormedio de la oracin.

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    Cuando formulamos un diagnstico, debemos estar seguros de lo que estamos diciendo. No podemosdiagnosticar apresuradamente. Una persona encerrada en su propia experiencia insistir en que el mal queotro tiene es el que ella se imagina. As que, corre el riesgo de asignar una enfermedad que la otra personano tiene. Por lo general, la persona enferma o con problemas, desconoce su condicin, y necesita que se leindique cul es. Por consiguiente, nunca debemos ser subjetivos al diagnosticar.

    Slo si discernimos el problema especfico de los hermanos y les recetamos la medicina adecuada,seremos aptos para ayudarles. Si nuestro diagnstico es acertado, les podemos ayudar. En ocasiones nosenfrentamos a problemas que estn fuera de nuestro alcance, pero por lo menos sabemos con certeza enqu direccin ir. Algunos casos estn dentro de nuestra posibilidad de ayudar, pero otros no. En talescircunstancias, no debemos ser necios pensando que podemos ayudarle a todo el mundo en todos los casos.

    Cuando nos sintamos en condicin de ayudar a algn hermano en su problema espiritual, hagmoslo contodo nuestro corazn; pero cuando descubramos un caso que est fuera de nuestro alcance, debemosreconocerlo y decirle al Seor: "No puedo resolver este problema; no soy capaz de atender a este enfermo;no estoy capacitado para afrontar esta situacin. Ten misericordia de l". Tal vez en ese momentorecordemos la funcin especfica de ciertos miembros del Cuerpo que son idneos en el tratamiento decasos como ste, y reconozcamos que ellos son los indicados para ocuparse de l y lo dejemos al cuidadode ellos. Si estamos conscientes de nuestras limitaciones, sabremos que esto ser lo ms indicado, puessera insensato pretender monopolizar toda la obra espiritual; tenemos que aceptar nuestras limitacionesy, a la vez, darles su lugar a otros hermanos para que funcionen y comuniquen algn suministro al Cuerpo.Debemos tener la humildad de decir a estos hermanos: "No tengo la capacidad para resolver esto, usted esla persona indicada para hacerlo". Este es el principio bsico del Cuerpo, el principio de laborar juntos, yno independientemente.

    Todo el que labora para el Seor y sirve a Dios debe aprender a conocer al hombre. Aquellos que no soncapaces de discernir la condicin espiritual de otros, no son aptos para la obra. Es lamentable que la vidade muchas personas sea arruinada por las acciones de hermanos incompetentes, los cuales son incapacesde proporcionar ayuda espiritual. Ellos no pueden satisfacer las necesidades objetivas de los creyentes,slo procuran imponer sus puntos de vista personales. Este es el problema ms serio que afrontamos, puespor lo general diagnostican una enfermedad que el creyente en realidad no padece, e insisten en ello.Nuestra responsabilidad es aprender a detectar la verdadera condicin espiritual de las personas. Si nopodemos detectarla con exactitud, no seremos aptos para ayudar a los hijos de Dios.

    LAS HERRAMIENTAS PARA CONOCER A LA GENTECuando un doctor formula un diagnstico en cuanto a un paciente, se vale de muchos instrumentos. Sin

    embargo, nosotros no contamos con ninguno. No tenemos termmetros ni rayos X ni ningn aparato queanalice la condicin espiritual de la gente. Cmo podemos entonces determinar si un hermano estenfermo espiritualmente o no? Cmo podemos formular un diagnstico? Aqu es donde Dios interviene. Dios

    transforma todo nuestro ser en un verdadero instrumento de medicin, obrando en nosotros para lograrque podamos examinar a otros y determinar si estn enfermos y cul es el carcter de su enfermedad. Estaes la manera en que Dios nos usa. Podramos decir que ste es un trabajo ms especializado que el de unmdico. Debemos estar conscientes de la seria responsabilidad que esto implica.

    Supongamos que un doctor no cuenta con un termmetro, entonces tocar al paciente con la mano paradeterminar si tiene fiebre o no; su mano le servir de termmetro. Si tal es el caso, su mano debe ser muysensitiva y precisa. Esto es exactamente lo que sucede en el terreno espiritual. Nosotros somos lostermmetros y los instrumentos mdicos; por lo tanto, necesitamos un entrenamiento profundo en nuestrarelacin con los creyentes. Si no hemos sido tocados en alguna rea, no podremos tocar esa rea en losdems; tampoco podremos ayudar a otros con lecciones que nosotros mismos no hemos aprendido. Primerodebemos asimilarlas nosotros delante del Seor. Cuanto mejor las aprendamos, ms nos usar el Seor. Porel contrario, si no estamos dispuestos a recibir las lecciones, a pagar el precio y a que nuestro orgullo,estrechez, opiniones y sentimientos sean quebrantados, Dios no podr utilizarnos. Si encubrimos algo de

    nuestro yo, no seremos capaces de descubrirlo en otros. Una persona orgullosa no puede adiestrar a otraque est en la misma condicin, de la misma manera que una persona cerrada no puede ayudar a otra quetenga ese mismo problema. Una persona falsa no puede tocar la falsedad de otros, ni un perezoso puedeayudar a otro. Si todava queda en nosotros alguna debilidad, no podremos censurar eso mismo en otros, nidetectarlo, y mucho menos brindarles ayuda al respecto. Puede suceder que un mdico cure a otros apesar de que l mismo est enfermo. No obstante, en el terreno espiritual esto no sucede. El obrero tieneque ser el paciente primero; debe sanar de la enfermedad para despus poder ayudar a los que padezcande eso mismo. Nunca lograr que otros vean lo que l mismo no ha visto, ni podr producir en otrosexperiencias que l mismo no ha tenido, ni que aprendan lecciones que l no ha aprendido.

    Debemos ver que ante el Seor, nosotros somos los instrumentos que Dios utiliza para discernir a loshombres. Por lo tanto, nuestra persona, nuestra percepcin y nuestros juicios, deben ser confiables. Paraque esto se d, debemos pedirle al Seor que no nos deje como estamos. Debemos permitir que Diosproduzca en nosotros algo que ni siquiera nos hemos imaginado, que obre en nosotros a tal grado que le

    podamos ser tiles. Si un termmetro no es exacto al indicar la temperatura, con seguridad el mdico no lousar. Cuando tratamos de discernir los problemas espirituales de los creyentes, nos enfrentamos con unasunto mucho ms serio que diagnosticar enfermedades fsicas. Para llegar a ser tiles tenemos que serquebrantados por Dios, debido a que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras opinionesson muy inestables e imprecisas.

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    Nos damos cuenta de la seriedad que conlleva nuestra responsabilidad? El Espritu de Dios no obradirectamente en el hombre. Siempre lo hace por medio de otros hombres. Aunque la disciplina del EsprituSanto proporciona al creyente lo que ste necesita, siempre obra por medio del ministerio, esto es, elministerio de la palabra. Sin el ministerio de la palabra, los problemas espirituales de los hermanos nopodran resolverse. Esta es la seria responsabilidad que pesa sobre nosotros. La provisin de la iglesiadepende de que seamos personas tiles a Dios.

    Supongamos que cierta enfermedad siempre provoca temperaturas de 39 grados. El doctor no puede,con el solo contacto de su mano, decir que el paciente tiene una temperatura de aproximadamente 39grados. Tenemos que ser muy exactos para estar seguros de determinar con certeza la temperatura exactaantes de afirmar que el paciente padece la enfermedad asociada con esa temperatura. Ya que Dios nos usa

    para diagnosticar la enfermedad de un creyente, necesitamos la debida capacitacin por parte del Seor.Aun as, es muy arriesgado diagnosticar con base en nuestra percepcin, nuestras ideas, nuestra opinin onuestro entendimiento espiritual; ya que stos pueden estar equivocados. Pero si somos exactos yconfiables, el Espritu de Dios fluir de nosotros.

    El comienzo de toda obra espiritual se basa en un proceso de ajuste y calibracin ante el Seor. Todotermmetro debe ser fabricado de acuerdo con ciertas normas. Debe ser probado cuidadosamente, ysatisfacer el nivel de calidad para que pueda ser confiable y exacto al tomar la temperatura. Ya quenosotros funcionamos como termmetros de Dios, debemos ser confiables y valiosos y, para ello, tenemosque ser calibrados por el proceso ms estricto de quebrantamiento. Ya que nosotros somos los mdicos ylos instrumentos de Dios, debemos aprender estas lecciones cabalmente.

    COMO CONOCER AL HOMBRE:EN CUANTO AL PACIENTEPara determinar la condicin de un paciente, debemos tomar en cuenta dos puntos de vista: el paciente

    y nosotros mismos.En cuanto al paciente, cmo podemos determinar su enfermedad? Si queremos detectar su enfermedad

    primero debemos descubrir su caracterstica ms notoria, la ms obvia. Esta saltar a la vista aunque tratea toda costa de ocultarla. Una persona orgullosa ser delatada por su propio orgullo; aunque trate deactuar humildemente, no podr disfrazar su orgullo. Una persona triste expresar su tristeza aun en susonrisa. Un hecho invariable es que lo que una persona sea determinar tanto la expresin de su rostrocomo la impresin que deje en todo el que tenga contacto con ella.

    La Biblia describe en muchas formas la condicin espiritual del hombre. Algunos son iracundos, otrosobstinados y otros retrados. De hecho, hay una larga lista de trminos para describir la condicin delhombre: frvolo, oprimido, etc. pero cul es la fuente de todas estas diferentes condiciones espirituales?Por ejemplo, cuando decimos que alguien es obstinado, orgulloso o violento, de dnde vienen laobstinacin, el orgullo y la violencia? En principio nuestro espritu no tiene ninguna caracterstica propia,

    slo la capacidad de manifestar al Espritu de Dios. Pero debido a que el hombre exterior no est separadodel hombre interior, seguimos hablando de un espritu obstinado, orgulloso, arrogante, rencoroso, celoso,etc. La condicin del hombre exterior viene a ser la del hombre interior, de tal manera que cuandohablamos de un espritu obstinado, orgulloso o celoso, nos referimos a que el hombre interior de dichapersona ha asumido el carcter obstinado, orgulloso o celoso de su hombre exterior. Esto se da cuando elhombre exterior y el interior no se han separado. Aunque el espritu en s no tiene caracterstica alguna,debido a la falta de separacin del hombre exterior del interior y a la falta de quebrantamiento del hombreexterior, las caractersticas del hombre exterior llegan a ser las caractersticas del espritu.

    Nuestro espritu provino de Dios y no tena ninguna caracterstica propia; pero como el hombre exteriorha sido daado, lo contamina. De esta manera, y debido a que el hombre exterior no est quebrantado, laobstinacin y el orgullo del hombre exterior enturbian y contaminan el espritu. As, cuando el espritu selibera, la condicin del hombre exterior, que est mezclada con l, brota juntamente con l. Por esocuando una persona orgullosa, obstinada o celosa libera su espritu, a ste se adhiere su orgullo,

    obstinacin o celo. Tambin es la causa de que en nuestra experiencia sigamos hablando de espritusorgullosos, necios o celosos, caractersticas que, en realidad, no son parte del espritu, sino del hombreexterior. Por lo tanto, para expresar un espritu limpio, no tenemos que purificar el espritu mismo, pues elproblema no reside all, sino en el hombre exterior. Las caractersticas que se expresan cuando alguienlibera su espritu, muestran claramente las reas en las que la persona no ha sido quebrantada, pues laclase de espritu que percibimos, manifiesta las caractersticas del hombre exterior que estn mezcladascon l. As, su espritu viene envuelto en aquello que expresa la condicin de su hombre exterior.

    Si sabemos cmo tocar el espritu de otros, podremos conocer la necesidad especfica de cualquierhermano, porque la clave de conocer al hombre es tocar su espritu. Tenemos que tocar las caractersticasque acompaan a su espritu. Esto no significa que el espritu mismo tenga algo que debamos tocar, sinoque siempre viene acompaado de alguna caracterstica. Conocer la condicin del espritu del hombreequivale a conocer la condicin de su hombre exterior. Queremos hacer hincapi en que ste es elprincipio bsico para conocer a una persona. La condicin del espritu del hombre es la condicin de su

    hombre exterior. Siempre que el espritu del hombre se manifiesta, refleja la naturaleza del hombreexterior. Las caractersticas del espritu son las caractersticas del hombre exterior. Un hermano puede sermuy fuerte y sobresaliente en cierto aspecto, lo cual llamar nuestra atencin tan pronto como nosrelacionemos con l. Inmediatamente percibiremos sus caractersticas y nos daremos cuenta de que stasbrotan de su hombre exterior inquebrantado. Al tocar su espritu conocemos su condicin y percibimos lo

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    que l trata de mostrar y tambin lo que trata de esconder. Concluyendo, se puede conocer a una personaconociendo su espritu.

    COMO CONOCER AL HOMBRE:EN CUANTO A NOSOTROS MISMOSQu debemos hacer para conocer la condicin del espritu del hombre? Debemos prestar especial

    atencin a la disciplina del Espritu Santo como lecciones que provienen de Dios. Cuando el Espritu Santonos disciplina, lo que busca es quebrantarnos; cuanto ms nos disciplina, ms nos quebranta. Toda rea denuestra vida que el Espritu toque, ser quebrantada. Esta disciplina y quebrantamiento no sucede de unavez por todas, pues hay muchas reas de nuestra vida que requieren disciplina y quebrantamientoprogresivo, para que lleguemos a ser tiles al Seor. Cuando hablamos de tocar a un hermano con nuestro

    espritu, no nos referimos a que debamos tocar todos los aspectos espirituales de cada hermano. Lo quequeremos decir es que el Espritu Santo nos ha disciplinado en cierto aspecto, y por ende, podemos tocarese aspecto de un hermano. Si el Seor no nos ha quebrantado ni ha tocado nuestro espritu en cierta rea,no podremos ayudar a nadie que tenga una necesidad especfica en dicha rea. En otras palabras, ladisciplina que recibimos del Espritu Santo es proporcional a nuestra percepcin espiritual. Cuanto msquebrantamiento recibamos, ms se liberar nuestro espritu. Este es un hecho espiritual que nunca puedeser falsificado; o se tiene o no se tiene. Esta es la razn por la cual debemos aceptar la disciplina y elquebrantamiento del Espritu Santo. El que tenga mucha experiencia, podr brindar mucha ayuda. Slo losque han recibido mucho quebrantamiento tienen mucha sensibilidad, y aquellos que han sufrido muchaprdida, tienen mucho que dar. Si tratamos de salvarnos en cierto asunto, perderemos nuestra utilidadespiritual en ello. Y si nos tratamos de proteger o excusar en algn aspecto, perderemos nuestrasensibilidad y nuestra provisin espiritual en ese aspecto. Este es un principio bsico.

    Slo quienes han aprendido estas lecciones pueden participar en el servicio del Seor. Un hermanopuede aprender en un ao lo que se llevara diez aos, o puede extender la leccin de un ao a veinte otreinta. Cuando alguien demora su aprendizaje, retrasa su servicio. Si Dios nos ha dado un corazn paraservirle, debemos estar decididos acerca de nuestro camino. El camino de nuestro servicio es el camino delquebrantamiento; es un camino que se adquiere por medio de mucha disciplina del Espritu Santo. Los quenunca han experimentado esta disciplina y nunca han sido quebrantados no son aptos para participar eneste servicio. La medida de disciplina y de quebrantamiento que recibamos del Espritu determinarnuestro servicio. Nadie puede modificar este principio. El afecto y la sabidura humana no caben aqu. Elgrado al que Dios obra en nosotros determina la medida de nuestro servicio. Cuanto ms El nos adiestre,ms conoceremos a la gente, y cuanto ms experimentemos la sabidura del Espritu Santo, ms podremostocar a otros con nuestro espritu.

    Me aflige mucho ver que tantos hermanos estn escasos de discernimiento en muchos aspectos. Nopueden discernir si algo es del Seor o del hombre natural, ni pueden reconocer cuando una persona est

    valindose de su fuerza mental o cuando es guiada por sus emociones. No tienen discernimiento debido aque su aprendizaje es deficiente. Dios nos dio Su Espritu una vez y para siempre, pero tenemos queesforzarnos por aprender las lecciones que se nos presentan a lo largo de nuestra vida. Cuanto msaprendamos, ms veremos. Si el Seor nos da un fuerte golpe en cierto asunto, reaccionaremos cuandoveamos brotes de este mismo asunto en otros hermanos, no esperaremos a que eso crezca y d fruto, sinoque actuaremos de inmediato al detectar el ms mnimo indicio de propagacin de ese problema. El gradoen el que el Seor obra en nosotros est en relacin directa al grado de discernimiento que tengamos. Lasensibilidad espiritual se adquiere poco a poco. A medida que Dios nos adiestre, obtendremos estasensibilidad. Suponga que un hermano condena en su mente el orgullo; tal vez pueda predicar al respecto,pero en su espritu realmente no percibe cun maligno es el orgullo. Cuando otras personas actanorgullosamente, l no sentir desagrado; por el contrario, tal vez hasta sea solidario con ellos. Pero cuandoel espritu de Dios opere en l, se dar cuenta de lo negativo que es el orgullo, y el orgullo que hay en lser consumido. Cuando vuelva a predicar en contra del orgullo, tal vez la enseanza sea la misma, pero

    habr una gran diferencia. Tan pronto detecte un espritu orgulloso en algn hermano, sentir que algoest mal y sentir aversin. Esta sensacin de desagrado ser producida por lo que ha aprendido de Dios.Creo que la palabraaversin describe bien esta sensacin. De ah en adelante, l ser apto para ayudar acualquier hermano, pues conoce bien esa enfermedad, ya que l mismo la padeci y fue sanado de ella. Talvez no pueda asegurar que est totalmente sano, pero s puede afirmar que ha sido librado de ella por lomenos en cierta medida. Esta es la manera en que adquirimos la sabidura espiritual.

    El don del Espritu Santo nos es dado una vez y para siempre, pero la adquisicin de la sensibilidadespiritual es un proceso. Cuanto ms aprendemos, ms sensibilidad adquirimos, y viceversa. De qu nossirve tratar de preservar o salvar nuestro yo? Aquellos que salven la vida de su alma, la perdern. Si enalguna situacin tratamos de salvar nuestro yo, perderemos la oportunidad de obtener el beneficio que elSeor procuraba para nosotros. Debemos pedir al Seor que no detenga Su disciplina y que contineadiestrndonos. No hay nada ms desalentador que ver que el Seor nos da una leccin tras otra sinobtener ningn resultado. Debemos entender que Su mano est obrando en nosotros, y no rebelarnos ante

    Su disciplina. Cuando un cristiano carece de discernimiento, ello se debe a su falta de aprendizajeespiritual. Que el Seor nos d entendimiento para ver que cuanto ms nos discipline, ms podremosconocer al hombre, y ms tendremos que ofrecer a los dems. Cuanto ms se ample la esfera deladiestramiento de Dios, ms se ensanchar la esfera de nuestro servicio. Esta no se aplicar mientras no seexpanda la esfera del quebrantALGUNOS ASUNTOS PRACTICOS

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    Cuando el Seor nos ha quebrantado y hemos aprendido las lecciones bsicas, nuestro espritu esliberado y podemos usarlo al relacionarnos con los hermanos para as conocer la condicin de ellos. Ahoraabarcaremos algunos pasos prcticos que debemos seguir para poner en prctica la fina tarea de conocer alhombre.

    Para tocar el espritu de otros, primero debemos escucharlos. Muy pocos son los santos que puedentocar el espritu de otros sin antes escucharlos. Por lo general, tenemos que esperar hasta que otros seexpresen. La palabra de Dios dice que de la abundancia del corazn habla la boca. Lo que el hombre dicepone de manifiesto lo que hay en su corazn, aunque l trate de ocultarlo. Si es falso, la falsedad quebrota con su espritu falso lo pondr en evidencia, y si es celoso, su espritu lo manifestar. Lo que haya ensu corazn ser revelado por sus palabras. Al escucharlo podremos tocar su espritu. Siempre que un

    hombre hable, no slo debemos poner atencin a lo que dice sino a la condicin de su espritu. Noconocemos a los hombres meramente por sus palabras, sino por su espritu.

    En cierta ocasin que el Seor Jess iba camino a Jerusaln, dos de sus discpulos al ver que lossamaritanos los rechazaban, dijeron: "Seor, quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y losconsuma? Mas El, volvindose, los reprendi, diciendo: Vosotros no sabis de qu espritu sois" (Lc. 9:54-55). Aqu el Seor mostr que el espritu de uno puede ser discernido por lo que uno expresa. Tan prontocomo las palabras son emitidas, el espritu queda manifiesto. De la abundancia del corazn habla la boca.Cualquiera que sea la condicin del corazn, las palabras la reflejarn.

    Cuando escuchamos a otros, debemos poner atencin no slo a sus argumentos sino tambin a suespritu. Suponga que dos hermanos discuten y ambos se culpan entre s del problema. Si le presentan austed el caso, qu hara? Cuando el problema se inici, slo ellos dos estaban presentes, usted no estabaah y por lo tanto no sabe lo que sucedi; pero tan pronto ellos abren la boca usted percibe algo, puedetocar el espritu de ellos. Cuando hay conflictos entre cristianos, no j