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., ANTROPOLOGIA .. ARQUEOLOGIA LITERATURA . ARTES PLASTICAS -- SOCIOLOGIA FOLKLORE ARQUITECTURA HISTORIA

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Primera serie número 98, 1991.

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Page 1: Revista del Instituto de Cultura

.,

ANTROPOLOGIA..

ARQUEOLOGIA

LITERATURA

. ARTES PLASTICAS

--

SOCIOLOGIA

FOLKLORE

ARQUITECTURA

HISTORIA

Page 2: Revista del Instituto de Cultura

Número 981991

San Juan, Puerto Rico

JUNTA DE OlRECTORESINSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEÑA

Dr. Francisco O'Neill Susoni, PresidenteDr. Ismael Rodríguez BouSr. Rafael David Valentín

Sra. Cannen Solá de PereiraSr. Enrique laguerre

Sr. Manuel Méndez Ballestea­Sr. Juan Albors

Arq. Vil"8ilio MonsantoSr. Howie de Jesús Schuck

Lcdo. AgusUn Echevar1'faDirector Ejecutivo dcllCPJosé M. Barceló MilIer

Director Dil'isicln de Pllblicaciones y GrnbacioncsVibna Ba}'r6n Brunet

AYIIMlltc dl!l Dirtrtor de PublicacÍlmesMaria Esther Col6n

Scrretarin

Divisi6n de Publicaciones y GrabacionesAputado4184

San Juan, Puerto Rico 009024184

CRl!DITOSDiseño de portacla: lIeana Sánc:hez Muhlac:h

Diseño interior y emplanaje: Alberto Arroyo Gómez11pografíll: Carmen L. Hiralclo

T¡}cnico de impresión: Anlonio Melénclez

Esta publicación ha sido posible gradas a un donalivo de laNalional Endowmenl for Ihe Arts.

La publicación de un 81'lícuio, comenlario, poema, cuento oreseña no significa que ellMllluto de Cullura Puerton'iqueña se

solidariza con los puntos de vista expuestos por el aulor.

Suscripción anuaJ .$10.00Precio por ejemplar .$4.00

Número dobh: .$6.oo

ImpteSO en Puerto RicoPrinted in Puerlo Rico

01991

Revistadel Instituto deCulturaPuertorriqueña

Page 3: Revista del Instituto de Cultura

SumarioEl obispo Arizmendi: JUla revisi6n de su historiografla

Fr. Mario A. Rodriguez León, O.P. 3Sobre un proyecto de Colegio de Segunda E'lSerlanza y el movimiento revolucionario

clandestino en Mayagüez durante la década de 1860Mario R. Cancel 9

El comercio y la tearologta alemana en Puerto Rico en el siglo XIXRicardo R. Camuñas Madera 15

Nuevas perspectivas para el desarrollo de la inteligenciaJosé Buacaglia 21

Apuntes sobre el bilingaismo en Puerto Rico: actitudes socioli'. jiUsticas del maestropuertorriquerJoProt. Mufa L6pez Laguerre 29

La posible felicidad del paisJorge Rigau 33

Rent~A-CoJfin: las bases conceptuales del teatro de Pedro PietriAlfredo Malilla Rival 43

De la guerra a las sombras: sobre los pasos de la Perevinaci6n de René MarquésJorge Castillo 47

El "mare nostrum" de 14s antologfasAurea Mufa Solomayor 51

Hada una antología de 14 poesCa de los puertorriqueilOSCarlos Rodriguez 55

Hacia una revalorización de 14 obra de Juan Antonio Corretjer (Nota)Luz Maria Umpierre 57

La imagen teh1rictl en la poesCa de Francisco Matos PaoliEmurismven ~

Page 4: Revista del Instituto de Cultura

El obispo Arizmendi: una revisión de su historiografíaAl Obispo Mons. Antulio Parrilla, S.}.

Fr. Mario A. Rodríguez León, O.P.

Al acudir a los anales de la historia eclesiásticade Puerto Rico, nos encontramos con la insigne ysingular figura de Juan Alejo de Arizmendi, primerobispo puertorriqueño. Bajo su cayado, la diócesis dePuerto Rico experimentó y vivió uno de los mo­mentos más interesantes y dramáticos de la historiade Puerto Rico. La importancia del tema ha impul­sado ciertamente a varios historiadores y escritores aescribir sobre Arizmendi, pero sin embargo estostrabajos son muy parciales y limitados. En realidad,no se ha escrito un verdadero estudio monográficosobre el obispo Arizmendi y el conflictivo mundoque le tocó vivir.1

En 1832, a los 18 años de la muerte del obispoArizmendi, D. Pedro Tomás de Córdova, Secretariodel Gobernador D. Miguel de la Torre, en el tomo IIIde sus Memorias, comentó que en la época emanci­padora Arizmendi llegó a ordenar varios clérigos deCaracas, aun a pesar de la fuerte oposición del gober­nador de entonces, Salvador Meléndez. Fuera deeste dato y la fecha de la muerte del obispo, no in­cluye mayor información sobre el prelado boricua,figura que no debió ser muy amable a Pedro Tomásde Córdova. La Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyo, alcomentar sobre las Memorias de Pedro Tomás deCórdova, señala: "Nos interesa porque en ella se daconcreción a un momento histórico de intensodramatismo como lo fue el primer tercio del Dieci­nueve, pero visto desde un determinado ánguloideológico: el de la reacción absolutista".)

El hecho es que sólo en 1832 Arizmendi era ano­tado como protagonista de un hecho histórico; sólode uno, como si nada más mereciera la pena de te­ner en cuenta. Así, vamos a tener ante nuestros ojosese curioso hecho, en el que tampoco se fijan lostratadistas de historia, de cómo un personaje va ha­ciendo historia, no por lo que hiciera, sino por lo

lLa Ora. Isabel GuUérrez del Arroyo está realizandoun trabajo 8Obn! el Obispo Arizmendi.

2Gutiérrez del Arroyo, Isabel: HÍltoriogra/fa puuto­rriqu~. Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan.Puerto Rico, 1985, p. 15.

que poco a poco van descubriendo de interés las ge­neraciones sucesivas. Vamos a necesitar 27 años máspara que Arizmendi logre dar un nuevo paso en lahistoriografía, cuando aparecen publicados en 1859unos apuntes bibliográficos en el Boletfn EclesidsticIJde la Di6cesis de Puerto Rico. Estos forman parte delcatálogo de los señores obispos de Puerto Rico, desdeAlonso Manso (1512) hasta Fray Benigno Carrión deMálaga (1857). Pero los datos que se incluyen en di­cho catálogo no pasan de ser meras referencias queposteriormente se utilizarían como fuente de obli·gada consulta para los que escriben sobre la historiade la diócesis.

Fue necesario casi medio siglo para que se agre­gase algo más a la simple fechación que dio el catá­logo, pues fue en 1896 cuando al publicar el histo­riador ponceño Eduardo Neumann su primer tomo,Benefactores y hombres notables de Puerto Rico, in­cluyó la figura del obispo Juan Alejo Arizmendi en­tre ellos, para dedicarle exactamente cuatro páginasde tipo apologético, y sin indicar las fuentes consul­tadas. Con todo, es el primer intento de valorar lavida y obra del obispo puertorriqueño, aun par·tiendo de los datos referenciales del Boletín Eclesiás­tico.

En 1904, cuando el historiador puertorriqueñoSalvador Brau publicó su Historia de Puerto Rico, lasegunda que se redactaba después de la Historia delñigo Abbad (1788), al comentar sobre la"Revolución en Venezuela", señaló también elincidente de los clérigos de Caracas tal como lo legóPedro Tomás de Córdova; pero no sólo dejando deañadir más, sino omitiendo las apreciaciones hechaspor Neumann, con lo que en realidad producía unaregresión. Sin embargo, hay que reconocer a Brau unmérito: el haber situado a Arizmendi ante los ojosde las nuevas generaciones puertorriqueñas que seasomaban a principios del siglo XX, debido a que ladifusión de su obra sería infinitamente mayor que lade CórdovaJ• Por consiguiente, a partir de ese mo-

3Salvador Brau escribió la Historia de Puerto Ricopara ser utilizado como Ubre de texto en las escuelas delpaís.

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mento, y siendo ése el único hecho conocido deArizmendi, se le relacionaría con el proceso deemancipación, lo que se vería con máxima atencióny simpatía precisamente en esos años del cambio desoberanía, cuando a raíz de la invasión de 1898, elespíritu nacionalista se irá poco a poco gestando antela actitud tomada por los norteamericanos. Por eso,no es de extrañarnos que en 1909, el alcalde de SanJuan, Dr. Francisco del Valle AUles, escribiera para larevista Borinquen un artículo sobre Arizmendi,aunque fuera poca la información inédita que ofre­ciera sobre el prelado. Su principal fuente de infor­mación fue Eduardo Neumann.

En realidad, fue en 1914 cuando Cayetano ColI yToste, al comenzar a publicar el BoleUn Histórico dePuerto Rico como antología documental de fuenteshistóricas, induyó algunos breves trabajos queaportaban nueva información sobre el obispo Ariz­mendi. Este depositario documental que consta de14 tomos fue publicado de 1914 hasta 1927. El pri­mero se dedicó exclusivamente a la fecha en queArizmendi fue promovido para la silla de San Juan;el segundo, era la publicación de la Carta Pastoral deconfirmación de la erección de la ermita de Hormi­gueros; el tercero lo dedica a una breve semblanzadel Obispo Arizmendi, donde aporta nuevos datosde su vida. Luego, esta semblanza de Arizmendi,junto con otras biografías, aparecerá en el libro deCayetano ColI y Toste Puertorriqueños ilustres edi­tado por su nieta Isabel Cuchí ColI en 1969 y una se­gunda edición en 1971.

En el cuarto trabajo en el BoleUn, Cayetano ColIy Toste nos presenta la verdadera acta de bautismode Arlzmendi; en el quinto, la gestión para lafundación del Seminario Conciliar y sólo en el úl­timo apareció Arizmendi en el plano políticocuando fue candidato para representar la Isla en laJunta Central Suprema, en la edición en la quetriunfó, por s610 dos votos, Ramón Power. Tene­mos, por lo tanto, aquí, al siglo de la muerte deArizmendi, la curiosidad abierta de un historiadorpuertorriqueño, capaz de ir en busca de nuevos datosque completaran algo de la vida de quien estabaconvirtiéndose en símbolo.

D. Enrique T. Blanco en su trabajo genealógicosobre Arizmendi, publicado en 1935 en la revistaAlma LAtina, aporta nueva información relacionadacon la familia Arizmendi de la Torre. Es así comoconocemos la procedencia vasca de D. Miguel An­tonio de Arizmendi, así como también quién fue elhermano del obispo, D. Isidro de Arizmendi. En­rique T. Blanco rectifica la fecha de nacimiento deJuan Alejo de Arizmendi e incluye documentosinéditos hasta entonces, procedentes de los archivosde la Catedral de San Juan y de la Parroquia de SanFeUpe de Aredbo (hoy Catedral).

Los trabajos periodísticos de Angel PaniaguaOller, José Paniagua Seracante y Antonio CuestaMendoza utilizan principalmente fuentes secunda­rlas. Unos y otros consultan prindpalmente los tra­bajos de Eduardo Neumann y Cayetano Coll y Toste.

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Es decir, la figura de nuestro prelado permaneceráanquilosada durante más de treinta años, hasta queen 1948 se divulgan nuevas fuentes para su estudio.En ese año, la Oficina del Indice Histórico de PuertoRico, bajo la dirección de Adolfo de Hostos, al publi­car el primer tomo de la serie Tesauro de Datos His­tóricos, incluyó fuentes primarias y secundarias pro­cedentes de la Biblioteca Camegie, del libro Efeméri.des de la Isla de Puerto Rico de Federico Asenjo(1886), la Historia de Abbad publicada por J. JuliánAcosta en 1866, en el BoleUn de ColI y Toste.

La indagación sobre la dimensión del patrio­tismo de Arizmendi como símbolo de una inquie­tud puertorriqueña se vería afirmada por Lidio CruzMonclova, al publicar en 1952 el primer tomo de laHistoria de Puerto Rico (siglo XIX). Esta obramonumental. realizada a base de investigaciones enlos archivos españoles y otras fuentes históricas dePuerto Rico y de los Estados Unidos, ofrecía unanueva aportación a la figura de Arizmendi, en par·ticular, sobre sus conflictos con el Gobernador Sal­vador Meléndez. Al final del primer tomo el autorincluye dos importantes cartas del Archivo Generalde Indias que le escribiera el revolucionario vene­zolano Miguel José Sanz al obispo Arizmendi.

El historiador español Francisco Morales Pa­drón, quien hace uso de la rica ducumentación delArchivo General de Indias en Sevilla, publica en1958, en la Revista de Indias el trabajo, "Primer in­lento de independencia puertorriqueña (1811-1812)".Aunque el trabajo no es muy claro en su exposiciónde los hechos que narra, sin embargo, aporta docu­mentación valiosa sobre el momento histórico quevivió Arizmendi.

En 1960, con motivo del bicentenario delnacimiento de Juan Alejo de Arizmendi, la Revistadel Instituto de Cultura Puertorriqueña dedicó unnúmero a la figura del primer obispopuertorriqueño. La Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyopublicó dos importantes ensayos históricos. En suprimer trabajo "Juan Alejo de Arizmendi, primerobispo puertorriqueño (1803-1814)", la autora trazacon agudeza, estilo y rigor científico una apretadasíntesis de la vida y obra de Arizmendi desde sunacimiento en 1760 hasta su muerte acaecida enpleno desempeño de su ministerio pastoral en 1814.Isabel Gutiérrez del Arroyo se detiene a hacer ciertasobservaciones sobre el perfil moral del primerobispo nativo y la complicada situación histórica dePuerto Rico que le tocó vivir. En la ubicación delcontexto histórico presenta los conflictos ydesavenencias con el Capitán General SalvadorMeléndez pero poco aporta sobre los problemaspolíticos de España y el Caribe y de qué formaafectaron la obra episcopal de Arizmendi. La autorasitúa al obispo exclusivamente dentro del ámbitoinsular puertorriqueño.

En su segundo ensayo "Itinerario de la segundavisita pastoral de su Ilmo. el Dr. D. Juan Alelo deArlzmendi (1803-1814)", Isabel Gutiérrez del Arroyodescribe su visita pastoral por 24 pueblos de la isla

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(1812-1814). La autora, haciendo uso de los ricosdepositorios documentales de los archivos parro·quiales de Puerto Rico, aporta nueva informaciónhistórica sobre la obra llevada a cabo por Arizmendien beneficio de la diócesis puertorriqueña. En susdos ensayos, Gutiérrez del Arroyo, aunque explíci­tamente no indica las fuentes consultadas, utilizadocumentación procedente de los archivos parro­quiales. como hemos señalado, del Archivo Generalde Indias en Sevilla y el Archivo de la Monjas Car­melitas entre otras fuentes.

Otras importantes investigaciones en torno altema son los trabajos realizados por el Dr. Arturo V.Dávila.' En sus escritos publicados principalmenteen la Rn/;sta del Instituto de Cultura Puertorriqueñase descubren nuevas facetas en la vida del obispo, enparticular, su preocupación por el arte. Lasinvestigaciones de Dávila aportan documentacióninédita referente al prelado. De especial interés es suensayo "La Pastoral del Obispo Arizmendi sobre lascomedias", mediante el cual podemos trazar laformación intelectual de Arizmendi, sus lecturas einfluencias. El Dr. Dávila reconstruye la situaciónmoral de principios del siglo XIX, los predicadoresitinerantes de aquella época y la vida teatral enPuerto Rico. En varios de sus trabajos, Dávlla aportanueva información para una mejor comprensióndel Arizmendi pintado por José Campeche en 1803.El breve artículo "El anillo del Obispo" revistesingular interés porque el gesto simbólico del obispofue una clara manifestación de una concienciapatria. "El inventario de la Catedral de San Juan en1808", publicado en 1968, es un documento históricode gran importancia para reconstruir la riquezamaterial y artística de la diócesis. También en elperiódico El NUn/o DCa, Dávila ha publicado inte·resantes artículos sobre Arizmendi.

En 1969, en la primera edición de la Breve his­toria de Puerto Rico (segunda parte), la Dra. LoidaFigueroa, en el capítulo sobre "El despertar de laconciencia política en Puerto Rico", mencionababrevemente al obispo Arizmendi y lo sitúa dentrode la complicada situación política imperante enPuerto Rico a principios del siglo XIX. Loida Figue­roa, en documentación encontrada en el ArchivoHistórico Nacional de Madrid (Ultramar), señalaque el gobernador Toribio Montes en respuesta alobispo sobre la propuesta de la formación de unaJunta en la isla "... no tenía instrucciones superiorespara ello, pero que no se oponía a su creación si elprelado insistías". Según la autora, hasta que ella daa conocer este dato en 1969, no se encontraba enninguna otra historia de Puerto Rico.

En 1984 el historiador dominicano Fernando A.

4En 1961, en un Congtelo de Historia celebrado enCaracas, el Dr. Arturo DávUa pn!Bentó un trabajo sobre elobis~ Arizmendi.

Flgueroa, Loida: Breoe historia de PIlOto Rko, vol. 1.Editorial Edil, Reo Piedras, 1979, p. 140.

Pérez Memén publicó LA Iglesia yel Estado en SantoDomingo (1700-1853). Esta importante investigaciónhistórica, que enriquece la historiografía eclesiásticadel Caribe, contiene una oración de Arizmendi endefensa de la monarquía española y en contra deNapoleón. Aunque es breve la mención de Ariz­mendi, es de importancia porque permite conocerlas ejecutorias del obispo más allá de su contornodiocesano de Puerto Rico.

En 1985 la revista Anales de la Universidad In­teramericano de Puerto Rico. recinto de San Germán.publicó un trabajo del historiador español AngelLópez Cantos, "Ei teatro en Puerto Rico, notas parasu historia". Como indica el título, el trabajo es unaexposición general de la información que sobre lasrepresentaciones teatrales en Puerto Rico se en­cuentra en los repositorios documentales del Ar­chivo General de Indias en Sevilla. Comienza su es­bozo desde mediados del siglo XVII hasta el año de1824. Se incluye información sobre la posición asu­mida por Arizmendi sobre el teatro en Puerto Rico.El prelado manifestó una enérgica oposición .a lasrepresentaciones teatrales, aludiendo, entre otras ra·zones, el que debido a los críticos momentos por losque atravesaba España (Invasión de Napoleón). noeran tiempos de regocijos públicos sino de haceroración y penitencia.

López Cantos aporta documentación inédita; enparticular, la correspondencia entre el obispo Ariz­mendi y el gobernador Salvador Meléndez. Sin em­bargo, al no consultar la investigación de ArturoDávila sobre el mismo tema, no sitúa la posición delobispo dentro del contexto de la época y sus influen­cias a través de sus lecturas y los misioneros popula­res, que tanta importancia ejercieron en la condenadel teatro en la isla. El autor incluye un apéndice dela Carta Pastoral de Arizmendi sobre las comedias,documento que ya había publicado íntegramenteDávlla en 1961.

En 1986 el Instituto de Cultura Puertorriqueñapublicó el libro Campeche o los diablejos de la me­lancolltJ, del escritor Edgardo Rodríguez Juliá. El en·sayo es una radiografía de la burguesía criolla de lasegunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX através de la obra pictórica de Jase Campeche. Al ana·lizar el retrato de Juan Alejo de Arizmendi, Rodrí­guez Juliá hace observaciones de gran interés:

Estamos ante un prelado profunda­mente comprometido con la realidad socialde su grey. Es por ello que en el retrato laemblemática de la caridad prevalece sobre ladel poder. El ministerio episcopal es enten­dido no como poder jerárquico, sino comofunción pastoral, como autoridad religiosa.'

Sin embargo, algunas de sus sugerentes

6Rodríguez JuUá. Edgardo: Campeche o los dÚlblejosde IIJ rnebuu:ol(a. Instituto de Cultura Puertorriqueña,1986, pp. 11..115.

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consideraciones en tomo al cuadro de Arizmendi nopasan de ser simples apreciaciones que reflejan másbien la visión de Rodríguez Iuliá que el verdaderomotivo que tuvo Campeche al pintar, como lo hizo,la figura del insigne obispo puertorriqueño.

Hasta el momento, el último trabajo publicadosobre el obispo Arizmendi es la conferencia ofrecidapor la Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyo, cuando fuehonrada como la Humanista del año elIde mayo de1986. La conferencia titulada "El Dr. Don Juan Alejode Arizmendi, primer obispo puertorriqueño" fuepublicada por la Fundación Puertorriqueña de lasHumanidades en 1986. En el trabajo, la Dra. Gu­tiérrez del Arroyo nos ofrece nuevos datos sobre lafigura del prelado. Como en sus anteriores trabajossobre Arizmendi, la autora se detiene en describir lascualidades morales y patrióticas que distinguieron alprimer obispo puertorriqueño: su sólida formaciónjurídico-canónica, su celo apostólico, el sentimientode puertorriqueñidad, su caridad sin límites, lo"estricto, minucioso, exacto" en los deberes propiosde su cargo y su "energía de carácter".

Aunque la autora no señala sus fuentes con­sultadas, se vale de sus anteriores publicaciones entomo al tema y de las"Actas de las Visitas Pastoralesde Arizmendi". El trabajo de la Dra. Gutiérrez delArroyo, escrito con rigor y en el pulcro estiloliterario que le caracteriza, ofrece nuevas pistas paraahondar la rica y poUfacética personalidad de Ariz­mendi.

Como hemos podido advertir en estos apuntessobre la historiografía de Arizmendl, todavía faltamucho por investigar, sobre todo mundo ideológicoy doctrinal así como lecturas que pudo seguir ante lacascada de acontecimientos que le tocó vivir. Fueeste vaero historiográfico lo que nos motivó ainvestigar seriamente la vida y obra de Arizmendi.La investigación que llevamos a cabo no es un sim­ple estudio biográfico, es una investigación puerto­rriqueña sobre la Iglesia y la sociedad de Puerto Ricodentro de un contexto más amplio: el Caribe. De estaforma tendremos al obispo en función de los acon­tecimientos históricos que vive Puerto Rico y elCaribe, aunque en definitiva algunos de mayortrascendencia vengan determinados desde afuera.Pero también tendremos a la vista la sociedad de suépoca, igualmente cambiante, ase como la economíay el régimen de poblamiento cuando a Puerto Ricoempezó a llegar gente de todas partes y con diversastendencias y formaciones.

Interesados por conocer más a fondo la figura deArizmendi y su momento histórico, comenzamos abuscar nuevas fuentes que nos iluminaran mejor eltema. Luego de revisar toda la biografía existentesobre Arizmendi, comenzamos la incesantebúsqueda de documentación en el Archivo Na­cional de Puerto Rico. Para sorpresa nuestra en­contramos mayor número de documentos de lo queesperábamos.

Hallamos el Libro de Visitas Pastorales delObispo Juan Alejo de Arizmmdi, 1803-1814. En los

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mismos fondos documentales del Archivo Nacionalde Puerto Rico hemos hallado una variada cantidadde fuentes primarias: a) Fondo de GobernadoresEspañoles: Asuntos Eclesiásticos, Conventos, Muni­cipios, Cónsules, Tribunal de Gobierno, Circulares,Censos y Riquezas, Constitución 1812-1820; b) Fondo:Real Hacienda, Ayuntamiento de San Juan.

Aún no hemos agotado la búsqueda de otrosfondos documentales en el Archivo Nacional dePuerto Rico. También, en buen número de archivosparroquiales, hemos encontrado Autos de Visita deArizmendi y otros documentos de gran valor, rela­tivos a la vida material y espiritual de parroquias eiglesias en Puerto Rico.

En dos ocasiones hemos tenido la oportunidadde visitar los archivos españoles. En particular elArchivo General de Indias, en Sevilla, principal­mente en los fondos de Santo Domingo y Ultramarencontramos documentación sobre Arizmendi, queorganizamos temáticamente. En el Archivo delMinisterio de Asuntos Exteriores de Madrid se en­cuentran los documentos del Archivo de la Emba­jada de España ante la Santa Sede de Roma. De ladocumentación derivada del Derecho de Presenta­ción, he conseguido importante información sobrela presentación episcopal de Arizmendi y otros obis­pos de Puerto Rico.

En la Biblioteca Bancroft de la Universidad deBerkeley, en California, se encuentra una visita pas­toral de Arizmendi y valiosa información sobre laagitada situación imperante en La Española durantela ocupación francesa. 7

En el Archivo de la Universidad Central de Ve­nezuela se encuentra el expediente académico delBachiller D. Juan Alejo de Arlzmendi, quien fue"Porcionista" del Seminario Tridentino de SantaRosa de Lima y estudiante en la Real y PontificiaUniversidad de Caracas. Documentación de granimportancia para conocer el tiempo que estudióArizmendi con los Frailes Dominicos en San Juan,documentos personales, la tesis presentada, exáme­nes y su graduación, etc.'

En el Archivo Arzobispal de Caracas existe unavaliosa corresfondencia epistolar entre el ObispoArizmendi y e Obispo de Caracas, Francisco de Iba­rra. Esta documentación histórica, hasta el mo­mento inédita, arroja nueva información sobreArizmendi. En carta del 4 de junio de 1803, JuanAlejo de Arizmendlle escribió a Francisco de Ibarrarecordándole cuando éste vino a Puerto Rico paraser consagrado Obispo el 24 de mayo de 1792:

7Cl. "Iglesia y sociedad en Puerto Rico y el Caribe: elObispo Arizmendi ante el proceso revolucionario y laemancipación de América Latina". Tesis de doctoradopara la Universidad de Valladolid.

80. Archivo de la Universidad Central de Venezuela.Expediente académico del Bachiller D. Juan Alejo deArizmendi. Qendu filosóficu, exps. 651 a 697, libro 11,1m-1780.

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Muy estimado Señor mío quando V.S.Y.estubo a consagrarse en esta, tengo presenteque me regaló un pañuelo figurando unaPaloma, diciendo que lo guardase como unaseñal del Espíritu Santo, que algún dia,baxaria sobre mi cabeza, con motivo deigual día consagración, que esperaba verantes ue morirse.'

La carta manifil!sla la estrecha relación existenteentre ambos prelados. Arizmendi fue vaticinado quesería Obispo once años antes de su elección. La pro­fecía del Obispo lbarra se verificó en 1803 cuando elRey Carlos IV, a través de su Embajador en Roma,presentó al Papa Pío VII el nombre de Juan Alejo deArizmendi para ocupar la sede episcopal de PuerloRico.

Una búsqueda más rigurosa en los archivos ve­nezolanos permitirá el descubrimiento de mayorinformaci<ln hist<lrica sobre Arizmendi.

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tomo 1, p. 68.b. ~Carta Pastoral de Arizmendi sobre la con­

firmación de orden de erección de la er­mita de Hormigueros, 1804~, tomo J, pp.229-230.

c. "El Obispo Arlzmendi", tomo J, pp. 229-230.d. "Verdadera partida de bautismo del obispo

Arizmendi~, tomo VIII, pp. 352-354.e. ~Arizmendi gestiona la fundación del Se­

minarlo Conciliar~, tomo X, p. 153.f. ~Arlzmendi obtiene 5 votos para Diputado a

Cortes en 1810", Tomo X, p. 100.

Córdova, Pedro Tomás de. Memorias ¡eo¡ráficas.

9Carta de Juan Alejo de Arizmendi al Obispo de Ca­racas D. Francisco de lbarra, 4 de lunio de 1803. ArchivoArzobispal de Caracas. Serie Documentos Episcopales, car­peta 37.

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Doclunentos relacionados con el Ollispo ArizlI1endi,Reyista del Instituto de Cultura Puertorri­~ año 111, núm, 9, 1960, pp. 52-58.

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Page 10: Revista del Instituto de Cultura

Sobre un proyecto de Colegio de Segunda Enseñanza y elmovimiento revolucionario clandestino en Mayagüez

durante la década de 1860

Mario R. Cancel

Presencia y evolución del separatismo(1850-1864)

Durante la década de 1850 se da en Puerto Ricoun fenómeno inesperado dentro del ámbito colonialsofocante que imperaba. Un segmento de la juven­tud puertorriqueña educada en Europa, levanta labandera del nacionalismo y la justicia social, dandopaso al desarrollo de una dirigencia revolucionaria ymilitante.

Claro ejemplo de ello es la llegada a Puerto Ricode José Francisco Basora en 18531, La de RamónEmeterio Betances en 18561 y la de Segundo RuizBelvis en 18573. A su alrededor gravitarán toda unaserie de figuras que aportarán a la lucha desde la os­curidad del c1andestinaje, figuras que, en la mayoríade los casos, conocemos poco, pero que a la postreconstituyeron el bastión fuerte del nacionalismo re­volucionario puertorriqueño del siglo XIX.·

Esta alta dirigencia se ubica de inmediato enpuestos de variada influencia en la vasta burocracia

1Ada Suárez" "Cronología de la vida del doctor JoséFrancisco Basara", Caribt, Afto 11, Núms.2-3, 1980-1981,p.94.

2Ada Suárez" El doctor Ramdn E"ftterio Bdances: Suvida y su obnI, Edici6n de la auton, San Juan, 1970, p. 5.

3Ada Sl.Iárez" "Segundo Ruiz Belvis", Caribe, Año 11I,Núm. 4, 1982. pp. 17·18. Además M. Cancel, "SegundoRuiz Belvls: Apunles pfU1l una biografía", Claridad, AñoXXIV, Núm. 1528. p. 12-

4Véase Eugenio Maria de Hostos, "Recuerdos de Be­lances", Obras completas, tomo XIV, Hombrts e IdeAS,Instituto de Cultura Puertorriquefla, San Juan, PuertoRIco, 1969, p. 69; Emilio Godínez y Haroldo DiOa, Ra",dnEmttmo BetlJnces, Casa Las Américas, La Habana, 1983,pp. 262-264 Y Salvador Brau, Hojas ufdlu, Upografla LaDemocracia. San Juan. Puerto Rico, 1909, pp. 330-335 ci·tado en A. Suárez, "Segundo Ruiz Belvis", Loe. Cit., pp.18-19, nota 49.

española y comienza a hacerse notable para la masaoprimida ávida de dirección. La lucha contra el có­lera morbo desatada en 185&~ por Betances y Basoradesde sus puestos de médico titular de la Villa deMayagüez y cirujano de sanidad interino, respecti­vamente, les ganan el favor popular. Betances seconvirtió en una leyenda y su nombre era veneradocomo el de un santo. Estas tareas proyectaron a losrevolucionarios más allá de lo meramente político.Todavía pueden escucharse por los campos deAñasco y Hormigueros, cuentos y leyendas popula.res sobre aquel hombre de larga barba que ayudaba alos negros y rogaba a la Reina que aboliese la escla­vitud6• Ruiz Belvis, desde la posición de Síndico delAyuntamiento de Mayagüez, defendía la limpieza delas inversiones y los procesos políticos locales.7

Lo cierto es que ni Betances, ni Basora, ni RuizBelvis rogaban. Los revolucionarios actuaban y esprecisamente la lucha abolicionista el frente que lespermite ejercitarse en el complejo y peligrosomundo de la lucha clandestina. Entre 1857-1859 sefunda y desarrolla la Sociedad Abolicionista Secreta,entidad que aprovechaba el decreto de Juan de la Pe­zuela para comprar la libertad de niños esclavos enlas iglesias de la región'.

5Lidlo Cruz Monclova, Historill tk Puuto Rico (SigloXIX), Tomo I (1808-1868), Editorial Universidad de PuertoRico, 1952, p. 444.

6-rradid6n oral recogida de labios de Isabel Rosado enAbril de 1984 en Cabo Rojo.

7Véase A. Suárez, "Segundo Ruiz Belvls", Loe:. al.8Loida figueroa, Breve historUz dt Pumo Rico... Edi­

torial Edil lne., Rlo Piedras, 1976, p. 255; Germán DelgadoPasapera, Puuto Rico: Sus lueMs emancipadoras, Edilo­rial Cullura1, 1984, p. 52 Y Salvador Brau, Hojlls caldtJs,Loe. Cit. Nosotros no hemos encontrado ningún esclavomanumiUdo personalmente por Betances o Ruiz Belvisen Hormiguercs. Nos parece que la Sociedad funcionaba através de delegados o agentes menos amocidos como es el

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Para 1858, el oeste cuenta con un liderato capa­citado para las tareas de la lucha, hecho que tampocopasaba inadvertido para las autoridades españolas.Ruiz Belvis no volverá él postularse para puestospúblicos hasta entrada la década del 1860, y Betancesy Basora sufren lo que se ha dado en llamar su pri­mer destierro, único en el caso e~pecífico de Basora.En mayo de ese año abandona Basora su puesto decirujano en Mayagtiez alegando sufría una"disentería crónica" que le obligaba a buscar climasmás benévolos en Europaq

• Un año después Basorafue declarado cesanle en momentos en que pedía através de Ruiz Belvis una prórroga a su licencia porcontinuar enfermo 1B• En junio de 1858 pidió Betan·ces licencia para viajar a Europa por estar enfermo,según certificación del Dr. Claudio Federico Blockll.También Betances fue representado por el licenciadoRuiz Belvis, que ejercía su práctica privada y, al pa·recer, fue dejado cesante al terminar la licencia. Des·tierras o enfermedades simuladas, lo cierto es queRuiz Belvis queda solo en el labiado hasta 1859, or·ganizando y dirigiendo la incipiente lucha políticarevolucionaria que podía hacerse con un liderato la­cerado.

El año de 1859 es uno difícil para el separatismo.Betances atraviesa por una grave crisis emocional'%de la cual sólo la necesidad de luchar y las insisten­cias de Ruiz Belvis serán capaces de sacarlo13• Basarano retoma a Puerto Rico.U

En el período comprendido entre 1858 y 1863, elseparatismo está a la defensiva, ensaya formas pe­culiares de lucha, el periodismo clandestino porejemplo. Ruiz Belvis es la pluma que hiere la rígidaautoridad del colonizador." Pero la presencia públicadel sedor se acentúa. Betances siempre colaboró eco­nómicamente con los fondos de "socorro de po-

caso del Juez Quiñones de San Germán que si ejercía elderecho de manumitir en Hormigueros.

9Archivo Histórico Municipal, Documentos Históri­cos, Año 1866 (Contienen documentos de 1859),"Expediente sobre prórroga...", f. 5. En adelante AHM.

IOlbld., f. 13.lllbid., Año 1858. Vol. 1, "Correspondenda con el

Superior Gobierno", f. 11.120bras dl!l Doctor RDm6n Emderio Bdnllces m, LA

Virgen de Borinqum y Epistolario Intimo, Prólogo porAda Suárez, Instituto de Cultura Puertorriqueña. SanJuan. Puerto Rico, 1981. Este tomo recoge la correspon·dencla de Betances en ese trágico período y parte de suobra literaria producto del mismo.

131bld, pp. 47-50, 106-107, 119-121 Y142.14Ibid.• p. 106.15Véa5e M. Cancel ''Relaciones entre el Dr. Ramón

Emeterio Betances y el Lcdo. Segundo Rulz Belvis en lalucha por la independencia de Puerto Rico", Anales,Nueva Serie, Vol. 1, Núm. 2, 1985, p. 176 YJosé MarcialQuiñones, Un poco de historÚJ colm/ÚJI, Academia de laHistoria e Instituto de Cultura Puertorriqueña. San Juan,Puerto Rico, 1978, pp. 97-98.

10

bresft,I6 Se suscribió para ayudar a las víctimas del in.

cendio del 26 de mayo de 1866,17 fue propulsor y sus­criptor, al lado de Ruiz Belvis, en el proceso de fun­dación del Hospital San Antonio'· y. como veremosmás adelante, en un proyecto de tan profunda releovancia como lo fue el Colegio de Segunda Ense­ñanza.

Pero si bien a nivel local el separatismo estaba ala defensiva, los rumbos que tomaban la políticanorteamericana y española en tomo al Caribe servi·rían de acicate al desarrollo del nuevo ciclo de luchapor la independencia en la década intranquila. Losintereses de la ascendente nación del norte y la de­cadente península entraban en conflicto en las figu­ras de Buenaventura Báez y Pedro Santana.l~ El al·zamiento de Gregario Luperón y José María Cabralanimaba al separatismo puertorriqueño y le invitabaa reanudar sus luchas.lo Los temores a la presencianorteamericana en el Caribe no eran infundados.Basado en ellos entregó Santana la soberanía en 1852y su extraña política lnmigratoria,I' había dejadohuellas imborrables tanto en los reaccionarios. queacusaban de anexionista a cualquiera que hiciese unatímida protesta; como en los revolucionarios queperdían la fe en que el coloso del norte fuese sualiado para la lucha libertaria.

En este crisol cuaja una intentona revoluciona·ria poco esclarecida: la de 1864. Las adhesiones de losmunicipios a la política española fueron nume­rosas,l% pero eso era vieja costumbre de la burocraciamenor de los ayuntamientos. El destierro de Betan­ces en junio de 1864, su partida a Venezuela en lagoleta ftRosalía"%3 y los rápidos movimientos de tro­pas en el área oeste, foco de la subversión, en octubrede 1863,lt detuvieron en seco el proceso que se 011-

16AHM, Año 1862, Vol. 2, (. 153.17Ibld.• f. 138.18Ibid.• ff. 54 Y58.19 L. Figueroa, Op. Cit., p. 2SS¡ C. Delgado, Op. Cit..

p. 57 Y Ubielo. et al., h/troducción a la historiJI de Espal1a,Zeide, Barcelona. 1979, p. 682.

20G. Delgado, lbid., p. 57.

21Sobre este asunto véase Nelly Vázquez Sotillo, "LasAntillas amenazadas: Estados Unidos y España en la co­rrespondencia de los gobernadores españoles". Op. CIt.,Bold(n del Centro de lnvestigqciones Hist6ricas, Núm. 1,198~86, p. 71.

22lbid., p. n.so.23C. Delgado. Op. Cit., p. 60 YVarios, Ramdn Entde·

rio Bdancl!S, Casa Nacional de la Cultura e Instituto deCultura Puertorriqueña, San Juan, Puerto Rico, 1980, p. 42.(Delgado dice que Betances partió hacia París.)

24Gac1!t4 de Puma Rico, Año 1863, Núm. 110, Sábado12 de septiembre y Núm. 122, Sábado 10 de octubre de1863. Delgado, Cruz Monclova y FIgueroa, entre otros, di­cen que en 1864 fue desUluido Rulz Belvis de su cargo deSrndlco, basados en Coll y Toste. Ruiz Belvis sólo fueSrndico el año 1857 y parte del 1858 y, aunque se postuló

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zaba. La antillanidad se refrendaba en la práctica peroel separatismo tendría que replegarse de nuevo.

Ruiz Belvis había caído en desgracia entre esesector recalcitrante que dominaba, o al menos lo pre­tendía, la comunidad mayagÜezana. A principios de1863 retó a duelo a su cuñado el militar MáximoChulbi,2.~ y el día de la boda de su hermana AndreaDulores Ruiz con José López Borreguero, alto oficialdel ejército y ayudante especial del gobernador Mes­sina, Antonio Ruiz, su hermano, acometió en plenacalle de La Candelaria a Chulbí en venganza por laofensa inferida a su hennano Segundo.U.

La marginación era forzosa. El clandestinaje erala única vía segura de acción. La experiencia acu­mulada en la Sociedad Abolicionista Secreta adqui­ría en este momento relevancia mayor.

El separatismo tras la derrota de 1864:nuevos rumbos

A partir de 1864 el separatismo atravezará por superíodo de aislamiento relativo. Conocidos lamayoría de sus dirigentes y organizadores, las tareasse verán limitadas por la vigilancia oficial constante.Pero el aislamiento jamás significará inercia. En Es­paña los acontecimientos se precipitaban y la condi­ción de inferioridad jurídica y política impuesta a laIsla desde 1837 pronto tendría que revisarse.

A la par, los cuadros separatistas comienzan aimpulsar toda una serie de proyectos con miras amejorar las condiciones de vida del puertorriqueño.Ese matiz tenía el proyecto de colegio ideado porRuiz Belvis y Betances.

A lo largo de todo el siglo XIX, la educación ele­mental había estado en manos de tutores, maestrosparticulares o la Iglesia.v El sistema de instrucciónelemental y superior era deficiente en términos ge­nerales y, por los costos que acarreaba, potestad ex­clusiva de los ricos. Sólo funcionaba en Puerto Ricoun centro de enseñanza superior preparatorio paralas universidades españolas: el Seminario Conciliarde San Ildefonso o Instituto - Colegiou el cual desdemediados de 1858 estaba en manos de los jesuitas.19

para dicho puesto en 1862 y 1863, perdió en ambasocasiones.

2"C;A. Suárez, "Segundo Ruiz Belvis", Loe. CIt., p. 24.26 Ibid., Cfr. p. 12 Y p. 24. La Dra. Suárez no se da

cuenta de que tanto la boda como la golpiza, ocurren en lamisma fecha y en el mismo lugar.

27Juan José Osuna, A History of Education in PuertoRico, Editorial de la Urúven¡idad de Puerto Rico, Río Pie­dras, 1949, p. 43 YL. Cruz Monclova. Op. Cit., pp. 91, 133,413-415, 4.C;3 y 58.

2Seruz Monclova.lbid., p. 639.29lbid. Y L. Figueroa, Los Jesuitas en PUtrto Rko,

Mss., p. 19. lIObre las dificultad" en el proceso de educa­ción del puertorrlqumo véase • Manuel Alonso, El Gr­baro, Editorial Vosgcs, S.A., Barcelona, 1975, en espedal

La preocupación por la educación había afloradodesde muy temprano en las mentes más alertasdesde Manuel Alonso, Alejandro Tapia, José JuliánAcosta y Baldorioty de Castro, entre otros. La ilustra­ción llegaba a Puerto Rico por cuentagotas y tardía­mente. Pero España temía a la educación superiorporque -ésta produciría personas inteligentes sinempleo de ocupación inmediata en los ramos deproducción, los cuales acabarían por formar un ele­mento potrtico peligroso".3o Esta posición había sidouna constante en los gobiernos españoles hasta elpunto de que Juan de la Pezuela llegó a sostener que"la instrucción había perdido a las Américas" y "lametrópoli quería a las colonias para su gloria y nopara su perdición"." La preocupación por la educa­ción se hizo más patente al comenzar la década de1860. En 1864 el separatismo señalaba en circularclandestina el mal estado de la educación en PuertoRico como un argumento justificativo de la necesi­dad de alzarse en armas en medio del conflicto do­minico-español.32

En 1865 el gobernador Messina formuló el que,según Juan José Osuna, es el primer sistema orga­nizado de instrucción pública para Puerto Rico."Como era costumbre, la educación superior fue re­legada. A la vez se fue agudizandu la ya difícil si­tuación de los jesuitas en el Instituto-Colegiocuando éste se encontró sin subsidio real para susostenimiento, hecho que lamentaba, con sobradarazón, el Obispo Pablo Benigno Carrión.34 La oposi­ción de los municipios, de las juntas locales de ins­trucción y aun de algunos maestros al llamado De­creto Orgánico de 1865, lo inutilizó para todo pro­pósito al cabo de un año.35

En este ámbito proponen Ruiz Belvis y Betancesel 23 de enero de 1866 un proyecto de colegio para laVilla de Mayagüez. Por un lado, el separatismo con·tinuaba replegado como consecuencia de la persecu­ción; por otro, contra los vientos de la época que nofavorecían los proyectos que beneficiaban el bien

las Escenas m, XIV, XIX del Tomo I y las notas en tomo ael Seminario Conciliar, el Padre Jlménez y el Padre RuCoen el Tomo 11. También Alejandro Tapia y Rivera, Mismemorias, Editorial Coquí, San Juan, Puerto Rico, 1966,pp. 59-63, entre otras. Las diferencias en currículos difi­cultaban el Ingreso de los puertorriqueños en centros do­centes en la península.

JOG. Delgado, Op. Cit., p. 150.31José Gautier Dapena, Baldorioty, Apdstol, Instituto

de Cultura Puertorrlquefla, San Juan" Puerto Rico, 1970,p. 46 YL. Flgueroa, Breve historia..., Op. Clt., p. 243.

32José Pérez Moris y Luis Cueto, Historia de la Insll·rrecci6n de LAres, Editorial Edil, lne., Rfo Piedras, P.R.,1975, ~. 283.

3 1. J. Osuna, Op. dt., p. 54 Y Cruz Monclova, Op. Cit.,p.483.

34L. Figueroa, Los Jesuitas DI Puerto Rito, Loc. CIt.,p.20.

35J. J. Osuna. Op. Ot., p. 58-59.

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común, levantaban los patriotas la bandera de laeducación. Pero detrás del documento había muchomás que una mera propuesta educativa.

El proyecto de Colegio

En la referida fecha, Ruiz Belvis, por sí y en re­presentación de Betances. Ramón Nadal, Franciscode Paula Vázquez y Rafael Bello, exponía ante losregidores y el ayuntamiento reunido en asamblea demayores contribuyentes, la necesidad y conve­niencia de establecer un colegio de segunda ense­ñanza en Mayagüez.l6 Argumentaba Ruiz que elInstituto-Colegio era incapaz de satisfacer las nece­sidades educativas nacionales y, orientando sus mi­ras hacia el alto desarrollo socio-económico de laVilla, lo clasista y discriminatorio del sistema exis­tente y la laceración de las relaciones familiares queprovocaba el forzoso viaje a Europa o Sur Américapara educarse, ratificaba la necesidad urgente delinstituto propuesto.J7 El proyecto se basaba en unaevaluación cabal de la realidad nacional y sobre ladivisa de que la educación es un derecho de los po­bres. Mucho hincapié hizo Ruiz Belvis en sufragarlas necesidades de los menesterosos durante su laborcomo Síndico entre 1857 y 1858 yen este caso, el delColegio, sus posturas no variarían un ápice.

La cuestión de la necesidad o conveniencia fueratificada por unanimidad. Presentadas las bases delcolegio, fueron también aprobadas unánimemente yenmendadas tan sólo en el sentido de que no se"excluyese de su instituto la enseñanza primaria su­perior, si por acaso se estimaba en su día oportunoincorporarla a sus estudios",JI de acuerdo con la mo­ción presentada por Pedro Nieva.

Una revisión detallada de la lista de adherentesarroja el siguiente balance: de los setenta y seis (76)individuos que dieron poder verbal para que se ex­presara su adhesión al plan, diecinueve (19) podrían

36Archivo Histórico de Mayagüez, Año 1866, Acta 6,C. 14-17. Este hecho ha sido obviado por la mayoría de losinvestigadores a excepción de la Ora. Suárez. Véll5e su yacitado "Segundo Rulz Belvls" en la revista Caribe. Parauna transcripción del Acta .:eCi~rase al Apéndice XII.

37Ibid., ce. 14 y 15.38Ibid., f. 15. Fernando Bayrén Toro no menciona esle

proyecto entre 10& antecedentes del Colegio de Agriculturade Mayagüez. Por el contrario, remite la tradición llamadacolegial a la Escuela Fllotécn1ca que Baldorioty de Castroquiso establecer en Mayagüez en 1878. Véase FernandoBayrén Toro, "Mayagüez en la polftica de Puerto Rica",Atenta, Año 2, Tercera Epoca, Núm. 2, diciembre 1982,pp. 91-92. El 22 de enero de 1866, Ruiz Belvis escribió aBaldorloty sobre su proyecto y al parecer nunca recibiórespuesla. Véase Angel Quintero Acosta, Jos~ JulidnAcosta y su tierr,po, Instituto de Cultura Puertornquefla,San Juan. 1965, pp. 137·148 YJosé Gautier Dapena. Op. CH.,p.78.

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ser considerados "sospechosos" por las autoridadesde la época y por el observador contemporáneo. Sonellos José María Monge, poeta caracterizado por loacibarado de sus versos y su sátira, arrestado en 1872durante las elecciones pulidas;" Juan Chavarry, Ce­ledonio Carbonell y Manuel María Mangual, arres­tados durante el proceso del Grito de Lares;40 EladioAyala, con quien Betances sostenía correspondenciay quien definitivamente era agente revolucionario;'1Julio Audinot de Colto que estuvo en la reunión deEl Cacao en mayo de 1867, emigró a Santo Tomás ar~!z de su ~rresto por los hechos de Lares y compar­ho en ParlS con Hostos en sus momentos de crisisapoyando la decisión de este último de viajar aNueva York;u José Paradís, "el grande agitador deCabo Rojo", miembro de la Sociedad AbolicionistaSecreta, víctima constante de las diatribas de PérezMoris y Cueto, muy vinculado a Betances, al PadreMariño, a la intentona de 1864 y arrestado durante lapersecución a los revolucionarios de Lares;'" 'oséAntonio Fleytas, Sergio Ramírez, Delfín Soler. Lo­reto J. de Montalvo y José N. Montalvo, liber.lJesperseguidos a principios de la década de 1870;44 Fran­cisco Mariano Quiñones, miembro de la Junta In­formativa de Reformas por San Germán y abolicio­nista convencido; Vicente María Quiñones, expul­sado en 1861 a raíz del Motín de los Artilleros4~ y po­sible agente de la Sociedad Abolicionista en Hormi­gueros; Eduardo Quiñones, en cuya finca en el barrioRío Prieto de Adjuntas se refugiaron partidas de re­volucionarios en 1868, entre los cuales figuraronMateas Brugman, Baldomero Baurén "Guayubín" yJoaquín Parrilla46 y José Arena que ayudó a Ruiz Bel·vis y a Betances a escapar de Puerto Rico a mediadosde 1861.47

De los seis proponentes tres eran harto sospe­chosos: Ruiz Belvis, Bdances y Ramón Nadal.

39Cruz Monclova. Op. CH., Tomo 11, Primera Parle.pp. 394 Y396.

40Cruz Monclova, Op. Cit., tomo J. p. 607. Con Cha­varry sostuvo correspondencia Belances. Véase E. Godí­nez, Op. Cit., p. 75.

41E. Godínez, Ibid., p. 55. Es a Ayala a quien Belancesdirige su célebre carta con la clave de los gallos fechada 23de septiembre de 1867 en Santo Domingo.

42Delgado, Op. cit., p. 283 sobre la reunión de El Cacaoy p. 283 sobre su relación con Hoslos. Sobre su arresto traslos hechos de Lares véase Cruz Mondova. Tomo l. Op.Cit., p. 607. En cuanto al viaje a Santo Tomás refiérase aCruz Mondova, Op. Ot., lomo 11, p. 28.

43Hostos, Obras Completas, Tomo XIV, Hombres tIdetU, Op. Ot., p. 69; Pérez Morís y Cueto, Op. Cit., p. 286­287 Y290 entre otru, y Cruz Monclova. Op. Cit., Tomo 1,p.r:m.

44eruz Monclova, Op. cn., p. 151.45oelgado, Op. Ot., p. 126-121.46Cruz Monclova. Op. Ot., Tomo 1, p. 602.47Ibid., p. 563.

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Este proceso es demostrativo de un elevado de­sarrollo en la conciencia política de los separatistas yde un alto grado de creatividad revolucionaria. Antelas circunstancias tan apremiantes, aquel proto-par­tido buscaba medios para atraerse y acercarse al pue.blo. El independentismo tenía presencia pública. Noera un sector disgregado, sin coordinación ni co­lumna rectora; sus cuadros actuaban coordinada­mente para obtener beneficios políticos efectivospara el pueblo y su causa.

Aquí están, nos parece, las raíces de la columnade Mayagüez de 1868. ¿Cuántos dirigentes y mili­tantes persistieron en su empeño? Tal vez pocos.Pero queda claro que las sociedades clandestinas enMayagüez tienen una historia mucho más larga delo que tradicionalmente se ha pensado y que sus ac­tividades fueron más variadas de lo que se supone.En el estudio de las actas del ayuntamiento y otrosfundos documentales menores puede estar la clavepara esclarecer otros aspectos de la intrahistoria delseparatismo puertorriqueño.

Destino del proyecto de Colegio

El 7 de abril de 1866 comenzaba Ruiz Belvis apreparar las finanzas del proyectado colegio. Escribíaese día al Obispo Pablo Benigno Carrión informán­dole que se haría cargo de una suma de 9UO escudos ysus intereses que debía su padre, José Antonio Ruiz,a la Parroquia ·le Hormigueros desde hada más de

.maba que no tenía intención del.Í.el Josefa por tan pequeña cantidad

llicitaba se autorizase un préstamo adi­.r 3,800 escudos que había "sin destino en

as cajas de dicho Santuario" .t9

El 11 de abril es transmitida la solicitud al Vica4

rio de San Germán y al Cura Coadjutor de Hormi·gueros. Entre los días 13 y 15 se ofrecen las debidas,1U torizaciones,5o ratificando el Cura Coadjutor de

'"'1igueros, Antonio González, la existencia de los,- e: V que los mismos no eran de necesidad

tuario.IH

• 1866 se aprobó la formalizaciónde la hipoteca sobre la Josefa a favor de la Parroquiade Monserrate5J por la suma de 4,000 escudos. No fuehasta el 28 de agosto de 1866 que se firmó la debida

48Archivo de Nuestra Señora de la Monserrate,Hormigueros. Sobre reconocer Don Segundo Rulz Belviscuatro mil escudos de varios capilales pertenecientes alSantuario de Honnigueros, f. 1. Respecto a este asuntovéase M. CanceL "Segundo Ruiz Belvis, La Monserrate yun proyecto de Colegio", El VisiÚlnte tú Pumo Rico, vol.12, Núm. 35, 30 de agosto - 5 de septiembre de 1986,pp.l~17.

49Ibid., f. 1 vio.SOIbid., f. 2 vio.511bid.52lbid., f. 3.

escritura ante el escribano José O. Quiñones y Ra­mos. Segundo Ruiz Belvis pagarla, al menos en elpapel, el 5% de interés anual pagadero los meses dediciembre de cada añO}I) Comprometía Ruiz Belvisuna hacienda de 300 cuerdas de caña y pastos, concasa de altos de madera y bajos de mampostería, conun cuartel de esclavos construido en madera y tejamaní. un hospital para los mismos, casa de paila~,

máquina de vapor y todu lo comprendido en ellapara convertir en una realid¡¡d su proyecto.~4 Est¡¡hacienda contenía ¡¡demás quince carretas, treinta yuna yuntas de bueyes y cuarenta y un esclavos de supropiedad que había comprado a su padre AntonioRuiz.

El nombramiento de Ruiz como Juez de Paz enMayagüez el Ira. de julio de 1866~~ y su viaje a Es­paña a la Junta Informativa de Reformas, atrasaronlas gestiones y le obligaron a posponer sus trabajosen espera de mejores tiempos.

El último capítulo de la historia del colegio desegunda enseñanza propuesto por Ruiz Belvis, Be­tances y sus seguidores estaba por ocurrir. El 15 defebrero de 1867 presentó el abogado hormiguereñouna Instancia ante el Negociado de Instrucción enMadrid manifestando nuevamente la necesidad deestablecer un colegio en Mayagüez.56 Aprovechabatal vez la prominencia que le daba su posición dedelegado en la Junta Informativa. Había que remitirlas bases y el reglamento al gobernador Marchesi y alas autoridades eclesiásticas para que éstas dieran elvisto bueno al asunto.

El 31 de julio de 1867 el gobernador informabaque Ruiz Belvis se hallaba "incapacitado clvilmentede figuras como empresario ni director de dicho es­tablecimiento por haberse fugado de la isla ....~i RuizBelvis era sospechoso de inconveniente. Pero mien­tras que por un lado se le perseguía, por el otro acep­taba Marchesi "la gravísima importancia (... ) de di­cho Instituto"." Ruiz Belvis se había "declarado re­belde" y con aquella actitud se iniciaba una etapacrucial en su vida personal y en la historia de PuertoRico. Corría el mes de julio de 1867. La de.sembocadura de aquellos días sería el Grito de Lares.

Conclusiones

En los años comprendidos entre el 1850 y el 1866florece el movimiento revolucionario puerto­rriqueño. La evoludón del mismo hacia sistemas

53Reglstro de la Propiedad, Libro 11, Area de Honnl·gueros. Finca 73, f. 69.

54lbid.55Ada Suárez Díaz. "Segundo Ruiz Belvis", Loe. Cit.,

p. 29, nota 73 y AHM Año 1860, Vol. 1, f. 1 vto.56Archivo Histórico Nacional, Ultramar, Ministerio

de Ultramar, Director General de Grada y Justida. Nego­dado de Inswcd6n, Documento 1.

S7lbid., docmto. 5.58(bid.

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más complejos es evidente. Cuando los separatistasno pudieron actuar abiertamente lo hicieron vela­damente y este hecho, el ejercicio de ciertas activi­dades en el dandestinaje, fue cruclal para la conso­lidación de gestas como la de Lares. Esta políticaclandestina fue amplia de miras y sumamente crea·tiva, jamás ajena al pueblo y es notable la preocu­pación por mejorar ese estado de los sectores quepretendían representar.

El c1andestinaje no sólo se activó para las tareaspolíticas sino también para tareas cívico-políticascomo la aquí reseñada. El estudio de ese separatismointeligente sigue pendiente y espera ser descubiertoen los archivos regionales.

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El comercio y la tecnología alemana en Puerto Rico en elsiglo XIX

Ricardo R. Camuñas Madera

Durante la centuria decimonónica, mercaderesprocedentes de una Europa ya industrializada esta·blecieron casas de comercio en el Caribe. Esos co­merciantes importaban artículos manufacturados yagrícolas como arroz y exportaban azúcar, cuyo de­sarrollo promovió la presencia de técnicos para ma­nejar y reparar las maquinarias y aplicar nuevosmétodos de cultivo.

De esa manera encontramos desde principios delsiglo XIX mercaderes y técnicos alemanes en PuertoRico. Ellos contribuyeron con su presencia y trabajo atransformar la Isla en un país moderno en su so­ciedad y economía, poniéndolo en contado con lastécnicas más avanzadas y con los centros de aprovi­sionamiento de capital.

Así podemos indicar que estos inmigrantes pu­sieron a Puerto Rico en el mapa de la moderna eco­nomía mundial y contribuyeron con sus conoci­mientos y experiencia a cambiar la fisonomía y lamentalidad del país. Este papel seria duradero ya quelos hijos y nietos de estos Inmigrantes estudiarían enAlemania, pero regresadan a Puerto Rico dondeabrieron caminos nuevos en las ciencias o elcomercio.

Procedencia y ocupación

Los inmigrantes que estudiamos se destacan porprovenir de lugares mercantiles por siglos e in­dustrializados ya en el siglo XIX. Nada extraño eraque sus ocupaciones fueran relacionadas con el co­mercio, ni tampoco que muchos fueran a estable­cerse en San Thomas, centro comercial del Caribe ycolonia de Dinamarca, país relacionado cultural·mente con países industrializados como Alemania eInglaterra.

Además, los inmigrantes venían de ciudadescon gran actividad mercantil. Gran parte de losinmigrantes alemanes eran originarlos de Bremen yHamburgo que habían pertenecido a la Liga Hanse·ática. La mayor parte eran comerciantes que buscaban

ban negocios en el Caribe, y muchos habían com­prado haciendas azucareras para asegurar su expor­tación a Alemania. Pongamos por ejemplo a Chris­tian Friedrich Overman, natural de Hamburgo, es­tablecido en San Thomas en 1817 como comerciante,y diez años más tarde compró una hacienda dedi­cada al cultivo de la caña de azúcar en Guayama enla parte suroriental de Puerto Rico.!

El comerciante alemán asimilado en elCaribe

Existen muchas formas y maneras en que uninmigrante procedente de un país de clima tem­plado y de gran desarrollo técnico se habitúe a unmedio ambiente tropical y donde habían arraigadométodos primitivos. Pongamos por ejemplo el casode comerciantes que contraen matrimonio con per·sanas de otras razas, quedándose permanentementeen las Antillas.

Eso podemos comprobar en un pardo nacido enSan Thomas, isla como la de Curazao, que eran delos centros mercantiles que más relación tenían conlos principales puertos de Puerto Rico como Gua­yama, Ponce y Mayagüez.% Empresarios nativos deesas islas se establecían en esos puertos puertorri­queños, siendo uno de los más emprendedores demediados de siglo Jacobo Decastro, nacido en SanThomas en 1800 y establecido en Mayagüez, aunquesu padre don Alejandro había nacido en Hamburgo-quizás sefardí- y de doña Rosa Boltes, nacida en esaAntilla.3 Esta familia pudo establecerse en PuertoRico debido a la Real Cédula de Gracia de 1815 un

lThe San Juan Star, 28 de diciembre de 1973.2Véase Darío de Ormaechea, "Memoria acerca de la

agricultura, el comercio y las rentas inlemas", BoleUnHist6rico tú Pumo Rko, lomo 11, pp. 2.26 D.

3Archivo Parroquial de la Candelaria, Mayagliez, De­fundones, lomo S2, f. 84.

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año después de haberse puesto en vigor.4 Jacobo De­castro era mulato, aunque su piel era blanca y supelo era rubioi pero sus facciones y el tipo de peloeran característicos de la raza negra.5 Estudió enAlemania, lo que le convirtió en uno de los jóvenescon mejores modales, educación y posición econó­mica de Mayagüez, permitiéndole alternar con lomejor de la sociedad de esa población. Poseía dos ca­sas de comercio, una en San Juan y la otra en Ma­yagüez.' En 1853 José Julián Acosta señalaba que eranpocos los que acumulaban los conocimientos quetenía Jacobo. En el teatro de Mayagüez se le veía bai­lar con las señoritas de la población "donde se notanciertas pretensiones, cierto espíritu aristocrático. Di­gamos aquello: Todos tratantes en jengibre y sier­vos·.' Además nos relataba que don Alejandro, pa­dre de Jacobo, elogiaba la laboriosidad de los jor­naleros que trabajaban en su hacienda.'

De otra parte, los comerciantes, al prosperar, ha­bitualmente Invertían en la compra de tierras. AsíJacobo Decastro compró una hacienda a los "SeñoresBasora y Compañía" el 24 de julio de 1846.' La ha­cienda contaba con 108 escJavo~, unos comprados enPuerto Rico y otros procedentes de Afeica y Cura­zao,IO siendo la dotación más numerosa en Maya­güez. No es extraño que Decastro llegase a ser uno delos empresarios más ricos. Pero nunca fue miembrodel ayuntamiento, como otros menos ricos pero queeran blancos.

Los adelantos técnicos que Decastro conocía deAlemania e Inglaterra se reflejaban en la maquina­ria. Don Jacobo tenía un molino de hierro movidopor vapor, una oficina de mampostería con oncepailas o fondos, ocho bagaceras; y con ello producla5,000 quintales de azúcar, 1,500 galones de melado y7,700 galones de ron. El tamaño de la hacienda era de365 cuerdas, y su valor montaba a 120,485 pesos in­cluyendo los esclavos. 1I Debemos compararlo con elmayor propietario blanco, el doctor Félix Garda de laTorre, que solo tenía 76 esclavos.1Z

Jacobo Decastro era vecino de San Juan cuandocompró un terreno de bajura a Juan Bautista Odiot.Esta propiedad estaba ubicada en el barrio de Maya­gilez, con una casa de madera en la calle de Mirasol

4Eslela CiCre, Cattllogo de Extranjeros Residentes enPllerto Rica en el sislo XIX, Río Piedras, Editorial Uni­vensilaria. 1962, p. 142.

5Angel Acosla Quinlero, ]o'¡ ]uli4n hosta y sutiempo, San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña,1965, p. 95.

6Archivo Histdrico de MIldrid, Ultramar, Fomento dePuerto Rico, Legajo 298.

7Acosta Quintero, p. 95.8lbid.9Archioo Hist6rico de May"gtUz, Vol. 4, afio 1846.lOfbid. Vol. 11U\o 1846.111bld. Vol. 4, aI\o 1846, "Planillas de riqueza".12lbld. Vol. 2,IU\o 1846, "Censo de 1845."

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por 2,200 pesos macuquinos, pagaderos en cuatroaños a 550 cada uno, a contar desde el 8 de marzo de1848." El 6 de abril de 1848 declaró ante notario servecino de Mayagüez, y deber a Julián Quintero, deese mismo vecindario, la suma de 8,70U pesos fuer­tes. Esa canUdad la debía pagar en onzas de oro co­lombiano el 7 de febrero de 1849; pero pasados so­lamente seis meses después saldó la deuda el 28 deseptiembre de 1848.14 Estas eran deudas de carácterpersonal ya que el capital para los negocios proveníade otra parte como veremos.

Esta familia de origen alemán pero asimiladapor la mezcla racial al Caribe aportaría con su pre­sencia, la técnica y el capital alemán para el desa­rrollo de las Antillas.

El comerciante alemán ante el estadoespañol y la sociedad

Aquellos comerciantes que no eran de origenpeninsular tenían que luchar contra el favoritismo,y de la misma forma tenía que enfrentarse al pre.juicio de una comunidad de religión, raza y valoresdiferentes. Muchos inmigrantes alemanes eran lu­teranos, y para poder permanecer en la Isla tuvieronque bautizarse en la Iglesia Católica. Así lo podemosver en el archivo de la parroquia de Aguadilla,donde casi todos los mercaderes germánicos cam­biaron sus nombres al hacerlo en su creencia reli­giosa. Uno de los descendientes más ilustres lo fueAgustín Stahl, nacido en Aguadilla y graduado demedicina en Berlín. Pertenecía a una familia de re­ligión luterana hasta que se bautizó el 3 de julio de1845, el niño tenía tres años y el padre lo había he­cho un momento antes. El niño fue apadrinado porun alemán llamado Volkers y el padre por un co­merciante del mismo origen llamado Carlos Reí­chard.

Además, algunas casas de comercio como la"Schroeder y Compañía" admitieron como socios aespañoles para de esa manera poder operar en elpaís. 15 Además se aliaban con los mercaderes pe­ninsulares en los conflictos con los terratenientes.De esa manera lograron trasladar a Aguaditla, po­blación portuaria, la cabecera del Partido Judicial deAguada, dominada ésta por los hacendados. La Au­Jiencia dispuso su inmediato cumplimiento el 4 de

13Archioo General de Puma Rico, Fondo: AudienciaTerritorial de Puerto Rico, Serie: Real Acuerdo, caja 17-A.Año 1848.

141bid.15Archi'l7o Parroquild de San OJrlos, Aguadilla, Bau­

tismos 12, f. 38; Archioo Genmtl de Prumo Rico, Fondo:Audlenda Territorial de Puerto Rico, Serie: Real Acuerdo,caja 17-A. Año 1848.

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abril del mismo año.\6 Además, por real decreto fe­chado el 27 de febrero de 1846 se suprimió el Ayun­tamiento de la villa de Aguada y se le otorgó aAguadilla, quedando para la población despojada unjuez pedáneo con el título de Teniente a GuerraPEste traslado simbolizaba el traspaso del poder quetenian los antiguos terratenientes a los comerciantesde Aguadllla.

Los grandes comerciantes vivían socialmenteaislados de la comunidad de Aguadilla, no aparecennada más que apadrinando a sus propios parientes, ycuando no los tenían en Aguadilla, invitaban a unpersonaje de Mayagüez. Este era el caso de Gui­llermo Fernando Schroder que tenía una compañíaal por mayor en el barrio de Tamarindo, con un ca­pital de 60,OUO pesos y productos por 15,500.1' Estabacasado con Augusta Meller. El 13 de marzo de 1850bautizaron un niño con los nombres Rafael MaríaFrancisco Federico. Los padrinos fueron don RafaelArroyo, caballero de la Real Orden de Carlos III ycomisario ordenador de los Reales Ejércitos, y su es­posa doña María Andrea Gordon, vecinos de Ma­yagüez, que fueron representados por el adminis­trador de la aduana de Aguadilla Francisco Moralesde Castilla." Ejemplo adicional es el bautizo del hijode otro alemán llamado Carlus Reichard, que invitóa su hermano residente en Alemania a apadrinar suhijo, pero se efectuó por poder en unos vecinos.:IO Deotra parte, los comerciantes alemanes llegaron aocupar importantes cargos en los gobiernos munici­pales. Tal fue el caso de Guillermo Schroder, síndicode Aguadilla en 1848,2\ y el hombre más rico deAguadilla.

De esa manera podemos ver cómo se fue for­mando una de las más importantes aportaciones aldesarrollo de la sociedad puertorriqueña al ponerlaen contacto con los métodos y el capital europeo. Laaportación sería duradera mediante la lenta asimi­lación de muchos comerciantes en los asuntos de lacomunidad. La Identificación con la Isla se realizaríaa pesar de las diferencias de idioma y mentalidadcausa del aislamiento social y de su lenta incorpora­ción a la sociedad puertorriqueña.

16Cayetano Coll y Toste, "Aguada", Bold(n Históricode Puerto Rico, tomo XIII, página 46.

17"Real Decreto para organizar el Régimen munici­pal de la isla de Puerto rico", BoJef(n Hist6rico de PuertoRko, Tomo IV, pp. 30>306.

18Archivo Gmeral de Puma Rico, Fondo goberna­dores Espai'loles, Munic:ipios: Aguadilla, caja 392,"Subsidio" de 1846".

19Archivo Parroquúd San CArlos, AguadUla, Bau­tismos 13, ff. 1l7V-118.

2Otbid, f. 130.21Qzcda de Puerto Rico, Núm. 4, p. 1, afio 1848.

El comercio alemán y el capitalismo enPuerto Rico

El capital alemán era empleado por los merca­deres germánicos para muchas actividades en laeconomía de Puerto Rico. Una de las inversiones erafinanciar mediante créditos el comercio del interior,Jacobo Decastro y Compañía proveía dinero en efec·tivo a la casa comercial de Cristóbal Ferrer, estable·cida en Lares. En enero de 1855 la casa lareña recibió1,507 pesos 90 centavos. Este dinero era facilitado encalidad de préstamo por un interés que llegaba alcomercio de Ferrer trimestralmente, pero que cesórepentinamente el 18 de mayo de 1857.22 Otras com­pañías pagaban con provisiones o mercancías, Asívemos a Cristóbal Ferrer pagar 20U pesos a la casaestablecida en Aguadilla Kuster y Compañía el 2 defebrero de 1858.23

Por otra parte, debemos apuntar que los comer­ciantes de Puerto Rico iban a San Thomas a buscardinero prestado, que frecuentemente no podían de­volver. Así, llegaban a la suspensión de pagos y seiban a la quiebra, perjudicando a la vez, al comerciode la colonia danesa.u Los capitalistas de San Tho­mas debieron ver, no obstante, ventajas en mante­ner sus representaciones comerciales, -posiblementepor los productos extraídos, que venderían enEuropa- y vemos que casi todos los agentes erannaturales de San Thomas, dinamarqueses y alema­nes, como eran las casas establecidas en Mayagüeztituladas ~Decastro y Compañía", ~Schroder y Com­pañía~, y la casa de Salomón Bravo.2!

De otra¡arte, casas de comercio alemanas comola "Socieda de Grunner y Compañía" comprabanazúcar a otros comerciantes que habían adquirido elproducto de algún hacendado, y exportaban el aZÚcarpara Alemania. El 20 de enero de 1856 la compañíanorteamericana "Latimer y Turull~ llegó a unacuerdo con esta sociedad alemana para venderlesciento cuarenta bocoyes del azúcar prometido por elhacendado Juan de Vlalis; sin embargo el terrate.niente con haciendas en Rincón, les manifestó noquerer continuar con el acuerdo, y se negó a entregarla cosecha. Ante semejante reacción, la sociedad nor­teamericana deseó hacer un arreglo al proponerle alhacendado saldar todas sus deudas al entregar 2,000quintales de azúcar y sesenta bocoyes de miel, para

22Archivo General de Puerto Rico, Colección PoI. li­bro Tercero de cuentas de Cristóbal Ferrer (1854-1855),"Decaslro &t ca".

23lbid, "Duster y Compañía".24"Memoria acerca de la agricultura, el comercio y las

rentas internas de la Isla de Puerto Rico, por Dario de Or­maechea. año 1847", Cronias de Puma Rico, ed. EugenioFemández Méndez, Río Piedras, 1969, p. 431.

25Archivo Histdrico de May"gtln, volumen 2, año1846.

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miel, para cumplir con los 140 bocoyes de azúcarprometidos. La deuda por refacción montaba a 17,000pesos, pero según el acreedor el deudor solo le en·tregó 56 bocoyes de miel y nada más. Este caso ter·minó en los tribunales, donde los demandantes ale­garon haber sufrido daños al dejar el deudor pasar elmomento de los buenos precios de 4.50 la libra. Laentrega de los 2,000 quintales hubieran significado lasuma de 9,000 pesos, que hubieran saldado la deuda.El pleito terminó con el embargo de 200 bocoyes demiel el 28 de abril de 1856.16

Además, compañías alemanas se unieron a otrasprocedentes de varios países para obligar a pagar aun deudor determinado. El 28 de febrero de 1856Juan José Font y Pérez, un comerciante al por menorestablecido en Cabo Rojo fue demandado por lasprincipales casas de comercio en Mayagüez, CaboRojo y San Germán. Estos comerciantes importabanproductos de Europa y de Estados Unidos y los dis­tribuían entre los comerciantes al por menor. El pe­ninsular Chavarry y Polidura reclamaba 2,050 pesos;el italiano "Cabassa y Compañía" 700; y los alemanes"Schroeder y Compañía" 500 y "Camacho y Decas­tro" 359, eran los mayores acreedores de deudas quemontaban a 5,239 pesos.Z1 De esa manera vemoscomo mercaderes de diferentes nacionalidades esta­blecieron sus casas en Puerto Rico, y como colabora.ban entre sí en los negocios.

La presencia de estos extranjeros facilitó, tal vez,que muchos hacendados mandasen a sus hijos aestudiar a Europa ya Estados Unidos, Francisco Ma­riano Quiñones, por ejemplo, mandado a estudiarpor sus padres Estéfana y Francisco Plácido, dueñosde la hacienda "Filial Amor", en el barrio de SabanaGrande Abajo en San Germán. lA El muchacho fuemandado cuando contaba 17 años de edad a un co­legio en Bremen, donde aprendió alemán e inglés, yadquirió una sólida preparación general.:l9

De esa manera los comerciantes alemanes, nor­teamericanos y de otros países industrializados In­trodujeron capital y técnicas mercantiles en PuertoRico, estimulando la transformación del país através de nuevos métodos, gustos e ideas.

Las calamidades

Uno de los empresarios con más negocios entreAlemania y Puerto Rico era Jacob W. Decastro, que amediados del siglo XIX comenzó a padecer una serie

26Archivo Gmeml de Puerto Rico, Fondo: TribunalSuperior de Aguadllla, caja 33.

27Archivo Gmu/d de Pumo Rico, Fondo TribunalSuperior de Mayagüez. caja 128.

28Archivo Hist6rlco de SGn Germ4n, caja 278.

29Cayetano CoU y Toste, Francisco Mariano Quifto­nes, Bolet(n Hist6rico de Puerto Rico, Tomo IX, p. 142.

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de adversidades que le hicieron mucho daño, aligual que a la economía de la Isla.

En noviembre de 1855 Puerto Rico fue invadidopor una epidemia de cólera morbo que llegó a azotartoda la Isla a través de un año. En cada pueblo se es­peraba el flagelo con terror, y se hacían preparativosque afectaban intereses particulares. El 19 de di­ciembre de ese año, }acob. W. Decastro protestó porhaberse seleccionado el sector de la Puntilla para es­tablecer un hospital de coléricos. En ese lugar se en­contraba la refinería de azúcar, propiedad de Decas­tro. El alegaba que los empleados, al escuchar la po­sibilidad de que se estableciese un hospital de coléri­cos cerca de la refinería, amenazaban con no volvera trabajar allí. Decastro llamaba la atención sobre laparalización del proceso de refinar azúcar, lo que de­tendría la venta del producto por parte de los hacen­dados. Añadía que ni buques ni carruajes irían abuscarlos, debido a que "llegar a la casa de hierro esllegar al hospital".

Decastro abundaba en una serie de argumentosen contra de establecer el hospital en ese lugar. Co­menzaba con destacar que la refinería empleaba cienhombres, padres de familia. Profundizaba sobre eltema indicando que los lugares más atacados por laepidemia eran los pantanosos, y la Puntilla era ellugar más bajo y húmedo, con aguas estancadas ycon manglares, lo que lo convertía en el lugar máspernicioso. Además, según él, en la Puntilla habíanocurrido otras epidemias. Este lugar era limítrofecon la hacienda de cañas de los señores Vigo Her·manos y herederos de Alayán, y era próximo a Sa­bandas, donde habían centenares de esclavos. Fi·nalizaba describiendo a la Puntilla, como el lugarmás insalubre e inadecuado para un hospital, puessería un semillero para la epidemia, que provocabaen los afectados una gran aprensión.JO

De los intereses particulares, se pasó a la alarmacolectiva. Los comerciantes y hacendados ofrecierondonativos no mayores de cien pesos, que sumaron a3,954 pesos el 5 de enero de 1856, con el propósito decubrir los gastos de hospitales de coléricos.JI Los co­merciantes y prestamistas más importantes fueronlos que dieron dicha cantidad. De procedencia anoglosajona eran los norteamericanos "Latimer y Tu-rul1"; los alemanes ~Guillermo Schroder y ca","Camacho Decastro y Ca", y "Guztavo Grunner y Ca.Además, de los venezolanos "Gutlérrez y Lloreda" yJulián Quintero; y los peninsulares Chavarry y Poli­dura, Tomás Tolosa y Pedro Juan Raldiris.31

30Archivo Hútórico de Mayagtla, Vol. 2, año 1856,"Testimonio de don Jacob Oec:astro". No aparece ningunacontestación a esta petición, solamente una nota marginalIndica haberse considerado esta protesta.

31Archivo Histórico de Mllyagtlez, Vol. 2, año 1856,"Relación de los individuos que se ha suscrito volunta­riamente para aocorrer la clase menesterosa en caso de in·vaslón del cólera.

321bld. Vol. 2, ailo 1846, "Censo de 1845".

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Estos comerciantes se vieron duramente afecta­dos por la epidemia, ya que algunos tenían casas decomercio localizadas en varias partes de la Isla."Latimer y Turull" y "Camacho Decastro" teníansendas sucursales en San Juan.33 "Guillermo Sch­roder y Ca" mantenía en Aguadilla su casa de co­mercio)· Pero todos se vieron aislados por los cor­dones sanitarios para no permitir el ingreso de per­sonas procedentes de otra parte.

De los daños sufridos, los efectos producidos porla muerte de esclavos, no se pueden medir tan fá­cilmente, depende del volumen total de los po­seídos, y de la condición financiera del perjudicado.Jacobo Decastro tenía 108 esclavos,3! de los que per­dió 22 en el barrio Juan Alonso, donde poseía 275cuerdas." Además este empresario tenía inversionespor 300,000 pesos y productos por 30,910 en una solahacienda en el barrio de Sabana Yeguas, y era el ma­yor contribuyente en San Germán en 1853.37

La crisis económica de 1857

Poco se ha escrito sobre el pánico financiero de1857.'· En Puerto Rico ha sido un tema totalmenteignorado a pesar de los efectos desastrosos que pro­vocó, y de la cadena de acontecimientos que lleva­rían a una sociedad estática a convertirse en una di­námica.

La crisis financiera de 1857 fue un efecto de labaja precipitada de los precios en Estados Unidos eInglaterra, que puso fin a dos años de empuje eco­nómico, motivado por la guerra de Crimea, acom­pañado por una loca carrera especulativa. el colapsocomenzó en Nueva York en mayo, extendiéndosehasta Alemania en noviembre. Todos los mercadosque compraban la mayor parte de los productos dePuerto Rico fueron afectados. Las casas de comercioque operaban en la Isla con capital procedente de los

33Clfre, Catdlogo. pp. 3 Y33.34Archivo General de Puerto Rico, Fondo Goberna­

dores Espaftoles, Municipios: Aguadilla, caja 392,"Subsiuio de 1846".

35Archivo Hist6rico de Mdyagaez, Vol. 2, año 1856"Subsidlosot.

36ArchiT10 Pa"oqlli41 Cllndelllria, Mayagüez, De·funciones 26, pp. 119-125.

37Arc1rivo Generlll de Puerto Rico, Fondo Goberna­dores Españoles, Municipios: San Germán, caja 554."Riqueza Agrícola y Comerdall853".

38Véue Valentín Vázquez de Prado, Historia 1;&0­n6mica Mundi4I, 11, Madrid, Ediciones Rialp, 1978, pp.163-164; Ramiro Guerra. otEI Pánico Financiero de 1857",MdnwJl de HistorilJ de Cuba, Madrid, Ediciones R, 1975,pp. 581.588; Bruce CaUon, The CWil War, New Yorle, TheFairfax Presa, 1980, pp. 12-13.

países compradores de azúcar y café se vieron de re­pente sin capital operativo.

La importancia de los efectos sobre Puerto Ricola podemos visualizar si tomamos en cuenta que elcomercio alemán, como el norteamericano, merca­deaba con productos agrícolas de Puerto Rico. En laprensa de la época encontramos a "Grunner y Com­pañía" embarcando en goletas y bergantines norte­americanos, azúcar y melado con destino a NewYork y Richmond; y azúcar a Aguadilla, en una go.leta española.39 Los alemanes de Bremen y Ham­burgo tenían inversiones en Aguadilla y Ma·yagüez.~o

Así podemos percatamos del enlace que PuertoRico tenía con los países industrializados, y que loque sucediese en esos mercados podía afectar la Isla.Así lo notamos en una reunión efectuada el 5 demarzo de 1858, cuando la sociedad Señores CamachoDecastro se enfrentó a la Junta de Acreedores, queabarcaba todo el mundo financiero. En esta junta loscomerciantes endeudados mostraron sus libros yhablaron claro sobre lo ocurrido como parte ue lacrisis universal.

En esa reunión los "Señores Camacho Decastro"presentaron el balance del año 1855, que demostró laexistencia de un capital de 72,217 pesos 40 centavos.Ellos poseían crédito tanto en Estados Unidos, comoen Europa, como consecuencia de trabajo, y porqueconfiaban en su honradez y laboriosidad."U Estacompañía había preparado un balance de su estadofinanciero elIde marzo de 1858, del cual se obtuvoactivos por 844,663 pesos 63 centavos; y los pasivospor un millón 56,590 pesos 67 centavos. Pero nocausa sorpresa ni sospecha el que alegaran pérdiuasen los años 1856 y 1957 por 339,906 pesos 11 centavosen la venta de frutos. Y así lo relataron:

El precio del azúcar en los Estados Unidosen Europa comunicó extraordinaria vida alcomercio de esta Isla. Nosotros seguimos elimpulso de este movimiento y negociamosen elevada escala; pero cae súbitamente elprecio del azúcar, viene luego á los EstadosUnidos una crisis financiera, se declaratambién en Europa yesos acontecimientosnos precipitan. Somos una de las víctimasU

del cataclismo Norteamericano-Europeo.

De otra parle, los deudores tenían una gran can­tidad de Ingresos en una refinería que ya hemosmencionado. Esta empresa estaba sostenida por la

39"EI compilador Industrial". Afto 11, Sábado, 21 demarzo de 1857, número 29, p. 4.

40An:hivo General de Puerto Rico, Fondo ProtocolosNotariales: AguadlUa, caja 1279, ff.30-34v.

41 ArchiT10 GenenJI de Puerto Rico, Fondo TribunalSuperior: Mayagüez, caja 132, "Quiebra Sres. CamachoDecaatro le. comerciantes de esta plaza, 1857".

42lbid.

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solidez de "Broadwood y Barday" de Londres, peroquebraron también, y tuvieron que ceder las insta­laciones, única cosa con que contaban para podersalvarse de la catástrofe.u Ya que los 160,00 pesos enletras y endosos que poseían para ser cobrados en ca­sas de comercio eran incobrables porque habían que­brado. La mercantil tenía pocas deudas hipotecarias:una por 14,560 pesos a los herederos Julián Quin­tero; y la otra de 36,000 libras esterlinas por larefinería.

De todo lo debido, ellos habían devuelto un de­pósito de 14,560 pesos a Gervasio Vidal, vecino deAñasco tan pronto se dieron cuenta de que habíanquebrado. No habían pagado a nadie más. Los acree­dores provenían de las compañías financieras másimportantes del mundo. Inclusive S. Rothschild, re­presentando su propia casa, hizo acto de presenciaen Mayagüez. El dato, por sí solo, nos habla de lahondura de la catástrofe, como para exigir el des­plazamiento a Puerto Rico de uno de los miembrosde la familia más destacada en el mundo británicode los negocios.

Finalmente, luego de largas negociaciones sellegó a los acuerdos definitivos del 22 de diciembrede 1858 ante Bartolomé Janer y Barea, alcalde mayor,juez de primera instancia y del comercio de Maya­güez. En la sala estaban presentes representantes delos acreedores radicados en Inglaterra, Francia, SanThomas, España y Alemania; como eran los bancosde Londres, San Thomas, Gettie y Dollmann de Pa­rís, "Tapia Bayo y Compañía" de Madrid,"Wachsmouth & Krogman" de Hamburgo. Pero lomás curioso es ver entre los acreedores a nuestroconocido Jacobo Decastro representando a "KoppshyCook".

Los deudores entregaron todo el activo existenteen la casa, además de un 5% de la deuda total que lapagaría Camacho cuando pudiese hacerlo, y lomismo haría Decastro. En resumen, los acreedor'!!srecibirían solamente el 25% de lo reclamado, per­diéndose todo lo demás, aceptado con la condiciónde que en un periodo no mayor de seis meses arre­glaran los deudores las cuentas de pasivo y activo.

La refinería, ejemplo de la tecnología anglosa­jona, consistra en una casa de hierro y almacenesque "Bradwood y Barclay" cedió a "Camacho y De­castro", y estos a su vez a sus acreedores por 18,000pesos en unos trámites en que Jacobo Decastro era al

431bid.

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mismo tiempo un deudor; un representante de unacreedor y un acreedor ror sí mismo, lo que le si·tuaba en un curioso pape de cobrar con una mano, ypagar con la otra.

Los acreedores decidieron nombrar un liquida­dor que debía vender las propiedades de la sociedadquebrada y con el producto de las ventas pagar lasdeudas pendientes. Ese día la Junta de tres miembrosfue confirmada, y ocho días después ningún acree­dor objetó lo acordado, quedando este caso resuelto.

Tal catástrofe no escapó a las observaciones delcónsul francés en Puerto Rico, hecho comentado enun informe ellO de febrero de 1858. El informabaque era limitado el número de casas de comercio deorigen belga, francés, hamburgués, inglés ynorteamericano que pudieron haber salido sin dañode los malos días de 1857 y 1858. ~Latimer yCompañía" fue la única casa norteamericana enPuerto Rico que sobrevivió a la crisis. Latimer eraagente comercial de los Estados Unidos.

Abundando en el informe, ninguna casa de co­mercio alemana sobrevivió, y las inglesas sus­pendieron los pagos. Los comercios en manos defranceses sufrieron daños, pero siguieron funcio­nando. De la bancarrota de la casa de comercio De­castro hace especial referencia por su importancia:

La banqueroute des deux maisons Decastrosolidaires I'une de autre est evaluée a 2 mi~

IlIons de pesos. Ce chUfle est enorme pourcelle colonle et cependamt aucun créanciern'a en recoum á I'autorité pour sauvegar­der se droits.44

Es notable la importancia que este cónsul otorga aesta quiebra en un país con tan pocos capitales comoera Puerto Rico. Pero a pesar de que todas las casasmercantiles alemanas en Puerto Rico fueron a laquiebra debido a la crisis de 1857, no pasó muchotiempo sin que volviesen los intereses germánicos areinvertir en la Isla, recuperando su papel de ser losgrupos que estimuló el desarrollo tecnológico y fi·nanciero de Puerto Rico, motivo de otro de nuestrosestudios.

44 Archiv~s diplomatiquts. Mjnist~r~ des Affair~s

Etrangeres, Paris, Tomo IV, n. 438-442.

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Nuevas perspectivas para el desarrollo de la inteligenciaConferencia ante la Asociación de Escuelas Privadas de Puerto Rico

José Buscaglia

Como partícipe en uno de losproyectos experimentales de ma­yor rigurosidad científica entre losmúltiples programas encami­nados a la búsqueda de nuevasmetodologías para la enseñanzade estructuras y habilidades delpensamiento, me siento en laobligación de exponer a priori anteustedes las estrategias que habré deutilizar para estructurar misplanteamientos.

Intentaré sistematizar, episte­mol6gicamente, evidencia prove­niente de varios campos del saberhumano, mediante un proceso dededucciones paralelas que iránaproximando el contenido de laspremisas en tiempo y espacio altema más específico de la ense­ñanza de las habilidades del pen­samiento en el momento actual y,luego, en lo que atañe, aún másespeCÍficamente, a Puerto Rico.

Paralelamente iré estable­dendo conYer¡encias entre la evi­dencia presentada para demostrarque cada premisa presentada tien­de no sólo a corroborar la hip6te­sis central de que la inteligencia sepuede y se debe enseñar, sinoigualmente a las otras premisaspresentadas en el sistema de rela­dones que la apoyan. Es decir, quelos hechos validarán las con­clusiones tanto por deduccióncomo por la convergencia de losprocesos deductivos entre sí.

Por último, relacionaré algu­nas de las conclusiones más espe­cíficas para volver atr's a la evi·dencia e inducir unos principiosgenerales que sirvan de guía para

las recomendaciones prácticas quepuedan derivarse de la evidencia.

Permítanme primeramenteplantear la hipótesis en términosgenerales.

Nacemos con una maquinariabiológica cerebral única en sucomplejidad funcional y en supotencial operativo. Sin embargo,este magnífico equipo nos es en·tregado sin un Manual del Usua­rio. Para aprender a usario y, másaún, para enseñar a otros a usarloes necesario entender cómo opera,por qué evolucionó biol6gica­mente, cómo se le puede sacar elmayor rendimiento y hacia d6ndepuede eventualmente llegar.

La pedagogía contemporáneacentra su atenci6n en la natura­leza de los procesos mediante loscuales el ser humano recibe, or­dena, relaciona y genera in·formación. Es en el conocimientode estos principios fundamentalesque deberá centrarse actualmentela adquisición del conocimiento.

Oe no hacerse así corremos elgrave riesgo de multiplicaraceleradamente nuestro rezago yampliar el margen de nuestra de­pendencia científica, tecnológica yorganizativa. Nos correspondegrabar claramente en nuestrasconciencias el hecho de que cadaespecie está dotada con susparticulares mecanismos de.fensivos y competitivos. En el serhumano éstos han evolucionadopor la vertiente de las habilidadesdel pensamiento. Los principiosde la supervivencia, el rango y ladominación operan igualmente

en las sociedades humanas comoen el resto de las especies biológi*caso O definimos colectivamentenuestro futuro, o permitimos quelo definan por nosotros. O nos ca­pacitamos para producir ciencia ytecnología, o permitimos que noslas vendan a cambio de nuestrosrecursos patrimoniales. O desa­rrollamos instituciones gu­bernamentales y privadas quefuncionen, o permitimos que nosgobiernen y organicen. En resu­men, elevamos los niveles decompetencia intelectual en seg­mentos mayoritarios de nuestrasociedad, o permitimos que nosdominen o absorban las socieda­des que han logrado desarrollarmás elevados niveles deinteligencia colectiva.

Estas son crudamente ex­puestas las reglas invariables deljuego. Estas son las reglas que nosimpone la naturaleza del mundobiológico al que pertenecemos. Elque aún crea que somos descen­dientes venidos de tribus angéli­cas juega contra los principios na­turales que gobiernan nuestraespecie. Podemos, con derecho deconvicci6n, creer en destinos másaltos de carácter supranatual perodebemos hacerlo solamente luegode aceptar racionalmente los he­chos de que de momento la socie­dad puertorriqueña está sujeta aunas condiciones de vasallaje ysubdesarrollo de carácter tercer­mundista. No es el momento nide la humildad ni del amilana­miento. Es el momento de educarvigorosamente a un pueblo para

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hacerse dueño de su propio des­tino. Permítanme ahora funda­mentar científicamente el porquésostengo estas convicciones.

Dos principios me parecenmuy evidentes en el denso pro­ceso evolutivo que da origeneventualmente al hombre comoent~ biológico y a la inteligenciahumana, considerada ésta comoun conjunto de atributos mani­fiestos de ese mismo ente bioló­gico. Primero, todo el procesoevolutivo desde su origen cós­mico al químico y luego al bio­lógico procede de estructuras mássimples hacia estructuras máscomplejas -de menos número decomponentes a mayor número decomponentes. Las formas másprimitivas que subsisten tienden aser las más antiguas y las máscomplejas, las de más acUva y re­ciente evolución.

Las estructuras más simplesque se han perpetuado o estabili­zado en sus correspondientes ni­chos ecológicos, ocupan sí su lugaren la escala evolutiva pero hanquedado al margen de los procesosevolytiyos más activos y de me­nos estabilidad. La culminacióndel proceso ascendente evolutivoparece, por el momento, residir enla especie humana. Sostengo queesta última se encuentra actual­mente en pleno estado de cambioy aún sin límites fijos ni en suacomodación ecológica ni en supotencial de modlflcabilidad.

Segundo, en el orden de losentes biológicos una mayor com­plejidad estructural Implica posi­bilidades más amplias de con­ducta. Los entes más simples per­manecen más sujetos al medio endirecta proporción a la simplicidadde sus estructuras. Los entes bio­lógicos más complejos tienden adiversificar su conducta en directaproporción a la complejidad desus estructuras biológicas.

La estructura biológica máscompleja y modificable, por lomenos en nuestro planeta, es elcerebro humano. Podemos trazarel relativamente rápido procesode encefalizadón en ei orden delos primates al cual pertenecemosa través de un proceso evolutivode unos ciento treinta mIllones de

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años a partir del momento en quenuestros ancestros se conviertenen mamíferos placentarios con ce·rebros bihemisféricos unidos porun cuerpo calloso. Los cerebrosc1rcunvolucionados y de tamañosproporcionales semejantes a losde los monos actuales comienzana evolucionar hace unos treintamillones de años. Dentro de esteparámetro, el proceso evolutivomás significativo, el de los homí­nidos, comienza hace unos cincomillones de años con el austra­lopiteco, de cerebros superiores yaa los monos y gorilas actuales. Elhorno habills, hace dos millonesde años dobió la capacidad en­docraneal del australopiteco y asísucesivamente hasta el homo sa­piens y el hombre moderno conuna capacidad endocraneal pro­medio de mil trescientos gramosen proporción alométrica a lasvariantes en los volúmenes cor­póreos actuales.

Este recuento sumarlo hastaaquí expuesto nos trae por la víaevolutiva al origen de las estruc­turas cerebrales propias de nuestraespecie pero éste es solamente elprimer cuerpo de evidencia ana­lizable para explicar el fenómenode la diversidad de habilidadessuperiores del pensamiento hu­mano. Una vez constituida lasuperfamiJIa de los homínidoscon la única especie sobreviviente(horno), entiendo yo que se rompeuna barrera genética que abre unanueva brecha en el proceso evo­lutivo. Si el principio de mayorcomplejidad estructural co­rresponde a una mayor diversidadoperativa, la reproducción casiidéntica dentro de una mismaespecie por la vía genética clásicavendría estrecha para explicar laamplitud de conducta y diver­sificación de habilidades delpensamiento en el hombre actual.

Propongo que en el hombreoperan dos mecanismos que nospermiten ampliar sobre los lími­tes biológicos estructurales de lasotras especies vivientes. El pri­mero lo constituye el nivel decomplejidad en los mecanismosontogenéticos, en particular el deldesarrollo de los hemisferioscerebrales en el feto humanoide¡

es decir, la primera fase de vida, lavida intrauterina.

Nos referiremos para esle as­pecto a los más recienles estudiosllevados a cabo por el reciente­mente fallecido Norman Gersh­win, del Harvard Medical Schooly por el Dr. Albert Gaiaburda, enlos laboratorios neuroanatómicosde Harvard y el Hospital Beth Is­rael de Boston, los cuales aportansorprendente evidencia sobre losmecanismos ontogenéticos y surelación con la diversidad yamplitud operativa del cerebro enla fase de la mitosis activa de lasneuronas.

El segundo mecanismo se re·ferirá al cúmulo de evidencia re­ciente relativa al desarrollo cereobral desde el momento en que elniño sale del claustro maternohasta su eventual deterioro. Losconceptos principales los fun­damento en las investigaciones deRoger Sperry, Torsen Wiesel, Da­vid Hubel, Margaret Livingston yJerre Levy.

En ambos de estos mecanis­mos opera la influencia del medioy, por lo tanto, son susceptibles acierta medida de control. El pri­mero (el ontogenético), durante elembarazo y el segundo, mediantela enseñanza directa de procesosmentales que, como veremos,tienden a modificar, estructurar yampliar las capacidades biológicasdel t.:erebro.

En el primero de los casos sehan estudiado, mediante unanueva técnica de autopsiJ. cerebralconocida como análisis cito­arquitectónico, de 50 a 100 áreasdiferentes de arquitectura corticaly sub·cortical.

El desarrollo de la corteza ce­rebral nerviosa en el feto ocurreen varias etapas. Las células ner­viosas que constituyen la cortezase producen y reproducen de cé­lulas progenitoras en áreasespeciales que rodean los ventrí­culos o cavidades cerebrales delfeto y que se conocen como~¡ermlnales. De aquí las neuronasemi¡ran a diversas áreas corticalesy sub-corticales y comienzan aestablecer variedades de nexos ycircuitos funcionales. Cuando estasegunda etapa termina, las neu-

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·.

ronas ya en sus lugares co­rrespondientes crecen en tamañoy complejidad dentro de las variasestratas de la corteza. Durante lamitosis y la migración neuronal ala corteza las diversas estratascorticales del feto crecen a dife­rente ritmo según el medio ma­terno en el cual se encuentra in­merso el feto.

Lo significativo de todo esto yde otros detalles de naturaleza si­milar en el desarrollo del cerebrofetal, es que los balances hormona­les y bioquímicos en la madre,particularmente los niveles detestosterona, afectan los rUmos dedesarrollo y las estructuras corti­cales del feto a niveles micros­cópicos en su diseño. Tales fe­nómenos no solamente señalan elorigen de un sinnúmero de difi­cultades que luego se manifiestanen el aprendizaje, sino que deigual modo señalan al origen deotro sinnúmero de habilidadessuperiores en determinados indi­viduos. La influencia del mediointrauterino parece ser crítica en­tre la decimosexta y la vigé­simocuarta semana de embarazo.

He aquí el comienzo de unnuevo reto que pronto tendránque afrontar los pedagogos. Bastacon señalar que de momento nosentimos reparo alguno en tratarde controlar el medio ambiente enque el niño nace y se desarrolla.¿Estará justificado de igual modoel intervenir en el medio in­trauterino? ¿Qué porciento de ladeserción escolar tiene su origenen desórdenes neurológicos o endesaciertos pedagógicos?

Pasemos al segundo meca­nismo que amplía la diversidadoperativa de la especie más allá delos límites filogenéticos de losotros organismos vivientes- en eldesarrollo cerebral a partir del na­cimiento.

Aunque el número de neu­ronas no aumenta y de hecho vaen descenso a través del ciclo devida, hay -más aún que en la ges­tación- un sinnúmero de pro·cesas que modifican la estructuracerebral. Entre éstos, las conexio­nes intemeuronales, las funcionesde otras células como las glía quecoayudan al funcionamiento de

los conectores, las ramificacionesdentrlnas, la miellnizacíón delcuerpo caUoso interhemisférico,los mecanismos compensatoriosneuronales, la velocidad detransmisión callosa y la acción delos agentes químicos transmisorescomo la hidroxiptriptamina, laserotonina, la acetilcolina y otros.

Sin tiempo para entrar en eldetalle de estos procesos, les ruegoque tentativamente acepten comocierto que lo que cada uno de no­sotros hacemos en el salón de cia­ses tiene un efecto directo en lasdiversas estructuras cerebrales delniño, del adolescente, o deladulto. De hecho, cuando ustedessalgan de esta conferencia la es­tructura fWg de sus cerebros seráun poco distinta a cuando entra·ron. (Les pido excusas por estaagresión física a su corteza cere­bral.) Más aún, ese cambio Inicialpuede tener efectos de índolemicroscópica en fechas pos­teriores. Por añadid ura, estoscambios a corto y largo plazo serándistintos en cada uno de ustedes.

Indica Arturo Rosenblueth enel Postulado Sexto de las rela­ciones Mente-Cerebro que: "Cadaevento mental específico está co­rrelacionado con un diseño espa­cio-temporal específico de activi·dad neuronal". Añade en el Pos­tulado Séptimo que: "Las leyes dela física son aplicables a todo eluniverso material, incluyendonuestros organismos y sistemasnerviosos; además, ni los procesosneuronales ni los mentales estánsujetos a cualquier determinismocausal o probabilista, distinto delque se aplica a los fenómenos físi­cos". (Mente y Cerebro, Ro­senblueth, Arturo, Siglo 21, 1970).

En el acto mismo de añadiruna nueva idea o de ampliar loobservado, acontece un fenómenoneurológico concomitante quedeja huella en nuestro cerebro. Enconsecuencia, todo evento pe­dagógico contribuye a formarfísicamente el cerebro del edu·cando.

De estos hechos se desprende,en gran medida, la validez y efec.tividad de la enseñanza de proce­sos. Reladonemos los datos pre.sentados hasta el momento. Pri-

mero, la perspectiva de análisisevolutivo nos permite aseverarque la mente tiene una base or­gánica la cual, por su natu ralezaestructurai, procesa informaciónmediante operaciones específicaspropias de la especie. Segundo, laperspectiva analítica del desarro­llo ontogenético y los procesos demaduración postnatales señalanal hecho de que la integraciónperceptu al y cognoscitiva sonsusceptibles a modificacionescontroladas mediante el manejodel medio.

Siendo la mente, en conse­cuencia de las dos premisas ante­riores, una estructura or~ánjca

modificable. permite la conside­ración de procedimientos quepu eden resultar más adecuadospara aumentar, refinar y acelerarsus funciones en base a la natura­leza propia de las estructurasneurológicas que la sostienen. Elpunto de partida, en consecuencia,ha de ser el de diseñar y seleccio­nar los métodos más compatiblescon los mecanismos perceptivos,asociativos, analíticos, jerárquicos,integradores y generativoscerebrales. El funcionamientocombinatorio de estas categoríasfuncionales y los múltiples facto­res operativos que las componenson el fundamento de las diversasmodalidades representativas de larealidad en base a las que operanlas funciones cognoscitivas supe­riores.

Señalaba Einstein en su en·sayo "Física y Realidad" que "latotalidad de la ciencia no es nadamás que un refinamiento delpensamiento cotidiano". Compa­rar, diferenciar, ordenar, selec­cionar, jerarquizar, clasificar, de­ducir, inducir, formar conceptos,hacer inferencias y desarrollarhipótesis, entre muchos otrosprocesos, ocurren como fenóme.nos neurológicos y mentales tantocuando hacemos la compra en unsupermercado como cuando dise­ñamos un nuevo modelo mentalen el proceso de razonar sobre unproblema complejo en el campocientífico o humanista. En otraspalabras, la diferencia entre unbuen pensador y uno mediocre estanto cualitativa como cuantlta-

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tiva. Los procesos por naturalezason los mismos, salvo los casos enque existen deficiencias orgánicas.Lo que varia es el ordenamiento,la riqueza, la diversidad y la am­plitud de los nexos temporales opermanentes y la velocidad ope­rativa de las funciones cerebrales.La capacidad de procesamiento seamplía y se acelera en proporcióndirecta al volumen de circuitosneuronales establecidos y ac­tivados que el individuo hayadesarrollado en un momento de­terminado. Dicho fenómeno esmultiplicativo en términos delaprendizaje. A mayor estí­mulación de procesamiento, ma­yor activación neuronal y mayorpotencial para ampliar lo que Ro­dríguez Delgado llama los"umbrales asociativos". El m:d.m. yamplityd asociativa es lo que a suvez amplía el nivel cualitativo. Enconsecuencia, existe unacorrespondencia directa entre elfactor cuantitativo y el cualitativoen el desarrollo cerebral.

Recapitulamos en lo referentea los dos principios evolutivosque mencionamos en un princi­pio, es decir, el proceso evolutivoactivo conducente al origen bioló­gico de especies superiores pro­cede de estructuras más simples aestructuras más complejas y unamayor complejidad estructuralimplica posibilidades más ampliasde conducta. En el caso específicodel ser humano esto impUca ma­yor amplitud de conducta intelec­tiva, adaptativa y social.

Hasta aquí mis plantea­mientos referentes a algunos delos fundamentos evolutivos yneurológicos a tomar en cuenta alconsiderar nuevas bases para unafutura pedagogía.

Pasemos ahora a los métodos.Sostengo que existen ya cerca deunos treinta programas evaluadosen mayor o menor grado y queson efectivos en términos deorganizar funcionalmente y am·pliar las diversas habilidadespensantes del educando. Con fon­dos combinados de Petróleos deVenezuela y el Instituto Nacionalde Educación (N.I.E.) analizamos,clasificamos y evaluamos losprogramas más destacados dentro

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de este enfoque pedagógico. Para elque tenga interés en entrar en másdetalle sobre los diversos progra­mas disponibles, lo refiero a lapublicación titulada The Teaching01 Thinking publicada por Law­rence Erlbaum Associates, Hills­dale, New Jersey. El mencionadoestudio analiza los enfoques parala enseñanza de las habilidadesdel pensamiento bajo cinco cate­gorías: los que enfocan en ope­raciones cognoscitivas, losorientados hacia la heurística, losque abundan sobre los principiosde razonamiento formal, los queenfatizan en el lenguaje y la ma­nipulación de los símbolos comomedios estructurales del pensa­miento y los que centran en elanálisis del pensamiento, las es­trategias argumentativas y lashabilidades metacognoscitivas.

Todos estos programas abun­dan sobre habilidades reconocidasy ampliamente analizadas psico­lógicamente bajo condicionesexperimentales controladas. Notengo duda de que el conjunto detodos estos programas es losuficientemente representativo delas funciones y capacidades inte­lectivas del ser humano.

Cada uno de estos enfoques yprogramas tiene sus méritos y suutilidad. En el caso de Puerto Ricoseleccionar enfoques y desarrollarprogramas de estímulo cognosci­tivo depende de los objetivospedagógicos que deseemosestablecer para el mejor desarrollode la sociedad puertorriqueña.

Comentaré a continuaciónsobre tres aspectos que considerofundamentales en nuestra condi­ción sociocultural actual y que ha­bría que tomar en consideración alenfocar sobre el tema de una rees­tructuración curricularfundamentada en el estímulocongnosclllvo. Señalaremosprimeramente estos tres aspectospara luego considerar solucionespedagógicas a tenor con lascircunstancias reales del fenó­meno.

Primero, la sociedadpuertorriqueña actual carece deuna agenda o propósito colectivo.Si ista existe es tan amorfa, inco­lora y tan carente de sabor como

un chayote crudo. Pese al camu­flage de un aparente desarrolloeconómico, en términos socialeslo único que se está desarrollandoen Puerto Rico es el subdesarrolloy la dependencia. Sin metas, no sepuede saber en qué dirección unocorre. Y, cuando todos corren endirecciones distintas, sucede comoen los carritos locos que nos da­mos continuamente golpetazospero nadie sale del círculo porquenadie realmente va a ningunaparte cuando la colectividad en lacual el individuo actúa va al ga­rete.

Segundo, los síntomas de lacondición antes descrita presentanun serio problema a todo esfuerzoeducativo.

El pensar requiere modelos yobjetivos. Se piensa como parte dela agenda de ser y de lograr propó­sitos. El pensar es un acto existen­cial. Se piensa, en consecuencia.dentro de un estilo, dentro de unacultura y con la naturaleza de unalengua y unas imágenes que la ex­presan. Cuando esto no se logra ola cultura existente no provee eldebido estímulo positivo, semerma el potencial y la razón deser del pensamiento. El refuerzopositivo del logro en el pensar esla transformación y laautoafirmación.

Ante estas consideracionesafirmo que en Puerto Rico en laactualidad no existen las circuns­tancias propias para el desarrollocognoscitivo. Contrario al pensa­miento analítico, domina lafrivolidad y la holgazanería inte­lectual. Si no se puede remediarnada, no vale la pena pensar. Sino se va a ninguna parte, nuestravoluntad de llegar no cuenta. Sino se puede ser, no vale la penahacer nada. De aquí la superficia­lidad y el desenfreno que es la au­sencia de la razón y del propósito.El circo del alcoholismo y, como loexpresan las voces en uso, el del"traqueteo" y la "brega" caracteri­zan el primer nivel de los sínto­mas resultantes. El no tancarnavalesco incremento en lacriminalidad y las drogas domi·nan a un nivel sintomático másprofundo.

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La salvedad sea hecha de queno basta con que una exigua mi­noría desarrolle su potencialcognoscitivo. El poder competi­tivo de una sociedad depende deque grandes segmentos poblacio~

.nalll desarrollen los patrones deconducta mental adecuados paragarantizar su supervivencia ymantener ventajas. Recordemosnuevamente las viejas reglas deljuego biológico del horno sapiens.

En el proceso evolutivo de lastropas primates a las sociedadeshumanas el hombre desarrollaprincipios competitivos muy con­tundentes como la aniquilación, laguerra de dominación, la subyu.gación, el coloniaje interno y ex­terno y múltiples grados de con­trol o explotación de las socie­dades más débiles. El que crea queya no estamos jugando este"deporte" en el mismo estilo deantes que viaje a las zonas enconflicto en el tercer mundo o queobserve más analíticamente supropia circunstancia. En los con­flictos de esta naturaleza tiene lasde ganar el "equipo" pensante quedesarrolle mejor organización,mejor producción y mejortecnología. Ayer y hoy las habili­dades del pensamiento no sonsimple ornato de la especie sino laesencia misma del meca-nismoselectivo que la desarrolla. La cul­tura, a su vez, no es puro placerestético sino el vínculo de solida­~ que ata a los integrantes deuna sociedad para hacer a ésta máseficiente en la obtención de sus fi­nes colectivos.

Tercero, medidas psicométri­cas obtenidas bajo los auspicios delProyecto lnteligencia de Harvard yVenezuela en Barquisimeto, Ve­nezuela, con pruebas estandariza­das en Puerto Rico mostraron,desde el inido de nuestra inter­vención educativa en 1979, sor­prendentes similitudes con losperfiles cognoscitivos de pobla­ciones comparables en Caguas,Bayamón y Arecibo. De igualmodo, las tendencias comunes aambos señalaron notablesdiferencias con las medidas obte­nidas en los Estados Unidos y enotros países fuera del ámblto lin­gürstico-cultural de Latinoamérica.

ningún momento tales diferenciasseñalan o superioridades o infe­rioridades pero sí a significativasdiferencias. En otras palabras, el"techo" psicométrico nunca esplano sino ondulado y el tipo deondulaciones o las característicasdominantes individ uilles tiendena ser semejantes dentro de un de­terminado parámetro lingüístico­cultural. El banco de datos al quehago referencia contiene losresultados de más de 46,ooU prue­bas administradas y respuestas co­rrelacionadas de más de tres mi­llones de "flems". Mediciones deesta magnitud creo que puedenconsiderarse confiables.

En términos generales, pode­mos señalar que más allá de lassimilitudes que podemos observara simple vista entre Puerto Rico yotros pueblos latinoamericanossubyace una estrecha similitud enel funcionamiento de los procesosmentales. Más aún, en términosde nuestra hipótesis de las rela­ciones mente-cerebro, afirmamosque las estructuras neuronalespropias de dichas colectividadesguardan igualmente una estrechasimilitud.

Movidos por estos hallazgos ybajo los auspicios del mismo pro­yecto se preparó un informe téc­nico que muestra una estrecharelación entre determinados as­pectos socioculturales y del usodel lenguaje con aspectosespecíficos del subdesarrollosociopolítico y tecnológico, losniveles de dependencia y el gradode desorganizaciónadministrativa.

A continuación algunas demis conclusiones. Primero, po­demos inducir que toda cultura oestructura social promueve el de­sarrollo de una serie de habilida­des intelectuales dominantes almismo tiempo que inhibe eld esarroll o d e otras. Lasp arti culares condicioneshistóricas, culturales, sociales yeconómicas existentes en PuertoRico y Latinoamérica determinanaspectos significativos en el perfilcognoscitivo de estas poblaciones.Ningún programa educatlvopuede realmente tener éxito enestas áreas del mundo sin una

comparaClon substancial de lascaracterísticas particulares quecondicionan tales diferencias.

Segundo, en el actual marcode referencia de la competenciainternacional es evidente que lospaíses primermundistas mantie·nen su más elevado nivel de viday su dominio directo o indirectosobre los países del tercer mundogracias a sus niveles de organiza­ción, de productividad y a sucapacidad para producir ciencia ytecnología. Esto equivale a decirque la conducta mental de un gransegmento de sus habitantes operaa los niveles requeridos paramantener estas ventajas.

Tercero, la dependencia men­tal es el punto de origen más sig­nificativo del colonialismo eco­nómico y poUUco. Los conoci­mientos actuales de cómo operany cómo se pueden enseñardirectamente las habilidades delpensamiento pueden con­trarrestar las iniquidades señala­das. Este es el principio revolu­cionario y científico que funda­menta los programas para el de­sarrollo y democratización de lainteligencia.

Cuarto, las investigacionesmás recientes y los resultados ob­tenidos a nivel mundial en elcampo de la enseñanza de las ha­bilidades del pensamiento aportanfirme evidencia a la efectividad dedichos programas. En consecuen­cia, es conveniente institucionali­zar en Puerto Rico el estudio eimplementación de estas nuevasmetodologías conducentes a re­ducir los niveles de dependencia ya elevar la efectividad organiza­Uva y productora.

Quinto, sin disminuir aspec­tos positivos en nuestra persona­Udad cognoscitiva susceptibles amayor estímulo, cada uno de losaspectos negativos que inhibennuestro desarrollo mental y socialson modificables mediante la pe­dagogía de procesos. Los resulta­dos que hemos obtenido en el'Proyecto Inteligencia" y otrasitervenciones ensayadas en Vene­zuela bajo los programas de laDemocratización de la Inteligenciaseñalan en esta dirección.

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Sexto, la metodología de pro~

cesos centra en el entrenamientoy desarrollo de determinadasoperaciones mentales de caráctergeneral las cuales se van combi~

nando pedagógicamente en fonnaestructural con el objeto de ir ele­vando por etapas la efectividadpensante y analítica del educando.La ventaja de dicha metudologíaes que se puede adaptar él cual­quier nivel del sistema educativoy es aplicable y transferible a cual­quier contenido formal y nivel decomplejidad. Es decir, se puedeenseñar a pensar ordenada y sis­temáticamente a cualquier indi­viduo a cualquier edad,capacitándole para analizar,investigar y absorber cualquiertipo de información de unamanera más efectiva.

Séptimo, el estímulo cognos­citivo directo y sistemático diri­gido a grandes segmentos pobla­cionales, particularmente a losmás oprimidos, es la clave peda­gógica más efectiva para elevar elnivel de desarrollo social. Elsubdesarrollo no estriba, particu­larmente hoy en día, en la escasezde recursos naturales, sino en lade recursos pensantes y organiza­tivos de grandes segmentos pobla­cionales. Puerto Rico compartecon Latinoamérica y otros paísesaspectos fundamentales quefrenan su desarrollo y limitan suautosuficiencia.

Octavo, el estudio y diagnós­tico de los factores operacionalesmentales en la población puerto­rriqueña deberá ser la base de todareforma educativa. La eventualreconstrucción y fortalecimientode la sociedad puertorriqueña sefundamentaría, en consecuencia,sobre bases de mayor permanen­cia.

Noveno, para que estos pro­gramas verdaderamente trans­formen la estructura social ycultural se requiere que los mis­mos se implementen en formageneralizada. A tales fines se re­quiere la toma de decisiones con­certadas al más alto nivel entre elsector público y privado y derivarde tales decisiones un plan logís­tico integral de investigaci6n eimplementaci6n.

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Décimo, todo lo anterior­mente expuesto en estas conclu­siones es enteramente consistentecon los principios establecidos deque la mente humana es una es­tructura oriánica modificable. Elorigen y naturaleza de la mentehumana señalan a la metodologíade procesos como la más efectivapara ampliar sistemáticamente loslímites de las habilidades intelec­tivas.

Recomendaciones más específicasen cuanto a los métodos másadecuados a las circunstancias so­cioculturales y al perfil cognosci­tivo actual en Puerto Rico:

Primero, la Escuela de Medi­cina de la Universidad de PuertoRico, en coordinación con la Es­cuela de Medicina de Harvard y elLaboratorio Neuroanatómico deBeth Israel Hospital de Boston,podría llevar a cabo una serie deinvestigaciones referentes a losbalances hormonales y otrosfactores ontogenéticos dentro delas circunstancias particulares delas mujeres embarazadas enPuerto Rico.

Segundo, se recomienda laadaptaci6n y adopción en PuertoRico del "Modelo Multifaclorialde EsUmulación Adecuada"fundamentado en las investiga­ciones del Dr. Berry Brazelton delMassachusetts General Hospital.

El desarrollo y el funciona­miento del cerebro durante laprimera infancia depende dela calidad y la cantidad de lasinteracciones que se estable­cen entre el niño y suambiente. Las experienciassensomotrices a esa edad sonfundamentales para el desa­rrollo de las capacidades

El cerebro del recién nacidose caracteriza por su inmadu­rez y plasticidad. Si no se leproporciona al sistema ner­vioso una estimulaci6n ade­cuada, éste presentará retardoy deterioro estructural yfuncional. (La DemocratiZQ­ció,. de 10 ,,.teligtncÜJ, Presi­dencia de la República, Cara­cas,1984.)

En consonancia con lo alu­dido, conviene señalar que ennuestro medio gran parte de la es­timulación a que está expuesta lapoblación tiende a producir efectoscontrarios al desarrollo cognosci­tivo. Por ejemplo, se calcula quemás de milJón y medio de perso­nas se ven sometidas al condicio­namiento operante de los pro­gramas sabatinos de televisión endonde el refuerzo de una premia­ción de cualquier cacharro elec­trónico fija una conducta deantivalores. Así como existe la es­cuela existe la antiescuela que re­carga los circuitos asociativosneuronales con imbecilidades quequedan plasmadas biológicamenteen los cerebros de niños y adoles­centes.

El programa de estimulacióntemprana multifactorial reco­mendado incluye el concientizaral público y, particulannente a lospadres, sobre los riesgos de los es­tímulos negativos que merman elpotencial biopsicosocial del serhumano.

Tercero, se recomienda laaculturización, adopción y desa­rrollo de varios programas de es­tímulo cognoscitivo a nivel deprimaria y secundaria. En unaprimera fase de experimentaciónformativa se podría ensayar conaquellos que han demostrado serlos más confiables y efectivoscomo lo son:

1. ARrender a Pensar -Intro­duce en el sistema educativo unametodología (CORT) creada por elDr. Edward De Bono y ya adaptadaal medio y lengua latinoameri­cano (CEP) en Venezuela.Mediante el ejercicio con una seriede "herramientas" del pen­samiento aplicada a ejemplosreales o plausibles, se capacita alniño para no sólo adaptarse almedio, sino para actuar sobre elmismo. El método se fundamentaen la enseñanza específica decuarenta procesos mentales quefuncionan, activados por lasherramientas, en la organizacióndel pensamiento, la comunicaci6nverbal, la clarificaci6n delargumento y la creatividad.

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2. Enriquecimiento Instru­mental - Está basado en el sis­tema ideado por el Dr. ReuvenFeuerstein. El mismo está diri­gido a desarrollar aquellos proce­sos mentales que por su ausenciao por su uso ineficaz son respon­sables de un bajo rendimientointelectivo. Se fundamenta elprograma en la posibilidad demodificación de las estructurascognoscitivas a través de unagente mediador que actúa entreel sujeto y el estímulo para au­mentar la capacidad de aprendi­zaje y rendimiento escolar.

3. El Pro¡rama 5.0,1. -Está ba­sado en la teoría de la estructuradel intelecto desarrollada por J. P.Guilford y sus colegas. En su mo­delo se identifican tres dimensio­nes a decir, operaciones, conteni­dos y productos. De éstas sedesprenden múltiples categorías.Toda tarea compleja comprendecomponentes de cada una de lasdimensiones, sumando unasciento veinte posibles combina­ciones que él denomina como"primer orden de factores" y que asu vez son representativos de lashabilidades mentales.

Los más recientes resultadosobtenidos con este método en elJapón nos animan a pensar que suefectividad puede ser considera­ble.

4. El Proyecto InteH¡encia­También conocido como Odysseyen su versión en inglés es, tal vez,el de más amplio abarque en tér­minos de las habilidades que en­seña y el que posee el manual delprofesor más minuciosamentedetallado. Aunque fue original­mente diseñado y evaluadosumativamente a nivel del sé­timo grado, se usa en la actualidaden los Estados Unidos desde elcuarto al octavo grado. Se trabajaahora en la expansión de algunasde las series del curso para consti­tuir otros cursos de semestre oaño completo.

Las posibilidades de desarro­llar aún más este currículo sonmuy variables. Sería particular­mente rráctico el desarrollar elmateria en forma espiral desdelos grados primarios hasta elduodécimo grado, de forma talque se constituya en la espinadorsal de un programa de estí­mulo cognoscitivo. A su vez, me-

diante el uso de ejercicios isomór­ficos se asegurarla la transferenciaa todos los cursos de contenidoregular del sistema a todos susniveles.

El punto de partida de estecurso, en su versión original, lofue el análisis de las múltiplesmedidas psicométricas obtenidasen Barquisimeto durante la eva­luación formativa de los diversosinstrumentos de medición paraconstruir la preprueba a utilizarseen la evaluación sumativa, asícomo durante la estandarizaciónde la llamada "Prueba de Barqui­simetro -1" que permitió estable­cer la línea de base para el controldel experimento. Añadimos a estolos datos obtenidos durante unaño completo de evaluación for­mativa de las lecciones.

Podemos, por lo tanto, aseve­rar que dicho curso se diseñó enrespuesta directa a las altas y bajasdel perfil psicométrico bajo análi­sis. Debido a lo anteriormente ex­puesto relativo a la similitud en­tre las medidas obtenidas en Bar­quisimeto y las de Puerto Rico, sepueden anticipar efectos similares.

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Apuntes sobre el bilingüismo en Puerto Rico: actitudessociolingüísticas del maestro puertorriqueño.

Prot. María M. L6pez Laguerre

Se hace muy dificil pretender que todos aceptenla existencia de un bilingüismo arquetipo en PuertoRico, luego de examinar la multiplicidad dedefiniciones logradas en diferentes campos del saberque se han dedicado a su estudio.

Si aceptamos el punto de vista político, de que esmediante una legislación que se declaran oficialesdos lenguas en un territorio, entonces Puerto Rico esun país bilingüe.

Podríamos también aceptar que una comunidades bilingüe cuando hay contacto entre dos lenguas,aunque la mayoría de los habitantes sólo posea unbarniz de una de ellas. En estas circunstancias podríaaceptarse que Puerto Rico es un país bilingüe.

La meta de nuestro sistema educativo es dara alafirmar que su máxima aspiración es el bilingüismo.

La realidad es otra cuando nos acogemos a unadefinición más rigurosa, dentro de unas dimensio­nes puramente lingüísticas, o nos atenemos al es­tricto sentido literal del término (Haugen, 1953;Weinreireich, 1953; Gili Gaya, 1965).

Si se habla con el concepto etimológico a la vista,el término bilingüe se refiere a la coexistencia de doslenguas. Por lo tanto podemos aplicarlo a los indivi­duos que hablan dos lenguas o a las comunidadesdonde estas lenguas conviven. Así que puede ha­blarse de un bilingüismo individual y de un bilin­güismo colectivo.

Miremos el individual. Si examinamos las doslenguas, el español y el inglés, en sus aspectosconstitutivos, y exigimos el dominio fonitico, mor­fológico, sintáctico y semántico que permita unacomunicación en ambas lenguas, es obvio que se re­ducida significativamente la población bilingüepuertorriqueña. Esta disminuye aún más cuandopensamos en el utópico bilingüe que adquiere lasdos lenguas en la primera infancia y las utiUza en lasmismas circunstancias y con la misma frecuencia,sin necesidad de traducir de una a otra.

Si aceptamos una definición más flexible y ob­viamos un grado de perfección y únicamente noslimitamos a pedir que el individuo pueda comuni-

carse oralmente con efectividad en ambos idiomas;aún así no podemos ofrecer una contestacióncategórica sobre si el 50% de la población puertorri­queña es bilingüe.

Otro aspecto no menos importante es explicar elbilingüismo en su función dentro del contexto so­cio-cultural de una comunidad o país conocidocomo bilingüe. Sin duda que es una transferenciametafórica de significado, pues si bien es difícil des­cribir una competencia dual de un individuo, másdifícil resulta describirla en una comunidad.

Podemos entender que en una comunidad CO~

existan dos o más lenguas; también se explica queuna porción numerosa de los habitantes sean capa~

ces de comunicarse en tales lenguas con cabal facili­dad relativa. No conocemos ningún país que hayalogrado un bilingüismo de toda su población.

Para entender el bilingüismo colectivo, sin lugara dudas, hay que rroyectar los fenómenos del bilin­güismo individua o psicológico sobre la base de lasituación socio-cultural de la comunidad bilingüe.Quede claro que, a pesar de la estrecha relación queune los dos aspectos, se trata de dos realidadesdistintas cuyo conocimiento implica metodologíasdiferentes. Del comportamiento individual se ocupala sicología y la psicolingüística y del compor­tamiento colectivo, la sociolingüística o la sociologíadel lenguaje.

Si el puertorriqueño quiere precisar la situaciónbllingüe del país debe comenzar por preguntarse:¿Qué grado de competencia lingüística, conducente alograr una comunicación efectiva en ambos idio­mas, se requerirá para considerar bilingüe a unapersona ya las muchedumbres?

Desde este punto de vista cabe preguntarse siexiste en Puerto Rico un estudio científico que de­muestre la competencia dual de la población. Nospreguntamos hasta qué punto el bilingüismo dePuerto Rico es estable, objetivo y susceptible de sermedido.

Muchas de las confusiones que surgen en PuertoRico se deben en gran medida al hecho de que no se

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hacen las distinciones entre el bilingüismo oficial, elindividual, el colectivo y el educativo.

El que Puerto Rico no haya resuelto "su destinofinal como pueblo", el que existan dudas sobre lanaturaleza colonial o autónoma de la Isla, segura­mente ha provocado la politización de muchas si­tuaciones que debieron haberse examinado lo másobjetivamente posible para el bien del pueblo.

Desde su punto de vista oficial, la Ley del Idiomade 19U2 continúa vigente en la I:-Ia. Sin embargo, en1965, el Tribunal Supremo señaló que "siendo el es­pañol el idioma de los puertorriqueños, en cuanto alos tribunales tiene carácter directivo, no compul­sivo, la parte de la Ley que dice que en todos losdepartamentos, tribunales y oficinas públicas, seemplearán indistintivamente el inglés y el español.(Gorrín Peralta y Serrano, 1981: 2U)

Los organismos del gobierno de los Estados Uni­dos que funcionan en la Isla, por norma general,usan el inglés en los procedimientos oficiales y enlos formularios, solicitudes y otros documentos;pero en los procedimientos informales y en las con­versaciones en las que hay puertorriqueñosinvolucrados, se usa el español. Se hace necesarioseñalar que, en muchos casos, se redactan formula­rios y otros documentos en ambos idiomas. Los do­cumentos internos son en inglés. Cuando se cele­bran vistas, se proveen intérpretes en los casos enque son necesarios.

El uso del idioma inglés en el organismo federalvaría según el número de puertorriqueños quetrabajan ahí y la posición que ocupen. Otro factor deimportancia es la clientela atendida. Se usa másespañol cuando se presta servicio al público generalcomo es el caso del correo, seguro social, salario mí­nimo, etc.

En resumen, en términos estrictamente jurídi­cos, podemos decir que la Ley del Idioma se ha he­cho más flexible en favor del español. La lenguaprevaleciente en la mayoría de las actividades públi­cas y privadas es el español.

La realidad es que el problema de la lengua enPuerto Rico ha estado estrechamente ligado a orien­taciones políticas, a tal punto que la lucha por lapreservación de la lengua materna se ha consi­derado muchas veces como un acto partidista,subversivo, y no como una herencia histórica y unaobligación pedagógica del puertorriqueño. Delmismo modo otros grupos consideran al defensordel bilingüismo como un asimilista que no sienteaprecio por su lengua.

Después de 90 aftas de intensa labor por hacer dePuerto Rico un país bilingüe, la filosofía educativa yla propia terminología no parecen haberse precisadoconvenientemente en la conciencia lingüísticapuertorriqueña. No se pueden ofrecer datoscorroborables sobre la densidad poblacional llamadabilingüe. Se carece de pruebas apropiadas para medirel grado de capacidad en cada uno de los nivelesconstitutivos de la segunda lengua.

Erwin H. Epstein nOI señala en su tesis dodoral

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"Política y Educación en Puerto Rico ":

Los puertorriqueños parecen creer queel inglés ocupa un lugar legCtimo en el cu­rrículo como materia obligatoria, pero nodesean lnternalizar lo que ellos creen losharía menos latinos. Los puertorriqueñosno desean renunciar a su herencia latina; elhacerse menos de lo que son, menospuertorriqueños.

Hasta aquí he presentado una visión panorá­mica de los problemas inherentes al bilingüismo.tratando de destacar hechos particulares de la situa­ción lingüística de Puerto Rico.

Se hace imposible analizar todos los componen­tes sociales que intervienen en los problemas linogüísticos de esta comunidad. Pero, vaya tratar departicularizar un poco más fijando la atención en lasactitudes que se han ido forjando en un grupo bas­tante nutrido del magisterio puertorriqueño.

He seleccionado a los maestros porque constitu­yen un grupo íntimamente ligado a los problemasinherentes al bilingüismo en la isla. Sabemos que lameta lingüística del sistema educativo ha sidopersistentemente el bilingüismo para Puerto Rico yme interesaba averiguar como se han afectado lasactitudes lingüísticas del magisterio. ¿Cuáles son susactitudes acerca de la presencia y papel de ambaslenguas en el sistema educativo? ¿Qué otras varia­bles de la estratificación social en que se mueve elprofesor afecta estas actitudes?

La población bajo estudio fue la de profesores deescuela superior de la Región Educativa de San Juanque comprende los pueblos de Carolina, Guaynabo.Río Piedras. Trujillo Alto y San Juan. La muestra seconstituye de 477 maestros de escuelas académicas,lo que equivale a un 70% de la totaUdad de profeso­res en la Región. De las 24 escuelas superiores quecomprenden la Región, 20 participaron en la en­cuesta. La participación de los profesores fue volun­taria.

Para conocer las actitudes de los profesores seconstruyó una escala tipo Likert. Esta se compone de42 enunciados sobre creencias acerca del bilin­güismo, 50% expresados de manera positiva y 50%negativa.. La escala se sometió a una prueba deconflabilidad y obtuvo una confiabilidad alfa de .949.La validez de construcción lógica se examinó utili­zando varios análisis factoriales, los cuales indica­ron que la escala es unidimensional.

Para hacer la prueba a las hipótesis se desarrollóun análisis no paramétrico de la medida, esto es, laactitud positiva, neutral y negativa vs. las variablesextrínsecas. Para estos anáUsis además de la tabla decontingencia, se computó la chi-cuadrada y el coefi­ciente de contingencia. La chi-cuadrada proveeinformación de los efectos de una variable en otravariable. El coeficiente de contingencia provee uníndice de la asociación de dos variables. A todos losanálisis estadísticos se les asignó un nivel alfa de .01.

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Esto indica que la probabilidad de aceptar la hipótesisalterna como cierta cuando es falsa es 1 de 100.

Los resultados de la prueba de actitudes se pue·den observar en la tabla número 1. Los porcentajesobtenidos en las tres categorías: positiva, neutral y

negativa se acercaron a los porcentajes que caracteri­zan una desviación normal. 16.8% demostraron unaactitud negativa; el 66.9%, una actitud neutral y el16.4, una actitud positiva.

Tabla Núm. 1PUNTOS DE CORTE BASADOS EN LA DISTRIBUCION NORMA L

ActitudNegativaNeutralPositiva

Puntuación T20-3940-6061-80

Frecuencia80

31978

.2Q.16.866.916.4

Es interesante observar que el 66.9% de losmaestros mantienen una actitud neutral, ni sonpositivos ni nentivos hacia el bilingüismo enPuerto Rico.

Se examinaron 17 hipótesis para tratar de averi­guar si existía relación entre la actitud hacia el bilin­güismo y otras variables relacionadas con caracte­rísticas de los maestros.

Los análisis estadísticos paramétricos y no pa­ramétricos señalaron que existe una relación entre laescala de actitud hada el bilingüismo y las siguientesvariables:

1. la edad2 materia enseñada3. tiempo vivió en Estados Unidos4. tipo de universidad donde estudió: pública

o privada

5. ubicación de la universidad6. dominio para leer inglés7. dominio para escribir nglés8. dominio para hablar inglés9. dominio para entender inglés10. dominio para escribir español11. lengua materna de los maestros12. si es bilingüe13. plan lingüístico preferido para la ense­

ñanza lingüística en Puerto Rico.

De todos los análJsis estadísticos realizados contodas las hipótesis, éste último resultó ser el mássignificativo pues se demostró que existe una fuerteasociación entre el plan educativo preferido por losmaestros para Puerto Rico y la actitud hacia el bilin­güismo. La actitud hada el bilingüismo determina elplan educativo que prefieren los maestros.

Tabla Núm. 2RELACION ENfRE LA ESCALA DE ACTITUD HACIA EL BILINGUISMO y EL PLAN

EDUCATIVO PARA LA ENSEÑANZA DE ESPAÑOL E INGLES

Todo Inglés Inglés Inglés Español Español TotalActitud Español Voluntario Obli2atorio Alternado Voluntario Obli2atorio Fila

11 58 11 O O O 8)

Negativa (57.9%) (35.6%) (5.9%) (0.0%) (0.0%) (0.0%) (16.8%)

8 101 135 DI 2 4 317Neutral (42.1%) (62.0%) (73.7%) (69.8%) (100%) (40%) (66.7%)

O 4 ~ 2!J O 6 18Positiva (0.0%) (2.5%) (21.1%) (30.9%) (0.0%) (60%) (16.4%)

Total de 19 163 185 96 2 10 475columna (4%) (34.3%) (38.9%) (20.2%) (0.4«.') (2.1%) (100%)

Chi cuadrada =137.07019 ex· =.0001 Coeficiente de contingencia =.47323

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Si observan la tabla núm. 2 verán la relación dela actitud y el plan lingüístico preferido por los ma­estros para la enseñanza del inglés y el español enPuerto Rico.

La chi-cuadrada obtenida para las categorías es de137.07 la cual resultó significativa a más de 0001. Elcoeficiente de contingencia obtenido para el planeducativo fue de .473. Esto es indicativo de que laselección de un plan educativo para la enseñanzadel inglés y el español en Puerto Rico está fuerte­mente influido por la actitud hacia el bilingüismosegún medido por la escala desarrollada.

Al examinar las selecciones de los profesores seobserva que de los 19 maestros que señalan que tododebe ser en español, 11 tienen actitud negativa y 8neutral; ninguno la tiene positiva.

El 38.9% de la población señala que el plan edu­cativo debe ser "todo en español y el inglés comoasignatura obligatoria" y el 34.3% señaló: "todo enespañol y el inglés como asignatura voluntaria". El73.2% de la población seleccionó estas opciones: elinglés como asignatura, ya sea obligatoria o vo­luntaria. Sin embargo es interesante observar que el35.6% de los maestros que aceptan el inglés comoasignatura voluntaria tienen una actitud negativamientras que los maestros que aceptan el ingléscomo asignatura obligatoria sólo un 5.9% tiene unaactitud negativa. Otro dato interesante observado esque ningún maestro que tiene actitud nnativaaceptó la enseñanza alternada en inglés y español ymucho menos la enseñanza en inglés y el españolcomo asignatura.

No debe pasar inadvertida la conduda obser­vada por los profesores que adoptan una actitudneutral y quienes constituyen la mayoría de lamuestra. A la hora de tomar una decisión sobre supreferencia educativa para la enseñanza de las len­guas el 25% se decide por todo en español; el 32%por el inglés como asignatura voluntaria; un 43%

por el inglés como asignatura obligatoria y un 21 %por la alternada.

Se puede concluir que los maestros no rechazanla enseñanza del inglés: no aceptan .el inglés comomedio de instrucción pero tampoco aceptan la en­señanza bilingüe en el verdadero sentldo de la pala­bra, que sería la enseñanza alternada. Sólo un 20%de los maestros estuvo de acuerdo con este tipo deenseñanza.

En resumen: la realidad lingüística del pueblopuertorriqueño es que el español sigue siendo lalengua de la convivencia, el medio de instrucción dela escuela pública y de la mayoría de las institucionesprivadas. Pero la necesidad de la enseñanza­aprendizaje del inglés es realidad que no debe sosia·yarse. En Puerto Rico se hace difícil sostener una si·luación verdaderamente bilingüe porque lascircunstancias del diario vivir no ofrecen oportuni­dades de comunicarse y practicar el inglés o porquehay una resistencia pasiva a aprenderlo.

Históricamente se ha visto que muchas lenguasconsiguieron expandirse gracias al estrecho paren­tesco lingürstico que tienen con la lengua en con~

tacto; pero ese no es el caso entre el español y el in­glés. Además, la lengua no es un hecho aislado de lacultura y se reconocen las diferencias culturales en­tre ambas lenguas. No debe olvidarse la distancia ge­ográfica entre Puerto Rico y Estados Unidos. En cir­cunstancias como las ante mencionadas. el procesoenseñanza-aprendizaje de la lengua para formarpersonas bilingües se toma más difícil.

Si esta es la realidad, debe encararse el problemade manera efectiva, reconociendo que en situacionescomo éstas se impone la investigación científica ycontínua del proceso de interacción de ambas len­guas. Cada situación bilingüe es diferente, resultadode fadores socioculturales, lingüísticos, psicológicos.etc. que deben ser identificados y tomados en cuentaa la hora de planificar el currículo que regirá la en­señanza de las lenguas.

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Page 34: Revista del Instituto de Cultura

La posible felicidad del paísOptimismo, pragmatismo y responsabilidad social en la reglamentación finisecular

puertorriqueña relacionada a la construcción

Jorge Rigau

"Es una ley, pues, constante e invariable, que los pueblossigan el espíritu de los tiempos... Esta es la causa de quetodos los Gobiernos, inspirados en la santa doctrina delprogreso, dicten para sus pueblos medidas y leyes que rea­licen las formas de aquéllos, y se afanen de continuo porque no sean sus dominios los que queden rezagados en lagran marcha universal"

Ing. Augusto Braschi en la Memoria descriptiva del pro­yecto de alineaciones para la Villa de Coamo, 1870

Introducción

Las metas pragmáticas o fundonales a que nor­malmente se asada la Arquitectura han sido, através de los años, lastre y helio para la disciplina.Muchos por ello se niegan a reconocer la Arquitec­tura como Arte; aluden que el componente utilitarioque se asocia a la razón de ser de la profesión limitasus aspiraciones y le priva de tal privilegio. Se in­siste asf, en que la estética y el utilitarismo se exclu­yen mutuamente. Sin embargo, en ese aparente pa­reo antinómico radica predsamente la esencia de laArquitectura, rama del quehacer humano que, através de la historia, ha sabido satisfacer requisitosde índole práctica y, en el proceso, desarrollar y esta­blecer criterios estéticos, transformando la aprecia­ción del medioamblente por el hombre.

Explicar a fondo tal concepción de la Arquitec­tura se hace, por lo general, difícil. Por un lado, elmundo construido contemporáneo -de urbaniza­dones, centros comerciales y una renovación con­tinua con visos claros de amenaza a la tradición ­más bien parece desalentar la vigencia futura de cri·terio estético actual alguno. Por otro lado, entenderla Arquitectura como producto de pragmatismo yproductora de estética exige, obligatoriamente, el re­correr los senderos de la semiótica, la epistemologíay, por supuesto, la filosofía. No es tal, hemos deaclarar, el objetivo de este trabajo. En su acepción

más básica, el planteamiento sobre el cual nos apo­yamos, si así quiere entenderse, no reviste comple­jidad exagerada: que la Arquitectura, a la vez queproduce soluciones para relacionarse con el medio­ambiente drcundante y las divulga, las convierte enreferencias (no precisamente pragmáticas) para otrasgeneraciones subsiguientes. ¿Cuántos no hemosvisto grabados antiguos en los cuales el origen de lacolumna griega se explica a base del uso primero deun tronco como soporte? .. ¿Y cuántas veces despuésse ha usado la columna griega (en todo el mundo, através del tiempo) sin pretender evocar literalmentesu carácter funcional originario?

Si abundamos en tales disquisiciones es porquelas entendemos como herramientas eficientes paramejor comprender la naturaleza y desarrollo delentorno urbano puertorriqueño. Poco se ha escritosobre la trayectoria urbana de la Isla.· Sin embargo,

1En las referencias tradidonales poco material apa·rece sobre el crecimiento de nuestros centros urbanos.Flaqueando quizás anle lo que Mare: Bloc:h describió como"la obeesión por los orígenes", la atención de nuestra hjs.torlografía se ha centrado primordialmente en las Leyesde Indiaa y otras reglamenladones afines. La vivienda.como hecho miado, ha sido también sólo objeto esporá­dico de atención. Sin embargo, los procesos mediante loscuales nuestras dudada han ido consolidándose como

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estudios recientes sobre la arquitectura de nuestrosprincipales centros urbanos -San Germán, Maya­güez y Ponce- han arrojado luz vital en el desarrollode nuestras ciudades.) Como resultado de estosesfuerzos -que incluyeron análisis y preparación dedocumentos, planos, fotografías y escritos- el pe­ríodo comprendido entre 1890 y 1920 se ha podidoidentificar como uno de particular importancia parael devenir arquitectónico isleño. Al inicio de estastres décadas se produce no sólo un gran caudal deestructuras, sino que se sientan las bases de unalegislación edilicia que ha de propiciar e impulsaruna estética constructiva definida para la Isla, que hade perdurar hasta fines de la segunda década del si­glo XX. En este sentido, y a pesar del cambio políticodel '98, estas tres décadas representan unidadconceptual, formal y estilística. Proponemos aquí talentendimiento mediante el análisis de leyes, orde­nanzas, reglamentaciones y memorias varias re­lacionadas con la construcción a fines del siglo XIX,en las cuales se evidencian varios aspectos caracte­rísticos de la época: la idea de la ciudad como do­minio público y entorno cívico; el interés en la con­servación de las estructuras ya existentes; la"ideología del progreso" como catalítico para la re­novación urbana; el interés subrayado en la adapta­ción al clima; y, por último, el reconocimiento de laestética como elemento integral de la disciplina ar­quitectónica. El perfil de la época, claro está, no seagota así. Son éstos, sin embargo, algunos de los as­pectos más sobresalientes y relevantes, por lo quehemos optado por su inclusión y discusión en eltrabajo que nos ocupa.

Aunque haremos referencia a otros documentosafines, hemos de centrar nuestra atención en la Leygeneral de obras públicas para la Isla tk Puerto Rico,publicada por el Ministerio de Ultramar en PuertoRico en 1881; el Informe de la Excma. DiputaciónProvinciDl acerca de la MemoriD sobre los medios deimpulsar la construcción de las obras públicas dePuerto Rico redactado por orden del Excmo. Sr. Go­bernador General, de 1884; las Reglas aprobadas porel Excmo. Sr. Gobernador General 11 que han de suje­tarse las construcciones de casas particulares en eltérmino municipal de San Juan, de 1889; las Orde­nanzas Municipales para la ciudad y tbmino muni·cipal de MayagUez, de 1890; y el Reglamento que hade servir de guÚl a las comisiones municipales yayuntamientos para el impuesto de la contribución 11

ente físico y fonnal, hasta el presente, reclaman aún aten­ción. análisis y validación.

2EI Colegio de Arquitectos de Puerto Rico reaUzó di·chos trabajos de documentación en 1983 (San Germm),1984 (Mayagüez) y 1985 (Ponee). Los estudios de La Ciudadde las Lomas y La Sultana del Oeste fueron elaboradosmediante una aportación de la Oficina Estatal de Pre­servación Histórica, adscrita a La Fortaleza. El proyecto dePonee fue auspiciado por el Ayuntamienlo de la propiaciudad.

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ción d la riqueZll urbana, de 1899. El seleccionadoabarca casi veinte años y se refiere a diversasciudades de la Isla. Un trabajo de metas más ampliasquizás requeriría un acercamiento más especializadodel material; esto es, revisando exclusivamente lalegislación pertinente a un mismo núcleo urbano odiferenciando las obras públicas de las privadas oubicando las leyes de la construcción en un contextolegislativo más amplio o comparativo. De ~odas

formas, confiamos en que sirva esta primeraaproximación al material como abono a futurasiniciativas relacionadas.

La segunda mitad del siglo XIX como telónde fondo

Antes de adentrarse en el siglo XX, Puerto Ricoexperimentó ror unas cuantas décadas cambios denaturaleza ta que impactaron la vida cotidiana amuchos y variados niveles, reflejándose ello en unavisión renovada de muchos renglones, entre éstos elde la construcción y obras públicas. Durante este pe·ríodo el País vibra ante los ideales liberales quedesde Europa y Latinoamérica hacen eco en las An­tillas. La Isla se inclina, poco a poco, hacia una defi­nición nacional, alentada por los ideales separatistay autonomista. Los cambios sociales que se operanentonces alterarán significativamente la vida delpuertorriqueño.

Como señala Angel G. Quintero Rivera, "... elliberalismo burgués proveyó las herramientas ideo­lógicas para la autoafirmación de los hacendadosfrente al absolutismo político colonial español:frente al gobierno absolutista se planteó el principiode la razón, y la libertad que de ella emana; frente algobierno de privilegios... se planteó el principio de laigualdad ante la ley".3 Los puertorriqueños cifraronante la Junta Informativa de Reformas (1865) sus es­peranzas de que al fin se concediesen las tan ansia­das leyes especiales. Para 1869, el Gobernador Primode Rivera promulgaba la Ley de las Cortes, por lacual se hacía extensivo a Puerto Rico el título pri­mero de la constitución española del mismo año,concediendo igualdad política y derecho al voto a losisleños. La década del '70 rompe con la fundación delos primeros partidos políticos y un aumento en elsufragio provocado por el advenimiento de la Pri·mera República Española, ante la abdicación deAmadeo de Saboya. Poco después, la abolición de laesclavitud representará uno de los grandes logros deeste período liberal. Coinciden además, en 1873, elestablecimiento de la primera central de caña, la SanVicente (evento considerado como representativode la llegada del capitalismo a la Isla) y el estableci-

3Angel G. Quintero Rivera, Cmtfiktos de clllSt y po­Utic4 en Puerto Rko, Río Piedras: Ediciones Huracán.1911, pp. 18-19.

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miento de nuevos municipios, en adición a la con­cesión de mayores poderes a los ya en existencia. Delmismo año data la Ley de Libre Asociación, por lacual se fundaron y desarrollaron organizaciones ta·les como casinos y cooperativas.

Tal apertura se daba (y propiciaba) por idealespolíticos afines al "Zeitgeist" finisecular. El separa·tismo y el discurso antiespañol lograron producir unLares y un Yara en 1868; poco a poco se evidenciaba"el surgimiento de un espíritu nacional"} Comoparte del discurso autonomista, se incorporaron aldebate público conceptos tales como "personalidadpuertorriqueña" y "modernización".!

Los cambios sociales se sucedían unos tras otros;aún dentro del liberalismo, hubo virajes y expresio­nes de corte conservador. Basta mencionar comoejemplo el régimen de Sanz en la Isla, a raíz de LaPaviada de 1874, o los compontes. Más importanteaún resulta el reconocer que, a lo largo del siglo pa­sado, el puertorriqueño experimentó "la progresivaingerencia del estado en su vida".6 El gobierno va aintervenir en asuntos fundamentales de la convi­vencia para producir, sin así expresarlo, pero no sinconcebirlo, un nuevo ordenamiento. Proceso inte­gral a tal fenómeno lo constituye el desarrollo denuestros centros urbanos.

Para 1867, por Real Orden del 9 de julio, se exigíaya la realización de proyectos de ensanche para cadapoblación en Ultramar.7 Sabemos que Ponce,Aguada, Mayagüez, Dorado, Coamo y San Juan ela­boraron sus propios planos de alineaciones.· Conposterioridad a decretarse la ley de 1870 para reunirla Diputación Provincial, encontramos entre las ta-

4Angel G. Quintero Rivera, Ibid., p. 19.5Marlano Negron Portillo, El autonomismo puerto­

rriquetto, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1981, pp. 23-33.6Fernando Picó, Libertad y servidumbre en el Puerto

Rico del siglo XIX, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1983,p.115.

7Joaquín Rodríguez San Pedro, Legislaci6n Ultrama­rina, Madrid: Imprenta de Manuel Minuesa, 1868, X, pp.723-724.

8EI desaaollo de un modelo de alineaciones a quedebía regirse el plano para el ensanche de PORee estuvo acargo del Ing. Félix Vidal D'Ors (Archivo Hist6rico dePonee, Actas, 1867-69, Leg. 42, Fol. 49, Indic:e no. 3). Elplano de Aguada, redactado por el lng. Ram6n Soler, fueaprobado en 1869 (Archivo Hist6rico Nacional de Madrid,Ultramar, PR, Fomento, Leg. 394, Exp. 17). El plano de Do­rado mereció "consulta favorable" por parte de la JuntaConsultiva a inidos de 1870 (Archivo Histórico Nacionalde Madrid, Ultramar, PRo Fomento, Leg. 394, Exp. 12). Larealización del plano de Mayagüez se otorgó en subasta aAntonio Laviesca en 1868 (Archivo Hist6rico de Maya­güez, Actas, 1869, Vol. 2). Maria de los Angeles Castro ensu libro Arquit«turlJ en San ]wm de Puma Rico, RíoPiedl'll8: Editorial Universitaria. 1980, p. 372, discute elproyecto de ensanche para San Juan.

reas de dicho cuerpo el ocuparse de asuntos relacio­nados a obras públicas,

Para 1875, el Ingeniero Jefe de Puerto Rico, donLeonardo de Tejada, escribió al Ministerio de Ul­tramar su Memoria sobre las obras públicas dePuerto Rico, señalando "el extraordinario desarrollodado a las obras públicas en los últimos años".'

En 1882 José Ramón Abad comenta sobre "elnuevo aspecto que toman las poblaciones de crecidovecindario",IO Cruz Monclova apunta además que,para 1896, la urbe se tomaba más compleja por el ha·cinamiento. 1I De 1867 a 1899 la población de la Islacreció en un 45%. Ello, añadido al desplazamientopoblacional ocasionado por la pérdida de tierras demuchos, provocará un crecimiento de los centrosurbanos. Poco a poco se definían dos mundos dife­rentes: el campo y la ciudad.

Para la ciudad hubo, pues, que elaborar unas"reglas de juego". Como destaca Antonio Bond Co­rrea, "Dentro de un estado que como el liberal lo esde derecho, es necesario el imperio de la ley y estosólo se logra a través de la codificación y re­glamentación".u Ya no bastaba, como en San Ger­mán para 1735, con limitarse a reglamentar quiénesocuparían las casas inmediatas a la plaza y en la calleprincipal.13 El General La torre, en su Bando de Pol¡­cía y Buen Gobierno de 1823, se había circunscrito a"legislar para una mejor habitación".14 Don Juan dela Pezuela, años después, expande la legislación so­bre edificaciones en la Isla en su Bando de Policía de1850,15 pero todos estos intentos de reglamentar pali­decen ante sus equivalentes finiseculares.

La ciudad como prioridad

Los cien años que separan el siglo XVIII del XXmuy bien podrían designarse como "el siglo de lasciudades". Durante este período se consolida y va­lora, como en ningún otro, la vida urbana. Ello su-

9Leonardo de Tejada, "Memoria sobre las obraspúblicas de Puerto Rico 1874-1875", Revista de ObrasPrJblicas, 1, 1875, p, 197.

10JoBé Ramón Abad, P~rto Rico en la feria uposi­ddn de Ponce de 1882, San Juan: Editorial CoquI, 1976, pp.40-41.

11José Cruz Monclova, Historia de Puerto Rico (SigloX1X), Río Piedras: Editorial Universitaria, 1970, m, p. 352.

12Antonio Bonet Correa, Fátima Miranda y SoledadLorenzo, LA poUmial de ingminos-arquit«tos en EspallaMadrid: Ediciones Tumer, 1985, p.23.

13Aida R. Caro Costas, Legislación municipal pfler­torriqUdt4 del siglo XVl1l, San Juan: Instituto de CulturaPuertorriquella, 1971, pp. 46-47.

14Angel de Barrios Román, Antropologfas ,ocio«o­nómica dd CAribe, Santo Domingo: Editora C. Quisque­yana, 1974, p. 141.

15Angel de Barrios Rom,", Ibld., p, 142.

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cede, salvando distancias, tanto en Europa como enAmérica. Se alinean fachadas, se abren calles, plazasy paseos, se propone y defiende la separación deltránsito vehicular y el peatonal. París era consi­derada la gran ciudad, la ciudad modelol6 y PuertoRico no estaba ajeno a ello.17 Tampoco lo estaba a lasideas que para entonces divulgaban con su obraconstruida los egresados de la Escuela de Ingenierosde Caminos, Canales y Puentes de Madrid.

El ingeniero, que era entonces un nuevo tipo deprofesional, "se identificaba así con los intereses delprogreso y los ideales de la burguesía ascendente","El ingeniero era, pues, vocero del gobierno y de susleyes, rol que desempeñaría por medio de la codifi­cación y la reglamentación,19 tanto en la Penínsulacomo en las colonias. La Revista de Obras Públicas,fundada en 1853, constituyó "...el órgano de expre­sión científica y la presión corporativa del Cuerpo(de Ingenieros)....20 En ella aparecían publicadas todaslas disposiciones de obras públicas, se vendía pú­blicamente y se hacía llegar a todos los ingenieros.11

El grueso de los artículos trataba sobre proyectos deingeniería, planteándose a menudo el problema dela viabilidad, las edificaciones, la sistematización dela ciudad y la salud e higiene públicas. Las referen­cias directas o indirectas a la ideología decimonónicadel progreso y la civilización eran la nonna.

Los escritos del Ingeniero I1defonso Cerdá en di·cha revista resumen muchos de los aspectos más ca­racterísticos de este interés en el entorno público, enla ciudad como albergue de la vida colectiva, de laesfera cívica y, por ende, más importante que todoaquello que apela a la saUsfacción personal o Indivi­dual. Cerdá no vacila en subrayar esta visión, expli­cando la necesidad de concebir edificios y callescomo "ideas correlativas"; la conveniencia de aten·der "la multiplicación del movimiento" en las víasurbanas; o lo indispensable de "preestablecer algunaforma y sistema a que deba subordinarse la edifica-

16Para una discusión del tema. véase Raymond Carr,Spain, Oxford: Oxford Universlty Press, 1966, pp. 211-282.También Valenti Almirall, Espatb2 tlJI como es, Barcelona:Anthropos, 1983, p. 55.

l1Ellng. Augusto Braschi, en su MemoriIJ dtseriptivadel prcryecto de alineaciones para IIJ Villa de Coamo, 1810,(Archivo General de Puerto Rico, Obras Públicas, Serie:Obras Murúdpales, Leg. 21, C. 220), se re8ere a la capital deFrancia como "La primera ciudad del mundo, cuya bellezay arte no tienen rivaL."

18Antonio Bonet Correa, Fátima Miranda y SoledadLorenzo, Loe. dl.

19Antonio Bonel Correa, Fátlma Miranda y SoledadLorenzo, Ibid, p. 23.

20Antonlo Bonet Correa. Fátlma Miranda y So. 'adLorenzo, lbid., p. 25.

21Carta del Gobernador General José Laureano Sanz,fechada el 22 de julio de 1874. An:h1vo Histórico Naclonalde Madrid, Ultramar, PRo Fomento, Leg. 394, Exp. 1)

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ción cuando se acrecienta...-22 "Las líneas que deter­minan el trazado de una ciudad" -nos dice Cerdá­"influyen directa y poderosamente en el bienestar...de familias a quienes no puede ser indiferente ni lamagnitud, forma y experiencia de las manzanas, nila anchura y dirección de las calles..."13 Todo este in­terés en la ciudad revestía en mayor o menor gradode un carácter socialmente responsable:

El proyecto de una ciudad ha de ser la ex­presión gráfica y condensada de todas lasnecesidades de la sociedad, de la familia..,yha de proporcionar los medios de satisfa­cerlas y facilitarlas. Este es el estudio quedebe proponerse todo facultativo antes detirar una línea sobre el papel, persuadidoque cada una de estas líneas que va á trazarha de conducirle á la resolución de tras­cend entales problemas sociales, políticos,.. ~economlCOS...

El mensaje se hace claro: la ciudad es ahora másimportante que el edificio individual:

...así como el hombre, al entrar en el estadosocial, sacrifica una parte de aquella libertaden cambio de las ventajas inapreciables,inmensas, que la sociedad le proporciona,ase también la edificación siempre que severifique en contacto, ó relación con otrosedificios, en obsequio de la especie de socie­dad que la necesaria reciprocidad de servi­dumbre inevitablemente establece, deberáperder también algo de la ilimitada libertad,que en el estado de completo aislamiento,que para la casa es el estado natural, le co­rrespondía.lI

y para entrar de lleno en el tema de esta ideolo-gía traducida a reglamentación, Cerdá concluye:

La cuestión capital que se ha de resolver,consiste en definir hasta qué punto se ha derestringir y limitar esta libertad naturaI.16

Ya en el Bando de PolicÚl y Buen Gobitrno paraPUtrto Rico del Gobernador Méndez Vigo; de 1841,1'se reconoce como responsabilidad de la ad­ministración pública "facilitar lo necesario para lavida...procurar la salubridad común, la comodidad

221ldefonso Cerdá, "Edificación", Revista de ObrasPúbliaJs, 1, 1863, p.291.

23Udefonao Cerdá, Ibid., p. 293.24 Ildefonao Cerdá, IbieL, p. 292­25tldefonao Cerdá, lbid., pp. 291·292.26l1defonao Cerdá, Ibid.27"Bando de Policta y Buen Gobierno", Boletln Iris­

t6rft:o de Puma Rico, San Juan: Tip. Cantero, Femández& Co., 1917, IV, p. 223.

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"Construcciones civiles", Rtr1ist. ele Obras Pl1blicas, 1,1863, f,' 45.

3 Diputación Provincial, Informe acerca de lJa Me­mOTÜJ sobre los medios b impulsGr lit construcción de la

como ente físico capaz de apelar a diversas épocashoy nos elude, dada nuestra inclinación por insistiren obras públicas de poca duración o vida.

obra ptlblica en Puerto Rico, Puerto Rico: Imprenta ElComercio, 1884. p. 16,

32Ministerio de Ultramar, op. dt., pp. 8-10.33Angel de Barrios Román, op. cit., p. 147.34Leonardo de Tejada, op. dt., p. 184.35r.eonardo de Tejada, op. dt., p. 175.360iputad6n Provincial, op. cit., p. 4.

El énfasis en la conservación

Llama la atención el énfasis existente en granparte de las reglamentaciones auscultadas con res­pecto a la conservación, mejoras y reutilización deestructuras ya existentes, Aunque se proveen incisospara atender las construcciones nuevas, abundan losartículos referentes a la protección y reparación deedificios aún en pie. En la Ley General de Obras Pú­blicas para la Isla de Puerto Rico de 1881, ya citada. semenciona más de una decena de veces terminologíacomo "conservación", "mejora y "reparación\ ha­ciéndose también explícita la deseabilidad deftproseguir las (obras) ya comenzadas",31

La reparación de edificios como prioridad nodebe extrañarnos. Ciudades como Ponce y Mayagüezsufrieron del azote de fuegos, huracanes y tembloresdurante todo el siglo XIX y las primeras dos décadasdel siglo XX. Cada desastre dejaba sus cicatrices en elpueblo y obligaba a éste a reconstruirse. Una ojeada alas condiciones de la época en lo que se refiere a laedificación de estructuras puede explicar dificultadesque habían de superarse para la erección de edificiosnuevos,

A mediados de siglo, la carestía de jornales ymateriales afectan la construcción; es carísima lamano de obra, también lo son los ladrillos.u Asi­mismo, en 1874 se sostiene que "el ladrillo en gene­ral es de mala calidad, debido al poco esmero en sufabricación".34 Quien tal alegación hace, apunta enadición que "los almacenes se encuentran mal y es­casamente surtidos de herramientas", "escasean losoperariosft, "ni se encuentran obreros hábiles", ade­más de que "pocos son los contratistas de la [sla quese dediquen á esta clase de empresas"35. La iniciativade una nueva construcción no debe haber consti­tuido tarea fácil. En el Informe de la Excma, Diputa­ci6n Provincial aceraz de la Memoria sobre los me­dios de impulsar la construcci6n de las obras públi­CJlS de Puerto Rico, de 1884, se acusa la existencia de"casas y edificios en estado de ruina; sin espíritu deconstrucción y mejoramientoft, pero no se insistemás en la deseabilidad de la conservación.J6 El énfa­sis parece cambiar hacia la realización de nuevasedificaciones, limitándose varios reglamentos de

meral de obras ptl-

pp. 16, 17, 19,27,28.

.;1 acepción pragmálica de..A para lit construcción de es­

yagan, de 1905. Por otro lado,o n ESPACIAL, FORMAL de 10 que es la

.- e nos referimos a palabras de IIdefonso Cerclá:

28Ministerio de Ultrarnblicas para la isla de Puer'

Z9Minisle"':~ .~~ ,

"¿Qué es la calle? Porque es preciso no confundir,antes conviene sobremanera dialinguir los diversos!lervidos que presta la caUe, la cual aún cuando en ellenguaje común se la di&Ungue c:on el nombre de víapública, como lo es realmente, es también un verda­dero antepatio de las casa á ella c:onUguas... la calle,además de ser vía pública, es un apéndice y comple­mento indispensabllislmo de la casa que á sus bordesse levanta..."

de los vecinos..."Por ello, el desarrollo de ftcalles,plazas y paseos de las poblacionesft (espacios escena­rios de la vida colectiva) formaba parte integral delas obras públicas.JI Las referencias al "dominio pú­blicoft, por ende, son muchas. En la Ley General deObras Públiazs que para la Isla prepara en 1881 el Mi­nisterio de Ultramar son recurrentes las referencias aque las obras de interés privado no ocupen ni afec­ten el dominio público, a ventajas de una obraparticular para los "intereses generales" y ftlos inte­reses públicos"; asegurándose de "que la obra de quese trata no menoscaba ni entorpece el disfrute deldominio públicoft .z9 Para inicios del siglo XX se sus­tituirá en los códigos ftdominio público" por "víapúblicaft, haciendo la última frase hincapié en el as­pecto funcional de la calle y no en su rol más ampliode foco de la totalidad de la vida urbana.JO La nuevaconcepción de la "vía pública" bien puede haber au­gurado, o propulsado, la visión moderna de la ciu­dad ftfuncional ft donde coche y peatón se sepa­ran...visión urbana que ya se ha evidenciado es fa­llida. La planificación moderna trata hoy en día deintegrar todos los elementos urbanos y no disaso­ciarlos.

En la Ordenanzn sobre la división de zona ur­bana de la Ciudad de Ponce, veas públicas, edifica­:. "l'O: reconstrucciones, reparaciones, traslados y

y para otros fines, de 1909, el énfasis recae)s edificios, obviándose referencia alguna al

no urbano. No aparece ni se insinúa el con-_pto del dominio público en el texto. Sin embargo,

sólo unos años antes la importancia de la ciudadcomo legado común se acentuaba al entenderseademás como legado accesible a más de una genera­ción.JI Tal entendimiento del entorno construido

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.'

1889 a 1905 a hacer referencia al concepto de"reparaciones" (o "ensanche"), mucho menos abar­cador éste que el implícito en la idea de"conservación" de un edificio.l1 Ya en 1899, el Re­glamento para el Impuesto de la Contribuci6n a laRiqueza Urbana (antes citado) dirige su atención o"reedificación" de edificios urbanos, "entendiéndosepor reedificar, no las reparaciones que se hagan, sinoel hecho de volver á edificar ó construir lo arrui*nado ó caído..: JI Vemos, pues, un giro claro, prefe~

rente, definitivo, propulsor de la inserción de nue~

vas edificaciones en la ciudad antes que de la con­servación o reconstrucción de las ya existentes. Loscódigos, parece ser, se convierten en vehículo paradifundir la ideología dei progreso que permeaba lasociedad de entonces.

"La santa docbina del progreso"

En la Memoria descriptiva para el proyecto dealineaciones de la Villa de Coamo, de 187U, ya citado,abundan frases tales como: "el grado de adelanto ycivilización de un pueblo" o "la encarnación de lanueva idea y de la nueva civilización". Braschi,quien la suscribe, es claro sobre su época:

El siglo presente, en contradicción abiertacon los principios trad icionalistas, tiene yafundado su carácter, sus costumbres y sus le­yes, bajo un nuevo ideal más bello y másperfecto; y de ahí se sigue que su civilizacióncon obra marcha, con obras prácticas y dis­tintos procedimientos en sus trabajos, nuevaforma á sus concepciones, y otros medios enfin, que los conduzca firme y seguramente ala cumbre del progreso... Esta es la causa deque todos los Gobiernos, inspirados en lasanta doctrina del progreso, dicten para suspueblos medidas y leyes que no sean sus do­minios los que queden resagados en la granmarcha universal...Jt

Ese siglo que hemos llamado "de las ciudades"estaba inmerso en un impulso civilizador, renova­dor y progresista único, pero también sorprendidoante "la extraordinaria rapidez con que marcha la

37Nos referimos aquí a la RegllU aprobadJJs por elExcmo. Gobernador Generll1 a que lum de sujetarse las CIt­

sas particulares en el tc!rmino municipal de San jUlfn, de1889; las OrdmaruJZ4s municipales p4'" la dudlJd y tc!r­mino de Mayagaez, de 1890 y otra Ordenanu para laconstnlCcidn de obras pdblicas en M!¡YIIgflez, de 1905.

38Reglamento que luJ de servir de gufa a las Comi­siones MuniciplJles y Ayuntamientos parrJ el impuesto dela contribuci6n 4 la riqutZ12 urbaruJ, Ponce: Imprenta deM. LóE 1899, p. 6.

3 Augusto Braechi, op. dl.

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humanidad".40 En España el clima era uno en excesooptimista, propiciado r.0r un aumento del comercioy prosperidad genera .41 Para la década del 1860 laPenínsula estaba enfrascada en la construcción desus redes ferroviarias, haciéndose evidente "la re­volución en el sistema de transportes~.uPara 1874 yase está contemplando la posibilidad de establecer enPuerto Rico un ferrocarril de circunvalación.4l Todoello respondía a un interés en respaldar y fortalecer aEspaña como ~economía moderna"; aunque cabe se­ñalar que, como apunta Carr:

From the France of Napoleon 111 Spain be.came mildly infected with a belief inunlimited expansion by means of easy credit,daring investment and public works ...French influence brought the financial andpolitlcal mores of the French empire to thecourt of Madrid.u

Del París redesarrollado por Haussmann, Españaheredaría el afán por "el orden, la uniformidad, elarreglo y hermosura de sus calles, la elegancia artís­tica de sus edificios, así como también la cómodavialidad ..... y el interés en "la perfecta alineación desus calles" .45 El movimiento innovador de Francia,insistiendo en el desarrollo de la ciudad como ~plan

científico" y confiando en los ingenieros para talrealización, tuvo en España no pocos efectos. Cier­tamente, el énfasis en la reglamentación urbana fueuno de ellos, incluyendo aquellos aspectos inheren­tes a éste, que se relacionan al control de la vida delindividuo por parte del Estado. Después de todo,como apunta Henri Lefebvre:"Hasta que se pruebe locontrario, lo urbano no ha carecido nunca de ciertoaspecto represivo... "46

Coincidimos con el historiador francés en que"desde su origen, el Estado se expresa por el vado:los espacios abiertos, las enormes avenidas, las pla­zas..."47 Tal conceptualización de la ciudad está ín­timamente ligada a la noción del domino público,de la esfera cívica de la ciudad ya discutida. Perotambién está vinculada a las prioridades decimo­nónicas concernientes a la yjaUdad (a veces, yiabili­5lJg), término con el cual se introduce en el siglo pa-

40Udefonso Cerdá, "Edificación", Revista de ObrasPllblicas, 1, 1863, p. 291.

41Véan5e Raymond Caer, op. cit., 294 Y Maria Asun­ción Carda Ochoa, LA polftiClt espa1tola en Puerto RicodUrrJnte el siglo XIX, Río Piedras: Editorial de la Univer­sidad de Puerto Rico, 1982, p. 265.

42Antonlo Bonet Correa, Fátlma Miranda y SoledadLorenzo, op. dt., p. 23.

43Leonardo de Tejada, op. cit., p. 185.44Raymond Carr, op. dt.4SAugusto Bruchi, op.dl.46Henri Lefebvre, LA reoolucidn urbana, Madrid:

Alianza Editorial, 1983, pp. 126-121.47Henri Le~bvre, lbid., p. 115.

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sado el debate en torno al equipamiento de los cen­~os urb~nos con calles y avenidas capaces de mane­lar el.fluJo vehicular y peatonal existente y previsto.Cerda destacará, sin reparos, que ~la viabilidad es lavida de un pueblo ..."4'

No debe, pues, extrañarnos que en 1884, tal cualse e,,:id~ncia en el lnfarml! deJa Excma. DiputaciónProvinCial acerca de la MemOria sobre las ml!dios deimpulsar la construcción de las obras públicas dePuerto Rico, se haga énfasis en la construcción de ca­rreteras. puentes, puertos y ferrocarriles, sañalando"la importancia que revisten para el desarrollo yprosperidad de los intereses generales de la Provin­cia N

.49 El interés en las vías de comunicación claroestá, respondía al optimismo económico reínanteapoyándose en el ~engrandecimiento en orden á 1;riqueza pública"; como ~principio básico de la felici­dad de los pueblos". Se confiaba en que estos cam­bios ~una vez llevados a la práctica, transformaríanpor completo, en sentido progresivo, la faz del país".Se concebían estas transformaciones como medidassalvadoras, ~cuyos resultados responderlan induda­blem~nte á la posible felicidad del país" .50

SIR embargo, descansar en que con la vialidadsólo se interesaba el bienestar social seria conclusióningenua e incompleta. En diversas instancias se haceclaro que el deplorable estado de los caminos se rela­cionaba a dificultades de la producción. Si losprimeros mejoraban, también mejoraría la se­gunda... y se podría en el país "explotar útilmentesu.s ri~uezas .naturales, dando vida en primer tér­mmo a la agricultura y comercio....5t La felicidad erapues. también concebida como prosperidad materialpropiciada por ~Ios medios de comunicación y la ba­ratura en los transportes". Era "unánime la opiniónde que las obras públicas son uno de los máspoderosos elementos para el progreso material, á lavez que la faciUdad de las comunicaciones un medioeficacísimo del perfeccionamiento moral.:."53

48Udefonso Cerdá, "Construcciones civiles", Rttlislade OlmlS Pl1blia1s, 1, 1863, p. 47. En el mismo espíritu, elingeniero catalán subraya "...Ia necesidad de hacer desa­parecer las arislas vivas de las esquinas de las manzanasen los cruceros ó encuentros, achafianándolu lo bastanlepara dar á la nueva afluencia la holgura necesaria..." Loque se plantea está relacionado a uno de los aspectos másinteresantes del desarrollo urbano puertorriqueño: el ad­venimiento del~ o dumfls: a la esfera publica isleña.Dicho ~roe:eso se discute en un trabajo previo nuestro Lt!y,academUJ y cultura tn la consolidacidn urbana de unpueblo: la RtDl Ordtn del 9 de julio de 1867 tn PoneePuma Rico. '

490iputación ProvinciaL op. cit., pp. 3, 12 y13.SOoiputación Provindal, Ibid., pp. 3, 4 Y5.51Diputación Provincial, Ibid., pp. 11, 12 Y17.52Diputación Provincial, Ibid., p. 29.

Clima, higiene, salubridad y seguridadpública

Uno de los aspectos fundamentales en el con­tenido de los códigos de construcción de fines de si­glo I? constituyen las provisiones que contra in­cendIOS se toman en consideración. Experiencias~omo la del Fuego Grande de 1841 en Mayagüez de­Jaron su huella tanto en la población como en lasa~ministraciones públicas que tenían a su cargo lasCiudades. El propio Gobernador Méndez Vigo pa­tenta su preocupación respecto al problema en laSultana del Oeste.53 Para 1849, .....las fatales conse·cuenc!as provocadas por los !ncendios inspiraron lane~esldad de r~dactar un ngido reglamento paraeVitar en lo pOSible las funestas consecuencias queprovocan"; se exige entonces lo siguiente:

Art. 1. -Las cocinas de la Población estaránsituadas sobre pisos de losa o ladrillos y elfogón bien colocado en el centro de lasmi~mas, siendo las casas de madera, o bienarrimado a los setos con condición de estaréstos forrados de mampostería y tener laelevación cinco cuartas lo menos.Art. 2. -Se prohfbe tener hornos en las co­cinas de casa de madera, siempre que aque­llas no estuvieran forradas de mam­postería.54

Para 1889 Y seguramente desde antes, la ciudadde San Juan ya prohfbe las edificaciones de maderaden~ro del recinto amurallado y en el barrio de laMarma.55 En 1890 Mayagüez aparece prohibiendo "laconstrucción de bohíos de paja, yaguas o tejamaní..... ,especificando que ~... el Ayuntamiento podrá prohi­bir la construcción de casas de maderas en determi­nados lugares, en razón a circunstancias de ornatopúbli~? y de erevención de incendios.56 Se imponetamblen que entre las construcciones de maderadeberá mediar una separación de dos metros, por I~menos, debiendo levantarse entre ambas, a costa delos propietarios, un muro de defensa de mamposte-

53Archivo Histórico de Mayagüez. Docummtos His­tdricos, 1842, Vol. l.

S4Angel de Barrios Román, op. cit., 148. También Ar­chivo Histórico de Mayagüez, Documentos Históricas,1849, Vol. 11.

55Reglas a que han de ajustarse las construcciones decasas particulares en San Juan, Puerto Rico: A. Lynn. Imp.del Municipio, 1879, p. 8.

560rdeRIJnzIIs Municipales para la ciudAd Y tb'minode MayagUez, Mayagüez: Imprenta de Area:o, hijo, 1890,21; Dichas ordenanzas incluyen, además, lodo un capítulosobre incendios que nos permite identificar causas comu­nes de fuegos: disparos en la población, almacenaje depólvora y materiales inflamables; hacinamiento de gran­des cantidades de paja; "candeladas" (hogueras) en calles,plBZall, paseos Ycorrales interiores; y otros.

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ría, que se elevará hasta el arranque de la cubierta...~Para 1905 la restricción continúa vigente, enmen­dada para incluir casos de estructuras de dos plan­tas.,7 Ponce tomará provisiones similares, prohi­biendo en ciertas áreas construcciones nuevas enmadera, y exigiendo, para evitar la propagación fácilde fuegos, que "las casas o edificios que hagan es­quina deberán construirse precisamente en mam­postería... no permitiéndose en ningún caso ni porningún concepto que una edificación que no sea dematerial ó hierro, cierre una esquina."" Tanto lasordenanzas de 1905 para Ponce como las de Maya­güez consideraban su ciudad como dividida en treszonas claramente especificadas (según fuese el caso)y regulaban materiales de construcción aceptables encada una, desalentando siempre el uso de la madera.

El temor a fuegos era entonces uno real... y tanrelacionado a las nociones imperantes del bienestarsocial como al tema de la salubridad pública. El siglodiecinueve incorporó al espíritu de su tiempo unaimagen de la higiene y la limpieza como metáfora deorden. La basura, el hacinamiento y la falta de fa­cilidades sanitarias, por otro lado, pasaron a repre­sentar manifestaciones del desorden. La ilu­minación y la ventilación se entendieron entoncescomo requisito básico de la convivencia:

... un gran número cada dCa mayor de per­sonas ilustradas amantes de su salud y de lade sus famillas buscan con exclusiva pre­ferencia habitaciones que estén purificadas ysaneadas por el sol de mediodía... estamosíntimamente convencidos de que la acciónque los rayos solares ejercen en nuestros edi­ficios es altamente beneficiosa para el interiorde las habitaciones..."

Para 1874, Leonardo de Tejada, Ingeniero Jefe deObras Públicas, ya expresaba que ften la isla de PuertoRico hay que tener presente que las circunstanciasclimatológicas exigen para sus construcciones unadisposición que facilite su ventilación...ft60 Para 1889,a las casas de San Juan se les exigía una"conveniente distribución de la luz y del aire", quegarantizara "acceso a los rayos solares" y proveyeraalgún tipo de "respiradero que las ponga encomunicación con el aire exterior".61 Parece ser, a la

570rdnulnZlls Municipales para 111 ciudad y tb'minotk Mayagu~,op. cit., p. 23.

580rdenauza sobre divisiones de 111 zona urbana de laciudad de Porree, vfas pl1blicas, edificaciones, recons­trucciones, reparaciones, traslados y dmibos y pam otrosfines, Ponce: 1905, Sección 27, 3, 7, 5i Sección 8 y Sección14, respecllvamente.

59 IIdefoIUlO Cerdá, "Edificación", Revista de ObrasPlJbliCIIS, 1, 1863, pp. 294-295.

6Oteonardo de Tejada. op. cit., p. 183.61~Reglas a que han de sujetarse las construa:iones

de casas partic:u1ares en San Juan", op. cit., pp. 4-5.

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luz del material legislativo consultado hasta ahora,que esta afición por la ventilación y aireamiento delas estructuras alcanzará su máxima expresión des­pués del cambio de Soberanía en la Isla, peroreconocemos que ello se da probablemente comoculminación del proceso que desde mediados del si­glo XIX desarrolla el interés público en la salubridade higiene colectiva.62

Consideraciones estéticas

Un último aspecto amerita discusión y se refiereal reconocimiento que hacen muchos de los códigosconsultados (para el período señalado) de la estéticacomo elemento integral de la disciplina ar­quitectónica. Gran parte de esta reglamentación in­siste en "el mejor aspecto y ornato de la población",6Jrecalcándose siempre la necesidad de "estar dentrode las condiciones exigidas por el ornato público",para evitar que se "afease el aspecto público~.64

El mantenimiento de las estructuras era tomadoen consideración bajo estos renglones. Se obligaba alos dueños de las casas a pintarlas o encalarlas, porfuera y por dentro, cada tres años, so pena demulta.65 Pero también se prohibía "blanquear con callas fachadas de los edificios, así como pintarlos concolores fuertes que puedan hacer daño a la vista".66El Municipio podía obligar ai dueño de unaconstrucción inconclusa a terminar la fachada deésta, obviamente en diferencia a mantener la ho­mogeneidad del medioambiente urbano circun·dante.67 Igual espíritu alentaba la regla que obligaba alos dueños de solares sin fabricar a levantar "unmuro a la altura de casas terreras... , dando a dichapared la forma y decoración que generalmente tie­nen los demás edificios...~6'

Para el 12 de mayo de 1867 la Instrucción para laredacción de proyectos propuestos y pliegos de con-

62Una consulta somera de legislación posterior a lafinisecular revela un gran nivel de sofisticación. reqUi­riendo montantes de ventilación sobre cada puerta oventana, respiraderos en plafones y entre habitaciones,techos y plafones independientes, etc. Se obvia su discu­sión aquí por entenderse ello como tema a elaborarse enun trabajo posterior.

63"Bando de Policía y buen Gobierno", Bolet(n histó·rico de Puerto Rico.

640rdenanza para 111 construcción de estructuras pú­bliats en MAyagaez, 1905.

65"Reglamento que ha de servir de guía a las comi·siones municipales y ayuntamienlos para el impuesto dela contribuci6n a la riqueza urbana", op. dt., 5.

660rdnuuldZlls Municipales para In ciudad y tl!nninotk MlJyagaez, Op. dt. p. 24; vigentes aún en 1905.

671bid.68"Bando de Policía y Buen Gobierno", Bolet(n his­

tdrico de Pumo Rico.

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diciones relativos a la policía urbana y edificios pú­blicos se hace clara la libertad de criterio artístico quedeberá caracterizar la labor del profesional de laconstrucción, especificando que el Estado "... deberádejar al arquitecto la latitud conveniente en la elec­ción de las disposiciones para el conjunto y detalles...(de una obra) .. , lo mismo que acerca del carácter yestilo arquitectónico~.'9 El documento citado resaltauna visión culta y educada no sólo en lo con­cerniente a las labores del arquitecto, sino tambiénen relación a la constitución misma de la ciudad.Ello se hace patente al reconocerse la importancia ynecesidad de conservación de lo que, ya desde en­tonces, se entendían eran "monumentos artísticos ehistóricos" ,10

Más aún, gran parte de la reglamentación in­corpora conceptos formales de composición a sucontenido, lo cual habría de tener un impacto deci­sivo en la fisonomía de nuestros centros urbanos, alestablecer una estética constructiva definida:

Regla lOa -Las fachadas lindantes con la víapública deberán ser simétricas en cuanto áhuecos de luz, balcones, etc. para que nodesmerezca el ornato público.:>1Sección 12a - ...los pisos serán proporcionalesdentro del conjunto armónico del edificio.7J

Tales condiciones no forman parte de códigoscontemporáneos a los que, quizás, haría falta estarestricción que aparece en ordenanzas de Mayagüezde 1890 y 1905:

Las fachadas de las casas deberán ajustarse alas buenas reglas del arte arquitectónico paraevitar que presenten un aspecto que desdigade lo que exige el ornato de una poblaciónculta.13

69Archivo Histórico Nacional de Madrid, Ultramar,PR. Fomento. Leg. 384, Exp. 17

7OMinisterio de Ultramar, op. cit., p. 8.

7l"Reglas a que han de sujetarse las construcciones decasas particulares en el término municipal de San Juan",op. cit., p. 4.

72"Ordenanza sobre división de la zona urbana dePonce, vías públicas, edificaciones, reconstrucciones, re­paraciones, trasladoe y derribos Ypara otros fines," op. cil.p. S; También Leonardo de Tejada, op. dt., p. 184, hacereferencia a "la cuestión de belleza y buenas proporcio­nes..." El concepto de PROPORCION de la época debe ha­ber respondido a las nodones heredadas de la lradidón enesle respecto, ya que no parece haber necesidad de es­pecificar qué es considerado buenas proporciones.

730rdoulnzas MuniciplJles I'IIrlJ IIJ ciudad y ttrminode MIJYGg1Jez, Op. cit., p. 23; OrdenlJnza plJra laconstrucd,," de estructura plJblials tri MlJyagaez, Op. dt.,p.4.

Apuntes finales

El universo que representa la reglamentaciónfinisecular referente a la construcción es uno amplioy. por ende, constituye una fuente extensa de análi~

siso No hemos detallado aquí el caudal de in·formación que sobre la vida diaria de la época en­cierran estas reglamentaciones; tampoco prácticascomunes relacionadas a la vida urbana: uso de alji­bes. letrinas y zaguanes... pero también macetas deflores y jaulas de pájaros en balcones. De interés paramuchos puede resultar el rol que desempeñaban losarquitectos como directores del cuerpo de operariosque tenían a su cargo la extinción de fuegos, o el pe­culiar traslado de casas que era práctica recurrente enPonce. No puede, de ningún modo. ignorarse eneste inventario, toda la data concerniente a dimen­siones mínimas prescritas para áreas de cuartos,áreas de ocupación de solar, elevación del suelo delpiso bajo con respecto al terreno, distancia de piso atecho o de la casa a su verja al frente.

Pero si bien son muchos los asuntos sobre loscuales informa este cuerpo de códigos, son más laspreguntas que suscita: ¿cuán efectiva fue la aplica­ción de la palabra escrita a la realidad?; ¿cuán efec­tiva fue la implantación? El legado construido pa­rece indicar que mucho. ¿Qué mecanismos existíanpara velar por el cumplimiento de los códigos?¿Cuánto respaldó España estas medidas económi­camente para dar de veras un impulso a la construc­ción en la Isla? ¿Cómo comparó este proceso conCuba y otras provincias de la Península? ¿Cómocomparaban los códigos vigentes en Puerto Rico conlos de España? ¿Existía alguna relación entre todoséstos con los del París de Napoleón III? ¿Cuántofueron capaces de propiciar estas leyes el desarrollode una tipología constructiva particular a la Isla?Esto es, ¿cómo estimularon los códigos conceptos ta­les como el de "casa gemela" o "casa de vecindad" enla Isla? ¿Cómo se veía entonces la relación Inge­niero-Arquitecto y los respectivos roles profesiona­les?

Más importante aún, consideramos imprescin­dible el plantearnos ¿cuánto de la reglamentaciónfinisecular aún alienta la legislación vigente? y¿cuánto de lo que se descartó a lo largo del tiempodebería reexaminarse en términos de su aplicabili­dad contemporánea para incorporarse al corpus legalvigente? Una última pregunta podría arrojar luzsobre todo lo arriba cuestionado: ¿cómo se da el pro­ceso mediante el cual los códigos de construcciónemergen, se establecen, se revisan, reinterpretan yrechazan? ¿Qué eventos o coyunturas propician elcaráder más permanente de algunas leyes y la tem­poralidad de otras?

De poder acercamos, aunque al principio sea su­perficialmente, a las contestaciones sobre las cualesaquí ponderamos, podríamos fortalecer unos víncu­los significativos, no aún identificados como tales,entre el legado arquitectónico isleño y los objetivos

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de nuestra generación para el futuro. Cuando ello se Ha sido sólo un primer paso el identificar el contextologre, quizás podamos reclamar haber alcanzado la histórico, social, intelectual y disciplinario bajo elpor más de un siglo añorada "posible felicidad del cual primeramente se generaron tales expectativas.país"; en lo que a su vida urbana se refiere, claro está.

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Rent-A-Coffin:las bases conceptuales del teatro de Pedro Pietri

Alfredo Matilla RivasSUNY-Buffalo

El primer ensayo dramático de Pietri, Rent-A­Caffin!, junto a la "trilogía" compuesta por fesus isLeaving, The After After Hours e lIlusions of aRevolving Door (las tres de 1973), establece lospuntos de partida de todo su teatro posterior.1 En estecorpus se hace patente la complicada visión demundo del autor, enraizada al unísono en latradición popular boricua y en las corrientesartísticas de avanzada europeas y norteamericanasde este siglo, v.g. el expresionismo y surrealismo, elteatro del absurdo, la poesía "beatO, y otras. Unamplio segmento de su dramaturgia nos refiere a latrayectoria del trabajador puertorriqueño desplazadode su suelo y trasplantado a los Estados Unidos; otro,al derrotero literario del creador de alto vuelo, quienasume la herencia artística a la mano de su expe­riencia vital, para intentar prestarle coherencia poé­tica y dramática a la manifestación afarentementecaótica de la historia humana. Al igua que el versoy la prosa, ambos se amalgaman a los textos, aunqueen determinados momentos descuella uno sobre elotro.

La obra de Pietri propone una metáfora múltiplede la vida y la muerte del boricua en los EstadosUnidos y del proceso creativo en general. Dentro deese marco conceptual, la temática se desarrolla y re­pite como el movimiento circular de las puertas gi­ratorias: cada compartimiento es una unidad autó­noma y única integrada a un todo, cuya esencia hui­diza es el desplazamiento y el desorden aparente. Eneste sentido -como en muchos otros- Pletri se dis-

1Down Town Traln Public:aUons, New York. 1983,Vid. más adelante sobre las lechas de su creación oral y sudesarrollo hada la escritura.

2Vid. A. MaUlla, No More Bingo lit the WIIU: la ce­remonia de la confusión", HomineJ, San Juan, vol. 12,Núms. 1 y 2, marzo, 1988- enero, 1989, pp. 355-366;"Algunos aspectos del teatro de Pedro Pietri", Confluen­CÚJs, Colorado, en prensa.

tingue de mucha de la literatura "niuyorrican", for­jada como tal a partir de las grandes emigraciones enla década del cincuenta, más abocada a una proble­mática de "Identidad" y reconocimiento.) Suentronque con las letras boricuas en los EstadosUnidos hay que buscarlo en un autor como WilliamCarlos WiIllams, por ejemplo, más que en los poetasllamados "comprometidos~ que florecieron enNueva York a partir de los años sesenta.

Podríamos decir que salvo la originalidad in·discutible de Víctor Hemández Cruz y los mejoresmomentos de Jesús Papoleto Meléndez y Miguel Pi­ñero, casi toda la poesía "niuyorrican" de consigna

3Vid., Amflc:ar Tirado y Nélida Pérez. "Boricuas en elNorte", R~istll de Historia, San Juan, Año 11, Núm. 3, es­pecialmente pp. 154-166; A Malilla, "Breve panorámica delas letras puertorriqueñas en los Estados Unidos", E.l:­plícacidn de Textos Literarios, Sacramento, Vol. XV, Núm.2,1986-87, pp. 19-31. Con respecto a la "identidad", eslo eslo que Pietri tiene que decir: "I'm a nallve New Yorkerbom in Ponee, Puerto Rico", Contraportada de InvisibleP~try, Down Town Train Publications, New York. 1980, y:

I swear to god Ihe english I speakW8lI leamed in a wiik late al nightI write in perfecl spanish BUT SINCEThe typewriler was manuCactured inThe U.S.A. it never comes out that wayso don't get on my case or try to eraseMy poetry ofC the lace of the earthBecause on my blrth eertiflcate it says1wasn't bom here or there or anywhereWUhin walking distance Corm times square(..~

("R.ubors About Blank Walls and World Wan", en: WhIlt" diffrmlct "ra elerHltor rides mllkes, 1973).

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arranca del Puerto Rica" Obituar!t, leído por Pietrien 1968 durante la toma armada de una Iglesia d~1

Barrio por parte de los Young Lords. Las huellas la<;rastreamos en seguida en Felipe Luciano. AméricoCasiano, Tato Laviera y 5andra Esteves, y más ade­lante en Alberto Cappas, el mismo Papoleto Melén­dez, y en figuras como Miguel Algarín y Miguel Pi­ñero. Pietri trabaja en Obituario... desde el tono ele­gíaco de una épica histórica de la miseria material yespiritual de los emigrantes puertorriqueños, repre­sentada paralelamente a una visión utópica de sucultura. Hay una ausencia notable de concesionespartidistas. La historia inmediata vivida por Pietri,su familia, y la experiencia colectiva de la emigra­ción a los Estados Unidos, componen la sustancia,digamos política, del Obituario puertorriqueño. Pie­tri es uno de esos autores que no ha claudicado antelos embates reguladores de la sociedad establecida.Su vida y obra, inseparables y genuinas, se rodean deun aura anárquica, irreverente, subterránea. Junto aMiguel Piñero, Iván 5ílén y Manuel Ramos Otero,representa el ·poeta maldito· de las letras actualespuertorriqueñas, y en relación a la literatura produ­cida en los Estados Unidos, habla con una de las vo­ces más originales y subversivas.

Si el Obituario... había cantado la odisea del emi­grante isleño "enterrado en vida" en el cementerioniuyorquino, Rt"t-A-COffi" toma distancia de latragedia del explotado. El humor cáustico adquiererelevancia central al formularse desde premisas pe­ripatéticas que intentan suspender la realidad inme­diata del espectador. Así, la metáfora de la vida in­tenta sustituir momentáneamente el devenir coti­diano, ofreciéndonos como base de conocimiento laproposición inversa de lo que aceptamos como"real". Como todo procedimiento barroco, la inver­sión y contradicción esclarecen tanto el pasado comoel presente. Desde luego que no se trata de "escapar"por las ramas de la metáfora, sino de llegar por esas"venas del aire" hasta lo vital:

FeIlow future Pedestrians'Of the hereafterNow you no longer have toPay outrageous pricesWhen you pass awayOr pay for a loanFrom household financeOr take a chanceOn the hones or the numbento burry a loved one

4Monthly Revlew Presa, New York, 1973; Obituariopuertorriqutflo, Ed. bilingüe, lnatiluto de Cultura Puer­torriqueña, San Juan, 1977.

SCfr. EAt Rocb (1985), Manuscrito de la puesta en es­cena, en: The BUly Rose TheBtre Collectlon, The NewDramallsts, lnc., 424 West 44th st., New York, New York10036. En esta obra de carácter drquense y de proyec:dónescatológica, los personajes (habitantes del pueblo de EatRocks), son esos "transeUntes del más allá".

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5ix feet underOON'T COMMIT THAT BLUNDER!RENT-A-COFFINIs all you have to doAnd retum it back to usWhen you are throughlRENT-A-COFFINFirst of it's kindIn the history of neon signsl(p. 3)

La premisa estrafalaria acarrea que el autor-actorse dirija hacia el espectador como lo haría un ven­dedor callejero provisto de una maleta rebosante deartilugios. La obra se hilvana entre dos trayectoriasprincipales: la "narratlva~, la vida azarosa del emi­grante puertorriqueño (el Vendedor), y la venta ensí de ataúdes, dilatada a lo largo del texto escrito(más adelante hablaremos del texto oral. cambiante,que es la segunda parte de la obra), pues el autor­personaje no puede dar con la combinación que abrela maleta para poderle mostrar al espectador losdiversos ~modelos" de féretros. Cada uno de losintentos fallidos por develar el contenido de lamaleta, sirve de transición entre la narrativa delemigrante y el presente dramático del Vendedor ysus clientes potenciales:

And now Ladies and GentsI'Il make another attemptTo show you a sampleOf the Coffins 1 Rent!I still can't seem toFigure out the combination ofThese locks- 50 let me stop(...) (p.n)

La proposición bizantina ruede ir dirigida al sa­crilegio, como en lesus is Leavmg, donde Jesús abusade María, la explota y es finalmente echado de la casade ésta por no poder satisfacerla sexualmente: opuede encamar una trasposición dramática del con­eretismo poético:

This One Act Play is about 5 tables in a NightClub 4 of them occupled 1 of them empty

Customers:

Jr.dIibkayay ayay ay ay

.blIibkzzzzzzz2Z

zzzzJr.

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~h12k5 empty chairs

ilb Tableuhhuhhmmmoh

2nd TableMr. FMiss UMr.CMrs.K

(The Afier Afier HOllrs)6

o bien como una matemática imposible para larepresentación:

This No Act Play is re-written every 100 ye­ars. It was last staged in the summer or win­ter 100 years ago (...) Characters: 13 speakersreading simultaneously 13 different speechesinto 13 microphones.(llI11sions of a Revolvi"g Door).7

Este retorcimiento inicial responde al contenidode la obra e inaugura la metáfora totalizadora delmomento conceptual de la creación. Así, en Illu­sions... la imposibilidad práctica de la acotación rindeuna definición de tiempo y espacio escénicos aboli­dos prácticamente de la escena tradicional, es decir,del metatexto personal, historicista, de un directorescénico. El contenido elabora la metáfora"Imposible": la obra consiste de quinientas opcionesabiertas al espectador para que éste elija entre ellas yno le preste atención al drama, el cual no es sino esasquinientas opciones. En la potencialidad de susmúltiples opciones consiste el protagonismo del es­pectador en esta obra "sin ados". Como más tarde enotra, A Play jor the Page and Not the Stage,' tambiénde carácter "imposible", el texto-personaje-público esun proyecto del diseño que dibuja la palabra en lapágina; la esencia de lo teatral, la peripecia humana,es tanto la plena realización de la acción como lapotencia del acto. Por fuerza, la manera

6Manuscrito de la puesta en esana, p. 1; !he BilIyRose !heatl'\! CollecUon.

7EI texto matriz de la obra es un poema, "500 Op­liana", que luego pasa íntegro a la primera versión, am­plia, ambiciosa, de Act One and On1y (1979). Ese mismoaño, Pietri extrapola este texto, ahora llamado "Oues (orDoing SomehUng- SOO Things the Audience Can DoWhUe Watching This No-Act Play", junto a otros dosfragmentos simétricos de Act One and On1y, trasfonnán­dolos en una obra independiente, lllusions 01 a Revol­tJing Door. Aquí cito por el manuscrito depositado en elBUly Rose !heatre coUection.

8Publlc:ada por R. Kastelanetz en SCtnl2rios, 5cripts toP~form, Assembly Presa, New York. 1980.

domina la escritura. En un ámbito coherente deconsustancialidad entre lo poético y lo dramático yde visión integrada de la realidad histórica con suelaboración metafórica, la intertextualidad es uno delos conductos principales entre las obras de Pietri.Rent-A-Coffin nos proporciona varios ejemplos,además de proyectar un modelo del proceso creativodel autor. Veámoslo, pues aquí la intertextualidad esretrospectiva y agorera, y nos puede servir de pivotepara su dramaturgia. El texto en verso de Rent-A­Coffin no quedó fijado hasta 1983, aunque se veníarepresentando en calles, estaciones y vagones del"subway", y escenarios varios niuyorquinos desde1968. Este texto fijo representa el primer acto; el se­gundo, oral, depende de la improvisación y del azar:tipo de público, condiciones del tiempo, etc., y sobretodo del orden elegido por el autor-personaje para irsacando de la maleta una serie de objetos heterogé­neos, v.g. un pequeño ataúd, una calavera plástica,una cruz, una botella de ron, una mano de goma, unteléfono, y más, los cuales dan pie al texto hablado.La improvisación del "segundo acto" es un monó­logo abierto hacia los espectadores, característica quede un modo u otro es reiterado a lo largo de su dra­maturgia.' El fondo cirquense, de vaudeville, inclu­yendo el "stand-up comedian" norteamericano, rea­parece en su producción hasta llegar a su cúspide enel "circo de varias pistas", Eat Roc/cs. de 1985. La rela­ción estrecha entre autor, personaje y público vuelvea perseguirse inmediatamente después de lasprimeras versiones orales de Rent-A-Coffin, En TheAfter After Hours, el escenario es un café teatro, y loscUentes y espectadores se confunden en una obra­dentro-de-la-obra. La huella de Pirandello y las van­guardias literarias europeas es evidente; Pietri lasadelanta con sus propios planteamientos sobretiempo y espacio escénicos, y su visión cáustica ymetafórica del derrotero histórico puertorriqueño.

La maleta de Rent-A-Coffin encierra la otra partedel texto dramático, que como apunté antes, no fueredactado hasta pasada una década de su primera"puesta en escena". Es más: en 1973 PIetri perdió lamaleta que él mismo había construido. Pasó horasbuscándola entre la basura recogida esa noche en lasestaciones y trenes subterráneos de la ciudad; hallósólo retazos. La reconstruyó en unos meses, con másamplitud y gavetas donde guardar los objetos, y res­petando su esencia surrealista, irónica y callejera. Eltexto escrito y no-escrito; la relación autor-personaje,personaje-espectador; la simbiosis de vida y obra, derealidad-ilusión; el montaje dramático de suconcepción poética, son todos elementos capitales de

9Su última obra hasta la fecha, The Gospel Atcordinglo ]ohns (1987), recoge metafóricamente la imagen de lapuerta giratoria, completando un ciclo de su dramaturgia.El autor-actor recita un texto donde la consustancialidadentre poesía y drama, establecida en su ars dramalig.Rmt-A-Coffin, y confirmada en obras e:apitales como ActOne 12M On1y, determinan la estructura circular, dclica.

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su producción, y en seguida trasformados metafóri­camente en Illusions of a Revolving Ooor.

Pues bien: la intertextualidad también muestraese carácter circular, completo, que se anuncia desdelos primeros drama... Las interpolaciones y líneas deenlace con otras obras de haber sido uno de los re­cursos más trabajados por Pietri en el paso del textooral de 1968 al escrito de 1983, momento en el cual elaulor puede observar un gran segmento de su dra­maturgia en retrospectiva, y se halla inmerso en bo­celas, ideas y primeras versiones de otras por venir.Por ejemplo, en la página 27 1/2 (sic.) de Rent-A~

Coffin leemos una sinopsis poética de No MoreBingo at the Wake (1981):

(...) & the widow fainls& the widow's boyfriendcomes to the rescue& the widow's brother-in-IawPunches him in the mouthAnd the mourners begin to shout& a family fiot break out (oo.)&: the undercover undertakerCovers his face to laugh (...)

Se~id~ por una cita yerbatim del poema "0/0"del Obltuarto... :

& the coast is clear& ilnd there is nothing to fearlD

También, en The Afier After Hours hay variosrecursos trabajados profusamente en ne Masses areAsses. 1I entre ellos la degradación del narcisismo delpoeta (rebajado como un motivo principal desde Te­sus is l.eaving), y la utilización de adjetivos inflados,"incorrectos" en inglés:

Mr. F: insipidlessMiss U: irrelevantlessMr. C: lugubriouslessMrs. K: unwittingless(p. 4)

10Ed. bilingüe, Institulo de Cultura Puertorriqueña,pp. 50, 66 Y70.

llWaterfront Presa, New Jersey, 1984, fue redactadaen 1982.

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Yo

Mr. F: boringlessMiss U: depressinglessMr. C: unexcitinglessMrs. K: uninterestingless(p. 27)

En The Masses ... leemos: "fuluristiker", "super­ber" (p,12); "wonderfuller", "f1abbergastinger","oustandinger" (p. 25); etc.

Además, uno de los motores conceptuales deThe Masses... se establece desde The After AfterHours: .. poverty starts in the mind 1it is there youwill find / your first eviction... (p.7) En aquélla, seelabora dentro de un contexto del "absurdo": "Thereason some people's problems are never going toend is because they refuse to pretend that they haveno problems..." (p. 58); y: "Rich people are rich be­cause lhey Uve in ex-hallway toilets and poor peopleare poor because they Uve in mansions in the sky."(p. 67)

De manera que los elementos intertextuales, launidad de propósitos y temas, el humor corrosivo,las contrildicciones y premisas peripatéticas, y otras,le otorgan sentido a la visión de mundo que ade­lanta este autor en su dramaturgia, cimentada desdeRent-A-Coffin, y la "trilogía" compuesta en 1973.Rent-A-Coffin es el basamento de la dramaturgia dePedro Pietri, no sólo por ser cronológicamente laprimera, sino porque además establece desde suconcepción, desarrollo y carácter movedizo, la tra­yectoria profunda y anárquica de su obra total. Ade­más, en ella se dejan sentados gran parte de los pro­cedimientos de su teatro, a saber: la utilización de loescatológico; la metáfora como punto de arranque,sobre todo en los textos concretos y los experimen­tales; la imagen de la puerta giratoria, de la muerteen vida del asalariado y del puertorriqueño en losEstados Unidos, y de la vidas más allá de la muerte;la contradicción y el absurdo como vehíCi, .os de co­municación, lo cirquense, el "stand-up comedian"; ycomo aglutinante, una imagen cáustica del mundo,"suavizada" por un sentido de humor funambu­lesco, el cual permite que el espectador (y Pietri) se"persuada" a sí mismo de que puede haber, despuésde todo, cierta coherencia y esperanza dentro delcaos de la historia humana.

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De la guerra a las sombras:sobre los pasos de la Peregrinación de René Marqués

Jorge Castillo

Ptrtgrinaci6n ha sido siempre la primogénitavenida a menos dentro de la producción del puer­torriqueño René Marqués. Este breve poemario, es­crito en 1944, cuando el autor contaba 25 años, hasido constantemente ignorado por los críticos, salvopor aquellos que han visto en el mismo una mues­tra temprana de los que serían motivos principalesy recurrentes en la producción futura de su autor,como hace Arcadio Oíaz en un ensayo al que meremitiré. Por otro lado, gran parte de los pocos jui­cios que ha recibido la obra le son adversos, quizádebido a la rudeza de su adjetivación, e incluso a 10poco afortunado de algunas de sus Imágenes, aun­que se le concede un profundo y auténtico valorideológico. El propio René Marqués no tenía muybuena opinión del libro -al que llamó "un pecadode adolescencia"¡ -puesto que, según se dice,destruía toda copia que cayese en sus manos.2 Sinembargo, no puede objetarse la sinceridad y lavehemencia con que fueron escritos estos poemascuando el poeta, al crearlos, asumió el nombre de"peregrino" para emprender un viaje a cinco mun­dos que constituyen las cinco partes del poemario:La guerra (3 poemas), la tierra (7 poemas), la luna (3Poemas), el amor (2 poemas) y las sombras (6 poe­mas).

El presente ensayo pretende echar alguna luzsobre esta obra de juventud y su particular estruc­tura, que responde, como me propongo demostrar,a un conflicto ideológico surgido del enfrenta­miento del poeta con estos cinco mundos; hechoque impUca no sólo grandes cambios en el planoideológico sino también en el plano formal delpoemario y que expl.icaria, dialécticamente, lascontradicciones que estos cambios producen en elmismo.

1Wllfredo Bruchi, "René Marqués," El Mundo, SanJuan, 23 de octubre de 1956.

2Efraln Barradu, "El machismo exiatencialiata deRené Marqués," Sin Nombre, VIII, (octubre-diciembre,19'77), p. 62.

En el poema que sirve de prólogo, elpoetaperegrino expone la Imagen que tiene de símismo y su idearlo poético. Es el "nervio enperpetuo insomnio, verdugo de la risa, receptáculotrágico de búhos y de cisnes, golpeador de rosales yde palomas".3 El peregrino rechaza la poesíafonnallsta, rebuscada, musical, de corte modernista(la "poesía de los cisnes"); en cambio es el poeta que"golpea los versos" manifestando con tal rudeza surebeldía. "No es el poeta de las academias, es latrágica lucha de una voz despierta" (p. 6) que seImpone la misión de diseminar su mensajemediante el verbo poético. La protesta del peregrinose eleva contra la pérdida de la tierra y contra unaguerra impuesta, donde la muerte presagiada secumple en el "Campamento" de la bandera de sietechorros de sangre (la bandera estadounidense),"cementerio de almas muertas," y en "Oración rojaen la muerte del labriego," reclutado a la fuerza y"prisionero en la selva" militar donde vive "lanoche del silencio."

Esta peregrinación a la guerra, probablemente ala Segunda Guerra Mundial, plantea un tema claveen la obra de René Marqués: La subordinación de supatria a otro país.· Esta tragedia arranca de la plumadel poeta un grupo de imágenes y motivos queejemplificarán todo el mundo anímico de unhombre herido por la "metralla de mentiras."Abundan entre ellas los colores trágicos negro, grisy rojo: El negro representa la maldad, el odio, elmisterio; el gris alude a los uniformes de los solda­dos y el rojo a la sangre. Lo negro se manifiesta enla "negrura de la noche", la "mancha negra", el"Infierno negro." Lo gris en "momias grises" (lossoldados), "Peste gris de disciplina" y "sombras gri-

3 René Marqués, Ptrf~gri1Ulci6n (Aredbo, San Juan:Imprenta Venezuela. 1944), p. 5. Las páginas que a mnti­nuación dto enlre paréntesis pertenecen a esta edición.

4Arcadio D(az, "Lce desastres de la guerra: para leer aRené Marqués," en Ellllmuerzo tri bJ hitrblJ (Río Pie­dras: Huracán, 1982), p. 147.

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ses atrofiadas de futuro" ("Campamento," pp. 9-10).Lo rojo en la sangre del labriego, y siempre en lasangre borineana derramada, según Marqués, enuna guerra absurda y estéril. Otras imágenes corres­pondientes a la guerra son las del infierno, la trage­dia, la selva y el silencio. Estas imágenes, como severá. no son privativas de esta sección del poema­rio, sino que reaparecerán en cada momento en queel poeta anuncie un mundo trágico y destructivo.

La segunda peregrinación nos lleva a la tierra,tema importantísimo en la producción de RenéMarqués, quien basa obras de teatro como Los solestruncos (1958), La carreta (1951), Un niño azul paraesa sombra (1958), para mencionar algunas, en lapérdida de la tierra y en el deseo o añoranza de re­cuperaci6n de la misma. No debe olvidarse queRené Marqués está vinculado a la vieja haciendaagrícola, dedicada al cultivo del café, paradigma depureza, desplazada sucesivamente por el cultivo dela caña y la industrialización, que dio el golpe degracia al mundo agrícola en pro de lo urbano. Esta"afrenta infame/ hará salir del poeta, "el hombrede tierra," imágenes similares que unen los dosmundos trágicos de la guerra impuesta por el amo yla tierra arrebatada por éste, transformado en "unchacal de tierras negras" que se apodera de la tierra­madre-hembra-amante, que ofrecía al hijo-amante"guedejas de cafeto" y la turgencia de sus montes.'El hijo-amante se toma negro de odio y jura vengarel ultraje. La sangre del chacal-amo constituirá unritual purificador al derramarse sobre la tierra en"Canción cínica para no ser cantada":

y la sangre de su carneregará tu cuerpo-tierra,y tus muslos,y tus senos,empapados de su sangreserán lindos,para negros, negros, negros ...¡como el negro escandalosode mi odioy mi venganza! (p. 25)

Recurren lo negro, lo trágico, el silencio. Elsilencio es una de las imágenes más usadas en elpoemario con múltiples sentidos. Suele expresar lotétrico, lo infecundo, lo domeñado, lo terrible­mente inefable.

En el "El pozo" que recuerda por su Utulo, notanto por su tono, a un poema de PaJés Matos, RenéMarqués personifica la esterilidad, la Impotencia. Es

Soraz, p. 153.6Recuérdenae las oposiciones monte-llano, café­

caña, tan explotadas por la generación del 30. Véanse alrespecto las novelas ÚI lla11UJradJJ de Enrique Laguerre(1935) y lA mspml da homlm del propio René Marqués(1959), que ilustran este punto, mú el estudio Imagm dapuertorrlqudto en I4 nowlil de José Juan Beauchamp(RIo Piedras: UPRED: 1976) entre otros.

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un "pozo de agua muerta" (p. 20), eternamentemuerta, sin esperanzas.

El pesimismo del poeta continúa manifestán­dose en "El hombre de tierra" víctima del "silencioestéril" (p. 29), símbolo del puertorriqueño que espresa dócil de la opresión, torturado por un buitreque le devora las entrañas como a Prometeo "bestiapobre y agonizante"; ante él, el peregrino "echaría alas aves lenguas de palomas/ es decir, cantaría sujúbilo en un lenguaje florido y grácil si la bestia setomara en hombre.

El mismo amor a la tierra se manifiesta en lavisión cristológica del río en "Vida, pasión ymuerte de mi río isleño," donde el río, provenientede la montaña, de los cafetales, se contamina juntoal "monstruo empenachado de gasas negras" (lacentral); la sangre de caña manchó sus aguasvolviéndolas dulzonas, negras, al llegar a lallanura. El río, paralelo de Cristo, se refugia sumisojunto al pueblo. Es un río mártir donde se escupenfeces y su cauce se toma lento "crucificado en sal yen verde" (por los desperdicios).7 "Tierra triste" esuna elegía desesperanzada a una tierra que se havuelto estéril, por tal motivo el poeta le dirige"palabras duras, frías, yertas, sin belleza ni poesía"(p. 39). La tierra es también el pueblo, "pueblocisne," que no ha nacido para hijastro de las águilas(símbolo de la opresión), que vive el trágico silenciosin rebelarse porque:

La tristeza te ha hecho humilde,la impotencia te ha hecho esclava,la colonia te ha extirpado los ovarios ..., (p. 38)

En "Un alto en la faena" la imagen trágica, elpesimismo negro, se aclara un poco porque entrevéla posibilidad de una purificación.- El vínculo finaldel hombre con la tierra produce la purificación,representada por el color blanco, que libera al hom­bre del pecado de la docilidad. La estrella blanca, elcielo azul, los surcos rojos y unas franjas de palo­mas blancas forman la bandera de la patria, que selleva el poeta a su tumba. Este poema carece deltono trágico de los anteriores, en su lugar surge unsentimiento de nostalgia más leve que las imágenesintensas de la negrura.

En la peregrinación a la luna y al amor, la vi­si6n de la realidad que tiene el poeta efectúa un giroinesperado. El sentido trágico, las metáforas queilustran una realidad doliente, dan paso a unasimágenes donde predomina el color blanco, es declr

7La Imagen de la p_ión es común en René Marqués.Examínense la muerte de Michelín en Un nino azul paraesa sombra y la escena de la prisión en su novela La mi­rIldJz. (RIo Piedras: Ed. Antillana, 1976), pp. 63-65.

80tro tema favorito de Marqués, cuya expresióncumbre está en Los soles tru1Kos, donde el fuego es elelemento purificador. Muchas veces, diría Marqués, latierra, el centro de todo, necesita purificarse de 108

"bárbaros" que la poseen.

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la pureza y la alegría, como en "Fuga en tono blancohada la luna" donde el poeta quiere que le laven"la negrura de sus manchas" para que no enturbiensus sueños angustiados. Es decir, el poeta quiere so­ñar, huir de una realidad irrefragable, y se refugiaen la luna (lo opuesto a la tierra) y en el amor (loopuesto alodio):

En la tierra se ha quedado mitragedia...iHoy regreso a mi castillo de poeta! (p. 46)

El poeta-peregrino vive la fiesta de la blancura,escapa de la tierra, de la sangre de dolores; en versosde resonancias lorquianas:

Al galope, luceritoya la luna nos saludaagitando su pañuelo(con la plata de mi espuelarompe nardos en la carnedel lucero)iA la fiesta,a la tiesta de mis sueñosl(fiesta nácar, tiesta nívea)Ya la fiesta seca el llantode mi niña,¡llanto blanco que acariciacomo armiño! (p. 47)

Las imágenes que representan lo blanco domi­nan toda la peregrinación a la luna (el astro blanco).El mismo patrón de metáforas blancas continúa en"Embrujo de luna," pero empieza a ceder en"Crepúsculo' donde el poeta es herido por el amor,que ya se anunciaba en los dos poemas anteriores."Crepúsculo" es un poema de tránsito entre la pe­regrinación a la luna y al amor, del mismo modoque "Un alto en la faena" medió con sus atisbos deblancura, entre la pesadilla terrestre y el ensueñolunar.

La maternidad es el motivo central de esta pe­regrinación. Contrasta con la anterior al abandonarel tono lúdico y la metáfora frívola por una expre­sión de intimidad y recogimiento más genuino. Elpoeta es capaz de amar, ha producido un fruto, havencido la esterilidad. Canta a la madre que dejó deser silencio al concebir. El paisaje recobra su esplen­dor y se convierte en un locus amoenus en "El mi­lagro de mi valle":

Hoy en mi vallerenacen las cascadas,florecen los naranjosy los lotos hieráticosse abren para tien un estanque claro.... (p. 37)

Esta imagen se ensombrece de nuevo, y parasiempre, en la última peregrinación: A las sombras.Ya en "Confesión," poema de transición, el poeta

confiesa que no puede soñar y escribir los versosque nunca ha sentido, sonetos floridos, palabras su­tiles, imágenes bellas. Quiere volver al verso duro,a cantar el dolor de la tierra, de un pueblo en cade­nas, sus versos son "el dolor de lo vivo" (p. 64).

Sin embargo las sombras lo invaden finalmenteen "El sueño de las sombras" donde canta la muertede un ser amado, de una mujer amada:

Tendida está sobre mis sueños duros:su pelo es un abismo de negruras,su boca se ennegrece mutilada,hay dos infiernos de noche enloquecidaen el mentido fulgor de su mirada! (p. 65)

La noche, la negrura, el infierno, el silencio seciernen sobre el alma del poeta que se sientemuerto como ella: "¡Yo soy el muerto en esta ex­traña vidal" Esto produce en el poeta una nuevatoma de conciencia: "Las sierpes negras se enroscana mi cuerpo. Despierta la conciencia" y siente "eldolor de luces blancas." Lo blanco desaparecerá parasiempre ante la noche y el dolor de las "sombríasrealidades." El ensueño del poeta-peregrino muere.Está en las sombras, solo. Solo en el silencio("Sonata de la soledad"), inmerso en un mundo­prisión donde la soledad y el silencio son uno:

Soledad de penumbras ...soledad...soledad y silencioy frío de las sombras. (p. 70)

Soledad, oscuridad, silencio. He aquí los com­pañeros del peregrino en este viaje.

"Naufragio" recrea quizás con destellos neru­dianos la visión de la mujer amada en su féretro"entre rocas de plumas," sus ojos son "pozos de no­che." Su alma ha naufragado en una nave de 4mástiles (el ataúd flanqueado por cuatro cirios).

Después de haberse enfrentado a la realidad ex­terna, en la peregrinación a las sombras el poetaenfrenta su propia interioridad, "encrespada comoun mar" ("Ese mar"), odia al mar porque se opone ala tierra, y porque la aprisiona.

El viaje culmina en "Péndulo eterno" quemuestra el ser del poeta por entero, oscilando entrela nada y el infinito. Este poema, de rasgos existen­ciaUstas muy marcados, enfrenta al poeta con el ab­surdo de la vidal

Yo aquíen mitad de la tierra¿Por qué?¿Por qué ahora y no antes.... (p. 75)

La voz del poeta es un péndulo eterno quegolpea dos puntos: la nada (el origen) y el infinito(el porvenir) buscando una razón de ser que noencuentra. Nadie ni nada contesta su pregunta. Elpoeta confiesa que:

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Entre dos extremossoyun pasajero perdido...¿Por qué?¿Cuándo?¿Dónde?A mi espalda: la nada .Ante mí: el infinito (p.77)

La soledad personal ha desembocado en la sole­dad existenciaL El poeta siente la nada dentro de sí.Ve su vida como un instante entre dos abismos:nada e infinito. Y sient!! el vacío interior, el vacíovenidero.' El poeta concluye su viaje "inmerso enel silencio" de su propia intimidad como ente enbusca de sentido, sentido que Marqués situó en laposesión de una tierra que le fue arrebatada, y en elser puertorriqueño, por lo que luchó con todas susfuerzas hasta la muerte, el "eterno silencio."

Por escapar del amo, que usurpa la tierra yobliga a los hijos de ésta a pelear por él, se refugia elpoeta en los mundos de la luna y del amor. Pero ladolorosa realidad golpea implacable las puertas desu ensueño, y el peregrino, desilusionado, concluyesu viaje en el mundo de las sombras, donde se ha­bía alejado tanto de la guerra y de la tierra, como dela luna y del amor. Ese mundo se erige como resul­tante de dos pares opuestos; es decir: guerra/amor ytierra/ luna (exterioridad / interioridad). Las imá­genes de negrura, violencia y odio se oponen a lasimágenes donde predominan lo blanco, lo suave ylo musical, al tiempo que la insufrible realidad ex­terna se opone al conflictivo mundo interior delpoeta. Estas antítesis quedan anuladas en el mundode la desesperanza y el desengaño (la negrura) quelleva el poeta en la interioridad de su ser.

Arcadio Díaz señala con justicia que "Marquésesboza en Peregrinación un código que permanece-

9EI existencialismo, especialmente el de Sartre y elde Camus, es notable en muchas obras de René Marqués:El apartamiento (1966), lA casa sín reloj (1960) entre otras.

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ría casi idéntico hasta el finaL" Y describe el librocomo un sermón religioso-patriótico, una parábolay una alegoria de la Caída, el Pecado, la Vida, Pasióny Muerte. Las verdades de Marqués no evolucio­nan, sólo se reiteran y amplifican. 10 Siendo así, meparece asombrosa la actitud de claro rechazo deMarqués hacia su poemario. ¿Por qué rechaza Mar­qués algo que luego reitera y amplifica? No por elestilo, porque cultivó siempre las "palabras duras";me inclino a pensar que rechaza la "metáforablanca", es decir, el juego escapista, la peregrinacióna la luna y al amor. Marqués repudia su aleja­miento momentáneo de la tierra perdida, de la vi­sión trágica, rechaza la falsa conciencia de un~amoenus; por eso después de este ensueño poético,emprende la lucha con más ímpetu para recuperarsu realidad asumiéndola. Pero no se perdonó ese"pecado de adolescencia," y por eso quizás el hom­bre de los silencios, poseído por la ira telúrica, ras­gaba implacable las cuartillas de su alma.

Bibliografía

Barradas, Efraín. "El modernismo existencialista deRené Marqués." Sin Nombre, oel. - dic.1977, p. 62.

Beauchamp. José Juan. Imagen del puertorriqueñoen III novela. Río Piedras: UPRED, 1976.

Braschi, Wilfredo. "René Marqués." El Mundo, SanJuan, 23 oel. 1976.

Díaz, Arcadio. "Los desastres de la guerra" Para leera René Marqués." En: El Almuerzo en laHierba. Río Piedras: Ed. Huracán, 1982.

Marqués, René. Peregrinación. San Juan: ImprentaVenezuela. 1944.

l00eaz. p. 152.

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El "mare nostrum" de las antologías(Reflexiones sobre el fenómeno de las antologfas en Puerto Rico)

Aurea María Sotomayor

l. La doble presentación"Supongo, señores, que se sienten tan colmados

con este banquete de manjares literarios variadosque el alimento que comen amenaza con desbordarsu plato. Ciertamente, se sienten atiborrados de ex­quisiteces, pues muchos los han agasajado con unfestín mixto de discursos preciosos y variados e in­tentan persuadirlos para que desprecien un alimentoordinario. ¿Qué debo hacer? ¿Permitiré que lo yapreparado permanezca sin tocar y se pierda o deboexponerlo a la venta en medio del mercado para quelos comerciantes al detal lo compren al precio quealcance? ¿Quién en tal caso querría una porción demi mercancía o quién daría dos peniques por misescritos a menos que sus oídos estuvieran tapados?Pero tengo la esperanza de que ustedes compartiránmi trabajo con bondad y no indiferentemente, pueses hábito de ustedes estimar el provecho de unbanquete por el mero deseo del anfitrión decomplacer.

"Además, voy a servirles una comida a la que sele añaden muchos nuevos aderezos. Pues dado queno es posible que ustedes disfruten una comida in­digna de sus personas que resulta únicamente demis esfuerzos, he persuadido a muchos para quecompartan las preocupaciones y los gastos y se unana mí para agasajarles más opíparamenh:. Por cierto,los ricos me dieron muchísimo de sus riquezas y alaceptarlo me enorgullezco de sus exquisiteces. Y unode ellos, Señalándome, podría decirle a otro:"Recientemente amasé una fresca masa de poesía ylo que él sirve proviene de mi amasadera". Así diríauno, mas no el más sabio de aquellos coclneros gra­das a quien se me atribuiría a mí exclusivamente serel señor de tan rico agasajo. Porque yo mismo he te­nido la audacia de contribuir frugalmente con mispropios recursos de forma que no parezca un abso­luto extrai\o ante mis invitados. Les presento unaporción de cada poeta tan s610 para que lo prueben;

pero si alguno desea consumir el resto y saciarse.debe buscarlo en el mercado".1

D. La realidad ontológica y ortológica de laantología: poesía y mercadoLa metáfora culinaria a la que acabo de aludir y

que da unidad al proemio de una antología de epi­gramas difiere dramáticamente de la metáfora floralque signa las introducciones a las antologías líricasgriegas2• Aquélla convoca-mucho mejor que lasúltimas-Ias diferencias en el consumo y recepcióndel epigrama satírico visea-vis la concepción que seposee de la función de la poesía lírica. Al efecto, bastarecordar el proemio de Agatías Escolástico de Mirenaa su colección de epigramas para que afloren -aunen una época que hoy consideramos remota como loes el siglo sexto después de Cristo- lasconcomitancias existentes entre poesía, mercado yconsumo. Es este proemio y no los otros conocidosmucho más esclarecedor en lo que concierne a la re­alidad mercantil de la poesía hoy.

El fragmento es iluminador, además, en cuantoincorpora dentro del ciclo de la producción al antó­lago, cuyo único papel, según el mismo Agatías Es­colástico señala, consiste en beneficiarse de los frutosajenos. Insiste éste en que tan limitada es su prácticaque se ve obligado a invitar al lector fuera de laantología misma de modo que -una vez consulta·dos los textos íntegros- aquél obtenga una visiónmás acertada del poeta. Su complejo de culpa ante lamutilación o segmentación que ha perpetradocontra la obra total es tal que no le permite ser feliz,

1The Greek Anlhology, Tomo 1 (Loeb Classical Li­brary). Cambridge, Harvard Univemity Press, pp. 117-119,traducción nuestra.

2VianH en la misma antología los proemios a las~lecciones líricas.

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no empece el propósito de atribuirse como si fuesensuyos los halagos que pudieran recaer mucho másjustamente sobre aquéllos de quienes ha derivadouna ganancia que no le corresponde. Revela con ellola función parasitaria del antólogo en lo que acreaciones respecta, pues lo más que puede pretenderéste es una lectura inteligente. La creación está dadade antemano. Su papel no desborda el simple ycomplejo acto de leer y clasificar lo hecho por otros.Ahora bien, ello implica a su vez una labormutiladora que discute sagazmente Baudrillard aldenominar la tarea de coleccionar como unaregresión de naturaleza anal que se manifiesta através de una conducta acumulativa, ordenadora yde retención agresiva.3 Visto desde esta perspectivapsicoanalCtica, la mutilación es un momento crucialde la labor antológica; dicha supresión asegura (malnecesario) el equilibrio que debe mantener elantólogo a pesar del material heteróclito quemaneja. Aquello que da unidad a su antología es lapersona que anlologa. El antólogo pertenece a unaespecie poco desarrollada entre la familia de losególatras.

Sin saberlo, el antólogo Agatías Escolástico deMirena nos enfrenta a la realidad ontológica y orto­lógica de la antología moderna. Señalo "ontológica"por la coherencia que la lectura del antólogo debeposeer, es decir, la teoría que sustenta una lecturaque rebasa las meras fronteras del gusto personal (oquién sabe, del prejuicio legitimizado) y se instala enuna conciencia histórica de lo que su labor supone.Como decía Alfonso Reyes, "toda historia literariapresupone una antología inminente; toda antologíaes el resultado de un concepto sobre una historia li­teraria".· Utilizo también la palabra "ortológica"porque una antología sólo podría sostenerse si sepronuncia dentro de un sistema literario existente.Los actos de seleccionar (o de dictaminar) que todaantología entraña están abocados a operar dentro delos límites de lo dado. Es decir, es improbable queexista una antología de lo no producido todavía. Loúnico que podría aproximamos a esa utopía es ladevelación conjunta de lo marginal, pues para efec­tos del mercado, lo marginal no existe. Si bien elriesgo es superior y ese proyecto parecería ser la an­títesis del de la antología clásica que, como sabemos,se embarca en un proyecto asegurado por lecturasprevias ya privilegiadoras de cada uno de los objetoso lecturas que constituyen el todo, la otra antologíaiconoclasta se asegura tambiin un mercado: el posi­ble.

ID. De los diversos tipos de antologíasDebemos reconocer, además, que toda anto­

logía posee, al menos, dos productores: el escritor

3ú systbne des objds. París: Gallimard, 1968, p. 123.4úz aptrieru:iIl lítmJri/l. Buenos Aires: Losada, 1961,

p.ll2.

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como tal y el coleccionador o antólogo. La funciónpor antonomasia de este último es la de produciruna lectura específica y diferente de un período lite­rario o proponer una historia de la literatura a partirde ciertos textos, o sugerir una lectura temática o in·tuir y divulgar una generación de escritores o ungénero literario. Las variables, pues, son agotables.En ese sentido, la selección de los textos está subor·dinada a una visión y a un propósito que dependendel tipo de antología que se quiera hacer o los moti­vos o funciones a los que sirva. Obviamente, existi·rán divergencias entre la antología que tiene unpropósito didáctico y que va a utilizarse como ins­trumento básico de trabajo con estudiantes de pri­mer año de universidad y la antología que quieraocuparse de los escritos poUticos o estéticos de unageneración o acaso de aquella otra antología que seocupe de ofrecer una visión panorámica de la litera­tura nacional, como la Antología general de la lite­ratura puertorriqueila, de Manuel Alvarez Nazario.

En Puerto Rico tenemos ejemplos de todas ellas,a saber: la antología sobre el modernismo preparadapor Luis Hernández Aquino; la antología Cuentospuertorriquerlos de hoy, de René Marqués, que seocupa de la generación del cuarenta; la abortada an­tología de poesía feminista preparada por el Institutode Cultura Puertorriqueña en la década del setenta;la excelente antología titulada Poes(a puertorri­queila, preparada para los estudiantes del sistema deeducación pública por Carmen Gómez Tejera, AnaMaría Losada y Jorge Luis Porras en el 1956, la cualcontiene como elemento innovador la incorpora­ción de poetas contemporáneos jóvenes que surgíanen ese preciso momento tales como Violeta LópezSuda, Laura Gallego, José Emilio González y otros;la Antología de la sospecha de José Ramón Melén­de%, sobre la generación poética del setenta; las deLuis A. Rosario Quites, Nueva poesía puertorri.quefla y Junte de POtSia univtrsitarÍll y las antologíasde Iván Silén y Alfredo Matilla sobre la producciónde los poetas hispanohablantes en Estados Unidos yde los poetas neorriqueños, tituladas Los paraguasamarillos y The Puerto Rican Poets.

Yo personalmente me he embarcado en dosproyectos antológiCOS. Uno de naturaleza generacio­nal, limitado a un género y escrito por poetas muje­res titulado De lengua, razón y cuerpo, que publicadopor el Instituto de Cultura Puertorriqueña, prece.dido de un largo estudio sobre las poetas de la gene.ración del setenta, y otro proyecto de naturaleza ins­titucional, trabajo en equipo por varios profesoresde la Universidad de Puerto Rico y en el cual metocó trabajar con la unidad de poesía. Dados los pro·pósitos específicamente didácticos de esta última an­tología, es preciso lidiar allí con varios elementos: lanaturaleza del trabajo en equipo, la calidad estética ydidáctica del texto, su inserción dentro de una co­rriente histórica y estética, el hecho de que es unproducto creado para las necesidades de una institu­ción educativa, la necesidad de incluir a los escrito­res "consagrados" con un sitial comprobado dentro

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Las antologías: retrato de familiaParte de la historia de las letras puertorri­

queñas se inicia precisamente con un libro de carác­ter antológico, el Aguinaldo Puertorriqueño, de 1843,al cual le sigue otro, el Album puertorriqueño, de1844. También en el Aguinaldo, al igual que en elproemio con el cual comencé este ensayo, adverti­mos alusiones a la comida que se consume en épo­cas festivas. El objetivo de ésta, según ellos, es"reemplazar a la antigua botella de Jerez, el mazapány las vulgares coplas de Navidad". Nuevamente,destaco el símil entre poesía y consumo de manjaresculinarios.

Aguinaldo, álbum, colección, antología, florile­gio, corona o guirnalda. La mera etimología del tér­mino confirma su cualidad de objeto constituido porlo preexistente. "Anthros" es flor y "legos" es I~ vozactiva alusiva a voluntad de escoger, de reaccionarante la pluralidad de lo bueno. Considerado así elacto de antologar, éste supone corroborar un gusto yun mercado ya comprobados. En esa acepción, pues,la antología consagra un objeto ya develado porotros, reúne modelos.

Existen otras antologías, sin embargo, que reú­nen sospechas. En tal caso, como señalamos antes, setrafica con la posibilidad y son varios los resultados yobjetivos de la selección: anunciar el objeto y simul­tánea, aunque paradójicamente, ocultarlo y abando­nar al devenir sus posibilidades. Por ejemplo, elgesto mismo de ubicar la colección en el marcadocomo objeto marginal (como ocurre con los textosque componen la Antologta de la sospecha, de JoséRamón Meléndez) posiblemente lo inscribe y hastapodría impedirle ingresar en otros órdenes. El pro­ceso mismo de atribuirle un valor (a saber, la fun­ción marginal) a ese producto nuevo constituye a suvez otra función del antólogo. Es decir, éste no se daexclusivamente a la tarea de anunciar, sino quesigna, marca. El proceso de incorporarlo al mercadocontiene simultáneamente el de atribuirle una fun­ción. En el acto de atribución o de nombramientoimplícito en esa tarea se descubre al antólogo comocreador, pero a su vez se encubre (por el cont,enidomismo con que signa su antología) una vision re·ductivista de estos textos, los cuales destina casi fa­talmente a ocupar un lugar específico dentro delsistema literario y, a su vez, fuera de éste. Se los leeexclusivamente como textos contestatarios. Cuandose presenta el caso de que los textos son materialinédito, la labor reductlvista del antólogo es aúnmayor. Se ha apropiado un material que sólo él ve yno es hasta años posteriores que el poeta o la poetapuede resarcirse o remedar ~ confirmar o. yetar laimagen original que el antologo pretendlo crear.Más tendenciosa aún es la postura que pretende daruna lectura a base de selecciones de fragmentos depoemas, pues en tal caso la deformación l~ega a laraíz; la mutilación se convierte en perversion.

En última instancia, la colección está hecha deuna serie de términos, pero el término final es laSFrancesc:o Poll. Produai6n /lrtfstica y mercado. Bar­

celona: Editorial Gustavo Glli, 1976, pp. 61 YY.

De los antólogos: el revendedor y elvaloradorIndependientemente de los propósitos que

entraña hacer una antología, un antólogo debe reu­nir dos cualidades esenciales: (1) saber leer, yespecialmente, saber colocar en su justa perspectivaa los miembros de una generación que le escontemporánea, y (2) poder articular una tesis cohe­rente en torno a su selección. Si no existe una tesisque sostenga esa selección no hay antólogo, sino unacumulador de textos interesantes.

Además de reconocer que el antólogo es el pro­ductor de una ledura, existen dos tipos de antólogos.La crítica de las artes plásticas distingue entre el"marchandO revendedor y el "marchando valorador.Si bien media un proceso valorativo en los actos deambos, el "marchando revendedor es el que "dentrodel mercado se ocupa principalmente de la venta devalores consagrados". Los "marchands" valoradoresson "los que apuestan con su actividad por la con­firmación de nuevos valores".'

No podemos obviar, sin embargo, el que ambos-el antólogo revendedor y el antólogo valorador­exploten de modo similar el concepto de antologíadesde una perspectiva mercantil. La diferencia es­triba en que la visión del antólogo revendedor escasi exclusivamente lucrativa. En el caso del antó­lago revendedor, además, las ganadas son casi au­tomáticas. Por el contrario, el antólogo valoradordepende del marcado que él y el otro productor pue­dan crear para finalmente tener un éxito relativo, ysu retribución económica ocurre siempre, pero j,

posteriori.

IV.

de la historia literaria, aunque esto último no ex- V.duya la posibilidad de incluir generacione~ recien·tes. Este tipo de antología, por necesidad, deJa de serun producto personal y, por lo tanto, carece de unatesis general. Más bien las concomitancias o aciertosentre las lecturas surgen del diálogo que se entablaentre los textos mismos y las series que puedanorganizarse en torno a un tema, por ejemplo, que serepita a lo largo de toda una tradición literaria, na­cional e histórica y la relación que se establece entreesos textos y la realidad política, histórica, económicay filosófica en que se inserta~. Hay que paJ!i~, ade­más, en ese tipo de antologla, de un proposlo quesubordina (desgraciadamente) los textos a una fun·ción, a saber, la de familiarizar al estudiante conunos "modelos" literarios y por ende con una con­cepción ya aceptada por la ideología dominante dequé es literatura.

53

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persona del coleccionador'. Su afán posesivo sobrelos objetos (aquí, textos) es tal que la coherencia de sulectura depende de esa transgresión que se hacecontra el texto total privilegiando el segmento o untexto entre varios a fin de que la selección responda ala ledura, a la tesis. De ahí la necesidad implícita quetiene el antólogo de trabajar con una serie que élmismo rompe y convierte en texto discontinuo conel propósito de que sea finalmente ~ texto. Todaantología contiene un vicio: el antólogo se arroga elderecho de prescindir del primer productor para le­gitimizar su producción, que es la lectura.

La antología, pues, no tendría que ser necesa­riamente florilegio, corona o guirnalda, sino mera­mente una aproximación a su posibilidad como talen el futuro. La antología oscila entre esos dos polos:el que remite al pasado y tiene la Rremisa del museoporque intenta preselVar, o la que quiere ser ade­lanto o profecía, en cuyo caso, en lugar de premisa,tiene vocaciÓn de museo. Ahora bien, ninguna an­tología pretende privilegiar el presente, pues no escaracterístico de la antología el ser precaria. Es unade dos alternativas: o confirma lo dado o es antesaladel devenir.

VI. La antología que deseamosAntes de lanzarse a hacer una antología de la

literatura puertorriqueña es imprescindible tomaren consideraciÓn los elementos que he mencionadobrevemente aquí, la funciÓn del antÓlogo y de la an­tología, el posible lector de ésta y, finalmente, debe­mos recordar que una antología tiene más vicios quevirtudes, precisamente porque intenta validar unalectura, la del antólogo. Ello conlleva una reduccióny, a su vez, una mutilación: la de sacar los textos"representativos" fuera de su habitat natural: el li­bro.

Esa antología, además, debería contener variaslecturas, sin privilegiar la académica y sin sacrificarlas lecturas y versiones más populares de la poesía.Es decir, debe apelar y contener todos los tipos de

60p.cit., p.28.

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lectores y el producto estético debe ser de la mejorcalidad, además de representativo.

Un antecedente excelente de tal antología lo es elOmnibus de poesla menCDnD, de Gabriel Zaid'. Es dedestacar cómo uno de los núcleos de la antología se·gún Zaid era el de incluir las expresiones estéticaspopulares, expresiones que incorpora como una ca­tegoría adicional sin signarla negativa ni positiva­mente. Así tenemos los siguientes acápites princi­pales: poesía indígena, popular, novohispana, ro­mántica, modernista, contemporánea; y entre lo po­pular incluye conjuros, oraciones y jaculatorias,arrullos y juegos Infantiles, poesía inocente, cancio­nes políticas, del campo y románticas.

El principio rector de ésta consistió en obteneruna antología que mostrara la aventura de la lecturay en lugar de privilegiar autores, privilegiar textos.Su lector, además, se define a lo largo de las si·gc' "ntes líneas, vertidas en la introducción:

"Omnibus" en latín quiere decir "paratodos". Así fueron llamados los coches decaballos que empezaron a dar selVicio colec­tivo, en vez de particular. Con el ferrocarrilsurgió el tren ómnibus: el que llevabacarruajes de todas clases y para en todas lasestaciones. (...) Ojalá que el lector de esta om­nímoda selección de todo y para todos no selimite a sus ventanas habituales y que dis­frute todo el viaje como buen omnilector.s

Basta con esta advertencia para comenzar nues­tra práctica; una antología responsable y permanenteque perciba nuestra historia literaria en su complejadialéctica como el fruto de unas hazañas literariashechas y por lo tanto permanentes y el vislumbre deotras presentes y transformadoras. Es a partir de estavisión de una historia sucesiva de la que hablaWalter Banjamin que puede construirse responsa­blemente no solamente una antología, sino sobretodo, una obra y una conducta.

7México: Siglo XXI, 1972.8¡bid.. p.S

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Hacia una antología de la poesía de los puertorriqueños

Carlos Rodríguez

El título de este foro me su­giere la posibilidad de que el Ins·tituto de Cultura Puertorriqueña,idealmente junto a otras institu­ciones como la Universidad dePuerto Rico, prepare una antolo­gía poética puertorriqueña. En esteespíritu de diálogo con los po~

tenciales autores -hombres y mu­jeres en número igual- de esa po­sible y necesaria antología, quierocompartir estos apuntes sugeridospor un estudio sobre la poesíapuertorriqueña actual que em­prendí hace un año y que pro­bablemente conducirá a una an­tología de la poesía escrita a partirde la década del sesenta. Aclaroque nunca he sido ant610go, locual le resta la autoridad de la ex­periencia a mis comentarios, a lavez que les añade una cualidadque yo querría evitar si hiciera miantología: me refiero al carácterprescriptivo y prejuiciado que lec­tores y críticos se ven tentados aimponer al material con el quetrabajan en lugar de permitírselerevelar sus estructuras y sugerirmodos de verlo y entenderlo.

Como todo producto, las an­tologías y los textos que contienenresponden a las demandas, a laideología del grupo representadopor los autores, los poetas y loslectores o consumidores po­tenciales. Esto impUca que en unaantología preparada por ins­tituciones que actúan a nombre dela cultura puertorriquefia debe deestar representada toda la pro­ducción poética de los puertorri­queños y no exclusivamente la delgurpo cultural dominante, el cualtiende a usar su prestigio para im-

poner una concepción de la poe­sía.

Las autoras y autores de esaantología ideal podrían cuestio­narse por ejemplo, la clasificaciónpoesía culta-poesía popular, em­pleada tanto como criterio de es­tudio como de exclusión, que­dando en desventaja modalidadespoéticas tales como los can­cioneros folk1óricos de la costa yde la montaña, la canción de pro­testa y de la nueva trova, tan vin­culadas a la poesía cuita, y el can­cionero comercial, que son, sinembargo, el más vivo y frecuentecontacto de la mayoría de lospuertorriqueños con la poesía.

En otras palabras, esos antó­lagos entenderán el adjetivo"puertorriqueña" en relación alsustantivo que le da sentido a ni­vel individual colectivo y socio­político. El adjetivo pasaría a sig­nificar un colectivo de gentes,culturas, razas y hasta de idiomasy espacios geográficos. De modoque la poesía puertorriqueña semanifestará como las poesíaspuertorriqueñas, esto es, de lospuertorriqueños, liberados poesíay puertorriqueños del carimbo dequienes parecen tener como con­signas culturales "une y controla­rás" y "clasifica para desechar."

La antologización de unas li­teraturas podría ser un proceso li­berador, como lo es todo procesoeducativo auténtico. Nuestros an­tólogos ideales no se conformaráncon coleccionar flores y joyas lite.rarias ni con levantar una sumade conocimientos. Su antologíapropondrá y provocará una nuevavisión de las Uteraturas antologa-

das y de su proceso histórico~so­

cial, con proyecciones hacia el fu­turo.

Por su parte, los lectores idea­les hallarán unos productos"acabados", Ilámeseles "joyas" o"flores", pero dentro de un con­tinuo, esto es, en movimiento yen relación. Hallarán o aprende.rán a encontrar "belleza", p~ro enmúltiples y puede que muy dife­rentes manifestaciones. Hallarán yaprenderán a encontrar "poesía,mas no exclusivamente en lasconcepciones heredadas en tiem­pos modernos de la literatura cor­tesana europea, que a su vez seremonta a las literaturas de lasélites de poder de la antigüedadclásica occidental y la oriental. Fi­nalmente, amarán la "poesía" o"poesías" encontradas, pero nocomo a madonas sostenidas en elaire por nubes y querubines; entodo caso las amarán como a bellasRemedios sostenidas por lamisma sábana que posibilita suvuelo.

Pero antes, son nuestros futu­ros antálogos quienes tienen quehacer de lectores para con hones­tidad y humildad conocer -en­contrarse con- toda la producciónpoética de todos los poetas puerto­rriquefios que unos pocos elegidoshabrán de representar. En otraspalabras, nuestros ideales an·tólogos irán más allá y hasta porencima, debajo, delante, detrás, allado y dentro de los autorescanonizados, entronizados, oficia­lizados y previamente an­tologados. En la colonia de las le­tras, la visita de niños curiosos,revoltosos y preguntones es más

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urgente -por fértil- que la de unpontífice o un monarca. Los en­cuentros valen con o sin glorias ydescubrimientos. Una lectura lomás abarcadora y cuidadosa posi­ble evitaría que los antólogos secrearan y les crearan a sus lectoresla ilusión de que su antología es lapoesía puertorriqueña; y harían lonecesario porque fuera verd ade­ramente representativa.

Ya se trate de una antologíageneral o de antologías sobre unaépoca o un grupo, de las poetas odel exilio, por ejemplo, todas -aligual que los textos que aun poromisión contienen- forman partede un proceso literario que es a suvez parte integrante- no un re­flej~ del proceso histórico. polí­tico y social. Por consiguiente, sipor poesía puertorriqueña se en­tiende toda la variedad de textospoéticos producidos por los puer­torriqueños, vivan donde vivan yescriban en el idioma que prefie­ran o tengan que escribir, nuestrosantólogos considerarán la obraproducida en el exilio político yeconómico desde los orígenesmismos de la literatura puertorri­queña, que se ha expresado enfrancés, como lo hizo Betances, eninglés, como lo hizo Julia de Bur­gos y lo hacen Graciany MirandaArchilla y Luis Reyes Rivera, o enun lenguaje poético, vivo y re­belde llamado ftspanglishft. De eseexilio nuestro de cada día colonial,explorarán también el cancioneropuertorriqueño enriquecido porcompositores como Ramito, Ra~

fael Hemández, Bobby Cap6, Wi­llie Colón y Roy Brown.

Así como nuestros ant610gos-mujeres y hombres en igualnúmero- reconocerán el exiliocomo una constante en la poesíapuertorriqueña desde sus orige­nes, también reconocerán la laborde los poetas como otra constantepor lo menos desde Maria BlblanaBenítez, aunque sin duda algunalas puertorriqueñas habían estadocomponiendo nanas, cantos debomba afroboricua y controversias

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jíbaras desde mucho antes.La obra de Benítez, inclu­

yendo la adjudicada a ella, anti·cipa algunas de las cuestionescentral~s en la producción poéticade las mujeres; por ejemplo, eltema de la mujer como personaracional, emotiva y política, comoamante y como creadora depoesía. Estos planteamientos delo que se ha llamado "la ansiedaddel género" se tendrán en cuentaen la relectura de la producción depoetas como Lola Rodrígez, ClaraLair, Julia de Burgos, SylviaRexach y de las que publican apartir de la década del sesenta,cuando el proceso de liberación dela mujer adquiere actualidadd~cisiva. De hecho uno de losaspectos sobrasalientes de lapoesía de las tres últimas décadases la cantidad y calidad de mujerespoetas.

Otra constante en el continuode la poesía de los puertorrique­ños es la militancia socio-políticaque constituye lo que podríallamarse "el master de rebeldíapuertorriqueño', que incluye todala poesía de combate por laslibertades y derechos humanos,además de la que reclama laindependencia de Puerto Rico. Enépocas recientes, los poetas yartistas gráficos de Guajanarepresentaron este tipo de poesíaque ellos mismos trazan hastaPachín Maren. Títulos como En ticombatt, Cantos dt rebeldCa yCanciones de consuelo que soncanciones de protesta expresan eltono del mester. Mucha de lapoesía escrita por mujeres podríaconsiderarse parte del mester derebeldía; por ejemplo, el primerlibro de Julia de Burgos, Poema enveinte surcos.

Es posible que algunos denuestros antólogos insistan enconsiderar como parte de estemester una poesía que aparece conalguna frecuencia a partir de 1973,cuando Victor Femández Fragosopublica en Nueva York El reinodt ID espiga. Me refiero a mucha

de la poesía que tematiza o trans­forma en elementos del textopoético la homosexualidad. Digoque la considerarían parte delmester de rebeldía porque poetascomo Fernández Fragoso en ellibro citado y en Ser Islas, de 1976,reclaman la integridad humanade la persona homosexual delmismo modo que de Burgos re­clama la integridad de la mujer ymuchos, incluyendo a FernándezFragoso y a de Burgos, reclaman laintegridad de la nación puertorri·queña. La poesía de amor entrepersonas del mismo sexo es poli·tica del mismo modo que lo fueen una época la poesía erótica eintelecutalista escrita por mujeres,pues las tres transgreden supues­tos morales, religiosos,ideológicos y económicos de largatradición, tales como que lamujer, si es honesta, no debe dis­frutar de su sexualidad. que lamujer es emotiva y el hombre ra­cional, que el amor, un senti-"miento divino no puede existirentre personas del mismo sexo,pues Dios aborrece el pecado de lahomosexualidad, la cual en tér·minos siquiátricos es una aberra­ción y en términos materialistas,una señal de decadencia burguesa.Entre los libros más militantes sehallan los de Abniel Marat,Poemas de un homesexualrevolucionario y Poemas de unhomosexual caribeño y el de LuzMaría Umpierre The MargaritaPoems.

Hay muchos otros aspectos dela poesía de los puertorriqueñosque sin duda nuestros antólogostomarán en cuenta, como el em­pleo del humor como recursopoético, lo cual llevará a unarelectura y revalorizaci6n de laobra poética de José Isaac de Diegoy Padró y de la poesía puertorri­queña de las últimas décadas, dela cual es uno de sus aspectos másdestacados. Mas por ahora, es me­jor dejar espacio para el diálogo.

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Hacia una revalorización de la obra deJuan Antonio Corretjer

(Nota)

Luz María Umpierre

Josefina Rivera de Alvarez en su importantehistoria de la literatura puertorriqueña clasifica aJuan Antonio Corretjer como uno de los miembrosde la productiva generación literaria de 1930 en laisla. Aunque la clasificación de autores en gruposgeneracionales es en ocasiones problemática, es éstesin duda un método efectivo de localizar o centrali­zar a un autor específico dentro de un momentohistórico. De Alvarez también incluye como miem­bros de esa prolífica generación puertorriqueña aLuis Palés Matos, Antonio S. Pedreira, ClementeSoto Vélez. Julia de Burgos y Enrique Laguerre, en­tre otros.

Juan Antonio Corretjer, según de Alvarez, "seinicia en el cultivo del verso hacia la época cuandoel Modernismo se ve ya superado en Puerto Ricopor las corrientes de renovación vanguardista quesurgen tras la primera guerra mundial."' Pese a lainclusión de Corretjer dentro de la vanguardia, laslecturas comparativas que se han hecho de su obrahan dado a los críticos marcadas diferencias entre suobra poética y la de sus contemporáneos. Frente alhermetismo de alguna de la poesía de Julia de Bur­gos o de Clemente Soto Vélez. la obra de Corretjer secataloga como una lírica desvestida de adjetivación,de retorcimiento en la forma y afincada en la máshonda emoción patriótica hacia su pueblo y sugente.J Esta catalogación de su poesía se ha debido alhecho de que Corretjer recurre al pasado indígena

La aulora desea agradecer al Dr. Carlos Rodríguez 5U

apoyo hermano al instarle a la publicación de esta notaque originalmente presentara como ponencia en un ho­menaje a Juan Antonio CorretJer en Boston. A él vadedicado este pequeño estudio.

1Josefina Rivera de Alvarez. Literatura puertorri­qudkI: su proceso cm el timpa, Madrid: Ediciones Par­lenón, 1983, p. 375.

2Ver J. E. González. "La poesía puertorriqueña de1930 a 1934, "Asomante (Xl, 1) San Juan, 1955, y DeAlvarez. pp. 375-376.

isleño y recuerda gestas patrióticas, como el Grito deLares, en su poesía. Su obra ha sido clasificada como"devocionaria" de la causa de la independencia de laisla y el tema de lo criollo.

Lo anterior, sin embargo, no debe ser la únicabase desde la cual enjuiciar la obra poética de Co­rretjer dado el hecho de que Corretjer mismo dedicóvarios de sus escritos en prosa a tratar el tema de lacreación poética y sus polaridades que él describe conlos adjetivos de poesía 'pura' y 'contaminada'.' Lalectura cuidadosa de esos escritos en prosa y unanueva lectura de la poesía de Corretjer en base altema de la creación artística nos señalan un nuevocamino a seguir en el estudio de la obra del puertoe

rriqueño.Un buen ejemplo entre la obra de Corretjer de

cómo la crítica se ha servido de una sola visión alenjuiciar su obra -la visión patriótica-comprome­tida- sin observar la plasmación del tema de la cre­atividad y la creación literaria es el conocido poemasuyo "La copla." En él, el hablante del poema se di­rige a la sabana puertorriqueña olvidada en su me­moria, con el propósito aparente de recuperar supueblo y su gente:

Sabana.Ya te había olvidadoy hoy te hallé inesperadaen la hamacade un amable recuerdo...Pero hoy aparecistecon tu muchacha descalzay tu mula...tu bohío pajizoy tu jfbaro haraposo y anémico.t

3Juan Anlonio CorretJer, Poes(a y revoluci6n, Tomo1, Río Piedras: Edici6n establecida por JoserramónMelindes, 1981, pp. 201-212.

4Juan Antonio CorrdjtT. CWlderno de Poes(a. (SanJuan: Instltuto de Cultura Puertorriquefla. 1976), pp. 11-12.

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En una lectura en que se tome en cuenta lo ar­tístico, el poema va más allá de lo anecdótico criolloy se adentra en el terreno de la metapoesía desde elcomienzo mismo al hacer mención al mundo de losrecuerdos de la memoria. Esta lectura se corrobora alfinal del poema cuando el hablante contrapone a lasabana, que es tan solo "un puñadito de pasto y otropuñadito de cielo' y su propia creación, su copla, supoema. Es la copla lo que resalta al final en impor­tancia ya que ha pasado de ser un lugar innómilo alde locus poético. De ahí que las líneas finales sean:

Sólo la copla te sube del suelo...La copla hamaca de dulce recuerdo.

Es debido a este otro significado metapoético en"La copla" que comienzo a sugerir una lectura de laobra de Corretjer que rebase 10 anecdótico-criollo y seadentre en la polaridad artística dentro de su poesía.

Otro poema que sirve para ilustrar nuestropunto de vista es el titulado "Preludio." En él, elhablante aparenta dirigirse al "cielo azul pegado a lamontaña,! y el zarco amigo, y la pradera, el ave y elhumo tornasol de la cabaña ..0" (pp. 13, 14). Pero lamención de los términos "sueño," "palabra," "formaalada,' "línea" apuntan hacia otro nivel de signifi­cado en el cual el poema se transforma en uno quetrata el tema de la creación artística: el "preludio" alque alude el título se torna, en los últimos versosdel poema, en el ímpetu de la escritura que sedesentraña o se descubre mediante el sufrimientodel poeta al trazar el poema desde el mundo de sussueños e imaginación, a la página y la realidadescrita.

Varios otros poemas afirman nuestra posición ypunto de vista. El poema "Tarde," por ejemplo,parecería dedicado a la descripción de una tarde en elcampo isleño. Pero la segunda estrofa, en la quealude a los nombres de las cosas, "nombres perdi­dos," (p. 15) apunta hacia el acto de escribir estepoema mismo y la dificultad de nombrar a la tardede otra manera que no sea la forma trillada quetenemos dentro de nuestro vocabulario limitado ymundano. En la estrofa final, la palabra "oración"parecería referirse a rezo pero dentro de nuestra lec­tura ella adquiere otro significado: el de poder escri­bir o redactar una oración gramatical que dé a latarde su verdadero valor como "sarta de vidriosvioletas" (p. 15). La mención final a la pérdida de lavoz, aunque podría interpretarse como la Uegada delanochecer, en nuestra lectura se toma en lo que lla­mamos c10sure o cierre del acto del escribir. El poeta

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ha dado vida a la tarde mediante la voz del poema yde ahí que al final del mismo aluda a la pérdida deesa voz -el final del acto de escribir, el final delhabla.

Algo similar ocurre en el poema "Calabozo" enel que sugerimos una lectura que tome en cuenta alescape de la prisión mediante "el pensamientotriunfal" (p. 18) -la escritura del poema. De ahí quela "mano florecida" (p. 18) que se levanta por entreel muro sea la que ha dado vida a la palabra y, conello, escape de las prisiones de la mente y el mundo.En otros poemas como ·Mar Caribe" (p. 19) se haceun pedido al mar nuestro a que llene de inspiraciónla mente del poeta. En "La tierra" (pp. 21·25) apareceel uso de la intertextualidad con la obra de Panénuevamente para señalar hacia ese otro nivel designificado dentro de esta poesía: el nivel artístico ometapoético.

Habiendo estudiado en varios artículos la poesíade Julia de Burgos y hallado en su obra elementosmetapoéticos que me llevaron a sugerir toda unapoética en su obra, he querido sugerir en estas breveslíneas que se haga un estudio de la obra de Corretjerque vaya más allá de la clasificación que se ha hechode su obra, clasificación exclusivamente temática, yse adentre en los procesos de creación artísticadentro de su poesía.~Un estudio de esta índole'pondrá de relieve a la ya cimera figura de JuanAntonio Corretjer dentro de la vanguardia puerto­rriqueña más que como un poeta patriota, como unpoeta que tomó muy en serio su arte y su poesía y,entre otras cosas, trató dentro de ella el tema de laplasmación de la misma. Invito a los estudiosos dela literatura puertorriqueña, de la poesía y de la lite­ratura latinoamericana a seguir esta línea depensamiento en los estudios futuros que se hagan dela obra poética de Juan Antonio Corretjer.

5Sugiero la lectura de mis estudios "Metapoelic CodeIn Julia de Burgos, El mar y tlJ: Towards a Re·Vision," InRdrospert: Essay' on LAtin American Uteratllre ediled byEllzabeth and Timothy Rogers, South Carolina: SpanishLiterature Publications Company, 1987, pp. 85-94; ''De laprotesta a la creacl6n -una nueva visión de la mujerpuertorriqueña en la poesía", Plural 3, 1 y 2,1984. pp. 119­125; "La ansiedad de la influencia en Sandra Maria Este·ves y Marjorie Agosín," Revista Chicano-RiquetIIJ XI, 341983, pp. 139-147.

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La imagen telúrica en la poesía de Francisco Matos Paoli

Etnairis Rivera

"Madre Nuestra, montaña, infancia mía todos losnombres van en los pulsos constelados del agua."1

La poesía de Francisco Matos Paoli está impreg­nada Inevitablemente de su más íntima biografía.Todo lo que puede recibir nombre en el fluir de suvida está asociado, de una forma u otra, a la omni­presencia de la montaña en su universo poético.Nacido en Lares un 9 de marzo de 1915 a las 8:00A.M., crece con la exhuberancia del paisaje de supueblo en la Cordillera, su frondosidad poblada devida y sonido, ríos y cascadas, multitud de pájaros.Los cielos encendidos al alba y el poniente de la sie­rra antillana fueron una cuna y semilla de poeta. Suniñez transcurrente entre flores y bosques, reto·zando en la charca. Despierta con el cantar de gallo,recibe el aire fresco en la noche estrelladísima. Suespíritu se manifiesta inspirado. Y en su centro unallama inicia su ruta de guerrero, la dinámica de sa·berse parte integrante de la Naturaleza y la búsquedapor entender hasta qué punto, "La infancia tieneforma nítida de montaña."J Es indistintamente ma·dre y niño, pero siempre en su pureza, la montaña.

Don Paco, como cariñosamente le conocemos,tiene 15 años cuando muere de parto su madre, Su­sana Paoli Gayá, de quien recibe la primera Inclina­clón haela el misticismo que le caracteriza. Esta mu­jer de sutil personalidad, de frecuentes raptos demelancolía, acunó su senslbllldad poética. La expe­riencia resulta traumática. Desde entonces el perso­naje de la madre será idealizado en su poesía. "Mimadre me lleva de la mano hacia donde no hay es­pacio, me levanta hasta el yo bien escondido...vuelvo a mi madre, la mística, coronada de pobresen aquella penumbra sellada, desplegada, arrobadade mi aldea."' En Diario ck un Poetll- dice: "Ella di-

IOZnto a Puerto Rico lV, Primeros libros potticos deFrancisco Malos PDDli. Ed. Qeue, 1982, p. 178.

2lbld, p.179.

3 OZnto de lA LocurtJ, Serie Literatura Hoy, Institutode Cultura Puertorriqueña. 1976, p. 88.

4 DilJrio de un Poeta, Ed. Puerto, 1973, p. 60

rigió mis pasos hacia la lejanía cósmica. Fue en mícomo un signo de desprendimiento de la tierra."Ahora la montaña viene a sustituir la imagen ma­ternal con gran fuerza edénica. "Montaña, madrenuestra, madre mía", personal y colectiva."Montaña, madre nuestra, vegetal de vuelos, 40ndese imanta el guaraguao impávido", majestuosa ymagnética. En reduplicación nos dice: "Montaña,madre nuestra, liberada".'

La enunciación de la montaña ordena distintaactividad en un número no limitado de posibilida­des y de relaciones designativas de las palabras consu referente. Desde el plano de análisis sintáctico­semántico, la construcción de las comparaciones seda en series y con significados múltiples. Es fre­cuente la técnica de enfilamiento o encabalgamientode imágenes, con asíndeton, esto es, sin nexos."Siempre supe de la montaña, del rielo de luna. delexcesivo fruto de mujer."' "El monte azul, el apo­sento de la luna en la noche, la migaja del colibrí so­bre los lirios..."1

Las metáforas se dan en ambas modalidades: laimperfecta, donde ambas cosas comparadas estánpresentes, predominante en sus Imágenes, y la per­fecta, donde presenta la segunda y la primera quedaimpHcita. Todo ello está trabajado con el indiscutibledominio del lenguaje y sobre todo el elevadolirismo que distinguen al poeta Francisco.

El ente telúrico sucesivamente se transforma yaen lirio, en alondra, en orilla, otra vez en montaña,en luna, en casa de la luna, en pájaro, en mujer. Enel poema "Mutación de la colina" es "transformadala colina en viento de mar, en viento que estremeceel pensamiento.·'

5 canto a Puerto Rico, p. 180.

6úts petlUdlllS muertes, Ed. Malrena. 1989, p. 53.7LA semilla encendida, Ed. Juan Ponce de León, 1971

p.69.8Sombra VerdJJdm, Ed. Orígenes, Madrid, España,

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En ocasiones encontramos instantes paradójicosen el hecho de comparar: No todo debe ser tiernacolina, collar de paloma...~9 ~Hay un sol en lamontaña atolondrado de abismos~IO. El recuerdo dela indigencia, el hambre, conflictos familiares en lainfancia y adolescencia se rechaza como gironegativo del destino." No quiero el devenir, eseespesor de niebla que amarga la montaña~lI. ~ Delpasado temo la flor marchita... la montaña sufrente rotunda"u. "La montaña lastima pordoquier", dicho de forma literal. Dicho con imagensurrealista, "el relámpago quema la montaña, lachoza se disipa en el aire"t3. Sin embargo, predominael lugar de nacimiento divinizado de tal forma quees casi siempre aquella estrella donde libertad yfelicidad aguardan la instauración de su reino. "Mevoy al monte y penetro hondo en su corazón hastareadquirir la sangre bulliciosa de mis días deinfancia"u. "Un rosario de crestas talla los huesos detu lejanía y entonces sobreviene de guirnalda enguimaldas...de verdes lujosísimos, la cola de pupilasdilatadas que borda el aguacero. Mirad a esascalandrias blanquinegras vestirse de la lluvia en losrecodos, entrelazar las gotas una a una, adivinar elcerco inmanente de perlas, atraer a sus picos el panrumoroso del agua ... vida sobre las cimas, cimas desus alas secretas"I'. "Desde niño frutecí en doncellas,vi las verdes, redondas, inoíbles laderas..."t6.

La montaña, que se asocia preferentemente a lamadre de la cual nacen todos los bienes y algunosmales, es también ocasionalmente requerida conamor de índole sensual. "Una novia, la montaña, ensol de marzo daría consistencia de alegría a micuerpo alboreado"17. "Novia orquestal de pozos endesvelo"U, "La montaña, vecina de tanto mimo deluna. Y sideraL."", "...la doncellez sensual de laloma que sólo sabe esperar el amor"JO.

Pero también la contemplaciór e vuelve vir­tud, se aposenta en su ser, en la típi' '''presión mís­tica, "Montaña en la sed tranquila .~ mana hastaabrir el cielo... En honda sed de mu..taña un fruto

1980, p.34.

9tbid, p. 26.10Cardo Labriego, Primeros libros poiticos de Fran-

cisco MDtos Paoli, Ed. Qease, 1982, p. 54.11 Qmta u lIJ locurrI, p. 56.12 Los crueles espejos, Edición del autor, 1980, p. 11.13 Ibid, p. 125.

14 DiArio de un Poda, p. 286.

15 CAnto a Pumo Rico, pp. 178,180.16lbid, p. 178.17 Luz de los H~roes, Primeros libros pomcos de

Francisco Matos Paoli, Infanda de Lares, p. 187.18 CAnto lJ Pumo Rico, p. 179.

19 IsllJrio del Aire, escrito en 1957, inédito, p. 10.20 CAnto de 14 LocUrrJ, p. 85.

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oculto nimbado",2t guarda la clave que conduce alconocimiento. La montaña es paz, remanso, con­suelo, bálsamo, "el extremo albor de la armonía"Zz.

Sólo en la montaña míael capullo de la venadestila la luz serenay el candor que no moría.Sólo en la paz-alegríadel cafeto desbordadopude ceñir mi pasado:la disposición tan daradel cielo que nunca parade caer sobre el tejado.23

Allí se experimenta la unificación espiritual:"Isla: tú tienes corazón en la montaña, cada vez másférvido, por la sed que nunca cesa".14 Podemosconstatar esa idea en esta cita de La frontera y el mar:"Por eso yo derivo gran consuelo del pie vertido enla montaña oculta":Z5 o en Los crueles espejos: "Laprimeril quietud advino en el camino que se fuga enmontañas" .26

La montaña es luz abundante, es el reino delaire. "La tierra asombra con su azar de montaña re­nacida. La luz contra la luz".v

"...Cerco de la montaña, luminares, aire enhiestoque en pájaros se posa:2lI "El delantal de la montañarepleto de savias radiosas"29 la presenta vestida denéctar de luz. "El monte de luz y aire, el monte subea su paz:30 "Cómo se empina la clara montaña enlimosna de cielo~.3t En el Canto de la Locura nosdice: "... los ruiseñores en la brama potente de la luzque viene de los Tres Picachos". Con licencia poéticay como recurso lingüístico, crea palabras: "En lamontaña el descielo no existe".u Dicho de otramanera, en el Canto a Puerto Rico repite: "Quiendijo la montaña, dijo el cielo". Es luz y tambiénguardián de esa luz que conclentiza: "El montecentinela nos despierta el aura" .33 Hay casos en que

21 HaciA el hondo vuelo, UPREX, Poesía 61, 1983, pp.68 Y24.

22EI viento y la palomQ, Ed. Juan Ponce de León. 1969,p.169.

23HaCÍII el hondo vuelo, Evocación de Lares, p. 131.24!A Semü14 Encendida. Ed. Juan Ponce de León 1971,

p.125.25LA fron ttrrJ y el mar, Ed. Mairena, 1987, p.49.26LQS crueles espejos, p. 57.271bid, p. 30.28Pleites(a de LAres, poema escrito en 21.1.78, inédito.29ClJnto Naciorud lJ Borfnqum, Primeros libros poé-

tims de Franc:isc:o Malos Paoll. p. 247.30Mester de las EstrdllJs, Maf\ana de ManaU, escrito

en 1945-48, inédito.31lAs pttIudW muert~. p. 31.32HacÍ4 el hondo tnUlo, La Paz, P. 194.

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utiliza la sinestesia, fusión de actos sensoriales:"Extraí de la montaña un perfume luminoso".3.

En sentido general la montaña es ser femenino,que en menos ocasiones se viste del género mascu­lino, por ejemplo cuando dice: "el monte preñadode luz". El monte, masculino, adquiere una capaci­dad, la preñez, exclusivamente femenina.

Una de las connotaciones más poderosas queposee la montaña, baluarte de criollidad en la colo­nia, en la poesía de Francisco Matos Paoli es la pa­triótica. En Lares se da el 23 de septiembre de 1868 elGrito primero de nuestra libertad patria, que definenuestra nacionalidad. Esta referencia es punto deapoyo, es bravura, es inspiración y esperanza, cora­zón fervoroso, es deber, espíritu de sacrificio que seremite al reencuentro de la raíz. "En ti nació Agüei­bana portando el Santo Grial de la montaña, en ti lacruz, el símbolo y la tierra"; "Aquí, en la montaña, ...la libertad es un héroe degollado".35 Aquí los héroespuros nacen en caballos blancos. "Montaña en Rojaspremioso, en Parrilla deseosos". Aquí la montañamisma en heroína: "Por ti somos soberanos, mon­taña erguida en la historia. Adentro en el monte,alabo la Patria elevada a sino" .36 La imagen seagranda cuando personifica en el poema A Betances :"... tu paso alerta en el ocaso, se deriva siempre delalbor de montaña que te habló".37 El más conocidoejemplo de connotación patriótica, lareña, es la dé­cima musicalizada por Andrés Jiménez:

Montaña, montaña mía,tan altiva, tan talladaen la potente miradaque tronchó la tiranía.En tu limpidez un díadescendió en alba un luceroque trazó su derroteroen la sangre que arremetesobre el filo del macheteque alzó Manolo El Leñero.38

En 1943 Francisco Matos Paoli se inició comoprofesor en la Universidad de Puerto Rico. A finalesde 1949 es nombrado Secretario General del PartidoNacionalista. Dicta cuatro discursos en Cabo Rojo,San Juan, Guánlca y Lares abogando por la Inde­pendencia, por lo que será acusado de conspiración.Durante la Revolución Nacionalista de 1950 esarrestado, su casa es allanada y es encarcelado bajo la

34/ardln Vtd4do, Ed. Qease, 1982 p. 64.35El Grito de LAres, poema escrito el 19.10.1935, iné­

dilo.36Transjigrlraci6n de LAres, hoja suelta publIcada en

conmemoración del Grito de Lares en 1961 por la Federa­ción Nacional de Estudiantes Puertorriqueños, filial dt!lPartido Nacionalista de Puerto Rico.

37Poema inédllo escrilo en 14.2.89.380t,0 Grito dt LAres, Mesler, Afio 2, Núm. 7 agosto­

sepl1embre de 1968, p. 7.

Ley de la Mordaza, condenado a 20 años de prisión.El confinamiento solitario y los vejámenes sufridosdurante esos años afedan gravemente las facultadesmentales de tal espíritu sensible. En 1955 esindultado por sus propios carceleros y sometido atratamiento médico. Luego de su recuperacióntendrá una vida activa de solidaridad y cultura. Sugrandioso poema Canto de la Locura, escrito en 2días en 1962, resume la terrible experiencia. En él elpoeta plasma imágenes alucinantes, la experienciade la locura contraída en prisión política. la locurade su Patria irredenta, la locura de un hombre deinclinación mística obligado a sobrevivir en lamaterialidad y la mentira. Y aún allí está firme.inamovible, la montaña, con sus flores y pájaros."Tengo más: una viña, un lagar, una flor de cafetocada vez más alta, una colina altiva que desprecianlos hombres, tal vez una nada sencilla que redondeael espacio". Según su tradición en toda su obra haycierto elemento panteísta donde su yo se unifica alas esencias de la naturaleza: "Que no me busquenen las frágiles hojas de los árboles...que no mebusquen en el penúltimo verdor de las hojas" .39Utilizando la hiponimia, la imagen fluye de lo espe­cífico a lo general. Hojas eS hipónimo de árboles,verdor hipónimo de hojas.

La connotación liberadora no es sólo la patrió­tica. Dado su asentado misticismo, que aparenta noentrar en contradicción con su militancia, la libera­ción es también de tipo espiritual. "Detrás delmonte, hay un instinto fluvial de abandono, nosdesposeemos, decimos adiós a las gladiolas".~o Es eldesprendimiento del cuerpo que sujeta a la dimen­sión de lo terreno. "En la montaña, tengo este dis­crimen de ser mero poema".u

Presenciamos aquí, por ende, una metaforiza­ción constante de lo telúrico, que surca la simboli­zación y se toma alegoría de toda una vida. El temapodría asociarse al clásico Beatus Ille, alabanza de al­dea y menosprecio de corte, como le llamaron losrenacentistas. Este sería un acercamiento de tipo tra­dicional literario. "Primero la armonía del cuerpocon la fuente de la montaña. Y después la ciu­dad ...".u Existe además la motivaci6n unificante me­tafísica. El poeta~filósofo canta la esencialidad, lo queva más allá de su físico verdor, lo que de tras­cendental hay en ella. Ve en la montaña una sacra­lización de la geografía patria; ve en esa reconcen­tración radiosa la pristinidad, lo primero del ser.Esto es, la imagen virginal de la montaña, palomatorcaZ, la silvestre que en el bosque recoge la esenciade la Naturaleza. "Me voy lejos a la montaña, el ecopuro, primordial. Basta la paloma en el bosque obs­curo...milito aún entre las flores sucesivas que se

3901nlo dt la Locura, pp. 93 Y59.401.05 crueles espejos, p. 106.

41lAs Ptltluet14S muertes, p. 29.42Los crueles espejos, p. 49.

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abren mejor cuando sostengo la raíz en alto·.43 "Meauscultan las flores invisibles que están en la pra­dera". "Y el gozo puro de nacer me vuelve a la mon­taña..."44

La mención del regreso a la montaña es repeti~

tiva a 10 largo de sus cuantiosos libros. "Vuelvoahora a la montaña. Allí rompo los moldes artifi­ciales. Y la vena honda del río se produce comosueño habitado por ángeles".45 "Me acerco a la mon­taña mía en que vuelvo, trasvuelvo".46 "He ascen­dido a la montaña"Y

Habría que ver que en ocasiones se recrimina a símismo por abandonar físicamente la región monta­ñosa. "Traidor, ya no hay huella de la montaña enti". u Mas luego se defiende: "No soy el trai­dor...nunca he estado ausente".49

El tratamiento de la montaña no se basa en elelemento cronotópico descriptivo. No es el retratocostumbrista. Es más bien un acercamiento lírico-fi­losófico. En un sentido general, la imagen telúricaen Francisco Matos Paoli apunta a un procesopurificador, catártico del ser. A través de sucomportamiento lingüístico se producen subcódigosque ayudan a la comprensión de esta amplia cons­trucción metafórica. La montaña es vida y tras­cendencia de la vida, en contraposición, es la resis­tencia al mar, a la muerte, de acuerdo con la metá­fora manriqueña. "vuelvo a la montaña como el río

que negó su ruta hacia el mar".:IO "No se puede vol­car esa montaña sobre el mar extingujble".~1 Lamontaña es el ser, "ardiente ser donde labra el ro­cío"5z, ser que comunica cierto tipo de conocimiento."el secreto de los que se alimentan de la tierra".S) Lamontaña es un ser que aglutina vibraciones, ener­gías cósmicas y las comunica. Otra de las connota­ciones es pues la de Maestra de Sabiduría.

El pensamiento humano no se vacía totalmenteen la palabra, especialmente en la creación poética,porque ésta le es insuficiente para expresar lo inefa·ble. Suele pasar que el poeta quede enmudecido,como dijera San Juan de la Cruz en el CánticoEspiritual: "un no sé qué queda balbuciendo".Cuando trata de corporizar el pensamiento lo hacede un modo relativo; compara cosas entre sí parahacerlas una, indistintas, en la multiplicidad deformas y apariencias. Es el recurso semántico queStephan MaUarmé llamó "el demonio de la analo.gía K

• A través de ello Francisco Matos Paoli logratraducir su pensamiento-montaña: madre, mujerdeseada y deseosa, Patria, lucha, liberación espiritual,luz, Maestra, vida.

Es curioso que el poeta en su último libro Laspequeñas muertes, bajo el poema titulado "La vida",enfile vocablos definitorios como siguen: "Metáfora,caricia, noble instante, flor perdida en la senda, cora:zón....54 • Parecería que nombra a su constante repre­sentación telúrica del vivir, la montaña.

33.

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431bid.

44El Acorde, pp. 53 Y44.45El Acorde, Ed. Mairena, 1988, p.42.

46EI vieJIto y la paloma, La libertad, p. 150.

47Ullcidll de la tierra, Ed. Juan Ponce de León, 1975, p.

48Los crueles espejos, p. 24.

49El Acorde, Encuentro con la tierra, p. 53.

50El vimto y la paloma, Contra el cambio, p. 48.

51"A Francisco Matos Paali", poema inédllo escritoen 14.2.89.

52"Mester de las Eslrellas", Poema 11, inédito.53Q¡nto de la Locura, p. 69.

54Las peqlld'las muertes p. 43.• Todas las editoriales, excepto la Ed. Orígenes de Ma­

drid, España, son puertorriqueñas.

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