poemas de juana dados en clase

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Raíz salvaje Juana de Ibarbourou Me ha quedado clavada en los ojos La visión de ese carro de trigo, Que cruzó rechinante y pesado, Sembrando de espigas el recto camino. ¡No pretendas, ahora, que ría! ¡Tú no sabes en qué hondos recuerdos Estoy abstraída! Desde el fondo del alma me sube Un sabor de pitanga a los labios. Tiene aún mi epidermis morena No sé qué fragancias de trigo emparvado. ¡Ay, quisiera llevarte conmigo A dormir una noche en el campo Y en tus brazos pasar hasta el día Bajo el techo alocado de un árbol! Soy la misma muchacha salvaje Que hace años trajiste a tu lado.

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Juana

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Raz salvajeJuana de Ibarbourou

Me ha quedado clavada en los ojosLa visin de ese carro de trigo,Que cruz rechinante y pesado,Sembrando de espigas el recto camino.No pretendas, ahora, que ra!T no sabes en qu hondos recuerdosEstoy abstrada!Desde el fondo del alma me subeUn sabor de pitanga a los labios.Tiene an mi epidermis morenaNo s qu fragancias de trigo emparvado.Ay, quisiera llevarte conmigoA dormir una noche en el campoY en tus brazos pasar hasta el daBajo el techo alocado de un rbol!Soy la misma muchacha salvajeQue hace aos trajiste a tu lado.

OLOR FRUTAL - Juana de Ibarbourou

Con membrillos maduros

Perfumo los armarios.

Tiene toda mi ropa

Un aroma frutal que da a mi cuerpo

Un constante sabor a primavera.

Cuando de los estantes

Pulidos y profundos

Saco un brazado blanco

De ropa ntima,

Por el cuarto se esparce

Un ambiente de huerto.

Parece que tuviera en los armarios

Preso al Verano!

Ese perfume es mo. Besars mil mujeres

Jvenes y amorosas, ms ninguna,

Te dar esta impresin de amor agreste

Que yo te doy.

Por eso, en mis armarios

Guardo frutas maduras

Y entre los pliegues de la ropa ntima

Escondo, con manojos de vetiver,

Membrillos redondos y pintones.

Mi piel est impregnada

De esa fragancia viva.

Besars mil mujeres, mas ninguna,

Te dar esta impresin de arroyo y selva

Que yo te doy.

LA PESCA

La espuma me salpica como un roco blancoy el viento me enmaraa el cabello en la frente,a mi espalda est el verde respaldo del barrancoy a mis pies el gran ro de elstica corriente,

rumores de la selva y rezongos del agua,y tal como una lepra sobre el dorso del ro,la mancha oblonga y negra que pinta la piragua,en la fresca penumbra del recodo sombro.

No medito, no sueo, no anhelo: estoy ligerade todo pensamiento y de toda quimera.Soy en este momento la hembra primitiva,

atenta slo al grave problema de su cena, y vigilo glotona, con un ansia instintiva,el corcho que se mece sobre el agua serena.

OLOR FRUTAL

Con membrillos maduros perfumo los armarios. Tiene toda mi ropaUn aroma frutal que da a mi cuerpoUn constante sabor a primavera. Cuando de los estantes pulidos y profundos saco un brazado blanco de ropa ntima, por el cuarto se esparce un ambiente de huerto.Parece que tuviera en mis armarios preso el verano!Ese perfume es mo. Besars mil mujeresjvenes y amorosas, mas ningunate dar esa impresin de amor agreste que yo te doy. Por eso, en mis armarios guardo frutas madurasy entre los pliegues de la ropa ntimaescondo, con manojos secos de vetiver.Membrillos redondos y pintones. Mi piel est impregnada de esta fragancia viva.Besars mil mujeres, mas ningunate dar esta impresin de arroyo y selva que yo te doy.