orientación vocacional ocupacional

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Revista Brasileira de Orientação Profissional, 2004, 5 (2), pp. 1 - 10 1 Lo Vocacional: una Revisión Crítica Sergio Rascovan 1 Universidad Nacional de Lanús (UNLa), Argentina 1 Endereço para correspondência: Lavalle 3940 3º “G” Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Código Postal 1190. Teléfono (011) 4864 7263. E-mail: [email protected] - www.puntoseguido.com RESUMEN El artículo parte de reconocer la dimensión subjetiva y social del campo vocacional. Comienza por plantear la tensión y confrontación entre la modalidad clínica y modalidad psicotécnica como formas de abordaje de los problemas vocacionales. El objetivo que perseguimos es deconstruir uno de los conceptos más fuertes que instituyeron los discursos y las prácticas de Orientación Vocacional, desde una perspectiva clínica. Se trata de la autodenominada identidad vocacional / ocupacional. Partimos de la revisión del concepto de identidad personal y lo relacionamos con el de subjetividad. Más adelante cuestionamos la categoría vocación y proponemos una perspectiva transdisciplinaria que articule lo subjetivo-singular (dinámica del deseo y del goce) con las determinaciones del contexto (productoras ellas mismas de una subjetividad social) y las modalidades cambiantes de los objetos a elegir. Por último analizamos las características del nuevo escenario social y sus implicancias en la práctica de la Orientación Vocacional. Palabras claves: identidad vocacional; subjetividad; transdisciplinario; reconstrucción. RESUMO: Orientação Vocacional: uma Revisão Crítica Este artigo teórico parte do reconhecimento das dimensões subjetiva e social no campo vocacional. Inicialmente delineia a tensão entre a modalidade clínica e a psicotécnica como estratégias de abordagem aos problemas vocacionais. O objetivo a que pretendemos é desconstruir um dos conceitos que mais fortemente instituíram os discursos e as práticas de Orientação Vocacional, desde a perspectiva clínica. Trata-se da autodenominada identidade vocacional/ocupacional. Partimos da revisão do conceito de identidade pessoal e o relacionamos com o de subjetividade. Depois questionamos a categoria “vocação” e propomos uma perspectiva transdisciplinária que articule o subjetivo-singular (dinâmica do desejo e do prazer) com as influências do contexto (produtoras de uma subjetividade social) e as modalidades mutáveis dos objetos a escolher, isto é, um entrecruzamento inextricável entre sujeito, objeto e contexto. Analisamos as características do novo cenário social e suas implicações na Orientação Profissional. Palavras-chave: identidade vocacional; subjetividade; transdiciplinario; reconstrução. ABSTRACT: Vocational Guidance: a Critical Review This theoretical paper takes for granted the subjective and social dimensions in the vocational field. It starts outlining the tension and confrontation between the clinical and psychotechnical approaches to the vocational issues. The objective is deconstruct one of the concepts that underpinned the discourses and practices in Vocational Guidance, from a clinical perspective, which is the so called vocational/occupational identity. We revise the concept of personal identity and relate it to subjectivity. Later on, we question the category

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  • Revista Brasileira de Orientao Profissional, 2004, 5 (2), pp. 1 - 10 1

    Lo Vocacional: una Revisin Crtica

    Sergio Rascovan1Universidad Nacional de Lans (UNLa), Argentina

    1 Endereo para correspondncia: Lavalle 3940 3 G Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Cdigo Postal 1190. Telfono (011) 4864 7263.E-mail: [email protected] - www.puntoseguido.com

    RESUMENEl artculo parte de reconocer la dimensin subjetiva y social del campo vocacional. Comienza por plantearla tensin y confrontacin entre la modalidad clnica y modalidad psicotcnica como formas de abordajede los problemas vocacionales. El objetivo que perseguimos es deconstruir uno de los conceptos msfuertes que instituyeron los discursos y las prcticas de Orientacin Vocacional, desde una perspectivaclnica. Se trata de la autodenominada identidad vocacional / ocupacional. Partimos de la revisin delconcepto de identidad personal y lo relacionamos con el de subjetividad. Ms adelante cuestionamos lacategora vocacin y proponemos una perspectiva transdisciplinaria que articule lo subjetivo-singular(dinmica del deseo y del goce) con las determinaciones del contexto (productoras ellas mismas de unasubjetividad social) y las modalidades cambiantes de los objetos a elegir. Por ltimo analizamos lascaractersticas del nuevo escenario social y sus implicancias en la prctica de la Orientacin Vocacional.Palabras claves: identidad vocacional; subjetividad; transdisciplinario; reconstruccin.

    RESUMO: Orientao Vocacional: uma Reviso CrticaEste artigo terico parte do reconhecimento das dimenses subjetiva e social no campo vocacional.Inicialmente delineia a tenso entre a modalidade clnica e a psicotcnica como estratgias de abordagemaos problemas vocacionais. O objetivo a que pretendemos desconstruir um dos conceitos que maisfortemente instituram os discursos e as prticas de Orientao Vocacional, desde a perspectiva clnica.Trata-se da autodenominada identidade vocacional/ocupacional. Partimos da reviso do conceito deidentidade pessoal e o relacionamos com o de subjetividade. Depois questionamos a categoria vocaoe propomos uma perspectiva transdisciplinria que articule o subjetivo-singular (dinmica do desejo e doprazer) com as influncias do contexto (produtoras de uma subjetividade social) e as modalidades mutveisdos objetos a escolher, isto , um entrecruzamento inextricvel entre sujeito, objeto e contexto. Analisamosas caractersticas do novo cenrio social e suas implicaes na Orientao Profissional.Palavras-chave: identidade vocacional; subjetividade; transdiciplinario; reconstruo.

    ABSTRACT: Vocational Guidance: a Critical ReviewThis theoretical paper takes for granted the subjective and social dimensions in the vocational field. It startsoutlining the tension and confrontation between the clinical and psychotechnical approaches to the vocationalissues. The objective is deconstruct one of the concepts that underpinned the discourses and practices inVocational Guidance, from a clinical perspective, which is the so called vocational/occupational identity. Werevise the concept of personal identity and relate it to subjectivity. Later on, we question the category

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    vocation and propose a transdisciplinary perspective that links the subjective-unique (dynamics of wishesand pleasure) to the context influences (themselves producing a social subjectivity) and the changeableaspects of the objects to choose. This means an inextricable fabric between subject, object and context. Weanalyze the characteristics of the new social setting and its implications on Vocational Guidance.Keywords: vocational identity; subjectivity; transdisciplinary; reconstruction.

    La Orientacin ha sido pensada de diferentesmaneras a lo largo de un siglo de existencia, desde1908 cuando Frank Parsons acu el trminoChoosing a Vocation. Bajo el mismo rtulo circu-laron discursos y prcticas tan variadas y dismilesque generaron -al menos para muchos de quienestrabajamos en este campo- la necesidad de promo-ver un proceso de elucidacin crtica. Esto es, pen-sar lo que hacemos y saber lo que pensamos(Castoriadis, 1989).

    Empezaremos por diferenciar la nocin de cam-po (lo vocacional) y de intervencin (Orientacin Vo-cacional). Lo vocacional es un campo deproblemticas vinculadas con el qu hacer humano.Podramos decir que los problemas relacionados conla eleccin y realizacin de un hacer, bsicamente elestudio y/o el trabajo, son problemas a los que gen-ricamente llamamos vocacionales. El campo vocacio-nal est directamente asociado con las problemticasocupacionales tan dramticamente instaladas en elescenario social mundial a partir de la dcada de 1980.Sostenemos lo vocacional como el entrecruzamientode una dimensin social, propia de toda organiza-cin econmico-productiva y una dimensin subje-tiva asociada a las formas singulares en que los sujetosconstruyen sus trayectos o itinerarios de vida, princi-palmente en el rea laboral y de la educacin.

    De modo que en el marco del conjunto de pro-blemticas humanas, podramos establecer un cercoen aquellas a las que adjetivaramos como vocacio-nales. Desde esta perspectiva, lo vocacional lejosqued de ser pensado como un acto de mandatodivino, de revelacin religiosa o de llamado interior.

    La Orientacin Vocacional surge como respu-esta - desde un campo disciplinar, la psicologa - alas demandas sociales propias de una poca histri-co-social, capitalista e industrial. Es decir, es la par-ticular formacin econmica social de poca lacondicin de posibilidad para que surja una discipli-na y una prctica social.

    La Orientacin Vocacional es un invento dela modernidad para asistir a las personas que sepreguntan por su hacer, presente y futuro. Comointervencin tiene diferentes particularidades, quedevienen tanto del marco conceptual con el que setrabaja, como as tambin, del contexto en el quese ejerce la prctica.

    La Orientacin Vocacional, en un sentido es-tricto, es la intervencin tendiente a facilitar el proce-so de eleccin de los objetos vocacionales. En susentido amplio, es una experiencia a travs de la cualse procura dilucidar algo respecto de la forma singularque cada sujeto tiene de vincularse con los otros ycon las cosas; de reconocer su propia posicin subje-tiva en tanto sujeto deseante a partir de lo cual poderproyectarse hacia el futuro (Rascovan, 1998).

    En cada cultura circulan un variado nmero deobjetos correspondientes tanto al mundo del tra-bajo -ocupaciones, profesiones, oficios como aluniverso de los estudios - carreras, cursos, espe-cialidades. Ambos circuitos constituyen la ofertapropia de cada etapa histrica, entre los cuales lossujetos fuertemente condicionados por sus condi-ciones materiales de existencia - intentan seleccio-nar, elegir y, finalmente, decidir sobre su/s objeto/sde preferencia.

    La Orientacin Vocacional en un siglo de exis-tencia produjo diversos discursos y prcticas, desdelas primeras pruebas estandarizadas hasta la llama-da modalidad clnica, la intervencin siempre estu-vo determinada por coordenadas epocales, tanto ensus expresiones instituidas y dominantes, como en suvertiente crtica e instituyente.

    En este derrotero, la modalidad clnica resultser una prctica subjetivante como forma de inte-leccin y abordaje de los problemas vocacionales.La modalidad clnica fue y sigue siendo, desde suorigen, una reaccin - necesaria y saludable - paraenfrentar al modo psicotcnico de operar en Orien-tacin Vocacional que, amparndose en una cues-

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    tionable rigurosidad, termin deshumanizando al con-sultante. Sin duda el principal aporte de la estrategiaclnica fue su fuerza contracultural, su espritu crtico,su carcter subversivo contra aquellas prcticas quese fueron convirtiendo en recursos refinados de con-trol social.

    Rodolfo Bohoslavsky (1971) como el autor msdestacado de la modalidad clnica fue pionero alescribir un libro Orientacin Vocacional. La es-trategia clnica. Este escrito es la expresin mscabal de cmo se concibi la Orientacin Vocacio-nal en un contexto histrico particular. Fue un librohecho para rivalizar. Un documento fundacional di-seado para confrontar con la rigidez y cientificidadde la estrategia psicotcnica.

    A pesar de haber nacido como una modalidadrupturista, cierta estrategia clnica qued encapsu-lada en categoras inspiradas en un psicoanlisis tanrgido y mecanicista como la prctica a la que pre-tenda combatir. Es el propio Bohoslavsky quin loadvierte. Por eso a los pocos aos es pionero, tam-bin, al promover una profunda revisin de los con-ceptos que la modalidad clnica haba instituido. Parala segunda edicin de su primer libro escribi unaaddenda en la que realiza una severa autocrtica a supropia produccin intelectual. En slo tres pginascondensa su pensamiento crtico y abre nuevos hori-zontes de anlisis e intervencin.

    Ms tarde en el convulsionado ao 1975, enuna Argentina que presagiaba la inminencia de superodo histrico ms nefasto, compila un libro Lovocacional, teora, tcnica e ideologa del quepocos recuerdan su existencia. En esa produccinrecupera el espritu de su primera obra, cuyo princi-pal valor fue haber resistido a las formas adaptacio-nistas, mecnicas, sumisas de encarar la OrientacinVocacional, tpicas del discurso y la prctica psico-tcnica.

    Al enunciar lo vocacional como encrucijada,Bohoslavsky nos adverta que la modalidad clnicapodra perder su principal motivo de existencia,subvertir lo instituido. Podramos decir que en algnsentido fue lo que ocurri. Surgido como dispositivoalternativo, comenz a naturalizarse. Se cristaliz y,en su versin ms esquemtica, perdi aquella fuer-za de sus comienzos.

    En esta breve reconstruccin de la OrientacinVocacional, qued explicitada la ineludible asocia-cin entre formacin econmico-social, discursos yprcticas. En esa relacin de interdependencia sefueron acuando ciertas categoras conceptuales queen la actualidad se siguen enseando en las ctedrasuniversitarias de la Argentina y repitiendo como sidicha relacin se mantuviese esttica, como si an vi-viramos en sociedades capitalistas de pleno empleo.

    Por ello nos proponemos deconstruir uno delos conceptos ms fuertes que instituyeron los dis-cursos y las prcticas de Orientacin Vocacional,desde una perspectiva clnica. Se trata de la autode-nominada identidad vocacional/ocupacional. En-tendemos por deconstruccin, siguiendo a JaquesDerrida (1989), el desmontar y problematizar la re-lacin inmediata y natural del pensamiento unidoa la verdad y el sentido. Deconstruir supone unarigurosa problematizacin de los supuestos hegem-nicos que legitiman la bsqueda y garanta del origencomo fundamento ltimo de la razn.

    En la mayor parte de la literatura especializadade nuestro pas, se expresa que los autodenomina-dos procesos de Orientacin Vocacional tienen porobjetivo desarrollar la identidad vocacional del su-jeto que consulta. Hoy podramos preguntarnos Losprocesos de Orientacin Vocacional instituyen o, almenos, promueven el desarrollo o el fortalecimientode la identidad vocacional? En caso que la respu-esta fuese afirmativa, admitira una segunda preguntaEs saludable hoy, establecer un dispositivo para ins-tituir una identidad vocacional? Acaso los gran-des y graves cambios en la vida social en general yen el mundo del trabajo en particular, no son unaferoz interpelacin a esas categoras conceptualespropias de otro contexto socio-histrico?

    Procuraremos ir desmenuzando estos interro-gantes. Tal vez sea oportuno aclarar que el conceptode identidad vocacional / ocupacional remite aotro concepto, el de identidad personal.

    El concepto de identidad al igual que tantos otrosse construy desde un paradigma moderno sus-tancialista, esencialista. Desde esta lgica, el con-cepto de identidad, que surgi como intento dearticulacin entre lo individual y lo social, termin en gran parte de la produccin terica en psicolo-

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    ga- explicndose en s mismo, como una entidadcerrada, verdadera y nica. El individuo fue consi-derado un ser autnomo, consciente, libre, capaz dedeterminarse a s mismo.

    Precisamente es la nocin de sujeto que aportacierto psicoanlisis la que viene a enfrentar estaconcepcin de individuo como indiviso, homogneoy encapsulado en sus propios lmites.

    Es el psicoanlisis, precisamente, el motor deeste cambio que ha provocado una verdadera revo-lucin copernicana. La primera tpica freudiana esdeterminante al dividir el aparato psquico en los sis-temas consciente, preconsciente e inconsciente. Deeste modo, el aparato psquico se presenta hetero-gneo, escindido, dividido, disociado. Esta particu-laridad del aparato psquico es estructural y,obviamente, no se restringe a sus formas patolgicas.

    En este sujeto escindido, el yo deja de ser untodo, lo uno congruente, coherente, quedando liga-do directamente al fenmeno del narcisismo, va de-fensas inconscientes. El yo tendra, entonces, unadimensin inconsciente a travs de la cual pone enfuncionamiento sus propias defensas, de manera quedicho mecanismo no es a voluntad. Es decir, las de-fensas inconscientes del yo no se eligen libremente,sino que, sencillamente se cumplen.

    El registro de un yo, asiento de la identidad, sloser posible desde la otredad. Hay yo porque hayotros. El proceso de identificacin es justamente laoperatoria psicolgica por la cual el yo establecerelaciones con los otros, hace lazo.

    Para comprender la dinmica del psiquismo, sin-tticamente podramos decir que la identificacin,desde una perspectiva psicoanaltica, se despliegaen dos sentidos: un lugar en que se identifica, la ima-gen, y el lugar desde dnde se identifica, la posicinsocial y cultural. El primero, de orden imaginario,est asociado con lo que se conoce como yo ideal.El segundo sentido corresponde al registro simbli-co y se relaciona con el denominado ideal del yo.

    La dialctica de lo imaginario parte de un sujetoque establece una relacin libidinal con su imagenante la cual queda fascinado, resultando una primeraunificacin, libidinalmente investida. Este proceso seconstituira a partir de una primera inscripcin desatisfaccin, que a su vez, sera la matriz generativa

    de la fantasmtica del sujeto. Y, justamente, lo fan-tasmtico es la cualidad distintiva en la mediatizacinde la relacin del sujeto con el mundo.

    Ese yo ideal sera el molde de unidad primeradel sujeto. A partir de all, y sobre ese sostn, se vanhilvanado las ulteriores identificaciones. Vale puntu-alizar que la identificacin primaria produce alinea-cin, enajenacin. El sujeto se ve, se reconoce, alldonde no est, en esa imagen. El reconocimiento deesa imagen permitir adquirir atributos de perma-nencia, de identidad, de sustancia. Sin embargo, eselogro tendr su contracara en tanto condicionar alpsiquismo a la fijeza, la inmovilidad. La tensin con-flictiva del narcisismo en la que queda el sujeto es,por un lado, permanecer encerrado, cristalizado enuna imagen de s mismo y por otro, perder esa adqui-sicin, perder esa unidad y correr el riesgo de volvera precipitarse en una fragmentacin.

    El segundo sentido es de orden simblico y serelaciona con lo que se conoce como ideal del yo.El proceso de identificacin primaria ocurre en unmundo cultural, simblico. Es decir, el nio nace enun mundo de simbolizaciones, nace en una trama designificaciones que determina lugares sociales que,en la modernidad estn asociados con la institucinfamilia.

    Como venamos sealando la identidad tiene quever los otros. No hay yo sin otros. Sin embargo enlas conceptualizaciones iniciadas por J. Lacan se di-ferencia los otros, del Otro con maysculas, paraindicar la diferencia existente entre los otros comopares, como congneres, al Otro entendido como laalteridad del Inconsciente, lo radicalmente hetero-gneo a la consciencia.

    El Otro es todo el cdigo inconsciente, es todala red de articulaciones, de pensamientos incons-cientes, la forma de operar del inconsciente. Estadistincin entre otro y Otro es decisiva. Tiene efectosen la direccin de la cura o, en el caso de la Orienta-cin Vocacional, en el proceso de eleccin ya que,respecto de ese Otro del Inconsciente slo se puedelograr acceder a cierta verdad, an cuando que-brante la unidad narcisstica en la que el sujeto secree que es. El proceso de acceso a una verdad in-consciente siempre es doloroso y generalmente muylesivo para el narcisismo. La construccin de la iden-

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    tidad podramos entenderla como crdito otorgadopor los otros, que a travs de la conciencia habilita laconstruccin de una imagen sobre s resguardada porlos procesos psquicos defensivos de desmentida yrepresin.

    De este modo la identidad dependera de esereconocimiento por la conciencia, regulado por lasdefensas del yo. En este sentido, las imgenes queconstruye intentan dejar afuera lo inconsciente, aun-que nunca ser posible hacerlo de manera absoluta.La identidad por lo tanto se conforma alrededor deun proceso de unin a los otros, es decir, de perte-nencia, pero al mismo tiempo, tambin, de separa-cin con los otros, o sea, de diferencia.

    La identificacin tendr que ver, por un lado,con la pertenencia ligada a las primeras experien-cias de satisfaccin, mientas que la separacin, ladiferencia, estara asociada al dolor. De ese modopodra postularse que la identidad como procesoque se construye a partir de las identificaciones- seconfigurara en torno de las experiencias de satis-faccin por un lado y, del dolor por otro, que en con-junto, establecen marcas que edifican la subjetividad.

    La identidad es, pues, la representacin de scomo perteneciente a un conjunto, pero tambin comodiferente al mismo. Su paradoja ms evidente con-siste en que siendo una referencia al s mismo, slopuede sostenerse con lo que est en otra parte.

    Ana Mara Fernndez (1996) en sus trabajosinsiste en evitar todo psicologismo en el anlisis dela subjetividad. Reconoce el valor del psicoanlisisdesde lo disciplinario pero sostiene la necesidad deefectuar un abordaje de la subjetividad desde la com-plejidad y, por tanto, con un criterio transdisciplinario.

    Por eso sostiene que pensar desde la diversi-dad los distintos modos de produccin subjetiva,implica un proceso de des-sustancializacin de losrelatos de la interioridad psquica estructurada bsi-camente en la infancia, el inconsciente, el deseo. Yagrega: lo que hoy da est puesto en cuestin es laexistencia de un mecanismo universal de estructura-cin del sujeto Cunto de lo que cremos estructurauniversal de la subjetividad ser narrativa propia dela modernidad? (Fernndez, 1996, p.4).

    Al pensar la subjetividad inevitablemente nosenfrentaremos, entonces, con los cruces, las inter-

    secciones, las articulaciones entre dimensiones di-versas: psquicas, biolgicas, sociales, culturales,ambientales, polticas. En esta propuesta de no invi-sibilizar los diferentes registros que intervienen en laproduccin de subjetividad, nos parece central recor-dar algunas posiciones que resultan esclarecedoras.

    La primera forma de reconocimiento de la indi-vidualidad, de la separacin y diferenciacin del su-jeto (de la modernidad) respecto del grupo, estligada a la institucin social de la propiedad y, apartir de sta, la constitucin de una esfera de loprivado. Esto es esencial para superar un nivel degeneralizacin abstracta como la de lo simblico yvisualizar la complejidad de las singularidades hist-ricas reales (forma social, propiedad, rasgos de lacultura, etc. Para la experiencia moderna la individu-alidad no puede ser asumida sin esta referencia, yaque la propiedad y la privacidad caracterizan la cua-lidad que toma la individualidad en los procesos his-tricos. Y se trata, tanto en la propiedad como en laprivacidad, de relaciones sociales, es decir, que slose sostienen con referencia a otros: tener lo que elotro no tiene o tener ms, poder sustraer a la mirada delotro alguna parte de la vida personal (Galende, 1998)

    Pareciera pues, que el concepto de subjetivi-dad permitira integrar lo idntico y lo diferente, laestructura y el acontecimiento, lo individual y lo so-cial, lo pblico y lo privado. Coincidiendo con estaperspectiva que propone Ana Mara Fernndez, esque preferiramos hablar de subjetividad, de pro-duccin de subjetividad, antes que de identidad. Siaceptamos esta premisa, la investigacin de la subje-tividad consistira bsicamente en la interrogacinde los sentidos, las significaciones y los valores queproduce una determinada cultura, su forma de apro-piacin por los sujetos y los efectos sobre sus accio-nes prcticas.

    Volviendo a nuestro tema central, podramosafirmar que la identidad vocacional supone, iden-tidad por un lado, y vocacional por el otro. Ha-biendo planteado nuestra posicin respecto de laidentidad, queda ahora por responder Qu esla vocacin? Qu es lo vocacional?

    La vocacin como categora moderna expre-sa una certeza, un absoluto que en la vida subjeti-va puede hallarse, va revelacin y/o hallazgo o, por

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    el contrario, a travs de un proceso de construccinms o menos racional a lo largo de la vida. Ambasperspectivas, en sus innegables diferencias, se en-cuadran en el mismo paradigma: lineal, certero yabsoluto para pensar y operar en torno a la vocacin.Si hay vocacin, se la puede descubrir, se la puedeconstruir, ya que, en este sentido, la vocacin es unaverdad.

    La vocacin as concebida aparece como por-tadora de una impronta de origen que la liga a unllamado interno, innato en un caso, o a una cons-truccin asociada con el conjunto de experienciasdesarrolladas en la vida social. Vocacin que de esamanera se nutre de diversos vnculos que los sujetosestablecen con variados objetos (otros sujetos, acti-vidades, lugares, experiencias) de la realidad social.

    Tanto desde una perspectiva como de la otra, lavocacin es quin parece guiar al sujeto hacia unanica actividad determinada (carrera-ocupacin). Y,la Orientacin Vocacional, desde esta concepcinser la prctica psicolgica que le asegure al sujetodescubrirla y/o encontrarla.

    El principal aporte del paradigma crtico-nutridode nociones como elucidacin crtica (Castoriadis),deconstruccin, (Derrida), anlisis genealgico(Foucault)1, deseo y goce (Lacan) - fue romper lanocin absoluta, certera de la vocacin. A partir deall nos fuimos atreviendo a afirmar que la vocacinno existe, si por ella entendemos una relacin nece-saria entre el sujeto y el objeto. Reforzamos la posi-cin acerca de un sujeto no atado a un slo objeto,postulando que entre uno y otro se abre la dimensi-n de la falta y con ella, la posibilidad de buscar, deexplorar, de crear.

    La vocacin ms que revelacin o construccinde algo seguro, categrico ser bsqueda. La met-fora del horizonte es la que mejor representa la din-mica de la vocacin como bsqueda: Caminandohasta encontrarlo, all donde (no) est y seguir sien-do, buscando, viviendo.

    El horizonte siempre presente, observable y es-curridizo, en tanto produccin imaginaria, le sirve al

    sujeto para movilizarse (caminante no hay cami-no, se hace camino al andar...), para activarlo, paraponerlo en marcha. La paradoja del horizonte y dela vocacin es que al mismo tiempo, son y no son.

    La vocacin no es (si se la toma como procesoacabado), es un ser siendo como proceso abierto,indefinido, contingente. Entendida en este sentido,como algo que se va construyendo-deconstruyen-do-reconstruyendo a lo largo de la vida, como algoque se mantiene pero que tambin cambia, la voca-cin s existe, y podemos desarrollarla, enriquecer-la, reorganizarla.

    La vocacin como bsqueda de un horizonte ycomo proceso de construccin-deconstruccin-reconstruccin, quedar necesariamente implicadaen los procesos relativos al deseo y el goce, con laherida narcisstica que inevitablemente producir enla teora y en la prctica de la Orientacin Vocacional.

    Desde una perspectiva psicoanaltica, sostene-mos que la eleccin de un objeto vocacional queda-r pegada a la dinmica del goce y el deseo en laque el primero constituir la meta final en la bsque-da de satisfaccin del sujeto pero que conllevar laamenaza de un peligro a su integridad, cuyas causasignora. Por ello el sujeto se encuentra profundamen-te dividido ante el goce: buscar alcanzarlo y se pro-teger de su proximidad.

    Como experiencia subjetiva, el goce no se al-canza sino cuando se atraviesan las barreras de pro-teccin. De ah que gozar est acompaado del dolorque provoca un peligro consumado.

    El goce tiene su contracara, la culpa que el su-jeto siente por haber gozado, a travs de la cual pro-cura componer un envoltura de olvido al goceexperimentado. Otras veces, la conciencia ignora queuna situacin dolorosa sea encubridora de un goceoculto. Ese es el aporte freudiano a la inteligibilidadde la estructura del sntoma neurtico: el sujeto sufrecon su sntoma sin advertir que en el mismo acto,goza.

    Por eso podr afirmarse, siguiendo a J. Lacan,que el principio del placer mantiene un lmite en rela-

    1 Los tres autores mencionados nos aportan herramientas para operar crticamente respecto de la institucin de regmenes de verdaden las teoras, desmontando las cristalizaciones propias de cada cuerpo terico, devenido en doctrina, abriendo visibilidad a nuevasproblemas que las teoras esconden o invisibilizan, e impidiendo que los problemas se cosifiquen en determinados sistemas. Dichasherramientas conceptuales colaboran a pensar con criterios multireferenciales y no unidisciplinarios, aunque no anulan los objetosdisciplinarios, sino que relativizan los efectos de verdad que stos instituyen.

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    cin al goce. El principio del placer indica que, si hayun temor, es el que corresponde al goce.

    Sin embargo, es imposible definir el estatutodel goce, sin ubicarlo en relacin con la estructura deldeseo. El deseo se traduce subjetivamente comobsqueda y proyecto, referido a la experiencia se-xual, amorosa pero tambin, a la vocacional. El de-seo surge del sentimiento de que algo falta.Reconoce la experiencia de vaco e impulsa a la bs-queda de aquello que lo satisfaga. Por eso para de-sear es preciso que algo falte y, justamente, lo quefalta al deseo remite a lo que podramos denominarla cosa del goce, causa ltima de la estructura de-seante. Lo paradojal es que el deseo se presentacomo una defensa ante el goce.

    Suele ocurrir que cuando un sujeto est por al-canzar la meta de su deseo, queda invadido por unaparticular inquietud y, a menudo, se envuelve en unaparlisis que termina por anclarlo en la frustracin, laderrota o el fracaso. En otros casos la conquista delo deseado, en vez de aportarle al sujeto la felicidadprometida, termina generando un profundo derrum-be fsico o psquico.

    El psicoanlisis lacaniano construy un esque-ma conceptual en el que se distinguen diversas mo-dalidades defensivas del sujeto en la preservacinde su deseo como aquello incumplido. Esquemavlido para todas las experiencias humanas, entreellas, obviamente las sexuales, las amorosas y lasvocacionales. As, por ejemplo, en la histeria, la de-fensa reside en mantener el deseo insatisfecho, elneurtico obsesivo sita a su deseo como imposibley el fbico lo conserva con tcnicas evitativas.

    Todos estos ejemplos ponen de manifiesto queel deseo encierra algn peligro para el sujeto. Sinembargo, si lo observamos detenidamente, adverti-remos que el deseo como tal, no es necesariamenterechazado: la connotacin de peligro solo est enrelacin con la posibilidad de cumplimiento del de-seo. El eje de la cuestin no es el deseo sino, justa-mente, el goce.

    La estructura del deseo se expresa como ind-cil a que algo deje de faltar. Y la funcin del princi-pio del placer es la de mantener al sujeto a resguardopara que una dosis de insatisfaccin sea preservada,que siempre haya un pedacito de goce que falte y

    que el deseo insaciable persista su inacabable bs-queda. Las satisfacciones permitidas por el principiodel placer son de nunca acabar y, cuando el deseoalcanza su trmino, la dicha puede acarrear incmo-das consecuencias (Rabinovich, 2002).

    La vocacin como proceso subjetivo basculaalrededor de la dinmica del deseo y el goce. Sinembargo, conviene reforzar nuestra posicin al res-pecto. En primer lugar insistimos que lo subjetivoes una de las dimensiones de la problemtica voca-cional. Por eso preferimos hablar de lo vocacionalantes que de vocacin, ya que lo subjetivo no supo-ne su nico organizador.

    En segundo lugar, sostenemos una perspectivatransdisciplinaria que articule lo subjetivo-singular(dinmica del deseo y el goce) con las determinacio-nes del contexto (productoras ellas mismas de unasubjetividad social) y las modalidades cambiantes delos objetos a elegir. Es decir, un entramado inextri-cable entre sujeto, objeto y contexto.

    Lo vocacional ser esa complejidad que nopodr sustraerse a ninguna de las dimensionesque lo constituyen. Si hasta ahora hemos intentadoahondar en la dinmica subjetiva, ayudados por losaportes del psicoanlisis, restara hacer lo propio conla dimensin social. Para ello tomaremos algunascategoras planteadas por Robert Castel (1997) ensu obra Metamorfosis de la cuestin social.

    La nueva cuestin social tiene como caracte-rstica sobresaliente la conmocin que provocada porel desempleo masivo y la precarizacin de las situa-ciones de trabajo. Este proceso puso en evidencia lainadecuacin de los sistemas clsicos de proteccinpara cubrir estas dificultades. Se multiplicaron ex-ponencialmente los sujetos que pasaron a ocupar unaposicin de supernumerarios en la sociedad, inem-pleables, desempleados o empleados de maneraprecaria, intermitente. De esta manera para muchos,el futuro empez a tener a diferencia de los aos deregular estabilidad laboral, el sello de lo aleatorio.

    Robert Castel plantea que la asociacin traba-jo estable/insercin relacional slida caracterizuna zona de integracin. A la inversa, la ausencia departicipacin en alguna actividad productiva y el aisla-miento relacional conjugan sus efectos negativos paraproducir exclusin, o mejor dicho, desafiliacin.

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    Los procesos sociales llevan a las personas deuna zona a otra. As es posible pasar de la integra-cin a la vulnerabilidad y de sta a la inexistenciasocial. Ya no se trata de un fenmeno estrictamentede exclusin sino de desafiliacin en tanto las per-sonas han sido desligadas, pero se mantienen bajo ladependencia del centro. La exclusin no es una au-sencia de relacin social sino un conjunto de relacio-nes particulares con la sociedad como un todo. Nohay nadie que est fuera de la sociedad sino un con-junto de posiciones cuyas relaciones con su centroson ms o menos laxas.

    El drama que trae aparejado el derrumbe de lacondicin salarial es la prdida del lugar del traba-jo como principal ordenador de la vida social, comoprincipal sostn de la identidad de las personas. Elproblema del empleo no se restringe a los sectoresmenos calificados, por el contrario se irradia al con-junto social. Es la llamada inempleabilidad de loscalificados. De manera que el problema no es sloel que plantea la constitucin de una periferia pre-caria sino tambin el de la desestabilizacin de losestables. (Castel, 1997)

    Insistiremos en que la sociedad salarial necesitdel Estado como principal sostn y proteccin delos individuos. A la inversa, actualmente en las soci-edades reguladas principalmente por el mercado, laeconoma se autonomiza y la condicin salarial sedesmorona, perdiendo el Estado social su poder in-tegrador.

    En un escenario social as esbozado podemosseguir hablando de identidad vocacional / ocupa-cional?

    Evidentemente, no.La tarea especfica en Orientacin Vocacional,

    debera tender a facilitar la construccin de recorri-dos abiertos al cambio. Propiciar una construccinsubjetiva que no se amolde estrictamente a las es-tructuras de ttulos y carreras sino que se organicedinmicamente como una subjetividad dispuesta aenfrentar problemas.

    Una prctica que promueva la construccin deuna identidad vocacional/ocupacional tal como sedescribe en los tradicionales libros de OrientacinVocacional sera, en la actualidad y a nuestro enten-der, una intervencin iatrognica.

    El objetivo de un proceso de Orientacin Vo-cacional no ser, pues, acceder a una identidadvocacional/ocupacional, sino el acompaamientoen determinado perodo de transicin a construir unadecisin, a partir de establecer un espacio y un tiem-po en el que, ante todo, se pueda pensar, imaginar,soar, como forma de elaborar un proyecto futuro.Para ello, en los distintos mbitos y niveles de inter-vencin deber intentarse desentraar dnde la ela-boracin del proyecto futuro hace nudo. Laintervencin consistir, entonces, en la operatoria quepermita desanudar aquello que se ha hecho nudo yque por tanto, obstaculiza el proceso de eleccin.

    Seguramente no podremos seguir sosteniendoen la actualidad las mismas categoras conceptualesque en la poca de apogeo de la sociedad salarial.

    Recordemos lo que afirmaba Rodolfo Bohos-lavsky en la dcada del 70:

    Podemos partir del producto que, en elcaso de la Orientacin Vocacional, es laidentidad ocupacional, producto de algoque ha ocurrido en la persona que elige.Ese algo, que determina la identidad ocu-pacional, lo denominar identidad vocaci-onal. Dir que una persona tiene identidadocupacional o, mejor, que ha adquirido suidentidad ocupacional cuando ha integra-do sus distintas identificaciones, y sabe ques lo que quiere hacer, de qu manera y enqu contexto. La identidad ocupacional in-cluir, por lo tanto, un cundo, un a la ma-nera de quin, un con qu, un cmo y undnde. Defino en cambio la identidad vo-cacional como una respuesta al para qu ypor qu de la asuncin de esa identidadocupacional Bohoslavsky (1971, p. 63).

    Es contundente la afirmacin del maestro. Losque hoy estamos en contacto con jvenes (y no tanjvenes) acompandolos en la construccin de susproyectos de vida, no podramos decir lo mismo.Creemos que la identidad vocacional en pocasde sociedad salarial se haba transformado, induda-blemente en un verdadero universal. Algo as comouna esencia de la subjetividad, cuando en rigor debemos insistir - no es otra cosa que una produccinhistrica de las significaciones imaginarias que insti-

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    tuyen formas de vivir la existencia humana ligadas alhacer, bsicamente al trabajo y al estudio. Al consti-tuirse la identidad vocacional/ocupacional en esen-cia y verdad, se dificulta la posibilidad de interrogaresa particularidad de la cultura.

    Justamente lo que hoy nos estamos proponi-endo es indagar la produccin de subjetividad quepromovieron las severas modificaciones en el mun-do del trabajo. Por ello es que intentamos ms quedesarrollar una identidad vocacional, generar es-pacios en los que el sujeto se niegue a identificarsecon un papel, con una funcin o una utilidad social.Lo no idntico pasara a ser una dimensin de laexperiencia individual opuesta a la racionalidad ins-trumental.

    La preocupacin por ser alguien, es decir la lu-cha por una identidad, le puede hacer el juego a lasindustrias culturales, con oferta de modelos paraconstruir una imagen, una forma de ser, hacer y te-ner. En las sociedades hipermodernas no falta, en-tonces, identidad conforme a una imagen, sino sujetosde sus actos.

    As es como, en las llamadas patologas delreconocimiento social, los sujetos aparecen condificultades de organizacin psquica. Son quienesno pueden hacerse reconocer por lo que son, hacen,sienten y desean. Surge el conflicto entre la expe-riencia singular y las normas sociales en virtud de lascuales se puede ser reconocido y apreciado.

    Esta idea nos lleva a pensar que la llamada inte-gracin social puede ser interpretada como el con-trol ejercido por los centros de poder sobre actoressociales cada vez ms manipulados. Frente a ello,

    los sujetos buscarn afirmarse defendiendo su liber-tad contra una sociedad demasiado organizada.

    Lo vocacional como deseo de hacer puedequedar encapsulado en el trabajo-empleo, entendi-do como actividad obligatoria a cambio de unaremuneracin. Si as ocurre lo vocacional comoforma de despliegue de la subjetividad queda atra-pado en las formas que la sociedad ha generado,premoldeado. Lo vocacional as entendido se resu-me a ocupar los lugares prescriptos por la sociedady no a construir o inventar lugares para habitar.

    En nuestras sociedades tecnolgicas y globali-zadas, desiguales y excluyentes, cada vez resulta msdifcil abrir nuevos surcos, nuevos recorridos. Sinembargo all est la clave del proceso de construccinsubjetiva, en el plus que los sujetos, los grupos y lascomunidades pueden creativamente darse, para bus-car en sus vidas otros horizontes que los socialmenteinstituidos por los poderes hegemnicos.

    Observamos con preocupacin formas de so-breadaptacin en las que ser alguien o tener xi-to est asociado a asumir una identidad personaltributaria de las expectativas de un sistema que pri-vilegia la acumulacin de riqueza a cualquier precioy de cualquier manera o, su contraparte, formas deautoexclusin, expresadas en jvenes o adultos quedesalentados por las escasez del empleo, se desani-man y desertan a encarar la bsqueda de un proyectovital en los mbitos educativos o laborales.

    En sntesis, proponemos pensar la eleccinvocacional como un proceso y un acto de elecciny realizacin de un hacer con un plus inevitablemen-te ligado a la bsqueda de satisfaccin.

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    inicial-pgina final.

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    Recebido: 21/01/051 reviso: 03/03/05

    Aceite final: 10/03/05

    Sobre o autorSrgio Rascovan, Magister en Salud Mental Comunitaria, Universidad Nacional de Lans (UNLa). Licen-ciado en Psicologa, Universidad de Buenos Aires (UBA). Vicepresidente de APORA, Asociacin de Profe-sionales de la Orientacin de la Repblica Argentina. Co-Director de PUNTo SEGUIDo, institucin dedicadaal estudio de las intersecciones entre salud y educacin (www.puntoseguido.com). Autor del libro Los jve-nes y el futuro Y despus de la escuela ... qu ? Co-autor y compilador del libro Orientacin Vocacional.Aportes para la formacin de orientadores. Autor y co-editor de Imgenes Ocupacionales, set de fo-tografas para la realizacin de actividades en Orientacin Vocacional. Profesor titular de la materia OrientacinVocacional en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo. Profesor enel Mdulo Orientacin Vocacional y Educativa en el nuevo escenario social. Carrera de EspecializacinOrientacin Vocacional y Educativa. Universidad de Tres de Febrero. UNTREF APORA.

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