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J.—]• ErocA. México, AGOSTO 31 DK 1900. TOMO I.—NTJM. PERIÓDICO JURÍDICO INDEPENDIENTE. 1A libertad «le imprenta no t¡«ne mis limite». qu« al respeto * la vidaprivada. i 1.a moral y l l t pac pública. (Art. 7. ° delaConítl'udón.) Cuando la Repfiblioa pronuncia tn vor. •nhcian», sert forzoso someterte ó dW' mitir. GAMBEITA. DIRECTORES: Sic. Jesús flores Jtfcrgón.—Xfc. jTntonio ¿(orcasftas.—Tlicardo flores Jtfagón, Oficinas: Centro Mercantil, 3er. piso, núm. 20. (México, D. F.) Teléfono 264. jtfdminisfrador: Ricardo flores Jtfagón. CONDICIONES. ..REGENERACIÓN" tale los días 7, 15, 23 y último de cada mea, y los precios de subscripción son: Tara la Capital, trimestre adelantado 9 1.50 l'ora los Estado», id. id ,2.00 Pora el Extranjero, id. id cno:o ,2.00. N(inicies sueltos 16 ctvt. Números atrasados C5 ctvg. Se etit«ndcii aceptada la subscripción, en caso de que no se de- u:tHa el periódico y se girar.1 i-cr el importe de un trimestre A l»t agentes se lea atonará el 15 por ciento. No t* ('cvuclten originales. raía Ir s anuncios en el periódico, pídanse tarifas.. ¿NO HAY VALOR CIVIL? Cuando la querella contra el Magistra- do Domingo León cayó sobro el bufóte del Juez 5 o Correccional, redactó esto se- ñor su excusa. Ese acto, sencillísima en la t'jrraa, concretado al laconismo de pocos renglones, nos trao la previsión de que no habrá un Juez que en este asunto proceda con independencia y energía. Esas excusas son el producto del medio en quo vivimos. Se es complaciente con el poderoso, con una complacencia que ma- niata. Se tiene temor de cumplir con un deber, cuando ese acto conduce á la mise- ria, al hambre, al sufrimiento. Si se es po- co apto para la rudeza de la vida indepen- diento, so acopta toda coacción. Hay espí- ritus débiles quo no resistirían las asporo- zas do la libertad. Cuando Milton puso en boca del Ángel Caído estas palabras: «pre- fiero una duró libertad al ligero yugo de una pompa sorvil,» levantó una protesta El Magistrado integro se revela por la in- dependencia do su carácter. Fe ello hemo«- tenido dignos ejemplos en nuestra judica- tura. Si el Juez 5 o Correcional sintió posar sobre sus hombros la situación gerárquíca superior del acusado, debió despojai'se de sus simpatías personales, y rodearse de su prestigio de Juez, de su invostidura invul- nerable, do su posición social, para juzgar sin temores y sontonciar sin remordimien- tos. Si el Magistrado Loón. os inocente, el Juez tendría la oportunidad de hacer jus- ticia. Síel Magistrado León es culpable, el Juez tendría la oportunidad de desplo - gar sus energía*, como las desploga con to- da esa turba, quo con razón ó sin ella, des- * fila tras do las rojas de los Juzgado» Pena- les. Se habría coronado do la aureola de la resignación para sufrir las consecuencias de sus actos. Si caía de la gracia del pode- roso, recibiría en cambio el aplauso do un público que premiaría su valor civil. Es-necesario quo nuestros jueces asuman valerosamente «la responsabilidad de lo que crean que es la verdad y pongan do acuerdo sus actos con sus convicciones. So considera quo es prudente y hábil confor- marse con los usos, observar las exteriori- dades, aun cuando en el fuero interno se haya roto completamente con todo é*to. No se quiere molestar á nadie, ni herir nin- guna preocupación. Esta falta do valor y enérgica contra el medio. I de sinceridad es lo que prolonga una vida La presión oficial no debería ser un obs- de mentiras y retarda á ojos vistos ol triun- táculo para el cumplimiento de un deber, fo de la verdad» (Max Nordeau.)

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J . — ] • ErocA. México, AGOSTO 31 DK 1900. TOMO I.—NTJM.

PERIÓDICO JURÍDICO INDEPENDIENTE.

1A libertad «le imprenta no t¡«ne mislimite». qu« al respeto * la vidaprivada.i 1.a moral y l l t pac pública. (Art. 7. °delaConítl'udón.)

Cuando la Repfiblioa pronuncia tn vor.•nhcian», sert forzoso someterte ó dW'mitir.

GAMBEITA.

DIRECTORES:Sic. Jesús flores Jtfcrgón.—Xfc. jTntonio ¿(orcasftas.—Tlicardo flores Jtfagón,

Oficinas: Centro Mercantil, 3er. piso, núm. 20. (México, D. F.) Teléfono 264.jtfdminisfrador: Ricardo flores Jtfagón.

CONDICIONES.

..REGENERACIÓN" tale los días 7, 15, 23 y último de cada mea,y los precios de subscripción son:

Tara la Capital, trimestre adelantado 9 1.50l'ora los Estado», id. id ,2.00Pora el Extranjero, id. id cno:o , 2 . 0 0 .N (inicies sueltos 16 ctvt. Números atrasados C5 ctvg.Se etit«ndcii aceptada la subscripción, en caso de que no se de-

u:tHa el periódico y se girar.1 i-cr el importe de un trimestreA l»t agentes se lea atonará el 15 por ciento.No t* ('cvuclten originales.raía Ir s anuncios en el periódico, pídanse tarifas..

¿NO HAY VALOR CIVIL?Cuando la querella contra el Magistra-

do Domingo León cayó sobro el bufótedel Juez 5o Correccional, redactó esto se-ñor su excusa. Ese acto, sencillísima enla t'jrraa, concretado al laconismo de pocosrenglones, nos trao la previsión de que nohabrá un Juez que en este asunto procedacon independencia y energía.

Esas excusas son el producto del medioen quo vivimos. Se es complaciente con elpoderoso, con una complacencia que ma-niata. Se tiene temor de cumplir con undeber, cuando ese acto conduce á la mise-ria, al hambre, al sufrimiento. Si se es po-co apto para la rudeza de la vida indepen-diento, so acopta toda coacción. Hay espí-ritus débiles quo no resistirían las asporo-zas do la libertad. Cuando Milton puso enboca del Ángel Caído estas palabras: «pre-fiero una duró libertad al ligero yugo deuna pompa sorvil,» levantó una protesta

El Magistrado integro se revela por la in-dependencia do su carácter. Fe ello hemo«-tenido dignos ejemplos en nuestra judica-tura. Si el Juez 5o Correcional sintió posarsobre sus hombros la situación gerárquícasuperior del acusado, debió despojai'se desus simpatías personales, y rodearse de suprestigio de Juez, de su invostidura invul-nerable, do su posición social, para juzgarsin temores y sontonciar sin remordimien-tos.

Si el Magistrado Loón. os inocente, elJuez tendría la oportunidad de hacer jus-ticia. Sí el Magistrado León es culpable,el Juez tendría la oportunidad de desplo -gar sus energía*, como las desploga con to-da esa turba, quo con razón ó sin ella, des- *fila tras do las rojas de los Juzgado» Pena-les. Se habría coronado do la aureola de laresignación para sufrir las consecuenciasde sus actos. Si caía de la gracia del pode-roso, recibiría en cambio el aplauso do unpúblico que premiaría su valor civil.

Es-necesario quo nuestros jueces asumanvalerosamente «la responsabilidad de loque crean que es la verdad y pongan doacuerdo sus actos con sus convicciones. Soconsidera quo es prudente y hábil confor-marse con los usos, observar las exteriori-dades, aun cuando en el fuero interno sehaya roto completamente con todo é*to.No se quiere molestar á nadie, ni herir nin-guna preocupación. Esta falta do valor y

enérgica contra el medio. I de sinceridad es lo que prolonga una vidaLa presión oficial no debería ser un obs- de mentiras y retarda á ojos vistos ol triun-

táculo para el cumplimiento de un deber, fo de la verdad» (Max Nordeau.)

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[REGENERACIÓN.

El Juez debe tener come cualidad espe-cial una gran dosis do valor civil. Siel Juez titubea al poner el cauterio sobrola llaga, no está en lo justo, no cumple consu deber, como no lo cumple el cirujano,que para evitar nuevos sufrimientos al pa-oiento, se abstiene de practicar una ampu-tación dolorosa.

El Juez es el cirujano á quien toca prac-ticar esas amputaciones en el cuerpo socialy debe hacerlas sin odios ni temores.

Con las mismas pesas debe calcular elgrado de culpabilidad del rufián y del per-sonaje, y no usar diferentes balanzas parauno ú otro.

El prestigio de la judicatura es exigentey exigente también os el júblico cuandonota desigualdades.

¿Por qué cuando so trata do juzgar á losindividuos do nuestro pueblo no hay excu-sas? ¿Por qué cuando se trata de aplicar laley con sus más severos preceptos, se apli-ea ésta, y, forzoso es decirlo, á las vecescon demasiado rigor, tratándose de parias?¿No tienen estos los mismos derechos, ycomo hombres, las mismas prerrogativasque los acaudalados?

Esas complacencias con los poderosostraen serias consecuencias que á los jueceshonrados toca evitar, puos cuando la muche-dumbre traduce un acto judicial en debili-dad, pierde su prestigio la idea de justicia.

{jas sentencias en los

jui úos de menor cuantía.

(Colaboración).

¿Porqué nuestra legislación despoja allitigante en los juicios de menor cuantíade todo recurso eficaz en contra de loa fa-llos pronunciados en estos juicios? En ver-dad es difícil saber el por qué de eso do-samparo en quo se encuentra ol litigantepobre, quo al de fon •lar sus exiguos intere-ses, tiene qu3 callar auto una sentencia des-pótica que á las voces lo despoja. La leyes inicua cuando dice en su. artículo 1111que de las sentencias definitivas que se

pronuncien en les juicios que no excedando cien pesos, no oabon más rocursos queol do aclaración y el do responsabilidad.üjl infeliz despojado do su escaso patrimo-nio, jamás reparará ol perjuicio que so lesigue, si invoca el rocuráo de aclaración, ymenos, si invoca ol do responsabilidad. Es-tos recursos son completamente inútiles; elprimero serviría para hacer más palpablela violación cometida, poro no para corre-girla, y ol segundo es porfectamonto irri-sorio; aun llegado el caso de quo se lucieseefectiva la responsabilidad, quo es muydudoso quo llegue, cu riada beneficiaría alperjudicado. La sentencia tendría que cuín-plirso y el despojo so consumaría.

Nuestra legislación, calcada do la legis-lación española, se separó en esto punto deolla. En esa vieja legislación encontramosprincipios de ni-.y o:* equidad y justicia, quenuestros logisladoroj pasaron inadvertidos,sin preocuparlo d 3 la cías 3 clo;valida, deesa clase que cae on manos del tinterilloque comí3nza por arrebatarlo la peseta, pa-ra después arrebatar!} ol producto del ne-gocio. Esa legislación establecía dos recur-sos que eran llevado* con fr.3Ílidad á lapráctica, el de apelación en cuanto al fondodel fallo, y ol di n'iluVrl on cuanto á losprocedimiento:*, r:-ciii"3os sencillísimos d#resolución rápida que exigen esta clase de

ios. De esta mme;:a se evitó esa de-sigual dad qu 3 ahora CXÍ;CÍ entro el liti-gante pobre y el litigante rico. Aquel, alpronunciarse una sentencia en su contra,encuentra que la cantidad reclamada noviene á su poder, ni puede esperar quo otroTribunal resuelva quo el Juoz de la cau acometió una injusticia. Por el contrario, ellitigante rico tiene recursos numerosos quepuedo explotar con éxito, tiene elementospara seguirlos, y si on definitiva es venci-do, no faltará el pan á su familia, comoacontece al intelíz quo quizá no tenía másesperanza para salvar una situación crítica,quo ol insignificante puñado do pesos quedemandaba.

Podría señalarse un remedio á ese defec-to logal. No ol quo so admitieran para loajuicios de menor cuantía recursos como seadmiten para los otros, para lo que, efl

negó

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REGENERACIÓN.

principio, no habría inconveniente alguno,pues igual derecho tiene el que reclama unpeso que el quo reclama un millón, sino olqii9 se estableciera un recurso rápido, co-mo lo exigen las necesidades de los liti-gantes. Ese recurso podría ser ol de rovo-caoión do la sentencia que despojo, de cuyorecurso conocería el Juez inmediato ennúmero al quo la pronunció. Con el esta-blecimiento de esto recurso, aumentaría onalgo el trabajo de los Jneces Menores, pe-ro se satisfaría una exigencia de la Justi-cia, que tiende precisamente á evitar des-igualdades. Do esa manera, si no en todoslo Ó caso¿¡, sí on los más, so destruiría la in-justicia cometida por el Juez Menor quohubiese pronunciado una sentencia quedespoje, pues bien sabido os quo algunosJueces se guían más por los dictados desu capricho que por los ordenamientos dela ley. Con más razón so muestran capri-chosos cuando la ley, ó la práctica, las liacoirresponsables.

Lie. EUGENIO L. ABNOUX.

Hay que ajustarse á laley y no al capricho.

Ya hemos dicho que algunos jueces noajustan sus autos y decretos á las preven-ciones legales, sino A los dictados de su ca-pricho.

El Código de Procedimientos Civiles or"dona, que cuando un Juoz tenga que dirí-jir^e á otro para encomendarle la prácticadf1 alguna diligencia, y este juez no sea delmismo distrito judicial, pero sí esté sujetoal mismo Tribunal Superior, no será nece-sario oxhorto en forma, sino «imple oficio.

Ahora bien, los jueces Serret y Lópezitomano, Io y í3° respectivamente del ramocivil, no cumplen con osa provensión,y diri-jen oxhortos en forma al Juez do I a Instan-cia do Tlalpam, sin importarles el mandato.de la ley y complicando I03 negocios quepor su naturaleza son sencillísimos.

Esperamos que estos procedimientos ca-.prichosos, serán corregidos, pues nuestras

leyes no pueden ser alteradas por cualquierjuez, necesitándose para corregirlas hom-bres estudiosos é inteligencias superiores,y on México, los jilecos no estudian.

''REGENERACIÓN"

«Con ese nombro ha empopado á publi-carse en México un poriódicj qm se prj-pono señalar los abusos de la judicatura,enderezar la jurisprudencia, moralizar lagonto de curia, etc, etc. Lab ir tan merito-ria soría de secundarse si fuera p >f>iblo lo-grar los altos fines quo el cologa ho propo-ne; hoy por hoy os imposible, porquo á olioso oponen, á la vez quo ol obstinado rey-pelo á la rutina, al tradicionalismo, fre-cuentemente disfrazados do justicia, el ser-vilismo reinante qu3 soinc',3 á los jueces alpoder ejecutivo, haciendo do ellos unos ser-vidoros del caciquismo. Bion saben los va-lientes redactores dol periódico A qua nosreferimos, que lainamovilidaddo los juegosfuó vuelta motivo do risa, porque- no con-venía al poder tomarla on serio, como quodo olla arranca la independencia judicial,base única do su regeneración.

«No obstante, bueno os que haya quiense proponga fustigar ú los jueces prevari-cadores, á los abogados chicanoros, á loscuríalos rapaces, porque oso movimientoquo, lo ropotimos, no rogeneraría á la ju-dicatura, haría al monos que la nueva ge-neración do abogados se fijo idéalos más le-vantados, que tenga una honradez profe-sional más bien definida y que adquiera elsanto horror al medio reinante, horror quele haría propender ú una reforma radicaly completa.

«Tendrá horror á osos jueces, quo poi-que se sienten apoyados por el gobierno,decomisan imprentas y encarcelan perio-distas á troche y mocho sin quo haya ni lasombra del dolito; quo ven con punible ÍL-diferencia pasar semanas y roosos tta pri-sión de un inocente, sin quo leí <lcn¿janeado concluir el proceso; quo reciben obse-quios de los litigantes para torcer la ju-ti^ia,buscando en el sofisma un calmante parael escozor del remordimiento; y que deso-

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REGENERACIÓN.

yendo los dictados de la rectitud y de lalógica, se dejan guiar por las sutilezas de1» chicana, que tanto abundan eiv la juris-prudencia actual. Tendrá horror á los le-trados que, sin el menor embarazo, no sola-mente ejercen do abogados y notarios,aunque la ley se los prohiba, sino que sonjueces y litigantes, empleados y postulan-tes, recibiendo sueldo del Erario y emolu-mentos de los particulares. Y se avergon-zará de oponer recursos sin más fin queganar tiempo, como ha sido hasta aquí cos-tumbre en la República.

«Y acaso así, cuando el militarismo cai-ga, cuando el caciquismo se acabe, la jus-ticia podrá apoderarse do los Tribunales,en donde meno'i so la halla ahora. Enton-ces tendrá algún resultado el trabajo de«REGENERACIÓN»; por ahora os visiblemen-te estéril. Porj entonces sorá el mediootro, y la reforma vendrá independiente-mente del periódico aludido, al que felici-tamos á posar de todo, pues al menos suexistencia demuestra la honradez, buenavoluntad y valor civil do sus redactores,cosas tan difíciles de reunir en estos tiem-pos»

Las anteriora i lincas las hemos tomadode "El Heraldo" da Aguascalientes, quedirije ventajosamente el inteligente Abo-gado Sr. H. Valdepsíia.

Esos conceptos parecen ol producto deun pesimismo desconsolador. El inteligen-te abogado cree que nuestros esfuerzos sonestériles. Pudieran serlo; pero por nuestraparte esperamos que, si no en mucho, sí enalgo serán útiles, cuando menos para pre-parar á esla juventud, pesimista por heren-cia, á la conquista del mañana.

No espentmas la completa regeneracióndel Poder Judicial do la República. Haymiembros de él, quo son irregonerables.Jueces cultos ha habido que honradamen-te deseen conocer nuestra opinión respec-to de sus fallos;- pero lia habido tambiénquienes, al hablárseles do nuestro periódi-co, hayan contestado, como único y supre-mo argumento, con la palabra, "cárcel."Estos últimos son los irregenerables, éstosque contestan con eí argumento de todaslas tiranías.

Jmportantc.

Recomendamos á nuestrossubscriptores, locales¡/foráneos,se sirvan reclamarlos los núnje-ros que no hai'an recibido denuestro periódico, para remitír-seles, y el mismo tiempo, n:s in-diquen con toda exactitud susdomicilios, pues como dijimos ennuestro f¡ámeroct¡terhr, hay mu-chos individuos que gustan de leersin que les cueste el valor del pe-riódico. €sto sucede con especia-lidad en hs Juzgad :s y tribu-nales; pero para su escarmiento,los apercibimos ¿e publicar susnombres, si con sus maquinacio-nes continúan entorpeciendo elservicio de nuectra publicación.

EL CÓDIGO DEproeedlirtieptos pede rales,

"Art. 511: Resueltos los incidentes ó úno se hubiesen pr3 novúb, pasados los seisdías do que habla el arí. olí, el apelanteexpondrá los agravios que en su conceptole cause la resolución apelada y expresan-do suscintamente los puntos de hecho y dederecho en que se funde cada agravio."

Suponemos que si el apelanto quierepromover prueba lo habrá de manifestar eneste escrito, pues la ley no señala otraoportunidad para promoverla, y es lógicosuponer, quo teniendo quo expresar conqué objeto se pide la pruoba, lo haga alexpresar agravios.

Tropezamos luego con el art. 510 que ála letra dice:

"Si hubiere de rendirse pruebo, la dili-gencia de quo habla la primera parte delart. 511, se reducirá á la expresión y con-testación de los agravios en una sola au-diencia y en seguida el tribunal mandará

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REGENERACIÓN.

abrir ol término probatorio, que no exce-derá de la mitad del S3oalado en la prime-ra instancia."

Desearíamos que la ilustre comisión re-dactora del C5digo, nos dijera qué quisodecir con este artículo y porqué lo dijo.

El Sr. Lie. Trinidad Pera ylos Magistrados de Zacatecas.

Los Magistrados del Tribunal Superiorde Zacatecas merecen una severa censurapor su actitud en con,tra del Sr. Lie. Tri-nidad Perca, en ol siguiente asunto.

Como Juez 3o de lo Criminal de Zacate-cas, el Sr. Lie. Perea, con plausible ener-gía, suspendió la partida de juegos de azarque se hallaba instalada en los altos delMercado público de diclia Ciudad. Su ac-titud enérgica tuvo como premio una se-rie de intrigas que so resolvieron en unproceso. El Presidente del Tribunal indi-có en lo privado al Sr. Perea la convenien-cia de que solicitase una licencia cortamientras pasaban los comentarios acercade su actitud, comentarios que le fuerondesfavorables, porque parece que en todala República ha tomado el juego el cai'Ac-ter de una institución inatacable.

El Sr. Lie. Perea fuá condecendiente ypidió licencia; pero quedó sorprendidocuando la voz pública le informó que sedeseaba no volviese al Juzgado, lo que serobusteció con el hecho de haberse nom-brado un juez interino. Cuando concluyósu licencia pidió por escrito al Tribunalque se le restituyera en su empleo. Eso es-crito fue enviado al Fiscal y entonces su-po que se le seguiría una averiguación. ElSr. Lie. Perea protestó eontra tales actos,insistió en quo debía restituírselo en suempleo por no haber resolución alguna quelo hubiese declarado sujeto á formación decausa y acusó al Tribunal por sus actos ar-bitrarios ante la Diputación permanentedel Congreso del Estado. En cambio, elTribunal lo consignó ante el Magistradode la IA Sala, por los supuestos delitos de

falsedad en informes rendidos á una auto-ridad y fraudo.

Se hace consistir osos delitos en que elSr. Lie. Perca con su caráctor do Juez, dioaviso al Tribunal de que había nombradoun escribiente interino, nombramiento quono se verificó, según ese Tribunal, y enque figuró el sueldo de ese escribiente enel presupuesto, imputándose al Sr. Lie.Peroa el haber dispuesto de ese sueldo. Es-te señor pidió amparo eontra los actos delMagistrado de la Ia Sala que lo declaró su-jeto á formación de causa.

En el juicio de amparo probó amplia-mente el Sr. Lie. Perea que había hechoese nombramiento de escribiente y que siéste no habia tomado posesión de su em-pleo, el sueldo se repartió entre los demásescribientes que habían desempeñado laslabores del faltista, como es costumbre enel régimen interior de esas oficinas. El Sr.Juez de Distrito, que se lia distinguido porsu honradez y talento, amparó al quejosoy su sentencia está en revisión ante la Su-prema Corte.

Esta narración de los hechos demuestraquo ol Tribunal de Zacatecas ha obrado ar-bitrariamente y que sus actos reprochablesconstituyen una intriga para despojar alSr. Lie. Perea de su empleo. Este señor hamostrado rectitud, energía y honradez enel cumplimiento de su encargo, elemen-tos quo no convienen á ciertos funciona-rios.

El Sr. Lie. Perea se ha mostrado enérgi-co en este asunto. Leemos en su escrito deamparo, apropósito de la imputación de in-subordinado que le hace el Magistrado dela Ia Sala: «El lenguaje de la dignidad he-rida no es el de la humillación á que omino,sámente se acostumbran algunos superio-res. ¿Se admira este Magistrado de la irre-verencia de un inferior? pues más deberíaadmirarle el despotismo de un superior¿Lo parece al Sr. Ruiseco irrespetuosi-dad el que yo defienda con energía míaderechos estropeados, y no le parece ofen-sivo tratar sin más ni menos y á título daSuperior, AefaUaHo y ladrón á un emplea*do de la Justicia, tan sólo porque MÍ lo

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6 REGENERACIÓN.

quiero? No, soñor: si jueces hay que doble-gan la corviz, también hay otros que selastiman CJU las ofensas y arbitrariedadesdo un Superior».

Si todos nuestros jueces y empleados ju-diciales fueran tan levántalos y dignos co-mo el Sr. Perca, no presenciaríamos esasescanas en que los superiores se portan co-mo energúmenos. Tenga la seguridad el Sr.Lie. Porea qu?, si so lo dospoja de su em-pleo, tendrá abiertas las puertas de un bri-llante porvenir. Sa honradez lo salvará delnaufragio y sa prestigio, oso prestigio yenergía quo nos hizo estimarlo cuando fui-mos sus condiscípulos, lo pondrán por en-cima de cualquiera intriga quo pretendodestruir su reputación de hombre honra-do.

T(ectificaciór\.Decíamos on nuestro programa que

aplaudiríamos IOÍ actos buonos y censura-ríamos bsaefco '•> malo;. Parece quo ostas fra-ses pagaron inadvertidas para algunos denuosbroá lectoras, quo han creído ver on nuí s-tros elogios el desoo do halagar á algunosmiembros del Podor Judicial. Nada máserróneo quo o¿ta suposición. Si hemos di-cho que el Lb. Norma OÍ un buin emplea-do, quo el Juv, -t° da lo Civil pronuncióuna buona sentencia y quo ol Promotor delTribunal del lor. Circuito hizo un buen pe-dimento, ha sido porquo los liemos exami-nado on sus acto¿ y los hornos encontradocorrectos; poro si alguna voz dichos sefto-m no observaran la ley y cometieran ac-tos censurables quo llegaran ú nuestro conocimionta, también los censuraríamos, puosninguna liga tenomos con ellos. Tambiénal Juez Patiúo Suároz, al Procurador y alJuez Clímaco Aguirre, m les escatimare-mos nuestros aplau; >s cuando so los me-rezcan.

Si alguna persona conoce, actos ilegalesilo lo i funcionarios :'i qulone; hemos aplau-dido, y tiene el suíicieni.3 valor civil parapublicarlos, con gusto admitiremos sus que-

jas en las columnas do mío ¿tro periódico,ol que nunca será sistemático para censu-rar ó para aplaudir.

El Ministerio Públicoen la causa Velázquez.

Difícil lo hubiera «ido al Pr. Juez Io Co-rroccional encontrar otro dofonsor más apa-sionado que el que tuvo la fortuna do en-contrar on ol Sr. Agente del Ministorio Públi-co, que en nombre de la sociedad quo repre-senta, ha pedido so declare sin lugar á pro-ceder contra un Juez consignado «por exi-girlo a conveniencia social,» ss jun respe-table opinión de la Suprema Corta.

Para sostener su tosis, ol Ministerio Pú-blico ha procurado aprovecharse, aunqueno con grandes derrochas do inteligencia,de todos los elemento:; que so ha podidoproporcionar, modificando I05 partos oficia-les y tergiversando disposiciones torminan-tes de la ley. Desfiguró el parte rendido porel Inspctor G-oneral de Policía, y lo obligóá decir que no pulo aprohendor á D. JoséDioz do Bonilla,cuand) lo allí acontado fue,que quedaba á disposición dol Juez, vigila-do por la policía. As3voró quo el Sr. Diozde Bonilla trataba do evitar la.s determina-ciones de la autoridad pública por un ver'dadero artificio, habiendo asentado anterior-mente, que «el individuo quo so finge en-fermo, etc,» on contra doi dictamen de dosmódicos cuyoü certifica lo.? tenía ala vistaybajosuautoridad do jurisconsulto ha soste-nido que, LEGALMENTE HABLANDO,no liay detención cuando ésta no «so veri-fica precisamente en ol establecimientodestinado para eso efecto», y por último,siempre en pro do la imposible defensa delSr. Juez Io Correccional, ha roto lanzasabiertamente con el art. 813 dol Código deProcedimientos Federales.

«Paroco conveniente liacer constar, nosdice on su famoso pedimento, por lo quetoca á la acusación formulada por el tan-tas veces mencionado D. Pedro Diez de Bo-nilla, que on el amparo que este señor in-terpuso contra los -actos y procedimientos

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REGENERACIÓN

<jit9 onsu contra dictara el Juezpriinoro Co-rrecional, so sobreseyó on el juicio dicho,lo que hace entender que el Juez procodióconforme á derecho y á sus facultades ju-risdiccionales.»

Lo que hace entender, es, que el Ministe-rio Público, profundo conocedor de nues-tras leyes, ha procurado olvidarse de ellasni podír en pro delSr. Juez Io Correccional,puos no podemos pensar que esté á tan cor-ta altura su ilustración como abogado.

Se sobresee, cuanda el actor se desiste,cuando muere el que promovió el recurso ócuando, como on el caso, lian cesado, lo iefectos del acto reclamado, pero nunca sesobresee, cuando la autoridad í'esponsable»ha procedido conforme á derecho y a susfacultadesjurisdiccionales,»sino que enton-ce» se dicta sentencia declarando que laJusticia de la Union no ampara al peticio-nario y en el caso, lo que en la sentenciadefinitiva se dijo es que el «prestigio dela autoridad, la justicia y la convenienciasocial» pedían & gritos la consignación delJuez, y con esta declaración la SupremaCorte se ha puesto á la altura que exige suzelo por la justicia de la que ha llegado áser el principal, que no podemos decir, elúnico constante paladín.

«El sobreseimiento no prejuzga la res-ponsabilidad civil ó criminal en que hayapodido incurrir la autoridad ejecutora yquedan expeditos los derechos de los inte-resados para hacerla electiva ante los juecescompetentes,» dice el art. 813 del Códigode procedimientos, LO QUE HACE EN-TENDER, que cuando se sobresee quedaen tela de juicio la conducta de la autori-dad responsable y no so entiende que haobrado conforme a derecho y según sus fa-cultades jurisdiccionales.

JCa defensa delJuez de Üehuacárj.Dice el gacetillero de la Revista de Pue-

bla, periódico oficioso, pero malo, que lasuprema Cofte incurrió en error al am-

parar al Sr. Esteban Montiol por el proce-so, que por injurian al Sr. Gobernador Mu-io P. Martínez, le inició el Juez de Te-

huacán, declarando el Alto Tribunal deJusticia, que ese Juez no tenía facultadespara iniciar do oficio un procedimientocriminal que solo á petición de parte pue-do iniciarse.

La actitud correctísima do la Suprema2orto os motivo de burla para ese periódi-o, puesto al servicio del Gobernador Mar-

tínoz. Olvida .sin duda, quo no es éste elúnico caso en que la Corte ha amparado áMontiel contra actos del Juez á quo nosreferimos, sino quo cada vez que ha pedi-do amparo, se le ha concedido en vista dela justificación de sus pedimentos, casti-gando con sus justas resoluciones, los pro-cedimientos contrarios á derecho de la au-toridad responsable.

Ya era tiempo de que comprendiera elJuez aludido, que la adulación al Goberna-dor no so compadece con los severos pre-ceptos del Código Penal.

Risible nos parece la defensa que la Re*vista de Puebla, periódico sin prestigioalguno ciontífico, hace de los actos delJuez do Tehuacán, quo mal quo lo pese alJuez, al gacetillero del periódico y á quienlo inspire, han sido reprochados por elcuerpo más alio de letrados, la SupremaCorte de Justicia de la Nación.

CORRUPTELAS JUDICIALES.Existen alguna» prácticas viciosas, en

abierta pugna con preceptos terminantesdo la ley, y de tal' manera arraigadas ennuestros tribunales, que, a pesar de seralarmantes, ni siquiera arrancan una pro-testa do aquellos en cuyo perjuicio se vio-la la ley.

Vamos á presentar, en confirmación deese acertó, un hecho que á diario se produ-ce,tanto en las Salas del Tribunal Superiorcerno en I03 Juzgados Civiles y Menores.

El art. 610 del Código de Procedimien-Civites, borrado por nuestros funcionariosjudiciales civiles del catálogo de las leyes,

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REGENERACIÓN.

G

proviene que, si al espirar el término fija-do por la ley para pronunciar sentenciasdefinitivas ó interloctitorias,no se hubierenexpensado las estampillas necesarias, se ex-tenderán las resol usionos en papel simplemandando que ol a^t^r ó recurrente las ex-pons3, apremiándolo con alguno de los me-dios que establece el art. 140 del mismoCódigo.

Con poca» excepciones, entre las que esde justicia mencionar al Juzgado 8o Menor,donde siempre sa acata esa disposición, lassentencias llevan siempre el estribillo d«se firmó hasta hoy en que el interesadoexpensó las estampillas para el presentofallo,» lo cual- sobre ser una flagrante vio-lación del citado arfc. G10, también es, enla mayor parto de los casos, una falsedad.Casi siempre el interesado va diariamente áinformarse do si so lia dictado sentencia yde si so necesitan estampillas, porque sabe«pie, si no so toma oso trabajo, su juicioquedará indefinidamente citado para sen-tencia.

Los términos judiciales so observan ri-gorosamente cuando son señalados paraquo las partos evacúen un traslado ó rin-dan una prueba, poro tan pronto como sonexclusivamente sefialados para el Juez, soninterminables.

Tan frecuenta es la repetición de estosfiases qu© ya nó nos sorprenden; pero debo©vitarse quo los jueces, por no quedar ádescubierto do una responsabilidad iluso-ria, oculten su falta detrás do una mentira,que puede sor trascendental para el apode-rado que haya recibido do su cliente lasexpensas nioosarias, y á quien, con toda laseriedad de un fallo, se lo tache de morosoal cubrir las quo so causen, morosidad quese puede traducir on responsabilidades quele son ajenas.

SECCIÓN DE CONSULTASMÓXÍCJ, Agosto 24 do 1900.

Sros. Directores de * REGENERACIÓN»Presentes,

Muy sofioros míos:Djy á Uds. las gracias más expresivas

por BU consulta que he leído con todo agran-

on su número correspondiente al 23 doéste, y satisfaciendo su curiosidad debomanifestarles que los autos contradictoriosá que m9 refería on mi anterior, fuerondictados por el muy honorable y justifica-do Señor Juez 1.° de lo Civil, quo conociódel juicio á que mo he referido,y en el cuallian papado acontecimientos muy extraor-dinarios quo someto á ka calificación deTJds., porque no siendo ducho on las ex-tratagemas jurídicas, no puedo emitir sobroellos mi desautorizada opinión.

Uno de esos acont3cimiento3 consiste enque la parte actora solicitó una providen-cia precautoria en mi contra, sosteniendoque no tenía yo otros biones quo una casay un terreno y quo pretendía yo enajenar-los. Estos dos hechos son perfectamentefalsas, como voy á demostrarlo on el juiciorespectivo, poro suponiéndolos verdaderos,el fundamento de osa providencia precau-toria debió sor la fracción 3.a ÚLÚ articulo32G dol Código de Procodiiniento.3 Civiles,advirtiendo que la acción quo en mi contraso ejercita, es personal y so deriva de unpagaré que la parto actora sostiene quo lodebo. Pues bien, ol Señor Juez tuvo á bienfundar la providencia on algo que na dio lohabía pedido, á sabor: on la fracción 2.a delpropio artículo que á la letra dice: «Cuan-do so tema que se oculten ó dilapiden li»bienos on quo debe ojercitar.se una acciónreal» Ahora bion, llovó tiempo de devanar-me los sosos pensando cual será esa acciónreal quo se supone intentada en mi contray ya debo preguntar d 03a redacción, si olJuez pudo fundar así su providencia pre-cautoria, y si con tal fundmento se me pu-do molestar en mis bienes, sin violarse losai'ticulos 14 y 16 de la Constitución,

En esos misinos autos hay otras decisio-nes que pudieran llamarse perlas de Jurk*prudencia y quo iré dando á conocer alpúblico, para la debida enseñanza de liti-gantes, Jueces y Abogados,

Soy de Uds. afmo. atto. y S* S#JAVIER GAHCÍA TOÜBKS.

Nos complace ol que haya Ud.satisfecho con nuestra consulta yhaya atendido nuestra curiosidad.

ol qitf

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REGENERACIÓN.

Respecto á su nueva consulta le mani-festaremos que, si la obligación que do-mmda la parfc? actora es personal,y en eseconcepto la presentó á la consideración delJuez solicitando la providencia precauto-ria, debió fundarse el auto respectivo en lafracción II [ dol artículo 32G del Código doProcedimientos Civiles, y no on la fracciónH del mismo artículo. En tal virtud, seaplicó inexactamente la referida fracciónII, y se violó,en consecuencia, el artículo 14de la Constitución. Esa violación 63 indu-dable y no tiene ni la evasiva del artículo809 del Código do Procedimientos Federa-les, por no tratarse de un hecho dudoso óde un punto opinable do derecho Civil.

Consecuencia do osa inoxacta aplicaciónde la ley, es la molestia inmotivada que hasufrido Ud. en sus bienes, y, por tanto, laviolación del artículo 16 Constitucional.

Quedamos á las órdenes de Ud.

agotar

• • » •

Tdxpam, Veracruz, agosto 17 do 1900.Sres. Redactores de «REGENERACIQN>

México, Distrito Federal.—Centro Mer-cantil, 3er. piso. Núm. 20.

Muy Señores míos:Me permito m )lostar la atención di Ud?.

con la siguiente consulta, haciond? usottalbondadoso ofrecimiento dol núinoro anta-rtor de su interesante publicación.

El término para continuar ol recurso decasación se contará desde que se notifiquela resolución dol Jaez ó Tribunal qua lapronunció, dice el artículo 537 del Códigode Procedimientos Fodorales.

¿A qué resolución alud3? ¿A la qu^ dic-ta el Juez ó Tribunal admitiendo ol rocur-so en los términos del artículo 535 ó á lare3elución recurrida? porquo paroso absur-do que se refiera á la última, supuesto quose trata de continuar un recurso y no pue-de continuarse lo que no ha principiado; ysi se interpreta ol artículo 537 en ol san-t ido de quo se rafiere á la resolución recurri-da, se producirá siempre ose absurdo, puespreparada la casación cinco días después donotificado el fallo, llegará el racurrente ásaber que el recurso fue admitido, despuésdel décimo día, ó es3 íniíno día,ó á lo suma

uno antes y no os prudente dejarun término para ejercitar ol derecho quepuede perderse por una hora de atraso.

Sírvanse Uds. perdonarme la molestia yaceptar las seguridades de mi atonta con-sideración.—S. S.—JOSÉ RODRÍGUEZ REINA.

Estamos á Ud. muy agradecidos, SeñorRodi-íguoz, por su amabilidad en consul-tamos.

Croemos como Ud., que el artículo 537no contiene una disposición que merezcala posesión de estado de hija legítima de lo8

vastos talentos ó ilustración reconocida delos Señores Abogados que formaron la Co-misión redactora dol Código aludido. In-terpretándolo on el sentido en quo Ud. lohace, osa disposición no merecería ol cali-ficativo do absurda, quo Ud. la obsequia;poro creemos quo tal interpretación es demasiado forzada y no cabo en los términosen que está concebido el artículo 537 men-cionado.

Nuestros Tribunales de Circuito han re-suelto quo el término para continuar ol re-curso, so cuonta desdo que se dictó la reso-lución que la origina. En vista de los tér-minos on que está concebida la ley, somosnosotros dj la misma opinión, por más queesa opinión esté reñida con el sentido co-mún, puísol precepto legal llega al absurdode disponer quo so continúe un recursodesde antes do haber sido interpuesto, yquizá desde antes que ol litigante se hayadecidido á interponerlo.

(i Sa üoga %oja"Cuando la escena se cimbra al paso del

Juez inexorable; cuando se anonada al tes-tigo de descargo; cuando se pretende arran-car al acusado la confesión de un delito

no lia cometido; cuando la primeravíctima dol rudo despotismo del Juez esel empleado, y la otra víctima es la esposainfeliz que suplica y llora, llanto y súplicaquo se estrellan en la ompedemida con-ciencia de un Juez acostumbrado á esce-na i desgarradoras, parece como que asistí-

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10 REGENERACIÓN.

mos á espectáculos quo hemos prosoncia-do.

Mr. Brieux ha arrojado 4 la escena uncuadro de realidad palpitante, un tantoanarquista, es cierto, pero no por ello me-nos real, ni menos abrumador. La tiraníade la toga, es la más desquiciadora, la másodiosa de todas las tiranías. Si al buscarla satisfacción á un derecho, la penalidadpara un calumniador ó la salvación de unareputación destrozada, tropezáis con unMouzon, con un inquisidor envuelto en suinvestidura oficial, que no tortura vuestrocuerpo con fuogo, pero que tortura y ani-quila vuestro cerebro con sofismas, relajavuestra voluntad con sugestiones y exas-pera vuestra honrada actitud con su acti-tud insolente y soez, no podréis monos queaplaudir á Brieux que ha revelado el másespantoso de los crímenes, con el objeto,quizá, de buscar un correctivo.

Han abundado en el mundo los Juecesque adulan al Diputado, torpe para la ex-presión, poro que tutea al Miuistro; losJueces que frecuentan el trato de Mesali-nas y ultrajan á la policía, los Jueces queyiven públicamente con concubinas y ha-cen gala de su compañía en los paseos, losJueces que se embriagan y escandalizan óinvocan su investidura oficial para sor-prender á la policía, los Jueces que ejecu-tan oficios bajos 6 innobles, y los que ha-cen del litigante una víctima de su educa-cación escaza.

De ese conjunto lia tomado Brieux suspersonajes y los ha lanzado á la escena,

Es un drama qus puede tomarse comoejemplo admirable. Todos nuestros fun-cionarios debieran asistir á su representa-ción, para evitar en sus funciones las chi-canas de Mouzon y la insultante desfacha-tez de esos Magistrados empedernidos enel crimen judicial. Nuestros Agentes delMinisterio Público, debieran concurrir pa-ra seguir el ejemplo de ese humilde Pro-curador, que sentía el torcedor de su con-ciencia cuando acusaba sin conciencia, yque á pesar de la pérdida de su porveniren la Judicatura, sintió que su honradez»e revelaba ante el espectáculo de mi cri-men bonancible.

EL AMPAROURSULO RAMÍREZ.

LA SENTENCIA DEL JUEZ 1.° DE DISTMTO.

Decíamos en nuestro mimero anterior,que el Juez 3.° de lo Criminal desobede-ció él precepto del artículo 314 del Códigode Procedimientos Penales, al hacer su re-sumen en el jurado de Ramírez. Para do-cumentar nuestra aseveración, copiamosentonces algunos fragmentos de eso resu-men.

Veamos ahora el considerando 2.° de lasentencia pronunciada por el Juez 1.° deDistrito en el amparo pedido por Ramírez:«que igualmente aparece en autos, por ha-llarse en ellos la versión taquigráfica delresumen, que el Juez, al hacerlo, lo verificódentro de las reglas dadas por el artículo314 del Código de Procedimientos Penales;y en consecuencia, los actos que motiva-ron la queja no violan garantías»

Cuando el acusado tiene una garantíaque la ley le concede y so le niega por elJuez esa garantía, cuando la ley protojeun derecho y el Juez no acudo en defensade ose derecho, no sabemos que hará el in-dividuo para defenderse.

El artículo 314 citado ordena al Juezinstructor que en su resumen sea estricta-mente imparcial, que so abstenga cuidado-samente de revelar su propia opinión y dehacer apreciaciones sobre la responsabili-dad del acusado. Este precepto no fue ob-servado por el Juez 3.° de lo Criminal, co-mo se desprende do los fragmentos del re-sumen copiados en nuestro último núme-ro. El Juez no fue imparcial, el Juez reve-ló su propia opinión, el Juez hizo aprecia-ciones sobro la responsabilidad del acusado,y á pesar de todo, la autoridad federal, laencargada de destruir violaciones á laConstitución, la que representa el supremorefugio cuando se cierran las puertas á lajusticia en los tribunales comunes, declaradogmáticamente que el Juez instructor seciñó á las reglas del artículo 314!

Afortunadamente, las sentencias d« lo§

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REGENERACIÓN. llJaeces do Distrito son rovisadas por la Su-prema Corto, y algunas do ellas, especial"móntalas del Juez quo nos ocupa, sonprecedida1? de serias meditaciones, pues confrecuencia no ha sido patrocinado en susteorías por aquel elevado Tribunal. Talaconteció en este caso, en el que la Corterevocó la sentencia del inferior, conside-ran lo quo con el resumen del Juez 3.° delo Criminal se había violado el artículo 314,ese artículo tan poco obedecido por nues-tra judicatura, ese artículo que cierra lapuerta á las aspiraciones délos Jueces,quefundan su vanidad de funcionarios en elmayor númoro de condenados á muerte.

La causa de Ramírez volverá á verse enjurado, y no sabemos si el Juez 3.° de loCriminal-insistirá, con no excusarse, enllevar á este hombre al patíbulo, pues losresúmenes como el de dicho Juez, traenconsigo la pena de muerte para el acusado.

LOS DEFENSORESNO DELINQUEN.

El carácter do defensor tiene el aspectode una magistratura quo siempre debe serrespatada. Algunos Jueces y Magistradoshan desconocido la elevada misión del de-fensor y han visto en él al antagonista quesólo pretende arrebatar víctimas de la fé-rula judicial. Una víctima salvada, signi-fica un triunfo monos para el funcionariojudicial que ccneepttSa cada condena cono un factor más para su gloria.

El Juez y el Magistrado deseosos de en-cumbrarse, ven con resentimiento al de-fensor que los despo a de sus motivos detriunfo. No e» raro, pues, que busquen olpretexto para hacer sentir su poderío so-bro el rebelde que no se presta á su deco-ración de gloria.

Un caso tenemos á la vista. El Magis-trado de la 2a Sala del Tribunal Superiorde Querótaro, se sintió injuriado y difama-do por un. escrito que presontó D. Maria-no Llamas Puente, como defensor de D.Ventura Hernández, ante el Juez de Dis-

trito de dicho Estado on solicitud del am-paro federal.

El Juez 3o Menor, qua conoció de laquerella, decretó la formal prisión del Sr.Llamas y su incomunicación rigurosa. Es-te Se&or pidió amparo contra tales procedi-mientos y el Juez de Distrito, tan compla-ciente como el Juez Menor, negó el ampa-ro. Do entre los considerandos curiosísi-mos del Juez, presentamos este á nuestroslectores. «Los actos recurridos por el que-joso no violan el prí. 14 de la Constitu-ción, porque en el proceso no se ha pronun-ciado sentencia, pues antes de hacer la apli-cación de la ley en fallo definitivo, es im-posible que se le aplique con exactitud ósin ella». Por lo visto, ol Juez de Distritocree que en los autos que f a pronuncienaitos de la sentencia, no hay aplicación deleyes, sino un procedimiento de buena fé»según la conciencia y arbitrio del Juez.

La Suprema Corto revisó la sentenciadel Juez de Distrito y la revocó por una-nimidad.

La ejecutoria de la Corte es de gran im-portancia para los abogados postulantes.Ella conserva el respeto de quo debe estarrodeado ol defensor al cumplir con su no-ble encargo. No confunde, como ol Juezde Distrito, al defensor investido de unamagistratura respetable, con el individuovulgar que produce desahogos. La Corteconsideró que, si el defensor producía ensus ocursos é informes, frases que hiriesená un funcionario ó faltasen el respeto debi-do al Tribunal, no ora reo de los delitos deinjurias y difamación, sino que debía sercorregido disciplinariamente por el referi-do Tribunal, toda vez que comete una fal-ta,- pero no un delito. Como en el presen-te caso, el Juez de Distrito no había corre-gido disciplinariamente al quejoso, nin-gún otro Juzgado ni Tribunal pudo juz-garlo, sin contundir lastimosamente la fal-ta con el delito.

Sección de Consultas.Xa ponemos á disposición dé

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12 REGENERACIÓN.

las personas que se Sirvan truye la pretensión de muchos funciona-alauna Cuestión de\Vi0S públicos que se sienten difamados

cuando se les reprocha un acto indecorosocometido en ejercicio de sus funciones.

derecho, ya Sea que ellao no, en la secuela de un JUICIO.

Jfuestro servicio es enteramen-te gratuito.

Las imputaciones áFuncionarios Públicos.

Se lia protendido rodear á los Funcio-narios Públicos de una investidura invul-nerable. Pueden cometer un adto indecoro-so en un asunto en que estén interesados, ysi alguien indica que se ha cometido ese actopunible, quedará sujeto á un proceso por di-famación que se abrirá á instancia del fun-cionario aludido.

La Suprema Corte lia precisado perfecta-mente el carácter de osas imputaciones.

Dr Víctor Gutiérrez se dirijio en quejaal Supremo Tribunal de Sinaloa denun-ciándolo insularidades dol Juez do 1.a

Instancia do Concordia, Lie. Eduardo Az-peitia Palomar, en el proceso que por de-lito de lesiones se abrió á instancia dol Sé-ñor Gutiérrez contra Santiago Trowartha.Entre los hechos denunciados se mencionóque era tal la parcialidad del Juez á favorde Trewartha,quo llogó á ofrecerle, el Juez,al Señor Gutiérrez, cien pesos si retirabasu acusación. El Juez so creyó difamado yacusó al Señor Gutiérrez ante el AlcaldeConstitucional de Concordia, quien rodujoá formal prisión al Señor Gutiérrez. Estopidió amparo y la Suprema Corto lo ampa-ró por unanimidad de votos, considerandoque el quo hace uso de un derecho que laley le concede, á nadie haco injuria por ©1hecho do ejercitarlo. El Señor Gutiérrezejercitó un derecho al quejarse y no ha po-dido cometer ol delito de difamación, (queentro otros elementos que lo constituye!requiere la intención dolosa), por ol solohecho de haber acudido en qneja contra olJuez do Concordia ante el Superior inme-diato.

Con esa ejecutoría de la Corte, se des-

El Ministerio Públicoei> la querella contra

Es notable la antítesis entre la actituddel Juez 5.° Correccional y la del Agentedel Ministerio Público en la querella men-cionada. Aquol se excusa y éste pide laaprehensión del acusado. Aquel se mues-tra débil y éste se presenta robusto y fuer-te, con la fortaleza de un cargo público, elmás importante de los cargos públicos.

El Agento Lie. José R. Azpe recibo laquerella, documentada hasta la minuciosi-dad, y la consigna al Juzgado 5.° Correc-cional pidiendo se proceda conforme al ar-tículo 43 del Código de ProcedimientosPenales, ésto es, á la separación del Magis-trado do su encargo y á su prisión, á cuyoofecto pidió también que se oyera al Pro-curador do Justicia conforme al artículo45 del mismo Código. El Agento precedióconforme á la ley, on cumplimiento de sudeber y sin temor alguno á la personalidaddel acusado. Dio un gran ejemplo de valorcivil.

Su proceder fue arreglado á la ley. Laquerella contenía todas las constancias ne-cesarias para proceder á la aprohensión deun individuo, se acompañó en ella la minu-ta del contrato de arrendamiento, en don-de se hace constar la facultad al arrenda-tario de vender los objetos pertenecientesa la negociación do Mensajerías; la quere-lla de Domingo León, en la que so hacenimputaciones k los hermanos Diez de Bo-nilla; copia justificada do los procedimien-tos dol Juez Correccional, que ya conocennuestros lectores; y copias de las senten-cias del Juez de Distrito y de la SupremaCorte que ampararon á los Señores Diez deBonilla y de la moción dol Señor Magis-trado Dorantes pidiendo la consignacióndel Juez Correccional. Fue, pues, correcto

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REGENERACIÓN 13

ol proceder del Soñor Agento del Ministe-rio Piiblicó y lo enviamos nuestras felici-taciones.

Como nata final diremos, que la 2.* Saladel Tribunal Suporior, admitió la excusadel Juez 5.° Correccional. C Jinienza, pues,la peregrinación de esto negocio de Juz-gado en Juzgado.

Objeciones de "El Popular1'«El Popular,» en su número corraspon-

dienfca al 30 de esto mes, sa ocupa de nues-tro articulo intitulado "Algo sobre lanza-miento.*,—Práctica ilegal" y presenta encontra de lo expuesto por nosotros, un ar-ga.nsnto que en su concepto es bastantepara dastruír nuestra tesis.

Nos o i muy grato contestar al colega yle agradecemos el honor que no3 concedecan la discusión. Si en la tesis que soste-nemos estamos on un error y llega él ádo ivaneeerlo, agradeceremos en lo que va-13 ol banefício que se nos hace, rectificandouna opinión equivocada.

El argumento que el colega presenta osel siguiente:

"El art. 1679 del Cód. Civil declara quela acción de nulidad de una obligación seextingue por la ratificación y el cumpli-miento voluntario de ella. EsceptuándoseIQS casos en que la ley expresamente dispo-ne lo contrario,"

"Pues uno de estos casos creemos quees la falta do contrato escrito on los arren-damientos do casas do más do cion pososanuales, porque la ley dispone expresamen-te en su art. 2,947, quo es posterior al art.1,679, que el arrendamiento debe constarpor escrito cuando la renta paso do cionpesos anuales."

En efocto, la ley dispone que el arrenda-miento conste por escrito cuando la rentapasa do cien posos anuales, poro os j>rocísorecordar la distinción que la ley establece

ntre formalidades requeridas provatíonUcausa y las que son requeridas solemnita-Us causa. Una formalidad es prescrita pro-balionis causa, cuando su único objeto esprobar la existencia del hecho y es esta-blecida solemnitaíis causa, cuando se exi-;e, no salo como prueba, sino porque el le-

gislador, par razón de la importancia delacto, ha querido rodearlo de una solemni-dad mayor.

El resultado jurídico de esa díferenciaf

el siguiente:La falta de las primeras, no anula el ac-

to y puedan suplirse, siempre quo la prue-ba supletoria tonga en juicio el mismo va-lor que tendría la omitida; mientras quela falta da las segundas ataca, no solo lavalidez, sino la existencia misma del con-trato. Mil personas puoden testificar la exis-tencia do un matrimonio, pero si no llagóá existir el acta dol Juoz del Registro Ci-vil, el matrimonio no existe. Estos se lla-man contratos solemnes; aquellos se llamantratos no solemnes y nosotros sostenemosque ol contrato de arrendamiento, no essolemne, por lo que tiene vida jurídicaaunque no exista ol documento quo la leyexiíeprobationijeaicsa,y probada su exis-tencia, surte tolos sus efectos lógales. Unode ellos os fundar ol lanzamiento por faltade pago de renta ó cualquiera otra causa le-

El hecho de S3r posterior el art. 2,947al 1,679, no es una razón aceptable en de-recho. La situación numérica de L>s artí-culos en el Código no indica la preponde-rancia do los unos sobi'3 los otro % sino elorden lógico quo deben guardar por razónde materias.

Volvemos á manifestar á nuestro apre-ciable contrincante, quo estamos dispues-tos á rectificar cualquiera opinión nuestraque aparezca convicta do error.

Juez de Texcoeo y elagei>te de "

En nuestro número anterior, dijimosel referido Juez había prohibido al

Agente de «El Español» la venta de ose

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14 REGENERACIÓN.

periódico en Texcoco. Dicho Juez explica'EL ARTÍCULO 173 DEL CÓDIGO DEsu conducta en una carta enviada á nues-j PROCEDIMIENTOS FEDERALES.tro colega «El Popular.» Después de indi-car que llamó al Agente de aquel periódi-( E 1 g r > L i c D n I g n a d o Co^áo§ d e e s t a

co en averiguación de los delitos que hu- ( C a p i t a l j S6 h a s o r v i d o enviarnos un folletobiera podido cometa el cabo de policía ele q u e ^ r e n e r e ¿ ] a errónea interpretaciónesa Ciudad, hecho denunciado por «El Es- q u o d e i artículo 17D del Código referido,pañol,» dice el Juez: hizo el Juez Primero Suplente de Distrito

«Además de todo esto, te le hizo com- dol Estado do Móxica. Dicho Juez proten-prender al dicho papelero la extensión de de, 5 pretendió on el caso especial á quola libertad del trabajo y del comercio, ve- e i folleto so refiere, que las promociones enpitióndole varias veces on previsión de un ^ j 0 3 j u i c i o s d e a m p a r 0 s o h a g a n p o r medioerror en su inteligencia, que podía dedicar- ( d c c , r a p a r c c o n c i a y n 3 p o r escrito, recha-se con toda confianza al trabajo que había M m l o > p o r l o fcanfc0(. u n a j a s t a p o t i c ió n delelegido de repartidor do periódicos; porque gr# j ^ Cejudo quejándose do que ol Se-este trabajo siempre ha sido, es y será útil j c retario do la Primera Sala dol Tribunaly honesto á la sociedad, á los ciudadanos Superior del Estado de México y ol Juezy á los Gobiernos, puesto que contribuye d e Primera Instancia de Otumba, pretcn-en su último detalle á la libro manifestó- dían que el qtnjoso pusiera escribientesción de las opiniones y á la vulgarización | qU0 hiriesen las copias certificadas que sode las verdades; pero con motivos funda-J habían solicitado como nruaba en un jui-dos y que en su oportunidad quizá serán c j 0 d o a m p a r o ,d b i d t i d l hi cmrndebidamente apreciados,se le hizo compren- g l Sr. Lic. Cejudo solicitó de la, Supro-der que no llegara á desnaturalizar su lio- m& Corfce l a r c v i s i ó n do eso auto contra-nesta y Mil ocupación repartiendo á la vez r ¡ o á ] a l e y y d o l 011 q U 3 S3 b i m p o n t ' a l i n

libelos difamatorios, pues éstos en su ca- apercibiiniento, si no guardaba el debidorácter de tales, por más que vayan impre-' r e s p e t o aj Juzgado. La Corte revisó lossos, siempre serán estigmatizados por la' a . f c o s d e l J u e z d e Distrito y resolvió quoprensa honrada.» las promociones escritas hechas, tanto ni

«De lo dicho se desprende que lejos de i n f c e r p O n e r ol juicio de amparo como al po-babérsele prohibido & Amado Muñoz el re- ̂ d ¡ r k ])vuehaf c r a n \en.a\es y debieron serparto de periódicos, so le reconoció su de-'tramÜadas por el Juez suplonío do Distri-recho y solo se limitó el Juzgado á llamar- ^ p O r q U 3 o s t á n fundadas en ol textj ox-le la atención sobro la posibilidad de que p r e s o d e l n r t l ' c u i 0 753 del Código de Pro-llegara á inodarte en la acción reprensible ceclímiontos Federales: que, en consecuon-de circular libelos difamatorios.» | cia> G] a u t o o n q u o s a rcchazó la solicitud

Para nada debió el Juez hacer compren-. rofericla, no estaba arreglado á derecho; noder á un individuo llamado á declarar co- s í e n d o legal tampoco el apercibimiento ho-mo testigo, pues no fue otro su carácter, J c h 0 a\ quojoso. La Corte revocó y declaróque no debía desnaturalizar su honesta y, insubsistentes los autos ilegalos del Juezútil ocupación repartiendo libelos difama- SUplento de Distrito.torios. Claro so vé quo el Juez pretendió El folleto dol Sr. Lic. Cejudo rcvolainiluir erf el ánimo del Agente de «El Es- energía on la defensa del d'erocho do supañol,» para que no vendiera en Toxcoco cliente, osa energía quo on todos los pos-ese perloideo, restringiendo con ese acto tulantos debe existir para protestar contrala libertad do comercio, puos si «El Espa-jlos actos d^ los Jueces, que no se c'.ñen áflol» es un libólo, como lo llama el Juez, es- los preceptos lógalos.tara sujeto á un proceso cuando delinca; Damos las gracias al Sr. Lic. Cejudo porpero ninguua autoridad debe adelantar jui- «u amabilidad en enviarnos el folleto refe-cios sobre una publicación sin incurrir en rído.una censura. |

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BEGENERACION. 15

ija de Jurisprudencia y Lce-gislaelóq, correspondientede la Real de Madrid.

Por acuerdo del $r. presiden"te de esta Jfcademia, teqgo e//jo-nor de suplicará Uds. se sirvanconcurrir ó la sesión de la Junfade ffobierno que se efectuará enla casa de! Sr. JOic. Jtféndez (2<*. \de las T)amas rjúm. 1J el ota 1°.del próximo Septiembre, á lasSp. n\. Suplico á Uds. su puntualasistencia á la sesión, en la queSÍ resolverá sobre la consulta Jje-

por la Secretaria de Comu-

EL ASUNTO DEL «HIJO DEL A-HUIZOTE»—Acaba de resolver la 2"* Sa-

j la del Tribunal Superior del Distrito queos de negársele á Don Kemigio Mateos,Director de dicho Semanario, el beneficiode la libertad bajo caución que solicitó. Eranatural. En tratándose de periodistas, to-dos ellos son capaces de fugarse, según laopinión de los Juecss y Magistrados delEamo Penal.

EL PEOCESO VELÁZQTJEZ.—Acabade pasarse el expediente al Ministerio Pú-blico para que haga su pedimento. Hé alliun procedimiento necesario legalmente éin*>necosario prácticamente, pues bien cono»cida es la opinión del Ministerio Públicoen este asunto. Por nuestra parte, nos ale-gramos del trámite, pues con él no faltarámaterial para llenar las columnas de «RE-GENERACIÓN»

nicado nesj referente al abandonode un tren et¡ njarchapor un ma-quinista.

protesto á Uds. mis respetos.Jtféxico, jfgosfo 30 de 1900.—

J. flores Jfiagón, 1er. Secretario.los Jifiembros de la Junta

de ffobierno de esta Corporación.presentes.

TAMBIÉN QUIEEE EENUNCIAE.—El Secretario Anzorena, del Juzgado 6o

Menor, imitando al Juoz Clíitíaco Agui-rre, quiere poner su renuncia, contrariadopar la visita que hace algún tiempo prac-ticaron á dicho Juzgado ol Sr. MagistradoMateos Alarcón, el Srio. García Peña y elAgento del Ministerio PúblicD, BelisarioCicero.

Aplaudimos también la actitud dol Se-crstario, y abrigamos la esporanza, do quee i su lugar se pondrá algún abogado la-b)ría33, con lo que indudablemente ganaráel público al tramitarso con más violencia

DESTITUIDO.- Por haber concurridoá las sesiones del Club «García Morales»de Hermosülo, Son., Club quo tiene porobjeto alentar al pueblo para que partici-pe en la lucha electoral quo en dicha Ciu-dad se está entablando con motivo de larenovación dol Ayuntamiento, íué desti-tuido el joven Demetrio Martínez Velascodel empleo de Ministro Ejecutor que de-sempeñaba en el Juzgado 2o de PrimeraInstancia del Distrito de Hermosillo.

Mal camino llevan las autoridades deaquel Estado reprimiendo todo ejemplo decivismo, ya con destituciones, can encarce-lamiento de manifestantes y con clausurasde imprentas. Ha llegado la presión oficialal extremo de obligar á los vecinos de Hor-casitas que presentaran un ocurso al Go-bierno del Estado, pidiendo la libertad deSufragio en las elecciones Municipales. Esasolicitud no fue atendida. Esto es bochor-noso.

OTEA VEZ EL JUEZ 3o MENOB.—Se nos cu#nt&, prometiendo ratiácar ó rec-tificar la noticia, que el Juez Patino Suá-rez se negaba á firmar un convenio céle-

nogooios qa3 hasta ahora han permane-. brado por las dos partes en un juicio, por-I d l Jcido paralizados,. brado por las dos partes en un juco , pI que ese convenio decía el Juez, era muy

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gravoso para el demandado que tenia que I Bueno será que Saunders asista A sus la-pagar una cantidad relativamente grande I borcs, siguiera sea pora la satisfacsión docomo honorarios del patrono del actor. lias personas que han tenido la buena suer-

No basta que tengamos que sujetar núes- J te de tener que litigar en su Juzgado*tras planillas á un Arancel anacrónico, Isino ,ue los jaece, (osta os una corruptela ^ ^que señalaremos en el próximo numero) tie-1 -. . , , •«* n *« •«•

, » i i MI i j I—En la demanda nu© entablo D. Emilionen gran horror a las planillas elevadas y „ ^ M , l , ,. , ,.„ „procuran disminuirlas á pesar de que e«- E r n o y f c o feuffren a n í « e l J u z S a d o 6 M e n o r

ten ceñidas á dicho Arancel ó que las par- C O n i i a i m a C u m P a f l í í l c u y° ™nib™ n 0 1<c"tes hayan convenido en su monto. Recor- 3Ordam<>«> o l J u e 2 ' s i n emplazar al deman-damos al Sr. Patino Suárez que el conve-103*0' c o m o e r a d o m debe1"' ^ $»nio de las partes es la suprema ley en los e l a c í o r « l ^ ^ s o en autos su domicilio,contratos ' 1^ representante del actor indicó al Juez

I que no ora legal esa determinación y queEL PROCESO DEL LIC. OLIVAS.— se estaba perdiendo el tiempo con laño

Se dice que por la mala voluntad que se tie-1 citación para el j uicio. El referido funcio-ne al Sr. Lie. Pedro S. Olivas, de Durango, jnario contestó que era una práctica de suse ha hecho retardar la resolución del pro-1 Juzgado y que a ella debía estarse.ceso que se le abrió por el delito de homi-| Indicaremos al Juez 6o Menor que nin-¿idio. Hasta últimamente so le puso en li-lguna práctica es admisible cuando la leybertad, cuando después de año y medio de lm la impone. Esta dice que el actor sofia-estar en la cárcel, se resolvió que no había I lará casa donde se le hagan las notifícacio-cometído el delito, que era inocente. I nes que fueron personales, y la desohedien-

Es de reprocharse la conducta de las au-1 cia de ese precepto tiene su pona, muy dis-toridades de Durango, si esa noticia es cier-1 tinta á la impuesta por el Juez menciona-ta. ¿Quién indemnizará al Lie. Olivas del do, pues el no citar para el juicio es unaperjuicio que ha sufrido, do la muerte ci-vil que le ha ocasionado su prisión prolon-gada? Cuando fue puesto en libertad, se-j EL CüMPLIMÍENTO DE UNguramonte que todo le pareció extraño, ol-1BEB NO ES UU DELITO.—ííos dicenvídado de sus amigos y abandonado por su I que el Juez Patino Suárez há tenido pon*clientela. 1 ferencia* con varios juocc* do e*ta Capital,

Y si se encara con su Juez moroso, éste I y en ellas so ha tratado de firmar un ocur«le contestará, como el do la «La Toga Bo-|so pidiendo á la superioridad la supresiónja,» soy irresponsable. Ido nuestro periódico.

I No tomamos á lo serio la especie, no obs-LAS SIMPATÍAS A SAUNDERS.— t a n t o q u o i a n o í , í c ; a n o s i a ] u n p

El domingo anterior estuvo de tumo el L 0 ¡ t a s q u 0 s 0 d l o 3 a b;011 informadas, puesJuzgado 3o Corrocional, lo cual no obstó g í a l g u n a v e z m ) s t r a m o g nvmív0 d ; 5 g a g r a .para que el Juez Saunders dejara de asistir d o c í e r f cos acfcos q u e n o e s t á n ^por la tarde al despacho de su oficina, de- ^ & J e r e c h o > 0M d ^ d i c h o c n v o z

«empeñando las labores que^corres^ndian K ^ 8 Í n r o L ¡ c e n c í a ^ n o COj l s f c i i uyo d e l í t o

A ese Juez,otro empleado judicial fecultado a l g u n o d o n u o s f c r a p a r t O í s i n o e{ c n m p I i .por no sabemos quien para ello, I m _ _ , . , ,

El público, que tione en mucha e s t i m a miento de un dobor quo como ciudadano,* & i n J i I tenemos de denunciar todo aquello que,a Saunders, pues por sus finos modales c o k , i , , • -̂ . i £ ,

L M v.. v I burlando a la lusfcicia, sea acreedor a lamo ya en otra ocasión dijimos, se ha graa-1 , , , , , . , „ ,jeado la estimación de los concurrentes A censura del publico, á fin do que se pon¿asu Juzgado, se mostró descontento al per- o l n e c e s a n 0 comeetivo.4er la oportunidad de demostrarle sus sím-patias. I TIP. LITFBABIA, BETLEMITAB 8,~MBX,