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  • Curiosidades del planeta Tierra www.librosmaravillosos.com Leonardo Moledo

    1 Preparado por Patricio Barros

    Curiosidades del planeta Tierra

    El autor

    Leonardo Moledo es escritor y periodista especializado en temas culturales y

    cientficos: fue columnista en el diario Clarn, y en audiciones de Radio Rivadavia y

    Municipal. Ha publicado libros de difusin cientfica como De las tortugas a las

    estrellas (1995), Curiosidades de la ciencia (1997), y en el campo de la difusin

    cientfica para nios, La evolucin (1995), El Big Bang (1995) y La relatividad del

    movimiento (1996).

    Realiz estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires y obtuvo la licenciatura en

    Matemticas en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires.

    Actualmente es profesor en la carrera de Ciencias de la Comunicacin de la

    Universidad Nacional de Entre Ros y en la Facultad de Ciencias Sociales de la

    Universidad de Buenos Aires.

    En el campo literario es autor de tres novelas (La mala guita, Verdico informe sobre

    la Ciudad de Bree y Tela de juicio), de dos obras teatrales (La reglas del juego y

    Usted cmo me encuentra?) ambas estrenadas en el Centro Cultural General San

    Martn de la Ciudad de Buenos Aires y de cuentos, publicados en diarios, revistas

    y antologas. En 1996 escribi una Agenda cientfica y la serie de fascculos Un viaje

    por el universo, ambos editados y distribuidos por el diario Pgina /12. Actualmente

    dirige el Suplemento de Ciencias, Futuro, en el mismo diario.

    En 1997 fue elegido por la Fundacin Konex como una de las cinco figuras de la

    dcada en la especialidad: difusin cientfica.

    Leonardo Moledo, apasionado divulgador de las ciencias (en este sentido, su libro

    De las tortugas a las estrellas marc un hito precursor), condimenta estas

    curiosidades con exactas medidas de gracia, humor y conocimientos, y las relata

    con un estilo que seduce instantneamente. Complementan sus narraciones los

    magnficos dibujos de Miguel Rep, quin recrea algunas de las situaciones con

    extraordinaria imaginacin. Curiosidades del planeta Tierra deleitar a lectores de

    todas las edades: ideal para jvenes intimidados por los manuales tradicionales de

    ciencias que, en cambio, sern atrapados por estas historias tan originales como

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    sorprendentes; pero tambin para adultos que se rehsan a perder su capacidad de

    asombro y que aqu podrn ejercitarla libremente. Los docentes, por su lado,

    encontraron por fin el libro que no slo leern sus alumnos sino que, adems, dar

    pie a los debates ms apasionantes.

    Este libro

    SABA QUE...

    el ferrocarril unific la forma de medir el tiempo sobre la Tierra? la corteza terrestre es ms fina, en comparacin, que la cscara de una

    manzana y que en el centro de la Tierra hay una enorme esfera de hierro del

    tamao del planeta Marte?

    todos los seres vivos descendemos de una sola clula? el hombre est muy lejos de ser la especie dominante? los continentes se mueven, se juntan y se vuelven a separar y que el Oceno

    Atlntico se ensancha dos centmetros por ao?

    hace doscientos millones de aos no exista el Atlntico y que alguna vez los gelogos creyeron que un ocano haba cubierto todo el planeta?

    los misterios de la isla de Pascua se descifraron casi totalmente? * alguien determin "cientficamente" la ubicacin del paraso terrenal?

    la reencarnacin es aritmticamente imposible? la Tierra naci hace cuatro mil quinientos millones de aos y que, dentro de

    otros tantos, ser devorada por el Sol?

    En este libro encontrar respuestas a estas y muchas otras cuestiones que, durante

    siglos, desvelaron a los cientficos y a todos los que se interrogaron sobre aspectos

    de nuestro planeta y sus misterios. Son curiosidades historias, leyendas,

    ancdotasque muestran tanto los errores garrafales como la grandeza, el humor y

    los disparates que han signado la historia de esa increble aventura que llamamos

    ciencia. Seamos curiosos, pues, como Alicia en el Pas de las Maravillas.

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    1 Preparado por Patricio Barros

    Agradecimientos

    Los agradecimientos oscilan siempre un poco entre lo formal y lo ntimo; sea; hay

    gente presente en este libro que no he de dejar de nombrar: Mximo Rudelli, de

    cuya biblioteca y conocimientos abus sin moderacin; Paula Viale, con quien fue

    planeado, discutido y revisado; Heber Cardoso, que ley y coment el manuscrito;

    Susana Berestovoy, que con sus sutiles, precisas y felizmente siempre locuaces

    observaciones, me permiti encontrar la idea que cerrara el texto, en charlas

    combinadas con el teorema de Gdel y el anlisis no estndar.

    Para Carlos Carabelli, que busc datos, sugiri temas, aport ideas y frases, y

    corrigi todo, no hay palabras suficientes: a l le pertenece una buena parte de lo

    que aqu hay, y... pero, como dira Susana Berestovoy: si no hay palabras, para

    qu ponerlas?

    Somos slo una luz, slo un chispazo,

    un instante, apenas un segundo,

    en la historia, tan vieja como el mundo,

    de la vida creciendo paso a paso.

    Tus pirmides, tus guerras, tu vestido,

    el dolor que te acosa, la alegra

    de una noche brillante, el alba, el da,

    apenas han llegado y ya se han ido.

    Detrs de tu barrio y de tu gente

    hay especies, hay rocas: el cimiento

    lejano, de un planeta en movimiento.

    Y as, si te detienes un momento

    oirs en la alta noche, dbilmente,

    al tiempo que gotea, intermitente.

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    1 Preparado por Patricio Barros

    Prlogo

    Luca:

    Esto que empieza ahora es mi regalo para tu cumple de quince aos. Escribo libros

    y entonces te doy lo que creo mejor s hacer y ms me gusta: un libro; un libro

    que se va a publicar con el ttulo de "Curiosidades del planeta Tierra". Trata de

    cosas que a veces no sabemos y a veces s sabemos sobre la Tierra, nuestro

    planeta, nuestro lugar en el universo.

    La Tierra, ese mundo que nos parece tan cercano y tan lejano a la vez, tan

    conocido, y tan extrao: por ms que viajemos por l, slo vemos un trozo

    pequesimo, insignificante, de todo el planeta. Por ms gente que conozcamos,

    slo conocemos a una parte insignificante de la humanidad.

    Imagnate, entonces, lo que pensaran del mundo nuestros antepasados lejanos,

    cuando salan de caza, o emprendan la recoleccin, abandonando sus guaridas.

    Seguramente muy poco. Seguramente, dominaban perfectamente el terreno en el

    que se movan, pero ignoraban lo que haba ms all, aunque hicieron primitivos

    mapas, o marcas, para guiarse en sus excursiones. Las primeras poblaciones

    humanas eran nmades, y un grupo nmade recorre un territorio de no ms de

    cuatrocientos kilmetros cuadrados a lo sumo.

    Algunos emprendieron migraciones, pero cun lejos puede llegar un hombre, una

    mujer, un pueblo, en el transcurso de una sola generacin?

    Durante sus viajes veran cosas nuevas: ros, praderas, bosques, estepas, selvas,

    desiertos, mares. Y sin embargo, veran tambin siempre lo mismo: un pedazo

    plano de tierra hasta el horizonte, o hasta las montaas que cortaban el horizonte.

    Y los pueblos del mar, agua que se extenda, tambin hasta una lnea donde se

    juntaba con el cielo. Arriba una cpula celeste que se ajustaba perfectamente a ella:

    un mundo cerrado, en cuyo centro estaban, y que se trasladaba con ellos. En cierto

    sentido, lo mismo que vemos ahora a simple vista.

    Qu ser eso?, se preguntaran. Dnde termina eso?, se diran, de noche,

    sentados junto al fogn de sus cavernas. Qu dioses, qu espritus .poderosos

    habrn fabricado eso? Y se esforzaran por inventar y entender.

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    Es lo que trataremos de hacer juntos: dar una mirada inicial, miles de aos

    despus, con la misma ingenuidad, con el mismo asombro, con el mismo amor por

    la aventura de comprender que espero que te acompae siempre.

    Feliz cumpleaos

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    Captulo 1

    Un mundo flota en la Nada

    Un disco plano, flotando en la nada del universo.

    Un disco plano, flotando en la Nada.

    Flotando en la Nada.

    Flotando en lo desconocido.

    Un mundo flotando en la Nada.

    La Tierra es un disco plano que flota en el Ocano inmenso y primordial: su

    dimetro es el que pueden alcanzar los brazos de los ms grandes entre los

    Atlantes, y un hombre podra, a buen paso, atravesarla en un perodo de nueve a

    doce semanas.

    Falsa Geographica, de Apeles de Siracusa, siglo IX

    La Tierra est sostenida por columnas de capiteles exquisitos, que parecen

    cincelados por dioses; las columnas se apoyan en el caparazn de una tortuga, es

    sta de jade y gigante, y nadie puede pronunciar su Nombre; la Tortuga nada sobre

    el mar de la Tranquilidad, que a ningn mortal le ser dado ver ni tocar.

    El libro de los Quinientos

    1. Las cosas no son como parecen

    Para los sacerdotes egipcios, la Tierra era el piso y el cielo una tapa metlica

    abovedada. En una galera alta, alrededor de las paredes, corra un ro que era

    surcado por las barcas del Sol y la Luna. Las estrellas, fijas para siempre, estaban

    suspendidas de las paredes y el techo. Los planetas navegaban en sus propias

    barcas, a travs de la Va Lctea, que era el gemelo celeste del Nilo.

    Albert Hoyerdal, Cosmogonas, Basilea, 1956

    Sobre nosotros no tenamos ms que el cielo, vaco y terriblemente profundo, y

    debajo el ocano con sus olas. Rodeando el lugar, donde el agua se juntaba con el

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    cielo, haba un arco, un arco monstruoso, en cuyo exacto centro estbamos

    nosotros. El globo corra como las llamas de un bosque incendiado, pero por ms

    velocidad que llevara, era intil, no conseguamos salir de ese centro. Durante

    mucho tiempo estuve observando y pude comprobar que no nos habamos acercado

    a la circunferencia ni un centmetro. Un fenmeno tan imposible de explicar me dio

    escalofros y me llen de terror.

    Mark Twain, Tom Sawyer en el extranjero.

    El mundo de nuestros antepasados era pequeo y cerrado, reducido al escaso

    territorio que podan recorrer durante sus migraciones y excursiones de caza. Ms

    tarde, cuando se instalaron en poblados y ciudades, y adoptaron la agricultura como

    forma de vida, siguieron viviendo en un mundo cerrado, aunque quizs viajaran

    menos.

    Naturalmente, se preguntaran cmo era ese mundo que apenas se atrevan a

    recorrer, y las respuestas, fragmentarias primero, resultado de observaciones,

    relatos, creencias, religiones, a medida que cristalizaban las grandes civilizaciones,

    cristalizaron tambin hasta formar una cosmogona, una manera de imaginar el

    cosmos y el universo. Todos los pueblos tuvieron una cosmogona. Todos pensaron

    algo: los habitantes de las islas, creyeron que el mundo era una isla su isla,

    naturalmente en el medio del mar; los habitantes de las llanuras, pensaron que

    era una llanura hasta donde alcanzaba la imaginacin; los pueblos de zonas

    montaosas que su montaa era el centro de todo. Los filsofos hindes imaginaron

    una Tierra plana sustentada por cuatro pilares, apoyados sobre elefantes que

    descansaban sobre una gigantesca tortuga que a su vez nadaba en un ocano ms

    grande. Los sacerdotes babilonios describieron al universo como una ostra, con

    agua por debajo y por encima, todo sostenido por un cielo slido, parecido a una

    habitacin cerrada y redonda: la Tierra era un monte hueco colocado en su centro y

    baado por las aguas inferiores. La cosmogona egipcia tambin imagin al mundo

    como una caja.

    Todos acordaban, ms o menos, en que la Tierra era plana y la bveda celeste un

    inmenso caparazn que se ajustaba en los bordes. Los primeros griegos no fueron

    la excepcin: Tierra plana, Grecia en el centro, disco formado principalmente por

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    tierra firme y rodeado por un borde de agua (el ro Ocano) donde desembocaba el

    resto de los mares y ros; por lo menos, as describa a la Tierra quinientos aos

    a.C., Hecateo, un viajero y filsofo griego, que adems pensaba que el Mar

    Mediterrneo, el Mar Negro y el Mar Caspio dividan el mundo en dos: por el norte,

    Europa, y por el sur, Asia y frica.

    Hasta cierto punto es lgico que pensaran as: al fin y al cabo, vemos que la Tierra

    es plana. Hay un prrafo muy divertido de Mark Twain que habla del asunto en Tom

    Sawyer en el extranjero. Tom, Huckleberry Finn y Jim van viajando en globo y Huck

    reflexiona:

    Poco a poco, la Tierra se convirti en una bola, de un color apagado, con hilos

    brillosos que la surcaban en todas direcciones y que no eran ms que los ros.

    La viuda Douglas me haba dicho muchas veces que el mundo era redondo, pero yo

    nunca hice mucho caso de las supersticiones de la buena mujer, sobre todo cuando

    deca eso, y yo estaba viendo que el mundo era llano como un plato.

    Ms de una vez me haba subido a lo alto de la colina observando bien desde arriba

    para ver con mis propios ojos, porque me pareca que la mejor manera de estar

    seguro de una cosa, era sa, ver con sus propios ojos antes de creer todo lo que a

    uno le cuentan, pero siempre haba visto que la Tierra era chata y bien chata.

    Pero ahora (viajando en globo) vea que la viuda tena razn; es decir, tena razn

    en lo que se refiere al resto del mundo, pero no en lo que respecta a mi pueblo;

    esa parte es chata! Lo puedo jurar por todo lo que quieran!

    Pero ocurre que las cosas no son como parecen: se, quiz, sea el descubrimiento

    ms grande que hizo la humanidad en toda su historia, su breve historia de tres

    millones de aos.

    Las cosas no son como parecen.

    Un disco plano, flotando en la nada del universo.

    Un disco plano, flotando en la Nada.

    Flotando en la Nada.

    Flotando en lo desconocido.

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    Un mundo flotando en la Nada.

    2. La forma de la tierra

    La verdadera forma de la Tierra ser por siempre

    inaccesible a los hombres.

    Arstides el Dans, Sobre lo incognoscible, s. XV

    Suponer que la Tierra es una esfera significa descalificarla; asignarle la Idea de la

    esfera, la Idea del plano, o cualquier otra, es atentar contra la filosofa.

    Critn el Cnico

    La Tierra tiene la forma de un cubo al este, de un tringulo al oeste, de un crculo

    hacia el norte. Hacia el

    sur, no tiene forma alguna.

    Falsa Geographica, siglo IX

    Mientras los filsofos se dedican a la vagancia y a las dudosas artes de la

    conversacin, los objetos cumplen pacientemente sus obligaciones metafsicas: los

    barcos, desapareciendo en el horizonte por su base, como si bajaran una escalera,

    nos indican claramente el camino geomtrico a seguir.

    Protgoras de Mileto

    No hacen falta satlites artificiales ni viajes espaciales para probar la esfericidad de

    la Tierra, alcanza con un poco de jarabe pitagrico y con mirar alrededor con los

    ojos abiertos.

    Critn de Atenas (discpulo de Aristteles)

    Las cosas no son como parecen. ste es el descubrimiento ms grande que hicieron

    los hombres a lo largo

    de toda su historia.

    Aber Gordner

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    La Tierra plana, la Tierra como un disco, con los cielos ajustados sobre ella; sa era

    la idea general, la que compartieron los primeros pueblos que reflexionaron sobre el

    tema: hace apenas tres mil aos, haba una abrumadora mayora a favor de la

    Tierra plana. Si en ese momento la forma de nuestro planeta se hubiera decidido

    por votacin, habra permanecido plano para siempre.

    Pero no fue as. Cuando un grupo de filsofos griegos empez a pensar como Aber

    Gordner, "las cosas no son como parecen", todo cambi; y es lo que ocurre apenas

    uno abandona el sentido comn y se deja llevar por la curiosidad. Estos primeros

    filsofos, que tanto entusiasman, Luca, a tu hermano Fernando, fueron los

    racionalistas griegos: apenas apoyaron sus ojos poderosos sobre el mundo,

    aceptando que las cosas no son como parecen, surgi una idea nueva,

    completamente nueva: la Tierra que se curva.

    En realidad, si se lo piensa bien, era obvio que la Tierra tena que curvarse de algn

    modo: los objetos por ejemplo los barcos no se esfuman en el horizonte

    achicndose de a poco, sino que empiezan a desaparecer desde su base, como si

    estuvieran bajando una escalera, tal como sealaba Protgoras de Mileto. Por otra

    parte, la sombra de la Tierra sobre la Luna, en los eclipses, muestra claramente una

    curva. Ya a principios del siglo VI a. C., Anaximandro de Mileto imaginaba al mundo

    como una columna cilndrica rodeada de aire, que flota verticalmente en el centro

    del universo, infinito en el espacio y el tiempo, sin apoyo, pero que no cae porque

    est exactamente en el centro.

    La Tierra de Anaximandro, flotando en el medio del espacio infinito, era una imagen

    elegante y esttica, pero tena un serio inconveniente: el borde. Qu pasara si

    alguien llegara al borde? Por qu el agua no se derramaba por all? El cilindro, por

    hermoso que fuera, tena sus problemas.

    Y aqu viene el asunto: ms o menos un siglo despus, se empez a probar una

    idea completamente novedosa, que no se haba ensayado antes: los filsofos de la

    escuela pitagrica, que descubrieron el poder de los nmeros, su relacin con la

    msica, la bella propiedad de los tringulos rectngulos (que encierra en una

    frmula simple los cuadrados de los catetos y la hipotenusa) y la existencia que

    por mucho tiempo se mantuvo en secreto de las cantidades irracionales,

    imaginaron una Tierra esfrica. La esfera parece el ms perfecto de los cuerpos y no

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    tiene bordes por los que algo (o alguien) se pueda caer al vaco, a la nada, al no s

    qu, que siempre temieron los hombres.

    Hoy, Luca, resulta difcil imaginarse la audacia intelectual de esta propuesta: un

    planeta esfrico en el centro de un universo infinito, que no slo es una idea audaz,

    tambin es angustiante porque nos abandona en un mundo destemplado, una idea

    que nos empequeece: un mundo esfrico flotando en la nada del universo. Hoy

    quizs nos cueste comprender la gigantesca revolucin conceptual que

    representaba.

    Pero se impuso rpidamente: en el siglo V a. C., la estableci Filolao, el ms grande

    de los pitagricos (y dicho de paso el primero en sugerir que nuestro mundo se

    mueve). Por su parte, Aristteles integr la Tierra esfrica en su sistema del mundo.

    Al final, resultaba mucho ms cmodo que la Tierra fuera esfrica que plana, y lo

    cierto es que para el 350 a. C. nadie, en el mundo ilustrado de la cultura griega,

    dudaba ya del asunto. La esfericidad de la Tierra est en la base de la cultura

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    occidental. De una vez por todas, la forma de la Tierra estaba establecida. Esfrica,

    bueno. Pero cmo era de grande?

    Muy pronto se la midi.

    Noticia sobre el Ecuador

    La existencia del Ecuador (una divisin en partes iguales de la Tierra) fue anterior a

    la opinin general de la Tierra esfrica. Herdoto (siglo V a. C.), historiador y

    viajero, crea que el Nilo y el Danubio estaban ubicados simtricamente respecto de

    una lnea central que separaba al mundo conocido por la mitad.

    3. El tamao de la tierra

    Una cosa es tener una idea real o ficticia sobre la

    forma de la Tierra y otra muy distinta es adivinar o

    calcular su verdadero tamao.

    Adso de Reims, Viajes, c. 1285

    Es muy probable que los primeros pueblos que reflexionaron sobre el asunto se

    preguntaran como lo hicieron los Beatles: la Tierra es grande o chica en

    relacin a nuestra casa, a nuestra aldea, al territorio que conocemos? Son

    preguntas parecidas a las que hoy nos hacemos sobre el universo, cmo es de

    grande?

    Hay mapas babilonios, muy antiguos, que representan a la Tierra como un crculo,

    con Babilonia en el centro y rodeado por el ro Ocano, ms all del cual comienza

    lo desconocido: con un poco de audacia, se puede estimar que la distancia a ese

    mundo desconocido no sobrepasaba un puado de miles de kilmetros. Era un

    mundo pequeo, por lo menos segn los estndares modernos.

    Pero hacia el ao 230 a.C., se hizo la primera medicin cientfica del tamao de la

    Tierra: fue una hazaa intelectual muy singular, un prodigio del pensamiento

    racional que creo debe asombrarnos an, quitarnos el aliento. Porque no se hizo

    con complicados instrumentos, grandes telescopios ni inmensos viajes. Nada de

    eso: se us una varilla de mimbre, un grupo de camellos y regla de tres simple. Fue

    as.

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    8 Preparado por Patricio Barros

    Eratstenes de Cirene (276196 a.C.) era matemtico, astrnomo, historiador,

    gegrafo, buen literato escribi un tratado sobre la comedia griega y encargado

    de la Biblioteca de Alejandra, la ms grande concentracin de libros y saber del

    mundo antiguo.

    Y bien: Eratstenes oy decir que en Siena (en el sur de Egipto, hoy Asun),

    durante el solsticio de verano (21 de julio en el hemisferio norte), una varilla

    clavada verticalmente no proyectaba sombra alguna sobre el suelo, mientras que en

    Alejandra s proyectaba una sombra que formaba un ngulo de alrededor de siete

    grados y dedujo que esta diferencia se deba a la curvatura de la Tierra: los rayos

    del Sol, que caan verticalmente sobre Siena, caan sobre Alejandra con una

    inclinacin de siete grados. Entonces, midi la distancia entre las dos ciudades,

    usando un grupo de camellos y viendo cunto tardaban en llegar de una a otra.

    Calcul unos ochocientos kilmetros y luego resolvi el problema: si ochocientos

    kilmetros correspondan a siete grados de inclinacin, a trescientos sesenta

    grados, es decir la circunferencia total, deban corresponder unos cuarenta mil

    kilmetros, cifra cercansima, aunque un poco mayor que la real. Lo que hizo

    Eratstenes fue impresionante, no te parece, Luca?: medir el tamao de la Tierra

    sin moverse de su lugar, con una varilla y por regla de tres simple, a fuerza de pura

    inteligencia. En manos de Eratstenes, la Tierra se transform en un objeto real, en

    un hecho concreto: un hombre solo, con los pies en el suelo, una varilla en la mano,

    y la cabeza en Alejandra, haba medido el Mundo.

    La cifra de Eratstenes desgraciadamentefue luego modificada por el gegrafo

    Estrabn (64?25? a.C.), que calcul 29.000 km, y a su vez esa cifra fue tomada

    por Ptolomeo, el gran astrnomo del siglo II, que fij para la Tierra una

    circunferencia a de 28.500 km bastante menor que la real.

    y que habra de perdurar durante mil quinientos aos.

    Noticia sobre Coln

    Contra lo que muchas veces se suele pensar, la esfericidad de la Tierra no estaba en

    discusin en el momento de la travesa de Coln, y la pelea con los gegrafos que

    se oponan al viaje no fue por la forma de la Tierra, sino por su tamao. La

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    9 Preparado por Patricio Barros

    esfericidad de la Tierra estaba tan aceptada que el primer globo terrqueo se

    construy en 1492, el mismo ao en que Coln viaj por primera vez a Amrica.

    Basado en los mapas ofrecidos por Ptolomeo, Coln intent mejorarlos hasta

    obtener una estimacin de la distancia martima (es decir, por el oeste) entre

    Europa y Asia de 4.780 km, que convena a sus fines: sostener que el viaje a las

    Indias por el oeste era posible. Luego, con datos tomados de un cientfico

    musulmn del siglo IX llamado Alfrageno, calcul que Japn estaba a 4.300 km al

    oeste de las Canarias (donde est Cuba, aproximadamente). Coln nunca lleg a

    Japn (las Indias Orientales) dado que choc con Amrica. De no ser as,

    seguramente se habra perdido en el mar sin alcanzar ningn destino, ya que su

    clculo era ridculamente inexacto.

    4. La edad de la tierra

    Hoy en da sabemos que la Tierra es muy antigua, pero hasta hace poco, muy poco,

    se consideraba que haba empezado prcticamente ayer. Durante la Edad Media y

    buena parte de la Edad Moderna, la edad de nuestro planeta (y del universo) se

    estimaba segn la interpretacin literal de la Biblia. El clculo se haca siguiendo

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    10 Preparado por Patricio Barros

    paso a paso las palabras del Gnesis, donde se detallan todas las generaciones,

    desde Adn a Jess, y oscilaba, segn el telogo o el cientfico de que se tratara,

    entre los cuatro mil y los seis mil aos. En 1650, el arzobispo James Ussher, del

    Trinity College de Dubln, concluy que la Tierra (y el universo) haba empezado a

    las seis de la tarde del sbado 22 de octubre del ao 4004 a.C., y su

    contemporneo John Lightfoot, de la Universidad de Cambridge, discrep

    sutilmente, proponiendo el ao 3928 a.C. El mismsimo

    Newton dedic buena parte de su tiempo a calcular el momento exacto de la

    Creacin, que situaba alrededor de aquellas fechas.

    Este tipo de especulaciones no resisti al empuje de la Ilustracin, el gran

    movimiento intelectual que en el siglo XVIII trat de explicar el mundo mediante

    mecanismos naturales: por ese entonces, cobr fuerza la idea de que la Tierra se

    haba formado a partir de una nebulosa primaria, o de un pedazo desprendido del

    Sol, como una bola incandescente de rocas fundidas y que se fue enfriando de a

    poco.

    El primero que se atrevi a arriesgar una cifra fue el naturalista francs Buffon

    (17071788). Buffon decidi estimar el tiempo que habra tardado una esfera del

    tamao de la Tierra en enfriarse hasta alcanzar su temperatura actual, y as lleg a

    la conclusin de que la Tierra tena setenta mil aos de edad; para ser exactos,

    74.832 aos. La cifra produjo una conmocin: era difcil creer que la Tierra fuera

    tan espantosamente vieja.

    Sin embargo, muy poco despus, en su monumental Geologa, de 1830, Charles

    Lyell sostena que los procesos de sedimentacin, erosin y cambio geolgico eran

    extremadamente lentos y que as haban sido a lo largo de toda la historia del

    planeta: los setenta y cinco mil aos de Buffon resultaban una miseria; inspirado

    por Lyell, el gelogo John Philips, basndose en el estudio de los estratos rocosos,

    estim la edad de la corteza terrestre en nada menos que noventa y seis millones

    de aos.

    Era un verdadero ocano de tiempo, pero ya se dibujaba en el horizonte la teora de

    la evolucin, y era obvio que los procesos de transformacin de las especies

    requeran esos grandes perodos. En 1863 el gran fsico escocs William Thompson,

    conocido como Lord Kelvin, retomando la idea de Buffon la Tierra como una bola

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    11 Preparado por Patricio Barros

    incandescente que se enfriaba de a poco, y afinando los clculos, confirm la cifra

    de Philips: noventa y ocho millones de aos. Con reservas: Kelvin admita que el

    clculo era slo aproximado. Y estableca como edad mnima para la Tierra veinte

    millones de aos. Y como edad mxima, nada menos que doscientos millones!

    Era mucho? Era poco? Cmo poda saberse? Hacia fines de siglo, el ingls John

    Joly trat de evaluar la edad de los ocanos mediante su contenido en sal y tambin

    la estim entre noventa y noventa y nueve millones de aos, digamos cien, que se

    convirtieron casi en un artculo de fe, y los cientficos se aferraron con uas y

    dientes a esa cifra. Cien millones de aos!

    Pero todava era poco: hacia principios de este siglo, el gelogo ingls Arthur

    Holmes, utilizando los mtodos radiactivos que acababan de descubrirse, hizo una

    estimacin de mil seiscientos millones aos de edad.

    Pareca una barbaridad, y sin embargo, todava era poco. El mismo Holmes, ms

    tarde, mejor las tcnicas de datacin, y elev la edad de la Tierra a cuatro mil

    quinientos millones de aos, la cifra que manejamos hoy.

    5. La sociedad de la tierra plana

    En 1870, un tal John Hampden apost una buena suma de dinero diciendo que

    nadie era capaz de demostrarle que la Tierra es esfrica. Alfred Rusell Wallace, el

    gran bilogo ingls que, junto con Darwin, descubri que el motor de la evolucin

    de las especies es la seleccin natural, recogi el guante. Hizo un experimento en el

    Canal de Old Bedford, mostr que la superficie del agua no era un plano sino una

    curva convexa y as gan la apuesta. Pero Hampden repiti el experimento, logr

    "otros" resultados, e inici una campaa publicitaria contra "El fraude del Canal de

    Bedford".

    George Malincox, Historias del planeta Tierra, 1903

    El mundo, Luca, es curioso y la gente a veces cree cosas extraas: aunque parezca

    mentira, existe una Sociedad de la Tierra Plana, que, an hoy, sostiene

    precisamente eso, que la Tierra es plana, y que se jacta de contar entre sus filas a

    ms de doscientos "cientficos". Aunque hace ms de dos mil aos que se midi la

    circunferencia de la Tierra, aunque se dio una vuelta completa a ella por agua, aire

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    12 Preparado por Patricio Barros

    y desde el espacio, los miembros de la Sociedad de la Tierra Plana no se dan por

    vencidos.

    En realidad, despus del colapso de la compleja civilizacin romana en los siglos IV

    y V, los rastros de la maravillosa astronoma griega se olvidaron tambin, y muchos

    escritores volvieron a ideas abandonadas varios siglos antes. A Lactancio, por

    ejemplo, que vivi en los siglos III y IV de nuestra era, la Tierra esfrica le pareca

    un disparate: "Existe alguien suficientemente extravagante para estar convencido

    de que existen hombres que tienen los pies para arriba y la cabeza para abajo, de

    que las hierbas y los rboles crecen descendiendo y la lluvia y el granizo caen

    subiendo?", escribe en sus Instituciones divinas. Ocurra que tanto Lactancio como

    el filsofo cristiano San Agustn (354430) sostenan que, segn la Biblia, la Tierra

    era plana; tomaron esta idea al pie de la letra y volvieron a pensar que nuestro

    planeta era un disco chato. De hecho, una buena parte de los mapas medievales

    mostraban a la Tierra como un compactdisc, con Jerusaln en el centro y un gran

    ocano que rodeaba todo.

    Creer que hay un libro o una persona que dice toda la verdad sobre todo, o que

    tiene todas la explicaciones sobre todo, Luca, es una idea peligrosa, porque no

    admite la discusin, el intercambio, ni la creatividad: si ya est todo all!

    Bueno, pero eso pas, y apenas el conocimiento astronmico y geogrfico griego

    volvi a Occidente, transmitido por el gran imperio rabe, se recuper la idea de la

    Tierra esfrica, se hicieron mapas ms precisos, y se empez a explorar el globo.

    Nadie volvi a pensar en la Tierra plana (con la posible excepcin de Huckleberry

    Finn) hasta que alrededor de 1890, un seor llamado John Alexander Dowie fund

    la Comunidad de la Tierra Plana en Illinois, Estados Unidos, dedicada a hacer

    propaganda para una fantstica teora segn la cual la Tierra es un disco chato, con

    el Polo Norte en el centro, rodeado de una muralla de hielo, el Sol es pequeo (50

    kilmetros de dimetro un poco ms grande que la ciudad de Buenos Aires) y est

    a slo cinco mil kilmetros de distancia. Por supuesto, los miembros de la Sociedad

    no podan explicar cmo las expediciones a la Antrtida eran incapaces de encontrar

    ese paredn helado, pero ese pequeo detalle nunca les preocup demasiado.

    La Sociedad de la Tierra Plana todava existe y hasta publica una revista: Noticias

    de la Tierra Plana, donde su honorable presidente, Charles Johnson, escribi que los

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    13 Preparado por Patricio Barros

    cientficos son mentirosos y "viciosos enloquecidos", que los viajes espaciales eran

    una patraa, y cuando le mostraron las fotografas de la Tierra tomadas desde el

    espacio, donde se la ve como una esfera, contest que eran simples trucos

    fotogrficos. Tambin exigi que el gobierno norteamericano proclamara

    oficialmente que la Tierra es plana, pero, por lo visto, no le hicieron caso.

    En fin: hay una multitud de ideas extravagantes. Hay quienes siguen pensando que

    la Tierra es un rectngulo, hay quienes creen que la Tierra es hueca, con agujeros

    de acceso por los polos, y que adentro hay otro Sol que alumbra a las razas

    "interiores" (en 1918, un oficial retirado del ejrcito norteamericano, John Cleaves

    Symmes, intent organizar una expedicin al Polo para probar que la Tierra estaba

    formada por una serie de esferas concntricas, todas huecas) y no faltan quienes

    dicen que la Tierra es cncava: hay ideas y formas de la Tierra para todos los

    gustos.

    Pero estas ideas exticas, Luca, se parecen en nada a los antiguos y hermosos

    mitos que forjaron los hombres cuando ensayaron las primeras explicaciones con los

    elementos que tenan a mano e inventaron sistemas y cosmogonas muy bellas y

    complejas. Son simplemente ocurrencias ni siquiera muy originales que niegan

    el conocimiento humano, siglos de pacientes esfuerzos y difciles estudios, y no

    aceptan la inteligencia del hombre y su maravillosa capacidad de conocer.

    Noticia sobre Huckleberry Finn

    De paso sea dicho, el fragmento de Mark Twain donde Huck razona sobre la

    esfericidad de la Tierra, muestra la distancia entre los conocimientos de la gente

    ilustrada y las creencias populares. Tom Sawyer en el extranjero fue escrito (y

    transcurre) en el siglo XIX, y ayuda a entender que apareciera un grupo como la

    Sociedad de la Tierra Plana. Ocurra que mucha gente no estaba al tanto de los

    adelantos conseguidos en los ltimos dos milenios.

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    1 Preparado por Patricio Barros

    Captulo 2

    Pases imaginarios

    Jorge Luis Borges invent una regin inexistente, Uqbar, y luego un planeta: Tlnn.

    Ursula K. Le Guin cre el Ducado de Orsinia, ubicado en el centro de Europa y

    trazado, en lneas generales, sobre el Imperio Austrohngaro: algo alemn, algo

    eslavo, algo balcnico y algo italiano. En una de sus ciudades, Fontenoy, transcurre

    uno de los ms bellos cuentos que se puedan imaginar: An die Musik. Lewis Carroll

    invent el Pas de las Maravillas, que tanto te gusta, Luca, y el Pas detrs del

    Espejo; John R.R. Tolkien dibuj, para su Seor de los Anillos, una geografa

    completa; James Matthew Barre, el autor de Peter Pan, nos dio el Pas de Nunca

    Jams.

    Y quin no so alguna vez con un pas inexistente, con un pas imaginario?

    Los amantes de la literalidad y los fanticos de la televisin se empean en buscar

    la exacta ubicacin de pases inexistentes y reducirlos a meros lugares geogrficos,

    al alcance de autopistas, shoppings y documentales de la National Geographic. Qu

    quedara del Pas de las Maravillas si la Reina de Corazones decidiera entrar a un

    McDonald's y convidar a Alicia con una hamburguesa? Lo mejor que tienen los

    pases imaginarios es esa exquisita y difcil capacidad de no existir.

    JEAN BURNOIT, 1979

    El Reino del Preste Juan es un problema estrictamente personal dijo el viajero;

    se haba filtrado fugazmente entre bambalinas; se encaminaba, ostensiblemente,

    hacia el claro de un bosque.

    Quin es este viajero que se encamina a un claro del bosque?

    Pronto sabremos

    1. El Reino del Preste Juan

    Yo he estado en el grande Reino del Santsimo Preste, y toqu el Collar y me vi

    reflejado en el Espejo que refleja todos los Espejos, y vi ese objeto secreto y

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    2 Preparado por Patricio Barros

    conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningn hombre ha mirado:

    el inconcebible universo.

    Adso de Reims, Viajes, circa 1285

    El dimetro del Aleph sera de dos o tres centmetros, pero el espacio csmico

    estaba ah, sin disminucin de tamao. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi

    las muchedumbres de Amrica, vi el reino del Preste Juan, vi una plateada telaraa

    en el centro de una negra pirmide...

    Arvalo Fuentes, Borges apcrifo, s/f

    Sospecho que si uno se pone riguroso, cualquier pas es en cierto modo inexistente,

    pero lo cierto es que en la Edad Media, los lugares imaginarios gozaban de un

    prestigio inmenso, algo parecido a lo que pasa hoy con los parques nacionales y las

    reservas ecolgicas.

    En realidad, los lugares que no existen son una vieja prctica humana. Suelen

    nacer, como casi todos los lugares, de una referencia, de un relato, una reliquia,

    una alusin que corre de boca en boca y luego adquiere espesor geogrfico en

    manos de cartgrafos propensos a la fantasa y que confunden sutilmente la

    teologa y los mapas.

    El Reino del Preste Juan, uno de los lugares imaginarios ms buscados de la Edad

    Media, naci de una carta: alrededor de 1165, apareci en Europa el texto de un

    mensaje enviado por un tal "Preste (presbtero) Juan" a Emanuel I, emperador

    bizantino, y al Rey de Francia, en la que les hablaba de su reino y les prometa

    ayuda para conquistar el Santo Sepulcro.

    Naturalmente, la carta del Preste Juan era una mera falsificacin, que mezclaba los

    milagros de Santo Toms, los viajes de Simbad el Marino y romances sobre

    Alejandro Magno; pero tuvo un xito rotundo: en un mundo sin diarios, sin radio ni

    TV, y ni siquiera Internet, se realizaron montones de traducciones, y se crey a pie

    juntillas en todo lo que deca, hasta darle al remitente la cualidad etrea de lo

    deseado.

    Dnde estaba el Reino del Preste Juan, quien dicho sea de paso descenda

    nada menos que de los tres Reyes Magos? Nadie lo saba muy bien, en una poca

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    3 Preparado por Patricio Barros

    en que casi nada se saba muy bien, pero andaba, decan, por el extremo Oriente,

    ms all de Persia y Armenia.

    Escuchemos la descripcin de Adso de Reims:

    En realidad, ms que un reino, era un verdadero imperio, que comprenda cuarenta

    poderosos reinados y la gran Feminia, gobernada por tres reinas y defendida por

    cien mil mujeres armadas, adems de los pigmeos que luchaban con los pjaros y

    arqueros mitad hombres y mitad caballos. Haba gusanos que vivan en el fuego y

    producan hebras que se lavaban quemndolas; aves, llamadas grifos, que podan

    transportar un buey o un caballo a su nido para alimentar a los polluelos, y otras

    con alas afiladas como navajas, llamadas ylleriones de las que haba slo dos, vivan

    setenta aos y se sumergan en el mar. En una provincia del pas, habitaban

    hombres con cuernos, un ojo delante de la cabeza y tres atrs.

    Pero qu hace Adso de Reims interviniendo tan activamente en este libro?

    Ya nos enteraremos.

    El Preste Juan no tena microcomponentes ni compacts, ni horno a microondas, pero

    s artefactos igualmente asombrosos: un espejo mgico, fuentes encantadas y

    aguas que provenan de ros subterrneos y que cuando vean la luz se

    transformaban en piedras preciosas y un collar con tales poderes que quien lo

    encontrase dominara las naciones de frica.

    No haba agua corriente ni electricidad, pero tampoco haba pobres, ladrones y

    avaros, ni aduladores, ni viciosos, ni mentirosos, ni peleadores, ni pecado.

    No poda haber pecado, con un espejo que refleja todo lo que sucede dijo el

    viajero.

    Y el viajero? Qu hace aqu?

    Un lugar perfecto dijo Adso.

    Supongo que apenas vea algo malo (o simplemente algo que no le gustaba) el

    Preste mandaba la polica y liquidaba el asunto. Ms que un lugar perfecto, me hace

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    4 Preparado por Patricio Barros

    pensar en 1984 de Orwell dijo el viajero con un sistema de vigilancia total sobre

    la vida privada, y me resulta un tanto totalitario.

    Pero a los exploradores medievales les encantaba, y no se cansaron de buscarlo: a

    veces lo confundieron con el inmenso Imperio Mongol de Gengis Khan.

    S. Pero en el ya bastante moderno siglo XVI, en plena poca de los grandes viajes,

    el mismsimo Enrique el Navegante, rey de Portugal, amante de las artes y las

    ciencias, que no tena nada de medieval y que envi una expedicin para llegar a

    las Indias por el oeste setenta aos antes de Coln, estaba convencido de su

    existencia y lo busc activamente: explor el Congo, el ro Senegal, el Nger y el

    Gambia, e incluso envi emisarios a Jerusaln preguntando por el Preste.

    Obviamente, no tuvo xito, y en Jerusaln contestaron que nunca haban odo

    hablar de ese seor.

    No haba, por lo visto, rastros del Reino del Preste Juan, pero muchos cartgrafos

    siguieron creyendo en l: en algunos mapas holandeses de 1573, el Reino del

    Preste Juan aparece ubicado en Abisinia, y en 1570, cuando Ortelio que junto con

    Mercator fue el primer cartgrafo moderno public su gran Atlas, incluy el

    fabuloso reino.

    Que en realidad, ya no daba para ms, y muy pronto se esfum decorosamente;

    hoy en da ya no quedan ni rastros: fue sustituido por parasos igualmente

    legendarios y ms banales, como el ciberespacio, la aldea global y la economa de

    mercado.

    2. La Atlntida

    No existas nunca.

    Te prefiero as.

    Alan Lerner (The Knillings)

    Haba una isla delante de ese lugar que llamis vosotros las columnas de Hrcules,

    y que en siglos por venir ser nombrado como estrecho de Gibraltar. Esta isla era

    mayor que la Libia y el Asia unidas. En esta isla Atlntida, unos reyes haban

    formado un imperio grande y maravilloso, que era seor de la isla entera y tambin

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    5 Preparado por Patricio Barros

    de muchas otras islas y partes del continente, posea la Libia hasta el Egipto y la

    Europa hasta la Tirrenia. Ahora bien, esa potencia, concentrando una vez todas sus

    fuerzas, atac nuestra patria, Atenas, que venci a los invasores y se alz con la

    victoria. Pero en el tiempo subsiguiente hubo terribles temblores de Tierra y

    cataclismos. Durante una noche horrible, la isla Atlntida se abism en el mar y

    desapareci. He ah por qu todava hoy ese mar de all es difcil e inexplorable,

    debido a sus fondos limosos y muy bajos que la isla, al hundirse, ha dejado.

    Platn, Critias

    Si bien el Reino del Preste Juan domin la imaginera geogrfica medieval, la

    Atlntida es probablemente el ms famoso y antiguo de los lugares fantsticos de

    Occidente y el que persisti con ms tenacidad. En cierto modo, ya se ha

    incorporado al imaginario colectivo: nada menos que un continente hundido!

    Parece que el inventor de la Atlntida fue Platn, el gran filsofo griego que vivi

    entre el 428 y el 348 antes de Cristo, pero no sera raro que Platn haya tomado

    alguna tradicin anterior, referida a la isla de Creta y la civilizacin minoica, que

    floreci mil quinientos aos a. C, y que termin bruscamente debido a una invasin

    o a un terremoto: los mitos ruedan y se transforman.

    Lo cierto es que en uno de sus dilogos, Timeo, y en el fragmento que se conserva

    de Critias, imagina la Atlntida como un reino fabuloso que haba existido nueve mil

    aos antes de su propia poca, que fue vencida por el Estado ateniense y que tras

    un inmenso cataclismo se hundi en el mar. En realidad, Platn mismo us la

    Atlntida como un lugar imaginario, pero lo cierto es que la historia cobr vuelo

    propio y se transform en un portentoso mito que perdur mucho ms de lo que

    mereca y que dio pie a toda clase de ideas extravagantes.

    No he odo hablar de la Atlntida dijo Adso de Reims.

    Bueno dijo el viajero. Es normal que est razonablemente eclipsada en estos

    tiempos medievales, en el centro de una civilizacin poco afecta a lo martimo. Pero

    tendr una brusca revitalizacin durante la conquista de Amrica.

    Amrica... dijo Adso. Qu es Amrica?

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    6 Preparado por Patricio Barros

    Muchos "estudiosos" del nuevo continente pensaron que Amrica era la Atlntida y

    que su poblacin y grandes civilizaciones descendan directamente de all. Hasta el

    siglo XVII se dibujaron mapas que la ubicaban en el Ocano Atlntico y en algunos

    casos se la segua confundiendo con Amrica. Despus eso pas, aunque en los

    tiempos modernos hubo varios empedernidos buscadores del continente hundido.

    Un caso notable de fanatismo fue el de Ignatius Donnelly, gobernador del estado

    norteamericano de Minnesota, que en 1882 public El mundo antediluviano, donde

    recopilaba toda informacin posible sobre la leyenda, aun los datos ms absurdos, y

    sostena que la Atlntida haba sido la cuna de las civilizaciones americanas,

    europeas y de Egipto. Otro atlantista fantico, Lewis Spencer fue ms lejos y afirm

    que el hombre del Cro-Magnon, antecesor del hombre moderno, era un atlante

    emigrado. Hubo un intento ms o menos serio de darle contenido histrico al mito:

    en 1969, Galanopoulos y Bacon trataron de mostrar que Platn se bas en hechos

    histricos y que, en realidad, su relato corresponda a una erupcin que destruy la

    isla de Thera que tambin se llama Santorini, en el Mediterrneo, perteneciente

    a la civilizacin minoica.

    Un poquito antes de eso, en los 60, un grupo de buzos descubri unos bloques de

    piedra caliza cerca de la isla Bimini, en las Bahamas, y proclamaron que haban

    dado con partes de un muro y un camino de la Atlntida.

    Los arquelogos y gelogos destruyeron el fraude: result que la piedra caliza haba

    sido transformada por la erosin y la sedimentacin en planchas lisas y rectas y los

    muros constaban de hormign endurecido, posterior al ao 1800, supuestamente

    debido a la cada de barriles con cemento que fragu sumergido.

    Los mitos, Adso dijo el viajero, son los mitos: cuando uno quiere

    transformarlos en literalidad (en vez de literatura), pierden su encanto y muchas

    veces terminan sin gloria.

    3. El continente del sur

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    7 Preparado por Patricio Barros

    Esa noche visitamos la Biblioteca Nacional. En vano fatigamos atlas, catlogos,

    anuarios de sociedades geogrficas, memorias de viajeros e historiadores: nadie

    nunca haba estado en el Continente del Sur.

    Arvalo Fuentes, Borges apcrifo, s/f

    Nada,

    nada,

    nada.

    Albert Camus, Calgula

    Quien recuerda ahora el Continente del Sur? Yo lo he entrevisto en el fondo del

    espejo que duplicaba innecesariamente un corredor de la quinta de Adrogu. La

    imagen era confusa, pero ha sobrevivido al tiempo y la ceguera. Recuerdo, entre

    otras cosas, su color fuertemente amarillo.

    Arvalo Fuentes, Borges apcrifo, Buenos Aires, s/f

    La obsesin por la simetra, que nos ha deparado beneficios tan dispares como el

    calidoscopio y la impecable armona de las construcciones clsicas, en cierta ocasin

    nos ofreci un continente entero. No es poco, y hay que valorarlo en su justa

    medida: y aunque el Continente del Sur no persista ni siquiera en la nostalgia (si

    bien hay quienes aseguran haberlo visto en sueos o en el fondo de habitaciones

    poco iluminadas), tiene sentido rescatarlo para restablecer el equilibrio de la

    memoria. sta es, pues, la historia de un continente que nunca existi.

    Naci de un razonamiento en cierto sentido impecable: si al norte del ecuador haba

    una gran masa de tierra, por qu no haba de haberla en el sur para equilibrar las

    cosas de este mundo y darnos tranquilidad? En el ao 43, el gegrafo Pomponio

    Mela imagin (y represent) un continente austral. Ptolomeo tom la idea, y as

    como nos leg esferas de cristal en los cielos, girando en torno a una Tierra inmvil,

    nos depar en sus mapas una "gran Tierra austral" que se extenda desde el sur de

    frica hasta Nueva Guinea y Java, unindose a Asia por el este: una terra incognita

    que fue parte del credo geogrfico durante siglos.

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    8 Preparado por Patricio Barros

    Pero cuando, en febrero de 1488, el portugus Bartolom Dias dobl el cabo de

    Buena Esperanza, mostr que, obviamente, frica no continuaba hacia el Sur.

    Magallanes tampoco tropez con ningn continente austral durante su viaje de

    circunnavegacin. Dnde estaba entonces el continente perdido? Empezaba a ser

    evidente que, aunque nadie se atreviera a asegurar que el Continente del Sur no

    exista, por lo menos exista poco. Sin embargo, en el primer Atlas moderno, de

    Ortelio, la regin polar sur corresponde a la Terra Australis, con el pudoroso

    agregado de nondum cognita ("todava sin descubrir") y durante todo el siglo XVII

    los europeos continuaron incluyndolo en los mapas.

    Y buscndolo, pero en vano: se dobl el cabo de Hornos, se examinaron

    cuidadosamente Australia y Nueva Zelanda, pero nada; el elusivo continente no

    apareca.

    Entonces vino el capitn Cook. Sucedi que en 1769 deba ocurrir un trnsito de

    Venus (cuando Venus cruza el disco solar), un fenmeno que permitira medir la

    distancia entre la Tierra y el Sol; la Royal Society de Inglaterra plane entonces una

    expedicin a Tahit, para observar el pasaje, y el gobierno ingls pens que se

    trataba de un excelente pretexto para explorar la fabulosa Tierra del Sur. El capitn

    Cook, al frente de la goleta carbonera Endeavour ("Esfuerzo"), lleg a Tahit el 10

    de abril de 1769, y despus de liquidar satisfactoriamente las observaciones

    astronmicas, explor con meticulosidad Nueva Zelanda, pero comprob que all no

    haba nada, o por lo menos no haba ningn continente, aunque s encontr la

    barrera de dos mil kilmetros de arrecifes en la costa nordeste de Australia, la

    mayor estructura construida por seres vivos no humanos. En 1771, estaba de

    regreso en Inglaterra con las manos vacas.

    Pero las cosas, Luca y en especial los continentes, no desaparecen por un

    simple viaje; del mismo modo que el unicornio, la Atlntida, o la Tierra Plana, el

    Continente del Sur no slo era un mito sino que era como corresponde a

    semejante volumen de tierra un mito masivo, tena una enorme inercia y se

    resista a morir. As fue que Cook recibi la misin de organizar un segundo viaje

    para buscarlo: tena que circunnavegar la Tierra en la latitud ms austral posible.

    Planteadas as las cosas, el Continente del Sur esta vez no se poda escapar.

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    9 Preparado por Patricio Barros

    Cook parti nuevamente en 1772, lleg ms all del Crculo Polar Antrtico, tan al

    sur como se lo permitieron los hielos, explor las islas del Pacfico Sur, Nueva

    Caledonia, las Islas Sndwich y Georgias del Sur. Como siempre, nada. En 1775,

    regres a Inglaterra. La bsqueda haba sido meticulosa e intil. Y ahora s: el

    Continente del Sur haba dejado de existir.

    4. La Isla de Pascua

    Luca: ni la Atlntida ni el Reino del Preste Juan existieron nunca, pero la Isla de

    Pascua s que existi y existe y durante mucho tiempo fue un misterio tan

    grande, que dio lugar a toda clase de historias fantasiosas.

    Si lo pensamos bien, no es para menos: se trata de un pequeo trozo de tierra de

    poco menos de cuatrocientos kilmetros cuadrados, aislado, solo en el medio del

    Ocano Pacfico, casi deshabitado y desprovisto de vegetacin, a dos mil kilmetros

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    10 Preparado por Patricio Barros

    del territorio poblado ms prximo otra isla, y a ms de tres mil kilmetros de la

    costa oeste de Amrica del Sur: un punto en la inmensidad del mar. Y en ese lugar

    que parece desconectado de cualquier otro, los mohais, inmensos colosos de piedra,

    de ms de seis metros de altura, mirando hacia el horizonte. De dnde salieron?

    Quin los construy?

    Durante aos fue un enigma que pareca no tener solucin: el almirante holands

    Roggeven primer europeo que visit la isla el domingo de Pascua de 1722

    encontr una sociedad de tres mil personas en estado primitivo viviendo en cuevas

    y chozas de junco, sumidas en guerra permanente y debiendo recurrir al

    canibalismo para sobrevivir, en un medio hostil donde no creca un solo rbol. Ms

    tarde, la isla fue ocupada por Espaa con desgano: salvo los mohais, all no haba

    nada interesante. Despus los habitantes fueron deportados con la excepcin de

    algunos ancianos y nios y finalmente la isla fue anexada por Chile, que la

    transform en territorio de pasturas para las ovejas de una empresa britnica.

    Y el misterio creci en la imaginacin: nadie poda entender cmo un pueblo tan

    primitivo haba conseguido erigir esas estatuas inmensas, ni de qu

    manera las haban transportado hasta el lugar donde estaban. Se tejieron las

    hiptesis ms inverosmiles que, como es de suponer, incluyeron a los siempre

    invisibles extraterrestres.

    Y entonces entraron en accin la antropologa comparada y la arqueologa con su

    artillera supermoderna y consiguieron esbozar un relato aceptable de lo que pudo

    ocurrir.

    La historia, segn se cree, fue ms o menos la siguiente: el primer pueblo que

    habit la isla lleg en el siglo V de nuestra era; eran polinesios no ms de veinte o

    treinta personas y viajaban en canoas dobles unidas por una pequea superficie

    donde transportaban algunos pertrechos, batatas y pollos. Encontraron volcanes ya

    inactivos, pocas especies de plantas y animales insectos, lagartijas y ningn

    mamfero, en medio de un panorama completamente cubierto de bosques.

    Seguramente, clarearon algunos terrenos donde se dedicaron al cultivo de batata y

    a la crianza de pollos, mientras desarrollaban una estructura social compleja que

    ira creciendo desde pequeas familias hasta complicados linajes agrupados en

    clanes, cuyo poder comenz a manifestarse en la construccin de lugares sagrados,

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    11 Preparado por Patricio Barros

    abu, que ms tarde se comprobestaban orientados con precisin hacia puntos

    astronmicos determinados, prueba del desarrollo cultural que haba alcanzado la

    sociedad. Y, naturalmente, los mohais. La poca en que fue ms intensa la

    construccin de estas estatuas coincidi con el pico poblacional de la isla se

    estima en siete mil habitantes hacia el siglo XVI, iniciando una dinmica que

    llevara todo al desastre: cada vez se necesitaba consumir ms y ms madera ya

    sea para abonar la tierra, para servir de combustible y sobre todo para el

    transporte de las enormes estatuas de piedra que se arrastraban rodando sobre

    troncos desde las canteras hasta los lugares de culto arquelogos de mirada

    ultrafina lograron detectar sobre el terreno las muescas de aquel penoso arrastre.

    Seguramente, aument la rivalidad y la lucha entre los clanes por los escasos

    recursos que quedaban especialmente los rboles, que termin en la

    deforestacin completa de la isla.

    Fue fatal: signific el agotamiento del medio ambiente y la sociedad que sobre l se

    haba levantado se desplom. Al no tener madera, se dejaron de fabricar casas, la

    gente se refugi en cuevas, ces la produccin de canoas y la isla qued

    incomunicada en medio del Pacfico, al tiempo que la falta de abono para la tierra

    marc un descenso en el rendimiento de los cultivos.

    Y ya no se poda seguir con la construccin de mohais, ahora imposibles de

    transportar debido a la escasez o llanamente ausencia de rboles: el impacto

    socio-cultural debi haber sido devastador; se derrumb el tejido simblico el

    sistema de creencias que sostiene a una sociedad de manera invisible y se

    intensific la lucha por los restos del botn natural.

    En solamente un siglo, la poblacin descendi rpidamente, lugares de culto fueron

    abandonados y las estatuas derribadas. La memoria tecnolgica de la isla

    desapareci junto con los rboles. Cuando ms tarde se les pregunt a los

    habitantes cmo haban transportado las enormes estatuas desde las canteras hacia

    los lugares de culto, contestaron que los mohais "haban cruzado la isla caminando".

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    1 Preparado por Patricio Barros

    Captulo 3

    El mundo subterrneo

    Yo saba bien que, segn las teoras ms aceptadas, la corteza mineral del globo

    jams est en un estado de reposo absoluto; las modificaciones aportadas por la

    descomposicin de las materias internas, la agitacin procedente de las grandes

    corrientes lquidas, la accin del magnetismo, tienden a sacudirla incesantemente,

    aunque los seres diseminados en su superficie no sospechen siquiera su agitacin.

    JULIO VERNE, Viaje al centro de la tierra

    Grandes son los misterios del mundo subterrneo dijo Adso de Reims, brotan

    de la tierra vapores hmedos y calientes, y se arrastra all el basilisco, que puebla

    de terror mis noches, dibujando el mensaje de Satn.

    Y sin embargo contest el viajero, nada de lo que imaginas es comparable a lo

    que sucede all abajo, y ni el basilisco ni el ms brutal de los demonios tienen

    siquiera una parte mnima de las fuerzas que bajo nuestros pies trabajan y se

    mueven.

    1. Balada del centro de la tierra

    El mundo subterrneo, Luca, fue siempre una fuente de misterio y horror, el lugar

    de las serpientes, los gusanos y los muertos: todas la tradiciones inventaron alguna

    descripcin del paisaje subterrneo y la balada "Earth and You" (La Tierra y t), del

    grupo rockero ingls The Knillings entronca con esas antiguas leyendas. Al fin y al

    cabo, muchos de los fenmenos que afectan de manera directa a la vida humana,

    como los terremotos, las erupciones volcnicas o las fuentes de minerales, tienen su

    origen en ese enigmtico "mundo inferior".

    Durante siglos, se pens que en el centro de la Tierra arda un fuego permanente;

    all abajo estaba situado el Hades de los griegos y para la cosmogona cristiana, el

    Infierno; era el hbitat predilecto nada menos que de Lucifer. Pocos humanos se

    aventuraron en el mundo subterrneo: el descenso al interior de la Tierra fue,

    tradicionalmente, tarea de mineros, semidioses como Orfeo, espelelogos

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    2 Preparado por Patricio Barros

    (exploradores de cavernas, en cierto modo lo contrario de los alpinistas), poetas

    como Dante, nias soadoras como Alicia, que cae por un profundo hoyo hacia el

    Pas de las Maravillas, o novelistas como Julio Verne, que se ocup del asunto en su

    Viaje al centro de la Tierra.

    Pero ninguno de ellos fue ms all (o mejor dicho ms abajo) de la corteza.

    Escuchemos, Luca, "Earth and You", de The Knillings, que nos habla del mundo

    subterrneo.

    Dijo el hombre correcto al otro,

    que vena de abajo.

    "Dnde has estado,

    que sales de las profundidades?

    Qu hay all?

    Yo veo mucha confusin."

    Y el otro tena una vestidura extraordinaria

    y cabalgaba sobre seres que no son de este mundo.

    Corteza, manto y ncleo;

    sa es nuestra verdad.

    "Qu has visto

    en el fondo de la Tierra?",

    pregunt el hombre correcto.

    Es verdad

    que arde all el fuego eterno?"

    "Cruc sin vacilar la roca fundida,

    sin temor de mancharme las manos

    Cuntos kilmetros de magma

    y yo hundindome en lo oscuro!

    Cunto descendimos sin pausa

    hacia el abismo!"

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    3 Preparado por Patricio Barros

    "Y llegaste a las regiones del hierro?",

    pregunt el hombre correcto.

    "Llegu, s, hasta donde el hierro

    arde y burbujea como el agua hirviendo

    que quema tu mano correcta;

    capas sobre capas que fluyen

    arrastrando a las otras: sube el magma

    por el manto ardiendo y arriba

    la geografa se deshace."

    "Qu ms viste, t que cabalgas

    sobre animales de otro mundo?

    Es otro mundo?

    Hay all algn ser infernal que no conozca?"

    "All no hay nada", contest al hombre correcto

    el que vena de las profundidades.

    "All no hay nada que te pueda interesar;

    all arde todo y se cuece

    el suelo que te sustenta".

    "Corteza, manto y ncleo,

    sa es nuestra verdad",

    remat el hombre correcto.

    Y el otro volvi a hundirse en lo profundo.

    2. Viaje a las profundidades

    Corteza, manto y ncleo,

    sa es nuestra verdad.

    The Knillings

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    4 Preparado por Patricio Barros

    "El interior de la Tierra es un enigma", dicen dos famosos versos de Thomas

    Brower, poeta ingls que los estudiosos coinciden en citar como fuente del eterno

    Shakespeare: "enigmticos como t/ son los nervios del subsuelo".

    Enigmtico, s, porque todava es mucho lo que se ignora sobre el interior de

    nuestro planeta. Sin embargo, tambin es bastante lo que se sabe, y la

    configuracin, a grandes rasgos, es la que aparece en la balada del grupo The

    Knillings: corteza, manto y ncleo.

    La corteza terrestre, sobre la cual vivimos y desarrollamos nuestras pequeas

    actividades, es apenas una delgada capa de no ms de cien kilmetros de

    profundidad: nada, si se la compara con el radio terrestre, de unos seis mil

    trescientos kilmetros. Slo una cscara, pues, ms gruesa en las zonas

    continentales y ms delgada en las partes ocenicas.

    Recin debajo de esa fina corteza empieza el verdadero planeta: se extiende el

    manto, que ya es una cosa seria y que llega hasta los tres mil kilmetros de

    profundidad y est formado por rocas en distintos estados de fusin, con nombres

    escalofriantes: eclogitas, peridotitas, komatitas, condritas carbonceas..., cuyos

    componentes, sin embargo, suenan ms familiares: dixido de silicio, xido de

    magnesio, de hierro, de aluminio y de calcio, con un predominio bastante claro del

    silicio y oxgeno. El manto dista de ser un lugar pacfico: las rocas fundidas o

    semifundidas (en especial las de la parte superior) fluyen lentamente, y gigantescas

    corrientes de roca ms caliente que su entorno suben desde las profundidades hacia

    la corteza.

    Debajo del manto, y hasta el mismsimo centro, se extiende el ncleo terrestre, el

    esqueleto de la Tierra, que soporta el peso de todo el planeta: es una gigantesca

    esfera metlica, con un tamao parecido al del planeta Marte. Est formado,

    predominantemente, de hierro, con algo de nquel y una pequea fraccin de otros

    elementos como oxgeno, azufre o potasio. La parte externa del ncleo es lquida

    (fluida), y su parte interna, slida.

    En cuanto a su temperatura, infunde respeto: en la frontera entre el ncleo y el

    manto, 3.300 grados, en el lmite entre la parte lquida y slida del ncleo, nada

    menos que 6.600 grados, es decir, ms que la temperatura en la superficie del Sol.

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    5 Preparado por Patricio Barros

    Corteza, manto y ncleo: la Tierra, en suma. Aunque en los ltimos aos, con la

    teora de tectnica de placas, se pudo averiguar mucho de lo que ocurre bajo

    nuestros pies, los puntos oscuros siguen siendo numerosos, y los sutiles

    movimientos de las profundidades (que por supuesto no se pueden ver) deben ser

    adivinados mediante mtodos indirectos y muchas veces hay opiniones

    encontradas.

    Es bueno no olvidar los grandes mitos del Mundo Inferior y, a la vez, seguir la

    tradicin de Brower, Verne y The Knillings, que aportaron su granito de silicio:

    corteza, manto y ncleo, sa es nuestra verdad, Luca, sas son las grandes

    divisiones del mundo subterrneo. Y de ellas, la corteza es la ms insignificante. No

    es nada, en realidad: si la Tierra fuera una naranja, la corteza sera ms fina que la

    cscara. Y sin embargo, sobre esa delgada corteza, Luca, estn los ocanos y los

    continentes, la msica y los libros. Parece ser que nuestro destino es vivir en

    aquellas regiones que no tienen importancia.

    Noticia sobre los movimientos del manto

    Las rocas fundidas del manto se mueven lentamente, aunque en realidad no son

    lquidas, porque la presin es tan enorme, que no se licuan a pesar de que estn

    sometidas a altsimas temperaturas. Se mueven como masas slidas de roca

    fundida.

    Y se mueven bastante: las rocas fundidas ms calientes ascienden desplazando a

    las rocas ms fras, que se sumergen, se calientan y vuelven a subir, en una

    permanente corriente de ida y vuelta.

    Cuando la corteza se desliza y disminuye la presin, las rocas fundidas se licuan y

    forman lo que se llama el magma. A veces, las corrientes ascendentes de magma

    consiguen abrirse paso hasta la corteza: entonces tenemos un volcn, por donde el

    material del manto sale en forma de lava.

    3. Los continentes se mueven

    En uno de los cantos rituales de los aqueos, cuya multiforme confusin dio feliz

    lugar a la tersura de La Ilada, se compara a la aurora con una diosa de rosados

    dedos, y a los continentes con dioses migratorios y errantes. Homero tom la

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    6 Preparado por Patricio Barros

    primera metfora, pero no la segunda, que sin embargo fue recogida por el poeta

    romano Enio Claudio, que la transmiti al Islam. As lleg hasta Las mil y una

    noches, donde se califica a los continentes como "efrits (genios) vagabundos que se

    deslizan alrededor de La Meca". Borges deca que la humanidad dispone de un

    nmero limitado de metforas, que las diversas culturas utilizan como pueden y se

    transmiten unas a otras. Sin necesidad de avalar la teora, sta fue la suerte de la

    primitiva imagen aquea sobre los continentes: despus de las Cruzadas, la idea

    retorn a Occidente, donde se la encuentra con frecuencia en los escritos del siglo

    XVI y XVII, y luego, espaciadamente, a travs de la literatura romntica, y ms

    tarde en un poema prerrafaelista de Arnold Townsend (fines del siglo XIX). En 1912,

    el meteorlogo y gelogo alemn Wegener le dio forma cientfica, al establecer la

    teora de la deriva continental, segn la cual todos los continentes son los restos de

    un supercontinente que haba existido en alguna poca y se haba partido, y cuyos

    fragmentos emigraron hasta darle al planeta su aspecto actual.

    Wegener, lo mismo que muchos otros, haba sido impresionado, tanto por el poema

    de Townsend, como por la sorprendente similaridad de las zonas costeras de frica

    y Sudamrica, que muchas veces parecen encajar como las piezas de un

    rompecabezas. La teora original de Wegener sobre la deriva continental, que

    conceba una corteza terrestre movediza y coqueta, no tuvo mayor aceptacin en su

    momento, y durmi el sueo de los justos hasta hace poco ms de dos dcadas,

    cuando se vio renovada, remozada y reformulada por la moderna concepcin de la

    tectnica de placas, que, aunque con diferencias, le dio la razn a Wegener:

    efectivamente los continentes se desplazan, efectivamente son los retazos de un

    super-continente inicial, el que Wegener llam Pangea, y que empez a fracturarse

    hace trescientos millones de aos y de esa rotura provienen los continentes

    actuales. Hace doscientos millones de aos se abri el Ocano Atlntico y Europa se

    separ de Amrica del Norte, y frica de Amrica del Sur. Australia y la Antrtida se

    alejaron hace cincuenta millones de aos; hace slo treinta y cinco la India choc

    con Asia y se incorpor a ella; hace diez, empez a abrirse el Mar Rojo. Amrica del

    Norte y Sudamrica se unieron, para bien o para mal, hace solamente dos millones

    de aos.

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    7 Preparado por Patricio Barros

    Comparados con la historia de la Tierra, todos estos movimientos son casi

    recientes: el mismo

    Ocano Atlntico, con sus dos centenas de millones de aos parece un recin

    llegado. La tectnica de placas es una herramienta formidable que permite explorar

    el pasado de la Tierra y su cambiante presente. Wegener fue un precursor. Aquellos

    iletrados y violentos aqueos que asediaron Troya y que junto a sus naves hablaban

    de los dioses-continentes errabundos, a su manera, tambin lo fueron. Quiz

    Borges tenga razn, y las metforas, realmente, han nacido en la noche de los

    tiempos.

    4. Placas movedizas

    El concepto de "placa" apareci por primera vez aplicado a la geologa en un artculo

    publicado en 1967 en la revista Nature, donde Dan McKenzie y R. L. Parker

    explicaron la formacin de algunas estructuras existentes en el Pacfico mediante el

    movimiento de "placas rgidas" sobre la superficie de una esfera. Hoy en da, la

    teora de placas est bien fundamentada, se acepta universalmente, y se utiliza

    para la explicacin de buena parte de los fenmenos geolgicos.

    Ocurre que la corteza terrestre (tanto la continental como la ocenica) est formada

    por una docena de pedazos relativamente independientes, las "placas", de unos cien

    kilmetros de espesor promedio (mayor en las regiones continentales, menor en las

    ocenicas), que se desplazan de manera ms o menos rgida sobre la capa inferior a

    la corteza (el manto), como si fueran islas flotantes. No son los continentes los que

    se mueven, como sostena Wegener, sino las placas, que arrastran consigo a los

    continentes. Las relaciones de esas placas entre s, las zonas donde se rozan,

    chocan y se frotan, las regiones donde se crean y se destruyen sumergindose de

    nuevo en el manto (regin inmediatamente debajo de la corteza), explican buena

    parte de los fenmenos geolgicos. Las placas se separan y se hunden unas debajo

    de otras: el ocano Atlntico es el resultado de la separacin de dos placas.

    Ahora bien, si dos placas se separaron produciendo la apertura del Atlntico a razn

    de dos centmetros por ao, a lo largo de doscientos millones de aos, la pregunta

    es: con qu se rellena el hueco que producen al separarse?

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    8 Preparado por Patricio Barros

    Es una buena pregunta, que tiene una buena respuesta tambin: hay una

    interaccin continua y muy dinmica entre las placas y el manto inferior, con un

    permanente intercambio.

    Donde las placas se estn separando, el espacio que queda entre ellas se rellena de

    material a elevada temperatura que fluye hacia arriba desde el manto y que se

    agrega a los bordes de las placas que se separan: son rocas de nueva formacin,

    que se enfran a medida que se alejan de su lugar de origen. Este proceso de

    creacin de nueva corteza tiene lugar en las llamadas dorsales centro-ocenicas. El

    ocano Atlntico se abri a partir de una dorsal.

    Pero si hay un lugar donde se crea corteza, para que el proceso pueda continuar sin

    que la superficie de la Tierra aumente de tamao, en algn lugar la corteza debe

    destruirse.

    Y bien: los cementerios de la corteza terrestre estn ubicados en las fosas

    ocenicas. All las placas se hunden unas debajo de otras (el fenmeno lleva el feo

    nombre de "subduccin"), y el material de la corteza regresa al manto, donde se

    calienta, se funde y reinicia el ciclo.

    As, la corteza terrestre no es una cscara inerte: muy por el contrario, mantiene

    una interaccin permanente con el manto, del cual proviene y al cual regresa. El

    viejo dicho "manto eres y al manto sers tornado" encuentra en la tectnica de

    placas su ms cristalina realizacin.

    Noticia sobre el movimiento de las placas

    frica se est moviendo lentamente hacia Europa, y la presin de la placa africana

    (de la cual Italia es un extremo) sobre el continente europeo, produce el

    levantamiento de los Alpes y los Pirineos. El golfo de Aden se est abriendo a razn

    de 1,5 centmetro por ao. El Mar Rojo es un ocano embrionario.

    5. Mensajeros del mundo inferior

    Y en el horizonte vi un volcn que arrojaba fuego como si de l pudiera escapar

    todo el infierno, y se oa un tronar que erizaba la piel, y el cielo se oscureci, y

    pens que haba llegado el fin del mundo, o que algn ser sobrenatural nos quera

    enviar un mensaje desde el mundo inferior.

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    9 Preparado por Patricio Barros

    Adso de Reims, Viajes, c. 1285

    Nunca compres una casa cerca del crter de un volcn. Albert Hayes, agente

    inmobiliario

    "Mire, me propusieron construir un edificio de cuarenta pisos cerca del crter del

    volcn Krakatoa, pero aunque la idea me entusiasmaba, me dio no s qu... en

    cualquier momento el volcn poda entrar en erupcin y paralizar la obra por meses

    y meses, aos quizs. As que me desentend con una excusa cualquiera".

    Ricardo Gomes Melo, en una entrevista publicada en

    Arquitetura Hoje, Brasil, 1992

    Tanto el consejo de Albert Hayes como la decisin de Ricardo Gomes Melo parecen

    bastante sensatos: los volcanes, como los terremotos, son uno de los psimos

    puntos de contacto del hombre con el interior de su planeta. Los fenmenos

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    10 Preparado por Patricio Barros

    geolgicos son normalmente lentos; la formacin de un ocano o de una cordillera

    se toma sus buenos millones de aos, pero los volcanes (como los terremotos) son

    sbitos y temibles, causan enormes prdidas de vidas, destruyen todo a su

    alrededor y son portentosos despliegues de energa: la erupcin del volcn Santa

    Elena, el 18 de mayo de 1980, por ejemplo, dur pocas horas, pero la energa

    liberada fue equivalente a mil trescientas bombas como la que arras Hiroshima.

    Aunque el vulcanismo es un fenmeno con muchas variantes, y hay muchos tipos

    de erupciones, un volcn, en el fondo, es un cao directamente conectado con las

    profundidades, que nos trae un mensaje terrible del mundo inferior; en ltima

    instancia es un lugar por donde el interior de la Tierra irrumpe en la superficie de

    manera poco pacfica.

    Por el crter de un volcn sale una mezcla pastosa de rocas, total o parcialmente

    fundidas y gases en disolucin (el magma), producida a cien o ciento cincuenta

    kilmetros de profundidad y que asciende a travs de un conducto volcnico: el

    crter del volcn es slo el estadio final del largo viaje del magma y el orificio de

    expulsin de las presiones acumuladas. Cuando el magma entra en contacto con la

    atmsfera, empieza el desastre: los gases se liberan y las rocas fundidas (lava)

    salpican y arrasan todo lo que est a su alcance de manera muy poco agradable.

    Los volcanes no estn distribuidos al azar: la enorme mayora est ubicada en el

    borde de las placas (es decir, en las zonas de mayor actividad geolgica y donde la

    comunicacin corteza-manto es, para decirlo de alguna manera, ms fluida),

    aunque tambin pueden encontrarse volcanes aislados en el interior de las placas.

    Los volcanes de los bordes divergentes (all donde las placas se separan) suelen ser

    de baja explosividad (los volcanes solitarios del interior de las placas comparten

    este estilo). En cambio, en los bordes convergentes (donde las placas chocan, se

    empujan y se hunden unas debajo de otras) el panorama es muy distinto: los

    magmas contienen gases disueltos a altsima presin, que se liberan con genuinas

    pretensiones de catstrofe, con explosiones violentas y chorros que pueden alcanzar

    kilmetros de altura y recorrer enormes distancias horizontales. Estos volcanes

    (como los de la Costa de Fuego, en el Pacfico) no tienen nada de lindo. Incluso

    puede ocurrir que despus de una erupcin, al solidificarse la lava, los conductos

    queden taponados. En la erupcin que sigue, entre el magma que quiere salir y la

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    11 Preparado por Patricio Barros

    lava solidificada que no lo deja, los gases adquieren presiones pavorosas, que

    cuando alcanzan el punto de ruptura producen un verdadero cataclismo. En cuanto

    a los volcanes aislados en el medio de las placas, se cree que estn situados cerca

    de puntos calientes, que son lugares donde hay corrientes fijas de ascenso del

    manto. No son peligrosos, en general.

    Pero hay volcanes que son verdaderamente asesinos, y las consecuencias de sus

    erupciones han quedado (y quedarn) probablemente en la memoria del hombre.

    Una de estas erupciones histricas fue la del Vesubio, en el ao 79, que destruy

    por completo las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. En 1883, la erupcin

    de un volcn prcticamente borr a la isla de Krakatoa del mapa. La ms cruenta en

    este siglo fue la del Monte Pele en 1902 en la Martinica, que arras la ciudad de St.

    Pierre. No hubo sobrevivientes.

    Al Vesubio, antes del gran estallido del ao 79, se lo crea un volcn extinguido,

    porque no se recordaban erupciones anteriores. Los hechos demostraron cun

    equivocada era esta opinin, pero hoy en da tampoco existe un criterio seguro que

    permita predecir si un volcn entrar o no en actividad, y la idea de que un volcn

    est extinguido si se mantuvo en calma durante los tiempos histricos (similar a la

    aplicada por los antiguos romanos) es poco confiable, ya que los ciclos volcnicos

    varan mucho: el Vesubio, por ejemplo, haba atravesado un episodio similar al del

    79, trece mil aos antes.

    Por suerte, la erupcin de un volcn es slo la parte final del proceso volcnico

    total: el ascenso del magma, el infiltrarse por las grietas antes de llegar al crter,

    va acompaado de temblores de tierra y fenmenos diversos que, a veces, pueden

    servir como indicadores, en algunos casos con bastante anticipacin. Hoy por hoy,

    eso es todo lo que se puede hacer: la actividad volcnica forma parte de la vida de

    la Tierra, y no parece, por ahora, haber manera de predecirla.

    6. Nana del volcn

    Nana, nio, nana,

    del volcn enorme

    arrojando lava.

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    12 Preparado por Patricio Barros

    Cenizas oscuras

    por doquier brotaban

    cubriendo los campos

    como fina grava

    que mata al ganado

    y quema las plantas.

    Nana, nio, nana,

    del volcn enorme

    arrojando lava.

    Durmete, clavel,

    que el volcn se comienza a encender.

    Durmete, rosal,

    que el volcn ya comienza a estallar.

    El crter muy fino

    la cumbre astillada

    el tnel enorme

    donde sube el magma.

    Lanzaban ceniza

    ay, cmo lanzaban!

    La sombra corra

    ms fuerte que el agua.

    Durmete, clavel,

    que el volcn se comienza a encender.

    Durmete, rosal,

    que el volcn ya comienza a estallar.

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    13 Preparado por Patricio Barros

    All en lo profundo

    se funden las placas

    y forman burbujas

    de roca incendiada

    que suben cruzando

    la corteza blanda.

    Durmete, clavel,

    que el volcn se comienza a encender.

    Durmete, rosal,

    que el volcn ya comienza a estallar.

    Nube cenicienta

    residuos de magma.

    No vengas, no entres,

    cierra la ventana!

    No cubra la nube

    tu colcha de holanda!

    El nio se duerme.

    El nio descansa.

    Durmete, clavel,

    que el volcn ya comienza a ceder.

    Durmete, rosal,

    que el volcn ya se empieza a apagar.

    7. Terremotos: la tierra tiembla

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    14 Preparado por Patricio Barros

    Y he aqu que el velo del templo se rasg en dos, de arriba abajo; y la tierra

    tembl; y las rocas se partieron y se abrieron los sepulcros. El centurin, y los que

    estaban con l guardando a Jess, visto el terremoto, y las cosas que haban sido

    hechas, temieron en gran manera.

    San Mateo, 27

    La terra trema.

    Luchino Visconti.

    Quin le teme a Virginia Woolf?

    Edward Albee

    Durante mis viajes, en ocasiones tem al Lobo Feroz,

    pero jams a ese o esa tal Virginia Woolf.

    Adso de Reims, Viajes, c. 1285

    Quizs ya nadie le tema a Virginia Woolf, pero el miedo a los terremotos sigue hoy

    tan vigente como en las pocas ms remotas. No hay nada de extrao en esto: los

    terremotos no slo son portadores del desastre; en ellos se conmueve aquello que

    en el trasfondo de la cultura humana representa lo firme por excelencia: la Tierra.

    Todas las religiones antiguas incluan un tem especial referido a los terremotos:

    para la mitologa griega, el responsable era Poseidn, titular de las aguas, que en

    las frecuentes rencillas interdioses (que cada tanto convertan al Olimpo en un

    conventillo) sola conmover la tierra firme y agitar las montaas como muestra de

    furor. En la versin japonesa, la oficina de terremotos estaba a cargo de Na-no-

    Kami, que tambin se ocupaba de la fertilidad y de los minicomponentes, y

    americanamente hablando, en el centro de Colombia existi alguna vez un tal

    Chibchacum, que llevaba la Tierra sobre sus hombros. Cada vez que Chibchacum se

    cansaba de su postura y pasaba la Tierra de un hombro a otro, los colombianos

    tenan terremoto en puerta.

    Aunque la moderna explicacin sobre el origen de los terremotos es diferente, stos

    siguen siendo la zona ms violenta de relacin entre el hombre y la geologa. Los

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    15 Preparado por Patricio Barros

    terremotos asuelan ciudades y dejan vastas regiones en ruinas, causan miles de

    vctimas y privan de vivienda y habitacin a otros tantos miles: el panorama de

    ciudades destruidas, con la gente acampando en calles y plazas cubiertas de

    escombros, con los socorros que no alcanzan, es, desgraciadamente, mucho ms

    frecuente de lo que debera ser si se aplicaran los novedosos recursos de la

    arquitectura.

    Pero lo cierto es que permanentemente se producen temblores de tierra en

    muchsimos puntos de la corteza terrestre, de distinta intensidad y que no salen en

    los diarios. Muchos de ellos son levsimos, y slo delicados aparatos son capaces de

    registrarlos. En realidad, la tierra firme, geolgicamente hablando, es muy poco

    firme, tiene poco de estable, y su caracterstica no es precisamente la quietud.

    Obviamente, los terremotos tienen que ver como todo con las placas tectnicas

    y las zonas de gran actividad ssmica son aquellas donde las placas estn en

    contacto. Efectivamente, las placas pueden chocar de frente o deslizarse de

    costado: estos movimientos generan enormes tensiones de la corteza, que en

    determinado momento superan la capacidad elstica de las rocas. Entonces, stas

    se quiebran, o en los lugares donde hay ya enormes fisuras que separan bloques

    rocosos (fallas), stos se deslizan. El terrible terremoto que en 1971 azot a

    Yungay, Per, y caus cincuenta mil vctimas, fue el producto de la friccin entre la

    placa del Pacfico Este y la de Nazca. Tambin fue un deslizamiento lateral de dos

    placas, a lo largo del sistema de fallas de San Andrs lo que origin el terremoto de

    1906, que devast completamente la ciudad de San Francisco, en EE.UU. Y el mayor

    terremoto conocido, que tuvo lugar en Lisboa el primero de noviembre de 1755, se

    debi a la acumulacin de tensiones que produjo el choque de la placa africana con

    la que soporta al continente europeo.

    La friccin, rozamiento y colisin entre placas no es, sin embargo, la nica causa de

    los temblores de tierra; tambin en el interior de las placas pueden producirse

    tensiones que lleven a la rotura de las rocas y por ende a un terremoto: los

    movimientos ascendentes de material del manto debajo de los volcanes y la