la masoneria primitiva

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S erie de ensayos y reco pil aciones ¿ Q e s L a F r an cmaso ne r í a Pr i m i t i v a? S UP R E M O C O NS E J O D E L R I T O P R I M I T I V O Por Frere  Charles Pompier Traduccion del francés Por S. Bradt y J. Labrador  T o m o 1 ° Actualizaci ón digitalizada por el Q: .H: . Genaro de J esú s Mena Lizama : . 33  Yucatán - México Prólogo del Q:.H:. Ricardo E. Polo : . 33 Mar del Plata - Argentina - Auspiciad o por LogiaRED Editado por la Revista  Hiram Abif edición 2003 El cuadernillo es absolutamente gratuito y de libre circulación

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7/29/2019 La Masoneria Primitiva

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Serie de ensayos y recopilaciones

¿Qué es LaFrancmasonería Primitiva?

S UP R E M O CO NS E J O D E L R I T O P R I M I T I V O

Por  Frere   Charles Pompier Traduccion del francés 

Por S. Bradt y J. Labrador 

 Tomo 1°

Actualización digitalizada por el Q: .H: .Genar o de J esú s Mena Li za ma : . 33

 Yucatán - México

Prólogo del Q:.H:.

Ricardo E. P olo : . 33Mar del Plata - Argentina -

Auspiciad o por

LogiaRED

Ed itad o por l a Revista  Hiram Abif edición 2003

El cuadernillo es absolutamente gratuito y de libre circulación

7/29/2019 La Masoneria Primitiva

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Prólogo a la 3ra. edición,

Rica rd o E. P olo : . 33Mar del Plata - Argentina

¿Qué es LaFrancmasonería Primitiva?

Por Frere Charles Pompier Traduccion del franc é s 

Por S. Bradt y J. Labrador 

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No todos los seres humanos tienen la posibilidad de comportarse contempor á neamente a las ideas que los abarcan y envuelven. Generalmente est á n un tan- to alejados de los acontecimientos, aunque a decir verdad, sufren en s í mismos las consecuencias de los fen ó menos del tiempo que les toca vivir..

La Masones parecieran tener hoy d í a una cosmovisi ó n bastante parcial de los acontecimientos, no porque 

aquellos no los influyan, sino porque much í simos de ellos andan a contramano de los hechos. Como nos ha mencionado un entra ñ able hermano: son como «desertores de la la Historia ».

Los dos ú ltimos siglos han sido nefastos para la Ins- tituci ó n. La Masoner í a ha sido infiltrada, de cuanto desesperanzado ha creido encontrar en ella la expli- caci ó n de sus dudas o la satisfacci ó n de sus anhe- los. Aunque la verdad es que de la Masoner í a pode- mos decir que «es », mientras que a un sector que la integra, cree que la hace o la interpreta.

Las s í ntesis que hoy constituyen los Rituales, en los que adem á s del ceremonialismo se han incorporado 

fragmentos de la Historia y leyendas de la Orden,solo han conseguido que much í simos iniciados ha- yan creido que all í esta todo escrito y que, como en las actuales Universidades del mundo, los «apun- tes » son una nueva forma de acceder al conocimien- to. Y hasta algunos los denominan «catecismos »

De all í que las s í ntesis, mediante las cuales se pre- tende ense ñ ar a los nuevos iniciados, coadyuven a solidificar la mediocridad de algunos, la pachorra de otros y la ignorancia de muchos. De manera que los esbozos mediante los cuales ya desde poco antes de 1717 se han tergiversado historias, leyendas, mitos o ense ñ anzas «verdaderas », por no denominarlas «esot é ricas » de la Orden, finalmente culminan en una 

ignorancia bastante generalizada del origen y desarrollo de la Instituci ó n.

A esta altura de mi vida mas ó nica, me tienen sin cui- dado ciertos anatemas que me son peri ó dicamente endilgados, por sostener posiciones ajustadas al decurso hist ó rico de la Masoner í a y el llamar por su nombre las cosas que pudieran permitirnos tener el esplendor hacedor de los viejos tiempos, mientras se producen debates est é riles o se afianzan pseudo- investigadores que escriben sus libros bajo la regla y la lupa de los modernos censores mas ó nicos, que examinados de lleno, se advierte que no saben nada del origen anterior y actual de la Masoner í a.

Por eso me preocupa investigar en esos  «polvo- rienteos senderos de viejos libros » -como dice un amigo profano que estudia la historia- con el objeto de ir develando los misterios, no solo del or í gen y 

leyenda, sino de los que se ha pretendido, desde poco antes de 1717, tergiversar no solo so- bre los or í genes francma-s ó ni- cos operativos, sino intentando meternos en esa vor á gine teologista, propia de los cl é rigos calvinistas, que con Anderson a la cabeza, cumplieron la mi- 

si ó n de intentar consolidar las monarqu í as absolutistas de su tiempo... y detener el progreso social y pol ì tico encarado por la Orden.

Nos dice uno de los traductores de esta obra, S. Brand,que «...lo que no resulta difícil es hacerles creer a estasalturas, que la Institución Masónica, es contemplativa,mística y estática», conceptos estos bastante ajusta- dos a los de quienes han hecho de la Orden un mar de confusiones, herej í as, separaciones, regularidades e irregularidades, las m á s fuera del á mbito de los reco- nocimientos y bastante dentro de las disidencias es- t é riles y provocadas.

En el desarrollo de este trabajo de Charles Pompier advertiremos, por ejemplo, que «...los movimientos demasas que liberaron a los pueblos del mundo de las cadenasfísicas y mentales, estuvieron encabezados por masones».Y tan sencilla frase encarna una de las m á s grandes problem á ticas de nuestro tiempo, toda vez que des- pu é s de casi 200 a ñ os, seguimos discutiendo si la Masoner í a debe ser o debe parecer.

Aquellos que poco saben de la Historia Mas ó nica, de la verdad de su leyenda o de las vicisitudes, per- secusiones y luchas que desencaden ó en pro de la Liberaci ó n del Hombre, en busca del Progreso y el Ordo ab Chao de su esencialidad, deber í an leer con detenimiento esta obra de Pompier y entender que adentr á ndose en sus conceptos, investigando sobre sus referencias y apart á ndose bastante (y con res- peto) de las s í ntesis ritu á listicas, que son en esencia indicativos del camino a seguir intelectualmente, po- dr í an contribuir a replantearse una nueva operativi- dad, por encima de la inercia y esterilidad de una Orden deteriorada por muchas causas. Tal como lo menciona S. Brandt  «...De esta manera, la Institución podría aspirara recuperar su carácter de impulsora y encauzadora de losmovimientos progresistas de los pueblos, por medio desus afiliados debidamente capacitados y disciplinados porel trabajo constante dentro de las Logias, ajeno a tododogmatismo».

Ahitos de escuchar admoniciones relativas a discuti- 

bles impedimentos de  «hablar de política» de  «dereligión» en los talleres, los reaccionarios de siempre han acallado las voces viriles de muchos patriotas Universales (no circunscripto su patriotismo al territorio propio), sino la voz y las ideas de tantos QQ:.HH..que advertidos de las dificiles circunstancias que padece el mundo, envilecido, dominado por la violencia, la avidez, la usura, las injusticias y nuevos vasallajes de cierta sofisticaci ó n tecnol ó gica, no desean ser «furgones de cola » de resignados, pusi- l á nimes, indiferentes y poco fraternos HH:., que pre- fieren ciertos ejercicios m í sticos, mucho prejuicio y poca conciencia, sobre qué es y para qué es la Masone-ría.

Y si sirviese de algo, recordemos al «I pur si muove »que nos ejemplific ó  Galileo. Entonces. leed y aprended...

Octubre de 20032da. ediciòn

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Supremo Consejo Del Rito Pri-mitivo

¿Que es laFrancmasoneriaPrimitiva?

A todos los Francmasones progresistas de ha- bla española. Logia «Américo Vespucio»

Prólogo de la Primera edición

Entre las sociedades secretas es la masoner í a so- bre la cual m á s se ha escrito, vol ú menes y m á s vol ú - menes, enciclopedias, diccionarios, revelaciones extrasensoriales, miles de tomos, que lejos de acla- rar los origenes y fines de la Instituci ó n Mas ó nica,confunden m á s al verdadero investigador llev á ndolo por un laberinto de corrientes encontradas y cuando cree que ya ha dado con el hilo de la madeja, no tarda en darse cuenta que es el comienzo de uno nuevo, y as í contin ú a como cliente cautivo de este tipo de autores, que con mucho tino simpre dejan al lector en suspenso con supuestos misterios, que seran aclarados en pr ó ximas publicaciones. Este tipo de literatura fantasiosa es lo que la gente quiere y desea leer y busca con af á n en librer í as, nuevos tex- tos, continuaciones de publicaciones anteriores, etc.,pero cada una es un nuevo comienzo, un nunca aca- bar y sin que en ning ú n momento se les aporte algo,porque a estos autores no les interesa aclarar nada sino hacerse ricos.

Es la raz ó n por la cual nos vimos en la obligaci ó n de reeditar esta obra que el autor dedica a los masones 

mexicanos, pero consideramos que va dirigida a todo el estudiante acucioso e investigador, á vido de co- nocimiento, y que a 33 meses del a ñ o 2000 ya no se traga la p í ldora de que la Masoner í a comenz ó en el «Paraiso Terrenal ».

Al reci é n Iniciado, dif í cil es hacerle creer a estas al- turas que la Instituci ó n Mas ó nica, es contemplativa,m í stica y est á tica, cuando la historia le ha ense ñ ado que la acci ó n, los movimientos de masas que libera- ron a los pueblos del mundo de las cadenas f í sicas y mentales, estuvieron encabezados por masones.

Esta obra aclara todas esas dudas y revela el verda- dero origen de la Instituci ó n, que por varios siglos 

fue «El gran secreto masónico»El mason investigador podr á darse cuenta, desde la lectura del primer cap í tulo, que la presente obra es una investigaci ó n seria, basada en hechos historicos 

reales, y no en lucubracio- nes fantasiosas y descabe- lladas, por lo que esperamos que esta nueva edici ó n tenga tanto o mayor é xito que las anteriores, en beneficio de la cultura mas ó nica.

Saber es Poder 

Miguel Ramírez Valdez- M é xico, D.F. 1997 

Prólogo de la segunda edi-ción

La Logia  «Americo Vespucio, Logia-Madre de la Francmasoner í a Progresista de M é xico, reci é n constitu í da, hab í a comenzado a desempolvar ciertos documentos hist ó ricos, olvidados o desconocidos por los masones mexicanos de nuestros tiempos, a fin de organizar su propia existencia con arreglo a las primitivas directrices que la Instituci ó n recibiera de los sabios, humanistas, artistas e intelectuales del siglo XVI, dirigidos por Leonardo de Vinci. No preten- d í a como es natural, dicha Logia-Madre resucitar con ella el aspecto de la Escuela T é cnica o de Ense ñ an- za Cient í fica Superior que tuvo la Francmasoner í a en los primeros siglos de su nacimiento, con la Acade-mia de Arquitectura de Milán y el Colegio de Francia, pues tal misi ó n pedag ó gica fue m á s adelante segregada de sus fines, cuando las Universidades y centros pro- fanos de ense ñ anza librados de la f é rula de la Iglesia,adoptaron el criterio cient í fico experimental en la in- vestigaci ó n y abrieron sus puertas a todos los secto- res de la sociedad. Pero s í pretend í a vivificar otro as- pecto fundamental de la Instituci ó n, devolvi é ndole elcarácter de Escuela de Enseñanza Superior en cuestionesfilosóficas, siguiendo el viejo m é todo de intercambio de conocimientos y pr á cticas seg ú n el cual sus componentes, a la vez de profesores y alumnos, dan a conocer sus diferentes puntos de vista en torno de un problema determinado, lo que permite formar a todos un s ó lido criterio personal, basado en el verdadero conocimiento. De esta manera, la Institu- ci ó n podr í a aspirar a recuperar su car á cter de impulsora y encauzadora de los movi-mientos progresistas de los pueblos, por medio de sus afiliados debidamente capacitados y disciplinados por el trabajo constante dentro de las Logias, ajeno a todo dogmatismo.

El Prop ó sito inicial de la Logia «Americo Vespucio »

se ampli ó posteriormente, al considerar la convenien- cia de que algunos de los documentos que pose í a llegaran a las manos de todos los francmasones pro- gresistas mexicanos. Esta fue la causa de la apari- ci ó n de la obra titulada «¿Que es la Francmasoner í a Primitiva? », editada modestamente. El é xito de la publicaci ó n fue completo, pues a los pocos meses de aparecer se agot ó  totalmente, demostrando el inter é s que suscit ó .

En vista de ello, la Logia-Madre de la Francmasoner í a Progresista Mexicana decidi ó hacer un nuevo esfuer- zo reeditando la obra, esta vez con un prop ó sito m á s amplio; hacerla llegar a todos los francmasones pro- gresistas de habla espa ñ ola, a fin de contribuir a la 

rectificaci ó n del error que desnaturaliz ó los verdade- ros prop ó sitos de la Instituci ó n.J. Labrador 

traductor de la obra 

Supremo Consejo del Rito Primitivo

¿Qué es la Mason er íaPrimitiva?

Por Frere Charles Pompier Traduccido del frances por S. Bradt y j. Labrador 

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Todos los movimientos ideológicos, ya sean filosófi-cos, político-sociales o religiosos, han tenido a travésde la historia una serie de aspectos diferentes ytendencias distintas, en consonancia con los intere-ses de los grupos que los representaban. Ninguna deestas clases ha nacido con una estructura acabada,sin otros precedentes, sino que, por el contrario, sehan ido gestando de acuerdo a circunstancias históri-cas, que la ciencia sociológica pone de relieve para justificarlos.

Así el platonismo tiene sus antecedentes en Pitágorasy otros filósofos y un desarrollo posterior llamadoneoplatonismo, que nace en el siglo III y llega alRenacimiento con Nicolás de Cusa , Ficino , Telesio ,etc. La dialéctica marxista nace en Hegel  y sedesarrolla en Bauer , Feuerbach , y continúa condiferentes tendencias representadas por Berstein ,Plejanov, Kautsky , Lenin , etc. En lo que se refierelas religiones, encontramos entre los judíos, por ejem-plo, las tendencias de los caraitas y los talmudistas y entre los cristianos una infinidad de sectas, conprecedentes en el Gnosticismo y Manique í smo , delas cuales la Iglesia romana seleccionó las«ortodoxas »y proscribió las demás como «herej í as ».

Pues bien, dentro del movimiento francmasónico hahabido el mismo proceso histórico con antecedentesde diversas tendencias en la Masonería operativa librey en las Cofradías y Ordenes controladas por el clero,dedicadas a la construcción. De estos antecedentessurgió el movimiento representado por Leonardo de Vici , continuado en Inglaterra por Moro , Bacon,Hobbes, Locke, etc.; en Holanda por Hugo  Grocio 

y Espinosa ; en la Francia de los Enciclo-pedistaspor Diderot, D’Alembert, Helvetius, Holbach, etc.,en la América colonial por Francisco Miranda , etc.,etc. Al lado de esta tendencia surgió la «herej í a » deAnderson en Inglaterra y otras muchas variantes enFrancia y Alemania, que renunciamos a mencionar.Todas ellas tienen su justificaci ó n hist ó rica, pues,todas ellas representaban intereses determinados.

Ahora bien, el actual francmasón y, especialmente elmexicano, para quien hemos traducido el presentefolleto, que vive en un país y en una época cuyosintereses no son los de Inglaterra, donde nació elmovimiento de Anderson , debe decidir, con conoci-miento de todas las tendencias de la Institución, y

cual es la que está en consonancia con su ideologíaprogresista y con los intereses de su Patria. Proce-diendo así cumplirá la doctrina que se le ensaña en laLiturgia de Aprendiz y que proclama «el derecho depensar y discurrir, de creer o no creer, fundado en elconocimiento de causa, y obrar según dicta la razón, y, noconforme a la astucia o impulso de nuestros primerosdirectores», es decir, de Anderson  y demáscolaboradores de la monarquía constitucional inglesa.En este sentido nos parece que el presente trabajotiene el valor de poner al alcance del francmasónestudioso un aspecto poco conocido de la Franc- masoner í a Primitiva.

Si el francmasón mexicano lee con detenimiento el

contenido de este trabajo, puede llegar a una amargaconclusión: que ha caído en un lazo tendido por unhábil teólogo, que tiene por fin desviar las aspiracio-nes emancipadoras de los pueblos por un caminocontrario a sus intereses vitales. En efecto, el ciuda-

dano revolucionario mexicano, liberal, republicano yanticlerical, es calificado por su ideología de«liberti- no », dentro de la Masonería andersoniana , que loobliga a ser «humilde » y «pacifico s ú bdito del Poder Civil » y, por lo tanto, enemigo de la Revolución. Si elBenemérito Juárez , digno francmasón progresista,hubiera sido un «pacifico s ú bdito », este ciudadanomexicano no sería hoy ciudadano, sino súbdito de lamonarquía de los descendientes del emperador

Maximiliano , al que Juárez fusiló.

Sí a esta conclusión llegara el francmasón mexicano,consideraríamos que nuestro propósito habría sidoplenamente alcanzado, pues lo que pretendemos conla publicación de este trabajo, procedente de laFrancmasoner í a Progresista Francesa , es despertaren él una inquietud, que lo lleve a adoptar una posturafecunda por la Institución y la Patria.

S. Bradt Y J. Labrador   traductores

I. ORIGEN, IDEOLOGIA, FINES Y FORM ASDE ORGANIZACION DE LAS ASOCIACIONESDE LOS CONSTRUCTORES (Masoneríaoperativa) ANTES DE LA APARICION DE LAFRANCMASONERIA.

1. Las escuelas de los misterios de la antigüedad.

Entre los primitivos los Misterios o los Altos Secretosrepresentaban la sabiduría, o sea, la Ciencia deaquellos tiempos. Los Templos no fueron otra cosaque los recintos de las escuelas, donde se practica-ba la enseñanza por los procedimientos que se deno-minaban Iniciaciones. También allí se verificaba el cultoprofano, es decir, ceremonias místicas en honor a laDivinidad adorada por el pueblo ignorante; pero estose hacía en épocas remotas con el propósito deacostumbrar a los pueblos a respetar, tanto losrecintos de los templos como la personalidad de lossacerdotes. La enseñanza, muchas veces, seconfundía con el culto y las Divinidades solían repre-sentar las materias que deseaban descubrir por mediode la Ciencia.

La Iniciación no fue otra cosa que la capacitación delos individuos escogidos para desempeñar los car-gos de sacerdotes y se practicaba gradualmente,sometiendo al candidato a pruebas de resistenciafísica, valor y capacidad intelectual, enseñándole, ala vez, los conocimientos científicos de aquellos tiem-pos y desarrollando en el iniciado el interés por la

investigación de lo desconocido.Los Sacerdotes, o sea, los sabios antiguos, fueronlos profesores de las escuelas de los misterios. Ellos,según expresión antigua, «transmit í an » o «con- fiaban » los «Altos secretos » de la sabiduría de sustiempos a los escogidos, en quiénes se reconocía lacapacidad necesaria para comprenderlos.

Debido a que los idiomas primitivos se componíande muy pocas palabras y a que sus expresiones ca-recían de la exactitud y precisión que demanda laciencia y no se conocían los alfabetos, los profeso-res (sabios antiguos) estaban obligados a enseñarpor medio de instrumentos, símbolos, alegorías, je-

roglíficos, figuras, etc.

El tema principal de la sabiduría antigua se concre-taba al estudio de los misterioso y de los divino, queinfluía bien o mal en la vida humana, es decir, al estu-

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Introducción

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dio de los desconocido que en alguna forma serelacionaba con el bienestar de los hombres, Los astrosy sus agrupaciones, los planetas, los movimientosde éstos, los fenómenos físicos y su influencia en lavida humana, etc., fueron objeto de estudio de lasciencias antiguas que, gradualmente, se convirtieronen las ciencias naturales de hoy. La Astronom í a, la F í sica, la Qu í mica, la Geometr í a, la Aritm é tica tienesu origen en los misterios antiguos .

La fantasía de los sabios antiguos, el deseo de pe-netrar más allá del límite a donde las ciencias natu-rales llegaban, el impulso de los hombres investiga-dores que ambicionaban ver coronadas por mediodel método lógico deductivo sus obras o estudios, elutilitarismo de los que seseaban aprovechar su si-tuación privilegiada, etc., etc., dieron origen a filoso-fías diversas y numerosas, más o menos científicas omás o menos fantásticas, más o menos lógicas, omás o menos utilitarias, según los conocimientos, elcarácter, el impulso o el interés del que filosofaba.

Para transmitir de generación en generación los mis-terios antiguos, o sea, las ciencias primitivas, lossabios de aquellos tiempos personificaban los fenó-menos físicos, los astros, los planetas y sus movi-mientos, presentándolos como héroes en sus Cuen-tos Alegóricos y simbolizándolos con jeroglíficos,construcciones arquitectónicas, monumentos, escul-turas, grabados sobre paredes, pinturas, etc. Sontestimonio de lo dicho las ruinas arqueológicas, laspirámides, esfinges, sepulcros y objetos antiguos ylas escrituras jeroglíficas. Los significados de loscuentos alegóricos y de los símbolos se enseñabana los iniciados capacitados y éstos los transmitían alas generaciones futuras. Esta forma de transmisiónde los conocimientos dio origen a las Artes, M ú sica,Gram á tica, Ló gica, Ret ó rica , etc.

Los sabios antiguos, por razones naturales, fueron,a la vez, patriarcas, sacerdotes, gobernadores odominadores de sus pueblos. Como es natural, elloscreaban las leyes, la moral, las religiones, los cultosy las doctrinas, de acuerdo con las costumbres ynecesidades de estos pueblos o con sus interesesde casta superior.

El origen de las leyes antiguas está en las costum-bres de los primitivos, que llevaban una vida familiarbasada en los instintos de defensa mutua, tanto dela naturaleza y de las fieras, como de las familiasvecinas que, con frecuencia, se atacaban una a otras.

A medida que crecían numéricamente las familias,se generalizaban sus costumbres y se convertían enleyes de los pueblos que resultaban de la unión deaquellas. Las leyes entre los primitivos, tenían la for-ma de prescripciones morales y se amoldaban a losintereses de los distintos pueblos. Así se explica porqué el Dec á logo de Mois é s , de origen egipcio, sirviócomo ley al pueblo hebreo. Por lo visto, Mois é s esta-ba educado en Egipto y había sido iniciado en losmisterios, o sea, en la sabiduría egipcia, que estabamuy adelantada en aquellos tiempos, tanto en lasciencias físicas, como en los preceptos morales queregían como leyes.

A medida que los pueblos crecían, sus relaciones y

sus intereses se complicaban con el intercambiocomercial, social y científico. Las gentes más avan-zadas emigraban por distintos razones y llevaban susconocimientos y sus civilización a los lugares nue-vos que poblaban. Por esto los misterios egipcios y

su arte arquitectónico fueron conocidos por los tirios ,transmitidos a los hebreos, y posteriormente a Gre-cia, Roma y a toda Europa.

La prueba de que los tirios transmitieron sus conoci-mientos a los hebreos, se encuentra en la leyendabíblica sobre la construcci ó n del templo de Salom ó n .

Esta leyenda dice, entre otras cosas, que cuando el

rey de los hebreos quiso construir un templo en ho-nor de la divinidad adorada por su pueblo, no encon-tró entre sus súbditos, muy atrasados, gentes aptasen el ramo de construcción, y por tanto, tuvo quevalerse para realizar la obra, de la amistad con Hiram,rey del pueblo de los tirios, que consideraban máscivilizado. Salomón solicitó de dicho rey un arquitec-to, obreros especializados y materiales de construc-ción.

El rey de los tirios accedió a la petición de Salom ó n ;el arquitecto y los obreros que le envió construyeroncon materiales apropiados y en lugar indicado porSalomón, un templo que simbolizaba artísticamenteel Universo y revelaba las convicciones y la sabidu-ría de los tirios, que fueron adoradores del Sol y te-nían una civilización de origen egipcio, consideradacomo la civilización universal de aquellos tiempos.

Los misterios son del mismo origen, como lo prue-ban los hechos de que los cultos públicos, los monu-mentos arqueológicos y las ciencias primitivas de losdistintos pueblos y razas que habitaban partes opues-tas del globo terrestre, tienen absoluta similitud.

El culto del Sol de los aztecas, de los ainos, de losmongoles, de los indúes, de los eslavos y de los egip-cios, son similares en todos sus aspectos fundamen-tales. Las pirámides de los egipcios y las de los azte-cas son del mismo origen. La iniciación de los profa-nos en los misterios egipcios, se parecía en todo a lainiciación que se practicaba en China por la granLogia de Hung y la que se practicaba en América porlos incas del Perú, etc.

En la antigüedad la sabiduría se consideraba comoun privilegio de la casta sacerdotal y, generalmente,constituía una herencia de las familias de los sacer-dotes. Posteriormente, los militares reclamaron susderechos, apoyándose en la fuerza armada, dirigidaen Egipto por el caudillo militar Menes . Entonces seconsiguió la limitaci ó n de los derechos de una casta en favor de la otra , formándose un poder mixto, don-de el gobierno civil estaba encabezado por los mili-

tares con Menes como rey; los sacerdotes quedaronreplegados a los asuntos religiosos y de enseñanza.

2. Origen de la casta de los constructores.

Los conocimientos y el arte de construir tenía mayorimportancia que las demás ramas de la ciencia anti-gua, porque las construcciones de aquellos tiemposfueron la mejor manifestación del poderío y de la ci-vilización de los pueblos y, por ende, de sus gobier-nos. Los egipcios llegaron a separar el arte de laconstrucción de las otras ciencias, como más impor-tante, y, según, los conceptos emitidos por Mark Saunier en su trabajo «La Légende des Symboles »,crearon los misterios en honor a Hiram , a quien con-

sideraban como la divinidad de los constructores.Esto significaba, que el arte de construir se enseña-ba separadamente de otras ciencias, para preparara especialistas, dedicados exclusivamente a esteramo, que formaban una casta aparte.

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Aunque la casta de los constructores tenía una im-portancia muy grande por sus conocimientos, su artey su habilidad para el trabajo, no participaban en elgobierno de los pueblos y dependía económicamen-te de las castas sacerdotal y militar, que se conside-raban como los patrones de las obras en construc-ción. Por estas razones, los componentes de la cas-ta de los constructores se sentían en situación deasalariados, lo que influía poderosamente sobre su

mentalidad, que se revelaba en el carácter de susorganizaciones y en todas las leyendas que simboli-zaban su ideología, como lo veremos más adelante.

3. Obreros Dionisianos y las escuelas de los mis-terios de Grecia.

La cultura y los misterios egipcios penetraron e influ-yeron poderosamente en las ciencias secretas detodos los pueblos de Asia Menor y, posteriormente,fueron introducidos en Grecia y Roma. En la Greciaantigua, cuya historia se considera como el primercapítulo de la historia de la Europa civilizada, los co-nocimientos egipcios experimentaron un perfeccio-namiento. Los griegos establecieron el reinado de larazón en las creencias supersticiosas antiguas, pro-clamaron ciertos principios del Estado moderno, con- trario al absolutismo y despotismo orientales , y lle-varon a la práctica formas más perfectas de organi-zación política. Los romanos, vencedores de Gre-cia, asimilaron su civilización y adoptaron las prácti-cas, los usos y las costumbres de su noble vencida.

Los portadores de la cultura egipcia a Grecia fueronlos Obreros Dionisianos. Así se llamaban los grie-gos que se esparcieron en Asia Menor, más de milaños antes de la era cristiana. Estos aprendieron lasartes de construcción de los egipcios y las llevaron asu patria. Los dionisianos por su número, no fueronya una casta de constructores como la egipcia, sinoun pueblo entero que estaba dividido en grupos ocomunidades llamados colegios, s í nodos y socieda- des ; tenían signos y palabras de reconocimiento ypracticaban las ceremonias de iniciación.

Cada grupo o comunidad se gobernaba por un pre-sidente o maestro, elegido anualmente, y tenía re-uniones secretas para tratar sus asuntos. Todos losaños los grupos se reunían en asambleas genera-les, y en los banquetes que coronaban estas asam-bleas, premiaban a los obreros más hábiles e impar-tían socorros y asistencia a los indigentes y enfer-mos.

Tenían privilegios especiales y exclusivos para cons-truir templos, teatros y demás edificios, y a tal gradoperfeccionaron su arte de construcción y tal famaalcanzaron, que sus servicios fueron solicitados deSiria, de Persia, de India y de Africa del Norte. EnGrecia, los obreros dionisianos perfeccionaron toda-vía más, adquiriendo mayores conocimientos, y deallá pasaron a Roma, formando las corporacionesde arquitectos romanos.

4. Colegios Romanos.

Por el año 714 antes de la era cristiana, Numa esta-bleció en Roma varios Colegios de Artesanos a cuyacabeza estaban los Colegios de Arquitectos com-

puestos por griegos traídos de Africa. Así nacieronlos Colegios Romanos, que se establecieron, comoen Grecia, de acuerdo con la legislación de Sol ó n ,sabio y legislador griego. Sus organizaciones teníanderecho de asociarse según sus propios estatutos y

concluir contratos; se sometían a una jurisdicciónespecial, disfrutaban de la exención de contribucio-nes, etc. Celebraban sus asambleas (Logias) a puer-ta cerrada en locales situados cerca del lugar dondetrabajaban: en ellas tomaban decisiones por mayoríade votos y trabajaban sobre la distribución y ejecu-ción del trabajo.

Estaban divididos en tres grupos: aprendices, com- 

pa ñ eros y maestros , y se obligaban por juramentoante las herramientas y los útiles de su oficio yprofesiones, a ayudarse mutuamente y a no revelarlos secretos de sus agrupaciones a los extraños. Te-nían costumbre de admitir como miembros de honora personas que no pertenecían a sus oficios, pero seconsideraban útiles para las agrupaciones y se re-conocían entre sí por medio de signos y palabrassecretas.

Sus asambleas estaban presididas por maestros ele-gidos para períodos de cinco años, asesorados pordos inspectores o vigilantes. Se dedicaban a la ar-quitectura religiosa, civil, naval e hidráulica y tam-bién dirigian las construcciones militares, ejecutadaspor soldados.

Los Colegios subsistieron hasta la caída del Impe-rio; sufrieron un colapso durante la invasión de losbárbaros y resurgieron de nuevo con la aparición delcristianismo, conservando su organización y sus pri-vilegios. A medida que el cristianismo se propagabapor toda Europa, las agrupaciones de constructoresmarchaban a ejercer sus oficios y profesiones a otrolado de los Alpes, apoyados por el papado romano que se interesaba en la construcción de edificiosmajestuosos para dar esplendor al culto.

Los miembros de los Colegios de Constructores , alsalir fuera de Italia, admitían en sus filas a los artis-tas de todos los paises donde trabajaban. Así, el Arte de los Colegios Romanos fue conocido en Francia,España, Portugal, Bélgica, Inglaterra y Alemania.

Ya en aquella época, aparecieron varias agrupacio-nes que imitaban a las de constructores, dedicán-dose a diferentes trabajos especiales. Surgieron losllamados «Hermanos Pont í fices », que se dedicabana la construcción de los puentes, y los «Templarios »que construían caminos, puentes y hospicios, y nofaltaban las agrupaciones que se dedicaban exclusi-vamente al misticismo, cubriéndose con la forma deorganización de los Colegios , como lo fue la «Com- pa ñí a de la Trulla ». Pero todas estas agrupaciones

no tenían prestigio y desaparecieron poco a poco.Cuando Martín Lutero y Juan Calvino , siguiendo elejemplo de Juan Hus , célebre Heresiarca checo,destruyeron por su base el poder papal en diferen-tes Estados de Europa, a principios del siglo XVI, sesuspendieron por algún tiempo las construccionesreligiosas católicas. Entonces, los Colegios Roma- nos de constructores, que alcanzaron a sobrevivir laépoca de la Edad Media, fueron afectados, unos porfalta de trabajo, otros por participar en la lucha reli-giosa por uno u otro bando, y otros porque, influídospor el clero católico, fueron perseguidos por los pro-testantes.

Además, la forma de organización de los Colegios yalgunos de sus principios y privilegios estaban encontraposición con la ideología del régimen capita-lista naciente en Europa. A medida que los Colegios Romanos entraban en descomposición, nacían los

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Gremios de los Constructores asalariados , segregán-dose de la lucha religiosa y política que les perjudica-ba. A la vez aparecían las asociaciones francma- s ó nicas que agrupaban a los elementos progresis-tas que figuraban antes en calidad de «aceptados ».

Estas últimas tomaban a su cargo la capacitaciónintelectual y técnica a los masones operativos, pre-parándolos para el desempeño de sus oficios y pro-

fesiones bajo el régimen capitalista naciente.

5. Causas que originaron las tradiciones y la ideo-logía progresista de las Agrupaciones de losConstructores (Masones operativos ).

Ya hemos mencionado, que la Casta egipcia de losconstructores se consideraba poseedora de sus pro-pios Misterios y su Divinidad se llamaba «Hiram», osea el «Gran Arquitecto del Mundo y de la Humani- dad ».

Como las Artes y los Oficios de la Construcci ó n cons-tituían la rama más importante de la Sabiduría deaquellos tiempos, la Casta de Constructores se sen-tía intelectualmente superior a la sacerdotal y militar;el pueblo esclavizado se consideraba como un con-glomerado ignorante, «modus vivendi » de las cas-tas. Pero a pesar de su superioridad intelectual. LaCasta de los Constructores dependía económica-mente de las otras, que controlaban el Poder públi-co.

Esta situación de dependencia económica colocabaa los Constructores en posición de lucha constantefrente a aquellas castas dominadoras. Los Construc-tores veían a los militares como ambiciosos -do-minadores por el hecho de que controlaban la fuerzaarmada-; a la Casta Sacerdotal la calificaban de hi-

pócrita,porque compartía maliciosamente el Poder

con los militares, explotando su credulidad supersti-ciosa y manteniendo la ignorancia del pueblo paraexplotarlo mas fácilmente.

Por otra parte, los dones artísticos, la Sabiduría y lasuperioridad intelectual de su propia casta de Cons-tructores, la atribuían a una inspiración del geniosde la Sabiduría, -Hiram el Gran Arquitecto -, Cons-tructor del Mundo y Creador de la Humanidad, cuyaexistencia suponían, cuando observaban a los As-tros y a los Planetas y sus movimientos y los relacio-naban con el bienestar de los seres vivientes.

Esta ideología de los Constructores y sus relacio-

nes con las demás castas y el pueblo, fueron simbo-lizados alegóricamente en la Leyenda que relata lamuerte del Gran Arquitecto , debida a la conspiraciónde las castas dominadoras.

La Leyenda originó la tradición de las agrupacionesde los Constructores desde la época de la civiliza-ción egipcia hasta el comienzo de la era cristiana.Según la expresión alegórica de esta Leyenda, comomatador material del Gran Arquitecto actúa el pue-blo ignorante y, por tanto, inocente, dirigido por loshipócritas, representados por la Casta Sacerdotal,para satisfacer sus deseos y lo de la ambiciosa Cas-ta militar que gobernaba el pueblo y se sentía celo-sa, advirtiendo un peligro para su poder, al contem-

plar al Genio de los Constructores que conmovíaa los pueblos con la belleza y la majestuosidad desus Obras Artísticas, su Sabiduría y su Poder orga-nizador de la masas que trabajaban a sus órdenes;poder que amenazaba convertirse en inspirador de

una Revolución contra los dominadores. La Casta de los Constructores se consideraba la heredera delGenio creador y artístico de su Gran Arquitecto muer-to y estableció, como una tradición sagrada la deexigir al candidato, que solicitaba iniciarse en losMisterios de la Casta, un juramento ante el ataúdensangrentado de su Gran Maestro, de que no fuecómplice en el crimen de la muerte del mismo, y,después del juramento, le comunicaba la palabra

sagrada...

La Leyenda , considerada como tradición de los Cons- tructores y Artistas , fue legada a los hombres de suCasta en todos los lugares donde tuvo influencia lacultura egipcia. Los obreros dionisianos heredaronesta tradición y la llevaron a Grecia, y de Grecia aRoma. La Leyenda expresaba la ideología de laCasta de los Constructores y tenía carácter interna-cional y uniforme, debido a la uniformidad de régi-men político y a las condiciones económicas impe-rantes en aquellos tiempos.

La misma ideología tenían los constructores tirios que edificaron el Templo de Salom ó n , y el nombrede Hiram -vida elevada, en traducción del hebreo-fue la expresión equivalente a «El Gran Arquitecto »de los egipcios. Parece que este nombre se vulgarizóentre los Constructores de algunos paises de la An-tigüedad, y que a todo arquitecto le llamaban«Hiram ». La Leyenda alegórica egipcia no fue alte-rada desde los tiempos de los Faraones hasta el prin-cipio de la era cristiana.

6. El Cristianismo.

El cristianismo en la época de su aparición repre-sentaba la corriente revolucionaria contra la ideolo-gía y el régimen imperante en Palestina. Los sacer-dotes hebreos convirtieron la religión en un comer-cio muy gravoso para el pueblo. Los principios reli-giosos estaban tan «metalizados » y mercantilizadospor los Talmudistas -interpretadores hebreos de los preceptos b í blicos -, que éstos quedaban en contra-posición con las reglas morales comunes y con lascostumbres sanas del pueblo.

Las masas clamaban por la venida del Mes í as, de un valiente que pudiera enfrentarse con los inaguan- tables dominadores y explotadores del pueblo . Portodas partes aparecían predicadores hostiles a losgobernantes y al clero, propagando una ideología yunos principios más en consonancia con los intere-ses populares. Los sacerdotes y los gobernantes no

tenían más remedio que perseguir a los propagan-distas para salvar su régimen amenazado; pero elpueblo estaba del lado de los revolucionarios, a losque consideraba como salvadores. Las medidasrepresivas y las persecuciones, lejos de aplacar lalucha revolucionaria, la ahondaban.

En estos tiempos, Palestina estaba dominada porlos romanos, que extendían su dominio armado so-bre los pueblos que colindaban con el Mar Medite-rráneo. La crucifixión del lider máximo de los predi-cadores revolucionarios hebreos, llamado Jesús ,vecino de Nazaret , acusado por los sacerdotes desedición y ejecutado con el consentimiento del Go- bernador romano , sirvió para que el pueblo rebelde

lo santificase y lo proclamara Mesías , o sea -el sal- vador, el cristo de los sufridos -. Escudándose con sunombre popularizado y con la cruz, emblema o sím-bolo de su sacrificio, y, actuando como sus discípu-los, los revolucionarios, que entonces se llamaban

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apóstoles, fundaron una secta de carácter religioso,que solían llamar cristiana, es decir, salvadora.

La secta disfrutaba de gran popularidad y en muypoco tiempo tuvo muchos adeptos, extendiendo suinfluencia fuera de las fronteras de Palestina; losapóstoles se esparcieron por distintos rumbos acom-pañados de sus discípulos, para propagar sus ideas,presentándolas como el Testamento que a la Hu-

manidad dejó su maestro Jesús.

Para enseñar estas ideas de modo más apropiado ycomprensible para los pueblos atrasados, usaban elmétodo antiguamente conocido, que consistía en laenseñanza por medio de la Leyenda aleg ó rica .

La Leyenda relataba la vida de Jesús crucificado,como hijo de Dios, salvador de la Humanidad , atri-buyéndole determinados preceptos filosóficos y mo-rales, presentándolo como superhombre con poderde hacer milagros, provocar visiones, resucitar muer-tos, etc.

A los discípulos que aceptaban sus enseñanzas seles prometía un paraíso en ultratumba, y a los quelas rechazaban se les amenazaba con el infierno.Cada propagandista de la secta redactaba su leyen-da alegórica según sus conocimientos de la materiay según el medio en que hacia la propaganda.

Los Evangelios

Debido a esto, aparecieron cincuenta y tantas leyen-das sobre la vida de Jesús , llamadas «Evangelios del Nuevo Testamento », para diferenciarlas de lasLeyendas hebreas antiguas, que se llamaban el «Tes- tamento Antiguo ». Estos «Evangelios » eran tan di-ferentes y tan contradictorios que en muchos casosperjudicaban a los mismos propagandistas. Por es-tas razones, más tarde, en un Congreso de la secta,fueron aceptados ú nicamente cuatro que parecierona los congresistas más propios para sus fines; los dem á s fueron desechados.(*)

Los dominadores romanos, que asimilaban todocuanto consideraban progresivo y razonable, debidoa su carácter ecléctico fueron fácilmente contagia-dos de las ideas cristianas. Por consiguiente, ellosayudaron a propagarlas en Grecia y Roma, convir-tiendo esta última en la sede principal del cristianis-mo.

Cuando el cristianismo creció y de una simple secta

se convirtió en una religión influyente y poderosa einventó sus diferentes ritos, tuvo necesidad de cons-truir templos majestuosos. Entonces, los ColegiosRomanos de los Constructores fueron aprovecha-dos para aquellos trabajos y principió de nuevo laépoca de su florecimiento.

7. Leyenda alegórica de los Constructores en laépoca del cristianismo.

Los Colegios Romanos de los Constructores teníanla costumbre de aceptar en su seno, en calidad demiembros honorarios y protectores, a las personasútiles que tenían capacidad para ilustrarlos en lasideologías y en las costumbres de los pueblos don-

de trabajaban, o para defenderlos por medio de su

influencia contra los atropellos que solían sufrir de susenemigos o, simplemente, para contratar el trabajopor su dedicación.

El conocimiento de la ideologías y de las costumbresservía a los componentes de los Colegios para aplicarmejor sus conceptos artísticos a los construccionesque levantaban con diferentes fines: templos, arcostriunfales, teatros, palacios, etc. Muchos de estos

miembros honorarios (aceptados ) llegaron por laconfianza de los asociados, a conocer sus tradicio-nes y sus signos, toques y palabras secretas dereconocimiento, y algunos trataron de aprovecharestos conocimientos e influencias sobre los Colegios para sus fines religiosos, político-sociales o utilita-ristas, y procuraban catequizarlos para sus creen-cias e imponerles su ideología.

A esto se debieron las modificaciones de la Leyendatradicional, de origen egipcio, confundiéndola o alte-rándola con la Leyenda bíblica sobre la construccióndel Templo de Salomón. Pero estas alteraciones noafectaron el espíritu progresista de los Constructo-res, según lo demuestra el texto de la Leyenda de laépoca cristiana, que se redactaba de la manera si-guiente:

Leyenda

Salom ó n - el déspota oriental que dominaba al pue-blo Hebreo-, cumpliendo el testamento de su padre -David -, resolvió construir un Templo en honor a laDivinidad que adoraba su pueblo, con el fin de imitarlas costumbres de los déspotas de los pueblos veci-nos, lucir ante éstos sus riquezas y satisfacer su or-gullo de muy sabio.

Como el pueblo hebreo estaba muy atrasado en com-paración con los pueblos vecinos, Salom ó n no en-contró entre su gente quien pudiera encargarse dela construcción.

Entonces se dirigió a Hiram -rey del pueblo de losTirios, muy adelantado en el Arte de la construcción-pidiéndole un Arquitecto, obreros especializados ymateriales de construcción adecuados, obligándosea pagar todo aquello en diferentes formas. El rey delos Tirios envió a Salom ó n un arquitecto muy com-petente, llamado Hiram Abif, los obreros especiali-zados y los materiales de construcción.

El Arquitecto preparó los planos y dirigió la construc-ción del Templo, que representaba art í sticamente el 

Universo , tal como lo observaban los astrónomos dela antigüedad, y expresaba alegóricamente la ideo-logía de los pueblos más cultos de aquellos tiemposque adoraban a la Naturaleza y al Sol -Astro que másbeneficios aportaba a los habitantes de la Tierra-. Su simbolismo art í stico no fu é comprendido por el sabio Salom ó n, a juzgar por los relatos b í blicos.

Uno de aquellos días, estando ya para terminarselos trabajos del Templo, llegó a Jerusal é n , para visi-tar a Salom ó n , Belkis -la reina de Saba -, atraída porla celebridad, sabiduría y obras monumentales cons-truídas por éste. Para dar la idea de su poderío ypara despertar en ella el amor, con objeto de tomarlapor esposa, Salom ó n  quiso que admirara los traba-

 jos del soberbio edificio, erigido en honor de la divini-dad que adoraba su pueblo. La reina visitó tan bellasobras admirando los objetos artísticos del Templo, ypreguntaba quien era el autor y ejecutor de ellos.Salom ó n contestaba que era un tal Hiram, hombre(*) Existen y se los denomina Evangelios Apócrifos.

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raro e intratable, mandado por el rey de los Tirios;Belkis intrigada, solicitó que le fuera presentado elartista, y Salom ó n se dio maña para distraerla desemejante empeño.

Esto excitómás la curiosidad de la reina, y Salom ó n ,por no desazonarla, cedió a sus instancias, ordenan-do que llevasen a Hiram a su presencia. La reina fuéafectada en su corazón por la mirada serena y seria

del artista, pero se calmó y le preguntó acerca decada una de sus obras, admirándolo por sus sabiasexplicaciones y defendiéndolo de las críticas injus-tas de Salom ó n , nacidas de los celos y la baja envi-dia.

Como la reina expresase luego el deseo de ver lamultitud innumerable de operarios que mandabaHiram, Salom ó n , celoso, esquivaba el complacerla,indicando que los operarios eran individuos de dife-rentes paises y lenguas y se hallaban diseminadospor mil partes, y por lo tanto, resultaba imposible con-gregarlos.

Entonces Hiram sube trepando a un peñón de gra-nito para ser divisado por todas partes, y levantandola diestra, hace un ademán de trazar en el aire unalínea horizontal y una vertical, formando la escuadramisteriosa. A esta señal acuden en el acto de todoslos puntos del horizonte los operarios de todas lasrazas, nacionalidades y lenguas, formándose en or-den y por grupos de aprendices, compañeros y maes-tros. Hiram extiende luego el brazo formando la es-cuadra con el cuerpo, y aquél mar de hombres quedainmóvil. Esto hizo comprender a la reina que Hiramno era un simple mortal, sino un Sabio; y Salom ó n sedio cuenta de la superioridad de la Sabiduría sobre lariqueza, y, del Poder del pueblo sobre el suyo, sin-tiéndose humillado.

La reina clavó los ojos en el prodigioso artista, y elinstinto lo hizo olvidar su compromiso con Salom ó n .Al día siguiente, mientras que la reina paseaba consu séquito fuera de los muros de Jerusal é n , se en-contró con Hiram Abif que esquivaba los aplausosdel triunfo y buscaba la soledad.

Guiados por el instinto, llama del fuego interno, sedeclararon mutuamente su amor y sin vacilacionesse tomaron uno a otro por esposos, conviniendo enque Hiram saldría el primero de Jerusal é n y des-pués ella, embarazada y ansiosa de juntarse con élen Arabia, bella y libre.

No faltó un servidor de bajo fondo que denunciara aSalom ó n lo sucedido entre la reina e Hiram. Asusta-do y humillado ante la manifestación de fuerza y or-ganización de los obreros que estaban bajo las or-denes del Sabio y Artista, y celoso por lo sucedidoentre éste y la reina, el ambicioso rey de los hebreossintió envidia y odio hacia Hiram, y temor de que sutrono y corte pudieran ser aniquilados por éste pue-blo organizado, cuyo Poder se manifestaba superioral suyo.

Entonces llamó a su presencia al hipócrita Sadoc , -Sumo Pont í fice de la religión de los hebreos y suconsejero-, le comunicó lo ocurrido y entre los dosmaquinaron el modo de vengarse de Hiram, sedu-

ciendo a tres obreros ignorantes, descontentos e in-hábiles, para que lo matasen, prometiéndoles elgrado y salario de maestro como compensación.

Como ya estaba terminado el Templo, Hiram Abif

solicitó de Salom ó n licencia para retirarse a su tierranatal. Para inspeccionar por última vez su obra, en-tró solo al Templo a la hora acostumbrada, cuandolos obreros descansaban.

Los tres ignorantes advertidos de su costumbre usual,se apostaron en el Templo a esa hora, y al ver aHiram, le exigieron los signos, los toques y la pala-bra secreta de reconocimiento de maestro. Hiram

les indicó que no podía comunicarles esto, debido aque ellos todavía no estaban capacitados para ocu-par el puesto de maestros.

Entonces, los Ignorantes, armados de los útiles detrabajo, lo mataron y al anochecer sacaron su cuer-po enterrándolo en la montaña, y plantando sobre sutumba una Acacia -símbolo de inocencia-. Consu-mado el crimen y temerosos de ser castigados porsus compañeros, se escondieron en los montes.

Al día siguiente, los obreros advirtieron tanto la au-sencia del su Gran Arquitecto , como la de los trescompañeros asesinos; comunicaron lo sucedido aSalom ó n , y se dispersaron en busca del cadáver, elcual fué encontrado en la montaña al quinto día einhumado en el Templo con los honores correspon-dientes, en presencia de Salom ó n y del sacerdoteSadoc , quiénes también rindieron hipócritamentehonores al desaparecido.

Los obreros afligidos por la desaparición de su GranArquitecto y de su insuperable Maestro en Artes yOficios de construcción, juraron sobre su féretro en-sangrentado seguir su obra y aprovechar sus ense-ñanzas; y prometiendo la «Uni ó n, Solidaridad y Co- operaci ó n » en el trabajo, en el estudio y en la luchapor un futuro mejor, se dispersaron por diferentesrumbos, llevando sus conocimientos y sus experien-cias a los pueblos atrasados y oprimidos, para ayu-dar a la «Evoluci ó n y al Progreso » del Genero Hu-mano hacia la «Fraternidad y felicidad»Universales.

La Francmasoner í a Progresista , que nació en el senode la Masoner í a operativa  y heredó su forma deorganización, conservó intacta en esencia La Leyen-da del Gremio hasta nuestros días, comunicándolaa los Maestros Masones Aprobados  después detomarles la promesa de fidelidad ante los componen-tes del pueblo masónico.

La comunicación de la Leyenda del Gremio a unfrancmasón indica una manifestación de confianzade sus hermanos y le da plenos derechos para ocu-

par los puestos de responsabilidad tanto en Logiacomo en las Federaciones y Confederaciones de las Logias y, además, implica la aceptación de parte delcandidato de ciertas obligaciones correspondientesa su grado. (Desde este momento se le reconoce,también, el derecho de adquirir por la edad los seisgrados superiores de la Francmasonería y el privile-gio de Francmasón libre). (Nota del traductor.)

8. Fines y formas de organización de las agrupa-ciones de los constructores en distintas épocasde su existencia.

Los fines y las formas de organización de las agru-paciones de los constructores variaban siempre con

el régimen político, económico y social de la época ydel país donde trabajaban. En los tiempos del des-potismo oriental, los Constructores formaban unaCasta con el fin de defenderse de la sacerdotal ymilitar.

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Los obreros dionisianos, que formaban pueblos ente-ros, se dividían en comunidades agrícolas-industria-les y se gobernaban por los sínodos (reuniones admi-nistrativas de los jefes de las comunidades y colegios,reuniones de carácter administrativo, educacional).Además se reunían en asambleas generales decarácter legislativo.

Los grupos que salían a trabajar a tierras lejanas,

como constructores, se organizaban en sociedadesde carácter sindical y mutualista que contrataban eltrabajo y defendían los intereses de los agremiados.Los Colegios Romanos tenían en su organizaciónlas características mixtas de escuela, gremio y coo-perativa mutualista.

Se organizaban de acuerdo con la legislación deSolón y disfrutaban de ciertos privilegios (exenciónde las contribuciones, jurisdicción especial y monopo-lio en el ramo de construcción). Su lucha estaba en-derezada principalmente contra el clero romano, queintentaba constantemente controlarlos religiosa yeconómicamente, oponiéndoles las agrupacionessemi-monásticas, llamadas «Cofrad í as », «Templa- rios », «Hermanos Pont í fices », etc.

En la Edad Media, las agrupaciones de los Construc-tores tomaron paulatinamente la forma de organiza-ción característica de los Gremios por oficios, de loscuales ya estaban excluidos tanto el elemento capi-talista, como los individuos ajenos al oficio. Las aso-ciaciones gremiales tomaban gradualmente carác-ter netamente proletarios, clasista (Gremios de los compa ñ eros, etc.), y sus fines se inclinaban a la de-fensa contra el régimen Capitalista naciente.

Tales son los orígenes, las ideologías, los fines y lasformas de organización de las agrupaciones de losConstructores desde la remota época de la civiliza-ción egipcia, hasta la aparición de las agrupacionesfrancmasónicas al final del siglo XV.

II. La Feancmasonería, heredera de la forma deorganización interna de la ideologia y de lapolitica de la masoneria operativa.

1. Formas y características de las agrupacionesen general al principio del Siglo XVI.

Analizando las formas y las características de lasagrupaciones en general, al principio del siglo XVI,llamadas Corporaciones por su carácter específi-co, encontramos dos grupos fundamentales: Orde-

nes y Gremios.Las primeras se constituían por el clero y la noblezay las segundas estaban formadas por la gente dedeterminados oficios o profesiones. También exis-tían las agrupaciones mixtas o para un fin determi-nado, pero éstas cambían en uno u otro grupo, segúnlos individuos que las componían o los fines que per-seguían.

Entre las Ordenes se distinguían las religiosas, lascaballerescas, las hermandades y las fraternidadesmísticas. Entre los Gremios se conocían los de pro-fesiones y los de oficios. Todas estas agrupacioneseran clasificadas comúnmente con el nombre de

Corporaciones, y eran algunas de ellas de carácterautocrático en sus gobiernos internos, a diferenciade las Asociaciones más democráticas, que se go-bernaban por la voluntad de sus asociados. Las or-denes religiosas o místicas estaban al servicio del

papado romano; las caballerescas o militaristas al de los d é spotas (pr í ncipes o reyezuelos) que gober-naban los pueblos, y los gremios se formaban parala defensa de los intereses de los hombres de traba-  jo, ciencia y artes.

Las características principales de las agrupacionesde aquella época estaban en relación con las condi-ciones políticas, económicas y sociales reinantes. Las

corporaciones y las asociaciones gremiales estabanintegradas únicamente por Hombres Libres, no es-clavos, porque los esclavos se consideraban propie-dad privada de sus patronos y carecían de los dere-chos inherentes a los hombres libres.

Los agrupados prestaban juramentos obligándosea obedecer las Constituciones de las Corporacionesy los mandatos de sus superiores y a no revelar lossecretos de éstos, no para preservar la pureza deprincipio ideológicos, sino para no poner en peligrolos privilegios de los jefes, con los cuales estabanligados por intereses de tipo familiar, religioso, eco-nómico, de trabajo, etc.

La toma del juramento se acompañaba de ceremo-nias y fiestas y se prestaba en los altares o aras, quepara unos significaban el lugar de residencia divina,para otros la tumba de sus antepasados y para otros,simplemente, un lugar de respeto. El juramento se hac í a ante diferentes objetos que se colocaban so- bre los altares o aras . Unos juraban ante la Biblia y la cruz, otros sobre las armas militares y los escudos familiares o de los Estados y otros sobre las herra- mientas de trabajo y los s í mbolos de la Ciencia y de la Naturaleza.

Las Corporaciones antiguas tenían carácter de Co-munidades, cuando los agrupados vivían sometidosa constituciones y reglas de vida en común (frailes omonjes), de Fraternidad o Hermandades, cuandolas agrupaciones se debía al parentesco, amistad,interés común o trato fraternal; y de Compañeris-mo, cuando se trataba de asociaciones gremiales,científicas o artísticas.

Sin temor a error, la mayoría de las Corporacionesde la Edad Media pueden catalogarse como agrupa-ciones Secretas, porque sus propósitos y fines prin-cipales no se revelaban públicamente.

Ante el pueblo estas agrupaciones aparecían con susfines secundarios como moralistas, filantrópicos, pia-dosos, santos o, simplemente, como gente inocen-

te. Las reuniones de las Corporaciones se verifica-ban en secreto, precedidas de ceremonias y jura-mentos de no revelar lo que se trataba en ellas.

Había también reuniones o ceremonias públicas concarácter de fiesta y de agasajo a algún protector, enlas civiles, o de adoración a la divinidades, cuandolos reunidos eran religiosos. Una de las característi-cas importantes de las Corporaciones, consistía enque éstas perseguían a la vez diferentes fines queinteresaba a los agrupados.

Se les podía calificar al mismo tiempo, como agru-paciones ideológicas, políticas, moralistas, mutua-listas, piadosas, gremiales, sociales, educacionales,

etc.; tenían que perseguir todos estos fines para pro-teger a sus miembros, ya que los gobiernos despó-ticos reinantes no se interesaban más que por re-caudar impuestos y vivir a costa del pueblo, sin pre-ocuparse lo más mínimo por el progreso y el bienes-

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tar de éste. Los individuos que integraban las Corpo-raciones no se trataban en plan de Igualdad, debidoa los principios que regían entonces.

Ya fuera por la antigüedad, el grado de nobleza, lapreparación, la capacidad intelectual, la influenciasocial o política, las pruebas de fidelidad, la habili-dad para el trabajo, etc.; se establecían grados, re-glas y condiciones para el ascenso a cada uno. Esto

se prestaba, naturalmente, para el sostén de losregímenes de los déspotas, para cubrir de legalidadsus pretensiones de perdurar eternamente en el Po-der público, rodeados de los individuos de sus castas,y conservando los privilegios que permitían el dominioeconómico de las masas populares.

Como ejemplo de Corporación fundadas en base delos principios de desigualdad citaremos las más im-portantes.

La funesta orden jesuítica que tiene cinco grados;los admitidos, los escolares, los legos, los coadjuto-res y los profesos. Los admitidos son aprendices;los escolares ya hacen votos aunque no perpetuosde obediencia, de pobreza y de castidad y son ayu-dantes de los legos o de los coadjutores; estos últi-mos y los legos hacen los tres votos perpetuos cita-dos; los profesos hacen un cuarto voto de estricta eincondicional obediencia al Papa de Roma y repre-sentan la flor y nata del dogmatismo católico y el sos-tén más firme del papado.

Entre los grados de la nobleza medioeval se cono-cen los siguientes: duques, príncipes, marqueses,condes, vizcondes, barones, baronets, lords y seño-res. Cada grado de éstos comprendía ciertos privile-gios y, en conjunto, estaban encabezados por losduques o príncipes de sangre real y representabanlas castas despóticas de aquellos tiempos.

Además, existían un sin fin de órdenes caballeres-cas y militaristas, entre ellas los caballeros de Malta,los caballeros Teutónicos, los Templarios, etc., to-das divididas en grados de desigualdad, como prin-cipio básico. Los dirigentes de las ordenes, tanto delas monásticas como de las militaristas y de la no-bleza, ocupaban estos puestos con carácter vitalicioy en muchas de ellas los heredaban o nombrabansus sucesores.

Tenían prerrogativas dictatoriales para resolver losasuntos de las Corporaciones y el voto de sus com-ponentes estaba sumamente limitado, pues tenía ca-

rácter consultivo únicamente. El principio monárqui-co y absolutista estaba en boga.

Los Gremios y en general las asociaciones profesio-nales no tenían grados propiamente dichos, Hacíandistinción entre aprendiz, compañero y maestro,maestro perfecto, inspector, etc., pero a base de lamayor o menor capacidad para desempeñar el tra-bajo del oficio o de la profesión.

En su organización interior, como asociaciones libres,eran democráticos. Sus componentes tenían voz yvoto en las discusiones y resoluciones de los asun-tos del gremio y elegían a sus dirigentes por un pe-ríodo determinado.

Las relaciones entre los asociados se basaban en eltrato fraternal y de compañerismo, y se fomentabanlos principios de Unión, Solidaridad y Cooperación,tanto entre los componentes como entre los Gremios

de diferentes oficios y profesiones.

2. Origen de los gremios.

Sobre el origen de los Gremios hay divergencias deopiniones. Unos los consideran como continuaciónde los Colegios Romanos (colegia), que agrupabana los artesanos de las ciudades en los tiempos delImperio Romano. Otros buscaban su origen en el

derecho señorial. Otros confunden los Gremios conlas Cofradías (fraternitates, caritates) que se funda-ban alrededor de las iglesias y de los monasterios,con aparentes fines piadosos y caritativos.

Analizando los datos, muy escasos, correspondien- tes a los siglos XI, XII, y XIII, relativos a los Gremios antiguos, es posible deducir: 1°, que la asociaci ó n de los artesanos en toda Europa era voluntaria y su or- ganizaci ó n econ ó mica fue parecida en sus rasgos fun- damentales; 2°, que su objetivo principal consist í a en la defensa de los intereses econ ó micos de los aso- ciados; 3°, que el ejercicio exclusivo del oficio y el monopolio de producci ó n de art í culos determinados de consumo general fueron los medios acostumbra- dos, normales y reconocidos, para evitar la compe- tencia ruinosa entre los artesanos; 4°, que los Gremios se dedicaban a la producci ó n y distribuci ó n a la vez; 5°, que las autoridades municipales proteg í an legal- mente la agrupaci ó n de los artesanos en Gremios,para ejercer m á s f á cilmente el control, la vigilancia fiscal, sanitaria y comercial de la producci ó n y de la distribuci ó n de los art í culos fabricados, y 6°, que los Gremios luchaban por su autonom í a administrativa interna, tanto contra las autoridades municipales, co- mo contra los intrusos procedentes de otras agrupa- ciones (religiosas, de nobleza, burguesas, etc.), y por sus derechos pol í ticos para intervenir en el Gobierno al lado de la burgues í a acaudalada.

Por tanto, la organización gremial de los artesanosfue originada por las condiciones económicas reinan-tes, y su forma fue precisada por las condiciones polí-ticas de entonces, tomando de lo antiguo las modalida-des que se consideraban comunes a todas las asocia-ciones de este género.

En resumen, los Gremios na-cieron comoconsecuencia de las condiciones pol íti-cas,económicas y sociales de los siglos XI y XII.

El nacimiento de la Industria de Exportación durantelos siglos XII al XIV originó la transformación de losGremios de pequeños productores asalariados. Com-

parando las asociaciones gremiales de los tejedoresde Maguncia, mencionados por primera vez en elaño de 1099; las de pescadores de Worms, del año1106; las de zapateros de Wurtzbourg, del año 1128;las de tejedores de colchas de Colonia, del año 1149;las de curtidores de Rouen, de principios del sigloXII, y las «craftguilds» de Inglaterra de los tiemposdel reinado de Enrique I (1100-1135), con los Gremiosde los obreros de Douai, que apelaban a la huelgapara defender sus intereses en 1245; con los Gremiosde tejedores y bataneros de Gante, que abandonaronen masa la ciudad en 1247 como protesta contra laexplotación y mal trato; con los Gremios de los trabaja-dores de los Paises Bajos, acusados de rebelión yde conspiración, etc., encontramos un cambio radical

de la situación de los trabajadores industriales.

El Gremio principiaba a desintegrarse como agrupa-ción de pequeños productores; la pequeña industriaurbana quedaba apartada del contacto directo del

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consumidor, por medio de multitud de intermediarios.

Aumentaban las horas de trabajo, estableciéndose la jornada que comenzaba al amanecer y terminaba alcaer la noche. Nacían las crisis industriales acompa-ñadas de períodos largos de desocupación de lostrabajadores. se formaban los «trucks-sistems », osea las «tiendas de raya» para proporcionar présta-mos en productos a los obreros, a precios altos, que

se garantizaban con los salarios semanales o men-suales.

Surgieron las huelgas y los paros de protesta de los jornaleros de las industrias; aparecieron los prime-ros rasgos de la lucha de clases, que tomaba formaorganizada, a medida que los medios de producciónpasaban a poder del capitalismo mercantil. Esta si-tuación se presentaba en todas partes donde la in-dustria de exportación superaba a la industria local.Así fue como el capitalismo mercantil originó la si-tuación económica que desintegró los Gremios deartesanos y obligó a los asalariados a adoptar medi-das revolucionarias para la defensa de sus intere-ses.

El movimiento revolucionario principió en los gran-des centros manufactureros de Flandes (Gante, Bru- jas, Impres, etc.), entre los asalariados de la indus-tria textil; les siguieron los batidores de cobre de Di-nant, y después el movimiento se extendióa Florencia,la ciudad de banqueros y de fabricantes de tela, y aotros lugares.

Los sublevados lograban adueñarse temporalmentedel Poder Municipal, reglamentaban las tarifas de lossalarios y las condiciones de trabajo; pero esta situa-ción no perduraba, porque sus adversarios se uníany, apoyados por la fuerza militar, los bloqueaban, losdiezmaban por medio de matanzas y los obligaban aceder. La lucha adquiría cada vez más la aparienciade la guerra de clases entre ricos y pobres, y elcapitalismo mercantil se estabilizaba.

El sistema basado en la separación del productor, delcontacto y relaciones con los centros de consumosirvió al intermediario, o sea al comerciante, para es-tablecer el control sobre las industrias urbanas, convir-tiendo la producción doméstica en producción capita-lista en gran escala.

Los salarios y las condiciones de trabajo de los apren-dices y de los compañeros empeoraron.

Nació el antagonismo entre maestros y compañe-ros, porque estos últimos ya no tenían esperanzasde progresar. La ruina de los pequeños Talleres obli-gaba a los compañeros a formar asociaciones dedefensa y ayuda mutua, basada en la identidad deintereses y reivindicaciones.

En lugar de los Gremios de artesanos , que agrupa-ban a los maestros, compañeros y aprendices, apa-recieron los Gremios de Compa ñ eros (compagnon- nages ), compuestos por los asalariados o jornalerosde las industrias, excluyendo a los maestros comoelementos contrarios a sus intereses.

Estas nuevas agrupaciones de compañeros apare-

cieron primero en forma aislada en los lugares detrabajo, pero pronto extendieron su influencia, for-mando los Gremios de jornaleros de cada profesión,que abarcaron los centros industriales de distintasnaciones.

3. Agrupaciones de los constructores y sus ca-racterísticas particulares.

Las agrupaciones de los Constructores que compren-dían los oficios y las profesiones de picapedreros,canteros tallistas, albañiles, carpinteros, arquitectos,escultores y pintores, se consideraban como las másantiguas. Su existencia data de los tiempos de ex-pansión del cristianismo por Europa.

Ellos fueron los constructores de los edificios y delos monumentos artísticos más notables de la EdadMedia. El carácter internacional de estas agrupacio-nes está comprobado por los hombres que se dedi-caron al estudio de la arquitectura medioeval. Sesupone que su origen está ligado a los Colegios Ro-manos de Constructores, cuyos miembros acompa-ñaron a los misioneros en la época en que el cristia-nismo se extendía a través de los Alpes.

Es probable, incluso, que la forma de organizaciónde los Gremios de artesanos de las villas y de las ciu-dades de Europa occidental fue tomada de las agru-paciones de los constructores. Por ser de suma impor-tancia para el cristianismo las artes y los oficios rela-cionados con la arquitectura, los Constructores dis-frutaban de ciertos privilegios, generalmente recono-cidos, que garantizaban la independencia de sus aso-ciaciones.

Los Constructores desarrollaban sus actividades enun ambiente completamente diferente de los Gre-mios de artesanos de las villas y de las ciudades me-dievales: no estaban ligados permanentemente a nin-gún lugar de residencia, ni dependían de la influenciadirecta del capitalismo mercantil, y a pesar de su de-pendencia económica de la iglesia y de los gobiernosde los Estados, debido a su posición de asalariados,sus asociaciones no estaban dominadas ni contro-ladas por sus patrones.

Los componentes de las agrupaciones tenían liber-tad para cambiar el lugar de su residencia y parabuscar el trabajo que más les convenía. Por otra partela dependencia mutua de los diferentes oficios y pro-fesiones en una obra de construcción, influía sobrela forma de organización de sus agrupaciones, queen la mayoría de los casos se parecían mucho mása las de los Colegios Romanos, que a las de los Gre-mios de artesanos de las villas de la Edad Media.

Por estas razones, muchos autores los llaman Cole- gios Romanos , aunque es más correcto clasificarlos

como Gremios , debido a que esta denominación fuemás generalizada en los siglos XV y XVI.

Las Agrupaciones de los Constructores se distinguíansiempre por su carácter de progresista y democráti-co, y por sus tendencias hacia la organización de re-laciones internacionales y universales.

Su carácter progresista se revelaba en el reconoci-miento de la necesidad de basar filosóficamente laideología humana en Verdades Científicamentedemostrables; recomendaban el Trabajo y elEstudio como medios para alcanzar el Progreso delGénero humano. En su régimen interno, las agrupa-ciones de los Constructores se guiaban por los prin-

cipios de Unión, Solidaridad y Cooperación. Tam-bién reconocían la importancia práctica de las cate-gorías o grados basados en la preparación y en lacapacidad de los asociados. Dentro de cada Gremiose reconocían tres grupos de capacidad manual:

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aprendices, oficiales o compañeros, y maestros (res-ponsables del oficio).

Existían además una distinción dada por la capaci-tación intelectual: maestros perfectos (artistas deloficio), inspectores o vigilantes técnicos (ingenieros)y arquitectos (proyectistas y responsables de la obraen construcción). El reconocimiento de la necesidadde la capacitación de los asociados contribuía al de-

sarrollo de las relaciones fraternales y al fortaleci-miento de la disciplina consciente entre los elemen-tos manual, intelectual y artístico de los Gremios. Aesto se atribuye el fracaso de la clerecía en sus in-tentos para controlar su vida interna.

Para evitar la introducción de elementos extraños,hostiles y enemigos, los Gremios se organizaban yfuncionaban secretamente. Tenían sus signos, to-ques y palabras secretas de reconocimiento, de so-corro y de precaución (locales o internacionales).

A diferencia de las agrupaciones de castas privile-giadas, no eran impenetrables para los hombres hon-rados, que demostraban su habilidad para los ofi-cios o su utilidad para los agremiados y para la Hu-manidad en general: los sabios, los profesores, losescritores, los abogados, etc., se admitían como enlos Colegios Romanos, en calidad de «aceptados».

Todas las asociaciones gremiales de los Constructo- res se gobernaban interiormente de acuerdo con principios democr á ticos: los asociados ten í an voz y voto en los asuntos importantes, eleg í an por mayor í a a sus dirigentes para per í odos determinados, y controlaban los ingresos y egresos de la tesorer í a de su gremios.

El trato entre ellos se caracterizaba por su espíritude fraternidad y camaradería, y sus diferencias seresolvían por medio del arbitraje fraternal. La ayudamutua y el socorro a los necesitados se considerabacomo uno de los objetos principales de las asocia-ciones; se cultivaba la amistad y el respeto entre lasfamilias de los agremiados,y para fomentar estossentimientos organizaban fiestas y banquetes decarácter social.

La evolución natural de la Masonería operativa debidaa una serie de circunstancias históricas, económi-cas, políticas y sociales, que detallaremos en los pá-rrafos que siguen, fue acentuando cada vez más lasnecesidades de acrecentar la lucha en el terreno delo político-social, para defender más eficazmente los

intereses de los trabajadores e intelectuales, obsta-culizados de modo constante por las castas privile-giadas. Así fue naciendo en el seno de la Masoneríaoperativa un grupo constituído por los más capacita-dos intelectualmente y los «aceptados» progresistas,que iban asumiendo la dirección de aquella lucha yformando un grupo que se llamóposteriormente Franc- masoner í a.

Esta nuevo grupo, que se estableció definitivamentecomo agrupación separada de la Masonería operativa,a partir de su Constitución que en 1523 adoptó, comoforma de organización interior, la de los Gremios delos Constructores que acabamos de describir.

4. Formación de la ideología progresista de laMasonería operativa.

En su taller de trabajo, el masón operativo estudiabala teoría de su oficio, con el fin de aplicarla a la prác-

tica de la construcción, y no por mero afán especula-tivo; para el constructor, el pensamiento es la actitudque precede a la acción y está justificado por ésta.Para él no tiene sentido la especulación desligadadel mundo de la realidad, a la que se siente íntima-mente unido: operando con el espacio, con cargas,con materiales, con hombres que trabajan y con ne-cesidades humanas que su arte satisface, necesitaestudiar y medir esa realidad en que vive.

Si quiere cubrir un espacio donde la gente se con- gregue y lo quiere hacer con una b ó veda, tiene que estudiar los materiales a emplear y las leyes de la Mec á nica a la que est á n sujetos, para encontrar el mejor modo de disponerlos: la b ó veda se sostendr á si su construcci ó n la hizo de acuerdo con dichas leyes,y no porque para tal fin se encomendara a Dios en sus oraciones.

Por lo tanto, la actitud del masón era una actitud cien-tífica, de conocimiento de las leyes naturales, que lepermitían forjar sus teorías, las que tendrían validezúnicamente al ser sancionadas por la experiencia dela construcción, ya que, si la bóveda se caía, el co-nocimiento adquirido había sido falso y era precisomodificarlo. La práctica y la ciencia estaban insepara-blemente unidas en el masón operativo, siendo esteespíritu el que presidía el trabajo de los talleres-escuelas, donde los masones se reunían.

Ahora bien; educado el constructor dentro de estadisciplina científica, tenía una constante actitud antela vida, que le hacía juzgar todos los problemas quele afectaban, como masón y como hombre, desde elmismo punto de vista de crítica racional, de investi-gación de la verdad, que lo enfrentaba a todo lo quefuera ignorancia y falsedad, sobre todo si ésta eramaliciosamente aprovechada para explotar al traba- jador por el privilegiado.

Nace, por tanto, el lado de la actitud científica, unaactitud netamente política, dentro del seno de la Maso-nería operativa; pero, de acuerdo con la formación teó-rico-práctica del constructor, tal actitud se transfor-maba en luchas dirigidas contra los enemigos deaquello a lo que necesariamente el masón aspiraba:a la libre investigación, al triunfo de la verdad por opo-sición al oscurantismo, al derecho al trabajo y a unaremuneración decorosa, etc.

Hemos visto anteriormente, como el masón operativose consideraba tradicionalmente con mayor capaci-dad de conocimientos que los amos a quiénes estaba

obligado a servir, y de los que era, sin embargo, unasalariado. Consideraba a la casta de los ricos cons-tituída por la nobleza, como la casta de los ambicio-sos; y a la sacerdotal, aliada de la anterior para explotarla ignorancia del pueblo, como la casta de los hipó-critas.

Es perfectamente clara, por lo tanto, la actitud de laMasonería operativa y la formación de su ideologíaa través de los tiempos: una actitud práctica, que cons-tituye la sanción suprema del conocimiento adquiri-do; una actitud científica, racionalista e investigado-ra, derivada de la anterior y dirigida precisamente aresolver de la mejor manera los problemas que la vidapresenta, por medio del conocimiento del ambiente y

de las leyes de la Naturaleza.

Porúltimo, una actitud política, que le obligaba a enfren-tarse con aquellas castas que se oponían tradicio-nalmente a sus aspiraciones e ideología.

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5. Causas que acentuaron la lucha política delos masones operativos en la edad media.

El espíritu de lucha de la Masonería operativa, y suideología, a través de los tiempos, se va forjando yacentuando debido a las condiciones imperantes (so-ciales, políticas y económicas) hasta llegar a los co-mienzos del siglo XVI, época en la que surge laFrancmasonería como heredera de la ideología de

aquella y de su forma de organización interna.

Nos interesa por esta razón presentar el panoramade Europa anterior a la fecha citada; es decir, durante la Edad Media y en la floraci ó n del Renacimiento, que coincide con la aparici ó n de la Francmasoner í a.

Renacimiento y Francmasonería

En la edad Media, la vida se concentraba en el feudo,donde la agricultura era el único medio de vida, quese desarrollaba de un modo rutinario y donde no existíala investigación y el progreso: ni siervos ni señoressabían leer ni escribir. Aun en el siglo XI, con laaparición del artesanado independiente del agricultor,no varía el espíritu de rutina, ya que los conocimientosse transmitían de padres a hijos, con la prohibiciónde establecer innovaciones en la producción, inclusocuando aparecen los Gremios.

La verdad, en esta época, estaba contenida en lasSagradas Escrituras, y la Teología era la única cien-cia a la cual todo conocimiento debía estar supedita-do. Para adquirir esta única sabiduría había que ha-cer profesión de fe de ignorancia según la IglesiaCatólica. En estas condiciones la investigación eraalgo prohibido y castigado por ella, pues todo lo queno se ajustase al dogma era herejía que merecía lamuerte. Es de notar que hereje significa «el que eli-ge»; lo que refleja el espíritu intransigente de la Igle-sia, que no permitía pensar, investigar y elegir, sinoque hacía tragar su dogma bajo amenaza de morir.

El espíritu intransigente de aquella época era clara-mente opuesto al progresista masón, que de modoencubierto era enemigo de la Iglesia, como lo hademostrado en sus tallas, pinturas, esculturas, relie-ves, etc., que realizaban en los templos por ellosconstruidos. La progresiva emancipación del arte-sanado de su condición de siervo, va dando lugar a laformación del Burgo, la Ciudad en ciernes, enclavadodentro del feudo y sometido a él, y donde viven loscomerciantes, intermediarios entre el artesanado y elconsumidor.

El señor feudal comenzóa hacer tratos con los Burgos,concediéndoles ciertos privilegios mediante el pagode contribuciones, que los Gremios recaudaban y leentregaban; de este modo principió a sentirse en elambiente del Burgo una cierta autonomía y una mayorlibertad para vivir.

Los comerciantes, organizados también en Gremios,acostumbraban llevar y traer su mercancía por me-dio de caravanas, para protegerse mutuamente delos pequeños señores feudales, convertidos, muchasveces, en bandidos y salteadores, a los que hacíanfrente; empezando de este modo a sentirse un espí-ritu de lucha y un espíritu de empresa, que florece

más tarde en el Renacimiento.

Cada feudo tenía su moneda y sus impuestos espe-ciales, y no existían caminos fácilmente transitables;lo que dificultaba en gran manera el comercio. Por

estas razones, la clase de los comerciantes desea-ba un Poder fuerte, el de gran señor o el real, que,limitando sus propias ambiciones sometiera a suautoridad a los pequeños feudos y garantizace el ejer-cicio del comercio con mayor seguridad y libertad.Por esto, la naciente burguesía apoyaba el poderreal contra el feudal, y los reyes, en compensación,concedían más y más privilegios a los Burgos, «car-tas» o franquicias, por las que se les reconocían

derechos de eludir obligaciones serviles, administrar justicia, etc.; y de este modo fueron evolucionandohasta convertirse en comunas o ciudades libres, go-bernadas por sus municipios, integrados por los Gre-mio de diferentes oficios; ejemplo de esto lo consti-tuyó Florencia, Ciudad-República italiana, que eragobernada por los Gremios de las siete Artes mayo-res. De este modo surge la ciudad frente al castillofeudal, como símbolo de liberación del poder delseñor, que crecía rápidamente por atraer al campe-sino que, huyendo de la vida miserable del campo,buscaba un trabajo más libre en la naciente industriamanufacturera: «el aire de la ciudad hace libre a lapersona», se decía entonces. Con la ciudad, y para-lelamente a su desenvolvimiento nace una nuevaclase, la burguesía, que se enfrenta el señor feudaly a la Iglesia.

Un nuevo factor de cambio aparece con las Cruza-das, dentro de la sociedad medioeval: Bizancio,importantísimo centro comercial, era punto de pasoobligado en la ruta que unía al Oriente con el Occi-dente; era, además, el centro cultural más importan-te de aquella época y sus bibliotecas, que habíanheredado la sabiduría del mundo antiguo, eran visi-tadas por los sabios de toda Europa.

Bizancio, viendo el peligro que para su independenciasignificaba el aumento del poderío de los turcos, hizoun llamado a los paises occidentales, a fin de que laayudaran a resistir la invasión mahometana. Lospueblos comerciantes del norte de Italia acogieron concalor el llamado, ya que el peligro que amenazaba aBizancio ponía también en peligro sus propios intere-ses. Por otra parte la Iglesia, de las dificultades queponían los turcos a los peregrinos que visitaban losSantos Lugares, por lo que el papa propugnaba elrescate del sepulcro de Cristo de las manos de los«infieles».

Así pues, el espíritu religioso por un lado, el aventu-rero del señor feudal que veía en la empresa gran-des oportunidades de pillaje, y, por otro, el de los co-merciantes y artesanos, que esperaban mayores be-

neficios de la empresa, se unieron en un propósitocomún, organizándose las Cruzadas, que por espa-cio de dos siglos hicieron la guerra a los muslimes.El espíritu de los Cruzados se refleja en el hecho deque la católica Constantinopla fue saqueada por ellosmismos.

la consecuencia de esta empresa fue, principalmen-te, el enorme desarrollo que adquirió el comercio, nosolo por los productos orientales que afluían a Europaa través de las caravanas de comerciantes que acom-pañaban a los guerreros, sino porque estos mismos,al ponerse en contacto en su constante viajar, conotros pueblos y culturas distintas más refinadas quelas suyas, se contagiaron del lujo oriental, elevando

su propio nivel de vida, de tal manera que al regresara su feudo ya no podían prescindir de las joyas, telasfinas, especias, armas, etc., que habían visto, y delas que hacían gran demanda a los comerciantes; perocomo el comercio exigía el pago de todos esto lujos

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en dinero, el señor feudal resolvió imponer el pago delos tributos de los campesinos, no en especie, sinoen efectivo. Naturalmente, el campesino se veía obli-gado, para adquirir la moneda, a llevar sus productosagrícolas al mercado de la ciudad, naciendo así unanueva necesidad que creóel capitalismo mercantilista.

El comerciante, comprador de los productos agríco-las y manufacturados del campesino y del artesano,

se convierte en prestamista, que por medio de ade-lantos, bien en dinero o en materias primas, compro-mete la producción total del campo y del taller, y pocoa poco se adueña de los medio de producción, con-virtiendo el artesanado en proletario, al que, en lugarde comprarle el producto elaborado, le compra la fuerzade su trabajo. Nace así la industria manufacturera deexportación y dos nuevas clases; la burguesía mercan-tilista, que desplaza al señor feudal y a la Iglesia, y elproletariado, dependiente del capital de aquella.

Con el nacimiento del capitalismo aparecen nuevastecnologías, que permiten una producción en masa,especialmente porque los talleres de manufacturacontaban con mayores elementos técnicos y organi-zaban la producción racionalmente, especializandoasí a los obreros y simplificando el trabajo individual.La consecuencia de esta nueva forma de producción,en el que la máquina y la organización iban despla-zando al artesano, creó un nuevo problema social.

A los Gremios de artesanos, en lucha por su subsis-tencia, al no tener manera de modificar la sociedad,adaptándola a las nuevas formas de producción, nose les ocurría otro medio de defensa que la destruc-ción del maquinismo y de los inventores. Surge, pues,una nueva lucha: el Gremio se enfrenta ahora conun nuevo tipo de patrón, con una tecnología y unaeconomía nueva y, por lo tanto, con un nuevo aspectosocial y político.

No puede pasarse por alto en este examen de lascausas de la formación de la ideología masónica, lainfluencia que han tenido en la misma los constan-tes movimientos heréticos que aparecieron desde losprimeros siglos del cristianismo y que se acentuabanen aquella época en la que la Iglesia amparaba situa-ciones sociales en pugna con los intereses del pueblo.Citaremos entre los más importantes, a los de losGn ó sticos y Maniqueos , en los siglos II y III; al dePrisciliano, a fines del siglo IV, y al de los «Cátaros»,en el siglo XIII. Todos ellos se derivan del movimientomaniqueo, y su desarrollo obedecía a causas econó-micas que se relacionaban con las tendencia absor-

bente de la Iglesia católica.La saña de la Iglesia romana, que confiscaba los bie-nes de los herejes y organizaba matanzas, a vecesen masa, como la de los albigenses decretada porInocencio II, que instituyó a partir de 1213 el tribunalde la Inquisición, para librarse por medio de la hogue-ra de sus enemigos, daba lugar a que los persegui-dos, para salvar sus vidas, abandonaran los lugaresde su residencia y se refugiaran el los Burgos y, poste-riormente, en las ciudades donde el poder municipalno estaba subordinado a la Iglesia.

Florencia, fundada por maniqueos, resistió hasta elRenacimiento las pretensiones de los príncipes y de

los papas para dominarla, y en la época del asesina-to de los «Cátaros», les dio albergue y protección.Los huídos de la persecución de la Iglesia se conver-tían en comerciantes o artesanos, que pasaban a en-grosar las filas de oposición al despotismo reinante;

razón por la cual estos hombres asimilaban el espíriturepublicano, por el que luchaban resueltamente enlas ciudades que les daban asilo.

Además, como artesanos y comerciantes se veíanobligados a unirse a la corriente progresista, contra-ria al oscurantismo de la Iglesia católica, y a lucharpor el libre pensamiento y la investigación científica,que los beneficiaba en sus oficios y profesiones.

Los gibelinos florentinos, maniqueos de origen en sumayoría, nunca fueron partidarios del Imperio, comolo quieren catalogar los clérigos, sino que, por el con-trario, eran ardientes defensores de la República, ysi en algún caso estuvieron al lado del Imperio, eraporque éste representaba su independencia y losdefendía de la dominación del papado.

Así fue como durante la Edad Media se acentúo laformación de la ideología progresista de los Maso-nes operativos, que los empujó cada ves más a lalucha política, en perjuicio, muchas veces, de susintereses netamente gremiales.

6. El Renacimiento y el origen de la Francmaso-nería.

En el capítulo anterior hemos examinado una seriede factores que primaban durante la Edad Media; suevolución dio lugar a una época de crisis, de nega-ción de los valores vigentes entonces y de fe en otrosnuevos, constituyéndose así el llamado Renacimien-to, etapa histórica de límites algo imprecisos, quecomenzó a fines del siglo XIV y llegó a los comien-zos del XVII, y cuyas características fundamentalesexaminaremos en los párrafos siguientes.

a) La Ciudad.

El Burgo, a través de luchas y de siglos, logra eman-ciparse del señor feudal hasta llegar a la autonomíacasi completa.

Desde los principios del siglo XIV, París, Lisboa, Bru- jas, Londres, Génova, Venecia, Florencia y otras mu-chas ciudades son ya potentes centros industriales eintelectuales; Florencia, como otras poblacionesitalianas, surge como Ciudad-República.

La ciudad es propiamente lo que caracteriza al espí-ritu civil, es decir, a la civilización tal como la enten-demos, que no es sólo el poner al servicio del hom-bre la técnica y el progreso material, sino que impli-

ca una consideración especial que se designa con elnombre de ciudadanía.

La ciudad es, por lo tanto, símbolo de liberación mate-rial y moral.

Cuando el furor de las Cruzadas se extinguió, losturcos fueron rehaciéndose y avanzando haciaConstantinopla, que sentía su próximo fin. Los sa-bios que allí vivían iniciaron un éxodo, siempre fe-cundo, hacia las ciudades libres italianas llevándoseconsigo los códices y libros que encerraban la anti-gua sabiduría greco-romana y árabe, y la culturapagana, opuesta a la medieval. Esta emigración vinoa enriquecer el espíritu de la nueva época expresa-

do en las ciudades.

El poder representado antaño por el señor y la Iglesia,pasa a la nueva clase burguesa, y el elemento estáticoy conservador, la tierra, que caracterizaba a la sociedad

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medieval,pierde su importancia, que se traslada alnuevo factor dinámico representado por la ciudad.

Así pues, a ésta pasa el centro de lo económico y so-cial, y paralelamente, el poder militar del señor y elespiritual de la Iglesia, al dinero, a la cultura y a lailustración. Muchos nobles desplazados, impotentespara combatir el nuevo poder, abandonan el campopor la ciudad, se hacen comerciantes y se mezclan

con las nuevas clases, las que frecuentemente lesencomendaban cargos militares.

La Ciudad-Estado viene a ser, en consecuencia, lanueva forma política de la burguesía emancipada,constituyendo una democracia municipal, que en suorigen sólo significan la lucha contra el noble y laIglesia.

b) El Humanismo.

La tendencia de la época a tomar como modelo laantigua cultura pagana, era realmente una reconci-liación del hombre medieval con la Naturaleza. Elhombre renacentista ya no piensa que esta vida es

un tránsito para otra mejor, que debe ser dedicadaúnicamente para hacer méritos y sacrificios, con elfin de conseguir después de la muerte la eterna bien-aventuranza; por el contrario, hay en él un potenteamor a la vida y a la Naturaleza, que es paganismo,que rompe con la tradición y se impone.

El mismo Marcilio Ficio , idealista florentino de la épo-ca, pretende conciliar el cristianismo, «despoj á ndolo de su execrable ignorancia », con la filosofía platónica,a diferencia de los escolásticos de la Edad Media,que intentaron ponerlo de acuerdo con el sentido co-mún.

El afán de reconocer la antigua cultura se refleja enel movimiento por la formación de bibliotecas, reco-giéndose por todas partes, y copiando, los manus-critos que llegaban a manos de los hombres ilustra-dos de la época. Petrarca y Boccacio se distinguie-ron en esta labor. El humanista Niccolo de Nicoli , elprimero que concibió desde la antigüedad la idea dela fundación de una biblioteca p ú blica , reúne, con laayuda económica de los Gremios de las siete Artesprincipales de Florencia, ochocientos volúmenes, quevalían la suma de mil florines. Sforza se sintió tam-bién atraído por la antigua cultura, y Cosme  deMédicis , que se aprovechó de los emigrados deConstantinopla, a los que compraba sus manuscri-tos, llegó a reunir cuatrocientos. El mismo papa Ni- colás V  inicia la biblioteca vaticana con cinco milvolúmenes.

Al saber de la Iglesia, que era el único en los siglosanteriores y puramente teológico, se opone ahoraun saber representado por los seglares humanistas,que prescinden de la escolástica y se inspiran en lacultura pagana. La nueva clase intelectual marchaen alianza con la burguesía revolucionaria, frente alclero.

El humanismo es, en su forma, el descubrimiento de la antigua cultura pagana ; pero en su fondo significala concesión al hombre de una nueva categoría: su dignidad. Es, por lo tanto, revelación de la personali-

dad humana y afirmación pragmática de la verdadde todo aquello que es útil al hombre.

Para Niccolo de Niccoli , «el corazón humano es unhogar de pasiones, es decir, de fuerzas que se atraen, se

repelen, se equilibran y se combinan de mil maneras. Nobien se ponen dos hombres uno frente a otro, se despren-de de su contacto, como del contacto de dos cuerpos, unaespecie de atracción o de repulsión, que se llama simpatíao antipatía; dos palabras que expresan admirablemente estaacción ciega y fatal de nuestra naturaleza.

La educación y las instituciones sociales pueden, sin duda,dar a estas fuerzas una dirección útil, como se encierra

entre dos vertientes un río caudaloso; pero no está, feliz-mente, en el poder de nadie aniquilarlas. Sólo los imbécilesy los hipócritas se indignan contra las pasiones, que sonpara el hombre lo que los vientos a la vela de los barcosque se aventuran en alta mar».

Este elogio de las pasiones encauzadas como me-dio fecundo de vivir, es contrario al espíritu monásti-co, que trata de anular en el hombre su personalidady sus impulsos, porque según este espíritu, «la natu- raleza  humana es pecadora e impura ».

Los humanistas del Renacimiento pueden conside-rarse, por lo tanto, como los precursores de Rous-seau y del Naturalismo que busca la plena realiza-

ción de la personalidad humana.

El humanismo, represente una nueva actitud ante lavida, cuya función es sociológica en el Renacimien-to se demuestra claramente en el Arte, que es en-tonces glorificación de la belleza sensible de la for-ma y del color de la Naturaleza: no es hierático y gi-gante como el Egipcio o el Hindú, ni inexpresivo comoel bizantino de figuras cadavéricas, ni frío y rígido comoel medieval de santos petrificados en sus nichos. ElArte renacentista, iniciado por Cimbue y Giotto, esdinámico, vivo, humanizado y expresa vida y libertad,helenizándose con el desnudo, que era satánico parala Iglesia medieval.

c) El Espíritu Religioso.

El cristianismo, nacido al lado de los esenios, quepracticaban un comunismo primitivo, al lado de loscelotes, que luchaban por la liberación de su patriadel yugo romano, contra saduceos y fariseos ya aco-modados al dominador, pierde, al trasladarse aRoma, su sencillez, su moral y su ideología, que sevan adaptando poco a poco a la sociedad romana, laque termina por absorberlo y aliarlo con la clase do-minante.

La Iglesia de Cristo creyó en un principio que la divi-nidad no necesitaba templos, sacrificios o ceremo-nias, y que el mejor culto a Dios era la práctica de lavirtud; pero en contacto con el pueblo romano tuvoque aceptar su paganismo para infiltrase en él, adop-tando sus fiestas como efemérides cristianas y efec-tuándose paulatinamente un sincretismo entre am-bas tendencias, por lo que el paganismo cede a lanueva Iglesia, templos, sacrificios, ofrendas, mila-gros, santos patronos, oraciones, peregrinaciones,etc.

Los humanistas del Renacimiento

Los humanistas del Renacimiento, al estudiar lasantiguas culturas, hallaron en el cristianismo esta he-rencia pagana recibida de Hermes Trimegisto, de

Mitra, Platón y Séneca, que le quitaban su origendivino y reforzaban, en consecuencia, el espíritu in-crédulo de la época. Para Niccolo de Niccoli, el cris-tianismo es la continuación natural del paganismogreco-romano, pues todos sus dogmas fueron for-

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mulados en griego y por concilios griegos. Jerusalén,su cuna, jamás fue una ciudad cristiana, siendo enrealidad Roma, la verdadera capital de la nueva iglesia.«Lo ú nico jud í o del cristianismo, dice Niccoli, es su monolatr í a intolerante ». El paganismo de la Iglesiaculmina en papas como León X y Julio II.

La Iglesia, a través de los siglos, había olvidado to-talmente su origen y finalidad, y llegó a construir un

poder, que en la época que estudiamos pretendíadominar el mundo, y por esto no toleraba ningún po-der secular que pudiera discutirle su supremacía. Deaquí su enemistad hacia el Emperador, que tambiénpretendía la monarquía universal.

El descarado poder dominador de esta Iglesia sinescrúpulos, se manifiesta ya en el año 887 porAnastasio, obispo de Nápoles, que se asocia con sa-rracenos para participar en sus piraterías, por él am-paradas. Posteriormente, rota la solidaridad cristianadespués de las Cruzadas, la misma Iglesia no consi-dera a Europa como el lugar de la «cristiandad », poroposición a los «infieles », y Gregorio IX e InocencioIV llegaron a buscar la ayuda de los muslimes parasojuzgarla.

La reacción frente al poder dominador de la Iglesiaera en realidad una lucha de emancipación econó-mica, que tomaba la forma de herejía teológica. Porsu parte, la Iglesia no combatía a las numerosas ydisparatadas supersticiones de la Edad Media, perosí a los espíritus libres que no creían en ella, y paraeste fin organizó el Tribunal de la Inquisición, que lle-vaba a la hoguera a los herejes.

Pero ni este anticristiano procedimiento, ni Tom á s de Aquino y toda la Escol á stica pudieron detener lapoderosa corriente de protesta y escepticismo quellegó a dominar en el Renacimiento .

El gran cisma de Occidente (1378-1449), la herejíade Juan Hus (1410-1438) y la reforma de Lutero (1483-1546) acabaron totalmente con el prestigiomoral de la Iglesia. Tomás Münzter , teólogo con-temporáneo de Lutero y verdadero revolucionario,predicaba, con la ayuda de los anabaptistas , la rebe-lión contra Roma: suprimió el latín del culto y afirma-ba que la Biblia  deb í a ser sometida al examen de la raz ó n , que es el único Esp í ritu Santo ; que Cristo eraun hombre como los demás y que no hay cielo niinfierno, sino virtud y conscupicencia, etc., etc.

Las rebeliones contra la Iglesia pedían la primitiva

igualdad cristiana contra los insoportables privilegiosreinantes, que se traducía en el reparto de tierras yen igualdad ciudadana, y, por tanto, en un verdaderoprograma político-social.

Las posteriores herejías de Socino (1525-1562) yde Calvino  (1509-1564), así como las inumerablesguerras religiosas que asolaron a Europa, demues-tran hasta qué grado se había hecho insoportable laIglesia como institución antisocial y opuesta al pro-greso.

El Dante , gibelino y desterrado de Florencia (1265-1321), había expresado ya la repulsa hacia la Igle-sia, llevando a su infierno a papas y a cardenales. La

Iglesia se había adelantado, en realidad, alRenacimiento, en su concepción económica comoarma del poder; pero al ser combatida con la mismaarma del poder; sufre, naturalmente, un gran quebran-to, pues no sólo luchaban contra ella el pueblo, la

nobleza y los herejes, sino también la potente bur-guesía adinerada, aliada con aquellos, momentánea-mente, por un interés común.

La doctrina ético-económica medieval, según la cualel menestral trabaja para atender a su sustento, y el comercio para enriquecerse, era pecado , se oponíaal espíritu de la empresa del Renacimiento que laIglesia combatía, en tanto que le escapaba de su con-

trol el monopolio por ella ejercido anteriormente; perocon su táctica habitual, se adapta al nuevo espíritu yse dedica al desenfreno de la acumulación de riquezasy a una vida fastuosa y cómoda: los papas tienen susqueridas, y muchos clérigos cultivan la literatura porno-gráfica de la época.

El fraile Savonarola , que se alza contra el simonismo desenfrenado de los papas y sus intrigas criminales,fe quemado en la hoguera. Pero la Iglesia, para guar-dar las formas y justificar con textos sagrados susactitudes, encontró siempre recursos: así en la EdadMedia había hermanado sus doctrinas del «liberum arbitrium » y la «gratia divina », concediéndole, enconsecuencia, al hombre, como principio, la libertad;pero predicaba, en cambio, la resignación cristiana,que lo manten í a en estado de vasallaje en que su nacimiento lo haba colocado.

De este modo, predicando la libertad, mantenía laesclavitud. Al surgir la Reforma luterana con susnuevos dogmas del «servum arbitrium » y la «sola gratia », que pretende en realidad restaurar la doctrinaético-económica pasada, en contra de la rapacidadde la Iglesia, ésta, para justificar su posición mundana,consagra como moral la nueva tendencia libertadoradel hombre, legitimando el comercio y el negocio, conlo que hermanaba la moral cristiana con sus intereseseconómico-financieros de empresa explotadora de laignorancia y de la superstición.

La consecuencia de cuanto acabamos de exponeres el espíritu incrédulo del Renacimiento ante lascuestiones dogmáticas, que establece la superiori- dad de la raz ó n sobre la fe y excluye la intervenci ó n divina en la vida de los hombres.

d). La esencia de la personalidad del hombre renacentista.

La personalidad del hombre de esta época es frutode las luchas pasadas y de las nuevas condicionesimperantes.

El espíritu aventurero de los Cruzados y el de loscomerciantes, que viajando de país en país se veíanconstantemente amenazados por peligros y riesgosque tenían que vencer con sus propias fuerzas; lasluchas de artesanos y campesinos, a través de con- juras sociedades secretas, contra una sociedad quelos subyugaba, crearon en él una mentalidad nuevay una nueva fe: estaba convencido ahora de que su emancipaci ó n era posible, pero s ó lo a costa de su propio esfuerzo.

El viajero medieval, comerciante o hereje persegui-do, en contacto con nuevas culturas y modos de vi-vir, aprende que el mundo es multiforme y variado, yno cortado por un patrón único e inmutable, A esta

concepción medieval se opone ahora la idea de unmundo dinámico, que es obra definitiva de Dios, yque se transforma permanentemente por el esfuerzoconstante de los hombres.

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El burgués adinerado, con ayuda de la inteligencia,rompe los antiguos moldes estáticos e inicia un régi-men de libre competencia. Florece, pues, el concep-to de personalidad y el espíritu de empresa, que im-plica riesgo, esfuerzo, e ilustración; por lo que la cla-se burguesa busca ahora la fama, la libertad y el bie-nestar, que dan la personalidad del individuo. Por pri-mera vez desde la antigüedad se reconoce y se res-peta el carácter original de los espíritus creadores, ya

sea en el campo del Arte, de la Literatura o de la Téc-nica, identificando la obra con el autor.

El burgués rico, calculador y disciplinado, ya no reco-noce límites para su progreso.

Se introduce en la política y llega a gobernar las ciu-dades, idea expresada por Eneas Silvio, al decir «que de los criados salen los reyes ».

Así surgió de la clase de los comerciantes la dinas-tía de los Médicis, que gobernaba Florencia.

La nueva economía monetaria y el crédito contribu-yen poderosamente al desarrollo del espíritu de lu-cha, que se refleja en la política de las ciudades comoPisa, Génova y Venecia, cuyas empresas comercia-les eran a la vez guerreras. Para esta clase de aven-turas se buscaba el apoyo del «condottiere », tipo hu-mano producto de la época.

El hombre del Renacimiento, de formación raciona-lista, no se interesa por problemas metafísicos. Gui- cciardini , historiador italiano, embajador de los Mé-dicis ante los Reyes Católicos, afirmaba que no teníasentido el indagar sobre las cosas sobrenaturales «que no se ven », o hacer juicios sobre «profundos arca- nos »; lo único que interesa es preguntar «por las cau- sas naturales de las cosas ».

El espíritu incrédulo de la época, examinado ante-riormente, no admite la constante intervención deDios en los asuntos de los hombres, El habría hechoel mundo, pero éste se rige ahora por sus propiasleyes. Entonces, el secreto para dominarlo consistiría,precisamente, en descubrir tales leyes, que habríade conducir a un saber útil y práctico.

El renacentista pensaba que todo puede conseguirsecon el dominio de la técnica racional, en oposición ala idea medieval, según la cual, nada hay que hacer,pues todo está ya hecho y ordenado. Transformar,para poner el producto del esfuerzo al servicio delhombre, mediante una actitud empírica, implica una

nueva concepción de las cosas, una nueva filosofíahumanista, emancipadora, científica y de fe en lospropios recursos.

El hombre renacentista es, por lo tanto, además deenamorado de la cultura antigua, inquieto investiga-dor de la Naturaleza.

En el campo de la política, Maquiavelo hace de lalucha una cuestión técnica, y enseña a la vez a lospríncipes a gobernar las ciudades, y a los ciudada-nos, a librarse de los príncipes.

En las ciencias, Ubaldi, Benedetti , Leonardo,Copérnico, Galileo, Kepler , etc., estudian la astro- 

nom í a, la n á utica, la ingenier í a, la anatom í a, etc., queera pecado en aquella época.

En el terreno del Arte se unen en la misma personael técnico y el artista, como en el caso de Leonardo 

y de Brunelleschi ; las leyes de la perspectiva sonestudiadas por los artistas que, según Alberti , de-ben ser ante todo investigadores de la Naturaleza,matemáticos y técnicos, para alcanzar plenamentelos recursos del Arte.

Con la destrucción del señor feudal y el comienzo dela formación de las nacionalidades, la guerra no esya una lucha caballeresca, sino una cuestión técni-

ca. Se enfrentan ahora grandes ejércitos con nue-vas armas creadas después del invento de la pólvo-ra; por lo que la artillería y la balística constituyenuna ciencia estudiada por Federico de Urbino , Al- fonso de Ferrara y el mismo Galileo .

La clase de los sabios y de los intelectuales laicosdesplaza a la ignorante frailería, a la que desprecia-ba, quitándole el saber y la enseñanza. El jurista,nueva actividad intelectual y técnica, quita tambiénamplios campos de la actividad a la clase de los teó-logos. Las clases poseedoras, los príncipes y gober-nantes se rodeaban, por conveniencia y por presti-gio, de humanistas ilustrados, de artistas y hombresde ciencia.

Así lo hicieron los Médicis , los Esforza y el mismoFrancisco I de Francia, que llevó de Italia a París unnúcleo importante de estos hombres, los que consti-tuyeron, precisamente, la Francmasonería.

El movimiento filosófico de la época se acusa, tam-bién, de modo notable con las Academias italianas ycentros de investigación e intercambio de conoci-mientos, cuyo foco primitivo era el Taller-Escuela delos artistas y sabios, en el que se impartían a losalumnos todos los conocimientos que constituían lasciencias de entonces.

Pero el afán de saber, investigar y enseñar del hom-bre renacentista estaba mediatizado por la Iglesia,rémora de todo progreso, pues la ilustración minabasus dogmas y su poder.

Los humanistas, eruditos y escritores satíricos secomunicaban entre sí, formando como comunidadessecretas, que, pasando sobre las fronteras, relacio-naban a los italianos con los holandeses, comoErasmo de R ó tterdam , o con los franceses, comoRebelais y Bundé, intercambiando sus opiniones ydescubrimientos, que no podían exteriorizar clara-mente a causa de la Inquisición.

Para criticar públicamente algo relacionado con la

Iglesia, se valían del humorismo en obras como «El Decamer ó n », de Boccacio ; «Elogio de la locura »,de Erasmo ’; «Gargant ú a y Pantagruel », de Rebelais ,etc. Este último, vigilado estrechamente por la igno-rante Sorbona , en manos de teólogos inquisidores,termina su obra con un pasaje en el que se adivinala cautela y el disimulo: Pantagruel y Panurgo visitan una isla maravillosa, para conocer el or á culo de la divina botella, que habr í a de decir si Panurgo ser í a o no cornudo en el caso de que se casara.

Los visitantes, ya en el templo, pasan por un rito ini-ciático y la sacerdotisa sacando una botella, da esteúnico consejo a Panurgo : «trinca », es decir, bebe.Anatole France , al comentar la vida de Rebelais , dice 

que es f á cil adivinar el vino que la sacerdotisa daba al iniciado: el de la Sabidur í a, el del amor a la Natu- raleza y a la Verdad ; consejo que el autor de aquellanovela humorística no podía dar de modo más claro.

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Resumimos, pues, la estructura de la personalidadbásica del hombre renacentista con las siguientescaracterísticas: individualidad, personalidad y espíri-tu de empresa, afán de emancipación y cooperativis-mo, escepticismo religioso y cautela ante la Iglesia;espíritu de investigación racional y empírico; repu- blicanismo y a la vez cosmopolitismo.

e) Florencia, cuna de la Francmasonería.

Florencia, la cuna de la flor de azucena, fundada pormaniqueos perseguidos por la Iglesia, en las orillasdel Arno , creció rápidamente debido a su posicióngeográfica y al espíritu industrioso de sus habitantes,y llegó a ser famosa y conocida un Oriente y Occi-dente por su industria, su Arte, su banca y su Ciencia.

Centro de una enorme red comercial, propagaba enel extranjero, con sus mercaderes, su espíritu progre-sista, y por el mismo vehículo se nutría de las culturasasiáticas y europeas, que enriquecían la suya propiagreco-romana. Florencia nos legó esa cultura clásica,y con ella sus instituciones políticas y económicas,fundamento de las modernas domocracias. Descono-ciendo la autoridad de la escolástica, forjó su culturaen la antigüedad pagana, a través de la enseñanzalaica de sus típicos talleres-escuelas, y dividió a loshombres en dos clases: los cultos y los ignorantes.

Su Arte fino, sensual y a la vez vigoroso y pujante,refleja aquella cultura, popular y democrática. Gra-cias al espíritu artístico de los florentinos y a su sedde saber, se crean las primeras y más famosas bi-bliotecas de su tiempo, que les permitía adquirir co-nocimientos superiores y universalizarlos. Aprove-chando la influencia de los sabios que emigraban deConstantinopla y los viajes de sus mercaderes a lospaises asiáticos y europeos, lograron reunir cientosde manuscritos notables en las bibliotecas de Niccolo de Niccoli y de Cosme y Lorenzo de M é dicis.

Estos último protegían a sabios y artistas, no sólopor el afán de cultura, sino por interés de apartarlosde la política republicana y hacer triunfar su ambi-ción dinástica de constituir una Rep ú blica plat ó nica gobernada por arist ó cratas. De Florencia salen losmás grandes hombres del Renacimiento, tanto en elArte como en la Literatura; en ella triunfa la nueva len-gua vulgar en lugar del latín, manejado por los teólogos,y si no llegó a más en su cultura fue debido a que lospapas quisieron hacer de ella una ciudad güelfa ypontificia.

El principal factor de su progreso fue su pueblo tra-bajador organizado en corporaciones; los jefes delas siete Artes principales, llamados cónsules, eranlos verdaderos defensores de la Ciudad-República,que se reunían espontáneamente con sus Gremiosen caso de peligro. Ellos administraban la ciudad yla justicia y posteriormente, en 1212, eligieron su po-testad, que asumía estas funciones y fue el precursordel jefe de gobierno. Su vida política se desarrollaagitadamente entre constantes luchas de güelfos ygibelinos, güelfos blancos y negros y odios hereditariosde familias. Pero ni nobles, ni papas, ni emperadoreslograron someterla durante su esplendor.

El dinero que afluía de todo el mundo a la ciudad,

especialmente por ser florentinos los banqueros delpapa, los hizo fuertes y respetados. Pero a pesar deeste lazo con el Vaticano, no eran papistas ni creyen-tes. Los clérigos mismos invocaban indistintamentea Venus y a la virgen María.

El florentino era hospitalario y atraía a su ciudad aderrotados y perseguidos, a los que daba carta deciudadanía, enseñaba sus Artes o aprendía de ellos.Los artesanos tenían sus sociedades de socorros mu-tuos y hospicios. En el siglo XIV tenían alrededor deveinte hospitales. En el extranjero los mercaderes for-maban colonias fraternales, que se protegían mutua-mente.

El espíritu democrático de los florentinos era efecto ala libre discusión y al examen de todos los proble-mas. Cada casa tenía su «loggia», donde a plena luzse discutían negocios, de Arte o de política.

Florencia fue en resumen, el crisol donde las ten-dencias progresistas de la época se fundieron, crean-do el espíritu del Renacimiento, que antes hemosexaminado. Artesanos y comerciantes, sabios y ar-tistas, herejes y emigrados bizantinos, nobles abur-guesados, políticos y humanistas, dieron a la ciudadtal esplendor, que merecidamente fue llamada «LaAtenas de Italia».

Pero la toma de Constantinopla en 1453, con el cierre de la v í a comercial al Oriente, dio un golpe de muerte a su progreso econ ó mico; por lo que el comercio y la industria florentinas quedaron en decadencia, y los hombres de negocios se vieron obligados a buscar nuevas rutas comerciales al Oriente y nuevos mercados en Europa.

Contaban para esto con inventos como la brú jula, elperfeccionamiento en la técnica de construcción debarcos y los mayores conocimientos geográficos yastronómicos de la época, debidos a la labor científi-ca y a la recopilación de informes de viajeros nave-gantes, hecha por el sabio Pablo Toscanelli y sus co-laboradores. Así fue como navegantes italianos y téc-nicos florentinos, como Col ó n y Vespucio , en colabora-ción con técnicos portugueses y españoles como losPinzones, Juan de la Cosa y otros, y con la proteccióny ayuda económica de los Reyes Católicos, de losMédicis y de comerciantes españoles e italianos,descubrieron el nuevo continente americano.

Este descubrimiento, lejos de haber alcanzado el finque se proponían, contribuyó más a la decadenciade la vida florentina, ya que se restó al Mediterráneoimportancia como ruta comercial, que se trasladó alAtlántico y por consiguiente, a las costas de Españay del norte de Europa.

Como consecuencia de la decadencia florentina, las

clases que representaban el movimiento renacentistase alinearon nuevamente en grupos representantesde intereses distintos.

El burgués, enemigo antes de la Iglesia y de la no-bleza holgazana, se siente ahora señor, rico y respe-tado y tiende por tanto a conservar su posición.

De revolucionario se hace conservador, de guerrero yempresario se transforma en inversionista, y de pro-ductor pasa a ser consumidor. Busca en esta etapala vida cortesana, formando una nueva aristocraciade vida tranquila. Así como el Renacimiento estácaracterizado por la vida de la ciudad, el nuevo ricoque surgió de él, vuelve ahora a la vida señorial, en

sus villas campestres, con lujo urbano.

El burgués, que antes aspiraba a gobernar, habíaperdido su impulso dinámico, y deja el gobierno enmanos de los príncipes, que también procedían de la

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clase de los comerciantes, y sólo aspiraba a una«Libertad contra el Estado».

Igualmente el político procura consolidar sus posicio-nes usurpadas, y crea dinastías como la de los Mé-dicis, que gobierna ahora a Florencia como un prin-cipado.

El nuevo Estado, con tendencias absolutistas, bu-

rocráticas y dinásticas, crea una nueva nobleza. Re-nace lo caballeresco y nuevos valores cortesanos: ladignidad principesca, la distinción, la serenidad, etc.

Asoma, pues, una nueva época, que substituye elespíritu creador del Renacimiento, y un romanticismo,que desplaza al racionalismo del siglo anterior en lasclases acomodadas.

El humanista y el artista ya no pueden poner, comoantes, su ideal al servicio de la comunidad; sus clien-tes son ahora los burgueses y los príncipes, que po-nen su actividad al servicio del refinamiento perso-nal y del lujo en sus palacios y villas.

Los príncipes en esta época tratan de rodearse de losintelectuales sobresalientes, porque podían servirlestanto de técnicos en sus empresas militares, comopara dar fausto esplendor a la corte. Lorenzo de Mé-dicis, con su Academia Platónica, dirigida por MarsilioFicino, justificaba su posición de príncipe con la au-toridad de Platón.

La Iglesia, en esta etapa, con su táctica habitual, searrima al poderoso: coquetea con el burgués e intri-ga al lado del político, para restablecer su antiguaposición dominante.

Por su parte, el noble y el burgués, que habían com-batido a la Iglesia medieval, encuentran ahora que,para consolidar su posición es su mejor aliada, y asíaparecen otra vez las clases dominantes unidas encontra del pueblo.

La situación de los hombres y agrupaciones progre-sistas cambia por completo ante la crisis económicay nueva alianza de clases sociales que acabamosde describir.

Los principalmente afectados por la nueva situacióneran los Gremios de artesanos en general, y los in-telectuales y artistas de origen gibelino, de formaciónnetamente republicana y democrática.

Los afectados no tenían más remedio que poner suactividad al servicio de Estados políticamente adversosal papado, y que iniciaban en esta etapa su floreci-miento, como eran: en Italia, el Milanesado, y en elresto de Europa, Francia, Paises Bajos, España, etc.,debido al traslado del centro de navegación delMediterráneo al Atlántico.

Así, pues, se imponía una preparación adecuadapara esta nueva etapa, asimilando el saber y nuevastécnicas surgidas de los inventos de la época, comomedio para abrirse camino. Los tradicionales Talle-res-Escuelas laicos, como el de Andrea de Verrochio ,en el que se había educado Leonardo de Vinci ,Am é rico Vespucio, Pedro Sorderi , etc., ya no eran

adecuados para llenar esta necesidad, toda vez quela amplitud de los conocimientos a que había llega-do el Renacimiento en los diferentes campos de lasCiencias, exigía la presencia de especialistas en cadauno de ellos.

Como consecuencia de esta situación, el Gremio deConstructores y artistas florentinos se vio avocado aresolverla, encomendando su estudio al sabio Pablo Toscanelli, conservador de la biblioteca de Niccolo de Niccoli , en colaboración con Leonardo de Vinc i, artistay hombre de ciencia, perteneciente al Gremio, y Am é - rico Vespucio , navegante, cosmógrafo y cartógrafonotable.

Estos tres hombres concibieron la idea de la formaciónde una Academia, integrada por personas capacitadasen diferentes ramas del saber, con el fin de ilustrarsemutuamente por medio de intercambio de conocimien-tos y prácticas en presencia de los jóvenes estudiosos,que deseaban adquirir una preparación superior -método de enseñanza práctica-, dada la escasez demanuscritos, pues estaban escritos en lenguas latina,griega,árabe, etc., no accesible más que a unos cuan-tos hombres ilustrados de entonces.

Como la idea de la formación de una Academia laicaestaba en pugna con los intereses de la Iglesia, quepretendió siempre monopolizar la enseñanza y laeducación de la juventud, era preciso adoptar unaposición política y una táctica adecuadas, en armo-nía con la ideología tradicional de la Masonería opera-tiva, que luchó siempre por la libertad de pensamien-to e investigación científica.

Pero como, dadas las condiciones de la poca, la aso-ciación gremial era ya inadecuada para defender coneficiencia un programa político de lucha de esta natu-raleza, los tres hombres antes mencionados propusie-ron que la misma Academia asumiera la dirección deaquella lucha, organizándose secretamente de acuer-do con la estructura interna de la Masonería operativa,para capacitar a sus miembros, no sólo técnica y cien-tíficamente, sino también ideológicamente, con el finde que, con su influencia en todas las esferas de susactividades, pudieran eliminar los obstáculos opues-tos a su programa político, haciendolo triunfar en defi-nitiva.

As í se inici ó una separaci ó n entre la Masoner í a opera- tiva y la especulativa, encarg á ndose la primera de la defensa de los intereses netamente gremiales, y la segunda, de la ense ñ anza t é cnica y cient í fica superior y de la lucha pol í tica.

Toscanelli, Vinci y Vespucio , de acuerdo con el Gre-mio, llegaron, pues, a la conclusión de que para librar-se de la tutela clerical y abrir el camino del progreso,era necesaria la fundación de una Academia, donde

la juventud estudiosa pudiera adquirir conocimientossuperiores y luchar al mismo tiempo por un programamínimo de carácter político, que comprendía la edu-cación laica y traducción de los manuscritos científi-cos al idioma vulgar del pueblo, como medio de arre-batar a los privilegiados, en provecho de la Humanidad,el control de las Ciencias y de las Artes.

La formación de una Academia florentina para inter-cambio de conocimientos y prácticas, fracasó debidoa la oposición de los Médicis, que, aspirando a lacorona papal, sentían prevención y desconfianza ha-cia los hombres de origen gibelino, organizadores dela misma.

Así pues, nace en Florencia la idea de la formaciónde una agrupación, que si bien en su cuna no pudodesarrollarse, fue el germen de la Academia de Milány del Colegio de Francia, donde se constituyó en

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sigue en la 2da. Parte

II I. APARICION DE LA FRANCMASONERIA EN ITALIA Y SUDEFINITIVA CONSTITUCION EN FRANCIA.

definitiva la Francmasonería Moderna o Especulativa,como expondremos seguidamente.

En cambio, los Médicis, apropiándose de la idea, fun-daron su propia Academia Platónica, encabezada porMarsilio Ficino , aparecida dos años después de la

Academia de Arquitectura de Milán, que tenía porobjeto político atraer a los intelectuales para defendersu propia causa dinástica.

Segunda Parte

III. APARICION DE LA

FRANCMASONERIA EN ITALIA YSU DEFINITIVA CONSTITUCION ENFRANCIA.

1. Leonardo de Vinci y la fundación de la Acade-mia de Milán.

Al fracasar la gestión de fundar la Academia de Florencia , los tres promotores de la idea, Toscanelli ,Vespucio y Vinci , pensaron en la necesidad de tras-ladarse a otro Estado que no estuviera sometido a lainfluencia del Vaticano, para realizar allí sus propósi-tos. Coincidía este pensamiento con la circunstanciade que Ludovico Sforza , duque de Mil á n , necesita-

ba hombres preparados técnicamente, no sólo pararealizar obras de ingeniería civil, necesarias para elprogreso del Milanesado , sino también obras de ca-rácter militar que fortalecieran su Estado frente a lasamenazas de los franceses y del Vaticano, que aspi-raban a dominarlo. Toscanelli , a petición de Moro ,había recomendado a Leonardo , en el año de 1473,como hombre capáz de llevar a cabo los deseos delgobernante milanés.

Toscanelli murió en 1479, pero su recomendaciónno fue olvidada por Sforza , que en 1482 invitó a Leo- nardo a trasladarse a Mil á n , oportunidad que fueaprovechada por éste, puesto que favorecía los pro-pósitos a que antes hemos aludido.

Ludovico Sforza , que conocía perfectamente las ap-titudes de Leonardo , condensadas en una carta queéste le había enviado al entrar a su servicio, le enco-mendó la realización de una serie de obras de inge-niería civil y militar, encargándole, además, diferentestrabajos de carácter artístico de pintura y escultura.Le autorizó por otra parte, a fundar una Academia de Arquitectura , que tendría por objeto preparar técnicay científicamente a la juventud milanesa, deseosa deadquirir conocimientos superiores, para ponerlos alservicio del Estado.

Conviene destacar algunos rasgos de la vida deLeonardo , que influyeron poderosamente en la for-

mación de su carácter y de su ideología, despertaronen él el amor a la Ciencia y al Arte y lo convirtieron enel sabio y artista más celebre de la época, a quiencupo el honor de ser el fundador de la Masoner í a Moderna , a sea la Francmasonería .

Hijo natural de un joven notario rural, Pedro de Vinci y de una campesina del valle del Arno, de 16 años deedad, fue separado desde muy pequeño de su madrey recogido por su abuelo paterno, descendiente degibelinos , que se preocupó por su primera educación.Creció, por lo tanto, libre de la nociva influencia de losfrailes, cuya labor educativa consiste principalmenteen infundir temores a la juventud, hablándole de unDios que todo lo gobierna, y castiga al hombre enesta vida y en la otra; de esto surge una preocupaciónpor la salvación individual, que incapacita paradesarrollar plenamente la personalidad en relación conlas necesidades de la sociedad, la que exige un espíritude colaboración, para alcanzar fines humanitarios yreales de esta vida.

Su crecimiento, en contacto constante con la Natura-leza, favoreció el desarrollo de su inteligencia excep-cional y sus dotes de artista, El padre, admirado desus dibujos, lo mandó en 1470 al estudio del notablepintor, escultor y orfebre florentino, Andrea de Verrochio , taller-escuela laico del que salieron mu-chos hombres progresistas notables de la época. Lostalleres o «bottegas » florentinos eran a la vez centrosde trabajo y de enseñanza en general.

En el de Andrea de Verrochio aprendió Leonardo ,no solamente las Artes, sino también las matemáti-cas y nociones de historia natural. Como este centrode enseñanza era frecuentado por sabios y artistas

que estimaban al maestro, fue el vehículo que pusoen contacto a Leonardo con hombres como Alberti ,Toscanelli y otros, que posteriormente le sirvieron paraampliar sus conocimientos superiores en diferentesmaterias, ya que Tosccanelli por ejemplo, era el con-servador de la biblioteca de Niccolo de Niccoli , fuen-te de información científica, no solamente de los hom-bres del partido gibelino y de los Gremios de las sieteArtes principales que ayudaron a formarla, sino,también, de los investigadores de otras ciudades-es-tados que acudían a Florencia para visitarla.

Leonardo asimiló tan rápidamente las enseñanzasde su maestro, que a los 2 años fue admitido en elGremio de los pintores florentino, perteneciente a la

Masoner í a operativa .

Se dice que Verrochio , admirado de la inteligenciade su alumno, lo tomó de modelo para su célebreestatua que representa a David y que simboliza el

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triunfo de la Inteligencia sobre la fuerza bruta del gi-gante Goliat . Algunos biógrafos afirman que Leo- nardo se dedico con tal afán al cultivo de las cien-cias, que experimentó en detrimento de sus faculta-des como artista.

En efecto, fue un enciclopedista que estudió e inves-tigó con bastante profundidad todas las ramas de lasciencias de entonces: las matem á ticas, la mec á ni- 

ca, la geolog í a, la astronom í a, la qu í mica, la hidr á uli- ca, la ó ptica, la perspectiva , etc., etc. Inventó nume-rosos aparatos y fue precursor de otros inventosposteriores, distinguiéndose como arquitecto o inge-niero civil y militar, y como inventor de máquinas deguerra.

Es interesante subrayar, sobre todo, su espíritu in-vestigador racionalista, que lo hacía emplear el méto-do experimental como único medio de conocer laverdad, que implicaba una concepción del Universosometido a leyes naturales, que él trataba de descu-brir.

Al terminar el año de 1477, Leonardo abandonó eltaller de su maestro, dedicándose a realizar trabajospor su cuenta y al estudio y la investigación científi-ca. En esta misma época principia su vida política,que no era del agrado de los Médicis , los que mani-festaron su desprecio hacia Leonardo , calificándolode «maestro de baja alcurnia », tanto por su nacimien-to como por su ideología progresista. Esto motivó queen 1482 aceptara la invitación de Ludovico Sfor-za ,a que hemos hecho referencia anteriormente.

Al fundar la Academia de Arquitectura , que respondíaa la vieja idea concebida por él, en unión conToscanelli y Vespucio , reunió en su plantel, para laenseñanza superior y netamente laica, a todos susamigos que se distinguían por sus conocimientos enalguna materia, como eran Américo Vespucio , Mar- co Antonio de la Torre , Luca Paccioli , etc. Tam-bién atrajo a su Academia a sus amigos florentinosen calidad de alumnos, formando con los milanesesun grupo, del que se destacaron Francisco Melzi ,Cézar Cesto , Bernardo Lovino , Andrea Salaino ,Marco Vegioni , Antonio Boltrafio , Paulo Lomazo y muchos más artistas conocidos, algunos de los cua-les acompañaron posteriormente a Leonardo cuan-do se trasladó a París, invitado por Francisco I .

EL fundador de la Academia había reunido en trecemanuscritos las enseñanzas que él impartía a susalumnos, muchos de los cuales, desgraciadamente

no llegaron a nosotros, en algunos casos por culpadel clero. Leonardo hacía compatible sus laborescomo profesor de la Academia , con sus trabajos deingeniería y obras de carácter artístico, como fueronla estatua encuestre de Sforza , la Cena de Jes ú s ylos Ap ó stoles , y muchas otras que le hicieron céle-bre como artista.

La Academia de Arquitectura comenzó a decaerdebido a los acontecimientos políticos y a la caídadel Milanesado en poder de los franceses; pero suejemplo fue seguido en toda Italia, donde se fundaronotras Academias con diferentes nombres: Ciencias,de Sabios, de Arquitectura, etc., que encubrían suverdadera esencia de organización de la Masonería

especulativa.

Cuando los franceses entraron en Milán y conocieronla obra de Leonardo, tanto en ingeniería y arquitectu-ra, como en pintura, comprendieron que se trataba de

un genios, por lo que le profesaron su admiración..Por aquellas fechas se paralizaron los trabajosdirigidos por Vinci, que se traslada de nuevo aFlorencia, donde continúa su labor artística y científi-ca concurriendo a la Academia fundada por Rostici,Sancobino, Franciavigio, Andrea del Sarto, el músicoAlolle y quizá Rafael, al estilo de la de Milán.

Hizo diversas obras de ingeniería por encargo de César

Borgia; volvió a Milán con Charles d’Amboise; regre-só a Florencia y visitó Roma con ocasión del pontifi-cado de León X, donde su enemigo Miguel Angel lohostilizaba constantemente con sus intrigas.

Por Ultimo Francisco I de Francia, que admiraba tan-to su labor y que había pretendido trasladar a Paría elmuro donde Leonardo había pintado la Cena, lo invitóa su Corte, a la que se trasladó en unión de un grupode artistas y discípulos en 1516. Vivió en la mansiónde Cloux de Amboise y murió en 1519.

2. Situación europea a partir del año de 1500.

Desde los comienzos del siglo XIV, las Ciudades-Estados italianas perdieron su preponderancia, quese fue concentrando poco a poco en manos de lospapas, aspirantes al dominio universal, formando ungran Estado bajo su poder, que disputaba a los reyesde España, Francia e Inglaterra la hegemonía Europea.

Pero al norte de los Alpes se acentúa, precisamenteen esta época, la pugna incubada durante siglos entrela libertad y la servidumbre. Las luchas sociales yreligiosas por la libertad, que desde 1348 habían sidobrutalmente sofocadas con descuartizamientos,enterramientos en vida, etc., se reproducen ahora conla bandera de la herejía y un nuevo concepto delcristianismo, que se abría paso frente a la corrompidaIglesia romana.

En Alemania, las ciudades como Ulm, Ausburgo,Nüremberg y otras, se hacen más ricas, pero al mis-mo tiempo se acentúa la pobreza y servidumbre delos campesinos y mineros, que se agrupaban conjun-tamente con los herejes en sociedades secretas, paracombatir a la nobleza y a la Iglesia con sangrientasguerras.

Alemania absorbe en esta época todos los fermen-tos revolucionarios que habían perdido su vigor en Italia,y se rebela decisivamente contra el poder temporal yespíritu del papado. Toda Europa es ahora invadidapor el espíritu de la técnica, la imprenta, con su enorme

poder de divulgación, agrupa también a los artesanosy burgueses, que encarnaban el espíritu progresista,con los humanistas y sabios.

Prende, pues, al norte de los Alpes el espíriturenacentista que analizamos detalladamente en elcaso de Italia y Florencia durante el siglo anterior;pero en el panorama europeo existían, a partir del año1500, nuevos factores que hacían más universales laspugnas, los intereses y, por lo tanto, las luchasentabladas entre la Europa medieval y el Renacimien-to.

Existía ahora el Estado absolutista, con un conceptodel poder y de la soberanía frente a otros Estados,

que en relación con las pugnas religiosas y las pre-tensiones de la formación de una monarquía univer-sal, originó las grandes guerras que asolaron a Euro-pa en esta siglo, en el que ya no existía la amenazaseria de los turcos que había unido a los paises

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europeos en épocas anteriores.

El Estado moderno, por su extensión en relación conlas pequeñas Ciudades-Estados, exigía ahora unaorganización mucho más amplia, que comprendía lasfinanzas, la justicia, el correo, la marina y el ejército;las comunicaciones, carreteras, puentes, etc. Estorequería el concurso de la técnica para su gobierno,razón por la cual los reyes y príncipes procuraban

rodearse de gente de saber y de especialistas endiversas materias, que, naturalmente, desplazaban alos frailes y curas que tradicionalmente desempeña-ban los cargos de consejeros en las cortes.

Ahora bien, como la Iglesia nunca toleró un podersecular superior al suyo, intrigaba con los reyes Car-los V. Francisco I y Enrique VIII, a fin de arrastrarlos ala guerra y debilitarlos, posibilitando así el triunfo desu propia causa. La Iglesia, en una palabra, alarmadapor el progreso de las herejías y por la constantemerma de su autoridad ante los pueblos y los príncipes,prepara su revancha organizando la ferozcontrarreforma, con la que, a partir del Concilio deTrento (1545-1563), trató de liquidar a sus enemigosartesanos, sabios, artistas, etc., y establecer su con-trol de las cortes, sustituyéndolos con los «ilustrados jesuitas», autores intelectuales de la nueva forma dela Inquisición, dirigida por el llamado «Tribunal Supre-mo» del Santo Oficio.

Cuando Leonardo de Vinci se trasladó a París con ungrupo de amigos artistas italianos pertenecientes alas agrupaciones de la Academia de Milán, se encon-tró con una Francia en la que se entremezclabandiversas corrientes contrapuestas: por una parte, lacorriente técnico-científica que exigía el interés delnaciente capitalismo y del estado moderno, que uni-da a la humanista y a la de Reforma, se oponía a laContrarreforma, representada por la Sorbona, en laque dominaban los teólogos, enemigos de todo pro-greso. Francisco I y su hermana Margarita protegíana los artistas, poetas, humanistas y hombres de cien-cia; pero este rey liberal tenía que estar supeditado ala política papal, para buscar su apoyo frente a CarlosV, siendo ésta la causa de que dejase las manoslibres a la Sorbona en su tarea de eliminar con lahoguera a sus enemigos, en muchos casos losprotegidos del propio rey.

Así pues, tenía en Francia plena actualidad la luchaentablada por los Masones progresistas florentinos,según el plan que habían formulado Toscanelli,Vespucio y Vinci.

3. Formación de la Francmasonería Francesa.

A su llegada a París, Leonardo se puso en relacióncon los intelectuales y artistas franceses, que conlos florentinos y milaneses que habían llegado con éldesde Italia, formaron en 1517 la primera agrupaciónde la Francmasonería francesa, al estilo de la de Milány con los fines que se hab ían propuesto losorganizadores de aquélla.

Esta agrupación, por primera vez tomó el nombre de«Logia Francmasónica». Tal denominación significa«lugar donde se reúnen hombres liberales, para ex-presar libremente su pensamiento como constructo-

res», toda vez que logia, derivada de la voz griega«logos», indica el lugar donde se discute; masón sig-nifica albañil o constructor, y la partícula «franc»,antepuesta a un sustantivo, significa en francés, libreo liberal.

La denominación de «Logia Francmasónica» se dabaa las agrupaciones secretas de los francmasones,que para actuar públicamente en relación de sus fi-nes de enseñanza superior, lo hacían bajo el nombrede «Colegio Francés», constituido con autorizacióndel Francisco I. La denominación de«Colegio», elegidapor los francmasones franceses, en lugar de Academiatenía un significado más preciso que esta última pa-labra, toda vez que no significa solamente el lugar

donde se imparte enseñanza, sino que indica que losagrupados están coaligados o unidos por algo queles es común, y que en este caso eran precisamentesus propósitos de lucha progresista.

Leonardo organizó y dirigió los trabajos de esta agru-pación hasta su muerte, acaecída en el año de 1519.El había cimentado sólidamente las bases de la na-ciente Francmasonería y, por lo tanto, su muerte nosignificó el fin de la misma, pues sus colaboradores ydiscípulos continuaron la labor iniciada por el maestro,fortaleciendo la agrupación, que llegó a reunir en suseno, en los primeros años de su existencia, hom-bres de valía y prestigio, como lo fueron FranciscoMelzi, Andrea del Sarto, Juan Rozzo, Primaticio yJuan Cousín, entre los pintores; Benvenuto Cellini,German Pitou, Juan Goujou, Pedro Bontemps, entrelos escultores; Filiberto Delorme, Juan Lescot, entrelos arquitectos; Guillermo Pelicer, Pedro Danés, Jor-ge Lelve, entre los escritores; Julio César Escalígero,José Justo Escalígero, Roberto Etienne, Juan AndrésLascaris, Guillermo Budee, Miguel Servet, entre loshombres de ciencia.

La característica principal de la labor francmasónicafrancesa que seguía la orientación de la Academia deArquitectura de Milán. consistía en que sus compo-nentes no se conformaban con clasificar el saberadquirido, sino que se dedicaban a la observacióndirecta de los fenómenos de la Naturaleza y a la ex-perimentación, con el fin de poder encontrar las leyespor las que se rige, siguiendo así el método aceptadodesde entonces como método científico.

Los francmasones franceses fueron los primeros enprecisar la forma de organización y los objetivos ideo-lógicos que debían regir las agrupaciones de laFrancmasonería Universal, y que diferenciaba radical-mente a estas agrupaciones progresistas de otrasmuchas que se fundaban por iniciativa o inspiracióndel clero, para oponerlas tanto a las agrupaciones dela Masonería operativa libre, como a las que seguíanla corriente científiconaturalista de entonces.

Estos principios básicos de organización y fines ideo-lógicos fueron formulados y aprobados como Consti-tución de la Francmasonería Universal, en una Asam-blea General de los francmasones franceses que sereunió en París en el año de 1523, o sea, cuatro añosdespués de la muerte de Leonardo. Esta Constituciónde la primitiva Francmasonería, formulada dos siglosantes de la Seudomasonería inglesa de Anderson, esla siguiente:

4. Principios básicos constitutivos de laFrancmasonería Universal aprobados en la asam-blea general de los Francmasones que se reunióen París en el año de 1523.

De la Logia Francmasónica y sus miembros:

1. Siete o más Francmasones, debidamente capaci-tados, reunidos bajo la bóveda celeste, a cubierto dela indiscreción profana, para discutir y resolver libre-

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mente, por mayoría de votos, los asuntos que lesinteresen colectivamente, forman una LogiaFrancmasónica, similar a las de la Masoneríaoperativa.

2. Los trabajos en Logia se verifican durante las horaslibres de ocupación de los reunidos, y de preferenciaentre el medio día y la media noche, bajo la direcciónde un Maestro Aprobado (Presidente y dos Celadores,

también Aprobados (vicepresidentes). Las reunionesse efectúan ante los útiles de trabajo conocidos,colocados en el Ara del Medio en la formaacostumbrada, estando resguardada la entrada alrecinto de la reunión por un Guardián seguro y resueltoy un Experto retejador de los visitantes. Todos losque desempeñan cargos son elegidos por mayoría devotos de los Francmasones reunidos, sea para unaAsamblea o para un período determinado por ellos.

3. Los Francmasones reunidos en Logia, de acuerdocon las reglas y costumbres conocidas desde tiem-pos muy antiguos, pueden, previa averiguación res-pecto a los candidatos, iniciar a los profanos en losMisterios (Secretos) de la Francmasonería y exami-nar a los Aprendices y Compañeros para elevarlos alos grados de capacitación superiores inmediatos,tomando de ellos la promesa de fidelidad en la formaacostumbrada, ante los útiles simbólicos del Trabajoy de Ciencia y comunicándoles los signos, los toquesy las palabras secretas de reconocimiento y desocorro, universales entre los francmasones.

4. Es costumbre antigua, firme e inviolable, no admitircomo francmasones a sus enemigos naturales queson: los clérigos de las religiones, los poseedores detítulos y privilegios de las castas de la nobleza y loshombres que tienen convicciones contrarias a losprincipios básicos de la Francmasonería, salvo en loscasos de rebeldía deéstos contra la ideología de losgrupos mencionados.

5. No se admiten como Francmasones los esclavos,los menores de edad y los incapacitados física ymentalmente.

6. Unión, Solidaridad y Cooperación son los princi-pios de la organización interna de la FrancmasoneríaUniversal.

7. La inclinación al estudio y trabajo, la vida y cos-tumbres sanas y normales, el comportamiento deco-roso, el trato fraternal entre los asociados a laFrancmasonería, la preocupación constante por el

progreso y bienestar del género humano y su propiaperfección, son distintivos de un buen Francmasón.

8. Para poseer los derechos completos del Francma-són dentro de las agrupaciones y dentro el pueblomasónico en general, es indispensable e imprescin-dible escalar los tres grados de capacitación deAprendiz, de Compañero y de Maestro, y conocer enesencia la Leyenda no alterada de la Masonería Anti-gua respecto la Construcción del Templo de Salomón;contribuir económicamente para el sostenimiento desus agrupaciones; asistir regularmente a los trabajosde Logia; Preocuparse por los hermanos enfermos,perseguidos o caídos en desgracia y por sus familiares;ayudar a los hermanos viajeros y no abusar de la

confianza de nadie.

9. Son derechos esenciales de un Francmasón: a)voz y voto en Logia y en la Asamblea General (GranLogia) de los Maestros Masones; b) elegir y ser elegi-

do para todos los cargos dentro de sus agrupacio-nes; c) pedir la revisión de los acuerdos tomados enLogia ante la Asamblea General de los MaestrosMasones; d) exigir en Logia la responsabilidad de loselegidos en el desempeño de sus cargos; e) pedir justicia francmasónica en casos de conflictos entrelos asociados a las Logias afines; f) formar triángulosy estrella para trabajar masónicamente en los lugaresdonde no es posible reunirse en Logia por causas de

fuerza mayor; g) disfrutar de socorro, ayuda yprotección mutua entre los Francmasones; h) visitara las Logias ideológicamente afines y ocupar lospuestos correspondientes a su grado de capacitación,previa identificación de su calidad de Francmasón enforma acostumbrada y segura, y i) pedir el Certificadode Retiro de la Logia sin explicación de causas,estando en pleno goce de sus derechos.

Son deberes primordiales de los Francmasones,pugnar:

10. Por el reconocimiento del principio de la separa-ción de la filosofía de la teología.

11. Por la libertad de pensamiento y de investigacióncientífica.

12. Por la aplicación del método científico experimen-tal en la filosofía.

13. Por el intercambio de los conocimientos y de lasprácticas entre los hombres para el bien propio y dela humanidad.

14. Por la libertad de conciencia religiosa y la prohibi-ción absoluta a los clérigos de las religiones de in-miscuirse en los asuntos políticos.

15.Por la abolición de los privilegios de las castas de

la nobleza y del clero.

16. Por la prohibición de emplear a los esclavos enlos oficios de los hombres libres.

17. Por los derechos de los pueblos de gobernarselibremente, según sus leyes y costumbres.

18. Por la abolición de los Tribunales especiales de justicia del clero y de las castas de la nobleza, y elestablecimiento de los Tribunales comunes, de acuer-do con las costumbres y leyes de los pueblos.

Otras disposiciones Constitucionales:19. Toda Logia Francmasónica es soberana, no pue-de inmiscuirse en los asuntos internos de otrasLogias, ni elevar a grados de capacitación superioresa los aprendices y compañeros afiliados a otras Logiassin su consentimiento o la solicitud de ellas.

20. Un pacto entre las Logias significa la Coopera-ción y no la renuncia total o de parte de su soberanía.

21. Siete o más Logias Francmasónicas de un terri-torio determinado pueden formar un Federación (GranLogia) y tres o más Federaciones pueden unirse enuna Confederación.

22. Para conservar intactos los principios de Unión,Solidaridad y Cooperación no es recomendable laformación de dos Federaciones o Confederacionessobre el mismo territorio.

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23. La Asamblea General de los Maestros Masoneses la autoridad Suprema del territorio de una Federa-ción, dicta las leyes, nombra y controla su GobiernoFederal y elige a los representantes que forman partede la Asamblea de la Confederación.

24. Todo Francmasón capacitado, electo para un cargoo representación, es responsable ante sus electoresy puede ser destituído por ellos en cualquier momento.

25. Entre lo Francmasones y sus asociaciones nopueden existir diferencias basadas en la distinción derazas, color o nacionalidad.

26. Los principios de Universalidad, Cosmopolitismo,Libertad (no esclavitud), Igualdad (ante las posibilida-des) y Fraternidad (como base de relaciones entrelos hombres) son las metas de la Francmasonería.

27.Como producto del pensamiento filosófico progre-sista, los conceptos básicos de la Francmasoneríason sagrados e inviolables. Estos preceptos no pue-den estar en contraposición con los progresos de lasCiencias ni con las ideas avanzadas de épocasposteriores; por lo tanto, los Francmasones no pue-den tergiversarlos ni omitirlos, sin perder su calidadde progresistas y de francmasones.

5. Interpretación de la ConstituciónFrancmasónica del Año 1523.

Es indispensable hacer un comentario a esta Consti-tución ya que, habiendo sido formulada a principiosdel siglo XVI, momento en el que existían condicio-nes distintas a las actuales, pudiera parecer hoy arbi-traria o anacrónica. El comentario debe tender, portanto, a su justificación en vista de las circunstanciasque la motivaron y a su amplia interpretación paraadaptarla a las circunstancias que hoy prevalecen.Vemos ya, por la lectura de su último artículo, que losinspiradores de esta Constitución tuvieron lapreocupación de su validez a través de los tiempos,por lo que procuraron no injertar en ella más queprincipios de carácter general que pudieran teneractualidad en toda época.

Pero en realidad, su justificación, que le da la historiay las circunstancias en que se produce, la hemoshecho ya a lo largo de todo este trabajo, restándonosmás bien explicar su significación, teniendo en cuenta,sobre todo, que la Francmasonería fue objeto de lamás grande falsificación histórica y de ladesnaturalización más absoluta de su esencia, para

ponerla al servicio de los intereses que ella precisa-mente combatía. En efecto, a partir de la muerte deFrancisco I de Francia, la Institución, que llevaba ensí el germen del progreso y de la universalidad, seexpande por toda Europa, pero su centro, su cerebrodirector, se traslada de París a Londres, debido a lapersecución encarnizada de la Contrarreforma, quehizo la vida de los francmasones casi imposible en lacapital francesa. La Francmasonería fue introducidaen Inglaterra por Tomás Moro, y su progreso fue tal,que en la época de Cronwell logra en este país unaconquista fundamental: la República. Pues bien,cuando la monarquía inglesa se restauró, fue primordialpreocupación de la nobleza y de la Iglesia anglicana,destruir a su mortal enemiga, la Francmasonería, bajo

la capa de «librarse de enojoso yugo traído por Bacona la filosofía y por Cromwell a la política» (Findell).

Para conseguir su fin, nobles y clérigos, capitanea-dos por el teólogo Anderson, conciben la idea de

apoderarse de la Institución, en la misma forma quepretendió hacerlo el entonces rey de InglaterraGuillermo de Orange, en Holanda, en combinacióncon el clero de aquel país.

El plan consistía en introducirse en la Francmasone-ría progresista y simular un renacimiento de la mis-ma, como derivada de la Masonería operativa, pur-gándola de cuanto significase lucha política contra el

trono y el altar, y substituyendo a estos fines por otros,tomados de la Cofradías medievales, y por el espírituantipapista propio de la Iglesia oficial inglesa. Hicieron,pues, unos «Antiguos Límites» o «Landmarks»inventados por ellos, que quisieron hacer pasarpor los auténticos Antiguos Límites de laMasonería operativa, según documentos quedecían poseer y que «desgraciadamente sequemaron», también según su propia afirmación.No es nuestro propósito hacer aquí una historia deeste movimiento de falsificación; citamos solamenteel hecho, para hacer resaltar más fuertemente elcarácter progresista de la Constitución Francmasó-nica de 1523, frente a la estructura de la masoneríaescocesa y yorquina, inspirada en la obra de Anderson,de carácter netamente reaccionario o, en el mejor delos casos, anodino. en efecto, estaseudofrancmasonería es una sociedad benéfica, enla cual se oculta con frecuencia la ignorancia mássupina bajo la capa del misterio; de una palabreríahueca de aspecto liberal, anticatólico y revoluciona-rio, o de un misticismo platónico o yogal hindú, paraconseguir la supuesta perfección individual.

La Constitución Francmasónica de 1523 contieneunos preceptos que deben ser observados, pero noestablecer limitaciones que la enquisten en una épo-ca determinada, ni mucho menos en un sistema filo-sófico cerrado y definitivo. Por el contrario, ella seña-la solamente unos 

preceptos mínimos y deja, por lo

tanto, libre el camino para el progreso y nuevas ideaslibertadoras que tiene que surgir a través de lostiempos; por esto es imposible hacer una interpreta-ción o ampliación de sus bases, sin contradecir ennada su esencia primitiva. Pasemos a continuación aexaminarla.

El artículo primero, que determina la forma en quedebe constituirse una Logia, requiere múltiples acla-raciones. Se fija en siete el número de elementos quedeben integrarla como mínimo; más adelante se hablade triángulos y estrellas constituídos por tres y cincoelementos respectivamente. Pero es preciso aclarar,que los números tres, cinco, siete y nueve a los que

se quiere dar significaciones esotéricas misteriosas,no tiene en la Francmasonería semejante carácter.

El número tres tiene, indudablemente, una significa-ción mecánica y geométrica, aceptada desde luegopor los masones operativos, que es la de señalar lacantidad de elementos necesarios y suficientes parahacer una estructura estable e indeformable; pero estecarácter nada tiene de misterioso, y expresa tambiénlo que puede ser el primer germen de una sociedad:en efecto, en la reunión de dos elementos no haymás que dos fuerzas afines o contrarias, que setraducen en acuerdo o discrepancia, en colaboracióno ruptura.

Pero en la reunión de tres hay ya un compromiso decolaboración por el sometimiento de una parte a laotras dos: esto constituye la primera célula democrá-tica de símbolo de convivencia humana, conseguidaa base de la transigencia de la minoría, frente a la

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opinión de la mayoría.

El régimen de mayorías y minorías, excluyendo elempate, sólo puede haberlo en las sociedades en lasque el número de sus elementos es impar.

Por eso, en las formas más elementales de socieda-des como ésta, se especifica que sean tres, cinco osiete el número de sus elementos integrantes, y no

cuatro o seis. Naturalmente, a partir de siete no haylimitaciones y por eso dice el artículo que comenta-mos, «siete o m á s francmasones »... Se entiende,pues, que a partir del número siete debe haber unvoto de calidad en la presidencia, que elimine elempate.

La expresión «reunidos bajo la bóveda celeste» tienesu origen, con toda seguridad, en la necesidad queexperimentaban las sociedades secretas, de reunirseal aire libre, en medio del campo o en el bosque, paraeludir la vigilancia de sus enemigos; pero no podemosentenderla en el sentido de que sea indispensablereunirse al aire libre, como algunos creen. Debemosentender por tal expresión, el derecho que se proclamapara los hombres libres, de reunirse en cualquier puntodel Universo y constituirse en asociación. Tampocodebemos darle la significación de reunión sin cartapatente, es decir, sin autorización de un Alto Cuerpoque patrocine la reunión.

Esta última idea, practicada por la seudofrancmaso-nería andersoniana, es una negación o, cuando me-nos, un condicionamiento del derecho de reunión;condicionamiento indispensable para la monarquíainglesa, que tenía por fin controlar a la Francmaso-nería como enemigo potencial. Este control se con-seguía por medio de las cartas patentes otorgadas alas Logias, sin cuyo requisito eran declaradas irregu-lares y perseguidas.

Este artículo, pues, constituye una amplia declara-ción del derecho de reunión y de asociación. La frase«debidamente capacitados»no es una cortapisa, sinoque significa, simplemente, que para ser LogiaFrancmasónica debe estar constituída por elementosque sepan lo que es la Francmasonería.

El artículo segundo fija la hora de las reuniones enLogia. Es ésta una cuestión que carece de importan-cia, aunque todavía los Sindicatos de trabajadoresestablecen que la reunión de sus Asambleas han deverificarse fuera de las horas de trabajo. Es, pues,esta norma, herencia de una antigua costumbres de

Masones operativos que, por otra parte, los ponía acubierto de la acusación de vagos.

Las expresiones de «Maestro Aprobado» y «Celado-res Aprobados» traducen, en lo especulativo, unacalificación de la Masonería operativa: aprobado quieredecir, simplemente, capacitado. El profano que entrabaa trabajar como aprendiz, no era tal aprendiz hastaque sabía perfectamente lo que tenía que hacer enesa etapa profesional; al pasar a Compañero, no sabíadesempeñar el trabajo de esta segunda etapa hastaque lo aprendía, en cuyo momento era «aprobado», ylo mismo sucedía en la etapa de Maestro. Así pues,en lo especulativo, la expresión «Maestro Aprobado»significaba que éste debía aceptar, comprender y

practicar los principios generales de la Francmasoneríay particularmente los impuestos de su grado.

Se establece además en este artículo, que los útilesde trabajo deben colocarse en el Ara del Medio, si-

guiendo la norma tradicional, puesto que se dice «enla forma acostumbrada». Conviene hacer resaltar, queel Ara, en el recinto de la reunión de losFrancmasones, está en el centro, de los reunidos, yno en un extremo, como el Altar de lo Templos y enlas reuniones de la nobleza, que implica el repudio dela consideración de igualdad, representada por lasreuniones de Mesa Redonda. El Ara en laFrancmasonería no significa solamente el lugar don-

de se depositan los instrumentos de Trabajo, sino,también, el santuario en el que se conserva la heren-cia legada por los antepasados, es decir, la cultura,la sabiduría y la ideología que los ligaba a todos en lalucha por el progreso, y los inmortalizaba en lamemoria de la Humanidad.

En la última parte de este artículo se hace referenciaa la forma de elegir a los dirigentes de las Asam-bleas, por mayoría y en la forma democrática, a dife-rencia de lo prescrito por Anderson para estos fines,pues establecía este clérigo, que los cargos directi-vos debieran ser cubiertos por «caballeros de buenaestirpe o nobles de nacimiento», a los que los reuni-dos deberían «obedecerlos con humildad».

El artículo tercero establece la forma de adquirir losgrados de capacitación y el derecho de las Logiaspara otorgarlos, observando «reglas y costumbresconocidas», pero sin necesidad de autorización deAltos Cuerpos; consagra, pues, la libertad y autono-mía de las Logias. La palabra «misterio», contenidaen este artículo, empleada todavía hoy para designarel oficio en el idioma inglés, es herencia de laMasonería operativa y significa solamente «secreto».(Entre los artesanos de la antigüedad, el oficio seconsideraba como misterio o secreto del Gremio).

El artículo cuarto indica que una Masonería con no-bles y clérigos, como la andersoniana, no puede serconsiderada como Francmasonería. En él se señalaclaramente el carácter político de la Institución, mos-trando cuales son «sus enemigos naturales: los cléri-gos de las religiones, los poseedores de títulos yprivilegios»...

Hace, sin embargo, una excepción: la de los hom-bres que, perteneciendo a las castas privilegiadas,se hayan rebelado contra la ideología de las mismas.A esta clase de hombres pertenecieron masonesilustres, de los que son ejemplo los filósofos Francis-co Bacon, Barón de Verulan, Barón Holbach, etc., enEuropa, y el Canónigo Cortés de Madariaga y FrayServando Teresa de Mier, en América.

En el artículo tercero se dice que las Logias puedeniniciar a profanos, «previa averiguación» respecto alos mismos; en el cuarto se excluye entre los candi-datos, a nobles y clérigos, y, por último, en el quintose señalan nuevas exclusiones, que comprenden alos esclavos, menores e incapacitados. (Observeseque no excluye a las mujeres). La esclavitud existíaen la época en que la Constitución fue promulgada yduró varios siglos. Todavía hoy la encontramos disi-mulada bajo ciertas formas. Pues bien, siendo la Ins-titución una organización con fines científicos y políti-cos que agrupa a minorías selectas, y no una organi-zación de masas del tipo del moderno partido políticoo sindicato -pues debemos recordar que nació de la

organización sindical para asumir la dirección de lalucha política y del progreso científico-, era naturalexcluir al esclavo y a cuantos carecieran de libertad ypreparación de alguna clase, como son los menoresy los incapacitados mentales.

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Así pues, esta exclusión se hace por razón de quelos excluídos en nada beneficiarían a la Institución yla expondrían, en cambio, a los peligros de su indis-creción.

De este artículo se desprende que la Francmasoneríase concibió desde un principio como una escuela depreparación científica y filosófica, para crear unaminoría de dirigentes que pudieran influir en el progre-

so a través de su competencia y actuación en círculosgubernamentales o al frente de agrupacionespopulares.

El artículo sexto señala los tres principios fundamen-tales de organización interna de la Institución,indispensables para su subsistencia y desarrollo,tanto en la labor cultural que exigía intercambio deconocimientos y prácticas, como en la política y aunen la meramente humana de ayuda mutua.

Es sabido que la Masonería Escocesa cambió losprincipios de Unión, Solidaridad y Cooperación, porlos de Salud, Fuerza, Unión, o bien, Salud, Estabili-dad y Poder, en los cuales vemos el espíritu contrarioa la evolución progresista perseguido por losfrancmasones primitivos, y el deseo de consolidar lamonarquía constitucional inglesa, poniendo la Institu-ción a su servicio.

El artículo séptimo señala las condiciones morales yla actitud ante la vida que debe tener el francmasón.Es natural que, por prestigio, la Institución se preocu-pase por la conducta de sus afiliados, ya que aspirabaa ser modelo de organización progresista, y, por otraparte, teniendo que vivir en la clandestinidad, es lógicoque se asegurase de la integridad moral de suscomponentes; pero las condiciones que este artículoseñala por un buen francmasón difierensustancialmente de las burdas reglas impuestas porel clérigo Anderson en sus «Antiguos Limites», enlos que se norma la conducta del masón como sifuera una bestia a la que hay que indicar los máspequeños detalles de una conducta honorable.

El artículo octavo determina las condiciones necesa-rias para llegar a poseer los derechos completos delfrancmasón. Comentaremos solamente lo que serefiere a la necesidad de conocer la Leyenda «noalterada» de la Masonería Antigua, respecto a laconstrucción del Templo de Salomón, que hemos dadoanteriormente. El término «no alterada» indicaclaramente, que ya en la época en que esta Constitu-ción fue promulgada existían diferentes tergiversacio-

nes de la Leyenda del Maestro, que como sabemos,expresaba alegóricamente la ideología progresista,republicana y anticlerical de la Masonería operativa.Tales alteraciones habían sido introducidas por el cleroen las agrupaciones de constructores controlados porél, y que eran conocidas con el nombre de Cofradíasy Ordenes (Templarios, Pontífices, etc.).

Pues bien, de la misma manera que la Iglesia cristia-na, en los primeros siglos de su existencia seleccio-nó cuatro Evangelios de los cincuenta y tantos queexistían, declarándolos «auténticos», así el clérigoAnderson eligió para sus fines la versión de la Leyen-da del Maestro que más se acomodaba a los intere-ses que representaba, y declaró, igualmente, que era

la «auténtica»: en su versión, los asesinos de HiramAbif son los tres compañeros, que representaban laIgnorancia, la Hipocresía y la Ambición; a diferenciade la Leyenda verdaderamente no alterada, en la quelos tres asesinos representan la Ignorancia y están

instigados por el rey Salomón y el sacerdote Sadoc,que representan la Ambición y la Hipocresía,respectivamente.

Es natural que el teólogo Anderson presentase su«Leyenda» así mutilada ante los nobles y clérigosque dirigían aquella «Masonería», y que no olvidabanel trágico fin del Salomón inglés, Carlos I. Lo contrariohubiera sido mentar la soga en casa del ahorcado.

El Conocimiento y la interpretación progresista de laLeyenda no alterada daba al Maestro la condición de«Aprobado» y los derechos completos dentro delpueblo francmasónico.

Este artículo recalca de un modo definitivo el carácterpolítico de la Francmasonería, a diferencia de laandersoniana, que establece la condición de que todomasón debe ser «un pacífico súbdito del Poder Civil»y nunca se ha de «comprometer en conjuras yconspiraciones».

Pero el apoliticismo de la sociedad proclamada porAnderson, encierra en realidad una importantísimaposición política: en efecto cualquier acción humanasupone un fin, un criterio, una filosofía, una actitudante la vida y ante la sociedad, que en definitiva esuna actitud política. Ahora bien, ¿que actitud políticase esconde detrás del apoliticismo? La siguiente:«Estando conformes con la estructura política del país,deseamos dejar las cosas tal como están».

De esta manera, la «Masonería» andersoniana se de-claraba, de un modo encubierto, institución monár-quica, al servicio de la Corona y de la Iglesia de Ingla-terra. Esta actitud política hipócrita del Sadoc angli-cano se destaca al considerar el apoyo que dio la«Masonería» inglesa a los masones libertadores deAmérica, que, según el apoliticismo debieran ser «fie-les súbditos» de los reyes de España. Claro es, queel apoyo a que hacemos referencia tenía por objetoliberar a los pueblos americanos del dominio espa-ñol, para ponerlos después bajo el inglés, según cíni-ca confesión del primer ministro de aquel país, místerCanning.

El artículo noveno, último de los que se refieren a laorganización interna de las Logias, establece losderechos esenciales de un francmasón, sóloalcanzables, naturalmente, cumpliendo las condicio-nes establecidas en los precedentes, y de un modomuy particular en el artículo octavo. Estos derechosestán hoy reconocidos en cualquier sociedad demo-crática; pero no lo eran entonces en las Cofradías ni

lo fueron en las Constituciones de Anderson, segúnlas cuales, la Asamblea no podía juzgar a sus noblesdirigentes, a los que tenía que mostrar completasumisión. El nombre de Asamblea General se refierea lo que posteriormente se llamóGran Logia, nombrecitado entre paréntesis, y que es la Asamblea de losMaestros Aprobados de diversas Logias, federadassegún especifica más adelante el artículo 21.

Los artículos siguientes, del 10 al 18, contienen losprincipios básicos de la ideología que debe normar elpensamiento y la actitud de un afiliado a la Institu-ción. Los tres primeros, o sean el 10, 11 y el 12 esta-blecen que todo francmasón debe luchar por la sepa-ración de la filosofía y la teología, por la libertad de

pensamiento e investigación científica y por laaplicación del método científico experimental en lafilosofía. Estos tres principios constituyen la primerademanda revolucionaria presentada al clero católicoromano en la Edad Media, por la Masonería operativa

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y los sabios de aquella época como Grosseteste,Rogerio Bacon, Guillermo de Occam, etc., que repre-sentaban entonces la corriente científiconaturista,surgida como oposición al régimen teológicofeudal,con objeto de impulsar el desarrollo de las Cienciasen bien de la Humanidad.

En la Edad Media se consideraba a la filosofía comola «sirvienta» de la teología y las ciencias se cultiva-

ban únicamente para fortalecer los dogmas y supers-ticiones religiosas, hasta el punto de que la Iglesiaperseguía a lo hombres de ciencia cuyas investiga-ciones pudieran poner en duda la «verdad» contenidaen las Sagradas Escrituras. Pues bien, contra esteconcepto estrecho y tendencioso de la filosofía, re-presentado por la Escolástica, surge la corriente cien-tífico-naturalista a que estamos aludiendo, y que im-plicaba una teoría del conocimiento y del saber opues-tas radicalmente al saber teológico, fundado en larevelación y en la mística.

La Francmasonería primitiva reafirmó la demanda, queantes mencionamos, en la época del Renacimientoitaliano, impulsada por las condiciones políticas yeconómicas de las Ciudades-Repúblicas del norte deItalia. Los francmasones de Francia, al redactar suprimera Constitución, injertaron en ella los tres citadosprincipios, como base de la Francmaso-ner íaUniversal.

Según estos principios, es preciso, ante todo, delimi-tar el campo de la filosofía propiamente dicha,separándola de la teología, valiendose de la investiga-ción científica basada en el método experimental. Asípues, la labor de un francmasón debe consistir endesechar todas aquellas elucubraciones basadas endogmas, supersticiones o razones seudocientí-ficas,que los clérigos de las religiones y los sofistas hábilesen el manejo del silogismo quieren hacer pasar porfilosóficas, para producir efectos favorables a susintereses particulares, en detrimento del interéscolectivo de la Humanidad.

Las falsas filosofías han servido, por ejemplo, para justificar el llamado«derecho divino», el «derecho delmás fuerte», los privilegios inhumanos de las castasdominadoras, el derecho de comerciar con esclavos,el derecho de «mare nostrum», que amparaba la pira-tería; ciertos aspectos de la propiedad privada y de laexplotación de la ignorancia humana, etc., etc.

El artículo 13 recomienda el intercambio de conoci-mientos y prácticas, con el fin de que todo francma-

són pueda conocer cuantas teorías y doctrinas exis-ten en torno de un problema determinado, para deci-dir libremente su opinión con verdadero conocimientode causa. Este artículo se opone, por lo tanto, a laenseñanza dogmática basada en la simple afirmacióndel maestro, que constituye una imposición, casisiempre de fines interesados.

En el artículo 14 se proclama la libertad de concien-cia religiosa y se establece la prohibición de la inter-vención de los clérigos en la política del país. Estoparece a primera vista una limitación de la democra-cia, puesto que, en un régimen verdaderamente libre,todo ciudadano eclesiástico o seglar debería tener losmismos derechos. Esta manera funesta de concebir

la democracia no tiene antecedentes ni en Atenas, nien Roma ni en ningún régimen democrático o nodemocrático que haya persistido y jugado algún papelen la historia.

Los derechos, en una buena doctrina democrática nodeben ser otorgados como armas que pueden destruirlos derechos mismos. La Iglesia reclamó siemprelibertad allí donde no la tenía a su gusto o estabasometida a principios democráticos; pero la suprimiótotalmente en lugares donde dominaba; por lo tanto,no se le puede reconocer derechos, so pena de poneren peligro la existencia del Estado que se los otergue.

El artículo que comentamos encierra, pues, ese sen-tido auténticamente democrático, que consiste ennegar a las Iglesias en general los derechos que ellano respetan ni reconocen a los demás.

El principio de lucha por la abolición de los privilegiosde castas, de que habla el artículo 15 de la Constitu-ción, tiene plena actualidad: no solamente loscontinentes asiático y africano, sino también el euro-peo no están expurgados de este mal.

El artículo 16 parece a primera vista anacrónico y aunde sentido discriminatorio antidemocrático. Nada másequivocado; su redacción no corresponde, ciertamen-te, a las actuales condiciones, pero es aplicable a lasociedad de hoy y no es discriminatorio.

En la época en que fue redactado, en la que comenzóel Renacimiento y la Edad de Oro del esclavismo, elesclavo era, a la fuerza, el esquirol que, por la comi-da, desplazaba al hombre libre de su trabajo; asípues,la aspiración de los Gremios, referente a la eliminacióndel esclavo como trabajador en los oficios de loshombres libres, iba directamente contra el esclavista.

En efecto, si éste no pudiera emplear al esclavo másque en las condiciones de salario de los demás tra-bajadores, la esclavitud dejaría de ser negocio, ydesaparecería como sistema.

La Iglesia, desde la dad Media, fue la competidora delos Gremios de Constructores de la Masoneríaoperativa libre, pues, formando las llamadas «Cofra-días» o «Hermandades» semimonásticas, hacía tra-bajar a los constructores por ella controlados, de sola sol, por la comida y el alojamiento, y de esta mane-ra fortalecía la esclavitud.

El sistema esclavista ha persistido más o menosdisimuladamente a través de los siglos, y ello hamotivado que en los Estados verdaderamente demo-cráticos se establezcan derechos mínimos,irrenunciables por parte de los trabajadores, que tien-dan a impedir la servidumbre de los que, por carecer

de medios de vida, ofrezcan su trabajo en condicio-nes inhumanas.

El artículo 17 se refiere a la forma de gobierno de lospueblos y el término «gobernarse libremente» en élcontenido significa régimen republicano, en el quehabían vivido los fundadores de la Francmasonería delas Ciudades-Repúblicas italianas. Los demásrégimenes se catalogaban como dominios o posesio-nes, y no se consideraban libre.

Por último, el artículo 18 establece como principiobásico de lucha por la abolición de los TribunalesEspeciales de justicia, de las castas privilegiadas,que comprendían, tanto los Tribunales de la Inquisi-

ción, como los que establecían los príncipes y losmonarcas en beneficio de nobles y militares, para finespolíticos o económicos.

Aun cuando muchos de los Tribunales de esta índole

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están hoy abolidos por la sustitución del régimenfeudal por el capitalista, no es posible asegurar toda-vía que la justicia se imparta actualmente por auténti-cos Tribunales Populares y por la leyes justas para elpueblo en general.

En contraposición a estos preceptos de carácter po-lítico y progresista que establece la ConstituciónFrancmasónica de 1523, la seudomasonería ander-

soniana, en sus diversos ritos, no sólo los omite inten-cionalmente, como «yugo enojoso», en sus «Land-marks», sino que introduce otros preceptos que des-naturalizan el espíritu de la Institución, como los dog-mas religiosos de creencias en un Ser Supremo y enla inmortalidad del alma; proclama, además, el apoli-ticismo que obliga al francmasón a ser «pacífico súb-dito» del régimen establecido. La denominación «pa-cífico súbdito» implica el régimen monárquico, que laFrancmasonería Progresista repudia en su Constitu-ción; se admitía la nobleza y el clero dentro de laInstitución, dándoles preferencia para los cargos deresponsabilidad, etc.

Los siguientes artículos de la Constitución, del 19 al25, establecen la estructura interna de la Institución,regulando la forma de federar las Logias y formarConfederaciones que, sin menoscabar la libertad ysoberanía de cada una, coordina y auna sus esfuer-zos para alcanzar más fácilmente los fines comunesdentro del más puro espíritu democrático.

El artículo 26 sintetiza la ideología de la Institución enlos principios de Universalidad, Cosmopolitismo,Libertad, Igualdad y Fraternidad, que hacen de laorganización francmasónica un ejemplo de estructu-ra social, que debe ser imitada por los pueblos paraque los principios de Unión, Solidaridad y Coopera-ción prevalezcan en sus relaciones en bien de laHumanidad.

El artículo 27 y último afirma que los preceptos bási-cos de la Institución son de tal carácter, que laFrancmasonería nunca puede apartarse del caminoprogresista y servir de instrumento a tendencias re-accionarias, ni tampoco ser obstáculo para el desa-rrollo de las Ciencias y de las ideologías avanzadasde épocas posteriores.

Frente a esta organización democrática, la seudo-francmasonería andersoniana opone una organizaciónautocrática, que desde luego elimina la GranAsamblea de los Maestros Masones como autoridadsuprema y establece una Gran Maestría que recuerda

por sus facultades especiales a un monarca, y unaAsamblea de Luces de las Logias particulares, comoauxiliar de la Maestría.

El socorro mutuo francmasónico lo substituye por lalimosna humillante, al estilo de la Iglesia. No se res-peta la soberanía de las Logias particulares en lorelativo a la conseción de los grados de Compañero yMaestro que se otorgan en aquella Asamblea deLuces o a la vista por los Grandes Maestros. Se nie-ga el derecho de asociación libre y se impone a lasLogias la obligación de funcionar bajo Dispensas oPatentes otorgadas por los Grandes Maestros, etc.,etc.

6. Organización de la Francmasonería PrimitivaUniversal.

En el documento que acabamos de comentar no sedefine de un modo total la estructura de la Institución

de la Francmasonería Primitiva. En él se hace refe-rencia a la organización de los tres primeros grados,cuya adquisición es indispensable para obtener losderechos completos dentro del pueblo francmasó-nico;también se alude a «formas tradicionales» heredadasde la Masonería operativa. Pero como estas formastradicionales no están definidas en la Constitución deun modo concreto por razones especiales, aunqueforman el complemento que define la organización total

de la Institución en sus grados superiores, es precisohacer constar, aunque sea de un modo esquemático,la organización total de la Institución hasta su gradonoveno y último.

Los tres grados primeros, de Aprendiz, de Compañe-ro y de Maestro, se llaman probatorios o de capacita-ción, que se reconoce cuando se otorga la categoríade «Aprobado». Sólo al llegar a la categoría deMaestro Aprobado, el candidato se considera conplenos derechos dentro del pueblo francmasónico yse le comunica lo relativo a la organización de losgrados superiores, a los que tiene derecho al llegar ala edad masónica determinada para cada uno.

Los tres grados siguientes, el cuarto de Artífice oMaestro Perfecto, el quinto de Inspector y el sexto deArquitecto, llamados de perfección, tienen en laFrancmasonería Primitiva el mismo carácter especialque tenían en la Masonería operativa. En efecto, losmasones operativos, que pertenecían a los gradosmencionados, no eran ya meros ejecutores de la obramaterial, sino verdaderos creadores, proyectistas y,por lo tanto, artistas.

El Artífice era el pintor, el escultor o el imaginero; elInspector era el Ingeniero, o sea, el técnico que vigila-ba la ejecución de la obra; el Arquitecto proyectaba eledificio de acuerdo con los medios y las necesidadesde tipo social que pretendía resolver con su obra. Enla Francmasonería el Artífice se ocupa de los proble-mas políticos del Estado; el Inspector, como repre-sentante de la Ciencia, y, por tanto del principio de suindependencia de la Teología, se ocupa de la políticareligiosa, y por último, el Arquitecto, como director ycoordinador de las actividades de los demás, sepreocupa de la definición de la filosofía de lafrancmasónica, de acuerdo con los principios genera-les de la Institución y dentro de las condiciones delmedio y de la época.

Existen además tres grados administrativos: el deGran Maestro, el de Gran Inspector y el de Gran Ar-quitecto.

La autoridad suprema de la Institución en el territoriode un Estado soberano reside en el Supremo Conse- jo, compuesto de veintisiete Grandes Arquitectos delgrado noveno y último de la Francmasonería Primitivacomo máximo, y nueve como mínimo.

La autoridad suprema de la Francmasonería PrimitivaUniversal reside en la Asamblea General de laConfederación de los Supremos Consejos de losEstados soberanos, cuya Comisión Permanente re-side en Suiza.

La Francmasonería Primitiva, fiel a sus principiosprogresistas, es opuesta a la adopción de símbolos,

emblemas, títulos , denominaciones, condecoracio-nes, etc., nobiliarias o religiosas, y de ceremoniasmísticas con vestiduras ridículas, Por tanto, conside-ra como una corrupción de la Francmasonería todasaquellas agrupaciones que se escudan con águilas

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bicápitas de las monarquías más denigrantes deEuropa, y emplean como símbolos o condecoracio-nes cruces de todas formas, la Biblia, el Corán, yotros libros, que por ser representación del principioreligioso, son completamente ajenos al carácter cien-tífico de la Institución. Tampoco se admiten títulospomposos principescos par designar las jerarquías,como «Sublime Príncipe del Real Secreto», «GranJuez Inquisidor Comendador», «Caballeros Kadosch

o del Aguila Blanca y Negra» y otros semejantes.

Los francmasones progresistas admiten únicamentelos símbolos, emblemas y denominaciones quepreceden de la Masonería operativa y ciertas conde-coraciones para destacar el mérito de aquellos afilia-dos que por su labor son acreedores a una distinciónhonorífica, cuidándose de todo aquello que envenenael ambiente, despertando y estimulando la vanidad.Su lema principal es pugnar por el triunfo de la Verdadcientíficamente demostrable, por el progreso del G é nero Humano, por la Uni ó n y Solidaridad y Cooperaci ó n entre los francmasones y por la Fraternidad Universal.

Esto es la Francmasonería Primitiva.

¿QUIEN FUE AMERICO VESPUCIO?

A continuación consideramos de utilidad y de justiciaproporcionar al lector los datos biográficos y lasinvestigaciones científicas, que posee la Institución,de la vida y de la obra de Américo Vespucio, uno delos fundadores de la Francmasonería Primitiva, cuyonombre lleva dignamente el Continente Americano, apesar de las maniobras malintencionadas y suciasdel clero católico, que propaló durante siglos versio-nes falsas y difamatorias contra este sabio, sólo porel hecho de que era un florentino de origen gibelinono se prestaba para servir de instrumento a la Iglesiaen su labor oscurantista de la mal llamadacristianización, y en su política esclavista, a pretextode la liberación de los pueblos indígenas de América.

No deseamos con esto empequeñecer la labor, dignade elogio, de otros hombres, como Cristóbal Colón,Martín Alonso Pinzón, Juan de la Cosa, Juan Caboto,etc., que participaron en la gran empresa que culminócon el redescubrimiento de nuevas tierras, cuyaexistencia no era secreto en Europa desde el siglo IX.Cada uno de ellos aportó su valor personal, susconocimientos y sus experiencias en navegación enforma digna de consideración y elogio; aportación quepor otra parte fue completamente distinta de la que

les atribuyeron los escritores clericales, que inventarony falsearon los hechos para satisfacer sus interesesbastardos.

Nuestra intención ante este problema es despertaren el francmasón estudioso el interés por analizar loshechos desde el punto de vista científico, con objetode apartar lo verdadero de lo falso, y de calificar acada quien como lo merece. Sólo en esta formaconsideraremosútil y fecunda la labor francmasó-nicaprogresista en bien de la Humanidad.

También queremos hacer la advertencia, de que enninguna parte hay el menor indicio de que AméricoVespucio, hombre modesto, sincero y honrado, ma-

nifestase pretensiones durante su vida respecto a laposibilidad de tener el honor de que las tierras descu-biertas llevasen su nombre, ni se presento individual-mente como descubridor.

Fueron hombres sabios y profesores de la épocaposterior a su muerte, desconocidos por él y desinte-resados completamente en la parte económica ypolítica de la empresa del descubrimiento, quiénesconsideraron que era justo llamar América al Conti-nente firme que Vespucio, por circunstancias casua-les, pisó entes que Colón, y fue además el primeroque proporcionó a la Humanidad datos geográficosverídicos y observaciones importantes sobre el mismo,

llamándolo antes que nadie, y con conocimiento decausa, el Mundo Nuevo.

He aquí la biografía de este sabio navegante:

Américo Vespucio, célebre navegante, cosmógrafo ycartógrafo, nació en Florencia, entonces República,el 9 de Marzo de 1451. Fue hijo de AnastasioVespucio, notario público, y de Isabel Mini, ambospertenecientes a familias notables de origen gibelino,o sea, netamente republicano. La familia Vespuciotuvo varios hombres públicos muy notables y progre-sistas, y uno de ellos desempeñó el cargo de enviadodel Gobierno republicano de su patria ante la corte deFrancia. El nombre de Américo también revela el origenrepublicano de su familia, que fue marcadamenteadversa a las costumbres güelfas de los partidariosdel papado romano.

La primera enseñanza la recibióde un tío paterno suyo,y después pasóa la escuela laica de Andrea Verrochio,la misma en la que se educaba Leonardo de Vinci, elgran sabio y artífice de la época, y Pedro Soderini,posteriormente ganfaloniero progresista de laRepública de Florencia y adversario de la política dela familia Médicis, que buscaba en aquellos tiemposla manera de apoderarse del trono papal para cimentarmás sólidamente su posición de banqueros en todoslos paises dominados por el clero católico.

En la escuela laica de Verrocio, Américo aprendió laGramática, la Literatura, las Matemáticas, la Física,la Historia, la Geografía, la Cosmografía y el Dibujo;pero sus conocimientos los perfeccionó gracias a suamistad íntima con Pablo Toscanelli, gran astrónomoy conservador de la mejor biblioteca de la época,establecida en Florencia por Niccoli.

Sus primeras prácticas de navegación las tuvo en elMediterráneo, visitando los puertos de la PenínsulaItálica, Grecia, Palestina, Egipto y Africa del Norte,en las embarcaciones que hacían viajes al Oriente enbusca de especias, hierbas, tintes, perfumes, génerosfinos, tapices, perlas, etc.

En Palestina estaba establecido un hermano suyo,Jerónimo, que se dedicaba al comercio entre Florenciay el Oriente.

En la escuela de Verrochio conoció a Leonardo deVinci, también de origen gibelino, y fue su amigo ínti-mo. Ambos visitaban a Pablo Toscanelli en plan dediscípulos y lo admiraban por su sabiduría, su cono-cimiento profundo de lenguas y desinteresada laboren bien de la Humanidad.

Cuando principió la crisis económica en Florencia,ocasionada por la interrupción del comercio con elOriente, debido a la ocupación de las vías por el ejer-

cito turco con miras de establecer una barrera aduanal,mucha población de la República quedó sin ocupación.

Entonces Pablo Toscanelli hizo todo lo posible porinstruir y capacitar en diferentes ramas de saber a la

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 juventud florentina, para que pudiera buscar los me-dios de subsistencia, tanto dentro como fuera del país,prescindiendo del comercio. Américo Vespucio yLeonardo de Vinci, hombres de talento y de buenavoluntad, cooperaron en forma sincera y desinteresa-da con aquel sabio. Pero el clero católico y los güelfos,que pretendían controlar la educación y las Cienciasen provecho de la Iglesia, se opusieron a la laborprogresista de aquellos ilustres florentinos.

Para librarse de la tutela clerical y para abrir el cami-no del progreso a todos los individuos que deseabaninstruirse, los tres luchadores incansables madura-ron un grandioso plan que consistía en la formaciónde agrupaciones progresistas entre la juventud estu-diosa y amante de las Arte, tanto para el intercambiode conocimientos y prácticas en los diferentes ramosdel saber, como para luchar por la educación laica delos pueblos, arrebatando las Ciencias y las Artes delcontrol del clero y traduciendo los manuscritoscientíficos árabes, griegos y latinos en el idiomacomún de los pueblos, para su rápida y fácil divulga-ción en provecho de la Humanidad. Este grandiosoplan dio origen al nacimiento de la Francmaso-nería. Así pues, Américo Vespucio fue uno de lostres hombres a quiénes se debe la aparición de nuestrahonorable Institución.

Los esfuerzos para establecer la primera Academiade intercambio de conocimientos y prácticas enFlorencia no tuvo éxito, debido a la oposición de losMédicis, que estaban convertidos en papistas.

Pero el apoyo fue encontrado en Milán, aprovechandoel espíritu progresista de Ludovico Sforza, llamado «ElMoro». Con su ayuda económica, Leonardo de Vincifundó en 1482 la Academia de Arquitectura de Milán,agrupando en aquel plantel de enseñanza científicasuperior, a jóvenes progresistas de las tres Repúbli-cas de la Península Italiana. Pablo Toscanelli no pudoasistir a las reuniones de esta primera Academia,debido a sus enfermedades y su muerte que sobrevi-no a una edad muy avanzada.

Pero Américo Vespucio participó en el intercambiode conocimientos y prácticas como geógrafo, cos-mógrafo y cartógrafo, ya muy célebre entonces. Ensus enseñanzas divulgaba los conocimientos queaprendió de su profesor desaparecido y la prácticaque adquirió durante sus viajes por el Mediterráneocomo navegante.

Lo más importante de estas enseñanzas consistía

en la divulgación de las teorías científicas de que laTierra es redonda y en la popularización de los datosrecopilados de diferentes fuentes e ilustrados pormapas que mostraban que viajando por el Atlánticoen dirección del Poniente, se encontrarían, a una dis-tancia relativamente corta, las tierras nuevas, descu-biertas por los escandinavos que habitaban en Islan-dia desde el siglo XI, indicando, además, que el caminoa la India y China debía ser más corto en esta direccióny no la que buscaban los portugueses. Estando en laAcademia de Milán, Américo escribió la Geografía,cuyo manuscrito lo regaló a Leonardo de Vinci antesde partir para España.

Los datos geográficos y los conocimientos científi-

cos que divulgaba Américo interesaban de maneraespecial a los navegantes de entonces, y eran muydiscutidos en Portugal y en España por los hombresinteresados en las exploraciones y en el descubri-miento del camino más corto a la India y China. Los

navegantes portugueses del siglo XV, Diego Cam,Juan Alfonso de Abeiro, Dimiz Diaz, Cada-Mosto,Nuno Tristao, Bartolomé Díaz y Vasco da Gama,basándose en los escritos del gran geógrafo Edrisi yen los relatos fenicios y judíos, intentaban llegar a lasislas de las especias bordeando el ContinenteAfricano.

Pero sus competidores, que vivían en España, toma-

ban muy en serio las enseñanzas de Pablo Toscanelli,conocidas a través de los navegantes genoveses,venecianos y florentinos, que se ofrecían comoexploradores.

Cuando fueron conocidos en el año de 1486 los datossobre el viaje de Bartolomé Díaz, que dio la vuelta alCabo de Buena Esperanza, en España se agitaronlos interesados en el comercio con la India, para queel Gobierno y los particulares ayudasen a adelantarsea Portugal explorando la ruta que indicaba Toscanelli.

Cristóbal Colón fue uno de los navegantes que másintensamente trabajaba por obtener la ayuda. Cuan-do se resolvió favorablemente su solicitud para orga-nizar la primera exploración, la noticia fue comunica-da a los Médicis, pidiéndole su cooperación en calidadde armadores de navíos y dueños de la sucursal deSevilla, que estaba a cargo de Juan Berardi.

Entonces los Médicis contrataron en 1489 a AméricoVespucio como técnico en materia de navegación, ylo enviaron a España con un grupo de jóvenes dediferentes oficios relacionados con la construcción debarcos. A su llegada a Sevilla, Américo reunió en lacasa de Berardi a los hombres eminentes interesa-dos en la exploración, y les proporcionó los datoscientíficos que poseía, preparando, además, técnica-mente a los tripulantes que debían acompañar a losexploradores.

Vespucio coopero sincera y desinteresadamente conCristóbal Colón: le suministro mapas y datos científi-cos de navegación, le ayudó a obtener préstamos endinero de la casa Berardi y lo protegió secretamenteente la corte durante las consultas técnicas sobre losviajes de exploración y el acondicionamiento de losbarcos que estaban a su cargo. Estas relaciones deamistad íntima entre los dos navegantes la revela unacarta fechada en Febrero de 1505, que Colón dirigió asu hijo Diego.

La carta, en la parte que nos interesa, dice lo siguien-te: «...fablé con Américo Vespuchy, portador desta,

el cual va allá llamado sobre cosas de navegación. Elsiempre tuvo deseo de me hacer placer: es muchohombre de bien: la fortuna la ha sido contraria como aotros muchos: sus trabajos no le han aprovechadotanto como la razón requiere. El va por mio y en muchodeseo de hacer cosa que redonde en mi bien, si asus manos está. Yo no sé de acá en que yo leemponga que a mi aproveche, porque non séque sealo que allá le quieren. El va determinado de hacer pormí todo lo que a él que fuere posible. Ved allá en quepuede aprovechar y trabajad por ello que él lo harátodo y fablará y lo porná en obra, y sea todosecretamente porque non se han del sospecha».

En 1495 murió Juan Berardi, gerente de la sucursal

de los Médicis en Sevilla, y Américo Vespucio fueencargado de dirigir el negocio y de liquidar los intere-ses del desaparecido, lo que cumplió con toda honra-dez. En 1497 el rey de España pidió a Vespucio queacompañara a los exploradores en el tercer viaje a las

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tierras americanas, como técnico en materia denavegación. La expedición salió de Cádiz el 10 deMayo de 1497, y a los 37 días tocó por primera vez latierra firme del Continente Americano en el golfo deHonduras. (Colon en los dos primeros viajes llegó alas islas de Santo Domingo y Cuba).

La exploración prosiguió, navegando a la vista de lascostas de Yucatán, Veracruz y Tamaulipas, entrando

después al río Mississippi y terminó en la puta deFlorida en Abril de 1498. donde los exploradores vol-vieron a Cádiz el 14 de Octubre de 1498.

El segundo viaje de Américo principió el 16 de Mayode 1499, partiendo de Cádiz hacia las islas de CaboVerde; después de 44 días de navegación, los explo-radores llegaron a las costas de Brasil, cerca de ladesembocadura del Amazonas. Permanecieron cercade un año explorando la costa y después fueron a laisla de Antillas donde llegó Colón en sus primerosviajes. Después de descansar en compañía de la genteque dejóColón en la isla, volvieron el 8 de Septiembrede 1500 al puerto de Cádiz.

El tercer viaje de Américo fue por cuenta de Portugal,atendiendo el llamado del rey Giuliano de Bartolomeodel Giocondo; el viaje se inició en Lisboa el día diezde Mayo de 1501 y terminó el 7 de Septiembre de1502. El cuarto viaje también fue por cuenta dePortugal; se inició el 10 de Mayo de 1503, partiendode Lisboa, terminó el 18 de Junio de 1504.El 4 de Septiembre de 1504, Américo Vespucio enviópor medio de Benvenutti una carta al gonfaloniero dela República de Florencia, Pedro Soderini, relatándo-le sus cuatro viajes, con pormenores muy interesan-tes respecto del Nuevo Continente que posteriormen-te llevó su nombre.

En el año de 1505 Vespucio volvió a España y secasó con María Cerezo, de origen castellano, con laque tuvo hijos. El mismo año fue nombrado cosmó-grafo de la corona con 12,000 maravedises de ayudade costa y siguió dedicándose a la provisión yarmamento de navíos, estando en correspondenciadirecta con la corte de Castilla. El 22 de Marzo de1509 fue nombrado piloto mayor, con un sueldo de50,000 maravedises y 25,000 de ayuda de costa. Eldía 22 de Febrero de 1512 murió en Sevilla y su sobri-no Juan fue nombrado piloto en lugar suyo.

El nombre de Américo Vespucio provoca la irritaciónbiliosa en el clero católico desde que el ContinenteAmericano lleva su nombre.

El Vaticano empleó toda clase de mentiras y defalsificaciones burdas para desvirtuar la laborprogresista de este sabio florentino, pero la justiciatriunfó ante los intereses bastardos y oscurantistasde la casta de hipócritas.

La descarga de la ira clerical en Vespucio obedecía amuchas causas que son ignoradas por completo, nosolamente entre la gente común, sino también entrelos hombres de aparente erudición.

El clero católico destruyó y ocultó la mayor parte delos documentos históricos a la vida y a la actuacióndel ilustre navegante, tanto en Florencia, su patria,

como en España y Portugal, donde pasó más deveinte años cooperando sinceramente con todos loshombres que participaron en el redescubrimiento y laexploración del Continente Americano, como nave-gante, armador, cosmógrafo y cartógrafo, cuya auto-

ridad en estos ramos del saber fue reconocida portodos sus contemporáneos.

La actitud adversa del clero católico a la obra del ilustreflorentino obedecía en primer término a las profundasdiferencias que existían en la Península Itálica entrelos grupos que se distinguían con los nombres degibelinos y güelfos.

Esta división data desde la época del Imperio y pro-cede de la corrupción de los nombres de Wilbligen yWelf, príncipes alemanes, representantes de losbandos que disputaban la corona imperial despuésde la muerte de Lotario en el año 1139. Posteriormen-te durante la época de las luchas por el derecho delas «Investiduras», luchas que se desarrollaron en lasegunda mitad del siglo XII y el principio del XII, sedaba el nombre de gibelino a los componentes delpartido popular que se destacaban como antipapistas.

El partido de los aristócratas, que se unieron con elpapa, adoptó el nombre de güelfos. En Florencia lla-maban gibelinos a los republicanos antipapistas queluchaban por el predominio de la cultura pagana greco-romana, y se oponían al control de la educación y dela Ciencias por el clero católico. Este grupo estabadirigido por prominentes hombres de la Masoneríaoperativa, pertenecientes a la Asociación de Pintoresy Escultores de Florencia, que se apoyaban en lasLogias de las siete Artes principales de la República:la de lana, de Calimala, de seda, de peleter ía, decambistas, de médicos y boticarios y de jueces ynotarios, los que por mucho tiempo gobernaron el paísdemocráticamente.

Los güelfos, o sea los papistas, se agrupaban alrede-dor de Silvestre de Médicis y sus sucesores. Cuandoéstos se apoderaron del gobierno, apoyados por fuer-zas extrañas, proclamaron la Constituciónantidemocrática de 1258, que favorecía a los intere-ses particulares de la casa bancaria de los Médicis ya los intereses del clero católico romano que se valíadel banco para el cobro de sus impuestos y controla-ba además la educación pública, así como el gobiernoautócrata de los banqueros mencionados.

Aunque la Iglesia católica no podía prescindir de losartistas y sabios gibelinos, que la invadían con el Artepagano, el clero los calificaba como libertinos y comosus enemigos tradicionales, y procuraba palidecer portodos los medios su obra progresista, inventandomentiras e historietas falsas de héroes religiosos demonjes nobilísimos y de santos y santitos

virtuosísimos, atribuyéndoles la iniciativa en todos lossucesos que influían en el progreso de la humanidad.

Así aparecieron un San Luis, un San Francisco, unfray Andrea, unos franciscanos dominicos, de exis-tencia dudosa, aceptada únicamente por creyentessupersticiosos y fanáticos y por «eruditos», doctoresen teología que los presentaban como antecesoresde todos los hombres notables que aportaron algúnbeneficio a la humanidad. Todos los sabios civilesaparecían necesariamente, en virtud de la táctica cle-rical, con un tutor o antecesor eclesiástico.

Marco Polo tiene precursores a frailes viajeros. Pa-blo Toscanelli es presentado como discípulo del cléri-

go Marcilio Ficino, aunque por la edad y la época deactuación de estos dos personajes más bien puedesuponerse lo contrario, ya que Ficino nació 36 añosdespués de Toscanelli y su actuación en la Acade-mia Platónica de los Médicis, fundada en 1484,

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comenzó después de la muerte de su supuesto discí-pulo. Un canónigo de Portugal aparece como maes-tro de Cristóbal Colón en materia de navegación, afir-mación comprobada como falsa en la actualidad. Losdoctores en teología de Salamanca aparecen comolos geógrafos mas ilustres de entonces, a pesar deun dictamen tan absurdo respecto a las proposicio-nes de Colón, en el que las calificaron de «imposiblesy vanas, y de toda repulsa dignas».

Un difamador como Pedro Martyr , y un falsificadorde la historia como fray Bartolomé de las Casas , sepresentan en sus escritos como más sabedores delos detalles del descubrimiento de América, que elmismo Colón, que Martín Alonso Pinzón  y queAmérico Vespucio .

En cambio, las biografías de los hombres verdadera-mente ilustres y valientes, tales como Marco Polo,Niccolo de Niccoli, Pablo Toscanelli, Leonardo deVinci, Américo Vespucio, Cristóbal Colón, MartínAlonso Pinzón, Pedro Soderini, Martín Waltzmüller,etc., etc., están llenas de difamación y falsedades,en las que el clero y sus eruditos los presentan comolos hombres más borrosos del Universo, tanto en susconocimientos científicos, como en su valor personaly sus cualidades morales, calificándolos de figurasde segundo orden y de mercaderes; les atribuyen lacalidad de intrigantes, malintencionados, desagrade-cidos, falseadores y, en una palabra, idénticos a losgibelinos paganos, enemigos de la Iglesia.

La rabia clerical aumentaba a medida que crecía lalucha de los intereses bastardos de los aventureroseuropeos, que participaban sobre el oro del NuevoContinente, con la bendición apostólica o sin ella, yque buscaban la justificación de su predominio exclu-sivo sobre las diferentes regiones de América.

Entonces el clero venal se encargaba de escribir lasrelaciones históricas falsas con testimonios de per-sonajes imaginarios, componer las biografías de losdescubridores, inventar y fabricar los documentos«auténticos» y destruir los datos verídicos sobre losacontecimientos de la época que no convenían a susintereses. Todo esto tenía por fin dar la razón a aque-llos aventureros con quiénes repartían el botín y enre-dar en sus aventuras a pueblos inocentes, que porfalta de espacio en sus tierras natales o por persecu-ciones políticas y religiosas abandonaban Europa yvenían a colonizar América, pasando aquí calamida-

des y exponiendo sus vidas para que las castas delos hipócritas y de los ambiciosos los siguierangobernando dentro de una educación y de una culturaesclavista.

Cristóbal Colón, después de denigrado, encadenadoy depreciado, es convertido en un héroe del cristia-nismo romano, en un místico digno de canonización,en un servidor incondicional de una monarqu ía

protegida por el papado romano, en un virtuoso muer-to en la pobreza y enterrado por una sociedad debeneficencia. Sus restos vagaban por todas las cate-drales de las tierras por él descubiertas.

Los curas y los frailes aparecen como salvadores ylibertadores de los indios americanos, y los pobladoresespañoles, portugueses, franceses e ingleses, comocomerciantes de negros africanos en América yexterminadores de la población indígena en Cuba yEstados Unidos. Así se escribe la historia, así sedoctora en teología y así se explota la ignorancia.

Pasan los siglos y la verdad científicamente demos-trable triunfa. Investigadores competentes de la se-gunda mitad del siglo pasado y del nuestro desenre-dan la tela de araña clerical y nos presentan en todasu grandeza a los hombres sabios del Renacimientoflorentino, fundadores de nuestra honorable agrupa-ción francmasónica primitiva, y entre ellos aparecede nuevo la figura del ilustre navegante, cosmógrafo ycartógrafo Américo Vespucio, cuya biografía hemosrelatado.

 La recopilación de esta obra se inició el 2 de Enero de1997 y se concluyó el 25 de Enero del mismo año. Nuesrtroobjetivo al reeditarla era, reducir al número de hojascon el fin de hacerla lo más económica posible, para queningún hermano se quede sin leerla.

 Recopilación: Miguel Ramírez Valdez

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