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Juicio No. 11282-2018-02483
CORTE PROVINCIAL DE JUSTICIA DE LOJA. - SALA CIVIL Y MERCANTIL
DE LA CORTE PROVINCIAL DE LOJA. Loja, miércoles 19 de diciembre del 2018,
las 16h25. VISTOS: El proceso sube en grado en virtud del recurso de apelación
interpuesto por el accionante JOSE MARCELO JUCA AULESTIA , de la sentencia
que inadmite la ACCION DE PROTECCION, deducida en contra de la
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA. Encontrándose el proceso para resolver,
se realizan las siguientes consideraciones: PRIMERO: COMPETENCIA. El
Tribunal conformado por los Jueces Provinciales, Dr. José Alexis Erazo
Bustamante, Dr. Adriano Loja Zumba, y Dra. Tania Mariela Ochoa Pesántez
(Ponente), es competente para conocer el presente recurso de apelación, de conformidad
con lo que disponen el Art. 86.3 inciso segundo de la Constitución de la
República, y Art. 24 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional. SEGUNDO: VALIDEZ PROCESAL.- En el proceso se han aplicado las
normas y principios de carácter imperativo que incluyen las garantías básicas del derecho
al debido proceso y a la defensa, contemplados en el artículo 76.7 literales a, b, y c de la
Constitución de la República, además no existe omisión de solemnidades sustanciales, ni
violación del trámite, por tanto declaramos su validez. TERCERO:
ANTECEDENTES.- A fs. 95 comparece JOSÉ MARCELO JUCA
AULESTIA, y manifiesta que mediante oficio N° 002-DCIE-FEAC-UNL, de 19 de junio
de 2017, la Ing. Ana Lucía Colala Troya Mg. Sc., Directora de la Carrera de Informática
Educativa se dirige a la Dra. Mónica Hinojosa Becerra Ph.D., Decana de la Facultad de la
Educación, El Arte y la Comunicación y le solicita que efectúe las gestiones pertinentes
para que se le incorpore en calidad de Docente ocasional, puesto que se requería de su
contingente catedrático para el normal desarrollo de la actividad docente de dicha carrera,
con un tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, es decir, a tiempo completo, y con
una vigencia de contrato del 1 de julio al 31 de diciembre del 2017. Que la Dra. Mónica
Hinojosa Becerra, Decana de la Facultad, mediante oficio N° 2017344-1 FEAC-UNL-2017,
de 26 de junio de 2017, se dirige al Dr. Gustavo Villacís Rivas, Rector de la Universidad
Nacional de Loja, a fin de que otorgue la aprobación para proceder a la contratación del
compareciente para impartir las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos
Informáticos y Educación Ambiental. Que el Dr. Galo Patricio Noboa Viñán, Presidente de
la Comisión de Intervención y Fortalecimiento Institucional CIFI-UNL, mediante oficio N°
CES-CIFIUNL-2017-0698-0 de 25 de agosto de 2017, se dirige al Sr. Rector de la
Universidad Nacional de Loja y le EMITE LA DISPOSICIÓN PARA EL
CUMPLIMIENTO DE OBLIGACIONES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE
LOJA, para que proceda a la contratación del compareciente para impartir las asignaturas
de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental, con un
tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, con una vigencia del contrato del I de julio
al 31 de diciembre del 2017. Conforme consta del oficio dirigido a la Ing. Ana Lucía Colala
Troya, Directora de la Carrera de Informática Educativa de la FEAC de la UNL, del 18 de
septiembre de 2017, le hizo conocer del cumplimiento de las actividades, como entrega
en físico de las notas de las asignaturas y el ingreso al SGA de las notas de los estudiantes,
adjuntado a este oficio las pruebas con las que demuestra haber efectuado la labor
docente para la que se le contrató. Que la Ing. Ruth Flores Pérez, Coordinadora
administrativa financiera de la Universidad Nacional de Loja, mediante oficio N° 0494-
CAF-FEAC-UNL, del 19 de octubre de 2017, se dirige al Dr. Carlos Rojas Reyes,
Presidente de la Comisión Interventora y Fortalecimiento Institucional CIFI-UNL y le
manifiesta que se debe efectuar las gestiones pertinentes para la legalización de los
contratos de los profesores ocasionales, entre ellos el compareciente, y que debe también
procederse a cancelar los emolumentos, deslindando cualquier responsabilidad por el
incumplimiento en el que está incurriendo el Rector en cuanto a estos dos requerimientos,
adjuntando el cuadro de los profesores impagos. Que el Rector de la Universidad Nacional
de Loja, Dr. Gustavo Villacís Rivas, de forma ilegal ha venido desacatando las
disposiciones que le ha emitido la Comisión de Intervención y Fortalecimiento Institucional
CIFI-UNL y por este motivo no ha legalizado el contrato que le requirió la Decana de la
Facultad de Educación, el Arte y la Comunicación en favor del compareciente siendo que el
compareciente conforme demuestra con la documentación adjunta ha procedido a cumplir
con eficiencia y responsabilidad con las funciones para las cuales se le contrató, puesto que
el período académico empezó a decurrir y se le dispuso que inicie con el impartimiento
(sic) de la cátedra correspondiente, lo que ha traído como consecuencia que no se le cancele
sus emolumentos, ocasionándole con ello perjuicios irreparables puesto que no puede
cumplir con las obligaciones básicas de su familia, y se le ha dejado en situación de
vulnerabilidad, impidiendo el ejercicio de este derecho económico, que es fuente de
realización personal y base de su economía. Como derechos constitucionales
vulnerados señala el derecho al trabajo y a la seguridad jurídica. Que no puede deducir la
acción contencioso administrativa que sería la vía judicial idónea para este tipo de reclamos
justamente por cuanto no tiene suscrito el contrato de trabajo que sería la base para intentar
esta acción judicial. Como PRTENSION, solicita que mediante sentencia se
declaren vulnerados sus derechos a la seguridad jurídica y el derecho al trabajo y como
consecuencia de ello, como medida de reparación se orden que la Universidad
Nacional de Loja a través de la máxima autoridad instrumente los
mecanismos necesarios, para que se le paguen las remuneraciones que le corresponden
por su labor docente por el tiempo efectivamente cumplido, con el pago de
intereses, y los gastos en que ha incurrido con motivo de la defensa del presente juicio
constitucional.. Se lleva a efecto la Audiencia Pública, en la cual, una vez escuchadas las
partes, la Sra. Jueza de la causa, Dra. María Cecilia Vivanco, emite sentencia rechazando
la demanda conforme a lo establecido en el Art. 42, números 4 y 5 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, resolución que fue impugnada por la
accionante. CUARTO: ALEGACIONES DE LA PARTES.- En la AUDIENCIA
PUBLICA, el accionante se ratificó en los fundamentos esgrimidos en el libelo inicial,
modificando su pretensión en cuanto a que el reconocimiento de sus derechos sería desde
el 1 de julio de 2017 y el 30 de noviembre de 2017, no de diciembre de 2017, ya
que la remuneración por este último mes sí le ha sido cancelada. La defensa de
la entidad accionada, en lo principal manifiesta que se opone a la acción de
protección, ya que está incursa en las causales de inadmisión previstas en el Art. 42,
numeral I, por no existir violación de derechos constitucionales y número 5, por cuanto la
acción de protección no puede ser utilizada para declarar derechos, pues esta tutela
derechos ya generados, no puede crear derechos; que el derecho de un funcionario público
se genera con la acción de personal, conforme lo determina el Art. 16 de la Ley Orgánica
de Servicio Público, que reza: "Para desempeñar un puesto público se requiere de
nombramiento o contrato expedido por la respectiva autoridad nominadora", que el Art. 32
del Estatuto Orgánico de la Universidad, señala que la autoridad nominadora es el señor
Rector, que no consta que a la fecha el actor haya tenido contrato suscrito por autoridad
nominadora alguna, que el Art. 19 del Reglamento a la referida ley en su inciso tercero "La
acción de personal o el contrato de servicios ocasionales debidamente suscrito y registrado,
será entregado a la o el servidor e incorporado en su expediente para los efectos legales
correspondientes", efectos legales entendidos corno pago del seguro social, emolumentos y
salarios; que entonces cabe la pregunta siguiente, en qué momento se generó el derecho
subjetivo a favor del actor. Que el actor dice que ha mantenido contacto directo con Ana
Lucía Colala Troya, pero ella no es la autoridad nominadora, ni generó algún documento
que cree derechos subjetivos a favor del actor; que también se habla de la Dra. Mónica
Hinojosa quien tampoco es autoridad nominadora; que incluso respecto del nombramiento
de Decanos hay un proceso en el Tribunal Contencioso Administrativo que terminó
declarando la nulidad de la resolución 142 de la CIFI en primera instancia respecto al
nombramiento de decanos; que tampoco el Dr. Noboa Virián ni ningún presidente de la
Comisión Interventora fungieron como autoridades nominadoras ni tenían esas
competencias; que al no firmarse un contrato con el actor no se ha generado un derecho
subjetivo sino que a través de la acción de protección se pretende que se declare un
derecho. Que no niega las pruebas aportadas por el actor al proceso, pero que este no es
un asunto de constitucionalidad sino de legalidad, pues el actor si bien es cierto participó de
la promoción de estudiantes, el hecho de conocer bajo las órdenes que lo ha hecho y la
validez de sus actos no tienen que ser analizados en la vía constitucional que protege un
derecho ya generado sino que ese aspecto tendría que pasar a conocimiento de la justicia
ordinaria, por existir una vía adecuada para real izar este
estudio. QUINTO. PRINCIPIOS DE LA ACCION DE PROTECCION.- El Ecuador
es un Estado constitucional de derechos y justicia, como así lo determina el artículo 1 de
la Carta Magna, por tanto es deber primordial del Estado garantizar la protección e
inviolabilidad de los derechos contemplados en la Constitución de la República, con tal
finalidad se estableció el ejercicio de las garantías constitucionales, desarrolladas en el
artículo 6 de la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional que establece:
"Las garantías jurisdiccionales tienen como finalidad la protección eficaz e inmediata de los
derechos reconocidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos
humanos, la declaración de la violación de uno o varios derechos, así como la reparación
integral de los daños causados por su violación". El Art. 424 ibídem, establece: "La
Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento
jurídico. Las normas y los actos del poder público deberán mantener conformidad con las
disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de eficacia jurídica. La
Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el Estado
que reconozcan derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, prevalecerán
sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público". El artículo 172
ibídem establece: "Las juezas y jueces administrarán justicia con sujeción a la
Constitución, a los instrumentos internacionales de derechos humanos y a la ley...". El
artículo 88 de la Constitución prescribe que la acción de protección tendrá por objeto el
amparo directo y eficaz de los derechos reconocidos en la Constitución, y podrá
interponerse cuando exista una vulneración de derechos constitucionales, por actos u
omisiones de cualquier autoridad pública no judicial; contra políticas públicas cuando
supongan la privación del goce o ejercicio de los derechos constitucionales; y cuando la
violación proceda de una persona particular, si la violación del derecho provoca daño
grave, si presta servicios públicos impropios, si actúa por delegación o concesión, o si la
persona afectada se encuentra en estado de subordinación, indefensión o discriminación.
El artículo 40 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, determina: "Requisitos.- La acción de protección se podrá presentar
cuando concurran los siguientes requisitos: 1. Violación de un derecho constitucional; 2.
Acción u omisión de autoridad pública o de un particular de conformidad con el artículo
siguiente; y, 3. Inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y eficaz para
proteger el derecho violado. El artículo 41 ibídem establece: "Procedencia y legitimación
pasiva.- La acción de protección procede contra: 1. Todo acto u omisión de una autoridad
pública no judicial que viole o haya violado los derechos, que menoscabe, disminuya o
anule su goce o ejercicio. 2. Toda política pública, nacional o local, que conlleve la
privación del goce o ejercicio de los derechos y garantías. 3. Todo acto u omisión del
prestador de servicio público que viole los derechos y garantías. 4. Todo acto u omisión de
personas naturales o jurídicas del sector privado, cuando ocurra al menos una de las
siguientes circunstancias: a) Presten servicios públicos impropios o de interés público; b)
Presten servicios públicos por delegación o concesión; c) Provoque daño grave; d) La
persona afectada se encuentre en estado de subordinación o indefensión frente a un poder
económico, social, cultural, religioso o de cualquier otro tipo. 5. Todo acto discriminatorio
cometido por cualquier persona". Sobre la acción de protección, la jurisprudencia
constitucional establece: "En razón de lo dicho, la esencia de la acción de protección junto
a las demás garantías jurisdiccionales es la de constituirse en el procedimiento adecuado
para conocer y verificar la vulneración de los derechos reconocidos en la Constitución y en
los tratados internacionales sobre derechos humanos... En efecto, la acción de protección
es la garantía idónea y eficaz que procede cuando el juez efectivamente verifica una real
vulneración a derechos constitucionales, con lo cual, no existe otra vía para la tutela de
estos derechos que no sean las garantías jurisdiccionales"... Los derechos constitucionales
que la acción de protección tutela son "todos" los derechos determinados en la Constitución
y en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, que no se encuentran
protegidos por otra garantía jurisdiccional, sin dejar de lado los demás derechos derivados
de la dignidad de las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades que sean necesarios
para su pleno desenvolvimiento, conforme lo determinado en el artículo 11 numeral 7 de la
Constitución. (Corte Constitucional del Ecuador, Sentencia N.O 1 02-1 3-SEP-CC, caso N.O
0380-10-EP). SEXTO: ANALISIS DEL TRIBUNAL.- El deber primordial del juez
constitucional es analizar y revisar de forma di recta y
pormenorizada si los hechos acusados vulneran derechos constitucionales, toda vez
que al tratarse —de forma general- de actos administrativos o decisiones de la
administración pública, fácilmente se puede confundir la esfera de competencia y
manifestar con toda ligereza que la vía contenciosa administrativa es la idónea
para impugnar dichos actos, es por esto que la Corte Constitucional en numerosos fallos
impone al juzgador la obligación de realizar un análisis minucioso a fin de verificar
la real existencia de vulneración de derechos constitucionales: "La acción de protección
procede solo cuando se verifique una real vulneración de derechos constitucionales, con lo
cual, le corresponde al juez verificar y argumentar si existe o no la vulneración de un
derecho constitucional. Es a él a quien le corresponde analizar caso a caso, sobre la base de
un ejercicio de profunda razonabilidad, los hechos y las pretensiones del actor para poder
dilucidar si se trata de un caso de justicia constitucional o si por el contrario, por su
naturaleza infra constitucional su conocimiento le corresponde a la justicia
ordinaria". (Corte Constitucional del Ecuador, Sentencia N.O 0 1 6- 1 3-SEP-CC, caso
N.01 000-12-EP). En consecuencia, cumpliendo con este mandato constitucional, se
realiza el siguiente análisis: 6.1. El accionante manifiesta que laboró en la Universidad
Nacional de Loja, en calidad de Docente de la asignatura de "Algoritmos y
Flujogramas, Fundamentos informáticos y Educación Ambiental" durante el
periodo julio a noviembre de 2017, trabajo por el cual NO le han sido canceladas sus
remuneraciones, por lo que considera que se le han vulnerado sus derechos
constitucionales a la " seguridad jurídica y al trabajo". De las constancias procesales se
establece que los hechos facticos manifestados por el accionante, esto es el
trabajo efectivamente realizado en calidad de docente, así como la falta de pago de sus
remuneraciones, son ciertos, es decir han sido ampliamente probados con la
documentación agregada a la demanda y la presentada por la entidad demandada, como es:
"Solicitud dirigida por la Directora de la Carrera de Informática Educativa, Mgs. Ana
Lucía Colala Troya a la Decana de la Facultad de la Educación, el Arte y la
Comunicación, Mónica Hinojosa Becerra, para incorporar en calidad de docente ocasional
al accionante José Marcelo Juca Aulestia (fs. 3, se repite a fs.106); Solicitud de la señora
Mónica Hinojosa al Rector de la Universidad, Dr. Gustavo Vaillacís Rivas, en la que pide
la aprobación para la contratación de algunos docentes, entre los que se incluye
al accionante (fs. 2, se repite a 107); Oficio suscrito por el accionante entregando en físico
las notas de las asignaturas, e Ingreso al SGA de las notas de los estudiantes (fs. 19-40);
Oficio N° CES-CIFIUNL-2017-0698-0, de fecha 25 de agosto de 2017 suscrito por el
Presidente de la Comisión Interventora y Fortalecimiento (CIFI- UNL, dirigido al Dr.
Gustavo Villacis, Rector de la Universidad (fs. 115 a 134), en el
cual se dispuso que "....ejecute los mecanismos necesarios a fin de cumplir con las
obligaciones adquiridas por la Institución con los profesionales señalados..." entre
ellos el accionante (fs.133.vta.); Oficio suscrito por la Coordinadora Administrativa
Financiera de la UNL, Ing. Ruth Flores, dirigida al Presidente de la Comisión Interventora
y de Fortalecimiento CIFI-UNL (fs. 109 a 111) en el cual da a conocer su
preocupación por cuanto a pesar de que la CIFI-UNL mediante oficio de fecha 25 de
agosto de 2017, emitió la Disposición Nro. 25 dirigida al Dr. Gustavo VIllacís, Rector de
la Universidad con la finalidad de que ejecuten los mecanismos para cumplir con las
obligaciones adquiridas por la Institución con los profesionales con contratos
ocasionales, sin que haya podido legalizarse dichos contratos, deslindando toda
responsabilidad que a futuro pudiera acarrear el desacatamiento de dicha Disposición en
el marco del Reglamento de Intervención, a sabiendas de que la Universidad Nacional de
Loja se encuentra intervenida en forma integral, además que los Docentes antes
indicados legalizaron las disposiciones que les correspondía; Certificación constante a
fs.1, emitida por la Directora de la Can-era de Informática Educativa, de la Facultad de la
Educación, el Arte y la Comunicación, en la cual manifiesta que el
accionante laboró durante los meses de JULIO A OCTUBRE de 2017, cumpliendo con
normalidad las tareas asignadas, la carga horaria de acuerdo a la distribución de
docente, y entrega de notas en secretaría. 6.2. Los elementos facticos antes descritos, NO
se encuentra en discusión, es decir no fueron controvertidos por la entidad demandada,
quien reconoce el trabajo efectivamente realizado por el accionante, así como la falta de
pago de las remuneraciones, manifestando la defensa de la entidad accionada que no se
le ha pagado las remuneraciones, por cuanto a la fecha el actor no tiene un contrato
suscrito por la autoridad nominadora, y que conforme lo determina el Art. 16 de la Ley
Orgánica de Servicio Público: "Para desempeñar un puesto público se requiere de
nombramiento o contrato expedido por la respectiva autoridad nominadora". Al respecto, se
determina que efectivamente dicha norma legal debe ser cumplida y acatada por toda
autoridad administrativa; sin embargo, en el presente caso fue la misma AUTORIDAD
NOMINADORA quien NO cumplió con la legalización de varios contratos ocasionales,
entre ellos del accionante, pese a existir insistentes pedidos de parte de la Directora y
Decana de la Carrera de Informática para la contratación del accionante, aún más, se
desconoció la disposición de la Comisión Interventora "CIFI-
UNL" quien expresamente y de forma motivada dispuso al Rector que "ejecute los
mecanismos necesarios a fin de cumplir con las obligaciones adquiridas por la Institución
con los profesionales señalados..", desacato o inobservancia que se debió a los
conflictos internos —hecho público- que surgieron entre las autoridades de la Universidad
Nacional de Loja con la Comisión Interventora CIFI-UNL, ante lo cual cabe aclarar que
los errores de la administración pública no pueden ser atribuidos a los
administrados, en este caso el accionante, que lo que hizo fue — mientras se legalizaba su
contrato- prestar sus servicios lícitos y personales como Docente, servicio que no
podía paralizarse teniendo en cuenta que el año lectivo se encontraba en curso, y que los
estudiantes tampoco tenían porque quedarse sin recibir clases, mientras todos estos
conflictos se solucionaban; por lo mismo, es lógico establecer la razón por la cual el
accionante no acudió de forma inmediata a la justicia constitucional u ordinaria con su
reclamo sobre la falta de pago de remuneraciones, puesto que, mientras duraba todo el
conflicto interno entre las autoridades de la Universidad y la CIFI, se esperaba que
todos estos actos desatendidos o desacatados se vayan solucionando de forma interna, lo
cual no ha sucedido, como se evidencia en el presente caso, que pese a que existe un
trabajo EFECTIVAMENTE REALIZADO por parte del accionante, no por su propia
cuenta o de forma arbitraria, sino por necesidad institucional creada
por las Directivos correspondientes. 6.3. El hecho de que, hasta la fecha NO se le haya
cancelado al accionante las remuneraciones correspondientes a los meses de JULIO-
NOVIBRE de 2017, cuando existe un trabajo efectivamente realizado, constituye una
clara vulneración del derecho constitucional al TRABAJO, derecho social que se
. encuentra protegido por la Constitución de la República en el Art. 33, que dice: "El
trabajo es un derecho y un deber social, y Uli derecho económico, fuente de realización
personal y base de la economía. El. Estado garantizará a las personas trabajadoras el pleno
respeto a su dignidad, una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones y el desempeño
de un trabajo saludable y libremente escogido o aceptado; el Art. 325, establece: "El
Estado garantizará el derecho al trabajo. Se reconocen todas las modalidades de trabajo, en
relación de dependencia o autónomas, con inclusión de labores de autosustento y cuidado
humano; y como actores sociales productivos, a todas las trabajadoras y trabajadores". El
Art. 326 de la Constitución consagra los principios que sustentan el derecho al trabajo,
entre los cuales se encuentran: "El derecho al trabajo se sustenta en los siguientes principios
(...) 2. Los derechos laborales son irrenunciables e intangibles. Será nula toda estipulación
en contrario; 3. En caso de duda sobre el alcance de las disposiciones legales
reglamentarias o contractuales en materia laboral, estas se aplicarán en el sentido más
favorable a las personas trabajadoras". El Art. 328 establece: "La remuneración será
justa, con un salario digno que cubra al menos las necesidades básicas de la persona
trabajadora, así como las de su familia será inembargable, salvo para el pago de pensiones
por alimentos". Sobre este derecho, la Corte Constitucional nos aclara: "(...) El derecho
al trabajo se constituye en una necesidad humana, que obligatoriamente debe ser tutelada
por el Estado, a través del incentivo de políticas públicas que estimulen al trabajo a través
de todas sus modalidades, asi como también, a través de la protección de los derechos
laborales de todas las trabajadoras y trabajadores. Este derecho, es un derecho universal,
por cuanto es reconocido a "todas" las personas, así como también abarca "todas" las
modalidades de trabajo..". (Sentencia No. 1993-14-SEP-CC, caso No. 1752-11-EP).
Existen derechos, principios y valores que exigen la supremacía de la realidad fáctica y la
buena fe en las relaciones laborales, que evidentemente tienen mayor peso que las
formalidades, cuando del derecho al trabajo se trata. En efecto precisamente por los fines
que persigue el derecho al trabajo, es que en esta materia rige el principio de primacía de la
realidad sobre las formas. Sobre este principio, la Corte Constitucional de Colombia, al
resolver un caso muy parecido al que nos ocupa, ha señalado: "el principio de la primacía
de la realidad sobre las formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones
laborales no tiene, adicionalmente, el alcance de excusar con la mera prestación efectiva
de trabajo la omisión del cumplimiento de los requisitos constitucionales y legales
previstos para acceder a la función pública que, en la modalidad estatutaria, son el
nombramiento y la posesión, los que a su vez presuponen la existencia de un determinado
régimen legal y reglamentario, de una planta de personal y de la correspondiente
disponibilidad presupuestal". (Cfr. Corte Constitucional. Sala Plena. Sentencia C-555 del 6
de diciembre de 1994. M.P.: Eduardo Cifuentes Muñoz). No disponer el pago
de haberes cuando existe un trabajo efectivo realizado equivaldría a que el
accionante haya realizado su trabajo de forma gratuita, lo que se encuentra prohibido por
la Constitución de la Republica, dentro de los derechos de libertad contemplado en el Art.
66.17 "El derecho a la libertad de trabajo. NADIE SERÁ OBLIGADO A REALIZAR UN
TRABAJO GRATUITO o forzoso, salvo los casos que determine la ley" (Las mayúsculas
son nuestras). 6.4. El Art. 229 de la Constitución, señala que: "Serán servidoras o
servidores públicos todas las personas que en cualquier forma o a cualquier título
trabajen, presten servicios o ejerzan un cargo, función o dignidad dentro del sector
público. Los derechos de las servidoras y servidores públicos son irrenunciables. La ley
definirá el organismo rector en materia de recursos humanos y remuneraciones para todo
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el sector público y regulará el ingreso, ascenso, promoción, incentivos, régimen
disciplinario, estabilidad, sistema de remuneración y cesación de funciones de sus
servidores. Las obreras y obreros del sector público estarán sujetos al Código de Trabajo.
La remuneración de las servidoras y servidores públicos será justa y equitativa, con
relación a sus funciones, y valorará la profesionalización, capacitación, responsabilidad y
experiencia". Es precisamente en base de la indicada norma constitucional que la Ley
Orgánica de Servicio Público, ha establecido en su Art. 5 una serie de requisitos para el
ingreso al sector público, bien por nombramiento, bien por contrato. La misma Ley señala
en su Art. 16 que: "Para desempeñar un puesto público se requiere de nombramiento o
contrato legalmente expedido por la respectiva autoridad nominador". Para el
nombramiento o el contrato la autoridad debe observar y cumplir con el Art. 115 del
Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas, que dice: "Ninguna entidad u
organismo público podrán contraer compromisos, celebrar contratos, ni autorizar o
contraer obligaciones, sin la emisión de la respectiva certificación presupuestaria"; lo
cual pone en claro que no se puede extender nombramiento, ni contrato, sin la respectiva
certificación presupuestaria; sin embargo, el hecho de que se haya inobservado dichas
formalidades, no implica que el poder público pueda desconocerse sin más argumento los
derechos del servidor o trabajador, particularmente su remuneración. Existe, pues, una clara
responsabilidad en la entidad accionada, por permitir o propiciar que las labores de quien
todavía no es servidor público, principien a ejecutarse de manera anticipada, más todavía si
para el pago respectivo no hay partida presupuestaria a la que pueda darse ese destino. Se
trata de una falta que debe sancionarse por la autoridad competente, en cuanto afecta las
finanzas públicas, entorpece el adecuado funcionamiento administrativo y perjudica al
servidor público; pero, claro está, ninguna de estas circunstancias puede llevar a la
consecuencia de que el derecho del accionante al pago de su salario y prestaciones, por el
tiempo en que no había tomado posesión del cargo, quede burlado. En otros términos, el
accionante no es el responsable de que se hubiera comenzado a aprovechar sus servicios
antes de los trámites legales, ni puede ser quien asuma las consecuencias de la imprevisión,
la falta de cuidado, la demora o la mala fe de la administración. La designación del
accionante, como Docente de la Universidad, compromete a la entidad accionada a cumplir
con sus obligaciones, independientemente de la responsabilidad de quien lo haya vinculado
irregularmente, porque al no hacérsele el pago que constitucional y legalmente le
corresponde, se violenta su DERECHO A LA SEGURIDAD JURÍDICA, en vista de
que la Universidad desconoce que el accionante al haber cumplido su trabajo efectivo
debe ser remunerado, conforme los Arts. 33 y 328 de la Constitución, y Art. 223.b de la
LOSEP, que son norma previas, claras y públicas que, entre otras, rigen la materia, pero
evidentemente no han sido aplicadas por las autoridades universitarias El derecho a la
seguridad jurídica se encuentra contemplado en el Art. 82 de la Constitución de la
Republica, y establece que "...se fundamenta en el respeto a la Constitución y en la
existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes". Sobre este derecho, la Corte Constitucional dice: "(...) Para tener certeza
respecto a una aplicación normativa, acorde a la Constitución, se prevé que las normas que
formen parte del ordenamiento jurídico se encuentren determinadas previamente; además,
deben ser claras y públicas; solo de esta manera se logra conformar una certeza de que la
normativa existente en la legislación será aplicada cumpliendo ciertos lineamientos que
generan la confianza acerca del respeto de los derechos consagrados en el texto
constitucional. Mediante un ejercicio de interpretación integral del texto constitucional se
determina que el derecho a la seguridad jurídica es el pilar sobre el cual se asienta la
confianza ciudadana en cuanto a las actuaciones de los distintos poderes públicos" (CORTE
CONSTITUCIONAL. Sentencia N.016-13-SEP-CC, N. caso No. 1000-12). "(...) El
derecho a la seguridad jurídica, es el pilar sobre el cual se asienta la confianza ciudadana
en cuanto a las actuaciones de los distintos poderes públicos; en virtud de aquello, los actos
emanados de dichas autoridades públicas deben observar las normas que componen el
ordenamiento jurídico vigente, debiendo además sujetarse a las atribuciones que le compete
a cada órgano" (Corte Constitucional. Sentencia No. 023-13-SEP-CC, Caso No. 1975-11-
EP). "(...) Es un principio universalmente reconocido del Derecho, por medio del cual se
entiende como certeza práctica del Derecho, y representa la seguridad de que se conoce o
puede conocer lo previsto como prohibido, mandado y permitido por el poder público,
respecto de uno para con los demás y de los demás para con uno. .. El Estado, como ente
del poder público de las relaciones en sociedad, no sólo establece los lineamientos y
normas a seguir, sino que en un sentido más amplio tiene la obligación de establecer
"seguridad jurídica" al ejercer su "poder político, jurídico y legislativo. La seguridad
jurídica es la garantía dada al individuo, por el Estado, de que su persona, sus bienes y sus
derechos no serán violentados o que, si esto llegara a producirse, le serán asegurados por la
sociedad, protección y reparación; en resumen, la seguridad jurídica es la certeza que tiene
el individuo de que su situación jurídica no será modificada más que por procedimientos
regulares y conductos establecidos previamente. (...)"La observancia por parte de
todos los ciudadanos y de las autoridades públicas a las normas preexistentes y que
dichas Normas impongan los mismos derechos y oportunidades a todas las personas que
se encuentran en la misma situación, aseguran efectivamente la vigencia de estos derechos
constitucionales." (Corte Constitucional. Sentencia No.045 -11 -SEP-CC. No.0385-11-
EP). (...) Para el Dr. José García Falconí, "... la seguridad jurídica, no es otra cosa que la
posibilidad que el Estado debe damos mediante el derecho, de prever los efectos y
consecuencias de nuestros actos o de la celebración de los contratos para realizarlos en los
términos prescritos en la norma, para que ellos surtan los efectos que deseamos o para
tomar las medidas actualizadas para evitar los efectos que no deseamos, y que podrían
producirse según la ley. Bajo este criterio, la seguridad jurídica actualmente debe ser
entendida dentro del Estado constitucional de derechos, como una justicia concebida como
exigencia de adaptación del derecho a la necesidad de la vida social. En el Estado de
Derecho la seguridad jurídica asume unos perfiles definidos como: presupuesto del
derecho, pero no de cualquier forma de legalidad positiva, sino de aquella que dimana de
los derechos fundamentales, es decir, los que fundamentan el entero orden constitucional; y
función del derecho que asegura la realización de las libertades. Con ello la seguridad
jurídica no sólo se inmuniza frente al riesgo de su manipulación, sino que se convierte en
un valor jurídico ineludible para el logro de los restantes valores constitucionales. Como
dice el tratadista Capograssi "Así la historia de la seguridad jurídica, representa la
evolución de los esfuerzos de la humanidad para resolver sus injusticias de la forma menos
injusta". Hemos dicho también que la exigencia, es por lo tanto, como enseña la doctrina,
de una corrección estructural, relativa a norrnas: promulgación-publicidad; claridad;
plenitud; jerarquía de fuentes; irretroactividad de las normas; estabilidad: cosa juzgada y
derechos adquiridos; y de una corrección funcional, que se refiere a la garantía de
cumplimiento del Derecho por todos los destinatarios, así como la correcta regulación en la
aplicación por parte de los órganos e instituciones encargadas de hacerlo, de tal manera
que, en este sentido, todas las personas, públicas y privadas, quedan obligadas al
cumplimiento de la Constitución y la Ley. Esta es la clave del Estado Constitucional de
Derechos y de Justicia. Atacan las garantías funcionales de la seguridad jurídica: 1). El
silencio e inoperatividad administrativa; y, 2) Las direcciones indebidas e injustificadas de
los procesos, ocasionando una falta de tutela efectiva de los derechos.(...). 6.5. Con esto se
vulneró a la vez el principio de confianza legítima y buena fe que debe regir en la
administración. En efecto, este principio consiste en "...una proyección de la buena fe que
debe gobernar la relación entre las autoridades y los particulares, partiendo de la necesidad
que tienen los administrados de ser protegidos frente a actos arbitrarios, repentinos,
improvisados o similares por parte del Estado. Reiteradamente ha dicho nuestra Corte
Constitucional, que la confianza legítima debe ponderarse con la salvaguarda del interés
general, el principio de buena fe, el principio de proporcionalidad, el principio
democrático, el de seguridad jurídica y respeto al acto propio, entre otros. Este principio ha
sido principalmente utilizado por la jurisprudencia de la Corte Constitucional como un
mecanismo para armonizar y conciliar casos en que la administración en su condición de
autoridad, por acción o por omisión ha creado expectativas favorables a los administrados y
de forma abrupta elimina esas condiciones...." (Sentencia de la Corte Constitucional de
Colombia T-472/09). En la especie se violó la confianza legítima originada en actuaciones
de la propia Universidad, por la serie de actos realizados en torno a su labor docente,
cuando vemos: (i) que el accionante fue a cumplir una labor docente porque autoridades de
la misma entidad, así lo determinaron, siendo por esto que piden su legalización tanto al
Rector como al presidente de la Comisión Interventora, insistiendo luego en el
cumplimiento de las obligaciones que tiene por su derecho a la remuneración; (ii) que el
accionante, ha tenido acceso al sistema académico para la entrega de asistencia y
calificación de los estudiantes a su cargo, así como haber registrado su asistencia. Se suma
a todo esto que los errores de la administración pública (en este caso de la Universidad) no
pueden trasladarse al administrado, como ha señalado nuestro más alto organismo en
materia Constitucional (Resolución Nro. 1592-08-RA de 13 de enero del 2010); en
consecuencia, la presente acción es procedente para defender y tutelar la efectividad del
derecho al trabajo en condiciones dignas y justas, y para ordenar que se efectúen los pagos
correspondientes. SEPTIMO: La Dra. María Cecilia Vivanco, jueza de la causa, desecha
octcz 11
la acción de protección, por los motivos que constan en el considerando QUINTO de su
sentencia y que pasamos a sintetizarlos: a) Porque para ella, el presente caso se encuentra
relacionado con el derecho al trabajo, esto es con el de percibir la remuneración por la labor
desempeñada, en donde la tutela de este derecho supone primeramente la declaración de la
existencia del mismo, así como también una discusión relacionada con asuntos de legalidad
de los actos emanados por las autoridades de la Universidad; y por cuanto también advierte
se tratan de derechos de base patrimonial, que se relacionan con la declaración de un
derecho, esto es del pago de las remuneraciones por su labor docente; los intereses legales
por todo el tiempo decurrido desde que se justificó y debió hacerse el pago de sus
remuneraciones, hasta que se haga efectivo el mismo por orden de la sentencia; y, el pago
de los gastos en que ha incurrido el accionante con motivo de la defensa del presente juicio,
temas que a decir de ella, supone primeramente la declaración de la existencia de un
derecho; b) Porque en el presente caso, el accionante ha acudido a solicitar el
reconocimiento de la violación de sus derechos constitucionales y la reparación
correspondiente ante la justicia constitucional, casi un ario después de que cesaran los
supuestos actos de menoscabo en sus derechos (30 de noviembre de 2018), cuando la
urgencia, eficacia e inmediatez han perdido sentido práctico e inclusive, de darse paso a
ella, podría significar una clara yuxtaposición con la justicia ordinaria y supondría un
atentado contra la seguridad jurídica que garantiza tanto a accionante como accionada el
respeto pleno de sus derechos-, haciendo de la acción de protección una vía alternativa a
dicha justicia, atentando inclusive contra el mismo Estado de Derecho; y, c) Porque existe
una vía idónea y eficaz, que dada la naturaleza de la pretensión establecida por el
accionante, es la justicia ordinaria. Ante lo cual, se determina: 7.1. El presente caso, como
ya lo manifestamos ut supra, no es un hecho controvertido que el accionante cumplió una
actividad docente en la Universidad accionada, desde el 1 de julio al 31 de diciembre del
2017; es más, es un hecho que no sólo se presume cierto, como dice el Art. 86.3 de la
Constitución, sino que está probado con la documentación que obra del proceso, así como
también por documentos generados por la propia comisión interventora. Y esto es
importante considerar porque si fuera un tema controvertido, este Tribunal no vacilaría en
decidir que se trata de un tema de legalidad, porque el establecimiento de una relación
laboral (insistimos, cuando está en discusión) exige pruebas que deben presentarse y
valorarse por la justicia ordinaria (Tribunal de lo Contencioso Administrativo), teniendo en
cuenta el marco infraconstitucional que regula la materia, que por cierto no es el caso; por
manera que, siendo un hecho probado que el accionante cumplió una actividad docente para
la Universidad Nacional de Loja, el problema está en determinar si hay vulneración de
derechos constitucionales cuando dicha Universidad, pese a reconocer la labor docente del
accionante, no cumple con su obligación constitucional y legal de pagarle la remuneración
que corresponde, en circunstancias que se desconoce un motivo real y concreto de su parte,
si se tiene en cuenta que de la documentación que obra de autos no aparece nada al
respecto. Y, claro, por la afirmación que hace el accionante, de que el Dr. Gustavo Villacís,
Rector de la Universidad a la fecha de los hechos, no legalizó su situación docente, y por el
pedido que le hace al Rector la Comisión Interventora, de que realice los trámites
necesarios para poder cumplir con las obligaciones adquiridas por la Universidad,
podemos PRESUMIR que el pago no se hace efectivo por problemas administrativos y
más concretamente por no haberse formalizado previa y documentalmente la contratación,
por lo que no hay que hacer mayor esfuerzo como para concluir que nos encontramos ante
un thema decidendum constitucional, en tanto y en cuento el caso no puede resolverse con
criterio legalista, limitándose a la verificación del cumplimiento de las formalidades propias
de la contratación, sino recurriendo a los derechos, principios y valores constitucionales
que protegen el derecho al trabajo, articulados al derecho a la seguridad jurídica y principio
de confianza legítima. Queda demostrado, que la cuestión no tiene relación con la
dimensión legal del derecho al trabajo, sino con su contenido esencial, porque, la
remuneración forma parte de los principios que materializan un trabajo digno y justo, como
enuncia la Constitución; por manera que, pese a tener una representación económica, no
puede ser tenida como una pretensión patrimonial como sostiene la referida Jueza en su
sentencia, dado que la misma representa la esencia del derecho al trabajo, siendo
precisamente la acción de protección la garantía llamada a su tutela inmediata, sobre todo
cuando, como en la especie, ni siquiera se sabe los motivos por los cuales la entidad
accionada desconoce su pago. 7.2. La señora Jueza en su sentencia, sostiene que la
presente acción sería improcedente, en vista que el accionante no ha ejercitado el derecho
que le asistía, en forma oportuna. La Acción de Protección, ha sido instituida como garantía
de derechos de las personas, para tutelarlas de manera urgente, frente a la arbitrariedad de la
autoridad pública; por lo tanto, quien considere que un acto de autoridad pública vulnera
alguno de sus derechos constitucionales, debe interponer la acción de modo inmediato de
expedido el acto, con en el propósito de que se tomen las medidas urgentes que permitan
remediarlo. Si bien es verdad, la violación de una garantía o derecho constitucional causa por
ese sólo hecho, un daño a quien lo sufre; precisamente por ello, debe interponerse la acción
en un plazo razonable, lo que implica necesariamente que sea en un tiempo próximo a la
conculcación del derecho constitucional. Cierto es que nuestro ordenamiento jurídico no
contempla un plazo de caducidad para la interposición de una acción de esta naturaleza; no
obstante, el juez constitucional debe calificar la inmediatez o urgencia del daño según las
reglas de la sana crítica y tomando en cuenta las circunstancias en que dichas violaciones se
dan. En el presente caso, para este Tribunal, esta acción de protección por el solo hecho del
transcurso del tiempo al que hace referencia la jueza de alzada, no ha perdido su esencia
para tutelar los derechos del accionante, porque si bien no existe constancia de que éste haya
realizado algún tipo de reclamación a la Universidad Nacional de Loja, por la falta de pago
de sus haberes laborales, posterior al término de sus labores, no es menor cierto que fue un
hecho público y notorio la pugna que existió entre los Directivos de la CIFI y el Rectorado
de la Universidad Nacional de Loja; por lo tanto al existir esa rivalidad, era evidente que
ninguna respuesta positiva iba a obtener el accionante, frente al pago de sus haberes
laborares, pugna que cesó recientemente con la finalización de la
Intervención; consecuentemente, la acción de protección planteada es procedente. 7.3. En
lo que tiene que ver con el argumento de la señora jueza de alzada, de que la acción es
improcedente por considerar que la situación se ubica en el evento previsto en los numerales
4 y 5 del Art. 42 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, alegación que también es esgrimida por la entidad
demandada, tenemos que el numeral 4 de dicho artículo, señala que "La acción de
protección de derechos no procede: 4. Cuando el acto administrativo pueda ser impugnado
en la vía judicial, salvo que se demuestre que la vía no fuere adecuada ni eficaz"; y, el
numeral 5, dice: "Cuando la pretensión del accionante sea la declaración de un derecho".
Sobre el caso de improcedencia nuestra Corte Constitucional ha señalado en
su Sentencia vinculante Nro.- 001-16-PJO-CC de fecha 22 de marzo de 2016: "Que e/
requerimiento de la inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y eficaz
para proteger el derecho violado, "... no va orientado a impedir la activación de la justicia
constitucional, sino que precautela que esta sea invocada cuando la materia que la motiva
requiera verdaderamente de un pronunciamiento de esta índole y no ordinario• cuando el
ámbito constitucional del derecho de las personas sea vulnerado. En tal virtud, cuando de
por medio existan vulneraciones a derechos constitucionales de las personas la vía
adecuada y eficaz para la protección de ese derecho será la acción de protección. Mientras
que, cuando el asunto controvertido se refiera a cuestiones que aun cuando tengan como
base un derecho constitucional, puedan efectivamente tramitarse en la justicia ordinaria,
por referirse a la dimensión legal del derecho y contar con vías procesales creadas
precisamente para ventilar esa clase de asuntos, verbigracia los derechos patrimoniales,
pueden ser reclamados mediante la vía civil o laboral, supuesto para el cual, es la vía
ordinaria la que se debe activar y no la constitucional ". También ha señalado que, para
identificar con claridad si se trata de violaciones a derechos constitucionales o problemas
que deben resolverse en vías ordinarias, "....esta Corte considera que la solución que debe
utilizarse, en primer lugar, es la identificación del thema decidendum y su correspondencia
con el objeto de la acción de protección. Es decir, cuando lo que se plantea en la demanda y
se desprende de la comprobación de los hechos es una vulneración directa de derechos
constitucionales, se estará ante el objeto primigenio de la acción de protección. En cambio,
cuando lo que se pretenda es la declaración de un derecho subjetivo previsto en la
legislación secundaria o en general, la aplicación de una norma infraconstitucional para
determinado caso o el reclamo por la falta de la misma, sin la presentación de hechos que
determinen la existencia de una vulneración a derechos constitucionales, se tratará de un
problema que puede ser resuelto por otras vías judiciales ". Una vez puesto el caso en
conocimiento de la justicia constitucional es imperativo verificar el caso en concreto a
fin de determinar si la vía ordinaria es adecuada y eficaz, como así lo establece la
Corte Constitucional: "(...) Así, siempre que se verifique que de someter el asunto
controvertido a la vía ordinaria, causaría daño grave e irreparable y por ende, vulneraría el
derecho a la tutela judicial efectiva, LAS JUEZAS Y JUECES CONSTITUCIONALES
TIENEN LA OBLIGACIÓN DE HABILITAR LOS VÍAS DE LA JUSTICIA
CONSTITUCIONAL, YA QUE LA EXISTENCIA DE OTRAS VÍAS PROCESALES
QUE PUEDAN IMPEDIR SU PROCEDENCIA, NO PUEDEN FORMULARSE EN
ABSTRACTO, SINO QUE DEPENDE DE LA SITUACIÓN FÁCTICA CONCRETA A
EXAMINAR.....84. Precisamente, si bien la acción de protección no está orientada a
sustituir a la justicia ordinaria, las juezas y jueces constitucionales están obligados a elaborar
un análisis de fondo del caso concreto que sobrepasando los límites del mero ritualismo y
formalidad, permita constatar adecuadamente si el caso concreto cuenta con otra vía,
adecuada y eficaz o si por el contrario, la vía constitucional es la idónea, dado el asunto
controvertido; pues la exclusión de esta última no puede fundamentarse en un simple
resguardo y ordenación de competencias....". (CORTE CONSTITUCIONAL. 22 de marzo
de 2016, sentencia No. 001-16-P.JO-CC. CASO N.O 0530-10-.JP 1.). En el presente caso,
-como ya lo analizamos ut supra-, existe violación del derecho constitucional al trabajo y
seguridad jurídica, toda vez que el accionante laboró para la entidad demandada por los
meses que reclama su pago, sin que se haya legalizado su contrato, ante lo cual se
establece que en el caso en concreto la vía ordinaria no sería la adecuada y eficaz
para su reclamo, puesto que, como bien lo acepta la entidad demandada NO existe un
contrato de trabajo, tampoco la Universidad Nacional de Loja ha emitido alguna
resolución o contestación formal acerca de la negativa de pago de los haberes
pendientes del año 2017, sin que siquiera se sepan los motivos por los cuales la
Universidad Nacional de Loja, no ha realizado el pago de la remuneración al
accionante, por tanto NO existe acto administrativo alguno que el accionante pueda
impugnar en la vía ordinaria, además que, a la fecha el accionante
tampoco pudiera reclamar en la vía ordinaria, por encontrarse caducado su derecho de
impugnación, toda vez que han transcurrido más de diez meses contados desde el último
mes que no se le canceló sus remuneraciones, y si bien no realizó el reclamo de forma
inmediata, este hecho que no puede servir de excusa para desechar la acción de
protección cuando se ha verificado la violación de derechos, con lo cual se atentaría
inclusive el derecho a la tutela judicial efectiva contemplado en el Art 75: "Toda persona
tiene derecho al acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus
derechos e intereses, con sujeción a los principios de inmediación y celeridad en ningún
caso quedará en indefensión. El incumplimiento de las resoluciones judiciales será
sancionado por la ley". Reiterada ha sido la jurisprudencia en lo relacionado a la
naturaleza reparatoria de la Acción de Protección, que "...su naturaleza jurídica se ha
entendido como una acción especifica de emergencia, como un procedimiento ágil que
requiere que el derecho que se dice conculcado sea legítimo, es decir que se funde en claras
situaciones de facto que permitan por este especial procedimiento restablecer el imperio del
derecho. De allí que se haya sostenido que es improcedente que por medio de esta acción se
pretenda un pronunciamiento sobre cuestiones de fondo que son de lato conocimiento.
Atendiendo entonces, a su naturaleza reparatoria, el ámbito de su aplicación se limita a
aquellos actos cuya arbitrariedad o ilegalidad son evidentes. La infracción recurrible por esta
vía debe ser patente, manifiesta, grave y sobre todo antijurídica, porque el objetivo propio y
restringido de esta acción es reaccionar contra una situación de hecho que lesiona un
derecho constitucional, impidiendo que las partes se hagan justicia por sí mismas, a través de
conductas de facto que alteren el orden jurídico establecido. Y esto es precisamente lo que
tenemos en la especie, literalmente una situación de facto en tanto y en cuanto no se
sabe hasta el momento los motivos concretos por los cuales el accionante es mantenido
impago por la Universidad; situación frente a la cual, es este especial procedimiento, el
llamado a imponer el derecho, sobre todo cuando en las circunstancias del caso concreto la
acción ordinaria no sería eficaz por motivos de oportunidad y eficiencia. 7.4. Finalmente,
en lo relacionado al sustento de la señora jueza de alzada, en el sentido de rechazar la
acción de protección por encontrarse ésta incursa en lo previsto en el numeral 5 del Art.
42 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, esto es, que
la pretensión del accionante sería la declaración de un derecho, es necesario aclarar que, en
este caso, no se trata, de la declaración de un derecho; esto por cuanto el derecho
subjetivo del trabajador o servidor está establecido en la Constitución; en los
instrumentos internaciones (Por citar Convenio 95 y 100 de la OIT); y en el ordenamiento
legal ecuatoriano (Código del Trabajo y LOSEP). En este tema, el autor Juan Montaña
Pinto, en su obra Apuntes de Derecho Procesal Constitucional. Tomo 2, publicado por la
Corte Constitucional de Ecuador, sostiene que: "En relación con la causal de
improcedencia de la acción de protección establecida en el numeral 5 del artículo 42,
esto es cuando con la acción el solicitante busque la declaración de un derecho; es un
enunciado más que obvio; por cuanto, sin perjuicio del carácter no taxativo de la carta
de derechos, los derechos constitucionales protegidos por la acción ya están declarados
y establecidos tanto en la Constitución como en los instrumentos internacionales de
derechos humanos, con lo que no corresponde determinar la existencia por medio de esta
via, ni ninguna otra de carácter judicial; en tal sentido, la labor del juez constitucional
es garantizar y tutelar la eficacia de los derechos y no su existencia...". Y, claro, a dicha
causal se podrían ajustar esos casos en donde está en controversia la situación fáctica de
la cual, según una norma objetiva, depende el derecho subjetivo, como sería cuando está
en discusión el trabajo mismo o la relación laboral, en cuyo caso el problema tiene que
ser resuelto en la vía ordinaria, dado que su establecimiento (relación laboral) requiere de
pruebas y valoración judicial en el marco de la legalidad. OCTAVO.
RESOLUCION. Por las consideraciones que anteceden se concluye que, en el
presente caso se configura la procedencia de la acción de protección en los términos
del Art. 41.1 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional,
que establece que la acción de protección procede contra "Todo acto u omisión de una
autoridad pública no judicial que viole o haya violado los derechos, que menoscabe,
disminuya o anule su goce o ejercicio", por consiguiente, esta Sala de lo Civil
y Mercantil de la Corte Provincial de Justicia de Loja "ADMINISTRANDO
JUSTICIA EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR
AUTORIDAD DE LA CONSTITUCION Y LAS LEYES DE LA REPUBLICA"
aceptando el recurso de apelación interpuesto por el accionante, REVOCA la
resolución subida en grado y en su lugar acepta la acción de Protección
deducida por JOSE MARCELO JUCA AULESTIA, declarando, que la Universidad
Nacional de Loja, ha vulnerado el derecho al TRABAJO, contemplado en el Art. 33, y
66.17, y la SEGURIDAD JURÍDICA, reconocido en el artículo 82 de la Constitución de
la República del Ecuador. Como medidas de REPARACIÓN INTEGRAL, se
dispone: 1) Como reparación del derecho, se dispone que la Universidad Nacional de
Loja, cancele las remuneraciones adeudadas al accionante, esto es por los meses
de Julio a Octubre de 2017, que le corresponden por el tiempo
efectivamente laborado conforme consta de la certificación de fs. 1 y el registro de
asistencia manual constante a fs. 11-18, más los intereses legales, así como las
aportaciones al IESS y más beneficios legales que correspondan. 2) Cancele la
cantidad de $500,00 (Quinientos dólares, 00/100) por concepto de reparación material,
dentro de los cuales se incluyen los gastos en que ha incurrido con motivo de la defensa
RIANO LOJA
IELA NTE)
ERAZO BUSTAMA JUEZ PRO
EXI
de la presente acción constitucional. 3. La cuantificación del monto de la reparación
económica establecida en esta sentencia deberá seguir el procedimiento establecido en el
artículo 19 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, en
concordancia con lo que establece la Corte Constitucional en las sentencias Nro. 004-13-
SAN-CC y 011-16-SIS-CC. 4. Se deja a salvo el derecho de repetición por los daños
que se puedan derivar hacia el patrimonio estatal de la Universidad. Ejecutoriada esta
resolución cúmplase con lo que dispone el numeral 5 del Art. 86 de la Constitución de
la República del Ecuador. Con el ejecutorial devuélvase a la Unidad Judicial de origen.
Notifíquese.-
VOTO SALVADO DEL JUEZ, SALA CIVIL Y MERCANTIL DE LA CORTE PROVINCIAL DE LOJA, LOJAN ZUMBA ADRIANO. CORTE PROVINCIAL DE JUSTICIA DE LOJA. - SALA CIVIL Y MERCANTIL DE LA CORTE PROVINCIAL DE LOJA. Loja, miércoles 19 de diciembre del 2018, las 16h25. VOTO SALVADO: DR. ADRIANO LOJÁN ZUMBA. VISTOS.- Con el debido respeto me aparto del voto de mayoría y lo hago por los razonamientos que en adelante se puntualizarán.- En lo fundamental, la presente acción de garantías jurisdiccionales viene a conocimiento de este Tribunal de instancia, por el recurso de apelación que ha sido interpuesto por el accionante señor: JOSÉ MARCELO JUCA AULESTIA, de la sentencia que inadmite la Acción de Protección, por él interpuesta, contra la Universidad Nacional de Loja, quien en lo fundamental de su libelo inicial, que obra de fs. 95 a la 97vta., del cuaderno de primer nivel, dice: Que Mediante oficio N° 002-DCIE-FEAC-UNL, de 19 de junio de 2017, la Ing. Ana Lucía Colala Troya Mg. Sc.,
7 Jr
Directora de la Carrera de Informática Educativa se dirige a la Dra. Mónica Hinojosa Becerra Ph.D., Decana de la Facultad de la Educación, El Arte y la Comunicación y le solicita que efectúe las gestiones pertinentes para incorporarlo en calidad de docente ocasional, puesto que se requiere de su contingente como catedrático para el normal desarrollo de la actividad docente de dicha carrera. En ese documento se ha requerido su incorporación considerando que posee título de cuarto nivel, Máster en Tecnología Educativa: e-Learning y Gestión del conocimiento, para impartir las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental, con un tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, es decir, a tiempo completo, y con una vigencia del contrato del 1 de julio al 31 de diciembre del 2017. Que la Dra. Mónica Hinojosa Becerra, Decana de la Facultad de la Educación, El Arte y la Comunicación, mediante oficio N° 2017344-1 FEAC-IJNL-2017, de 26 de junio de 2017, se dirige al Dr. Gustavo Villacís Rivas, Rector de la Universidad Nacional de Loja, a fin de que otorgue la aprobación para proceder a la contratación del compareciente para impartir las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental, con un tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, es decir, a tiempo completo, y con una vigencia del contrato del 1 de julio al 31 de diciembre del 2017. Que el Dr. Galo Patricio Noboa Viñán, Presidente de la Comisión de Intervención y Fortalecimiento Institucional CIFI-UNL, mediante oficio N° CES-CIFILTNL-2017-0698-0 de 25 de agosto de 2017, se dirige al Señor Rector de la Universidad Nacional de Loja y le emite la disposición para el cumplimiento de obligaciones de la Universidad Nacional de Loja, para que proceda a la contratación del recurrente para impartir las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental, con un tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, es decir, a tiempo completo, y con una vigencia del contrato del 1 de julio al 31 de diciembre del 2017. Que conforme consta del oficio que ha dirigido a la Ing. Ana Lucía Colala Troya, Directora de la Carrera de Informática Educativa de la FEAC de la UNL, del 18 de septiembre de 2017, le hace conocer del cumplimiento de las siguientes actividades: 1) Entrega en físico de las notas de las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental; y, 2) Ingreso al SGA de las notas de los estudiantes. Que a ese oficio adjuntado, conforme consta de los documentos adjuntos, las pruebas con las que demuestra haber efectuado la labor docente para la que se lo ha contratado. Que a más de ello, adjuntado una certificación que otorga la Ing. Ana Lucía Colala Troya Mg. Sc., Directora de la Carrera de Físico Matemáticas de la Facultad de Educación, el Arte y la Comunicación en la que manifiesta que ha impartido las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental, con un tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, es decir, a tiempo completo, y con una vigencia del contrato del 1 de julio al 31 de diciembre del 2017. Que la Ing. Ruth Flores Pérez, Coordinadora Administrativa Financiera de la Universidad Nacional de Loja, mediante oficio N° 0494-CAF-FEAC-UNL, del 19 de octubre de 2017, se dirige al Dr. Carlos Rojas Reyes, Presidente de la Comisión Interventora y Fortalecimiento Institucional CIFI-UNL y le manifiesta que se debe efectuar las gestiones pertinentes para la legalización de los contratos de los profesores ocasionales, entre ellos el compareciente, y que debe también procederse a cancelar sus emolumentos, deslindando cualquier responsabilidad por el incumplimiento en el que está incurriendo el señor Rector, en cuanto a estos dos requerimientos, adjuntando el cuadro de los profesores impagos. Que el señor Rector de la Universidad Nacional de Loja, Dr. Gustavo Villacís Rivas, de forma ilegal ha venido desacatando las disposiciones que le ha emitido la Comisión de
Intervención y Fortalecimiento Institucional CIFI-UNL y por este motivo no ha legalizado el contrato que le requirió la decana de la Facultad de Educación, el Arte y la Comunicación en favor del compareciente para impartir las asignaturas de Algoritmos y Flujogramas, Fundamentos Informáticos y Educación Ambiental, con un tiempo de dedicación de 40 horas a la semana, es decir, a tiempo completo, y con una vigencia del contrato del 1 de julio al 31 de diciembre del 2017, esto es para el normal desarrollo de la actividad de docente de la carrera, siendo que el compareciente conforme demuestro con la documentación adjunta ha procedido a cumplir con eficiencia y responsabilidad con las funciones para las cuales se lo contrató, puesto que el período académico ha empezado decurrir y se le ha dispuesto que inicie con el impartimiento (sic) de la cátedra correspondiente, lo que ha traído como consecuencia que no se le cancele sus emolumentos, ocasionándole con ello perjuicios irreparables puesto que no puede cumplir con las obligaciones básicas de su familia, y se lo ha dejado en situación de vulnerabilidad, impidiendo el ejercicio de este derecho económico, que es fuente de realización personal y base de su economía. Que como consecuencia de ello, se ha vulnerado los siguientes derechos constitucionales: a).- El derecho al trabajo y a una remuneración justa; y, b).-Derecho a la seguridad jurídica. Que no puede deducir la acción contencioso administrativa que sería la vía judicial idónea para este tipo de reclamos justamente por cuanto no tiene suscrito el contrato de trabajo que sería la base para intentar esta acción judicial. Que su Pretensión es -que mediante sentencia declare vulnerados sus derechos a la seguridad jurídica y el derecho al trabajo y como consecuencia de ello, como medida de reparación integral ordene: a) La reparación del derecho, disponiendo que en el término de diez días de notificada la sentencia, la Universidad Nacional de Loja, a través de su máxima autoridad, instrumente los mecanismos tanto administrativos como financieros, para que dentro del mismo tiempo, se le PAGUEN LAS REMUNERACIONES QUE LE CORRESPONDEN POR SU LABOR DE DOCENTE, teniendo su carga horaria y el trabajo cumplido, conforme al registro de asistencia, incluido los proporcionales de los sueldos adicionales de ley y las vacaciones que le corresponden; b) Reparación material, disponiendo que la Universidad Nacional de Loja, le pague los intereses legales por todo el tiempo decurrido desde que se justificó y debió haberse pagado sus remuneraciones, hasta que se haga efectivo el mismo, por orden de la sentencia; c).- Que a título de reparación material, se ordene el pago de los gastos en que ha incurrido con motivo de la defensa del presente juicio; y, que declarando la vulneración de sus derechos constitucionales, por parte de las autoridades de la Universidad, se debe ordenar el derecho de repetición en su contra. Señala el trámite especial y la cuantía en indeterminada. Dice que la acción de protección también la dirige contra el Estado Ecuatoriano, por lo que pide se cuente con el señor Director Regional de la Procuraduría General del Estado en Loja. Finalmente declara bajo juramento que no ha presentado otra acción de carácter constitucional por este mismo asunto. Aceptada a trámite la Acción de Protección, y una vez notificados los accionados, se ha señalado día y hora para que se lleve a efecto la audiencia pública, a la que concurren el accionante y la parte accionada, acompañados de su Abogados defensores, donde el recurrente, no hace más que reiterar en lo expuesto en su libelo inicial, sosteniendo que no le es posible acudir a la vía administrativa porque a la fecha no era parte de la institución, porque no tenía contrato y por tanto no le es posible acudir a la mencionada vía, aclarando en la réplica que lo que pretende es el reconocimiento de sus derechos entre el 1 de julio de 2017 y el 30 de noviembre de 2017, no de diciembre de 2017, pues efectivamente la remuneración por este mes sí le ha sido cancelada. En tanto
que la parte accionada, esto es la Universidad Nacional de Loja, por intermedio de su abogado defensor, en lo medular en ejercicio de su derecho a la defensa ha dicho: Que la Universidad Nacional de Loja se opone a la acción de protección, por estar incursa en las causales de inadmisión previstas en el Art. 42, numeral 1, de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, por no existir violación de derechos constitucionales y número 5, por cuanto la acción de protección no puede ser utilizada para declarar derechos, pues esta tutela derechos ya generados, no puede crear derechos; que el derecho de un funcionario público se genera con la acción de personal, conforme lo determina el Art. 16 de la Ley Orgánica de Servicio Público, que reza: "Para desempeñar un puesto público se requiere de nombramiento o contrato expedido por la respectiva autoridad nominadora"; que el Art. 32 del Estatuto Orgánico de la Universidad, señala que la autoridad nominadora es el señor rector, en ese entonces el Dr. Gustavo Villacís; que no consta que a la fecha el actor haya tenido contrato suscrito por autoridad nominadora alguna; que el Art. 19 del Reglamento a la referida ley en su inciso tercero, dice: "La acción de personal o el contrato de servicios ocasionales debidamente suscrito y registrado, será entregado a la o el servidor e incorporado en su expediente para los efectos legales correspondientes", efectos legales entendidos como pago del seguro social, emolumentos y salarios; que entonces cabe la pregunta siguiente: ¿en qué momento se generó el derecho subjetivo a favor del actor?.- Que el actor dice que ha mantenido contacto directo con Ana Lucía Colala Troya. ¿Es ella la autoridad nominadora? ¿Generó algún documento que cree derechos subjetivos a favor del actor?; que también se habla de la Dra. Mónica Hinojosa, que tampoco es autoridad nominadora; que inclusive respecto del nombramiento de decanos hay un proceso en el Tribunal Contencioso Administrativo que terminó declarando la nulidad de la resolución 142 de la CIFI en primera instancia respecto al nombramiento de decanos; que tampoco el Dr. Noboa Viñán ni ningún presidente de la Comisión Interventora fungieron como autoridades nominadoras ni tenían esas competencias; que, en conclusión, al no firmarse un contrato con el actor no se ha generado un derecho subjetivo sino que a través de la acción de protección se pretende que se declare un derecho.- Agrega que no niega las pruebas aportadas por el actor al proceso, pero que este no es un asunto de constitucionalidad sino de legalidad, pues el actor si bien es cierto participó de la promoción de estudiantes, el hecho de conocer bajo las órdenes que lo ha hecho y la validez de sus actos no tienen que ser analizados en la vía constitucional que protege un derecho ya generado sino que ese aspecto tendría que pasar, conforme a lo señalado en el Art. 42.4 (sic) a conocimiento de la justicia ordinaria, por existir una vía adecuada para realizar este estudio, esto en relación con el Art. 220 (sic) de la Constitución que establece que los funcionarios deben actuar dentro del límite de sus competencias y el Art. 82 ídem, referente a la seguridad jurídica; menciona también que el artículo 19 (sic) ya referido de la Ley de Servicio Público establece que para desempeñar un puesto público debe existir contrato o acción de personal, para que se le pague y que se necesita la orden de la autoridad nominadora, la cual el actor no tuvo.- En la réplica manifiesta que todos los ecuatorianos tenemos derecho al trabajo, pero que las leyes, tanto LOSEP como Código del Trabajo establecen los procedimientos de vinculación; que por ejemplo a una persona le gustaría laborar en la Corte de Justicia, pero él no puede laborar sin un contrato ni presentarse todos los días para luego pretender cobrar una remuneración y que esta discusión debe pasarse al Tribunal Contencioso Administrativo para ver si en legalidad se han cumplido con los requisitos de contratación. Por lo que pide que se rechace la acción de protección por estar incursa en las causales de inadmisión constantes en el Art. 42, numerales 1, 4 y 5 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. De esta forma se ha trabado la controversia constitucional y agotado el procedimiento previsto en la ley para esta clase de acciones, la señora Jueza de primer nivel, al término de la audiencia pública, resuelve oralmente, rechazar la presente acción de protección, para luego con fecha 26 de octubre del 2018, a partir de las 18h27 notificar a las partes su sentencia por escrito. Inconforme con este fallo el accionante ha interpuesto recurso de apelación dentro del término legal correspondiente, no así la parte accionada, que al no haberlo hecho, constituye su conformidad con el mismo y concedido que le fuere su recurso, ha subido en grado la causa y por el sorteo de ley, se ha radicado la competencia en este Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Provincial de Justicia de Loja, por lo que, para resolver, se considera: PRIMERO.- Este Tribunal es competente para conocer y resolver la presente Acción de Protección, conforme a lo dispuesto por los Arts. 88, 86, numeral 3, inciso tercero de la Constitución de la República; y, Art.168, numeral 1, de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, publicada en el Suplemento del registro Oficial Nro. 52 de 22 de Octubre de 2009. SEGUNDO.- De la revisión de la presente causa, se determina observancia del debido proceso e inexistencia de omisión de solemnidad sustancial inherente a esta clase de acciones, por lo tanto se declara su validez. TERCERO.- La garantía jurisdiccional de la acción de protección incorporada en la Constitución de 2008, ha sido para tutelar de modo directo y eficaz los derechos constitucionales de las personas. En tal sentido, el proceso constitucional está regido por los principios de informalidad, celeridad y sencillez. Principios que han sido recogidos en la Constitución de la República en su artículo 86 numeral 2 literales a), b) y c), reproducidos y desarrollados en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional en su artículo 8 numerales 1 y 7. Por manera que la acción de protección prevista en el Art. 88 de la actual Constitución de la República, constituye, el mecanismo más importante para hacer efectiva la plena vigencia de los derechos que nuestra Constitución protege, cuando: a) Exista una vulneración de derechos constitucionales, por actos u omisiones del cualquier autoridad pública no judicial; b) Contra políticas públicas, cuando supongan la privación del goce o ejercicio de los derechos constitucionales; c) Cuando la violación proceda de una persona particular, si la violación del derecho provoca daño grave, si presta servicios públicos impropios, si actúa por delegación o concesión; y, d) Si la persona afectada se encuentra en estado de subordinación, indefensión o discriminación. Por lo tanto, cuando exista el cumplimiento de estos presupuestos la acción es procedente, por cuanto la intención del constituyente en la creación de este mecanismo de protección, sin lugar a dudas fue salvaguardar las garantías del ser humano, de lo contrario estas acciones no prosperan. CUARTO.- MOTIVACIÓN.- Uno de los presupuestos esenciales que debe observar todo juzgador al momento de emitir su fallo, es cumplir con el presupuesto de la motivación, previsto en el Art. 76.7, literal 1), de la Constitución de la República, que señala: "1) Las resoluciones de los poderes públicos deberán ser motivadas. No habrá motivación si en la resolución no se enuncian las normas o principios jurídicos en que se funda y no se explica la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho. Los actos administrativos, resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Las servidoras o servidores responsables serán sancionados". Precepto constitucional que ha sido desarrollado por la CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR, en su sentencia No. 205-15-SEP-CC, Caso No. 858-I4-EP, Quito D.M., de fecha 24 de junio del 2015, cuando dice: (...) el derecho constitucional a la motivación exige que los jueces realicen una mayor labor argumentativa al momento de emitir sus
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fallos, sin que para ello se limiten a enunciar de forma aislada normas jurídicas o antecedentes de hecho, sino que por el contrario realicen una correlación de los unos con los otros y a partir de ello, emitan sus respectivas conclusiones de forma lógica, que permita a la ciudadanía conocer cuáles fueron las razones que llevaron al operador de justicia a tomar una decisión determinada". La jurisprudencia constitucional en múltiples fallos ha indicado: "(...) Para que determinada resolución se halle debidamente motivada es necesario que la autoridad que tome la decisión exponga las razones que el Derecho le ofrece para adoptarla. Dicha exposición debe hacérsela de manera razonable, lógica y comprensible, así como mostrar cómo los enunciados normativos se adecuan a los deseos de solucionar los conflictos presentados. Una decisión razonable es aquella fundada en los principios constitucionales. La decisión lógica, por su lado, implica coherencia entre las premisas y la conclusión, así como entre esta y la decisión. Una decisión comprensible, por último, debe gozar de claridad en el lenguaje, con miras a su fiscalización por parte del gran auditorio social, más allá de las partes en conflicto (...)" (CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR, sentencia Nro. 227-12-SEP-CC, caso N. 1212-11-EP.). Bajo este paragua constitucional, se procede a resolver este problema constitucional que consiste entonces en determinar si: 1.- Existe vulneración del derecho constitucional al trabajo, y a la seguridad jurídica al no habérsele cancelado las remuneraciones al accionante, según él por haber laborado en calidad de docente en la Universidad Nacional de Loja, desde el 1 de junio al 31 de diciembre del 2017, sin tener contrato de servicios profesionales?; y, 2.- Existe violación de los referidos derechos constitucionales, al no poder demandar el accionante la vía contencioso administrativo que reconoce es la vía legal, por cuanto dice no tener firmado contrato de servicios ocasionales con la Universidad Nacional de Loja?. QUINTO.- ANÁLISIS DEL TRIBUNAL.- El derecho constitucional al trabajo, previsto en el Art. 33 de la Constitución de la República, señala: "El trabajo es un derecho y un deber social, y un derecho económico, fuente de realización personal y base de la economía. El estado garantizará a las personas trabajadoras el pleno respeto a su dignidad, una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones justas y el desempeño de un trabajo saludable y libremente escogido o aceptado". Esta norma constitucional reconociendo que el trabajo es un derecho y un deber social y un derecho económico, garantiza a la clase trabajadora el pleno respeto a su dignidad, a una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones justas en el desempeño de un trabajo saludable y libremente escogido, reconociendo como principio esencial su irrenunciabilidad e intangibilidad, por así haberlo consagrado en el Art. 326.2 Ibídem. Al respecto la Corte Constitucional del Ecuador, en su Sentencia Nro. 0016-13-SEP-CC.Caso Nro. 1000-12-EP, Quito DM, 16 de mayo del 2013, al referirse a este derecho ha dicho: "Respecto a la connotación del derecho al trabajo se debe destacar que el mismo no solo comporta un derecho social, sino también un deber que debe plasmarse desde un contexto integral, irradiando a toda la sociedad ecuatoriana; en aquel sentido, se puede determinar que el derecho al trabajo se articula desde una connotación social como un compromiso del Estado tendiente a lograr el bienestar colectivo del conglomerado social. No queda duda que el derecho al trabajo es una de las mayores conquistas del denominado Estado social de derecho en donde el mismo se convierte en uno de los pilares fundamentales del denominado constitucionalismo social; debiendo el Estado procurar la satisfacción de este derecho, empero dentro de una configuración normativa que permita el pleno ejercicio de este derecho constitucional, así como de las obligaciones sociales que del mismo devienen..." Esta normativa jurídica que permite el pleno ejercicio y respeto del derecho al
trabajo, es la normativa prevista en el Código del Trabajo, cuyo fin ha sido creado para regular las relaciones entre empleadores y trabajadores, conforme así lo dispone imperativamente el Art. I del citado Código Obrero. Es decir en nuestro país existe un ordenamiento jurídico claro que regula las relaciones entre empleadores y trabajadores. En el caso que nos ocupa, al decir del propio accionante, dice que ha sido contratado para laborar en calidad de docente de la Universidad Nacional de Loja, por la Ing. Ana Lucía Colala Troya, Directora de la Carera de Informática Educativa, quien a su vez se ha dirigido a la Dra. Mónica Hinojosa Becerra Ph.D, Decana de la Facultad de Educación, El Arte y la Comunicación, por lo tanto por la actividad que realizaba se trata de un servidor público. Al efecto el Art. 229 de la Carta Fundamental del Estado señala: "Serán servidoras o servidores públicos todas las personas que en cualquier forma o a cualquier titulo trabajen, presten servicios o ejerzan un cargo, función o dignidad dentro del sector público. Los derechos de las servidoras y servidores públicos son irrenunciables. La ley definirá el organismo rector en materia de recursos humanos y remuneraciones para todo el sector público y regulará el ingreso, ascenso, promoción, incentivos, régimen disciplinario, estabilidad, sistema de remuneraciones y cesación de funciones de sus servidores. Las obreras y obreros del sector público estarán sujetos al Código del Trabajo. Las remuneraciones de las servidoras y servidores públicos será justa y equitativa, con relación a sus funciones, y valorará la profesionalización, capacitación, responsabilidad y experiencia". Por la actividad que dice haber realizado el accionante, no queda duda que es servidor público, por así disponerlo el inciso primero del Art. 4 de la LOSEP, que prescribe: Servidoras y Servidores públicos.- Serán servidoras o servidores públicos todas las personas que en cualquier forma o a cualquier titulo trabajen, presten servicios o ejerzan un cargo, función o dignidad dentro del sector público". De manera que, por lo dispuesto en la norma constitucional antes citada, que ordena que sea la ley la que definirá el organismo rector en materia de recursos humanos y remuneraciones para todo el sector público y regulará el ingreso, ascenso, promoción, incentivos, régimen disciplinario, estabilidad, sistema de remuneración y cesación de funciones de sus servicios; tenemos entonces que el accionante estaba cobijado bajo el régimen jurídico laboral de la Ley Orgánica de Servicio Público, tanto para su ingreso, ascensos, cumplimiento de sus funciones, remuneraciones y todas las controversias que se suscitaren en el desempeño de su cargo, deben resolverse de acuerdo a la normativa contenida en la LOSEP, por cuanto las disposiciones de esta ley son de aplicación obligatoria, en materia de recursos humanos y remuneraciones, en toda la administración pública, por así disponerlo el Art. 3 Ibídem., habida cuenta que la Universidad Nacional de Loja, es una Institución del sector Público. Ahora bien es preciso considerar que para desempeñar un puesto público, constituye requisito sine quamon haber suscrito el nombramiento o contrato legalmente expedido por la autoridad nominadora y para el caso de contrato de servicios ocasionales no es necesaria la acción de personal, debiendo eso sí únicamente registrarse en la Unidad de Administración de Talento Humano, conforme así también lo dispone el Art. 19 del Reglamento de la LOSEP. En consecuencia cualquier reclamo sobre el pago de sus remuneraciones mensuales impagas, podía y debía haberlo hecho el accionante, bajo las disposiciones de la LOSEP, por así disponerlo este cuerpo legal, y ante el Juez competente esto es ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, como bien lo reconoce el mismo accionante, cuando en su libelo inicial dice: "No puede deducir la acción contencioso administrativa, que seria la vía judicial idónea para este tipo de reclamos, justamente por cuanto no tengo suscrito el contrato de trabajo que seria la base para intentar esa acción
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judicial". Es decir es el mismo accionante quien en forma expresa, reconoce que la vía idónea que tiene para reclamar estos derechos es la vía judicial, más no la constitucional. Por manera que mal puede convertir la justicia constitucional como una acción subsidiaria de las acciones ordinarias. Pues el hecho que no haya suscrito contrato de servicios ocasionales con la autoridad nominadora, para ingresar a laborar como docente, no puede ser motivo ni razón legal, peor constitucional, para reclamar sus remuneraciones impagas que dice tener derecho por haber realizado su labor de docente, deduciendo acción de protección, olvidando que esta garantía constitucional persigue fundamentalmente, el amparo directo y eficaz de derechos constitucionales, es por esto, que su vulneración representa el presupuesto básico para la procedencia de esta garantía jurisdiccional, como así efectivamente lo ha señalado la CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR, en su sentencia No. 016-13-SEP-CC, cuando dice: "En efecto, la acción de protección es la garantía idónea y eficaz que procede cuando el juez efectivamente verifica una real vulneración a derechos constitucionales, con lo cual, no existe otra vía para la tutela de estos derechos que no sean las garantías jurisdiccionales. No todas las vulneraciones al ordenamiento jurídico necesariamente tienen cabida para el debate en la esfera constitucional ya que para conflictos en materia de legalidad existen las vías idóneas y eficaces dentro de la jurisdicción ordinaria". Conforme se indicó anteriormente el accionante dice haber sido contratado para prestar sus servicios profesionales en calidad de docente en la Universidad Nacional de Loja, por la Ing. Ana Lucía Colala Troya, Director de la Carrera de Informática Educativa, quien a su vez a pedido a la Dra. Mónica Hinojosa Becerra Ph.D, Decana de la Facultad de la Educación, El Arte y la Comunicación de la Universidad Nacional de Loja, y por tanto el ordenamiento jurídico al cual estaba amparado es la normativa de la Ley Orgánica de Servicio Público, su Reglamento y el Estatuto Orgánico de la Universidad Nacional de Loja y ante la controversia en el no pago de sus remuneraciones, tiene la vía expedita y eficaz para reclamar sus derechos, bajo el ordenamiento jurídico claro, previo y previamente establecido en nuestro País, para los docentes contratados, pues si no ha suscrito el contrato de servicios ocasionales, no es razón para dejar de observar claras disposiciones legales, previamente establecidas para el reclamo de sus derechos como son sus remuneraciones que dice se le adeuda, y recurrir a las acciones de garantías jurisdiccionales, tratando de que la justicia constitucional, resuelva lo que le corresponde a la justicia ordinaria, por tratarse de un problema de legalidad, con lo que se desnaturalizaría la acción de protección cuyo fin es garantizar la vigencia de los derechos constitucionales y evitar la vulneración de los mismos. Su incuria no puede trasladarla a los jueces constitucionales. Pues de entenderse así el fin de las garantías jurisdiccionales y ordenarse el pago de remuneraciones que no le han sido canceladas oportunamente al accionante, seria desnaturalizar el fin de las acciones de garantías jurisdiccionales para el cual fueron previstas en la Constitución de la República. De ser así, entonces también los trabajadores, que no han firmado contratos de trabajo, y que les ha quedado debiendo su empleador el pago de tres o más meses de remuneración, podrían en cualquier momento aunque sea pasado los tres arios de la terminación de la relación laboral, proponer acción de protección y reclamar el pago de sus remuneraciones y los jueces constitucionales ordenar su pago; cualquier persona, sin firmar contrato de servicios ocasionales, con la autoridad nominadora, sino solo con la anuencia de un funcionario de mando medio que no tenga facultades para contratar, podría permanecer laborando en una institución del sector público y luego demandar acción de protección y reclamar el pago de sus remuneraciones, con lo que entonces a más de desnaturalizar las
acciones de garantías jurisdiccionales, sería violentar el derecho a la seguridad jurídica, previsto en el Art. 82 de la Constitución de la República, que señala: "El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la Constitución y en la existencia de normas jurídicas, previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades competentes". En el caso sub júdice, tenemos la Ley Orgánica de Servicio Público, que regula el ingreso, ascensos, remuneraciones, cesación de funciones de los servidores públicos como el caso del accionante, y es en base a esa normativa legal que debe reclamar sus derechos que dice el accionante le han sido vulnerados, porque se trata de un problema de legalidad, más no recurrir a la acción de protección, por cuanto su acción debe habérsela propuesto ante el Tribunal Contencioso Administrativo, ya que esa es la vía judicial que la tiene expedita, conforme es el mismo accionante quien reconoce que esa es la vía judicial expedita que la tiene. Por lo tanto su acción deviene en improcedente, por así disponerlo el Art. 42.3 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. No podemos olvidar que tanto el Código del Trabajo como las leyes que regulan la administración pública contemplan mecanismos para el reconocimiento o hacer efectivos los derechos de los trabajadores o servidores públicos de las instituciones del Estado; mecanismos que existen con base a normas jurídicas claras, previamente establecidas, que deben ser observadas y aplicadas por todas las autoridades y operadores de justicia, por encontrarse en vigencia, con mucha antelación a la fecha de contratación de los servicios profesionales del accionante, sin que la acción de protección haya sido instituida conforme se indicó anteriormente como un mecanismo de reemplazo a las acciones ordinarias existentes. Se debe recordar que la acción constitucional tiene como fin, no el analizar reclamos que entrañan cuestiones legales de derechos previstos en la Ley Orgánica de Servicio Público, para lo cual la ley ha previsto mecanismos propios, por lo tanto el reconocimiento, incumplimiento y consecuencias jurídicas de tales actos, pertenecen incuestionablemente al ámbito legal y no al constitucional, más aún cuando el Art. 40 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, establece los requisitos para la procedencia de la acción de protección, entre ellos el previsto en el numeral 1, que dice: "Cuando de los hechos no se desprenda que existe una vulneración de derechos constitucionales; y, 3.- Cuando en la demanda exclusivamente se impugne la constitucionalidad o legalidad del acto u omisión, que no conlleva la violación de derechos". En el caso en análisis, es clara la pretensión del actor cuando pide, que declarando la violación de los derechos al trabajo y a la seguridad jurídica, se ordene el pago de las remuneraciones que dice se le adeudan, más los intereses y los gastos en los que ha incurrido al proponer esta acción. Es decir lo que reclama son aspectos legales como el pago de remuneraciones, que le corresponden al ámbito legal, a la justicia común, donde un juez ordinario dentro de un proceso judicial controvertido, resuelva la pretensión del actor, por manera que no se evidencia vulneración de derechos constitucionales, al trabajo ni la seguridad jurídica, por lo tanto la pretensión del accionante, no pueden ser reclamados mediante acción de protección de derechos fundamentales. Si bien es verdad que la Corte Constitucional ha dicho que cuando se trate de violación de derechos constitucionales a través de un acto administrativo el juez constitucional, debe entrar a conocer y evitar la vulneración de los mismos; empero también es cierto que la misma CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR, en su sentencia Nro. 177-17-SEP-CC, de fecha 14 de junio de 2017, ha dicho: "...esta Corte Constitucional vuelve a insistir una vez más que la acción de protección, no es la vía idónea para conocer un asunto de legalidad, puesto que para ello el legislador ha diseñado las vías adecuadas para reclamar la pretensión de
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los accionantes, misma que no se encuentra en la esfera de lo constitucional como quedó indicado, limitando únicamente el actuar de los jueces constitucionales a temas de relevancia constitucional, asilo expresó en la sentencia Nro. 016-13-SEP-CC: El juez que conoce de garantías jurisdiccionales de los derechos debe adecuar sus actuaciones a las normas constitucionales, legales y jurisprudenciales que integran el ordenamiento jurídico
ecuatoriano; por tanto, los filtros regulatorios para determinar su competencia se circunscriben a la vulneración de derechos constitucionales, más no a problemas que se deriven de antinomias infraconstitucionales (...). En tal orden de ideas, se debe destacar que la propia Corte Constitucional, a través de la sentencia Nro. 016-13-SEP-CC, dictada dentro del caso Nro. 1000-12-EP, estableció sobre la acción de protección lo siguiente: ...La acción de protección es la garantía idónea y eficaz que procede cuando el juez efectivamente verifica una real vulneración a derechos constitucionales, con lo cual, no existe otra vía para la tutela de estos derechos que no sean las garantías jurisdiccionales. No todas las vulneraciones al ordenamiento jurídico necesariamente tienen cabida para el debate en la esfera constitucional ya que para conflictos en materia de legalidad existe las vías idóneas y eficaces dentro de la jurisdicción ordinaria. En consecuencia, dentro del caso sub júdice, al encontrarnos frente a una acción de protección que se presenta para resolver problemas y controversias relacionadas con un aparente incumplimiento de normativa infraconstitucional, se determina que dichos conflictos no pueden ser resueltos a través de una acción de protección, ya que aquello implicaría inevitablemente desnaturalizar dicha garantía jurisdiccional y su propósito fundamental, vulnerando así el
debido proceso y la seguridad jurídica".- Se debe recordar también que a más de la legalización del nombramiento o contrato de servicios ocasionales, con la autoridad nominadora, la remuneración se pagará desde el primer día del mes siguiente al de la fecha de registro del nombramiento o contrato, salvo el caso en que éste se haya llevado a cabo el primer día hábil del mes, conforme así lo dispone el Art. 107 de la LOSEP, lo que corresponde a la autoridad nominadora velar por el cumplimiento de esta ley sobre el ingreso, ascensos y pago de remuneraciones, cuyas consecuencias y responsabilidades de su inobservancia acarrea responsabilidad civil, administrativa y penal, lo que no corresponde analizar en la presente acción de protección. En el caso en análisis, conforme ya se anotó anteriormente, el accionante habiendo laborado en calidad de docente, esto es como servidor público, estaba cobijado bajo la esfera de la Ley Orgánica de Servicio Público, y toda controversia por el pago de sus remuneraciones, tiene la vía legal expedita por cuanto las disposiciones legales de la Ley Orgánica de Servicio Público, son de obligatoria observancia y aplicación para todos los servidores públicos y mediante la justicia ordinaria, por lo que dentro de un proceso controvertido debió reclamar el pago de sus remuneraciones impagas el accionante, más no por medio de acción de protección. Por lo expuesto, este Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil, de la Corte Provincial de Justicia de Loja, con competencia en materia Constitucional, considerando innecesario mayor análisis en el presente caso, al no encontrar vulneración de los derechos constitucionales como al del trabajo y la seguridad jurídica que invoca el accionante, con fundamento en el Art. 172, 82 y 426 de la Constitución de la República, en armonía con el Art. 42.1 y 42.4 y de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCION Y LAS LEYES DE LA REPUBLICA, desechando el recurso de apelación interpuesto por el accionante, confirma la sentencia subida en grado, por las motivaciones constantes en
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esta sentencia.- De conformidad al Art. 86.5 de la Constitución de la república, en armonía con el Art. 25.1 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, se dispone que ejecutoriada esta sentencia, se remitan copias xerox certificadas de esta sentencia a la Corte Constitucional, para los fines legales pertinentes.- Notifíquese.
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LOJA
JUEZ
En Loja, jueves veinte de diciembre del dos mil dieciocho, a partir de las catorce horas y
diecisiete minutos, mediante boletas judiciales notifiqué la SENTENCIA y VOTO
SALVADO que antecede a: JUCA AULESTIA JOSE MARCELO en la casilla No. 55 y
correo electrónico [email protected], en el casillero electrónico No. 1 104174675
del Dr./Ab. JUAN ANDRÉS LOJÁN CELI; en la casilla No. 55 y correo electrónico
[email protected], en el casillero electrónico No. 1103067060 del Dr./Ab. GALO
WLADIMIR ORTEGA CRIOLLO. AGUIRRE MENDOZA NIKOLAY ARTURO en la
casilla No. 163 y correo electrónico [email protected], en el casillero electrónico
No. 1102990957 del Dr./Ab. PAZ PIEDAD RENGEL MALDONADO; en la casilla No.
163 y correo electrónico [email protected], [email protected], en el
casillero electrónico No. 1103868343 del Dr./Ab. WILSON GERARDO ALCOSER
SALINAS; JUAN CARLOS VALAREZO GONZALEZ DIRECTOR REGIONAL
A-
ENCARGADO DE LA PROCURADOR GENERAL DEL ESTADO en la casilla No. 101
y correo electrónico [email protected]. Certifico:
TERESA.RIOFRIO