juventudes marianas vicencianas … · vicio a los pobres; la virgen humilde y sencilla, prototipo...

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Para todo cristiano y todo hombre, María es la primera que «ha creído», y precisamente con esta fe suya de esposa y de madre quiere actuar sobre todos los que se entregan a ella como hijos. Y es sabido que cuanto más estos hijos perseveran en esta actitud y avanzan en la misma, tanto más María les acerca a la «inescrutable riqueza de Cristo» (Ef 3,8). E, igual-mente, ellos reconocen cada vez mejor la dignidad del hombre en toda su plenitud, y el sentido definiti-vo de su vocación, porque «Cristo... manifiesta plena-

mente el hombre al propio hombre».

Juan Pablo II (RM, 46)

JUVENTUDES MARIANAS VICENCIANAS

SECRETARIADO NACIONAL JMV

C/ JOSÉ ABASCAL, 30 - 28003 MADRID

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4.6. Estar disponible para asistir a las reuniones de Vocales de Centro que convoque el Vocal Diocesano, y mantener con-tacto directo con todos los Vocales de María de los grupos de su Centro.

4.7. Preocuparse de que todos los jóvenes del Centro conozcan la historia de la Medalla Milagrosa, emblema universal de la Asociación, la lleven con gozo, la muestren sin rubor y la honren en sus vidas.

4.8. Tener en cuenta, recordar y promover, la Consagración Ma-riana, según la normativa de los Estatutos Generales dados en Roma, en el año 1999.

6. El Vocal Mariano Provincial

Tiene que ser un joven ilusionado que haya descubierto en María, a la Madre del Señor, mujer de Fe viva y activa, primera cristiana y educadora de la Fe. Igualmente, que conozca las raí-ces de nuestra Asociación, y sepa el significado que tiene y los contenidos que encierra una Asociación Mariana. 6.1. Es elegido de entre los Vocales Diocesanos según Estatutos

34.1.

6.2. Al Vocal Mariano Provincial le va a corresponder, desde su conocimiento y experiencia:

� coordinar la acción de los Vocales Diocesanos.

� llevar la voz de los Vocales al Consejo Provincial. � animar a la Provincia a seguir la herencia recibida des-de el año 1830 y 1847 según el Carisma Vicenciano y según los contenidos Marianos de la Asociación.

� recordar a todos:

� las celebraciones tradicionales de la Asocia-

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INTRODUCCIÓN María es, en JMV, la Inspiradora de la Asociación, desde que se lo pidiera a Catalina Labouré el 18 de julio de 1830. To-do joven de JMV ve, en María, una seguidora de Jesús en la que puede fijarse, a la que puede imitar en sus virtudes y que le ayudará a vivir con profundidad en la Asociación. Desde los pri-meros momentos, los niños y jóvenes de JMV se proponen asu-mir las virtudes características:

� Búsqueda de la voluntad de Dios (Obediencia). � Sensibilidad ante las pobrezas (Caridad). � Transparencia (Pureza).

� Espíritu de colaboración (Humildad). � Seguidora incansable de su Hijo (Fidelidad).

La Asociación es Mariana, imita a María, primera cristiana, y Ella es nuestra catequista. Ella es la mujer creyente, Virgen orante, maestra que educa y Madre que escucha (Mc 18,21). Como nos dice el Documento del Proceso de Maduración en la fe (pág. 21): “En JMV buscamos conocer y amar a María, para que otros la amen y sigan. Esa es la misión de cualquier joven de JMV”. Así aconsejaremos a los demás:

� que tengan a María como Maestra de oración en su día a día;

� que lleven la Medalla como signo de amor filial;

� que contemplen a Cristo en los pobres y le sirvan con la diligencia de María;

� que se consagren a Ella, porque estando con Ella pueden tener la seguridad de ser fieles a Cristo”.

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1. El Vocal Mariano en JMV María, en JMV es la inspiradora

1.1. Fue en 1830 cuando la Santísima Virgen se apareció en Pa-rís, el 18 de julio, a una joven Hija de la Caridad llamada Catalina, hoy, Santa Catalina Labouré. La Virgen le pidió a Catalina:

� la propagación de la Medalla Milagrosa, � y el deseo de que se fundara una Asociación de jóve-nes que:

� la imitaran, � conocieran más a su Hijo, � y no temieran mostrarse creyentes en su reali-dad cotidiana.

1.2. El Papa Pío IX, a petición del Superior General de los Misio-

neros Paúles y de las Hijas de la Caridad, aprobó con ca-rácter universal esta Asociación en el año 1847. Está ex-tendida por casi todo el mundo allí donde está presente la Familia Vicenciana.

1.3. La devoción a María es compromiso con el hermano. Quien

se acerca a ella, María le remite a Jesús y al prójimo.

� Toda devoción, todo culto que no despierte inquie-tud por el prójimo, o es inútil o es claramente alie-nante.

� Por eso, para discernir la autenticidad de la espiri-tualidad Mariana, hay que preguntarse: ¿me sensibili-za frente al otro, sobre todo ante los más pobres y sufrientes?

El Vaticano II (LG 67) nos dice: «Sepan los cristianos que la verdadera devoción a María no consiste en un vago

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� y, con el Delegado de Liturgia, preparar las Celebra-ciones marianas.

4. El Vocal Mariano del Centro El Centro, como Comunidad de Comunidades (grupos,) tie-ne tantos Vocales Marianos como grupos. 4.1. El Vocal Mariano de Centro es elegido a tenor de Estatutos

34,1 de entre los Vocales Marianos de los grupos. 4.2. Al Vocal Mariano de Centro le corresponde:

� representar a los Vocales Marianos de los grupos en el Consejo del Centro.

� preocuparse de que todos los grupos tengan «Vocal Mariano» y de que conozcan su Misión.

� informar puntualmente al Presidente, Delegada y Con-siliario de la marcha de la Vocalía en el Centro, tanto de lo positivo como de las anomalías que encuentre.

4.3. Recordar al Consejo de Centro:

� las Vigilias Marianas programadas, lo mismo que otras celebraciones y actividades marianas,

� promover la participación del Centro en las activida-des marianas a nivel Diocesano.

4.4. Recordar a todos, que la devoción a María nos lleva al com-promiso y que la Asociación tiene el deber de llegar a los pobres en un servicio directo.

4.5. Proponer en el Consejo de Centro actividades de formación Mariana que ayuden a profundizar en el Carisma de la Aso-ciación.

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El Vocal Mariano responde a la dinámica de corresponsabi-lidad y protagonismo de todos y cada uno de los jóvenes de JMV y también al desarrollo de la Nota Mariana de la Asociación. 3.1. Es elegido por el mismo grupo a tenor de Estatutos 34,1 y

acepta la Vocalía como signo de corresponsabilidad.

3.2. Está informado de cuanto se ha dicho en los apartados an-teriores 1 y 2, y pone los medios a su alcance para poner-los en práctica. Su labor, por tanto, es la de impregnar la vida del grupo de Vida Mariana.

3.3. Es responsable, con el Catequista, de que el grupo:

� ilumine cada Catequesis desde la experiencia de Fe de María,

� mire a María como prototipo del cristiano que quere-mos ser,

� ame a María, como a Madre de Jesús y Madre nuestra, � conozca el Mensaje de la Medalla Milagrosa, lleve la Medalla y la propague,

� salga a servir a los pobres, al estilo de María,

� celebre con gozo las fiestas Marianas, � cultive la oración a María: todo joven de JMV, reza a María alguna de las devociones más tradicionales (Avemaría, Rosario, Magníficat, otras...) y habla de María con cercanía, cariño y conocimiento.

3.4. Es competencia del Vocal Mariano:

� enterarse de las Vigilias Marianas que se organizan en el Centro y Diócesis e informar;

� cooperar en la preparación de estas celebraciones y animar;

� asistir a las reuniones de Vocales Marianos;

5

sentimentalismo, sino en la imitación de sus virtudes». La devoción Mariana o compromete o no es devoción. María, a los que nos acercamos a ella, nos ruega co-mo a Jesús en las Bodas de Caná: «No tienen vino...» (Jn 2,3). Despierta nuestras conciencias, nuestra atención pa-ra que descubramos las miserias y carencias de los que nos rodean y nos pide que hagamos el milagro de convertir el agua de nuestro tiempo, de nuestros recursos económicos, de nuestras habilidades y posibilidades, en vino generoso de amistad, ternura, servicio y fraternidad.

1.4. La Familia Vicenciana contempla este amor a María desde una visión propia: «A mí me lo hicisteis» (Mt 25,40). Jesús es servido en los hombres: «Quien sirve al pobre... sirve a Jesucristo» (San Vicente de Paúl), y contemplamos a Ma-ría, como la sierva de los pobres (Lc 1,39-57):

� la Virgen que descubre la necesidad del hermano y opta (Lc 1,36),

� piensa inmediatamente en ponerse en camino a ser-vir (Lc 1,39),

� sirve y utiliza, con generosidad, el tiempo (Lc 1,56), � y canta, desde el servicio, la liberación, la plenitud, la alegría y la buena nueva para los pobres (Lc 1,46-57).

María, dirá San Vicente de Paúl: es la primera sir-vienta de los pobres a quien hay que imitar al hacer el ser-vicio a los pobres; la Virgen humilde y sencilla, prototipo de la Iglesia.

1.5. La Asociación, no lo olvidemos, es Mariana. María va a es-

tar siempre, en la memoria, en la Animación, en la pala-bra... y en toda celebración. Un joven de JMV es un «enamorado de María».

6

1.6. Desde la Vocalía, hemos de hacer que sus virtudes, su dul-zura y coraje evangélicos, su Profetismo con los pobres y su alegría llegue a todos los miembros de JMV sin excep-ción.

2. Competencias del Vocal Mariano 2.1. JMV es una Asociación Mariana y esto significa que opta por

vivir su cristianismo en el dinamismo espiritual de María. Por ello el Vocal Mariano, junto al catequista, trabaja, ani-ma y motiva para aprender y caminar junto a María en to-do el Proceso de Maduración en la Fe.

2.2. Al Vocal Mariano le corresponde:

� traer constantemente al grupo la memoria de María,

� motivar a los Socios,

� a imitar las virtudes marianas. � a profundizar en sus actitudes de servicio.

2.3. JMV es una Asociación que cultiva las virtudes evangélicas y se mira en el espejo de María para madurar en la Fe, por-que María:

� creció en la Fe con esfuerzo, y puede enseñarnos a madurar,

� dijo “SÍ” con valentía y es imitable,

� siguió a Jesús con fidelidad. 2.4. Es competencia del Vocal Mariano:

� fomentar el espíritu mariano de la Asociación, tanto en la Catequesis como en la vida;

� informarse e informar a los Vocales del grupo de to-do lo referente a la Nota Marina;

7

� organizar, si hubiese, las Campañas Marianas, las marchas, etc., en el mes de mayo y, también, procu-rar que se celebren con gozo el Triduo de la Virgen Milagrosa y las Fiestas de la Virgen y que, en nuestra oración, María ocupe un puesto cercano y honorable;

� y recordar que es deber del joven de JMV «servir a los pobres con sencillez, alegría y prontitud».

María, como primera cristiana, es siempre nuestro modelo. 2.5. Un joven de JMV es un «devoto de María». A ella le reza y

canta, conoce sus devociones. Sabe lo que significa vivir como María y, por ello, el Vocal Mariano, anima a realizar la Consagración Mariana a los socios de Tercera Etapa.

Con María, el joven de JMV:

� aprende a evangelizar,

� a servir a Cristo en el pobre,

� a formar Comunidad Cristiana,

� a vivir en transparencia y en limpieza de corazón,

� a ser testigo alegre y valiente de la Fe. Así, el Vocal Mariano, teniendo siempre presente a María, y mostrándola, ayuda al resto de miembros de la Asociación a seguir a Jesús con María, para que al acabar el Proceso de ma-duración en la Fe de JMV el joven tenga siempre a María como modelo de vida de Fe, de Entrega y de Servicio.

3. El Vocal Mariano en el grupo Todo grupo, en cualquier Nivel o Etapa, tiene un Vocal Mariano.

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1.6. Desde la Vocalía, hemos de hacer que sus virtudes, su dul-zura y coraje evangélicos, su Profetismo con los pobres y su alegría llegue a todos los miembros de JMV sin excep-ción.

2. Competencias del Vocal Mariano 2.1. JMV es una Asociación Mariana y esto significa que opta por

vivir su cristianismo en el dinamismo espiritual de María. Por ello el Vocal Mariano, junto al catequista, trabaja, ani-ma y motiva para aprender y caminar junto a María en to-do el Proceso de Maduración en la Fe.

2.2. Al Vocal Mariano le corresponde:

� traer constantemente al grupo la memoria de María,

� motivar a los Socios,

� a imitar las virtudes marianas. � a profundizar en sus actitudes de servicio.

2.3. JMV es una Asociación que cultiva las virtudes evangélicas y se mira en el espejo de María para madurar en la Fe, por-que María:

� creció en la Fe con esfuerzo, y puede enseñarnos a madurar,

� dijo “SÍ” con valentía y es imitable,

� siguió a Jesús con fidelidad. 2.4. Es competencia del Vocal Mariano:

� fomentar el espíritu mariano de la Asociación, tanto en la Catequesis como en la vida;

� informarse e informar a los Vocales del grupo de to-do lo referente a la Nota Marina;

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� organizar, si hubiese, las Campañas Marianas, las marchas, etc., en el mes de mayo y, también, procu-rar que se celebren con gozo el Triduo de la Virgen Milagrosa y las Fiestas de la Virgen y que, en nuestra oración, María ocupe un puesto cercano y honorable;

� y recordar que es deber del joven de JMV «servir a los pobres con sencillez, alegría y prontitud».

María, como primera cristiana, es siempre nuestro modelo. 2.5. Un joven de JMV es un «devoto de María». A ella le reza y

canta, conoce sus devociones. Sabe lo que significa vivir como María y, por ello, el Vocal Mariano, anima a realizar la Consagración Mariana a los socios de Tercera Etapa.

Con María, el joven de JMV:

� aprende a evangelizar,

� a servir a Cristo en el pobre,

� a formar Comunidad Cristiana,

� a vivir en transparencia y en limpieza de corazón,

� a ser testigo alegre y valiente de la Fe. Así, el Vocal Mariano, teniendo siempre presente a María, y mostrándola, ayuda al resto de miembros de la Asociación a seguir a Jesús con María, para que al acabar el Proceso de ma-duración en la Fe de JMV el joven tenga siempre a María como modelo de vida de Fe, de Entrega y de Servicio.

3. El Vocal Mariano en el grupo Todo grupo, en cualquier Nivel o Etapa, tiene un Vocal Mariano.

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El Vocal Mariano responde a la dinámica de corresponsabi-lidad y protagonismo de todos y cada uno de los jóvenes de JMV y también al desarrollo de la Nota Mariana de la Asociación. 3.1. Es elegido por el mismo grupo a tenor de Estatutos 34,1 y

acepta la Vocalía como signo de corresponsabilidad.

3.2. Está informado de cuanto se ha dicho en los apartados an-teriores 1 y 2, y pone los medios a su alcance para poner-los en práctica. Su labor, por tanto, es la de impregnar la vida del grupo de Vida Mariana.

3.3. Es responsable, con el Catequista, de que el grupo:

� ilumine cada Catequesis desde la experiencia de Fe de María,

� mire a María como prototipo del cristiano que quere-mos ser,

� ame a María, como a Madre de Jesús y Madre nuestra, � conozca el Mensaje de la Medalla Milagrosa, lleve la Medalla y la propague,

� salga a servir a los pobres, al estilo de María,

� celebre con gozo las fiestas Marianas, � cultive la oración a María: todo joven de JMV, reza a María alguna de las devociones más tradicionales (Avemaría, Rosario, Magníficat, otras...) y habla de María con cercanía, cariño y conocimiento.

3.4. Es competencia del Vocal Mariano:

� enterarse de las Vigilias Marianas que se organizan en el Centro y Diócesis e informar;

� cooperar en la preparación de estas celebraciones y animar;

� asistir a las reuniones de Vocales Marianos;

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sentimentalismo, sino en la imitación de sus virtudes». La devoción Mariana o compromete o no es devoción. María, a los que nos acercamos a ella, nos ruega co-mo a Jesús en las Bodas de Caná: «No tienen vino...» (Jn 2,3). Despierta nuestras conciencias, nuestra atención pa-ra que descubramos las miserias y carencias de los que nos rodean y nos pide que hagamos el milagro de convertir el agua de nuestro tiempo, de nuestros recursos económicos, de nuestras habilidades y posibilidades, en vino generoso de amistad, ternura, servicio y fraternidad.

1.4. La Familia Vicenciana contempla este amor a María desde una visión propia: «A mí me lo hicisteis» (Mt 25,40). Jesús es servido en los hombres: «Quien sirve al pobre... sirve a Jesucristo» (San Vicente de Paúl), y contemplamos a Ma-ría, como la sierva de los pobres (Lc 1,39-57):

� la Virgen que descubre la necesidad del hermano y opta (Lc 1,36),

� piensa inmediatamente en ponerse en camino a ser-vir (Lc 1,39),

� sirve y utiliza, con generosidad, el tiempo (Lc 1,56), � y canta, desde el servicio, la liberación, la plenitud, la alegría y la buena nueva para los pobres (Lc 1,46-57).

María, dirá San Vicente de Paúl: es la primera sir-vienta de los pobres a quien hay que imitar al hacer el ser-vicio a los pobres; la Virgen humilde y sencilla, prototipo de la Iglesia.

1.5. La Asociación, no lo olvidemos, es Mariana. María va a es-

tar siempre, en la memoria, en la Animación, en la pala-bra... y en toda celebración. Un joven de JMV es un «enamorado de María».

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1. El Vocal Mariano en JMV María, en JMV es la inspiradora

1.1. Fue en 1830 cuando la Santísima Virgen se apareció en Pa-rís, el 18 de julio, a una joven Hija de la Caridad llamada Catalina, hoy, Santa Catalina Labouré. La Virgen le pidió a Catalina:

� la propagación de la Medalla Milagrosa, � y el deseo de que se fundara una Asociación de jóve-nes que:

� la imitaran, � conocieran más a su Hijo, � y no temieran mostrarse creyentes en su reali-dad cotidiana.

1.2. El Papa Pío IX, a petición del Superior General de los Misio-

neros Paúles y de las Hijas de la Caridad, aprobó con ca-rácter universal esta Asociación en el año 1847. Está ex-tendida por casi todo el mundo allí donde está presente la Familia Vicenciana.

1.3. La devoción a María es compromiso con el hermano. Quien

se acerca a ella, María le remite a Jesús y al prójimo.

� Toda devoción, todo culto que no despierte inquie-tud por el prójimo, o es inútil o es claramente alie-nante.

� Por eso, para discernir la autenticidad de la espiri-tualidad Mariana, hay que preguntarse: ¿me sensibili-za frente al otro, sobre todo ante los más pobres y sufrientes?

El Vaticano II (LG 67) nos dice: «Sepan los cristianos que la verdadera devoción a María no consiste en un vago

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� y, con el Delegado de Liturgia, preparar las Celebra-ciones marianas.

4. El Vocal Mariano del Centro El Centro, como Comunidad de Comunidades (grupos,) tie-ne tantos Vocales Marianos como grupos. 4.1. El Vocal Mariano de Centro es elegido a tenor de Estatutos

34,1 de entre los Vocales Marianos de los grupos. 4.2. Al Vocal Mariano de Centro le corresponde:

� representar a los Vocales Marianos de los grupos en el Consejo del Centro.

� preocuparse de que todos los grupos tengan «Vocal Mariano» y de que conozcan su Misión.

� informar puntualmente al Presidente, Delegada y Con-siliario de la marcha de la Vocalía en el Centro, tanto de lo positivo como de las anomalías que encuentre.

4.3. Recordar al Consejo de Centro:

� las Vigilias Marianas programadas, lo mismo que otras celebraciones y actividades marianas,

� promover la participación del Centro en las activida-des marianas a nivel Diocesano.

4.4. Recordar a todos, que la devoción a María nos lleva al com-promiso y que la Asociación tiene el deber de llegar a los pobres en un servicio directo.

4.5. Proponer en el Consejo de Centro actividades de formación Mariana que ayuden a profundizar en el Carisma de la Aso-ciación.

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4.6. Estar disponible para asistir a las reuniones de Vocales de Centro que convoque el Vocal Diocesano, y mantener con-tacto directo con todos los Vocales de María de los grupos de su Centro.

4.7. Preocuparse de que todos los jóvenes del Centro conozcan la historia de la Medalla Milagrosa, emblema universal de la Asociación, la lleven con gozo, la muestren sin rubor y la honren en sus vidas.

4.8. Tener en cuenta, recordar y promover, la Consagración Ma-riana, según la normativa de los Estatutos Generales dados en Roma, en el año 1999.

6. El Vocal Mariano Provincial

Tiene que ser un joven ilusionado que haya descubierto en María, a la Madre del Señor, mujer de Fe viva y activa, primera cristiana y educadora de la Fe. Igualmente, que conozca las raí-ces de nuestra Asociación, y sepa el significado que tiene y los contenidos que encierra una Asociación Mariana. 6.1. Es elegido de entre los Vocales Diocesanos según Estatutos

34.1.

6.2. Al Vocal Mariano Provincial le va a corresponder, desde su conocimiento y experiencia:

� coordinar la acción de los Vocales Diocesanos.

� llevar la voz de los Vocales al Consejo Provincial. � animar a la Provincia a seguir la herencia recibida des-de el año 1830 y 1847 según el Carisma Vicenciano y según los contenidos Marianos de la Asociación.

� recordar a todos:

� las celebraciones tradicionales de la Asocia-

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INTRODUCCIÓN María es, en JMV, la Inspiradora de la Asociación, desde que se lo pidiera a Catalina Labouré el 18 de julio de 1830. To-do joven de JMV ve, en María, una seguidora de Jesús en la que puede fijarse, a la que puede imitar en sus virtudes y que le ayudará a vivir con profundidad en la Asociación. Desde los pri-meros momentos, los niños y jóvenes de JMV se proponen asu-mir las virtudes características:

� Búsqueda de la voluntad de Dios (Obediencia). � Sensibilidad ante las pobrezas (Caridad). � Transparencia (Pureza).

� Espíritu de colaboración (Humildad). � Seguidora incansable de su Hijo (Fidelidad).

La Asociación es Mariana, imita a María, primera cristiana, y Ella es nuestra catequista. Ella es la mujer creyente, Virgen orante, maestra que educa y Madre que escucha (Mc 18,21). Como nos dice el Documento del Proceso de Maduración en la fe (pág. 21): “En JMV buscamos conocer y amar a María, para que otros la amen y sigan. Esa es la misión de cualquier joven de JMV”. Así aconsejaremos a los demás:

� que tengan a María como Maestra de oración en su día a día;

� que lleven la Medalla como signo de amor filial;

� que contemplen a Cristo en los pobres y le sirvan con la diligencia de María;

� que se consagren a Ella, porque estando con Ella pueden tener la seguridad de ser fieles a Cristo”.

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ción, según lo expresado en el apartado 1; � preparar las Celebraciones (con otros Vocales y Delegados) de los Encuentros Provinciales;

� animar a realizar la Consagración Mariana según los Estatutos Internacionales;

� promover la devoción a María, Madre y Maestra de la Iglesia y Catequista de la Comunidad de JMV.

EPÍLOGO

Como jóvenes de JMV ir avanzando por el camino de la Fe significa ir entrando cada vez más en el Misterio de Dios junto a María. “A Jesús con María”, ésta es la manera de caminar dentro de la Asociación, desde que María lo pidiera a Catalina Labouré en 1830. El/la joven que lleve a cabo el servicio de la Vocalía Ma-riana impulsa en los diferentes niveles de la Asociación una de sus Notas características: la Nota Mariana. Para ello asume la motivación de los socios para el conocimiento, la vivencia y el testimonio de vida, con María, en el camino de la Fe. JMV tiene su origen en Ella y María sigue velando para que la Asociación siga adelante, continúe motivando a los jóvenes a vivir confiando en el Dios de la Vida, enraícen su vida en Cristo, su Hijo, y se sensibilicen para ponerse en camino al encuentro y servicio de los más necesitados. La Vocalía Mariana afianza una de las características pro-pias de todo cristiano: tener a María como ejemplo de vida y de Fe, hecho que en la Asociación se muestra fundamental ya que es parte integrante de nuestro ser dentro de la Familia Vicen-ciana y de la Iglesia.

Para todo cristiano y todo hombre, María es la primera que «ha creído», y precisamente con esta fe suya de esposa y de madre quiere actuar sobre todos los que se entregan a ella como hijos. Y es sabido que cuanto más estos hijos perseveran en esta actitud y avanzan en la misma, tanto más María les acerca a la «inescrutable riqueza de Cristo» (Ef 3,8). E, igual-mente, ellos reconocen cada vez mejor la dignidad del hombre en toda su plenitud, y el sentido definiti-vo de su vocación, porque «Cristo... manifiesta plena-

mente el hombre al propio hombre».

Juan Pablo II (RM, 46)

JUVENTUDES MARIANAS VICENCIANAS

SECRETARIADO NACIONAL JMV

C/ JOSÉ ABASCAL, 30 - 28003 MADRID