informe misionero adultos 27/10/2012

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S uele decirse que Dios tiene mil maneras de llevar a una persona a los pies de Cristo. Felipe lo cree así, porque él encontró a Dios por medio de una gorra. Felipe trabaja en una universidad en las afue- ras de Lima. Cada día pasa frente a una pequeña tienda, en el trayecto desde la parada de autobús a su lugar de trabajo en la universidad. Una ma- ñana, se detuvo en la tienda solamente para mirar. Allí, le llamaron la atención las gorras que estaban a la venta. A Felipe le encantan las gorras de béisbol. Se probó una de ellas y, aunque no sabía el significado de la insignia que tenía, se la compró. Luego la usaba para ir a todos lados. En busca de Dios Felipe había estado buscando una iglesia duran- te un buen tiempo. Había visitado varias de ellas, pero no había hallado una que satisficiera su ne- cesidad de acercarse y caminar más cerca de Dios, así como sentir la paz que únicamente él puede dar. PERU | 27 de Octubre Felipe Un día, un extraño se acercó a Felipe en su trabajo y lo saludó de manera muy rara. —¡Hola, hermano! —le dijo el hombre. Felipe lo miró con detenimiento. No lo había visto nunca antes. –¿Por qué me llamas hermano? —preguntó Fe- lipe. El hombre le señaló la gorra que estaba usan- do, y le dijo: —Tú tienes que ser adventista. El comentario del hombre lo confundió aún más. –¿Qué es un adventista? –preguntó–. Y ¿por qué supones que soy uno? –Bueno, tu gorra lleva la insignia de la orga- nización de Jóvenes Adventistas —dijo el hombre con una sonrisa—. Esas tres líneas a la derecha representan tres ángeles. El símbolo de la Iglesia Adventista son tres ángeles que están volando. ¿Qué es un adventista? —¿Qué significa ser adventista? —le preguntó Fe- lipe al hombre. El extraño le dijo que los adventistas caminan con Dios, leen la Biblia, obedecen los mandamientos de Dios y comparten su amor con los demás. El extraño invitó a Felipe para que el sábado siguiente visitara la iglesia adventista que estaba cerca de la universidad. Cuando se enteró de que Felipe vivía lejos de la universidad, le sugirió que visitara una iglesia que estaba mucho más cerca de su hogar. El hombre le anotó la dirección y la forma de llegar a la iglesia, y le entregó el papel a Felipe. –Serás muy bienvenido allí –dijo con una son- risa sincera. Felipe no sabía nada de aquella iglesia que le 11 Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN SUDAMERICANA L os mil caminos de Dios L os mil caminos de Dios

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Suele decirse que Dios tiene mil maneras de llevar a una persona a los pies de Cristo.

Felipe lo cree así, porque él encontró a Dios por medio de una gorra.

Felipe trabaja en una universidad en las afue-ras de Lima. Cada día pasa frente a una pequeña tienda, en el trayecto desde la parada de autobús a su lugar de trabajo en la universidad. Una ma-ñana, se detuvo en la tienda solamente para mirar. Allí, le llamaron la atención las gorras que estaban a la venta. A Felipe le encantan las gorras de béisbol. Se probó una de ellas y, aunque no sabía el significado de la insignia que tenía, se la compró. Luego la usaba para ir a todos lados.

En busca de DiosFelipe había estado buscando una iglesia duran-

te un buen tiempo. Había visitado varias de ellas, pero no había hallado una que satisficiera su ne-cesidad de acercarse y caminar más cerca de Dios, así como sentir la paz que únicamente él puede dar.

Peru | 27 de Octubre

Felipe

Un día, un extraño se acercó a Felipe en su trabajo y lo saludó de manera muy rara.

—¡Hola, hermano! —le dijo el hombre.Felipe lo miró con detenimiento. No lo había

visto nunca antes.–¿Por qué me llamas hermano? —preguntó Fe-

lipe.El hombre le señaló la gorra que estaba usan-

do, y le dijo:—Tú tienes que ser adventista.El comentario del hombre lo confundió aún

más.–¿Qué es un adventista? –preguntó–. Y ¿por

qué supones que soy uno?–Bueno, tu gorra lleva la insignia de la orga-

nización de Jóvenes Adventistas —dijo el hombre con una sonrisa—. Esas tres líneas a la derecha representan tres ángeles. El símbolo de la Iglesia Adventista son tres ángeles que están volando.

¿Qué es un adventista?—¿Qué significa ser adventista? —le preguntó Fe-

lipe al hombre.El extraño le dijo que los adventistas caminan con

Dios, leen la Biblia, obedecen los mandamientos de Dios y comparten su amor con los demás.El extraño invitó a Felipe para que el sábado siguiente visitara la iglesia adventista que estaba cerca de la universidad. Cuando se enteró de que Felipe vivía lejos de la universidad, le sugirió que visitara una iglesia que estaba mucho más cerca de su hogar. El hombre le anotó la dirección y la forma de llegar a la iglesia, y le entregó el papel a Felipe.

–Serás muy bienvenido allí –dijo con una son-risa sincera.

Felipe no sabía nada de aquella iglesia que le

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C á p s u l a i n f o r m a t i v a

Dios tiene mil maneras de alcanzar y de llamar la atención de las personas. En el caso de Felipe, fue una gorra de béisbol.

Parte de las ofrendas del decimotercer sába-do de este trimestre servirá para construir varios templos sencillos para congregaciones que han surgido en el Perú a partir del tra-bajo de los Grupos pequeños.

Si desea saber más de Felipe y escuchar su historia personal, de sus propios la-bios, lo invitamos a ver el DVD de Mi-sión Adventista para este trimestre.

Sin embargo, para llevar a esa gente a Cristo, se necesitan cristianos que estén dispuestos a dar su testimonio y que tengan un lugar donde reunirse para adorar a Dios.

había mencionado el extraño; pero, como de to-das maneras había estado buscando una iglesia, decidió aprender más de la aquella que estaba re-presentada por la insignia de su gorra. El miérco-les por la mañana, salió temprano de su casa para hallar la iglesia antes de caminar hasta la parada de autobús. Al acercarse a la dirección que le ha-bían dado, se encontró con un anciano que ven-día jugo de naranja. Felipe se detuvo a comprar un vaso de jugo y, mientras lo bebía, le preguntó:

—¿Sabe usted donde hay una iglesia adventista cerca de aquí?

–Sí –dijo el hombre con una sonrisa–. Hay una iglesia no muy lejos de aquí. Permítame mostrarle dónde se encuentra.

Mientras los dos hombres caminaban por la calle, Felipe señaló a la insignia de su gorra y le preguntó:

—¿Qué significa esto?—Es la insignia de los Jóvenes Adventistas. Los

tres ángeles llevan las promesas del Apocalipsis, y

las letras JA significan “Jóvenes Adventistas”. En ese momento, los dos llegaron a la pequeña iglesia. El hombre, que lo había guiado se llamaba Sinfo.

—¿Cuándo se reúne esta iglesia? —le preguntó Felipe a Sinfo.

–El culto principal es el sábado de mañana a partir de las 9 –dijo Sinfo–. Tenemos varias reuniones, que duran hasta las 16.

Felipe decidió que asistiría a aquella iglesia el sábado siguiente.

En la familia de DiosEl siguiente sábado, Felipe asistió a la iglesia e

inmediatamente se sintió en casa. “Todos fueron muy atentos y me trataron muy bien... Disfruté mu-cho del estudio de la Biblia –dijo–. Me sentí muy inspirado por la participación de todos y, cuando regresé a mi casa, pasé horas leyendo la Biblia y estudiando libros sobre las doctrinas adventistas”.

Felipe regresó a la semana siguiente, y también la otra. Sabía que había hallado la iglesia que había estado buscando. “En esa pequeña iglesia, sentía tanta paz, y me sentía tan feliz... Cuatro meses después fui bautizado”.

Sinfo ha llegado a ser el mejor amigo de Felipe y su mentor en la iglesia. Estudian la Biblia y disfrutan mientras pasan un tiempo juntos. “Queremos estar juntos cuando Cristo venga”, dice Felipe con una sonrisa.

“¿Quién habría pensado que una gorra con una insignia interesante podría llevarme a la verdad de Dios? Ahora puedo decirle a la gente:Esta gorra me llevó a Cristo. Permítanme que les cuente”. Y entonces Felipe aprovecha para com-partir su fe con su esposa, y ora cada día para que ella también encuentre el gozo en Jesús que él ya ha hallado.

Dios puede usar lo que sea necesario para llamar la atención de una persona, aun una gorra de béisbol. Felipe insta a todos a que compar-tan el mensaje del amor y la salvación de Dios por medio de sus testimonios y de sus ofrendas misioneras.