PENSAR AUSCHWITZ (II)

DELACAMPAGNE, Christian: Historia de la filosofía en el siglo XX. RBA Editores, Barcelona, 2011. pp. 204-230.

Primeras investigaciones (I)

Dos razones del silencio de los supervivientes al holocausto:

1) "No hay palabras para describir o pensar Auschwitz -si es verdad que es aún posible 'pensar después de Auschwitz, de 'superar lo insuperable'." (p. 204)

2) "No es solamente porque las palabas les faltaban [a los supervivientes] por lo que se callaban. Es también porque nosotros [el mundo occidental] no queríamos escucharlas." (p. 207). Occidente ha preferido repudiar el recuerdo antes de analizar las causas del holocausto.

Primeras investigaciones (II)

Primeras aportaciones en relación a las causas del holocausto:

Karl Jaspers (pp. 209-212)

Hannah Arendt (pp. 212-216)

Leo Strauss (pp. 216-218)

Karl Jaspers (I)

Texto básico: La cuestión de la culpabilidad (1946)

Cuatro sentidos del concepto de culpabilidad:

a) criminal

b) político

c) moral

d) metafísico

Karl Jaspers (II)

Culpabilidad criminal y política:

"Desde el punto de vista criminal, no son culpables sino los individuos que hayan cometido efectivamente actos calificables de crímenes."

Desde el punto de vista político, todos los ciudadanos de un Estado -al menos los de un Estado cuyo gobierno es fruto de elecciones democráticas, como es le caso del gobierno hitleriano, son corresponsables de los actos y, por tanto, de los crímenes cometidos por ese Estado." (p. 210).

Karl Jaspers (III)

Culpabilidad moral y metafísica:

"Desde el punto de vista moral, cada testimonio de esa tragedia debe preguntarse si ha hecho siempre lo mejor que podía hacer bajo las penosas condiciones en que se ha encontrado."

"Desde el punto de vista metafísico, finalmente, es decir desde el punto de vista de la solidaridad universal, cada uno de nosotros está implicado en lo que le sucede a los otros, incluso si en apariencia no puede hacer nada." (p. 210).

Karl Jaspers (IV)

Responsabilidad colectiva:

Relacionada con la culpabilidad política: el colectivo que se involucró políticamente con el nazismo (a saber: todos los que votaron al NSDAP) es culpable, responsable político del nazismo en cuanto colectivo.

Karl Jaspers (V)

Responsabilidad individual:

Uno por uno, son responsables del nazismo tanto los criminales directamente implicados (culpabilidad criminal) como todos los individuos que no hicieron todo lo que, moralmente, se podía hacer (culpabilidad moral), asi como todos los individuos de la humanidad en su conjunto.

Hannah Arendt (I)

Perspectiva sociológica y antropológica a la hora de analizar las causas del nazismo.

Textos básicos:

-- Los orígenes del totalitarismo (1949)

-- La condición humana (1958)

-- Eichmann en Jerusalén (1963)

-- La vida del espíritu (1978)

Hannah Arendt (II)

Razones del antisemitismo:

"[Arendt] lo interpreta como un efecto de la decadencia del Estado-nación a comienzos de nuestro siglo, pero también de la mutación del estatus de los mismos judíos -comprometidos desde 1800 en un proceso de creciente asimilación al resto de la sociedad." (p. 214).

Hannah Arendt (III)

Anotaciones críticas de Delacampagne:

El antisemitismo no puede reducirse a un fenómeno exclusivamente moderno. Existe desde los orígenes de la tradición cristiana.

(Es decir: el antisemitismo no tiene sólo 200 años de historía: tiene 2000).

Hannah Arendt (IV)

Características del Totalitarismo (Estados Totales):

-- Preponderancia del Partido sobre el Estado.

-- Predominio de la Fuerza sobre el Derecho.

-- Complementariedad de Terror Policial (en el interior) y Propaganda Ideológica (en el exterior).

-- Pretensión ilusiora de borrar las diferencias entre clases sociales.

Hannah Arendt (V)

Una "ventaja" de los totalitarismos:

"Tienen el mérito de situar a las primeras de cambio y en el corazón del debate un dato fundamental que los politólogos liberales tienen muchas veces dificultades en aceptar: el hecho de que los regímenes totalitarios se benefician habitualmente -al menos durante un cierto tiempo- del apoyo espontáneo de la mayor parte de la población que oprimen, sin que se pueda decir que ese apoyo sea el efecto de una ignorancia absoluta de la realidad o de un 'lavado de cerebro' colectivo" (p. 215).

Hannah Arendt (VI)

Insuficiencia (según Delacampagne) del trabajo de Arendt:

"Falta en el pensamiento -moralmente incontestable- de Hannah Arendt verdadero rigor filosófico. Queda prisionero del marco que se ha fijado, el del análisis 'científico' de las estructuras políticas, tanto como Jaspers queda encerrado en el del idealismo moral." (p. 216)

Leo Strauss (I)

Un reconocimiento a Heidegger:

"Reconoce [A Heidegger] el mérito de haber levantado acta -en la conclusión de la Primera Guerra Mundial- del fiasco del progresismo ingenuo sobre el que se basaba la filosofía neokantiana y del que proceden también -cada uno a su manera- el comunismo soviético y el liberalismo norteamericano" (p. 216).

Pero...

Leo Strauss (II)

"Leo Strauss rehúsa no obstante -como hacía Heidegger- a lo que él mismo llama una forma de 'nihilismo' antirracionalista" (p. 217).

Propuesta de Strauss: reconstrucción democrática de la razón.

"¿Cómo arrancar, pues, la razón de su actual atolladero? Ofreciéndole la posibilidad de reconstruirse en el marco del Estado-nación y poniéndola al servicio de una democracia que sabría renunciar tanto a la ambición de salvar el mundo como a la ilusión de un progreso social indefinido" (p. 217).

Leo Strauss (III)

Características de la propuesta de Strauss:

1) Meditación de los grandes pensadores políticos de la modernidad (Maquiavelo, Hobbes, Locke, Montesquieu, Rousseau, Kant).

2) Recuperación de los clásicos (Platón y Aristóteles).

Leo Strauss (IV)

Textualismo político (contrario al historicismo y el contextualismo en filosofía política): los textos se estudian en función de las ideas que hay en ellos, "como si escaparan al tiempo". No hay una linealidad del tiempo en el que colocar los textos secuencialmente. Tampoco se puede sostener que los textos presentes "superan" a los pasados y serán superados por los del futuro.

Leo Strauss (V)

"[Leo Strauss] profundiza directamente en los 'clásicos' para edificar su propio sistema, elitista y conservador, pero respetuoso de la 'ley natural' y preocupado ante todo por proteger al ciudadano contra la 'tiranía' bajo todas sus formas -incluyendo la 'tiranía de la mayoría' característica de la democracia de masas y ya denunciada por Tocqueville" (p. 217).

Propuesta de Strauss: vuelta a un liberalismo político clásico bien fundado no sólo en los pensadores clásicos del liberalismo, sino también en los filósofos políticos clásicos.

Leo Strauss (VI)

Críticas de Delacampagne:

"Strauss no consigue aportar más que Jaspers o Arendt en respuesta a la pregunta de saber cuándo y por qué la razón occidental ha comenzado a errar" (p. 218).

Delacampagne: será con la "teoría crítica" (Adorno, Horkheimer) con la que se logrará este objetivo.

Teoría crítica (I)

La razón para la teoría crítica:

Distanciamiento de la crítica heideggeriana (la razón "no piensa" sino que "calcula").

Distanciamiento del positivismo (concepción estrictamente científica de la racionalidad).

"Para Horkheimer, la razón es el instrumento de una crítica al 'desorden establecido'" (p. 219).

Teoría crítica (II)

Diferencia entre Heidegger y la teoría crítica:

"Horkheimer y Adorno nunca renunciaron -a diferencia de Heidegger- a la ambición de 'superar' la filosofía. Su proyecto se define más bien como 'una crítica de la filosofía que, en tanto que tal, no quiere sacrificar la filosofía' [...] Es urgente aprender a separar, en la razón, los elementos de conocimiento de los residuos míticos." (p. 222).

Teoría crítica (III)

Razón y Mito en la teoría crítica:

Una pregunta clave: "¿Cómo se ha transformado el progreso en regresión y la razón en su contrario?" (p. 221).

"Razón y mito no han dejado nunca de mantener vinculaciones dialécticas de identificación mutua. Pues, si la razón ha nacido emancipándose del mito, ha tenido, en lo sucesivo y a su vez, que hacerse mito, para así combatirlo mejor." (p. 221).

La razón, para superar al mito, ha tenido a su vez que mitificarse. La tarea a realizar: desmitificar la razón.

Teoría crítica (IV)

Mitificación de la razón; reificación:

"Encarnándose en el estado moderno, [la razón] provoca la reificación de la existencia social, la colonización de la vida cotidiana -incluyendo la vida privada- por una administración totalitaria y anónima. entre la democracia norteamericana y el fascismo hitleriano no hay, desde este punto de vista, sino una diferencia de grado" (p. 221).

Teoría crítica (V)

Crítica al positivismo:

"[El nazismo] no hace sino llevar a un nivel de horror hasta el momento desconocido la tendencia a la aniquilación del pensamiento y a la masificación de los individuos que existe -al menos en estado latente- en todo sistema capitalista. Es, pues, el reino de la ciencia objetiva -bautizada por ellos como 'positivismo'- lo que Horkheimer y Adorno consideran originariamente responsable de la 'decadencia' o, más exactamente, de la 'deriva' catastrófica del mundo occidental en el siglo XX." (p. 221)

Teoría crítica (VI)

El antisemitismo para la teoría crítica. Una respuesta psicológica (psicoanalítica):

"El odio contra los judíos ha de buscarse en la concepción judía de la felicidad, en el valor absoluto que el judaísmo concede al respeto de la Ley entendido como fin en sí mismo, así como en el retiro, el desapego mesiánico en relación al curso de la historia mundial. [...] Aplastado por el progreso de esa civilización que ha perdido todo el sentido de los valores, experimentan la necesidad -para soportar sus propios sufrimientos- de perseguir con su odio la última 'minoría' capaz de dar fe, solamente con su mera existencia, de su fracaso metafísico." (p. 223).

Horkheimer (I)

Periodo 1949-1969: radicalización de su pesimismo congénito:

Las formas míticas de la razón, que produjeron la catástrofe nazi, se reestructuran tanto en el lado soviético como en el lado americano:

"Horkheimer identifica, sin la menor indulgencia para ambas, las dictaduras brutalmente ejercidas en nombre del comunismo y las técnicas más insidiosas de idiotización de las masas que se esconden bajo el paraguas liberal." (p. 225)

Horkheimer (II)

Posible vía de salida:

"Como verdadero partidario de las Luces, cree al menos en la posibilidad, para el individuo, de actuar de manera que disminuyan los sufrimientos de otros individuos, aun cuando, para designar esta actitud pragmática, lamenta no encontrar un término mejor que el de 'humanismo'." (p. 225).

Adorno (I)

Dos libros fundamentales:

Dialéctica negativa (1966)

Estética (1970, póstumo)

Adorno (II)

Negatividad:

"Si la filosofía está todavía viva, es porque le falta interrogarse por las razones de su fracaso, es decir, de su impotencia para transformar el mundo liberando al hombre alienado" (p. 227)

"Ninguna síntesis, en efecto, es posible mientras un sólo hombre sufra a causa de otros hombres. 'El más pequeño signo de sufrimiento absurdo en el mundo empírico desmiente toda la filosofía de la identidad que quiera hacernos olvidar este sufrimiento'" (p. 227)

Adorno (III)

Formas de salvación (I): la ética

"'Pensar y actuar de manera que Auschwitz no se repita, que no suceda nada parecido': tal es después de Hitler el nuevo imperativo categórico -un imperativo tan obligatorio como el de Kant, incluso si resulta difícil encontrar un fundamento absoluto, en razón del rechazo adorniano de toda trascendencia religiosa." (p. 228).

Adorno (IV)

Formas de salvación (II): la estética / el arte

La obra de arte entendida como una 'promesa de felicidad'.

Convergencia entre arte y filosofía: "común aptitud para producir, por medios diferentes, una crítica de la sociedad capitalista en la época de su descomposición." (p. 229).

Adorno (V)

Función del arte:

Si bien "el lugar y la función del arte en la sociedad de han vuelto inciertos", no por ello debe ser, ni mucho menos, abandonado (al igual que la filosofía). "El arte, como la filosofía, debe sobrevivir a Auschwitz, puesto que es a su vez un medio de vigilancia política contra los extravíos de la razón. Le bastará únicamente, para cumplir con esa función, con dejar de ser un puro juego narcisista. Y dar cuenta de que su misión es conservar la traza del dolor -a fin de ser mejor testimonio en contra de él- infligido al hombre por el hombre." (p. 229)