g. lukacs y/o la estÉtica

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G. LUKACS Y/O LA ESTÉTICA DIFERENCIAL " Román de la Calle EN EL FONDO »E TODO PROBLEMA filosófico sobre "arte7' se halla, a modo de constante histórico-sistemática, una cuestión básica, tan vieja y a la vez tan actual como la propia especu- lación. Su presencia, unas veces in nuce y otras como centro de la problemática estudiada, se da en cualquier intento de reflexión acerca del constitutivo central que cataliza el con- junto de planteamientos y matices reunidos bajo el epígrafe de "Estética". La nominación de nuestro trabajo pretende, precisamente, ya de entrada, aclarar la postura de G. Lukács frente a esa cuestión central y liminar, que ha ocupado el núcleo de sus estudios desde sus primeras publicaciones hasta su reciente ESTÉTICA. Históricamente el complejo problema de lo "específico estético" ha sido enfocado tanto desde posturas analíticas como dialécticas. El hecho es que a pesar de la diversidad de planteamientos la cuestión ha llegado "viva" hasta nuestros días. Más aún, la carga que en su entorno ha ido formándose nos la hace parecer cada vez más "complicada". < < Ambas notas: complicación" y "vigencia" nos han hecho pensar repetidamente que se trata de un punto interesante, y que merece una considerable atención. (") El presente artículo es un resumen de la Conferencia pro- nunciada, con el mismo título, cti febrero de 1970, dentro del ciclo "Cátedras Críticas dc Filosofía", organizado, cada curso, por el De- partamento dc Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Uriivcrsidad de Valer-icia.

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G. LUKACS Y/O LA ESTÉTICA DIFERENCIAL "

Román de la Calle

EN EL FONDO »E TODO PROBLEMA filosófico sobre "arte7' se halla, a modo de constante histórico-sistemática, una cuestión básica, tan vieja y a la vez tan actual como la propia especu- lación. Su presencia, unas veces in nuce y otras como centro de la problemática estudiada, se da en cualquier intento de reflexión acerca del constitutivo central que cataliza el con- junto de planteamientos y matices reunidos bajo el epígrafe de "Estética".

La nominación de nuestro trabajo pretende, precisamente, ya de entrada, aclarar la postura de G. Lukács frente a esa cuestión central y liminar, que ha ocupado el núcleo de sus estudios desde sus primeras publicaciones hasta su reciente ESTÉTICA.

Históricamente el complejo problema de lo "específico estético" ha sido enfocado tanto desde posturas analíticas como dialécticas. El hecho es que a pesar de la diversidad de planteamientos la cuestión ha llegado "viva" hasta nuestros días. Más aún, la carga que en su entorno ha ido formándose nos la hace parecer cada vez más "complicada".

< < Ambas notas: complicación" y "vigencia" nos han hecho pensar repetidamente que se trata de un punto interesante, y que merece una considerable atención.

(") El presente artículo es un resumen de la Conferencia pro- nunciada, con el mismo título, cti febrero de 1970, dentro del ciclo "Cátedras Críticas dc Filosofía", organizado, cada curso, por el De- partamento dc Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Uriivcrsidad de Valer-icia.

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La tesis presentada localiza las diversas aportaciones esté- ticas lukácsianas, dentro de una estructura dialéctica que de- nominamos DIFERENCIAL.

Reducimos así nuestro estudio haciendo coincidir la pro- blemática central de que hemos hablado y las teorías de G. Lukács respecto a la objetivación estética.

El tratamiento diferencial, que el propio Lukács realiza, es "circundante", como su estilo. Vuelve una y otra vez sobre el mismo tema, enfocándolo desde distintas perspectivas, a través del conjunto, variado y disperso, de sus aportaciones. Y si a t o fuera poco, lo voluminoso de su producción añade una dificultad más, que debe sumarse a cuantas presenta su fecundo pensamiento, tan inestable COTO su biografía, entre- verada de éxodos, cargos políticos, retractaciones y conatos revolucionarios.

Nosotros nos esforzaremos primeramente por esbozar, grosso modo, las coordenadas fundamentales que sostienen su sistema filosófico, ya que lo consideramos indispensable para podernos aproximar a los esquemas diferenciales.

Es necesario sefíalar en la producción lukácsiana dos etapas diferentes (aunque en su raíz no lo sean tanto como se ha pregonado con frecuencia), que terminológicamente podrían distinguirse como la del "primer o joven Lukács" y la del "se- gundo o de madurez".

La mentalidad del joven pensador se configuró, de hecho, en las universidades alemanas, al coincidir con un importante y fecundo profesorado. N o obstante, ninguno de cuantos pueden considerarse maestros suyos, en esta época, condi- ciona su formacih y sus aspiraciones en un grado tan ele- vado como lo consiguieron 13s obras de Hegel. Esta es la huella indeleble dc su pensamiento primigenio. Bien se ha podido afirmar que "de esta época arranca su sed de ab- soIuto7'.

A nosotros nos interesa el segundo Lukács. Y dentro de esta etapa anclaremos nuestra atención en su obra auténtica- mente sistemática -su ESTÉTICA- marginando o subsu- niicndo en ella los trabajos previos de crítica literaria y sus parciales intentos de construcci<ín coherente, que giran todos cllos en torno a la problemática catcgorial.

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El anhelo del joven húngaro -buscador de un punto sólido, que le sirviera de palanca para elevar el edificio ideo- lógico, que presentía- halló un terreno abonado y dispuesto para su mutación definitiva durante la primera gran guerra europea. Hegel le llevó lentamente hacia Marx.

Sin embargo el salto "Hegel-Marx" (estamos convencidos de ello) no es tan sencillo como creyó entonces Lukács, y nos parece que sigue creyendo todavía. Pero el factum que marca la metamorfosis básica es la encarnacibn de sus "inquietudes utópicas" en la realidad histhico-social: su suerte estaba echada, a la vez que intentaba vadear el Rubicón de la Dia- léctica Materialista.

Ya tenemos, pues, a nuestro pensador en su "terreno firme" y definitivo. (Los sueños de un sistema total y unita- rio dejaban de ser inalcanzables). Pero se trataba ahora de "aprovechar" el sustrato de su primera época y "confor- marlo" con los nuevos hallazgos. Su posición era difícil, puesto que debía enfrentar polos tan distantes como eran la metafísica hegeliana y la praxis marxista. De este choque cabía esperarse todo: los brazos de la balanza podían incli- narse, indecisos, frente a ambos colosos.

E1 resultado de aquella ardua tarea debcmos rastrearlo cn su Estética.

Vamos, pues, acercándonos, por doble camino, a nuestro campo dc trabajo : t Qué vinculación existe realmente entre aquella cuestión que consideramos básica en la Estética y la Weltanschauung lul<ácsiana? 2 Qué papel desempeña la dcter- minacih artística de este nuevo sistcma unitario en el con- junto dialéctico?

El camino a recorrer era laborioso, como muestran las numerosas obras del inicio de esta segunda época (casi cin- cuenta años). El "mosaico" se irá completando lentanicnte. (Y como dircnios más tarde, aún está por concluir.)

Los elcmcntos significativos, fundamentales, que utiliza, son diversos y complejos. Podríanios enumerarlos en el si- guiente orden croiiológico :

a) Un conjunto caregorial con niarcado sabor hegeliano.

b) Las teorías de la realidad en-si.

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c) La tesis del reflejo isomórfico (Wiederspiegelung). d) Las tesis paulovianas -modificadas- de los sistemas

de señalización.

Con la suma de estos ingredientes construirá la estructura de su Weltanschauung y en ella se hallará, a sus anchas, la pro- blemática diferencial de la Estética, cargada con los interro- gantes propios del sustrato que le sirve de fundamento y con las porosidades inherentes al sistema diferenciador.

Si analizamos detenidamente el edificio unitario lukácsiano nos daremos cuenta de que parte de unos presupuestos onto- lógicos injustificados (como él mismo ha reconocido en sus conversaciones con cl profesor Holz). Presupuestos que no vamos a descubrir aquí, porque ya lo demos hecho en otro lugar, pero que condicionan y delimitan lo que será la resul- tante de su pensamiento.

Tras esos presupuesto ontol6gicos, que rodean la realidad en-si y presiden el proceso genético, vinculado al esquema categorial y al isomorfismo reflexológico, se alza la protofor- mación misma de la Alltaglichkeit, con sus leyes dialécticas, que la vinculan a la pluralidad dc los reflejos, y la conectan, a su vez, por la identidad de grado, con el polo tendencia1 de la cosmovisión lukácsiana: la Ética.

Pero "la Cotidianidad" dc nuestro pensador presenta ca- racteres totalmente opuestos a la heidcggeriana. Si ésta se hallaba excesivaniente próxinia al "man", a la inautcnticidad, a la alienación, aquélla se alza como fulcro real de todo el proceso de honiinizacibn niismo, como núcleo filtrante de donde brotan y a donde regresan todos los logros y todos los problemas del hombre.

La descripción lukácsiana de la Alltaglichkeit, a pesar de su carga de sociologisnio, logra dibujar perfectaniente la función originaria de este centro dialéctico, que vincula el germen de la mixtura inicial (doilde se daban la mano para- dójicamente la magia, la religión, el arte, cl trabajo, el len- guaje y la ciencia ...) al estado actual de la pluralidad rcflexo- lógica, a través del interrogante esotérico de miles dc años.

Nuestro estudio diferencial, como ya dcjanios entrever, va a centrarse en el polo dialéctico que arranca dc la coti-

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dianidad y regresa a ella tras la objetivación pluralista. Por tanto no prestaremos especial atención ni a los presupuestos ontológicos, ni al fin ético, ya que ambos sobrepasan excesi- vamente el propósito que nos hemos niarcado. (Para poder- nos centrar más de lleno en nuestros líniites precisos, así como para exponer a grandes trazos la vinculación existente entre la Teoría Diferencial y la Weltanschauung lukácsiana in- cluimos al final unos esquemas generales. Recomendamos en este punto se consulte el cuadro n.' 1 .)

Trayendo a colación lo que dijimos en otros momentos, descriptivamente, podríamos entender, sólo a modo de metá- fora, que "la Alltaglichkeit [fuese] una especie de marisma pantanosa donde luchan por evadirse, de las arenas movedizas [del estatisnio] diferentes personajes : Los refle j os. Mas he aquí que, a menudo, los esfuerzos de unos cngullen a los otros, mientras que en ocasiones hasta se ayudan niutuanicntc frente a un enemigo más peligroso; pero s6lo por moiiientos, puesto que pronto los que fueron fieles aliados entrarin ellos mismos en litigio".

Este es el proceso dialéctico, constante, que cngloba la génesis de las objctivaciones. Sznieja a una pugna por la exis- tencia, donde la ley sclcctiva darwiniana tendría plenanicnte su esfera de vigencia.

Existen, según Lukács, dos, de entre las formaciones obje- tivas, que cuentan con una relevante importancia y son de general alcance. Se trata del Trabajo y el Lenguaje. Ambos cubren y abarcan todo el proceso, cuya complejidad cre- ciente se realiza a base de niediaciones y abstracciones pro- gresivas.

De hecho Trabajo y Lenguaje son poco nienos que inse- parables y en sus huellas podría rastrearse la horninización propianicnte dicha, con los procesos de conceptualizaci0n y noniinacihn. El hombre cs dueño de su devenir con la potcn- cin de estas das objetivaciones. Por eso quizá ambas esferas no se agotan en ningún período de la génesis sino que son como el "vadeniccuni" de la civilización rriisnia.

Las determinaciones se irln clausurando psulatiiiariieiite, según períodos difcrcnciales. La Ciencia la priniera. El h r t c tardianiente.

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La verdad es que el centro de la cosmovisión lukácsiana está, a ultranza, ocupado por la interacción constante de los reflejos -antropomorfizador y desantropomorfizador- por antonomasia : Arte y Ciencia.

Cada característica, cada categoría, cada proceso del cam- po estético es descrito y comparado, a la vez, minuciosa- mente, con su correspondiente en la esfera científica, en un titánico esfuerzo por realizar un estudio paralelo de ambas temáticas a través de incansables plantéamientos circundantes. Así se suceden continuamente divisiones, subdivisiones, ma- tices y relaciones interminables.

Podemos, definitivamente, afirmar que el eje de su Esté- tica está en función de la génesis del resto de los reflejos: va saltando del trabajo cotidiano a la magia, de ésta a la esfera religiosa, y de aquí a su lenta independencia.

El hombre mismo va enriqueriéndose en estas continuas transformaciones que le llevan del plano de la cotidianidad, en constante dialéctica -como hombre entero- al enfrenta- miento particular con cada uno de los reflejos -como hom- bre enteramente- en su procesualidad mantenida. (Consúltese el cuadro n." 2.)

De este modo se presenta la función catártica específica del reflejo estético, que se encarna en una "verdad histórica", como conjunto de las aportaciones típicas realizadas por la especie a través de los siglos. La "verdad objetiva" (científica) le servirá como contrapunto liminar.

En todos estos esquemas sisteniáticos, que el propio Lukács nos describe maravillosamente, es, pues, el reflejo científico el que marca la pauta en el cotejo constructivo de las teorías estéticas. De aquí que nosotros afirmemos que el trabajo de G. Lukács se centra primordialmente en esta labor prope- déutica de cualquier sistema estético que se precie de tal. Lo que ocurre es que la descripción fundanieiital, tanto respecto a la Weltanschauiing como a la difercnciacihn re- flexolhgica, parte de unos elcnientos introducidos por defi- nicibn.

&uántos puntos deberán ser justificados por Lukács en cl resto de su Estética, aún no terminada, como obra-resunien de su pensamiento?

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N o cabe duda de que muchas de las repetidas acusaciones que se han realizado contra Lukács son exageradas; sin em- bargo es también innegable la verosimilitud de otras.

Dejando aparte la ya conocida calificación que se ha dado a "su7' marxismo (como de regreso hacia presupuestos hegelianos) a través del sistema categorial que acepta -ccn- trado éste en la dialéctica de la "particularidad"- no pode- mos pasar por alto otro punto que consideramos tan grave como aquel. Nos referimos a su postura nietodológica fre- cuentemente acrítica en lo que se refiere a la aceptación de los "ingredientes" señalados por nosotros como fundamento de sus aportaciones. Recordemos que su sistema sc basa -entre otros puntos- en la teoría de los grados paulovianos de señalización, que asimila la tesis reflexológica y quc luego relaciona con su sistema categorial para lograr cierta cohe- rencia, en busca de la tipicidad, y con la teoría gcneral de la realidad propia del materialismo dialéctico.

Esta "totalidad" dinámica le conduce a la diferenciación (gracias a su sistenia de seiializaciím 1') entre Arte y Ciencia, a costa de dar carta dc naturaleza, plcnarnente legalizada, y de conceder pluralidad de funciones centrales y básicas. a algo que frecuentemcnte ha sido el "cajcín de sastre" de la filosofía: la INTUICIÓN, en este caso vinculada a lo ar- tístico.

(Véase el cuadro n . O 3 que adjuntamos.) De esta forma, si sacamos a la luz este "conlcntado" sis-

tema de seíialización podremos ver iinn "serie" dc conceptos sintonizados más o mcnos con é1 en la cosmovisicjn lukácsiana y que a menudo pueden presentarse como "sospechosos": la categoría dc la particularidad, la tipicidad, la autocons- ciencia, la verdad histórica, el "~n-~.-~:ira-sí", la f unci6n an- tropomorfizadora ligada a lo intuitivo.. ., etc.

La totalidad sistcmático-dcdiictiva, que se construye como panacea definitiva, puede ser xusada de "falsa axiomática

cter convcn- infornial" ya que luego parece olvidar el car'i cional dc su punto dc partid2 extrapolando c imponiendo a toda la realidad las coi-iclusioncs de su deducción.

Con sinceridad, no sabemos q~ié admirar mis cn él, si su eficiencia o su eficacia. Lo qric sí está claro es qiic I.rikics

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no ha podido olvidar sus primeras escaramuzas filosóficas, en pos de Hegel : aquella utópica sed de totaldad ha difuminado, al reaparecer, sobre su sistema ciertos tonos de fideísmo que lentamente han ido matizándose en brotes de visos dog- máticos.

La dialéctica de las objetivaciones, centro de su Weltans- chauung y de las tesis diferenciales, está sometida a la apro- bación ontológica, depositaria -según él- de la estructura efectiva de la realidad. (Conversaciones con Holz.)

Así nos encontramos con algo tan curioso y sintomático como es el que si el eje constituido por la relación interre- fleja descansa, como núcleo de su sistema, sobre el extremo ontológico y el ético, Lukács aún no ha publicado ni su Ontología ni su Ética.

Prácticarncnte su monumental construcciGn carece todavía de una justificación respecto a su base y al extremo ético, como concentración final de la totalidad.

Esperamos, a pesar de todo, no encontrarnos en un caso idéntico a la segunda parte de "Sein und Zeit". Sería lamen- table, especialmente para cuantos seguimos con admiración filosófica y curiosidad científica la obra de este pensador, que puede considerarse como aportación fundamental de nuestra época. 4k

* Hallándose el presente número de la revista "Teorema" en im- presión, nos llega la noticia de la muerte de G. Lukács. N o obstante, hemos creído conveniente no alterar, en absoluto, el presente artículo, a pesar de lo dramáticas, y a la vez anacrónicas, que puedm parecer, ahora, algunas de nuestras anteriores palabras, especialmente las que hacen referencia a su Ontología, su Ética y su inconclusa EstCtica.

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Cuadro núm. 1

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Cuadro núm. 2

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Cuadro núm. 3

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