frutos del e.s. cna

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LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO Objetivo: Descubrir el plan de Dios para la humanidad y para nuestra vida personal de hacernos semejantes a El en su carácter (los frutos del Espíritu Santo) y poner los medios para que esta semejanza se vaya logrando en nosotros. A. El plan de Dios para el hombre. El ser humano fue creado para ser semejante a Dios, para ser hijos de Dios. Para participar de la vida de Dios, para representar a Dios.(Gn. 1, 26-27; Gn. 2, 7) El ser humano falló, no respondió a la voluntad de Dios. Pero si el hombre falla, Dios permanece fiel. Más tarde, El envió a su hijo. Jesús es el nuevo Adán, el nuevo hombre, El cabeza de una nueva humanidad. Cristo ha venido para hacer que se realice el plan de Dios, para que el hombre sea semejante a Dios, para que el hombre participe de la vida de Dios, sea hijo de Dios, represente a Dios, actúe como Dios. Jesús es el Hijo de Dios, es en todo semejante al Padre, al mismo tiempo es verdadero hombre como nosotros, al unirnos a Cristo por la fe y al recibir su Espíritu nosotros también llegamos a ser hijos de Dios ( Gal. 3, 26). Nuestra vocación es ser hijos de Dios, ser semejantes a Jesús, El es el mejor entre muchos hermanos (Rom. 8,29). B. El plan de Dios para nuestra vida. Un hijo se parece a su padre. El hijo es tanto más hijo cuanto más se asemeja a su padre, cuando mejor lo representa ante los demás. Ser hijos de Dios significa ser semejantes a El, tener su misma manera de pensar, de actuar, de hablar. Significa representarlo ante los demás. El ser humano ha realizado esto de una manera perfecta en Cristo Jesús. El plan de Dios es que en nosotros se forme la imagen de Cristo, esto significa que los rasgos de su carácter se encarnen en nosotros, que actuemos como El. El plan de Dios es formar en nosotros su propia imagen y semejanza de modo que cuando nos vean lo vean a El. Jesús decía: “Quien me ve a mí ve al Padre, quien a mi me escucha, escucha al Padre.” Por lo tanto, debemos ser personas espirituales, llenos del Espíritu Santo, que se manifiesten sus frutos. Los frutos del Espíritu Santo son rasgos del carácter de Dios: Amor, fidelidad, mansedumbre, paciencia, etc. Ser lleno del Espíritu Santo no sólo significa tener los dones ó carismas, sino sobre todo los frutos. Los frutos son la señal de que realmente nos sometemos al Espíritu, son la señal de que hemos alcanzado cierta madurez en la vida cristiana. Podemos tener muchos dones y carismas y ser todavía inmaduros y carnales como los Corintios (1Cor. 3, 1- 2). Gal. 5, 19-23 Nos habla de los frutos de la carne y los frutos del Espíritu. A medida que avanzamos en la vida de comunidad, nos damos cuenta que los frutos del Espíritu se refieren a 1

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Los frutos del espiritu santo

LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO

Objetivo:

Descubrir el plan de Dios para la humanidad y para nuestra vida personal de hacernos semejantes a El en su carcter (los frutos del Espritu Santo) y poner los medios para que esta semejanza se vaya logrando en nosotros.

A. El plan de Dios para el hombre.

El ser humano fue creado para ser semejante a Dios, para ser hijos de Dios. Para participar de la vida de Dios, para representar a Dios.(Gn. 1, 26-27; Gn. 2, 7)

El ser humano fall, no respondi a la voluntad de Dios. Pero si el hombre falla, Dios permanece fiel. Ms tarde, El envi a su hijo. Jess es el nuevo Adn, el nuevo hombre, El cabeza de una nueva humanidad.

Cristo ha venido para hacer que se realice el plan de Dios, para que el hombre sea semejante a Dios, para que el hombre participe de la vida de Dios, sea hijo de Dios, represente a Dios, acte como Dios.

Jess es el Hijo de Dios, es en todo semejante al Padre, al mismo tiempo es verdadero hombre como nosotros, al unirnos a Cristo por la fe y al recibir su Espritu nosotros tambin llegamos a ser hijos de Dios ( Gal. 3, 26). Nuestra vocacin es ser hijos de Dios, ser semejantes a Jess, El es el mejor entre muchos hermanos (Rom. 8,29).

B. El plan de Dios para nuestra vida.

Un hijo se parece a su padre. El hijo es tanto ms hijo cuanto ms se asemeja a su padre, cuando mejor lo representa ante los dems. Ser hijos de Dios significa ser semejantes a El, tener su misma manera de pensar, de actuar, de hablar. Significa representarlo ante los dems.

El ser humano ha realizado esto de una manera perfecta en Cristo Jess.

El plan de Dios es que en nosotros se forme la imagen de Cristo, esto significa que los rasgos de su carcter se encarnen en nosotros, que actuemos como El.

El plan de Dios es formar en nosotros su propia imagen y semejanza de modo que cuando nos vean lo vean a El. Jess deca: Quien me ve a m ve al Padre, quien a mi me escucha, escucha al Padre.

Por lo tanto, debemos ser personas espirituales, llenos del Espritu Santo, que se manifiesten sus frutos. Los frutos del Espritu Santo son rasgos del carcter de Dios: Amor, fidelidad, mansedumbre, paciencia, etc. Ser lleno del Espritu Santo no slo significa tener los dones carismas, sino sobre todo los frutos. Los frutos son la seal de que realmente nos sometemos al Espritu, son la seal de que hemos alcanzado cierta madurez en la vida cristiana.

Podemos tener muchos dones y carismas y ser todava inmaduros y carnales como los Corintios (1Cor. 3, 1-2).

Gal. 5, 19-23 Nos habla de los frutos de la carne y los frutos del Espritu.

A medida que avanzamos en la vida de comunidad, nos damos cuenta que los frutos del Espritu se refieren a la forma como actuamos al relacionarnos con los dems, es la forma de responder a situaciones como lo hara el Seor, por lo tanto son rasgos del carcter de la personalidad, es una forma de ser, de actuar.

No se basa en las emociones, sino en la docilidad al Espritu Santo. Actuamos de acuerdo a la voluntad del Seor, sea que nos guste no.

C. El crecimiento espiritual.

Es algo que se va desarrollando, nos vamos asemejando a El poco a poco.

Para el crecimiento se requieren los siguientes elementos:

1. Lo primero es nacer de nuevo. Si no nacemos de Dios, si no quedamos injertados a Cristo, si no recibimos su Espritu, si no nos alimentamos de la Palabra, si no recibimos los Sacramentos, no puede haber crecimiento. El crecimiento viene como consecuencia de la vida nueva que El nos comunica. Si dejamos actuar al Espritu Santo, el crecimiento se da automticamente. El crecimiento lo da el Seor. Es la vida de Dios en nosotros que se va desarrollando si no le estorbamos.

2. Otra forma como crecemos es ponindonos en contacto con el Seor por la oracin, contemplar a Dios nos transforma, iremos de gloria en gloria (2 Cor. 3, 16-18) Nos vamos asemejando a El si vivimos en su presencia, si tenemos comunin continua con El, si oramos, si leemos su Palabra, si vivimos en la atmsfera de la comunin cristiana. Es lo que pasa a un hijo que vive en continuo trato con su padre.

3. Otra forma de crecer en la semejanza con Dios es a travs de la disciplina, el entrenamiento, la correccin. La vida de la comunidad ayuda mucho en este aspecto. Va limando las asperezas de nuestro carcter.

4. Otro elemento son las pruebas, las tribulaciones, los quebrantamientos, cuando se reciben con espritu de fe nos van desligando del hombre viejo y de las vanidades, favorecen el desarrollo del hombre espiritual, ayudan a madurar.

5. La imitacin de Cristo es otro elemento que ayuda a asemejarnos a El. Imitar a Cristo es pensar, actuar, querer y sentir como Cristo.

No podemos imitar al Seor en su omnipotencia en su eternidad, ni en la misin que slo El puede realizar como ser el Mesas y Redentor del mundo. Tampoco lo podemos imitar en las circunstancias especiales de su vida, su forma de vestir, su trabajo de carpintero, etc.

Pero s debemos de imitarlo en su carcter: su forma de pensar, de hablar, de relacionarse, de actuar, de sentir, de ver las cosas y de relacionarse con el Padre. Si ponemos estos cinco elementos, la imagen y semejanza de Dios se irn encarnando en nuestras vidas.

PREGUNTAS:

1. De acuerdo con esta enseanza, Cul es el plan de Dios para nosotros?

2. En qu cosas debemos ser semejantes al Seor?

3. Cmo podemos asemejarnos a El? Qu pasos debemos dar?

AMOR Y DISCIPLINA

Objetivo de la pltica: que los hermanos capten de manera ms clara lo que es el amor de Dios y el amor fraterno, que tambin incluye la disciplina.

CARACTERSTICAS DEL AMOR DE DIOS QUE DEBEMOS REFLEJAR EN NUESTRAS VIDAS (Ex. 33, 18-20; 34, 6-7)

A. Bondad (Benevolencia)

1. La bondad es la inclinacin a hacer el bien. En Dios no hay maldad, malicia ni odio. Todo lo que hace por nosotros proviene de su bondad. Podemos estar seguros de que siempre va a actuar en nosotros para nuestro bien (Sal. 146, 5-9; Sabidura 11, 23-26).

2. El criterio esencial para lo que debe ser el amor para nuestras vidas consiste en hacerlo todo procurando el bien para los dems aunque a veces tengan dificultades para reconocerlo. Por ejemplo: cuando los corregimos disciplinamos (Heb. 12, 11 y Apo. 3, 19).

3. Hay muchas cosas diferentes que tenemos que hacer para amar a los hermanos. La clave para saber si estamos manifestando el amor de Dios en nuestras relaciones es preguntarnos: Esto que voy a hacer decir, Es por el bien de mi hermano?

B. Fidelidad.

1. Dios es rico en fidelidad. Esta palabra tambin puede interpretarse como amor comprometido, lealtad o confiabilidad.

2. Dios es una persona con cuyo amor y cuidado podemos contar; es una persona leal que no cambia su propsito. El siempre cumple la parte que le corresponde cuando se compromete en una relacin de alianza (Is. 54, 10; 2 Cor. 1, 18-20).

3. Nosotros no estamos acostumbrados a relacionarnos en forma comprometida, sino basados en nuestros sentimientos. El Seor quiere transformarnos de manera que seamos fieles, confiables y estables en cualquier relacin en la que estemos comprometidos (cnyuges, hijos, hermanos de la comunidad).

4. Esto significa que tenemos que cuidarlos, preocuparnos por ellos y hacernos responsables como parte de esa relacin. Tenemos que hacer esto porque Dios es as; podemos contar con el Seor en la relacin en que estamos con El. El quiere que seamos la clase de personas en las que los dems pueden confiar para ser amados en la misma manera.

C. Misericordia (compasin)

1. Dios quiere ser movido por sus creaturas por las necesidades de sus hijos (Sal. 103, 13-14). Se relaciona con nosotros como un Padre cuyo deseo inmediato es cuidarnos y no lo hace solamente como por obligacin, sino con verdadero sentimiento y afecto.

D. Gracia (generosidad favor)

1. Dios nos ama sin que le importe el hecho de que no le merecemos. Nos ama libremente y lo hace tambin en las situaciones en las que no tenemos el derecho de reclamar su amor (Jer. 32, 40-42).

2. El perdn de Dios es producto de su gracia: nos perdona aunque no lo merezcamos. Su perdn simplemente brota de su gracia, del hecho de que es generoso (Hch. 9, 17).

3. Dios constantemente provee lo que necesitamos no porque nos lo ganemos. Dios no tena ninguna necesidad de crear al ser humano; lo hizo simplemente por gracia porque es generoso y quiso compartir su vida. Es precisamente por eso que nos conserva la existencia y nos da toda clase de cosas buenas.

4. Otra forma en que se manifiesta la gracia de Dios es cuando le pedimos algo. Siempre podemos contar con El y esperar que va a escuchar nuestra oracin, no porque tenga que hacerlo sino porque su corazn est lleno de gracia.

5. La salvacin vino al mundo por medio de Jess, que muri por nosotros por amor (Ef. 2, 3-7). Dios envi a su hijo nico para salvar al mundo porque es rico en misericordia y en amor comprometido. Su propsito fue mostrar la inconmesurable riqueza de su gracia, generosidad, favor y bondad para con nosotros. Todo lo que Dios hace, desde el principio hasta el final de los tiempos es producto de su naturaleza misma que es el amor.

II. LA DISCIPLINA

1. El amor de Dios es infinito e incondicional pero, cuando se relaciona con nosotros, El mismo pone un lmite a las cosas que nos permite hacer. Esto significa que la disciplina es parte de su plan para nosotros.

2. Ex. 34, 6-9. Dios nos perdona cuando somos culpables y nos arrepentimos; es lento a la ira, lento al castigo. Es infinitamente paciente con aquellos que no se han convertido a El y hace todo lo posible por salvarlos.

3. Una verdad bsica es que hay condiciones que hacen que una relacin de amor sea imposible. Si vivimos en la oscuridad del pecado, no podemos tener una relacin amorosa con Dios que es luz (1 Jn. 1, 5-7).

4. Jess nos am hasta el extremo, hasta dar su vida por salvarnos, pero si no queremos ser salvados, entonces ponemos un lmite a lo que El puede hacer por nosotros. Dios respeta nuestra libertad por la eleccin que hagamos. Necesariamente tiene consecuencias ya sea para bien o para mal.

5. Dios nos llama a la rectitud y trata de influir en nosotros por medio de la disciplina, para que seamos justos (Heb. 12, 5-13).

6. La disciplina no es simplemente castigo (esto es parte del sentido que tiene esta palabra en las Escrituras), sino todo un proceso de enseanzas y entrenamiento en rectitud para que podamos llegar a ser la clase de personas que Dios quiere que seamos. Dios mismo se compromete con nosotros para este entrenamiento y disciplina. Esto quiere decir que El nos disciplina a nosotros y que nosotros debemos disciplinarnos unos a otros.

7. El amor y la disciplina son inseparables. Por una parte, debemos soportarnos unos a otros para mantener la unidad en el Espritu, pero por otra, somos responsables del bienestar y de la santidad de nuestros hermanos. Si somos responsables tenemos autoridad sobre ellos y tenemos que disciplinarlos para que crezcan en la vida de Dios. La disciplina es una parte muy importante del plan de Dios; es una de las formas de expresar su amor. Eso quiere decir que:

nunca vamos a amar demasiado. No podemos limitar el amor pensando que somos demasiado afectuosos o amables unos con otros. Esto no nos echa a perder. A veces los padres tienen la idea de que van a malcriar a sus hijos si los aman mucho, pero ser malcriado no viene del hecho de ser muy amado.

Es una gracia muy grande recibir la disciplina de Dios y de nuestros hermanos; es el medio para ir aprendiendo amar a la manera de Dios.

8. Necesitamos la sabidura de Dios para conjugar el amor de Dios y la disciplina. Tenemos que aprender a establecer un equilibrio entre los dos. Para esto necesitamos saber cuanto ayuda a los dems el que seamos generosos y benvolos y cuanto los ayuda el imponerles la disciplina.

PREGUNTAS:

1. Qu experiencias has tenido de disciplina como una expresin del amor de Dios y de los hermanos?

2. Qu pasos debes dar para establecer un equilibrio entre el amor y la disciplina?

UNIDAD Y DESACUERDOS

OBJETIVO DE LA PLATICA.

Aprender a resolver los desacuerdos con los hermanos de Comunidad manifestando los frutos del Espritu.

1.- EL IDEAL DE VIDA QUE DIOS QUIERE PARA SU PUEBLO.

A.. Unidad

1.- La Comunidad cristiana est formada por personas que han entregado sus vidas a Dios en una forma plena. El llamado del Seor a formar parte de su pueblo se realiza encargando un estilo de. vida diferente a1del mundo que nos rodea..

2.-La voluntad de Dios es que alcancemos la unidad perfecta(Jn.17.20-23) El ideal de vida que nos presenta es una unidad mucho mAs fuerte y profunda que la que se nos puede ocurrir al pensar en la forma de relacionarnos mutuamente.

3.- Dios quiere revelarse al mundo a travs de nuestras relaciones cristianas.

El mundo podr darse cuenta de que Jess es el enviado del Padre y de la realidad de su Reino, aqu en la tierra, por la unidad que existe entre nosotros.

La unidad entre los miembros de la Comunidad depende directamente de la calidad de 1a relacin personal de cada uno de ellos con Dios.

4.- La oraci6n de Jess por la unidad de sus discpulos se hizo real! dad al nacer la Iglesia visible, la comunidad cristiana, el da de Pentecosts (Hch.2,43-45).

-El nacimiento de la Comunidad fue consecuencia de1 derramamiento del Espritu Santo. Dios mismo capacit a los discpulos para amar como El (Rom. 5, 5).

-E1 reconocimiento y la aceptacin de Jess como nico Seor produjo unidad de mente (forma de pensar) y de corazn (vo1untad) entre los cristianos de la iglesia primitiva. Esto trajo como consecuencia e1 poder con que los Apstoles predicaron y dieron testimonio de la resurrecci6n de Jess, as como tambin el hecho de que se mantuvieran firmes en la lucha por el Evangelio, an en medio de las persecuciones (Fil.1,27-28).

B. Condiciones que hacen posible la vida en comn

1. Unidad de mente.

a) Normalmente el idea1 de vida secular nos empuja al plura1ismo, la independencia en la manera de pensar, la creatividad de tipo individual y la diversidad en puntos de vista. Nos lleva a 1a conclusin de que logramos algo realmente importante en la vida cuando llegamos a ser distintos de cualquier otra persona que haya existido.

b) En la Comunidad hay lugar para la diversidad, maneras en las que podemos ser creativos, cuando se trata de cuestiones de forma (por ejemplo: formas de proclamar el Evangelio o de aplicarlo a la vida, de acuerdo con la enseanza y con los pastores).

c) La diversidad en cuestiones de fondo se opone a la unidad que Dios quiere para nosotros como pueblo de su propiedad. La Comunidad es fuerte solamente cuando llega a tener una misma mente y un mismo corazn, los de Cristo Jess, es decir,

cuando piensa, siente, quiere y acta como El.

II.- COMO QUIERE DIOS QUE FUNCIONE NUESTRA COMUNIDAD.

(La diferencia entre el espritu de mansedumbre y el de conflicto Ga1.5,19-22)

A.- El espritu de conflicto.

1.- La sociedad presenta al espritu de conflicto como la forma adecuada de resolver las dificultades (discordias, iras, rencillas, divisiones y disensiones pueden interpretarse como "conflicto": tienen un sentido de hostilidad imp1cito). Muchas veces emplea estas armas para atacar a las personas o abusar de ellas; incluso se vale de la violencia para lograr que se plieguen a su manera de pensar en todas las reas, tanto polticas como sociales y econmicas.

2.- Si un grupo cristiano usa estas armas para atacar, abusar o violentar a las personas, es seal de que se ha entregado a las obras de la carne y de que Dios no est en l.

3.- Algunas formas en las que el espritu de conflicto puede estar presente:

a) La actitud de contradecir, discutir y criticar todo el tiempo; de confrontar y criticar pblicamente a las personas. Esto es muy comn en la sociedad secular que, incluso, nos ensea a ser eficientes en algunas de estas cosas, pero detrs de cada una de ellas hay un espritu de discordia, de disencin y de divisin.

b) La organizacin. dentro de la Comunidad, de facciones, partidos o campaas para que un punto de vista sea aceptado. Todo esto est basado en el empleo de a fuerza de la presin e indica que no podemos confiar en los dems miembros de la Comunidad y por lo tanto, tenemos que pelear para lograr lo que queremos.

4.- Muchas de estas cosas ( presionar, hacer campaas, etc.) las tenemos que evitar:

-Los comerciantes estn organizados en enmaras para promover y proteger sus negocios. A travs de ellas someten a la opinin pblica problemas de contrabando, mal uso de impuestos, etc.

-Los obreros pueden pertenecer a sindicatos, los cuales funcionan a base de presiones, pliegos de peticiones, huelgas, etc.

-Los cristianos pueden participar en partidos polticos aunque tengan que valerse de las presiones para lograr los objetivos del partido, tengan que buscar seguidores de sus puntos de vista o que organizar la oposicin a algunas leyes, etc.

-Todo esto no es pecaminoso ni malo pero no puede traerse dentro de la vida de la Comunidad, que es una familia en la que las cosas no se hacen por presiones sino por amor.

B.- El espritu de mansedumbre

1.- Para lograr la unidad de mente y de corazn debemos trabajar juntos en un espritu de mansedumbre y no de conflicto, hostilidad ni disensin (Ga1. 5,22). La Comunidad cristiana se edifica sobre la base de que sus miembros son hermanos y se aman unos a otros en el Seor.

2. -Lo que el Seor quiere hacer en nosotros es de transformarnos de tal manera que esta forma de relacionarnos realmente funcione, para lo cual:

-Debemos relacionarnos con nuestros hermanos con la actitud de siervos suyos.

-Nuestros dilogos, buscando la direccin de Dios, deben estar libres de hostilidad y discordia, de negativismos, partidarismos y cosas por el estilo.

-Debemos confiar plenamente en nuestros hermanos porque estn comprometidos con nosotros. La principal manera de buscar juntos la verdad consiste en hablarnos en forma directa, esperando en que los dems van a escucharnos.

3.- Otro aspecto del espritu de mansedumbre es el sometimiento o subordinacin.

a) La forma normal en que debemos desenvo1vernos para tratar cualquier asunto en la Comunidad es dentro de un espritu de subordinacin, es decir, con la actitud de aceptar los criterios y las disposiciones de aquellos que tienen autoridad sobre nosotros.

b) Las decisiones se toman de distintas maneras en la Comunidad pero, cuando algn asunto ha sido confiado a un grupo en el que no hemos tenido participacin, debemos aceptar y acatar la decisin de los que tienen la autoridad.

c) El espritu de sometimiento y de respeto tambin se expresa en la forma en que presentamos nuestros puntos de vista a los que tienen autoridad sobre nosotros. Esto los libera para escuchar lo que tenemos que decir. Cuando entramos en la vida comunitaria con un espritu de mansedumbre, el resultado es la paz, tanto en las relaciones con los dems como en nuestro interior.

COMO MANEJAR LOS DESACUERDOS EN LA COMUNIDAD.

A.- Desacuerdos de procedimiento.

(Cmo debemos desarrollar las asambleas de oracin, cmo mejorar los cantos de la misa, cmo hacer que nuestros hijos participen ms en las misas de la Comunidad, etc.).

1.- El principio bsico para las reas donde surgen desacuerdos por cuestiones de procedimiento es que mientras ms sugerencias y ms crtica constructiva haya, es mejor. El Seor no quiere que seamos un pueblo pasivo que acepta todo como vienen. Cuando tengamos una idea o sugerencia que pueda mejorar las cosas debemos presentarla libremente en forma constructiva y no como crtica llena de hostilidad. Normalmente nuestras ideas y sugerencias deben dirigirse al responsable del afea correspondiente.

2.- La Palabra de Dios seala la forma constructiva de expresar nuestras ideas o sugerencias (Ef. 4,29). Es muy importante hacerlo de manera que edifique a los dems en vez de desanimarlos.

3.- Si nuestra sugerencia es realmente importante y pensamos que no se nos escuch con atencin, debemos insistir, no para imponer nuestro punto de vista, sino para servir a la Comunidad. En caso de que no se nos haya prestado la atencin debida, tratndose de cosas importantes, es correcto y conveniente que os corrijamos a la personas que estn por encima del responsable del rea de nuestra sugerencia.

4.- Todos los miembros de la Comunidad somos responsables, en una forma o en otra, de las actividades de la misma. Esto quiere decir que puede haber diversidad de opiniones. Los que tienen autoridad sobre las distintas reas de la vida de la Comunidad deben ejercer su responsabilidad con un espritu de mansedumbre, considerando con atencin, seriedad y respeto las opiniones de los dems y no desechndolas con ligereza.

B.- Desacuerdos en cuestiones de fondo.

(Ejemplo: hacia dnde debe dirigirse la Comunidad, qu tipo de enseanza debe darse para que camine en esa direccin, etc.).

1.- Los responsables de tomar las decisiones en asuntos de fondo son los coordinadores y no toda la Comunidad, excepto cuando se trate de cambios en el compromiso de alianza. En este caso el cambio debe ser decidido por toda la Comunidad como cuerpo.

2.- Las decisiones de fondo normalmente no se toman en forma unilateral. Vienen como consecuencia de lo que el Seor est enseando a toda la Comunidad, de la gua que estn recibiendo los distintos grupos que la integran.

3.- Cuando se tiene que tomar una decisin importante, los Coordinadores se renen con los que estn al frente de las distintas reas de la vida de la Comunidad y tambin con algunos que no son cabezas, para consultar antes de tomarla.

C.- Actitudes correctas e incorrectas ante una decisin tomada por los Coordinadores con la que no estamos de acuerdo.

1.- Es correcto y no implica falta de subordinaci6n que solicitemos una reconsideracin de la decisin presentando nuestros puntos de vista. Podemos pedir una cita a los Coordinadores o enviarles por escrito las razones por las que pensamos que la Comunidad debe marchar en una direcci6n distinta. Tambin podemos pedirles que se haga una consulta ms amplia sobre el asunto, aunque la decisin de llevarla a cabo o no, queda bajo su responsabilidad.

2.- Una actitud totalmente incorrecta consiste en oponerse pblicamente a una decisin de los Coordinadores o en organizar oposicin a ella dentro de la Comunidad. Al hacerlo entramos en un espritu de conflicto que hace imposible la vida comunitaria.

3.- Debemos aceptar el criterio de los Coordinadores acerca de cmo manejar las cuestiones donde hay desacuerdo. Lo normal es que los responsables de la Comunidad o del rea donde se manifiesta el desacuerdo dialoguen mucho para profundizar o modificar la decisin, pero tambin pueden llegar a la conclusin de que ya no se debe discutir ms el asunto y nosotros debemos estar dispuestos a aceptarlo.

IV.- LA LEALTAD EN EL MANEJO DE LOS DESACUERDOS.

1.- El Seor quiere que enfoquemos nuestra vida comunitaria con un espritu de familia y no con la visin de que estamos en algn tipo de estado poltico moderno. La lealtad a Dios y a nuestros hermanos en el Seor es mucho ms importante que discutir puntos de vista o debatir polticas o evaluaciones de lo que hemos hecho.

2.- En la Comunidad hay lugar para estas cosas que muchas veces son importantes, pero no podemos permitir que nuestras relaciones como hermanos en el Seor ocupen un lugar secundario porque las discusiones y las evaluaciones se han vuelto lo ms importante. El nfasis debe estar en amarnos unos a otros.

3.- Otro aspecto de la lealtad consiste en mantener nuestros desacuerdos y discusiones dentro de la Comunidad (I Cor. 6,1-8). La lealtad a nuestra Comunidad implica que cuando tengamos algn conflicto o desacuerdo tratemos de resolverlo manteniendo la unidad en el amor con nuestros hermanos (Ef. 4,1-6).

V.- CONCLUSION.

Es muy importante que comprendamos que el Seor est tratando de hacer con nosotros algo muy diferente de lo que nos ensea nuestra cultura. El quiere que seamos un grupo de personas que se relacionan con amor y confianza mutuos. Esto significa que muchas de las cosas que estamos acostumbrados a hacer en la sociedad que nos rodea son totalmente inadecuadas en una Comunidad cristiana

Por otra parte, tambin existe el peligro de que decidamos no tocar cuestiones importantes por el temor a faltar al amor y producir divisiones.

Por esto debemos estar comprometidos con la verdad y hacer las cosas de manera que puedan persistir el amor y la unidad, es decir, con el espritu de mansedumbre que el Seor Jess quiere ensearnos a encarnar en nuestras vidas.

PREGUNTAS.

1.- COmo has resuelto tus desacuerdos con los hermanos de la Comunidad?

2.- Cul es la actitud que debemos tomar cuando se presentan los conflictos?

PAZ y DISCIPLINA

OBJETIVO DE LA PLATICA:

Ensear al hermano a dar los pasos necesarios para cultivar la paz y la disciplina en las relaciones dentro de la Comunidad.

INTRODUCCION:

Ef. 5,6-17 El ideal de vida que Dios quiere para nosotros. Como miembros de la Comunidad Nueva Alianza tenemos el compromiso de vivir juntos esta vida santa en la luz.

1.- TRES AREAS ESPECIFICAS DE NUESTRO COMPROMISO A VIVIR JUNTOS EN SANTIDAD

COMO CUERPO.

A.- Reconciliacin personal.

1.- El principio bsico de toda Comunidad es estar siempre en paz unos con otros; las relaciones entre sus miembros deben estar sanas.

-Una relacin daada por algo que le hicimos a un hermano constituye un obstculo serio para nuestra relacin con Dios (Mt. 5,23-24).

-A la inversa, si tenemos algo contra algn hermano, debemos ir a reconciliarnos con l (Mt. 18,15).

-El Seor nos manda reconciliarnos con nuestros hermanos, ya sea que les hayamos hecho algo malo, que ellos lo hayan hecho a nosotros o que tengamos duda de quin de los dos hizo mal. Nunca debemos quedarnos esperando que sea el otro quien tome la iniciativa para corregir la situacin; es algo que tenemos que hacer para poder proseguir nuestro camino hacia la plenitud del Seor.

2.- Tanto pedir perdn como reprender son fundamentales para la vida de la Comunidad cuando se trata de faltas objetivas y concretas que daan nuestras relaciones de hermandad. Nuestra vida comunitaria est basada en un compromiso mutuo y no en nuestras emociones.

-Si experimentamos un sentimiento de rechazo contra alguno de los hermanos, pero nos sobreponemos y actuamos en forma amorosa con esa persona, no tenemos que ir y corregir la situacin porque nuestra relacin no ha sido afectada.

-Si experimentamos un sentimiento negativo por algo que nos dijo un hermano, debemos analizar objetivamente lo que dijo y, si lo encontramos correcto, no hay que decirle nada porque no hubo falta sino una manifestacin de la carne en nosotros.

3.- Para que podamos encarnar con fidelidad el llamado de Dios a la vida comunitaria, nuestra actitud interior debe corresponder con la forma externa en que nos relacionamos con nuestros hermanos.

-No podemos conservar rencores, resentimientos ni desconfianzas en nuestros corazones. Estas son cosas que se oponen a lo que el Seor y nuestros hermanos esperan de nosotros.

-Si guardamos estas cosas en nuestros corazones y tratamos de relacionarnos con los dems en forma adecuada, resulta muy difcil que actuemos correctamente con ellos porque nuestras acciones son normalmente una consecuencia de nuestras actitudes.

4.- Cuando no sepamos que hacer o no podamos sanar una relacin debemos acudir a alguien de la Comunidad: nuestro encargado, un Coordinador o a cualquiera que consideremos adecuado para resolver el problema, pedirle que juzgue la situacin y nos indique cmo resolver la diferencia.

-I Cor. 6,1-8 Todos los problemas entre los hermanos deben ser manejados dentro de la Comunidad; en ella debe haber suficiente sabidura para resolver cualquier diferencia entre sus miembros. El hecho de tener que buscar la solucin afuera indica que hay algo fundamental que no esta funcionando bien en la Comunidad.

-El motivo de buscar a otra persona con sabidura para juzgar la situacin es porque queremos que las cosas marchen como el Seor quiere y nosotros no sabemos como lograrlo. Debemos buscar1a con el nimo de que la situacin sea corregida y no para que se reconozca que tenemos la razn.

5.- Cmo relacionarnos con los hermanos que tienen problemas:

-La voluntad de Dios es que actuemos siempre en el poder de su espritu para que la reconciliacin entre ellos sea posible (Mt. 5,9). El Seor quiere que nos relacionemos con las personas que tienen problemas, tanto dentro como fuera de la Comunidad en una forma que tienda a unirlas y no a separarlas, que aumente la confianza entre ellas y no la desconfianza.

-Nuestro deber consiste en buscar que es lo que puede restablecer esa re1aci6n amorosa y de confianza en el Seor. Esto se aplica tambin a los chismes, que son fuente de discordia aumentan la desconfianza entre los hermanos y destruyen el espritu de lealtad que debe existir en la Comunidad.

B.- Pecado personal.

1.- En la Comunidad la forma normal de ayudarnos unos a otros e enfrentar el pecado personal y lograr una vida de acuerdo con la voluntad de Dios es la correccin mutua.

-Si somos cabeza de otros (esposa, hijos, algn subgrupo de la Comunidad), tenemos la responsabilidad y la ob1igacion de corregirlos cuando hagan algo malo.

-Entre iguales, es decir como hermanos en el Seor, debemos corregir y amonestar a los dems cuando creamos que esto lo puede ayudar. Esto quiere decir que no siempre estamos obligados ni tenemos la responsabilidad de corregir a nuestros hermanos cada vez que hacen algo malo.

2.- La disciplina por pecados graves debe ser algo muy raro en la vida de la Comunidad, pero es muy importante conocer cual es la actitud cristiana en este tipo de casos.

-La disciplina ltima por pecados graves es la exclusin de la Comunidad (Mt. 18,15-17).

* Si una persona se niega a escuchar a la Comunidad, es decir, a los que tienen la autoridad y la representacin de la misma, hay que considerar1a como alguien que est fuera del cuerpo. Entregar una persona a Satans (I Cor. 5,5,) significa expulsarlo de la Comunidad que es la nica proteccin contra el demonio.

* La finalidad de llevar a cabo todo este proceso de exclusin (Mt. 18,15-17) consiste en ganar (conversar) al hermano y no en destruir la relacin con l. Se le expulsa de la Comunidad para que se vuelva sensato, comprenda la gravedad de su falta y las consecuencias de la misma y se arrepienta.

-La mala levadura dentro de la comunidad es como una enfermedad que afecta a todo el cuerpo (1 Cor. 5,6-8). La nica manera de echar fuera la mala levadura es llevando a la persona al arrepentimiento o expulsndola de la Comunidad.

3.- Motivos para excluir a una persona de la Comunidad.

-La violacin seria de los mandamientos bsicos de Dios: adulterio, robo, asesinato, idolatra, homosexualismo, etc. (1 Coro 6,9-13).

-Sostener opiniones contrarias a las verdades fundamentales de la fe expresadas en el Credo. Por ejemplo: sostener que Jess no es el Hijo de Dios, que no necesitamos su muerte y resurreccin para salvarnos, etc.

-La participacin en algn culto no cristiano. Esto es una violacin seria del primer mandamiento, una forma de idolatra. Dentro de esto se incluyen las sesiones de espiritismo, las misas negras de culto al demonio, etc.

-Rechazar el orden establecido en la Comunidad: la destruccin del mismo imposibilita su funcionamiento como cuerpo. Por ejemplo: negar pb1icamente la enseanza de la Comunidad, rechazar la autoridad de los Coordinadores o de los cabezas.

4.- Antes de excluir a alguien de la Comunidad es necesario que los Coordinadores hayan agotado el proceso para llevarlo al arrepentimiento y que esa persona est en rebelda.

5.- Tambin hay otras clases de acciones disciplinarias para ciertos tipos de pecados que no son tan graves como los anteriores (2 Tes. 3,14-15; Tito 1, 13; 3, 10; Gal. 6, 1).

6.Otra forma diferente de disciplina consiste en dar por terminada la relacin de alianza cuando un miembro de la Comunidad no toma en serio los compromisos que adquiri6 libremente, por ejemplo: la abstinencia a las reuniones de la Comunidad, a su grupo pastoral, etc.

Esta medida es distinta de la exclusi6n, la cual es consecuencia de faltas muy graves y serias.

C.- El hablar.

1.- Las escrituras nos prohben acusar o hablar mal de otra persona, an cuando lo que digamos sea verdad (St. 4,11).

-Si creemos que lo que hemos odo o lo que pensamos es cierto no debemos hablar con nadie ms acerca del asunto, sino ir con la persona y reprenderla directamente.

-Si pensamos que la reprensin no va a ser suficiente o que no va a producir el efecto deseado, debemos acudir a uno de los Coordinadores y explicarle la situacin, para que los que tienen la autoridad en la Comunidad busquen la forma de llevar al hermano al arrepentimiento.

-Todo lo anterior se aplica tambin a las personas que tienen autoridad sobre nosotros en la Comunidad. Si nuestros cabezas estn fallando en algn aspecto, debemos ir directamente con ellos y reprenderlos. En caso de que pensemos que esto no va a surtir efecto, debemos hablar con la persona que est por encima de ellos, pero en ningn caso podemos comentar el asunto con nadie ms.

2.- El Seor quiere que no escuchemos a las personas que estn hablando contra otras (Prov. 17,4).

-Si quien lo est haciendo es un hermano en el Seor, debemos decir1e que eso no es correcto, exp1icar1e la forma adecuada de proceder y, si por alguna razn no podemos hacerlo en ese mismo momento, no hay que escucharlo, y si lo escuchamos, no debemos creer1e.

-Debemos mantener esta postura de lealtad hacia nuestros hermanos para que Satans no destruya nuestra Comunidad. No podemos recibir, discutir ni propagar cualquier tipo de acusacin contra ninguno de ellos.

CONCLUSION:

Al formar parte de la Comunidad nos comprometemos unos con otros y todos juntos con el Seor, a vivir en santidad y correccin. Este compromiso es tan serio y de tanta trascendencia que la vida de la Comunidad depende de la respuesta que le demos al Seor. Una de las maneras de manifestar el amor cristiano es edificndonos mutuamente en esta clase de vida, edificacin que se lleva a cabo al exhortarnos y corregirnos unos a otros para encarnar el ideal de vida que Dios quiere para nosotros. Si alguno cae y se desva de este ideal, estamos comprometidos con l para 1evantarlo y ayudarlo con el fin de que Dios pueda cumplir el plan perfecto que tiene para el hermano.

PREGUNTAS:

1.- Cual ha sido tu experiencia respecto a esta enseanza?

2.- Qu debes hacer para vivir1a mejor?

MANSEDUMBRE

OBJETIVO:

Que los hermanos conozcan las caractersticas de este fruto del Espritu y vayan adquiriendo la sabidura para manifestarlo en las circunstancias de la vida diaria.

1.- QUE ES LA MANSEDUMBRE?

A.- Humildad y mansedumbre.

1.- La humildad es una virtud sobrenatural por medio de la cual llegamos al conocimiento de nosotros mismos y, por lo tanto, a estimarnos justamente en lo que valemos. La humildad nos hace concientes de las limitaciones de nuestros talentos y disposiciones naturales y nos lleva a comprender nuestra dependencia absoluta de la misericordia de Dios. Todo lo bueno que hay en nosotros procede de Dios y le pertenece a El.

-La palabra humildad primordialmente se refiere a un estado de vida al hecho de pertenecer a una clase baja o de estar en desventaja. Solamente en un sentido secundario se refiere a un atributo del carcter, a comportarse como alguien que ocupa una posicin ms baja que los dems.

-Mt. 18,1-5 La intencin de Jess no es que imitemos las virtudes de los nios, sino su posicin: ocupaban el lugar ms bajo en la sociedad juda y estaban subordinados a todo el mundo.

-Cristo se hizo hombre para presentarnos a Dios como modelo de humildad (Fil. 2,5-8). Jess, siendo Dios, ocup la posicin ms baja de la escala social de aquel tiempo: la de siervo.

-La humildad nos capacita para desatendernos de nuestro propio prestigio y para dar la preferencia a los dems. La verdadera humildad no consiste en sentirse menos que los dems, sino en la disposici6n a servirlos, an en aquello que aparentemente nos rebaja (Jn. 13,12-15).

2.- La mansedumbre es fundamentalmente una actitud. Es un fruto del espritu que se caracteriza por la sumisi6n paciente a la voluntad de Dios en medio de los sufrimientos y de las pruebas. Tanto la mansedumbre como la humildad son caractersticas de Jess. Ambas estn estrechamente ligadas; no pueden existir una sin la otra porque son dos aspectos de una misma realidad (Mt. 11,20-30).

II.- CARACTERISTICAS DE LA MANSEDUMBRE.

1.- El respeto.

-Eclo. 4,8 La forma de relacionarnos con los dems debe ser con una actitud de respeto, como siervos suyos, especialmente con aquellos que tienen una posicin inferior a la nuestra.

-El respeto a los dems debe abarcar tambin a los que no son cristianos (Tit. 3,2-3).

-La actitud opuesta a la mansedumbre es la arrogancia, que puede ser "caliente" (actitud hostil, desafiante o insultante) o "fra" (caracterizada por la indiferencia, el hecho de no querer molestarse en prestar atencin a las necesidades de los dems ni de servirlos).

2.- No reaccionar con hostilidad cuando somos atacados o se abusa de nosotros.

-Generalmente cuando abusan de nosotros o nos atacan, tenemos la tendencia natural a responder en forma desafiante u hostil, pero el Seor quiere que tomemos una actitud de siervos y que permitamos que sea El quien maneje la situacin (Nm. 12,1-9).

-Esto no quiere decir que el Seor espera una actitud pasiva de nuestra parte, sino que debemos instruir o corregir con mansedumbre (amabilidad) a nuestros adversarios (2 Tim. 2,23-26).

3.- La docilidad.

-Un aspecto de la docilidad es la capacidad para aprender, es decir, para recibir con agrado lo que el Seor nos dice para instruirnos y formarnos (St. 1,21).

-Otro aspecto es la disposici6n a obedecer como lo hizo Jess (Fi1.2,5-8)

4.- La capacidad para mandar, corregir o instruir con actitud de siervos. Mt. 11,28-30. La mansedumbre es una cualidad, no solo de los discpulos sino tambin de todos los que tienen autoridad. La relacin con sus subordinados debe ser de profundo respeto y de verdadera preocupacin por sus necesidades y problemas.

111. LA NECESIDAD DEL CAMBIO (QUEBRANTAMIENTO).

1.- La palabra "quebrantamiento" puede emplearse en dos sentidos: en el aplastar o romper, o en el amansar o domar. Domar a un potro o a cualquier otro animal no significa aplastarlo ni despojarlo de su fuerza dejndolo en un estado intil. Por el contrario, lo queremos y necesitamos en la plenitud de su fuerza y poder. Para poder servirnos de l lo que hacemos es entrenarlo, es decir, llevarlo al punto en que sea capaz de obedecernos y para lograr esto tienen que desaparecer tanto su voluntad propia como su bravura.

2.- Una de las cosas que tienen que sucedernos para poder tomar la posicin de siervos y actuar como tales en situaciones diversas es el quebrantamiento de la voluntad propia. (1 Cor. 9, 24-27)

-Debemos ser capaces de adherir nuestra propia voluntad a la del Seor dndole el primer lugar a lo que El quiere. Esto significa que muchas veces no podemos insistir en lo que nosotros queremos

-Para la mayora es mas fcil dejar las cosas grandes para hacer los compromisos mayores de nuestras vidas, pero nos resulta mucho ms difcil entregarle al Seor nuestras pequeas preferencias de la vida diaria. Siempre hay algo que tiene que quebrantarse en nuestro interior para tener una relacin amorosa con las personas que nos rodean.

-Nuestra propia voluntad se manifiesta con mucha facilidad en los momentos en que somos contrariados. Podemos parecer muy espirituales y muy humildes, pero cuando alguien nos critica o nos prohbe algo que queremos hacer, inmediatamente salen a la superficie nuestra irritabilidad, agresividad y deseos de desquitarnos. Todo esto indica que nuestra voluntad todava no ha sido quebrantada.

-Lo que el Seor quiere es que seamos capaces de obedecer, de ser enseados por El, de renunciar a nuestras preferencias, de pasar por situaciones en las que las cosas no marchan como quisiramos y enfrentarlas con un espritu de mansedumbre.

No se trata de hacernos flojos o dbiles de carcter, sino de liberarnos de nuestra voluntad propia para poder actuar con rectitud en todas las situaciones que enfrentamos.

3.- La segunda cosa que tiene que sucedernos para lograr la mansedumbre es que desaparezca la agresividad o defensividad que hay en nosotros.

-Mt. 21,1-11. Jess quiso manifestar el carcter humilde y pacfico de su Reino; entr en Jerusaln como un Rey manso y no en actitud de conquistar la Ciudad por la fuerza.

-La mansedumbre no excluye la audacia ni el celo (Mt.6,11-13). Celo es el cuidado, el esmero que se pone en el cumplimiento de un deber; implica la diligencia o dedicacin en forma enrgica. Jess estaba dedicado a la gloria de la casa de su Padre hasta el punto de ser agresivo y enrgico para remediar la situacin o de luchar por aquello que tenga que hacerse. Pudiera parecer que la mansedumbre y el celo estn reidos, pero deben existir uno al lado del otro; ambos son caractersticas de Jess.

4.- Es importante establecer la diferencia entre mandamiento y rasgo de carcter.

-Los mandamientos de Dios son absolutos. Por ejemplo: "No cometers adulterio" se aplica a todas las personas y en cualquier circunstancia.

-Los rasgos de carcter no son absolutos. Es decir, en diferentes situaciones es apropiado expresar distintos rasgos de nuestro carcter. La forma de comportarnos depende de la situacin en la que nos encontremos (1 Coro 4,17-21).

5.- Es cierto que hay situaciones en las que debemos actuar en forma enrgica y agresiva y en otras de manera respetuosa y tierna. Sin embargo, hay una caracterstica, una actitud fundamental para el cristiano: el deseo de ser siervo.

-Este deseo proporciona la clave para comprender cmo pueden los rasgos de respeto y ternura estar junto con los de agresividad y energa. Necesitamos preguntarnos qu clase de comportamiento es necesario de nuestra parte para servir mejor en cada situacin particular.

-Ser verdaderamente mansos es tener capacidad para responder, libres de la voluntad propia, con el fin de servir y obedecer de manera adecuada en cada situacin, pero tambin significa estar libres del temor para poder ser enrgicos y audaces cuando sea necesario.

IV.- LA NECESIDAD DE LA SABIDURIA PARA ACTUAR EN CADA SITUACION.

1.- Cuando se trata de situaciones que tienen que ver con nuestros derechos, con nuestras preferencias o con nuestra manera propia de hacer las cosas lo mc1s apropiado es obedecer, ceder y dejar que el otro se salga con la suya.

2.- Cuando se trata de los derechos del Seor, de su manera de hacer las cosas; cuando se reclama lo verdadero, lo recto o lo justo entonces tenemos que ser enrgicos y agresivos al tratar el asunto. El Seor nos llama a ser audaces en la evangelizacin en defender al desamparado en disciplinar y dirigir a aquellos por los que somos responsables.

3.- Una consideraci6n muy importante es que podemos enfrentar una misma situacin de maneras diferentes, lo cual depende de si tenemos la autoridad en ella o no. Por ejemplo: si algo anda mal en nuestra casa debemos adoptar una postura de mucha firmeza pero no podemos actuar as cuando el mismo problema se presenta en la casa de otra persona.

4.- Finalmente debemos preguntarnos: Qu es lo ms adecuado en esta situacin? Qu es lo que ms va a ayudar a mi hermano? Darnos cuenta de que ambos rasgos del carcter pertenecen a Cristo no nos dice automticamente cul de los dos debemos emplear en una situacin determinada. Necesitamos la sabidura del Seor para determinar cul es el apropiado en cada caso.

PREGUNTAS.

1.Qu experiencias has tenido de la mansedumbre?

2.- Qu estc1s dispuesto a hacer para crecer en ella?

FIDELIDAD Y DOMINIO DE SI MISMO

OBJETIVO:

Sealar las reas especficas de la fidelidad y del dominio propio que deben ser fortalecidas para poder cumplir el llamado que Dios ha hecho a la vida comunitaria.

1.- FIDELIDAD.

1:- La fidelidad es un atributo de Dios, el cual se presenta unido al amor que salva, socorre y perdona. Es una cualidad esencial a su ser, sin ella no seria Dios. Para Dios, ser infiel sera obrar en contra de su propia naturaleza lo cual es imposible (2 Tim.2,13).

2.- La fidelidad de Dios se muestra inmutable a lo largo de la historia de la sa1vacin. Dios guarda la lealtad a s mismo, a su palabra dada y a la alianza que estableci con su pueblo (Dt. 7,9; Sal 145,13-20).

3.- La fidelidad de Dios consiste, bsicamente, en que podemos contar con El, depender de El. Dios nunca olvida ni falta a su palabra; nunca la pronuncia con vacilacin ni renuncia a ella (1 Sam. 15,29).

4.- Dios no cambia sus propsitos, podemos confiar en El. Dios es nuestra roca, es decir, una base slida e inconmovible, algo en lo que nos podemos afianzar (Dt. 32,4; Sal. 62,6-8).

5.- La fidelidad de Dios se reve16 en Jesucristo, en quien cumpli todas las promesas que haba hecho (Rm. 8,31-39; 2Cor. 1,18-20).

6.- El llamado que Dios nos ha hecho es a vivir como Jess, es decir, a una vida de amor, fidelidad y servicio a El (Hb. 3,1-6).

B.- Aspectos de nuestra fidelidad a Dios y a los hermanos.

1.- Responsabilidad. La responsabilidad implica ser siervos fieles y prudentes, personas en quienes los dems pueden confiar, es decir, personas que son capaces de cumplir sus responsabilidades (Mt. 24,42-46).

2.- Que nuestra palabra sea confiable. Tenemos que ser fieles a nuestra palabra. Lo que les decimos a los dems es muy importante para nosotros y para nuestro servicio al Seor (Mt. 5,33-37).

3.- Ser dignos de confianza Esto significa ser personas honradas, responsables y confiables, de manera que los dems puedan ver en nosotros un ejemplo del fruto de las enseanzas del Seor

(Tit. 2,9-10).

4.- Lealtad. Rm. 3,3-4. Lo que necesitamos es la misma clase de lealtad del Seor, una lealtad que va ms all de lo que la otra persona merece. El Seor permanece fiel aunque nosotros fallemos.

Debemos ser leales a nuestros cnyuges, hermanos, jefes, etc. Leales a los hermanos en dificultades, en defender a otros, ya sea que estn presentes o no. Tal vez no podamos defender algo que hizo el otro, pero si podemos defender a la persona. Esto es muy importante cuando estamos en una relacin de hermanos.

II. DOMINIO DE SI MISMO.

A.- El dominio propio es un trmino genrico para designar la moderacin con que debemos utilizar los bienes materiales es esencialmente a comida, la bebida y nuestros impulsos o deseos. Tambin se emplea para sealar la discrecin y moderacin que deba tener un rey en la administracin de su imperio. Por lo tanto, hay varios conceptos que estn estrechamente implicados en el dominio de si mismo.

B.- Algunas reas que debemos fortalecer para adquirir el dominio de nosotros mismos .

1.- Los deseos. El Seor nos llama a apartarnos de nuestra voluntad propia; son pocas las cosas en las que quiere que la hagamos. La negligencia en vencer un mal deseo generalmente trae como consecuencia otros muchos que provienen de esta misma debilidad e imperfeccin. (Eclo. 18,30-33; 19,1-3).

2.- Perseverancia.

La perseverancia es la firmeza, la constancia en la fe y en la piedad (Jn. 15,4-9; 2 Tes. 2,15-17).

La perseverancia es la capacidad de poder soportar hasta el final, aunque nos duela por dentro, sin preferir el camino ms fcil o agradable (Hb. 12,1-3).

La capacidad de soportar es indispensable cuando enfrentamos situaciones difciles, persecuciones o tribulaciones en nuestras vidas (Mc. 13,9-13).

Hay dos cosas que actan contra la perseverancia:

El cansancio. Nuestro deseo de servir al Seor y nuestra capacidad para hacerlo se pueden ir apagando debido al cansancio. La vida cristiana es un esfuerzo constante por alcanzar la meta. Necesitamos la sabidura de Dios para imponer el orden en nuestras vidas, para controlar y renunciar a todo lo que pueda apartarnos de ella (1 Cor. 9,24-27).

El desaliento. La mayora de las veces el desaliento implica cobarda. En el seguimiento de Jess. con frecuencia somos llamados a algo difcil o doloroso, lo cual nos produce temor. Lo que necesitamos para una vida cristiana victoriosa es el poder del espritu Santo que nos proporciona la valenta necesaria para vencer el miedo o la timidez (2 Tim. 1,6-7).

3.- Esperanza.

Hay una relaci6n muy estrecha entre esperanza y perseverancia. Lo que hace posible para nosotros la perseverancia es la esperanza. En sentido cristiano, la esperanza es la confianza en el Seor (Rm. 8,23-25).

Jess tom su cruz con esperanza, con confianza. No quera pasar por este dolor, pero tenia ante El la promesa y el gozo de lo que iba a suceder; esta fue la esperanza que le permiti perseverar hasta el final (Mt. 27,50-54).

C.- Cmo crecer en el dominio de si mismo.

1.-La forma como el Seor nos hace crecer en el dominio propio es a travs de la enseanza y del entrenamiento que nos proporciona por medio de las pruebas.

2.- Sto 1,2-4. Dios permite las pruebas para que podamos crecer ejercitando la paciencia, de la misma manera que nuestra fuerza se desarrolla ejercitando los msculos.

3.- Sto 1,12. Soportar las pruebas con alegra es una expresin de nuestra fe. Es confiar en que "en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman" (Rm. 8,28).

4.- La fe nos hace pacientes, pero paciencia no es lo mismo que pasividad. En cada una de las pruebas debemos buscar en forma activa la voluntad de Dios para nosotros.

CONCLUSI0N.

El Seor quiere que tengamos un carcter cristiano para que seamos siervos

suyos, capaces de hacer todo lo que El nos pida y de asumir las responsabilidades que nos da; siervos que puedan mantenerse fieles y firmes en esas situaciones. No se trata de tomar la vida como se nos presenta, de dejarnos formar por las circunstancias ni de tender a seguir nuestros deseos ni el camino ms fcil. El Seor nos llama a algo mucho ms elevado: a formarnos en su imagen para ser hijos suyos, a ser un pueblo que participe de su naturaleza misma, a tomar la responsabilidad en las cosas que nos confa. Para esto nos hace falta ser formados en la imagen de Dios; necesitamos su carcter para poderlo hacer. (2 Pe. 1,3-11).

PREGUNTAS.

1.- En qu cosas concretas se ha manifestado la fidelidad de Dios en tu vida?

2.- Cules son las reas de la fidelidad y del dominio propio en las que necesitas crecer?

3.- Qu pasos vas a dar para lograrlo?

PACIENCIA y PERSEVERANCIA

OBJETIVO.

Proporcionar el concepto correcto de lo que es la paciencia y motivar a los hermanos a adquirirla.

1.- QUE ES LA PACIENCIA?

A.- La paciencia de Dios.

1.- La paciencia es la cualidad de no reaccionar inmediatamente con enojo, hostilidad o irritacin cuando las cosas no resultan como uno quiere. Dios es paciente porque ama a los hombres y quiere sa1var1os (Ex.34,6-7; Nm. 14,18).

2.- Las revelaciones sucesivas insisten ms en la paciencia, en el amor misericordioso del Padre y en su perdn, que en la ira y el juicio (Sal. 103,8; Eclo. 18,8-14).

3.- La paciencia de Dios no es una muestra de debilidad sino un llamado a la conversin (Jl. 2,12-13; Is. 55,6-7).

4.- Jess revel plenamente con sus enseanzas la paciencia y el amor de Dios, que quiere salvar a la humanidad, y los encarn con su actitud, para con los pecadores (1 Tim. 1,12-16).

5.- Lc. 22,39-44 La decisin de Jess en su pasin es nuestro modelo de paciencia en las persecuciones; nos ensea el verdadero significado y el valor redentor que tiene el sufrimiento.

6.- El retraso aparente de la segunda venida de Jess es una manifestacin de la generosidad de Dios (2 Pedro 3,9).

B.- La paciencia del hombre.

1.- Como discpulos de Jess estamos llamados a imitar su paciencia (Ef. 5,1; Mt. 5,45).

2.- Seguir el ejemplo y las enseanzas implica:

Soportar cada da los defectos del prjimo con mansedumbre y amor.

Enfrentar la persecusi6n y las pruebas en una fidelidad constante y gozosa, totalmente llena de esperanza.

II. CARACTERISTICAS DE LA PACIENCIA.

1.- Determinacin.

A veces pensamos en la paciencia como resignacin, como una virtud pasiva, pero en las Escrituras tiene un sentido activo ( 1 May.8,1-4). Sto 5,7-8 El labrador espera la cosecha con paciencia; la riega, la cuida y espera con determinaci6n.

2.- Perseverancia.

Es la capacidad para seguir adelante, an enfrentando sufrimientos, dificultades o aflicciones. Las Escrituras la presentan como una cualidad muy importante para la vida cristiana; es especialmente necesaria cuando las cosas se ponen difciles o en contra. Perseverancia y soportar (capacidad de aguante) son la misma palabra en griego. Jess es nuestro modelo de perseverancia: tuvo que soportar hasta el final, hasta su muerte en la cruz, en medio de sufrimientos, aflicciones y dificultades para poder salvarnos.

3.- Diligencia (esmero).

Otra caracterstica de la paciencia es la diligencia para ayudar a otras personas a encontrar al Seor (2 Tim. 4,2).

4.- Responsabilidad.

El Seor quiere que seamos responsables del crecimiento espiritual de nuestros hermanos; para lo cual necesitamos amonestarnos, animarnos y ensearnos unos a otros. Pero debemos hacerlo sin ser irritables, ni impacientes, ni apresurados, sino trabajando unos con otros hasta llegar al punto en que logremos lo que el Seor espera de nosotros (1 Tes. 5,14-15).

III. AREAS ESPECIFICAS EN LAS QUE DEBEMOS EJERCITAR LA PACIENCIA.

1.- Las emociones.

Las dos emociones que se manifiestan con mayor facilidad son la ira y el temor.

Muchas veces nos vemos dominados por respuestas de ira o de temor y no actuamos en forma adecuada en ciertas situaciones porque estas emociones nos dominan en vez de controlarlas nosotros a ellas.

2.- Las adicciones.

Hay muchos hbitos que pueden ser clasificados como adicciones. Nos podemos hacer adictos al tabaco, al licor, la masturbacin, etc. Muchas veces la dificultad para controlar un apetito no es la falta de habilidad para controlar un deseo normal como puede ser el comer, por ejemplo, sino ms bien es la incapacidad para controlar una adiccin. Superar una tendencia o un modo habitual de conducta es un proceso que requiere firmeza y perseverancia.

3.- La disciplina.

Hay muchas cosas pequeas sobre las que no ejercemos la disciplina. Para unos puede ser un pasatiempo sin importancia aparente, pero que nos lleva a fallar en nuestros compromisos o a invertir mucho dinero en l. Para otros puede ser el chisme. Hay ciertas cosas que sabemos que no debemos decir, ni escuchar, pero lo hacemos. Para muchos es la curiosidad: estn tentados a leer las cartas de otros, a escuchar conversaciones ajenas, a enterarse de lo que est sucediendo en las vidas de otras personas.

IV.- PASOS QUE DEBEMOS DAR.

1.- Dominio de si mismo.

Es una cualidad fundamental porque nos permite saber lo que tenemos que hacer y llevarlo a cabo. Es un fruto del Espritu que hace posible la existencia de otros. Necesitamos dominio propio para ser fieles, para ser responsables, para controlar los deseos y las emociones y no caer en la depresin. (1 Coro 9,26-27).

2.- Fil. 4,11-13 San Pablo habla de cmo ha aprendido a servir y a glorificar al Seor, ya sea en tiempos de adversidad o de prosperidad. Esta es una manifestacin del dominio de si mismo como parte de su vida, el cual le permite llevar a cabo lo que debe hacer en cualquier circunstancia. El dominio propio produce en nosotros la confianza de que podemos enfrentar cualquier situacin y permanecer firmes. Para vivir la vida cristiana es muy importante que podamos confiar en nosotros mismos.

3.- Tres pasos para adquirir el dominio de nosotros mismos:

a) Quererlo. Esto parece obvio pero hay personas que no quieren cambiar sus costumbres. Es necesario decidir que queremos dominar esa rea de nuestra vida.

b) Decidir que uno va a tener el control, que esa rea va a cambiar con la ayuda del Seor.

c)Trabajar en el rea. Enfrentar la situacin estudiarla y empezar: por una parte con paciencia. Cuando logremos dominar esa parte y adquiramos confianza en nosotros mismos, entonces hay que seguir con otra y proceder as hasta que logremos controlar toda el rea.

4.- Necesitamos jerarquizar las reas que necesitamos poner bajo control y empezar por aquellas que ofenden al Seor o a otras personas. Por ejemplo: saber escoger entre hbitos en el trabajo y el ser irritable, entre dejar de comer algo que engorda y el llegar siempre tarde. Hay prioridades diferentes para distintas personas; cada uno debe empezar por la que sea ms importante para l.

5.- El ambiente es muy importante. Si estamos viviendo una situacin general de desorden, gastamos nuestras energas en ordenar nuestras vidas y no podemos trabajar en reas especficas.

6.- Necesitamos fe en el Seor y en nosotros mismos para superar reas grandes de falta de dominio propio, como son las adicciones. Necesitamos confiar en la ayuda del espritu y en que lo vamos a poder hacer , aunque hayamos fallado otras veces; hay que hacer a un lado la mentalidad negativa y derrotista.

Es muy importante pedir ayuda, hablar con otra persona y mantenerse en contacto con ella, en vez de tratar de resolver solos el problema

7.- La meta no es el control perfecto de nosotros mismos; lo que queremos es controlarnos hasta la medida que nos haga capaces de vivir fielmente la vida cristiana. Ms all de eso no es realmente importante. La nica rea en la que no necesitamos dominio propio es en la del amor a Dios y a los hermanos.

PREGUNTAS PARA COMPARTIR.

1.- Cul ha sido tu experiencia respecto a la paciencia?

2.- Qu pasos vas a dar para vivirla mejor?

DAD GLORIA AL SEOR!

AHORA Y POR SIEMPRE!

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