filósofas de la modernidad temprana y la ilustración

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Quien reflexione sobre la trama que compone la historia de la filosofía de la tem- prana Modernidad a la Ilustración se percatará de los numerosos autores, tradicio- nes y caminos inexplorados que, por diversas razones, no fueron integrados en los relatos canónicos Pero éste no es lugar para polemizar en torno a los criterios de reconstrucción de la historia de la filosofía —pues se trata de una línea de investi- gación que merece un estudio aparte—, sino para presentar un ejemplo de aque- llas vetas desdeñadas en los grandes relatos de la filosofía en la Modernidad

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    Filsofas de la Modernidadtemprana y la Ilustracin

    Homenaje a Laura Bentez

    y Jos Antonio Robles

    Viridiana Platas BentezLeonel Toledo Marn(Coordinadores)

    Biblioteca Digital de Humanidades | Direccin General Acadmica del rea de Humanida

    ColeccinInvestigacin Colectiva 6

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    Universidad Veracruzana

    Dra. Sara Deifilia Ladrn de Guevara GonzlezRectora

    Mtra. Leticia Rodrguez AudiracSecretaria Acadmica

    M.A. Clementina Guerrero GarcaSecretaria de Administracin y Finanzas

    Dr. dgar Garca ValenciaDirector Editorial

    Direccin General del rea Acadmica de Humanidades

    Mtro. Jos Luis Martnez SurezDirector

    Mtra. Doriam del Carmen Reyes MendozaCoordinacin Biblioteca Digital de Humanidades

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    Diseo de interiores y formacin:

    Hctor Hugo Merino SnchezAlma Delia Corts [email protected]

    Direccin General EditorialHidalgo 9, Centro, Xalapa, Ver.Apartado postal 97, CP [email protected]. / fax: (228) 8 18 59 80 | 8 18 13 88

    2014 Universidad Veracruzana

    Biblioteca Digital de HumanidadesDireccin General del rea Acadmica de HumanidadesEdificio A de Rectora, 2 pisoLomas del Estadio s/nZona Universitaria, CP 91000

    Xalapa, [email protected]/ www.uv.mx/bdhTel. / fax: (228) 8 12 47 85 | 8 12 20 97

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    Nicolas de Largillirre (1656-1746)Portrait de la marquise du ChteletMuseo de LouvreTomada de:http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Marquise_du_Ch%C3%A2telet_par_Largilli%C3%A8re.JPG

    Este libro ha sido publicado con

    recursos del Programa Integralde Fortalecimiento Institucional

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/http://http//commons.wikimedia.org/wiki/File:Marquise_du_Ch%C3%A2telet_par_Largilli%C3%A8re.JPGhttp://http//commons.wikimedia.org/wiki/File:Marquise_du_Ch%C3%A2telet_par_Largilli%C3%A8re.JPGhttp://http//commons.wikimedia.org/wiki/File:Marquise_du_Ch%C3%A2telet_par_Largilli%C3%A8re.JPGhttp://http//commons.wikimedia.org/wiki/File:Marquise_du_Ch%C3%A2telet_par_Largilli%C3%A8re.JPGhttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
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    Viridiana Platas BentezLeonel Toledo Marn

    (Coordinadores)

    Filsofas de la Modernidadtemprana y la Ilustracin

    Homenaje a Laura Bentez yJos Antonio Robles

    Direccin General del rea Acadmica de HumanidadesInvestigacin Colectiva 6

    Laura Bentez Grobet

    Zenia Ybenes Escard

    Javier Luna Leal

    Zuraya Monroy Nasr

    Leonel Toledo Marn

    Jos A. Robles Garca

    Viridiana Platas Bentez

    Carmen Silva

    Donovan A. Hernndez Castellanos

    Isaac P. J. Moctezuma Perea

    Biblioteca Digital de Humanidades

    Universidad Veracruzana

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    Quien reflexione sobre la rama que compone la hisoria de la filosofa de la em-prana Modernidad a la Ilusracin se percaar de los numerosos auores, radicio-nes y caminos inexplorados que, por diversas razones, no fueron inegrados en losrelaos cannicos. Pero se no es lugar para polemizar en orno a los crierios dereconsruccin de la hisoria de la filosofa pues se raa de una lnea de invesi-gacin que merece un esudio apare, sino para presenar un ejemplo de aque-llas veas desdeadas en los grandes relaos de la filosofa en la Modernidad.

    As, en los escrios que componen ese libro presenamos esudios en orno aalgunas filsofas modernas, en especial, aquellas que vivieron y pensaron en lossiglos y . Las razones que nos condujeron a explorar el pensamieno deesas mujeres son, en primer lugar, el valor inrnseco de las perspecivas eri-cas desarrolladas por las filsofas de dicho periodo y, en segundo, la carencia deesudios que sobre el ema y la poca se han hecho en Mxico y, en general, en lospases de habla hispana. Si bien exisen exos dedicados al pensamieno de lasfilsofas modernas, la mayora de sos se han desarrollado en los limos aosen Esados Unidos de Amrica e Inglaerra. Las invesigaciones de MargareAlic, Margare Aheron, Jaqueline Broad, Sarah Huton, Carolyn Merchan yEileen ONeil, enre oras, consiuyeron una fuene imporane para la elabora-cin de los ensayos que componen ese libro.

    La novedad de ese volumen puede ubicarse en el conexo del proyecogeneral del Seminario Permanene de Hisoria de la Filosofa, de la UniversidadAunoma de la Ciudad de Mxico. All, el rabajo colecivo se ha cenrado en lainvesigacin rigurosa y la discusin sobre los rasgos caracersicos de la moderni-

    Cabe desacar que la maesra Anglica Salmern Jimnez escribe, desde , la valiosa colum-

    naDisinas y Disanes, en la revisaLa ciencia y el hombre, de la Universidad Veracruzana. Esacolumna se ha encargado ininerrumpidamene de dar a conocer la labor de cienficas y filsofasde odos los iempos. Ese espacio, as como el Seminario de Hisoria de la Filosofa, de la Faculadde Filosofa de la Universidad Veracruzana, dirigido por la maesra Salmern, es pionero en elrabajo de difusin de las filsofas desde la perspeciva de la hisoria de la filosofa.

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    dad filosfica, especialmene en la revisin crica de los llamados lugares comu-neso prejuiciosgenerales en los que incurren los hisoriadores y los filsofos

    cuando se raa de dar cuena de las radiciones ms relevanes del pensamieno delos siglos al . As, en la visin ms comn de la Modernidad emprana, seencuenra un prejuicio hisoriogrfico que consise en afirmar que la Modernidadenmarca exclusivamene aquella radicin que, desde Ren Descares, origin elimperio de ciero ipo de subjeividad, eminenemene racional, que iende susdominios en la meafsica ms radical. La indagacin rigurosa y la crica de eseprejuicio hisoriogrfico nos ha permiido pensar en una Modernidad colmada deproblemicas que van ms all de las pauas episemolgicas del mal concebidosujeo moderno, y que revelan ms riqueza de la que hubiramos podido hallar sinos hubiramos limiado al mero esudio de la conselacin de filsofos cannicos.Enre esas cuesiones, las disinas faceas de la filosofa naural, la polica, la icay la educacin en la Modernidad nos condujeron a valorar cuidadosamene la pre-sencia fundamenal de las filsofas de la poca: vimos enonces la necesidad deinvesigar sobre las disinas vas de reflexin exploradas por ellas y de considerarseriamene sus apores, la mayora de las veces injusamene desdeados por lashisorias radicionales de la filosofa.

    Adems, en la realizacin de ese volumen, consideramos necesario que lasreconsrucciones hisricas hechas por los esudiosos de la hisoria de la filoso-fa, incluyan las propuesas de las filsofas modernas, as como las emicas yconcepciones desarrolladas por los mal llamados filsofos menores. La difusinde las perspecivas filosficas en nuesro mbio acadmico, en buena medida,se ve favorecida por la cercana con nuesra lengua maerna, por ello, la mayorpare de los rabajos incluyen raducciones al espaol que los propios auores hanrealizado con el afn de una efeciva difusin del pensamieno de las pensadorasque se han abordado.

    Es imporane decir que ese nuevo eje de rabajo en el rea de hisoria dela filosofa ha sido inspirado y en gran medida promovido por la labor generosarealizada por el Seminario del rea de Hisoria de la Filosofa del Insiuo deInvesigaciones Filosficas de la , coordinado por Laura Benez Grobe yJos Anonio Robles Garca. Ambos profesores han impulsado las invesigacio-nes sobre hisoria de la filosofa moderna y renacenisa a lo largo de ms de

    aos. En buena medida, la indagacin general sobre los problemas y las enden-cias del pensamieno moderno en las disinas universidades de nuesro pas hansido guiadas por Laura Benez y Jos A. Robles, a ravs de cursos, conferencias,ponencias, libros en coauora, raducciones, y una veinena de volmenes colec-

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    ivos sobre diversos emas cenrales de la hisoria de la filosofa y de la ciencia enla Modernidad; la desacada rayecoria acadmica de esos profesores, siempre

    acompaada de un espriu gozoso de crica, de una incansable y frucfera laborde docencia e invesigacin sobre la Modernidad, nos inspir a dedicarles esevolumen, como un merecido homenaje.

    El libro inicia con el arculo de Laura Benez Grobe, Algunas reflexiones sobreel filosofar de las mujeres en la Modernidad emprana. La auora hace referencia, enprimer lugar, al esfuerzo del grupo del rea de Hisoria de la Filosofa, del Insiuode Invesigaciones Filosficas que, a lo largo de aos, ha coordinado conjuna-mene con el Dr. Jos A. Robles, y en el cual se han generado cursos, seminarios,simposia, proyecos de invesigacin y una imporane canidad de publicaciones.Adems, comena el arculo de Eileen ONeill Las mujeres en la hisoria de lafilosofa, como un aco de reivindicacin al esfuerzo de ms de una reinena demujeres inelecuales de los siglos y que, enre oros emas, abordaronla igualdad enre el hombre y la mujer, as como el derecho de la mujer al esudio.Finalmene, Laura Benez se refiere a su recorrido por las ideas filosficas de SorJuana Ins de la Cruz, desde hasa el momeno acual, reomando el enornoculural de nuesra Dcima musa, as como su cercana con el Barroco; la auoraincluye un comenario sobre el conenido filosfico de algunos de sus escrios.

    Zenia Ybenes Escard presena La Ciencia de los sanos o el amor purosegn Madame Guyon.En ese arculo se preende mosrar el nacimieno deuna ciencia de los sanos a parir de la experiencia msica del siglo . Desdela querella del amor puro, defendido por Madame Guyon, se aisba un discursodisino de la subjeividad caresiana, que se enraza en la Modernidad y queinfluye de manera suberrnea hasa la acualidad.

    Javier Luna Leal nos ofrece la reconsruccin del ejercicio dialcico enreRen Descares y Elizabeh de Bohemia en La preguna como pare del dilogofilosfico. La correspondencia de Elizabeh de Bohemia.El auor propone que lacorrespondencia enre la Princesa Palaina y el filsofo de la Turena no debe versecomo un inercambio episolar enre maesro y discpula, sino como una discu-sin sobre uno de los emas no resuelos del caresiano, la relacin alma-cuerpo, ala luz de un dilogo aunico enre iguales, es decir, enre amigos.

    Zuraya Monroy Nasr colabora con Margare Cavendish y sus cricas obser-

    vaciones a la filosofa experimenal, capulo que procura una aproximacin ala obra de la filsofa inglesa Margare Cavendish, desde una perspeciva inere-sada en difundir las aporaciones de auoras del siglo a la fi losofa e hiso-ria de la ciencia. Se examinan aqu algunas cricas que M. Cavendish emprende

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    conra los rabajos de reconocidos filsofos experimenales y mecanicisas. Esafilsofa de la nauraleza, en un medio muy favorable para el mecanicismo y la

    experimenacin, se arevi a ir conracorriene y puso en enredicho las basesonolgicas y los supuesos epismicos de la filosofa experimenal.Leonel Toledo Marn y Jos Anonio Robles, en Caharine Troter Cockburn:

    polemisa defensora de John Locke, proponen revisar las discusiones de la fil-sofa en el conexo de las dispuas eolgicas susciadas por la aparicin delEnsayode John Locke. En ese marco, los auores encuenran en Caharine Troter no slouna exposiora de la obra del auor ingls, sino una defensora y pracicane delideal ilusrado de la filosofa.

    Viridiana Plaas Benez presena Liberad y razn o la universalidad de lavirud en el pensamieno de Damaris Cudworh, donde la auora desarrollares lneas emicas que pueden idenificarse en Occasional houghs in reerenceo a veruous or chrisian lie (), de la filsofa brinica Damaris Cudworh,Lady Masham. La primera lnea refiere al influjo laiudinario emprano para eldesarrollo de la propuesa de Lady Masham; en segundo lugar, y eniendo comoanecedene el rasgo anes mencionado, se desarrollan las definiciones de raznyliberad sosenidas por la filsofa. Por limo, se aender la propuesa educaivaconenida en el exo, dirigida precisamene a la formacin de una vida viruosa.

    milie du Chele: una ilusrada relegada a la sombra es el exo con el quecolabora Carmen Silva, quien ofrece un rerao ineresane de esa filsofa francesa.milie fue una mujer excepcional del siglo , ya que adems de los inereses yacividades propios de la nobleza a la que pereneca, uvo una sincera pasin por lanueva ciencia y, gracias a ello, se conviri en una conocedora de la fsica y las mae-micas ms revolucionarias de su momeno: las de Leibniz y Newon. Asimismo,la Marquesa du Chele fue reconocida y acepada denro del crculo de los ge-meras y maemicos ms imporanes de la poca, ano en Francia como en oraspares de Europa. Por odo eso, es innegable el reconocimieno que se merece esainelecual ilusrada, como una de las savansde la Ilusracin europea.

    Donovan Adrin Hernndez Casellanos presena roigne de Mricour,amazona en iempos de Revolucin.En ese ensayo se defienden dos ideas cenra-les: ) que la hisoria del feminismo moderno iene dos procedencias: la lucha sufra-gisa y el feminismo beligerane de la republicana roigne de Mricour; ) que

    esa posura, sin duda polmica, iene una genealoga ms arcaica, que se remona ala anigedad clsica, a parir de la irrupcin de las guerras civiles (ssis)en lapolisgriega. Se muesra la imporancia del feminismo someido de Mricour para lahisoria de la polica moderna y se reflexiona sobre la exclusin de la que ha sido

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    objeo en los relaos sobre la Revolucin Francesa. Ello es un preexo para discu-ir las represenaciones que el operador femenino ha enido durane la Ilusracin

    y para comprender, en suma, las esraegias ejecuadas por las mujeres del siglo para modificar dichas represenaciones, empleando esraegias de resisenciaconra el despoismo en general. Como se argumenar a ese respeco, la figura deroigne de Mricour, amazona en iempos de Revolucin, es fundamenal.

    Finalmene, La crica a la ica caballeresca de Mary Wollsonecra,deIsaacMocezuma, problemaiza la presencia del pensamieno de Mary Wollsonecraen la Ilusracin. As, ane la preguna qu puede significar, en su caso paricular,decir que Wollsonecra es una hija de la Ilusracin? El auor seala que debe-mos renunciar a la posibilidad de oorgar una respuesa definiiva y saisfacoriaa esa cuesin y ms bien hay que adenrarse en el campo de la problemicapropia de la Ilusracin, anes que ubicar a Wollsonecra como hija de sa; esoquiere decir que, por un lado, es necesario cuesionarnos cmo se nos presena anosoros mismos la Ilusracin, y por oro, considerar la posura aniilusrada quela filsofa formula a ravs de su crica a la ica caballeresca.

    Con oda jusificacin, el amable lecor noar la ausencia de algunas filsofasen ese volumen; esamos conscienes de ello, lo cual nos brinda una razn paraconinuar con esa labor. Felizmene, an quedan en el inero ms nombres ypensamienos por reconsruir.

    Adems, desperar el carcer crico e inviar a la invesigacin esimulaneson ambin objeivos de nuesro proyeco pues, de alguna manera, con esa invi-acin hacemos un homenaje a las filsofas modernas e ilusradas, reproduciendoen nuesros lecores la improna que las llev a definir con nuevos mpeus losproblemas de su poca.

    Queremos mencionar y agradecer el generoso e invaluable apoyo de la Biblio-eca Digial de Humanidades, de la Universidad Veracruzana, a ravs de suscoordinadoras: Silvia Eunice Guirrez de la Torre y, poseriormene, Doriam delCarmen Reyes Mendoza, en la revisin y edicin de ese volumen; as mismo,deseamos dar gracias a dos rbiros annimos por sus observaciones cricas, conlas que se mejoraron versiones de cada uno de los ensayos que aqu se presenan.

    Viridiana Plaas BenezLeonel oledo Marn

    Mxico, D.F.Verano de

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    Laura Benez GrobeInsiuo de Invesigaciones Filosficas-

    [email protected]

    A :

    Lo que a coninuacin dir iene por objeo expresar diversas formas de agradeci-mieno que no poda dejar de comparir con usedes. El primero es agradecer quese rinda homenaje al rabajo acadmico, arduo y serio que por ms de aos hemosllevado a cabo (los homenajeados) en el seminario de Hisoria de la Filosofa, delcual los coordinadores de ese proyeco han formado pare muy aciva, ano queellos mismos han logrado replicar el esfuerzo con el Seminario permanene de his-oria de la filosofa. Es seguro que nada puede hacernos ms dichosos que el recolec-

    ar semejane fruo como premio a una vida de rabajo. Aqu cabe aclarar que no seraa an slo de un grupo de esudiosos de la hisoria de la filosofa, que lo es y muymerecidamene reconocido, sino sobre odo, y eso forma pare de mi agradecimienovial, de un grupo de amigos, de al suere solidarios que hemos logrado llevar a cabo

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    las ms arduas empresas acadmicas como la edicin de libros colecivos y bole-ines (verdaderas revisas de difusin de los ms imporanes emas de la hisoria

    de la filosofa moderna). Agradezco enonces, en primer lugar, la foruna de haberconado con un compaero slido acadmicamene, no slo conocedor de los emassino un verdadero sabio cuya aunica generosidad ha sido uno de los ms impor-anes pilares de ese grupo de rabajo. Gracias Jos Anonio Robles. Tambin deseoagradecer al numeroso grupo de discpulos, los docores, como Alejandra, Zuraya,Carmen, Leonel, Luis; los docorandos como Viridiana, Tere o Javier; los esudian-es de maesra, como Vernica. A odos ellos muchas gracias no slo por comparirlas cargas acadmicas sino por inviarnos a formar pare de sus propias propuesas yproyecos, por manener a la familia unida y por soporar mis buenos y malos das.

    Ora lnea imporane de mi agradecimieno se dirige al ema mismo del pre-sene libro colecivo. Gracias por omar en cuena a las filsofas de la Modernidady la Ilusracin, no slo porque ambin han consiuido pare de mis ineresesfilosficos, sino por algo mucho ms bsico, el hecho de que al ser mujeres, nosiempre recibieron el reconocimieno inelecual que merecan, pero sobre odo,porque al reconocerlas nos reconocemos a nosoras mismas como una pareimporane del gnero humano dedicada a la filosofa.

    L M

    El arculo que voy a comenar brevemene se encuenra en la Enciclopedia Gale deFilosoay fue elaborado por Eileen ONeill en . La razn que me lleva a comen-arlo es que resala la imporancia de las mujeres en el mbio filosfico desde laAnigedad hasa nuesros das, pero hace un especial nfasis en las mujeres fil-sofas de los siglos y . Enlisa mujeres en el siglo y en el .Menciona, desde luego, que las hisorias de la filosofa radicionales prcicameneomien a las mujeres en visa de que se considera que no han hecho conribucionesoriginales a la filosofa o, cuando mucho, se las menciona en alguna noa de pie depgina. Sin embargo, la invesigacin reciene inspirada ano en eoras feminis-as como por un renovado iners en la hisoriografa de la filosofa ha descubiero a

    numerosas mujeres que conribuyeron a la marcha de la filosofa a ravs de los siglos.

    Eileen ONeill, Women in he Hisory of Philosophy,Enciclopedia o Philosophy,omsonGale, , p. .

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    Curiosamene, en el siglo hubo un mayor reconocimieno a las muje-res filsofas que en el propio siglo . As, en la Hisoriade omas Sanley, se

    mencionan mujeres filsofas del mundo aniguo, mienras que Gilles, en lasuya, alude a , enre las que se encuenran plaonisas, acadmicas, dialcicas,cirenaicas, megricas, epicreas, cnicas, peripaicas, esoicas y piagricas. Esposible que se puedan discuir los crierios de inclusin pero es un hecho que eramayor el espriu de inclusin que el de segregacin.

    En el siglo , la emica era de suyo provocadora. Segn Eileen ONeill,la querella de las mujeres impuls a varias esudiosas a dar sus punos de visasobre la igualdad del hombre y la mujer o sobre el derecho de la mujer a esudiar;en ese caso no slo cia a Mara van Schurman, sino a nuesra Sor Juana Ins de laCruz y su Cara aenagrica, donde discue la nauraleza de la mujer y su relacincon el conocimieno. Adems, en la segunda miad del siglo , varias mujeresescribieron raados sobre la educacin de las jvenes, as como rabajos sobre lamoral y las pasiones.

    Hacia aparecieron escrios sobre filosofa naural escrios por muje-res. Enre ellos desacan los de Jeanne Dume en Francia, y en Inglaerra, losde Aphra Behn; ambos defendieron la eora copernicana, aunque sin dudaMargare Cavendish sobresali por publicar media docena de libros sobre filo-sofa naural.

    Por oro lado, es bien conocido el reconocimieno de Leibniz a AnneConway, con quien segn el propio filsofo alemn, compari varios punosde visa filosficos. Ms conocido, a ravs de la filosofa caresiana, es el des-empeo de Elizabeh de Bohemia como crica del ineraccionismo caresianoy a l vez un poco menos la conribucin de Mary Asel l, quien a fines del siglo ofrece un manual para mejorar las capacidades de razonamieno en lasmujeres.

    Ora imporane filsofa fue sin duda Damaris Cudworh Masham, quienadems de discuir cricamene sobre el ocasionalismo y defender varios pun-os de visa lockeanos, debai con Leibniz algunas esis meafsicas, aunque ensu iempo se dijera que ales argumenos no podan haber sido esgrimidos poruna mujer. Una lockeana radical fue Caherine Troter Cockburn, quien ambindefendi las ideas de Samuel Clarke.

    A odas esas mujeres inglesas habr que aadir a la francesa Gabrielle Suchon,quien uvo que publicar su raado de moral y polica bajo el seudnimo neurode G. S. Arisophile. Hubo varias mujeres en Francia e Inglaerra que escribieronsobre educacin y derechos de la mujer, pero ambin sobre causalidad, escepi-

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    cismo y conocimieno del mundo exerno, como en el caso de Mary Shepherd, lacual hizo imporanes cricas a los empirismos de Berkeley y de Hume.

    No menos imporane e ilusraiva es la canidad de emas y preocupacionesque revelan las filsofas de la Ilusracin. Pero lo imporane es que la bsquedaprosigue sobre los vesigios de mujeres que escribieron sobre filosofa de la educa-cin, filosofa naural; ambin sobre la siuacin de las leras y las ciencias o sobrela felicidad en los individuos y las naciones, los principios de la filosofa o sobre lasproposiciones filosficas, y muchas veces lo uvieron que hacer con seudnimos obajo el nombre del padre o del marido.

    No obsane, lo imporane es que la invesigacin reciene va desenmasca-rando los hechos y reivindicando el reconocimieno para odas esas mujeres ques han dejado huella en la hisoria de la filosofa. As, el deseo de ONeill, al queyo me sumo es: Esperamos que las fuuras hisorias de la filosofa reflejen el ricopanorama del pasado, y yo aado: e incluyan a las mujeres filsofas juno con losfilsofos.

    P S J I C

    Debo haber conado con escasos aos cuando me dio por escribir algunosripiosos versos. Mi madre, que era una mujer muy objeiva, me seal que sinduda mi camino no era el de la poesa, aunque al vez s el de conocer con mayorprofundidad y cuidado a los poeas hispanos del Siglo de Oro pero, sobre odoa nuesra novohispana, Sor Juana Ins de la Cruz. Por un buen iempo slo melimi a leerla, pero mi esudio de Sigenza ineviablemene me llev a esudiar aSor Juana.

    Ya como invesigadora en el Insiuo de Invesigaciones Filosficas de la ,uve la foruna de conocer a don Anonio Gmez Robledo, quien en alguna oca-sin me comen que una pare imporane de mi labor como invesigadora debaser el esudio filosfico de Sor Juana. sa fue una recomendacin que jams ech

    Para conocer ms sobre esas filsofas recomiendo los rabajos de: Jaqueline Broad, Women

    philosophers o he seveneenh cenury, Cambridge, Cambridge Universiy Press, ; MargareAheron, Women philosophers o he early modern period, Indianapolis, H. W. Sams, ; SarahHuton y L . Huner (eds.), Women, Science and Medicine in Early Modern England,Sroud, AlanSuton, .

    Eileen ONeill, op. ci., pp. -.

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    en saco roo, por el conrario, una de mis meas se conviri en dar a conocer lasideas filosficas de Sor Juana, paricularmene sus preferencias episemolgicas,

    enre nosoros y ms all de nuesra paria. As, en abril de uve la oporunidadde comenar la relacin enre la filosofa moderna y Sor Juana en la Universidad deCambridge, en un simposio sobre las mujeres y la hisoria de la filosofa. En mayode , presen en Salamanca el rabajo: Sor Juana Ins de la Cruz: reflexionessobre el Primero Sueo. En los aos y afin mis propuesas sobre SorJuana en disinos foros nacionales en San Luis Poos, Aguascalienes y Queraro,donde habl de las preocupaciones filosficas de Sor Juana, paricularmene sobreel modo del conocimieno.

    Un poco ms adelane, en el , viaj a la Universidad de Grningen enHolanda para presenar un rabajo: Sor Juana Ins de la Cruz frene a la radiciny la Modernidad. Luego, en , presen en la Universidad de Sevil la algo msespecfico: Neoplaonismo y escolsica en el Primero Sueo de Sor Juana Insde la Cruz.

    En creo haber dado cima a mis afanes sobre Sor Juana al enviar mi ra-bajo: Sensible and raional knowledge in he episemological hough of SorJuana Ins de la Cruz, para que formara pare de una imporane anologa sobrela recuperacin y evaluacin del pensamieno filosfico de las mujeres, libroque edian Eillen ONeill y Marcy Lascano. Debo comenar que eso lo deboa Zuraya Monroy, quien amablemene le llev a Eillen mis rabajos publicadossobre Sor Juana.

    L NE S J I C

    En relacin con el ambiene culural de la Nueva Espaa en la segunda miad delsiglo se ha dicho que la abundancia permii el desarrollo de una imporanevida arsica y l ieraria que hizo acreedora a la Ciudad de Mxico del ulo de laAenas de Amrica.

    Eileen ONeill y Marcy P. Lascano (eds.), Feminis Hisory o Philosophy: Te Recovery and

    Evaluaion o Womens Philosophical Tough, Neherlands, Springer, . Sergio Fernndez, Homenajes: a Sor Juana, a Lpez Velarde, a Jos Gorosiza, Mxico, ,, p. . Al respeco, Irving A. Leonard cia: como un disinguido crico espaol escribiconina siendo [Mxico] la merpolis lieraria del Nuevo Mundo, afamada por la ensean-za en sus escuelas, la culura de sus ciudadanos y por el cuidado y disincin con que nuesro

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    Hubo en Mxico gran iners por odo ipo de lieraura y se imporaronnumerosos libros provenienes no slo de las imprenas espaolas sino de las

    holandesas, francesas, belgas, ec. Y, no obsane que la muere de Caldern de laBarca marc el fin del Siglo de Oro para las leras en Espaa, en la Nueva Espaase dio una de las eapas ms imporanes de la creacin arsica en general y de lalieraria en paricular.

    El clima inelecual se vio enriquecido por la presencia de Maeo Alemn,Fray Garca Guerra, Belmone, Rosas de Oquendo, Heinrich Marin (EnricoMarnez), Fray Diego Rodrguez y oros. En ese ambiene surgen las figuras deCarlos de Sigenza y Gngora, Juan Ruiz de Alarcn y Sor Juana Ins de la Cruz.Muchos auores han comenado la imporancia de esos criollos erudios. DeSigenza se ha dicho que su erudicin basaba para honrar a su pas y a su siglo,y Sigenza dijo de Sor Juana que su fama se acabara con el mundo y aunquelos elogios pueden sonar desmesurados, en una perspeciva ms crica y menosbarroca, Sor Juana y Sigenza represenan el espriu de la Modernidad en el siglo mexicano.

    En cuano a Juana Ins de Asbaje y Ramrez de Sanillana (-), lasopiniones acerca del conenido de su rabajo filosfico difieren. Algunos man-ienen que permanece aada a la radicin clsica medieval; oros, en cambio,que es cercana a la modernidad filosfica y, finalmene, algunos proponen quesu ms imporane rabajo filosfico, el Primero Sueo, es hermico. Yo la veocomo cercana a la Modernidad, no slo porque se acerca a algunas propuesascaresianas, sino precisamene porque exhibe, juno a las formas argumena-ivas de la escolsica, ideas humanisas, imgenes hermicas y una aciudcrica ane el conocimieno que me parece ser el signo ms imporane de sumodernidad filosfica.

    Adems de su amplia produccin lieraria en verso, Sor Juana escribi dosrabajos en prosa y una larga silva en los que podemos apreciar sus ideas en ornoa Dios, el mundo fsico, la educacin, la jerarqua de las ciencias, la liberad y algu-nos emas episemolgicos.

    Los rabajos en prosa a que me refiero son: Crisis de un sermn, que hoy daenenderamos ms bien como crica a un sermn y la Respuesa a Sor Filoea

    espaol se habla , en La poca barroca en el Mxico colonial ,raduccin de Agusn Ezcurdia,Mxico, , , p. .

    Para ampliar la informacin sobre ese asuno puede consularse: Laura Benez,La idea dehisoria en Carlos de Sigenza y Gngora,Mxico, Faculad de Filosofa y Leras- , .

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    de la Cruz, que es un exo auobiogrfico. En el primero, la argumenacin sereduce a los procedimienos regulares de la escolsica; pero, en el segundo, Sor

    Juana parece esar ms cerca del amor inelecual de Dios, que es una caracers-ica del pensamieno renacenisa. En ese rabajo afirma que hay una especie deconcaenacin enre las diferenes ciencias, de modo que cada una conribuye ala explicacin de las oras en una armona universal y se es nuevamene un con-cepo planico que oma, seguramene, de la radicin renacenisa. Oro rasgoque Sor Juana compare con el humanismo es el hecho de que ha esudiado sinmaesro y desarrolla una perspeciva episemolgica acerca de nuesras disposi-ciones menales y la posibilidad de mejorarlas.

    Si conservamos en mene el paso de Sor Juana desde las aspiraciones neopla-nicas y los picos y modos de la Escuela, a una limiada aunque imporaneaciud crica, esaremos en condiciones de enender mejor su largo poema filo-sficoPrimero Sueo, que consa de versos.

    E B S J I C

    Al adenrarnos en las formas y expresiones del Barroco, podremos darnos cuenade que, durane el siglo , se no es meramene un esilo arsico sino queconforma el ambiene culural de la Nueva Espaa y iene mucho que ver con lamanera de ser y de vivir.

    Para la hisoria del are, el barroco es un esilo que surge ras la cada del cla-sicismo renacenisa. Se ha enendido siempre como un are direco, cuya exu-berancia formal evia presupuesos o concepos implcios. La Conrarreformacalica adopa el Barroco en un ineno de guardar el equilibrio en un mundo encambio. As, ese esilo se hace porador de la lucha fronal conra el escepicismoy el subjeivismo.

    Sin embargo, desde mi puno de visa, barrocono es slo un adjeivo aplicablea la lieraura, la esculura, la msica o la arquiecura, sino que describe la aciudvial de varios criollos ilusres del siglo en Nueva Espaa. As pues, comomodo de vida, el Barroco se expresa en un ineno por salvar conradiccionesano sociales como individuales.

    Desde la perspeciva biogrfica, Sor Juana es indudablemene barroca en anouvo que salvar innumerables conradicciones. A pesar de ser una hija naural,logr el acceso a la core virreinal por ener grandes does fsicos e inelecuales.Como cualquier oro coresano de Nueva Espaa, Sor Juana vive una exisen-

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    cia concrea y al mismo iempo inena vivir aquella de la verdadera core enMadrid, que sirve de paradigma a la concrea.

    Por oro lado, Sor Juana ama el conocimieno en una sociedad en la que noes un mrio. Para una mujer, buscar valores masculinos es un demrio. Porsupueso, no es la conradiccin en s misma lo que caraceriza al espriu barroco,sino la bsqueda del equilibrio. Sor Juana es barroca en vida y esilo, y cuena conel insrumeno ms eficaz para expresarse: el lenguaje poico cercano al gongo-rismo en el verso y al esquema calderoniano en las obras de earo.

    La dcada de los en el siglo novohispano fue la ms imporane parala vida inelecual de la colonia; no obsane la inseguridad ano en las cosas,debida a los piraas, como en las froneras, por los indgenas del nore, la vidaculural en Nueva Espaa fue muy inensa.

    Los especialisas esn de acuerdo en que de a Sor Juana uvo unmuy imporane desarrollo lierario, no obsane ciera decadencia polica y cul-ural de Espaa:

    En la lima pare del siglo cuando Espaa sufra una decadencia policay se hallaba en el limo momeno de su gran culura lieraria [] aqu, en loque fue una pseudo Espaa, se da una coninuidad culural []. Esa coninui-dad es un fenmeno exrao porque Sor Juana se hallaba en el clmax de unarayecoria hisrica; y en ano que surge muy lejos de ese origen lierario enEspaa, iene oras races que la alimenan, as que se consiuye en la primeraamericana con carcer universal.

    Sergio Fernndez, op. ci.,p. .

    Ocavio Paz, Sor Juana Ins de la Cruz o las rampas de la e, Mxico, , .

    Irving A. Leonard, op. ci. El auor consigna que en , adems de la jusa poica que uvolugar en la Universidad, Sor Juana escribi sus mejores piezas poicas. Para Alfonso Reyes:

    Conoca muy bien su oficio y su rabajo no dejaba nada que desear []. Represena el final deuna era poica. Recibe los valores asumidos por la l rica del Siglo de oro despus del Renaci-mieno y en su poesa es posible apreciar por lima vez esos rasgos imporanes, en AlfonsoReyes,Medallones, Buenos Aires, Espasa-Calpe, , pp. -.

    Sergio Fernndez, op. ci.,p. .

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    De enre la vasa produccin lieraria de Sor Juana pueden desacarse rabajos enprosa y poemas en los cuales se plasman sus ideas y preocupaciones filosficas.En los reperorios aparecen comnmene clasificados como poemas filosfi-cos: Finjamos que soy feliz y Supueso discurso mo, los cuales consiuyenuna ineresane crica conra la variedad de opiniones y se acercan al problemamoderno de los lmies del enendimieno humano y, por ende, del conocimieno,paricularmene en la va de la conradiccin. Con odo, desde el puno de visafilosfico, el rabajo ms imporane es el Primero Sueo, del que me ocuparexensamene.

    De los rabajos en prosa desacan: Crisis de un sermn, que es la refuacin eo-lgica a un sermn de Anonio de Vieira, famoso predicador jesuia, y Respuesaa Sor Filoea de la Cruz, documeno auobiogrfico donde se plasma la valienedefensa de Sor Juana a su vida inelecual.

    En el primer escrio aludido, la argumenacin se reduce a la forma escols-ica clsica, por lo cual, a primera visa, Sor Juana nicamene sigue la radicin.Sin embargo, hay que hacer dos precisiones. La primera es que fue auodidaca einena criicar con su mismo lenguaje al jesuia Vieira. La segunda es que por suclaridad argumenaiva, laCrisis de un sermnfue llamada por Monseor Fernndezde Sana Cruz, Cara Aenagrica, epeo que remie a la diosa griega Aenea. Ensuma, ms que aenerse nicamene a la radicin escolsica considero que SorJuana conoce y usa las formas argumenaivas de la radicin, lo cual de suyo noindica que se limie a ellas.

    En cuano a la Respuesa a Sor Filoea de la Cruz, hay quienes piensan que seraa de un escrio escolsico en visa de que considera que odas las ciencias lle-van a la eologa: Con eso prosegu, dirigiendo siempre, como he dicho, los pasosde mi esudio a la cumbre de la Sagrada Teologa; parecindome preciso, parallegar a ella, subir por los escalones de las ciencias y ares humanas.

    Sin embargo, en el mismo escrio se muesra paridaria del amor inelecual deDios, la va de la gnosis, que es realmene una caracersica renacenisa surgidaen la baja Edad Media y que se opone a la mera inuicin msica. Adems, piensa

    que exise ciera relacin enre las diferenes ciencias de modo que cada una con-

    Respuesa a Sor Filoea de la Cruz, en Sor Juana Ins de la Cruz, Florilegio. Poesa. earo.Prosa, seleccin y prlogo de Elas Trabulse, Mxico, Promexa Ediores, , p. .

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    ribuye a explicar las oras en una armona universal. As dice:quisiera persuadira odos con mi experiencia a que no slo no esorban, pero se ayudan dando luz y

    abriendo camino las unas para las oras por variaciones y oculos engarces quepara esa cadena universal les puso la sabidura de su Auor de manera que parecese corresponden y esn unidas con admirable rabazn y conciero. sa es unaidea que proviene de la filosofa naural renacenisa y llega hasa Descares, quien laexpresa en sus consideraciones sobre laMahesis Universalis en las Regulae.

    En Sor Juana, a la idea de conocer ms por la va de la relacin implcia enre lasciencias, se suma la de conocer mejor; eso es, la idea del mejoramieno de las facul-ades o disposiciones menales. As, es ineresane consaar cmo en los auoresauodidacas del Renacimieno, las guas o modos para llegar al conocimienoalcanzan ambin el ema de los hbios y disposiciones para lograrlo.

    La discusin eolgica y la cara biogrfica nos muesran, por un lado, su capa-cidad argumenaiva y, por oro, la bsqueda de un saber compleo y armnicosobre la base de un esfuerzo muy personal, individualismo ambin caracersicodel Renacimieno. Ahora bien, si enemos en mene que Sor Juana se mueve de lascuesiones y modos de la Escolsica a los auores renacenisas resular msfcil comprender el conenido filosfico delPrimero Sueo, algo que podrn leercon cuidado en el rabajo al que alud al inicio de ese arculo.

    Finalmene, slo quiero agradecer a odos usedes su afeco, su incondicio-nal ayuda y su buena disposicin de nimo sin las cuales yo no hubiera podidorealizar el rabajo hecho durane odos esos aos. Mil gracias siempre y odo micario.

    B

    Aheron, Margare,Women philosophers o he early modern period, Indianapolis,H.W. Sams, .

    Benez, Laura, La idea de hisoria en Carlos de Sigenza y Gngora, Mxico,Faculad de Filosofa y Leras-, .

    De la Cruz, Sor Juana Ins, Florilegio. Poesa. earo. Prosa, seleccin y prlogo deElas Trabulse, Mxico, Promexa Ediores,.

    Broad, Jaqueline, Women philosophers o he seveneenh cenury, Cambridge,Cambridge Universiy Press, .

    Idem.

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    ONeill, Eileen, Women in he Hisory of Philosophy,Enciclopedia o Philosophy,omson Gale, .

    Fernndez, Sergio, Homenajes: a Sor Juana, a Lpez Velarde, a Jos Gorosiza,Mxico, , .Huton, Sarah y L. Huner (eds.), Women, Science and Medicine in Early Modern

    England,Sroud, Alan Suton, .Leonard, Irving A.,La poca barroca en el Mxico colonial,raduccin de Agusn

    Ezcurdia, Mxico, , .Paz, Ocavio, Sor Juana Ins de la Cruz o las rampas de la e, Mxico, , .Reyes, Alfonso,Medallones, Buenos Aires, Espasa-Calpe, .

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    Zenia Ybenes EscardDeparameno de Humanidades, -Cuajimalpa

    [email protected]

    L :

    Se ha perdido algo que no volver jams.

    S W

    EnLa bula msica, Michel de Cer eau asevera con acier o que la msica seproduce enre dos rupuras hisricas de la organizacin del conocimieno:la desaparicin progresiva de Dios como objeo nico de bsqueda enlos siglos y y la ecnificacin de la sociedad. El misicismo apa-

    rece con la primera rupura como una respuesa noslg ica a la desaparicinprogresiva de Dios. El conocimieno, que hasa el siglo fue parimonionico de los monjes, se diversifica y profesionaliza con la creacin de launiversidad.

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    No es por casualidad infiere Cereau que la poesa de los rovadores hagasu aparicin al mismo iempo que el movimieno msico. Si para los primeros,

    Dios ya no es la nica fuene de amor, sabidura y verdad; se puede canar a ladama; para los segundos, esa prdida de exclusividad de lo divino, que ubicanen el orden de lo cosmolgico, lo epismico y lo eolgico, deber ser conrarres-ada. La msica surge as como un corpus desinado a rehusarse al duelo por elsenido nico.

    La segunda rupura episemolgica que afeca al movimieno msico acaeceenre los siglos y , ligada y hosil a una ecnificacin de la sociedad en la quesi bien las conquisas parecen desinarse a colmar una carencia original, la pregunamsica no se resigna a dejar de cuesionar esa ausencia as como sus efecos:

    La configuracin msica que se exiende del siglo al [] lleva hasa laradicalidad la confronacin con la insancia evanescene del cosmos. Rechazael duelo cuando a oros les parece acepable, pues piensan poder arreglrselascon esa prdida. Recoge el desafo de lo nico [] da esimonio de una lenaransformacin de la escena rel igiosa [] el cuerpo msico deja de ser ranspa-rene al senido, se opacifica, se conviere en escena muda de un no s qu que loalera, un pas perdido igualmene exrao a los sujeos que hablan y a los exosde una verdad [] Hasa el amor puro de Madame Guyon es el eco de una vozen un sueo del espriu, una vigilancia difusa ane rumores sin nombre, unin-finio de Oro, cuyas cerezas, noches de cuerpo, ya no ienen punos de refe-rencia enre los significanes.

    La eclosin de la msica, que esimonia la desaparicin progresiva de Dios comoobjeo nico de bsqueda, inscribe la ensin precaria de un deseo de hablarde un senido nico que, en el cosmos, ya no habla ms. Al mismo iempo, losmsicos consideran su discurso denro de la ciencia propia, a la que denominanciencia experimenal, aesiguando a ravs de esa volunad casi disciplinaria superenencia a la Modernidad.

    Si bien el pensamieno msico va a concenrarse en las condiciones de posi-bilidad de un hablar y un escuchar que oma origen en la carencia o ausencia delprincipio nico, ambin insise en su aspeco episemolgico y su aspiracin por

    consruir una ciencia de la experiencia. Las ensiones propias de ese deseo dan

    Michel de Cereau,La bula msica. Siglos - , rad. de Jorge Lpez Mocezuma, M-xico, , , pp. -.

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    lugar a una concepcin del sujeo msico radicalmene disina de la del cogiocaresiano. El yono emerge de la duda como un yo que habra recuperado una

    capacidad apa para beneficiarse de una visin ms clara de las cosas, sino quees un yo alerado que a su vez siempre es oro. Su querer no es odopoderoso, alconrario, se coloca en el lugar modeso del que responde. La rupura hisrica delfinal de la armona medieval, la prdida del nico sin consuelo posible sus-cia la nosalgia y, al mismo iempo, la posibilidad de un dilogo con una aleridadcuyo nombre se ha vuelo inciero.

    Cereau no vacila en confirmar el carcer arqueolgico de la msica comociencia experimenal, en relacin con las res heerologas modernas, que son elpsicoanlisis, la lingsica y la enologa: La lingsica raa de la lengua (cmohablar), el psicoanlisis de la cuesin del sujeo; la enologa de la relacin haciael oro. Esas disciplinas hoy disinivas dibujan el espacio donde anes se cons-ruy la ciencia msica. La ciencia de la experiencia que defienden denoda-damene apuna a que los msicos no son ni noslgicos puros ni resauradores,sino que, al conrario acepan con el jbilo de aquellos que perciben la luz en laoscuridad, la vacuidad que resula de la cisura moderna, sin que por ello se resig-nen. La prdida de s que supone el precio de la aleridad en la msica induceuna experiencia en la que la inerioridad se va a beneficiar con el privilegio segurodel surgimieno de la subjeividad moderna; pero no hay que soslayar que el lla-mado conduce al vaco, a la prdida de dominio de s mismo, e incluso al olvido.Vemoslo deenidamene.

    Uno de los limos grandes debaes eolgicos (como seala Jacques LeBrun, los uleriores sern eclesiolgicos referidos a los poderes y a su ejercicio enel mbio de la Iglesia) fue lo que se llam la querella del amor puro a finalesdel siglo . Inocencio XII, a ravs de la epsola Cum alias, condenaba lasproposiciones de los defensores del amor puro que propugnaban la sana indi-ferencia; el desiners con respeco al emor a un casigo y la esperanza de unarecompensa; el desiners frene a la propia salvacin, y el abandono del inerspropio en la vida conemplaiva.

    La conroversia del amor puro haba omado el relevo de los debaes sobre elquieismo aribuido a Miguel Molinos y condenado en a ravs de la bula

    Enrevisa concedida a Guy Peidemange,Le nouvel observaeur, de sepiembre de ,en Franois Dosse,Michel de Cereau: El caminane herido, rad. de Claudia Mascarua, Mxico,, , p. .

    Franois Dosse, op. ci. ,p. .

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    Coelesis pasor. El quieismo subrayaba la pasividad en la vida espiriual, elabandono de los acos y la aniquilacin de las poencias del alma; de odo ello,

    se conclua en la condena, lo nico que poda exraerse eran sus consecuenciasmorales absoluamene desasrosas. El amor puro, sin embargo:

    Pona en el cenro del debae no la cuesin del aco como al, sino el carcerdesineresado de ese aco []. As se consideraba que el nico amor verdaderoesaba aparado de cualquier perspeciva de recompensa y de cualquier inerspropio, y el crierio de validez y legiimidad del amor era la perfeccin de un des-apego llevado hasa la prdida del sujeo []. Si por una suposicin imposibleDios no recompensara e incluso se condenara a duras penas como las del infiernoal hombre que lo amaba perfecamene y haca su volunad, ese hombre amara aDios igual que si lo recompensara y le ofreciera odos los goces del paraso.

    Pero en el discurso moderno el amor puro ser analizado de modo disino.Segn Michel de Cereau, el discurso moderno de la ciencia emerge reificandolo msico como objeo de invesigacin de acuerdo con sus propias caegoras ymeodologas, para que de hecho el discurso moderno cienfico pueda definirsea s mismo como aquel que, precisamene, no es msico. Mienras que con ane-rioridad el misicismo fue conemplado como un modo de comunicacin posiblecon lo divino, en el siglo es progresivamene considerado exraordina-rio, luego anormal, y el msico pasa a ser un idealisa delirane, un fanicoreligioso y una figura paolgica. Cereau observa que esa oposicin enre lomsico y lo cienfico organiza no slo el discurso cienfico sobre el misi-cismo, sino ambin la eologa moderna e incluso las concepciones apologi-cas de se. Mienras que la objeivacin cienfica del misicismo paologiza lasmanifesaciones visibles de la experiencia msica, es decir, la somaizacin, laeologa sospecha simulneamene de lo que llama un misicismo sensiivo. Elauoposicionamieno del discurso cienfico como aquel que no es un discursomsico obliga a los msicos de ese periodo a replanear su prcica discursivapara defender lo que ellos mismos consideran una ciencia experimenal, la cien-cia de los sanos. As, crean una radicin:

    Se puede consular al respeco el arculo publicado en por Henri Daniel Rops, eQuieis affair, Tough,vol. , Nueva York, Fordham Universiy Press, -, pp. -,disponible en: htp://www.caholicculure.org/culure/library/ .

    Jacques Le Brun, El amor puro de Plan a Lacan, rad. de Silvio Matoni, Buenos A ires, Elcuenco de plaa, , p. .

    http://www.catholicculture.org/culture/library/http://www.catholicculture.org/culture/library/
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    La bsqueda de auoridades y de jusificaciones consideradas como esi-monios es una operacin naural para quienes deban defenderse conra adver-

    sarios que los acusaban de novedad e incluso hereja y que lieralmene lesinician un proceso: un proceso ane el arzobispo de Pars para Mme. Guyon[]. Pero esa operacin de ipo jurdico no es solamene el recurso naural delos acusados en busca de pruebas y esigos [] Es ambin la operacin de odala eologa moderna, as como de la naciene ciencia de los exos y de las inves-igaciones hisricas de la poca moderna. Se raa [] de recobrar una verdadposulada en el origen.

    Si bien el anacronismo, o la imposura genealgica, no deja de inroducirse enesa represenacin msica imaginaria de la radicin, dicha represenacin ienemucho que ensearnos; en el siglo surge, rerospecivamene, una verdad delorigen no observable hasa la edad moderna en la que se desarrolla la ciencia de losexos y de la hisoria y que permie elaborar y planear la cuesin en rminosmodernos. En el seno de esa avenura enconramos la figura de Madame Guyon(-), en medio de la querella del amor puro que signa el declive de los gran-des debaes de la msica.

    Q M G?

    El pensamieno que engo de used siempre me es il, porque nunca la

    veo ms que en Dios y a Dios a ravs de used sin deenerme en used.C F M. G,

    Jeanne-Marie Bouvier de la Mohe naci en , en el seno de una familia derecursos, si bien no esricamene arisocrica. A los aos fue dada en mari-monio sin su consenimieno a Jacques Guyon, con el que procre cuaro hijos,dos de los cuales murieron en la infancia. Tras quedar viuda a los aos, decidiemprender un camino aposlico que la condujo a la gua del Padre Lacombe.Bajo su direccin araves una serie de experiencias que describi en la Vie de

    Madame Guyon,escria por ella misma. Al principio, sealaba cmo haba gozado

    de un senimieno vivo de la presencia de Dios en lo que defina como una per-cepcin casi angible; un esado en el que permaneci ocho aos y al que haba

    Ibid., p. .

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    seguido una eapa de aridez en la que perdi la capacidad de disfruar de la graciay el favor de Dios; se sini apica, incapaz de acuar y emerosa de sus propias

    debilidades. Ese esado que caracerizar despus como muere msica dursiee aos. Finalmene alcanz el esadio de unin con Dios, en el que oalmeneabandonada de s misma, l obraba a ravs de ella.

    Guyon produjo cerca de comenarios bblicos, raados y una obra en resvolmenes,Jusificaciones, en el que se erige una defensa eolgica de pginasy donde expone su orodoxia. Efecivamene, ras la condena del quieismo deMiguel Molinos, el primer arreso de Madame Guyon uvo lugar el de enerode y el segundo, en , con una condena de ms de siee aos en la Basilla.Liberada en , vivi aos ms con su hijo, en silencio y soledad, aunque vene-rada por sus discpulos, enre los que desac indudablemene Fnelon:

    Al refuar el raado de la nauraleza y la graciade Malebranche, Fnelon habaesablecido los fundamenos filosficos que iban a permiirle consruir un sis-ema del amor puro; en adelane, las caras de Mme. Guyon le hacen descubrir aravs de la experiencia espiriual de su corresponsal y los escrios que dan cuenade ella ese amor puro y direco que excluye oda consideracin del bien propiode la criaura []. Har fala iempo para que Fnelon pase de las objecioneseolgicas conra la acepacin del infierno [] al reconocimieno de los lmiesde la ciencia []. Tan imporane como el descubrimieno fascinado de la expe-riencia msica por un filsofo, a lo cual se ha reducido con frecuencia el encuen-ro enre Fnelon y Mme. Guyon, nos parece que es la enaiva del filsofo de

    pensar esa experiencia []. La hisoria de la conroversia del puro amor ser lade los reierados inenos de Fnelon para elaborar una eora acaso imposible deuna configuracin cuya radicalidad desafa y hace naufragar oda eologa.

    Cuando Fnelon le escribe a Madame Guyon: Esoy convencido, como used,de que Dios se sirve de used para prepararme sus dones, parece dar a enenderuna disincin enre la ciencia y la experiencia: Madame Guyon, mujer ignorane,no poseera la primera, aunque s sera maesra en la segunda. Y sin embargo, nohay que olvidar que oda la msica del siglo raaba de socavar disincionescomo sa. Lo que se preenda, ms bien, era elaborar una ciencia de la experien-

    Ibid., p. .

    Franois de Salignac de la Mohe, Correspondance, . II, ed. de Jean Orcibal, Klincksieck,Pars, , p. .

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    cia msica, una ciencia de los sanos, que no fuera una mera descripcin de esaexperiencia, sino que poseyera el mismo rigor erico que las elaboraciones de

    la eologa. Hay a ese respeco una caracersica insoslayable del pensamienode Guyon, la primaca que ella oorga a la conciencia individual y a una expe-riencia espiriual que no puede ser circunscria a ninguna confesin religiosa enano que implica la superacin de oda mediacin. Mucho se ha escrio sobre elsupueso aniinelecualismo de Guyon, pero ha de recordarse que su misicismoes aniinelecual slo en ano que no limia la cognicin al reino de la razn o laconciencia. Madame Guyon no niega la uilidad de la razn, pero delimia suspoderes y la conempla como una de las posibilidades de la psique; ella consideraora realidad ms all de las palabras y la represenacin.

    Las luchas de Bayle conra los abusos de la razn dogmica o eolgica, o lasdel mismo Pascal, pueden ser ambin ledas desde aqu. Lejos de concebir comoanagonisas a la razn y al misicismo, Guyon lleg a sealar que su prcica delamor puro la liberaba de los miedos que coninuamene la acechaban y le propor-cionaba la l iberad necesaria para uilizar sus faculades inelecuales a su propiofavor: Mi mene, que pensaba haber perdido en un aurdimieno exrao me fueregresada con considerables venajas. Yo misma esaba asombrada. Porque novea nada ni demasiado complicado ni que no pudiera resolver. Yo saba, conceba,haca y no saba de dnde provena esa mene, ese conocimieno, esa fuerza,esa facilidad.

    De acuerdo con Henri Brmond, el hecho de que Guyon pudiera superar suencarcelamieno y salvar su honor fue un milagro de ineligencia, energa y vir-ud. Bossue, sin embargo su gran rival (y sobre odo el de Fnelon) en laquerella del amor puro inerprear su coherencia, ineligencia y lucidez comoarrogancia y obsinacin. Guyon luch infaigablemene por exponer su ino-cencia: opuso razones a razones, pero no slo para salvar su honor sino ambinsu cordura. As logr escapar al desino del Padre Lacombe su confesor, acu-sado de los mismos cargos que ella que ras ser encarcelado enloqueci y acabsus das en un asilo de oraes. Sabemos que Lacombe inernaliz las acusaciones

    Cfr. Michel de Cereau, op. ci, pp. -.

    Madame Guyon, La vie de Mme Guyon J.M .B de la Mohe Guyon crie par elle-mme, . II,Rplica de la Edicin de ,Pars, Les Libraires Associus,, p. . (Traduccin de la auora.A par ir de aqu, las raducciones son de la auora.)

    Henri Brmond, Hisoire litraire du senimen religieux en France, . XI, Pars, Bloud, , p. .

    Marie-Florine Bruneau, Women Mysics Confon he Modern World, Albany, Sae Universiyof New York Press, , p. .

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    en su conra. En sus alucinaciones, voces amenazadoras lo acosaban da y nocherepiindole uno a uno los cargos que se le impuaban y hacindole vivir aerrado

    ane la culpa. Guyon seal siempre que su prcica de oracin menal, al cen-rarse en el amor puro, desenfaizaba la culpa y subrayaba el desapego, lo que leproporcion la ecuanimidad para luchar por su causa. En su segunda encarce-lacin en , hay una ancdoa que ilusra lo que acabo de sealar. Requeridapor el arzobispo de Pars se preende obligarla a firmar lo siguiene: Ella esarrepenida porque ha causado escndalo a ravs de sus escrios y enseanzas yes decidida a seguir la orden del Apsol de que la mujer debe callar. Guyonfirm pero aadi de su propio puo y lera: Me someo a odo lo que l piensaque Dios puede querer de m. Ese l piensa aplicaba ano al arzobispo comoal apsol, cuyo orden de silencio a las mujeres se diferenciaba del pracicado porGuyon, pues mienras que el primero era un silencio represor dirigido a un solosexo, el segundo era un silencio liberador y fril, dirigido a odos.

    La prcica del amor puro, que la conduca ms all de oda mediacin, per-mii a Guyon escapar simulneamene de las guerras de opinin, del dogmareligioso y de la hosilidad que las diferenes confesiones sosenan unas conraoras. William Cowper, amigo de Newon, raducir sus escrios en la IglesiaEvanglica; su influencia se dejar senir en los crculos proesanes y pieisas,en los que endr amigos enraables a los que jams inen converir. El puroamor basaba y Guyon esaba convencida de la fuilidad de cualquier dogma, decualquier insiucin religiosa, y conemplaba la conversin considerada en susrminos, al igual que la aposasa o incluso el aesmo, como compleameneirrelevanes. Guyon aade al respeco Georges Gurdsdorf aparece comouna figura nica en el conexo calico del siglo , respeco a la cuesin de laeora y la prcica olerancia.

    Oro ejemplo en cuano a su independencia de espriu lo enemos en la cues-in de la somaizacin. Mienras que Bossue har una diferencia enre msicosverdaderos y msicos modernos (charlaanes y falsos) subrayando que los pri-meros conemplaban las manifesaciones y los fenmenos corporales como obs-culos e imperfecciones y que su verdadero mrio haba radicado en cumplir

    Idem.

    Ciado en Marie-Louise Gondal, Madame Guyon -: Un nouveau visage, Pars,Beauchesne, , p. .

    Idem.

    Georges Gursdorf,Dieu,La naure, lhomme au sicle des Lumires, Pars, Payo, , p. .

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    cabalmene lo exigido al comn de los fieles, y que los segundos en cambio, enrelos que conaba a Guyon, se dejaban llevar por los excesos de una imaginacin

    que los haca vanos, inadmisibles y quiz hasa ridculos, Guyon, a nivel doc-rinal, sealar que efecivamene dichos fenmenos no consiuan ningn finen s mismos pero que cieramene podan ser un medio. Con ello defenda odauna radicin msica especficamene ilerada y femenina que, al no conar conel acceso a la escriura para legiimarse, se amparaba en los signos milagrosos queaparecan sobre el propio cuerpo.

    Guyon, sin embargo, ya no pereneca a esa poca en que la sanidad feme-nina deba manifesarse a ravs del carisma o el milagro del cuerpo; sino a oraen que la piedad deba seguir las direcrices de los clrigos, y lo sobrenaural yexraordinario deban ser dispensados por la razn y el senido comn, o reser-vados a casos aniguos y selecivos como el de la madre de Criso. No obsane,su poca era ambin aquella en que el derecho de individuo la haca reclamar elderecho a su propia experiencia, y en la que el discurso docrinal y el dogmicoya no eran suficienes para desacrediarla. El discurso de Guyon ser finalmenedescalificado no ya en aras de su carcer peligroso para el alar o el rono, sinoporque se raar del discurso de una mujer loca, que en el siglo se describirms especficamene como hisrica.

    A pesar de hacerla pasar como ridcula y loca, Bossue saba algo ms. l le habareprochado a Guyon ese esado sin deseos ni expecaivas al que el amor puro la con-duca. Un esado que la siuaba ms all de los rios, los sacramenos, y que haca dela plegaria a los sanos, la Virgen, Criso o Dios, algo o bien inil, o bien imposible.Para Guyon, la eliminacin del logosy la represenacin culminaba en un desapegoperfeco en el que el miedo y su corolario, la creencia, desaparecan. Ella era indife-rene escribir escandalizado el obispo a su condena eerna e incluso a su sal-vacin. Bossue la haba excomunicado, la haba condenado a una prisin duranesiee aos, le haba prohibido escribir, haba impueso sobre ella lo que l mismodenominaba como un silencio eerno. Pero no slo haba fallado al no lograr susumisin sino que a ravs de su prcica del amor puro, l y odo lo que represenabaeran asimismo negados. Guyon haca de la jerarqua con la que Bossue orgullosa-mene se idenificaba un earo vaco, sin acores ni especadores, porque lo esencial,finalmene, siempre acaeca en ora pare.

    Cfr. Franoise Malle-Joris,Jeanne Guyon, Pars, Flammarion, , p. .

    Ibid., p. .

    Idem.

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    Esoy convencido de que el puro amor, cuando ha desruido oda propie-dad hace experimenar cosas que slo el puro amor es capaz de enender.

    C F M. G,

    La exigencia erica y al mismo iempo la imposibilidad de responder oalmenea dicha exigencia es en ciero modo una caracersica propia de la configuracindel amor puro que ransforma la ciencia de los sanos en una ciencia imposible.Para validar su camino, Madame Guyon recurri a una reinerpreacin delconjuno de la radicin religiosa a parir de exos clave como El canar de loscanares, que desde San Bernardo a San Juan de la Cruz ha ejercido una araccininnegable en la radicin msica crisiana, para simbolizar el encuenro amorosoenre Criso (el amado) y el alma (la amada). Bajo la pluma de Madame Guyon, lanovia del Canaradopa, sin embargo, caraceres inquieanes, ya que se raa deuna novia que yaca muera.

    Cuando deallaba la unin de esa novia aniquilada con su promeido en lamuere, su inerpreacin provocaba el rechazo de las auoridades eclesisicasde su poca y de no pocos de sus lecores conemporneos. Guyon, en su defensa,escriba: Todas las gracias del crisianismo broan de esa muere del yo. ParaGuyon, el pleno gozo de Dios en esa vida slo era posible a ravs de una muereespiriual excruciane.Aniquilacin(ananissemen)era un rmino que empleabarepeidamene. Como ella misma explicaba en el proceso en el que el yo era ani-quilado, la primera cosa que deba morir era la percepcin del propio yo .Haba quecesar de discernir o reconocer cualquier cosa que no fuera Dios. Paradjicamene,y como he sealado ya, ello slo era posible desde la defensa de la auonoma irre-ducible de la propia experiencia, aunque cabra pregunarse qu experiencia erasa que consideraba que la aniquilacin, en primer lugar, era de la conciencia de s,de manera que se perdiera el senimieno y el conocimieno de uno mismo; y quciencia era sa que preenda dilucidar el alcance de semejane experiencia.

    Madame Guyon daba un paso ms. No slo era necesario que el alma simbo-lizada aqu en la amada del Canar cesara de conemplarse a s misma, sino que

    La novia, segn San Bernardo, es la Iglesia. Segn San Juan de la Cruz, es el a lma. MadameGuyon compare esa lima perspeciva que proviene de Orgenes. Madame Guyon, Commen-ary on he Song o Songs: Song o he Bride,New Kensingon, Whiaker House, , p. .

    Ibid, p. .

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    deba ambin cesar de percaarse del mismo aco de percibir. La auorreflexinera as aniquilada, de modo que si al principio el alma no poda decir me conem-

    plo a m misma, ampoco poda decir conemplo que conemplo. Finalmeneera necesario un limo sacrificio. Pese al camino andado, el alma se percaabadolorosamene de su incapacidad final para desprenderse del odo de s misma yera slo al desesperar de s misma cuando sacrificaba el limo resquicio de con-fianza en s y se arrojaba a Dios en lo que Guyon llamaba la renuncia final. Ellamisma escriba: Cuano ms desesperes de i mismo ms confiars en Dios. Alromper ese limo apoyo en s a ravs de la desesperacin, el alma poda unirsea Dios. Una unin en la que no llevaba nada de ella misma, porque ella misma eranada y Dios se haba converido en odo. La aniquilacin era enonces no ano ladesruccin violena del componene humano como una rendicin absolua, unabandono oal en el que la gua y el conrol provenan de Oro. Guyon lo llamabamuere, pero aada que haba que morir si se quera resuciar. Esa muere erafinalmene comprendida como recepividad radical.

    Las ensiones que observamos en esa ciencia o experiencia de los sanos,en las que las nociones mismas de ciencia experiencia, sujeo u objeo que-dan deconsrudas, son an ms paenes en la auobiografa de Madame Guyon.Efecivamene, hay en ella res niveles narraivos que dan pie a res diferenesrepresenaciones del yo. En el primero, Guyon es el objeo de su narraiva y relaalas experiencias que iene sin saber cul es su significado; en el segundo, es lanarradora que puede comprender e inerprear esas experiencias para edifica-cin de oros y gloria de Dios; en el ercero, es Dios mismo quien quiere esa auo-biografa y quien se sirve de la mano de Guyon.

    Ello da pie a numerosas represenaciones de s: como objeo de inervencindivina, Guyon narra las experiencias exraordinarias que le aconecen. Como sujeo,especula sobre esas mismas experiencias y recuerda al escpico lecor que nada esexraordinario para Dios, que oros vivieron sucesos semejanes y que es ella mismala primera en no oorgarles una imporancia desmedida. De la misma manera,cuando como narradora-inrpree es acusada de omarse demasiadas liberades conel dogma y la orodoxia, siempre puede alegar que no es una mujer ignorane y escasade recursos quien escribe, sino Dios a ravs de su mano y que no es ni su culpa nila de Dios que el dogma de los hombres no es de acuerdo con la ley de Dios.

    Ibid., p. .

    Cfr. Georges Gursdorf, De lauobiographie iniiaique lauobiographie genre litraire,Revue dHisoire Litraire de la France,, , pp. -.

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    En su auobiografa, la infancia es percibida como el periodo en que el desinoindividual se forja siuando a la familia como el lugar donde se origina su sino

    personal. En su escrio, la madre de Guyon es idenificada como el origen de undesino vinculado al sufrimieno: Nac premaura. Mi madre esaba an asus-ada que me dio a luz en el ocavo mes de gesacin. Fue un milagro que sobrevi-viera [] an prono se me dio la vida, an prono esuve a puno de perderla.Como en las narraivas de infancia radicionalmene religiosas, Guyon aribuyesu supervivencia a la volunad paernal de Dios pero asimismo no deja de sea-lar que es su familia y en paricular su madre la causane de un desino deenfermedad y sufrimieno que la har abrazar la va de la msica negaiva: Mimadre, a quien no le gusaban las nias, me descuid y me dej abandonada alcuidado de oras mujeres que asimismo me descuidaron. Ese nfasis da lugara un discurso que Marie Florine Bruneau llama proopolico y que conra-dice su discurso msico. El recueno inicial de su nacimieno premauro dapaso a una narraiva de abuso infanil cuya evidencia es la marcada preferenciade la madre por el hijo varn. Guyon se desplaza enonces de su hisoria personala una reflexin de carcer moral y universal acerca de las madres como fuenede injusicia social cuando no aman a sus hijas y prefieren a sus hijos: No puedono dejar de sealar una fala comeida por las madres quienes bajo el preexode la devocin o la ocupacin se rehsan a ener a sus hijas juno a ellas [] nopuedo dejar de condenar las preferencias injusas enre un nio y oro, que creanla divisin y la prdida en la familia.

    Guyon no se percibe como un caso nico, sino como pare de una caegorade individuos injusamene raados. Percibe el abandono de las madres hacia sushijas y la preferencia por los hijos como un problema social que daba forma a lavida de las mujeres. Esa percepcin de la injusicia y de su origen en la organi-zacin familiar conradice un discurso msico de acuerdo al cual odo acaecepor designio divino, aunque se, a menudo, sea miserioso. La admonicin deGuyon a las madres la conduce a una visin upica de relaciones sociales pacfi-cas y ordenadas. Si se produjera un cambio, si las madres amaran a sus hijas anocomo a sus hijos, la realidad se ransformara.

    Madame Guyon, op. ci., p. . Ibid, p. .

    Marie Florine Bruneau, op. ci., pp. -.

    Madame Guyon, op. ci., p. .

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    Ya no habra malas madres ni malas hijas, porque las hijas se converiran enmadres y criaran a su descendencia como ellas han sido criadas; mienras que si

    la preferencia injusa prevalece la envidia y un odio secreo comienzan a permearlos corazones [] Si amramos igual al nio y la nia no sera necesario forzar asa a enrar en el conveno, sacrificar a una para criar a los oros. De ah provieneel desorden de la religin de la ausencia en los clausros de la verdadera vocacin.

    Guyon, como mujer concrea, idenifica la injusica social comeida conra lasmujeres, como grupo, y propone un camino para ransformarla. Ese escenariode desino personal, basado en la familia y la realidad social ancla el desino delindividuo en la esrucura familiar y social y expulsa la escaologa inherene aldiscurso msico. Parece que Guyon, anes que Rousseau, en el conexo de la len-gua francesa, cree que las minucias de la infancia y los dealles nimios y privadosexplican oda una vida.

    No obsane, el poencial radical del discurso proopolico que enconramosen la auobiografa de Guyon se queda irremisiblemene coro. En primer lugar,no rasrea las razones por las cuales las madres odiaran a sus hijas e incluso a ellasmismas. En segundo lugar, no reconoce la auoridad pariarcal ders del despre-cio de las mujeres hacia su mismo sexo. Ese fallo quiz explique por qu MadameGuyon repii con su propia hija lo que ella misma haba criicado.

    Su auobiografa abre adems una nueva va hacia la especulacin. En suexo hay una ensin enre el proyeco humanisa y moderno de inscribir el yoen la hisoria, de enfaizar el deseo de reforma social, y el anhelo anihumanisade apunar a la nauraleza ilusoria del yo a ravs del vaciamieno del sujeo quehemos descrio en su raamieno del Canar de los canares. Puede incluso sor-prender del hecho de que Madame Guyon escribiese una auobiografa y uilizaselas diferenes represenaciones de s que uvo a su alcance. Es precisamene ladiversidad de esas represenaciones la que socava el proyeco auobiogrfico yla nocin misma de represenacin del yo, como si su plora apunara a la mul-iplicidad e inesabilidad de la idenidad y a la revelacin de que cuando se diceodo, en realidad nada queda dicho. En coherencia con ese desmanelamienodel yo, la auobiografa de Guyon se cierra con una mediacin sobre la nada de laauorepresenacin.

    En la lima pare de su auobiografa iniulada Hisorias de cauivi-dad, que ella misma desin a amigos y discpulos y no quiso que fuera publi-

    Ibid., p. .

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    cada ni siquiera ras su muere, enconrada y publicada recienemene porMarie-Louise Gondal, Guyon abandona los gneros uilizados con aneriori-

    dad. Escria enre y , seis aos y medio despus de su liberacin de laBasilla, en las primeras pginas describe su esado menal ras su encarcela-cin y nueva vida: Aqu, no hay clamor, ni dolor, ni sufrimieno, ni placer, niinceridumbre []. Voy sin ir, sin mea, sin saber si voy, no engo ni confianzani desconfianza en una palabra, nada, nada, nada. En ese puno, el signifi-cado de su auobiografa parece disolverse: Si mi vida no hubiera sido escriaahora correra el riesgo de no escribirse nunca. Y sin embargo, aade: Noobsane la escribira ane el menor preexo porque no sabra lo que quierodecir. Significa eso que en una exisencia desprovisa de ineligibilidad larepeicin se conviere no en la marca de lo significaivo sino de lo absurdo? Losdesignios de Dios son para Madame Guyon paradjicos y ya no le es posible dis-cernir una cosa de la ora. As permanece segura de que iene una misin, peroignora si la ha llevado o no a cabo; ignora igualmene el senido de su propiavida: Lo que he dicho o escrio ya pas; no lo recuerdo. Es como si ora personalo hubiera experimenado. No soy capaz de desear jusificarme ane los dems,ampoco soy capaz de buscar su esima. Si Dios quiere para m una u ora cosa,l har lo que desee, a m no me preocupa. Si l es glorificado a ravs de miabsolua desruccin o a ravs del resablecimieno de mi honor, para m esexacamene lo mismo.

    Dios ya no es, como en el caso de Agusn de Hipona, garane de idenidad,sino la ocasin de su disolucin, como en la msica de inspiracin dionisiana. Aese respeco, Guyon no es, por lo menos en ciero senido, moderna. Es ms bienpremoderna o incluso posmoderna, en el mismo senido en que lo son pensado-res como Foucaul, Derrida o Lacan, quienes han pueso de relieve la necesidadde cuesionar el sujeo y sus idenidades. Escribe se limo:

    Hay o al menos hubo un deerminado nmero de personas sensaas que sedieron cuena de que [] el colmo del amor a Dios deba ser decirle [] sies u volunad condname, es decir, exacamene lo conrario a la aspiracin

    Madame Guyon, Rci s de capivi: Indi, Grenoble, ed. Marie-Louise Gondal, Jerme

    Millon, , p. . Idem.

    Idem.

    Idem.

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    moral del supremo Bien. A pesar de odo, eso quiere decir algo: el cuesio-namieno del ideal de la salvacin jusamene en nombre del amor al Oro. A

    parir de ese momeno enramos en [] en el campo de qu? en el campode lo que quiz debera ser el amor si eso uviera el menor senido. Slo quees a parir de ese momeno en el que eso se vuelve absoluamene insensao

    y eso es lo ineresane: es darse cuena de que cuando se ha enrado en unaolladero, cuando se llega al fin es el fin.

    B

    Brmond, Henri, Hisoire litraire du senimen religieux en France, . XI, Pars,Bloud, .

    Bruneau, Marie-Florine, Women Mysics Confon he Modern World: Marie delIncarnaion (-) and Madame Guyon (-), Albany, SaeUniversiy of New York Press, .

    De Cereau, Michel, La bula msica. Siglos -, rad. de Jorge LpezMocezuma, Mxico, uia, .

    Dosse, Franois, Michel de Cereau: El caminane herido, rad. de ClaudiaMascarua, Mxico, uia, .

    Fnelon, Franois de Salignac de la Mohe, Correspondance, . II, ed. de JeanOrcibal, Pars, Klincksieck, .

    Gondal, Marie-Louise, Madame Guyon -: Un nouveau visage, Pars,Beauchesne, .

    Guyon, Madame, Rcis de capivi: Indi, Grenoble, ed. Marie-Louise Gondal,Jerme Millon, .

    ,La vie de Mme. J.M.B de la Mohe Guyon crie par elle-mme, . I y II, Rplicade la edicin de , Pars, Les Libraires Associus, .

    , Commenary on he Song o Songs: Song o he Bride, New Kensingon,Whiaker House, .

    Gursdorf, Georges,Dieu,La naure, lhomme au sicle des Lumires, Pars, Payo,.

    , De lauobiographie iniiaique lauobiographie genre litraire, RevuedHisoire Litraire de la France,, , pp. -.

    Ciado en Jacques Le Brun, op. ci,pp. -.

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    Le Brun, Jacques,El amor puro de Plan a Lacn, rad. de Silvio Matoni, BuenosAires, El cuenco de plaa, .

    Malle-Joris, Franoise,Jeanne Guyon, Pars, Flammarion, .Rops, Henri Daniel, e Quieis affair, Tough,vol. , Nueva York, FordhamUniversiy Press, -, pp. -, disponible en: htp://www.caholic-culure.org/culure/library/.

    http://www.catholicculture.org/culture/library/http://www.catholicculture.org/culture/library/http://www.catholicculture.org/culture/library/http://www.catholicculture.org/culture/library/
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    .

    Javier Luna LealFaculad de Filosofa y Leras-

    [email protected]

    Explorar el mundo es pregunar y pregunarnos acerca de l. La nauraleza de la pre-guna es ransgresora, impele a quien la formula a ir ms all de lo dado, de aquelloque se presena como la evidencia inmediaa. Pregunar nos hace salir de noso-ros mismos, de nuesros juicios ya formados; las pregunas nos hacen abrirnosa nuevas experiencias del mundo, nos acercan a oros y nos exigen inenar com-prender las ideas de los dems y, a la vez, replanearnos las propias. Para quiendesea comprender sus propias ideas, pocas cosas hay ms eficaces que conseguirun buen inerlocuor que le haga las pregunas correcas.

    La joven Elizabeh de Bohemia fue uno de esos inerlocuores que consiguenhacer pregunas, al mismo iempo, incisivas y creaivas. Elizabeh, o Isabel, fue

    la hija mayor de Federico V del Palainado y de Elizabeh Esuardo. La hisoriafamiliar fue rgica, Elizabeh naci el de diciembre de , el mismo ao quesu padre fue llamado por los nobles de Bohemia, de mayora proesane, paraconverirse en rey y deponer al calico Fernando II. Federico V, calvinisa y

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    defensor de la causa proesane en Alemania, acep la corona de Bohemia, loque a la posre sera causa de su ruina y la causa de que ahora se le conozca como

    el Rey de un invierno, pues ras su derroa en la baalla de Monaa Blanca, el de noviembre de , perdi ano Bohemia como el Palainado.La familia de Federico V uvo que marchar al exilio despus de eso. Isabel

    viv i seis aos juno a su abuela en la core de su o polico, Jorge Guillermode Brademburgo, en Berln. Ah su a Caalina infundi en la joven una mar-cada piedad calvinisa. Tiempo despus, Isabel march a Holanda para reen-conrarse con sus padres en la core de los prncipes de Orange en Leiden. Laniez de Isabel pas enre las rises noicias de la Guerra de los Treina Aos ylas inrigas diplomicas de ambos bandos, mienras sus padres inenaban recu-perar sus posesiones. Isabel fue una nia despiera e ineligene; su educacinincluy clases de msica, danza y are, y lleg a hablar con ciera fluidez el lan,ialiano, espaol, holands, ingls, francs, adems de su naal alemn. La jovense ineres por el griego y la filosofa naural, moivo por el cual sus parienes leapodaron la Greca.

    Denro de la formacin clsica de Isabel desaca su guso por De Via BeaadeSneca, lecura que refleja bien su carcer y sus inclinaciones conemplaivas, queincluso algunos califican de msicas. Adems de Sneca, Isabel ley a Epicuro,Ariseles y conoci ano a Zenn como a Plan. La lecura de Epicuro, en especial,la hace desde una clave marcadamene crisiana y combinndola con el esoicismode Sneca; gracias a esa peculiar mezcla, Isabel inerpre la filosofa en general comola bsqueda de la saisfaccin y el placer de la mene en el Sumo Bien que es Dios.

    El iners de la joven Isabel por los emas filosficos la llev a realizar unaenusiasa lecura de las obras de Descares. Por mediacin de Alfons Pollo, sir-

    Las convicciones calvinisas de la princesa le hicieron rechazar un provechoso arreglo ma-rimonial con el rey de Polonia Ladislaus IV, ya que le exigan converirse al caolicismo. Sinembargo, debido a su propia formacin y a sus conacos episolares, la religiosidad de la prin-cesa se acercara, en aos poseriores, a posiciones oleranes de los cuqueros. Al respeco, ver:Snne Juerczenka, ber Got und die Wel: Endzeivisionen, Reormdebaten und die europischeQukermission in der Frhen Neuzei, Gtingen, Vandenhoeck & Ruprech, , p. .

    Idem.

    Margare Aheron, Women philosophers o he early modern period, Indianapolis, Hacket,, p. .

    Maria Webb, Te Fells o Swarhmoor Hall and heir fiends, Londres, Alfred W. Bennet, .

    Elisabeh Godfrey,A siser o prince Ruper: Elizabeh Princess Palaine and Abbess o Herord,Londres, John Lane, p. .

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    viene de la casa de Orange y amigo de Descares, enr en conaco direco conel filsofo francs, que en esos aos viva ambin en Holanda. Fruo de la rela-

    cin enre esos dos personajes, Descares y la princesa, son las caras de las quehablar en ese ensayo.

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    La correspondencia de Isabel de Bohemia con el filsofo francs forma pare deuna radicin consolidada en el siglo que proviene del Renacimieno. Lossabios y erudios enan por cosumbre carearse para comunicar las limas noi-cias y descubrimienos, para pedir aclaraciones sobre dispuas eolgicas y filo-sficas, y ambin para molesarse muuamene. Denro de esa correspondencia,una pare esaba desinada a poderosos proecores. A esos mecenas, enre loscuales esaban mujeres influyenes, les dedicaban escrios o buscaban mosrarlessu vala para ganarse las simpaas y parocinios.

    La cara en la que Galileo inena persuadir a la gran duquesa Crisina deLorena de que no exise conflico enre el heliocenrismo y la Biblia ilusra bienesa radicin. Aunque convendra maizar que dicha correspondencia, ms queun dilogo, es un discurso donde el preendiene busca mosrar sus does inelec-uales y, al mismo iempo, no parecer pedane sino servicial. En oros casos, comola correspondencia de Euler a la princesa Charlote, sobrina del rey de Prusia, larelacin es absoluamene de ipo educaivo, no hay inercambio de ideas y lascaras funcionan sobreodo como un libro de exo.

    Las caras inercambiadas enre Descares y la princesa Isabel se alejan deesos modos, en buena medida, por causa de la princesa de Bohemia, quien apesar del ono condescendiene que uiliza Descares en varias ocasiones, insiseen reafirmar sus pregunas y objeciones en busca de una respuesa clara y bienfundamenada. Ahora bien, no debemos olvidar que, a diferencia de ciera formapblica de ora correspondencia filosfica, esamos ane una serie de documenosprivados, lo cual era una preensin de la princesa Isabel. Eso nos obliga a ener

    Eso queda claro desde la cara del de mayo de , en la que Isabel pide a Descares que

    sus pregunas y dudas queden resguardadas por el jurameno de Hipcraes. A la muere deDescares, la princesa se neg a publicar sus caras al francs, y nicamene fueron publicadaslas que Descares le envi a ella. No fue sino hasa el siglo cuando se enconraron las car-as de la princesa en una biblioeca y fueron conocidas pblicamene, segn Jacqueline Broad,Women philosophers o he Seveneenh Cenury, Dordrech, Springer, , p.

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    especial cuidado al inerprear la aciud de la princesa, las dudas que expone ensus escrios son de carcer personal. Esamos, en suma, ane una bsqueda indi-

    vidual y no ane un acivismo social.

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    La correspondencia de Isabel con Descares consiuye un documeno filosficode gran imporancia. No obsane, los comenadores se han cenrado en las res-puesas del filsofo francs, examinando la correspondencia ms como un mon-logo que como un aunico dilogo. Considero esa aciud errada, ya que lascaras nos muesran que la princesa de Bohemia no acu como un maravilladodiscpulo frene a su sabio precepor. Por el conrario, con suma habilidad y ela-boradas pregunas sobre los punos ms oscuros de la filosofa caresiana, la prin-cesa fue ejiendo una serie de objeciones que obligaron a Descares a reexaminarsu propia filosofa. En suma, las pregunas de Isabel de Bohemia consruyen yconducen el dilogo enre ambos personajes.

    En su cara del de mayo de , Isabel, despus de haber ledo LasMediaciones, se cenra en el puno crico de la filosofa caresiana, su dualismosusancial. La joven princesa preguna: De qu forma puede el alma del hom-bre deerminar a los esprius del cuerpo para que realicen los acos volunarios,siendo as que no es el alma sino subsancial pensane. Pero esa preguna noes un dicho al aire, sino que va acompaada de una argumenacin. Isabel con-ina: Pues parece como si oda deerminacin de movimieno procediera de lapulsin del objeo movido, a enor de la forma en que lo impulsa aquello que lomueve, o dependiera de la calidad y forma de la superficie del objeo. Requiriendoconaco las dos primeras condiciones, y exensin, la ercera de ellas.

    Es evidene que la frase clave en esos fragmenos es: de qu forma [com-men], es decir, el modo especfico en que ocurre la accin bajo las circunsanciasdeerminadas que el auor de lasMediacioneshaba propueso. La preguna quecomienza como una aclaracin, unida al argumeno que da cuena de la necesidadde esa aclaracin, refleja el proceso de lecura de la auora. La preguna expone laforma en que Isabel lee a Descares, y la habilidad de su cuesionamieno es en

    Rene Descares, Correspondencia con Isabel de Bohemia, rad. de Mara Teresa Gallego Urru-ia, Barcelona, Alba Ediorial, , pp. y .

    Ibid., p. .

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    que lo formula desde las mismas premisas que el auor francs haba admiidocomo verdaderas.

    La respuesa de Descares [ de mayo] comienza por admiir que en lasMediacionesse ha pueso nfasis en la disincin enre el alma y el cuerpo, y noen su unin. Ese limo puno no slo no ha sido aclarado, sino que es cenralpara la propuesa caresiana. Pues, hay dos faculades en el alma humana delas cuales depende odo el conocimieno que podemos ener de su nauraleza,de las cuales una es que el alma piensa, la ora, que, por esar unida al cuerpo,puede acuar y padecer con l.

    Para responder, Descares apela a que no debe hacerse anlogo el problema decmo el alma mueve el cuerpo, a cmo los cuerpos se mueven enre s. Es decir,comienza por responder al argumeno de Isabel; dice Descares: Creo, en con-secuencia, que confundimos en ese caso la nocin de fuerza con la que aca elalma en los cuerpos con esa ora con la que el cuerpo incide en oro; y que hemosaribuido ambas no al alma, pues an no la conocamos, sino a diversas cualida-des de los cuerpos. Sin embargo, lejos de armar nuevas caegoras para explicarla dif cil cuesin, Descares apela al argumeno de que el alma mueve al cuerpo,de la misma forma que el peso mueve a la maeria hacia el cenro de la ierra. Esaaccin a disancia, dice el francs, nos ha sido dada para concebir la forma en queel alma mueve el cuerpo.

    La respuesa no fue saisfacoria para la princesa Isabel, al no conseguircomprender la idea de que debemos percaarnos de cmo el alma (inmaerial ycarene de exensin) puede mover el cuerpo aendiendo a esa ora idea vuesra,anerior, referida a la gravedad. Y conraargumena:

    No alcanzo a enender por qu la idea de esa poencia debe persuadirnos deque algo inmaerial pueda mover un cuerpo y de que la demosracin de una

    verdad conraria nos confirmara en la opinin de que es imposible, sobre odoporque esa idea (que no puede aspirar a la misma perfeccin y realidad objeivaque la de Dios) puede ser fruo fingido del desconocimieno de qu es lo queimpulsa en realidad esos cuerpos hacia el cenro de la Tierra.

    Ibid.,p. .

    Ibid., pp. y . Ibid., p. .

    Ibid., pp. y .

    Ibid., p. .

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    La preguna de Isabel de Bohemia es un claro porqu, es decir, no es pidiendouna aclaracin de un modo paricular, sino una razn que susene una afirmacin

    que parece no ener fundameno. La preguna perfila ya una objecin, en ese casoun argumeno hipoico que de ser vlido, auomicamene no slo invalidara laposicin de su inerlocuor, sino que llevara la discusin hacia un nuevo erreno.Dicho argumeno es para Isabel la posibilidad de que el alma fuera en s mismamaerial: Y confieso que me sera ms fcil oorgar al alma maeria y exensinque concederle a un ser inmaerial la capacidad de mover un cuerpo y de que selo mueva a l.

    Isabel no se deiene a dar cuena de las implicaciones de su hipesis, sino que deinmediao la anuda con oro problema, el del modo en que el cuerpo afeca al alma,al como la evidencia emprica nos muesra. Ya que si el alma es slo pensamieno, yel pensamieno es el alma, es claro que las afecciones corporales y los rasornos delesado de nimo repercuen, y no en poco grado, con la capacidad de razonar.

    La respuesa de Descares evade la hipesis, negndose a discuirla siquiera. Ensu lugar, divide las nociones enre aqullas en las que repara quien no iene el hbiode ejerciar el ineleco y aqullas en que repara el filsofo. Para el francs, el vulgove claramene que el alma es unida al cuerpo, pero no noa sus diferencias; mien-ras que el sabio corre el peligro de noar exclusivamene las diferencias y descui-dar la unin. La salida de Descares consise en hacer de la unin alma-cuerpoun axioma, algo evidene por los senidos y la imaginacin. Admie Descares quela