el salvador en su lucha por reconstruir la organicidad

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El Salvador en su lucha por reconstruir la organicidad política popular 1999- 2009 Robinson Salazar Pérez E .Mail robinson.salazar@insumisoscom Investigador de la universidad Autónoma de Sinaloa/México Director de la Red www.insumisos.com Rudis Yilmar Flores Hernández [email protected] Profesor investigador de la Universidad de El Salvador, Centroamérica Núcleo San Miguel, Área Sociología A modo de introducción El Salvador, país centroamericano con casi 6 millones de habitantes posee una extensión territorial de 21.041 km2 configurados en 14 departamentos y un aproximado de 2 millones 100 mil pobladores concentrados en la capital y municipios conurbanos. Después de los acuerdos de Paz en enero de 1992 firmados por los actores políticos en conflicto (Gobierno de la republica y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) dieron apertura al gran reto que debían asumir las fuerzas insurgentes como organización política. Fue el capitulo inédito de la historia salvadoreña convocar a elecciones abiertas para que ex guerrilleros participaran en la disputa electoral, con muchas trabas, limitantes y sin andamiaje institucional, sin embargo en 1994, un par de años después ingresaban a la contienda en el campo político para competir con el candidato más fuerte de la Alianza Republicana Nacionalista-ARENA- Armando Calderón Sol. A partir del triunfo de ARENA antes y durante los Acuerdos de Paz en el periodo de 1989 a 1994 y hasta el 2009 cuatro miembros del partido presidieron el poder ejecutivo nacional (Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol, Francisco Flores, Elia Antonio Saca González) y sumaron 20 años de libre mercado, neoliberalismo, achatamiento del Estado, casi nula política social dirigida a los desprotegidos, reorganización del ejército y la policía, firma de acuerdos e instauración de la academia de la Interpol para capacitar y monitorear el país, en especial los movimientos sociales, firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, ingreso del país a la figura orgánica del Triangulo del Norte a fin de obtener apoyo logístico en la política de seguridad que el gobierno norteamericano ha instaurado con el Plan Puebla Panamá inicialmente ahora conocido como Plan Mérida, cuyo propósito es criminalizar las protestas populares, desestructurar a los gremios

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El Salvador en su lucha por reconstruir la organicidad política popular 1999-

2009

Robinson Salazar Pérez E .Mail robinson.salazar@insumisoscom

Investigador de la universidad Autónoma de Sinaloa/México Director de la Red www.insumisos.com

Rudis Yilmar Flores Hernández [email protected]

Profesor investigador de la Universidad de El Salvador, Centroamérica Núcleo San Miguel, Área Sociología

A modo de introducción

El Salvador, país centroamericano con casi 6 millones de habitantes posee una extensión territorial

de 21.041 km2 configurados en 14 departamentos y un aproximado de 2 millones 100 mil

pobladores concentrados en la capital y municipios conurbanos.

Después de los acuerdos de Paz en enero de 1992 firmados por los actores políticos en conflicto (Gobierno de la republica y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) dieron apertura al gran reto que debían asumir las fuerzas insurgentes como organización política. Fue el capitulo inédito de la historia salvadoreña convocar a elecciones abiertas para que ex guerrilleros participaran en la disputa electoral, con muchas trabas, limitantes y sin andamiaje institucional, sin embargo en 1994, un par de años después ingresaban a la contienda en el campo político para competir con el candidato más fuerte de la Alianza Republicana Nacionalista-ARENA- Armando Calderón Sol. A partir del triunfo de ARENA antes y durante los Acuerdos de Paz en el periodo de 1989 a 1994 y hasta el 2009 cuatro miembros del partido presidieron el poder ejecutivo nacional (Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol, Francisco Flores, Elia Antonio Saca González) y sumaron 20 años de libre mercado, neoliberalismo, achatamiento del Estado, casi nula política social dirigida a los desprotegidos, reorganización del ejército y la policía, firma de acuerdos e instauración de la academia de la Interpol para capacitar y monitorear el país, en especial los movimientos sociales, firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, ingreso del país a la figura orgánica del Triangulo del Norte a fin de obtener apoyo logístico en la política de seguridad que el gobierno norteamericano ha instaurado con el Plan Puebla Panamá inicialmente ahora conocido como Plan Mérida, cuyo propósito es criminalizar las protestas populares, desestructurar a los gremios

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sindicales, organizaciones campesinas y movimientos populares que obstaculizan la vía para instaurar de forma definitiva el modelo económico depredador de la economía nacional. Los movimientos sociales que apoyaron la lucha insurgente en el país y de características de organicidad masiva, redes de colaboración fluidas con la guerrilla y gestores de acciones colectivas en zonas urbanas que atendían frente de luchas contra medidas focales y represivas se vieron forzados a reestructurar su organicidad, re direccionar su lucha a ámbitos más específicos y ordenar los frentes dirigenciales a fin de ser más efectivos en sus demandas, coordinar los esfuerzos en un ambiente reductor de la confrontación armada y la acción directa; asimismo elaborar el cuadro de demandas de acuerdo a la capacidad reactiva y organizacional de cada frente y rediseñar las herramientas de divulgación, comunicación, movilidad y desplazamientos en un “orden” jurídico desfavorable por contar en su contra con los medios de información y cuadro de leyes coactivas que cegaban las intenciones reivindicativas , la fácil estigmatización de guerrilleros urbanos o desconocimiento de los Acuerdos de Paz recién institucionalizados, que en su esencia dejó muchas asignaturas pendientes. Desafíos de los movimientos sociales El escenario político de El Salvador en la posguerra carecía de claridad para muchos actores vinculados a los conflictos, dado que las negociaciones por la paz no transitaron por un proceso largo, mucha información no se hizo pública, algunos dirigentes anunciaron la firma previa del acuerdo sin explicar extensa y articuladamente, y los ingredientes básicos del conflicto y la guerra denotaban un perfil desgastado en el discurso y poco optimismo en el éxito en caso de prolongarse las hostilidades . Llegó la hora del desarme, la recomposición de la policía y el ejército era inminente; el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional -FMLN- en una lucha contra el tiempo debió transitar de estructura beligerante con capacidad de fuego a una organicidad civil con discurso distinto, desplazamiento en zonas urbanas y abandono de la clandestinidad, todo ello provocó una estrategia de re-organización en relación a la logística, discurso, recursos políticos, estrategias de alianzas, mapeo de rutas para cooptar electores, manejo de una cultura de la legalidad, afianzar liderazgos públicos, abandono del perfil militar traído desde el trayecto de la guerrilla para empotrar un comportamiento hacia el diálogo, constructor de consensos, interlocutor de sectores invisibilizados por el conflicto y la marginalidad, vocero de los pobres y excluidos y dotador de sentido partidario a muchas organizaciones y bases militantes que aun persistían en el trabajo clandestino de avituallar para la lucha armada. El otro asunto que trajo un desajuste orgánico fue la traición de liderazgos tradicionales como los de Joaquin Villalobos, y la estructura Ejército Revolucionario del Pueblo –ERP- quienes rompen filas y se marginan del FMLN, y una gran cantidad de cuadros se incorporan a la inteligencia policial del Estado. Los movimientos en el área de la salud, educación, organizaciones campesinas, universitarios y populares, al inaugurar la realidad naciente de posguerra tomaron conciencia de varios aspectos desconocidos o novedosos pero el tiempo les exigía actuar pragmáticamente. El asunto toral era no contar con un radio de acción propia sino que muchas veces habían actuado ligados a otras estructuras organizaciones o apoyados por redes instituidas por el FMLN para las tareas puntuales; el no poseer una vida orgánica genuina y que su demanda fuese el motor de la acción colectiva, sin tener la obligación de acuñar denuncias de guerra, bombardeo, detenciones arbitrarias, desapariciones o muerte, es decir, les recortaba los espacios de maniobras, pues el

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vehículo de movilidad y traslado de la demanda para juntarla con la acción colectiva era el conflicto, la guerra y las muertes. En medio del aprendizaje y re-significando las nuevas formas de lucha logro dotar de sentido cívico algunos trabajos organizacionales, aun cuando los medios de comunicación, la opinión pública, las tramas institucionales y el discurso de gobierno iba con la orientación de discriminar la lucha armada, olvidar la guerra que había dejado mas de 80 mil muertos, descalificar las marchas, protestas y herramientas de lucha de uso en época de la insurrección, provocando un vaciamiento del arsenal logístico, de ahí que hubo la necesidad de reinventar nuevas prácticas políticas y re- posicionar a los movimientos en una realidad ajena a la cual habían trabajado. Las primeras elecciones no fueron acorde a las expectativas, obtuvo ARENA el 45 por ciento en las legislativas contra el 24 por ciento del FMLN; 68.35 en las presidenciales votaron por ARENA, 31.6 por el FMLN que no tuvo candidato genuino y las primeras contradicciones pos conflicto habían aflorado con consecuencias impactantes. A partir de esa época los movimientos entran en etapa de reestructuración, de constituir una dinámica y radio de acción propia, aprender a edificar la demanda en trabajos focales, puntuales y asesorados jurídicamente para ver las consecuencias de los actos públicos, porque se actuaba en el marco de nuevas leyes y bajo un régimen en apariencia democrático. Inicio de Siglo y recomposición del sistema político Bajo la administración del ex presidente Francisco Flores (1999-2004), con el respaldo del Congreso dominado por la derecha, El Salvador dolarizó su economía el 1 de enero de 2001, al entrar en vigencia la llamada Ley de Integración Monetaria (LIM) y fijación del tipo de cambio en 8,75 colones por un dólar. Esta decisión cambió el rostro del país en pocos meses, pues perdió su identidad monetaria, la economía se vinculó fuertemente con el mercado norteamericano, el campo se pauperizó y la economía campesina quedó en bancarrota, se prefirió importar alimentos a producirlos, los flujos de mano de obra crecían, y dependía el país de las remesas que los migrantes enviaban a sus familiares en el Salvador. La economía se terciarizó en gran parte, el desempleo y subempleo llego casi al 50 por ciento en 2009, el crecimiento económico no ha vuelto a tener los indicadores de la década de 1970, las inversiones son orientadas al sector servicios y las remesas son unos de los recursos importantes que han dinamizado el país hasta llegar a topes de 3.787 mil millones de dólares en 2008, aproximadamente el 17.1 por ciento del producto interno bruto –PIB- . Las remesas y las inversiones en el sector servicios generan empleos entre 2 a 10 personas y en otras ocasiones por temporada como en el desarrollo inmobiliario, comercio , tiendas de autoservicios y abarrotes. El gobierno, aprovechó el quiebre manifiesto en el país e introdujo cambios en legislaciones, reformas en la ley del trabajo, acomodó los juicios laborales de manera que los trabajadores no contaran con recursos jurídicos para demandar sus derechos, la universidad perdió paulatinamente capacidad de atracción de recursos públicos, la presencia cada día mayor de mujeres estudiantes le dio un sentido distinto a las luchas gremiales, no sólo al interior de la universidad, sino en el espectro social, el sujeto mujer aparecía presente en frentes de lucha, demandas de derechos y asumiéndose en el reclamo de justicia. Hubo una desvinculación entre movimientos sociales y el FMLN por varios factores, enumeremos algunos: las rupturas y descalificaciones internas del FMLN que en el escenario de guerra el enemigo común los unía y la causa estaba ligada a la vida/muerte, al pasar al campo de la lucha civil, los liderazgos militares se opacaron, las responsabilidades dentro de la organización surgieron en función de habilidades en campo abierto y capacidad de seducción discursiva y al

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tratar de construir un discurso renovado acorde a la nueva realidad, muchas veces lo envolvieron en frases y argumentos que el neoliberalismo y la globalización indolente imponía. Democratización gradual, gobernabilidad, ciudadanía activa, voto, procesos electorales confiables, correlación de fuerzas ciudadanas, organismos no gubernamentales y empoderamiento, gobernabilidad y democracia ciudadana, capital social, autoempleo, microcrédito, equidad, recursos humanaos, coparticipación social, etc., es un conjunto de palabreríos escondidos en la estrategia de dominación e invisibilidad al sujeto insumiso. Todo el argumento utilizado como discurso político y vinculo con la sociedad había sido forjado en el Banco Mundial y las instituciones satélites como Banco Interamericano de Desarrollo –BID-, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo México –PNUD- , y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE-, cuyo objetivo era desideologizar el discurso, desimbolizar al sujeto con un lenguaje vacío, sin referente empírico y alejado de toda realidad salvadoreña; además, la intencionalidad era y continua en obligar a los habitantes empobrecidos del país a asumir con responsabilidad su situación laboral, de salud y educación, porque el Estado se desresponsabilizaba de toda atención social, asumía el rol de administrador y cogobernaba conjuntamente con el mercado. Al darse cuenta el gobierno de Francisco Flores y la oligarquía restauradora del sistema político que el neoliberalismo resultaba económicamente disfuncional, excluyente a profundidad en términos sociales, e insostenible en la política, porque genera fuerzas desestabilizadoras de resistencia, en forma de movimientos sociales , buscó triangular las cooperaciones entre países donantes de recursos económicos de Europa y Estados Unidos (Fundaciones), Organismos No gubernamentales y gestoría estatal a fin de que las ONG coadyuvaran en política pública principalmente en zonas marginadas y caldo de cultivo de la insubordinación, descomprimir los brotes revolucionarios en las zonas rurales, a los efectos de proporcionar a los campesinos pobres ( y urbanos marginales) una alternativa distinta a los movimientos sociales y sus políticas radicales (Petras,2005, pág. 26 y 27). Primeros movimientos y resistencias La huelga que dio la bienvenida al gobierno en la era pos conflicto y en la administración de Francisco Flores fue la del Instituto Salvadoreño del Seguro Social –ISSS-, la cual, tuvo dos fases de mayor auge (noviembre de 1999 a enero de 2000 y de septiembre de 2002 a junio de 2003). El movimiento inició con una reivindicación de aumento salarial para posteriormente convertirse en un fuerte movimiento en contra de la privatización del ISSS y del Sistema Nacional de Salud en El Salvador (Juárez J, 2007). El movimiento de los trabajadores de la salud crece y se posesiona en medio de una ambientación de las políticas privatizadoras impulsadas desde 1999 a 2003, avasalladora en los sectores estratégicos de la telefonía, energía, banca de desarrollo, electricidad, grandes extensiones de tierra cerca de ríos y minas, quedando solamente por entregar al capital privatizador el agua potable y la salud. Aproximadamente se encontraban registradas casi 200 organizaciones sindicales en 1998, Industria Manufacturera (54); Servicios (29); Comercio, Restaurantes y Hoteles (26); Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones (19) y, Construcción con 10, para 2001 muchas se habían debilitado y otras conformaron el Movimiento de Organizaciones Laborales Integradas –MOLI-, que agrupó a los gremios de trabajadores de educación, salud, obras públicas, juzgados y aduanas, entre otros. El MOLI le permitió a la lucha sindical llenar dos de sus más grandes oquedades: por un lado, la falta de una instancia que dirigiera y coordinara a los sindicatos del área pública y, por el otro, la ausencia de solidaridad intergremial. Con la creación del MOLI, los sindicatos de

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trabajadores gubernamentales, hasta entonces fáciles de silenciar en su aislamiento, unieron plataformas reivindicativas y se apoyaron entre sí. (Ídem) El MOLI, el sindicato del seguro social y la Sindicato de Médicos Trabajadores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social –SIMETRISSS- tuvieron un trabajo coordinado para detener el acento privatizador y salieron a protestar en innumerable ocasiones, estrecharon lazos con otras organizaciones de vendedores ambulantes nucleados en la Coordinadora Nacional de Vendedores –CNV--, Comunidades campesinos de Ahuachapán, la Asociación Comunal Campesina Democrática Salvadoreña –ACCDS-) y la Asociación Cooperativa de Producción Agropecuaria, entre otras para detener la embestida privatizadora y exigir entrega de tierras ante la descampesinización del agro. Estas fueron las luchas más relevantes, no obstante la administración de Flores estuvo preñada de conflictos debido a que su política ceñida a preceptos impuestos por los poderes de facto de los organismos internacionales y el énfasis en la individuación, competitividad y calidad total, rompía los hilos asociativos y la urdimbre social construidas por diversas tramas desde hace años atrás. Trabajadores, desempleados y luchadores sociales se integraban y apoyaron en el periodo de mayo/agosto de 2001 la protesta en las calles, con la consabida respuesta represiva del gobierno, pero con el cierre de fabricas de textiles, herramientas y maquinaria, ex patrulleros, trabadores de las telecomunicaciones, del aeropuerto, todos ellos a propósito de denunciar la política del despojo y arbitrariedad jurídica instrumentada, crearon el Movimiento Nacional Pro Defensa del Pueblo bajo el lema "Basta ya a la injusticia en El Salvador", en el cual participan más de 20 sindicatos, entre ellos el Movimiento de Organizaciones Laborales Integradas -MOLI-, el SIMETRISSS, la Asociación General de Empleados Públicos y Municipales –AGEPYM- y el STISSS. El Movimiento denunciaba el modelo neoliberal y exigía al gobierno que se combata la crisis económica (OSAL, 2001). Para 2002, el movimiento de la salud mostraba otros signos, por un lado tenía una carga politizada en sus demandas, había calado en la subjetividad de la población y contaba con la opinión favorable y de apoyo ciudadano en un 39 por ciento, según la encuesta levantada por el Instituto Universitario de Opinión Pública, IUDOP, de la Universidad Centroamericana, UCA. Asimismo eran poca las opiniones que veían intransigencia en la parte sindical pero algunas más no percibían la ola privatizadora también. Quizás la politización se percibió por la cercanía del dirigente político Shafick Handall miembro connotado del Partido Comunista y del FMLN con el Dr. Dr. Guillermo Mata Benett, quien más tarde se integró como militante al FMLN y contribuyo a construir la bisagra movimiento sindical y partido político. Existen otras voces críticas que avistaron un perfil bajo en el apoyo del FMLN con la huelga y movimiento de la salud, dado que percibían una preocupación y concentración del trabajo político en los municipios administrados por el FMLN, esencialmente para profundizar la relación del partido con esas zonas del y mostrarlo como una organización no belicosa. En noviembre de 2002, con el decimo aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz se detuvo la privatización, más de 18 cortes de ruta en carreteras arteriales y 100 mil personas se movilizaron en el territorio nacional, una huelga de cinco meses paró el intento del gobierno y las recetas del Banco Interamericano de Desarrollo por despojar el servicio de salud a la población. No obstante, la clase política optó por un tiempo una estrategia más cautelosa, "concesionar" algunos servicios auxiliares y médicos a privados y cambiar las direcciones médicas de los hospitales del Seguro por gerentes. Al mismo tiempo, el Ministerio de Salud promovió el terreno para la futura privatización:

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No surtir los medicamentos a los centros de salud para sugerir la ineficiencia estatal y necesidad de reestructurar la institución. En los primeros siete meses de este año, el Ministerio de Salud solo usó la vigésima parte del monto del presupuesto anual dedicado a este servicio para declarar la quiebra del sistema de salud. Los dos últimos meses de 2002 fueron agitados, los bloqueos no habían aminorado, principalmente en los municipios gobernados por el Frente Farabundo Martí bloquearon la construcción de un anillo periférico que iba a atravesar el cinturón de pobreza alrededor de la capital y potencialmente causaría desplazamientos de pobladores y daños a los mantos acuíferos. Ante ese hecho significativo el gobierno tuvo que anunciar la postergación de las obras. La autopista era parte del Plan Puebla Panamá –PPP-, un programa de mega infraestructura transnacional para abrir el istmo al comercio internacional desde México hacia el sur donde se complementa con componentes del contrainsurgente Plan Colombia. El 12 de octubre, cerca de 20 mil campesinas y campesinos ocuparon varios puestos fronterizos y carreteras nacionales en el marco de la resistencia continental contra la nueva colonialización a través de planes como el PPP o el ALCA (libre comercio americano). (Drüssel Dieter, 2002).

Las movilizaciones del sector de la salud no concluyeron durante toda la administración de Francisco Flores y gran parte de la asumida por Antonio Saca, las luchas persistieron la férrea oposición a la privatización y las demandas por dotación de recursos, medicinas, uniformes, alteración de turnos, cambios de jornada ha sido un plan de lucha sin decaer hasta la fecha. Otro actor de las luchas en el pueblo salvadoreño es el Bloque Popular Social –BPS- que nace el 20 de septiembre de 2003, cuyo eje movilizador es de franco apoyo a los movimientos sociales y al FMLN, incluso insertándose en la campaña de Shafick Handall como candidato a la presidencia por parte de a formula opositora. Confrontó en las calles la Ley antidisturbios o antiterrorista, fue fuerte opositor de la administración de Antonio Saca, sembró la protesta contra la firma del tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y el Plan Puebla Panamá, y denunció la instauración de la academia de policía de la Interpol en suelo salvadoreño, Desde el fin de las negociaciones del TLC con EE.UU., en mayo de 2004, pasando por su aprobación por el Congreso de ese país, el 27 de julio de 2005, hasta su ratificación por legislativa en 2006, el movimiento social salvadoreño se situó críticamente ante los promotores del ensamblaje de economías asimétricas y como pronosticador de algunos efectos en los campesinos, comercio y fundamentalmente en la producción de alimentos. El año 2005 amanece con desplazamiento en zonas céntricas y comerciales del país, pero la mayor fuerza residió en San Salvador y municipios conurbados, porque hubo anuncios por parte de la presidencia de Antonio Saca de prohibir la venta de productos “piratas” o ilícitos entre los cuales destacan la distribución de CDs y DVDs en el mercado informal, porque atentaba contra los derechos de autor y daño a la economía de grandes empresas disqueras y de entretenimiento. Las reformas a las cuales hacía alusión el presidente eran parte de las exigencias que los negociadores de parte de los Estados Unidos ponían sobre la mesa como condicionante para la entrada en vigencia del TLC aprobadas en diciembre por los partidos de derecha en la Asamblea Legislativa. Entre los aspectos relevantes de la Ley de Saca de defensa a derechos de autor permitía que la policía decomise todo tipo de material que no sea de marca y encarcele a sus vendedores.

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El Bloque Popular Social y los manifestantes organizados en la Coordinadora Nacional de Vendedores, representantes de 70 mil personas en todo el país, dieron a conocer una serie de movilizaciones y protestas como parte de un plan para detener la legislación represiva. Carlos Vásquez, del Bloque Popular Social, indicó “venderemos discos hoy y mañana y todos los días, porque con eso mantenemos a nuestras familias y no vamos a permitir que nos cierren esta fuente de trabajo, vamos a defenderla con toda nuestra fuerza organizada.” “Es con nosotros que han empezado pero este TLC y esta puñetera Ley de Derechos de Autor también va afectar a los que venden ropa, zapatos, lociones, celulares, cinchos, gorras. E incluso a lecheros y henequeneros. El TLC nos va a golpear a todos”. (Siep, 2006). A la lucha se sumaron sectores eclesiales de la Iglesia Luterana Popular y colectivos de trabajadores del mercado popular y vendedores ambulantes. El 2 de julio de 2007 fue la inauguración y puesta en práctica la Ley antiterrorista que promulgó Antonio Saca para criminalizar las protestas populares y mejorar el escenario para esgrimir la represión en comparativo al dibujado durante una protesta pública en Suchitoto, departamento de Cuscatlán, cuando se manifestaban contra el anuncio de la política de descentralización del agua que el Ejecutivo anunciaría en ese lugar. Trece personas detenidas y el ensañamiento contra la periodista María Haydee Chicas periodista, comunicadora institucional de la Asociación para el Desarrollo de El Salvador –CRIPDES-, capturada mientras cubría la protesta social. La noticia trascendió por los medios virtuales y abrió un zaguán de solidaridad de diversos organismos, nodos de contra información, congresistas, intelectuales, iglesias y organizaciones civiles en repudio de la política antidemocrática de Saca, quien debió acceder y liberarla el 23 de julio del centro penitenciario Cárcel de Mujeres, ubicado en Ilopango, bajo libertad condicionada. Este evento abrió una brecha a la política policial que se instrumentaba en el Salvador, dado que el presidente Antonio Saca fue uno de los gestores de programas de cooperación entre Estados Unidos y México para armar una iniciativa contrainsurgente para Centroamérica, inicialmente conocida Plan Puebla Panamá, con prótesis coadyuvantes como el Triangulo del Norte y mas tarde los Planes Cazador (2008), Plan Caminante, Plan Antimaras, Plan 500, Plan Mano Dura entre otros que funcionan como dispositivo de poder coactivo y coercitivo. (Plan de Seguridad s/f) Para cerrar la trayectoria movimientista en El Salvador, en el mismo año fueron revelándose otros actores que cambiaron el mapa político del país y, por supuesto, llenaron los escaques vacios que estaban problematizados pero no escenificados como confrontación de clase o de intereses, los movimientos contra la contaminación, despojo y apropiación de recursos de las mineras trasnacionales y la desaparición de comunidades y pueblos por las represas de los ríos. Dos campos politizados que en años anteriores no eran arena de disputa en las movilizaciones y demandas campesinas con arraigo de los lugares contaminados, víctimas del despojo de sus recursos, drástica transformación de los lugares donde vivían o nula posibilidad para sembrar parte de sus alimentos y nutrientes de la economía de subsistencia. A mediados de junio de 2007 salió a la luz pública los conflictos en ebullición dentro de la firma Pacific Rim S.A., quienes explotaban la mina del cantón San Francisco, El Dorado, jurisdicción de San Isidro, departamento de Cabañas, donde distintas actividades organizadas por el Comité Medio Ambiental de Cabañas, integrado por líderes comunales de San Isidro, Sensuntepeque, Guacotecti y Ciudad Victoria, municipios de la zona de influencia del proyecto extractivo de metales, principalmente de oro.

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El movimiento tuvo eco y comunidades vecinas y de otros lugares que también detectaron movimientos de minería para extraer material demandado por el desarrollo capitalista y el alto precio en el mercado mundial de los recursos sustraídos, unieron las demandas de Cabañas y así las comunidades de Chalatenango exigieron a la Ministra de Economía, Licda. Yolanda de Gavidia, negar la autorización a la industria minera en ese departamento. Tras caminatas por varios días en un trayecto de 51 kilómetros, miles de manifestantes llegaron hasta el centro de esta capital, con la demanda esclarecida del rechazo a los proyectos mineros y la presencia miliar en las comunidades, asimismo la desocupación de los batallones militares ubicados en Chalatenango, en San José las Flores y otras localidades. Los actores colectivos constituidos en el Bloque Popular Social y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional asumieron compromisos de solidaridad con las comunidades del departamento norteño de Chalatenango por las amenazas de la industria minera, la represa El Cimarrón y la construcción de una carretera Longitudinal del Norte que destruirá la biodiversidad de esta región, además de denunciar los 31 permisos otorgados por el gobierno a la explotación minera en suelo salvadoreño. Seis meses de bloqueos, movilizaciones, denuncias y confrontaciones con elementos de las fuerzas públicas y cuerpo de sicarios previamente conformados y contratados por los representantes de las mineras a fin de hostigar a los líderes campesinos y comunitarios incorporó mayor tensión cuyo resultado tuvo la primera muerte el 20 de diciembre de 2007, cuando un miembro del Comité Ambiental de Cabañas, Ramiro Rivera Gómez, y mas tarde una mujer embarazada fue eliminada seis días después en Trinidad de Sensuntepeque, a 85 km al noreste de San Salvador, y de igual manera genero un ambiente de hostilidades, miedo, terror y elevación de los niveles de confrontación. Paralelamente a estos acontecimientos en La Unión, en el sur de el país la organización local “Proyecto por la Vida” y la Asociación Unionense para la Defensa del Medio Ambiente –ASUMA-, contó también con la participación de la organización mundial Amigos de la Tierra, de las y los trabajadores de la empresa CALVO organizados en el Sindicato General de Trabajadores de la Industria Pesquera y Actividades Conexas –SGTIPAC-, de la Federación Sindical de Trabajadores Salvadoreños del Sector Alimentos, Bebidas, Hoteles, Restaurantes, Agroindustrias –FESTSSABHRA- ambos afiliados a la UITA, así como del secretario general de Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y la Agricultura -Rel-UITA- se manifestaron en contra del proyecto de la transnacional AES que pretende instalar dos plantas para generar energía con gas y carbón. La compañía en cuestión tenía antecedentes de insatisfactoria confianza en los pobladores de la Unión dado que en 1978 se vio involucrada en la explosión de un tanque en Nueva York y provocó la muerte de 40 personas; asimismo en 1989 estalló una tubería de gas en Moscú donde fallecieron 575 personas y en 1994, la falla en un tanque de almacenamiento causo la muerte de 130 personas. En años anteriores la corporación AES adquirió la propiedad de las principales generadoras de energía del país y ahora quiere desarrollar este nuevo proyecto extremadamente peligroso y contaminante. Hay que recordar también que la corporación mencionada fue multada por el gobierno de California con 17 millones de dólares por los daños provocados y la obligó a invertir 34 millones para descontaminar el ambiente. Y lo más reciente fue el intento por desarrollar en Puerto Cortéz (Honduras) el mismo proyecto que quieren implementar en La Unión , pero el pueblo organizado logró impedírselo y ahora pretenden con el apoyo de las instituciones oficiales salvadoreñas dañar los recursos naturales del país (UITA, 2007). Las confortaciones y movilizaciones han avanzado en lo local e incluso arribado a consensos para posponer proyectos de inversión de carácter depredador y atentatorio contra los recursos

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naturales del país, esto indica que la ecología y sustentabilidad, asimismo la defensa de los recursos naturales estratégicos se han convertido en los nuevos espacios politizados donde escenifican brotes de lucha de clase y de carácter anti neocolonial. Hacia noviembre del año 2007, la lucha contra los proyectos de termoeléctrica, gas licuados en Punta Gorda fueron embestidos por Proyecto por la Vida, ASUMA y la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo Económico y Social de El Salvador –CODES- y firmaron la “Declaración de La Unión”, un documento en el cual establece el compromiso firme de continuar la lucha para que las empresas Cutuco Energy y Fonseca Energy, ambas controladas por la trasnacional AES de capital mixto con mayoría estadounidense, no desarrollen sus proyecto de construcción de las plantas generadoras de energía (Rel.Uita 2008) . El gobierno fiel aliado a las empresas transnacionales ligadas a inversionistas interesados en la minería, generación de energía, control de agua y proyecto de puerto seco, ha tratado de sensibilizar a la sociedad mediante discursos y programas de televisión sobre las ventajas de estos “mega-proyectos” que beneficiarían a las comunidades donde se establecen. Pero el mensaje no ha permeado la confianza de los salvadores de ahí los focos de resistencia y movilización en cada ocasión en la cual aparecen los gestores y represores para imponer las maquinas de saqueo de los minerales aun sin oportunidad de entrar en función, lo que demuestra una victoria parcial, sin embargo en los asuntos relacionados con las represas, en los municipios de San Antonio del Mosco, Carolina, San Luis de la Reina, Nuevo Edén de San Juan y San Gerardo, en el norte de San Miguel mantienen una obstinación contra el proyecto de la represa de El Chaparral, siguiendo el ejemplo de lo realizado en el caso de la minería. La minería ha contado con mayor fuerza por la información vertida y el manejo de evidencias con historias parlantes de las secuelas y herencia de los proyectos mineros desarrollados en los años 70’s y que ocasionaron la destrucción irreversible de ríos en los departamentos de Morazán y La Unión. Si permitieran de nuevo la extracción de oro y plata, se presentarían más casos de cáncer, malformaciones genéticas y muerte. La lucha contra la construcción y operación de la represa El Chaparral fue publicitado como la mayor necesidad del país para generar energía y evitar los cortes que las compañías actuales provocan parra evidenciar las carencias, pero la intencionalidad es provocar una crisis y vender los recursos a los inversores norteamericanos y españoles. “El Salvador no necesita de más represas, pues las ya existentes generan energía eléctrica suficiente para la población. Actualmente se planea construir dieciocho represas; El Chaparral, Cimarrón, y El Tigre serían las más grandes. Estas las construiría el Estado con dinero prestado (el que pagará con altos intereses) para después otorgarlas en concesión a empresas privadas y ellas vendan el excedente de energía en la región Mesoamericana” (Coto, 2009). La vida orgánica de los movimientos locales ha crecido por la voluntad y tradicional formas de trabajo intergremial que ha predominado en el país desde la época de la guerra, donde los acuerdos perentorios, las alianzas, convergencias y domos comunes permitieron acoplar la lucha, evitar la fragmentación, ligar demandas y unificar criterios a propósito de contener la fuerza represiva del Estado, principalmente en los dos últimos años de la primera década donde la estructuración de un Estado Policial lo ha hecho mas aguerrido, feroz y represivo, invasor del espacio intimo y privado y con los ingredientes jurídicos necesarios para criminalizar todo acto de protesta o demanda de derechos. Un producto de las alianzas y articulación de acciones colectivas es el Frente Social para un Nuevo País –FSNP-, integrado por organizaciones de base y agrupamientos del movimiento social.

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El FSNP surgió después de 3 años de coordinación y de acciones encadenadas de lo que hasta la fecha era conocida como “G-7” (Grupo de los 7). Une a 21 organizaciones: sindicales, cooperativas, campesinas, comunitarias urbanas y rurales, del sector informal, de profesionales, de personas lisiadas y pensionadas; y a los agrupamientos: Bloque Popular Social para la Democracia Real -BPS-DR- y Movimiento Popular de Resistencia- 12 de Octubre -MPR-12-. En su plataforma de lucha, el FSNP demanda solucionar 29 importantes problemas que afectan a la población salvadoreña. Entre dichas las más significativas son:

1. Reducir el alto costo de la vida, quitando el IVA y regulando los precios de los alimentos, las medicinas y los servicios básicos (luz, agua, transporte). 2. Subir los salarios a las personas que trabajan en la empresa privada y los sueldos a las y los empleados públicos, de acuerdo al costo de la vida. 3. Garantizar el respeto a los derechos de las mujeres, con acciones que combatan las desigualdades con respecto a los hombres, la opresión y la violencia, que son resultado de las relaciones capitalistas y patriarcales. 4. No privatizar el agua y garantizarle salud y educación pública gratuita al pueblo, especialmente a la niñez y a la juventud. 5. Aumentar las pensiones y crear programas de protección social para personas lisiadas, jubiladas y de la tercera edad. 6. Aprobar la propuesta de “Ley de Reactivación de la Producción Agropecuaria”, presentada por las organizaciones campesinas y cooperativas; y rechazar la “Ley de Arrendamiento de Tierras”, de los terratenientes y el gobierno. 7. Legalizar los solares de vivienda de las comunidades marginales, amenazadas de desalojo en las líneas férreas, calles en desuso y terrenos privados y estatales. 8. Suspender la actividad minera, la construcción de represas y la carretera longitudinal del norte.

Cuadro tomado de www.Ecumenico.org, 2008 Movimientos Sociales y proceso electoral 2009 El amanecer del año 2009 estuvo cargado de opiniones ciudadanas promotoras del debate público sobre el tema electoral, el posible triunfo del candidato Mauricio Funes por la fórmula del FMLN y la campaña de miedo y desinformación angustiante de los partidos tradicionales y el mismo gobierno de ARENA diseminaban sobre varios rincones del país, fundamentalmente donde el alarmismo tuviese como caja de resonancia el rumor de grandes segmentos sociales. La tendencia, de hace meses atrás no se diluía, el FMLN encabezaba las preferencias electorales y esos pronósticos incomodaban a muchos actores políticos, principalmente a los ligados a intereses de obras con el gobierno y políticos que habían caído en el círculo de la corrupción y tráfico de influencias en las esferas gubernamentales. Encuestas de todo tipo y sin excepción arrojaban como resultado el espaldarazo ciudadano a Mauricio Funes, no obstante, el llamado del candidato del FMLN reiteraba la necesidad de cuidar las urnas, ligar más votos, ampliar las redes ciudadanas y no decaer el ánimo porque sólo la victoria garantizaba cristalizaran las esperanzas después de veinte años de gobierno neoliberal. Segmentos sociales movilizados de diferente índole manifestaban su apoyo pero a su vez pedían reciprocidad, no obstante, existía mucha incertidumbre en el ambiente, la crisis económica y financiera internacional había minado considerablemente los pilares endebles de la economía nacional, los precios de los productos básicos de consumo se elevaron en 20%, el precio de la canasta fluctuaba en los 180 dólares mensuales y a ello se sumó la inestabilidad del petróleo que impactaba el diesel y gasolina lesionando con severidad la economía porque El Salvador es importador de hidrocarburos y sus derivados; además, los productos del campo escasos, limitados

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y la gran mayoría importados de de Honduras y Nicaragua, dado que la estructura agraria salvadoreña está severamente dañada por el abandono sometido en los últimos 20 años de administración arenista. Los sectores ligados a los negocios y macro proyectos de perfil ingenieril y de minas se preocuparon por la tendencia y comenzaron a presionar para que las licitaciones a medias se abrieran totalmente, se cumplieran fast trac los procedimientos y concesionaran, quitaran los puntos de control y liberaran recursos. Esa desesperación desató polémica y puso sobre la mesa de discusión los distintos y diversos intereses privados que estaban tras de esos negocios También abrieron las compuertas para que días más tarde Ricardo Navarro, presidente de Centro de Tecnología Apropiada (CESTA), denunciara al gobierno central por permitir la operación de transnacionales fomentadoras del deterioro del medio ambiente nacional, sin ningún control del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN). El ecólogo señaló que en el departamento de La Unión, el Presidente de la República, Elías Antonio Saca, está presionando para que se emitan todos los permisos a Cutuco Energy e inicien de inmediato la construcción de las plantas generadoras de electricidad a base de carbón y gas natural. Observaciones similares se puntualizaron en la denuncia que hizo Carlos Mejía, perteneciente al Movimiento sin Plomo en el San Salvador, exponiendo que donde se proyecta la construcción de una planta generadora de energía eléctrica denominada Sociedad Eléctrica del Cerén S.A. de C.V. que funciona con combustible búnker, a escasos 600 metros de la actual planta de Baterías de El Salvador altera el informe de impacto ambiental de la planta hidroeléctrica. Asimismo señaló su oposición al proyecto ante el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), por considerar altamente riesgoso para el medio ambiente Otros organismos como el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) y de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) señalaron, que la concesión otorgada por el Estado a la empresa de capital mixto LaGeo para explotar energía eléctrica a base de recursos geotérmicos, podría ser inconstitucional, ya que viola los artículos 103, 110, 131 de la Carta Magna. Por otro lado, la sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) admitió una demanda de ese tipo, interpuesta por organismos de la sociedad civil. Colateralmente los empresarios desataron campaña de hostigamiento contra los trabajadores de sus empresas para inducir el voto, surgieron denuncias y reclamos de empleados que laboran en Almacenes Siman, Kia Motors, Didea Repuestos, Construmarket, Grupo Q, Banco Agrícola, Central Izalco y Asesuisa. Según los trabajadores los jefes de estas y otras empresas instan a los subordinados a votar por el partido en Gobierno, bajo la amenaza de despido laboral. Si bien es cierto que en sectores cautivos (trabajadores de empresas y empleados) desempañaban sus labores bajo presión política, otros segmentos mas abiertos y con capacidad movilizadora contaban con mayor cobertura política en la campaña electoral como fue el caso de miembros del Consejo Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño (CCNIS), quienes expresaron que los comicios municipales y legislativos pasados cambiaron el rumbo de al menos 8 poblaciones donde residen pueblos indígenas, y que por muchos años han sido excluido de las políticas de desarrollo. Los resultados a favor del principal partido de oposición, el FMLN, en municipios como Santo Domingo de Guzmán, Guatajiagua, Panchimalco, Cacaopera, Santo Tomás, Tecoluca, Izalco y Nahuizalco, son signos del renacer de la identidad de los pueblos. Un hecho relevante fue la participación de segmentos jóvenes de la sociedad salvadoreña en el proceso político que va más allá de lo electoral, porque es una apuesta a un reacomodo de fuerzas

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políticas, una mayor inserción de nuevos problemas en la agenda nacional y el vinculo de comunidades marginadas en acciones políticas trascendentales para el desarrollo el país. Las denuncias en Cojutepeque, realizaron un cierre de calles como medida de protesta por la instalación de una antena telefónica de la compañía Telecom, la cual está colocada a menos de cien metros de las viviendas, y que puede ocasionar problemas en la salud de las personas debido a la radiación, sumada a la Red Ciudadana Frente a los Transgénicos denuncia el peligro que representa para los cultivos nacionales, los experimentos con semilla transgénica realizados el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria Forestal (CENTA) y algunas empresas privadas. Según los miembros de la Red, desde que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) otorgó permisos al CENTA para sembrar semillas de maíz transgénico en el país, pone en riesgo la seguridad alimentaria de los salvadoreños. El conjunto de problemas va dando forma a un bloque de demandas con puntos identitarios que encausan varios problemas y dan cuerpo a convergencias sociales o articulaciones de movimientos antes fragmentados en su lucha local o focal. También, la Asociación de Comunidades Unidas para el Desarrollo de San Julián y otras redes de ambientalistas realizaron protestas a través de cierres de calles en comunidades del departamento de Sonsonate ante el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), para detener la tala de árboles en zonas circundantes en la Cordillera del Bálsamo esta acción fue por la vida, por el agua, por la defensa del medio ambiente. 200 personas se hicieron presentes para solicitar que se detuviera la deforestación en las zonas; de la misma manera Gremios estudiantiles se tomaron el edificio de oficinas centrales de la Universidad de El Salvador (UES) y exigieron a las autoridades ampliar el cupo de aspirantes de nuevo ingreso. La estrategia de las agrupaciones políticos ha dado frutos el Movimiento Nacional de las Comunidades Rurales afectadas por las Inundaciones, integrado por las Asociaciones de Desarrollo Comunitario (ADESCO) de la zona Sur de Ahuachapán, entre estas, Jujutla, San Francisco Menéndez, Guaymango, y Tacuba; Colectivo Isletas de San Pedro Masahuat; la Coordinadora de Puerto Parada, Cáritas Santiago de María Usulután; Comité Cristiano Pro-Desplazados de El Salvador (CRIPDES), Fundación Sustentabilidad Educación y Solidaridad (SES), Fundación para la Cooperación y el Desarrollo Comunal en El Salvador (CORDES), Asociación de Mujeres Rurales “Olga Estela Moreno” el Salvador (ASMUR), y Centro para el Desarrollo del Maestrazgo de Teruel (CDMT) de Tecoluca, San Vicente; Asociación Intercomunal de Comunidades Unidas para el Desarrollo Económico y Social del Bajo Lempa (ACUDESBAL), Asociación de Desarrollo Integral del Bajo Lempa (ADIBAL) de Jiquilisco, Usulután; Equipo Pastoral así como, Asociación Salvadoreña Promotora de la Salud (ASPS), Asociación Cooperativa de Aprovisionamiento, Ahorro, Crédito y Consumo de Mujeres del bajo Lempa 'Marta González' (ACAMG), Movimiento Estudiantil Bajo Lempa (MEBLE), Confederación de Federaciones de la Reforma Agraria Salvadoreña (CONFRAS) y Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), pidieron frenar la construcción de más hidroeléctricas que vulneran la precaria vida de los habitantes de la zona rural. señalaron: “Ya no queremos esperar el invierno para ser noticia al arrasarnos el río; ya no queremos que la ayuda sea sólo para las personas afines al partido oficial Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), para salir en la foto con la Primera Dama (Secretaría de la Familia), queremos una respuesta humana”.(Salazar, 2009) Estos hechos, entre muchos más, son una muestra contundente de cómo insertar los movimientos sociales en la faena electoral, no con un perfil de caza de votos, sino con la intencionalidad de construir el debate público, visibilizar los graves y añejos problemas que padece el país, señalar los actores involucrados en las redes de complicidades y corrupción,

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politizando nuevos espacios públicos como la ecología, el campo, las calles, los foros, las esquinas, con el claro perfil de hacer una política mas cercana a las comunidades, menos retórica y cargada de participación ciudadana. Lo digno de destacar en este pequeño país es el rumbo que tomó la política, mientras en otros países del área las elecciones son el polo de atracción , la confrontación y toda la gama de problemas, en El Salvador la polarización electoral abrió las compuertas para desatar los conflictos, visibilizar los actores, desanudar los diques de contención ciudadana y perder el miedo justamente en la calle. El espacio público transitable se convirtió en el espacio idóneo para retar la angustia mediática, el miedo sembrado por el gobierno y el terror de un Estado Policial vigente desde que el gobierno Arenista acordó el funcionamiento de la base policial de Interpol como elemento coadyuvante en la lucha contra el narcotráfico, actividad ilícita con fuertes vínculos con agentes de gobierno. Las actividades estudiantiles reeditaron y abrieron canales de expresión en Ciencias Sociales y Humanidades donde grupos antiguos y otros renovados asumieron la lucha por ampliar la base estudiantil y abrir la enseñanza superior a la creciente demanda de cupos y lograron pactar con Funes una acción futura de gobierno en caso de que arribara a la presidencia; de la misma manera y recorriendo el camino de pactos y acuerdos para entregar apoyo a la causa FMLN los pequeños y medias empresarios, ahogados en la crisis y sin un plan gubernamental apropiado para contener su deterioro como pequeños industriales terminaron yendo a los campos de Funes para reivindicar un plan de contingencia y plan futuro de empleo dado que ellos proporcionan mas del 60% del empleo a la población. En conclusión parcial, a pesar de la campaña del miedo, el terror, la desinformación, las presiones ejercidas sobre empleados y trabajadores el FMLN en la mancuerna Funes/ Cerén ganó por 51.27, con 1.231.755 votos, frente a 1.170.780 votos, 48.7, obtenidos por la derecha, el partido gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) del candidato presidencial Rodrigo Ávila. Los movimientos sociales a partir del triunfo electoral han mostrado una cara distinta en El Salvador, protestan y vindican alguna demanda pospuesta han esgrimido una capacidad dialogante, organizada para cooperar con el gobierno, exigir espacios de participación, ser coadyuvantes en los estudios técnicos sobre minas, tierras afectadas, aguas contaminadas, prohibiciones ilegales, tala de árboles, cuidado de medio ambiente, privatizaciones arbitrarias, etc., con el fin de canalizar en una convivencia nacional el proyecto de país aplazado por muchos años. Bibliografía. Coto Ricardo, 2009, El Salvador: Los Proyectos de Muerte son Lecciones de Una Lucha, en http://www.kaosenlared.net/noticia/salvador-proyectos-muerte-son-lecciones-lucha Drüssel Dieter,2002, http://www.lafogata.org/02latino/11latinoamerica/logran.htm Ecuménico, 2008. Otro motor que se enciende: nace el Frente Social para un Nuevo País, en http://www.ecumenico.org/leer.php/1630 Juárez Jorge, 2007, Movimientos sociales y neoliberalismo en El Salvador: huelga de médicos y trabajadores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social. http://www.vinv.ucr.ac.cr/latindex/dialogos001/dialogos-8-1-07.pdf OSAL, 2001, Observatorio social de América Latina No 5, El Salvador : . . [Citado: 19/2/2010]. Petras James y Veltmeyer Henry, 2005, Movimientos sociales y poder estatal, Lumen/México. Unesco, 2008, Reporte a mediano plazo sobre la década internacional para una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo 2001-2010 www.unesco.org/iycp/Report/Salvador.pdf

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