arte bizantino iii

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ARTES FIGURATIVAS Y DECORACIÓN ICONOGRÁFICA EN EL MUNDO BIZANTINO. Las artes figurativas del mundo bizantino en el siglo VI derivan claramente de las culturas tardoantigua y paleocristiana anteriores. Son estas formas derivadas las que evolucionarán hasta configurar una iconografía propiamente bizantina en el periodo intermedio, salvando el paréntesis iconoclasta. En este periodo inicial de la cultura bizantina se otorgaba sin duda mayor importancia a la arquitectura como herencia tardorromana y en los edificios se empleaba más recursos y tiempo en la construcción para después, sin prisa, realizar la decoración. La tradición anterior y el gusto local son también decisivos en la utilización de la decoración figurativa con mosaicos en el más importante centro artístico de la Italia bizantina: la ciudad de Rávena. Reflejo de la pujanza de esta tradición local con su estilo narrativo de inspiración religiosa mezclado con elementos bizantinos y helénicos es la decoración de iglesias como la de San Vital, con sus enormes retratos imperiales, o los grandes ciclos religiosos desarrollados en San Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo, probablemente financiadas todas ellas directamente desde la corte imperial. Es en Rávena donde encontramos los principales ejemplos del arte del mosaico de los siglos VI y VII debido a que las decoraciones de los templos griegos y de Asia Menor desaparecieron durante la iconoclastia o posteriormente, con la ocupación musulmana. Normalmente eran las propias iglesias las que se encargaban de su decoración, recurriendo a libros de muestras que se enviaban 1

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Page 1: Arte bizantino III

ARTES FIGURATIVAS Y DECORACIÓN ICONOGRÁFICA EN EL MUNDO BIZANTINO.

Las artes figurativas del mundo bizantino en el siglo VI

derivan claramente de las culturas tardoantigua y paleocristiana

anteriores. Son estas formas derivadas las que evolucionarán hasta

configurar una iconografía propiamente bizantina en el periodo

intermedio, salvando el paréntesis iconoclasta.

En este periodo inicial de la cultura bizantina se otorgaba

sin duda mayor importancia a la arquitectura como herencia

tardorromana y en los edificios se empleaba más recursos y tiempo

en la construcción para después, sin prisa, realizar la decoración.

La tradición anterior y el gusto local son también decisivos

en la utilización de la decoración figurativa con mosaicos en el

más importante centro artístico de la Italia bizantina: la ciudad

de Rávena. Reflejo de la pujanza de esta tradición local con su

estilo narrativo de inspiración religiosa mezclado con elementos

bizantinos y helénicos es la decoración de iglesias como la de San

Vital, con sus enormes retratos imperiales, o los grandes ciclos

religiosos desarrollados en San Apolinar in Classe y San Apolinar

el Nuevo, probablemente financiadas todas ellas directamente desde

la corte imperial. Es en Rávena donde encontramos los principales

ejemplos del arte del mosaico de los siglos VI y VII debido a que

las decoraciones de los templos griegos y de Asia Menor

desaparecieron durante la iconoclastia o posteriormente, con la

ocupación musulmana.

Normalmente eran las propias iglesias las que se encargaban de

su decoración, recurriendo a libros de muestras que se enviaban

desde la capital donde se mezclaba la tradición grecorromana y la

iconografía cristiana.

Pese a la importancia destacada de la arquitectura, no se

completaba ningún edificio, ni civil ni religioso, sin añadirle

ornamentación coloreada que no siempre era con mosaicos sino

también con frescos cuya tradición también es muy antigua y

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Page 2: Arte bizantino III

extendida como demuestran las iglesias paleocristianas (Santa María

la Antigua de Roma, por ejemplo) o las iglesias coptas de Egipto.

San Apolinar el Nuevo

La decoración de la iglesia presenta una interesante

progresión iconográfica que es sustituida en el siglo IX tras la

ocupación bizantina de la ciudad de Rávena y la creación del

Exarcado de Italia. Teodorico, rey ostrogodo entre los años 493 y

526, ordena la construcción de la iglesia para albergar los restos

de San Apolinar, expuestos al saqueo sarraceno en la iglesia

extramuros de San Apolinar in Classe, en una fecha que nos es

desconocida pero que en todo caso es posterior a la de la

construcción del Baptisterio de los Arrianos.

Es posible determinar que en la decoración de la iglesia se

asiste a la consolidación y madurez de la técnica del mosaico

bizantino. Se han terminado las búsquedas y experimentos de obras

anteriores y el mundo de blancos y oros sobre azul se sustituye por

un universo blanco, verde y púrpura sobre oro. El firmamento de la

noche estrellada se retira para dar paso al oro de la luz

inmaterial, mientras que los personajes se apropian de los grandes

paneles. Es la figura humana, grave, la que reina sobre el nuevo

decorado. De gran tamaño, colocada de frente, está definida por las

formas plásticas y no se le asigna ningún espacio en profundidad

como se veía en el siglo V. La decoración se confunde con la

superficie del muro y la bóveda que cierra el edificio. Los

accesorios, importantes en una obra naturalista, serán reducidos a

favor del tema principal; la técnica impresionista será reemplazada

por figuras de contornos netos. El espectador recibía así la

importancia del símbolo, de una verdad transcendental y mística que

glorifica, feliz de sentirse bajo la protección divina.

De la decoración original sólo se conservan los muros

laterales de la nave central aunque sí sabemos que existió una

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Page 3: Arte bizantino III

representación de Cristo en el ábside central que desapareció en el

siglo XVI. Por lo conservado, podemos deducir que se trata del

primer ciclo cristológico conocido en el siglo VI y el más completo

de todos los realizados en esa centuria. Se trata pues de un único

programa completo sobre la vida de Cristo compuesto por trece

escenas en el muro norte y otras tantas en el muro sur que

prefiguran los programas iconográficos de la época medieval.

() Planta basilical de la iglesia de San Apolinar el Nuevo donde

se distinguen los trece intercolumnios en los que se situarán las

escenas del ciclo cristológico.

() Los muros disponen de tres diferentes registros iconográficos;

en la parte superior, el ciclo cristológico; en la intermedia,

situada entre las ventanas, se representa a los profetas y en la

inferior sendas procesiones de santos y santas que sustituyen a los

mosaicos originales de la época de Teodorico.

Las escenas superiores, correspondientes a la vida de Cristo,

están tomadas de una fuente desconocida representando a un Cristo

joven y sin barba en escenas que son episodios históricos y no

necesariamente milagrosos.

() Entre las escenas del ciclo cristológico superior se añaden

ornamentos como cortinajes o dos palomas a los lados de una cruz.

() Las escenas del ciclo cristológico se distribuyen de este a

oeste, comenzando con la primera en el lado este del muro norte y

continuando con la número 14 en el lado este del muro sur.

13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1

26 25 24 23 22 21 20 19 18 17 16 15 14

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Page 4: Arte bizantino III

() La primera escena (número 1) del ciclo representa las bodas de

Canaán con un Cristo joven e imberbe con grandes ojos saltones como

en los iconos.

() La segunda escena (número 2) del ciclo representa la

multiplicación de los panes y los peces donde aparece San Pedro con

una especie de gorro-casco y barba, prefigurando su papel de

fundador de la Iglesia.

() La tercera escena (número 3) del ciclo representa el milagro de

la hemorroisa que también aparecía en la Pilastra del Salvador.

() Otra de las escenas que aparece en este ciclo y que también

estaba representada en la Pilastra es la resurrección de Lázaro.

() Una escena más que también se puede observar en la Pilastra y

en este ciclo es la curación del ciego de Jericó.

() La cuarta escena (número 4) también está en la Pilastra. Se

trata de Cristo en el pozo con la samaritana.

() Curación del paralítico de Cafarnaún, con Cristo

jerárquicamente destacado más alto.

() Escena de la curación del paralítico de Betsabé.

() Escena del óbolo de la viuda.

() Escena del publicano y el fariseo. Se presenta una arquitectura

con una especie de tejado, un frontón y una cortina anudada en el

centro de la puerta. Se trata de una simbología muy común para

representar una iglesia.

() Escena de la vocación de Pedro con un delfín, símbolo de

salvación y esperanza.

() Escena del poseído curado en la gruta.

() Escena del juicio de las naciones con la separación de las

ovejas y las cabras.

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Page 5: Arte bizantino III

Como se puede comprobar, las escenas milagrosas son las más

abundantes en el ciclo representado en el lado norte. En el lado

sur existe cierta continuidad pero incluyendo ya escenas de la

Pasión de Cristo comenzando con la Santa Cena y terminando con la

Incredulidad de Tomás. Es destacable el hecho de que no aparece una

escena de la Crucifixión, desagradable para el gusto del momento,

aunque sí que vemos la cruz.

() Escena de la Santa Cena representada a la antigua manera

romana, con los comensales recostados en triclinios. Cristo aparece

como un hombre de cierta edad con la barba cubriéndole la cara.

() Escena de Cristo en el Monte de los olivos donde se distingue

claramente a San Pedro por su barba y tocado.

() Escena de El beso de Judas.

() Escena de La Negación de San Pedro con la columna y el gallo.

() Escena de Cristo conducido ante Pilatos.

() Escena de Pedro negando a Cristo en el patio de una casa.

() Escena de Cristo ante Caifás.

() Escena de Pilatos lavándose las manos.

() Escena de El camino del Calvario con Simón ayudando a Cristo a

llevar la cruz pero completamente ausente de dramatismo.

() Escena de Las Marías ante el sepulcro, representado como un

templete con la losa levantada.

() Escena de la Cena de Emaús.

Es interesante comprobar cómo las escenas de la Boda de Canaán

y la Santa Cena, situadas en la posición 1 y 14, son las más

cercanas al presbiterio dado su carácter eucarístico. Además, son

éstas las únicas que se conservaron tras la ocupación bizantina

dirigida por el general Belisario en el año 530. En la parte

inferior del ciclo comentado aparecen una serie de profetas

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Page 6: Arte bizantino III

entogados y con un libro y más abajo aún aparece en el muro norte

una procesión de santos y en el muro sur de santas.

Estas dos procesiones de santos y santas fueron añadidas

durante la época bizantina pues anteriormente figuraba una comitiva

cortesana encabezada por el rey Teodorico y su familia y precedida

por los Reyes Magos. La comitiva iniciaba su camino en el muro

norte saliendo del puerto de Classe y continuando su viaje hacia el

muro sur donde aparece la Virgen con el niño y ángeles, el palacio

de Teodorico y finalmente la figura de Cristo. De esta comitiva

sólo permanecieron las figuras sagradas y las representaciones del

puerto de Classe y del palacio de Teodorico.

La cadena rítmica de las procesiones es la misma en un lado y

otro, y sobre el mosaico se sitúan las columnas blancas de los

mártires y vírgenes que distribuyen el espacio. El verde esmeralda

del fondo y de las palmeras resalta la claridad de los vestidos y

el oro que brilla, ilumina la procesión triunfal. Los vencedores de

la muerte van a depositar las coronas ante Cristo y la Virgen,

dispuestos como emperadores guardados por ángeles. En ningún otro

lugar se ha logrado tan plenamente una réplica cristiana de un tema

imperial.

() Imagen de un profeta con el libro, las manos veladas en señal

de respeto y bendiciendo.

() El puerto de Classe con la ciudad de Rávena amurallada.

() Detalle de los barcos en el puerto de Classe.

() Procesión de santas vestidas con traje de aparato y portando

las coronas del triunfo y el martirio. Gran frontalidad que sólo

permite seguir el movimiento procesional por la posición de las

manos. Palmeras como símbolos del paraíso y nombres inscritos en la

parte superior.

() Imagen de los Reyes Magos también de gran frontalidad con el

movimiento marcado por la posición de las manos. Portan ofrendas y

es muy interesante su representación como las tres edades, los

gorros frigios y las calzas típicas de la vestimenta a la manera

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Page 7: Arte bizantino III

oriental y la ausencia del rey negro, que no aparecerá hasta el

siglo XIV.

() Virgen entronizada con el maphorion o manto y acompañada por

dos ángeles. Se trata del tipo kiriotisa, en el trono y con total

ausencia de comunicación con el niño. Es la primera vez que aparece

en Rávena una imagen de la Virgen entronizada. Los ojos son

enormes, para transmitir una mirada profunda al fiel.

() Procesión de santos en el lado opuesto al de las santas.

Imágenes muy similares con la corona del martirio y personajes de

todas las edades. Únicamente aparecen diferenciados San Martín de

Tours, que abre la comitiva, y San Lorenzo, situado en el cuarto

lugar. La comitiva sale del palacio de Teodorico y se dirigen al

presbiterio donde está Cristo con dos ángeles a cada lado.

() Construcción palaciega de la que parte la procesión de santos

con la inscripción "pala-tium". Arquería de la que cuelga un

cortinaje para remarcar la sensación espacial y visión idealizada

de la ciudad de Rávena con la muralla, los templos de los

Apolinares, el mausoleo de Teodorico, San Vital, etcétera. La

representación nos evoca el mundo de la antigüedad tardía.

() Al igual que en la procesión de santas, los santos marcan la

dirección con las manos.

() Imagen de San Lorenzo, con su túnica diferenciada.

() Imagen de San Martín de Tours, martillo de herejes y símbolo de

la adaptación a la ortodoxia religiosa de Rávena tras la conquista

bizantina.

() Imagen de Cristo en un trono con un gran cojín. La imagen es la

del Salvador, con la barba partida, mechones de pelo y el nimbo

crucífero. Representación conservada de la época de Teodorico.

San Vital de Rávena.

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Page 8: Arte bizantino III

No hay evidencia de que el mecenazgo imperial participase por

entero en la construcción de la iglesia de San Vital de Rávena,

aunque su concepción responde a los prototipos bizantinos: una

planta octogonal centrada por una cúpula uy ligera, ábside, nartex

y galería; por ello se le ha vinculado a la iglesia de los santos

Sergio y Baco de Constantinopla. Aquí, sin embargo, se aprecian

algunas variantes como el carácter ascendente que se le ha querido

dar al espacio, acentuando la altura de los pilares; éstos actúan

como soporte de la cúpula, a la vez que interponen un tambor entre

el cuerpo de ésta y la línea de pechinas. Se trata de un edificio

de gran encanto, consagrado el año 547, al comienzo del episcopado

de Maximiano, representado formando parte del séquito de Justiniano

en la decoración del interior.

Una vez más, los mosaicos gozan de celebrada fama y aunque

ilustran varios temas entrelazados, el propósito era celebrar el

retorno de la ortodoxia a la ciudad. De ahí la presencia de

Justiniano y Teodora que participan en la Liturgia Divina. Más

arriba, en los muros, figuras del Antiguo y Nuevo Testamentos

proclaman la redención del género humano por Jesucristo como se

conmemora en la Eucaristía.

() En el cascarón de la bóveda del ábside principal se representa

a Cristo cosmocrator, sentado sobre la bola del mundo al que

redime. En su mano aparece el rollo de la vida y junto a él dos

arcángeles que presentan a San Vital y al obispo Eclesio.

() Se trata del típico Cristo de aspecto helenístico; un joven

imberbe que entrega la corona del triunfo al arcángel para que la

reciba San Vital, quien vela sus manos en actitud de respeto.

() Mientras tanto, el arcángel de la derecha presenta al obispo

Eclesio que lleva en sus manos una maqueta del templo.

() El espacio donde se sitúan estas figuras, totalmente frontales

y con enormes ojos, está lleno de flores y más abajo aparecen

cuatro lenguas que podrían ser una representación figurada de los

cuatro ríos del paraíso o de los cuatro evangelistas.

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Page 9: Arte bizantino III

() En la bóveda del ábside principal se situó una representación

del cordero místico de claro valor eucarístico, sostenido por

cuatro ángeles.

() Toda la bóveda aparece salpicada de motivos vegetales. Los

nervios de la bóveda se decoran con las gigantescas colas de cuatro

pavos reales, símbolos de eternidad por su supuesta

incorruptibilidad. Las colas desplegadas aludirían así a la bóveda

celeste en su inmensidad.

() También abundan imágenes como los arcos triunfales realizados

con motivos vegetales o las vasijas de valor eucarístico pues se

llenan de agua igual que los hombres llenan su alma con la gracia

divina. Los peces representan el mare vitrium, el mar de cristal.

() Detalle de la zona central de la bóveda del ábside con el

cordero místico envuelto en un círculo sostenido por ángeles. Se

trata del imago clipeata, idéntico a la que aparece en la iglesia

de Quintanilla de las Viñas. Pequeños pájaros entre los motivos

vegetales.

() Detalle del gran arco triunfal y el arco del presbiterio sobre

el que se dibujan dos pequeños edículos donde aparecen las dos

ciudades, Belén y Jerusalén y dos ángeles sobre todos los arcos

laterales.

() Representación de la ciudad de Belén sobre el trasdós del arco

del presbiterio. Murallas, puertas y edificios clásicos como en una

acrópolis.

() Arcos de las zonas laterales sobre los que se representan

vasijas de las que parten tallos de parra con racimos de vid. Hay

también palomas y en el lado norte la representación de San Juan y

el águila y San Lucas y el toro sosteniendo sus respectivos

Evangelios con el comienzo escrito.

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Page 10: Arte bizantino III

1 1

2 2

3 4 3

1. Zona superior. Vasijas de las que surgen tallos de parra con racimos de vid.2. Zona intermedia con escenas neotestamentarias. San Juan y San Lucas.3. Zona inferior con escenas veterotestamentarias. Moisés y la roca, la

hospitalidad de Abraham y el sacrificio de Isaac.4. Imago clipeata con la cruz patada.

() Entre los temas veterotestamentarios de la zona inferior del

lado norte está el de Jeremías y Moisés haciendo surgir el agua de

la roca.

() Dentro del tímpano del arco de la zona inferior del lado norte

se encuentra la historia de la hospitalidad de Abraham y el

sacrificio de Isaac.

() Sobre el arco inferior del lado norte se sitúa un imago

clipeata con una cruz central de la que penden el y el que se

ha considerado un precedente de la cruz patada propia del arte

asturiano.

() Detalle del águila de San Juan en la parte intermedia del lado

norte donde se observan cómo las teselas cambian de posición -de

planas a oblicuas- para conseguir simular la degradación de

colores.

() Detalle del toro de San Lucas en la parte intermedia del lado

norte.

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Page 11: Arte bizantino III

() Vasija con tallos y racimos de uvas junto a palomas que

picotean con los fieles en la ceremonia eucarística. Zona superior

del lado norte.

Detalle de la figura de Jeremías como profeta con su

correspondiente filacteria. Moisés y la roca de la que surgirá el

agua. La mano de Yahvé. En el tímpano se reproduce la hospitalidad

de Abraham con los tres ángeles bajo la encina de Manbré (¿?). Las

figuras tienen un carácter completamente frontal, falta de

perspectiva que parece inversa pues los objetos del segundo plano

parecen mayores que los inmediatos. La iconografía de los tres

panes que Abraham pone en la mesa y ofrece a los ángeles se utiliza

durante toda la Edad Media. La mesa aparece totalmente inclinada

para que se pueda ver lo que hay sobre ella. La casa de Abraham se

representa como una choza a cuya puerta se asoma Sara riéndose de

la predicción de los ángeles sobre su embarazo.

A la derecha de la imagen anterior se coloca el sacrificio de

Isaac con la mano divina que le detiene. Isaac aparece situado

sobre un ara pagana y no sobre un altar.

5 5

6 6

7 8 7

5. Zona superior. Vasijas de las que surgen tallos de parra con racimos de vid.6. Zona intermedia con escenas neotestamentarias. San Mateo y San Lucas.

7. Zona inferior con escenas veterotestamentarias. Moisés apacentando los rebaños de ¿?.Abel realizando el primer sacrificio. Moisés descalzándose para subir a

recibir las Tablas de la Ley.8. Imago clipeata con la cruz patada.

En el lado sur se repite el esquema del lado norte aunque varían

algunas de las escenas representadas. En la parte superior aparecen

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Page 12: Arte bizantino III

también vasijas con tallos de racimos de vid. En la parte

intermedia los profetas representados son San Mateo y el ángel y

San Marcos y el león. En la zona inferior aparece Jeremías a la

derecha y a la izquierda Moisés apacentando los rebaños de ¿? Y

descalzándose para subir a recibir las Tablas de la Ley. En la zona

central de la parte inferior se reproduce también un imago

clipeata. Como composición eucarística se añade la escena de Abel

realizando el primer sacrificio situándose detrás a Melquisidé

junto a una arquitectura clásica.

Imagen de San Mateo y el ángel. Pupitre y pequeño canasto donde

se colocaban los rollos de los manuscritos.

Detalle del león de San Marcos.

Mano de Yahvé en la escena del sacrificio de Isaac. Perspectiva

inversa de la mesa de altar para que veamos lo que en ella está

depositado.

2 1

4 3

1 y 2. Retratos imperiales en los tramos rectos del presbiterio.3 y 4. Conjunto iconográfico con imágenes del Nuevo y el Viejo Testamento.

A continuación de estos dos conjuntos iconográficos, en los

tramos rectos de la zona del presbiterio se encuentran las dos

imágenes imperiales con Justiniano y Teodora participando del rito

eucarístico. Se trata de una imagen de la epifanía imperial en la

que la pareja imperial, interesada en mostrar su apoyo al virrey

Maximiano, trata de poner el acento en las dos esferas de

autoridad, el imperium y el sacerdotium. Son los nuevos Magos, es

decir, los príncipes que, por función, reemplazan el papel que los

reyes de Oriente tuvieron que jugar una vez al inicio de la Edad de

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Page 13: Arte bizantino III

la Gracia: llevar sus dones a la iglesia y renovar por ello el acto

del reconocimiento supremo de Dios y, simultáneamente, el derivado

de su propia investidura.

La corte de Justiniano está situada en el lado sur mientras que

la corte de Teodora está en el lado norte. La intención de las

representaciones es claramente política pues suponen una

reafirmación del valor de la eucaristía frente a la herejía arriana

practicada por los ostrogodos, anteriores dominadores de la ciudad

de Rávena. Los emperadores nunca estuvieron en Rávena y ni tan

siquiera sabemos si los mosaicos que los representan se hicieron en

Italia o fueron directamente importados desde Constantinopla. Lo

único cierto es que fueron realizados antes del año 548 que es

cuando la emperatriz muere.

La idea central de la representación es remarcar el poder

imperial tanto temporal como espiritual, presentándose como un

homenaje de la pareja imperial al Salvador. Ambos portan ofrendas,

Justiniano una patena y Teodora un cáliz.

El retrato de Justiniano es menos flexible que el de Teodora;

sobre la túnica lleva un taglión dorado recogido sobre el hombro

que remarca su dignidad. A su derecha aparece el general Belisario,

detrás el cortesano Juliano portando el báculo imperial y a la

izquierda el obispo Maximiano con la cruz, quien consagró la

iglesia en el año 547.

Junto a los personajes principales aparecen numerosas figuras de

diáconos y soldados en cuyo escudo figura el crismón. Ésta es una

imagen ya habitual en los escudos de armas del siglo IV que

representa el carácter de los ejércitos imperiales como miles dei,

soldados de Dios.

El movimiento de las figuras no se remarca por los pies sino por

las manos, dirigiéndose el emperador hacia su izquierda, hacia la

zona del presbiterio. Mezcla del estilo de artistas

constantinopolitanos y ravenaicos. Los personajes parecen pisarse

unos a otros.

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Page 14: Arte bizantino III

Imagen del emperador coronado y con nimbo, insistiendo en el

carácter religioso de su figura. Manos veladas en actitud de

respeto. Los rostros son desiguales, cierta intención retratística.

La corte de Teodora sale de una estructura palaciega y se dirige

hacia el nartex de la basílica. El palacio se significa por la

cortina recogida en la puerta. La emperatriz aparece bajo

baldaquino y portando un cáliz dirigiéndose hacia otra estructura

arquitectónica donde el cortesano que abre la comitiva está

abriendo una cortina tras la que se observa la fuente de las

ablucciones.

Mayor lujo en el atavío de la emperatriz y sus acompañantes que

en la del emperador. En el manto de Teodora se representa la

Adoración de los Magos.

De entre las damas que acompañan a Teodora, la primera es Julia,

mujer de Belisario. Las joyas de la emperatriz son de tipo

ostrogodo, con las cuentas de perlas que cuelgan de la corona

denominadas praependulia. Nimbo circular que rodea la cabeza

imperial.

San Apolinar in Classe

Consagrada también por el obispo Maximiano en el año 549

aunque iniciada por uno de sus antecesores entre el 533 y el 536

para homenajear a un santo local, San Apolinar, que llegó a Rávena

en el siglo I y fue el primero de sus obispos.

En líneas generales, la decoración de la iglesia se mantiene

dentro de una visión en abstracto con un lenguaje claramente

simbólico que en cierta manera contrasta con la tendencia narrativa

de la época de Teodorico. La clave de la decoración se encuentra en

el cascarón de la bóveda del ábside principal dividido en dos

niveles diferenciados.

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Page 15: Arte bizantino III

En la parte alta aparece una cruz encerrada en círculos

ornamentados con piedras preciosas sobre fondo azul y en los

extremos pendiendo el alfa y omega. En la parte superior el fondo

es marrón y en la inferior, el paraíso, verde. En el centro de la

zona superior de la cruz aparece la divisa latina ICTHUS, derivada

del griego (pez) y que es el símbolo de Jesús Cristo Dios

Hijo del Padre, mientras que en la parte inferior de la cruz

aparece la divisa salus mundi.

En el centro de la cruz aparece un medallón con la imagen de

Cristo según una representación asumida del arte ravenaico anterior

como síntesis de los atributos de Cristo. Tenemos un ejemplo de

esta síntesis en un pequeño medallón conservado en el Louvre donde

se presenta una crucifixión arcaica con un Cristo joven sin barba

que quizás proceda de una cruz de orfebrería similar a esta de San

Apolinar. Se trata de unas cruces con medallón que adornaban las

famosas ampollas de Monza que, conteniendo aceite de las lámparas

de los Santos Lugares, eran traídas por los cruzados.

A ambos lados de la cruz aparecen Moisés y Elías con sus nombres

sobre la cabeza, personajes tradicionalmente incorporados al

contexto de la escena de la transfiguración de Cristo en el monte

Tabor junto a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan. Junto a la

leyenda "He aquí mi Hijo muy amado" aparecen los dos profetas

citados y tres corderos que miran hacia arriba, alegorías de los

tres apóstoles.

En el vértice del cascarón de la bóveda aparece la mano de Yahvé,

ratificando la doble naturaleza de Cristo, principal objetivo

religioso de la representación iconográfica. De ahí la importancia

de la escena de la transfiguración, pues es el único momento en que

Cristo se muestra como divino.

En la parte inferior del cascarón de la bóveda aparece, justo

debajo del medallón superior, la imagen de San Apolinar con su

hábito eclesiástico y las manos levantadas en actitud de deo

gratia.

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Page 16: Arte bizantino III

En el paisaje paradisiaco lleno de lirios, árboles y rocas que

rodea a San Apolinar vemos a seis corderos a cada uno de sus lados,

alegoría de los doce apóstoles de Cristo. Es probable que esta

iconografía se incluyera en el siglo VI coincidiendo con el

traslado de los restos de San Apolinar y que anteriormente figurara

en su lugar un cordero de mayor tamaño, símbolo de Cristo.

Entre las ventanas de la parte más inferior de la bóveda se

sitúan varios paneles con las imágenes de los cuatro primeros

obispos de Rávena: Ursus, Eclesio, Severo y Ursicino con el

evangelio en la mano, ropas de obispado y sobre la cabeza coronas

triunfales.

En los laterales de la bóveda aparecen los arcángeles Miguel y

Rafael y en las enjutas palmeras con dátiles muy parecidas a las ya

vistas en San Apolinar el Nuevo. Los arcángeles representan su

papel de intermediarios en el paso entre la zona del arco triunfal

y el presbiterio.

Entre los siglos VII y IX se realizan algunos cambios en el

programa iconográfico representado en el arco triunfal. En las dos

esquinas superiores se sitúan sendos edículos, representaciones de

Jerusalén y Belén, de donde salen doce ovejas, las doce tribus de

Israel dispuestas para el Juicio Final o los doce apóstoles, que se

dirigen ante el tetramorfos en cuyo centro está la figura de

Cristo.

Las figuras tienen una marcada frontalidad similar a la de los

personajes de San Vital. San Apolinar tiene un gran parecido físico

con el retrato de Justiniano en San Vital.

Detrás de los obispos de Rávena aparecen unas cortinas abiertas,

símbolos de los recintos eclesiásticos.

Los arcángeles aparecen con túnicas y situados sobre un estrado

elevado. El manto está sostenido en el lado derecho de manera

similar al retrato de Justiniano. Portan un estandarte con la

leyenda (santo, santo, santo).

16

Page 17: Arte bizantino III

La imagen de Cristo en el arco triunfal encerrado en un círculo

con el Libro de la Vida y bendiciendo con la mano derecha. Es una

imagen más propia del siglo VI, netamente bizantina

posticonoclasta. Tipo siriaco, barba con dos mechones y el nimbo

crucífero.

Iconografía del periodo bizantino medio.

El final de la querella iconoclasta y la vuelta a la ortodoxia

coinciden con el inicio de una etapa de apogeo en muchos terrenos.

Bizancio ya no es el gran imperio mediterráneo de la época de

Justiniano, pues ha quedado notablemente reducido en sus dominios:

se trata de un Estado rural con una gran ciudad, Constantinopla,

que ha perdido una buena parte de su población pero que todavía

mantiene el monopolio exclusivo del arte y de la cultura. En

adelante, va a ser un Imperio griego por el origen étnico de la

inmensa mayoría de su población, por su lengua y sus tradiciones,

un Imperio griego unido en el culto de la fe ortodoxa.

La querella iconoclasta.

La situación llegó varias veces a ser crítica durante los años

oscuros. Tras la muerte de Justiniano y la pérdida de Italia,

Egipto, Palestina y Siria a comienzos del siglo VII, una revuelta

palaciega lleva al trono al incompetente Focas, derrotado por los

persas. El Imperio se salva en el año 610 gracias al armenio

Heraclio quien en sus campañas hasta el 629 consigue recuperar la

Santa Cruz y devolverla a una Jerusalén nuevamente cristiana. El

peligro volvería con un nuevo asedio de Constantinopla entre los

años 673 y 683 y el colapso imperial parecía inminente hacia el año

717-718 cuando apareció León, llamado "El Isaúrico" por un cronista

17

Page 18: Arte bizantino III

que malinterpretó su apodo "El Sirio" y que consiguió devolver al

Imperio su frontera en los confines del Asia Menor.

Fue en esos años, bajo el dominio de dinastías orientales,

cuando más crudamente se vivió la querella iconoclasta. Muy escasos

son los restos artísticos que nos han quedado y pocas debieron ser

las construcciones realizadas. Únicamente se conservan los mosaicos

de San Demetrio del siglo VII.

La crisis de los iconos tiene su origen en los comienzos

mismos del cristianismo. El icono fue inicialmente un simple

recuerdo, la imagen de una persona que por su testimonio de vida

cristiana era merecedora de recuerdo. Este retrato se colocaba, por

lo general, sobre su sepulcro, con el fin de perpetuar su memoria,

al igual que ocurría en el mundo funerario greco-egipcio, y de

manera que el peregrino pudiera contemplar la figura ejemplar del

que había triunfado testimoniando su fe. Este aumento del interés

por los iconos que representan y defienden una ciudad era

consecuencia de un incremento del patriotismo cívico en el Imperio,

así como del hecho de que el icono era la representación del

“hombre santo” que protegía a su comunidad de cualquier peligro y

cuya importancia había ido acrecentándose desde la tardía

antigüedad.

Pronto circularon retratos de la Virgen y de Cristo,

considerados por la tradición como auténticos y atribuidos a San

Lucas. Ya en el siglo VI, los iconos pasaron de evocar una figura a

convertirse en objetos de culto, como lo eran las reliquias a las

que aparecían asociados, transformándose en algo operativo;

adquirieron un valor místico.

Así se hicieron presentes en todas las partes del Imperio y en

todos los ámbitos sociales, en iglesias, casas particulares o

lugares públicos. Incluso podían llevarse colgados al cuello. Se

rezaba ante ellos y se utilizaban como objetos profilácticos. Por

eso el emperador Heraclio puso imágenes de la Virgen en los

mástiles de sus barcos.

18

Page 19: Arte bizantino III

Este culto idolátrico llegaría al paroxismo en el ámbito

catastrofista del siglo VII, en el momento en el que el enemigo

pone cerco a la propia Constantinopla y reduce el Imperio a la

mitad. Nace entonces la inagotable leyenda de los iconos que

hablan, lloran, hacen milagros, atraviesan el mar, vuelan por los

aires y se hacen descubrir en lugares de Teofanía. Cuando los

ávaros sitiaron la ciudad, un retrato de Cristo fue utilizado como

talismán y llevado por las murallas en solemne procesión por el

Patriarca. En el año 717, cuando los árabes volvieron a sitiar la

ciudad, la imagen de la Madre de Dios Hodegetria, una obra

atribuida a San Lucas, fue asimismo paseada alrededor de la

muralla. Los iconos como la “imagen camuliana” son considerados

acheiropoieto, "hechos por la mano de Dios" e incluso se llega a

desarrollar todo un cuerpo teológico que justifica esta

interpretación basándose en un místico del siglo V, el Pseudo-

Dionisio Areopagita, quien, imbuido de neoplatonismo, considera al

mundo de los sentidos como reflejo del mundo del espíritu.

Una reacción contra el creciente abuso de los iconos llegó

finalmente bajo los emperadores iconoclastas, famosos por sus

éxitos militares. León III el Isáurico y su hijo Constantino V,

quien hizo retroceder el escenario de la lucha contra los árabes

hasta Siria, Mesopotamia y Armenia, consiguieron aumentar la

seguridad del Imperio y eliminar el ambiente de derrota y

desesperación y por lo tanto estuvieron en condiciones de imponer

el criterio, profundamente arraigado en el pasado cristiano, de

prohibir los iconos figurativos en los recintos bizantinos a partir

del año 726. Como siempre había habido una corriente de oposición

al uso de iconos en la iglesia cristiana y como la iconoclastia fue

un movimiento contemporáneo de rechazo del arte religioso

figurativo en el mundo judío y en el musulmán, es razonable

interpretar la prohibición de imágenes en Bizancio como un

movimiento religioso genuino, como un intento positivo de provocar

un arte cristiano no figurativo.

Además, la tradicional creencia bizantina de que los males

recientemente superados se había debido a un castigo de Dios por

las faltas colectivas desviaba la atención hacia un posible pecado

19

Page 20: Arte bizantino III

de idolatría, que vendría a sumarse a los más habituales. Es

posible relacionar también la actitud del emperador León con la

definitiva superación del mundo urbano tardoantiguo que exigía una

nueva religiosidad más propia de un estado más centralizado y

modesto que volvería sus ojos al Antiguo Testamento y se centraría

en unos símbolos religiosos más reducidos que la adoración de una

multiplicidad dispersa de iconos.

Por todas partes las imágenes fueron reemplazadas por símbolos

o por pinturas profanas y las imágenes de Cristo o de la Virgen

fueron sustituidas por una cruz. En el mismo año 726 se destruye el

mosaico que representaba la figura de Cristo en la puerta principal

del palacio imperial sustituyéndose por una cruz pese a que una

revuelta de mujeres enfurecidas asesina al supervisor de la

destrucción de los iconos. En el año 730 un concilio prohibe el uso

de imágenes que representen a Dios o a los santos basándose en las

prohibiciones de la ley mosaica, a lo que los iconódulos replican

afirmando que Moisés vivió antes de que en la Encarnación Dios

adquiriera forma humana. El conflicto se convirtió en una de las

crisis más profundas por las que atravesó Bizancio, hasta el punto

de que casi podría afirmarse que, desde el punto de vista

ideológico, fue en el marco de la misma cuando se consolidó su

verdadera identidad histórica.

La subida al trono de Constantino V, llamado Coprónimo por sus

enemigos, supuso un refuerzo de las tesis iconoclastas con el

añadido de las simpatías monofisitas del emperador centradas en la

aversión al culto mariano y a las reliquias de los santos. La

destrucción de iconos y símbolos figurativos continuó con mayor

virulencia y se establecieron las bases filosóficas del

iconoclasmo. El propio emperador escribió unos pequeños tratados,

de los que sólo se han conservado dos, fijando con mayor precisión

la posición teológica de la iconoclastia con una gran sutileza

teológica buscando demostrar la irrepresentabilidad iconográfica

del Cristo Dios y Hombre y volcando hacia la Cruz y hacia el rito

de la Eucaristía los símbolos externos de la fe religiosa. La

supresión de los iconos como testimonio de idolatría fue clara y

20

Page 21: Arte bizantino III

completa, afirmándose que su adoración había sido una incorporación

tardía, lejana al espíritu de la Iglesia de los primeros tiempos.

Los iconódulos también reaccionan elaborando nuevas teorías

que finalmente triunfarán de la mano de Juan Damasceno, un árabe

cristiano de Damasco que llegó a ser canciller del tesoro del

califa y que ingresó en un monasterio bizantino del Sinaí. Las

teorías del Damasceno se basan nuevamente en la doctrina

neoplatónica según la cuál la apreciación de la belleza visible es

un camino necesario para apreciar la belleza absoluta que sólo el

alma puede llegar a conocer. Así pues, la reverencia no se realiza

al icono sino a su modelo siguiendo el ejemplo del proskynesis, el

saludo respetuoso que se daba a las santas reliquias o a los seres

humanos que representaban autoridades divinas como los patriarcas o

el propio emperador.

Para el Damasceno las imágenes religiosas son el libro en el

que leen los iletrados por lo que su función es necesaria e

insustituible. Únicamente la divinidad en su infinidad es imposible

de representar aunque sí es posible aludir a la presencia del

Espíritu Santo a través de la palma o la paloma autorizadas por la

Biblia. El resto de las imágenes sagradas, al haber tenido una

presencia histórica y finita, podrían ser representadas, incluyendo

a los ángeles que pese a ser invisibles son considerados finitos.

Constantino V no dio la batalla por perdida y en el VII

Concilio Ecuménico de Hierea del año 754, declarado ilegal por la

ausencia de los patriarcas de Roma y de Oriente, se concluye que

las imágenes no podían ser legitimadas dado que la doble naturaleza

de Cristo, divina y humana, impedía representar únicamente su

figura humana al resultar herético cuestionar esa unidad de las

personalidades e imposible que la representación resultara de la

misma sustancia que el original. A este argumento los iconódulos

contestan afirmando que la imagen no era consustancial con el

original sino imitación o Mímesis, una pálida sombra en el sentido

platónico, añadiendo que al negar la representación también se

cometía herejía al negar la existencia de la encarnación humana de

Cristo.

21

Page 22: Arte bizantino III

Los enfrentamientos continuaron pero la solidez de los

argumentos iconódulos finalmente se impuso en un el II Concilio de

Nicea, reconocido oficialmente como el VII Ecuménico, que aceptó

las tesis del Damasceno en el año 787. Pese a todo, aún pervivió la

corriente iconoclasta hasta que en el año 843 la emperatriz Teodora

restauró solemnemente la ortodoxia del culto a las imágenes.

Da la impresión de que la iconoclastia había agotado todas sus

posibilidades y que en los últimos tiempos resultaba ya una postura

claramente contraria al sentir general. De ahí que la vuelta a la

iconodulia se llevara a cabo con toda normalidad, e incluso en una

atmósfera alegre, en una ceremonia solemne que tuvo lugar en Santa

Sofía el primer domingo de cuaresma del 843, festividad que sigue

conmemorando la iglesia ortodoxa como “el domingo de la ortodoxia”;

con la superación de la crisis iconoclasta, el corpus doctrinal y

regular de la Iglesia oriental quedaba completado, de ahí el

énfasis que se puso a partir de ese momento en el concepto de

“ortodoxia” como elemento diferencial.

Iconografía bizantina del Imperio medio.

Durante todo el periodo del iconoclasmo la ausencia de

representaciones figuradas fue casi absoluta que se vieron

sustituidas por flores, pájaros y cruces. El nivel cultural de los

siglos VII y VIII fue muy bajo y sólo en el siglo IX la cultura

bizantina volverá a brillar. Las artes figurativas perdieron

lógicamente importancia y se mantuvieron a los mosaicos de

tradición paleocristiana con una función meramente narrativa que ya

estaba muy alejada del mundo del periodo intermedio cuando surge

una auténtica iconografía bizantina.

La renovación cultural que sucedió a la crisis iconoclasta

permitió el inicio de un nuevo periodo conocido como el "segundo

helenismo" en el mundo bizantino. Grupos de eruditos compusieron

amplias enciclopedias desde la segunda mitad del siglo IX hasta el

22

Page 23: Arte bizantino III

año 1000 donde se copiaron todos los textos de la Antigüedad

clásica que hoy conocemos.

El triunfo iconódulo hizo resurgir con fuerza la veneración de

las imágenes aunque la escultura de bulto redondo nunca llegó a

recuperarse. Los teólogos dictan conjuntos de normas, denominados

Ermeneia, en los que se regulan las técnicas a utilizar, la

iconografía, la disposición de los templos y otras cuestiones

importantes que pervivirán hasta hoy en el mundo ortodoxo. El

templo es considerado en estas normas como la representación de la

Jerusalén celeste, con el pantocrator en la cabecera y los muros y

bóvedas decorados con ciclos alusivos a la salvación de la

humanidad, historias eclesiásticas y las festividades del año

litúrgico como la natividad, la pascua, la ascensión y pentecostés.

En este contexto normativo cabe incluir también al Menologio,

repertorio de las vidas de los santos que se ordenan según los

meses del año.

De la representación de Cristo se afirma en estas normativas

que ha de ser de tipo siriaco, un joven de treinta años con barba

partida, dos rizos en la frente, el Libro de la Vida en la mano

izquierda y bendiciendo a la manera griega, con los dedos índice y

pulgar cruzados. La mandorla ha de rodear a la figura sagrada,

también a la Virgen, con el alfa y omega colgando a los lados como

símbolo del principio y el fin contenidos en la gracia divina. El

tetramorfos se podía situar en la parte inferior de la mandorla

donde también podía figurar la imagen de la Virgen como

intermediaria entre Cristo y los hombres. Los santos debían

aparecer por orden jerárquico según su antigüedad.

Una figura iconográfica importante fue la deesis u oración e

grupo en la que la cruz aparece en el centro con la Virgen a la

derecha y San Juan a la izquierda que en oriente es el Bautista

mientras que en occidente es el Evangelista. La cruz podía ser

sustituida en ocasiones por la propia figura de Cristo. Una

variante es la gran deesis, igual pero con santos a los lados del

grupo central. Otra versión es los trenos, el llanto sobre Cristo

23

Page 24: Arte bizantino III

muerto, en cuya versión descendimiento sólo intervienen la Virgen y

San Juan.

Otra iconografía es la de la consagración imperial, en la que

Cristo sobre una tarima impone sus manos sobre el emperador y su

esposa y una de sus variantes es la prokynesis, en la que Cristo o

el Emperador aparecen entronizados rodeados de gente que les rinde

sumisión. La etimasia es una iconografía situada habitualmente

sobre un arco triunfal en la que figura un trono vacío con un cojín

y sobre él una gran cruz y el Libro. Se trata de la segunda padusia

o encarnación del que ha de venir. La anastasis es la llegada al

limbo de Cristo para rescatar las almas de los primeros padres,

Adán y Eva.

La representación figurada de la Virgen cobró una enorme

importancia tras la restauración de la ortodoxia. La panagia, la

toda señora, podía aparecer como kyriotissa de pie o sentada sin

comunicación con el niño que está en su pequeño trono de espaldas a

su madre y que será la iconografía que utilizará el Románico

occidental; como theotokos, en majestad entronizada; como

odegitria, mostrando el camino de pie o sentada con un pie

ligeramente adelantado y el niño en sus brazos, ladeado y con su

pequeña mano derecha señalando el camino en una imagen que será

utilizada en el Gótico occidental; como blachernitissa o platytera,

en cuyo pecho aparece en ocasiones la imagen de un niño; como

calcropateia, con un medallón en lugar del niño que en occidente se

conocerá como Virgen de la Esperanza o "de la O"; como eleousa,

Virgen amante que juega con el niño cuyas variantes más conocidas

son la galaktrotophousa, Virgen que amamanta al niño y la

glikophilousa que aparece encinta y que en occidente se conocerá

como la Virgen del Socorro; como koimesis, la occidental Virgen del

Tránsito donde aparece dormida en un lecho rodeada de Apóstoles y

Cristo dando la mano a una niña, el alma de la Virgen.

Vista general del interior de San Marcos de Venecia,

representación de la idea de que el templo debía ser la Jerusalén

celeste. Cristo en el ábside principal y debajo la Virgen junto a

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Page 25: Arte bizantino III

los Apóstoles en su orden jerárquico. Todos los muros cubiertos de

decoraciones simbolizando distintas festividades religiosas.

Decoración de la catedral de Monreale (Sicilia). Cristo del

ábside treintañero, barba partida, nimbo, bendiciendo con la mano

derecha y sosteniendo el Libro con la izquierda. A los lados el

alfa y omega. Cristo de carácter amenazante, justiciero que se irá

dulcificando con el tiempo.

Virgen kyriotissa con arcángeles alrededor de la catedral de

Monreale. Los arcángeles simbolizan el nexo entre la zona terrenal,

las naves, y la zona sagrada, el presbiterio-ábside e introducen a

los santos.

Cristo parecido al anterior con la Virgen abajo con las manos

levantadas, orando y flanqueada por dos arcángeles. Interés por el

contenido más que por la forma, no debe adorarse la imagen sino lo

que representa.

Cristo similar a los anteriores en la iglesia de Hosios Lukas.

Representación de la deesis, a la derecha la Virgen, a la

izquierda San Juan y en el centro la Cruz o Cristo.

Representación de la consagración imperial. Cristo sobre una

tarima colocando las manos sobre el Emperador y la Emperatriz.

Representación de las ofrendas imperiales en la escena de la

consagración del nartex de Santa Sofía de Constantinopla.

Imagen de la theotokos en el nartex de Santa Sofía de

Constantinopla. Las figuras nimbadas de Justiniano y Constantino

ofrendan sendas maquetas del edificio.

Imagen de la kyriotissa con los emperadores ofrendando y el niño

bendiciendo con la mano derecha.

Imagen proskynesis con Cristo entronizado y un emperador

inclinado en actitud de sumisión. En ocasiones el emperador también

está sentado y son los súbditos quienes se inclinan ante él.

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Page 26: Arte bizantino III

Imagen ethimasia con el trono vacío, cojín y Cruz; representación

simbólica de la segunda parusía. Junto a él San Pedro y San Pablo.

Baptisterio de los Ortodoxos.

Representación de la anastasis, bajada de Cristo al limbo. Suele

aparecer en una mandorla, ha roto las puertas del infierno y de las

tumbas surgen Adán y Eva.

Imagen kyriotissa de un icono del monasterio de Santa Catalina

del Sinaí. Enormes ojos, Virgen como trono de Cristo, sin

comunicación entre ellos y de gran frontalidad ambas figuras. El

Niño bendice.

Imagen de la Virgen odegitria; el Niño sobre el brazo izquierdo

de la Virgen, bendiciéndola. La mano derecha de la Virgen señala el

camino. Feas boca y nariz.

Imagen de la Virgen odegitria con el Niño portando un rollo

desplegado.

Tanto la Virgen kyriotissa como la odegitria pueden aparecer de

pie.

Imagen de la Virgen eleousa, amante. Caras pegadas entre madre e

hijo, el Niño no bendice. La Virgen puede señalar el camino como la

odegitria pero la comunicación entre los dos la convierten en

eleousa.

Virgen con el Niño en el pecho, en un medallón. Calcropateia.

Secuencia de la Natividad. La Virgen acaba de dar a luz y las dos

parteras van a lavar al Niño al río.

Dormición de la Virgen o koimesis. Cristo, en mandorla, desciende

a recoger el alma de la Virgen representada por una niña.

Representación del trenos o llanto sobre Cristo muerto.

Representación del descendimiento de la Cruz. Sólo la Virgen y

San Juan.

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Page 27: Arte bizantino III

Nimbo crucífero, privativo de Cristo. Nimbo circular propio de la

Virgen, los santos y los emperadores.

Decoración de la iglesia de San Demetrio de Salónica; dos figuras

con nimbos rectangulares propios de personajes vivos que por sus

virtudes se consideran dignos de santidad. El nimbo hexagonal es el

propio de los personajes del Antiguo Testamento.

El grupo iconográfico del Katholikon de Hosios Lukas.

2 6 9

1 3 5 7 5 10 12

4 8 11

1. Lavatorio.2. Crucifixión

3. Santos anarquiri (médicos Cosme, Damián, Ciro y Juan).4. Grupo de santas (Irene, Catalina, Bárbara, Eufemia, Marina y Juliana).

5. Apóstoles.6. Cristo con el Libro abierto.

7. Virgen, San Juan y los arcángeles Gabriel y Rafael.8. Cinco mártires locales.

9. Anastasis.10. DESCONOCIDO

11. Constantino, Elena y santas mártires (Tecla, Ágata, Anastasia, Levronia y Eugenia).

12. Incredulidad de Santo Tomás a puerta cerrada.

Entrando por la puerta central del nartex occidental encontramos en la

parte frontal (6) la imagen de Cristo con el Libro abierto. En la bóveda de

arista que le precede (7) aparece la representación de la Virgen, San Juan

y los dos arcángeles. Frente a Cristo, en el otro tímpano (8) están los

cinco nombres de los mártires locales.

En la zona norte aparece una crucifixión en el tímpano oriental (2), el

lavatorio en el lado norte (1) y en el tímpano occidental (4) un grupo de

santas.

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Page 28: Arte bizantino III

Imagen del Cristo (6) con barba, dos mechones y actitud de

bendecir. La Virgen (7) con las manos en alto en actitud orante y

embarazada. San Juan (7) aparece como el precursor, el que anuncia.

La crucifixión del Katholikon (2) es la más antigua conocida tras

las normas de la hermeneia dictadas tras el fin de la querella

iconoclasta (siglos IX-X). Es simple pero dramática, Cristo aparece

con los ojos cerrados, los cuatro clavos y muy sereno. En la parte

superior aparecen el Sol y la Luna mientras que en la inferior, a

los pies de la cruz, surge la cabeza de Adán.

La escena del lavatorio del tímpano norte (1) se representa según

las formas de los mosaicos del siglo VI. Cristo lava los pies a un

incrédulo San Pedro.

La decoración del lado meridional se ha perdido (10) aunque se

mantienen las de los tímpanos, la anastasis, la incredulidad de

Santo Tomás a puerta cerrada (12) y las imágenes de Constantino, su

madre Elena y las mártires (11).

La anastasis (9) del tímpano oriental sur representa a Cristo

descendiendo al limbo para rescatar las almas de los primeros

padres, Adán y Eva. Puertas rotas, cerraduras, llaves. Adán con

barba. Al acontecimiento asisten Constantino y Elena.

Cristo entra en el cenáculo (12) sin abrir la puerta. La cabeza

de Santo Tomás ha sido borrada.

En los arcos de separación de las bóvedas (5) están los doce

apóstoles. Cuatro de ellos sólo tienen el busto en medallón

(Marcos, Simón, Santiago y Bartolomé) mientras que los demás se ven

de cuerpo entero (Pedro, Pablo, Andrés, Matías, Lucas, Juan, Tomás

y Felipe).

Las cuatro escenas situadas junto al nartex son de carácter

evangélico: Crucifixión, Anastasis, Lavatorio y la Incredulidad de

Tomás a puerta cerrada.

En las cuatro pechinas de la cúpula también se sitúan escenas

historiadas, al igual que en la cupulilla que cae sobre el altar

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Page 29: Arte bizantino III

principal. Las pechinas tienen Natividad (SE), Presentación en el

templo (NW), Bautismo (SW) y una Anunciación desaparecida (NE).

La Natividad de la pechina SE contiene los elementos habituales

de esta escena: la Virgen, el Niño, el buey y la mula con José en

un lateral. Se añaden el baño del Niño, el anuncio a los pastores y

la Adoración de los Magos. Narración continuada.

En la Presentación en el templo de la pechina NW aparece Simeón

bajo un ciborio con las manos veladas para recibir al Niño. A su

derecha San José con dos palomas -la ofrenda al templo- y a su

izquierda Santa Ana. Es la representación más simple de este tema.

En la pechina SW figura el Bautismo, una representación de gran

simetría por las líneas ondulantes. Cristo, San Juan y dos ángeles

junto a una imagen de la Trinidad: en la parte superior un círculo

encierra una mano de la que parte un rayo junto a una paloma y

Cristo. Abajo un hombre anciano que simboliza el río Jordán.

En el cupulín del presbiterio se representa la escena de

Pentecostés muy destruida. Parece una etimasia por el trono vacío

esperando la segunda venida de Cristo. Alrededor los Apóstoles con

sus rostros individualizados. Sobre el cascarón del ábside aparece

una Virgen kiriotisa. En la exedra menor se representan bustos de

los jerarcas: Basilio el Grande, Juan Crisóstomo, Nicolás de Mira y

Gregorio el Milagroso.

En los espacios del diakonikon y la prothesis también se sitúan

varias representaciones historiadas. En el diakonikon aparece

Daniel en el foso de los leones y los Tres hebreos en el horno,

imágenes simbólicas de la Pasión, Entierro y Resurrección de

Cristo.

El profeta Daniel levanta las manos mientras los dos leones lamen

sus pies. Vestido a la manera oriental, con gorro frigio.

Los tres hebreos también con las manos levantadas y gorros

frigios. Tema muy común desde los primeros tiempos del

cristianismo, siempre relacionado con la Salvación.

29

Page 30: Arte bizantino III

En total, las representaciones figuradas que aparecen son

cientocincuenta entre mártires y santos, figuras de medio cuerpo y

cuerpo entero, todas situadas en la parte superior de la zona

decorada. El mayor número de figuras aisladas está en la parte

inferior: monjes y santos militares cuya presencia se explica por

la abundancia de conflictos armados que vivía el Imperio en las

fechas en que se realizó la decoración.

Josué de Nun con el arcángel San Miguel. Imágenes de contenido

bélico, las legiones que defienden la fe ortodoxa.

La ornamentación de Hosios Lukas puede ser dividida entre la

realizada en pintura y en mosaico. Las murales cubren la mayor

parte del Katholikon, el andito, la cúpula y las naves laterales

con un programa iconográfico muy complejo. Las pinturas murales de

las capillas y el andito son contemporáneas y posteriores a los

mosaicos cuya elaboración era mucho más costosa.

Las pinturas de la cúpula son posteriores al año 1593 y

sustituyeron a unos mosaicos destruidos en parte tras un terremoto.

Al ser restaurados se decidió sustituirlos por pinturas al fresco

aunque imitando las escenas de los mosaicos dotando a los fondos de

un tono dorado que se unificaba con la zona de mosaicos no

destruidos.

El Pantocrator del centro mantiene una expresión más dulce y

amable, superando la hosquedad de las anteriores imágenes de Cristo

justiciero de los siglos IX a XII. Aún así, la imagen es muy

similar (libro, barba, mechones partidos, etc.).

La Virgen aparece situada bajo el Pantocrator y en el lado

opuesto se sitúa al Bautista representado con alas y rodeado de

arcángeles que simbolizan las tropas celestiales.

Entre las ventanas de la cúpula aparecen los dieciséis

profetas. Cuatro ancianos y doce jóvenes que anuncian la venida de

Cristo, una escena idéntica a los mosaicos anteriores.

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Page 31: Arte bizantino III

Las pinturas también cubren la cripta de Hosios Lukas. Son

frescos con numerosas escenas evangélicas en las que aparecen los

doce apóstoles.

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