tríptico xi feria del libro 2015. ies vega del guadalete
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XI FERIA DEL LIBRO
2015
Rafael Alberti
Noventa Aniversario del Premio Nacional de Literatura por
“Marinero en tierra”
IES Vega del Guadalete
Del 13 al 15 de Octubre La Barca de la Florida
ORGANIZAN
Librería Delicias
Biblioteca Escolar Juan Leiva
HORARIO
De 9:30 a 14:00
de martes a jueves
http://biblio.iesvegadelguadalete.es/
R A F A E L A L B E R T I
MERELLO (1902-1999).
Nació en El Puerto de Santa
María y formó parte de la
mítica Generación del 27. En
1917 se traslada a Madrid,
d o n d e a b a n d o n a e l
bachillerato por la pintura, que
ejerce una gran influencia en
su obra. Por motivos de salud
se traslada, poco después, a
vivir en las sierras de
Guadarrama y Rute, donde empieza a escribir sus
primeras poesías, recogidas bajo el título de Marinero
en tierra. Con este libro obtiene el Premio Nacional de
Literatura (1924-25), otorgado por un jurado que
integraban Antonio Machado, Menéndez Pidal y Gabriel
Miró. A esta obra siguieron La Amante (1925) y El
alba de alhelí (1925-26), todas ellas influenciadas por
la poesía popular.
La etapa neogongorista y humorista de Cal y
canto (1926-1927) marca la transición de este autor a
la fase superrealista de Sobre los ángeles (1927-
1928). A partir de entonces su obra adquiere tono
político con poemas burlescos como Yo era un tonto y
lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929),
Sermones y moradas (1929-1930) y la elegía cívica
Con los zapatos puestos tengo que morir (1930).
Comprometido con la República y terminada la
Guerra Civil, emigra a la República Argentina, desde
donde se traslada a Roma en 1962. En 1945 publica, en
Buenos Aires, A la pintura: poema del color y la
línea.
Tras la muerte del dictador Franco, regresa
finalmente a España en 1977. Es elegido diputado por
el Partido Comunista de España, pero renuncia a su
escaño para proseguir su tarea literaria y dar recitales
por toda España. Sus libros de memorias cosechan
grandes éxitos en las distintas ediciones, cada vez más
completas, de los diferentes volúmenes de su
Arboleda perdida. Entre las numerosas distinciones y
homenajes que se le dedican destaca el Premio Miguel
de Cervantes, que le es concedido en el año 1983.
Fuente: http://www.cervantes.es/
Es ya una tradición de nuestro instituto que en
otoño se celebre el encuentro con la lectura a través de
la feria del libro.
Este año dedicamos la XI FERIA DEL
LIBRO a la figura y la obra de Rafael Alberti, con
motivo del 90 aniversario del Premio Nacional de
Literatura por su libro “Marinero en tierra” (1925).
La obra fue iniciada
durante su retiro a la localidad
segoviana de San Rafael,
donde se recuperó de una
afección pulmonar. Se centra
en la nostalgia del autor al
no poder disfrutar del mar de
su Cádiz natal. Ello interfiere
en su estado de ánimo, que se
vuelve gris dada la lejanía con
su amigo el océano.
El paisaje conocido por el escritor está lejos y
con esa lejanía parecen esfumarse sus recuerdos y su
etapa infantil que es el paraíso perdido. Por el contrario,
la ciudad se revela como una jaula gris, en la que el
hastío y la nostalgia son punzantes sentimientos en el
corazón de un Alberti que añora lo que ha dejado atrás
y que se ve forzado a sentir la amargura de una especie
de destierro que lo carcome por dentro.
En la siguiente selección de poemas
recorremos toda esta gama de sentimientos en la que
siempre está presente el ansia por recobrar el mar y el
mundo perdido de la infancia:
Este último poema habla de una niña a la que el
poeta, obligado a hacer reposo por su enfermedad, veía
desde la ventana de su piso madrileño. La niña no murió
realmente, sino que se hizo mayor y salió de la vida del
escritor, como explica en sus memorias “La arboleda
perdida”:
“Esta Sofía era una niña de doce o trece años, a
quien en los largos primeros meses de mi enfermedad
contemplaba abstraída ante un atlas geográfico tras los
cristales encendidos de su ventana. Desde la mía, sólo un
piso más alta, veía cómo su dedo viajaba lentamente por los
mares azules, los cabos, las bahías, las tierras firmes de los
mapas, presos entre las finas redes de los meridianos y
paralelos [...]. Ella fue mi callado consuelo durante muchos
atardeceres. Casi nunca me miraba, y, si alguna vez se
atrevía, lo hacía de raro modo, desde la inmovilidad de su
perfil, sin apenas descomponerlo. Esta pura y primitiva
imagen, de Sofía a la ventana, me acompañó por largo
tiempo, llegando a penetrar hasta en canciones de mi
Marinero en tierra”.
Fuente: http://www.españaescultura.es
Quedaba
La niña rosa, sentada.
Sobre su falda,
como una flor,
abierto, un atlas.
¡Cómo la miraba yo
viajar, desde mi balcón!
Su dedo, blanco velero,
desde las islas Canarias
iba a morir al mar Negro.
¡Cómo lo miraba yo
morir, desde mi balcón!
La niña, rosa sentada.
Sobre su falda,
como una flor,
cerrado, un atlas.
Por el mar de la tarde
van las nubes llorando
rojas islas de sangre.
Qué altos
los balcones de mi casa!
Pero no se ve la mar.
¡Qué bajos!
Sube, sube, balcón mío,
trepa el aire, sin parar:
sé terraza de la mar,
sé torreón de navío.
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?
-¿De quién será la bandera
de esa torre de vigía?
-¡Marineros, es la mía!
ELEGÍA
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