voces ecos y

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agenda cultural del siglo xxi carlos lara g. v o c e s p r o p u e s t a s ecos y para la 25 anos de debate

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  • agenda cultural del siglo xxi

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    carlos lara g.

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    os

    lara

    g.

    voces

    p r o p u e s ta s

    ecos y

    para la

    25 anos de debate

    El presente libro es material obligado de consulta, tanto para gestores y promotores culturales, como para fun-cionarios y administradores de la cultura, investigadores,

    analistas, estudiantes y estudiosos de la poltica cultural mexicana.Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo xxi.

    25 aos de debate, rene lo mejor de las agendas, jornadas, foros, coloquios, discusiones, publicaciones especializadas, propuestas y compromisos que diversos agentes culturales del pas han rea-lizado en el ltimo cuarto de siglo.

    El contenido general del presente libro ha sido cuidadosamente seleccionado y analizado por el autor, con el objetivo de hacer de ste una especie de faro orientador que ayude a ver con mayor claridad el origen y desarrollo de las voces, los ecos y las propuestas que han venido delineando la poltica cultural mexicana, desde el nacimiento del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la ahora Comisin de Cultura y Cinematografa de la Cmara de Diputados.

    La manera en que ha sido escrito facilitar al lector la obser-vacin y la investigacin, pues est redactado de forma temtica, retrospectiva y prospectiva. Temtica para demostrar la existencia de diversos temas recurrentes, incluso algunos que han venido perdiendo pertinencia jurdica, mas no valor temtico como parte de los marcos histricos y referenciales que siempre servirn a la exposicin de motivos de propuestas legislativas. Retrospectiva para mostrar detalladamente el contenido de lo que ha sido dis-cutido en cada una de las reas y campos disciplinarios que com-ponen la agenda cultural del pas. Prospectiva para contribuir a sentar las bases de la tan anhelada poltica cultural del siglo xxi.

    El libro es al mismo tiempo un homenaje al trabajo de impor-tantes personajes de nuestra vida cultural, por haber dejado la piel en esta noble e incansable tarea de crear, promover y difundir nuestra cultura.

    voces, ecos y propuestas

    polticas pblicas

  • agenda cultural del siglo xxi

    voces

    p r o p u e s ta s

    ecos y

    para la

    25 anos de debate

  • secretario tcnico del consejo editorialedgar Piedragil galvn

    centro de estudios sociales y de oPinin Pblica

    centro de estudios Para el adelanto de las mujeres y la equidad de gnero

    centro de estudios de las finanzas Pblicas

    centro de estudios Para el desarrollo rural sustentable y la soberana alimentaria

    centro de estudios de derecho e investigaciones Parlamentarias

    centro de documentacin, informacin y anlisis

    gruPo Parlamentario del PriDip. jos enrique doger guerrero, Titular

    Dip. eligio cuitlhuac gonzlez faras, Suplente

    gruPo Parlamentario del Prddip. toms brito lara, Titular

    gruPo Parlamentario del PvemDip. ricardo astudillo surez, Titular

    Dip. laura Ximena martel cant, Suplente

    gruPo Parlamentario de movimiento ciudadanoDip. jos francisco coronato rodrguez, Titular

    Dip. francisco alfonso durazo montao, Suplente

    gruPo Parlamentario del PtDip. alberto anaya gutirrez, TitularDip. ricardo cant garza, Suplente

    gruPo Parlamentario de nueva alianzaDip. luis antonio gonzlez roldn, TitularDip. jos angelino caamal mena, Suplente

    secretario generalMtro. mauricio farah gebara

    secretario de servicios ParlamentariosLic. juan carlos delgadillo salas

    Presidencia

    gruPo Parlamentario del PanDip. juan Pablo adame alemn, Titular

    consejo editorial

  • MXICO 2013

    consejo editorial

    agenda cultural del siglo xxi

    carlos lara g.

    voces

    p r o p u e s ta s

    ecos y

    para la

    25 anos de debate

  • IMPRESO EN MXICO PRINTED IN MEXICO

    libro imPreso sobre PaPel de fabricacin ecolgica con bulk a 80 gramos

    www.maporrua.com.mxAmargura 4, San ngel, lvaro Obregn, 01000 Mxico, D.F.

    Coeditores de la presente edicinh. cmara de diPutados, LXII legislaturamiguel ngel Porra, librero-editor

    Primera edicin, diciembre del ao 2013

    2013 carlos lara g.

    2013 Por caractersticas tipogrficas y de diseo editorial miguel ngel Porra, librero-editor

    Derechos reservados conforme a la ley ISBN 978-607-401-794-6

    Queda prohibida la reproduccin parcial o total, directa o indirecta del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autoriza-cin expresa y por escrito de gemaPorra, en trminos de lo as previsto por la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, por los tratados internacionales aplicables.

  • S que todo est dicho, pero como nadie escucha hay que repetirlo

    Julio Cartzar

  • A Fidela, Aitana y Arnau, las voces y los ecos que me inspiran a escribir

    Carlos lara G.

  • 9

    En una reunin del Plan de Decenal de Cultura de Medelln, Germn Rey, autor del Compendio de Polticas Culturales del Ministerio de Colombia, dijo que el texto ntegro de ese Compendio no se lo leera completo ni por un condenado a prisin perpetua y aada, ya en tono ms serio, que resulta-ra imposible lograr una recopilacin definitiva de todos los documentos sobre polticas culturales; y que, suponiendo que si fuere posible, al da siguiente necesariamente comenzara a requerir de actualizaciones.

    De la misma manera, una compilacin total de los mecanismos de di-logo y consulta que a propsito del tema de polticas culturales se han celebrado en Mxico, durante los ltimos 25 aos, resulta tambin prcti-camente imposible de integrar y, en caso de concluirse, siempre estara incompleta. No slo porque la dinmica de la cultura implica una perma-nente revisin del papel del gobierno dentro del desarrollo cultural, sino porque lo cultural es tambin un tema que abarca las polticas pblicas de ms de una Institucin, en los tres mbitos de gobierno.

    Estamos hablando, para el caso de Mxico, de las polticas culturales pblicas de un gobierno federal, de 31 entidades federativas y un gobierno de la Ciudad de Mxico, ms las de los 2,417 municipios del pas. En al-gunos estados existen tambin Presidencias de Comunidad y gobiernos por usos y costumbres. Sobra decir que en cada eleccin se organiza, cuando menos, un foro de cultura y, casi siempre, alguna actividad crtica paralela.

    Si a lo anterior le aadimos los foros, seminarios, talleres, mesas de debate, consultas y otras formas de sentarse a dialogar sobre el tema de pol-ticas culturales en los congresos locales y Asamblea Legislativa, las univer-

    PrlogoCarlos J. Villaseor Anaya

  • 10 Carlos J. Villaseor Anaya

    sidades, las organizaciones gremiales, etctera; el volumen de informacin resultante se vuelve simplemente inabarcable.

    En ese contexto, que anuncia la posibilidad de recopilar solamente un fragmento de todo lo que se ha hablado a propsito de polticas culturales federales, en los ltimos 25 aos. Desde qu mirada debemos aproximar-nos a los textos recopilados por Carlos Lara? Son muchas las respuestas a esa pregunta. A continuacin apunto solamente aquellas vas de acerca-miento que en este momento me parecen ms interesantes.

    Primero que nada, el conjunto resulta de una mirada no slo informada sino, sobre todo, comprometida con el tema de la cultura. Carlos Lara ha dedicado casi la mitad de su vida a trabajar, investigar y analizar temas culturales. Desde cuando presidi la Comisin Edilicia de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara o como integrante de la Comisin de Cultura del Congreso de Jalisco, hasta ahora que cursa el doctorado en Derecho a la Cultura en la Universidad Carlos III de Madrid, su compromiso con el desarrollo cultural es permanente y de muchas ms horas que las que su familia deseara.

    Especialmente relevante para la recopilacin que ahora se presenta ha sido su colaboracin como asesor, para la fraccin parlamentaria del Parti-do Accin Nacional, en las Cmaras del Congreso de la Unin, de manera casi permanente, desde el ao 2006; pues desde ese mirador privilegiado ha sido testigo directo de muchas de las actividades que forman parte de esta recopilacin y, tambin, ha tenido acceso a las fuentes legislativas en donde constan las actividades de las Comisiones de Cultura de ambas C-maras, desde su fundacin y hasta este 2013.

    Resulta casi igual de importante para este ngulo de mirada, su otra vertiente profesional: el periodismo. Su colaboracin semanal en El Infor-mador y en la radio de la UdeG, y la disciplina de la lectura diaria de las secciones culturales de los principales diarios nacionales y de los de Ja-lisco, por decir lo menos, han tenido como consecuencia una singular co-leccin e interrelacin de notas periodsticas sobre temas de cultura que como referencias a pie de pgina contextualizan sus muy apreciados y esperados balances culturales de cada fin de ao y, ahora, los textos que son recopilados en este libro.

    En ese sentido, si bien los documentos que integran esta coleccin no son todos los que pudieran estar, si son aquellos que desde la mirada del

  • Prlogo 11

    autor son relevantes para dibujar un panorama representativo de los temas y los actores que han estado presentes en la discusin sobre polticas cul-turales federales, durante los ltimos 25 aos.

    Aun as, hubo de enfrentarse un hecho fatal que tambin limit el al-cance de la recopilacin. S, por voz del autor, de la imposibilidad de inte-grar algunos momentos relevantes, por el simple hecho de que habiendo constancia de que se llevaron a cabo, no existe registro de su contenido. Los documentos se perdieron para siempre.

    En algunos otros casos, la informacin es irrecuperable a causa de no haberse sucesivamente transportado a medios de soporte vigentes, de don-de actualmente es muy difcil localizar por ejemplo, computadoras que lean discos de 5 o 3 , que nos permitan acceder a esos contenidos. Ya no digamos si fueron escritos en programas informticos ahora caducos.

    Desde luego no faltar quien eche de menos este foro o aquella mesa redonda, la incendiaria declaracin de uno o la informada ponencia de otro. S, en medio de una infinito universo de informacin siempre se podr acusar de alguna omisin, pero lo que no se puede regatear es que lo que est, aparece porque alguien que sabe mucho del tema desde los libros y desde la prctica poltica consider importante conservarlo y, despus, integrarlo a una coleccin panormica.

    Quiz el lector eche de menos la referencia a los foros, mesas de debate, coloquios o consultas realizadas hacia la integracin del Programa Especial de Cultura y Artes 2013-2018. Nosotros tambin.

    En consecuencia, el paisaje que nos presenta el autor, da clara cuenta de la evolucin de los dilogos establecidos entre la sociedad y los repre-sentantes institucionales, a propsito de las polticas culturales guberna-mentales, a lo largo de los ltimos 25 aos.

    Es responsabilidad de cada quien el sacar sus conclusiones, pero lo que es evidente despus de haber revisado los documentos recopilados, es que ha habido una evolucin de los temas tratados y, sobre todo, del sentido que la sociedad pretende de la poltica cultural.

    En cuanto a los temas, prcticamente en todos los casos se habl de: la figura jurdica del organismo federal responsable de la ejecucin de las polticas culturales, del monto de las asignaciones presupuestales al sector cultura, del derecho a la cultura y su reglamentacin, de la descentraliza-cin del desarrollo cultural y de la condicin social/laboral del artista.

  • 12 Carlos J. Villaseor Anaya

    En cuanto al sentido, claramente podemos identificar los momentos en que haba un consenso social implcito en cuanto a que la poltica cultural tena como finalidades las de preservar los valores culturales y artsticos nacionales ms relevantes, organizar las relaciones de las instituciones gubernamentales con los intelectuales y artistas, y aprovechar nuestra ri-queza cultural como herramienta de la diplomacia; respecto de aquellos otros en los que se argumenta en favor de que poltica cultural incorpore plenamente los avances alcanzados en los procesos de normalidad demo-crtica, en cuanto a participacin, equidad, transparencia y rendicin de cuentas; para llegar a los ms recientes, que buscan hacer de la poltica cultural un elemento transversal del desarrollo, un espacio para la promo-cin de la cohesin social, una herramienta para la prevencin del delito o una nueva vertiente para la generacin de recursos econmicos.

    Un segundo ngulo desde el cual puede acercarse a esta coleccin es el del reencuentro con aquellas voces que, desde 1988, han participado en las discusiones pblicas sobre los temas de poltica cultural.

    Quiero referirme en primer lugar a aquellos funcionarios del Ejecutivo o del Legislativo que, en razn de su encargo, participaron como organiza-dores de foros o representantes de sus respectivas instituciones. De la lectura de algunos textos queda claro que el hecho de representar a las Instituciones no debe ser nica causa legtima para invalidar esas voces per se. Me parece que en las LIX y LX Legislaturas hubo grandes coinci-dencias entre los integrantes de la Comisin de Cultura de la Cmara de Diputados y la gran mayora de los titulares de las Instituciones Estatales de Cultura, que dieron lugar a muy inteligentes, valientes y productivas participaciones. Pero tambin, y es justo decirlo, desde el lado de las Ins-tituciones Federales hubo argumentos que fueron sostenidos con conoci-miento y conviccin, aunque no necesariamente se estuviera de acuerdo con ellos.

    Desde luego que en este recuento de las voces que han estado pre-sentes en el dilogo sobre polticas culturales, en los ltimos 25 aos, ocupan un papel protagnico las personas que forman parte del sector. A finales de los aos noventa del siglo xx era ms o menos fcil reconocer-los como creadores, intelectuales o promotores culturales, no haca falta ir ms all. Conforme fueron pasando los aos hemos visto diversificarse las denominaciones y las necesidades especficas, para ahora tener que

  • Prlogo 13

    referirnos a los intrpretes, los ejecutantes, las organizaciones de la so-ciedad civil, las fundaciones, los trabajadores de la cultura o a los ges-tores culturales, por citar slo aquellas nuevas denominaciones que me vienen a la memoria.

    Desde luego, no incluyo en las anteriores a todas las nuevas vertientes de expresin artstica o de medios de promocin cultural que han dado lugar las nuevas tecnologas. La simple enumeracin sera prolija y todava est en proceso de crecimiento.

    Sin embargo, por la importancia que tuvo entre el 2000 y 2010, quiero referirme especialmente al trmino trabajador de la cultura, que era pri-mordialmente ostentado por los empleados sindicalizados de las institucio-nes gubernamentales federales del sector cultura que, mediante dicha de-nominacin, pretendan que se les reconociera una mayor legitimidad en cuanto a sus puntos de vista sobre polticas culturales o la preeminencia de ellos mismos sobre otras personas u organizaciones que no formaban parte de las instituciones.

    Por otra parte, el trmino de gestores culturales, adquiere fuerza en Mxico desde hace aproximadamente 15 aos, en paralelo a una arraigada tradicin del promotor cultural, cuya historia arranca desde los maestros de actividades culturales que, a su vez, tambin eran herederos de la pol-tica pblica de las misiones culturales. Me parece que el nuevo nfasis en las habilidades y competencias que son necesarias para la armnica inte-raccin de los recursos disponibles (generalmente a travs de subsidios, fondos concursables o apoyos econmicos, pblicos o privados) hacia el cumplimiento de las metas del proyecto cultural, ha descentrado a las per-sonas y a las comunidades como causa y fin de la promocin de lo cultural.

    Pero regresando al tema, es a partir de la revisin de los textos que integran esta recopilacin, que vuelven a aparecer ante nuestros ojos y en nuestras memorias, las voces de quienes tuvieron cosas que decir en estos ltimos 25 aos, algunos de los cuales ya no estn ms aqu.*1Las pginas del texto de Carlos Lara nos recuerdan, por ejemplo, la activa presencia de Octavio Paz, quien tuvo un papel determinante en la definicin del rumbo y la organizacin del Conaculta y del Fonca. Tambin podemos recordar al ubicuo Carlos Monsivis, al aguerrido Vctor Hugo Rascn Banda o la legi-

    * Vase listado al final del prlogo.

  • 14 Carlos J. Villaseor Anaya

    timante presencia de Carlos Fuentes en el acto de presentacin del Progra-ma Nacional de Cultura 2000-2006.

    Lamentablemente es muy larga esa lista de personas que en su mo-mento participaron activamente en los mecanismos reseados por Carlos Lara y que ya no estn ms con nosotros. Se extraan primordialmente por la vala de su quehacer cotidiano para la cultura de Mxico y, tambin, por-que son voces que se han restado en el indispensable ejercicio de la crtica informada, propositiva y comprometida, que cada da le hace ms falta a este pas nuestro.

    De los vivos, la gran mayora han dejado de estar presentes en los dilo-gos. Algunos simplemente porque concluy su responsabilidad institucional y ahora se dedican a diferentes temas o actividades; y otros, tal vez porque despus de mucho intentarlo, han dejado de creer en que esa vertiente de participacin es una alternativa viable. Se han dicho las mismas cosas, tantas veces, que simplemente pareciera ya no tener caso repetirlas. Es en gran parte por ello que esta recopilacin gana importancia, pues nos permite re-cuperar esas voces en su pleno vigor y tender un puente de continuidad con las nuevas generaciones, hasta que llegue aquel momento en que las volunta-des y energas concurran nuevamente, para redefinir el sentido y los medios de la poltica cultural, en el marco de las sociedades del conocimiento.

    Por ltimo, quien se acerque a este volumen recopilatorio, observar que la mayor densidad de mecanismos de dilogo o consulta se localiza entre los aos 2000 y 2010. Quiero hacer hincapi en que aunque esas fechas coincidan con la alternancia en la titularidad del Ejecutivo Federal, la efervescencia de esa dcada es el resultado de un largo proceso de descentralizacin cultural que incluye el sistema de casas de cultura, la progresiva conformacin de las instituciones estatales de cultura, la sus-cripcin de los Fondos Mixtos, la implementacin de las Reuniones Nacio-nales de Cultura, la constitucin de la Comisin de Cultura de la Conago o la incorporacin activa de la Comisin de Cultura de la Cmara de Diputados como actor decisivo de las polticas culturales. Una dcada en el cual concurren las energas sociales, ms all, mucho ms all de signos parti-darios y, a no dudarlo, con base en un sistema cultural fundado y fortale-cido por el trabajo de muchas generaciones, a lo largo del siglo xx.

    A ese entorno nacional, se suma indudablemente como causa de esa efervescencia, la emergencia de las nuevas tecnologas de la informacin,

  • Prlogo 15

    pues han sido decisivas en el incremento y organizacin de la participacin social, en las posibilidades reales para lograr la transparencia y rendicin de cuentas, y en la conformacin de identidades horizontales metanacio-nales, con alcances y potencialidades todava en construccin y obvia-mente difciles de comprender desde las miradas del siglo xx.

    En una muy apretada sntesis de esos aos, hay que recordar que fue cuando se constituy la Comisin de Cultura de la Conago (2004) y se in-augur la posibilidad de dotar de recursos presupuestales, desde la Cmara de Diputados a las Instituciones Estatales de Cultura, a los municipios, las organizaciones de la sociedad civil y las universidades pblicas.

    Tambin en esas pocas recordamos que es cuando se lograron apro-bar las Reformas a los artculos 4o. y 73o. constitucionales, para incorporar el derecho de acceso a la cultura y nuevas facultades al Congreso (2009); as como, la modificacin al artculo 226 de la Ley del isr, para otorgar es-tmulos fiscales a la inversin en la produccin cinematogrfica y, ya des-pus, al teatro.

    Hoy, cuando recientemente se han cumplido 25 aos de la fecha en que se public en el Diario Oficial de la Federacin, el decreto mediante el cual se constituy el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, nos encontra-mos en una situacin indita y paradjica, pues estn en los mandos supe-riores de dicho organismo y algunos de sus organismos coordinados, prcticamente las mismas personas que le dieron forma y operatividad hace ya ms de dos dcadas.

    El gran reto al que se enfrenta la experiencia es el de reconocer los profundos cambios que se han dado en las formas y los medios para la circulacin de lo cultural, a los nuevos actores que han emergido en el escenario y el cada vez ms creciente papel que se le reconoce a la cultura como cuarto pilar del desarrollo, con todo lo que ello implica en trminos de medios y finalidades de la poltica cultural nacional y la diplomacia. Y tambin, los cambios que ha habido en trminos de la diversidad de formas en las que la sociedad participa, las obligaciones de transparencia y de rendicin de cuentas, que cada da se consolidan un poco ms como ele-mentos de la normalidad social.

    En ese orden de ideas, refrendo la importancia primordial de la recopi-lacin que hace Carlos Lara Gonzlez, como un instrumento que informa de cul ha sido el derrotero que ha seguido el dilogo pblico sobre la

  • 16 Carlos J. Villaseor Anaya

    poltica cultural gubernamental en los ltimos 25 aos. No para permane-cer all, ni para replicar frmulas, sino precisamente para poder compren-der con mayor claridad desde dnde, con quines y para qu de la poltica cultural del siglo xxi; en el entorno de un mundo plenamente interconec-tado en el que el desarrollo sustentable estar escrito en clave cultural o no ser.

    La siguiente lista contiene los nombres de quienes (a consideracin del autor de la obra) a lo largo de 25 aos han sido parte fundamental de las Voces, ecos y propuestas para la proyeccin de la poltica cultural al siglo xxi.

    Nstor Garca Canclini-Carlos Monsivis-Carlos Fuentes-Elena Ponia- towska-Al Chumacero-Gonzlo Celorio-Germn Dehesa-Jaime Sabines-Enrique Florescano- Guillermo Tovar y de Teresa-Rafael Tovar y de Teresa-Carlos Montemayor-Paco Ignacio Taibo II-Eduardo Nivn-Albino Rubim-Lourdes Arizpe-Lucina Jimnez-Toby Miller-Manuel Obregn-Hugo Gutirrez Vega-Juan Villoro-Ernesto Piedras-Blanca Alcal-Margarita Sal-daa-Jos M. Valenzuela-Jorge A. Gonzlez-Ral Padilla-Vctor Hugo Ras-cn Banda-Jos Woldenberg-Len Achar-Luz Emilia Aguilar Zinser-Luz Mara Aguilar-Jos Mara Espinasa-Gerardo Estrada-Guillermo Fadanelli-Leonardo Garca Tsao-Luis Gonzlez de Alba-Enrique Richter-Marisol Schulz-Enrique Serna-Ernesto Velzquez Briseo-Gilberto Guevara Nie-bla, como Felipe Tirado Segura-Jos Blanco-Ral Trejo Delarbre-Alfonso Castellanos Ribot-Sari Bermdez-Romualdo Lpez Zrate-Guillermo de la Pea-Jos Luis Paredes Pacho-Francisco Bez Rodrguez-Isaac Masri-Ra-fael Prez Gay-Ren Sols-Irene Herner-Hugo Hiriart-David Huerta-Emilia-no Lpez Rascn-ngeles Mastretta-Marinela Servirje-Carlos Phillips Olmedo-Edgar Urban Martnez-Vctor Manuel Mendiola-Silvia Molina-Ro-berto Vzquez-Demian Bichir-Manuel Felgurez-Bolfy Cottom-Irma Vale-riano Pacheco-Miguel Bautista Hernndez-Mara Robles y Alfredo Rodr-guez Banda-Renata Rocha-Enrique Vargas-Ricardo Fuentes-Sergio Yez-Manuel Gndara-Rossana Reguillo-Julieta Fierro-Carlos Martnez Rentera-Eduardo Cruz Vzquez-Liliana Lpez Borbn, Ana Virginia Prez Mora-Diego Prieto Hernndez-Cuauhtmoc Velasco vila-Sergio Yez Reyes-Rafael Segovia-Ernesto Licona-Ricardo Bautista-Csar Moheno-Sergio Ral Arrollo-Claudina Lpez-Isaac Masri-Mara Cristina Garca Ce-peda-Sergio Augusto de Abreu-Lima Florencio Sobrino-Andrs Henestrosa-

  • Csar Benedicto Callejas Hernndez-Norka Lpez Zamarripa-Rafael Segovia-Jesusa Rodrguez-Cuauhtmoc Velasco vila-Kenia Lpez Raba-dn-Armando Bez-Renato Gonzlez Mello-Renn A. Guillermo Gonzlez-Rafael Meza Iturbide-Jorge Snchez Cordero-Hilda Trujillo Soto-Luis Dalton Rodrguez-Jos Manuel Correa-Jos Antonio Cabello Gil-Emilio-Ulloa-Kenya Lpez Rabadn-Jos Alfonso Surez del Real-Ernesto Nmer lva-rez-Baruch Delgado Carbajal-Csar Camacho Quiroz-Beatriz Pags-Carlos Rochn-Mara Rojo-Inti Muoz-Rodolfo Stavenhagen-Cndida Fernndez de Caldern-Mara Teresa Franco-Cristina Rivera Garza-Jos Luis Cuevas-Carlos Lara G.-Inti Cordera-Mireille Campos-Carlos Flores-Francisco Do-rantes-Ral vila-ngel Zaraza-Sergio Boeta-Dionisio Zavaleta-Gerardo Larrauri-Jos Manuel Hermoillo-Carlos Flores Marini-Mirelle Campos Arzeta-Rafael Cauduro-Jos N. Iturriaga-Gustavo Garibay Lpez-Fernando Hidalgo Domnguez-Carlos Garca Ruiz-Carlos Villaseor Anaya-Alejandro Sandoval-Daniela Tarhuni-Benjamn Alarcn Yee Ben-Arturo Morell-Juan Jos Bremer Martino-Katherine Grigsby-Hctor Aguilar Camn-Luis Garza Alejandro-Sealtiel Alatriste-Antonio Aranbar Quiroga-Mara Teresa Fran-co-Gonzlez Salas-Martha Chapa-Humberto Mussacchio-ngeles Mas-tretta-Marcela del Ro-Agustn Monsreal-Sal Jurez Vega-Alejandro Ordo-rica-Jorge Ruiz Dueas-Lourdes Parga-Eduardo Reyes Langagne-Jorge Esma Bazn-Epigmenio Ibarra-Virgilio Caballero-Albino Rubim-Moiss Rosas-Alejandra Moreno Toscano-Mara Teresa Uriarte-Marcela Jimnez-Jos Ignacio Echeverra-Guadalupe Curiel Defoss-Xavier Corts Rocha. Jorge Snchez Cordero-Vctor Ugalde-Jaime Chabaud-Alfonso Arau-Ceci-lia Lugo-Hilda Trujillo-Pablo Ortiz Monasterio-Dborah Holtz.

  • 19

    En la etapa final del primer gobierno del Partido Accin Nacional, que en-cabez Vicente Fox Quesada, convocados a una de las ediciones de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cuatro importantes voces de la de-nominada comunidad cultural del pas externaron sus puntos de vista en relacin a la poltica cultural impulsada desde el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Coincidieron en que el Estado haba creado institucio-nes culturales slidas, consistentes, con deficiencias, con problemas; y a veces con limitaciones presupuestales. El ensayista y narrador Gonzalo Celorio seal: Me parece importante que exista un Sistema Nacional de Creadores de Arte pero como impulso y reconocimiento por su trayec-toria vital las carencias, tienen ms que ver con la otra parte del fenme-no artstico, la recepcin del fenmeno artstico. Ese es un asunto que ms que ver con la educacin, tiene relacin con el impulso y difusin de la cultura Necesitamos crear lectores desde las edades ms tempranas, per-sonas sensibles y preparadas, imaginativas y capaces de seguir estudiando por cuenta propia siempre. El poeta y editor Al Chumacero, mencion que las polticas culturales de Mxico eran buenas cuando se llevaban a cabo. Es necesario, dijo, que el presupuesto, que el dinero tenga un destino ms adecuado para echar a andar esas polticas, y por lo menos acabar con el analfabetismo, el gran enemigo de nuestro desarrollo.

    El ensayista Carlos Monsivis seal tajante que si haba un cambio significativo no lo vea: Existe una burocracia amplia, es cierto, y se reali-zan conciertos, exposiciones, etctera... Lo que falta es un proyecto que incluya a ms personas. Seguimos teniendo un pblico que en lo funda-mental no ha variado en los ltimos 30 o 50 aos. En relacin a qu tanto

    Introduccin

  • 20 Carlos Lara G.

    se ha avanzado en materia de libertad de expresin en el arte y la literatura, dijo que eso no dependa del gobierno, pues la libertad de expresin arts-tica dej de depender del gobierno, para depender bsicamente de la sociedad, y sta no se va a dejar. Finalmente, el columnista y escritor Ger-mn Dehesa, subray que las polticas en materia cultural eran escasas y carentes de rumbo: Pero si el pas tiene un rumbo cultural entonces hay que ir ms a fondo del proceso cultural y no esperar demasiado del gobier-no Hay que esperar mucho de la ciudadana, de los jvenes Al gobierno hay que pedirle que no estorbe, porque todava la burocracia estorba mu-cho. En la mitad del segundo gobierno panista, el dramaturgo Vctor Hugo Rascn Banda, llev a la Comisin de Cultura de la Cmara de Dipu-tados una lista de temas que, bajo su punto de vista deban ser considera-dos, tanto por la Comisin como por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.1 Destacan de esta lista las propuestas de establecer en la legisla-cin la seguridad social para artistas y creadores; as como incentivos fis-cales para el mecenazgo en las artes; un programa de educacin artstica en la educacin primaria; y el establecimiento del derecho constitucional de acceso a la cultura y el arte. Esta ltima fue aprobada en 2009 y ya no vivi para verlo.

    Era importante hacer notar que con este tipo de planteamientos el de-nominado subsector cultura lleva 25 aos discutiendo qu debe hacerse para conformar una poltica cultural acorde a los tiempos que enfrenta el pas, un ejercicio tan progresivo como la definicin misma del concepto que da nombre al subsector. Cerca de tres dcadas de foros de consulta en que los propios artistas y hombres de cultura, de los que hablaba el presidente Carlos Salinas de Gortari, al presentar su Plan Nacional de De-sarrollo, han participado ofreciendo lneas bsicas para las acciones guber-namentales; 25 aos tratando de hacer lo imposible en el futuro y en la mayora de los casos dejando de hacer lo posible en el presente.

    Cada tres y seis aos presenciamos y acudimos a foros de consulta, mesas de discusin, encuentros con candidatos en los que se discuten proyectos por encima sin avances sustanciales en el desarrollo de la ges-tin pblica. Los 10 primeros aos de estas casi tres dcadas fueron de

    1 Posterior a Rascn Banda, una promotora cultural incansable tambin recientemente fallecida, Martha Ketchum, particip en diversos foros sosteniendo una serie de propuestas de apoyo al subsector.

  • Introduccin 21

    foros y seminarios temticos sin reformas legislativas sobresalientes. En los siguientes 10, se dieron reformas en materia de cine (Ley Federal de Cinematografa), de premios y recompensas (Ley de Premios, Estmulos y Recompensas Civiles), de promocin de la lectura (Ley de Fomento para la Lectura y el Libro), de turismo (Ley General de Turismo), de derechos de autor (Ley Federal del Derecho de Autor), de bibliotecas (Ley General de Bibliotecas), de radio y televisin (Ley Federal de Radio y Televisin, y la relativa a telecomunicaciones). As como tambin sendos intentos legis-lativos por reformar la Ley de Monumentos y un par de reformas, una constitucional y una a la Ley de Planeacin que quiz sea de lo ms des-tacado de este periodo, la constitucional estableci el derecho de acceso a los bienes y servicios culturales que presta el Estado, enmarcada en el artculo 4o. constitucional, acompaada de una reforma al artculo 73 que establece la capacidad del Congreso de la Unin para legislar, establecer, organizar y sostener instituciones culturales. La reforma a la Ley de Planea-cin modific ocho artculos para establecer el principio de la factibili-dad cultural en el desarrollo de los planes programas y proyectos de planeacin en el pas.

    Una de las razones de la inactividad de las dos ltimas dcadas la des-articulacin y miopa de la denominada comunidad cultural. Slo se une para echar abajo proyectos como la pretendida Ley General de Cultura. La pregunta es por qu contrariamente a lo anterior, los mismos que se oponen a una ley de cultura, no dicen nada cuando es aprobado un paquete de reformas a diversas leyes en materia de medios de comunicacin (la deno-minada Ley Televisa). Dnde estaba la comunidad cultural, particular-mente los opositores a la ley de cultura, en ese momento?

    Esta miopa cultural tiene a los escritores y editores del pas interesa-dos slo en la ley del libro, a los cineastas interesados slo en la ley de cine, a los arquelogos y antroplogos en la de monumentos, a los artesanos en la propuesta de ley de fomento artesanal y a los promotores y gestores culturales en la propuesta de Ley General de Cultura. Fuera de lo que la gran mayora de la denominada comunidad cultural considera cultura, parece no pasar nada. Y es que hay que decirlo, ha costado trabajo enten-der la cultura de manera integral, como parte del desarrollo s, desde lo jurdico, desde lo simblico y desde lo econmico. Pero esta misma actitud es reprochable tambin al mismo Consejo Nacional para la Cultura y las

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    Artes, al ausentarse, como bien lo seal en su momento Nstor Garca Canclini, de la discusin y aprobacin de temas centrales como la Ley Monsanto (relativa a la produccin de transgnicos en el pas), por estar en ese momento impulsando (paradjicamente) la candidatura de la comida mexicana como patrimonio de la humanidad ante la unesCo. Otra lamenta-ble ausencia del Consejo, tambin sealada por el especialista, se dio cuan-do la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico (shCp) quiso eliminar el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanas en 2003.

    Si algo nos ha dejado este largo periodo de discusiones es la necesidad de entender que tanto la legislacin, como la planeacin y la administracin pblica de la cultura son de carcter territorial; que cuando hablamos del derecho de acceso a la cultura, no estamos ante la legislacin de la cultura como fenmeno, como han entendido algunos antroplogos, sino ante el reconocimiento constitucional de la obligacin del Estado para facilitar el acceso a los ciudadanos a los bienes y servicios culturales que presta; que es falso eso de que la cultura no se puede planear, porque otros antrop-logos con una visin ms integral, como Lucina Jimnez y Eduardo Nivn y Lourdes Arizpe, por citar a algunos, nos han enseado que no hablamos de la planeacin de los procesos culturales, sino de las estrategias de ges-tin cultural. Estamos siendo conscientes tambin de la necesidad de con-cebir la Administracin Pblica de la Cultura, esto es, la cultura como servicio pblico, la administracin de los bienes y servicios culturales que presta el Estado a travs de sus diferentes rdenes de gobierno. Se trata de asumir la cultura como derecho constitucional y como servicio pblico.

    En ese sentido, el presente trabajo analiza los planteamientos hechos por la denominada comunidad cultural a lo largo de ms de dos dcadas, mediante foros de consulta, ediciones especializadas, encuestas y publica-ciones acadmicas, contrastado con lo que ha sucedido en trminos insti-tucionales, para establecer as una lnea de base desde la cual podamos establecer un ejercicio bifocal en el que los funcionarios y servidores p-blicos de la cultura puedan ver de lejos y los miembros de la comunidad cultural de cerca, y viceversa. Por otra parte, estamos tambin ante un anlisis que nos permitir demostrar dos cosas: que nos hemos pasado ms de 20 aos discutiendo el futuro de la poltica cultural con resultados relativamente buenos en trminos de su diseo y aplicacin; y que dichas discusiones en lo general, y un gran nmero de propuestas en lo particular,

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    por ms actuales que parezcan en el contexto de la segunda dcada del siglo xxi, pueden tener poca pertinencia.

    Ejemplo de lo anterior fue la acertada iniciativa bicentenaria Discuta-mos Mxico que, representaba una oportunidad para convocar a diversos actores de la comunidad cultural a plantear una visin de futuro, sin em-bargo no pas de ser una serie de discusiones ornamentales muy bien producidas. Dio cuenta de lo que ha hecho nuestro pas en la literatura mexicana en trminos generales, en la poesa, en la novela y en el cuento par-ticularmente. Abord de igual manera, con la mirada puesta slo en el pasado, de la importancia de la arqueologa y el cine pero no en las pol-ticas culturales en general. Insisto, fue una recreacin histrica acerca de lo grande que fuimos, pero se ech de menos el anlisis prospectivo y la propuesta visionaria sobre lo que podemos llegar a ser como nacin a partir de nuestra cultura. Nuevamente Nstor Garca Canclini en un traba-jo dedicado al anlisis del Programa Nacional de Cultura 2007-2012, sugiri observar un punto de partida contrario al de la miopa cultural que pade-cemos al sealar que la poltica cultural estaba en otra parte. S, subray de forma atinada, como suele hacerlo, que todo el primer ao del sexenio del presidente Felipe Caldern haba trascurrido sin que el Conaculta diera a conocer el Programa Nacional de Cultura y no pas nada, por lo que al decir que la poltica cultural estaba en otra parte, lo que estaba haciendo en realidad era poner ante nuestros ojos ese ejercicio de optometra al cual invitaba a la comunidad cultural no slo a ver la reduccin del presupuesto en 2003 al Instituto Mexicano de Cinematografa, al Centro de Capacitacin Cinematogrfica, Estudios Churubusco, al Fonart, a Educal y al Fonart por parte de la Secretara de Hacienda, sino tambin a valorar el veto presi-dencial impuesto a la Ley del Libro en 2006; a la aprobacin de la Ley Monsanto; al Impuesto Empresarial de Tasa nica (ietu). Es decir, la dis-cusin no es si debe haber o no una ley de cultura, o si el Conaculta debe ser una Secretara de Cultura, un organismo constitucional autnomo o un consejo con ley reglamentaria. Propone ver de cerca y de lejos, y pensar as en, por ejemplo, en una Secretara de Comunicacin y Cultura.

    Por los motivos anteriormente sealados, y considerando que la mejor forma de proyectar una poltica cultural para el siglo xxi, es necesario saber qu se ha venido proponiendo desde finales del siglo xx, el trabajo tiene como objetivo central compartir esas voces, esos ecos y esas propuestas

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    que han sido parte del desarrollo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Pretende dar los elementos para constituir una especie de lnea de base de la cual partir para la conformacin de la agenda cultural integral y prospectiva. Pretende mostrar con la mayor precisin posible las inquie-tudes, los debates y los planteamientos hechos en diversos foros, publi-caciones editoriales, publicaciones especializadas, planes y programas institucionales, propuestas legislativas, plataformas electorales, pac-tos, encuestas, diagnsticos y pliegos petitorios que han acompaado el cuarto de siglo de nuestra naciente poltica cultural.2

    Sealar, como lo hizo la ex titular del Conaculta, Consuelo Sizar en 2011, que se tena ya el diseo del proyecto cultural del siglo xxi, resulta impreciso y ambicioso.3 Entre otras cosas porque no hemos logrado pasar

    2 El autor subraya naciente poltica cultural, bajo la consideracin de que en estricto sentido, podemos hablar de la poltica cultural mexicana a partir de la creacin del Conaculta, a partir de que se dise el primer programa nacional de cultura, separado del programa nacional de educacin y de la poltica educativa. Vase 1988-2012 cultura y transicin (2012) editado por la uanl el Instituto de Cultura de Morelos; trabajo que coordin con Eduardo Cruz Vzquez, en el que se explic con mayor detenimiento este punto.

    3 El relanzamiento del proyecto calderonista de promocin cultural centr su atencin en la denominada poltica cultural para el siglo xxi, que al estar en ciernes al momento de su anuncio, no tena objetivos claros en sus ejes estratgicos. En 2009 fue anunciada como si tuviera un documento rector. En la Reunin Nacional de Cultura celebrada en Jalisco en diciembre de 2010, la titular del Consejo seal que sus tres ejes eran: Hacer llegar la cultura a sectores cada vez ms amplios de la poblacin; que el rico patrimonio material e inmaterial mexicano estuviera al alcance de todos los ciudadanos; enfrentar los desafos de la era digital, preservando nuestra tradicin y herencia; y consolidar a Mxico como la plataforma principal del espaol en Amrica. Al inaugurar la Reunin Nacional de Cultura celebrada en Oaxaca ese mismo ao, deca que el objetivo era revisar la poltica cultural de Estado a travs de la integracin de una agenda nacional de cultura y una nueva relacin entre la Federacin y los estados. Mencion como objetivos tres reas: la conformacin de un proyecto internacional; la digitalizacin de museos, sitios arqueolgicos y documentos; y la puesta en prctica de un sistema de medicin de objetivos y resultados. Vase el comunicado No. 1006 del Consejo. En noviembre del ao siguiente, en medio de las pifias bicentenarias, el vestbulo del remodelado Palacio de Bellas Artes fue testigo de la verdad. Tras haber brindado con su equipo de directores por un 2010 muy difcil, seal: estamos revisando nuestras fortalezas y armando el proyecto cultural del siglo xxi para Mxico, en el que ser importante el apoyo de los diputados, de la comunidad cultural, de la sociedad y de la iniciativa privada.... Era claro que se trataba de un proyecto en ciernes. En 2011 los ejes estratgicos de esta poltica comenzaron a tomar forma. Estaban orientados a dimensionar a Mxico como una plataforma intelectual del espaol, y a fortalecer la vinculacin estratgica con la sociedad a travs de la prestacin de los bienes y servicios culturales que da el Consejo y sus organismos auxiliares como parte del Estado, lo que llev a Consuelo Sizar a responder en una de sus ltimas entrevistas como titular del Consejo (Suplemento Cultural de Reforma, 25-11-2012) a la pregunta: En una frase, defina su gestin: Hemos diseado el proyecto cultural del siglo 21 mexicano. De esto no tiene conocimiento el nuevo titular del Consejo,

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    de los programas sexenales a las polticas pblicas; porque no tenemos siquiera los cimientos del derecho de autor del siglo xxi, ni los de una po-ltica digital y fiscal para la cultura; porque el derecho de acceso a la cul-tura no tiene ley reglamentaria que lo garantice; tampoco la tiene el propio Conaculta (que como sabemos es producto de un decreto presidencial desde hace 25 aos); porque las leyes de los institutos nacionales de bellas artes y de antropologa e historia no cuentan con sus respectivos reglamen-tos y porque la Secretara de Gobernacin an no saca las manos de la cultura; no termina de trasladar un sinnmero de organismos y funciones al propios Conaculta. Por todo eso, es necesario prestar odos a estas voces, a estos ecos y estas propuestas que nos ayuden a tomar las mejores deci-siones en esta nada fcil tarea de disear la agenda cultural del siglo xxi.

    A 25 aos de la creacin del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, resulta pertinente un anlisis sobre los planteamientos hechos por la denominada comunidad cultural. En este cuarto de siglo de nuestra pol-tica cultural, la mitad estuvo a cargo del Partido Revolucionario Institucio-nal y la otra mitad se dio en el contexto de la alternancia, bajo el gobierno del Partido Accin Nacional. El Partido Revolucionario Institucional separ la poltica cultural de la poltica educativa, con la creacin del Conaculta como el rgano rector y coordinador desde entonces, a travs de un Pro-grama Nacional de Cultura; en tanto que al pan toc impulsar la poltica cultural en el marco de la alternancia poltica que vivi el pas.

    Como sabemos la idea de crear un Consejo tiene su origen en el sexe-nio de Luis Echeverra. As lo anunci en su informe de gobierno de 1975. Haba enviado al Congreso de la Unin una iniciativa de ley para crear el Consejo Nacional de las Artes como un organismo descentralizado, con libertad de criterio y orientacin. En relacin al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, el antecedente directo fue una propuesta de creacin de un Fondo para las artes hecha por el ensayista y poeta Gabriel Zaid, publicada en su momento en la revista Plural. Apareci como un desplega-do firmado por numerosos intelectuales de la poca entre los que figuraban Arreola, Bentez, Chumacero, Elizondo, Campos, Garca Ponce, Ibargen-goitia, Leero, Monsivis, Pacheco, Paz, Poniatowska, Pellicer, Revueltas,

    Rafael Tovar y de Teresa, quien asegur al semanario Proceso en diciembre de 2012 que no haba recibido ningn documento que sustentara dicha respuesta.

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    Rulfo, Usigli, el propio Zaid y varios ms. Planteaban al Estado la creacin de una entidad autnoma que concentrara el presupuesto destinado a la promocin del arte de las diversas dependencias relacionadas con este mbito pero que no formara parte de la administracin pblica, esto es, conformada por una junta de gobierno a manera de consejo de sabios.

    Desde entonces abordaban ya como parte central de la denominada comunidad cultural, el tema de la descentralizacin de la vida cultural, por lo que se propona que al menos la mitad del presupuesto se destinara a creadores de los estados. Otro de los puntos que desde entonces ha sido recurrente en los foros de consulta, ya lo planteaba este grupo de notables: la necesidad de disear mecanismos para transparentar el uso de los re-cursos. Lo anterior bajo la consideracin de que los subsidios otorgados estarn sujetos a escrutinio pblico, a travs de una lista donde se indicar quin recibe qu cantidad para desarrollar qu actividad.4 Reconocan desde su experiencia la reaparicin del prejuicio brbaro que atribuye al Estado poderes especiales en el campo de la creacin literaria; as como sus nefastos resultados, lo mismo en el campo del arte que en el de la moral: obras mediocres y literatos serviles Esta observacin es aplicable a las otras artes no verbales, como la msica, la pintura, la escultura y la arquitectura.5

    Por la crtica de arte Raquel Tibol,6 sabemos que la redaccin del antepro-yecto haba estado a cargo del Procurador General de la Repblica, lo cual resultaba contradictorio si lo que se buscaba era promover una poltica cultural.7 Tiempo despus Jos Lpez Portillo cre el Fonapas que logr promover iniciativas como el Festival Cervantino. Miguel de la Madrid discuti el tema durante su campaa electoral, en la que por cierto, recibi del escritor Jos Luis Martnez una propuesta de Secretara de Cultura que

    4 La propuesta que hacan consideraba hacer pblicos los ingresos de la junta, los jurados, visitadores, el administrador y el personal administrativo.

    5 Vase el artculo de Antonio Ortuo en Letras Libres del mes de mayo de 2013, titulado Fonca: mecenas rico de pueblo pobre. Disponible en http://www.letraslibres.com/revista/reportaje/fonca-mecenas-rico-de-pueblo-pobre

    6 Raquel Tibol, Tres dcadas sin legislar sobre cultura, Semanario Proceso, nm. 1552, 30-07-06, p. 84.

    7 Exista una preocupacin en el sector cultural, no slo por la conformacin del Consejo, sino por sus atribuciones, ya que el Ejecutivo Federal pondra al vocal ejecutivo. Al final, el proyecto no fue presentado.

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    nunca prosper.8 Todo lo anterior fue exposicin de motivos para el presi-dente Carlos Salinas de Gortari, quien supo recurrir a la cultura en momen-tos claves de su mandato. As lo demostr al recurrir a la triada Paz-Sabines-Vasconcelos. Un ao despus de la creacin del Conaculta, en la ceremonia de instalacin del Fonca, Octavio Paz seal que ambos organismos corres-ponda al carcter social y libre de la cultura y a la obligacin del Estado y la comunidad econmica de fomentar y alentar la creacin, preservacin y difusin cultural. Mxico viva un periodo de cambios, segn el poeta, resultado de fuerzas y tendencias, ideas y realidades, que durante los l-timos 20 aos, se haban agitado conmoviendo el subsuelo social. Para Paz, el cambio de poca que viva el pas, era al mismo tiempo una de las gran-des fallas de nuestra historia, que desde la Independencia, haba mostrado una disparidad entre el carcter acentuadamente tradicional de nuestra sociedad y la modernidad de nuestras leyes y sistemas polticos. Con el Consejo y el Fondo se reconoca la naturaleza eminentemente social y libre de la cultura; y la obligacin del Estado y la sociedad econmica de ayudar y estimular a la cultura, respetando la libertad de creacin y difusin. El Fonca naca inspirado, deca, por la idea de que la cultura era ante todo, una creacin social libre.9 Por primera vez en la historia de nuestro pas se asociaba voluntariamente el Estado y los empresarios para fomentar la creacin y la difusin de las obras artsticas y literarias: los escritores y artistas tendran la posibilidad de dirigir y orientar a la cultura en el domi-nio del arte, la literatura y la historia.10

    Tres son los libros a los que podemos recurrir para analizar el desarro-llo de la poltica cultural mexicana en su primer cuarto de siglo, a saber Modernizacin y poltica cultural. Una visin de la modernizacin en Mxico (1994), escrito por Rafael Tovar y de Teresa y editado por el Fondo de Cul-tura Econmica; un libro que plasma la poltica cultural del presidente Carlos Salinas de Gortari a travs del titular del naciente Consejo. El segun-do es La cultura y las artes en tiempos del cambio (2005) tambin editado por

    8 Por Raquel Tibol sabemos que esto ocurri en una reunin celebrada en Tijuana, Baja California.

    9 Octavio Paz (1990), Pequea crnica de grandes das, Mxico, Fondo de Cultura Econmica. 10 Los interesados en leer una revisin crtica de lo que ha sido el Fonca a lo largo de su

    historia, pueden consultar la obra de Toms Ejea (2011), Poder y creacin artstica en Mxico. Un anlisis del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Mxico, Universidad Autnoma Metropolitana plantel Azcapotzalco.

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    el Fondo de Cultura Econmica bajo el gobierno de la alternancia, en el que se da cuenta de la poltica cultural del presidente Vicente Fox, a travs de la gestin de Sari Bermdez al frente del Conaculta. Y el tercero 1988-2012: cultura y transicin (2012) que coordin al lado de Eduardo Cruz, el cual aborda el desarrollo de los diferentes mbitos de accin de la poltica cul-tural en 12 aos de gobiernos del pri y 12 aos de gobiernos del pan desde el inicio formal de la poltica cultural en Mxico.11

    La poltica cultural y el proceso de modernizacin de Mxico que plas-m el entonces (y actual) titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 1994, Rafael Tovar y de Teresa, sostena que cualquier balance que se intentara hacer sobre la poltica cultural mexicana deba reconocer la continuidad de prospectos, el nimo conductor comn de las diferentes acciones emprendidas y rpida ampliacin de la infraestructura: lo que haba permitido la creacin y consolidacin de una importante red de ins-tituciones. Sin embargo, la creacin del Conaculta a finales de los aos ochenta, planteaba una revisin a fondo la poltica cultural. El mismo Tovar y de Teresa reconoca la necesidad de nuevos enfoques que permitieran articular las acciones y los programas, en buena medida dispersos, a fin de lograr mejores resultados cualitativos. El libro reconoce que la moder-nizacin impulsada por el presidente Carlos Salinas de Gortari en diversos sectores del gobierno, no poda dejar de lado el mbito de la cultura. El 31 de mayo de 1989 seal que la transformacin integral del pas se dara con la preservacin del pasado como bandera de la identidad nacional. Al pre-sentar el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, dej establecidos los prin-cipales objetivos de la poltica cultural mexicana al sealar que los propios artistas y hombres de cultura haban de participar en las lneas bsicas de las acciones gubernamentales. Con esta propuesta, a decir de Tovar y de Teresa, la descentralizacin recogera las necesidades y aspiraciones de cada grupo y regin para preservar y promover todas las experiencias locales de las que se nutre la propia cultura nacional.

    El Plan Nacional de Desarrollo sealaba grandes objetivos: rescatar, investigar, catalogar, conservar y proteger el patrimonio arqueolgico, his-trico y artstico, as como las manifestaciones de la cultura popular, tanto

    11 Existen decenas de libros ms que abordan diversos aspectos de las polticas cultura-les, reseados en la presente obra en el captulo La bibliografa especializada en 25 aos de poltica cultural, p. 315.

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    urbanas, como rurales. De esta manera el gobierno de la Repblica en el periodo de Salinas de Gortari consider que el desarrollo cultural deba ser sistemticamente fomentado en sus dos vertientes: como parte primordial de su poltica social y como reafirmacin de la identidad de la nacin mexi-cana. De esta forma se crearan condiciones de igualdad para aprovechar las oportunidades y superar los retos que ofrecen la globalizacin econ-mica y el dinamismo internacional de finales de siglo.

    La descentralizacin, el acceso y la corresponsabilidad fueron parte importante desde la creacin del Conaculta. Asimismo, el Plan Nacional de Desarrollo estableci el principio de que la creacin y disfrute de los bienes culturales, era para todos los mexicanos, elemento esencial de una vida digna. En ese sentido la poltica cultural, segn el documento, deba dirigirse al cabal aprovechamiento de los recursos provenientes de todos los secto-res a fin de acelerar el acceso del mayor nmero de mexicanos, particular-mente de quienes menos tienen, a tales expresiones culturales.

    Por su parte Vctor Flores Olea, primer titular del Conaculta seal que la creacin del Consejo representaba el significado poltico y social de la cultura como expresin de libertad y democracia, como propsito inequ-voco de que nuestra sociedad madure en el debate, crezca en la discusin de las ideas, se ponga en el compromiso y la responsabilidad. Octavio Paz dira que tanto la creacin del Conaculta como del Fonca respondan al carcter social y libre de la cultura y a la obligacin que tienen el Estado y la comunidad econmica de fomentar y alentar la creacin, preservacin y difusin cultural, respectivamente.

    Rafael Tovar y de Teresa consider pertinente aclarar, en el marco de la propuesta de modernizacin del Consejo, que en el momento en que fue creado responda a la necesidad de volver a la poltica cultural mexicana ms coherente y especfica, orientada, desde una visin integral, al desarrollo de una administracin cultural ms coherente, funcional y participativa.

    El propsito fue: ceirse a los criterios de eficiencia y racionalidad que haban normado la reforma de la administracin de ese sexenio, as como desarrollar la accin cultural entendida como supuesto imprescindible del progreso poltico, econmico y social. En ese sentido, la atribucin funda-mental del Conaculta en el momento de su creacin fue definida como la de llevar a cabo una poltica cultural a travs de la adecuada coordinacin de los distintos rganos que agrupa.

  • Los grandes objetivos de la poltica cultural que guiaron la poltica cul-tural del Conaculta, a la luz del Plan Nacional de Desarrollo fueron la pro-mocin y difusin del patrimonio cultural; la promocin y estmulo a la creatividad artstica; y la difusin del arte y la cultura. Seran los propios artistas y hombres de cultura quienes a partir de entonces, deban partici-par en las lneas bsicas de las acciones gubernamentales, como seal el presidente Carlos Salinas de Gortari. Un cuarto de siglo despus vemos a travs del presente trabajo que no slo los intelectuales y hombres de cul-tura, sino la comunidad cultural en general, y en particular los denomina-dos gestores y promotores culturales han sido quienes han venido apun-talando nuestra inacabada y maltrecha poltica cultural.

    FinalmenteDeseo agradecer a la diputada Margarita Saldaa Hernndez, presiden-

    ta de la Comisin de Cultura y Cinematografa del Congreso de la Unin, su inters en este tema y su decidido impulso para publicarlo a travs de la Cmara de Diputados lo mismo que a nuestro querido editor Miguel ngel Porra. Asimismo, es preciso comentar al lector que fueron modifi-cados en tiempos verbales la mayora de los textos, buscando actualizarlos; no obstante, se respetaron aquellos que se consideraron pertinentes para una mejor lectura.

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    Lo que hoy conocemos como Comisin de Cultura y Cinematografa en la Cmara de Diputados comenz como Comisin de Asuntos Culturales; posteriormente como Comisin de Educacin, dividida en 1ra. y 2da. sec-cin. En 1972, adopt el nombre de Comisin de Desarrollo Educativo y aument el nmero de integrantes; posteriormente sera Comisin de Educacin y finalmente, en la LIV Legislatura (1989-1991) se instal ya como Comisin de Cultura.12 Conformada por 37 diputados en su mayora del Partido Revolucionario Institucional (pri),13 que dejaba con ello de lado al sindicato de maestros para voltear al sector intelectual y actoral del pas; sector del cual sali un importante nmero de legisladores como el poeta Jaime Sabines, el escritor Andrs Henestrosa, el actor Ignacio Lpez Tarzo, la actriz Silvia Pinal, etctera. Se instal el 25 de noviembre de 198914 y su

    12 Recurdese que no slo no haba una Comisin de Cultura, sino tampoco un subsector, por lo que la Secretara de Educacin Pblica (sep) era la encargada de generar y aplicar la poltica cultural del pas. En 1988, casi a la par de la integracin de la Comisin de Cultura, se cre por decreto presidencial el subsector cultura en la figura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

    13 Sobre la Comisin de Cultura del Senado no se tiene informacin relevante en los archivos de la misma. Quien le dio ms lustre fue la senadora Mara Rojo del Partido de la Revolucin Democrtica, al grado de separarla de la Comisin de Educacin para quedar slo como Comisin de Cultura, aunque en general siempre ha sido coro de acompaamiento de la Comisin de Cultura de la Cmara de Diputados, donde se han dado los debates ms importantes en el periodo analizado en el presente trabajo.

    14 Los integrantes fueron los diputados Sabines Gutirrez Jaime (presidente), Ruiz Armento Romeo (secretario), Gmez Jurez Margarita (secretario), Armendriz Delgado Arturo, Bolaos Cacho Guzmn Ral, Bracho Gonzlez Carlos Enrique, Bueno Soria Isaac, Crdoba Lobo Fernando, Chapa Hernndez Mara Elena, Daz Palacios Socorro, Estvez Menninger Patricio, Fernndez Snchez Jaime, Fuentes Daz Vicente, Garca Trevio Yolanda, Gasca Pliego Agustn, Henestrosa Morales Andrs, Hernndez Rivera Onofre, Ibarra Pedroza Juan

    La agenda cultural de la primera Comisin de Cultura de la Cmara de Diputados

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    primer presidente fue el poeta Jaime Sabines,15 quien tuvo que renunciar casi al comienzo de los trabajos legislativos, debido a problemas de salud. Ocup su lugar el diputado Fernando Crdoba Lobo. En esta comisin participaron tambin el actor y productor teatral Carlos Enrique Bracho Gonzlez, miembro del Partido Mexicano de los Trabajadores (pmt), postu-lado en 1987 como candidato a la gubernatura del Estado de Mxico, por una coalicin de partidos de izquierda. Fundador de los partidos Mexicano Socialista (1987-1988) y de la Revolucin Democrtica (1989), partido que abandon en 1999. El Partido Accin Nacional (pan), particip con los dipu-tados Jaime Fernndez Snchez, Mara Guadalupe Rodrguez Cabrera y Abel Vicencio Tovar.16

    Las principales preocupaciones de esta primera Comisin de Cultura del Congreso de la Unin fueron el cuidado y difusin del patrimonio cul-tural, tanto hemerogrfico, bibliogrfico, fotogrfico, como el histrico e indgena.17 Se propuso impulsar la descentralizacin de la funcin pblica y la incorporacin de las tareas de representacin colectiva. Dicha agenda tuvo como marco el discurso, el que en materia de cultura tena el entonces candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (pri) Carlos Salinas de Gortari, en el que esboz su poltica cultural. De este modo la agenda legislativa de la primera Comisin de Cultura se proyect a partir de la visin del partido gobernante.18

    Las comisiones posteriores impulsaron la realizacin de diversas acti-vidades, tales como publicaciones editoriales que van desde inventarios sobre culturas populares e indgenas, arte prehispnico, colonial, hasta

    Enrique, Kolteniunk de Cesarman Esther, Labastida Muoz Horacio, Leyva Domnguez Mariano, Lombardo de Gutirrez Marcela, Lpez Tarzo Ignacio, Martnez Bez Antonio, Martnez Zaleta Edmundo, Navarrete Ruiz Carlos, Ortega Martnez Jess, Ortiz Mendoza Francisco, Pariente Algarn Antonio, Prez Fernndez Francisco, Curi Rodrguez Cabrera Mara Guadalupe, Rojas Bernal J. Enrique, Snchez Gavito Margarita, Sodi de la Tijera Demetrio, Urquiza Marn Humberto, Vicencio Tovar Abel Carlos, Ynez Centeno Ismael.

    15 Lamentablemente no existe registro alguno ni en los archivos del Congreso de la Unin ni en los de la Comisin de Cultura sobre el desempeo legislativo de esta primera Comisin.

    16 Diario de los Debates del Congreso de la Unin.17 Un resumen, no actualizado por cierto, del historial de la ahora Comisin de Cultura y

    Cinematografa de la Cmara de Diputados se puede ver en http://www.diputados.gob.mx/cesop/Comisiones/5_cultura.htm

    18 Vivamos an el presidencialismo que en materia de cultura dise todo lo que el subsector tiene, desde el mismo Conaculta con el decreto presidencial de 1988 hasta los incentivos fiscales y leyes que rigen su funcionamiento.

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    bellas artes y arquitectura.19 En febrero de 1996 fue presentado lo que po-dramos considerar el primer proyecto legislativo de la Comisin de Cultura. Diez mesas de trabajo que llevaron por ttulo Anlisis en Materia de Poltica y Legislacin Cultural, fueron el espacio de discusin, y difundir registro fiscal aplicable a los productores y las industrias culturales, y a los creado-res de arte, intrpretes y ejecutantes, el objetivo. Las mesas estuvieron divididas en: 1) produccin cultural en medios audiovisuales; 2) derechos de autor; 3) culturas indgenas y populares; 4) educacin, arte e investiga-cin en y para la cultura; 5) promocin de la lectura; 6) patrimonio material e intangible; 7) infraestructura, centros comunitarios y regionales; 8) el papel de la sociedad civil en la cultura; 9) promocin y difusin de la cultura y 10) empresas culturales y estructura de la creacin artstica.

    Los resultados de este encuentro conformaron un Resumen analtico bajo los criterios de problemtica general o diagnstico del tema, denun-cias e inconformidades de los participantes, propuestas y argumentos.20

    Las mesas tuvieron el mrito de haber considerado a los diferentes actores involucrados en la cultura. Como marco de referencia es de utilidad para analizar dos cosas, la evolucin que desde 1996 han venido registran-do las demandas del sector en materia de legislacin y poltica cultural, y constatar que se ha avanzado apenas lo suficiente. Si se observan los plan-teamientos hechos una dcada despus en los foros realizados en el pro-ceso electoral 2006, las demandas han dado un giro conceptual, abrazando otros temas.21

    19 Vase en la biblioteca del Congreso de la Unin, o bien en el micrositio del portal de la Cmara reservado a la Comisin de Cultura.

    20 La informacin se estructur de la siguiente manera: Diagnstico y fundamentacin, planteamiento histrico, conceptual o ideolgico. Ordenamiento geogrfico, por sectores, acadmico, pblico, privado, social, gubernamental, no gubernamental. Criterios cualitativos y cuantitativos para la sistematizacin de las demandas, propuestas, argumentos, etctera. Clasificacin de las propuestas. Especificacin sobre la normatividad cultural, poltica cultural, econmica, social, profesional relacionado con temas de cada mesa. Organizaciones e instituciones encargadas de las tareas culturales. Estmulos y apoyos a la creacin artstica y a la actividad laboral y gremial. Clasificacin de inconformidades y comentarios.

    21 Algunos de los temas que han emergido en el escenario cultural son los que resea la investigacin hecha por el Centro de Estudios de Opinin para la Comisin de Cultura, disponible en la pgina de la Comisin, tales como industrias culturales, implcito en produccin cultural en medios audiovisuales; turismo cultural, de reciente aparicin en este sexenio; cooperacin internacional. Considrese que en el momento que fue organizado el encuentro antes mencionado, el Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (tlCan), acababa de entrar en vigor.

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    La Comisin de Cultura de la LV Legislatura no tiene registrado traba-jo alguno en los archivos, tanto de la Comisin como del Congreso.22 Las principales actividades y publicaciones de la Comisin de Cultura inician con la publicacin de textos como la memoria del Primer Seminario de De-rechos de Autor en la LVI Legislatura,23 celebrado los das 4 y 5 de noviem-bre de 1996. El Tratamiento Fiscal de la Industria Cultural y los Autores en 1996; la publicacin del Instructivo Contable para los Autores un ao des-pus; la organizacin del Foro Virtual de la Cultura Mexicana en 1997.24 La elaboracin del Proyecto Legislacin Cultural realizado por la Legislatura y la Direccin de Difusin Cultural de la Universidad Autnoma Metropoli-tana, fechado el 26 de junio de 1997.25 La instalacin del Museo Legislativo que contiene la historia por etapas de este trabajo.

    En la LVII Legislatura fue realizado el documento Caso Cuicuilco, fe-chado el 12 de noviembre de 1997.26 Un documento que compil la informa-

    22 La conformaron 39 diputados: presidente Rodrguez Jaime Luis Dantn, secretario Tavira Uriostegui Martn, secretario Villaseor Vargas Paloma, secretario Martn del Campo Castaeda Jos de Jess, Alemn Julio, Appel Chacn Rogelio, Arroyo Vieyra Francisco Agustn, vila Figueroa Carlos, Beltrn Montes Israel, Beauregard Rivas Luis Alberto, Cant Domnguez Odiln, Caedo Bentez Rafael, Castillo Colmenares Alfredo, Coheto Martnez Vitalicio Cndido, Correa Cesea Jos Manuel, Cristerna Gonzlez Eduardo, Elizondo Maltos Yolanda, Enrquez Magaa Jos Guadalupe, Escobedo Domnguez Jos, Gonzlez Avelar Miguel, Hernndez Mercado Juan, Mendoza Pichardo Gil, Moreno Santilln Lenides Samuel, Nieto Enrquez Rodrigo Alejandro, Ortiz Ortiz Hctor, Osorio Marbn Miguel, Pabello Rojas Rubn, Pinal Hidalgo Silvia, Rodrguez Martnez J. Guadalupe Tarcicio, Rodrguez Sesmas Julin, Ruiz de la Herrn y Villagmez Jos Antonio, Serrano Cedillo Jaime, Surez Mata Jess, Torres Martnez Jos Alfredo, Tovar Montaez Jorge, Uscanga Escobedo Jorge, Valero Recio Becerra scar Ricardo, Velzquez Duarte Diego, Villareal Garza Rogelio.

    23 En esta LVI Legislatura se redujo el nmero de sus integrantes a 30: Arellano Lpez Osbelia, Bernal Arenas Olga, Castao Contreras Cristian, Castro Lpez Florentino, Cedillo y Amador Irma Eugenia, Contreras Salazar Luis Alberto, Cueva Aguirre Arnulfo, Espino Barrientos Manuel de Jess, Gmez Hernndez Vito Lucas, Gonzlez Cerecedo Alicia, Gonzlez Hernndez Yolanda Eugenia, Hernndez Fraguas Jos Antonio, Hernndez Hernn- dez Virginia, Hernndez Velez Jess Salvador, Macas Beilis Giuseppe, Martnez Lpez Jos de la Cruz, Olivares Ventura Hctor Hugo, Prez Garca Fidel, Quiroz Durn Primo, Ramrez Ramrez Marcelo, Robles Villaseor Mara, Saldaa Prez Lucero, Snchez Hernndez Gloria, Valds Mondragn Josu, Velasco Velasco Abel Eloy.

    24 Un foro de discusin en torno a las polticas culturales a travs de internet con diferentes actores sociales.

    25 Se trata de un inventario electrnico que lleva por ttulo Compendio de las leyes en educacin, ciencia, arte y algunos otros aspectos de nuestra cultura, de la legislacin cultural en Mxico desde 1903. Disponible en http://www.uam.mx/difusion/comcul/inicio.html

    26 Una Comisin perredista por el protagonismo de su presidenta Rojo e Inchustegui Mara de Lourdes. Sus integrantes fueron: Zavala Peniche Mara Beatriz, Arroyo Vieira Francisco Agustn, Berganza Escorza Francisco, Espina Von Roehrich Juan Carlos, Garca Len Jos de Jess, Gutirrez Gonzlez Juan Marcos, Haro Rodrguez Mario Guillermo, Prez Gaviln Torres Margarita, Vicencio lvarez Felipe, Canedo Vargas Jorge, Gutirrez Vargas

  • cin sobre la construccin del proyecto Carso-Inbursa, origen de lo que aos ms tarde sera Plaza Cuicuilco, al lado de la pirmide del mismo nombre. La Comisin organiz un foro para analizar el tema y fue la intermediaria entre los vecinos de la zona, los dueos del proyecto y diversos especialistas del inah. Intervino en la suspensin del proyecto de remodelacin de la Unidad Artstica y Cultural del Bosque que pretenda construir un centro comercial. Impidi tambin el traslado del Conservatorio Nacional de Msica.27

    El 28 y 29 de noviembre de 1997, la Comisin organiz un foro ciuda-dano acerca de las reformas y adiciones a la Ley Federal del Derecho de Autor. Un ao despus el simposio, Los que no somos Hollywood en el Palacio Legislativo, espacio en el que se discuti la legislacin en materia cinematogrfica, de cara a la discusin de las reformas a la Ley Federal de Cine. En febrero de 1998 organiz un foro ciudadano ms, orientado a la creacin de la Ley Federal del Libro. Al ao siguiente, convoc a la reu-nin titulada El quehacer de la cultura. Experiencias estatales cuyo objetivo fue conocer el trabajo cultural de los diferentes estados: la problemtica, alcances y perspectiva. Fue en este foro donde se adopt el resolutivo de presentar la iniciativa de incluir el derecho de acceso a la cultura en la Constitucin, particularmente en el artculo 3o., y fue la entonces presiden-ta de la Comisin de Cultura, Mara Rojo, quien la llev al pleno, misma que siendo senadora de la Repblica volvi a plantearla, pero esta vez en el artculo 4o. constitucional. Una publicacin que merece la pena consultar en este recuento es la de Rafael Tovar y de Teresa Modernizacin y poltica cul-tural. Una visin de la modernizacin en Mxico (1994) Fondo de Cultura Econmica, debido a que muestra un anlisis sobre la forma en que cam-bi el mbito de la cultura en el periodo que analizamos, es una especie de punto de inflexin, particularmente por esa nueva relacin de la cultura con el Estado bajo el sexenio del presidente Salinas de Gortari.28

    Jess, Durn Chvez Jorge, Fuentes Daz Vicente, Garca Guzmn Emilia, Len Ovando Arqumedes, Lpez Rodrguez Cecilia Eulalia, Martnez Torres Adoracin, Mier Velasco Moiss Ignacio, Prez de Alba Blanco Roberto, Reyes Castro Gloria Xchitl, Rodrguez Ve-lasco Carlos Jaime, Snchez Lara Crisgono,

    27 Se trataba de un proyecto para construir otro conservatorio en un sitio distinto, pero los miembros del conservatorio no estuvieron de acuerdo.

    28 Un anlisis sobre lo ocurrido en la poltica cultural mexicana desde su origen formal hasta nuestros das, a travs de los diversos campos que componen el denominado subsector cultura se ofrece en el libro 1988-2012: cultura y transicin, editado por la Universidad de Autnoma de Nuevo Len y la Universidad Autnoma de Mxico Unidad Xochimilco en 2012 y coordinado por un servidor y Eduardo Cruz Vzquez.

  • 37

    La poltica cultural en Mxico surgi al mismo tiempo que la Comisin de Cultura en el Congreso de la Unin, hoy Comisin de Cultura y Cinema-tografa. Fue en la LIV Legislatura (1988-1991) y estuvo presidida por el poeta Jaime Sabines. No existe registro alguno en la Comisin sobre el trabajo realizado, podemos decir que no hubo acciones relevantes, de hecho, como ya hemos sealado, su programa de trabajo se desprendi del pro-yecto promovido por el entonces candidato presidencial Carlos Salinas de Gortari. Con la designacin del poeta Sabines al frente de la Comisin de Cultura, el pri dio un viraje hacia el sector intelectual, dejando de lado al profesorado.

    Posteriormente, en la LV Legislatura (1991-1993) la Comisin fue presi-dida por el diputado Abhum Idelfonso Sorrilla Cuevas del Partido Revolu-cionario Institucional.29 Esta Comisin elabor el primer programa de tra-bajo del rgano congresional, basado en los Objetivos de la poltica cultural del gobierno de Mxico, as como del Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, en el que destac la proteccin y difusin del patrimonio cultural del pas, el apoyo a la creacin y la difusin del arte y la cultura. En la LVI Le-gislatura (1994-1997) la presidencia de la Comisin estuvo a cargo de Dulce Mara Sauri Riancho; Osbelia Lpez Arellano y Florentino Castro, todos del pri. Centr su trabajo en la proteccin y difusin del patrimonio cultural, as como en la publicacin de trabajos especializados como el Primer Semina-rio de Derechos de Autor, uno ms enfocado en el Tratamiento Fiscal de la Industria Cultural y los Autores, del cual sali el Instructivo Contable para

    29 En los archivos de la Comisin figura tambin como presidente el diputado Luis Dantn Rodrguez.

    Las acciones ms sobresalientes de la Comisin de Cultura de la Cmara de Diputados en 25 aos de labor legislativa

  • 38 Carlos Lara G.

    los Autores. Asimismo, sac adelante el proyecto el Museo Legislativo y las primeras mesas de anlisis sobre poltica cultural y legislacin.

    La siguiente Legislatura fue presidida por el Partido de la Revolucin Democrtica. Esta LVII Legislatura (1997-2000) tuvo al frente a la actriz Mara Rojo y realiz diversos seminarios, foros y publicaciones, entre los que destaca Los que no somos Hollywood. Enfrent tambin el polmico caso Plaza Cuicuilco y realiz el primer Foro Interparlamentario denomi-nado El quehacer de la Cultura. Experiencias Estatales. De sus resolutivos se desprendi la primera iniciativa que plante el establecimiento del dere-cho de acceso a la cultura. Fue precisamente la entonces diputada Mara Rojo quien la propuso ante el pleno de la Cmara de Diputados.

    En la LVIII Legislatura (2000-2003) la Comisin volvi al pri. Fue presi-dida por el diputado Jos Manuel Correa Cesea. Centr la atencin en la presentacin de un proyecto de Ley General de Cultura que no prosper. La siguiente, la LIX Legislatura (2003-2006) tuvo al frente al diputado File-mn Arcos Surez, tambin del pri. Centr su atencin en otro proyecto de Ley de Cultura que tampoco prosper, as como en la realizacin del Foro Hacia un Parlamento de Cultura. Asimismo, se dio a la tarea de comenzar con la asignacin de recursos adicionales al subsector, a travs de los de-nominados Recursos etiquetados que ao con ao viene otorgando la Comisin a diversos proyectos culturales de todo el pas.30

    La LX Legislatura (2006-2009) volvi al Partido de la Revolucin Demo-crtica. Fue presidida por el diputado Emilio Ulloa y centr su atencin en la defensa del patrimonio cultural mediante diversos puntos de acuerdo, as como en la aprobacin de la reforma constitucional a los artculos 4o. y 73.31 La ms reciente de estos 25 aos, la LXI Legislatura (2009-2012) fue la primera presidida por el Partido Accin Nacional, a travs de la diputada Kenya Lpez Rabadn. Impuls la aprobacin de 11 reformas a la Ley de Monumentos, el levantamiento del veto a la nueva Ley del Libro, y la apro-bacin del presupuesto histrico del subsector cultura en la historia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (vase anexo 1).

    30 Este esquema de distribucin de recursos naci en el seno de la Comisin de Cultura de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

    31 La Comisin termin siendo encabezada por el entonces diputado Jos Alfonso Surez del Real, debido a que el diputado Emilio Ulloa solicit licencia para contender por otra candidatura.

  • Anexo 1Histrico Comisin de Cultura y Cinematografa

    Legislatura LIV 1988-1991

    Primera Comisin de Cultura presidida por Jaime Sabines y Fernan-do Crdoba Lobo. El pri da un viraje del snte al sector intelectual.

    Legislatura LV 1991-1993

    Presidida por Abhum Sorrilla (pri). Elabor el primer programa de trabajo en el que destac la proteccin y difusin del patrimonio cultural.

    Legislatura LVI 1994-1997

    Presidida por Dulce Mara Sauri, Osbelia Arellano y Florentino Cas-tro. Centr su atencin en la proteccin y difusin del patrimonio cultural, as como en la publicacin de trabajos especializados. Des-taca el Primer seminario de derecho de autor, el tratamiento fiscal de la industria cultural y los autores; el instructivo contable para los autores; las mesas de anlisis sobre poltica cultural y legislacin, y la crea-cin del Museo Legislativo.

    Legislatura LVII 1997-2000

    Presidida por Mara Rojo (Primera Comisin presidida por el prd), destac por la realizacin de seminarios, foros y publicaciones. Des-tacan el denominado Caso Cuicuilco y Los que no somos Ho-llywood, as como la publicacin de la obra El quehacer de la cultura; experiencias estatales. Present la primera iniciativa sobre derecho de acceso a la cultura.

    Legislatura LVIII 2000-2003

    Presidida por Jos Manuel Cesea (pri), centr su atencin en la elaboracin y presentacin de un proyecto de Ley General de Cultu-ra que no prosper.

    Legislatura LIX 2003-2006

    Presidida por Filemn Arcos Surez (pri), centr sus esfuerzos en la elaboracin y presentacin de una Ley General de Cultura (que tam-poco prosper), as como en la realizacin del foro Hacia un Parla-mento de Cultura y en la asignacin de recursos adicionales al sub-sector, a travs de los denominados etiquetados.

    Legislatura LX 2006- 2009

    Presidida por Emilio Ulloa (prd), trabaj a favor de la proteccin del patrimonio cultural, a travs de numerosos puntos de acuerdo y enmarc en el artculo 4o. constitucional el derecho de acceso a la cultura.

    Legislatura LXI 2009-2012

    Presidida por Kenia Lpez Rabadn (Primera Comisin presidida por el pan). Impuls 11 reformas a la Ley de Monumentos, el levanta-miento del veto a la nueva Ley del Libro y la aprobacin del presu-puesto histrico para el subsector desde la creacin tanto de la Co-misin como del Conaculta.

    Legislatura LXII 2012-2015

    Presidida por Margarita Saldaa (pan). Al inicio de la Legislatura cam-bi el nombre a Comisin de Cultura y Cinematografa.*

    *Cabe sealar que al trmino de la publicacin del presente libro, esta Comisin haba cumpli-do su primer ao de trabajo, en el cual fueron desechados diversos dictmenes tanto de Legislaturas anteriores como de la actual. Asimismo realiz una serie de trabajos orientados a la presentacin de una ley de cultura. La mayora de los proyectos estaban en ciernes, por lo que no alcanzaron a ser registrados.

    Fuente: Elaboracin propia.

  • 41

    La agenda para un Mxico nuevo de Vicente Fox Quesada agosto de 2000

    En agosto de 2000 el entonces presidente electo Vicente Fox Quesada dio a conocer la realizacin de la Consulta Cultural Pblica a la que haba invi-tado a todos los medios de comunicacin e interesados en dicho proyecto a cargo de Sari Bermdez, coordinadora en ese momento del rea de cul-tura del equipo de transicin. La iniciativa provino de la revista Letras Li-bres y tuvo su origen en la experiencia de la Agenda para un Mxico Nuevo. La encuesta se dividi en dos partes, una dirigida al pblico en general y la otra a especialistas y conocedores del tema (vase anexo 2). Cont con la cobertura de los diarios Reforma, La Jornada, El Financiero, El Universal y la revista Letras Libres, as como de los portales en internet Terra y del mismo equipo de transicin. Participaron en ella 15,135 perso-nas de las cuales cerca de la mitad emiti al menos una opinin personal sobre cmo mejorar las instituciones culturales.

    Al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes pidieron una mayor descentralizacin y eliminar los favoritismos y las mafias (en relacin pro-bablemente al otorgamiento de las becas y estmulos a la creacin). A Edu-cal una mayor vinculacin con la industria editorial, mayor presencia y accesibilidad, y el impulso de una poltica adecuada de promocin a la lectura. Al Fondo de Cultura Econmica, que sus directivos fueran profe-sionales de la edicin; al imCine un mayor apoyo a los jvenes creadores, al inah que mejorara la proteccin del patrimonio e impulsar la investiga-cin, en tanto que al inba, la reduccin de los precios en sus eventos, la descentralizacin de su oferta cultural, la reduccin de su burocracia y una mayor eficiencia. A Radio Educacin que actualizara su equipo y pro-gramacin; a Canal 22 que aumentara su produccin propia y mejorara la

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  • 44 Carlos Lara G.

    que haca, en tanto que al Canal Once que mejorara su seal y diera con-tinuidad a su programacin. Si se quiere hacer un balance de la grfica que presentamos a continuacin con el resultado de la gestin de Vicente Fox y ms particularmente de Sari Bermdez, se puede ver en la publicacin La cultura y las artes en tiempos del cambio (2005), editada por el Conaculta y el Fondo de Cultura Econmica (fCe) en la coleccin El gobierno del cam-bio, encargada de mostrar en volmenes individuales los programas, lo-gros y perspectivas de diversas instituciones del gobierno federal, cuyo quehacer, a decir del texto, sea sustantivo en la vida de los mexicanos. Este informe muestra un resumen de lo ms sobresaliente de las casi 30 reas que integran el Conaculta y su desempeo en el periodo 2000-2006. En seis captulos expone las acciones que permitieron descentralizar las activida-des culturales, el fortalecimiento de la educacin artstica regional, la reno-vada presencia de la cultura mexicana en el extranjero, as como la moder-nizacin de las bibliotecas pblicas y la promocin de la lectura en todos los niveles educativos. Muestra la poltica cultural del sexenio del presiden-te Vicente Fox, cuyo objetivo ms claramente visible fue la promocin de las actividades culturales.32

    33

    Dinero para la cultura33

    Gabriel Zaid

    El malestar en la cultura revela un sntoma preocupante: el sacrificio personal del creador, afirma Zaid, es una prctica cada vez menos aceptada. Predominan las fuentes del dinero, que suelen ser un apoyo miope ante lo objetivamente valioso, como un soneto, un aria o una conjetura.Hay cinco fuentes de financiamiento para la cultura: el sacrificio personal, la familia, los mecenas, el mercado y el Estado. Todas pueden liberar o esclavizar, aunque de maneras distintas. Todas tienen consecuencias en la calidad de la obra, ms all de sus efectos en la situacin econmica de los participantes. El gran arte popular tiene la situacin ms desea-ble. Que la obra excepcional sea apreciada y pagada por quienes la reciben, sin necesidad de sacrificios ni patrocinios, implica una elevacin del nivel de vida (en el sentido ms am-plio, no slo econmico); implica una obra que dice algo importante a la mayora; implica una renovacin creadora de la tradicin: algo original y valioso que no rompe con la historia,

    32 De igual forma si se quisiera hacer un anlisis comparativo por lo realizado en los primeros ao