tierra_de_sombras - meg cabot

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  • 8/14/2019 Tierra_de_Sombras - Meg Cabot

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    Tierra de SombrasMeg CabotCaptulo 1Me dijeron que haba palmeras.No les haba credo, pero eso fue lo que me dijeron. Me dijeronque iba a poder verlas desde el avin.

    Oh, s que tienen palmeras en el sur de California. Quiero decir,no soy una completa idiota. He visto 90210, y todo eso. Pero yome estaba mudando al norte de California. No esperaba verpalmeras en el norte de California. No despus de que mi mamme dijo que no regalara todos mis suteres.- Oh, no haba dicho ella-. Los necesitars. Tus abrigos,tambin. Puede hacer fro all. Tal vez no tanto fro como enNueva York, pero bastante.Razn por la cual llevaba mi chaqueta de cuero negro en elavin. Podra haberla despachado, supongo, con el resto de miscosas, pero me senta mejor llevndola conmigo.

    As que ah estaba yo, sentada en el avin con una chaqueta decuero negro como las que usan los motociclistas, viendopalmeras a travs de la ventana, mientras aterrizbamos. Y solopens: genial. Cuero negro y palmeras. Ya estaba encajando, ytambin saba que iba aNo.Mi mam no era particularmente amante de mi chaqueta decuero, pero no la estaba usando para volverla loca, ni nadaparecido. No estaba resentida por el hecho de que haya decididocasarse con un tipo que vive a tres mil millas de distancia,forzndome a dejar la escuela en mitad de mi segundo ao,

    abandonar a mi mejor y prcticamente nica- amiga que hetenido desde el jardn de infantes; dejar la ciudad en la que hevivido durante mis diecisis aos de vida.Oh, no. No estaba para nada resentida.La cosa es que de verdad me gustaba Andy, mi nuevo padrastro.Era bueno con mi mam. La haca feliz. Y era muy agradableconmigo.Era esta mudanza a California lo que me sacaba de quicio.Ah, y ya mencion a los otros tres hijos de Andy?

    Estaban todos ah para saludarme cuando baj del avin. Mimam, Andy y los tres hijos de l. Dormiln, Tonto y Doc, as losllamo yo. Ellos son mis nuevos hermanastros.Suze!Incluso aunque no hubiera escuchado a mi mam gritando minombre mientras yo caminaba a travs de la puerta, mi nueva

    familia no habra pasado desapercibida ante mis ojos. Andyestaba haciendo que sus dos hijos ms pequeos levantaran enalto grandes carteles que decan "Bienvenida a casa,Susannah!". Todos los que bajaban de mi vuelo y pasaban cercadecan algo as como "Ay, mira qu dulce!" a sus compaeros deviaje; y me sonrean de un modo repugnante.Oh, s. Estaba encajando. Estaba encajando de una maneragenial.- Muy bien- dije caminando rpido hacia mi nueva familia-. Yapueden bajar el cartel.Pero mi mam estaba demasiado ocupada abrazndome como

    para prestar algn tipo de atencin.- Oh, Suzie!- sigui diciendo. Odio cuando alguien, en especialmi mam, me llama "Suzie", as que lanc una mirada a loschicos, solo para comprobar que no estaban pensando enninguna gran idea. Ellos continuaban sonrindome sobre elestpido cartel: Tonto, porque l es demasiado bobo como parahacer algo mejor, Doc porque, bueno, supongo que porqueestaba contento de verme. Doc era extrao en ese sentido.Dormiln, el mayor, simplemente estaba parado ah y memirababueno, con sueo.- Cmo estuvo tu vuelo, nia? Andy tom el bolso de mi

    hombro y se lo puso en el suyo. Pareca sorprendido por lopesado que estaba-. Wow, qu traes aqu? Sabes, es un delitograve contrabandear las bocas de incendios de la ciudad deNueva York a travs de los estados.Le sonre. Realmente, Andy era una gran metedura de pata, perouna agradable. l no tendra la menor idea de lo que constituyeun delito grave en el estado de Nueva York si no hubiera estadoall como en cinco ocasiones. Que fue, por cierto, el nmeroexacto de visitas que necesit para convencer a mi mam de quese casara con l.

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    - No es una boca de incendios le dije-. Es un parqumetro. Ytengo cuatro bolsos ms.- Cuatro? Andy fingi impresionarse-. Ni que te estuvierasmudando o algo.Mencion que Andy cree que es un comediante? No lo es. Esun carpintero.

    - Suze dijo Doc, todo entusiasmado-. Suze, notaste quemientras aterrizabas la cola del avin se golpe un poco? Fue poruna corriente area ascendente. Se produce cuando una masaque se mueve a razn de una considerable velocidad seencuentra con la velocidad de un viento contrario de igual omayor fuerza.Doc, el menor de los hijos de Andy, tiene doce aos; pero hablacomo si tuviera cuarenta. Se haba pasado casi toda la recepcinde la boda hablndome de la mutilacin del ganado extranjero yde cmo el rea 51 era solo un gran encubrimiento del gobiernoamericano, que no quiere que sepamos que no estamos solos.

    - Oh, Suzie continu diciendo mi mam-. Estoy tan contenta deque ests aqu. Te va a encantar la casa. No me senta como encasa al principio, pero ahora que ests aquOh, y espera a queveas tu habitacin. Andy la arregl muy bienAndy y mi mam haban pasado semanas antes de casarsebuscando una gran casa con espacio suficiente para que cuatrochicos tuvieran cada uno su propia habitacin. Finalmente, seinstalaron en una enorme casa ubicada en las colinas de Carmel,que solo pudieron pagar por haberla comprado en un estadodevastador y porque la compaa de construccin de Andy sehaba hecho cargo de repararla a un precio accesible. Por das,

    mi mam se la haba pasado hablando de mi habitacin, jurandoque era la mejor de la casa.- La vista! deca-. El ocano y la baha desde la ventana de tuhabitacin! Oh, Suze, te va a encantar.Yo estaba segura de que me iba a encantar. As como tambinme iba a encantar dejar los panecillos por los brotes de alfalfa, elsubte por el surf y toda esa clase de cosas.Por alguna razn, Tonto abri su boca para decir:- Te gusta el cartel? lo dijo con esa estpida vocecita suya.No puedo creer que tenga mi misma edad. Estaba en el equipode lucha libre de la escuela, as que qu puede esperarse?

    Todo lo que pensaba, yo lo saba porque tuve que sentarme a sulado en la boda entre l y Doc, por lo que podrn imaginarsecmo fluy la conversacin-, era acerca de llavesestranguladoras y beneficios de protenas para el organismo.- S, es un gran cartel le dije, sacndoselo de las manos ysostenindolo de manera tal que mirara el suelo-. Nos vamos?

    Quiero recoger mi equipaje antes de que alguien ms lo haga.- Oh, claro dijo mi mam. Me dio un ltimo abrazo-. Estoy tancontenta de verte! Te ves tan bien- y entonces, como quien noquiere la cosa, continu diciendo en voz baja, para que nadiems pudiera escucharla-. Pens que ya habamos habladoacerca de esa chaqueta, Suze. Y pens que habas tirado esospantalones.Estaba usando mis viejos jeans, esos con agujeros en lasrodillas. Quedaban muy bien con mi remera de seda negra y misbotas hasta el tobillo. Los vaqueros y las botas, junto a michaqueta de cuero negro de motociclista y a mi mochila similar a

    las de la Armada, me hacan lucir como una adolescenteescapando en una pelcula para la televisin.Pero bueno, cuando uno vuelva ocho horas atravesando el paslo que quiere es estar cmodo.Se lo dije a mi mam, y ella puso los ojos en blanco. Eso es lobueno de mi mam. Ella no es de insistir, como las otras madres.Dormiln, Tonto y Doc no tenan idea de lo afortunados que eran.- Muy bien dijo mi mam en su lugar-. Vamos a buscar tusmaletas.Despus, levantando la voz, llam:- Jake, vamos. Tenemos que buscar las maletas de Suze.

    Tuvo que llamar a Dormiln por su nombre, ya que parecahaberse quedado dormido parado. Una vez le pregunt a mimam si Jake, que estaba en un curso avanzado en lasecundaria, tena narcolepsia o un posible hbito de drogas; peroella me respondi:- No, por qu dices eso? como si el chico no estuviera paradoah, parpadeando todo el tiempo, sin decir una palabra a nadie.Esperen, eso no es cierto. l s me habl una vez. Me dijo "Hey,ests en una banda?". Me lo pregunt en la boda cuando meencontr afuera fumando un cigarrillo con la chaqueta de cuerosobre mi vestido de dama de honor.

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    No me juzguen, si? Fue mi primer y nico cigarrillo. Era vctimadel estrs en ese momento. Estaba preocupada porque mi madreiba a casarse con este tipo, a mudarse a California y a olvidarsepor completo de m. Juro que no he fumado ni un cigarrillo desdeentonces.Y no me malinterpreten con respecto a Jake. Con seis pies de

    altura, el mismo cabello rubio y enmaraado y los mismos ojosazules brillantes de su padre, l es lo que mi mejor amiga Ginallamara "bombn". Pero l no es la roca ms brillante en el jardnde rocas, si entienden a lo que me refiero.Doc todava segua hablando sobre la velocidad del viento.Estaba explicando cul es la velocidad exacta que se necesitapara romper la fuerza gravitacional de la Tierra. Esta velocidad sedenomina velocidad de escape. Decid que tal vez sera til tenera Doc alrededor mientras hago la tarea, a pesar de estar trescursos por delante de l.Mientras Doc hablaba, mir alrededor. Este era mi primer viaje a

    California, y djenme decirles, aunque recin estbamos en elaeropuerto y era el Aeropuerto Internacional San Jos- senotaba que ya no estbamos en Nueva York. En primerainstancia, todo estaba limpio. No haba suciedad, ni basura, niparedes pintadas por ningn lado. La gente estaba bienarreglada, tambin. En la vestimenta predominaban los colorespasteles y ya saben cmo se nota la suciedad en los coloresclaros. Por qu creen que los neoyorquinos se visten de negrotodo el tiempo? No para estar en la onda. Nuh-uh. Para no tenerque llevar toda nuestra ropa a la lavandera cada vez que lausamos.

    Pero esto no pareca ser un problema en la soleada California.Por lo que yo poda decir, los colores pasteles estaban por todoslados. Sobretodo en una mujer que pas a nuestro lado, usandounas calzas rosas y un sostn deportivo de color blanco. Y nadams. Si ese era un ejemplo de lo que estaba de moda enCalifornia, era seguro que yo iba a protagonizar un gran choquede culturas.Y saben qu ms era extrao? Nadie estaba discutiendo. Habapasajeros haciendo fila aqu y all, pero no estaban levantandosus voces para hablar con la persona del otro lado del mostrador.En Nueva York, si eres un cliente, peleas con la persona que te

    atiende, sin importar dnde ests aeropuerto, Bloomingdales,puesto de salchichas. Donde sea.Menos aqu. Todas las personas de aqu estaban calmadas.Y creo que puedo deducir por qu. Simplemente, me pareca am que no haba nada por lo que molestarse. Afuera, el solazotaba sobre aquellas palmeras que yo haba visto desde el

    cielo. Haba gaviotas no palomas, sino grandes gaviotas grisesy blancas- volando alrededor del estacionamiento. Y cuandofuimos a conseguir mis maletas nadie ni siquiera verific si lasetiquetas adhesivas sobre ellas coincidan con las de mi boleto.No, todos estaban diciendo cosas como "Adis! Qu tenga unbuen da!".Irreal.Gina mi mejor amiga en Brooklyn; bueno, est bien, mi nicaamiga, en realidad- me haba dicho antes de despedirnos que leencontrara ventajas al hecho de tener tres hermanastros. Elladebera saberlo, ya que tiene cuatro no hermanastros, pero s

    hermanos biolgicos. De todas maneras, le haba credo tantocomo a las personas que me haban hablado acerca de laspalmeras. Sin embargo, cuando Dormiln tom dos de misbolsos y Tonto agarr otros dos, dejndome nada que llevar, yaque Andy tena mi mochila; finalmente entend a qu se refera miamiga: los hermanos puedes ser tiles. Ellos pueden llevar cosasrealmente pesadas, y ni siquiera parece que les molestara.Yo haba embalado esos bolsos. Saba lo que haba en ellos y noera liviano. Pero Dormiln y Tonto los llevaban sin problemas.Andando.Con mi equipaje seguro, nos dirigimos hacia el estacionamiento.

    Cuando las puertas automticas se abrieron, todos incluyendo ami mam- llevaron una mano al bolsillo y sacaron un par de gafasde sol. Al parecer, todos ellos saban algo que yo desconoca. Ycuando puse un pie afuera, entend de qu se trataba.Es soleado aqu.Y no solamente soleado, brillante tambin tan brillante y coloridoque podas daarte los ojos. Yo tambin tena anteojos de sol, enalgn lugar, pero como haca cuarenta grados y caa aguanievecuando dej Nueva York, no haba pensado en ponerlos en algnlugar fcilmente visibles. La primera vez que mi madre me dijoque bamos a mudarnos ella y Andy haban decidido que sera

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    ms fcil para ella mudarse, con una sola hija y siendo reporterapara la televisin, de lo que sera para Andy y sus tres hijos,sobretodo teniendo en cuenta que Andy tena su propio negocio

    ella haba dicho que iba a encantarme el norte de California.- Es donde filmaron todas las pelculas con Goldie Hawn y ChevyChase haba dicho.

    Me gustan Goldie Hawn y Chevy Chase, pero no saba quehaban hecho una pelcula juntos.- Es donde tienen lugar todas esas historias de Steinbeck quetuviste que leer para la escuela sigui diciendo mi mam-. Yasabes, "El pony rojo".Eso no me impresionaba. Todo lo que poda recordar acerca de"El poni rojo" era que no haba chicas en l, aunque s haba unagran cantidad de colinas. Y mientras estaba parada en elestacionamiento, mirando de reojo hacia las colinas querodeaban el Aeropuerto Internacional San Jos, not que habamuchas de ellas y que el csped que las cubra estaba seco y

    amarronado.Pero salpicados entre las colinas haba rboles que no separecan a ninguno que haya visto antes. Estaban aplastados enla parte superior como si un puo gigantesco hubiera bajadodesde el cielo para golpearlos. Ms tarde me enter que losllamaban rboles del Chipre.Y todo alrededor del estacionamiento, donde evidentementehaba un sistema de riego, haba arbustos gordos con flores rojasgigantescas, sobretodo debajo de las extremadamente altas ydelgadas palmeras. Las flores, segn averig ms tarde, eranhibiscos. Y los bichitos extraos que yo vea merodeando

    alrededor de las flores con un sonido similar a "brrr", no eranbichos en absoluto. Eran colibres.- Ah dijo mi mam cuando se los seal-. Estn por todaspartes. Tenemos alimentadores para ellos encima de la casa.Puedes colgar uno de tu ventana, si quieres.Colibres que vienen directamente hasta tu ventana? Los nicospjaros que alguna vez haban llegado a mi ventana en Brooklynhaban sido palomas y mi mam nunca me haba incitado aalimentarlas precisamente.Mi momento de alegra con los colibres se rompi abruptamentecuando Tonto anunci de repente "Yo conducir" y camin hacia

    el asiento del conductor del enorme vehculo al que nosacercbamos.- Yo conducir dijo Andy, con firmeza.- Aw, pap reproch Tonto -. Cmo voy a pasar el examen sinunca me dejas practicar?- Puedes practicar en la rambla le respondi Andy y abri el

    bal del auto para guardar mis valijas-. Eso va para ti tambin,Suze.Eso me asust.- Qu va para m tambin?- Puedes practicar manejo en la rambla movi un dedo hacia m,en broma-. Pero solo si va alguien con la licencia vlida en elasiento del acompaante.Lo mir pestaeando.- No s conducir dije.Tonto solt una gran carcajada.- No sabes conducir? Le dio un codazo a Dormiln, que

    estaba apoyado sobre el camin y con la vista hacia el sol-. Eh!Jake, ella no sabe conducir.- No es tan extrao, Brad dijo Doc- que un neoyorquino natalcarezca de un permiso para conducir. Sabas que la ciudad deNueva York alardea con tener el sistema de transporte pblicoms grande de Norteamrica para servir a una poblacin de trecepunto dos millones de personas en un radio de cuatro mil millascuadradas, abarcando desde la ciudad de Nueva York pasandopor Long Island hasta Connecticut? Y que uno punto sietebillones de pasajeros aprovechan los metros, autobuses yferrocarriles cada ao?

    Todos mirbamos a Doc- Nunca compr un auto en la ciudad dijo entonces mi mam,alegremente.Andy cerr el bal del Land Rover.- No te preocupes, Suze dijo-. Te conseguiremos una matrculaen el curso de conducir enseguida. Puedes hacerlo y alcanzar aBrad en un abrir y cerrar de ojos.Mir a Tonto. Nunca en un milln de ao hubiera esperado quealguien sugiriera que yo deba alcanzar a Brad en algunacapacidad.

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    Por lo visto, poda esperar muchas sorpresas. Las palmeras solohaban sido el principio. Mientras viajbamos a la casa, queestaba como a una buena hora desde el aeropuerto y no iba aser una hora precisamente rpida conmigo apretada entre Tontoy Dormiln y con Doc atrs an hablando acerca de losbeneficios de la Autoridad de Transporte de la ciudad de Nueva

    York-, comenc a comprender que las cosas iban a ser diferentesmuy, muy diferentes- a lo que yo podra haber esperado, yciertamente muy distintas a lo que estaba acostumbrada.Y no solo porque yo me estaba mudando al otro lado delcontinente. No solo porque hacia cada direccin en la que mirabahaba cosas que yo jams haba visto en Nueva York: puestos deventa de alcachofa o granadas, doce por un dlar; campo trascampo de vid, limoneros y rboles de aguacate; verde vegetacinexuberante que ni siquiera poda identificar. Y como formando unarco por encima de todo eso, el cielo tan azul, tan vasto, que laesfera de aire caliente flotando pareca imposiblemente pequea

    en comparacin como el botn en el fondo de una piscina detamaa olmpico.Estaba el ocano, tambin, apareciendo tan de repente en elpaisaje que casi no lo reconoc, pensando que era solo otrocampo. Pero entonces not que este campo brillaba, reflejando elsol, como pidindome ayuda en cdigo Morse. La luz era tanbrillante que resultaba difcil poder verla sin lentes de sol. Ahestaba, el Ocano Pacficoinmenso, estirndose casi tantocomo el cielo, viviente, retorcindose, subiendo y bajando lamarea hasta una playa blanca.Siendo de Nueva York, mis visitas al ocano por lo menos a los

    que incluan playas- haban sido pocas y distanciadas. No podamenos que jadear cuando lo vi. Y cuando jade, todos dejaron dehablar excepto Dormiln, que estaba, por supuesto, dormido.- Qu? pregunt mi mam, alarmada-. Qu pasa?- Nada le dije.Estaba avergonzada. Obviamente, estas personas estabanacostumbradas a ver el ocano. Iban a pensar que yo erabastante rara si me emocionaba demasiado al respecto.- Solo el ocano.- Ah dijo mi mam-. S, no es hermoso?

    - Buenas curvas en esas olas dijo Tonto-. Deberan llegar a laplaya antes de la cena.- No dijo su padre-, hasta que hayas terminado tu tarea.- Ay, pap!Eso impuls a mi madre a comenzar una larga y detalladaexposicin de la escuela a la que yo iba a ir, la misma a la que

    asistan Dormiln, Tonto y Doc. La escuela, fundada por JunperoSerra -un espaol que lleg a estas tierras por el 1700 y forz alos indios americanos que ya vivan aqu a profesar elcristianismo en vez de su propia religin-, era, por cierto, unaenorme misin de adobe que atraa a veinte mil turistas al ao, oalgo as.No estaba escuchando a mi madre con demasiada atencin. Enescala, mi inters hacia la escuela siempre haba sido muycercano al cero. La principal razn por la que no me haba podidomudar antes de Navidad era que no haba vacante para m en laEscuela Mission, as que tuve que esperar hasta que comenzara

    el segundo semestre para eso. No me haba molestado habatenido que vivir con mi abuela por unos pocos meses, lo cual nohaba resultado para nada desagradable. Mi abuela, adems deser una excelente abogada penal, era una cocinera increble.Segua distrada con el ocano, a pesar de que desaparecadetrs de las colinas. Estaba estirando el cuello con la esperanzade conseguir una nueva vista cuando me di cuenta de algo.- Esperen un minuto dije-. Cundo fue construida la escuela?- En el siglo XVIII respondi Doc-. La misin del sistema,ejecutado por los Franciscanos en conformidad con lasdirectrices de la Iglesia Catlica y el Gobierno espaol, se cre

    no solo para cristianizar a los indios americanos, sino tambinpara capacitar a los comerciantes y que tengan xito en la nuevasociedad espaola. Originalmente, la misin sirvi como- En el siglo XVIII? pregunt, inclinndome hacia adelante.Me encontraba apretujada entre Dormiln cuya cabeza estabadesplomada hacia delante y apoyada en mi hombro,permitindome saber, simplemente por inhalacin, que usabachamp Finesse- y Tonto. Djenme decirles que Gina no habamencionado ni una palabra acerca de cmo toman espacio losnios, lo cual, cuando ambos miden casi seis pies de altura y

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    pesan alrededor de doscientas libras, se vuelve algo importanteque decir.- En el siglo XVIII?Mi madre debi haber escuchado el pnico en mi voz, ya que sedio vuelta en el asiento y dijo, con dulzura:- Suze, ya discutimos esto. Te dije que haba como un ao de

    lista de espera en Robert Louis Stevenson y me dijiste que noqueras ir a una escuela solo de mujeres, as que tuve que tacharal Sagrado Corazn; y Andy escuch unas historias horriblessobre el consumo indebido de drogas y la violencia que existe enlas pandillas de las escuelas pblicas de por aqu- Siglo XVIII? poda sentir mi corazn que comenzaba a latircon fuerza, como si yo estuviera corriendo-. Eso es comotrescientos aos atrs.- No entiendo dijo Andy.Ahora estbamos atravesando la ciudad costera de Carmel,viendo todas las pintorescas casas de campo algunas de ellas

    con techo de paja, incluso-, los hermosos restaurantes y lasgaleras de arte. Andy tuvo que conducir con cuidado porque eltrfico era espeso con gente en los autos de licencias estatales yno haba ningn semforo, lo cual, por alguna razn, enorgullecaa los nativos.- Qu tiene de malo el siglo XVIII? quiso saber Andy.Mi madre, sin ninguna inflexin en la voz en absoluto lo que yollamo su voz de malas noticias, la que usa en la televisin parainformar sobre accidentes areos y asesinato de nios-, dijo:- Suze nunca ha sido muy amante de las construccionesantiguas.

    - Oh dijo Andy-. Entonces creo que no va a gustarle la casa.Me agarr de su apoya-cabezas.- Por qu? Exig saber, en una voz firme-. Por qu no va agustarme la casa?Pude ver el motivo, por supuesto, tan pronto como llegamos. Lacasa era enorme y extremadamente bonita, con torres al estilovictoriano y un camino de viuda. Mi mam la haba pintado decolor azul, blanco y crema; y estaba rodeaba de grandes yfrondosos pinos y, ms esparcidos, arbustos con flores. Trespisos de altura, construidos enteramente con madera y no con elhorrible vidrio y acero y las cosas terracotas con las que estaban

    hechas las casas de alrededor. Era la casa ms agradable detodas, la de mejor gusto en todo el vecindario.Y yo no quera poner ni un pie en ella.Cuando acced a mudarme con mi mam a California, saba quedeba estar preparada para un montn de cambios. Los puestosde venta de alcachofa, los limoneros, el ocanoeso no era

    nada, en realidad. El hecho era que el mayor cambio iba a ser eltener que compartir a mi mam con otras personas. En la dcadaque haba pasado desde la muerte de mi padre, siemprehabamos sido solo nosotras dos. Y tengo que admitir que megustaba as. De hecho, si no hubiera sido porque Andy haca ami madre evidentemente feliz, yo habra dejado mi pie dondeestaba y me habra negado a todo esto de la mudanza.Pero no podas verlos a Andy y a mi mam- y no darte cuentade que estaban hechos el uno para el otro. Y qu clase de hijasera yo si me hubiera negado a eso? As que acept a Andy,acept a sus tres hijos, y acept el hecho de que tendra que

    abandonar todo lo que siempre conoc y am mi mejor amiga,mi abuela, las rosquillas, SoHo- para darle a mi mam la felicidadque se mereca.Pero yo no haba considerado el hecho de que, por primera vezen mi vida, iba a vivir en una casa.Y no en cualquier casa, tampoco, sino que, como Andy me habacontado orgullosamente mientras me llevaba las valijas al auto ylas empujaba a los brazos de sus hijos, se trataba de una casaenorme del siglo XVIII. Construida en 1849, aparentemente habatenido mala reputacin en su poca. Tiroteos junto a juegos decartas y mujeres haban tenido lugar en la sala delantera.

    Todava podan verse los agujeros que haban dejado las balas.De hecho, Andy los haba remarcado en lugar de rellenarlos. Eraun poco morboso, admiti, pero muy interesante, tambin. lapostaba a que vivamos en la nica casa de las colinas Carmelque tena agujeros de balas del siglo XVIII.Aj, pens. Yo apostaba a que l estaba en lo cierto.Mi madre mantuvo la vista clavada en m mientras subamos losmuchos escalones del porche. Saba que ella estaba nerviosapor lo que yo pudiera pensar. En realidad, yo estaba ms bienmolesta porque no me haba avisado. Sin embargo, creo quepoda entender por qu no lo haba hecho. Si ella me hubiera

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    contado que se haba comprado una casa de ms de cien aosde antigedad, definitivamente no me habra mudado. Habrapreferido quedarme con la abuela hasta que llegara el momentode irme a la universidad.Porque mi mam tena razn: no me gustaban las construccionesantiguas.

    Aunque despus de ver todas las antiguas construcciones de lazona, esta realmente era diferente. Desde delante del porchepoda verse hacia abajo toda la ciudad de Carmel: el pueblo, elvalle, la playa, el mar. Era una vista impresionante, una por laque seguramente la gente hubiera y haba, teniendo en cuentala extravagancia de las casas a nuestro alrededor- pagadomillones; una vista por la que yo no debera haberme resentido,ni en lo ms mnimo.Y, sin embargo, cuando mi mam dijo: "Vamos, Suze. Ven a vertu habitacin", no pude evitar estremecerme un poco.La casa era por dentro tan hermosa como lo era por fuera. Todo

    en arce brillante y en coloridos azules y amarillos. Reconoccosas de mi mam y eso me hizo sentir mejor. Estaba esearmario para la cocina que ella y yo habamos comprado una vezen un viaje de fin de semana a Vermont. Estaban mis fotos debeb, colgadas en la pared de la sala, justo al lado de las deDormiln, Tonto y Doc. Haba libros de mi madre en los estantesde la biblioteca. Sus plantas, para las cuales haba pagado unprecio de envo exorbitante con tal de no separarse de ellas,estaban por todos lados: sobre soportes en la madera, colgadasdelante de las ventanas, colocadas arriba sobre la baranda de laescalera.

    Pero tambin haba cosas que no conoca: una elegantecomputadora blanca sobre el escritorio donde mi madre solaescribir los cheques para pagar las facturas; un televisor depantalla gigante peligrosamente cerca de una chimenea, al queestaba enchufado una consola para algn videojuego; tablas desurf apoyadas en contra de la puerta del garaje; un enorme ybaboso perro, que pareca creer que yo llevaba comida en misbolsillos, ya que no dejaba de olfatearlos con su nariz todahmeda.

    Todas esas cosas representaban molestias masculinas, cosas deextranjeros para la vida que mi madre y yo venamos llevando.De alguna manera, nos bamos a tener que acostumbrar.Mi habitacin estaba en el piso de arriba, justo sobre el techo delporche. Durante todo el viaje desde el aeropuerto, mi madrehaba estado nerviosa hablando de las instalaciones que Andy

    haba hecho en la ventana que daba a la baha. Desde estaventana se poda tener la misma vista que desde el porche, esapanormica vista que inclua a toda la baha. Realmente habasido muy dulce de su parte el haberme dado tan agradablehabitacin, la que tena la mejor vista de toda la casa.Y cuando vi cunto trabajo se haban tomado para hacermesentir como en casa o, por lo menos, para tener un espacioexcesivamente femenino. Yo nunca haba tenido un tocador conun espejo ni un telfono al estilo de una princesa-; cuando vicmo Andy haba forrado las paredes con un papel tapiz de colorcrema, salpicado de nomeolvides (flores azules) por toda la parte

    superior de las paredes; cmo haban decorado de la mismamanera las paredes de mi propio bao y me haban compradouna cama nueva una con cuatro columnas y dosel de encaje,del tipo que mi madre siempre haba querido para m yevidentemente haba sido incapaz de resistirse-cuando vi todoeso, me sent mal por cmo me haba comportado en el auto.Muy mal. Mientras caminaba por la habitacin, pens para mmisma que no estaba nada mal. Hasta me tranquilic. Quizstodo estara bien, tal vez nadie poda ser infeliz en esa casa,quizs todas las personas que podran haber recibido losdisparos se lo merecan

    Entonces me volte a ver la ventana que daba a la baha y vi quealguien ya estaba sentado en el asiento que Andy haba hechocon tanto amor para m.Alguien que no era pariente mo, ni de Dormiln, Tonto o Doc.Me volv hacia Andy para ver si l haba notado al intruso. No lohaba hecho, a pesar de que estaba justo ah, en frente de sucara.Mi mam tampoco lo haba visto. Todo lo que ella poda ver erami rostro. Supuse que mi expresin no deba de ser muyagradable, ya que ella pareci desanimarse y dijo, con un tristesuspiro:

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    - Oh, Suze. No otra vezCapitulo 2Adivino que yo debera explicar. No soy exactamente la tpicachica de 16 aos. Ah, pero parezco bastante normal, supongo.No hago drogas, o beber, o el humo-bien, bien, excepto por unmomento que me agarro el sueo. No tengo nada perforado,

    excepto en mis odos, y solo uno en cada oreja. No tengo ningntatuaje. Nunca he teido mi pelo, a excepcin con miscargadores. Y la chaqueta de cuero, no lleva una cantidadexcesiva de negro. Incluso no uso esmalte oscuro.En general, soy bastante normal, todos los das, soy una bonitaadolescente normal americana.Excepto, por supuesto, el hecho de que yo puedo hablar con losmuertos.Probablemente no debera decirlo as. Debo decir queprobablemente los muertos me hablen a m. Es decir, yo no voydetrs de ellos, iniciando conversaciones. De hecho, intento

    evitar todo esto tanto como sea posible.Es solo que a veces ellos no me dejan.Los fantasmas, quiero decir.No pienso que este loca. Por lo menos, no un poco ms que unadolescente de 16 aos. Supongo que podra parecer ms locapara algunas personas. Seguramente la mayora de nios de miviejo barrio pens que yo era loca, quiero decir, he tenido a losconsejeros de la escuela encima de mi mas de una vez.Incluso a veces hasta pienso que podra ser ms simple dejarlescerrarme.Pero aun en el noveno piso de Bellevue- que es donde ellos

    encierran a la gente loca de new york-. Yo probablemente noestara a salvo de los fantasmas. Ellos me encontraran. Ellossiempre lo hacen.Recuerdo mi primer fantasma, lo recuerdo claramente comocualquiera de mis otras memorias de aquel tiempo, que es decir,no muy bien, ya que yo tena dos aos. Supongo que lo recuerdoas como tomando un ratn lejos de nuestro gato y sostenindoloen mis brazos hasta que mi madre horrorizada se lo llevara.Oye, tena dos aos, bien? Yo no saba entonces que losratones eran algo que temer. Fantasmas, tampoco, en realidades por eso que, catorce aos ms tarde, ninguno de los dos me

    da miedo. Me asusta, quizs a veces. Me molesta mucho, perome da miedo?Nunca.El fantasma como el ratn, era pequeo, gris e indefenso. Hastaeste da, no se quien era ella. Hable con ella, alguna jerigonza debebe que ella no comprendi. Los fantasmas no pueden entender

    de que a los dos aos de edad, un poco mejor que los dems.Ella solo me miro con tristeza desde la parte superior de lasescaleras de nuestro edificio. Creo que sent por ella, lo mismoque sent por el ratn, y de que solo quera ayudar, y no sabiacomo. De modo que hice lo que cualquier nio de dos aosseguro hara. Corr hacia mi madre.Que fue cuando me entere de mi primera leccin acerca defantasmas: solo yo puedo verlos. Bien, obviamente, otraspersonas lo pueden ver. Como mas tendramos casa embrujadae historias de fantasmas y misterios no resueltos y todo eso?Pero hay una diferencia. La mayora de las personas que ven

    fantasmas solo ven a uno. Yo veo a todos los fantasmas.Todos. Cualquiera que se ha muerto y pasa el rato por el motivoque sea en la tierra en ves de ir dondequiera que sea ella o sesupone que ella vaQue ella va, puedo verlos.Y djame decirte, eso es un montn de fantasmas.Me di cuenta el primer da que vi mi primer fantasma que lamayor parte de la gente- incluso mi madre- no pueden verlos.Tampoco puede cualquiera que haya conocido. Por lo menos,ninguno que lo haya admitido.Lo que nos lleva a la segunda cosa que aprend sobre fantasmas

    aquel da hace 14 aos: es mucho mejor, a largo plazo, nomencionar que has visto uno. O, en mi caso ninguno.No estoy diciendo que mi madre pensase que era un fantasma loque yo estaba sealando y balbuceando cuando tena dos aos.Dudo que lo supiera. Ella probablemente pensase que intentabadecirle algo sobre el ratn, que me haba quitado esta maana.Pero ella mir las escaleras resueltamente y asinti y dijo: Ah-Wu. Escucha, Suze. Qu quieres para comer hoy? Queso a laplancha? O atn?No esperaba exactamente una reaccin similar a la que habatenido el ratn- mi madre que estaba acunando al recin nacido

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    del vecino en ese momento, solt un gran grito a la seal delratn en mis brazos, y grit incluso ms fuerte con mi orgullosoanuncio: Mira, mam. Ahora tengo un beb tambin. Que medoy cuenta ahora que ella no pudo entender, desde que noentendi nada de lo del fantasma.*Toma de agua:

    http://farm2.static.flickr.com/1380/978114630_f171f9ef33.jpg?v=0*Waffles Belgas:http://farm4.static.flickr.com/3036/2930995211_5d28e0cd2e.jpg?v=0**sers una gran cirujana // you'll be a brain surgeon : Aqu noestoy realmente segura de que significaba.*pateo el cubo: Es una expresin americana para decir que lapersona muri.*El Dorado:http://www.todoautos.com.pe/attachments/f81/75359d1204077137-busco-cadillac-el-dorado-del-58-al-70-chrysler-02.jpg

    * Poltergeist: http://es.wikipedia.org/wiki/Poltergeist*Surf and turf: Un platillo que mezcla comida del mar con carne.http://www.labamba.biz/graphics/photo/labamba_surf_n_turf.jpgCAPTULO 3Decir que se qued sorprendido de que alguien se dirigiera a les quedarse corto. No slo pareca sorprendido. En realidadmiraba por encima de su hombro, para ver si realmente le estabahablando a l.Pero, lo nico que haba detrs de l era la ventana, y a travsde ella, la increble vista de la baha de Carmel. As que el volvia mirarme, y se dio cuenta de que le estaba mirando

    directamente a la cara, entonces exclamo, "Nombre de Dios," deuna forma en la que lo hara Gina, que senta cierta atraccin porlos chicos latinos."No deberas nombrar de ese modo a un poder superior," leinformo, mientras balanceo la borla rosa de la funda de la silla demi escritorio, y me siento a horcajadas sobre ella. "Por si no lohas notado, no te est prestando demasiada atencin. Si no, note hubiera dejado vagar resentido por aqu desde - " me fijo encmo va vestido, parece algo que llevaras puesto en el lejanooeste "desde hace cunto, 150 aos? Hace tanto que lapalmaste?"

    Me miraba fijamente con sus ojos negros como la tinta lquida."Qu es ... palmar?" me pregunt, con una voz que sonabaoxidada por el desuso.Pongo mis ojos en blanco. "Estirar la pata," le traduzco."Doblarla. Quedar tieso. Convertirte en polvo." Cuando veo por suexpresin perpleja que no entiende nada, digo, con algo de

    exasperacin, "Morir.""Oh," dice. "Morir." Pero en lugar de contestar mi pregunta,sacude la cabeza. "No lo entiendo," dice, con tono depreocupacin. "No entiendo cmo es que puedes verme. Durantetodos estos aos, nunca nadie - ""S," digo, cortndole. Ya he odo eso muchas veces,entenderme. "Bueno, escucha, a veces, ya sabes, tenis unasunto pendiente. As que cul es tu problema?"l pestae con esos ojos oscuros. Sus pestaas eran mslargas que las mas. No es habitual que yo me ofrezca a ayudar aun fantasma que por cierto est muy bueno, pero este chico... to,

    estaba muerto y yo estaba tratando de ver algo debajo de lacamisa blanca que llevaba muy abierta, exponiendo todo supecho, y algo de su estmago, tambin. Los fantasmas tienenabdominales? No era algo que hubiese tenido la ocasin o eldeseo de explorar antes.No deba distraerme pensando en ese tipo de cosas. Soy unaprofesional, despus de todo."Asunto pendiente?" repiti. Aunque su voz sonaba desgastada,su ingls era muy fluido y no tena ningn acento como me habaimaginado. Claramente tena races espaolas, como su Dios ysu tono de piel indicaban, pero era tan Americano como yo o

    tan americano como alguien puede ser cuando naci antes deque California fuera un estado."Si me aclare la garganta. Se gir un poco y puso una botaencima de la funda blanca que cubra el banco de la ventana, yya tena la prueba definitiva de que s, los fantasmas podantener abdominales. Los msculos de los abdominales estabanperfectamente marcados, y cubiertos por una fina capa de bellooscuro.Trague saliva. Mucha.

    http://farm2.static.flickr.com/1380/978114630_f171f9ef33.jpg?v=0http://farm4.static.flickr.com/3036/2930995211_5d28e0cd2e.jpg?v=0http://farm4.static.flickr.com/3036/2930995211_5d28e0cd2e.jpg?v=0http://www.todoautos.com.pe/attachments/f81/75359d1204077137-busco-cadillac-el-dorado-del-58-al-70-chrysler-02.jpghttp://www.todoautos.com.pe/attachments/f81/75359d1204077137-busco-cadillac-el-dorado-del-58-al-70-chrysler-02.jpghttp://es.wikipedia.org/wiki/Poltergeisthttp://www.labamba.biz/graphics/photo/labamba_surf_n_turf.jpghttp://farm2.static.flickr.com/1380/978114630_f171f9ef33.jpg?v=0http://farm4.static.flickr.com/3036/2930995211_5d28e0cd2e.jpg?v=0http://farm4.static.flickr.com/3036/2930995211_5d28e0cd2e.jpg?v=0http://www.todoautos.com.pe/attachments/f81/75359d1204077137-busco-cadillac-el-dorado-del-58-al-70-chrysler-02.jpghttp://www.todoautos.com.pe/attachments/f81/75359d1204077137-busco-cadillac-el-dorado-del-58-al-70-chrysler-02.jpghttp://es.wikipedia.org/wiki/Poltergeisthttp://www.labamba.biz/graphics/photo/labamba_surf_n_turf.jpg
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    "Un asunto pendiente," dije. "Problema. Por qu todava estsaqu?" Me mir, su expresin era de cansancio, pero interesada.Insist. "Por qu no has cruzado al otro lado?"Sacudi la cabeza. Haba mencionado que su pelo era corto yoscuro? "No s lo que quieres decir."Tena un poco de calor pero ya me haba quitado mi cazadora de

    cuero, y no saba que ms hacer. No poda quitarme nada mscon el ah sentado mirndome. Esa idea hizo que aumentara mimal humor."A qu te refieres con que no sabes lo que quiero decir?" lepregunto bruscamente, apartndome el pelo de los ojos. "Estasmuerto. No perteneces a este lugar. Deberas estar donde seaque va la gente muerta. Disfrutando del cielo, ardiendo en elinfierno, reencarnndote, o ascendiendo a otro plano de laconciencia, o lo que sea. Se supone que no deberas...bueno,estar merodeando por ah."Me miraba pensativo, apoyando el codo en la rodilla, dejando

    colgando levemente el resto del brazo. "Y qu pasa si me gustamerodear por ah?" quiso saber.No estaba segura, pero tena el presentimiento de que se estabariendo de m. Y no me gusta cuando la gente hace eso. Lo odio.La gente de mi antiguo barrio de Brooklyn sola hacerlo todo eltiempo - bueno, hasta que aprend lo efectivo que era unpuetazo en su nariz para que se callaran.No estaba lista para pegarle un puetazo todava no. Peroestaba cerca. Quiero decir, acababa de viajar miles de kilmetrospara vivir con un montn de tos estpidos; todava tena quedeshacer la maleta; prcticamente haba hecho llorar a mi madre;

    y luego me encuentro a un fantasma en mi habitacin. Puedesculparme por ser... bueno, desagradable con l?"Mira," le dije, ponindome de pie, y pasando mi pierna porencima del respaldo de la silla. "Puedes andar merodeando porah lo que quieras, amigo. No me importa. Pero no puedeshacerlo aqu.""Jesse," dijo, sin moverse."Qu?""Me llamaste amigo. Pensaba que quiz te interesara saber quetengo un nombre. Es Jesse."

    Asent con la cabeza. Bueno, vale. Jesse, entonces. No puedesquedarte aqu, Jesse.""Y t?" Jesse me estaba sonriendo. Tena una bonita cara. Eltipo de cara, con la que en mi antigua escuela, habra sidoelegido el rey del baile. El tipo de cara que Gina hubierarecortado de una revista y hubiera puesto en la pared de su

    habitacin.No es que fuera guapo. No del todo. Pero su mirada lo hacapeligroso. Poderosamente peligroso."Y yo qu?" Saba que estaba siendo grosera. No meimportaba."Cul es tu nombre?"Le fulmin con la mirada. "Mira. Slo dime lo que quieres, ylrgate. Tengo calor, y quiero cambiarme de ropa. No tengotiempo para - "l interrumpi, era como si no estuviera escuchado nada de loque le deca, "Esa mujer tu madre te llam Suzie." Sus ojos

    negros estaban fijos en m. "Diminutivo de Susan?""Susannah," dije, corrigindole automticamente. "Como en, Nollores ms por m."l sonri. "Conozco la cancin.""S. Probablemente estara en el top 40 el ao en que naciste,verdad?"l segua sonriendo. "As que esta es tu habitacin ahora,verdad, Susannah?""S," dije. "S, esta es mi habitacin ahora. As que tienes quelargarte.""Voy a tener que largarme?" levant una de sus cejas negras.

    "sta ha sido mi casa durante un siglo y medio. Por qu tengoque ser yo el que se vaya?""Por que..." Me estaba volviendo loca. En parte porque tenamucho calor, y quera abrir una ventana, pero estaba detrs del, y no quera acercarme tanto. "Esta es mi habitacin. No lacompartir con un cowboy muerto."Eso le hiri. Dio un pisotn al bajar el pie al suelo muy fuerte y se qued quieto. Al instante desee no haber dicho nada. l eraalto, mucho ms alto que yo y con los botines mido 173m."No soy un cowboy," me dijo, muy enfadado. Aadi algo enespaol por lo bajo, pero como siempre fui de francs, no tena ni

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    idea de lo que estaba diciendo. Al mismo tiempo, el espejoantiguo colgado encima de mi tocador empez a temblarpeligrosamente sobre el gancho que lo sujetaba a la pared. No locausaba, eso seguro, un terremoto de California, pero laagitacin del fantasma que estaba delante de m, tenanobviamente una fuerza cintica.

    Un pequeo detalle sobre los fantasmas: son muy susceptibles!La cosa ms pequea puede alterarles."Whoa," dije, levantando mis manos, con las palmas hacia fuera."Reljate. Reljate, to.""Mi familia," dijo con furia, poniendo un dedo delante de mi cara, "trabaj como una esclava para sobrevivir en esta ciudad, peronunca, nunca como vaqueros- ""i.e.," dije. Y ah fue donde comet un gran error. Me aparte unpoco, no me haca ninguna gracia lo del dedo, y lo agarre, fuerte,tir de su mano y lo acerque hacia m lo suficiente hasta estarsegura de que me oa decir, "Para ahora mismo con el espejo. Y

    deja de menear tu dedo delante de mi cara. Hazlo otra vez, y telo romper."Le solt la mano, y observ, con satisfaccin, que el espejo habadejado de moverse. Pero luego le mire a la cara.Los fantasmas no tienen sangre. Cmo podran? No estnvivos. Pero lo juro, en ese momento, la cara de Jesse se quedplida, como si toda la sangre que una vez haba tenido sehubiera evaporado en ese momento.No estaba vivo, y no tena sangre, ni siquiera estaban formadospor materia. As que no tena ningn sentido que hubiera podidocogerle el dedo. Mi mano debera haberle traspasado. No?

    Mal. As es como funciona con la mayora de las personas. Perono para la gente como yo. No para los mediadores. Podemos verfantasmas, podemos hablar con fantasmas, y, si es necesario,podemos patearle el trasero a los fantasmas.Pero no es algo que me guste ir publicando por ah. Trato deevitar tocarlos a todo el mundo, en realidad todo lo que seaposible. Si todos los intentos de mediacin fallaran, y tuviera queusar un poco de coaccin fsica con un fantasma desafiante,preferira que l o ella no supieran lo que soy capaz de hacer.Tener una carta sorpresa siempre es aconsejable cuando tratascon personas del otro mundo, que pelean bastante sucio.

    Jesse, miraba a su dedo como si se le hubiera quemado con elcontacto, pareca incapaz de decir nada. Probablemente era laprimera vez que alguien le tocaba desde haca un siglo y medio.El tipo de cosa que poda alterar la mente de un chico.Especialmente a un chico muerto.Aprovechando su estupefaccin, dije, con severidad, usando un

    tono muy serio, "Ahora, mira, Jesse. Esta es mi habitacin,entiendes? No puedes quedarte aqu. Vas a tener que dejar quete ayude a ir a donde se supone que tienes que ir, o vas a tenerque buscarte otra casa. Lo siento, pero las cosas estn as."Jesse levant la vista de su dedo, su expresin todava era deincredulidad. "Quin eres?" pregunt, suavemente. "Qu clasede... chica eres?"l vacil antes de decir la palabra chica que estaba claro que nopensaba que fuera adecuada usar en mi caso. Eso me fastidiaba.Quiero decir, tal vez no fuera la chica ms popular de la escuela,pero nadie haba dudado de que yo fuera una chica. Los

    camioneros tocaban el claxon cuando cruzaba por los pasos decebra, y no porque quisieran que me apartara del camino. Aveces, los obreros me gritaban cosas groseras, sobre todocuando llevaba mi minifalda de cuero. No es que fuera pocoatractiva, o masculina. En serio, solo amenazaba con romperleslos dedos, pero eso no significaba que no fuera una chica, por elamor de Dios!"Te dir la clase de chica que no soy," dije, furiosa. "No soy laclase de chica que comparte habitacin con un miembro del sexoopuesto. Me has entendido? As que o te largas, o hago que telargues. Depende de ti. Te dar algn tiempo para pensarlo. Pero

    cuando vuelva, Jesse, quiero que te marches."Me di la vuelta y me fui.Tuve que hacerlo. No sola perder las discusiones con losfantasmas, pero tena el presentimiento de que estaba perdiendoesta. No debera de haber sido tan brusca con l, y no debera dehaber sido tan maleducada. No saba lo que me haba pasado,de verdad que no. Yo solo...Supongo que no esperaba encontrarme a un fantasma como len mi habitacin, eso es todo.

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    Dios, pens, echando chispas por el vestbulo. Qu voy a hacersi no se va? No podr cambiarme de ropa en mi propiahabitacin!Dale un poco de tiempo, dijo una voz dentro de mi cabeza. Lavoz de la que siempre evitaba hablarle al terapeuta de mi madre.Dale un poco de tiempo. l se ir. Siempre lo hacen.

    Bueno, la mayora de las vecesCaptulo 4Cenar en casa de los Ackerman era tan parecido como cenar encualquier otra casa: todo el mundo hablaba a la vez exceptoDormiln por supuesto, que solo hablaba cuando le hacan unapregunta directa y nadie quera limpiar la mesa. Hice una notamental para llamar a Gina y decirle que estaba equivocada. Nohaba ninguna ventaja, que yo pudiera ver, en tener hermanos:masticaban con la boca abierta, y se comieron todos los Poppin'Fresh antes de que pudiera coger uno.Despus de cenar, decid que sera mejor evitar mi habitacin, y

    darle a Jesse ms tiempo para decidir si se iba a ir con o sindientes. No soy una gran fan de la violencia, pero es undesafortunado producto de mi profesin. A veces, la nicamanera de hacer escuchar a alguien es con tu puo. No es unabuena tcnica, lo s, por los manuales de diagnostico de todaslas estanteras de los psiclogos.Por cierto, nadie ha mencionado que fui a terapia.El problema con mi plan, por supuesto, es que era sbado por lanoche. Me haba olvidado del da que era con el estrs de lamudanza. En Nueva York, un sbado por la noche,probablemente habra salido con Gina, cogiendo el metro hasta

    the Village e iramos a ver una pelcula, o simplemente iramos ala pizzera de Joe a ver la gente pasar. i.e., tal vez sea una chicade la gran ciudad, pero eso no significa que mi vida fuera muyglamorosa. Nunca me ha pedido de salir ningn chico, a menosque cuentes aquella vez en quinto grado cuando Daniel Bogueme pido que fuera su pareja de patinaje durante una cancin enla pista del Rockefeller Center.Adems me avergonc cayendo de cara contra el suelo.Mi madre, sin embargo, estaba muy emocionada por introducirmeen la vida social de Carmel. Tan pronto el lavavajillas estuvolleno, dijo, "Brad, qu vas a hacer esta noche? Vas a alguna

    fiesta o algo as? Tal vez podras llevar a Suze y presentarle aalgunos amigos."Atontado, que se estaba haciendo un zumo de protenas por lovisto, las dos docenas de gambas y la enorme chuleta que secomi en la cena no le haban llenado lo suficiente - dijo, "S, talvez podra, si Jake no trabajara esta noche."

    Dormiln, alertado por la mencin de su nombre, mir su reloj ydijo, "Mierda," cogiendo su chaqueta vaquera, y marchndose.Doc mir el reloj e hizo el sonido tic-toc. "Otra vez tarde. Harque le despidan si vuelve a pasarle otra vez."Dormiln tiene un trabajo? Eso era una noticia para mi, as quepregunt, "Dnde trabaja?""Pennsula Pizza." Doc estaba preparando algn tipo de extraoexperimento que involucraba al perro y la mquina de correr demi madre. El perro, que era enorme un cruce entre un St.Bernard y un oso, creo - estaba sentado pacientemente en elsuelo mientras Doc uniendo unos electrodos a los parches que

    haba puesto al perro en las zonas donde le haba cortado elpelo. Lo ms extrao es que nadie pareca dares cuenta, salvo elperro."Dormi quiero decir, Jake trabaja en una pizzera?"Andy, que estaba acabando de lavar los platos, dijo, "l hace lasentregas. Consigue bastantes propinas.""Est ahorrando," dijo Atontado, con un bigote blanco de leche enel labio superior, "para comprar un Camaro.""Huh," dije."Puedo llevaros a donde queris," se ofreci Andy,generosamente, "Estara encantado. Qu me dices, Brad?

    Quieres ensearle a Suze la marcha que hay en la ciudad?""Nah," dijo Atontado, limpindose la boca con la manga de lasudadera. "Todo el mundo est todava en la inauguracin delTahoe. Puede que el prximo fin de semana."Suspir con alivio. Los centros comerciales me dan pnico, unpnico que no tiene nada que ver con el otro mundo. No haycentros comerciales en Nueva York, pero a Gina le encantaba ira la estacin de PATH a coger un tren para ir al de New Jersey.Normalmente despus de una hora, mi sensor se empezaba asobrecargar, y tena que sentarme en el TCBY y beber un t dehierbas hasta que me tranquilizaba.

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    Y tengo que admitir, que no me emocionaba la idea de quealguien me "llevaran" a no s dnde. Dios mo, qu pasaba coneste sitio? Puedo entender que, echndole la culpa a SanAndreas, un metro no fuera buena idea, pero por qu a nadie sele haba ocurrido implantar una red autobuses?"Ya lo tengo," dijo Atontado, dando un golpe con su vaso vaco .

    "Podemos jugar al Coolboarder, Suze."Parpade mirndole. "Que t qu?""Te dejar un juego de Coolboarder." Cuando vio que segua conla misma expresin, Atontado dijo, "Nunca has odo hablar deCoolboarder? Venga ya."Me puso delante de la pantalla de la televisin del saln. As que,Coolboarder, era un videojuego. Cada jugador era un competidoren una carrera de snowboard, que se deslizaba por una ladera yque poda controlar con un joystick lo rpido que poda ir y qutipo de acrobacias poda hacer.Gan a Atontado unas ocho veces antes de que dijera, "vamos a

    ver una peli."Con la sensacin de que haba hecho algo mal supongo quetendra que haber dejado ganar al pobre chico al menos una vez

    intent arreglarlo ofrecindome voluntaria para hacer laspalomitas, y fui a la cocina.Fue entonces cuando empec a sentirme un poco cansada. Haytres horas de diferencia entre New York y California, as queaunque solo fueran las nueve, estaba tan cansada como si fueramedianoche. Andy y mam ya se haban ido a la cama, perohaban dejado la puerta medio abierta, supongo que no queranque nos hiciramos una idea equivocada de lo que hacan ah

    dentro. Andy estaba leyendo una novela de espas, y mi madreestaba viendo una pelcula.Esto, estoy segura, era estrictamente para nuestro propiobeneficio; apuesto a que otros sbados por la noche tienen lapuerta cerrada, o al menos hubieran salido con los amigos deAndy o con los nuevos compaeros de trabajo del canalMonterey donde trabaja mi madre. Obviamente estaban tratandode establecer algn tipo de norma domstica que nos hicierasentir a gusto. Hay que reconocer que estn intentado hacerlo lomejor que pueden.

    Me preguntaba, mientras estaba de pie, esperando a que laspalomitas hicieran pop, lo que mi padre pensara de esto. No lehaba entusiasmado mucho que mi madre se volviera a casar,aunque, como ya he dicho, Andy era un to genial. Tampoco lehaba entusiasmado que me mudara de la Costa Oeste."How," dijo, cuando se lo cont, "cmo voy a saber cmo estas

    si te vas a 5000 kilmetros?""La cuestin, pap," le dije, "es que no tienes porque saber eso.Se supone que tendras que estar muerto, recuerdas? Sesupone que tendras que estar haciendo lo que la gente muertahace, no espindonos a mam y a m."Pareca que eso le haba dolido. "Yo no espo," dijo. "Slo vigilo.Me aseguro de que ere feliz, y todo eso.""Vale, lo soy," le aseguro. "Soy muy feliz, y mam tambin."Estaba mintiendo, por supuesto. No sobre mi madre, sobre m.Estaba muy nerviosa por lo de la mudanza. Incluso ahora, noestaba segura de que fuera a funcionar. Ese asunto con. Jesse...

    Quiero decir, dnde estaba mi padre? Por qu no estabapatendole el culo a ese to? Jesse era, despus de todo, unchico, y estaba en mi habitacin, y se supone que los padresodian ese tipo de cosas....Pero as son los fantasmas. Nunca estn cerca cuando se lesnecesita. Incluso, aunque sea tu padre.No se cuanto tiempo me qued pensando en eso, pero cuandome di cuenta, el microondas ya haba sonado. Saqu la bolsa depalomitas y la abr. Las estaba echando en un bol cuando mimadre entro a la cocina y encendi la luz."Hola, cario," dijo. Luego me mir. "Ests bien, Suzie?"

    "Claro, mam," dije. Me met algunas palomitas en la boca. "Aton quiero decir, Brad y yo vamos a ver una peli.""Ests segura?" Me miraba con curiosidad. "Ests segura deque ests bien?""S, estoy bien. Un poco cansada, eso es todo."Pareca aliviada. "Oh, claro. Bueno, ser por el cambio dehorario. Pero... bueno, es que parecas disgustada cuandoentraste en tu habitacin. Se que el dosel de la cama esdemasiado, pero no pude resistirme."Chasquee la lengua. Sola hacerlo a menudo. "La cama estbien, mam," dije. "La habitacin tambin est bien."

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    "Estoy tan contenta," dijo mi madre, apartando un mechn depelo de mis ojos. "Estoy tan contenta de que te guste, Suze."Pareca muy aliviada, siento un poco de pena por ella, en ciertosentido. Quiero decir que, es una buena persona y no se merecetener a una mediadora como hija. S que siempre se ha sentidoun poco decepcionada conmigo. Cuando cumpl 14 aos, me

    regal mi propia lnea de telfono, pensando que muchos chicosempezaran a llamarme, como sus amigos hacan con ella.Puedes imaginarte lo decepcionada que se sinti cuando nadie aparte de Gina me llamaba a mi lnea privada, y slo era parahablarme de las citas que ella haba tenido. Como ya he dicho loschicos que conoca no mostraban mucho inters en m.Pobre mam. Siempre ha querido tener una hija normal. Pero envez de eso, me tuvo a m."Cario," dijo. "No quieres cambiarte? Llevas con la misma ropadesde las seis de la maana, no?"Me pregunt justo cuando Doc entro a la cocina a por ms

    pegamento para sus electrones. Tampoco es que le fuera a deciralgo como, bueno, para ser sincera, mam, me encantaracambiarme, pero no me agrada mucho la idea de hacerlo delantedel fantasma de un cowboy muerto que est viviendo en mihabitacin.Simplemente, me encog de hombros y dije, con fingidanaturalidad, "S, bueno, voy a ir a cambiarme dentro de un rato.""Ests segura de que no necesitas ayuda para deshacer lasmaletas? Me siento fatal. Tena que haberte - ""No, no necesito ayuda. Las deshar ms tarde.' Vi a Docbuscando algo en un cajn. "Ser mejor que me vaya," dije. "No

    quiero perderme el principio de la pelcula."Claro que, al final, me perd el principio, la mitad, y el final de lapelcula. Me quede dormida en el sof, y no me despert hastaque Andy me toco en el hombro un poco despus de las once."Ser mejor que te vayas a la cama," dijo. "Hay que admitir quehas tenido un da duro. No te preocupes. Brad no se lo dir anadie."Me levant, medio dormida, y me fui a mi habitacin. Nada msentrar mir hacia la ventana, que no haba podido abrir. Sentalivio al ver que Jesse no estaba bloqueando el camino. S.Todava pienso en eso.

    Cog mi neceser y entr en el bao para ducharme y, slo por siacaso no estaba segura de si Jesse haba cogido el mensaje yse haba largado me puse el pijama. Cuando sal del bao,estaba un poco ms despierta. Mir a mi alrededor, mientrassenta entrar la fra brisa, oliendo la sal en el aire. En Brooklynsiempre se oan sirenas y alarmas de coches, pero esto era

    mucho ms tranquilo, slo se oda de vez en cuando el canto dealgn pjaro.Me di cuenta, a pesar de mi sorpresa, que estaba sola. Slo deverdad. Era una zona libre de fantasmas. Exactamente comosiempre haba querido.Me met en la cama y d una palmada, para apagar las luces. Yluego me acurruqu bajo las sbanas.Justo antes de que me volviera a dormir, cre escuchar algo msque un pjaro. Es como si alguien estuviera cantando Oh,Susannah, no llores ms por m, viajare desde Alabama con mibanjo para ti .

    Pero, estoy segura, de que solo era mi imaginacin.Capitulo 5La academia catholic junpero Serra, grados k-12, haba sidohecha coeducacional en los aos ochenta, y para mi gran alivioredujo recientemente su estricta poltica de uniforme. Losuniformes reales haban sido azul con blanco, no mis mejorescolores. Afortunadamente, los uniformes haban sido tanimpopular que ellos, como la regla que solo los nios, habanabandonado, y aunque los alumnos aun no pudieran llevarpuesto jeans , ellos podran llevar mas o menos algo que ellosquisieran.

    Ya que todo lo que quera era llevar mi extensa coleccin dediseadores- comprado en varias tiendas a la salida de nuevajersey con Gina como mi coordinadora de moda- me estadaptando bien.La cosa catlica, sin embargo, va a ser un problema. No esrealmente un problema grande es mas bien como una molestia.Vera mi madre nunca se molesto en que tuviera una religin enparticular. Mi padre era un judo que no- practicando, mi madrecristiana.La religin nunca haba desempeado una labor importante encualquiera de las vidas de mis padres, y obviamente, solo haba

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    servido para confundirme. Quiero decir, todos pensaran, de queyo tendra un mejor comprensin con la religin mas que nadie,pero la verdad es que, yo no tengo la menor idea de lo que lespasa a los fantasmas que envi donde quiera que se supone queellos van despus que ellos mueren. Todo lo que se, es que unavez que los envi all, no vuelven. No siempre es el final.

    As que cuando mi madre me mostr la misin de la escuela de laoficina administrativa, el lunes despus de llegada en la soleadade California, yo estaba ms desconcertada al estar seis pies deJess que cuelga de un crucifijo detrs del escritorio de lasecretaria.Yo no debera a ver estado sorprendido, aunque mi mama meadvirti de la escuela en mi cuarto el domingo por la maana,como ella me ayudo a desempaquetar. Mira el domo grande yrojo? Ella haba dicho. Esto es la misin, el domo cubre lacapilla. El doctor resulto perder el tiempo- yo haba notado que lhizo esto mucho- y puso en marcha otra de sus descripcin, esta

    vez de los franciscanos, que son miembros de un pedido catlicoromano que sigui el gobierno de san Francis, aprobado en1209. El padre junpero Serra, un monje franciscano, era, segnel doctor, una figura histrica trgicamente incomprendida.Un hroe polmico en la iglesia catlica, el haba sidoconsiderado para la sanidad en cierta poca, pero, el doctorexplico, los indios americanos pusieron este movimiento en dudacomo un apoyo general de las tcticas de la tctica decolonizacin explotadora de los espaoles. Aunque supieran que

    junpero Serra ha discutido de parte de los derecho a lapropiedad y el derecho econmico de los americanos

    convertidos, el consecuentemente abog contra su derecho alautogobierno, y era partidario leal de castigos corporales,apelando al gobierno espaol para el derecho de azotar a losindios. Cuando el doctor haba terminado de esta conferenciaparticular, solo le mire y fui la memoria fotogrfica, mucho? elpareci avergonzado. bien, el dijo. esta bien saber de lahistoria del lugar donde usted vive.Archive esto lejos para la futura referencia. El doctor podra ser

    justo la persona necesite si Jesse se revelara otra vez. Ahora,estando en la oficina fresca del edificio antiguo de junpero Serrahaba construido para mejora de los habitantes del pas en el

    area, me pregunte a cuantos fantasmas yo iba a encontrar. Estoel tipo Serra tuvo que tener un manojo de indios americanoslocos en el- en particular la consideracin aquella cosa de loscastigos corporales- y yo no tenia ninguna duda, yo iba aencontrar a todos ellos.Y sin embargo, cuando mi mama y yo anduvimos por la amplia

    arcada delantera de la escuela en el patio alrededor el cual lamisin haba sido construida, yo no vi a una sola persona quemiro como si l o ella no pertenecieran all. Haba unos turistasque rompen los cuadros de la fuente impresionante, un jardineroque trabajaba con diligencia en la base de una palmera- aun enmi nueva escuela haba palmeras- un sacerdote que anda en lacontemplacin silenciosa abajo del refugio ligero.Esto era un lugar hermoso, descansando- sobre todo para unedificio que era tan viejo, y que tuvo que haber visto tantamuerte.Yo no podra entenderlo. Dnde estaban todos los fantasmas?

    Tal vez ellos tuvieron miedo de dar vueltas por el lugar. Yo teniapoco miedo, alzando la vista en aquel crucifijo. Quiero decir, notengo nada contra el arte religiosa, pero era realmente necesarioretratar la crucifixin tan siendo realistas con tantas costras ytodos? Al parecer, yo no estaba solo en el pensamiento tan,desde que un muchacho fue cado sobre un canap a travs delque mi madre y yo habamos sido instruidas de esperar, notadola direccin fija de mi mirada y dijimos el, como se supone, lloralas lagrimas de sangre, si alguna muchacha alguna vez gradade aqu a una virgen.Yo no poda menos soltar una risa. Mi madre me fulminaba con la

    mirada. El secretario, una mujer rechoncha, de mediana edad memiro como si la hubiese ofendido profundamente, nico hicieronrodar sus ojos, y dijeron, cansadamente, "Ah, Adn." Adn, unmuchacho apuesto sobre mi edad, me mir con una caraabsolutamente seria. "Es verdad," dijo l, gravemente. "Esto pasel ao pasado. Mi hermana." l dej caer su voz de conspirador.Ella es adoptada. Me re otra vez, y mi madre me miro con elceo fruncido. Ella haba pasado la mayor parte de ayer deexplicar que me haba sido muy, muy difcil convencer a laescuela para tenerme a mi, sobre todo que ella no tenia ningunaprueba que yo alguna vez haba sido bautizada. Al final, ellos me

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    haban dejado entrar debido a que Andy, haba tenido a sus tresmuchachos ah. Me imagino que una donacin importantetambin haba jugado una parte de mi entrada, pero mi madre nome dira eso. Todo lo que ella dijo era que y deberacomportarme como yo misma, y no lanzar algo de cualquierventana- aun cuando yo le recordar aquel incidente particular no

    haba sido mi culpa. Yo haba estado luchando con un fantasmajoven en particular violento que haba sido rechazado dejar defrecuentar el vestuario de las muchachas en mi vieja escuela. Ellanzamiento de el por aquella ventana tenia seguramente toda laatencin, y lo convenci para que para que pisaran el camino dela justicia siempre.Por supuesto, yo le haba dicho a mi madre que yo haba estadopracticando mi oscilacin de tennis dentro, y la raqueta habaresbalado de mis manos- una historia sobre todo increble, yaque la raqueta nunca fue encontrada.Era como yo volva a revivir ese doloroso recuerdo de una

    pesada puerta de madera abierta, y un sacerdote sali y dijo: ala seora Ackerman, que placer de verla otra vez. Y esta debeser Susannah Simon. Adelante o no? el nos introdujo en suoficina, luego hizo una pausa, y dijo al muchacho sobre elcanap, ah, no, Sr. mctavish. No durante el primer da, delprimer semestre. Adn se encogi Qu puedo decir? El ampliome odia por favor, no se refiera a la hermana Ernestina comoun amplio, Sr. mctavish, me ocupare de usted en un momento,despus que hable con estas damas. Entramos, y el director, elpadre dominic-que era su nombre- sentado, charlo un ratito connosotros, preguntndome como me gusta California hasta ahora.

    Dije que me gusto, en especial el ocano.Nosotros habamos pasado la mayor parte del da en la playa,despus que yo haba terminado de desempacar. Yo habaencontrado mis gafas de sol, aunque era demasiado fro paranadar, estuve gran tiempo sobre una toalla en la playa, mirandolas olas. Eran enormes, mas grandes que en guardianes de labaha, y el doctor paso la mayor parte de la tarde explicndomepor que era. Ahora que se me olvida, ya que estaba tan drogadapor el sol, yo apenas escuchaba. Yo apenas escuchaba, en miopinin me encanta la playa, el olor de ella, las algas queestaban en la orilla, sentir la fresca arena entre los dedos de mis

    pies, el sabor de la sal en mi piel cuando llegue a mi casa. ElCarmelo no podra haber tenido Roberto de Bgel, peroManhattan seguro no tena ninguna playa.El padre dominic expreso su esperanza sincera, que yo seria felizen la academia misin, y paso a explicar aunque yo no eracatlica, yo no debera de sentirme inoportuna en la misa.

    Haba, desde luego, las fiestas de obligacin, cuando losestudiantes catlicos se veran obligados a salir detrs de susenseanzas e ir a la iglesia. Yo podra unirme a cualquiera deellos o quedarme en la sala vaca, cualquiera que eligiera. Pensque esto era tipo gracioso, por alguna razn, me las arregle parano rerme. El padre dominic era viejo, pero lo que a todos lellamaba la atencin es que era activo, y el me golpeo como laclase de hermoso en su cuello blanco y traje negro- quiero decirhermoso para unos sesenta aos. El tenia el pelo blanco, ojosmuy azules y las uas bien mantenidas. No conozco muchossacerdotes pero pens que podra ser bueno- sobre todo ya que

    el no haba retado con fuerzas al muchacho de la oficina externa,que haba llamado a la monja amplio.Despus que el padre dominic haba escrito las diversas ofensasde la cual yo podra ser expulsada- faltar demasiadas veces aclases, andar con drogas en el campus, el mensaje habitual- elme pregunto si tenia alguna pregunta, no hice, entonces lepregunto a mi madre ella tampoco la hizo. Entonces el padredominic se levanto y dijo: bien entonces, Voy a decir adis austed, Sra. Ackerman, y caminarSusannah a su primera clase. Muy bien, Susana? ". Pens queextraamente amable que el director, quien probablemente

    tendra mucho que hacer, se estaba haciendo un tiempo parallevarme a mi primera clase, pero no dije nada sobre ello. Solorecog mi abrigo- un abrigo negro de lana trinchera por esprit, treschic ( mi mama no me dejara ocupar cuero en mi primer da)-esperando mientras el y mi madre se estrecharon la mano. Mimama me beso dndome el adis, y me record encontrar adormiln a las tres, ya que estaba a cargo de la casa- solo ella nolo llamaba dormiln. Otra vez, una falta triste de transportepublico, que significo que tuve que dar paseos vagos y delcolegio con mis hermanastros.

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    Entonces ella se haba ido, y el padre dominic fue caminandoconmigo por el patio despus de haber instruido a Adn dedespus de esperarlo. Ningn problema, padre esa era larespuesta de Adn. El me lanzo una mirada detrs de la espaldadel padre. No es muy comn que me lancen una mirada losmuchachos de mi propia edad. Espero que el este en mi clase.

    Los deseos de mi madre para mi vida social justo podran sercumplidos por fin. A medida que caminamos, el padre dominicexplico un poco acerca la construccin- o edificios, debo decir, yaque eso es lo que eran. una serie de paredes de adobe gruesasfueron conectadas salidas del bajo techo, en medio de los cualesexisti un hermoso patio con palmeras, burbujeando una fuente,una estatua de bronce del padre Serra con estas mujeres- susindias norteamericanas, indias estereotpicas, con bebes atadosen la espalda- arrodillndose a sus pies. En el otro lado hababancos de piedra para que la gente se sentara, mientrassolitariamente contemplan el esplendor del patio, las puertas de

    las aulas y armarios de acero fueron construidos directamente dela pared de adobe. Uno de los armarios, el padre dominic meexplico, que era el mo. El andaba con la combinacin. Quiereguardar el abrigo en su sitio? Me ha sorprendido, cuando yohaba despertado el domingo por la maana para encontrarmetemblando en mi cama.Yo haba tenido que tropezar con mis sabanas y cerrar de golpemi pequea ventana. Una niebla espesa, yo vi con consternacin,haba envuelto el valle, obscureciendo mi vista de la baha.Pens segura alguna tormenta tropical haba entrado a losraudales, pero el doctor, me ha explicado muy pacientemente

    que en la maana la niebla es tpica en el noroeste, y que elpacifico- el espaol para los pasivo- fue tan llamado debido a sucarencia relativa de tormentas. La niebla, el doctor me la habaasegurado que quemara antes del medioda, y entonces estaratan caliente como lo haba sido el da anterior. Y el haba tenidola razn. Cuando volv de la casa de la playa, bronceada y feliz,mi cuarto se haba hecho horno otra vez, y yo haba abierto laventanas otra vez solo para encontrar que ellas haban sidocerradas suavemente, otra vez cuando me despert estamaana, pens que era dulce mi mama, buscndome as.

    Al menos, espero que sea mi mama. Ahora que pienso en ello ,pero no haba visto a Jesse desde aquel primer da en que mehaba movido. Definitivamente, haba sido mi mama quien habacerrado las ventanas. De todos modos, cuando yo haba andadoafuera para entrar el auto de mama, yo haba encontrado quehacia fro de nuevo, y que fue la razn por la cual llevaba abrigo

    de lana. El padre dominic, me dijo que mi armario era el numero273, y el pareci contento de dejarme encontrarlo yo misma,dando un paseo detrs de mi con sus ojos sobre la vigas deltecho, en las cuales muchos a su placer profeso, la familia degolondrinas anidan cada ao. Al parecer, fue muy aficionado apjaros- de todos los animales, en realidad, ya que una de laspreguntas que el me pregunto como era yo ponindome conMax, el perro Ackerman- y abiertamente me mofe de losaseguramientos repetidos de Andy que la madera en losentretecho iba a tener que ser sustituidos por las golondrinas y subasura.

    268, 269, 270. Di un paso abajo del pasillo abierto, mirando losnmeros sobre las puertas de los armarios de color beige. Adiferencia de los de mi escuela en Brooklyn, armarios no tienegraffiti, o abolladuras, o stickers de heavy metal. Supongo que losestudiantes de la costa oeste tienen mas orgullo de la aparienciade la escuela que nosotros yanquis. 271, 272. Tropec con algo.Delante del armario 273 era un fantasma. Tampoco, era Jesse.Era una muchacha, vestida muy parecida a mi, solo con largopelo rubio, en lugar de marrn, como el mo. Ella tambin teniaun aspecto muy desagradable en la cara.Que. Ella me dijo, mira usted luego, hablando con alguien

    detrs de mi, ella exigi esto es lo que dejan entrar, en mi lugar?Estoy tan seguro. Ok, lo admito, me asuste gire alrededor y meencontr bostezando encima del padre dominic, que bizqueabaen mi curiosamente. ah dijo, cuando vio mi cara, eso pens.CAPTULO 6Mir al Padre Dominic, luego a la chica, y luego al Padre Dominicotra vez. Finalmente, le pregunte, "Puedes verla?"Asinti. "S. Sospeche cuando o a tu madre hablar sobre ti ytus... problemas en tu anterior escuela que eras uno denosotros, Susannah. Pero no estaba seguro, por supuesto, asque no dije nada. Aunque el apellido Simon, como estoy seguro

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    de que sabes, es una palabra hebrea que significa "propsito deescuchar," lo cual es, como una especie de mediador, comot...."Apenas le escuchaba. No me poda creer que, despus de todosestos aos, haba conocido a otro mediador."As que es por eso que no hay ningn espritu por aqu!"

    prcticamente le grite. "T te deshiciste de ellos. Dios mo, Meestaba preguntando qu haba pasado con ellos. Esperabaencontrarme cientos - "El Padre Dominic hizo una reverencia con la cabezamodestamente y dijo, "Bueno, no haba cientos, exactamente,pero la primera vez que vine, haba unos cuantos. Pero no fuenada, realmente. Solo estaba cumpliendo con mi obligacin,despus de todo, haciendo uso del regalo celestial que herecibido de Dios."Frunc el ceo. "Es el responsable de esto?""Por supuesto, es un regalo de Dios." El Padre Dominic me mir

    con esa especie de lstima con la que los creyentes miran a laspobres, patticas criaturas que tienen dudas. "De dnde sin nocrees que viene?""No lo s. Siempre he querido tener unas palabras con el to queme dio esto, sabes? Porque, teniendo opcin, preferira nohaber sido bendecida con este especial regalo."El Padre Dominic pareca sorprendido. "Por qu no,Susannah?""Todo lo que hace es meterme en problemas. Tienes idea decuntas horas he pasado con psiclogos? Mi madre estconvencida de que soy una eschizoide."

    "S." El Padre Dominic asenta pensativamente. "S, he podidover como algunos regalos milagrosos como los nuestros sonconsiderados por los dems como - bueno, inusuales.""Inusuales? Te ests riendo de mi?""Supongo que yo he estado ms protegido aqu," admiti elPadre Dominic. "Nunca haba pensado en lo difcil que puede serpara los dems sin algn tipo de respaldo eclesistico - ""Para los dems?" levant las cejas. "Quieres decir que hayms como nosotros?"

    Pareca sorprendido. "Bueno, asum que... sin duda tienen quehaber ms. No podemos ser los nicos. No, no, seguro que hayms.""Perdonar." El fantasma nos miro sarcsticamente. "Pero, osimportara decirme que est pasando aqu? Quin es estazorra? Es la que va a usar mi taquilla?"

    "i.e.! Cuidado con lo que dices." Le lanc una mirada deadvertencia. "Este to es un sacerdote, ya lo sabes."Me mir con desprecio. "Oh, no me digas. Se lo que es. Haestado intentando librarse de mi toda la semana."Mir al padre Dominic sorprendida, y dijo, avergonzado, "Bueno,vers, Heather es un poco obstinada - ""T crees," dijo Heather, con su voz de mocosa, "que voy aquedarme aqu quietecita mientras le das mi taquilla a esta zorra- ""Llmame zorra una vez ms, niata," le dije, "y me asegurar deque pases el resto de la eternidad en tu taquilla."

    Heather no mostr la menor seal de miedo. "Zorra," dijo,alargando cada slaba de la palabra.Le pegue tan rpido que ni siquiera vio venir mi puo. Le peguefuerte, lo suficiente para que chocara contra las taquillas y secallara, dejando la forma de su cuerpo en ellas. Estaba cabrada,tambin, pero no se levant del suelo de piedra, quedandoarrodillada. Esperaba que ella me devolviera el golpe, pero enlugar de eso, Heather se levant, con un gemido, corriendo loms rpido que poda por el pasillo."Huh," dije, para m misma. "Gallina."Volver, por supuesto. Solo la he asustado. Volver. Pero espero

    que cuando lo haga, tenga mejor actitud.Cundo Heather se fue, sople mis nudillos. Los fantasmas tienen,sorprendentemente, hueso en la mandbula."As que," dije. "Qu estaba diciendo, Padre?"El Padre Dominic, todava de pie donde Heather haba estado,me dijo, bastante seco para ser sacerdote, "Tenis unas tcnicasde mediacin muy interesantes en el Este.""i.e.," dije. "Nadie me insulta y se va de rositas. No me importa lotorturado que fuera l o ella en su vida pasada.""Creo," dijo el Padre Dominic, pensativamente, "que hay ciertascosas que necesitamos discutir, tu y yo."

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    Luego se puso un dedo en los labios. Se abri una puertacercana a donde estbamos y un hombre alto, con barba,mirando hacia el pasillo, alertado por el sonido del golpe delcuerpo astral de Heather es gracioso que los muertos pesantanto contra las taquillas."Todo va bien, Dom?" pregunto, cuando vio al Padre Dominic.

    "Todo est bien, Carl," dijo el Padre Dominic. "Muy bien. Y mira loque te he trado." El Padre Dominic puso una mano en mihombro. "Tu nueva alumna, Susannah Simon. Susannah, este estu profesor, Carl Walden."Levante la mano todava dolorida por el golpe que le haba dadoa Heather. "Cmo le va, seor Walden?""Muy bien, seorita Simon. Muy bien." La enorme mano del seorWalden envolvi la ma. No tena pinta de profesor. Pareca msun leador. De hecho, tuvo que salir al pasillo para dejarmeespacio para entrar en la clase. "Es un placer tenerla connosotros," dijo, con su resonante voz. "Gracias, Dom, por traerla."

    "Ningn problema," dijo el Padre Dominic. "Solo tuvimos unapequea dificultad con su taquilla. Probablemente lo has odo. Noqueramos molestarte. Fue culpa ma. Por cierto, Susannah, megustara que fueras a mi oficina a la tres, para, um, para hablarde tus formas."Le sonre dulcemente. "Oh, no puedo, Padre. Mi autobs se va alas tres."El Padre Dominic me miro con el ceo fruncido. "Entonces tedar un pase. De una a dos.""Ok," dije, mientras meneaba los dedos en forma de despedida."Nos vemos."

    Supongo que en la costa Oeste no te despides diciendo nosvemos al director, o meneando los dedos, ya que cuando mepuse de cara a mis compaeros de clase, todos me estabanmirando con la boca abierta.Quiz fui yo entera. Llevaba un poco ms de negro de lo normal,fue por los nervios. Cuando tengo dudas, siempre digo, viste denegro. Nunca puedes equivocarte con el negro.O tal vez s. Porque al mirar a todas esas caras, no vi ni unaprenda de ropa negra. Muchas blancas, algunas marrones, ysorprendentemente caqui, pero no negro.Oops.

    El seor Walden no pareci darse cuenta de mi incomodidad. Mepresent a la clase, y me hizo decirles de donde era. Se lo dije, yme miraron inexpresivamente. Empec a sentir un poco de sudoren mi nuca. Tengo que decir, que a veces prefiero la compaade los muertos que la de mis compaeros. La gente con 16 aospuede dar bastante miedo.

    Pero el seor Walden era un buen to. Solo me hizo estar ah depie un minuto, delante de todas las miradas, y luego me ordenotomar asiento.Eso parece bastante fcil, verdad? Simplemente ir y sentarte. Elproblema era, que haba dos sitios. Uno estaba al lado de unachica guapa bronceada, con una espesa, y rizada melena rubia.El otro estaba en la parte de atrs, al lado de una chica con elpelo tan blanco, y la piel tan rosada, que solo poda ser unaalbina.No, no estoy bromeando. Una albina.Dos cosas influyeron en mi decisin. Una es que cuando vi el

    sitio de atrs, vi una ventana, por la que se vea el parking de laescuela.Ok, no es una vista muy inspiradora, pensars. Pero es quedespus del parking se puede ver el mar.No estoy bromeando. Esta escuela, mi nueva escuela, tienevistas al Pacifico incluso mejores que las de mi propia habitacinya que la escuela estaba mucho ms cerca del mar. Podas verlas olas desde clase. Quera sentarme tan cerca de la ventanacomo fuera posible.La segunda razn era simple: No quera sentarme cerca de lachica bronceada y que la albina pensara que no me quera sentar

    con alguien con su aspecto. Estpido, verdad? Como si leimportase lo que yo hiciera. Pero ni siquiera titubee. Vi el mar, via la albina, y fui hacia all.Tan pronto como me sent, por supuesto, la otra chica se ri ydijo, susurrando, pero de forma perfectamente audible, "Dios,sintate con el monstruo, porqu no."La mire. Tena unos rizos y un maquillaje perfectos. Le dije, nosusurrando exactamente, "Perdona, tienes Tourette?"El seor Walden estaba escribiendo algo en la pizarra, pero elsonido de mi voz le paro. Todo el mundo se gir para mirarme,

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    incluida la chica a la que le pregunte eso. Parpade hacia m,sorprendida. "Qu?""El sndrome de Tourette," le dije. "Es un desorden neurtico quehace a la gente decir cosas que no quieren decir. Lo tienes?"Sus mejillas empezaron a ponerse rojas. "No.""Oh," dije. "Ests siendo maleducada a posta."

    "No te estaba llamando monstruo a ti," dijo la chica, rpidamente."Estoy segura de ello," dije. "Es por eso que solo voy a romperteun dedo despus de la escuela, en vez de todos."La reaccin sobre lo que dije se extendi rpido por toda la clase.Apoy la espalda en el respaldo de la silla. No s por qu lagente empez a susurrar sobre eso, pero vi la cara de la albina que era claramente visible bajo su pelo blanco volvindose decolor magenta por la vergenza. El seor Walden tuvo quellamarnos la atencin, y cuando la gente le ignor, dio un golpecon el puo en el escritorio y dijo que si tenamos tantas cosas delas que hablar, podamos hacerlo en un trabajo de cien palabras

    sobre la batalla de Bladensburg de la guerra de 1812, con dobleespacio entre lneas, que tena que estar en su mesa a primerahora de la maana.Oh genial. Lo bueno era que no estaba en la escuela para haceramigos.Capitulo 7Y an no los haba hecho. Hacer amigos, quiero decir.No lo haba intentado. Ni si quiera quera. Me refiero, a que tengosuficientes amigos en Brooklyn. Tengo a Gina, la mejor amigaque cualquiera podra tener. No necesitaba ms amigos.Y no crea que a nadie le fuera a gustar no despus de que nos

    mandaran el trabajo de cien palabras por lo que pas en clase. Yno despus de lo que pas cuando nos dijeron que empezaba lasiguiente clase no haba ningn sistema de timbres en elcolegio Mission- nos cambiamos de clase para la siguiente hora,y tenamos cinco minutos para llegar. Tan pronto como el seorWalden se despidi de nosotros, la albina se dio la vuelta en suasiento y me pregunto, con sus ojos prpura encendidos por lafuria detrs de los cristales de sus gafas, "Se supone que tengoque darte las gracias, o algo, por lo que le dijiste a Debbie?""T," le dije, ponindome de pie, "no tienes que hacer nada, porlo que a m respecta."

    Ella tambin se levanto. "Pero lo hiciste por eso, no? Paradefender a la albina? Por qu te doy pena?""Lo hice," dije, doblando el abrigo sobre mi brazo, "porque Debbiees un troll."Vi las comisuras de sus labios moverse. Debbie cogi sus libros yprcticamente corri hacia la puerta en cuanto el seor Walden

    se despidi de nosotros. Ella y un grupo de chicas, incluyendo lachica bronceada que haba ocupado el sitio vaco a su lado,susurrando entre ellas y lanzndome miradas de odio por encimade sus jersis de Ralph Lauren colgados sobre sus hombros.Podra decirse que la albina quiso rerse cuando llam a Debbietroll, pero no lo hizo. Ella dijo, duramente, "Para que lo sepas,puedo pelear mis propias batallas. No necesito tu ayuda, NuevaYork."Me encog de hombros. "Por mi genial, Carmel."Esta vez no pudo evitar sonrer. Cuando lo hizo, mostr unahilera de brackets que brillaban tan intensamente como el ocano

    por la ventana. "Es Cee Cee," dijo."Qu es Cee Cee?""Mi nombre. Me llamo Cee Cee." Levant una mano blanca comola leche, cuyas uas estaban pintadas de un violeta naranjado."Bienvenida a la Academia Mission."A las nueve, el seor Walden se haba despedido de nosotros. Alas nueve y dos minutos, Cee Cee ya me haba presentado aunas veinte personas, y la mayora me sigui hasta la siguienteclase, queriendo saber cmo era vivir en la ciudad de NuevaYork."De verdad es," me pregunt una chica con cara de caballo,

    melanclicamente, "como...como..." Se esforzaba en encontrar lapalabra correcta. "Como...dicen las metropolitanas?"Estas chicas, aunque no debera de decirlo, no se parecan ennada a las de clase. No eran, como se vea claramente, chicasguapas y bronceadas, como a la que amenac con romperle losdedos despus de clase, que se ponan jersis de marca ycamisetas color caqui. Oh, no. Las chicas que venan conmigoeran muy diferentes, con algo de acn, con algo de sobrepeso, omuy, muy delgadas. Vi horrorizada que una llevaba zapatos conla puntera abierta por donde se le vean las medias. Medias decolor beige. Y zapatos blancos. En enero!

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    Me di cuenta de que tena mucho trabajo que hacer con ellas.Cee Cee pareca ser la lder del grupo. Era la editora delperidico de la escuela, theMission News, a la que llamaba"ms bien una crtica literaria que un peridico," Cee Cee iba enserio cuando me dijo que no necesitaba que peleara sus batallas.Tena su propia municin, incluyendo un bonito arsenal de

    palabrotas y un extremado sentido de la tica. Prcticamente laprimera cosa que me pregunto cuando ya no estaba cabreadaconmigo era si estaba interesada en escribir algo para elperidico."Nada elaborado," dijo, despreocupadamente. "Puede que unsimple artculo sobre las diferencias entre la cultura adolescentede East Coast y de West Coast. Estoy segura de que has vistomuchas diferencias entre nosotros y tus amigos de Nueva York.Qu me dices? Mis lectores estaran muy interesados sobretodo chicas como Kelly y Debbie. Tal vez podras escribirsobre el falso bronceado de East Coast."

    Y entonces se ri, no de forma maliciosa, exactamente, perotampoco inocentemente. Pero as, pronto me di cuenta, era CeeCee, todo brillantes sonrisas brillantes por todos esos brackets

    y un gran sentido del humor. Era famosa, aparentemente, porsu gran risa de caballo, que a veces le sala sin poder controlarla,como una descarada alegra, y que era silenciada por los novatosrepipis que hacan de vigilantes de pasillo, rindonos pormolestar a los turistas que venan a sacar fotos de JuniperoSerra.La academia Mission era pequea. Solo tena setentaestudiantes de Segundo curso. Estaba agradecida de que

    Atontado y yo tuviramos diferentes horarios, y a la nica hora ala que coincidamos era en la comida. La comida, hablando deello, era en el patio de la escuela, el nico sitio ms grande que elaparcamiento, un enorme patio con vistas al mar, donde los deltimo curso se sentaban con los de segundo, y las gaviotasrondaban a cualquier insensato capaz de tirar comida. Lo sporque lo hice. La hermana Ernestine a la que Adam, queestaba en mi clase de social, haba llamado vieja vino hacia my me dijo que no lo volviera a hacer. Y como si no me hubieraquedado claro se oyeron un montn de graznidos de gaviotasque atravesaron el cielo y revolotearon sobre m, de la misma

    forma que las palomas solan hacerlo en el parque deWashington Square Park si eras tan tonto de tirarles algunagalletita salada.A lo que iba, Dormiln y Doc tambin estaban en la hora de lacomida. Fue la nica vez que vi a uno de los Ackermans en laescuela. Estaba interesada en observarles en su ambiente

    natural. Estaba contenta de ver que haba acertado en laestimacin de sus caracteres. Doc estaba rodeado de unamultitud de nerds, de los cuales la mayora llevaba gafas y tenansus Lan-topa (ordenadores) sobre sus rodillas, algo que nuncapens que la gente hiciera. Atontado estaba en el grupo de losatletas, rodeado igual que las gaviotas me rodeaban a m - porlas chicas guapas y bronceadas de clase, incluyendo con la queno me quise sentar. Su conversacin pareca consistir en lo quehaban hecho por Navidad, siendo el primer da de clase despusde las vacaciones, y quin se haba roto ms miembrosesquiando en Tahoe.

    Sin embargo, puede que Dormiln fuera el ms interesante detodos. No es que estuviera despierto. Por favor. Estaba sentadoen una de las mesas con los ojos cerrados con su cara mirandohacia el sol. Lo vea as todos los das en casa, eso no era lointeresante. No, lo interesante era quin estaba al lado Dormiln.Un to que estaba increblemente bueno que no haca nada msque mirar hacia la nada con una expresin de tristeza en su cara.A veces, cuando algn chica pasaba cerca como lo hacencuando hay un to bueno y lo saludaban, l apartaba su miradadel mar que era hacia donde estaba mirando y deca, "Oh,hola," volviendo a mirar al instante hacia las hipnticas olas del

    mar.Se me ocurri que Dormiln y su amigo podan fumar hierba. Esoexplicara muchas cosas de Dormiln.Pero cuando le pregunte a Cee Cee si saba quin era ese chico,y si poda o no tener un problema con las drogas, dijo, "Oh, esees Bryce Martinson. No, no toma drogas. Solo est triste, yasabes, porque su novia muri despus de romper.""De verdad?" le di un bocado a mi perrito caliente. El servicio decomida de la Academia Mission dejaba mucho que desear. Ahorasaba porque muchos chicos tiraban la comida. Hoy de primer

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    plato haba perritos calientes. No estoy bromeando. Perritoscalientes. "Cmo muri?""Se peg un tiro." Adam, el chico que conoc en la oficina deldirector, se haba unido a nosotras. Estaba comiendo Cheetos deuna enorme bolsa que haba sacado de la mochila que llevabacolgada del hombro. Una mochila de Louis Vuitton, debo aadir.

    "Acab con la parte trasera de su cabeza destrozada."Una de las chicas con cara de caballo se dio la vuelta, y dijo,"Dios, Adam. Cmo puedes ser tan insensible?"Adam se encogi de hombros. "Eh. No me gustaba cuandoestaba viva. No voy a decir ahora que s solo porque est muerta.De hecho, incluso, la an odio ms. He odo que el mircolestenemos que ir a rezar por ella.""Es cierto." Cee Cee pareca disgustada. "Tenemos que rezar porsu alma inmortal destinada a arder en el infierno por habersesuicidado."Adam miraba pensativo. "En serio? Pensaba que los suicidas

    iban al Purgatorio.""No, estpido. Por qu crees que monseor Constantine no ledejo a Kelly organizar un silencio de un minuto en su memoria?El suicidio es un pecado mortal. Monseor Constantine nopermite que un suicida sea honrado en su iglesia. Ni aunque se lopidan sus padres." Cee Cee puso sus ojos en blanco. "Nunca megusto Heather, pero odio al monseor Constantine y ms a susestpidas normas. Estoy pensando en hacer un artculo sobreello, y titularlo el Padre, el Hijo, y el santo hipcrita."Las otras chicas se rieron nerviosamente. Esper hasta quepararan y luego pregunt, "Por qu se suicido?"

    Adam pareca aburrido. "Por Bryce, claro. l rompi con ella."Una guapa chica negra llamada Bernadette, que nos sacaba doscabezas, susurr, "O que lo hizo en el centro comercial