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Staff

Moderadoras de Traducción Edgli

Katiliz94

Traductoras Edgli

Katiliz94 Kristel98

Onnanohino Gin Hanna Marl

DarkAngelGirl Deby92

Candas_12 Zyan11

Reyna Cipriano Sitahiri

Nanami27 AntoD

Ale Rose

Moderadoras de Corrección Edgli

Fher_n_n

Correctoras Sarii

Hanna Marl Edgli

Katiliz94

AlyshiaCheryl Alicadi

Desafio89 KatieGee

Revisión Final

Edgli

Diseño Jazmín

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Indice

Capitulo 1

Capitulo 2

Capitulo 3

Capitulo 4

Capitulo 5

Capitulo 6

Capitulo 7

Capitulo 8

Capitulo 9

Capitulo 10

Capitulo 11

Capitulo 12

Capitulo 13

Capitulo 14

Capitulo 15

Capitulo 16

Capitulo 17

Glosario

Frases Irlandesas

Familia

Otros Personajes

El Naio (Los Nueve)

Sobre la Autora

Redemption

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Sinopsis

Kylah es la nieta de dos diosas Celtas pero debido a una tragedia los recuerdos de Kylah fueron tomados para protegerla. No tiene idea de quién es realmente, pero pronto lo descubrirá... pronto tendrá que enfrentarse a su pasado para salvar su futuro.

Prophecies of The Nine, #0.5

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Capítulo 1

Traducido por Edgli Corregido por Sarii

No tengo idea de cómo se las ingenió Vincent para conseguir una mesa para

tres en Il Mulino tan pronto, pero a caballo regalado no se le mira el colmillo. Il Mulino estaba de número dos en la lista Zagat de los mejores 20 Restaurantes en Nueva York. La limusina se detuvo frente al restaurante, y todos salimos mientras el conductor mantenía la puerta abierta. El lugar no estaba lleno para nada. De hecho, parecía que éramos los únicos clientes. Los camareros eran las únicas otras personas alrededor, y también parecían ser pocos.

Nos sentamos y ordenamos una botella de vino mientras ojeábamos el menú. Hice mi pedido en el instante en que vi los Tortellinis alla Panna; podía casi saborear el tortellini y la crema de sauce derritiéndose en mi boca. Cuando el camarero trajo el vino, escuché el timbre de mi celular. Asumo que debe ser un texto de mi hermano sobre la hora a la que regresara a casa, pero en cambio, era un mensaje de Vivi. Decía, “ve rápido a la puerta trasera, necesito hablar contigo”. Miré el texto dos veces antes de levantarme y excusarme. No podía imaginar por qué Vivi estaría aquí y no con Tynan en Irlanda. ¿Llegaron a casa temprano o algo así?

Miro alrededor, tratando de descubrir cómo iba a llegar a la puerta trasera, ¿Tal vez a través de la cocina? Toda esta situación era tan extraña. Caminé atravesando la cocina impecable de acero inoxidable preguntándome donde estaría el chef. ¿No debería haber sartenes retumbando y sub chefs llamando por las órdenes? No podía ver nada de comida en las mesas tampoco: ningún olor a ajo, ningún camarero presionando. ¿Qué demonios estaba pasando?

Cuando finalmente llego a la puerta trasera, estaba trabada, pero había una llave antigua colgando de un cordón de terciopelo carmesí al lado del reloj. Sacudí la cabeza, pensando que finalmente me había vuelto loca. La llave se deslizaba en la cerradura fácilmente, pero la puerta no cedía. Mierda. Algo debe estar bloqueándola del otro lado

—¡¡VIVI!! No puedo abrir la puerta. Debe estar bloqueada. ¿Puedes intentar abrirla desde tu lado?

El grito de pánico me hizo empujar la puerta con el hombro. Ésta repentinamente se abrió y me introdujo en la profunda oscuridad del callejón. El

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olor a hierba mojada impregnó mi nariz casi inmediatamente. Ese no es un olor normal en un callejón de Nueva York.

—Genevieve Ava Brannagh, me estas asustando. ¿Dónde estás? No puedo ver nada. —Sintiendo mí alrededor por algo, lo que fuera que guiara mis pasos, vi una luz que parpadeaba en la distancia. La pared de ladrillo a mi izquierda estaba vagamente iluminada, pero había suficiente luz para usarla de guía. El pánico empezó a abrumar mis pensamientos. ¿Dónde estaba Vivi? ¿Por qué había gritado?

El sólido suelo a mis espaldas cambió mientras daba el siguiente par de pasos; el concreto se volvió una mezcla de lodo y agua, y la pared de ladrillos se transformó en arbustos espinosos. Definitivamente estoy perdiendo la cabeza. Cada paso se volvió ascendentemente mas difícil mientras caminaba. Las filosas ramas rasguñaron y rasgaron mis piernas mientras me dirigía a lo que era una pared de ladrillos hace un momento. Un par de pasos más y empecé a sentir la sangre mientras bajaba por mi pierna. Genial, la noche en la que decido usar un vestido y tacones de seis pulgadas es la misma noche en la que debería haber usado pantalones y botas. El viento aulló suavemente, tan suavemente que casi sonaba como voces en la distancia. Una vaga esencia a madera quemándose me distrajo del olor a musgo y tierra que parecía abarrotar el aire.

Perdí todo sentido de orientación mientras un paso se volvía quince. Navegar a través de Nueva York era una cosa, pero no tenía idea de donde estaba. Mi pequeño vestido negro estaba ahora andrajoso, y mis Jimmy Choo se habían ido en este infierno pantanoso en el que estaba atrapada.

—Demonios Vivi… me vas a comprar un nuevo conjunto. —Viajé a través de la última parte de barro, finalmente llegando a un terraplén poco profundo. Me senté y enjuagué mis manos, vertiendo agua fría en mis brazos. Me levanté, rompiendo el material que guindaba de mi vestido y lo usé para envolver el rasguño más profundo de mi brazo derecho. No tenía tiempo de tomar inventario de cuantas lesiones cubrían mis brazos y piernas, pero sabía que un baño caliente y jabonoso y algo de peróxido serían parte de mi futuro… con esperanza más pronto que tarde.

Vi una luz dorada brillando tras unos árboles. Me detuve por un momento, viendo las sombras de las ramas de los arboles bailando al ritmo de la luz parpadeante. Las ramas empezaron a romperse con mi movimiento mientras bestias aladas empezaron a volar fuera de sus escondites. Estaba ensangrentada, harapienta, pero estaba determinada a llegar a esa luz, determinada a llegar a donde mi cuñada, podía oír voces susurrando en la distancia, las cuales se volvían mucho más altas mientras más me acercaba.

Algo estaba cerca, porque el vello en la parte trasera de mi cuello se erizó con atención. Mi corazón empezó a correr mientras la luz dorada se volvía una torre de llamas calientes fundidas, alzándose altas sobre mi cabeza.

—Kyyyllllaaahhhh… —una voz misteriosa y rasposa hizo eco a través de los arboles —. Es momento… es momento de que vuelvas a casa —Traté de correr. Pero estaba atrapada en el lugar mientras bestias chirriantes zumbaban sobre mi cabeza, arañándome. Ninguna de ellas se materializó frente a mí; sus ojos rojos de

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sangre se encontraron con los míos mientras saliva goteaba de sus dientes filosos como cuchillas. Acarició mi oído mientras susurraba —. Mía.

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Capítulo 2

Traducido por Katiliz94

Corregido por Hanna Marl

Roan, mi más fiel sirviente, entró en el cuarto como la mayoría de las hadas lo

hace… en silencio. —Mi señor, los exploradores registraron en las brechas de la tumba y los

alrededores como usted pidió, pero no fueron capaces de encontrar lo que le interesaba. ¿Debería enviarles a la ciudad para encontrarse con los demás, u ordenarles volver a casa?

Las luces parpadeaban mientras caminaba delante de mi mayordomo de camino hacia la sala de cámara. Mi hogar en Nueva York era palaciego, pero no lo comparaba con mi castillo en Irlanda. Estaba, sin embargo, resignado a permanecer aquí hasta concluir con mis negocios.

—Envíales a NuevaYork para encontrarse con el resto de la horda… ¿Y Roan? Diles que si me fallan una segunda vez, les daré de alimento a los mutantes. —Dejó la habitación abruptamente mientras me desvanecía al único lugar que me traía algo de paz, el calabozo en el castillo donde mantenía mi más valiosa posesión.

Comencé a recordar el tesoro que ya no estaba en mi posesión. Había esperado dos siglos por alguna señal de que ella estaba entre nosotros, pero siempre recibía los mismos resultados de los exploradores, ella ya no está en este reino y se había ido en el desvanecimiento. Ellos incluso afirmaron haber encontrado un montón de piedras cerca de la Calzada de los Gigantes dedicada a mi hermosa Aednat. Me acerqué a la pared del calabozo y deslicé mi mano a lo largo de la áspera y grisácea piedra, recordando el día que ella había venido a mí.

Mis guardias la encontraron más allá de los muros del castillo y la trajeron a mí como un regalo. En ese momento, la rechacé y les ordené llevarla a la mazmorra para dejar a los mutantes alimentarse de ella. No tenía idea de qué regalo me habían presentado en ese momento hasta que derrumbó mi hogar con sus talentos. Mi belleza logró eliminar a unos pocos de mis guerreros favoritos antes de que me fuese devuelta ensangrentada y golpeada. La mera visión de ella aumentaba mi deseo, y supe desde aquel momento que haría cualquier cosa por poseerla.

Las afiladas púas en el fondo del suelo de la mazmorra habían hecho bastante daño a su perfecta belleza. Su piel de alabastro estaba matizada con color carmesí, lo cual la hacía parecer una campesina, pero yo sabía que era mucho más. Nunca había olvidado la mirada en esos aventurinos ojos verdes cuando declaró que

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algún día me mataría. Ah, la vitalidad y la pasión en sus palabas. Incluso ahora, el pensamiento de ella hacía que mi pene se retorciera con anticipación. Tener su pelo azabache extendido ante mí una vez más, sería mi mayor conquista. Dos siglos habían pasado, pero todavía podía recordar el sonido de su voz cuando gritaba. No podía esperar para escuchar esos mismos gritos cuando la tuviera en mi cama otra vez. Quizá esta vez me aceptaría de buena gana y no me forzaría a sedar su fuerza con el tónico.

Los pasos de botas en el suelo de piedra detrás de mi volvieron mi enfoque al ahora —. ¿Qué tienes que reportar, Gavin?

Gavin se acercó pero permaneció a distancia, lo cual era normalmente una sabia decisión cuando llegan mensajes no deseados —. La encontré, Señor, pero no es como usted la describió. La mujer que encontré tiene los ojos verdes como usted dijo, pero su pelo no es oscuro, Señor; es rojo. No creo que sea la mujer que ha estado buscando.

Incapaz de contener la furia, dije —, no te pedí que rastreases el color de su pelo. Sin embargo, te pedí que investigaras si era humana o estaba encantada. ¿Lograste descubrir eso en tu vigilancia?

—Sí, Señor. Hay algo único en ella. He estado entrando en sus sueños, y ella sabía que yo estaba ahí.

Abruptamente me volví para enfrentar a Gavin —. Así que mis intentos por conectar con ella han estado funcionando. Es ella en los sueños. —Una perversa sonrisa se deslizó por mi rostro. Ahora no falta mucho, mi precioso tesoro —. ¿Entonces cuándo estarás trayéndola a casa para mí, Gavin? —Mi impaciencia estaba comenzando a mostrar como mi oscura mitad fae empezaba a surgir. Los colmillos de las bestias que contenía en mí suplicando por la liberación, pidiendo saborear la sangre de la única que se atrevió a enfurecerme. Gavin observaba como las bestias se arremolinaban a mí alrededor.

—No estoy seguro, Señor; siempre está rodeada por humanos, y sin arriesgarse a exponerse... —Las siguientes palabras de Gavin fueron dichas sobre sus rodillas. —... esta noche, Señor. Esta noche estará en casa con usted.

Arrastré a Gavin a sus pies por el cuello de su camisa, y domestiqué las sombras que amenazaban con estrangular su vida —. Muy bien. Esta es una respuesta mejor. —Gavin bajó la cabeza en reconocimiento mientras desaparecíamos de regreso a la casa justo a las afueras de Nueva York. Al pasar por la sala de estar, no pude sino sentir desprecio. El hecho de que tuviese que estar en este lugar era exasperante. Esta casa era tan pobre comparada con mi hogar en el Norte de Irlanda, pero por ahora servía como la base de operaciones mientras buscabamos a mi tesoro perdido.

—Tengo una tarea más para ti, Gavin. —Me quité el anillo de pirata del dedo anular izquierdo y lo situé con cuidado en la mano de Gavin —. Asegúrate de que este anillo sea situado en su cuarto. Fuera de vista, pero en algún lugar donde pueda encontrarlo.

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—Liam, me temo que estas enviando al comandante erróneo para este trabajo. —El áspero tono de voz de Layne desvió mi atención.

Vi como Layne, mi única comandante femenina, caminaba hacia mi oficina. Era una alta, esbelta mujer con poco pelo dorado corto, y curvas para complementar su apariencia. Era perfecta: como una mujer y como una guerrera. Nunca nadie sospecharía que era un vicioso demonio guerrero que podía cambiar las emociones de los humanos con un mero toque.

—Este trabajo requiere delicadeza, y seamos francos. Demonios de seis pies y cuatro pulgadas con tatuajes tribales tienden a atraer el tipo de atención equivocada, la clase de atención que mantiene a tu tesoro fuera de tu alcance.

Sonreí ante su ignorancia. —Puedes estar en lo cierto, Layne. En efecto puedo estar enviando al guerrero

equivocado para hacer el trabajo. ¿Tienes un mejor plan, mi mascota? —¡No! —Gavin empujó más allá a Layne para estar ante mí —. Señor, déjame

terminar lo que he empezado. Solo regresaré aquí para reportar mi progreso. No le fallaré otra vez.

Caminé hacia el mini bar, serví un vaso de Coñac, y lo bebí despacio, contemplando mi dilema —. Layne, sigue a Gavin de vuelta a Nueva York. Si no logra triunfar, lo cual sospecho que hará, asegúrate de devolverme lo que quiero, o tú también pagarás un alto precio. ¿Ambos tienen claras mis expectativas?

Ambos asintieron en unísono antes de que se desvanecieran de mi oficina. Apuré lo último de mi bebida y miré el reloj en la esquina. Horas, mi hermosa... horas hasta que seas otra vez mía.

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Capítulo 3

Traducido por Kristel98 (SOS)

Corregido por Hanna Marl

Gritando e incapaz de tomar una respiración profunda, frenéticamente me

senté y miré alrededor de la habitación. Rápidamente me di cuenta que era sólo otra de mis pesadillas. Yo no estaba realmente rodeada por un muro de llamas, y las criaturas aladas no me rasgaban y arañaban en mis brazos. Tomé unas cuantas respiraciones profundas y miré el reloj de alarma. Me maldije en voz alta por esta incapacidad para mantenerme en mi normal, bien establecido horario.

Tiré de la sabana y me dirigí hacia el cuarto de baño para salpicar un poco de agua en mi cara. Me apoyé en el armario del baño y me quedé mirando mi reflejo, pensando que todo el mundo podría haber estado en lo cierto acerca de cuan exhausta me veía. A este ritmo, iba a necesitar maquillaje teatral para cubrir esos círculos oscuros. No tenía ni idea de por qué estaba teniendo unos sueños horribles. Demonios, había sido como vivir en una película de Freddy Krueger. En el momento que te quedas dormido, estás jodido. No estaba segura cuánto más de esto podía aguantar. Tenía miedo de acostarme nuevamente, pero yo necesitaba un jodido descanso.

Entré a la cocina, metí un K-cup1 en la ranura, y esperé los sesenta segundos que tarda el café para prepararse. En serio extraño a Vivi alrededor. Ella era siempre la primera en levantarse, y siempre tenía un pequeño mini-desayuno esperando para la próxima persona a levantarse y brillar. Agarré la crema de la nevera y no pude evitar sonreír ante las bromas sutiles de mi hermano sabelotodo. Había puesto una instantánea 4 x 6 de una de las fotos de su boda en la nevera con un imán "succionador". Él sí necesita terapia. Mi hermano Tynan era un sabelotodo cierto, con un increíble sentido del humor, mientras que su novia Genevieve de mucho-tiempo era la calmada y sensata. Todos nos habíamos preguntado en los últimos años cómo alguien tan sensata, de libros e inteligente como Vivi podría estar con un bromista como Ty, pero la conexión entre sí era innegable.

Ellos habían dado el sí hace unas pocas semanas. Sólo Dios sabía lo que les tomó tanto tiempo para finalmente casarse, pero al menos ahora era oficial. Dos años más y ellos habrían estado de hecho gritando ruidosamente. Sólo faltaba un día y un despertar para que regresaran de su luna de miel en Irlanda, a

1K-Cup: Taza con un sistema especial para preparar Chocolate o café caliente. Cada K-cup es un

recipiente de plástico con un filtro de café dentro.

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continuación, el nivel de ruido y la normalidad de lo cotidiano harían toda esta mierda de pesadilla bien.

Miré el reloj mientras me dirigía al baño. Mierda. Tengo que poner mi culo en marcha. Cansada abrí la ducha y esperé a que el vapor se construyera. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me acordé de las palabras que la criatura había utilizado. "Kylah, es el momento para que vuelvas a casa." Nota Mental: Ir a la librería y comprar un libro sobre interpretación de los sueños. La ducha parecía fantástica, y me hubiera gustado poder quedarme en el calor del agua por un poco más de tiempo, pero por desgracia, el tiempo no estaba de mi lado esta mañana.

Rápidamente hice mi maquillaje, tiré mi pelo recogido en una cola de caballo, y me vestí. Todo lo que necesitaba ahora eran los zapatos y pronto estaría fuera de la puerta. Mi celular sonó mientras agarraba mis botas fuera del armario. Sabía exactamente quién iba a estar en el otro extremo de esa llamada, y no tenía ganas de oír a nadie gritarme en este momento. Metí mis pies en mis botas y suspiré mientras tomaba un último vistazo en el espejo encima de la mesa de entrada. Sí, iba a llegar tarde otra vez, pero no era como si alguien fuera a morir porque sus trajes no tuvieran un dobladillo. Cogí mi abrigo y pulsé el botón de respuesta en el teléfono, cerré la puerta principal.

—Buenos días a ti también, Jake. —Rodé los ojos mientras escuchaba la diatriba que le siguió.

A mi asistente le gustaba usar los nombres de sus diseñadores favoritos y hoy ha sido "Dior". El hecho de que yo no le había llamado por su nombre correcto ahora había desviado el motivo de su completa llamada. Golpeé el botón del ascensor y esperé a que "Dior", continuara hablando sobre los vestidos y los actores que necesitaban algo específico hecho a sus vestuarios.

Cuando las puertas se abrieron, hice una breve pausa antes de entrar en el ascensor. Normalmente estaba lleno, pero hoy había un hombre apoyando la espalda de manera casual contra la pared leyendo la primera página de The New York Times —. Buenos días —le dije mientras asentía. Era un hombre alto, bastante atractivo, y con un abrigo de cuero negro desteñido. No había nada particularmente amenazante sobre el hombre, pero el tatuaje que parecía deslizarse fuera del cuello de su desaliñada camisa blanca se prestaba mas a un “no me molestes” tipo de persona. No podía poner mi dedo en él, pero había algo extrañamente familiar en este hombre. Rápidamente me despedí de mi paranoia cuando Dior empezó a vociferar de nuevo. Entré y apreté los botones de flecha cerca del panel.

La irregular recepción del teléfono celular me permitió perder la mayor parte del puto período de sesiones de Dior en el camino hacia el vestíbulo. La única parte que alcancé a escuchar fue que si yo no ponía mi culo a trabajar pronto, la actriz principal iba a llegar tarde a su pedicura, y sería culpa mía.

—Está bien, estoy en camino, y estoy segura de que Brooke puede esperar diez minutos más por mí para llegar allí. He tenido que esperar por ella muchas veces.

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—Salí del ascensor, y no podía evitar sentir como si aquel hombre tatuado se deslizara detrás de mí, pero cuando me volví a mirar, no había nadie.

Me encogí de hombros como si fuera poca cosa, empujé la puerta giratoria del vestíbulo y salí a la avenida. Una sonrisa se apoderó de mi cara tan pronto como vi a Olivia salir de su coche negro a la ciudad. Olivia tenía esta extraña habilidad para detener a los hombres en su camino. Ella era una malcriada princesa italiana, menuda, con ojos azul zafiro, cabello negro azabache, y un fuerte acento de Brooklyn. Cuando entró en la habitación, el tiempo se detuvo y todos los ojos se volvieron hacia ella, hombre o mujer. Era casi como si la gente estúpida se golpeara en la mera visión de ella. Ella, sin embargo, no era consciente de nada que no sea su última conquista de compras. Supongo que los años de ser la hija de un jefe de la mafia y de tener un hermano monstruosamente sobre protector podría cambiar la perspectiva de una niña. Pensaba que Dillon y Tynan eran sobre protectores, pero Vincent Batianni le ganaría a mis dos hermanos en esa categoría... sin duda.

—Kylah, tienes que ver mis nuevos Louboutin son... ¡son preciosos! —Olivia sonrió mientras se movía para enseñarme sus zapatos nuevos, pero al mismo tiempo, un hombre de negocios caminaba cerca de George, nuestro portero, para que se le llamara a un taxi para otro residente.

La siguiente serie de eventos sucedidos fue como una escena a cámara lenta de una película. El empresario no podía apartar los ojos de la ranura en la falda de Olivia. A medida que la ranura se trasladaba a mostrar la mayor parte de su muslo, el pobre hombre, entonces tropezó y chocó con el machote guardaespaldas de Olivia. Joe, también conocido como Mr. Músculo, perdió el control sobre las bolsas de Louboutin en sus manos y cayó hacia el coche, chocando con Olivia. El flujo de palabrotas de mi menuda pequeña amiga habría hecho sonrojar a un marinero —. ¿Tiene usted alguna idea de quién es mi padre, tú imbécil hijo de…? —fue la última frase que escuché antes de que se volviera a ir en la dirección de Starbucks —. Nos vemos más tarde, Olivia. No te olvides de la noche del sábado, ¡Te amo!

Afortunadamente estaba a sólo unas cuadras de distancia, ya que por el momento, un IV de java no sería suficiente para mantenerme despierta. Mientras esperaba a que el barista terminara mi café expreso triple, mis pensamientos una vez más derivaron a mi última pesadilla. Juro que en secreto debo estar fumando humo de pipa. Los sueños se veían tan reales. Podía literalmente saborear el aire a mi alrededor, y las visiones y sonidos eran más realistas que una película tridimensional. Mientras el encargado llamaba mi nombre, tomé mi bebida y me apresuré a la puerta para llamar un taxi.

Por suerte, sólo tenía que estar en el teatro durante un par de horas de hoy por unos pocos arreglos y luego tendría un par de horas para matar antes de tener que ir a la casa de Keenan para reunirme con Dillon.

Abrí la puerta de la sala verde y vi a la banda de los actores impacientes esperando.

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—Está bien, ¿quién va primero? Me las arreglé para hacerlo a través de la locura en el teatro a pesar de que

Brooke constantemente jadeaba y resoplaba sobre cómo se estaba perdiendo su pedicura por mí. Le dije que si ella se movía una vez más mientras que yo estaba tratando de ajustar su dobladillo, le haría perder más que su pedicura. Las risas de los otros actores la llevaron a fruncir el ceño a la multitud y finalmente se detuvo. Yo realmente amaba mi trabajo. No mucha gente podían ganarse la vida haciendo lo que amaban, pero, sinceramente, podría arreglármelas sin todas las prima donnas2.

2Prima donnas: Es el término en italiano que se usa para designar a la primera cantante, mujer que desempeña los papeles principales en las operas.

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Capítulo 4

Traducido por Onnanohino Gin

Corregido por Edgli

Me senté en mi máquina de coser y dejé que mis pensamientos vagaran

mientras trabajaba. Habían pasado cinco años desde que mamá y papá fueron asesinados…Cinco años con un montón de cambios en nuestras vidas. Ahora era diseñadora de modas para este show de Broadway, y los chicos ahora tenían Keenan’s: un próspero Pub Irlandés en la Cocina del Infierno.

Nunca olvidaré el día en que Nana vino a mi habitación para explicarme lo que había pasado. No recuerdo casi nada de aquellos primeros meses, aparte de que mis hermanos y mi abuela me vigilaban constantemente, y que francamente eso era todo lo que quería saber. De acuerdo a Dillon y Tynan, nuestros padres aparentemente nos habían dejado bajo su cuidado en caso de que les pasara algo. Aun encontraba extraña esa orden, ya que ninguno de nosotros éramos niños. Nos podríamos haber mudado fácilmente, podríamos haber tomado nuestra parte de la herencia y empezar de cero; pero mis hermanos eran un par de irlandeses tenaces que creían que el sol salía y se ponía junto con su fiera hermana pelirroja, así que nos quedamos todos juntos. No podía evitar divertirme con tan solo pensar en ellos tratando de retenerme. Yo estaba empeñada en hacer las cosas a mi manera, y ellos estaban empeñados en pararme los pies.

Hace tres años, Dillon pensó que todos necesitábamos un nuevo comienzo; la casa en Stowe, Vermont era preciosa, pero demasiado aislada para su inquieta hermana de veinticinco años… Sus palabras, no las mías. Yo quería comprar un apartamento-estudio aquí en la ciudad, pero mis hermanos no tenían intención de dejar que me mudara y viviese sola. Dillon y Tynan estaban de acuerdo en que tenían que dejarme seguir mis sueños, pero sólo si todos nosotros seguíamos viviendo juntos. Sabía que nunca ganaría una discusión de las de vivir por mi cuenta, así que acabé abandonando.

Mi única salvación era Genevieve. Ella había sido como una hermana para mí: una aliada, una manera para encontrar el equilibrio con toda la testosterona irlandesa que había en la casa. Recuerdo cuando todos nos mudamos al ático de Chelsea. Era un día de otoño como el de hoy, yo había empezado las clases en el Instituto de la Moda y la Tecnología; y Dillon y Tynan decidieron abrir un bar para mantenerse ocupados. Los chicos no necesitaban trabajar por lo del fondo familiar,

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pero tenían que encontrar algo que hacer. Genevieve les advirtió que no podían llevar un registro de todos mis movimientos sin que yo acabara tomando represalias; así que se enfocaron en trabajar en el bar. Los tiempos habían cambiado mucho desde que papá y mamá murieron.

Terminé de cortar el último hilo del vestido blanco de cuentas en el que estaba trabajando y lo colgué delicadamente en el perchero. Con el resto de la tarde libre, tomé mi bolso y traté de decidir cómo gastarla. Podría ir a casa y descansar, pero Dillon querría saber por qué estaba durmiendo a mediodía, así que decidí pasar de la siesta. Explicarle que había tenido otro sueño donde locas criaturas demoníacas trataban de matarme no era el tipo de conversación que quería tener, así que decidí que un paseo por Central Park sería un plan mucho mejor.

Era un hermoso día otoñal, y salir a caminar podría ayudarme a aclarar mis pensamientos. El estanque de Central Park siempre había sido uno de mis lugares preferidos. El agua me calmaba y ayudaba a relajar mis nervios cuando parecía que nada podría hacerlo. Pensé otra vez en el sueño, mientras caminaba hacia el parque. No pude quitarme la sensación de que estaba olvidando algo, como si fuera un mensaje que se suponía que tenía que recibir, pero no me estaba concentrando lo suficiente en los detalles.

Estaba segura de que mi terapeuta concluiría que sólo era mi subconsciente intentando conciliar la pérdida de mis padres. De acuerdo con el Dr. Stoddard, yo había elegido no enfrentar mi depresión de una forma normal. Me dijo que necesitaba atravesar los estadios del duelo. Al diablo con los estadios del duelo. Prefería mi método…perderme en mi rutina diaria, poner todos mis sentimientos en cajas envueltas con elaborados lazos satinados. La idea de que el duelo se pudiese ir siguiendo, como si se tratara de una hoja de ruta, se me hacía ridícula. Había perdido a las dos personas que me habían traído al mundo; un minuto estaban aquí y al siguiente ya se habían ido. Sin advertencias ni despedidas…Sólo se fueron. Me molestó tanto que él pensara que podía decirme cómo debería seguir con mi vida. Dejé de verlo después de la segunda sesión. Algún día, cuando lo sintiera, rebuscaría en esa caja, pero no porque era algo que tenía que hacer, sino porque era algo que quería hacer…bajo mis propias condiciones.

Caminé a través del Puente Gapstow y me detuve para respirar el aire otoñal. La fría brisa sopló a través de los árboles y los perros ladraron en parejas mientras pasaba. La esencia de pachuli arrastró mi atención hacia una chocante joven con pelo corto rubio que caminaba tirando de su bulldog inglés. La fragancia me recordó a mi madre. La única diferencia era que la esencia de mi madre siempre llevaba una pizca de aceite de granada mezclada. Seguí a la mujer para disfrutar un poco del lío mental de “hecho muchísimo de menos a mi mamá”, y encontré un sitio genial donde sentarme. El susurro de los robles y el lento murmullo del agua ya habían empezado a calmar mis nervios.

Los vibrantes colores otoñales de los árboles se reflejaban en el agua. Ya podía visualizar un vestido de gasa de color naranja tostado, tiré del cuaderno de bosquejos que llevaba en el bolso para dibujarlo. Jadeé cuando el diario de mi

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madre salió y aterrizó en la acera. Rápidamente lo recogí y le quité el polvo y la suciedad del suelo. Este libro era increíblemente delicado, y si Dillon y Tynan se enteraban de que yo lo tenía y de que me lo había llevado a la oficina, les serviría mi cabeza en bandeja.

Lo encontré un día que estaba buscando una de las novelas de mi padre. Se ubicaba entre una copia de Orgullo y Prejuicio de 1926 y una maltratada copia de El Conde de Montecristo. No vi ningún título en el lomo, pero las hojas con bordes dorados hechos a la antigua me llamaron la atención, parecían llamarme. En el momento en que lo abrí, las lágrimas invadieron mis ojos. El nombre de nuestra familia, en versión gaélica, estaba impreso en relieve en la cubierta de este antiguo tesoro.

La esencia a pachuli me llegó de golpe otra vez, miré hacia arriba para encontrarme a la mujer del bulldog de pie ante mí.

―¿Está ocupado este asiento? ―No, por favor siéntate. ―Sonreí y me deslicé hacia un lado rápidamente,

devolviendo el diario de mamá a mi bolso bandolera. Su perro se me acercó y me olisqueó las botas cuando ella se sentó. Me incliné para dejar que el perro me oliera la mano―. ¿Cómo se llama?

La mujer sonrió: ―Bueno, su nombre es Darcy. ―Reí entre dientes por el hecho de que un perro

tan rechoncho tuviese un nombre tan remilgado. ―Está bien, te puedes reír. Me pasa todo el tiempo. Le puse ese nombre por mi

personaje favorito, el Sr. Darcy de Orgullo y Prejuicio. ―Qué gracioso, hace un momento justamente estaba pensando en ese libro. ―Hola. ―Extendió su mano―. Me llamo Layne, encantada de conocerte. ―Encantada de conocerte también. Mi nombre es Kylah. ―Así que, ¿también eres fan de Jane Austen? ―Layne tiró de la correa y Darcy

se movió y se sentó sobre sus pies. Sonreí de oreja a oreja: ―Totalmente, me encantan los clásicos. En ese momento sonó mi móvil y el tono de AC/DC me recordó que había

olvidado dar señales de vida a mi hermano al salir del trabajo. Rebusqué en el bolso, intentando encontrar el móvil, y recogiéndolo después de unas pocas repeticiones de T.N.T.

― Hola Dillon, ¿qué pasa? Lo siento por olvidarme de llamar. Supongo que me distraje. ―Cerré mi cuaderno de bosquejos y lo guardé en el bolso mientras seguía hablando―. Estoy parando un taxi mientras hablamos, te veo en cinco minutos. ―Le guiñé un ojo a Layne y pulsé el botón de colgar―. Oye, si no tienes planes para el sábado por la noche, tenemos un Halloween infernal en nuestro pub familiar ―dije sonriendo. Nunca hace daño promocionarse un poco y sin vergüenza cuando la oportunidad se presenta por sí sola.

―Suena genial. ¿Puedo llevar a mi cita?

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―Claro que sí. Es el Pub Irlandés Keenan en la Cocina del Infierno. Disfrázate con lo mejor que tengas de Halloween. El mejor disfraz ganará cerveza gratis para el resto del año. Espero verte allí.

―No me lo perdería por nada del mundo. ―Layne se agitó porque Darcy había empezado a ladrarle a las hojas que arrastraba el viento.

Me dirigí hacia la Quinta Avenida para parar un taxi. Al extender el brazo, un montón de cláxones empezaron a sonar al unísono. Miré hacia arriba para ver a qué venía tanta conmoción, y vi a un hombre desde un elevador que me miraba frunciendo el ceño. Qué raro. Los neumáticos chirriaron y los insultos comenzaron a llenar el aire cuando se abrió paso entre la gente y el tráfico. Me quedé inmóvil al ver cómo este hombre era pisoteado por un mensajero en bicicleta y se deslizaba sobre el capó de un coche aparcado en su intento de cruzar la calle. Estaba tan distraído por algo en los árboles detrás de mí que al parecer no vio el coche que se dirigió hacia él. Sus ojos brillaron con un tono carmesí mientras miraba al hombre del Mercedes que estaba tratando de detener su coche. Yo estaba tan confundida por el alboroto que no vi el taxi parado frente de mí.

―Disculpe señorita, ¿piensa subir o qué? Tartamudeé un sí mientras observaba cómo se movían los tatuajes que el

hombre del elevador llevaba en el cuello. Se retorcían y giraban hacia arriba en su enmarañada y oscura cabellera, mientras que otros empezaron a aparecerle en las manos y en la cara. Sonrió perversamente en mi dirección mientras yo tomaba el taxi y dejaba mi bolso a salvo en el asiento. Cerré la puerta precipitadamente, y no me di cuenta de que no estaba completamente cerrada; el asa de mi bolso había quedado atrapada al cerrar.

―Calle 51 oeste y dese prisa. ―Abrí y volví a cerrar la puerta rápidamente y me giré para ver si el hombre aun estaba intentando cruzar la calle. Mientras el taxi arrancaba y se alejaba del bordillo, el hombre loco apareció y empezó a golpear la ventanilla con el puño. ¿Pero qué diablos pasaba?

El taxista agitó su puño y empezó a gritar obscenidades a través de la ventanilla, con su espeso acento de Brooklyn lleno de amenazas, mientras maniobraba a través del tráfico de la Quinta Avenida, dejando al hombre atrás.

―¿Ese era su novio, señorita? Porque es un idiota. ―Agitó el puño hacia el volante―. Porque ahora tendré que escribir un maldito informe sobre la abolladura que le hizo a la puerta.

Me quedé mirando al taxista, incapaz de responder, los pensamientos viajaban por mi cabeza a la velocidad de la luz. Volví a mirar hacia atrás para asegurarme de que no nos seguía. ¿Cómo pudo cruzar la calle tan rápido? ¿Cómo se le ocurría pegarle a un taxi en movimiento? Miré hacia arriba y vi que el taxista me miraba por el espejo retrovisor.

―Eh…no, no es mi novio… No tengo ni idea de quién era. ―Revisé mi bolso para asegurarme de que no había perdido nada entre todo el caos. No estaba prestando atención cuando el taxista estacionó justo delante del bar. Chasqueó los dedos en el aire.

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―¡Usté! ¿Aquí quería venir? ―Sí, gracias. ―Recogí mi bolso y salí del taxi, pero antes de cerrar la puerta me

incliné ―, siento mucho lo que ese chico le hizo a su taxi. El taxista se revolvió: ―Malditos imbéciles, hacen esas tonterías todo el tiempo. Ahora está a salvo.

Tengo una prima de su edad, y nunca se sabe con qué clase de basura se va a encontrar.

Cerré la puerta y le pagué el precio del viaje a través de la ventanilla abierta: ―He dejado algo extra para usted. Lo siento mucho. Mientras el taxi se alejaba, yo corrí al Keenan y arrojé mis bolsas en la barra, que

hicieron un ruido sordo. Adaira, la encargada de la barra, y Dillon se giraron para mirarme. Intenté tomar aliento antes de hablar, pero las palabras me salieron atropelladas.

―¿Qué diablos pasa con ese hombre raro tatuado que has puesto a seguirme? Dillon, te juro que si esta es otra de tus jugarretas para vigilarme, vas a tener que caminar con muletas el resto de la noche.

Adaira rio entre dientes, y Dillon me echó una de sus miradas de hermano, cosa que hizo que mi rabia creciera aun más―. Soy una mujer adulta Dillon, ¡no una niña! ―No estaba segura de por qué mi rabia había brotado de esa manera. Por Dios, ¿a quién estaba intentando engañar? Hacía días que no dormía. La mirada que me echó, sin embargo, era de preocupación, no era posesiva.

―Confío en ti Kylah, y no tengo a nadie siguiéndote. ―Caminó alrededor de la barra y me agarró por los hombros―. ¿Cómo era esa persona y dónde la viste por primera vez?

Mi rabia se transformó rápidamente en miedo: ―¿De verdad no habías enviado a nadie Dillon? ―Rebusqué en mi mente algún

otro detalle y me llegó una sensación escalofriante―, Oh por Dios, estaba en el ascensor esta mañana cuando fui a trabajar.

La confusión me abrumó; me preguntaba desde cuándo me había estado siguiendo ese hombre. ¿Cuánto tiempo había estado ajena a lo que me rodeaba? Miré a Dillon a los ojos:

―Sabe dónde vivimos. Podría encontrarme en cualquier momento, ¿no? ―Mi resolución fue aplastante―. No quiero estar en casa a menos que tú estés allí.

Dillon, con calma, le pidió a Adaira que le pasara un lápiz y un bloc de notas de debajo de la barra. Cuando me lo pasó, sonrió ampliamente:

―Muéstrame cómo es. Recuérdame por qué me gasté tanto dinero en esas clases de arte.

―Sabelotodo. ―Le agradecí a Adaira por el lápiz y empecé a hacer un bosquejo de la cabeza afeitada del hombre, con sus rasgos cincelados y sus ojos inolvidables. Los tatuajes que cubrían su cara y su cuello estaban hechos de símbolos y giros intrincados. Estaban conectados entre sí, como si contaran una historia. Cuando acabé el retrato, deslicé el bloc hacia Dillon. Él le lanzó una mirada a Adaira.

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―Dile a Syd que venga a mi oficina. ―Dillon recogió mi bolso y me tomó de la mano para ayudarme a bajar del taburete―. Te llevaré arriba a la oficina, Kylah; puedes descansar allí hasta que sea hora de irnos a casa, quiero que llames al trabajo y digas que estás enferma. Tienes un violento caso de gripe y no te recuperarás hasta dentro de unos días.

La mirada que Dillon me lanzó significaba mucho. Podría protestar, pero eso sólo serviría para acabar en una batalla de poder. Además, estaba demasiado asustada como para estar sola ahora mismo, así que no me molesté en hacer nada más que estar de acuerdo con él.

―¿Sabes algo sobre cuándo volverán a casa Ty y Vivi? ―Ty llamó y dijo que él y Vivi irán a visitar a algunos amigos y después

pasarán su última noche en lo de Nana. ―Me miró y sonrió ―. Oh vamos, sabes que Nana espera una visita suya desde que estaban en Irlanda.

Sonreí y revolví el bolso, buscando mi móvil: ―Es cierto. Desearía poder ver a Nana. Con todo lo que me ha pasado

últimamente, me vendría muy bien su consuelo. ―¿Qué es lo que no me estás contando Kylah? Mis palabras salieron tartamudeando y hechas un lio: ―Yo… He estado teniendo pesadillas, Dillon. No es gran cosa. Sólo necesito

descansar, eso es todo. El viaje en ascensor hasta el tercer piso fue muy silencioso después de mi último

comentario. Sé que le había tomado mucho el pelo por lo sobre protector que era siempre, pero en ocasiones como esta, me alegraba de saber que él se aseguraría de que nos mantendríamos juntos. Me acerqué y tomé la mano de mi hermano, sonriendo cuando él apretó la mía en respuesta.

―Todo va a salir bien, Kylah. No dejaré que nada te pase. ―Lo sé, Dillon… lo sé. ―Fui hasta la lista de contactos del móvil y

precipitadamente le envié un mensaje a mi jefe, contándole lo de mi repentino caso de gripe.

Las puertas del ascensor se abrieron y Dillon salió rápidamente. Se dirigió hacia su escritorio, intentando encontrar algo. Cerró uno de los cajones de un golpe y se guardó algo en la parte de atrás de sus pantalones. Dillon me miró:

―Hablaremos sobre todo esto más tarde. Ahora tengo que preocuparme del hombre que te ha estado siguiendo, pero esta conversación no se ha acabado. ―Recogió la manta que cubría el sofá y me hizo señas para que me acostara ―. Quiero que descanses Kylah, no estaré fuera mucho tiempo, estarás a salvo aquí. Sabes que nadie, excepto la familia, puede llegar a esta planta. Además, ―dijo guiñándome un ojo ―me gustaría ver a alguien intentando pasar por encima de Adaira. Ya conoces su temperamento.

Mientras Dillon cerraba la puerta tras de sí, yo supe que tenía razón. Estaría a salvo aquí hasta que él regresara. Necesitaba una taza de té de camomila, así que me dirigí hacia nuestra pequeña cocina restaurante, pasando por delante de la pizarra donde seguía la sucia broma que Ty había dejado escrita antes de irse a

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Irlanda con Vivi. Los extrañaba mucho a los dos, y deseaba que hubiese podido regresar a casa en el momento planeado. Era muy cercana a mis dos hermanos, pero Tynan y yo siempre parecíamos estar todavía más unidos por alguna extraña razón.

La tetera empezó a silbar mientras yo agarraba una galletita de chocolate del bote de las galletas. Vertí el agua hirviendo en una taza y no pude evitar acordarme de mamá. Este era su ritual nocturno: una taza de té caliente y un buen libro. Esta noche sin embargo, sólo iba a tomar el té; estaba demasiado cansada para el libro. Me senté en el sofá y me tapé con la manta hasta la barbilla, mientras el sueño me reclamaba. Tenía la esperanza de que esta noche mis sueños fuesen pacíficos.

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Capítulo 5

Traducido por Hanna Marl (SOS) Corregido por Katiliz94

La última vez que puse un pie en Nueva York, Theodore Roosevelt acababa de

regresar de un viaje de quince meses en el extranjero, y Frank Woolworth había comenzado la construcción de su nuevo rascacielos. El horizonte era muy diferente estos días y había demasiadas personas caminando en esta ciudad para mi gusto. Yo prefería mi casa aislada en Donegal, Irlanda, donde estaba tranquilo y silencioso. Últimamente, sin embargo, los tiempos tranquilos eran pocos y distantes entre sí. Hoy en día, pasaba la mayor parte de mis noches luchando para salvar nuestra raza.

Estábamos de vuelta en Nueva York para una estancia prolongada. Una nueva amenaza había surgido, lo que había convertido el diálogo normal de Morrigan en diatribas diarias llenas de venganza. Desde que llegamos ayer por la noche, ella había estado ladrando órdenes inusuales a sus criadas. Nadie alguna vez desafiaría a culpar a la diosa o la corregiría sin el miedo de represalias. Había sufrido mucho desde la trágica muerte de su hija, Caolainn, y su nieta, Aednat. La pérdida de las chicas dejaron a la diosa temperamental, y su ira aún tenía que calmarse después de todo este tiempo. Buscó venganza y se había negado a ceder ante la idea de que todo esto era parte de su ciclo vital. Éramos inmortales; debíamos vivir para siempre, pero el líder del Sluagh había encontrado un modo de destruir todo esto. El plan, sin embargo, tenía un defecto importante. Habían enojado a una diosa de la guerra, y ella no descansaría hasta que promulgara su venganza.

Servía a Morrigan, la Diosa de la guerra, y a Brighid, la Diosa del Fuego. No eran sólo mis diosas, sino también mis creadoras. No nací, fui creado con el único objetivo de manejar cualquier amenaza con la que las diosas eligieran no ensuciar sus manos. Era conocido por muchos nombres, pero matón era mi título real. Cuando las diosas lo mandaban, me veía obligado a seguir. Solía luchar porque estaba obligado a hacerlo, pero ahora lucho para saciar mi sed de venganza. Lo único que más quería en este mundo fue tomado de mí hace siglos. Su vida se extinguió por el Sluagh. Ahora todos tenían que pagar por las acciones de unos pocos demonios deshonestos que creyeron que podían capturar a una diosa y vivir para contarlo.

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Le hice una seña al camarero en McSorley para servirme otra ronda cuando sentí que el teléfono que me había forzado a usar Obsydian comenzaba a vibrar. Leí el texto, "La novena ha llegado. Cita en el ático a medianoche."

Hace un milenio, las diosas organizaron un grupo de élite de guerreros llamado Naio. Los Nueve fueron compuestos de varias fuerzas sobrenaturales, cada uno con un determinado conjunto de habilidades que nos hacían los combatientes perfectos. No era frecuente que se organizasen en conjunto como esto; cada uno tenía su propia facción de combatientes que vigilaban a los seres humanos inocentes...

Deslizando el teléfono en mi chaqueta, examiné el espejo encima de la barra y descubrí a una hermosa mujer con el pelo largo negro que estaba sentada en una mesa, bebiendo con sus amigos. Ella apartó el pelo de la nuca y se echó a reír mientras tomaba otro sorbo de su cóctel. La hembra debía haberme notado contemplándola porque me devolvió la mirada. Sus ojos verdes jade enviaron una sacudida de lujuria directamente a través de mí, haciendo que mis pantalones vaqueros se apretaran. Por un breve momento, tuve un flash de mi amada como la mujer que alzó la copa hacia mí. Tomé el último trago de mi cerveza y pagué la cuenta del bar. Cuando caminé más allá de la mesa, guiñé un ojo a la belleza de pelo negro, lo que envió al resto de las mujeres con ella a una fiesta de risa. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido una mujer en mi cama, y si el deber no hubiera llamado, podría haber sido agradable tomarla en el cuarto trasero para saciar nuestros deseos. Pero la verdad sea dicha, había sólo una mujer que alguna vez sería capaz de saciar mis necesidades, y ella hace mucho tiempo entró en el desvanecimiento.

Sacudí el paseo por el carril de la memoria, salí del bar y entré en la noche. Tenía que centrarme en los días por delante. Cuando el anochecer comenzó a instalarse, caminé por las calles llenas de gente, que tenía la ciudad. Tal vez me metería en unas matanzas antes de tener la necesidad de facturar con Naio. Obsydian y Calina habían estado aquí durante las pocas semanas pasadas rastreando al novato Sluagh, siguiendo sus hábitos y patrones. Parecía como si Liam, el líder de estos devoradores de almas, hubiera dado una orden de aumentar sus números aquí porque la ciudad estaba invadida ahora con ellos.

Incluso a la luz del día, pude observar a estas criaturas deambulando por allí, esperando en las sombras que alguien muriera para poder alimentarse. El sol empezó a caer detrás de los edificios mientras hacía mi camino fuera de la aldea del este, sonriendo maliciosamente mientras esperaba a mi primer desprevenido recién llegado. El Sluagh no solía tratar de alimentarse a plena luz del día. Ellos compartían su afecto por la oscuridad con sus homólogos los vampiros. Los Vampiros al menos dan su conocimiento a las víctimas de su intención a través del deseo sexual, pero los Sluagh eran como las hienas que se alimentan de lo que otros descartan.

Me desvanecí en el callejón y vi a una mujer de pie temblando, su caja de pastelillos de panadería salpicados en la tierra delante de ella. Había algo único

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sobre esta mujer, porque a fin de ver el Sluagh, debe tener sangre sobrenatural corriendo por sus venas. Me quedé encubierto mientras la veía mirando hacia la parte trasera del callejón con horror como el Sluagh destrozaba un cadáver fresco. La gente que deambulaba por ahí habría visto a una mujer frustrada sobre artículos de panadería derramados, pero como un inmortal yo podía ver todo esto. El horror que tenía delante era inimaginable, pero para nosotros era una batalla diaria que el aquelarre de Naoi trataba de controlar.

Los Sluagh prefieren alimentarse de las almas de los inocentes, pero también devoran las almas de los malos. La carnicería de este atraco alimentaría el envase completo. Los dos varones humanos que habían silenciado al hombre cortando su garganta también se convertirían en una parte de esta tragedia. Otro novato Sluagh había ido a detectarlos mientras tres devoradores se movieron con gula a alimentarse cuando la fuerza de vida del joven dejó su cuerpo. El Sluagh nunca gastaba algo de tiempo reclamando un alma inocente.

Según a quien consumiera el Sluagh, ellos conseguirían una energía diferente. Las almas malévolas les darían una sacudida leve, pero las almas de los inocentes eran su conquista perfecta. Las almas castas permiten que el Sluagh se haga corpóreo durante cortos períodos de tiempo: tiempo suficiente para que puedan encontrar su próxima víctima. Tiempo suficiente para causar estragos en los seres humanos inocentes. A medida que la mujer pelirroja miraba, era obvio que no podía procesar lo que estaba pasando. Era como si ella nunca hubiera visto algo mágico, su miedo la había encerrado en su sitio, incapaz de moverse. En la realidad, los seres humanos no se "alimentan" fuera de otros seres humanos, pero los Sluagh no eran humanos. Eran demonios y fantasmas que frecuentan e invaden. Eran sus más oscuros temores. Las criaturas de pesadilla eran parte del folclore transmitido de generación en generación. Los Sluagh eran, en esencia, rechazados por el cielo y el infierno, que existen en el reino de los humanos sólo para consumir las almas. Los seres humanos fueron cegados por la magia que existía en el mundo. Ellos asumieron que los cuentos de hadas eran la imaginación salvaje sólo de alguien, los cuentos creativos se contaron para encantar y asustar a niños. Fue esta falta de reconocimiento lo que hizo a los humanos la presa perfecta para estos parias.

En sus formas de fantasmas, eran una horrible ceniza gris con dedos parecidos a garras y ojos parecidos a dos gotas brillantes. Eran cambiadores que podían transformar su forma constantemente para ser lo que convenía a sus necesidades. Eran mitad hombre, mitad criaturas aladas con garras y ojos color carmesí. Venían de todas formas y tamaños, pero el rasgo único que todos tenían en común era el foco único de consumir almas para beneficio propio.

A medida que la mujer miraba en silencio congelada, en estado de shock, hizo ademán de retroceder, pero el macho color pizarra notó el movimiento y se detuvo, sonriendo como si hubiera encontrado el postre de su plato principal. El mayor del grupo tomó al macho gris y le habló en un mal Gaélico. Explicó que era

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necesario llevar a esta otra para su padre o que serían castigados por tomar demasiadas almas. Yo sólo podía asumir que estaban hablando de Liam.

Liam siempre había sido un despiadado señor de batalla, incluso antes de convertirse en el líder de Los Sluagh. No estábamos seguros de por qué Liam había trasladado recientemente a su legión aquí a la ciudad de Nueva York. Lo único que sabía con certeza era que él había enviado a sus mejores guerreros para organizar a los nuevos reclutas.

La mujer gritó cuando se volvió para huir, pero fuera de la neblina brumosa los tres hombres se volvieron sólidos, en torno a ella, rasguñando y arañando casi inmediatamente para someterla. Apareciendo delante de ella, bloqueé el siguiente latigazo del macho pálido y sonreí abiertamente, sabiendo que la victoria era mía.

―Sabes, realmente deberías jugar con alguien de tu propio tamaño.

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Capítulo 6

Traducido por Hanna Marl Corregido por AlyshiaCheryl

Esto no puede estar pasando. ¡Despierta, maldita sea! El miedo puro me abrumó.

Quise marcharme. Quise huir, pero fui congelada en el lugar. La horrorosa imagen ante mí me hizo imposible hacer algo. Las lágrimas comenzaron a fluir por mis mejillas mientras miraba el charco de sangre alrededor del pelo del joven. Tres hombres se cernían sobre él, rasguñando y arañando sus ropas. Sus ojos estaban muy abiertos y obsesionados... estaba muerto. Una imagen brumosa se movía como un fantasma atrapado en agua por encima del joven muerto.

La niebla se tomó un momento para mirar hacia atrás al cuerpo roto y maltrecho en el suelo, pero así como la aparición comenzó a elevarse cada vez más alto, el hombre alto y calvo con rayas negras que cubrían su cabeza venosa sonrió con maldad. Él usó alguna fuerza sobrenatural para hacer entrar la imagen fantasmal en sí mismo.

Moviéndome para retroceder, torpemente di una patada a algo, y cuando esto resonó, el calvo se volvió hacia mí, con los ojos rojos brillantes mientras observaba todos mis movimientos. Los otros dos hombres se volvieron para mirarme, pero eran más cautelosos en su examen. Me volví para correr, pero ellos agarraron mi muñeca. Sus garras agudas dejaron heridas profundas de pinchazo en mi brazo, y el más pequeño de los tres usó sus dientes de navaja de afeitar para pellizcar en mi mano cuando traté de liberarme.

Sin previo aviso, un hombre corpulento apareció delante de mí. Mis asaltantes retrocedieron en estado de shock, pero sólo brevemente antes de que empezaran a arremeter contra él. Él hablaba, pero por algún motivo no podía comprender lo que estaba diciendo. En cambio, miré como él se movía de un modo protector para escudarme del peligro. Agarró a uno de los hombres por la garganta y lo convirtió en cenizas en su agarre. Las otras criaturas se movieron para atacar, pero ellos también eran ahora el polvo que se iba a la deriva a medida que el viento se levantaba en el callejón.

—¿Estás bien? —me preguntó el misterioso hombre mientras examinaba mis heridas. Otra lágrima se deslizó por mi mejilla cuando asentí. Era incapaz de hablar, yo estaba congelada en el lugar mientras lo observaba atentamente. Sus ojos color cobre brillaban con llamas doradas haciéndome tropezar hacia atrás sobre la caja rota de pastelitos. Se trasladó para atraparme, sus brazos me sostenían como si fuera de papel.

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—Cuidado ahí. El sonido de su voz de barítono era algo tranquilizador y familiar. Quise que él

siguiera hablando con la esperanza de que esto distrajera mis pensamientos y tranquilizara mis nervios trastornados, pero en cambio, el tono sensual de su voz hizo que mi cuerpo cobrara vida. Yo no podía apartar los ojos de él mientras hablaba.

—Ahora estás a salvo. Ya no tienes que escapar; ellos no te molestarán otra vez. —Cuando otra lágrima cayó, se movió para limpiarla con la yema de su dedo pulgar.

—¿Qué pasa con ese pobre hombre de ahí? Su cuerpo está todavía... y está... muerto —murmuré mientras las lágrimas siguieron rodando por mi cara.

Él se inclinó hacia abajo, cerca de mi cuello, y su olor, una mezcla erótica de cuero y sándalo, impregnaba mis sentidos mientras cepillaba los labios cerca de mi oído, y susurró:

—¿Cómo eres capaz de ver el Sluagh? Ese es un rasgo relegado sólo a aquellos con linaje sobrenatural. —Por mucho que quisiera perderme en este momento, yo sabía que esto posiblemente no podía ser verdadero.

Los hombres del mundo real no se veían, oían u olían tan eróticamente… sin duda, esto era un sueño. Su olor y su extraña pregunta me dejaron temblorosa e insegura. Las únicas palabras que yo pude reunir fueron:

—¿Perdón? Mi hombre de fantasía estuvo a punto de decir algo más cuando el sonido del

raspado de metal rompió su atención hacia la fuente. El hombre tatuado que había tratado de agarrarme en el parque apareció al lado del cadáver, la gran espada en su mano dejó salir chispas mientras la punta era arrastrada por el suelo.

—Gavin. La voz profunda de mi hombre de fantasía ya no sonaba seductora sino llena de

maldad. El hombre tatuado parecía disfrutar el burlarse de mi protector cuando señaló con la punta de su espada en mi dirección.

—Esa hembra es de Liam, y yo moriré antes de irme sin ella, guerrero. —Eso se puede arreglar, pedazo de mierda. En un instante, los dos hombres se enfrentaban. Una espada voló en el aire

cuando el sonido de puños que encuentran el hueso se hizo repetido en el callejón. Retrocedí, tratando de hacer mi camino fuera de este espacio estrecho. Tenía que correr. Tenía que estar lo más lejos posible de aquí. Esta no era mi pelea y yo no iba a estar aquí. Traté de contener el grito atorado en mi garganta, pero cuando los dos hombres se movieron de manera poco natural, me di cuenta de que tenía que liberar todas las emociones que estaba sintiendo. El hombre ensangrentado en el suelo, este monstruo tatuado que me persigue, esta lucha, todo salió en un grito agudo. Mi protector se distrajo momentáneamente por el ruido y se volvió para mirarme. El hombre tatuado sonrió e inesperadamente apareció detrás de mí. Su aliento caliente contra mi oído, y susurró:

—Te tengo ahora, perra.

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—¡DÉJAME IR! Dillon y un desconocido irrumpieron en la habitación con sus armas

desenfundadas. —¿Qué pasa, Kylah? ¿Quién te está tocando? —No lo sé. Sólo un minuto atrás yo no estaba aquí... —Negué con la cabeza

violentamente con incredulidad mientras las lágrimas comenzaron a caer—. Pero eso es imposible. ¿Cómo podría estar en dos lugares al mismo tiempo?

Dillon fue a sentarse junto a mí, sujetándome mientras yo lloraba. A través de mis lágrimas, curiosamente miré como este hombre desconocido comprobaba en el interior de la oficina, buscando en los lugares en los que en realidad nadie podía estar. Debía ser uno de los guardias de Dillon, o si no, ¿por qué razón iba a estar en la oficina? Todavía estaba temblando cuando Dillon me empujó fuera de su hombro para mirarme.

—¿Alguien te ha hecho daño? El hombre alto, de pelo negro con ojos verde azulados hizo una comprobación

final de la cocina. —Todo está despejado, Dillon. No hay nada aquí, y nadie entró en la

habitación. Dirigí mi respuesta a este hombre. —No, no, aquí. Estaba en un callejón. Yo los vi, los sentí. Me querían atacar

después de que yo viera lo que le estaban haciendo al hombre muerto tendido en el suelo.

En un movimiento deliberadamente lento, cruzó la habitación, aparentemente afectado por mi comentario.

—Mi nombre es Syd. Es un placer conocerte al fin, Kylah. Más lágrimas cayeron mientras tomaba su mano extendida y hablé con una voz

menos estable. —Hola. Cambié mi foco hacia Dillon. —Yo vi algo alimentarse de una persona… que no es posible, Dillon. ¡ESO NO

ES POSIBLE! Dillon me abrazó de nuevo. —Ahora estás a salvo, deirfiúr. Adaira apareció de repente en la habitación, pero con todo lo demás que había

visto esta noche, no pareció tan extraño.

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—Obsydian, eres necesario abajo. —Obsydian se giró para mirarle, pero la respuesta de ella fue —, ¡Ahora, Syd! Tenemos un problema.

Cuando Syd se movió para seguir a Adaira, me moví de los brazos de Dillon y noté que la sangre se filtraba a través de la parte superior de mi manga. Vi las marcas de mordeduras cubriendo mis manos, y confirmé que no había estado soñando con ese momento. Empecé a gritar cuando la realidad se impuso... He vivido esta pesadilla. Supongo que la verdad era más de lo que podía soportar. En un momento yo estaba de pie con las piernas temblorosas, y al momento siguiente estaba en el suelo.

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Capítulo 7

Traducido por Hanna Marl

Corregido por Alicadi

Abrí de golpe la puerta de Keenan´s con fuego en los ojos, chispas literalmente

llameando mientras intentaba controlar la ira que sentía. —¿DÓNDE ESTÁ? —Las expresiones de asombro en algunos de los rostros de

los clientes eran de poco interés para mí mientras Adaira trataba de tranquilizarme con una mirada—. Tus trucos no funcionan en mí, Adaira, y tú lo sabes. Dime dónde está Dillon, o destrozaré el lugar. —Ella se acercó.

—Baja la voz y calma tu ira antes de que tu pequeña rabieta ocasione problemas mayores. Voy a buscar a Dillon, pero no hasta que te calmes, es lo que te pido, Aerric.

Con un rugido cumplí, sabiendo que no podría ser afectado por las amenazas de Adaira, pero con la ira de Morrigan no me estaba dispuesto a arriesgar. En un movimiento demasiado rápido para que los clientes del bar lo pudieran discernir, Adaira salió de la habitación, volviendo un momento después con Obsydian a remolque.

—Adaira, tenemos que cerrar el bar por el resto de la tarde. Haz que los humanos piensen que es hora de cerrar. Aerric, ven conmigo.

Obsydian se dirigió hacia la parte trasera del bar para dar a Adaira la oportunidad de hacer lo que pedía. Nadie sabía exactamente qué era Adaira, pero sí que era capaz de obligar a otros a hacer lo que quisiera con un simple pensamiento. La mayoría haría lo que quisiera, debido a la forma en que se veía: toda piernas, el pelo rubio platino, y labios carnosos sensuales que obligaban a un hombre a hacer lo que le pidiera. Yo había conocido a Adaira desde hacía décadas, y sus ojos azules como el hielo cortarían directamente mi alma... si tuviera una.

Pasé junto a una mesa de chicos punk que comenzaron a charlar sobre mi tono brusco con Adaira. Era encantador que ellos creyeran que eran sus únicos defensores.

Todos los inmortales en la habitación sabían que ella podría aniquilar este bar entero en menos tiempo de lo que lleva bajar a la barra una pinta de cerveza. Uno de los hombres se levantó, creyendo tontamente que podría afirmarse a sí mismo. Me fulminó con la mirada y me empujé por delante de él.

—Siéntate, muchacho, o te vas a arrepentir de tu próximo movimiento. —Adaira pasó junto a mí, ya que utilizó su don para persuadir a los dos hombres a

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salir. En ese momento, yo no podía sino coger un tufillo de la bergamota, el mismo olor de la hembra en el callejón. Yo sabía que ella estaba aquí ahora, yo sólo tenía que averiguar el por qué. Tomé el asiento frente a Syd y me incliné hacia adelante para hacer mi punto.

—¿Quieres explicarme por qué tuve que incinerar a Gavin hace un momento? —Obsydian me fulminó con la mirada mientras escuchaba—. Estaba tratando de agarrar a una mujer pelirroja que mágicamente desapareció en el segundo que él la agarró. La rastreé aquí, ahora ¿dónde está ella? Pienso que tiene alguna explicación que dar.

Obsydian abrió la boca para explicar, pero cuando un grito que hiela la sangre atravesó el aire, desaparecí hacia el sonido y cogí a la hembra pelirroja justo antes de que su cabeza golpeara el piso. Diosa, ella era hermosa. El primer momento que había puesto los ojos en ella en el callejón, yo sabía que ella era atractiva. Pero ahora que la miraba de nuevo, me parecía algo familiar. Permanecí perplejo en cuanto a por qué Liam habría enviado a uno de sus comandantes para rastrear a esta hembra, esta alma en particular. Cepillé hacia atrás la llama de pelo rojo de su mejilla y escuché cómo su respiración comenzó a reducir la marcha. Sus largas y oscuras pestañas descansaban plácidamente en sus mejillas mientras ella estaba en mis brazos.

—¡Aléjate de ella, Aerric! —La mirada en la cara de Dillon era más que suficiente para hacer que la mayoría de los hombres se retirara, pero me puse de pie y di vuelta para enfrentarme al hombre que una vez había llamado mi amigo.

—¿Por qué? ¿Qué es esta humana para ti? En realidad, ella debe ser algo más que una humana si te pones en modo “Dios” conmigo —. La expresión de su rostro era arrogante y beligerante cuando cruzó al ángel tendido a mis pies.

—¿Cómo es que ella está aquí contigo, cuando hace momentos yo la protegía de uno de los secuaces superiores de Liam? —Obsydian y otros dos machos se materializaron en el cuarto, listos para brincar si fuera necesario. El sarcasmo cubrió mis palabras cuando intencionadamente me enemisté con el nieto de mis creadores. Yo conocía a Dillon bien y él nunca retrocedía ante una lucha.

—¿Qué es lo que escondes, Dillon? ¿Saben tus abuelas que estás dejando novatos abiertamente practicar la proyección astral entre los seres humanos? —El gruñido bajo era todo lo que yo tenía que oír para confirmar la respuesta.

—Puedes marcharte ahora, Aerric, aquella hembra no es de tu preocupación. —No tengo ninguna intención de marcharme hasta que pueda conseguir

algunas respuestas, y lo más importante, no hasta que haya hablado con ella de nuevo. Si no me dices quién es, entonces tal vez ella lo hará. —El suave gemido cambió mi atención hacia ella y luego el olor me golpeó de nuevo. Esto no era posible; yo sólo sabía de una mujer que olía así, pero tenía el pelo de color cuervo, no rojo llama. Su voz resonó en mi cabeza, y el aroma familiar de bergamota me envió por encima del borde del olvido. Esto no era concebible. No podía estar con vida, y sin embargo, esta mujer era tan familiar. Mi necesidad de protegerla comenzó a anular mi capacidad de pensar claramente cuando ella se despertó al

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lado de mí. Cuando el nombre de Dillon salió de sus labios, lancé una mirada amenazante hacia él —. ¿Esta mujer es tuya, Dillon? ¿Por qué te clama ella en su estado debilitado? —La habitación cambió inesperadamente, y ya no estábamos en Keenan´s, estábamos en el ático de Morringan. Dillon, la hembra, Obsydian, Adaira, y los dos guardias estaban todos haciendo una reverencia en dirección a Brighid y Morrigan.

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Capítulo 8

Traducido por OnnanohinoGin

Corregido por AlyshiaCheryl

―Diosas ―dijimos todos al unísono, mientras observábamos a Morrigan con

atención, con sus ojos brillando en un tono cobrizo oscuro mientras volvía con

nosotros. Brighid cruzó la habitación hasta la belleza de cabello carmesí y se

arrodilló a su lado. Con dulzura, peinó el cabello de la fémina que aún seguía

inconsciente y acarició su mejilla con delicadeza. Me atreví a ser el primero del

grupo en hablar; mi curiosidad sacaba lo mejor de mí.

―Cuidas a esta mujer con tanta ternura, Diosa. ¿La conoces?

Brighid alzó la vista.

―Sí, Aerric. Ella es mi nieta.

No faltaron jadeos audibles por la sorpresa que causaron sus palabras en

nosotros.

―Imposible. Ella se perdió hace mucho tiempo, se esfumó.

Ni siquiera estaba seguro de si creía en lo que acababa de decir, porque tenerla

acostada aquí era prueba de que estaba equivocado. Dillon pasó más allá de

Obsydian y de mí, y se arrodilló al lado de Brighid.

―Obviamente no, Aerric. ―Disdain acalló sus palabras mientras recogía a su

hermana y la asentaba suavemente sobre la cama.

Fui hacia Kylah pero fui detenido por Morrigan. La emoción que sentía estaba

fuera de control mientras el calor se cernía bajo mi piel.

―¿La han mantenido oculta de mí todo este tiempo? ¿Me dejaron creer que ella

se había esfumado?

Las llamas bailaron en mis ojos, el calor que sentía mientras observaba a mi

creadora era agobiante.

―Ella era mi compañera, y la habría protegido con mi vida.

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Brighid se puso de pie y colocó una mano sobre mi cara delicadamente,

enfriando el volcán que había en mí pecho, el cual estaba a punto de entrar en

erupción.

―Fue una decisión difícil para todos, Aerric; pero no teníamos otra opción. ―La

voz de Brighid era dulce y tranquilizadora mientras hablaba.

La voz de Morrigan sonaba áspera en comparación a la de su hermana, la

Diosa.

―Tu ira es comprensible, Aerric, pero debes ser consciente de con quién estás

hablando. Brighid y yo tenemos mucho que explicar a todos, pero lo primero es

poner a Kylah a salvo. Si alguien llegara a saber que sigue viva, su vida y las

nuestras estarían en grave peligro. No me arriesgaré a perder lo que nos ha costado

tanto proteger.

Obsydian se movió para colocarse al lado de Morrigan.

―Como ordene, ¿dónde debería alinear a los Nueve?

―Haz que empiecen a entrenarse en las maniobras que comentamos anoche. Y

asegúrate de que las armas estén encantadas con el hechizo que te dio Genevieve.

Quiero a los novatos de Sluagh erradicados para dentro de dos noches.

Su orden se emitió en tono pacífico, pero cuando sus ojos cambiaban de cobre a

negro, significaba que si alguien fracasaba y no completada la tarea, lo pagaría

muy caro. Obsydian, Adaira, y los otros dos guardianes se desvanecieron para salir

de la habitación.

Morrigan se movió alrededor del cuarto como si estuviese flotando ―.

Reconoceré tu enfado, Aerric, pero sólo por un momento. A los otros se les ha

encomendado cargar contra los novatos, pero quiero que tú rastrees a Liam y me lo

envíes directamente. ¿Cuántos Sluagh eliminaste hoy?

Sacudí la cabeza ―. Cinco en total, pero con el debido respeto, Diosa, voy a

necesitar algo más que una explicación para saber el porqué el amor de mi vida

está acostada aquí, sana y salva, cuando se suponía que ella había muerto hace dos

siglos.

Sabía que estaba llegando al límite con Morrigan, pero el dolor que había

sufrido merecía ser sanado.

Las palabras de Morrigan sonaron tan frías como el hielo que metía en sus

vasos de Whisky.

―No te lo contamos porque sabíamos que no podrías sobrellevar la situación.

Ya es bastante difícil para nosotros, pero como su compañero, nunca podrías haber

hecho lo que te pedíamos, incluso con tu juramento de lealtad. ―Tomó un trago y

se movió para sentarse.

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Dillon echó un vistazo en mi dirección y se fue al cuarto contiguo para

responder a una llamada en su móvil. Morrigan miró mientras se iba su nieto antes

de empezar a hablar en un tono de voz huraño.

―Cuando trajiste a Kylah a casa con nosotros, Aerric, todos estábamos

exaltados, pero como bien sabrás, las noticias resultaron estar manchadas de

tristeza. La necesidad de vengar la muerte de Caolainn empezó a consumir cada

uno de mis pensamientos.

Ella miró a Brighid, que estaba ocupándose de Kylah.

―No fui la única que perdió un niño esa noche. Ambas perdimos a nuestros

niños por la locura infernal desatada por un hombre. ¡Él se llevó nuestro legado y

lo sacrificó!

Intentando difundir la tensión que crecía en la habitación, Brighid tomó mi

mano y me llevó hacia Kylah. Me arrodillé a su lado, incapaz de tocarla por miedo

a que el espejismo acabara. Su esencia me intoxicaba, estar tan cerca encendía mi

instinto sexual, y deseaba poder estar a solas. Puede que ella no me recordase, pero

yo sí la recordaba a ella.

Dillon llamó a Morrigan desde la habitación contigua, mientras Brighid empezó

a hablar con voz suave ―. La noche en que ella decidió salir a patrullar sin el resto

de la asamblea como refuerzo, fue la noche en que todo cambió.

Miró hacia mi cara de rabia y continuó acariciándole el pelo mientras hablaba

―. Los novatos de Liam la rodearon en el bosque y se la llevaron a él como regalo.

Él rechazó el ofrecimiento e insistió, en su lugar, en que la llevaran a los calabozos,

alejada de todo, y en usarla para alimentar a su horda.

Un gruñido salió de mi pecho.

―Los novatos no tenían ni idea de quién era ella, Aerric. No hasta que estuvo

consciente otra vez y utilizó sus poderes para matar a los guardias y al resto de los

prisioneros en su intento de escapar.

Los ojos de Brighid se encontraron con los míos.

―Tú sabes mejor que nadie lo que sucede cuando ella usa sus poderes. Nada ha

logrado sobrevivir a su ira.

―¿Cómo sabes todo esto Brighid? Cuando finalmente la encontramos, nunca

dijo ni una palabra, ni siquiera a mí. Las semanas pasaron y ella sólo se quedaba

mirando por la ventana.

―Utilicé mi don para entrar en su mente mientras descansaba. Lo vi todo,

incluso el momento en que Liam le puso los ojos encima. Estaba claro que

consideraba a Kylah como su más nueva posesión. La drogó para que no pudiera

usar sus poderes. Él y sus comandantes se alimentaron de ella, vaciando su energía

a diario y haciendo imposible que pudiese alcanzarnos mientras soñaba. Entre los

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muros encantados de la celda, y su condición tan débil, todo lo que ella podía

hacer era existir. ―La voz de Brighid cambió al pronunciar las siguientes palabras

―, él la utilizó de todas las formas posibles y sólo dejó una cáscara vacía, Aerric.

Kylah ya no era la guerrera que nosotros conocíamos.

Mis puños se cerraron con fuerza mientras escuchaba las palabras de Brighid; el

fénix dragón que había en mi interior empezaba a liberarse. Mi ira contra Liam

sólo acabaría cuando el viento dispersara sus cenizas. Nunca habría imaginado que

alguien pudiese someter a Kylah, pero supongo que me equivocaba. Kylah tenía la

habilidad de controlar el fuego telepáticamente. Ella podía, si quería, sumergir

cualquier cosa en una llama azul verdosa y dejar nada más que cenizas a su paso.

―No lo entiendo, algo no encaja aquí. Para empezar, ¿cómo se las arreglaron

para capturarla?

Morrigan fue la que respondió a esa pregunta mientras entraba caminando a la

habitación.

―Nadie aparte de ella lo sabe. Todo lo que podemos decirte por el momento es

que esos recuerdos están encerrados y escondidos, incluso para nosotros.

―Aerric, tomamos los recuerdos que pudimos, y los eliminamos para que

pudiese estar en paz. Sea lo que sea lo que sucedió aquella noche en que Naio y tú

la encontraron, cuando Caolainn y Cearnach se unieron a ustedes en la cacería, fue

demasiado traumático para ella, incluso si sólo tenía que recordarlo por un

segundo.

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Brighid al revivir el momento en que le

dijeron que su hija y nuera habían sido asesinadas por la horda de Liam. Morrigan

tocó el hombro de Brighid para entregarle la bola de las brujas, que tenía un humo

de color lavanda que giraba en su interior.

Morrigan continuó ―. A menos que ella empiece a recordar el pasado, seguirá

creyendo que es una diseñadora de modas de veintiséis años que vive en Nueva

York con su familia, y el encantamiento que guarda la bola de las brujas asegurará

que ella se mantenga en la oscuridad hasta que sea el momento adecuado.

―Tenemos un problema entonces. ―Los tres nos giramos para ver a Dillon

saliendo de la cocina―. Liam debe haber renovado sus esfuerzos para encontrarla,

y esta vez se está acercando. Ella ha estado soñando. Me contó esta tarde que no

eran gran cosa, pero si Liam tiene a Gavin, el saltador de sueños, rastreándola,

quiere decir que el problema es más grande de lo que pensábamos en un principio.

Morrigan maldijo en voz baja mientras Brighid calmó el humo que giraba y que

ya no estaba encerrado en el cristal, sino flotando sobre su mano.

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―Había enviado a Obsydian a confirmar mis sospechas, pero para ese momento

el Sr. Caballero de la brillante armadura aquí presente ya había reducido a Gavin a

cenizas ―dijo Dillon.

Intenté serenar mi temperamento antes de hablar, pero mis palabras seguían

sonando venenosas.

―Lo maté porque la estaba atacando. Los novatos estaban buscándola como si

fuera su próxima merienda. En ese momento, no tenía ni idea de quién era ella.

―¡Suficiente! ―espetó Morrigan ―. No seguiré aguantando esto. Ustedes deben

trabajar juntos o probarán mi ira, ¿entendido?

Ambos movimos la cabeza en señal de asentimiento hacia Morrigan. Habíamos

estado enfadados el uno con el otro desde hace siglos, pero nuestra disputa no era

nada comparada con la carga que teníamos detrás.

―Haré lo que digan, Diosas, pero me gustaría saber una cosa más. ¿Podría

pasar unos minutos a solas con ella?

Brighid miró a Morrigan y ambas asintieron y dejaron la habitación, junto con

Dillon. Finalmente, un momento a solas con mi amada. Su apariencia era tan

diferente desde la última vez que habíamos estado juntos. Las diosas la habían

camuflado bien, demasiado bien. Ni siquiera pude reconocer a mi propia

compañera. Su cabello color carmesí contrastaba mucho con la melena negra que

conocía, pero una cosa seguía igual: sus ojos venturina. Esta noche en el callejón,

no podía entender por qué me era tan familiar. Los ojos de Kylah siempre habían

perforado mi alma. Demonios, ella era mi alma. Me moría de ganas de llevármela

de este lugar, regresar a nuestra casa, y a nuestra cama.

―Te recuperaré, mi A Ghrá mo Chroí. ―Me incliné y besé sus labios, y entonces

susurré en su oído ―, Mo Ghrá, Tá mo chroí istigh ionat.

Esperaba que mis palabras la ayudasen a recordar, al menos una parte de

nosotros.

Las diosas volvieron a la habitación y una vez más llamaron al humo con

esencia a lavanda y cubrieron a Kylah. Empezaron a cantar, y yo observé mientras

llevaban a cabo el ritual que, una vez más, le quitaría sus recuerdos.

―No te preocupes, Aerric. No le dolerá. Esto es sólo para eliminar los hechos de

los últimos días: Gavin, el ataque Sluagh. En lo profundo de su alma, ella recuerda

toda su vida, pero es incapaz de acceder a eso. No te ha olvidado, lo prometo.

Algún día, Morrigan y yo esperamos que podamos retirar este velo y permitirle

conocer la verdad sobre sí misma, pero no hasta que sea seguro para nosotros y

para ella.

Brighid, una vez más calmó mi corazón, pero no hizo nada para saciar el dolor

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por la pérdida de Kylah. Me desvanecí de la habitación con un intenso deseo de

matar, y sabía exactamente a donde ir.

Un humo con esencia a lavanda empezó a girar sobre mi cabeza y todos mis

pensamientos se perdieron. Me encontré a mí misma acostada en una cómoda silla

con una bata que me cubría hasta los pies y un libro en mi regazo. La música tenue

que me llegaba desde el salón me resultaba familiar y consoladora, y me encontré

buscando su fuente. Me puse de pie y caminé hacia el sonido, encontré una

habitación que parecía pertenecer a una familia de nobles de otra época. La poca

luz y el olor a libros viejos impregnaron el aire a medida que me adentraba en la

biblioteca.

Me quedé sin aliento al dar una vuelta por la habitación. Había estanterías de

libros que llegaban desde el suelo hasta el techo, y se extendían por toda la pared

del fondo. Al acercarme, pude ver que los libros más nuevos habían sido colocados

de forma que fuesen fácilmente localizables a simple vista, mientras que los libros

más antiguos estaban fuera de mi alcance. La escalera de mano que se deslizaba

por las estanterías sólo llegaba hasta la mitad de la misma, haciendo imposible el

acceso a los libros más viejos y andrajosos de la zona más alta. En la pared opuesta

había una escalera de caracol que llevaba al primer piso, pero desde mi punto de

vista sólo se veía un oscuro panel de madera. También había una barra de mini bar

húmeda con espejo en una de las esquinas de la habitación, construida con una

madera de color caoba intenso, que se unía a las estanterías. El cristal ornamentado

llevaba a unas copas de brandy que brillaban con un resplandor de color ámbar

por el reflejo de las llamas que bailaban en la chimenea.

Estaba atónita admirando la habitación cuando un perfume que olía a cuero y

sándalo se mezcló con el mohoso olor de los libros. El fuerte contraste hizo que me

volviera hacia su fuente.

― Dia duit mo ghrá. ―La voz baja y seductora pertenecía a un hombre sexy y alto

que estaba recostado contra el marco de la puerta, en una postura casual. Oh

diablos, la manera en que me miraba allí de pie, con su camiseta de lino y sus

pantalones negros… Sus ojos color cobre vigilaban cada uno de mis movimientos,

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mientras yo intentaba actuar como si su presencia no me afectara. Sus ojos se

desviaron hacia el hueco de mi bata, emitió un gruñido y empezó a acercarse por la

habitación.

La forma en que me miraba hizo que me ruborizara y que me cerrara mejor la

bata.

―Lo siento. No pretendía… ―Mi voz se apagó mientras él se acercaba―. Oí la

música y seguí el sonido. Pensé que podría tomar un libro para entretenerme.

Sonrió mientras caminaba por la habitación hacia la barra.

―¿Te gustaría una copa de Jameson?

―No, gracias. ―Nunca había sido muy habladora, pero en este momento, estaba

totalmente en blanco. Sólo estar en la habitación con él me provocaba escalofríos, y

Dios, cuando hablaba…

Vertió un poco del líquido color ámbar de la licorera más alta en un vaso y se

movió para sentarse detrás de un antiguo escritorio en la esquina opuesta de la

habitación. El escritorio estaba adornado con un elegante dragón Celta, rodeado

por un intrincado diseño con nudos tallados que de alguna manera se me hacía

familiar.

―El acabado de esos nudos tallados es asombroso. ¿Tiene algún significado?

―Sí, está ligado a mi herencia y cuenta mi historia. ―Tomó otro trago mientras

me observaba por encima del borde del vaso―. ¿Tus abuelas no te hablaron de mí?

El calor de su mirada hizo que me ardieran las mejillas, así que me volví para

observar los libros de las estanterías, esperando poder desviarme de mis

pensamientos.

―No, ¿por qué deberían hacerlo? Desconozco totalmente quién eres, pero no

puedo negar que me interesaría saber más.

Seguí recorriendo los libros con mis manos, registrando los títulos y

pretendiendo no estar interesada en él, cuando lo que realmente quería era pasar

por encima del escritorio y montarme a horcajadas encima de él, en esa misma

silla. Finalmente, encontré una vieja copia de El Hada Queene y la saqué de la

estantería.

―¿Te importa si leo éste? ―Empecé a pasar las páginas con cuidado cuando el

sonido del cuero crujiendo me distrajo. Me quedé congelada cuando me lo

encontré detrás de mí. Sus manos me acariciaron el cabello con dulzura y lo

colocaron a un lado para poder besarme el cuello.

―Lo siento, pero quedarme sentado en esa silla requería una increíble cantidad

de fuerza para mí.

―Ah, ¿en serio? ―pregunté, jugando con él, mordiéndome el labio inferior

mientras lo miraba. Por Dios, este hombre tenía un gran efecto sobre mí.

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―Sabes, estaría encantado de entretenerte. No tienes que leer ese libro.

Torpemente volví a dejar el libro en la estantería y él capturó mis labios y les

dio un dulce y seductor beso. Sacudidas de electricidad bajaron directamente a mi

corazón mientras él empezaba a empujar la bata que cubría mis hombros.

―Serás mía.

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Capitulo 9

Traducido por DarkAngelGirl Corregido por Katiliz94

BIP! BIP! BIP! Tanteé con la mano el botón de repetición de alarma para apagarla y caer de nuevo en mi almohada —. ¡Maldita sea! —¿Por qué cuando uno está llegando a la parte buena en un sueño sexy, el maldito despertador tiene que sonar? Bueno, infiernos, ahora estoy despierta. Me tambaleé de camino a la cocina para preparar café y vi la nota que Dillon había pegado en la jarra. El vuelo de Ty y Vivi llegará con retraso para horas del almuerzo. Mi hermano el lacónico. Borré la nota y la usé para hacer mi lista de tareas pendientes. Recoger la peluca negra en Frank, darle vapor a la blusa de lino, enviar un mensaje a Olivia antes de que me mate.

Esta iba a ser una noche memorable y lo último que necesitaba hacer era olvidar una parte de mi disfraz. Esta noche era la fiesta anual de Halloween en Keenan y todos en un radio de cinco millas estarían presentes. Era la segunda noche más popular del año, ambos niveles de la barra se llenarían. De hecho, yo estaba bastante segura de que se habían excedido en la sección VIP, y que solo eso podría ser interesante, pero sabía que Adaira se ocuparía de los problemas. Ella tenía un don con la gente; nunca parecían estar enfadados cuando les decía que tenían que irse o trasladarse a otro lado. Supongo que por eso Dillon la llamó la segunda mejor decisión que jamás hizo.

El golpe en la puerta me sorprendió, pero me dirigí rápidamente a responderlo, suponiendo que era Olivia queriendo patearme el trasero por no devolver ninguno de sus quince mensajes. Abrí la puerta de par en par.

—Lo siento mucho, yo no... —¿Kylah? Mi nombre es Syd. Dillon me ha enviado para cuidarte hoy. —Um... bien. No eres Olivia. —Me quedé en la puerta con una mirada de

asombro en la cara. —Dillon no te dijo que iba a venir, ¿verdad? —No, se olvidó mencionarlo en su nota, pero siéntete libre de entrar. —Dijo que sabrías que yo estaría bien si traía estos —. Me dio una cálida sonrisa

mientras sostenía un café en una mano y una bolsa marrón en la otra —. Rosquillas de H & H y tu café favorito. Dillon me dijo exactamente que obtener.

Le devolví la sonrisa y le indiqué que entrara —. Gracias, eso fue muy amable. —No me des las gracias, agradece a tu hermano. —Guiña un ojo mientras se

dirige a la cocina para dejar el café y las rosquillas.

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—¿Has estado aquí antes? —Vi como agarró uno de los platos del gabinete y un cuchillo del cajón y lo puso al lado de la rosquilla —. Pareces muy cómodo aquí.

—Oh, lo siento. Sí, he estado aquí unas cuantas veces, pero debió de haber sido cuando estabas en el trabajo. —Deslizó el plato y la bolsa más cerca de mí, mostrando una sonrisa juguetona.

—¿Tienes algo que quisieras hacer hoy? —Se inclinó, miró hacia arriba y me hizo un guiño—, estoy a tu servicio.

Tomé un sorbo de café con leche y especias de calabaza y me senté en el próximo taburete —. ¿Eres siempre tan encantador?

—Normalmente, pero lo estoy poniendo un poco difícil para ti. —Su sonrisa era lo suficientemente caliente como para derretir incluso a los cínicos más empedernidos.

Negué con la cabeza y le devolví la sonrisa mientras untaba la crema de queso en ambos lados de la rosca de pan de canela con pasas.

—Si vas a ser mi guardaespaldas personal durante el día, supongo que tendré que sufrir por ello. Tengo que conducir a través de la ciudad para recoger el último accesorio para mi disfraz. ¿Estás preparado para eso?

Syd asintió —. Estoy para lo que necesites hacer hoy, Kylah. —Está bien, entonces, pero no hay comentarios del gallinero hacia dónde

vamos. —Le di una gran sonrisa de Cheshire —. No debe llevarme mucho tiempo prepararme. ¿Me puedes dar cinco minutos? —Miré mi pijama, bata y mis pantuflas —. Umm, mejor que sean diez.

—Toma todo el tiempo que necesites. Estoy aquí para ti todo el día. De hecho, Dillon estaba esperando que me permitieras acompañarte esta noche a la Fiesta de Halloween. —Se rió entre dientes mientras se recostaba contra los armarios —. Dijo que voltearías tus ojos cuando me vieras, pero lo digo en serio. ¿Quieres ser mi cita de esta noche?

—No necesito un guardaespaldas personal para ir a una fiesta en el bar de la familia. ¿Cuál es su problema?

—Bueno, ya sabes cómo es en la víspera de Todos los Santos tiende a provocar a los locos. Quiere asegurarse de que no tiene que preocuparse por ti, además de todo. Y bueno, míralo de esta manera. Me estarías haciendo un favor. Preferiría una mujer hermosa en mi brazo en vez de llevar a un ciervo.

—No estoy segura de que te compre tu línea aquí. Un chico guapo como tú no debería tener problemas para encontrar una chica para que sea su cita.

Se encogió de hombros y esbozó una sonrisa diabólica. —¿Haciendo esa sonrisa siempre consigues lo que quieres? —Nueve de cada diez. Así que, ¿cuál es tu respuesta? Negué con la cabeza y me rendí mentalmente. Esto no podía ser tan malo. Al

menos Dillon envió a un chico hermoso, sexy en lugar de un neandertal como la última vez. Ni siquiera era consciente de que un guardaespaldas podía parecerse a él. Syd parecía un modelo, no un matón a sueldo. De pelo negro, penetrantes ojos

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verde azulados y esos labios... cielos. Parecía que estaba de buena suerte, el sexy chico caliente de mis sueños, y ahora Syd... este iba a ser un buen día.

—Estaría feliz de ser tu cita Syd, porque mi hermano lo esperará y porque te encuentro interesante. —Tomé el último bocado de mi rosquilla y salté del taburete de la cocina.

—Asumo que ya has comido, ya que no te uniste a mí para comer rosquillas y tomar café, pero si necesitas algo, no dudes en servirte. Ah, y el mando a distancia está en la mesa de café, por si deseas ver la televisión.

Mientras me dirigía hacia mi dormitorio, el teléfono celular de Syd sonó. Probablemente era Dillon chequeándome otra vez. No había fin para la sobre protección de Dillon. Él era tan diferente a Tynan. Ty se preocupaba por mí también, pero él no sentía la necesidad de ser el macho alfa para todo. Me atrevería a decir que aprendió hace mucho tiempo que no iba a volar con Vivi, ella es muy independiente y muy abierta. Ty se alzaba sobre Vivi por lo menos seis pulgadas, pero si ella le decía que hiciera algo con mucho gusto lo hacía. El amor entre ellos era evidente en todo lo que hacían. Un amor casi imposible de imaginar, porque su conexión era cosa de las novelas románticas. Ty quedó tan cautivado con Vivi que habría movido cielo y tierra por ella. Yo solo podía tener la esperanza de que algún día encontraría eso, pero con Dillon como mi guardián, dudo que alguna vez llegase a pasar.

Me pasé la última capa de rímel en las pestañas y peiné mi cabello en una coleta alta. Sé que Syd me vio toda revuelta, pero no había necesidad de no poner mi mejor esfuerzo ahora. Me metí en el armario a través de la ropa, tratando de encontrar el mejor atuendo de estoy caliente y sexy pero no desesperada. Me puse unos vaqueros ajustados, botas de montar negras y una camisa de color negro. Agarré mi bolsa de mensajero mientras me dirigía de nuevo hacia la sala. Syd estaba metiendo su teléfono en el bolsillo cuando entré.

—Hey, te ves bien. Era Dillon y quería que te dijera que Ty y Vivi acaban de llegar al bar, y que deberían estar de vuelta en el momento en el que volvamos de nuestras diligencias.

Asentí con la cabeza, sabiendo que Syd le había informado a Dillon sobre nuestras diligencias, típico movimiento de guardaespaldas con el jefe. —¿De todos modos, cuánto tiempo hace que trabajas para mi hermano? Nunca te he visto en el bar. —Agarré las llaves de la mesa de la cocina mientras caminaba hacia la puerta.

—De vez en cuando durante años. Suelo manejar cosas fuera de sitio para tu familia. Conocí a Dillon a través de tu abuela Morgan.

—¿En serio? —Me detuve delante de la puerta y me volví para mirarlo. Sonreí cuando tropezó, tratando de evitar chocar contra mí.

—No es que me importe estar tan cerca de ti, Kylah, pero advierte a un chico antes de detenerte en punto muerto.

Me vuelvo hacia la puerta para ocultar el rubor en mis mejillas. Como ya he volteado la cerradura, oí los pasos y la voz de Olivia por el pasillo. Nuestros áticos son los dos únicos en este piso, así que sabía que ella y Joe estaban

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saliendo del ascensor. Le di una mirada de reojo a Syd —. Prepárate, estás a punto de conocer a mi mejor amiga Olivia.

—Kylah Keenan, ¿dónde demonios has estado? He estado enviándote mensajes de texto sin parar. —Olivia no había puesto aún los ojos en mí, pero ella sabía que estaba en el pasillo. Al doblar la esquina, una sonrisa maliciosa se extendió por todo su rostro cuando se dio cuenta de Syd —. ¿Es él la razón por la que no me has contestado los mensajes de texto? Porque si es así, creo que vale la pena perdonarte.

—No, Olivia, Syd es sólo un amigo. —Puse mi mano para detener cualquier comentario, pero ella se quedó en silencio cuando volvió toda su atención a él.

—Bueno, entonces, es un placer conocerte, Syd. Soy Olivia. —Le tendió la mano para que él la estrechara, pero él se limitó a mirarla. Le di un codazo en el brazo para darle la pista de que aceptara su gesto, pero le tomó un momento antes de moverse.

—Oh mi ... tienes las manos muy fuertes, Syd. —Su acento de Brooklyn estaba goteando con matices coquetos —. ¿Vas a estar en la fiesta esta noche?

Miró hacia atrás y adelante entre Olivia y yo antes de decir —, sí, con Kylah. Ella aceptó ser mi cita de esta noche. —Olivia dejó caer la mano y se volvió para mirarme.

—Ohhhhh ... chica con suerte. Un elefante de puntos rosados estaba ocupando el espacio vacío en el pasillo y

en esta conversación. Tiempo para cambiar de tema —. Liv, ¿finalmente decidiste lo que vas a usar esta noche?

Olivia bateó sus pestañas y sonrió —. Voy a ser una Blanca Nieves nudista y aquí Joe va a ser Gruñón. —Se rió entre dientes mientras miraba por encima del hombro a su guardaespaldas —. Quién sabe, si juego bien mis cartas, por fin podré encontrar a mi príncipe. Por cierto, ¿cómo esta mi Dillon?

Eché la cabeza hacia atrás y reí. Olivia tenía un mal flechazo por Dillon, pero él aún no la tomaba en cuenta, lo que rara vez le ocurría a mi preciosa amiga voluptuosa. En todo el tiempo que la conozco, hubo sólo un hombre, bueno, ahora dos que no habían sucumbido a estar con ella. Miré el reloj y luego me incliné para besar a Olivia en la mejilla.

—Hey chica, no me gusta cortar este rollo, pero tenemos que seguir adelante. Montón de diligencias que hacer. Nos veremos esta noche.

—Me muero por ver ese misterioso conjunto tuyo, Ky. Has sido tan malditamente misteriosa.

Le guiñé un ojo —. No puedo esperar a ver tu versión de Blanca Nieves, tampoco. —Me agarré del brazo de Syd y tiré de él hacia el ascensor. Cuando las puertas del ascensor se cerraron, me apoyé contra la pared del fondo.

—Lo siento, pero necesito llegar a Frank, y esa conversación podría haber durado todo el día. La quiero, pero ella puede hablar para siempre.

Syd sonrió mientras pulsaba el botón del ascensor. —No vas a tener una queja de mí.

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Capítulo 10

Traducido por Deby92 Corregido por Desafio89

En lo que Syd y yo salimos por las puertas de vidrio, George nos vio salir y nos

detuvo un taxi. Nos abrió la puerta y me metí rápido, haciéndole espacio a Syd. Syd era tan alto, sino más que mis hermanos, lo que era decir algo considerable ya que ambos medían 1.90. Me reí mientras se acomodaba en el asiento para que su cabeza no topara en el techo, y sus hombros anchos ocupaban la mayor parte del asiento trasero. Miró por encima y alzó una ceja con una expresión de disculpa en su rostro.

—Lo siento, no lo pude evitar. Los chicos tienen que hacer lo mismo. En nuestro camino hacia la casa de Frank, continué mi investigación de cómo

Syd conoció a mi familia, pero cuando me respondía todo tenía perfecto sentido, así que cambié el tema —.Si vas a ser mi cita está noche, ¿al menos podría saber de qué te vas a disfrazar?

Me dio una amplia sonrisa —. Pensé que podría vestirme todo de negro y mezclarlo. ¿Eso estará bien?

—No, para nada. —Saqué mi lista y le añadí disfraz para Syd. El taxi se detuvo en una intersección llena de almacenes abandonados. Casi siempre, podías ver a la causal prostituta andar por las calles, pero esta mañana estaba bastante tranquila.

—¿Aquí es donde necesitabas recoger tus cosas? No es de extrañarse que Dillon quisiera que viniera contigo. Este no es exactamente el tipo de lugar en el que una chica como tú debería andar.

Lo di un golpe en el hombro bromeado —. ¿Podrías sólo bajarte del taxi y confiar en mí?

Syd pagó el taxi y nos bajamos sobre la calle llena de basura, la pintura del último grafiti en algún mural todavía estaba presente en el aire. Le di un codazo a Syd para indicarle la dirección en la que teníamos que ir, tratando de hacer que dejara de mirarme con la mirada de se lo voy a decir a tu hermano.

—Un amigo mío vive en el último piso de este edificio. Es el ardid3 perfecto. Parece una mierda pero sólo espera a que entremos. —Subimos las escaleras, pasando a un vago durmiendo en el primer escalón. No pareció preocuparle nuestra presencia hasta que vio la altura de Syd y dijo —, lo siento hombre.

3Ardid: artificio empleado para el logro de algún intento

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Syd me miró cuando continuamos subiendo las escaleras —. No imagino que este lugar sea todo eso que dices.

—Te dije que confiaras en mí —. Toqué la puerta y giré mis ojos en lo que Syd revisaba el pasillo una vez más. Tomó un momento antes de que Frank por fin abriera, lo que puso a mi guardaespaldas más serio.

—¡Kylah, hermosa! Llegaste temprano, muñeca. ¡Todavía me estaba maquillando! —Frank me atrajo hacia él con un aplastante abrazo y luego dio un paso atrás cuando hizo contacto visual con Syd.

—¿Y quién diablos es esta delicia? ¿Lo has estado escondiendo de mí a propósito, hermosa? Porque es celestial.

Syd sólo miraba mientras le daba miradas lascivas, parecía que no le afectaban los comentarios evidentemente sexuales que continuaban saliendo de la boca de Frank. Estaba bastante segura de que estaba idiotizado por el interior del apartamento. El apartamento lucía como si Liberance lo había decorado; todo estaba cubierto con oro, brillo y plumas. Mientras que Syd miraba alrededor, Frank me arrastró a la silla enfrente de la mesa de maquillaje.

—Siéntate y escúpelo, señorita. —Una palabra, Frank. Dillon. —Bueno querida, si esa es la idea de protección de Dillon, deberías callarte y

estar agradecida. —Frank miró sobre su hombro para ver a Syd mientras me deshacía la cola de caballo y pasaba sus dedos sobre mi cabello.

—Más vale que me prometas una llamada telefónica mañana con todas las cosas escandalosas que vas a hacer con ese hombre esta noche. —Frank tomó mi barbilla firmemente, la peluca de un negro cuervo y la ajustó para que se adaptara a mi cabeza perfectamente. Mientras Frank jugueteaba con mi cabello, me decía todas las cosas que le haría a Syd si fuera yo.

—Ahora escucha muñeca. Vas a tener que estar segura de que todo este hermoso cabello rojo tuyo esté cubierto aquí debajo perfectamente. Lo último que necesito es que mi obra maestra teñida de azul y negro tenga una flama roja.

—Sí, sí, oh gran sabio de las pelucas. No estropearé tu perfección. —No pude más que mírame en el espejo. Me veía tan diferente. Lagrimas comenzaron a formarse en mis ojos mientras continuaba admirando mi nueva apariencia.

—Kylah, ¿qué pasa, cielo? Frank sacó unos pañuelos de una caja en el mostrador y me los dio.

—Nada realmente, es sólo que me veo como mi madre. He estado leyendo su diario y usando sus bocetos para crear este disfraz, pero… —Más lágrimas caían mientras Syd se acercaba a Frank por detrás. Frank estaba obstruyendo su vista, pero tan pronto como se movió, era obvio que Syd estaba conmocionado por mi apariencia. Sólo se quedó ahí mirándome.

Frank le golpeó el hombro —. ¿Verdad que luce hermosa? —Uh sí… sólo estaba desconcentrado por el cabello negro. —Era evidente que

había algo más en su mente por su reservada y rígida mirada.

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—Es sólo una peluca por amor a Dios. Va con mi disfraz. —Me moví para quitármela de la cabeza pero recibí un golpecito en la mano.

—Se cuidadosa, cielo. No las vamos arrojando como en el teatro. —Frank me quitó la peluca y la puso de nuevo en el maniquí en lo que yo veía a Syd en el espejo, lagrimas todavía queriendo salir.

—¿Podría preguntar de que será tu disfraz? —Syd metió las manos en sus bolsillos y se encogió de hombros —. Sólo pregunto porque necesito saber que iré disfrazado ya que vamos a ir juntos… ¿verdad?

Me limpié la lágrima que amenazaba con resbalarse por mi mejilla —. Voy a ir como mi madre. Encontré su diario y algunos de sus viejos bocetos, y así en mi tiempo libre, los boceté y traje uno de sus diseños a la realidad. —Miré a Frank quien estaba recargado en el mostrador con los brazos cruzados, escrudiñando a Syd —. Y Frank aquí completó el look con la peluca negra.

—Sí, camarada, pero espera a que veas su trasero en esos pantalones que diseñó. Ya no te veras tan asustadizo.

Syd nos dio una mirada aturdida antes de poner sus manos sobre la cabeza y después alzarlas al aire —. Está bien, ya que ustedes dos saben EXACTAMENTE como se verá, y yo estoy en blanco, tal vez podrían elegir un disfraz para mí.

Frank comenzó a aplaudir alegremente en lo que caminaba hacia una pila de ropa al otro lado de la habitación —. ¡Hurra, yo pido vestirlo!

La mirada que Syd me había dado era realmente desconcertante. Había algo que no me estaba diciendo, y planeé en llegar al fondo de eso una vez que estuviéramos solos otra vez. Pasamos los siguientes treinta minutos revisando la colección de disfraces de Frank, y al menos de que Syd planeara disfrazase de travesti, encontrarle algo que le quedara a su medida y altura iba a conllevar mucho más esfuerzo. Encontramos una espada de caballero y algo de cota de malla, y una gran carcajada del porque Frank los tenía como parte de su colección. Frank se disculpó para hacer una llamada, dejándonos a Syd y a mí solos, pero yo todavía estaba muy perturbada por su reacción a la peluca como para hablar con él.

Después de unos minutos, Frank regresó —. Está bien. Llamé a uno de mis amigos quien tiene un disfraz de caballero de la edad media, así que toma la espada y la cota de malla y ve si lo puedes usar con lo que te enviará. Le dije que lo envira en tu casa, Kylah. Debe estar ahí a no más tardar de las 6 pm.

Frank tomó unas bolsas y empacó nuestros accesorios —. Ahora, Syd, asegúrate de llevar tu trasero sensual a la casa de Kylah para que te alistes. Ella es una de las mejores diseñadoras de disfraces de Broadway, así que puede hacer cualquier ajuste que necesites. Ricco es un pequeño hippie así que tal vez necesite que ajusten el disfraz.

Frank me guiñó el ojo mientras Syd cargaba las bolsas y se dirigía a la puerta. Cuando Syd bajó las escaleras, Frank me detuvo —. Te veré esta noche, cariño, y no dejes que nadie te haga dudar de tu disfraz. Es una réplica exacta de tu mamá, y a

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pesar del Sr. Escéptico allá abajo, tú vas a conmocionar a la multitud. Bueno, yo los voy a conmocionar, tu sólo los vas cautivar.

Lo besé en la mejilla y sonreí en lo que me dirigía a las escaleras, ahora preocupada por cómo reaccionarían mi hermano y Vivi ante mi elección de disfraz. Si reaccionaban como Syd lo hizo… bueno mierda, tal vez esto era una mala idea. Mi idea era honrar a mi madre, no asustar a todos, ¿pero qué diablos? Syd ni siquiera conocía a mi mamá, ¿entonces cuál era su problema? Salí a la calle justo en lo que el taxi que Syd había parado se detenía para estacionarse.

—Su carruaje. —No empieces ahora con tu acto de Sr. Encantador después de tu conmoción e

impresión allá arriba. ¿Qué diablos fue todo eso? Tartamudeó por un momento antes de hablar —. Para ser honesto, Kylah, me

dejaste sin aliento y estaba tratando de encontrar las palabras correctas para decir, pero en lugar de eso te molesté. Nunca fue mi intención. ¿Aceptarías mis disculpas?

Me senté ahí en silencio ponderando lo que acababa de decir… lo había dejado sin aliento. ¡Caray!, ¿cómo respondo a eso?

—¿Kylah, estás bien? —Sí, estoy bien, sólo estaba procesando lo que dijiste. Estoy alagada por tu

comentario. Gracias, pero también estoy preocupada. Tu reacción me tiene preguntándome cómo reaccionarán los chicos y Vivi.

—Creo que estará bien, Kylah. Tal vez se sorprendan por un momento, pero creo que una vez que les expliques tu motivo, les encantará. Lucías hermosa.

Me incliné hacia mi bolsa y saqué el diario de mamá. Ojeé las páginas de escritos, buscando los bocetos. El diario no era tan grande, pero había unas cuantas páginas mostrando su devoción a un hombre que sólo podía asumir que era papá. Era evidente cuanto lo había amado por la manera en que escribía sobre él. Finalmente encontré la página con los bocetos y se lo mostré —. Este es mi disfraz. —Esperé nerviosa a su reacción, pero sólo se sentó ahí en silencio —. Sabes, el modo en el que sigues respondiendo, es como si conocieras a mi madre.

—Conocí sobre tu madre, sí. Era difícil no saber sobre ella cuando trabajaba para tu abuela. Acostumbraba hablar sobre ella todo el tiempo.

—Sí, no ha aceptado muy bien su pérdida. Se volvió un poco como una reclusa después del accidente automovilístico. Ya no la veo tan seguido. Creo que eso está bien, porque verla solo me recuerda que mamá no está aquí… ni papá.

Syd se acercó y puso su brazo alrededor de mí —. ¿Sushi o comida italiana? Yo invito.

Mis ojos se llenaron de nuevo de lágrimas —. Lo siento, nunca lloro así. Es sólo que… olvídalo, comida italiana suena genial.

Syd le dio al chofer la dirección y limpió la lágrima que resbalaba por mi mejilla —. Lamento que estas pasando por esto. Desearía que hubiera una manera de poder cambiar lo que pasó, pero sé que no la hay.

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—Sabes, para ser alguien que acabo de conocer, me siento muy conectada contigo. Gracias por ser tan comprensivo. —Syd sonrió en lo que el taxi se detenía para estacionarse. Pagó la tarifa y caminó hacia el pequeño y pintoresco restaurant de comida italiana con toldo negro que cubría las mesas de la banqueta.

El recepcionista nos llevó a una de las mesas de afuera y el mesero se acercó sonriendo ampliamente —. Signore4 Syd, encantado de verlo, y veo que ha traído una encantadora compañía. ¿Qué le puedo servir el día de hoy?

—Dos Chiantis, una ensalada Caprese, y un Penne al Vodka5 para comenzar. Cuando el mesero asintió y se escabulló, Syd se encogió de hombros cuando vio

mi cara de estupefacta —. ¿Qué? —Todos mis favoritos en una orden —. ¿Exactamente qué tanto Dillon te contó

sobre mí? —Nada realmente, fue sólo un golpe de suerte. —De nuevo me dio otras de sus

sonrisas diabólicas cuando el mesero llegó con el vino y algo de pan.

4Signore: Señor

5 Dos Chiantis, una ensalada Caprese, y un Penne al Vodka: vino italiano; ensalada italiana (concretamente de Capri) compuesta de rodajas de tomate y de mozzarella fresca, y hojas de albahaca fresca. Y pasta.

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Capítulo 11

Traducido por Edgli (SOS)

Corregido por Hanna Marl

El almuerzo con Syd fue encantador, ambos, la comida y la conversación. Supe

que una vez había estado casado, y que su esposa e hijo habían sido tomados de él

sin advertencia, así que entendía el dolor que sentía cuando trataba del accidente

trágico de mis padres. Hablamos sobre aquellos momentos en los que te detenías a

considerar si solo hubieras tenido un día más, ¿Qué habrías hecho diferente?

Ambos dimos amplios y largos monólogos sobre lo que habríamos dicho y hecho,

pero el punto permanecía, no teníamos esa oportunidad y nunca la tendríamos.

—Aprendí hace mucho tiempo, Syd, que la ira puede cambiarte, pero es como

escojas lidiar con ella que te transformará.

—Estoy de acuerdo, pero a veces, Kylah, esa ira es la cosa exacta que necesitas

para lograr llegar al siguiente día. —Syd sonrió con una sonrisa menos que

convincente mientras pagaba al camarero y se ponía de pie para dejar la mesa.

—No estamos muy lejos del apartamento. ¿Te importaría caminar? —Syd tomó

las bolsas con las que Frank nos envió a casa y sonrió.

—Suena bien por mí. El aire otoñal puede hacernos algún bien.

A pesar del frío comportamiento de Syd, siempre estaba cuidando de nuestro

entorno como si alguno de los transeúntes fuera a sacar algo extraño, pero en

realidad, era más como si nos fueran a hacer un gran atraco considerando su

expresión facial.

—¿Estás bien allí? Te ves como si estuvieras listo para arrancarle la cabeza

alguien.

—Estoy bien, pero tengo el presentimiento de que estamos siendo seguidos, así

que es algo bueno que solo nos quede una cuadra. —Levantó una ceja —. Odiaría

tener que hacer una escena aquí en la calle.

—Uh, sí, apresuremos el paso, ¿sí? Porque no estoy interesada en ver eso.

Además, ¿Por qué alguien estaría siguiéndonos, o mejor aún, a mi? No soy nadie.

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—No lo sé. Kylah, pero supongo que las sospechas de Dillon no estaban erradas

en este caso. Una chica atractiva que deja el distrito de teatros a horas tardías…

quien sabe, tal vez alguien te está acosando. Tal vez tienes un admirador secreto.

—¡Oh por favor! Las únicas personas que me ven son… bueno, nadie porque Ty

y Dillon no les dejarían. El hermano de Olivia, Vincent coquetea conmigo, pero es

inofensivo. Oh, espera, tal vez es Brooke. Ayer la saqué de sus casillas haciendo

que llegara tarde a su cita. —Veía como el rostro de Syd se contorsionaba con mis

balbuceos.

—Esto no es un chiste, Kylah. Tu seguridad es importante para tu familia y tú

no deberías tomarla a la ligera. —Syd empujó mi brazo para dirigirme hacia las

puertas de vidrio del edificio. Asintió mientras George abría las puertas para

dejarnos pasar.

—Estoy bien. Esto es tonto, nadie se interesa por mí. Soy una diseñadora, no

una princesa de la mafia. Infiernos, tal vez deberías ir a proteger a Olivia. Ahora es

alguien que viene de una familia que necesita protección.

—Olivia no es mi problema, Kylah, tu sí. Si Tynan y Vivi no han llegado a casa

aún, me quedaré contigo hasta que lo hagan, de otra manera tengo trabajo que

hacer.

—Dios, te pusiste todo serio de repente.

—Tomo mi trabajo y mi responsabilidad muy seriamente, y ahora que hemos

pasado el día juntos… bueno es más que sólo mi deber mantenerte a salvo. —Las

puertas del elevador se abrieron y me quedé allí incapaz de moverme mientras Syd

caminaba hacia el espacio vacío—. Y no me dejes oírte decir de nuevo que no eres

nadie. No podría estar más lejos de la verdad.

Cuando me di cuenta de que no lo había seguido. Pulsó las flechas abiertas y

me miró —. ¿Vendrás o qué?

—¡Lo siento! —Entré en el elevador pero evité ver a Syd directamente. Aún

estaba contemplando todo lo que había pasado desde que él había pasado a través

de las puertas de mi apartamento esta mañana. Me había sentido tan cómoda con

él, y aun así su sabiduría sobre todas las cosas que amaba cayeron dentro de la

categoría Un poco raro, y ahora que él actuaba como si yo fuera importante para

él… ¿Porqué? Mientras las puertas se cerraban, pude sentir el calor de la mirada de

Syd. Demonios, este es el viaje en ascensor más largo del mundo.

Cuando las puertas se abrieron, caminé hacia el pasillo, apresurando mis pasos

mientras me acercaba a la puerta de mi apartamento. Sabía que Syd estaba justo

tras de mí, pero no estaba como para voltearme y reconocerlo a él o a sus palabras.

Era ridículo siquiera considerar la idea de que cualquier hombre además de mis

hermanos se interesaría en si soy o no una nadie.

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A excepción de la muerte de mis padres, mi vida ha sido relativamente sin

eventualidades, me atrevería a decir que aburrida… no había razón en este mundo

por la cual alguien se interesaría en acosarme o tratar de lastimarme. Mi rango

mental siguió mientras destrababa la puerta y marchaba hacia adentro, pero antes

de que pudiera llegar muy lejos, fui levantada y lanzada hacia el aire. Chillé y

pateé pero me tranquilicé cuando me di cuenta de que era Tynan.

—¡TY! ¡BAJAME!

Rió y siguió corriendo conmigo sobre su hombro. Mientras corría junto a Vivi,

saludé con la mano mientras me lanzaba una mirada de siento esto.

—¿No me vas a ayudar aquí, verdad? —Sacudió la cabeza y sonrió pero su

atención fue rápidamente dividida cuando Syd atravesó la puerta. Vivi caminó

hacia él y empezaron a hablar, pero los perdí de foco cuando Ty me lanzó sobre la

parte trasera del mueble.

—Lo juro Tynan, ¡Ya no soy una niña!

—Extrañé a mi hermanita pequeña y sabes muy bien que tú también me

extrañaste.

Sacudí la cabeza y reí porque tenía razón. No había punto en tratar de negarlo.

Me senté y me apoyé en el respaldo del sofá, golpeando a Tynan en el brazo —.

Eres una mierda, Tynan.

—¿Así que qué ha estado pasando mientras estábamos fuera? Veo que Dillon

envió a Syd para que te hiciera de niñera. ¿Cómo está funcionando eso?

—Bueno, es mucho mejor que el ultimo imbécil que envió Dillon, pero voy a

decirte, Ty, sabe muchísimo sobre mí. ¿Qué hace Dillon, descargarle la data de mis

cosas favoritas al guardaespaldas del momento?

Ty sacudió la cabeza —. Nah, no a todos, pero Syd es uno de los amigos más

cercanos de Dillon, así que sí, tal vez le haya dado un par de detalles para hacer

más fácil que le aceptaras. Kylah, sabes que esta noche será una locura. Prométeme

que te quedaras cerca de Syd.

Ty me golpeó en la coronilla —. No voltees los ojos, soy completamente serio.

Suspiré pesadamente —. ¿De verdad no tengo opción?

La cerradura de la puerta principal cayó en su lugar y Vivi entró en la

habitación—. ¿Ya te está regañando? Demonios, Kylah, podría ser un nuevo

record. —Se acercó al sofá y me empujó en un apretado abrazo—. Nana quería que

me asegurara de que te diera uno extra de estos por ella.

Mis ojos empezaron a humedecerse con lágrimas mientras Vivi me abrazaba

una segunda vez —. ¿Cómo está la Nana?

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—Está bien y espera verte pronto. Dijo que ha pasado mucho. —Sacudí mi

tristeza y seguí a Vivi a la cocina mientras Ty iba a llevar sus maletas a su

habitación.

—¿A dónde fue Syd?

—Tenía un par de cosas que hacer. Dijo que estaría de vuelta a las 6pm, listo

para convertirse en un caballero. —Sonrió mientras sacaba dos vasos del gabinete

—. ¿Así que como fue tu día con Syd de cualquier manera?

—Parece un muy buen tipo. Las conversaciones son tan fáciles con él que es casi

como si nos conociéramos de años. —Vivi hizo una mueca mientras Tynan entraba

en la habitación de nuevo.

Nos hizo un saludo con la mano—. Sigan con su charla de chicas, no podría

importarme menos. —Tynan se apoyó contra el bar mientras el teléfono empezaba

a sonar.

Vivi bromeó —, Sí claro, Tynan Keenan nadie está comprando esa carga llena

de mierda.

Vivi rió mientras levantaba el teléfono de su soporte—, hola. —miramos

mientras escuchaba a quienquiera que estuviera en la línea mientras caminaba

hacia el refrigerador. Después de sacar una jarra de té. Vertió un poco en los dos

vasos mientras Ty le lanzaba una mirada de y-yo-qué. Vivi colgó el teléfono y sacó

una bolsa de patatas de la despensa—. Nuestros trajes han llegado. Ty, ¿te

importaría bajar al escritorio del conserje a buscarlos?

—Voy en camino. —Mientras Tynan se dirigía a la puerta principal, Vivi y yo

nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar de su viaje y como esta noche sería

una noche para recordar.

—Así que, ¿Cómo irán ustedes dos de cualquier forma? —Vivi no tuvo

oportunidad de responder porque Tynan entró en el cuarto sacudiendo dos bolsas

de prendas.

—¡Vamos como una cita para el baile de la promoción zombi! Ella es la reina y

yo su rey. —Ty bajó el cierre de las bolsas y sacó dos trajes rasgados.

—Oh, por el amor de… ustedes… ¿De verdad? — reí en voz alta porque si

alguien podía hacer ver bien el traje azul claro de los 70 que sostenía frente a mí,

ese era mi hermano. Y el vestido retro amarillo con todos los volantes rotos que

Vivi usaría… bueno solo digamos que necesitarían ser zombis para ponerse eso.

Ty sonreía mientras sacudía los trajes adelante y atrás—. No estés celosa.

Vamos a ser la bomba de la noche.

Vivi tocó mi brazo gentilmente —. ¿Con qué te decidiste finalmente?

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—Bueno es más o menos una sorpresa. Aun tengo un par de cosas que terminar

antes de estar lista para enseñarles chicos. —Miré nerviosamente de un lado a otro

entre Vivi y Ty, esperando que no me presionaran por más información.

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Capítulo 12

Traducido por Candas_12

Corregido por Desafio89

Abrí la puerta de mi cuarto sólo para ser cegada por la oleada de rayos del sol desde la gran imagen de la ventana. El sol era tan brillante que silenciaba el color berenjena de las paredes, haciéndolas parecer más suave que el color purpura. Yo sonreí cuando me di cuenta de la negra peluca perfectamente colocada en mi mesa de vestir. Syd debe haberla traído aquí antes de irse. Recogí la nota que dejó en un viejo recibo de Starbucks. No quería que esto se dañara, realmente pasé un buen rato contigo, nos vemos en la noche. Syd.

Dejé la nota y pase la mano por la parte superior de la peluca... Hoy el día estaba lleno con un mezcla de emociones: primero con la reacción de Syd a mi disfraz, y luego el almuerzo. No estaba tan segura de cómo me sentía sobre ese hombre. Él era tan bueno y amoroso, pero su lado serio podría ser un poco desconcertante. En suma sin embargo pienso que Syd es alguien que vale la pena conocer mejor.

La luz brillante fue demasiado para mis ojos, me estaba dando dolor de cabeza, así que caminé por el suelo hasta las ventanas del techo y cerré las profundas cortinas de terciopelo. Me quede en seco cuando vi algo centellando en la alfombra a lado de mi bolsa mensajera. Me agache para recogerlo, insegura de quien o de donde venía. ¿Un anillo? La apagada banda de oro envolvía la piedra verde casi del color de mis ojos, y estaba rodeada por un nudo Celta. Estaba dejándome sin sentido. Me puse el anillo en mi dedo y sentí un pequeño hormigueo. Mmm…eso es raro. Me pregunté si Syd lo habría dejado caer por accidente, pero me di cuenta del bolso que Frank había enviado a casa con nosotros y asumí que debía haberlo puesto ahí para mí, para que lo use como parte de mi vestuario. Una amplia sonrisa surgió de mi rostro mientras hacía una nota mental para agradecer a Frank…de nuevo. Miré hacia abajo hacia el anillo. Dándome cuenta que sería una incorporación perfecta a mi conjunto.

Fui al armario y saqué las otras piezas de mi traje, revisando que todo estaba listo para ir. La blusa de lino colgaba al lado de la pesada chaqueta de bolero de terciopelo que parecía estar libre de arrugas ahora, supongo que el peso de las otras piezas hizo el trabajo por mí. Mientras estaba parada atrás para admirar mi trabajo, me di cuenta de un hilo que colgaba de la entrepierna de los pantalones negros y agarre las tijeras para cortar. Si mamá hubiera visto este traje, habría

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estado muy orgullosa del trabajo que hice. Ahora sólo queda esperar que Ty y Dillion se sientan de la misma manera.

Sintiéndome un poco descuidada, miré el reloj y me di cuenta de que tenía tiempo para tomar una pequeña siesta antes de que tuviera que empezar a prepararme. Me acerqué a la cama y me acosté... sólo una siesta rápida, eso es todo lo que necesitaba. Cerré los ojos y no pasó mucho tiempo antes de que me quedara dormida.

El sonido de los tacones de Layne tocando los suelos de mármol era música

para mis oídos. —Dime que tienes una buena noticia, mi mascota —Ella dejó caer dos bolsas de

ropa mullida sobre el respaldo del sofá antes dirigirse a la barra. —¿Cuánto me adoras, Liam? —Se volvió para darme una sonrisa coqueta. —Más que mi cuadro de Renoir. Ahora, ¿qué noticias tienes para mí, querida? —Encontré tu tesoro, Liam. Terminé el trabajo que Gavin ha dejado de hacer.

Sin embargo, lamento informarle que Aerric lo incineró y a algunos de tus novatos justo cuando me desvanecí en el callejón.

—Aerric? —Me acerqué a la barra de pie junto a Layne mientras ella me daba un vaso lleno de whisky de Bushmill —. Este es un desarrollo interesante.

— ¿Qué es tan interesante acerca de Aerric asesinando a Gavin? Él era un idiota.

—Porque, mi mascota, si Aerric está aquí, entonces tal vez estamos más cerca de lo que pensaba para recuperar mi Aednat. ¿Por casualidad encontraste a alguien más?

Su sonrisa maliciosa encajaba con el brillo de sus ojos. —Bueno, después de que Gavin se convirtió en polvo en el viento, cogí el anillo qe quedó y se lo llevé a ella.

— ¿La encontraste? Layne pasó la mano por el frente de mi pecho —. Hice algo mejor que

encontrarla —Balanceó las caderas y se acercó a la camilla para recoger las dos bolsas de ropa —. Recibí una invitación para nosotros para la fiesta a la que asistirá esta noche —. Sacudió las bolsas y luego las puso de vuelta.

—Y dime ¿cómo lo lograste? —Sonreí mientras terminaba de beber mi trago, tratando de actuar como si esto no era la mejor noticia que había oído en dos décadas.

Layne se dejó caer en el sofá y puso sus pies sobre mi mesa de café. Normalmente la estaría castigando por su insolencia, pero debido a su

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descubrimiento, le di un pase esta vez —. Me reuní con ella en el parque y tuvimos una conversación muy agradable. Su nombre es Kylah, ella y sus hermanos poseen el bar irlandés de Keenan, y ella estaba leyendo el libro que has estado buscando.

Más rápido de lo que el ojo puede percibir, estaba delante de Layne. Tiré de su cara cerca a la mía.

—Si me estas mintiendo, mi dulce, voy a despellejar la piel de tus huesos y tú alimentaras a los mutantes. ¿Está claro?

Levantó una ceja y habló con veneno en su voz —. Hice lo que me pediste. He tenido éxito donde fracasó Gavin. No me amenaces, Liam, o te voy a recordar por qué soy la asesina más temida. —Se zafó de mis manos y de nuevo cogió las bolsas de oro, desatándolas.

—Tendremos que estar vestidos apropiadamente. Es la víspera de Todos los Santos, y todos los asistentes estarán vestidos con sus mejores galas. —Sacó lo que parecía un traje victoriano —. Me tomé la libertad de escoger trajes a juego porque le dije a Kylah que yo traería una cita.

—Debes estar bromeando si piensas que voy a vestir de esa manera. Su sonrisa arrogante era inquietante —. Te vestirás así, o no serás capaz de acercarte lo suficiente a tu mujer preciosa, —Dejó caer la bolsa sobre el sofá y se volvió para salir con su bolso a cuestas —.Voy a estar de vuelta en rato para hacer el maquillaje que va con el traje.

Mi gruñido sacudió las paredes —. No voy a hacer tal cosa. Layne pasó por delante de mí, sus ojos comenzaron a cambiar de color a un

ritmo rápido, incapaz de decidirse por su natural color azul-verde. —Lo harás, o vas a estar caminando a una emboscada. A diferencia de ese

imbécil e ignorante de Gavin, sé a ciencia cierta que esta es la mujer que estas buscando. Cuando dejé el anillo en su apartamento, sentí la magia fluyendo. Si mi corazonada es correcta, los Nueve están aquí y ellos nunca te permitirían estar lo suficientemente cerca como para olerla, y mucho menos llevarla. —A medida que su temperamento se encendió, sus ojos saltaron de golpe a negro azabache —. Así que usarás este traje y vas a utilizar el maquillaje para ocultar tu verdadero ser.

Negué con ira, pero sabía que tenía razón. Para recuperarla, tendría que hacer lo que dijo Layne, pero eso no quería decir que me gustaría.

—Estoy de acuerdo, con una condición. Tú me acercas lo suficiente como para tocarla, y yo haré el resto. Layne se sacudió los hombros de mi agarre.

—No voy a morir por tu obsesión, pero te acercaré lo suficiente como para saber la verdad... que tu querida Aednat está viva y bien y viviendo aquí, en Nueva York. Más allá de eso, estás por tu cuenta. Si la lección de historia es correcta, los Naio no son fácilmente derrotados. Kylah es una diosa y sus hermanos no se detendrán ante nada para protegerla. De eso estoy segura. Así que a menos que tengas una manera de matar a una diosa, vamos a seguir con mi plan. Una joven pareja de enamorados y vestidos como victorianos muertos. ¿Puedes hacer eso?

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—Tú puedes tener la sartén por el mango y algo que quiero, pero ten cuidado con tu tono, Layne.

Sus ojos se tambaleaban entre el rojo, negro y azul antes de que ella se volviera y se marchara.

—Estate listo para cuando regrese, Liam, tenemos mucho que hacer. El chasquido de sus tacones cesó y sabía que se había destellado fuera a donde

sea que vivía. Layne era muy privada, sobre donde ella descansaba su cabeza, y mientras yo a menudo me preguntaba la respuesta a ese asunto, la realidad es que lo único que realmente me importaba era su talento para matar. Volví al bar y volví a llenar mi vaso, teniendo mucho cuidado al verter. Esta noche voy a recuperar lo que es mío. Roan entró en la habitación.

—Señor, ¿hay algo que pueda hacer por usted? —Sí. Lleve ese ridículo traje a mi habitación y asegúrese de que no me molesten

hasta el regreso de Layne. —Sí, señor. Las pesadas puertas de madera del estudio se cerraron con un ruido sordo

cuando Roan salió de la habitación. Una vez que estaba solo, me permití un momento para recordar la noche en que utilicé la única cosa capaz de matar a un dios, y lo único que garantizaba el éxito de esta noche. Nada me impediría llevarla a casa... nada.

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Capítulo 13

Traducido por Zyan11

Corregido por Edgli

Desperté al sonido de Back in Black de AC/DC retumbando las paredes. Tropecé de la cama, percatándome que a veces las siestas eran una cosa buena, y en otros casos te dejan sintiéndote aun más agotada. Una ducha debería despertar mi trasero. Tiré de mi cabello en un moño improvisado y salté a la ducha fría. Las gotitas frescas comenzaron a reanimarme casi al instante.

Necesitaba de esta ducha fresca por más de un motivo: el varón atractivo de mi sueño esta mañana volvió durante mi pequeña siesta. Su barítono seductor todavía estaba fresco en mi mente cuando esperaba al agua calentarse. Mi gaélico puede haber estado un poco oxidado, pero por lo que pude entender, había planeado completamente un encuentro erótico bajo un sauce. No estaba segura que entendía la razón del árbol, pero fue completamente firme en cuanto a ello. Oye, árbol o no árbol, cuando él habló y besó mi cuello, yo habría encontrado una manera de robar la Torre Eiffel si la hubiera pedido.

El agua comenzó a cambiar de frío a caliente junto con mi libido. El beso que siguió a sus palabras fue más que embriagador, y me encontré imaginando sus manos lavando mi cuerpo, su toque prolongado cuando alcanzaba mi muslo interior. Oh, Dios mío, si yo alguna vez conociera a este hombre en persona, estaba segura que tendría un orgasmo en ese momento. El agua no iba a permitirme los pocos minutos más que yo quería…diablos necesitaba, porque otra vez se volvió fría. Cerré el grifo y oí un ruido en mi dormitorio.

—¡Toc, Toc! Perdón por interrumpirte, Ky, pero tengo que tomar prestado tu rizador. —Vivi reía mientras entraba al cuarto de baño —. Porque afrontémoslo, ninguna reina de baile de graduación de los 80s está completa sin el gran cabello rizado congelado con una tonelada de Aqua Net6.

—No te preocupes, Vivi. Está en el cajón de abajo junto al lavamanos, y creo que puede haber una lata de Aqua Net en el gabinete del disfraz de Halloween del año pasado.

Envolví la toalla alrededor de mí antes de salir de la ducha, agradecida de que el agua se había vuelto fría cuando lo hizo. Vivi y yo éramos cercanas, pero hubiera entrado un minuto antes, y las cosas podrían haber sido un poco incómodas.

6 Aqua Net: Spray o laca fijadora para el cabello.

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—Te lo devolveré tan pronto como termine. —No hay necesidad, pondré todo este rojo bajo una peluca esta noche, entonces

no necesitaré más que ese gorro de peluca de ahí. Vivi sonrió —. No puedo esperar a ver cómo vas a estar. Estoy segura que

estarás impresionante. —Sostuvo la laca y el rizador mientras ella se dirigía hacia la puerta —. Gracias otra vez… te veo en un rato.

Vivi había estado en nuestras vidas por tanto tiempo que ahora no la miraba como mi cuñada, sino como mi hermana. Con los muchachos como mis vigilantes, era agradable tenerla para conversar, agradable para alguien a mi espalda cuando mis hermanos se metían en una de sus campañas de hacemos-esto-para-protegerte. No podría amar a Vivi más de lo que ya lo hacía. Daría mi vida para protegerla si hiciera falta. Me deslicé en una camiseta sin mangas y unos pantalones de yoga, y añadí la primera fase del maquillaje… humectante y corrector de ojeras. Cuando me miré fijamente en el espejo, estaba sorprendida por lo cansada que me veía, pero rápidamente lo descarté porque para eso sería lo del maquillaje teatral. Me solté el cabello cuando me dirigí a abrir las cortinas otra vez; ahora necesitaba llenar el cuarto con el sol de la tarde.

Ty debe haber subido el volumen del equipo de música otra vez cuando Highway to Hell comenzó. Era su canción favorita. Había dos cosas que se necesitaban cuando te preparas para una noche en la ciudad: música escandalosa, y era evidente que Ty lo tenía cubierto. El número dos era una bebida fría, algo de lo que yo carecía en este momento, entonces me dirigí a la cocina a ponerle remedio. Abrí la nevera y agarré una cerveza artesanal de la estantería.

—¿Oye, puedo tener una de esas? —Sonreí cuando escuché a Dillon viniendo detrás de mí.

—Pero por supuesto. —Agarré una segunda cerveza y saqué el abridor del cajón, haciendo saltar la tapa y pasándola a Dillon —. Se siente como que hace siglos que te vi, chico. —Dillon sonrió abiertamente cuando tomó un sorbo de su Harpoon.

Pasó por el equipo de música y bajó el volumen a un nivel manejable —. ¿Así que escuché que tu disfraz va a hacer que se me caigan los calcetines?

—Sí, bueno realmente no es como para hacer caer tus calcetines, en realidad espero por una reacción diferente. —Dirigí una sonrisa que con esperanza mostrara confianza y no inseguridad.

—Estoy seguro que será grande, Kylah, y gracias por no resistirte a mi opción de hacer que Syd te vigile hoy. Están pasando muchas cosas, y sólo necesito asegurarme de que estás a salvo. —Él tomó otro sorbo de su cerveza e inclinó el extremo hacia mí —. A propósito, me llegó un mensaje de Evan hoy. Parece que él decidió seguir a Tynan y Vivi aquí a Nueva York. Viene a la fiesta esta noche. Me dijo que te dijera que no puede esperar a verte.

—Oh grandioso, otro par de ojos para seguirme la pista. —Sonreí cuando dije esto porque mi primo Evan se parecía mucho a mis hermanos: construido como un maldito roble e irlandés hasta los huesos. Todos los hombres de nuestra familia

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llevaban eso de ser ferozmente sobre protectores y muy centrados en la familia. Evan siempre ponía a la familia por sobre todo lo demás. Desde niños, Evan y Dillon realmente fueron cercanos; ellos sólo se separaron cuando nuestros padres salieron de Irlanda y se trasladaron aquí a los Estados Unidos. En estos días, ellos no se pueden ver el uno al otro muy a menudo, pero hablan por teléfono todo el tiempo.

—Estoy emocionada por verlo también, Dillon. Tal vez él pueda ayudar a quitarte un poco de presión esta noche.

—Le dije que si venía, iba a poner su culo a trabajar, así que sí, será una ayuda. —¡Oye! ¿Quién le bajó a la música? —Tynan entró en el cuarto con una toalla

envuelta alrededor de su cintura —. ¿Qué… salgo de la ciudad durante una semana y ahora no me ofrecen una cerveza durante la hora feliz Keenan?

Dillon rió —. Ya ha pasado un rato desde que estuvimos de pie en esta cocina compartiendo una cerveza.

Deslicé una botella abierta sobre la barra a Tynan, mirando cuando él la agarró antes de que llegara al borde —. Buena atrapada.

—Tengo habilidades, Kylah, ¿qué puedo decir? Agité mi cabeza y pasé por mis hermanos en mi salida de la cocina —. Les veo a

los dos más tarde. Realmente tengo que ir a terminar de maquillarme, o nunca voy a estar lista cuando Syd llegue.

—Ves, el plan de Dillon era de verdad decente. Realmente estas deseando que Syd te recoja para su cita. —Ty se rió entre dientes.

—¡CITA! ¿De qué demonios hablas? Le envié para vigilarla no para salir con ella.

La mirada en la cara de Dillon era clásica, y seguramente una que había visto muchas veces antes —. ¿Oh, ese no era tu plan, Dillon? Vale, mierda tendré que cambiar todo mi plan de seducción de esta noche y ponerme ropa interior después de todo —bromeé —. Soy una mujer tu sabes… con necesidades.

Dillon gruñó ante mis palabras —. Demonios, Kylah. —Oye, tú lo enviaste. —Sonreí abiertamente y agité mis pestañas, burlándome

de él. El estallido de risa de Tynan penetró la tensión en el cuarto mientras que

golpeaba el botón de volumen en el equipo de música otra vez. Stroke de Billy Squier llenaba ahora el cuarto cuando Tynan pasaba por Dillon.

—Tynan, bájale a esa mierda antes de que Olivia comience a aporrear la puerta, esperando unirse a la fiesta temprano. —Él tomó otro trago de su cerveza —. Eso es justo lo que necesito ahora mismo.

—¡Diablos no! Es la regla número tres de la lista de arreglarse-para-salir de Kylah. Música con la que puedas sacudir tu culo. —Me guiñó cuando dejó el cuarto.

—¿Qué demonios voy a hacer con ustedes dos? Lo juro, Genevieve es la única sensata además de mí.

—No lo sé, Dillon —dije burlonamente —, ella quizá anime mi equipo esta vez.

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Besé a Dillon en la mejilla y me dirigí de regreso a mi cuarto para terminar de arreglarme —. Escrupulosamente bien planeado, hermano —dije mientras cerraba la puerta de mi dormitorio.

Le escuché golpear su cerveza en la barra, no lo suficiente como para romperla, pero lo bastante fuerte. Me senté en mi mesa de maquillaje y di un trago a la cerveza mientras trataba de recordar la lección de maquillaje de Frank. Seguramente iba a necesitar todos los consejos que tuviera para transformar este rostro cansado en uno que perteneciera a una mega sexy.

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Capítulo 14

Traducido por Reyna Cipriano (SOS) Corregido por KatieGee

Miré el reloj y me di cuenta de que era mejor acelerar este proceso. Eran las 5:40

pm y Syd estaría aquí en veinte minutos. Fui a tomar otro sorbo de mi cerveza y me di cuenta que la botella estaba vacía. No es bueno. Iba a necesitar una dosis extra de coraje líquido para obtener mi gran revelación. Mientras me dirigía a la cocina, Do You Wanna Touch Me comenzó.

—Oh, Dios mío, ¡amo esa canción! —Tomé una cerveza mientras bailaba con la empuñadura de la nevera. Cerré la puerta y utilicé la cerveza como micrófono mientras bailaba por la habitación —. Do you wanna touch…yeah, do you wanna touch…yeah, do you wanna touch me there… ¡WHERE! —Justo cuando me di la vuelta para sacudir el trasero y terminar el coro, me detuve en seco. Mis mejillas comenzaron a ruborizarse inmediatamente porque ahí en la puerta estaba Syd que me miraba con una enorme sonrisa en su rostro.

—Supongo que no me oíste tocar por el ruido de la música. Apreté los labios, tratando de calmarme antes de hablar. —Sí, supongo que no. —Toqué a la puerta, lo juro. Incluso llamé, pero al no obtener

respuesta, decidí entrar. —Llegas temprano. Son sólo las 5:45. —Pensé que debería llegar temprano en caso de que quisieras

realizar algún ajuste. En ese momento, sonó el teléfono y me fui a cogerlo. —¿Hola? Está bien genial, enviaré al caballero con quien me viste en las

escaleras para que lo recoja. —Colgué el teléfono y me volví hacia Syd, que ya estaba en el otro lado del mostrador —. Era George. La bolsa de ropa que Frank me envía acaba de llegar. ¿Te importaría bajar a conseguirla?

—No hay problema. ¿Seguirás cantando esa canción cuando vuelva? —Me lanzó una de sus sonrisas diabólicas.

Negué con la cabeza y sonrió. —Sólo ve, ¿de acuerdo? —Está bien, pero estabas haciendo un gran trabajo como Joan Jett. Cerró la puerta y corrí a mi cuarto a ponerme más ropa. Ahí estaba yo, los senos

que colgaban hacia fuera en una camiseta ajustada y cantando Do you wanna touch

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me. Mierda. Si esto era una indicación de cómo esta noche iba a ir, estaba jodida. Parecía que entre Syd y mi hombre ideal, yo estaba completamente frustrada. Agarré la sudadera con capucha de detrás de mi puerta y salí al mismo tiempo que Syd volvía y entraba por la puerta.

—Está bien, el baño está justo ahí. Ve a probarte eso y vamos a ver qué cambios tenemos que hacer.

Syd tomó la bolsa y entró al baño de invitados y salió a medio vestir unos momentos después. Oh dulce día celestial, este hombre no puede ser real. Sus abdominales parecían como si fueran de mármol cincelado. La perilla fina oscura era un poco más rellena desde esta mañana, y las líneas de abolladura en la cintura justo por encima de la cinturilla de sus pantalones... Me mordí el labio inferior y respire hondo.

—¿Qué pasa? ¿Por qué no llevas el disfraz? —No sé cómo ponérmelo. ¿Dónde demonios va esto? Me reí cuando tomé la túnica de lino de él. —Esto va en primer lugar, luego necesitas ponerte estos. —Levanté las medias

de lana y él hizo una mueca. —Por favor, no me obligues a usar eso. ¿No puede este traje ser puesto con

unos vaqueros debajo de toda esta mierda? —Me dio una sonrisa descarada. Sacudí la camisa hacia él. —Sí, vamos a hacer ese trabajo porque honestamente las medias de lana van a

apestar en una hora. —Syd se sacó la camisa por la cabeza y esperó a que yo le entregara las piezas para ponerlas en el orden en que debía ser. Quince minutos más tarde, Syd era una versión moderna de un caballero medieval, vestido con pantalones vaqueros de cintura baja y botas negras de combate.

—¡Oye, Syd! —Los dos nos dimos la vuelta y vimos a Tynan en su esmoquin azul pálido, con una camisa blanca con volantes y brillantes zapatos blancos. Ty dio su mejor Saturday Night Fever movimiento y sonrió.

—Buen maquillaje, hermano. —Oye, Vivi hizo un gran trabajo haciendo que parezca muerto. —Era cierto,

podías ver el detalle de por aquí. Tenía las mejillas hundidas y la sangre falsa que gotea en el labio... él se veía fantástico. Vivi salió un momento después, también luciendo un maquillaje similar, excepto que ella había añadido un poco de glamour a su look, pero todavía tenía esa sensación zombie. Su cabello revuelto y la corona de princesa estaban teñidos de sangre. Incluso los volantes de su vestido estaban hechos jirones, como si acabara de salir de una tumba.

—¡Ustedes dos se ven increíbles! Tenías razón, Ty. Van a ser un éxito. —Oye Syd, te ves muy bien. No vas por el aspecto auténtico, ¿eh? —Vivi sonrió

y luego volvió su atención hacia mí—. ¿Por qué no estás lista, chica? Tenemos que salir de aquí en diez minutos.

Le entregué Syd la correa y la espada que Frank había enviado y me despedí de todos, sin decir una palabra. Este es el momento de la verdad. Me deslicé sobre los pantalones negros por encima de mi trasero desnudo. Sabía que le había dicho a

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Dillon que iba a llevar ropa interior esta noche, pero con lo ajustado de estos pantalones, eso no iba ser una opción. Después me puse la camisa y la chaqueta, me puse los calcetines y me metí en mis botas negras hasta la rodilla de Christian Louboutin y me quede mirándome en el espejo de cuerpo entero. Casi completa. Entré en el cuarto de baño y tire de mi pelo para arriba, metiéndolo en el gorro y me coloqué suavemente la peluca en la cabeza. Me unté el labial en barra color carmesí, y cojí el anillo que Frank me había dado y de nuevo me estremecí cuando lo deslicé sobre mi dedo.

Bueno una última mirada. Me paré frente al espejo y me sorprendió lo mucho que me parecía a mi madre. Dios, espero que los chicos no se asusten. Me aferré a la perilla de la puerta un instante más de lo que necesitaba, pero finalmente me armé de valor para abrir la puerta y salir a la sala de estar. Tynan, Vivi, Syd, y ahora Dillon estaban esperando junto a la chimenea, con una copa en la mano. Yo apenas podía controlar mis nervios, mis manos temblaban mientras esperaba que ellos se dieran cuenta de que había entrado en la habitación. Syd fue el primero en darse cuenta y luego todos los demás se voltearon rápidamente. Los ojos de Vivi se le llenaron de lágrimas y Ty y Dillon se tambalearon hacia atrás un paso. Incluso Syd, que me había visto antes, me miraba como si estuviera viendo un fantasma.

Dejé escapar un profundo suspiro. —¿Alguien va a decir algo?, porque realmente me estoy sintiendo rara aquí. Tynan fue el valiente. —Vaya, te ves... muy bien. Ha sido un largo tiempo desde... Mamá y papá

también estarían muy orgullosos de ti, Ky —Viv, ¿está mal? Estás llorando. —Es que ha sido un largo tiempo, Kylah, y la realidad es que algunas heridas

tardan más en sanar que otras. Pero te ves muy bien. —Dillon, ¿no vas a decir nada? Tienes esa mirada en tu cara que por lo general

significa que estás a punto de estallar. Se quedó en silencio durante unos segundos más. —Syd, si la dejas a un lado, te mataré yo mismo. ¿Estamos claro? Syd sonrió. —Entendido. —Bien entonces. ¿Estamos listos para irnos? —Dillon se echó hacia atrás

y bebió lo último de su copa y la puso sobre el mostrador antes de acercarse a mí y se inclinó para besar mi mejilla —. Te ves hermosa, Deifiúr. Estoy muy orgulloso de ti. —Me agarró la mano y se dirigió a la puerta —. Sabes que acabas de hacer el trabajo de Syd cada vez más difícil esta noche.

Syd se acercó por detrás y me puso la mano en la parte baja de mi espalda. —No me importa. —Dillon se quejó pero Syd no parecía que se preocupara

cuando abrió la puerta y me guiñó un ojo. —¡¡¡OH. MI. DIOS!!! ¡Mírense! —gritó Olivia mientras salía de su puerta

delantera con Joe siguiéndola justo detrás—. Dillon, nene, mírate. Nunca he visto a un gánster de 1930 más sexy. ¿Te vistes así por mí?

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Olivia exageró su paseo para el efecto, pero en el traje que llevaba, no era realmente necesario. De la cintura para arriba, Olivia era una versión perfecta de Blancanieves, pero de la cintura para abajo, ella era todo sexo. Estaba vestida de blanco hasta el muslo, medias con ligas a juego, y las bragas de encaje francés se podían ver al caminar. Sus tacones negros la hicieron más alta de lo normal, pero aun sólo llegaba hasta el pecho de Dillon.

—Y tú pensaste que Syd iba a tener las manos llenas. —Apreté los labios, ahogando una carcajada.

—Kylah, te ves como una persona diferente, con ese pelo negro, pero ¿qué se supone que eres? No lo entiendo.

Dillon sonrió y anunció con orgullo. —Ella quería honrar a nuestra madre esta tarde y no a un personaje de cuento

de hadas. —La mirada de sorpresa en el rostro de Olivia fue nada de humorística. Nadie le había hablado de esa manera y mucho menos un hombre. Olivia resopló y se fue pisando fuerte hacia el ascensor, la falda silbante mientras caminaba.

—Uno de estos días, Dillon Keenan, vas a desear haberme prestado atención. Pero para entonces, ya será jodidamente demasiado tarde. —Ella le dio la vuelta al ave cuando dobló la esquina.

Dillon sacudió la cabeza cuando Ty le dio una palmada en la espalda. —Bien hecho, Dillon, molestar a la hija de un jefe de la mafia... decisión

inteligente. Todos nos dirigimos hacia el ascensor, pero cuando llegamos allí, Olivia ya

había apretado el botón de bajar, así que mientras esperábamos, Ty agarró a Vivi y le dio vueltas y la besó en el pasillo.

—Oh dios ustedes dos... consigan una habitación. Ty me miró, me empujó fuera y volvió a besar Vivi, esta vez con más pasión.

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Capítulo 15

Traducido por Sitahiri

Corregido por Hanna Marl

Terminamos tomando dos taxis porque con el vestido de Vivi y el tamaño de los chicos, no había manera de que todos cupiéramos en un solo taxi. Los dos tortolitos se fueron en uno y yo me senté entre Syd y Dillon en el otro. Llegamos en tiempo récord, y no porque el bar estuviera cerca, sino porque nuestro taxista pareció pensar que estaba conduciendo por la autopista.

—Creo que voy a vomitar. —Los chicos me miraron, esperando que estuviera bromeando. Sonreí—. ¿Qué? Conduce como un loco.

Mientras Ty ayudaba a Vivi a bajar del auto, tenía una mirada confundida en su rostro.

—¿Cómo llegaron aquí antes que nosotros? Sacudí las manos en el aire mientras miraba entre Syd y Dillon. —¿Ves? Un grupo de adolescentes pendencieros volvieron a poner en modo defensivo a

Syd por segunda vez hoy. Dillon se movió para pararse a mi lado mientras Syd les dejaba claro que era momento de cruzar la calle. Eran más agresivos de lo que hubiera esperado, pero quizás estaban ebrios. Cuando por fin cruzaron la calle, nos dirigimos a la entrada de Keenan’s donde ya se había formado una fila para entrar. Cuando los porteros vieron a Dillon, despejaron el camino para nosotros y todos entramos juntos.

El lugar lucía estupendo. Estaba todo adornado con telarañas y criaturas espeluznantes. La música de Halloween se derramaba del bar a las calles. Había dos momias de tres metros haciendo guardia en las puertas dobles del bar. Una escalofriante bruja estaba colgada sobre el bar de tal manera que parecía bajar en picada sobre los clientes; sus ojos rojos brillaban mientras se reía a carcajadas sobre sus cabezas.

—Oye, colgaste mi bruja escalofriante. Me había olvidado de ella por completo. Ty me agarró de los hombros. —No te preocupes, pequeña. Te apoyamos.

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Dillon se separó de nuestro pequeño grupo mientras Ty y Vivi se fueron en otra dirección abriéndose paso entre la multitud. Saludé con la mano a Adaira mientras Syd y yo llegábamos al bar.

—Te ves sumamente sexy con ese disfraz de pirata… ¡argh mi amiga! 7—Guiñé un ojo.

Syd gentilmente colocó una mano en mi espalda cuando nos detuvimos y platicamos con Adaira.

Adaira se rió. —Tú también te ves sumamente bien… ¿Guerrera estilizada del siglo 13? Solté una risita. —Estilizada a la Edad Media, sí, pero guerrera, no tanto. —Bueno te ves fabulosa, Kylah. Supongo que Syd tiene su trabajo hecho a la

medida para él esta noche. Ya he visto a seis chicos mirándote el trasero. —Adaira guiñó un ojo y luego le preguntó a Syd si podría hablar con él un momento señalando el final del bar. Syd me miró antes de confirmarle a Adaira.

—Ahora regreso. Sólo estaré a unos cuantos pasos. Moví las manos en el aire. —Oh, Dios mío, aquí estaré. No me moveré, lo prometo. Mientras se abría camino al final del bar, me senté en un taburete del bar que

alguien acababa de dejar libre. Adaira estaba en lo cierto, de repente me sentí como un enorme trozo de filete que la mitad de los hombres en el bar querían devorar. Por lo menos cuando Syd estaba a mi lado, lo mantenían cortés. No hay problema, ya estoy grande, puedo manejar unas cuantas miradas. Adaira debió haberles dicho a los otros cantineros que me trajeran una cerveza porque de repente había una frente a mí.

—Gracias. —No reconocí a la chica vestida con un disfraz de diablilla, pero había un montón de personal extra esta noche.

Antes de que se fuera, sándalo y cuero llenaron el ambiente a mí alrededor y me pregunté si ella había estado usando un perfume especial. El aroma continuaba haciéndose más fuerte y más conocido; sabía que había olido esa combinación antes, ¿pero dónde? Me di la vuelta para ver si era uno de los hombres parados que estaban cerca, pero descarté enseguida a los dos ewoks8 de mi derecha. Sip, las peludas criaturas de la Guerra de las Galaxias no podrían oler tan divinamente.

—Una cerveza, ¿eh? No es tu elección habitual, pero hay un montón de cosas diferentes de ti estos días.

—Me temo que has… —Me di la vuelta para ver quién estaba hablando, pero mi voz se congeló a mitad de la oración cuando alcé la vista hacia el hombre frente a mí.

Mi cuerpo se calentó instantáneamente cuando lo miré a los ojos. El hombre de mis sueños… esto no está pasando; él era sólo una fantasía. Me quedé ahí inmóvil

7¡Argh!: Una forma de saludar en jerga pirata. 8Ewok: En el universo de La Guerra de las Galaxias los ewoks son seres habitantes de la luna boscosa del planetaEndor. Parecidos a ositos cariñositos guerreros.

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y sin palabras por lo que pareció una eternidad, sólo mirándolo fijamente. Iba vestido como un vampiro gótico, con colmillos y ojos sobrenaturales. Giraban en un remolino de color amarillo dorado que se mezclaba con llamas cobrizas. ¡Caramba! ¿Quién había hecho su disfraz? Parecía tan auténtico.

El hombre misterioso rozó su mano contra mi mejilla cuando quitó el cabello de mi rostro. Generalmente esto hubiera garantizado una patada en la entrepierna, pero estaba demasiado cautivada por el hecho de que mi hombre de ensueño estuviera parado frente a mí. Me mordí el labio inferior y él gruñó conforme se acercaba más a mí, su cuerpo pegado al mío. En ese momento, estuve segura de que perdí todo pensamiento racional. Mentalmente viajé a un lugar donde este hombre y yo estábamos desnudos y retorciéndonos en la cama. Demonios, el modo en el que mi cuerpo respondía al suyo, estaría más que de acuerdo si me tomaba aquí en la multitud.

—Aerric —dijo bruscamente Syd, sacándome de mi aturdimiento. Me giré para ver a Syd parado detrás de mí, su mirada fija en ese guapísimo hombre.

—Eh… ¿lo conoces, Syd? Mi hombre misterioso habló de nuevo y juro que casi me morí. Maldita sea esa

voz suya. —Sí, desafortunadamente nos conocemos el uno al otro. —Señaló con la cabeza

a Syd y luego dirigió su atención de nuevo a mí. Syd colocó su mano en la parte baja de mi espalda y dijo: —Kylah, debemos ir arriba. Hay algunas personas que Vivi quiere que

conozcas, y están en la zona VIP. —Oh… está bien. Un gusto conocerte, Aerric, ¿cierto? —Alargué la mano para

estrechársela, pero en su lugar, él tomó mi mano en la suya y la besó gentilmente, todo el tiempo mirando amenazadoramente a Syd.

—Sí, mi nombre es, Aerric. Un gusto conocerte también, Kylah. Syd tomó mi otra mano y me condujo hacia las escaleras, lejos de Aerric. Podría

haber jurado que gruñó cuando Syd me tocó. Supongo que debería haber estado ofendida por la arrogancia de Aerric, pero en su lugar se me paró el corazón con sólo pensar en él. Quería regresar corriendo a su lado y besarlo hasta que los dos estuviéramos sin aliento, pero era un sueño imposible porque con toda esta seguridad privada, no veía una sesión de besos en mi futuro cercano.

El nivel del ruido en el bar estaba más allá de alto; la multitud ahora estaba llena de gente de todas las formas y tamaños tratando de impresionarse los unos a los otros con sus disfraces. Bajé la vista y vi por lo menos tres atrevidas Blanca Nieves, pero ninguna de ellas era Olivia. Busqué a Frank, también, pero no estaba completamente segura de qué estaba disfrazado, así que iba a tener que esperar hasta que me encontrara.

Mientras seguía a Syd escaleras arriba, me di la vuelta para ver otra vez, utilizando mi nueva posición ventajosa para tratar de encontrar a Aerric, pero se había ido. Mierda. ¿Acaso sólo imaginé todo el encuentro?

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—¡Kylah! —Giré la cabeza para ver quién me estaba llamando y reconocí a Layne. Tiré de la mano de Syd y le dije que me diera sólo un segundo. Se detuvo y esperó mientras bajaba unos cuantos escalones.

—¡Oye, te ves fabulosa! Me encanta el vestido victoriano, y la peluca empolvada es el toque perfecto.

—El zombie de una muerta victoriana, de hecho. —Dio un paso atrás para mirar mi conjunto—. ¿Una guerrera de cuidado del siglo 13, pero mejoraste el look con esas Louboutins9?

Solté una risita. —Eres la segunda persona esta noche que me pregunta eso, pero no, sólo un

diseño que imaginé. Layne guiñó un ojo cuando miró detrás de mí. —¿Ese es tu cita? Miré sobre mi hombro pero sólo vi la nuca de Syd porque estaba hablando con

una hermosa mujer de pelo negro y ojos color lavanda. Hombre, este año las personas en verdad lo dieron todo en sus disfraces. Volví a mirar a Layne.

—No, es sólo un amigo. ¿Qué hay de ti? ¿Dónde está tu cita? —Oh, anda por ahí. Aunque me encantaría presentártelo más tarde. —Me parece genial, te veré en un momento. Me necesitan arriba… cosas de

trabajo. —No te preocupes. Estoy segura que nos encontraremos pronto. —Layne se dio

la vuelta para irse cuando Syd me tocó el hombro. —No fue mi intención interrumpir. —Oh, no, no interrumpiste, ella sólo estaba saludando. Cuando llegamos al final de las escaleras, tecleé el código en la puerta de

seguridad y entré con Syd pisándome los talones. La zona VIP no estaba para nada abarrotada; sólo unas cuantas mesas privadas estaban ocupadas. No reconocí a estas personas, pero sin duda eran notorias. La mujer con los ojos color lavanda se acercó a un hombre que parecía irradiar sexo. Su cabeza rapada parecía dura comparada con la suavidad de sus ojos pero quizás todo ello era parte de su disfraz. Dos mujeres que parecían hermanas estaban de pie hablando con mi primo Evan pero él aún no se había fijado en mí.

Mientras esperaba por mi oportunidad para hablar con Evan, me recargué contra la ventana de vidrio con vistas al primer nivel. Cuando recorría con la vista la multitud del bar, finalmente lo encontré. Aerric estaba casualmente recargado contra la barra viendo directamente hacia mí. Esbozó una sexy sonrisa e inclinó su vaso en mi dirección. Sonreí pero la sonrisa se cortó cuando Evan me agarró por detrás y me levantó del piso.

—¿Qué demonios les pasa a ustedes los hombres Keenan que me zarandean como a una muñeca de trapo?

—Te extrañé, pequeña. —Se rio sonoramente y me puso de nuevo en el suelo. 9Louboutins: Se refiere a las botas hasta la rodilla del diseñador francés Christian Louboutin que lleva con su disfraz y que menciona en un capítulo anterior.

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Me acomodé el atuendo y moví la peluca en mi cabeza para ponerla de nuevo en su lugar

—También te extrañé, Evan, pero no tienes que levantarme. Los fuertes golpes en la puerta VIP pusieron muy inquietos a todos en este piso.

Todos se pusieron en alerta máxima, esperando a ver quién se atrevía a hacer semejante barullo. Syd abrió la puerta y Aerric entró a empujones, sus ojos fijos en mí.

—Aerric, esto no es necesario y lo sabes. Era Evan. Ella no corre ningún peligro. —Esto, estoy confundida. Ustedes dos dicen que se conocen el uno al otro, pero

exactamente ¿cómo es que se conocen? Syd nunca quitó los ojos de Aerric cuando respondió mi pregunta. —Él trabaja para tu abuela. Es su guardia personal y Dillon pensó que sería una

buena idea añadir seguridad con la que ya estuviera familiarizado en lugar de extraños.

—¿Estás bromeando? ¿Así que no era lo suficientemente malo que te mandara a ti para cuidarme, Syd, pero ella de hecho los mandó a los tres? —Mi ira alcanzó el punto de ebullición mientras golpeaba a Evan en el pecho con el dedo —. ¿Tú también estás en esto, eh, Evan? —El hecho de que bajara la cabeza fue respuesta suficiente para mí.

—¡MIERDA! —Al pasar empujé a Aerric, que estaba bloqueando la entrada, y bajé corriendo las escaleras, pero fui detenida por la multitud en la base.

Sentí una mano en mi cuello y me giré para gritarle a Syd por seguirme, excepto que no era Syd. Era un hombre con maquillaje negro alrededor de los ojos, lo que hacía que sus propios ojos parecieran negros como alquitrán. La palidez de su piel junto con esos ojos hizo que se me enchinara la piel. Empujé a las personas con energía para escapar de él, y tropecé cuando llegué al último escalón. El hombre se me quedó viendo desde arriba mientras se lamía los labios. ¿Qué demonios?

Cuando llegué al bar, me incliné para preguntarle a Adaira dónde estaba Dillon, y ella se encogió de hombros.

—No lo he visto, cariño. Aunque le diré que lo estás buscando. Miré hacia atrás para ver si el hombre estaba siguiéndome, pero se había ido. —Sí, está bien, gracias. Me di la vuelta para caminar hacia la entrada principal pero fui jalada al

interior de un abrazo demoledor. —¡Kylah, bebé! Mírate. Reí entre dientes mientras Frank continuaba hablando efusivamente. Lo abracé

de nuevo, intentando calmar mis ahora agitados nervios. —¿Estás bien? Estás temblando. —Sí, estoy bien. —Cambié de tema echándole un vistazo al disfraz de Frank. Frank lo había dado todo, creando el perfecto disfraz de dominatrix; llevaba

puesto un conjunto de cuero muy ajustado con una profunda que llegaba hasta el final de su ombligo. Cuando Frank estaba vestido como Coco, era una mujer de una belleza despampanante. Por el modo en que se la quedaban viendo los

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hombres, estaba segura que ellos no eran conscientes de que Frank era en realidad un hombre. Sentí una mano en mi hombro y me estremecí.

—Por favor déjame explicarte. —La voz de Syd era firme pero suave cuando habló.

—¿Ya la hiciste enojar, bebé? No llevó mucho tiempo. —Hola, Frank. —La atención de Syd estaba centrada en mí hasta que alzó la

vista para en cambio ver a Coco. Se quedó boquiabierto cuando la miró por segunda vez.

—Sí, bebé, no es Frank… es Coco. —Se inclinó hacia Syd y lo besó en la mejilla, sobresaltándolo. Levanté una ceja por la reacción de Syd; estaba segura de que su mirada se debía más a la invasión de su espacio personal que al hecho de que una Drag Queen10 lo acababa de besar.

—Coco será, pero en este momento, necesito hablar con Kylah en privado. Por favor discúlpanos.

En realidad no tenía oportunidad de rehusarme porque estaba siendo arrastrada a una esquina vacía del bar.

—Nunca te he mentido, y no tengo intención de comenzar ahora. No me preguntaste quién iba a estar en el personal esta noche, así que ¿por qué iba a decírtelo? Cuando preguntaste quién era Aerric, te lo dije sin dudar, así que por favor hazme el honor de no insultarme diciéndome mentiroso.

Me quedé ahí echando chispas, pero estaba en lo cierto. Estaba sacando mi ira con él, cuando en realidad debería estar haciéndolo con Dillon.

—Bien, Syd, pero esto es una estupidez y lo sabes. —Puede que lo sea, Kylah, pero el hecho de que estás en peligro permanece.

Por parte de quién, no lo sé, pero no me mantendré al margen y dejaré que alguien te haga daño porque eres demasiado terca para aceptar mi ayuda.

Bajé la cabeza y recobré mi firmeza. —Entonces sólo tratemos de pasarla bien esta noche. Me encargaré de las

estupideces de Dillon mañana. Alcé la vista para ver a Aerric unos cuantos pasos detrás de Syd, sus brazos

cruzados en su amplio pecho. Quería estar enojada con él también, pero por el modo en que me miraba, pude notar que se preocupaba y por el hecho de que Syd seguía agarrándome las manos. Me solté del agarre de Syd y fui hasta Aerric.

—Puedes trabajar para mi abuela y creer que eso te da alguna autoridad en esta situación, pero puedo garantizarte que soy perfectamente capaz de cuidarme a mí misma. Así que deja la estupidez de macho protector y ve a cuidar a alguien o algo más.

Empujé a Aerric al pasar pero no llegué muy lejos. Me doblé por el dolor, agarrando mi estómago, azotada por una ola de intensa náusea.

Aerric fue el primero en llegar hasta mí pero Syd estaba justo detrás de él.

10Drag Queen: Describe a un hombre que se viste y actúa como una mujer de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se burla de las nociones tradicionales de la identidad de género y los roles de género.

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—¿Qué sucede, Kylah? Quería decirles pero no lo sabía. Me sostuve del brazo de Syd para recobrar el

equilibrio cuando mi visión cambió súbitamente. Ty y Vivi estaban en el callejón detrás del bar peleando contra extrañas criaturas con dientes afilados como navajas. Aunque estas imágenes parecían poco realistas, sabía que no eran disfraces. De verdad había monstruos atacando a mi hermano y su esposa. Me solté del agarre de Syd y Aerric y pasé corriendo por los baños hacia la puerta de atrás que conducía al callejón.

Abrí la puerta empujándola con mis manos y se abrió de golpe, golpeándose contra la pared. Observé cuando el hombre de las escaleras apareció al lado de Ty. Tynan había estado parado con su espalda hacia Vivi en una postura defensiva, pero cuando ella se agachó y apuñaló a uno de esos monstruos, lo dejó descubierto y vulnerable. El hombre con los ojos negros echó un vistazo en mi dirección mientras se colocaba detrás de mi hermano y lo apuñalaba. Una lenta sonrisa amenazadora reemplazó su severa mirada mientras veía a Tynan caer al suelo.

—¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!! —Mi grito resonó por las paredes del callejón cuando Vivi se dio vuelta para ver a Tynan derrumbarse.

El hombre detrás de él ya no era un hombre sino un remolino de denso humo negro. Se fue tan pronto como había llegado, y miré a las personas de la zona VIP matar al resto de los monstruos que quedaban. Vivi acunó a mi hermano en sus brazos, llorando y hablándole en gaélico. Quería correr hacia ella… correr hacia Tynan pero mis pies no lograron moverse. Me obligué a mí misma a dar un paso pero me detuve un segundo después cuando Vivi regresó a verme, sus ojos negros como el carbón. Se me quedó viendo por un momento y luego comenzó a entonar cánticos.

Nunca había escuchado semejantes palabras: no era gaélico, ni latín… ¿qué era lo que estaba diciendo? Las lágrimas caían a raudales por su rostro mientras seguía entonando los cánticos. Una luz brillante comenzó a rodear a mi hermano y se elevó de su cuerpo. La escuché decirle a Tynan:

—Te amo demasiado para dejarte ir, mi amor. Tengo que hacer esto para salvarte.

Tynan no habló; sólo se le quedó viendo con una mirada vacía, insípida. Di otro paso pero alguien me agarró el brazo para detenerme.

Poco dispuesta a que me detuvieran, corrí hacia Ty, pero a mitad del callejón, la brillante luz que rodeaba a mi hermano ahora se dirigía directamente hacia mí. La luz viajó a través del espacio entre nosotros y me lanzó hacia atrás cuando chocó de golpe contra mi pecho. Me quedé helada, tratando de impedir que me cayera, cuando una sensación fría recorrió mi cuerpo. Al instante, sentí pesar y paz, pérdida y amor, demasiadas emociones a la vez. Mi vida, toda mi vida comenzó a pasar frente a mis ojos como el rollo de una película puesto en reversa. Las imágenes se movían tan deprisa que era difícil seguirles el ritmo a todas. Seguían proyectándose, una seguida de la otra: mis hermanos, Vivi, nuestra casa aquí en Nueva York, el bar, todos nosotros de nuevo en nuestra casa en Stowe. Los

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recuerdos continuaron rebobinándose, de vuelta a la época en que mamá y papá seguían vivos, a cuando estaba entrenando con los Nueve, y después vi a mis abuelas darme el tónico que literalmente cambió mi vida.

Mi aliento se atascó en mi garganta cuando miré alrededor a todos los que estaban en el callejón: los Nueve. Los reconocí a todos. Todos estaban aquí en esta época, en este momento. Miré alrededor para verlos a todos mirándome con sorpresa en sus ojos. Mi atención cambió a Obsydian y Aerric que estaban parados uno a cada lado mío, observando y esperando. La puerta lateral se abrió con estrépito y Dillon salió abriéndose paso a empujones, sus ojos de un blanco nublado lo que significaba que estaba luchando por mantener su forma humana. ¿Cómo? ¿Cómo era que ahora estaba viendo todo esto?

Los relámpagos comenzaron a retumbar por encima de nuestras cabezas y miré hacia Vivi, que ahora estaba llorando de modo incontrolable; estaba tan distraída con Tynan que no vio al monstruo acercarse por detrás de ella. Sentí mis manos calentarse, la ira y el miedo por lo que había sucedido consumiendo cada uno de mis pensamientos, y antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, la criatura detrás de Vivi cayó en un montón de cenizas. Mis ojos estaban llenos de acaloradas lágrimas mientras corría hacia al lado de mi hermano. Tomé su mano entre la mía y traté de consolar a Vivi por la trágica pérdida, pero su dolor era demasiado abrumador.

Cuando agarré a Vivi, escuché mi voz pero las palabras no eran mías. —No llores, mi amor, encontraremos un modo de arreglar esto. Regresaré a tu

lado. Vivi me miró, sus lágrimas fluyendo libremente mientras hablaba. —Lo sé, mi amor, y sé que Kylah hará todo lo que pueda por mantenerte a

salvo. Te traerá a casa con nosotros cuando sea el momento indicado. De repente, el callejón se volvió silencioso de manera escalofriante y muy

abarrotado. Evan, Zephyra y Rhyderich ahora caminaban hacia nosotros. Syd comenzó a gritar órdenes y mandatos, que todos reconocieron y llevaron a cabo enseguida. Syd señaló a Aerric y habló entre dientes. Evan me levantó por los brazos y me apartó de mi hermano.

—Kylah, necesito que me escuches. —El marcado acento irlandés de Evan era lento y pausado —. Debemos sacarte de aquí. Debemos llevarte a casa.

Me solté con brusquedad del agarre de Evan y comencé a correr, pero Aerric me atrapó en sus brazos.

—La tengo, Evan. Fuertes golpes y algo que sonó como una explosión quitó mi atención de Aerric.

Me sentía segura en sus brazos, y sin embargo quería darme la vuelta y atacar a lo que fuera que estaba bajando por el callejón. Sensaciones extrañas continuaron elevándose por mi cuerpo. Un calor abrasador se agitaba por debajo de mi piel; una llama azul transparente comenzó a cubrir mis manos mientras veía a los ojos de Aerric. Él no parecía desconcertado por todo esto, de hecho, parecía aliviado.

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Me giré para mirar a las criaturas mientras se acercaban. Rayas negras cubriendo sus pálidos rostros, moviéndose mientras sus ojos rojos brillaban en la oscuridad de la noche. Las llamas en mis manos comenzaron a subir por mis brazos; mis ojos quemaban cuando vi a las criaturas moverse hacia mí, sus afilados colmillos goteando sangre y saliva. Los otros se movieron para atacar pero eso no era necesario porque no iba a permitir que otra persona muriera aquí esta noche. Escuché la voz de Ty en mi cabeza tratando de calmarme, pero la ignoré porque le eché un vistazo a su cuerpo todavía tendido en el suelo. Vivi me miró y luego desapareció con el cuerpo de mi hermano en sus brazos.

La voz de Dillon fue la siguiente que escuché. —Kylah… ¡NO! Llamas se expandieron hacia afuera más allá de mi cuerpo. Las llamas se

elevaron más alto conforme se deslizaban hacia su presa. Las criaturas seguían viniendo como si fueran intocables, pero las llamas cambiaron otra vez a blanco brillante.

La voz de Syd retumbó sobre los agudos gritos. —Aerric llévala al laberinto… ¡AHORA! Aerric estrechó mi cuerpo llameante entre sus brazos y nos proyectó fuera del

callejón.

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Capítulo 16

Traducido por Nanami27

Corregido por KatieGee

Nos quedamos en una habitación con paredes de piedra cubiertas de musgo y pisos de tierra, con la única luz brillante de las antorchas en las paredes. Me tomó un momento para que mis ojos se acostumbraran a la nueva iluminación, pero justo cuando estaba a punto de regañar a Aerric por desvanecernos del callejón, me inmovilizó contra la pared con un beso lleno de pasión y dolor. Me besó por lo que pareció una eternidad, nuestros cuerpos entrelazados con cada embestida de su lengua.

Me levantó del suelo y envolví mis piernas alrededor de su cintura, mi cuerpo fusionándose con el suyo como si fuéramos uno y sintiendo como si el tiempo no hubiera pasado desde la última vez que nos tocamos. El calor entre nosotros era más que simple tensión sexual; nuestros cuerpos eran literalmente una mezcla de llamas azules y rojas. Aerric besó mi cuello, sus colmillos rozando mi piel con un calor abrasador mientras arrancaba la chaqueta de mis hombros y la arrojaba al piso. La blusa de lino fue el siguiente paso a seguir mientras la levantaba encima de mi cabeza, exponiendo mi sujetador de encaje.

Gruñó al ver mi cuerpo, deteniéndose sólo lo suficiente para quitar la ridícula capa que estaba usando. Los botones volaron mientras se la arrancaba. Su pecho desnudo exhaló mientras se movía hacia su cinturón, pero puse mi mano para detener su siguiente movimiento. Él gruñó una vez más, pero obligado a mi solicitud mientras las llamas en sus ojos parpadearon. Se apoyó contra la pared adyacente, mirando cuando me quitaba el sujetador. Lo balanceé entre mis dedos, burlándome de él, sabiendo que no permanecería al otro lado del camino por mucho tiempo.

Deslizó sus manos hacia abajo para agarrar su erección mientras yo dejaba caer el sujetador de mis dedos. Eso lo hizo; estaba contra la pared una vez más, sus manos tirando de la tela negra ajustada bajo mis caderas, exponiendo mi piel desnuda. Perdió el control y bajó la cremallera de sus pantalones, liberando su polla dura.

—Eres mía. —Gruñó contra mi piel —. Ha pasado mucho tiempo y no puedo esperar más.

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Deslizó sus dedos entre mis piernas y yo gemí por su toque. Yo, también, no podía esperar más. Necesitaba tenerlo dentro de mí. Necesitaba que me reclamara, no sólo porque era su compañera, sino porque habíamos estado separados durante mucho tiempo. Mis pezones se tensaron cuando se frotó contra mi pecho. Mordí su cuello mientras él hundía más profundamente sus dedos, pero quería más. Quería su polla gruesa deslizándose dentro y fuera de mi núcleo húmedo hasta que ambos nos sintiéramos saciados. Aerric debe haber leído mis pensamientos porque con una embestida se fundió a sí mismo en lo más profundo.

—Por todos los dioses, Aerric, no te detengas. —Consintió con trazos ásperos y exigentes mientras frotaba mi pezón entre los dedos.

Mi cuerpo temblaba con cada embestida, sólo estimulándolo aún más para llevarme al límite. El aroma a sándalo y cuero mezclado con el calor de nuestra piel me abrumó cuando se dirigió a sí mismo más y más profundo. Sus labios se encontraron con los míos una vez más mientras las olas de nuestros orgasmos explotaron simultáneamente, dejándonos a ambos sin aliento.

Aerric me besó gentilmente mientras sonreía contra mis labios. —En todos mis días, nunca querré a nadie como te quiero a ti. Te he echado de

menos, mi amor. Miré a sus ojos, que todavía se arremolinaban como la lava fundida, su pasión

aún no había desparecido. —No entiendo cómo todo esto sucedió, pero siempre que esté aquí, en tus

brazos, no me quejaré. Aerric capturó mis labios una vez más, sus manos acariciando mi rostro. —Nunca les permitiré alejarte de mí otra vez. Nos quedamos allí por unos momentos más, saboreándonos el uno al otro

mientras nos besábamos. Sabía que sería imposible para nosotros simplemente regresar a nuestra casa, porque aquí estábamos, en los bordes exteriores del laberinto, y si Aerric no me entregaba a los Nueve y mis abuelas, habría mucho que pagar. De mala gana me ayudó a vestirme, disculpándose cada vez que me entregaba una pieza de ropa hecha jirones. Hice trabajar a las piezas lo suficiente para estar cubierta.

Aerric se encogió de hombros ante su chaqueta, que ya no tenía ningún botón, pero sonrió.

—No me gustaba mucho de todos modos. Entrelazó sus dedos con los míos. —¿Estás lista para irnos? —No, pero sé que no tenemos elección. —Necesitamos tomar un atajo, ya que tuvimos nuestro pequeño desvío aquí. —

Besó mi frente mientras envolvía sus brazos a mí alrededor. Nos desvanecimos a la abertura del santuario de las diosas llamado laberinto.

El laberinto era una serie de enredos donde sólo la familia o los miembros de los Nueve podían entrar. Las muchas entradas se entremezclaban entre montones de piedras y dormanes. Si un humano fuera a encontrar su camino por error aquí,

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estaría perdido para siempre y lo más probable, moriría, a menos que un miembro de la corte de la diosa tropezara con él. Los sobrenaturales tenían una mayor probabilidad de sobrevivir, pero las paredes se movían constantemente y se reconfiguraban a sí mismas de manera que incluso el más talentoso mago estaría desorientado y perdería su camino. El laberinto era impenetrable a menos que llevaras la marca: nueve lunas con un nudo Celta en el centro.

Mientras estábamos ante las puertas de mármol de treinta pies esperando por la magia de la marca de Aerric para abrirlas, me tomé un momento para reproducir los eventos de esta noche. Había muchas preguntas que necesitaba responder, y sólo dos mujeres eran capaces de dármelas. Bajé mi cabeza cuando las puertas se abrieron lentamente y mi cabello negro cayó hacia adelante. Con todo lo que había pasado, me había olvidado completamente de mi traje. Miré a Aerric por algún tipo de consuelo.

—Ya no sé quién soy, Aerric. —Me sacó la peluca de la cabeza y la dejó caer a mis pies. Parecía diferente, me sentía diferente, y ahora estaba comenzando a sentirme perdida una vez más.

—Sé quién eres, y nunca te dejaré olvidarlo. —Sonrió mientras agarraba mi mano.

Caminamos hacia adelante, dentro del vestíbulo, y la sacerdotisa nos saludó. Había pasado mucho tiempo desde que había estado aquí en el laberinto, y miré a mí alrededor, disfrutando la grandeza del espacio. Recuerdo haber jugado en las escaleras de piedra caliza delante de mí. Cuando era niña, corría arriba y abajo, pretendiendo que iba a la deriva en el cielo. Mamá llamaba y decía:

—Es tiempo de que regreses a mí, hija mía; no puedes quedarte en las nubes para siempre.

Yo soltaba una risilla y respondía: —Pero Máthair, aquí es donde quiero estar, no hay preocupaciones aquí. Ella sonreía y me miraba inclinándose sobre el balcón. —Mi cuervo hermoso, ¿cómo sobreviviría sin tus abrazos cariñosos, sin

embargo? —Eso sería todo lo que necesitaba para volver corriendo por las escaleras, golpeando mis manos en la escalera tallada mientras corría hacia los brazos abiertos de mi madre. Miré a la pintura al fresco y deseé poder volver a correr hasta las escaleras y jugar entre los cielos, olvidando todo lo que había ocurrido.

Me sacudí fuera de la repetición de mis recuerdos olvidados, mientras una de las sacerdotisas hablaba de nuevo.

—Están a la espera de su llegada, Diosa. —Como si realmente mereciera ese título.

Aerric me apretó la mano y asintió hacia el pasillo adornado que conducía a la gran sala. Mis nervios estaban comenzando a obtener lo mejor de mí mientras mis tacones taconeaban los pisos de mármol. Syd y Dillon estaban cerca de la puerta con miradas menos que satisfechas en sus rostros.

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—¿Dónde demonios has estado? —Aerric miró a mi hermano, pero siguió avanzando hacia Morrigan y Brighid.

Allí de pie, estaban mis abuelas, lado a lado en su vestimenta formal. Normalmente, tendría que estar usando un traje más apropiado para estar aquí, pero debido a los eventos de esta noche, todo lo que podía hacer era intentar ocultar mi aspecto desaliñado.

La sonrisa de Brighid era simpática, como si supiera lo que estaba pensando. Quería tanto correr y abrazar a Nana para sentir la paz y consuelo que se encontraba en su abrazo, pero en este contexto formal, tales cosas no estaban permitidas.

—Aednat, mi querida, ven más cerca. —Morrigan tendió sus brazos. —Por favor, abuela, llámame Kylah. Aednat es un nombre que deseo dejar en el

pasado. —Como quieras. Llegué al escalón más alto donde estaban paradas, y tomé las manos de

Morrigan. Las palabras de Morrigan eran severas pero sentí la compasión en ellas

también. —Syd y Dillon me han informado sobre la mayor parte de lo que pasó, pero ya

que Genevieve aún no ha llegado a casa, todavía no estamos claros en cuanto a lo que ella hizo para deshacer nuestra magia.

—¿Vivi no ha regresado? —Di un paso atrás, sacudiendo mi cabeza con incredulidad —. Debo ir a buscarla. Ella me necesita y no debería estar sola ahora mismo. —Mi corazón comenzó a acelerarse con el pensamiento de ella sola y sufriendo.

Brighid se estiró y tocó mis manos. En el momento que se puso en contacto, pude sentir la magia fluyendo entre nosotras. Nana estaba leyendo mis pensamientos, mirando los eventos de esta noche como si estuviera viendo una película. Vio a Liam matar a Tynan, vio el modo en que Liam me miró en el callejón, y vio cómo Vivi usó su magia para liberar el alma de Ty. Quitó sus manos rápidamente y lanzó una mirada preocupada hacia Morrigan.

—¿Qué, hermana? ¿Qué te tiene tan preocupada? —El alma de Tynan reside dentro de Kylah. Él está escondido a salvo hasta

que… —¿Hasta que qué, Nana? —Brighid se apartó de Morrigan para mirarme. —Hasta que puedas abrazar tu verdadero destino, Kylah. Las lágrimas llenaron mis ojos mientras escuchaba lo que Nana estaba diciendo;

esto no era algún sueño loco, sino mi nueva realidad. Me volví para mirar a Obsydian, Dillon, y el resto de los Nueve mientras todos estaban allí, mirándome y esperando por alguna gran epifanía que acuñar.

La gravedad de la situación me golpeó como un tren de carga. Mis rodillas se doblaron y caí al suelo. Aerric, Dillon, y Syd, todos se arrodillaron a mi lado, pero lo único que podía hacer era llorar. No podía entender por qué Liam mataría a

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Tynan. ¿Por qué Liam me miraría como si yo fuera la razón de todo eso? Comencé a reproducir las conversaciones en mi cabeza. Pensé en mis sueños y el hecho de que no eran realmente sueños para nada, sino visiones. La gente que conocía, el trabajo que tenía, la vida que vivía… todas mentiras.

Brighid una vez más puso sus manos sobre las mías, pero esta vez utilizó su toque sanador para aliviar el dolor en mi pecho. Se volvió y se comunicó silenciosamente con Morrigan, quien parecía cambiada de la ira a la tristeza.

Brighid llamó a Dillon sucesivamente. —Necesito que tomes a Evan y las gemelas contigo. Viaja apegado a las líneas

de la ley hasta llegar al Nexus. Una vez allí, serás capaz de sentir a Genevieve. Llévala a casa. La necesitaremos si queremos recuperar nuestras almas perdidas. ¿Entiendes?

—Sí, Diosa. No regresaremos sin ella. —Dillon, no es sólo que traerás a Genevieve a casa. Ella está usando magia

oscura para mantener el cuerpo de Tynan a salvo del Sluagh. Debes convencerla de que su cuerpo estará a salvo aquí, que nosotros lo protegeremos. Genevieve tiene miedo de nuestra ira, pero, por favor, dile que nunca dejaríamos que ningún daño llegue a ella o al bebé que lleva.

Todos nos quedamos sin aliento antes sus palabras, pero ella se dirigió a Morrigan en lugar del resto de nosotros.

—Es por eso que liberó a Kylah de nuestra magia. Está llevando el hijo de Tynan, y podría no soportar vivir sin él. Ella sabía por la profecía que Kylah era la única que podía salvarlo, y tomó la oportunidad. —Morrigan inclinó la cabeza mientras permanecía de pie en silencio.

—Eso no es todo, querida hermana. —Brighid tomó mi mano entre las suyas y mostró a Morrigan el anillo en mi dedo.

Morrigan no era a menudo sorprendida, pero esta vez lo estaba. —¡IMPOSIBLE! —gritó cuando apareció ante mí —. ¿De dónde sacaste esto? —Estaba en mi habitación, en el piso. Un amigo mío pensó que iría bien con mi

vestimenta. —¿Vestimenta? ¿Por qué llamarías a tu traje de guerrera una vestimenta? Dillon fue el que contestó porque comencé a hurgar en mis palabras. —Ella encontró su diario y asumió que era de su madre, pero con el secreto aún

necesitando ser preservado, le seguimos la corriente, dejándola pensar que lo era. Morrigan lanzó una mirada amenazadora a Dillon. —Pensé que su diario estaba escondido a salvo. —Lo pensábamos también, pero cuando Gavin comenzó a romper en sus

sueños, también rompió nuestra habilidad para mantener las cosas ocultas de su vista. Una vez que lo encontró, no pude quitárselo sin que interrogara mis motivos.

—Obsydian, quiero que vayas y recolectes todas las cosas de Kylah y las traigas aquí al laberinto. Kylah no regresará al mundo humano hasta que podamos tener una idea de las cosas.

—¿Qué? No regreso… pero, ¿por qué?

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Syd se volvió para mirarme, con voz solemne. —¿El libro todavía está en tu bolsa de mensajero? —Debe estarlo. —Agarré el brazo de Syd, mis ojos suplicantes —. Lo siento, no

escuché. —Asintió hacia mí y salió tenuemente sin decir una palabra. La sala quedó en silencio ya que a cada miembro de los Nueve se le dio una

tarea, uno por uno desvaneciéndose a sus destinos. Aerric y yo fuimos los únicos que quedaron en la sala cuando Morrigan finalmente habló.

—Aerric, llevarás a Kylah a sus aposentos y esperarás allí con ella hasta que llamemos por ti. —Aerric me levantó en sus brazos y se inclinó a las diosas.

Pero antes de que nos fuéramos, le hice detenerse y bajarme. Corrí hacia mis abuelas y las abracé.

—Sé que las elecciones realizadas fueron difíciles, pero quiero tratar de hacer mi parte para salvar a esta familia, para salvar a Tynan. Puedo escucharlo hablándome. Está débil, pero sé que puedo ayudarlo y ayudar a Vivi. Por favor, déjenme hacer esto. No me pongan bajo llave.

—Lo hicimos para mantenerte a salvo, pero ahora nos damos cuenta de que sólo prolongamos tu destino. Alteramos el flujo de la vida, pero ahora, Kylah, con el fin de salvar a Tynan, debes abrazar tu destino. —Ambas dieron un paso atrás, extendieron sus manos y apareció un viejo pergamino —. Tenemos algo que pensamos deberías leer. Puede ayudar a guiarte en tu nuevo camino.

Cada una de ellas se inclinó y besó mi cabeza, y entonces al unísono, se desvanecieron en la niebla. Sacudí mi cabeza, pero en este punto, ¿qué más podría sorprenderme? Aerric tomó mi mano en la suya y luego sonrió mientras una vez más me levantaba en sus brazos.

—Ese pergamino ha esperado por doscientos años; otro par de horas no matará a nadie. —Llevó mis labios a los suyos y sonrió mientras nos desvanecíamos hacia mis aposentos.

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Capítulo 17

Traducido por AntoD Corregido por Hanna Marl

Aerric y yo pasamos el siguiente par de horas, recuperando el tiempo perdido,

reconectando no solo nuestros cuerpos, sino también nuestros corazones. Amaba a Aerric, él era la otra mitad de mi alma, y aquí en sus brazos, me sentía segura. Acostada a su lado, mirándolo dormir, la curiosidad de lo que mi abuela me había dado, finalmente se apoderó de mí. Envolví mi cuerpo con una capa y caminé hasta la silla junto a la luz. La prendí y me senté con mis pies enroscados debajo de mí. Cuidadosamente, hice fuerza para abrir el sello de cera, y cuidadosamente lo abrí. El papel estaba bien conservado pero aún crujía cuando lo desplegaba. Tomé una respiración profunda y comencé a leer.

Querida Kylah, Hay dos cosas que tú necesitas saber, y yo soy la única que puede explicártelas. Oí el

plan de Morrigan y Brighid y por la próxima luna llena, tú no recordarás los eventos de los últimos meses. Mi esperanza es que desnudando mi alma a este pergamino, seré capaz de prevenirte de cometer los mismos errores que yo cometí. Estoy segura que tú considerarás todo esto imposible de imaginar, pero necesitas aceptar tu pasado para poder continuar hacia el futuro.

Te escribo esta carta con profunda tristeza en mi corazón, así que por favor, presta atención a cada palabra. En la noche en que los Naio iban a luchar con un nuevo clan de Sluagh, tomaste la decisión de ir sola. Asumiste que estabas lista para luchar, que serías capaz de controlar tus poderes lo suficiente para ayudar en esta guerra, pero estabas equivocada. Tus poderes solo habían salido a la superficie, y como Obsydian y Nana advirtieron, tú necesitabas más entrenamiento, más tiempo para controlar tus emociones, pero fuiste impulsiva y tus decisiones tuvieron grandes consecuencias.

La noche estaba bastante tranquila, y tú todavía no te habías encontrado con alguno de tus enemigos, pero eso cambió rápidamente cuando fuiste a lo más profundo del bosque. Una pequeña niña estaba llorando en un árbol, llamando a Brighid. Tú fuiste a reconfortarla y a protegerla como tu abuela habría hecho, pero cuando te acercaste, te diste cuenta que ella no era una niña en absoluto. Ella era un fantasma: un alma sin cuerpo. Ella flotó lejos cuando tú fuiste a agarrarla, el rastro conduciéndote a su cuerpo muerto, tendido a unos pies de distancia de su madre. Te rogó que la llevaras a su casa. Ella dijo—: Eres la única que puede llevarme al inframundo.

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Tú estabas tan aturdida por sus palabras, que no viste o escuchaste a los Sluagh venir detrás de ti. La pequeña niña suplicó—: Por favor, no dejes que ellos me lleven. Mi alma estará perdida para siempre. —Esas fueron las últimas palabras que escuchaste antes de que cayeras en la oscuridad. Cuando finalmente despertaste, tus brazos estaban amarrados y goteaba sangre desde tus heridas.

Los novatos Sluagh te llevaron como una ofrenda por cada hombre que tú juraste matar una y otra vez. Liam se sentó en su lujoso trono, ladrando órdenes a su clan mientras una demoniaca prostituta lo servía. Su engreída actitud era una bendición porque él desconocía quién eras cuando te despidió. —Alimenten a los licántropos de ella —. Sonó en tus oídos, pero tú estabas muy débil luego de intentar luchar. Acostada en el suelo de la mazmorra, picos clavándose en tu piel mientras las ratas vinieron a alimentarse de tus heridas abiertas.

No eras la única encerrada en la mazmorra; otros fueron torturados y violados también. Era difícil de comprender porque habían ido a ellos primero hasta que escuchaste a dos de los comandantes hablando sobre guardarte para el final. Ellos querían que tuvieras la suficiente fuerza para las cosas que planeaban hacerte. Los gritos de los otros te atormentaron hasta que se hizo el silencio y una nueva pesadilla comenzó.

Uno de los guardias vino a ti mientras estabas tendida en el sucio suelo, golpeada pero no rendida. Tu mente estaba completamente enfocada en llegar a casa viva. Permaneciste inmóvil mientras él entraba en la celda, dejando caer su armadura y ropa en el suelo mientras caminaba hacia ti. Él te agarró del cabello y te levanto, tratando de convencerte de que lo complacieras. Cuando te resististe, él te golpeó en el rostro, encendiendo no solo tu ira, sino también el poder dentro de ti. Tu cuerpo comenzó a arder, y el hombre sosteniéndote pronto fue consumido en una brillante llama naranja. Mientras él gritaba por piedad, otros dos guardias comenzaron a embestirte, pero las llamas habían cambiado a un azul oscuro y comenzó a extenderse fuera de tu cuerpo. Esto te había sucedido una vez antes, y fuiste capaz de controlarlo con la ayuda de Aerric, pero él no estaba allí para guiarte y perdiste el control, dejando nada excepto cenizas y hollín en tu estela.

No fuiste muy lejos; un guardia Oscuro estaba parado en la salida de la mazmorra, oculto en una forma semi-fantasma. Él te sometió por la espalda con un pico a tu cuello. Cualquiera que fuera el veneno que se te inyectó, dejó tu mente confusa y tu cuerpo inmóvil. Dos guardias te sostuvieron mientras Liam te despojaba de tu caída de lino. —Que necio de mi parte haberte ignorado, querida diosa. No cometeré ese error de nuevo. —Esas palabras se grabaron en tu mente mientras él te lastimaba contra el suelo.

Me rehúso a escribir todo lo que sufriste esa noche porque estoy segura que a su debido tiempo eso volverá a ti, pero por tu bien, espero que esos recuerdos permanezcan vinculados por el hechizo de Morrigan y Brighid. De todas formas, debes recordar estas palabras: si no aprendes a controlar los poderes dentro de ti, va a consumir más que solo a tus enemigos.

No está claro cuánto tiempo pasó antes que los Naio finalmente se las arreglaran para llegar a la fortaleza de Liam. Él te mantuvo drogada todo el tiempo así que no podías dañar ni a él ni a nadie en su horda. Podías escuchar ruidos de la lucha, pero eso solo parecía otro sueño hasta que una mujer vino a tu celda, diciendo tu nombre. Ella se arrodilló a tu lado y te alzó suavemente en sus brazos. Cuando miraste a sus ojos venturina, supiste que ella no era una ilusión, sabías que ella era tu madre.

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Caoilainn sostuvo tu cabeza en sus manos y te obligo a tomar un líquido agridulce que quemaba a medida que revestía tu garganta. Tu fuerza comenzó a regresar; sanaron no solo tus heridas, sino tus pensamientos también. Abrazaste la paz que sentías en sus brazos, pero abruptamente se convirtió en tu peor pesadilla cuando Liam ensombrecido la agarró. Él la tomó del cabello y la apartó de ti. El cuchillo que él sostenía contra el cuello de ella, comenzó a extraer sangre. Mientras la sangre goteaba bajo su cuello, ella comenzó a cantar las palabras de las sacerdotisas y la magia impregnó el aire.

Él escupió las palabras. —Ésta cuchilla está hechizada para mutilar incluso a una diosa. Tuve que hacerla para protegerme de usted, mi preciosura —. Se te revolvió el estómago, sabiendo que a menos que fuera llevada al laberinto, ella moriría. Te moviste hacia él, hasta que los ojos de ella pidieron que te alejaras. La magia de tu madre continuaba encantando el aire de la celda, causando que Liam se distrajera. Él no vio a tu padre salir detrás de él, golpeándolo en las costillas con su sable. Liam se tambaleó a un lado pero sonrió salvajemente mientras rebanaba la garganta de tu madre. Liam instantáneamente cambió a su forma oscura mientras su cuerpo cayó al suelo junto a ti. Las sombras como serpientes demonios, comenzaron a complementarse y arañar a ella con sus afilados colmillos. Trataste de salvarla, pero ellos comenzaron a atacar a tu padre, causando que sus ojos se pusieran en blanco. Te negabas a estar presente y ver como ellos morían. Era tu culpa que ellos estuvieran allí en primer lugar.

Darte cuenta que tu torturador era ahora el asesino de tu madre te llevó al borde. Mientras las lágrimas recorrían tu rostro, las llamas brillaron y se convirtieron en azul turquesa. Ellas estaban destinadas a consumir a Liam y sus oscuros monstruos, a detener el ataque al alma de tu madre, pero una vez más, la incapacidad de controlar el poder interior, tuvo consecuencias letales. Tu padre trató de detenerte, pero fue demasiado tarde. Las llamas ya se habían deslizado por las paredes mientras hacían su camino hasta el techo. Miraste en silencio mientras el cuarto se veía envuelto.

No podías revertir lo que hiciste, pero podías entender las palabras finales de tu madre. Están por siempre grabadas en tu alma. —Recuerda la pureza en tu corazón, Kylah. El geis se está desarrollando como se predijo, y tú mi niña, eres la clave. Slán páiste mo chroí, is breá linn duit. —Te acurrucaste junto a sus carbonizados cuerpos, y lloraste. Sabías que Liam pudo escapar, y no te importó si él volvía a buscarte. Sabías que no seguirías viva; tú moriste en el momento que ellos murieron.

Aerric te encontró, reuniéndote en sus brazos, desvaneciéndose otra vez por el laberinto. Él te llevó con tu abuela, así ellos podrían curarte, pero tú permaneciste catatónica. Todos trataron de aliviar tu dolor, pero el dolor se convirtió en tu único compañero. Dillon y Tynan trataron de convencerte de que no fue tu culpa que Liam asesinara a tus padres, pero no importaba quién dio la herida fatal. El dolor era y es más de lo que puedes soportar, debes aprender a permanecer dentro de ti. Liberar la carga que se encuentra dentro de tu corazón para que pueda sanar.

Necesito que recuerdes el día que conociste a la anciana rubia en el camino, el día que fuiste más allá de las fronteras. Ella se sentó debajo de tu sauce favorito, y te dijo que tu destino solo había comenzado. Dos cuervos sobrevolaban la zona mientras te decía que serías una guía para el más allá, a coimeádaí Anam, la que iba a llevar a los muertos al gran salón.

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—Para algunos serás el camino hacia la luz, y para otros su verdadera destrucción —dijo la anciana.

Perdida en tu dolor, desestimaste sus demandas sobre convertirte en una guardiana de almas. Ese era un trabajo relegado para las hadas, pero tú debiste haber escuchado. Madre fue a ti en un sueño y verificó las demandas de la anciana; eres capaz de ver las almas de quienes han pasado. Tu trabajo es mantenerlos a salvo de los Sluagh y conducirlos al salón de las almas: el punto medio entre el inframundo y el otro mundo. Eres el miedo más grande de los Sluagh, razón por la cual tienes que aceptar lo que realmente somos y salvar a los inocentes y castigar a los imperdonables.

Estas palabras han sido difíciles de escribir y aún más dolorosas de admitir, pero sé que aprenderás de mis errores. No te permitas revolcarte en el dolor como yo lo hice. Nuestra familia te necesita, Aerric te necesita, y los Naio te necesitan. Ya no tienes el lujo de ser una necia niña; necesitas convertirte en la guerrera que mamá y papá sabían que puedes ser, y buscar la venganza que todos merecemos.

Kylah Aednat Brannagh O’Cianain

Fin.

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Glosario

Traducido y Corregido por Edgli

Aos Si (shee): descendientes de los habitantes pre-célticos de Irlanda. Son una raza supernatural de hadas divididas en dos cortes, Seelie y Unseelie. Estos seres de otro mundo asemejan humanos en apariencia pero son más altos y extremadamente hermosos. Ambas cortes de la Aos Si son altas, astutas, extremadamente poderosas y letales si son provocadas. Mientras la mayoría son………, hay excepciones; también pueden ser terroríficas y horrorosas.

Libro de Sombras: un libro de hechizos o textos religiosos contenidos de manera diaria e instrucciones para rituales mágicos.

Cruachan (creww-hahn): Entrada al otro mundo.

Coimeádaí anam: Cuidador de almas.

Salón de Almas: El lugar a donde las almas van después de que pasan al mas allá. Es la tierra media entre el Otro Mundo y el Inframundo.

Geis: una obligación que fuerza a alguien a hacer o no algo. Es un lazo sagrado con ataduras mágicas y sagradas. Romperlo traerá horribles fortunas, incluso la muerte. Similar a una profecía.

Grimoire: un libro mágico de hechizos.

Laberinto: el hogar en el Inframundo de Morrigan, Brighid y Los Nueve. Es un sistema elaborado de tubos dispuestos profundamente en la tierra. Las tuberías cambian constantemente para mantener su hogar impenetrable. Los tubos están recubiertos de pisos de tierra y paredes con musgo. Una vez pasado el laberinto, la entrada al estado está enmarcada por 20 pies de puertas de mármol que solo pueden ser abiertas si posees la marca de los dioses.

Naoi (Nueve): una fuerza elite de nueve seres supernaturales reunidos por Morrigan y Brighid para proteger su raza. Estos guerreros fueron todos escogidos por sus talentos individuales. Su trabajo es proteger las almas inocentes y castigar

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aquellos que desean esclavizar el mundo humano al igual que el mundo supernatural.

Nemeton: un espacio sagrado.

Nueve: un número Céltico sagrado que representa el principio y final de las cosas.

Samhain (Sow-in): generalmente se celebra el 31 de octubre, pero algunas tradiciones las celebran el 1 de noviembre. Es un interludio mágico donde las leyes mundanas del tiempo y espacio se suspenden temporalmente y el delgado velo entre el Otro Mundo y el Inframundo se levanta. Marca el final de la “mitad luminosa” del año y el principio de la “mitad oscura”

Sluagh (sloo-ah): son los espíritus de la rebelde muerte. Son tan malévolos que no son bienvenidos en el Otro Mundo (cielo) o el Inframundo (infierno). Los Sluagh han sido rechazados por los dioses y diosas, incluyendo las deidades que se inclinan por las artes oscuras. Se alimentan de las almas de los débiles pero prefieren las almas de los castos.

Torque (tork): una pieza de cuello utilizada por los celtas de alto rango. Están hechas de metales preciosos y están embellecidas con diseños celtas intrínsecos y/o joyas.

Triskele: un símbolo druida11 usado para describir el sagrado numero tres. Es considerado como un número altamente sagrado y usualmente se refiere a los tres reinos: Tierra, Mar y Cielo. También es utilizado para describir la triple tríada de deidades.

11

Druida: hechiceros humanos a los cuales se les fueron otorgados los poderes de las hadas en la era medieval.

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Frases Irlandesas

Traducido por Candas_12

Corregido por Hanna Marl

Slánpáistemochroí, isbreálinnduit: Adiós mi dulce niña. Te amamos.

Deifiúr: Hermana.

Máthair (MAW her): Madre.

A GhrámoChroí: Amor de mi Corazón.

Mo chro: Mi corazón.

A chuisle, a chro: Mi pulso, mi corazón

Cronaímthú: Te extraño

Gráimthú (graw-imhoo): Te amo.

Mo ghrá: Mi amor.

Diaduitmoghrá: Hola mi amor.

Mo Ghrá, Támochroíistighionat: Mi amor, mi corazón está en ti.

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Familia

Traducido por Ale Rose Corregido por Hanna Marl

Brighid: ―Diosa del Fuego― Ella es una de las grandes madres de los celtas.

Brighid es bien considerada como una diosa de la curación y tiene a muchos

honrándola por toda Irlanda. Ella gobierna el fuego de la fragua y es considerada

la Diosa brillante. Se asocia con el elemento del fuego, pero también la adivinación y

la profecía. Brighid tiene la capacidad de ejercer el control del fuego a voluntad.

Morrigan: ―Triple diosa― La Doncella, la Madre y la Bruja, cada una de los

cuales simboliza una etapa separada en el ciclo de vida de la mujer y una fase de la

luna. A menudo gobierna uno de los reinos de la tierra, el inframundo, y los cielos.

También es la que cambia de forma en Diosa Celta de la Guerra, el Destino y la

Muerte. Preside sobre los ríos, lagos y aguas dulces, además de ser la patrona de la

venganza, magia, profecía y de las brujas. Morrigan tiene la habilidad de

convertirse en un cuervo o corneja, pero ella también puede cambiar su apariencia

física cuando le convienen sus necesidades. Es profundamente leal a su familia y a

su hermana la diosa Brighid.

Caolainn (Kay-lin) Brannag: Su nombre significa cuervo de blanco puro. Ella es la

amada hija de Morrigan. Tuvo todas las habilidades de su madre, pero prefirió

aceptar el aspecto madre de los tres lados de su madre, pero a menudo ha sido

subestimado cuando se trata de sus habilidades.

Cearnach (Kar-nah) O’Cianin: Su nombre significa campeón victorioso de los

fieles, y él es el más joven hijo de Brighid. Era el líder de los Nueve hasta la noche

en que fue asesinado en una batalla por el líder Sluagh Liam. Él es un temible

guerrero, temido por todos aquellos que se han encontrado con la punta de su

espada. Ha capacitado a todos los miembros de los Nueve, todos excepto Obsydian

quien llegó a los Nueve bien entrenado y más mortal.

Dillon Brannagh O’ Cianain: Su nombre significa cuervo leal. Es el hijo de

Caolainn y Cearnach, y es el hermano mayor de Kylah. Por la naturaleza de su

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linaje, él es un dios. Su habilidad en transformarse en cualquier cosa que él escoja,

pero a menudo escoge el cuervo. Dillon es un tipo muy silencioso… un hombre de

pocas palabras. Como en su forma humana, es conocido por ser un hombre de

negocios sin tonterías con poca tolerancia a la mierda, y como es su propio dios,

bueno, no es muy diferente. Es un líder nato y defenderá a su familia a toda costa,

especialmente a su hermana Kylah. Su nombre en el mundo humano es Dillon

Keenan.

Tynan Brannagh O'Cianain: Su nombre significa cuervo oscuro. Es el hijo de

Caolainn y Cernach y es el hijo del medio, sin el síndrome del niño medio. Él

disfruta de su posición como uno de los tres, él sabe su destino y lo abraza por

completo. Por la naturaleza de su linaje, es un dios. Su capacidad está en tomar el

poder de sus opositores y usarlo en su contra. Está profundamente enamorado de

su esposa Vivi, y además de ella, la única mujer por el que moriría para proteger es

su hermana Kylah. Tynan está muy cercano a Kylah. Su nombre en el mundo

humano es Tynan Keenan.

Genevieve O'Cianain alias Vivi: Esposa de Tynan y sacerdotisa druida; ella es

extremadamente poderosa y fue entrenada personalmente por Brighid y Morrigan.

Ella prefiere usar sus talentos en el lado luminoso de la magia, pero se ha sabido

que para cruzar utiliza las artes oscuras para ayudarla. En el mundo humano, su

nombre es Genevieve Keenan.

Kylah Aednat Brannagh O'Cianain: Su nombre significa hermoso cuervo de

fuego. Kylah es la nieta de Morrigan y Brighid, pero no tiene idea de que ellas son

diosas. Piensa que su familia no es diferente a cualquier otra, ve a Brighid en

vacaciones y a Morrigan siempre que ella está en la ciudad por negocios. Vive con

sus dos hermanos y su cuñada, Vivi, en un apartamento en Chelsea. Es una

diseñadora de vestuario en un popular show de Broadway y trabaja a tiempo

parcial en el bar de la familia (Keenan’s Irish Pub), pero Kylah es mucho más de lo

que sabe y pronto se enterará. En el mundo humano es conocida como Kylah

Keenan. Aednat se pronuncia como Ay-nit.

Nota: O'Cianain es un deletreo alternativo para Keenan pero la familia decidió

usar la versión más moderna para que no llamar la atención sobre sí mismos.

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Otros personajes

Olivia Batianni: Ella es la mejor amiga de Kylah y vecina. Olivia es una mimada

princesa italiana y no tiene problema diciéndolo a cualquiera. Su hermano Vincent

es el subjefe de una de las familias más temidas en Nueva York. Ambos, Olivia y

Vincent comandan el respeto de aquellos a su alrededor, pero Vincent es un poco

laxo cuando se trata de Kylah porque está enamorado de ella. Él a menudo hace

cosas especiales para tratar de ganar su afecto a pesar de las advertencias sutiles de

Dillon y Tynan. Los dos pasatiempos de Olivia son hacer compras y coquetear con

Dillon.

Adaira: Trabaja como camarera en Keenan. Ella es sobrenatural, pero el origen de

su poder es desconocido. Ni siquiera Dillon sabe lo que es, pero una cosa segura es

que nadie la quiere cruzar. Los seres humanos están fascinados con ella y harán lo

que ella quiera, pero incluso algunos en lo sobrenatural le temen a sus habilidades

para controlar el libre albedrío.

Liam: Él es el líder de la Sluagh. Es un medio Seelie/medio Unseelie y el hijo del

rey Unseelie. Liam en el fondo es demasiado intrincado para publicar en este

momento, pero su historia se desarrollará a lo largo de la serie.

Layne: Su nombre significa descendiente del retador. Ella es un demonio sin edad

con un poder inconmensurable. Tiene muchos secretos y todos ellos conducen a su

ser enojado y lleno de odio. Ella tiene un solo objetivo y no es lo que tú puedes

pensar. Trabaja como uno de los comandantes de Liam con el fin de tenerle más

cerca de su objetivo... venganza.

Gavin: Uno de los comandantes leales de Liam. Él es la mano derecha de Liam y se

ocupa de todas las tareas que este no desea manejar personalmente. Gavin es un

hombre atractivo, pero los tatuajes que cubren su cuerpo le dan un aspecto

amenazador, un tanto desconcertante.

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El Naio (Los nueve)

Aerric Aodhan (Eric Aidan): Aerric es un dragón fénix, el único de su especie. Fue

creado por las diosas para protegerlas y los que les importa. Debido al hecho de

que fue creado y no nacido, no conoce otra familia que Morrigan y Brighid. Él es

inmortal y sólo puede morir si los que lo crearon dejarán de existir. Aerric, sin

embargo, tiene una conexión especial con Zephira y Nadia.

Obsydian alias Syd: Es un demonio de 2000 años de antigüedad. Tiene la belleza y

la arrogancia de un vampiro y es un listillo completo. Es uno de los peleadores más

despiadados los Nueve y su arma secreta. Él maneja una espada como un vikingo y

tiene la fuerza de un dios. Cuando sus ojos cambian de color, tiene poderes

diferentes. La mayoría cree que su existencia es sólo un mito.

Calina Veles: Ella es una dhampir12 gitana y viene de un linaje real. Ella es medio

gitana/medio vampira. Joven pero sabia para su edad y muy hábil en el combate,

pero en el caso de que no quiere pelear, ella puede invocar una maldición en

menos tiempo del que se tarda en cantar la primera estrofa de Twinkle, Twinkle

Little Star13.

Rhydderch alias Rhyder: Es un cambiador licántropo. Se convierte en un lobo de

siete pies azul/gris. Es despreocupado pero ama una buena pelea. Un mujeriego

real.

Zephira y Nadia: Zephira y Nadia son las últimas de su especie. Son dragones

gemelas. Antes de que nacieran se les dio a Morrigan por Pandra (su madre) a ser

cuidadas y protegidas.

Evan O'Cainnon: Él es un semidiós y nieto de Brighid. Su padre, Dubhlainn

O'Cianain, el hijo mayor de Brighid, se enamoró de una mujer humana y vivió en

el reino de los humanos hasta que ella falleció. Después de la muerte de su esposa,

Dubhlainn regresó a la casa de Brighid con Evan para enseñarle sobre la otra mitad

de su linaje. Dubhlainn murió en una batalla con el Rey Unseelie, Brahm. Tras la

12

Damphir: Mezcla de vampiro con otra raza. 13

Twinkle, twinkle, Little star: Canción infantil traducida al español como, estrellita ¿Dónde estás?

94

muerte de su padre, tomó su lugar que le corresponde entre los Nueve. Él y Dillon

son amigos cercanos.

Tynan Brannagh O'Cainnon: Véase arriba.

Genevieve O'Cainnon: Véase arriba.

95

Sobre La Autora:

Bryan Myers es una autora urbana de fantasía paranormal. Está actualmente

trabajando en la saga de Prophecies of The Nine y después de haber considerado

escribir como hobbie durante años, finalmente ha decidido volver su talento en

una carrera. Empezó a escribir en el genero paranormal más tarde que la mayoría

pero siempre ha amado los cuentos de hadas y todas las cosas mágicas. Le encanta

crear sus propiar palabras encantadas escribiendo historias apasionadas con

personajes fuertes, con voluntad y con algo que descubrir. Brynn vive con su

familia en Brevard County, Florida.

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Redemption

El pasado ya no es un borrón, el presente se ha

vuelto un misterio y el futuro sigue siendo

desconocido.

La mente de Kylah se ha liberado y ha

desatado su poder. Vuelve a ser la misma

bomba de relojería perdida que era hace

doscientos años. Todo el mundo al que ama

está esperando a que tome su legítimo lugar en

The Nine. Pero si Kylah no puede controlar su

culpa, su ira y sus deseos de conflicto, todavía

puede volver a arruinar las vidas de aquellos a

los que ama.

Después de pasar doscientos años pensando

que su cumpañera estaba muerta, Aerric tiene al amor de su vida de nuevo en sus

brazos y en su cama. Sin embargo, después de darse cuenta de que Kylah tomó la

decisión de dejarlo voluntariamente todos estos años, su paraíso se ha convertido

rápidamente en un infierno. Las verdades son reveladas y los ánimos se caldean,

dejando los finales felices al borde de las cenizas.

Prophecies of The Nine #1

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Traducido, Corregido & Diseñado en:

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