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CUADERNO DEL ESTUDIANTE LEOYE I CUADERNO DEL ESTUDIANTE MATERIAL DE APOYO LECTURA, EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA I PLANTEL QUERÉTARO PROFR. ALEJANDRA CÁRDENAS PARRALES ERIC IVÁN GUERRERO RODRÍGUEZ PROFR. LUIS RAMÍREZ GONZÁLEZ 1

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CUADERNO DEL ESTUDIANTE LEOYE I

CUADERNO DEL ESTUDIANTE

MATERIAL DE APOYOLECTURA, EXPRESIN ORAL Y ESCRITA IPLANTEL QUERTAROPROFR. ALEJANDRA CRDENAS PARRALES ERIC IVN GUERRERO RODRGUEZPROFR. LUIS RAMREZ GONZLEZ

AGOSTO-DICIEMBRE DE 2013

NDICEPRIMER PARCIAL1.1 PORTADA........312 CUESTIONARIO DIAGNSTICO....41.3 2 CUENTO CARTAS DE AMOR TRAICIONADO ...51.4.- ANDAMIO COGNITIVO EXPRESIN ORAL TEXTO ..91.5 TEXTO EL MEJOR DA DE GILBERTO..10SEGUNDO PARCIAL2.1 PORTADA.112.2 CUESTIONARIO DIAGNSTICO.......122.3 TABLA COMPARATIVA DIFERENCIAS ENTRE LENGUA ESCRITA Y ORAL..132.4 ANDAMIO COGNITIVO VARIACIONES DE LA LENGUA. 142.5 CANCIN ANTES DE QUE NOS OLVIDEN..152.6 CUADRO COMPARATIVO CONNOTACIN Y DENNOTACIN.16TERCER PARCIAL3.1 PORTADA...173.2 CUESTIONARIO DIAGNSTICO 183.3 CANCIN SUEO CON SERPIENTES193.3 ANDAMIO DE AUTO EVALUACIN FINAL ..203.4 TEXTO EL PASADO DE UN GUERRERO22

1.1 FORMATO PORTADA PRIMER PARCIAL

DATOS GENERALESNombre del alumnoGrupo, materia, parcialEscuela, nombre del maestro

IMGENES SOBRE HBITOS Y VIRTUDES PERSONALESCOMPETENCIASGENRICASDE LA MATERIA DELECTURA Y EXPRESINORLA Y ESCRITA I

COMPETENCIASDISCIPLINARES DE LA MATERIA DELECTURA Y EXPRESINORLA Y ESCRITA I

CONTENIDO TEMTICOEjes de la comunicacin, trascendencia de la comunicacin, resumen y macrorreglas, prrafos, expresin oral, organizadores grficos, estrategias de lectura

1.2 CUESTIONARIO DIAGNSTICO

1.- Qu es la comunicacin?2.- Elabora una lista de 15 aspectos para los cules te sirva la comunicacin?3.- Cules son los elementos de la comunicacin?4.- Qu problemas puede acarrear el no saber comunicarnos?5.- Qu aspectos debes tomar en cuenta para expresarte adecuadamente de manera verbal? 6.- Cules son los ejes de la comunicacin?7.- Qu es un resumen?8.- Cmo elaboras un resumen?9.-Qu es un organizador grfico?10.-Qu es texto y un prrafo?

1.3 CARTAS DE AMOR TRAICIONADO

La madre de Anala Torres muri de una fiebre delirante cuando ella naci y su padre no soport la tristeza y dos semanas ms tarde se dio un tiro de pistola en el pecho. Agoniz varios das con el nombre de su mujer en los labios. Su hermano Eugenio administr las tierras de la familia y dispuso del destino de la pequea hurfana segn su criterio. Hasta los seis aos Anala creci aferrada a las faldas de un ama india en los cuartos de servicio de la casa de su tutor y despus, apenas tuvo edad para ir a la escuela, la mandaron a la capital, interna en el Colegio de las Hermanas del Sagrado Corazn, donde pas los doce aos siguientes. Era buena alumna y amaba la disciplina, la austeridad del edificio de piedra, la capilla con su corte de santos y su aroma de cera y de lirios, los corredores desnudos, los patios sombros.

Lo que menos la atraa era el bullicio de las pupilas y el acre olor de las salas de clases. Cada vez que lograba burlar la vigilancia de las monjas, se esconda en el desvn, entre estatuas decapitadas y muebles rotos, para contarse cuentos a s misma. En esos momentos robados se sumerga en el silencio con la sensacin de abandonarse a un pecado. Cada seis meses reciba una breve nota de su to Eugenio recomendndole que se portara bien y honrara la memoria de sus padres, quienes haban sido dos buenos cristianos en vida y estaran orgullosos de que su nica hija dedicara su existencia a los ms altos preceptos de la virtud, es decir, entrara de novicia al convento. Pero Anala le hizo saber desde la primera insinuacin que no estaba dispuesta a ello y mantuvo su postura con firmeza simplemente para contradecirlo, porque en el fondo le gustaba la vida religiosa. Escondida tras el hbito, en la soledad ltima de la renuncia a cualquier placer, tal vez podra encontrar paz perdurable, pensaba; sin embargo su instinto le adverta contra los consejos de su tutor. Sospechaba que sus acciones estaban motivadas por la codicia de las tierras, ms que por la lealtad familiar. Nada proveniente de l le pareca digno de confianza, en algn resquicio se encontraba la trampa. Cuando Anala cumpli diecisis aos, su to fue a visitarla al colegio por primera vez. La Madre Superiora llam a la muchacha a su oficina y tuvo que presentarlos, porque ambos haban cambiado mucho desde la poca del ama india en los patios traseros y no se reconocieron.

-Veo que las Hermanitas han cuidado bien de ti, Anala -coment el to revolviendo su taza de chocolate-. Te ves sana y hasta bonita. En mi ltima carta te notifiqu que a partir de la fecha de este cumpleaos recibirs una suma mensual para tus gastos, tal como lo estipul en su testamento mi hermano, que en paz descanse. -Cunto? -Cien pesos. -Es todo lo que dejaron mis padres? -No, claro que no. Ya sabes que la hacienda te pertenece, pero la agricultura no es tarea para una mujer, sobre todo en estos tiempos de huelgas y revoluciones. Por el momento te har llegar una mensualidad que aumentar cada ao, hasta tu mayora de edad. Luego veremos. -Veremos qu, to? -Veremos lo que ms te conviene. -Cules son mis alternativas?-Siempre necesitars a un hombre que administre el campo, nia. Yo lo he hecho todos estos aos y no ha sido tarea fcil, pero es mi obligacin, se lo promet a mi hermano en su ltima hora y estoy dispuesto a seguir hacindolo por ti.-No deber hacerlo por mucho tiempo ms, to. Cuando me case me har cargo de mis tierras.-Cuando se case, dijo la chiquilla? Dgame, Madre, es que tiene algn pretendiente? Cmo se le ocurre, seor Torres! Cuidamos mucho a las nias. Es slo una manera de hablar. Qu cosas dice esta muchacha! Anala Torres se puso de pie, se estir los pliegues del uniforme, hizo una breve reverencia ms bien burlona y sali. La Madre Superiora le sirvi ms chocolate al caballero, comentando que la nica explicacin para ese comportamiento descorts era el escaso contacto que la joven haba tenido con sus familiares.-Ella es la nica alumna que nunca sale de vacaciones y a quien jams le han mandado un regalo de Navidad -dijo la monja en tono seco.-Yo no soy hombre de mimos, pero le aseguro que estimo mucho a mi sobrina y he cuidado sus intereses como un padre. Pero tiene usted razn, Anala necesita ms cario, las mujeres son sentimentales.

Antes de treinta das el to se present de nuevo en el colegio, pero en esta oportunidad no pidi ver a su sobrina, se limit a notificarle a la Madre Superiora que su propio hijo deseaba mantener correspondencia con Anala y a rogarle que le hiciera llegar las cartas a ver si la camaradera con su primo reforzaba los lazos de la familia. Las cartas comenzaron a llegar regularmente. Sencillo papel blanco y tinta negra, una escritura de trazos grandes y precisos. Algunas hablaban de la vida en el campo, de las estaciones y los animales, otras de poetas ya muertos y de los pensamientos que escribieron. A veces el sobre inclua un libro o un dibujo hecho con los mismos trazos firmes de la caligrafa. Anala se propuso no leerlas, fiel a la idea de que cualquier cosa relacionada con su to esconda algn peligro, pero en el aburrimiento del colegio las cartas representaban su nica posibilidad de volar. Se esconda en el desvn, no ya a inventar cuentos improbables, sino a releer con avidez las notas enviadas por su primo hasta conocer de memoria la inclinacin de las letras y la textura del papel.

Al principio no las contestaba, pero al poco tiempo no pudo dejar de hacerlo. El contenido de las cartas se fue haciendo cada vez ms til para burlar la censura de la Madre Superiora, que abra toda la correspondencia. Creci la intimidad entre los dos y pronto lograron ponerse de acuerdo en un cdigo secreto con el cual empezaron a hablar de amor. Anala Torres no recordaba haber visto jams a ese primo que se firmaba Luis, porque cuando ella viva en casa de su to el muchacho estaba interno en un colegio en la capital. Estaba segura de que deba ser un hombre feo, tal vez enfermo contra hecho, porque le pareca imposible que a una sensibilidad tan profunda y una inteligencia tan precisa se sumara un aspecto atrayente. Trataba de dibujar en su mente una imagen del primo: rechoncho corno su padre con la cara picada de viruelas, cojo y medio calvo; pero mientras ms defectos le agregaba ms se inclinaba a amarlo. El brillo del espritu era lo nico importante, lo nico que resistira el paso del tiempo sin deteriorarse e ira creciendo con los aos, la belleza de esos hroes utpicos de los cuentos no tena valor alguno y hasta poda convertirse en motivo de frivolidad, conclua la muchacha, aunque no poda evitar una sombra de inquietud en su razonamiento. Se preguntaba cunta deformidad sera capaz de tolerar.

La correspondencia entre Anala y Luis Torres dur dos aos, al cabo de los cuales la muchacha tena una caja de sombrero llena de sobres y el alma definitivamente entregada. Si cruz por su mente la idea de que aquella relacin podra ser un plan de su to para que los bienes que ella haba heredado de su padre pasaran a manos de Luis, la descart de inmediato, avergonzada de su propia mezquindad. El da en que cumpli dieciocho aos la Madre Superiora la llam al refectorio porque haba una visita esperndola. Anala Torres adivin quin era y estuvo a punto de correr a esconderse en el desvn de los santos olvidados, aterrada ante la eventualidad de enfrentar por fin al hombre que haba imaginado por tanto tiempo. Cuando entr en la sala y estuvo frente a l necesit varios minutos para vencer la desilusin. Luis Torres no era el enano retorcido que ella haba construido en sueos y haba aprendido a amar. Era un hombre bien plantado, con un rostro simptico de rasgos regulares, la boca todava infantil, una barba oscura y bien cuidada, ojos claros de pestaas largas, pero vacos de expresin. Se pareca un poco a los santos de la capilla, demasiado bonito y un poco bobalicn. Anala se repuso del impacto y decidi que si haba aceptado en su corazn a un jorobado, con mayor razn poda querer a este joven elegante que la besaba en una mejilla dejndole un rastro de lavanda en la nariz.

Desde el primer da de casada Anala detest a Luis Torres. Cuando la aplast entre las sbanas bordadas de una cama demasiado blanda, supo que se haba enamorado de un fantasma y que nunca podra trasladar esa pasin imaginaria a la realidad de su matrimonio. Combati sus sentimientos con determinacin, primero descartndolos como un vicio y luego, cuando fue imposible seguir ignorndolos, tratando de llegar al fondo de su propia alma para arrancrselos de raz. Luis era gentil y hasta divertido a veces, no la molestaba con exigencias desproporcionadas ni trat de modificar su tendencia a la soledad y al silencio. Ella misma admita que con un poco de buena voluntad de su parte poda encontrar en esa relacin cierta felicidad, al menos tanta como hubiera obtenido tras un hbito de monja. No tena motivos precisos para esa extraa repulsin por el hombre que haba amado por dos aos sin conocer.

Tampoco lograba poner en palabras sus emociones, pero si hubiera podido hacerlo no habra tenido a nadie con quien comentarlo. Se senta burlada al no poder conciliar la imagen del pretendiente epistolar con la de ese marido de carne y hueso. Luis nunca mencionaba las cartas y cuando ella tocaba el tema, l le cerraba la boca con un beso rpido y alguna observacin ligera sobre ese romanticismo tan poco adecuado a la vida matrimonial, en la cual la confianza, el respeto, los intereses comunes y el futuro de la familia importaban mucho ms que una correspondencia de adolescentes. No haba entre los dos verdadera intimidad. Durante el da cada uno se desempeaba en sus quehaceres y por las noches se encontraban entre las almohadas de plumas, donde Anala -acostumbrada a su camastro del colegio- crea sofocarse. A veces se abrazaban de prisa, ella inmvil y tensa, l con la actitud de quien cumple una exigencia del cuerpo porque no puede evitarlo. Luis se dorma de inmediato, ella se quedaba con los ojos abiertos en la oscuridad y una protesta atravesada en la garganta.

Anala intent diversos medios para vencer el rechazo que l le inspiraba, desde el recurso de fijar en la memoria cada detalle de su marido con el propsito de amarlo por pura determinacin, hasta el de vaciar la mente de todo pensamiento y trasladarse a una dimensin donde l no pudiera alcanzarla. Rezaba para que fuera slo una repugnancia transitoria, pero pasaron los meses y en vez del alivio esperado creci la animosidad hasta convertirse en odio. Una noche se sorprendi soando con un hombre horrible que la acariciaba con los dedos manchados de tinta negra. Los esposos Torres vivan en la propiedad adquirida por el padre de Anala cuando sa era todava una regin medio salvaje, tierra de soldados y bandidos. Ahora se encontraba junto a la carretera y a poca distancia de un pueblo prspero, donde cada ao se celebraban ferias agrcolas y ganaderas. Legalmente Luis era el administrador del fundo, pero en realidad era el to Eugenio quien cumpla esa funcin, porque a Luis le aburran los asuntos del campo. Despus del almuerzo, cuando padre e hijo se instalaban en la biblioteca a beber coac y jugar domin, Anala oa a su to decidir sobre las inversiones, los animales, las siembras y las cosechas. En las raras ocasiones en que ella se atreva a intervenir para dar una opinin, los dos hombres la escuchaban con aparente atencin, asegurndole que tendran en cuenta sus sugerencias, pero luego actuaban a su amao. A veces Anala sala a galopar por los potreros hasta los lmites de la montaa deseando haber sido hombre.

El nacimiento de un hijo no mejor en nada los sentimientos de Anala por su marido. Durante los meses de la gestacin se acentu su carcter retrado, pero Luis no se impacient, atribuyndolo a su estado. De todos modos, l tena otros asuntos en los cuales pensar. Despus de dar a luz, ella se instal en otra habitacin, amueblada solamente con una cama angosta y dura. Cuando el hijo cumpli un ao y todava la madre cerraba con llave la puerta de su aposento y evitaba toda ocasin de estar asolas con l, Luis decidi que ya era tiempo de exigir un trato ms considerado y le advirti a su mujer que ms le vala cambiar de actitud, antes que rompiera la puerta a tiros. Ella nunca lo haba visto tan violento. Obedeci sin comentarios. En los siete aos siguientes la tensin entre ambos aument de tal manera que terminaron por convertirse en enemigos solapados, pero eran personas de buenos modales y delante de los dems se trataban con una exagerada cortesa. Slo el nio sospechaba el tamao de la hostilidad entre sus padres y despertaba a medianoche llorando, con la cama mojada. Anala se cubri con una coraza de silencio y poco a poco pareci irse secando por dentro. Luis, en cambio, se volvi ms expansivo y frvolo, se abandon a sus mltiples apetitos, beba demasiado y sola perderse por varios das en inconfesables travesuras. Despus, cuando dej de disimular sus actos de disipacin, Anala encontr buenos pretextos para alejarse an ms de l. Luis perdi todo inters en las faenas del campo y su mujer lo reemplaz, contenta de esa nueva posicin. Los domingos el to Eugenio se quedaba en el comedor discutiendo las decisiones con ella, mientras Luis se hunda en una larga siesta, de la cual resucitaba al anochecer, empapado de sudor y con el estmago revuelto, pero siempre dispuesto a irse otra vez de jarana con sus amigos.

Anala le ense a su hijo los rudimentos de la escritura y la aritmtica y trat de iniciarlo en el gusto por los libros. Cuando el nio cumpli siete aos Luis decidi que ya era tiempo de darle una educacin ms formal, lejos de los mimos de la madre, y quiso mandarlo a un colegio en la capital, a ver si se haca hombre de prisa, pero Anala se le puso por delante con tal ferocidad, que tuvo que aceptar una solucin menos drstica. Se lo llev a la escuela del pueblo, donde permaneca interno de lunes a viernes, pero los sbados por la maana iba el coche a buscarlo para que volviera a casa hasta el domingo. La primera semana Anala observ a su hijo llena de ansiedad, buscando motivos para retenerlo a su lado, pero no pudo encontrarlos. La criatura pareca contenta, hablaba de su maestro y de sus compaeros con genuino entusiasmo, y dej de orinarse en la cama. Tres meses despus lleg con su boleta de notas y una breve carta del profesor felicitndolo por su buen rendimiento. Anala la ley temblando y sonri por primera vez en mucho tiempo. Abraz a su hijo conmovida, interrogndolo sobre cada detalle, cmo eran los dormitorios, qu le daban de comer, si haca fro por las noches, cuntos amigos tena, cmo era su maestro. Pareci mucho ms tranquila y no volvi a hablar de sacarlo dela escuela.

En los meses siguientes el muchacho trajo siempre buenas calificaciones, que Anala coleccionaba como tesoros y retribua con frascos de mermelada y canastos de frutas para toda la clase. Trataba de no pensar en que esa solucin apenas alcanzaba para la educacin primaria, que dentro de pocos aos sera inevitable mandar al nio a un colegio en la ciudad y ella slo podra verlo durante las vacaciones.

En una noche de pelotera en el pueblo Luis Torres, que haba bebido demasiado, se dispuso a hacer piruetas en un caballo ajeno para demostrar su habilidad de jinete ante un grupo de compinches de taberna. El animal lo lanz al suelo y de una patada le revent los testculos. Nueve das despus Torres muri aullando de dolor en una clnica de la capital, donde lo llevaron en la esperanza de salvarlo de la infeccin. A su lado estaba su mujer, llorando de culpa por el amor que nunca pudo darle y de alivio porque ya no tendra que seguir rezando para que se muriera. Antes de volver al campo con el cuerpo en un fretro para enterrarlo en su propia tierra, Anala se compr un vestido blanco y lo meti al fondo de su maleta. Al pueblo lleg de luto, con la cara cubierta por un velo de viuda para que nadie le viera la expresin de los ojos, y del mismo modo se present en el funeral, de la mano de su hijo, tambin con traje negro. Al trmino de la ceremonia el to Eugenio, que se mantena muy saludable a pesar de sus setenta aos bien gastados, le propuso a su nuera que le cediera las tierras y se fuera a vivir de sus rentas a la ciudad, donde el nio terminara su educacin y ella podra olvidar las penas del pasado.

-Porque no se me escapa, Anala, que mi pobre Luis y t nunca fueron felices -dijo.-Tiene razn, to. Luis me enga desde el principio. -Por Dios, hija, l siempre fue muy discreto y respetuoso contigo. Luis fue un buen marido. Todos los hombres tienen pequeas aventuras, pero eso no tiene la menor importancia.-No me refiero a eso, sino a un engao irremediable. -No quiero saber de qu se trata. En todo caso, pienso que en la capital el nio y t estarn mucho mejor. Nada les faltar. Yo me har cargo de la propiedad, estoy viejo pero no acabado y todava puedo voltear un toro.-Me quedar aqu. Mi hijo se quedar tambin, porque tiene que ayudarme en el campo. En los ltimos aos he trabajado ms en los potreros que en la casa. La nica diferencia ser que ahora tomar mis decisiones sin consultar con nadie. Por fin esta tierra es slo ma. Adis, to Eugenio.

En las primeras semanas Anala organiz su nueva vida. Empez por quemar las sbanas que haba compartido con su marido y trasladar su cama angosta a la habitacin principal; enseguida estudi a fondo los libros de administracin de la propiedad, y apenas tuvo una idea precisa de sus bienes busc un capataz que ejecutara sus rdenes sin hacer preguntas. Cuando sinti que tena todas las riendas bajo control busc su vestido blanco en la maleta, lo planch con esmero, se lo puso yas ataviada se fue en su coche a la escuela del pueblo, llevando bajo el brazo una vieja caja de sombreros.

Anala Torres esper en el patio que la campana de las cinco anunciara el fin de la ltima clase de la tarde y el tropel de los nios saliera al recreo. Entre ellos vena su hijo en alegre carrera, quien al verla se detuvo en seco, porque era la primera vez que su madre apareca en el colegio.-Mustrame tu aula, quiero conocer a tu maestro -dijo ella.En la puerta Anala le indic al muchacho que se fuera, porque se era un asunto privado, y entr sola. Era una sala grande y de techos altos, con mapas y dibujos de biologa en las paredes. Haba el mismo olor a encierro y a sudor de nios que haba marcado su propia infancia, pero en esta oportunidad no le molest, por el contrario, lo aspir con gusto. Los pupitres se vean desordenados por el da de uso, haba algunos papeles en el suelo y tinteros abiertos. Alcanz a ver una columna de nmeros en la pizarra. Al fondo, en un escritorio sobre una plataforma, se encontraba el maestro. El hombre levant la cara sorprendido y no se puso de pie, porque sus muletas estaban en un rincn, demasiado lejos para alcanzarlas sin arrastrar la silla. Anala cruz el pasillo entre dos hileras de pupitres y se detuvo frente a l.-Soy la madre de Torres dijo- porque no se le ocurri algo mejor.-Buenas tardes, seora. Aprovecho para agradecerle los dulces y las frutas que nos ha enviado.-Dejemos eso, no vine para cortesas. Vine a pedirle cuentas -dijo Anala colocando la caja de sombreros sobre la mesa. -Qu es esto? Ella abri la caja y sac las cartas de amor que haba guardado todo ese tiempo. Por un largo instante l pase la vista sobre aquel cerro de sobres.-Usted me debe once aos de mi vida -dijo Anala. Cmo supo que yo las escrib? - balbuce l cuando logr sacar la voz que se le haba atascado en alguna parte.-El mismo da de mi matrimonio descubr que mi marido no poda haberlas escrito y cuando mi hijo trajo a la casa sus primeras notas, reconoc la caligrafa. Y ahora que lo estoy mirando no me cabe ni la menor duda, porque yo a usted lo he visto en sueos desde que tengo diecisis aos. -Por qu lo hizo? -Luis Torres era mi amigo y cuando me pidi que le escribiera una carta para su prima no me pareci que hubiera nada de malo. As fue con la segunda y la tercera; despus, cuando usted me contest ya no pude retroceder. Esos dos aos fueron los mejores d mi vida, los nicos en que he esperado algo. Esperaba el correo. -Puede perdonarme? -De usted depende -dijo Anala pasndole las muletas. El maestro se coloc la chaqueta y se levant. Los dos salieron al bullicio del patio, donde todava no se haba puesto el sol.

FIN

1.4.-ANDAMIO COGNITIVO EXPRESIN ORALASPECTOS DE LA EXPRESIN ORALDESCRIPCIN COMENTARIOS SOBRE EXPOSICIN

DICCIN

FLUIDEZ

RITMO

EMOTIVIDAD

COHERENCIA

SENCILLEZ

MOVIMIENTOS CORPORALES

GESTICULACIN

QU DEBO MEJORAR YO AL MOMENTO DE EXPONER O HABLAR EN PBLICO?_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________1.5 EL MEJOR DA DE GILBERTOUna de las historias ms hermosas que hayan ocurrido en un campo deportivo, sucedi en Ciudad Universitaria, hace unos seis o siete aos; jugaron Pumas-Amrica. Un buen amigo mo, Pepe haba venido al Distrito Federal de Cancn, donde vive, junto con su esposa Alejandra. Era viernes, su abuelo organiz al da siguiente una comida para reunirlos con otros familiares a los que desde hace tiempo no vean. Hablaron de esto y de lo otro, y, por supuesto, surgi el tema del futbol. "Quin juega maana?", Pregunt Pepe. "Pumas- Amrica, nada menos y, si te avientas, yo les consigo boletos! Cmo ves?", le propuso su to Jos. Pepe mir a Alejandra. Ella sonri. No se diga ms!, acept mi amigo feliz. Tambin estaba en la reunin otro primo, Gilberto. Haba padecido diabetes desde los cinco aos de edad, poco despus qued ciego; su vida haba sido complicada, muy difcil; una vida de hospitales y privaciones. Ahora tena 20 aos. "Por qu no me llevas al fut?", le pidi a Pepe. "Pero..Para qu?", le contest Pepe, sorprendido. "Quisiera sentir un partido... jams he ido a un estadio", repuso Gilberto. Al da siguiente se fueron muy temprano, en autobs, al estadio de Ciudad Universitaria. Se bajaron en Insurgentes y caminaron por la explanada. Encabezaba Pepe la fila para abrir paso, aunque ni falta haca porque todos los aficionados se hacan a un lado para ayudar al extrao cortejo de seis personas, pues adems se haba agregado otra pareja y Gilberto haba llevado a su novia, tambin invidente.El momento en que salan del tnel haca la tribuna, coincidi con un "Gooooya!" gigantesco. Pepe an recuerda el rostro de su primo. Fue como si viera por primera vez el mar, como si presenciara el primer amanecer de su vida. Tanto l como su novia se convirtieron, en ese momento, en la imagen viva de la alegra. Se sentaron del lado del Amrica, frente a la Ultra, aunque en ese tiempo todava no estaban las porras separadas. Gilberto se hizo pronto el personaje ms popular de la tribuna. "Ves menos que yo!", le gritaba al rbitro. Aceptaba refrescos, capoteaba bromas, escuchaba con atencin la narracin de las jugadas que a su novia y a l les hacan quienes estaban cerca, miraba jugadas que nadie ms vea, volteaba a la derecha cuando la pelota estaba a la izquierda y al centro cuando el baln haba salido; festej con su bastn blanco en alto los goles del Amrica y de los Pumas, pues el juego termin empatado. Cuando salieron, los porristas se enfrentaban a puetazos, pero, corteses y atentos, suspendieron su violento afn para permitirles el paso; luego siguieron sonndose a placer. Por la noche, Alejandra y Pepe se enteraron, por televisin, de las noticias: la gresca haba sido fenomenal, haban volcado el autobs del Amrica, haba no s cuntos heridos y cuntos detenidos. "Qu burros somos, cmo pudimos atrevernos!", coment Alejandra arrepentida. En eso son el telfono, era Gilberto: "Pepe, me has hecho vivir el mejor da de mi vida!, gracias!" Dos meses despus, muri Gilberto.

FUENTE. Ochoa Guillermo. La vida va

2.1 PORTADA SEGUNDO PARCIALDATOS GENERALESNombre del alumnoGrupo, materia, parcialEscuela, nombre del maestro

COMPETENCIASGENRICASDE LA MATERIA DELECTURA Y EXPRESINORAL Y ESCRITA I

Imgenes sobre metas y proyectos de vida personales

COMPETENCIASDISCIPLINARES DE LA MATERIA DELECTURA Y EXPRESINORLA Y ESCRITA I

CONTENIDO TEMTICOLenguaje kinsico, proxmico, icnico. Lenguaje escrito y oral. Tipos de texto. Variaciones de la lengua: modismo, jerga y cal. Connotacin y denotacin.

2.2 CUESTIONARIO DIAGNSTICO

1.- Qu tipos de lenguaje conoces?2.- Qu diferencia existe entre el lenguaje verbal y el lenguaje escrito?3.- Cules son las variaciones de la lengua?4.- Qu son los modismos? 5.- Qu se conoce como jerga? 6.- Qu es un texto?7.- Qu tipos de textos conoces?8.- Qu es el lenguaje denotativo?9.- Qu es el lenguaje connotativo?10.- Qu competencias genricas y disciplinares ests desarrollando en esta materia?

2.3 TABLA COMPARATIVA DIFERENCIAS ENTRE LENGUA ESCRITA Y ORAL.

LENGUA ESCRITA (Escribe Definicin)

LENGUA ORAL (Escribe Definicin)

2.3 ANDAMIO COGNITIVO VARIACIONES DE LA LENGUAVIDEOMODISMO(Definicin)

JERGA(Definicin)

CAL(Definicin)

2.4 CANCIN ANTES DE QUE NOS OLVIDEN

Antes de que nos olvidenHaremos historia.No andaremos de rodillas;El alma no tiene la culpa.

Antes de que nos olvidenRasgaremos paredesY buscaremos restos;No importa si fue nuestra vida.

Antes de que nos olvidenNos evaporaremos en magueyes,Y subiremos hasta el cieloY bajaremos con la lluvia.

Antes de que nos olvidenRomperemos jaulas,Y gritaremos la fuga;No hay que condenar el alma.

Aunque t me olvides,Te pondr en un altar de veladoras,Y en cada una pondr tu nombre,Y cuidare de tu alma.

2.5 CUADRO COMPARATIVO CONNOTACIN Y DENNOTACINVERSO

DE LA

CANCIN

CONNOTACIN(Definicin)

DENNOTACIN(Definicin)

3.1 PORTADA TERCER PARCIALDATOS GENERALESNombre del alumnoGrupo, materia, parcialEscuela, nombre del maestro

Imgenes sobre SOLEDADTRISTEZADESAMOR

COMPETENCIASDISCIPLINARES DE LA MATERIA DELECTURA Y EXPRESINORLA Y ESCRITA I

COMPETENCIASGENRICASDE LA MATERIA DELECTURA Y EXPRESINORLA Y ESCRITA I

CONTENIDO TEMTICOExposicin de temas. Funciones de la lengua. Modos discursivos y Mecanismos de Coherencia

3.2 CUESTIONARIO DIAGNSTICO

1.- Cmo preparas una exposicin escolar?

2.- Cules son las funciones de la lengua?

3.- Qu aspectos tomas en cuenta para ordenar la informacin que redactas en un texto?

4.- Qu son los mecanismos de coherencia?

5.- Qu aspectos tomas en cuenta para definir la manera en que redactas un texto?

6.- Qu es un modo discursivo?

7.- Qu competencias genricas trabajas en la materia de LEOYE I?

8.- Qu competencias disciplinares trabajas en la materia de LEOYE I?

3.3 CANCIN SUEO CON SERPIENTES

"Hay hombres que luchan un da y son buenos.Hay otros que luchan un ao y son mejores.Hay quienes luchan muchos aos y son muy buenos.Pero hay los que luchan toda la vidaEsos son los imprescindibles. Bertolt Brecht

Sueoconserpientes,Conserpientesde mar, concierto mar, ay, deserpientessueo yoLargas, transparentes, y en sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor.Oh, la mato y aparece una mayor. Oh,conmucho ms infierno en digestin.

No quepo en su boca,Me trata de tragar, pero se atoraconun trbol de mi sien.Creo que est loca;Le doy de masticar una paloma y la enveneno de mi bien.Oh, la mato y aparece una mayor. Oh,conmucho ms infierno en digestin.

sta al fin me engulle,Y mientras por su esfago paseo, voy pensando en qu vendr.Pero se destruye,Cuando llego a su estmago y planteo conun verso una verdad.Oh, la mato y aparece una mayor. Oh,conmucho ms infierno en digestin

CUADERNO DEL ESTUDIANTE LEOYE I

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3.4 ANDAMIO DE AUTO EVALUACIN FINALCOMPETENCIAS GENRICASEJES DE LA COMUNICACIN QUE INVOLUCRANACTIVIDADES DONDE SE TRABAJARON LAS COMPETENCIASASPECTOS QUE HE MEJORADO

1.-Se conoce y valora a s mismo y aborda problemas y retos tomando en cuenta los objetivos que persigue.

2.-Es sensible al arte y participa en la apreciacin y expresin de sus distintos gneros.

4. Escucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante la utilizacin de medios, cdigos y herramientas apropiados

7. Aprende por iniciativa e inters propio a lo largo de la vida.

8.-Participa y colabora de manera efectiva en equipos diversos

COMPETENCIAS DISCIPLINARES DE LA COMUNICACINEJES DE LA COMUNICACIN QUE INVOLUCRANACTIVIDADES DONDE SE TRABAJARON LAS COMPETENCIASASPECTOS QUE HE MEJORADO

1. Identifica, ordena e interpreta las ideas, datos y conceptos explcitos e implcitos en un texto, considerando el contexto en el que se gener y en el que se recibe. .

2.. Evala un texto mediante la comparacin de su contenido con el de otros, en funcin de sus conocimientos previos y nuevos

4. Produce textos con base en el uso normativo de la lengua, considerando la intencin y situacin comunicativa.

6.-Argumenta un punto de vista en pblico de manera precisa, coherente y creativa.

7. Valora y describe el papel del arte, la literatura y los medios de comunicacin en la recreacin o la transformacin de una cultura, teniendo en cuenta los propsitos comunicativos de distintos gneros

12. Utiliza las tecnologas de la informacin y comunicacin para investigar, resolver problemas, producir materiales y transmitir informacin.

3.5 TEXTO EL PASADO DE UN GUERRERO-Que par de tontos somos!- trat de rerme.-Cuenta una historia para distraernos- pidi Rolf Carl.-Cmo te gustara?-Algo que no le hayas contado a nadie. Invntala para m.Haba una vez una mujer cuyo oficio era contar cuentos. Iba por todas partes ofreciendo su mercadera, relatos de aventuras, de suspenso, de horror, de lujuria, todo a precio justo. Un medioda de agosto se encontraba en el centro de una plaza, cuando vio avanzar sobre ella a un hombre soberbio, delgado y duro como un sable.Vena cansado, con un arma en el brazo, cubierto de polvo de lugares distantes y cuando se detuvo, ella not un olor a tristeza y supo al punto que ese hombre vena de la guerra. La soledad y la violencia le haban metido esquirlas de hierro en el alma y lo haban privado dela facultad de amarse a s mismo.T eres la que cuenta cuentos? Pregunt el extranjero.Para servirte, replic ella.El hombre sac cinco monedas de oro y se las puso en la mano. Entonces vndeme un pasado, porque el mo est lleno de sangre y de lamentos y no sirve para transitar por la vida, he estado en tantas batallas que por all se me perdi hasta el nombre de mi madre, dijo.Ella no pudo negarse, porque temi que el extranjero se derrumbara en la plaza convertido en un puado de polvo, como le ocurre finalmente a quien carece de buenos recuerdos. Le indic que se sentara a su lado y al ver sus ojos de cerca, se le dio vuelta la lstima y sinti un deseo poderoso de aprisionarlo en sus brazos.Comenz a hablar, toda la tarde y toda la noche estuvo construyendo un buen pasado para ese guerrero, poniendo en la tarea su vasta experiencia y la pasin que el desconocido haba provocado en ella. Fue un largo discurso, porque quiso ofrecerle un destino de novela y tuvo que inventarlo todo, desde su nacimiento hasta el da presente, sus sueos, anhelos y secretos, la vida de sus padres y hermanos, y hasta la geografa y la historia de su tierra.Por fin amaneci y en la primera luz del da, ella comprob que el olor de la tristeza se haba esfumado, suspir, cerr los ojos y al sentir su espritu vaco, como el de un recin nacido, comprendi que en el afn de complacerlo le haba entregado su propia memoria, ya no saba qu era suyo y cuanto ahora perteneca a l.Sus pasados haban quedado anudados en una sola trenza, haba entrado hasta el fondo en su propio cuento, y ya no poda recoger sus palabras, pero tampoco quiso hacerlo, y se abandon al placer de fundirse con l en la misma historia