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8/17/2019 Num011_006 http://slidepdf.com/reader/full/num011006 1/14 Fernando Lázaro Carreter Ortega y la metáfora La importancia y la función decisivas de la metáfora en el pensamiento y en el estilo de Ortega y Gasset han sido frecuentemente señaladas, y las han esclarecido de modo perfecto Julián ar!as y "icardo #ena$re í . %m$os han hecho notar &ue la pasmosa fecundidad tropológica del gran escritor desem$oca en una teor!a coherente so$re la metáfora, en la &ue funda una $uena parte de su pensamiento' (o es )ste *por o$via falta de competencia * el &ue a&u! me interesa dilucidar, sino la doctrina orteguiana so$re a&uella figura, tan rica, tan adivinadora en alg+n aspecto, y tan ausente de las discusiones acerca de ella &ue, durante los +ltimos años, hinchan miles de páginas en li$ros y revistas ' -Cuando un escritor censura el uso de metáforas en filosof!a, revela simplemente su desconocimiento de lo &ue es filosof!a y de lo &ue es metá. fora' % ning+n filósofo se le ocurrir!a emitir tal censura/, escri$!a nuestro autor en 012 3 ' %firma$a esto inducido por una convicción, y tam$i)n, sin duda, contestando o anticipándose a reticencias &ue su propia e4presión filosófica suscita$a o pudiera provocar' 5, por ello, se escuda$a en la totalidad de los filósofos, con más amplitud &ue rigor' 6l e7emplo clásico *+nico &ue menciona* del famoso reproche de %ristóteles a 8latón no es, dice, -precisamente para atacar las metáforas de )ste, sino, al contrario, para hacer constar &ue ciertos conceptos suyos de pretensión rigurosa, como la participación, no son, en realidad, más &ue metáforas/' #in em$ar. go, no es eso lo &ue piensan otros e4egetas del c)le$re pasa7e, interpre. tándolo como un repudio formal de las metáforas po)ticas (metaphoras 0 6n sus li$ros respectivos, Ortega. Circunstancia y vocación, adrid, "evista de Occi dente, 019:, págs' ;<.30:= y Lengua y estilo de Ortega y Gasset, #alamanca, %cta #alman. ticensia, 0192, págs' 0<.090' #eg+n >ayne C' ?ooth, sólo en 01@@ se ha$!an pu$licado más t!tulos so$re este tropo &ue en todos los años anteriores a 0 12:= cAr' -et aphor as "hetoric /, Critical Inaum, 01@;, B, 0, pág' 21' 3 -Las dos grandes metáforas/, en Obras completas,adrid, "evista de Occidente 3 a edi ción, , 01<2, 3;@' Cuenta y a!ón, n'D 00 ayo.Junio 01;3

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Fernando Lázaro Carreter

Ortega y la metáfora

La importancia y la función decisivas de la metáfora en el pensamiento y enel estilo de Ortega y Gasset han sido frecuentemente señaladas, y las hanesclarecido de modo perfecto Julián ar!as y "icardo #ena$re í . %m$oshan hecho notar &ue la pasmosa fecundidad tropológica del gran escritor desem$oca en una teor!a coherente so$re la metáfora, en la &ue funda una

$uena parte de su pensamiento' (o es )ste *por o$via falta de competencia * el &ue a&u! me interesa dilucidar, sino la doctrina orteguiana so$rea&uella figura, tan rica, tan adivinadora en alg+n aspecto, y tan ausentede las discusiones acerca de ella &ue, durante los +ltimos años, hinchanmiles de páginas en li$ros y revistas '

-Cuando un escritor censura el uso de metáforas en filosof!a, revelasimplemente su desconocimiento de lo &ue es filosof!a y de lo &ue es metá.fora' % ning+n filósofo se le ocurrir!a emitir tal censura/, escri$!a nuestroautor en 01 2 3 ' %firma$a esto inducido por una convicción, y tam$i)n,sin duda, contestando o anticipándose a reticencias &ue su propia e4presiónfilosófica suscita$a o pudiera provocar' 5, por ello, se escuda$a en latotalidad de los filósofos, con más amplitud &ue rigor' 6l e7emplo clásico

*+nico &ue menciona* del famoso reproche de %ristóteles a 8latón noes, dice, -precisamente para atacar las metáforas de )ste, sino, al contrario,

para hacer constar &ue ciertos conceptos suyos de pretensión rigurosa,como la participación, no son, en realidad, más &ue metáforas/' #in em$ar.go, no es eso lo &ue piensan otros e4egetas del c)le$re pasa7e, interpre.tándolo como un repudio formal de las metáforas po)ticas (metaphoras

0 6n sus li$ros respectivos, Ortega. Circunstancia y vocación, adrid, "evista de Occidente, 019:, págs' ;<.30:= y Lengua y estilo de Ortega y Gasset,#alamanca, %cta #alman.ticensia, 0192, págs' 0 <.090'

#eg+n >ayne C' ?ooth, sólo en 01@@ se ha$!an pu$licado más t!tulos so$re este tropo&ue en todos los años anteriores a 012:= cAr' - etaphor as "hetoric/, Critical Inaum,01@;, B, 0, pág' 21'

3 -Las dos grandes metáforas/, en Obras completas, adrid, "evista de Occidente 3 a edición, , 01<2, 3;@'

Cuenta y a!ón, n'D 00ayo.Junio 01;3

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legein poeieti"as#y del lengua7e vac!o ("enologein#a &ue conducen 2 enla metaf!sica'

Ortega conoc!a, incuestiona$lemente, la opinión, contraria a la suya, de pensadores ilustres, &ue repudiaron cual&uier e4ceso retórico en la prosade la filosof!a' Euizá no sea superfino recordar cómo, para muchos, lasupuesta superioridad del empirismo $ritánico so$re ciertos -e4cesos/ me.taf!sicos continentales se de$e a su actitud vigilante para reprimir cual&uier influ7o de la fantas!a so$re la e4presión' 8aul de an, &ue se hace eco deesta opinión <, apela al testimonio de Loc e, en cuyo $ssay Concerning %uman &nderstandingse leen estas pala$ras ta4ativas

8uesto &ue el ingenio y la fantas!a hallan más fácil acogida en el mundo&ue el pensamiento seco y el conocimiento real, los lengua'es iguradosy lasalusiones en el lengua7e dif!cilmente se interpretarán como una imperfeccióno un a$uso' Confieso &ue, en los discursos en &ue $uscamos placer y deleitemás &ue información y aprovechamiento, los ornamentos dif!cilmente pueden

pasar por faltas' 8ero si &ueremos ha$lar de las cosas como son, de$emos conce .der &ue el arte de la retórica *de7ando aparte el orden y la claridad*, laaplicación artificial y figurada de las pala$ras &ue ha inventado la elocuencia, nohacen sino insinuar ideas falsas, mover las pasiones y, con ello, confundir el

7uicio= y, as!, son aut)nticamente una perfecta trampa '

La causa de esta aversión de Loc e a la presencia de lo figurativo en lae4presión filosófica es &ue constituye una dificultad sa$er si las metáforasilustran el pensamiento o si, en realidad, lo configuran desviándolo' 6l pro.

$lema vivió en toda la filosof!a de la lustración 9, y es por tanto azarosoafirmar &ue a -ning+n filósofo/ se le ocurrir!a censurar el empleo de a&ueltropo' 8ensamos &ue cuando Ortega lo asegura tan resolutivamente, sesiente amparado, en cierto modo, por la autoridad de Hant' 6n efecto, )steafirma en el apartado )* de la Crítica del 'uicio I- e la $elleza como s!m.

$olo de la moralidad/K &ue la realidad de nuestros conceptos nunca puedehacerse directamente, sino mediante dos tipos de recursos intuitivos lose'emplos, cuando los conceptos son emp!ricos, y los es+uemas,si son pu.ros' ay &ue recurrir, pues, a la hipotiposis. Hant da por consa$ido unt)rmino retórico &ue precisa una $reve aclaración' 6se fue el nom$re grie.go de lo &ue, entre los latinos, se llamó evidentia,y &ue Euintiliano defi.nió as! -Credi$ilis rerum imago, &uae velut in rem praesentem perducereaudientes videtur/ @' Con esta figura se trata, en efecto, de -hacer ver/, de

presentar al oyente o al lector una imagen tan cre!$le *o tan inteligi$le* de las cosas como si las tuvieran presentes' 8uede realizarse mediante pro.

2 Cfr' Jac&ues errida, -La mytologie $lanche ILa m)taphore dans le te4te philoso. phi&ueK/, o-ti+ue, ), 01@0, pág' )/ y 8aul "icoeur, La m-taphore vive,8ar!s, #euil, 01@<, pág' 3@<, el cual concluye, t ras el e4amen de dicho pasa7e -%s! pues Mseg+n %ristótelesN,la filosof!a no de$e metaforizar ni poetizar, ni aun cuando trata de las significaciones e&u!vocas del ser/= aun&ue "icoeur se pregunta a renglón seguido -8ero esto &ue no de$e hacer,

puede de7ar de hacerloP/< -Qhe 6pistemology of ethapor/, Critical In+uiry,vol' cit', pág' 0<'9 Cfr' el admira$le ensayo de 8aul de an citado en la nota anterior'@ %pud ' Laus$erg, 0anual de retórica literaria, adrid, Gredos, 0199, , pág' <'

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cedimientos descriptivos Iy, por tanto, sintácticosK o mediante tropos= paraalgunos tratadistas, la hipotiposis, en esta +ltima manifestación, tiende aconfundirse con la metonimia o con la metáfora ; , formas &ue adopta fre.cuentemente'

e esta manera, volviendo a Hant, la hipotiposis es una -sensi$iliza.ción/ &ue presenta dos formas la es+uem1ticay la simbólica.% esta +lti.ma se apela cuando, en la necesidad de esclarecer un concepto &ue sólo larazón puede pensar, se precisa una intuición, en la cual el proceder del

7uicio concuerda con el &ue ha alum$rado el concepto' #ólo en este -pro.ceder del 7uicio/ se produce la analog!a entre el concepto Isólo pensa$le

por la razónK y la intuición &ue lo sim$oliza para hacerlo inteligi$le' %&u!es donde act+a la hipotiposis o evidentia.Los conceptos se ofrecen, pues,mediante e2hibitiones,es decir, -por medio de notas sensi$les &ue losacompañan, y &ue no encierran nada &ue pertenezca a la intuición delo$7eto, sino &ue sirven a a&u)llos seg+n la ley de la asociación de la ima.ginación/' 6l filósofo, imposi$ilitado para la e4presión del concepto puro,ha de recurrir a una hipotiposis de origen su$7etivo a imágenes, a metá.foras, a comparaciones, a intuiciones sim$ólicas, en general, &ue suscitenen el lector un tipo de refle4ión' espu)s, )ste ha de aplicar la misma reglade refle4ión al o$7eto conceptual primario, de la cual era s!m$olo sensi$lela hipotiposis' Hant $rinda un e7emplo claro con dos metáforas un 6stadogo$ernado -por leyes populares internas/ *hoy lo llamar!amos democrá.tico* puede ser imaginado como un cuerpo animado, en el &ue todas sus

partes act+an solidariamente, o$edeciendo a sus propias leyes, fuerzas yconveniencias' 6n cam$io, un 6stado regido por el a$solutismo será repre.senta$le por una simple má&uina, un molinillo, por e7emplo, go$ernado

por un poder a7eno a )l' 6l molinillo es la hipotiposis *la metáfora, enrealidad* de una dictadura= -entre un estado despótico y un molinillo nohay ning+n parecido, pero s! lo hay en la regla de refle4ionar entre am$osy so$re su causalidad/'

6l filósofo germano se muestra, por tanto, menos austero &ue Loc e

*al &ue cita en este punto*, haciendo notar cómo al creer &ue se utilizant)rminos es+uem1ticos,esto es, e4posiciones directas de los conceptos pu.ros, en realidad se están empleando -sim$ólicas hipotiposis/ *insistimosmetáforas* fundadas en la analog!a' Qal acontece con voca$los tan acen.tuadamente metaf!sicos como undamentoIapoyo, $aseK, depender Iestar mantenido por arri$aK, luir deIen lugar de seguirseK, o sustancia Ilo &uelleva los accidentes, seg+n Loc eK 1'

Ortega y Gasset, &ue pu$lica su ensayo Las dos grandes met1 oras-enel segundo centenario del nacimiento de Hant/, sólo nom$ra a )ste en un

par de momentos, y por motivos a7enos al o$7eto central de su tra$a7o' 8a.rece un sorprendente homena7e, sin cone4ión alguna con lo &ue a&uella

; %s!, ?ernard upriez, Gradus. Les procedes litt-mires,8ar!s, R' G' 6', 01;:, pág' 2:'1 Crítica del 'uicio, trad' de ' Garc!a orente I0102K, adrid, 6spasa.Calpe, 01;0, pá.

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dedicatoria permite entender' (o he visto e4plicada esta aparente anomal!a,&ue lo es si se piensa, como creemos, &ue el ensayo constituye una glosa

*me7or una torna de posición* ante las páginas de la Crítica del 'uicio&ue aca$amos de e4poner' 6n efecto, a las e4presiones metafóricas apun.tadas por Hant ( undamento, depender, luir de, sustancia#,Ortega añadedos más, sin &ue el añadido se note como tal, puesto &ue, repetimos, norecurre para nada al homena7eado las &ue han dado origen al realismo Ilaconciencia como e"mageiono ta$la cerinaK y al idealismo Ila concienciacomo continenteK' 5 es en este ensayo donde figura la ta7ante aserción &ueve!amos, so$re la ine4cusa$le necesidad del tropo principal para el filósofo'La estirpe antiana de estos argumentos de Ortega no puede pasar inadver.tida -Cuando el investigador descu$re un fenómeno nuevo, es decir, cuandoforma un nuevo concepto, necesita darle un nom$re' Como una voznueva no significar!a nada para los demás, tiene &ue recurrir al repertoriodel lengua7e usadero, donde cada voz se encuentra ya adscrita a una signi.ficación' % fin de hacerse entender, elige la pala$ra cuyo usual sentidotenga alguna seme7anza con la nueva significación' e esta manera, el t)r.mino ad&uiere la nueva significación al trav)s y por medio de la antigua,sin a$andonarla' 6sto es la metáfora/ Ipág' 3;;K'

(uestro pensador distingue en este e4presarse por figuras dos funcio .nes &ue están impl!citas en la Crítica del 'uicio la meramente nominativaI6stado despótico.molinilloK y la de instrumento de intelección -(o sólola necesitamos para hacer, mediante un nom$re, comprensi$le a los demásnuestro pensamiento, sino &ue la necesitamos inevita$lemente para pensar nosotros mismos ciertos o$7etos dif!ciles/ Ipág' 31:K' Formulada, en efecto,la analog!a entre la dictadura y el molinillo, la primera puede ser más fácil.mente aprehendida como concepto, tanto en lo &ue en ella es compara$lecomo en lo &ue es incompara$le con dicha má&uina' -La metáfora es un

procedimiento intelectual por cuyo medio conseguimos aprehender lo &uese halla más le7os de nuestra potencia conceptual' Con lo más pró4imo, ylo &ue me7or dominamos, podemos alcanzar contacto mental con lo remoto

y más arisco' 6s la metáfora un suplemento a nuestro $razo intelectivo,y representa, en lógica, la caña de pescar o el fusil/ Ipág' 310K'6ste +ltimo párrafo aparece cua7ado de metáforas, como icono de s!

mismo' O$servemos &ue algunas están le4icalizadas, y su naturaleza tro. pológica apenas se advierte procedimientointelectual, aprehender, poten4cia conceptual''' Otras, en cam$io, se alzan sorprendi)ndonos contactomental, bra!o intelectivo, -metáfora/ e&uivaliendo a ca5a de pescar o a usil.#in duda &ue una interpretación amplia de la tolerancia antiana *y )l no parece ponerle l!mites* autoriza tales proezas' Ortega, como esnatural, perci$e $ien las diferencias entre am$os tipos de metáfora, sólida.mente esta$lecida por la "etórica antigua' Las primeras, las ya instaladasen el idioma, se denominaron catacresis (ho'a de papel, pata de sillaK, yconstituyen, en realidad, un importante cap!tulo de la historia l)4ica y se.mántica de toda lengua' O$servemos &ue Hant e7emplifica en unos casos,

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con catacresis= en otros *el cuerpo, el molinillo* con verdaderas metá.foras' Ortega parece usar de esa misma facultad, aun&ue llamando la aten.ción so$re la distinta naturaleza de am$as entidades' % las primeras no lesda el nom$re tradicional con &ue se conocen en teor!a literaria, sino &uelas designa como casos de -transposición sin metáfora/' 5 e7emplifica conmoneda, candidatoy declararse en huelga,&ue antes fueron el o$7eto acuña.do 7unto al templo de Juno oneta I-la &ue amonesta o previene/K= elhom$re vestido de $lanco &ue opta$a a alguna magistratura= y acudir loso$reros sin tra$a7o al arenal * gr-ve * de 7unto al #ena, en espera de con.trata= son voces de origen tropológlco, en estos casos, preferentementemeton!mico 0: ' escartadas estas trasposiciones de su inter)s, puesto &uesu carácter fósil las ha hecho imaginativamente in+tiles, nuestro pensador se centra en el análisis de una metáfora verdadera la &ue da su sentidoa ondo del alma-al decir del alma &ue tiene ondo,nos referimos prima.riamente al fondo de un tonel o cosa parecida, y luego, desvirtuando esta

primera significación, e4tirpando de ella toda alusión al espacio corporal,la atri$uimos a la psi&ue' 8ara &ue haya metáfora, es preciso &ue nosdemos cuenta de esta duplicidad/ Ipág' 31:K'

6l e7emplo no es contundente, por cuanto ondo del almaestá muycerca de la catacresis= no alcanza a serlo, en la medida en &ue a+n su$sisteun resto de metáfora espacial en esta denominación de algo ine4tensocomo es el alma' Ortega podr!a ha$er e7emplificado con cual&uiera de sus

propias $ril lantes metáforas, y si no lo hace es tal vez por una ciertatimidez &ue le lleva a preferir una muestra de vie7a prosapia' 8ero cuandonos pasmamos ante cientos de metáforas y de s!miles orteguianos, es por.&ue están vivos, naciendo, originales y +nicos' (os fascinan por&ue están

$rotando como en un poema= sólo despu)s de esta sorpresa estimamos sufunción vicaria, de caña de pescar o fusil, &ue poseen para atrapar el con.cepto' 6l mismo nos previene de la diferencia -La metáfora e7erce en laciencia un oficio suplente= sólo se la ha atendido desde el punto de vistade la poes!a, donde su oficio es constituyente= M'''N en est)tica, la metá.

fora interesa por su fulguración deliciosa de $elleza/ Ipág' 310K= -Lasactividades intelectuales empleadas en la ciencia son, poco más o menos,las mismas &ue operan en poes!a y en la acción vital' La diferencia consisteno tanto en ellas como en el distinto r)gimen y finalidad a &ue en cadauno de esos órdenes son sometidas/ Ipág' 313K'

(o es &ue las metáforas no hu$ieran sido usadas antes en $uena par.te, gracias a ellas ha$!a sido posi$le la especulación' 6l rasgo peculiar deOrtega consiste en sostener con argumentos su necesidad, llegando másle7os &ue Hant, a &uien, como hemos visto, ha$!a in&uietado el pro$lema,tras la asc)tica actitud de los empiristas isleños' Claro &ue, en este camino,le ha$!a precedido (ietzsche, gran desconcertador de tantas cosas y, por

0: #o$re la do$le procedencia, metafórica o meton!mica, de la catacresis, v)ase ichel LeGuern, La met1 ora y la metonimiaI01@3K, trad' de %' de Calvez.Cañero, adrid, Cátedra,01@9, págs' 13 y sigs'

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tanto, um$ral de tantas otras' 6l autor del Libro del ilóso odedicó en su 7uventud considera$le atención al estudio de la "etórica clásica= en 0;@ ,e4plicó un curso *Sante sólo dos estudiantesT* de esta materia las prin .cipales figuras fueron elucidadas por )l, con una pulcritud filológica &ueimpresiona U'V 6n rigor, fue el primero en transformar el estilo del lengua7efilosófico, y en com$atir resueltamente la pudi$unda aprensión tradicional

ante los ornamentos de la dicción, &ue los confina$a a los dominios de la poes!a' -(ietzsche, $orrando la oposición entre la metáfora y el concepto, para no poner en ella más &ue una diferencia de grado en cuanto a sucarácter metafórico M' ''N , instaura un tipo de filosof!a &ue usa deli$erada.mente de las metáforas, aun con el riesgo de ser confundido con la poes!a/,escri$e #arah Hofman= y añade -8ero esta confusión no ser!a lamenta$le

para (ietzsche la oposición entre la metaf!sica y la poes!a se $asa en unadivisión de lo real y de lo imaginario, y so$re una separación de las facul .tades la filosof!a es una forma de poes!a M'''N' 6l filósofo no hace de lametáfora un uso retórico, sino &ue la su$ordina al propósito de un len.gua7e 7usto' Le hace desempeñar tam$i)n un papel estrat)gico se trata deemplear metáforas no estereotipadas para desenmascarar las metáforas cons.titutivas de todo concepto/ 0 '

(o da estos pasos, ni otros a+n más audaces, don Jos) Ortega' 8erotampoco ca$e dudar de &ue el e7emplo estil!stico de (ietzsche lo deslum$redesde su más temprana mocedad' 6stuvo ante el sorprendente pensador en una actitud, a la vez, cautivada y cauta' Lo llama -genio/ más veces,&uizá, &ue a ning+n otro protagonista de su mundo intelectual= pero inter.

pone una distancia apol!nea con el arre$atado maestro -imagen e4cesiva/le parece la del so$rehom$re= encuentra &ue -se sale de &uicio/ en susiras= y &ue se entrega a -guerras vehementes/= a veces, -ruge/= es un-genial dicharachero/' "efiri)ndose a las gentes de su generación, confiesaen 01:; -Fue a&uella nuestra )poca de VnietzscheanosV= atravesá$amos ala sazón, 7ocundamente cargados con los odrecillos olorosos de nuestra

7uventud, la zona tórrida de (ietzsche' Luego hemos arri$ado a regiones

de más suave y fecundo clima, donde nos hemos refrigerado el torrefactoesp!ritu con aguas de alguna perenne fontana clásica, y sólo nos &ueda, dea&uella comarca ideal recorrida, toda arena ardiente y viento de fuego, laremem$ranza de un calor insoporta$le e in7ustificado/ 03 '

#ólo esoP (o reci$ió tam$i)n del filósofo germano, y de otros &uesiguieron su e7emplo, esa actitud ante la e4presión especulativa &ue, por contraste con lo modoso de la tradición, podemos llamar desenfadadaP 8aram!, es la evidencia misma= y luego hemos de ver &ue no sólo en es to le

00 8ueden leerse reunidas sus notas de clase en -"h)tori&ue et langage/ IQe4tos traduits, presentes et annot)s par 8hil ippe Lacoue' La$arthe et Jean.Luc (ancyK, o-ti+ue, <, 01@0, págs' 11 y 0<<'

0 -(ietzsche et la m)taphore/, o-ti+ue, n+m' cit', pág' @1'03 Obras completas,ed' cit', , 3' a ed', 01<3, pág' 10= las anteriores referencias a (ietzsche,

en ese mismo volumen, págs' @2, ;;, * ,13 y 220'

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influyó (ietzsche, sino en la concepción propiamente t)cnica de la metá.fora' 8ero las aguas de la fontana clásica &ue lo refrescaron del ardor, locondu7eron tam$i)n a discurrir so$re la función del tropo en la e4posicióndoctrinal= )l no pod!a aceptar la po)tica identificación entre filosof!a y poe.s!a &ue al portavoz de Waratustra se le hac!a tan llana era preciso 7ustifi.carla y limitarla' 8or eso, como hemos visto, aceptando la legitimidad delempleo de la metáfora, tanto en la e4presión metaf!sica y cient!fica comoen la estrictamente literaria, lo diferencia funcionalmente Ipor lo demás,&ue la metáfora constituya en el arte un fin por s! misma ser!a, cuandomenos, discuti$leK'

8ero no es sólo la función de esa figura de lengua7e lo &ue importa$a precisar a Ortega, sino su naturaleza &u) es frente a un modo llano o-natural/ de decirP= &u) resortes psicológicos y lógicos la activanP 6neste punto, no todo es sistemático en su pensamiento hay alguna contra.dicción en )l, seg+n sea su o$7etivo inmediato' %s!, mientras en Las dos grandes met1 orasI01 2K sostiene &ue la metáfora permite hacer -ase&ui. $le lo &ue se vislum$ra en el con ín de la realidad6sin trasponer los l!mi.tes de lo pensa$le Ipág' 310K, por&ue es su eficacia como instrumentoconceptual lo &ue le interesa$a poner de relieve, en La deshumani!acióndel arte, sólo un año posterior, asegurará &ue a&uel tropo o$edece a una-actividad mental &ue consiste en suplantar una cosa por otra, no tanto

por afán de llegar a )sta como por el empeño de rehuir a&u)lla M'''N= notendr!a sentido si no vi)ramos $a7o ella un instinto &ue induce al hom$rea evitar realidades6 02' 8ero es &ue, ahora, le importa atri$uir a los 7óvenes

poetas I&ue practican -el álge$ra superior de las metáforas/K una especiede realitatis odium.5 se apoya para ello en una teor!a sumamente perece.dera, como fue la de einz >erner Iel cual pon!a en el ta$+ el principalmotor de la metáfora 0<K, y &ue lo aparta$a del camino mucho más sólidoen &ue se ha$!a instalado con el ensayo dedicado a Hant'

Bolvamos a este camino &ue se inicia en el admira$le -6nsayo de est).tica a manera de prólogo/ con &ue presentó $l pasa'ero I0102K, de J' o.

reno Billa' (o e4pondremos de este tra$a7o, tan accesi$le, sino lo necesario para comprender lo sustancial de la teor!a orteguiana' 8arte de un versode López 8icó, en el cual se dice &ue el cipr)s

e com l7espectre d7una lama morta.

- e a&u! una sugestiva metáfora/, dice Ortega, suscitando una cierta per. ple7idad en el lector familiarizado con la doctrina aristot)lica, la más cons.tante en el pensamiento retórico, &ue esta$lece una distinción $astante

02 Obras completas,ed' cit', , 'a ed', 01<:, pág' 3@3'0< 8ie &rspr9nge der 0etapher, %r$eiten zur 6ntXic lungspsychologie, Leipzig, 0101'

La teor!a de >erner fue conclusivamente refutada, en 0132, por H' ?Yhler, :eoría del len gua'e, trad' de J, ar!as, adrid, "evista de Occidente, ' a ed', adrid, 0190, págs' 2 0.2 9'B)ase, so$re esta cuestión, ugo eier, 8ie 0etapher, Berlag 8' G' Hel ler, >interthur,0193, págs' [email protected]; y :3. :2'

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radical entre ei"ón Iimagen= comparación o s!mil en el pensamiento de%ristótelesK y metap"om/la primera se diferencia de )sta por&ue ya pre.cedida de un añadido (prothesei#,y no dice lo &ue una cosa es 09, directa.mente, identi ic1ndolacon otra, sino comparando am$as mediante un recur.so gramatical e4pl!cito' #orprende un tanto &ue Ortega no llame la atenciónso$re esta diferencia, ya &ue es, en efecto, un s!mil su punto de partida,y so$re )l va a fundar su e4plicación' igamos, no o$stante, &ue el propio%ristóteles considera la metáfora como una comparación a$reviada= y &uealg+n r)tor antiguo, como emetrius aconse7a -Cuando la metáfora pa.rece osada, de$e ser convertida en s!mil para mayor seguridad' M%ñadiendocomo; o$tenemos un s!mil y, as!, una e4presión menos arriesgada/ 0@'>'.'C' ?ooth, por su parte, considera, en nuestros d!as, &ue la' diferenciaentre am$as figuras, esencial cuando se estudian ciertas clases de metáforas,resulta -e4tremely unimportant/ en el análisis de ''otras'. 0; ' 6n cual&uier caso, darlas por e&uivalentes no de7ar!a de suscitar fuertes reservas en otrostratadistas modernos, desde ' %' "ichards a %' enry 0P o 8' "icoeur'

Olvidada la vie7a y acreditada distinción y, por tanto, prescindiendo de&ue el cipr)s es, para López 8icó, comoel espectro de una llama ImuertaK,Ortega inicia un razonamiento, más válido por s! mismo &ue como elucida.ción del e7emplo -6l o$7eto nuevo &ue nos sale al encuentro es un Vcipr)s.espectro de una llamaV/' 6ste nuevo o$7eto es lo &ue resulta de reducir a sus t)rminos precisos la identidad real -&ue e4iste entre el es&uemalineal del cipr)s y el es&uema lineal de la llama/' ay, pues, en la metáfora-una seme7anza real entre sus elementos, y por esto se ha cre!do &ue lametáfora consist!a esencialmente en una asimilación, tal vez en una apro4i.mación asimilatoria de cosas muy distintas/ Ipág' <@K' 6sta seme7anzao asimilación real, sin em$argo, no $asta= no es, en la metáfora, sino el

primer paso para llegar a ella' ace falta &ue el parecido e4ista, y hasta&ue pueda ser razonado, entre los dos elementos constitutivos del tropoIcipr)s.llamaK= mas de$e ser trascendido, por&ue si el poeta lo esta$lecees para -formar un nuevo o$7eto, &ue llamaremos el Vcipr)s $elloV en opo.

sición del cipr)s real/' 6l cual logra con dos operaciones ani&uilar el ci.rZr)s como realidad percepti$le, y dotarlo de $elleza' 8ara la primera ope.ración $usca otra cosa &ue se parezca en algo al cipr)s= y, $asándose en esa-identidad inesencial/, afirma su identidad a$soluta con )l' -Rnidos por una coincidencia en algo insignificante, los restos de am$as imágenes seresisten a la compenetración, repeli)ndose mutuamente' e suerte &ue laseme7anza real sirve en rigor para acentuar la deseme7anza real entre am$ascosas donde la identificación real se verifica, no hay metáfora' 6n )sta

09 etórica, 020: $= en la trad' de %' Qovar, adrid, nstituto de 6studios 8ol!ticos,01<3, pág' 011' Cfr' J' errida, art. cit., pág' <= y 8' "icoeur, op. dt., pág' '

0@ %pud >' C' ?ooth, art. dt., <<, n' 3'01 B)anse, del primero, :he hilosophy o <hetoric,O4ford Rniversity 8ress, 0139, a la

&ue luego aludiremos= y, del segundo, 0-tonymie et m-taphore, 8ar!s, Hlinc siec , 01@0, págs' <1 y sigs'

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vive la conciencia clara de la no.identidad/ Ipág' <;K' La metáfora realza, pues, simultáneamente lo &ue iguala y lo &ue diferencia el cipr)s y lallama= y de este cho&ue surge ese nuevo o$7eto, el cipr)s.llama, &ue sóloe4iste en -otro mundo/ donde la identidad de cosas, a la vez parecidasy dispares, es posi$le,

5 cómo se logra el acceso a ese otro mundoP La pala$ra cipr-s nom. $ra un o$7eto, del cual el ha$lante posee una imagen= pero esa imagen es suya, pertenece a su yo, a su ser= vive en )l como una actividad, como unver$o, como un sentimiento' La metáfora le propone &ue, en el lugar ideal,ocupado en su mente por el cipr)s, ponga el espectro de una llama -hemosde ver la imagen de un cipr)s al trav)s de la imagen de una llama, lo ve4mos comouna llama, y viceversa/ Ipág' 9:K' Las dos se compenetran enel lugar sentimental de am$as -6l sentimiento.cipr)s y el sentimiento.llama son id)nticos' 8or &u)P S%hT, no sa$emos por &u) es el hechosiempre irracional del arte, es el a$soluto empirismo de la poes!a/ Ipá.gina 90K'

La doctrina &ue so$re la naturaleza de este tropo sostiene Ortega diezaños más tarde, en -Las dos grandes metáforas/, es sustancialmente id)n.tica, pero se presenta con mayor rigor, en la medida en &ue es menos

psicologista, menos metafórica' %rranca ahora de una metáfora verdaderaa&uella de la =ilva a la ciudad de Logro5o,en &ue Lope de Bega conviertelos chorros de unas fuentes en lan!as de cristal' enos, asegura Ortega,ante dos o$7etos concretos, &ue contienen en s! otros -o$7etos más elemen.tales y a$stractos/= de ellos podemos a$straer, en efecto, varios rasgos com.

partidos por am$os forma seme7ante, color e !mpetu' -#i tomamos enterossurtidor y lanza, veremos &ue se diferencian en muchas cosas= pero si toma.mos sólo esos tres elementos a$stractos, encontraremos &ue son id)nticos'Forma, color y dinamicidad son los mismos en el surtidor y en la lanza'%firmar esto es rigurosamente cient!fico, es e4presar un hecho real laidentidad entre parte del surtidor y parte de la lanza/ Ipág' 31 K'

8ues $ien, la metáfora aprovecha la identidad parcial &ue, en ciertos

rasgos a$stra!$les d) ellos, poseen ciertos o$7etos, -para afirmar *falsa.mente* su identidad total' Qal e4ageración de la identidad, más allá desu l!mite ver!dico, es lo &ue la >sic; da un valor po)tico' La metáforacomienza a irradiar $elleza donde su función ver!dica concluye' 8ero, vice.versa, no hay metáfora po)tica sin un descu$rimiento de identidades efec.tivas' %nal!cese cual&uiera de ellas, y se encontrará en su seno, sin vague.dad alguna, esa identidad positiva, dir!amos cient!fica, entre elementosa$stractos de dos cosas/ Ipág' 313K'

e a&u! lo sustancial del pensamiento orteguiano, &ue puede concre.tarse en las siguientes aserciones

1. La metáfora consiste en una sustitución de palabras (? en lugar de @#.

2. 6ntre los referentes de @y ? ha de ha$er una seme'an!a, real,&ue puede definirse -cient!ficamente/'

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3. 6sa seme7anza la afirma el creador de la metáfora mediante laidentificación de los sentimientos con &ue, en su esp!ritu, vivenlos conceptos referidos por @y por ? Iformulación de 0102K= yello resulta posi$le por&ue una serie de rasgos a$stractos Iforma,tamaño, color, actividad, etc'K son, efectivamente, comunes a @y ? Iformulación de 01 2K'

4. 6l o$7eto &ue resulta de sustituir @ por ? no es ya el denominado por ?, sino un nuevo o$7eto, C, sólo e4istente en el mundo de lafantas!a, &ue com$ina, como al superponer dos imágenes transparentes, rasgos de @y de ? @ se ve como ?, y ? se ve como @.5 ello por&ue @y ? viven en el ha$lante como -sentimientos/

personales'5. 6n esa superposición, los rasgos a$stractos comunes a @y a ? son

o$viamente id)nticos= pero esta igualdad arrastra la de los demásrasgos Iconcretos o a$stractosK &ue no la poseen' #e fuerza as! unaidentidad total entre @y ?,cuando, lógicamente considerada, sóloera parcial' 6n esta identificación total consiste la metáfora'

6l primero de los rasgos &ue aca$amos de señalar &ueda matizado por los enumerados en cuarto y &uinto lugar' Eueremos decir &ue Ortega seaparta del vie7o enfo&ue &ue a4 ?lac ha llamado sustitutivoA , seg+nel cual, ? se limitar!a a funcionar en lugar de @,de tal modo &ue enten.der una metáfora consistir!a en reponer mentalmente @.#upera igualmentela e4plicación comparativa, no menos antigua, &ue interpreta este tropocomo una -similitud[ $revior/= la seme7anza ha de e4istir, pero no es )stala &ue se pone de relieve, sino una identificación total, como hemos visto,tanto en lo parecido como en lo diferente' Ortega, desechadas am$as inter.

pretaciones Iaun&ue con la sorprendente e7emplificación con un s!mil, seg+nhemos vistoK, adopta una tercera posición la del enfo&ue interactivoen.tre @y ?, cuya aparición en las teor!as so$re la metáfora sit+a ?lac ,desconocedor de nuestro filósofo, en el li$ro de ' %' "ichards I0139K &ue

hemos citado en la nota 1' La atri$ución será repetida por %l$ert enryen 01@0, &ue añade al del -fundador/ de la teor!a el nom$re de ?Yhler,cuya =prachtheorie es de 0132 - ' %' "ichards y H' ?Yhler son &uienes

ponen de relieve, aun&ue en t)rminos algo diferentes, el carácter vivo delas relaciones, la e4periencia concreta &ue constituye la metáfora' 6s &ue,

para ellos, hay paso de un dominio al otro interacción de los dos factores,significación más densa procedente de esta cooperación de los dos factoresI"ichardsK, composición con mezcla de las esferas I?YhlerK/ 0'

ncuestiona$lemente, en esta intuición de la actividad com$inatoria en&ue se funda la metáfora, se les ha$!a anticipado con mucho Ortega y Gas.set' (o enunciará una novedad deslum$rante el famoso psicólogo cuando,

,: 0odelos y met1 orasI019 K, trad' B!ctor #ánchez de avala, adrid, Qecnos, 0199,p á g , , 4 2 . .......................................... ,.,. -:• . -. . . . r. , ; : " . '. .. X . . . . . .

,0 Op. c l t . , pág ' << ' ' ' ' ' \ G ] ' ' ' '

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interpretando las metáforas infantiles -La sopa está constipada/ Ipor&ueha aparecido una $ur$u7a en el platoK, o -La mariposa hace calceta/ Ipor.&ue cruza sus antenas como te7iendo con agu7asK, asegure &ue o$edecen auna -composición &ue mezcla esferas distintas/ seg+n la Bt-cnica de abs4tracción psicof!sica más sencilla/ ' La teor!a de la interacción aparece conmayor ela$oración en "ichards, para &uien la metáfora es más un mutuo

pr)stamo entre pensamientos, una transacción entre conte4tos, &ue unsimple desplazamiento de pala$ras' 6sa osmosis se produce entre lo &uellama el 4tenorIcosa pensadaK y el vehicleIcosa dichaK, de tal modo &ue -lacopresencia de am$os produce una significación M''' N &ue no es alcanza$lesin su interacción/ 3' 6l tenor y el vehicle, 7unto con rasgos a$solutamentedeseme7antes, pueden poseer rasgos comunes, aun&ue no necesariamenteIprescindiremos de esta +ltima opinión, tan contraria a la de Ortega, y &ueha sido re$atida por los propios disc!pulos de "ichards 2K' Cuando la me.táfora se produce nos fuerza a ver no sólo los parecidos, sino igualmentelas diferencias= -as!, ha$lar so$re la identificación o fusión &ue la metáfora

produce es casi siempre engañador y pernicioso' 6n general, hay muy pocasmetáforas en &ue las disparidades entre el tenor y el vehicleno sean taneficaces como las seme7anzas' Generalmente, será alguna seme7anza el fun.damento percepti$le del cam$io, pero la peculiar modificación del tenor &ue el vehicleefect+a es o$ra de su deseme7anza en mayor medida &ue desu seme7anza/ Ipág' 0 @K'

(o procede, como es natural, cote7ar dos teor!as &ue no tienen con.tacto= "ichards difiere hondamente de Ortega' 6ntre otras cosas, a )l sede$e la consideración de la metáfora no como un fenómeno &ue se pro.duce entre pala$ras, sino como un hecho &ue acontece en el discurso y enfunción de los conte4tos, ya &ue los voca$los no poseen un significado-propio/ Ini, por tanto, -figurado/K, sino +nicamente conte4t+aT <' 8ero lo&ue a&u! importa es hacer notar cómo no le corresponde el puesto de

pionero en el enfo&ue interactivo de la metáfora, &ue a4 ?lac le atri . $uye' #i tenor y vehicle,lo pensado y lo dicho, son las dos mitades del

tropo &ue han de 7untarse para producirlo y, como consecuencia, en elresultado act+an por igual lo &ue las aseme7a y lo &ue las separa, antesJos) Ortega ha$!a afirmado &ue la metáfora declara, entre @ y ?, -suidentidad radical/ con igual fuerza &ue -su radical no.identidad/ IB , pá.gina <1K= y &ue aprovecha la identidad parcial para e4tenderla a la totali.dad I , pág' 313K' % despecho de la diferencia en el uso de t)rminos por

parte de Ortega y de "ichards *tan e&u!vocos en sus conte4tos respecti .vos como identidad, seme'an!a,etc'*., parece claro &ue el primero se ha$!a

,, Op. di., págs' 20<.209'.3 8ág' 0:: de la reimpresión de 01@0, por la &ue cito',2 Cfr' >illiam 6mpson, :he =tructure o( Comple2 ord, Londres, Chatio and >indres,

0191, págs' 330 y <<= el li$ro está dedicado a "ichards'.) 6sta idea, de tanto prestigio en la lingY!stica posterior, fue re$atida por JB%' Fodor

y J' J' Hatz, -Qhe #tructure of a #emantic Qheory/, Language,31, 0193, págs' 0@:. 0:' oyreaparece en nuevas teor!as semánticas y pragmáticas' ' U , , 'V V' ''

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anticipado al segundo en considerar la metáfora como interpretación, y nocomo sustitución o como mera comparación el!ptica' 5 además, en cuantofenómeno $asado en una fuerte actividad *act+a como un ver$o, diceOrtega*., y no en una mera o$servación de rasgos inertes' "ichards escri.

$irá, im$uido de la misma intuición -Cuando utilizamos una metáfora,tenemos dos pensamientos de cosas distintas en actividad simultánea, apo.yados por una sola pala$ra o frase, cuyo significado es una resultante de suinteracción/ Ipág' 13K' ?lac , en su influyent!simo li$ro, ilustrará estosaspectos del enfo&ue interactivo diciendo gráficamente &ue llamar lo$o alhom$re coloca a )ste $a7o una luz especial ImetafóricaK, pero logra tam$i)n-&ue el lo$o nos parezca más humano/ 9 Ipág' <3K'

8ero volvamos $revemente al tercero de los puntos en &ue hemossintetizado el pensamiento de Ortega, seg+n el cual la metáfora o identifi.cación entre dos t)rminos puede hacerse por&ue el esp!ritu advierte enellos una com+n posesión de rasgos componentes a$stractos forma, !mpetuy color IPK son apro4imadamente id)nticos en la lanza y en el surtidor' 6suna doctrina de a$olengo aristot)lico, $ien elucidada por J' errida en lametáfora, -las propiedades transportadas son las de las propiedadesatri$uidas, no las de la cosa misma, su7eto o sustancia M'''N' 8ara &ue ellosea posi$le, es preciso &ue, sin comprometer la cosa misma en un 7uegode sustituciones, se puedan remplazar unas propiedades por otras, &ueestas propiedades pertenezcan a la misma esencia de la cosa o &ue seansacadas de esencias diferentes' La condición esencial de estas e4traccionesy de estos intercam$ios es &ue, entre la esencia y los propios I&ue soninsepara$les de ellaK, sea posi$le una intervención particular en el elementode un casi.sinónimo/ @' La teor!a, pues, de una igualación de @y ? por&uese ha o$servado una comunidad de propiedades entre @y ? tiene acre.ditada y antigua prosapia, pero muy pro$a$lemente llega hasta Ortegadesde fuentes más pró4imas' La influencia del $ssai sur I7origine des con4naissances humaines I0@29K de Condillac fue intensa y duradera en toda6uropa' (o se trata en )l de la metáfora, pero s! de las a$stracciones, las

cuales se producen -cesando de pensar en las propiedades por las cualesse diferencian las cosas, para pensar sólo en a&uellas en &ue concuerdancon otras/' La estructura de este proceso, asegura 8aul de an, es e4acta.mente la misma &ue la de la metáfora, tal como ha$!a sido e4plicado por la filosof!a clásica Ien los :ópicos, , <, como aca$amos de verK' 6l profe.sor de 5ale no vacila en relacionar esta doctrina de Condillac con la defi.nición &ue hace (ietzsche del tropo, ciento treinta años despu)s, cuandoafirma &ue ?la t IVho7aV de ár$ol, pero tam$i)n de papelK se ha constituidoen metáfora -igualando lo &ue es diferente/ (Gleichset!en des Dicht4

,9 emos visto cómo "ichards re$ate a &uienes ha$lan de -identificación o fusión/ enla metáfora, por los efectos falsos o per7udiciales &ue sugieren' 6llo choca a a4 ?lac , elcual señala &ue, ha$lando as!, lo &ue &uiere acentuar es &ue son los dos significados los &ue

7uegan simultáneamente en el hecho metafórico= op. cit., pág' 21',@ @rt. cit ., pág' 32'

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gleichen#y -omitiendo ar$itrariamente las diferencias individuales/ (belie4biges Eallenlassen der individuellen Ferschiedenheiten##' (o parece dif!cilsuponer &ue esta concepción influyera decisivamente en Ortega, tan pro.fundamente admirador de (ietzsche, seg+n vimos, aun a pesar de la dis.tancia &ue con )l interpuso'

(uestro pensador, en su concepción de la metáfora, parece inserto, pues, en tradiciones filosóficas *Hant, (ietzsche* más &ue propiamenteretóricas' #on sus aspectos lógicos, ps!&uicos y epistemológicos los &ue leimportan, como ca$!a esperar )l no es sensu strictoun teórico de la lite.ratura, aun&ue esta actividad le de$a tanto' entro de este siglo, el con.cepto de metáfora &ue sustenta con inducciones a7enas y fuerte ela$oración

propia, lo sit+a a la ca$eza del movimiento, ya irreversi$le, &ue ve en a&uelhecho un fenómeno de interacción' #e adelanta a ?Yhler y a "ichards enla e4plicación del proceso metafórico como intercam$io de propiedadesentre @y $, &ue producirá un nuevo o$7eto, C Iel -cipr)s $ello/, dec!a enel caso de López 8icóK, en el cual las seme7anzas promueven la asimilaciónde las diferencias' 8ero es tam$i)n precursor clar!simo y, sin em$argo,ignorado, de una más reciente teor!a, &ue hoy goza de 7usto prestigio lade arcus ?' ester, presentada en 019@ 1' %firma en ella &ue la metáfora-implica la relación intuitiva de ver comoentre las partes de la descrip.ción/' Cuando #ha espeare dice del tiempo &ue es un -$eggar/, un picaro,no lo descri$e, sino &ue lo ve comoun picaro' -La metáfora no sólo implicaun tenor y un vchicle, para usar los t)rminos de "ichards, forzados a ir

7untos en una oración, sino la relación positiva de ver comoentre el tenor y el vehicle6Ipág' 0@:K' >ittgenstein ha$!a tratado los efectos del ver como,desde un punto de vista lógico, en el lengua7e ordinario' Birgil %l.drich I019 K e4tendió y corrigió sus conclusiones ampliándolas al análisisde la poes!a' #o$re sus puntos de vista, ester edifica su propia teor!a, cuyae4posición a&u! re&uerir!a muchas páginas' %$reviándola e4tremadamente,afirma &ue la metáfora se $asa en &ue si @es como C Iel chorro es comoun chorro.lanzaK y C es como ? Iel chorro.lanza es como una lanzaK, enton.

ces @es como ? Iel chorro es como una lanzaK' La metáfora nos ofrece @Iel chorroK y ? Ila lanzaK, y el pro$lema consiste en ver C Iel chorro.lanzaK 3: ' 6n ella, C es el sentido relevante en &ue @es como ?. 5 esto sólo

puede perci$irse gracias al aura de am$igYedad &ue rodea al lengua7e po).tico' entro del cual act+a el ver como,&ue es, forzosamente, un -intui.tive e4perience.act/, &ue selecciona los aspectos pertinentes por los &ue @se parece a ?, y &ue permiten identificar am$os t)rminos Ipágs' [email protected];:K'

6l ver como,en cuanto acto de e4periencia intuitiva, puede producirseo no, y no es reduci$le a un análisis espec!fico, ni o$edece a reglas precisas

,; @rí. cit. , págs' . 3' 6l te4to de (ietzsche, en ber ahrheit una L9ge im ausser4moralisches =inn,ed' Harl #chlecta, unich, 0193, , pág' 303'

.* :he 0eaning o oeí ic 0etaphor, La aya.8ar!s, outon and Co', 019@'3: ester llama C a lo &ue nosotros, por mantener la coherencia con lo anterior, llama

mos ?= y a la inversa'

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de procedimiento se ve comofuera de toda regla' La coincidencia con Or.tega en estos aspectos de su tesis es casi a$soluta' Qam$i)n, seg+n el prolo.guista de oreno Billa, -hemos de ver la imagen de un cipr)s al trav)sde la imagen de una llama, lo vemos comouna llama, y viceversa/ Ipági.na 9:= la cursiva es del autorK= y, como ya notamos, esta visión -es unestado real m!o, es un momento de mi yo, de mi ser/' 6se mirar -haciadentro de m!/ y ese ver -al cipr)s des.realizándose, transformándose enactividad m!a, en yo/ (ibíd.# no es algo sumamente pró4imo al -intuitivee4perience.act/ de &ue ha$la esterP

%s!, pues, Ortega y Gasset no sólo construye una teor!a coherente dela metáfora, en tiempos en &ue no a$unda$an I-(o hay muchas/, escri$!aJohn iddleton urry 30, en 01 @K o eran perfectamente insustanciales,sino &ue, en algunos de sus rasgos, adelanta hallazgos &ue hoy, varios lus.tros despu)s *el enfo&ue interactivo y su producción mediante el ver como * gozan de plena vigencia 3 '

F'VL' C'^

30 - etaphor/, en la compilación de >' #hi$le, $ssays on 0etaphor, >isconsin, >hite.Xater, 01@ , pág' @'

3, Rna clara y +til revisión de los pro$lemas actuales de la metáfora puede verse enJ' olino, F' #ou$lin y J' Qamine, r-sentation al volumen <2, 7unio 01@1, de la revista Langages, dedicado todo )l a este tropo' #o$re la teor!a de la interacción, sin Ortega, claro, págs' y sigs'

^ Catedrático de Cr!tica Literaria' Rniversidad Complutense' e la "eal %cademia 6s pañola' ]