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MODELOS PARA PISTAS En el aeropuerto Little Rock, los camiones International de Garsite Aviation mantienen a los aviones cargados de combustible y listos para volar. POR ROD O’CONNOR FOTOS DE ROARK JOHNSON Falta una hora para el amanecer y las rampas del aeropuer- to nacional Little Rock están en plena actividad. Luces azules parpadean como estrellas a lo largo de la pis- ta de rodaje mientras un avión comercial 737 se acerca en la distancia y poco a poco circula hasta detenerse en una de las puertas. El motor de 9,000 libras con forma de barril emite un último zumbido y un pequeño ejército se apodera de la aeronave. Las cintas transportadoras sobre ruedas se colocan rápidamente en posición. Tractores remolcadores que arrastran carritos metálicos para equipaje se mueven de aquí para allá. El personal de servicio en tierra rodea el casco e inspecciona las llantas. Esperando al margen de este caos controlado se en- cuentra un camión para reabastecimiento de combustible WorkStar® 7400 de 5,000 galones, parpadeando sus luces estroboscópicas para anunciar su presencia. Al volante está el técnico de mantenimiento Danny York. De todas las tareas de fondo necesarias para mantener la industria de la aviación comercial volando sin problemas, el suyo puede ser el más importante. Si no bombea combustible de inmediato dentro de ese enorme pájaro, los ocupados viajeros que dan vueltas dentro de la terminal no irán a ninguna parte. “Las aerolíneas confían en nosotros para cargar com- bustible en sus aviones cuando lo necesitan”, dice Theron Murray, gerente de Airport Services Inc. (ASI), la empresa familiar que se ha ocupado de las operaciones de carga de combustible de Little Rock desde 1972. “Si no podemos contar con estos camiones para ponernos en marcha a las 3 a.m. cuando llegamos aquí, estamos en graves problemas”. Gracias a la confiabilidad de su WorkStar, no habrá demo- ras en las partidas en el reloj de York. El corpulento hombre de 42 años sale de la cabina, se arroja una manguera del tamaño de las mangueras de bomberos sobre el hombro y la arrastra 45 pies hasta quedar parado directamente bajo la enorme ala de cuatro toneladas del avión. Inserta la boquilla en el tanque. Luego de algunas idas y vueltas para programar la presión de la bomba en la toma de energía del camión y ajustar el interruptor de “hombre muerto” — un dispositivo de seguridad manual que cierra la válvula si York se aleja de su puesto o se distrae de su trabajo —, el combustible comienza a fluir. DE LAS PÁGINAS DE TRAIL PRIMAVERA 2012

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MODELOS PARA PISTASEn el aeropuerto Little Rock, los camiones International de Garsite Aviation mantienen a los aviones cargados de combustible y listos para volar.POR ROD O’CONNOR FOTOS DE ROARK JOHNSON

Falta una hora para el amanecer y las rampas del aeropuer-to nacional Little Rock están en plena actividad.

Luces azules parpadean como estrellas a lo largo de la pis-ta de rodaje mientras un avión comercial 737 se acerca en la distancia y poco a poco circula hasta detenerse en una de las puertas. El motor de 9,000 libras con forma de barril emite un último zumbido y un pequeño ejército se apodera de la aeronave. Las cintas transportadoras sobre ruedas se colocan rápidamente en posición. Tractores remolcadores que arrastran carritos metálicos para equipaje se mueven de aquí para allá. El personal de servicio en tierra rodea el casco e inspecciona las llantas.

Esperando al margen de este caos controlado se en-cuentra un camión para reabastecimiento de combustible WorkStar® 7400 de 5,000 galones, parpadeando sus luces estroboscópicas para anunciar su presencia. Al volante está el técnico de mantenimiento Danny York. De todas las tareas de fondo necesarias para mantener la industria de la aviación comercial volando sin problemas, el suyo puede ser el más importante. Si no bombea combustible de inmediato dentro de ese enorme pájaro, los ocupados

viajeros que dan vueltas dentro de la terminal no irán a ninguna parte.

“Las aerolíneas confían en nosotros para cargar com-bustible en sus aviones cuando lo necesitan”, dice Theron Murray, gerente de Airport Services Inc. (ASI), la empresa familiar que se ha ocupado de las operaciones de carga de combustible de Little Rock desde 1972. “Si no podemos contar con estos camiones para ponernos en marcha a las 3 a.m. cuando llegamos aquí, estamos en graves problemas”.

Gracias a la confiabilidad de su WorkStar, no habrá demo-ras en las partidas en el reloj de York. El corpulento hombre de 42 años sale de la cabina, se arroja una manguera del tamaño de las mangueras de bomberos sobre el hombro y la arrastra 45 pies hasta quedar parado directamente bajo la enorme ala de cuatro toneladas del avión. Inserta la boquilla en el tanque. Luego de algunas idas y vueltas para programar la presión de la bomba en la toma de energía del camión y ajustar el interruptor de “hombre muerto” — un dispositivo de seguridad manual que cierra la válvula si York se aleja de su puesto o se distrae de su trabajo —, el combustible comienza a fluir.

DE LAS PÁGINAS DE TRAIL PRIMAVERA 2012

El vuelo de pasajeros brutalmente temprano de esta mañana hacia Atlanta requiere aproximadamente 1,600 galones, pero desde la perspec-tiva de la aerolínea, es el peso de ese combustible el que importa. No es que el piloto simplemente asoma la cabeza por la ventana y grita “¡Llénenlo!”.

En realidad, un complejo conjunto de elementos que incluyen la carga de pasajeros, el peso de la carga y la dis-tancia del viaje son todos factores que limitan la cantidad de combustible que ASI deposita durante una parada típica. E incluso en un aeropuerto pequeño de 12 puertas como Little Rock, los números aumentan. Los cuatro tanques de almacenamiento de ASI que se encuentran en el lugar con-tienen 160,000 galones de combustible, y su flota de cuatro camiones extrae más de 1 millón de galones por mes.

Pero para los 14 empleados de ASI, dispensar líquidos altamente inflamables en aviones que valen varios millones de dólares es la parte sencilla. El verdadero desafío consiste en conducir en el complicado tráfico – por no mencionar los caminos congelados y los interminables proyectos de construcción en los aeropuertos – mientras sus vehículos cruzan el área de operaciones del aeropuerto de un lado a otro según la asignación de puertas. En un negocio donde la seguridad es de suma importancia, se requieren camio-nes que ofrezcan una excelente visibilidad y puedan realizar curvas cerradas. Y eso es exactamente lo que dicen que obtienen todos los días por parte de los WorkStar que ahora

están incluidos en su flota. York, un ex operador bancario que

comenzó a conducir camiones cisterna hace cinco años, cuenta que con los camiones anteriores no era raro para un conductor retroceder sobre la cinta de carga de una aerolínea y arrastrar-la a través de la rampa. “Pero estos camiones tienen un excelente campo de visión”, dice con un acento serio de Arkansas, y menciona las esquinas redondeadas del amplio parabrisas, los cómodos asientos ajustables y la carrocería que se encuentra a unos pies

de distancia detrás de la cabina y permite una visión pano-rámica de casi 180 grados. “Tenemos que entrar y salir sin obstruir los procedimientos de la aerolínea. Poder ver todo a nuestro alrededor es fundamental para este trabajo”.

Los nueve camiones International® (que incluyen cinco WorkStar y dos DuraStar®) que trabajan en el aeropuerto Little Rock y el aeródromo privado a lo largo de la pista de aterrizaje operado por la casa central de ASI, Central Flying Service Inc., están especialmente diseñados para esta sin-gular aplicación por International y su instalador de mejoras mecánicas, Garsite Aviation Refueling Equipment.

Con sede en Kansas City, Kansas, Garsite es la mayor empresa de su tipo en Estados Unidos en la fabricación de equipos de reabastecimiento de aeronaves así como dispensadores hidrantes, tanques de almacenamiento al descubierto y sistemas de abastecimiento de combustible. Los equipos de reabastecimiento, montados sobre chasis

“Estos camiones tienen un excelente campo de visión. Poder ver todo a nuestro alrededor es fundamental para este trabajo”.

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International, brindan servicio a aeropuertos, aerolíneas, compañías petroleras y otros proveedores de combustible en todo el mundo.

Diamond International en las cercanías de Kansas City, Missouri, recibe regularmente ofertas de camiones de Garsite para uno de sus clientes de aviación. El diseño del chasis depende del tamaño del tanque que debe soportar, generalmente 3,000, 5,000 o 7,000 galones. Sin embargo, en muchos casos, los sistemas de reabastecimiento requie-ren equipamientos personalizados tales como elevadores hidráulicos o aparatos adicionales detrás de la cabina. “Hay varias configuraciones que pueden añadir peso y hacer que las especificaciones sean más complejas”, dice Shawn O’Connor, representante de ventas de Diamond International.

Junto con la durabilidad, la versatilidad de la cartera de International es una gran ventaja para Garsite, que nor-malmente utiliza el WorkStar para los equipos de reabas-tecimiento de 5,000 galones y superiores y el DuraStar o TerraStar® para las aplicaciones más pequeñas. Pero todos los camiones que Garsite vende comparten una caracterís-tica: funcionan de manera diferente a sus contrapartes para carreteras. Los vehículos de reabastecimiento en general operan durante casi 24 horas seguidas con prácticamente ningún momento de inactividad. Y si bien rara vez superan las 20 mph, los motores regularmente alcanzan entre 1,200 y 1,500 rpm para empujar entre 300 y 600 galones por minu-to, según el diseño, desde sus sistemas de bombeo. Es una

tarea pesada, pero los vehículos International que dominan la estructura de sus camiones están a la altura del desafío, dice el gerente técnico de Garsite, Fred Stipkovits.

“Para nuestras aplicaciones, sin duda no existe un mejor chasis”, comenta. De hecho, señala que en la planta de re-modelación de Garsite en Ohio, con frecuencia se ven varios camiones International® cuyo modelo es de principios de los años 90 que aún funcionan como nuevos. “Estos camio-nes no tienen una gran cantidad de millas, pero tienen miles y miles de horas sobre ellos. Son una muy buena inversión. Si un cliente nos pide un camión, lo más probable es que sea un International”.

De regreso en la oficina de abastecimiento de ASI, Murray revisa la lista de horarios de vuelo en su computadora. Esta lista le indica la próxima carrera para una recarga de com-bustible. Cerrando su brillante chaqueta roja de Arkansas Razorbacks para protegerse del frío de enero, el agradable hombre de 46 años le recuerda a otro técnico de manteni-miento, un veterano de la Fuerza Aérea con barba blanca llamado Don Brunette, acerca de la próxima partida a las 8:45 a.m. “Nuestros camiones trabajan casi sin interrupción”, dice Murray. “Ese es un desgaste mucho mayor que el que sufre un camión que recorre de arriba abajo las carreteras. Esto tiene consecuencias. Especialmente en lo que se refiere al servicio de mantenimiento”.

ASI se encarga de las tareas de mantenimiento sencillas, como mangueras rotas y fugas en las bombas, en un peque-ño taller en las afueras del aeropuerto. En caso de proble-

“Estos camiones no tienen una gran cantidad de millas, pero tienen miles y miles de horas sobre ellos. Son una muy buena inversión”.

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UNA ALIANZA GLOBAL

Los camiones de reabastecimiento de combustible de Garsite respaldan

las operaciones de los aviones en 20 países. A medida que ha crecido el negocio, también lo ha hecho su

relación con International.

mas mayores, ASI llama al puesto local de Diamond International en Little Rock. “Hemos trabajado localmen-te con International por casi 30 años. Si los llamo, ellos llegan el mismo día”.

A lo largo de la pista, Central Flying Services tiene un aeródromo privado con base fija que está entre los más grandes y activos de la nación. Dos WorkStar de 5,000 galones y un modelo de 3,000 galones abastecen a los aviones chárter y corporativos, con motores a reacción y turbopropulsores, que entran y salen. Un chasis DuraStar lleva un camión de plataforma baja de 1,200 galones de gas combustible que abastece a aeronaves más peque-ñas como los Cessnas de motor simple que ocupan el extremo oeste del extenso terreno de 40 acres equipado con varios hangares, dos terminales y un popular restau-rante. Veinticinco empleados se ocupan de las 50 a 150 pequeñas aeronaves totales que despegan y aterrizan todos los días, las cuales necesitan combustible.

Los asuntos de seguridad son igual de importantes para un aeródromo privado como para un aeropuerto comercial. Sin embargo, dado que los camiones cisterna prestan servicio a los mismos propietarios de las aerona-ves (varios Directores Ejecutivos de Fortune 500 y el ex presidente Bill Clinton se encuentran entre las perso-nalidades destacadas que pasan por aquí), la imagen que proyectan los camiones adquiere una mayor impor-tancia. Marty Hyde, supervisor de control de calidad y capacitación de Central Flying Services, dice que la parrilla cromada y el aspecto “rudo” de los camiones International lo dicen todo.

La apariencia es importante, según Hyde, pero la ver-dadera exigencia es garantizar que los camiones estén activos y funcionen a su máximo potencial para atender a estos aviones. En especial cuando todo un aeropuerto depende de ellos.

DE LAS PÁGINAS DE TRAIL PRIMAVERA 2012

10,000Cantidad aproximada de camiones de

reabastecimiento de International/Garsite en funcionamiento en aeropuertos y otros

aeródromos en todo el mundo

12,000,000Galones de combustible, en promedio,

bombeados cada día por los camiones de reabastecimiento de International/Garsite

300Galones por minuto bombeados desde

un camión de reabastecimiento de 5,000 galones a un Boeing 737

20Cantidad de horas aproximada que trabaja un camión de reabastecimiento durante un

periodo de 24 horas