la historia del guácharo: un pájaro inútil

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Page 1: La historia del Guácharo: un pájaro inútil
Page 2: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Cerca de una cueva, por un lugar llamado “Guácharo”…había una hermoso bosque y alrededor de él, se reunían en los grandes árboles, las demás aves que tenían algo bonito o sabían hacer algo bueno: la guacamaya luciendo su plumaje; el turpial, cantando sus melodías; el cristofué, atrapando insectos en el aire; el Martin pescador, cogiendo peces en el rio…

Page 3: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Pero dentro de este bosque encantado existió, un pájaro inútil que no tenía nada de todo eso. Tan inútil, que ni siquiera tenía nombre. Era feo, no sabía cantar, a duras penas conseguía alimento para subsistir.

Por eso, las demás aves lo llamaban el pájaro “inútil”; lo despreciaban y se burlaban de él; y cuando montaban su orquesta, no le dejaban decir ni pio. Y para evitar los picos de las demás aves vivía, dentro de una cueva y solo salía de noche para comer algo.

Page 4: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Una noche, el pájaro “inútil” voló a posarse sobre las ramas de un roble.

_ ¿Que quieres, pajarito? le pregunto él árbol con voz triste.

_ Lanita para hacer blando mi nido contesto él pájaro.

-No busques lana aquí -agrego él -porque estoy viejo y enfermo y ya no la sé hacer.

-¿qué enfermedad tiene? - preguntó interesado el pájaro inútil.

-Una enfermedad terrible – explico el árbol -: mil bichos me están comiendo el cuerpo.

- Unas tras otras, he perdido todas mis hojas; ya no me hago aquella lana que envuelve mis semillas. Por eso los pájaros ya no vienen, a posarse sobre mis ramas. Amiguito mío, pronto me voy a morir…- Le explica el roble entre lágrimas.

Page 5: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Conmovido ante la desgracia del árbol , el pájaro inútil le propuso:

-Amigo roble, yo sé quién puede curarte.

- ¿Quién pajarito?- pregunto la mata con ansiedad.

-el Señor de los Bosques “Makawa”. El sopla a la gente, a los animales y hasta a las plantas: a todos los cura. Si quieres, voy a llamarlo. –Le responde el pajarito.

- si es así, anda y dile que venga pronto- suplico, esperanzado, el roble- dile que me estoy muriendo.

El pájaro inútil voló a casa del Señor de los Bosques y le conto lo que le pasaba a su amigo. El pensó un rato. Luego, inhalo hierbas, yopo, invoco a los espíritus y hablo así:

-Nada puedo hacer por ese viejo roble. De nada serviría los mejores ensalmos, polvos y hierbas. Este árbol está destinado a morir, a menos que ¡enhorabuena!, llegue a él un pájaro, que lo pueda curar…

-¿Como se llama ese pájaro? - pregunto, curioso, el pájaro inútil-.

- No puedo decirlo- contesto el Señor de los bosques-, porque es un pájaro que no tiene nombre. Anda, pues, y díselo al enfermo.

Page 6: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Rápidamente, el pájaro inútil voló hasta el roble enfermo y contándole todo lo que paso con “Makawa” el señor de los Bosque.

El Roble escuchó, pensó y se puso más triste…¿Qué pájaro en este mundo podría ser su salvador? ¿Acaso el gavilán, el arrendajo, el zamuro, el tucán?

Y, de saberes cual fuera, ¿se dignaría esa ave posarse sobre sus ramas secas? ¡Que problema tan grande para un roble que está muriendo poco a poco comida por esos bichos!.

El pájaro inútil se entristeció ante la angustia del árbol, pero deseoso de hacer algo más que ponerse a llorar, dijo para sí:

-No podría ser yo… ese pájaro salvador. ¿Esa ave que no tiene nombre?

Al pensar siguió la voluntad de probar. La mejor forma de curar al roble sería, la de matarle tantos bichos que se la comían por dentro.

Page 7: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Y…¡pico a la obra! Sin perder tiempo, bajo al rio que atravesaba el bosque y buscó una piedra le saco filo a su herramienta; mirándose luego en el espejo del agua, sintió un gran desaliento: él, tan chiquito e inútil, ante esta obra tan grande y difícil como la que iba a emprender…Pero, aunque todos creyeran que era un inútil, daría su mejor esfuerzo para salvar al roble. Y confiando, sin embargo, en su buen corazón, se propuso y sintió una gran voluntad de hacer el bien.

Page 8: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Aquel mismo día el pájaro inútil comenzaba su trabajo de cirujano. Posado sobre el tronco del roble, aplicaba el oído a la corteza y, donde encontraba uno de los bichos, le daba alcance con su pequeño pico. El árbol, aun sintiendo dolor, de nada se quejaba; con cada picotazo sentía renacer una esperanza más de sobrevivir.

Por su parte, el pájaro inútil, a todo insecto que encontraba lo atrapaba con su pico y lo engullía. En ese trajín estuvo ocupado varios días y… ¡tuki, tuki, tuki...! Y ¡tuki, tuki, tuki...! ¡Tuki, tuki, tuki...! Eran centenares los bichos que extraía de aquel cuerpo enfermo.

Page 9: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Pero inútil o nuevo, la verdad era esta: gracias a él, la curación del roble era una realidad. Libre ya de tan asesina bicharanga, el árbol se sentía mucho mejor y un día, mientras el pájaro inútil descansaba en una de sus ramas, llenas de gratitud, le dijo:

-Pajarito, te debo la vida. El ave de que hablaba Makawa eres tú. Ya no eres un pájaro inútil. Eres mi salvador.

Al pajarito se le lleno de alegría su corazón, con las palabras del roble de saber que lo consideraba su salvador y no un inútil.

Page 10: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

El tiempo pasaba, el roble sentía correr nueva vida por sus venas. Le nacieran sus florecitas y, luego sus hojas fresca y verdes. Una mañana, atraídas por el milagro de su verdor, las aves volaron a posarse sobre sus ramas y alegrarla con sus melodías y cantos. En unos compas en que toda la orquesta callada, se oyó que alguien tocaba un instrumento de percusión:

- ¡Tuki, tuki, tuki!

Las aves melodiosas asomaron sus cabecitas para mirar tronco abajo y lo vieron acribillado de agujeros redondos.

Page 11: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Al oírse solo, el infatigable trabajador salió por el hueco que él había labrado y vio cien ojitos que los estaba mirando arriba y dos ojotes que lo estaban mirando abajo. Este era Makawa quien, al verlo, levantó los brazos y exclamó:

-¡Honor a ti, pájaro sin nombre! Por creer en ti, trabajar tanto y tener voluntad para salvar a quien esta en peligro, desde ahora en adelante te llamaras “Pájaro Guácharo”.-El pájaro guardián que cuidas de todos.

Page 12: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

Las aves admiradas, entonaron un canto de júbilo para celebrar la obra incomparable del que creían un pájaro inútil. Pero, bien pronto el Señor de los bosques, las interrumpió, diciendo con triste solemnidad:

-El roble, no podrá sanar del todo, sino se le quita un gusano maligno que anida en su corazón. Pájaro Guácharo: si tú eres capaz de desalojarlo, el roble vivirá cien años más.

Ante la ansiosa expectativa de todos, el pájaro Guácharo arremetió en el sitio del mal con los picotazos más recios de que era capaz. Había que llegar a través de su capa más dura, agoto en ello todas sus fuerzas, pero logro su propósito.

Al fin salió del hueco mostrando en su pico una larva monstruosa, pero juntamente, mostrando en su copete teñido en sangre del corazón del roble y de su pico, que mostraba su esfuerzo y perseverancia en salvar al roble, su amigo que había creído en él.

Page 13: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

La orquesta de aves estallo en una sonata triunfal.

Makawa echo a bailar con el viento alborozado. Todos

estaban locos de emoción y alegría.

El pájaro Guácharo se sintió aturdido en medio de

tanta felicitaciones que aceptó con humildad. Comprendió,

que a veces cuando nadie crea en ti, no importa tanto,

como lo es CREER en ti mismo y para lograr un sueño,

hay que seguir con voluntad y esfuerzo por alcanzarlos.

Page 14: La historia del Guácharo: un pájaro inútil

El pajarito Guácharo brilló con alegría, y junto a su amigo el roble que lloraba de emoción, mientras la brisa le arrancaba los sedosos pelos de sus nuevas semillas. A su alrededor, el apamate, el araguaney, la vera, el bucare y cien arboles mas se encendieron con las fiestas de sus flores.

Era la naturaleza entera que celebraba la milagrosa curación del Roble y la voluntad de un pajarito de una cueva del Guácharo que no era… tan inútil porque creyó en el.