la atraccion del vacio la reflexion de

10

Upload: juanjosenegrete

Post on 25-Jul-2016

212 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: La atraccion del vacio la reflexion de
Page 2: La atraccion del vacio la reflexion de

Mapa del sitio Quienes somos Comuníquese con nosotros Newsletter

Tema Núcleo Vacío, Nada, ... Ver todas las notas de esta sección

La atracción del vacío: la re-flexión de Georges Bataille

Christopher Gibrán Larrauri Olguín (*)

El beso - R. Magritte

“El inacabamiento, la herida, el dolor necesario para la comunicación.

El acabamiento es su contrario.” (1)

“El erotismo abre a la muerte. La muerte lleva a negar la duración individual.” (2)

Para el psicoanálisis, la obra del pensador francés Georges Bataille (Billom, 1897-Orleáns, 1962) no sólo indica la posibilidad de retomar algunas nociones interesantes apropósito de la subjetividad, o la ocasión para ratificar algunos de sus fundamentosteóricos, sino que indica la existencia de un pensamiento -muchas vecesincomprendido en su esencia- que se dedicó enteramente a dar testimonio de una ideaneurálgica de la cual emana gran parte de la experiencia psicoanalítica, a saber, lavida humana como posible sólo en base a la presencia de un vacío de saber, y laatadura de los sujetos a ese punto a-histórico denominado la Cosa, lugar delgoce total.

Page 3: La atraccion del vacio la reflexion de

En otros términos, en muy pocas obras de la literatura se encuentra plasmada tanfrontalmente la división del sujeto, su dolor concomitante y la estrecha relaciónque ambos fenómenos guardan con el deseo y la pulsión, como en la obra deGeorges Bataille, de allí su especial importancia para todo aquél que la encuentra en suformación como psicoanalista, o de manera más general, para quien la halla en su afánpor responder a las preguntas más incesantes que habitan en su corazón siempre apartir de una imperiosa disquisición referente al mundo parlante.

Dicha afinidad entre Bataille y el psicoanálisis freudo-lacaniano no es del todo casual,pues se sabe del acercamiento de Bataille a la obra de Freud y de su análisis conAdrien Borel en los años veinte, y sobre todo, se conoce que Bataille mantenía unacercanía notable con Jacques Lacan, al lado de quien asistió a los seminarios deAlexander Kojève en torno a Hegel, y quien además contribuyó a la confección de sucélebre libro El erotismo; por otro lado, en los años treinta el mismo Lacan se casaríacon la actriz Sylvia Bataille, quien evidentemente antes había sido esposa del mismoGeorges Bataille.

Sin embargo, más allá de las concordancias históricas con carácter de anécdota entreBataille y el psicoanálisis, insisto en poner énfasis en otra concordancia, ésta más biende tipo existencial, que ya he introducido y a propósito de la cual el presente artículoversará; nexo que se traduce en una apreciación de la vida humana como la únicadesgarrada por el anhelo de consistencia, bordeada por la noción de ausenciaque el orden simbólico imprime, noción de la que tanto Bataille como elpsicoanálisis beben, al extremo de apreciar algunos de los temas másapremiantes del quehacer humano como lo son la ciencia, la filosofía, el erotismoy el arte (en especial la poesía), en base precisamente a ese agujero queconstituye la respuesta a la pregunta por lo fundamental del hombre y suentorno que, Bataille, en algún momento, y Lacan, de manera constante, handenominado lo real.

Bataille y el binomio ciencia-filosofía

A Bataille se le reconoce en los círculos de lectores ante todo como filósofo y/o comoescritor ejemplar de lo erótico más que como un artista trascendental que se aventuróen lo ominoso de la totalidad de la existencia. Al mismo tiempo, se afirma –conderecho- que Bataille era un hombre muy interesado en las llamadas “cienciashumanas”, en especial en la antropología y la sociología –baste con recordar lainfluencia de Callois en su pensamiento- a las cuales recurrió sobre todo durante sutrabajo como bibliotecario. Empero, lo que no se reconoce ni se menciona con igualénfasis es que ambas inclinaciones por la filosofía y la ciencia, ciertamente presentesen Bataille, desembocan en una oposición a la pretensión a la que ambos saberes estánorientados, soslayando en ese movimiento tal vez lo más trascendente de la obra deBataille.

Si bien existen diferencias de peso entre la actividad de la ciencia, la cual basa susexpectativas en demostrar “objetivamente” sus hallazgos a través de la forclusión dela verdad, y la filosofía que, por su parte, no puede más que optar por proposicionesque sólo se pueden sustentar subjetivamente y que intentan rellenar el hoyo producidopor el significante, ambas disciplinas se intersectan en el punto de intentar ante todoestablecer una cosmovisión del universo; siempre con la intención de llegar aaprehender la totalidad, o sea, la armonía del hombre, es que ambas posturas selanzan a la cogitación.

Es decir, el objetivo máximo de ciencia y filosofía no es otro que el de apropiarsede lo real mediante el símbolo, poder decir la última palabra o producir el cálculofinal que significarían el cese de la falta de concordancia del hombre consigo mismo ycon su mundo, por lo tanto, su objetivo es lo imposible por excelencia, tal y como loafirma Bataille, pues lo imposible se emparienta con lo real y lo real es el saldo dela entrada del cuerpo a la cultura, es lo inefable a secas, la expulsión del reino de

Page 4: La atraccion del vacio la reflexion de

la omnipotencia, de ese punto no marcado por la historia y que constituye sumítico inicio.

He aquí, a mi entender, el precepto más importante en el que Bataille se apoya en suaproximación a la ciencia y a la filosofía: a partir de la extracción de sustancia que ellenguaje ejerce sobre el organismo humano y que se materializa en una faltaestructural, -condición necesaria para formar parte de la sociedad-, la imposibilidad deun Otro con el significante que de consistencia definiendo al sujeto. Como lo mencionaSafouan: “Se puede decir que el significante es el significante de la castración. Sitenemos el nombre, no tenemos la cosa.” (3) en otras palabras: “el yo que apareceen el enunciado designa a aquel quien efectúa el acto de enunciar; hasta aquí es lo quedicen todos los lingüistas, pero eso que callan, helo aquí: ese yo designa el sujeto de laenunciación, pero no lo significa” (4).

Es decir, la función primordial del lenguaje es la castración, entiéndase lafundación del orden simbólico en el devenir del cuerpo para así humanizarlo. Estoproduce una pérdida de satisfacción (goce) como pago por el derecho de formar partede la civilización, representa el peso de las leyes del significante sobre el ser delhombre, representa, en fin, la constancia de un “algo” no presente. “La pérdida degoce es el resto irreductible de la operación simbólica de advenimiento del sujeto en elcampo del lenguaje y la cultura, en el lugar del Otro. La operación del lenguaje dejacaer un resto de goce porque la hegemonía del orden simbólico que el padre tienecomo función asegurar no es absoluta. Este resto, elemento extraño a la naturalezamisma de lo simbólico, constituye a la vez el núcleo de su estructura: es el punto real,refractario a toda captura significante, el ombligo en torno del cual la palabra entretejesus redes” (5).

Siendo el lenguaje un invento del hombre, sin duda el más trascendente, se encuentraincapacitado para definir a su inventor, es una cuestión de lógica radical. Esto es lacastración, el interdicto de completud que rige a la cultura y que ésta instaura en susmiembros con su edificio simbólico, de aquí la imposibilidad de poder dar unaexplicación final sobre lo que representa el cese de lo que Bataille llama la“discontinuidad” del hombre.

Se colige entonces la impostura tanto de la ciencia como de la filosofía, que como hedicho, pretenden decirlo Todo en torno al hombre mediante la utilización del lenguaje,impostura que el mismo Bataille denuncia así: “La máxima inteligencia es en el fondo lamejor engañada: pensar que se aprehende la verdad cuando sólo se huye de ella, yvanamente, es la evidente necedad de todos. Nadie tiene verdaderamente lo que sepiensa: algo de más” (6).

Nadie tiene el significado de la vida que pudiera orientarla a la estabilidad, que pudieraorientarla a una aprehensión del goce del cual todo hablante es carente precisamentepor ser hablante, pues, como se ha mencionado, la palabra mata la Cosa y hace queésta se convierta en “la emperatriz intangible de la vida anímica, objeto absoluto” (7)que, precisamente por ser intangible es que se vuelve lo imposible, un más allá delsentido que el mismo sentido postula instaurando la pérdida de sustancia en el cuerpohumano, la razón por la cual “de ordinario subsiste una intención oculta de felicidadinaccesible” (8).

A partir de este razonamiento es que yo dudo en llamar a Bataille “filósofo”, en todocaso, habría que llamarlo denunciante de la imposibilidad de una filosofía absoluta,como él mismo lo dijera: “La filosofía no sale de sí misma, no puede salir del lenguaje.Utiliza el lenguaje de tal modo que jamás le sucede al silencio. De modo que elmomento supremo excede necesariamente a la interrogación filosófica. La excede almenos en la medida en la que la filosofía pretende responder a su propia pregunta. Asíes como debemos situar la dificultad” (9).

En este mismo sentido, Bataille puede ser apreciado como contestatario del sueño dela ciencia que, en última instancia, consiste en la forclusión de la subjetividad alpretender pasar por alto la falta inherente al uso del lenguaje que siempre abre un másallá del logos. “Si la ciencia discierne lo posible: debe discernirlo exactamente. Se calla

Page 5: La atraccion del vacio la reflexion de

en el instante en que la reflexión se pierde en lo imposible. La ciencia enfrenta a lamuerte, pero si habla de ella se refiere a sus consecuencias reales” (10). En otras

palabras, la ciencia niega que de la muerte nada sabemos y que por eso mismo esindomable. En efecto, aquello que tanto ciencia como filosofía pretenden domar oal menos captar, es el origen y el fin de la vida.

La muerte es de esta forma sinónimo de goce, pues viene a poner término al deseo yapaciguamiento a la pulsión, a esa instancia que incita a los hombres a la recuperaciónde la Cosa tachada por la Ley. “Hay en la naturaleza, y subsiste en el hombre, unimpulso que siempre excede los límites y que sólo en parte puede ser reducido. Porregla general, no podemos dar cuenta de ese impulso”(11).

Tenemos que ese vacío que se alberga en la subjetividad es vacío de goce,ausencia de continuidad que en el fondo es la razón que incita a los sujetos a unmás allá de la realidad. La castración deja un resto de “animalidad” que sematerializa en lo pulsional, en esa fuerza violenta cuya máxima sería el regresoa lo inorgánico, al núcleo originario que posibilita la historización, el gradoprimario de ésta última.

El goce es, de esta forma, aquella sustancia generadora de un arredramiento yde un ímpetu simultáneo en el discurso humano, es decir, el deseo humano estámotivado a su consumación pero esa consumación representaría el cese de lavida misma conforme al lazo social. “En el plano definido por lo que vengodesarrollando, la continuidad divina está vinculada a la transgresión de la ley que fundael orden de los seres discontinuos. Los seres discontinuos que son los hombres seesfuerzan en perseverar en la discontinuidad. Pero la muerte, al menos lacontemplación de la muerte, los devuelve a la experiencia de la continuidad” (12).

La nada entendida no como la ausencia sino como la presencia abrumadora de lasatisfacción es el objeto máximo de la pulsión, la generadora de violencia, y es delcorte del fallecimiento del sentido, esa es la Verdad, y por ser fuera del sentido, esinalcanzable a través de los mecanismos de lo simbólico, lo que filosofía y ciencianiegan férreamente. Bataille y el psicoanálisis optan por el camino inverso, por elreconocimiento de una nada de la que brota el sentido y a la cual éste último estáencaminado sin augurio deseable de alcanzarlo; “finalmente, la pregunta se plantea denuevo: -el miedo. . .; sí, el miedo, al cual sólo alcanza lo ilimitado del pensamiento. ..;el miedo, sí; pero ¿el miedo de qué?. . .La respuesta llena el universo, llena eluniverso en mí: -. . .evidentemente, el miedo de NADA …” (13)

La teoría psicoanalítica reconoce pues que es precisamente esa NADA la que movilizala existencia del deseo humano y la energía vital de la pulsión sin la que “nada” de loexistente en la cultura sería posible, debido a que, si el hombre no fuese subsidiario dela falta creada por el lenguaje, la civilización simplemente nunca hubiera sido pues sunéctar se encuentra en el símbolo, en el establecimiento de la prohibición del goce.

Este es el dolor de existir incurable de la humanidad: estar del lado de la ex-sistenciay no del de la omnipotencia. En su insatisfacción es que radica el sufrimiento humano,pero también ahí se genera la semilla de su creación, el material para la construcción,para la sublimación que no es otra cosa que “la elevación de un objeto a la dignidad dela Cosa” (14).

El deseo oculto de la ciencia y el de la filosofía es el de determinar cuantitativamentey cualitativamente al sujeto, es decir, pretenden acabar con el dolor que brota de lafalta perenne de Sentido olvidando que mientras se hable, eso será como dice Bataille,lo imposible, y desconociendo que el día que lo sea, ya no se hablará más de lohumano sino de lo mecánico, ya que: “Pensar un mundo en el que una organizaciónartificial garantizase la prolongación de la vida, es algo de pesadilla. No podemosentrever nada que vaya más allá de un ligero aplazamiento” (15). Sí, llegar a unestado de sapiencia absoluta sería el triunfo total de la muerte sobre la vida y noviceversa como en un principio se pretendería.

En síntesis, para Bataille, ambos quehaceres, científico y filosófico, se establecen

Page 6: La atraccion del vacio la reflexion de

como paradigmas destinados a la última palabra a lo que constituye el universo por loque están destinados al fracaso, pues se desinflan en cuanto se topan con el marco deincomprensión que yace en las profundidades del psiquismo humano, en cuanto setopan con la pulsión que es “Inadaptable y resistente a todo influjo simbólico” (16).“De esta manera veo cómo traiciona la reflexión filosófica: no puede responder a lo quede ella se espera puesto que sólo tiene un objeto definido –que se define de otrodefinido de antemano- y puesto que se opone al objeto del deseo, sólo puede serindiferente” (17). Y en cuanto a la ciencia, ésta se aferra a desconocer que “Lamáquina humana es capaz de incoherencias” (18). Incoherencias emanadas de la faltade objeto que colme a la pulsión y de un deseo que es primordial y llanamente deseode deseo.

Otra temática predilecta por Bataille para puntuar el afán de regreso a la continuidad ala que se orienta la pulsión humana es el erotismo, tópico cumbre de la cogitación delgalo.

Bataille y el erotismo

Es a través de la prohibición del goce por parte de la Ley simbólica que hace de lacarne humana, cuerpo humano, que Bataille desarrolla su concepción del erotismo, elcual se sirve de la transgresión de ese interdicto para tomar su valor específico.

Hemos visto que la Ley (el lenguaje) tiene como premisa la constitución desubjetividades encaminadas al deseo, en esta vertiente, es que el erotismo se nospresenta como una posibilidad de gozar sólo en base al rompimiento de lo que lacultura prohíbe. Bataille escribe: “Lo que está en juego en el erotismo es siempre unadisolución de las formas constituidas. Repito: una disolución de esas formas de vidasocial, regular, que fundamentan el orden discontinuo de las individualidades quesomos” (19).

De acuerdo a Bataille, y hay que decirlo, de acuerdo a Freud, la humanidad seconstituyó como tal gracias a un abandono de su animalidad avasallante mediante eledicto de leyes en pro del trabajo, lo cual implicaba una prohibición de eso que rompecon el lazo social por situarse del lado de la individualidad, es decir, el goce. Noobstante, esa prohibición nunca ha sido del todo eficaz pues su instauración, deja unresto, lo real como indicativo de una carencia que anima a los sujetos a la continuidadque es así la razón de ser de la pulsión de muerte. Siendo el cuerpo sobre lo quefundamentalmente recae la prohibición, la carne como tal y sus recovecos seconvierten en espacio de especial predilección para la búsqueda del acabamiento, elespacio para el relleno bordeado de un anuncio de goce que se visualiza como larecuperación de la mítica satisfacción. “Somos seres discontinuos, individuos quemueren aisladamente en una aventura ininteligible; pero nos queda la nostalgia de lacontinuidad perdida” (20). Continuidad que se emparenta de lleno con la muertesiendo ésta el cese de la división subjetiva, el regreso al Uno, intenciónincansable de acabar con la distancia que impone el lenguaje con la indiferencia,es, repito yo a mi vez, goce. “El goce se sitúa allí donde la palabra tropieza, falla,falta. Es el momento en que la palabra se confronta con lo inarticulable. Su proximidadsupone el peligro de ruptura de toda referencia simbólica, confina con el horror. De ahísu lazo esencial con la pulsión de muerte introducida por Freud” (21).

La pulsión de muerte se nos presenta entonces como esa fuerza que el mismo Freudcalificara de “indomeñable” que atenta siempre contra el interdicto de goce, es loresultante de la violación del orden natural o del asesinato del Padre, y muestra así,que el fundamento de la sociedad reposa precisamente en la violencia que el símboloimpone a lo natural con la intención de preservar a los sujetos alejados de laexperiencia de muerte, es decir, la violencia del sexo es sólo posibilitada por la violenciaque la prohíbe. La contra creada por las intenciones siempre renovadas por impedirllevar el cuerpo de nuevo al estado de la carne sin tachar por el significante, eso es lapasión de la pulsión.

Page 7: La atraccion del vacio la reflexion de

Ese afán de restituir la pérdida indudablemente se correlaciona con lo que elpsicoanálisis llama el superyó, esa instancia del aparato psíquico cuyo mandamientoextremo es el goce. El superyó tiene más como función el seguimiento de la ley delgoce que el de las leyes que lo prohíben, es por esta razón que Lacan menciona que elsuperyó es una voz feroz ya que incita a lo imposible, a borrar la falta que el Otroimpone.

En este sentido, es que se entiende la afinidad de Bataille por la obra del Marqués deSade en la que impera una apatía o desensibilización por los sufrimientos de lassubjetividades que participan de la sevicia. En la obra de Sade, Bataille encuentra esavoluntad por la búsqueda de goce de la que en el fondo todo sujeto es propenso a serpartícipe, para demostrar que la violencia siempre está presente como antesala yestancia del goce, una violencia que atenta contra la estabilidad y la empatía delhombre en sociedad. “La violencia entraña esta negación descabellada, que pone fin atoda posibilidad de discurso” (22).

Esa constatación de la transgresión a partir de lo vedado evidentemente laencontramos en las novelas de Bataille. Esa figura obscena y feroz que encarna elrencuentro con la Cosa, Bataille la retrata en el personaje central de Mi madre-plasmado por Isabelle Huppert bajo la dirección de Christophe Honoré de maneramagistral y terrorífica en Ma mère (2004)-, esa madre que se ofrece sexualmente alhijo quien transcurre la mayor parte del tiempo angustiado ante la posibilidad real de loreal para finalmente encontrarlo –y a sus locas consecuencias-; y la retrata en lapersona de Madame Edwarda a quien con acierto Bataille le da dotes de Dios, pues siDios se define como el Todo pudiente, el goce por su parte se define como éxtasis,como lo que nos lleva a un estado de eternidad, ese estado ante el cual MadameEdwarda desfallece.

En Historia del ojo, para muchos la obra maestra del erotismo, también encontramosesa violencia proveniente del superyó encaminada a la muerte que desborda a lospersonajes a un desgaste de energías que roza con el horror de ver satisfecha lapulsión.

En suma, encontramos en esas novelas de Bataille el extremo al que el hombre escapaz al volverse reo incondicional de la orden de goce. Lo importante de esta idea esla ratificación del hombre como nunca totalmente adaptado a la paz que ordena losimbólico, así como el des-cubrimiento de afán utópico que es capaz de movilizarradicalmente a los sujetos, siendo ese afán creer que se puede gozar y a la vezmantener el deseo.

Sin lugar a dudas, la violencia que se inscribe en la voluntad de ir más allá de loconstituido en los confines con el horror, se inscribe de lleno con el proyecto de laestructura perversa, el cual es: “eliminar la radical incompatibilidad entre el goce,‘interdicto a quien habla como tal’, y el cuerpo, que puede definirse como incorporaciónde lo simbólico” (23). Con lo cual no quiero decir que Bataille era perverso ni que no loera, simplemente recalco el hecho de que en la actividad erótica lo que se busca esun más allá del placer en los confines con el horror que supone el desvanecimiento dela subjetividad, nación del goce, Bien Supremo o de acuerdo a Bataille: exceso.

Por otro lado, cabe señalar que el sujeto recula ante la falta de a falta (exceso),demasiada satisfacción supondría la salida del circuito discursivo, es por esta razón queel mismo Bataille se refiere constantemente a la angustia producida por elquebrantamiento de los límites. En este sentido, descubrimos en su obra no sólo laconstatación de una dimensión humana que atenta contra la estabilidad sino elsimultáneo rechazo a su consumación absoluta, o sea, descubrimos en Bataille ladivisión del sujeto de la que el psicoanálisis puede decirse descubridor y que uno desus representantes así expresa: “La tragedia de la condición humana radica tal vez enel hecho de que por una parte estamos condenados a la repetición, dado que el deseosólo es deseo al quedar suspendido de un objeto intrínsecamente perdido, mientras quepor otra se nos exige romper esa repetición, vale decir, reconocer que el objetoperdido no es una ilusión” (24). El goce o el deseo, los dos no, ya que no soncompatibles, se repelen … en medio está el sujeto.

Page 8: La atraccion del vacio la reflexion de

Ante esa tragedia (La Tragedia) no sólo se posibilita la irrupción violenta destinada a ladetonación del orden legal con tintes de barbarismo y la no menos usual parálisispulsional, existe una posibilidad de metabolizarla evitando caer en extremismos, esaposibilidad es la de la creación. En el terreno artístico es que se puede entretener unaopción de estilizar esa hiancia florecida en el centro de la subjetividad y darle unestatuto sublime, pues, en la creación artística si bien se evoca la inexistencia de larelación sexual, el radical sin-sentido de la vida y se ejerce la ruptura de los ideales queoprimen la Verdad, es decir, si bien en el arte también existe la violencia, a su vez escapaz de aportar un producto que hace más soportable la convivencia. A ese terrenoartístico Bataille hace también notable referencia, en particular al de la poesía, en elque encontramos una vez más la alusión a lo imposible.

Bataille y la poesía

Como es de esperarse, la noción de poesía de Bataille no se cuenta en aquellascorrientes que la definen como equivalente de belleza cursi y como posibilidad deendurecer un narcisismo muchas veces necesario para encubrir el dolor. Bataille señalaque en la poesía germina de lleno la improbable posibilidad de arribar a un estado deSentido, para señalar que lo que determina a la poesía, y obviamente, a todo actocreador que toma dotes de obra transcultural, es que precisamente se dedica adar paso al silencio como meta, a con-mover al espectador-lector, puntuando elnúcleo inefable del ser-en -el-mundo del homo sapiens en oposición a todabonhomía y cordialidad que “calme”.

“La poesía que no se eleva al no-sentido de la poesía no es más que el vacío de lapoesía, es sólo una bella poesía” (25). Con lo que podemos colegir que para Bataille lapoesía además de ser bella debe de ser ominosa, con un alto grado de alusión a laherida. “La poesía no es un conocimiento de sí mismo, aún menos la experiencia de unlejano posible (de lo que antes no era), sino la simple evocación, mediante las palabras,de posibilidades inaccesibles” (26). Es, de nuevo, hacer lugar a lo imposible, siendoesto: “la muerte a la que en rigor el hombre está condenado” (27).

El mismo Lacan señala que para interpretar es necesario servirse de la poesía,pues su estructura apunta a un algo difícil de asumir, que no es más que el vacíode saber, el lugar del goce mítico y resignado (28).

Amén del matiz fatalista de estas afirmaciones, se pecaría de pesimista sino sereconociese que es gracias a lo imposible que el mundo humano existe, que es a partirde la falta que la motivación por hacer se edifica. Como lo indica Bataille mismo:“hablar de lo imposible es la única manera de describir lo posible pues el hombreposible debe enfrentar a lo imposible” (29). Aventurarse en un decir en torno a loreal es la opción que el psicoanálisis a su vez también postula como la única vía deacceder a una libertad posible, apartada de las pretensiones del amo en curso. “Lapoesía lleva al mismo punto que todas las formas del erotismo: a la indistinción, a laconfusión de objetos distintos. Nos conduce hacia la eternidad, nos conduce hacia lamuerte y, por medio de la muerte, a la continuidad: la poesía es la eternidad” (30).

Decido terminar aquí esta aventura por el pensamiento de alguien a quien considero unpeculiar mentor, tan inmortal y vigente como consta en su obra, y le dejo la palabra:Pongo mi pito…

Pongo mi pito en tu mejillala punta roza tu orejalame mis huevos lentamentetu lengua es dulce como el agua

tu lengua está cruda como una carniceraroja como pierna de corderosu punta es un cucú que grita

Page 9: La atraccion del vacio la reflexion de

mi pito solloza salvajetu trasero es mi diosase abre como tu bocalo adoro como al cielolo venero como a un fuego

bebo en tu desgarramientoextiendo tus piernas desnudaslas abro como a un librodonde leo lo que me mata. (31)

*

Notas:

(1) Georges Bataille: El culpable, Taurus, Madrid, 1986, p. 39.(2) Georges Bataille: El erotismo, Tusquets, México, 2005, p. 29.(3) Moustapha Safouan: De los fundamentos del psicoanálisis. Seminario en losEstados Unidos, Nueva Visión, Buenos Aires, 2004, p.18.(4) Juan David Nasio : L’inconscient à venir, Christian Bourgeois, Paris, 1980, p. 34(Traducción mía).(5) Daniel Gerber: El psicoanálisis en el malestar en la cultura, Lazos, Buenos Aires,2005, p.48.

(6) Georges Bataille: Lo imposible, Ediciones Coyoacán, México, 2000, p. 83.(7) Néstor Braunstein: Goce, Siglo XXI, México, 1999, p. 31.(8) Georges Bataille: Lo imposible, op. cit., p.31.(9) Georges Bataille: El erotismo, op. cit., p. .279.(10) Georges Bataille: Lo imposible, op. cit., p. 171.

(11) Georges Bataille: El erotismo, op. cit., p. 44.(12) Ibíd., p. 88.(13) Georges Bataille : El culpable, op. cit., p.14.(14) Jacques Lacan : L’éthique de la psychanalyse, Seuil, Paris, 1986, p. 133.(15) Georges Bataille: El erotismo, op. cit., p. 107.

(16) Daniel Gerber: El psicoanálisis en el malestar en la cultura, op. cit., p. 41.(17) Georges Bataille: Lo imposible, op. cit., pp. 46-47.(18) Ibíd., p. 176.(19) Georges Bataille: El erotismo, op. cit., p. 23.(20) Ibíd., p. 19.

(21) Daniel Gerber: El psicoanálisis en el malestar en la cultura, op. cit., p. 58.(22) Georges Bataille: El erotismo, op. cit., p. 195.(23) Daniel Gerber: “La perversión y el goce de Dios”, en Contexto en psicoanálisis 8,Lazos, Buenos Aires, 2004, p. 47.(24) Moustapha Safouan: De los fundamentos del psicoanálisis, op. cit., p. 104.

(25) Georges Bataille: Lo imposible, op. cit., p. 163.(26) Ibíd., p.164.(27) Ibíd., p.169.

(28) Ver Rosario Herrera: “Poética de la interpretación” En:http://www.cartapsi.org/revista/no4/herrera.htm.

(29) Georges Bataille: Lo imposible, op. cit., p. 182.(30) Georges Bataille: El erotismo, op. cit., p. 30.(31) Georges Bataille: Poèmes, El tucán de Virginia, México, 1995, p.23 (Ediciónbilingüe).

(*) Universidad Iberoamericana Cd. de México. Licenciado en Psicología por la

Page 10: La atraccion del vacio la reflexion de

Universidad Justo Sierra. Experiencia clínica en Instituto de la Mujer del Distrito Federal(México). Actualmente laborando en el departamento de Comunicación de la

Universidad Iberoamericana Cd. De México. Principales textos publicados: “El fútbol(con) jugado por el psicoanálisis” (en prensa); “Lo absurdo o el dolor de existir” (enrevista Comunicología); “Reflexiones psicoanalíticas en torno a la posmodernidad (enrevista Psychoway). El e-mail del autor es: [email protected]

***

Fuente: Psikeba. Dir.: Lic. Rosa Aksenchuk.http://www.psikeba.com.ar/articulos/GLO_Bataille.htmSelección y destacados: S.R.

Con-versiones diciembre 2012

copyright 2005 C onvers iones .com Todos los derechos reservados .

Recomendar 2